Revista Técnica Red de Innovadores Cultivos de Invierno 2018

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Biblioteca AAPRESID


ISSN 1850-0633

REVISTA TÉCNICA DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE PRODUCTORES EN SIEMBRA DIRECTA

Cultivos Invernales SD Editor responsable Lic. Pedro Vigneau Redacción y edición Lic. Victoria Cappiello Colaboración Rocio Belda, Ing. Matias Bertolotto, Ing. Guadalupe Covernton, Ing. Tomás Coyos, Ing. Fabricio Del Cantare, Ing. Agustina Donovan, Guillermina Durando, Ing. Andrés Madias, Ing. Martin Marzetti, Ing. Santiago Nocelli Pac, Ing. Sabrina Nocera, Ing. Martin Rainaudo, Ing. Leandro Ventroni. Desarrollo de Recursos (Nexo) Ing. Alejandro Clot Marcio Morán Abril 2018

Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa. Dorrego 1639 - Piso 2, Of. A, (S2000DIG) Rosario. Tel/Fax: +54 (341) 4260745/46. e-mail:aapresid@aapresid.org.ar www.aapresid.org.ar


CULTIVOS INVERNALES Cultivos de cobertura, aliados para mejorar la biodiversidad de los sistemas agrícolas Barraco, M.

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Cultivos de cobertura invernales como alternativa para mejorar la estabilidad estructural del suelo González, H.M.; Restovich, S. B.; Portela, S. I.

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Análisis de calidad de cultivos de servicio Sá Pereira, E. de; Galantini, J.A.; Quiroga, A.

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Intersiembra de cebada con vicia como alternativa para ensilar Laurella, E. D.; Cazón, S.; Jovtis, M. L.; Carrizo, M.I.; Steinberg, M.; Vieyra, C.

31

La producción de cebada cervecera bajo el ojo analítico Kuttel, W. D.; Díaz, M. G.

35

Intensificación estratégica: el enemigo de las malezas Cosci, F. - Chacra Bandera

39

Una estrategia de nutrición en trigo y cebada cervecera que marca la diferencia Ferraris, G. N.; Arias Usandivaras, L. M.

44

Manejo de fertilización en trigo con ambientes productivos diferenciados a través de imágenes Muñoz, S.; Alberione, E.; Donaire, G.; Páez, E.; Ciochetto, F.; Bollatti, P.; Flores, F.; Balbi, E.; Conde, B.; Navarro, C; Aimetta, B.; Andreucci, A.

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El trigo pampeano bajo análisis Serra, M. H.; del Campo, N. O.

68

Alternativas de aplicación de Zinc en trigo Ferraris, G. N.; Arévalo, E.; Missart, F.

80

Momento óptimo de aplicación de nitrógeno para incidir en el rendimiento de trigo Ruiz, A.; Coyos, T. ; Pagnan, L.; Errasquin, L.

87

Adelantar la fecha de siembra en trigo parece ser la mejor decisión Montiel, R.; Di Rienzo, J. A.; Maich, R. H.

93

Calidad panadera de harina integral versus refinada Pavoni Garro, M. J.; Reynoso, J.; Maich, R. H.

101

Trigo: ¿cómo mejorar la calidad manteniendo los altos rendimientos? Alzueta, I.; Veiga, J. M.; Verla, G.

109

La nueva soja invernal: el lupino australiano Maich, J. R.; Maich, R. H.

114

En busca de un modelo para la correcta estimación de cosecha de colza Menéndez, Y.; Botto, J.; Gómez, N.; Miralles, D.; Rondanini, D.

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Regionales del Nodo Oeste Aapresid comparten los resultados de la campaña fina 2017 Nodo Oeste Aapresid

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Empresas Socias

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Red de INNOVADORES

Autora: Barraco, M.1 EEA INTA General Villegas E-mail: barraco.miriam@inta.gob.ar 1

Cultivos de servicio, aliados para mejorar la biodiversidad de los sistemas agrícolas

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Los cultivos de servicio incrementan la biodiversidad de los sistemas productivos, aunque no reemplazan a una buena rotación con sus respectivos beneficios.

Palabras Claves: Cultivos de Cobertura; Biodiversidad; Suelos; Rotación.


Frente a este escenario de escasa rotación de cultivos, la incorporación de cultivos de servicio (CS) de ciclo invernal surgió como una estrategia productiva tanto en ambientes húmedos como semiáridos. Estos cultivos se instalan entre dos cultivos de cosecha durante el período de barbecho y cumplen numerosos objetivos. En un principio, se utilizaron con el propósito de mantener el stock de C de los suelos, fijar N, etc. Recientemente se comenzó a discutir sobre el rol multifuncional de los CS, incluyendo el secuestro de C, mitigación de emisión de gases de efecto invernadero, salud del suelo, disminución de uso de pesticidas, consumo como forraje, entre otros. Las especies más utilizadas son los cereales de invierno, como centeno, avena, trigo, raigrás, triticale y leguminosas, como vicia villosa, y vicia sativa. También algunas crucíferas, como nabos forrajeros y colzas, tréboles (blanco, subterráneo, persa, melilotus), o arveja, muestran resultados promisorios aunque de menor adopción por parte de los productores. Para el caso de las gramíneas, existe una gran variedad de cultivares en el mercado, con diferencias en sus ciclos de producción y/o características agronómicas, adaptadas a diferentes regiones.

Efecto sobre control de erosión y mejora de propiedades físicas Si bien en otros países hay amplia documentación sobre el efecto de los CS para disminuir la erosión, en Argentina los estudios son escasos. Recientemente, Vicondo et al., (2016) mostraron que un CS de centeno sembrado al voleo previo al arrancado de maní, redujo la erosión relativa en un 300% con respecto a los tratamiento sin CS en el sur de Córdoba. Si bien se requieren de estudios para adecuar el manejo de los CS en estos sistemas (sistema y fecha de siembra, etc.) algunos datos preliminares muestran que la producción de biomasa de los CS podría aportar un 30% de cobertura a los suelos (Colazo com. pers.), valor considerado como umbral para frenar procesos de erosión eólica (Fryrear, 1985). En cuanto a las propiedades físicas, en general, los cambios producidos en la densidad del suelo por inclusión de CS son de escasa magnitud (Barraco et al., 2012), aunque se observaron algunos efectos positivos con incorporación de gramíneas durante varios años consecutivos (Álvarez et al., 2016; Giorgis et al., 2016) o en experiencias con nabo forrajero (Hernández et al., 2016). En cuanto a la dureza de los suelos, algunos estudios muestran disminución entre un 15 a un 30% en los valores de la resistencia a la penetración en sistemas con CS versus monocultivos de soja (Scianca et al., 2013; Ridley, 2013). Sin embargo, uno de los efectos más significativos de los CS es la mejora en la captación del agua de lluvia, evidenciado por elevadas tasas de infiltración debido al incremento de la cobertura del suelo y de la macroporosidad (Eiza et al., 2016; Basanta el al., 2013). Esta mejora en el ingreso del agua de lluvia se da tanto en el corto plazo (Lardone & Barraco, 2016; Álvarez com. pers.) como en efectos acumulados con inclusión de CS en estudios de larga duración (Álvarez et al., 2016; Giorgis et al., 2016). Por ejemplo, un análisis de 15 sitios en diferentes regiones del país, mostró un incremento promedio en la infiltración del 70% al incorporar CS, con valores extremos

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En los últimos 10-15 años se generó gran cantidad de información sobre los beneficios de utilizar CS en sistemas agrícolas de la región pampeana y extrapampeana, como así también recomendaciones para ajustar su manejo a los diferentes sistemas productivos. A continuación, se resumen algunos de estos resultados.

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Introducción La Agricultura argentina sufrió grandes transformaciones a fines del siglo pasado, no sólo en cuanto a expansión de superficie, sino también con crecimiento extraordinario de la superficie destinada al cultivo de soja en la región pampeana y extrapampeana. Esta intensificación agrícola, con escasa rotación de cultivos, generó algunos procesos degradativos de suelos. El cultivo de soja aporta un residuo rico en nitrógeno (N), que se descompone rápidamente, dejando muy escasa cobertura sobre la superficie del suelo, siendo así más susceptible a erosión hídrica, eólica, aparición de encostramientos, entre otros. El aporte de carbono (C) también resulta escaso, afectando los niveles de materia orgánica (MO) y estructura de los suelos. Otra consecuencia derivada de la monocultura de soja es la simplificación de los sistemas productivos y la escasa rotación de herbicidas, lo que derivó en el avance de numerosas malezas resistentes a glifosato y otros principios activos (Heap, 2004).


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de mejora de hasta un 200%. Estos resultados muestran que, ante eventos de precipitaciones de alta intensidad, los suelos con cobertura permiten una mayor captación de las precipitaciones y, por ende, menores pérdidas por escorrentías.

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Efectos sobre la materia orgánica de suelos Los CS, cuando se utilizan durante varios años, promueven un flujo continuo de C al suelo, tanto por el aporte de la biomasa aérea, como a través de las raíces. Esto determina un incremento del contenido de MO cuando se compara con sistemas que no incluyen CS. La mayoría de los estudios muestran aumentos en el contenido de C, fundamentalmente en los primeros 5 cm de suelo (Brambilla et al., 2012; Álvarez et al., 2016; Basanta & Alvarez, 2016; Barraco et al., 2016) con un rango que varía entre 8 y 41%. También en un estudio de 8 años de efectos acumulados de incorporación de gramíneas en secuencias continuas de soja, se observaron incrementos en el C particulado en la capa de 5-10 cm (Álvarez et al., 2016). Estos incrementos en algunos ambientes, se relacionaron con la cantidad de residuos aportados (Brambilla et al., 2012), mientras que en otros fue independientemente del mismo (Barraco et al., 2012). También la inclusión de un CS manejado con 1 a 2 pastoreos, dejando un residuo remanente equivalente a 2000-2500 kg MS ha-1, permitió incrementos en los contenidos de C de un 14% versus un monocultivo de soja (Lardone com. pers.), lo que evidencia que el aporte de raíces también cobra gran importancia en el aporte al stock de C de los suelos. Algunos estudios internacionales muestran que el aporte de raíces de los CS puede ser equivalente a su biomasa área (Sainju et al. 1998; Gardner y Sarrantonio, 2012), mientras que en suelos arenosos de la región semiárida pampeana, la biomasa de raíces de centeno representó entre 40 al 60% de la biomasa aérea (Frasier et al., 2016). Dinámica de agua La inclusión de CS modifica la captación, almacenaje y eficiencia de uso del agua de los sistemas agrícolas. En lo que respecta a captación, como se señaló anteriormente, se observan importantes incrementos en la entrada de agua de lluvia (medida a través de la infiltración). La mayor cobertura de biomasa también disminuye la amplitud térmica del suelo superficial (Lardone et al., 2012), que

se traduce en menos pérdida de agua por evaporación. Esto genera una mejora en la eficiencia del uso del agua, que puede aumentar la disponibilidad para el cultivo agrícola siguiente. El ciclo de los CS y su momento de secado afectan significativamente su consumo de agua. Numerosos estudios muestran incrementos significativos en el consumo de agua a partir de encañazón en las gramíneas y de floración en las leguminosas. El consumo de agua en las gramíneas varía generalmente entre 150 y 400 mm, dependiendo del ciclo y momento de secado, aunque en ambientes semiáridos se registraron consumos menores a 100 mm y con altas eficiencias en el uso del agua (Álvarez et al., 2015). Sin embargo, el costo hídrico de incorporar CS en las secuencias no debe realizarse analizando sólo el consumo, sino en comparación con la dinámica hídrica de los barbechos limpios. Numerosos trabajos muestran que barbechos con suelo desnudo presentan eficiencias de barbecho muy bajas o incluso negativas (pérdida de agua en el perfil), ya sea porque los perfiles están completamente cargados (por lo que el agua de lluvia drena hacia capas inferiores), ocurrencia de mayores escurrimientos o pérdidas por evaporación en suelos de baja cobertura superficial. Esto determina que el costo hídrico de los CS representen entre 0 y 90 mm. Las eficiencias de uso del agua por los CS son muy variables (5 a 75 kg MS mm consumido-1) y pueden ser modificadas por la elección de la especie u otras estrategias de manejo, como fecha de siembra, fertilización, etc. La disponibilidad hídrica del suelo al momento de la siembra de verano dependerá del momento del secado de los cultivos de CS y las precipitaciones primaverales. En muchos estudios se observó igual o mayor cantidad de agua en sistemas con CS que con barbechos limpios, tanto en suelos profundos (Álvarez et al., 2014; Álvarez et al., 2013; Barraco y col., 2012; Fernández et al., 2015), como en suelos someros limitados por tosca (Ross & Manso, 2015). En ambientes con exceso hídrico, el manejo de los CS se orientará a la elección de especies menos eficientes en el uso del agua (que consumen más mm por kg de materia seca producida) o secado en estadíos fenológicos avanzados.


La disponibilidad de N en el suelo para el cultivo siguiente depende, en algunos casos, de la especie de CS, fertilización y momento de secado (Álvarez et al., 2013; Lardone & Barraco, 2016), por lo que resulta importante adecuar el manejo del mismo. Otro beneficio adicional de los CS, es la fijación biológica de N cuando se emplean especies leguminosas que permiten no sólo el ingreso una fuente adicional de N, sino también mantener una mayor actividad biológica del suelo.

Dinámica de malezas Los CS pueden reducir la densidad y biomasa de malezas. Generalmente, la habilidad de estos cultivos (CS) para suprimir el crecimiento de malezas está relacionado con la biomasa producida, la estructura de los cultivares (erectos versus rastreros) (Lardone y Barraco, 2016, Baigorria et al., 2015, Ledda com. pers.) o con presencia de sustancias inhibidoras. En algunos casos se disminuyó el uso de herbicidas previo a la siembra del cultivo que sigue en la rotación o la dosis de postemergencia (Baigorria et al., 2016). El secado mecánico de los CS con rolo es una técnica que comenzó a difundirse en los últimos años con resultados muy promisorios (Baigorria et al., 2015) y requiere su adecuación según especies y malezas existentes en los lotes, pero resulta una técnica interesante que podría disminuir la utilización de herbicidas en los sistemas agrícolas.

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Dinámica de Nitrógeno La utilización de CS disminuye la pérdida de nutrientes móviles, tales como N de nitratos, y esto ocurre principalmente en otoños lluviosos. La presencia de un cultivo creciendo en esta época, permite la captura del nitrógeno mineral residual que, de otra manera, se perdería por lixiviación profunda (Scianca, 2010; Restovich et al., 2012).

Comentarios Finales • Los CS permiten incrementar la biodiversidad de los sistemas, mediante la inclusión de nuevas especies, como forma de contrarrestar la simplificación de los sistemas productivos.

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Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES


Fuente: Ciencia del Suelo (CIENCIA SUELO (ARGENTINA) 35 (1): 1-10, 2017)

Efecto de distintos CS sobre la estabilidad estructural del suelo luego de seis años de rotación soja-maíz bajo siembra directa y sobre algunos factores que intervienen en la agregación del suelo.

Palabras Claves: Método de Le Bissonnais; Carbono Orgánico del Suelo; Glomalinas; Biomasa Aérea.

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Centro de Bioinvestigaciones, CITNOBA (UNNOBA-CONICET) 2 Grupo Gestión Ambiental, Estación Experimental Agropecuaria Pergamino, INTA 3 Autor de contacto: restovich.silvina@inta.gob.ar 1

Utilización de cultivos de servicio invernales como alternativa para mejorar la estabilidad estructural del suelo

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Autores: González, H.M.1; Restovich, S.B.2,3; Portela, S.I.2


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Introducción En las últimas tres décadas, los sistemas agrícolas pampeanos experimentaron un cambio continuo en los sistemas de producción enmarcado por el uso de cultivos transgénicos, siembra directa y mayor uso de fertilizantes y productos fitosanitarios (Viglizzo et al., 2011). Estos sistemas avanzaron hacia rotaciones simplificadas con predominio de cultivos de verano (principalmente soja y, en segundo lugar, maíz) y largos períodos de barbecho otoño-invernal o, a veces, incluyendo trigo como antecesor del cultivo de soja (Viglizzo et al., 2011). Dicho cambio tecnológico permitió un aumento sostenido de la producción, particularmente de maíz, pero provocó una disminución de la fertilidad física del suelo y de las reservas de carbono y nitrógeno orgánicos (Caride et al., 2012). La disminución de la fertilidad física se manifestó en una menor estabilidad estructural, tendencia a la compactación y una reducida infiltración debido a la presencia de estructuras de tipo laminar con orientación de poros preferencialmente horizontal (Sasal et al., 2006). La intensificación y diversificación de las rotaciones a partir de la introducción de cultivos de cobertura (CC) otoñoinvernales en sistemas agrícolas, podría constituir una herramienta agronómica para mitigar la degradación edáfica (Schipanski et al., 2014). Durante el período de crecimiento de los CC, sus sistemas radicales junto con asociaciones de bacterias y hongos, intervienen en la formación y ciclado de los agregados del suelo (Goss & Kay, 2005). La estabilidad de la agregación del suelo aumenta la porosidad total y la infiltración, y disminuye la compactación (Magdoff & Weil, 2004). Trabajos previos demostraron que, en el corto plazo, la inclusión de CC incrementa el COS y aumenta transitoriamente la macroporosidad y la estabilidad estructural. Sin embargo, estos cambios ocurrieron en los momentos de mayor aporte de carbono a la rotación y desaparecieron durante períodos de lluvias intensas (de Rouw et al., 2010; Restovich et al., 2011). Por otro lado, hay pocos estudios que evalúen el efecto de los CC sobre la estabilidad estructural en el mediano y largo plazo. La estabilidad de los agregados es uno de los indicadores más utilizados para determinar el estado de la estructura del suelo (Six et al., 2000). Dicha estabilidad se ve afectada por la textura, la mineralogía de las arcillas, la actividad microbiana y sus exudados y el contenido de materia

orgánica del suelo (MOS). Algunos autores reportaron relaciones positivas entre la estabilidad estructural y el COS bajo diferentes situaciones de manejo y tipos de suelo (Irizar et al., 2013; Novelli et al., 2013). Sin embargo, esta asociación no siempre ocurre ya que: sólo una parte de la materia orgánica interviene en la agregación del suelo, la asociación depende del contenido de carbono de los suelos y porque existen otros agentes cementantes (Tisdall & Oades, 1982). Six et al. (2004) postulan a la materia orgánica particulada o fracción lábil como agente cementante de los agregados del suelo. Wright et al. (2007) también incluyen a las glomalinas, glicoproteínas producidas principalmente por las hifas de los hongos micorríticos arbusculares, como agentes cementantes. La relación entre las glomalinas y la estabilidad de los agregados fue observada en diferentes suelos (Wright & Upadhyaya, 1998) y se la relacionó con distintas prácticas de manejo de los sistemas agrícolas (Wright, 2005). Entre los factores externos que pueden ocasionar la desagregación del suelo, el más habitual en suelos agrícolas es el humedecimiento a partir de lluvias de distinta intensidad (Le Bissonnais, 1996). Se pueden identificar diferentes mecanismos de desagregación: cuando el humedecimiento es rápido y el suelo está seco, la compresión del aire ocluido en el agregado provoca su estallido; cuando el suelo está humedecido y la lluvia es de moderada intensidad, se produce la desagregación mecánica de los agregados; y cuando el suelo está seco y el humedecimiento es lento, se produce la microfisuración por hinchamiento diferencial. El método de estabilidad estructural de Le Bissonnais (1996) reproduce estas situaciones en el laboratorio a partir de tres pre-tratamientos que se aplican a los agregados para evaluar su resistencia a partir de la separación granulométrica de los agregados resultantes. Este método permite evaluar el efecto del tipo de suelo, del clima y del manejo agronómico sobre la estabilidad estructural. En dicho contexto, este estudio buscó reproducir en el laboratorio la desagregación por acción del agua que ocurre a campo y analizar el efecto de la intensificación de las rotaciones agrícolas con CC sobre la estabilidad estructural. Los objetivos del trabajo fueron: 1) evaluar el efecto de distintas especies utilizadas como CC sobre la estabilidad estructural del suelo luego de seis años de rotación con


Materiales y métodos En 2005 se instaló un ensayo con CC intercalados en una rotación de maíz y soja en la Estación Experimental de Pergamino del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (33º51’S, 60º40’W). El suelo es un Argiudol típico (USDA Soil Taxonomy) de la serie Pergamino sin fase por erosión (pendiente <0,3%) y la textura del horizonte A es franco limosa. El clima es templado subhúmedo, con temperatura media anual de 16,5 ºC y precipitación media anual de 984 mm para el período 1910-2015 (Red Agroclimática, INTA).

El maíz (Zea mays L), DK 747, se sembró en líneas separadas a 0,70 m y con 0,20 m entre plantas (≈ 75.000 plantas ha-1). A la siembra se realizó una fertilización de base con 32 kg P2O5 ha-1 y en V5-6 se fertilizó con 32 kg N ha-1 aplicado al voleo en el entre surco (urea). La dosis de fertilizante nitrogenado fue determinada a partir del método del balance, asumiendo una demanda de 213 kg N ha-1 para un rendimiento objetivo de 9,0 Mg ha-1, una oferta de N del suelo de 189 kg ha-1 y una eficiencia de uso del fertilizante del 75%. El cultivo de soja (Glycine max L), var. Don Mario 50048, se sembró a una distancia entre hileras de 0,52 m (≈ 500.000 plantas ha-1). La soja se inoculó con Bradyrhizobium sp y no se fertilizó con N ni P. El ciclo de los CC se interrumpió con 3-4 L ha-1 de glifosato (48% principio activo). En el caso del cultivo de maíz, con fechas de siembra de septiembre-octubre, los CC antecesores se secaron a mediados de agosto (en estado vegetativo e inicio del reproductivo) y para el cultivo de soja, con fechas de siembra de octubre-noviembre, el secado se realizó a principios de octubre (en estado reproductivo).

El diseño experimental fue en bloques completamente aleatorizados con tres repeticiones y cada unidad experimental fue de 10 x 30 m. Los tratamientos fueron las especies otoño-invernales incorporadas como CC en la rotación soja-maíz y un testigo sin CC que se mantuvo libre de malezas (Figura 1). Los CC se sembraron en línea bajo siembra directa. Las especies utilizadas fueron: cebada forrajera (Hordeum vulgare L), ray grass (Lolium multiflorum L), avena (Avena sativa L), cebadilla (Bromus unioloides L), vicia (Vicia sativa L), utilizando densidades de siembra de 70, 20, 80, 25, 70, 5, 20 kg semilla ha-1, respectivamente. Además, se incluyó una consociación de avena+vicia, con densidades de 20 y 40 kg semilla ha-1, respectivamente. Los tratamientos se fertilizaron en el momento de la siembra

Mediciones Luego de seis años de rotación soja-maíz con y sin CC, y al momento del secado de los CC antecesores de maíz (15/08/2011), se extrajeron tres submuestras de suelo a Figura 1

Esquema de la rotación del ensayo de larga duración con cultivos de cobertura. CC: vicia, avena+vicia, avena, cebadilla, ray grass y cebada.

abril-agosto

septiembre-marzo

abril-octubre

noviembre-abril

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de los CC con 14,7 kg P2O5 ha-1. La vicia se inoculó con Rhizobium leguminosarum biovar viciae, inmediatamente antes de la siembra.

11 Cultivos Invernales 2018

soja y maíz bajo siembra directa; y 2) explorar el efecto de diferentes factores que intervienen en el proceso de agregación del suelo.


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0-10 cm de profundidad y se formó una muestra compuesta por cada unidad experimental. Se determinó COS por el método de Walkley-Black (Nelson & Sommers, 1982), concentración total de glomalinas fácilmente extractable de acuerdo a Wright & Upadhyaya (1996) y estabilidad estructural por el método de Le Bissonnais (1996). Además, se utilizaron las relaciones C/N de la biomasa aérea de los CC al momento del secado publicadas en Restovich et al. (2012).

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Para determinar la estabilidad estructural, se utilizaron tres submuestras de 10 g de agregados de 3-5 mm de diámetro, secadas en estufa a 40 ºC durante 24 horas. Luego, se aplicaron tres pre-tratamientos: 1) Humectación rápida por inmersión en agua. Se agregaron 10 g de agregados en 50 ml de agua destilada y se mantuvieron durante 10 minutos. Se extrajo el exceso de agua con una pipeta y se realizó el tamizado en húmedo. 2) Desagregación mecánica por agitación luego de la humectación en etanol. Se agregaron 10 g de agregados en 50 ml de etanol al 95% y se mantuvieron durante 30 minutos. Se retiró el exceso de etanol con una pipeta y se pasaron los agregados a 250 ml de agua destilada en un Erlenmeyer. Se agitó de forma manual, simulando el impacto de la gota de lluvia -10 movimientos péndulos suaves desde la cintura pasando por la altura de los ojos y llegando nuevamente al otro lado de la cintura (Diego Cosentino comun pers)-. Se dejó reposar durante 30 minutos, luego se retiró el exceso de agua y se realizó el tamizado en húmedo. 3) Humectación lenta por capilaridad. Tabla de tensión con un potencial mátrico de -0,3 kPa. Se colocaron 10 g de agregados sobre un papel de filtro sobre la tabla de tensión. Se esperó que ocurriera la rehumectación en forma completa (no menos de 60 minutos) y luego se realizó el tamizado en húmedo. Al finalizar los pre-tratamientos, se realizó el tamizado en húmedo. Para ello se colocaron los agregados en un tamiz de 50 µm sumergido en etanol (aparato de Hénin) para realizar la primera separación granulométrica en húmedo a través

de un movimiento vertical combinado con movimientos de semi-rotación (Hénin et al., 1958). Luego, los agregados mayores a 50 µm se secaron en estufa a 40ºC por 48 horas. Posteriormente, estos agregados fueron tamizados por una columna de tamices que permitió separar los agregados por tamaño: >2000 μm, 2000-1000 μm, 1000-500 μm, 500-200 μm, 200-100 μm y 100-50 μm. Se pesaron los agregados retenidos sobre cada tamiz. La fracción <50 µm se calculó como la diferencia entre el peso inicial y la suma de las otras 6 fracciones. El diámetro medio ponderado (DMP) de cada pre-tratamiento, identificado como DMPe para el pre-tratamiento de humectación rápida o efecto estallido, DMPd para el pre-tratamiento de desagregación mecánica y DMPc para el pre-tratamiento de humectación lenta por capilaridad, se obtuvo mediante la suma de las masas relativas de las fracciones remanentes en cada tamiz multiplicadas por la apertura media de los tamices adyacentes:

∑[% partículas retenidas en el tamíz * diámetro medio entre dos tamices (mm)] _________________________________________ 100 El promedio de los DMP de los pre-tratamientos representa el diámetro medio ponderado medio (DMPm) y sintetiza la información obtenida a partir de los tres pre-tratamientos. De acuerdo al DMPm, la estabilidad estructural se clasifica como: muy inestable (<0,4), inestable (0,4-0,8), moderadamente estable (0,8-1,3), estable (1,3-2,0) y muy estable (>2,0). Análisis estadístico Para comparar los DMP de los distintos pre-tratamientos entre los tratamientos con y sin CC, se utilizó el análisis de la varianza y la comparación de medias se realizó a través del test de Duncan (p<0,10). Los resultados de DMP de los pre-tratamientos analizados por separado, cumplieron con el supuesto de normalidad pero no cumplieron con el supuesto de homogeneidad de varianzas. Se aplicaron las transformaciones correspondientes. Sólo el pre-tratamiento de desagregación mecánica pudo ser corregido con la transformación Arcoseno; el resto de los resultados se analizó mediante el Procedimiento Mixed de SAS (ProcMixed) (SAS, 2009). Se realizaron regresiones lineales entre los distintos DMP, el COS, el contenido total


El DMPm de los tratamientos con CC fue superior al del testigo sin CC, pero no hubo diferencias entre las especies o consociación utilizadas (Figura 3). El DMPm de los agregados varió entre 1,91 y 2,03 mm en los tratamientos Figura 2

Diámetro medio ponderado (DMP) de los agregados para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura luego de cada uno de los tres pre-tratamientos del método de Le Bissonnais: a) humectación rápida por inmersión en agua (DMPe); b) desagregación mecánica (DMPd) y c) humectación lenta por capilaridad (DMPc). Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (p<0,10).

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Resultados Los DMPe de la consociación avena+vicia, cebadilla, avena y vicia fueron mayores que los del testigo, rye grass y cebada (Figura 2a). Luego del pre-tratamiento de desagregación mecánica, los DMPd de los agregados de los tratamientos con gramíneas (excepto cebadilla) como CC, fueron mayores

que el del testigo (Figura 2b). Luego del pre-tratamiento de humectación lenta por capilaridad, no se encontraron diferencias en los DMPc entre los tratamientos evaluados (Figura 2c).

13 Cultivos Invernales 2018

de glomalinas y la relación C/N de los rastrojos con el Procedimiento REG de SAS (SAS, 2009).


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con CC, mientras que el valor del testigo fue de 1,61 mm. Según la clasificación de Le Bissonnais (1996), la estabilidad estructural en la rotación soja-maíz sin CC es estable, y cuando se introducen CC, la estructura del suelo es estable o muy estable (en el caso de la avena+vicia). El COS y el contenido de glomalinas fue similar entre tratamientos y varió entre 16,2 y 18,9 g kg-1 y entre 1,31 y 1,56 µg mL-1 para COS y glomalinas, respectivamente (Tabla 1).

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El contenido total de glomalinas se relacionó con los DMP obtenidos luego de los pre-tratamientos de humectación rápida o estallido (DMPe) (R2 =0,69; p<0,02) y de humectación lenta por capilaridad (DMPc) (R2 =0,59; p<0,02) (Figuras 4 y 5, respectivamente) pero no se relacionó con el DMP obtenido luego del pre-tratamiento de desagregación mecánica (DMPd) (R2 =0,02 p<0,77). El COS se relacionó con el DMP obtenido luego del pretratamiento de humectación rápida o estallido (DMPe) (R2 =0,49; p<0,08; Figura 6) y no mostró relación con los de desagregación mecánica y de humectación lenta por capilaridad. El contenido total de glomalinas en el suelo permitió explicar el 60% de la variación del DMPm (p<0,04; Figura 7), en cambio, el COS no explicó la variación del DMPm de los diferentes tratamientos. La estabilidad de los agregados también estuvo relacionada con la calidad de la biomasa aérea de los CC descripta a partir de su relación C/N. Los valores de DMPd del pretratamiento de desagregación mecánica se asociaron con la

Tabla 1

Carbono orgánico del suelo (COS) y concentración de glomalinas luego de seis años de rotación soja-maíz con y sin (testigo) cultivos de cobertura. Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (p<0,10).

relación C/N de la biomasa aérea de los CC al momento del secado 2011 (R2 =0,84; p<0,01), y también con el promedio de las relaciones C/N obtenidas durante los 6 años de ensayo (R2 =0,70; p<0,03; Figura 8). Discusión Luego de seis años de rotación soja-maíz, todos los tratamientos que incluyeron cultivos de cobertura mejoraron la estabilidad de los agregados (DMPm) en comparación con la rotación sin CC. La introducción de CC en la rotación generó diferentes producciones de biomasa aérea a lo largo de los años (Restovich et al., 2012) y también diferentes aportes de Figura 3

Diámetro medio ponderado medio (DMPm) para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura. Letras distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (p<0,06).


Además de evaluar la estabilidad global de los agregados del suelo, el método de Le Bissonnais (1996) permite analizar la respuesta a distintos mecanismos de desagregación por acción del agua a través de diferentes pre-tratamientos. Así, valores de DMP mayores ocurren cuando luego de un pretratamiento predominan los agregados de mayor diámetro, lo que significa que el suelo es más estable frente a ese pre-tratamiento. En la medida en que un suelo presenta menor estabilidad, los pre-tratamientos provocan mayor disgregación y predominan los agregados de menor diámetro, que se traducen en valores de DMP menores. En el caso del pre-tratamiento de humectación rápida, las diferencias en el DMPe entre los tratamientos con CC y el testigo estuvieron asociadas al COS y al contenido de glomalinas. La MOS aumenta la cohesión interna de las partículas y la porosidad

Relación entre el diámetro medio ponderado del pre-tratamiento de humectación rápida o estallido (DMPe) y el contenido total de glomalinas para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura (R2 =0,69; p<0,02).

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Figura 4

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carbono al sistema. En el corto plazo (dos años de rotación con CC), estos aportes de carbono orgánico se relacionaron con mejoras temporarias en la estabilidad de los agregados (Sasal & Andriulo, 2005; Restovich et al., 2011). Sin embargo, nuestros resultados de mediano plazo indican que el COS no contribuyó a mejorar la estabilidad global de agregados. Existen controversias respecto del papel de la MOS en relación con la estabilidad estructural, especialmente cuando se establecen asociaciones con la materia orgánica total y no con alguna de sus fracciones más activas, como la materia orgánica particulada. Por este motivo, es relevante tener en cuenta otros agentes de agregación, como la glomalina producida por los hongos micorríticos arbusculares (Rillig et al., 2002), que en este trabajo mostraron una buena relación con la estabilidad estructural (Figuras 3 y 4).

