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Nodo Centro: adelantar la siembra para aumentar los rindes en trigo
El último análisis de campaña de fina de las regionales del Nodo Centro sugiere ajustar la fecha de siembra para alcanzar mayores rendimientos en trigo y, por qué no, en la soja siguiente.
Por: Alzueta, I.
El Nodo Centro de Aapresid presentó el análisis de campaña de cultivos de invierno 2020, con los datos aportados por los socios productores de las 9 Regionales que lo conforman.
La presentación virtual tuvo lugar el pasado 31 de marzo y estuvo a cargo del Ing. Agr. Dr. Ignacio Alzueta, miembro de la Regional Bragado/Chivilcoy, y contó con los aportes de Juan Manuel Veiga (Bragado/ Chivilcoy), Juan Marsigliani (9 de Julio/Carlos Casares) y Nicolas Romano (9 de Julio/ Carlos Casares).
En total, se analizaron 69112 hectáreas, distribuidas en 895 lotes. Para un mejor análisis, el Nodo se dividió en 2 zonas: la zona Norte, integrada por las regionales Venado Tuerto (4437 ha - 37 lotes), Pergamino/Colón (18864 ha - 284 lotes), Junín (6033 ha - 58 lotes), Chacabuco (4654 ha - 114 lotes) y Lincoln (4136 ha - 72 lotes), y la zona sur con Bragado/Chivilcoy (4463 ha - 63 lotes), 9 de Julio/Carlos Casares (17401 ha - 138 lotes), 25 de Mayo (5242 ha - 87 lotes), y Bolívar (3884 ha - 41 lotes). Según informaron, el 53% de los lotes son propios y el 47% restante, arrendados.
Sobre los cultivos que se sembraron, el 89.4% de los lotes fueron sembrados con trigo (799 lotes) y el 7.4% con cebada (66 lotes). El resto aparece en porcentajes menores, por eso solo se analizaron los dos cultivos preponderantes.
Rendimiento
Tanto para trigo como para cebada, los rindes fueron algo superiores en la zona sur, donde las precipitaciones fueron más beneficiosas durante la campaña (Tabla 1).
Tabla 1 Rendimiento de trigo y cebada del Nodo Centro, discriminado por zonas y Regionales.
En cuanto al rinde acumulado en trigo, en la zona norte se destaca Junín, con el 50% de los lotes por encima de los 50 qq (Figura 1a). Mientras que en la zona sur, las curvas están algo más a la derecha si se compara con la norte, donde sobresale Bragado/Chivilcoy, con la mitad de los lotes por encima de los 57 qq (Figura 1b). Los rindes máximos en ambas zonas rondaron los 75 qq, lo que demuestra que hubo potenciales de rindes muy elevados. En la zona sur (Figura 1b), menos del 20% de los lotes estuvieron por debajo de los 40 qq.
Figura 1 Rinde acumulado en trigo, a) zona norte y b) zona sur.
Ambiente
En ambientes de Alto Potencial (AP), el rinde medio de cebada estuvo por debajo que los de trigo. Según se observa, hay una dispersión muy alta en el primer cultivo y los rindes muy bajos probablemente se deban a heladas. En la Tabla 2 se observa la diferenciación de ambientes según el potencial de rendimiento.
Tabla 2 Diferenciación de ambientes según potencial de rendimiento.
Antecesores estivales
El 83% del trigo se realizó sobre soja 1°, 11% sobre maíz temprano, 3% sobre soja 2° y 1% sobre girasol (Figura 2 a). Respecto a la cebada, el 71% se implantó sobre soja 1°, 14% sobre soja 2°, 5% maíz temprano, 5% girasol, 3% sorgo, 1% sobre maíz tardío (Figura 2 b).
A pesar de que predomina por amplio margen la siembra de ambos cultivos sobre soja, principalmente de 1°, en los últimos años se observa un incremento de la superficie sembrada sobre maíz, tanto temprano como tardío.
En los tres antecesores evaluados, la cebada rindió menos que el trigo. Por cuestiones de heladas y cobertura, se explicó que la cebada rindo bastante menos que el trigo sobre maíz. Por este mismo motivo, en soja 2° cayó muchísimo el rinde de la cebada comparado con trigo, cosa que no pasa habitualmente en años anteriores, mientras que sobre soja 1°, se observan rindes similares.
