HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA TOMO II

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HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA TOMO I Periodo prehispánico Conquista Fundación de Neiva Economía y sociedad colonial Cabildo y vida urbana Comuneros TOMO II Siglo XIX Independencia Educación e Iglesia Economía, Sociedad y Política Vida cotidiana Prensa, Guerra y Ciudad TOMO III Siglo XX Economía Empresarios Desarrollo urbano Turismo Educación TOMO IV Siglo XX Literatura, Prensa y Radio Artes y Fotografía Religiosidad Folclor Deporte Mujeres neivanas Conflicto urbano TOMO V Espacio geográfico Protagonistas neivanos Higiene y salud pública Patrimonio cultural Fiestas y diversiones Neiva rural

La Historia Comprehensiva de Neiva se ha escrito bajo el estímulo de la conmemoración de los cuatrocientos años de existencia de la ciudad. Es el resultado de un trabajo colectivo adelantado en la Academia Huilense de Historia, bajo la dirección del historiador Bernardo Tovar Zambrano. El grupo de autores lo integran historiadores e investigadores pertenecientes en su mayor parte a las siguientes instituciones: Academia Huilense de Historia, Universidad Surcolombiana, Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, Universidad del Tolima y otras universidades de Neiva y Bogotá. La palabra comprehensiva que figura en el título se ha tomado en los dos significados de abarcar y de entender. Teniendo como fundamento esta doble acepción, con historia comprehensiva se alude, de un lado, a una historia que abarque los diversos aspectos de la vida de los hombres y de las mujeres que han construido y habitado la ciudad de Neiva desde su fundación (1612) hasta el presente; y de otro lado, a una narración que contribuya a otorgarle sentido y significación a dicha historia. Lo comprehensivo de esta perspectiva historiográfica se asume en un sentido relativo y selectivo, es decir, referido a la inclusión de los principales elementos que resultan observables, según la documentación disponible, en los ámbitos económicos, sociales, políticos y culturales del proceso histórico de la ciudad. En este orden, los temas de la historia de Neiva aquí abordados se relacionan con los periodos prehispánico y colonial, de lo cual se ocupa el primer tomo; con los acontecimientos y procesos del siglo XIX, tratados en el segundo tomo; con la economía, la actividad empresarial, el desarrollo urbano y la educación en el siglo XX, asuntos que junto con otros aspectos constituyen la materia principal del tercer tomo; con la literatura, las artes, la comunicación, la religiosidad, la música, la danza y otras manifestaciones culturales y sociales que son descritas en el cuarto tomo; finalmente, con el espacio geográfico de Neiva, los protagonistas de la historia de la ciudad, la higiene y la salud pública, el patrimonio cultural, las diversiones, el entorno rural de la ciudad y otros temas, que se encuentran desarrollados en el quinto tomo de la obra. Con la publicación de la Historia Comprehensiva de Neiva se dispone de un saber histórico necesario para la construcción de la ciudad y la región; igualmente, se realiza un aporte significativo a la historiografía nacional en el campo de la historia de las ciudades colombianas.

ALCALDÍA DE NEIVA

HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA Director Científico Bernardo Tovar Zambrano Universidad Nacional de Colombia Academia Huilense de Historia TOMO 2 Autores Hernán Clavijo Ocampo José Joaquín Pinto Bernal Freddy Enrique Martínez Pérez Jairo Ramírez Bahamón Cristian Salamanca Arévalo Martha Isabel Barrero Galindo Delimiro Moreno Calderón Katherin Andrea Pinzón Ramos Humberto Montealegre Sánchez María Cristina Castillo Gómez Laura Victoria Rivas Ortiz Natalia Botero Jaramillo Martha Eugenia López Bedoya Jean Paúl Ruíz Martínez




HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA

EDICIÓN CUARTO CENTENARIO

ALCALDÍA DE NEIVA ACADEMIA HUILENSE DE HISTORIA SECRETARÍA MUNICIPAL DE CULTURA Y TURISMO


Alcalde de Neiva 2012 - 2015 Pedro Hernán Suárez Trujillo Alcalde de Neiva 2008 - 2011 Héctor Aníbal Ramírez Escobar Editores Bernardo Tovar Zambrano Reynel Salas Vargas Academia Huilense de Historia Presidente: Camilo Francisco Salas Ortiz Vicepresidente: Jairo Ramírez Bahamón Secretario General: Álvaro León Cabrera Guzmán Coordinadora: Luz Marina Canencio de Ibarra Tesorero: Fernando Antonio Torres Restrepo Secretaria de Cultura, Deporte y Recreación 2012 - 2015 Carolina Sandino Puentes Secretario de Cultura y Turismo 2008 - 2011 Ramiro Falla Cuenca Comité Neiva 400 años Coordinador General: Guillermo Plazas Alcid Asesora: Larissa Fernanda Calderón Ortiz Imagen de la cubierta “Neiva”. Dibujo de Riou, publicado en Voyages dans l’Amerique du Sud, 1883. Diseño de la cubierta Gonzalo Arévalo Forero Guardas: Maternidad indígena con ocarina - Neiva Escultor: Jaime López Correa - Fotografía: Martín Borrero Urbanski Ilustración de textos: Martha Eugenia López B. Agradecimientos a: Editora Surcolombiana S.A. Cámara de Comercio de Neiva


HISTORIA COMPREHENSIVA DE NEIVA Bernardo Tovar Zambrano Director Científico Reynel Salas Vargas Coordinador Académico

TOMO II

Camilo Francisco Salas Ortiz Coordinador Administrativo

Siglo xix Independencia Educación e Iglesia Economía, Sociedad y Política Vida cotidiana Prensa, Guerra y Ciudad

Autores Carlos Eduardo Amézquita Parra José Eliseo Baicué Peña Martha Isabel Barrero Galindo Jairo Beltrán Tovar Jorge Bermeo Rojas Natalia Botero Jaramillo Esperanza Burbano Vargas Álvaro León Cabrera Guzmán Gabriel Calderón Molina María Cristina Castillo Gómez José Albeiro Castro Yepes Martha Cecilia Cedeño Pérez Rolando Centeno Tapiero Hernán Clavijo Ocampo Alberto Ducuara Manrique Sandra Marcela Durán Álvaro Falla Alvira Germán Ferro Medina Jacquelin García Páez José Jairo González Guillermo González Otálora Eduardo Gutiérrez Arias Norberto Insuasty Plaza Eloisa Lamilla Guerrero Héctor Lara Romero Roberto Liévano Perdomo Martha Eugenia López Bedoya Aldemar Macías Tamayo Jenny Yamile Malagón Pinzón

Freddy Enrique Martínez Jaime Monje Mahecha Humberto Montealegre Sánchez Delimiro Moreno Calderón Alfredo Olaya Amaya Ananías Osorio Valenzuela José Joaquín Pinto Bernal Katherin Andrea Pinzón Ramos Guillermo Plazas Alcid Olmedo Polanco Rocío Polanía Farfán Alexander Quintero Bonilla Jairo Ramírez Bahamón Laura Victoria Rivas Ortiz Henry Rubiano Daza Jean Paul Ruiz Martínez Jaime Ruiz Solórzano Armando Saavedra Perdomo Cristian Salamanca Arévalo Camilo Francisco Salas Ortiz Reynel Salas Vargas Bolívar Sánchez Valencia Rodrigo Silva Vargas María Angélica Suaza Español James Vladimir Torres Moreno Fernando Antonio Torres Restrepo Eduardo Tovar Murcia Bernardo Tovar Zambrano


Contenido

© Academia Huilense de Historia Primera Edición: 2013 1000 ejemplares Isbn obra completa: 978-958-57039-2-6 Isbn volumen ii: 978-958-57039-3-3 Colección Historia Comprehensiva de Neiva Diagramación y artes: Gonzalo Arévalo Forero Corrección de estilo y pruebas: Adriana Rodríguez Franco Cristian Salamanca Arévalo Jean Paul Ruíz Martínez Impresión: Editora Surcolombiana S.A. Las opiniones expresadas en cada uno de los artículos de la obra son de responsabilidad exclusiva del respectivo autor.

La Independencia en la ciudad, distrito y provincia de Neiva.................. Hernán Clavijo Ocampo Introducción................................................................................................ El proceso de la Independencia en la historiografía huilense........... La historiografía reciente sobre la Independencia: los problemas no convencionales y las periferias................................. Hacia un nuevo enfoque de la Independencia y de la historia política de Neiva . .............................................................. Conclusiones................................................................................................

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Finanzas de Neiva, 1783-1850......................................................................... José Joaquín Pinto Bernal Finanzas coloniales de Neiva................................................................... El golpe de la Libertad .............................................................................. La tranquilidad truncada, 1831-1840.................................................... La guerra y el orden, 1841-1850............................................................... Conclusiones................................................................................................

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Esclavitud y libertad en la provincia de Neiva entre los siglos xvi - xix.................................................................................... 89 Fredy Enrique Martínez Pérez La estructura económica colonial. ........................................................ 90 La población: la crisis demográfica del siglo xvi.................................. 96 Algunas cifras sobre la población esclava de la provincia de Neiva entre los siglos xviii y xix.................................. 97 La libertad de los esclavos ....................................................................... 100 La libertad como promesa en la Independencia............................ 103 La libertad de los esclavos entre 1821 y 1850.................................. 104


Liberalismo, masonería y educación en Neiva, siglo xix............................. 113 Jairo Ramírez Bahamón Introducción................................................................................................ 113 Inestabilidad institucional e intermitencia de la escuela neivana a lo largo del siglo....................................................... 115 Surgimiento de la escuela pública: un empeño ilustrado 1819 - 1844 ............................................................. 116 Avances en medio de las dificultades............................................... 120 Liberales y masones unidos en las iniciativas culturales y educativas de mitad de siglo 1845-1857............................ 123 Liberalismo y masonería en Colombia y la provincia neivana ................................................................................. 123 Diversidad de propuestas educativas en los gobiernos conservadores ilustrados de 1844 a 1849...................... 128 Caja de Ahorros..................................................................................... 129 El Instituto Caldas: una propuesta educativa para los sectores populares................................................................. 129 Escuelas y colegio oficial para niñas................................................. 130 Primera Escuela Normal de Varones en Neiva 1846.................... 130 Primer Colegio oficial de Varones de Neiva 1849.......................... 133 La escuela pública primaria de Neiva entre 1845-1849................ 134 Programa liberal y educación política de masas. 1850 - 1853..... 134 Primer eje: la “instrucción y moralización de las masas”............ 135 Mejoramiento de la calidad de la educación y continuidad a la Normal de Varones. .......................................... 136 Creación de las Escuelas Democráticas............................................ 136 La imprenta de Neiva y el auge de los periódicos........................ 139 Segundo Eje: Hacia la emancipación de la Mujer . ...................... 139 Tercer eje: Audaces cambios en el Colegio de Varones y primera carrera universitaria en Neiva. . ................................... 140 Cambios en la orientación del programa educativo liberal en 1855..................................................................... 141 La política antisubsidiaria obliga el cierre del Colegio de Varones .............................................................................. 143 Normal de varones de Neiva y la educación femenina escapan al auge privatizador ............................................................. 144 Federalismo y la reforma educativa liberal y laica 1863 - 1884......... 146 La educación en Neiva antes de la reforma educativa radical 1861 - 1870.............................................................. 147

Gobiernos conservadores en el Estado Tolima y vigencia del decreto organico - doip, 1867 - 1875............................ 149 Efímera vida del Colegio de Varones bajo los gobiernos conservadores de 1867-1876............................................................... 152 Gobiernos liberales radicales, 1877-1885: crecimiento de la escuela y primera Normal femenina en Neiva ................... 153 Las escuelas primarias en Neiva bajo los gobiernos radicales de 1877 - 1884........................................................................ 159

Declive de la influencia liberal masónica y predominio de la escuela católica 1886 - 1900................................................................ 160 Colegio oficial varones de Neiva: avances en medio de cierres............................................................... 163 La escuela primaria de Neiva en la regeneración.......................... 165 El santa librada en manos de los maristas: primero, adscrito a la Universidad Nacional y luego, centro de vocaciones religiosas.......................................................... 167 Unas consideraciones finales. .................................................................. 168 La Iglesia en Neiva. el papel eclesiástico en la organización socio-política durante el siglo xix. ................................................................ Cristian Salamanca Arévalo Introducción................................................................................................ Edificaciones religiosas en la ciudad de Neiva: la capilla de Santa Bárbara y la Iglesia de la Inmaculada Concepción............................................................................ El problema de la doble circunscripción........................................... La Diócesis del Tolima......................................................................... El papel de la Iglesia en Neiva............................................................ Conclusiones.........................................................................................

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Gobiernos municipales en Neiva en el siglo xix............................................ Martha Isabel Barrero Galindo Conclusión...................................................................................................

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Neiva capital del Estado Soberano del Tolima. ......................................... Delimiro Moreno Resumen......................................................................................................... La importancia de Neiva............................................................................. Sequía y acción militar mosquerista. .......................................................

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Constituyente local prepara la de Rionegro........................................ Neiva, de nuevo capital del Tolima durante el régimen radical local............................................................ El final del régimen radical y del Estado Soberano. .......................... Luto en la ciudad........................................................................................ Epidemias y médicos...................................................................................... Florecimiento económico........................................................................... Sequía y Ley de manos muertas. ................................................................ Empresas para explotar quina, caucho, añil y otros productos vegetales.................................................................................... Sombreros de Suaza. ................................................................................... Empresas mineras......................................................................................... La navegación del Alto Magdalena por vapores................................. La tímida actividad bancaria....................................................................

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La vida cotidiana de la Neiva decimonónica. ............................................. Katherin Andrea Pinzón Ramos Introducción................................................................................................ ¿Quiénes eran los neivanos del siglo xix?............................................... ¿Qué hacían los neivanos?......................................................................... El diario vivir............................................................................................... Entre compadres y comadres..................................................................... Las neivanas................................................................................................. La otra cara. ...............................................................................................

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La piedad y el amor: control socio-sexual en Neiva del siglo xix. .......... Katherin Andrea Pinzón Ramos Introducción................................................................................................ La sagrada familia...................................................................................... Los futuros ciudadanos............................................................................. El amor por fuera de la piedad................................................................. Conclusiones................................................................................................

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Crecimiento urbano y poblacional de la ciudad de Neiva durante el siglo xix........................................................................................... Humberto Montealegre Sánchez Preliminares. ................................................................................................ Descripciones de la ciudad. ....................................................................... Actividades laborales de los neivanos a mediados de siglo. ...............

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Población de la ciudad en el contexto de la Provincia...................... 340 Conclusiones ............................................................................................... 346 Anexo 1.................................................................................................... 348 Anexo 2 ................................................................................................... 349 Anexo 3.................................................................................................... 350 Anexo 4.................................................................................................... 351 Anexo 5.................................................................................................... 352 Anexo 6.................................................................................................... 353 Anexo 7.................................................................................................... 354 Anexo 8.................................................................................................... 355 El comercio y los oficios urbanos en Neiva durante el periodo de 1858-1880 ................................................................... 357 María Cristina Castillo Gómez Laura Victoria Rivas Ortiz El comercio .................................................................................................. 358 Anexo 1 ................................................................................................... 374 Anexo 2.................................................................................................... 374 Vagos, ociosos y mendigos en Neiva,

durante la primera mitad del siglo xix..........................................................

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Natalia Botero Jaramillo Introducción................................................................................................ 375 La vagancia a finales de la Colonia....................................................... 376 La vagancia, un marco normativo.................................................... 376 Pantaleón Sánchez, Vago y mal entretenido....................................... 380 Un ruso, maromero y mendigo. ....................................................... 382 La vagancia en la República..................................................................... 389 La vagancia desde lo normativo en la República.......................... 389 Negros, libertos, vagos y holgazanes............................................... 391 El juego y la embriaguez..................................................................... 393 Sobre las condenas ............................................................................... 395 El Censo y el control social.................................................................. 397 Conclusiones................................................................................................ 402 Anexo 1 ................................................................................................... 407 Anexo 2.................................................................................................... 408 Anexo 3 ................................................................................................... 409


La prensa decimonónica de la ciudad de Neiva Apuntes para su historia.................................................................................. Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo Introducción................................................................................................ Neiva y la prensa......................................................................................... Las publicaciones seriadas de Neiva......................................................... Prensa de la ciudad de Neiva, siglo xix............................................ La prensa escrita en Neiva, 1850 - 1860................................................... La prensa escrita en Neiva, 1860 - 1870................................................... La prensa escrita en Neiva, 1870 - 1880................................................... La prensa escrita en Neiva, 1880 - 1890................................................... Conclusiones................................................................................................ La ciudad hecha tinta o la tinta hecha ciudad. Las imágenes de la ciudad de Neiva en la prensa escrita, 1850-1900............................... Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo Introducción................................................................................................ Neiva ciudad privilegiada. Imagen de salubridad, abundancia, orden y libertad ................................................................... Neiva, sus casas, calles y habitaciones. Ciudad en crecimiento.......... Neiva: autonomía, política y ejércitos. .................................................... El progreso hecho manifiesto. .................................................................. Anunciando una ciudad............................................................................ Identificación histórica y búsqueda moral............................................. Neiva instruida. ........................................................................................... Nuestra Neiva. La cotidianidad de la ciudad....................................... La imagen de la ciudad de Neiva.............................................................. Conclusión...................................................................................................

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Pioneros de la fotografía en la provincia de Neiva (1861-1886) ............ 495 Marta Eugenia López Bedoya la fotografía en Colombia y el mundo. .................................................. 497 ¿Quién era don Pompilio A. Guzmán?..................................................... 499 Archivo.................................................................................................... 501 El sello ..................................................................................................... 501 Otras fotografías de Guzmán.................................................................. 505 Reportería............................................................................................... 507

Otros fotógrafos........................................................................................ 508 Zambrano............................................................................................... 510 La huella de don Pompilio ....................................................................... 512 Herencia.................................................................................................. 513 “Escuela”................................................................................................. 514 Conclusiones................................................................................................ 515 Fiestas civiles y conmemoraciones heroicas en la ciudad de Neiva. La imagen de los héroes, 1880 - 1900............................................................. Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo Introducción................................................................................................ La conmemoración heroica, el centenario del nacimiento de Bolívar................................................................................. La conmemoración de Neiva..................................................................... Los héroes en la prensa de Neiva. ............................................................ Conclusiones................................................................................................

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Guerra y política en la Neiva decimonónica. Fin de siglo y batalla de Matamundo. .......................................................... 537 Jean Paul Ruíz Martínez La ciudad de Neiva como capital de la provincia................................. 537 La revolución de Mosquera contra Ospina y la creación del Estado Soberano del Tolima............................................. 542 La guerra de 1876-1877 y la ciudad de Neiva........................................ 546 El ocaso del Radicalismo y el asalto a la ciudad 1880 - 1885........... 548 El Asalto a Neiva .................................................................................. 555 La Guerra de los Mil Días.............................................................. 558 La Batalla de Matamundo................................................................... 560 Conclusiones................................................................................................ 565 Anexo 1 ................................................................................................... 565


La Independencia en la ciudad, distrito y provincia de Neiva Hernán Clavijo Ocampo Universidad del Tolima

Introducción

La crítica reciente a la historiografía oficial sobre la primera Independencia,

empezó a finales del siglo pasado con un estudio de Armando Martínez Garnica sobre lo que llamó perspicazmente el “Legado de la Patria Boba”.1 Se trata de un estudio que posiblemente inspirado en una lectura del proyecto de descentralización establecido por la constitución de 1991, impulsó el desmonte de ese estereotipo con base en la lectura del imaginario político de aquella época a partir de la categoría identitaria de “el propio país y la propia patria” y el principio de las soberanías provinciales como ejes del proceso histórico del proyecto de una nación de provincias. El análisis abarca la primera Independencia y la etapa de la Reconquista, y en el fondo es una crítica a la historiografía nacionalista inaugurada por José Manuel Restrepo, historiografía que inicialmente fue criticada por Germán Colmenares en su famoso ensayo Convenciones contra la Cultura.2

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Martínez Garnica, Armando, El Legado de la Patria Boba, Bucaramanga, Sistemas & Computadores, 1998. Colmenares, Germán. Las convenciones contra la cultura. Ensayos sobre la historiografía hispanoamericana del siglo xix, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1989. Véase especialmente el capítulo iv.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Ciertamente, Neiva comenzó a vivir desde finales del siglo xvii su propia Independencia de Santafé a través de su defensa de la libertad de comercio de sus ganados y la resistencia al colonialismo interno de Santafé, pero al comenzar el siglo xix cambió su actitud al involucrarse en la dinámica que desencadenó la revolución de Quito de 1809 y las reacciones de la Real Audiencia de Santafé y del cabildo secular de esta capital, así como, posteriormente, de las ciudades confederadas del Valle del Cauca contra el gobernador Tacón y también contra los quiteños. En esta última, se dio en el marco del singular Congreso Provincial de Neiva reunido en la villa de Yaguará en 1811, mediante la original y legendaria convergencia del exadministrador de correos de Neiva, don José Díaz, nombrado por el congreso como comandante de las milicias de la provincia, y el cura párroco de la ciudad de la Plata, el presbítero Ordoñez y Cifuentes, destacadísimo líder de la causa patriota que acaudilló con los entusiastas indígenas paeces de la provincia de Neiva para apoyar a las fuerzas del coronel Antonio Baraya en la lucha contra dicho gobernador. En el periodo de la primera Independencia reemergió el papel de la ciudad, distrito y provincia de Neiva en el secular conflictivo entre Santafé y Popayán que reemergió con la derrota de la Revolución de Quito en 1809. Entonces, el papel de la ciudad estuvo determinado por implicaciones que después de un largo periodo de resistencia al dominio de Santafé por la cuestión del abasto de ganado y de fructíferas relaciones comerciales y administrativas con Popayán, y en el marco de la Independencia, a la inusitada alineación política y militar con Santafé contra los realistas de Popayán. Además, las tensiones políticas de las elites locales de las villas de Purificación, Timaná y la ciudad de la Plata con la de Neiva y su distrito. En el caso particular de los neivanos, el bicentenario adquiere especial resonancia no sólo por coincidir con el iv centenario de la fundación de su ciudad, acontecimiento que contribuye a comprender la Independencia, sino por la inusitada similitud en algunos aspectos de las coyunturas de 1810 y 2012. Como vimos, Neiva nació en el seno del cabildo de Santafé como resultado de la evaluación de la Guerra contra los Pijaos hecha entre 1610 y 1612. De otra parte, al momento de ser destituido el corregidor de Neiva, uno de los asuntos de los que logró dar cuenta fue el informe sobre los progresos de la evangelización de los indios andaquíes, pueblo con el cual los pobladores de Timaná y de Neiva habían estado en guerra desde el siglo xvi hasta 1740 cuando empezó un cambio hacia la paz; es decir que poco antes de la Independencia la provincia de Neiva se encontraba evaluando el viejo conflicto con los andaquíes.

La Independencia en la ciudad

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Una de las regiones de más tardío desarrollo historiográfico sobre la Independencia es la región del Alto Magdalena, o mejor, son las provincias de Neiva y de Mariquita. Una nueva narrativa de la Independencia para los huilenses de hoy pasa por el tratamiento de nuevos aspectos de la realidad histórica, nuevas perspectivas de interpretación alimentadas con la conjugación de los lenguajes regionales de una nación soberana como ideal de un pasado que no ha terminado de pasar y un presente no termina de marcar la diferencia con el pasado y abrir un futuro que no sea el de los tlcs. En todo caso, la conmemoración del Bicentenario y del iv centenario es un buen pretexto para buscar el pasado como algo vivo en el presente, si logramos reconocer los hilos que de aquel hacen parte de la textura del presente y asumimos dialécticamente su superación positiva. Por lo pronto nos ocuparemos de cómo ha sido tratada la Independencia por la historiografía huilense hasta hoy, después daremos cuenta de la historiografía sobre temas no convencionales y sobre el desarrollo de la Independencia en periferias como Antioquia, y terminaremos por proponer un enfoque alternativo del proceso desde algunos de los resultados del trabajo de archivo, a nuestro juicio decisivos para releer un periodo clave de nuestro presente, permitiéndonos profundizar social y territorialmente en la construcción de una nación en contrapunto con los tlcs. Finalmente, elaboramos algunas conclusiones en la perspectiva de la investigación.

El proceso de la Independencia en la historiografía huilense

Hasta la aparición del estudio de Rodrigo Silva Vargas,

la historiografía huilense sobre la Independencia en la ciudad y distrito de Neiva estuvo definida por el relato biográfico de próceres y mártires con el cual se alimentaron las efemérides oficiales del origen del Estado y de la nacionalidad. Esta tendencia se mantuvo hasta que la fuerza simbólica del debate suscitado por la conmemoración del bicentenario de los Comuneros en el ambiente de la política de paz del presidente Belisario Betancourt con la guerrilla, alimentó el decreto la abolición de la enseñanza 3

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Silva Vargas, Rodrigo, “De la comarca apacible a la provincia rebelde”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. ii, Neiva, Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 1996, pág. 227.


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de la historia en la educación media y la integración de esta al currículum integrado de las ciencias sociales. Esa historiografía ponía el énfasis en la participación de individuos más que en unidades colectivas como sectores sociales con intereses territoriales, económicos y políticos definidos. El eje de esos relatos era una linealidad cronológica de acontecimientos y actos notables de personajes en los campos militar y constitucional del proceso de la Independencia, ausentes de contextos y de explicaciones de fondo o interpretaciones con algún aparato conceptual y método histórico moderno. Las obras clásicas de ese tipo de historiografía son las de José María Restrepo Sáenz Neiva en la Independencia4 y Gobernadores y Próceres de Neiva,5 y las de Gabino Charry Próceres de Neiva y su nueva versión en Frutos de mi Tierra.6 Es oportuno advertir que la historiografía huilense nació con motivo del centenario de la Independencia de Neiva con el folleto titulado “El Centenario de Neiva 1814 -1914”, obra de don Gabino Charry, compilación documental que, entre otras cosas, contiene las actas del Congreso de Neiva reunido en la villa de Yaguará de 1811.7 En Neiva en la Independencia Restrepo Sáenz amplió la base documental sobre este proceso con un conjunto de cincuenta y un biografías ordenadas alfabéticamente, de un tipo socio-histórico básico, el del prócer, clasificado en distintos subtipos: los presidentes de la provincia; el representante al Congreso General; los diputados al Congreso de Neiva, los curas comprometidos con la Independencia; los signatarios de la Constitución de Neiva, los mártires, y finalmente, los sujetos beneméritos.8 Esta tipología no da cuenta de ningún rasgo de la estructura social de la ciudad ni la provincia de Neiva. Sin embargo, la citada obra tiene un renovado valor historiográfico para la conmemoración del bicentenario de la Independencia con una 4

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Restrepo Sáenz, José María, Neiva en la Independencia. Bogotá, Casa editorial de la Cruzada, 1919. Restrepo reconoce en la nota de pie de página de la página 11 haberse apoyado en el folleto que con motivo del centenario de la Independencia de Neiva dio a luz el padre de la historiografía huilense, don Gabino Charry, titulado El Centenario de Neiva 1814-1914. Parte de estos trabajos están incorporados en su libro Frutos de mi Tierra. Restrepo Sáenz, José María, Gobernadores y Próceres de Neiva, Bogotá, Editorial abc, 1941. Charry, Gabino, Frutos de mi Tierra. Geografía Histórica del Departamento del Huila, Neiva, Imprenta Departamental, 1922. Charry, Gabino, El Centenario de Neiva 1814–1914. Citado por Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 28. Una versión corregida y aumentada del trabajo de Restrepo Sáenz sobre la Independencia es la publicada posteriormente bajo el título de Gobernadores y Próceres de Neiva.

La Independencia en la ciudad

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perspectiva enfocada en lo local de este acontecimiento, para lo cual nos ofrece las reflexiones de su introducción a las biografías a lo largo de 17 páginas. Ahora bien, con la introducción y biografías podemos establecer 24 de los 38 acontecimientos que la historiografía huilense clásica reconoce como el referente factual básico de la Independencia de Neiva. El resto fueron aportados por Silva Vargas, y en mucho menor número, por el historiador Tisnés. La cronología de estos acontecimientos va desde la destitución del gobernador provincial Ladrón de Guevara el 27 de julio de 1810, hasta el comienzo de los fusilamientos de los próceres y heroínas en Neiva en noviembre de 1816 y la posterior huída del gobernador de la provincia, Ladrón de Guevara, a raíz de la derrota de los realistas en la Batalla de Boyacá. Lo interesante es que de ese referente se construyo una especie de matriz a partir de la integración y disposición ideográfica de sus elementos. Restrepo Sáenz reconoce en la nota de pie de página de la página 11 de su trabajo Neiva en la Independencia, haberse apoyado en El Centenario de Neiva 1814-1914. En este trabajo, Charry afirma que se trata de una compilación documental de las actas del Congreso de Neiva, reunido en Yaguará de 1811;9 al parecer el trabajo aparece reproducido parcialmente en su obra posterior Frutos de mi Tierra. Así, este trabajo de Charry fue la base del referente factual del proceso histórico de la Independencia en Neiva que hemos podido establecer con un estudio de la Introducción de la obra de Restrepo. Por su parte, la obra clásica de Gabino Charry G. titulada Frutos de mi Tierra, es la suma de monografías de cada uno de los municipios del departamento del Huila con su respectiva reseña histórica, basada en un trabajo de archivos que no se puede determinar técnicamente, pues solo menciona el nombre de cada uno (Nacional, municipales de Timaná y la Plata, Notarial de Neiva y los parroquiales). La Independencia es tratada en la obra de Charry de manera dispersa en algunas de las reseñas, sobre todo en la de Neiva, en la cual hace un tratamiento excepcionalmente detallado de los momentos más importantes del proceso, en especial el Congreso de Yaguará.10 Las 9 10

Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres de Neiva, pág. 28. Charry, Frutos de mi Tierra... La historiografía huilense que se ha basado en la obra de Charry no ha destacado debidamente el hecho de que la reseña histórica de Neiva y su suplemento, una sección llamada siluetas que trata de bocetos biográficos de próceres de la Independencia de esta ciudad y distrito, sea todo un capítulo, muy original por


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reseñas contienen, además, una información variada que debidamente sistematizada, permite establecer relaciones y hacer inferencias que nos aproximen a la ideografía que este autor hizo de la base fáctica de la primera Independencia en Neiva. Charry menciona lugares, eventos y protagonistas destacados de la Independencia en la provincia de Neiva, en las ciudades históricas de la provincia: Neiva, la Plata y Timaná, pero también en las nuevas parroquias y villas que emergieron al comenzar en siglo xix como fueron Pital, Carnicerías, Yaguará, Villavieja, etc. Curiosamente, la primera huella en el campo intelectual de la división territorial a que dio lugar la creación del departamento del Huila fue la omisión que hace Charry de las reseñas de la antigua villa de Purificación y de los pueblos de Natagaima y Coyaima, los cuales pertenecieron a la provincia de Neiva hasta mediados del siglo xix pero quedaron como parte del territorio del departamento del Tolima. En el caso de los eventos, Charry aporta una idea básica del modo como se dio la transformación política en la periferia neivana a partir de la descripción y análisis de las actividades de las diferentes juntas a través de las cuales se desarrolló el proceso, en especial el reconocimiento de parroquias como villas, como es el caso de Garzón, Villavieja o Nepomuch, Yaguará, y finalmente, el Gigante. Desde el punto de vista de la historia social el autor tiene el acierto, como veremos, de nombrar uno por uno a los firmantes del acta de Independencia de Neiva, lo cual, al lado del conocimiento de la composición del Congreso de Yaguará de 1811 y la que podemos tener del Colegio Electoral de 1814 con base en el trabajo de archivo, nos revela de cuerpo entero a la casi totalidad de la elite política e intelectual de la provincia de Neiva en la primera Independencia.11 Otro de los eventos, probablemente el más novedoso de la primera Independencia de Neiva, fue el Congreso Provincial reunido en la nueva villa de Yaguará. De este Charry destaca la reacción de los diputados al rumor de invasión que el gobierno realista del Cauca pretendía hacer

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cierto, referido en buena parte a la Independencia, especialmente entre las páginas 135 y 153. Ahora bien, dado que la reseña histórica en general y su suplemento abarcan de la página 130 hasta la página 153, todo un capítulo de 23 páginas sobre la historia de Neiva, el tratamiento del periodo colonial sólo ocupa cinco páginas. La obra tiene 204 páginas en total. Estos fueron don Diego Miguel Dussán, Miguel María Ortíz y Durán, José Antonio Amézquita, Nicolás María de Lombo, José Manuel de Silva, José Rafael de Cabrera, Francisco Ramón Parra y Manuel Tello.

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a la provincia, con la declaración de guerra a este el 23 de febrero de 1811 y la consecuente orden de movilización de la población en función del patriotismo para la creación de una unidad militar en apoyo de los patriotas de la provincia de Popayán.12 Este es uno de los temas abiertos a la investigación histórica que el trabajo de archivo permitirá profundizar. Aún más, el mejor apoyo que puede encontrar el investigador actual para determinar las singularidades de la primera Independencia en Neiva es en el tratamiento que Charry hace, con inusual detalle, de uno de los acontecimientos más importantes del proceso, cual fue el congreso constituyente y legislativo que sesionó en Yaguará a partir del 30 de septiembre de 1811. Charry no sólo describe la composición del congreso sino las tareas que abordó en el desarrollo de las sesiones, un poco oblicuamente el contexto, y sobre todo, los resultados de las sesiones.13 Sin embargo, Charry no da cuenta, como lo hace el presbítero Díaz Jordán, de las transformaciones de las jerarquías sociales a comienzos del siglo xix a partir del poblamiento de la parroquia de Yaguará, el cual hemos analizado al final de nuestro trabajo sobre la economía de Neiva en el siglo xviii que aparece en el primer tomo de esta obra. Otro tipo de eventos fueron los conflictos territoriales; el primero de ellos fue el conato de confrontación armada que a mediados de junio de 1811 se vivió entre los cabildos de las villas de Garzón y de Timaná en medio de lo que se denominó el “atropamiento de gente” en toda la provincia, conato que fue conjurado gracias a la intervención del cabildo de la Plata.14 Al tratar sobre las actividades del Congreso de Yaguará nos ofrece un mejor panorama de lo que fue el aspecto político, militar e institucional de la provincia en esta coyuntura. Ahora bien, un rasgo muy importante de la obra de Charry desde el punto de vista historiográfico, es su concepción misma de la 12

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Las actas del Congreso fueron publicadas por Gabino Charry, y pueden consultarse en “Actas del Congreso de Yaguará”, en Boletín de Historia y Antigüedades, vol. 6, n.o 69, 1911, págs. 561-573. Sin duda, el acta capitular de Neiva del 21 de octubre de 1811 es la más reveladora de los asuntos que resultaron del Congreso y de una cierto clima político en la provincia. “Actas del Congreso de Yaguará…”. Charry, Frutos de mi Tierra... págs. 52-53. Un rasgo del aporte de los soldados de Garzón fue, según este autor, la deserción. El sacerdote José María Tisnés publicó en 1968 una breve monografía sobre la ciudad de la Plata en artículo titulado “La Plata, ¿Ciudad Histórica?”, el cual contiene una sección sobre la época de la Independencia y destaca el papel de su cura Párroco, el doctor Andrés Ordóñez y Cifuentes de quien nos ocuparemos más adelante. Tisnés, Roberto María, “La Plata, ¿Ciudad Histórica?”, en Boletín de Historia y Antigüedades, vol. 55, n.o 642-643-644, 1968.


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Independencia al concentrarse en la primera etapa de esta, debilitando el significado de la Reconquista y al dedicar una página al segundo periodo del proceso de la Independencia; es decir, el comprendido entre 1819 y 1825. Sin embargo, en cuanto a la Reconquista identifica a los próceres neivanos que el régimen del Terror consagró en mártires de la patria con su fusilamiento en Neiva y en Santafé a partir de septiembre de 1816.15 Así, Charry y Restrepo Sáenz establecieron en las obras que hemos reseñado, el esquema básico de la historia de la Independencia de Neiva, y especialmente, de la historia político-militar, de la cual ha dependido la historiografía posterior. Se trata de un formato retórico de bocetos biográficos de los próceres y mártires por lo general superficiales, que ha sido instituido por la historiografía huilense que no ha logrado superar esta visión. En la reseña histórica de la ciudad y distrito de la Plata es relevante la extensión de la parte dedicada a hacer bocetos biográficos de los próceres de esta ciudad, en total siete páginas,16 sólo superada por la dedicada a los próceres de la ciudad y distrito de Neiva, con poco más de diez páginas.17 Finalmente, es casi nada lo que Charry y en general toda la historiografía académica, trató del aspecto económico, fiscal y financiero de la organización del Estado de Neiva en la primera Independencia. El único dato sobre la materia aparece en el boceto biográfico dedicado al propietario de la hacienda de La Manga, don Fernando Salas, concretamente su nombramiento como tesorero general del Estado de Neiva en 1812.18 Por otra parte, el trabajo de Eduardo Unda Losada Próceres Huilenses en la Independencia,19 es una variación retórica de las obras de Charry y Restrepo Sáenz sobre la vida de los patriotas de la provincia de Neiva que prestaron servicios militares en lo que llama “la Revolución de la Independencia” la cual periodiza entre 1810 y 1825. El autor insiste en un género biográfico básicamente descriptivo de una cronología de eventos con un análisis más bien superfluo que, en consecuencia, no logra su explícito propósito de “hacer resaltar sus actuaciones tanto en el campo de la lucha por la libertad como en el 15 16 17 18 19

Charry, Frutos de mi Tierra... págs. 138–139 y 142. Charry, Frutos de mi Tierra... págs. 101-107. Charry, Frutos de mi Tierra... págs. 141-153. Charry, Frutos de mi Tierra... pág. 143. Losada Unda, Eduardo, Próceres Huilenses en la Independencia, Neiva, Instituto Huilense de Cultura y Turismo, 1974.

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terreno de la defensa de sus ideas políticas”; su tratamiento se centra en referencias a la jerarquía y grado de participación de los personajes sin análisis de sus ideas ni argumentación sobre los vínculos con las estructuras de poder tanto tradicional como emergentes. Ahora bien, a comienzos de la década de 1980, en el marco del sesquicentenario de la muerte del libertador Simón Bolívar y del bicentenario del Movimiento Comunero, el historiador huilense Gilberto Vargas Mota publicó en su libro Semblanzas del Huila, un ensayo escrito en San Agustín en septiembre de 1946, sobre una de las actividades de los tres tribunales que Pablo Morillo estableció en la ciudad de Neiva en septiembre de 1816; es decir, los fusilamientos del 18 de este mes y el 7 de octubre de este mismo año, cuando esos siete próceres de Neiva fueron transformados en mártires.20 Se trata del punto final de la primera Independencia que Vargas Mota, siguiendo a Restrepo Sáenz, periodiza a partir de lo que llama la revolución del 27 de julio de 1810 y continúa con la Independencia absoluta de la provincia, el 8 de febrero de 1814. Vargas Mota tipifica la participación de Neiva en la Independencia reivindicando el “indómito valor” de sus hijos, la altivez de sus soldados y el desprendimiento de sus modestas gentes del campo. Además, introduce de manera incipiente y referencial la participación de la mujer en la Independencia de esta provincia como heroínas mártires, incluyendo a las indígenas del pueblo de Natagaima.21 Un avance bastante notorio en la historiografía huilense sobre la Independencia fue el estudio de Rodrigo Silva Vargas sobre la historia política de Neiva en el siglo xviii y la Independencia.22 Silva Vargas fue quien a partir del hallazgo y trabajo algo sistemático de nuevas fuentes documentales descubrió “acontecimientos perdidos” cuyo estudio no sólo abrió nuevos campos de la realidad histórica al análisis y la interpretación, sino que además de ampliar la base empírica del proceso, logró dar una visión e interpretación más moderna de este.23 20

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Vargas Mota, Gilberto, “Próceres del Huila”, en Vargas Mota, Gilberto, Semblanzas del Huila, Neiva, Ediciones los Cámbulos, 1982, págs.143–146. Se trata de un documento, leído en memoria y homenaje a los patriotas neivanos en los 143 años de su martirio y con una intención casi genealógica. Está basado en las obras de Gabino Charry y José María Restrepo Sáenz, así como en sus propias fuentes. De esos autores toma los datos biográficos de Benito y Fernando Salas, Francisco y José Manuel López y Luis José García, Manuel Ascencio de Tello y del brigadier José Díaz, el “último presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada” y así mismo como descendiente de don Julián Motta Salas. Vargas Mota, “Próceres del Huila”, pág. 145. Silva Vargas, “De la comarca apacible… “. Lo importante es reconocer que este trabajo cambió significativamente el enfoque


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Para Silva Vargas la primera Independencia ocurrió a partir del cabildo abierto de Timaná realizado el 6 de septiembre de 1810, su constitución y la organización institucional. Los demás acontecimientos son: la reunión de la Junta Suprema Provincial de Neiva los días 21 y 22 de septiembre de 1810, con asistencia de los representantes de los cabildos de Neiva, Timaná, Purificación y la Plata, bajo la presidencia de don José Antonio Falla, el Cabildo Abierto de Neiva del 11 de julio de 1811 convocado para adherir la provincia al Congreso de las Provincias Unidas, el Congreso de Yaguará reunido entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de 1811 y su ampliada representación política (villas de Timaná, Nepomuch, Yaguará, Purificación y las ciudades de la Plata y Neiva) con su fallida constitución, las sesiones del Colegio Revisor y Electoral de Neiva de 1812 centradas en la expedición de su constitución política el 3 de febrero de este año y la sofisticada organización de un gobierno provincial (presidencia, senado, secretarías de justicia y guerra, ejército), la asamblea popular de Neiva y el Colegio Revisor y Electoral de 1813, la Campaña del Sur entre septiembre y finales de este año, la anexión de Neiva al Estado de Cundinamarca y, finalmente, la desastrosa batalla de La Plata del 10 de julio de 1816 que abrió poco después la etapa de la Reconquista y su régimen del terror. La trama de acontecimientos que construye y analiza Silva Vargas sobre la Independencia es mucho más densa que las elaboradas por Restrepo Sáenz y por Charry, no sólo por abarcar un arco temporal más amplio al incluir la segunda Independencia, sino por el tratamiento analítico y la interpretación que hace de aquellos dándole relevancia a la cita de fragmentos textuales de los documentos. El autor hace inteligible con citas puntuales y elocuentes las claves del desarrollo provincial y local de la Independencia, especialmente en la parte más densa, cual fue tanto el Congreso de Yaguará como el Colegio Electoral y Constituyente entre febrero de 1812 y agosto de 1814, etapa dentro de la cual se dio la reunión del Congreso de las Provincias Unidas en Ibagué. metodológico de la historia política de ese periodo y de la Independencia, gracias al enjundioso trabajo de nuevas fuentes documentales y al análisis de estas. La fortaleza del trabajo documental para tratar el proceso de la Independencia resulta ser el trabajo de los fondos Anexo Historia y Anexo Gobierno, así como el Fondo Civil de la Sección Colonia del Archivo General de la Nación, al igual que de los impresos oficiales y no oficiales de la época de la independencia, como por ejemplo la Gaceta Ministerial de Cundinamarca y La Bagatela, y el Argos de la Nueva Granada al igual que en crónicas de la época. El artículo de Silva Vargas está construido, además, sobre fuentes bibliográficas amplias y variadas aunque todavía bastante incompletas.

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Silva Vargas también cambia el enfoque de la historiografía huilense sobre la Reconquista. Su enfoque empieza por las acciones más dramáticas de esta etapa producto de la actividad de los que llama los tres tribunales del terror. Su descripción matiza el drama de los fusilamientos de la primera generación de próceres; es decir, la producción de los mártires, y lo alterna con datos significativos de la vida política que permiten inferir el comportamiento de los neivanos durante el gobierno del restaurado gobernador Ladrón de Guevara y sobre el estado físico de la ciudad y sus edificios emblemáticos; de igual forma, permite inferir elementos hipotéticos sobre los costos económicos de la Independencia y el impacto psicosocial de los fusilamientos de los próceres sobre la población. La segunda Independencia tiene un tratamiento mucho más breve que la primera, y dimensiona la hegemonía del doctor Domingo Caicedo Santamaría y su familia en el gobierno de la provincia de Neiva desde el Congreso de Cúcuta y la participación de los neivanos en la campaña libertadora. La interpretación que Silva Vargas hace de los regímenes políticos de Neiva y de Timaná en 1811 como absolutista y radicalista, respectivamente, carece de una argumentación convincente. El sutil recurso de interpretación con adjetivos en los subtítulos del texto, como el de la sección dedicada a dar cuenta de la Constitución de Neiva de febrero de 1812 “Una burocracia ineficiente”, resulta incoherente con la cita que evidencia la resistencia de los neivanos a financiar los costos fiscales de la organización de la nueva entidad política creada por la Junta Suprema Provincial en su constitución política. Ahora bien, en general los mayores aciertos del trabajo de Silva Vargas están en el plano técnico y metodológico tanto a nivel de su soporte documental, como en la periodización y análisis. El punto de vista de este autor está basado en una reconstrucción de lo que a su juicio las fuentes de archivo, ciertamente inéditas, posibilitan reconocer como los ejes del proceso en sus tres momentos; es decir, la primera Independencia, la Reconquista y la segunda Independencia. A nivel formal la narración está cargada de adjetivaciones irónicas y de citas textuales sin mayor abstracción, crítica ni valoración historiográfica, sobre todo al tener presente las interrelaciones del proceso y el contexto en el cual se dio. Es posible que estas carencias metodológicas resultaran, probablemente, del estado de desarrollo de la historiografía a la hora de escribir su artículo, pero también de la falta de profundidad que da a la interrelación y el contexto con los desarrollos de la Independencia en


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Santafé y en Popayán. En todo caso, el relato contiene una secuencia de información sobre formas de representación política, de confrontaciones militares y de constituciones fallidas, cuya relevancia es indiscutible. Finalmente, una de las más notorias limitaciones del trabajo de Silva Vargas es la falta de comparación y de contexto en el análisis del proceso de la Independencia, y la superficialidad con la que trata el aporte de Neiva a este, sobre todo en la lucha contra los realistas de Popayán y Pasto. No obstante, subsisten fuentes y aspectos sin trabajar o sesgados por el tipo de lectura de la documentación que serían la base una nueva aproximación como lo mostraremos en las conclusiones. Por otra parte, el más reciente aporte a la historiografía sobre la Independencia de y en Neiva aparece en el estudio de Humberto Montealegre Sánchez sobre El Gigante Republicano.24 En esta obra el autor matiza la sugestiva tesis de la diversidad de procesos locales de la Independencia en la provincia de Neiva desde el caso de este pueblo con un enfoque diferenciador que se concentra en aspectos relevantes como las constituciones, las relaciones de los cabildos con la Junta Provincial de Neiva y los conflictos territoriales de las parroquias del distrito de Timaná con el cabildo de la villa, particularmente la de Gigante. La tesis principal de Montealegre argumenta críticamente el supuesto poder hegemónico de la elite y el cabildo de la capital provincial sobre las demás elites y cabildos de la provincia para liderar el proceso de la Independencia y representar al conjunto de la provincia en su relación con la capital de la Nueva Granada. El autor aporta de manera intermitente luces precisas sobre los desarrollos de la Independencia en la villa de Timaná y la ciudad de Neiva, al tratar el tema de la estrategia de la revolución santafereña de ampliar la representación política mediante la erección de parroquias en villas, y con base en los cabildos, elegir más representantes de las comunidades locales a las juntas provinciales y a la suprema. A este fenómeno Montealegre agrega de manera acertada el efecto de las dinámicas territoriales del poder local como resultado del crecimiento demográfico en el marco de las parroquias, cual fue el de la expansión del número de alcaldes pedáneos o de partido desde poco antes de la Independencia. Ciertamente este autor se concentra en el periodo 1812-1816, y a nivel temático, se extiende en tratar las constituciones de 24

Montealegre Sánchez, Humberto, El Gigante Republicano en el contexto de la provincia de Neiva 1810-1857, Neiva, Bicentenario de Independencia Republicana, 2010. Véase especialmente la sección 2.2.1 y siguientes hasta la 2.4.

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Garzón y de Neiva.25 Adicionalmente, su tratamiento del periodo de la reconquista matiza el cuadro de la historiografía huilense sobre un tópico singular de la Independencia en Neiva como fue el haber sido un semillero de héroes y mártires entre el sector menos raizal de su sociedad tradicional.26 Desde un punto de vista crítico podemos advertir que el trabajo de Montealegre se pliega a las interpretaciones de Silva Vargas sobre el “absolutismo político de Neiva y el radicalismo republicano de las villas”, especialmente la de Timaná, que es la mejor documentada, dejando de lado el análisis del cambio histórico político e institucional implícito en la documentación de este cabildo en la etapa inicial del llamado “juntismo” que se encuentra en el Archivo General de la Nación; sobre las nuevas villas no tenemos ningún conocimiento y fue recogida por Quintero Montiel y Martínez Garnica en su trabajo Actas de formación de juntas y declaraciones de independencia (1809 – 1822).27 Montealegre comparte con Silva Vargas una debilidad metodológica fuerte al no indagar las raíces del presunto “absolutismo” de Neiva y las dinámicas de la estructura del poder local en Neiva en torno a uno de los más influyentes vecinos de esta, don Pablo de Alvira, según la percepción del gobernador de Neiva en 1788, como lo haremos ver en otro trabajo más extenso. Montealegre, tal vez por el efectismo literario de una idea del gobernador Berrío sobre Alvira, se limita a caracterizarlo como un simple “jefe de la pandilla política” que dominaba el cabildo, era el hombre más intrépido de toda la provincia y uno de los responsables de la resistencia a la autoridad y la mucha subordinación que el vecindario de la capital provincial solía hacer a los gobernadores que intentaran cumplir con su deber.28 Más ampliamente, lo que Berrío intenta es enjuiciar el papel 25 26

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Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… págs. 82-91. Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… Véase especialmente la sección 2.2.1 y siguientes hasta la 2.4. Martínez Garnica, Armando y Quintero Montiel, Inés, editores, Actas de formación de juntas y declaraciones de Independencia (1809 – 1822). Reales Audiencias de Quito, Caracas y Santafé, tomo ii, Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2008, págs. 162177. Como se verá en otro trabajo, los editores decidieron suprimir un dato elocuente para la explicación desde la historia social de la política y de la cultura el pensamiento implícito en el trabajo constituyente del cabildo abierto cual es la composición social de este que aparece en los folios de firmas. Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… pág. 50. El gobernador Berrío señalaba a Alvira como el factor de la discordia en la ciudad de Neiva.


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de Alvira en la política neivana como un factor de involución política del vecindario al haber transformado los partidos, bandos y facciones políticas de Neiva en simples pandillas.29 Por lo pronto podemos asegurar que si el documento de 1788 del gobernador Berrío hubiera sido enfocado con mayor rigor analítico, los autores habrían reconocido e interpretado el dominio político que, según el gobernador, ejercía en la ciudad y distrito de Neiva el exgobernador don Pablo Alvira, de origen aragonés, el cual, probablemente, se prolongó hasta finales del siglo xviii. Efectivamente, Alvira simboliza todo un ciclo de la vida política de Neiva desde mediados del siglo xviii, caracterizado por el faccionalismo y la secular oposición a las autoridades provinciales en tanto instrumentos en los que convergía el dominio de la metrópoli y el colonialismo interno de los santafereños en las provincias de Neiva y de Mariquita. Alvira fue sucedido en su papel de “hegemón” político de Neiva por el regidor alférez real de Neiva, don Bricio de Tovar. El caso es que ni Silva ni Montealegre profundizan en el hecho de la vinculación marginal de la elite tradicional de Neiva al protagonismo del proceso, como tampoco en el contenido social de ese absolutismo al pasar por alto las relaciones entre los diputados del congreso y la composición social del congreso. De otra parte, la calificación de la gestión del gobernador Sanmiguel es francamente errónea a la luz de los hallazgos en un trabajo de archivo que hicimos en Madrid. Se trata de hallazgos que permiten enmendar el juicio de Montealegre sobre la supuesta intrascendencia de la gestión del último gobernador, el doctor José Ignacio de Sanmiguel,30 pues en realidad fue todo lo contrario. Por lo pronto, podemos afirmar que a él se debe el primer mapa moderno de la provincia de Neiva en 1808, el cual envió a la metrópoli con un informe general del estado de la población. En cualquier caso, Montealegre identifica muy bien los mecanismos territoriales e institucionales de ampliación de la representación política e incluye, para ilustrarlos, además de las villas de Yaguará, Villavieja y Palermo, obviamente la de Gigante, de la cual subraya su singularidad histórica en el proceso de la Independencia por haberse alineado tempranamente a la Superior Junta Provincial de Neiva.31 En cuanto a las 29 30 31

Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… pág. 50. Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… pág. 50. Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… págs. 62-63. Montealegre destaca la elección del párroco de Gigante, doctor Pedro José María de la Borda y Polanco, como presidente del Colegio Electoral de Neiva en 1812.

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alcaldías pedáneas, Montealegre reconstruye en detalle la casi totalidad del fenómeno sobre el territorio actual del Huila.32 Por último, en el marco de las conmemoraciones del bicentenario de la Independencia, Delimiro Moreno publicó en la web una antología de textos sobre el mártir don Benito Salas Vargas, en el que se incluye uno de la novelista Waldina Ponce de León. El tono narrativo de este artículo plantea un reto de fondo al formalismo retórico de los escritos sobre el periodo de la Reconquista de Neiva, reducido a semblanzas biográficas de los mártires. En balance, salvo Restrepo Sáenz y Gabino Charry, el resto de autores hasta ahora reseñados parecen sugerir que el aporte más importante de la provincia de Neiva al proceso de la Independencia en el periodo 18101816, fue más que su imitación de otros cabildos en la destitución del gobernador o corregidor provincial, o las disputas por la opción federal y centralista, o también la originalidad de sus constituciones, la entusiasta participación militar en las campañas contra los realistas de la gobernación de Popayán, especialmente en la comandada por el General Antonio Nariño, y finalmente, en la misma Batalla de la Plata en julio de 1816, por el alcance político y militar de este acontecimiento para la historia de la primera Independencia en el conjunto de la Nueva Granada. Sin embargo, a nuestro juicio la singularidad de la Independencia de Neiva radica, gracias al hallazgo de las actas del cabildo abierto de Timanà, del Congreso de Yaguará con la lectura crítica que de sus decisiones hizo el cabildo de Neiva y al trabajo del Colegio Electoral y Constituyente de Neiva entre 1814 y 1815, en las formas jurídicas, políticas y constitucionales que adoptó una elite crecientemente secularizada, y sobre todo, en la variedad y calidad de los temas que fueron objeto de legislación, controversia y debate. Todos estos eventos muestran que la primera Independencia de Neiva no fue una patria boba sino el ejercicio ideológico y político de una idea de estado y de sociedad.

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Montealegre Sánchez, El Gigante Republicano… págs. 65-70.


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La historiografía reciente sobre la Independencia: los problemas no convencionales y las periferias

La premisa metodológica de nuestra aproximación a la Independencia

de Neiva, el reconocimiento y la crítica a la historiografía huilense sobre este proceso y coyuntura de la historia política de Colombia y de Latinoamérica, la hemos contrastado con el balance de la historiografía reciente sobre las periferias en esta coyuntura, especialmente de aquella que aborda temas no convencionales. En primer lugar, en un artículo reciente sobre la participación popular en el proceso de la Independencia, Rigoberto Rueda Santos33 inventarió lo que a su juicio constituyen los temas que la historiografía reciente sobre este periodo y proceso se ha planteado, y sobre la base de una reconsideración de la historiografía nacionalista, muestra sus limitaciones y prejuicios sobre el tema, analizándolos uno por uno. La dicotomía entre realistas y republicanos, según Rueda Santos, empezó a ser superada con los trabajos de Germán Colmenares, Alfonso Múnera, Jairo Gutiérrez y Oscar Almario, entre otros. Las críticas de estos historiadores a la obra del padre de la historiografía nacionalista colombiana, don José Manuel Restrepo, apuntan a la destrucción de un mito, consistente en imaginar mediante la categoría de la Revolución de Independencia una unidad nacional que cohesionaba regiones, pueblos y grupos sociales que en realidad carecían de un proyecto político común que hubiere sido construido democráticamente. En cierto modo implicaba reconocer la existencia de movimientos sociales a veces antagónicos y con intereses propios y específicos en dicha revolución que Restrepo no reconoció.34 Aquella visión elitista prejuzga los movimientos populares no sólo como carentes de ideas propias y proyecto político específico, sino que en consecuencia, reduce la participación popular a un instrumento de los fines político militares de las elites republicanas o realistas.35 Uno de los resultados de esa interpretación fue la invención de una geografía política de la primera etapa de la Independencia diferenciada por su adhesión al bando republicano criollo o realista chapetón. La provincia

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de Neiva estaría del lado republicano no por imitación sino por historia. La obra de Restrepo, agrega, está cargada de imágenes negativas de los mulatos, indígenas, y mestizos y tiende a no reconocer el protagonismo político de regiones como Cartagena, el Patía y los Llanos orientales. En contraste, la resistencia realista en regiones como Santa Marta y Riohacha son vistas como “un truco de los gobernadores y comerciantes peninsulares sobre una población retrasada y políticamente ignorante”, pasando por alto las contradicciones de intereses que están en la base de la formación y dinámica de facciones o bandos.36 Según Rueda Santos, la historiografía nacionalista que enfocaba la confrontación entre realistas y republicanos interpreta la Independencia como una ruptura radical con el pasado colonial que da comienzo a un nuevo orden político definido por la construcción del Estado Nacional Colombiano.37 En cambio, la nueva historiografía admite que el proceso de la Independencia, periodizado entre 1809 y 1824, fue una transferencia del poder del estado colonial a las instituciones republicanas dominadas por los criollos y tensionadas por las contradicciones entre esos dos proyectos políticos. Estas contradicciones no permitieron dar forma a los proyectos inorgánicos e informulados de los grupos populares de las provincias y regiones de la Nueva Granada.38 La participación de nuevos actores de la Independencia, indígenas, esclavos, arrendatarios, y también vecindarios subalternos a nivel de pueblos y parroquias, tuvo un estatuto propio y variado que contrasta la visión del pueblo como instrumento de legitimación y presión. Además, propone ver las guerras como expresiones de conflictos antecedentes. En esa línea de investigación, Alfonso Valencia Llano hizo un aporte sustantivo con su trabajo Marginados y sepultados en los montes que trata sobre la insurgencia social en el valle del río Cauca entre 1810 y 1830.39 Sin duda se trata del desarrollo bastante original de la tesis clásica de Germán Colmenares sobre la conveniencia de “graduar el impacto del desorden introducido por la guerra, de acuerdo a sus consecuencias a largo plazo” en las provincias de la gobernación de Popayán a raíz de la Independencia.40 El trabajo de Valencia 36 37

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Rueda Santos, Rigoberto, “La participación Popular en la Independencia de Nueva Granada según la historiografía reciente. Un Balance”, en Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia, n.o 29, i semestre de 2009. págs. 50–63. Agradezco a Gilberto Pava el haberme facilitado este artículo. Rueda Santos, “La participación Popular…” pág. 43. Rueda Santos, “La participación Popular…” pág. 43.

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Rueda Santos, “La participación Popular…” págs. 44-45. Rueda Santos, “La participación Popular…” pág. 43. Rueda Santos, “La participación Popular…” pág. 45. Valencia, Llano, Alonso, Marginados y sepultados en los montes: Orígenes de la insurgencia social en el valle del río Cauca, 1810–1830, Cali, Programa Editorial Universidad del Valle, 2008. Colmenares, Germán, “Castas, Patrones de Poblamiento y Conflictos Sociales en las provincias del Cauca, 1810-1830” en Colmenares, Germán, compilador, La independencia. Ensayos de Historia Social, Bogotá, Colcultura, 1986.


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Llano ha sido especialmente relevante para precisar detalles sobre el papel de los neivanos en la Independencia, y sobre todo, para ampliar nuestra visión del contexto en el cual ocurrió. Como lo advertimos en la introducción, este punto es clave para reinterpretar la primera Independencia en la ciudad y distrito de Neiva en la medida en que la decisión del Congreso de Yaguará de declarar la guerra al gobernador Tacón en 1811 dio lugar a que los neivanos, a través del batallón comandado por el coronel Díaz y la cura Ordoñez y Cifuentes, se vieran involucrados en la venganza de los quiteños contra los pastusos y en la reacción de los patriotas contra aquellos entre 1811 y 1812. Por otra parte, el fenómeno político más importante de 1810 en la Nueva Granada no fue el de los movimientos populares en Cartagena ni en Santafé sino el despertar de las soberanías que se materializó en el llamado juntismo y se extendió por todo el virreinato. El fenómeno de la multiplicación de la soberanía popular y de su evolución en la Nueva Granada entre 1810 y 1815 fue reconocido y analizado por Isabela Restrepo.41 La autora parte de la cronología de la formación de Juntas como depositarias de la soberanía popular empezando por la primera, que fue la de Cartagena, y terminando en la última que fue en la ciudad de Nóvita, pasando por las que entre esas dos fechas (junio y diciembre de 1810) se dieron en Santa Marta, Pamplona, Santafé, Antioquia, Cali, Novita, Quibdó y Neiva. La irrupción del fenómeno y su primera expresión formal empezó en la Nueva Granada en la ciudad y provincia de Cartagena el 14 de junio de 1810, mientras que la de Neiva ocurrió, según Restrepo Mejía, el 22 de septiembre de este año.42 Sin embargo, según Silva Vargas este acontecimiento realmente ocurrió el 13 de agosto, cuando la Junta Suprema Provincial desconoció la institución del corregimiento de Neiva y se concretó política y “cuasiconstitucionalmente” por vez primera en la villa de Timaná, a partir del 6 de septiembre de 1810.43 Curiosamente, ni Restrepo Mejía ni autores que se han ocupado recientemente del constitucionalismo colombiano del periodo de la 41

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Restrepo Mejía, Isabela, “La Soberanía del ‘pueblo’ durante la época de la Independencia, 1810-1815”, en Revista Historia Crítica, n.o 29, enero–junio 2005. El trabajo de Isabela Restrepo Mejía inspirado en la escuela francesa de François–Xavier Guerra, examina los actores, las etapas y las formas que adquirió el soberanismo y la representación política en la sociedad Neogranadina en este periodo. Curiosamente la autora ignora los trabajos de Armando Martínez y cae en el uso de categorías retóricas como comunidad política y otras sin sustento empírico. Restrepo Mejía, “La Soberanía del ‘pueblo’…” pág. 103. Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 71.

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Independencia, como Miguel Alejandro Malagón Pinzón, han reconocido la trascendencia de la constitución de Timaná de septiembre de 1810 y de la constitución de Neiva de 1815 en relación con la historia social del poder en Neiva desde mediados del siglo xviii.44 Finalmente, el artículo de Rodrigo García Estrada: “Los cabildos Antioqueños Ante la Crisis Monárquica, 1808 -1812”,45 permite descubrir que la primera Independencia tuvo un patrón político, constitucional y militar similar en varias provincias del antiguo virreinato, sobre todo en las de tendencia federalista, que en cierto modo ha condicionado el patrón analítico que la historiografía reciente sobre ese periodo tiende a adoptar. No obstante, también resulta claro al comparar el desarrollo de los procesos, el factor diferencial, sobre todo en el tipo de protagonistas, en los ritmos y tendencias en el campo de las actas y constituciones. García Estrada trabajó las reacciones de los cuatro cabildos antioqueños ante la crisis de la Monarquía desde la crisis de la Monarquía Española en 1808 y los movimientos autonomistas de Quito y Cartagena en 18091810 hasta la constitución del Estado Independiente de Antioquia en 1813, pasando por el grito de Independencia, la formación de Junta y la redacción de la constitución.46 Con base en este trabajo y otros similares, podemos advertir que el proceso de la primera Independencia tuvo un patrón político, constitucional y militar similar en todas las provincias del antiguo virreinato con importantes variantes regionales sobre todo en los ritmos y tendencias, como lo muestra la periodización general y particular de este. El punto de partida es, sin duda, a nivel de la metrópoli, la invasión de las tropas de Napoleón Bonaparte, y a nivel colonial, la revolución de Quito de agosto de 1809, la elección del diputado ante la Junta de Sevilla, el enfrentamiento entre el poder civil (cabildos) y el poder militar (gobernador provincial) en el contexto de la reacción a la revolución de Quito, los diferentes actos de soberanía o lo que Restrepo Mejía llama la multiplicación de las soberanías populares a lo largo de 1810 a partir de 44

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46

Malagón Pinzón, Miguel Alejandro, “El Constitucionalismo Colombiano de 1810 a 1830: Una pervivencia del modelo de administración colonial”, en Rodríguez Jiménez, Pablo, director académico, Historia que no cesa: La independencia de Colombia.1780-1830, Bogotá, Editorial Universidad del Rosario, 2010, págs. 203-211. Estrada García, Rodrigo, “Los Cabildos Antioqueños Ante La crisis Monárquica, 1810–1812”, en Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia, n.o 29, i semestre de 2009, págs. 21-39. Estrada García, “Los Cabildos Antioqueños…”.


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las reacciones de los cabildos, la conformación de las juntas supremas provinciales y las declaratorias de Independencia. Según García Estrada, la formación de la Junta Suprema Gubernativa de Antioquia, tema central del artículo, tuvo como objeto central el nombramiento, en la sesión del 25 de diciembre de 1810, de los diputados por el gobierno de Antioquia al Congreso de las Provincias Unidas, el doctor José Manuel Restrepo y don Juan del Corral, quienes llegaron a Santafé a comienzos de 1811, después de que fracasaran las primeras sesiones. Este dato es de interés por cuanto del Segundo Congreso del Reino, realizado el 27 de noviembre de 1811, salió el acta de constitución de la federación de las Provincias Unidas firmada por los delegados de Neiva, Tunja, Pamplona, Antioquia y Cartagena. Este dato es muy útil para comparar las cronologías del proceso en Antioquia, Santafé, Neiva y Mariquita, porque de él se desprende un acontecimiento poco trabajado por la historiografía, las sesiones del Congreso de las Provincias Unidas en la ciudad de Ibagué desde abril de 1812 hasta agosto de este año, cuando se trasladó a Tunja. Por otro lado, la promulgación de la nueva constitución política de Antioquia, fechada según García Estrada el 3 de mayo de 1812, y la declaratoria de Independencia absoluta de esta provincia el 11 de agosto de 1813 por el dictador Juan del Corral,47 permiten comparar el desarrollo de la Independencia en dos periferias como fueron Antioquia y Neiva, y la convergencia de tropas enviadas por el dictador Corral en apoyo de los patriotas de las ciudades confederadas del valle del cauca y las enviadas por la Junta Provincial de Neiva para la lucha de los patriotas contra los realistas del gobierno de Popayán. Por otra parte, entre las publicaciones que había suscitado la conmemoración del Bicentenario hasta antes del año 2010 es poco lo que hasta el momento se ha profundizado sobre la Independencia de Neiva. Un artículo breve de la revista Credencial Historia sobre la Independencia en Neiva y Mariquita trata el tema como un agregado de la Independencia en el Gran Cauca. Su autor, Jorge Eliécer Quintero Esquivel,48 releva la dimensión territorial del proceso de la Independencia a partir del apoyo político y militar de la Junta Suprema de Santafé a los patriotas de la provincia de Popayán contra el gobernador realista don Miguel Tacón; es

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decir, a las ciudades confederadas del Cauca. Este autor reconoce el papel de los neivanos a favor de los patriotas caucanos destacando los papeles del cura patriota de la ciudad de la Plata, el doctor Andrés Ordoñez y del brigadier don José Díaz, quienes lograron movilizar a los indios paeces de la provincia, liderados por el cacique Gregorio Calambás, de quien Díaz agrega “comandó una expedición de Indígenas armados con lanzas de hojalata y cañones artesanales de guadua”.49 Sin embargo, Quintero Esquivel, que al parecer se ha apoyado en el artículo de Tisnés sin citarlo, no reconoce, como este, el papel de estas fuerzas en los combates en que fueron derrotado el gobernador Tacón a finales de marzo de 1811. Ya veremos el aporte de Tisnés al tratar con algún detalle este aspecto en la tercera parte. Finalmente, el trabajo de Daniel Gutiérrez Ardila,50 ofrece una perspectiva más amplia que el estudio de Martínez Garnica sobre el periodo de la primera Independencia. Gutiérrez reconoce que su obra trata de la disolución del virreinato y de una revolución truncada a partir de la pregunta sobre cómo nace un Estado, en el interregno de 1808 a 1816. Se trata de un esfuerzo mayor por romper el estereotipo ilustrado que por mucho tiempo dominó la interpretación de la primera Independencia denominado como “La Patria Boba”, y en consecuencia recuperar el estatuto historiográfico de este periodo enfocando la Independencia en el conjunto del virreinato, integrando los reinos de Quito, la capitanía de Caracas y el reino de Santafé desde la geografía histórica, el pactismo y la diplomacia. Es notorio el vacío sobre las provincias de Panamá, Veraguas y Portobello. El trabajo, enfocado hacia una geografía política y la actividad diplomática de los representantes de las provincias, la confederación y el Estado en la primera Independencia, es el que mejor y quizá el que más completamente ha planteado buena parte de los problemas del periodo 1808-1815 desde una perspectiva teórica y comparativa, en especial el de la multiplicación de las soberanías y el pactismo entre las representaciones políticas de las provincias. Gutiérrez abre un campo nuevo en el análisis al identificar el papel de vectores, como de una parte, la emergencia de las soberanías en todos los territorios que integraban a la Nueva Granada y los nuevos que produjo la multiplicación de las soberanías en esos “países desconocidos” que eran 49

47 48

Estrada García, “Los Cabildos Antioqueños…” págs. 38-39. Quintero Esquivel, Jorge Eliécer, “La Independencia en el Gran Cauca, Mariquita y Neiva”, en Credencial Historia, n.o 243, marzo de 2010.

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Quintero Esquivel, “La Independencia...”. Gutiérrez Ardila, Daniel, Un Nuevo Reino. Geografía política, pactismo y diplomacia durante el interregno en Nueva Granada (1808-1816), Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2010.


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las provincias y los territorios que emergieron de algunas de ellas, y de otra, el problema de los tipos de representación política (juntas supremas: municipal, provincial y central, colegios electorales y constituyentes, congresos, convenciones; tratados, federación, confederaciones, etc.) en un intento por reconstruir la “unidad perdida” para garantizar la paz interior y la defensa contra las amenazas externas. Si la historiografía huilense sobre la Independencia había prestado muy poca atención al contexto del proceso, el trabajo de Gutiérrez Ardila permite conocer y dimensionar buena parte de ese aspecto y avanzar una visión general del desarrollo de la Independencia en las provincias de Neiva y de Mariquita. En efecto, curiosamente, a pesar de la envergadura de su trabajo, Gutiérrez ofrece un tratamiento mucho más amplio que el trabajo de Montealegre al papel que en la provincia de Neiva tuvo el manejo de la representación política para lubricar las alianzas políticas de la ciudad de Neiva. En este sentido, Gutiérrez advierte que la provincia de Neiva pasó de tener cuatro cabildos antes de la crisis de la Monarquía a once en 1815.51 Ese aumento de cabildos obedeció a la disputa de opciones entre la constitución de un gobierno soberano o la simple agregación al Estado de Cundinamarca. Las parroquias, sostiene el autor, aprovecharon astutamente la situación para obtener su independencia política a cambio de su fidelidad a la Junta Provincial; tal fue por ejemplo el caso de Carnicerías, que reconoció el gobierno de Neiva con la expresa condición de que se le permitiese gobernarse mediante un cabildo propio; lo mismo sucedió con la parroquia de Gigante, que se declaró adicta del congreso en enero de 1814 para separarse de su matriz de Timaná en Garzón. El caso es que Gutiérrez hace un tratamiento innovador del problema territorial en la provincia de Neiva al ocuparse del fenómeno de la multiplicación de la representación política. El fenómeno, agrega, intentó ser revertido una vez las tropas de la Unión tomaron a Santafé en diciembre de 1814. Las viejas autoridades de la provincia aprovecharon la reunión de la Convención del Estado, en una de cuyas sesiones consiguieron suprimir, por pluralidad de votos, “las villas de nueva creación”. En adelante, para que un pueblo pudiese optar por aquel título debería tener una población de 6.000 almas, casa capitular, cárcel y escuela pública, más un fondo de 4.000 pesos, cuyos réditos aseguraran

La Independencia en la ciudad

los gastos indispensables del ayuntamiento.52 La decisión de la convención desencadenó una polémica. Al abordar el caso de Neiva y concretamente la reglamentación que la convención provincial le dio a las condiciones materiales para validar la erección de nuevos cabildos, Gutiérrez se preocupa por el problema de la resistencia local al desmonte de los nuevos cabildos en la provincia de Neiva, para lo cual cita la apelación de Palermo. Sin duda el caso, desde una perspectiva regional, es mucho más elocuente al tratarlo en el contexto del cambio de los patrones de poblamiento en el distrito de Neiva a finales del siglo xviii y comienzo del siglo xix, como lo destacamos al final del capítulo anterior al abordar el caso de la familia Quintero Príncipe de Yaguará.53 La reacción de los cabildos obligó a la Convención a nombrar un comisionado, don Luis José García, un destacado político local, quien después de recorrer durante siete semanas toda la provincia recomendó mantener los cabildos “aún cuando muchos de ellos se viesen en aprietos para mantener su dignidad”.54 Gutiérrez reconoce oblicua y tardíamente la importancia metodológica de analizar las condiciones materiales e institucionales de existencia de las municipalidades y de las villas, en particular el caso de los cabildos, y por lo tanto, de las provincias y acaso del mismo virreinato.55 El vacío de esta variable revela una limitación metodológica de los estudios sobre el soberanismo, la participación política, y sobre todo, de otro lado, las formas como las elites criollas financiaron los ejércitos en la primera Independencia. Se trata de los costos materiales de esta y sus consecuencias políticas. De paso conviene anotar que si la Reconquista dio paso a la guerra irregular contra el Ejército español, a la vez reveló la necesidad de superar este enfoque estratégico con la formación de un ejército moderno cuya financiación fue el origen de la deuda externa con la que nacieron estas repúblicas y que todavía hoy, en el caso de Colombia, constituye una de las fuentes más gravosas de su endeudamiento externo y las limitaciones de la soberanía. El caso es que en la obra de Gutiérrez Ardila, esa limitación impide determinar una base económica de la geografía política, de las soberanías 52 53 54 55

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Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... pág. 352.

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Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... pág. 352. Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... págs. 352-353. Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... pág. 354. Aspectos como población, recursos, extensión, patriotismo, historia y ubicación son reconocidas nominal y dispersamente como variables a considerar a la hora de cualificar la diferenciación y jerarquía de las provincias y de sus relaciones interprovinciales en el análisis de comportamientos políticos coyunturales.


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impotentes, de las provincias de segunda, y en general de la real jerarquía conómica, demográfica, política y geoestratégica de las provincias, en un virreinato de segunda. Lo cierto es que si estudiamos las actas del Congreso de Yaguará y la lectura que hizo Rodrigo Silva Vargas de esa coyuntura de la historia de la Independencia de Neiva, podemos advertir a nivel micro uno de los grandes problemas de la historia política de Colombia, que es el tratamiento que las constituciones políticas hicieron de la cuestión fiscal y financiera de la administración pública. En este sentido, una tarea pendiente en el estudio de la primera y segunda Independencia es determinar la interrelación que tuvieron los factores demográficos, económicos y fiscales con la cuestión de la soberanía al comenzar el siglo xix, y en especial, determinar su papel en la estructura social de las ciudades, distritos y regiones.

Hacia un nuevo enfoque de la Independencia y de la historia política de Neiva

El análisis y la interpretación de la Independencia en la ciudad y provincia

de Neiva exigen profundizar su historia política en la segunda mitad del siglo xviii. Más aún, el conocimiento y la comprensión del trasfondo estructural regional y provincial en el cual se desarrolló el proceso de la Independencia en la ciudad y provincia de Neiva, exige tener una perspectiva histórica de su poblamiento desde finales del siglo xviii, y sobre todo, de la evolución de las relaciones entre el gobierno provincial y el cabildo y del entramado de la política y la administración colonial del siglo xviii, especialmente desde 1760. Un cambio de enfoque en el estudio de la Independencia de Neiva es posible a partir del estudio de su contexto y articulación con los desarrollos de este proceso desde la revolución de Quito en Santafé y en el conjunto de las provincias de Mariquita y de Neiva, especialmente a partir de la llamada “provincia legal” de Santafé y la configuración del Estado de Cundinamarca y del Congreso de las Provincias Unidas. Ese enfoque resulta de plantear una alternativa metodológica a la lectura crítica y prospectiva de la historiografía sobre el periodo, la ciudad y provincia, al igual que de las exigencias metodológicas que impone al estudio de la Independencia en la ciudad y distrito de Neiva el reconocimiento de su calidad de una periferia ubicada entre dos grandes centros de poder, Santafé y Popayán, en donde el aspecto social y político

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de la Independencia todavía es muy desconocido por la historiografía. Así, la ciudad y provincia de Neiva adquiere una inusitada importancia para conocer no solo su desarrollo demográfico, social, económico, político y militar en este periodo, sino su articulación al conflicto desatado por la revolución y derrota de Quito a partir de la cual las relaciones entre Santafé y Popayán descubren las tensiones acumuladas desde tiempos de la Conquista, en especial desde el establecimiento del virreinato a comienzos del siglo xviii por la anexión de Quito y la segregación de las provincias del Chocó del distrito de la gobernación de Popayán y su anexión a la Audiencia de Santafé. A un nivel más concreto, llegar a conocer y comprender lo que significó la Independencia para los neivanos que fueron contemporáneos de este proceso, pasa más que por una crítica de la historiografía huilense clásica, sobre todo por una posterior aproximación desde nuevas bases documentales y paradigmas teóricos al conjunto de la historia política provincial desde 1740 que tenga en cuenta aspectos más complejos como la descripción de la población, del ambiente físico y social de la ciudad, su distrito, de la provincia y la capital del virreinato o de sus relaciones con la villa de Honda, la parroquia de la Mesa, el puerto de Cartagena, las ciudades de Popayán y Quito, y en especial, de las huellas de la política borbónica, así como finalmente, que profundice el análisis de la composición social de los grupos de actores y los contenidos de las actas y constituciones que salieron de las diferentes juntas y congresos. Por ejemplo, el trabajo de archivo que hemos hecho para una nueva historia política de la provincia de Neiva en el siglo xviii posibilita cambiar el enfoque y la comprensión de la primera Independencia de Neiva. Además de los señalados como el papel del alférez real de Neiva, don Bricio de Tovar, aspirante a suceder al gobernador Sanmiguel, del pleito por el cobro del donativo para la lucha contra Napoleón que reveló el desprestigio de la Monarquía entre criollos ricos y el intento de fundar nueva parroquia en el distrito del cabildo de Neiva a costa de las tierras del resguardo de los indios del pueblo de Otaz, liderado por el administrador de correos, don José Díaz. Llas actas del Congreso de Yaguará y la lectura que hizo Rodrigo Silva Vargas de esa coyuntura de la historia de la Independencia de Neiva, nos descubren a nivel micro uno de los grandes problemas de la historia política de Colombia como es el de la cuestión fiscal y financiera de la administración pública. En este sentido, una tarea pendiente


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en el estudio de la primera y segunda Independencia es determinar la interrelación que tuvieron los factores demográficos, económicos y fiscales con la cuestión de la soberanía al comenzar el siglo xix, y en especial, determinar el papel de la Independencia en la estructura social de las ciudades, distritos y regiones del país. El hallazgo de unos fragmentos de la encuesta que a mediados del siglo xix hizo el entonces coronel Anselmo Pineda para recuperar la memoria de la Independencia entre gentes de provincia, nos permitió avanzar en el planteamiento de un problema nuevo para la historiografía huilense, y es el papel de la guerra en la definición del conflicto político entre los bandos enfrentados durante la Independencia, como fue el conflicto regional entre huilenses, pastusos y patianos. El hallazgo de la correspondencia del Congreso de las Provincias Unidas reunido en Ibagué entre marzo y julio de 181256 nos posibilita profundizar en los desarrollos de la primera Independencia en la ciudad y provincia de Neiva y en la provincia de Mariquita, concretamente en sus relaciones con el Estado de Cundinamarca. El archivo epistolar del general Domingo Caicedo Santamaría contiene una reseña biográfica de Guillermo Hernández de Alba hecha con motivo del centenario de la muerte de este expresidente de la Nueva Granada (1943), en la cual trata, entre otras cosas, de su papel y el de su padre, don Luis de Caicedo y Flores, en la Independencia y en la historia política de la primera mitad del siglo xix.57 Además, contiene correspondencia con un compadre suyo, don Miguel Ignacio Toro, uno de los autores de las minicrónicas de las que hemos hablado. Por último, si bien la historiografía huilense tiene bien consolidado el valor simbólico que le dio al antiguo distrito de Neiva el intento de huida y la muerte del Tribuno del Pueblo de la revolución de 1810, don José Acevedo y Gómez, había ignorado hasta la fecha que el padre de la historiografía colombiana, el doctor José Manuel Restrepo, también intentó huir del ejército de Morillo por el pueblo de la Ceja de los Andaquíes, según lo confiesa en su propia autobiografía Restrepo.58 56

57

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Posada, Eduardo, compilador, Congreso de las provincias unidas, 1811-1814, 1814-1816, tomo i, Bogotá, Fundación Francisco de Paula Santander, 1989. Hernández De Alba, Guillermo; Ortega Ricaurte, Enrique y Rivas Putnam, Ignacio, compiladores, Archivo Epistolar del General Domingo Caicedo, tomo i, Bogotá, Editorial abc, 1943. Pérez Silva, Vicente, compilador, La Autobiografía en la Literatura Colombiana, Bogotá, Imprenta nacional de Colombia, pág. 199.

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Finalmente, el tratamiento que hace Restrepo Sáenz de la actividad del colegio en el año crucial de 1814 es bastante incompleto. Gracias al hallazgo del expediente59 que contiene las actas del colegio electoral de Neiva de 1814, podemos hacer un relato diferente, mucho más detallado, y sobre todo, conocer los términos del debate que antecedió a la adopción de un Estadoprovincia a partir de la declaratoria de Independencia de Cundinamarca y de España. Además podemos conocer la composición social y política del Colegio Electoral que aprobó la separación y que elaboraría la constitución del nuevo estado. Así entonces, de los campos de realidad histórica del proceso de Independencia en Neiva descubiertos por el cruce de la crítica de la historiografía con información inédita en los hallazgos documentales, podemos escoger algunos temas que contribuyen a fundamentar una mejor comprensión y un cambio de interpretación de lo que significó para los neivanos de la época y lo que significa para los historiadores y huilenses de hoy la Independencia. El primero es el papel de los neivanos en el plano político militar durante la primera Independencia con base en el hallazgo de un fragmento de la encuesta hecha por el coronel Anselmo Pineda a los ciudadanos José Martínez Recamán y Miguel Ignacio Toro.60 Se trata de un documento valioso para la historia de la Independencia de Neiva porque destaca uno de sus rasgos más notorios y notables: la movilización de los neivanos y algunas de sus huellas en el conflicto de los quiteños con los pastusos. Se trata de miembros de la elite santafereña y de la elite política local de la parroquia del Espinal, respectivamente, a quienes podemos considerar como unos cronistas tardíos de la Independencia por los relatos que hacen del recuerdo de sus acciones y percepciones en esta. Antes de analizar su contenido conviene recordar lo que Restrepo Sáenz dice sobre el punto de partida de esa movilización. Según este autor, el 23 de febrero de 1811 la Junta Suprema Provincial de Neiva le declaró la guerra al gobierno realista de la provincia de Popayán.61 Silva Vargas agrega que el año en el cual la Junta Suprema Provincial de Neiva declaró la guerra al gobierno realista de Popayán fue elegido como alcalde ordinario de Neiva, el llamado “tribuno del pueblo”, Joaquín Chacón, 59

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Archivo General de la Nación (agn), Bogotá, Sección Colonia, Fondo Archivo Anexo, tomo 15. ff 416r-427r. Biblioteca Nacional de Colombia (bnc), Bogotá, Libros raros y curiosos. Libro 166, ff. 78-83. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, págs. 11-12.