Figura 5

Relación entre el diámetro medio ponderado del pre-tratamiento de humectación lenta por capilaridad (DMPc) y el contenido total de glomalinas para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura (R2 =0,59; p<0,04).


Figura 6

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Relación entre el diámetro medio ponderado del pre-tratamiento de humectación rápida o estallido (DMPe) y el carbono orgánico del suelo (COS) para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura (R2 =0,49; p<0,08).

Figura 7

Relación entre el diámetro medio ponderado medio (DMPm) de los agregados y el contenido total de glomalinas para los tratamientos con y sin cultivos de cobertura (R2 =0,60; p<0,04).

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Figura 8

Relación entre el diámetro medio ponderado del pre-tratamiento de desagregación mecánica (DMPd) y la relación C/N de la biomasa aérea de los distintos cultivos de cobertura al momento del secado (promedio de 6 años) (R2 =0,70; p<0,03).


En el pre-tratamiento desagregación mecánica, las diferencias entre los tratamientos con gramíneas como CC y el testigo estuvieron asociadas a la calidad (relación C/N) de la biomasa aérea producida. La avena, la cebada y el rye grass presentaron las mayores relaciones C/N a lo largo de seis años de ensayo, en comparación con el resto de los CC (Restovich et al., 2012). Los rastrojos en superficie protegen al suelo del impacto de la gota de lluvia (Sasal et al., 2010). Nuestros

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Por otro lado, la inclusión de CC en el período otoño-invernal, extiende el período con raíces vivas en el suelo que funcionan como huéspedes para hongos micorríticos. Las glomalinas producidas por sus hifas, cubren y saturan los poros de los agregados, e impiden que el agua ingrese abruptamente, protegiéndolos así del efecto estallido (Rillig, 2004). Abiven et al. 2007 observaron que la estabilidad estructural luego de este pre-tratamiento, aumentaba en función de la longitud de las hifas de los hongos presentes en el suelo. Las distintas especies utilizadas como CC varían en su capacidad de micorrización: la cebada, por ejemplo, posee una baja eficiencia de asociación con hongos micorríticos (Baon et al., 1993; Boyetchko & Tewari, 1994; Chen et al., 2004; Lehmann & Rillig, 2013). Sin embargo, no se puede inferir que la cebada genere poca agregación, debido a que la glomalina y el COS

no son los únicos factores determinantes de la estabilidad estructural del suelo. Las raíces también generan una fuerte cohesión entre los agregados del suelo, aumentando la estabilidad estructural (Abiven et al., 2009). La habilidad de las diferentes especies para mejorar la estabilidad estructural del suelo está relacionada con su crecimiento radical y actividad rizosférica, donde se generan diferentes sustancias cementantes (por ejemplo, polisacáridos) (Mardhiah et al., 2014; Rillig et al., 2014). De este modo, a través del COS, las glomalinas y las raíces, los CC generaron una estructura más estable frente a la lluvia, especialmente cuando se utilizó cebadilla, avena, vicia y avena+vicia como CC.

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del suelo, disminuyendo el estallido de los agregados luego de una lluvia intensa sobre suelo seco. Cosentino et al. (2006) reportaron un aumento del 28% en la resistencia al estallido en un suelo con aportes externos de rastrojos con respecto al mismo suelo sin aportes.


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resultados indican que la perdurabilidad de los residuos de estas gramíneas habría contribuido a proteger en mayor medida a los agregados de la acción de la gota de lluvia en el mediano plazo. No obstante, Abiven et al. (2007) observaron que luego de este pre-tratamiento, la estabilidad estructural se relacionó con la longitud de las hifas de los hongos del suelo, lo que demuestra que estos últimos también proporcionan resistencia a la desagregación mecánica.

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El pre-tratamiento de humectación lenta por capilaridad es menos agresivo que los de humectación rápida y de desagregación mecánica, y sólo permite detectar diferencias

de estabilidad de agregados bajo situaciones de manejo muy contrastantes (Gabioud et al., 2011). A partir de este pretratamiento, no se pudieron diferenciar las rotaciones. Sin embargo, después del pre-tratamiento de humectación lenta, la proporción de agregados de mayor tamaño (>2000 µm) fue mayor en los tratamientos con CC que en el testigo (51 y 35%, respectivamente) (datos no mostrados). Abiven et al. (2007) observaron que los valores de estabilidad estructural luego de este pre-tratamiento estuvieron relacionados con los polisacáridos de los distintos residuos incorporados al suelo. En nuestro estudio, el DMPc se relacionó con el contenido de glomalinas del suelo como agente cementante.

Conclusiones • La inclusión de especies de ciclo otoño-invernal como cultivos de cobertura durante los períodos de barbecho, mejoró, en el mediano plazo, la estabilidad estructural del suelo respecto de la rotación sin CC. Esta mejora estuvo asociada, particularmente, al COS y al contenido de glomalinas que participaron como agentes agregantes, siendo más importante el efecto de las glomalinas que el COS. • El método propuesto por Le Bissonnais permitió detectar diferencias de estabilidad entre los tratamientos con y sin CC, y entre las especies utilizadas como CC, y comprender los mecanismos de protección de los agregados asociados a cada especie o familia de especies. Algunas especies mejoraron la estabilidad estructural a través de la protección contra el estallido de los agregados asociada al COS y al contenido de glomalinas del suelo (cebadilla, avena+vicia, vicia, y avena) y otras a través de la protección contra el impacto de la gota de lluvia por la perdurabilidad de los rastrojos (rye grass, cebada y avena). La avena fue la única especie que aumentó el DMPm a través de los dos mecanismos. • En este trabajo se demostró que los CC constituyen una herramienta útil para mejorar la estructuración del suelo en el contexto del cambio tecnológico que caracterizó a los sistemas agrícolas pampeanos en las últimas décadas. En el futuro, los agroecosistemas tendrán que hacer frente a una mayor variabilidad climática con mayor presencia de eventos de lluvia extremos, con el consiguiente deterioro de la estructura del suelo. Por lo tanto, es importante seguir evaluando cómo los CC pueden estimular la estructuración del suelo y también su capacidad de recuperación bajo escenarios climáticos variables en el largo plazo.

Agradecimientos Al apoyo económico del INTA, a través de los Proyectos PNSUELO 1134042 ‘‘Aprovechamiento de residuos para aumentar el reciclaje en el suelo. Sumideros de C y emisiones del suelo’’ y 1134023 ‘‘Indicadores de calidad del suelo para el monitoreo de la sustentabilidad de sistemas productivos’’. A D. Cosentino y P. García Parisi, por la revisión y aportes al trabajo. También agradecemos a D.A. Colombini y F. Villalba por su ayuda con las tareas de campo, y a L. S. García y D. Chavarría, por las determinaciones de carbono orgánico del suelo y glomalinas. Y a Catalina Amendola por el apoyo estadístico.


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Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES

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Autores: Sá Pereira, E. de1; Galantini, J.A.2; Quiroga, A.3 INTA AER Coronel Suárez–EEA Bordenave; 2 CIC, CERZOS (UNS-CONICET) y Depto. Agronomía (UNS); 3 INTA EEA Anguil - Pcia. La Pampa; Argentina. 1

Análisis de calidad de cultivos de servicio

*Contacto: desapereira.eduardo@inta.gob.ar; Sauce Corto 589 - (7540) Coronel Suárez, Buenos Aires, Argentina; Tel: 02926-431522

Resultados de los distintos parámetros de calidad evaluados sobre diferentes variedades de cultivos de servicio, y combinaciones de los mismos a lo largo de distintas campañas agrícolas.


La siembra directa (SD) en la región pampeana actuó como un importante freno a esta degradación. Su adopción fue inicialmente lenta, pero en la campaña 1991/92 comenzó un constante crecimiento de este sistema de siembra, dado que el escenario económico (relación costo/beneficio) permitió mejores resultados.

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residuos y en los contenidos de MO, nitrógeno (N) y fósforo (P), acentuándose los procesos de degradación física y de pérdidas de suelo por erosión, tornando a los sistemas de producción no sustentables (Quiroga et al., 2009; Sainz Rosas et al., 2012). Además, los cereales de invierno han visto disminuidos el área sembrada y sus rendimientos en los últimos años secos, y ellos representan la principal fuente de carbono (C) para el suelo en la rotación. Los sistemas de producción que se basan en un cultivo por año generan tiempos de barbecho excesivamente largos, en los que se aumenta la probabilidad de tener pérdidas de agua del suelo y de nutrientes por erosión o lixiviación (DíazAmbrona et al., 2005; Reicosky, 2007; Müller, 2008).

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Introducción Una de las maneras para evaluar la sustentabilidad de los ecosistemas es en términos de su impacto sobre el stock de carbono orgánico (CO) del suelo, el cual muestra estrecha relación con el aporte de residuos (Andriulo et al., 2001). Desde el inicio de la agricultura en la pradera pampeana se ha alertado sobre su impacto en el medio ambiente. Las diversas prácticas, propuestas y adoptadas, fueron debatidas tanto por productores y técnicos, como por políticos ajenos al sector (Casas, 2007a). A fines de los ´70, se escucharon reclamos en contra de la agricultura continua frente a la rotación con praderas. La caída en aproximadamente un 50% de los niveles de materia orgánica (MO) en pocos años fue el reflejo de este proceso, como atestiguan numerosos trabajos en la zona núcleo pampeana (Casas, 2007a). Además, las circunstancias económicas favorecieron e impulsaron la agriculturización. En muchos casos, el proceso de agriculturización, a partir de una mayor participación de cultivos de soja y girasol, ha significado una importante reducción en el aporte de


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La descomposición de los residuos de cultivos aportados es realizada, esencialmente, por los microorganismos heterotróficos del suelo que utilizan elementos para su nutrición y carbono necesario para la producción de energía y formación de tejidos microbianos (Aita et al., 2003). Entre tanto, factores abióticos y bióticos determinan la velocidad del proceso de descomposición y definen la persistencia de estos residuos en la superficie del suelo (Espindola et al., 2006).

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La tasa de descomposición de cultivos de cobertura-servicio (CS) depende de su naturaleza (composición química, relación C/N), de su volumen, de la fertilidad del suelo, del manejo de la cobertura y de las condiciones climáticas, principalmente precipitaciones y temperaturas. Estos factores influencian directamente en el metabolismo de los organismos descomponedores del suelo, principales agentes responsables por la descomposición de los residuos (Alvarenga et al., 2007). Entre los factores que interfieren en la actividad microbiana, consecuentemente sobre la tasa de descomposición de los residuos, resultan relevantes el contacto suelo/residuo (Amado et al., 2000), el régimen hídrico (Parton et al., 2007), la disponibilidad de N inorgánico en el suelo (Wiethölter, 1996), la temperatura (Koenig et al., 1994), las relaciones Carbono/Nitrógeno (Mary et al., 1996) y Lignina/N (King, 1993), el tenor de lignina y polifenoles (Jama; Nair, 1996) y la concentración de N en el tejido vegetal (Parton et al., 2007). Entre estos factores, la relación C/N de los residuos adicionados al suelo asume un rol importante en la descomposición y en la relación mineralización/ inmovilización de N a la solución del suelo. Janssen (1996), analizando varios estudios relacionados a la mineralización de N, encontró que la fracción de N orgánico mineralizada estaba inversamente relacionada con la relación C/N y de manera idéntica a la descomposición de los residuos. La caracterización de CS a través de la información sobre el contenido de fibra medida por medio del método de fibra detergente ácido (FDA), utilizada para discriminar entre materiales similares (van Olphen et al., 1998), excluye otras fracciones de igual o mayor relevancia en la valoración de la calidad de un forraje. El contenido relativo de carbohidratos solubles (CNES, Lignina y Carbono) son también indicadores

importantes de la calidad, los que analizados juntos a los contenidos de proteína bruta (PB) y FDA permiten una mejor valoración del potencial de cada recurso. La información sobre la producción y el perfil de calidad de CS de otoño/invierno en la región sub-húmeda es escasa, en especial incluyendo los CNES, lignina y la relación Lignina/N. La hipótesis principal de este estudio es que los CS y sus asociaciones de otoño/invierno alteran la dinámica de descomposición y liberación de nutrientes de los residuos en superficie. Con el objetivo de evaluar la contribución en C (cobertura) y N de avena, vicia y trébol al cultivo de maíz, se iniciaron una serie de investigaciones en abril de 2005. Comparativamente se evaluaron parámetros de calidad de los residuos aportados. Materiales y métodos El trabajo fue realizado entre las campañas agrícolas de 2005/08. Las experiencias se realizaron en un radio de 15 a 40 km de la localidad de Coronel Suárez. Los suelos se clasifican en Argiudoles típicos franco arcilloso (M17 tc2), Las coordenadas de la Aerostación de Coronel Suárez (SMN) son: (37º 25’ 47,6’’ S 61º 44’ 59’’ W y 243 m de altitud sobre el nivel del mar). Las especies utilizadas como CS de inviernos fueron: Avena (Avena sativa), Vicia (Vicia sativa), Trébol pastoreo “Laser” (Trifolium resuspiratum), Trébol cobertura “Leithering” (Trifolium resuspiratum), Trébol balanza (Trifolium balansae), Avena sativa + Vicia sativa. Todos los ensayos se realizaron bajo el sistema de SD con antecesor trigo en “La Emilia” (S1) (01/04/05), “Paraje G8” (S2) (01/03/06) y en el tercer año en tres sitios diferentes “La Uruguaya” (S3) (01/03/07), “El Hinojo” (S4) (07/03/07) con similares características de suelo y “Cura Malal” (S5) (07/03/07). Se realizaron dos cortes manuales a los 152 y 241 días (año 2005), 122 y 226 días (año 2006) desde la siembra, y un solo corte a los 227 días en el año 2007. Se midió peso verde en el campo y luego se llevó una alícuota a estufa con circulación de aire forzado a 60ºC hasta lograr un peso constante y determinar contenido de MS. Luego fue molido en un triturador de forraje, se tomaron submuestras de lo obtenido y nuevamente se realizó el proceso con el molino Willey equipado con maya de 40 mesh. Sobre esa fracción seca y molida se procedió a realizar las siguientes determinaciones: a) Producción de forraje (Mg MS/ha), b) contenido de materia seca (%), c) nitrógeno total por el método de Kjeldahl (Bremner, 1996), d) composición


Resultados y discusión Producción de materia seca (MS) y Nitrógeno acumulado en la biomasa área de los cultivos de servicio Considerando la producción de MS media de los muestreos del mes de Julio, se observó que la Vicia presentó el mayor valor (1730 kg/ha), seguido por la avena (1270 kg/ha) y los tréboles de Cobertura y Pastoreo (410 y 390 kg/ha). En los muestreos del mes de octubre en promedio de los tres años y cinco sitios de ensayos, la avena obtuvo una producción de MS (3360 kg/ha) superior a la de Vicia (2450 kg/ha) y a la de los Tréboles Cobertura y Pastoreo (1090 kg/ha) (Figura 1a y foto anexo). La superioridad de la avena sobre la vicia fue corroborada por otros autores (Heinrchs et al., 2001) en estudios realizados en el Sur de Brasil. En Argentina, Barraco et al. (2009) y Quiroga et al. (2009) encontraron resultados

En cultivos puros, la cantidad de N acumulada por la vicia, en el 2005, 2006 y 2007 siempre fue superior a la avena con y sin fertilizante y a los diferentes tréboles utilizados. En promedio, en los tres años y los 5 sitios de ensayos evaluados, la vicia acumuló cerca de 90 kg/ha de N en la materia seca aérea, contra, 67 kg/ha de la avena fertilizada, 63,6 kg/ha en avena + vicia, 38 kg/ha de la avena sin fertilizar y apenas 25,31 kg/ha en los tréboles (Figura 1b). Contenido de Celulosa, hemicelulosa, carbohidratos no estructurales solubles (CNES) y Lignina Una característica todavía poco estudiada en los CS es la concentración en la biomasa de los parámetros de calidad de un forraje como son: celulosa, lignina y carbohidratos no estructurales solubles (CNES). Estos parámetros son Figura 1

a) Producción de MS en kg/ha y b) Acumulación de nitrógeno en kg/ha de los cultivos de cobertura. Producción de MS (kg/ha) de la biomasa aérea de los cultivos de cobertura.

Acumulación media de nitrogeno (Kg/ha) en la biomasa de los cultivos de cobertura.

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similares trabajando en suelos Hapludoles y Haplustoles. Se refuerza también la afirmación de Monegat (1991), donde la avena es un cultivo de mayor rusticidad y agresividad que las leguminosas, además de presentar la característica y capacidad de macollar. La elevada producción de MS de la avena en el segundo año (6430 kg/ha), en sucesión a la una rotación trigo/soja, no alcanzó a aquella encontrada por Capurro et al. (2009) trabajando con avena (8040 kg/ ha) en suelos Argiudoles típicos del este de Córdoba, ricos en materia orgánica y que fue superior a las reportadas por Quiroga et al. (2009) trabajando con Centeno fertilizado (4910 kg/ha) en la región subhúmeda pampeana.

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química en laboratorio a través de los parámetros de fibra detergente neutra (FDN) y ácida (FDA, Goering and Van Soest. 1970), carbohidratos no estructurales (CNES, Bailey, 1958; Ovejero et al., 1987) y Lignina, y e) carbono (C %) (Analizador automático LECO). Los ensayos presentaron un diseño en bloques completamente aleatorizados y los datos obtenidos fueron sometidos a análisis de la variancia (ANOVA), para cada año por separado. Para los factores de naturaleza cualitativa (CS puros o asociados), las medias de los tratamientos fueron comparadas a través del test de Diferencias Mínimas Significativas de Fisher LSD a 5 %.


esenciales en la tasa de descomposición de los residuos de cultivos en el suelo. Considerando el promedio de los tres años y las dos épocas de muestreo, la concentración de celulosa del tejido vegetal de la vicia vs. la avena está en función de la cantidad de MS total producida (Tabla 1).

En el primer muestreo de julio para vicia y avena fueron de 233 vs. 210 g/kg MS y en el segundo muestreo de octubre, para las mismas, fue de 280 vs. 287 g/kg MS. Cuando se analizó la concentración de lignina para los mismos años y momentos de muestreos tenemos que la vicia superó en

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Tabla 1

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Parámetros de calidad de la biomasa aérea de los cultivos de cobertura (CC) evaluados durante tres años. Concentraciones de celulosa (Cel.); hemicelulosa (Hemi.); lignina; carbohidratos no estructurales solubles (CHne); nitrógeno (N); carbono (C); relaciones lignina/N (LIG/N) y C/N. Año

Corte/ Ensayo

Julio/E1 2005 Oct./E1

Julio/E2 2006 Oct./E2

Oct./E3

2007

Oct./E4

Oct./E5

CC Vicia Avena Av.+ Vic. Tr. Cob. Tr. Past. Vicia Avena Av.+ Vic. Tr. Cob. Tr. Past. Vicia Avena Av.+ Vic. Tr. Cob. Tr. Past. Vicia Avena Av.+ Vic. Tr. Cob. Tr. Past. Vicia Av. Fert. Avena Av. + Vic. Vicia Av. Fert. Avena Tr. Cob. Vicia Av. Fert. Avena

Cel. 248 ab 192 c 198 c 291 ab 319 a 306 a 295 a 292 a 214 b 227 b 219 a 229 a 226 a 165 b 131 b 254 a 279 a 261 a 168 b 177 b 257 a 209 b 235 ab 180 b 215 a 211 a 209 a 194 a 248 a 235 ab 213 b

Parámetros de calidad (g/kg MS) Hemi. Lignina CHne N 408 b 80,8 a 263 b 29,7 a 411 b 35,1 c 361 a 21,2 c 408 b 37,9 bc 356 a 22,0 bc 435 ab 51,4 b 222 b 26,2 ab 458 a 78,5 a 144 b 22,5 bc 592 a 75,4 a 26 b 28,2 a 608 a 48,6 b 48 b 11,5 b 616 a 51,5 b 40 b 14,7 b 332 b 50,4 b 403 a 26,6 a 370 b 58,4 b 344 a 29,8 a 432 c 64,5 a 284 b 35,1 a 550 a 47,2 a 173c 15,6 d 489 ab 39,7 a 244b 21,2 c 469 bc 71,5 a 293b 29,5 b 377 d 68,7 a 422a 32,4 ab 491 c 95,9 ab 157 c 32,2 a 644 a 68,9 bc 8,1d 10,2 d 553 a 65 bc 121c 19,1 c 438 d 107 a 286 b 26,9 b 356 e 55,3 c 411a 28,1 b 618 a 61,1 c 63,9 b 39,6 a 619 a 110 ab 61,8 b 18,5 d 509 b 92,8 bc 163 a 21,8 c 610 a 135 a 74,7 b 35,4 b 520 a 61,1 c 66,9 c 42,3 a 615 ab 110 ab 48,1 c 22,2 c 497 b 92,8 bc 201a 21,1 b 571 b 135 a 99,7 b 31,53 b 625 a 74,7 a 52,3 b 44,4 a 629 a 81,3 a 54,7 b 17,7 b 535 b 92,3 a 159 a 16,0 b

C Leco 401 427 421 383 381 424 417 430 416 421 395 398 392 391 400 398 398 364 394 395 434 411 427 433 397 401 424 424 422 409 417

C/N 13,6 b 20,1 a 19,2 a 14,9 b 16,9 b 15,0 b 36,3 a 29,2 a 15,4 b 14,2 b 11,2 c 25,5 a 18,5 b 13,2 c 12,3 c 12,3 c 39,0 a 19,1 b 14,7 bc 14,0 c 11 c 22,2 b 19,6 a 12,3 c 9,4 b 18,0 b 20,1 a 13,4 b 9,5 b 23,0 a 26,0 a

LIG/N 2,7ab 1,7 c 1,7 c 1,9 bc 3,4 a 2,8 bc 4,3 a 3,5 ab 1,9 c 1,9c 1,8 a 3,2 a 1,9 a 2,6 a 2,1 a 2,9 bc 6,8 a 3,4 bc 3,9 b 1,9 c 1,5 c 5,9 a 4,3 b 3,8 b 3,7 a 2,9 a 2,9 a 4,1 a 1,7 b 5,1 a 5,3 a

Medias seguidas de la misma letra en cada columna para cada Corte/Ensayo, no difieren entre sí (p>0,05) según el test Fisher-LSD. Vicia; Avena + vicia (Av. + Vic.); trébol pastoreo (Tr. Past.); trébol cobertura (Tr. Cob.); avena fertilizada (Av. Fert.) y avena.


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promedio a la avena en 72.65 vs. 41.15 g/kg MS y 85.65 vs. 58.75 g/kg MS, representando un 43 y 31% más de concentración de lignina en vicia que en avena. Para el caso de la avena, se puede inferir que cuando no se tienen datos de la calidad de los residuos en base a los resultados obtenidos en este estudio es posible realizar una estimación de su contenido de celulosa y hemicelulosa. Como la proporción de lignina fue aproximadamente constante para las distintas cantidades de MS, los CNES mostraron una variación inversa a los contenidos de celulosa y hemicelulosa (Figura 2a). En cuanto a los CNES para los tres años y cinco sitios de ensayo los niveles de concentración fueron superiores en la avena con respecto a la vicia. Estas variaciones en la concentración de los parámetros de calidad de los CS deben estar relacionadas a las especies analizadas en cada estudio, como así también, al estadio de crecimiento y desarrollo en que las mismas fueron recolectadas. Relación Carbono/N y Lignina/N La vicia y los tréboles, de cobertura y pastoreo puros, fueron las especies que presentaron la menor relación C/N (media 11,92, 14,8 y 14,31) comparada con la avena que fue de 30,5 para los dos primeros años y las dos épocas de evaluación. La relación C/N de la avena + vicia se situó en un valor intermedio a la avena y las leguminosas (media 19,6) (Tabla 1). Tales resultados están de acuerdo con aquellos obtenidos en diversos trabajos que se realizaron bajo diferentes condiciones edafoclimáticas (Amado et al., 2000; Heinrichs et al., 2001; Giacomini et al., 2001). La incorporación de la asociación de avena + vicia, provocó un aumento de los valores de C/N en la biomasa aérea. Con una mezcla de 45% vicia y 55% de avena, la relación C/N aumento de 11,9 a 19,6. La influencia de la avena en la relación C/N de la asociación con vicia fue de mostrada por Heinrichs et al. (2001) donde C/N aumentó de 18,2 con un 10% de avena hasta 27,2 cuando la proporción de avena se incrementó hasta un 75%. Resultados similares fueron obtenidos por Barraco et al. (2009) trabajando con mezclas de triticale + vicia y centeno + vicia (26,7 y 24,5). La relación C/N de los materiales orgánicos ha sido el parámetro más estudiado para prever la ocurrencia de mineralización o inmovilización de N disponible durante su descomposición. Para Allison (1966), cuando la relación

C/N se sitúa entre los valores de 25 y 30, hay un equilibrio entre mineralización e inmovilización. Se debe considerar que todavía, además, del valor absoluto de la relación C/N, la calidad de los constituyentes carbonados y nitrogenados del tejido vegetal ejercen una fuerte influencia sobre la dinámica del N en el suelo (Handayanto et al., 1997). A pesar de esto, todavía son escasos los resultados de investigación donde se tiene en cuenta la composición bioquímica de los CS y su influencia en la tasa de descomposición de los residuos de cultivos. En el primero y segundo año la presencia de avena con una proporción del 55% en la asociación con vicia, presentó valores de relación C/N inferiores a la avena sembrada sola. Según Ta & Faris (1987), tales resultados pueden ser atribuidos al aumento en la concentración de N en la avena cuando se asocia con vicia. Allí, la población de plantas es menor que cuando se siembra sola, por esto habría una menor competencia entre plantas por el N disponible en el suelo. Además de esto la senescencia precoz de nódulos, la descomposición de tejido vegetal, especialmente de hojas más viejas, y la excreción de exudados radiculares ricos en N de la leguminosa pueden favorecer la acumulación de N por parte de la gramínea. Esa disminución de la relación C/N de la avena con el aumento en la proporción de vicia disminuye el potencial de inmovilización de N durante la descomposición de los residuos, proceso que se observa, frecuentemente, con residuos de gramíneas. Los valores en la relación Lignina/N fueron siempre menores a los obtenidos de C/N en todas las especies evaluadas, observándose una tendencia similar a la relación C/N. En la Tabla 1 se muestra la relación Lignina/N de los CC donde alcanzó un valor máximo de 6,8 con la siembra, exclusivamente, de avena en el año 2006 (S2) y un mínimo de 1,5 con vicia como cultivo puro en el año 2007 (S3). En la asociación de avena + vicia, la relación Lignina/N varió de acuerdo con la especie predominante. En el segundo corte del año 2006 (S2) esa relación fue de 3,4 mientras que, alcanzó el valor de 3,8 en el año 2007 (S3). Este aumento en la relación Lignina/N fue causado por una mayor presencia de esta gramínea en la asociación con la leguminosa. Estas relaciones son semejantes a las obtenidas por Heinrichs et al., (2001). Aunque diversos estudios indiquen que la tasa de descomposición de los residuos culturales es inversamente proporcional a su concentración de lignina (Trinsoutrot et al., 2000), esto no fue observado en el


observó, en la Figura 1, que la relación entre Lignina/N y la concentración de Celulosa de los residuos de CS fueron los mejores indicadores en la dinámica de su descomposición. Tales resultados ponen en evidencia que la concentración de LIG puede no ser un buen indicador de la velocidad de descomposición de los residuos de CS.

Figura 2

a) Concentración de celulosa + hemicelulosa y CNES en función de las cantidades de residuos aportados al suelo. b) Relación carbono/nitrógeno C/N y Lignina/N. Media de todos los cultivos de cobertura para los años 2005, 2006 y 2007.

a)

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presente estudio. Tomando como ejemplo los CS puros de avena y vicia, se observó que la gramínea, a pesar de haber presentado menor proporción de Lignina. (49,95 g/Kg) que la vicia (79,15 g/Kg), fue más lentamente descompuesta que la leguminosa. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Aita & Giacomini (2003). Por otro lado, se

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b)


Nota: Dicho artículo es resumen del articulo original ya publicado en la Revista Ciencia del Suelo (AACS): Calidad de cultivos de cobertura en sistemas de siembra directa del sudoeste bonaerense. Ciencia del Suelo (Argentina) 35(2): 337-350, 2017.

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Conclusiones

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• La biomasa aérea de avena presentó las menores concentraciones de N en la MS producida y las mayores correspondieron a vicia en todos los años evaluados. • Cuando la avena fue fertilizada se lograron incrementar de hasta un 50% en los aportes de N al suelo con respecto a la avena sin fertilizar. La cantidad de MS fue un buen indicador de su calidad. • Los diferentes CS presentaron relaciones de C/N y Lignina/N, así como contenidos de celulosa, hemicelulosa y carbono que estuvieron en función a las cantidades de MS producida por la biomasa aérea del cultivo. • La biomasa aérea de vicia en promedio de los tres años de estudios presentó las mayores producciones y concentraciones de Lignina debido al estado de crecimiento en el momento del corte y a las condiciones climáticas favorables. La cantidad de MS fue un buen indicador de su calidad. • Los parámetros de calidad evaluados influenciaron en la calidad de los residuos de los CS y estos podrían tener su efecto en la disponibilidad de N y C en el suelo para el cultivo siguiente. • La asociación entre diferentes especies de CS de otoño/invierno afectó la producción y la composición química de la biomasa producida, en relación a los cultivos puros y con el aumento de la producción de MS se modifica la calidad del material en forma variable según la especie de que integran la asociación.

Ensayos de cultivos de cobertura (Agencia de Extensión Rural INTA Coronel Suárez)



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Forrajes y Manejo de Pasturas, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Córdoba. 2 Asesor privado. 1

Intersiembra de cebada con vicia como alternativa para ensilar

Fuente: www.engormix.com

Red de INNOVADORES

Autores: Laurella, E. D.1; Cazón, S.1; Jovtis, M. L.1; Carrizo, M.I.2; Steinberg, M.1; Vieyra, C.1

El objetivo del trabajo fue evaluar producción, contenido de proteína bruta y digestibilidad del ensilado de cebada asociado con Vicia dasycarpa ten. en microsilos de PVC.

Palabras Claves: Ensilaje; Cebada; Vicia; Conservación de Forraje.

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Red de INNOVADORES Cultivos Invernales 2018

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Introducción Los ensilajes representan una fuente importante de alimento en los sistemas productivos de leche y carne. Si bien lo usual es utilizar cultivos de verano, como maíz y sorgo, los cereales de invierno pueden constituirse en una alternativa interesante para la conservación de forraje. Uno de los aspectos a tener en cuenta en el ensilaje de gramíneas, es su bajo contenido de proteína al momento del corte. Esta situación conlleva la necesidad de suplementación para equilibrar la demanda de nitrógeno a nivel de flora ruminal. Una opción para elevar el bajo aporte proteico sería ensilar una mezcla de un cereal de invierno con una fabácea. Objetivos del trabajo 1) Evaluar la producción de materia seca de dos sistemas de cultivo: i) stand puro de Cebada forrajera y ii) asociación entre Cebada forrajera y Vicia dasycarpa. 2) Analizar el contenido de proteína bruta (PB), Fibra Detergente Neutro (FDN), Fibra Detergente Ácido (FDA) y la digestibilidad (D) de los ensilajes provenientes de ambos sistemas con inoculación y sin inoculación. Materias y Métodos El ensayo se llevó a cabo en el Área de Parcelas Didácticas de la FCA-UNC sobre un suelo Haplustol típico. Los tratamientos fueron: Cebada forrajera cv. Crespa FCA en stand puro y el mismo cultivar asociado en intersiembra con Vicia dasycarpa cv Tolse FCA. Las unidades experimentales

Foto 1. Cebada + Vicia

fueron de 10 hileras a 0,20 metros de distancia y 3 metros de largo. El diseño experimental fue completamente aleatorizado (D.C.A.) con tres repeticiones (Foto 1). La intersiembra se realizó reemplazando una hilera de cebada por una de vicia. La densidad de siembra en la asociación fue de 50 kg.Ha-1 de Cebada y 30 kg.Ha-1 de Vicia, mientras que para el stand puro fue de 100 Kg.Ha-1. El corte y picado del material se hizo en el estado de grano lechoso-pastoso de la cebada (Foto 2). Los microsilos se ensilaron en tubos de PVC de 10,4 cm de diámetro interno y 30 cm de longitud (Foto 3). Se utilizó una prensa manual para lograr una compactación de 600 kg de materia fresca*m¯3, establecida como densidad óptima. Se inoculó con inoculante biológico Diasil (Diagramma S.A) y se dejó un testigo sin inocular. A los 35 días se determinó el pH de cada silo. Se tomó una alícuota del material para secarlo y hacer un posterior análisis de las variables de calidad. Se determinó PB por el método Kjeldahl, (FDN) y (FDA) por el método Van Soest. Con los valores de FDA, se estimó la digestibilidad de los silos en base a la siguiente fórmula: (82.03-(0.805 x % FDA)/0.9). El material se colocó en una mufla para determinar el contenido de cenizas.

