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Alternativas de manejo de los recursos hídricos para ganadería en el norte de Santa Fe

Mario Basán Nickisch.

INTA-EEA Reconquista. E-mail: basannickisch.mario@inta.gob.ar

Tras la fuerte sequía que azotó la región, organismos e instituciones trabajan codo a codo con los productores ganaderos, evaluando dentro de los mismos establecimientos, nuevas alternativas de manejo integrado de los recursos hídricos.

Palabras Claves:

Aguas pluviales; Acuíferos acuitardos; Manejo integrado de recursos hídricos; Norte de Santa Fe; Ganadería, Recarga de acuífero.

En estos últimos años, en lo que respecta a la ganadería en el norte de la Provincia de Santa Fe, más específicamente en la región de los Bajos Submeridionales y su área de influencia, se detectó que la mayoría de los sistemas de abastecimiento del sector entraron en una profunda crisis hídrica y económica. A ello se suma que, en gran parte de este tipo de ambientes, el agua subterránea tiene condicionantes fuertes en lo que respecta al contenido de sales totales y/o a exceso de sulfatos (lo que la inutiliza como fuente directa para el abrevado de animales y para el riego de pasturas o pastizales). Frente a tales escenarios, los productores buscaron apoyo y asesoramiento en diversos organismos con injerencia en cuestiones vinculadas al manejo de los recursos hídricos en los sistemas productivos.

En este contexto, el INTA en articulación con el INA, el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe, Facultades de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la provincia y la Facultad de Agronomía de Esperanza, comenzaron a evaluar una serie de alternativas técnicas para el manejo integrado de los recursos hídricos. Para ello, implementaron áreas de demostración o “demostradores” en campos de productores, que se irían ajustando en base a los resultados que se fuesen obteniendo.

Estos “demostradores” responden preferentemente al manejo predial, es decir, al manejo de microcuencas dentro de cada establecimiento o comunidad rural y, en casos especiales, al manejo comunitario que excede los predios particulares. En otras palabras, no se trata de propuestas de manejo regional que abarquen cuencas o sistemas hidrológicos, sino de manejos a menor escala, sin interferir con los derechos legales que le correspondan a predios colindantes.

Partiendo de la premisa anterior, se fijaron pautas y protocolos de administración de las dos fuentes principales de agua disponibles en el sector, que son el agua de lluvia complementada con la subterránea. Sabiendo que no existen “recetas” o modelos pre armados, las obras y esquemas de manejo planteados estuvieron adaptados a cada lugar, con el objetivo prioritario de mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos hídricos y lograr la sustentabilidad ambiental y económica de los productores.