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uno de los líderes de la destitución del gobernador Ladrón de Guevara, y el comandante del ejército de la provincia de Neiva, José Díaz; este último llevó en su expedición contra Popayán como uno de sus capitanes a Benito Salas.62 Agrega Restrepo que la primera acción militar del ejército de Neiva, la Batalla de Palacé, ocurrida el 28 de Marzo de 1811, marcó el principio de singularidad histórica de los neivanos en la Independencia. Según el sacerdote Tisnés, gracias a la estrategia del capellán de esa fuerza, el presbítero doctor Andrés Ordoñez y Cifuentes, cura de la Plata, el Comandante del Batallón Neiva, Coronel Díaz derrotó al ejército realista del gobernador Tacón.63 El historiador payanés don Santiago Arroyo es la fuente principal del sacerdote Tisnés para dar cuenta del papel del presbítero Ordóñez y Cifuentes en la lucha de los patriotas de Santafé, Valle del Cauca y Neiva contra el gobernador Tacón64. Arroyo califica a Ordoñez de “alma de las operaciones” contra Tacón, lo cual da una idea de la importancia político– militar e histórica de este sacerdote. Según Arroyo, el presbítero Ordoñez logró ganar para la causa patriota al cacique don Gregorio Calambás y movilizar a los demás indios paeces, valiéndose también de sus curas párrocos y poniéndolos a disposición del coronel don José Díaz. Se trataba de indios “armados de lanzas, muchas con el asta de hoja de lata y con pocos soldados de fusil; sus cañones eran de guadua o madera, inventados por Ordoñez”.65 Tisnés agrega que el presbítero Ordoñez fue apoderado por la Junta de Popayán como su representante en el Congreso de la Nueva Granada. En calidad de tal asistió, precisa, a las reuniones de este en la ciudad de Ibagué entre marzo y agosto de 1812;66 posteriormente, concluye, participó en la campaña del sur del general Nariño siendo reconocido por este por su celo por la libertad y por su valor militar pues al lado “del capitán Aguilar y los curas de Lame y Pitayo”, comandaron más de trescientos indios capitaneados por el cacique coronel Calambaz, el capitán Coyomús y el gobernador del Pedregal”.67 62 63

64 65 66 67

Silva Vargas, “De la comarca apacible...“ pág. 77. Silva Vargas, “De la comarca apacible…“ pág. 78. Sólo hasta el 15 de octubre de 1811, el cabildo de la Plata celebró las acciones de sus militares en dicha batalla. Tisnés, “La Plata ¿ciudad histórica?”. Tisnés, “La Plata ¿ciudad histórica?” págs. 390-391. Tisnés, “La Plata ¿ciudad histórica?” pág. 392. Tisnés, “La Plata ¿ciudad histórica?” págs. 393-394. El presbítero Ordoñez fue uno de los curas neogranadinos desterrados por el general Morillo a España. Murió en Sevilla en 1819. Esto significa que compartió el destierro y acaso encierro junto con el canónigo Fernando de Caicedo y Flórez, quien al regresar a Colombia en 1821 fue el primer arzobispo de la república

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Ahora bien, la narración de Toro, vecino de Neiva en 1851, contiene información que abre la posibilidad de hacer una revisión crítica del tratamiento que la historiografía huilense ha hecho sobre la participación de los neivanos en las guerras de Independencia, concretamente sobre las acciones de los jefes y soldados del gobierno provincial en el valle del Patía y en Pasto. El relato de Toro es de gran interés por su sentido crítico del paisanaje y del regionalismo propio de la historiografía colombiana de comienzos del siglo xx. Toro se detiene en un punto que los historiadores de la Academia han silenciado sacrificando principios de veracidad y objetividad para no empañar el estereotipo de los próceres de Neiva en la guerra contra los realistas de Popayán. Como hemos dicho, Toro escribió desde la ciudad de Neiva de modo que podemos suponer que recogía con algún fundamento la tradición oral de la memoria local sobre la Independencia. Los datos que Toro aporta llevan a interrogar no sólo la objetividad de su memoria, sino principalmente, la historiografía sobre las condiciones en que se dio este proceso en el reino de Quito y en la antigua provincia de Popayán para precisar el papel de los neivanos en el legendario realismo de los pastusos. Toro comienza por referirse al gobernador Tacón como un sátrapa, pero se centra en calificar las acciones de los neivanos en el Patía y en Pasto como “fechorías” cometidas concretamente por el comandante del batallón Neiva, don José Díaz en la región del Patía. Esas “fechorías”, según nuestro minicronista fueron las que dieron lugar a que los pastusos se alarmaran y comenzaran a derramar “torrentes de sangre de los ilustres patriotas que deseaban la libertad“, en defensa de la dinastía Borbónica. El juicio de Toro es una afirmación y una explicación no convencional que pone a los neivanos en un papel desconocido por la historiografía: la de actores de pillajes, ultrajes y violencia política a nombre de la libertad, la república y la patria. Más aún, no solo atribuye a esas acciones la calidad de factor de polarización política de los patianos y pastusos como defensores del orden colonial y monárquico sino la de semilla de guerra civil y de violencia política en el sur de la Nueva Granada. El caso es que la minicrónica tardía de la Independencia que acabamos de citar nos ha abierto el campo de la indagación hacia la determinación de la dimensión histórica y política de la movilización militar de Neiva en contra de los realistas de Popayán. En este sentido, hemos explorado en la bibliografía histórica sobre la Independencia más información sobre la participación de los neivanos en la lucha del Ejército Patriota contra el


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gobernador Tacón en 1811-1812. En este sentido consultamos las obras de Bastidas Urresty y de Alonso Valencia Llano. El trabajo de Edgar Bastidas Urresty, Las Guerras de Pasto,68 especialmente su capítulo iv, ofrece un marco cronológico y conceptual de estas que posibilita profundizar el papel de las acciones políticas y militares de los patriotas de Santafé, Neiva y del norte de la provincia de Popayán, con las acciones más relevantes del primer ciclo de la resistencia de los pastusos y los patianos al proceso de la Independencia; es decir, desde la Revolución de Quito en agosto de 1809 y su primera derrota en la batalla de Funes (16 de octubre de 1809) hasta la derrota del Ejército de Nariño en los ejidos de Pasto en 1814, pasando por el acontecimiento que marcó la radicalización de los pastusos y en la cual debemos tratar de determinar la participación de los neivanos. Según lo estableció este autor, los quiteños saquearon a Pasto el 22 de septiembre de 1811 llevándose 413 libras de oro y dejaron sometida al hambre a toda su población.69 Bastidas menciona el incendio del caserío pajizo de Patía por el batallón al mando del teniente Eusebio Borrero y en el cual, al parecer participaron los neivanos al mando del Coronel José Díaz, como el punto de partida de la hostilidad y venganza contra los patriotas de los negros que lo habitaban.70 Aunque Valencia Llano al tratar el tema de los campesinos de la Gobernación de Popayán en las guerras de Independencia ofrece una descripción del conflicto de los pastuos y patianos con los quiteños, en los cuales los neivanos estuvieron involucrados; como veremos, el núcleo de su reflexión es la reacción de los patianos al incendio que los patriotas hicieron de su población. El asunto aparece asociado al tema que hemos tratado en el trabajo sobre la economía de Neiva en el siglo xviii cuando nos referimos al papel de Neiva en el transporte del situado fiscal de Quito a Cartagena, a cargo de los comerciantes quiteños. Según este autor: El incendio del pueblo del Patía, cometido por el comandante patriota caleño Eusebio Borrero, produjo el odio de los negros patianos hacia los blancos del Valle e hizo que el fraile dominico Andrés Sarmiento, quien se había radicado en el Patía, se rodeara de “una pandilla de hombres malos, entre ellos el célebre Juan José Caicedo, Joaquín Paz, varios negros de la hacienda de Quilcacé y

La Independencia en la ciudad un liberto Leandro, vecino de esta ciudad. Esta pandilla realizó un tipo de guerra que haría imposible que fuera vencida y que se inició cuando asaltó a unos comerciantes que venían de Quito, a quienes mataron y robaron más de 200.000 pesos. Con el dinero robado organizaron un ejército que alcanzó el número de 2.500 efectivos que asaltaron en montoneras a las tropas patriotas y les infligieron constantes derrotas entre 1811 y 18121, cuando el coronel realista José María Obando, negoció su rendición a las fuerzas comandadas por Simón Bolívar.71

Bastidas es más detallado al tratar el mencionado conflicto cuando se refiere a los patriotas de Cali bajo el mando del teniente de gobernador de esta ciudad, el doctor Joaquín Caicedo y Cuero, con el apoyo del batallón enviado por Santafé al mando del Coronel Antonio Baraya. Esta unidad militar, agrega el autor, sumaba en total unos 1.100 hombres los cuales batieron al gobernador Tacón en la batalla del Bajo Palacé y tomaron a Pasto para liberarlo de los Quiteños. Allí se mantuvieron desde finales de septiembre de 1811 hasta el 20 de junio de 1812, cuando la reacción pastusa apoyada por los negros del Patía los obligó a capitular.72 El juicio de Toro sobre el comportamiento militar del comandante del batallón Neiva y de Joaquín Borrero en el valle del Patía durante la campaña de 1811 podría sugerir la pasión política con la que los neivanos expresaron en el plano militar su valoración del papel de los pastusos y los patianos en la derrota de la revolución quiteña de 1809, que según Bastidas Urresty, empezó el 16 de octubre de 1809 en la batalla de Funes.73 El caso es que, según Bastidas, finalmente, el 26 de enero de 1813, después del error del médico norteamericano Alejandro Macaulay, este en compañía del doctor Caicedo y Cuero y de trece soldados del Valle del Cauca y de Neiva, fueron fusilados en la plaza mayor.74 Los anteriores datos confirman que una parte importante del significado histórico de la primera Independencia de Neiva esta en el conflicto entre los quiteños y los realistas de Pasto y Popayán, pero el problema se plantea cuando advertimos que fue el Congreso de Yaguará el que lo posibilitó al declarar la guerra a Popayán y enviar un batallón al parecer populoso cuyas actuaciones, como nos lo reveló el minicronista 71

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Bastidas Urresty, Edgar, Las Guerras de Pasto, Medellín, Ediciones Testimonio, 1979. Bastidas Urresty, Las Guerras de Pasto, págs. 54-55. Bastidas Urresty, Las Guerras de Pasto, pág. 55.

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Valencia Llano, Marginados y sepultados… pág. 80. Bastidas Urresty, Las Guerras de Pasto. págs. 57-58 y 66. bnc, Bogotá, Libros raros y curiosos, Libro 166, ff. 78-83. Bastidas Urresty, Las Guerras de Pasto. págs. 57–58 y 66.


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Toro, alimentaron la guerra socio-racial y civil del occidente colombiano que sólo el ejército del libertador Simón Bolívar logró transformar. Ciertamente, Toro no reflexiona sobre los motivos del comportamiento de los neivanos en el Valle del Patía y en Pasto, pero posibilita plantear no solo la conexión entre la revolución de Quito y la primera Independencia de Neiva, sino articular la participación del neivano en los ejércitos patriotas en las campañas de Baraya y de Nariño en la gobernación de Popayán. Sin duda, una comprensión de las actuaciones de los neivanos en el Patía pasa por resignificar los seculares y fuertes vínculos comerciales y sociales de los neivanos con los quiteños por el negocio del ganado desde finales del siglo xvii. Con todo, hace falta profundizar en este episodio y en las contradicciones sociales y políticas de los neivanos en la primera Independencia entre la tendencia político militar partidaria del general Antonio Nariño y la del Congreso de las Provincias Unidas. De otra parte, la afirmación de Toro sobre el comportamiento de las tropas de Neiva en el valle del Patía y en Pasto conviene dimensionarla con el dato que nos ofrece su percepción de la talla política y militar de Nariño, el tamaño del ejército que este logró formar y la participación que en este tuvo el soldado neivano en la campaña de 1813–1814. Toro considera a Nariño “un buen político pero no un [buen] militar” pero explica el hecho de que Nariño hubiera podido conformar un ejército de “5.000 hombres resueltos” como resultado de su gran prestigio político en Bogotá y los alrededores. En cambio, la singularidad de los neivanos en el desarrollo de la primera Independencia esta matizado con su participación en el ejército de Nariño, la cual describe al hacer referencia al caudillo José Díaz en los siguientes términos: “la incorporación de ‘multitud de neivanos’ que, llenos de entusiasmo y patriotismo, cambiaron la hasada por el fusil (…) bajo la comandancia del ciudadano José Díaz”.75 Por otra parte, si la participación de los neivanos al lado del ejército patriota en su lucha contra los realistas del gobierno de Popayán nos reveló la curiosa combinación de la guerra entre realistas y patriotas con las guerras civil y racial en la región de Pasto y del Patía, una relectura de las actas del Congreso de Yaguará publicadas por don Gabino Charry nos permite ahondar en la determinación de las características ideológicas y políticas de la primera Independencia. El segundo tema es más complejo que el anterior, pues su naturaleza es a la vez, de tipo jurídico político, constitucional y socio cultural. Gabino 75

bnc, Bogotá, Libros raros y curiosos, Libro 166, ff. 78-83.

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Charry, con agudo sentido de la historia política de Neiva, publicó las actas de este congreso, uno de los pocos documentos originales de este proceso. Una nueva lectura de las actas del Congreso de Yaguará permite no sólo ampliar y profundizar las observaciones de Silva Vargas sobre varios aspectos relevantes de la primera Independencia, sino ofrecer una base descriptivo analítica de la evolución política y constitucional de Neiva como un intento de concreción del Estado provincial, y en especial, del cambio social entre la constitución fallida y la primera constitución de Neiva; es decir, la de 1812. El primero es las diferencias entre la Junta Provincial y el Cabildo de Neiva con las decisiones de dicho congreso y que llevaron al fracaso de la constitución de 1811 por los gravámenes fiscales para el sostenimiento del nuevo gobierno. El segundo tiene que ver con el conflicto de legitimidad por defectos y vacios de la representación política de los diputados que acordaron dicha constitución. En efecto, a la fecha la historiografía sobre la Independencia de Neiva no había tomado nota de un dato con poder explicativo que aparece en el acta de la sesión del 2 de octubre de 1811 según el cual, a esa fecha, no hacían parte de la Junta Provincial los diputados de las ciudades de Neiva y de La Plata aunque estos cabildos habían prometido enviarlos a la mayor brevedad, lo cual finalmente no había ocurrido al cabo de la última sesión, ocurrida, según el acta, el 23 de octubre. Sin embargo, movidos por el amor a la religión y a la patria y por la seguridad de todo el Reino, los miembros del Congreso de Yaguará76 acordaron, en la sesión del 2 de octubre de 1811, varios asuntos trascendentales. En primer lugar, prolongar las sesiones de la Junta Provincial hasta el doce de febrero de 1812 conservando el lleno de la jurisdicción otorgada desde su creación. En segundo lugar, creó un Juez de apelación en segunda instancia con el fin de conocer las competencias de los cabildos y arreglar sus diferencias, tener a su cargo la correspondencia interna y externa de las demás provincias y lugares del reino, comunicándola a los cabildos de la provincia y prohibiéndole comprometer a la provincia sin 76

Los miembros del Congreso Provincial eran José Joaquín Chacón, Carlos Agustín Quintero, el doctor Ignacio José Durán, el doctor José María Lombana, José Antonio Barreiro, Pedro Iriarte, el doctor Ignacio Navarro, Miguel Avila, el doctor José Joaquín Cardozo, Bonifacio Manrique, el doctor Manuel de Longas y Manuel Quintero. Es decir que en este congreso deliberaron dos miembros de la familia Quintero, vecinos de Yaguará, cinco sacerdotes de Neiva, La Plata y Villavieja, un funcionario experimentado de la villa de Purificación y un nieto del primer gobernador español de la provincia de Neiva, vecino de Timaná.


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explorar previamente el consentimiento de los cabildos. Además, puso a su encargo el arreglo de la renta de correos, autorizándolo a suprimir las administraciones inútiles y gravosas, tomar cuentas por medio del administrador principal de Neiva a los administradores subalternos y removerlos por mala versación, cobrar cuentas, tomar nota del estado de las rentas de cada uno de los cabildos, tanto decimales como alcabalas y las suprimidas y hacer que estos cuerpos exigieran a los jueces y administradores los dineros recaudados.77 Finalmente, en esta sesión la Junta se facultó para hacer la inspección general de las armas y milicias pero a la vez le negó la facultad de levantar fuerza armada, sin la previa audiencia y concurso de la comisión militar existente en las jurisdicciones de los cabildos de la provincia.78 En la sesión del tres de octubre, los diputados legislaron sobre el establecimiento de la hacienda pública, concretamente sobre el presupuesto de rentas y gastos. El acta de esta sesión es uno de los documentos más relevantes del espíritu de los próceres de la primera Independencia de Neiva no solo por referirse al asunto más frágil de la nueva sensibilidad política de los republicanos, los impuestos y las rentas para sufragar los costos de la administración, sino porque revela la estructura de poder entre el Congreso de Yaguará y el Cabildo de Neiva, y sobre todo, la reestructuración y jerarquía de la sociedad de ciudadanos en la provincia de Neiva. El congreso diseñó una sociedad provincial con base en ocho categorías sociales a partir de los ingresos personales y familiares: los jornaleros, los pobres no jornaleros, los medianamente pudientes (los que tuvieran una renta superior a mil pesos), los ricos, las viudas pudientes, los hijos menores, los hijos mayores de 18 años de ambos sexos (ricos o pobres), las pulperas y los exentos de contribución al estado; es decir, los esclavos y los hijos de mujeres pobres a quienes no se les conociera granjería alguna. A cada una de esas categorías les fue fijada una contribución que osciló entre uno y diez pesos.79 Ahora bien, hasta esa fecha los indígenas constituían una categoría social aparte, pero a partir de entonces se les declaró ciudadanos y quedaron sujetos a la jurisdicción ordinaria, debiendo contribuir con 77

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“Acta 3 del Congreso de Yaguará. Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, págs. 564-565. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 565. Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, págs. 567-568.

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20 reales anuales de los cuales doce reales serían para el estipendio del cura y ocho para el estado. Además de las contribuciones, las rentas del estado estarían formadas por las de diezmos y alcabalas, las cuales fueron reorganizadas en esa sesión80. Como vimos, en la sesión del cuatro de octubre, materia del acta número 7, se había acordado responsabilizar al cabildo de Neiva el arreglo de las cuentas de todos los ramos de la hacienda del Estado. Se trataba, básicamente, de la fábrica de aguardiente y de la renta de tabaco. Esta medida estaba asociada a la asignación de viáticos y la remuneración a los miembros del tribunal y al secretario del congreso, la cual fue imputada al cabildo de Neiva. Con las anteriores determinaciones, el congreso consideró haber decidido todos los problemas que en esas circunstancias eran la materia legislativa y constituyente más acuciante del gobierno provincial y decidió suspender sus tareas hasta el mes de febrero de 1812. Sin embargo, debemos indagar a que se refería el congreso al reconocer que también lo hacía por la gravedad de la materia y las urgencias del tiempo.81 Sin duda se refería de manera cifrada a las tensiones creadas por la anexión de Honda y Ambalema al Estado de Cundinamarca. Además, el carácter de leyes inviolables que el congreso dio a todas las anteriores decisiones explica la orden dada a los cabildos de cumplirlas hasta que los pueblos determinaran otra forma de gobierno “según como lo exijan las circunstancias del Reino”. Esta parte final del documento estaba sustentada en la orden de remitir copias de sus decisiones a los ilustres cuerpos del distrito, a toda clase de personas, a la Superior Junta Provincial y al representante de la provincia ante el Congreso General del Reino, el doctor don Manuel Campo y Cote, revelándonos así la estructura del poder provincial hacia octubre de 1811; es decir, la estructura del poder provincial en este momento de la primera Independencia.82 Con todo, la lectura del acta del cabildo de Neiva del 23 de octubre de 1811 permite reconocer los términos del conflicto entre el congreso 80

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La reglamentación de las alcabalas permiten inferir cuales eran los ramos de mayor comercio en la provincia: la carne de res y de cerdo y el cacao, típicos de la tierra y la sal y la harina, importados de Santafé. “Acta 3 del Congreso de Yaguará. Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, págs. 567- 569. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 570. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 570.


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y el cabildo de esta ciudad no ha sido bien descrita ni debidamente interpretada. El análisis del contenido del acta citada contiene las claves del conflicto y del ambiente político de la ciudad y de la provincia a finales de este año y comienzos del siguiente. Los argumentos del cabildo de Neiva para suspender la aplicación de las normas fiscales del Congreso de Yaguará no respaldan la tesis de Silva Vargas sobre lo que llamó el radicalismo de las villas y el absolutismo de Neiva. El acta dice que el cabildo examinó, discutió y deliberó los acuerdos del congreso tal como le fueron comunicados por su secretario mediante oficio del 12 de octubre con base en lo resuelto en la sesión del 30 de septiembre de 1811. El acta contiene, además, lo que la Junta Provincial deliberó en sesión del 15 de octubre; es decir, que el cabildo se pronunció no sólo sobre el contenido del oficio del 12 de octubre sino sobre lo acordado por la Junta.83 La Junta Provincial, cuerpo político de la provincia, estaba integrada, según reza el acta, por don José Joaquín Chacón quien, conviene recordar, era de origen socorrano, y el regidor de honor don Carlos Agustín Quintero. El cabildo, en ejercicio de su representación acordó por unanimidad declarar impracticables los artículos aprobados por el congreso en los pueblos que sus diputados representaban y en los cuales estaba incluido, según los dignatarios de esta corporación, los cabildos de Neiva y de la Plata a pesar de no tener haber enviado sus diputados.84 Para el cabildo de Neiva esos artículos violaban los derechos libres de que en ese momento gozaban los ciudadanos. Probablemente se refería a la noticia sobre la abolición de los estancos de tabaco y de aguardiente. También consideró que su promulgación, como lo había ordenado el Congreso de Yaguará, sería fuente de perturbación del orden público en la mayor parte de los pueblos del distrito de la ciudad. Con base en ese argumento acordaron suspender la publicación de la constitución expedida por dicho congreso85 por considerar que existía un desafecto generalizado hacia sus actuaciones y decisiones, y que sus diputados carecían de facultades constituyentes. Además, faltaba la representación política de pueblos como el Hobo y los Órganos.86

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Curiosamente un dato para la historia de la cultura jurídica y constitucional de la primera generación de neivanos independientes es el que aparece al final del documento que estamos analizando. Allí, los integrantes del cabildo hacen gala de una extrema sensibilidad jurídica de la democracia al advertir sobre los riesgos de ilegalidad que los opositores podrían alegar sobre las actuaciones del congreso e invocó como otro argumento para abstenerse de acatar la orden de los constituyentes de Yaguará, el ideal de obrar con base en el acatamiento de la libre y espontánea voluntad de los ciudadanos, por cuya razón las providencias del congreso merecieran “la aceptación, la confianza, el respeto y la obediencia debida a su decoro”.87 Con base en lo anterior, el cabildo acordó por unanimidad buscar que los diputados relegitimaran su poder y lo ampliaran a las facultades y formalidades que requería la función constituyente del congreso. Concretamente, el cabildo pidió que los regidores de honor pasaran a sus respectivos pueblos, y asociados de los jueces territoriales, probablemente los anteriores alcaldes pedáneos y alcaldes ordinarios, exploraran, precedidos de la exhortación pastoral de los curas párrocos, el voto de la mayor parte de los ciudadanos de las feligresías para ratificar el poder con las facultades y formalidades necesarias para tratar además de las materias ordinarias, las de tipo económico en función de “la salud pública y general de esta jurisdicción como la de provincia y la de todo el Reino”.88 Un aspecto que no debe pasar inadvertido, es el mandato del cabildo de Neiva para que el 28 de diciembre se presentaran en las oficinas de esta corporación todos los regidores con sus respectivos poderes en la forma como era necesario para deliberar y sancionar la nueva constitución para el bien público y la estabilidad y el orden. Finalmente, acordó enviar copia del acta a todos los ayuntamientos y fijarla mediante carteles públicos para conocimiento del vecindario de la ciudad desde el día 2 de noviembre de 1811.89

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“Acta 3 del Congreso de Yaguará Congreso de Yaguará”, pág. 571. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Congreso de Yaguará”, pág. 571. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Congreso de Yaguará”, pág. 571.. “Acta 3 del Congreso de Yaguará

Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del

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Congreso de Yaguará”, pág. 571. Esta vez, la representación política al parecer fue ampliada a los pueblos del Hobo y de Órganos. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 572. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 572. El cabildo de Neiva estaba integrado por José Joaquín Chacón, José Ignacio López, Francisco de Falla, Carlos Agustín Quintero, José Gutiérrez, José Joaquín Buendía, Juan Vicente Durán y el secretario, José María Amaya. “Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, pág. 572.


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El tercer tema tiene que ver con uno de los grandes problemas de la historia política de Colombia como es el de la cuestión fiscal y financiera de la administración pública en la primera Independencia. En este sentido, una tarea pendiente en el estudio de la Independencia es determinar la interrelación que tuvieron los factores demográficos, económicos y fiscales con la cuestión de la soberanía al comenzar el siglo xix, y en especial, determinar el papel de la Independencia en la estructura social de las ciudades, distritos y regiones del país. Retomar la descripción del desarrollo de las sesiones del Colegio Electoral de Neiva desde comienzos de 1812 con base en el trabajo de Silva Vargas es útil para ilustrar ese problema de la historia constitucional de la primera Independencia, a menudo reducida al análisis de contenido de principios filosóficos, jurídicos y políticos. Según este autor, el Colegio Electoral de Neiva había remitido al gobierno de Cundinamarca un oficio informando que Garzón se le agregaría definitivamente en sus dictámenes; de igual forma, nos indica Silva Vargas que el ejecutivo de Cundinamarca por Decreto de enero 15 de 1812 aceptó lo dicho por Neiva, ocasionando una fuerte reacción garzoneña. En este panorama, el vecindario argumentó que el motivo de su anexión a Cundinamarca era evitar la expoliación a que quería someterlo el gobierno provincial de Neiva so pretexto de los aportes a los gastos de la administración pública. Sin contar los gastos que representaría el mantenimiento del ejército y construir los edificios para la nueva “corte” provincial (estimado en 200 mil pesos), los vecinos de Garzón argumentaron que mientras Santafé pedía a la provincia de Garzón 20 mil pesos, Neiva le había exigido cien mil en caso de lograr su soberanía.90 El resultado final fue la decisión del cabildo de la villa de Garzón de anexarse al Estado de Cundinamarca. El 27 de noviembre de 1811, el diputado de la provincia de Neiva en el Congreso General de la Nueva Granada, doctor Campos y Cote, suscribió el Acta de la Confederación de las Provincias Unidas.91 Según Silva Vargas, Antonio Nariño con su fuerte sentido de la ironía como arma política, que a la vez revela su prejuicio de ilustrado, cuestionó la inclinación de los neivanos hacia el federalismo con una pregunta en el editorial de su periódico La Bagatela del 15 de diciembre de 1811. El editorial interrogaba a la elite de Neiva sobre “los papeles públicos (…) las listas de sus armas,

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de sus tropas, de sus fondos públicos, de sus librerías”.92 No obstante, el 19 de enero de 1812 el presidente de la provincia de Neiva juró obediencia al Congreso de la Nueva Granada cancelando la ambigua decisión del congreso respecto a la propuesta de don Luis de Caicedo;93 por su parte, la villa de Timaná decidió anexarse al Estado de Cundinamarca en este mismo mes.94 Ahora bien, ante el fracaso de la Junta Suprema Provincial, esta convocó a los cabildos a enviar apoderados para integrar un Colegio Electoral y Constituyente el cual, finalmente, se reunió el 17 de diciembre de 1811 en Neiva y trabajó hasta el 4 de febrero de 1812, según Silva, o hasta el día 12, según Restrepo.95 El cabildo de Garzón negó el carácter constituyente del congreso provincial y en consecuencia la legalidad y legitimidad de la Constitución que este intentó promulgar el 21 de octubre de aquel año. Según afirma Charry, El 15 de de febrero de 1812 el gobernador José Antonio de las Bárcenas dio parte a los pueblos de la aprobación de la nueva constitución y de la feliz terminación de la tarea legislativa. La constitución, agrega, fue proclamada, obedecida y jurada por el pueblo que acudió por bando ante el gobernador, los tribunales y corporaciones al día siguiente. Concretamente refiere que la nueva constitución consagraba la defensa de la religión católica y de los derechos a la libertad y la independencia de otro gobierno y nación.96 De otra parte, en cuanto hace a las huellas documentales sobre la práctica de la representación política en la provincia de Neiva durante la primera Independencia, encontramos en una cita de Silva Vargas sobre la cuestión de la anexión a Cundinamarca o la independencia de la provincia uno de los pocos datos sobre el tema. En efecto, el debate sobre centralismo o federalismo en Neiva se planteó a comienzos del mes de abril de 1812 en términos de un plebiscito convocado por el gobierno provincial. Uno de los más entusiastas partidarios del centralismo en la ciudad de Neiva era nada menos que el coronel José Díaz. El 3 de Abril Díaz comunicó a Nariño que muy pronto Neiva se anexaría a Santafé. El gobierno neivano había convocado una especie de Asamblea popular para decidir sobre la anexión a Cundinamarca mediante un decreto 92 93 94

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Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 83. Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 76.

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Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 77. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia. pág. 22. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia. pág. 29. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia. pág. 12. Charry, Frutos de mi Tierra… pág. 138.


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que exhortaba a “todo vecino de cualquier clase, condición y estado, se presentara dentro de 24 horas de su publicación a decir libremente su dictamen sobre la unión de esta provincia a la de Cundinamarca, o si quieren que subsista independiente”.97 Según Silva Vargas, el 3 de febrero de 1812 fue expedida la nueva la constitución de Neiva. Con base en su título 12, artículos 1-5, se estructuró la organización de la administración pública con base en un ejecutivo, apoyado en tres tribunales, de justicia, de guerra y legislativo; además creó una división política administrativa con base en municipalidades y reconocía a Neiva, Timaná, La Plata, Nepomuch, Yaguará, Gigante y Paicol, lo cual implicó la separación de las villas de Purificación y de Garzón. Curiosamente la constitución establecía en la estructura y cuantía del fisco del Estado de Neiva los ramos de aguardiente, tabaco, alcabala, cacao, ganado, quintos de oro y propios y calculaba el presupuesto de rentas en 42.500 pesos cuando en verdad, según Silva Vargas, sólo producían 25.000. Entre tanto, agrega este autor, los gastos para el pago de empleados y fuerza armada pasaba de los treinta mil pesos.98 Según Restrepo, Bárcenas renunció a su cargo de presidente el 11 de marzo de 1813 pero no le fue aceptada.99 De abril a junio de este año, la amenaza sobre Neiva era algo real, el presidente de la provincia era de inclinación federalista y temía más a los realistas de Popayán que a los centralistas de Santafé cuya influencia no era lejana porque la villa de Purificación era partidaria de Nariño; además, en el seno del Colegio Electoral de Neiva existía una división entre los diputados patriotas republicanos y criollos realistas, como era el caso del diputado de la villa de Nepomuch (Villavieja). A mediados de ese año, el presidente Bárcenas dijo en medio de las divisiones en el seno del Colegio: “El erario está exhausto, no hay un solo maravedí en el fondo y se hace necesario crear cuerpo para la guerra (…) no hay para pagar ministros, secretarios ni oficiales de pluma: toca cerrar los despachos y que cada uno vaya a buscar sus alimentos”.100 Como resultado de la crisis del gobierno por falta de fondos y ante la amenaza de invasión del gobierno realista de Popayán, cuyo ejército estaba comandado por don Juan de Sámano, el presidente Bárcenas teorizó con sentido común la nueva ecuación del poder del estado en la provincia, en julio de 1813 afirmando que Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 87. Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 83. 99 Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 24. 100 Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 87.

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la Independencia había pasado del fallido frente político y constitucional al económico y militar: “No puede haber autoridad ni república sin armas, estas no se pueden tener sin estipendios, y estos no existen sin tributos”.101 Curiosamente la noción o concepto de impuestos no existía en el vocabulario del presidente del gobierno, ni su reflexión pasaba por los efectos de la supresión de los ramos de aguardiente y de tabaco. El caso es que entre julio y agosto de 1813 se derrumbó la organización política de la provincia independiente de Neiva después que el Colegio Revisor de Neiva decretara el alistamiento de gentes, el acopio de víveres y la reunión de bagajes para la Campaña del Sur comandada por el general Nariño con el fin de combatir contra las tropas adictas a la monarquía.102 Por otra parte, la historiografía huilense no había logrado dar cuenta de otro capítulo de la historia política, institucional y constitucional de la provincia de Neiva cual fue el impacto del año glorioso de Cundinamarca y del subsiguiente año fatal del proyecto centralista a partir de la guerra contra Tunja y del final de la Campaña del Sur comandada por el General Nariño, justo cuando en la metrópoli se daba la restauración de la Monarquía a raíz de la derrota de Napoleón a manos de los ingleses en la batalla de Waterloo. La política neivana no podía sustraerse por razones de la geografía política del conflicto entre realistas y patriotas en la etapa en la cual federalistas y centralistas se unieron contra el enemigo común en donde era más fuerte, en la región de Popayán, Patía y Pasto. El hallazgo del expediente que contiene las actas del colegio electoral de Neiva de 1814103 nos ha posibilitado otra visión y otra idea diferentes de la que nos ofrece la historiografía huilense, en especial Restrepo Sáenz y Silva Vargas. La importancia historiográfica de este documento resulta de asociarlo con las del cabildo abierto de Timaná en 1810 y con las actas del Congreso de Yaguará para conocer aspectos de la historia constituyente y legislativa de la primera Independencia en Neiva y, en concreto, poder comparar estos tres momentos de la historia política provincial y del reino neogranadino al igual que fundamentar mejor la interpretación de este periodo desde la perspectiva de la transición a la República. La importancia del documento sobre las sesiones del Colegio Electoral de 1814 radica en la posibilidad de conocer los asuntos tratados y la posiciones e intervenciones de los diputados, en otros

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Silva Vargas, “De la comarca apacible…” págs. 81 y 87. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres… pág. 14. 103 agn, Bogotá, S. Archivo Anexo, F. Historia, t. 15, ff. 416r -427r. 101 102


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términos, el debate político, y concretamente, saber cómo asumió la “clase política” el momento político de la Nueva Granada antes de la derrota de las fuerzas de la Unión por los realistas en Pasto y el momento en el cual el Congreso de las Provincias Unidas fuerza, gracias a la toma de Santafé por el Ejército de Bolívar, la integración del Estado de Cundinamarca al congreso. Nuestra mirada del expediente se enfoca dar cuenta de los términos del debate que antecedió a la adopción en Neiva de un Estadoprovincia a partir de la declaratoria de Independencia de Cundinamarca y de España, y en los actores de este proceso para tener elementos de comparación con la visión que hemos logrado del ambiente político de Neiva durante la reunión del Congreso de Yaguará, la reacción de ese cabildo contra la constitución al igual que la expedición de la nueva constitución, y el desenlace de este con motivo del triunfo de Nariño y el fracaso de la gran convención que este soñó hacer en Neiva para lograr la unidad política de la nación. La posibilidad de determinar la composición social y política del colegio electoral que aprobó la separación y que elaboraría la constitución del nuevo estado nos da una idea concreta de la evolución de la Independencia hacia 1814–1815 con respecto a 1811–1812; es decir, nos permite avanzar significativamente en el conocimiento y la comprensión de la primera Independencia de Neiva, y desde ella profundizar la reflexión y la interpretación de lo que verdaderamente significó para los neivanos el periodo de la mal llamada reconquista y la segunda Independencia. El trabajo de Restrepo Sáenz contiene una relación de acontecimientos que nos permiten enmarcar el análisis de las sesiones del Colegio Electoral de 1814; es decir, conocer mejor la evolución de la política en Neiva hasta la Independencia total de Cundinamarca y de España y la expedición de su nueva constitución. En efecto, según Restrepo Sáenz, el 1 de diciembre de 1813 el presidente Bárcenas convocó al Colegio Revisor Electoral para reunirse a partir del 7 de enero del año siguiente, con el fin de elegir presidente del Estado, ministros judiciales, revisores de la constitución y representante al congreso. El colegio, agrega, estaría conformado por siete vocales (2 de Neiva y 1 por cada de una de las seis municipalidades: La Plata, Timaná, Yaguará, Nepocmuch, Gigante y Paicol). Esta vez no aparecía la villa de Purificación.104

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Según Restrepo Sáenz, el serenísimo colegio revisor electoral se reunió por espacio de 20 días en la ciudad de Neiva, desde el 8 de enero hasta el 28 del mismo mes, con el objeto de “revisar la constitución”, uniformar el gobierno y ponerlo, “más seguro y enérgico cuanto esté al alcance de la voluntad de los pueblos”.105 El colegio estaba integrado por los diputados de los pueblos y municipalidades de las villas de Timaná, Nepomuch, Yaguará, Gigante, Paicol y las ciudades de Neiva y la Plata, bajo la presidencia del ciudadano José Antonio de las Bárcenas. Los diputados de la lista eran titulados ciudadanos: Benito Salas, diputado de la municipalidad de Neiva, vicepresidente del colegio; José María Ortiz y Duran, por la ciudad de la Plata; Juan José Mesa, por la villa de Nepomuch; Manuel Asencio Tello, por la villa de Timaná; Nicolás María de Lombo, por la villa de Yaguará; José Manuel de Silva, por la villa de Gigante y don José Manuel Cabrera, diputado por Paicol.106 Si bien fue notoria la ausencia de la villa de Purificación, en buena parte explicable por fracaso de la gestión del doctor Domingo Caicedo para lograr la adhesión de Neiva al proyecto de la gran convección del reino, y sobre todo, por el duelo colectivo de esa villa por la muerte de don Luis Caicedo y Flores, la composición del Colegio revela una ampliación de la representación y de la integración política de la provincia, así como un cierto avance en la secularización de la representación política de la incipiente sociedad neivana con respecto a la composición del Congreso de Yaguará. El caso es que al parecer desde entonces, la villa de Purificación se mantuvo adherida a Cundinamarca. En efecto, entre los asuntos que debatió del colegio sobresale la votación de la independencia tanto de la dominación española como de cualquier otra provincia de la Nueva Granada, que por haber sido un acto posterior al reconocimiento y sujeción al soberano Congreso de las Provincias Unidas, revela las contradicciones políticas en el seno del colegio. Otro asunto definido por el colegio fue el sistema de gobierno, cuestión que a juicio del diputado Salas debía optar por el sostenimiento del gobierno proclamado y su independencia. El diputado Ortiz se refirió a que después de 10 días de sesiones continuas se habían acordado las bases del gobierno con uniformidad de votos y cuestionó las facultades 105

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Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres… pág. 14.

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Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres… pág. 14. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres… págs. 15–17.


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del diputado Mesa para representar no sólo a los tres ciudadanos del cabildo de la villa de Nepomuch, sino con arreglo a la constitución a todos los vecinos de ella. Un indicio de los términos en los que se ejercía la representación política de este diputado es su separación del congreso el sábado 15 para ir a deliberar con dichos regidores. Sin embargo, el problema de la naturaleza de la soberanía provincial la abordó el diputado de la villa de Timaná cuando consideró impolítico que siendo Cundinamarca la única provincia que no había entrado en la federación y por lo cual el soberano congreso no había podido señalar el pabellón de su independencia y entrar en negociaciones con las potencias extranjeras, el asunto consistía en que si el colegio apoyaba al estado de Cundinamarca, este con más poder, se opondría al soberano congreso, lo cual implicaba que ni el soberano congreso ni el Estado de Cundinamarca podían figurar en el “gran teatro de las naciones”. El diputado agregó que el hecho de no haber tenido gobierno y no haber habido suficiente ilustración en la provincia ni autoridad competente no eran argumentos suficientes para renunciar a la federación, más bien eran motivos para sostener la Independencia. Uno de los asuntos centrales del debate político del Colegio fue la relación entre federalismo o centralismo con la ilustración y la educación. Concretamente la idea de la federación era la premisa para dar lugar a la ilustración del pueblo a través de la educación; el argumento era que una vez proclamada la independencia de la provincia, este acto significaría no vivir sujetos a aquel gobierno, de lo contrario, “en ningún tiempo tendremos escuelas (…) [que] no sería otra cosa que haber proclamado la libertad para volverla a sacrificar con mas escándalos”.107 El argumento reconocía el beneficio de la necesidad de gobernarse “conforme a las naciones cultas”; es decir, el de crear la obligación de poner escuelas para la educación de sus hijos. En cambio, una posición opuesta era la sostenida por el diputado por Timaná quien ponía su énfasis en argumentar que la autoridad de los gobiernos consistía en tener un “erario proveído para mantener las tropas que [fueran] bastantes [para] hacerse respetar”, idea que, lo reconocía, era en cierto modo la que el presidente Bárcenas había expuesto el año anterior; es decir, la de que “no puede haber republica sin armas, armas sin estipendios, ni estipendios sin tributos”, sin que esto implicara la exclusión de la atención de otras demandas dado que ese serenísimo 107

agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. ff. 416v-418r.

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cuerpo electoral estaba revestido de la autoridad y soberanía de sus pueblos para “hacerlo todo”.108 Por su parte, el líder opositor de la independencia absoluta de la provincia de Neiva, el diputado de la villa de Nepomuch, Juan José Mesa, acusó los vicios del nuevo sistema con base en las deficiencias socioculturales e institucionales de la Independencia. Argumentaba su oposición advirtiendo que desde la proclamación de esta no había autoridad que hiciera respetar los derechos del ciudadano y evitara los atropellos a la constitución; además, de otro lado, que no existía en la provincia suficientes sujetos ilustrados que pudieran establecer el gobierno y emplearse en los poderes en que este se dividía, incluido un tribunal de última apelación. Finalmente, recusaba al colegio electoral por estar integrado por hombres sin formación jurídica que no podían elaborar una constitución para un estado libre y por último, que eran grandes las dificultades de organizar un fondo público para los gastos propios de la administración de un estado libre.109 Las contradicciones ideológicas y políticas del Colegio Electoral Provincial de Neiva también están documentadas en las actas. Una de ellas aparece con el rechazo por parte de la mayoría de los diputados del colegio de los argumentos de Mesa por haber sido expuestas con posterioridad al acta del 13 de enero que estableció las bases del gobierno y en contravía de los pactos hechos por el estado libre de Neiva.110 La mayoría del colegio objetó la propuesta del diputado Mesa por ser contraria al origen popular de su representación que no era tenido en cuenta a la hora de proponer la anexión de la provincia a Cundinamarca como consecuencia de los vicios del nuevo gobierno que este había denunciado. El análisis de caso del conflicto del Colegio con uno de sus diputados puede parecer irrelevante, pero por tratarse del diputado de la villa de Villavieja (Nepomuch) y por el tipo de argumentación de sus cargos contra el trabajo del Colegio, conviene tratarlo en detalle. El colegio dispuso informar al Supremo Congreso de la Unión, en su sesión del 18 de enero de 1814.111 El caso es que el serenísimo agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 418r. agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. ff. 418v-419r. 110 agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 419r. 111 agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 419v.-420v. Igualmente, la mayoría de los diputados le objetaron a Mesa apoyarse en los 3 regidores de la villa de Nepomuch para hacer esa propuesta y el haber abandonado la el cuerpo del colegio durante 3 días para ir a concertar con el cabildo dicha propuesta. 108 109


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colegio previsor electoral del estado libre de Neiva, en su sesión del 20 de enero, reconoció que el disenso o la pluralidad era propia de todo cuerpo colegiado, pero que la propuesta del diputado Mesa de agregar la provincia de Neiva al estado de Cundinamarca resultaba ilegal pues implicaba cambiar una votación anterior.112 El caso es que ante el rechazo de sus propuestas, el diputado Mesa escribió al día siguiente al presidente Bárcenas su carta de renuncia porque su propuesta había originado desde el día 18 la hostilidad del poder ejecutivo y porque a raíz de esto su persona se había hecho odiosa.113 Ese mismo día el presidente Bárcenas respondió al colegio electoral sobre la renuncia del diputado Mesa exponiendo en detalle los orígenes de la representación y los comportamientos de este “Hombre Revolucionario” desde su elección como diputado al colegio; uno de los puntos centrales fue la mención de un acta del cabildo de Nepomuch firmada por el propio Mesa como regidor, en la que se declaraba que este no era vecino de allí. En segundo lugar, advirtió que los motivos del diputado Mesa para sustentar su propuesta de la agregación a Cundinamarca contenían “especies indecorosas e insultantes” como la de afirmar que no había habido gobierno ni existía gente capaz para atender la administración pública.114 Una nueva comunicación al cabildo de Nepomuch fechada el 22 de enero de 1814, Bárcenas amplió el juicio sobre los comportamientos de Mesa durante las sesiones del colegio. Bárcenas se muestra muy cuidadoso y respetuoso con el cabildo y con su diputado pero sin dejar de nombrarlo como ciudadano califica a Mesa de impostor por sus afirmaciones y transgresión de la dignidad del colegio electoral y de la justicia. Además lo califica de “la manzana de la discordia” al querer dividir a vecindario y al cabildo y querer acabar con “el entrañable amor que se profesan mutuamente los pueblos del estado de Neiva”. Recuerda que en 1811 se afirmó en escritura pública que el ciudadano Mesa no era reconocido como vecino de la villa de Nepomuch, lo cual debió ser tenido en cuenta cuando el cabildo lo eligió con su diputado en el colegio electoral. Sin embargo, consideró que Mesa no era capaz de amenazar la hermandad, unión y tranquilidad de Neiva con Nepomuch y con los demás pueblos del estado, pues estos se habían agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 421r.v. agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 423r. 114 El presidente pidió al ilustre vecindario de la villa de Nepomuch tomar nota de la renuncia del diputado Mesa y proceder a nombrar otro en su remplazo que viniera a tomar parte en las secciones del colegio y revisión de la constitución. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Archivo Anexo, t. 15. f. 424.- 425v.

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comprometido mediante pactos inviolables a no romper su unidad y a jurar el reconocimiento del congreso como el supremo cuerpo de la nación.115 El pueblo de Nepomuch fue convocado, pero según el informe del cabildo fechado el 27 de enero, este no concurrió y solo asistieron unos pocos ciudadanos por los cual se pospuso para el 2 de febrero dicha reunión. El presidente consideró que esta decisión dilataba la reunión del colegio que ya llegaba a 20 días de instalado sin haber adelantado casi nada en las materias de su resorte y consideró que las ideas y el retiro de Mesa “lo había entorpecido casi todo”, y por que el colegio deseaba tener en su corporación al diputado de esa villa”, decidió omitir cualquier explicación hasta otra oportunidad. Esto significa que el conflicto entre el presidente y el diputado Mesa no logró dividir al colegio electoral pues este decidió, finalmente, conservar al diputado Mesa como miembro. Restrepo Sáenz nos auxilia de nuevo con datos la evolución política durante el año 1814. El autor se refiere al acontecimiento militar ocurrido el 20 de enero de 1814, como fue la victoria del ejército de Nariño en la Batalla de Palacé y la toma de Popayán, lo cual, debemos suponer razonablemente que influyó en la dinámica política del colegio para que este votara la adhesión de la provincia de Neiva al Estado de Cundinamarca manteniendo su espíritu de Independencia.116 La derrota y apresamiento de Nariño en los ejidos de Pasto en abril de 1814 cambió el panorama político de toda la Nueva Granada, particularmente de la provincia de Neiva. No sabemos si la promulgación de la constitución política de la provincia independiente de Neiva ocurrida, según Restrepo, el 31 de agosto de 1815117, estuvo condicionada tanto o más que por la catástrofe política y militar del general Nariño, la cual afectaba tanto al congreso como al Estado de Cundinamarca que habían respaldado la Campaña del Sur contra el bastión realista de Popayán, por el sometimiento que a fines de 1814, supuestamente Bolívar hizo del Estado de Cundinamarca al Congreso de las Provincias Unidas. Después de la catástrofe militar del proyecto político del centralismo en los ejidos de Pasto, el colegio volvió a ocuparse de la soberanía de la provincia, empezando esta vez por concebir y firmar el Acta de Independencia absoluta de Neiva tanto de España como de cualquier otra

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agn, Bogotá, S. Archivo anexo, F. Historia, t. 15. f. 426-427v. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 24. 117 Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 15. Conviene anotar que el vicepresidente del Colegio Electoral y Constituyente, según Restrepo Sáenz era don Benito Salas. 115 116


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entidad política y territorial, el 8 de Febrero de 1814.118 El 7 de febrero de 1814, el colegio revisor había nombrado gobernador del Estado al ciudadano Jorge Tomás Hermida para reemplazar a don José Antonio de las Bárcenas, vecino de Purificación, y eligió a este como Representante de la Provincia al congreso. Ignoramos por qué razón el sucesor de Bárcenas fue realmente el doctor Joaquín Borrero, a quien entregó las riendas del Gobierno en marzo o abril, en vez del mencionado señor Hermida.119 Sin embargo, poco después que el Colegio Electoral y Constituyente declarara la Independencia absoluta de España y de Cundinamarca, fue aprobada la nueva constitución, sancionada el 31 de agosto de 1815. Sin embargo, según el relato de Restrepo se trataba de la constitución aprobada en 1812;120 este dato es curioso pero no lo hemos podido analizar más allá de la parte impositiva que, como vimos, generó una clasificación censitaria de la sociedad con base en la tributación. Sin embargo, lo interesante es que esta vez la constitución estuvo precedida por un acta en la que se desconocía por rey a Fernando vii y a cualquier otro gobernante cuya autoridad no emanara del pueblo. El acontecimiento significó, al igual que la constitución de la provincia de Mariquita, la tardía adaptación del proyecto federal con la premisa de la derrota de Cundinamarca como sujeto del proyecto centralista.121 Por su parte, Charry también nos auxilia de nuevo al referirse al nombramiento del doctor Joaquín Borrero como gobernador del Estado libre de Neiva por el voto libre de los pueblos122. La importancia de Borrero, agrega el autor, es que fue miembro del Congreso de Cúcuta en representación de la provincia de Neiva y como tal firmó la constitución nacional de 1821.123 Ahora bien, sobre el periodo de la Reconquista podemos matizar y cambiar el enfoque que la historiografía huilense tiene, a partir de una contextualización de los datos que aportan Silva Vargas y Toro en su minicrónica. Silva Vargas refiere que a partir de la toma de Neiva por el jefe militar español Tolrá, el 1 de julio de 1816 empezó un nuevo régimen político militar no sólo con el establecimiento de los tribunales de guerra, purificación y secuestros, sino con la restauración del gobernador Ladrón

de Guevara.124 Ladrón de Guevara organizó fiestas en desagravio del rey Fernando vii que duraron cuatro días en la ciudad de Neiva en junio de 1817.125 Igualmente, en un informe del enfermizo gobernador Ladrón de Guevara al virrey, fechado en enero de 1818, este da cuenta del estado de pobreza y confusión en que se encontraba la provincia y la necesidad que había de un gobernador y comandante militar para la provincia; uno de los signos de esa pobreza y abandono era, agrega el gobernador, el deterioro de la casa del cabildo y cárcel de la ciudad.126 En ese contexto, Toro inaugura la tradición neivana sobre sus mártires al ofrecer detalles de los patriotas neivanos que fueron fusilados por el régimen del terror. El autor se refiere con mayor intensidad a la Reconquista, al considerar que 1816 fue un año aciago para la República por los fusilamientos de patriotas como Chacón, la prisión de los hermanos don Fernando y don Benito Salas, de don Manuel Tello, del doctor don Luis José García (teniente de gobernador), de José María y Francisco López, y del comandante José Díaz. Ofrece adicionalmente detalles que la historiografía posterior no ha hecho más que repetir. Las manos de “Tello”, dice, fueron fritas en aceite y remitidas a Timaná para ser expuestas en público y el degollamiento de Benito Salas fue ejecutado por su propio mulato esclavo. Finalmente, Toro no deja de caer en la tentación autobiográfica al dar cuenta de su lugar en esta lista de patriotas pues, según él, fue aprendido en Purificación y remitido a la cárcel de Santafé, donde se encontraban presos los señores Caicedo y otros Criollos. Sin embargo, nada dice de cómo fue liberado. Por último, nuestro cronista aporta elementos del imaginario social tardío de la guerra de Independencia al explicar providencialmente el papel de la violencia en el despertar de la conciencia criolla y de la formación de la nueva república. Al respecto afirma:”ya estaba decretado en los arcanos de la divina providencia que la América debía padecer este baño de sangre para despertar del letargo”, después de relatar la ejecución de Castillo y Rada y de otros patriotas.127 Finalmente, hemos podido articular uno de los aspectos menos elaborados de la historiografía huilense: el cambio de la estructura social

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Charry, Gabino, Frutos de mi Tierra... pág. 64. Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 24. 120 Restrepo Sáenz, Neiva en la Independencia, pág. 15. 121 Charry, Frutos de mi Tierra... pág. 64. 122 Charry, Frutos de mi Tierra... pág. 63. 123 Charry, Frutos de mi Tierra... pág. 63.

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Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 96. Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 100. La ciudad apenas se recuperaba del terremoto que sacudió a la provincia el 10 de julio de 1816, según nos indica Rodrigo Silva en la página 95. 126 Silva Vargas, “De la comarca apacible…” pág. 100. 127 bnc, Bogotá, Libros raros y curiosos, Libro 166, ff 78-83.


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que tuvo el proceso de la Independencia, en la segunda Independencia, con respecto a la primera, con la percepción que la vieja oligarquía señorial tuvo del mundo político neivano. En este sentido es claro que en el caso de Neiva los líderes de la primera fueron básicamente los sectores emergentes o subélites locales, la mayoría de los cuales fueron fusilados, mientras que la segunda fue liderada por miembros de la aristocracia santafereña, fuente social de esa oligarquía. En efecto, los sectores tradicionales de la elite neivana participaron del lado de los patriotas criollos santafereños como ocurre en el caso de los Borrero, los Ricaurte y otros. El líder indiscutido de los primeros hasta 1813 fue el aristócrata criollo santafereño, don Luis Caicedo y Flórez,128 propietario del latifundio de Saldaña, cuya herencia política fue tomada y potenciada por sus hijos Domingo, Fernando y Andrés Caicedo Santamaría. El primero fue escribano mayor de gobernación del virreinato por muchos años y representante por la Nueva Granada en el trabajo de las cortes de Cádiz;129 su estatus y el de su familia propicio la incorporación del oidor Jurado y del coronel José Ramón de Leiva a la familia mediante alianzas matrimoniales que reforzaron el carácter de esta como la estructura de poder mejor preparada desde el punto de vista político para conducir la transición de Santafé a un nuevo orden político.130 Después de sortear el régimen del terror, Domingo fue designado gobernador de la provincia de Neiva desde 1821 hasta finales de la década y en la siguiente fue por lo menos cinco veces vicepresidente y presidente encargado en varias ocasiones. Fernando fue clérigo, catedrático y rector de la Universidad del Rosario y canónico del cabildo eclesiástico de Santafé, uno de los Caicedo fue el comisionado por el presidente Nariño para proponer a los constituyentes del Congreso de Yaguará la adhesión de la provincia al Estado de Cundinamarca. Caicedo era vecino de Santafé y propietario del latifundio de Saldaña en el distrito de la villa de Purificación. El Congreso acordó en la sesión del 1 de octubre de 1811 dejar en suspenso con el argumento de que esta decisión correspondía al Congreso General del Reino, dejando entre tanto a dicha provincia en unión declarada con la provincia de Cundinamarca y las demás del Reino, ver Acta 3 del Congreso de Yaguará Sesión del 1 de octubre de 1811”, en “Actas del Congreso de Yaguará”, págs. 561–573. 129 Según Gutiérrez Ardila, el doctor Domingo Caicedo fue, como militar y apoderado de Cartagena y de Santafé, miembro de las Cortes de Cádiz, mientras su padre, don Luis, era miembro del cabildo secular de Santafé. Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... pág. 146. 130 Después de regresar a finales de 1811 a la Nueva Granada ocupó diversos cargos diplomáticos: plenipotenciario de Cundinamarca para negociar la paz con Tunja (1812), enviado por Antonio Nariño para promover cerca del gobierno de Neiva la instalación de una convención (1813), diputado por el gobierno de Neiva en el Congreso de las Provincias Unidas (1816). Gutiérrez Ardila, Un Nuevo Reino... pág. 146. 128

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sacerdotes desterrado por el régimen de Murillo y a su regreso a la Nueva Granada fue nombrado primer arzobispo de la república. Andrés fue alcalde y jefe político provincial de Ibagué.

Conclusiones

El estudio de la Independencia de Neiva ha logrado no solo avanzar

en la remoción de estereotipos iniciada por Silva Vargas, sino descubrir aspectos inéditos a partir de una contextualización e interrelación a partir de la determinación de los efectos de la ubicación geográfica de la ciudad, distrito y provincia de Neiva entre Santafé, Popayán y Quito, la cual resultó decisiva en las dinámicas sociales de la independencia a nivel político, militar, económico y constitucional en este espacio. Uno de esos hallazgos no tratados sino marginalmente a través de la huella de fuga que dejaron de manera distinta el verbo de la revolución José Acevedo y Gómez y el padre de la historiografía colombiana en su fuga por el camino de los andaquíes, vale la pena dejarlo como planteamiento de ese tipo de aporte al imaginario regional de la primera Independencia al relacionarlo con el problema que para los neivanos de la época colonial representaron los indios andaquíes y la reemergencia de estos en la zona del Caquetá desde la década de 1960. Otro hallazgo fue la estrecha relación que tuvo la dinámica política y militar que suscitó la revolución de Quito con la ciudad, distrito y provincia de Neiva a través de la participación de los neivanos en la guerra entre realistas y patriotas en la gobernación de Popayán. El conflicto entre realistas y patriotas involucró militarmente a la Junta Suprema Provincial de Neiva desde comienzos de 1811, cuando el gobierno de Santafé envió tropas a apoyar la lucha de las ciudades confederadas del Valle del Cauca contra el gobernador Tacón. En el marco de este conflicto el comportamiento militar de los neivanos en el Patía y en Pasto dio lugar a un tipo de violencia que alimentó el ataque de pastusos y patianos contra los patriotas y dejó huellas en el imaginario que la historiografía huilense hizo de sus próceres y mártires, en particular del brigadier José Díaz y Joaquín Borrero. La movilización militar de los neivanos en la guerra contra los realistas de Popayán nos descubre dos aspectos nuevos de esta: el uso de la violencia contra los negros del Patía que desencadena una fuerte resistencia armada de guerrillas contra los patriotas blancos que solo pudo ser superada difícilmente con el Ejercito Libertador. De otro lado, la


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tensión y conflicto entre centralistas y federalistas en Santafé y Neiva fue resuelta gracias a la derrota de Nariño por los pastusos. Visto en el largo plazo, uno de los rasgos de la transformación política suscitada por la Independencia en la ciudad y provincia de Neiva fue el inusitado cambio de patrón en las relaciones de las elites de Timaná y de la Plata con Santafé y Popayán, pues las tradicionales vínculos comerciales con esta ciudad no significaron una lealtad política, y en cambio, no obstante los seculares conflictos de interés con Santafé, dichas elites gravitaron políticamente durante la Independencia alrededor de esta capital para eludir el áspero y débil “capitalato” de Neiva y también el acendrado realismo de Popayán y de Pasto, contra el cual coincidieron política y militarmente con las ciudades confederadas del valle del Cauca (Cali, Cartago y Buga). Como sabemos, las rivalidades entre Santafé y Popayán fueron vectores de los primeros conflictos regionales de la historia republicana. El hallazgo del papel de los neivanos en la violencia política contra los patianos y pastusos y de estos como vasallos fieles de la monarquía contra los blancos del valle del Cauca, nos llevó a plantearnos el papel de los elementos socioraciales y regionales en la trama de las guerras civiles, y muy especialmente, el papel del general Tomás Cipriano de Mosquera en la liberación de las provincias de Neiva y de Mariquita del yugo de Santafé o Cundinamarca mediante la guerra civil contra los conservadores que terminó con creación del Estado Federal del Tolima y el cambio de los limites de dichas provincias. En su dimensión social, ideológica y política, el hallazgo y trabajo de una serie documental coherente como fueron las actas del cabildo abierto de Timaná en 1810, del Congreso de Yaguará en 1811 y del Colegio Electoral y Constituyente de Neiva entre 1813 y 1814, posibilitó tener una idea más concreta de la evolución de las tensiones sociales y territoriales de la soberanía y la representación política no solo por la amenaza realista de Popayán, sino por el conflicto entre federalistas y centralistas. Sin duda, el concepto de la provincia legal; es decir, el argumento anexionista de los centralistas santafereños para configurar el Estado de Cundinamarca, fue sistemáticamente rechazado por el cabildo y la junta provincial de Neiva en la forma de junta, congreso o colegio electoral; no obstante, el viraje histórico de este cuando los partidos se unieron en Santafé para enfrentar a los realistas de Popayán, indujo a la integración política de sólo una parte de la provincia, la que obtiene su independencia absoluta en 1815, pues la villa de Purificación no tuvo participación en la constituyente de 1814-

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1815. Esto significa, al parecer, que desde 1815 se produjo en cierta forma la segregación de la villa de Purificación y el corregimiento indígena de Coyaima-Natagaima de la provincia de Neiva. Ciertamente, ahora es mucho más desconocido el proceso de la Independencia en la provincia de Mariquita que en la de Neiva; sin embargo, una y otra tienen todavía hoy poco fundamento en los contenidos socio-demográficos, económicos, administrativos y políticos, así como en las trasformaciones que estaban produciendo en su territorio a finales del siglo xviii y comienzos del siglo xix y en el papel de los vínculos históricos de una parte sus elites con la capital del virreinato neogranadino. En el caso de la provincia de Mariquita, su importancia dentro de la política económica y fiscal de los borbones y de las relaciones comerciales con Antioquia, gracias al sistema de la administración directa de los monopolios de tabaco y de aguardiente de Honda, radica en este diferencial, el cual tiene gran importancia para el examen de las condiciones históricas en las cuales se dio la Independencia y en la organización de la República a partir de la disolución de la Gran Colombia. Sin embargo, la historia de la Independencia de Neiva todavía no ha dado cuenta de aspectos elementales como el tamaño de la población de la ciudad, del distrito y de la provincia a comienzos del siglo xix, la estructura física de los centros urbanos donde ocurrieron los cabildos, las juntas, los congresos al igual la composición de la sociedad que vivió y en la que se dio el proceso; es decir, del contexto en el que ocurrieron la trama de los acontecimientos. Sin embargo, todo lo anterior, más otros aspectos, no se entiende ni comprende bien al margen de la historia política de la provincia al menos desde 1740, como tampoco esta se comprende mejor sin una perspectiva histórica sobre la administración y la política colonial en la antigua provincia de Mariquita desde esa fecha; es decir, del establecimiento del virreinato que articuló el poder, la riqueza y el conocimiento a partir de sus relaciones con Santafé, Antioquia y Popayán. De otro lado, el enfoque regional de la Independencia tiene pendiente abordar el proceso de los desarrollos provinciales de este en los ejes vectoriales del proceso, los cuales incluyen, entre otros, los de Santafé-Tunja-Socorro-Caracas; Santafé-Mariquita, Neiva-Popayán-Quito; Cartagena-Santa Marta-Tunja-Santafé, y finalmente, el de AntioquiaCartagena-Santafé y Popayán. En el caso de los desarrollos de la Independencia de Neiva, uno de los interrogantes abiertos a la investigación es el origen de la resistencia a la constitución de 1812 y su adopción en 1815 en un marco temporal más


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amplio que empezaría en 1760 cuando se manifiesta con elocuencia lo que fue un rasgo del comportamiento político de los neivanos: la resistencia del vecindario a la contribución para obras públicas, concretamente la casa del cabildo y la cárcel. Por último, una lectura más detallada de la correspondencia del doctor Domingo Caicedo, especialmente la correspondiente a la década de 1820 nos revelará aspectos profundos del lugar de la política en la vida social de Neiva y su provincia durante el tiempo de su gobierno de esta provincia, los cuales asociados a los que habremos de determinar al estudiar la historia política y territorial del periodo 1740–1813, nos permitirá un mejor conocimiento y una mayor comprensión de una de las sociedades más peculiares de Colombia en los siglos xviii y xix como fue la del valle alto del Magdalena a partir de la posibilidad de un análisis comparativo de la historia y elementos de la cultura política en las provincias del Socorro, Antioquia, Mariquita y Neiva en estos periodos.

Finanzas de Neiva, 1783-1850 José Joaquín Pinto Bernal

Universidad Nacional de Colombia

Las finanzas públicas constituyen una de las fuentes predilectas para la

realización de estudios sobre las condiciones sociales y políticas de los pueblos,1 ya que no solo reportan la dinámica económica sino que dan cuenta del grado de tecnificación en la conformación de las estructuras políticas, de las causas de los conflictos sociales, de las formas de interacción entre distintos actores sociales y de las condiciones físicas en términos de disposición de recursos. En este contexto, el estudio de las finanzas nacionales ha sido objeto de múltiples investigaciones, toda vez que su análisis es la piedra angular para hallar el sustento estadístico para la realización de la historia económica, sin embargo, la mayoría de ellas manifiestan un grave error; a pesar de reconocer la falta de unidad de las distintas regiones de Colombia durante el siglo xix, los estudios se realizan con base a la perspectiva central, omitiendo la imperiosa necesidad de explorar el contexto regional y provincial para tener una visión más certera de la realidad económica del país. La historiografía nacional se encuentra en deuda frente a la posibilidad de estudiar en detalle de las condiciones materiales y políticas en las cuales se desarrollaron las distintas provincias durante el siglo xix. Tal vez ello sea producto de la existencia limitada de fuentes 1

Deas, Malcom, Del poder y la gramática y otros ensayos sobre historia política y literaria colombianas, Bogotá, Taurus, 2006, pág. 64.


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Historia Comprehensiva de Neiva

debido a la escasa generación de documentación oficial causada por las confrontaciones armadas y el caos constitucional. Por tanto, este trabajo intenta reconstruir la dinámica fiscal de Neiva entre 1783 y 1850 mostrando cómo esta da cuenta de la recuperación paulatina de la región ante los constantes conflictos que azotaron a la nación durante la primera mitad del siglo xix. En una primera instancia, se presenta una breve descripción de la dinámica fiscal neivana a fines del régimen colonial, en donde la provincia se encuentra rezagada debido a la inexistencia de yacimientos de metales preciosos en su jurisdicción, lo cual la ubica como satélite de Bogotá. Posteriormente, se expone el impacto del proceso de independencia, marcado por el desorden administrativo, el deterioro de las actividades económicas y el escaso interés mostrado por el gobierno central en pro de la inversión de capitales en la región comandada por la provincia. Ante tal desorden y desinterés, la década corrida entre 1830 y 1840 se presenta como un momento de recuperación de las actividades económicas de la nación y de la provincia, gracias a la relativa calma en términos de orden público que se registra durante la administración de Santander, la cual sería resquebrajada por el inicio de la Guerra de los Supremos 1839 y los consecuentes desastres fiscales producidos por ella. Sin embargo, el impacto de la guerra fue cediendo terreno entre 1842 y 1843, hecho palpable en la recuperación de los márgenes de ingreso fiscal regional y provincial, lo cual se manifiesta de manera nítida en los rendimientos del fisco neivano, el cual se vio beneficiado no solo por el mejoramiento de la administración y la reconstrucción del orden, sino por el comienzo del auge exportador tabacalero, el cual tuvo como preámbulo el aumento de la producción de la hoja en el valle del Magdalena; estos factores permitieron que la administración neivana gozará de mayores sumas para cumplir sus funciones, así como de una perspectiva de mejoramiento de sus actividades productivas. De esta forma, se da cuenta de la evolución del fisco neivano y de cómo este se vio influenciado por las condiciones políticas de la nación y por los vaivenes de la dinámica económica poscolonial, pasando de ser una región subsumida casi en el completo olvido en 1783 a constituirse, gracias a sus lazos con Ambalema y su cercanía al río Magdalena, en una pieza importante de la vinculación al mercado internacional a mediados del siglo xix.

Finanzas de Neiva

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Finanzas coloniales de Neiva

La corona española a finales del siglo xviii se hundía en la profunda

crisis fiscal a raiz de las guerras en las que se vio involucrada con distintas potencias coloniales, fenómeno que provocó un creciente aumento de la presión en los territorios americanos en búsqueda de nuevos ingresos para hacer frente a los elevados costes de la administración y la milicia.2 Nuevas medidas afectaron a los territorios del virreinato de la Nueva Granada,3 las cuales han sido conocidas por la historiografía como las reformas borbónicas. Estas pretendían alcanzar una mayor profesionalización de la burocracia colonial, junto con el establecimiento de nuevos gravámenes, entre los cuales se destacaban los monopolios a la producción de diversos bienes. Las medidas de los borbones tuvieron éxito en el contexto del Virreinato de la Nueva Granada, toda vez que se manifestó un crecimiento anual del 4,7% en los ingresos fiscales4 entre 1760 y 1800, siendo los nuevos estancos y los impuestos al comercio interno los pilares del auge recaudador. En este contexto, el monopolio del tabaco registró el 18,9% del total del ingreso, el del aguardiente un 16,82% y los impuestos a la actividad comercial interna un 10,14%.5 La provincia de Neiva no era ajena a esta dinámica a pesar de su diminuta participación en la masa global del ingreso del Virreinato, la cual solo llegaba al 0,43% en 1783,6 dinámica que la convertía en satélite de la Caja Real de Santafé, la cual participaba con el 15% del total recaudado debido a su creciente actividad comercial como región de enclave entre las zonas mineras del occidente antioqueño y la costa atlántica.7 Neiva fincaba sus ingresos en la actividad tabacalera y la producción de aguardientes como sus principales rentas, las cuales sumaban 7.000 2

3

4

5 6

7

Marichal, Carlos, La bancarrota del Virreinato, Nueva España y las finanzas del imperio español, 1780-1810, México, El Colegio de México / Fondo de Cultura Económica, 1999, pág. 280. González, Margarita, “Las rentas del Estado”, en Jaramillo Uribe, Jaime, Nueva Historia de Colombia, tomo 2, Bogotá, Planeta, 1989, pág. 185. Meisel, Adolfo, Los orígenes económicos de la independencia: presión fiscal y empobrecimiento en el Nuevo Reyno de Granada, 1761-1800, Cartagena, Banco de la República, 2004, pág. 12. Meisel, Los orígenes económicos… pág. 13. Mora De Tovar, Gilma Lucia, “Las cuentas de la Real Hacienda y la política fiscal en el Nuevo Reino de Granada”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, n.o 11, 1983, pág. 79. Ocampo, José Antonio, Colombia y la economía mundial, 1830-1910, Bogotá, Siglo xxi Editores, 1984, pág. 28.


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Historia Comprehensiva de Neiva

pesos plata al año. Realmente las cuentas reales muestran que la provincia manifestaba un escueto desarrollo frente a sus semejantes en la región central del país: era la penúltima en términos de ingreso, superaba tan solo a Girón y estaba rezagada con holgura frente a Santafé, Pamplona, Popayán, Novita, Cartago, Zitará, Antioquía, Honda y Remedios. El tabaco era una industria exclusiva de Popayán, Santafé, Antioquía y Honda. Los tabacos neivanos poco podían hacer frente a la competencia de regiones con un amplio territorio aprobado para el cultivo, caracterizados por un alto nivel de monetización (Bogotá y Popayán debido a las casas de la moneda) y una fuerte integración con la principal actividad económica, la minería. Igual suerte corrían la industria del aguardiente y los tributos indígenas, debido a la escaza población aborigen presente en la provincia. Estas cifras permiten reconocer la poca importancia que tenía la provincia de Neiva para la administración real, interesada en el fomento de actividades económicas que permitieran una alta apropiación de la renta por parte del Estado vía tributación, tales como la minería y los monopolios. La falta de condiciones materiales para el desarrollo de los monopolios, la reducida población indígena y, ante todo, la inexistencia de yacimientos de metales preciosos dejaron a la provincia de Neiva a la saga de sus similares, lo cual impedía que la Corona se arriesgase a invertir cualquier tipo de capital significativo en el estímulo de alguna actividad económica en su territorio. Este fenómeno se agravó durante el periodo independentista, ante el desorden en la administración y el creciente déficit fiscal al que tuvo que hacer frente la República.

El golpe de la Libertad

La

situación económica de la provincia de Neiva no mejoró tras la consecución definitiva de la independencia de las provincias centrales del Virreinato en 1819, toda vez que los esfuerzos de la administración central se ocuparon en adquirir fondos para hacer frente a la confrontación armada en la Costa Atlántica y Venezuela —la que se prolongó hasta 1822­— y en el Sur —donde culminó solo hasta 1824—; ello imposibilitó la inversión de capitales en la provincia, lo cual es manifiesto en sus mediocres rendimientos fiscales. Es sabido que la República de Colombia contó con la unión de los territorios de la antigua Capitanía de Venezuela y la Audiencia de Quito,

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congregación política que no logró reestructurar las redes coloniales de circulación del excedente fiscal, configurando cuatro regiones, a saber: Región oriental: su tesorería principal fue la de Venezuela, con las de Orinoco, Apure y Zulia como subalternas. Región norte: su casa central fue la tesorería del Magdalena y la del Istmo como subalterna. Región central: con la Caja de Bogotá como eje principal y las de Cauca y Boyacá como satélites. Región sur: Guayaquil como centro, y Azuay y Ecuador sus subalternas.

El estudio de las cifras de la República8 muestra una tendencia global con una tasa de crecimiento anual del ingreso del 19,4%, debido a la rápida reconfiguración de la política aduanera flexible, instaurada en 1821 y clausurada en 1823; infortunadamente este aliciente no tuvo consecuencias significativas gracias a que la tasa de crecimiento del gasto se ubicó en el 24,2% y la del déficit en 27,9% anualmente, como producto de la estabilidad en los sueldos de los servidores públicos, el aumento del pie de fuerza y de las dependencias administrativas en todos y cada uno de los departamentos. Situación que se agrava si se toma en cuenta que el faltante anual para cubrir todas las erogaciones se ubicaba en 1.877.092 pesos al cual abría que sumarle el promedio anual de deuda, dando como resultado un total de 7.719.626 pesos de déficit cada año. Aunque el legislativo y el ejecutivo intentaron la implementación de múltiples medidas para lograr la paridad presupuestal, esta jamás fue posible. En efecto, la constante reconfiguración de la administración fiscal, la apertura de nuevos puertos, la restitución de gravámenes desmontados en 1821 como la alcabala, el tributo o el estanco del aguardiente y la decisión de dar la administración de los principales estancos en arriendo a particulares; chocaron con la realidad de una economía en crisis como producto de la guerra, la corrupción, el desorden en la administración, el creciente gasto y la resistencia de la población ante la pesada carga impositiva. En este contexto, Neiva quedó circunscrita en la región central, la cuarta en importancia registrando el 13,56% del total del ingreso de 8

Pinto Bernal, José Joaquín, “Finanzas de la República de Colombia, 1819-1830”, Tesis de Maestría en Historia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2011.


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Finanzas de Neiva

la República entre 1819 y 1830, debido a que no contaba con un acceso directo al comercio internacional. Los principales ramos de recaudación de la región fueron los empréstitos internos con un 30,7% del total y el monopolio de la sal con el 17,1%. Esta tendencia demuestra el poco éxito obtenido por el gobierno central al intentar desmontar la base fiscal colonial, lo que produjo una tendencia creciente al endeudamiento y la necesidad de reafirmar los tributos coloniales en 1828. Neiva no fue la excepción a la regla, sus finanzas durante la década fueron virtualmente destruidas por los fragores de la lucha armada y el desorden en la administración, ya de por sí la conformación del gobierno de las Provincias Unidas en 1810 había generado el caos, mismo que no pudo ser mitigado por las huestes reconquistadoras en 1815, como lo hace constar el Virrey Francisco Montalvo refiriéndose a la recaudación del tributo de la población indígena, en su relación de mando de 1818: Han ocurrido varias dudas sobre este ramo, las cuales unas han sido resueltas y otras están pendientes. En el último caso está la consulta del Administrador y Teniente Corregidor de la Provincia de Neiva, haciendo presente la dificultad que consideraba podría haber para cobrar los tributos del tiempo del Gobierno revolucionario, puesto que aún los del año de 1816 costaba apremiar para percibir los tercios vencidos.9

El conflicto no fue ajeno en Neiva donde se desarrollaban constantemente escaramuzas entre realistas y patriotas, cuya pesada carga era atendida por la administración de Bogotá, la cual aportó en 1820 víveres y fondos por más de 17.250 pesos,10 lo cual era menester para el mantenimiento del orden en las provincias del centro, toda vez que Neiva se establecía como punta de lanza para el avance de las tropas hacia el sur, así lo registró el encargado del fisco y la guerra nacional señor Alejandro Osorio al general Francisco de Paula Santander: No era entre tanto descuidada la provincia de Neiva. En 1º de febrero se remitieron a su gobernador Caycedo algunos fusiles y las municiones correspondientes para que, poniéndolas a disposición 9

10

Colmenares, Germán, Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada, tomo 3, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1989, pág. 318. Osorio, Alejandro, “Memoria del Ministro de Hacienda de Guerra y Marina”, en Gaceta de la Ciudad de Bogotá, n.o 25, diciembre 17 de 1820, pág. 1.

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del comandante García, cubriese este los caminos que conducen a La Plata. Al coronel Rodríguez se encargó el alistamiento y mando de los cuerpos de caballe­ría. El 27 del mismo mes se enviaron más municiones, armas y los artículos necesarios para el batallón de la provincia; se publicó la ley marcial por orden de vuestra excelencia comprensiva solo a su territorio; y se puso a toda la provincia en actitud militar; vuestra excelencia les anunció que marcharían los batallones Albión, Vargas, los Guías de Apure, y vuestra excelencia mismo, si tenía el enemigo la osadía de atravesar los Andes. Si Calzada se hubiese atrevido a invadir el valle de Neiva, allí favorecidos nosotros del terreno plano, de la decisión, valor y entusiasmo de sus habitantes, habría sido absolutamente destruido el enemigo; su ejército, disminuido en el paso de los Andes, habría sufrido una total destrucción; y tomada su espalda por los gobernadores de Popayán, Chocó y Antioquia, no habría quedado retirada de los restos que hubieran podido escapar. Vuestra excelencia trazó el plan y dio las órdenes convenientes para el caso.11

En este contexto, los efectos de la guerra y el caos se hicieron sentir en la provincia durante toda la segunda década del siglo xix, sus ingresos fiscales descendieron un 0,81% anualmente desde 1783, llegando a participar solo en con el 0,1% del total colectado en toda la República una vez conseguida la independencia. Así las cosas, en promedio su mayor fuente de recursos fueron el tabaco y la recién creada contribución directa, reportando el 45,3% y el 40,7% del total recaudado respectivamente. Monedas de plata acuñadas en Indudablemente el declive de las rentas Popayán en 1826, 1828 y 1836. de la provincia respecto a la época colonial es Fuente: Fernando Barriga del Diestro. Finanzas de nuestra setotal responsabilidad del gobierno central, al gunda Independencia. Apuntes intentar desmontar el estanco del aguardiente económicos, financieros y numismáticos. Bogotá, Universidad de los sustituyéndolo con el pago de patentes para Andes / Academia Colombiana su producción, toda vez que para 1783 este de Historia, 2010, pág. 845. reportaba un recaudo de 4.000 pesos plata anuales mientras que para 1819-1830 se mantuvo en un promedio de 40 pesos plata al año. 11

Osorio, “Memoria del Ministro…” pág. 4.


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A ello habría que sumarle el escaso margen de acción que tuvo el gobierno central para invertir sumas en capital fijo destinadas al mejoramiento de la producción nacional, debido al excesivo gasto en burocracia civil y en pie de fuerza, y a lo que se sumaba la creciente deuda interna. Estos factores impidieron invertir en la deteriorada economía nacional los fondos del empréstito contratado en Londres por 4.750.000 libras en 1824, como lo muestran las cifras de su distribución.12 El empréstito de Londres fue contratado por 4.750.000 libras, un total de 20.000.000 millones de pesos, a un cambio de 4,4 pesos por libra. Con arreglo a esta base se hicieron reducciones por descuento del 15%, tres premios cobrados por desembolsos anticipados, 2% de comisión para los agentes de la República, interés y amortizaciones de los años 1824-1825 y los intereses por el préstamo a Zea en 1822, lo que sumó 692.767 libras; un total de 2.909.621 pesos 4 reales. Además de ello, se dejaron a cargo de Goldschmidt dividendos por amortización e intereses por adelantado del segundo semestre de 1825 y el primero de 1826 de los contratos celebrados en 1822 y 1824, por un total de 352.897 libras, 1.482.167 pesos 4 reales. Este dinero se perdió tras la quiebra de dicha casa en 1826. Estos descuentos 12

Tesorería Departamental de Cundinamarca, “Cantidades pagadas remitidas a otras tesorerías de los fondos del empréstito extranjero desde seis de agosto de 1824 a 30 de junio de 1825 en virtud de ordenes del supremo gobierno por la Tesorería Departamental de Bogotá”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 282. 11 de marzo de 1827; Tesorería Departamental de Cundinamarca, “Cantidades pagadas de los fondos del empréstito extranjero en la Tesorería Departamental de Cundinamarca en todo el año económico corrido desde 1 de julio de 1825 a 30 de junio de 1826 en virtud de ordenes del supremo gobierno”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 283, 18 de marzo de 1827; Tesorería Departamental de Cundinamarca, “Continúa la razón de las cantidades pagadas de los fondos del empréstito extranjero en la Tesorería Departamental de Cundinamarca en todo el año económico corrido desde 1 de julio de 1825 a 30 de junio de 1826 en virtud de órdenes del supremo gobierno”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 284, marzo 25 de 1827; Tesorería Departamental de Cundinamarca, “Continúa la razón de las cantidades pagadas de los fondos del empréstito extranjero en la Tesorería Departamental de Cundinamarca en todo el año económico corrido desde 1 de julio de 1825 a 30 de junio de 1826 en virtud de ordenes del supremo gobierno”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 285, 1.o de abril de 1827; Tesorería Departamental de Cundinamarca, “Continúa la razón de las cantidades pagadas o remitidas a otros departamentos por la tesorería de Cundinamarca de los fondos del empréstito”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 286, 18 de marzo de 1827; Tesorería Departamental de Zulia, “Razón del dinero que se ha remitido al departamento del Zulia de los fondos del empréstito de 1824”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 278, 1.o de febrero de 1827; Tesorería Departamental del Magdalena, “Continúa la razón de las cantidades pagadas o remitidas a otros departamentos por la tesorería de Magdalena de los fondos del empréstito”, en Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 291, 13 de mayo de 1827.

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dejaron un producto de 12.608.211 pesos para el resto de fines promulgados por la ley, es decir, un 63,04% de la cantidad originalmente contratada. De estos fondos se descontaron 1.335.965 pesos 4 reales para el pago de deudas contraídas con extranjeros en el territorio nacional; 600.000 pesos fueron enviados a la tesorería de Venezuela para gastos administrativos; 1.260.000 pesos fueron abonados a la deuda de la República con los Estados Unidos por suplementos hechos en Zulia y Maracaibo; 15.464 pesos 4 reales fueron endosados a favor de Goldschmidt por pólvora enviada en 1823; 1.260 pesos fueron invertidos en la compra de un volante para la casa de la moneda de Bogotá; 55.973 pesos 4 reales fueron usados para cubrir los gastos de las legaciones de Pagaré por 100 libras del empréstito de de 1822 Roma y Londres; y 4.000.000 firmando por Francisco Zea. Fuente: Colección de bonos, vales y papel sellado. Museo Nacional de de pesos se invirtieron el pago Colombia. de deuda interna en Boyacá, el Istmo, Maracaibo, Cartagena, Venezuela, Guayana, Orinoco, Guayaquil y Zulia. Descontando estos rubros, se dejaron a disposición de las tesorerías de Magdalena, Bogotá y Zulia la suma de 4.990.952 pesos 4 reales. Los fondos distribuidos en los tres departamentos arriba citados se aplicaron en la manutención de los gastos de tesorerías provinciales; el pago de fletes por la conducción de las cantidades; el pago de sueldos atrasados y deuda por conceptos militares; en gastos propios del presupuesto militar; en el completo del presupuesto del Congreso; y en la inversión de capitales en la renta de tabaco y las casa de la moneda de Bogotá y Popayán. Muy pocos fondos llegaron a la provincia para promover su desarrollo económico. Esta no contaba con actividades productivas


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La tranquilidad truncada, 1831-1840

Tras la separación de Ecuador y Venezuela, para 1832 la recién constituida

Bono por 100 libras del empréstito de 1822, firmando por Francisco Zea. Fuente: Archivo de la Casa de la Moneda. Bogotá.

Monedas de plata acuñadas en Bogotá y Popayán en 1822. Fuente: Fernando Barriga del Diestro. Finanzas de nuestra segunda Independencia. Apuntes económicos, financieros y numismáticos. Bogotá, Universidad de los Andes / Academia Colombiana de Historia, 2010, pág. 535.

que elaboraran mercancías con alto valor agregado como la industria textil o la minería, por el contrario solo era habitáculo de rudimentarias actividades agrícolas y una mediocre ganadería que consistía en la crianza de mulas:

República de la Nueva Granada vivió por espacio de siete años una relativa calma en términos de orden público hasta la explosión de la Guerra de los Supremos en 1839. Este hecho fue palpable en la estabilidad de las cifras de ingreso, al mantenerse intacta la estructura tributaria de la antigua República, perder importancia el gasto militar y registrar la renta de las aduanas significativos aumentos.14 En este contexto, según Junguito15 los principales ingresos de la República se reportaron gracias a los derechos aduaneros —con un 25% del total recaudado—, seguidos por el monopolio del tabaco —con el 3,6%—, el de la sal —con el 1,4%—, las alcabalas con el 1,3% y el restablecido monopolio del aguardiente —con el 0,6% del total—. Esto pone en evidencia el mantenimiento de la estructura colonial fiscal ante los fallidos intentos de establecer la contribución directa y el desmonte de los monopolios.

La capital no conoce más producciones, de su feligresado, que la de la caña, plátanos y el guarapo de caña, que en otro tiempos eran considerables, hora pingues por la desolación que ha causado la guerra; y también en su circunferencia suele extraerse algún oro en polvo de bastantes quilates, y hay considerables labranzas de cacaos. En Aipe y los demás pueblos del obsidente contienen más o menos la misma producción de especies y efectos. En los pueblos de Guagua, Yaguará y Carnicerías hay una regular producción de mulas.13

Así las cosas, la provincia de Neiva no recibió ni un solo peso para el fomento de su economía, razón de peso para explicar el deterioro de sus finanzas, agobiadas por la destrucción de las actividades productivas, a consecuencia de la guerra prolongada. Este escenario tuvo una leve mejoría durante la siguiente década.

Ingresos y egresos de la Tesorería Provincial de Neiva entre 1832 y 1833. Fuente: agn, Bogotá. Sección República, Fondo Gobernaciones. 14

13

“Informe al señor Secretario de Estado en el Despacho de Hacienda”, Archivo General de la Nación (agn), Bogotá. Sección República, Fondo Ministerio de Hacienda, ff. 958961.

15

Junguito, Roberto, “Las finanzas públicas en el siglo xix”, en Meisel Roca Adolfo y María Teresa Ramírez, editores, Economía colombiana del siglo xix, Bogotá, Fondo de Cultura Económica, 2010, pág. 54. Junguito, “Las finanzas públicas…” pág. 55.


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Aquella tranquilidad fue inaugurada en Neiva gracias a la presencia de Francisco de Paula Santander en sus inmediaciones para 1831 y a la valerosa acción del pueblo de Neiva para el restablecimiento del orden durante los desordenes producidos a finales de 1830, tal como lo relata el ministro de Estado en el Despacho de Interior a la Convención Granadina de 1831: Entre tanto, los pueblos de Neiva, y sobre todo su capital, sin temor de las fuerzas que estaban acantonadas dentro de su misma provincia, y de las que con facilidad pudieron mandar de esta ciudad contra ellos, levantaron también su voz y pidieron el restablecimiento de los magistra­dos y del sistema constitucional. El señor coronel Joaquín Posada, que mandaba allí un cuerpo de tropas destinado por el general Urdaneta para detener la marcha de los señores generales Obando y López, de acuerdo con los dignos jefes y oficiales de la división, resolvió no obrar más contra la voluntad bien conocida del pueblo y defender por el contrario sus pronunciamientos con la fuerza, si fuese necesario. Su excelencia, el vicepresidente de la República, que se hallaba a la sazón retirado en sus haciendas en aquella misma provincia, no pudiendo ya desentenderse del clamor general que se dejaba oír por todos los ángulos de la Nueva Granada, y considerando que por haberse ausentado de la República su excelencia el presidente desde el año anterior, correspondía a él ponerse al frente de la administración, dio en la villa de Purificación su decreto de 14 de abril, por el cual se restableció el gobierno constitucional y se declaró en el ejercicio del poder ejecutivo. Este decreto memorable, que dio unidad y sistema a las varias reacciones y movimientos de los pue­blos, fue comunicado a todas las autoridades civiles, militares y eclesiás­ ticas de la República por el ministro del interior que en el mismo se nombró. De allí en adelante, teniendo ya los patriotas un centro común de inteligencia y dirección, fueron sus planes y operaciones mejor concer­tados y encaminados con más acierto a un objeto dado, que era la restauración del orden constitucional y la reintegración de todo el territo­rio a la obediencia del gobierno.16

16

Vélez, Alejandro, “Exposición que el Ministro de Estado en el Despacho del Interior y Justicia del gobierno de la República presenta a la Convención Granadina de 1831 sobre los negocios de su departamento”. Biblioteca Nacional de Colombia (bnc), Bogotá. Fondo Pineda, n.o 350, pieza 11, pág. 15-16.