Foto 2. Material picado

Foto 3. Confección de microsilos


Resultados y discusión La producción de MS fue significativamente mayor en la asociación con respecto al stand puro (Tabla 1). Valores similares fueron encontrados por Aguilar López et al. (2013), quienes obtuvieron una mayor producción de forraje en la asociación de cebada con Vicia sativa comparada con cebada pura. El contenido de proteínas del ensilado fue 8% superior en la asociación con relación a la cebada pura (Tabla 1).

En la asociación de cebada con vicia hubo un menor porcentaje de FDN, que podría ser favorable para un mayor consumo (Tabla 2). Según Johnston et al. (1998), la (FDN) en la asociación de cebada con Pisum sativum, disminuía entre 2 y 4,5 puntos porcentuales en relación a cebada pura, lo que originaría un mayor consumo potencial del alimento. Por el contrario, Aguilar López et al. (2013) obtuvieron un mayor contenido de FDN en la asociación de cebada junto con Vicia sativa.

En otros trabajos se reportaron resultados similares: 2 a 4% más de proteína (Johnston et al., 1998) y 2 a 3% más (Aguilar López et al., 2013).

En general, los silos lograron una adecuada fermentación y obtuvieron pH significativamente más bajos cuando se aplicó inoculante (Tabla 1).

Red de INNOVADORES

No hubo diferencias significativas en digestibilidad entre los tratamientos (Tabla 2). Resultados similares fueron encontrados por Aguilar López et al. (2013) y Johnston et al. (1998).

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Para el análisis estadístico se empleó el software INFOSTAT (Di Rienzo et al., 2015). Se realizó un ANAVA con un nivel de significancia de P <0,05 y se efectuó una prueba de Fisher para ver las diferencias significativas.


Tabla 1

Red de INNOVADORES

Valores promedios de producción y calidad de los ensilajes obtenidos.

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Conclusiones • La asociación de cebada con vicia incrementa el rendimiento de materia seca y el nivel de proteína del ensilaje, siendo aconsejable la inoculación. Esto responde al efecto buffer que provocan las leguminosas y que asegura una adecuada fermentación y un mantenimiento de la calidad del silo en el tiempo. Respecto a la digestibilidad del ensilado, se observa que no mejora con la incorporación de Vicia dasycarpa.

Agradecimientos A la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) por brindar sus instalaciones; a la empresa Diagramma S.A. por aportarnos el inoculante Diasil; a la semillera Los Algarrobos por suministrarnos la semilla Vicia dasycarpa cv. Tolse FCA; a Mauricio Ottogalli ayudante-alumno de la cátedra y a los estudiantes que participaron en este trabajo dentro del programa de iniciación profesional. A la alumna Melisa Cooke, quien trabajó en el área de consolidación en relación a este ensayo y colaboró tanto en el campo como con los análisis en el laboratorio.

Bibliografía Aguilar-López E. Y.; Bórquez J. L.; Dominguez I. A.; Morales-Osorio A.; Gutiérrez-Martínez M.; González Ronquillo M. 2013. Forage Yield, Chemical Composition and In Vitro Gas Production of Triticale and Barley associated with Common Vetch Preserved as Hay or Silage. Journal of Agricultural Science. Vol. 5, N° 2. Di Rienzo J.A., Casanoves F., Balzarini M.G., Gonzalez L., Tablada M., Robledo C.W. InfoStat versión 2015. Grupo InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. URL http://www. infostat.com.ar Johnston J.; Wheeler B.; McKinlay J. 1998. Forage Production From Spring Cereals and Cereal-Pea Mixtures. J. Ministry of Agriculture, Food and Rural Affairs of Ontario.

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INTA EEA Paraná y Facultad de Ciencias Agrarias, Univ. Nacional de Entre Ríos. 2 Facultad de Ciencias Agrarias, Univ. Nacional de Entre Ríos. 1

Fuente: www.engormix.com

La producción de cebada cervecera bajo el ojo analítico

Red de INNOVADORES

Autores: Kuttel, W.D.1; Díaz, M.G.2

El rendimiento promedio del total de las variedades comerciales evaluadas en Entre Ríos durante el 2016 fue de 5719 kg ha-1, destacándose el tratamiento con fungicida.

Palabras Claves: Cebada Cervecera; Red de Ensayos; Cultivares Comerciales.

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Red de INNOVADORES Cultivos Invernales 2018

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El INTA, a través de un Convenio de Asistencia Técnica con la Cámara de la Industria Cervecera Argentina, que representa a las empresas AB-InBev, Maltería Cargill, SAB Miller, Toepfer y Cerfoly de Argentina, llevan adelante una red de ensayos de evaluación de rendimiento y calidad comercial de cultivares y genotipos experimentales de cebada cervecera. Dicha red es coordinada por profesionales del Grupo de Mejoramiento y Calidad Vegetal de la Estación Experimental Agropecuaria Bordenave del INTA, y consta de numerosos ensayos (19 en el año 2016) que se repiten año a año en diferentes puntos del país. Mediante estos estudios, se puede determinar el potencial de las distintas zonas de producción e identificar la adaptabilidad de los cultivares a los diferentes ambientes, permitiendo detectar cultivares superiores para cada caso en particular. La generación de información y conocimiento respecto a los cultivares y a las condiciones de producción, es de vital importancia, especialmente en aquellos ambientes no tradicionales, como la zona norte de producción de cebada argentina, que incluye a las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. Además de evaluar variedades comerciales disponibles en el mercado, se testean líneas avanzadas de los

programas de mejoramiento de INTA y también de cada una de las empresas participantes, a fin de detectar aquellas líneas superiores. En el año 2016 se evaluaron en la EEA Paraná 28 variedades de cebada cervecera, 13 de ellas comerciales y 15 líneas experimentales (Figura 1). En la Tabla 1 se detallan aspectos de manejo del ensayo. Se utilizaron parcelas de 7 m2, con surcos a 0,19 m de distanciamiento, en 4 repeticiones. En 3 de ellas, se realizaron dos aplicaciones de fungicida, una en macollaje y la otra en espigazón, a fin de mantener el cultivo en óptimo estado sanitario. Las condiciones climáticas para el ciclo del cultivo fueron adecuadas. La implantación y el establecimiento del cultivo se logró bien, favorecido por la lluvia de 19,4 mm del día 25 de junio (3 días después de siembra) y las posteriores, de 13,1 mm y 5,5 mm, del 2 y 4 de julio, respectivamente. Con posterioridad a esta fecha, durante un periodo de más de 50 días, sólo ocurrieron 4 eventos de lluvia menores (1 a 2 mm), por lo que el crecimiento vegetativo y el macollaje se vieron algo deprimidos. A partir del mes de septiembre, las lluvias se normalizaron, Figura 1

Ensayo comparativo de rendimiento de cebada cervecera en la EEA Paraná del INTA. Año 2016.


La espigazón de los cultivares se registró entre el 18 y el 26 de septiembre. En este mes ocurrieron las últimas 5 heladas agronómicas del año (temperatura igual o inferior a 0 ºC a 5 centímetros del suelo medido a la intemperie), en las fechas 3, 4, 8, 19 y 25 de septiembre. No se detectaron daños en espiga a causa de las mismas. El rendimiento promedio de las variedades comerciales fueron: con fungicida, 5719 kg ha-1 (Tabla 2) y el de las líneas experimentales, de 6106 kg ha-1 (datos no

presentados). El tratamiento con fungicida obtuvo una diferencia de producción de 364 kg ha-1 -promedio de todas las variedades comerciales-, equivalente a un 6,4% del rendimiento (datos no presentados). El calibre de los cultivares presentó un promedio de 97% de granos sobre zaranda de 2,5 mm (primera calidad), aspecto que estuvo ampliamente por encima de la base de comercialización para todas las variedades, que establece un mínimo de 85%. El contenido de proteína de los granos presentó un promedio de 11,4%, estando en todas las variedades dentro del rango de 9,5% - 13% que establece la norma.

Tabla 1

Red de INNOVADORES

lo que permitió recomponer rápidamente el normal estado hídrico del cultivo.

Aspectos de manejo relacionados a la conducción del ensayo. Siembra

Se sembró el 22 de junio, en directa sobre rastrojo de soja.

Densidad

Se calculó en cada variedad, teniendo en cuenta el peso de mil semillas y el poder germinativo, para lograr 280 pl m-2.

Control de malezas

Previo a la siembra se realizó una aplicación de 2 l ha-1 p.c. de glifosato 62% + 150 cc ha-1 p.c. de dicamba 57,71% + 7 g ha-1 p.c. de metsulfuron metil 60%.

Fertilización

Se realizó en dos etapas: previo a la siembra con 200 kg ha-1 de fosfato diamónico (18-20-0) al voleo y en macollaje con 200 kg ha-1 de urea (46-0-0).

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Tabla 2

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Fecha de espigazón y rendimiento en grano (humedad al 14%), de los cultivares comerciales evaluados con fungicida en Paraná, Entre Ríos. Año 2016.

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Conclusiones • Las variedades presentaron un muy buen comportamiento agronómico en las condiciones evaluadas y demostraron un gran potencial de rendimiento y calidad comercial maltera. • En un año con mayores precipitaciones que favorezcan un ambiente predisponente para el desarrollo enfermedades fúngicas, es esperable que el tratamiento con fungicida sea una variable de mayor impacto en el rendimiento.

Actividad desarrollada en el marco del Proyecto Específico “Redes de evaluación de germoplasma inédito (INTA) y cultivares comerciales de cereales y oleaginosas” y los Proyectos Regionales con Enfoque Territorial del Centro Oeste y Centro Norte de Entre Ríos.

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GTD Chacra Bandera Aapresid.

Intensificación estratégica: el enemigo de las malezas

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La Chacra Bandera ajusta las piezas para aumentar la intensificación con cultivos de servicio y así dar batalla al problema de malezas resistentes.

Palabras Claves: Cultivos de Cobertura; Intensificación; Estrategias de Control.

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Autor: Cosci, F.1


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Problemas por la baja intensidad de siembra Dentro de la Chacra Bandera, los cultivos de soja y maíz son los que tienen mayor importancia económica. Ambos cultivos representan el 90% del área sembrada y en menor medida aparecen algodón, sorgo y girasol. Eventualmente, se realizan algunos cultivos de invierno, principalmente trigo, siendo este un cultivo de oportunidad, ya que normalmente las condiciones hídricas durante el invierno no son las óptimas para su desarrollo. Las fechas de siembra de soja y maíz son tardías: diciembre y enero, respectivamente, lo que genera barbechos químicos muy largos (6 a 8 meses). Bajo este escenario, en el que reinan los sistemas simplificados (cultivo de verano + barbecho químico), no se genera cobertura de suelo adecuada y el periodo de descomposición es bastante extenso.

Intensificación estratégica Existen diferentes estrategias para hacer un uso de recursos más adecuado y acorde a la disponibilidad de cada campaña. Muchas veces sucede que las condiciones hídricas del otoño no son las mejores para realizar cultivos de invierno de cosecha, y se plantea la posibilidad de implantar un cultivo que demande menos recursos, como lo es un cultivo de servicio. Al mismo tiempo, se lo puede implantar de diversas maneras para aprovechar situaciones de humedad. La siembra aérea permite anticipar la siembra sobre el cultivo de verano previo a su cosecha. Esta estrategia toma importancia en maíz, ya que la fecha de cosecha imposibilita la siembra de trigo y, por ende, es provechoso realizar una intersiembra de cultivo de servicio en otoños húmedos. Otra opción es la siembra directa luego de cosecha de soja.

Hacia finales de primavera, las altas temperaturas y la elevada humedad aumentan la mineralización de los residuos, y el suelo queda poco protegido. Si bien aumenta la disponibilidad de agua y nutrientes en el suelo, dichos recursos no se aprovechan eficientemente y son utilizados por las malezas. Para evitar esto, se recurre al uso de herbicidas, que durante todo el periodo de barbecho, pueden requerirse hasta 4 aplicaciones para mantener limpio el sistema. Con este esquema de trabajo, se observó la degradación de algunos aspectos del suelo muy importantes, como porcentaje de materia orgánica, macro y meso poros, capacidad de infiltración de agua en el perfil, cobertura de suelo, etc. Todos estos factores, químicos y físicos, son importantes porque impactan directamente en la productividad.

La decisión del momento de secado es clave, ya que debe asegurarse la disponibilidad de agua en el perfil de suelo para el cultivo de verano. En situaciones de escasez, se puede adelantar el secado para extender el período de recarga. Por otro lado, si las condiciones de la primavera son húmedas, existe la opción de dejar el cultivo para cosecha de grano o dejar que continúe el ciclo para un control de malezas más extendido. En las últimas campañas, se observó que los cultivos de invierno fueron beneficiosos para el sistema, ya que pudieron aprovechar el agua y disminuir problemas de ascenso de napas. En la figura 1, se observa que los cultivos de servicio disminuyeron la cantidad de agua en el perfil al momento de secado, en comparación al barbecho químico, donde se observó un exceso hídrico. Figura 1

Agua útil en el perfil de suelo de diferentes cultivos de servicio versus barbecho químico.

*Ref: Inicial: representa el agua útil al momento de la siembra. Secado: Representa el agua útil al momento de secado de los CC. B: Barbecho; C: Centeno; T: Triticale; y AS: Avena strigosa.


Por otro lado, se observó que cultivos de servicio como las leguminosas, fijan nitrógeno y aumentan la disponibilidad de nitratos en el cultivo de maíz. A continuación, se detalla la concentración de N, desde el secado de cultivo de servicio hasta v8 de maíz (Figura 3). En general, se observa que las gramíneas retuvieron nitrógeno en su rastrojo y las cantidades liberadas al momento de v8 fueron similares a las del barbecho químico. Al observar las leguminosas, hubo situaciones en las que el

Red de INNOVADORES

El aporte de cobertura al sistema mejora las condiciones de desarrollo de los cultivos siguientes. En los ambientes de Bandera, es fundamental contar con cobertura necesaria para un buen desarrollo de cultivos de verano, ya que la evapotranspiración alcanza valores superiores a los 10 mm diarios. Con buenos niveles de cobertura, se baja la tasa de evaporación y hay mayor cantidad de agua disponible para la transpiración del cultivo. Por lo tanto, generar mayor cobertura durante el invierno para el cultivo de verano es un factor que aumenta la productividad del sistema.

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Al momento de la siembra de los CS, el perfil presentaba altos niveles de humedad, con presencia de napa a los 140 cm. En el momento de secado y siembra de soja, el testigo (Barbecho) presentó niveles superiores de humedad respecto a los CS (cabe remarcar que se encontraba agua libre en las muestras extraídas). A. strigosa fue el cultivo que presentó mayores niveles de agua útil al secado, con valores superiores a capacidad de campo. Mientras que centeno y triticale presentaron valores menores a capacidad de campo, con una magnitud de 9 y 24 mm de agua. Se puede destacar que los cultivos de cobertura aprovecharon el agua para generar beneficios al sistema, mientras que el barbecho perdió agua por escorrentía o por aporte a la napa freática, lo que complejizó aún más el problema. La transformación de agua en materia seca es un proceso altamente importante en campañas con exceso hídrico. Se deben aprovechar estas situaciones para aumentar la intensificación y obtener los beneficios anteriormente descriptos. A continuación, se observan los niveles de materia seca alcanzados por cultivos de cobertura durante las campañas 2015/16 y 2016/17 (Figura 2).


Figura 2

Red de INNOVADORES

Materia seca generada por los cultivos de servicio.

Figura 3

Diferencia en concentración de nitratos respecto al testigo en diferentes momentos de evaluación y para diferentes sitios ensayados.

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Figura 4

Niveles de control de malezas al momento de siembra de maíz con cultivos de servicio sin y con el agregado de herbicida residual después del secado.


Al analizar el control de malezas de los cultivos de servicio, se observó que es necesario agregar un tratamiento químico sobre las coberturas un tiempo después del secado. Esto se explica en que el efecto puro de las coberturas no alcanzó para llegar a la siembra de maíz sin malezas (Figura 4). Los porcentajes de control de malezas se diferenciaron significativamente entre cultivos de servicio cuando se los evaluó como única herramienta. En este caso, sólo Vicia villosa alcanzó un alto nivel de control. Cuando se le adicionó el tratamiento químico después del secado, los controles no difirieron significativamente al momento de

siembra de maíz. Por lo tanto, para el caso de Melilotus alba y centeno, fue clave aplicar el herbicida para alcanzar altos niveles de control. Al realizar la comparación entre las estrategias utilizadas en la etapa invernal, se observa que la opción de barbecho químico logró el menor control de malezas al momento de siembra de maíz (Figura 5). Todas las estrategias alcanzaron altos niveles de control de malezas hasta el momento de siembra de maíz. Se destacan los cultivos de servicio (vicia, Melilotus y centeno) con el agregado de herbicida residual pos secado como las mejores estrategias de control de malezas, donde CCv fue significativamente superior. Asimismo, se observó una reducción de uso de herbicidas entre las estrategias culturales respecto a la química.

Red de INNOVADORES

aporte de N fue alto, superando a la situación de barbecho por más de 35 kg N-NO3/ha, como es el caso de Melilotus alba. Esto se reflejó directamente en el rendimiento de maíz, que registró un incremento del 15% con leguminosas como antecesor.

Figura 5

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N° Aplicaciones de herbicida en cada estrategia

Conclusiones • La utilización de cultivos de servicio durante las campañas evaluadas llevó a una mejora en varios aspectos del sistema de producción, como la disminución del nivel de napa freática, una mayor cobertura de suelo, menor problema de malezas y aumento en el rendimiento de maíz. Esta estrategia de intensificación resulta importante para mitigar los problemas ocasionados con los sistemas simplificados de producción, que utilizan barbechos químicos extremadamente largos.

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Nivel de control de malezas con diferentes estrategias invernales.


Red de INNOVADORES

Autores: Ferraris, G.1; Arias Usandivaras, L.M. 2. Manejo de cultivos INTA EEA Pergamino. 2 Llares SRL 1

Contacto: ferraris@gustavo.inta.gob.ar

Una estrategia de nutrición en trigo y cebada cervecera que marca la diferencia

Cultivos Invernales 2018

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Un correcto ajuste de dosis de nitrógeno y fósforo, aplicado de manera secuencial en el ciclo, parece la estrategia recomendable para balancear rendimiento y calidad.

Palabras Claves: Fertilización por Genética; Rendimiento; Calidad; Fósforo; Nitrógeno.



Red de INNOVADORES Cultivos Invernales 2018

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Introducción En la región Pampeana argentina, el trigo es el cultivo de invierno que ocupa la mayor superficie con 5,43 millones de has y 17,5 millones de toneladas producidas durante la campaña 2017/18 (Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario). El cultivo presentó un notable avance en genética, acompañado por un intensivo uso de tecnología, entre los que se destaca la fertilización. Sin embargo, la detección de carencias de meso y micronutrientes como azufre o zinc, nitrógeno (N) y fósforo (P), continúan siendo los principales problemas. Existe abundante información para la elección de cultivares de trigo según se priorice rendimiento, calidad o sanidad. Esta información es generada a través de una red oficial sistematizada por INASE (ROET, 2018), que se complementa con un importante número de experimentos regionales. Sin embargo, poco se conoce de la interacción entre genética y nivel tecnológico. Wang et al., (2016) demostraron que existe respuesta diferencial a la fertilización según genotipo. Esto fue señalado en la región norte de Buenos Aires por Ferraris y Mousegne (2008). La fertilización fosforada, a su vez, interactúa con la respuesta a N. La deficiencia de P reduce la eficiencia de uso de N. Al afectar la absorción total del nutriente, podría reducir el rendimiento pero también la concentración de proteína en grano (Ferraris et al., 2017). El objetivo de esta investigación fue (1) evaluar el comportamiento de diferentes cultivares de trigo pan y cebada cervecera en rendimiento y concentración de proteína como respuesta a la implementación de diferentes estrategias de fertilización con NP; y (2) analizar la interacción fertilización x genotipo.

la respuesta de cultivares de trigo y cebada a niveles crecientes y secuenciales de fertilización. Se utilizó un diseño en bloques completos al azar con dos repeticiones, y tratamientos en arreglo factorial completo de dos variables: Fertilización (4 niveles) y Genotipo (10 niveles), lo que resultó en 40 tratamientos. Las fuentes utilizadas fueron los experimentos superfosfato triple de calcio (SPT) (0-20-0), Urea granulada (UG)(46-0-0) y Basfoliar Top N (BFTN) (27-11-16, δ 1,25). Los tratamientos evaluados se presentan en la Tabla 1. Por su parte, los análisis de suelo se exponen en la Tabla 2. Tabla 1

Cultivares y tratamientos de fertilización evaluados en el experimento SPT: superfosfato triple de calcio (0-20-0), UG: Urea granulada (UG)(46-0-0) y BFTN: Basfoliar Top N (27-11-16, 1,25). Todos los tratamientos recibieron 20 kgS ha-1 como Sulfato de Calcio.

Materiales y métodos Durante el ciclo 2017, se condujo en la EEA INTA Pergamino un experimento de campo en el que se evaluó

Cultivares

Fertilización

DM Algarrobo ACA 360 Baguette 750 SY 120 Buck Saeta ACA 908 MS INTA 415 DM Ceibo MS INTA 615 Cebada Traveller

T1: SPT 100 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (s) T2: SPT 100 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (s) T3: SPT 100 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (s) BFTN 28 l ha-1 (HB) T4: SPT 200 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (s) UG 120 kg ha-1 (m) BFTN 28 l ha-1 (HB) Tabla 2

Datos de suelo al momento de la siembra. Profundidad

pH

cm 0-20 cm 20-40 cm 40-60 cm

agua 1:2,5 5,8

Materia Orgánica % 3,14

P-disp. ppm 21,6

N-Nitratos 0-20 cm ppm 10,3 8,3 4,1

N-Nitratos suelo 0-60 cm kg ha-1 59,0

S-Sulfatos suelo 0-20 cm ppm 6,1 5,5

Zn ppm 1,01

Agua Útil 0-150 cm mm 160


En la Tabla 3 se presenta el análisis estadístico para rendimiento. Los rendimientos fueron muy elevados como consecuencia de un favorable año climático, en el que se destaca la excelente reserva de agua acumulada en el perfil al momento de sembrar el cultivo. Se determinó efecto significativo para rendimiento de Cultivar y Fertilización (P<0,0001), pero no interacción estadística (P>0,10) entre ambos factores (Tabla 3). En las Tablas 5 y 6 se presentan los rendimientos de las diferentes combinaciones cultivar – fertilización. Dos variedades, Buck SY 120 y DM Ceibo, compartieron el mayor rendimiento, seguidos de cerca por Baguette 750, ACA 360 y DM Algarrobo. En cuanto a la concentración de proteína, ACA 908 alcanzó el valor máximo, seguida por ACA 360. Ambas presentaron escasa variabilidad entre tratamientos de fertilización (CV 2,2 %) (Tabla 5), mostrando una amplia estabilidad. ACA 360 evidenció un buen equilibrio entre rendimiento (puesto 5) y proteína (puesto 2). Otras, en Figura 1

Precipitaciones, evapotranspiración y balance hídrico decádico, expresados como lámina de agua útil (valores positivos) o déficit de evapotranspiración (valores negativos).

*Cuando el almacenaje cae dentro del área celeste, la demanda del cultivo podría no ser abastecida completamente, generando un déficit de evapotranspiración. Valores acumulados cada 10 días en mm. Trigo, EEA Pergamino, año 2017. Agua útil inicial (150 cm) 160 mm. Precipitaciones totales durante el ciclo: 333,1 mm.

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Resultados y discusión A la siembra, el perfil se encontraba con un buen nivel de almacenaje a causa de un ciclo húmedo durante la campaña anterior. Luego de la salida de un invierno con moderadas precipitaciones, los registros disminuyeron durante la primavera (Figura 1). Las precipitaciones fueron ajustadas pero la reserva resultó abundante. No se observó déficit

de evapotranspiración durante todo el ciclo (Figura 1) y el cociente fototermal alcanzó niveles intermedios (Figura 2).

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Durante el ciclo se registró presencia de diversas enfermedades, especialmente Royas, en su variedad estriada, de la hoja y del tallo, con incidencia y severidad variable según el cultivar. Para eliminar este efecto, se realizaron tres aplicaciones de fungicidas durante el ciclo, en los estados de Zadoks 32, 60 y 75 (Zadoks et al., 1974), combinando principios activos del grupo de las estrobilurinas, triazoles y carboxamidas La cosecha se realizó de forma mecánica, mediante una cosechadora experimental de parcelas. La concentración de proteína se determinó mediante espectrometría de infrarrojo cercano (NIRS). Los resultados se analizaron mediante partición de varianza, analizando los efectos de cultivar, fertilización y la interacción cultivar x fertilización.


Figura 2

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Cociente fototermal (Q) en el período comprendido entre el 1 de septiembre y 30 de noviembre de 2017, y su comparación con el año anterior y el mejor año de la última década.

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*Datos estación meteorológica INTA Pergamino. Año 2017.

cambio, se destacaron sólo en rendimiento, como Baguette 750: puesto 3 en rendimiento, puesto 10 en calidad, con una elevada sensibilidad a manejo (coeficiente de variación). En cambio, algunas variedades sobresalieron únicamente en calidad. Este es el caso de ACA 908, puesto 1 en proteína, siendo muy superior al resto y también siendo estable frente al manejo, puesto 9 en rendimiento. La cebada cervecera cv Traveller expresó un rendimiento intermedio y proteína inferior al trigo. Como tendencia central, las variedades de mayor contenido proteico fueron menos afectadas por el Tabla 3

Análisis de la varianza para el rendimiento de grano (kg/ha) analizando el efecto de Genotipo, Fertilización y la interacción Genotipo x Fertilización. Pergamino, campaña 2017/18. Efecto

P=

Cultivar

<0,0001

Fertilización

<0,0001

Cultivar x fertilización

0,8597

CV (%)

9,81

manejo, presentando bajos coeficientes de variación entre diferentes tratamientos de fertilización (Tabla 5). Por otra parte, la variabilidad en rendimiento y concentración de proteína entre variedades fue superior en el tratamiento de baja fertilización, y tendió a uniformar cuando la nutrición mejoró. La variabilidad de respuesta a la fertilización entre genotipos fue reportada anteriormente por Ferraris y Mousegne (2008). Wang et al., (2016) mencionan también interacción entre fertilización nitrogenada y eficiencia de uso de agua, y variabilidad genética para ambos factores. En lo que respecta a tratamientos de fertilización, se visualizó un comportamiento muy interesante. El rendimiento medio fue muy elevado para el tratamiento base (T1), al considerar la escasa fertilización recibida (Tabla 1) y la moderada fertilidad del sitio (Tabla 2). El tratamiento T2, que contempló refertilización, incrementó la productividad en forma significativa (Tabla 4), y alcanzó 608 kg ha-1 de rendimiento y 0,8 % de proteína adicionales (Tabla 5). La aplicación tardía de N (T3) impactó en el rendimiento, incrementándose en 319,6 kg ha-1, pero no en la calidad (Tabla 5). Finalmente, el tratamiento completo (T4) evidencia una fuerte interacción positiva NxP sobre rendimiento y calidad. El diferencial sobre T1 alcanzó 1088,1 kg ha-1 y 0,9 % de proteína. Se sugiere que



no sólo N, sino también P, causaron este comportamiento. Duplicar la aplicación de P habría incrementado la eficiencia agronómica de uso de N (EaUN), determinada a través del incremento de rendimiento por unidad adicional de N aplicado. Esto fue mencionado por Ferraris et al., (2017), sobre un experimento de larga duración consistente en diferentes aplicaciones de P prolongadas a través del

tiempo. Por otra parte, los CV entre variedades fueron máximos con baja fertilización (T1: CV= 8,8 y 7,9 % para trigo sólo y trigo + cebada, respectivamente) expresando el efecto varietal al máximo (Tabla 5). El incremento en los niveles de fertilización tendió a disminuir la variabilidad entre cultivares, especialmente cuando se realizaron aplicaciones en macollaje.

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Tabla 4

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Rendimiento de cultivares de trigo/cebada, según tratamiento de fertilización. Pergamino, campaña 2017/18.

DM Algarrobo ACA 360 Baguette 750 SY 120 Buck Saeta ACA 908 MS INTA 415 DM Ceibo MS INTA 615 Cebada Traveller Promedio fert

T1 5882,4 6060,5 5897,5 6330,4 5926,5 5352,9 5834,6 6301,5 4683,8 5162,0 5743,2 C

Rendimientos (kg ha-1) T2 T3 6544,1 6205,9 6264,5 6613,0 6226,5 7092,0 7338,2 6518,4 6187,5 5702,2 5161,8 5187,5 6591,9 5944,9 7143,4 6507,4 6106,6 5125,0 5952,5 5731,5 6351,7 B 6062,8 BC

T4 7088,2 6802,0 6537,0 8102,9 7022,1 6161,8 7018,4 8000,0 5650,7 5930,0 6831,3 A

Promedio Variedad 6430,1 BC 6435,0 BC 6438,3 BC 7072,5 A 6209,6 CD 5466,0 E 6347,4 C 6988,1 AB 5391,5 E 5694,0 DE

Tabla 5

Concentración de proteína en grano de diferentes cultivares, según tratamientos de fertilización. Pergamino, campaña 2017/18. Proteína (%) DM Algarrobo ACA 360 Baguette 750 SY 120 Buck Saeta ACA 908 MS INTA 415 DM Ceibo MS INTA 615 Cebada Traveller Promedio fert Promedio (con cebcer) CV (%) (sin cebada) CV (%) (con cebada)

T1 9,6 11,1 8,8 10,1 9,6 11,6 10,2 9,2 9,4 9,2 10,0 9,9 8,8 7,9

T2 10,4 10,6 10,6 10,9 11,2 12,4 10,9 10,6 9,9 9,4 10,8 10,7 3,7 5,8

T3 9,5 11,1 8,7 9,7 9,6 11,4 9,9 9,5 9,0 10 9,8 9,8 8,1 7,2

T4 10,8 11,8 9,8 10,1 11,2 12,4 11,3 10,8 10,1 9,9 10,9 10,8 6,6 7,0

Promedio Variedad 10,1 11,1 9,5 10,2 10,4 12,0 10,6 10,0 9,6 9,6

CV (%) 4,0 2,2 8,2 2,4 7,9 2,2 3,9 5,8 2,4 2,0


• La información presentada evidencia el avance tecnológico del cultivo en la región, alcanzando niveles de productividad muy destacados con una alta eficiencia en el uso de los recursos. Los sistemas actuales se muestran limitados en N P, demostrando interacción positiva ante un uso balanceado. Las dosis resultaron estratégicas pero también el momento de aplicación, con un fuerte impacto de la refertilización en macollaje (T2). Un correcto ajuste de dosis de N P, aplicado de manera secuenciada durante ciclo, pareciera la estrategia recomendable para balancear rendimiento y calidad. • La mejora de la fertilización disminuyó el efecto varietal sobre la proteína, asegurando un standard de calidad. Los cultivares mostraron cambios en los niveles de partición, priorizando rendimiento o calidad, según la variedad considerada. El estudio de la interacción cultivar x fertilización resulta agronómicamente relevante, para elegir una combinación de genética y nivel de insumos adecuados, en función del resultado esperado.

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Conclusiones

Agradecimientos Los autores desean agradecer al Laboratorio de Biotecnología del Criadero de semillas de ACA, Asociación de Cooperativas Argentinas, y al Ing. Agr. (MSc) Leandro Ortis, por los análisis de proteína realizados.

Bibliografía Battenfield, S. D., Guzmán, C., Gaynor, R. C., Singh, R. P., Peña, R. J., Dreisigacker, S., ... & Poland, J. A. (2016). Genomic selection for processing and end-use quality traits in the CIMMYT spring bread wheat breeding program. The plant genome, 9(2). Ferraris, G. y Mousegne F. (eds.). 2008. Efecto de diferentes estrategias de fertilización sobre el rendimiento y la calidad de perfiles de genotipo de trigo pan en el norte, centro y oeste de la provincia de Buenos Aires. Campaña 2006/07 y 2007/08. Trigo. Resultados de Unidades Demostrativas. Proyecto Regional Agrícola. pp 61-72. Ferraris, G.N, M. Toribio, R. Falconi y F. Moriones. 2017. Estrategias de fertilización: efectos sobre rendimientos, balance de nutrientes y fertilidad de los suelos. ACTAS Resumen de Talleres. XXIV Congreso AAPRESID 2017. “Kairos”. Rosario, 1 a 4 de Agosto de 2017. ROET. 2018. Red oficial de ensayos territoriales de Trigo. INASE. Disponible on line: https://www.inase.gov.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=102&Itemid=91. Wang, L., Palta, J. A., Chen, W., Chen, Y., & Deng, X. (2018). Nitrogen fertilization improved water-use efficiency of winter wheat through increasing water use during vegetative rather than grain filling. Agricultural Water Management, 197, 41-53.

Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES

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Autores: Muñoz S1.; Alberione E.1; Donaire G.; Páez E.2; Ciochetto F2.; Bollatti P1.; Flores F1.; Balbi E1.; Conde B1.Navarro C1; Aimetta B1.; Andreucci, A.1 EEA INTA Marcos Juárez; Tesistas de grado-Universidad Nacional de Villa Maria. Contacto: munoz.sebastian@inta.gob.ar 1

2

Manejo de fertilización en trigo con ambientes productivos diferenciados a través de imágenes

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Con el objetivo de interpretar a través de imágenes satelitales y capturas por dron, se realizó un trabajo de campo para evaluar variables que expliquen las respuestas observadas en trigo en materia de fertilización en la campaña 2016.