De esta forma, se definieron pautas a seguir para la administración de las fuentes hídricas disponibles en el sector. Las mismas, incluyen las siguientes acciones: - estudio de las precipitaciones en series de años lo más prolongadas posible, abarcando períodos hidrológicos de excesos y de déficit (utilizando análisis probabilísticos con recurrencias bajas), y explicando la distribución mensual promedio durante dicha serie. De esta forma, se estará en condiciones de proponer las lluvias de diseño de los sistemas; - estudio de áreas hidrogeológicas con mayores posibilidades de almacenar el agua infiltrada de las lluvias (paleocauces o depresiones naturales) a través del uso de imágenes satelitales y el posterior análisis mediante prospección geoeléctrica, pudiendo ser complementado con rabdomantes de zona. Ello permitirá identificar las áreas y acuíferos potencialmente aprovechables; - análisis de perforaciones y/o pozos calzados cercanos o dentro del predio estudiado, donde se evalúe la profundidad del agua y de las perforaciones o pozos, el caudal de extracción y la calidad química del recurso, en los períodos con y sin recarga; - realización de perforaciones exploratorias en los lugares identificados mediante geoeléctrica, con los correspondientes ensayos de bombeo y análisis químicos de laboratorio que permitan determinar, en función de los aniones y cationes predominantes, la clasificación según aptitud del agua para uso ganadero. Paralelamente, se recomienda la toma de muestras de suelo a medida que se avanza en profundidad, a fin de determinar los porcentajes y tipo de arena, limo y arcilla existentes; - estudios de desniveles y evaluación de necesidades de sistematización en áreas de captación, con los objetivos de lograr un alto porcentaje de escurrimiento superficial tras las precipitaciones (aún con lluvias de escaso milimetraje y de poca intensidad) y de garantizar el llenado de las represas y/o la conducción del agua hacia sectores de recarga de acuíferos; - almacenamiento del agua de lluvia - cuando el agua subterránea no sea utilizable - en represas bajo o sobre relieve (lo cual dependerá del perfil del suelo y de la profundidad del acuífero libre o napa), respetando los diseños apropiados en lo que hace a taludes y profundidad. Esto último teniendo en cuenta que para contrarrestar las pérdidas por evaporación es deseable que la superficie expuesta al sol sea la menor posible; - análisis del porcentaje de arcillas de los suelos y su ubicación en el perfil en caso de optar por la construcción de represas. Esto determinará la profundidad y diseño de los taludes y la necesidad o no de impermeabilizarlas; - estudio de los materiales impermeabilizantes a utilizar en aquellos proyectos que requieran del almacenamiento superficial en represas y que no cuenten con un porcentaje adecuado de arcillas. Así, deberá seleccionarse entre el uso de bentonita sódica, bentonita, geomembranas, plásticos combinados con suelo-cemento, etc.; - estudio de la necesidad de impermeabilización de las represas, lo cual responderá a la finalidad de las mismas: almacenamiento de agua de lluvia y su mantenimiento en superficie, o infiltración de dicha agua para su introducción en los acuíferos y posterior aprovechamiento, en mayor volumen y calidad; - instalación de trampas de sedimentos en las represas, previo al almacenamiento, de forma de retenerlos sin que estos afecten la vida útil de los cuencos; - instalación de buenos cercados perimetrales en las represas que eviten que los animales entren a abrevar directamente de ellas. Complementariamente, deberá disponerse de bebederos que respondan a una planificación de pastoreos, para lo cual es necesario el diseño de mecanismos de bombeo apropiados en función de la demanda (número de cabezas que se pretende cubrir, sumando entre 7 a 15 días de reserva) y de la situación dada: molinos de viento, bombas alimentadas con energía solar, bombas de diafragma, electrobombas sumergibles, motobombas, etc.; - diseño de las perforaciones en función de la profundidad y la permeabilidad de los acuíferos, siempre que sea posible identificar – a través de la geoeléctrica – puntos de alumbramiento en los que la calidad del agua sea, al menos, aceptable. Esto permitirá mejorar la toma de decisiones en cuanto al tipo de obra u obras necesarias, a la demanda que podrán cubrir (diámetro y tipo de encamisado, abertura, largo y ubicación de los filtros) y en cuanto al mecanismo de bombeo más adecuado para ese acuífero. En este punto cabe destacar que el mecanismo de bombeo nunca deberá sobre exigir una perforación o pozo calzado, especialmente en zonas donde

exista estratificación de sales (aumento de sales en profundidad), ya que los daños por intrusión de cuñas salinas pueden ser muy difíciles de revertir o incluso insalvables; - diseño de perforaciones “doble propósito”, que contemplen tanto la extracción de agua como la posibilidad de incorporar agua de lluvia, previo paso por un filtro de arena (recarga de acuíferos).