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Neiva se vio beneficiada por la reconstrucción del orden, lo que permitió la reorganización de la administración fiscal y la reactivación del comercio interno, la producción agrícola, la industria del tabaco y las remisiones de tesorerías cantonales. Así las cosas, las rentas de la provincia crecieron en un 1,9% anual. Las alcabalas presentaron un mejor rendimiento que el registrado en el periodo colonial, los tributos de la población indígena, aunque no llegaron a registrar los promedios anuales registrados durante el gobierno real, sí subieron significativamente respecto al de la década anterior. El restablecimiento del orden institucional en materia fiscal y administrativa se constata en el aumento de la demanda de papel sellado para la realización de trámites ante el Estado, renta que pasó de acopiar 55 pesos anuales a recaudar 1.351 pesos plata en promedio anual durante la década de 1831 a 1840, tendencia que se reafirma ante el restablecimiento de los flujos de excedente fiscal hacia la provincia, los cuales registraron un promedio anual de 3.885 pesos plata, rubro que en pasadas épocas fue inexistente. Esta seguridad no hubiese sido posible sin el acucioso esfuerzo del ejecutivo para lograr la instauración de cuerpos de fuerza que detentaran el poder de la coacción física legítima en todas y cada una de las provincias que componían el territorio de la República de la Nueva Granada. Para tal efecto, Neiva contó con un batallón de Guardia Nacional compuesto por un teniente coronel, un teniente primero, dos sargentos primeros, dos cabos primeros, dos clarinetes y un contingente de soldados, cuyos gastos fueron detallados por Francisco Soto.17 Tabla 1 Sueldos y gastos del escuadrón mandado a organizar en Neiva Cargo Teniente Coronel Teniente Primero Sargento Primero Cabo Primero Clarines Soldado Total

17

Cantidad

1 1 2 2 2

Sueldo 1.248 528 384 288 264 72 2.784

Soto, Francisco, “Exposición del Secretario de Estado, en el despacho de hacienda del gobierno de la Nueva Granada, al Congreso Constitucional de 1834, sobre los negocios de su departamento”. bnc, Bogotá, F. Quijano, n.o 26, pieza 2, pág 66.


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La reconstrucción de la seguridad institucional también facilitó la recaudación de los diezmos, los cuales se habían suspendido desde 1810, y mantuvo la tendencia de crecimiento de los productos del monopolio del tabaco. Por último, las instituciones posibilitaron la paulatina recuperación de la industria del aguardiente, la cual se consolidaría en la siguiente década. Aunque la guerra entre 1839 y 1842 mermó los ingresos fiscales y las actividades productivas, su impacto fue minimizado ante el comienzo del primer auge exportador del siglo xix, el tabaco.18

La guerra y el orden, 1841-1850

La Guerra de los Supremos afectó de manera drástica la economía y las

finanzas del país como producto del pillaje, la desorganización administrativa y la deshonestidad de los funcionarios; tal y como lo registra López Garavito, refiriéndose a los relatos del secretario de Hacienda Rufino José Cuervo:

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En el mes pasado se hicieron gastos considerables en auxiliar los reclutas y sus escoltas destinados al departamento del Atlántico y como en las dos partidas que han pasado por esta capital fue necesario usar más de mil pesos, mande suspender la remisión de las pocas existencias que quedaron en las tesorerías de hacienda en fin del mismo mes. En el presente debe suministrarse los viáticos de los representantes al congreso de esta provincia, y como para este gasto y para los que ocurran para auxiliar las oficinas no ha quedado cantidad alguna; encarecen a vuestra excelencia solicitar al supremo gobierno la remisión de la cantidad para cubrir los gastos de esta tesorería.21

Los hechos de guerra hicieron que durante el periodo comprendido entre 1840 y 1841 las rentas nacionales sumaran tan solo 1.300.000 pesos plata, frente a los 2.400.000 del periodo anterior.22 Sin embargo, este proceso de deterioro fue frenado a partir de 1841, debido a la derrota de los insurrectos en la guerra, la consecución de una mayor centralización del poder político y por tanto de una mejor administración. En efecto:

Las causas principales del deplorable estado de la hacienda y el tesoro los resumía el señor Cuervo en tres punto, así: 1) lo impreciso y complicado de las disposiciones fiscales, 2) la dispendiosa y poca exacta recaudación de las contribuciones y 3) la faltad de una contabilidad fiscal exacta y la existencia de un sistema de examen de libros y cuentas defectuoso. Se quejaba a demás por el gran número de disposiciones existente tanto heredadas en el régimen de los españoles como emitidas en cada legislatura sobre la materia.19

Esta recuperación se originaba en dos factores principales. De una parte las rentas resultaban ser superiores a las registradas en el periodo crítico del conflicto (especialmente la de aduanas) y a las proyectadas, al tiempo que los gastos militares eran inferiores a los previstos. Ambos factores tenían un motivo común: la consolidación de la paz y su incidencia en el progreso económico de la nación. Esto se traducía en mayores rentas fiscales y en una menor necesidad de gasto militar.23

En este contexto, las finanzas de Neiva manifestaron la virtual desaparición de sus principales ramos de ingreso, ya que era imposible remitir fondos con destino al Crédito Nacional; ni los tabacos, los registros, las hipotecas, el papel sellado, los bienes del Estado y los derechos de venduta produjeron excedentes,20 y cuando lo hicieron, estos fueron usados para cubrir los gastos militares, tal como lo denota el señor gobernador de la provincia en misiva dirigida al gobierno central en enero de 1841:

Esta recuperación se mostró de manera superlativa en la provincia de Neiva, jalonada no solo por las condiciones políticas sino también por el aumento de la producción y exportación de tabaco proveniente del valle del Magdalena, la cual, según cifras de Ocampo,24 aumentó 300 toneladas entre 1846 y 1848, y 1.400 entre 1848 y 1852, como preámbulo al primer auge exportador del siglo xix. Ello es manifiesto en los ingresos fiscales globales de la provincia, los cuales aumentaron un 5% anual, llegando a sumar el 1,75% de los ingresos nacionales.

18 19

20

Ocampo, Colombia y la economía… pág. 203. López Garavito, Luis Fernando, Historia de la Hacienda y el Tesoro en Colombia, 18211900, Bogotá, Banco de la República, 1992, pág. 72. “Carta al Señor Secretario de Estado en el Despacho de Hacienda”, Neiva, 6 de febrero de 1839. agn, Bogotá. S. República, F. Gobernaciones, rollo 269, ff. 47-48.

21

22 23 24

“Carta al Señor Secretario de Estado en el Despacho de Hacienda”, Neiva, 11 de enero de 1841. agn, Bogotá. S. República, F. Gobernaciones, rollo 272, ff. 113-114. Junguito, “Las finanzas públicas…” pág. 54. Junguito, “Las finanzas públicas…” pág. 59. Ocampo, Colombia y la economía… pág. 228.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Finanzas de Neiva

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arreglos, hasta fin de octubre próximo, como se lo ha participado el administrador principal del ramo, faltando para cubrir a los diputados de la cámara provincial, sueldos de todos los empleados civiles y de hacienda y a los militares. Vuestra excelencia pues se servirá manifestar lo expuesto al supremo gobierno encareciéndole dé orden a la tesorería general para que remita la cantidad comunicada, en atención que no hay fondos con que cubrir los gastos de que se habla, y a que probablemente no haya entrada alguna hasta fines del próximo mes.25

Estado de la renta de tabacos de la Provincia de Neiva entre 1842 y 1843. Fuente: agn, Bogotá. Sección República, Fondo Gobernaciones.

El efecto del aumento de la producción tabacalera se hizo sentir en Neiva a través del incremento sustancial de los productos de la renta del tabaco, los cuales pasaron de 4.530 pesos plata en promedio anual entre 1831 y 1840 a 12.160 pesos plata promedio anual entre 1841 y 1850. De igual forma, la renta del aguardiente recuperó los niveles de ingreso coloniales, superándolos por un pequeño margen. Además de ello, la presencia del Estado aumentó, al dispararse la demanda de papel sellado que pasó de 1.351 pesos plata anuales a 3.959 pesos plata. Junto a la prosperidad de las rentas más importantes, la administración neivana observó cómo la confianza inversionista se recuperó para la tarea de hacer frente a los gastos del Estado, hecho comprobable en la reaparición de los empréstitos internos para el fisco. A pesar de esta situación, la provincia siguió afrontando problemas para cubrir sus gastos, reafirmando su creciente dependencia frente a Bogotá: En la caja no se encuentra más cantidad disponible de fondos comunes que la de 349 pesos, sin que se espere entrada alguna que cubran los gastos que faltan por hacerse hasta fin de mes, pues que los productos del tabaco no deben entregarse según los nuevos

La década que corre entre 1840 y 1850 se manifestó en Neiva y en toda la nación como una época de recuperación económica, debido a los fragores que la guerra —casi constante desde 1819— y como preámbulo a la expansión que se manifiesta a partir de la década del cincuenta, gracias a la recuperación del sector exportador. Neiva recuperó los márgenes de participación en el ingreso nacional y regional registrados en 1783, después de 30 años de rezago a causa de la Independencia, proceso que sería reafirmado con su vinculación creciente a Ambalema, como centro de la producción tabacalera, y el fortalecimiento de sus lazos con Bogotá, como ente administrativo y región de amplia expansión comercial. Sin embargo, es preciso ampliar el estudio de los impactos del auge exportador en la región a partir de 1850 y los efectos del federalismo en su sector productivo, lo cual escapa a las pretensiones de este trabajo y debe constituirse en el pilar de futuras investigaciones.

Conclusiones

El

comportamiento de las finanzas públicas en Neiva entre 1783 y 1850 da cuenta de la forma en cómo la economía de la región sufrió el impacto de la dinámica productiva nacional, afectada por la inestabilidad política y social durante la primera mitad del siglo xix, ante los constantes conflictos armados que azotaron el territorio provincial desde la guerra de Independencia hasta la de los Supremos entre 1839 y 1842. Aunque no se evidencia una modernización de la estructura fiscal debido a la supervivencia del orden colonial, sí se presenta un fenómeno de aumento 25

“Carta al Señor Secretario de Estado en el Despacho de Hacienda”, Neiva, 10 de septiembre de 1844. agn, Bogotá. S. República, F. Gobernaciones, rollo 271, ff. 822-823.


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de protagonismo de la región desde los tiempo coloniales hasta mediados del xix, a consecuencia de la aparición del tabaco como producto de exportación. En efecto, el gobierno neivano dependía en la época colonial de los productos de la contribución indígena y los estancos del tabaco y el aguardiente, fuentes que fueron fuertemente afectadas tras la consecución de la independencia y los proyectos de desmonte a las barreras a libre producción, lo que generó el creciente deterioro de sus rentas durante 1819 y 1830, fenómeno agravado debido la destrucción de las actividades productivas y el desinterés del gobierno central para invertir en bienes de capital en cualquier tipo de región, más aun si las mismas no contaban con vínculos fuertes con provincias productoras de metales preciosos. A pesar de la escasa inversión, para la década posterior a la separación de la República de Colombia y a la instauración del gobierno de Santander en la República de la Nueva Granada en 1832 —momento en que se reestablece la paz pública— la región mejoró en términos económicos y, consecuentemente, sus ingresos fiscales, gracias al aumento de los derechos por el uso de papel sellado —muestra de una mayor presencia gubernamental—, al restablecimiento de la recaudación de diezmos, el flujo de fondos provenientes de tesorerías subalternas y la paulatina recuperación del estanco del aguardiente, como se observa en la tabla 2. Tabla 2 Promedio anual de ingreso en pesos plata de la Tesorería Provincial de Neiva, 1783-1850

178326

Alcabalas Tributos Medias Anatas Cruzada

831 3.372 25 805

Papel Sellado Tabaco Naipes Aguardiente Contribución directa Prestamos

200 3.000 50 4.000

1819-183027 895 30

55 3.825 40

1831-184028

3.439 157

1.761 303

1.351 4.530 797 1.024

1841-185029

1.540 208

Finanzas de Neiva Correos Diezmos Otras tesorerías Bienes del estado Varios Total provincial Total nacional

87 148 12.431 8.441 2.860.993 50.440.15730

542 3.885 3.025

17.218 2.074.621

399 2.670 3.047

33.690 1.923.954

Esta tendencia de mejoramiento se mantuvo durante toda la década de 1840 a 1850 a raiz del restablecimiento del orden público tras la guerra, y fundamentalmente gracias al aumento de la producción tabacalera, cuyos rendimientos fiscales se dispararon aumentando un 5% anual como preámbulo al auge exportador de este producto en los años cincuenta, lo cual produjo la reducción de la marginalidad de la provincia frente al contexto nacional, ya que estableció mayores vínculos con el comercio exterior, antes sesgados debido a la inexistencia de yacimientos de metales preciosos en su jurisdicción. La provincia siguió el mismo comportamiento que la economía nacional: estancamiento debido a la inestabilidad institucional entre 1810 y 1850, y una paulatina recuperación producto del auge exportador, con una escasa modernización de su estructura fiscal antes de las reformas de mitad de siglo, toda vez que la provincia fincó sus ingresos en los antiguos estancos coloniales, haciendo la salvedad de la virtual desaparición de la contribución indígena. Neiva pasó de ser una provincia olvidada en la lógica de la extracción de metales preciosos colonial para ser parte del centro productor tabacalero en la dinámica capitalista de exportación de materias primas, condición que mantendría por poco tiempo en razón a la volatilidad del precio de este producto en el mercado internacional, temática que debería ser abordada por futuras investigaciones.

3.969 12.160 26

4.409

27

376

28

4.912

30

29

Mora De Tovar, “Las cuentas de la Real…” pág. 311. Elaboración propia a partir de: agn, Bogotá. S. República, F. Ministerio de Hacienda, tomos 212-312. Junguito, “Las finanzas públicas…” págs. 55-57. Junguito, “Las finanzas públicas…” pág. 59. Elaboración propia a partir de: agn, Bogotá. S. República, F. Gobernaciones, tomos 1 y 2, rollos 265, 266 y 516.


Esclavitud y libertad en la provincia de Neiva entre los siglos xvi - xix Fredy Enrique Martínez Pérez

Universidad Nacional de Colombia

El

objetivo de este texto es establecer cuáles fueron las dinámicas socioeconómicas que se presentaron en la provincia de Neiva alrededor de la esclavitud y la libertad de los esclavos. Para lograr este objetivo, la exposición se estructurará a partir de tres ejes de análisis: el primero se encargará de observar la estructura económica de la provincia en la época colonial, con lo cual podemos observar las posibilidades económicas que el imperio español divisó en la región, tratando de establecer en qué medida las actividades económicas que se desarrollaron en la provincia se beneficiaron con la inversión de recursos económicos representados en la compra de esclavos. El segundo eje de análisis se encargará, principalmente, de la indagación cuantitativa de la población esclava de la provincia de Neiva, ya que la importación de esclavos africanos se presentó con mayor amplitud en aquellos espacios donde la disponibilidad de mano de obra indígena y mestiza era limitada, lo que condicionó el óptimo funcionamiento de la economía, por lo cual, observar la densidad de la población esclava en la provincia permitirá establecer cuan definitiva fue la utilización de esta mano de obra en las dinámicas económicas locales, además de establecer el peso relativo de los esclavos frente a los otros grupos poblacionales que constituían la sociedad de la provincia. Como último eje de análisis, se estudiaran las prácticas de liberación de esclavos desarrolladas en la provincia, pues desde allí se pueden


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vislumbrar las formas en que fue entendida la esclavitud en sus referentes morales, económicos, políticos y sociales, además de las contradicciones que produjo en la sociedad neivana la posibilidad de liberación de la mano de obra esclava. El análisis de los tres elementos expuestos anteriormente debe conducir a establecer la importancia que la esclavitud adquirió en la provincia de Neiva desde la introducción de los primeros esclavos en el siglo xvi, hasta la abolición de la institución en 1851, evaluando el impacto que la libertad de los esclavos tuvo en esta sociedad.

La estructura económica colonial

La actitud con la que los peninsulares conquistaron y colonizaron los

territorios al otro lado del atlántico, fue determinada por la posibilidad de obtener grandes beneficios económicos a partir distintos medios como: la apropiación de importantes cantidades de metales preciosos, la expropiación de tierras y la subordinación de la mano de obra indígena. A los españoles les atraía la conquista, la riqueza fácil y la posibilidad de reconocimiento de una sociedad anclada en los viejos valores del honor medieval.1 Aztecas e Incas habían desarrollado sistemas estatales complejos, con los cuales lograron controlar importantes densidades poblacionales a partir del tributo, del aprovechamiento de su trabajo y de la fuerza de sus ejércitos. En lo que sería conocido posteriormente como el Nuevo Reino de Granada, los españoles hallaron a los muiscas —junto con otros pueblos nativos— a lo largo y ancho del territorio; aunque en la Nueva Granada no se encontraron estados desarrollados como sí ocurrió en los territorios controlados por los aztecas e incas, los muiscas habían creado una confederación política integrada por diferentes grupos poblacionales localizados en el altiplano cundiboyacence. Los muiscas si bien no alcanzaron las densidades poblacionales de los pueblos azteca e inca, su magnitud era lo suficientemente importante para atraer a los conquistadores españoles.2 Tanto en las sociedades mesoamericanas como andinas, los 1

2

Elliott, John, Imperios del mundo atlántico. España y Gran Bretaña en América (1492-1830), Madrid, Taurus, 2006. Desde una perspectiva de historia comparada Elliott presenta el sentido de la conquista, colonización y emancipación del continente americano. Para el estudio de la conquista de la Nueva Granada ver Friede, Juan, Los Chibchas bajo la dominación españoal, Medellín, La Carreta, 1974.

Esclavitud y libertad

91

españoles aprovecharon las experiencias de dominación política previas a la conquista para penetrar en los territorios, fundando y refundando ciudades, villas y pueblos, e integrando rápidamente a la población nativa en su sistema de dominación. Junto con las grandes densidades poblacionales, en los territorios conquistados por España se encontraron importantes yacimientos de metales preciosos: plata en Zacatecas y Potosí3 y oro en la Nueva Granada.4 En la conquista del territorio americano y su posterior colonización, se establecieron el tributo y la explotación de metales preciosos como las principales actividades económicas; así mismo, junto con la economía minera se articuló una importante producción agropecuaria, artesanal y comercial. Los centros tributarios se establecieron en donde la población aborigen estaba concentrada y los primeros yacimientos mineros explotados fueron aquellos que los indígenas ya conocían. En el Nuevo Reino de Granada, a fines de 1530 comenzaron las expediciones de conquistadores buscadores de oro, encontrando los primeros yacimientos en Buriticá; posteriormente, entre 1536-1546 se empezaron a consolidar los espacios mineros en los valles de los ríos Cauca y Magdalena, y hacia 1570 se comenzó a explorar y a usufructuar la cuenca del Pacífico. Alrededor de la explotación minera se establecieron los grandes centros de cultura española en América, junto con un importante sistema de redes comerciales y mercantiles que abastecieron con bienes de consumo y bienes de material a las minas.5 Las primeras expediciones de conquista realizadas en la cuenca alta del río Magdalena, región que se conoció posteriormente como la provincia de Neiva, empezaron a mediados del siglo xvi. Las expediciones de conquista encabezadas por Gonzalo Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar, entraron en el territorio motivadas por la búsqueda del 3

4

5

Sobre la articulación de la economía colonial a partir de la explotación de plata ver Bakewell, Peter, Minería y sociedad en el México colonial, Zacatecas 1546-1700, México, Fondo de Cultura Económica, 2007; Bakewell, Peter, Mineros de la montaña roja: el trabajo de los indios en Potosí, 1545-1650, Madrid Alianza Editorial, 1989; Sempat Assadourian, Carlos. “La producción de la mercancía dinero en la formación del mercado interno colonial. El caso del espacio peruano, siglo xvi” en Florescano, Enrique, editor, Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América Latina (1500-1975), México, Fondo de Cultura Económica, 1979. Un estudio sobre la minería en Colombia en la época colonial puede consultarse en West, Robert, La minería de aluvión en Colombia durante el periodo colonial, Bogotá, Imprenta Nacional, 1972. Para el siglo xix consultar Restrepo, Vicente, Estudio sobre las minas de oro y plata en Colombia, Medellín, Fondo Rotatorio de Publicaciones faes, 1979. West, La minería de aluvión… pág. 43- 47.


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Historia Comprehensiva de Neiva

codiciado Dorado, encontrándose en vez de ello con una región de topografía agreste, climas extremadamente cálidos e indios belicosos. Las epidemias que diezmaron a los conquistadores y los enfrentamientos con los indígenas, valieron a los españoles para darle el nombre de “valle de las tristuras” a este territorio, sin embargo, a pesar de la mala experiencia padecida por los primeros españoles se encontraron yacimientos de plata y algunos de oro. Como consecuencia de estos hallazgos se fundó en 1551 el sitio denominado San Sebastián de la Plata, sobre el que dijo fray Pedro de Aguado, con sobrado optimismo, que las minas encontradas allí “eran tan ricas como las de Potosí”; sin embargo, la guerra con los indígenas yulcones y paeces impedía el trabajo en ellas.6

Esclavitud y libertad

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de la encomienda y la mita, con las cuales los españoles implementaron un sistema de mano de obra servil, justificado a partir de la evangelización y “civilización” de los indígenas, pues según la visión de los españoles, se debía someter a los indígenas a partir del trabajo, la concentración en pueblos de indios y la evangelización, para salvar sus almas y de paso sacarlos de la barbarie en la cual vivían.7 La provincia de Neiva se vio seriamente afectada por la crisis demográfica de la población indígena, que influyó definitivamente en el carácter que adquirió la economía de la provincia, ya que por la tecnología rudimentaria en la minería y en la agricultura, el factor determinante de la producción lo proporcionaba la mano de obra indígena, por lo cual los dueños de minas y tierras no dudaron en solicitar la introducción de esclavos africanos. Según Robert West, en la zona sur del distrito minero del magdalena se explotaban minas en: Mariquita, Ibagué, Neiva, San Sebastián de la Plata, Saldaña y Timaná; estas fueron explotadas a pequeña escala pero con

Batalla entre españoles e indios en una expedición española.

Los principios de la guerra justa fueron utilizados por los españoles para someter y esclavizar a los pueblos indígenas que se opusieron a la conquista. La resistencia de los indígenas a la ocupación de sus territorios, las acusaciones de antropofagia, idolatría y adoración al diablo, fueron los argumentos que los españoles defendieron para justificar la esclavitud de los indígenas. A ello hay que agregar el reparto de indios realizado a través 6

Tovar Zambrano, Bernardo, “Conquista española y resistencia indígena”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. i, Neiva, Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 1996, pág. 227.

Esclavitud de indígenas.

una producción constante entre los siglos xvi y xviii.8 Los problemas en la producción de metales no se hicieron esperar, la baja en la producción minera de la provincia de Neiva fue provocada por la escasez de los yacimientos, la imposibilidad de abrir otros campos de explotación minera, las dificultades 7 8

Elliott, Imperios del mundo… pág. 116. West, La minería de aluvión… pág. 55.


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Historia Comprehensiva de Neiva

para el reclutamiento de la mano de obra indígena y los altos costos de los esclavos; esta baja de la producción incentivo la apertura y ampliación de otros frentes económicos en la región, tales como la agricultura y la ganadería, actividades que fueron incentivadas —en mayor medida la ganadería— por la entrada en funcionamiento del camino real que comunicaba a Santafé con Popayán, el cual pasaba por la región.9 El fortalecimiento de hatos ganaderos desde el siglo xvii para abastecer las minas de la provincia y las plazas de Santafé y Popayán, e incluso el distante e importante mercado minero de Potosí, incentivaron a la ganadería como la principal actividad económica de la provincia desde mediados del siglo xvii hasta finales del siglo xix, desplazando a la minería a un segundo plano. En el siglo xviii, periodo en el que se consolidó la hacienda como unidad de producción dominante en Hispanoamérica, gran parte de la riqueza de la provincia de Neiva estaba representada en tierras, ganados y esclavos; las haciendas de la provincia operaban en función de su articulación con los mercados mineros. Es importante señalar la influencia de la Compañía de Jesús en el desarrollo de las actividades económicas desplegadas en la Nueva Granada, utilizando la hacienda como centro de sus complejos negocios.10

Esclavitud y libertad

Las operaciones económicas de los jesuitas estaban constituidas principalmente por la agricultura, la ganadería, la minería, el comercio y las actividades crediticias; el trabajo en estas unidades productivas era realizado en gran medida por mano de obra esclava o servil. Las propiedades más importantes de los jesuitas en la provincia de Neiva, eran las haciendas de Villavieja, Doyma, El Espinal, Buenavista y Tena, con las que construyeron y conformaron una importante red de producción y comercialización agrícola y ganadera que abasteció los mercados más importantes de la Nueva Granada.11 Los inventarios realizados en las haciendas de la provincia fueron publicados por María Angélica Suaza y Humberto Montealegre, en ellos se observa que los esclavos eran parte fundamental de los activos de las haciendas;12 en el inventario que presenta Suaza Español, que abarca los siglos xvii al xix, se observa que en las haciendas hubo una especialización del trabajo esclavo,13 que como se demuestra en el inventario de las familias que habitaron en la hacienda de Villavieja,14 fue desarrollado en gran parte por la familia esclava. Debido a la estructura económica que adquirió la provincia de Neiva, la importación de esclavos se realizó a una escala reducida, pues la riqueza de los yacimientos de metales preciosos fue limitada; sin embargo, en los frentes agrícola y ganadero algunos de los activos fueron representados en esclavos, estos muy probablemente eran los descendientes de los esclavos importados en el siglo xvi y primeras décadas del siglo xvii. Desde mediados del siglo xvii, la mano de obra en las unidades productivas de la provincia recayó en una masa creciente de mestizos libres propietarios de su fuerza de trabajo, que se ubicaron laboralmente en las haciendas; no obstante, se puede identificar que la esclavitud no fue un fenómeno ajeno o desconocido en la sociedad y economía de la provincia, aunque el peso de la mano de obra esclava en esta región fue relativa.

11

Esclavos negros. 9 10

Tovar Zambrano, “Conquista española…” pág. 227. Para consultar sobre las lógicas económicas y sociales de las haciendas de la Compañía de Jesús en la Nueva Granada ver Colmenares, Germán, Haciendas de los Jesuitas en el Nuevo Reino de Granada: siglo xviii, Bogotá, Universidad del Valle / Banco de la República, 1998.

95

12

13

14

Montealegre Sánchez, Humberto, El árbol de la libertad, Neiva, Litocentral, 2008, pág. 64. Suaza Español, María Angélica, Los esclavos en las haciendas de la provincia de Neiva durante el siglo xviii: Arqueología histórica de la Nueva Granada, Neiva, Gobernación del Huila, 2007, págs. 103-118; Montealegre Sánchez, El árbol de la libertad, págs. 115-120. En el inventario de los hatos de Tune y La Jagua dedicados al parecer al cultivo de caña de azúcar se especifica que de los: Juan Congo se desempeña como capitán de cuadrilla, el esclavo Mateo como oficial de azúcar. Suaza Español, Los esclavos… pág. 103. Suaza Español, Los esclavos… pág. 197.


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Historia Comprehensiva de Neiva

La población: la crisis demográfica del siglo xvi

Una de las principales fuentes de riqueza que divisaron los conquistadores

en América fue el control de la población indígena para convertirla en tributaria y acceder de forma eficiente a sus servicios laborales. Esta intensión rápidamente debió replantearse debido a la crisis demográfica de la población aborigen. Ruggiero Romano indica que el siglo xvi y los primeros cuarenta años del siglo xvii fueron de constante reducción demográfica en América, ya que la población indígena disminuyó dramáticamente al pasar de entre 60 y 80 millones en la época precolombina, a solo 10 millones hacia 1640. La demografía histórica no solo atribuye al genocidio y exterminio de los indígenas por parte de los españoles ser la principal causa del desastre demográfico, junto con ella se han evaluado el impacto de diferentes variables para explicar la debacle demográfica, como son las diversas epidemias, las deportaciones y desplazamientos de individuos de zonas cálidas a zonas frías y viceversa por causa de sistemas de trabajo forzoso en minas y tierras, las hambrunas provocadas por causas naturales y por la usurpación de tierras a los indígenas, y por último, la desestructuración social, económica y religiosa de las sociedades aborígenes provocada por la conquista, “desgano vital” que llevó a los indígenas a evitar su reproducción a partir de prácticas anticonceptivas, abortos, infanticidios, además de suicidios individuales y colectivos.15 La catástrofe demográfica que afectó a la población indígena entre el siglo xvi y la primera mitad del siglo xvii, produjo la baja en la recaudación de tributos y en mayor medida, el estancamiento de la economía minera y agrícola en la totalidad de los dominios españoles en América, incluida la provincia de Neiva. El cambio de tributación en especie o trabajo por tributación en metales preciosos, provocó la insistente búsqueda de yacimientos de oro y plata y estimuló la inmigración de gentes a la provincia de Neiva incitados por la fiebre del oro.16 Desde el siglo xvi fueron constantes los pedidos de licencias de importación de negros esclavos para laborar en las minas y haciendas de la Nueva Granada debido al notable descenso de la población indígena, pues si bien había riquezas en minas, las deficiencias en la obtención de la mano de obra obstaculizaron la producción económica. Es así como 15

16

Romano, Ruggiero, Mecanismo y elementos del sistema económico colonial americano: siglos xvixviii, México, El Colegio de México / Fondo de Cultura Económica, 2004, págs. 46-49. Tovar Zambrano, “Conquista española…” pág. 271.

Esclavitud y libertad

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en 1592 Francisco de Anuncibay solicitó la introducción de 2.000 negros esclavos para laborar en las minas de la gobernación del Cauca, a la que la provincia de Neiva estaba adscrita, ya que a pesar de ser muy ricas no tenían brazos para explotarlas, pues los indios de la región se extinguían y en lugares como Timaná y La Plata prácticamente se habían acabado.17 A partir de la segunda mitad del siglo xvii la población indígena dejó de descender al ritmo dramático que se evidenció en el siglo y medio anterior. La estabilización de la población total americana que se observa entre mediados del siglo xvii y todo el siglo xviii, se explica por el crecimiento constante de la población mestiza y en menor medida por la importación de negros africanos. Para el caso de la provincia de Neiva, la crisis de la población indígena y su impacto en el enrolamiento de la mano de obra fue solucionada rápida y eficazmente por el alto crecimiento poblacional de los mestizos, no por la importación de negros esclavos como si se observó en otras regiones de la Nueva Granada como Popayán y Antioquia, economías principalmente mineras y de una demanda constante de mano de obra esclava. Como lo señala María Angélica Suaza, la presencia de negros esclavos y negros libres fue importante en los espacios económicos de la provincia de Neiva durante el siglo xviii, su presencia se debe en menor medida a la explotación minera, la cual venia en decadencia y más a su papel en los hatos, fincas y haciendas dedicadas a actividades agropecuarias. Algunas cifras sobre la población esclava de la provincia de Neiva entre los siglos xviii y xix Haciendo uso de los padrones de la provincia de Neiva, particularmente de los de 1778, 1825, 1834, y 1851, elaboramos los cálculos del porcentaje de esclavos frente al total de habitantes de la provincia, que nos arrojó los siguientes datos que componen la tabla 1:

17

Montealegre Sánchez, El árbol de la libertad, pág. 59.


98

Historia Comprehensiva de Neiva Tabla 1 Porcentaje de esclavos en la provincia de Neiva 1778-1851 Población provincia de Neiva

Población esclava de la provincia

% esclavos frente a la población total de la provincia

1778

1778

884

3.3%

1825

47.157

1237

2.62%

1834

77.452

898

1.16%

1843

93.688

510

0.54%

1851

103.003

237

0.23%

Año

Esclavitud y libertad Gráfico 1 Población de la provincia de Neiva 1778 - 1851

Fuente: Los datos del censo de 1778 proceden de Tovar Mora, Camilo Ernesto; Tovar Mora, Jorge Andrés y Tovar Pinzón, Hermes, recopiladores, Convocatoria al poder del número. Censos y estadísticas de la Nueva Granada (1750-1830). Bogotá, Archivo General de la Nación, 1994. Los datos de los censos de 1825, 1834, 1843 y 1851 provienen de Arrubla, Mario y Urrutia, Miguel, Compendio de estadísticas históricas de Colombia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1970.

Como observaremos en el gráfico 1, las cifras totales de población de la provincia de Neiva entre los años de 1778 y 1851 muestran un marcado crecimiento demográfico en la totalidad de la población, lo cual contrasta con los datos de población esclava de la misma provincia y en el mismo periodo que se pueden apreciar en el grafico 2, que muestra una tendencia a la baja en la población esclava, con un pico en 1825 explicado por el comercio de esclavos existente entre las diferentes provincias y regiones que integraban la Nueva Granada, y por el crecimiento vegetativo de la población ocurrido en el más de medio siglo que hay entre los censos de 1778 y 1825. Después de este periodo, en intervalos de aproximadamente 10 años la población esclava descendió de forma constante hasta 1851 en vísperas de la abolición definitiva de la institución; esta tendencia a la baja en la población esclava de la provincia sugiere que desde la última parte del siglo xviii hasta mediados del siglo xix la esclavitud en la provincia de Neiva se encontraba en decadencia; la mano de obra libre proveniente de los sectores mestizos de la población fue definitiva y más representativa en el sistema económico de la provincia que la mano de obra esclava.

Gráfico 2 Población esclava de provincia de Neiva 1778 - 1851

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Historia Comprehensiva de Neiva

La libertad de los esclavos

La legislación implementada en los dominios españoles de ultramar

reglamentó de forma extensa las relaciones entre amos y esclavos. Dentro de las prácticas que se observaron, se evidencia la posibilidad que tenían los esclavos de adquirir su libertad a partir de la obtención de recursos propios producto del trabajo en sus días y ratos libres. En efecto, la tradición y legislación establecían que a los esclavos se les debían garantizar espacios para que se ocuparan en la obtención de recursos propios con los cuales mejorar su dieta, procurarse el vestido, sostener a sus familias y eventualmente comprar su libertad. De vez en cuando los propietarios liberaban a sus esclavos sin ninguna contraprestación económica como agradecimiento por su obediencia y trabajo, sin embargo, esta práctica no fue muy común en la sociedad, y sí se daba dicha posibilidad, la manumisión privilegiaba a esclavos viejos o enfermos que no tenían el mismo rendimiento en el trabajo que un esclavo joven y sano. La manumisión de esclavos no constituyó una amenaza para la supervivencia de la institución esclavista en Nueva Granada durante el período colonial y los primeros años de la República; es oportuno resaltar que las probabilidades para que los esclavos obtuvieran la libertad fueron excepcionales. El compromiso de libertad fue aplicado por los propietarios como estímulo para el trabajo de los esclavos, ya que bajo la promesa aplazada y ambigua de la libertad se reforzó la dependencia de los esclavos y la autoridad de los amos. Algunas fuentes de origen colonial como los pleitos judiciales y las legislaciones sobre trato de esclavos, indican que los esclavos no se encontraban desprotegidos jurídicamente ante sus propietarios y ante la sociedad. En este sentido, aunque en varias oportunidades las reclamaciones jurídicas favorecieron a los propietarios, los derechos reconocidos por la corona española a los esclavos fueron aplicados por ellos como los caminos legales para adquirir su libertad. Cuando los compromisos de libertad fueron quebrantados o diferidos por los propietarios, el esclavo recurría a las instancias establecidas por la ley para que por medio de ellas se elevaran reclamaciones jurídicas en contra de sus amos con el fin de que se cumpliera con lo acordado.18 Dentro 18

Tovar, Hermes, De una chispa se forma una hoguera; Esclavitud, insubordinación y liberación, Tunja, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 1992, pág. 20.

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de este marco, vemos el caso de una esclava de la ciudad de Honda que demanda a su amo por el incumplimiento de su promesa de libertad. Honda, 5 de Noviembre de 1796 Lucia Viana Demanda a su amo, Don Antonio Burgueño, por haberla perdido ofreciéndole la libertad, que no le ha dado en 20 años, ni tampoco a su hijo. En 23 de Junio remite el Gobernador de Mariquita el expediente con las diligencias obradas a su consequencia quejándose de no poder adelantarlas por el desprecio que las justicias de Guaduas hacen de sus providencias. En 10 de Junio ocurre el hijo de la esclava instando por su libertad, y por la de su madre, y pidiendo se le mande poner en libertad pues lo han aprisionado sus amos por haber intentado venirse a agitar este asunto.19

Para aquellos individuos que adquirieron la libertad, esta no produjo como efecto inmediato la ruptura de los lazos de poder y coacción de sus antiguos amos. El acceso a la libertad representó según lo argumenta Rafael Díaz “el ingreso a una nueva dialéctica de la dominación y la dependencia”.20 En los casos que la libertad se materializó, la esclavitud se transformó en formas serviles de trabajo, prolongando las relaciones de carácter paternalista entre señores y ex-esclavos; el ingreso a la libertad no implicó el reconocimiento e inclusión social de los sectores negros y mulatos de la Nueva Granada. Las fugas fueron prácticas mediante las cuales los esclavos buscaron acceder a su libertad, y el mecanismo más usual de resistencia a su condición; estas no se llevaron a cabo exclusivamente con el objetivo de formar palenques o pueblos de negros, pues en algunos casos estas prácticas se utilizaron como medio para cambiar de dueño o para denunciar los malos tratos a que eran sometidos por sus amos. De todas formas, el que un esclavo huyera de la protección de su amo era considerado como una falta grave al orden social, enterrando las perspectivas del fugado de adquirir la libertad por los medios legales, ya que la legislación y la costumbre no dejaron de castigar severamente a quienes optaron por esta alternativa de libertad. Según el estudio de Suaza 19

20

“En los estrados judiciales por robo del amor con promesas de libertad”. Archivo General de la Nación (agn), Bogotá, Sección Colonia, Fondo Negros y EsclavosPanamá, Legajo 4, f. 450, Díaz, Rafael, Esclavitud, región, y ciudad. Sistema esclavista urbano-regional en Santafé de Bogotá 1700-1750, Bogotá, Universidad Javeriana, 2001, págs. 189-209.


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Español, las fugas de esclavos en la provincia de Neiva se incrementaron a partir de la segunda mitad del siglo xviii, hecho que se evidencia en el incremento de la expedición y otorgación de poderes entregados por los dueños de esclavos a individuos que se dedicaban a la búsqueda de esclavos fugados.21 A finales del siglo xviii las ideas ilustradas con su anunciado humanismo, y la presión e influencia política e ideológica que ejercieron los franceses e ingleses para abolir la esclavitud con el objetivo de beneficiar sus negocios a nivel mundial, empezaron a socavar los fundamentos filosóficos de la esclavitud promoviendo formas de vida dentro de la libertad y de la igualdad. A pesar de ello, la elite ilustrada de Nueva Granada no discutió de forma seria los aspectos relacionados con la libertad de los esclavos. Antonio Nariño y Francisco José de Caldas en sus escritos no dejaron de considerar a los esclavos como seres humanos inferiores y singularmente capacitados para los trabajos más fuertes. Antonio Nariño en un proyecto sobre los temas de la administración del virreinato enviado al virrey Pedro de Mendinueta en 1797, recomendaba que la administración virreinal se comprometiera a comprar negros esclavos para entregarlos en arrendamiento a los particulares, esta mano de obra debería ser empleada en el incentivo de las labores agrícolas y de las minas. Nariño argumentaba que era más económico para los productores agrícolas y mineros arrendar a estos esclavos que contratar mano de obra libre, así mismo, afirmaba que estos esclavos serian considerados como fuente constante de ingresos y que servirían para “criar una milicia sin costo que en un caso urgente pueden ser de mucha utilidad”. Por otro lado, Francisco José de Caldas en sus escritos se refiere a los negros como personas aptas exclusivamente para el trabajo en los climas cálidos, hombres simples y sin talentos, individuos que se entregaban a las necesidades de la naturaleza “sin moderación y sin freno”, propensos al trato ilícito con “las mujeres más licenciosas, lascivos hasta la brutalidad”, torpes en las facultades intelectuales, caprichosos y “soberbios” que no reconocen “su inferioridad ni estado miserable”.22 En la primera década del siglo xix se empiezan a encontrar escritos que tratan sobre la situación de los esclavos del Virreinato de 21 22

Suaza Español, Los esclavos… págs. 217-220. Ortega Ricaurte, Carmen, Negros, mulatos y zambos en Santafé de Bogotá. Sucesos. Personajes y anécdotas, Bogotá, Academia Colombiana de Historia, 2002. pág. 130.

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la Nueva Granada, motivados más por el pánico que habían provocado las insurrecciones de los esclavos en Haití entre 1791 y 1804 que por la filantropía de los intelectuales criollos. Uno de los primeros que escribió sobre la necesidad de abolir la esclavitud fue Don Antonio Villavicencio, quien en el año de 1809 redactó un proyecto de ley que presentó a la comisión del arreglo de los asuntos que debían tratar las cortes de España en Sevilla. Entre las principales propuestas de este criollo figuraban: decretar la libertad de vientres de las esclavas, fijar un periodo de 20 a 25 años para que la esclavitud expirara de hecho y de derecho en todas las posesiones de América, proteger a los esclavos viejos que se liberarían hasta que el gobierno les diera un destino cierto, y prohibir la introducción y comercio de esclavos. Para fortalecer sus razonamientos, Villavicencio indicó que era elemental impedir que en el futuro los esclavos “adquieran su libertad con muertes, incendios y otras mil atrocidades que cometieran con las armas en la mano”.23 En consonancia con las ideas y el miedo expresado por Villavicencio, el payanes residente en Cartagena, José Ignacio de Pombo, formuló el establecimiento de una sociedad de pequeños productores libres para sustituir la esclavitud y perfeccionar los rendimientos agrícolas y de la minería. Sin embargo, este criollo no renunciaba a calificar a los esclavos negros y mulatos como seres humanos “imperfectos, inferiores y violentos”.24 La libertad como promesa en la Independencia Posteriormente, en el marco de las guerras de independencia, el mismo Antonio Nariño adoptó la táctica de ofrecer la libertad a los esclavos que se enrolaran en los ejércitos patriotas, aunque hay que decir que esta práctica también se observa con bastante frecuencia entre los ejércitos realistas indicando que para los bandos en contienda era vital contar con la participación de negros y esclavos para legitimar sus pretensiones militares y políticas. Russell Lohse documenta el impacto de esta política de guerra en la provincia de Neiva y en especial en la Plata, sosteniendo 23 24

Ortega Ricaurte, Negros, mulatos y zambos… págs. 166-167. Múnera, Alfonso, El fracaso de la nación. Región, clase y raza en el Caribe colombiano 17171810, Bogotá, Banco de la Republica / El Ancora Editores, 1998, págs. 109-110.


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que los esclavos de la provincia influyeron en el curso de las luchas de independencia; en el desarrollo de su argumentación, Lohse usa como ejemplo el caso del esclavo José León, quien guió el ejercito patriota por la cordillera oriental en su tránsito por esta región, y posteriormente en 1829 salvó la vida del General Manuel María Mosquera, refugiándolo en la Plata hasta que se incorporó a los ejércitos de Bolívar para acompañarlo en las guerras del sur.25 Cuando los ejércitos españoles fueron vencidos y expulsados del centro y norte de la actual Colombia, el objetivo inmediato fue el de construir un nuevo orden político con el cual debía administrarse el territorio. En las deliberaciones que llevaron a la fundación de la República de Colombia (Gran Colombia) la discusión de los aspectos relacionados con la libertad de los esclavos estuvieron en el primer orden, pues no se podía consentir un Estado garante de los derechos de sus habitantes, si parte de su población se encontraba en la esclavitud. La libertad de los esclavos entre 1821 y 1850.

Billete de manumisión segunda clase 1851.

La aprobación de la ley de 19 de julio de 1821, con la cual se liberaron los vientres de las esclavas, el montaje de las cajas de manumisión con recursos provenientes de las mortuorias y la prohibición del tráfico esclavista, puede entenderse como el comienzo del fin de la esclavitud en la República de Colombia. El objetivo que se plantearon los agentes del Estado al buscar que en pocos años todos sus habitantes fueran libres, actuó como una de las condiciones para legitimar el nuevo orden jurídico, con el cual se buscaba integrar a todos los sectores que constituían la sociedad, entre ellos los esclavos, quienes se encontraban inmersos en la “humanidad más desgraciada y afligida”. La liberación de los vientres de las esclavas, el montaje de las cajas de manumisión y la prohibición del tráfico de esclavos debería redundar en la reducción de la población esclava del país; sin embargo, la ruina económica del Estado hizo que el proceso fuera dilatado y poco efectivo, por lo cual la gradualidad en la manumisión de esclavos, condicionada por la disponibilidad de recursos con los cuales indemnizar a los propietarios, fue el mecanismo privilegiado para liberar esclavos entre 1821 y 1851.

La manumisión paulatina de esclavos implementada por el Estado colombiano fue propuesta con el fin de no afectar los intereses de los propietarios, quienes se habían visto perjudicados por la ruina económica causada por las guerras de independencia, ruina relacionada directamente con la destrucción de haciendas y minas, con el secuestro de propiedades y el reclutamiento de los esclavos en los ejércitos enfrentados. Los efectos de la guerra de la independencia, como el cambio en el sistema de la esclavitud implementados desde 1821, desarticularon la minería y la economía agrícola del país. La explotación minera que representó el sector más importante de la economía colonial articulando la producción agrícola, artesanal y comercial de la Nueva Granada, se convirtió en un sector rezagado.26 En la provincia de Neiva se secuestraron varias propiedades en el periodo de la independencia, lo que sin duda afectó la normalidad en la producción económica de la región. La provincia de Neiva constituyó la segunda región con mayor cantidad de secuestros del país después de la provincia de Santafé. En el periodo 1816-1820 se embargaron 31

25

Lohse, Russell “Libertad y derechos de propiedad: la manumisión en La Plata, Colombia, 1821-1852”, en Revista Memoria, n.º 9, 2002, págs. 11-12.

26

Kalmanovitz Krauter, Salomón. Consecuencias económicas del proceso de Independencia en Colombia, Bogotá, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, 2008. pág. 25.


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propiedades, de las cuales el 58% representan haciendas, el 32 % casas y un 10% tiendas.27 En la provincia de Neiva la población esclava venia en decadencia desde finales del siglo xviii, debido a que las actividades económicas desarrolladas allí no requerían de grandes inversiones en mano de obra esclava, y al crecimiento poblacional de los mestizos; no obstante, al igual que en todo el país, las leyes de manumisión fueron aplicadas liberando a la población esclava. Como ejemplo de la implementación de las leyes de manumisión en la provincia de Neiva tenemos la lista de esclavos liberados en la provincia en diciembre de 1828,28 publicada en la Gaceta de Colombia, cuando en el marco de las fiestas nacionales se dio la libertad a siete esclavos: Tabla 2 Esclavos liberados en Neiva, diciembre de 1828 Nombre del esclavo Dionicio Silvestre Tomasa Vargas Victorino Ana Luisa Gaitán Josefa Días

Nombre del propietario Sra. Catarina Salas Sr. Joaquín Chacón Sr. Nicolás Herrera Sr. Felipe Gutiérrez Sra. Anastacia Perdomo S.D. Sr. Buenaventura Días

La manumisión de esclavos presentada anteriormente es la única referenciada en la Gaceta de Colombia en el periodo 1821-1830 para la provincia de Neiva, pues al parecer en ella no fue acatada la ley que obligaba a las juntas de manumisión a pasar los listados anuales de liberados para que fueran promocionados en los medios de comunicación oficial; sin embargo, la escases de fuentes para este periodo puede sugerir que la manumisión de esclavos, en los términos planteados por la ley de 1821, fue precaria debido a la baja proporción de esclavos que vivían en la provincia. 27

28

Forero, Marco y Pérez, Daniel “El Problema de los Secuestros en el Contexto de la Guerra de Independencia de Colombia.1810-1820”, Bogotá, inédito, 2009, pág. 82, Resultado del proyecto de investigación El problema de los secuestros en la independencia de Colombia financiado por la Universidad Nacional y dirigido por Heraclio Bonilla. “Manumisión en diciembre último en Neiba”. Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 332, enero de 1829.

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No obstante, a partir del análisis de las ceremonias de manumisión desplegadas en el marco de las fiestas nacionales a lo largo y ancho del país y que he sintetizado en un artículo,29 he llegado a la conclusión de que el pago del valor del esclavo al propietario por medio del avaluó de las juntas de manumisión municipales, no necesariamente se arreglo con los fondos reunidos por los impuestos creados para este fin, pues en varias oportunidades se observa que hay donación de parte o de la totalidad del valor de la manumisión del esclavo por parte del amo, se dan operaciones crediticias, e incluso se puede llegar a sugerir que en algunos casos, los fondos con los que los esclavos recibían su libertad, fueron el resultado de su trabajo. Para el caso de la manumisión anteriormente referenciada, se puede llegar a asegurar que el valor de la libertad de los esclavos manumitidos fue cancelado en su totalidad, pues la observación de estos mismos actos en otros espacios geográficos del país y en el mismo periodo cronológico, demuestra que si un propietario llegaba a hacer gracia de parte o de la totalidad del valor del esclavo esto sería tomado como un acto de filantropía superior, digno de exaltar y registrar en la prensa oficial como un ejemplo de compromiso con los ideales de la República. Las dinámicas de manumisión de esclavos en el periodo 1821-1851 presentadas por Jorge Andrés Tovar, muestran que en las regiones Caribe y andina se produjo la rápida liberación de esclavos debido a la implementación de las leyes sobre manumisión, que si bien no tuvieron éxito rotundo, tampoco fueron un fracaso absoluto; es así como se identifica la liberación de 15.591 esclavos en la totalidad del país entre 1823 y 1852, correspondiendo 197 manumisiones a la provincia de Neiva.30 En 1839 los hijos de las esclavas nacidos después de la ley de 1821 empezaron a salir de la tutela de sus amos. En la provincia de Neiva se relacionan 83 esclavos entre 1839 y 1850 (40 hombres y 43 mujeres), junto con 342 jóvenes libres menores de 18 años; sin embargo, la libertad de estos individuos era limitada pues estaban sometidos al concertaje, del 29

30

Para observar las dinámicas sociales que se desarrollaron en las fiestas nacionales en el periodo conocido como La Gran Colombia y su relación con la manumisión de esclavos, consultar Martínez, F. Enrique, “La fiesta de la libertad. Celebraciones cívicas y manumisión de esclavos en la Gran Colombia”, en Revista Colombiana de Educación, n.o 59, 2011. Entre los años de 1831-1832 en la provincia de Neiva se liberaron 35 esclavos, ver Tovar Mora, Jorge Andrés y Tovar Pinzón, Hermes, El oscuro camino de la libertad, Los esclavos en Colombia, 1821-1851, Bogotá, Universidad de los Andes, 2009, págs. 76-138.


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cual algunos libertos trataron de salirse por medio de la ya conocida practica de la fuga que provocaba la insistente búsqueda por parte de sus tutores, pues como lo argumenta Rusell: “en la práctica los manumisos nacidos después de 1821 eran tratados y cazados como esclavos”.31 En la década de 1840 la manumisión de esclavos entró en crisis debido a la oposición política a la ley de manumisión, que se desplegó desde los sectores más conservadores de la sociedad. Los hijos de las esclavas nacidos después de la expedición de la ley en 1821 empezaron a salir del concertaje forzoso, por lo que se presionó el aumento de la edad en la que los hijos de las esclavas saldrían de la tutela de los amos (ampliándola de los 18 a los 25 años), obteniendo un resultado satisfactorio para sus intereses; estas prerrogativas legales y la coyuntura de la guerra de los supremos estancó la liberación de esclavos en la totalidad del país a mediados de la década de 1840. En los últimos años de la década de 1840 se incrementó el debate acerca de la importancia de la libertad de los esclavos, tanto así que las ideas de libertad o su oposición fueron integradas en los planes de los nacientes partidos conservador y liberal. La presión ejercida por las sociedades filantrópicas fundadas en todo el país y por los sectores políticos progresistas suscritos al partido liberal, exigían la creación de una ley que aboliera de un “solo golpe y sin demora la esclavitud en toda la República.” Un escrito de la Cámara de la provincia de Neiva dirigido al Congreso de 1851 evidencia la preocupación que se tenía en la región por la suerte de los esclavos, al identificar la esclavitud como contradictoria a los principios de libertad e igualdad que se promulgaban en el país. Algunos se alarman con esta idea [la de abolir la esclavitud definitivamente] que reputan atentatoria del derecho de propiedad; pero esto consiste en que razonan en calidad de amos y no en calidad de esclavos. Es un contrasentido decir que hay libertad en un país en que hay esclavitud; pensar que somos iguales siendo siervos los unos y los otros amos (…). Un republicano filantrópico no podrá sostener sin ruborizarse el derecho de propiedad contra la libertad del hombre (…) El gobierno español que nos oprimía pensaba también que no teníamos derecho de ser libres: y nosotros creíamos lo contrario (…) Esto consiste en que los opresores creen siempre

Recibo de pago por manumisión 1851.

31

Lohse, “Libertad y derechos...” pág.16.


110

Historia Comprehensiva de Neiva hallar la razón y la justicia, y donde los oprimidos no ven más que la usurpación y la violencia.32

La llegada de los liberales a la presidencia de la República, representados por José Hilario López, produjo cambios importantes en la estructura social y económica del país. López, un militar y terrateniente de origen payanes y con grandes inversiones en tierras en la provincia de Neiva, promovió la abolición definitiva de la esclavitud. Según Humberto Montealegre, cuando José Hilario López fue elegido presidente de la República en 1848, se encontraba en la provincia de Neiva y allí prometió a la señora Antonia Montalvo la libertad de los esclavos como uno de los José Hilario López. primeros actos de gobierno.33 Después de 30 años de promulgada la ley de manumisión en el Congreso de Cúcuta, finalmente en 1851 el Estado se comprometió de forma decisiva con la libertad de los esclavos. Aunque la abolición se llevó a cabo con el ya conocido método de las cajas de manumisión para garantizar los derechos de propiedad de los amos, el Estado se comprometió en deuda pública a través de bonos para pagar el valor de los esclavos que fueran liberados a partir de esta fecha. Entre 1850 y 1851 se incrementaron las manumisiones en la provincia de Neiva. La prensa regional informó de por lo menos 70 manumisiones en la provincia, todas pagadas por medio de las cajas de manumisión.34 Las manumisiones eran hechas con bastante algarabía en los cantones, y la publicación en la prensa de los nombres de los esclavos y de sus amos era utilizado como mecanismo para persuadir a la liberación de más esclavos, no solo en la provincia sino también en todo el país, ya que liberar esclavos representaba un acto patriótico, más si ella se había realizado sin indemnización alguna. 32

33 34

“Comunicación de la Cámara Provincial de Neiva al Congreso de la República, Neiva 2 de octubre de 1850”, en Restrepo Canal, Carlos, La libertad de esclavos en Colombia, o leyes de manumisión, Bogotá, Imprenta Nacional, 1938, págs. 88-89. Montealegre Sánchez, El árbol de la libertad, págs. 20 -21. Lohse, “Libertad y derechos...” pág.24.

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Las cifras de esclavos de la provincia de Neiva hacia el año de 1850 —172 esclavos según Tovar— sugieren que la esclavitud venia en decadencia y que los pocos esclavos que aún quedaban allí no podían cubrir las demandas de mano de obra en las haciendas de la provincia, por lo que venderlos significaba recuperar algunos dineros para invertirlos en otros frentes económicos como compra de tierras y ganados. Las cifras presentadas por Tovar muestran que para 1850 en la provincia de Neiva había 172 esclavos, lo cual va en contradicción con las cifras del censo de 1851 que identificó 237 esclavos en la provincia; la explicación que puede haber para este desbalance es que algunos propietarios ocultaron sus esclavos por el temor de perderlos en una abolición sin indemnización, y que cuando ya se había reglamentado la ley de abolición (1851) los propietarios registraron a todos sus esclavos incluso los fugados o simplemente vieron la oportunidad de defraudar al Estado registrando como esclavos a quienes ya no lo eran. La abolición definitiva de la esclavitud en 1851 respondió a factores morales, políticos y económicos que fueron impulsados desde diferentes sectores de la sociedad. En el caso de la provincia de Neiva los argumentos de tipo moral tuvieron un mayor peso que los argumentos económicos, pues como se demostró anteriormente, el trabajo esclavo no fue decisivo en las actividades económicas desarrolladas en la provincia, por lo cual la densidad de la población esclava fue baja y tendió a desaparecer desde la implementación de las leyes de libertad de vientres, manumisión y prohibición del tráfico de esclavos de 1821. El anterior argumento explica en parte, porque allí la manumisión de esclavos se realizó con relativa rapidez y poca oposición social. En efecto, en la abolición de la esclavitud decretada en 1851 se reconocieron los derechos de libertad e igualdad de todos los habitantes de la República, pero ello no significó un cambio significativo en la condición de los esclavos liberados y toda su prole, pues continuaron ligados a la tierra de sus antiguos amos reproduciendo las relaciones de dependencia en calidad de arrendatarios, aparceros, peones y concertados.


Liberalismo, masonería y educación en Neiva, siglo xix Jairo Ramírez Bahamón

Academia Huilense de Historia

Introducción

En los informes de los gobernadores sobre la educación en la provincia de

Neiva, en las décadas del treinta y del cuarenta del siglo xix, eran recurrentes las expresiones que denotaban la intención de situar en primer orden de prioridades de sus gobiernos “la ilustración de las gentes”, como la base para la consecución del progreso económico. Esta idea formaba parte de un discurso ilustrado y republicano, que en la primera mitad del siglo xix se asumió en Neiva, bien fuera desde posiciones proclives al santanderismo, o bien, desde la orilla del utopismo cristiano. Luego, a mediados del siglo, estuvo matizada por las ideas del liberalismo radical, emparentadas con el ideario masónico. Bajo estas influencias surgieron una serie de propuestas culturales y educativas que de 1845 a 1856 intentaron sacudir el viejo orden colonial en la provincia y tuvieron por epicentro a Neiva, su capital. También este discurso ilustrado iluminó la gran reforma educativa radical nacional de 1870, de corte liberal y laico, de gran aceptación, pero también de gran controversia en los círculos políticos y clericales de la región. Pero desde comienzos de 1885, el Estado del Tolima (del que formó parte el Huila) fue tomado, literalmente hablando, por las fuerzas conservadoras regeneracionistas de Rafael Núñez. Entonces las influencias liberales y masónicas fueron reducidas bajo el embate del extraordinario


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dinamismo con el que irrumpieron en la región las ideas regeneracionistas que se encaminaron a hacer reinar el elemento religioso por sobre toda razón ilustrada. Las nuevas fuerzas en el gobierno regional plantearon otros objetivos educativos y una escuela cristiana que se caracterizaba por tener una forma de institución escolar específica, en la que los sacerdotes católicos eran los inspectores escolares en los municipios; los maestros debían ser probadamente católicos y la piedad de maestros y alumnos debía reinar dentro de las instituciones escolares y en su vida social. De esta manera se configuraron cuatro periodos, más o menos diferenciados, en el desarrollo educativo de la provincia de Neiva en el siglo xix. Uno, que comienza a partir de los años de la independencia y va hasta 1844, caracterizado por el interés de establecer especialmente la escuela primaria. Este interés era auspiciado y defendido desde posiciones ilustradas. Un segundo periodo, comprendido entre 1845 y 1857, con una notoria presencia de personajes ilustrados, liberales y masones en la propuesta y puesta marcha de múltiples iniciativas culturales y educativas en Neiva; varias de ellas fueron más allá del marco de la educación formal y escolarizada. El tercer periodo, que va de 1861 a 1886, coincide con el intento masónico y liberal de establecer una educación liberal en todo su esplendor; esto es, una escuela estatal, auténticamente laica y obligatoria, que trascendiera, además, la anacrónica metodología lancasteriana. En el cuarto periodo, que va desde la Constitución de 1886 hasta finales del siglo, las posiciones conservadoras y religiosas fueron hegemónicas en la orientación y dirección de la educación tolimense. Antes de entrar en los pormenores del desarrollo educativo de los cuatro periodos indicados, y para una mejor comprensión de la evolución educativa en Neiva durante el siglo xix, es necesario señalar que el estudio realizado dejó ver una falta de secuencia y continuidad de las escuelas, colegios, normales y demás iniciativas educativas que surgieron en el siglo en referencia. La intermitencia fue entonces la característica de la escuela, la cual, a su vez, tuvo como causa la inestabilidad institucional que vivió la provincia de Neiva a lo largo del siglo. Por estas razones se incluye a continuación un primer acápite con algunas consideraciones acerca de la relación entre la inestabilidad reinante en el contexto tolimense y neivano en el siglo xix y la intermitencia de sus instituciones educativas a lo largo del siglo. Posterior a este acápite, se presenta un análisis más amplio de cada uno de los cuatro periodos identificados anteriormente.

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Inestabilidad institucional e intermitencia de la escuela neivana a lo largo del siglo

A lo largo del siglo xix, la existencia de la escuela en la provincia de

de Neiva se caracterizó por una marcada intermitencia, ocasionada por los continuos cambios en los grupos hegemónicos en el poder en el plano nacional, con la correspondiente réplica en el nivel regional. Aquellos cambios dieron lugar a la formación de periodos en la historia de la región, todos ellos discontinuos, como si cada vez se empezara a construir lo que otros hombres ya habían hecho. Era como si el tiempo terminara en cada momento. En aquella dialéctica, que tenía un juego de rivalidad, de violencia y destrucción, esta provincia estuvo involucrada en La Guerra de los Supremos en 1840; mas adelante, en 1857, sufrió la amarga experiencia de ser anexada a Cundinamarca por decisión de los grupos políticos nacionales que obraron en contravía del sentimiento antianexionista de la mayoría de los líderes regionales; luego se desangró en la campaña del general Mosquera en los años 1860-1861 en la que el Tolima (incluido el Huila) participó decididamente, a cambio de obtener el reconocimiento como Estado Soberano; en 1867 fue afectada por los sucesos bélicos derivados del derrocamiento del general Mosquera como presidente de los Estados Unidos de Colombia (como se llamaba nuestro país en esa época); en 1875 los tolimenses (incluidos los neivanos) vieron a su presidente, Joaquín María Córdoba, abandonar el cargo para alinderarse del lado de los combatientes conservadores en procura de derrocar a los radicales que manejaban el gobierno nacional; en 1879 su territorio fue objeto de una invasión desde Cundinamarca por las fuerzas conservadoras contrarias a los gobernantes radicales del Estado del Tolima; padeció también este territorio las feroces campañas de los ejércitos nacionales en 1884 y 1885, por haberse declarado en rebeldía contra las fuerzas comandadas por Rafael Nuñez; finalmente, cuando el Estado Soberano del Tolima se había transformado en el departamento del mismo nombre, tuvo que paralizar en 1895 muchas de sus actividades por espacio de medio año que duró la guerra emprendida por los liberales, en su brega por arrebatar el gobierno a los regeneracionistas.1 Estos sucesos desembocaron cada vez en el establecimiento de una nueva institucionalidad y de nuevas normas generales y 1

Mayor información sobre estos acontecimientos de la provincia de Neiva en el Siglo xix se puede encontrar en Delimiro, Moreno, El Huila en el siglo xix, Bogotá, Vargas editor, 1994.


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educativas que pretendían desconocer lo que en ese campo hicieron sus antecesores. Tales sucesos también hicieron que las escuelas y los colegios se clausuraran cada vez que iniciaban los conflictos y que no en pocas ocasiones se convirtieran en cuarteles. Luego, empezaría su lenta reapertura en condiciones precarias debido a la ruina que la guerra dejaba en la población, a la pérdida de los fondos escolares, a la destrucción de los edificios escolares y, en ocasiones, como sucedió a comienzos de la Regeneración, a la desconfianza de nombrar maestros procedentes del periodo federalista que le antecedió. Estas circunstancias fueron las causantes de la intermitencia de las escuelas, colegios, normales, y las demás instituciones de tipo educativo y cultural que surgieron en Neiva a lo largo del siglo xix. A ellas se debe, por ejemplo, que el Colegio de Varones, fundado en 1849, solo haya permanecido abierto durante 18 años a lo largo del siglo; que las normales, tal como se verá en este estudio, hayan siglo clausuradas casi siempre sin obtener su objetivo de graduar maestros y que las escuelas se hayan cerrado y abierto en varias ocasiones al vaivén los sucesos bélicos y políticos de la época.

Surgimiento de la escuela pública: un empeño ilustrado 1819-1844

El ejercicio de la razón en el contacto con la naturaleza se constituyó en la principal preocupación de los círculos intelectuales de Europa durante el siglo xviii, es por eso que a dicha época se le conoce como El Siglo de las Luces y al movimiento que lo encarnó, como la Ilustración. Para este movimiento la razón era el gran instrumento para el cual no hay misterios ni problemas insolubles y se consideraba que con el uso de ella la humanidad podía conquistar fácilmente la felicidad; todo dependía de hacerla salir de su atraso cultural, emprendiendo la tarea de “ilustrar al hombre”. Este postulado sugería y encarnaba su predilección por la educación, pues consideraba la ilustración que al abrir escuelas para combatir la ignorancia se arreglarían todos los males de la sociedad, tales como la pobreza y los vicios, lo cual serviría para establecer el orden necesario con miras al progreso de las sociedades. Por la influencia que la ilustración tuvo en la formación de la mentalidad de nuestros próceres y de los primeros gobernantes, las primeras disposiciones educativas bajo la República de Colombia dispusieron que se crearan escuelas de varones en todos los municipios

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en donde, además de la lectura, la escritura, principios de aritmética y religión, se enseñara deberes y derechos ciudadanos, así como la Constitución Nacional, y dispusieron también que dichas escuelas estuvieran sustentadas en el método lancasteriano.2 En cumplimiento de este mandato, en 1823 ya se había establecido en Neiva, por el método antiguo, una escuela pública de varones3 y en 1824 dicho plantel adoptó el método lancasteriano.4 Aún cuando en la Ley del 16 de marzo de 1826 se previó establecer escuelas de niñas “donde se pudiere”(ver facsímil de la caratula Facsímil de la carátula de la primea ley orgánica y de la parte pertinente de la ley del sobre educación en la República de Colombia, del 16 de marzo de 1826, tomado de la 16 de marzo de 1826),5 en Neiva, Ley edición original. Archivo personal Jairo Ramírez aunque era cabecera del cantón Bahamón. del mismo nombre, no existieron instituciones de ese tipo durante el periodo, por las dificultades económicas para financiarlas, problemática que afectó incluso la escuela de niños, como veremos más adelante. En julio de 1825, en la escuela pública de varones de Neiva tuvo lugar el primer certamen público de la provincia. En dicho evento se examinó a los alumnos en lectura, escritura, aritmética, ortografía, 2

3 4 5

El decreto del 6 de octubre de 1821 firmado por Santander fue la primera norma que ordenó la creación de escuelas y que privilegió el uso del método Lancasteriano, que consistía en el ofrecimiento de clases por un solo profesor para todos los grupos y la utilización de los alumnos más avanzados como monitores que ayudaban a los menos avanzados; el método también consistía en el uso de una férrea disciplina en el aula y en la escuela. Confrontar texto del decreto referido en: López Domínguez, Horacio, compilador, Obra Educativa de Santander, tomo i, Bogotá, Biblioteca de la Presidencia de la República, 1990, págs.17-18. Gaceta de Colombia, Bogotá, n.º 94, 3 de agosto de 1823. Gaceta de Colombia, Bogotá, n.º 101, 14 de noviembre de 1824. El cantón era una unidad territorial en que se dividían las provincias colombianas. De los cantones dependían las villas y las ciudades y de estas dependían las parroquias (hoy municipios).


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Primera ley orgánica sobre educación en la República de Colombia, Ley del 16 de marzo de 1826. Parte pertinente a la opción de crear escuelas de primeras letras en los pueblos (en la época denominados “Parroquias”).

doctrina cristiana, derechos del hombre en sociedad y máximas republicanas.6 Por los contenidos cívicos y republicanos en los que se examinó a los alumnos en este certamen, es fácil advertir que eventos como este de la escuela de Neiva, se convirtieron en la época en un instrumento ideal para la distribución y legitimación del pensamiento oficial entre la población, es decir, el pensamiento democrático e ilustrado de la nueva institucionalidad del país. La escuela comprometida con el pensamiento democrático fue desde aquellos primeros años de la independencia una preocupación de los gobernadores de la provincia de Neiva, quienes veían en la ilustración de las gentes el elemento fundamental para que reconocieran sus derechos y deberes. Especialmente los de la década de 1830 se mostraron partidarios de las tesis santanderistas, de las ideas republicanas y de los principios de la ilustración, como se verá a continuación. El gobernador Ramón Villoria, posesionado en 1832, y varios de sus sucesores pusieron especial interés en la aplicación del Plan Educativo de Santander, expedido en 1826 y ratificado por ley nacional de 1835;7 por eso insistieron en la conformación de juntas curadoras (o de padres),

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en la creación de escuelas lancasterianas, en la realización de certámenes públicos, en la distribución de útiles para las escuelas, en la enseñanza de derechos y deberes del hombre en sociedad y en la participación de la sociedad civil en el apoyo a la instrucción primaria. Todos estos elementos formaban parte del Plan Educativo de Santander. Este interés de los gobernantes neivanos por la aplicación de las normas santanderistas, más que una simple lealtad con el alto gobierno, estaba fundamentado en su posición ilustrada sobre el tema educativo. No es ocasional entonces, que el primer decreto educativo expedido en la provincia de Neiva se haya referido a la educación como “la fuente de la prosperidad de los pueblos y un manantial inagotable de riqueza”.8 Por su parte, el gobernador José María Galaviz, en 1.840, a la manera de los ilustrados de la época, exteriorizaba su convicción de que al fomentar las escuelas se estaban sentando las bases del bienestar futuro de la República y se hacía un “gran bien para los ciudadanos en particular”.9 Teniendo en cuenta que la escuela primaria había sido menguada por los sucesos de la guerra del año 1840, llamada la Guerra de los Supremos, Miguel María Ortiz, único gobernador de la provincia entre 1841 y 1844, declaró su reconstrucción como objeto de primerísima atención,10 pues consideraba que la preocupante situación económica de la Provincia provenía de la “falta de ilustración”, por consiguiente, no podía mejorar “la agricultura ni las artes ni el comercio” sin ampliar las posibilidades educativas; sin ella, agregaba, “no hay riqueza ni poder”,11 pues consideraba la ilustración de las masas como “la llave que nos descubrirá los ocultos tesoros con que la naturaleza quiso enriquecernos”.12 En procura de conseguir este propósito Ortiz creó en Neiva La Sociedad Republicana de Amigos del País, constituida por las personas más preparadas e influyentes de la región, entre las que figuraba el general José Hilario López. A esta institución le encargó, la tarea de “fomentar por cuantos medios sean posibles, la moral y la educación pública, tanto primaria como secundaria; especialmente el establecimiento del colegio, la agricultura, el comercio y la industria en todos sus ramos”.13 Aunque 8

9 6 7

Gaceta de Colombia, Bogotá, n.º 198. 31 de julio de 1825. “Ley del 30 de mayo de 1835”, en Codificación nacional de todas las leyes de Colombia desde el año 1821, conforme la ley 13 de 1912 por la sala de negocios generales del consejo de Estado, tomo v, Bogotá, Imprenta Nacional, 1924, págs. 486-490.

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10 11 12 13

“Decreto del 26 de julio de 1832”. Archivo General de la Nación (agn),Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, tomo 205, f. 207. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 70, f. 738. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 74, f.550. agn, Bogotá. S. República, F. Gobernaciones, t. 80, f. 453. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 80, f. 622. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 89, f.855.


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Ortiz había manifestado desde el comienzo de su mandato su especial interés por establecer la escuela primaria, los propósitos de la sociedad republicana muestran también que la idea de un Colegio de Varones en Neiva estaba entre sus preferencias, lo cual se evidenció también con las colectas significativas de fondos que emprendió y por el notorio avance que en su gobierno se dio a la construcción de su edificio.14 Es de aclarar que no existen evidencias sobre la ubicación exacta de este primer edificio del Colegio de Varones. En la obra histórica El Santa Librada del siglo xix apenas se mencionan algunos antecedentes sobre la consecución del mismo; allí se hace referencia a la donación, en 1838, del local de un viejo cuartel abandonado en la capital de la provincia; se refiere también a un informe de 1839, en el que se afirma que la labor de la gobernación en relación al colegio se había concentrado en la consecución del local para el edificio; otro informe de 1842 dice que se estaba trabajando en la obra del edificio, pero no hay datos sobre la ubicación precisa del local.15 Avances en medio de las dificultades A pesar de que la ciudad de Neiva tuvo una escuela pública de varones desde 1823, no pudo desligarse del lastre de la pobreza que caracterizaba la situación de toda la provincia en los primeros años de la República. Casi siempre sus fondos fueron insuficientes, impidiéndole asignar un pago decoroso a los maestros, adquirir los materiales de enseñanza necesarios y adecuar los locales. La norma de 1834, que por primera vez reglamentó la instrucción pública de la provincia, ordenó que a falta de bienes, las escuelas debían abrir “suscripciones voluntarias”.16 Se generalizó así esta modalidad de financiación de la escuela neivana. Dos informes de la gobernación sobre el estado de la educación en la provincia, en el año 1837, confirman que las municipalidades habían recurrido a las “contribuciones” como principal fuente de financiación de las escuelas.17 Sin embargo, hubo 14

15

16 17

Ramírez Bahamón, Jairo, La Escuela en la antigua Provincia de Neiva 1819-1860, Neiva, Universidad Surcolombiana, 2000, pág. 65. Ramírez Bahamón, Jairo, El Santa Librada del siglo xix, Neiva, Universidad Surcolombiana, 1995, págs. 72,80,82 y 139. “Decreto del 26…”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 205, f. 207. “Relación de mando del gobernador Juan Arciniegas en octubre 10 de 1837”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t.51, f.847.

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muchas dificultades para su recolección. El propio gobernador José María Galavíz en 1837 afirmaba ante la legislatura neivana en 1837 que el funcionamiento irregular de las escuelas se debe al hecho de que “todas o casi todas se sostenían con los rendimientos de la contribución personal” y porque era muy reducido el número de personas que cumplían con ese deber, por la facilidad de evadirlo”.18 En estas condiciones resultaba difícil conseguir maestros idóneos, por la poca disponibilidad para el pago de su salario. Pero además se enfrenaba otra realidad: el personal preparado para la docencia era escaso en el país y, desde luego, en la región. Hay que tener en cuenta que hasta entonces en la provincia no había funcionado ni Normal ni colegio de bachillerato y en el país solo existían tres colegios y apenas en 1822 funcionó por un breve periodo la Normal Nacional de Bogotá, que abrió sus puertas en 1822.19 Por estas razones con frecuencia se tuvo que traer maestros de fuera de la provincia, lo cual ocasionaba una tardía apertura de las escuelas. La escuela de varones de Neiva, por ejemplo, en 1836 solo abrió sus clases en julio cuando se pudo traer un maestro contratado en la capital de la República.20 Aunque en 1835 el Congreso de la República aprobó una ley por la cual se destinaba parte de los diezmos de la provincia para invertir en el fomento de la educación,21 no fue la solución esperada para los males de la escuela de Neiva, pues a diciembre de 1836 esta no había recibido cantidad alguna por ese concepto.22 Apenas, a mediados del siguiente año recibió parte de dichos recursos.23 Una solución parcial al problema de los recursos para la educación neivana la constituyó, en 1837, la creación de la Sociedad Auxiliar de Instrucción Pública Primaria, promovida por el gobernador José María Galavíz e integrada por destacados hombres de la región. A los pocos días de establecida varios de sus miembros 18

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21 22

23

“Informe del Gobernador José María Galavis de enero 30 de 1837”. agn, Bogotá, S República, F. Gobernaciones, t. 51, f. 485. Esta Normal es mencionada por Luis Bohórquez en su obra aunque de ella poco se sabe. Bohórquez Casallas, Luis Antonio, Evolución Educativa en Colombia, Bogotá, Publicaciones Cultural Colombiana, 1956, pág. 242. “Memorias del Gobernador José María Galavis de Julio de 1836”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 48, f. 205. López Domínguez, Horacio, compilador, Obra Educativa… pág.339. “Carta del Gobernador José María Galavis a la Secretaría de Estado, diciembre 7 de 1836”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 48, f. 311. “Comunicación del Gobernador José María Galavis al Jefe del Cantón de La Plata de enero 11 de 1838”. Archivo Histórico de la Plata (ahp), Huila.


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habían dado ya algunas donaciones a las escuelas y en la ciudad de Neiva llegaron a hacerse cargo de su dirección de manera gratuita, hasta cuando se consiguiera un director en propiedad.24 Aunque de la década de 1830, de la ciudad de Neiva solo del año 1832 se conocen datos detallados sobre maestros y escuelas, estos reflejan ya un notorio avance escolar; pues para entonces, ya la capital contaba con una escuela pública de varones dirigida por Mariano García, una escuela pública en el poblado del Caguán, jurisdicción de Neiva, que tenía como director a José María Florez25 y además existían ocho escuelas privadas, cuyos directores y directoras aparecen en la tabla número 1. Tabla 1 Escuelas Privadas y sus directores Neiva 1832 Nombre del director(a)

Esc. de varones

Esc. de niñas

Juan Crisóstomo Holguín

X

Nicolasa Quintero Neiva (Ciudad)

X

Pablo Ospina

X

Ascensión Mejía

X

Miguel Valdés Joaquín Herrera Matías González

Liberales y masones unidos en las iniciativas culturales y educativas de mitad de siglo 1845-1857

El análisis del desarrollo educativo del periodo 1845-1857 permitió

establecer tres subperiodos claramente diferenciados. El primero, que corresponde a gobernadores designados desde Bogotá por el presidente Tomás Cipriano de de Mosquera 1845-1849, los cuales eran partidarios de ideas ilustradas, sustentadas en posiciones del utopismo cristiano. El segundo, 1849-1853, de gobernadores liberales radicales, designados desde Bogotá por el presidente José Hilario López y, un tercer subperiodo, que va de 1854-1857, también de gobiernos liberales radicales, pero elegidos regionalmente, entre los que se destaca José María Rojas Garrido, quien lideró en Neiva el impulso de las ideas del liberalismo doctrinario o gólgota. En el periodo temporal que se comprende entre 1845 y 1857 hay que destacar la presencia en Neiva de un grupo importante de jóvenes ilustrados, liberales y liberales masones, cuya influencia fue decisiva en el surgimiento de las múltiples iniciativas culturales y educativas, sin precedentes en la historia de la ciudad. Por esta circunstancia se consideró necesario iniciar el análisis del periodo 1845-1857 con algunos breves elementos sobre liberalismo y masonería.

X

Liberalismo y masonería en Colombia y la provincia neivana Heredero de la ilustración, dice Hans Júrgen Prien, el liberalismo está convencido de la soberanía de la razón y en cuanto a los modelos de la realidad sociopolítica y económica, tiene su base en la creencia lega del progreso. Espera que la lucha de los intereses redunde en beneficio de todos, lo cual significaría libre comercio, en el campo económico.26

X

Fuente: agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 38, f. 47

De 1841 a 1844 habrá siempre una escuela de niñas y una de niños abiertas en la ciudad de Neiva, como lo confirman informes de la gobernación de la provincia correspondientes a esos años. No obstante no aparecen en ellos el nombre de los docentes respectivos.

Para comenzar, vale recordar que los postulados liberales desempeñaron un papel importante en la época de la emancipación política del país y que su supremacía duró hasta los años cuarenta del siglo xix, cuando se formaron los dos partidos: conservador y liberal. No 26

24 25

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X X

Genaro Manzanero Fortalecillas (Aldea)

Esc. de varones y mujeres

Liberalismo, masonería y educación

agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 51, f.847. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t.8, ff..475-476.

“Hans Jürgen Prien”, en Protestantismo, liberalismo y francmasonería en América latina durante el siglo xix, México, Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina,1993, pág.17.


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obstante, sus ideas tuvieron una gran influencia hasta 1886; es decir en los periodos conocidos como la Primera República Liberal, 1845-1856, y la Segunda República Liberal , 1863-1886. Hay que anotar también, que el liberalismo en America Latina absorbió las ideas del iluminismo francés, asumiendo posiciones racionales y anticlericales, circunstancia que favoreció el surgimiento de la masonería y el protestantismo en el siglo xix.27 En efecto, las logias masónicas en Colombia tuvieron importante desarrollo político en los años posteriores a las guerras de Independencia y participaron a lo largo del siglo en un frente amplio anticlerical, integrado también por protestantes, y liberales radicales.28 Al referirse al tema de las logias masónicas el historiador francés Francois Furet las consideró bajo el término explicativo de Sociedades de Ideas que ofrecieron nuevos modelos asociativos, en medio de una sociedad globalmente organizada en torno a una estructura corporativa jerárquica (ordenes). Advierte que son una forma de socialización cuyo principio consiste en que sus miembros deben, para conservar en ella su papel, despojarse de toda particularidad concreta y de su real existencia social. Las Sociedad de Ideas estaban caracterizadas por el hecho de que cada uno de sus miembros tiene solamente una relación con las ideas, con los fines. En este sentido estas sociedades, según Furet, anticipan el funcionamiento de la democracia, por cuanto iguala a los individuos dentro de un derecho abstracto que es suficiente para constituirlos en ciudadanía, y que contiene y define la parte de soberanía popular que le corresponde a cada uno.29 A mediados del siglo xix, el papado de Roma publicó el Syllabus (catálogo de los errores modernos) como expresión de la resistencia de la sociedad tradicional contra los proyectos liberales de cambio económico y político que se asomaban en el mundo, a los que se asociaba con la masonería. El papa y los católicos de la época, no vieron con buenos ojos la moral cívica de los liberales que proponían un Estado separado de las instituciones y los preceptos de la iglesia. Con respecto al precepto liberal de la soberanía del pueblo, el Papa León XIII exclamaba:

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28

29

Álvarez, C., “Del protestantismo liberal al protestantismo liberador” en Protestantismo y liberalismo en América Latina, San José, dei, 1983, pág.41. Jean-Pierre, Bastian, Protestantes, liberales y francmasones en América Latina, México, 2 ed., Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina, 1993, pág.17. Francois Furet, Pensar en la Revolución Francesa, Barcelona, Pretel, 1980, págs. 220-221.

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En este terreno sus creencias en la ciencia política (…) enseñan que todo poder reside en el pueblo libre, que los gobernantes solo tienen el mando por encargo y concesión del pueblo (…) Nada es más contario a la verdad que sostener que depende de la voluntad del pueblo (…) Suprímase el temor de Dios (…) y necesariamente se seguirá el trastorno y ruina de todas las instituciones”.30

También emparentaban al liberalismo con la masonería, con el naturalismo y el racionalismo. Al respecto el papa citado decía: Pues bien, de ese inmenso sumidero de basura, en que se convirtió el naturalismo incrédulo; respirando las atmósferas de aquellas indecencias, impiedades, mentiras y bufonadas, de aquella ciencia superficial e incrédula, nació lo que hoy llamamos liberalismo, racionalismo y masonería, organización internacional del anticristanismo.31

Como respuesta a esta corriente antiliberal, las minorías liberales reagrupadas en torno a las logias masónicas y a las sociedades de ideas, se radicalizaron produciendo una especie de movimiento de auge anticatólico, que sirvió para delimitar el espacio político liberal en el momento en que ellas conquistaron el poder, y su primera función fue quitarle al liberalismo el carácter ambiguo que había tenido en la primera mitad del siglo xix. Producto de este auge las nuevas constituciones de América latina, entre ellas las de Colombia de 1853 y 1863, incluyeron los grandes principios liberales, tanto en materia económica (descorporativización), como en lo político (sufragio universal) y en lo religioso (separación Iglesia- Estado y libertad de culto). Estos intentos liberales de mitad del siglo xix abrieron el paso a la difusión de nuevas asociaciones modernas: protestantes, masónicas y liberales. Desde inicios de 1820 en la Nueva Granada se constituyeron numerosas logias. Las principales sedes masónicas se establecieron en Cartagena, Santafé y Tunja. Centenares de próceres de la independencia, patriotas, jóvenes intelectuales y profesionales, se iniciaron en la masonería, entre ellos

30

31

Citado por Dussel, Enrrique, “Tensiones en el espacio religioso: masones, liberales y protestantes en la obra de Mariano Soler”, en Protestantes, liberales y francmasones, Fondo de Cultura Económica, México, 1990, pág. 29. Citado por Dussel, Enrrique, “Tensiones en el espacio religioso…” pág.29.


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el general Simón Bolívar y el general Francisco de Paula Santander.32 En Neiva, en 1822, funcionaba ya una Logia con el nombre Discreción, aunque no existen datos específicos sobre sus integrantes.33 Los más destacados líderes radicales de la provincia de Neiva y del Estado Soberano del Tolima como Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, José María Rojas Garrido y Francisco Eustaquio Álvarez, entre oros, no solo fueron masones sino que ocuparon posiciones destacadas y tuvieron distinciones de alto honor en la masonería colombiana. En efecto, Tomás Cipriano de Mosquera, creador y primer presidente del Estado Soberano del Tolima en 1861-1862, ingresó a la Logia Masónica de Los Hermanos del Sur de Popayán en 1821 y en 1839 figuraba ya en el grado 33, el más alto de la masonería.34 El 18 de junio de 1849, el supremo consejo neogranadino de la orden lo nombró como “Gran Protector de la Orden del Gran Oriente Granadino Americano” en la República de la Nueva Granada”.35 José Hilario López, gobernador de la Provincia de Neiva en 1828, y presidente del Estado Soberano del Tolima en 1863, se inició en una Logia venezolana en los primeros años de la República. En 1834 se afilió a la Logia Hospitalidad Granadina número 1 de Cartagena, con el grado 18.36 José María Rojas Garrido, gobernador de la Provincia de Neiva en 18561857 y presidente del Estado Soberano del Tolima en 1867, ingresó a la Logia Estrella del Tequendama número 11 de Bogotá el 31 de mayo de 1851 y fue 32

33 34 35 36

El General Simón Bolívar se inició en una Logia lautarina —logias que recibían este nombre en honor al caudillo indígena Lautaro, quien derrotó y dio muerte en 1569 a Pedro de Valdivia, el conquistador Español de Chile— en la ciudad de Cádiz, a finales de 1803. Su segundo grado masónico, el de Compañero, lo recibió el 11 de noviembre de 1805 en la Logia Parisina San Alejandro de Escocia. Arango Jaramillo, Mario, Masonería y partido Liberal, Bogotá, Editorial Corselva, 2006, págs. 46-47. El General Francisco De Paula Santander ingresó a una de las Logias masónicas establecida en el territorio ocupado por el ejército patriota y llegó a Bogotá con el grado 18. Fundó en Bogotá, en 1820, una logia con el nombre Libertad de Colombia. Entre 1820 y 1828 fundó varias Logias en el Territorio de la Nueva Granada. En 1833 obtuvo el grado 33 y fue nombrado Gran Protector de la Orden Masónica de la Nueva Granada. Carnicelli, Américo, Historia de la Masonería en Colombia, tomo i, Bogotá, Álvaro Lozano Cia. Ltda Editores, 1999, págs. 77-80. Arango Jaramillo, Masonería y partido liberal…págs. 44-53. Carnicelli, Historia de la masonería…t. II, pág. 48. Carnicelli, Historia de la masonería…t. II, pág. 129. Arango Jaramillo, Masonería y partido…pág. 149.