Palabras Claves: Ambiente; Fertilización; Trigo; Ensayo; Imágenes Satelitáles; Dron.



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Introducción En los últimos años se han adoptado tecnologías de insumos y de procesos en los principales cultivos extensivos de la región centro, lo que permitió plantear diferentes manejos para potenciar y eficientizar el uso de los recursos disponibles. En la actualidad, mediante herramientas de teledetección, datos georeferenciados y uso de sistemas de información geográfico, es posible generar estrategias productivas basadas en manejos por ambientes productivos. Dentro de un mismo lote, hay sectores que ofrecen condiciones particulares y que tienen que ver con las propiedades fisicoquímicas de suelo, manejos diferentes en uso, secuencia de cultivos a lo largo del tiempo y aportes de agua subterránea. Esto puede reflejarse sobre los cultivos, manifestándose como diferencias en crecimiento y desarrollo que pueden o no incidir a nivel del rendimiento de grano.

las respuestas observadas en el cultivo al agregado de fertilizante líquido, compuesto de nitrógeno y azufre en dosis crecientes. De esta manera, se buscó aplicar nuevas tecnologías con análisis de imágenes, para interpretar lo que ocurre sobre un cultivo de trigo implantado en un lote con influencia de napas y con características edáficas y de manejo que le son propias. La cuantificación de las variables ayudó a explicar diferencias en rendimiento de grano medido a través de monitor de rendimiento.

El rendimiento del cultivo de trigo es el resultado de la interacción entre factores ambientales, genéticos, tecnológicos y de manejo, aunque el factor ambiental siempre prevalece por sobre los demás (Campillo et al., 2007). De hecho la disponibilidad hídrica durante el ciclo del cultivo es la principal limitante para la producción. Sin embargo, en muchas ocasiones los bajos rendimientos no deben atribuirse sólo a cuestiones climáticas, sino que también incide la escasa oferta de otros recursos necesarios para el buen desarrollo del cultivo. La nutrición mineral, a través de la fertilización y su optimización, constituye uno de las principales limitantes de la producción de trigo en nuestro país (García, 2004), y bajo este contexto, la eficiencia en el uso de los fertilizantes es fundamental. Si se considera, además, que las variaciones del rendimiento de trigo dadas por la deficiente nutrición no sólo se manifiestan a nivel regional, sino también a nivel de lote, existen variables ambientales intra-lote capaces de estratificar espacialmente al rendimiento (Boretto et. al., 2011).

Materiales y métodos El suelo estudiado fue un Argiudol típico de la serie Marcos Juárez, de textura franco-limosa (horizonte A con 25% arcilla, 69% limo y 6% arena muy fina), con un índice de capacidad de uso I-1 y con una leve limitación climática. La precipitación anual promedio es de 850 mm y la temperatura media anual de 17,5°C (INTA, 1978). El sector sur de la parcela es atravesado diagonalmente por una vía de escurrimiento que no ejerce grandes limitaciones al crecimiento de los cultivos, excepto por excesos de agua en años muy lluviosos, aunque con mayor provisión de humedad durante años secos.

El manejo de la nutrición en trigo a través del agregado de fertilizantes químicos que considere la heterogeneidad del lote, puede resultar un factor de mejora sobre la condición general del cultivo. Con el objetivo de interpretar a través de imágenes satelitales y capturas por dron, se realizó un trabajo de campo integrando metodologías de muestreo para evaluar distintas variables que pudiesen explicar

Objetivos • Analizar la respuesta del rendimiento en granos a la fertilización con nitrógeno en dos ambientes contrastantes (alta y baja productividad) a nivel de lote. • Evaluar los componentes numéricos del rendimiento, índice de cosecha, número de granos en los distintos tratamientos y en distintos ambientes productivos.

El ensayo se desarrolló sobre un lote de producción de 39 has, manejado bajo sistema de rotación de cultivos típico de la región (maíz-soja-soja-trigo/maíz-soja). Siendo soja el último cultivo de cosecha, se implantó un cultivo de trigo empleando la variedad Algarrobo de ciclo intermedio largo. La fecha de siembra fue el día 7 de junio de 2016. Se sembró con máquina sembradora Fercam de 32 surcos a una distancia entre hileras de 0,21 m. Previo a la siembra, se hizo control de malezas en barbecho agregando Dicamba, Metsulfuron y Glifosato en dosis comercial. Junto a la siembra, se fertilizó con arrancador fosfato mono amónico (MAP) a una dosis de 80 kg ha-1 incorporado. Cuando el cultivo se encontró en un estado de crecimiento de inicio de macollaje, se realizaron muestreos de suelo (0-20 cm) atendiendo las diferencias a


NDVI = IRc - R / IRc + R Donde: IRc: reflectancia en la banda del infrarrojo cercano (banda 5 en LandSat 8 OLI). R: reflectancia en la banda del rojo visible (banda 4 en LandSat 8 OLI). Se combinaron las tres capas para transformarla en una capa única multianual de NDVI. Para el procesamiento de los mapas de rendimiento de los lotes de campañas anteriores (Trigo 2014, Maíz 2015,

Zonificación A través de la normalización de los mapas de rendimiento de cultivos de años anteriores y los datos de productividad obtenidos de NDVI, se seleccionaron dos zonas de manejos diferenciadas, con características estadísticamente significativas entre ellas, a través del análisis con MZA. Al determinar las diferentes zonas y en el análisis espacial de conglomerados a través de MZA, se observa que existe una máxima heterogeneidad para diferenciar dos grupos verosímiles. Por lo tanto, se define a dos como el número óptimo de ambientes (Figura 1 y 2). Esta determinación se realiza a partir del índice de entropía de la clasificación y del índice de clasificación difusa, donde la optimización se logra cuando ambas curvas tienen el mínimo valor en el eje de las “Y”. Con la delimitación de los dos ambientes productivos, se generó el interrogante sobre el efecto que tendría la aplicación de fertilizantes en distintas dosis, a nivel de ambientes diferentes y presentes en un mismo lote. Figura 1

Entropía de la clasificación normalizada.

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El diagnóstico y posterior delimitación de ambientes homogéneos de manejo se realizó mediante la construcción de tres NDVI (Índice diferencial normalizado de la vegetación), a partir de imágenes del sensor LandSat 8 OLI. Los procedimientos realizados para separar los diferentes ambientes en el lote fueron los siguientes: Con el software Q GIS 2.18 “Las palmas”, en la pestaña raster se seleccionó la herramienta “calculadora raster” para el cálculo de índices. A partir de allí, se calculó el NDVI de tres imágenes satelitales de las fechas 14/01/2014, 18/02/2015 y 05/02/2016; según la siguiente expresión:

Soja 2016), se utilizó un programa de mapeo (SMS TM Ag Leader), siguiendo el protocolo de procesamiento descripto por Albarenque y Vélez (2011). Posteriormente, se realizó un análisis espacial de conglomerados con la aplicación de Management Zone Analyst (MZA) v.1.01 (Fridgen et al. 2004) para definir diferentes zonas de productividad potencial mediante un criterio estadístico de clasificación.

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nivel de ambientes. Estas diferencias productivas pudieron ser identificadas a través del procesamiento y normalización de mapas de rendimiento de cultivos anteriores y análisis de imágenes satelitales.


Figura 2

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Índice de clasificación difusa.

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Posterior a la cosecha de soja y previo a la siembra de trigo, se realizaron muestreos de suelos en cada uno de los ambientes, con 15 puntos en cada uno de ellos, lo que generó muestras compuestas por cada zona productiva (Tabla 1). Esto permitió definir la dosis a aplicar en cada una de las macroparcelas del ensayo. En este sentido, se planteó un ensayo de aplicación de dosis creciente de nitrógeno (N), y que abarcó a ambos ambientes (de alta y baja productividad) en una disposición cruzada en macroparcelas de 40 m de ancho por 150 m de largo. La superficie de cada una de ellas fue de 6000 m2, y en las que se evaluaron, con cada uno de los tratamientos, las respectivas dosis de fertilizante. El diseño estadístico experimental empleado fue de parcelas divididas, donde los tratamientos

(testigo y dosis de N) fueron la parcela principal, y los dos ambientes productivos, las subparcelas (Figura 3). Los tratamientos propuestos fueron: T = testigo T1= 70 kg ha-1 de Nitrógeno T2= 42 kg ha-1 de Nitrógeno T3= 98 kg ha-1 de Nitrógeno T4= 140 kg ha-1 de Nitrógeno Todos los tratamientos se fertilizaron con 80 kg ha-1 de MAP al momento de la siembra, y la aplicación de N se realizó con fertilizante líquido SolMix (80-20) el día 03/08/2016, con equipo pulverizador autopropulsado Metalfor de 40 mtrs de ancho de labor y con sistema de dosificación variable. Tabla 1

Análisis químico de cada ambiente productivo. pH en agua C.E. 1:2,5 Materia -1 1:2,5 (mScm a 25ºC) Orgánica (%) 6.1 Baja Ligeramente 0.08 Normal 2.39 Escaso productividad ácido 6.1 Alta Ligeramente 0.09 Normal 2.23 Escaso productividad ácido Ambiente

Nitrato (ppm)

Nitrógeno total (%)

Fósforo asimilable (ppm)

Sulfatos (ppm)

40 Bajo

0.122 Escaso

15 Alto

1 Deficiente

45 Bajo

0.113 Escaso

13 Medio

1.4 Deficiente



Figura 3

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a) Delimitación del lote, indicando los dos ambientes productivos, AP: Ambiente de alta productividad (Gris claro), BP: Ambiente de baja productividad (Gris oscuro); b) mapa de rendimiento de soja de la campaña 20152016; y c) índice verde del trigo en espigazón en el mes de septiembre (imagen de dron de 2.5 cm px-1).

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Para medir fluctuación de la napa freática, se instalaron 10 freatímetros (2 por cada uno de los tratamientos en los dos ambientes productivos diferenciados). Las mediciones se realizaron con una cinta métrica provista con sensor luminoso para detectar con mayor facilidad la presencia de napa. Además, se registró la profundidad freática en un lote vecino en barbecho sin cultivo durante el invierno, con el que se contrastó su evolución. Sobre cada uno de los tratamientos, se hicieron muestreos sucesivos en el cultivo para evaluar distintas variables referidas a crecimiento vegetativo, desarrollo y, finalmente, componentes numéricos y rendimiento de grano. Las variables cuantificadas fueron el rendimiento de grano medido a través de monitor de rendimiento (kg ha-1), peso de mil granos (PMG) y calidad comercial (Peso hectolítrico y contenido de proteína en grano). El seguimiento periódico del cultivo permitió evaluar la aparición de plagas y enfermedades. Se observaron poblaciones de chinches de las especies Nezara viridula y Dichelops furcatus y la aparición, a partir de la primera semana del mes de octubre, de Roya amarilla (Puccinia striiformis). Debido a la importancia que tienen ambos organismos en cuanto a daños que pudieran ocasionar a la producción, se trabajó en su evaluación y registro. El muestreo de chinches se realizó mediante el uso del paño vertical de 1 m de longitud y se tomaron 15 muestras por parcela en las fechas 11/10, 24/10 y 02/11. El mismo se realizó para los tratamientos T, T1, T2 y T3.

En cuanto a las enfermedades, se evaluó la incidencia y severidad de Roya amarilla en un momento puntual, obteniéndose registros de todos los tratamientos en ambos ambientes productivos. Para su evaluación, se recurrió a las escalas diagramáticas de Cobbs modificada por Peterson (1948) (Stubb et al., 1986) y a las escalas propuestas en Rust Scoring Guide (CIMMYT, 1986). En función de las observaciones, se decidió realizar control químico. Se empleó una mezcla de fungicida e insecticida utilizando los productos Sphere Max (Trifloxistrobin + Cyproconazole: 500 cc/ha) y Archer Plus (Gammacialotrina 15%: 80 cc/ha). La aplicación a todo el lote, incluido el ensayo en sus ¾ partes (se dejó una franja sin controlar para evaluar el desarrollo de chinches), se hizo con el mismo equipo pulverizador mencionado. La fecha de aplicación fue el día 15/10. Las macroparcelas se trillaron con cosechadora automotriz axial CASE de 8 metros de ancho de labor, con monitor de rendimiento. Al final de cada tratamiento, se pesó lo cosechado en una tolva con balanza. Los análisis estadísticos consistieron en análisis de varianza (ANOVA) mediante el uso de modelos lineales y mixtos, y el test de comparación de medias LSD de Fisher al 5%, para las variables evaluadas. El software estadístico empleado fue Infostat (Di Rienzo et al., 2015). Resultados Caracterización climática de la campaña En la Figura 4 se visualizan las precipitaciones ocurridas durante la campaña, que resultaron menores a la media histórica, destacándose los meses de agosto (0 mm) y


Figura 4

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Precipitaciones registradas durante el año 2016 y el promedio histórico.

Dinámica de la profundidad freática Se puede observar en la Figura 5 que las tasas de descenso freático diario del promedio del ensayo fueron hasta 5 veces mayores si se las compara con las de un lote vecino

que se encontraba en el mismo periodo en barbecho sin cultivo. Desde los primeros estadios del cultivo hasta antesis e inicio de llenado de granos, la tasa de descenso de la napa va en continuo aumento, favorecido por la ausencia de precipitaciones importantes y por la alta demanda de agua del cultivo. A medida que avanza la campaña, la tasa de descenso freático se hace cada vez menor, coincidiendo con el comienzo del periodo de lluvias. Este aporte de agua es, en parte, consumido por el cultivo para producir materia seca y el resto, alimenta la napa. Hasta el mes de octubre, las lluvias fueron inferiores a la media histórica, lo que Figura 5

Tasas de descenso freático en lote de trigo en comparación con lote en barbecho.

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septiembre (8.7 mm), que coinciden con el estado de macollaje y encañado del cultivo, momento en el que se aplicó el fertilizante. Durante los meses de octubre y noviembre, se restablecieron las precipitaciones, lo que favoreció la incorporación del fertilizante en forma tardía, coincidiendo con el periodo crítico del cultivo.


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permitió que se acentuara el descenso en la profundidad de los niveles freáticos. Esta situación fue muy marcada en el lote con trigo en comparación con el barbecho. A partir de noviembre, cuando el cultivo llegaba a etapas finales de desarrollo, el consumo comenzaba a disminuir. Esto se observa en la disminución de las tasas, al punto de que a finales de dicho mes y con el trigo en madurez fisiológica, la tasa de descenso fue superada por el barbecho, siendo más importante, en términos relativos, la evaporación directa del suelo que la transpiración a través del cultivo de trigo. En la Figura 6, se observa claramente la diferencia entre un lote en barbecho a otro con cultivo implantado. Al inicio de las mediciones, con un trigo de 40 días, la diferencia en la profundidad freática entre uno y otro es de 1 metro (50 cm versus 150 cm). A medida que transcurre el ciclo del cultivo, la diferencia es aún mayor, llegando a finales del mismo con 2,5 metros entre el barbecho y el lote con trigo (100 cm versus 350 cm de profundidad). Durante gran parte del ciclo del cultivo, desde inicio de macollaje hasta madurez fisiológica, se cuantificó un descenso de 50 y 200 cm en la profundidad de la napa para el barbecho y el trigo, respectivamente. Cabe aclarar que no hubo diferencias significativas entre tratamientos dentro del mismo ensayo, debido a que el tamaño del mismo (con un diseño en macro parcelas) no

resultó suficiente para mostrar diferencias significativas en la variación de la napa freática. Sin embargo, se observó una diferencia entre ambientes de alta y baja productividad debido a la topografía del terreno. En las zonas más bajas, la profundidad de la napa era inferior a la de la zona alta al momento de la siembra del cultivo, manteniéndose a lo largo de todo el ciclo. Análisis de las características productivas del cultivo El análisis estadístico de las variables altura de tallo principal, biomasa aérea, porcentaje de nitrógeno y proteína bruta en planta, evaluadas en el estadio vegetativo, mostraron diferencias estadísticas entre ambientes productivos, no así entre tratamientos, siendo el ambiente de baja productividad el que presentó los mayores valores. En algunas de las variables que componen el rendimiento de grano, se observó también diferencias significativas a favor del ambiente de baja productividad, no así entre tratamientos. Fue el caso de peso de espigas, número de artejos y número de granos por espigas. Calidad comercial En relación a la calidad comercial (Tabla 2), el porcentaje de proteína en grano mostró diferencias estadísticas significativas entre los tratamientos, los ambientes productivos y su interacción, mientras que los tratamientos no se comportaron de igual manera en los dos ambientes Figura 6

Evolución freática durante la campaña invernal en lote de trigo de alta y baja productividad en comparación con el lote en barbecho.



Tabla 2

Contenido de proteína de todos los tratamientos para los dos ambientes productivos.

T4 T3 T4 T3 T1 T1 T2 T2 T T

Ambiente productivo PA PB PB PA PA PB PA PB PA PB

Proteína (%) 11.3 11.1 10.8 10.4 9.9 9.5 9.1 8.9 8.5 7.8

Significancia p≤ 0.05. A AB B C D E F F G H

62

*Referencias: PA: ambiente productivo alto, PB: ambiente productivo bajo. Valores seguidos de letras diferentes, difieren significativamente (p<0,05).

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Tratamientos

productivos evaluados. En cambio, el peso hectolítrico (Tabla 3) no mostró diferencias entre ambientes sino sólo diferencias significativas entre los tratamientos. Por esta razón, en la tabla se muestra un promedio del peso hectolítrico de ambos ambientes productivos. En cuanto a la relación que existe entre el agregado de fertilizantes nitrogenados y proteína en grano, los tratamientos se comportaron de manera diferente en los

Tabla 3

Peso hectolítrico promedio de los dos ambientes de todos los tratamientos. Tratamientos T4 T3 T1 T2 T

PH (kg hl-1) 80 79.8 79.1 79 77.5

Significancia p≤ 0.05. A AB AB B C

*Referencias: PH: peso hectolítrico. Valores seguidos de letras diferentes, difieren significativamente (p<0,05).

ambientes productivos evaluados. Se observó un aumento de la proteína con el incremento de la disponibilidad de nitrógeno. Hay una relación altamente positiva entre el agregado de Nitrógeno y el aumento en los porcentajes de proteínas del grano, existiendo una diferencia entre el testigo sin fertilizar y el de máxima dosis de fertilizante, de más de 3,5% en el porcentaje de proteínas, con valores de 7.8% y 11.3%, respectivamente (Figura 7). Con respecto a peso hectolítrico, se observó una tendencia similar a la que se observó en proteína, es decir, hubo un aumento a medida que se aumentó la dosis de fertilizante. Todos los tratamientos con fertilizante dieron valores por encima de 79 kg hl-1, el valor estándar de comercialización para grado 1, salvo el testigo sin fertilización que mostró un valor menor. Figura 7

Contenido de proteína en grano (%) en relación al incremento del fertilizante nitrogenado.


Tabla 4

Rendimiento de grano (kg ha-1) de los tratamientos evaluados. Tratamientos T4 T3 T1 T2 T CV (%) LSD (5 %) (Kg/ha) Promedio (kg/ha)

Rendimiento (kg ha-1) 5971 5829 5510 5431 4815

Dif. 1156 1014 695 616 . 3

Significancia p<0.05. A AB AB B C

478 5511

*Referencias: Dif.: diferencia en kg/ha entre cada tratamiento y el testigo, CV: coeficiente de variación, %: porcentaje. LSD: diferencia mínima significativa (p<=0,05). Valores seguidos de letras diferentes, difieren significativamente (p<0,05).

En la Figura 9, donde se zonificó nuevamente el lote a través del mapa de rendimiento, se observa cómo se pueden distinguir dos ambientes, pero sin respetar la zonificación hecha previamente, sino que se invierten los ambientes productivos por la acción conjunta de las precipitaciones y la influencia de la napa. Por esta razón, la delimitación de zonas de manejo, puede variar de un año a otro, en mayor o menor medida, dependiendo del régimen de precipitaciones anual (año húmedo versus seco). El agregado de nitrógeno genera incrementos en los rendimientos en forma creciente, hasta los 130 kg ha-1 de N elemento. A partir de allí, la curva se hace una meseta y se genera una curva polinómica de segundo orden (Figura 10). Más del 90% (R2) del incremento en los rendimientos es explicado por el agregado creciente de nitrógeno a través de los fertilizantes químicos. Plagas y enfermedades Sobre el cultivo, hubo presencia de chinches y también de Roya amarilla (Puccinia striiformis), para lo que se decidió en ambos casos controlar químicamente. Antes de esto, se evaluó la densidad poblacional en chinches y en roya amarilla la incidencia y severidad. Chinches Los valores de chinches por metro lineal oscilaron entre 0,1 y 3,3 adultos, según el momento de evaluación y tratamiento.

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Se encontraron diferencias estadísticas significativas entre tratamientos, siendo la diferencia mínima significativa de 478 kg ha-1 y el promedio del ensayo fue de 5511 kg ha-1. Se observó un aumento significativo del rendimiento de grano con el aumento de la dosis de fertilizante (Tabla 4). Entre la dosis de 500 l ha-1 (T4: 140 N kg ha-1), la de 350 l ha-1 (T3: 98 N) y la de 250 l ha-1 (T1: 70 N), no hubo diferencias significativas en el rendimiento, aunque hay una tendencia del T3 acercarse al valor de T4, y el T1 acercarse al T2. Hubo diferencias estadísticas significativas entre T4 y T2, siendo esta diferencia de rendimiento de 540 kg ha-1. Todos los tratamientos con el agregado de fertilizante nitrogenado, dieron un rendimiento significativamente mayor por encima del testigo.

La Figura 8 muestra la composición en puntos de distintos colores registrados por el monitor de rendimiento de la cosechadora, lo que da una idea de las diferencias que se observaron entre los tratamientos en el rendimiento de grano, como así también entre los ambientes productivos. Es claro el efecto encontrado en el tratamiento T4, con mayor cantidad de puntos verdes oscuros (alto rendimiento) comparado con los dos tratamientos testigo con mayor cantidad de puntos amarillos (rendimiento medio) y rojos (bajo rendimiento). También, la franja sur que cruza a todos los tratamientos con mayor densidad de puntos rojos indicando la ausencia de tratamiento químico (sin fungicida foliar ni insecticida), realizada ante la necesidad de continuar evaluando la densidad poblacional de chinches. En este sector el rendimiento en grano fue el más bajo del ensayo por presencia de roya amarilla principalmente.

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Rendimiento de grano Se obtuvo el peso de los granos en cada uno de los tratamientos, independientemente de la zona productiva, debido a la simplificación de las tareas operativas de la cosechadora y la balanza de la tolva para realizar el pesaje de las muestras por parcela. Sin embargo, se obtuvo el rendimiento instantáneo por zonas productivas a través del mapa de rendimiento.


Figura 8

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Mapa generado por el monitor de rendimiento de la cosechadora de cada tratamiento y en los dos ambientes productivos.

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Figura 9

Nueva zonificaciรณn del lote en funciรณn del mapa de rendimiento.



Figura 10

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Relación entre el agregado creciente de N y el rendimiento de grano.

Figura 11

Número promedio de chinches por metro lineal según tratamiento.

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*Test LSD de Fisher, letras distintas indican diferencias estadísticas significativas. Muestreo 11/10.

La mayor densidad poblacional se registró en la fecha 11/10 con valores promedios de 1,17 a 3,33 chinches/m (Figura 11). Los valores medios de hemípteros por metro lineal fueron significativamente diferentes (p= 0,0017) en los distintos tratamientos, mostrando un aumento en el número de chinches encontrado, conforme aumentaba el nivel de fertilización de la parcela evaluada. La población a nivel lote fue disminuyendo conforme avanzaron los muestreos (24/10: mínimo 0,23, máximo 2,83; 02/11: mínimo 0,17, máximo 0,67), mostrando igualmente una respuesta a la fertilización. El efecto del aumento de

chinches en función de la cantidad de fertilizante empleado disminuyó hacia la última evaluación, diluyéndose las diferencias entre los tratamientos (Figura 12 y 13). Evaluación de Roya amarilla Al inicio de la segunda quincena de octubre, se evaluó el desarrollo de la enfermedad, teniendo en cuenta los ambientes y los tratamientos. La única diferencia encontrada fue sobre la variable incidencia, habiéndose registrado a nivel de ambientes productivos, no así a nivel de tratamientos. El ambiente de baja productividad mostró mayor presencia de la enfermedad.


Agradecimientos Se agradece a la Asociación Cooperadora de la EEA Marcos Juárez, a la empresa TAGUAY por realizar los vuelos y proporcionarlos las imágenes de alta resolución con el dispositivo AUV y a todos aquellos que se acercaron a colaborar con este trabajo de investigación. Ensayo desarrollado en el marco del proyecto territorial del Este (CORDO-1262101) y proyecto nacional de Agricultura de precisión (PNAIyAV-1130023).

Bibliografía Albarenque, S.M. y J. P. Vélez. 2011. Técnicas para el procesamiento de mapas de rendimiento. ISBN-978-987-679-028-4. Boretto, D.; Acosta, F. (2011). Causas de la variación espacial del rendimiento en parcelas con alta heterogeneidad edáfica e influencia de napa freática. 10º Curso internacional de agricultura de precisión y 5° expo-máquinas precisas. p: 97-105. INTA EEA Manfredi, Manfredi, Córdoba, (AR). Campillo, R.; Claudio-Jobet, F.; Pablo-Undurraga, D. (2007). Optimización de la fertilización nitrogenada para trigo de alto potencial de rendimiento en andisoles de la región de la Araucanía, Chile. Agricultura técnica. 67(3): 281-291. Di Rienzo J.A., Casanoves F., Balzarini M.G., Gonzalez L., Tablada M., Robledo C.W. InfoStat versión 2015. Grupo InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. URL http://www. infostat.com.ar. Fridgen, J.; Kitchen, N.; Kenneth, S.; Drummond, S.; William, W.; Fraisse, C. (2004). Management Zone Analyst (MZA): Software for Subfield Management Zone Delineation. Agron. J. 96: 100-108. Inta 1976. Carta de Suelos de la República Argentina, hoja 3363-17 Hoja Marcos Juárez-Córdoba García, F. (2004) Avances en el manejo nutricional de los cultivos de trigo. http://www.ppippic.org/ppiweb/ltams.nsf/$webindex/article=1AF726A203256E9B0070DC18A48FED67 Stubbs R.W, Prescott J.M., Saari E.E, Dubin H.J. 1986. Manual de metodología sobre las enfermedades de los cereales. CIMMYT. pp. 1-46 Quantum GIS Development Team, 2017. Quantum GIS Geographic Information System. Open Source Geospatial Foundation Project. http://qgis.osgeo.org.

Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES

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• Fue importante el efecto del consumo de agua por parte del cultivo de trigo en relación al lote contiguo en barbecho, marcado esto por mayores tasas diarias de descenso freático en gran parte del ciclo del cultivo. • La zonificación delimitada por imágenes satelitales aportó cierta información inicial que no fue totalmente correspondida con lo observado y evaluado a campo. • En un año en el que la disponibilidad hídrica y el efecto combinado de lluvias y napa igualó a la condición del lote, esta situación no permitió observar en trigo las diferencias marcadas en otros cultivos. Incluso se registró mayor respuesta productiva en el ambiente delimitado inicialmente como de baja productividad. • El efecto del ascenso de la napa puede ser beneficioso si se maneja adecuadamente. • A nivel intra-lote, se observa un descenso de la napa en los distintos ambientes. • El uso de imágenes obtenidas por dispositivos no tripulados (drones) para diagnosticar una deficiencia de nutrientes, un ataque de plagas o el avance de una enfermedad y la posibilidad de poder aplicar fertilizantes o el control fitosanitario en etapas claves del cultivo, es una herramienta de manejo excepcional si se apunta a rendimiento y calidad de grano. • Se encontró una respuesta positiva sobre el rendimiento de grano al agregado creciente de nitrógeno hasta un nivel de 130 unidades de N. Este valor se alcanzaría con dosis de 400 lts de fertilizante líquido. • Sobre las variables de calidad comercial (proteína y peso hectolítrico), también se observó similar respuesta positiva frente a la disponibilidad creciente de nitrógeno. • Dosis mayores a 350-400 litros ha-1 de fertilizante líquido comercial, no representó un mayor impacto sobre el rendimiento, pero sí tuvo en efecto sobre la proteína en grano. • El nivel poblacional de chinches aumentó con las dosis crecientes de fertilizantes aplicados.

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Conclusiones


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Autores: Serra, M. H.1; Del Campo, N. O.1 Director: Pereyra Cardozo, M.1 Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de La Pampa. Trabajo final de graduación. 1

El trigo pampeano bajo análisis

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Rendimiento y composición proteica del grano de trigo, Triticum aestivum L, en función de la disponibilidad de agua y nitrógeno.

Palabras Claves: Trigo; Fertilización Nitrogenada; Proteína; Calidad Panadera.



Como en la provincia de La Pampa una de las principales limitantes para la producción triguera es la disponibilidad de agua y, por otra parte, en el paquete tecnológico aplicado por los productores no es frecuente la fertilización nitrogenada, los efectos del ambiente que se estudiarán serán la disponibilidad de agua y nitrógeno sobre el rendimiento y la composición proteica en cuatro genotipos de trigo.

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Objetivos • Determinar los rendimientos de los cultivares bajo diferentes condiciones de disponibilidad de agua y nitrógeno. • Determinar los cambios tanto de la concentración de proteínas en el grano, como de la composición proteica del gluten, en genotipos de Triticum aestivum L. en respuesta a una diferente disponibilidad de agua y de nitrógeno. • Abordar la relación entre los cambios proteicos y los parámetros de calidad panadera.

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Introducción El grano maduro contiene entre 8-20% de proteínas y este valor es altamente dependiente del nivel de nitrógeno. Las proteínas que forman el gluten, las gliadinas y las gluteninas, son responsables de las propiedades de elasticidad y extensibilidad, esenciales para el funcionamiento de las harinas de trigo durante la panificación. La concentración de cada fracción proteica dentro del gluten es diferente en cada genotipo, y también son afectadas por el ambiente.

Materiales y métodos El 2 de julio de 2014 se sembraron en macetas de 20 centímetros de diámetro por 20 cm de altura, 8 semillas de Triticum aestivum L. Luego del raleo, se dejaron 4 plántulas por maceta. El trabajo se realizó en un invernáculo para controlar los niveles de humedad. Al finalizar espigazón, en emergencia completa de espigas (Z59; clave de Zadoks et al. 1974), la mitad de las macetas de cada genotipo, fueron fertilizadas con nitrógeno en una dosis de 100 Kg urea ha-1. Posteriormente, a los 5 días, la mitad de las macetas fueron mantenidas al 50% de la capacidad de campo (CC) (NR) y la otra mitad al 100% de la CC (R) hasta la cosecha. De esta forma, quedaron cuatro condiciones ambientales distintas de crecimiento: 100%

CC fertilizado, 100% CC sin fertilizar, 50% CC fertilizado, y 50% CC sin fertilizar. El contenido de agua del suelo fue determinado por gravimetría. Se seleccionaron los cultivares ACA 315 y Baguette Premium 11 por presentar un rendimiento más estable ante diferentes situaciones ambientales, mientras que Klein Proteo, y DM Cronox resultaron menos estables (Bono et al., 2010). Los dos primeros son de ciclo intermedio a largo, Klein Proteo es de ciclo intermedio a corto, y DM Cronox, de ciclo corto. Determinaciones Para llevar a cabo esta investigación se determinó la respuesta de distintas variables durante el ciclo del cultivo. A partir de Z59 hasta la senescencia total de las hojas, se midió diariamente en la hoja bandera el índice de verdor (IV) con el SPAD 502-Minolta, a fin de determinar si existen diferencias en la duración del área foliar entre los cultivares en estudio y determinar la relación que hay entre la duración del área foliar y los rendimientos. Al finalizar el ciclo del cultivo, después de su cosecha, se determinó el rendimiento estimado por el peso granos. maceta-1, y los componentes que explicaron el rendimiento: número de granos por maceta, peso de 1000 granos, número de espigas por maceta (espigas.maceta-1) y granos por espiga (granos.espiga-1). En el laboratorio se analizaron las demás variables. Por el método de Kjeldahl, se obtuvo concentración de proteínas (%) y μg (microgramo) N por grano. La concentración de gliadinas, gluteninas y la relación de estas fracciones, se determinó por el método de Suchy et al. (2007), que utiliza solventes orgánicos para separar las fracciones proteicas de la harina. Mientras que el test de sedimentación en Dodecilsulfato de sodio (SDSS), se utilizó para estimar la fuerza del gluten y luego asociarla a los contenidos de proteína y a la relación gliadina/glutenina. Resultados y discusión Rendimiento Hubo diferencias significativas en el rendimiento de los genotipos en la respuesta a las diferentes condiciones ambientales. En 100% capacidad de campo y con fertilización,


Baguette Premium 11 era una de las dos variedades considerada de comportamiento estable entre distintas condiciones de crecimiento, y en esta investigación se comportó de acuerdo a lo esperado. Fue la única variedad que no mostró diferencias entre las distintas condiciones de crecimiento en el número de espigas/maceta y también fue la única variedad que no mostró diferencias entre tratamientos en el número de granos/maceta. El único efecto positivo que se encontró en esta variedad fue que tuvo un pequeño aumento en el peso de 1000 granos en el tratamiento fertilizado y 100% de capacidad de campo, lo que permitió un pequeño aumento de rendimiento en estas condiciones. ACA 315 era la otra variedad considerada de comportamiento estable pero, en este caso, no se cumplió lo esperado ya que, al empeorar las condiciones de crecimiento, se vio afectado el rendimiento y sus dos principales componentes, tanto en peso de mil granos como en número de granos/ Figura 1

Rendimiento estimado en peso de granos/maceta. En Z59, la mitad de las plantas recibieron una dosis de 100 Kg urea.ha-1 (F) y la otra mitad no fue fertilizada (NF). Posteriormente, la mitad de las macetas fueron mantenidas al 50% de capacidad de campo (NR) y el resto al 100 CC (R).

