Venezuela
Año 8
15 de agosto 2013
Número 332
www.abcdelasemana.com
Precio Bs.F. 10,00
N U E S T R A
P A S I Ó N
E S
L A
V E R D A D
El ABC de Alba Revenga / Vicepresidente ejecutiva de Globovisión
Globovisión debe ser la expresión del país, no solo de lo negativo, también de lo positivo y aspiracional • Si no reconocemos que el entorno político, social y económico, está partido en dos trozos, dividido, diseñaremos de manera errada nuestro trabajo • Tenemos que apostar a que Venezuela puede reencontrarse y a que solamente unidos es posible avanzar en el desarrollo positivo del país /8 y 9
EDITORIAL
Armando Durán
El desabastecimiento y la inflación colocan a Maduro al borde del abismo / 7 Luis Ugalde
No es la Constitución la que está enferma en Venezuela, sino la sociedad / 5
EL SEÑUELO CONSTITUYENTE “Ningún ejército puede detener una idea a la que le ha llegado su momento” Víctor Hugo JESÚS HERAS En un país como el nuestro, que ha tenido 26 constituciones en sus 183 años de vida republicana, nada extraño que, transcurridos casi tres lustros de la última carta magna (1999), importantes voces hayan surgido llamando a redactar una nueva. La iniciativa fue avivada hace cinco años, cuando una vez derrotada por votación popular la reforma propuesta por Hugo Chávez en 2007, éste se valiera de todo tipo de artimañas, referendo, decisiones amañadas del TSJ, etc., para hacer efectivos sus deseos, primero, de aspirar a reelecciones indefinidas, y luego, de colocar en sus manos aun mayores cuotas de poder. Tanto nadar, diría el pescador, para morir ahogado en la orilla. Extraño podría ser el planteamiento, sí, para los integrantes de la generación del ‘58, hombres y mujeres ya pisando los 70, que solo vieron nacer una Constitución, la del ‘61… y ésta, no de una Asamblea, sino de un Congreso bicameral Anticipable como era la nueva iniciativa, muy diferentes lucen las motivaciones. Algunos, con inusitado fervor, llevan adelante un extenso proceso de consultas, deseosos de producir la mejor Constitución del mundo: llamémosla la fórmula ideal. Otros, en cambio, la promueven como fórmula expedita para convocar a elecciones y renovar
Luis E. Giusti L.:
los poderes: Un carmonazo legal. Convocar una Constituyente como herramienta para renovar mandatos, tiene en nuestro caso cierto asidero. En el marco de la polarización que existe, un nuevo Presidente, sin contar con el respaldo o tener afinidad alguna con los demás poderes, difícil le sería gobernar. Pero lo que se plantea, si lo entiendo bien, es algo distinto. Se pretende recoger firmas para convocar una Asamblea Constituyente sin antes haber elegido a un nuevo Presidente. Algo que tal como lo demuestran pasadas experiencias, la del 2004 en primer lugar, no llevaría a nada. Si aquellas firmas, consignadas entonces en papel de seguridad bancario, y ante testigos internacionales, fueron desconocidas por el CNE, ¿qué podríamos esperar ahora? Y, sin embargo, la propuesta sigue viva. Está inscrita en nuestro ADN. Capriles por dos veces la ha planteado. Pese a que son los gobiernos y no las constituciones las que marcan el sendero de la historia, se insiste en una nueva constitución. Además, se argumenta, si Chávez planteó una Constituyente como señuelo en el ’98 y un país harto de su dirigencia, sintió que con ésta, marcharíamos hacia la refundación de la patria, la propuesta puede tener sentido. Claro, si le llega su momento, claro.
William Anseume
La devoción de vestir de rojo se ha vuelto un mal recuerdo / 4
Fernando Mires
Cuando el populismo entra en fase de declive asoman con nitidez sus rasgos delictivos / 13, 14 y 15
La revolución del gas no convencional viene produciendo cambios en la dinámica energética geoestratégica / 12