Venezuela
Año 4
Del 29 de octubre al 5 de noviembre 2009
Número 157
www.abcdelasemana.com
Precio Bs.F. 1,50
N U E S T R A
P A S I Ó N
E S
L A
V E R D A D
El ABC de Américo Martín, político y escritor
El socialismo es un modelo que ha colapsado históricamente • Los acontecimientos avanzan como río desbordado pero el liderazgo no corre con la velocidad requerida • Gobierno de Chávez se mantiene en pie acentuando su índole represiva y totalitaria • Deterioro social y económico es una lápida que pesa sobre el oficialismo /6 y 7
JESÚS HERAS Durante toda una década se insistió en que Chávez quería retrotraernos al Siglo XIX, época en Venezuela de caudillos y montoneras. La discusión no pasó de ser un debate de café porque para el pueblo llano, Hugo Chávez representaba una esperanza y por tanto era la encarnación del futuro. Pero de pronto, todo parece haber cambiado. Montado en su Socialismo del Siglo XXI, es el propio Presidente quien está empecinado en convencernos de que es así. Remontémonos por un minuto al pasado.
EDITORIAL
LA ELECTRICIDAD CAMBIO LAS COSAS El desarrollo de los sistemas de abastecimiento eléctrico a finales del Siglo XIX e inicios del Siglo XX hizo posible la construcción de embalses para almacenar agua a distancia con lo que las ciudades, impulsadas por el crecimiento exponencial a que las condujo la revolución industrial, pudieron crecer a espaldas de sus aguas de origen, llegándose a convertirlas, hasta con desprecio, en simples receptoras de cloacas y de efluentes pestilentes y contaminados. Algo muy similar ocurrió paralelamente en las ciudades con la vida nocturna. Mientras no hubo corriente eléctrica, la gente utilizaba de noche las velas y las lámparas de kerosene y, en el trópico, se recogía temprano para evitar el paludismo transmitido por la picada del zancudo. Pero con el abastecimiento de fuerza eléctrica, la noche se hizo día. Y como los lagos y los ríos, las lámparas de kerosene también cayeron al olvido. Durante casi todo el Siglo XX y en lo que va del XXI, salvo en las zonas rurales más apartadas, la necesidad de quedarse en casa por falta de luz o de bañarse en el río por falta de agua en casa fue algo inaudito. Y lo seguiría siendo a no ser porque el Socialismo del Siglo XXI amenaza con llevarnos de un solo envión de regreso al punto de partida. Y lo más grave es que las cosas se pondrán peor, mucho peor, antes de que puedan ser corregidas. De allí el título de este editorial: El Apagón Socialista. De nadie más es la responsabilidad.
EL APAGÓN SOCIALISTA
EL AGUA Y LAS CIUDADES De las grandes poblaciones que nacieron a orillas del Éufrates y el Nilo, la Biblia nos aporta un amplio testimonio. En Europa, las mayores ciudades también crecieron en torno a caudalosos ríos, el Támesis, el Sena, el Danubio... En nuestro suelo, Caracas fue fundada al norte del Guaire. Maracaibo y Valencia, en las riberas de los lagos que llevan sus nombres. Las aguas del río Turbio, del Neverí, el Manzanares, el Torbes, el Chama, el Apure, el Arauca y el Orinoco, vieron nacer a Barquisimeto, Barcelona, Cumaná, San Cristóbal, Mérida, San Fernando y Ciudad Bolívar… La presencia de agua en abundancia fue siempre indispensable. Los ríos eran fuente de agua dulce para la población y cuando eran navegables -en nuestro caso el Apure, el Arauca y el Orinoco- también servían para las actividades mercantiles y el abastecimiento.
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