Venezuela
Año 11
25 de noviembre 2016
Número 482
www.abcdelasemana.com
Precio Bs.F. 140,00
Embajador Francis Rooney
EDITORIAL
Dialogar es parte esencial del proceso diplomático, pero en esta ocasión, la Santa Sede tomó un camino equivocado / 6 Emili J. Blasco
Los sobrinos aseguran que el chavismo domina el narcotráfico, a través del Cartel de los Soles, y altos de cargos en el gobierno / 10 Philippe Legrain
La agenda antiglobalización de Trump, amenaza con guerras proteccionistas y un choque mundial de civilizaciones / 15
Manuel Malaver
El Vaticano no le pidió a Maduro concesiones, pero obligó a la MUD a suspender la marcha y el juicio político al presidente / 16 y 17
¿TRIUNFARÁ REALMENTE LA PAZ? HENRIQUE SALAS RÖMER La Humanidad recorre terrenos peligrosos. Se rebela contra el orden internacional, y se mueve simultáneamente hacia el aislamiento, el nacionalismo a ultranza, y el populismo, manifestaciones que en el pasado desataron espantosos estallidos. Expresiones de este fenómeno son evidentes: el nacionalismo expansivo de Vladimir Putin; el Brexit, que decidió la separación de Inglaterra de la UE; el espacio que han ido ganando líderes radicales, de izquierda o de derecha, en otros países del viejo continente. Y ahora, Donald Trump. Trump es un hombre que rompe todos los moldes. Hace ocho años, lanzó un movimiento de opinión para demostrar que Obama no había nacido en el país. Y hoy, aprovechando los vientos que recorren el planeta, construye una muralla -no la de México- sino la de un nacionalismo a ultranza que yergue frente al peligro que, en el imaginario de densos segmentos de la población trabajadora, representa un mundo globalizado. Es notoria la visibilidad de Trump. No hay ciudad en EEUU que no tenga un edificio que lleve su nombre, y en Nueva York son muchísimos. A Trump le gusta ser centro de atención, su nombre valoriza las propiedades, y a ello, por supuesto, le saca provecho. Esta semana ocurrió un incidente que dice mucho del próximo presidente norteamericano. Mike Pence, el vicepresidente electo, asistió acompañado de su esposa a la obra teatral Hamilton, comedia musical que recoge vivencias del prócer que quiso abolir la esclavitud. Terminada la presentación, los actores se unieron al borde del escenario para hacer un llamado a la concordia, luego del agrio debate electoral. Pence lo escuchó sin alterarse, pero Trump, que venía manteniendo un bajo perfil, se sintió ofendido y disparó cuatros twits entre la media noche y el amanecer.
La mañana siguiente, alcancé a ver un corto debate televisivo. La polémica se centró, no sobre el contenido del mensaje, sino sobre si el mismo era reflejo o no de un movimiento orquestado. Lo más obvio, sin embargo, pasó desapercibido: Que Trump, libre de las limitaciones que se impuso en la etapa final de la campaña, había aprovechado el incidente para volver a ser Trump: el hombre de la piel sensible, que caza confrontaciones para convertirse en eje de toda discusión. Bien se ha dicho que no hay momentos más terribles en la historia que cuando los viejos tiempos se enfrentan a los nuevos. Surge entonces, como ahora, la polarización y líderes radicales toman las banderas. El Isis, en el universo islámico, es reflejo del fenómeno que venimos describiendo. Como ocurre con las capas tectónicas, los desequilibrios suelen ajustarse lentamente… o irrumpir cuan terremoto. Pasada la crisis, el logro de una paz duradera es reflejo del equilibrio alcanzado. Es allí, en la etapa final de cualquier confrontación, donde se inserta el diálogo como mecanismo para llegar a entendimientos, bien entre los triunfadores, como ocurrió en Yalta, o entre las partes contendientes, cuando existen bases para un entendimiento y razonable igualdad. Pero cuidado. No hay que confundir paz con apaciguamiento. El apaciguamiento no corrige desequilibrios, solo posterga la confrontación. De ello hay un ejemplo clásico. Hitler utilizó el Tratado de Múnich para ganar tiempo, y preparar la invasión de Polonia que desataría la Segunda Guerra Mundial. ¿Surgirá a tiempo el equilibrio? ¿Triunfará realmente la paz? Las preguntas son válidas… para Venezuela también. hsr.personal@gmail.com @h_salasromer
El ABC de Ramón Guillermo Aveledo / Ex Secretario Ejecutivo de la MUD
Se ha roto el hilo constitucional, se ha roto el estado de derecho, y hay que buscar la forma de restablecerlo • El Estado de Derecho sucumbió cuando el gobierno no quiso poner en práctica el diseño constitucional venezolano, sino uno como el de la URSS o Cuba • Se intenta el camino del diálogo para tratar de salvar la vía política para producir el cambio, lo otro es la vía de la fuerza. Esas son las alternativas /8 y 9
Axel Capriles:
La oposición no tiene proyectos coherentes a futuro, salvo volver a un pasado idealizado / 4