Estos diseños son simples, efectivos y factibles de ser llevados a cabo por los propios productores. Las mismas pueden estar dentro de las represas infiltradoras o utilizarse sin represas, sólo unidas con canales encauzadores que permitan recibir el agua proveniente de las áreas sistematizadas; - evaluación del área de captación del agua de lluvia que escurrirá hacia los puntos de recarga - en caso que se decida la recarga del acuífero -, evitando que provenga de zonas donde se apliquen agroquímicos, siendo lo ideal aquellas áreas con pasturas, pastizales naturales o con muy baja carga de aplicación de herbicidas y/o fertilizantes; - control de los sistemas de bombeo en lo que hace al nivel dinámico y la conductividad eléctrica del agua, de manera de extraer un recurso de calidad apropiada para el uso ganadero; - análisis de factibilidad de instalación de sistemas “patas de araña” (realizables en aquellos acuíferos libres de escasa permeabilidad, en los que el agua dulce se encuentra por encima de aquella que presenta excesos de sales y el nivel de la misma se halla hasta los 15 m), consistentes en un único mecanismo de bombeo abastecido por 2 o más perforaciones lo suficientemente distanciadas para que los conos de depresión no se superpongan. La finalidad de tales sistemas consiste en lograr el caudal pretendido sin descender los niveles dinámicos a profundidades donde se extraiga agua de menor calidad. Los mismos se adaptan a las perforaciones doble propósito de recarga y extracción, ya mencionadas; - análisis de estratificación de sales en profundidad. En aquellos casos donde exista un aumento considerable del contenido salino en cortas distancias, es recomendable la utilización de chupadores flotantes, de manera tal que el agua sea extraída siempre desde la superficie. En este punto resulta clave el control permanente del nivel dinámico de bombeo para evitar su descenso. Esto rige también para los pozos calzados, donde los chupadores flotantes se pueden construir con flotadores unidos a mangueras heliflex, de forma que copien el nivel superficial del agua; - desarrollo de obras secuenciales de baja inversión relativa, capaces de ser afrontadas por los productores, impulsadas a través de políticas de Estado adecuadas, y participación activa de los mismos - junto con el cuerpo de especialistas hídricos - en los ámbitos de decisión y de generación de tales políticas.

Desde el año 2011 hasta la fecha, el INTA comenzó a investigar y ajustar alternativas de manejo de los recursos hídricos integrados en campos de productores en el norte de Santa Fe, trabajando con ellos codo a codo. La posibilidad de contar con Proyectos de Investigación del Manejo de los Recursos Hídricos para Áreas de Secano, facilitó la conformación del denominado Equipo Interdisciplinario de las EEA Reconquista y Rafaela, enriquecido con la participación de técnicos de los territorios pertenecientes a las AERs de Tostado y de San Cristóbal.

Experiencia en el establecimiento “La Güeya”

Uno de los campos seleccionados como demostradores para investigación fue el establecimiento “La Güeya” de Alejandro Lahitte, situado a 11 Km. al NO de la ciudad de Tostado (Santa Fe). En el mismo se dispusieron 3 sistemas de manejo de agua de lluvia complementada con agua subterránea, sobre los cuales se fueron incorporando nuevas tecnologías de manera progresiva, en función de los resultados obtenidos (cantidad y calidad del recurso logrado).

Los bajos naturales se sistematizaron con caminos doble propósito (transporte y captación del agua de lluvia) canales helicoidales, camellones, canales encauzadores y toda obra que permitiera el adecuado escurrimiento de aguas pluviales hacia los sectores de recarga. Estos últimos fueron provistos de sistemas “patas de araña”, los cuales a su vez alimentaban molinos de viento. La localización de las perforaciones se realizó en base a estudios de geoeléctrica previos. En este acuífero libre, clasificado como acuitardo, el agua más profunda no es aprovechable (por exceso de sales totales), por lo que se procede al control del nivel de bombeo con caudalímetros y al monitoreo mensual de la conductividad eléctrica del agua. Asimismo se realizan actualmente extracciones periódicas que, analizadas en laboratorio, permiten clasificar la aptitud del agua para el abrevado, en función de la cantidad de aniones y cationes predominantes.

Las variables meteorológicas se controlan a través de una estación disponible on-line (ingresando a: http://inta.gob.ar/documentos/ estacion-meteorologica-tostado-online/view) y el nivel del agua subterránea se monitorea manualmente y mediante un freatígrafo digital, que permite recabar datos en intervalos de tiempo prefijados.

