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Temple Grandin: “Capacitarse es clave para garantizar un buen manejo del ganado”
La referente mundial en bienestar animal pasó por el XXVIII Congreso Aapresid y dejó un intercambio para el recuerdo.
Manejo de ganado y bienestar animal.
DISERTANTE T. Gardin.
Temple Grandin es zoóloga, etóloga y profesora de la Universidad de Colorado, y referente mundial en bienestar animal. En su paso por el último Congreso Aapresid respondió a todas las preguntas: desde cómo su Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una herramienta clave en su trabajo con animales, hasta el rol de la tan vapuleada ganadería en la sustentabilidad.
“Mi autismo me permite pensar en imágenes –cuando el común de la gente lo hace en palabras–, lo que me hace muy fácil entender lo que piensan y sienten los animales cuando ven, por ejemplo, un papel que flamea en el otro extremo de la manga”, describió.
Hoy el bienestar animal es una práctica aceptada y su impacto sobre la ganancia de peso y fertilidad está ampliamente demostrado. Sin embargo, hay temas viejos que siguen vigentes: “Evitar los gritos, entender que el buen manejo exige caminar más, son cosas que sigo repitiendo”. Al mismo tiempo, recomendó organizar el ingreso a las instalaciones en horas donde la luz no entre de forma directa (a los animales no les gustan las luces cegadoras) o hacerlo con las luces encendidas de noche (tampoco prefieren adentrarse en la oscuridad). “Son prácticas tan económicas como efectivas”, afirmó.
Entre los aspectos generales de bienestar animal, enumeró algunos puntos, empezando por la renguera, indicador primordial que se mira poco. Habló también de la salud, de la condición corporal, la suciedad y el estrés por calor como cuestiones clave. Otro aspecto que mencionó es el alivio del dolor luego de prácticas dolorosas o traumáticas como la castración, el descorne o el destete. Y señaló que el animal debe tener la boca cerrada durante la manipulación. “La boca abierta es señal de que está sufriendo”, dijo.
“Hoy los consumidores exigen que el animal haya tenido una vida que valió la pena, lo que es bueno, pero a veces se limita a cuestiones como el pastoreo a campo, como si esto fuera sinónimo de bienestar animal. Un rodeo que pastorea un lote sin pasto, claramente está sufriendo”, disparó la especialista que desarrolló un sistema de puntuación para medir el bienestar animal y que está disponible en su sitio web.
ARGENTINA: MANEJO DURANTE EL TRANSPORTE Y EN LA PLANTA DE FAENADO
Grandin opinó sobre el manejo en plantas de faenado en Brasil y Argentina: “En general es muy bueno. Las etapas previas son las que requieren más atención: el uso de picanas durante la carga que origina una carne acuosa de menor calidad, o los viajes excesivamente largos y sin agua que crean una carne oscura y seca. El uso de pisos antideslizantes es también importante”.
La especialista apuntó a la sobrecarga de los camiones, la mezcla de toros de distinto rodeo en un mismo camión y a la falta de cuidado de los conductores, como otras cuestiones a mejorar. “Hay que repensar las formas de pago del servicio de transporte que suele hacerse por carga o por tiempo”, sugirió.
SU VISIÓN DEL FUTURO DE LA GANADERÍA
Según entiende la referente, uno de los desafíos más grandes de bienestar animal es la necesidad de equilibrio en la selección genética. “Hoy se tiende a una sobre-selección de ciertos caracteres, como la velocidad de crecimiento, tamaño res, etc., y se dejan de lado cuestiones como la orientación de las patas. Esto nos lleva a tener rodeos llenos de animales rengos, con dificultad para caminar o con cardiopatías congénitas que afectan la supervivencia en altura. Son problemas que en el pasado no existían y que atentan contra el bienestar animal”, advirtió.
Grandin también opinó sobre las tendencias de consumo y de quienes apuntan contra la ganadería como la gran culpable del calentamiento global: “Muchos creen que por no comer carne contribuyen a mitigar el cambio climático, pero desconocen el rol que tiene la cría de animales en pastoreo en el secuestro de carbono (C) del suelo. Los suelos de mejor calidad fueron creados por animales pastoreando. El buen manejo del pastoreo, el respeto de los tiempos de descanso de la pastura y de los remanentes son cuestiones en las que tendríamos que estar trabajando”, afirmó.
Para enfrentar estos desafíos, hizo hincapié en capacitar gente capaz de formar equipos interdisciplinarios. “Si queremos sistemas sustentables, tenemos que volver a fusionar la agricultura y la ganadería. Muchos pequeños productores ya lo hacen. Es hora de que se sumen los grandes. Debemos alentar a los jóvenes para que hagan la diferencia”, afirmó.
Sobre el final de la exposición, el periodista de La Nación, Cristian Mira, entrevistó a Grandin y le consultó sobre la respuesta de los consumidores en el contexto actual, con mayores demandas en materia de calidad y también ante el incremento de personas que promueven no comer carne. “Los consumidores jóvenes están más interesados en elegir alimentos que vengan de productores que garanticen procedimientos en bienestar animal. Frente a los consumidores que alegan razones éticas para no comer carne, lo que debemos hacer es garantizar que hacemos un buen manejo del ganado. Las asociaciones ganaderas que promueven el buen manejo del ganado capacitan a la gente y auditan los campos para determinar que haya bienestar animal”, señaló. Al respecto, insistió en la importancia de mejorar la comunicación: “Los ganaderos tienen que ser mejores comunicadores. La industrias deben mejorar su comunicación a la hora de decirle a la sociedad cómo trabajan”.
Sobre el impacto en los números y en la economía de los productores que trabajan con pautas de bienestar animal, Grandin fue categórica: “Las buenas prácticas de manejo sin duda hacen que la industria ganadera sea más productiva y más rentable”, y agregó: Capacitar a los productores en el manejo de las prácticas de bienestar animal es sumamente importante”.