REVISTA HUILA No. 65 Julio - Diciembre de 2014

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Fundada el 22 de mayo de 1910

NEIVA - 2014


DIRECTOR

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Don Camilo Francisco Salas Ortiz

REDACTOR

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Don Jairo Ramírez Bahamón

COMITÉ EDITORIAL

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Don Alvaro León Cabrera Guzmán Don Reynel Salas Vargas Don Fernando Antonio Torres Restrepo

PORTADA

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Mosaico del Palacio Departamental Autor: Antonio Valencia Mejía - 1974

EDITORA

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Academia Huilense de Historia Centro Cultural y de Convenciones “José Eustasio Rivera Salas” Carrera 5 No. 21-81 Piso 2 – Bloque 2 Telefax 8740147 E-mail: academiahuilensedehistoria@gmail.com

FOTOGRAFÍAS

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Martín Borrero Urbanski Martha Eugenia López Bedoya Archivos Academia Huilense de Historia

ARTES Y DISEÑO EDITORIAL

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Edgar Avilés Antury Leo Cabrera Guzmán

IMPRESIÓN

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SERVI-IMPRESOS Tel.: 8756202 Neiva

REVISTA HUILA

:

Órgano de la Academia Huilense de Historia Vol. 15 No. 65 Julio - Diciembre de 2014 Neiva: La Academia 2014

Periodicidad irregular ISSN 0120-8438 DIRECTORES (1956-2014) Jenaro Díaz Jordán, Nos. 1 a 14 (10 fascículos) David Rivera Moya, Nos. 15 a 18 (4 fascículos) Alvaro Ramírez Vargas, Nos. 19 y 20 (2 fascículos) Eduardo Unda Losada, No. 21 Gilberto Vargas Motta, No. 22 José Jaime Rodríguez R., No. 23 Gilberto Vargas Motta, Nos. 24 a 42 (19 fascículos) Reynel Salas Vargas, Nos. 43 a 45 (2 fascículos) Camilo Francisco Salas Ortiz, Nos. 46 y 47 (2 fascículos) Reynel Salas Vargas, Nos. 48 a 50 (3 fascículos) Jaime Bravo Motta, No. 51 Margarita Cuéllar de Rivera, Nos. 52 y 53 (2 fascículos) Camilo Francisco Salas Ortiz, Nos. 54 a 65 (12 fascículos) Los artículos publicados en la presente edición son de responsabilidad exclusiva de sus autores. La Dirección.


JUNTA DIRECTIVA PRESIDENTE: VICEPRESIDENTE: SECRETARIA GENERAL: TESORERO: VEEDOR:

Don CAMILO FRANCISCO SALAS ORTIZ Don JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN Doña LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA Don FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO Doña MARÍA ANGÉLICA SUAZA ESPAÑOL

MIEMBROS HONORARIOS Monseñor FROYLÁN CASAS ORTIZ Don GUILLERMO PLAZAS ALCID Don ROBERTO LIÉVANO PERDOMO MIEMBROS EMÉRITOS General JOSÉ JAIME RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ Doña MARGARITA CUÉLLAR DE RIVERA Don DELIMIRO MORENO CALDERÓN Don MISAEL GARCÍA GARCÍA Don JORGE BERMEO ROJAS Don BOLÍVAR SÁNCHEZ VALENCIA MIEMBROS DE NÚMERO POR ANTIGÜEDAD Doña Don Don Don Don Don Doña Don Don Doña Don Don Don Don Pbro. Don Doña

MARÍA DE DE LOS ÁNGELES OLAYA LEGUÍZAMO REYNEL SALAS VARGAS CAMILO FRANCISCO SALAS ORTIZ BERNARDO TOVAR ZAMBRANO JORGE ALIRIO RÍOS OSORIO ALFREDO OLAYA AMAYA LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA JAIME BRAVO MOTTA JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN MARTHA CECILIA CEDEÑO PÉREZ ANANÍAS OSORIO VALENZUELA CARLOS EDUARDO AMÉZQUITA PARRA LUIS EDUARDO CORTÉS ORTIZ FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO JAIRO TRUJILLO POLANCO ALVARO LEÓN CABRERA GUZMÁN MARÍA ANGÉLICA SUAZA ESPAÑOL


Don Don Doña Don Don Don

GABRIEL CALDERÓN MOLINA ALVARO FALLA ALVIRA MARTHA ISABEL BARRERO GALINDO HUMBERTO MONTEALEGRE SÁNCHEZ ORLANDO MOSQUERA BOTELLO ALEXANDER QUINTERO BONILLA MIEMBROS CORRESPONDIENTES

Doña Doña Don Don Don Don Don Don Doña Don

ROCÍO MARTÍNEZ COVALEDA ROCÍO POLANÍA FARFÁN NORBERTO INSUASTY PLAZA GUSTAVO HERNÁNDEZ ARBELÁEZ PEDRO PABLO TINJACÁ RUÍZ JUAN CARLOS ACEBEDO RESTREPO OLMEDO POLANCO PEDRO TULIO MARIN SILVA MARIA CLARA IBARRA LOSADA HENRY RUBIANO DAZA

ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES DE OTRAS CIUDADES Doña Doña Don Don Don Don Gral. Gral. Cnel. Pbro. Pbro. Fray Don Don Don Don Don Don Don Don

ASCENETH AMAYA DE SEGURA ROSARIO FERNÁNDEZ ALJURE FRANCISCO SEGURA ALVARADO CÉSAR JAVELA ORTIGOZA BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ RICARDO MOSQUERA MESA LUIS ALBERTO ANDRADE AMAYA JOSÉ ROBERTO IBÁÑEZ JULIO LONDOÑO PAREDES LUIS CARLOS HERRERA MOLINA S. J. FORTUNATO HERRERA MOLINA S.J. LUIS CARLOS MANTILLA RUÍZ O.F.M. ANTONIO CACUA PRADA HORACIO GÓMEZ LATORRE CAMILO ORBES MORENO EUGENIO GUTIÉRREZ CELY RODRIGO SILVA VARGAS BENJAMÍN ANTONIO VINASCO AGUDELO FERNANDO MAYORGA GARCIA RUBÉN ORDOÑEZ ORTEGA


CONTENIDO PRESENTACIÓN CAMILO FRANCISMO SALAS ORTIZ

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PRESENTACIÓN HUILA es la revista que edita como órgano informativo la Academia Huilense de Historia. Su publicación es semestral; sin embargo, a lo largo del tiempo han circulado algunas ediciones extraordinarias, con el fin de desarrollar temas especiales, como las memorias de los congresos departamentales y los simposios de historia del surcolombiano que ha realizado la corporación en los últimos 30 años. Desde su fundación, en 1956, la revista HUILA se concibió como medio de difusión y fomento de trabajos de investigación, reflexión y revisión de temas históricos y culturales sobre el departamento del Huila y su rol en la región surcolombiana, abordados desde los diferentes enfoques de las ciencias sociales y humanas. La revista HUILA responde, a las políticas institucionales de la Academia Huilense de Historia, una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, dedicada, desde su creación y de manera ininterrumpida, desde su restablecimiento, el 25 de febrero de 1956, a desarrollar estudios, proyectos y eventos a favor de la apropiación social del conocimiento sobre la identidad y el patrimonio cultural, la memoria histórica, la mentalidad política del Huila y el civismo, en el contexto geopolítico colombiano y universal. El presente número de la revista HUILA está alimentado por algunos de los trabajos que los miembros de la Academia Huilense de Historia han realizado durante el presente año, en consideración a los diversos eventos que los han motivado. Así, por ejemplo, hay testimonios de la celebración de las fechas significativas para la ciudad y el Departamento, como los antecedentes mineros de la fundación de la ciudad de Neiva y el aniversario de la declaración de independencia de la provincia de Neiva; de igual modo, aparecen textos que expresan la dinámica de la investigación histórica en el seno de la corporación, como los estudios sobre las sedes del casi bicentenario colegio de Santa Libraba, la investigación sobre la industria petrolera en el Huila y el proceso de creación y consolidación del Instituto 7


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Técnico Universitario del Surcolombiano, ITUSCO; así mismo, se publican síntesis de las conferencias que algunos académicos han dictado en la sede cultural del Banco de la República en Neiva. A ellos corresponde, por ejemplo, los artículos sobre periodismo, sobre los caminos reales, o sobre la riqueza arqueológica de San Agustín. Finalmente, debemos anunciar a nuestros lectores que esta edición de la Revista HUILA, es posible, gracias al estímulo pecuniario de la administración que impulsa el proyecto HUILA COMPETITIVO, dirigida por el abogado Carlos Mauricio Iriarte Barrios, en virtud de que en dicho plan de desarrollo es vital la difusión del conocimiento de nuestra historia para que la memoria no se pierda.

Neiva, Diciembre de 2014.

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BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE LA PROVINCIA DE NEIVA Reynel Salas Vargas Miembro Numerario Academia Huilense de Historia El 8 de febrero, se cumplieron doscientos años de la publicación del acto, mediante el cual los representantes de la Provincia de Neiva declaraban que este territorio, regado por el río Magdalena y acunado por las cordilleras Central y Oriental, era libre de manera absoluta del reino de España; además, que sus habitantes desconocían por completo la autoridad del rey Fernando VII y que sus líderes admitían que el pueblo era soberano y que por tanto sólo de él procedía la autoridad. Cuando en el 2012 se celebraron los doscientos años de la proclamación de la independencia de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca y cuando Antioquia festejó también el Bicentenario de su Independencia el año pasado, tanto en Cali como en Medellín se realizó un acto similar a éste, y a él concurrió el señor Presidente de la República. Quedaba así reconocida la trascendencia de la decisión que rompió, para siempre, con la monarquía en la Nueva Granada, reemplazando la figura del rey por la potestad del conjunto de los ciudadanos, origen de toda autoridad y principio de la igualdad. La idea de celebrar esta fecha en el departamento del Huila se remonta a la creación de la Academia Huilense de Historia en su última etapa. Sus integrantes establecieron que el 8 de febrero,

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día de la independencia de la Provincia de Neiva; el 24 de mayo, aniversario de la fundación de la ciudad de Neiva; el 15 de junio, día en que comenzó a existir el departamento del Huila como entidad político administrativa; y el 18 de septiembre, conmemoración del sacrificio de los Mártires de la Independencia de la Provincia de Neiva, debían celebrarse como fechas especiales. La determinación de los fundadores estaba inspirada en los principios cívicos y patrióticos que profesan quienes valoran los momentos cruciales de la historia de un pueblo, por lo que significan en el proceso de constitución de su identidad. En efecto, quienes dieron los primeros pasos de esta corporación que pronto será sexagenaria, comprendían que un pueblo no puede entenderse como una unidad social, es decir, que un grupo de personas no está en capacidad de pensar ni desarrollar un proyecto político específico si no toma en consideración sus orígenes y sus luchas colectivas, si no es consciente del espíritu que animó a quienes los precedieron en la vida, en la voluntad de ser autónomos, en el propósito de ser por sí mismos, gracias a sus valores, sus riquezas, sus gentes y a las gestas de sus mayores. Es evidente que el año de 1814 está muy distante de nosotros. También lo es que nuestra independencia, al menos respecto de la integridad del territorio, hace ya muchos años que no sufre amenaza. También es aceptado que nuestra independencia política, aquella que nos permite ejercer el derecho a depositar en otra persona nuestra soberanía no está propiamente bien desarrollada. Por ello y por las condiciones políticas actuales, creemos que no estamos desfasados al plantear algunas ideas en torno a la independencia. El tema de la autonomía de los departamentos respecto de Bogotá y de los municipios con relación a las capitales en nuestro país es tan antiguo como nuestra misma existencia como colonia o como nación. Muchos de los conflictos de orden jurídico o político e incluso eclesiástico que se han experimentado a lo largo de la historia colombiana tienen su origen en la fricción entre comunidades que quieren gobernarse por sí mismas o que reclaman cierto nivel de autonomía para dirigir sus destinos y aprovechar sus riquezas y los centros de poder que no renuncian al propósito de someterlas a sus 10


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criterios e intereses. Durante las dos décadas de vigencia de la actual Constitución Nacional, en cuyo proceso de aprobación se promovió, estimuló e institucionalizó la idea de un país descentralizado, Colombia no ha sido capaz de llevar a la práctica la idea filosófica de una nación compuesta por regiones; por el contrario, con el correr de los años se ha retornado al predominio de los intereses que privilegian la centralización en la toma de las decisiones y en el manejo de los recursos, constituyendo ésta política en una odiosa fuente de poder. La perspectiva de la centralización es útil para ilustrar lo que sucedió en la Provincia de Neiva después de 1810. El hecho de que las autoridades de la provincia de Neiva hayan proclamado su independencia absoluta solamente el 8 de febrero de 1814 y no a finales de 1811, como debió haber sido, está íntimamente relacionado con el fenómeno del centralismo. Según Gilberto Vargas Motta en Neiva al Filo del Milenio, el Congreso de Yaguará se reunió para adoptar las providencias para el gobierno de la provincia. Por su parte, de acuerdo con Daniel Gutiérrez Ardila, en su obra Un Nuevo Reino, editado por la Universidad Externado de Colombia en 2010, el referido congreso se citó “para responder la invitación de agregación al Estado de Cundinamarca” que le hiciera a la provincia de Neiva Antonio Nariño a través de Luis de Caicedo y Flórez, influyente ciudadano residente en Bogotá y acaudalado hacendado, propietario de los reconocidos hatos de Saldaña en donde pastaban innumerables ganados. (267). Como es sabido, el Congreso de Yaguará se reunió en esa localidad entre el 30 de septiembre de 1811 y el 4 de octubre siguiente y fueron sus diputados, que representaban los cabildos de Neiva, La Plata, la Villa de Timaná en Garzón, la Villa de Purificación y la Villa de Yaguará quienes aprobaron la decisión de declarar la independencia absoluta de la provincia que conformaban los pueblos por ellos representados. Empero, los intereses de Santa Fe por ser la capital de un estado libre, suficientemente grande y rico, trastornó por completo las decisiones de los congresistas de la provincia, al punto que, en bien de la armonía y la concordia, acordaron no divulgar su declaratoria de independencia absoluta hasta que no se aclararan las relaciones de la Provincia tanto con el Estado Libre de Cundinamarca como con las Provincias Unidades. 11


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Como se puede concluir de lo sucedido posteriormente, los puntos de vista imperantes en las distintas regiones que conformaban esta Provincia eran radicalmente opuestos. De hecho Neiva, la capital, y la Villa de Timaná en Garzón tenían diferentes maneras de entender el proceso independentista. Como resultado de dichas posturas, después del Congreso de Yaguará Garzón se unió a Cundinamarca, mientras que el resto de la provincia se integró a Tunja, en un proceso accidentado, que contempló, entre otras anomalías, el secuestro por parte de las autoridades santafereñas de los dignatarios que Neiva había enviado al congreso de las Provincias Unidas, con el fin de impedir el fortalecimiento de su rival. Si quisiéramos ampliar estos interesantes, desconocidos y dolorosos acontecimientos, vividos en uno de los momentos cruciales de la mal llamada Patria Boba, resulta interesante leer la obra de Gutiérrez Ardila. Sobre la actitud de las autoridades de Santa Fe ante el fracasado intento de lograr la rápida y fácil adhesión de algunas provincias a su proyecto, el autor antes citado dice que “se dedicaron a estimular la separación de cabildos, sitios y lugares de sus respectivas capitales provinciales para admitirlos luego en el seno del Estado de Cundinamarca…” P. 267. Y más adelante afirma, “Además de engullir la provincia de Socorro y buena parte de la de Tunja, el territorio de Neiva también fue absorbido casi por completo merced a sucesivos tratados de incorporación. El 14 de febrero (1812) el abogado D. Tomás Tenorio, en virtud de los poderes que le habían sido conferidos, firmó la agregación de la villa de Timaná en Garzón. Poco después, el cabildo de Purificación decidió anexarse al gobierno de Santa Fe y nombró diputado para la conclusión de las negociaciones (marzo de 1812)” P. 270. Así las cosas, era imposible que los representantes de una provincia que había sido dividida por la influencia de las ideas centralistas de Santa Fe y federalistas de Tunja estuvieran en capacidad de proclamar lo acordado, pues su decisión se caracterizaba por carecer de unanimidad política. En consecuencia, lo sucedido el 8 de febrero de 1814 obedeció a otras razones, entre las que tuvo que ver, por ejemplo, el predominio de las Provincias Unidas sobre el proyecto santafereño. Triunfantes por las armas, las autoridades de las Provincias Unidas, tras vencer la resistencia de Santa Fe y de haber llevado exitosamente la campaña 12


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libertadora hasta el Cauca, bajo la dirección de su contrincante político, el General Antonio Nariño, se consolidaron como la opción política más adecuada a las características geográficas, económicas, sociales y políticas propias del antiguo virreinato. En estas circunstancias, lo lógico era que la provincia de Neiva, reunificada en torno a la propuesta promovida desde Tunja, retomara la vieja decisión y la proclamara públicamente para que fuese acatada por todos los habitantes de su territorio, desde el Macizo Colombiano en el sur hasta la Villa de Purificación en el norte. No es casual, por lo tanto, que la divulgación de este acto de trascendencia para la vida regional, se hubiese realizado un mes después de que Nariño, comandante de las tropas del gobierno que aglutinaba todas las provincias de la Nueva Granada, y en las que cumplían papel rol preponderante oficiales y soldados del Alto Magdalena, le infringiera la primera derrota a los realistas comandados por Sámano cerca a Popayán y tres semanas de la derrota definitiva que obligó a los monarquistas a abandonar el Cauca y huir a Pasto. A pesar del ambiente de victoria y consolidación que vivía la región en los momentos que se proclamó la independencia, lejos debía estar de la mente de los fundadores de la Academia el hecho de celebrar tal acontecimiento como un acto de reafirmación de la soberanía de un pueblo que unía al espíritu revolucionario de sus líderes la extensión de un territorio suficientemente grande y unificado, capaz de gobernarse, como lo hubiera podido hacer, por ejemplo, Cauca, Antioquia o Cartagena por su extensión e importancia política y económica. Por el contrario, quienes nos precedieron hace varias décadas en esta solemne ceremonia, debieron tener presente que la proclamación de la independencia de la provincia de Neiva no podía ser más que un acto de fe en la patria, avivado por el paso de los ejércitos unificados bajo los colores de la bandera federalista de las Provincias Unidas y triunfantes gracias al mando genial de quien, creyendo en el centralismo, tenía el mérito de haber sido el primero en divulgar los derechos del hombre entre nosotros. Y no podía ser de otra manera. Los primeros renglones de la declaración de independencia no permiten pensar en otro escenario que no sea simplemente el de la grandeza que surge de la fe y el patriotismo de quienes lideraron el proceso de la libertad. Dichos renglones dicen: 13


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“…que sepan que la provincia de Neiva, en medio de ser inerte y débil, fue una de las primeras que declaró su independencia y sacudió de su cerviz el yugo del tirano español que la oprimía; ahora nuevamente y en presencia del soberano autor de los derechos del hombre y de la justicia de su causa repite y jura que el Estado de Neiva desconoce por rey a Fernando VII y cualquier otro que se coloque en el trono de España y a toda autoridad que no emana inmediatamente del pueblo o sus apoderados o representantes….”

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MIS VIAJES POR EL HUILA

Pedro Tulio Marín Silva Miembro Correspondiente Academia Huilense de Historia En 1981 comencé un recorrido por el territorio huilense, que atravesaba de norte a sur con destino al Caquetá, hábitat de los coreguajes, indios de filiación tucano- occidental, con quienes adelantaba labores de asistencia en proyectos de reconstrucción étnica y lingüística a nombre de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. A partir de aquella época, sin proponérmelo, entendí la estrecha relación que existe entre estos dos departamentos, que alguna vez fueron parte de la Gobernación de Popayán y de la extensa Provincia del Caguán. La línea divisoria que establece la Cordillera Andina sugería relaciones antiguas entre los Andes y la sabana amazónica, y en algunas ocasiones, los nombres de los ríos que nacen en la Cordillera indicaban claramente que los dos territorios tenían elementos en común. Así, pueblos como Belén de los Andaquíes remitía a los andaquíes de Suaza, de Guadalupe, de Timaná. Pues bien, estos ríos, como pude confirmarlo más tarde, fueron la vía natural de acceso de militares y misioneros españoles que descendieron su curso en busca del mítico Dorado, del país de la canela y de las fabulosas amazonas. Mis primeros trabajos sobre territorio e identidad de los guajes (coreguajes, payoguajes, macaguajes, etcétera) indicaban una clara 15


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relación con pueblos andinos. Años más tarde, gracias a la lectura esclarecedora de Juan Friede, confirmé no solamente la existencia de dichos nexos, sino que adopté como guía de trabajo la necesidad de buscar en los llamados archivos menores de las poblaciones limítrofes de los dos departamentos, la información subyacente en estos datos de archivos sobre etnias y lenguas de los dos departamentos. En efecto, esta zona ha sido el enclave de contactos lingüísticos y étnicos que tan solo se sospechaban y que ahora comenzamos a establecer de forma precisa gracias a la búsqueda de actas de bautismos, de matrimonios y de defunciones que guardan un tesoro lingüístico y etnográfico de valor incalculable; se trata de un baúl rico en etnónimos, antropónimos e hidrónimos escritos en español, pero con una fonética y una semántica propias de las lenguas de la región, datos o corpus lingüísticos que no podíamos descifrar dado nuestro escaso conocimiento de las lenguas por aquella época. Pero existe además, y quizás esto sea lo más importante, una información sobre procesos históricos, sociales y culturales que nos permiten comprender, a través del estudio de las relaciones interétnicas, el complejo panorama étnico e histórico tanto del Huila como del Caquetá y del Putumayo. Con este ejercicio de búsqueda en archivos se afirmó la convicción de que dichos pueblos nunca estuvieron aislados, de que sus relaciones comerciales, culturales y de parentesco no podían comprenderse en tanto no superáramos la tendencia de disciplinas de las ciencias humanas—como la antropología, la historia y la lingüística— a estudiar estos pueblos como unidades aisladas, a adelantar estudios de caso puntuales que ignoraban la realidad de esas fronteras fluidas, es decir, estudios que nos impedían y nos impiden establecer la relación entre zonas culturales de gran valor arqueológico, como San Agustín, con pobladores provenientes del Amazonas que de tiempo atrás tenían relaciones comerciales y de chamanismo con comunidades provenientes del incaico, grupos étnicos que tenían y tienen inganos de selva, como los de la Bota Caucana. El listado de pueblos interrelacionados, habitantes de esa bisagra andinoamazónica, es largo y su estatus étnico y lingüístico aparece cada vez con mayor claridad e ilumina el panorama histórico, lingüístico y etnográfico del suroccidente colombiano, a la vez que nos enseña

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la relación existente entre amazónicos y andinos tanto de Colombia como de Ecuador y Perú, país donde los trabajos de etnohistoria y de arqueología hacen cada vez más evidentes las mencionadas relaciones. Años más tarde —cuando la investigación en el Caquetá debió suspenderse por razones que la guerra tampoco puede explicar— inicié un trabajo de lingüística aplicada al mantenimiento y refuerzo de las lenguas indígenas de Tierradentro, en el departamento del Cauca. De nuevo, mi viaje desde el norte hacia el sur del Huila, en el municipio de La Plata, implicó el contacto con pueblos con nombres de consonancia indígena de los que desconocía su historia. En esta ocasión, una nueva frontera cultural—la del costado oriental de la Cordillera Central, que une al Cauca y el Huila— sugería relaciones entre pueblos de diversa filiación lingüística, como los pijaos, los andaquíes, los guanacos, los paeces... y una vez más, los archivos menores que Friede me enseñó a investigar me llevaron a la conclusión de otra frontera fluida de intensas interacciones bélicas, políticas, culturales y lingüísticas. El recurso a la historia social y económica permitió una concepción más dinámica de las relaciones prehispánicas y de las relaciones económicas que desembocaron en la fundación de poblaciones mineras que se convirtieron en centros de acopio de mano de obra indígena esclavizada. Poblaciones como Timaná y La Plata fueron, desde la colonia temprana, el lugar de convergencia de múltiples pueblos indígenas que vieron sus procesos sociales interrumpidos y fragmentados, y que debieron someterse a normas extrañas de un derecho romano opuesto al derecho consuetudinario de los indios, que les permitía vivir de acuerdo con sus propias creencias, sus propios dioses y mitologías, en un entorno natural que les facilitaba adorar a sus muchos dioses, en medio de elementos de la fauna y de la flora, y a través de su chamanismo y de sus rituales. La frontera constituida por el flanco oriental de la Cordillera Central y el Valle del Alto río Magdalena o Guacacallo fue también el escenario de intercambios de todo tipo entre los aborígenes antes de la conquista. Esta frontera se convirtió también en una zona de convergencia de múltiples etnias y lenguas. Esta parte sur del departamento del Huila constituye un rico complejo étnico y lingüístico y en cierta medida 17


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sintetiza la dinámica de la apropiación de estos territorios por parte de los españoles y la desaparición de un vasto acervo lingüístico y cultural. De esto dan razón los archivos, que nos enseñan que poblaciones como el Pital albergaron individuos nasa o paeces, pijaos, andaquíes y tamas, entre otros. Este panorama puede ser visto, por una parte, como un caleidoscopio de etnias y lenguas en continuo movimientoy, por otra, como el crisol en el que se forjaron y fundieron los elementos de un mestizaje que no podemos ocultar y del cual nos sentimos cada vez más orgullosos. La región sur-central colombiana fue el epicentro de núcleos urbanos en el que villas como Neiva, Timaná o La Plata se convirtieron en centros administrativos que tenían como condición de su existencia criterios económicos, como el de la extracción de excedentes mineros, agrícolas o humanos, que eran aquellas “piezas” o “joyas” esclavizadas. Pues bien, en aquellos espacios se organizó la explotación y simultáneamente se convirtieron en el eje políticomilitar desde donde partían las avanzadas o entradas hacia las sabanas amazónicas y desde muy temprano, en tiempos de la Real Audiencia, a esas ciudades-villas se les otorgó la primacía, dado el alto número de sus encomenderos. Esas poblaciones se consolidaron como estructuras políticas desde donde establecieron redes urbanas con centralidades propias, tal como ocurrió en La Plata y Timaná. Por otra parte, la Independencia presenció cambios definitivos en la estructuración del espacio colonial, porque una vez separados de España, esos centros aceleraron la división del país y de sus centros de poder en departamentos y provincias que eliminaron villas y parroquias y establecieron los municipios como núcleos administrativos de las regiones. Casi simultáneamente, la aparición de la agricultura de exportación generó nuevas migraciones hacia las nuevas fronteras agrícolas, como la Amazonia en oleadas colonizadoras de “opitas” por el lado caqueteño y de “pastusos” hacia la región putumayense. Este evento selló la íntima relación que existía y siguió existiendo durante el siglo XDL El Huila irradió cultura hacia la sabana amazónica. Entre 1870-1920 la principal corriente migratoria se produjo desde Neiva, por cuanto la explotación petrolera, que en Colombia estaba limitada a Barrancabermeja, se extendió a las concesiones del Putumayo, Caquetá y Caguán, región de la Amazonia que alberga el mayor número de resguardos indígenas del país. Así, la condición geográfica propia del Huila definió la intersección entre la región andina y la amazónica, con lo que se 18


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consolidó una región con características propias que la define como conjuntos culturales con una gran fuerza regional que en ocasiones anteceden a lo nacional La frontera andino-amazónica contiene la huella de diversos modelos culturales, políticos y económicos, que explican cierto policentrismo que desde las principales ciudades del Huila atrae a ciudades capitales como Mocoa y Florencia, con lo que se refuerza 1a noción de nuestro país como país de regiones, en el que coexisten precipitados históricos, étnicos y arqueológicos, que son territorializaciones de herencias ancestrales de pijaos, paeces, andaquíes, tucanos, es decir, una región multiétnica y multilingüe incrustada en una realidad histórica en permanentes mutaciones y fronteras> fluidas. El Huila es la arena de la diversidad y de la heterogeneidad v, reducido a escala, es a nivel micro la síntesis de Colombia. En lo geográfico, este departamento alberga nieves perpetuas y desiertos, es la cuna y el nacimiento del río interandino más largo de Suramérica, el Guacacallo, Yuma o Magdalena, que nace en la estrella fluvial más grande del continente, en donde ciudades como San Agustín albergan hoy en día resguardos indígenas multiétnicos, conformados por yanaconas o anaconas, paeces o nasa, yalcones y pijaos, lo que presagia el papel importante de este río en la historia colombiana, en particular la historia del Valle del Alto río Magdalena, en el que las clasificaciones fílogenéticas de los lingüistas ubican un sinnúmero de lenguas y de etnias de las que poco conocemos y que requieren de programas de investigación inspirados en conceptos de historia social, económica y cultural que deben permitirnos recuperar buena parte de ese legado y de ese patrimonio cultural que debemos examinar con detalle los interesados en las ciencias sociales y humanas. Dicha recuperación debe tener una visión de conjunto y apartarse de los estudios puntuales de caso, debe tener una visión ecológica que nos conduzca también a recuperar el río y debe dejar de invisibilizar la región amazónica, pues allí también tenemos la obligación de participar en el redescubrimiento de la Amazonia, tarea que compete a los ámbitos universitarios y a las academias. En este sentido, mis travesías por el Huila me llevaron al conocimiento de sus historiadores, algunos de ellos profesores y estudiantes de maestría y de doctorado en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, que ya habían iniciado la investigación relacionada con el papel central del Huila en la nueva dinámica económica de la 19


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región sur-central colombiana. Su lectura y la suerte de haberlos conocido personalmente explican mi presencia en esta corporación y a ellos debo agradecer tal gesto: mis profesores y condiscípulos, en particular Bernardo Tovar y Martha Barrero, de quienes he aprendido la estrecha relación del Huila con los departamentos circundantes, lo que me ha permitido plantear hipótesis de trabajo relacionadas con la historia cultural de la región y sugerir, ahora, un programa de investigación sobre la historia de lenguas y etnias en el Huila, tarea que he comenzado a acometer en compañía de mis estudiantes. Por el momento, puedo afirmar que el valioso archivo que reposa en documentos municipales, tanto eclesiásticos como civiles, permite reconocer la genuina estirpe multicultural de la zona, realidad que debe desembocar en trabajos novedosos y precisos como el Atlas etnolingüístico e histórico del Valle del Alto río Magdalena, proyecto que apenas esbozó el fallecido lingüista huilense Rafael Cortés Murcia, profesor de la Universidad Surcolombiana. Por último, quiero registrar un aspecto impresionista de mis viajes por el Huila. La visita a aquellos pueblos que anteriormente sólo veía a la distancia, desde la carretera, me llevó a descubrir hermosos jardines de orquídeas, una bella arquitectura interior de sus casas cúrales y, además, a conocer a uno que otro prelado excesivamente celoso y guardián de sus archivos. Ese riquísimo tesoro documental, desafortunadamente, duele decirlo, está a punto de perderse.

