Venezuela
Año 11
29 de julio 2016
Número 465
www.abcdelasemana.com
Precio Bs.F. 120,00
Andrés Cañizález
El chavismo está en franca retirada, pero la nueva opción de poder no termina de vislumbrarse / 7 José Toro Hardy
Cuba ve con temor la perspectiva de un nuevo “período especial” como el que padeció tras la caída de la URSS / 5
EDITORIAL
¿DIALOGAR SIN CONDICIONES?
Timothy Garton Ash
En los próximos cuatro meses EEUU será sacudido por una campaña agresiva, negativa y envenenada / 15
Leonardo Padrón
Armando Cabrera jugaba dominó cuando lo llamaron a decirle que lo habían matado. Allí comenzó su calvario / 16 y 17
JULIO CASTILLO SAGARZAZU Si es cierta la afirmación del barón Von Clausewitz, de acuerdo con la cual la guerra es la continuación de la política por otros medios, sería saludable analizar las consecuencias de dos maneras de asumir el diálogo, como ocurrió en Europa en los albores y en medio de la segunda guerra mundial, ahora cuando en Venezuela se debate de nuevo la conveniencia o no de un diálogo entre el gobierno y la oposición. La primera forma de dialogar fue la que adoptó el primer ministro Neville Chamberlain cuando firmó con Hitler el Pacto de Múnich, permitiendo que Alemania se anexara los sudetes checoeslovacos porque de esa manera se calmaría al dictador alemán y se salvaba a Europa de una guerra. El gobierno Checo, por cierto, nunca estuvo presente en Múnich. Chamberlain regresó a Londres (puede verse YouTube) y la BBC reseñó su llegada con el titular “El hombre que salvó a Europa”. En su discurso. El primer ministro dijo a los británicos “podéis ir a dormir todos tranquilos a vuestras casas, nos esperan 200 años de paz en Europa”. No se había secado la tinta de las firmas del acuerdo cuando Alemania invadía a Polonia y comenzaba la II Guerra Mundial. Hitler solo ganó tiempo con el acuerdo para acelerar la carrera armamentística germana. Churchill, quien sucedería al bobo de Chamberlain, dijo en el momento de la firma “usted tuvo que escoger entre la humillación y la guerra, y escogió la humillación que nos llevará a la guerra…” Meses más tarde, y luego del desastre de Dunkerque con la amenaza de la invasión nazi a Inglaterra, de nuevo el embajador italiano se comunica con el gobierno inglés y sugiere un diálogo con Hitler para evitar la invasión. A cambio de su mediación (como un Zapatero cualquiera) Italia pedía la cesión de la isla de Malta. La decisión de Churchill, ya primer
ministro, fue clara. “Ya sabemos con quién negociamos. Los ingleses pelearemos en los mares, en los montes, en las playas, en las calles de nuestras ciudades, pero no nos rendiremos, no nos rendiremos nunca…” Hemos dicho muchas veces que el diálogo es consustancial a la política. Pero, como Churchill, hay que saber con quién se dialoga. En Venezuela hay un gobierno militar, integrado por funcionarios que han amasado cuantiosas fortunas ilícitamente, y la mayoría de quienes ejercen sus altos cargos no pueden poner un pie fuera del país porque los atraparía la DEA. Además, su primera combatiente tiene sobrinos que han declarado que la droga que ofrecían pasaría sin controles por el aeropuerto y que usarían las cuentas de PDVSA para blanquear el dinero; que ponían sus yates y Ferraris como prueba de que eran “serios” en sus vinculaciones con el poder. En Venezuela no dialogaríamos con un gobierno con déficit democrático que se ha equivocado en sus políticas económicas. ¡No! En Venezuela dialogaríamos con una clique que usa el poder sin escrúpulos para organizar el gran saqueo que han llevado a cabo. Sin condiciones no es posible dialogar. Sin fecha del referendo y sin libertad de los presos políticos no es posible sentarse a conversar. Si aceptáramos dialogar sin condiciones solo lograremos que la satrapía gane tiempo como Hitler lo ganó. Conversar sin condiciones es, como lo hizo Chamberlain, optar por una humillación que nos llevará a la guerra. juliocasagar@gmail.com @juliocasagar * Como en ocasiones anteriores, esta semana cedemos nuestro espacio editorial a una columna de especial interés.
El ABC de Ramón Piñango / Sociólogo, prestigioso profesor del IESA
¿A cuántos muertos estamos del RR? • La Oposición vive un tiempo político lento en relación a los problemas que la gente está sufriendo • El gobierno no se mantiene solo por su habilidad • Hay ofertas importantes de ayuda humanitaria y la sociedad civil parece ser incapaz de movilizarse • La Oposición debería estar jugando en más de un tablero, no solamente en el revocatorio /8 y 9
Heinz Dieterich:
El objetivo táctico militar es impedir que caiga Maduro antes del 2017 y así evitar elecciones / 11