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Al analizar el comportamiento de cada variedad, de acuerdo a las diferentes disponibilidades de agua y nitrógeno, DM Cronox obtuvo el mayor valor de rendimiento. Esto se dio en condiciones de crecimiento ideales (con fertilización y en 100% de capacidad de campo) y en las que superó a las demás variedades. En las otras tres condiciones de crecimiento, los valores de rendimiento de DM Cronox no se diferenciaron entre ellos, y tuvieron un buen comportamiento al comparar con las demás variedades. Entre los principales componentes del rendimiento, el número de granos/ maceta tuvo el mismo comportamiento que el rendimiento en las distintas condiciones de crecimiento, con un mayor valor sólo en condiciones ideales. Mientras que en el peso de 1000 granos, el comportamiento fue diferente al del rendimiento en las distintas condiciones de crecimiento, encontrándose una mejor relación del rendimiento con el

número de granos/maceta que con el peso de 1000 granos. Las otras tres variedades expresaron un rendimiento potencial similar entre ellas (y menor a DM Cronox) en condiciones ideales, pero al variar la disponibilidad de agua y de nitrógeno, tuvieron diferente comportamiento.

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el cultivar de ciclo corto, DM Cronox, superó en rendimiento a las demás variedades y fue el de mayor rendimiento en toda la investigación. En 100% capacidad de campo pero sin fertilizar, los mayores rendimientos se encontraron en DM Cronox, Klein Proteo y Baguette Premium 11. Mientras que en estrés hídrico, tanto con o sin fertilización, los mayores rendimientos se encontraron en las variedades DM Cronox y Baguette Premium 11 (Figura 1).


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espiga. De todos modos, cuando bajaron los rendimientos, la disminución del número de granos/maceta fue mayor que la disminución del peso de 1000 granos, relacionándose mejor el rendimiento con el número de granos/maceta.

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Klein Proteo tuvo un comportamiento inestable, tal como se esperaba, y su rendimiento se vió afectado en las peores condiciones de crecimiento, debido a disminuciones importantes del número de granos/maceta. El peso de mil granos no tuvo ese mismo comportamiento y, en algunos casos, aumentó cuando el rendimiento fue menor. Se correlaciona mejor el rendimiento con el número de granos/maceta que con el peso de 1000 granos. En condiciones ideales de humedad los rendimientos fueron superiores que en estrés hídrico. En 100% CC y fertilizado, hubo diferencias significativas con respecto a las demás, con un valor medio de 5,58 g de granos.maceta-1, el segundo valor se obtuvo con riego y sin fertilización y fue de 4,46. Los menores valores se encontraron en condiciones de estrés hídrico y no difirieron significativamente entre ellos, sin riego y sin fertilizar 3,92 y sin riego fertilizado 3,84 g de granos.maceta-1. En condiciones de estrés hídrico, en ninguna variedad, la fertilización produjo diferencias en el rendimiento, ni en ninguna de las dos variables principales que lo explican (número de granos/maceta y peso de mil granos). Tampoco en el macollaje. En condiciones ideales de humedad, la fertilización aumentó los rendimientos (Cuadro 1 y Figura 2).

Granos/espiga y espigas/maceta Entre los tallos principales de los distintos genotipos, en ACA 315 se encontró menor número de granos/espiga. En las otras variedades, no hubo diferencia en el número de granos.espiga-1, pero se encontraron diferencias en el número de granos/espiga que se debieron al macollaje. Dado que los macollos tuvieron poca cantidad de granos por espiga, cuando hubo más, el promedio de granos/ espiga fue más bajo . El promedio de espigas.maceta-1 del tratamiento con riego al 100% CC y fertilizado, fue de 7,31, siendo significativamente superior a los demás tratamientos que no se diferenciaron entre ellos. Con riego y sin fertilizar: 4,75; sin riego y sin fertilizar: 4,44; sin riego y fertilizado: 4,13. Este comportamiento promedio general se dio en todas las variedades excepto en Baguette Premium, donde no hubo diferencias entre tratamientos. En condiciones de crecimiento ideales, sin contar los datos de Baguette Premium, los valores casi duplican a los demás, o sea que el macollaje es altamente dependiente de las buenas condiciones ambientales. Porcentaje de proteína en grano La fertilización en pre-antesis generó un aumento en el porcentaje de proteína en grano. El N no se fue a otros órganos de la planta como suele producirse en fertilizaciones a la siembra, ya que en el momento en que se aplicó el nitrógeno, el grano fue el principal destino del mismo en la planta.

Cuadro 1

Número de granos.maceta-1 en 4 genotipos de trigo en función de la disponibilidad de agua y de nitrógeno. En Z59 las plantas fertilizadas recibieron una dosis de 100 Kg urea.ha-1 . Posteriormente, la mitad de las macetas se mantuvieron al 50% de capacidad de campo y el resto al 100% de capacidad de campo.

*NF: no fertilizada, F: fertilizada, SR regadas al 50% CC, R: regadas al 100% CC. Letras diferentes indican diferencias significativas al p<0,05.


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Figura 2

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Peso de 1000 granos en 4 genotipos de trigo función de la disponibilidad de agua y de nitrógeno. En Z59 las plantas fertilizadas recibieron una dosis de 100 Kg urea.ha-1. Posteriormente, la mitad de las macetas se mantuvieron al 50% de capacidad de campo y el resto al 100% de capacidad de campo.

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* NF: no fertilizada, F: fertilizada, SR regadas al 50% CC, R: regadas al 100% CC. Letras diferentes indican diferencias significativas al p<0,05.

La sequía y las altas temperaturas durante el llenado del grano, tienden a aumentar la concentración de proteínas en grano, dado que la acumulación de almidón es más afectada que la acumulación de nitrógeno (Gooding et al., 2003). En esta investigación, esto no sucedió y la acumulación de nitrógeno en el grano, ya sea como concentración de proteína o como mg N grano-1, no resultó afectada significativamente por la disponibilidad de agua. En este experimento, cuando se redujo la disponibilidad del agua en floración, disminuyeron los rendimientos pero no se tradujo en aumentos significativos en el % de proteína en grano (aumentó, pero no significativamente) (Figura 3). Entre las variedades se encontraron pocas diferencias significativas. Sólo Baguette Premium se diferenció con menor porcentaje de proteína. A pesar de los datos similares de porcentaje de proteínas, el test de sedimentación

SDSS encuentra mayores diferencias entre las variedades en calidad panadera, originadas por diferencias en las fracciones proteicas presentes. De esta forma queda clara la importancia de las mismas y por ello es necesario conocer mediante qué manejo se pueden mejorar. Índice de Verdor El índice de verdor disminuyó a medida que avanzó el ciclo del cultivo, siendo esta disminución más pronunciada para el tratamiento con baja disponibilidad de agua y de nitrógeno, y más atenuada en el tratamiento con alta disponibilidad de agua y de nitrógeno. Se esperaba que en los casos con menor duración del área foliar, los rendimientos fuesen menores, lo cual no sucedió. Por ejemplo, ACA 315 tuvo buena duración del área foliar pero que no se tradujo en buenos rendimientos. Puede haber otras razones que expliquen este comportamiento, como las diferencias en la capacidad de traslocación o diferencias en la cantidad de


Figura 3

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Concentración de proteína en grano (%) en 4 genotipos de trigo función de la disponibilidad de agua y de nitrógeno. En Z59 las plantas fertilizadas recibieron una dosis de 100 Kg urea.ha-1. Posteriormente, la mitad de las macetas se mantuvieron al 50% de capacidad de campo y el resto al 100% de capacidad de campo.

*NF: no fertilizada, F: fertilizada, SR regadas al 50% CC, R: regadas al 100% CC). Letras diferentes indican diferencias significativas al p<0,05. Porcentaje de proteína en grano

área foliar, dos variables que no fueron tenidas en cuenta en esta investigación. En las otras tres variedades, se cumplió lo que se esperaba y la duración del área foliar se relaciona directamente con el rendimiento. Concentración de gliadina, glutenina y relación gliadina/ glutenina Se pretendió analizar si el ambiente produce variaciones en las composiciones proteicas, y cuáles son esas variaciones ante cada situación. Este conocimiento es importante porque permite mejorar la calidad panadera del grano del trigo, al mejorar el manejo. Al favorecer la concentración de gluteninas y disminuir la relación gliadina/glutenina, se mejora la calidad panadera. En esta investigación, la relación gliadina/glutenina fue modificada por el ambiente. Lo mismo fue encontrado también en otros trabajos, como el de la Ing. Agr. Ana

María Brach INTA EEA Reconquista (2013) y de la Ing. Agr. Nora R. Ponzio (2010). En este caso, el ambiente estuvo representado por las distintas disponibilidades de agua y de nitrógeno. Hay otro efecto del ambiente sobre el cultivo que también puede afectar la relación gliadina/ glutenina y es la temperatura. Esta investigación no la tuvo en cuenta. Vale mencionar que todas las plantas estuvieron en las mismas condiciones con respecto a este factor, y fueron condiciones de alta temperatura por estar en un invernáculo. Un efecto ambiental que se produjo en las fracciones proteicas, fue el incremento del 9% en la concentración de gluteninas en la harina, en respuesta a la fertilización nitrogenada. Este dato toma en cuenta el conjunto de las variedades, ya que si se considera individualmente cada genotipo, no se encuentran diferencias en la concentración de gluteninas entre las harinas de las plantas no fertilizadas

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y fertilizadas. En la concentración de gliadinas, no se encontraron diferencias por efecto de la disponibilidad de nitrógeno. La relación gliadinas/gluteninas fue modificada por efecto del genotipo y la disponibilidad de nitrógeno. En respuesta a la mayor disponibilidad de nitrógeno, al aumentar la concentración de gluteninas en la harina y al no variar la concentración de gliadinas, se redujo un 13% la relación gliadinas/gluteninas cuando se fertilizó. Así, pasó de 2,50 a 2,17 en las harinas de granos de plantas no fertilizadas y fertilizadas, respectivamente. Estos resultados difieren de los encontrados por Lerner et al. (2013) quienes expresan que el aumento en la disponibilidad de N en los granos se asocia directamente con el incremento de la fracción de gliadinas presentes en el gluten. Al analizar esto en cada genotipo, no se encontraron diferencias entre los tratamientos no fertilizados y fertilizados.

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En respuesta a la disponibilidad de agua, también se observaron diferencias en las composiciones proteicas. Baguette Premium 11 y Klein Proteo mostraron diferencias significativas tanto en la concentración de gluteninas como en la de gliadinas. En condiciones de estrés hídrico, el efecto fue contrario: en ambas variedades, las gluteninas aumentaron y las gliadinas disminuyeron. De esta forma, la relación gliadina/glutenina disminuyó al disminuir la disponibilidad de agua. Las otras dos variedades tuvieron un comportamiento estable tanto en la concentración de gluteninas como de gliadinas, y no mostraron diferencias significativas ante variaciones en la disponibilidad de agua. Test de sedimentación SDSS El test estima la proteína insoluble en ácido, que es la fracción más relacionada con la panificación y representa mayor fuerza del gluten. Lerner et al. (2016) expresan que el volumen de sedimentación en el test SDSS es escasamente afectado por el ambiente y determinado, principalmente, por el genotipo. En esta experiencia, debido a la cantidad de muestra, sólo pudo cuantificarse el SDSS en las harinas de plantas que crecieron al 100% CC y fertilizadas, por lo que no se pudo comprobar el efecto ambiental. De todos

modos, reconociendo que el test tiene una correlación entre los resultados con las fracciones proteicas, y estas sí se ven afectadas por el ambiente, además de la influencia del genotipo, el ambiente también puede tener un efecto importante. En la presente investigación, se esperaba que los mayores valores de sedimentación, estuvieran relacionados no sólo con altos porcentajes de proteína, sino también con altos valores de gluteninas y bajos valores de la relación gliadina/glutenina. En el experimento, además de la concentración de proteínas, hay un efecto importante de la composición de las distintas fracciones proteicas en la calidad panadera (Figura 4). Esto se observa al no encontrar diferencias significativas en el porcentaje de proteína entre variedades, pero habiendo sí diferencias entre éstas en el test de sedimentación. De todas maneras, lo que se esperaba era asociar mayores valores de sedimentación con menores valores en la relación gliadina/ glutenina y ello no ocurrió. Uno de los motivos puede estar relacionado con que se trabajó con poca muestra, debido a limitaciones de espacio (invernáculo), o puede tratarse de otra variable que no se analizó, como lo es la proporción de gluteninas de bajo y alto peso molecular presentes en el gluten. Justamente el genotipo de mayor fuerza panadera, estimada por el test SDSS fue Klein Proteo, que obtuvo menor concentración de gluteninas y mayor relación gliadinas/ gluteninas, contrariamente a lo esperado. De acuerdo al INASE, las variedades ACA 315 y Klein Proteo pertenecen al grupo de calidad 1, mientras que Baguette P. 11 y D.M. Cronox, al grupo de calidad 2. Los investigadores de la presente investigación esperaban que los resultados obtenidos del test se correspondan con esa clasificación. Klein Proteo obtuvo un buen valor de sedimentación y Baguette Premium un valor bajo, lo que reafirma las expectativas. Sin embargo, no sucedió lo mismo en las otras dos variedades y DM Cronox obtuvo un valor mayor que ACA 315. Dichos resultados pueden deberse a que se trabajó sólo con las plantas que estuvieron en condiciones de 100% CC y fertilizadas, mientras que en las otras condiciones ambientales, no se pudo realizar el test.


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Figura 4

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Concentración de proteínas en grano, distribución de la fracción proteica (concentración de la fracción proteica en el gluten), y test de sedimentación en 4 genotipos de trigo. Las plantas crecieron al 100% de capacidad de campo y en Z59 fueron fertilizadas en una dosis equivalente a 100 Kg N.ha-1.

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*Letras diferentes indican diferencias significativas a p<0,05.

Conclusiones • Además de la concentración de proteínas, hay un efecto importante de la composición de las distintas fracciones proteicas en la calidad panadera, dado que no hubo diferencias significativas en el porcentaje de proteína entre variedades, pero el test de sedimentación mostró que había diferencias en la calidad de las harinas de las distintas variedades. • De todos modos, para afirmar cuál es el mejor manejo del cultivo (fecha de siembra, fertilización), habría que tener en cuenta otras variables que no se consideraron en esta investigación. • Hay trabajos que afirman que la temperatura también puede afectar la composición de las fracciones proteicas. Una investigación a campo puede estimar mejor los valores si se la compara con una investigación realizada en un invernáculo. • Dentro de las gluteninas, se encuentran las de alto y bajo peso molecular, siendo la significancia de las gluteninas de alto peso molecular, mayor en la calidad panadera. Esta variable tampoco fue estudiada.


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• El efecto de la disponibilidad hídrica y la fertilización pudieron ser diferentes si en lugar de haberlo hecho desde Z59 hasta senescencia, se hubiera hecho en un período en el que se sinteticen determinados tipos de proteínas. En una primera fase, se depositan las proteínas solubles, albúminas y globulinas. También inician su deposición las gluteninas de alto peso molecular en los primeros 10 días después de antesis, (Shewry y Halford, 2002; Dupont y Altenbach, 2003). Lentamente, a partir de los 15 días después de antesis, comienza la deposición del segundo grupo de las proteínas de reserva, gliadinas y gluteninas de bajo peso molecular (Jenner y col., 1991; Shewry, 1999; Altenbach y col., 2003; Loussert y col., 2008). Éstas, más las proteínas de alto peso molecular, representarán alrededor del 70-80% del total de las proteínas en la madurez. Por lo tanto, cualquier alteración, por ejemplo por stress hídrico o cambio de temperatura, hará que la composición final presente una relación gliadinas/gluteninas distinta, dependiendo de la intensidad de cualquiera de los eventos o la combinación de ambos (Stone y Nicolas, 1994 y 1996; Shewry, 1999; Panozzo y Eagles, 1999; Daniel y Triboi, 2000; Mikhaylenko y col., 2000; Shewry y Halford, 2002; Dupont y Altenbach, 2003, Loussert y col., 2008).


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Autores: Ferraris, G.N.1; Arévalo, E.2,3; y Missart, F.2 INTA EEA Pergamino. Compo Expert Argentina SA. 3 Universidad Nacional de Entre Ríos. Cátedra de Fertilidad de Suelo y Uso de Fertilizantes. Contacto: ferraris.gustavo@inta.gob.ar 1

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Alternativas de aplicación de Zinc en trigo

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Un experimento para evaluar la eficiencia agronómica de diferentes variantes de aplicación de Zn en trigo durante la campaña 2017.

Palabras Claves: Trigo; Tecnología de Fertilización; Nutrición Balanceada.


Estas formas tradicionales de aplicación suelen mostrar restricciones en la logística y practicidad de utilización. Los tratamientos de semilla se muestran eficientes y permiten incrementos de rendimiento con bajas dosis, estando los nutrientes disponibles desde el inicio del cultivo. Sin embargo, existe un único momento para su aplicación. Si se deja pasar este momento, se pierde la posibilidad de esta práctica. Los tratamientos foliares, por su parte, podrían requerir un costo adicional en caso de no coincidir con la aplicación de un fitosanitario. Por lo tanto, resulta clave desarrollar formas alternativas de aplicación, para así ampliar el abanico de posibilidades que tiene a disposición el usuario. La impregnación de las tradicionales fuentes fosforadas y nitrogenadas podría resultar relevante, ya que permite incorporar este elemento sin modificar la mecánica habitual de siembra. Los fertilizantes fosforados, por lo general, se localizan en las proximidades o en la misma línea

El objetivo de este experimento es evaluar la eficiencia agronómica de diferentes variantes de aplicación de Zn en trigo. Se parte de las siguientes hipótesis: 1) Cuando la disponibilidad en suelo es baja, existe respuesta agronómica a la aplicación de Zn; y 2) las aplicaciones foliares, pero también nuevas alternativas como la impregnación de los fertilizantes fosforados y nitrogenados, son apropiadas para la corrección de carencias de este elemento Materiales y métodos Durante el año 2017, se condujo un experimento de campo en la EEA INTA Pergamino, sobre un suelo Serie Pergamino, Clase I-2, Argiudol típico, familia fina, illítica, térmica (USDA- Soil Taxonomy V. 2006). El día 4 de julio se sembró la variedad DM Ceibo, cultivar de ciclo corto sin requerimientos de vernalización. De acuerdo con el perfil sanitario del cultivo (Bainotti et al., 2017), esta variedad muestra buena sanidad genética a excepción de Roya estriada, para la que es susceptible (S). En el experimento se utilizó un diseño en bloques completos al azar, con 4 repeticiones. Se aplicaron fungicidas e insecticidas en los estados fenológicos de Zadoks 32, 41 y 65, dada la susceptibilidad de la variedad a Roya estriada, enfermedad prevalente de la campaña. Los tratamientos evaluados se describen en la Tabla 1. Por su parte, el análisis de suelo del sitio se presenta en la Tabla 2. Se realizó un recuento de plantas emergidas 15 días después de emergencia. En Z65 se cuantificó cobertura, NDVI por GreenSeeker, y el vigor, índice verde por Spad y altura de planta. La cosecha se realizó en forma mecánica, recolectando la totalidad de la parcela. Sobre una muestra de cosecha, se evaluaron los componentes del rendimiento -número (NG) y peso (PG) de los granos-. Los resultados se analizaron mediante partición de varianza y análisis de correlación.

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La deficiencia de Zn es un problema que se manifiesta a nivel mundial en casi todos los cultivos. Evaluado en forma precisa a través de los análisis de suelo, las gramíneas son especialmente sensibles a su deficiencia. Casi el 50% de los suelos utilizados para la producción de cereales presentan bajos niveles de disponibilidad de Zn, lo que no sólo reduce los rendimientos de los cultivos sino también su valor nutricional (Graham et al., 2001). La literatura internacional menciona umbrales críticos en un rango de 0,5 a 1 mg kg1, según autor y región. Por debajo de este rango, puede considerarse que la disponibilidad es baja y viceversa. La forma tradicional de aplicación consiste en la utilización de tratamientos de semilla y foliares. Las aplicaciones foliares podrían servir de vehículo para incorporar otros elementos relevantes, como Nitrógeno (N), elemento clave en la determinación de rendimiento y calidad.

de siembra, logrando la impregnación al transportar el Zn cerca de las semillas y raíces. Esto podría resultar trascendente para un elemento de baja movilidad. En el caso de nitrogenados, como urea, la aplicación puede ser incorporada en superficie, y la eficiencia de agregar Zn sobre esta fuente, requiere ser evaluada.

81 Cultivos Invernales 2018

Introducción El Zinc (Zn) es un microelemento cuya relevancia y notoriedad se ha incrementado notablemente durante los últimos años. Su función principal es la de activador enzimático, y cataliza innumerables reacciones en procesos metabólicos como la respiración, la síntesis de clorofila y proteínas. Además, es precursor del triptófano y del ácido indol acético (Fancelli, 2006).


Tabla 1

Tratamientos de fertilización con fósforo, nitrógeno y zinc en Trigo. INTA Pergamino, año 2017.

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Alternativa de aplicación

adoks

T1

Control absoluto

T2

MAP Urea

100 kg ha-1 217 kg ha-1

siembra

T3

Mezcla química NPS-Zn Urea

100 kg ha-1 217 kg ha-1

siembra

T4

MAP tratado c/Zn Urea

100 kg ha-1 + 1 kg Zn ha-1 217 kg ha-1

siembra

T5

MAP Urea tratada c/Zn

100 kg ha-1 217 kg ha-1 + 1 kg Zn ha-1

siembra

T6

MAP Urea Zn (asperjado foliar)

100 kg ha-1 217 kg ha-1 1 kg Zn ha-1

siembra Zadoks 31

T7

MAP Urea Zn (asperjado suelo)

100 kg ha-1 217 kg ha-1 1 kg Zn ha-1

siembra siembra

82 Cultivos Invernales 2018

Dosis

Tabla 2

Datos de suelo al momento de la siembra. Profundidad

pH

Materia Orgánica

P-disp.

N-Nitratos 0-20 cm

N-Nitratos suelo 0-60 cm

S-Sulfatos suelo 0-20 cm

Zn

cm

agua 1:2,5

%

ppm

ppm

kg ha-1

ppm

ppm

0-20 cm

5,8

3,14

21,6

10,3

59,0

6,1

1,01

20-40 cm

8,3

40-60 cm

4,1

Resultados En la Tabla 3 se muestran datos de observaciones tomadas durante el ciclo de cultivo, y en la Figura 1 los rendimientos de grano. Discusión y conclusiones Los rendimientos, cuyos promedios alcanzaron 6834,2 kg ha-1, fueron muy satisfactorios gracias a una combinación favorable para el cultivo: perfil completo a la siembra y

5,5

lluvias acotadas durante el ciclo, junto a buena insolación sin golpe de calor. El cultivo desarrolló su ciclo en un sitio baja fertilidad química. El contenido de Zn en suelo estuvo muy cercano al umbral crítico de 1 mg kg-1 (DTPA 0-20 cm) (Tabla 2). La utilización de fuentes fosforadas con Zn (T3 y T4), no modificó la tolerancia al fertilizante ni la calidad de emergencia respecto del MAP tradicional (T2).


Tabla 3

Parámetros morfológicos del cultivo: Número de plantas emergidas, materia seca inicial, cobertura e intercepción, vigor, NDVI por GreenSeeker, lecturas de intensidad de verde en unidades Spad, vigor y altura de plantas (Z65), componentes y rendimiento de grano. Tratamientos de fertilización con zinc en Trigo. Pergamino, año 2017. Tratamientos

Plantas m-2

Materia Seca Z25

T1

Control Absoluto

250,0

947,5

77,0

0,57

48,8

T2

MAP +Urea

253,0

1158,8

80,6

0,66

54,4

T3

MesZn +Urea

259,0

1265,0

84,7

0,64

57,0

T4

MAP- Bsfol Zn +Urea

254,0

1260,0

85,2

0,68

54,9

T5

MAP + Urea-Bsfol Zn

255,0

1338,8

85,8

0,70

59,0

T6

MAP + Urea + Zn (foliar)

250,0

1268,8

89,6

0,66

53,6

T7

MAP + Urea + Zn (suelo)

255,0

1247,1

85,1

0,69

55,3

0,27

0,90

0,75

0,80

0,64

Altura planta cm

NG m

PG

Rendimiento kg ha-1

R2 vs rend

Trigo

R2 vs rend

Spad Z65

T

Tratamientos

Vigor Z65 (1-5)

T1

Control Absoluto

3,5

90,0

16437,2

32,7

5369,5

T2

MAP +Urea

4,5

92,0

19164,7

34,7

6643,8

T3

MesZn +Urea

4,5

90,0

20772,1

34,0

7062,5

T4

MAP- Bsfol Zn +Urea

4,6

100,0

21980,0

32,7

7180,1

T5

MAP + Urea-Bsfol Zn

4,7

98,0

21264,7

33,3

7088,2

T6

MAP + Urea + Zn (foliar)

4,4

96,0

20658,9

34,7

7161,8

T7

MAP + Urea + Zn (suelo)

4,5

97,0

20754,5

35,3

7333,3

-2

P=

<0,0001

CV=

4,6% 0,86

0,41

0,91

0,24

Índice de Vigor: 1 mínimo 5-máximo. Considera crecimiento, uniformidad, sanidad y aspecto general del cultivo en la parcela evaluada. NDVI: Índice de vegetación normalizado.

Red de INNOVADORES

Cobertura e Intercep Z65 NDVI GS 65

83 Cultivos Invernales 2018

Trigo

T


Red de INNOVADORES Cultivos Invernales 2018

84

El efecto de tratamiento fue estadísticamente significativo (P <0,0001, cv=4,6 %) (Tabla 3). Se determinó alta respuesta a la fertilización con NP, y moderada al uso de Zn (Tabla 3 y Figura 1). Diferentes alternativas de aplicación resultaron exitosas para la incorporación de este microelemento al cultivo. La mezcla química (T3), MAP impregnado con Zn (T4), Urea impregnada con Zn (T5) y la aplicación asperjada foliar (T6), mostraron similar rendimiento y eficiencia agronómica. El tratamiento al suelo se mostró ligeramente superior (T7). La presencia de Zn en línea, como sucedió con la mezcla química y MAP impregnado, no pareciera mostrar ventajas respecto de su puesta en superficie, como fue el caso de Urea impregnada y pulverización al suelo. Estos últimos podrían haber sido favorecidos por el momento de aplicación (siembra) en suelos con alto contenido de humedad y un clima que presentó algunas lluvias invernales (Figura 1), facilitando su incorporación.

(r2=0,80), intercepción de radiación (r2=0,75), contenido de N estimado por Spad (r2=0,64) y, en menor medida, altura final de planta (r2=0,41). Es decir, la fertilización con fósforo, nitrógeno y zinc impacta en variables relacionadas con el crecimiento y acumulación de biomasa en el cultivo, y también con aquellas que tienen que ver con la concentración de N en planta. Los resultados obtenidos permiten aceptar la hipótesis 1, que sugiere un efecto significativo de la fertilización con Zn en un suelo con disponibilidad media del elemento. Respecto de la hipótesis 2, es igualmente aceptada. Las diferentes variantes lograron ser exitosas en un plano de equidad. No obstante, el rendimiento absoluto fue ligeramente superior con la aplicación al suelo a la siembra. La tecnología de fertilización logró ampliar el abanico de alternativas para la nutrición de trigo con Zn.

Algunas variables intermedias registradas en el ensayo, se asociaron de manera positiva y significativa con los rendimientos. Estas fueron NG (r2=0,91), materia seca inicial (r2=0,90), vigor (r2=0,86), NDVI medido por GreenSeeker

Figura 1

Producción media de grano de trigo según alternativas de aplicación con zinc. Letras distintas sobre las columnas representan diferencias significativas entre tratamientos (LSD a=0,05; DMS= 469,7 kg ha-1). Las barras de error indican la desviación standard de la media. INTA Pergamino, año 2017.


Discusión y conclusiones • Los rendimientos, cuyos promedios alcanzaron 6834,2 kg ha-1, fueron muy satisfactorios gracias a una combinación favorable para el cultivo: perfil completo a la siembra y lluvias acotadas durante el ciclo, junto a buena insolación sin golpe de calor.

• Algunas variables intermedias registradas en el ensayo, se asociaron de manera positiva y significativa con los rendimientos. Estas fueron NG (r2=0,91), materia seca inicial (r2=0,90), vigor (r2=0,86), NDVI medido por GreenSeeker (r2=0,80), intercepción de radiación (r2=0,75), contenido de N estimado por Spad (r2=0,64) y, en menor medida, altura final de planta (r2=0,41). Es decir, la fertilización con fósforo, nitrógeno y zinc impacta en variables relacionadas con el crecimiento y acumulación de biomasa en el cultivo, y también con aquellas que tienen que ver con la concentración de N en planta. • Los resultados obtenidos permiten aceptar la hipótesis 1, que sugiere un efecto significativo de la fertilización con Zn en un suelo con disponibilidad media del elemento. Respecto de la hipótesis 2, es igualmente aceptada. Las diferentes variantes lograron ser exitosas en un plano de equidad. No obstante, el rendimiento absoluto fue ligeramente superior con la aplicación al suelo a la siembra. La tecnología de fertilización logró ampliar el abanico de alternativas para la nutrición de trigo con Zn.

85 Cultivos Invernales 2018

• El efecto de tratamiento fue estadísticamente significativo (P <0,0001, cv=4,6 %) (Tabla 3). Se determinó alta respuesta a la fertilización con NP, y moderada al uso de Zn (Tabla 3 y Figura 1). Diferentes alternativas de aplicación resultaron exitosas para la incorporación de este microelemento al cultivo. La mezcla química (T3), MAP impregnado con Zn (T4), Urea impregnada con Zn (T5) y la aplicación asperjada foliar (T6), mostraron similar rendimiento y eficiencia agronómica. El tratamiento al suelo se mostró ligeramente superior (T7). La presencia de Zn en línea, como sucedió con la mezcla química y MAP impregnado, no pareciera mostrar ventajas respecto de su puesta en superficie, como fue el caso de Urea impregnada y pulverización al suelo. Estos últimos podrían haber sido favorecidos por el momento de aplicación (siembra) en suelos con alto contenido de humedad y un clima que presentó algunas lluvias invernales (Figura 1), facilitando su incorporación.

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• El cultivo desarrolló su ciclo en un sitio baja fertilidad química. El contenido de Zn en suelo estuvo muy cercano al umbral crítico de 1 mg kg-1 (DTPA 0-20 cm) (Tabla 2). La utilización de fuentes fosforadas con Zn (T3 y T4), no modificó la tolerancia al fertilizante ni la calidad de emergencia respecto del MAP tradicional (T2).


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Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES


Chacra Justiniano Posse Sistema Chacras Aapresid 3 INTA AER Justiniano Posse Contacto: alejorzh@gmail.com 1

2

Momento óptimo de aplicación de nitrógeno para incidir en el rendimiento de trigo

Red de INNOVADORES

Autores: Ruiz, A.1; Coyos, T.2; Pagnan, L.3; Errasquin, L.3.

Evaluación del momento de aplicación de N y su efecto sobre el rendimiento en ambientes con napas a diferente profundidad. La experiencia de la Chacra Justiniano Posse.

Palabras Claves: Trigo; Nitrógeno; Momento de Aplicación; Rendimiento.

Cultivos Invernales 2018

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Red de INNOVADORES Cultivos Invernales 2018

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Introducción La inclusión de trigo en la rotación de cultivos es clave para la sustentabilidad de los sistemas productivos del sudeste de Córdoba. El trigo en la rotación mejora la estructura del suelo contribuyendo a mantener la capacidad productiva del ambiente, aumenta la eficiencia de uso de recursos (luz, agua y nutrientes), optimiza la captura y reciclado de nutrientes, contribuye al manejo integrado de plagas, malezas y enfermedades (Coyos et al., 2015), ayuda a disminuir los excedentes hídricos y aporta materia orgánica favoreciendo el balance de carbono del suelo (Ruiz et al., 2016). Además, permite diversificar el riesgo productivo y económico de la empresa agropecuaria. La dosis, momento y forma de aplicación del N en el cultivo de trigo son determinantes del rendimiento y la calidad comercial del grano. Aplicaciones incorporadas en estadios tempranos, aseguran la disponibilidad de este nutriente y permiten una adecuada tasa de crecimiento durante etapas vegetativas y de desarrollo de las estructuras reproductivas.

