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El Mejor Piloto Agrícola
En cualquier actividad, la búsqueda de la excelencia es un hábito de los profesionales de la calidad. De hecho, la palabra “excelencia” suena muy atractiva a los oídos; nos gusta colocarla en nuestros currículums y publicidades. La discusión comienza cuando nos preguntamos: ¿qué es realmente la excelencia? ¿Qué define a un gran piloto agrícola? Si se malinterpreta el concepto de “excelencia”, todo lo que hagamos en nombre de su búsqueda, en vez de hacernos mejores profesionales, nos puede llevar a resultados desastrosos.
En nuestra actividad los egos inflados son más comunes de los que nos gustaría admitir. Por lo tanto, no es raro encontrar pilotos u operadores que se autodenominan “los mejores”. ¿Ser el mejor implica ser el más seguro, el más rápido, el más atrevido o el que gana más dinero? ¿Es la excelencia la combinación de todas estas características? Como habrán notado, hoy tengo más preguntas que respuestas.
Sin embargo, no espero que emerja un gurú como los personajes de ficción (una especie de Maestro Yoda) y serenamente nos guíe a través del valle oscuro de la incertidumbre. Especialmente porque sabemos que no existe una única receta para el éxito. De hecho, este es otro concepto que varía entre las personas.
Lo que somos en el ámbito profesional inevitablemente refleja mucho de lo que somos como personas. Nuestras prioridades, valores, miedos, vanidades y ambiciones...cada una de ellas tendrá un impacto diferente en nuestra ecuación de “excelencia/éxito”.
Generalmente utilizo una técnica que ha probado ser eficiente a lo largo de los años; observo la actitud de pilotos respetados y experimentados. En particular, presto atención a personas con un historial de seguridad y una personalidad menos engreída, debido a que la vanidad, por regla general, es una terrible consejera. Sin embargo, un piloto veterano con la cabeza en su lugar puede ser una fuente de sabiduría que vale la pena beber.
Además de estos pilotos, busco información en libros y publicaciones. Siempre creo que necesitamos diferenciar la información de la opinión. Tener una opinión no es un pecado, al contrario, ¡es un derecho! Aunque, sinceramente, si la opinión de un piloto va en contra del manual de operaciones, ¿dónde coloca eso su opinión?
Ante la duda, sigo al manual. Después de todo, cuando tomamos el mando de un avión somos responsables de su operación. Además, si tengo que dar explicaciones ante un juez, pienso que es mejor justificar mis decisiones respaldadas por el manual de operaciones del avión y no por la opinión de un amigo “Top Gun”.
Curiosamente, en la aviación agrícola parece ser más común estar involucrado en un accidente o incidente que operar dentro de los límites. Choques por agotamiento de combustible, colisión con cables, operaciones por encima del límite del peso máximo de despegue/aterrizaje producen más sorpresas que hacer las cosas “según el libro”.
Sé que muchos dirán que, en la aviación agrícola, si la operación sigue estrictamente el manual no se gana dinero. Pero me pregunto, “¿cuánto dinero cuesta un accidente? ¿Cuánto cuesta una grieta estructural debido a la constante fatiga mecánica? ¿Cuál es el valor de nuestra imagen profesional ante el mercado y la sociedad? Y más importante, ¿cuánto vale tu vida?”
No se preocupen por responder mis preguntas, simplemente son invitaciones a la reflexión. De hecho, soy extremadamente cautelosa cuando alguien me dice que soy “influencer” o “líder de opinión”. Prefiero creer que todos somos capaces de desarrollar nuestras propias opiniones y pautas para la toma de decisiones.
De las pocas cosas que puedo decir con certeza en este artículo, una de ellas es: nuestro límite siempre debe ser menor que el del avión (No es mi opinión, es un concepto básico de supervivencia para operar cualquier avión).
Además de tener veteranos seleccionados como mentores, me gusta la información de calidad porque permite refutar o validar los hábitos que los pilotos hemos desarrollado a lo largo de nuestras carreras. Existe una guía publicada por la NAAA (Asociación Nacional de Aviación Agrícola) llamada “Professional Operating Guidelines” que contiene muchísima información. La guía contiene 60 páginas de información de calidad. De manera breve y asertiva, la publicación trata técnicas de vuelo, relación con los clientes, selección y entrenamiento del personal, comunicación entre el piloto y su equipo, entre otros. Es importante señalar que la guía deja en claro que el material tiene como objetivo orientar y asistir, pero cada operador es responsable de sus decisiones y debe ser capaz de desarrollar la actividad aero-agrícola de manera segura.
Sé que en muchos aspectos de nuestro trabajo estamos bajo una exhaustiva reglamentación, pero, por otro lado, todavía hay mucha flexibilidad con respecto a la manera de operar los aviones. Por lo tanto, es importante buscar información de calidad, ya sea de un mentor o de las páginas de un buen libro. Dicen que en la vida somos fuertemente influenciados por las personas con las que convivimos, los libros que leemos y los lugares que visitamos. Concuerdo, y lo mismo sucede con nuestra vida profesional.
Aprovecho este artículo para decir un breve “adiós” como colaboradora de AgAir Update. En los próximos meses estaré ausente de estas páginas ya que me ocuparé de otros proyectos personales y profesionales que exigirán mi completa dedicación. Agradezco infinitamente a quienes han dedicado valiosos minutos de sus vidas para leer mis artículos. Los dejo en buenas manos porque la revista AgAir Update tiene un equipo de primer nivel.
Aquí, en Estados Unidos, muchos campos del norte pronto estarán cubiertos de nieve. Los pilotos y los aviones (al menos aquellos que trabajan más al norte del país) recargarán sus energías para la próxima cosecha. Hace poco pasé 4 semanas en Brasil y sufrí el calor. Mis amigos y familia bromeaban diciendo que me convertí en una “gringa” y me acostumbré demasiado al clima frío de Illinois. Entonces, para demostrar lo contrario, me despido como alguien que jamás se olvida de dónde viene.
Para todos ustedes, les digo, “um abraço, um beijo e um queijo! ”
“Veni vidi vici”