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ARTE MÁGICO-LEGENDARIO-MISTERIOSO

Camilo Francisco Salas Ortiz Miembro Numerario Academia Huilense de Historia El hoy existe, porque el ayer fue. San Agustín es un caso verdaderamente singular en el concierto primitivo de los pueblos amerindios. Primeramente porque su característica admirable es el arte; luego porque el aspecto predominante es la cultura en piedra; después porque prima ese aspecto con una acentuación místico-religiosa -las estatuas son deidades o tótems- y en fin, porque es probable una correlación, parentesco o continuidad, con otras civilizaciones de superior desarrollo como los preincaicos del altiplano boliviano y la serranía peruana y a los Mayas y preaztecas de Méjico y Centroaméríca. El arte es una de las comprobaciones indudables de la cultura. Y más depurado será si ésta es más auténtica, más original. Ello sucede al tropezar con la primera frustración de la nacionalidad, acaecida sobre el lejano valle de San Agustín, cerca de las cabeceras del río Magdalena y en un momento histórico todavía indeterminado. Allí floreció, en un rincón inaccesible de la topografía andina, entre exuberante belleza, clima tibio y benigno con lluviosidades promedias, una de las culturas más sorprendentes y vigorosas de los amerindios. Cultura que no desmerece nada frente a las manifestaciones escultóricas de Mayas, Aztecas o Incas. Veámoslo:

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Tres pueblos prehispánicos rubricaron con obras megalíticas, en el suelo del país su transcurrir histórico: los Muiscas en las altiplanicies cundiboyacenses, los Taironas en la Sierra Nevada de Santa Marta y los Agustinianos al sur, en las estribaciones del soberbio Macizo Central Colombiano en los primeros contrafuertes de la trifurcación cordillerana de los Andes. Los primeros, la aplicaron a la ciencia, en el observatorio astronómico de El Infiernillo, en Villa de Leyva; los segundos, hicieron primar lo pragmático sobre lo científico y lo artístico: Maestros de la ingeniería, emplearon el material en caminos de grandes lajas que circundan la Sierra horizontalmente, surcando colinas y valles. En el sentido vertical cubriendo kilómetros y kilómetros que comunican las ardientes playas y llanuras del Caribe con las crestas nevadas; en muros de contención para terrazas de asentamientos urbanos o de explanaciones para los cultivos agrícolas; en la pavimentación de calles y senderos; en canales de desagüe y conducción; o para erigir escalinatas con las cuales salvar pendientes escarpadas. En los agustinianos, el arte, asociado a la naturaleza, a los rituales del sacrificio, al mito y a las ceremonias de la muerte, transformó la roca en sepulcros, templetes funerarios, fuentes ceremoniales y una variada estatuaria, todavía enigmática de una rica vida espiritual.1 La grandiosidad, el derroche de imaginación y dominio técnico en el tallado que materializó la cultura agustiniana en sus obras líticas — sean ellas esculturas, fuentes ceremoniales o templetes — contrasta con la fragilidad, sencillez y falta de sentido de perennidad en la vivienda. En ella la piedra se utilizó sólo de manera ocasional, como refuerzo de los muros de sustentación, cuando la nivelación por medio de terrazas en los planos inclinados lo demandaba. Los materiales de construcción, todos perecederos, no resistieron la acción del tiempo y desaparecieron sin dejar huella. Las excavaciones arqueológicas permiten reconstruir lo que fueran las casas: construcciones ligeras de forma circular u ovalada en un área de tres a nueve metros de diámetro, protegidas por techos cónicos, 1

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PINEDA GIRALDO, Roberto. “San Agustín- Parque Arqueológico”. Compañía Litográfica Editorial Colina. Medellín. 1967. Pág. 3


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recubiertos de hoja de palma. La diferencia de tamaño habla de una estratificación social y de diferencia en los usos de las edificaciones, que sirvieron, además, para costumbres vinculadas con las relaciones entre sexos, ritos de paso y tradiciones ceremoniales, que se sucedían en hogares aislados o en pequeñas aldeas, las cuales estaban situadas a cortas distancias unas de otras, algunas de ellas con densidad relativamente alta, ubicadas casi siempre en las cimas de cerros y colinas y cercanas a los campos de cultivo. A diferencia de los Taironas, que vertieron en la arcilla su pasión por la forma y su desvelo por el adorno artístico, los Agustinianos moldearon una cerámica sencilla, sin pretensiones, que les sirvió para las necesidades cotidianas y para depositar los restos de sus muertos en los entierros secundarios. Pero los hombres o mujeres que esculpieron la fuente ceremonial de Lavapatas, los templetes que dominan los montículos y la estatuaria, pese a la precariedad de sus viviendas y a la sencillez de su alfarería, vivieron y murieron en el seno de una sociedad estratificada socialmente, políticamente jerarquizada y con una compleja organización del trabajo. ¿Fueron estos escultores, descendientes de un mismo ancestro y herederos y transmisores de una misma cultura, que desde muchos siglos atrás llegó hasta los albores del siglo dieciséis de nuestra era, cuando los europeos empezaban a invadir el mundo americano? ¿O, por el contrario, pueblos de distintas procedencias se superpusieron en la ocupación temporal de ese propicio ambiente para el desarrollo de la agricultura y evolucionó, el último de ellos, hasta alcanzar el estadio de cacicazgo, dejando la constancia de su devenir en restos de cerámica y utensilios de piedra, en terrazas y caminos, en grandes sarcófagos monolíticos y en estatuas hasta hoy enigmáticas? Los científicos no han dilucidado la cuestión y difieren en sus apreciaciones. Gerardo Reichel deduce de los vestigios arqueológicos que “la región de San Agustín no parece haber sido una zona cultural donde se efectuó una lenta y continua evolución interna, sino que fue más bien una zona de invasión y de una repetida superposición de diversas culturas que... se iban desplazando a través de los siglos” y su impresión general es la de “una zona arqueológica, en la cual las tradiciones más diversas han confluido para crear no 23


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una cultura coherente, sino una combinación muy heterogénea”.2 Luis Duque Gómez, por su parte, afirma que la “homogeneidad de ciertos elementos y su continuidad a través de los distintos períodos evolutivos... habla en favor de un parentesco cultural de los diferentes grupos que allí concurrían y de una larga tradición de los mismos...”3; posición que secundan, respaldados en sus excavaciones, otros autores. Uno de ellos, Julio César Cubillos,4 escribe que “Quizá la más importante conclusión que podemos derivar de nuestro trabajo... es la continuidad en la cultura, (subrayado en el original) por lo menos a lo largo de siete siglos: del Siglo I antes de Cristo al Siglo VII después de Cristo, sin desconocer, por supuesto, las lógicas variantes locales que por ahora se constatan”; que es palabras más, palabras menos, la misma afirmación que aparece en otra obra de Julio César Cubillos y Anabella Durán de Gómez,5 en la cual, sin embargo, se hace notar la dificultad de asegurar si en San Agustín se trata de la presencia continuada de una cultura o de la superposición de varias. La actividad de los arqueólogos irá dilucidando lo mucho que hoy queda todavía cubierto por el vaho de misterio. El conjunto de cultura asociado a la región deja ver influencias milenarias, cuyos orígenes remotos podrían “estar inscritos en la antigua tradición formativa de la Costa Pacífica Ecuatoriana”6. Para períodos más recientes, la relación se establece con la Amazonia, como lo asegura Reichel, cuando explica que “Los orígenes de la vida sedentaria en San Agustín se deben buscar con toda probabilidad en la selva amazónica, en donde... emanaron los comienzos de la

2

REICHEL DOLMATOFF, Gerardo. “Colombia Indígena. Período Prehispánico”. En el Manual de Historia de Colombia, Tomo I, publicado por el Instituto Colombiano de Cultura. Bogotá. 1978. Pág. 44-46.

3

DUQUE GOMEZ, Luis. En San Agustín, textos de Luis Duque Gómez y fotos de Francisco Hidalgo. Editions Delroisse, vendee, 1982. Pág. 18.

4

CUBILLOS, Julio César. ‘Arqueología de San Agustín. El Estrecho, El Parador y Mesitas C” Bogotá. 1980. S.P.

5

LLANOS VARGAS, Héctor y Anabella Duran de Gómez. “Asentamientos Prehispánicos de Quírtchana, San Agustín”. Bogotá. 1983. Pág. 33.

6

REICHEL DOLMATOFF, 1978. Op. crt.

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agricultura americana”.7 O como lo sugiere Duque Gómez8, con los actuales indios amazónicos. Este autor reproduce por ejemplo, una fotografía de mujeres amazónicas con pinturas que representan a “la gran boa”, y anota: “Los dibujos ofrecen mucha semejanza con los que aparecen en las losas sepulcrales de los Montículos de San Agustín”. Puede decirse, sin embargo, que fue el profesor K.THEODOR PREUSS9 el primero que recurrió a los huitotos —actuales habitantes de la Amazonia— cuando quiso explicar las esculturas que aparecen con otra cabeza encima de la figura principal “como complemento esencial o Segundo Yo” del dios o del hombre representado en la estatua”. El vestido que aparece en la estatuaria hace pensar a algunos investigadores en una procedencia de lugares tropicales cálidos; los faldellines cortos de las estatuas femeninas y las franjas o taparrabos de las masculinas, no parecen compadecerse con el clima templado, lluvioso y húmedo del hábitat agustiniano, sino estar más acorde con el de las bajas llanuras selváticas. Curiosamente, los vestigios arqueológicos no informan mucho sobre los tejidos; hay escasez de volantes de huso, se presume la existencia de un telar elemental y se recurre a la presunción de vestidos de tela de corteza. La vida ordinaria va quedando al descubierto con las excavaciones arqueológicas. Ellas reflejan la vida de una población sedentaria que disponía de una producción agrícola, suficiente para cubrir sus propias demandas alimenticias, para dar cabida a la especialización en ramas de la actividad artesanal tales como la alfarería y la talla de la piedra, e inclusive para atender el intercambio con otros pueblos. En sus campos de cultivo, donde crecían el fríjol, el maní, la yuca y el maíz —cuya presencia se comprueba por el hallazgo de granos y raquis carbonizados, de metates y manos de moler— utilizaron canales recolectores para llevar el agua lluvia hasta alguna de las quebradas; tan eficientes eran los canales, que aún hoy el 7

REICHEL DOLMATOFF, 1978. Op. cít.

8

DUQUE GÓMEZ, Luis. ‘Exploraciones Arqueológicas en San Agustín”. Imprenta Nacional. Bogotá. 1966. Págs.275- 277.

9

PREUSS, K.Theodor. “Arte Monumental Prehistórico. Excavaciones en el Alto Magdalena y San Agustín”. Vol. 1. Bogotá. 1931. Págs.30-34

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terreno donde se encuentran, no se inunda porque además de su permeabilidad, drenaron a través de ellos las aguas. En su medio, que abarca territorio bajo la jurisdicción actual de los municipios de San Agustín, San José de Isnos y Saladoblanco, en el departamento del Huila, tuvieron a su disposición frutos silvestres que recolectaron para complementar su dieta, tales como chontaduro (Gulielma gasipaes), nogal, guayaba y posiblemente también el aguacate. Y debieron alternar sus ocupaciones de cultivo y recolección con la caza de pequeños mamíferos que complementaban su dieta y con la pesca en los ríos que surcan el territorio, entre ellos El Magdalena, El Naranjo, El Sombrerillos y El Mazamorras. Parte de la fauna está presente en la estatuaria: superdepredadores como el águila; depredadores como las serpientes y los saurios; fitófagos como el venado; diversos tipos de roedores y variadas especies de aves, ranas y sapos; toda ella asociada a la cotidianidad material y al mundo de la magia y de la mítica. Los cincuenta siglos de vida cultural han transcurrido en ese ambiente de valles profundos y colinas suavizadas, de vegetación variada que cubre los pisos térmicos templados, con intrusiones en el cálido y el frío, en tierras de origen volcánico, de intensas manifestaciones, algunas de las cuales pudieron haber sido presenciadas y sufridas por los agustinianos más antiguos y aún los de períodos más recientes, que utilizaron los materiales eruptivos como objetos ceremoniales en los ritos funerarios. Una vida cultural que los arqueólogos, basados en la fechación obtenida de los análisis de materiales orgánicos por el método de Carbono 14, dividen en cuatro períodos y dos subperíodos, así: 1. 2. 2.1. 2.2. 3. 4.

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Período Arcaico Período Formativo Inferior Superior Clásico Regional Reciente

3.300 a. C. hasta 1000 a. C. 1.000 a. C. hasta 300 d. C. 1.000 a. C. hasta 200 d. C. 200 a. C. hasta 300 d. C. 300 d. C. Hasta 800 d. C. 800 d. C. hasta siglo XVI d. C.


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Es en el Clásico Regional en el que el autor de la secuencia cronológica señalada10 sitúa el gran desarrollo de la estatuaria lítica, que presenta una etapa muy avanzada ya desde el siglo VII a. C.; es el período en el que se hacen los grandes terraplenes o aterrazamientos, como el que domina el centro ceremonial del Alto de Los Ídolos Isnos y que sirve de escenario a las necrópolis destinadas a albergar los restos de los personajes más destacados; es igualmente el período en que se dan los muros de contención y las tumbas con revestimiento de grandes lajas, las principales de ellas cubiertas con montículos artificiales, que se coronaron con templetes funerarios. Y el autor sitúa también en este período la elaboración de la hermosa fuente de Lavapatas, una obra monumental tallada en el lecho rocoso de la quebrada que le prestó su nombre, en la que el agua se escurre por canales serpenteantes y llena piscinas cuadrangulares adornadas con caras de hombres y animales, una gran área sin “espacio libre de figuración”, una representación del barroco americano11. Es entonces el Clásico Regional, el período en el cual se alcanza el estado más elevado en la organización social, económica y política, el cacicazgo o señorío, un tipo de sociedad “con producción económica comunitaria, pero con una estructura social jerarquizada en rangos” y con la presencia de “un cacique o jefe que por ejercer ciertas funciones de mando político-militar y de redistribuidor de los excedentes productivos, posee ciertos privilegios económicos y sociales”12. Las agrupaciones o concentraciones de la estatuaria megalítica están vinculadas a los sitios que parecen corresponder a los de enterramiento de los personajes sobresalientes y, en todo caso, asociadas con las tumbas y templetes funerarios o ceremoniales. Tal ocurre en las Mesitas A, B y C del Parque Arqueológico de San Agustín; en el Alto de Los Ídolos y El Alto de Las Piedras en Isnos, éstos últimos en la vertiente septentrional del Magdalena, río que con su profundo valle marca una división geográfica que podría corresponder también a subdivisiones regionales típicas o a otras de carácter social, político o de parentesco. 10

DUQUE GÓMEZ, Luis. 1982. Op. Cit

11

BARNEY CABRERA, Eugenio. ‘San Agustín, un pueblo de Escultores’ en Historia del Arte Colombiano, editado por Salvat, vol. i. Bogotá 1983. Pág. 59.

12

LLANOS VARGAS Y DURÁN DE GÓMEZ. 1983. Op. Cit.

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Las esculturas registradas hasta hoy, superan el medio millar, dispersas en un amplio espacio geográfico, con su mayor concentración en los municipios de San Agustín e Isnos. En el primero de ellos está el área cubierta por el parque arqueológico que comprende las Mesitas A, B y C, La Fuente y el Alto de Lavapatas y los sitios cercanos de Quebradillas, Quinchana, El Tablón, La Pelota, La Chaquira, donde está el hermoso conjunto escultórico en un escenario prodigioso, y El Purutal, donde se excavó un montículo artificial que dejó al descubierto dos templetes presididos cada uno de ellos por una escultura decorada con pinturas de colores amarillo, negro, rojo y blanco, la una de sexo masculino, representación femenina la otra, con sendos niños en los brazos, posibles representaciones del sacrificio de infantes. En Isnos, ya en las vertientes septentrionales del Magdalena, se hallan los conjuntos del Alto de Los Ídolos y del Alto de Las Piedras. Detrás de uno de los templetes, una tumba vacía bordeada de pequeñas lajas de piedra, y dos fechas diferentes, separadas por cerca de siete siglos. En la cabeza de los personajes representados, las diademas con motivos omitomorfos que reproducen las de oro encontradas en otras excavaciones. Esta grandiosa estatuaria, enigmática por su simbolismo y desprovista de toda documentación escrita y de tradición oral que la sitúen y la expliquen ha sido objeto de múltiples interpretaciones por parte de antropólogos, arqueólogos e historiadores del arte. Casi todas ellas confluyen en la vida espiritual -para denominar de alguna manera esa asociación constante con la religión, la magia, el culto a fenómenos de la naturaleza, a rituales que se relacionan con la muerte y con la vida de ultratumba y ¿por qué no? con las visiones producidas por el uso de plantas alucinógenas y con estados psicológicos, como los sugeridos por el “doble yo”. Se habla de diosas lunares, de representaciones de una divinidad solar, de diosas de la fecundidad y de la maternidad, de deidades de la agricultura y del agua... Lo cierto es que no es dable llegar a San Agustín y detenerse en actitud contemplativa frente a estas esculturas megalíticas, sin inquirir sobre su significado, sobre el universo mental, social y psicológico que el escultor portaba consigo para plasmar en ellas parte del mismo, con herramientas simples e imaginación desbordante, combinando en los bloques de tobas volcánicas y de andesitas lávicas, la realidad con el símbolo, la naturaleza con el mito, lo temporal con lo eterno, lo profano con lo sagrado. 28


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Cuando los arqueólogos terminen su tarea de rescate de la información contenida en los restos culturales que guarda el subsuelo -única disponible para el análisis-; cuando se reconstruyan con base en ella los sistemas de producción que permitieron la reproducción social del pueblo o de los pueblos artífices; cuando se infieran de esos sistemas la estructura social y la organización política; y cuando, finalmente, se asocien con certeza fechas y estatuaría y se correlacionen con las de cultura vecinas contemporáneas y similares en su conformación, sólo entonces, cuando todo ello ocurra, se descifrará el significado de las formas y el contenido de su mensaje milenario. Vale la pena recordar los trabajos más representativos de cada una de ellas, a partir del trabajo realizado por KONRAD THEODOR PREUSS en los años 1913-1914, y publicado en español en 1931. La obra de este científico alemán se considera la primera que adquiere el nivel científico de la arqueología moderna, que para ese entonces dio importancia al arte escultórico monumental, como producto de una cultura aborigen americana. Además de describir con precisión las esculturas excavadas junto con sus estructuras funerarias, Preuss aplicó una metodología de interpretación que aún está vigente, en tanto que consideró que además de la comparación iconográfica agustiniana con otras regiones prehispánicas americanas, pensó que la alternativa para poder conocer el complejo significado mítico plasmado en las estatuas, era necesario estudiar el mundo mágico de grupos indígenas actuales, como los huitotos del río Caquetá en la región amazónica colombiana. Preuss, con la publicación de su obra, generó en el contexto científico americanista, una sólida imagen sobre la cultura que desde tiempos muy antiguos produjo un arte escultórico, propio de las grandes civilizaciones del viejo y el nuevo mundo. Hoy en día podemos reclamarle que aunque conocía la importancia estratigráfica de la cerámica y demás objetos, la trabajó como algo secundario, dejándose agarrar por el admirable arte escultórico y su significación religiosa, que aún en la actualidad sigue siendo el principal atractivo de estudiosos y visitantes13. 13

PREUSS. Konrad Theodor. “Prehistoria Colombiana. Los ídolos de San Agustín en Alemania’ Archivo Historial. Mañiza les. 1938. Pág. 29.

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En el año de 1937 los investigadores Gregorio Hernández de Alba y José Pérez de Barradas investigaron a San Agustín, con nuevos enfoques como era de esperarse. Este proyecto es el primero que patrocinó el gobierno nacional sobre San Agustín, mostrando el cambio de una política oficial al adquirir una responsabilidad directa con la investigación arqueológica en Colombia14. Pérez de Barradas publica en 1943 los resultados de sus exploraciones, obra de gran tamaño con valiosas ilustraciones sobre la cerámica y un amplio y detallado apéndice fotográfico. Este investigador español al comienzo de su libro hace una serie de comentarios críticos a ciertas publicaciones sobre San Agustín, en tanto que considera que son especulaciones sin ninguna argumentación científica; de manera especial destaca la calidad del trabajo anterior realizado por el profesor Preuss, el que tiene en cuenta a lo largo de su obra. Además de continuar la labor de Preuss relativa a la excavación de nuevas esculturas y estructuras monticulares funerarias, Pérez de Barradas le da importancia a la cerámica excavada en las tumbas y en grandes trincheras estratigráficas. Con relación a éstas últimas es interesante observar que, aunque realizadas sin mayor precisión, le permitieron apreciar una secuencia cronológica de la cultura de San Agustín, confrontando una apreciación que había hecho Preuss, quien había planteado que existía una cerámica en la llanura de Matanzas, perteneciente a “una civilización extraña” y por lo tanto diferente a la asociada a escultores agustinianos. Pérez de Barradas en sus conclusiones finales considera que se trata de una cultura de San Agustín que tuvo varios períodos en uno de los cuales (hacia el 300 DC) debido a la infiltración o migración de pueblos tupiguaraníes. se produjeron cambios en la región; finalmente en un período un poco antes del año 700 DC, la cultura agustiniana «se extenderá; por el valle de Granates, Platavieja, Tierradentro, valle del Suaza, etc., pero hacia el 800 DC fue desalojada de estos territorios por la cultura Arawak del Cauca, la cual sufrirá una presión de las grandes migraciones chibchas” hecho que traerá como consecuencia la migración de los agustinianos hacia el valle de Las Papas y Pasto, generando 14

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HERNÁNDEZ DE ALBA, Gregorio. “La Piedra Tallada en San Agustín”. En Boletín de Historia y Antiguedades. 1937.


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la hipótesis de que los guillacingas pueden ser descendientes de aquellos (1943:148-49). Es claro que Pérez de Barradas define su periodización con una metodología en la que se usan argumentos estratigráficos insuficientes, diferencias estilísticas de la estatuaria bajo un esquema evolucionista, separación de estilos cerámicos con una ubicación estratigráfica genera! y con el recurrente método comparativo de la simbología de la estatuaria de San Agustín y otras regiones americanas, como Chavín y Tiahuanaco del Perú15. Ante el asombro del visitante que recorre la periferia de San Agustín, se perfila impresionantes rasgos del arte más auténtico que hemos tenido. Orgullo de los amerindios que en sus estatuas le entregaron a la posteridad el mensaje angustioso de su fe, su vida, su espíritu y su decadencia.

CONCLUSIONES Los primitivos pobladores de San Agustín al parecer tuvieron una permanencia muy larga en los lugares en donde hoy aparecen las estatuas. Trabajaron muy poco la orfebrería a juzgar por los hallazgos escasos de piezas de oro. Una población numerosa debió ocupar gran parte de este territorio, dedicada a la agricultura, especialmente al cultivo del maíz, maní y coca. En muchas estatuas están representados los instrumentos de trabajo que usó este pueblo en sus actividades diarias, tales como el cincel largo y el martillo de dos puntas especialmente empleados en el tallado de las estatuas.

15

PEREZ DE BARRADAS, José. “Arqueología Agustiniana”. Imprenta Nacional. Bogotá. 1943. Pág. 137-141.

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La alfarería que se encuentra en todo el pueblo agricultor está representada por tazas rudimentarias sin pintura y sin pulimento. Las urnas funerarias a que se refieren algunos campesinos de la región pertenecen seguramente a culturas más recientes Las mujeres vestían con faldas y delantales; y los hombres a veces utilizaban taparrabos, lo mismo que cinturones y bandas escalonadas. Es muy difícil averiguar cuál fue la primera vestimenta de la parte superior, del cuerpo. Los adornos de la cabeza son una gran variedad; en “muchos” casos es difícil distinguir los adornos propiamente dichos de los gorros y los peinados. El turbante parece ser adorno femenino lo mismo que la falda. Las diademas que se observan en las cabezas de algunas estatuas son insignias exclusivas de los hombres, el collar es poco frecuente y es probable que se considerara signo de rango. Conocieron la industria de los hilados; se han encontrado varios volantes de husos. Las armas principalmente fueron las siguientes: una maza corta adelgazada en uno de los extremos y gruesa en el otro; la piedra lanzada con la mano y el dardo; los escudos empleados como una arma defensiva y que debieron ser como especie de armadura de algodón sostenidas sobre los hombros; no se sabe si usaron el arco o el propulsor, puesto que no aparecen representaciones de estos elementos Las estatuas representan seres ultraterrenos de un mundo irracional mítico, íntimamente unido a la tribu para señalar su destino. Es por esto que es necesario estudiar a fondo el mundo espiritual antes que las interpretaciones de las expresiones artísticas. Las piernas no están esculpida en algunos casos y casi siempre son muy cortas como si el artista les hubiera dado importancia en la idea general que implica la representación de las estatuas. La cara es comúnmente la parte trabajada con más cuidado lo mismo que el tronco y guardan a veces proporciones desmesuradas en relación

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con el resto del cuerpo dentro del conjunto estético estas esculturas debieron parecer muy bellas a sus autores16. De lo anteriormente expuesto se deduce fácilmente que la civilización de San Agustín, de diferentes procedencias, es más antigua de lo que se pudiera suponer. Rompecabezas para investigadores. Enigma para etnólogos y arqueólogos. Misterio, en la noche del pasado amerindio, para el vulgo. Pero sobre todo una maravillosa afirmación de la estética indígena.

16

SALAS ORT1Z, Camilo Francisco. “Cultura Megalítica Septentrional Andina”. En San Agustín. Capital Arqueológica de Colombia. Fondo de Autores Huilenses. Indugráficas del Huila. Neiva. 1986. Pág. 20.

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“EL HUILA, VIEJO CRUCE DE CAMINOS”

Fernando Antonio Torres Restrepo Miembro Numerario Academia Huilense de Historia Hablar de los caminos es apasionante porque nos permite reconstruirlos o recorrerlos como viajeros imaginarios de la historia, acompañando indígenas, esclavos, soldados, misioneros, comerciantes, soñadores, enamorados o campesinos. Desde tiempos inmemoriales, el Huila ha sido el camino natural por donde han transitado innumerables culturas. Es un hecho que, desde mucho antes de la llegada de los españoles, las comunidades indígenas trazaron múltiples caminos con los que integraron sus culturas a la naturaleza y sirvieron de medio para intercambio de sus productos. Estos fueron los caminos que usó el español. Y es que para los españoles, América fue un nuevo mundo que descubrieron con el fin de apropiarse y colonizarlo. Además de sus armas usaron estrategias para alcanzar dicho objetivo, como capturar indígenas que les sirvieron de guías y que condujeron por sus caminos a la búsqueda de las tierras de El Dorado. Más tarde, las villas y ciudades que fundaron los españoles como centros de colonización sobrevivieron gracias a los caminos que las comunicaron entre sí. Estas vías principales adquirieron la calidad de caminos del rey de España y fueron llamados Caminos Reales. 35


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Caminos reales. Eran aquellos por donde circulaba o debía circular el Rey. En realidad eran pocos. En un principio se trató de los que fueron abiertos por orden expresa de la Corona para trasladar el situado fiscal y eran, por lo tanto, objeto de cuidado y vigilancia especiales. Después, el uso y la proliferación de la nueva vida convirtieron en reales, por analogía, a los caminos recién abiertos o a los abandonados y vueltos a transitar. Por eso hoy podemos encontrar reminiscencias de caminos reales en casi todo el territorio nacional. En esta tierra de caminos, uno muy conocido fue el llamado camino de las Papas que muy posiblemente constituye una prolongación bastante avanzada del Capac Ñan (en idioma quechua: ‘camino real’ o ‘camino del Inca’) recientemente declarado Patrimonio de la humanidad por UNESCO. El Qhapaq Ñan, es la red de caminos más antigua de América; recorría longitudinalmente todo el Tahuantinsuyo, a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde el occidente de Argentina hasta el sur de la actual Colombia. La vía principal tiene unos 6.000 kms de sur a norte. Otro camino fue la trocha indígena del Pénsil que comunicaba las tierras del Cauca con los sitios que serían Timaná y Platavieja, este fue el camino que sirvió a la expedición de Belalcázar para llegar al Huila. Con la misma importancia de los anteriores, el Camino de Guanacas traspasaba la cordillera central en el sector de La Plata. Por este camino transitaron próceres y comerciantes en tiempos de la naciente república. Hacia el norte, otra vía que cobró importancia desde la Conquista fue la descubierta por Gonzalo Jiménez de Quesada, cuando tuvo noticia de la mucha riqueza que en Neiva había. Fue muy utilizado, y permaneció con muy pocas rectificaciones durante toda la Colonia, comunicando a Santafé con Popayán pasando por la ciudad de Tocaima, en el Valle de las Tristezas. 36


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Construir los caminos La geografía colombiana y la distribución de población en el espacio de nuestro país, han dado a las vías terrestres una significación quizás más relevante que en otras partes. Antes de la llegada de los españoles, la necesidad de comunicación entre los indígenas dio lugar a un sistema de caminos, más o menos permanente, en las inmediaciones de los grandes centros religiosos o poblacionales; algunos de los cuales, inclusive, llegaron a estar empedrados, como lo refieren algunos cronistas. Otros fueron muy elaborados como el que se encuentra a la entrada del Parque Arqueológico de San Agustín. Pero, sin lugar a dudas, es la Conquista la que impuso la integración del recién descubierto territorio neogranadino sobre una base de relaciones centralizadas en incipientes núcleos urbanos, cuya especial caracterización fue dada por el criterio de establecimiento de ciudades estratégicas en el interior del continente y no sobre la línea costera como sucedió en la mayoría de los casos; es posible que esto haya sido Culpa de “El Dorado”. Este modelo de ocupación espacial del territorio produjo un sistema de comunicaciones que se estructura sobre el eje principal del Río Magdalena para lograr la comunicación prioritaria de las ciudades del interior con el mar Caribe. Esta red se fue perfeccionando con caminos que integraban a los nuevos núcleos de población. Los caminos reales repitieron en buena medida los senderos indígenas; sin embargo, estos caminos fueron diseñados para ser transitados por peatones que podían descender y ascender muy fácilmente, saltar piedras para superar una corriente de agua o atravesar por un simple tronco un obstáculo difícil. Si lo anterior era aceptable para la población precolombina, no lo era para los nuevos habitantes. Además, estos senderos eran inapropiados para el tránsito de caballos, mulas, ganados y pesadas cargas que obligaron, como en todos los procesos de mestizaje cultural, a imponer algunos cambios en el diseño original, cambios que se mantuvieron durante todo el periodo colonial e inclusive durante el siglo XIX. 37


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Algunas rutas que no pudieron ser adaptadas para uso de bueyes, mulas y caballos, se mantuvieron en uso gracias a los cargueros indios que transportaban sobre una silleta atada a su espalda pesada cargas y no menos livianos pasajeros. El ocaso de los caminos comenzó a marcarlo los ferrocarriles y lo concluyeron las carreteras, que irónicamente en muchos de sus tramos corre sobre su antecesor o muy cerca de él.

Caminos Reales…. Un sistema Los caminos y los ríos navegables, al igual que las plazas y las calles por donde pasaban estos caminos hacían parte de un sistema central de vías públicas a cargo del Estado. En el periodo colonial, los caminos del Alto Magdalena integraron, o al menos comunicaron, dos de las regiones más ricas de Colombia, el valle del río Cauca (Gobernación de Popayán) y el valle del Magdalena (Gobernación de Neiva), con Santafé de Bogotá, capital del Nuevo Reino de Granada. Los principales componentes del sistema fueron los caminos centrales, destacándose en los siglos XVIII y XIX en nuestro departamento los siguientes: -

El de la banda oriental del Magdalena que, parte de Bogotá, conduce a la aldea de San Agustín, y pasa por Santa Rosa, Prado, Villavieja, Neiva, Campoalegre, Hobo, Gigante, Garzón, Jagua, Altamira, Naranjal, Timaná y Pitalito.

-

El de la banda occidental del Magdalena que, parte de Honda, conduce al límite con el Estado del Cauca y pasa por Guayabal, Lérida, Venadillo, Caldas, Guamo, Purificación, Natagaima, Aipe, Guagua, Retiro, Íquira, Carnicerías, Paicol y La Plata.

Dado que estas rutas se convirtieron en vías troncales a partir de las cuales se construyeron ramificaciones que los comunicaban entre si y entre poblados y caseríos vecinos, es por ello que de la vía principal 38


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se desprenden otros caminos más angostos y de segunda y tercera categoría. Por las referencias escritas, encontradas en crónicas de viajeros, parece ser que el camino trazado por la margen occidental del Magdalena, o sea el que pasa por Palermo, es el que tiene referencias más antiguas de utilización (siglos XVIII), mientras que es más común encontrar menciones al de la margen oriental en relatos pertenecientes al siglo XIX, con la anotación de que ambas rutas se encontraban en Neiva para continuar hasta Popayán y de allí al sur del continente. No es coincidencia que en los antiguos mapas figure Neiva como punto de referencia para los viajeros entre Cartagena y Buenos Aires. Del camino de la margen occidental, el sector del camino real de Buenos Aires, localizado en el municipio de Palermo, es el más amplio y mejor conservado de los caminos hallados en el departamento del Huila. Parte de la zona urbana de Palermo y conduce a la loma de Buenos Aires. De allí a La Urriaga, San Juan, El Almorzadero, Teruel, Estambul, Íquira, Pacarní Paicol y La plata. Este camino fue construido por indígenas y esclavos, con ingeniería española, aproximadamente en el siglo XVII y desde la colonia hasta bien entrada la republica guió el paso del progreso, el comercio, las guerras, la cruz, el correo; y siempre las mulas y siempre el arriero recorriéndolos. De este Camino se han encontrado un poco más de dos kilómetros de empedrado, hay vestigios en Chontaduro, Teruel, Cerro Negro, Pacarní, en buenas condiciones; que si bien necesita restauración y mantenimiento hacen parte de más de 300 años de historia y de lo que fue la carretera Panamericana del año 1700. La trocha total por donde pasa el camino oscila entre 14 y 8 metros entre cerca y cerca. El ancho del camino empedrado oscila entre 3.50 y 4.50 metros. En los lugares donde se encuentran zanjones, el camino contiene canales, que permiten desaguar, impidiendo que esta agua dañe el camino; a pesar de tantos años de construido y de encontrarse en estado de abandono en estos lugares de ascenso, el camino se encuentra bastante conservado.