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luego investido del grado 33. Fue nombrado soberano gran inspector de la orden, por el Supremo Consejo de la Jurisdicción del Centro.37 Francisco Eustaquio Álvarez, quien fuera senador de la Republica por el Estado Soberano del Tolima, ingresó a la Logia Estrella del Tequendama número11 de Bogotá, el 11 de febrero de 1852. El 19 de junio de 1852 fue investido del Grado 33.38 Según Jaime Jaramillo Uribe, fue el más notable divulgador de la filosofía utilitarista de Bentham en Colombia.39 Más adelante, en este estudio, se mencionarán los nombres de otros destacados liberales, masones e ilustrados que actuaron en las diferentes actividades educativas y culturales que afloraron en Neiva en la primera mitad del siglo xix. En el federalismo, especialmente a partir de la Convención de Rionegro(1863) y en los primeros años de dicho régimen, el liberalismo y la masonería se centraron en la construcción y defensa de un proyecto de país basado en las libertades individuales, en la división de los poderes y en el fomento de una educación laica y obligatoria, lo cual resume la concepción practica que el liberalismo tomó de la masonería. Rionegro, al decir de Mario Arango Jaramillo, parecía un gran concilio masónico, pues de 51 diputados (todos liberales) 31 eran masones.40 Luego de Rionegro, los liberales y masones de Neiva se concentraron en ratificar los elementos liberales de las diferentes constituciones que tuvo el Estado Soberano del Tolima. También se ocuparon de la defensa de la gran reforma educativa radical de 1870, desde posiciones de mando en el Estado. En la última etapa federal, el liberalismo asumió de manera independiente el postulado democrático y laico, designando como presidentes del Estado del Tolima a liberales del ala más radical del partido; pero ninguno figura en los archivos como miembros de las logias masónicas. Para el final del siglo xix, en Colombia se vivió una verdadera reconquista de la sociedad civil por parte del catolicismo. La creación de asociaciones católicas de distintas índoles (entre otras, sindicatos, sociedades religiosas, etc.) pretendía reconciliar el catolicismo con la modernidad, pero ante todo, intentaba combatir la expansión de las Sociedades de Ideas, (liberalismo radical y logias masónicas) en la sociedad civil. 37 38 39

40

Carnicelli, Historia de la masonería…t. II, pág. 197. Carnicelli, Historia de la masonería…t.i, pág.388. Jaramillo Uribe, Jaime, Historia del Pensamiento Colombiana del Siglo xix, Bogotá, Planeta Editores, 1997, pág.36. Arango Jaramillo, Masonería y partido…págs. 133.135.


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Diversidad de propuestas educativas en los gobiernos conservadores ilustrados de 1844 a 1849 El país celebró elecciones a finales de 1844 en las que resultó victorioso el general Tomás Cipriano de Mosquera, masón del más alto grado. En la provincia de Neiva, Mosquera obtuvo 34 votos de las asambleas electorales, frente a 12 de su inmediato contendor, el señor José Rufino Cuervo.41 Quizás por esta razón, ya posesionado como primer magistrado de la nación, Mosquera procuró afianzar su influencia en esta provincia, nombrando como gobernadores a varios de sus más prestantes correligionarios, entre los cuales estuvo Uldaricio Leyva y otros personajes que a la postre resultaron ser destacados académicos, literatos y periodistas, con formación política radical y en el caso del gobernador Miguel María Madiedo, con una concepción cristiana y utópica, reconocida nacionalmente. En 1845 nombró como gobernador de la provincia a Daniel Parga, quien venía de desempañar la vicerrectoría en el Colegio San Bartolomé de Bogotá. En 1847, designó para dicho cargo al abogado Juan Francisco Ortiz, reconocido en el país por su afición a las disciplinas literarias, al periodismo y a la poesía. Fue redactor del periódico bogotano La Estrella Nacional, autor de la novela El tío Santiago y de sus crónicas tituladas Reminiscencias. En octubre de 1848 designó como gobernador de la provincia a Manuel María Madiedo, abogado, parlamentario y literato de renombre nacional. Jaime Jaramillo Uribe dedica a Madiedo un capítulo entero de su obra El pensamiento colombiano del Siglo xix y lo cataloga como un genuino representante del radicalismo utópico cristiano, y precursor en Colombia de la política social-cristiana en el sentido actual. Además, en 1846, para dirigir la Normal de varones de Neiva llegó a esta ciudad Salvador María Álvarez, médico, y profundo literato, dominador de varios idiomas y con vastos conocimientos en los temas Pedagógicos. Fue Álvarez, quien junto con los médicos Calvo Mendevil, Gabriel Ujueta y Pedro Vera, introdujeron la Homeopatía a nuestro país hacia el año de 1840.42 41 42

agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 97, f.343. Datos tomados del documento titulado: “Reseña histórica de la Homeopatía en colombiana”, correspondiente al programa del curso de extensión Sobre Homeopatía, dictado en la Universidad Nacional de Colombia en enero de 2003, dirigido por el Doctor Eduardo Beltrán Dussán, coordinador del Grupo Académico de Terapias Alternativas.

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Mantuvieron estos gobernadores mosqueristas el criterio esbozado por su antecesor Ortiz de ver en la ilustración la superación del atraso económico de la provincia; pero propugnaron por ir más allá del impulso de la educación formal. Por eso emprendieron la creación de una caja de ahorros para fomentar esta práctica que requería el desarrollo industrial, cuyas teorías comenzaban a rondar las mentes de sectores importantes la región; propusieron también la creación del Instituto Caldas para calificar el artesanado de la provincia; además, crearon la primera Normal en Neiva para mejorar la calidad del docente, fomentaron la educación femenina y crearon el primer colegio oficial de secundaria de Neiva. A continuación se presenta un breve esbozo de cada una de estas iniciativas educativas. Caja de Ahorros Propuesta por el gobernador Juan Francisco Ortiz en 1847, defendida divulgando la idea de que en Europa se habían fundado instituciones similares y que en Colombia funcionaban ya en Antioquia, Cartagena, Santa Marta y Buenaventura. En esta iniciativa procuró vincular el apoyo de los párrocos y de la duma. Al exponerla ante la duma provincial, describía así el objeto de la caja de ahorros, “es el lugar donde el huérfano y la viuda, el obrero y el artista, el inválido y la infeliz trabajadora, en suma, todos los pobres que quieren hacer alguna economía, depositan pequeñas sumas que, capitalizadas con intereses que ganan, les preparan para con el tiempo un recurso que les sirva en sus tribulaciones o en un apuro imprevisto”.43 Estos objetivos de la caja de ahorros expresaban claramente la versión radical del utopismo cristiano que, en medio de una opción social por los pobres, avalaba de alguna manera el surgimiento de una institución que, al fin y al cabo, se constituía en una forma de educar al pueblo en la práctica del ahorro. El Instituto Caldas: una propuesta educativa para los sectores populares En 1848 se creó en Neiva una seccional del Instituto Caldas, como la que funcionaba en Bogotá fundada por el general Mosquera, para enseñar artes y oficios a los pobres, pensando en erradicar la vagancia y los vicios de la población.44 Es importante destacar, primero, que en la reglamentación de 43 44

agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 210, f. 606. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 141, f. 192.


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este instituto intervino José María Rojas Garrido, para entonces un joven abogado que recién regresaba a su tierra procedente de Bogotá de donde venía de participar en círculos literarios a los que asistían prominentes figuras del liberalismo radical;45 segundo, que en la dirección del Instituto, además de Rojas Garrido, participaron personajes liberales radicales de la talla de José Hilario López (masón), Eugenio Castilla (liberal del Olimpo Radical), Salvador María Álvarez (ilustrado con reconocimiento nacional), Antonio Duque (comerciante y masón46) y el presbítero Nicomedes Herrera. Esta variedad de personajes que actuaban en apoyo de tal iniciativa, demuestra la afinidad que unos y otros tenían en el fomento de la ilustración del pueblo como base para el progreso de la provincia. Sin embargo, pese a la importancia que esta institución tenía para el desarrollo de Neiva, no se encontraron indicios sobre su continuidad en los años subsiguientes. Escuelas y colegio oficial para niñas Como parte de las acciones educativas de los gobiernos mosqueristas surgió en 1847 la propuesta de crear escuelas públicas para niñas financiadas por la provincia y un colegio oficial para el mismo sexo. El gobernador Juan Francisco Ortiz al justificar esta propuesta argumentaba: “la gente de la Provincia pasa sus miserables días en última miseria y en el estúpido embrutecimiento, sin saber lo que es la dignidad del hombre, sin entender la sublime libertad ni lo que es la igualdad legal”.47 El plantel no logró cristalizar su existencia de manera inmediata, pero abriría sus puertas en el siguiente periodo del liberalismo radical, en 1850. Primera Escuela Normal de Varones en Neiva 1846 En el campo de la educación primaria, los gobernadores mosqueristas de 1844-1849 le prestaron gran atención al mejoramiento de su calidad, razón por la cual enrumbaron sus esfuerzos hacia la creación y puesta en marcha de la Escuela Normal de Varones en Neiva. Con esta actividad cumplían 45

46

47

Moreno, Delimiro, Estado Soberano del Tolima. Personajes en su historia, Neiva, Instituto Huilense de Cultura, pág. 305. Antonio Duque ingresó a la Logia Estrella del Tequendama número.1 de Bogotá en el año 1853. Carnicelli, Historia de la masonería…t.i pág. 206. “Informe del gobernador Juan Francisco Ortiz a la Asamblea Provincial julio de 1947”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernadores, t. 210, f. 490.

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también con la exigencia del general Mosquera, entonces presidente de la República, de proceder de manera perentoria al establecimiento de las normales en todas las capitales de provincia. Atendiendo a tal prioridad, el gobernador Uldaricio Leyva, en 1845, decretó el cierre de la Escuela de Varones del municipio de Neiva, aduciendo que “amenazaba ruina”, pero con la intención real de levantar allí el edificio que serviría de sede, tanto a la Escuela Normal de Varones como a la de primaria del mismo sexo.48 En marzo de 1846 dicho edificio ya estaba concluido,49 en virtud de lo cual se procedió al nombramiento del doctor Salvador María Álvarez como director del plantel (arriba se expusieron las características intelectuales y profesionales de este personaje). Sus clases iniciaron en el mes de mayo, con 14 alumnos matriculados,50 pero la sola apertura de la Normal no satisfizo los propósitos de calidad emprendidos por Leyva; así que procedió, en ese mismo año, a ordenar el cierre de todas las escuelas públicas primarias de la provincia para de esta manera permitir que sus maestros asistieran a la Normal con el fin de prepararse para el examen de idoneidad que se les aplicaría.51 Al reabrirse las escuelas en Salvador María Álvarez, Rector de la primera Normal de Neiva en 1846. Pionero 1847, la Normal contaba ya con 28 de la Homeopatía y reconocido nacional e internacionalmente en ese campo de la alumnos. En el facsímil del programa medicina Fuente: Salvador, María Álvarez, de Normal del año 1847, que se Manual de medicina homeopática, Bogotá, incluyó atrás, figuran como alumnos Imprenta Gaitán, 1875. de la Normal, en agosto de 1847:

48 49 50 51

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.174, f. 173. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.117, f. 544. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.117, f. 729. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.117, f. 729.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Liberalismo, masonería y educación Segundo Molina Ramón Florez Lino Salcedo Antonio Rivera Feliz Trujillo Domingo Suárez Fernando Alarcón Serafín Hermida Miguel Hoyos Feliz Posse Pedro A. Sandoval Antonio Zierra Fructuoso Trujillo Ramón Tamayo

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Emilio Posse José A. Araujo Alejo Polanía Gabriel Rivera Juan B. García Víctor González José María Pérez Manuel Polanía Federico Herrera Antonio Macías Camilo Rodríguez Elías Rodríguez Mateo Vélez Máximo Gaitán

Primer Colegio oficial de Varones de Neiva 1849

Facsímil del Programa de la Normal de Neiva en 1847. Fuente: agn, Bogotá, S. República, F, Ministerio de Instrucción Pública, t. 131, f. 348.

A finales de 1848, siendo gobernador de la provincia el escritor Manuel María Madiedo, tan pronto se posesionó del cargo, se ocupó de redactar los reglamentos académicos y administrativos del Colegio de Varones y nombró como rector del plantel a José María Rojas Garrido. El 1 de enero de 1849 tuvo lugar el acto solemne con el cual se dio comienzo a las labores académicas del plantel, cuyo nombre inicialmente fue Colegio Provincial de Varones (en 1850 recibió el nombre de Colegio Democrático). La participación conjunta de Madiedo, conservador e ideólogo del radicalismo utópico cristiano y de Rojas Garrido, masón e ideólogo liberal radical del artesanado, en las tareas que posibilitaron abrir el Colegio de Varones, reafirman la unidad entre ilustrados, liberales y masones en torno al propósito de llevar la José María Rojas Garrido ilustración al pueblo. Presagiaba, además, Fuente: Archivo Histórico del Huila (ahh). Se encuentra en la Academia la inauguración de una nueva etapa en la Huilense de Historia. vida política de Neiva, caracterizada por


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Historia Comprehensiva de Neiva la confluencia de varias fuerzas políticas y sociales alrededor de propósitos comunes en el plano educativo y cultural. La escuela pública primaria de Neiva entre 1845-1849

La Escuela de Varones de Neiva que había sido cerrada en 1845 para poder adecuar el edificio de la Normal, reinició sus labores en 1846 como anexa a la misma, aumentando considerablemente su matrícula. El 15 de septiembre de 1847 tenía ya 277 alumnos y era dirigida por Manuel María Madiedo Fuente: Madiedo, Manuel María, el doctor Salvador María Álvarez, quien Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango se desempañaba a la vez como director del Banco de la República. Consultado de la Normal Nacional de Varones de el 11 de febrero de 2012, en http:// www.banrepcultural.org/blaavirtual/ la ciudad. Hay que agregar que en ese biografias/madimanu.htm. año también se abrió, en la aldea de San Antonio (jurisdicción del municipio de Neiva) la escuela pública de varones, dirigida por el señor José María Amador Charry, con 16 alumnos.52 Programa liberal y educación política de masas. 1850- 1853 En abril de 1849 asumió la presidencia de la República el General José Hilario López, cuya campaña electoral había enarbolado el lema de la soberanía popular a partir de la instauración de un gobierno republicano regido por principios de libertad, igualdad y tolerancia. Se inició así en el país un periodo en el que predominaron las ideas liberales radicales. El discurso ilustrado viró hacia posiciones decididamente laicas y se propugnó por instaurar instituciones civiles separadas de la iglesia. La entronización de gobiernos liberales radicales en Neiva, con el nombramiento de José María Céspedes como gobernador de la provincia,53 52 53

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.210, f. 32. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.152, f. 806.

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coincidía con la presencia en esta ciudad de una generación de jóvenes ilustrados, liberales radicales y masones, de los que ya se habló atrás, quienes al igual que Céspedes (partidario de las tesis revolucionarias de López) estaban empeñados en llevar a cabo un proyecto cultural y educativo sin precedentes. Neiva se involucró entonces, de manera decidida, en los transcendentales cambios de mitad de siglo que vivía el país. Céspedes propuso un programa de gobierno impregnado del pensamiento ilustrado y liberal que, según decía, estaba encaminado a atacar, no tanto la pobreza, sino más bien sus causas, que en la parte educativa se basaba en tres ejes fundamentales: el fomento a la instrucción y la moralización de las masas (moralización entendida como educación política), la educación de la mujer “conforme al espíritu del siglo” y, la organización “de una manera más conveniente” del Colegio de Varones de dicha ciudad.54 A continuación se amplían los contenidos y alcances de estos tres ejes del programa educativo de Céspedes.

Primer eje: la “instrucción y moralización de las masas” Para los liberales radicales la instrucción y la educación política (o moralización) de las masas eran tareas de primer orden, como quiera que de estas dependía la solución a los problemas sociales y el cumplimiento de su propósito de formar ciudadanos capaces de vivir en un régimen democrático; esto es, un régimen en donde las personas, ya no son súbditos que obedecen ciegamente las órdenes del rey, sino que son sujetos de deberes y derechos consagrados en una constitución. Para cumplir con este punto del programa, además de buscar el mejoramiento de la calidad de la educación escolarizada, los liberales crearon también las escuelas democráticas e incentivaron la instalación de una imprenta provincial, con lo cual se dio pasó a la aparición de los primeros periódicos impresos en Neiva.

54

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.152, f. 328.


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Mejoramiento de la calidad de la educación y continuidad a la Normal de Varones Para mejorar la calidad de la educación se favoreció la continuidad de la Escuela Normal de Varones de Neiva, que para 1849 estaba abocada al cierre de labores al perder el apoyo económico de la nación, como producto de la aplicación de la ley nacional sobre libertad absoluta en materia educativa. Para evitar su cierre, Céspedes logró que la asamblea provincial, en ese año, aprobara una ordenanza por la cual se incorporó dicha institución al Colegio de Varones.55 Con esta decisión el gobierno radical de la provincia buscaba capacitar maestros para avanzar hacia la unificación del método pestalociano en las escuelas, premisa fundamental para mejorar la calidad educativa. Este método creado por el pedagogo Suizo Heinrich Pestalozzi, se guiaba por los siguientes principios, “la vida es la que educa; por consiguiente el educador deberá tratar de encontrar en su alrededor los temas de sus lecciones; la naturaleza construye siempre sobre una base sólida; desde lo que ya sabe el estudiante avanzará hacía la conquista de nuevos conocimientos; así pues, la fuente de toda nuestra enseñanza se halla en la observación”.56 No cabe duda que estas frases portaban el germen de la pedagogía moderna y que el gobernador Céspedes, quien planteó la reforma a la educación de la provincia de 1850, debía conocer que dicho método ya se utilizaba como un recurso para mejorar la enseñanza en la Escuela Normal de Bogotá entre 1845 y 1847.57 Este método, más adelante, se intentó generalizar en el país y en Neiva en los años del federalismo (especialmente entre 1872 y 1884), como se verá más adelante. Creación de las Escuelas Democráticas. La acción del plan educativo del liberalismo radical de mayor acento político fue, sin duda, la creación de la Escuela Democrática de Neiva en 1849, cuyo reglamento fue redactado por José María Rojas Garrido y 55 56

57

Biblioteca Nacional de Colombia (bnc), Bogotá, Miscelánea 342 (8), pág. 43. Palabras de Pestalozzi, en Piaton, Georges, Pestalozzi, México, Editorial Trillas, 1989, pág. 5. Sáenz Obregón, Javier, Saldarroaga, Oscar y Ospina, Armando, Mirar la Infancia: Pedagogía, Moral y Modernidad en Colombia 1903-1946, vol. i, Imprenta Universidad de Antioquia, Medellín, 1997, pág.13.

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Francisco Eustaquio Álvarez, 58 ambos liberales y masones destacados. En él se le asignaba a estas instituciones el propósito de “instruir al pueblo en sus derechos y deberes, en sus costumbres y en sus creencias” y consagraba el libre acceso de la población a sus clases o conferencias, que eran impartidas por las personas más preparadas de la ciudad.59 Entre los fundadores de la Escuela Democrática figura el señor Próspero Pereira Gamba (masón60), quien a su vez actuaba como secretario general de la gobernación de Neiva. En misiva enviada al gobernador para enterarlo de la organización y objetivos de aquella institución Pereira le hacía saber que los fundadores de la escuela eran todos “hombres liberales, religiosos y sociales” y que los institutores al servicio de la misma eran “personas bendecidas del cielo, honradas por sus ciudadanos y gratos al humano linaje”.61 Afirmaba también que las enseñanzas a impartir, estaban “acordes con el espíritu del siglo demócrata, industrial y cristiano” y se orientaban ante todo a ilustrar al pueblo “con las santas doctrinas de la democracia y el evangelio”.62 En relación con el carácter abierto de la escuela, Pereira argumentaba en su comunicación, que la formación de los hombres y el desarrollo de sus facultades mentales no solo se alcanza en las escuelas formales o “en el estudio de ciertos libros”, pues en su criterio, las doctrinas sociales no se aprendían exclusivamente en las escuelas, ni la enseñanza de la religión cristiana en los templos. Para sustentar estas afirmaciones traía el ejemplo de aquellos jóvenes ilustrados de la época de la independencia que no habían aprendido “las nuevas y luminosas ideas” en los colegios, y el de los profetas y los apóstoles de Cristo, quienes ejercieron el sacerdocio fuera de los templo. Al finalizar su misiva Pereira le informaba al gobernador que la instalación de la Escuela Democrática estaba prevista para el 29 de julio de ese año (1849) y demandaba del ejecutivo todo el apoyo necesario.63 58 59 60

61 62 63

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.152, ff. 725 y 828. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.152, f.725. Prospero Pereira Gamba Ingresó a la Logia Estrella del Tequendama de Bogotá el 19 de abril de 1850.Obtuvo el grado 30 de Maestro Masón Grado el 19 de Junio de 1852. Fervoroso liberal. Redactor de El Tiempo de Bogotá en 1856 y de El Vapor de Honda. Secretario de Gobierno de Cundinamarca. Ministro de Colombia en Lima, Perú, en 1862 y, luego en el Brasil. Ministro de Hacienda y Fomento de Colombia en 1886. Carnicelli, Historia de la masonería… pág. 109. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 725 agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 725 agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 725


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Como era de esperarse, dadas las afinidades ideológicas existentes entre el mandatario provincial y los fundadores de la escuela, la gobernación ofreció apoyarla en cuanto estuviera a su alcance con el fin de lograr “la solidez y consistencia” de la institución.64 Tal como estaba previsto, la escuela inició labores el 29 de julio de 1849 y desde entonces, las clases se realizaron los días domingos después de misa. Hacia el mes de septiembre el gobernador Céspedes registraba complacido la numerosa concurrencia a sus clases. Hasta asistían, decía en su informe a la asamblea legislativa provincial, “señoras de buen sentido y deseosas de instruirse”.65 Prospero Pereira Gamba Fuente: Carnicelli, Américo, Historia de El éxito que tuvo la Escuela la Masonería en Colombia, tomo ii, Bogotá, Democrática de Neiva, impulsó al Álvaro Lozano Cia. Ltda Editores, 1999, gobernador de la provincia Diego María pág. 109. Herrera a crear escuelas similares en todas las cabeceras de cantón por decreto de febrero de 1850. La de Neiva quedó organizada así:66 presidente, Diego María Herrera, gobernador del Estado; vicepresidente: José María Rojas Garrido, director del Colegio de Varones; secretario: Próspero Pereira Gamba, secretario de la gobernación; catedráticos: Salvador María Álvarez, director de la Normal; Antonio Duque, sindico del Colegio de Varones; José Daniel Parga, juez letrado del circuito y el doctor Joaquín García, entre otros. El 3 de febrero de 1850 se instaló por segunda vez en Neiva la Escuela Democrática en acto solemne al cual asistieron ocho directores de escuela “y más de trescientas personas”, acto que tuvo lugar en el salón de la escuela pública.67

Liberalismo, masonería y educación La imprenta de Neiva y el auge de los periódicos

La tercera acción de los gobiernos liberales radicales a favor de la “instrucción y moralización de las masas” fue la de respaldar, con fondos oficiales, la instalación de una imprenta en Neiva. Esta imprenta, según el gobernador Céspedes, sería de gran utilidad para “formar y mejorar el amor a la civilización, creando el amor a la lectura, base positiva de todo adelanto”.68 Un informe de prensa de 1856 se refería al funcionamiento de la imprenta provincial “en el edificio del Cabildo de Neiva”.69 La palabra impresa comenzó a marcar la diferencia con la sociedad anterior, en donde la tradición oral y especialmente el púlpito y las escuelas (a través de los certámenes) eran los únicos medios de comunicación masiva que tenía la Provincia. Es así como surgieron en este época los periódicos oficiales en Neiva, a través de los cuales se procuró, desde una clara orientación liberal y laica, resaltar las obras que a favor de la ilustración adelantaban los gobiernos radicales; entre aquellos periódicos se destacan: El Alto Magdalena, Huila y La Luz, dirigidos por Rojas Garrido, de orientación ideológica radical, liberal y gólgota.70

Segundo Eje: Hacia la emancipación de la Mujer Los radicales neivanos de mitad de siglo retomaron la idea de los mandatarios mosqueristas que les antecedieron de ampliar la educación femenina; pero más que insistir en ella como un instrumento para “transformar las costumbres”, la impulsaron como una necesidad de “emancipación de la mujer”. Según el gobernador Eugenio Castilla (en documento de 1852), la educación femenina constituía “una demanda de la civilización (…) una prueba evidente de la moralidad del siglo y un destacado elemento de progreso y bienestar”.71 Sobre estos presupuestos ideológicos, en 1850 se puso en marcha el Colegio Provincial de Niñas de Neiva, creado por sus antecesores 68 69

64 65 66 67

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 828. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 828. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 159, f. 177. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 159, f. 177.

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70

71

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 152, f. 830. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de mayo de 1856. Salas, Camilo Francisco, “Trayectoria del periodismo Huilense”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. v, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1995, pág.100. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 80, f. 466.


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conservadores, el cual tuvo un gran apoyo de los neivanos y logró contar con un edificio propio en 1852.72 En efecto, la diputación en 185273 resaltó, mediante acuerdo, el apoyo a esta obra por parte de los políticos del liberalismo radical como Liborio Durán (masón74), José María Rojas Garrido, Francisco Eustaquio Álvarez, Gabriel González y otros académicos e ilustrados.75

Tercer eje: Audaces cambios en el Colegio de Varones y primera carrera universitaria en Neiva Cuando el programa radical, esbozado por Céspedes, hablaba de “organizar de una forma más conveniente el Colegio de Varones”, se refería a la necesidad de ajustar sus enseñanzas al espíritu de la ley de libertad educativa, expedido por el alto gobierno en 1850. Correspondió al gobernador Gaspar Díaz emprender ese ajuste al Colegio de Varones de Neiva. Mediante decreto de octubre de 1850 se dispuso que los estudiantes pudieran acceder al curso que escogieran sin llenar prerrequisito alguno, y que se podría en adelante establecer, con fondos privados, las cátedras que se consideraran convenientes; además, previó la creación de la cátedra de jurisprudencia (Derecho) con la autorización para expedir el título de “Doctor” en este ramo y también la de Ciencias Naturales.76 En ese año ejercía como director del plantel José María Rojas Garrido; como catedrático de literatura y filosofía, Salvador María Álvarez, y como catedrático de bellas artes Próspero Pereira Gamba. Actuaba como sindico Antonio José Duque.77 En cumplimiento de lo previsto por la reforma mencionada, en 1852 se abrió la clase de jurisprudencia con ocho alumnos78 (Ver facsímil sobre cátedras, número de empleados y de alumnos del colegio en ese año). Si se tiene en cuenta que el programa de estudios del plantel estaba previsto 72 73 74

75 76 77 78

agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 80, f. 467. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 80, f.466. Mario Arango Jaramillo, se refiere a Liborio Durán como General de la Republica. Miembro del Consejo Supremo de la Jurisdicción del Centro de la Masonería grado 33. Nacido en Campoalegre (Huila). Combatió al lado de Mosquera en la revolución liberal de 1859-1862. Arango Jaramillo, Masonería y partido…pág.147, agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 80, f 466. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t 180, f. 247. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.159, f. 178. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t.180, f. 475.

Facsímil del cuadro sobre personal, cátedras y facultades del Colegio Provincial de Neiva (hoy Santa Librada) en agosto 31 de 1852. Entre las facultades figura la de jurisprudencia (Derecho) con 8 alumnos. Fuente: agn, Bogotá, F. República, S. Fondo Gobernaciones, t. 180, f. 475.

para ser cursado en tres años, es muy probable que el Colegio de Varones de Neiva haya otorgado el título de doctor en jurisprudencia a todos o a algunos de estos ocho estudiantes hacia finales de 1854, fecha en la cual fue clausurado a causa de la pérdida del subsidio nacional, producto, a su vez, de la aplicación de la política de libertad educativa del gobierno central. En el mismo año de 1850, el gobierno provincial resolvió bautizarlo con el nombre de Colegio Democrático, convirtiéndolo así en una institución símbolo del ideario que orientaba las transformaciones del régimen radical instaurado en la provincia. De manera simultánea, se bautizó el Colegio de Niñas de Neiva con el nombre de Santa Librada.79 Cambios en la orientación del programa educativo liberal en 1855 La primera constitución radical de la provincia de Neiva, expedida en 185380 consagró los más amplios principios de libertad individual, los cuales fueron ratificados en la última Constitución Provincial de 1856. José 79

80

“Ordenanza del 8 de octubre de 1850”. agn, Bogotá, S. Republica, F. Gobernaciones, t. 159, f.528 Cuartas, Coymat, Álvaro, Tolima Insurgente, Bogotá, Pijao Editores, 1991, pág. 364.


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María Samper calificaba estas constituciones, junto con las de Santa Marta, Socorro y Vélez como “netamente radicales”.81 Esta circunstancia ubicaba a Neiva como una Provincia dominada por el liberalismo doctrinario o gólgota en la década de 1850. Desde esta postura doctrinaria, los radicales neivanos pregonaron ampliamente la libertad económica que suponía el estímulo a la libre empresa y la abolición de todo tipo de monopolio estatal. Tales postulados, aplicados al campo de la cultura, dieron como resultado una política antisubsidiaria frente a la escuela por parte de los gobernantes de la provincia. Dicha política fue defendida por José María Rojas Garrido, líder indiscutible del radicalismo neivano, congresista en varias ocasiones por esta región y gobernador de la misma entre 1855 y 1857. Para Rojas, quien se había alinderado al lado de las ideas del liberalismo doctrinario, no era un buen signo de cambio que, en 1856, funcionaran en la provincia de Neiva 31 escuelas públicas y que se estuviera apoyando con dineros oficiales la Escuela Normal de Varones y el Colegio de Niñas de la capital. Por tal motivo, en ese año, formuló un severo llamado de atención a la asamblea provincial a fin de que abogara por dejar la educación al cuidado de la iniciativa privada.82 Ha que tener en cuenta que para los radicales liberales de mitad de siglo era más importante estimular las iniciativas encaminadas a fomentar capitales y fortalecer las rentas provinciales, que apoyar con dineros públicos la educación. Para ellos había más bien que, como lo expresara el gobernador Rojas Garrido ante la asamblea provincial, despojar a la provincia y a los municipios de sus responsabilidades en cuanto a la construcción de vías y al sostenimiento de hospitales, escuelas y colegios, situaciones que deberían quedar “al interés de los particulares”.83 Desde esta óptica, Céspedes, primer gobernador del periodo radical, quien antecedió a Rojas en la gobernación, propuso transformar la Caja de Ahorros de Neiva en un banco “de giro, depósito y descuento”, de manera que pudiera incrementar sus ingresos y extender el círculo de sus

81 82

83

Citado por Cuartas, Tolima Insurgente… pág. 362. “Informe del gobernador de Neiva a la Legislatura de 1856”, en Rojas Garrido, José María,“ Obras Selectas”, en Eastman, Jorge Mario, compilador, Colección Pensadores Políticos Colombianos, Bogotá, Cámara de Representantes/Imprenta Nacional, 1979, págs. 222 y 223. ”Informe del gobernador de Neiva a la legislatura de 1856”, en Rojas Garrido,“Obras Selectas…” pág. 234.

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negociaciones”.84 Con esta propuesta pretendía dar a la institución una orientación más comercial y menos mutual, más encaminada a favorecer la capitalización que a satisfacer necesidades sociales. Encaminado a ese propósito el proyecto de cambios en la caja estipulaba que la nueva entidad emitiera cédulas y billetes para aumentar los valores circulantes y así poder ampliar e incrementar “la industria adormecida de la provincia”.85 En definitiva, era esta la institución adecuada para cumplir con el programa liberal radical en cuanto tenía que ver con la creación de capitales para el fomento de la industria. Se pudo precisar que la Caja de Ahorros de Neiva comenzó a funcionar en los primeros meses del mandato de Céspedes pero no se encontraron evidencias claras sobre su transformación en banco. Un informe descriptivo sobre la ciudad de Neiva, publicado en el periódico El Alto Magdalena, en 1856, mencionaba la existencia de la caja86 pero no entra en detalles sobre sus funciones y naturaleza. Además del interés por fomentar los capitales para la industria, los gobiernos liberales radicales expidieron una serie de medidas encaminadas a dotar de autonomía económica la provincia. Entre estas figura la ordenanza que dispuso la medición y división de los resguardos indígenas que aún no se hubieren dividido para sacarlos en “público remate”.87 Se buscaba, pues, liberar tierras para el mercado y hacer más propietarios individuales a costa de la disolución de los resguardos. La política antisubsidiaria obliga el cierre del Colegio de Varones Rojas Garrido, en el informe de 1856 a la asamblea provincial, no solo abogó por dejar la educación al cuidado de la iniciativa privada sino que exteriorizó su complacencia por la caída del sistema proteccionista de la educación secundaria en el país. Tal caída se había producido con la ley nacional del 15 de mayo de 1850, que cerró las tres universidades existentes en el país y las convirtió en los únicos colegios que recibirían en adelante apoyo financiero por parte del gobierno nacional.88 Desde agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 152, f. 831. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 152, f. 831. 86 agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 152, f. 831. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de mayo de 1856. 87 “Ordenanza del 1 de octubre de 1850”. bnc, Bogotá, Miscelánea 345 (8), pág. 35. 88 “Ley 15 de mayo de 1850”, en Codificación nacional… t..xiv, págs. 71-73. 84 85


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entonces, en aplicación de esta ley, el Colegio de Neiva dejó de recibir 2.000 pesos anuales de la Nación89 y no encontró el apoyo del gobernador Rojas Garrido, quien se había congraciado con la caída del sistema proteccionista. Ya en 1854 el nombre del colegio dejó de aparecer en los informes oficiales sobre educación en la provincia. En efecto, en 1855 el periódico El Alto Magdalena publicaba un cuadro sobre liquidación de gastos de los colegios provinciales en 1854,90 en el que solo aparecían el Colegio Santa Librada de niñas y la Escuela Normal de Varones. Quedaba así confirmada la desaparición del Colegio Democrático. A manera de hipótesis, y si se tiene en cuenta que las clases de jurisprudencia estaban previstas para tres años, es bien probable que el plantel permaneciera abierto hasta finales del año 1854. Tal situación es ratificada en los siguientes documentos de la época: el informe sobre Neiva publicado en el periódico El Alto Magdalena en 1856, en el que se registra que el edifico del Colegio de Varones estaba ocupado por “la Imprenta Provincial y la Escuela Normal”91 y otro del gobernador Rojas Garrido del mismo año, en el que se refería al Colegio de Santa Librada de niñas como el único plantel de secundaria dependiente de fondos provinciales.92 De esta manera, una de las obras predilectas de las fuerzas ilustradas y liberales de la región había llegado a su ocaso, pero la alternativa privatizadora expuesta por los radicales no acudió al rescate de la obra, por lo menos durante el resto de vida de la provincia. Normal de varones de Neiva y la educación femenina escapan al auge privatizador. Aunque parezca contradictorio con la política antisubsidiaria pregonada por el gobierno de la época, la Normal de Varones de Neiva continuó funcionando gracias al especial interés demostrado por el mismo gobierno radical en el mejoramiento de la calidad de la enseñanza. Para salvar dicha institución de la orfandad en que había quedado al clausurase el Colegio de Varones en 1854, la legislatura provincial, en 1856, creó una 89 90 91 92

Gaceta de la Nueva Granada, Bogotá, n.o 21. 17 de diciembre de 1857. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. “Informe del gobernador de Neiva a la Legislatura de 1856”, en Rojas Garrido,“Obras Selectas…” pág. 221.

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nueva institución normalista con fondos de la provincia, la cual abrió sus clases en enero de 1856 con 32 alumnos.93 Al finalizar el año su matrícula era ya de 53.94 Tampoco el Colegio de Niñas de Neiva perdió el apoyo oficial, gracias a la predilección de los liberales de la época por la educación de la mujer. En 1855 el plantel seguía funcionando bajo la dirección de la señorita Juana Neponucena Gonzáles95 y en 1856 se le dotó de un nuevo reglamento en el que se ratificaban sus enseñanzas tanto del nivel elemental como del nivel secundario.96 En ese mismo año, su matrícula ascendió a 71 alumnas y, según palabras del gobernador Rojas Garrido, su marcha era satisfactoria.97 Los avances que la Normal de Varones y del Colegio de Niñas de Neiva tuvieron en los últimos años de los gobiernos liberales, se vieron interrumpidos cuando la provincia de Neiva fue incorporada al Estado Soberano de Cundinamarca en septiembre de 1857, hecho que ocasionó la suspensión de tales establecimientos por las autoridades de dicho Estado. La educación primaria femenina tampoco sucumbió frente al embate de las nuevas políticas. Por el contrario, al legislatura provincial de 1852 ordenó una partida para que se establecieran escuelas de niñas en cada cabecera de cantón,98 es decir, en Purificación, Gigante, Timaná, Neiva y La Plata. Efectivamente, en 1856, el informe del gobernador Rojas Garrido daba cuenta sobre el funcionamiento de tales planteles.99 La Escuela de Niñas de Neiva, a cargo de la provincia, funcionaba en 1855 con 61 alumnas, su directora era la señorita Indalecia Cuenca y su subdirectora Teresa Cuenca.100 El Periódico Huila hizo un elogioso comentario sobre la realización de exámenes en dicha escuela en 1855, en el que se resaltaban los trabajos presentados por las niñas y las respuestas a las preguntas del examen que, según el cronista, auguraban “un porvenir lisonjero, oculto en estos tiernos corazones”; esta escuela, según el mismo periódico, se hallaba “Acta de la legislatura provincial del 22 de octubre de 1856”. El Alto Magdalena, Neiva, n,o 122, 2 de agosto de 1856. 94 agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 197, f. 538. 95 Huila, Neiva, n.o 16, 21 de octubre de 1855. 96 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. 97 Rojas Garrido, “Obras selectas”…pág.221. 98 De esta medida daba cuenta el Gobernador Valentín Trujillo en comunicación al Jefe político del Cantón de La Plata, de marzo 5 de 1853 , en ahp 99 agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones, t. 179, f. 536. 100 Huila, Neiva, n.o 16, 21 de octubre de 1855. 93


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en ese año bajo la acertada dirección de las señoritas Teresa e Indalecia Cuenca.101 A pesar de la disminución del número de alumnos varones que experimentaron las escuelas de la provincia en estos gobiernos radicales, en la ciudad de Neiva se mantuvo abierta la Escuela oficial de Varones. En 1855, el plantel estaba bajo la dirección de Manuel Tello y asistían a ella 130 alumnos.102

Federalismo y la reforma educativa liberal y laica 18631884

Al

superar a los conservadores, los liberales lograron establecer en Colombia, en 1863, un régimen federal que habría de durar veintitrés años (1863-1886). La Convención de Rionegro, que hizo posible los radicales cambios a la constitución estuvo conformada por 51 diputados presentes, todos liberales, porque el conservatismo derrotado en la Guerra Civil de 1860 a 1862 se abstuvo de participar en ella. Hay que destacar que de estos 51 diputados 31 eran masones103 y que 3 de los 5 diputados del Estado del Tolima también lo eran: Liborio Durán, José María Cuellar y José Hilario López.104 Los otros dos diputados del Tolima: Bernardo Herrera y Manuel Antonio Villoría, aunque no eran masones, seguían las orientaciones de Mosquera. Rojas Garrido asistió también como diputado a dicha convención pero en representación del Estado de Antioquia. Esta convención aprobó en 1863 la Constitución de Río Negro por la cual se instituyó en Colombia el régimen federal, pensado como el mecanismo más adecuado para avanzar hacia una auténtica democracia republicana. Con ella se abolieron los privilegios y propiedades del clero y se consagraron las más amplias libertades individuales, entre las cuales figuraba la libertad de conciencia y de credo.105 En fin, este nuevo régimen condensó y afirmó formalmente la filosofía política liberal en Colombia. Huila, Neiva, n.o 16, 21 de octubre de 1855. 102 Huila, Neiva, n.o 16, 21 de octubre de 1855. 103 Arango Jaramillo, Masonería y Partido… pág.142. 104 José María Cuellar Poveda, nació en Gigante (Huila) y se inició en la masonería el 6 de mayo de 1862 en la Logia Luz | del Tolima No.17. José Hilario López, como se dijo atrás, se inició en una Logia Venezolana y en 1834 se afilia a la Logia Hospitalidad Granadina número.1 de Cartagena. Arango Jaramillo, Masonería y Partido… págs. 147-149 105 El texto completo de la Constitución de 1863 se encuentra en Pombo, Manuel A. y Guerra, José Joaquín, Constituciones de Colombia, Bogotá, tomo iv, Biblioteca Banco Popular,1986, págs. 125-159. 101

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En el federalismo las provincias se reagruparon y el país quedó divido en 9 estados soberanos, uno de ellos fue el Estado Soberano del Tolima, conformado por las antiguas provincias de Mariquita y Neiva. La presencia liberal y masónica en la dirección del Estado del Tolima fue dominante hasta 1876. En efecto, durante los gobiernos liberales de 18611867 ejercieron su presidencia Tomas Cipriano de Mosquera (Radical y masón), al cual le sucedieron cuatro presidentes liberales masones106 y dos miembros del Olimpo Radical colombiano.107 Por su parte, Aníbal Galindo (masón108) fue encargado de la presidencia del Estado durante el periodo de la guerra de 1876. De 1877 a 1885 el ala más radical del liberalismo (No masónico) ostentó hegemónicamente el poder. En este lapso fueron presidentes del Estado, en su orden: Ignacio Manrique, Fruto Santos, Marcelo Barrios y Gabriel González.109 Para concretar el ideal liberal masón de una educación laica y obligatoria, el gobierno federal de la Unión expidió en 1870 una gran reforma educativa, conocida como el Decreto Orgánico de Instrucción Pública Primaria (doip). Con esta reforma se procuraba actuar en consecuencia con el ideario liberal de la Constitución de Rionegro de 1863, en la que se consagraba que en Colombia habría absoluta libertad de conciencia y de creencias religiosas. Por eso prohibió a los maestros la enseñanza de una determinada religión. Además estableció que toda la instrucción oficial fuera gratuita, laica y obligatoria.110 La educación en Neiva antes de la reforma educativa radical 1861 – 1870 Cuando en Bogotá se expidió el decreto orgánico de la educación primaria —diciembre de 1870—, en el Tolima ya había transcurrido la primera de las tres grandes etapas de su vida federal. Etapa que inició con la creación del Estado en 1863 y finalizó con los sucesos que prosiguieron al Estos presidentes fueron: José María Cuellar P. Nacido en Gigante (Huila), quien se inició en la masonería el 6 de mayo de 1862 en la Logia Luz del Tolima No.17 de Ambalema. Arango Jaramillo, Masonería y Partido… pág. 147; José María Rojas Garrido, Francisco Eustaquio Álvarez, José Hilario López. 107 Fueron estos: Eugenio Castilla y Clímaco Iriarte. 108 Estrella del Tequendama, Bogotá, n.o 11, 1853; Carnicelli, Historia de la masonería…t. ii, pág.199. 109 Delimiro, El Huila…págs. 110-120. 110 Texto completo del Decreto Orgánico de Instrucción Pública Primaria (doip), en Escuela Normal, Bogotá, n.o 1, 7 de enero de 1871. 106


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derrocamiento del General Mosquera como presidente de la Unión, en el año de 1867, de grandes repercusiones en esta provincia. Aquellos primeros años del estado tolimense estuvieron marcados por una notoria inestabilidad política e institucional. Su territorio fue escenario de varios conflictos armados. Las disputas entre partidos y facciones dieron lugar a la expedición de tres constituciones en tan solo siete años que duró este periodo. Siete gobernadores, entre constitucionales, encargados y de hecho, estuvieron al mando del Estado y en cuatro ocasiones fue cambiada la sede de gobierno. En aquellas condiciones no hubo lugar ni recursos para el desarrollo de la escuela, pues era Normal para la época que los dineros oficiales, en tiempo de conflicto, se encausaran hacia la guerra.111 A pesar de estas adversas condiciones, un informe oficial de 1864, registraba la existencia en Neiva de una escuela pública de varones y una de niñas. La de varones dirigida por don Miguel H. Espinoza, con 40 alumnos y la de niñas por Mercedes Suárez, con 50 alumnas.112 Mientras tanto, un informe amplio sobre la situación educativa, presentado por su alcalde de la ciudad, en de julio de 1866, José María López, daba cuenta de la existencia de cuatro escuelas a las que asistían 247 alumnos. El informe aclaraba que solo una era pública, las otras tres eran privadas; una de estas últimas era de varones y estaba dirigida por el Señor Gelasio Arce, las otras dos eran de mujeres y estaban bajo la dirección de las señoras Mercedes Suárez y Concepción Vargas.113 El Colegio Democrático de Varones de Neiva también había restablecido sus labores a finales de 1866.114 Sin embargo la guerra de 1867 que se produjo por el derrocamiento del general Mosquera, de grandes repercusiones en Neiva y la provincia ocasionó su cierre y el de todas las escuelas de la ciudad.

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Gobiernos conservadores en el Estado Tolima y vigencia del decreto orgánico – doip, 1867-1875 Superadas las confrontaciones de 1867 entró el Tolima en una etapa de gobiernos conservadores, que habrá de prolongarse hasta la guerra de 1876, llamada Guerra de las Escuelas.115 En los primeros años de este periodo la situación de la escuela en la provincia de Neiva no era halagüeña. Así se desprende de la comunicación que el gobernador del Estado, Uldarico Leyva, envió a los párrocos, en enero de 1870, en la que expresaba que “las escuelas se han mirado, en muchas partes, como una institución extraña a las localidades. Las autoridades las descuidan y los padres de familia rehúsan colocar en ellas a sus hijos, creyendo actos de tiranía las órdenes para traer los niños a recibir la instrucción primaria”.116 Por otra parte, en circular de mayo a los jefes departamentales, Leyva hacía notar la carencia de locales adecuados y de útiles, en la mayoría de las escuelas tolimenses.117 No obstante, la ciudad de Neiva, desde el comienzo de este periodo, mantuvo abierta su escuela pública de niños y de niñas. Un informe de 1870118 daba cuenta de la existencia en esta ciudad de una escuela de niños, cuyo director era el Señor José de Jesús Pinzón y contaba con 116 alumnos; de una escuela de Niñas, cuya directora era Concepción Vargas y a ella asistían 20 alumnas y dos escuelas privadas de varones dirigidas por Leoncio Bahamón y Gelasio Arce. Además en esta ciudad, en 1869, se había establecido la primera Normal de Varones por cuenta del Estado tolimense. Institución que funcionó en el edificio del Colegio Santa Librada de Neiva y estuvo bajo la dirección del Señor Gonzalo Uribe.119 Su prematuro cierre, en diciembre de 1870, obedeció a las expectativas que el gobierno del Tolima tenía sobre el establecimiento de una Normal por cuenta de la Nación, con motivo de la inminente expedición de la reforma educativa nacional. Fueron alumnos de esta primera Normal, en 1869:120 Con el pretexto de la defensa del sentimiento religioso, vulnerado, a criterio de la oposición clerical-conservadora, por el doip, estas fuerzas provocaron, en mayo de 1876, una insurrección conservadora, que se inició en el Cauca y se extendió a buena parte del territorio nacional. A este movimiento de le llamó “Guerra de las Escuelas”. Ramírez Bahamón, Historia social de…pág.40. 116 El Constitucional, Ibagué, n.o 80, 8 de febrero de 1870. 117 El Constitucional, Guamo, n.o 83, 24 de marzo de 1870. 118 El Constitucional, Guamo, n.o 91, 24 de mayo de 1870. 119 El Constitucional, Ibagué, n.o 74, 28 de diciembre de 1869. 120 Ramírez Bahamón, Historia social de… pág.107. 115

Ramírez Bahamón, Jairo, Historia social de una utopía escolar: la educación en el Estado Soberano del Tolima 1861-1886, Neiva, Universidad Surcolombiana, 1998, pág. 42. 112 Gaceta del Tolima, Natagaima, n.o 60, 24 de Septiembre de 1864. 113 El Constitucional, Natagaima, n.o 126, 5 de Julio 5 de 1866. 114 El Constitucional, Natagaima, n.o 119, 17 de mayo de 1866. 111

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Historia Comprehensiva de Neiva Mariano García Belisario Rivera Manuel E. Castillo Romualdo Durán Floriano Claros Juan N. Cruz José Joaquín Andrade Adolfo Galindo Celiano Murcia Secundino Cardozo Juan de Dios Álvarez Manuel Méndez Eduardo Méndez Rafael Puentes Rafael Herrera

Pedro Lara Juan N. Lozano Justino Rivera Miguel Cabrera Hernán de J. López Sinforoso Quimbaya Sixto Soto Alejandro Quiroga Justino Tello Daniel López Ramón Valderrama Andrés C. Polanía Buenaventura Medina Demetrio Álvarez Rafael Escandón

El 1 de noviembre de 1870 el gobierno de la Unión expidió el Decreto Orgánico Nacional de Instrucción Pública-doip, con miras a ser aplicado en los diferentes estados soberanos. El decreto tenía como propósitos: procurar que los estados consagraran en su legislación ciertas medidas que permitieran el fomento de la instrucción primaria, uniformar los textos de enseñanza, establecer escuelas normales por cuenta de la Nación en todos los estados para la educación de maestros en el método sensorial intuitivo de Pestalozzi (sobre el cual se habló atrás), establecer la obligatoriedad de enviar los niños a la escuela y establecer una educación laica al prohibir a los maestros la enseñanza de la religión católica. Al analizar las prerrogativas que la Nación ofrecía a los estados que se acogieran al doip, el gobierno conservador del Tolima, pese a que en el fondo no compartía el espíritu liberal y laico de la reforma, lo ratificó el 19 de octubre de 1872, pero incluyó la instrucción religiosa en el plan de estudios y, en cambio excluyó la aplicación del principio de obligatoriedad de la instrucción.121 Al entrar en vigencia el doip en el Tolima, la Normal Nacional de Varones y las oficinas de la Dirección de Instrucción Pública, previstas en el decreto en referencia, no se establecieron inicialmente en Neiva, sino en el Guamo, que para la fecha era la capital del Estado. El gobierno estatal nombró inspectores escolares para cada departamento en que se dividía 121

Rauch, Jane, La Educación durante el Federalismo, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1993. pág. 154.

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el Estado (departamentos del Norte, Centro y Sur), así como para cada distrito o municipio. Según información contenida en el periódico oficial en 1872 los inspectores de Instrucción Pública nombrados para la ciudad de Neiva fueron: el presbítero Nicomedes Herrera y los señores Jorge Holguín y José Gelasio Arce.122 Aunque Neiva no era capital del Estado, se vio favorecida de todas maneras con los demás ofrecimientos de la reforma, en cuanto a libros y textos escolares. Así logró que sus escuelas públicas de niñas y de varones permanecieran en funcionamiento durante los años 1872, 1873 y 1875, según se desprende de informes, en donde se registran las escuelas abiertas en el Estado, aunque allí no aparecen los nombres de sus directores.123 Pero a pesar de los avances en el funcionamiento de las escuelas primarias, en la organización de la inspección escolar y del establecimiento de las normales (primero en El Guamo y después en Ibagué, en este periodo analizado), los hechos demostraron que el gobierno conservador del Tolima no asumió el liderazgo exigido por la reforma, y que por el contrario, varias de sus actuaciones iban en contravía de la misma, razón por la cual el ejecutivo nacional optó por dejar sin vigencia el acuerdo con este Estado en octubre de 1873.124 Sin embargo, dos años después (febrero de 1875) el gobernador Joaquín María Córdoba, al ver que la escuela tolimense, alejada de los auxilios nacionales, se hundía en una de sus más profundas crisis, firmó un nuevo pacto sobre la Instrucción Pública con el gobierno de la Unión, y con él volvió a tener vigencia el doip en el Tolima125 hasta mediados de de 1876, cuando estalló la llamada Guerra de las Escuelas.

El Constitucional, año v, n.o 195, 25 de julio de 1872. Datos de 1872, en El Constitucional, año v, n.o 195, 25 de julio de 1872. Datos de 1873 en Ramírez Bahamón, Historia social de…págs. 149 y172. Datos de 1875, en Informe del Director de Instrucción Pública de la Unión, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, pág. 163. 124 El Constitucional, Guamo, n.o 251, 9 de noviembre de 1873. 125 Ver acuerdo en, Recopilación de actos legislativos del Estado Soberano del Tolima espedidos desde el año de 1862 hasta el de 1877, Bogotá, Imprenta de Gaitán, 1879, pág. 877. 122 123


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Efímera vida del Colegio de Varones bajo los gobiernos conservadores de 1867-1876. La primera ley educativa del Estado del Tolima, expedida en 1868, ordenó colocar los edificios y los fondos del Colegio de Varones de Neiva a disposición de la Normal que se crearía en esta ciudad. En cumplimiento de dicha ley, en 1869, se estableció, en el edificio del colegio, la Normal de Institutores, sobre la cual se habló anteriormente. Este hecho demuestra que el Colegio de Neiva no funcionó en los primeros años de este segundo periodo de existencia del Estado del Tolima. Sin embargo, en 1870 se expidió una segunda ley educativa por el Estado del Tolima, mediante la cual se ordenó la reapertura del Colegio de Varones de Neiva y en virtud de tal ley, a comienzos de 1871, se fijó como fecha de iniciación de clases el 1 de marzo de ese año.126 Mediante otra providencia se nombró como rector del Colegio de Neiva, que por primera vez se mencionaba con el nombre de Santa Librada, al señor José de Jesús Pinzón.127 Un aviso oficial de prensa del 1 de abril de 1871 informaba sobre la apertura de clases en el Colegio Santa Librada de Neiva “con un número considerable de jóvenes”.128 Era la primera vez que una norma oficial se refería al Colegio de Varones de Neiva con el nombre de Santa Librada. Sin embargo, hay que aclarar que no existe en la normatividad de la época una disposición en la que conste la asignación de dicho nombre al colegio. A manera de hipótesis, se piensa que la alusión al colegio por dicho nombre obedeció a la fuerza de la costumbre, por la relación del plantel con el antiguo edificio del Colegio Santa Librada de niñas, el cual figuraba entre sus bienes desde 1863 y en el que funcionó el plantel durante fugaz existencia que tuvo en los años 1865-1866.129 En definitiva, el colegio tuvo una efímera vida bajo estos gobiernos conservadores, de un lado, por la prioridad que tuvieron las escuelas normales, teniendo en cuenta que desde 1857 el Tolima carecía de este tipo de establecimientos y en consecuencia, los docentes que laboraban en sus escuelas no habían tenido la oportunidad —en los últimos diez años— de recibir formación pedagógica, y por otro, porque el tema de las normales

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volvió a surgir con fuerza a raíz de la firma del primer convenio sobre el doip en 1870; convenio que contemplaba la creación de una Normal de Varones en la capital del Estado a cargo de la nación. Por estas razones, la nueva etapa de existencia el colegio 1871-1873, no contó con toda la atención del Gobierno del Estado del Tolima y funcionó en precarias condiciones económicas, circunstancia que repercutió en el bajo nivel en sus enseñanzas.130 Así lo confirman las quejas que sobre su bajo nivel académico, el deterioro de su edificio y la carencia absoluta de materiales educativos aparecen en la prensa institucional de 1872.131 Estas manifestaciones de inconformidad aumentaron hasta ocasionar su cierre, ordenado mediante decreto del 1 de abril de 1873, expedido por el gobernador Leyva.132 Gobiernos liberales radicales, 1877-1885: crecimiento de la escuela y primera Normal femenina en Neiva Después de superar la guerra nacional de 1876 (llamada Guerra de las Escuelas), los liberales retornaron a la dirección del gobierno tolimense. Ejercieron entonces la presidencia del Estado en su orden, Ignacio Manrique, Fruto Santos, Marcelo Barrios y Gabriel González, todos ellos procedentes del ala más radical del partido liberal. En este periodo se fijó como capital del Estado a Neiva. Esta circunstancia permitió que las autoridades educativas del Estado se establecieran en dicha ciudad, que allí se editara el periódico educativo La Escuela, y funcionara la Escuela Normal Nacional de Señoritas. Mientras tanto la de Varones, también a cargo de la nación, siguió funcionando en Ibagué. El primer gobernador de este periodo, Ignacio Manrique, consiguió que la Asamblea Legislativa del Tolima, el 22 de febrero de 1877, declarara vigente nuevamente el pacto sobre el doip firmado por el gobierno pasado,133 el cual se había suspendido a consecuencia de la guerra de 1876. Para dar plena vigencia al nuevo acuerdo se estableció, en 1878, la oficina de Dirección de Instrucción del Estado en Neiva, en donde funcionó hasta finales 1885, cuando desapareció el Estado del Tolima. En el primer año de funcionamiento la oficina estuvo a cargo el señor Aurelio Melendro.134 En los dos últimos años del federalismo tal dirección fue El Constitucional, Guamo, n.o 124, 21 de enero de 1871. El Constitucional, Guamo, n.o 205, 17 de octubre 17 de 1872. 132 El Constitucional, Guamo, n.o 226, 10 de abril de 1873. 133 Recopilación de actos legislativos del Estado Soberano… págs. 892-893. 134 La Escuela Normal, Bogotá, n.º 229, 26 de febrero de 1879. 130

El Constitucional, Guamo, n.o 124, 21 de enero de 1871. 127 El Constitucional, Guamo, n.o 129, 4 de marzo de 1871. 128 El Constitucional, Guamo, n.o 136, 22 de abril 22 de 1871. 129 Ramírez Bahamón, El Santa Librada… pág. 237. 126

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ocupada por el escritor Vallecaucano. Jorge Isaacs, destacado miembro del liberalismo radical y activo miembro de la masonería, siendo el último Director de Instrucción en la vida federal del Tolima.135 Guardando coherencia con su adhesión a los principios del Decreto Orgánico Nacional (doip), los cuatro presidentes radicales de este periodo prestaron tal importancia al funcionamiento de las normales, que relegaron la reapertura de los colegios de Neiva e Ibagué para poder así colocar sus recursos a favor de aquellas instituciones. Correspondió a Ignacio Manrique restablecer en 1878 las dos normales nacionales suspendidas desde 1876 a causa de la guerra. La de varones se abrió en Ibagué Jorge Isaacs en las instalaciones del Colegio San Simón136 Fuente: ahh. Se encuentra en la y la de señoritas en Neiva (entonces capital Academia Huilense de Historia. del Estado) en un edificio arrendado.137 Para dirigir esta última, en enero de 1878, nombró como directora a la señorita Rosalía Charri138 (ver facsímil del Decreto de Nombramiento).

Cabezote del periódico Gaceta del Tolima donde se publicó el nombramiento de Rosalía Charry como directora de la Normal Nacional de Neiva en 1878. Fuente: Gaceta del Tolima, Neiva, n.o44, 18 de enero de 1878.

De acuerdo con Américo Carnicelli, Jorge Isaacs Ingresó a la Logia Estrella del Tequendama núm.11 de Bogotá el 13 de mayo de 1864, a los 27 años. Investido del sublime grado e Maestro masón el 21 de mayo de 1864. Miembro del Gran Consejo de Caballeros Kadosch de Bogotá del Grado 30. Carnicelli, Historia de la Masonería… t. II, pág. 81 136 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 95, 39 de julio de 1878. págs. 137 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 139, 24 de diciembre 24 de 1878. 138 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 44, 18 de enero de 1878. 135

Facsímil del decreto de nombramiento de Rosalía Charry como directora de la normal nacional de Neiva en 1878. Fuete: bnc, Hemeroteca Nacional Manuel del Socorro Rodríguez, documento 2051.


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Esta Normal Inició labores el primero de marzo. Los exámenes de fin de año se realizaron del 1 al 16 de noviembre. Asistieron las 17 alumnas matriculadas a la fecha, que respondían a los nombres de:139 Umbelina Muñoz Carmen Quintero Josefina Lara Susana Gutiérrez Enriqueta Moreno Avelina Fajardo Inés Trujillo Abigail Camacho María de los Ángeles Polanía

Susana Roa Justina Cuellar Felina Poveda Elvira García Amalia Buendía Virginia Duque Elvira Cárdenas Amelia Salas

Al siguiente año su matrícula ascendió a 24 alumnas; de estas, 8 eran nuevas y 16 venían del curso anterior. Ingresaron como nuevas alumnas las señoritas: Berenice Rojas, Elena Trujillo, Isabel Trujillo, Lucrecia León, Matilde Zamora, Pilar Perdomo, Rosenda Pérez y Matilde Vargas.140 Rosalía Charry continuó en el año 1879 en el cargo de directora141 y Mariana Buendía ejerció la subdirección. Además de esta institución normalista financiada por la Nación, el gobernador Manrique creó con fondos del Estado del Rosalía Charry Meléndez Tolima, una Normal de Varones en la ciudad Fuente: Álbum de la familia de Neiva, plantel que inició labores en enero Guzmán Leyva. 1879, en el edificio del Colegio Santa Librada, con el nombre de Escuela Normal Estatal de Institutores.142 Nombró para la dirección del plantel a Nepomuceno Moreno143y designó como subdirector a Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 137, 17 de diciembre de 1878. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 163, 10 de abril de 1879. 141 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 163, 10 de abril de 1879. 142 Para contrastar la información enunciada respecto a las normales ver Ramírez Bahamón, El Santa Librada… pág. 234. Sobre alumnos de la Normal de varones de Neiva confrontar Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 165, 24 de abril de 1879. Sobre el uso del edificio del Santa Librada por la Normal confrontar Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 420, 4 de julio de 1882. 143 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 136, 16 de diciembre de 1878. 139

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Marco Antonio Ochoa.144 En un acta de visita de ese año el Prefecto del Sur hizo constar una matrícula de 34 alumnos, discriminados así: 13 sostenidos por el Estado con rentas del Santa Librada, 8 supernumerarios y 13 externos. Aunque en el acta no aparece la lista total de los alumnos matriculados, se insertan aquí los nombres de los 10 alumnos beneficiados con las becas otorgadas el 23 de enero de 1879: Arístides Carrión Cerbeleón Castaño Claudiano Tovar Dámaso Vidal Jaime Romero Liborio Durán Miguel Cabrera Ramón Perdomo C. Rómulo Perdomo Secundino Navarro

Villavieja Timaná Unión (Tello) Agrado Dolores Campoalegre Aipe El Carmen Carnicerías (Tesalia) Natagaima

Del acta de los exámenes de prueba realizados en la Normal el 20 de septiembre, se tomaron los nombres de otros 5 alumnos no mencionados en la lista anterior. Son ellos: Ricardo Moreno, Santiago Salas, Lisandro Rosillo, Víctor Manuel Mora y Cidonio Mora.145 En 1881, siendo presidente del Estado del Tolima Fruto Santos, la Normal nacional femenina fue trasladada a Ibagué como un acto de contraprestación que Santos hizo a los diputados de los departamentos del Norte y del Centro, a cambio de que cesaran sus reclamos y presiones por conseguir que la sede de gobierno estatal se trasladara a Ibagué.146 Mientras funcionó en Neiva, dicho plantel fue dirigido por la señorita Rosalía Charri hasta el año de 1879. En 1880 por Eufemia de Ortiz y en los últimos meses de ese año por Vicenta Trujillo. Por su parte, la Normal Estatal de Varones de Neiva estuvo dirigida hasta 1880 por don Nepomuceno Moreno; lo sucedió el señor Cesar B. Baquero en 1881, quien fue reemplazado en 1882 por don Pedro Galarza.147

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Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 146, 17 de enero de 1879. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 193, 26 de septiembre de 1879. 146 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 239, 30 de, abril de 1880. 147 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 79, 31 de mayo de 1878; Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 250, 30 de julio de 1880; Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 293, 4 de febrero de 1881, y La Escuela, Neiva, n.o 65-66, 15 de enero de 1883. 144 145


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Esta institución solo funcionó hasta junio de 1882, fecha en que fue clausurada con la promesa de crear allí una escuela de artes y oficios.148 En 1882 obtuvieron el título de maestro 11 alumnos de la Normal Estatal de Varones de Neiva.149 Por primera vez en la vida del Estado Soberano del Tolima una institución normalista de Neiva otorgaba grados de maestros. Los nombres de los graduados corresponden a: Damaso Vidal Claudiano Tovar, Ramon Perdomo Oliverio Rodríguez, Romulo Perdomo Jaime Romero, Justo V. Charry , Pedro Santacruz, Aristides Carrion, Victor Manuel Mora y Liborio duran.150 Además de establecer la Normal Nacional de Señoritas en Neiva y la Normal Estatal de Varones en la misma ciudad, el presidente Santos se distinguió por dar cumplimiento a otros aspectos del doip que no eran materia de discusión con la oposición, tales como la creación de Escuelas Superiores, entre ellas las de varones de Campoalegre, Neiva y Gigante151 y la edición de la prensa educativa con el nombre de La Escuela,152 cuyo primer número se puso en circulación el 15 de septiembre de 1880. Este periódico fue siempre editado e impreso en Neiva. Por presiones de un sector de la dirigencia regional, en 1882 fue clausurada la Normal de Varones de Neiva para dar paso a la creación de una escuela de artes y oficios en el edificio del Santa Librada.153 Sin embargo, la idea de establecer dicha escuela solo vino a hacerse efectiva el 1 de junio de 1884, cuando el Santa Librada inició labores como Escuela de Secundaria y, al mismo tiempo, como Escuela de Mineralogía y Agrimensura,154 bajo la dirección de Don José Herrera Olarte.155 Esto sucedió en el mandato de Gabriel González. Sin embargo, esta nueva existencia del Santa Librada fue muy breve, toda vez que los sucesos bélicos desencadenados al finalizar el año de 1884 no solo ocasionaron su cierre, sino que convirtieron su edificio en un cuartel.156

La Escuela, Neiva, n.o 65-66, 15 de enero de 1883. La Escuela, Neiva, n.o 65-66, 15 de enero de 1883. 150 La Escuela, Neiva, n.o 65-66, 15 de enero de 1883. 151 La Escuela, Neiva, n.o 17, 30 de abril de 1881. 152 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 261, 22 de septiembre de 1880. 153 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 456, 5 de diciembre de 1882. 154 La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 77, 1 de junio de 1884. 155 La Escuela, Neiva, n.o 89, 7 de junio de 1884. 156 Registro Oficial, Neiva, n.o 12, 12 de septiembre de 1885. 148

Liberalismo, masonería y educación

159

Las escuelas primarias en Neiva bajo los gobiernos radicales de 1877-1884 La presencia de normales en los gobiernos radicales y el hecho haber graduado institutores e institutoras en las que funcionaron en Neiva e Ibagué en 1881y 1882, permitieron mantener abiertas las escuelas de niñas y de varones de Neiva en todos los años del periodo radical 1877-1884, como se puede observar en la tabla número 2. Tabla 2 Escuelas y maestros de Neiva 1877-1882 Escuela de niños 1877

Director. Pedro Simón Cárdenas

1878

Director: Belisario Sánchez

1879

Director: Nepomuceno Moreno

1880 sd Director: Ricardo 1881 Vanegas Director: Oliverio Rodríguez 1882 Subdirector: Ramón Perdomo 1883 Manuel J. garcía

Escuela de niñas

Escuela rural

Sin datos(sd) Directora: Lastenia Gasca Subdirectora: Ana María Arciniegas Lastenia García sd Directora: Justina Cuellar. Subdirectora: Enriqueta Moreno Directora Escuela Superior: Justina Cuellar.1ª.Subdirectora: Pilar Perdomo.2ª.Subdirectora: Enriqueta Moreno Herminia Espinosa

Director Escuela del Caguán: Juan A. Roa

Director Esc. Dir. Fabio Lozano Directora. Avelina Fajardo El Caguán: 1884 Subd. Arístides Carrión Subdirectora: Encarnación Salas Heliodoro Perdomo

149

Fuentes: Del año 1877: El Tolima, Neiva, n.º 12, 19 de abril de 1877. De 1878. Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 46, 25 de enero de 1878; Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 58, 15 de mayo de 1878; Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 68, abril 28 de 1878. Del año 1879: Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 165, abril 24 de 1979; Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 152, Neiva, febrero 7 de 1879; Gaceta del Tolima, Neiva, n.º 283, Neiva, 29 de diciembre de1879. De 1880: La Escuela, Neiva, n.º 4, octubre de1880. Del año 1881: La Escuela, Neiva, n.º 16, 25 de abril de 1881. Del año 1882: La Escuela, Neiva, n.º 65- 66, 1 de enero de 1882. De 1883, Estrella del Tolima, Neiva, n.º 39, 28 de enero de 1883. Del año 1884: La Escuela, Neiva, n.º 93, 30 de octubre de 1884


160

Historia Comprehensiva de Neiva

Liberalismo, masonería y educación

Declive de la influencia liberal masónica y predominio de la escuela católica 1886- 1900

Son muchos y grandes males que se siguen de no llamar por sus nombres las cosas, y es más aún: a los errores”; los instaba, en consecuencia, a no defeccionar del error y a llamarlo liberal; y que por la misma razón, no aceptaran como católica a la persona que dijera ser liberal “pero antes no deteste las libertades, los errores, las impiedades, de que está compuesto el programa liberal” ; pues el liberalismo, al “favorecer la inmoralidad por medio de la libertad de imprenta, el matrimonio civil, etc., y de dictar leyes contra la iglesia (…) arranca la religión del corazón de los niños por medio de las escuelas laicas y ateas”.158

Luego de vencer a los radicales y demás defensores del régimen federal,

que rigió en Colombia de 1863 a 1885, las llamadas fuerzas regeneracionistas (conservadores y sus aliados independientes) propiciaron en 1886 la aprobación de una nueva Constitución, por la cual se declaró a Colombia como una República unitaria y centralista y se transformaron los antiguos estados soberanos en departamentos. A raíz de este cambio, el Estado Soberano del Tolima pasó a ser el departamento del mismo nombre, conocido como el Tolima Grande, al que continuó adscrito el territorio huilense, hasta el año 1905. La nueva administración encontró en el Tolima una situación educativa lamentable, pues la guerra de 1885 trajo consigo la clausura de escuelas y colegios y la destrucción y ruina de muchos de sus edificios y muebles. Pero antes de restaurar la escuela, la dirigencia regeneracionista del país quiso asegurarse de que el funcionamiento del nuevo sistema educativo se enmarcara dentro un cambio total de las instituciones. Para la obtención de este propósito, la Constitución de 1886 estableció un régimen centralista, a la vez que una fuerte intervención de la Iglesia Católica en el campo político, cultural y educativo del país como elementos básicos para avanzar hacia una homogenización ideológica. Además, en el terreno político práctico, teniendo en cuenta las suspicacias que aún producía la poderosa alianza que en el periodo pasado hubo entre liberalismo y masonería, la regeneración lanzó una gran campaña contra estas dos tendencias. Como producto de esta campaña las Logias Estrella del Tequendama número 2 y la Propagadores de a Luz número 1, únicas en Bogotá y a las que asistían varios de los dirigentes del Tolima, por la situación difícil de seguridad que existía, suspendieron forzosamente sus reuniones desde el 17 de septiembre de 1884, hasta el año 1910, en el que se observaba en el país alguna tolerancia política.157 No menos drástica fue la persecución y denuncia regeneracionista contra el liberalismo. El obispo Esteban Rojas, en pastoral del 30 agosto de 1900 sobre el liberalismo exhortaba a los sacerdotes a no omitir en su prédica el término “liberal o liberalismo”, pues, según él: 157

Carnicelli, Historia de la Masonería… t. II, pág. 303.

161

Dicha pastoral también advertía que: “entre el calificativo de católico y el de liberal existe un esencial antagonismo y mutua exclusión”; manifestaba que no es lícito ser liberal porque no es lícito “conceder libertad de pensar, de escribir, de enseñar, ni tampoco de culto”.159 Al finalizar la pastoral el obispo manifestaba que no debía haber problema de conciencia al exigirle a los fieles antes de practicarles los sacramentos que pronuncien su adhesión a la religión diciendo: “rechazo y condeno el liberalismo y prometo nunca Monseñor Esteban Rojas Tobar prestarle apoyo alguno”.160 Fuente: Vargas Motta, Gilberto, Por su parte, el gobernador Manuel Historia de la Diócesis del Tolima, Casabianca, al organizar de manera provisional Neiva, Academia Huilense de la educación en el departamento del Tolima, Historia, Sin fecha, Carátula. por decreto número 255 de enero de 1886,161 definió las bases católicas que regirían la educación en esta sección del país. Allí dispuso que la escuela tolimense debía guiarse por el sentimiento religioso mayoritario del país y, en consecuencia, sería obligatoria en ella la enseñanza de la religión católica, con la concurrencia o, por lo menos, con la vigilancia del párroco. Iglesia del Tolima, Neiva, n.o 25, 21 de octubre de 1900. Iglesia del Tolima, Neiva, n.o 25, 21 de octubre de 1900. 160 Iglesia del Tolima, Neiva, n.o 25, 21 de octubre de 1900. 161 Ver texto del decreto 255 de 1886, sobre Instrucción Pública, en Archivo Histórico De Ibagué (ahi), Decretos del gobernador Civil y Militar Manuel Casabianca 1885 - 1886. pág. 509 158 159


162

Historia Comprehensiva de Neiva

Los textos para la enseñanza moral y religiosa serán invariablemente de autores católicos, y para hacer la respectiva designación, se consultará al gobierno eclesiástico sobre el particular. Prescribía también que los maestros debían ser católicos y “no haber sido hostiles a la causa nacional”, esto es, que no hubieran luchado a favor del federalismo.162 En contraposición a la obligatoriedad de la enseñanza impuesta en el régimen anterior, dispuso que la instrucción pública en el Estado fuera gratuita pero no obligatoria. En la parte administrativa dispuso que en todo distrito, cuyos recursos alcancen se debía dar enseñanza sobre artes y oficios. Disponía además que el método de enseñanza fuera el Pestalociano, para los estudios científicos (ciencias y matemáticas). Para cumplir con las obligaciones establecidas en esta nueva normatividad y ante la desconfianza que suscitaban los maestros graduados en las normales del federalismo, el gobierno tolimense inició desde 1887 gestiones encaminadas a propiciar la traída de comunidades religiosas docentes para que dirigieran todas las escuelas del departamento, pero solo en 1895163 se firmaron los dos primeros contratos con la congregación de los Hermanos Maristas, uno para encargarla de la dirección de las escuelas de Ibagué y Neiva a partir del primero de enero de 1896 y, otro para otorgarle la dirección del Colegio Santa Librada a partir de 1896. En efecto, en 1897 figuraba como director de la Escuela de Varones de Neiva, el Hermano Atenedoro164 de la orden en referencia. En 1899 figuraban en manos de comunidades religiosas, además de los centros educativos ya citados, cinco escuelas de varones y siete de niñas más.165 En cuanto a la financiación de la escuela en el periodo regeneracionista se guió por lo dispuesto en la Ley 89 de 1892 por el cual se establecieron las bases del sistema nacional educativo. Se dejó a cargo de los departamentos la instrucción primaria en lo que se refiere al nombramiento y pago de los maestros; a cargo de la nación el suministro de útiles escolares y por cuenta de los municipios el suministro de locales. La educación secundaria Archivo Histotico Del Tolima (aht), Compilación Decretos de Legislativo expedidos por el Gobernador Militar del Tolima, pág. 509. 163 Aparicio, Aquilino, Informe del Gobernador del Tolima a la Asamblea, sesiones 1896, Ibagué, imprenta del Departamento, pág. 76. 164 “Decretos de nombramientos”, en Registro Oficial, Neiva, n.o 808, 13 de enero de 1899; Registro Oficial, Neiva, n.o 826, 3 de mayo de 1899. 165 Ramírez Bahamón, Jairo, Esplendor y ocaso del proyecto de escuela Liberal- Huila Siglo xix, Neiva, Universidad Surcolombiana, 2007, pág. 135.

Liberalismo, masonería y educación

163

y superior se dejó por cuenta del gobierno nacional, pero se autorizó a los departamentos para fundar colegios y centros profesionales. Colegio oficial varones de Neiva: avances en medio de cierres El primer decreto nacional del periodo regeneracionista sobre educación secundaria, expedido el 9 de octubre de 1886, determinó que todos los institutos de instrucción secundaria gratuita existentes en los departamentos se incorporaran a la Universidad Nacional para que sus estudios, con el pensum de la Facultad de Filosofía y Letras, fueran considerados como universitarios.166 En concordancia con esta norma nacional, el Colegio Santa Librada de Neiva inició labores el primero de abril de 1887 con 56 alumnos que cursarían dicho pensum y bajo la rectoría de don Napoleón Rivera.167 En 1890 el colegio se vio avocado a una suspensión de labores para dar paso a la reparación de su edificio, cierre que se prolongó hasta 1891. En 1895 el Santa Librada volvió a clausurase, entre otras cosas, porque la situación de guerra que se extendió hasta mediados de ese año, no dio tiempo para organizarlo.

162

“Decreto Nacional 596 de 9 de octubre de 1886 Sobre instrucción Pública secundaria”, en Leyes del estado Soberano del Tolima1879-1886, aht. 167 Informe del Inspector General de Instrucción Pública del Tolima, 15 de marzo de 1887. 166


164

Historia Comprehensiva de Neiva Tabla 3 Personal directivo del colegio Santa librada: 1886 - 1900

1886

No hay rector porque el colegio está cerrado. Sindico: Celso Noé Quintero

1887

Rector (e) Napoleón Rivera (vicerrector del plantel)

1888

Rector: Napoleón Rivera

1889 1890 1891

Rector: Napoleón Rivera Vicerrector: Aníbal García No funcionó. Sindico: Celso Noé Quintero No funcionó Sindico: Celso Noé Quintero Rector :encargado por el mes de febrero Enrique Caicedo (Secretario de

1892

Instrucción Pública) Rector desde Marzo: Luis Calixto Leyva

1893 1894 1895

Liberalismo, masonería y educación

más permaneció abierto el plantel. Según se puede observar en la tabla número 3 el colegio funcionó normalmente durante 10 años dentro del periodo de 1886 a 1899. Esta circunstancia permitió que el Santa Librada en este periodo otorgara más grados de bachiller que en los breves lapsos de funcionamiento observados en los primeros 9 años de existencia, previos a la época regeneracionista. La escuela primaria de Neiva en la regeneración A pesar de las resistencias iniciales surgidas por la desconfianza hacia los maestros que venían del régimen anterior y de su fracasado proyecto de colocar todas las escuelas en manos de comunidades religiosas, los gobiernos regeneracionistas propiciaron el surgimiento de las escuelas oficiales que habían sido aniquiladas por la guerra de 1885 y, además, su crecimiento. También abrieron escuelas superiores, escuelas alternas y escuelas rurales. Crearon también el cargo de subdirector para los planteles de mayor población estudiantil. El siguiente era el cuadro educativo de Neiva en 1887:168 Escuela Superior de Varones (Urbana); director Calixto Leiva Escuela Elemental de Varones (Urbana); directora Rosalía Charry de Leiva; Escuela Urbana de niñas: directora Elvira García, subdirectora Encarnación Salas. Escuela Rural del Caguán; director Don Heliodoro Perdomo.

Rector: Luis Calixto Leyva Rector: Luis Calixto Leyva Vicerrector: Antonio Pineda No funcionó Rector: Padre Félix Rouger

1896

Vicerrector: Padre José Gauven

Personal docente de Neiva, según informe oficial de 1890:

Prefecto: Padre Luis Gaudy 1897 1898

Rector: Padre José Gauven

Escuela Urbana de Varones: director David Rosas, Subdirector Policarpo Rosas. En ese año asistían 200 niños. Escuela Urbana de Niñas: directora Lastenia García, Subdirectora Elvira García.108 niñas asistían regularmente. Escuela Rural de Aguascalientes (jurisdicción de Neiva) con 36 niños, dirección a cargo de Fidel Madrid.169

Vicerrector: Luis Gaudy Rector: Padre José Gauven Rector: Napoleón Rivera

1899

165

Vicerrector: Pedro Rivera Prefecto: Baldomero Charri

Fuente: A partir de los datos de la Investigación: Escuela y Regeneración en el Tolima Grande de Jairo Ramírez Bahamón, Universidad Surcolombiana, Neiva, 2000.

“Relación de escuelas públicas primarias del Departamento”, en Repertorio de Instrucción Pública, Ibagué, n.o 7, 15 de agosto de 1887, pág 203. 169 Informe del director General de Instrucción Pública 1889, Ibagué, Imprenta del Departamento, 1890, s.p. 168

Pero a pesar de los años de clausura a los que se vio abocado el Colegio en este periodo, hay que destacar que fue en época regeneracionista en que


166

Historia Comprehensiva de Neiva El informe menciona las escuelas rurales de Caguán y de Órganos170 pero no incluye los nombres de sus directores.

En 1891 las escuelas abiertas en Neiva y el personal docente era el siguiente:171 Escuela de Varones: director Alejandrino Caicedo, subdirector Ascencio Pastrana. Tenía 150 niños matriculados. Escuela de Niñas. Dirigida por Mercedes Guzmán, con la subdirección de Isabel Morales. Asistían 128 niñas. Funcionaba también las Escuelas rurales del Caguán, bajo la dirección de Benjamin Tovar con 43 alumnos y San Mateo (hoy Rivera), dirigida por Policarpo Rosas, con una asistencia de 29 alumnos.

Según informe que el Secretario de Instrucción Pública del Tolima, don Ramón Lafaure, presentó a la Asamblea Provincial, en 1893,172 en Neiva funcionaban en ese año las siguientes escuelas: Escuela Urbana de Varones n.o 1 de Neiva, director Alejandro Caicedo, Escuela Urbana de Varones n.o 2, de Neiva, director Florentino Bonilla. Escuela Urbana U. de Niñas de Neiva, directora Elvira García. Escuela Rural del Caguán, director Benjamín Tovar. Escuela Rural de San Mateo, director Policarpo Rosas.

Esta relación demuestra un avance significativo en el número de escuelas que funcionaban en Neiva ; avance que se explica porque, pese a resistencia a la escuela pública en el periodo anterior, la regeneración aceptó continuar su impulso como un hecho característico de los nuevos tiempos, porque hubo directrices nacionales al respecto y apoyo del gobierno central con útiles a las escuelas de los departamentos, lo cual, se suma al interés en fomentar los principios cristianos garantizados por una escuela controlada por el clero y las fuerzas regeneracionistas.