Asimismo, impactan sobre el rendimiento y aseguran una buena calidad comercial siempre y cuando el ajuste de la dosis haya sido el correcto. Sin embargo, el actual contexto de excesos hídricos y napas a escasa profundidad (Bertram et al., 2014), determina riesgos de pérdidas de N por lixiviación y desnitrificación (Taboada et al., 2009) ante la ocurrencia de elevadas precipitaciones durante el invierno. Retrasar la aplicación de N hasta inicios de macollaje, disminuye los riesgos de pérdidas por desnitrificación y lixiviación, pero podría limitar el desarrollo del área foliar y de estructuras reproductivas, en detrimento del rendimiento del cultivo. Por lo tanto, para maximizar el rendimiento y asegurar una adecuada calidad comercial, resulta fundamental un correcto ajuste de la fertilización nitrogenada. El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto del momento de aplicación del N sobre el rendimiento en ambientes con napas a diferente profundidad. Cuadro 1

Características de cada uno de los sitios. Sitio La Comarca Rubio Pelagagge Ricciardi Mazzieri A Mazzieri B

Año 2016 2016 2017 2017 2017 2017

Localidad Justiniano Posse Ordóñez Justiniano Posse Villa Los Patos Laborde Laborde

Suelo Hapludol típico Hapludol típico Hapludol típico Hapludol típico Haplustol údico Haplustol údico Cuadro 2

Manejo en cada uno de los sitios. Sitio La Comarca Rubio Pelagagge Ricciardi Mazzieri A Mazzieri B

Variedad SY300 Algarrobo Algarrobo Algarrobo Fuste Fuste

Fecha de siembra 7-jun 31-may 25-may 29-may 6-jul 7-jul

N-Nitratos a la siembra 79 kg ha-1 60 kg ha-1 39 kg ha-1 35 kg ha-1 37 kg ha-1 35 kg ha-1

Arrancador 110 kg ha-1 MAP 100 kg ha-1 S9 110 kg ha-1 MAP 90 kg ha-1 MAP 120 kg ha-1 MAP 120 kg ha-1 MAP

Antecesor Soja Soja Soja Soja Soja Soja


Todos los ensayos se realizaron con maquinaria y tecnología que dispuso el productor (Cuadro 2). El diseño experimental fue en franjas aleatorizadas con dos repeticiones, de más de 250 m de largo y se establecieron los siguientes tratamientos: 1. Testigo: Sin fertilización nitrogenada (sólo arrancador). 2. Siembra: Dosis del productor aplicada 100% a la siembra. 3. Macollaje: Dosis del productor aplicada 100% en macollaje. 4. Dividida: Dosis del productor aplicada 50% a la siembra y 50% en macollaje.

En todos los casos, la cosecha se realizó en una franja central de cada parcela, se determinó rendimiento en grano y posteriormente, fue corregido según la humedad de comercialización (14%). Las variables se analizaron mediante análisis de la varianza utilizando el software estadístico Infostat (Di Rienzo, 2016). Cuando se detectaron diferencias significativas entre tratamientos, se realizaron las comparaciones mediante el test LSD de Fisher. Resultados y discusión Características de la campaña y ambientes Ambas campañas comenzaron con perfiles próximos a capacidad de campo y con las napas freáticas cercanas a la superficie debido a las abundantes precipitaciones de otoño. Durante macollaje (agosto e inicios de septiembre), las precipitaciones fueron escasas. En octubre de 2016, coincidiendo con la espigazón, se produjeron abundantes precipitaciones (Cuadro 4). En 2017, las precipitaciones primaverales se encontraron más distribuidas. Si bien en todos los sitios hubo influencia de napa, la profundidad en la que osciló fue diferente (Cuadro 5).

Cuadro 3

Manejo de la fertilización nitrogenada en cada uno de los sitios. Sitio La Comarca Rubio Pelagagge Ricciardi Mazzieri A Mazzieri B

Dosis 88 kg N ha-1 92 kg N ha-1 100 kg N ha-1 92 kg N ha-1 110 kg N ha-1 110 kg N ha-1

*Fecha en que se realizó la fertilización en macollaje.

Fuente SolMix (5,2S) Urea eNeTotal Urea SolMix (5,2S) SolMix (5,2S)

Forma Chorreado Incorporado Voleado Incorporado Chorreado Chorreado

Fecha Macollaje* 25-ago 5-ago 17-ago 07-ago 7-sep 7-sep

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Previo a la siembra, se tomaron muestras de suelos a 20, 40 y 60 cm de profundidad y se determinó el contenido de nitrógeno en forma de nitratos. Se evaluó la profundidad de la napa freática al momento de la siembra y, adicionalmente, se realizaron mediciones durante el ciclo del cultivo con intervalos de 15 días aproximadamente.

La fuente, forma y dosis total de nitrógeno se encuentra especificada en el Cuadro 3 y fue la misma que utilizó el productor para el lote, no modificándose entre momentos de fertilización.

89 Cultivos Invernales 2018

Materiales y métodos Se realizó una serie de ensayos a campo en el departamento Unión de la provincia de Córdoba, en las campañas 2016/17 (2 sitios) y 2017/18 (4 sitios). Los suelos corresponden a Hapludoles típicos y Haplustoles údicos, serie Ordóñez o Laborde, respectivamente, pertenecientes a la clase de capacidad de uso IIc (Carta de Suelos de la República Argentina, 1978), manejados bajo siembra directa (Cuadro 1).


Cuadro 4

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Precipitaciones mensuales en la localidad de Justiniano Posse durante el período abril-noviembre de 2016 y 2017.

Cultivos Invernales 2018

90

Mes

Abr

May

Jun

Jul

Ago

Sep

Oct

Nov

TOTAL

2016

81

5

64

6

0

4

146

17

323

2017

131

53

34

7

11

88

34

80

438

Cuadro 5

Profundidad de la napa en tres momentos para cada uno de los sitios. Sitio

Mediados de julio

Fin de septiembre

Mediados de noviembre

La Comarca

70 cm

190 cm

200 cm

Rubio

140 cm

230 cm

250 cm

Pelagagge

180 cm

240 cm

+270 cm

Ricciardi

180 cm

240 cm

+270 cm

Mazzieri A

80 cm

120 cm

180 cm

Mazzieri B

180 cm

220 cm

+270 cm

Los sitios La Comarca y Mazzieri A, contaron con la napa más cercana a la superficie, oscilando entre los 75 y 190 cm. En cambio, la napa en los sitios Rubio, Pelagagge, Ricciardi y Mazzieri B se encontró a mayor profundidad, llegando a descender por debajo de los 250 cm a finales del ciclo del trigo. Rendimientos Los rendimientos obtenidos fueron elevados en todos los tratamientos, incluidos los testigos absolutos que variaron entre 4554 y 6312 kg ha-1 (Gráfico 1). En todos los sitios, para los tres momentos de fertilización, se observó respuesta significativa en rendimiento. La respuesta media a la fertilización varió entre 625 y 2136 kg ha-1, dependiendo del sitio. El análisis estadístico arrojó diferencias significativas (p<0.01) entre los rendimientos de los sitios, tratamientos

y la interacción tratamiento*sitio. Al ser significativa la interacción, se analizó el efecto del momento de fertilización para cada sitio en particular. En los sitios La Comarca, Pelagagge y Mazzieri B, los mayores rendimientos se obtuvieron con fertilizaciones en macollaje y dividida. Entre sí no difirieron, pero sí lo hicieron de fertilización a la siembra (Gráfico 2, Cuadro 6). En estos tres sitios, las fertilizaciones en macollaje y dividida rindieron en promedio 600 kg ha-1 más que a la siembra. En los sitios Rubio y Mazzieri A, no hubo diferencias significativas entre tratamientos de fertilización, siendo indistinta la respuesta en rendimiento en fertilizaciones a la siembra, macollaje o dividida. En cuanto al sitio Ricciardi, la fertilización a la siembra no difirió significativamente de la fertilización dividida, pero sí de macollaje, siendo pequeña la diferencia (270 kg ha-1).


Grรกfico 1

Rendimientos medios (kg ha-1) por tratamiento en cada uno de los sitios.

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Grรกfico 2

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Rendimientos del testigo y promedio de los tres momentos de fertilizaciรณn (kg ha-1) en cada uno de los sitios.


Cuadro 6

Rendimientos medios por tratamiento en los diferentes sitios. En cada sitio, medias con una letra común no son significativamente diferentes (p<0.05).

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Sitio Testigo Siembra Macollaje Dividida

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La Comarca 6259 A 6763 B 7520 C 7512 C

Rubio 5651 A 6849 B 6801 B 6944 B

Pelagagge 6312 A 8071 B 8664 C 8608 C

Ricciardi 4554 A 5327 C 5057 B 5154 B C

Mazzieri A 4116 A 5250 B 5405 B 5335 B

Mazzieri B 4208 A 5209 B 5695 C 5688 C

Consideraciones finales • Las condiciones agroclimáticas de las campañas 2016/2017 y 2017/2018 en el sudeste de Córdoba, fueron muy buenas para trigo y se obtuvieron elevados rendimientos. • La napa freática, sumado a las precipitaciones a la salida del otoño, probablemente hayan producido pérdidas de nitrógeno en algunos sitios con tratamientos aplicados a la siembra. Esto disminuyó la disponibilidad del nutriente para las etapas avanzadas del cultivo y, en algunos sitios, se obtuvieron menores rendimientos que en las aplicaciones divididas y en macollaje. • A pesar de las escasas precipitaciones que ocurrieron en agosto (fecha en que se realizó la aplicación de macollaje), no se produjeron mermas en rendimiento cuando se fertilizó en macollaje, obteniéndose resultados similares al dividir la dosis. • En lotes con riesgos de anegamiento y las consecuentes pérdidas de nitrógeno por lixiviación y desnitrificación, el atraso de la fertilización hacia macollaje resultaría ser una buena práctica para aumentar la eficiencia de uso del nitrógeno y el rendimiento.

Agradecimientos Se agradece a todos los que forman parte de la Chacra Justiniano Posse.

Bibliografía Bertram, N. y S. Chiacchiera. 2014. Ascenso de napas en la Región Pampeana: ¿Consecuencia de los cambios en el uso de la tierra? INTA EEA Marcos Juárez. Coyos T. y Madías A. 2015. Cultivar trigo. ¿Una elección económica o una necesidad de los sistemas productivos actuales? Revista técnica Aapresid. Cultivos de invierno Di Rienzo J.A., Casanoves F., Balzarini M.G., Gonzalez L., Tablada M., Robledo C.W. InfoStat versión 2016. Grupo InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. URL http://www. infostat.com.ar Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. 1978. Carta de suelos de la República Argentina, hoja 3363-16 Justiniano Posse. Ruiz A., Coyos T. y Pagnan L. 2016. “La importancia de intensificar la rotación” La experiencia de la Chacra Justiniano Posse. Aportes de carbono y consumo de agua. Revista Aapresid. Taboada M.A. y Lavado R.S. 2009. Alteraciones de la fertilidad de los suelos: el halomorfismo, la acidez, el hidromorfismo y las inundaciones. Universidad de Buenos Aires.

Encuentre el presente trabajo en www.aapresid.org.ar - PUBLICACIONES


Alumno de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC). Trabajo final correspondiente al Área de Consolidación en Sistemas Agrícolas de Producción Extensivos. 2 Docentes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC). 1

Adelantar la fecha de siembra en trigo parece ser la mejor decisión

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Autores: Montiel, R.1; Di Rienzo, J.A.2; Maich, R.H.2

Un trabajo que analiza el efecto de la fecha de siembra sobre el comportamiento agronómico en trigos de distintos ciclos, cultivados en el centro de Córdoba.

Palabras Claves: Trigo Pan; Fecha de Siembra; Ciclos; Rendimientos.

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Introducción A lo largo de la historia, la producción agrícola ha sufrido cambios en sintonía con el desarrollo humano; es decir, a medida que la población crecía, se requerían aumentos en la producción para evitar hambrunas generalizadas. La superficie total cultivada en el mundo se mantuvo relativamente estable a partir de 1960 (Andrade, 2016). Incrementos ulteriores de la producción granaria, resultaron del uso de variadas tecnologías (siembra directa, nutrición mineral, protección vegetal, etc.) y de diversas estrategias de mejoramiento genético. Respecto a la demanda mundial de alimentos, se prevé que en 2050 aumente un cien por ciento (Foley, 2014). Para cubrir las demandas nutricionales de toda la humanidad, se deben redoblar los esfuerzos para reducir la pobreza y propender una agricultura que sea, a la vez de productiva, sostenible (FAO, 2016). Un cultivo importante en este aspecto es el trigo, que se extendió a zonas con limitantes ambientales (especialmente con marcada estacionalidad pluviométrica), gracias a la adopción de las mejoras tecnológicas mencionadas con anterioridad. Al momento de optar por el cultivo de trigo, se deben tener en cuenta: la ubicación geográfica del establecimiento, las condiciones ambientales (temperaturas, precipitaciones, radiación solar) reinantes en la zona, la elección de la fecha de siembra, la densidad de siembra y la elección del material genético (cultivar, ciclo). Todo contextualizado para hacer coincidir al periodo crítico del cultivo, más precisamente el momento de la espigazón, con las condiciones que potencien la expresión del rendimiento. En cuanto a fecha de siembra, según afirman GómezMacpherson y Richards (1995), siembras tempranas producen mayor biomasa. Sin embargo, esto no se traduce necesariamente en mayores rendimientos, siendo el principal motivo la competencia por asimilados entre el crecimiento de la espiga y la elongación del tallo. Para atenuar este inconveniente, se debería propender al desarrollo de cultivares de menor altura y así mejorar la eficiencia en el uso del agua (Gómez-Macpherson y Richards, 1995). McDonald et al. (1983) mencionan que los factores ambientales que condicionan la elección de fecha de siembra son: las heladas al momento de floración y las elevadas temperaturas durante la primavera. Al mismo

tiempo, añaden que, a pesar de un suministro de agua no limitante, los rendimientos de siembras tardías son menores, lo que es en gran parte el resultado del desarrollo apresurado del cultivo y de las altas temperaturas durante el llenado del grano. Estos autores también destacan que por cada día de retraso de la fecha de siembra, se produce un retraso de entre 0.48 y 0.75 días en la fecha de antesis, lo que acorta en consecuencia el ciclo del cultivo y disminuye el rendimiento en grano entre 6% y 16% por semana de retraso en la siembra y la antesis, respectivamente. En cuanto a la duración del ciclo biológico del material (cultivares de ciclo largo, intermedio o corto), Gebeyehou et al. (1982) afirman que la duración del periodo vegetativo se correlaciona positiva y significativamente con dos componentes del rendimiento en grano: el número de granos por espiga y el peso del grano. Por su parte, Yan y Hunt (2000) señalan que cuando los inviernos resultan más cálidos de lo habitual, se suele presentar una interacción positiva con el adelanto de la madurez y la disminución en la altura de la planta. Por lo tanto, afirman que cultivares bajos y de maduración temprana, alcanzan rendimientos más altos. Cabe aclarar que no siempre un material que florece antes, también madura antes. Dos genotipos pueden florecer al mismo tiempo, pero se distinguen en cuanto a la duración del periodo en el que llenan sus granos. Al respecto, Regan et al. (1997) señalan que los cultivares de ciclo corto usan menos agua antes de la floración y más después de ésta, estando sujetos a un menor estrés que los cultivares de ciclo largo durante el llenado del grano. En función de lo expuesto, se debería optar por sembrar anticipadamente cultivares de ciclo largo, pero que maduren temprano. Si el clima es cálido o el año es seco, el material que mejor se adaptaría a este tipo de condiciones sería uno de ciclo corto. El objetivo del presente trabajo fue analizar el efecto de la fecha de siembra sobre el comportamiento agronómico en trigos de distintos ciclos, cultivados en la región centro de la provincia de Córdoba. Materiales y Métodos El ensayo comparativo de rendimiento en trigo se realizó durante 2016 en el Área Experimental del Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de Córdoba (UNC), ubicado camino a Capilla de los Remedios km 15.5,


Previo a la siembra y para determinar la disponibilidad hídrica del perfil, se tomaron muestras de agua con un barreno hasta 2 metros de profundidad. Se llevaron a cabo seis determinaciones, uno por repetición en cada fecha de siembra. La densidad aparente utilizada para los cálculos fue de 1,25 g/cm3 y un PMP del 10%. Asimismo, se realizaron análisis químicos del suelo en el Laboratorio de Suelo y Agua de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (LabSA). Los registros de precipitación se obtuvieron de la estación meteorológica de la Bolsa de Cereales de Córdoba, situada en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba. A partir de la cosecha del surco central de cada parcela y teniendo en cuenta que cada surco representa 1 m2, se midieron y/o estimaron las siguientes variables: biomasa aérea (g m-2), rendimiento en grano (gm-2), peso de 1000 granos (g), índice de cosecha (%), número de granos y espigas por m2, altura de la planta (cm) desde la base del tallo hasta la base de la espiga, número de granos por espiga y se registraron los días desde siembra a antesis (DAA).

Resultados Análisis del suelo, agua almacenada y precipitaciones durante el ciclo de cultivo El agua útil almacenada en el suelo al momento de la primera fecha de siembra fue de 275 mm y de 251 mm al momento de la segunda fecha de siembra. Las precipitaciones acumuladas durante el ciclo del cultivo, desde el 30/04/2016 (1 FS) y 31/05/2016 (2 FS) hasta el 15/10/2016, fueron de 114 mm y 106 mm, respectivamente. El contenido de materia orgánica del lote ascendía a 2,3%, 11,8 ppm de N-NO3 hasta los 40 cm de profundidad y 83 ppm de P en los primeros 20 cm de profundidad. Rendimiento en grano El rendimiento en grano disminuyó significativamente con el atraso de la fecha de siembra en los materiales de ciclo largo (Figura 1.1). Los rendimientos en la primera fecha fueron 38% superiores a los obtenidos en la segunda fecha. Los materiales de ciclo corto, corto-medio y medio, también disminuyeron sus medias con el atraso de la fecha de siembra, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa. Biomasa Independientemente del ciclo de material, la producción de biomasa área por unidad de superficie en la fecha de siembra de fines de abril resultó considerablemente superior a la lograda en la fecha de siembra de fines de

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Se evaluaron 27 genotipos de trigo pan, trece cultivares comerciales y catorce líneas experimentales. Los materiales resultaron ontogénicamente de diferentes ciclos: cortos (n=11), cortos-medios (n=4), medios (n=8) y largos (n=4). La siembra se llevó a cabo con una sembradora tipo planet. Lo genotipos fueron cultivados a una densidad de 250 semillas viables por m-2 en dos fechas de siembra (30 de abril y 31 de mayo) sobre un lote que provenía de un barbecho estival. El diseño utilizado fue de parcelas divididas en bloques con tres repeticiones. Las parcelas principales se asignaron a los niveles del factor fecha de siembra, y los genotipos se asignaron aleatoriamente a las sub-parcelas. Las unidades experimentales fueron micro parcelas de tres surcos de 5 metros de longitud distanciados por 20 cm.

Debido a que el objetivo del trabajo consistía en la evaluación de las fechas de siembra en relación con el ciclo, para cada una de las variables evaluadas, se ajustó un modelo lineal mixto para valorar el efecto del ciclo, la fecha de siembra y su posible interacción. La estructura de parcela se modeló con dos efectos aleatorios: bloques y parcelas principales dentro de bloques. Para sintetizar el comportamiento de todas las variables simultáneamente y su relación con los genotipos y fechas de siembra, se realizó un análisis de componentes principales y se generó el correspondiente biplot. En este análisis, los puntos del espacio fila corresponden a las combinaciones (genotipo x fecha de siembra) y los puntos del espacio columna, a las variables evaluadas. El análisis se realizó utilizando el software estadístico InfoStat (Di Rienzo et al., 2016).

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geográficamente a 31° 28 49,42” S y 64°00 36,04” O. Esta zona se corresponde con la zona semiárida central de la provincia de Córdoba, con una precipitación media anual de 770 mm, bajo un régimen monzónico. El tipo de suelo es un Haplustol Entico, franco limoso en superficie y subsuelos (serie Oncativo) con capacidad de uso III e índice de productividad 68.


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mayo (Figura 1.2). Asimismo, el promedio de la siembra de fines de abril fue de 2126 g m-2, 27 % superior al promedio de la siembra de fines de mayo. En cuanto a los materiales de ciclo largo sembrados a fines de abril, produjeron un 30% más de biomasa aérea respecto de la siembra a fines de mayo. Los valores para los ciclos corto-medio, por su parte, arrojaron un 24% más de biomasa en la fecha de fines de abril respecto a la de fines de mayo.

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Índice de cosecha El índice de cosecha tuvo variaciones significativas entre fechas de siembra en todos los ciclos, excepto en los ciclos largos (Figura 1.3). En todos los casos la diferencia fue

a favor de la siembra de fines de mayo. Los ciclos cortosmedios y cortos particionaron (biomasa a grano) 25% y 27% más cuando fueron sembrados a fines de mayo, respectivamente. Días desde siembra a antesis Al retrasar la implantación del cultivo e independientemente del ciclo biológico de los materiales, el intervalo en días desde siembra a antesis sufrió una disminución significativa (Figura 1.4). Cuanto más largo resultó el ciclo del material, más marcado fue el acortamiento del intervalo DDA. Para los ciclos largos la disminución fue del 15%, y del 11% para los cortos. Figura 1

Rendimiento en grano (1), Biomasa (2), Índice de cosecha (3), Días desde siembra a antesis (4), y su comportamiento con respecto al ciclo (L: largo, M: medio, MC: medio-corto, C: corto) y la fecha de siembra [30 de abril (1) y 31 de mayo (2)].


Número de granos por espiga El número de granos por espiga, independientemente del ciclo del material, fue significativamente mayor cuando el material se sembró hacia fines de mayo (Figura 2.3). Los ciclos largos sembrados hacia fines de mayo produjeron 28% más de granos por espiga. En los ciclos corto-medio, la diferencia a favor de la siembra de mayo respecto a la de abril fue del 33%. Figura 2

Granos por metro cuadrado (1), Espigas por metro cuadrado (2), Granos por espiga (3), Altura de planta (4) y su comportamiento con respecto al ciclo (L: largo, M: medio, MC: medio-corto, C: corto) y la fecha de siembra [30 de abril (1) y 31 de mayo (2)].

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Espigas por metro cuadrado El número de espigas por unidad de superficie disminuyó toda vez que la siembra del material fue pospuesta (Figura 2.2). Los materiales de ciclo largo sufrieron una merma del

42% (313 a 183) y en el otro extremo, los materiales de ciclo corto vieron disminuido el número de espigas en un 18% (327 a 269).

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Granos por metro cuadrado En cuanto al número de granos por metro cuadrado (Figura 2.1), se observaron diferencias estadísticamente significativas a favor de la fecha de siembra de fines de abril para todos los ciclos, excepto para los ciclos cortos. Los porcentajes a favor de la primera fecha de siembra (30 de abril) fluctuaron entre 45% (ciclos largos) y 10% (ciclos corto-medio).


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Altura Todos los materiales respondieron de la misma manera respecto a la altura de la planta cuando fueron sembrados anticipadamente. Todos resultaron significativamente más altos que aquellos sembrados más tarde. Los materiales de ciclo corto y medio superaron los 90 cm de altura cuando fueron sembrados a fines de abril, mientras que no alcanzaron los 80 cm cuando fueron sembrados a fines de mayo (Figura 2.4).

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Peso de 1000 granos El peso de los 1000 granos osciló entre 36 y 39 gramos y no mostró variaciones estadísticamente significativas relacionadas al ciclo biológico de los materiales o a las fechas de siembra. Análisis de componentes principales, variables y su relación con los tratamientos Para sintetizar el comportamiento de todas las variables y su relación con los materiales y fechas de siembra evaluados, en la Figura 3 se presenta una representación gráfica del análisis de componentes principales (biplot). Los puntos del espacio fila (puntos negros y blancos), corresponden a la combinación genotipo x fecha de siembra, mientras que los puntos del espacio columna (puntos grises), corresponden a las variables estudiadas. El plano de los dos primeros componentes principales explica casi el 70% de la variabilidad total (36% para el componente principal 1-CP 1 y 31% para el componente principal 2-CP 2). El CP 1 está asociado a variaciones entre fechas de siembra, mientras que el CP 2 lo hace con las variaciones entre genotipos. La primera fecha de siembra (puntos negros) se encuentra asociada positivamente a la biomasa aérea, DDA, altura, rendimiento en grano y al número de granos y espigas por metro cuadrado. La segunda fecha de siembra (puntos blancos), se asocia positivamente al número de granos por espiga, índice de cosecha y también al número de granos por metro cuadrado y rendimiento en grano. Cuando se observa el comportamiento de los genotipos agrupados por su ciclo, hay un claro contraste en la ubicación del ciclo largo, sobre el eje imaginario relacionado al rendimiento y según la fecha de siembra. Mientras que en fecha temprana aparece asociado a los mayores rendimientos, en las fechas tardías muestra el comportamiento contrario. Algo similar, pero en sentido opuesto, ocurre para el ciclo corto-medio.

El hecho de que el rendimiento (y su principal componente número de granos) tengan similar peso tanto en el CP1 como en el CP2, pone de manifiesto que tanto la fecha de siembra como los genotipos y su interacción juegan un rol relevante en el rendimiento final. Discusión El rendimiento en grano se sustenta en dos componentes directos: el peso de los granos y su número por metro cuadrado. Estos, a su vez, dependen de dos componentes de índole fisiológica: la producción de biomasa aérea y el índice de cosecha. Los resultados de este estudio muestran que el atraso en la fecha de siembra produjo mermas en el rendimiento en los cultivares de ciclo largo. Tal como señalan GómezMacpherson y Richards (1995), el atraso de la fecha de siembra expone a este tipo de material a condiciones ambientales desfavorables para la expresión del rendimiento en grano. Así, un retraso de 10 días en la antesis, puede provocar una disminución sustancial en el rendimiento (Menéndez y Satorre, 2007). Como era de esperar, el componente del rendimiento más afectado al atrasar la fecha de siembra, fue el número de granos por metro cuadrado. Por otra parte, y tal como lo demostraron Strapper y Fischer (1990), el índice de cosecha aumentó al atrasar la fecha de siembra, aunque dicho incremento no alcanzó a compensar la pérdida de biomasa aérea. Se pudo constatar que un mayor número de granos por metro cuadrado, asociado a un mayor número de espigas, se correspondió con un menor número de granos por espiga. Aún cuando el análisis multivariado no provee evidencia definitiva en cuanto a las bondades de una siembra anticipada (fines de abril) respecto a la habitual de fines de mayo, la respuesta positiva del principal componente del rendimiento en grano, el número de éstos por unidad de superficie y la mayor producción de biomasa, no debería ser desestimada. Por otra parte, y reafirmando esta tendencia, para los materiales de ciclo largo el análisis de la varianza confirmó que el atraso de la fecha de siembra repercutió negativamente sobre el rendimiento en grano.


Figura 3

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Representación biplot del análisis de los componentes principales mostrando relación entre variables evaluadas, fechas de siembra y genotipos pertenecientes a cuatro ciclos. Los símbolos identificados con un punto central (de color contrastante) corresponden a los centroides de los genotipos según el ciclo.

*Referencias:CM:F1 Corto-Medio en fecha 1 (30/04/2016), CM:F2 Corto-Medio en fecha 2 (30/05/2016); C:F1 Corto en fecha 1; C:F2 Corto en fecha 2; M:F1 Medio en fecha 1; M:F2 Medio en fecha 2; L:F1 largo en fecha 1; L:F2 largo en fecha 2; Grano: rendimiento en grano (g m-2), Biomasa: biomasa aérea (g m-2), Nro granos: número de granos por metro cuadrado, Granos por espiga: número de granos por espiga, Altura: altura de la planta (cm), IC: índice de cosecha(%), P1000G: peso de mil granos (g), Nro espigas: número de por espiga m-2, DDA: días desde siembra a antesis.

Conclusiones • Por lo general se asevera que los más altos rendimientos en grano no se corresponden con una fecha de siembra particular. Sin embargo, este trabajo aporta evidencia experimental que apoya la decisión de adelantar, más que atrasar, la fecha de siembra en trigo, sobre todo cuando el material a sembrar es de ciclo largo.

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Bibliografía Andrade, F. H. 2016. Los desafíos de la agricultura. International Plant Nutrition Institute, Acassuso, Argentina. Di Rienzo J.A., Casanoves F., Balzarini M.G., Gonzalez L., Tablada M. y Robledo C.W. InfoStat versión 2016. Centro de Transferencia InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. http://www.infostat.com.ar FAO. 2016. El estado mundial de la agricultura y la alimentación: cambio climático, agricultura y seguridad alimentaria. Informe digital. Foley J. 2014. A five-step plan to feed the world. Natl. Geogr. Online, May. http://www.nationalgeographic. com/foodfeatures/feeding-9-billion/ Gebeyehou G., Knott D. R. and Baker R. J. 1982. Relationships among durations of vegetative and grain filling phases, yield components, and grain yield in durum wheat cultivars. Crop Science 22:287-290. Gomez-Macpherson H. and Richards R. A. 1995. Effect of sowing time on yield and agronomic characteristics of wheat in south-eastern Australia. Australian Journal of Agricultural Research 46:1381-1399.

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McDonald G. K., Sutton B. G. and Ellison F. W. 1983. The effect of time of sowing on the grain yield of irrigated wheat in the Namoi Valley, New South Wales. Australian Journal of Agricultural Research 34:229-240. Menéndez F. J. and Satorre E. H. 2007. Evaluating wheat yield potential determination in the Argentine Pampas. AgriculturalSystems 95:1-10. Regan K. L., Siddique K. H. M., Tennant D. and Abrecht D. G. 1997. Grain yield and water use efficiency of early maturing wheat in low rainfall Mediterranean environments. Australian Journal of Agricultural Research 48:595-604. Stapper M. and Fischer R. A. 1990. Genotype, sowing date and plant spacing influence on high-yielding, irrigated wheat in southern New South Wales. II. Growth, yield and nitrogen use. Australian Journal of Agricultural Research 41:1021-1041. Yan W. and Hunt L. A. 2001. Interpretation of genotype×environment interaction for Winter wheat yield in Ontario. CropScience 41:19-25.

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Evaluación de la calidad panadera de harinas refinada e integral derivadas de trigos cultivados en un sistema convencional y otro de transición agroecológica.

Palabras Claves: Agroecología; Trigo; Panificación; Harina Integral; Harina Refinada.