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CUADRO DE DISTANCIAS DE LOS CAMINOS REALES DESDE QUITO A BOGOTA DESDE

HASTA

DISTANCIA EN LEGUAS*

TIEMPO DE RECORRIDO

OBSERVACIONES

Quito

Pasto

75.5

16 días

377.5 kilómetros aprox.

Pasto

Popayán

78.5

17 días

392.5 kilómetros aprox.

Popayán

La Plata

45.5

9 días

227.5 kilómetros aprox.

La Plata

Neiva

7

Neiva

Bogotá

17

Bogotá

Tunja

34

5

170 kilómetros aprox.

*La legua es una medida de longitud que se divide en 62 cuadras cada una de 100 varas. Equivale a 5.000 metros. FUENTE: Mil leguas por América, de Lima a Caracas 1740-1741. Diario de Don Miguel de Santisteban. Colección Bibliográfica del Banco de la República. Santafé de Bogotá. 1992

ANÉCDOTAS DE LOS CAMINOS Los empedrados eran sinónimo de Camino Real; eso denotaba la presencia del Estado. Los empedrados se hacían “clavando piedras” en tramos donde se formaban barrizales o era difícil el paso y tenían como objeto evitar el deterioro del camino y agilizar el tránsito. De estas dificultades se han heredado términos como “salir del atolladero”, “salir del paso” o “echarse con las petacas” que no era otra cosa que recostarse una mula por el cansancio. A las mulas no les valía castigos para que se reincorporaran y la única forma consistía en darle panela en trocitos y esperar media hora que se recuperara. Los caminos tenían muchas vueltas, ya que a menudo se encontraba con grandes piedras que obstruían el trazado; al principio se volaban con pólvora negra pero su eficiencia era limitada; cuando apareció la dinamita, los caminos se hicieron más rectos. Cuando se viajaba con niños, estos eran transportados en zurrones o canastos que eran llevados algunas veces por mulas, pero, 40


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generalmente, por fieles trabajadores o cargueros, cuya especialidad era transportar cosas delicadas como máquinas de coser, ortofónicas, etc. Quienes llegaron a viajar en silleta afirman que el paso más duro, peor que el del caballo más trotón es el del ser humano.

Posadas y tambos Las posadas del camino eran generalmente casas de campo grandes que tenían manga (un pequeño potrero para encerrar las mulas). La posada era el fin de una jornada fuera en mula o en caballo; la de mula cubría una distancia aproximada de 12 kilómetros ya que estaban cargadas con 10 o 12 arrobas, la de caballo hacía en distancia 4 o 5 veces la jornada de una mula. Quien viajaba sin equipaje alguno y a pie se decía que iba “escotero”. Se oía venir desde lejos la mulada porque adelante venía “el madrino”, un caballo que solamente traía la ropa de los arrieros y portaba una campanita. Al arribo de las mulas llegaban a la posada y los arrieros descargaban la carga en los corredores; allí mismo colocaban los rejos y las enjalmas. Luego, el arriero soltaba las mulas en el potrero o procedía a curarle las mataduras con azul de metileno, boñiga de vaca tibia u orines del propio arriero. Para la siguiente jornada, la enjalma, se raspaba y se le hacía un hueco desde adentro para que no siguiera lastimando al animal. En toda fonda había cultivos de caña que vendían para alimentar las bestias. Las mulas no transitaban de noche. Nadie se dejaba coger la noche en el camino con las mulas. Cuando llegaban los arrieros se les servía agua de panela cruda, luego la comida y más tarde la velada donde se jugaba naipe o dados y se contaban historias del camino o de espantos. En las posadas solo se cobraba la comida y el menaje (la caña para los animales), los arrieros dormían casi siempre en los corredores; otros viajeros lo hacían en el interior de la casa en camas. El tambo es una especie de cobertizo con techo de paja que se levanta en las proximidades de las poblaciones sobre el camino real, para servir de abrigo a los viajeros. 41


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Por lo general no se encontraba en estos tambos nada absolutamente. En las cercanías del tambo había unas cuantas chozas en las que las mujeres preparan una comida ordinaria, pero que el viajero siempre estaba encantado de encontrar. Llamaba la atención a extranjeros que no se prestara servicio a los transeúntes. Para prevenir malos ratos, la mayor parte de los viajeros llevan consigo su avío, consiste en unas cuantas varas de carne seca y chocolate; solían también llevar consigo panela, pues en esta región casi no se bebe agua sin antes no haber comido un poco de dulce, razón por la cual este artículo tenía un consumo tan considerable.

Transitando por caminos del Huila en 1823 Apuntes extraídos del libro El viaje por la República de Colombia en 1823 del Conde Gaspard-Théodore Mollian publicado como parte de la colección BIBLIOTECA V CENTENARIO de COLCULTURA, dan cuenta de algunos aspectos anecdóticos del tránsito realizado por el ilustre viajero francés por el camino entre Villavieja y La Plata por la banda oriental del rio Magdalena. Frente a Villavieja se encuentra Aipe, pueblo de indios, a quienes las gentes del lugar consideran duchos en astrología. El calor que padecí el último día me hizo arrepentirme amargamente de no haber seguido el consejo que me dieron de viajar de noche. Esta vez lo seguí, y salimos de Villavieja a las dos de la mañana; a las diez estábamos en Fortaleza. A las dos llegamos a Neiva. Neiva dista diez y siete días de camino a Bogotá. El clima de Neiva es ardiente, pero a pesar de ello, las aguas del Magdalena son muy frías. La riqueza principal de Neiva la constituye el cacao. Neiva no es una ciudad rica: la guerra así como las frecuentes invasiones de hormigas en los cacaotales, la han arruinado. No hay más de seis casas con techo de teja, y las calles no están empedradas, la población en gran parte están constituidas por gente de color. Las enfermedades más frecuentes son la elefantiasis y la lepra1. 1

42

GASPAR THEODORE MOLLIAN,. Viaje por la República de Colombia en 1823. Biblioteca V Centenario. Bogotá, 1993.pg 273.


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Llama la atención del viajero la poca población que huye ante el temor, que les inspira el paso de las tropas que ni siquiera acude a los mercados semanales ni asistir a la iglesia pues los eclesiásticos solo suben al púlpito para pedir el pago de los impuestos y predicar el alistamiento. Al llegar a Paicol el pueblo estaba desierto; ya que el año anterior había sido despoblado por una epidemia cuyas características eran dolor de cabeza y de riñones con vómito de sangre negra. El único remedio que se empleó fue el ponche, que dio resultado en algunos enfermos. Curiosamente esa epidemia no atacó a los indios2.

Al día siguiente llegaron a la Plata, pero no pudo llegar enseguida, porque debía pasar en tarabita,

Retrato del paso del rio de La Plata, en Tarabita en 1823, cerca de la población del mismo nombre. Fuente: MOLLIAN. Óp. Cit. Pag.281

…para llevarme a la choza que debía servirme de habitación tuve que atravesar una parte del pueblo. Hasta el presente no había visto nada más misérrimo; toda la gente que 2

Ídem. Pg. 283

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encontré en el camino, hombres de color, estaba en su mayor parte desfigurada por bocios enormes, además eran de una suciedad repugnante, y por si esto fuera poco, a través de los jirones de los harapos que cubrían sus cuerpos se advertían las manchas de lepra. En la Plata conocí a un general Prusiano que venía de Popayán con ánimo de embarcarse para Europa, encuentro que no dejaba de ser singular en los desiertos de la nueva granada3.

Adiós a los caminos… Los caminos del Huila y el Tolima se comunicaron con el río Magdalena, navegable de la ciudad de Neiva hacia el norte, e integraron el occidente con el centro y el norte de Colombia hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando la navegación fue reemplazada por los ferrocarriles y los antiguos caminos reales se fueron transformando en carreteras, para dar paso paulatinamente, al transporte automotor. Ya para la década de los años de 1930 las ciudades de Neiva e Ibagué se comunicaron con Bogotá por carreteras y líneas férreas. Desde comienzos del presente siglo se vio la necesidad de construir otras carreteras alternas, entre el Valle del Cauca y el Magdalena, por las rutas Neiva-Palermo-Palmira, siguiendo caminos de herradura y con el fin de acortar distancias. De estos proyectos se han realizado tramos y su terminación aún sigue como una necesidad económica moderna, a nivel nacional. Hoy, pese a La modernidad, algunos viejos caminos siguen cohabitando con valores ancestrales y la naturaleza, en una permanente lección que los convierten en “aulas abiertas a la historia y a la vida.”

3

44

Ibíd. Pg. 280


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EL REAL DE MINAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN DE FORTALECILLAS ORIGINA LA DEFINITIVA FUNDACIÓN DE NEIVA Humberto Montealegre Sánchez Miembro Numerario Academia Huilense de Historia En la creación del espacio urbano en los territorios de la Nueva Granada tienen que ver los Reales de Minas. En principio, las motivaciones de los conquistadores estaban dirigidas a la localización y explotación de minas, en la búsqueda del oro, lo que les llevó a crear los Reales de Minas. Para la subsistencia de sus pobladores, era imprencindible la fundación de villas y ciudades.

LA CONQUISTA El hecho más significativo de la Conquista lo constituyó el poblamiento de nuevos espacios, mediante la fundación de núcleos urbanos. La Conquista produjo consecuencialmente la fundación de reales de minas, pueblos, villas y ciudades. De ahí que los conquistadores solo alcanzaran un reconocimiento político de parte de la Corona a partir de la creación del núcleo urbano, en cuyo espacio se erigía el respectivo cabildo, especialmente en las villas y ciudades. La política fue entonces, la estrategia de poder y participación de la vecindad en el ámbito público, mientras el cabildo era el centro de toda actividad política local1. 1

GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones, variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770 – 1815, Bogotá, Banco de la República, 1993, ps. 116 - 117.

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Para los españoles un núcleo urbano significaba control de las tierras conquistadas y sujeción de las gentes que las habitaban. Por ello, en la construcción del orden colonial, jerarquizar los núcleos urbanos era jerarquizar a las gentes que allí vivían. En efecto, el ordenamiento de la sociedad se hace fundamentalmente a partir del manejo de lo urbano, principal instrumento que se empleaba para establecer una dominación del espacio, conformar territorios, estructurar el poder político y con ello jerarquizar la sociedad2, con una economía minera, pecuaria y agraria que sirviera de sustento a los nuevos asentamientos poblacionales. En efecto, la creación de un real de minas implicaba necesariamente la fundación de una villa o ciudad para garantizar el poblamiento, abastecimiento y por consiguiente, la subsistencia de sus pobladores. Ahora, las fundaciones se realizaban una vez, se tenía asegurado el territorio, previa derrota, en este caso, de los indígenas, como sucedió con los pijao. La conquista de los territorios del Alto Magdalena se presentó en dos etapas. La primera comienza en el siglo XVI con el ingreso del peninsular por las zonas costeras del pacífico, cuando Sebastián de Belalcázar inicia las fundaciones por el occidente del Nuevo Reino de Granada, entre ellas, Cali en 1536, Popayán en 1537,Timaná en 1538, Las Tapias o Neiva Viejo en 1539 y San Juan de Neiva en 1550, hoy Villavieja, pertenecientes en principio, a la gobernación de Popayán. Realizadas estas fundaciones, la Gobernación de Popayán pasa del periodo de conquista y entra en un franco proceso de establecimiento y consolidación colonial. Ahora, de las dos fundaciones de Neiva, la primera no dejó huella alguna de lo urbano, probablemente por su corta existencia, escases de sus habitantes y ataques de los indígenas, el poblado nunca prosperó.

2

46

ZAMBRANO PANTOJA, FABIO, La ciudad habitad de diversidad y complejidad, Universidad Nacional, Bogotá, 2002, ps. 142 y ss.


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Terra Firme et NovumRegnumGranatense Popayán. (Juan Ogilbi) 1671

La segunda conquista se presenta cuando Neiva es refundada por tercera vez, por huestes diferentes a las de Belalcázar, ciudad que tuviera un incipiente crecimiento en los primeros siglos de su existencia y, en cuyo urbanismo y poblamiento tuvo mayor incidencia la misma Iglesia que el Cabildo, no obstante, en el marco de las supremacías de las villas y ciudades de la región, terminó convirtiéndose en la capital de la provincia. En efecto, para Reynel Salas Vargas, el proceso de la Conquista en el Alto Magdalena, entre 1538 y 1700, se desarrolla en dos fases. La primera entre1538 y 1570; se inicia con la invasión y consolidación de la fundación de Timaná y termina con el despoblamiento que destruyó en 1569, momentáneamente, la segunda población de San Juan de Neiva. Poblado que nacerá después del periodo del “interregno” (1570 – 1612), llamado así, por no haber acontecido en el territorio del Huila nada de singular trascendencia, a excepción del fallido intento de la conquista de los Pijaos y la profundización de la misma en las zonas aledañas a Timaná y La Plata. Espacio temporal 47


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muerto que se convertirá en el preludio de la “segunda conquista” entre 1612 y 1700, donde no se descarta la influencia que produjo la prohibición real de adelantar nuevas conquistas; situación que llevó a un buen número de españoles a orientar sus acciones hacia la localización y explotación de las minas y el cultivo de las tierras para sostener el trabajo en los centros mineros y proveer de alimentos a los incipientes núcleos urbanos; mientras otros se dedicaron a las actividades requeridas en la administración del gobierno, al comercio, la educación y la cristianización de los conquistadores y conquistados; en tanto, que pocas manos quisieron emprender por su cuenta y riesgo nuevas conquistas a pesar de esporádicos intentos3. La fundación definitiva de Neiva fue entonces el principio del final de la conquista en el interior del Nuevo Reino de Granada y el principio de la consolidación de la política colonial de la metrópoli en la Real Audiencia de Santafé4. Ahora, en el marco de la “segunda conquista”, según Salas Vargas, se inicia dicha fundación. En este periodo de la Conquista, tanto el origen del conquistador como los motivos y los métodos resultan diferentes, por cuanto, su materialización, no estuvo en cabeza de peninsulares, sino de sus descendientes criollos, como Diego de Ospina. Así, la comprensión ideológica que anima a estos nuevos conquistadores de la segunda fase no será producto de la primera reacción ante lo desconocido y novedoso, sino de la aplicación de valores y actitudes que a través de toda una generación, se han convertido en normales y cotidianos. En el siglo XVII, la pretensión no consistía en hacer la guerra para hacerse a un control de un continente que había sido donado por el Papa; se trataba de desarrollar la autoridad que ya nadie cuestionaba, y cuyo origen no radicaba tanto, en las bulas papales, como de la dominación a la que habían sometido a los habitantes. En esta perspectiva, se entiende la súbita aparición del criollo don Diego de Ospina y Medinilla, 3

SALAS VARGAS, Reynel, “El Descubrimiento del Huila o el Principio de la Invasión”, en: Huila, Órgano de la Academia Huilense de Historia. núm. 37, Neiva, Mayo – Junio de 1987, p. 26 y ss.

4

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, en el volumen 1 de la Historia Comprehensiva de Neiva, p.70

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encargado de consolidar la conquista del territorio que hoy conforma el departamento del Huila5. La Real Audiencia de Santafé dirigió y participó con sus huestes en la guerra contra los pijao, según fuentes documentales. Con la llegada de Juan de Borja en 1605 a Santa Fé en calidad de presidente de la Real Audiencia, este inició la más cruenta persecución a los pijao, con sus capitanes y soldados, entre ellos, Diego de Ospina y Medinilla. Fray Pedro Simón señala en sus noticias historiales, la crueldad de Diego de Ospina en la guerra con los pijao. En uno de los asaltos que hicieran los pijao comandados por el cacique Calarcá al fuerte de Chaparral, defendido por Ospina en 1607: De treinta (indígenas) que entraron al fuerte, quedaron sin vida los doce, sin Calarcá, (…). Y sucedió que habiendo hecho recoger Ospina a un lugar los prisioneros y muertos (…). A los vivos (…) hizo echar a los perros atadas las manos, de quien se defendieron por buen espacio con los pies, pero al fin vinieron a perecer entre aquellos dientes caninos, sin dar muestras de quejas cuando los estaban despedazando, por no mostrar flaqueza de ánimo que es gran cobardía de ellos. Cortadas a todos las cabezas, las hizo poner Ospina en los palos de la cerca del fuerte. (…) Calarcá comenzó luego a adolecer del daño que le hizo el tiro de Ospina, hasta que murió al quinto día, y se mandó entre ellos se tuviese oculta su muerte, como se tuvo por más de dos meses enteros6.

Estos testimonios evidencian la sevicia despiadada de Ospina en medio de la degradación y crueldad de la guerra. La muerte de Calarcá, jefe de la confederación Pijao y símbolo de su lucha, así como los métodos de tierra arrasada y el secuestro de mujeres y niñas a cambio de la entrega de guerreros indígenas, fueron determinantes en la derrota de la resistencia pijao7. 5

Ibid., ps. 38 y ss.

6

SIMÓN, FRAY PEDRO, Noticias historiales de las conquistas de tierra firme de las Indias occidentales, (Compuesta en 1625), Ministerio de Educación Nacional, Editorial Kelly, Bogotá, 1953, t. IX, cap. XLII, ps. 59 y 60.

7

OLIVEROS, DIANA, “Coyaimas y Natagaimas”, en Geografía Humana de Colombia, t. IV, vol., 2, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, Santa Fé de Bogotá, 1996.

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CREACIÓN DEL REAL DE MINAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN DE FORTALECILLAS En los albores de la derrota de los pijao, Juan de Borja, Presidente de la Real Audiencia y gobernador del Nuevo Reino de Granada en la carta de 1611, le informaba al rey: (…) con estas acciones queda la guerra en estado que muy fácil y brevemente, y casi sin costa de V(uestra) M(ajestad) se verá el fin de ella, (…) y se irá descubriendo la riqueza de minas (…), viendo ya la tierra desembarazada se disponen algunas personas a ir a buscarlas, y entre ellas el capitán Diego de Ospina Alguacil mayor desta Audiencia, quien ha hecho ciertas capitulaciones conmigo, (… )8.

En efecto, la creación de la provincia del valle de Neiva fue motivada en parte, por la guerra que hacían en particular los indígenas pijao y los carares, que no permitían las comunicaciones entre Popayán y Santafé y, en especial por la conveniencia de explotar las minas de oro que se habían descubierto en el territorio de las provincias de los pijao9. Los pijao a partir de la invasión de su territorio realizaron acciones violentas contra los nacientes poblados de españoles. En 1569 la ciudad de Neiva fue destruida por los indios pijaos, ataque del cual, sin embargo, logró reponerse10. Hacía 1576, los vecinos de La Plata le pedían a su majestad varias mercedes dando como razones “los pocos naturales que hay y por la mucha guerra que los indios pijaos comarcanos nos hacen, porque la tierra es muy rica de plata y oro”11. Juan de Borja, en el informe del 25 de mayo de 1610 resumía el éxito de los Pijao, así: “(…) han despoblado por fuerza de armas 14 pueblos de españoles en la mejor, más fértil, y rica tierra como es la 8

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Cartas y Expedientes de particulares 1619 – 1620, Representación de don Diego de Ospina Medinilla, Santafé 26 de junio de 1620, Santafé 102.

9

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santa Fé 109, Representación del Cabildo de Santa Fé al presidente Borja, Santa Fé, abril de 1611.

10

PLAZAS, FRANCISCO DE PAULA, Villavieja, ciudad ilustre, Neiva, 1950, p. 28.

11

FRIEDE, JUAN (compilador), Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1975, t. VII, documento 1062, p. 101.

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de la provincia de Páez donde se perdieron San Sebastián de la Plata y San Vicente de Páez, y en el valle de Neiva la Villavieja y la de los Angeles, y otras tres reedificaciones(…)”12. Por la misma temporalidad, el Cabildo de Santafé empezaba por reconocer que el reino estaba amenazado por falta de labor de los minerales y que la guerra, pacificación y castigo de los Pijaos había dejado sus provincias “llanas, vacías y desembarazadas de los enemigos (...) (las cuales contenían) gran riqueza de minerales de oro y plata y a azogue (...)”13. En consecuencia, la fundación de la ciudad de Neiva, según Hernán Clavijo, fue formalizada y organizada por el Cabildo Secular y la Real Audiencia de Santafé, al final de la guerra contra los Pijao. En el primer semestre de 1611, justo un año antes de la fundación definitiva de Neiva, el cabildo de Santafé “dio a conocer al presidente Borja, la decadencia de la minería en el Nuevo Reino y la conveniencia de explotar las minas de oro y otros metales que se habían descubierto en el territorio de las provincias de los pijao, (…)”14. La explotación de las minas era considerada como el negocio de mayor importancia para el bien común y la real hacienda en sus reales quintos. En efecto, la fundación de Neiva no se dio por iniciativa de Diego de Ospina, sino que fue producto de una decisión tomada por el Cabildo Secular y Real Audiencia de Santafé. Con fecha 20 mayo de aquel año (1611), el presidente Borja decretó la noticia de la petición del cabildo de Santafé al capitán Diego de Ospina a quien consideraba “persona inteligente y de cuidado y que tiene mucha experiencia de estos descubrimientos (...), y le pidió (comunicarse) con él sobre el asunto por tratarse del bien común y restauración de la tierra”15. 12

TOVAR PINZÓN, HERMES, (Compilador) Relaciones y Visitas de los Andes, Siglo XVI, t. IV, Región del Alto Magdalena, Colección de Historia de la Biblioteca Nacional, Colcultura, Bogotá, 1995, ps. 161, 473 y ss.

13

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santafé 109, Representación del Cabildo de Santafé al presidente Borja, Santafé, abril de 1611.

14

Ibíd.

15

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santa Fé 102, Capitulaciones del capitán Diego de Ospina, 1614.

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Como resultado de la conversación entre el presidente Borja y el capitán Ospina, este propuso unas capitulaciones; la primera se firma en 1611, llamada: “Asiento y capitulación (…) para el descubrimiento y beneficio del valle de Neiba y río de Saldaña, por petición del cabildo de Santafé (…) para el descubrimiento de las minas de oro (…) en las provincias de los pijaos”16. En carta que el capitán Diego de Ospina envió al presidente del Nuevo Reino en relación con la sustancia de las minas que se han descubierto en las provincias de los pijaos, se trascribe textualmente: En Santafe a primero de septiembre de mil y seiscientos y once años don Juan de Borja (…) en cumplimiento de las capitulaciones que hizo y yo tengo admitidas en nombre de su mag(estad) en razón del descubrimiento asiento y permanencia de las minas de oro y otros metales preciosos que se tiene por cierto ay en las rriberas y distrito del rrio de Saldaña y de otros que entran en cuyas corrientes y nacimientos baxan (sic) de la serranía y provincias que tienen ocupadas los indios rebeldes pijaos// (…)(certifica que)por la presente le doy bastante poder y comision para que con sus seis soldados y treinta esclavos contenidos en las dichas capitulaciones y demás gente que le siguiera baya a la poblazon y rriberas y termino del dicho rrio de Saldaña y entre en la parte o partes de las dichas provincias de los indios pijaos (…) convengan al descubrimiento de dichas minas y si se descubrieren algunas de oro plata (…) o piedras presiosas que muestren sustancia considerable para poder hazeren ellas asiento y poblazon funde el pueblo o pueblos y rreales de minas que le parecieren o fueren necesarias y conveniente al mayor aumento y conservación de las dichas minas (…) y a los pobladores y habitadores dellas les rreparta sitios solares minas y aguas para labrarlas como justicia mayor de los dichos pueblos y rreales de minas en que desde luego le nombro (…)17.

La minería fue la actividad económica que más impulso tuvo en la Colonia, pues quienes estaban interesados en la explotación minera, podían echar a andar una mina, siempre y cuando entregasen la quinta 16

Ibíd.

17

Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19.

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parte de sus ganancias a la Corona española. Fue además un incentivo para la conquista, exploración y colonización de nuevos territorios18. La explotación minera fue lo que en principio motivó el ingreso de criollos y españoles a los territorios del valle de Neiva. Ahora el sistema de minas se organizó alrededor de una figura denominada “Real de Minas”. Alrededor del Real de Minas debía organizarse toda una ciudad, con ranchos adyacentes para suministrar todo lo necesario19. El real de minas era esencialmente un distrito minero en donde la autoridad, que para el caso del valle de Neiva, era en principio Diego de Ospina como “justicia mayor”, le correspondía ejercer funciones de gobierno, judiciales, fiscales y militares, además de aplicar las medidas conducentes al incremento de la producción de metales20 como el oro. Con base en la primera capitulación y exploraciones mineras, Diego de Ospina funda en principio el Real de Minas de Ataco - Saldaña y el de “Nuestra Señora de la Concepción” en Fortalecillas, este último de acuerdo al siguiente Auto, cuya descripción textual dice: En el rio grande de la Magdalena en el sitio que le llaman de la fortalecillas a veynte y quatro días del mes de henero del año de mil seiscientos y doze el cap. Diego de hospina alguacil mayor de la dicha rreal audiencia que reside en la ciudad de Santafe en conformidad de la comisión que tiene de su señoría el Sr. Don Juan de Borja del consejo de su mag. su presidente gobernador(…) de este nuevo rreyno(…) dijo que por quanto con la jente que le sigue y trae consigo de esclavos diestros de las minas de oro y habiendo hallado esta provincia que antes ocupaban los indios salteadores y pijaos llana y desembaracada (sic) para poder catear y descubrir la gran rriqueza que ay en 18

Minería en la Nueva España - es.wikipedia.org/wiki/Minería_en_la_Nueva_España.-

19

Minas Coloniales Españolas en America Central y de Norte –America …www.googleearth.es ... Foro América del Sur y Centroamérica.

20

http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/sinaloa/html/sec_42.html. En la legislación española se establecía que el subsuelo y sus riquezas eran propiedad del rey, quien cedía el usufructo de las minas a cambio de la quinta parte del metal producido. Era, pues, obligación de la autoridad vigilar que estuvieran activas y que se llevaran los metales a quintar, es decir, a pagar el impuesto del real quinto a alguna población donde hubiera una Real Caja.

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ella, cuyo descubrimiento y beneficio no se hazia por el justo temor conque siempre se bibian de las grandes muertes y rrobos que causaban los dichos yndios aun en los pasajeros que pasaban con escoltas y flotillas (…) y desde el pueblo de los natagaymas este rrio grande de la magdalena arriba casi veynte leguas hasta los zeborucos del valle de neyba de una vanda y otras y en todo ello a descubierto muchas minas de oro fino de gran sustancia (…) y rriqueza de la dicha provincia que ocupaban los dichos indios pijaos (…) y para que muchas de las personas que están dispuestas venir a labrar minas (…) visto que tiene ya fundado su principio y jente de asistencia (…)en virtud de su comisión y facultad que para ello se le a dado por el dicho señor presidente gobernador (…) y en el acrecentamiento della para agora y para siempre jamás fundava poblava y poblo en el dicho sitio que llaman de las fortalecillas unrreal de minas con jurisdicción el cual poniéndole debaxo de la protección y amparo de la virjen serenísima rreyna de los cielos le puso de su nombre el rreal de nuestra señora de la consepsion para que ansi (sic) se llame agora y en todo tiempo y se pone debajo de la rreal chorona y de la gobernación de este nuevo rreyno (…), señalando (…) el sitio para hazer la iglesia en que se administren los santos sacramentos y la placa (sic) de dicho rreal (…) mando poner un árbol de justicia que es un madero y dixo que lo ponía (…) en señal de posesión que tomava del dicho real en nombre del rrey nuestro sr. y en donde se execute su rreal justicia (…) diciendo que en el tomava posesión del dicho lugar y rreal de nuestra señora de la consepsion, (…)21.

Estas fuentes documentales sugieren cómo primero se creó el Real de Minas de “Nuestra Señora de la Concepción”, el que origina, cuatro meses después, la fundación definitiva de la ciudad de “Nuestra Señora de la Concepción de neyba”. En efecto, la anterior fuente documental señala las intenciones de Diego de Ospina de continuar con la fundación de la ciudad, al manifestar que “(…) las causas y apelaciones (a) que (h)ubiese lugar conforme a derecho con protestación (es decir, aceptación) que haze (Diego de Ospina) de poblar una ciudad(…)”22.

21

Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19.

22

Ibíd.

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LOS PRIMEROS ESCLAVOS DE LAS HUESTES DE OSPINA Ahora el capitán Diego de Ospina como “justicia mayor” en cumplimiento de la primera capitulación, trajo consigo esclavos y esclavas para la explotación de los minerales en la fundación del “Real de Minas de Nuestra Señora de la Concepción”, al señalar que (…) (para) mayor abundamiento para la dicha fundación y posesión metia en una de las minas descubiertas con herramientas de barras almos cafres (sic) y bateas a sacar oro (a) nueve piezas de esclavos seis barones y tres hembras llamados Joan negri, pedro biafara, Joan bioho, baltasar bran, antonioberbesi, Domingo angola, maria biafara, anjelina y dominga criollas y para que del oro que sacaren se pague el quinto que a su mag. perteneciere conforme a nuevas poblazones (…)23.

Imagen Cartillas Cátedra de la Huilensidad, Ilustraciones: José Bernardino Suarez, Neiva, 2008. 23

Ibíd.

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FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE NEIVA Una vez creado el Real de Minas de “Nuestra Señora de la Concepción”, exactamente cuatro meses después, Diego de Ospina, como justicia mayor, funda la ciudad con el mismo nombre “Nuestra Señora de la Concepción de neyba”, dando cumplimiento al compromiso adquirido en el auto del 24 de enero de 1612. Las fuentes documentales transcritas textualmente dicen: Estando en la rribera del rrio grande de la magdalena en el valle de neyba en un sitio que esta entre la quebrada que llaman del oro y el rrio de la seiba cerca de donde entran en el rrio grande en veynte y quatro díaz del mes de mayo de mil y seiscientos y doze años el cap(itán) Diego de hospina (…) justicia mayor de este distrito y descubrimientos de minas en virtud de la comisión que tiene de su señoria del señor Don Joan de borja (…) dixo que por quanto vino a este sitio y rriveras del dicho rrio grande y el de Saldaña y tierras que tenían ocupadas los yndios rebeldes pijaos a descubrir las minas de oro plata y otros metales (…) era necesario poblar un rreal de minas en el sitio y lugar conmodo para ello el qual hizo y poblo en las fortalecillas y puso por nombre nuestra señora de la consepsion (…) con protestación(es decir, aceptación)de poblar una ciudad siendo necesario y hecho esto se fue a la ciudad de Santa Fe donde habiendo dado noticia al dicho señor presidente y a todos los vecinos de aquella rrepublica y de otras partes de la rriquesa desta tierra y minas descubiertas (…) muchas personas pretenden acudir a esta tierra con quadrillas de negros y de indios y para (…) aumento de sus reales quintos y patrimonio le a parecido ser cosa muy necesaria fundar una ciudad (…) desde agora y para siempre jamás y en virtud de la dicha su comisión fundava poblava y poblo en este dicho sitio una ciudad a la cual pone por nombre nuestra señora de la consepsion(…) y se pone debaxo de la rreal corona y de la gobernacion del dicho nuevo rreyno de granada y de la rreal audiencia(…) y luego señalo sitio donde se haga la iglesia y el padre pedro fernandez de Dueñas presbítero beneficiado y cura de Tocaima que vino con comisión de la sede vacante tomo posesion de dicho sitio de yglesia en nombre deste arcobispado (sic) del nuevo rreyno (…) y protesto (es decir, acepto) dar solares a las persona que han venido y pretenden venir a esta poblazon y adelante vinieren a hazer vecindad en ella (…)24. 24

56

Ibíd.


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Imagen Cartillas Cátedra de la Huilensidad, Ilustraciones: José Bernardino Suárez, Neiva, 2008.