Liberalismo, masonería y educación El santa librada en manos de los maristas: primero, adscrito a la Universidad Nacional y luego, centro de vocaciones religiosas

En noviembre de 1895, se firmó el primer contrato del gobierno departamental con los Padres y Hermanos Maristas encargándolos de la dirección del Colegio Santa Librada de Neiva.173 En virtud de dicho contrato, los Maristas recibieron la dirección del colegio en enero de 1896, con el compromiso de que el plantel se rigiera por el pensum de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, para que pudiera ofrecer el título de Bachiller en Filosofía y Letras.174 En manos de los Maristas, la rectoría del plantel fue asumida por el padre Félix Rouger, la vicerrectoría estuvo a cargo del padre Pedro Gauven y la prefectura de estudios correspondió al Padre Gaudy.175 Estos religiosos se encargaron de elaborar el reglamento del colegio, en el cual se definió como objetivo primordial del plantel el de proporcionar a los alumnos una educación cristiana y dar instrucción secundaria acorde con las leyes del país. Por la seguridad que el colegio en manos de los Maristas inspiró al obispo Rojas Tobar, en el sentido de ofrecer una auténtica educación cristiana en medio de un severo ambiente de piedad, mediante decreto episcopal de 1897 el levita autorizó recibir en él alumnos con vocación religiosa,176 para que, mientras se creaba el seminario de la Diócesis del Tolima, encontraran allí el ambiente propicio para afianzar su vocación sacerdotal. Sin embargo, pese a la satisfacción del obispo y del gobierno por la forma cómo funcionaba el colegio, en ese mismo año, los Padres y Hermanos Maristas hicieron público su deseo de abandonar próximamente su labor en este plantel para dedicarse con especialidad a la instrucción primaria,177 deseo que cumplieron al abandonar la dirección del Santa Librada al finalizar 1898.178

Informe del Secretario de Instrucción Pública del Tolima 1898, Ibagué, Imprenta del departamento, 1899, pág. 32; Registro oficial, Ibagué, n.o 696, 2 de octubre de 1896. 174 Registro Oficial, Ibagué, n.o 663, 5 de mayo de 1896. 175 Registro Oficial, Ibagué, n.o 663, 5 de mayo de 1896. 176 La Iglesia del Tolima, año i, n.o 22, 15 de agosto de 1897. 177 La Iglesia del Tolima, año i, n.o 22, 15 de agosto de 1897. 178 Registro Oficial, Ibagué, n.o 813, 15 de febrero de 1899; Registro Oficial, Ibagué, n.o 815, 1 de mayo de 1899. 173

“Cuadro de directores de escuelas del departamento 1889”, Informe del Secretario de Gobierno del Tolima 1890, Ibagué, Imprenta del Departamento, 1891, pág. 49. 171 “Cuadro de directores de escuelas primarias del Departamento 1891”, en Informe Secretario de Gobierno del Tolima 1892, Ibagué, Imprenta del Departamento, 1893 pág.7. “Anexo J”, en Informe Secretario de Gobierno del Tolima 1892… s.p. 172 “Documentos d y e”, en Lafaure, Ramón, Informe Anual del Secretario de Instrucción Pública del Tolima correspondiente al año 1893, Ibague, Imprenta del Departamento, 1894, s.p. 170

167


168

Historia Comprehensiva de Neiva

También la educación secundaria de la mujer neivana estuvo en este periodo en manos de congregaciones religiosas. En 1892 llegaron a esta ciudad las primeras Hermanas de la Caridad para asumir la dirección del Hospital y del Orfanato.179 Su estadía en Neiva fue aprovechada para establecer el colegio La Presentación. La dirección del plantel quedó a cargo de la Madre Teodora y le ayudaban en las labores docentes y formativas las Hermanas San Vicente, Angelina y Adelina. Al momento de su instalación contaba con 21 alumnas internas y 26 externas.180

Unas consideraciones finales

A lo largo de este estudio se hizo evidente que el interés por la educación

en Neiva surgió de posiciones ilustradas en el periodo 1819-1844, agenciadas por gobernadores que plantearon reiteradamente que el progreso y el bienestar de la región sería el resultado de dar ilustración al pueblo. Mientras tanto, el quinquenio siguiente, 1845-1849, se caracterizó por la presencia de gobernadores y personajes ilustrados enviados por el general Mosquera a Neiva a dirigir los destinos de la provincia o a orientar instituciones educativas como la Primera Normal de Varones de Neiva en 1846. Es de destacar que los mandatarios mosqueristas Juan Francisco Ortiz y Manuel María Madiedo eran personas ilustradas, poetas, escritores, periodistas de reconocimiento nacional, tal como se dijo atrás, y que mostraron, a su vez, gran interés por el desarrollo de la región, afianzados en concepciones radicales del utopismo cristiano. Desde esa óptica crearon una Caja de Ahorros en Neiva, buscando así introducir a sus habitantes en el ahorro corporativista moderno, crearon una seccional de Instituto Caldas para la formación en artes y oficios e impulsaron la educación de la mujer como instrumento para la transformación de las costumbres. En lo que respecta a la educación primaria, prefirieron preocuparse más por la calidad, antes que por el aumento de las escuelas y, para avanzar en ese propósito, crearon la primera Normal de Varones de Neiva en 1846 con miras a formar nuevos maestros y capacitar los existentes que, en su mayoría, carecían de título idóneo. Para el impulso de los diferentes programas educativos y culturales, Para contrastar la información presentada ver Revista Neiva, n.o 100, febrero de 1842, pág.17 . Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva, n.o 4, 16 de noviembre de 1896. 180 Informe Anual del Secretario de Instrucción Pública del Tolima 1892, Ibagué, Imprenta del departamento, 1893, p. 39. 179

Liberalismo, masonería y educación

169

los masones liberales y los radicales liberales de Neiva entre 1845 a 1856, impulsaron múltiples proyectos educativos y culturales para lo cual contaron con el apoyo de las diferentes fuerzas políticas locales, incluso del clero local en cabeza del presbítero Nicomedes Herrera. Se creó así un hecho sin precedentes en la agitada vida de la ciudad de Neiva, caracterizado por la concentración de voluntades alrededor de objetivos de desarrollo cultural, sin importar diferencias de partido o de creencias religiosas. Como resultado de esta comunión de esfuerzos, pese a las grandes dificultades en la comunicación de Neiva con los centros estratégicos del poder, se logró poner en funcionamiento de manera simultánea entre 1845-1855 una Normal Nacional para Varones, un colegio oficial de Varones, una carrera universitaria, un Colegio Oficial de Niñas, una Escuela Democrática y una imprenta que sirvió para que se editarán varios periódicos de orientación liberal radical. Pero no paró allí la marejada de propuestas revolucionarias en el amplio espectro cultural de Neiva de mediados del siglo xix. El Colegio de Varones, fue objeto de una reforma, en 1850, por la cual se garantizaba el libre acceso de estudiantes a cualquiera de los niveles ofrecidos sin exigir prerrequisitos, se permitía crear con fondos privados todas las cátedras que se consideraren necesarias; además, creaba las cátedras universitarias de Derecho y Ciencia Naturales. Era la primera universidad en Neiva. Esta extraordinaria actividad política y cultural que vivió Neiva a mediados del siglo xix fue posible gracias a la presencia de un grupo de intelectuales radicados en dicha ciudad, compuesto de masones liberales, liberales radicales y profesionales ilustrados de diferentes corrientes del pensamiento, quienes desarrollaron una extraordinaria actividad para trasformar la vida de esta provincia y su capital. A continuación se mencionan algunos de estos personajes acompañándolos de su variada actividad a favor de la educación y la cultura neivana. José María Rojas Garrido, participó en la reglamentación de la Escuela Democrática de Neiva. Figuró entre los personajes destacados por la Asamblea Provincial en 1850 por su apoyo decidido al Colegio de Niñas. Fue profesor de la cátedra de derecho del Colegio de Varones en 1852. Fue presidente de la República, en calidad de designado, en 1866. En la reglamentación del Instituto Caldas también participó José Hilario López. Y en la dirección del mismo, además de José Hilario y de Rojas Garrido, hizo parte Eugenio Castilla (liberal del Olimpo Radical colombiano). Salvador María Álvarez (ilustrado de gran reconocimiento nacional),


170

Historia Comprehensiva de Neiva

además de haber dirigido la primera Normal de Neiva, fue catedrático de la Escuela Democrática de esta ciudad en 1850. Catedrático de Literatura y Filosofía y Teneduría de Libros en Colegio de Varones de Neiva de 1850 a 1854; hizo parte de la lista de personas que Cámara Provincial, en 1852, destacó por su apoyo especial decidido al Colegio de Niñas. Antonio Duque. Figura entre las personas designadas por el gobernador de la provincia para conformar el Instituto Caldas. Sindico del Colegio de Varones de Neiva en 1850. Catedrático de la Escuela Democrática de la ciudad en 1850. Figuró entre las personas a las que Cámara Provincial hizo reconocimiento especial en 1852 por el apoyo al Colegio de Niñas. Miembro y Vicepresidente del cabildo de Neiva en 1855.181 Prospero Pereira Gamba. Como secretario de Gobierno de la Provincia de Neiva se convirtió en un decidido auspiciador de la Escuela Democrática de Neiva y fue uno de sus directores en 1850. Se desempeñó también como catedrático de bellas artes en el Colegio de Varones de Neiva en 1850. Francisco Eustaquio Álvarez. Encargado por el gobernador de La Provincia en 1849 para elaborar el reglamento de la Escuela Democrática de Neiva. Fue una de las personas a las que la cámara provincial hizo reconocimiento especial en 1852 por su apoyo al Colegio de Niñas. Desempeñó altos cargos a nivel nacional y como diplomático. José María Céspedes. Como gobernador de la provincia en 1850, propuso un programa de gobierno impregnado del pensamiento ilustrado y liberal, que comprendía entre otros puntos: crear escuelas democráticas en todas las cabeceras de cantón, dar enseñanza de pedagogía en todas escuelas urbanas; apoyar la creación de la imprenta de Neiva, dar educación a la mujer como “una prueba evidente de la moralidad del siglo y un destacado elemento de progreso y bienestar” y abrir en el Colegio de Varones la carrera de derecho. En el federalismo, 1863-1886, los líderes masones liberales y liberales radicales de Neiva, al igual que sucedió en el país, se concentraron en la construcción de las instituciones del Estado laico y democrático y en la puesta en marcha de la reforma educativa nacional mencionada en este trabajo con las siglas doip. Por eso sus nombres van a aparecer en cargos de dirección del Estado o formando parte de las diferentes asambleaslegislativas y no en propuestas particulares de educación. Esto 181

En carta del Cabildo de Neiva al procurador de la Ciudad firma Antonio Duque como Vicepresidente el cabildo. bnc, Bogotá, Fondo Pineda, núm.237, pieza 4.

Liberalismo, masonería y educación

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demuestra que Liberales y masones vieron plasmados en la Constitución de Rionegro así como en sus similares del Estado del Tolima y en el doip los propósitos de un Estado y una educación legos por los que venían luchando. Hay que tener en cuenta que con la vigencia del doip hubo notorios avances en la educación neivana: presencia de normales estatales y nacionales; aumento en el número de maestros graduados; funcionamiento de un Colegio de Varones, así su existencia fuera intermitente; aumento considerable de las escuelas, presencia de escuelas superiores y mayor educación para la mujer en primaria y secundaria. A partir de 1886 el liberalismo fue derrotado y se implantó en Colombia un régimen centralista conocido como la regeneración”. Ya se dijo atrás que el más conspicuo representante este régimen en el Tolima, Manuel Casabianca, definió muy claro el carácter católico que se daría a la educación en esta sección del país. Esto suponía que en la escuela de Neiva y del Tolima en general, sería obligatoria la enseñanza de la religión católica. No hay que olvidar que las iniciativas y las realizaciones en el campo educativo del periodo regeneracionista estuvieron enmarcadas dentro del supremo propósito de superar el caos, el resquebrajamiento de la moral y el hundimiento de la economía del país que, según los líderes del nuevo régimen, habían sido consecuencias del sistema federal , dirigido por liberales y masones. Por estas razones en la Constitución del 1886 y el Concordato del 1887 consagraron una fuerte intervención eclesiástica en el campo político, cultural y educativo del país. Esta intervención se plasmó en la obligatoriedad de la enseñanza religiosa y en la facultad otorgada a la Iglesia para inspeccionar los currículos, seleccionar los textos y vigilar los maestros. El puntal de la nueva estrategia para la transformación de la escuela tolimense dentro los preceptos regeneracionistas y católicos fue el sacerdote y luego obispo Esteban Rojas Tobar, quien buscó llamar la atención de las autoridades tolimenses sobre las bondades y conveniencias de colocar a los hermanos cristianos en la dirección de todas las escuelas y colegios del departamento, y de otra, demostrar que era posible romper la hegemonía laica en la educación secundaria, representada en los colegios San Simón de Ibagué y Santa Librada de Neiva. El propósito de colocar todas las escuelas en manos de Congregaciones religiosas no se pudo cumplir, toda vez que solo 6 escuelas de varones y 10 de niñas lo lograron. Ahora bien, en lo relacionado con la superación la hegemonía laica en secundaria Rojas logró que la mitad de las becas


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del Santa Librada se asignaran al Colegio de Elías, dirigido por la curia de Garzón; además intercedió decisivamente para que los dos colegios oficiales (San Simón de Ibagué y Santa Librada de Neiva) fueran puestos en manos de religiosos, como en efecto sucedió en 1896. Pero fue quizás en el campo de la educación secundaria femenina donde el propósito de colocar los centros educativos en manos religiosas tuvo mayores logros. Al finalizar el siglo xix, funcionaban en el departamento, con apoyo del Obispo, los colegios de la Presentación en Neiva y en Timaná. Para garantizar un mayor control sobre la escuela se estableció bajo este régimen regeneracionista, como dispositivo de selección de los docentes, la llamada profesión de fe. Esta consistía en el juramento que debían hacer anualmente los educadores nombrados frente a la autoridad eclesiástica. Mediante este juramento, el maestro no solo se declaraba católico, apostólico y romano, sino que debía expresar su reprobación a la doctrina liberal y a los seguidores del liberalismo. El ámbito del presente estudio llegó hasta finales del siglo xix. Su contenido va hasta el momento en que el proyecto católico se esforzaba por abarcar todos los elementos de la escuela y de la cultura de Neiva y del Tolima en general, y cuando sus promotores realizaban denodados esfuerzos por consolidar sus logros. Solo será después de la Guerra de los Mil Días, con la derrota definitiva de los liberales, que dicho proceso alcanzará su total consolidación. Para entonces emergerá la maquinaria regeneracionista para garantizar la influencia ilimitada de la Iglesia en la educación y en todos los ámbitos de la vida comarcana.

La Iglesia en Neiva. el papel eclesiástico en la organización socio-política durante el siglo xix Cristian Salamanca Arévalo

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

Uno de los temas más recurrentes en el estudio del siglo xix colombiano

es el de la relación Estado-Iglesia. La comprensión del papel jugado por la institución eclesiástica en la política colombiana durante el largo siglo xix se presenta como una temática siempre atractiva a la hora de comprender el devenir histórico en su esfera local, regional y nacional. La participación del clero en las guerra civiles, su afinidad por uno u otro partido político, el papel que desempeñó en la educación de las nuevas generaciones y la riqueza que se acumulo bajo su efigie, son elementos constitutivos y preponderantes para entender lo acaecido desde el fin de la Revolución de Independencia hasta la Guerra de los Mil Días. Para el caso que aquí nos interesa, es decir, el de la Iglesia en la ciudad de Neiva, nos preocuparemos por estudiar dos aspectos centrales: por un lado, el desarrollo de la institución eclesiástica en términos de su organización y estructura, y por otro, el papel social de la Iglesia como la promotora de las buenas costumbres y la defensora de la moral cristiana en la ciudad. La finalidad de estudiar los elementos mencionados, no es otra, que la de establecer cuál fue la incidencia o


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influencia que tuvo la Iglesia en la vida cultural, moral y política de la Neiva decimonónica. En este orden, procuramos establecer y defender la idea de que la influencia de la iglesia en la configuración de Neiva se presenta como un elemento constitutivo de la ciudad y la región durante el siglo xix, el cual media, configura y prefigura en gran medida la actividad sociopolítica durante este periodo, hasta tal punto que la Iglesia se establece cómo la entidad encargada de vigilar, promover y defender la buena conducta de los habitantes de Neiva, aún con los cambios políticos que se pudieron percibir en la ciudad, y sobre todo, con la ausencia de una respuesta favorable por parte de los neivanos a aquello que podríamos denominar el control eclesiástico. Por tal motivo, nuestro trabajo postula que el papel de la iglesia cómo ente regulador en Neiva se presenta como una constante durante el siglo xix. Para presentar un ejercicio claro en el que se vislumbre lo anteriormente mencionado, emplearemos una división temática mediante la que se pretende dar cuenta de las principales características del papel de la iglesia en la ciudad de Neiva y su interés por cultivar y defender la moral de los habitantes durante el periodo 1820-1900. Por ello, hemos dividido nuestro estudio en cuatro acápites: inicialmente, realizaremos un breve esbozo sobre las edificaciones religiosas de la ciudad de Neiva; posteriormente, daremos cuenta de los problemas organizativos de la iglesia en Neiva relacionados con la doble circunscripción religiosa, en tercer lugar, daremos cuenta del proceso de organización de la Diócesis del Tolima, y por último, trabajaremos el elemento de la moral y la defensa que sobre ella hace la Iglesia. En el proceso ya descrito, pretendemos entender a Neiva desde su propia lógica, con sus propias figuras, especificidades y predicamentos, en su dinámica y sin someterla a experiencias ajenas; nuestro objetivo, sumado a lo anterior, es poder comprender como se organizaba la ciudad de Neiva desde la ciudad de Neiva, sin dejar a un lado el contexto nacional, pero de ninguna forma imponiéndolo sobre nuestro objeto de estudio. Así las cosas, una de nuestras principales preocupaciones es realizar un ejercicio investigativo de carácter regional que se entiende en relación con un marco general de la historia del país y no subvertido al desarrollo de esta.

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Edificaciones religiosas en la ciudad de Neiva: la Capilla de Santa Bárbara y la Iglesia de la Inmaculada Concepción

Un artículo que tenga como objetivo estudiar el papel de la Iglesia en una

sociedad no puede dejar de lado a las edificaciones que se instauran como capillas, parroquias y templos ceremoniales de la institución eclesiástica. En este orden, para el caso que aquí nos interesa procuramos dar cuenta de las condiciones materiales de la capilla de Santa Bárbara y la Iglesia de la ciudad de Neiva, mediante las descripciones que se han realizado de los citados templos. Según lo apuntado por Jenaro Díaz Jordán,1 la capilla de Santa Bárbara había sido reparada en los albores del año de 1811 o durante 1810, ya que el mayordomo de fábrica de Neiva, que reparaba la iglesia de la ciudad, afirmaba que la iglesia no contaba con los fondos necesarios para su reparación y él no tenía dinero alguno para llevar a buen término la obra, cómo había sucedido con la reconstrucción del techo de la Santa Bárbara; el mayordomo de fabrica se refería a la problemática anterior de la siguiente manera: “No hay en mi poder dinero alguno de la Santa Iglesia, pero las escaseces en que actualmente me hallo no me lo permiten, pues a no ser así costearía toda la obra, como lo hice con la mayor parte de mi Señora Santa Bárbara, bien patente a v. ss. y al pueblo”.2 Aún con lo dicho, las reparaciones de la capilla de Santa Bárbara no significaron el uso continuo de la misma, ya que como se nos indica en el periódico El Alto Magdalena, las instalaciones de la capilla habían sido relegadas por los feligreses y cleros, dando como resultado una edificación religiosa utilizada en gran parte para fines civiles y políticos, en las palabras del periódico citado se nos diría que: Hai en la plaza que es hermosa otra capilla que fue erijida en 1764 a Santa Bárbara, cuyo nombre tiene hoy; el edificio del Cabildo, cuyas piezas inferiores sirven de cárcel, de esa cárcel promiscua para ámbos sucesos que hemos mencionado ya, i las superiores para las oficinas de los tres poderes públicos parroquiales.3 1

2 3

Díaz Jordan, Jenaro, Proceso histórico de pueblos y parroquias de la Diócesis de Garzón, Neiva, Imprenta departamental del Huila, 1959. Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 213. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de Marzo de 1856.


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A pesar del desuso de la capilla comentado por la prensa escrita de la Neiva, Santa Bárbara continuaría siendo objeto de admiración junto con la Iglesia de la ciudad; Rufino Vargas, en su escrito titulado Apuntamientos históricos y estadísticos del Distrito de Neiva, publicado en el Guamo en 1874, realizó una descripción sobre la ubicación de la capilla y la existencia de una torre blanca en las palabras que reproducimos a continuación: Ecsiste tambien una capilla de sólida construcción, dedicada a la virgen de Santa Bárbara, vice patrona; en el interior se nota bastante aseo, i está situada en uno de los ángulos de la plaza principal. En ambos templos se levantan sus blancas torres, siendo la más elevada la que adorna el templo principal; y es allí donde se oye el tañido claro i sonoro de las mejores campanas que se han conocido en el Tolima.4

En la descripción de Rufino Vargas se da cuenta de la existencia de un campanario en la capilla de Santa Barbara, caracterizada por ser un sitio bien ubicado y aseado que pareciera se encuentra en funcionamiento. Sin embargo, lo comentado por Vargas cambiaría para el año de 1900, ya que como lo establecería Díaz Jordan, para esta fecha la capilla de Santa Barbara “serviría para guardar alhajas de la iglesia parroquial, como los pasos de Semana Santa”,5 hasta tal punto que para el año de 1925 Santa Bárbara había sido reducida a un deposito de madera, para posteriormente ser demolida. Sumada a la capilla de Santa Bárbara se encuentra la Iglesia de la ciudad o templo principal, del cual tenemos noticias de su reparación para el año de 1811, la cual consiste en la restructuración de la torre de la iglesia y la reparación del techo a semejanza de Santa Bárbara, como se había mencionado anteriormente. Sobre el motivo de su reparación, nos indica el cura José Antonio Rueda lo siguiente: Se me ha advertido por el maestro que construye la torre de esta santa iglesia, que por lo mal entejado de ella y crudeza del mismo material se abren continuamente goteras, que siempre se está costeando en cogerlas y nunca se podrá evitar la ruina que amenaza la cubierta, pues la humedad que penetra en los inviernos hasta la madera y

4

5

Vargas, Rufino, Apuntamientos históricos i estadísticos del Distrito de Neiva. Dedicados a su Corporación municipal, Guamo, Ramón Galeano Editor, 1874. pág.32. Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 213.

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encañado al fin llegarán a podrirse y harán un estrago talvez hasta en las vidas de los que cogieren dentro, si esto se verifica a tiempo de alguna de las funciones, que en ellas se celebran y cuyo daño no se podrá repara con menos de mil pesos.6

Ante la necesidad de reparar el templo principal de la ciudad, y por los altos costos que dicho proceso implica, aparece una problemática relacionada con la escasez de fondos para suplir las reparaciones. La solución a esta problemática se encuentra en las donaciones de los toros que se empleaban para divertimento de la ciudad en las fiestas religiosas, como nos comenta el cura Rueda en las siguientes líneas: No habiendo pues de fabrica, de confradías, ni de otro ramo para valernos, y siendo más preciso el reparo de nuestra iglesia, de quien somos su cuerpo místico, e hijos regenerados en su seno, parece que ha llegado el caso para perfeccionarla en su material edificio, de que demos su propio destino a las donaciones que estos feligreses han hecho de toros en obsequio de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, de Nuestra Señora de Chiquinquirá, Santa Barbará y Santa Lucia para celebrar sus festividades.7

Así mismo, el cura Rueda aclararía que era necesario señalar la procedencia de las donaciones, ya que resultaba sumamente alentador que se emplearan animales de “una diversión profana” que era presentada a los habitantes de la ciudad en una causa relacionada con la casa de Dios, porque según Rueda “no es creible que los fieles contribuyentes de estas limosnas las hayan dado con otro objeto que con el de concurrir al servicio del Señor y para honra y gloria suya”.8 Por tal motivo, los toros serían pesados en la carnicería para esperar la aprobación de su sacrificio por parte del consejo municipal. Siguiendo nuevamente a Jenaro Díaz Jordan, este nos indica que luego de la lectura de un “periódico local” que no identifica, se puede datar una nueva fecha de construcción de la Iglesia de Neiva del año de 1827, debido a que el templo principal tuvo que ser reconstruido luego del terremoto que se vivió en la ciudad ese mismo año; sin embargo, el autor 6 7 8

Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 210. Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 210. Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 211.


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indicaría que no encuentra suficiente información para justificar lo dicho y que parece inverosímil que la Iglesia se haya destruido por completo y vuelto a elaborar en un mismo año.9 Aunque no encontramos referencias al acontecimiento mencionado por Díaz Jordan, nuestra pesquisa dio como resultado¸ un nuevo año de finalización de la construcción del templo principal según en una columna del periódico El Alto Magdalena titulada Ensayo descriptivo que se referiría a la Iglesia de la ciudad en los siguientes términos: “La Iglesia parroquial, templo espacioso i elevado, aunque no bien ventilado lo cual convendria en estos climas cálidos, fue concluido en 1839, i no tiene órden de arquitectura propiamente dicho, aunque sí hubo al construirlo alguna malicia de órden corintio, de que es una especie de remedo caprichoso”.10 Una descripción más detallada del estado de la Iglesia de Neiva, se encuentra tal como fue el caso de la capilla de Santa Bárbara en los apuntamientos de Rufino Vega, quién para el año de 1873 nos presenta un cuadro del templo principal de la ciudad, en el que este había sido reformado por la obra de Nicomedes Herrera y el mayordomo de fabrica Miguel Salas, con la ayuda de la donaciones de los habitantes de la ciudad, para reparar el templo consagrado a la “Madre de Dios, la Inmaculada Concepción de María, patrona de Neiva”, quién tendría su propia fiesta que en diversas ocasiones era recreada por la prensa de la ciudad. Rufino Vargas se refiere al el estado del templo principal en las subsecuentes palabras:

La iglesia en Neiva

Debemos iniciar anotando que en las descripciones comentadas y reproducidas se nos presentan dos edificaciones que comparten una historia en común y normalmente se describen en conjunto, siendo ambas objeto de reparaciones en su infraestructura para la comodidad de los feligreses, pero sobre todo, para garantizar su permanencia. Sin embargo, aparece un elemento determinante en el esbozo realizado que nos permite establecer que a lo largo del siglo xix, en la ciudad de Neiva se presenta un asenso del templo principal a la vez que la capilla de Santa Bárbara se ve segregada a la función de una simple bodega, lo cual resulta atractivo si recordamos que Santa Bárbara era un templo heredado de la Colonia.

El problema de la doble circunscripción

Al final de las guerras por la Independencia nacional, el panorama

socio-político de la actual Colombia contaba con actores específicos que habían adquirido o afianzado sus características más representativas como producto de la ruptura con el gobierno español y la guerra que se había realizado contra este. Entre estos sujetos históricos encontramos a la Iglesia, el Estado, y el Ejército Republicano, que de una u otra forma serían claves en el desarrollo histórico del siglo xix. Jorge Villegas los caracterizaría de la siguiente manera:

La Iglesia es uno de los mejores edificios por su construcción y solidez, es bastante espacioso, de una sola nave, ha sido reformado varias vezes, siendo la última en los años 1871 y 1873. También se está reconstruyendo el altar mayor, dándole una forma más agradable a la vista, más cómoda, en armónica con los adelantos de la arquitectura, de una combinación de orden dórico y corintio.11

El breve recuento esbozado sobre la capilla de Santa Bárbara y la Iglesia consagrada a la Inmaculada Concepción o templo principal de la ciudad de Neiva, que contó con el gran aliciente de la obra de Jenaro Díaz Jordan, nos permite realizar unas apreciaciones sencillas sobre la presencia de estas dos edificaciones religiosas en la ciudad. Díaz Jordan, Proceso histórico... pág. 212. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. 11 Vargas, Apuntamientos históricos… pág.32.

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a) La Iglesia Católica, poderosa, rica, organizada y con un fuerte prestigio popular; b) el ejército, triunfador de la contienda contra España, que posee fuerza desmesurada en relación con la población (30.000 soldados en millón y medio de habitantes). Este tamaño no corresponde con su poder real, pues carece de mando y objetivos únicos, lo que hará que su fuerza se disuelva por los individualismos y regionalismos que priman en él; c) el Estado naciente, heredero del aparato colonial español, mas no de su experiencia quien nace deficitario y abrumado por el gigantesco peso de las deudas de guerra.12

En este orden, debemos enunciar que la Iglesia se presenta como una institución fundamental en la organización de la República, al ser

9 10

12

Villegas, Jorge, Colombia: enfrentamiento Iglesia-Estado 1819-1887, Bogotá, La Carreta, 1981. pág. 21.


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económicamente fuerte y socialmente bien acogida; Villegas, afirmaría respecto al asenso de la institución eclesiástica que “la iglesia mantiene y refuerza su posición como grupo dominante en la naciente república. Pasa desde la dominación española hasta el nuevo orden republicano, sin sufrir menoscabo. Más aún, conserva su poder económico y refuerza el político”.13 Tomando como referente lo dicho, a continuación pretendemos establecer las coordenadas generales de lectura sobre el papel de la Iglesia en Neiva durante el siglo xix, partiendo del postulado de Villegas según el cual desde los inicios de la vida republicana la institución eclesiástica se presenta como un actor de primer orden en la naciente nación. Así las cosas, procuraremos establecer las particularidades del caso de Neiva y las problemáticas fundamentales de su acontecer. Una de las principales características de la historia de la Iglesia en la ciudad de Neiva, y a la vez una de las mayores problemáticas que esta presenta, se ubica en la circunscripción religiosa de la ciudad y la región de lo que una vez fue el Estado Soberano del Tolima, cuya solución se encontraría únicamente hasta el año de 1894 cuando por decreto consistorial fue creada la Diócesis del Tolima con sede en Neiva. La problemática a la que nos referimos, se relaciona con la doble circunscripción que se evidencio en la región del Alto Magdalena, que presentaba en su seno una división de jurisdicciones eclesiásticas en la que los pueblos de la región se dividían entre el Arzobispado de Santafé y la Diócesis de Popayán. Entre las parroquias que se encontraban bajo la legislación del Arzobispado de Santafé, encontramos las de Neiva, El Hobo, Nátaga, Iquira, El Retiro, El Caguán, Otás, Pacarní, Aipe, Carnícerias, Yaguará, Organos, Campoalegre y Colombia,14 mientras que bajo la efigie de la Diócesis de Popayán se encontraban las parroquias de Timaná, La Plata, Naranjal, El Pital, La Ceja, El Gigante, San Agustin, Garzón, El Hato, Paicol, Pitalito, Guadalupe y Agrado.15 La división en la jurisdicción eclesiástica de Neiva, de manera sintética se podría definir en una rendición de cuentas por parte del sur y el centro de la región a Popayán y su diócesis, y del norte al Arzobispado de Santafé;16 sin embargo, en términos sociales, eclesiásticos y políticos, Villegas, Colombia: enfrentamiento Iglesia-Estado… pág. 22. Díaz Jordan, Proceso histórico… Segunda parte. 15 Díaz Jordan, Proceso histórico… Tercera parte. 16 Vargas Motta, Gilberto, “La iglesia Huilense”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iiii, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1995.

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la división eclesiástica que se vivía en la región se traducía en un descuido de algunas de las parroquias del Alto Magdalena, situación que originaba demandas por parte de los habitantes de la ciudad ante la escasa presencia de curas, y la necesidad de qué los que fueran a las parroquias tuvieran conocimiento de las condiciones de vida y las problemáticas de sus habitantes. La situación comentada hacía de esta temática un elemento de debate de primer orden, al cual debemos sumar la necesidad política que se presentaría durante la década de 1880 para que dentro del Estado Soberano del Tolima se erigiera una diócesis que respondiera a sus exigencias. En este orden, encontramos para el año de 1842 uno de los primeros pronunciamientos respecto a la temática especifica de la circunscripción religiosa, en una solicitud de la Cámara de la Provincia de Neiva en la que se pide se separen los cantones de la Plata y de Timaná de la jurisdicción de la Diócesis de Popayán y se anexen al Arzobispado de Santafé. Aún cuando en esta solicitud no encontramos de forma alguna, una plan para crear una diócesis en el Tolima, si evidenciamos las problemáticas que la doble circunscripción traía para la ciudad de Neiva y la región, por lo cual, para caracterizar el fenómeno descrito, procuraremos describir y dar cuenta de la solicitud de la cámara de la provincia reproducida por Jenaro Díaz Jordan.17 El primer elemento esbozado en la solicitud de la Cámara de la Provincia de Neiva, aludía que las parroquias de Timaná y la Plata eran víctimas de un descuido generalizado por parte de la Diócesis de Popayán y sus Obispos, que se originaba en gran medida por las malas condiciones del camino de Guanacas —único medio para llegar a la región—, dificultando la comunicación con las parroquias de la región hasta el punto que durante un periodo mayor a veinte años no se había recibido visita alguna de los obispos de Popayán.18 En los términos que se exponen en la solicitud de la Cámara de la Provincia de Neiva, podemos vislumbrar lo dicho de la siguiente manera: Plenamente convencidos del celo apostólico del nuevo Reverendo Obispo, su venerable ancianidad no le permitirá aventurarse a los peligros del Guanacas, por su fragosidad, la intemperie de sus elevados

13

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Según Jenaro Díaz Jordan, la solicitud de la Cámara de la Provincia expedida el día 27 de Septiembre de 1842 se encuentra en el Archivo Parroquial de Neiva, libro 9, ver Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 295–296. 18 Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 295. 17


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Historia Comprehensiva de Neiva puntos, y la absoluta falta de todo recurso que en él se sufre, privándose de este modo a los cantones de Timaná y la Plata de las ventajas que siempre resultan a una iglesia de la presencia de su pastor19.

Sumado a lo anterior, debemos apuntar que otro de los problemas que se enuncian mediante la solicitud de la cámara de la provincia se relaciona con el alto costo de los aranceles eclesiásticos que eran cobrados por la Diócesis de Popayán y sumían a los cantones de Timaná y la Plata en una penosa situación, ya que las parroquias que se encontraban bajo la jurisdicción del Arzobispado de Santafé solo pagaban la mitad que los cantones citados. Este problema se expresa en los siguientes términos: Los aranceles eclesiásticos no son tampoco iguales siendo dobles las cuotas designadas en Popayán, notándose en él distinciones odiosas de colores, nada en armonía con nuestras instituciones, lo que hace desear a la Cámara aliviar a esos pueblos, sujetándolos al arancel del Arzobispado. No se le oculta que muchos párrocos llevados de una caridad bien entendida, rebajan con frecuencia de sus derechos; pero el bien que producen es efímero y debe procurarse sea permanente.20

Para completar la enumeración de los que consideramos los principales problemas denunciados por la Cámara de la Provincia de Neiva, debemos incluir la propuesta mediante la que se establece que la jurisdicción eclesiástica de un lugar debe coincidir con la civil, para que las todas las parroquias reciban la misma atención por parte de la institución eclesiástica, y no se presenten casos como el Timaná y la Plata. Los elementos anteriormente nombrados, nos permiten establecer que ante una doble jurisdicción eclesiástica las parroquias de la región del Alto Magdalena podrían ser objeto de poca atención de la institución eclesiástica a la que se circunscribían, como el caso de la Diócesis de Popayán; así mismo, evidenciamos que existió un interés por solucionar los inconvenientes de las parroquias, pero no, y es preciso aclararlo, un interés por segregarse del Arzobispado de Santafé o la Diócesis de Popayán. Un caso contrario al de la solicitud de la Cámara de la Provincia de Neiva del año de 1842, se encuentra en las reclamaciones realizadas por 19 20

Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 295. Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 296.

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Rudecindo María Castillo en el periódico editado en la ciudad de Neiva titulado La Buena Nueva en el año de 1883, mediante el que se postulaba y defendía la necesidad de que se instaurase un gobierno eclesiástico en el Estado Soberano del Tolima, que dejara a un lado la relación dicotómica de las parroquias que se encontraban bajo la jurisdicción de Santafé y Popayán, que se denominará la Diócesis del Tolima. En el contenido de La Buena Nueva sobresalen dos elementos para comprender la importancia de la organización de un obispado en el Tolima, el cual se ocupe de los habitantes del Estado y responda a sus necesidades inmediatas a diferencia de lo que ocurría con los obispos del Arzobispado de Santafé y la Diócesis de Popayán. En primer lugar, Castillo daría cuenta de que el proyecto de una diócesis se presenta como un elemento bien atendido por la población de la región, y particularmente de la ciudad de Neiva, ya que era una población que contribuía con todas aquellas causas que representaran un bien común, por lo que la organización de una institución eclesiástica no encontraría más que apoyo por parte de los neivanos. En La Buen Nueva, lo anteriormente mencionado se expone en los siguientes términos: Pero en medio de poblaciones que creemos bastante apercibidas de la naturaleza de las cosas, suficientemente cultas, y más que esto, en medio de poblaciones que diariamente están dando pruebas de inquebrantable decisión para sostener empresas que con frecuencia no se acometen sino con el apoyo absolutamente voluntario, nosotros no dudamos de que la empresa del Obispado, que lleva consigo el germen de todas las simpatías, encontrará en el Tolima el más decidido apoyo. Simpatías de todo género he dicho, es la verdad, Simpatías para los amantes de las ciencias; désenos un solo ramo del saber humano que no hayan cultivado los hijos de la Iglesia ó de la Religión Católica. Simpatías del orden social; los verdaderos hijos de la fe saben sacrificarse pero saben sublevarse.21

El apoyo por parte de los habitantes de la ciudad de Neiva y todos los pueblos de la región, no solo es presentado en La Buena Nueva como un elemento fundamental por el apoyo que recibiría la configuración de la Diócesis del Tolima, sino que particularmente, se entendería dicho 21

La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de Agosto de 1883.


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respaldo como la clave para que la diócesis funcionara debido al apoyo económico que recibiría de sus feligreses y al número de los mismos, que resultaría más que suficiente para su organización.

La iglesia en Neiva

la solicitud en conjunto de su creación y el respaldo de dicha petición con las firmas de aquellos que apoyen el proyecto del obispado del Tolima. La invitación de Castillo al cuerpo religioso del Estado Soberano del Tolima se realizaría en los siguientes términos:

El censo de población levantado en 1870 subió á más de 220,000 habitantes. Supongamos que a los 20,000 sean absolutamente indiferentes á la empresa evangélica: cuando más! Y áun hacemos esta suposición con gran pena y con temor de que se nos traduzca como una injuria a los magnánimos sentimientos del pueblo á quien hablamos; pero protestamos que no es otra nuestra intención que la de hacer ostensibles los fundamentos en que nos apoyamos. Deduzcamos, además, 100, 000 habitantes incapaces pos su pobreza para prestar apoyo alguno pecuniario. Nada exagerado será, en consecuencia, suponer que los 100.000 restantes podrían contribuir cada cual con cinco reales, y ya se ve el resultado que daría una contribución tan módica: y aún concediendo que de esos 100,000 habitantes hubiera algunos incapaces de contribuir; en cambio hay muchos que podrían hacerlo por diez, por veinte y hasta por más de ciento sin causar menoscabo perceptible a sus arcas.22

La organización de la Diócesis del Tolima no debe ser comprendida únicamente como un suceso que se origina luego de la suma de unas condiciones ideales para su configuración, por el contrario, en su origen encontramos la denuncia de una serie de elementos muy parecidos a los de la solicitud de la Cámara de la Provincia de Neiva de 1842, con la diferencia que en este caso no se busca la solución de los inconvenientes del abandono de las parroquias o el alto costo de las rentas, sino que por el contrario, alude a un descuido por parte de las instituciones eclesiásticas encargadas de las parroquias de lo que para el año de 1883 sería el Estado Soberano del Tolima, para establecer las bases sobre las que se erigiría un obispado en la capital del Estado, es decir la ciudad de Neiva. Bajo los lineamientos anteriormente establecidos podemos ubicar la circular del 8 de julio de 1883 escrita por Rudecindo Castillo, en la que hace una invitación a todos los curas y personas reconocidas de las parroquias de la región y por ende a los de la ciudad de Neiva para establecer el cuerpo episcopal base para dar origen a la Diócesis del Tolima, mediante 22

La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de Agosto de 1883.

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He dirigido una circular, en esta misma fecha, á los Venerables señores Curas de todo el Estado, excitándolos á que trabajemos unánimemente en elevar, de cada parroquia, al Excelentísimo señor Delegado Apóstolico, un memorial pidiendo la creación de un obispado que comprenda todo el territorio del Estado Soberano del Tolima. Lo he hecho con la plena convicción de que es la hora de levantar nuestra voz con seguridad de ser oídos y de obtener un feliz resultado, pues las autoridades eclesiásticas reconocen hoy la necesidad que hay de establecer una silla episcopal en esta parte de la provincia eclesiástica, y el Excelentísimo señor delegado Apóstolico, lejos de poner obstáculo alguno, desea vehemente que estos pueblos presenten la cooperación que se necesita y eleven la petición en que debe exponerse las causas que señala el derecho y que palpablemente existen, para proceder á la desmembración de parte del Arzobispado de Bogotá y parte de la diócesis de Popayán, para construir la nueva diócesis.23

Como podemos observar líneas arriba, la intención de Castillo mediante su circular era postular e incentivar la idea de la creación de la diócesis mediante una manifestación multitudinaria que recogiera a los curas y personas reconocidas de todo el Estado Soberano del Tolima, para que su propuesta tuviera un mayor impacto y a la vez para que se viera como una necesidad común ante las diferentes autoridades eclesiásticas. Para cumplir dicho cometido, no solo se recurre a la invitación a los demás curas para que hagan parte del proyecto de la organización del Obispado del Tolima, sino igualmente, se dan a conocer tres elementos claves que hacen de la erección de la diócesis una necesidad en común. A continuación los tres acápites señalados por Rudecindo Castillo: 1. La dificultad que habido siempre para que los Prelados visiten estas parroquias, ya por la distancia en que están de la ciudad capital y la aspereza de los caminos, como también por lo fuerte de los climas, que hacen arduas en gran manera las visitas, para los 23

La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de Agosto de 1883.


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Historia Comprehensiva de Neiva Prelados que han habitado siempre en climas fríos. 2. La repugnancia que han tenido siempre en los sacerdotes de otros climas á una larga permanencia en este territorio para encargarse de la administración de las parroquias; de tal suerte que por lo regular se han reputado como huéspedes y por consiguiente acometen mejoras que requiere el templo y constancia para su realización. 3. La decadencia moral y religiosa y por consiguiente la pérdida de muchas almas.24

De lo comentado hasta el momento, resulta interesante, que en los dos casos ya descritos: el abandono de las parroquias que comprenden la región del Alto Magdalena, y la poca dedicación de los obispos encargados de estas, se presenten como elementos en común señalados como problemas a causa de la doble circunscripción eclesiástica. Podríamos establecer de manera sucinta que nos encontramos ante una constante histórica en la ciudad de Neiva y la región, que se caracterizaría por una presencia limitada de la iglesia y sus instituciones, lo que no indica, cómo más adelante lo veremos, que la iglesia no cumpla un papel en la sociedad, sino, por el contrario, que solo hasta la planeación de la creación de la Diócesis del Tolima, y el proyecto regeneracionista en el que la religión católica era una pieza clave, no se encontraría una iglesia solida en Neiva.

La iglesia en Neiva

En los dieciséis puntos que comprenden el Decreto Consistorial de Erección se ratificaría por lo dispuesto por “Antonio, Arzobispo de Antinoe, Delegado Apóstolico”,27 que líneas arriba referenciamos como monseñor Antonio Sabatuci, se presentaba un proyecto de organización eclesiástica que cambiaría el panorama de la institución eclesiástica en la ciudad de Neiva y su incidencia. En el marco del Concordato de 1887 que la República de Colombia celebró con la Santa Sede, y con el interés de responder a las peticiones que se habían realizado para “que se erigiese canónicamente en la región del Tolima, perteneciente a la misma República, una nueva Sede Episcopal, que se había de llamar del Tolima”,28 se procede a la organización de un obispado en el Tolima, que debe contar con la previa aprobación, tanto del Arzobispado de Santafé cómo de la Diócesis de Popayán, ya que la parroquias de la región se encontraban bajo su jurisdicción, la cual no presento mayores inconvenientes, y se nos presenta de la siguiente manera: Como en ese tiempo la región tolimense estuviese sujeta, parte á la jurisdicción del Arzobispado de Bogotá, y parte á la del Obispado de Popayán, el mismo Soberano Pontífice creyó conveniente pedir el consentimiento á dichos Prelados, para separar y agregar á la nueva Diócesis las comarcas pertenecientes a sus respectivas jurisdicciones, el cual consentimiento lo presentaron obsequiosamente, atendiendo á la utilidad de la Iglesia, lo mismo el Arzobispado de Bogotá, que el Obispó de Popayán. Así pues, dispuestas y arregladas en forma todas las cosas y pesadas todas con madurez, Su Santidad, queriendo, para gloria del Señor, atender el bien espiritual de los fieles y acceder á las presentadas súplicas, con conocimiento cierto y haciendo uso de toda su autoridad Apostólica, decretó benignamente la erección de la Diócesis del Tolima en la República de Colombia.29

La Diócesis del Tolima

En

la reclamación de Rudecindo Castillo, ya tratada, podemos encontrar, tal como lo señalaría Jenaro Díaz Jordan, una, sino la primera de las manifestaciones a favor de la organización de la Diócesis del Tolima.25 El Decreto Consistorial de Erección del Obispado del Tolima, dado en Roma el 13 de Agosto de 1894, que entraría en vigor el 6 de Febrero de 1895, luego de que el delegado apostolico, monseñor Antonio Sabatuci expidiera el Decreto Ejecutivo de la formación de la Diócesis del Tolima el 22 de Enero de ese mismo año,26 respondería a las problemáticas que fundamentaban la necesidad de que existiese un obispado en el Tolima, y presentarían un plan ordenado sobre su organización. 24 25 26

La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de Agosto de 1883. Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 297. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima creada bajo el titulo de María Inmaculada por Nuestro Santisimo Padre León XIII, Bogotá, Escuela tipográfica de los talleres salesianos, 1898.

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Las disposiciones establecidas mediante el Decreto Consistorial, tomaban como referente la separación de las parroquias de las jurisdicciones de Bogotá y Popayán, para consolidar la organización del obispado del Tolima y decretar la formación de una unidad independiente 27 28 29

Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. xv. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. v. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. iv.


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Historia Comprehensiva de Neiva

con un núcleo central, que se encargaría de los cantones que se encontraban dentro de los límites jurídicos del departamento del Tolima, dando solución a unas de las reclamaciones que se veía expuesta en las líneas de Rudecindo Castillo, y generando a la vez un nuevo orden en el que la ciudad de Neiva era elevada “a ciudad Episcopal con los derechos, honores y prerrogativas de que usan otras ciudades engrandecidas con Sede Pontifical, y sus ciudadanos en la República”.30 Así mismo, luego de declarar el centro episcopal en Neiva, se establece que la Iglesia de la Inmaculada Concepción será la sede del nuevo obispado y que este deberá convocar un sínodo y establecer los derechos, deberes y oficios que se ejercerán en su seno. Como parte fundamental de la ordenación del obispado, luego de que la erección de este fuese reconocida por la Santa Iglesia de Roma, el Arzobispado de Santafé y la Diócesis de Popayán, se da paso a la separación de las parroquias del departamento del Tolima que hicieran parte de la jurisdicción de las entidades nombradas, dando como resultado una diócesis que se hacía cargo de todos los cantones que componían su jurisdicción civil, representada de manera detallada en las siguientes líneas: La línea que circunscribe la nueva Diócesis en la región tolimense comienza en el río de la Miel, en el punto en que desemboca el río Magdalena, hasta sus fuentes en el monte La Picona, y desde aquí, por el monte llamado San Félix, hasta el lugar denominado Nevado del Huila, en donde nace el rio Negro de Narváez; luégo, desde el nacimiento de este rio, hasta su desagüe en el río Páez; y desde el río Páez, desde el punto que confluye con este río el Negro de Narváez, hasta el lugar en que recibe las aguas del torrente Buenosaires; luégo desde este torrente hasta su manantial en el monte Topa, que es un brazo de la cordillera central de Los Andes; desde el Topa hasta la cumbre del Guanacas, en donde sigue elevándose la cordillera de Los Andes; desde estos montes, por la región volcánica de Puracé, hasta la cumbre del monte Las Papas, desde las rocas Cutanga hasta el vértice del monte Fragua; luégo desde el costado oriental de Los Andes, por donde se eleva el Fragua, hasta la cumbre de Las Oseras; luégo desde el monte que se extiende desde Las Oseras hasta las fuentes del torrente Mundonuevo; y desde este torrente, hasta la 30

Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. iv.

La iglesia en Neiva

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orilla por donde vierte sus aguas en el Sumapaz ó Fusagasugá; desde este río, en el punto en que recibe las aguas del Mundonuevo, hasta que las vierte en el Magdalena, y finalmente, desde el Magdalena, en la confluencia del Sumapaz ó Fusagasugá, hasta el lugar en el que recibe el río La Miel.31

Con lo dicho anteriormente hemos pretendido recrear la manera en que se erigió la Diócesis del Tolima, y ver como el problema de la doble circunscripción se hace presente como un elemento determinante a la hora de ordenar y organizar el Obispado del Tolima. Así las cosas, podemos determinar que el panorama en la organización eclesiástica y la influencia de la iglesia en la ciudad de Neiva —y la región en general— cambió de manera sustancial, debido a que la Diócesis del Tolima respondió a las problemáticas que se originaban en el seno del departamento del Tolima. Si bien, no queremos enunciar de manera alguna que los problemas en la organización eclesiástica desaparecieron en el momento inmediato en el que se erige la diócesis, si sostenemos que nos encontramos con un proceso de cambio progresivo, en dónde el primer sínodo ordenado por el obispado y la consagración de la Diócesis del Tolima resultan determinantes para la organización eclesiástica de la ciudad y la región. El primer sínodo ordenado por el Obispado del Tolima, en sus disposiciones básicas pretendía establecer las constituciones que regirían la actividad eclesiástica en la ciudad de Neiva y el Estado Soberano del Tolima; no obstante, el sínodo, también era el mecanismo mediante el que se denunciaban y buscaba solución a las problemáticas religiosas que se vivían en la región antes de la organización de obispado, y por ende, la manera en que el cuerpo sacerdotal se encargaría de la vida espiritual y moral de la sociedad neivana. En este orden, antes de la publicación y divulgación del edicto de celebración del Primer Sínodo del Tolima, se recomendaba a los sacerdotes de la región a que denunciaran todos los problemas que se vivieran en la región, en los siguientes términos: Finalmente exigimos con vivo encarecimiento á todos nuestros sacerdotes, que desde ahora trabajen en un memorándum de las observaciones que les dicte su estudio y experiencia sobre todos los asuntos en que deberá ocuparse el Sínodo Diocesano que convocaremos para el año próximo: tales son, por ejemplo, el 31

Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… págs. vi y vii.


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Historia Comprehensiva de Neiva sostenimiento de los Seminarios, creación de sus rentas, becas, etc.; los medios de promover el aumento de las vocaciones eclesiásticas; conveniente organización de la renta decimal; la mejor administración posible de las parroquias en lo espiritual y lo temporal; arancel eclesiástico de la diócesis; la respetabilidad moral y externa del clero; mejoramiento de los templos, en cuanto á construcción, capacidad, comodidad, belleza y sobre todo conformidad con los cánones y la liturgia; y otros muchos asuntos que la experiencia puede hacer recordar á nuestros venerables sacerdotes.32

El edicto de celebración del Primer Sínodo del Tolima del 8 de Febrero de 1898, presentaba como uno de sus puntos centrales, la enumeración de las problemáticas referentes a la organización del obispado arriba mencionadas, a las cuales, debemos agregar la elaboración de las constituciones que regirían el obispado, que se entendían como deberes adquiridos ante la organización de la diócesis y cómo el mecanismo para regular la actividad de los sacerdotes de la región. En las líneas del edicto aparece expresado de la siguiente forma:

La iglesia en Neiva

juicio. Buscamos únicamente el bien de la Diócesis y de sus almas; y asé la caridad es la que únicamente de bebe movernos, para que la luz divina nos ilumine”.34 Sumado a lo anterior, debemos anotar, que desde el primer sínodo, y particularmente por lo expuesto por monseñor Esteban Rojas Tobar en él, se entiende la reunión sinodal como un suceso que debía su razón de ser, en gran medida, a la figura y bendición de Jesucristo, al cual se consagrará el departamento del Tolima y la República de Colombia en el nombre del Sagrado Corazón. Por tal motivo, no es de extrañar que en la alocución con la cual el prelado diocesano inauguro el sínodo el 3 de mayo de 1898, se relacionara la figura de Jesucristo de la siguiente manera: Es el quien, tres años há, segregó de la Diócesis de Bogotá y Popayán los varios centenares de miles de almas que peregrinan todavía en el extensísimo territorio tolimense, dándonos á vosotros y á Nos, la peculiar misión de establecer y determinar una corriente de salida para todas esas almas; es El también quien os reúne ahora por primera vez en este santo lugar con el mismo objeto; y El es por fin quien, cumpliendo su palabra empañada, permanecerá aquí en medio de nosotros congregados en su nombre para tratar de sus más caros intereses.35

Uno de los deberes del cargo que pesa sobre nuestros hombros es el de celebrar con vuestro concurso el Sínodo Diocesano, en el cual, á la vez que se recuerdan las leyes generales de la Iglesia, se formen y sancionen las Constituciones y Decretos que deben regirnos en el culto que se ha de dar á Dios y en la administración espiritual de los fieles en esta parte del rebaño de Cristo, é igualmente se reprueben los abusos locales que se cometen.33

La elaboración de las constituciones sinodales del Obispado del Tolima se presentan como un elemento determinante dentro de la celebración del Primer Sínodo de la Diócesis, al ser la legislación que guiaría al cuerpo sacerdotal en las actividades diarias de la iglesia. En tal sentido, en las recomendaciones que se realizan a los participantes del sínodo, se hace un llamado a la serenidad, a la entrega para que se elaboraran los reglamentos indicados para la Diócesis del Tolima y la región de la que está se encargaba. Tal es el propósito del decreto número 59 de la celebración sinodal, que sugería “á los deliberantes la rectitud de intención y calma, la humildad y la facilidad para ceder del propio 32 33

Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… págs. 7 y 8. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. 10.

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La consagración de la República de Colombia al Sagrado Corazón, no fue un hecho que pasara desapercibido en la Diócesis del Tolima, prueba de ello se encuentra en lo manifestado por monseñor Esteban Rojas Tobar, en sus cartas pastorales que se publicaron en el periódico La Iglesia del Tolima, en dónde Rojas Tobar, no sólo analiza la relevancia de la consagración de la República, sino continua dando sustento a la relevancia de la figura de Jesucristo dentro de la organización religiosa y política, es decir, la relevancia de la Iglesia dentro de la configuración del Estado. En razón de lo dicho, Rojas Tobar establecería lo siguiente: Pues bien: no otra cosa es lo que han hecho nuestros honorables Legisladores, respecto de esa persona ó entidad morar, que legítimamente representan y que se llama la cara Patria, la República de Colombia. Jesucristo, como Dios, es el Dueño legitimo, único, absoluto de todo el linaje humano, de todas las 34 35

Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. 23. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. 26.


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Historia Comprehensiva de Neiva

La iglesia en Neiva Esta ciudad de Neiva, capital de la Diócesis, ha dado notables muestras de religiosidad. Digna fue la manera con que la novena y la fiesta de la Inmaculada Concepción se celebraron, como preparación apropiada al Homenaje. El señor Prefecto, por Decreto especial, declaró de cargo del erario público los gastos de la fiesta. Cerca de cien presos políticos, mediante protesta escrita de reprobación del liberalismo y su partido y de adhesión incondicional a la Santa Sede, obsequiaron a la Virgen con una confesión y comunión: amén del extraordinario concurso de las demás fieles en la Santa Mesa. Vísperas solemnes, misa pontifical con un buen sermón del Presbítero D. Rodulfo Pérez, abundante iluminación ambas noches, magnifica música ejecutada por la banda de Garzón, muchos globos, cohetes, etc. etc.38

sociedades, de todas las naciones; es el Padre omnipotente y benéfico que con suave pero irresistible Providencia, pone, quita, transforma y maneja los gobiernos, los cuales no son otra cosa que sus servidores y ministros (Rom,13,4); es la fuente de toda autoridad que ellos ejercen, es el único vigor y fuerza de las leyes: “Por mí reinan los reyes, por mí los legisladores dictan justos derechos”(Prov, 8.15). Como Hombre, le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. (Math, 18.28); es el Redentor de todas las naciones, las cuales le ha dado sido dado si padre en herencia. (Ps. 2,8), y su Cruz en el único fundamento sólido en que ellas pueden apoyarse.36

La exposición de Rojas Tobar continuaría en la siguiente forma, haciendo hincapié en la estrecha relación que la iglesia debe guardar con el Estado, y la importancia de la consagración como prueba de ello. En una palabra, el Congreso de Colombia ha hecho profesión de acendrado catolicismo y de adhesión incondicional á Jesucristo y á su Iglesia, reprobando con solemnidad estas perversas y corruptoras opiniones, por las cuales no ha mucho tiempo, se llamó generosidad de los gobiernos al abrir la puerta á todos los errores y por consiguiente el emprender campaña contra la verdad y favorecer la corrupción de sus súbditos, y se apellidó absurdamente científica solución del problema religioso la separación de la Iglesia y del Estado que ha sido precisamente lo que ha hecho llamar problema á la cosa más clara por sí misma y con más claridad determinada por el Creador.37

La relevancia de la consagración al Sagrado Corazón no sólo se encuentra en la exposición que Rojas Tobar realiza en torno a ella, sino, en la celebración que se realiza en la ciudad de Neiva. Jenaro Díaz Jordan, nos recordaría que el obispo de Paicol, mediante circular número 61 publicada en La Iglesia del Tolima, daría cuenta que en la ciudad de Neiva todo se encontraba dispuesto para la celebración de la consagración el día 16 de Diciembre de 1899. En este orden, se nos habla de la celebración en los siguientes términos:

36 37

La Iglesia del Tolima, Ibagué, n.o 10, 1 de Enero de 1899. La Iglesia del Tolima, Ibagué, n.o 10, 1 de Enero de 1899.

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Con lo anteriormente expuesto, hemos procurado establecer la manera en que surge la Diócesis del Tolima, el propósito con el que se establecen sus reglamentos y la relevancia que se encuentra en la consagración de la República de Colombia al Sagrado Corazón por parte de monseñor Esteban Rojas Tobar. Como resultado de la enumeración de estas coordenadas, podemos inferir, en consonancia con las problemáticas de la doble circunscripción anteriormente tratadas, que la organización del Obispado del Tolima marca un cambio en la incidencia de la Iglesia en la ciudad de Neiva y la región, al organizarse y reglamentarse una institución eclesiástica en lo que una vez fue el Estado Soberano del Tolima, con el propósito de velar y ordenar los fundamentos de la moral y las buenas costumbres en Neiva.

El papel de la Iglesia en Neiva

Hasta el momento hemos realizado un recuento sobre las principales características y problemáticas de la iglesia en la ciudad de Neiva, en lo que podría ser su faceta institucional, es decir, construcciones religiosas, jurisdicción eclesiástica y reglamentos. Sin embargo, como hemos anunciado a lo largo de la exposición, existe un elemento fundamental para comprender el papel de la iglesia en Neiva, relacionado con su función como defensora y promotora de las buenas costumbres en la ciudad. En este sentido, encontramos que la Iglesia y sus representantes 38

Díaz Jordan, Proceso histórico… pág. 311.


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Historia Comprehensiva de Neiva

se preocupan porque los habitantes de Neiva sean exponentes de buenas costumbres y cuenten con instituciones claves para su vida. En razón de lo dicho, no podemos pasar por alto el papel que cumplía el clero en la ciudad de Neiva, ya que este evoluciono en razón de los cambios políticos que se vivieron en la nación y la región, particularmente, por lo que sería el paso de Neiva de un bastión liberal a un fortín conservador. En este orden, el debate sobre el fuero eclesiástico, que se relaciona con los asuntos en los que debería intervenir o no el clero, nos permite dilucidar el interés del cuerpo sacerdotal de Neiva en lo que refiere a la moral y buenas costumbres de sus habitantes. Un ejemplo de lo dicho se puede encontrar en la protesta del cuerpo sacerdotal de Santafé del año de 1839, en dónde se enuncia la problemática referida de la siguiente forma:

La iglesia en Neiva

Aunque lo expresado por el periódico citado se presenta como un elemento común de la política de mediados de siglo xix en dónde se exhibe al clero como un actor que debe estar alejado de la política, el fragmento reproducido nos da la posibilidad de evidenciar como la función social de la Iglesia neivana se fundamenta en el cultivo espiritual y moral de sus feligreses. Sin embargo, y en consonancia con lo apuntado, la función del clero solo podía ejercerse siempre y cuando no abandonaran sus funciones espirituales. El periódico Huila, daría cuenta de lo dicho en las siguientes líneas: Estos clérigos no tienen de sacerdotes mas que la sotana i la corona: carecen de toda mision de Dios, de toda mision de apostolado evanjélico, i son apenas unos farsantes miserables. Bien, pues: ellos han dicho que los liberales son herejes, impíos, ateos y mienten: los liberales son mas cristianos que ellos: ellos, predicando la intolerancia bastardean la relijion, son los herejes: ellos, atizando la discordia, son los impíos: ellos, que atrevidos pretenden hacer de Dios el instrumento de sus mezquinas pasiones, son los ateos, porque le niegan: es negar a Dios predicar la intolerancia, i ellos la predican: es negar a Dios tener el corazón henchido de soberanía, i ellos se consumen en el fuego de la cólera i del orgullo: es negar a dios desconocer a sus criaturas, i ellos maldicen a una gran parte del jenero humano. I negar a Dios, es ser ateo: ellos miserables, que le niegan, son los ateos, no son los liberales que le confiesan en las maravillas de la creación reconociéndole todos sus atributos infinitos.41

Nosotros para cumplir con nuestro sagrado deberes, hablamos por medio de este impreso, y protestamos delante del Cielo y de la tierra, que no nos sujetarémos, ni obedeceremos semejante, por ser contraria a las sagradas sanciones. Las leyes divinas, y eclesiásticas están absolutamente opuestas, y no es solo de los juicios, pertenecientes al dogma, á la moral, y á lo puramente espiritual, ó eclesiástico, que nos exime, es también de los civiles, y criminales; pues esta es la intención de la Iglesia y de su divino fundador.39

En el caso particular de Neiva, el papel de los curas en la ciudad a mediados de siglo es definido por el periódico liberal Huila, como el de una figura que no debe ocuparse de asuntos políticos, sino por el contrario, de los asuntos espirituales de los habitantes de la ciudad. En el contenido del periódico Huila lo dicho aparece de la siguiente forma: El cura es el único ciudadano que tiene el derecho así como el deber de permanecer neutral en las causas, en los oídos, i en las luchas de los partidos u opiniones que dividan a los hombres: porque él, ántes de todo, es ciudadano del reino eterno, padre comun de vencidos u vencedores, hombre de paz i amor, discípulo del que no quiso derramar ni una gota de sangre para defenderse i que dijo a Pedro: “Vuelve esa espada a su vaina”.40 “Fuero Eclesiástico”, Bogotá, J.A.Cualla, 1839. Biblioteca Nacional de Colombia (bnc), Bogotá, Fondo Pineda, Misc.202, pieza 10. 40 Huila, Neiva, n.o 12, 9 de Septiembre de 1855.

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El papel del cuerpo sacerdotal en la ciudad, encontraría su clímax luego de la reunión del Primer Sínodo del Obispado del Tolima, en dónde, no solo se establecería que el clero debería ocuparse de todas aquellos sucesos que atentaran contra las costumbres de sus habitantes, sino, que el tema de la política sería de primer orden para el cuerpo obispal del Tolima y para sus representantes, hasta el punto que podrían intervenir en ellos siempre y cuando siguieran las indicaciones de la Diócesis del Tolima.42 En lo que refiere a la defensa de las buenas costumbres y la moral, debemos citar la aparición de una institución clave para la ciudad de

39

41 42

Huila, Neiva, n.o10, 26 de agosto de 1855. Primer Sínodo de la nueva Diócesis del Tolima… pág. 11.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Neiva a lo largo del siglo xix como lo sería la aparición de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, fundada a las siete de la noche el día 26 de Abril de 1856, y en este mismo sentido, la organización de una casa de beneficencia bajo la efigie del Doctor Felix Ávila Valdez vicario de Neiva promotor del proyecto,43 las cuales se mantenían bajo un sistema de donaciones por parte de los habitantes más distinguidos de la ciudad, y particularmente, por la participación de las mujeres de la ciudad que eran vistas como las encargadas de cultivar las buenas costumbres. Según el periódico El Alto Magdalena el papel de la Sociedad de Beneficencia y Caridad es relevante para la ciudad de Neiva, por las siguientes razones: Neiva, este pedazo de mundo, en que jamás se ha podido hacer algo, ha visto ya que la mujer es capaz de hacer mucho, i ha logrado eléctricamente reunir elementos que vagaban disociados , i formar de ellos el sistema de la cohesion mas compacta. Eran unos cuantos astros ocultos i perdidos sin orbita fija, que semejantes a cáos carecían de un centro común alrededor del cual pudieran jirar con regularidad. Al fin, una sola idea, un solo sentimiento, la filantropia, vino a servir del núcleo, fue el centro planetario, en torno del cual se agruparon ellos, i el 26 de abril vio Neiva en esa bóveda celeste que se llamó “Sociedad de Beneficencia i Caridad”, brillar diez i nueve estrellas, radiantes de amor; porque solo amor es su fuerza de atracción;- porque, filantropía, beneficencia i caridad- no son sino amor en el lenguaje moral.44

La iglesia en Neiva y la celebración del santo sacrificio de la misa. Desde esa hora quedó depositada allá la Majestad. Siendo Dios en el Sacramento la fuente de todas las virtudes, y sobre todo el fuego de la caridad y el modelo perfectísimo de la abnegación, las Hermanas de la Caridad, que por aliviar a la humanidad indigente, dejan patria, familia y comodidades de todas clases, sólo alegan tener siempre consigo a ese bondadoso Padre, á ese celosísimo Maestro, á ese sabio Consejero, á ese fidelísimo Amigo, al Esposo de las vírgenes, al Sostén de los débiles: No podía ser de otro modo.45

El ejemplo de la Sociedad de Beneficencia y Caridad nos permite ilustrar como la Iglesia y sus representantes son claves a la hora de atender las necesidades de la ciudad, y sobre todo, vislumbrar que las problemáticas que atienden se relacionan el cultivo de la moral en los habitantes de la ciudad, claro está, siempre en nombre de Dios o Jesucristo. Otro elemento que da sustento a la función de la Iglesia como cultivadora de la moral, se encuentra en las fiestas religiosas como las de Nuestra señora de Las Mercedes46 y María la Inmaculada,47 por medio de las cuales se pretende, en primera instancia, conmemorar la fiesta de las vírgenes, pero en segundo lugar, emplear su imagen como un modelo a seguir para los habitantes de la ciudad. De la celebración en homenaje a la madre de Dios o Nuestra señora de Las Mercedes se nos indica lo siguiente: Solemne y sencilla estuvo la celebrada en homenaje á la Madre de Dios, bajo la advocación de Las Mercedes. Fiesta promovida desde el año de 1881, por una confraternidad instituida en aquel año bajo la protección de Nuestra Señora de Las Mercedes, y con el modesto nombre de Junta Piadosa; el cual bién ha conquistado y mereció en los cinco años que tiene de existencia: siempre á la cabecera del lecho del moribundo, junto al del enfermo y en el umbral del pobre, se encuentra alguno de sus socios. Sus principales deberes y fines consisten en el ejercicio de la caridad, y en su práctica se puede considerar como una buena imitación de San Vicente de Paul.48

La actividad de la Sociedad de Beneficencia y Caridad no se limita a la organización de la casa de beneficencia, puesto que bajo la dirección de las Hermanitas de Caridad y la publicación del periódico titulado Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, se encuentra una bitácora de la actividad de la Sociedad de Beneficencia, entre los que vale la pena resaltar la fundación de un hospital en la ciudad de Neiva el 19 de septiembre de 1882, y del que el periódico anteriormente citado indicaría lo siguiente: El día 19 del mes próximo pasado tuvo lugar la instalación formal de las Hermanas de la Caridad y apertura del Hospital. Se dío principio á aquella función con la bendición solemne del oratorio

Anales de la Sociedad de Beneficencia y caridad, Neiva, n.o.4, 16 de noviembre de 1882. El Unitario, Neiva, n.o 4, 29 se septiembre de 1886. 47 El Unitario, Neiva, n.o 14, 8 de diciembre de 1886. 48 El Unitario, Neiva, n.o 4, 29 de Septiembre de 1886. 45 46

43 44

Anales de la Sociedad de Beneficencia y caridad, Neiva, n.o 1, 22 de agosto de 1882. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 110, 10 de Mayo de 1856.

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Historia Comprehensiva de Neiva

En el caso de la celebración de María la Inmaculada, encontramos en el periódico El Unitario un número consagrado a su imagen, mediante el que se exalta la figura de la virgen en relación con la mujer, para dar sustento a la importancia de la misma en el proceso de configuración de la ciudad, y particularmente, en el del cultivo de la moral y las buenas costumbres. En el citado periódico se haría referencia a lo dicho mediante las siguientes líneas, realizando un paralelo entre el mal y el bien y la mujer como el elemento catalizador de esta relación de opuestos: Si Eva, formada pura y sin mancilla, deslustró su descendencia con el pecado, era imprescindible, en la Lógíca Divina, que OTRA Eva borrara la mancha de la primera; pero para esto era necesario que ésta segunda Eva fuese tan inocente y pura como la primera; y por eso tuvo que quedar excluida de la ley universal del pecado primitivo. Por tanto María fue ineludiblemente exenta de toda mancha, tanto en su Inmaculada Concepción, como en el resto de su vida terrenal. Condensando; vemos que si una mujer fue la perdición de la humanidad otra mujer fue la salvación de Israel.49

La iglesia en Neiva

llenas de “escenas que exciten al sentimiento de lo bello lo bueno, que ensalcen la virtud y castiguen el vicio; en una palabra que moralicen las costumbre”,50 como nos informaba la prensa editada en la ciudad. En este orden, la Iglesia en Neiva se presenta como institución que tuvo una presencia contante en la Neiva decimonónica, si bien no por su poderío y grandeza, sí por su función social, comprendida esta como la búsqueda de un estado espiritual y moral ideal para todos los neivanos. En este mismo sentido, la solución de las problemáticas religiosas que se presentaron en la ciudad a causa de la doble circunscripción religiosa que se vivió en lo que un vez fue el Estado Soberano del Tolima, se presentan como la piedra angular en el viraje que vive la Iglesia institucionalmente, de una entidad con poca influencia en la ciudad a una diócesis que respondía a las problemáticas locales, y era fortalecida por un proyecto político de tinte conservador y católico. Así las cosas, podemos concluir que durante el siglo xix en la ciudad de Neiva la Iglesia fue una institución con una presencia constante en el día a día de sus habitantes, la cual, respondía a las exigencias y retos que le imponían la región y la ciudad, cuya fortaleza institucional se adquiere a lo largo del siglo xix y no se presenta como un legado colonial.

Conclusiones

Como hemos visto, la institución eclesiástica en la ciudad de Neiva

se presenta como una entidad que tuvo un desarrollo lento durante el siglo xix en lo que refiere a su organización y consolidación. No obstante, en medio de este proceso de configuración que se caracteriza con la estructuración de la Diócesis del Tolima, podemos evidenciar cómo el papel de la Iglesia en la ciudad se relacionó con el de la promotora de las buenas costumbres y la defensora de la moral en la ciudad; aún cuando, no podamos determinar su incidencia, si podemos inferir que mediante sucesos como la organización de la Casa de Beneficencia y Caridad, o las fiestas de La Inmaculada Concepción se pretendía promover e incentivar los elementos mencionados en los habitantes de la ciudad. La moral vigilada e incentivada por la Iglesia no solo se limitaba a los elementos mencionados, sino que aparece en actos tan cotidianos como las funciones teatrales en Neiva, de las que se espera se encuentren 49

El Unitario, Neiva, n.o 14, 8 de diciembre de 1886.

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50

El Municipal, Neiva, n.o 25,26,27, 17 de febrero de 1894.


Gobiernos municipales en Neiva en el siglo xix Martha Isabel Barrero Galindo Universidad Surcolombiana

Colombia cuenta a la fecha con la expedición de nueve constituciones

políticas nacionales; ocho de ellas corresponden al siglo xix y tuvieron una designación que resultaba acorde con el periodo político.1 De acuerdo a Quinche Ramírez, la forma predominante de gobierno en Colombia ha sido la del Estado unitario o centralista y la Constitución de 1886 ha sido la de mayor duración en el país (ver cuadro 1).

Cuadro 1 Constituciones De Colombia Y Formas De Gobierno Constituciones

Nombre Adoptado por Colombia

- Constitución de la República de Colombia, del año 1821 La Gran Colombia - Constitución Política de la República de Colombia, del año 1830

1

Características del Gobierno Sueño Bolivariano

Quinche Ramírez, Manuel Fernando, Derecho Constitucional Colombiano de la Carta de 1991 y sus Reformas, Bogotá, Universidad del Rosario, 2009, pág. 35.


202 - Constitución del Estado de Nueva Granada del año 1832 - Constitución de la República de la Nueva Granada, del año 1843 - Constitución de la República de la Nueva Granada, del año 1853 - Constitución de la Confederación Granadina, del año 1858 - Constitución de los Estados Unidos de Colombia, del año 1863

Historia Comprehensiva de Neiva

La Nueva Granada

Confederación Granadina Estados Unidos de Colombia

Establecimiento del centralismo

Proyecto Federal

- Constitución Política de la República República de Colombia Estado Unitario de Colombia, del año 1886 Fuente: Quinche Ramírez, Manuel Fernando, Derecho Constitucional Colombiano de la Carta de 1991 y sus Reformas, Bogotá, Editorial Universidad del Rosario, 2009, pág.35.

Lo que hoy conocemos como la organización político-administrativa del departamento del Huila, es el producto de una serie de transformaciones territoriales que fueron determinadas por las constituciones de nuestro país. El siglo xix fue precisamente el periodo en el cual el proceso de disgregación del territorio se realizó de manera constante; Neiva por ejemplo, debido a su posición geo–estratégica y política, fue anexada parcial o totalmente a otros territorios, aspecto que contribuyó al constante dislocamiento de su unidad territorial.2 Este proceso estuvo ligado a las frecuentes discusiones políticas sobre el modelo de Estado, que repercutieron en la manera como se distribuía espacialmente el poder.3 En este caso se dará una mirada a la manera como las constituciones del siglo xix, a partir de la establecida en 1821 hasta la de 1886, transformaron las relaciones político administrativas del municipio de Neiva. La constitución de 1821 subdividió los departamentos4 en provincias, estas en cantones y los cantones en parroquias. En total existieron 12 departamentos y 38 provincias; dentro de las provincias se encontraba la de Neiva que perteneció para ese entonces al departamento de Cundinamarca junto con Bogotá, Antioquia y Mariquita; la provincia de Neiva quedó conformada por los cantones de Purificación, Neiva,

Gobiernos municipales en Neiva

Timaná y la Plata.5 Más tarde fue creado el cantón de Villavieja, el cual se consideró agregado al cantón de Neiva para efectos legales.6 El mando político de cada departamento residió en un magistrado con la denominación de Intendente, sujeto al presidente de la República quien lo nombraba para que ejerciera sus funciones por el periodo de tres años, la provincia de Neiva estuvo administrada por un gobernador subordinado al intendente del departamento7 y el cantón de Neiva, por un jefe político municipal a su vez subordinado al gobernador. La cabecera del cantón de Neiva era administrada por el alcalde municipal ayudando a promover el orden, la tranquilidad, la decencia y moralidad pública de la región. El alcalde de la parroquia de Neiva cumplía igualmente con las funciones del alcalde municipal, a quien estaba políticamente sujeto.8 Por su parte, en la cabecera del cantón de Neiva residió la municipalidad, organismo compuesto por los alcaldes municipales y el procurador municipal. En la parroquia de Neiva existió la asamblea parroquial conformada por sufragantes del lugar que debían certificar ser colombianos, estar casados o ser mayores de 21 años, saber leer y escribir (aunque esta condición no tendría lugar sino hasta el año 1840) y ser dueños de alguna propiedad raíz que alcanzara el valor libre de cien pesos, o en su defecto demostrar que estaban en ejercicio de una profesión u oficio. Este organismo tenía como labor reunirse cada cuatro años, el último domingo del mes de julio, con el fin de elegir los electores del cantón, quienes conformarían la asamblea provincial para sufragar por el presidente y vicepresidente de la República, los senadores del departamento de Cundinamarca y los diputados de la provincia de Neiva. Solo aquellas personas que tuvieran las siguientes condiciones podían ser elegidas como representantes y autoridades del cantón: Artículo 21.- Para ser elector se requiere: 1. Ser sufragante no suspenso; 2. Saber leer y escribir;

5 6

2

3

4

Cuartas Coymat, Álvaro, Tolima: Desarrollo Político e Instituciona, Ibagué, Gobernación del Tolima, 2011, pág. 17 Katime Orcasita, Abraham y Sierra Cadena, Grenfieth De Jesus, Carta de Navegación del Proceso de Regionalización en Colombia, Bogotá, Universidad del Rosario, págs. 18-19. Boyacá, Cundinamarca, Magdalena, Cauca, Istmo, Orinoco, Venezuela, Apure, Zulia, Ecuador, Azuay, Guayaquil.

203

7

8

Ley del 25 de julio de 1824 y Decreto del 19 de Mayo de 1825. Cuartas Coymat, Tolima: Desarrollo Político… pág. 22. “Constitución de la República de Colombia de 1821”, Artículos 151 y 152, en Cuerpo de leyes de la República de Colombia: comprende la Constitución y leyes sancionadas por el Primer Congreso General, en las sesiones que celebró desde el 6 de mayo hasta el 14 de octubre de 1821, Bogotá, Bruno Espinosa, 1822. Colección de las Leyes dadas por el Congreso Constitucional de la República de Colombia en las Sesiones de los años 1825 y 1826, Bogotá, 1830, Imprenta de P. Cubides, pág. 25.


204

Historia Comprehensiva de Neiva 3. Ser mayor de veinticinco años cumplidos y vecino de cualquiera de las Parroquias del Cantón que va a ser las elecciones; 4. Ser dueño de una propiedad raíz que alcance el valor libre de quinientos pesos, o gozar de un empleo de trescientos pesos de renta anual, o ser usufructuario de bienes que produzcan una renta de trescientos pesos anuales, o profesar alguna ciencia o tener un grado científico.9

La Constitución Política de 1830 conservó la división territorial establecida en 1821 tal y como aparece en los artículos 4 y 5: ”Artículo 4. El territorio de Colombia comprende las provincias que constituían el Virreinato de la Nueva Granada y la Capitanía general de Venezuela. Artículo 5.- El territorio de Colombia se dividirá para su mejor administración en departamentos, provincias, cantones y parroquias”.10 El gobierno superior político del departamento de Cundinamarca residió en el prefecto, dependiente del jefe del ejecutivo; el gobierno de la provincia de Neiva estuvo a cargo del gobernador dependiente en lo político del prefecto del departamento. Estos cargos eran ejercidos por un periodo de cuatro años y solamente podían ser ocupados por aquellas personas que fueran granadinos en ejercicio de los derechos de ciudadano, tuvieran treinta años, que hubiesen prestado anteriormente servicios a la República, gozaran de buen concepto público y hubiesen residido en el territorio desde mínimo tres años antes del nombramiento. El departamento de Cundinamarca contaba con una cámara de distrito con facultad para deliberar y resolver en todo lo municipal y además de representar los intereses generales de la República. La cámara de distrito estaba compuesta por los diputados de las provincias del departamento, los cuales seguían siendo elegidos por las asambleas electorales. Estos duraban en sus funciones cuatro años y para ser elegidos debía cumplir con los siguientes requisitos:

Gobiernos municipales en Neiva cuatro mil pesos, o en su defecto una renta de quinientos pesos, o la de ochocientos que sean el producto de algún empleo o del ejercicio de cualquiera género de industria, o de alguna profesión que requiera grado científico.11

Cuando la Gran Colombia desapareció y se expidió la Constitución Política de la Nueva Granada el 29 de febrero de 1832, se estableció un régimen centralista integrado por provincias con reconocida autonomía, las cuales fueron divididas en cantones y éstos en distritos parroquiales12 (ver diagrama 1). Diagrama 1 Organización administrativa de la provincia de Neiva 1834

Provincia de Neiva (Gobernador)

10

“Constitución de la República de Colombia de 1821”, Artículo 121, en Cuerpo de leyes de la República de Colombia… Constitución de la República de Colombia dada por el Congreso Constituyente en el año de 1830, Artículos 4 y 5.

Consejo Municipal de la Provincia de Neiva

Cámara de la Provincia de Neiva Cantón de Neiva (Jefe Político) Concejo Municipal de Neiva Distrito Parroquial de Neiva Concejo Comunal de Neiva (Cabildo Parroquial de Neiva)

1. Ser colombiano en ejercicio de los derechos de ciudadano; 2. Haber cumplido veinticinco años; 3. Ser natural o vecino de la provincia que hace la elección; 4. Ser dueño de una propiedad raíz que alcance el valor libre de 9

205

Art. 1. Las provincias del centro de Colombia forman un Estado con el nombre de “Nueva Granada“: lo constituirá i organizará la presente convención. Constitución de la República de Colombia dada por el Congreso Constituyente en el año de 1830, Artículo 129. 12 Herrera Llanos, Wilson, “Régimen Municipal en Colombia”, en Revista de Derecho, n.o 18, 2002, pág. 221. 11


206

Historia Comprehensiva de Neiva Art. 2. Los límites de este estado son los mismos que en 1810 dividían el territorio de la Nueva Granada de las Capitanías jenerales de Venezuela i Guatemala, i de las posesiones portuguesas del Brasil: por la parte meridional sus límites serán definitivamente señalados al Sur de la provincia de Pasto, luego que se haya determinado la conveniente respecto de los departamentos del Ecuador, Asuai i Guayaquil, para lo cual se prescribirá por decreto separado la línea de conducta que debe seguirse.13

En total fueron 19 provincias las que se erigieron: Veragua, Panamá, Chocó, Cartagena, Santa Martha, Riohacha, Socorro, Pamplona, Mompós, Antioquia, Mariquita, Vélez, Casanare, Bogotá, Neiva, Cauca, Buenaventura, Popayán y Pasto. La provincia de Neiva fue desligada de Cundinamarca, condición que perduró con la promulgación de las constituciones de 1843 y 1853. La dirección de la provincia de Neiva siguió residiendo en la figura del gobernador, dependiente del Poder Ejecutivo, este funcionario debía cuidar de la tranquilidad, el buen orden, la seguridad de las personas, bienes y derechos de los ciudadanos y habitantes, del cumplimiento de la constitución, de los nombramientos y sentencias de los tribunales y juzgados y de todo lo que perteneciera a la policía. Debía además comunicar a los jefes políticos de los cantones y los demás funcionario que estuviesen bajo su mando todas las leyes, decretos y ordenanzas del poder ejecutivo y de la cámara de provincia.14 El cantón de Neiva era gobernado por un empleado elegido cada año cuya denominación era la de jefe político y quien en cumplimiento de sus funciones estaba obligado a comunicar y circular las leyes, ordenanzas, decretos y órdenes del concejo municipal a los alcaldes de los distritos parroquiales pertenecientes al cantón de Neiva. Para ocupar este cargo se necesitaba: “Art. 47. (…) ser granadino en ejercicio de los derechos de ciudadano, saber leer i escribir, i tener veinticinco años de edad”.15 El régimen del distrito parroquial de Neiva le correspondió asumirlo a los alcaldes nombrados por un periodo de tiempo correspondiente al de un año. Para este momento, las reuniones de la asamblea parroquial de Neiva empezaron a realizarse cada dos años aplicando los mismos “Título v, Artículo 30”, en De Pombo, Lino, Recopilación de las Leyes de la Nueva Granada, Bogotá, 1845, pág. 1. 14 “Ley 1 del 19 de Mayo de 1834”, en De Pombo, Recopilación de Leyes… pág. 41. 15 “Ley 1 del 19 de Mayo de 1834”, en De Pombo, Recopilación de Leyes… pág. 41. 13

Gobiernos municipales en Neiva

207

procedimientos establecidos por la constitución de 1821 para sufragar. Durante el periodo de 1830 a 1841, los cargos principales de dirección política fueron ocupados en su mayoría por personas provenientes de otras regiones del país (ver cuadro 2). Cuadro 2 Líderes políticos de Neiva 1830 – 1841 Nombre/Lugar de Procedencia

Cargo

Fecha

Don Pedro Domínguez De Hoyos, Santafé

Gobernador de la provincia de Neiva

Noviembre de 1830 a 5 de enero de 1831

Don Nicolás Quevedo Rachadell, Caracas

Gobernador interino de la provincia de Neiva

5 de enero a marzo de 1831

Don Manuel M. Arjona Honda

Gobernador en comisión de la provincia de Neiva

Marzo a Junio de 1831

Don Juan Tejada Ecuatoriano

Gobernador en comisión de la provincia de Neiva

Julio de 1831 a 21 de enero de 1832

Don Ramón Villoria Zipaquira

Gobernador “en comisión” de Neiva

Enero 1832 – septiembre 1835

Don José María Vélez Carbonell, Santafé

Jefe político de Neiva, gobernador accidental

Marzo de 1833

Don Jose Ignacio Trujillo

Jefe político de Neiva, por indisposición del doctor Villoria

Junio – julio de 1835

Don José María Céspedes, Quilichao

Gobernador interino de Neiva

1835 – enero de 1837

Don Juan José Mora, Neiva

Jefe político, gobernador en reemplazo de Céspedes

Enero – febrero 1836


208

Don José María Galavis Santafé

Historia Comprehensiva de Neiva

Gobernador interino de Neiva

Enero a septiembre de 1837 10 de octubre de 1837 a diciembre 4 de 1839

Don José Nava, Socorro

Encargado de los negocios locales de la gobernación

Junio a agosto de 1838

Don Aniceto Cardoso, Neiva

Jefe político

4 al 14 de diciembre de 1839

Don Ramón Vargas Gaitán Santafé

Gobernador constitucional de Neiva

Don Miguel María Ortiz Y Duran, La Plata

Gobiernos municipales en Neiva

209

Comparando el número de habitantes de la provincia de Neiva con el número de electores, es decir el número de personas que cumplían con los requisitos para ser sufragantes, se obtiene como resultado que solo el 0.086% de la población podían acceder a esta condición, siendo un número significativamente bajo (ver cuadro 4). Cuadro 3 División territorial política del cantón de Neiva y su población de acuerdo al censo de 1843 Distritos Parroquiales

Población

Neiva (Capital)

6.705

14 de diciembre al 3 de julio de 1840

Aipe

3.032

Caguan

1.054

Gobernador interino de la provincia de Neiva

Campoalegre

2.797

Julio de 1841

Hobo

1.560

Don Miguel María Ortiz Y Duran, La Plata

Gobernador interino de la provincia de Neiva

Órganos

418

Julio de 1841

San Antonio

644

Unión

2.590

Don Manuel María Méndez

Jefe político del cantón capital de la provincia, Encargado de los negocios de la gobernación de Neiva

10 de agosto de 1841 por un mes

Villavieja

3.494

Total

22.294

Don Pedro José Duran, La Plata

jefe político del cantón Neiva, reemplazo en la gobernación a Miguel María Ortiz

Octubre a noviembre de 1841

Fuente: Restrepo Sáenz, José María, Gobernadores y Próceres de Neiva, Bogotá, Editorial abc, Bogotá, 1941.

En 1843 la provincia de Neiva estuvo conformada por los cantones de Neiva, Guagua, la Plata, Purificación y Timaná; al cantón de Neiva pertenecieron los distritos parroquiales de: Neiva, Aipe, Caguan, Campoalegre, Hobo, Órganos, San Antonio, Unión y Villavieja. Para ese mismo año, la provincia de Neiva contaba con una población de 93.688 y el cantón de Neiva con aproximadamente 22.294 habitantes, representando el 24% de la población de la provincia, siendo el distrito parroquial de Neiva el poseedor del mayor número de habitantes (ver cuadro 3).

Fuente: De Pombo, Lino, Recopilación de Leyes de la Nueva Granada, Bogotá, Imprenta de Zoilo Salazar, 1845, pág. 465.

Este fenómeno puede ser tal vez explicado a partir de los requerimientos de ley para ser elector, y específicamente al de saber leer y escribir, condición que muy pocos habitantes cumplían si se tienen en cuenta los altos índices de analfabetismo de la época. También es posible apreciar que el mayor número de electores no se encontraba en el distrito parroquial de Neiva, sino en el de Purificación donde a su vez el número de habitantes era mayor.


210

Historia Comprehensiva de Neiva Cuadro 4 División territorial política de la provincia de Neiva, población y cuerpo electoral de acuerdo al censo de 1843 Cantón

Población

Electores

Neiva

22.294

20

La Guagua

11.321

10

La Plata

10.198

9

Purificación

25.760

23

Timaná

24.115

19

Total

93.688

81

Gobiernos municipales en Neiva

municipales, comunales de los cantones y los distritos parroquiales.17 En el distrito parroquial de Neiva, administrado por el alcalde, había una corporación denominada cabildo parroquial, compuesta por los jueces parroquiales o el juez parroquial, el tesorero parroquial y un vocal nombrado en cabildo abierto quien hacía las veces de presidente, su nombramiento era por dos años. Para ser miembro del cabildo parroquial, se necesitaba ser granadino en ejercicio de los derechos de ciudadano y vecino del distrito parroquial del cabildo a administrar.18 Los principales cargos de dirección política entre los años 1842 a 1853 siguieron siendo ocupados por personajes provenientes de otras regiones (ver cuadro 3). Cuadro 3 Líderes políticos de Neiva 1842 – 1851

Fuente: De Pombo, Lino, Recopilación de Leyes de la Nueva Granada, Bogotá, Imprenta de Zoilo Salazar, 1845, pág. 465.