Figura 2 Antecesores estivales, a) Trigo, b) Cebada
Antecesores invernales
En cuanto a antecesores invernales, los lotes sembrados sobre maíz temprano, muestran como antecesor invernal un 90% de barbecho, 4% cultivos de servicio (gramíneas y leguminosas), 4% CS: leguminosa y 2% CS: gramínea (Figura 3 a). Los que están sembrados sobre soja 1° (Figura 3 b), tienen como antecesor invernal en el 81% barbecho, 18% CS gramínea y 1% CS gramínea + leguminosa. Si bien parece alto el porcentaje de barbecho, se destaca que el 19% de la soja 1° en el nodo se viene haciendo sobre un CS, y en maíz temprano, donde más cuesta hacer CS, el porcentaje es del 10%, un dato positivo y que se apunta a incrementar en el tiempo.
Figura 3 Antecesores invernales, a) Maíz temprano y b)
Adversidades: ¿Las heladas causaron los bajos rendimientos?
En aquellos lotes con menos de 40 qq/ha de rinde, se observa que en cebada el 85% de los mismos fueron afectados por heladas, con un 40% de daño, y el 40% afectados por sequía. En trigo, los lotes afectados por heladas aparecieron en menor porcentaje, 35%, mismo valor que para sequía.
La diferencia en daño de heladas en la campaña se vio muy marcada entre trigo y cebada, y también dentro de la misma especie, según variedades. Tanto en varie- dades tolerantes (más invernales) o susceptibles (más primaverales), hay un efecto de aclimatación que también juega a la hora de analizar los daños posteriores a una helada. Los daños son menores si los días previos a la helada son frescos, y no cálidos.
En general, los ciclos intermedios largos toleran más las heladas en pasto que los cortos. Este año pasó que las heladas agarraron a los cortos menos desarrollados a los cortos y por eso sufrieron más que los largos.
Cultivares
Los semilleros más sembrados fueron Maltería Quilmes 53%, seguido de ACA 28% y luego Cargill 9% (Figura 4 a). En lo que respecta a variedades (Figura 4 b), la más sembrada por amplio margen es Andreia en el 45% de los lotes. Esto responde a que la comercialización de la cebada suele hacerse bajo contrato con las malterías y Andreia es la más solicitada, seguido de Sinfonia (20%), que es una variedad algo más corta. Luego siguen Jennifer 11%, Charles 8%, Montoya 5%, Fátima y Don Mario 4% y Alhué 3%.
Figura 4 Cebada, a) Semilleros y b) Variedades.
Al analizar los semilleros (Figura 5 a), Don Mario sigue liderando con un 58% del total, aunque la torta se ve más repartida en comparación a años anteriores, seguido de Buck 15%, Nidera 13%, Klein 6%, Bioceres 5%, y el resto en porcentajes menores. Dentro de las variedades (Figura 5 b), Ceibo y Algarrobo siguen siendo las más sembradas, con el 20 y 21%, respectivamente. Luego le siguen baguette 620 10%, SY120 y Ñandubay 9%, Basilio 4% y Sauce 3%.
Los ciclos más sembrados fueron los largos (54%), seguidos de los cortos (32%) y los intermedios (11%) (Figura 6). En cuanto a la calidad de grano, el porcentaje de proteína en los ciclos intermedios-largos fue de 9-11%, y se mostraron un punto abajo de los intermedios-cortos que estuvieron entre 10-12%. En ambos casos, las variabilidades fueron importantes, pero los valores algo bajos. Entre las variedades que se destacaron se encuentran Buck SY120, entre los intermedios-largos, y DM Audaz y Klein Valor entre los intermedios-cortos.
Figura 5 Trigo, a) Semilleros y b) Variedades.
Figura 6 Ciclos.
Fecha de siembra y cosecha
La siembra de los primeros lotes comenzó a principios de mayo, pero la actividad fuerte comenzó el 20 de mayo aproximadamente, tanto para la región sur y norte; esta última siempre se adelanta un poco y llega al 50% de lotes sembrados unos días antes que la región sur. Para mediados de julio finaliza la totalidad de las siembras en ambas regiones.
En la región norte, por una cuestión de temperatura, la cosecha comienza antes (finales de noviembre) y se da mucho más rápido que la región sur (Tabla 3). En esta campaña, algunos lotes fueron cosechados en enero, lo cual es un problema ya que atrasa la siembra de soja de 2da. En este sentido, desde el 1 de diciembre en adelante, comienza a haber pérdidas de rinde al atrasar la siembra del cultivo 2da y eso se da en forma más marcada cuanto más al sur se vaya. Según el informe, se suelen perder entre 10-30 kg/ha de soja de 2da por cada día de atraso en la FS.
Por este motivo, la cosecha no es algo de menor importancia y se puede regular con la elección de la fecha de siembra y los ciclos, siempre considerando que hay varios factores ambientales que van a condicionar esa fecha de cosecha. Como tendencia general, se puede señalar que por cada 5 días de atraso en la fecha de siembra en la región norte, se demora 1 día la cosecha; y por cada 10 días de atraso de la fecha de siembra en la región sur, se demora 1 día la cosecha.