Estas fuentes documentales sugieren como el Real de Minas de “Nuestra Señora de la Concepción” origina la fundación definitiva de la ciudad de “Nuestra Señora de la Concepción” de Neiva, siguiendo la tradición de las fundaciones en los sitios donde en principio se garantizara el abastecimiento de agua o las condiciones que compendió el padre Simón “ser limpio y acomodado de leña, madera, agua y piedra, que son las cuatro cosas, después de la sanidad, que se requieren para las bien acomodadas poblaciones”25. Diego de Ospina al delimitar la ciudad, por la parte sur, con la quebrada que le diera el nombre del Oro, da a entender que en esta afluente del río Magdalena se encontraba una de “las minas descubiertas”, lecho 25

MARTINEZ, Carlos, Apuntes sobre el urbanismo en el Nuevo Reino de Granada, SPI., 1967, p. 59.

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en que debió ubicar a sus primeros esclavos que trajera al territorio, al crear el Real de Minas de “Nuestra Señora de la Concepción” el 24 de enero de 1612, con el objeto de sacar oro, en este caso, de aluvión, motivo por la cual le llevó probablemente a colocarle a la citada fuente hídrica dicho nombre, las fuentes así lo evidencian. “Estando en el rrio grande de la magdalena en el valle de neyva de la vanda de la cerrania de los pijaos (en fecha de) veynte y un días del mes de mayo de mil seis cientos y dose años (…) a la orilla (…) en una barranca estava un socabon (…) estavan cavando tierra con barras de hierro tres negros llamados jua(n) negri y juan biojo y pedro biafara y fuera del dicho rrio estaban las negras las quales lavaban la tierra que sacavan de dicho socabon (…) en bateas (…)”26.Incluso, el mismo 24 de mayo, día en que se diera el acto de fundación, Diego de Ospina se encontraba con sus esclavos muy cerca del lugar donde demarcara la naciente ciudad. Gonzalo navarro escribano y receptor de la Real Audiencia de Santafé señala que “El v(ein)te y quatro de mayo del dicho año (1612) (…) vi trabajar (desde las) 8 de por la mañana (h)asta las onse del medio dia poco mas/o menos los dichos tres negros negras y yndios (…) y luego fuy en compañía del dicho just(ici)a mayor (Diego de Ospina) (…) a ser poblazon (…)”27.

Imagen Cartillas Cátedra de la Huilensidad, Ilustraciones: José Bernardino Suarez, Neiva, 2008. 26

Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19.

27

Ibíd.

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Las fuentes documentales infieren que Diego de Ospina se haya inclinado en la fundación de la ciudad entre el hoy llamado rio del Oro y rio las Ceibas, por encontrar en este espacio una mejor ubicación para el establecimiento del puerto sobre el rio Magdalena, que comunicara la ciudad vía fluvial con Honda y el océano Atlántico, así como un mayor número de cuencas hídricas y un mayor volumen de oro de aluvión para su explotación. Para Reynel Salas Vargas, la fundación definitiva de Neiva se dio por razones de seguridad, porque la existencia de tres terrazas entre el río y la cordillera Oriental le permitia ejercer una vigilancia eficaz sobre el naciente poblado. Dichas terrazas corresponden al primer plano donde se encuentra el actual centro de la ciudad, un segundo plano que corresponde a los llanos de Avichinte (barrios El Altico, Campo Núñez, Calixto Leiva) y un tercer plano que son los llanos de El Chaparro (barrios Las Brisas, Las Palmas y todos los desarrollos urbanisticos del Oriente). Un ejemplo de las ventajas extratégicas de la ubicación se vivió durante la batalla de Matamundo (1899) en la cual la ciudad fue atacada por el centro y por el costado Oriental, este frente fue fácilmente repelido por las fuerzas conservadoras gracias a la disposición de tropas en la parte alta de la ciudad. La ciudad de Nuestra Señora de la Concepción del Valle de Neiva inicia lentamente su urbanización a partir de la cuadrícula española. La traza que establece su fundador, así lo evidencia. “En dos días del mes de junio del dicho año (1612), el dicho (…) Diego de hospina, justicia mayor salio del dicho rreal de las fortalecillas y fue al sitio donde tiene fundada la dicha ciu(da)d de nuestra señora de la consepsión para dar la forma y orden y traca (sic) de la poblazon della y con una cabuya que (de) medida tenia treinta y tres pies hizo yr midiendo y cuadrando la plasa que ade tener la dicha ciu(da)d a la qual dio diez cabuyas que son trescientos y treynta pies por cada frente (…) de la dicha plaza quebrada; y luego por cada lado añidió treynta y sinco pies para las calles y desta forma quedo cuadrada la dicha plaza y mando que cada quadra de las que se fueren dando y poblando sean de la misma medida de a trescientos treynta pies quedando (a)demás desto el güeco de las calles de a treynta y sinco pies de forma que cada quadraa de tener quatro solares cuadrados y cada solar a de ser de ochenta y un pies 59


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y medio conforme a la medida de la dicha cabuya y esto a de ser en cuadro y este orden se ade tener en el yr poblando y fundando la dicha ciu(da)d y en el tamaño y medida de los solares que se fueren dando a los vezinos de la dicha ciu(da)d (…)”28.

Aquí las intenciones del fundador atendían al espíritu de las leyes: fundar un poblado en el que la gente llevara una vida “civilizada y en polecía”; es decir, concentrar la población en el “marco de la villa” donde tuviera casa poblada y viviera en comunidad, al igual que construir una iglesia, como lugar de adoración y recepción del “pasto espiritual” común, ya que llevar la misa y bendición a sitios tan apartados se hacía no solo difícil sino imposible29.

EL CABILDO Y EL GOBIERNO DE LA CIUDAD El Cabildo era la única forma de gobierno en las villas y ciudades en el sistema administrativo colonial, cuya jurisdicción se extendía a los pequeños poblados. Esta corporación como el cuerpo de gobierno y justicia de las villas y ciudades y el último reducto del Estado colonial, legitimaba el poder y canalizaba las aspiraciones sociales de las élites locales. En tal sentido, la política fue entonces, la estrategia de poder y participación de la vecindad en el ámbito público, mientras el cabildo era el centro de toda actividad política local30. Los cabildos tenían por consiguiente, autoridad para administrar, gobernar y vigilar los intereses de la comunidad local en lo político, económico y social31. Hernán Clavijo sugiere cómo la naturaleza de la ciudad fundada por el capitán Diego de Ospina y conservada por el último gobernador 28

Ibíd.

29

RODRIGUEZ, PABLO, Cabildo y vida urbana en el Medellín colonial, 1675-1730, Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 1992, p. 38.

30

GARRIDO, MARGARITA, Reclamos y representaciones, variaciones sobre la política en el Nuevo Reino de Granada, 1770 – 1815, Bogotá, Banco de la República, 1993, ps. 116 - 117.

31

RODRIGUEZ, PABLO, En busca de lo cotidiano. Honor, sexo, fiesta y sociedad s. XVIIXIX, Facultad Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Editorial Guadalupe Ltda., 2002, ps. 57-58.

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de su familia, Francisco Álvarez de Velasco, estuvo caracterizada por la ausencia de la institución del Cabildo y el patrón de poblamiento dominante que redujo la ciudad a un espacio centrado en el culto religioso más que en la vida política. Agrega que el patronato de la ciudad de Neiva es conformado cuando la elite local asume los costos de constituirse como corporación representativa de la comunidad local y, este hecho histórico ocurre una vez, se produjo el fin del dominio político de la familia de su fundador y se dieron las condiciones políticas y jurídicas para la erección del cabildo32. Las fuentes documentales relacionadas con el cabildo de Neiva señalan lo contrario, dando muestra de su existencia, a la semana siguiente de su última fundación. En el dicho sitio y real de minas de las fortalezillas de Nuestra s(eñor)a de la Consepsión en treynta y un dia del mes de mayo del dicho año (1612), Diego de Ospina, justicia mayor, dijo: (…) fundado la dicha ciu(da)d de n(uestr)a señora de la consepsión en n(ombr)e de su mag(estad) (…) y agora para el buen govierno de la dicha ciu(da)d y rrepública della y de sus terminos y jurisdicción conviene se nombre cavildo, justicia y rregimiento que la mantengan en justicia como esta dispuesto por su mag(estad) y sus rreales leyes, por tanto mandava e mando juntar en su posada todas las personas que en este sitio se hallaron y vinieron a esta poblazon (…) por agora elegia y eligio por alcaldes hordinarios y de la hermandad, alguacil mayor e rregidores procurador general y mayordomo de propios para que lo sean y usen los dichos oficios este presente año hasta el dia del año nuevo primero venidero los siguientes a don fran(cis)co de cardenas y a andres martin eligio por alcaldes ordinarios/ a joan baptista cortes y a joan de los rrios eligio como alcaldes de la hermandad/ al capitán pedro de herrera eligio por alguacil mayor con vos y voto en el cavildo como regidor al cap(it)an Alonso bravo Montemayor y al licenciado diego flores y andres diaz hidalgo y a mateo cotriello y Alonso garcia rrada eligio por rregidores y al dicho mateo cotriello por depositario general e a goncalo navarro rreceptor de la rreal audiencia eligio por 32

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, en el volumen 1 de la Historia Comprehensiva de Neiva, p. 72 y ss

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procurador general a miguel sanchez zambrano eligio por mayordomo de los propios de la dicha ciu(dad)/ y con esto acavo la dicha elección y les di facultad a todos para que usen de los dichos oficios administrando justicia (…). Estando todos presentes los aceptaron y juraron por dios nuestro s(eño)r (…) y de su Mag(esta)d y bien de la dicha ciu(da)d, rrepublica y vecinos della (…)/ todos los electos firmaron (…)33.

El cabildo nacía por nombramiento y se perpetuaba por elección. (…) No elección popular, en tanto no participaban la gente del común, ni siquiera los blancos pobres. Se observa cómo la designación de los cargos del primer Cabildo de Neiva no fue producto de una elección del vecindario, sino por imposición de Ospina, como justicia mayor, por cuanto, en ese momento histórico, no existía comunidad alguna establecida. Tan solo a partir de su fundación, el asentamiento inicia con mucha lentitud su poblamiento. En principio, esta era una fundación teórica en un ambiente rural, en tanto, hubo de pasar decenios para que el vecindario se fuera estableciendo en el nuevo pueblo. El oficio de justicia mayor era uno de los empleos principales y de mayor autoridad del Reino. Este cargo constituía dignidad o prerrogativa de hombría. Título que daba poder para proceder de oficio, y a pedimentos de partes, contra los malhechores, y castigarlos según la calidad de sus delitos en aras de una buena administración de justicia34. El cabildo cooperaba en el reparto de los solares, colaboraba en la asignación de los ejidos, las dehesas, las estancias de huertas y las 33

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santa Fé, 19. Los Alcaldes Ordinarios eran defensores y jueces, presidían el Cabildo, observaban causas civiles y criminales, vigilaban la veracidad de los testamentos y sucesiones y distribución de herencias, etc. Los Alcaldes de la Santa Hermandad representaban la jurisdicción de la ciudad en el campo, sus principales funciones eran aprehender criminales en el campo. El Alguacil Mayor tenía como función principal mantener el orden en la ciudad, hacía arrestos y debía rondar en la noche. El cargo del Procurador General representaba al bien común, por cuanto actuaba como intermediario entre los vecinos y el Cabildo, así como vigilaba los intereses y privilegios de la Corona. RODRIGUEZ, Pablo, Cabildo y vida urbana en el Medellín colonial, 1675-1730, ps. 53 y ss. Los Regidores administraban la ciudad o villa. BAYLE, Constantino, Los Cabildos Seculares en América Española, Madrid, 1952, ps. 169 y ss.

34

SAENZ, Liciniano, (fray), Demostración Histórica del valor de todas las monedas en Castilla durante el reinado de Enrique III, imprenta Benito Cano, Madrid, 1796, p. 291.

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estancias de pan, de ganado, es decir, las mercedes de tierras a las que tenían derecho los vecinos. A cargo del cabildo también estaba la designación de los funcionarios subalternos, el manejo del suministro de aguas, el abasto y el control de los precios de la ciudad, además de poseer la categoría de tribunal de justicia. En 1631 el cabildo de Neiva acordó “que para el bien común desta dicha ciudad previene que se pregone el abasto de carne y el estanco (…) y las postulas de pan y de todo (aquello) que se vendiere a menudo”35. En materia de control de mercadeo de los productos de consumo, el Cabildo de Neiva en 1631, ordenó fijar los precios de los “géneros de bastimento” que se traían a la ciudad, de la siguiente manera: Cuatro panes de media libra bien cocido y sazonado por un real Diez guebos un real y medio Un queso de la tierra real y medio Una gallina buena dos reales (…) El cuartillo de miel un real La libra de sebo un real La libra de azúcar real y medio Un fanegada de maíz un patacón (…) Un pataló fresco un real (…) El cuartillo de vino de la medida de Santafé un patacón36. El cabildo en sus inicios y durante varias décadas careció de rentas para su sostenimiento, en tanto, no contaba con recursos ni siquiera para la construcción de su propia sede. Hacia 1635, Don Juan de Cañola y Calañas, como Juez de residencia de Santafé, acusaba a quienes habían venido ejerciendo cargos de mayor importancia en el Cabildo de la ciudad de Neiva, por la negligencia de no haber construido casas de Cabildo y cárcel. Al Capitán Marco A. Fernández, porque siendo Alcalde ordinario, “(…) no había tomado las providencias necesarias para que se hicieren casas de cabildo y cárcel”37. Gabriel de Montealegre, Alcalde ordinario en 1631, 35

GARCIA BORRERO, Joaquín, Neiva en el Siglo XVII, Neiva, Empresa de Publicaciones del Huila, 1983, p. 16.

36

Ibíd., p. 17.

37

Ibíd., p. 28.

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testimoniaba que la carencia de casas de Cabildo, se atribuía: (…) a que esta ciudad no tiene propios ningunos (rentas) por ser pueblo nuevo y de tan poca gente”, (…), que (no) pude asistir en todo el tiempo (Cabildo) – porque en esta tierra no asistiendo el año en su hacienda – los ganados se hacen cimarrones y se pierden38. Desde la llegada de Diego de Ospina a los territorios del Alto Magdalena como “Justicia Mayor”, tuvo gran influencia en la autoridades del cabildo. De ahi que durante el siglo XVII hubo un ambiente de sana convivencia entre cabildantes y gobernantes de la Provincia, en razón probablemente, al sentimiento de gratitud, por las concesiones de encomiendas y títulos o mercedes de tierras que habían hecho los Ospina a sus huestes. Gabriel de Montealegre, quien fuera Alcalde ordinario de Neiva en 1631, señalaba que de “Las ocho estancias de ganado mayor (…), conforme a los títulos que de ellas tengo, (los recibí), el uno del gobernador Diego de Ospina (…), y el otro del gobernador Don Francisco Martínez de Ospina, y están en la jurisdicción de dicha ciudad, (…)”39. A partir del siglo XVIII las relaciones del Cabildo con los gobernadores de la provincia se tornan conflictivas40.

INCIPIENTE POBLAMIENTO DE LA CIUDAD Las primeras construcciones realizadas en el marco de la plaza se dieron posiblemente con el apoyo de Diego de Ospina, quien utilizara mano de obra indígena y esclava, en tanto, la fundación de Neiva “había sido hecha con indios pa (muiscas) y Panches y con 35 esclavos, más los vecinos blancos. (Ospina) para consolidar la fundación, pidió fomentar el dicho pueblo nuevo con esclavos buenos, indios vecinos”41. 38

Ibíd., p. 29.

39

Ibíd., p. 37.

40

Ver MONTEALEGRE SÁNCHEZ, HUMBERTO, “El Cabildo de Neiva y sus relaciones con la Iglesia, las Autoridades de la Provincia y Santafé, 1612-1816”, en volumen 1 de la Historia Comprehensiva de Neiva, 2012, ps. 219 y ss.

41

Archivo general de Indias, Sevilla, España, Santa Fé 102, Capitulaciones del capitán Diego de Ospina, 1614, f. 21 r.

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El trazado del nuevo pueblo de Neiva es un indicio de su germen urbano. En la representación del 26 de junio de 1620, ocho años después de su fundación, el gobernador Diego de Ospina señala “que el pueblo nuevo de Neiva tenía por entonces, más de 200 personas y el consuelo espiritual y temporal para cualquier pasajero42. En 1628, diez y seis años después de su fundación, en el interrogatorio que el gobernador Diego de Ospina presentó a la Real Audiencia de Santa Fé, solicitando la confirmación real de las capitulaciones de 1611 y 1614, se refiere a la fundación y conservación de la ciudad de Neiva. “La ciudad tenía Iglesia, Plaza y más de 60 hombres poblados (con sus familias) en la ciudad y su distrito. La Iglesia se encontraba adornada gracias a la mucha cantidad de pesos de oro que había gastado en ella”43, lo que da muestra de su cuadrícula y algunas construcciones en el marco de la plaza, como la misma iglesia y la inversión que había hecho Ospina en algunas edificaciones. Este transcurrir de “vivir en policía y a son de campana” era el embrión de la vida urbana en el naciente poblado neivano. En principio, esta era una fundación teórica, en tanto, hubo de pasar años y décadas para que el vecindario se estableciera en la nueva población, en un singular ambiente rural44.

INCIDENCIA DE LA IGLESIA EN LA EDIFICACIÓN DE LA CIUDAD Para Hernán Clavijo la naturaleza de la ciudad de Neiva fundada por Ospina, se caracterizó por un patrón de poblamiento dominante que

42

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santafé 102, Cartas y Expedientes de particulares 1619 – 1620, Representación de don Diego de Ospina Medinilla, Santafé 26 de junio de 1620.

43

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, en el volumen 1 de la Historia Comprehensiva de Neiva, 2012, p. 105

44

MONTEALEGRE SÁNCHEZ, HUMBERTO, “El Cabildo de Neiva y sus relaciones con la Iglesia, las autoridades de la provincia y Santafé, 1612-1816” en Historia Comprehensiva de Neiva, t.1, 2012, p. 226.

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redujo la ciudad a un espacio centrado en el culto religioso45. De ahí, que las villas y ciudades ejercieran funciones religiosas, mediante el establecimiento del espacio sagrado de la iglesia. Conquista y evangelización, que según Bernardo Tovar, representó para los nativos la amenaza de aniquilación de sus divinidades y lugares sagrados, de sus valores, saberes, tradiciones y costumbres, de su lengua, creencias, mitos y rituales, en una palabra, la amenaza de desintegración de su cultura y por supuesto, de su organización social46, tal como ocurrió. No hay que olvidar que la conquista no solamente fue militar, sino espiritual. La acción de España en América implicó una guerra de conquista humana y territorial que incluyó el sometimiento de los habitantes americanos a la religión católica47. La Conquista, como estrategia ideológica de la Corona, fue prevista como un medio para la preparación de la fe católica. Su política era fusionar religión y propósito imperial. El control espiritual del Nuevo Mundo resultaba de vital importancia. La evangelización de los indígenas constituía la preocupación fundamental de las autoridades del Estado y de la Iglesia. En efecto, la “cesión” de estos territorios implicó la expansión de la doctrina cristiana. Por esta razón, desde los primeros viajes vinieron capellanes para impartir los sacramentos, celebrar misas y mantener la fe entre los expedicionarios y, en especial, para enseñarla a los conquistados. Unos llegaron como misioneros para enseñar la religión a los nativos, lo que se constituyó en uno de los principales vehículos de aculturación; otros oficiaron como párrocos en las ciudades y villas, encargados de dar el “pasto espiritual” de los hispanos; velar por la pureza de la fe y la moral, impartir los sacramentos, celebrar la eucaristía diariamente y conmemorar las festividades religiosas48. 45

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, p. 72.

46

TOVAR ZAMBRANO, BERNARDO, “Conquista Española y Resistencia Indígena”, en: TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, (Director), Historia General del Huila, Instituto Huilense de Cultura, 1995, vol. 1, ps. 217 y 218.

47

SANCHEZ MALDONADO, MARÍA ISABEL, Diezmos y crédito eclesiástico. El diezmatorio de Acámbaro, El Colegio de Michoacán, A. C., México, 1994, p. 21

48

DIAZ LOPEZ, ZAMIRA, “Creación de dos repúblicas: de españoles y de indios, en Historia, Geografía y Cultura del Cauca, territorios posibles, t. II, Editores. BARONA BECERRA Guido y GNECCO VALENCIA, CRISTÓBAL, Universidad del Cauca, 2001, p. 140.

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Diego de Ospina al hacer la traza del nuevo poblado de Neiva el 2 de junio de 1612, estuvo acompañado por Pedro Fernández de Dueñas, Presbítero beneficiado y Cura de Tocaima, quien tomó posesión del sitio donde se edificaría la Iglesia en nombre del Arzobispado del Nuevo Reino49. En los lazos económicos, políticos y culturales, la iglesia ocupaba un puesto muy importante, que afianzaba las estructuras de dominación y explotación. Al incorporar la religión al Estado, el imperio colonial español adquirió un marcado rasgo teocrático. En la simbología urbana, el templo, con su campanario, ocupaba un lugar primordial, a tal punto que cuando se fundaba un poblado, lo primero que se erigía era la iglesia con su campanario50. En efecto, las villas y ciudades cumplían, por consiguiente, funciones de naturaleza espiritual, mediante la configuración, en su seno, del espacio sagrado de la iglesia; lugar del rito, centro místico y de comunicación del hombre con la divinidad, aspectos inherentes a las necesidades religiosas de los españoles. En este mismo sentido, la ciudad se convertía en el centro de la “conquista espiritual” de los nativos, no solo como punto de apoyo a la evangelización, sino también, como polo espiritual (el templo) que pretendía sustituir los santuarios, oratorios y lugares sagrados de los indígenas, en cuyas áreas muchas veces aquellos se construyeron51. Todo parece indicar que la ciudad nació sin obedecer a la totalidad del protocolo que establecían las leyes de Indias a través de la institución del patronato real, lo cual sugiere que el grupo inicial de vecinos tuvieron más atractivo poblar y residenciarse en sus hatos que en hacer vecindad en la ciudad y gobernar un ínfimo vecindario y, sobre todo, a una elite inestable de comerciantes y mercaderes que solo habitaban la ciudad por unas pocas semanas o meses52. 49

Archivo General de Indias, Sevilla, España, Santa Fé, 19.

50

ZAMBRANO, FABIO Y BERNARD, OLIVIER, Ciudad y territorio. El proceso de poblamiento en Colombia, Academia de Historia de Bogotá, IFEA, 1993, p. 28.

51

TOVAR ZAMBRANO, BERNARDO, “Conquista Española y Resistencia Indígena”, ps. 222 y 223.

52

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, p. 112.

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Con razón el Procurador general del Cabildo se quejaba en 1684 “porque esos vecinos no construían casas en Neiva ni mantenían vecindad en ella”53. Con la definitiva fundación de Neiva el 24 de mayo de 1612, ésta se convierte en sede político-administrativa de la provincia en 1614, con un incipiente crecimiento poblacional y urbanístico. Neiva servirá entonces, de puente, particularmente con otras ciudades y villas como Santafé, La Plata, Popayán, Quito e incluso Timaná, centros poblados, con los que establece especialmente relaciones comerciales, entre otras. En efecto, Hernán Clavijo en su revisión historiográfica, advierte cómo primero se fundó la ciudad y después se erigió la gobernación. De ahí que cuando el capitán Ospina fundó el Pueblo Nuevo de Neiva todavía no era gobernador de Neiva y Timaná; es decir, ni la entidad provincial ni el cargo de gobernador preexistieron a la fundación de la ciudad54. En efecto, los territorios, que años después, hicieran parte de la provincia de Neiva, estaban directamente adscritos al Nuevo Reino de Granada, siendo Juan de Borja gobernador de los mismos y, a su vez, presidente de la Real Audiencia. En los documentos de 1612 Diego de Ospina, como justicia mayor,al fundar la ciudad de Neiva, manifiesta que esta “se pone debaxo de la rreal corona y de la gobernacion del dicho nuevo rreyno de granada y de la rreal audiencia (…)”55. Proponía el gobierno de la provincia lo capitulará el Capitán Diego de Ospina con el presidente de la Real Audiencia, Juan de Borja en 161456, lo que quiere decir, que la creación de la provincia de Neiva, Timaná y Saldaña no se dio en 1610, como lo señala la historiografía tradicional.

53

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fisco, Cambios Económicos y Estructura Social en la Provincia de Neiva 1760 – 1810”, p. 444.

54

CLAVIJO OCAMPO, HERNÁN, “Fundación y conformación de la ciudad de “la pura y limpia Concepción de Neiva y su provincia en el siglo XVII”, p. 182.

55

Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19.

56

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, “Las Guerras de la Colonización en la provincia de Neiva durante el siglo XVII”, en Historia General del Huila, t. 1, p. 327.

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LA AGITADA HISTORIA DEL PERIODISMO ESCRITO EN EL HUILA Delimiro Moreno Calderón Miembro Emérito Academia Huilense de Historia La historia del periodismo escrito en el Huila comienza a mediados del siglo XIX, en 1853, cuando el hermano masón Salvador María Álvarez, en estricto sentido nuestro primer periodista, funda el semanario El Alto Magdalena, al que suceden “Huila” de José María Rojas Garrido y una gran cantidad de semanarios, quincenarios y otras publicaciones esporádicas, liberales y conservadoras, que agitaron con sus debates doctrinarios la vida intelectual de la provincia de Neiva durante ese brillante periodo de nuestra historia, muy bien descritos por los investigadores Jean Paul Ruiz Martínez y Cristian Salamanca Arévalo en sus valiosos estudios “La prensa decimonónica de la ciudad de Neiva”, y “La Ciudad hecha tinta o la tinta hecha ciudad”, aparecidos en el volumen 2 de la Historia Comprehensiva de Neiva, páginas 411 a 494. La prensa en esos tiempos servía para defender unas ideas, no para informar, -y aún deformar- como ahora.) Caída sobre el país la nefasta Regeneración a partir de 1886 y bajo la ruda dictadura de monseñor Esteban Rojas Tobar en el actual Huila, esa llama de la prensa ideológica se apagó y solo florecieron unos cuantos semanarios clericales y conservadores como las violentas hojas volantes contra los liberales, Triquitraques y Traquetriques, del padre

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jesuita Arango, en 1907. El pensamiento serio de Rojas Tobar se expresó sobre todo en su semanario Ecos del Vaticano que, iniciado en el siglo XIX, sobrevivió hasta los años 80 del siglo XX. Será solo en 1909, cuando, al calor de la pausa democrática del republicanismo aparecerá el semanario “republicano” La Reivindicación, dirigido por Anselmo Gaitán Useche, Felipe Serrano y Augusto Martínez, el último de los cuales se retiró al segundo número por considerarlo “muy liberal”. Al octavo número fue excomulgado por el obispo Esteban Rojas Tobar, excomunión divulgada en hojas volantes sin pie de imprenta, aunque todo el mundo sabía que se editaban en la del Gobierno Departamental. Este periódico inicia un segundo florecimiento de la prensa ideológica, sin mucho interés en informar de los acontecimientos, más preocupada por formar a sus lectores en sus tesis políticas. En 1918, el obispo Rojas Tobar excomulga a los directores, redactores y lectores del periódico liberal La Palabra, dirigido por Anselmo Gaitán Useche. En diciembre de 1921, Anselmo Gaitán Useche decide suspender su periódico La Palabra, para unificar el liberalismo alrededor de la candidatura presidencial del general Benjamín Herrera, y adherir al periódico oficial de su partido, Renacimiento, bajo la dirección de Reynaldo Matiz, el cual es excomulgado por el obispo Rojas Tobar. En 1925 aparece en Garzón el semanario “El Debate” dirigido por el líder liberal Tulio Rubiano, que desarrolla intensa actividad proselitista en un medio hostil como esa población. Rubiano, en 1962, cederá este nombre a Guillermo Plazas Alcid, quien lo remozará y durante varios años lo publicará en Neiva. El Debate subsiste hasta como radioperiódico en la emisora Surcolombiana, fundada también por Plazas Alcid. En 1931, aparece el Boletín Trimestral de Estadística de Neiva, dirigido por Gonzalo Sánchez, con abundante información sobre el desarrollo de la ciudad. En 1935 circula el periódico liberal Horizontes, del activo dirigente popular Julio C. Losada. 70


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El 16 de marzo de 1940, en mimeógrafo, aparece en el Colegio Santa Librada, el jocoso periódico estudiantil El Tábano, irreverente, crítico, mordaz, vocero de los jóvenes inconformes con las rimbombantes y conservadoras publicaciones de sus mayores. Se sostendrá hasta el 23 de junio de 1943, es decir, 51 meses de desvelos, sacrificios y reprimendas, pero también de satisfacciones. Para oponerse, “seriamente”, a este popular periódico aparece la revista Cóndores, que no corre con mucha suerte, como sí la tendrá el famoso posteriormente “La pedrada”. En ese mismo año 1940, aparece, editado en mimeógrafo, el diario vespertino Notas del Día, liberal radical, dirigido por Julio Arturo Tovar. Es el primer precursor del diarismo del Huila. Sólo circuló un poco menos de un año, y apenas se conservan unos pocos ejemplares. Fue el primer esfuerzo, artesanal, obra de un solo hombre con su mimeógrafo, que en las mañanas recorría la pequeña ciudad en busca de noticias y en la tarde distribuía su periodiquito, recogía los pocos avisos que le permitía vivir, y bebía con sus amigos recibiendo los comentarios de su obra1. En 1942, y después de numerosas experiencias de voceros liberales, aparece el más aguerrido de todos, el Frente Liberal de Juan S. Gutiérrez, que durante varios años fue el más notable de ellos. En julio de 1945, el joven Misael Pastrana Borrero funda en Neiva el semanario El Porvenir, llamado así en recuerdo de Rafael Núñez, cuyas ideas de Regeneración son compartidas por él. El 4 de diciembre de 1952, con motivo del VIII Torneo Nacional de Baloncesto que se inicia en esta fecha en Neiva en el Estadio Roberto Urdaneta Arbeláez, aparece el primer diario impreso del Departamento, no ya mimeografiado como las Notas del Día, La Ciudad, dirigido por Alberto Yepes Trujillo, después secretario de Educación del Departamento y jefe liberal bien destacado, con la colaboración del abogado conservador, Franco Vargas Motta y de Gustavo Andrade Rivera, el gran poeta y dramaturgo huilense. El periódico se editó 1

Entrevista con Misael García García, quien posee algunos ejemplares de este curioso diario.

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todos los quince días del campeonato en la Imprenta Departamental, informando los resultados de la noche anterior. Se considera que, hasta hoy, es el primer diario deportivo del mundo especializado en baloncesto. Es el segundo y más inmediato antecedente de un diario en el Departamento. En 1959 aparece la revista “El Bronce” de Augusto Ángel Santacoloma, un órgano del más profundo radicalismo, calcado en los modelos de los años 50 del siglo XIX, inclusive con su vocabulario y sintaxis anacrónicos, pero que denunciaba valientemente las lacras de la sociedad moderna, incluidas las del clero local. La independencia y honestidad del periodista le valieron el respeto de la sociedad que cuestionaba. El 8 de agosto de 1966 circula por primera vez el “Diario del Huila”, del que hablaremos más extensamente luego. En 1967, el joven estudiante del Colegio Salesiano San Medardo, Jairo Morera Lizcano, funda el quincenario Voz Juvenil. El 26 de junio de 1968, aparece la revista Gremios y Personajes, dirigida por Ernesto Serrano Montenegro, primer presidente y fundador del Círculo de Periodistas del Huila, que promueve la candidatura de Misael Pastrana Borrero a la presidencia de la República. En 1968, aparece el diario liberal Impacto, dirigido por Ignacio Solano Manrique y con la jefatura de redacción de Alfonso Camacho Leyva, con la esperanza de oponerse al “Diario del Huila”. Circula unos pocos meses y los problemas económicos obligan a su cierre. El 11 de noviembre de 1971 aparece el periódico “Agrohuila”, de Félix Manrique Perdomo, de aparición esporádica, al servicio de la comunidad campesina y sus organizaciones gremiales, que será también transmitido por radio en diversas emisoras y cumple en este campo importante labor. Circuló y se radió hasta hace pocos meses. En marzo de 1979, circula el periódico Enfoque Huilense, dirigido por el periodista Fermín Segura Trujillo. 72


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En mayo de 1979, La Universidad Surcolombiana publica el primer número de su revista homónima, y un grupo de profesores y alumnos, dirigidos por el profesor Jorge Guebelly, en 1981 publica la revista “Garabateos”. En marzo de 1981 empieza a circular Tribuna de Occidente, dirigida por Liberio Jiménez, que adoptará el nombre de “Tribuna del Sur” a su unión con Rodrigo Lara Bonilla, y circula actualmente con el nombre de “Tribuna” como un órgano de difusión ecológica muy respetable y acatado. En 1983, circula el periódico Nueva Imagen, dirigido por Margarita Suárez Trujillo, con orientación política liberal de Jairo Morera Lizcano. En 1988 nace un nuevo periódico neivano: Reporte huilense, dirigido por Francisco J. Díaz. En 1989, el periodista Alberto Gómez Collazos publica su revista Horizontes del Huila, y con su redacción y la dirección de la Cámara de Comercio y la Asociación de Comerciantes del Huila, circula El Vocero Gremial” de vida efímera... En julio de 1990 aparece el primer número del periódico Cades Huila, órgano oficial de la entidad que agrupa las secretarias del departamento, dirigido por Rosmira del Rosario Mayorga. Otros periódicos, algunos de ellos con importancia en su tiempo, están los listados publicados por Henry Rubiano en su artículo “Lo escrito, escrito está”, aparecido en la Historia Comprehensiva de Neiva, tomo 4, páginas 71-101.