La provincia de Neiva fue gobernada por un empleado con la denominación de gobernador, de libre nombramiento y remoción del poder ejecutivo. Los habitantes de la provincia de Neiva estaban sujetos a la jurisdicción del prefecto mientras se hallaran en su jurisdicción, toda demanda o pleito civil o criminal que se suscitaba también estaba a su cargo, ya que él desempeñaba el papel de juez de primera instancia. El prefecto tenía el deber de verificar cada seis meses una visita por lo menos de todo el territorio en la parte poblada, con el fin de promover la civilización de los habitantes.16 La administración municipal era el gobierno particular de la provincia, cantones y distritos parroquiales, el cual era distinto del régimen político general al cual estaba sujeto el territorio como parte de la Nación. El arreglo de los negocios, que constituye la materia u objeto de la administración municipal, correspondió en la provincia a la cámara provincial y en el distrito parroquial al cabildo. La Cámara Provincial de Neiva estuvo conformada por el contador de la provincia quien era apoyado por los diputados de los distritos parroquiales de la provincia, nombrados estos últimos por la asamblea o asambleas electorales de los cantones de la provincia. El contador provincial de Neiva debía dictar las reglas de procedimiento para la formación, oportuna presentación y fenecimiento de las cuentas de rentas

Nombre/Lugar de Procedencia

“Ley 42 abril 26 de 1848”, en De Pombo, Recopilación de Leyes… pág. 32.

Cargo

Fecha

Don Francisco Posse Santafé

Gobernador accidental

Febrero a abril de 1842 y Mayo de 1843

Don Andrés Duran Neiva

Jefe político, gobernador de Neiva en lo local

Enero a marzo de 1844, y mayo

Don J. Daniel Parga Neiva

Jefe político del cantón capital, asumió la gobernación de la provincia

Junio y julio de 1845

Don José Uldarico Leiva Santafé

Gobernador de Neiva

Agosto de 1845 a mayo de 1847

Don Enrique Berbeo Santafé

Jefe político de Neiva, gobernador de la provincia

Junio, julio y noviembre, diciembre de 1846

17 16

211

18

“Ley 51 junio 3 de 1848”, en De Pombo, Recopilación de Leyes… “Ley 51 de Junio 3 de 1848”, en De Pombo, Recopilación de Leyes…


212

Historia Comprehensiva de Neiva

Don Rafael Salas Martínez Neiva

Jefe político interino, gobernador de la provincia reemplazo del doctor Enrique Bermeo

Finales de 1846 Junio y julio de 1847 Mayo y de agosto a octubre de 1848

Don Francisco Caicedo Santafé

Gobernador interino

1 al 23 de enero de 1847

Don Juan Francisco Ortiz Santafé

Gobernador de Neiva

4 de junio a 16 de mayo de 1848

Don Lorenzo González Santafé

Gobernador interino de la provincia de Neiva

16 de mayo a 16 de agosto de 1848

Don Manuel María Madiedo, Cartagena

Gobernador de Neiva

11 de octubre de 1848 a 31 de mayo de 1849

Don Diego María Herrera, Neiva

Jefe político del cantón de Neiva, gobernador temporal mientras se posesionaba céspedes

16 de enero a 11 de abril de 1850

Don José María Céspedes, Quilichao (Santander) Popayán

Gobernador de Neiva

1849 – enero de 1850

Don Gaspar Díaz Villavieja

Gobernador de Neiva por decreto

11 de abril a 10 de diciembre de 1850

Gobernador por decreto ejecutivo “reemplazando a don Gaspar Díaz)

10 de diciembre de 1850 a febrero de 1851 junio de 1851 a febrero de 1852 18 de junio de 1852 a febrero de 1853

Don Eugenio Castilla Chaparral

Gobiernos municipales en Neiva

213

Don Francisco Céspedes, Quilichao (Cauca)

Jefe político de Neiva, encargado de la gobernación por traslado del doctor Eugenio Castilla al congreso en Santafé

Febrero a marzo de 1851 Febrero de 1856

Don José María Herrera Ibagué

Gobernador interino de la provincia de Neiva (reemplazando al doctor Eugenio Castilla)

Marzo a junio de 1851 Febrero a marzo de 1853

Fuente: Restrepo Sáenz, José María, Gobernadores y Próceres de Neiva, Bogotá Editorial abc, 1941.

Para el año de 1853 el territorio de la República continuaba aún dividido en provincias, pero esta vez se disgregaron territorios para crear nuevas,19 desapareciendo la organización por cantones, pero permaneciendo la división de las provincias en distritos parroquiales para efectos de la administración general de los negocios nacionales. A cada provincia se le concedió poder constitucional para decidir sobre su organización, régimen y administración interior, pero sin ir en contra de la constitución y sus leyes. De esta forma se le dio autonomía a las provincias de manera que ninguna estaba autorizada para someter a los granadinos de otra.20 Paradójicamente, esta constitución creó estados federales dentro de una república unitaria, con la pretensión de unir dos sustancias antagónicas, amplió las libertades democráticas, trasladó el centro del poder a las autoridades locales, dejando el poder central como elemento residual ya que la soberanía emanaba de las provincias otorgándoles a estas el derecho de darse su propia constitución, lo que generó un radical proceso de descentralización administrativa.21 El manejo de lo legislativo, lo ejerció a nivel de la provincia de Neiva una legislatura provincial conformada mediante elección popular por siete personas que gozaban de la inmunidad diplomática otorgada a los Veragua, Panamá, Chocó, Antioquia, Cartagena, Sabanilla, Santa Marta, Upar, Riohacha, Socorro, Bogotá, Mocoa, Vélez, Soto, Pamplona, Popayán, Cáceres, Córdoba, Arma, Mariquita, Tunja, Casanare, Cauca, Neiva, Pasto, Barbacoas, Mompós, Santander, Túquerres, Chiriquí, Ocaña, Azuero, Medellín, Buenaventura, Cundinamarca, Zipaquirá y Tequendama. 20 Constitución de la República de la Nueva Granada del año 1853, Artículos 48 y 49. 21 Gómez Serrano, Laureano, El Control Constitucional en Colombia, Evolución Histórica, Editorial unab, Colombia, 2001, pág. 70. 19


214

Historia Comprehensiva de Neiva

senadores y representantes del pueblo. Como agente del poder ejecutivo general estaba el gobernador asignado para un periodo de dos años, quien debía cumplir y hacer cumplir dentro de la provincia, la constitución, las leyes generales y órdenes del presidente de la República. En 1857, la provincia de Neiva fue anexada nuevamente al territorio de Cundinamarca mediante la Ley de 15 de junio de 1857. En ese momento Cundinamarca fue dividida territorialmente en siete departamentos: primer departamento de Bogotá, segundo departamento de Bogotá, Zipaquirá, Guáduas, Mariquita, Guamo, Neiva y Garzón.22 Para la administración de las cabeceras de los distritos se clasificaron estos en ciudades, villas, parroquias y aldeas teniendo en cuenta la población y los recursos. Los departamentos de Neiva y Garzón tenían una población correspondiente a 41.591 y 31.763 habitantes respectivamente y estaban subdivididos por los siguientes distritos (ver cuadro 4). Cuadro 4 Organización territorial de los departamentos de Neiva y Garzón 1857 Departamento de Neiva 1857 Categoría de Distrito

Población

Neiva

Ciudad

7.719

Aipe

Parroquia

Alpujarra

Departamento de Garzón 1857 Categoría de Distrito

Población

Garzón

Villa

3.055

3.449

Agrado

Parroquia

2.728

Parroquia

2.418

Altamira

Aldea

-

Caguán

Parroquia

1.198

Hato

Parroquia

2.625

Campoalegre

Parroquia

3.365

Ceja

Aldea

-

Carnicerías

Parroquia

2.020

Elías

Parroquia

2.576

Colombia

Parroquia

1.673

Guadalupe

Parroquia

1.702

Fortalecillas

Parroquia

1.231

Jagua

Parroquia

1.674

Guagua

Parroquia

2.842

Gigante

Parroquia

3.213

Hobo

Parroquia

1.706

Paicol

Parroquia

1.121

Iquira

Aldea

1.715

Pital

Parroquia

2.388

Distrito

Distrito

Gobiernos municipales en Neiva Nátaga

Aldea

471

Pitalito

Parroquia

1.766

Órganos

Parroquia

510

Plata

Ciudad

3.212

Retiro

Parroquia

1.750

San Agustín

Aldea

-

Unión

Parroquia

1.702

Santa Librada

Parroquia

2.266

Villavieja

Parroquia

4.289

Timaná

Parroquia

3.443

Yaguará

Parroquia

3.588

Fuente: “Ley del 14 de Noviembre de 1857”, en Constitución y Leyes Expedidas por la Asamblea Constituyente del Estado de Cundinamarca, pág. 33

El gobernador era el jefe supremo de la administración pública del Estado de Cundinamarca, seguido por el prefecto en los departamentos y este a su vez por los alcaldes de cada uno de los distritos. Al año siguiente, a través de la proclamación de la constitución de 1858 se aprobó en forma definitiva el sistema federal, la Nación tomó el nombre de Confederación Granadina conformada por los estados de Antioquía, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá y Santander. El departamento de Cundinamarca siguió siendo administrado por el prefecto, funcionario de libre nombramiento y remoción que ejerció las funciones de gobernador de provincia pero bajo la dependencia del gobernador del Estado y ciñéndose a las normas emanadas por el departamento.23 Dentro de sus funciones estaban: Artículo 71. 1° Cumplir i ejecutar i hacer que cumplan i ejecuten la Constitución i leyes del Estado, i las sentencias i mandamientos de los Tribunales i Juzgados. 2° Hacer que las Corporaciones i funcionarios públicos, llenen oportuna i debidamente sus deberes, i que las disposiciones legales que dictaren sean ejecutadas i cumplidas. 3° Ejercer las demás funciones i llenar los deberes que la lei les atribuya.24

“Ley del 16 de Septiembre de 1857”, en Constitución y Leyes Expedidas por la Asamblea Constituyente del Estado de Cundinamarca, pág. 15. 24 “Ley del 16 de Septiembre de 1857”, Artículo 71, en Constitución y Leyes Expedidas por la Asamblea Constituyente del Estado de Cundinamarca. 23

22

“Ley del 14 de Noviembre de 1857”, en Constitución y Leyes Expedidas por la Asamblea Constituyente del Estado de Cundinamarca, pág. 28.

215


216

Historia Comprehensiva de Neiva

Dentro de figuras que ocuparon cargos de dirección política entre los años de 1852 -1857 estuvieron los siguientes: Cuadro 4 Líderes políticos de Neiva 1852 – 1857 Nombre/Lugar de Procedencia

Cargo

Don Valentin Trujillo Yaguará

Gobernador interino

Don Joaquín García Bernabeu Neiva

Jefe político del cantón de Neiva, gobernador encargado accidental, supliendo a don Valentin Trujillo

Don Gabriel González Gaitán Villavieja

Jefe político del cantón de Neiva, gobernador encargado de la provincia de Neiva

Don Rufino Vega Neiva Don José María Rojas Garrido El Agrado

Gobernador de la provincia de Neiva Gobernador de la provincia de Neiva con distintas interrupciones

Fecha De febrero a junio de 1852 De marzo a octubre de 1853 Diciembre de 1855

Gobiernos municipales en Neiva

217

Don Ramón Céspedes Neiva

Procurador, encargado accidental de la gobernación de Neiva

Febrero y marzo de 1856

Don Juan Sordo

Procurador, encargado de la gobernación de Neiva

21 de abril al 8 de junio de 1857

Don Ramón Céspedes Neiva

Segundo designado, encargado accidental de la gobernación de Neiva

8 de junio al 20 de julio de 1857

Don Diego María Herrera, Neiva

Gobernador de la provincia de Neiva “fue el último gobernador de la provincia de Neiva antes de su incorporación en el estado de Cundinamarca dispuesta por ley de 15 de junio de 1857”

20 de julio a octubre de 1857

Finales de 1853

Fuente: Restrepo Sáenz, José María. Gobernadores y Próceres de Neiva, Bogotá Editorial abc, 1941.

Octubre a diciembre de 1853 1 de enero de 1854 a 31 de mayo de 1855 1855 a 1857

Don J Daniel Parga Neiva

Gobernador de Neiva como segundo designado

24 de septiembre al 31 de diciembre de 1855

Don Joaquín Osorio Neiva

Procurador, encargado del gobierno de Neiva durante 5 días

10 al 15 de mayo de 1956

Don Diego María Herrera Neiva

Gobernador accidental porque rojas garrido estaba de viaje,

11 de junio a 10 de agosto de 1856

En 1863 se dio apertura para que se aprobaran las constituciones de cada uno de los estados, debilitándose el poder ejecutivo.25 Los estados soberanos de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima fueron creados respectivamente por los actos de 27 de febrero de 1855, 11 de junio de 1856, 13 de mayo de 1857, 15 de junio del mismo año, 12 de abril de 1861, y 3 de septiembre del mismo año bajo el nombre de Estados Unidos de Colombia. Dichos Estados estaban constitucionalmente obligados a auxiliarse y defenderse mutuamente contra toda violencia que pudiera dañar la soberanía y unión de los estados. Nuevamente Neiva fue disgregada de Cundinamarca y anexada a lo que se denominaría como el Estado Soberano del Tolima. Durante su existencia legal, este cambió en varias ocasiones de capital, primero fue Purificación, luego Neiva (en dos ocasiones), Natagaima, Guamo e Ibagué; también expidió 6 constituciones políticas: la primera 25

Ocampo López, Javier, Constitución Política de Colombia, Reformas y sus Actos Legislativos, Bogotá, Editorial Plaza & Janés, 2004, pág. 13.


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Historia Comprehensiva de Neiva

promulgada por en Neiva el 31 de enero de 1863, la segunda en Neiva el 12 de noviembre de 1863, la tercera en Natagaima el 23 de julio de 1866, la cuarta en el Guamo el 29 de diciembre de 1867 y la quinta y sexta expedidas en el Guamo en 28 de noviembre de 1870 y la última en Neiva el 20 de febrero de 1877. Las constituciones liberales de 1853 y 1863 abrieron la puerta al federalismo. Durante esos años se intentó consolidar un Estado federal que garantizara a las antiguas provincias coloniales niveles de autonomía, que alcanzaron a la política económica, al desarrollo legislativo y aún a las relaciones internacionales, cumpliendo por tanto, el Gobierno central un simple papel de observador.26 Finalizando el siglo xix, la Nación cambió su nombre de Estados Unidos de Colombia por República de Colombia a partir de la constitución de 1886 y adoptó la división político-administrativa y territorial por departamentos. Estos se crearon para centralizar el poder del gobierno y someter las provincias históricas al poder central, mediante el dominio y control del cuerpo de perfectos.27 Para ese entonces Colombia quedó conformada por los departamentos de: Guajira, Cauca (con un extenso territorio amazónico que hoy en día hace parte de Brasil), Panamá, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Santander, Magdalena y Bolívar.28 Estos departamentos, serían regidos por un gobernador designado a su vez por el presidente de la República. El departamento del Tolima se creó, durante el primer Gobierno del General Casabianca , cuya capital fue Neiva hasta 1887; posteriormente se fijó como tal a Ibagué, siendo trasladadas las oficinas de la Gobernación, el Tribunal Superior, el Tribunal de cuentas, Fiscalía del Tribunal, Juzgado Superior, Fiscalía y Tesorería general, entre otras.29

Katime Orcasita y Sierra Cadena, Carta de Navegación… pág. 67. Mendoza, Alberto, “El Ordenador”, en Espinosa Rico, Miguel Antonio, Región. De la teoría a la Construcción Social, Ibagué, Fundación Social, 1997. 28 Aguirre Díaz, Nancy, coordinación técnica y científica, Atlas de Colombia, Bogotá, Instituto geográfico Agustín Codazzi / Imprenta Nacional de Colombia, 2002. 29 “Decreto 538 del 2 de marzo de 1887” en Compilación de Leyes y Ordenanzas del Tolima. 1879-1889.

Gobiernos municipales en Neiva

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El departamento del Tolima fue subdividido en las provincias del Norte, la Central, la del Sur y la de Neiva, estas dos últimas conformarían lo que hoy en día conocemos como el departamento del Huila. La provincia de Neiva fue gobernada por un prefecto de libre nombramiento y remoción, poseía atribuciones impuestas por el Código Político y Municipal y otras leyes, tenía como fin ser agente inmediatos y obedecer las órdenes del gobernador, conocer e intervenir en el ramo de la administración pública y visitar los pueblos por lo menos una vez al año.30 Tenía como auxiliares un secretario, un escribiente, un porteroescribiente y los alcaldes ó jefes de la administración en cada municipio. Las visitas a los distritos municipales, eran consideradas por el gobierno como de suma importancia, ya que con ellas el prefecto podía conocer todos los contratiempos que se pudiesen presentar, supervisar el servicio prestado por los empleados en las oficinas públicas, corregir los posibles obstáculos (intereses opuestos) que pudieran presentarse, detectar el personal bien intencionado con que podía contar cada entidad para colaborar en la administración, y de esta manera elaborar un informe al gobernador quien basándose en el, podía proponer acciones y reformas tanto al Gobierno Nacional como a la asamblea departamental. Los alcaldes que gobernaban en los distritos municipales, eran los agentes inmediatos del prefecto y mandatarios del pueblo por la constitución,31 ejecutores de los acuerdos municipales; sus funciones eran, por tanto, múltiples. Los corregidores tenían por inmediato superior al respectivo alcalde, de quien obtenían el nombramiento o la remoción, según fuera el caso. Los corregidores podían ejercer las mismas funciones que los alcaldes, con algunas limitaciones que disponían las ordenanzas ó el gobernador; el desempeño de sus funciones lo ejercían durante un año y su empleo era de forzosa aceptación. Tenían a su cargo un secretario, aunque muchos corregimientos carecían de este funcionario por falta de dotación.

26 27

Informe relativo a la Secretaría de Gobierno del Tolima, Ibagué, Imprenta del departamento, 1890. 31 Constitución de la República de Colombia de 1886, Título xviii, Artículo 200. 30


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Conclusión

El

constante cambio en la organización territorial de los gobiernos municipales de Neiva durante el siglo xix, no permitió una verdadera consolidación de la zona desde el punto de vista político administrativo, siempre estuvo sujeta a los intereses de poder de los caudillos nacionales y locales quienes se debatían entre la conformación de un Estado caracterizado por políticas centralistas y federalistas. Cada cambio le implicaba a los funcionarios ajustarse a las dinámicas propuestas por la nueva constitución, la cual generaba nuevas normas y procedimientos frente a la administración del territorio. Haciendo un balance, se pude decir que no hubo realmente una continuidad significativa en las políticas administrativas, se evidencia por el contrario rupturas en los procesos. La participación de la población como funcionarios públicos fue restringida a un grupo limitados de habitantes en muchos casos procedentes de regiones diferentes a la de Neiva, convirtiéndose realmente en un privilegio el poder intervenir en la toma de decisiones.

Neiva capital del Estado Soberano del Tolima Delimiro Moreno

Academia Huilense de Historia

Resumen

Neiva fue la capital del Estado Soberano del Tolima la mayor parte de la

existencia de este, hasta su conversión en departamento por la Constitución de 1886. El presente ensayo describe los principales hechos políticos, económicos y sociales ocurridos en ese lapso, incluidos los mandatos de sus jefes de gobierno, su vida intelectual, la creación de sus periódicos, la tarea cumplida por sus bancos particulares, su vida comercial como centro de la actividad quinera y cauchera a mediados del siglo xix, y sus tentativas de implantar la navegación por vapores del Alto Magdalena, así como otros asuntos en su discurrir urbano, presentando los hechos y sus consecuencias de una manera sucinta.

La importancia de Neiva

Neiva, desde la creación de la provincia cuando esta abarcaba todo el actual departamento del Huila y buena parte del actual Tolima, fue la indiscutida capital de la región. Durante la toda la Colonia, la provincia fue una gobernación dentro del Virreinato de la Nueva Granada, que proclamó su independencia absoluta de España el 8 de febrero de 1814; en los primeros años de la Independencia mantuvo su relativa


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Neiva capital del Estado Soberano

autonomía, pero fue anexada al departamento de Cundinamarca en 1821 durante la existencia de la Gran Colombia; después, en 1831, recuperó su autonomía como una de las 18 provincias de la República de la Nueva Granada, siendo anexada de nuevo a Cundinamarca por la Constitución centro federal de 1853; pero desde 1857, sus representantes a la cámara unidos a los de Mariquita, insistieron en la erección de un Estado federal formado por las dos provincias. Durante todos esos años, la capital de esta provincia de su mismo nombre, fue la ciudad de Neiva, sin duda su centro topográfico y poblado más notable, por historia y tradición, importancia económica y urbana, aunque otras poblaciones de la provincia no estaban muy por debajo de ella en estos últimos aspectos. Al ser creado el 12 de abril de 1861 el Estado Soberano del Tolima, fruto de la fusión de las antiguas provincias de Mariquita y Neiva, Purificación fue elegida por el general Mosquera como su capital transitoria, pero era evidente que, como lo decía el jefe conservador Manuel Ortiz, Neiva: Es el centro social y comercial más importante del Tolima. Allí hay familia, hay sanción (sic, ¿justicia?), hay sociedad, buenos edificios, abundancia de recursos (…) ocho casas introductoras (importadoras), cuantiosos negocios de quinas, caucho, cueros, oro, sombreros, cacao,.. Contamos con telégrafo, con correos bien organizados, con un río navegable por vapor. Neiva es el centro topográfico del Estado.1

Y agregaba: “además de su jerarquía político-administrativa, atractivos sociales y culturales y por ende demográficos (…) Neiva agrega ventajas económicas (…) y una mayor diferenciación social y urbano-rural”.2 En el Huila en el siglo xix anoto: En esos años, Neiva era el camino más rápido para ir hasta Popayán y el sur del Continente, el centro de la productiva región del Alto Magdalena y la población de mayor categoría social y cultural y de mayor número de habitantes en todo el Estado. Por eso, si Natagaima, Guamo, Purificación e Ibagué fueron capitales igualmente del 1

2

Clavijo Ocampo, Hernán, “Los centros de poder político-administrativo en el Tolima 1887-1899”, ponencia presentada en el 2º Congreso Departamental de Historia del Huila, septiembre de 1992, pág. 2. Clavijo Ocampo, “Los centros de poder…”.

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Estado por cortos periodos, esto se debía a situaciones coyunturales temporales y en 1876 la capital fue radicada definitivamente en Neiva hasta 1887, cuando a la derrota de los radicales a manos de los ejércitos nacionales del señor Núñez, dirigidos aquí por Manuel Casabianca, y al variar estas características socioeconómicas, como veremos luego, la capital del ya Departamento del Tolima, se trasladó a Ibagué.3

General Tomás Cipriano de Mosquera.

3 4

El 12 de abril de 1861, en su avance sobre Bogotá, el general Tomás Cipriano de Mosquera, proclamado presidente provisorio de los Estados Unidos de la Nueva Granada por las fuerzas revolucionarias que combatían contra el gobierno de Mariano Ospina Rodríguez, mediante decreto dictado en el Alto del Raizal (Guaduas), crea el Estado Soberano del Tolima a instancias de los líderes militares de las provincias de Mariquita y Neiva; designa como capital del nuevo Estado a Purificación, y asume personalmente su presidencia provisional, reconociendo así una realidad sociopolítica y una vieja aspiración de los pueblos de las dos provincias.4 El 4 de mayo, el general Mosquera abandona su carácter de presidente del

Moreno, Delimiro, El Huila en el siglo xix, Bogotá, Vargas Editor, 1994, pág. 51. Esta decisión de un jefe rebelde en armas contra el gobierno, fue ratificada luego oficialmente, el 20 de septiembre en Bogotá cuando los Estados de Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Santander y Tolima firman el Pacto de la Unión que regula, hasta que se dicte una nueva Constitución, las relaciones entre ellos; legitima la posesión del presidente Mosquera con todos los decretos, leyes y resoluciones por él dictados en ejercicio del poder provisional. En este Pacto “Los Estados Unidos de Colombia reconocen como Estado Soberano e independiente y como parte integrante de la Unión Colombiana, el nuevo Estado del Tolima, formado de los pueblos de las antiguas provincias de Mariquita y Neiva, en los términos en que ha sido creado y organizado por los decretos de Poder Ejecutivo Provisorio de los extinguidos Estados Unidos de la Nueva Granada”. Por esta razón, distinguidos historiadores del actual Tolima señalan esta fecha como la de creación legal del Estado, en lugar del 12 de abril, cuando se produjo el decreto de un rebelde en armas, pero creemos que es esta la que debe conmemorarse por ser ella la del decreto original, reconocido luego por el Pacto de Unión, con Mosquera ya en el poder.


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Estado del Tolima y nombra en su remplazo al jefe liberal Ángel María Céspedes, quien se posesiona en Neiva, convertida ya en capital virtual del Estado, aunque la capital legal seguía siendo Purificación, cuyas condiciones urbanísticas no estaban a la altura de Neiva. En lo últimos días de julio, las guerrillas conservadoras dirigidas por su general Juan Lozano Buenaventura, ocupan poblados del departamento de Purificación en el Estado del Tolima, cortando las comunicación del gobierno de Mosquera con el sur del país y con Quito. Otras guerrillas del mismo partido, al mando de sus generales Mateo Viana, Pedro Rivera y Francisco Caicedo, unidos a la élite del Tolima y al amparo de la pobreza general de la región, actúan sobre diversos pueblos (Dolores, Alpujarra y Colombia), asediando las fuerzas liberales, ahora en el poder. Una fracción de ellas, al mando del general Pedro Rivera, ataca y ocupa el 3 de agosto a Neiva; hace su prisionero al presidente interino del Estado, el jefe radical Ángel María Céspedes, y nombra alcalde de la ciudad al conservador Santiago Ospitia. Es la primera vez que la ciudad misma es escenario de una acción bélica, que obliga al traslado de la capital a Ambalema, donde, el 19 de agosto, toma interinamente posesión de la presidencia, en reemplazo del prisionero de los guerrilleros conservadores, Ángel María Céspedes, el “duro” Lino Ruiz, nombrado por el presidente Mosquera, quien instaura, según los conservadores, un “reinado de hierro” en la región. Sin embargo, el dominio de los guerrilleros conservadores sobre Neiva, no dura mucho, y el 13 de septiembre, las fuerzas de Mosquera, al mando del general Martínez, baten a Pedro Rivera en el combate de La Manga, y recuperan la ciudad para el gobierno liberal. Con esta victoria, y las obtenidas sobre los demás guerrilleros conservadores del norte del Tolima, el presidente Mosquera considera que el dominio de su gobierno sobre la región se ha consolidado definitivamente. El gobernador Lino Ruiz dicta en Neiva una serie de medidas políticas sobre reorganización del Estado con las que no estuvo de acuerdo el general Mosquera, quien, el 25 de septiembre lo destituye y nombra presidente interino a Rafael Buenaventura. El 15 de octubre, ocurre un hecho trascendental para la vida institucional del Estado y la ciudad: se instala en ella el Tribunal Superior del Estado del Tolima, que nombra presidente al magistrado José Daniel Parga; vicepresidente a Fermín Rocha; secretario a Pedro Antonio Parga, y oficial mayor a Benjamín Núñez.

Neiva capital del Estado Soberano

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Sequía y acción militar mosquerista

El año de 1862 fue trágico para el Estado y la ciudad. Se desata una

sequía que continúa hasta 1864, y el presidente Mosquera, amenazado su régimen por las acciones bélicas de su rival conservador Jorge Arboleda en el Cauca, decide combatirlo en su propio terreno y para ello tiene que ocupar de nuevo el Tolima. Previamente, para congraciarse con los bogas del Magdalena, los exime de la prestación del servicio militar “siempre que estén debidamente matriculados y hayan recibido la correspondiente atestación de la autoridad respectiva”. Como contraprestación, ningún desertor del ejército podrá ser boga. El poder de estos, se basa en que manejan prácticamente el único medio de transporte de mercancías y ponen las condiciones para prestar el servicio, no siempre a favor de sus posibles clientes. El 7 de julio el presidente Mosquera llega a Purificación al mando del Batallón Segundo de Rifles con miras a luchar contra su rival. Aquí, Mosquera recoge 200 cargas de armamento para su ejército y continúa su marcha al sur. El 12 llega con su ejército a Aipe, desde donde exige 500 reclutas y caballos a las autoridades de Neiva, encabezadas por el nuevo presidente interino, coronel José María Cuéllar Poveda, quien afronta las difíciles condiciones del Estado, víctima de la sequía y los gastos militares solicitados por Mosquera. Pasa por Neiva como un rayo, y el 17 está en Yaguará, donde permanecerá cinco días, durante los cuales publica, en la imprenta portátil que lleva consigo, El Centinela en campaña, para distribuirlo al otro lado de la Cordillera Central; lanza un manifiesto a los caucanos, anunciándoles su próximo arribo al Estado, y pide refuerzos militares a los presidentes de Cundinamarca, Boyacá y Santander para combatir a los conservadores del Cauca y Antioquia, en rebeldía contra su gobierno. La culminación de esta empresa es conocida: El 4 de agosto Mosquera llega en triunfo a Popayán, tomada para su causa por las fuerzas liberales lideradas por el general José Hilario López; prepara su ataque al Estado de Antioquia en manos de los conservadores, a los cuales derrota, y el 19 de noviembre, desde Medellín lanza un manifiesto al Tolima, en el segundo aniversario de la batalla de Segovia que le abrió el camino de la victoria en 1860, en el cual anuncia un indulto a todos los comprometidos en acciones bélicas en el Estado, “relegando al olvido” esas acciones para que se construya el futuro que merece; decreta la libertad de los presos políticos y elimina las contribuciones económicas a los ciudadanos. Es un alivio para los tolimenses después de tantas desgracias.


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Constituyente local prepara la de Rionegro

El 22 de diciembre de 1862 se reúne en Neiva la Asamblea Constituyente

del Tolima, presidida por Francisco Eustaquio Álvarez; que elige a Eugenio Castilla, primer presidente titular del Estado del Tolima (hasta ese momento los jefes del gobierno tolimense eran nombrados en interinidad por el presidente Mosquera), y nombra como delegados a la Convención de Rionegro a José Hilario López, José María Cuéllar Poveda, Liborio Durán Borrero, Bernardo Herrera Buendía y Manuel Antonio Villoria, a quienes se unirá en la convención el también tolimense José María Rojas Garrido, elegido por Antioquia. Todos estos delegados, con excepción del general caucano José Hilario López, líder indiscutible de la región a la que se vinculó desde 1829 cuando fue nombrado gobernador de la provincia de Neiva, eran oriundos de esta. ¡Brillaban por su ausencia los oriundos de la antigua provincia de Mariquita que con la de Neiva formaban el Estado del Tolima! ¿Por qué? El tema no ha sido estudiado casi, con la excepción de los aportes de Jairo Ramírez Bahamón sobre la élite que actuaba desde años atrás en Neiva, dominada por los masones, que hacía entonces de esta ciudad un foco intelectual importante, no solo en la provincia sino acaso en todo el país, alentado no sólo por José María Rojas Garrido y Francisco Eustaquio Álvarez, sino por figuras nacionales como Manuel María Madiedo, los hermanos Pereira Gamba, el panameño Gil Colunge y muchos otros que formaron esa élite liberal y masónica que impulsó de forma increíble para la época el progreso de Neiva y la región. Otro factor inmediato, quizá no tan despreciable, es el hecho de que en la guerra que acababa de terminar con el triunfo de los radicales y el general Mosquera, fueron los pueblos de la provincia de Neiva, liderados por el general José Hilario López, quienes tomaron una parte más activa en ella, sin dejar de reconocer que en la provincia de Mariquita, hoy Tolima, los radicales también hicieron presencia en la lucha. Así, eran los neivanos quienes tenían más poder en el Tolima hasta el punto de que el 24 de marzo de 1863, los miembros del Cabildo de Ibagué, presidido por Santos Guarín, elevan una solicitud a la Constituyente de Rionegro en la cual aducen que la asamblea legislativa al constituir y organizar el Estado Soberano del Tolima no ha correspondido a las necesidades y los deseos de los pueblos del norte y lejos de consultar sus conveniencias administrativas, ha centrado todos los poderes en la ciudad de Neiva, menospreciando la voluntad de sus “comitantes” y los principios fundamentales del sistema de gobierno federal y que la ciudad de Ibagué, una de las que más ha sufrido en

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el Estado del Tolima por causa de la revolución, ha sido olvidada y ofendida por la asamblea no obstante sus precedentes patrióticos excluyéndola del goce de los derechos a que es acreedora. El cabildo, debido a la situación de minusvalía a que es sometida su ciudad, pide a la constituyente una nueva demarcación territorial, en la cual Ibagué deje de pertenecer al Tolima. El evidente descontento de los habitantes del norte del nuevo Estado (sobre todo los de la antigua provincia de Mariquita), era impulsado por los poderosos hacendados conservadores liderados por la familia Caicedo, quienes se oponían al impuesto directo ordenado por el régimen liberal; y se manifestaba en los pequeños propietarios campesinos, muy golpeados por la sequía de los años 1862-1864, que luchaban contra el monopolio estatal del aguardiente y montaban sus propios “sacatines” dedicándose al contrabando, su principal comercio y medio de vida. El dominio de la provincia de Neiva en el Estado se había expresado no solo por la selección de una población suya (Purificación) como su capital provisional, sino por la designación de Neiva como capital definitiva el 13 de febrero de 1863. Durante todo el primer periodo de su historia (18611867) el dominio de los neivanos fue tan evidente como el de los norteños en el segundo (1867-1876), el del régimen conservador en el Estado. En el último periodo, liberal radical (1876-1885), neivanos y norteños se rotaron pacíficamente en el poder con dos presidente neivanos (Ignacio Manrique Calderón y Gabriel González Gaitán) y dos norteños (Frutos Santos y Marcelo Barrios), todos despacharon desde Neiva. La delegación del Tolima tuvo un papel destacado en la convención, a pesar de ser el último Estado en crearse, el 12 de abril de 1861. El más ilustre de sus miembros, el general José Hilario López, fue elegido como miembro del consejo plural que ejerció el poder ejecutivo en Colombia durante las deliberaciones de la convención, el primero colegiado que tuvo el país, donde sólo se ha repetido esta figura en 1957 con la Junta Militar que ejerció el poder a la caída del general Rojas Pinilla y hasta la posesión de Alberto Lleras Camargo, primer presidente del Frente Nacional. Rojas Garrido fue sin duda el orador más brillante en sus deliberaciones y factor fundamental para su legislación anticlerical y libérrima. Bernardo Herrera Buendía, la voz cuerda en la discusión del problema religioso, y Manuel Antonio Villoria, el redactor final de la constitución allí expedida. Tanto, que para Salvador Camacho Roldán,5 entre los más notables diputados de la Convención se encuentran: José 5

Camacho Roldan, Salvador, Memorias, Medellín, Editorial Bedout, 1900, pág. 281.


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Hilario López, José María Rojas Garrido, Bernardo Herrera Buendía y Manuel Antonio Villoria. El Estado Soberano del Tolima, y con él la ciudad de Neiva, centro intelectual donde se formó su delegación, puso muy en alto intelectualmente su nombre, pues su participación en las discusiones de la convención fue decisiva en todas ellas. El 13 de febrero de 1863 Neiva es erigida en capital del Estado Soberano del Tolima, pero el 10 de noviembre pierde ese carácter y es designada Natagaima. El general José Hilario López el primero de junio es elegido presidente del Estado del Tolima por la Asamblea Constituyente. El 2 de noviembre, para adaptarla a los lineamientos generales de la Constitución de Rionegro, la Asamblea Constituyente del Tolima reunida en Neiva y presidida por Ignacio Manrique Calderón, expide la segunda constitución del Estado, con General José Hilario López varias reformas a la primera promulgada en enero. Asisten 24 delegados, entre ellos siete de los integrantes de la primera constituyente: Zoilo Cuéllar, Manuel Monsalve, Plácido Serrano, Saturnino Zapata, Inocencio Leyton, Pedro A. Parga y José A. Vargas; tres de los seis delegados del Tolima a la Convención de Rionegro: el presidente del Estado, general José Hilario López, Liborio Durán y José María Cuéllar Poveda; e ilustres ciudadanos que seguramente darán mucho lustre al Estado en el futuro: general Frutos Santos, Antonio Dussán, Inocencio Leyton e Isidro Parra. La nueva Carta insiste en los deberes y los derechos de los ciudadanos El 1 de julio de 1864, por razones de salud, el general José Hilario López, renuncia a la presidencia del Tolima y se separa del mando, donde lo reemplaza interinamente el segundo designado, Juan N. Iregui, que a su vez el 18 de octubre es reemplazado por el procurador del estado, Clímaco Iriarte, cuando en noviembre es elegido titular,en Natagaima, entonces capital. Hasta el año de 1867 la capital del Estado permanece en Natagaima e Ibagué. Se produce entonces, el 23 de mayo de este año, el cambio de gobierno nacional pues es derrocado el general Mosquera por los radicales aliados a los conservadores, lo que provoca diversos acontecimientos en el Tolima, en cuya capital provisional, Ibagué, se suceden varios jefes de

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gobierno, enfrentados los amigos y los enemigos de Mosquera, lo que en Neiva, el 7 de junio, provoca la asunción de la presidencia interina de José María Cuéllar Poveda, quien la declina el 20 de junio a favor de Eugenio Castilla, reconocido por el nuevo gobierno federal en Bogotá, presidido por el general Santos Acosta. Ejercía la gobernación del Departamento del Sur, en Neiva, el general mosquerista Timoleón Meza, quien se rebela en esta ciudad, contra el nuevo régimen, apoyado en la dirección política por Inocencio Leyton, en el movimiento bélico conocido como la “guerra de Timoleón Meza” que será la única civil local durante la época federal. Meza abandona a Neiva, y después de algunas escaramuzas en diversos sitios del Estado (Gigante, El Agrado, Pital y La Plata) es derrotado por las fuerzas del nuevo régimen y se asila en el Cauca. El 9 de noviembre, pacificado el Estado, se reúne la asamblea constituyente en el Guamo, erigida por ley en capital del Estado, que pone término a la turbulenta época de gobierno liberal (1861-1867), para iniciar el dominio pacífico conservador sobre el Tolima que continuará hasta 1877. Los radicales, en el poder en el resto del país, aceptan esa situación porque necesitan el apoyo conservador para mantenerse en el mando nacionalmente.

Neiva, de nuevo capital del Tolima durante el régimen radical local

El 20 de febrero de 1877, después de los gobiernos conservadores con

sede en Ibagué (Domingo Caicedo Jurado, Uldarico Leyva, Joaquín María Córdoba),6 Neiva es de nuevo designada capital del Tolima, tras la única guerra civil general de 1876, ganada por el gobierno liberal de Aquileo Parra, y la asamblea constituyente de mayoría de este partido, reunida en Neiva, aprueba la nueva constitución estatal (la sexta en su historia) y elige presidente al comerciante radical Ignacio Manrique Calderón,7 oriundo de Gigante, para el periodo 1877-1879. Seguirá siendo la capital del Estado por 10 años, hasta 1887, cuando, siendo ya capital del nuevo departamento del Tolima, perderá esa calidad por decisión del gobierno de Rafael Núñez en favor de Ibagué. El 28 de octubre de 1879, el general payanés Didacio Delgado, quien aspiraba a la presidencia del Estado del Tolima con el apoyo de 6 7

Más información sobre este periodo y sus jefes de gobierno, en Moreno, El Huila en…”. Diario Oficial, Bogotá, 21 de diciembre de 1876.


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Rafael Núñez, fue derrotado electoralmente por el radical Frutos Santos, sale de Cundinamarca con 80 soldados con el objeto de invadir al Tolima y conseguir con las armas lo que perdió con los votos. Dos días después, ante esa invasión, el presidente Ignacio Manrique Calderón declara turbado el orden público en el Tolima, eleva el pie de fuerza a 2.000 hombres, y autoriza a los prefectos (gobernadores) de sus tres departamentos (Norte, Centro y Sur) a imponer contribuciones forzosas y otras medidas para enfrentar la situación.8 El presidente Manrique, en su alocución en Neiva para dar cuenta de estos hechos a la opinión, señala que esa invasión (calificada exageradamente de guerra civil) tiene “todos los caracteres de una guerra social” que el secretario de gobierno, Gabriel González Gaitán, dice que no tiene objetivos políticos, sino la intención de “hacerse, derramando sangre, a las propiedades que otros han adquirido derramando sudor”.9 El 15 de noviembre siguiente, a partir de las doce del día, se reúne en Neiva la Asamblea Legislativa del Tolima, que elige como su presidente al diputado Liborio Durán y hace el escrutinio general para presidente del Estado, elecciones que gana el general Frutos Santos con 1.443 votos, siendo elegidos cinco designados para ejercer el Poder Ejecutivo en caso de ausencia del presidente, en su orden, los señores Ignacio Manrique C., Trifón Azuero, Epaminondas Vergara, Marcelino Gutiérrez y Francisco Losada R. La asamblea escucha el mensaje del presidente saliente, Ignacio Manrique Calderón, en el cual denuncia que desde hace meses se fraguaba en Bogotá una insurrección contra las instituciones liberales, comandada por el exaspirante a la presidencia del Estado, Didacio Delgado, derrotado en las elecciones libres y da cuenta de las gestiones adelantadas para impedir el éxito de esa tentativa, lo cual viene obteniéndose.10 Por su parte, el 8 de diciembre, Didacio Delgado, que había penetrado hasta Natagaima en su invasión al Tolima sin ningún enfrentamiento bélico en una “guerra” en la que sólo hubo bajas por la malaria, firma con los delegados del presidente Manrique un convenio de paz, de doce puntos.11 Delgado abandonó el Estado, libre de todo compromiso, y cuatro días después, el 12 de diciembre, el presidente Ignacio Manrique Calderón lanza un manifiesto en el cual Tribuna Federal, Bogotá, n.o 5, 11 de junio de 1879. Boletín Oficial, Bogotá, junio 14 de 1879. 10 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 203, 18 de noviembre de 1879. 11 Memorias de 1879 del Secretario de lo Interior y Relaciones Exteriores, Bogotá, Editorial Echeverri Hnos,1880, pág. 67. 8

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denuncia que los rebeldes, especialmente una guerrilla al mando de Julio Caicedo, no han entregado sus armas y siguen incursionando sin mucho éxito en el centro del Estado no habiendo cumplido totalmente los compromisos incluidos en el convenio de paz firmado en Natagaima; así mismo, denuncia la pretensión de algunos empleados nacionales de Ibagué de ocupar la ciudad desconociendo su autoridad, y ratifica su voluntad de entregar la Presidencia del Estado al sucesor elegido popularmente, el general radical Frutos Santos. Finalmente, el 16 de diciembre, Frutos Santos como ganador de las elecciones estatales, jura el cargo de presidente del Tolima en Ambalema, y no en Neiva, debido a la situación creada por su rival, Didacio Delgado, al invadir el Estado. En manifiesto firmado con su secretario general, el economista Aníbal Galindo lamenta “la anómala situación creada por la injustificada invasión de Cundinamarca”; aprueba el convenio de paz firmado por el presidente Manrique y proclama: “quiero de todo corazón la paz, porque la guerra es el conjunto de todas las desgracias, de todos los infortunios, de todas las calamidades que pueden afligir a un pueblo”. El 1º de Enero de 1880, el presidente Manrique Calderón entrega satisfecho el poder a su sucesor Frutos Santos en Neiva, capital del Estado, y emprende el regreso a sus labores comerciales en Garzón. El 15 de diciembre de 1881 el presidente saliente del Tolima, Fruto Santos, informa al de la Unión Colombiana, Rafael Núñez, que el pueblo ha elegido para sucederlo al doctor Marcelo Barrios, quien ganó las elecciones enfrentado al exsecretario de hacienda de su gobierno, Aníbal Galindo. Después de posesionar a Barrios, Fruto Santos se retira a la ciudad de Ambalema a continuar sus labores comerciales. Su gobierno es considerado por Aníbal Galindo como “la mejor administración liberal que haya tenido el Tolima”.12 El 16 de diciembre, el nuevo presidente del Tolima, Marcelo Barrios, nombra secretario de gobierno al médico Gabriel González Gaitán y de hacienda al empresario Valentín Trujillo, ambos radicales y exgobernadores de la provincia de Neiva. Al año siguiente, el presidente Marcelo Barrios afronta dificultades con el partido conservador, uno de cuyos integrantes, el impresor Pedro Martínez, publica en su imprenta varias hojas volantes anónimas en las que acusa de arbitrariedades al gobierno del Tolima, y cuando se le exige precisar las acusaciones aduce su derecho a la libertad de prensa y recibe el apoyo de la dirección nacional de su partido por boca de Carlos Martínez Silva. 12

Galindo, Aníbal, Recuerdos históricos 1840-1895, Bogotá, Imprenta La Luz, 1900, pág. 225.


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El 1 de junio de 1883, abierta la campaña para elegir el próximo presidente del Tolima, saltan a la palestra los nombres del expresidente Clímaco Iriarte, apoyado por Rafael Núñez, y el radical Gabriel González Gaitán. Una reunión de los dos candidatos en el Hobo con el fin de llegar a un acuerdo fracasa porque los iriartistas, seguros de su triunfo, no aceptan siquiera la renuncia de los dos candidatos para votar por Zoilo Cuéllar, a quien descalifican por haber sido presidente Gabriel González Gaitán encargado. Finalmente, en agosto, Clímaco Iriarte renuncia a su candidatura, creyendo que los partidarios de González votarán por los candidatos suyos a la Asamblea Legislativa que se elige simultáneamente con el presidente. El 2 de septiembre, tienen lugar los comicios para elegir el sucesor de Marcelo Barrios y gana el médico radical Gabriel González Gaitán. Se vota también para conformar la Asamblea Legislativa del Estado, comicios en los cuales gana el liberalismo en sus dos listas, radical y nuñista o iriartista. El 15 de diciembre, asume la presidencia del Tolima el médico radical villaviejuno Gabriel González Gaitán. Marcelo Barrios regresa a sus actividades particulares en el norte del Tolima. De él conceptuó José María Álvarez, dirigente liberal del sur, hermano del expresidente del Tolima, Francisco Eustaquio, que este ciudadano continuó la política liberal, tolerante y honrada de sus predecesores, pero fue acusado por sus malquerientes por dejar en las cajas del erario una fuerte suma, disponible a la nueva administración. Este noble hecho de probidad bastaría por sí sólo para recomendar su gobierno, en una época en que el derroche de los caudales públicos había llegado a lo increíble. En Enero de 1884, el presidente del Tolima, Gabriel González Gaitán, objeto de fuerte oposición del nuñismo (partidario del excandidato Clímaco Iriarte), emprende una gira por todo el Francisco Eustaquio Alvarez

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territorio de su estado y presenta en Neiva a la asamblea legislativa tres proyectos, aprobados, y que considera esenciales para la buena marcha de su administración: Un código de minas, basado en el de Antioquia, para reglamentar esta actividad primordial en el Tolima. Nuevas normas de impuestos, mediante las cuales rebaja los de degüello y las importaciones de mercancías, y aumenta los gravámenes a la importación de licores que, a pesar de la oposición de algunos comerciantes, se aplica estrictamente. Reforma del código judicial, con el cual no estaba muy de acuerdo González, pero fue impulsado por su secretario de gobierno, a quien se acusa de aprovecharse de la edad del presidente (65 años) para imponerle sus criterios. Un cuarto proyecto, un nuevo código político y municipal, “fruto honrado y experimentado de las elucubraciones políticas del presidente”, no fue aprobado porque pretendía crear un cuarto departamento en el Estado, dividido ya en tres: Norte, Centro y Sur, pues los diputados de los dos últimos, de los que sería segregado, se oponen exitosamente a él.

El final del régimen radical y del Estado Soberano El 21 de agosto de 1884, ocurre un hecho que da la medida de la importancia de los dirigentes de Neiva a escala nacional. El presidente Rafael Núñez, ante la renuncia de Eustorgio Salgar, ofrece el ministerio de lo interior del gobierno nacional al presidente del Estado del Tolima, Gabriel González Gaitán, con el ánimo de reconciliarse con los radicales desafectos a su régimen y por la importancia que el doctor González había tomado en su partido tras la muerte del líder Manuel Murillo Toro. Otros personajes oriundos de la región habían sido ya ministros de estado: el doctor José María Rojas Garrido, nacido en El Agrado, pero vinculado por años a la ciudad de Neiva, quien ocupó el ministerio de relaciones exteriores y la misma presidencia de la República por algunos días, y el doctor Napoleón Borrero, quien fue ministro de hacienda y de instrucción pública en el gobierno de Rafael Núñez, pero el ofrecimiento al médico Gabriel González Gaitán lo catapultaba a la dirección nacional del radicalismo desaparecido Murillo Toro. Sin embargo, González no solo rechazó el nombramiento el 3 de septiembre siguiente “por motivos independientes de su voluntad,13 sino que días después le declarará la guerra, después del 13

Estrella del Tolima, Neiva, n.o 90, 10 de septiembre de 1884.


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incidente, en noviembre, con el padre “Rojitas” quien en sus parroquias de Guadalupe y Santa Librada, ordena que en estos dos pueblos se trasladen los días de mercado de los domingos a los jueves, para “evitar la profanación del Día del Señor”. Como ni los dos concejos ni el gobierno radical estatal aceptan sus órdenes, el sacerdote se rebela contra ellos y organiza una manifestación en la cual lleva la palabra “incitando a la desobediencia a las autoridades civiles”. Jueces de Gigante con el auxilio de un destacamento militar abren una investigación sobre la asonada y el padre Rojas, “lleno de gozo por ese martirio” es detenido y llevado preso a Gigante con su colega Francisco de Paula Rosas, acusado de conductas semejantes. Finalmente, los dos sacerdotes son puestos en libertad ante las presiones de sus fieles, cuyo catolicismo renace al influjo del encendido verbo apostólico del padre Rojas. El presidente González consulta con el delegado apostólico de la Santa Sede, monseñor Juan B. Agnozzi, con quien mantiene cordiales relaciones, sobre el asunto planteado por el padre Rojas, y el delegado del Papa le responde en el sentido de que el asunto ya ha sido resuelto en Antioquia al señalar que es válido celebrar el mercado los días domingos para evitar que los campesinos pierdan dos días a la semana para cumplir sus deberes religiosos y realizar su mercado. En respuesta a esto, circula en todo el estado una hoja volante en la cual se ataca al delegado apostólico y al gobierno del Tolima, con base en los conceptos de monseñor Gaumé, según los cuales hacer mercado los domingos es un sacrilegio y “significa ruina de la religión; ruina de la sociedad; ruina de la familia; ruina de la libertad; ruina del bienestar; ruina de la dignidad humana, y ruina de la salud” (sic). Es así como el 8 de diciembre ante la exigencia del presidente Rafael Núñez de enviar un contingente del Tolima para debelar la insurrección radical del Estado de Santander, una junta de jefes liberales convocada por González Gaitán le recomienda responderle que el Tolima respalda el movimiento radical, y así se lo hacen saber a Núñez, en clara declaración de rebeldía contra su gobierno, que amenaza con atacarlo, como efectivamente ocurriría en enero de 1885, cuando el 9 de dicho mes 5.000 hombres de la Guardia José María Rojas Garrido Nacional, fuertemente armados, bajo las

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órdenes de los generales Juan N. Mateus y Manuel Casabianca, inician la invasión nacional del Tolima por tres puntos: el general Casabianca con dos mil soldados, lo hace por la vía Madrid-La Mesa-Anapoima-TocaimaGirardot; otro ejército comandado por el general Mateus con 3.000 soldados, avanza por otras dos rutas, la de Facatativá-Villeta-GuaduasHonda, y la de Facatativá-San Juan-Ambalema. El 15 de Enero, el general Casabianca es el primero en llegar al río Magdalena, tomar el puerto de Girardot, defendido por bisoños soldados radicales, fácilmente abatidos, y apoderarse del vapor María Emma utilizado por los liberales, y nombra autoridades en lugar de las legítimas del Estado del Tolima. El 16 de Enero toma El Espinal y pocas horas después al Guamo, en triunfal marcha hacia Neiva, con una débil resistencia radical. El 27, ante el avance de los ejércitos conservadores nacionales, el presidente del Tolima (Gabriel González Gaitán) abandona a Neiva acompañado de sus jefes militares, dirigiéndose al sur en búsqueda del apoyo de los indígenas liberales de Tierradentro y el telégrafo es suspendido. El 1 de febrero, fuerzas conservadoras locales reclutadas por los líderes Aparicio Perea y Apolinar Charry, sin esperar a Casabianca y sus hombres, se toman a Neiva; nombran nuevas autoridades, y restablecen el servicio telegráfico. Finalmente, el 2 de marzo, en el sitio “Cogotes”, a dos leguas de Neiva, en la desembocadura en el Magdalena del Riofrío, se enfrentan los restos del ejército radical del Tolima, 800 hombres al mando de los generales Francisco Losada, Germán Rojas, David Tovar y Patrocinio Falla, y el ejército conservador comandado por el general Manuel Casabianca. El combate duró tres horas y, a pesar de “notable valor” reconocido por sus enemigos, los radicales pierden la batalla, sufren la baja de 50 hombres entre muertos y heridos, y 200 son detenidos; los demás, encabezados por su presidente Gabriel González Gaitán y sus comandantes, huyen hacia el sur, aunque algunos en su huída mueren ahogados tratando de cruzar el Magdalena. El 3 de marzo, el expresidente del Tolima, general Joaquín María Córdoba, el padre Esteban Rojas Tobar y otros dirigentes conservadores detenidos en la hacienda “La Angostura” de Campoalegre por sus actividades en contra del gobierno radical de Gabriel González Gaitán, desarman a sus guardianes y se dirigen al sur para unirse a las fuerzas de su partido; es así como el 26 de marzo, se produce un nuevo y decisivo combate entre liberales y conservadores en Cachaya (Gigante), perdido por los primeros que se entregan a las fuerzas del general Joaquín María Córdoba. Después de una nueva derrota de sus reducidas fuerzas en Silvia (Cauca) y abandonando toda esperanza


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de recuperarse, el presidente radical Gabriel González Gaitán se entrega a las triunfantes fuerzas de Córdoba y Casabianca y, puesto en libertad por ellas, se radica en la vereda La Ulloa.14 Como corolario de sus éxitos militares, el general Manuel Casabianca es nombrado jefe civil y militar del Estado, por el presidente Rafael Núñez.15 A pesar de los avatares políticos y bélicos, en los gobiernos liberales que así terminan, se produjeron normas que favorecieron la ampliación productiva y comercial del país y el Estado del Tolima. Esas normas se pueden sintetizar así: abolición de la esclavitud, eliminación de la economía colectiva representada en la propiedad comunal de los resguardos y los ejídos municipales, destrucción de los monopolios estatales como los estancos del tabaco y los licores, declaración del libre cambio, eliminación de los impuestos coloniales, expedición de las leyes de desamortización de bienes de manos muertas, que fue una reforma agraria en la práctica, pues transformó la propiedad de la tierra que pasó de manos del clero y sus instituciones a las particulares, y desajustó los sistemas crediticios coloniales como los censos y las capellanías, y permitió el surgimiento de los bancos. El propósito de implantar una educación laica para formar ciudadanos, sin relaciones ni ataduras con el poder eclesiástico, fue una de las conquistas radicales más combatidas por el clero y el gamonalismo, triunfantes en la guerra que ha terminado. La administración pública en el Tolima, como en el resto del país a la caída del régimen federal, entra en absoluto desorden. Los empleados veteranos son reemplazados por otros sin ningún conocimiento de los procesos adelantados en el gobierno anterior, en razón casi exclusiva de su militancia conservadora; y, como si todo esto fuera poco, el 16 de julio de 1886, para enfrentar el asalto desesperado de un grupo de radicales derrotados, los nuevos defensores conservadores de la ciudad utilizan los archivos reunidos en la casa de gobierno para levantar trincheras, siendo destruidos así casi todos. La desaparición de los restantes, tendrá lugar en Además, los radicales son derrotados en todo el país por las fuerzas de la Regeneración, agobiados por la crisis económica nacional e internacional y su larga permanencia en el poder: 25 años, el período más largo de dominio de un partido gobernante hasta ahora en la República. 15 Termina así el periodo radical en el Tolima, como en todo el país, y se inicia la Regeneración, en la cual el papel esencial lo cumplirá el padre Esteban Rojas Tobar, empeñado en “reevangelizar” la región, víctima, según su criterio, de los “errores del nefasto radicalismo” que le trajo a ella los “tres males” de la modernización liberal: la incredulidad, el olvido de Dios y el egoísmo sensualista. 14

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marzo de 1887, cuando, al intentar el traslado de los pocos archivos que quedaban, de Neiva a Ibagué, por el río Magdalena, los champanes en que son embarcados naufragan en sus rápidos, y los archivos se pierden definitivamente.16 El 5 de agosto de 1886, aprovechando la crisis económica mundial reflejada en Colombia en la disminución de las exportaciones y el natural deterioro político de los radicales tras 25 años de gobierno, la Regeneración, dirigida por Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, después de su victoria sobre los radicales en la guerra de 1885, dicta la constitución centralista que elimina el sistema federal disuelve los estados, a los que convierte en departamentos, declara la católica como religión oficial del Estado y le concede a ella el monopolio de la educación de los colombianos. A la constituyente que aprobó esta carta, asisten como representantes del Tolima, “los manipulables, mediocres y genuflexos” Roberto Sarmiento y Ascisclo Molano, escogidos “a dedo” por el general Casabianca, por ser fieles seguidores de la política de Rafael Núñez. El acontecimiento es celebrado en Neiva los días 7 a 10 de agosto, con cuatro días de fiesta. Alborada y juegos pirotécnicos el primer día; el segundo, fiesta popular, con cerca de 3.000 asistentes, en la hacienda Las Ceibas (en la confluencia de este río con el Magdalena) del general Olegario Rivera, secretario de Gobierno, y el último, tertulia cívico-político-literaria en la casa del gobernador Manuel Casabianca, y el 7 de septiembre ante cinco testigos, entre ellos el presidente del tribunal de cuentas, a la una de la tarde, presta juramento de cumplir la nueva constitución el gobernador del Tolima, general Manuel Casabianca. En Enero de 1887, el gobernador Casabianca, sale de Neiva con destino a Bogotá, a bordo del vapor Carmen Cisneros que lo llevará hasta Girardot para continuar el viaje a la capital por la vía terrestre. Durante su ausencia, queda encargado del Poder Ejecutivo departamental su secretario de gobierno, general Olegario Rivera. Como consecuencia de este viaje, el 15 de febrero siguiente, mediante una ley del consejo nacional de delegatarios se traslada la capital del departamento del Tolima a Ibagué, debido a que Neiva ha perdido importancia a causa del auge de la colonización antioqueña del Quindío, y la presencia de minas de oro en el norte del departamento, en las que están interesados el gobierno 16

Son las copìas de los documentos enviados a los despachos de Bogotá y conservados en el Archivo Nacional las que permiten recuperar la memoria de este periodo, con las informaciones de los periódicos de estos tiempos.


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nacional y el gobernador del Tolima, general Manuel Casabianca. La medida provoca inútil descontento en todos los sectores políticos de Neiva, incluidos los partidarios del gobierno.

Luto en la ciudad

Durante sus años como capital del Estado y luego del departamento del Tolima, Neiva fue escenario de tres duelos colectivos, causados por las muertes de personajes de relieve en su entorno: las del general radical y expresidente de la República y del Estado del Tolima, José Hilario López, el 27 de noviembre de 1868, quien había sido su líder durante una buena parte de su vida; la del máximo líder popular de su época en el Tolima, el también expresidente de Colombia y exgobernador de la provincia, José María Rojas Garrido, el 13 de septiembre de 1883, y la del obispo de Popayán, Monseñor Carlos Bermúdez, de visita pastoral por sus parroquias pertenecientes al Departamento, cuyo fallecimiento en Elías fue un duelo sentido por el pueblo católico y el gobierno de entonces, el del general Manuel Casabianca, que le rindió emocionado homenaje, haciéndose representar en su sepelio por el prefecto de la provincia del Sur. Como las biografías de los dos primeros están ampliamente reseñadas en esta obra por Camilo Francisco Salas Ortiz, nos referiremos aquí solamente a la muerte de monseñor Carlos Bermúdez, obispo de Popayán, con datos obtenidos del periódico El Unitario de la época, prácticamente desconocidos hasta ahora. Después de algunos enfrentamientos con el fogoso sacerdote Esteban Rojas Tobar, quien pretendió ejercer funciones eclesiásticas en varias parroquias del sur del Tolima sin su consentimiento, el obispo de Popayán, monseñor Carlos Bermúdez, decide realizar una visita pastoral por esas tierras, que inicia en septiembre de 1886. El 20 de noviembre, todavía en esa gira, el señor obispo cae enfermo víctima de una epidemia de disentería que se había desatado en la región. El 6 de diciembre siguiente muere en la parroquia de Elías a la una y veinte minutos de la tarde de una hemorragia, en brazos del cura Esteban Rojas Tobar, ya por entonces personaje central de la actividad política por el triunfo de la Regeneración, a la cual había contribuido activamente. Embalsamado a las cuatro, su cuerpo fue llevado al otro día a la parroquia del Hato (Tarqui) donde por previas instrucciones suyas, fue inhumado con honores el 8 de diciembre, en una cripta en el altar mayor de la iglesia. A sus funerales asistieron todos los párrocos del

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Sur y el prefecto de la provincia, Joaquín Cabrera en representación del gobernador del Departamento, general Manuel Casabianca, y una guarnición militar enviada desde Garzón para rendirle honores. Tres días después, conmocionado por la muerte del Prelado y mediante el decreto 472, el gobernador del ya dpartamento del Tolima, general Manuel Casabianca, y su secretario de gobierno, general Olegario Rivera, le dictan honores. Seis días después, en desarrollo de propuestas del influyente padre Rojas, el gobierno del Tolima solicita la Santa Sede la creación de una diócesis que cubra todo el territorio departamental pues entonces estaba dividido entre la Diócesis de Popayán, del Gigante hacia el Sur y de la Arquidiócesis de Bogotá, al norte de esta población17. Este deseo del padre Rojas, cada vez más influyente en el departamento del Tolima, sólo se cumplirá en 1894.

Epidemias y médicos

Durante los años en que Neiva fue capital del Estado Soberano del Tolima,

la ciudad fue víctima de varias epidemias, en las cuales su población fue tratada por diversos médicos pero fundamentalmente por “curanderos” a falta de éstos. En 1864 una epidemia de viruela que subió por el río Magdalena, causó decenas de víctimas en el Tolima y en su capital. De manera semejante, en junio de 1878 una epidemia, al parecer de dengue, “de la que pocas personas han escapado”, pero “no ha causado sino un pequeño número de muertos” según los periódicos de la época, se desata en Neiva y es llamada por los conservadores “el abrazo de Rengifo” y por los liberales “el abrazo de Núñez”.18 Los más imparciales la llaman “El Trapiche”. Más grave fue la situación planteada por la epidemia de fiebre amarilla, desatada por los meses de mayo y junio de 1880. La capital del departamento del Centro tuvo que ser traslada de El Espinal al Guamo debido a sus estragos, y el 30 de julio, ante su gravedad el presidente Santos hacía un angustioso llamamiento al gobierno central para que enviara una comisión de médicos que atendiera a los numerosísimos enfermos. Atendida esta solicitud por el gobierno nacional, el presidente “Carta al Ministerio de Gobierno”. Registro Oficial, Neiva, n.o 132, 21 de diciembre de 1886. 18 Se refieren así a Tomás Rengifo, candidato liberal a la presidencia de la República, y Rafael Núñez, el Regenerador. 17


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Rafael Núñez, el 2 de agosto con autorización de la cámara de representantes, envió al Tolima una comisión de médicos compuesta por los doctores Eugenio Melendro y Luis Umaña, quienes el 22 de octubre después de haber atendido centenares de enfermos, a quienes habían brindado atenciones profesionales, drogas y hasta sobrecamas y ropas, dan por terminada la epidemia y regresan a Bogotá satisfechos de su labor. En Neiva, sin embargo, la enfermedad no paró y el médico José María Lombana Barreneche ofrecía sus servicios profesionales a través del periódico El Vijilante. En Febrero de 1883 el médico de la Universidad Nacional, Domingo Arboleda, se establece en Gigante y ofrece sus servicios a la comunidad de esta población y de Garzón mediante avisos en La Estrella del Tolima y El Alto Magdalena. En 1886 el Dr. José Weber, médico cirujano y oculista, ofrecía por pocos días sus servicios en la capital del Tolima en las columnas de los periódicos Registro Oficial y El Unitario; permaneció un mes en la ciudad y regresó a Purificación, después de realizar ocho operaciones, con las cuales, según El Unitario, devolvió la vista a siete pacientes y dejó al último en condiciones de recuperarla. En este mismo año, se desata la epidemia de disentería que cobra, en el municipio de Elías la vida del obispo de Popayán, Carlos Bermúdez. Finalmente, en abril de 1887 una nueva epidemia de fiebre amarilla se desataba en Neiva y poblaciones aledañas con centenares de víctimas. Los pacientes fueron tratados, entre otros, por un tal Perdomo, famoso “curandero” de la región, con métodos supuestamente “milagrosos” dizque adquiridos entre los indígenas. Perdomo después de sus “éxitos” en Neiva viajó a Bogotá donde fue recibido hasta por el Diario Oficial, pero rápidamente los médicos fueron demostrando que se trataba de un farsante y su memoria se pierde.

resignación, confiado en obtener una vida eterna después del sufrimiento en esta, tiene sin embargo ánimos para impulsar su comercio, promover industrias, crear modestos bancos y hacerse a un desarrollo precario dadas sus condiciones climáticas y geográficas. En Neiva, y en general en el Estado del Tolima, se hicieron serios esfuerzos por consolidar la explotación de los grandes recursos vegetales como quina, caucho y añil, principalmente, pero también café, tabaco, cacao y otros de menor producción, los cuales se fueron agotando, con excepción del café, por la sustitución por otros productos industriales en las grandes metrópolis (como fue el caso del añil, sustituido en Inglaterra por colorantes químicos) o por el agotamiento de los bosques y las plantaciones realizadas en colonias asiáticas de las potencias europeas, su mercado natural, como fue el caso de la quina y el caucho. Los conflicto políticos internos y su incidencia sobre la economía también tienen su parte: los liberales en el poder en la época que tratamos, sabían que la base de una fuerte economía comercial era el impuesto directo sobre las fortunas individuales y lo implantaron, pero los poderosos hacendados conservadores del norte del Estado del Tolima se oponen a él, y los pequeños propietarios campesinos, muy golpeados por la sequía de 1862-1864, luchan contra el monopolio estatal del aguardiente y montan sus propios “sacatines” dedicándose al contrabando, su principal comercio y medio de vida. El 13 de julio de 1875, se introduce un elemento técnico vital para el desarrollo económico de la región, sobre todo comercial: Valentín Jiménez de Quesada construye e instala en Neiva el telégrafo eléctrico que pone en comunicación al Tolima con el resto del país.19 Esto permitirá, a pesar de su precariedad, una mejor comunicación comercial y un más rápido conocimiento de las condiciones del mercado nacional.

Florecimiento económico

Sequía y Ley de manos muertas

No

El año de 1862 fue trágico para el Estado Soberano del Tolima y la ciudad

por menospreciada por los escasos historiadores que la han estudiado someramente la incipiente economía provinciana de Neiva en el siglo xix, y particularmente durante los años en que fue la capital del Estado Soberano del Tolima y el departamento del mismo nombre deja de tener importancia. Un pueblo sometido secularmente a un régimen socio económico campesino colonial, víctima permanente de epidemias mortales, sin ayuda médica adecuada, con ideas de permanente

de Neiva. Después de sufrir las miserias de la guerra civil de 1859-1862, se desata una sequía que continúa hasta 1864, y que asoló los campos y la 19

El telégrafo había sido instalado en Colombia desde el gobierno del tolimense Manuel Murillo Toro, quien lo inauguró el 1º de noviembre de 1865, con una línea entre Cuatro Esquinas, hoy Mosquera, en Cundinamarca, y Bogotá.


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ciudad, su centro comercial. En junio de 1863, vigente todavía la sequía, aunque restablecida la paz por la amnistía del presidente Mosquera y la elección del general López en la presidencia del Estado, son nombrados Timoleón Meza y Valentín Trujillo miembros de la junta de remates encargada de aplicar en este Estado la ley de desamortización de los bienes de “manos muertas”, que sin los resultados que se esperaban de ella como la primera reforma agraria que vivió el país, pues las tierras, como no podía ocurrir de otra manera, van a manos de los escasos comerciantes ricos de entonces y de los terratenientes laicos, es resistida en el sur del Tolima por varios curas afectados por ella. No se ha reflexionado suficientemente lo que significó que las tierras “muertas” (negadas para el comercio) en manos del clero, sus cofradías, colegios y parroquias, pasaran a manos de comerciantes y terratenientes laicos que ya tenían parte de ellas y que podían integrarlas al torrente comercial, provocando por ese solo hecho intercambios hasta el momento desconocidos que dan lugar a la creación de empresas dedicadas a la explotación de los recursos naturales. Para 1872 en los pueblos del Estado, las haciendas y el dinero de las iglesias no aparecen porque fueron afectadas por esa ley de desamortización de los bienes de manos muertas.

Empresas para explotar quina, caucho, añil y otros productos vegetales

Así, Bernardo Herrera Buendía, Jorge Child, Carlos Michelsen, Nazario Lorenzana, el presbítero Agustín Peñuela y otros comercializadores de la quina y el caucho, forman en 1863 la Compañía Colombia, considerada como la empresa más importante de la época en la Nueva Granada, que se compromete a abrir un camino hacia los llanos orientales (ColombiaLlanos de San Martín) y continúan la extracción de esos productos sin renovar los bosques. Esos nuevos empresarios, esperando fueran eternos los bosques que explotaban, sabían de la importancia de una vía, que en pleno el siglo xxi apenas se construye. En 1869, don Mario Matiz, su hermano Celiano y su cuñado Lucio Pinzón, forman la sociedad Pinzón Matiz hermanos con una duración de 10 años y un capital de 26.400 pesos, dedicada a la comercialización y la explotación de añil, cacao y ganado y otras mercancías. El capital de la sociedad está representado en las haciendas El Vaticano y Las Ánimas, así como derechos en el globo de Los Capotes, todos situados en Villavieja,

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y herencia de don Isidoro Matiz, padre de los dos primeros y suegro del tercero. En ese mismo año de1869, por gestión de Valentín Trujillo y Celso Noé Quintero, se forma la Compañía de Fomento Agropecuario, con domicilio en Campoalegre, con una duración de 10 años y un capital de 10.000 pesos en acciones de 400 pesos cada una, la cual se propone adquirir hasta 8.000 hectáreas en El Salado, abrir caminos de herradura, promover la colonización para cultivar café, trigo y papa, vender terrenos a las familia colonizadoras, e introducir maquinaria agrícola. Fueron igualmente socios de la Compañía de Fomento Agropecuario: Miguel Quintero, Francisco Losada, Ramón Montalvo, Plácido Serrano, Miguel Perdomo Rivera, Félix Páez, vecinos todos ellos de Neiva, Valentín Trujillo, Sixto Durán, José Alejo Trujillo, Lucas Perdomo, Mario Antonio Durán, vecinos de Campoalegre y Germán Rojas, del Hobo. En 1870, La compañía boyacense Aguirre y Cía, de Pío y Cenón Aguirre, explota añil en la hacienda Santa Rita del municipio de La Unión (hoy Tello). Anualmente produce más de 20 toneladas en sus extensos cultivos, tiene sus propios tanques de procesamiento, y es muy apetecido por su alta calidad. Yaguará es también fuerte exportador de añil. Existen dos grandes plantaciones de propiedad de Belisario Arciniegas y la Compañía Gutiérrez y Trujillo, de las que sacan excelentes ganancias, ya que el producto es exportado a países como España, Inglaterra y Checoeslovaquia El auge de la extracción de la quina fue de 1860 a 1870, después del agotamiento de los bosques de Pitayo, localizados entre Inzá y el norte del Nevado de Huila. Los puertos del Atlántico eran los principales receptores de la quina de la hoya del Magdalena. En los 60, el principal receptor de las quinas fue el mercado francés, aunque también se contó con la acogida del producto en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Pero todavía en 1873, el activo dirigente político y empresarial, Valentín Trujillo, forma con sus hijos una sociedad con domicilio en Campoalegre y un capital de 16.046 pesos, dedicada la comercialización de la quina y el café, y en 1874 empieza a ser importante la producción cafetera en la región a pesar de que sólo ostenta el 1% de la producción nacional. Desde 1877, la intensidad de la explotación llevó a que la quina casi se agotara de las selvas del sur del Tolima y el Cauca; cinco años después, a mediados de 1882, los mercados de Londres, París y Nueva York registran acumulación de inventarios de quina. A los altos costos del transporte marítimo se une la competencia de Ceilán y la India a donde han sido llevadas semillas de quina, rebajan el porcentaje de participación del producto americano en esos mercados. Además, la sobreexplotación de


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los bosques quineros a todo lo largo de la Cordillera Oriental del Tolima, lleva al agotamiento casi total de ellos, pues con poquísimas excepciones se talan los árboles sin renovarlos. Como si fuera poco, la calidad de las quinas extraídas ha disminuido para los mercados internacionales, y a esto se suma al alto precio del transporte interno por malos caminos En 1882, la producción de cacao, floreciente desde los años 50, se ve amenazada por exceso de demanda de mano de obra para ella, lo que provoca un aumento en los jornales de los peones, que exigen condiciones laborales que los propietarios no aceptan. Así, la industria decae a ojos vistas. Las condiciones laborales de estas explotaciones no dejaron de tener sus lunares: En 1884, Anastasio Cruz, oriundo de Gigante, declara la forma en que fue vinculado a la explotación cauchera y las condiciones laborales a las cuales son sometidos los colonos, afirmando que fue reclutado por el agente de la Casa de Elías Reyes y Compañía, para ir al Caquetá a extraer caucho como caudillo de diez peones, la mayoría, originarios del sur del Tolima, de los cuales resultaron dos muertos. El sueldo ofrecido era de un fuerte al día, la compañía se comprometía a darle los alimentos necesarios, por cada arroba de caucho que extrajesen les ofrecían tres fuertes. La compañía incumplió lo pactado pues solo les proveyó de maíz gorgojo, arroz y sal, sin carne, salvo lo que cazaban con escopeta ordinaria. Finalmente, por el año de 1886 el Estado del Tolima, particularmente el sur y las ciudades de Neiva, Gigante, Garzón y otras, se había convertido en el centro de comercialización de la producción cauchera. De estas localidades se despachaban innumerables artículos para apoyar la extracción de esta goma, y de toda la región salía abundante mano de obra para las caucheras del Caquetá y el Putumayo, víctimas de la cruel explotación de las compañías extractoras. Por otra parte, estas compañías abrían trochas hacia el sur del Tolima para transportar la rica goma. La Cauchera de Puerto abrió el camino que comunicaba el Caquetá, y en especial San Vicente del Caguán, con Gigante, y la Compañía Colón el de Algeciras. Algunas de estas empresas combinaban la explotación del caucho con la de quina. El 21 de octubre de 1886. El expresidente del Estado Soberano del Tolima encargado de la legación de Colombia en Londres, Antonio Basilio Cuervo, alertaba al gobierno nacional sobre la terminación del mercado de la quina en Europa por la extinción de los bosques quineros; la mala calidad de los productos que se estaban extrayendo, y la invasión de las

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quinas de las colonias británicas en Asia. Proponía que se tuviera en cuenta el “feliz pensamiento” del general Manuel Casabianca de establecer en el Tolima una casa de fundición de oro y otros metales, con un gran futuro en el comercio europeo. Prácticamente, con la terminación del Estado Soberano del Tolima y la iniciación del régimen de la Regeneración, finaliza también la época de una economía basada en la extracción de la quina y el caucho, y se inicia la era del café.

Sombreros de Suaza

Por la época de 1863, se presenta la bonanza exportadora de sombreros

Suaza, producidos por las familias artesanalmente en esta población, pero también en Timaná, Elías, Naranjal y Guadalupe. El producto es apreciado por la durabilidad de la paja de la que están hechos y la calidad del trabajo. En varios países, los Suaza son conocidos como “Panamá”, por concentrarse en esta ciudad los producidos en la Nueva Granada y Quito. Industria femenina, familiar por excelencia, cada artesana produce apenas cerca de 20 sombreros por año, de tal modo que se ocupan en esto 2.700 mujeres mayores de 16 años. En 1868 la producción de sombreros Suaza llega a 120.000, o sea el 6.25% de la producción nacional, que valen 250.000 pesos y en su mayoría son exportados, dejando unos pocos ejemplares para el consumo interno. La crisis del mercado de los sombreros Suaza empieza en 1876 por la terminación de la guerra colonial de Cuba, cuyos oficiales eran sus mejores clientes, y la sustitución de ellos por los fabricados en Europa en seda, fieltro y paja de arroz, más ligeros y baratos. En adelante, este renglón que fue tan importante en la economía de la región, quedará reducido a una simple actividad artesanal, casi folclórica, de unas pocas mujeres en Suaza.

Empresas mineras

La minería también estaba en auge. En 1869, el súbdito inglés Arturo

Birchall obtiene la adjudicación de un título para explotar una mina de oro en Órganos. En 1871, se reporta la explotación de minas de oro y plata, tanto de filón como de veta, en Órganos, Aipe, Pital, el Hato, Íquira, El Retiro, Guagua, Neiva y La Plata, por mineros procedentes de Antioquia y hasta inversionistas extranjeros. Operan en la región, la Tolima Mining


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Historia Comprehensiva de Neiva

Company Limited, fundada en Mariquita en 1871; la mina “Te encontré”, en Aipe; la inglesa de James George Green, igualmente en Aipe; la compañía Nieto y Juan Villafuente, en La Plata, donde también operan los antioqueños; la Compañía Minera San Jorge, en el Pital y El Hato, y las de capital antioqueño, de los señores Francisco y Vicente Restrepo, que operan en El Hato, Pital y Órganos. El 24 de febrero de 1881 se constituye la más importante empresa minera de la región en esta época: la Compañía Minera del Tolima, con 20 suscriptores y 28 acciones con un valor nominal de 100 pesos cada una, bajo la gerencia de Valentín Trujillo, con accionistas antioqueños y extranjeros. La empresa opera en las minas de Órganos, con la pretensión de “acometer empresas de minería como elemento único de producción permanente i capitalizar sistemas al cambio con los países extranjeros i estados vecinos”. Para cumplir sus propósitos, don Valentín contrata operarios antioqueños como los mineros Benedicto y Francisco Restrepo y Valeriano Ramírez; el carpintero José Leandro Duque, constructor del molino; el herrero Napo Nemesio Mejía; Polo, “el hombre armadillo” encargado de construir los túneles y hasta la mujer de Benedicto Restrepo, la “patroncita”, de 18 años, encargada de alimentar a los paisas con su comida tradicional. Así mismo, en julio, es encargado del manejo de la producción de la compañía, el minero antioqueño Francisco Restrepo, quien descubre nuevas minas en Guagua, Retiro, Iquirá, Cármaris y Órganos, llamadas La Reina, La Virginia, Unión, La Turbina, El Carmen y California. En noviembre se encarga a Restrepo contratar nuevo personal para la Compañía, “comisión que cumplió satisfactoriamente trayendo un maquinista, un herrero i 15 mineros más”. El 1 de diciembre del mismo año, don José Domingo González informa a las autoridades la existencia de una mina de oro de aluvión, denominada la Esperanza, ubicada en un potrero o terreno de la hacienda de Charres, de propiedad del señor Laureano Gutiérrez en el distrito de Yaguará. La mina la comienza a explotar la compañía minera de Charres, conformada por los señores Valentín Trujillo, Eliseo García, José Domingo González, Cipriano Cárdenas, Laureano Gutiérrez, Francisco Restrepo y Heliodoro Arango. En Julio de 1882, la Compañía se consolida. Sus acciones valen ahora 500 pesos y el capital se eleva a 200.000 pesos. Explota tres minas de oro y una de plata, y ha descubierto 4 minas más de oro de filón, que prometen pingües ganancias. Ante la calidad del mineral extraído de las minas, mole y cuarzo, adelanta gestiones para adquirir un molino hidráulico que triturará 50 quintales diarios de mineral. Además, ha adquirido haciendas para la producción de cultivos

Neiva capital del Estado Soberano

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de pancoger, ganadería, zonas para obtener leña y carbón y otros elementos necesarios para operar las minas. Por esos días, don Valentín Trujillo Vargas, fundador y gerente de la Compañía Minera del Tolima, hombre de negocios y político de mucho respeto en el Estado, afirma que la muy poco halagüeña situación en que se halla en el negocio de las quinas, por una parte, y por la otra las crueles epidemias que en este último año han azotado la mayor parte de los pobres del Estado, han producido una crisis alarmante en su comercio, y que por esto los laboriosos hombres del Tolima, vuelven los ojos a la industria minera como una tabla de salvación. En noviembre de 1882, la asamblea general de la Compañía Minera del Tolima constata los evidentes avances del negocio gracias a la actividad de su jefe de producción, Francisco Restrepo, a quien se le eleva el sueldo a propuesta de los socios Edunio N. Treffy y Celso N. Quintero. En manos de Restrepo la compañía registra en el primer semestre de 1882 un capital de 18.400 pesos y posee un establecimiento bien montado cuyo valor, con el de otras varias minas, es de 200.000 pesos. La proposición lleva la firma también del presidente de la Compañía, Valentín Trujillo, y el secretario, Guillermo Durán.20 El interés por la industria minera continuó hasta el final de la existencia del Estado Soberano del Tolima, pues todavía en 1886, el 11 de julio, en el Registro Oficial número 77, aparece el siguiente aviso: Minas de oro que deseen trabajar con el auxilio de capitales extranjeros, se les presenta la ocasión (…) El señor D. Emiliano Martínez, cónsul de la República en Nueva Orleans (…) ofrece proporcionar empresarios competentes para las minas de oro cuyas muestran se les remitan. Neiva, julio 9 de 1886. Julio Borrero. 21

La navegación del Alto Magdalena por vapores

El 2 de mayo de 1864 el presidente del Tolima, general José Hilario López,

informa a la Asamblea Legislativa del Estado que algunos particulares (la citada Compañía Colombia) habían iniciado ya la exploración de El autor de este ensayo pierde en este momento el rastro de la Compañía, seguido en la prensa local, que probablemente se encuentre en los archivos de las notarías donde los acuciosos investigadores de la historia económica local pueden hallarla, pues resulta importante para la historia de la minería. 21 Registro Oficial del Tolima, Neiva, n.o 77, 11 de junio de 1886. 20


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Historia Comprehensiva de Neiva

los puntos por donde se pudiera lograr la comunicación con los llanos orientales, y daba cuenta de que “el inteligente e infatigable alemán Alejandro Weckbecker se halla en Barranquilla con dos vapores que por ahora se emplearán en la navegación del Bajo Magdalena hasta Honda, y más tarde vendrán a navegar desde esa ciudad hacia arriba”. Efectivamente, en 1874, Weckbecker explora el Alto Magdalena y llega con su vapor Moltke a Neiva, después de superar los peñones y rápidos que impiden la navegación. El vapor queda inservible y Weckbecker renuncia a su empresa, pero en 1879 el ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros informa desde Barranquilla a los empresarios neivanos Lombana y Delgado que ya se está armando el vapor para la navegación en el Alto Magdalena, la cual dice se podrá iniciar a fines de agosto o comienzos de septiembre próximos. Ocurrió en octubre, cuando el primero de ese mes, a pesar de las dificultades de la navegación en el río, el vapor Tolima iniciaba una serie de viajes entre el puerto de la Nuria, en Honda, y el puerto de Caracolí en Neiva. El 7 de diciembre de 1882, este vapor culmina sus 13 viajes redondos entre Honda y Neiva, de los 34 realizados en el trayecto, iniciados en octubre de 1879. En este lapso de 38 y medio meses había transportado 1.580 pasajeros y 19.475 cargas. El 9 de diciembre de 1882, el vapor Emilia Durán emprende la navegación entre Honda y Neiva. El 6 de diciembre del siguiente año, este vapor había realizado ya 28 viajes, aunque sólo logró llegar a Neiva en tres ocasiones. Los viajes tenían una duración de un mes entre Honda y Neiva. En 1882 había transportado 126 pasajeros y una carga “de subida y bajada” de 2.754 toneladas. En el primer viaje hasta Neiva, estuvo varado allí un mes y medio; en el segundo, 20 días y en el tercero 17 días, por lo escaso del caudal del río o por los escollos. Para dar idea de las condiciones de los navegantes de estos vapores, a su muerte por ahogamiento en el sitio Gallinazos, el segundo contramaestre del vapor “Emilia Durán”, Reyes Ospina, deja el inventario de sus bienes: un petate; dos almohadas con sus fundas; una sábana; dos ruanas de paño; un toldo; un par de botines usados; un sombrero suaza usado; dos espejos; cinco pantalones; tres camisas; tres franelas; cuatro calzoncillos; dos fundas de almohada; un par de medias-medias; un lápiz; una peinilla; un paquete de cartas; dos pañuelos; un paño de cara; un escapulario de Nuestra Señora de Chiquinquirá, forrado en cuero; una hebilla de plata, y un pito. ¡Y era uno de los bogas “ricos”, pues ganaba altos salarios en comparación con el resto de los trabajadores, particularmente los rurales!

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Finalmente, en 1884 con el objetivo de mejorar la navegación en el río Magdalena entre Honda y Neiva, se destinan del presupuesto nacional 15.000 pesos con los que se contrata para las labores de canalización al ingeniero cubano Francisco Cisneros y al capitán norteamericano W.L. Symmens, a quienes se provee de 100 cajas de dinamita y obreros para romper los escollos del trayecto, pues según el capitán del vapor Emilia Durán, para que la navegación por este sector sea permanente, “hay que hacer el río antes de traer el vapor”. No obstante estos esfuerzos, la navegación por vapores en el Alto Magdalena, entra en decadencia por sus altos costos, y sólo volverá recuperarse temporalmente muchos años después, a finales del siglo xix y comienzos del xx, para caer de nuevo en la obsolescencia y el olvido. Para finalizar este apartado, consignemos el curioso dato, que podría ser el más remoto antecedente del transporte urbano en Neiva, de que en 1882 los señores Antonio Escorcia y Pedro Simón Cárdenas inauguraron el servicio de transporte El Progreso hacia el río Las Ceibas, para las personas que desearan bañarse allí. Prometían que extenderían luego el servicio hacia el río Magdalena,22 pero no se sabe de su suerte final.