Tabla 3 Fechas de cosecha promedio, a) por cultivo y b) por ciclo.
Elección de fecha de siembra
En la zona norte se observa una leve tendencia a bajar los rindes medios y potenciales a medida que se atrasa la FS. En la zona sur, en cambio, la caída no es tan marcada y se dieron buenos resultados en general.
Respecto a los ciclos, a finales de mayo, en la región norte, los rindes de los cortos (CC) estuvieron marcadamente debajo de los largos. Mientras que en el sur, como es de esperarse para esa FS, no hay sembrados cortos y los largos estuvieron con buenos rindes (Tabla 4). En la 1era quincena de junio se equiparan tanto los largos como cortos en ambas regiones. Esta situación se viene repitiendo hace rato, cuando antes lo que se esperaba era que pase eso a partir del 15 de junio. En la 2da quincena de junio, los ciclos cortos rinden mejor que los largos y en la 1era de julio directamente no hay ciclos largos sembrados (Tabla 4).
Tabla 4 Rendimiento promedio por quincena según ciclos.
¿Por qué adelantar la fecha de siembra?
Más allá de si se siembran ciclos largos o cortos, desde el Nodo Centro recomiendan elegir la FS que permita hacer coincidir la espigazón del cultivo o el periodo crítico en las mejores condiciones de Q (índice fototermal) y así maximizar el rinde. Esto se logra con siembras más tempranas de las que habitualmente se hacen. Es posible adelantar dos semanas la fecha de siembra (mediados de mayo), sin incrementar significativamente las probabilidades de heladas (ya que por el calentamiento global, la fecha de la última helada se adelantó casi un mes en comparación con la histórica). De esta manera, también se disminuye el riesgo de exponer el llenado de granos a golpes de calor.
El Nitrógeno (N) es el principal elemento requerido para la producción de trigo. Si hay deficiencias, se verán afectados tanto el rendimiento como el contenido de proteína. De ahí que un correcto manejo de este nutriente resulta estratégico para la producción del cultivo (Ferraris, 2012).
La necesidad de fertilizar surge como la diferencia entre la demanda de N del cultivo y el suministro de N del suelo. El ajuste de la dosis debe contemplar las ineficiencias propias del tipo de fertilizante, y del método y momento de aplicación (Melgar, 2016).
En este punto, los análisis de suelo son una herramienta imprescindible para diagnosticar deficiencias nutricionales y alcanzar una fertilización racional. Actualmente el 19% de los productores realizan análisis de suelo para planificar nutrición en el cultivo de trigo (Torres Duga, 2020).
Específicamente en el Nodo Centro de las regionales de Aapresid, en el 72% de los lotes se realizó análisis de suelo.
La dosis media de fertilización con N en la zona norte de Buenos Aires es 80 kg/ha (ReTAA, 2019). Estos valores aparentan ser escasos para alcanzar rendimientos superiores a 5 tn/ha, dado que los requerimientos varían entre 28-34 kg N absorbido/tn de grano (Ermacora et al., 2020).
Actualmente el 19% de los productores realizan análisis de suelo para planificar nutrición en el cultivo de trigo
Manejo del Nitrógeno
En la Tabla 5 se observa la estrategia de fertilización que adopta cada regional para aplicar N, de acuerdo a si se particiona o se aplica todo de una sola vez. En este punto, se destaca Bragado/Chivilcoy que, en la mayoría de los lotes analizados, el N se aplica en dos momentos diferentes. Es decir que casi todos los productores de esa regional están particionando; lo contrario ocurre en Venado Tuerto, donde el 100% de los lotes analizados recibieron aplicaciones en un solo momento. Se cita también a Pergamino/Colón como caso en el que se hizo 50% partición y 50% aplicación en una única vez.
Respecto al momento de aplicación de N, el 1er momento (Figura 7 a) se aplicó el 47% en vegetativo, 32% a la siembra y 21% en presiembra. En el 2do momento (Figura 7 b) casi todo ocurre en vegetativo (86%) y siembra (13%), estos últimos son los que particionan con presiembra en el momento 1. En cuanto al método, se aplican principalmente al voleo y chorreado.
Tabla 5 Partición de N por Regional.
Figura 7 Momento de aplicación de N, a) Momento 1, b) Momento 2
Proteína
Desde las regionales del Nodo Centro observan una tendencia a bajar el porcentaje de proteína a medida que se incrementa el rendimiento (Figura 8).
En lo que respecta a Fósforo (P) en el suelo, los valores promedio rondaron entre 10 – 15 ppm, cifras más que esperables y por encima de la media general.
En lo que tiene que ver con las fuentes, el 95% de las aplicaciones de P fueron a la siembra e incorporado. Las dos fuentes fosforadas más utilizadas fueron MAP (59%), seguido de la mezcla 7-40-0-5 (20%).