La censura No hay en los textos de historia del periodismo huilense una sola línea sobre asunto tan importante para ella como es la censura. En tiempos del obispo Rojas la implacable censura a los periódicos liberales se ejercía condenándolos mediante excomuniones y órdenes a los feligreses desde los púlpitos para que no los leyeran bajo pena de pecado mortal, como se anota antes. Así desaparecieron innumerables periódicos del siglo XIX y comienzos del XX. 73


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Perdida la poderosa autoridad e influencia del obispo Rojas en los años 20, y llegado al poder el liberalismo en 1930, no hubo limitaciones a la libertad de prensa, y florecieron de nuevo muchas publicaciones, pero la autoridad civil liberal, en 1941, con motivo del ataque japonés contra los Estados Unidos, el 7 de diciembre de ese año en Pearl Harbour, la implantó en el país y el gobernador del Huila Carrera Trujillo prohíbe la publicación de periódicos, carteles y hojas volantes que hablen bien de los japoneses, alemanes e italianos, y remite a los 29 alcaldes, 16 corregidores y cinco inspecciones de policía, una circular en la cual les pide tomen medidas de vigilancia sobre los súbditos de tales nacionalidades que vivan en sus jurisdicciones, para evitar posibles acciones suyas contra el país o el Canal de Panamá… Además, previene contra posibles agitaciones populares, sobre todo comunistas, acerca de la situación internacional que causen alarma, y aplica las medidas de suspensión de estaciones de radio experimentales y de radioaficionados ordenadas por el Ministerio de Telégrafos. Instauradas las dictaduras conservadora y luego militar, el 10 de noviembre de 1949, acosado por duras críticas periodísticas y radiales, el gobernador Ramírez Coronado expide el Decreto 598 que establece la censura de prensa y radiodifusión, y designa Junta de Censura compuesta por Jorge Andrade Rivera y Carlos Rojas R., quienes vigilan personalmente los periódicos El Porvenir y El Amigo del Pueblo, la revista El Bronce; las emisoras Radio Neiva y Ondas del Huila, y el radioperiódico Neiva al Día. Esa censura continuará hasta el 10 de mayo de 1957, a la caída de Rojas Pinilla (ocho negros años). Finalmente, en los últimos años poderosos intereses económicos y criminales han implantado una censura más drástica: la persecución y el asesinato de los periodistas como ocurrió con el periodista Guillermo Bravo Vega, asesinado por las denuncias de corrupción hechas en su valiente revista EcoImpactos. Otros periodistas, amenazados, han tenido que salir del departamento para proteger sus vidas, como Carlos Mora. 74


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“Diario del Huila” El primer diario serio que aparece en nuestro territorio es el “Diario del Huila”, fundado el 8 de agosto de 1966 por el médico Maximiliano Duque Gómez, quien asumió las funciones de gerente y subdirector, y por su hijo, el abogado Max Francisco Duque Palma, quien asumió la dirección. Al nombramiento, pocas semanas después, de Duque Palma como Gobernador del Huila por el presidente Lleras Restrepo, su padre, el fundador, ocupó las funciones de director y gerente simultáneamente. Intensa y agitada ha sido la vida de este diario: pasó de la impresión en caliente (plomo), cuando se fundó, al sistema offset, y se trasladó de Matamundo, su sede inicial, al centro de la ciudad. Desde 1971 o 72, sufría una permanente crisis económica (no tenía avisos, ni departamento de publicidad) y de circulación (sólo publicaba 150 ejemplares y le devolvían 90, y la jefe de circulación era también la encargada de distribuir la leche de los hatos del doctor Duque). El trabajo de 1974, el cubrimiento exitoso de la campaña presidencial en la cual salió triunfador Alfonso López Michelsen, sobre Álvaro Gómez Hurtado y María Eugenia Rojas, el arribo a la gobernación del Huila de Olga Duque de Ospina, el acertado manejo de la información general y el regreso de los buenos columnistas que se habían retirado ante la crisis, hicieron que el diario subiera su circulación a 1.500 ejemplares (¡diez veces más que un año antes!), pero ese éxito periodístico no se reflejaba en lo económico por la persecución política del gobierno de David Rojas Castro, el mayor anunciador, casi el único del Huila,2 y la falta de una estructura empresarial del Diario, que carecía de gerente y de departamento de publicidad que recogiera los frutos de esa bonanza. Así las cosas el aumento de circulación era un acrecentamiento de los costos en papel, tinta y otros insumos y el éxito periodístico ahondaba paradójicamente la crisis económica del diario. En esas condiciones, su único propietario, el abogado Max Francisco Duque Palma, cansado de subvencionarlo con los frutos de sus otras 2

Era paradójico. En la administración de Olga Duque no podían anunciar en el Diario las empresas oficiales (Industria Licorera, Lotería, etc.,) porque era inmoral que el diario de la familia de la Gobernadora recibiera publicidad. Y en el de Rojas Castro, no se le daba tampoco, porque era enemigo de la administración. ¡Todo era para las emisoras gobiernistas!

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actividades económicas, había decidido en abril de 1975, cerrarlo definitivamente en julio, y como única solución decidió arrendarlo a una sociedad3, la Editora del Sur, formada por su jefe de redacción, Delimiro Moreno, Francisco Arias Silva, exgerente de IDEHUILA, Fernando Ospina Hernández, su cuñado, y su hermana Olga Duque, esposa de Fernando, en su única vinculación al Diario. Esta sociedad, en cuatro años (mayo de 1975 a mayo de 1979), logró resucitar definitivamente el diario y lo devolvió a su propietario, sin quedarle debiendo un solo peso del elevado canon de arrendamiento (única utilidad que hasta entonces había dado el periódico), saneado y con una circulación ya de cerca de 5.000 ejemplares, una estructura empresarial de la que carecía antes y un notable prestigio local y nacional. A la aparición de “La Nación” en junio de 1994, el periódico no supo reaccionar, ya que hábilmente don Jesús Oviedo llamó para su proyecto al entonces jefe de redacción del Diario del Huila, Fermín Segura Trujillo, quien trasteó a su nueva empresa todos los conocimientos adquiridos allí, sus archivos fotográficos y sus fuentes de información. Fue cuando, en colaboración con “Vanguardia Liberal”, que aspiraba a que un diario de Neiva formara parte de su red de periódicos nacionales, en 1996, jubilado por Telecom, doña María Mercedes Rengifo de Duque, ya viuda y al frente de la empresa con su hijo Max, llamó a Delimiro Moreno para que liderara el grupo entrenado en “Vanguardia Liberal” en Bucaramanga, y se vivió otra época de renacimiento del periódico, ahora diseñado por el magnífico Vladdo. Por segunda vez, a finales de los años 90, el diario fue arrendado, en esta ocasión a don Jesús Oviedo, pero rápidamente volvió a su familia propietaria, y hoy lo dirige acertadamente María Pía Duque Rengifo, hija y nieta de los fundadores, quien le ha dado un nuevo vigor con la exitosa colaboración del periodista Germán Hernández. En sus 48 años, el diario se ha distinguido por la diversidad ideológica de sus columnistas, de todas las tendencias, excepto naturalmente las más extremistas y violentas; por un constante compromiso con la paz, la convivencia, la tolerancia y el desarrollo; ha adelantado campañas cívicas en pro de la Universidad, la Refinería, la industrialización del 3

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De modo que no ha sido una, sino dos veces las que el periódico ha sido arrendado, con resultado bien diverso. Con el primer arrendamiento, el periódico se fortaleció; con el segundo, se debilitó. ..


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Departamento; ha llevado un combate enérgico contra la corrupción y el mal gobierno, sin temor a las represalias, que fueron dramáticas. Porque la tarea del diario no ha sido solo informar, sino formar, educar, liderar el progreso de su pueblo, orientarlo y no ir solamente a su zaga, apenas informando de sus acontecimientos. Y ese aspecto, expresado ante todo en sus editoriales y sus columnas, no ha merecido el análisis que exige.

“La Nación” rompe el monopolio La aparición de “La Nación”, en junio de 1994, refrescó el ambiente periodístico del Huila porque significó el fin del monopolio que hasta ese momento ejercía el “Diario del Huila” y le dio nueva dimensión al tratamiento de las noticias, aunque no diverge mucho del conservatismo de sus propietarios y su respeto por la expresión de todas las ideas. En sus 20 años, plasmados en un excelente libro aparecido bajo el cuidado de Alfredo Rubio, ha logrado posicionarse como el diario de mayor circulación en el departamento, gracias a su seriedad, buen concepto administrativo y su vinculación popular.

Los nuevos diarios Increíblemente, dado el estrecho mercado publicitario y de circulación de la ciudad, en Neiva han aparecido en los últimos años tres diarios más, lo que hace a esta ciudad una de las que cuenta con mayor número de ellos. Y acaso la única. Son periódicos de tendencia popular, algunos con fuerte tendencia amarillista que se justifica en aras de una pretendida libertad, que no tiene en cuenta ni la ética ni la estética. Se trata de “Extra”, “Opanoticias” y “Olé” que con diversa suerte vienen compitiendo con los dos diarios ya tradicionales, y están abriendo nuevas oportunidades de desarrollo y vinculación popular al periodismo escrito.

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TRAS LAS HUELLAS DE LOS EDIFICIOS DEL COLEGIO SANTA LIBRADA DE NEIVA JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN Miembro Numerario Academia Huilense de Historia Muchos huilenses que conocieron la vieja casona del centro de Neiva donde funcionó el colegio Santa Librada hasta 1945 (hoy se erige allí el edificio del Palacio de justicia) tienen el convencimiento de que ésta fue la primera sede del plantel. Sin embargo, nuestra obstinación por el tema del colegio nos llevó a auscultar nuevos archivos y nuevas fuentes, y como producto de estas pesquisas, aparecieron evidencias suficientes para desechar aquella primera apreciación. Con base en las nuevas evidencias hoy podemos afirmar con certeza que antes de la aquella vieja casona, que fuera adquirida por el colegio en el año 1877, se había construido una primera sede en 1845, la cual fue vendida en 1863; y que en tiempos del Estado Soberano del Tolima , más concretamente en el año de 1866, le fue cedido al Santa Librada, para su funcionamiento, el edificio del primer colegio oficial de niñas, institución que se había abierto en Neiva en 1850 y clausurado en 1857. Este edificio sirvió de sede de la Santa librada hasta 1877, año en que se compró para su funcionamiento, la vieja casona de la que hablamos al comienzo. A continuación se consignan los resultados de nuestras más resientes investigaciones sobre el origen y el uso de estas tres primeras sedes del Colegio.

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Imagen de santa librada ubicada en la zona verde que precede la entrada al interior de edificio actual del Colegio.

1837: Primera norma de creación del colegio y gestiones para consecución de edificio Cuando Colombia iniciaba su vida como nación independiente, la provincia de Neiva carecía de colegios de segunda enseñanza. Solo en el año 1837 se iniciaron las primeras gestiones tendientes a obtener un local donde funcionara un colegio de varones en la ciudad. En ese año, con fecha 2 de octubre, la Cámara Provincial aprobó una ordenanza por la cual se creaba un COLEGIO NACIONAL en Neiva, que en el artículo 3º disponía que la suma del “derecho de caminos”, correspondiente a un año a la Provincia1, se destinara a la adquisición de un local para montar el colegio, y en su artículo 4º precisaba: 1

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En ese mismo año, por gestiones del gobernador de la Provincia, en el Congreso Nacional, se había aprobado una ley mediante la cual se destinaba el producto de los derechos de caminos al establecimiento de un colegio en Neiva. Confrontar texto del decreto provincial en: AGN, Tomo112. folio 535.


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El gobernador de la Provincia dictará las providencias conducentes para la consecución pronta y arreglo del local de que habla el artículo anterior, ya sea mandando refaccionar el edificio conocido en esta ciudad con el nombre de El Cuartel, si practicadas las diligencias del caso resultare corresponder a esta capital o a su Cantón y no al Estado; o ya sea comprando otro o levantándolo de nuevo, según lo crea más fácil, equitativo y conveniente2.

El Decreto se envió a Bogotá para su aprobación por el gobierno central y el 10 de noviembre del mismo año el director general de Instrucción Pública emitía un concepto, mediante el cual se aplazaba cualquier decisión de aprobación hasta no tener seguridad sobre la suficiencia de las rentas, así como de la consecución del local para su funcionamiento3. Frente a esta negativa el gobernador José María Galavíz, en las sesiones de la Asamblea Provincial de 1838, hizo un marcado énfasis en la consecución del edificio e informó que había procedido a convocar a los notables y vecinos en general de la capital para oír sus opiniones “acerca del modo más económico y eficaz de proporcionar un local aparente para el intento”4. Sobre el desarrollo y las conclusiones de esta reunión, informaba Galavíz, que la gran mayoría de los asistentes se decidió por el local del viejo cuartel abandonado en la capital de la Provincia y que de inmediato se elevó la solicitud al Consejo de Cantón de Neiva y este aprobó su donación mediante escritura, “no solo del terreno que abraza el cuartel sino de todo el solar que le pertenece”5. Las gestiones para el traspaso del edificio “El Cuartel” se iniciaron en ese mismo año, como consta en el libro No.131 de la Notaria Primera de Neiva correspondiente al año 1837, que reposa en la Academia Huilense de Historia. Pero dicho documento, que por cierto, no mencionaba la ubicación exacta del local en referencia, no pasó 2

ARCHIVO GENERAL DE LA NACION (AGN). Fondo Ministerio de Instrucción pública. Tomo 112, folio 535

3

AGN. Gobernaciones Varias, Tomo 57, folio 744

4

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 58, folio744

5

Ibídem

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de ser una simple minuta, pues revisados los expedientes de la notaria de los meses siguientes, no apareció finiquitado el proceso de escrituración del lote a favor del colegio. En efecto, en 1840, el gobernador Ramón Vargas informaba a la Cámara Provincial que una de las dificultades para que el plantel no tuviera edificio para funcionar radicaba en el hecho de que el solar del viejo cuartel, donado para el colegio, fue reclamado por particulares y estaba en venta6

La disputa por la sede del colegio renueva el interés por el edificio En 1838 surgía una disputa por la sede del colegio entre las ciudades de Neiva y Villavieja, liderada, de un lado, por miembros de la Cámara Provincial residentes en Neiva y de otro, por algunos burócratas, notables y ricos hacendados que residían o tenían intereses en Villavieja, entre quienes figuraban: Diego María Herrera, José María Herrera, Valentín Trujillo, Gaspar Díaz y Buenaventura Sánchez, entre otros7. Como no hubo acuerdo entre los dos sectores, se enviaron ambas solicitudes (la de Neiva y la Villavieja) para aprobación del gobierno central. La de Villavieja, que contó con el aval de la Cámara Provincial, hacia énfasis “en la práctica de aquellos pueblos bien ilustrados” que fijaban sus colegios en lugares solitarios o menos concurridos para concentrar la atención de maestros y discípulos, así como para alejarlos de los peligros de las poblaciones numerosas. Resaltaba, además, que en que en esa ciudad residían “jóvenes bien aprovechados y eminentes patriotas, profesores de jurisprudencia y medicina”, circunstancia que disminuiría los costos de la enseñanza, dado que los catedráticos impartirían educación en su lugar de domicilio8 Sin embargo, en el tema de edificio, su solicitud apenas hacía constar el compromiso de los firmantes del memorial, de levantar en la 6

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 70 , folio 646

7

Cfr. RAMIREZ B: Jairo en : “La Escuela en la Antigua Provincia de Neiva”, Fondo de Autores Huilenses, Neiva, 2000 Págs.93-114

8

Cfr.: AGN. Fondo Ministerio de Instrucción Pública. Tomo 113, folio 997.

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localidad un edificio para el colegio “de una manera decente, sólido y cubierto de teja, en lugar cómodo y salubre”9. Mientras tanto, la solicitud de los vecinos de Neiva, por ser presentada de forma extemporánea a la Cámara Provincial, se envió directamente al gobierno central sin contar con el aval correspondiente de esta corporación. En ella se hacía una amplia comparación de las condiciones de distancia, comunicación, agua potable, edificios y otras ventajas que ofrecían las dos ciudades inmersas en el asunto. De esa comparación sobresalían con creces las condiciones atribuidas a la ciudad de Neiva. Sin embargo, en el punto relativo al edificio solamente se mencionaba el compromiso de levantar uno de tapia y teja y de aplicar los fondos existentes y los que ingresen en el futuro a la conclusión de la obra, al pago de cátedra y demás gastos necesarios para el establecimiento10. En relación con las dos solicitudes mencionadas, el 17 de diciembre de 1838, la Dirección Nacional de Instrucción Pública emitió un concepto autorizando la sede del colegio a Neiva, en el cual se aclaraba que a esta determinación se había llegado después que constatar que esta ciudad era: ….el lugar más céntrico, más poblado, en donde reside el gobernador y demás autoridades de la provincia, con mayores recursos para garantizar la subsistencia y comodidad de los estudiantes… y con una notable ventaja en cuanto a la obtención del agua pura, de la que carece Villavieja en los veranos11.

No obstante, el concepto de instrucción pública no autorizaba expresamente el funcionamiento del colegio. Tal decisión quedaba aplazada “en un término proporcionado, para que los vecinos de Neiva, con los fondos que han ofrecido y con los que piden sean destinados a la construcción del edificio, lo tengan concluido y en disposición de abrirse”12.

9

Ibídem.

10

Ibíd. Folio 993

11

Ibídem.

12

Ibídem.

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Según informe del gobernador Galavíz en las sesiones de la Cámara de la Provincia de 1839, el plazo establecido por el gobierno central para levantar el edificio fue de dos años13. Teniendo en cuenta esta circunstancia, en octubre de 1839, el jefe político del Cantón de Neiva, don Aniceto Cardozo, en carta al gobernador de la Provincia, le informaba que había autorizado la celebración de un contrato, bien fuera “para la compra de una casa ofrecida en venta que se está construyendo en esta ciudad” o bien para la compra de “otro local mejor, en los términos más favorables para la provincia”14. No obstante, el informe del gobernador Ramón Vargas a la Cámara Provincial de 1840, expresaba que el tiempo corría , el plazo de dos años se aproximaba y la decisión sobre el edificio permanecía en el mismo punto; también afirmaba que en el fondo de estas indecisiones yacían varios problemas; primero, que el solar del viejo cuartel, donado para el colegio, era reclamado por particulares y estaba en venta; segundo, que no se tenía la seguridad de disponer en forma inmediata de los demás fondos asignados a la obra, en especial las donaciones, que en su mayoría no se habían hecho efectivas15. En ese año estalló en Colombia la denominada “Guerra de los Supremos”, que se extendió a la provincia de Neiva a mediados de 184016 y sus efectos devastadores alejaron por algún tiempo la esperanza de ver cristalizado este sueño. La guerra no solo distrajo la atención de sus moradores en otros menesteres sino que se llevó consigo los recursos que con tanto esfuerzo se habían conseguido para la obra, pues los fondos del colegio fueron forzosamente prestados para ayudar a cubrir las necesidades del conflicto17

13

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 64, folio 88

14

Ibídem

15

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 70 , folio 646

16

AGN. Gobernaciones, tomo 97, folio 372

17

AGN. Gobernaciones varias. Tomo 74, folio 550

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1842. Se inicia la construcción del edificio A escasos meses del fin del conflicto se iniciaba la construcción del edificio para el colegio. Es así como el gobernador Manuel María Ortiz, en septiembre 15 de 1842, informaba a la Cámara Provincial sobre el empeño que el jefe político del Cantón de Neiva, Francisco Posse, había puesto en la obra y describía así los adelantos en la misma: “Trabajando en ella se halla el contratista en techarla y cerca de 1000 pesos ha recibido de solo contribuciones voluntarias, aparte de otras cantidades que se destinan también a su pago”18. En noviembre de 1843 Ortiz informaba a la Cámara: “He tomado todas las providencias a mi alcance para lograr siquiera el placer de animaros hoy, que su edificio, dentro de poco días podrá destinarse al objeto de su utilización (…) y se haya como lo veis, así del todo concluido, y en ella los salones y demás cuartos necesarios para su objeto”19. Tomando en consideración los adelantos de la obra (cuya ubicación exacta no aparece en ninguno de los informes mencionados), el Gobernador Miguel María Ortíz propuso en el acto de instalación de la “Sociedad Republicana” de Neiva (diciembre de 1843), que se abriera inmediatamente el plantel con las clases de gramática castellana y latina, bajo la orientación del doctor Daniel Parga, secretario de gobierno provincial, quien había ofrecido este servicio en forma honorífica 20. La carencia de fondos para concluir la obra y la falta de disponibilidad de tiempo del Doctor Parga, impidieron que los buenos deseos del gobernador tuvieran una feliz concreción.

NUEVA CREACIÓN DEL COLEGIO EN 1845… NUEVA NEGATIVA DE APROBACIÓN En septiembre de 1845, el gobernador Uldarico Leiva anunciaba la culminación total del edificio21, circunstancia que dio pie para que la 18

AGN. Gob. Tomo 80, folio 482

19

Ídem. Tomo 89, folio 380

20

AGN. Gob. Tomo 89. f. 651.

21

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 174, f. 174.

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Cámara Provincial expidiera, con fecha 26 de septiembre de ese año, una ordenanza por la cual se creaba el “Colegio Provincial de Varones de Neiva”22. En virtud del centralismo vigente para entonces en el país, esta ordenanza tuvo que ser remitida al gobierno nacional para su aprobación definitiva, instancia que sorprendió con la decisión, contenida en un decreto de 1846, consistente en autorizar la instalación de una «Escuela Particular de Literatura y Filosofía”23 en el edificio construido para el colegio. Pero esta institución aprobada nada tenía que ver con el colegio creado por la ordenanza ya citada, de la Cámara Provincial de Neiva, el cual debería ser de carácter oficial y estaría orientado a la enseñanza de la minería, la agricultura y la veterinaria. De modo que esta decisión del gobierno nacional se trataba, en la práctica, de una nueva negativa a aprobar el plantel que querían establecer los neivanos. Y es que, precisamente, no existe la más mínima evidencia sobre la puesta en marcha de esta «Escuela Privada de Literatura y filosofía», autorizada desde Bogotá. Por el contrario, se pudo constatar que las autoridades neivanas hicieron caso omiso a la aprobación de dicha escuela y, por el contrario, continuaron con los preparativos de la apertura de un colegio de carácter oficial y orientado a las enseñanzas científicas. Entre estos preparativos, figuran dos solicitudes del gobernador Leyva, presentadas en el transcurso del año 1846 al gobierno central; una, para que autorizara al Director de Instrucción Pública de la Provincia la ejecución de gastos mientras se designaba el rector, habida cuenta que la iniciación de las clases estaba prevista para enero de 184724; otra, para que se nombrara de inmediato el rector del Colegio, en consideración a que la Cámara Provincial había aprobado las funciones correspondientes para dicho cargo. A esta última solicitud, se le adjuntaba una terna de candidatos para ocupar tal dignidad, 22

Ver texto de la ordenanza en: revista HUILA. Órgano del Centro Cultural del Huila. Volumen I, Nos. 5, 6 y 7, Septiembre-octubre-noviembre de 1956, p. 38.

23

Ver decreto y respuesta del gobierno central en:. Nos. 5, 6 y 7 de Septiembre-octubrenoviembre de 1956; pp. 40-41; también revista HUILA en AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 117. Folio 523.

24

AGN: Gobernaciones Varias. Tomo 117, f. 523 y 574.

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compuesta por los señores Enrique Bermeo, Gaspar Díaz y Eugenio Castilla25. En el mismo año de 1846, el Gobierno Nacional, según inscripción que aparece en una de las márgenes de la solicitud enviada por el gobernador Leyva, designó como rector al doctor Enrique Bermeo. Éste se desempeñó como síndico-rector, cuya actividad se limitaba a administrar los bienes de un colegio, que aún no tenía alumnos ni actividad académica alguna. En enero de 1847 Bermeo fue reemplazado por Valentín Trujillo, quien desempeñó el cargo hasta septiembre de 1847 y a este lo sucedió Gustavo Buendía26. Estos cambios en la dirección del plantel tuvieron ocasión cuando aún el colegio no había iniciado actividades académicas.

1849. Por fin inician las labores académicas En septiembre de 1847 el gobernador Juan Francisco Ortiz presentaba un amplio informe a la Cámara sobre la situación económica y las posibilidades de iniciar labores en el colegio de Varones27. El 11 de octubre de 1848 tomó posesión de la Gobernación de Neiva el escritor cartagenero Manuel María Madiedo28 quien se comprometió con el Colegio, reglamentó su plan de estudios (que incluía una catedra de lenguas, con sus respectivas materias y otra de ciencias naturales, matemáticas y mineralogía) y su régimen interno29. Igualmente nombró como primer rector a José María Rojas Garrido30.

25

AGN: Gobernaciones Varias. Tomo 117, f. 640.

26

AGN. Gobernaciones, tomo 210, folio 611. Gobernaciones , tomo 59,folio 536

27

AGN. Gobernaciones Varias. Tomo 210, folio 586

28

Madiedo fue el primer filósofo cristiano de Colombia y quizá del mundo, novelista y poeta y un reconocido dirigente político, partidario de Mosquera.

29

AGN. Gobernaciones. Tomo 15, folios 358-371

30

Aunque no nos fue posible encontrar el decreto de nombramiento de Rojas Garrido como rector, asumimos que fue nombrado antes de la apertura del colegio, teniendo en cuenta que el informe sobre el acto de instalación está firmado por él como rector, y en adelante seguirá firmando como tal los diferentes asuntos relacionados con el plantel.

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Con base en la información enviada por el gobernador, la Cámara Provincial expidió, el 2 de octubre de 1848, una ordenanza por la cual se fijó la apertura del colegio para el 1º de enero de 1849, con el nombre de Colegio Provincial de Varones, y dispuso que en el plantel se impartiera una cátedra de gramática castellana y latina y otra de ciencias físicas, ciencias naturales y matemáticas31. Por fin, el 1º de enero de 1849 se instaló de manera solemne el Colegio Provincial de Varones, con la cátedra de gramática española32. Son estas las verdaderas fechas de fundación y de iniciación de clases que los libradunos y los huilenses, han de tener en cuenta para las conmemoraciones respectivas. No hay razón para seguir tomando como referencia para estas celebraciones la ordenanza del 26 de septiembre de 1845, que nunca fue aprobada por el gobierno nacional y que no dio pie a la iniciación de los estudios en el colegio de Neiva, como ha sido ampliamente demostrado. Un decreto del gobernador Gaspar Díaz, octubre de 1850, dispuso que el plantel se llamara “Colegio Democrático” y que el de niñas, que se había abierto el 20 de julio, llevara el nombre de “Colegio Santa Librada:33

Ubicación del edificio del colegio en su primera época de funcionamiento Hay dos importantes documentos que permiten afirmar con certeza que el colegio de varones de Neiva (entonces llamado “Democrático”), en la primera época de existencia (años 1849 a 1854), funcionó en un lugar céntrico ubicado en la esquina sur-occidental (calle 7ª con Carrera 3ª) de la actual plaza cívica de Neiva, antiguamente denominada “La Placita”. El primero, es la reseña histórica del colegio que el presbítero Octavio Hernández (Rector del este plantel en los períodos 1916-1917 y 192431

Norma Citada en el reglamento del colegio del 18 de noviembre de 1848. Ver: AGN. Gobernaciones. Tomo 152. Folio 359.

32

AGN. Gobernaciones. Tomo 152, f. 323.

33

AGN. Gobernaciones. Tome 152, f. 528´371

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1935) publicó en la revista HUILA HISTORICO del año 1932, en donde afirmaba tener “referencias ciertas de que este plantel, entonces llamado “Democrático” funcionó “en el lugar donde se encuentra hoy el edificio destinado al expendio de carne”. (Ver facsímil de la parte pertinente al local del colegio en el artículo del padre Hernández sobre la historia del plantel, en la revista HUILA HISTÓRICO No. 2, de mayo de 1832)

Facsímil, de la parte pertinente, del artículo “Reseña histórica del Santa Librada” del Pbro. Octavio Hernández. En: HUILA HISTOTICO. No.2. Neiva. Mayo de 1932. Pg.46

El segundo: es el artículo titulado “El Colegio Santa Librada de Neiva” del historiador Francisco de Paula Plazas, publicado en la revista EL BRONCE No.12, de 1967, donde afirma que el colegio de varones en sus primeros años funcionó “en el lugar en que en la actualidad se levanta la plaza de mercado”. Como se verá más adelante esta plaza involucraba en su espacio físico la aludida venta de carnes. (Ver facsímil de la parte pertinente de la revista EL BRONCE No. 12 de 1967) 89


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Fuente: FRANCISCO DE PAULA PLAZAS, “El Colegio de Santa Librada de Neiva”. EN: Revista EL BRONCE No.12, Neiva, mayo de 1967. Pág.59

Teniendo en cuenta estas dos referencias, hay que hacer precisiones ahora sobre la ubicación de la plaza de mercado (donde funcionaba la venta de carnes), para lo cual contamos con dos valiosos documentos: El Primero: la descripción que sobre Neiva de los años 1930-1940 hizo el académico Régulo Farfán, en su artículo “La Ciudad de Antaño”, publicado en el periódico “Pregón del Huila” de mayo de 1974. Entre los sitios más importantes de Neiva de entonces, el autor referido mencionaba “el concurrido mercado de La Placita” y afirmaba que “en este sector se encontraba la placita de mercado y la carnicería de la calle Pajijí”. Debemos precisar que “la Placita” corresponde al espacio que hoy se conoce como Plaza Cívica de Neiva. (Ver facsímil de la parte pertinente del artículo de Régulo Farfán) 90


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Facsímil de apartes del artículo “La ciudad de antaño” del académico Regulo Farfán, publicado en periódico “Pregón del Huila” Correspondiente a la segunda quincena del mes de mayo de 1974, pág.21. En Hemeroteca de la Academia Huilense de Histor

El Segundo: los apuntes que el libro “La Ciudad Colombiana, Siglo XIX y Siglo XX” de Jacques Aprile-Gnisec34, quien sobre un plano de Neiva del año 1910, ubica de manera precisa la venta de carnes en la esquina sur-occidental de la carrera 2ª con calle 7ª ª y señala dicho local con el numeral 8 (Ver ubicación del No.8 en el plano titulado aquí: “Ubicación de las primeras sedes del colegio santa librada en plano de Neiva diseñado entre 1905 y 1910”) 34

APRILE-GNISET, Jacques. La Ciudad Colombiana. Siglo XIX y Siglo XX. Bogotá. Biblioteca Banco Popular, 1992, pág.111.

Ed.

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NOTA: Este plano, con sus correspondientes anotaciones, se elaboró a partir de un original utilizado por Jacques Aprile-Gnisec, en el libro: “La Ciudad Colombina, siglo XIX y siglo XX”35, en el cual incluyó los planos urbanos de las principales capitales de Colombia, “generalmente diseñados hacia 19051910”, y entre estos figura el de Neiva. Sobre este plano Aprile hizo anotaciones a mano, señalando los sitios en donde se ubicaban los principales edificios de Neiva en la época. El plano fue retomado por el historiador Jaime 35

92

APRILE-GNISET, Jacques. La Ciudad Colombiana. Siglo XIX y Siglo XX. Bogotá. Biblioteca Banco Popular, 1992, pág.111.

Ed.