La tímida actividad bancaria

Desde 1847 el gobernador Juan Francisco Ortiz propuso la creación de

una caja de ahorros para el “alivio de los necesitados”, pero solo se funda realmente dos años después y se consolida en 1855 capitalizando dividendos semestrales por 212 reales, 75 céntimos. En 1856, se funda la Sociedad de Caridad y Beneficencia de Neiva y deposita en esa caja de Ahorros 800 reales, el más importante depósito hasta el momento. En 1863, la caja alcanza su mayor esplendor al contar con 70.000 pesos en fondos por depósitos. Ya en 1876, y Neiva como capital del Estado Soberano, la Caja de Ahorros de Neiva llega a un capital de 5.433,35 pesos y compra, “para los pobres”, una casa por 192 pesos. Por su parte, el Colegio Santa Librada tiene fondos de 40.000 pesos, destinados a operaciones de crédito, de los cuales ha desembolsado este año, con destino 10 operaciones, 16.537 pesos. En marzo de 1882 se crea el Banco del Tolima, gerenciado por José María Lombana, y entre cuyos accionistas y miembros de la Junta directiva se encuentran los más distinguidos comerciantes del Estado. El 22

La Armonía, Neiva, octubre de 1882.


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siguiente 12 de agosto, La Estrella del Tolima publica el Informe de la junta directiva del Banco en el que se anota que con un capital de 200.000 pesos ha obtenido una rentabilidad de 1.994,97 pesos. Sus billetes en circulación ascienden a 16,500 pesos, es decir, más del 6% del total de sus activos. En septiembre, sus billetes en circulación llegan a 24.200 pesos, lo que demuestra la confianza del comercio en la entidad bancaria. El banco, sin embargo, no afecta las otras actividades productivas: la agricultura y la ganadería, pues sus plazos son muy cortos (apenas de 90 a 180 días), y estas necesitan más tiempo para su desarrollo, por lo que se piensa en crear un banco hipotecario que atienda esas necesidades. El 28 de febrero de 1883, el Banco de Neiva, fundado hacía poco, después del Banco del Tolima, bajo la gerencia de don Gabriel Perdomo Cuenca, con 22 accionistas entre ellos el activo comerciante francés J. Bedford de Sources, tiene un capital pagado de 50.000 pesos, es decir la cuarta parte del de su competidor. Sus utilidades son menores, apenas 171,37 pesos; sus billetes en circulación 5.000 pesos, y el valor de sus cuentas corrientes 6.235 pesos. El nuevo banco se constituye con carácter prendario, con una suscripción de 100 acciones de a 50 pesos cada una, pagaderas la mitad de contado. El 6 de abril de 1883, en vista de la seriedad y honorabilidad de los tres bancos que funcionan en el Estado, el tesorero general, Eusebio Díaz, informa que en su despacho se reciben los billetes por ellos emitidos en lugar del metálico. En mayo, el Banco de Neiva reporta que es el tercero de su clase y sus billetes se reciben con facilidad. En julio de1883 se funda el Banco de Aipe que el 30 de septiembre, informa que sus utilidades, trabajando con 1.500 pesos en billetes propios, ascendieron tras dos meses de operaciones a 61 pesos. Pero estos establecimientos tienen una vida efímera, porque en 1886 implanta la Regeneración una nueva orientación económica que centraliza en el Banco Nacional oficial todas las actividades bancarias, los bancos privados entran en liquidación. El 17 de agosto de este año, la asamblea general de accionistas del Banco del Tolima lo declara formalmente liquidado con grandes pérdidas. La comisión de disolución resuelve admitir apenas el 50% del capital pagado y se entregan 32,50 pesos por cada acción imputable al capital. Por otra parte, y debido a la legislación impuesta por la Regeneración que elimina el derecho de los bancos privados a emitir sus propios billetes y aceptar solo los del Banco Nacional, los otros dos bancos, de Neiva y Aipe, también cierran sus actividades, poniendo fin a esta iniciativa de los comerciantes de Neiva.

La vida cotidiana de la Neiva decimonónica Katherin Andrea Pinzón Ramos

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

Proyectar un artículo referente a Neiva en el siglo xix y específicamente

sobre la vida cotidiana de sus habitantes plantea un desafío de doble envergadura, ya que por un lado las fuentes para el estudio del siglo xix, no solo de Neiva, sino sobre muchas regiones del país son muy escazas, y por otro, el tratamiento de temáticas de la cotidianidad es una veta incipiente de investigación que ha iniciado su auge desde los años 80. A pesar de las constantes quejas de muchos investigadores sobre la escases de fuentes para el estudio de la vida cotidiana de los habitantes de las distintas regiones de la actual Colombia, y debido a que no se consideraba que se debiera dejar registro de estas actividades, más aun si se parte del supuesto de que las formas de vida diaria no cambian; este corto texto pretende dar una ojeada a la vida de los habitantes de la Neiva del siglo xix a través de algunos de sus registros. No es posible negar estas falencias documentales y aunque efectivamente las quejas de los investigadores son verdaderas, no implica que no pueda darse una nueva lectura a las fuentes disponibles, ya que todos vivimos insertos en una cotidianidad y nuestras vivencias en ella son el reflejo de las actividades que desarrollamos, incluyendo los registros materiales, los cuales pueden ser leídos “entre líneas”, pues


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aunque los registros de la cotidianidad de los habitantes parecieran estar invisibilizados nunca estarán ausentes y la cotidianidad está presente en el estudio de cualquier sujeto. Partiendo de este supuesto y teniendo presente la imposibilidad de delimitar cuales temáticas deben tratarse dentro del registro de la vida cotidiana, el presente texto se ha guiado por lo ofrecido en las fuentes mismas, que no solo delimitan sino que a la vez nos muestran los temas que más circulaban y aquellos que generaban mayor preocupación entre los neivanos del siglo xix. Así las cosas, pretendo mostrar algunas temáticas particulares de forma articulada y no solamente a través de ejemplos de casos específicos, ya que como lo indica Emma León Vega, “eso llamado cotidianidad, puede abarcar distintos espacios y circunstancias humanas, las cuales recogen un amplio espectro de fenómenos ligados a cosas que pueden ir desde la prolongación de patrones y estilos de vida que caracterizan etapas históricas, hasta las interacciones siempre cambiantes entre individuos y colectivos que conviven durante tiempos variados”.1 Esto debido al debate que se ha generado alrededor de si el estudio de lo cotidiano debe abordarse como un ente separado o como un elemento constituyente de procesos sociales complejos y de la vida social en general. Por lo anotado, no pretendo enfocarme en la enorme fluctuación geopolítica del territorio que comprende Neiva, aun más, en un periodo tan conflictivo como lo fue el siglo xix, que puede decirse se inicia con las guerras de Independencia y termina con la Guerra de los Mil Días; dos fenómenos con profundos impactos territoriales y sociales que servirán para delimitar de manera cronológica nuestro estudio, pues existe un consenso historiográfico al señalar que en términos generales estos acontecimientos marcan respectivamente, el fin de una tradición colonial que da inicio a el periodo republicano y la entrada del país en el siglo xx. Beatriz Castro señala que la vida diaria de las ciudades republicanas tenía en general pocos sobresaltos fuera del día de mercado, la misa y las celebraciones públicas y que a pesar de que las guerras podían producir violentas interrupciones, las formas de vida cambiaron muy lentamente.2 1

2

León Vega, Emma, Usos y discursos teóricos sobre la vida cotidiana, Barcelona, Anthropos, México, Centro Regional de Investigación Multidisciplinarias unam, 1999, pág. 26. Castro Carvajal, Beatriz, “Aspectos de la vida diaria en las ciudades republicanas”, en Credencial Historia, ed. 55, julio de 1994.

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Particularmente para la ciudad de Neiva y a través de lo que enseñan las fuentes, las convulsiones provocadas por estos y muchos más hechos no afectaban en gran medida la vida cotidiana de los neivanos del común, pues la historia nos muestra que en cualquier parte los habitantes tienen las mismas necesidades básicas que satisfacer y se hallara la forma de satisfacerlas sobre las circunstancias. Sin embargo hay dos elementos a tener en cuenta: así como los sujetos y los grupos desarrollan unas actividades diarias para gestionar su vida en sociedad, en ella aparecen mecanismos para satisfacer sus necesidades, los cuales se expresan en las costumbres y normas de comportamiento seleccionados por la práctica histórica de muchas generaciones, las experiencias fijadas en la estructura dentro de la que se insertan los sujetos.3 También se debe tener en cuenta que no toda la vida cotidiana se limita simplemente a satisfacer necesidades para sobrevivir, también hay otros aspectos que escapan a ese marco como son las actividades de esparcimiento o el simple hecho de imaginar o soñar, así como tampoco es posible establecer un modelo que represente la vida cotidiana de todo el mundo pues esta tiene infinitas variaciones: culturales, educativas, climáticas, regionales, de género etc. Evidentemente luego de un hecho traumático algunas acciones no podían desarrollase de la misma forma, frecuencia o rutina como algunas actividades de esparcimiento, pero en general, las actividades básicas de subsistencia permanecen y los lazos sociales continúan. Sobre todo en una ciudad como Neiva, pues la vida de su población tiene la particularidad de desarrollarse en un punto geoestratégico de comunicación con el suroriente y suroccidente del territorio inclusive desde la colonia.

¿Quiénes eran los neivanos del siglo xix?

Estudiar la vida cotidiana de los neivanos cobra más importancia cuando

podemos observar cómo se autodefinían, pues no tiene sentido aprender que hacían y como era su vida diaria si no se entiende a quienes nos estamos refiriendo. Una valiosa definición de lo que se entienda por “el pueblo neivano” y la importancia de ejercer su soberanía para el bien de toda la República hacia 1855 nos la brinda el periódico Huila:

3

León Vega, Usos y discursos teóricos…pág. 29.


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Historia Comprehensiva de Neiva El Pueblo No todos le dan a esta palabra su verdadero significado: es preciso comprenderlo bien: todos pertenecemos al Pueblo: así el Pueblo de la provincia de Neiva se compone de todos sus habitantes que son mas de cien mil: el Pueblo de Neiva se compone de todos los habitantes del distrito que son mas de siete mil: cuatro, seis, veinte o cincuenta ciudadanos, aunque como todos los otros, pertenecen al pueblo, san apenas una pequeña parte de él. El Pueblo es soberano, i ejerce su soberanía de dos modos: 1° el dia de las elecciones, depositando su voto en las urnas; i 2° representado por medio de sus autoridades, en todos los demas casos: fuera de estos dos medios, no tiene el Pueblo otros para el ejercicio de sus sobreranía: quédanle apenas los derechos del ciudadano, las garantías, las obligaciones. De otra manera no puede comprenderse ni practicarse la República. 4

Aunque desafortunadamente son pocas las fuentes que hablan de la Neiva del siglo xix, las existentes son ricas en detalles sobre la ciudad y sus pobladores, su buen nivel educativo, buenas costumbres y cultura, como es el caso de la critica que el periódico El Vijilante hace a la comedia presentada por la Compañía de teatro española Suarez Toneu, la cual se presento en la ciudad los domingos 27 de junio y 4 de julio de 1880. La comedia titulada Cosecha de Lágrimas contaba la historia de una mujer que vivía “públicamente” con un hombre. Esta temática hirió la sensibilidad de algunos neivanos y a la vez es una ventana para ver el tipo de cultura letrada que se desarrollaba en Neiva en ese momento. “En una sociedad que posee un grado notable de ilustración i cultura como la de Neiva, en donde las matronas i las doncellas son tipo de virtud i de candor no gustan esas comedias. Agrada mas el drama sentimental, en cuyo ramo abunda el teatro español, antiguo y moderno”.5 Estas “buenas costumbres” se reflejaban en la “paz octaviana” en que vivía la ciudad: La masa del pueblo se manifiesta obediente a las autoridades, i los funcionarios públicos llenas sus deberes con inteligencia y exactitud. Los hombres son atentos, corteses, amigos de servir, mui dispuestos 4 5

Huila, Neiva, n.o 19, 21 de noviembre de 1855. El Vijilante, Neiva, n.o 12, 11 de Julio de 1880.

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a toda reforma útil de las costumbres, ansiosos por el bien general, i comunicativos. Las señoras tienen un aire desembarazado i agradable: son mui amables, i en general, unen a una persona interesante, una graciosa naturalidad i no escasa inteligencia. 6

Una constante en las descripciones de la ciudad para este periodo es la alusión a su agradable clima y a los beneficios que generaba para la salud de sus habitantes y la producción de cultivos, no solo en los campos circundantes de Neiva, sino en los patios mismos de las casas, las cuales a opinión de algunos, pecaban por sus ventanas dignas de la edad media “aquellos agujeros del cuarto [dormitorio] frente a claras i bien ventiladas ventanas modernas”;7 mientras otros, como el señor M. M. Madiedo opinaban lo contrario, pues encontraban ese tipo de construcción provechoso para la acumulación de humedad8 que permitía aminoraban los efectos del calor. Cualquiera fuera su forma, se producía en sus patios-solares, “frondosos tamarindos, mangos, ciruelos, indíenas, granados, naranjos i limoneros, que con su agradable frescura, verdor i humedad temperan el calor de la atmosfera, a la vez que la fragancia de los clavellinos, azucenos, narcisos, margaritas y jazmines i el vistoso lujo de sus flores, hacen de cada casita una mansion de placer”.9 Además de papas, arracacha, legumbres, hortalizas, frutas, plátano, yuca, maíz, arroz, cacao, café, tabaco, carnes frescas y todo lo necesario para la vida domestica; “donde cada estancita es un paseo recreativo”.10 Sin embargo, a juicio de otros, esta holgura que la producción de la tierra diera al neivano, sumada a su agradable clima, en vez de generar un bienestar para la población le trajo un grave problema: “esa vida horizontal de la hamaca; [que] tendremos a un neivano convertido en un oriental”11 y esta queja no será la única respeto al “buen carácter” de los habitantes de la ciudad —como se verá más adelante—, pues como se indicaba en la prensa, el dinamismo de Neiva y su característica de paso comercial la hacían propicia no solo a influencias externas de todo tipo sino a buscar comparativos externos para sus pobladores. Tal sería el caso de una especie de injerto raro de características “YankeeEl Neogranadino, Bogotá, n.o 15, 11 de noviembre de 1848. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. 8 El Neogranadino, Bogotá, n.o 15, 11 de noviembre de 1848. 9 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. 10 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. 11 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. 6

7


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anglo-franceses”: “Dos rasgos característicos distinguen a un yankee, la independencia y la actividad social: i en Neiva, como si el clima evaporase esta segunda cualidad, para desarrollar la primera, el neivano parece asumir en su carácter esencialmente independiente todo lo que le falta de dilijente i activo”.12 Pero las comparaciones no se detienen allí ya que no solo el carácter de los neivanos se describía mediante el empleo de elementos foráneos, sino que su físico se definía como el de un “semiyankee”, es decir, con alta estatura, cuerpo esbelto, pecho saliente, largo cuello y frente erguida.13 Por supuesto, no hay manera de saber la exactitud de tal descripción y menos asegurar que esta aplicaba a todos los tipos poblacionales que habitaban la ciudad, y más si tenemos en cuente que la mayoría de la población campesina y labriega, era descrita de contextura robusta y vestían —a diferencia de la levita de los “señores”— con “sobrero de trenza, camiza de lienzo, ruana blanca de algodón listada de azul, un pantalón del mismo color que le daba una cuarta arriba de los tobillos i el pié en el suelo”.14 Sumada a la descripción anterior encontramos la de John Potter Hamilton, quien caracteriza a los campesinos neivanos como gente muy agradable, altos, bien formados, de ropa limpia, rostro franco y noble.15 En cuanto a las mujeres, estas usaban pañolón colorado o azul, camisas muy bordadas y enaguas con arandelas; zarcillos, gargantilla y rosario de oro y sombrero de cinta ancha.16 Sin embargo lo que sí se mantenía equitativo era nuevamente la queja a la falta de actividad, la cual inclusive hasta el día de hoy muchos consideran que hace parte del el espíritu del neivano: “he aquí, pues, unos semiyankee: -lástima es que les falte la actividad; pues en el camino de la libertad, trabajan con iguales tendencias el Yankeei y el neivano, pero el uno a la vapor i el otro a la Mac Adams”.17 Hamilton da la misma versión sobre la aparente ociosidad de los neivanos, atribuyéndola a la facilidad con que la tierra les daba lo necesario para vivir. Al tener por ejemplo fácil éxito en la pesca pues los riachuelos estaban llenos de peces, “se quedaban dos o tres días seguidos tendidos El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. La cursiva es mía. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. 14 Huila, Neiva, n.o 24, 1 de febrero de 1856. 15 potter hamilton, john, Viaje por el Interior de las Provincias de Colombia, parte 5,Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Consultado 10 de Abril de 2012, en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/ viinpro/viinpro0e.htm. 16 El Neogranadino, Bogotá, n.o 409, 16 de julio de 1857. 17 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de julio de 1856. La cursiva es mía.

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en sus hamacas meciéndose de lado a lado en el cuarto y que nada sino únicamente el hambre podía sacarlos de esa apatía e inactividad”.18 Como decía, el lugar en el que el Neivano disfrutaba poner su hamaca —entre otros lugares— era principalmente su casa, en el solar o a la entrada: Algunas [casas] todavía adolecen del pésimo gusto que rutinariamente se ha conservado desde el siglo xvi, cuyo tipo invariable es el siguiente: una casa sin ventanas, con su salta, su infalible tienda adyacente, el cuarto (alcoba) donde se instalaba el consuetudinario bracero con su vitalicia olleta, siempre en guardia y siempre pródiga del confortable chocolate (o cacao como dijera un neivano), i en este cuarto aquel imprescindible agujero para chapar hacia la calle; tampoco puede negarse, que ya hai muchas al estilo moderno, decentemente adornadas i muy bien amuebladas, no siendo pocas las que se van construyendo cada dia , de teja, claras, elevadas i bien ventiladas, aunque fuera de desearse que los nuevos constructores no sacrificaras con tanta frecuencia la elegancia i simetría a solo la comodidad i algunas veces al capricho.19

Por supuesto seria herrado dar total credibilidad a estas descripciones y de hecho son innumerables las actividades cotidianas que desarrollaban los neivanos de todas la clases sociales; sin embargo una de ellas; si no la principal, era la asistencia a la iglesia.

¿Qué hacían los neivanos?

Un particular artículo de 1893 nos indica que no solo eran los pobladores fieles asistentes al culto religioso, sino también sus mascotas y fieles acompañantes de los devotos, aunque efectivamente sus intenciones no fueran precisamente la de seguirles el paso en las oraciones:

12 13

Variedades: Los perros en misa Si, señor! Los perros aquí en Neiva como les consta á todos los vecinos, asisten á misa y á toda función religiosa; van á la iglesia, 18 19

Potter Hamilton, Viaje por el Interior ... El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856.


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Historia Comprehensiva de Neiva por supuesto, a retozar duro y parejo, a tumbar niños, á saltar por sobre las señoras y aun por sobre su misma patrona, á meterse por todas pates y no dejar oír misa á nadie.20

El oficio religioso estaba estrechamente relacionado con los ámbitos de las fiestas: la fiesta religiosa, las fiestas patronales, el día del santo etc. las cuales muchas veces terminaron convertidas en celebraciones poco santas y en desordenes. Tal es el caso de la Semana Santa celebrada en la ciudad en 1893. Según se nos narra en El Municipal, desde el día martes se había comenzado con los preparativos: vestir las imágenes de los Santos que irían en procesión, recoger los materiales necesarios para su recorrido y el adorno de la iglesia “como pindos, cabuyas, ropas, andas flores, musgos, frutas, alfileres (nosotros como los más pobres llevamos espinas de chontaduros)”.21 El Viernes Santo se presentó el primer conflicto. Según la crónica eran los más pobres quienes contribuían económicamente en el desarrollo de la celebración mientras los habitantes pudientes de la ciudad malgastaban el dinero en apuestas de gallos, carreras de caballos y bailes.

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y aquí fue Troya!”.23 Se formo una gresca donde hubo “cuchilladas, tenedoradas, cucharadas… pues los cubiertos de la señora del hotel, salieron á la calle á servirnos de metralla”.24 Gracias a la gresca y a la doble visión que produjo el licor, la plaza pasó de tener cuatro lados a ocho, a tener dos soles y los comediantes tomaban dos copas de trago cuando habían pedido solo una, por efecto de la “física espirituosa” o la prestidigitación.

Pues bien, nuestra función de iglesia fue solemne. Pero como no hay cosa cumplida ¡Qué desgracia la nuestra! Desde el jueves santo en adelante se nos metióLucifer, pues para entrometido no tiene rival, y para olvidar pronto esos recuerdos de la Pasión de Nuestro Redentor, ó para mejor decir, para mezclar lo sagrado con lo profano, ó al menos colocarlos tan juntos que no quepa entre ellos la punta de un alfiler (así como no cabe entre el si y el no de las mujeres), nos propusimos ensayar una comedia después de cada procesión de la noche, y la representamos el Domingo de Pascua!22

Fuente: El Municipal, Neiva, n.o 25, 26 y 27, 17 de febrero de 1894, págs. 122-123

El plan inicial era presentar dicha comedia al rededor de los diferentes pueblos de Neiva, sin embargo, fue en uno de ellos en donde los parroquianos encargados de representar la comedia se antojaron de “licores mas variados como resacado, aguardiente, anisado, el sudor de los alambiques (fuente de riqueza del gobierno)

Ante esta situación, el alcalde y sus comisarios en cumplimiento del código de policía conducen a los participantes del hecho a la cárcel: “pero como la doble visión estaba en vigor, le preguntamos que á cuál de los dos cárceles nos llevaban. El Alcalde, prudente, comedido y advertido como pocos, nos dijo que á las más decente, porque todos éramos

El Municipal, Neiva, n.o 20, 7 de octubre de 1893. El Municipal, Neiva, n.o 25, 26 y 27, 17 de febrero de 1894. 22 El Municipal, Neiva, n.o 25, 26 y 27, 17 de febrero de 1894.

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El Municipal, Neiva, n.o 25, 26 y 27, 17 de febrero de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 25, 26 y 27, 17 de febrero de 1894.


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decentes”;25 sin embargo, el colmo de la situación se da cuanto al verificar las identidades de estos personajes resultan ser todos ellos —a excepción de uno— empleados públicos: el secretario del alcalde, el presidente del consejo, algunos secretarios de los juzgados del circuito, el telegrafista, etc. “El que no era empleado fue el único que probó la decente cárcel, allí durmió su alegría, pagó su excarcelación y sufrió por todos nosotros los pecadores. Véase pues con cuantas garantías andamos los empleados. La Policía no tiene por qué meterse en esos asuntos borrascosos de nuestra vida privada”. 26 Afortunadamente eran pocas las veces en que este tipo de situaciones ocurrían pues para ello estaba claramente estipulado el código de policía. Precisamente se encuentra la ordenanza expedida en este mismo año en donde se le encarga a los agentes de policía redoblar su vigilancia durante los regocijos públicos, las ferias y los mercados, así como recorrer las calles de la ciudad particularmente en las noches antes y después de este tipo de eventos “para hacer guardar el orden y restablecerlo en el acto, si fuere perturbado”. 27 En general este tipo de códigos se expiden basándose en los hechos, es decir, se parte de acciones que han venido ocurriendo y que necesitan ser reglamentadas. Por esto, este mismo código nos puede indicar que tipo de actos eran cometidos por los habitantes como lo expresa el artículo 569 sobre los actos en público: proferir palabras obscenas, cantar canciones torpes o ejecutar canciones deshonestas, andar desnudo o en traje deshonesto. Artículo 598 En los lugares donde se expendan licores, se efectúen bailes ó se tengan establecidos juegos o cualquier otro espectáculo que atraiga concurrencia, el dueño del establecimiento tiene el deber, durante las noches del concurso, de colocar hacia la calle, en la puerta de entrada un foco de luz suficiente á fin de que la policía pueda ver los desórdenes que ocurran. La luz permanecerá por todo el tiempo que el establecimiento estuviere abierto.28

El Municipal, Neiva, n.o 44, 15 de junio de 1897. El Municipal, Neiva, n.o 25,26 y 27, 17 de febrero de 1894. 27 El Municipal, Neiva, n.o 63, 14 de mayo de 1898. 28 El Municipal, Neiva, n.o 63, 28 de mayo de 1898.

La vida cotidiana en Neiva

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Así como en muchas otras partes y ocasiones, el consumo de licor siempre ha sido fuente de todo tipo de críticas y castigos; sin embargo los neivanos no se limitaban a su control, sino que buscaban curiosas formas de “curarlo” pues aquellos que lo consumían con frecuencia eran catalogados como enfermos, tal y como se evidencia en la siguiente nota titulada “poción antialcohólica”:

Poción antialcohólica Alcohol puro…………un litro Agua destilada………un litro Quina Roja……….…una libra

Se mezcla, se reduce a la mitad por medio de la evaporación cuidando que no pierda mucho el alcohol. Se purifica bien. Método para tomarlo Se toma una cucharadita de café cada tres horas durante los tres primeros días. Cada cuatro horas los tres días siguientes, luego tres veces al dia, i por ultimo una cucharadita por la mañana i otra en la noche; al agotarse el primer frasco se dejan pasar quince días i se toman con el último método el segundo frasco. Con un poco de voluntad i este remedio, no hai quien resista a él, i se consigue recuperar el honor i la dignidad, perdidos en tan asqueroso vicio. No hai dieta ni alteracion alguna en el modo de ser habitual del enfermo.29

Una de las pocas distracciones en la cuidad que se escapaba de las consecuencias del consumo de alcohol era el teatro. Sin embargo, a pesar de que no fue posible encontrar con qué frecuencia las compañías de teatro se presentaban, si comparten las mismas críticas que recibieron otra clase de “vicios”, las cuales encontramos en varias referencias al teatro que se presentaba en la ciudad. Estas se dirigían a la temática de las obras, la infraestructura del lugar y principalmente al comportamiento de los asistentes, cosa que choca con las referencias al buen comportamiento y cultura de los habitantes que se menciona en otras fuentes.

25 26

29

El Vijilante, Neiva, n.o 16, 26 de agosto de 1880.


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Historia Comprehensiva de Neiva El alumbrado es malo i escaso; el del patio es de una grasa infecta que asfixia, i ofende le olfato. En cuanto a la parte del público profano e ignorante en el divino arte, no podemos hacer cargo alguno, pues las risotadas en las escenas mas patéticas, las conversaciones en voz alta &a , tienen por disculpa que el vulgo no esta educado aun para esta clase de entretenimientos. A los caballeros que gustan de oir las representaciones en el patio, les suplicamos que bajen los de palcos ántes de levantar el telon, pues el ruido del calzado en las escaleras de madera, es insufrible i le dan ejemplo a una no pequeña porción de muchachos que los imitan, impidiendo unos i otros oir lo que se dice al principio del acto. Tambien desearíamos (i esto no es el señor Suarez i socios) que las pretendidas literatas i los pretendidos literatos no hicieran sus comentarios en alta voz durante la escena, debiendo dejarle para después del acto a para su casa, como pluscafé: i que los señores que van a hablar de negocios mercantiles, prescindiendo de la representación i del respetable público, arreglasen esos negocios en sus respectivos almacenes, escritorios o bodegas; asi como también que los gastrómonos coman en los entreactos para evitar el indispensable ruido de los platos i vasos cuyo sonoro timbre ahoga la voz de los actores. Igualmente nos permitimos rogar al señor alcalde haga uso de la policía i guardia para contener los desordenes de la calle durante las funciones. Una altisonante, incivil e insoportable gritería promovida i llevada a cabo por los envidiosos en los alrededores del loca, hace perder el gusto a los que están dentro; i no creemos que esos desordenes esten garantizados por la constitución ni por la lei.30

La vida cotidiana en Neiva

donde precisamente se podían quebrar los rígidos lineamientos morales y en lo cual ni la acción de la policía podía ser efectiva: No faltaron inconveniencias de las que hemos apuntado en nuestras anteriores revistas, i en la noche del 12 ocurrió una de marca mayor. Cierto sujeto, bien conocido en nuestra sociedad por el temor que infunde cuando se halla en estado Híbrido, diremos por no decir alcohólico, armó una pelotera de los infiernos, parécenos que con las cantineras durante el tercer acto i en voces tan descompasadas que no se oia nada de la representación. Quizás el alcalde i sus ajentes por ciertas consideraciones, no aplicaron al actor extra el articulo 1° de la lei 11 de 1877. En el patio había un corrillo de muchachos sentados al pie del escenario, haciendo un ruido insoportable i riendo estrepitosamente, sin que les valiera las reconvenciones ni las súplicas. Chinos soeces, sin la menor educacion, ni nocion de lo que deben hacer en sociedad, no debería tolerarse en estas funciones, cuya importancia y merito son incapaces de comprender. Tambien nos fué mui sensible, i mas que todo, la escasa concurrencia. Una sociedad culta, que no carece de recursos i que necesita espansion para el espíritu, cuando no siempre se le ofrecen espectáculos civilizadores i agradables, es mui estraño que se retraiga de asistir a las representaciones teatrales, porque hasta desalienta a los empresarios que tan dignos de consideracion se han presentado por sus loables esfuerzos , su fina educación. Capitulo aparte- lo hacemos porque es muy formal la queja que nos permitimos presentar a los señores de la compañia dramática por el poco caso que en las funciones de teatro se hace a los ébrios. ¿Lo creerán ustedes? Pues si señores, no vemos bien el que la policía que concurre a las funciones se haga la de la vista gorda con los desórdenes causados por ciertas jentes que consagradas durante el dia al uso del licor escojen el local del teatro para desfogarse de los chistes, bravatas i desatinos que les inspira la bebida. La última noche, (i no se diga que largamos el santo) había un estimable señor tan impertinente, tan fastidioso, que no dejaba consagrar la atencion a la representación porque a cada palabra de los actores argumentaba, se reia a grandes risotadas, hacia comparaciones i otras lindezas por el estilo que nos hicieron desesperar. Estas cosas son las que debe evitar la policía; la lei castiga la embriaguez i debe cumplirse con chicos y grandes.32

Esta contradicción encuentra explicación en una crítica a otra obra de la misma compañía de teatro, correjir al que yerra, donde se deja claro que la gran mayoría de estos comportamientos no son castigados por la ley, sino que hacen parte de la fuerte educación moral que todos los habitantes sin distinción de oficio o clase social deben seguir: “según la presunción moral, ya que no legal”;31 sin embargo, tales leyes morales no eran seguidas ni por los miembros más respetables de la sociedad nevana y al parecer era en el teatro (causalmente en el mismo teatro de la Compañía Suarez) el espacio 30 31

El Vijilante, Neiva, n.o 12, 11 de julio de 1880. El Vijilante, Neiva, n.o 14, 25 de julio de 1880.

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El Vijilante, Neiva, n.o 20, 19 de septiembre de 1880.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Por supuesto no puede creerse que todas las celebraciones o reuniones de esparcimiento presentaran tales pleitos, por el contrario, había ocasiones en las que se aprovechaba para limar asperezas y solucionar conflictos, pues las celebraciones y reuniones pretendían precisamente reforzar los lazos de unión de los neivanos y por supuesto las fiestas de San Juan y San Pedro se prestaban para este cometido. Así lo reporta el periódico Huila para tales fiestas en 1855, festejadas en Neiva, Gigante, Garzón, Pital y Agrado. Todos los habitantes de la región realizaron paseos a caballo, comidas cívicas, bailes y se instalaron toldos para el alojamiento de los asistentes, dándose pruebas de olvido de agravios a través de convites mutuamente entregados: I hoi se han reconciliado, relegando al olvido sus antiguos enconos, i prometiéndose para lo sucesivo amistad eterna, buena armonía i la mejor intelijencia. Todo esto prueba, a no dejar duda, que la civilizacion hace progresos, i que el bien estar en los pueblos i en las familias mejora cada dia mas i mas, por efecto de la santa paz de que se disfruta, a cuya sobre el trabajo i la industria van produciendo óptimos frutos a la sociedad.33

Una descripción más detallada de cómo se celebraban las fiestas de San Juan y San Pedro se encuentra para 1857. Allí se cuenta como desde la noche del 23 por las calles se oían tamboras, típles, alfandoques, gritos y cantos hasta la media noche, a continuación la gente se dispone a bañarse en el río porque es en esta fecha Fuente: El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de junio de 1894. cuando San Juan se baña en todos los ríos del mundo para bendecirlos. 33

Huila, Neiva, n.o 5, 15 de julio de 1855.

La vida cotidiana en Neiva

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Luego del baño la fiesta continuaba hasta el amanecer. A las 5 de la mañana comienzan las cabalgatas de caballos, mulas y burros donde hombres y mujeres participan al grito de “San Juan” mientras otros hacen bailar al caballo en dos patas mientras gritan “Santa María”, luego se dirigen de nuevo al río y mientras unos se bañan, otros preparan el sancocho bajos los toldos que se instalaron en la orilla y de nuevo comienza el baile. La gente forma un círculo dejando espacio suficiente para que se exhibieran los bailarines. El bailarín se dirige hacia su pareja y con una venia la invita a bailar, se ubican uno frente al otro a 8 pasos de distancia y esperan que comience la música. Ella lleva un pañuelo blanco en una mano y con la otra sostiene la enagua para darle espacio al movimiento de los pies. La música se hace en cuartetos acompañada de tiple y tambora y dos mujeres cantan a dúo. El parejo se mueve hacia ella en ademan de invitarla y ella lo sigue. Todas las mujeres —de todas las edades— bailan con el mismo parejo hasta que es relevado. Los bailes que se desarrollaban eran bambucos, valses, contradanzas, cañas y torbellinos hasta la hora de la comida donde se sientan juntos a la orilla del río intercalados hombres y mujeres para que sean ellos quienes les sirvan la comida a ellas. La comida se acompaña con brindis de champaña. En la tarde se regresaba a caballo y en las casas ubicadas a lo largo del camino se colgaba un gallo hacia el cual el jinete tenía que cabalgar en fila y a toda carrera tratar de arrancarle la cabeza mientras en el fondo continuaban los sonidos de tambora y los gritos de “San Juan”. Finalmente a las 6 de la tarde se descansaba y se preparaban para el baile de la noche.34 El mismo objetivo tenían las fiestas estatales como lo era la celebración del 20 de julio. Estas comenzaban en realidad desde el día 19 en la noche frente a la casa de gobierno acompañada de banda de música, descargas de fusilería, cohetes, desfile del cuerpo militar del estado, izamiento del pabellón nacional y baile.35 El desarrollo de la actividad festiva no variaba mucho entre las diferentes celebraciones, estatal, religiosa, patronal etc. pues para las fiestas de Nuestra Señora de la Concepción se encuentra el mismo tipo de actividades: se ondearon banderas blancas, se decoró el templo, celebración de la misa en la catedral del Espíritu Santo para terminar con pólvora, globos, bailes, toros y “mesitas en la plaza”.36 El Neogranadino, Bogotá, n.o 409, 16 de julio de 1857; El Neogranadino, Bogotá, n.o15, 11 de noviembre de 1848. 35 La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 12, 22 de julio de 1882. 36 La Luz, Neiva, n.o 1, 14 de Diciembre de 1857. 34


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Historia Comprehensiva de Neiva

Las actividades de regocijo y esparcimiento también se relacionaban con las caminatas y los paseos. El principal de ellos fue el de San Antonio, pues era visto de muy “buen gusto” que las familias pasaran allí el verano gracias a su fresco clima. La importancia de este lugar queda clara, ya que para 1855 se hace la urgente solicitud de ciento cuarenta y un pesos para construir un puente sobre el río de Las Ceibas, en el paso del Guayabo, y así evitar los peligros del tránsito hasta allí, no solo para los paseantes sino para el transporte de víveres.37 Sin embargo en 1858 se reporta que las visitas a San Antonio se han visto afectadas por los constantes conflictos con los indígenas quienes se dirigían a las casas de los vacacionistas, golpeaban las puertas y ventanas, lanzaban insultos y amenazas por que los veían como un peligro para sus resguardos.38 Los bailes que se organizaban también pretendían alcanzar objetivos de fraternidad, aunque se desarrollaban dentro de las clases altas de la ciudad. Esto es claro no solo por el tipo de asistentes sino porque el espacio donde se desarrollaba evidencia que solo pocos podían tener acceso a tales lujos, como puede verse en la descripción de una sala de baile: Llegamos a la sala de baile i tomamos asiento (Sala de baile quiere decir entre nosotros un cuarto mas grande que el aposento de la casa, con honores de salón). Donde estábamos figuraban en primer término dos sofás de antigua data, presidiendo a la manera de ciertos presidentes de corporación, una fila compacta de rancios taburetes rijidamente ordenados a lo largo de las paredes, pintadas simplemente de color blanco. (…) El salón estaba decente i tan elegante como era de desearse i es permitido de nuestra civilizacion.39

Igualmente llamativo es ver como en una fiesta reseñada en El Municipal donde participó la banda de música dirigida por Emigdio Romero y en la cual se dio una velada solo para los miembros notables de la sociedad, se da cuenta de que se rechazo el uso de instrumentos como el bombo, la caja y los platillos por ser considerados como parte de “otra clase de regocijos” más populares y por lo tanto poco propios para la ocasión.40 Huila, Neiva, n.o 6, 2 de julio de 1855. La Luz, Neiva, n.o 17, 6 de agosto de 1858. 39 Huila, Neiva, n.o 21, 21 de diciembre de 1855. 40 El Municipal, Neiva, n.o 21, 23 de diciembre de 1893.

La vida cotidiana en Neiva

El diario vivir

Para mediados del siglo xix, los neivanos reconocen el aumento en el dinamismo de su ciudad, pues a pesar de que

Las bellas artes poco se cultivan; (...)las artes i oficios mecánicos empiezan a ensanchar su círculo de acción. Si ántes de 1850 habia que mendigar hasta Bogotá la adquisición de los artefactos necesarios a la vida, hoi no faltan 50 artesanos, tanto de aquí como de afuera, que ejercen sus diferentes oficios con mas o ménos perfeccion, no siendo aun suficientes para las demandas de obra que ocurren de este i de los demas distritos.41

Muy diferente a las quejas que se oían solo dos años antes, en 1848 cuando se alegaba que en Neiva existía muy poco comercio, no había zapateros, herreros, talabarteros, carpinteros ni sastres por lo que todo efectivamente debía traerse de Bogotá a altos costos. Esto podía ser solucionado precisamente trayendo artesanos de Bogotá a Neiva, cosa que no había ocurrido antes por culpa de un engaño, ya que se creía que “las tierras calientes eran mortíferas” pues animales como serpientes, grillos, sapos, lagartijas, avispas, zancudos atacaban constantemente, además de que los pobladores supuestamente “viven sudando a mares; que no se come, que no se duerme, en fin, que no se vive”,42 por lo que nadie querría dejar de comodidad de Bogotá para enfrentarse a estas condiciones. Por el contrario se enfatiza que dadas las características del clima, los habitantes de Neiva son muy aseados pues el baño se consideraba medicinal y por ello gozaban de buena salud, caso contrario a los climas fríos. Una constante en todas las fuentes respecto a los habitantes de la Neiva del siglo xix se refiere al aseo de sus gentes: “Los baños forman otro elemento de salubridad. El clima ecsije que los habitantes sean natural i estremadamente aseados; así es que las jentes pobres jamas se presentan al templo ni a sus bailes, sin vestirse limpia y decentemente”.43

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. El Neogranadino, Bogotá, n.o 15, 11 de noviembre de 1848. 43 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 98, 16 de febrero de 1856. 41 42


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Historia Comprehensiva de Neiva

Entre compadres y comadres

De otro lado, ni antes ni ahora debe sorprendernos que el chisme y las

habladurías no solo hagan parte de las actividades diarias de cualquier parroquiano sino que sean tema de preocupación y debate. El elemento particular en el caso de Neiva es que estas se hacían públicas a través de letreros anónimos en paredes y calles, donde eran escritas y leídas en carbón: [Lo que] algunas personas con el fin de insultar a otras, marcan en público, las primeras, su más alto grado de bajeza y maledicencia encapada, (...) para ofender con lo que no se atreverían á decir cara á cara; y las segundas, son dignas de mayores consideraciones, puesto que con las agresiones que se les quieran inferir por este medio inculto, en nada menoscaba anta la sociedad su dignidad y aprecio.44

La vida cotidiana en Neiva

contra la prostitución, pues es increíble el número de rameras que pululan en la ciudad ejerciendo con sobrado descaro tan degradante profesión”.46 ¿Cómo veían los hombres neivanos a las mujeres? Pues al parecer y como no debió ser la excepción en la totalidad del territorio nacional, las había para todos los gustos: feas, bonitas, gordas, flacas, las que usaban maquillaje y las que no, jóvenes y mayores, casadas y solteronas; y lo más llamativo es que la prensa se tomara el tiempo para hablar de cada una de ellas, usando su imagen para transmitir mensajes de moralidad y buenas costumbres a hombres, mujeres, jóvenes y mayores por igual:

Quizás eran tales las dimensiones alcanzadas por las habladurías que en un periódico de la ciudad aparecieron publicadas las intenciones de dos personajes de escribir un texto sobre las costumbres de los neivanos, haciendo énfasis en su plan de escritura en las murmuraciones y la “maledicencia”, las cuales ocuparían una buena parte de su obra pues este mal aparecía desde los niños, quienes aun sin encadenar las ideas ya criticaban el vestido de su amigo, hasta el anciano que aún al borde de la muerte “se ocupa con ahinco de las flaquezas de la vida humana”.45

Las neivanas

Así

como los neivanos del siglo xix desarrollaban una infinidad de actividades cada día, dentro de estas, el papel de las mujeres era fundamental y las situaciones que ellas vivían eran muy variadas, dependiendo en muchos casos del oficio que desarrollaban y de la clase social a la que pertenecían. El ejercicio de la prostitución por ejemplo era una gran preocupación dentro de los suscriptores de los periódicos de la ciudad: “La higiene y sobre todo la moral, hace meses reclaman en Neiva una enérgica medida 44 45

El Municipal, Neiva, n.o11, 20 de enero de 1893. Huila, Neiva, n.o 21, 21 de diciembre de 1855.

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Fuente: El Municipal, Neiva, n.o 62, 5 de mayo de 1898.

Feas y Bonitas En cierto sarao un amigo, no poco intolerante y un tanto sensualista, me señalaba á una señorita diciéndome:

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El Municipal, Neiva, n.o 11, 14 de octubre de 1893.


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Historia Comprehensiva de Neiva -¿No le parce á usted que María es muy fea?, -No lo sé respondí. -Cómo que no lo sabe! ¿Pues no la ve usted? -La estoy mirando pero no la veo. -No comprendo ese juego de palabras. -Miro el cuerpo, pero no veo el carácter, la inteligencia ni el alma. -¿Y eso que importa? -Importa mucho. -¿Para formar juicio sobre la belleza? - Sí -Pero si son patentes los defectos de esa joven! Vea usted: es muy flaca y tiene cuerpo muy desairado; el pelo… ni negro, ni rubio ni castaño. -Qué más? -La frente muy abombada y la nariz arremangada; y los labios… así, algo gruesos. -Bueno. ¿Y eso es todo? -Y los pies largos. Ah! ¿También eso? -Y la cutis de un moreno mate. -¿Y nada más? -Pues qué más! Si fuera peor sería una tarasca. -Está bien. ¿Pero es amable? -Oh! Eso sí: muy amable. -¿Y recatada al propio tiempo? -Sin duda. -¿Es ingenua y de carácter dulce? -Por completo. La salta y brota la vida por los ojos y tiene una sonrisa de ángel. -¿Es inteligente y virtuosa? -Mucho. -¿Conversa bien? -Ah! Deliciosamente. -¿Con gracia y espontaneidad? – Lo confieso. -¿Y a todo eso añade tener el nombre de María, el más dulce nombre conocido? -Sí. -Entonces declaro que es muy bonita. -Pero si es muy fea!

La vida cotidiana en Neiva

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-Digo que es muy bonita. -Pero usted no se ha fijado en las facciones! -Y usted no se ha fijado en ella, en el alma; no ha visto más que la carne. -Bah. -Una joven que tiene esa mirada llena de inteligencia y bonda [sic]), esa sonrisa infinitamente dulce, ese corazón y esa alma delicada y bellísima que está dentro de la carne y los huesos –que son materia no más;- una joven así, no es, no puede ser fea! -¿Pues donde residen la belleza y la gracia? -La suprema belleza y la gracia residen en la armonía y la mayor de las armonías es la de la luz, y la más preciosa luz es la de un alma pura, ingenua, bondadosa, bien equilibrada y gozosa de vivir sin ofender a nadie. Mi interlocutor se quedo pensativo, y si acaso pensó bien, reconoció el error de su sensualismo.47

Así, se ve que el estereotipo de la mujer neivana bonita ponía su énfasis en “la buena salud”. Los síntomas de que una mujer no gozaba de esta condición de belleza eran: la anemia, la falta de brillo en los ojos, el color pálido de las mejillas y la delgadez, contrario a “las carnes” que proporciona el consumo de grasa.48 No solo la buena alimentación podrían garantizar la buena salud de las mujeres, ya que los paseos a San Antonio también eran una buena opción para: Multar el temperamento, engordar, refrescar el cutis, aspirar a un lijero carmín en las mejillas, pasear, comunicar vigor a los músculos, imprimir donaire al cuerpo i flexibilidad a los movimientos, dar ternura a las miradas, amabilidad y gracia a la espresion, rejuvenecerse, retrogradar en el pícaro decurso de los años, para regresar luego a la corte i ver si algún pepito [...] Por eso un compatriota nuestro cuando se trataba de las señoritas neivanas que se habían ido a San Antonio a temperar, esclamaba: están en potrero.49

El Municipal, Neiva, n.o 24, 20 de enero de 1894. La cursiva es mía. El Municipal, Neiva, n.o 62, 5 de mayo de 1898. 49 La Luz, Neiva, n.o 17, 6 de agosto de 1858. 47 48


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Historia Comprehensiva de Neiva

Sorprendentemente hasta el ilustre José María Samper participó en estas meditaciones neivanas pero esta vez referido a la edad de las mujeres:

La vida cotidiana en Neiva

Por lo tanto y para dar solución a este asunto, los dos personajes dejan esbozadas las primeras líneas de un curioso tratado sobre la edad de las mujeres que pueden participar en los bailes:

-Ah! Delfina….. Delfina….¿Cuántos años tiene ella? -Apenas veintiuno, y es muy hermosa. -Pero es muy vieja. -Usted se chancea! -No tal. Delfina es coqueta y descreída; es envidiosa y pérfida; murmura de todas y de todos; no tiene principios religiosos; busca la sociedad para divertirse y contentar su vanidad; no conoce ocupación alguna, salva la de vestirse y leer pésimas novelas; es mentirosa y egoísta; no comprenda la piedad ni el amor. -Todo eso es verdad. -Entonces….. Delfina no solamente es vieja, muy vieja, sino que nació vieja, y en breve será muy fea, no obstante su aparente hermosura. Tosé [sic] María Samper. (Marzo de 1880).50

La edad de las neivanas no solo era importante para estos aspectos de la moral sino también para ocasiones más banales como los bailes. En el mencionado plan de los dos autores para escribir sobre las costumbres de la ciudad se habla de los límites de edad en que las señoras pueden participar en ellos. En un primer momento se asume que “La mujer baila desde que puede hacerlo i hasta que no puede o gusta retirarse de las diversiones mundanales”,51 sin embargo, al avanzar en la discusión los autores se preguntan cómo es que mujeres muy jóvenes que “ocupan asientos, con perjuicio de la comodidad de los bailantes, que alteran su salud con el insomnio de una larga velada” no deberían mejor estar en sus casas durmiendo, y la explicación es muy sencilla: “Esta es una añeja costumbre de la madres cargar con las hijas que bailan, con las chiquillas, i con os chiquillos, i con las criadas, i hasta con los perros, la cual dificilmente conseguirémos abolir. Ellas dicen que es para educarlos, para acostumbrarlos al trato de las jentes; pero, a fe mia, que me parece un mal sistema de educación”.52

El Municipal, Neiva, n.o 24, 20 de enero de 1894. Huila, Neiva, n.o 21, 21 de diciembre de 1855. 52 Huila, Neiva, n.o 21, 21 de diciembre de 1855.

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Art. 1° Las mujeres (cuando se habla de bailes.) de uno a doce años, se quedan durmiendo en sus casas de doce a catorce, pueden concurrir a hacer su aprendizaje de quince a veinte, se las recibe i aclama con entusiasmo de veinte a veinticinco, se las acepta con algunas restricciones de veinticinco a treinta, se las tolera previa censura de treinta a cuarenta, se las deja a un lado de treinta i cinco a…La que fue bella o bailarina de primera nota, a duras penas encuentra un colombiano cortés que la acompañe a hacer cabriolas. Todas las demás se consideran fuera de combate, con escepcion de ciertos casos estraordinarios en que se las rehabilita por unos cortos instantes. Art. 2° No hai razón para que se excluya a las jóvenes casadas, por la sola causal de tener ya dueño. Art 3° Las madres, las tias, las protectoras.53

Quizás puede ser entendible la preocupación de los dos caballeros sobre la participación de las mujeres en los bailes si se toma por fehaciente la descripción que presentan sobre cómo se realizaban: justo cuando iba a empezar la música para la contradanza, todos corren desordenadamente empujándose y pisándose mutuamente en medio de gritos y dejando abandonados por el camino objetos personales entre los que se encontraban pañolones, pañuelos, abanicos y guantes que recogen las mamas, tías y demás bailarines que se quedan rezagados a la hora de tomar posiciones para bailar. I eso ha sido de uso i costumbre en esta tierra de Dios? -No, amigo. Es una invención moderna de nosotros los cornavacetes. -Pero las señoras reciben bien que se la tome asi con tanta llaneza, y luego emprendan carrera tan brusca desde sus asiento hasta el puesto de la danza? -Toma, si eso les encanta; i a cambio de ser de las primeras, pasan por el inconveniente de sufrir algunos estrujones y pizadas. -No lo comprendo. I la decencia, i el decoro, i los buenos modales,

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Huila, Neiva, n.o 21, 21 de diciembre de 1855.


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Historia Comprehensiva de Neiva

La vida cotidiana en Neiva

i la delicadeza con que deben tratárselas, pesan menos que el vano deseo de no quedaren los últimos puestos?54

sudaba (perdonádme poetas, pero la expresión es indispensable), salía del paso con invitarnos á los hombres, pasando el pañuelo por los lirios y rosas de sus mejillas. Pero desde que la moda de la pintura ha invadido todas las capas sociales, sobreponiéndoles una capa de colorete y de polvos de arroz, el sudor á venido a ser un suplicio permanente, pues esa maldita e involuntaria humedad mezcla y confunde en un abrir y cerrar de ojos los colores artísticamente preparados. El rojo fraterniza con el blanco de la manera más caprichosa; fórmanse valles y colinas ¡Pobres mujeres! ¡Cuánto debéis sufrir!56

Temas como este que no solo hacían parte de la vivencia diaria de las neivanas sino de todas las mujeres en general, daban cabida a chistes que circulaban entre la población y para notas en los periódicos pues estos mismos se encargaban de registrarlo, como la solución que encontró una dama de la ciudad que solía mentir sobre su edad. En una ocasión la mujer fue requerida para que declarara ante un juez y allí tendría que decir la verdad. Y luego de tres noches de meditación halló la solución: Cuando el juez le preguntó su edad, según la fórmula acostumbrada, respondió con voz fuerte y segura: Treinta y cinco años Añadiendo muy bajo y de modo que solo pudiera ser oída de su conciencia: Desde hace nueve.55

Para disimular el paso del tiempo, las neivanas —según las crónicas de la época y como muchas mujeres de otras regiones— se esmeraban en su arreglo personal, y para ello, hacían uso constante del maquillaje especialmente durante las fiestas. De ello también se dejo registro en la prensa de la época, en donde sobresalen dos elementos: como se mencionó antes, a pesar de los beneficios del clima de la ciudad, desafortunadamente este no era amigo del mantenimiento del maquillaje femenino y segundo, los editores del periódico no solo tomaron atenta nota de esto sino que se pusieron “en los zapatos de la mujer”: Después de una semana de jolgorio, n ha recobrado su aspecto habitual. Todo el mundo ha vuelto á sus quehaceres. Y no es de las menos importantes, á la hora en que escribo, la de resistir al calor tropical que no abruma. El verano, después de haberse hecho rogar, ha tornado un terrible desquite. N se enjuaga la faz como un solo hombre. Y digo como un solo hombre, porque las señoras hacen todos los esfuerzos imaginables por hacernos creer que no sufren los efectos del calor. En los tiempos primitivos de la sinceridad glacial, cuando la belleza 54 55

Huila, Neiva, n.o 21, 21 de Diciembre de 1855. El Municipal, Neiva, n.o 25,26 y 27, 17 de febrero de 1894.

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En pocas palabras, los neivanos exigían a sus mujeres la casi perfección. En este caso, los paseos a San Antonio—como ya se mencionó— fortalecían la “inteligencia admirable” de las señoritas: Las señoritas a quienes agrada la evolución sanantoñuna, reúnen bastante instrucción, de suerte que no les resta sino mui poca cosa para llegar a la perfección: pues bien, un esfuerzo para alcanzarla con la ayuda de Dios i del clima, he aquí lo que nosotros reclamamos de ellas. […] rogando al Todopoderoso desde el retiro a donde nos dirijimos, que os conceda una estación feliz, i que os haga regresar pronto gordas, elegantes, lindas y literatas.57

La otra cara A pesar de lo dicho seria falso mostrar una imagen de una vida cotidiana de Neiva “color de rosa”, los conflictos por supuesto siempre estaban a la orden del día, los crímenes, los maltratos, los problemas generados por la pobreza de la mayoría de la población y particularmente las mujeres no escapaban a ellos. Un caso —desafortunadamente muy común— de maltrato a la mujer se presento en la ciudad en enero de 1826 contra Vicenta Sánchez de 20 años de edad, quien habitaba una pequeña choza a la orilla del río Magdalena junto a su madre y sus dos hermanos maternos (uno de ellos era Carmela 56 57

El Municipal, Neiva, n.o 25,26 y 27, 17 de febrero de 1894. La Luz, Neiva, n.o 17, 6 de agosto de 1858.


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Historia Comprehensiva de Neiva

quien fue testigo de los hechos). Mientras su madre y hermano menor se dedicaban a lavar ropa, Vicenta se ganaba la vida, además del lavado de ropa haciendo “grangeria de bollos y empanadas para vender”. El día de los hechos Vicenta había estado vendiendo tales productos en la plaza principal durante las diversiones públicas, tras lo cual se dirigió a su casa. Hacia la media noche se presento el señor José Rodríguez, alias “Días”, para quedarse a dormir allí, pues según los testimonios de varios vecinos y de la hermana, Vicenta y José sostenía hace tiempo una “amistad ilícita”. En la madrugada del siguiente día, mientras la madre y el hermano salieron a recoger la ropa encargada para el lavado, Carmela y Vicenta se quedaron haciendo el almuerzo y las labores de la casa. Hacia medio día José Rodríguez despertó y sin previo aviso comenzó a atacar a Vicenta con un cuchillo de mesa causándole 4 heridas. El motivo no queda claro, pero las autoridades que se encargaron del caso afirmaron que se trató de un ataque por celos pues un “mozo” había estado consumiendo empanadas en el puesto de Vicenta. “Se hallaron cuatro heridas: una leve en la frente sobre la seja del lado izquierdo: otra que le atrabiesa la naris diagonalmente del lado derecho al izquierdo; otra sobre el labio superior de la voca al lado derecho, y la otra en la palma de la mano izquierda, todas con instrumento contundente, y solo un poco grave la de la naris”.58 Tras el ataque, Rodríguez huye mientras Vicenta se refugia en la casa de un vecino y Carmela sale a dar aviso a la madre y a las autoridades. Tras el análisis de las pruebas y los tes- Fuente: El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894, pág.141. 58

“Causa seguida a José Rodríguez, por las heridas que le causo a Vicenta Sánchez”. Archivo General de la Nación (agn), Sección República, Fondo Asuntos Criminales, legajo 4, ff. 695-701.

La vida cotidiana en Neiva

277

timonios de varios testigos, el juez segundo de Neiva, sentencia en primera instancia a Rodríguez al castigo corporal y posteriormente a una multa de 50 pesos, argumentado que no era posible dar un castigo más fuerte al acusado en vista de que las heridas que le causo a esta mujer no le ocasionaron la muerte. Tampoco queda claro en la documentación porque el proceso es enviado a un juez en Bogotá. Allí tras una larga deliberación se decidió aumentar la pena dada la gravedad del hecho y los vacios en la ley ante este tipo de hechos; por lo que se quería que el castigo del caso de Rodríguez fuese tomado como ejemplo para sentencias posteriores. Así, el fallo en segunda instancia condeno a José Rodríguez a confinamiento en la cárcel y embargo de sus bienes. Desafortunadamente este fallo dado el 18 de febrero del mismo año llego muy tarde a la ciudad de Neiva, pues para ese momento el culpable parece haber huido hacia el Valle del Cauca y no se encontraron bienes que embargar, mientras Vicenta continuaba recuperándose de sus heridas sin poder ir a trabajar. Otro hecho en el que una mujer estuvo implicada fue el infanticidio reportado en uno de los arrabales de la ciudad hacia 1856. Hallaron efectivamente un niño muerto, recién nacido, unido todavía a las secundinas i con varias contusiones en la cabeza: por las huellas de sangre que allí había i que aun no habían sido borradas por la lluvia, parece que en aquel mismo lugar vió la luz ese ser inocente, que, segun opinion de los cirujanos que practicaron la diseccion, nació vivo y murió a consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza.59

Las indagaciones señalaron que la madre del niño y autora del hecho fue una mujer llamada Marcela Rivera, quien recibió una condenada de 6 años de cárcel, dejando 5 hijos más en la más completa miseria. Este caso fue aprovechado por los editores del periódico no solo para dar cuenta de este tipo de situaciones, sino para denunciar la forma como muchos huérfanos en estas mismas condiciones eran dados al cuidado de hogares temporales, los cuales “léjos de enseñarles algun oficio i formar de ellos ciudadanos útiles, los convierten en bestias de carga i les dan tratamiento de esclavos”.60

59 60

Huila, Neiva, n.o 25, 11 de febrero de 1856. Huila, Neiva, n.o 25, 11 de febrero de 1856.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Además es que las condiciones económicas tampoco ayudaban. Ya en 1811 en las Actas del Congreso de Neiva se estipulaba el establecimiento del fondo público para el cual los jornaleros debían contribuir con 8 reales, los trabajadores sin jornal pagaban 2 pesos, los ricos 10 pesos, los “medianamente pudientes” 6 pesos, las viudas pudientes 6 pesos, el padre de familia aportaba 8 reales por cada hijo mayor de 18 años y las mujeres dueñas de pulperías 8 reales. Se eximia a los esclavos, hijos de familia y mujeres pobres pero ahora se incluía a los indígenas “considerando que la excepción que hasta ahora habían gozado es un verdadero inconveniente para la administración”.61 Una versión de las dificultades económicas de la ciudad la da el viajero Gaspard-Théodore Mollien para 1823, al indicar que “Neiva no es una ciudad rica: la guerra, así como las frecuentes invasiones de hormigas en los cacaotales, la han arruinado. No hay más de unas seis casas con techos de teja, y las calles no están empedradas. La población, en gran parte, está constituida por gente de color. Las enfermedades más frecuentes son la elefantiasis y la lepra”.62 Para los años de 1856 y 1857 son varios los testimonios acerca de la escases de alimentos, el aumento de los precios, la carestía de los salarios y la falta de mano de obra en los cultivos que surtían de víveres a la ciudad por causas como la migración de trabajadores hacia las empresas de quina o la producción de tabaco en Ambalema.63 Para el año de 1856 el comercio de Neiva reportaba un expendio anual de 110.000 pesos en carnes, 50.000 en plátanos, 150.000 de maíz, 4500 de pan de trigo, 60.000 de cacao sin elaborar, 8.000 de arroz, 20.000 de sal, —sorprendentemente a pesar de la carestía de artículos de primera necesidad-—100.000 pesos en licores (sobre todo anisado) y 70.000 en cigarrillos. 64 Sin embargo no deja de ser particular que la lectura que se le dio a estos problemas fuera más bien positiva: “esto mismo es un signo inequívoco de riqueza i de progreso”.65

El Centenario de Neiva 1814-1914, Garzón, Tipografía de la Diócesis, 1914, págs. 23-25, 44-46. 62 Gaspard-Théodore Mollien, Viaje por la República de Colombia en 1823, tomo 2, capítulo 1, Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Consultado 10 de Abril de 2012, en http://www.banrepcultural.org/ blaavirtual/historia/vireco/vireco15.htm. 63 La Luz, Neiva, n.o 1, 14 de diciembre de 1857. 64 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856. 65 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 99, 23 de febrero de 1856.

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Posiblemente esto fue así por dos motivos: cada vez era posible invertir más en —por ejemplo—fiestas y celebraciones y por otro lado estas mismas aportaban valiosos ingresos a las arcas de la ciudad. Para 1894 las celebraciones decembrinas le reportaron a la ciudad: En la sesión de esa noche se recogieron $370. 90 Realizado en rifas $110. 10 Valor de 117 puestos á 40 centavos cada uno de la rifa de un aderezo de corales donado por la señora Secundina V. de Charry $ 46. 80 En una oferta $ 20 Valor de una argolla $ 4 Estarán en rifa: una máquina de coser valorada en $ 25 Y un cordero en $ 3. 20 ____________ Suma $58066

Dos años después las cifras reportadas por la tesorería municipal aumentan por los mismos conceptos: Ingresos: Tercera parte líquida de impuesto directo Cuarenta por ciento de licores en junio, octubre y diciembre de 1896 Juegos Excarcelaciones

$4 $ 112 . 50

Degiiello [sic] de cerdos

$ 35 . 40

Arrendamiento de ejidos

$ 57. 50

Tiendas portátiles

$ 22. 50

Existencia anterior en dinero

Suma

67

$ 12 $6

Carros

66

$ 1,070. 90

Espectáculos públicos Carnicería

61

$ 516. 25

El Municipal, Neiva, n.o 24, 20 de enero de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 44, 15 de Junio de 1897.

$4 $ 1,670. 15

$ 3,491.2067


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Para 1898 las rentas municipales alcanzan los 3.000 pesos en licores y 1.000 pesos en impuesto de juegos y espectáculos públicos.68 Esto no deja de ser llamativo si se tiene en cuenta que el movimiento poblacional de ese año era más bien bajo: en el mes de enero solo se registró el nacimiento de 12 varones y 12 mujeres legítimas y 10 varones y 13 mujeres como hijos naturales, mientras las defunciones ascendieron a 13 hombres y 8 mujeres y solo hubieron 4 matrimonios. Para febrero las cifras no varían de manera considerable, ya que se registro el nacimiento de 10 varones y 17 mujeres legítimas y 7 varones y 1 mujer naturales, así como las defunciones de 9 varones y 10 mujeres y solo 5 matrimonios. Para el mes de marzo, se anotaría el nacimiento de 12 varones y 15 mujeres legítimas y 16 varones y 7 mujeres naturales, las defunciones de 8 varones y 12 mujeres, con la particularidad de que no se registro n ningún matrimonio.69 Esta población estaba distribuida en 8 barrios: Colón, comprendido entre el Palacio Municipal, la esquina diagonal a la iglesia y la esquina de la casa cural; el barrio de Occidente, desde la esquina “de la casa de los herederos de Don Pedro Durán” hasta los límites de “La Manguita” y el río Magdalena y su plaza denominada la plazuela del puerto; el barrio de Bolívar, que iba desde la “casa del señor Manuel Santos, la esquina antigua de Pajijí”, la esquina frente al Colegio de Santa Librada y el río Magdalena. El barrio del sur desde el colegio de Santa Librada hasta el río Magdalena y la quebrada Rioloro y su plaza denominada plazuela de Santa Librada. El barrio de Oriente comprendido entre la casa contigua a la capilla de Santa Bárbara hasta Rioloro y el hato el “Chaparro” y su plaza llamada Plaza de San Pedro; el barrio de La Concepción, desde el frente de la plaza, la iglesia y “el Truco” hasta los límites con el “chaparro”. Finalmente el barrio del Norte que iba desde la esquina norte de la Plaza o de la Botica hasta los límites con el “Chaparro” y “La Manguita”.70 Con todo lo anterior, a través de las fuentes, casos y situaciones vistas se ha pretendido dar un pequeño vistazo a la vida de los neivanos en el siglo xix, ilustrar que tipo de situaciones enfrentaba cada día mientras transitaba y vivía en la ciudad, imaginar los mecanismos de los cuales echaron mano para vivir y sobrevivir, identificar los tipos de personas que se veía y con cuales se convivía, describir como era el espacio en el que se El Municipal, Neiva, n.o 53, 10 de febrero de 1898. El Municipal, Neiva, n.o 31 y 32, 12 de Mayo de 1894. 70 El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de Junio de 1894. 68 69

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desenvolvía y sobre todo, ver la manera como la vida cotidiana dentro de su aparente simpleza esconde profundos opuestos, pues mientras de un lado se viven las celebraciones, las alegrías y se comparten con los demás, de otro, los infaltables conflictos y las crisis de todo tipo siempre estaban presentes. No se trata de estudiar solamente los “grandes problemas” a los que los seres humanos se han enfrentado, sino que, así como los grandes, los pequeños problemas también son sobrellevados en la cotidianidad tanto en la Neiva del siglo xix como en la de hoy.


La piedad y el amor: control socio-sexual en Neiva del siglo xix Katherin Andrea Pinzón Ramos

Universidad Nacional de Colombia más conforme con la naturaleza de las cosas que el hombre haga y la mujer se deje hacer 1

Introducción

Los estudios sobre temas como la familia y las relaciones al interior del

hogar, el matrimonio, los hijos legítimos e ilegítimos, el manejo de la prostitución, la sexualidad y otros afines, en años recientes han tenido un enorme avance historiográfico y han atraído a muchos investigadores. Siguiendo el ejemplo de obras y teóricos europeos, la historiografía colombiana referente a la vida cotidiana ha buscado ampliar los marcos tradicionales de análisis y replantear el uso de las fuentes. Hasta bien entrado el siglo xx estos temas carecieron de mayor investigación, porque de un lado no se dejaban registros documentales y de otro eran muy pocos los académicos que se adentraban en estas temáticas, enfocándose en temas de “mayor importancia” para el país como el desarrollo económico, los movimientos sociales, el estado o la 1

Citado en Flandrin, Jean-Louis, La moral sexual en Occidente, Barcelona, Ediciones Juan Garnica, 1984, pág. 146.


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religión, por lo que la escases de fuentes y en mayor medida el difícil tratamiento de estas temáticas harían que se tuviera que esperar varias décadas antes de que estos temas salieran abierta y ampliamente a la luz. Adelantos en la psicología, el psicoanálisis y particularmente los movimientos feministas y de liberación sexual abonaron el terreno para que este tipo de estudios tuvieran una gran acogida entre los lectores; sin embargo, frente a estos avances, persisten algunos vacios. La mayoría de estos análisis se enfocan en la colonia —particularmente el siglo xviii— y en el siglo xx. En el primer caso, los juicios criminales e inquisitoriales son una gran veta investigativa, en el segundo caso, la abundancia de fuentes, inclusive estatales para la segunda mitad del siglo, facilitan la investigación, mientras que el siglo xix, particularmente el periodo posterior a las luchas de independencia y específicamente en lo que a historia regional se refiere, se encuentran muy pocos casos de estudio, exceptuando los importantes avances logrados, por ejemplo para Antioquia y Santander. Así, parafraseando a Paul Veyne al referirse a la llamada Nueva Historia, la variedad de análisis que permite el estudio de la familia y la sexualidad son campos “de contornos imprecisos pero de horizontes inagotables”.2 Es por esto que plantear un análisis de este tipo para Neiva resulta muy importante. En el marco del desarrollo de la Historia Comprehensiva de Neiva, el abordaje de este conjunto de temas reviste gran valor, pues comprender su funcionamiento permite comprender a la sociedad neivana en su conjunto ya que la historia de la familia es el estudio de las normas que la controlan y las formas en que se resiste.3 Sin embargo, dicho abordaje no es fácil, dado que además de las razones antes expuestas respecto a las fuentes, la infinidad de temas que entran en la esfera familiar y sexual de cualquier sociedad es bastante extensa y compleja, más aun si tenemos en cuenta las profundas transformaciones que vivió el territorio colombiano a lo largo del siglo xix con las guerras de independencia y las posteriores guerras civiles, los vaivenes entre gobiernos liberales y conservadores (cuyas políticas tuvieron a la familia entre sus principales receptores), y las modas y valores venidos de Europa y Norteamérica que cada vez se difundían con más rapidez y se recibían con mas agrado.

2 3

Veyne, Paul, Amor, familia y sexualidad, Barcelona, Argot Compañía del libro, 1984, pág. 7. Urrego, Miguel Ángel, Sexualidad, matrimonio y familia en Bogotá. 1880-1930, Bogotá, Ariel / Fundación Universidad Central, 1997, pág. 125.

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Así, el estudio de la familia en este periodo debe tener en cuenta la transformación y aparición de valores y conceptos como la forma y composición de la familia, la valoración de la intimidad, la apreciación de la niñez, el amor, el compromiso matrimonial, el papel de la mujer en la crianza de los hijos y el sostenimiento del hogar entre muchos más.

El Alto Magdalena. Órgano de la Juventud Liberal, Neiva, n.o 15, 1 de diciembre de 1884. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

Estos análisis para el caso neivano revisten dificultades, pues como ocurre en muchos otros temas, “pedir a los documentos que satisfagan una curiosidad contemporánea es siempre un reto aventurado”4 y porque las fuentes escritas disponibles reflejan las percepciones y vivencias de un selecto grupo letrado en contacto con los centros urbanos más importantes. No obstante, no es muy difícil comprender que se esperaba 4

Flandrin, La moral sexual… pág. 161.


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Historia Comprehensiva de Neiva

La piedad y el amor

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que la moralidad que se difundiera a través de estos medios fuera aplicada por todos los neivanos sin distinción de clase o raza como signo de “civilidad” y correcto vivir, independientemente de que en la práctica la realidad cotidiana entrara en flagrante oposición a estas intenciones.

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 2, 13 de Mayo de 1882. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 38, 21 de enero de 1883. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 60, 24 de Junio de 1883. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 31, 3 de diciembre de 1882. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.


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entrado el siglo las fuentes muestran que la imagen de la familia nuclear bajo un mismo techo era característica de las élites, pues allí “Las familias se formaban por alianzas, por un modo de vivir educado, por maneras que se distinguen de las del pueblo bajo y por costumbres cultivadas, que se transmiten de padres a hijos”.7

El Bien Público, Neiva, n.o 2, 25 de junio de 1883, Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

La sagrada familia Pese a los esfuerzos de transformación de las instituciones españolas, no podemos decir que el patrón hispánico de la familia se hubiera logrado implantar en Colombia en los comienzos del siglo xix. Era apenas una realidad limitada dentro de ciertas clases sociales, mientras que en otros apenas se insinuaba un comienzo de aculturación a las pautas españolas.5

Es complejo lograr establecer —principalmente en los primeras décadas del siglo xix— el significado del concepto “familia”, pues desde la colonia la familia no estaba estrictamente compuesta por padre, madre e hijos, sino que se comprendía mas como aquellos que compartían el mismo techo: parientes, sirvientes, compadres y demás, los cuales no necesariamente estaban unidos por lazos de sangre.6 Incluso, hasta bien 5

6

Gutiérrez de Pineda, Virginia, La familia en Colombia. Trasfondo Histórico; Medellín, Universidad de Antioquia, 1997, pág. 311. Jean Luis Flandrín muestra brevemente las transformación del concepto de “familia” y algunas de sus significaciones: “El conjunto de personas mutuamente unidas por el matrimonio o la filiación”, “la sucesión de individuos que descienden unos de otros, es decir, un linaje o descendencia”, y particularmente muestra el término de Corresidencia: “las personas emparentadas que viven bajo un mismo techo” y “todos aquellos que viven en una misma casa, bajo una misma cabeza”. Flandrin, Jean-Louis, Orígenes de la familia moderna, Barcelona, Crítica, 1979, pág. 11.

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 8, 24 de junio de 1882. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

Con base en la moral y practica cristiana predominante en la Neiva del siglo xix, la reglamentación del matrimonio y la vida en pareja busco “regular el amor” pues inclusive hasta principios del siglo xx, permaneció la concepción de que el comportamiento conyugal debía limitarse a la procreación sin dar lugar abiertamente a la simple pasión amorosa y al placer sexual, elementos que comenzaban tímidamente a ser tenidos en cuenta. El hecho de conformar un matrimonio, no significaba la fundación de una familia en sentido estricto, la formación de pareja y muchos menos la existencia de amor, ya que por lo menos dentro de las mejores familias, muchos matrimonios eran obligados o por conveniencia, por tanto el amor “venia después”.8 El matrimonio que los amantes consideran imprudentemente como una confirmación del amor, no es mas que una perpetua

7 8

Flandrin, Orígenes de la familia moderna, pág. 14. Knibiebler, Yvonne, “Cuerpos y corazones”, en Duby, Georges, Historia de las mujeres en Occidente, Madrid, Taurus, 1993, vol. 8, pág. 53.


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Historia Comprehensiva de Neiva guerra; el hombre se casa para batirse. Es imposible poner en peor lugar la virtud del sacramento. (…) Hasta hoi se había creido jeneralmente que para el matrimonio bastaban dos personas. Segun el nuevo sistema, tal como ellos mismos lo esponen, tres son los elementos que lo constituyen: 1°El hombre, el sér fuerte, violento; 2°La mujer débil por naturaleza; 3°, El sacerdote, nacido hombre i fuerte; pero que le conviene hacerse el débil, parecerse a la mujer, el cual participando así del uno i de la otra, puede interponerse entre ambos. (…) Si se admite que el matrimonio, en lugar de ser la union de dos personas, es la alianza de una de ellas con un estraño, aquel va a convertirse de dia en dia en una verdadera rareza. Dos contra uno! El sacerdote i la esposa contra el infeliz marido! La partida es demasiado desigual, pocos, mui pocos, serán los que tengan el valor suficiente para arriesgarse a correr esta aventura. Los matrimonios por interes, ya en estremo numerosos, serán los únicos que tendrán lugar. Las personas cargadas de deudas no dejarán de casarse por lo que acerca del matrimonio se diga, por ejemplo, el comerciante, a quien un acreedor sin entrañas coloque entre el matrimonio i el presidio.9

En los textos publicados a lo largo del siglo xix se hace recurrente la figura de la Sagrada familia como modelo de vida para toda la sociedad: padre, madre, hijos, una cabeza patriarcal de control y la sumisión obediente y amorosa de sus miembros, particularmente la mujer, quien era la guía espiritual —no material— del hogar.10 Una buena forma de dar un vistazo a estos valores es a través de la visión que las propias mujeres tenían sobre el matrimonio y la vida en familia. Para esto contamos con una valiosa carta entre dos mujeres publicada por la prensa neivana hacia 1884, la cual merece ser reproducida pues no solo intenta mostrar cómo era y se percibía la vida matrimonial, sino que además muestra como los “vicios” que debía soportar estaban en conflicto con lo que las muchachas casaderas esperaban fuera “una vida “El consejero de familia”. El Alto Magdalena. Órgano de la Juventud Liberal, Neiva, n.o 6, 12 de julio de 1884, Las publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva fueron consultadas en Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix. cd-rom. Bogotá, 2011. Cursiva en el texto. 10 Como ejemplo ver “La Gran señora modelo”. El Municipal, Neiva, n.o 19, 8 de diciembre de 1893. y El Unitario, Neiva, n.o 14, 8 de diciembre de 1886. Todo el número está dedicado a la Virgen. 9

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feliz” al lado de sus esposos; sentimientos que permanecían en secreto y solo eran confiados a amigas intimas. Este texto muestra la postura de una mujer que aunque impetuosa, debió reflejar la posición de muchas más mujeres a costa de saber que no era compartida por el grueso de la sociedad y menos por sus posibles esposos. Quizás algunas de las exigencias que le pedían a sus esposos no hayan cambiado mucho hasta la fecha. No hai motivo de mi parte que me impida el esponerle, con la franqueza que usted me exije, lo que yo pienso i siento acerca del matrimonio, el que en la jenuina acepcion de la palabra, no es otra cosa que el fundamento de la estabilidad de la sociedad, i el medio lejitimo i moral de la conservación de la especie humana. Pocas mujeres saben, ántes de contraer matrimonio, que este es la iniciacion de una nueva vida en la que solamente se va a sufrir, porque olvidan las palabras del creador a la primera mujer por una parte, i por otra olvidan que este es un valle de lágrimas, lleno no de otra cosa, que de angustias, contratiempos i pesares, Casi todas creen, orgullosas en sus ilusiones de solteras o de novias, que allí termina toda mortificacion, donde principia el enlace conyugal, siendo este el motivo porque la mayor harte de los matrimonios son tan desgraciados; pues en la vida del himeneo no se halla aquella felicidad soñada, sino el desengaño cruel de la multiplicidad de mayores i delicados cargos. La mujer que como yo tenga el matrimonio, no como el cielo de la vida, sino como el cumplimiento de una lei natural ineludible, i que como lei lleva envueltas prohibiciones, restricciones i deberes poco halagadores en el estado conyugal para el comun de las mujeres, indudablemente será feliz, porque en todo revez hallará conformidad; en todo dolor una expiación, i en el cumplimiento del deber su propia felicidad. Sólo en esto, i no en las mezquinas pompas i vanidades del mundo, fundará su dicha i bienestar. Para ella no habrá más centro que su hogar, ni mas libertad que sus deberes, ni otro culto que la virtud, ni otro amor que el de su esposo i de sus hijos. Mas, dejando a un lado estas apreciaciones propias tan solo de los moralistas, vamos a lo esencial del asunto, en cuanto a condiciones del hombre que aceptaría para mi esposo. Yo deseo casarme con un hombre que no esté habituado a mentir amor, cada ocho días a distintas mujeres. Estos tales acostumbrados


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Historia Comprehensiva de Neiva a tan reprochable como repugnante cambio, el poco tiempo de casados se hastían de sus esposas, i pronto se les ve en pos de otros atractivos, o en busca de novedades que halaguen su inconstancia y vanidad. Hombres de esta clase abundan en todas partes, i no me esplico cómo haya señoritas que conociéndolos, acepten sus propuestas de amor para verse después pospuestas i burladas. Triste proverbio aquel: “La mujer se contenta con el que el de su marido sea el último amor”. ¿Por qué no ha de exijir el primero, como con derecho lo exije el hombre de aquella a quien quiere unirse? La instruccion en mi esposo seria para mí cualidad que apreciaría debidamente. Nada más agradable, que en horas de descanso, una conversacion variada, amena i divertida. Si la mujer se apercibiera bien de cuánto es necesario que sea, si no sábia, al ménos regularmente instruida, ¡cómo no se afanara por estudiar; cómo, tantos ratos perdidos en la ventana, en la puerta o en el espejo, no los empleara en una útil lectura que fortificara su virtud e ilustrara su entendimiento. Jamas daría mi mano a un hombre que pasara la mayor parte del dia i de la noche en el billar o en la casa del juego con menoscabo de su honra i de su bolsillo. Los pequeños ahorros, i muchas veces el fruto de un mes de labor, allí se quedan, en poder de tramposos tahúres acostumbrados a ganar el dinero sin más trabajo que trasnocharse, importándoles poco la ruina de una o más familias. Me repugna la idea de casarme con un joven de aquellos que gustan de corrillos infernales en los que, hasta viejos, i padres de familias honorables, relatan chascarrillos que ofenden el pudor i abominan la moral. Por desgracia, esto es mui común en todas partes, i se desgarra el corazón de tristeza al ver que aquellos feroces enemigos del candor i la decencia, olvidan que sus virtuosas hermanas, o sus castas esposas, o sus honorables madres o sus inocentes hijas, son indirectamente víctimas de sus atroces sarcasmos i horripilantes devaneos. Nada me desagradaría más que mi esposo llegara a mi casa a média noche, beodo, sucio, tal vez vomitando i hasta hediondo. Yo no puedo soportar la estraviada mirada de un borracho, ni la inseguridad de sus pasos, ni el desequilibrio de su cuerpo. Esto en cuanto a lo fisico; i en cuanto a la moral, ¡qué ejemplo para mis hijos! Me desespera el vicio tan comun del cigarro i del cigarrillo, que aparte de ser antieconómico i pernicioso para la salud, produce la

La piedad y el amor insoportable hediondez en el aliento, que tal parece lleva consigo cada víctima de ese vicio un… un… escusado me es callar. Me horripila la idea de casarme con un hombre de aquellos que frecuentan lugares corruptores del cuerpo i del corazon, acostumbrados a arrastrarse en el cieno de la más vergonzosa prostitución, con gran detrimento de las sanas costumbres, de la propia salud, de la de la esposa i de la de la prole. Mi mano no será para ningun rico, sino en el exclusivo caso de ser un hombre perfectamente educado. Los más solo aman el dinero, i sus esposas no son para ellos más que concertadas en primer grado. Yo no fundo la dicha i la tranquilidad del hogar en el dinero. Este de un dia para otro desaperece, i ¡qué desgracia haberlo poseído, sentirse sin él i quedar en la miseria! Fundo la felicidad del matrimonio en el mútuo i acendrado amor de los esposos, acompañado de la virtud. Un hombre de comodidades i que, sea por costumbre inveterada o por miseria, no se distingue en su vestido del comun de la plebe, i que tan solo se acicala en el dia de una solemnidad, o en la noche de un gran baile, ese tal no mereceria mi aprobacion. Muchas mujeres temen casarse con un hombre caloso i no les falta razón; mas yo me atrevo a decir que tal temor proviene de la poca confianza que hacen de sí mismas i de su propia virtud. Los celos son prueba, tanto en el hombre como en la mujer, de un amor extraordinario que sólo se contenta con un amor igual al suyo. Yo preferiría un hombre celoso a uno indiferente. Aquel estaría a mi lado; este me abandonariá: el primero sería el guardián de mi honra: el segundo, el enemigo más encarnizado de mi fidelidad. Un hombre colérico, vengativo, imprudente, fatuo u orgulloso: soberbio, envidioso, desleal o infiel: ocioso i sin emulación alguna, aunque poseyera todo el oro del mundo, no llegaría jamas a conquistar mi amor. Por último, quería amiga; creo quitarle demasiado tiempo a sus quehaceres, mientras usted lee estas mis ideas que en concepto de la mayoría de los hombres, no están al nivel de la decantada civilización del espirante siglo diez i nueve. Peor para ellos, i por lo mismo que no me busquen, que yo tampoco los buscaré. Termino esta mal escrita carta, diciéndole que yo no aceptare por marido, sino a aquel que quiera hacer de mi su compañera i no si esclava; su esposa i no su sirvienta: la madre, i no la niñera de sus hijos. Si con estos sentimientos i el de un amor intenso i puro me lo encontrare ¡qué

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de felicidad, qué de dicha para mí! Mas por lo dicho comprenderá usted cuán difícil es que yo me case.11

En el caso de la mujer se pretendía lograr la mansedumbre y la piedad de su carácter a través de la ley que respaldaba al hombre, la educación limitada que recibía, el control de sus actividades (visitas, amistades, lecturas), las relaciones con otros familiares que por encima de tensiones y diferencias debían ser armónicas y pacientes, y la implementación de una fuerte moralidad católica. El fallo en alguno de estos elementos desembocaba en el mal manejo del hogar y por consiguiente la incorrecta formación de los futuros ciudadanos del país, es decir, los hijos. Estas situaciones eran responsabilidad de la mujer quien debía lograr su realización como esposa y madre, tal y como podemos ver en una publicación de 1882 donde se decía: “La mujer se debe toda a la felicidad de un solo hombre (…) una mujer casada es una esclava que es preciso saber colocar en un trono (…) la mujer, en el momento de ser madre, deja de pertenecerse a sí misma (…) ¡Cuánto menos valdría la mujer si no estuviese destinada a ser madre!“.12 Muchos ejemplos sobre esta temática pueden encontrarse en la prensa neivana. La verdadera mujer debe tener todas las cualidades que hacen el hogar, en cuanto es posible, un lugar de reposo: i es menester, por tanto, que tenga juicio y mérito suficiente para evitarle a su marido, hasta donde alcance, las molestias inherentes al matrimonio, i, mas que todo, hasta las dudas mas insignificantes. Ha de procurar la esposa hacerse agradable a los ojos i el gusto de su marido: el gusto mui en primer termino en la naturaleza del hombre –el amor no se separa nunca de ella, i, en una vida de inquietudes i de ajitaciones, el hogar sin amor no podría ser morada del reposo, de aquel reposo apetecido por un cerebro fatigado, aquella calma de espíritu que solo se encuentra en la dulzura de los afectos de familia. El hombre necesita estar en contacto con una inteligencia despejada, con un espíritu vivo i jovial, mas bien que con una alegría i un esplendor que deslumbre: mejor la está encontrar en su mujer una dulce ternura

que una naturaleza apasionada; las dotes demasiado brillantes escitan por demás al hombre que se siente fatigado- la pasión le desconcierta.13

En los inicios del siglo xix cuando aún era muy vivo el legado colonial, el papel destinado a la mujer era la reclusión en su casa, a cargo de la educación básica de los hijos;14 la satisfacción de la necesidades del esposo y la administración de las tareas domesticas se restringía a aquellas mujeres que efectivamente se encontraban bajo la custodia de una figura masculina: padre, hermanos, tíos, por lo que no necesitaban buscar recursos de subsistencia y realizar labores fuera de la casa. Consejos a las jóvenes Para que la educación de la mujer sea completa, débesele enseñar lo siguiente: Inculcar en su corazón los sentimientos religiosos; Procurar que aprendan á leer y á escribir bien; Hacerlas leer buenos libros; Cuidar que sepan hacer trabajos de aguja y coser en maquina; Lavar y planchar la ropa; Remendar calcetines y pegar botones; Enseñarles a hacer camisas; Hacer sus propios vestidos; Enseñarles todo lo concerniente á las labores culinarias, el servicio de la mesa y el cuidado de la sala; Hacerlas llevar vestido blanco, y portarlo cual reinas; Que sepan que un peso tiene cien centavos; Que no se casen con ningún hombre por dinero, sino por sus buenas cualidades; Enseñarles a comprar lo necesario para la vida; Que sepan cuidar de los animales domésticos; Enseñarles á tratar los enfermos con cuidado y amabilidad; Procurar que respeten á los ancianos y compadezcan á los inválidos; Enseñar á hacer una casa feliz; Finalmente, enseñarlas á hacer todo aquello que tiende á formar una buena mujer en todo sentido.15

Caso contrario ocurría con campesinas, sirvientas, aguateras, vendedoras, tejedoras y demás, cuyas labores exigían a ellas junto a sus compañeros, dejar sus casas por largos periodos de tiempo y La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 77, 1 de junio de 1884. La mujer impartía educación a los hijos en lo que a moral y religión se refería, pues en raras ocasiones poseía una educación más allá que la necesaria para desarrollar correctamente las labores de la casa (bordados, costura, cocina). 15 El Municipal, Neiva, n.o 23, 13 de enero de 1894. 13 14

“Una carta modelo”. El Alto Magdalena. Órgano de la juventud Liberal, Neiva, n.o 11, 3 de octubre de 1884. 12 “Los cuatro tesoros”. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 23, 7 de octubre de 1882. 11

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desenvolverse en ámbitos masculinos como los expendios de licor, por lo que se consideraba estaban expuestas a la corrupción, el relajamiento de la buenas costumbres y el abandono del cuidado de los hijos y del esposo. Es por esto que la mujer debía abstraerse de la vida pública para no ser contaminada, limitarse al cuidado del hogar y en el mejor de los casos a labores de caridad y beneficencia como forma de practicar los valores que de igual modo debía ejercer en su casa. Un ejemplo del juzgamiento que se hacía de estos valores lo encontramos muy tempranamente en un caso ocurrido en el cantón de Neiva entre 1824 y 1826 con una mujer llamada Ana María García. Según el documento, Ana presenta una denuncia formal contra el alcalde ordinario Isidoro Gaitán al haberla castigado por llevar una “mala conducta” —al igual que se hacía con los vagos y “mal entretenidos”— con la pena de destierro sin habérsele hecho el debido juicio o proceso criminal. Desafortunadamente el documento no cuenta con el proceso o denuncias anteriores hechas contra esta mujer, por lo que desconocemos exactamente el comportamiento por el que se le culpaba. Sin embargo, el caso que presenta la acusada contra el alcalde nos brinda elementos dignos de análisis. En los detalles que se dan respecto a la condición de la mujer, ella misma menciona tener dos hijas —al parecer solo una de ellas viviendo bajo su cuidado— y un hijo que se encontraba en el ejército, argumento sobre el cual se apoyó para pedir el favor de las autoridades. En ningún momento se menciona su estado civil o la presencia de esposo o compañero ni tampoco su ocupación, por lo que se presume que ella sola debía ocuparse del sostenimiento de sus hijos, desempeñándose en labores fuera de su casa. A pesar de que según los testimonios se había informado previamente sobre la mejora de la conducta de esta “mujer vaga, vivaz y perjudicial”, el alcaide decidió expatriarla y ordenar que fuera enviada a casa de su hermano en las afueras de Neiva. Vemos aquí un claro ejemplo de cómo se buscaba poner a este tipo de mujeres bajo la tutela de una figura masculina que pudiera controlarla, pues su conducta iba en contra de la “tranquilidad pública y la seguridad de las personas”. A su favor, la acusada demuestra en este expediente que su conducta era “pura”, aunque no se especifique exactamente a qué acciones catalogadas como de pureza se refiere, así mismo, acusa al mencionado alcalde de ser su enemigo, quien solo buscaba “saciar la vergonsoza pasion de la venganza”.16 16

“Sumaria información promovida contra Julián Rojas, Juez Político, por haber

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A pesar de lo anterior, hacia mediados del siglo se encuentra que la imagen de la mujer había sufrido importantes transformaciones, o por lo menos así era en las mujeres acomodadas que tenían acceso y tiempo libre para dedicarse a labores diferentes a la administración de la casa. Una interesante semblanza al respecto se encuentra en la referencia que hace la prensa sobre Rosa Duran Solano, quien murió el 9 de Mayo de 1856 a los 81 años. Allí es notable la comparación que se hacía sobre la condición de la mujer durante la colonia —pues Rosa Duran nació a fines del siglo xviii— y el cambio que esta había tenido bajo los aportes de la modernidad, aunque —un poco paradójico— sin abandonar del todo los valores que tradicionalmente debía llevar el papel de la mujer. Nacida i educada en el siglo xviii, respirando el ambiente mefítico de la dominación colonial, época en que la barbarie española no solo cegaba las fuentes del saber humano, porque le interesara eternizar su cetro de plomo sobre pueblos incultos, sino que consagraba en virtud, la ignorancia de la mujer, como la mejor recomendacion de esta bella pero desgraciada mitad de la especia humana; con todo, no fue bastante esa aura deletérea a empoñozar su corazon, ni a enervar su inteligencia; nó, porque ella, en esa linda primavera de su vida, supo cultivar sus dotes intelectuales, exaltar la belleza de su espíritu a la altura del mundo civilizado, i sublimar la nobleza, de su alma hasta el nivel de las virtudes sociales, a despecho de esa interdicción literaria de su siglo, se apoderó de los libros, i concibió hasta el último aliento; nutrida por las eternas verdades del augusto código del Evangelio, fué siempre una cristiana modelo, sin fanatismo i sin hipocresía, i como verdaderamente ilustrada, apenas se dará una mujer que posea a tan alto grado la virtud de la tolerancia relijiosa como ella. Despreocupada como mujer realmente civilizada, bebía en las pájinas de los libros profanos mas instructivos la ciencia de la vida. No es estraño pues, que hubiera sido una hija respetuosa, amiga leal, amante esposa i madre tierna. Fortalecida su alma por los sufrimientos de la vida, fue el tipo de magnanimidad en la desgacia, i la benevolencia con sus semejantes.17

La profunda influencia que buscaba tener la Iglesia católica sobre expatriado a Ana María García”. Archivo General de la Nación (agn), Bogotá, Sección República, Fondo Asuntos Criminales, Legajo 21, ff. 716-737. 17 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 111, 17 de mayo de 1856.


