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El árbol, el río, el hombre
El árbol, el río, el hombre
Esta nueva sección o capítulo de la revista del socio Aapresid fue pensada como un espacio para “escaparnos” por un momento de lo que hacemos todos los días, salir de la escena de producción agropecuaria. Esto no solamente fue una idea de algunos de los que trabajamos en el staff de Aapresid, varios fueron los socios que a través de la encuesta anual de satisfacción nos sugirieron este tipo de actividades. A priori lo pensamos como un espacio, un lugar, con ninguna temática en particular, o con todas ellas a la vez. Lo pensamos como un punto de encuentro diferente, en el que podamos sentir algo distinto. El punto de partida, la primera nota, cita a un par de maestros, que no necesitan presentación alguna, más allá de sus nombres. Atahualpa y Julio alguna vez se unieron a través de sus artes. Imaginemos a Cortázar en una partida de ajedrez con Yupanqui, y entre jugada y jugada, el poeta le pide al maestro que le ponga música a sus estrofas: el árbol, el río, el hombre.
Al árbol ya cortado no lo claves en la tierra porque su copa seca no engañara a los pájaros.
Al río que discurre no le levantes diques porque en el aire libre cabalgan las nubes
Al hombre desterrado no le hables de su casa la verdadera patria caro la está pagando.
El árbol ya cortado el rio que discurre y el hombre desterrado caro lo están pagando....
Yo me he criado a puro campo rancho, rebaño, maizal, con noches de historias viejas y mañanas de cristal.
Después de muchos trabajos en un mundo fui a parar un mundo de extraño nombre: se llamaba soledad.
Angustias, ingratitudes, no me podrán lastimar mientras viva en ese mundo que se llama soledad.
Solo podría cambiarlo, pero es imposible ya, por una noche de cuentos y una aurora de cristal.
Solo podría cambiarlo, pero es imposible ya. ni mi madre está en el patio ni mi padre en el maizal.
Al hombre desterrado no le hables de su casa la verdadera patria caro la está pagando.
Bajo un cielo de gaviotas vi a mi padre trabajar, no sé si sembrando coplas por el modo de cantar.
Letra: Julio Cortázar Música: Atahualpa Yupanqui
Un día yo vi un camino y me puse a caminar, y anduve, anduve y anduve, mezclando dicha y pesar.
Julio Cortázar y Atahualpa Yupanqui, dos grandes de la literatura y la música Argentina