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Ruiz Solórzano (de la Universidad Surcolombiana) quien se preocupó por precisar la ubicación de los edificios identificados por Aprile-Gnisec, utilizando la nomenclatura reciente de la ciudad36. Concatenando los datos que nos ofrecen estos valiosos aportes históricos, podemos presentar, con bastante certeza, la ubicación de las tres primeras sedes del colegio Santa Librada, y algunos de los principales edificios de Neiva de la época.

Clausura del colegio y destino final de su primer edificio En 1855, el periódico El Alto Magdalena publicó un cuadro sobre “Liquidación de gastos de los colegios provinciales”37 de Neiva, en el que sólo aparecía el Colegio Santa Librada de Niñas y la Escuela Normal de Varones, lo cual indica que el Colegio Democrático de Varones había sido cerrado cuando concluyeron las actividades académicas del año lectivo de 1854. Esta afirmación nuestra la corrobora el gobernador de la Provincia, José María Rojas Garrido, quien en su informe a Cámara Provincial 1856 manifestaba que el edificio del Colegio Democrático servía, en ese momento, como sede de la imprenta y de la Normal38. En 1857 este edificio del colegio de varones se entregó para que sirviera de sede a la escuela de varones de la ciudad39, pero como la Provincia de Neiva fue anexada en 1858 al Estado Soberano de Cundinamarca, en ese año, las autoridades de dicho estado, que no se interesaron por abrir el colegio, pusieron en remate el solar adjunto a dicho edificio40. En 1863, cuando la provincia de Neiva entró a formar parte del Estado Soberano del Tolima, la Asamblea de dicho Estado mandó a vender 36

RUIZ S. Jaime. “Neiva, El Escenario Urbano entre 1905-1940”. En Historia General del Huila, Vol.6, Gobernación del Huila, Academia Huilense de Historia. Neiva. 2005 PP. 171-200

37

EL ALTO MAGDALENA No. 94. Neiva, enero 19 de 1856.

38

ALTO MAGDADELA. No.100, Neiva, marzo 1º, de 1956 s.p.

39

GACETA DE CUNDINAMARCA No. 21. Bogotá, diciembre 17 de 1857. p. 88.

40

GACETA DE CUNDINAMARCA No. 96. Bogotá, agosto 6 de 1859. p. 110.

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el edificio del colegio “Democrático”, para con su producto reparar el del Colegio “Santa Librada” de niñas41 y otras obras. (Ver facsímil del decreto por el cual se autoriza la venta del antiguo edifico del colegio de varones de Neiva)

Facsímil del decreto que autoriza la venta del antiguo edificio del colegio de varones. Fuente: Leyes del Estado soberano del Tolima 1863-1877. Pag29. Archivo Academia Huilense de Historia.

El colegio de varones hereda el edificio y el nombre del primer colegio de niñas. El gobernador de la Provincia de Neiva, José María Rojas Garrido, en su informe a la Cámara Provincial de 1856, manifestaba que el edificio del colegio Santa Librada de niñas “era el único local cómodo de Neiva y era ocupado frecuentemente para reuniones de la legislatura” y que por esta razón en varias ocasiones “han hecho suspender las tareas escolares”, mientras se encuentra otro edificio competente. (Ver facsímil del Alto Magdalena en la parte pertinente. 41

94

Decreto del 8 de enero de 1863. En: Leyes del Estado soberano del Tolima 1863-1877, Pg.29


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Facsímil de la parte del informe del Gobernador de la Provincia de Neiva en 1856, en lo pertinente al edificio del colegio de niñas. Periódico EL ALTO MAGDALENA No.133, de 13 de octubre de 1856. S.p. Hemeroteca Academia Huilense de historia.

En 1874 Rufino Vargas en sus “Apuntamientos históricos y Estadísticos del Distrito de Neiva-1874)” informaba que el edificio donde funcionaba ese año el Colegio de Varones era el que se había construido para el de niñas en 1853 y, que al ser cedido para tal destino, el colegio, en palabras suyas, “le usurpó a éste hasta el nombre” (Ver facsímil de la carátula y la parte pertinente al tema del edificio del colegio, en el documento de Rufino Vargas): 95


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Facsímil de la carátula del documento y de la parte pertinente al Santa librada de niñas, “Apuntamientos históricos y estadísticos del Distrito de Neiva” elaborado por Rufino Vargas. Guamo, 1874

Por su parte, Valentín Trujillo, en un amplio informe sobre el colegio Santa Librada fechado en 1877, hacía las siguientes precisiones sobre la trayectoria del plantel: (Ver facsímil del encabezamiento del informe de Valentín Trujillo en el periódico EL TOLIMA del 12 de marzo de 1877): 1ª)- Que el Colegio de Varones funcionaba en ese año (1877) en el edificio de Santa Librada, construido entre los años 1852 y 1853, para el colegio de niñas; 2ª) - Que en dicho edificio funcionó el colegio de niñas hasta 1858, cuando la provincia de Neiva fue eliminada y pasó su población a hacer parte del Estado Soberano de Cundinamarca, siendo utilizado entonces como despacho de la Prefectura del “Departamento de Neiva” (nombre que se dio a la compresión territorial de la antigua provincia de Neiva, durante su anexión a Cundinamarca): 3ª)- Que en los años comprendidos de 1860 a 1862 dicho edificio pasó a ser “cuartel beligerante”; 4ª)- Que el edificio más tarde fue reparado con fondos del colegio de varones y puesto a su servicio. 97


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Facsímil del encabezamiento del informe presentado por Valentín Trujillo sobre la trayectoria del colegio Santa Librada presentado el 12 de enero de 1877, publicado en el periódico oficial Estado Soberano del Tolima, el 12 de marzo de 1877, pg. 6

5ª.) - Que, por último, el edificio fue devuelto al Municipio de Neiva, en octubre de 1873, para que “se destine al objeto de fundación”; esto es, a la educación de las niñas. Complementamos la trayectoria en esta segunda fase en la vida del colegio de varones, presentada por el síndico Trujillo, con los siguientes datos obtenidos en otras fuentes documentales de la época: -

42

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En 1866, después la reparación ordenada al colegio de niñas, el edificio fue cedido, en contrato, a particulares a partir de octubre de ese año, para la educación de varones, donde se ofrecía la enseñanza elemental y además, sistema métrico, contabilidad, historia patria, geografía universal y de Colombia y principios del sistema de gobierno42.

ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA. Actos legislativos 1863-1877. Pág. 192


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-

No obstante, en octubre del mismo año se ordenó que el colegio volviera a depender del Estado43 y en tal condición sus clases se iniciaron el primero de noviembre44. Sin embargo, la guerra producida en junio de 1867 por la destitución del General Mosquera, como presidente de la República, que tuviera grandes repercusiones en esta región del Tolima, ocasionó su cierre prematuro.

-

En 1869, por ley del Estado Soberano del Tolima se estableció en este edificio, sede de la segunda época de existencia del colegio Santa Librada, una normal de institutores45, la cual solo duró abierta hasta diciembre de 1870, pues en ese año se había expedido a nivel nacional el DECRETO ORGÁNICO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA PRIMARIA-DOIP, que contemplaba la creación de una normal de varones y otra de mujeres en cada Estado Soberano, por cuenta del gobierno central y se consideraba entonces que con estos dos establecimientos el Tolima podía subsanar la falta maestros idóneos para sus escuelas.

-

Al suspenderse la normal Estatal, en abril de 1871 volvieron a abrirse, en el edificio en mención, las clases correspondientes al colegio de Santa Librada de Varones46, pero las dificultades económicas que surgieron para el sostenimiento del plantel, ocasionaron su prematuro cierre el 1º, de abril de 187347. Es precisamente después de este cierre que el edificio, fue devuelto al municipio de Neiva, para la educación de las niñas, como correspondía al objeto de su construcción.

43

ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA. Actos legislativos 1863-1877. Pág. 228- 230

44

BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA, Fondo Pineda, No. 733. Ibagué Septiembre de 1886,pg, 525

45

ARCHIVO ACADEMIA HUILENSE DE HISROEIA (AHH). EL CONSTITUCIONAL No, 74, Ibagué, septiembre 28 de 1969, pg,330

46

AHH. EL CONSTITUCIONAL No, 136, Guamo, abril 22 de 1871, pg,590

47

AHH. EL CONSTITUCIONAL No,258, Guamo, diciembre 22 de 1873 pg,1048

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Ubicación del edificio del colegio en su segunda época (1866-18739 Hay por lo menos tres fuentes autorizadas que permiten determinar el sitio que sirvió de sede al colegio Santa Librada de varones en esta segunda eta de su funcionamiento, partiendo de la premisa que este edificio se construyó para colegio de niñas en los años 1852-1853 y que finalmente fue entregado para que allí funcionara la escuela de niñas de Neiva en 1873. Para iniciar, es importante tener en cuenta que en el ya mencionado PLANO TOPOGRAFICO DE NEIVA publicado por APRILE, dicho autor colocaba como números de referencias de ubicación de las dos escuelas centrales de Neiva: el seis y el siete; y que según la interpretación del historiador Jaime Ruiz Solórzano, “la primera escuela (o número 6) se encontraba en el centro de la acera oriental de la carrera décima (hoy 3ª) entre calles 8ª y 9ª ”; esta dirección coincide con el lote que hoy ocupa el parqueadero del Pigoanza; la segunda escuela ocupaba un lote central de la calle 5ª a la calle 6ª , entre carreras 5ª y 6ª de la nomenclatura actual de Neiva que, corresponde al lote donde se construyó el actual edificio del de Banco Bogotá. APRILE no precisó cuál de las dos escuelas era la de niñas o la de varones; sin embargo encontramos varias fuentes que coinciden en ubicar la antigua escuela central de niñas (que funcionaba en edificio que perteneció al primer colegio de niñas de Neiva y que luego a pasó a ser sede del colegio de varones) en el sitio del actual Banco Bogotá; veámoslas: A)- En la REVISTA HUILA, número 21, de enero- junio de 1966, el académico DAVID RIVERA, en un estudio titulado “Neiva en 190548”, afirmaba de manera categórica, que en ese año la escuela central de niñas funcionaba en su edificio propio, donde “actualmente realiza sus operaciones el Banco de Bogotá” (Ver facsímil de la parte pertinente de la REVISTA HUILA, NO.21 DE 1966).

48

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RIVERA, David. “Neiva en 1905”. EN: REVISTA HUILA, Órgano del Centro Cultural del Huila. VOL. V, No. 21, Neiva, enero-junio de 1966 , Pg. 29


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Facsímil de la página de contenidos de la REVISTA HUILA No.21 de 1966, y de la parte pertinente a la instrucción pública en Neiva, del artículo “Neiva en 1905”, del académico David Rivera.

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b)- En el periódico PREGÓN DEL HUILA, de la segunda quincena de febrero del año 1974, aparece una reseña sobre la nueva sede del Banco Bogotá que se proyectaba terminar en 10 meses y señalaba lo siguiente sobre su ubicación del lote: “….a una cuadra de la plaza principal neivana se adquirió con el municipio el lote actual, donde funcionaba en ese entonces la escuela pública de niñas”49 c)-. De manera mucho más precisa, el académico Francisco de Paula Plazas, en 1966, afirmaba que el colegio de niñas fundado en 1850, “funcionó en el sitio donde hoy se encuentra la escuela pública Rosalía Charry de Leiva50”. Aunque Plazas no precisó la ubicación exacta de dicha escuela, el historiador. Gilberto Vargas Motta, se separata titulada “UNA MIRADA A NEIVA”, Vol.6, del 24 de junio de 1993, del Diario del Huila, pág.14, en breve biografía de Rosalía Charry de Leiva, decía: “Su fervor por la docencia la llevó a dirigir la Escuela Urbana de Niñas situada en la calle 6ª con carrera 5ª, frente a la casa donde nació Julián Motta Salas. Esta escuela, madre de las escuelas femeninas de Neiva, recibió el nombre de doña Rosalía, como homenaje a su admirable directora”51. Por su parte, el académico Régulo Farfán, en un estudio sobre de Neiva de los años 1930-1940, publicado en el PREGON DEL HUILA en 1974 mencionado atrás, afirmaba que para la época la escuela central de niñas se encontraba en la calle de Santa bárbara o Segunda Calle Real, que comprendía el sector de la carrera 5ª entre calles 5ª y 7ª 52.

49

Periódico PREGON DEL HUILA. Segunda quincena del mes de junio de 1974, pg.21

50

FRANCISCO DE PAULA PLAZAS, “El Colegio de Santa Librada de Neiva”. En: Revista EL BRONCE No.12, Neiva, mayo de 1967. Pág.59

51

UNA MIRADA A NEIVA, separata del Diario del Huila, pág.14,Vol.6, del 24 de junio de 1993, pág.14,

52

REGULO FARFÁN, “La Ciudad de antaño”, en: PREGÓN DEL HUILA, segunda quincena de junio de 1974, pg. 4

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Facsimil del titular del articulo “La ciudad de antaño” del Academico Régulo Farfán, publicado en PREGON DEL HUILA, de segunda quincena del mes de junio de 1974. parte pertinente a la ubicación del colegio en los años 19301940. Hemeroteca Academia Huilense de Historia

Las anteriores referencias coinciden en ubicar la escuela de niñas en el sitio donde hoy funciona el Banco bogotá (calle 6ª con carerra 5ª). No nos queda duda que en este sitio (Banco Bogota, calle 6 con carrera 5) fue donde se construyó, entre 1852-1853, el edificio del primer colegio oficial de niñas de Neiva, el mismo que se mandó a reparar en 1866 para ser entregado al colegio de varones y que en 1873, el Municipio de Neiva donó para que “se destine al objeto de fundación”; esto es, a la educación de las niñas. 103


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El Colegio de Varones compra edificio con fondos propios El 20 de noviembre de 1877 el presidente del Estado Soberano del Tolima, Ignacio Manrique, autorizó al Síndico del colegio Santa Librada para que comprara un edificio, utilizando para ello los “fondos especiales existentes para tal fin”, con la sola condición que el contrato de compra fuera aprobado por el ejecutivo departamental53.

Tercer edificio que sirvió de sede del colegio Santa Librada, de 1877 a 1945, ubicado en la esquina donde hoy se encuentra del Palacio de Justicia

Dos días después, el Síndico Antonio Solano, envió al ejecutivo el contrato celebrado con la señora Manuela Herrera de Uribe, por el cual ésta vendía “su casa de habitación, en la plaza de esta ciudad, al colegio de Santa Librada en la cantidad de 7.000 pesos”; contrato que fue inmediatamente aprobado por el presidente del Estado54. En el Tomo 3 de 1877 de la notaria primera Neiva, aparece la protocolización de dicha compra- venta mediante escritura No.725, (Ver facsímil de las dos primeras páginas de la escritura en referencia): 53

GACETA DEL TOLIMA. No. 31, Neiva, noviembre 27 de 1877. p. 121

54

Ibíd. No. 60, Neiva, marzo 22 de 1878. p. 238

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Facsímil de las dos primeras páginas de la Escritura No.725 del 23 de diciembre de 1877, por la cual doña Manuela Herrera de Uribe vende al colegio Santa librada la casona de la Carrera 4ª con calle 7ª. Fuente: Archivo Histórico de la Academia Huilense de Historia. 106


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La ubicación de este edificio, según el plano utilizado por APRILE, queda en la carrera 4ª con calle 7ª. (Ver en el plano la referencia No.4). Allí funcionó el Santa Librada hasta cuando recibió en 1945 el edificio que actualmente ocupa, construido en un lote que donó el Municipio de Neiva, según acuerdo No.5 del 22 de enero de 1940, expedido por el consejo Municipal55. En 1945 la casona de la carrera 4ª con calle 7ª fue ocupada por el colegio femenino Liceo de Santa Librada, regido por las hermanas salesianas, donde permaneció hasta el terremoto de 1967.

Unas consideraciones finales De acuerdo con la información consultada en los archivos y documentos del siglo XIX y XX, que quedaron referenciados en este artículo, debemos hacer las siguientes precisiones: A- El colegio de varones de Santa Librada de Neiva inició labores el primero de enero de 1849 y no en 1845; afirmación que se fundamenta en la amplia documentación condensada en este y en otros escritos publicados por el autor del año 1995 para acá. Ahora bien, si se tratare de hacer honor a la ordenanza de fundación expedida en 1845, habría que recordar que varios años atrás, mas concretamente, el 2 de octubre de 1837, por Decreto de la Cámara Provincial56 se había creado el COLEGIO NACIONAL DE NEIVA; pero, al igual que la ordenanza de 1845, tampoco obtuvo la aprobación del gobierno central. B.- El colegio en su trasegar histórico ha tenido cuatro sedes o plantas físicas. En el presente ensayo hemos hecho precisiones sobre las tres primeras, así: Primera sede: ubicada en la esquina sur-occidental de la actual plaza cívica (carrera 3ª con calle 7ª, esquina), en un edificio propio, construido entre 1842-1845. Allí funcionó el colegio, del primero de enero de 1849 a diciembre 1854, cuando fue clausurado por la suspensión dela aporte que recibía de la nación. 55

ARCHIVO DEL CONCEJO MUNCIPAL DE NEIVA. Acuerdo No.5 del 19 de enero de 1940. Por el cual se destina como aporte del Municipio de Neiva un lote de terreno para la construcción del colegio Santa Librada

56

AGN. Fondo Ministerio de Educación Pública. Tomo 112, folio 535-336

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Segunda sede: ubicada en la carrera 5ª, entre calles 5ª y 6ª, en el sitio donde se encuentra actualmente el Banco de Bogotá (se aclara que el edificio antiguo fue demolido por el banco para construir el actual). El colegio funcionó en esta sede durante los años 1866 y 1867; luego sirvió como sede de la Normal de Varones del Estado del Tolima en 1869-1870 y volvió a ser ocupado por el colegio de 1871 a 1873. Tercera sede: Corresponde a la casa comprada, con fondos del colegio, a doña Manuela Herrera de Uribe en 1877, ubicada en la calle 4 con carrera 7ª, esquina, donde se construyó después el edificio conocido actualmente como el Palacio de Justicia. Esta sede, en lo quedaba del siglo XIX, fue ocupada por el colegio solamente por un periodo de seis meses; pues después de su compra fue ocupada, en 1879, por la normal de varones que creó el gobierno del Estado Soberano del Tolima57, la cual se clausuró en junio de 188258. Finalmente, en junio de 1884 se abrió allí el colegio Santa Librada como escuela de secundaria y al mismo tiempo como Escuela de Minería y Agrimensura59; pero los sucesos políticos y militares desencadenados al finalizar ese año, convirtieron el edificio en cuartel60. Desde 1887 hasta 1945, salvo el periodo de la guerra de los mil días, el colegio de varones de SANTA LIBRADA funcionó en este edificio de la carrera 4ª con calle 7ª. Cuarta sede: Desde 1945 hasta hoy el colegio desarrolla sus labores en el edifico actual, de la carrera 12 con calle 15 (Ver fotografías a continuación):

57

GACETA DEL TOLIMA, No. 420, Neiva, julio 4 de 1882

58

LA ESCUELA no:65-66, Neiva, enero 15 de 1886, pag.268

59

LA ESTRELLA DEL TOLIMA, No77. Neiva, junio 1º de 1884, pg. 14

60

REGISTRO OFICIAL No.12, Neiva, septiembre 12 de 1885.Pág 47

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Sede del Colegio desde enero de 1945 hasta hoy. Entrada principal por la carrera 12 con calle 15

Hall de ingreso al interior del actual edificio del Colegio.

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Edificaciones actuales del colegio, alrededor del patio principal interior

OTRA ACLARACION NECESARIA: de cuerdo con las investigaciones realizadas y publicadas por el autor, el colegio de varones no fue fundado por el general Santander, quien había fallecido el 6 de mayo de 1840, esto es, 9 años antes de la última y definitiva ordenanza de creación del colegio y de su iniciación de labores. Tampoco es cierto que fuera fundado por iniciativa del padre De la Castilla. En el libro EL SANTA LIBRADA DEL SIGLO XIX, se presenta también, una amplia documentación, que contiene los pormenores previos a su creación, asociados fundamentalmente a la iniciativa oficial; allí figuran también algunos apoyos de particulares, diputados y clérigos, siendo el del padre De La Castilla uno más de ellos. Hemos de recordar que ya en 1967 el académico FRANCISCO DE PAULA PLAZAS se había pronunciado sobre estos dos asuntos, en los siguientes términos:

“No es verdad que el Colegio de Santa Librada hubiera sido fundado por el general Francisco de Paula Santander, como sostienen algunos. Ni menos que fuera fundado por iniciativa del Padre Castilla…” (FRANCISCO DE PAULA PLAZAS. En: Revista EL BRONCE, Neiva, Mayo de 1967)

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UN SUEÑO COLECTIVO HECHO REALIDAD María Clara Ibarra Losada Miembro Correspondiente Academia Huilense de Historia

El surgimiento de universidad en el Huila nos obliga a revisar el panorama educativo del Departamento en el siglo XX y, sobre todo, las tendencias educativas de los cincuenta años que le precedieron. El desarrollo de la educación del Departamento, en la primera mitad del siglo XX, no obedeció a un planeamiento. Obedeció, más que todo, a expectativas que surgían, de cara a las propuestas e iniciativas que se adelantaban en el sector a nivel nacional. Además, se caracterizó por la inconsistencia y la discontinuidad, pues tuvo que enfrentar las dificultades políticas y socioeconómicas propias de una época azotada por la las crisis económicas y la violencia política, razón por la cual, aún en la década del 60, el panorama del sector era desolador en cuanto a la prestación del servicio en los municipios. Pero a pesar estas adversas condiciones, tal como se podrá deducir al repasar el presente estudio, hay que decir que los huilenses lograron advertir el importante papel que juega la educación en el desarrollo de los pueblos y dieron, entonces, mayor empuje a las niveles de primaria y secundaria y al promediar el siglo XX empezaron a dibujar su proyecto de educación superior que fructificó con la creación de ITUSCO, hoy convertido en UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA, institución que se asoma al umbral de la excelencia con el funcionamiento de varias maestrías y los dos primeros doctorados.

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Trabajos sobre el desarrollo de la educación en el Departamento, como los de Jairo Ramírez Bahamón y Humberto Montealegre Sánchez1, dividen la historia educativa del Huila en varios períodos que se relacionan con la aparición de “personajes insignes” de la vida política y administrativa de la región; y coinciden en afirmar que en todos ellos se encontró, como hilo conductor, que regula las temáticas de debate, durante buena parte de la primera mitad del siglo, la secularización de la educación y la ampliación de la infraestructura educativa para la región. El presente estudio pretende recoger los principales acontecimientos y dificultades que se plantearon en el desarrollo educativo del Huila, desde su creación como departamento hasta el surgimiento de ITUSCO, en tres grande periodos claramente diferenciados: el referido a las primeras tres décadas del siglo XX, en las que el Departamento observaba un lento despegue educativo; el segundo, relacionado con los sucesos posteriores a 1940, en donde se advierte una cierto desarrollo tecnológico en la producción huilense, a la vez que una masificación de la secundaria, elementos que presionarán el surgimiento de la educación superior; el tercero, que narra los sucesos desde el lanzamiento de la “OPERACIÓN HUILA” hasta la creación de ITUSCO y sus primeros desarrollos.

El lento despegue de la educación y la discontinuidad de las políticas Se recuperaba el Departamento de la primera guerra civil del siglo XX (que trajo una desastrosa cuota de destrucción y sangre a las comarcas huilenses), cuando el obispo Esteban Rojas Tobar decidió retomar las riendas de las labores educativas, que la Iglesia manejaba para el Tolima Grande, desde mediados del siglo XIX.

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Miembros de la Academia Huilense de Historia y con un amplio recorrido en el tema educativo del departamento.


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El entorno educativo, tanto en infraestructura física como en logística de educadores y material didáctico, para los primeros diez años del siglo XX, se caracterizaba por la ausencia de todo tipo de elementos que permitieran un adecuado desarrollo de las labores de enseñanza. Las escuelas habían cumplido la función de hospitales de guerra, búnkeres y guarniciones en comarcas del sur, como Garzón y Pitalito, al tiempo que su juventud se integraba a uno de los bandos del conflicto. A tal grado llegó la situación, que el director de Instrucción Pública, Nicomedes Caquimbo, mostraba en 1906 “un desvanecido cuadro instruccionista en este departamento”2. Con motivo del conflicto, el número de instituciones educativas se redujo sustancialmente, aunque de inmediato se iniciaron planes y soluciones alternativas por parte de la Iglesia, con el fin principal de instaurar centros docentes que prestaran el servicio de forma continua. El entonces obispo de Garzón, Esteban Rojas Tobar invitó a los párrocos de los municipios a formar escuelas privadas bajo la dirección de la Iglesia y con recursos privados de donaciones, que también se encontraban bajo la administración directa de las parroquias. De esta forma nacieron en el Huila las “Escuelas Parroquiales”, que a su vez atrajeron órdenes y hermandades religiosas que, junto a las iniciativas de cuadrillas de trabajadores municipales, empezaron la reconstrucción de las destruidas escuelas públicas. Se abrieron de nuevo las normales nacionales y se emprendió la construcción de nuevos planteles educativos, regidos desde las directrices católicas impuestas por Rojas Tobar, en los que se impartiría una enseñanza con valores tradicionales. Estas iniciativas eran apoyadas por el gobierno departamental y el director de Instrucción Pública, don Milcíades Gómez, quien mantenía una amistad bajo los lineamientos conservadores con el levita, desde su traslado de la sede episcopal al municipio de Garzón en los primeros años del siglo XX. A propósito de este personaje ha dicho el historiador Ramírez Bahamón: …es justo agregar sus condiciones personales, como quiera que Gómez era de las pocas personas del departamento graduadas en normal superior y que poseía un vasto conocimiento de la 2

Gaceta del Huila, año 1, número 1, mayo 7 de 1906, p. 6.

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educación en el país y en el extranjero; así lo atestiguan varios de los informes y documentos de su autoría…a él se debe buena parte de la iniciativa de la primera ordenanza que reglamentaba la educación del departamento, la núm. 22 de 19113.

Rojas Tobar cedió la mayoría de las escuelas parroquiales para el manejo estatal, confiado en las capacidades educativas de Gómez y su bienhechora gestión educativa. Bajo la dirección de Gómez y con el apoyo del obispo se plasmaron modestos cambios en la prestación del servicio educativo en el Huila, teniendo en cuenta las dificultades generalizadas del Departamento y contando con lo desarrollado en décadas anteriores. Fruto de la empresa de Gómez fue el aumento del ínfimo salario para el profesorado, y que éste fuera pagado directamente en los municipios. Bajo su dirección también se logró la ampliación del número de escuelas en la región y el número de asistentes (aunque la dinámica del aumento de escuelas no fuera proporcional al aumento de alumnos asistentes). Sin embargo, por la marcada inasistencia a los planteles, en lo corrido de 1907 a 1911, se producía ya la clausura de varias de las escuelas rurales y municipales en las poblaciones. En esta situación influyeron factores económicos, políticos y sociales que tenían raíz en la “alarmante crisis económica y fiscal que pesaba sobre el departamento, la miseria económica, así como la ignorancia del pueblo sobre los beneficios de la educación”4. Para los años siguientes, con la llegada al poder de la Unión Republicana (alianza de un sector conservador y un sector liberal) en cabeza del gobernador Roberto Caicedo Sanmiguel, cambió el panorama de la instrucción pública en el Departamento. La Dirección de Instrucción Pública asumía ahora como principal acción la recuperación del fuero educativo a la autoridad civil, en especial en el tema de la organización y dirección de la educación huilense. Según los nuevos lineamientos, a la sede episcopal en Garzón y a sus parroquias municipales no les correspondería ya designar, vigilar y 3

Ramírez, Jairo “La escuela huilense en el siglo XX: del confesionalismo a la secularización y hacia la educación como derecho”, HISTORIA GENERAL DEL HUILA, 2da Edición, Vol. 4 (Neiva: Instituto Huilense de Cultura), pág. 40.

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Memorias de Milciades Gómez, citadas por Jairo Ramírez Bahamón, “La escuela huilense en el siglo XX: del confesionalismo a la secularización y hacia la educación como derecho”, HISTORIA GENERAL DEL HUILA, 2da Edición, Vol. 4 (Neiva: Instituto Huilense de Cultura), pág. 58.

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remover el personal docente desde la Junta Municipal de Educación (facultad que se había otorgado por Decreto 491 de 1904). De esta manera, el debate educativo se impregnó de acalorados comentarios y acciones entre los partidarios de la Unión Republicana en el gobierno y los del Obispo Rojas, circunstancia que retrasó el progreso educativo, en cuanto a la ampliación del número de escuelas. De todas maneras, en atención a los requerimientos de una región que proyectaba su economía en el ámbito nacional y que requería, por lo mismo, de profesionales que lideraran el desarrollo regional, el gobierno departamental implementó desde 1910 un programa de becas de estudios del nivel superior. El primero en obtener esta posibilidad fue José I. Fernández, para cursar estudios de ingeniería en Bogotá. Otras disciplinas que se tuvieron en cuenta, en la asignación de becas, fueron Artes, Maquinaria y Agronomía. No hubo en aquel entonces preocupación por la creación de establecimientos de educación superior, ya que en palabras del director de Instrucción Pública de la época, Leonardo Medina (año de 1914), “no se hacía sentir la necesidad de crear estos establecimientos” en la región, en razón del clima y la falta de medios. En cambio, abogaba por la creación de escuelas de artes y oficios, que compensaran en parte la carencia de facultades universitarias5. En lo corrido de 1912 a 1914, se destinaron grandes esfuerzos por parte de las directivas departamentales para brindar una educación más coherente con la realidad educativa de la región, en donde la ampliación del número de escuelas y alumnos no era el principal objetivo, sino el mejoramiento de las condiciones locativas y de idoneidad de los docentes. No obstante, se impulsó una propuesta diferente y poco conocida en el ámbito educativo: las escuelas nocturnas de varones y dominicales para mujeres. Esta iniciativa representaba el primer intento de los dirigentes departamentales para dar acceso educativo a los grupos de trabajadores diurnos y sus acompañantes, idea que retomará la “Operación Huila” cuarenta años después, como lo veremos más adelante 5

Ramírez Bahamón, Jairo. Óp. Cit, pág. 94

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Una vez terminada la administración del gobernador Caicedo y de su director de instrucción, el panorama cambió repentinamente. Las escuelas vieron su número notoriamente reducido, los planteles nocturnos dejaron de prestar servicio, las instalaciones llegaron a estados deplorables y el pago de los salarios se retrasaba constantemente. Incluso, ya en los últimos años de la década de 1910 las acciones en el campo educativo se limitaban a las regulaciones sobre las escuelas normales (que dependían monetariamente del nivel nacional), puesto que la crisis económica del Departamento había afectado directamente este nivel educativo. Hay que decir también que la intervención de Milcíades Gómez, quien nuevamente llegaba a la Dirección de Instrucción Pública del Departamento en 1914, con el apoyo decidido del Obispo Rojas Tobar, retornaba la lucha por el posicionamiento de la Iglesia Católica en la dirección de la educación. Este hecho y la aplicación de los resultados del Primer Sínodo de la Iglesia Católica en el Huila de octubre de 1913, hicieron que los avances en calidad y ampliación del servicio fueron reemplazados, en primera instancia, por la religiosidad y el grado de piedad de maestros y alumnos. Esto debido a que “era el propio Milcíades quien se encargaba de confirmar la concordancia entre la propuesta eclesiástica y las políticas educativas que él mismo agenciaba”6. No obstante, su marcado interés por la religiosidad, al final de su labor (de Gómez) el crecimiento escolar superaba con creces lo obtenido en mandatos anteriores, cuando se había enfatizado la idea de la ampliación de cobertura. La Iglesia también había sido favorecida, pues vio nuevamente fortalecido su mandato sobre la educación a partir de los acuerdos y ordenanzas emitidos desde la Dirección de Instrucción Pública. Para nuestra historia regional resulta de especial interés destacar aquí el enfrentamiento, que en este periodo del gobierno unionista, se suscitó entre Monseñor Esteban Rojas Tobar y José Eustasio Rivera, para entonces inspector escolar de la provincia de Neiva y el gobierno de entonces. Rivera debía visitar a los maestros, enterarse de sus problemas y proponer soluciones (en esta época ya se había 6

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Ramírez, Jairo, Óp. Cit.Pág. 59


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comenzado a destacar por sus capacidades para la escritura de poemas y la narrativa). La polémica se dio porque, según el obispo, el gobierno departamental (del cual era vocero Rivera) pretendía omitir el sentimiento religioso y prescindir de la Iglesia en los asuntos educativos e implantar ideas “ateas” sobre la educación. Ramírez Bahamón presenta algunas situaciones sobre este episodio entre la iglesia y Rivera y el gobierno departamental: …sus críticas se arreciaron (en referencia al Obispo), en primer lugar, por la actitud del Director de Instrucción Pública encaminada a rescatar el fuero de la autoridad civil en asuntos de la organización y dirección de la educación, especialmente, en lo concerniente a la potestad de designar y remover el personal docente; y, en segundo lugar, a causa de las ideas que contra el confesionalismo educativo, impulsó José Eustacio Rivera en su corto tránsito por la Inspección escolar de Neiva…El Bien Social (Periódico conservador de Neiva) afirmaba, en octubre de 1911, que el hecho de no llevar a misa en comunidad, los días domingos, a los niños de las escuelas de varones de Neiva, representaba “un acto de desobediencia a la iglesia y de fomento a la irreligiosidad en el corazón de los niños”. En diciembre de mismo año, el editorial del mencionado periódico sindicaba a José Eustacio Rivera, Inspector Escolar de la Provincia de Neiva, de ser una persona afecta a las “ideas ateas sobre la educación” por haber omitido “el sentimiento religioso” al hablar de los factores de una buena educación en acto solemne realizado en el colegio La Presentación de Neiva7.