Al relacionar los kg de P2O5 aplicados con el rendimiento, se observa algún tipo de respuesta positiva hasta llegar a los 60-80 kg. Sin dudas hay mucha variabilidad de acuerdo a los ambientes, zonas, niveles de P existentes en cada lote, etc.
En cuanto al Azufre, el 25% de los datos registrados tuvieron por lo menos una aplicación de S, con un promedio de 11 kg/ha. Hace un tiempo que se viene recomendando que todos los cultivos se hagan por lo menos con un piso de 10 kg/ha de S, ya que se observan muy buenas respuestas en todos los cultivos.
Figura 8 Relación rendimiento proteína.
Enfermedades: ¿cómo protegemos el rendimiento y la calidad?
Para que aparezcan enfermedades en el cultivo, deben confluir tres factores: uso de un cultivar susceptible, presencia del inóculo y condiciones ambientales predisponentes.
El manejo de enfermedades fúngicas es una de las claves a la hora de mantener el rendimiento y la calidad alcanzable. Entre las recomendaciones a tener en cuenta, se destacan: realizar un monitoreo continuo y, ante la presencia de enfermedades en forma significativa, actuar de manera rápida y con estrategias de control efectivas, como tipo de fungicida, momento y calidad de aplicación, entre otras.
El análisis del uso de terápicos en semillas (Figura 9 a), mostró que el 89% de los lotes de trigo fueron tratados. De este número (Figura 9 b), en un 41% se usó carboxamidas, distribuido entre Sistiva (31%) y Vibrance Gold (10%). También hubo uso de biológicos como Rizoderma en un 5%, y tratamientos con insecticida en un 3%, como es el caso de Chúcaro. Se destaca también un alto porcentaje de uso de Scenic (12%) y Compinche (10%).
En la Figura 10 a, se observa que en el 93% de los lotes se aplicaron fungicidas, y de este porcentaje, el 50% fue con una sola aplicación y el 43% con dos aplicaciones (Figura 10 b).
Figura 9 a) Uso de terápicos de semilla y b) productos
Figura 10 a) Uso de fungicida y b) N° de Aplicaciones.
La 1° aplicación de fungicida se centró en el estadío de hoja bandera (36%) e inicio de encañazón (30%), y también algo en macollaje 18% (Figura 11). Dicha aplicación se hizo principalmente para Roya Amarilla en el 63% de los lotes y también para Mancha Amarilla 23% (Figura 11 b). Respecto a las moléculas utilizadas (Figura 11 c), en esta primera aplicación predominó la mezcla clásica de Triazol + Estrobilurina en el 63% de los lotes, pero también hubo participación de las carboxamidas, conjuntamente con Triazol en el 18% de los lotes, sola (4%) y en la triple mezcla (1%).
La 2° aplicación (Figura 12 a) se centró principalmente en hoja bandera (63%), seguido de encañazón (26%), espigazón (8%) y en llenado de granos solo el 3%. Respecto a las moléculas (Figura 12 b), predominan al igual que en la 1° aplicación la mezcla de Triazol + Estrobilurina (53%), Triazol + Carboxamida (33%) y la triple mezcla (9%). Respecto de las enfermedades (Figura 12 c) por las cuales se aplicó, sigue predominando Roya Amarilla (25%), seguido de Mancha Amarilla (15%).
Figura 11 1° Aplicación: a) Momento de aplicación, b) Enfermedades y c) Moléculas utilizadas.
Figura 12 2° Aplicación: a) Momento de la aplicación, moléculas utilizadas y enfermedades.
Malezas problemáticas
Rama Negra fue la maleza problemática más importante de la campaña (Figura 13) y afectó al 55% de los lotes. Le siguen Raigrás 25%, Capiqui 6%, Ortiga Mansa 3%, Viola 3% y el resto en porcentajes menores.
Para el manejo de estas malezas, en la mayoría de los lotes (84%) se usó ALS (Metsulfuron, Finnes, Hussar) como pre emergente. En el 9% no se aplicó pre emergentes y solo el 1% usó PPO (Flumioxazin) (Figura 14).
Como post emergente (Figura 15), no hubo aplicaciones en el 33% de los lotes. Esto significa que la mayoría eligió hacer una buena estrategia en pre emergente y después no tuvo que repasar. Aquellos lotes que sí tuvieron tratamiento en post, lo más usado fue ALS + Hormonal (28%), ALS solo en el 17% de los lotes, Hormonal y sus mezclas en el 17%, ACCasa selectivos 4% y Fotosistema II 1%.
Figura 13 Malezas problemáticas.
Figura 14 Pre emergentes.
Figura15 Post emergentes