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Alumna de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Facultad de Ciencias Agropecuaria (UNC). Trabajo final correspondiente al Área de Consolidación en Agroecología y Desarrollo Territorial. 2 División Harinas. José Minetti y Cia. Ltda. S.A.C.I. 3 Docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC). 1

Calidad panadera de harina integral versus refinada

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Autores: Pavoni Garro, M.J.1; Reynoso, J.2; Maich, R.H.3


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Introducción El trigo (Triticum aestivum L.), que tiene sus orígenes en la antigua Mesopotamia, es uno de los cereales más consumidos a nivel mundial. Se destaca por su aporte de energía a través de hidratos de carbono (CHO) complejos y de fibra dietética (FD) soluble e insoluble, así como por una contribución apreciable a la dieta habitual de minerales y vitaminas (Lutz y León, 2009). Su ubicación en el ranking de producción mundial se debe a su adaptabilidad a diferentes ambientes y a su alto rendimiento, así como a las propiedades biomecánicas que presenta su masa (García Molina et al., 2017). La harina de trigo es la más utilizada para la elaboración del pan. El sector panadero tiende a aumentar el uso de harina integral para la panificación ya que ciertos componentes del trigo se concentran en el salvado y en el germen. El desarrollo de nuevos productos bajos en grasa y adicionados en fibra tiene como objetivo explotar el aspecto hedonista en los consumidores, quienes se preocupan cada vez más por vivir la cultura de la salud y el bienestar. Este producto combina los beneficios de los granos enteros (aquellos que incluyen germen, endospermo y pericarpio), bajo contenido de almidón y un porcentaje elevado de nutrientes, incluyendo minerales, vitaminas del complejo B, sustancias antioxidantes, sales minerales y fibra (Cano Montiel et al., 2008). Por otra parte, mejora la absorción de glucosa en sangre y disminuye la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes. Finalmente, se enfatiza cada vez más en nuevos métodos de producción como respuesta a la creciente demanda de la ciudadanía de alimentos cultivados mediante técnicas respetuosas del medio ambiente. En tal sentido, la agroecología propende a un manejo sostenible de los agrosistemas. En cuanto a la calidad del producto para panificación, concepto altamente subjetivo, se obtiene un trigo de “buena calidad” cuando satisface los requisitos del comprador. La proteína del grano es clave e interesa tanto su cantidad como calidad (Vázquez et al., 2009). El porcentaje de gluten, asociado al porcentaje de proteínas, le confiere viscosidad y elasticidad a la masa para la elaboración del pan. Las propiedades reológicas de la masa son gobernadas por la estructura del gluten y las interacciones que se establecen entre las proteínas que lo componen (Lindsay and Skerritt, 1999). Con respecto a la calidad de la harina integral para la

producción panadera, los factores de composición del grano que tienen mayor influencia en la definición de características de calidad de procesamiento del trigo son la dureza del grano (textura del endospermo) y la cantidad y calidad de la proteína insoluble que constituye el gluten (Peña, 2003). El objetivo de este trabajo fue evaluar la calidad panadera de una harina refinada, o blanca, y otra integral derivada de trigos cultivados en un sistema convencional y otro de transición agroecológica. Materiales y métodos Manejo agroecológico El predio se encuentra situado en la localidad de Corralito, departamento Tercero Arriba, pedanía El Salto, provincia de Córdoba, Argentina. Coordenadas 32º01´30”S – 64º11´31”O. El material de trigo utilizado es de origen desconocido (ecotipo), al que se denominará “Adrián”. El establecimiento se encuentra en una transición hacia un sistema agroecológico, entendiéndose por transición agroecológica al proceso de transformación de los sistemas convencionales de producción hacia sistemas de base agroecológica. La siembra en directa se realizó el 15 de mayo del 2016. Se sembraron cien kilos de semilla por hectárea. Las precipitaciones ocurridas durante el ciclo fueron de aproximadamente 156,9 mm. Al cultivo no se le aplicaron tratamientos fitosanitarios. Manejo convencional Los ensayos se condujeron en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, ubicado en el camino a Capilla de los Remedios, km 15,5. Se evaluaron materiales de trigo comerciales (Klein Rayo, Fuste y Baguette 601) y líneas experimentales (21-1314, PyA 37-03-14 y 1-12-13). Los materiales comerciales y experimentales estuvieron representados por ciclos cortos, intermedios y largos. La siembra se llevó a cabo el 30 de abril del 2016 sobre un suelo Haplustol Entico, en siembra directa, en micro parcelas. Cada parcela estuvo compuesta por tres surcos de 5 m de longitud distanciados por 20 cm. La densidad de siembra fue de 250 semillas viables m2. No se realizó aporte hídrico extra, el agua disponible para el cultivo fue la reserva del suelo al momento de la siembra, aproximadamente 300 mm de agua útil más las precipitaciones acontecidas durante el ciclo del cultivo,


Cosecha y acondicionamiento Se acondicionaron 3 kg de grano por cada material, seis de ellos cultivados en el Campo Escuela y uno en el establecimiento en transición agroecológica. Cada una de las siete muestras de 3 kg se fraccionó en 2 kg de grano para proceder a la elaboración de la harina 000 y 1 kg de grano para la elaboración de la harina integral.

Análisis reológicos Con el fin de determinar la calidad panadera de la harina 000, se evaluaron las siguientes variables: gluten húmedo, fuerza panadera (W) y relación entre tenacidad y extensibilidad (P/L).

Harina 000 La molienda del material se realizó en su totalidad en el Molino Minetti. Se analizó el contenido de humedad de cada material según la técnica IRAM 15.850 (ISO 712) y se agregó agua hasta alcanzar un valor teórico de 15,5 %. Se homogeneizó la muestra, se dejó en reposo por 24 horas y por último se molió en un Molino Experimental Bühler de 70% de extracción. Se obtuvo 1 kg de harina refinada por material.

Panificación La panificación de la harina 000 e integral se llevó a cabo en el Molino Minetti. El volumen del molde utilizado fue de 1250 cm3. Para la elaboración del pan se usaron 250 g de harina, 5 g sal, 12,5 g de levadura prensada y 150 ml agua. Se dio inicio al proceso con 8 minutos de amasado, seguido de 5 minutos de reposo. Continuó con el leudado (75 minutos aproximadamente), a una temperatura de 36º C y una humedad de 80%. Por último, se colocó la masa en el horno, durante 30 minutos a 220º C. Se midió el

Tabla 1

Evaluación de volumen de pan (ml) y parámetros reológicos en cultivares comerciales, líneas experimentales y un ecotipo de trigo para pan. Material

Origen

Harina (tipo)

Volumen de pan (ml) Gluten húmedo (%) W (.10 exp-4)

P/L

21-13-14

Línea experimental

000 Integral

950 600

26,5

210

0,40

PyA 37-03-14

Línea experimental

000 Integral

1000 480

20,3

210

1,40

1-12-13

Línea experimental

000 Integral

1000 590

21,5

190

0,63

Klein Rayo

Cultivar comercial

000 Integral

970 750

34,4

254

0,76

Fuste

Cultivar comercial

000 Integral

1000 460

25,6

220

0,93

Baguette 601

Cultivar comercial

000 Integral

1420 540

26,8

237

0,88

“Adrián”

Ecotipo

000 Integral

1000 500

34,5

333

0,62

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Harina integral La molienda se realizó con una máquina moledora de granos. A partir de la molienda de 1 kg de grano de cada uno de los siete materiales, se obtuvo 1 kg de harina integral.

103 Cultivos Invernales 2018

114 mm. No se aplicaron fitosanitarios. Se utilizó un diseño experimental en bloques completos aleatorios con tres repeticiones. El material cosechado, trillado y acondicionado resulta de la mezcla de las tres repeticiones.


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volumen de cada panificación mediante el desplazamiento de semillas de nabo en un recipiente de volumen conocido. Resultados El cultivar comercial Klein Rayo y el ecotipo “Adrián” presentaron los más altos valores de porcentaje de gluten húmedo, 34,4 % y 34,5 %, respectivamente. La línea experimental 21-13-14 brindó un valor intermedio (26,5%) y la línea PyA 37-03-14, presentó el valor más bajo (20,3%) (Tabla 1).

El valor más alto del parámetro alveográfico W le correspondió al ecotipo “Adrián” (333 .10 exp-4), seguido por el cultivar Klein Rayo (254 .10 exp-4). La línea experimental 1-12-13 presentó el valor más bajo (190.10 exp-4) (Tabla 1). El volumen del pan con harina integral del cultivar Klein Rayo resultó un 23% menor al obtenido a partir de la harina 000 (Tabla 1 y Figuras 1, 2 y 3). En el caso del ecotipo “Adrián” la diferencia fue del 50% (Tabla 1 y Figuras 4, 5 y 6). La línea experimental 21-13-14 brindó un volumen

Figura 1

Vista frontal del volumen de pan obtenido con harina 000 e integral del cultivar Klein Rayo.

Cultivos Invernales 2018

104

Figura 2

Corte transversal de la panificación obtenida con harina integral del cultivar Klein Rayo.


Finalmente (datos no presentados), el rendimiento en grano logrado en el Campo Escuela con la línea experimental 2113-14 fue de 53,5 qq/ha, mientras que el cultivar comercial Klein Rayo no superó los 40 qq/ha. El rendimiento en grano

del ecotipo “Adrián” cultivado en Corralito, promedio de 5 hectáreas, fue de 25 qq/ha. Discusión El cultivar Klein Rayo presentó uno de los porcentajes más altos de gluten húmedo (34,4%), con una calidad industrial destacada tanto en la panificación con harina 000 como con harina integral. Estos resultados están en línea con lo afirmado por Vázquez et al. (2009) respecto de que la calidad del producto final está asociada positivamente con Figura 3

Corte transversal de la panificación obtenida con harina 000 del cultivar Klein Rayo.

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de pan con harina integral 20% mayor al que se logró con el ecotipo “Adrián”. Además, esta línea experimental presentó un volumen de pan con harina 000 semejante al alcanzado por el cultivar Klein Rayo, 950 ml y 970 ml, respectivamente (Tabla 1 y Figuras 7, 8 y 9).

Cultivos Invernales 2018

105

Figura 4

Vista frontal de panes elaborados con harina integral y harina 000 del ecotipo “Adrián”.


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el porcentaje de gluten húmedo de la harina. Sin embargo, cantidad y calidad proteica no necesariamente van de la mano. Circunscribiendo el análisis de los resultados al comportamiento industrial de ambos tipos de harina, resulta interesante destacar lo siguiente: 1) Los altos valores de porcentaje de gluten húmedo y del parámetro alveográfico W del ecotipo “Adrián”, se vieron reflejados sólo en un aceptable volumen de pan elaborado con harina 000, no así en el pan elaborado con harina integral. 2) Con valores intermedios de porcentaje de gluten húmedo y W, la línea

experimental 21-13-14 brindó volúmenes de pan de harina 000 e integral equiparable y superior, respectivamente, a los obtenidos con la harina del ecotipo “Adrian”. 3) Los volúmenes de pan elaborados con harina 000 del cultivar Klein Rayo y la línea experimental 21-13-14, resultan coincidentes más allá de la diferencia del 8% a favor del cultivar en cuanto su porcentaje del gluten húmedo; y 4) se confirma el hecho de que cuanto más alto es el rendimiento en grano por unidad de superficie, los parámetros de calidad industrial de la harina tienden a ser más bajos. Figura 5

Corte transversal de la panificación lograda con harina integral del ecotipo “Adrian”.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 6

Corte transversal de la panificación elaborada con harina 000 del ecotipo “Adrian”.


Figura 7

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Vista frontal de panes elaborados con harina integral y harina 000 de la línea experimental 21-13-14.

Figura 8

Corte transversal de la panificación obtenida con harina integral de la línea experimental 21-13-14.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 9

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Corte de la transversal de la panificación alcanzada con harina 000 de la línea experimental 21-13-14

Cultivos Invernales 2018

108

Conclusiones • Si bien la cantidad de proteínas insolubles que constituyen el gluten resulta insoslayable, toda vez que se pretenda caracterizar una harina integral destinada a la panificación (Peña, 2003), se deberían sumar otros tipos de análisis con el objetivo de caracterizar acabadamente las bondades panificadoras de una harina integral.

Bibliografía Cano—Montiel, A. A. 2008. Nuevas tendencias en panificación. En: Temas Selectos en Ingeniería de Alimentos 2:1-7. García Molina, M. D. 2017. Caracterización proteómica de líneas de trigo con muy bajo contenido en gliadinas: implicaciones para el desarrollo de alimentos aptos para el colectivo celíaco. Tesis Doctoral. http://hdl.handle.net/10396/14594 Lindsay M. P. and Skerritt J. H. 1999. The glutenin macropolymer of wheat flour doughs: structure–function perspectives. Trends in Food Science & Technology 10:247-253. Lutz M. y León A.E. 2009. Aspectos Nutricionales y Saludables de los Productos de Panificación. Chile. Universidad de Valparaíso Editorial. p. 47. Peña R.J. 2003. Influencia de la textura del endosperma y la composición de las proteínas del gluten en la calidad panadera del trigo. En: Claudio Jobet (ed.). Avances y Perspectivas en calidad Industrial del trigo. Serie Acta N° 21. INIA Chile. pp. 23- 40. Vázquez D. 2009. Aptitud industrial de trigo. INIA Serie Técnica Nº 177. R.O. del Uruguay. 46 pp.

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Trigo: ¿cómo mejorar la calidad manteniendo los altos rendimientos? Con muy buenos rendimientos pero baja calidad comercial, desde la Regional y Chacra Bragado-Chivilcoy evalúan herramientas de corrección en tiempo real que brinden respuestas rápidas y oportunas.

Palabras Claves: Métodos de Predicción; Corrección; Proteína; Fertilización; Calidad.

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Chacra Bragado-Chivilcoy Aapresid. Contacto: ialzueta@agro.uba.ar

Experiencia de la Regional y Chacra Bragado-Chivilcoy de Aapresid

109 Cultivos Invernales 2018

Autores: Alzueta, I.; Veiga, J.M.; y Verla, G.


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110

Durante el periodo 2014/16, la Regional Bragado-Chivilcoy de Aapresid trabajó fuertemente junto a Sistema Chacras en la caracterización de la magnitud de la brecha productiva de los cultivos más difundidos en sus respectivos sistemas productivos y también en las razones que provocan dicha brecha. En el caso particular del cultivo de trigo, se trabajó sobre una base de datos generada a partir de la información de casi 400 lotes durante el periodo 2006/07 hasta 2014/15, que representan una superficie analizada de alrededor de 3.500 hectáreas anuales. En dicho trabajo se caracterizó el rendimiento medio del grupo en 4887 kg∙ha-1 y se definió el objetivo de alcanzar un rendimiento medio de 5573 kg∙ha-1 en los próximos años. La brecha productiva existente en ese momento era de 686 kg∙ha-1(12%), que resulta comparativamente menor a la observada en el resto de los principales cultivos agrícolas que se realizan en el grupo. A partir de este análisis, se desprende que el rendimiento podría mejorar mediante el diseño de estrategias de manejo que seleccionen como antecesor el cultivo de soja, por sobre los que vienen de maíz, utilizando fechas de siembra tempranas y cultivares modernos de alto potencial de rendimiento. También se debe sumar la realización de un planteo de reposición de fósforo y apuntar a niveles de N disponible que maximicen el rendimiento. En las últimas dos campañas invernales, la mayor parte de la superficie de trigo de los miembros de la Chacra BragadoChivilcoy se realizó considerando estas estrategias, y se alcanzaron rendimientos medios de entre 5500 y 6000 kg∙ha-1. En este sentido, el grupo tiene la percepción de que, dentro del manejo de los cultivos invernales, no se está muy lejos de realizar un manejo de la nutrición óptima para maximizar los rendimientos. Sin embargo, existe un déficit notorio en los niveles de calidad comercial alcanzados (% proteína). Por lo tanto, se plantea la necesidad de conocer las posibles causas de este resultado y así poder diseñar estrategias para mantener esos rendimientos altos y mejorar la calidad comercial. ¿Cómo se genera la calidad en trigo? En el cultivo de trigo, el porcentaje de proteínas en granos (PPG) es uno de los principales indicadores directos de la calidad de los mismos. Diferentes estudios demuestran que la absorción de nitrógeno en distintas etapas del

ciclo ontogénico, modifican estos parámetros. De allí que utilizar la fertilización nitrogenada como herramienta de manejo, puede resultar no sólo en una mayor producción, sino también en una mejor calidad del grano. En 1994, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA) lanzó un Programa de Mejoramiento de la Calidad de Trigo Argentino, a través del cual se modificó el estándar de comercialización del trigo pan, incluyendo -en el rubro PPG- una base del 11% para su comercialización, con bonificaciones y penalizaciones en el precio de acuerdo a si se alcanza o no la proteína de referencia. La absorción de nitrógeno por el cultivo está regulada por la disponibilidad de nitrógeno en el suelo y por la propia demanda del cultivo, que varía a lo largo del ciclo (Lemaire et al., 2008). Durante las etapas tempranas del cultivo, la disponibilidad de N es alta como consecuencia del N disponible en el suelo y se suma la fertilización al momento de la siembra (Angus, 2001). En los momentos de macollaje y encañazón, el cultivo comienza a incrementar la absorción de nutrientes (Dreccer et al., 2003), por lo que la concentración de nitratos en el suelo, disminuye marcadamente (Angus, 2001). En las etapas finales del cultivo (espigazón y llenado de granos), se observan en suelo los valores de nitratos más bajos, lo que provoca muchas veces valores de proteína deficitarios. El nitrógeno se acumula en los granos específicamente durante el llenado de los mismos. Este N proviene principalmente de la absorción durante esta etapa y/o de la removilización del N acumulado previamente en otros órganos (hojas, tallos). En situaciones de deficiencias de N, hasta un 80% del N total presente en plantas de trigo al momento de floración, puede ser re-movilizado hacia el grano. Por lo tanto, el status nutricional del cultivo en floración y, en particular, el porcentaje de N en las espigas de trigo, está fuertemente relacionado con el PPG final. Dado que el N absorbido antes y después de espigazón determina el contenido proteico del grano, la fertilización nitrogenada es una alternativa acertada para mejorar los parámetros de calidad. Cultivos fertilizados con N durante las etapas posteriores a floración, pueden mejorar los valores de proteína del grano (Prystupa & Ferraris, 2011; Alzueta et al. 2014). La respuesta será menor a medida que la situación inicial se encuentre en mejor estado nutricional.


Desde la Regional y la Chacra Bragado-Chivilcoy se propusieron como objetivos (i) evaluar el comportamiento de un predictor rápido y sencillo (Greenseeker; NDVI) del porcentaje de proteínas en granos; y (ii) estudiar el impacto que tiene la aplicación de fertilizantes nitrogenados alrededor de floración sobre el rendimiento y la calidad. Todo para ser utilizado como herramienta de corrección en tiempo real y así poder mejorar la calidad en lotes de alto rendimiento. ¿Es posible predecir el porcentaje de proteínas del cultivo de trigo? Durante la campaña triguera 2016/17, se llevaron a cabo evaluaciones en 11 lotes de producción de la zona de Chivilcoy. Para ello, en cada uno de los lotes se realizó una franja con saturación de nitrógeno (dosis >200 kgN/ha). Durante el desarrollo del cultivo, entre los estadios Z4.5 y Z6.5, se midió con el GreenSeeker (NDVI) tanto en el lote como en la franja saturada. Tal como se esperaba, los niveles de NDVI observados en el lote fueron en promedio menores que en las franjas saturadas (0,765 vs.0,829), lo que indica

A su vez, cuando los rendimientos fueron mayores a 4.000 kg∙ha-1, resultó casi imposible cumplimentar con el objetivo de porcentaje de proteína mínimo. Por lo tanto, sería posible que ante una corrección con nitrógeno foliar cercano a floración, el cultivo responda positivamente y pueda alcanzar niveles de proteínas por encima del 10%, siendo esta respuesta mayor a medida que el NDVI relativo es menor. La misma situación se puede suponer en el caso de los rendimientos menores a 4.000 kg∙ha-1, pero con niveles de NDVI relativos menores a 0,900-0,850. ¿Es posible mejorar los niveles de proteína con aplicaciones tardías de N? Para intentar responder esta pregunta, junto a la empresa YARA Argentina SA, se llevó a cabo un ensayo en franjas en Gobernador Ugarte, durante la campaña triguera 2017/18. El mismo consistió de 10 tratamientos de disponibilidad de nitrógeno y en los que el cultivar utilizado fue Klein Rayo. Los tratamientos consistieron en: 5 tratamientos de nitrógeno al inicio del ciclo de cultivo, disponibilidad alta y baja (suelo + fertilizante), diferentes fuentes Nitrodoble (ND; 70 y 130) y Urea azufrada (Us; 100 y 160), que fueron cruzados por dos tratamientos cercanos a la floración, con y sin aplicación de N foliar (20 lts/ha de Last –N de YARA). A cosecha, se observaron diferencias estadísticamente significativas en los niveles de rendimiento, producto de la disponibilidad inicial de N (p<0.05) como de la aplicación de N foliar en floración (p<0.05). En este ensayo

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Un ejemplo de esto sería poder evaluar rápidamente el porcentaje de N en espigas en floración como indicador del PPG final. En el hipotético caso de que este nivel sea bajo a muy bajo, se podría intentar corregir esta situación aplicando una dosis de N foliar, que suele ser de muy rápida absorción y automáticamente es re-movilizado a los granos. Sin embargo, para poder tomar esta decisión rápidamente, es necesario contar con métodos de predicción del nivel de proteína ágiles y sencillos. Una alternativa interesante podría ser la utilización de un NDVI de mano o SPAD. Este tipo de herramientas permiten diferenciar correctamente cultivos que poseen un estado nutricional muy contrastante, siendo mayor el valor de NDVI o SPAD a medida que el cultivo presenta mejor status nutricional.

que efectivamente las franjas saturadas presentaban un mejor estado nutricional. Posteriormente, se cosecharon cada uno de los lotes de producción, observándose una gran variabilidad en los rendimientos, que variaron desde 3.291 hasta 7.103 kg∙ha-1. El promedio del porcentaje de proteína fue de 9,9% y la mayoría de los casos registró niveles que serían penalizados a la hora de la comercialización. Luego, se relacionó el NDVI relativo (lote/saturado) con el porcentaje de proteínas alcanzado en cada lote, discriminando los lotes por el rendimiento alcanzado en dos grupos, menores y mayores de 4000 kg∙ha-1, y con el objetivo de mínima de 10% de proteína. De este análisis surgió que hubo una excelente relación entre ambas variables, indicando que cuando la deficiencia de N fue mayor (NDVI relativos bajos), los niveles de proteínas fueron menores (Figura 1).

111 Cultivos Invernales 2018

Para tomar decisiones de manejo acertadas, es necesario el entendimiento de los procesos fisiológicos que ocurren durante todo el ciclo del cultivo, sumado a un diagnóstico adecuado del status nutricional y pronósticos climáticos confiables. A partir de allí, es posible construir modelos conceptuales que permitan predecir el PPG que se esté alcanzando y, de ser necesario, intervenir para modificarlo y obtener así un lote de granos de mejor calidad. Consecuentemente, también se logrará una mejor comercialización.


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se observó un amplio rango de rendimientos alcanzados, que variaron desde 2004 (Control) hasta 3967 (Us 160 con foliar) kg∙ha-1. Mientras que la aplicación de fertilizantes foliares en floración, mostró un incremento de rendimiento promedio de 390 kg∙ha-1, por sobre el promedio de las franjas sin aplicación de N foliar en floración. Los tratamientos Us 160 y ND 130 mostraron medias que no variaron significativamente entre sí (p>0.05) a pesar de

que ND 130 contaba con 30 kgN ha-1 menos que Us 160. Mientras que Us 100 sí se diferenció significativamente del tratamiento ND70. Cuando se analizaron los parámetros de calidad comercial, se observó que en todos los tratamientos el peso hectolítrico fue muy bueno (>83 kg hl-1), y alcanzó el grado máximo del estándar de calificación de este parámetro (Norma Figura 1

Relación NDVI relativo a la franja saturada y porcentaje de proteína separada por nivel de rendimiento.

Cultivos Invernales 2018

112

Figura 2

Porcentaje de proteína alcanzado (%) por cada uno de los tratamientos evaluados.


Al analizar el porcentaje de proteína alcanzado por tipo de fuente utilizada, se observó que, utilizando ND, se alcanzaron valores menores que al utilizar Us (10.8% vs. 11.3%, respectivamente). Esta diferencia se vio tanto en las disponibilidades iniciales altas como bajas y que fueron utilizadas en el ensayo (Figura 2). Si bien las dosis de N total recomendadas para generar rendimiento mediante

ND son menores que las de Us (por su mayor eficiencia de utilización), puede que la relación entre la disponibilidad de N para el llenado de los granos (fuente) y un elevado número de granos (destinos) sea deficitaria, comparada con los tratamientos de Us, donde se recomendó una dosis de N total mayor, provocando menores porcentajes de proteína en granos. La respuesta absoluta del porcentaje de proteína en grano a la aplicación de N foliar para los tratamientos ND fue de 0.65%. Mientras que en los tratamientos US fue menor y alcanzó sólo 0.37%. Dicha respuesta disminuyó a medida que el porcentaje de proteína alcanzado en el cultivo sin aplicar fue mayor o tuvo una mejor relación fuente-destino de nitrógeno para el llenado. Esto puede ser parcialmente explicado por el N disponible a la siembra y por las diferencias entre el tipo de fuentes utilizadas.

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XX, SENASA). El promedio del porcentaje de proteína del ensayo fue muy bueno (ca. 11,3%) y, en la mayoría de los casos, se registraron niveles que serían bonificados levemente a la hora de comercializarlos. Esto seguramente esté asociado a la variedad K. Rayo, que pertenece al GC 1. El porcentaje de gluten alcanzado mostró una asociación significativa muy fuerte con el porcentaje de proteína (p<0,0001; R2: 0,91), por lo que se puso foco en el análisis del porcentaje de proteína, ya que es el de mayor difusión a la hora de la comercialización.

Consideraciones finales • De la experiencia realizada en la Regional y en la Chacra Bragado-Chivilcoy se destaca que (i) el Greenseeker (NDVI) parece ser una herramienta confiable a la hora de predecir el porcentaje de proteína que puede alcanzar un lote de producción, sobre todo cuando se lo discrimina de acuerdo a su potencialidad de rendimiento; y (ii) que la fertilización con N cerca de floración puede ser una herramienta interesante para mejorar la calidad de lotes de trigo con expectativas de rendimientos elevadas, ya que los valores de proteína se pueden mejorar significativamente y, consecuentemente, los niveles de gluten. Al momento de comercializar los granos, esto permitiría reducir la penalización que habitualmente sufre el precio e incluso se podrían obtener bonificaciones en algunos casos, por su mejora en la calidad. • Por lo tanto, a partir de una franja saturada de N dentro del lote, se puede analizar el estado nutricional del mismo y, según el rendimiento estimado al momento de floración, se puede evaluar si es necesario realizar una fertilización tardía con el objetivo de mejorar la calidad de los lotes de granos. A medida que el lote muestre valores relativos de NDVI sensiblemente menores a los de la franja saturada (0.85-0.90), y ante expectativas de rendimiento elevadas, la posibilidad de encontrar una respuesta positiva a este tipo de técnica será mayor.

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Autores: Maich, J.R.1; Maich, R.H.2 Alumno de la carrera de Ingeniería Agronómica. Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC). Córdoba. 2 Docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC), Córdoba.

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La nueva soja invernal: el lupino australiano

Cultivos Invernales 2018

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El principal uso del lupino se relaciona con la alimentación de rumiantes. Recomendaciones para diseñar la estrategia de producción de este cultivo, aún incipiente en Argentina.

Palabras Claves: Lupino Australiano; Alimentación Animal; Fecha de Siembra; Respuesta Agronómica.


Respecto a su utilización en rumiantes, se obtuvieron buenos resultados con dietas que incluían cantidades superiores al 30% de lupino. En cerdos no es aconsejable superar el 50% de lupino en la ración. Por debajo de esta cantidad y con una suplementación de aminoácidos azufrados, la respuesta es buena. En aves de corral se deben extremar las precauciones y no formular raciones con más del 20% de lupino. El contenido de proteínas, lípidos y perfil de aminoácidos del lupino resultan adecuados para la nutrición de salmones y truchas. En Argentina, el cultivo es aún incipiente, mientras que Australia domina el mercado aportando un 80% de la producción. Por ser una especie de ciclo inverno-primaveral, las fechas de siembra resultan coincidentes a las del resto de los cultivos invernales. De la información disponible, se desprende que es conveniente anticipar la fecha de siembra antes que retrasarla. En cuanto a la densidad de siembra, se aconseja 50 semillas viables m-2, distanciando los surcos a 35 cm. El rendimiento en grano promedio se ubica alrededor de los 2000 kg ha-1.

Objetivo El objetivo de este trabajo fue determinar la respuesta agronómica a la variación en la fecha de siembra en lupino australiano (Lupinus angustifolius L.), durante un trienio de evaluación. Materiales y métodos A lo largo de tres años (2014-2015-2016), en dos fechas de siembra (fines de abril y fines de mayo) y en secano, se evaluó en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) el cultivar de lupino australiano Karo. Cada parcela estuvo compuesta por cuatro surcos de 5 m de longitud, distanciados por 0.35 m, con una densidad de siembra de 50 semillas viables por m-2. El diseño experimental utilizado en cada uno de los tres años de evaluación fue en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones. Se determinó el agua gravimétrica hasta los dos metros de profundidad al momento de la siembra, en cada fecha de implantación, durante los tres años de evaluación, como así también se midieron las precipitaciones acontecidas durante el periodo crítico para la determinación del grano en lupino, 10 días antes y 50 días después de la floración (Saldaña y Calderini, 2012). El rendimiento en grano (kg/ha-1 al 10% de humedad), peso de mil granos (g) y número de éstos por metro cuadrado se midió o estimó, según la variable, a partir de los dos surcos centrales de cada parcela. La información fue sujeta al análisis estadístico correspondiente . Resultados Agua edáfica: El agua útil almacenada a la siembra promedio en 2014, alcanzó el 80% (200 mm) del agua útil total almacenable. En 2015, fue del 70% (170 mm), y en 2016 del 90% (210 mm). Rendimiento en grano y componentes: El análisis de varianza de las tres variables permitió detectar

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El cultivo de lupino se vio restringido por la presencia de factores antinutricionales (alcaloides) en sus semillas, que le confieren un característico sabor amargo. Estos alcaloides son hidrosolubles y tienen diversas aplicaciones medicinales. En líneas generales, la calidad nutritiva del lupino es similar a la de soja y maní. Los lupinos son pobres en algunos aminoácidos esenciales, como la lisina, metionina y triptófano. Para mejorar la calidad proteica, se adiciona metionina y se lo mezcla con otros alimentos. Los minerales que más abundan en los granos son calcio, magnesio, fósforo, potasio y sodio. Es de destacar la significativa cantidad de provitamina A (beta-caroteno), niacina, tiamina y riboflavina.

Como se trata de una leguminosa, el lupino posee la característica de fijar nitrógeno atmosférico en simbiosis con bacterias del género Bradyrhizobium. Simultánea o secuencialmente a la inoculación, la semilla debe ser tratada con fungicidas. Al comparar los rendimientos de un cultivo inoculado respecto a uno no inoculado, las diferencias a favor del primero fluctuaron entre un 20% y un 30%.

115 Cultivos Invernales 2018

Introducción El lupino, perteneciente a la familia de las Fabáceas (papilionáceas), está representado por más de 300 especies. Sin embargo, sólo cuatro de ellas son cultivadas: Lupinus albus L., Lupinus angustifolius L., Lupinus luteus L. -de origen mediterráneo-, y Lupinus mutabilis Sweet, que es de origen sudamericano. El principal uso del lupino se relaciona con la alimentación de rumiantes, especialmente bovinos. La especie que se analizará en el presente trabajo será el lupino australiano (Lupinus angustifolius).


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interacciones significativas entre fecha de siembra y año de evaluación para el rendimiento en grano y el número de granos por unidad de superficie (Tabla 1). Durante los años 2014 y 2016, el cultivo de lupino rindió más cuando fue sembrado hacia fines de abril (2300 kg ha -1 a 2900 kg ha -1). Mientras que en el año 2015 los más altos rendimientos se alcanzaron cuando la siembra se llevó a cabo hacia fines de mayo (2400 kg ha -1). El número de granos por metro cuadrado se comportó de igual manera que el rendimiento en grano. En la tabla 2 se presenta, para los distintos años de evaluación y fechas de siembra,

fecha de floración y precipitaciones acontecidas durante el periodo crítico para la determinación del rendimiento en grano. Discusión Por lo que se desprende de los resultados, el adelanto de la fecha de siembra hacia fines de abril repercutió de manera positiva sobre el rendimiento en grano cuanto mayor fue la cantidad de agua útil almacenada en el suelo a la siembra. Por el contrario, el atraso de la fecha de siembra hacia fines de mayo incidió positivamente sobre la producción de grano Tabla 1

Rendimiento en grano (kg ha -1), peso de mil granos (g) y número de granos (m-2) en lupino cultivado en dos fechas de siembra (fines de abril y fines de mayo) durante un trienio (2014-2015-2016).

Cultivos Invernales 2018

116

*Medias con una letra común no son significativamente diferentes (p<= 0,05)

Tabla 2

Año de evaluación, fechas de siembra y floración, y precipitaciones acontecidas durante el periodo crítico para la determinación del rendimiento en grano en lupino.


Consideraciones finales • Al momento de diseñar la estrategia de producción para el cultivo del lupino, además de una adecuada caracterización ambiental, es imprescindible ajustar las prácticas de manejo más usuales (fecha y densidad de siembra, inoculación etc.). En base a los resultados de este estudio, resulta conveniente anticipar, más que posponer, la fecha de siembra del cultivo. Finalmente, la inoculación repercutió positivamente tanto sobre la cantidad como sobre la calidad del producto.

Bibliografía Fraser, M. D., Fychan, R., Jones, R. 2005. Comparative yield and chemical composition of two varieties of narrow-leafed lupin (Lupinus angustifolius) when harvested as whole-crop, moist grain and dry grain. Animal Feed Science and Technology 120: 43-50. Sandaña, P., Calderini, D. F. 2012. Comparative assessment of the critical period for grain yield determination of narrow-leafed lupin and pea. Europ. J. of Agronomy 40: 94-101.

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en grano y dos de sus componentes (peso individual del grano y número de éstos por unidad de superficie). El cultivo inoculado rindió un 40% más que el no inoculado (2920 kg ha -1 versus 2080 kg ha-1), el peso de mil granos resultó un 12% más alto (188 g versus 167 g), mientras que el número de granos por metro cuadrado aumentó en un 24% (1553 versus 1246).

117 Cultivos Invernales 2018

cuanto menor fue la cantidad de agua útil almacenada. Los rendimientos obtenidos por unidad de superficie, entre 2000 y 3000 kg ha -1, condice con lo citado en bibliografía (Fraser et al., 2005). Finalmente, resulta oportuno divulgar los resultados preliminares respecto al efecto de la inoculación con Bradyrhizobium sp. Cepa G-8 (IMYZA INTA Castelar), formulado por Rizobacter, sobre el rendimiento


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Autores: Menéndez, Y1; Botto, J.1; Gómez, N.1; Miralles, D.1; Rondanini, D.1 Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires. 1

En busca de un modelo para la correcta estimación de cosecha de colza

Cultivos Invernales 2018

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Desarrollo de un modelo de estimación de la madurez fisiológica de colza basado en la humedad de los granos.