Llegaba la década del 20 y una nueva dinámica se presentaba en la educación del Departamento. Las reformas y planes económicos emprendidos por la gobernación del Huila mostraban que la acción sobre la escuela debía responder a nuevas prioridades. La escuela dejó de ser entendida como espacio dedicado a la formación moral y cristiana, y se le imprimió la idea de empresa de transformación social, desde donde podía intervenir el gobierno departamental y municipal. En esta nueva etapa se crearon los fondos escolares para vestido y alimentación de alumnos, se procuró el mejoramiento de la profesionalización del docente y se trabajó bajo la concepción del 7

Ramírez, Jairo, Óp. Cit. págs. 50-51

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maestro como motor del desarrollo. De esta manera se quiso facilitar la asistencia estudiantil a los planteles. Este tipo de medidas no sólo estaban impulsadas desde las esferas municipales y departamentales sino que también se inscribían en los lineamientos del gobierno central; pues a mediados de la década, el Ministerio de Instrucción Pública se encontraba en pleno proceso de modernización de sus directrices y metodologías; para tal efecto se había contratado, hacia 1925, la Misión Pedagógica Alemana, la cual presentó a la nación un conjunto de medidas por medio de las cuales se proponían “fórmulas bastantes sutiles para modificar ciertos aspectos de la Instrucción Pública”8. En cumplimiento de lo recomendado por la Misión Alemana se implementó entonces una orientación práctica de las nuevas normas que regían las escuelas y colegios en el Departamento, con directos mensajes de tecnificación agraria, aprovechamiento de la mano de obra calificada para labores netamente económicas y preparación secular de docentes en urbes nacionales, lo cual trajo consigo nuevamente el debate con la Iglesia sobre la secularización de la educación, a lo largo de la década de 1930. Sin embargo, la reacción pública a este debate marcó una diferencia con las décadas anteriores, ya que gran parte de los huilenses, apoyaron las nuevas técnicas de enseñanza y estandarización de los conocimientos ideados por Eugenio Salas (Director de Educación9), apartándose de las directrices del clero, que de nuevo pedían la inasistencia a los planteles educativos. El conjunto de reformas y mejoras educativas se adelantaban en el gobierno liberal del departamento presidido por Aníbal Cardozo Gaitán y su director de educación, Eugenio Salas. Con esta nueva dinámica, ellos asumían el reto, frente a un “Huila, pobre, de pequeña agricultura, 8

Helg, Aline. La educación En Colombia 1918-1957”. Fondo Editorial CERC., Bogotá. 1987. Pgs.116-117

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Para la década de 1930 existía como tal la Dirección de Educación en reemplazo de la dirección de Instrucción Pública. Hacía parte de la primera Junta Departamental de Educación Pública encargada de hacer veeduría para la correcta prestación del servicio educativo. Para ampliar esta información favor remitirse a Montealegre Sánchez H. (Diciembre 2007). Historia Administrativa de la Secretaría de Educación del Huila en el Marco del Centenario. Revista Huila, Órgano de la Academia Huilense de Historia. Volumen XIII, No. 58. pp. 92-112.

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sin industria, tenía la mitad de su población en edad escolar inscrita en la escuela y una tasa de alfabetización relativamente elevada”10. En general, en lo corrido de las primeras cuatro décadas del siglo XX, se observó un avance en cobertura de los planteles, de nuevas modalidades de enseñanza y un cierto mejoramiento de la calidad en el servicio docente, pero al mismo tiempo hay que registrar falta de preparación del cuerpo docente y un alto nivel de deserción estudiantil; lo que nos reafirma el concepto de inconsistencia propuesto al inicio de esta temática.

Urbanización del Departamento y crecimiento de la secundaria, presionan por educación superior Si en el primer período, arriba expuesto, el desarrollo educativo del Huila dependió en gran manera de la intervención decidida de varios personajes en el manejo educativo del departamento, el segundo se caracteriza por la ausencia de este tipo de protagonismos en la esfera pública. Además, la década de 1940 iniciaba con fluctuaciones en el desarrollo de la educación debido a los inconvenientes generados por la recurrente crisis económica sufrida en el Departamento en las primeras tres décadas del siglo y por los brotes de violencia partidista que ya se veían en los municipios. El recorrido de los primeros cinco años de esta década (del 40) se vio marcado por el desplazamiento voluntario y forzoso de las poblaciones rurales hacia las urbes más cercanas (en este caso Neiva y Popayán). Esto, a su vez, cambió sustancialmente tanto el ritmo como el curso de la educación. La gran mayoría de las escuelas primarias rurales debieron ser clausuradas por bajo nivel en las matrículas, y el problema de la deserción infantil de las aulas se vería nuevamente sustentada en la ayuda que debían realizar todos los integrantes del núcleo familiar, en las parcelas y talleres caseros para obtener el sustento que el débil comercio interno ofrecía para los campesinos del Huila. 10

Helg, Aline. Óp. Cit. Pág. 202.

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Al tiempo que esto sucedía en el campo, el crecimiento demográfico acelerado de Neiva repercutía en el nivel educativo de la década. El número de estudiantes inscritos en escuelas creció en beneficio de la enseñanza urbana y en especial de carácter privada, mientras el crecimiento rural fue mínimo en comparación con los resultados obtenidos en décadas anteriores. Esta expansión en la cobertura de la educación urbana respondía, en gran medida, a las nuevas tecnologías y primeras industrias del Departamento, puesto que los grupos sociales menos favorecidos, los pequeños comerciantes, campesinos, funcionarios, entre otros, sentían la obligación de adquirir instrucción para lograr empleo y adaptarse a las nuevas necesidades de un mercado de personal calificado en industria. Gracias a esto se expandieron las escuelas primarias, secundarias y talleres en la capital del departamento, aunque “departamentos carentes de grandes ciudades en vía de desarrollo (Magdalena, Boyacá, Tolima, Huila, Cauca, Nariño y Chocó) en los que la mayor parte de las actividades no exigían una formación avanzada contaban sólo entre 3 y 45 alumnos sobre 10.000 habitantes en la enseñanza secundaria, aunque con frecuencia su tasa de escolarización primaria fuera promedia”11. Si en el periodo que Eugenio Salas ejerció la dirección de la educación huilense (1934-35) se lideró un nuevo método de enseñanza, sustentado en la sociedad civil, y se auspiciaron programas de protección infantil y un nuevo tipo de escuela donde el maestro tuvo un papel protagónico y, por lo mismo, se emprendieron actividades de capacitación y se establecieron políticas sociales en beneficio directo del magisterio, en los años 40 se observaba un importante despegue la educación secundaria en el Departamento, en el marco de los impulsos de los gobiernos liberales de la época, en la que se advertía un progresivo desarrollo económico regional y un creciente proceso de urbanización. Se requería personal para atender nuevos requerimientos, despertándose el interés por la educación secundaria y la enseñanza técnica y comercial12. 11

Helg, Aline. Óp. Cit. Pág. 202”

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Ramírez Bahamón, Óp. Cit. pág.89.

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La legislación nacional que para entonces se producía reflejaba los intereses de la época: el decreto 2350 de 1934, que establecía como objetivo de la enseñanza industrial, preparar personal operario y técnico en las diversas modalidades que requería la industria del país; la resolución 624 de 1941, que organizaba la educación comercial; se creaba el Consejo Nacional de Enseñanza Comercial; se establecía el escalafón de profesores de bachillerato, de normales, escuelas industriales y comerciales13. Como resultado de la aplicación de esta nueva legislación, en los años siguientes se percibía un auge de la educación secundaria. Se aumentó el número de planteles que la brindaban, que ya para 1945 ascendía a cuatro colegios oficiales y diez privados en todo el departamento. No obstante, hay que precisar que este avance estuvo matizado por una hegemonía del bachillerato académico. La década de 1950, quizá fue la más dinámica en cuanto a crecimiento de la escolaridad secundaria del Departamento, pues se triplicó el número de alumnos inscritos y se duplicó el número de planteles que prestaban el servicio. La escolaridad primaria amplió también su cubrimiento pero, con el inconveniente que había acompañado al Departamento desde principios de siglo: la docencia mal preparada. Llegaba la época del gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, quien utilizó a las misiones extranjeras para buscar una solución a los problemas de la educación en Colombia. En 1954 contrató un equipo del Centro de Economía y Humanismo del padre Louis – Jeseph Lebret que propuso la generalización de la educación primaria, el desarrollo intenso de la enseñanza técnica y profesional y la creación de un sistema de aprendizaje industrial, hecho que permitió el surgimiento, después de años de intentos fallidos, de la enseñanza técnica en la capital del Departamento. Los institutos técnicos urbanos y rurales permitieron preparar al estudiantado en labores prácticas que le permitían su regular manutención a partir de la especialización de saberes. Sus talleres fueron dotados con herramientas de ebanistería, herrería, obras civiles y oficios varios (como zapatería y marroquinería) que apuntaban a las 13

Jairo Ramírez Bahamón, Óp. cit. Pág. 89-92

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principales necesidades de los municipios considerados urbanos. Por su parte, las escuelas de orientación rural implementaban, en menor escala, los programas de capacitación agraria y manejo de huertas estudiantiles con la dificultad de un profesorado de formación ajena en la mayoría de los casos a las cuestiones campesinas. Era el argumento de la eficacia y practicidad de los conocimientos lo que dominaba en la formación del estudiantado departamental. El gobierno participaba mediante la inspección de colegios y otorgamiento de becas para las instituciones, aunque no se habían definido aún los parámetros para adjudicar las mismas. Como resultado de los nuevos planes nacionales, los planteles privados, columna vertebral de la educación huilense para finales de la década de 1950, se convirtieron en una empresa más dentro de la economía departamental, jerarquizando a los aspirantes a partir del alza en los costos. La multiplicación de planteles y comercialización de los mismos para inicios de la década de 1960, se relacionaba con frecuencia con el deterioro de la calidad de la enseñanza. Este segundo período deja entrever grandes avances en materia educativa en la región. Los colegios cooperativos y la creación de una Normal Superior son ejemplo de lo anterior. Sin embargo, los alcances obtenidos evolucionaron de tal forma – influidos en gran medida por el contexto socioeconómico y político – que no fueron de general aprovechamiento. La creación de nuevos planteles y reformas sobre los existentes representaron un alza en los costos asumidos por los estudiantes y los planes gubernamentales de acceso a educación formal y no formal tan sólo llegaron a convertirse en experimentos fallidos. Pasó un largo período para que las escuelas de artes complementarias tuvieran solidez. De todas maneras hay que advertir que entre 1943 y 1953 se duplicó la educación secundaria del Huila; el número de estudiantes pasó de 743 a 1.717, repartidos entre 20 colegios, 8 oficiales y 12 privados. De 1953 a 1963 se triplicó, pasando de 1.727 a 4.520 alumnos entre 39 colegios. Finalmente, en el período entre 1963 y 1973 (fundamental para el proceso de investigación histórica, por el salto en la cobertura en educación secundaria sin precedentes en este nivel), pasó de 4.520 a 20.427 estudiantes, un aumento de 4.5 veces. Surgieron colegios 122


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cooperativos, nocturnos, comunales, parroquiales y municipales. Se produjo un despertar de las comunidades y líderes cívicos, que encontraban diferentes posibilidades de acceso a la educación en el nivel de secundaria. La Iglesia, presente en la evolución del proyecto de educación en el Huila, asumió un compromiso, lejos de preocupaciones totalitarias y de control sobre el sistema educativo, para dar paso a la política social amplia, que propugnaba el Concilio de Vaticano II14. Esta nueva dinámica del sector educativo propició un ambiente favorable para el surgimiento de propuestas para la creación de una universidad en el departamento del Huila. Primero, la iniciativa vino del Centro Cultural Huilense15, cuyo representante fue el ingeniero agrónomo, Pedro Alarcón Charry. Su propuesta tuvo como argumentos la dificultad de viajar a estudiar a otras ciudades, el acceso a la educación desde el mismo departamento, la ampliación y fundación de colegios, la cifra baja de profesionales en el departamento, que no compensaba los requerimientos de desarrollo y la formación de intelectuales independientes que se vincularan con el desarrollo regional. En esta primera propuesta de universidad se pensó en implementar carreras de agronomía, veterinaria, e ingeniería que funcionarían como ampliación del colegio Santa Librada que se convertiría en la universidad del Huila con bachillerato y con facultades. Como lo decía 14

Ramírez, Jairo. “La educación en el Huila…” PG. 90-91: Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido.

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La Ordenanza 014 del 28 de noviembre de 1958, le dio al Centro Cultural del Huila, el carácter de cuerpo consultivo del Gobierno Departamental en asuntos culturales, y el mandato a la administración de editar con preferencia bimestralmente, la Revista Huila. El Centro Cultural del Huila se fusionó con el “Instituto Huilense de Cultura”, según Decreto 229 del 24 de mayo de 1971, reglamentario de la Ordenanza 29 de 1932; disposición firmada por el Gobernador Carlos Ortiz Fernández y su Secretaria de Educación Rosario Fernández Aljure. La sesión de instalación se llevó a cabo en la sede del Instituto, ubicado en una casona de la calle novena entre carreras cuarta y quinta, que fuera espalda del Palacio de las 56 Ventanas.

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el Padre Jerano Díaz Jordán: Neiva ha pensado en una universidad, y hasta se le ha bautizado antes de nacer con el nombre de Colegio Mayor de Santa librada de Neiva. No se sabe de su forma, no se sabe de los medios que habrán de arbitrarse, pero Neiva ha pensado en su Universidad. Yo creo en el poder de las ideas, confío en el valor dinámico de estas pequeñas modalidades del espíritu del hombre. Esta idea hay que repetirla, hay que sembrarla profundamente en el alma de los neivanos, hasta que se convierta por sí misma poder intrínseco en energía primero, luego en calor y finalmente en llama inextinguible16.

Por su parte, Misael García afirma que la idea de crear una universidad se remonta a la época de la iniciativa de crear el Colegio Nacional Santa Librada: Un inspector de educación del Tolima, el doctor Ignacio de Márquez, dijo que en esta institución, el colegio de Neiva, debían impartirse cátedras de agronomía, de matemáticas y de humanidades, entonces ese proyecto como que fracasó porque en esa época la pobreza era inmensa, por cuanto acababan de pasar las guerras de independencia y además que se declararon otras guerras internas y eso desgastó mucho la economía del país, entonces casi el colegio de Santa Librada no se alcanza a crear17.

Más adelante agrega: “alrededor del Centro Cultural del Huila, con el padre Jenaro Díaz Jordán, Gilberto Vargas Motta, Arturo Espinosa, Tulia Rosa Espinosa y otros intelectuales de la época, se produjo una conferencia importante, donde se enunciaba la necesidad de crear una universidad tecnológica, orientada hacia el fomento de la industria agropecuaria”.

16

Citado por Ramírez, Jairo. Óp. Cit. pág. 78-91.

17

ENTREVISTA con Misael García, docente pensionado de la Universidad Surcolombiana. Neiva, marzo, 2006.

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De la “Operación Huila” a la creación de Itusco En la edición número 13 del 8 de septiembre de 1962, el equipo del semanario El Debate, liderado por Guillermo Plazas Alcid, propuso la denominada “Operación Huila”, donde se hablaba de la universidad para la región, como un propósito colectivo concreto. El mensaje se constituyó en un claro llamado a la juventud y a la población en general para que se buscara el desarrollo del departamento, en torno a un despertar de conciencia que permitiera salir del encierro, para buscar alternativas de solución a las diferentes problemáticas que presentaba la región y que limitaban su crecimiento. Algunos apartes así lo expresan: Para nadie es un secreto el hecho lacerante de la absoluta crisis departamental. Existe un horrendo caos en todos los órdenes: En lo humano, en lo espiritual y en lo material (…) Por ello sugerimos, y sometemos a la honrada consideración de ustedes, la iniciativa de un movimiento de integración huilense (…) movimiento en el cual la única condición requerida para pertenecer sea la de buscar la superación integral del Huila (…) el departamento necesita una encendida mística huilense, de una densa conciencia regional, de un sustantivo pensamiento rector que nos enseñe y demuestre que la solución de nuestros problemas está en nosotros mismos (…) pensamiento vivo que logre forjar una entusiasta acción común enderezada a alcanzar los supremos fines colectivos. En este orden de ideas, podemos enumerar someramente un conjunto de realizaciones que no son fines en sí mismas, pero sí medios eficaces de progreso efectivo. La creación de una universidad que se compadezca de las modalidades socioeconómicas del medio. La creación de normales…la ampliación y modernización del colegio Nacional Santa Librada18 (…).

18

Documento: “Tierra de promisión: fundación para la enseñanza y promoción de los oficios y las artes”, Neiva: 27 de mayo de 2004, Suplemento No. 4.

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Fuente: EL DEBATE No.13, Neiva, 8 de septiembre de 1962, pág.1ª Cortesía

Guillermo Plazas Alcid, colección privada.

Diferentes personalidades e instituciones opinaron públicamente sobre el contenido y proyección de la Operación Huila, entre los que se destacaron: Álvaro Sánchez Silva, Reynaldo Polanía Polanía, Rafael Azuero Manchola y Rafael Arboleda Méndez, entre otros.

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Este último afirmó: […] la operación Huila no se detendrá un solo instante. No se puede detener porque es un empeño común. No se detendrá, porque allí deben concurrir, están concurriendo y concurrirán mañana todos los hombres que desean ser útiles a la sociedad y que desean vincularse a su progreso. Así veremos a la cámara junior recibir todo el aporte de huilenses para nuestra universidad19.

La Operación Huila abrió caminos. Todos los medios, principalmente los hablados, se convirtieron en amplificadores de las ideas que se presentaban en ella. Cinco años más tarde (año de 1967) los miembros del grupo cultural “Entrada Libre” redactaron una proclama de invitación al pueblo huilense a trabajar por la universidad. El viernes 12 de enero de 1968, este grupo cultural20 convocó a una reunión abierta de la comunidad huilense en el Club del Comercio. Reinaldo Polanía fue nombrado rector honorario para dirigir el proceso de fundación de la entonces llamada “Universidad del Huila”. Su tranquilidad le permitió expresar con toda calma, que para eliminar toda tramitomanía, las directivas se posesionaron de sus cargos “Sin estampillas ni papel sellado, como un desafío al papeleo, que solo obstruye y destruye la mejor idea23”. Por las emisoras comenzó a difundirse un mensaje de promoción, redactado y grabado por Darío Silva que decía: “la universidad es una realidad. Los jóvenes bachilleres deben inscribirse en las oficinas de la Biblioteca Departamental Olegario Rivera”. En los días siguientes se inscribieron más de 700 personas, eran alumnos simbólicos de una 19

Tierra de promisión. Doc. Cit. Pg5.

20

Conformado por personajes ilustres del Departamento del Huila como el ingeniero y poeta Ricardo Castaño Quiroga, el historiador Gilberto Vargas Motta, el trabajador cultural y maestro Misael García, el activista cultural y poeta Femando Ardila Peña, el maestro y trabajador de la cultura Gerardo Bermeo, el poeta bohemio Augusto César Losada, el director de la imprenta departamental, Stella Paredes, el activista político y cultural, Rafael Cuellar Lara, director del SENA, además de la colaboración de los periodistas Fernando Segura Rojas, Darío Silva, Leonel Fierro y Fermín Segura, este último Jefe de Redacción del Diario del Huila.

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universidad fantasma21.Se podría decir que los planteamientos de la Operación Huila no eran nuevos, ni mucho menos revolucionarios en el plano educativo, puesto que muchas de las consignas del manifiesto fueron desarrolladas embrionariamente con anterioridad en el departamento del Huila. Es tal vez el carácter de desarrollo del sector público en todos los niveles emprendido por los nuevos integrantes del Partido Liberal, lo que diferencia este proyecto social. El enfoque social y de apoyo con acciones reales a los grupos menos favorecidos, identificaron el mensaje educativo emitido por medio de la Operación Huila: planteles donde se les “ofrezca a nuestros conciudadanos las facilidades para dotarse de una educación secundaria, sin prescindir de sus habituales ocupaciones, y sin menoscabo de sus obligaciones”22. Las ideas sobre la fundación de la nueva universidad se propagaban hasta en las misas de los pueblos, cuando los gestores de “Entrada Libre” iniciaron su recorrido por el departamento. Recordaba Polanía que en el municipio de Santa María, una vez terminada la misa de las seis de la tarde, se tomó los micrófonos de la iglesia con el apoyo del presbítero Arsenio Carvajal. El transporte de la caravana cultural era patrocinado por el gerente de la desaparecida empresa “Transfederal”, de Benjamín Suárez, cuyos viajes se hacían cada ocho días por rutas cercanas y lejanas. En Pitalito fueron recibidos con grandes banquetes y en otros municipios, el olor de la comida campesina y el festín poético hacía parte de la lucha por la academia. Quizás la única resistencia se tuvo con el sacerdote de San Agustín, quien saboteó la reunión y Polanía tuvo que arreglárselas para exponer el proyecto en medio de los canapés y la cena del día festivo en el Colegio Laureano Gómez23.

21

Jonathan de la Sierra, “Érase una Universidad….”, Revista Universidad Surcolombiana 3-7.

22

Guillermo Plazas Alcid Operación Huila. El Debate septiembre,

23

Reynaldo Polanía (entrevista personal). Neiva, marzo de 2002.

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No. 1-3. 1962, 8 de


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EL BEBATE No. 73 , Neiva, 14 de diciembre de 1968, pag.1ª. Cortesía Guillermo Plazas Alcid, colección privada.

Ese cúmulo de fuerzas de diferentes sectores, económicos, políticos, intelectuales independientes, y sociedad civil en general en torno a la promoción de la Universidad del Huila, se evidenció en su momento por acciones como la denominada campaña: “Por los caminos del Huila”. Como lo precisaba de alguna manera Polanía, se promocionó la idea de Universidad en los distintos municipios del Departamento, visitando alcaldes, escuelas, colegios, padres de familia y organizaciones comunitarias, para que presionaran tanto al Presidente de la República como al Ministro de Educación solicitando la creación de la universidad; se instauró una “fábrica de telegramas, fábrica de carteles y de noticias falsas”; se dio una gigantesca manifestación del 20 de junio de 1968, en vísperas de 129


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la temporada sampedrina, donde desfilaron profesores, alumnos y padres de familia de todos los colegios y escuelas de la ciudad, e inclusive participaron delegaciones de los municipios vecinos. Se exhibían pancartas y carteles; desde un avión de la empresa TAO, se lanzaron millares de hojas volantes, hechos que fueron respaldados por los medios de comunicación como las emisoras y el Diario del Huila, además por diferentes personalidades del Departamento e impulsadas fundamentalmente por el grupo de vanguardia “Entrada Libre” y el equipo humano del semanario “El Debate” con la Operación Huila.

El gobierno departamental saluda la instalación del primer Consejo Superior de ITUSCO.Fuente: Diario del Huila 4 de marzo de 1969. Hemeroteca Academia Huilense de Historia. 130


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El parlamentario Guillermo Plazas Alcid, en atención a la propuesta popular, presentó en 1968 el proyecto que dio paso a la Ley 55 que creaba el Instituto Universitario Surcolombiano que abrió sus puertas el 30 de marzo de 1970, bajo la dirección de Marco Fidel Rocha, quien estuvo en el cargo de rector hasta 1976. Efraín Polanía Vivas, quien fue durante muchos años Jefe de la Oficina de Registro y Control, comentaba al respecto de la personalidad de Rocha:

Marco Fidel Rocha, primer rector de Itusco. En: DIARIO DEL HUILA del 31 de mayo de 1970. Pg.10 131


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[…] era una persona inteligente, sencilla…en muchas ocasiones con su propio dinero pagó la nómina de la Institución, con que se compró el material de aseo y didáctico de la misma y sin ningún miramiento lo traía en su propio vehículo y él mismo hacía entrega de este material, después de cumplir con los trámites burocráticos. Obviamente eran otras las circunstancias: el personal docente, administrativo y directivo se reducía a menos de 50 personas y la estructura física apenas comenzaba a levantarse24.

García cuenta que Guillermo Plazas Alcid le presentó al grupo Entrada Libre, inicialmente el proyecto de ley para crear el Instituto Universitario y esta situación los desanimó muchísimo. El presidente Carlos Lleras Restrepo recientemente había afirmado, que durante su gobierno no se volvería a crear una sola universidad, ni pública ni privada, que Colombia era un país de universidades, que lo que se necesitaba eran estudios tecnológicos. En sus inicios la institución ofreció tres programas académicos: Administración de Empresas, Contaduría y Administración Educativa en el nivel tecnológico, con duración de tres años. Se matricularon 305 alumnos. Uno de sus primeros empleados, Arturo Castañeda, cuenta que en los primeros meses el rector Rocha no sólo pagaba el salario con su dinero, sino que también compraba algunos utensilios de aseo25. En un comienzo se anunció en el Diario del Huila que el Instituto funcionaría en tres jornadas para facilitar el estudio de las personas ocupadas durante el día o en las horas de la noche: la primera por la mañana en el Instituto Técnico Superior, la segunda durante el día en el segundo piso del Hotel Atlántico y la tercera por la noche en la escuela central Ricardo Borrero Álvarez26. Finalmente, la parte administrativa funcionó en la Biblioteca Departamental “Olegario Rivera” y las clases se iniciaron en el Colegio Departamental

24

Revista 25 años UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA, No.14, Pág 30-31. Neiva: 1995

25

Arturo Castañeda (entrevista personal) Neiva, marzo de 2003.

26

“El primer lunes de marzo empieza labores ITUSCO”, Diario del Huila (Neiva: domingo 22 de febrero de 1970) 1-3.

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Femenino, el 31 de marzo de 1970, a las seis y media de la tarde27. El presupuesto inicial fue de un millón cincuenta y dos mil novecientos trece con setenta y cinco pesos ($ 1.052.913.75), según acuerdo No.2 del Consejo Provisional Directivo, aprobado el 20 de marzo. Este incluía partidas de: la Nación, el ICFES, Organismos oficiales nacionales, Departamentos, organismos municipales (entes privados, personas e ingreso deraciones)28. Dentro del cumplimiento de la Ley 55 de 1968, que prevé la apertura de seccionales en la región surcolombiana, a partir de 1971 se organizó y entró a operar la seccional de ITUSCO-Florencia, para responder a las necesidades de la comunidad caqueteña, con los programas de Contaduría, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias Matemáticas y Topografía.

La noticia del comienzo de labores de Itusco, y de aperterura de carreras en Floerencia. DIARIO DEL HUILA, 22 de febreo de 1970, pag 1ª. Hemeroteca: Academia Huilense de Historia. 27

Jonathan de la Sierra 7.

28

Diario del

Huila, 222 de febrero de 1970, pag.1-3

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La construcción de la planta física se inició en 1972, en un área de 11.000 m2, situada sobre la avenida Pastrana Borrero. Su diseño inicial fue de construcción abierta a la comunidad. Se zonificaron las áreas: Administrativa, docente, Bienestar y Biblioteca, preescolar, deportiva y talleres. Para un máximo aprovechamiento del terreno se localizaron los diferentes edificios comunicados entre sí por plazoletas y caminos peatonales.

Zona donde empieza la construcción de la Universidad Surcolombiana. Fuente: Revista Universidad Surcolombiana No 11. 20 años 1970 -1990,. Fotografía de Lucho Sutherland

Las primeros muros del edificio de la Universidada Surcolombiana Fotografía de Lucho Sutherland

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Fotografías donación de Luis Sutherland. Primeros muros Universidad Surcolombiana.

En 1973, en cumplimiento de su Plan de Desarrollo, se abrieron nuevas carreras tecnológicas: Educación Preescolar, Enfermería y Español Literatura, que atenderían las necesidades regionales detectadas por la institución. En relación con el contexto donde emerge ITUSCO y posteriormente la Universidad Surcolombiana, se puede concluir que su tardío 135


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surgimiento obedeció a que las condiciones solo se dieron en el momento que asomaron los primeros ensayos modernizadores de la producción en el Departamento y cuando era cuando se demanda con fuerza la vinculación de profesionales de la educación a los cargos directivos y docentes. Pues según estudio realizado en 1970 por la Secretaría de Educación del Departamento eran tan pocos, que en aquella época se había establecido una prima académica para atraerlos de otras regiones, circunstancia que hacia vigente la exigencia de la formación en licenciaturas29. Todas las situaciones, hechos, movimientos y personajes que estuvieron vinculados con el surgimiento de la Universidad del Huila y que finalmente promovieron su creación, se deben como parte de un proceso histórico, que pasó primero por un período de masificación de la educación secundaria, a través de la creación de colegios públicos, parroquiales, privados, diurnos y nocturnos, probando el aumento la base de bachilleres deseosos de seguir adelante en su formación; pero a su vez, esta masificaba se originaba como una demanda del desarrollo urbano del Departamento, que requería la mano de obra y el empleo. No puede dejarse de lado también, el papel que en este proceso jugó la política de formación tecnológica impulsada por el gobierno nacional; pues el plan ATCOM y los planes institucionales abogaban por el establecimiento de una mano de obra calificada, hecho que no materializó la creación de la universidad, pero sí su nivel tecnológico. Finalmente, hay que registrar, como un factor muy importante en el proceso de ceración de la universidad, el movimiento social que lideró el grupo cultural “Entrada Libre” y las acciones que se derivaron de la proclama de El Debate bajo el nombre de “Operación Huila”; ambas despertaron la conciencia de un pueblo que empezó a marchar por el encuentro con la universidad, en un esfuerzo, tanto de colectivos organizados, como de esfuerzos individuales.

29

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Diario del Huila, 1970 1,3.