El análisis de uno de los sistemas implementados en este establecimiento, permitió demostrar el impacto positivo - medido sobre ciertas variables - de los diseños tecnológicos propuestos (Grafico 1), muchos de los cuales se trataron de innovaciones y estrategias inéditas (perforaciones doble propósito, chupadores flotantes, control de bombeo, sistematización del terreno, no utilización de agroquímicos en la zona de recarga).

El sistema denominado C era, hasta el año 2013, el de peor calidad química, utilizándose como complemento de un tanque central de mezcla. Sin embargo, gracias a la implementación de mejoras sustanciales (en base a datos recabados en el Sistema A de investigación de INTA) entre septiembre y octubre de ese año, se lograron resultados altamente positivos, observándose respuestas inmediatas a las recargas con agua de lluvia a partir de noviembre de 2013 y hasta la fecha. Entre las mejoras más relevantes se incluyen: la sistematización del área de captación mediante canales helicoidales, la realización en esta área de nuevas perforaciones con encamisados de 200 mm provistos con sistema doble propósito, el alargamiento de los drenes laterales de recarga y la instalación por primera vez de chupadores flotantes en las mismas (de forma tal que el mecanismo de bombeo succionase agua de superficie del acuífero).

Conclusiones sobre el manejo de los recursos hídricos en el sector

El sistema debe reponer de alguna forma el agua que se le extrae, de manera de poder mantener el equilibrio de calidad y cantidad en el tiempo. Para ello, se debe trabajar almacenando el agua en el acuífero o en las represas durante los años normales, a fin de aprovecharla durante los años hidrológicos secos. En este camino, es importante sistematizar el escurrimiento superficial con pequeñas obras en el terreno que permitan, aún con lluvias de baja intensidad, la cosecha,

Efectos del Sistema C de manejo hídrico sobre variables como salinidad (g/lt), volumen extraído/10 (m3), precipitación/10 (mm) y nivel dinámico (m). Establecimiento “La Güeya”.

Gráfico 1

almacenamiento e infiltración de agua, de forma de diluir los contenidos salinos del agua del acuífero.

Las represas utilizadas para almacenar el agua de lluvia, deben tener un diseño adecuado que permita contrarrestar principalmente las pérdidas por evaporación. Su diseño depende fundamentalmente de la profundidad del nivel del agua de la napa y del tipo de suelo, pudiendo así encontrarse por debajo del nivel del terreno o sobreelevadas. Asimismo, las represas deben proveerse de trampas de sedimentos. Esto último vale tanto para las nuevas aguadas que se diseñen como para las existentes o abandonadas que se puedan recuperar.

En los acuíferos clasificados como acuitardos, es muy importante extraer poca agua de varios puntos distantes entre sí y no sacar grandes volúmenes de un solo lugar. En este tipo de acuíferos, la cantidad de perforaciones y su distanciamiento va a depender de la profundidad del agua, de la permeabilidad del acuífero y del caudal que se pretenda extraer. Por otra parte, en estos casos es muy importante realizar extracciones lentas y por tiempos prolongados, en lugar de sacar grandes volúmenes de agua en menos horas. Debe evitarse el uso de tanques bebederos pensados simultáneamente como únicos depósitos. En este sentido, es importante la inversión en depósitos más grandes (con 7 a 15 días de reserva) que abastezcan tanques bebederos pequeños o de media caña, dispuestos en sitios estratégicos, asegurando por un lado un óptimo uso de las pasturas o pastizales, y por el otro el adecuado sombreo de los mismos (colocando, de ser necesario, telas de media sombra). Luego, los depósitos centrales deben estar tapados de manera de minimizar la acumulación de materia vegetal en los mismos.

Es estratégico contar con mecanismos de bombeo auxiliares para los días en que no hay viento, de manera de realizar depósitos centrales de menor tamaño.

Cuando exista la posibilidad de extraer agua subterránea más superficial, como es el caso de los pozos calzados y perforaciones con diámetro adecuado, deben utilizarse chupadores flotantes.

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