Palabras Claves: Lupino Australiano; Alimentación Animal; Fecha de Siembra; Respuesta Agronómica.


El objetivo de este trabajo fue iniciar el desarrollo de un modelo de estimación de la madurez fisiológica de colza basado en la humedad de los granos.

La floración de Hyola 61 comenzó a los 97 días desde la siembra (20/9) y SRM 2836 floreció a los 101 días desde la siembra (24/9). A partir de allí, se cosecharon semanalmente 5 silicuas basales de: la vara floral principal (TP), la segunda rama floral (R2) y la cuarta rama floral (R4) (Figura 1). Se midió el peso fresco y peso seco de silicuas y granos, y se calculó el % de humedad de los granos (en base húmeda) con la siguiente fórmula: % hum = (peso fresco – peso seco)/ peso fresco x 100. Se ajustaron funciones bilineales con punto de corte a las dinámicas de crecimiento de los granos en función del tiempo, y en función del % de humedad de granos, con

Tabla 1

Valores de humedad de grano a madurez fisiológica (MF) en distintos cultivos. Cultivo Soja Cebada cervecera (2 hileras) Girasol (aceitero y confitero) Trigo Maíz Ricino

% de humedad de granos a MF 60 % 48% 38-40% 37% 35-36% 22%

Fuente Fraser et al. (1982) Alvarez Prado et al. (2013) Rondanini et al. (2007), Gesch y Johnson (2012) Calderini et al. (2000), Pepler et al. (2006) Egli y TeKrony (1997), Borrás y Westgate (2006) Vallejos et al. (2011)

Red de INNOVADORES

Las condiciones ambientales pueden modificar el cambio normal de color de silicuas y granos, especialmente ante estrés hídrico y térmico (Cenkowski et al., 1989; Canola Council, 2017). Las enfermedades fúngicas también pueden alterar la coloración de granos y silicuas causando pérdida anticipada de color verde, como por ejemplo la Alternariosis causada por Alternaria brassicicola (Gaetán y Madia, 1998). En este sentido, los indicadores visuales de madurez pueden complementarse con mejores predictores cuantitativos que se puedan medir objetivamente. Una alternativa superadora es utilizar el % de humedad de los granos como indicador del momento en el que los granos dejan de crecer. En varios cultivos existen estos modelos de humedad de grano a MF (Tabla 1), pero en colza aún no se han desarrollado (Elías y Copeland, 2001; Labra et al. 2017).

Metodología En el campo experimental de la Facultad de Agronomía de la UBA (34°35’S, 58º22’O), en un suelo Argiudol típico, se sembraron parcelas de colza (15/6) a dos densidades de siembra contrastantes (15 y 60 pl/m2) que favorecen distinto grado de formación de ramas florales (Rondanini et al. 2017). Se utilizaron dos cultivares de colza primaveral: Hyola 61 (Advanta) y SRM 2836 (Sursem) en un diseño en bloques completos al azar con 3 repeticiones. Las parcelas fueron regadas y fertilizadas con N (100 kg/ha), P (20 kg/ha) y S (15 kg/ha). Las malezas se controlaron mecánicamente, mientras que plagas y enfermedades se controlaron químicamente.

119 Cultivos Invernales 2018

Introducción En colza (Brassica napus L.), la madurez fisiológica (MF) y la madurez de cosecha (MC) se identifican de forma aproximada mediante indicadores visuales, como pérdida de color verde de los frutos (silicuas) y oscurecimiento de los granos en su interior (Iriarte y Valetti, 2008; Canola Council, 2017).


Figura 1

Red de INNOVADORES

Aspecto visual de las silicuas de la base de la vara floral principal (TP), la segunda rama (R2) y la cuarta rama (R4).

Cultivos Invernales 2018

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un nivel de significancia del 5%, utilizando el programa estadístico Infostat (www.infostat.com.ar). A cosecha final, se midió el rendimiento en grano y el % de aceite a partir de la cosecha de los 5 surcos centrales de cada parcela. Resultados El rendimiento en grano fue significativamente mayor en Hyola 61 que en SRM 2836 (1790 kg/ha versus 1460 kg/ha), sin diferencias significativas entre densidades. En cambio, el % de aceite fue significativamente superior en SRM 2836 (46,4%) que en Hyola 61 (44,6%). El crecimiento de los granos fue diferente entre cultivares y posiciones en la planta, tal como se observa en las dinámicas de la Figura 2. El cultivar SRM 2836 obtuvo granos ligeramente más pesados que Hyola 61 (3,3 versus 2,9 mg, respectivamente). Además, los granos de la vara floral principal alcanzaron mayor peso seco que los granos de las ramas. Durante el crecimiento de los granos, el porcentaje de humedad disminuyó desde valores del 80% hasta menos del 10% (Figura 2).

El máximo peso seco final se alcanzó entre los 55-60 días desde floración en Hyola 61, y entre 60-70 días desde floración en SRM 2836, lo que indicó el momento de madurez fisiológica (MF). En el momento de MF, la humedad de los granos coincidió con valores entre 40-50% de humedad (Figura 2). Con la intención de comparar todas las dinámicas de crecimiento en un único modelo, las diferencias entre cultivares y posiciones se relativizaron al peso seco final de grano en MF (=100). Las dinámicas de peso seco relativo en función de la humedad de los granos se muestran en la Figura 3. A pesar de la variabilidad del conjunto de los datos (n=199), se pudo ajustar un modelo bilineal (p<0,01) que explicó el 71% de la variabilidad. El punto de quiebre del modelo indica que la madurez fisiológica se alcanzó con 43% ± 1,7%.


Figura 2

Red de INNOVADORES

Dinámica de peso seco y humedad de granos de colza en 3 posiciones (TP: vara floral principal, R2 y R4: segunda y cuarta rama floral) para los cultivares Hyola 61 a baja densidad (15 pl/m2) y SRM 2836 a densidad normal (60 pl/ m2). Cada punto es la media ± 1 error estándar (n=3). Se muestra el ajuste bilineal al peso seco de granos.

Figura 3

Modelo de humedad de grano a madurez fisiológica en colza. Se muestra el ajuste bilineal a los datos de peso seco relativo y humedad de granos en dos cultivares de colza primaveral (n=199, p<0,01, R2=0,71). Los colores indican los distintos cultivares, densidades y posiciones florales en la planta. La flecha indica la humedad de grano a madurez fisiológica (43%).

Cultivos Invernales 2018

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Conclusiones

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• Los resultados de este ensayo permitieron asociar el momento de madurez fisiológica (MF) con la humedad de los granos en dos cultivares de colza primaveral, indicando que la MF ocurre cuando los granos alcanzan 43% de humedad. • Al comparar este valor con el de otros cultivos de invierno, resulta superior al de trigo (35%) y similar al de cebada cervecera (48%). El elevado valor de humedad a MF permitiría realizar el corte-hilerado de colza más temprano, sin sacrificar rendimiento, y adelantar aún más la liberación del lote para la siembra de cultivos de segunda. Estos resultados serán validados en un mayor número de cultivares y ambientes productivos.

Cultivos Invernales 2018

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Agradecimientos A los semilleros Advanta y Sursem por proveer la semilla para el ensayo. A José M. Olmos, Pablo Cancela, Federico García, Julio C. Bertuzzi, Walter De Nicolo y Luis Pedace por la ayuda técnica. Financiamiento: PICT 2016-1294, PIP 0624 y VT38-UBA9537.

Bibliografía Álvarez Prado, S., Gallardo, J.M., Serrago, R.A., Kruk, B.C., Miralles D.J., 2013. Field Crops Res. 144, 28–33. Borrás, L., Westgate ME, 2006. Field Crops Res. 95, 223–233. Calderini, D.F., Abeledo, L.G., Slafer, G.A., 2000. Agron. J. 92, 895–901. Canola Council, 2017. www.canolacouncil.org/canola-encyclopedia Cenkowski, S., Sokhansanj. S., Sosulski, F.W., 1989. Can. J. Plant Sci. 69, 925-928. Egli, D.B., TeKrony DM, 1997. Seed Sci. Res. .7, 3–11. Elias, S.G., Copeland LO, 2001. Agron. J. 93, 1054-1058. Fraser, J., Egli, D.B., Leggett, J.E., 1982. Agron. J. 74, 81–85. Gaetán, S.A., Madia, M.S., 1998. Bol. San. Veg. Plagas, 24, 573-580 Gesch, R.W., Johnson, B.L., 2012. Field Crops Res. 133, 1–9. Iriarte, L., Valetti, O., 2008. Cultivo de colza. Chacra Experimental Integrada Barrow Convenio MAAyP – INTA. Labra, M.H., Struik, P.C., Evers, J.B., Calderini, D.F., 2017. Europ. J. Agron. 84, 113-124. Pepler, S., Gooding, M.J., Ellis, R.H., 2006. Field Crops Res. 95, 49–63. Rondanini, D.P., Savin, R., Hall, A.J., 2007. Europ. J. Agron. 26, 295-309. Rondanini, D.P., Menéndez, Y.C., Gómez, N.V., Miralles, D.J., Botto, J.F., 2017. Field Crops Res. 210, 104-113. Vallejos, A.M., Rondanini, D.P., Wassner, D.F., 2011. Europ. J. Agron. 35, 93–101.

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Palabras Claves: Resultados; Campaña Fina; Córdoba; San Luis; Regionales.

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ATR Regional Aapresid Laboulaye ATR Regional Aapresid Justiniano Posse 3 ATR Regional Aapresid Río Cuarto 4 ATR Regional Aapresid San Luis 5 ATR Regional Aapresid Montecristo 6 ATR Regional Aapresid Río Segundo 7 ATR Regional Aapresid Los Surgentes-Inriville 8 ATR Regional Aapresid Villa María 9 ATR Regional Aapresid Del Campillo 10 ATR Regional Aapresid Vicuña Mackenna 11 ATR Regional Aapresid Alta Gracia 12 ATR Regional Aapresid Adelia María 13 Coordinador de Regionales Aapresid Nodo Oeste. 1

Regionales del Nodo Oeste Aapresid comparten los resultados de la campaña fina 2017

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Desde las provincias de Córdoba y San Luis, las Regionales de este nodo enumeran los resultados de la campaña. Cultivos más sembrados, fertilización, ciclos, calidad y variedades con mejores rendimientos.

Cultivos Invernales 2018

Autores: Avedano, L.1; Ruiz, A.2; Bernal, A.3; García, D.4; Grasso, G.5; Zamora, G.6; Zorzín, J.L.7; Cuello, J.C.8; Caliccio, J.P.9; Drincovich, M.10; Auliso, P.11; Fiorimanti, R.12; Del Cantare, F.13.


Red de INNOVADORES

Introducción El siguiente informe se realizó a partir de una recopilación de datos de lotes sembrados en 2017 por miembros de las Regionales Aapresid incluidas dentro del Nodo Oeste. El objetivo fue reflejar la tecnología y resultados obtenidos durante la campaña fina 2017 en las distintas zonas.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 1

Localidades donde se informaron datos para el análisis.

El nodo Oeste está conformado por 12 Regionales distribuidas en las provincias de Córdoba y San Luis (Figura 1), que incluyen a 153 productores y una superficie de 260.000 hectáreas aproximadamente. Los datos reflejados en éste informe se recopilaron a partir de 457 lotes de producción y en una superficie de 37359 has. Resultados Los cultivos sembrados en orden decreciente de superficie fueron: trigo, cultivos de cobertura, garbanzo, centeno, cebada y avena. La distribución de la superficie informada se puede observar en la figura 2.

El trigo fue el cultivo con más superficie informada, aunque la distribución en las distintas regionales fue dispar (Figura 3). La siembra de los cultivos invernales y de cobertura se extendió desde marzo hasta septiembre, y los primeros en sembrarse fueron los cultivos de cobertura en el mes de marzo. Luego,

a partir de abril, se comenzó con la siembra de garbanzo que continuó hasta junio. El trigo comenzó a sembrarse en mayo y el mayor porcentaje de superficie sembrada se registró durante el mes de junio, continuando hasta agosto. También se evidenció una mínima superficie en el mes de septiembre. El centeno se sembró entre fines de mayo y fines de julio. Por último, avena y cebada se sembraron desde fines de junio hasta fines de julio (Figura 4). Figura 2

Superficie total por cultivo.

457 Datos 12 Regionales 37359 has

25853

5792

4603 622

246

243


Figura 3

Superficie total por cultivo en cada Regional.

CC

CC CC

Tr

Tr Tr

Gb

Cb

Red de INNOVADORES

Cb Av

Tr CC

Tr

Cn

Tr Cn

Tr

CC CC

Tr

Tr

Cn

Figura 4

Distribuciรณn de la superficie por fecha de siembra.

Cultivos Invernales 2018

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Red de INNOVADORES

Con respecto a los cultivos antecesores, soja fue el cultivo estival sobre el que se sembró el mayor porcentaje de los cultivos invernales, seguido por maíz, maní, girasol y poroto (Figura 5). Sin embargo, el antecesor fue variable para cada cultivo considerado (Figura 6). Con respecto a información de suelo, en el 29% de los casos se realizó análisis de suelo: 15% de los lotes en los que se sembró trigo y en el 36% de los lotes con cultivos de cobertura. En cuanto a la fertilización, el 63% de los casos fueron fertilizados, principalmente lotes de trigo y algunos de cebada para cosecha. Figura 5

Distribución de la superficie por antecesor.

Trigo En el caso de trigo, el antecesor más importante fue soja, seguido de maíz, maní y girasol (Figura 6), siendo variable la distribución por antecesor entre regionales (Figura 7). En el 50% de la superficie informada, el ciclo utilizado fue el intermedio y, debido a la extensión del período de siembra registrado, el restante 50% se reparte entre ciclos cortos y largos. Con respecto a los grupos de calidad, el mayor porcentaje de superficie se sembró con grupo 2 (Figura 8 A y B). El total de variedades informadas fue 24. La variedad más utilizada fue DM Algarrobo (34% de la superficie), seguida por DM Ceibo, Baguette 601, SRM Lapacho y DM Fuste (Figura 9). Con respecto a la tecnología utilizada en el cultivo, se aplicaron fungicidas en el 92% de la superficie, obteniéndose un rendimiento mayor que las superficies que no tuvieron aplicaciones (Figura 10). El 96% de la superficie fue fertilizada, mientras que sólo en el 36% se realizó análisis de suelo.

Cultivos Invernales 2018

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Con respecto al agua que no provino directamente de precipitaciones, solamente el 1% de la superficie recibió riego suplementario y el 40% de la superficie informada recibió aportes de la napa. Figura 6

Antecesores por cultivo. Mn

Ar Mz

Mz

Mz

Mz

G

Sj G Sj

Mn Mz

Po

Sj

Sj

Sj Sj

G


Garbanzo Los antecesores y variedades utilizados se pueden visualizar en la figura 13. La totalidad de la superficie fue fertilizada y se aplicaron fungicidas en el 67% de la superficie.

Cultivos de cobertura El 15% de la superficie relevada se sembró con cultivos de cobertura, siendo el centeno el que mayor superficie ocupó (Figura 12).

En cuanto a rendimiento, la variedad con mayor potencial es Chañarito, seguido muy de cerca por norteño, que es la variedad más utilizada (Figura 14 y Tabla 1).

Figura 7

Antecesores del cultivo de trigo por regional

Sj

127

Sj

Mz

Sj

Sj

Sj Mz

Mz

Cultivos Invernales 2018

G Mn Mz Mn

Sj

Sj

Sj Sj

Mz

Mz

Mn

Mn

Sj

Figura 8

A) Distribución de la superficie por ciclo; B) Distribución de la superficie por Grupo de calidad. A)

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Los rendimientos fueron variables según la zona en la que se encuentra la regional, registrándose los más altos en la zona sudeste de Córdoba, seguida por la zona centro y sur (Figura 11).

B)


Figura 9

Has

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Distribuciรณn de la superficie de trigo por variedad.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 10

Distribuciรณn de la superficie de trigo por variedad.


Figura 11

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Rendimiento (kg/ha)

Rendimiento de trigo por Regional.

Regional

Al analizar el calibre del grano, que es el factor de mayor peso y que determina el precio final del producto, la figura 15 muestra que Kiara tiene mayor porcentaje de calibres 9 y 10, lo que determina mejor precio promedio. El cultivo fue muy afectado por heladas y, en muchos casos, se obtuvieron rendimientos muy bajos, incluso hasta cero. La campaña 2017 se caracterizó por tener dos heladas bien marcadas: una primera el 19/06 de 9 horas a -4,3 grados y una segunda el 17/07 de 10 hs a -6,7 grados que dio el golpe de knock out al 80% de los lotes (Figura 16). Las variedades que mejor resistieron al daño por heladas fueron Felipe y Norteño, seguidas por Chañarito y Kiara. Cabe destacar que son datos de un solo año y existen otros factores determinantes para que las variedades sean afectadas, como son el porcentaje de cobertura y las condiciones hídricas del cultivo.

Figura 12

Distribución de la superficie de cultivo de cobertura por especie.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 13

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Antecesores y variedades utilizados en Garbanzo.

Cultivos Invernales 2018

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Figura 14

Variedades de garbanzo que mostraron mayores rendimientos.

Tabla 1

Rendimiento de garbanzo por variedad. Variedad Chañarito Norteño Kiara

Rinde kg/ha Rinde relativo 2959 2852 2768

100% 96% 94%

10MM Cal 10mm 0% 8% 20%

9MM Cal 9mm 9% 47% 62%

8MM Cal 8mm 71% 35% 15%

7MM Cal 7mm 18% 6% 2%

Caída 2% 4% 2%


Figura 15

Calibre del grano de garbanzo por variedad.

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9 mm 8 mm

7 mm

Figura 16

DaĂąo por heladas durante la CampaĂąa 2017.

Cultivos Invernales 2018

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Conclusiones • En las Regionales agrupadas en el Nodo Oeste durante la campaña 2017, el principal cultivo invernal fue el trigo, que tuvo rendimientos en general muy buenos. La mayor parte de la superficie de trigo fue sembrada sobre soja (85%), fertilizada (95%) y recibió aplicaciones con fungicidas (92%). La variedad más sembrada fue Algarrobo con el 34% de la superficie. Casi la totalidad de la superficie fue conducida en secano y el 40% de los lotes tuvieron influencia de napa. El ciclo más sembrado fue el intermedio (50%) y el grupo de calidad fue el 2 (76%). • Con respecto a cultivos de cobertura, el centeno fue el que ocupó mayor superficie (86%). Solamente el 8% de la superficie fue fertilizada. • En garbanzo, la variedad más sembrada fue Norteño (60%). La totalidad de la superficie fue fertilizada y el 67% de la superficie recibió aplicaciones con fungicida. La variedad que registró mejor rinde en kg/ha fue Chañarito, pero la variedad con mejor precio promedio fue Kiara.

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Agradecimientos A los integrantes de Regionales por facilitar los datos.

Bibliografía InfoStat. 2002. InfoStat. versión 2004. Manual del Usuario. Grupo InfoStat, FCA, Universidad Nacional de Córdoba. Primera Edición, Editorial Brujas Argentina.

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Empresas Socias 133

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La calidad en cereales de invierno se construye desde el inicio

135 Cultivos Invernales 2018

Autores: Ing. Agr. Carolina Martin Ing. Agr. Josefina OmaĂąa


La calidad obtenida en el cultivo de trigo está asociada a la interacción de distintos factores: variedad, manejo y protección del cultivo (barbecho, control de malezas, control de enfermedades) nutrición del cultivo y factores ambientales como temperatura y humedad.

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La demanda de calidad del mercado de trigo se puede dividir entre el mercado interno, para la producción de panificados y pastas, y el mercado externo donde Brasil representa uno de los mercados más atractivos para las exportaciones de Argentina.

Cultivos Invernales 2018

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Las tendencias del mercado de trigo y cebada varían entre y durante la campaña. Es frecuente que al momento de planificar el año agrícola y calcular los márgenes, el escenario de precios no sea muy alentador en términos de la búsqueda de calidad, lo cual no siempre coincide con el precio al momento dela comercialización. Un claro ejemplo es lo ocurrido durante la última campaña. Comenzamos la siembra con un perfil de humedad alto y apartir de noviembre se instaló el fenómeno “La Niña”, caracterizado por precipitaciones por debajo de la media que combinado con entradas de frentes fríos provocaron heladas tardías a fin de noviembre. Esto impactó negativamente en el rendimiento, con reducciones entre 1000 y 1500 kilos por hectárea en suelos bien fertilizados, tal como se observó en los trigos del Sudoeste y Sudeste de Buenos Aires, que alcanzaron valores de proteína entre el 10 y 11 %, determinando una buena oferta de calidad para la industria. Una situación diferente se da en el norte de la provincia de Buenos Aires, donde los rindes fueron altos y si bien se fertilizó con dosis superiores a las habituales, la calidad panadera demandada no encuentra una oferta fluida. Esta situación pone de manifiesto que para poder alcanzar los objetivos planteados es fundamental tener un enfoque sistémico. De esta manera, la planificación de la estrategia nutricional es vital, resultando cada vez másútil la adopción de herramientas de diagnóstico para poder tomar decisiones con mayor flexibilidad a lo largo del ciclo de cultivo. En este sentido, además de las herramientas disponibles, el otro componente de esta estrategia es la correcta elección de la fuente de nitrógeno, donde la rápida disponibilidad y las menores pérdidas incrementan la eficiencia del sistema. Durante la campaña 2017-2018 Yara lanzó la solución para

cereales de invierno Yara TCPlus. Con la participación de casi 300 productores y 8000 ha sembradas, construir la calidad desde el principio fue la premisa de la solución que pusimos a disposición del productor. Por otra parte, conseguimos responder a la necesidad del productor además de detectar las deficiencias nutricionales zonales, diversas tendencias según localidades y ajustar los modelos de predicción actuales. El plan incluyó el muestreo de suelos, análisis y recomendación de fertilizaciónhasta un informe final con datos de rendimiento, proteína y gluten alcanzados. Durante el ciclo de cultivo se hicieron mediciones con Yara N-Tester, un medidor de clorofila en tiempo real, paraajustar la fertilización nitrogenada en primer nudo. Este monitoreo permitió corregir deficiencias nitrogenadas que se traducirían en rendimiento. Posteriormente, en el estadio de hoja bandera, se repitió el procedimiento, ahora con el objetivo de ajustar la fertilización para lograr calidad. Un ejemplo de la ejecución del programa es el caso de la firma Bellamar en Lobería, provincia de Buenos Aires. El establecimiento El Bonete, a cargo del Ing. Agr. Tomás Perez Marino participó de la propuesta con la variedad de trigo candeal Topacio. El objetivo fue comparar el manejo usual de la firma con la propuesta del programa. La tecnología de uso de la firma incluía 110 kg/ha de MAP, 110 kg/ha de Urea y 190 lt/ha de UAN-S en el primer nudo. En cuanto al planteo de Yara la fertilización de base fueron 110 kg/ha de fosfato monoamónico (MAP) y en macollaje se recomendó la aplicación de 200 kg de Yara Bela Nitrodoble. Asimismo, se realizó una franja de saturación de nitrógeno para poder realizar las mediciones, esta franja se saturó con 300 kg de urea. En el estadio de primer nudo se realizaron las mediciones con N-tester para evaluar el estado nutricional del cultivo. Como el índice de suficiencia de nitrógeno (ISN) se encontró por encima del 95% no se recomendó una segunda aplicación ya que no se esperarían respuestas al agregado de nitrógeno. Llegando al estadio de hoja banderase monitoreo nuevamente con N-Tester, para evaluar si era necesario el aporte de nitrógeno para lograr el % de calidad objetivo. Con un valor de ISN mayor al 95% no se recomendó la aplicación de nitrógeno. El gráfico 1 muestra los resultados obtenidos.


Gráfico 1

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Análisis económico y agronómico del establecimiento.

Fuente: Establecimiento El Bonete

Gráfico 2

Correlación entre el % de proteína y gluten con el índice de suficiencia de nitrógeno.

Fuente: Base de datos del programa TCPlus

Cultivos Invernales 2018

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Como se muestra en el gráfico, es posible lograr un mayor retorno de la inversión a través de una mayor eficiencia de uso de los recursos. El manejo de los 4 principios de la fertilización: fuente, dosis, momento y forma de aplicación, combinado con herramientas disponibles como Yara N-Tester permiten un mejor resultado económico y mayor seguridad en términos del resultado agronómico esperado. Calidad en trigo: la fertilización foliar como herramienta clave Con respecto a la calidad obtenida, al analizar un conjunto de datos obtenidos bajo el programa TCPlus que incluían además de la fertilización granular, aplicaciones foliares de YaraVitaLast Ny correlacionar los parámetros, se observa el incremento de éstos a partir del ajuste de la dosis de fertilización foliar en el estadio de hoja bandera, con el método de diagnóstico y recomendación calibrado por el laboratorio Fertilab.

El Índice de suficiencia (ISN) de nitrógeno se obtiene dividiendo el valor obtenido de la medición del lote con Yara N-tester sobre el valor de la franja de referencia. Con este índice podemos estimar el % de proteína que uno esperaría obtener en el cultivo en función del status nutricional en ese momento, sin aplicaciones adicionales de nitrógeno y, por el contrario, tomar la definición de aplicar nitrógeno foliar en estadios tardíos. Los resultados se muestran en el gráfico 2. La tendencia aquí presentada permite confirmar que podemos tener flexibilidad en la toma de decisiones con respecto a las aplicaciones divididas de nitrógeno a lo largo del ciclo del cultivo.

Cultivos Invernales 2018

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Conclusiones • Un correcto manejo del programa nutricional permite una mayor retorno de la inversión en fertilizantes. • Es posible incrementar parámetros de calidad y rendimiento a través de un manejo preciso de las aplicaciones de nitrógeno, en función de la demanda del cultivo y el objetivo esperado. • La combinación de herramientas de medición con fuentes de nitrógeno seguras, eficientes, de rápida disponibilidad para el cultivo y sin perdidas por volatilización, en aplicaciones a suelo como foliar, permiten tomar decisiones con mayor seguridad en cuanto al manejo de nitrógeno.


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Nutriciรณn del cultivo de trigo con seguimiento satelital

139 Cultivos Invernales 2018

Autor: Departamento de Investigaciรณn y Desarrollo. PROFERTIL S.A.


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Se ha comprobado que la mejor nutrición del cultivo de trigo resulta en una mayor eficiencia de uso de agua disponible, que la eficiencia del uso del N depende de las MPM para la nutrición (dosis, fuentes, forma y momento de aplicación), y que los cultivos con un buen balance de nutrientes son generalmente los más tolerantes o menos afectados por enfermedades foliares. A su vez el Nitrógeno (N) y el Azufre (S), han demostrado ser los nutrientes que con mayor frecuencia condicionan la obtención de altos contenidos de gluten y proteínas en los granos de trigo.

Cultivos Invernales 2018

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Sabemos que casi el 30% de las variaciones de rendimiento en regiones trigueras argentinas es explicado por el manejo de la nutrición. Por lo que es muy importante utilizar Herramientas de Diagnóstico, que nos ayudan a definir la estrategia de fertilización, pensando en las necesidades del cultivo, la eficiencia de uso de los nutrientes y el cuidado del medio ambiente. En los últimos años se han desarrollado distintas tecnologías de información basada en el posicionamiento satelital con datos georeferenciados de los lotes, que permiten la obtención de imágenes satelitales para elaborar mapas de productividad, realizar seguimiento de NDVI; desarrollar alertas y otras opciones más avanzadas. Lo que lleva a definir dentro de un lote sitios con potencialidad de rendimiento muy diferentes que nos determinará diferente requerimientos de insumos.

Como podemos utilizar la tecnología satelital en el seguimiento de cultivos y evaluar nuestras decisiones de fertilización? Las imágenes satelitales son una fuente de datos confiable y permanente, fácilmente accesibles para productores, asesores y técnicos. Con un primer nivel de procesamiento de las imágenes, se obtienen los mapas de índice verde (NDVI), que representan la actividad fotosintética de los cultivos y permite realizar un seguimiento del desarrollo de los mismos en forma remota, poniendo el foco en fechas claves, apoyando el trabajo a campo y dirigiéndolo a áreas que requieren atención inmediata. Para evaluar esta potencialidad, durante la Campaña 201718 llevamos a cabo 3 ensayos de trigo junto a la empresa GeoAgro. Los mismos se desarrollaron con productores de

distintas localidades: Sampacho (Córdoba); Necochea (Bs. As) y Passman (Bs. As). El objetivo de estos ensayos fue evaluar la respuesta del cultivo de trigo a la aplicación de distintas dosis de N a nivel lote productor, realizando un seguimiento con índices verdes (NDVI) de imágenes satelitales (GeoAgro). En este artículo presentamos un resumen del ensayo de Sampacho. En la biblioteca técnica de la página www. profertilnutrientes.com.ar encontrarán los 3 informes completos.

Ensayo en franjas – Sampacho (Córdoba). El ensayo se llevó a cabo en un campo de productor a unos 20 km de la localidad de Sampacho, al sudoeste de Córdoba. En la Figura 1 se observan los tratamientos y disposición del ensayo. Se evaluaron distintos tratamientos de fertilización, y dos momentos de fertilización nitrogenada. La dosis en macollaje del T5 se ajustó evaluando el Índice verde (NDVI) que reflejaba la imagen del día 4 de agosto. En dos momentos del cultivo (macollaje y espigazón) se realizaron muestreos a campo; se realizaron conteos de macollos y espigas; se sacaron fotos y se recolectaron datos con la herramienta Ggo (GeoAgro). A partir de estos datos se calculó la correlación entre el número de macollos por metro lineal y el valor del NDVI de cada muestra Gráfico 1. Luego de la aplicación del eNeTOTAL en macollaje en el T5 las imágenes de NDVI empezaron a marcar una mayor coloración verde respecto a T1 y aun mayor sobre el resto de los tratamientos, lo cual se corresponde con lo observado en el lote al momento de espigazón. A partir de estos datos se calculó la correlación entre el número de espigas por metro lineal y el valor del NDVI de cada muestra. Grafico 2. En general, los rendimientos fueron bajos debido a las escasas precipitaciones que hubo durante todo el ciclo del cultivo y


a dos grandes heladas que acontecieron durante el ciclo del cultivo con temperaturas inferiores a -5 °C durante varias horas coincidiendo con baja humedad relativa promedio. Esto llevo a que se observara quemado del área foliar y pérdidas de plantas, fundamentalmente en los testigos. Como se observa en el Gráfico 3, los tratamientos con fertilización tuvieron diferencias con respecto al testigo sin fertilizar que variaron entre 300 a 500 kg/ha. Siendo la

aplicación de la dosis total de N a la siembra, la práctica que mejores resultado obtuvo. En los Gráficos 4 se pueden observar una muy buena correlación entre los NDVI, sobretodo macollaje, con el rendimiento final (Gráfico 3). Con ello corroboramos el valor de realizar el seguimiento con mapeo satelital para evaluar las decisiones que tomamos y en algunos casos con posibilidad de corregirlas. Figura 1

Empresas Socias

Tratamientos y ubicación del ensayo de Sampacho.

Figura 2

El día 27/8/17 se realizó un conteo de macollos y se recolectaron datos con la aplicación móvil Ggo, la cual permite saber el lugar exacto de muestreo.

NDVI 27/8/2017 – Macollaje

Puntos de muestreo - Ggo

Cultivos Invernales 2018

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Gráfico 1

Empresas Socias

Correlación entre conteo de macollos y NDVI (imagen satelital).

Cultivos Invernales 2018

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Figura 3

El día 27/10/2017 se realizó el conteo de espigas y se recolectaron datos con la aplicación móvil Ggo al igual que el muestreo anterior.

NDVI 29/10/2017 – Espigazón

Puntos de muestreo - Ggo


Gráfico 2

Empresas Socias

Correlación entre conteo de espigas y NDVI (imagen satelital).

Gráfico 3

Rendimiento del cultivo de trigo bajo distintos tratamientos de Feryilizacion. Localidad: Sampacho. Campaña 2017-18.

Cultivos Invernales 2018

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Gráfico 4

Empresas Socias

Evaluación del NDVI en dos momentos del cultivo de trigo. Localidad: Sampacho. Campaña 2017-18.

Cultivos Invernales 2018

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Comentarios finales • El balance de nutrientes es fundamental para el manejo eficiente desde el punto de vista agronómico, económico y ambiental responsable. • La utilización de fuentes nitrogenadas estabilizadas (eNeTOTAL) aseguran la mejor eficiencia de uso del N, en situaciones de estrés hídrico. • El uso de herramientas de diagnóstico y de tecnología satelital ayudan a la toma de decisión y a la evaluación de las mismas. • La Estrategia de Fertilización más apropiada es aquella que permite obtener una adecuada rentabilidad, aprovechando la potencialidad del ambiente y conservando las propiedades químicas, físicas y biológicas del Sistema Productivo.

Profertil recomienda consultar a su asesor de confianza y evaluar el uso de mezclas a medida que faciliten la incorporación del P, el N y el S necesario (Proterra S) y complementar en macollaje con N (Urea y eNeTOTAL Plus). www.profertilnutrientes.com.ar/red-distribucion




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