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ANEXOS ANEXO 1. TECNOLOGOS EGRESADOS DEL INSTITUTO UNIVERSITARIO-ITUSCO30 TECNÓLOGOS EN ADMINISTRACION EDUCATIVA Miguel Ángel Tovar Dussán María Cristina Rodríguez Leyva Amparo Lasso Salas Edilma Cortes Segura Luz Estella Parra de Victoria Eduardo Mayor Marroquín Luis Enrique Cuellar Navia Cecilia Carvallo Suarez María Nohora Coronado de Chavarro Jesús María Vidal Arias Lino Muños Bravo Sofía Arévalo Ángel Aydé Ramírez de Oviedo Amparo Sterling Álvarez Gerardo Vidal Arias Orlando Vidal Torres Nury Burbano Vargas Matilde Silva de Cárdenas Ofelia Muños Bravo Amparo Barreto Rubiano Blanca Irma Suaza Ávila María Olga Gaspar Narváez María Benhur Quintero Espinosa Gerardo Aniceto Calderón Molina Ramiro Nuñez Monje Nohora Medina Victoria Nelly Perdomo González Gladys Mercedes Chavarro de Viveros 30

Datos suministrados por Surcolombiana. Neiva

Oficina de Registro y Control Académico Universidad

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Leonor Lugo Tovar Leonor Bastidas Javela Guillermo E. Villarraga Charry Antonio María Nuñez Yáñez Amanda Cuenca Herrera Sonia Roa Trujillo María Yolanda Perdomo Ladino Clemencia Quizá de Ortiz María Rita Quizá de Dussán Nilce Vega de Córdoba Cecilia Polanìa Sánchez María Amparo Bautista Suarez Nelly Dussán Andrade Cecilia Paredes Polanìa

TECNÓLOGOS EN ADMINISTRACION PÚBLICA Jaime Castro Parra Efraín Polanìa Vivas Jacobo Vargas Chambo Álvaro Santos Cabrera Harvey Henao González

TECNÓLOGOS EN ADMINISTRACION DE EMPRESAS Virgilio Barrera Castro Miguel Alfonso Cárdenas Martínez Orlando Rodríguez Gutiérrez Manuel Gutiérrez Montoya Hernando Polanía Puentes Luis Arturo Guzmán Fierro Guillermo Cuellar Peña Hernando Horta Díaz Jairo Lozano Motta Juan de Jesús Peña Donoso Edgar Trujillo García Carlos Humberto Torrente Castro

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TECNร LOGO EN CONTABILIDAD Y PRESUPUESTO Nelson Sรกnchez Torres

ANEXO 2 LOS PRIMEROS ADMINISTRADORES DE EMPRESA GRADUADOS EN ITUSCO

DIARIO DEL HUILA. Octubre 11 de 1973. Pรกg. 4. Hemeroteca Academia Huilense de Historia 139


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ANEXO 3 EL DIARIO DEL HUILA REGISTRA LOS CUATRO AÑOS DE ITUSCO

Fuente: DIARIO DEL HUILA,. Neiva, 1º de marzo DE 1974. Pág. 1ª. Hemeroteca Academia Huilense de Historia

ANEXO 4: EL LOGO DE ITUSCO

LOGO DE ITUSCO. Elaborado por José Durán Rojas, en la época que era estudiante de último año de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. En: EL DEBATE, segunda época, No.74. Febrero 8 de 1969, pag.4

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DE LAS CATEDRAS DE LA HUILENSIDAD Y DE LA NEIVANIDAD A LA HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA Miembro Numerario Academia Huilense de Historia El papel de las academias en el mundo de hoy, las vincula estrechamente con las redes de información que constituyen insumo fundamental de toda clase de actividad cultural. De rico reservorio de conocimientos, producto de la callada investigación por parte de sus integrantes, han pasado a convertirse en puentes entre el hecho registrado y la población que transforma el pensamiento tradicional, en una nueva conciencia. Una buena parte de las academias, en este imparable proceso de la globalización, se ha constituido en fuerza mediática, con calidades de empresa editora de libros generadores de intercambio entre viejas y nuevas ideas, o han aceptado las responsabilidades técnicas y documentales y la calidad necesaria para entrar con solvencia y credibilidad en Internet. En el caso de la ACADEMIA HUILENSE DE HISTORIA, el tema de este trabajo es, precisamente, el tratamiento de una serie de experiencias e investigaciones, que, mediante el esfuerzo de actores de la cultura, educadores y académicos, han dado ^ nacimiento a varios proyectos exitosos, de amplio cubrimiento para nuestra población, entre los cuales pueden relacionarse la Historia General del Huila (6 tomos); las Cátedras de la Huilensidad y de la Neivanidad, la construcción del conocimiento sobre los contextos locales de los 37 municipios del departamento, y la Biblioteca Virtual de la Cátedra de la Huilensidad. 141


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EVOLUCIÓN DE LA ACADEMIA DE HISTORIA Después de una prolongada jornada, durante la cual hemos acariciado sueños y concretado múltiples realizaciones, no exentas de penas y contratiempos, la ACADEMIA HUILENSE DE HISTORIA, fundada el 22 de mayo de 1910, ha llegado en este año 2014 orgullosa, a los cincuenta y ocho años ininterrumpidos de existencia. Han — sido décadas entregadas al servicio del Huila, bajo la honesta concepción de sus integrantes, intérpretes sociales de las angustias y expectativas de nuestro pueblo.

LA CÁTEDRA DE LA HUILENSIDAD El centenario del Huila, celebrado el 15 de junio del año 2005, después de un año de festejos preliminares, fue para la Academia, la oportunidad de hacer el balance de la vida departamental y de su papel en ella. Buena parte de la historia de esta tierra está procesada y continúa escribiéndose. La empresa que sigue consiste en divulgarla, dar a conocer todos los contenidos y sus análisis. Se trata de ver el Huila con otros ojos, de construir huilensidad, esto es, de construir un conocimiento sobre el Huila, capaz de generar la transformación de las estructuras mentales que garanticen el Huila soñado en la visión 20201. Para asumir el nuevo rol formativo de la Academia, sus directivas se reunieron con el gobernador del departamento de la época, doctor Rodrigo Villalba Mosquera, y le propusieron la idea de crear, mediante ordenanza, la Cátedra de la Huilensidad. El propósito de la Academia era lograr la adopción de un instrumento de educación formal e informal, que hiciera posible generar los cambios requeridos para la materialización del sueño pensado para la segunda década de esta centuria. En el pasado, desde diversas entidades, se había propuesto la creación de distintas cátedras, con el ánimo de llenar vacíos en los procesos 1

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A finales de la centuria pasada, el Departamento del Huila trabajó intensamente para definir su visión en el año 2020. Después de todos los talleres y ejercicios intelectuales que se acostumbran en estos casos, el Huila definió que para ese año será “el corazón verde de Colombia”, donde florecen los sueños de todos”.


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educativos de los niños y jóvenes huilenses. Así, por ejemplo, la Cátedra Riveriana, la Cátedra Agustiniana y la Cátedra Empresarial. La visión de la Academia, a diferencia de las anteriores, es integral. Es muy importante que el huilense conozca sobre José Eustasio Rivera Salas, sobre la Cultura Agustiniana, que se forme como empresario. Sin embargo, el reto de construir el Huila previsto para el año 2020, lo obliga a conocer y a asumir posiciones y actitudes consecuentes con el estado en que se encuentra la realidad ambiental, social, política, administrativa, cultural y económica del departamento y cada una de sus localidades. Las gestiones de la Academia ante el ejecutivo departamental se concretaron en un proyecto de ordenanza que fue presentado por el presidente de la Honorable Asamblea hoy Alcalde popular de Neiva, ingeniero de petróleos Pedro Hernán Suárez. Dicho proyecto fue aprobado y se transformó en ía ordenanza 6 de 2004, por medio de la cual se crea la Cátedra de la Huilensidad.2. Para su aplicación y desarrollo, la gobernación institucionalizó un comité integrado por representantes de los gobiernos departamental y municipal de Neiva, la Asamblea Departamental, la Universidad Surcolombiana, la Asociación de Institutores Huilenses y la Academia Huilense de Historia. Asumiendo las comprensiones que de la huilensidad se daban en la sociedad durante el proceso de estudio y aprobación de la ordenanza, y tomando como referencia la Visión Huila 2020, el comité adoptó como definición oficial del término, la siguiente: “Huilensidad: es la condición del hombre y de la mujer que habitan el territorio del departamento del Huila, condición que se expresa a través del conocimiento, la valoración, el respeto, el orgullo y la acción consciente y crítica en torno al espacio geográfico que dominan el Macizo Colombiano, las cordilleras Oriental y Central y el Valle Interandino del Río Magdalena, en los procesos históricos de carácter social y económicos y en sus valores humanos y en las realizaciones que dan sentido a la colectividad” Para la definición del concepto de huilensidad fueron importantes dos conceptos previos, a saber: concepto de cultura y concepto de formación de la identidad cultural, tomados de los organismos internacionales. 2

En el anexo aparece el texto completo de la ordenanza 06 de 2004.

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LA CÁTEDRA DE LA NEIVANIDAD La alcaldía de Neiva en su Plan de Desarrollo Municipal “Haciendo el Cambio” estableció el proyecto de Cátedra por la Neivanidad, para hacer visible un modo diferente de sentir, entender y vivir nuestra condición de neivanas y neivanos, dentro del programa NEIVANIDAD Y CULTURA CIUDADANA. Por acuerdo municipal 11 de 2004, se institucionalizó la Cátedra de la Neivanidad y con el fin de alcanzar los propósitos enunciados en ese mandato, la Academia Huilense de Historia le construyó y editó al municipio de Neiva unas cartillas dirigidas a todos los grados de la educación: Preescolar, Básica Primaria y Básica Secundaria y Media. Según el Plan de Desarrollo Municipal “Haciendo el Cambio”, que^ dirigía como Alcaldesa la abogada Cielo González Villa, “Neivanidad significa: compromiso de sus habitantes para con la ciudad y el municipio, en todos sus aspectos: la cultura, la educación, la economía, el ambiente, la infraestructura física, la organización social y religiosa, la convivencia, y todo aquello que configura la vida y el quehacer de una sociedad. La cultura, la educación y la instrucción deben jugar un papel fundamental en la creación de la Neivanidad, porque facilitan la formación de un ciudadano conocedor de la historia de la ciudad y de su desenvolvimiento en el decurso de los siglos. Descubrir las raíces, conocer los orígenes es de básica importancia para el fortalecimiento de la identidad de los pueblos. El que no sabe de dónde viene tampoco sabe para donde va. Y eso es aplicable tanto a los países como a las ciudades”.

CONSTRUCCIÓN DE LOS CONTEXTOS LOCALES La puesta en marcha de la Cátedra- de la Huilensidad y la Neivanidad en las instituciones educativas dejó al descubierto la ausencia de información reciente y ordenada sobre las realidades municipales en torno a las cuales debe girar la construcción del conocimiento previsto en la Cátedra. Para subsanar esta deficiencia, la Secretaría de Educación Departamental, contrató con la Academia, la asesoría 144


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en investigación para 36 grupos de trabajo, uno en cada municipio, con excepción de Neiva. Los grupos investigadores estaban integrados por docentes y miembros de la comunidad y tenían por finalidad acopiar y consolidar la información necesaria para que los educadores y estudiantes trabajaran en la construcción del conocimiento sobre el espacio físico del municipio, la comunidad, la economía, el medio ambiente, la administración pública, la política y los procesos culturales, pues cada uno de estos temas son objeto de estudio en las realizaciones básicas correspondientes a cada uno de los grados de educación preescolar, básica y media, así como en la educación no formal o educación para el trabajo y el desarrollo integral. El 15 de febrero de 2007, la Academia, orgullosamente, entregó al señor gobernador doctor Rodrigo Villalba Mosquera, 2000 discos compactos, en cada uno de los cuales está contenida la información, en gran parte requerida para la normal aplicación de la Cátedra de la Huilensidad en las instituciones escolares. Esta biblioteca virtual es un recurso tecnológico para facilitarle a los educadores, estudiantes, funcionarios, dirigentes cívicos y gremiales, agremiaciones, periodistas y comunidad en general la información necesaria para obtener un nuevo conocimiento sobre el Huila, al igual que una nueva valoración y una renovada actitud crítica frente a la realidad actual, dirigidos a consolidar las condiciones físicas, sociales, económicas, ambientales, administrativas, políticas y culturales necesarias para la materialización del Huila en su llegada a la cultura global. Hemos confirmado que nuestro pueblo, necesita, para afrontar los compromisos que le representa una llegada solvente a nuevas dimensiones de éxito, coherentes con las exigencias de la cultura global, una dimensión de conocimiento sobre el Huila y sus municipios, que será la base que justifique una sólida actitud de respeto, amor por lo propio y orgullo regional, en la estructuración de nuestra identidad, suma de idiosincrasia, territorialidad y pertenencia. Con estas experiencias, la Academia Huilense de Historia, le propuso a la Administración Municipal anterior presidida por el ingeniero 145


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Héctor Aníbal Ramírez, la elaboración de la Historia Comprehensiva de Neiva, como un regalo a la ciudad al cumplir 400 años de su Fundación, el 24 de mayo de 2012. Al ser Aceptada la propuesta, durante dos años y medio, 58 investigadores históricos nos pusimos a la tarea, dando como resultado 5 tomos de la Historia Comprehensiva de Neiva, que fue entregada oficialmente el 2 de octubre de 2013.

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INDUSTRIA HOTELERA EN NEIVA

ALVARO LEON CABRERA GUZMÁN Miembro Numerario Academia Huilense de Historia El desarrollo progresivo de la industria del alojamiento en nuestra ciudad, tuvo como escenario inicial y primeros inversionistas, a comerciantes de la tercera década del siglo XX, en un impulso cuya oportunidad llegó tras la reparación de los daños motivados por la explosión del depósito de la ferretera de don Gratiniano Camacho, tema que nos ocupó unas líneas atrás. Los primeros servicios de hospedaje fueron prestados por familias locales, en instalaciones y con mobiliarios hogareños. Ricardo Olano en uno de sus informes al apologista Luis López de Mesa de la Comisión de Cultura Aldeana, el cuatro de febrero de 1935, recuerda la posada Sucre en la cual se alojó, establecimiento de mínimas comodidades ubicado en U plaza principal frente al Templo Colonial, el primero registrado en algún texto de referencia consultable sobre nuestra hotelería.1 Aparte del Hotel Bochica ubicado en la calle sexta frente al actual edificio de empresas públicas, cuya cocina le garantizó durante cerca de 20 años una fiel clientela; de los hoteles Pacífico y Atlántico, 1

Unda Losada, Leonardo,

Surcolombiana, 1978.

El Huila de Ayer visto por Ricardo Olano, Neiva, Editora Universidad

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en el marco del Parque del Cincuentenario, hoy de Santander, desde cuyos balcones arengaban los políticos de la época, en la manzana comprendida entre las carreras tercera y cuarta y calles séptima y octava, se erigieron construcciones modernistas hoy tristemente deterioradas, que sirvieron de sede al Gran Hotel, el Hotel Central, el Hotel Astoria, el Hotel La Gaitana, edificaciones muchas de las cuales funcionan actualmente como depósitos y bodegas de los almacenes situados en sus primeras plantas. Construido por don Oliverio Lara Borrero en el lote de lo que fuese la antigua y lamentada capilla de Santa Bárbara, el Hotel Plaza superó en comodidades a sus predecesores, como primer ejemplo de prestación de servicios similares a los ofrecidos por las cadenas hoteleras en las ciudades norteamericanas y europeas de aquel tiempo.2 En su vestíbulo, el maestro Ignacio Gómez Campuzano, pintó un mural, que representaba maravillas y lugares de atractivo turístico del mundo, obra complementada por una colección hoy desaparecida de etiquetas para equipaje, procedentes de hoteles, líneas aéreas, trasatlánticos y postales de diversos lugares del orbe. Estaba dotado de una terraza con bar, escenario para la orquesta, pista de baile, salones de reuniones, fuente luminosa, helipuerto y un sótano, espacio para el grill, desde el cual a través de ventanales subacuáticos, se podía ver las evoluciones de los nadadores en la piscina. Los alojamientos de cierto interés turístico, necesidad creciente desde la institucionalización del Festival Folclórico y los reinados popular, municipal departamental y nacional del bambuco, se multiplicaron: de las décadas del 60 y 70, El Hotel Chicalá, el Tumburagua, el Piscina (hoy Matambo), el Americano, el Anayaco, el Dinastía Real, el Pacandé y muchos más, en un número de varios centenares ubicados en diversos sectores dentro del casco urbano y alimentados por el flujo permanente de turistas, representantes viajeros de distribuidoras comerciales, cacharrerías, empresas textiles y entidades bancarias.3 2

Conversaciones con Oliverio Lara y Jaime París Arbeláez, 1971.

3

Bases de datos registro mercantil, Cámara de Comercio de Neiva.

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En la memoria local se conservan restaurantes y cafeterías de grata recordación, como el Bodegón, de la familia Puentes, famoso por sus espaguetis y lomos horneados; el restaurante Tolima, de inolvidables asados y tamales, con sus puertas abiertas hasta altas horas de la noche, El Rincón Español, la venta de carne de babilla del emprendedor Juan Bustos, dotada de caldera y silbato de barco para informar a la clientela de estibadores de la galería que el almuerzo estaba listo. El Cortijo, refugio amable atendido por el español exiliado por la guerra civil, don Jerónimo de la Puerta, con sus buenos vinos, tapas y sangrías, música del género chico e internacional estilizado, jazz, blues y repertorio de la coral del Tabernáculo de los Mormones de Salt Lake City. El Taitapuro, del periodista y director teatral Femando Segura Rojas, sitio de reunión de poetas y literatos que exhibió en sus carteleras las poesías papelípolas de Ángel Sierra Basto, Rubén Morales y Luis Ernesto Luna. Lecturas con doble anís de las novelas de Par Lagerkvist y Nikos Kazantzakis. Las caricaturas y tiras cómicas de contenido social de Fabio Santos, el mejor dibujante de retratos de su momento, Hasta aquí llegaban valores del folclor huilense, como José Antonio Cuellar Meléndez “Rumichaca” y Gregorio “El Hombre de la Hojita”.4 Los fríjoles y guisos atollados del popular restaurante Clarita, cerca de la Plaza de San Pedro, de abundantes porciones y bajo costo; el Avenida, de estupendos pescados de río, bocachicos, capaces, bagres, decorado con murales de ambiente rural y textos de rajaleñas, perteneciente al folclorista y ejecutante del requinto Ulises Charry, hoy empresario de la Casa del Folclor; El Rancho Huilense, actualmente El Tinajón, de la familia de Eduardo Barrios Romero; el restaurante campestre La Cabaña, en la salida al sur, fundado por el Majito Elias, heredado por su hijo Jorge Rodríguez, hoy club de equitación de las empresas Merlano; Las Vegas, de doña Judith Charry, iniciado en una enramada cerca del Puente Pastrana.

4

En el presente texto se hace uso de mis recuerdos personales y de mi trabajo en el microcentro de Neiva.

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La Hostería Matamundo, antigua Clínica Santa Isabel, del médico y figura pública Max Duque Gómez, sede de las etapas iniciales del Diario del Huila y durante varios años punto de reunión de notables de la política y la administración, con su Casa del Botalón, la cual sirvió de escenario para encuentros de cultura y reuniones de grupos artísticos e investigativos; los abundantes restaurantes de comida asiática, el primero de los cuales el Restaurante Hong Kong fue instalado por el cantonés Octavio; el Dragón de Oro, empresa familiar de Alberto Lee; las varias sedes del “Chino” Marcos. Los de la cultura afrodescenciente, el primero de los cuales iue Candó, cuyas cazuelas de mariscos eran paradigma del buen comer, hoy encabezados por la cevichería y restaurante Cartagena al cual siguieron pescaderías como Tumaco Mar, hoy en el tercer piso del Centro Comercial Los Comuneros.

Griles y discotecas Clubes como el del Comercio, el Centro Social de Neiva y la Terraza del Hotel Plaza, dispusieron de pistas de bañe para la recreación de sus clientes, al son de las grandes orquestas nacionales, pero fue el Café Real el centro de los bailes sin restricciones de ingreso para el público de todos los estratos. Su agrupación espectáculo, integrada en buena parte por músicos de la Banda Departamental tuvo por director a Abel Valderrama Yusty y como cantantes a Carmelilla, maestra de escuela, el compositor y bolerista Luis Carlos “El Pipa Prada” y como cruner, léase cantante solista de porros, gaitas y cumbias, a “Rayito”, intérprete de estupenda voz, quien retirado del oficio se dedicó a la venta de billetes de lotería. El comedor vendía sobre manteles de hule, comida doméstica a bajo precio, mientras algunos contertulios jugaban al dominó en el fondo del salón. En el café París, a media cuadra de distancia, tocaba el piano el compositor y arreglista sangüeño, Bonifacio Bautista Gelvez, posteriormente director de los coros de la Asociación de Autores y Compositores del Huila.5 5

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Cabrera Guzmán, Leo. Apuntes

para el Compendio General del Folclor, en proceso de edición, 1996.


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Un cambio en la filosofía de la recreación fueron los horarios y servicios de bar del grill del Hotel Plaza, cuyo gerente era el empresario ibaguereño Jaime París Arbeláez, sitio que presentaba ocasionales shows de medianoche y se reservaba el derecho de admisión, en un ambiente que disfrutaron durante cerca de tres lustros los notables de la ciudad. El director de la última orquesta de su nómina, fue el organista italiano Dino Bemabei. El rendimiento de los primeros equipos de sonido estereofónico de alta fidelidad y el elevado costo de las agrupaciones y músicos en vivo, las decoraciones y escenografías de apariencia lujosa, sistemas de iluminación rítmica que llegaron con las películas de la época de la nueva ola, resultaron atractivos para los empresarios locales, quienes ensayaron como negocio novedoso la instalación de las llamadas discotecas. La Cueva, de un sonido envolvente y profundo —era la época de la cuadrafonía— funcionó orientada por el cirujano y organista Luis Eduardo Vanegas Castro. Original en su concepción, tenía como mobiliario costales rellenos de heno y mesas elaboradas en tabla rústica. El Grill del Hotel Plaza se adaptó a las nuevas circunstancias del mercado y con equipo improvisado de dieciséis bocas de sonido y decoración de ambienie subacuático, cambió su nombre a Acuarius, con capacidad para algo mas de doscientas personas. A su entrada fungía un timón de galeón pirata, robado en varias ocasiones por contertulios alicorados que siempre lo devolviera* pasado el guayabo. Una película sobre hechos de la segunda guerra mundial dio nomb*e a la tercera discoteca: Arde París, de lujoso mobiliario, fue establecida o» la tercera planta de un edificio cercano a la vieja estación de ferrocarril Siguieron después lugares de juventud como La Herradura, o de música en vivo, como el montado en los sótanos del Edificio Colseguros, pe«- d cantante y guitarrista ecuatoriano Raúl Novoa. Cafeterías, pizzerias, asaderos de pollo, parrillas y ventas de comida rápida, que diversificaron los gustos de los consumidores neivanos o» todos los barrios y comunas, conforman un inventario 151


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de servicios y ger.tes de trabajo que hoy sobrepasa los ochocientos establecimientos formales e informales. Llegaron desde la costa norte para quedarse, quipes, butifarras, arepas de huevo y caribañolas, similares a los que se pueden saborear en la galería de Lorica, expendidas en pequeños negocios establecidos ec inmediaciones del estadio de fútbol Guillermo Plazas Alcid. Comenzamos a delinear por uninsensible proceso de transculturadon2 una identidad rica y variopinta que acoge los aportes de gentes y costumbres procedentes de todos los puntos de la geografía nacional. Nuestros gustos se internacionalizan. Algunas familias conservan costumbres tradicionales para Las épocas de celebraciones patronales; durante las fiestas del San Juan y ei San Pedro, o la novena de aguinaldos. Existen términos para designar algunos enseres de cocina de elaboración artesanal, como cagüinga (mecedor de madera o guadua que se emplea para evitar que se pegues* los dulces y coladas), balay (cernidor tejido sobre un aro de bejuco er fibra de iraca o en tablilla delgada de mantequillo con la tela elaborada en crin de caballo, empleado en panadería), túmbilo (recipiente con tapa y colgadera de cabuya, hecho en un calabazo, que sirve para guardar tas aliños), cusunga (totuma con agujeros pequeños que sirve para colar o escurrir determinados jugos o granos lavados, así como también calabazo con tapa que se emplea para guardar la sal), los garabatos (ganchos de madera hechos de una horquilla de guayabo o cafeto, con una extremidad mas larga que la otra, los cuales se emplean para colgar de ellos en las cocinas los trebejos, los racimos de plátano o la carne para ahumar, las chipas (aros de bejuco que sirven para mantener en posición vertical las moyas y vasijas de barro, o hechas de trapo permiten llevar sobre la cabeza canastos, chorotes y bateas), las bateas (recipientes a modo de bandejas amplias y profundas, talladas con azuela, en maderas como el amarillo y el cedro, que no alteran el sabor de los asados, amasijos y fritangas), el tinajero (mueble de madera, con forma de armario cuyas paredes están elaboradas en tablillas que dejan circular el aire, y que sirve para resguardar la tinaja o el filtro para el agua), tinaja (vasija de arcilla porosa que permite cierta exudación 152


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del agua que contiene, la cual al evaporarse, enfría el recipiente, manteniendo el agua fresca y de agradable sabor, logrado gracias a las hojas de naranjo), las cajetas < recipientes elaborados en lata que sirven para llevar al homo los amasijos y colaciones), la cuera o china (sopladora tejida en palmicha para avivar el fuego). Se usan, además, adjetivos como Jecho (aplicable a los frutos en sazón o bien maduros) y culimbo (a las aves de corral que no tienen cola y por extensión a la gente desorientada); también existen términos para designar los horarios de determinadas comidas como la segundilla que se consume a las tres o cuatro de la tarde y contiene cacao espeso y espumoso, amasijos de diversa índole o de acuerdo al gusto, zurumba (aguadepanela) fría con zumo de limón, refrescos o sorbetes tradicionales, las comitivas , juegos durante los cuales los adultos proporcionan a los niños de las varias familias participantes, ingredientes para que preparen frituras y chocolate que acompañan con pan o colaciones.6

Para terminar Del estudio de los paralelismos entre la historia de las costumbres cotidianas de alimentación de los neivanos y el desarrollo urbano y económico de Neiva, se desprenden conclusiones que llevan a pensar que la mixegenación entre sectores de población de diversas procedencias, el nacimiento de grupos familiares cuyos ascendientes más cercanos33 Conde, Toty; Medina, María Rocío y Monzón, Consuelo, Interculturalidad, Universidad Nacional Abierta y a Distancia, 1997, tesis laureada.

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Cabrera Guzmán, Leo, Textos

para el compendio general de folclor del Huila, en preparación.

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HUILA COMPETITIVO EN LA RUTA DE LAS VÍAS DE CUARTA GENERACIÓN Oficina Comunicaciones Gobernación

Neiva El Gobernador Carlos Mauricio Iriarte Barrios, celebró que tras su gestión el Gobierno Nacional a través del Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes; aprobó millonarios recursos para la financiación y desarrollo de los corredores viales de Cuarta Generación, 4G, Girardot-Neiva y Neiva-Pitalito-Mocoa –Santana, que permitirán conectar al Huila con gran parte del territorio nacional a través de una gran infraestructura vial.

El presidente Juan Manuel Santos confirmó al gobernador Carlos Mauricio Iriarte las inversiones para los Corredores Viales de Cuarta Generación. 155


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A nivel nacional estos dos corredores viales suman 7 billones de pesos y los tramos que involucran al Huila tendrán una inversión de más de $2 billones, según explicó el mandatario huilense: “Es una gran noticia porque es un avance importante en el proceso de adjudicación de la concesión que está en trámite. Faltaba este paso supremamente fundamental para que podamos contar con los pliegos definitivos en el mes de noviembre como lo ha dicho el Presidente de ANI y el Vicepresidente de la República Germán Vargas Lleras”, precisó el Gobernador. De acuerdo con Iriarte Barrios, una vez estén los pliegos definitivos, entre los meses de marzo o abril del próximo año, se hará un acto en Neiva para la firma del acta de iniciación del respectivo contrato de concesión.

El liderazgo, compromiso y gestión del mandatario de los huilenses permitirá que el Departamento reciba una inversión de más 2 billones de pesos en infraestructura vial. 156


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Las obras Los obras contemplan la doble calzada entre Aipe y Neiva; dos intercambiadores viales a la altura del barrio El Triángulo y la avenida Mercaneiva; la rehabilitación de la vía alterna a El Juncal; la doble calzada Neiva - Campoalegre; el tercer carril en los Altares de Gigante; el túnel en Pericongo; las variantes para Campoalegre, Hobo, Gigante y Timaná y el tramo que va de Pitalito al Parque Arqueológico de San Agustín. “Es un motivo de alegría para nosotros que estos recursos incluyan la financiación de lo que hemos gestionado ante la Agencia Nacional de Infraestructura ANI para la inclusión en la concesión. En la estructuración, como es bien sabido, hemos trabajado con la Secretaría de Vías e Infraestructura del Huila, Planeación Departamental, los gremios y el Presidente de la ANI para que queden incluidas las inversiones de la Doble Calzada entre Aipe y Neiva, los dos puentes de intercambiadores viales en Neiva, uno que hace parte del corredor Girardot-Neiva que queda a la altura del barrio El Triángulo y el otro intercambiador vial que hace parte del corredor Neiva-Pitalito-Mocoa-Santana que quedaría ubicado a la altura de la avenida a Surabastos”, mencionó el mandatario regional. Otras de las obras que destacó Iriarte Barrios y que están incluidas en la concesión, es la rehabilitación y repavimentación completa de la vía alterna por el Juncal para salir al nuevo puente sobre el río Magdalena. Así mismo, la mega obra contempla la rehabilitación, repavimentación y rectificación de la vía central del departamento del Huila.

Vías secundarias y restaurante escolar La Gobernación del Huila lidera en Fedepartamentos una gestión para que el Plan Nacional de Desarrollo incluya recursos dirigidos a Restaurantes Escolares y vías secundarias.

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Neiva El mandatario huilense, Carlos Mauricio Iriarte Barrios, dio a conocer que vienen trabajando con sus homólogos para definir las líneas gruesas de lo que será el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, que corresponde al segundo mandato del Presidente Juan Manuel Santos. Según el Gobernador, los temas claves del nuevo Plan de Desarrollo deben involucrar asuntos vitales para los entes territoriales, como el programa de alimentación escolar y las vías secundarías. “Venimos trabajando con los Gobernadores a través de la Federación Nacional de Departamentos en los temas que vamos a definir como gestión frente al Plan Nacional de Desarrollo del segundo gobierno del presidente Santos”, expresó el Gobernador.

Garantizar el servicio de Restaurante Escolar para los niños y niñas huilenses es una de las prioridades para el Gobierno Departamental. 158


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Alimentación escolar De acuerdo con Iriarte Barrios de la mano con los mandatarios regionales, se ha venido haciendo hincapié en el tema del Programa de Alimentación Escolar, PAE. “En programa muy importante para la niñez y para la educación del departamento porque claramente tiene que ver con cobertura y calidad, pero que es un programa que a precios del Bienestar Familiar está desfinanciado en unos 700 mil millones de pesos; entonces estamos explorando con la Federación de Departamentos buscar nuevas alternativas de financiación, pero sobre todo hacerle claridad al Gobierno que debe contrarrestarse ese desbalance que hay con respecto a los precios del ICBF”, sustentó el Gobernador del Huila. Pero el mandatario huilense fue más allá y afirmó que además del programa de alimentación escolar, se debe invertir en la infraestructura que permita poner en marcha en óptimas condiciones el programa. “Hay algo muy importante y es que faltan costos por incluir en el programa de alimentación escolar relacionados a la infraestructura para los restaurantes de las sedes de las instituciones que no lo tienen. Eso hay que incluirlo en los costos al igual que la dotación de los restaurantes”, mencionó el Gobernador.

Vías secundarías Otro de los grandes temas en los cuales se busca que el Gobierno Nacional se apropie, es el relacionado a las vías secundarías, que por ser competencia de los departamentos, reciben poca financiación por parte de la Nación. “Son vías a las cuales les está llegando menores recursos de cofinanciación de la Nación, las cifras son que el año pasado se invirtieron en las vías terciarias, que son las de los municipios, más de 4 billones de pesos, mientras que las vías secundarías, que son del resorte de los departamento, se destinaron menos de 400 mil millones de pesos”, puntualizó Iriarte Barrios.

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El Gobernador ha inaugurado pavimentaciones urbanas en los municipios del Huila para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

La norma Según el mandatario, en la Federación Nacional de Departamentos se redactó una norma para proponerla dentro del Plan Nacional de Desarrollo, y es incluir la posibilidad que el Gobierno Nacional cofinancie la rehabilitación o pavimentación de las vías secundarías del país. “Ese es un artículo que estoy seguro será muy práctico para este gobierno y nos va a permitir una entrada para atender estas vías”.

Responsabilidad de la Nación Y es que según el Gobernador Iriarte en el tema de las vías secundarías, el Gobierno Nacional y los Departamentos se deben sentar a definir cuáles de las vías primarias, son responsabilidad de la Nación. “En el Huila tenemos claramente varias, por ejemplo la vía NeivaTello-Baraya, sobre la cual le estamos diciendo al Gobierno Nacional que la reciban porque es una carretera que debe ser del resorte de la Nación. 160


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“El otro gran tema es cómo encontrar una norma que permita que la Nación también se haga cargo de aquellas vías secundarías o terciarias que se deterioran por efecto de los daños de las vías nacionales, como nos sucedió con el puente Paso El Colegio, que se tuvo que utilizar las vías secundarias para el tráfico pesado y eso las perjudicó completamente. Es por eso que la Nación debería asumir el costo de financiación para la reparación de estas carreteras”, añadió el mandatario departamental.

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