El término “alumnos con necesidades educativas especiales” fue acuñado en el informe Warnock (1981) para definir a aquellos alumnos que presentan unas dificultades de aprendizaje que hace necesario disponer de recursos educativos especiales para atenderlos. Leen con mucha dificultad, escriben muy mal, no suelen conocer el abecedario, les cuesta seguir unas pautas en el aula… pero la magia de los botones, de las nuevas tecnologías, algo tan cercano a los jóvenes, el hecho de dar una orden y visualizarla, sin la esclavitud de la escuadra y el cartabón, conllevan una auténtica revolución, con un aprendizaje repleto de transversalidad (lectura, respeto a las normas, conexión con la realidad, acercamiento de las NNTT, etc.) que los acaba cautivando.