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todas las capas de la comunidad, pretendía “la moralización de las costumbres, el predominio del amor heterosexual, la valoración de la institución matrimonial y de la fidelidad conyugal y el surgimiento de valores que pretendían ser universales”.18 Como se mencionó, es difícil comprender si en la práctica esta intención era aplicable. Extendiendo a todas las capas de la sociedad neivana la mención de Virginia Gutiérrez de Pineda, se entrevé que “las instituciones de control no podían obrar equitativamente para controlarlas, porque cada estamento privilegiado celosamente guardaba sus fueros y defendía su libertad”;19 por tanto, dentro del llamado “pueblo bajo” las practicas cotidianas no permitían este tipo de unidad familiar. Más allá de una concepción cerrada de familia desde la tradición católica, se podría aventurar a decir que allí se vivía más en un sentimiento familiar. Esta normalización de las formas de vida en pareja y familia nos hace fácil adivinar como todas aquellas formas de convivencia familiar que rompieran este esquema (y sobre todo aquellas cuyo fin no fuera estrictamente la procreación) eran excluidas y vistas como inmorales: el adulterio,20 la libre manifestación de tendencias sexuales o conductas eróticas y el rompimiento de los límites de la paz hogareña, como el abandono y los escándalos. Existieron modos de sobrellevar los controles sobre el matrimonio en comunión con prácticas conyugales propias heredadas incluso desde el pasado indígena. En el interesante estudio de Carmen Bernand y Serge Gruzinski sobre el impacto del modelo de familia cristiano traído por los españoles sobre la familia indígena a lo largo de toda la colonia y cuyos efectos son visibles hasta el siglo xxi, se muestra que se buscaba la conquista de los cuerpos y la modelación de las conductas para desarraigar creencias y prácticas tradicionales a través de la difusión masiva del matrimonio cristiano modulando el sistema de valores, ritos y conductas de la vida conyugal de los indígenas; iniciando desde “allí la regulación Veyne, Amor, familia y sexualidad; pág. 11. “Gutiérrez de Pineda, La familia en Colombia… pág. 313. 20 Entendido como “una forma de violación de la fe conyugal que se consuma en el acceso carnal de uno de los esposos con un tercero de diferente sexo, no toda violación de los deberes de fidelidad constituyen adulterio. El adulterio es solo una de las maneras posibles de quebrantamiento de la fe conyugal: aquella que tiene lugar mediante infidelidad física consumada por acceso carnal. Las relaciones sentimentales o familiares, homosexuales o heterosexuales, entre uno de los conyugues y un tercero que excluyan el acceso carnal, no constituyen adulterio, ver Tieghi, Osvaldo, Delitos sexuales, Buenos Aires, Ábaco de Rodolfo Depalma, 1983, tomo i, pág. 29-30. 18 19

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de la sexualidad mediante con un estricto control de los cuerpos y la separación entre el ser, el deseo y el placer o entre el matrimonio y la sexualidad.” 21

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 11, 3 de octubre de 1884. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

Pablo Rodríguez nos muestra como entre indígenas, mestizos, campesinos y demás, era de por si extraño encontrar tal modelo de familia nuclear estable mientras predominaban prácticas como el concubinato, el amancebamiento y otras extensiones familiares.22 De hecho, los casos reportados por la prensa neivana muestran madres cabeza de hogar, hombres con hogares simultáneos, conformación de nuevos hogares con bajo tiempo de convivencia conyugal, más temprano inicio de la vida sexual —y aparente mayor disfrute de esta— y procesos judiciales por amancebamiento o concubinato.23 De estos últimos casos hubo varios en la ciudad de Neiva, o por lo menos aquellos reportados por la prensa y las fuentes judiciales, como sucedió con Juana María Bautista de quien Bernand, Carmen y Gruzinzki, Serge, “Los hijos del Apocalipsis: La familia en Mesoamérica y en los Andes”, en Burguiére, Andre, director, Historia de la Familia, vol. ii, Madrid, Alianza Editorial, 1988, pág. 175- 177. 22 Rodríguez, Pablo, “La Familia en Colombia”, en Rodríguez, Pablo, La familia en Iberoamérica. Bogotá, Convenio Andrés Bello / Universidad Externado de Colombia, 2004. 23 Raras veces es posible identificar claramente la diferencia práctica entre amancebamiento y concubinato pues las mismas fuentes no hacen una clara diferenciación, pero en general se refiere al trato sexual de dos personas sin estar casadas, con la concepción o no de hijos —aunque el amancebamiento era una unión más estable que el concubinato, el cual muchas veces se tomaba como adulterio— ofreciendo un equivalente al matrimonio sin la rigidez de este y donde se compartía “la misma cama y la misma mesa” pues la pareja se encuentra en un estado matrimonial careciendo de vínculo jurídico; es decir, la pareja tiene una unión más o menos estable y a cuyo alrededor se constituye el grupo familiar. Esta se convirtió en una opción corriente entre aquellos que carecían de los medios para pagar a la iglesia la celebración del matrimonio católico; ver Bernand y Gruzinzki “Los hijos del Apocalipsis…” pág. 191; Tieghi, Delitos sexuales, pág. 261. 21


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se reporta que hacia marzo de 1856 solicitó se le rebajara la pena de 8 meses de prisión a que fue condenada por amancebamiento, pues aparte de haber cumplido las dos terceras partes de la pena, “su conducta en el Establecimiento ha sido ejemplar i que puede esperarse un arrepentimiento sincero”.24 El 27 de abril de ese mismo año y por el mismo delito, se le rebajó la pena de 18 meses de presión a Rafaela Cuéllar.25 Para el año de 1884 se avisa que cerca de 50 parejas fueron reducidas: A la vida honesta y cristiana (..) que casi todos vivian y viven aún en el deplorable y vergonzoso estado del concubinato, cosa que dice mucho en contra de un pueblo que se dice civilizado y católico. ¡Que Dios derrame su bendición sobre todos los nuevo hogares; y que nadie quede sirviendo de escándalo y mengua en esta población, son los deseos de El Grillo, que aprovecha la ocasión para exitar á los que se resisten á escuchar la voz de la razón que se resuelvan á que la bendición nupcial los saque de su afrentosa vida! También deseamos que el Patriarca lleve por buen camino á las nuevas familias, apartando á todos sus miembros de la senda que conduce á esos sitios de vicio y depravación, de que son centro esas permanentes zambras que constantemente se sostienen en la Plazuela y por Rioloro.26

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contractual”.28 El mismo Kant definió el matrimonio como “un contrato obligatorio que tiene por objeto la unión de dos personas de sexo diferente para su reciproca posesión durante toda su vida”. 29 Un aterrador caso que reúne varios de estos elementos se encuentra en el Archivo General de la Nación, se refiere al juicio seguido contra el profesor de escuela de 18 años, oriundo de La Vega, Pedro Zabala por estupro contra Dolores Arcía “Doncella” de 12 años, ocurrido el 4 de abril de 1828 en el paso público de la quebrada Las Ceibas mientras la joven venia desde Fortalecillas.30 Este documento es muy valioso pues cuenta con las versiones de la víctima, el victimario y su defensa, la comadrona que se encargo de cuidar de la víctima, Bumualdo Tovar, un transeúnte que casualmente pasaba por el lugar y auxilió a Dolores al ver que esta no podía caminar, el juez que hizo el reconocimiento de la víctima y los jueces que llevaron el caso. La versión más completa y diciente es la de la víctima, cuyo relato fue recogido por el juez primero del circuito de Neiva algunos días después del ataque y aunque un poco extensa vale la pena reproducirla en mayor parte, para dar voz a Dolores después de casi dos siglos: Acto continuo, el señor Juez haviendole advertido la gravedad del juramento a Dolores Arcía, le recibió juramento, el [ilegible] por antemi ofreciendo decir verdad enlo que supiese ysele preguntase, y leyéndole el auto cabeza de primero, empeso: que el savado que contamos cuatro del corrientes, por la tarde la mando su señora Leupa Olaya, muger del Señor Juan Aganin Perdomo, de esta ciudad al campo, conduciendo una gallina, y que regresara al dia siguiente, con su amo Domingo, que havia de traer unos platanos; y llegando a la quebrada de las Seivas, la alcanzo allí un moso blanco, de cuerpo regular algo rollizo con [ilegible] colorado que le pregunto, para donde seiva, y le conto para donde, y que estaba esperando á un hombre; a esto lepropuso siguese con el que la pasaría delas seivas, alo que la esponente se reuso, a esto la cogio del braso, llevando enla otra mano un palito, dándole jalones por la fuerza la hiso dar algunos pasos, y como fuese contra la voluntad la arrastro por el suelo, ala resistencia que hacia yla demandante dava gritos, para

De otro lado son muchos los casos reportados sobre niños abandonados, algunos de los cuales eran recogidos por familias para ser usados como ayudantes en las labores diarias, convirtiéndose a su vez en nuevos miembros de esta. En resumen, todas estas son conductas que efectivamente no encajaban en el modelo de la Sagrada Familia.27 Con esto no se pretende decir que en algún momento de dejara de lado el carácter sagrado del matrimonio católico, pues como bien lo estudia Jean Gudemet, la secularización del matrimonio no implica la no intervención de la doctrina católica “para la cual el matrimonio es un sacramento, filósofos y legisladores sólo se ocuparon del aspecto

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 106, 12 de abril de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 110, 10 de Mayo de 1856. 26 “Matrimonios”. El Grillo, Neiva, n.o 3, 26 de enero de 1884. 27 Bartola Almario M. fue castigada en 1886 por el Alcalde del Distrito e Inspector de Policía de Neiva con 3 días de cárcel por “estropeos á un niño”, ver El Unitario, Neiva, n.o 17, 29 de diciembre de 1886.

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Gaudemet, Jean, El matrimonio en Occidente, Madrid, Taurus, 1993, pág. 459. Kant, Emmanuel; Primeros principios metafísicos de la teoría del derecho, citado en Gaudemet, El matrimonio en Occidente, pág. 459. 30 “Causa seguida contra Pedro Zavala, por estupro”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87; ff. 39-78. 28 29


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Historia Comprehensiva de Neiva que oiesen yla defendiesen y no hubo, pues estaban solos, y al pasar la quebrada que es con [ilegible] a jalones la hiso caer y arrastro y saco a tirones, luego que pasasen la quebrada la largo yla declarante corrió huyendo, por que le conocia mal semblante, y estando algo ebrio, yle siguió el moso también ala carrera, y habiéndola alcanzado, la cogió nuevamente, diciéndole melosas de aubuicias?, alo que se negó, y arrastrándola la metió al monte á un lado del camino al lado de avajo del paso publico, luego le mando se acostase y como no accedió, la cogió delos pies, y la puso en tierra, alo que dio la esponente algunos gritos, yle tapo la boca con la mano, y comenzó a bregar por la fuerza, á que se conviniese, amenasando lequitava la vida si gritava, que esta lucha duro hasta poco antes dela oración y rendida de tanta fuerza que havia hecho, le metió deyo, el dicho moso, un dedo dela mano por las partes bajas, y encubándolo con biolencia le rasgo para arriba y no contento con esto reintento por segunda ves, y le abrió para abajo, enterminos que le unió ambas vías, y corrió en sangre copiosa, que no hubo aceso carnal, y le [ilegible] alber aquel desangre dicho moso, y como la paciente gritava, ya por el mucho dolor, y ya por ci havia jente la defendiesen, se reya el agresor.31

Ante este testimonio, sorprendentes resultan los variados argumentos que halla la defensa de Pedro usando la ley misma al pie de la letra, aunque esta invariablemente estuviera del lado del hombre. La versión de Pedro Zabala sobre lo ocurrido es corta y concreta cuando dice que: “tomandola de la mano la metio al monte yla puso en el suelo por la fuerza, intentándole cepermitiere, a que dijo que ci pero no recio, y con este motivo fue que le metió dentro dicho dedo dela mano, por las partes bergonsozas, delo que se desangro en sumo grado, y obcureciendo la noche se fue”32 A lo que la defensa agrega: El defensor de la causa que nominan de estupro contra Pedro Sabala ante V. con el debido respeto digo: que de todo lo que consta en el espediente no aparese que haya habido tal estupro; pues siendo este según las canonistas illicita virginis defloratio, non precedente “Causa seguida contra Pedro…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87, ff. 41r-42r. 32 “Causa seguida contra Pedro…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87, f. 47r.

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pade Conjugali: no habiedo tal defloracion como consta del registro hecho por la partera o comadrona en donde dice se hecha vez fue con las manos esta concluido que no hubo al acto con el miembro viril paraque pueda llamarse estupro: no hay tal especie de crimen; pero ni pudo haberlo según el derecho natural por estar el moso ebrio por lo que había perdido la aptitud necesaria para aquel acto.33

A pesar de la clara aceptación del hecho, en las anteriores líneas se argumenta el supuesto consentimiento de la niña, el hecho de que Zabala se encontraba ebrio y por lo tanto no era consciente de sus actos ni se hallaba en sus plenas capacidades físicas para haber forzado a Dolores, —argumento que fue frecuentemente usado en muchas defensas judiciales, incluso hasta entrado el siglo xx— y que efectivamente el atacante uso su mano para cometer el acto y por lo tanto no atentó directamente contra la pureza de Dolores. Sin embargo, en la lectura completa del caso salen a la luz aun más aparentes atenuantes. En primer lugar, la poca información que se da sobre la vida de la niña, la mención de que trabajaba para algunas personas del pueblo y de que se desconocía con exactitud su fecha de nacimiento y su edad hacen pensar que no contaba ni vivía dentro de un núcleo familiar estable e incluso que podría tratarse de una niña abandonada y criada por familiares o vecinos, como muchas veces ocurría, por lo que no se encontraba bajo la tutela de un padre o hermanos que se encargaran de velar por su honor y el respeto de su doncellez. Estos elementos fueron usados por la defensa para argumentar que dado el desconocimiento de la edad y de que la apariencia física de Dolores daba a pensar que era mayor de 12 años, la supuesta víctima tendría en realidad alrededor de 14 años y por lo tanto el delito no sería por estupro, pues este aplicaba solamente en menores de esta edad, por lo que se trataría de un delito menos grave y por lo tanto podría solicitarse una pena menor. Además, en algunos apartes del proceso se hacen insinuaciones sobre la culpabilidad de ella en su propio ataque por el hecho de hallarse en un paso solitario cuando comenzaba a oscurecer y de que no sería de por sí extraño que ella misma gustara de los hombres y los incitara, con lo que se llegan a exponer dudas sobre su supuesta virginidad y sospechas sobre que pudo haber dado consentimiento a Zabala para

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“Causa seguida contra Pedro…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87, f. 51v.


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atacarla, nuevamente con la evidencia a su favor de que no contaba con algún familiar que la acompañase o defendiese.

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del individuo”. En primera instancia la defensa solicitó que en vista de que el acusado era también menor de edad, se entregara la patria potestad al cabeza de hogar que fuera capaz de controlar los actos de Pedro —su Padre José María Zabala— en vez de purgar una condena en la cárcel. La contrapartida solicitó, primero se le condenara a dos años de prisión, a perder su empleo como maestro de escuela y posteriormente que se le obligara a pagar una multa y se le condenara “ha dos años de destierro ha uno de los lugares limitrofes desta provincia”.34 Sin embargo, este caso nos permite ver más allá, pues se llegó incluso a dar una opinión acerca del estado de la sociedad neivana luego de las luchas de Independencia y de cómo sus consecuencias afectaron a la población haciendo que la debilidad humana hubiera llegado al extremo en que se presentaron casos como el de Dolores Arcía y Pedro Zabala. El fiscal dice que si por una parte es de terreno presente la debilidad de la humana no la [ilegible], para no llevar al cavo la imposición de las penas que las leyes antiguas establecieron, para contener los exesos de hombres volumtuosos y corrempidos (sic), para otra espresion no perder de vista la inmoralidad que la guerra y otras causas que no se ocultan, ha introducido en nuestros pueblos. Pedro Sabala (sic) ha comenzado muy temprano con corazón depravado, alos diez y ocho años de edad ha perpetrado el crimen por que dela provado crimen cometido en despoblado, y con fuerza, crimen en que no hay mas placer que el de hacer daño, como el que ha causado ala joven María de los Dolores Arcia y que no debe ser considerado como un simple estupro para limitarse á destierro la pena que sela ha impuesto en la sentencia de primera instancia pronunciada por el alcalde Municipal de Neyva.35

La Estrella del Tolima, Neiva 18 de febrero de 1883. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

A lo largo de todo el siglo xix se aprecia un doble juego moral bajo el supuesto de que la mujer era capaz de usar las bondades que Dios y la naturaleza le habían dado —como su belleza y encanto— con malas intenciones para doblegar a los hombres y obtener lo que desearan; esto quizás como una forma de participar en la esfera pública y ciudadana ante la imposibilidad de ser incluida de otras maneras. Finalmente se puso en duda el testimonio de la comadrona por tratarse de “medicina de los pueblos pequeños”, y por lo tanto debía ser un medico quien brindara el dictamen sobre el real estado de la víctima. Desafortunadamente a partir de los documentos que componen el expediente se sabe que esto no ocurrió, pues se decidió citar nuevamente a la victima para que diera su testimonio y fuera valorada una vez más por el juez; sin embargo, esta citación se hizo meses después del ataque, tiempo en el que Dolores se recuperó de sus heridas, hecho que le permitió a la defensa una vez más desmentir los testimonios que culpaban a Pedro e insinuar que la gravedad de las heridas fue un invento. A pesar de los anteriores argumentos, se solicitó el castigo del culpable por ser este “un hecho con que se ataca ala sociedad y vecindad

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Así, y ante el temor de que al ser desterrado pudiera cometer de nuevo los mismos actos en otras provincias, Pedro Zabala fue condenado a dos años de presidio pero resaltando que no hubo “principio, ni consumo acto alguno carnal y que por lo mismo no hubo verdad estupro, porque se necesita que haya acceso de varon y esto carnal perfecto en opinion de los mejores autores.”36 “Causa seguida contra Pedro…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87, ff. 60r-65r. 35 “Causa seguida contra Pedro…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 87, ff. 68r -68v. 36 Es llamativo ver que para el año de 1883 se encuentre otro caso de estupro cometido 34


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Historia Comprehensiva de Neiva

Vemos así que los valores atribuidos a la mujer y particularmente a una niña, fueron usados de diferentes maneras —a veces contradictorias— a lo largo del proceso, y que por todos los medios se subvaloraba el testimonio dado por la mujer, no solo de Dolores, sino también de la comadrona, pues en ningún momento se puso en duda el testimonio de Bumualdo Tovar quien fue el primero en socorrerla y llevarla al pueblo a la casa del señor José María Perdomo para que se hicieran cargo de ella o el del propio Pedro Zabala quien a pesar de reconocer sin tapujos el hecho, recurrió a variados medios para eludir su responsabilidad. Se percibe en los testimonios que la pureza que daba la edad de Dolores también actuaba como elemento de incitación e invitaba al hombre a pecar, sumado al hecho de no permanecer en su casa bajo la tutela de sus padres sino por el contrario, movilizarse libremente por la ciudad desempeñando roles que la ponía en contacto con el mundo y por ende con sus peligros, los cuales debía aceptar con la resignación y paciencia que debía caracterizar a las mujeres de bien. I si alzando su voz el sexo bello, gritase iracunda contra mi, i satisfacciones me pidiese, porque a maldecir me atrevo a las mujeres; tal vez, a fuer de caballero, rindiera ante ellas mi pluma, i mi defensa escusase; pero quisiera también que el sexo bello contestara a su vez esta pregunta: si no hai motivo para quejarse de las mujeres. ¿por qué esclama el inmortal Sachakespeare (sic): La mujer es un manjar destinado para los dioses, cuando no lo guisan los diablos? Esto prueba que en seno de la mujer se esconden dos principios, poderosos los dos: el principio del bien i el principio del mal; ¿cuál de los dos despliega la mujer?37

La piedad y el amor

quien violó a Hortensia Alvarez, hija de su esposa Salomé Alvarez. Dado que no se encontraron registros de nacimiento ni bautismo de Hortensia, y que las versiones de los múltiples testigos no concordaban, se dudaba sobre si la edad de Hortensia oscilaba entre los 9 y los 12 años, edad a partir de la cual el acusado se hubiera librado del delito de estupro y se decidía si su caso quedaba bajo la competencia del juez del departamento o del juez segundo del circuito de Neiva. Precisamente, para establecer la edad se recurrió a perítos, que según los documentos dijeron: “que la niña Hortensia revela una edad de nueve á diez años, que no tiene ninguno de los signos de la pubertad, que fue muy poco favorecida por la naturaleza, que tiene extravismo en el ojo derecho, muy poca veracidad y que reina en ella la expresión de cretinismo”. 38 Finalmente, ante la duda se decidió —según la ley— promediar la edad estimada y la dada por los testigos, además de que “el cretinismo impide el completo y natural desarrollo de los individuos y por tanto no es de extrañar la diferencia entre la edad que aparece de las declaraciones y la que señalan los peritos”, por lo que se estableció que la niña debió tener 14 años y por lo tanto el acusado no cometió estupro. Sin embargo, estos casos no deben tomarse como modelo de los delitos cometidos. Para el año de 1856 encontramos que dentro de la lista publicada de reos prófugos o ausentes que eran reclamados por las autoridades, de 26 casos solamente dos fueron por estupro.39

Otro caso como el anterior, pero esta vez ocurrido en 1886, nuevamente muestra como el desconocimiento de la edad de una menor y el juicio de los perítos para determinar su desarrollo físico, facilitaban la defensa del estuprador. En esta ocasión es el padrastro, Valeriano Herrera, por un hombre a cargo de la educación, esta vez por el inspector de Instrucción Pública del municipio de Ortega, Bautista Nieto de 30 años de edad con Elena Portela de 8 años. Lo interesante es que Bautista al parecer logro burlar las autoridades en varias ocasiones y seguir cometiendo este delito en otras poblaciones del Estado como Guamo y Chaparral, ver Crónica Forense, Neiva, n.o 4, 7 de abril de 1883. 37 “Malditas sean las mujeres”. El Alto Magdalena. Órgano de la juventud Liberal, Neiva, n.o 7, 25 de julio de 1884. Cursiva en el original.

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 123, 9 de agosto de 1856. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011. 38 39

Crónica Judicial del Tolima, Neiva, n.o 27 y 28, 15 de enero de 1886. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 129, 20 de septiembre 1856.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Los futuros ciudadanos

Con estos casos y recogiendo el llamado de atención que hace Pablo

Rodríguez cuando sugiere que “una pobre mentalidad histórica nos ha legado la imagen de ciudades vacías de niños”,40 es importante la oportunidad que brindan estos análisis de la familia neivana para dar un vistazo a la infancia en términos generales. Contrario a lo que se pensó por mucho tiempo y como lo han mostrado autores como Aida Martínez y Pablo Rodríguez, no es tan cierta la afirmación de que para el siglo xix se presentara una alta tasa de embarazos y nacimientos para solventar la alta mortalidad de niños y que el núcleo familiar estuviera conformado por 8, 10 o más hijos. A pesar de que las fuentes neivanas registren “madres ufanas con sus 12, 14, i aun 20 hijos”41 es necesario matizar pues estos casos fueron mejor la excepción que la norma. Sesenta y cuatro años voy á cumplir para San Juan; hace cuarenta y tres que soy escribiente de la Secretaria de… Y veinte que me casé con Petronila, la mas fecunda de las hijas de Eva, pues cada año afianza con una nueva prenda los sagrados vínculos de nuestro consorcio; de manera que, á no ser por la tos ferina y otras enfermedades redentoras, podría exclamar con noble orgullo: le he dado á mi patria veinte ciudadanos! Sin embargo de las referidas epidemias, todavía le llevo ventajas á Jacob; pues tengo, como quien dice nada, siete hombres y seis mujeres: trece por junto.42

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 123, 9 de agosto de 1856, Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

Rodríguez, “La Familia en Colombia” pág. 268. “Ensayo descriptivo de la Ciudad de Neiva”. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. 42 “Un jurado”. La Reintegración, Neiva, n.o 6, 1 de enero de 1884. 40 41

La piedad y el amor

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Hechos como la diferencia de edad entre conyugues, ocasionaba que muchas veces la mujer enviudara en juventud con pocos hijos, igualmente, las separaciones de las parejas por largos periodos de tiempo por necesidad de salir a conseguir el sustento del núcleo familiar, los altos niveles de soltería, las edades tardías de matrimonio e incluso la práctica de abortos (el cual era relacionado con la infidelidad de la mujer), infanticidios43 y exposición de niños dejados en iglesias y casas de beneficencia44 por incapacidad de sostener a los hijos o por ser fruto de relaciones ilícitas, además del temor al señalamiento, hacían que el número de niños por familia fuera bajo, como ocurrió con Emelina Bahamon de Salas, fallecida el 26 de Julio de 1883 a la edad de 26 años y quien a pesar de llevar casada 6 años, dejo solamente una hija.45 A continuación, presentamos una tabla de niños huérfanos publicada en Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad del 22 de agosto de 188246 que servirá para dar una mirada muy superficial a la cantidad de niños y el motivo por el cual eran asilados allí.

Sobre la práctica del infanticidio solo se conocen pocos detalles gracias a los pocos casos que llegaban hasta los estrados judiciales, en “La vida cotidiana en la Neiva Decimonónica”, capítulo octavo de este mismo volumen de la Historia Comprehensiva de Neiva, estudiamos el caso de infanticidio cometido por Marcela Rivera en 1856. 44 También llamados “Niños expósitos”. 45 La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 67, 12 de agosto de 1883, pág. 76. 46 Anales de la sociedad de Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva, n.o 1, 22 de agosto de 1882. 43


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Historia Comprehensiva de Neiva

La piedad y el amor

Tabla 1 Huérfanos del Asilo Padres

Huerfanos

Neiva –Costumbres aristocrático (sic)— sencillas, justicia en todo, respeto a la moral, proteccion para la virtud i el talento, castigo para los malos procederes, hilaridad para la pedanteria, cultura entre los dos sexos, profundo respeto por el hogar, ausencia de debilidad en la mujer, decoro en las conversaciones, trato franco a veces i etiquetero siempre, induljencia para el sexo feo i nunca para el bello… todo esto, lector, todo esto hallais en Neiva. 47

Edad

Julian Saiz, muerto el 1º de Septiembre de 1881, y Dolores Correcha, muerta el 11 del mismo...

Emilio (1).... Julio Isidra Marcelino (Salio)

5 8 2 *3

Adolfo Ramirez de Aipe. Ventura cabrera, muerta el 5 de Agosto...

Nemosia Isaac Cemetria (Todos tres salieron)

5 3 2

Ángel Trujillo. Celestina Cabrera muerta el 7 de Junio

Balbina Sebastiana (Salio) Hermógenes Ignacia Pablo = Clementina

9 7 5 3 1? *5

Nicolas Cruz. Silveria González, muerta el 15 de Agosto...

Alejadro (Salió) Inés Regina

6 4 2

Tomás Bahamón, ahogado. Tomasa Cardoso, muerta de viruelas en 2 de Junio...

Anita

6

Transito medina muerta de fiebre el 15 de Agosto...

Celia

6

Se ignoran...

Secundino Rojas (salió) = Evangelina Rojas

8 5

Juan García...

Rosa Galindo (salió)

5

Se ignoran...

Amalia Celis (salió)

10

Toribio Solano...

Sara Guadalupe [Ilegible] Los 3 salieron

10 7 4

Se ignoran...

Aparicio

José María Quiroz.

Aquilina

3

Martina Navarro muerta de fiebre en 4 de Mayo de 1882

Isabel Aurelio

7 2

Fuente: Anales de la sociedad de Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva, n.o 1, 22 de agosto de 1882.

Esto no significa que fueran deplorables las condiciones de la infancia y de la familia en Neiva, por el contrario en las fuentes escritas a lo largo del siglo se refleja cada vez más la importancia de la educación y cuidado de los niños dentro de un hogar amoroso.

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Sin embargo, el caso de los hijos ilegítimos era diferente pues estos estaban destinados a un futuro incierto. Muchas veces —en el caso de las mujeres— ante la imposibilidad de acceder a un matrimonio “digno” dada su condición de “madre-solterismo” o de hijas ilegítimas, debían hallar formas de subsistir y terminaban sosteniendo relaciones ilícitas con hombres que pudieran brindarles sustento o laborando como sirvientas, incluso en las casas de aquellos padres que no las reconocieron, convirtiéndose muchas veces en “la reserva del placer” de sus patrones o los hijos de estos,48 y en casos extremos ejerciendo la prostitución que era juzgada como el primer paso hacia la delincuencia y el crimen, como se analizará más adelante. Esto permite dar otra lectura de este conglomerado de prácticas en lo que se refiere a modos de canalizar las pulsiones de una sociedad que limita las formas del amor.49 Podría entenderse cómo a pesar de las múltiples quejas frente a la prostitución que se publicaban en los periodos, esta práctica no solo no se detenía sino que contaba con el apoyo de “alcahuetas”. El hecho de que el hombre pudiera disfrutar de la infidelidad con beneplácito —caso rotundamente contrario para una mujer— permitía la oxigenación de la vida familiar y conyugal, pues el acto carnal estaba separado de la concepción de placer dentro del lecho matrimonial más no fuera de él.50 Es decir, para el caso de las élites, el corriente de los matrimonios en el siglo xix era en entre parejas elegidas por los padres, con una gran diferencia de edad con el fin de que el hombre contara con estabilidad económica que le permitiera sostener a su esposa e hijos, el cuidado que se tenía de no El Alto Magdalena. Órgano de la juventud Liberal, Neiva, n.o 8, 14 de agosto de 1884. Al respecto ver Ariés, Philippe, “El matrimonio indisoluble”, en Ariés, Philippe, Sexualidades Occidentales, Barcelona, Paidós, 1987, pág. 194. 49 Veyne, Amor, familia y sexualidad; pág. 13. 50 Burguiére, Andre y Lebron, François, “El cura, el príncipe y la familia”, en Burguiére, director, Historia de la Familia. 47 48


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Historia Comprehensiva de Neiva

compartir el lecho con el esposo tan frecuentemente durante los periodos de maternidad y lactancia de la mujer, además de causales como los celos, podía generar tenciones y peleas al interior de la vida conyugal. El hombre en general es celoso. Y creo que no necesito hacer comentarios ni extenderme en consideraciones á cerca de los celos. Estoy seguro de que todo hombre, al sufrir esa enfermedad, se ha dicho: No tengo razón, soy un bárbaro. Y, sin embargo, no habrá dormido, ni habrá hecho más que desesperarse. ¿Por qué? Porque es condición precisa del hombre figurarse constantemente que lo engañan. No hablo aquí de los celos fundados, porque éstos, dicho se está, teniendo su razón de ser motivado, están de sobra. Me refiero á esa alucinación crónica que padece un hombre enamorado de una mujer, creyendo que esa mujer quiere á todos los hombres ménos a él. Logra un sujeto cualquiera que una mujer le diga que le ama. Si es verdad ó nó, Dios y ella lo saben. Dice que sí, y el sujeto se queda satisfecho. Después de aquel momento, la pobre mujer no ha de mirar a nadie, ni ha de saludar á nadie, ni ha de moverse delante de nadie. (…) Sí, señor, yo he visto llorar á hombres con patillas y picados de viruelas, por desahogarse, porque estaban celosos! ¡Ah! qué situación la del hombre enamorado! ¡Ah! qué escenas tan cómicas! Y todo por qué? Porque él se empeña en figurarse que la mujer amada lo engaña. ¡Y es un error, créalo el hombre; es un error muy grande! La mujer no lo engaña á uno sino cuando uno no se lo figura.51

La piedad y el amor

Además de lo anterior, debemos considerar que a lo largo del siglo xix las regulaciones estatales frente al matrimonio se debatían entre: la comunión con la iglesia católica frente a la indisolubilidad del matrimonio monógamo o la posibilidad de la separación y el divorcio, y que la ley y su aplicación era muy limitadas. Por ejemplo, en el caso de los delitos sexuales que se hacían públicos, pocas veces estos eran castigados y recibían penas leves, mientras que cuando estos ocurrían en la intimidad del hogar, al interior del propio matrimonio como el forzamiento de la esposa, pocas veces se tomaban se tomaban medidas a pesar de que hechos se hicieran públicos y amenazaran el bienestar y el buen vivir de toda la sociedad Neivana. Pero estas tensiones no solo se limitaban a la pareja. En el diario vivir del neivano era corriente que se presentaran escándalos entre familiares por muy variados motivos, llegando incluso al homicidio como ocurrió en agosto de 1823, cuando Lucia Hermoso —de 60 años— dio muerte a su hermana Francisca y cuyo proceso judicial se desarrollo entre 1824 y 1830 mientras se encontraba recluida en la Cárcel del Divorcio de Neiva.53 Este proceso es interesante en la medida en que permite ver como las virtudes que se le asignaban a la mujer tenían un uso ambivalente. Para esto es conveniente dejar que el documento hable por sí mismo, en este caso, la versión del defensor de Lucia, Santiago de Vargas: La infeliz de quien hablo es digna de la conmiseración de este Superior Tribunal, una pobre muger anciana recogida en su habitación quieta y tranquila dedicada a su trabajo, se ve repentinamente acometida de la furia de su hermana quien venia a darle de palos, como varias ocaciones lo había hecho, ella intenta inpedirle la entrada cerrando la puerta, pero a su pesar la otra se obstina, y haciendo los maires exfuersos la arranca del quisio, se entra con imperiosidad, y he aquí de donde dimanó la desgracia enbasandose ella misma en el cuchillo, que mi pobre mantenía en la mano inadvertidamente con el susto, y la sorpresa: ella a pesar de que se le tomo su confesión con juramento inciste en que se halla inocente; que por otra parte es bien conocida en todo Neiva la conducta escandalosa de la Francisca Hermosa, su genio provocativo e insultante, especialmente cuando bebía. En esta virtud se ha de servir la rectitud del Tribunal revocar

Estas tensiones hacían incluso —como lo reportan las fuentes— que se dieran escándalos, maltratos, violencia sexual y asesinatos del cónyuge como lo reporta Crónica Judicial acerca del auto dictado contra Agustina Marchá por haber envenenado a su esposo Leonardo Girón, en el cual aunque no dan mayores detalles del hecho, se hace un importante llamado acerca de la necesidad de “adoptar medidas polifacéticas para prevenir la frecuencia del delito de envenenamiento y hacer mas fácil su descubrimiento”, esto quizás un signo indicativo de que este tipo de crimen conyugal se presentaba con frecuencia.52

51 52

“Los celos”. El Grillo, Neiva, n.o 4, 9 de Febrero de 1884. Cursiva en el texto. Crónica Judicial, Neiva, n.o 23 y 24, 15 diciembre de 1886.

313

53

“Causa criminal contra Lucía Hermoso, por parricidio”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 76, ff. 493-535.


314

Historia Comprehensiva de Neiva el auto apelado, y en su consejo mandar de ponga a mi pobre en libertad, o al menos, se le minore la pena, por razón de su sexso, y su ancianidad.54

Como se ve, además del argumento de su edad, el hecho de ser mujer hacía que por derecho propio se considerara como un ser digno de la piedad de los jueces y más aun, se definiera como mujer buena por encontrarse en el momento del ataque dentro de su casa realizando las labores que como mujer le correspondían desarrollar allí “recogida en su habitación quita y tranquila y que solamente se le arranco de quisio”, lo anterior sumado a que era una mujer asustadiza y anciana, llevó a sugerir se le disminuyera la pena. Todos estos son atenuantes del hecho de que se encontraba armada y había dado muerte a su hermana, quien indirectamente se merecía tal castigo por ser una mujer escandalosa y por ende con avocación a la furia, la imperiosidad y la obstinación contraria a la mansedumbre que como mujer debía mantener. Como se desprende del relato, esta no era la primera vez que las dos hermanas se enfrentaban, desafortunadamente el expediente no brinda mas información acerca de los escándalos previos, de que factores pudieron incidir en la su problemática relación o de que elementos adicionales le sirvieron a la defensa para señalar la conducta de Francisca como “provocativa e insultante“ aparte de su tendencia a la bebida, cosa muy mal vista pues el hecho de salir de su casa para visitar expendios de licor significaba por ende entrar en contacto con hombres en espacios sin el control adecuado sobre el mantenimiento de la decencia de la mujer, además de ser lugares frecuentados aparentemente por vagos, ladrones, prostitutas y lo más bajo de la sociedad, sumado al hecho de que estar ebria hacia efectivamente que perdiera el control sobre la imagen que como mujer decente debía mantener. También es posible suponer que Francisca no fuera casada o no tuviera una relación conyugal estable, pues si así fuera se debería encontrar referencia sobre quejas por parte de su compañero por su comportamiento o la mención de la existencia de hijos, suponiendo que fuera mayor de edad, pues de no haber sido así se hubiera resaltado durante el proceso. Desafortunadamente, tampoco hay información acerca de la vida de Lucia para poder corroborar si efectivamente su forma de vida estaba de acuerdo a los cánones que pretende mostrar el defensor de su caso. 54

“Causa criminal contra Lucía…”. agn, Bogotá, S. República, F. Asuntos criminales, l. 76, f. 498r.

La piedad y el amor

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El amor por fuera de la piedad

Estos actos —reprochables para la mujer pues la acercaban al crimen y

sobre todo la prostitución— fueron para el hombre una vía de escape, haciendo que la visita a las prostitutas o “luciérnagas” hiciera las veces de forma de control social en vista de que la realización del placer no se lograba en muchos casos dentro del vínculo matrimonial. Evidentemente no puede dársele un papel totalmente pasivo a la mujer en la búsqueda de tal placer escapando de la vida conyugal; es casi seguro que la infidelidad femenina no era extraña, solamente que esta se mantenía dentro de lo posible en secreto por temor al escarnio público al que se sometería la familia de la joven —cuya misión de educarla para la consagración fiel a su esposo quedaba en entredicho— y a su marido que sería blanco de burlas a su honor.

El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

Así, la prostitución se mantenía como una práctica marginada porque tal disfrute de la sexualidad debía mantenerse en privado y porque su ejercicio se relacionaba con las clases bajas quienes no tienen inconveniente en lucrarse y aceptarla, pues no acataban ni practicaban la buena moral de las clases altas. Según lo plantea Miguel Ángel Urrego, la prostitución se convierte en un problema en la medida en que rompe los límites de la práctica de la sexualidad dentro del matrimonio, en la intimidad, sino que mueve estas prácticas al espacio público.55 55

Urrego, Sexualidad, matrimonio…


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Historia Comprehensiva de Neiva

La piedad y el amor

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En todas las regiones del país para el periodo estudiado, independientemente del tamaño de las poblaciones se encuentran registros del ejercicio de la prostitución y adicionalmente, a lo largo del siglo xix con el incremento del desarrollo de las ciudades, esta práctica llegaría incluso a niveles escandalosos. Como lo señala Aída Martínez: “durante la mayor parte del siglo xix la prostitución estuvo prohibida y penalizada en Colombia; no obstante, prosperó en permanente acomodo entre las leyes que la combatieron y la sociedad que la toleró, pretendió ignorarla y aún la fomentó.” 56

El Municipal, Neiva, n.o 56, 5 de marzo de 1898. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

El Municipal, Neiva, n.o 11, 14 de octubre de 1893. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

En el caso de Neiva, estas mujeres eran llamadas “Luciérnagas” por ejercer sus labores principalmente en las noches atrayendo a “los hombres de bien” que caían bajo sus encantos, incluso abandonando sus esposas y hogares por sostener a sus “queridas”. Aunque por las limitaciones de las fuentes no podemos proponer un estimado de la cantidad de mujeres que ejercían esta labor en la ciudad de Neiva, dadas las quejas suponemos que no debieron ser pocas. Este es un buen ejemplo de cómo el estado debía intervenir cada vez más en la sexualidad, particularmente cuando esta se salía de los límites del hogar y su función de procrear, para pasar a afectar a los miembros “respetables” de la sociedad neivana. 56

Martínez Carreño, Aida, “De la moral pública a la vida privada, 1820-1920”, en Martínez Carreño, Aida, y Rodríguez, Pablo, Placer, dinero y pecado: Historia de la Prostitución en Colombia, Bogotá, Aguilar, 2002, pág. 129.

Entonces, la prostitución era asociada con diferentes elementos como el crimen, la vagancia, la bebida, los vicios, y en las últimas décadas del siglo xix con la higiene, este último goza de gran importancia pues las prostitutas ya no eran solo son vistas como “sucias” sino que además transmitían esta suciedad, lo que hizo que la misma población exigiera la toma de medidas para “controlar” este fenómeno. Sumado a las medidas médicas, se establecen formas más severas de control y castigo contra el ejercicio de la prostitución como la cárcel. Así se ve en la ordenanza de policía de 1894, publicada en Neiva donde se hace explicita mención de los prostíbulos: “Artículo 565: El que establezca casa de prostitución, ó prepare cualquier lugar destinado á las prácticas de libertinaje, sufrirá la pena de reclusión por dos meses á un año. Los jefes de El Municipal, Neiva, n.o 13, 28 de octubre policía harán cerrar inmediatamente tales de 1893. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, casas ó lugares, y vigilarán á fin de que no Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011. se restablezca en parte alguna“.57 57

El Municipal, Neiva, n.o 63, 14 de mayo de 1898.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Incluso, el ejercicio de la prostitución se hizó tan latente que se asoció con males de carácter político. Las luciérnagas—Parece que aquí este animalejo abunda en todo tiempo: pero ahora por razón del invierno se ha multiplicado más, y de tal manera, que de las seis y media de la tarde en adelante ya no se puede salir. A esta hora es cuando en más revuelta profusión las vemos que como abejas despojadas de su colmena, forma variados remolinos, buscando lo que siempre buscan los animales de su especie: la oscuridad. Esta es una propiedad inherente á todo ser que anda tras la abyección ó algo peor que la abyección. Estas luciérnagas son un gran número de ciertas mujeres de relajadas costumbres que, despreciando el fruto que da de una vida sumisa y laboriosa el trabajo honrado, van y vienen por las calles y todos lugares y entran y salen de casi todas las casas, recaudando empréstitos forzosos, es decir, petardeando á todo mundo para poder sostener una vida de holgazanería y corruptela, la más triste. Dolorosisimo cuanto amenazante cuadro en un país en que ni el asidao trabajo da para subvenir á las múltiples necesidades de la vida! Empezará el comunismo por las mujeres? Buen peligro hay de ello, si no se pone remedio á este mal. 58

Todo esto ocurría en el plano público, pues desafortunadamente las fuentes no bridan luces acerca de las prácticas privadas, aquellas de las que quizás se sabía pero nadie hablaba, como las relaciones con el mismo sexo, las enfermedades “venereanas” o practicas masturbatorias, las cuales debían ser “curadas” a través del matrimonio pues la práctica de estos actos amorales comúnmente se relacionó con el padecimiento de enfermedades.59 Sería perjudicial mostrar un panorama tan oscuro de las relaciones socio-sexuales de la Neiva del siglo xix, desafortunadamente los casos arriba tratados son los que la mayoría de las veces quedan registrados; sin embargo, esto para nada significa que no existieran hogares estables y felices, donde se manifestara el amor conyugal y hacia los hijos, solo que de esto los registros son mucho más escasos pues como bien lo señala Pablo Rodríguez para la colonia “la escazes de estos documentos 58 59

El Grillo, Neiva, n.o 3, 26 de enero de 1884. Ver Laqueur, Thomas Walter, Sexo solitario: una historia cultural de la masturbación, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007.

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probablemente se deba a que la felicidad casi nunca se pregona, uno nunca va al notario a registrar su felicidad”.60

El Aviso, Neiva, n.o 2, 26 de Febrero de 1890. Fuente: Ruiz, Jean Paul y Salamanca, Cristian, compiladores, Publicaciones seriadas de la Ciudad de Neiva siglo xix, cd-rom, Bogotá, 2011.

No solo la mujer debía observar múltiples normativas para la preservación de la felicidad del hogar, pues ellas también hicieron llamados a sus esposos para que llevaran una vida honrosa; en este sentido, se realizaron publicaciones donde se le aconsejaba al hombre la forma en que debía llevar amorosamente el hogar, aunque por razones obvias, estaban soportadas en aquellos valores que a lo largo del siglo xix se le exigía seguir juiciosamente a los miembros de la familia que se encontraban bajo el cuidado del hombre. Sin embargo, su lectura permite ver que a los hombres también se les pedía mantener una imagen de felicidad por sobre las circunstancias que realmente ocurrieran al interior del hogar. Así, casi a la par que la mujer, él también debía guardar silencio para guardar su honor. La mujer es la hija del cariño i de los halagos: no tratemos nunca a la mujer con dureza, porque por mucho que nos ame, acabará por despreciarnos. La mujer es débil por naturaleza: no abusemos de su debilidad porque eso es cobardía. La mujer se forma en los ejemplos del 60

Rodríguez, “La Familia en Colombia”, pág. 263.


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Historia Comprehensiva de Neiva hombre: seamos honestos en nuestras acciones i pulcros en las palabras, para que nuestras esposas sean honestas i pulcras en sus procederes. Con la esposa, ni escesiva esclavitud, ni demasiada libertad, porque está demostrado que los estremos se chocan. Aun en los actos mas íntimos del matrimonio, seamos siempre decorosos i cultos para que la ilusion, que todo lo adorna i embellece no huya de nuestro hogar. Si por desgracia llegamos algun dia a desconfiar de nuestra compañera, ocultémoselo lo mas que podamos, porque si le descubrimos, somos perdidos. La desconfianza es un ultraje que nunca perdona la mujer. Procuremos que nuestras esposas vistan con decencia: mas nunca permitamos que sean mujeres a la moda: los figurines han sido la causa de muchas desgracias dehonrosas. En los gastos del hogar tratemos de observar siempre un justo medio: ni escesivo dispendio ni estremada economía. Lo primero conduce a la miseria, lo segundo al ridículo. La mujer siempre está dotada de buen instinto: en los lances apurados de la vida aconsejémonos con la nuestra, seguros de que sus labios brotarán la luz que haya de guiarnos en el camino del bien. La mujer es todo sentimiento i bondad: en las horas de hondas tribulaciones, volvamos a nuestra esposa los ojos i hallaremos consuelos i esperanzas. Tratemos de que nuestra esposa salga lo menos posible: las mujeres callejeras acaban por perderle el amor al hogar i a los hijos. En materia de espectáculos, llevémosla siempre a aquellas que elevan el espíritu i ennoblecen los sentimientos. En materia de libros, que solo lea aquellos que entrañan altos propósitos morales i están revestidos de formas halagüeñas. Procuremos rodear a nuestra esposa de jente culta e ilustrada, i no olvidemos que hai personas ilustradas que no son cultas. Hai individuos notables por su ilustración i bajos por sus acciones. Si queremos vivir en paz con los nuestros i con los estraños, no consintamos chismosos ni consejeros en nuestra casa. Hai consejos que pierden i chismes que convierten el hogar en piélago de lágrimas. No toleremos amigas íntimas a nuestras esposas, porque de esas intimidades no salen sino calamidades. A nuestros hijos tratémoslos como amigos mui queridos, no como

La piedad y el amor

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súbditos mui humillados. Consejos i no maltratos, porque son sangre de nuestra sangre i debemos procurar enaltecerlos i no rebajarlos. Eduquémoslos en los principios i en los buenos ejemplos para que sigan el camino que a la virtud conduce. Ilustrémoslos para que no se dejen embaucar por los ignorantes i los pícaros. Aconsejémosles la esperanza i la caridad para que disfruten de las fruiciones que la práctica de esas virtudes produce. Miremos bien en manos de quién ponemos la educacion de nuestros hijos porque hai instituciones que en vez de educar pervierten el corazon de sus discípulos i los lanzan en el camino de la deshonra. Vijilemos a nuestros hijos, pero vijilemoslos con talento, porque ya lo hemos dicho, la desconfianza es el peor ultraje que se nos puede hacer. No procedamos contra nuestros hijos sino cuando tengamos el íntimo convencimiento de que han faltado a sus deberes, porque una injusticia subleva siempre el ánimo, aunque sea un padre el que la cometa. En los tiempos que alcanzamos nadie tiene sangre de leche en las venas. Para el mejor modo de guiar a nuestros hijos, no nos sigamos nunca por indicaciones estrañas. Esa es una debilidad que conduce a grandes errores i funestos estravíos. Respetemos a nuestros hijos para que ellos nos respeten: del respeto mutuo nacen el órden i la armonía del hogar. No abusemos de nuestro poder de padres, porque los hijos, como los pueblos, cuando se ven tiranizados, tienen sus momentos de horribles convulsiones. En cuanto a los hijos en general: i en cuanto a las hijas, llevemos siempre guantes para tratarlas i miel i rosas en los labios para darles consejos.61

61

“Consejos de Don Simón”. El Alto Magdalena. Órgano de la Juventud Liberal, Neiva, n.o 14, 15 de noviembre de 1884.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Conclusiones “La mujer es un ídolo que el hombre adora mientras no lo arroja de su pedestal“.62

Anteriormente tratamos de dar un pequeño panorama de las relaciones

socio-sexuales en la Neiva del siglo xix, a partir del cual pretendemos extraer algunas conclusiones sin caer en generalizaciones. Así, mostramos aspectos buenos, malos y muchas veces contradictorios, pretendiendo tocar la mayor cantidad posible de elementos que entran en la esfera de la vida familiar y la sexualidad, respondiendo a lo que brindaban y permitían interpretar las fuentes limitadas a Neiva. No encontramos evidencia de que la distancia de Neiva respecto a grandes centros hubiera permitido que el control eclesiástico y gubernamental sobre la población fuera más laxo; por el contrario, las regulaciones sobre la familia y la sexualidad era una preocupación compartida por todos los neivanos. Además debe tenerse en cuenta que no debe pensarse a la ciudad como una esfera aislada, sino conformada por una población altamente fluida en constante interacción con las demás poblaciones del estado, elementos que podían afectar la vida familiar como las largas ausencias de padres y conyugues, hombres que conformaban hogares simultáneos en diferentes pueblos, el traslado de familias enteras a diferentes poblados, etc. A pesar de la fuerte influencia católica sobre la regulación de la familia y los comportamientos de sus miembros, injusto seria no reconocer los importantísimos cambios que sufrieron las relaciones familiares y de pareja a lo largo del siglo xix: inicios participativos de la mujer en variados aspectos sociales, reconocimiento de su importancia en el hogar mas allá del papel de esposa y madre, la necesidad de la crianza amorosa de los hijos, de que recibieran un buen ejemplo por parte de sus padres y la posibilidad de exigir cada vez más abierta y públicamente al esposo una buena conducta con su familia. Adicionalmente, los cambios que sufrió el país mismo durante este siglo exigieron una mujer mejor preparada, no solo para la vida domestica, sino para afrontar las dificultades que acosaban al hogar y que antes debía enfrentar solamente el hombre de la casa. Su valoración se ha transformado desde la Imagen de heroína durante e inmediatamente 62

“Opiniones sobre la mujer”. El Grillo, Neiva, n.o 2, 12 de enero de 1884.

La piedad y el amor

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después de las guerras de independencia, la ama de casa y la educadora que debía jugar un doble papel: un ser débil, delicado y vulnerable pero a la vez ser un fuerte eje del hogar; a la compañera del hombre y parte fundamental en el sostenimiento material y espiritual de hogar. Todo esto ocurría a la par con diferentes procesos de cambio entre los cuales podemos mencionar: el fortalecimiento del concepto de intimidad y vida privada, los cambios en la asignación tradicional de las tareas domesticas, los avances en la medicina que luchaba contra muchos de los mitos sexuales que habían permanecido desde la colonia y que ocasionaban miles de muertes, las características de la prostitución en el siglo xix. Es así como encontramos una forma de participación activa de la mujer en la comunidad en los límites del hogar ante la imposibilidad que tenía de participar en otros ámbitos. Aunque no puede negarse que gran parte de los elementos aquí tratados no se transformarían en mayor medida hasta el siglo xx e incluso hasta épocas recientes, podemos decir con certeza que muchos otros de los valores aquí mostrados se transformaron por completo y cuyos primeros pasos de cambio se dieron en el siglo xix.


Crecimiento urbano y poblacional de la ciudad de Neiva durante el siglo xix Humberto Montealegre Sánchez

Academia Huilense de Historia

Preliminares

La ciudad de Neiva terminado el siglo xviii no había tenido mayores

desarrollos urbanísticos y sociales. Las familias que migraron a la ciudad fueron contadas, en tanto que la mayoría de los sectores sociales, en especial los pertenecientes a la plebe se sumían en la pobreza. Si en 1778 la jurisdicción de Neiva tenía 2.303 habitantes conformada por 543 blancos, 1.638 libres de todos los colores y 122 esclavos,1 para comienzos del siglo xix, es decir, 22 años después, pudo aproximarse a los 4.000 habitantes. Ahora bien, no todos habitaban la ciudad, los hacendados aun mantenían la costumbre de habitar en sus haciendas donde laboraban mayordomos y trabajadores. No hay que olvidar que los agregados con los arrendatarios, mayordomos, peones y esclavos, constituyeron la población trabajadora más estable de las haciendas colombianas.2

1

2

“Padrón de la Provincia de Neiva 1778”. Archivo General de la Nación (agn), Bogotá, S. Colecciones, F. Enrique Ortega Ricaurte, Caja 38, f. 22 v. Algunas hacendados recurrieron al arrendamiento y entrega de parcelas tanto a arrendatarios como a los agregados. Este hecho dio lugar a la aparición de un individuo conocido como arrendatario, quien pagaba una renta en dinero, especie a la hacienda, o en su defecto, en trabajo. Rodriguez, Pablo y Castro Carvajal, Beatriz, “La vida cotidiana en las haciendas coloniales”, en Castro Carvajal, Beatriz, editora, Historia de la vida cotidiana en Colombia, Bogotá, Editorial Norma, 1996, pág. 87.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Es importante considerar que en el bajo crecimiento de la ciudad durante las últimas décadas del siglo xvii había tenido alguna incidencia la creación de la villa de Purificación hacia1664, en tanto, que los censos de 1835 y 1843, muestran a esta villa con una población mayor a la de Neiva. Ahora con los inicios de la apertura del camino real de Quindío en los decenios finales del siglo xviii, esta nueva ruta debió impactar negativamente el crecimiento de la ciudad. La necesidad de conectar al occidente con el centro administrativo de la Corona en Ibagué y Santafé movió el interés de los peninsulares para mejorar las condiciones de esta vía. Por otra parte, las penalidades que pasaban los transeúntes al atravesar el “páramo” hacía que los oficiales reales de Popayán se “lamenten de las dificultades y peligros que implicaba el camino a través de Neiva y del camino de Guanacas, lo que les llevara a solicitar la apertura de la vía del Quindío y Cartago, aunque más larga, sería menos peligrosa”.3 El camino de Guanacas empezó su construcción en 1627, el que a su vez, había reemplazado al antiguo camino de Timaná, que comunicaba esta villa con Popayán. Por el camino del Quindío transitaron hacia Santafé y Popayán, y viceversa, científicos, militares y visitantes extranjeros tales como José Celestino Mutis (1783, Expedición Botánica), el sabio Francisco José de Caldas y Alejandro de Humboldt (1801), Juan Bautista Boussingault (1829), Ernst Rothlisberger (1884), y demás miembros de las tropas patriotas y realistas.4 Esta nueva ruta hacía que los viajeros y autoridades civiles, militares y eclesiásticas de tránsito entre las citadas ciudades no pasen por Neiva y, por consiguiente, 3

4

Duque Gómez, Luis, Friede, Juan y Jaramillo Uribe, Jaime, Historia de Pereira, Pereira, Edición del Club Rotatorio de Pereira, 1963. El Virrey Messía de la Zerda el 8 de marzo de 1765, convocó a los ciudadanos de Cali, Buga, Cartago y Anserma para que concurrieran en la apertura del Quindío. Muchos años después, la necesidad del camino impulsó la creación de medidas similares como las de la ley 31 de 1823 en la cual se establecieron reglas para “acceder a los privilegios de quienes participaran en la apertura o composición de un camino o canal, etc”. Más tarde, el 25 de enero de 1830, Simón Bolívar, quien había trasegado la vía del Quindío, al llegar a Santafé expidió un decreto por el cual ordenó oficialmente la “apertura de un camino de herradura en el paso de los Andes, denominado Quindío, desde la ciudad de Cartago hasta Ibagué”. Años más tarde se expidió la ley 26 de 1835 que ordenó la reforma del mismo camino a cambio de 25 mil hectáreas que se le darían a los contratistas. Lopera Gutiérrez, Jaime, La Colonización del Quindío, Bogota, Banco de la República, 1986. Citado por Rothlisbeger, Ernest, El Dorado. Estampas de viaje y culturas de la Colombia suramericana, Bogotá, Banco de la República, 1963, págs. 347-348. De Humboldt, Alejandro, Viajeros Extranjeros en Colombia. Siglo xix, Cali, Carvajal y Cia., 1970, págs. 21-27. Boussingault, J.B, Memorias, Colección Bibliográfica, tomo iv, Bogotá, Banco de la República, 1985, págs. 74 y 75.

Crecimiento urbano

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no dejen plasmada su lectura sobre la ciudad en fuentes documentales. De ahí la escases documental de las mismas. Este “aislamiento” pudo ser uno de los impedimentos que no favorecieran las probables migraciones a estos territorios, que hubieran sido posibles en el transcurso del siglo xix. Ahora, el mayor esfuerzo arquitectónico de la ciudad de Neiva, si lo hubo, se concentró en la construcción religiosa representada en la capilla Santa Bárbara. Las fuentes que describen a Neiva durante el siglo xviii, sugieren una lentitud en su desarrollo urbanístico, en cuyo valle la ciudad vio poco a poco su crecimiento, desde su plazuela, con la construcción de la capilla Santa Bárbara erigida en 1764, las edificaciones del cabildo, la cárcel, la casa cural y las residencias del vecindario más importante, entre ellos, los jurisconsultos, hacendados y comerciantes. La plaza fue, sin lugar a dudas, el centro de las actividades más intenso de la ciudad. Servía de escenario al comercio, a los desfiles oficiales y religiosos, al espectáculo, al desenfreno del carnaval o de auditorio para la lectura de los edictos reales. A finales del siglo xviii se acrecientan los deseos de independencia en la Nueva Granada, en especial por la intelectualidad criolla. El interés de los criollos en las ciencias naturales debió facilitar la introducción de las ideas políticas de la ilustración. Bajo el estimulo de José Celestino Mutis, surgió en 1782 un grupo de criollos, entre ellos, Francisco José de Caldas quien se dedicó al estudio y propagación de la ciencia moderna, a través de la Expedición Botánica. En el proceso de sus investigaciones sobre los recursos se desarrolló una mayor identificación con su patria y a la vez, una esperanza en su futuro económico. Al estimular el patriotismo científico y económico entre la élite criolla, la Expedición Botánica ayudó a crear algunas actitudes conducentes al posterior movimiento de independencia. De ahí, que quienes realizaban estas investigaciones se inclinaban a saber algo de los tópicos económicos, sociales y políticos de la ilustración, siendo la mayoría de ellos participes activos en los procesos independentistas,5 5

Safford, Frank y Palacios Marco, Colombia, País fragmentado, sociedad dividida. Su historia, Bogotá, Editorial Norma, 2002, págs. 160 y ss. La ilustración se entiende como aquel movimiento intelectual del siglo xviii que pretendió dominar con la razón un conjunto de problemas del hombre en el mundo, y en especial, su lucha por la libertad, el progreso y la igualdad; y en la misma forma el cambio hacia el pensamiento racionalista, naturalista y experimental. Ocampo López, Javier, “El proceso político, militar y social de la independencia”, en Nueva Historia de Colombia, vol. ii, Bogotá, Planeta, 1989, p. 11. La masonería sería, sin duda alguna, una de las instituciones protagónicas del siglo de las luces, el cual contribuyó a través de las logias, que fueron generadoras, receptoras y difusoras de las ideas de la ilustración. Los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, eran ideas fundamentales de la ilustración, en el


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Historia Comprehensiva de Neiva

generación de intelectuales que así no hubieran participado en esta expedición, fuera sacrificada en buena parte con el regreso del régimen del terror, entre ellos los próceres de la provincia de Neiva. En esta provincia se presentaban unas condiciones sociales, políticas y económicas muy diferentes a las del resto del Nuevo Reino de Granada. Desde la primera mitad del siglo xviii se cocinaba un ambiente pesado contra las autoridades españolas que, en la mayoría de las veces, eran miradas con recelo por los nativos del Alto Magdalena, llámense criollos, mestizos, indígenas, y hasta por los mismos esclavos.6 En la segunda década del siglo xix, al establecerse la nueva República, luego de finalizar el régimen colonial, en la provincia de Neiva, al presentarse las tensiones de las elites locales en la búsqueda independentista en sus respectivos territorios, lleva a esta comarca a su desintegración y finalmente, a buscar posteriormente la unión, cuando ya era demasiadamente tarde, al tomarse la ciudad Carlos Tolrá el primero de julio de 1816, régimen del terror que llevó al patíbulo a los principales promotores de la causa de la independencia.7 En efecto, con la reconquista española hacia 1816 los campos permanecían asolados, mientras que parte del vecindario comprometido con las causas libertarias había tenido que abandonar la ciudad. Las guerras independentistas habían traído pobreza y ruina en los campos y ciudades, lo que indudablemente frenó su incipiente crecimiento urbano y poblacional por varios lustros. Jairo Ramírez Bahamón señala como a comienzos de la Independencia definitiva de la Nueva Granada, la provincia de Neiva se hallaba en grave atraso económico, reflejado en la drástica reducción de su actividad agropecuaria y en el lamentable estado de sus fiscos y de sus moradores. Situación agravada por los destrozos que habían causado los movimientos bélicos de la independencia, la acción devastadora del sismo que asoló sus campos y ciudades en 1827, y por las revoluciones políticas del final de la década del veinte.8

6

7

8

proceso de constitución del Estado moderno. Arango Jaramillo, Mario, La Masonería Colombiana en los inicios de la República 1810-1960, Medellín, 2008, págs. 19-40. Silva Vargas, Rodrigo, Neiva, Cuna de la Revolución de los Comunes, Bogotá, Editorial Kimpress Ltda, 2005, pág. 137 Silva Vargas, Rodrigo, El Garzón que emergió de una laguna, Bogotá, Silva Vargas Ltda. 1992, págs. 156-157. Ramírez Bahamón, Jairo, La Escuela en la Antigua Provincia de Neiva, Neiva, Universidad Surcolombiana, 2000, pág. 25.

Crecimiento urbano

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Hacia 1827, Neiva contaba con edificaciones públicas, así lo dan a conocer las fuentes documentales con ocasión del terremoto que ocurriera en ese mismo año. “En Neiva quedaron enteramente arruinados todos los edificios públicos i cómo sucedió el temblor a tiempo que llovía copiosamente, i cayeron aún algunas casas pajizas, el agua i el incendio de algunas de estas aumentaron el daño”.9 Así mismo, acabó prácticamente con todas las construcciones y obras civiles de orden colonial en la provincia y por ende en su capital, arruinando la infraestructura existente, para la producción y comercialización del tabaco y del cacao, bases de la economía en la época y que colocaban a la provincia como el segundo productor nacional de estos granos en la Nueva Granada, solo superada por el Socorro y el actual Santander.10 Las repercusiones del sismo y de las guerras fueron tan graves que todavía en 1840 se continuaba explicando el atraso económico de la provincia por los efectos de estos dos acontecimientos.11

Descripciones de la ciudad

En pleno furor independentista y republicano, por estas tierras pasaron

regimientos de realistas, patriotas y algunos visitantes criollos y extranjeros, a pesar de haberse iniciado la construcción del camino real del Quindío. Algunos cronistas, viajeros e historiadores describen la ciudad de Neiva en el siglo xix con su población y características, urbanismo, producción agraria y artesanal, así como por sus tradiciones culturales. En un texto elaborado al parecer por un oficial inglés,. deja esta semblanza a su paso por Neiva: Neiva es la última población de importancia entre Bogotá y la segunda rama de la Cordillera, que separan los Andes de Popayán y del valle de Cauca. Los habitantes han recibido el nombre de caratosos, a causa de una enfermedad cutánea que se llama carate. Esta enfermedad les produce manchas blancas en las diferentes partes de la piel y, a veces, también, les blanquea el pelo.12 Gaceta de Colombia, Bogotá, n.o 319, noviembre 25 de 1827. Arias Durán, German, “Neiva a través de su Arquitectura”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. vi, Gobernación del departamento del Huila/Academia huilense de Historia, 2005, págs.226 y 227. 11 agn, Bogotá, S. República, F. Gobierno, t. 48, f. 108, en Ramírez bahamón, La Escuela en la Antigua… pág. 28. 12 Memorias de un oficial de la Legión Británica. Manuscrito entre 1817 y 1821, traductor Luis 9 10


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En 1823, cuatro años después de la independencia, el Sr. Mollien de origen francés visitó a Colombia y en su crónica muestra su admiración por la flora de los alrededores de Neiva. En su viaje de Villavieja a Neiva, comenta que:

En 1847, Juan Francisco Ortiz, de origen bogotano y gobernador de Neiva, describe el contorno de la ciudad, el despacho de la gobernación y algunas costumbres y tradiciones:

Nos encontramos al final del llano árido, (…) un bosque cortado por una infinidad de caminos; la cortina que formaba nos velaba la vista de Neiva; por lo menos su sombra nos protegió del calor sofocante que pasamos en aquella llanura de Villavieja: en ese bosque eran los arroyos los que mantenían principalmente una temperatura fresca; el agua corría por todas partes por canalillos (…) para regar los pies de los cacaotales. La temperatura que disfruta en esos lugares es muy agradable; el ambiente está embalsamado por el aroma de las flores que crecen al borde del agua. Este jardín delicioso me hizo olvidar todos los anteriores sufrimientos. Neiva no es una ciudad rica: la guerra, así como las frecuentes invasiones de hormigas en los cacaotales, la han arruinado. No hay más de unas seis casas con techos de teja, y las calles no están empedradas. La población, en gran parte, está constituida por gente de color. Las enfermedades más frecuentes son la elefantiasis y la lepra.13

Queda la alegre capital de Neiva en una llanura sombreada de ceibas y tamarindos, en un cuadrilátero de ríos: por un lado la baña el Magdalena, y por otro el río las Ceibas; por aquí de Oro y por allí la Toma. Su caserío, en lo general, es de paja; la Iglesia parroquial, muy clara y muy hermosa, es de teja; sus habitantes, con raras excepciones, son honrados, hospitalarios y de trato franco y sin doblez. La gobernación era una tienda de vara en tierra, cubierta de paja; los papeles del archivo se acomodaban y guardaban en petacas de cuero; el mostrador de dicha tienda servía de escritorio, y cuatro sillas de cuero peludo completaban el mobiliario del despacho. Alquilé una casa de teja que tenía un salón claro y espacioso. Había comprado un macho famoso mis asistentes lo llamaban Tiburcio. Montaba en “don Tiburcio” y me daba un nuevo baño, Pasaba las noches en alguna tertulia u oyendo cantar el quejumbroso bambuco a la claridad de la luna, gozando del fresco, en Neiva sube a 30 grados o más.17

En 1824 el coronel inglés, John Potter Hamilton de paso por la provincia señaló: “La apariencia de los campesinos de toda esta provincia es muy agradable, los hombres son altos, bien formados, de ropa muy limpia, de rostros franco y noble”,14 muy probablemente se refería a personas de ascendencia española. Referente a la misma época, el historiador Delimiro Moreno, en uno de sus textos sobre historia del Huila nos recuerda cómo la Junta Provisional de la provincia de Neiva en 1825, venía solicitando medidas relacionadas con una fuente en la plaza de Neiva, acueducto y un hospital.15 El acueducto mediante una pila pública fue puesto al servicio 65 años después, es decir en 1890 ubicada en la plaza principal.16 De Terán, Madrid, Editorial América, 1916, pág.195. Mollien, Theodoro, Viaje por la República de Colombia en 1823, Bogotá, Imprenta Nacional, 1944, págs. 244. 14 Potter H. John, Viajes por el interior de las provincias de Colombia, Bogotá, Banco de la República, Bogotá, 1995, pág. 197. 15 Moreno, Delimiro, El Huila en el siglo xix, Bogotá, Vargas Editores, 1994, pág. 14. 16 Rivera, David, “Neiva en 1905”, en Huila. Órgano de la Academia Huilense de Historia, vol. 5, n.o 21, 1966, pág. 78. 13

Don Felipe Pérez visitó a la ciudad de Neiva, hacia el año de 1850, cuando esta era el principal mercado de la quina o chinchiná de Colombia, cultivos nativos que se daban espontáneamente en la Cordillera Oriental. Sus impresiones fueron que “en Neiva se han edificado elegantes y cómodas casa de teja, que se amueblan muy bien, sus gentes se visten con lujo y se ha despertado un gran interés por la educación de la juventud, en un colegio principal llamado Santa Librada”.18 Ahora, después de los destrozos causados por los movimientos bélicos de la independencia y de las secuelas que dejara el terremoto de 1827 que azotara a toda la provincia, las guerras civiles, la provincia de Neiva y especialmente su capital a mediados del siglo xix presenta avances en sus procesos económicos, sociales, políticos-administrativos y culturales, con algunos desarrollos urbanísticos, sociales y educativos. Ortiz, Juan Francisco, Reminiscencia, Bogotá, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, 1946, pág. 192. 18 Pérez, Felipe, Geografías particulares de los Estados, 1862-1863, Bogotá, Biblioteca de Historia Nacional, Bogotá, 1982. 17


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En efecto, el periódico El Alto Magdalena a primero de marzo de 1856, en un ensayo descriptivo de la ciudad de Neiva, hace referencia a los mismos 7.719 habitantes censados en 1851 en todo el distrito, de las cuales: 4.000 pueblan la ciudad de Neiva, la que distribuida simétricamente en cuatro barrios, contiene mas de 600 casas, entre ellas 6 son de dos pisos, unas 50 de teja i el resto pajizas, arregladas en un area de cerca de 1.000 metros de largo N. S., i otro tanto de ancho E. O., que forman una superficie de 100 hectareas. (…). Las casas (…) algunas hai que todavía adolecen del pésimo gusto que rutinariamente se ha conservado desde el siglo xvi (…). Tampoco puede negarse, que ya hai muchas al estilo moderno, decentemente adornadas i mui bien amuebladas, no siendo pocas las que se van construyendo, cada día, de teja, claras, elevadas i bien ventiladas, (…). Cuéntanse los edificios i establecimientos públicos siguientes: la Iglesia parroquial, templo espacioso i elevado, (…) además de la iglesia hai en la plaza que es hermosa otra capilla que fue erigida en 1764 a Santa Bárbara (…); el edificio del cabildo, cuyas piezas inferiores sirven de cárcel promiscua para ambos sexos (…), i las superiores para las oficinas de los tres poderes públicos parroquiales, sirviendo también (…) de hospedería a la Lejislación provincial, pues esta es nómada en Neiva; un colegio de varones cuyo edificio sirve hoy para la Imprenta provincial i la Escuela Normal; otro colegio, el provincial de niñas de “Santa Librada” creado en 1850, una escuela pública de niños i otra de niñas para la enseñanza primaria; una caja de ahorros con un fondo de mas de 50.000 pesos pertenecientes a mas de 200 depositantes, creada en 1849, un cementerio, que nada tiene de notable, fuera de la rusticidad de sus tumbas; el cabildo, además, ha destinado una hectaria de terreno para una casa de beneficencia, a cuyo fin, ecsisten ya algunas donaciones.19

Los servicios educativos llegaron demasiadamente tarde a la provincia, los que frecuentemente eran interrumpidos, especialmente los estudios de secundaria, por la falta de presupuestos para su sostenimiento. El colegio de varones llamado inicialmente Democrático, con cátedras de educación secundaria que iniciara clases el 1 de enero de 1849, es cerrado en1854, para ubicar allí la imprenta provincial y la escuela normal de varones. Ahora, el nuevo colegio llamado Santa Librada tuvo una fugaz 19

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856.

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existencia entre 1871 y 1872. Reiniciaría labores en junio de 1884, con múltiples enseñanzas. En 1895, se cierra por lo de la guerra. En 1896, se abre bajo la orientación de los hermanos marista, hasta 1899, cuando se inicia la Guerra de los Mil Días. Aquí todas las escuelas y colegios fueron clausurados. El colegio volverá a ser ocupado por la tropa y solo hasta 1904, abrirá sus puertas al servicio de la juventud huilense.20 Las viviendas en el siglo xix, según Alexander Quintero, seguían siendo en su mayoría construidas con paredes en bahareque y palmicha. Algunas casas ubicadas en el contorno de la plaza mayor eran edificadas con calicanto (mezcla de cal, agua y arena principalmente) y techo de teja de barro; algunas de ellas, con pieza de mirador en la esquina, a manera de balcón”.21 A mediados de siglo, la ciudad empieza su expansión hacia los cuatro puntos cardinales. Los cuatro barrios más antiguos de Neiva, que señala el periódico El Alto Magdalena en 1856 eran Santa Bárbara (Sur), Buenavista (Occidente), San Pedro (Oriente), y la Toma (Norte y Noreste). Todo parece indicar en el sector occidente también hacia parte el barrio Cantarranas. Cuatro décadas después, la ciudad sigue extendiéndose hacia los cuatro puntos cardinales, demostrando un mayor crecimiento poblacional, que no tuviera en los primeros siglos. El acuerdo del Concejo Municipal de Neiva número 41 de junio de 1894, sobre creación y denominación de nuevos barrios y numeración de las carreras, calles, plazas y edificios públicos de la ciudad de Neiva, en consideración al aumento de la población y a la necesidad de una mejor administración pública de la ciudad, la dividió en ocho barrios, a saber: 1º. Barrio Colón: que comprende la acera del Palacio Municipal, (este se ubicaba donde actualmente se levanta la Gobernación del Departamento) esquina diagonal a la Iglesia y esquina de la Casa Cural, estos en dirección hacia el norte, hasta los ‘límites con las tierras de La Manguita’. 2°. Barrio de Occidente: Comprende desde la esquina de la casa de los herederos de don Pablo Durán (esquina de la calle 8° con carrera Ramirez Bahamón, Jairo, El Santa Librada del siglo xix, Neiva, Universidad Surcolombiana, 1995, págs. 135 y ss. 21 Quintero Bonilla, Alexander, “Negocios, Familias y negociantes de Neiva 18701900”, El Preámbulo del Empresario Huilense, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. vi, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 2005, págs. 115 y ss. 20


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Historia Comprehensiva de Neiva 4°), calle hacia el Norte hasta ‘los límites de La Manguita’; de la misma esquina Durán calle (calle 8°) hacia el Occidente hasta el río Magdalena. 3°. Barrio Bolívar: Comprende toda la acera de la cuadra, casa del señor Manuel Santos N., esquina antigua de Pajijí (esquina de la carrera 4° con calle 8°) y esquina frente al colegio de Santa Librada ( esquina de la calle 7° con carrera 4°), calle hacia el Occidente hasta el río Magdalena. 4°. Barrio del Sur: Comprende desde la esquina del edificio del Colegio de Santa Librada (donde actualmente se levanta el Palacio de Justicia), calle hacia el Occidente (calle 7°) y calle hacia el Sur (carrera 4°), hasta el río Magdalena y la quebrada de Rioloro. 5°. Barrio de Santa Bárbara: comprende todo el frente de la plaza, (calle 7° entre carreras 4° y acera de la Capilla, ambas esquinas, calle hacia el Sur hasta Rioloro. 6°. Barrio de Oriente: Comprende desde la esquina de la casa alta contigua a la Capilla de Santa Bárbara (donde se levanta ahora el Centro Comercial Metropolitano), calle hacia el Sur (carrera 5°) y calle hacia el Oriente (calle 7°), hasta Rioloro y límites con el hato del ‘Chaparro’. 7°. Barrio de La Concepción: Comprende todo el frente de la plaza, acera de la Iglesia esquina de esta y del Truco (carrera 5 entre calles 8° y 7°), calle hacia el Oriente hasta los límites con el ‘Chaparro’. 8°. Barrio del Norte: Comprende desde la esquina norte de la plaza, o sea esquina de la Botica (calle 8° con carrera 5°, donde funcionó la tradicional droguería Andina), calle de la Iglesia hacia el Oriente (calle 8°) y calle Real hacia el norte (carrera 5°), hasta los límites con ‘El Chaparro’ y ‘La Manguita’.22

Para Héctor Javier Botello, al finalizar el siglo, entre las calles más importantes figuraban: La Primera Calle Real (Actual carrera 5 con calles 8 y 9); destinada principalmente al comercio, por lo que pudo llamarse también calle del Comercio. 22

Acuerdo del Concejo Municipal de Neiva n.o 41 sobre creación y denominación de nuevos barrios y numeración de las carreras, calles, plazas y edificios públicos de la ciudad de Neiva, periódico El Municipal, Neiva, n.o 35, del 16 de junio de 1894, en Reynel, Salas Vargas, “De cuatro a ocho barrios en cuarenta años”, en Las huellas del tiempo- Neiva, 400 años, La Nación, Neiva, febrero 26 de 2012.

Crecimiento urbano

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La Segunda Calle Real (Actual carrera 5 con calles 9 y 10). Calle del Truco o “Calle Caliente” (Actual calle 7 entre carrera 5 y 6). Era un lugar de diversos juegos de azar; de ubicación de fondas y sancocherías y expendios de bebidas y licores que generaban no pocas peleas los días de mercado mayor. La Calle de Santa Bárbara (Actual carrera 5 entre calles 6 y 7). Era contigua de la capilla más antigua la de Santa Bárbara, ubicada en la esquina suroriental de la plaza principal, hoy plaza de Santander. La Calle de “Cantarranas” (Actual carrera 6 entre avenida circunvalación y la calle 13). Y la ya citada Calle Nacional, vía por donde circulaban los productos y mercancías de sur a norte y viceversa.23 La calle llamada “Nacional” es transitada diariamente por considerable número de cargas de productos del Sur de la Provincia que bajan a los mercados del Norte y de efectos que suben a cambio. En el puerto del Magdalena, sus dos bodegas despachan semanalmente (…) embarcaciones con cargamentos de productos de la provincia (…) reciben con frecuencia mercancía que vienen del extranjero.24

Durante la segunda mitad del siglo xix Neiva creció con rapidez. El elemento dinamizador del desarrollo de la ciudad fue el comercio. Este se activó gracias a las exportaciones de quina, caucho, añil, tabaco, ganado, pieles y sombreros de Suaza o Panamá, productos y bienes que animaron el puerto de Caracolí y el camino real hacia Bogotá. El comercio, promovido por cerca de una decena de casas exportadoras e importadoras, enviaban los productos de esta parte del Alto Magdalena a los mercados externos e introducían telas, alimentos, sal, bebidas, medicamentos, herramientas y otros bienes, como papelería y útiles propios para la educación.25 Otros productos de la región que salían para el mercado nacional, estaban representados en el cacao, cebo, tocino, huevos, gallinas y dulces.

23

24 25

Osorio Botello, Hector Javier, “Historia e Historias del Puerto de Caracolí. Añoranza del Puerto de Caracolí”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. vi, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 2005, págs. 155 y ss. Las cursivas son nuestras.

Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856.

Salas Vargas, Reynel, “Neiva: comercio y sede pontificial”, en Las huellas del tiempoNeiva, 400 años, La Nación, Neiva, febrero 19 de 2012.


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Indudablemente, el comercio a través del río Magdalena, con su tradicional puerto Caracolí tuvo incidencia en el poblamiento urbano, desde mediados del siglo xix. El champán se constituyó en el rey de los medios de transporte de mercancía por el río Magdalena. Estas embarcaciones hacían por lo general el recorrido de Neiva-Honda o Neiva-Girardot o viceversa.26 Los champanes eran planchones con techo de guadua o palmicha para guarecer las mercancías. Eran conducidos por bogas, por lo general entre 12 y 14, según la capacidad; de bajada solo usaban varas y remos, mientras que de subida, desde las orillas del río, halaban el champan con unos lazos que se colocaban en el hombro.27 El buque a vapor arriba a Neiva con grandes dificultades por primera vez al puerto Caracolí en 1875. Las barreras naturales del lecho del río impidieron la normalización de las rutas de los barcos a vapor hasta Neiva. Según Ananías Osorio, con la llegada del tren a Villavieja en 193028 el transporte por el río entró en decadencia, no obstante, el crecimiento urbanístico de la ciudad se debió en buena parte, a las actividades comerciales que facilitó el río Magdalena. Es decir, la ciudad creció de cara al Magdalena. Años después, especialmente, cuando el tren llega a Neiva en 1937 y con la construcción de vías de comunicación y el transporte terrestre,29 la ciudad empieza a darle la espalda a quien fuera su gran benefactor fluvial. Terminado el siglo xix, David Rivera, hacía la siguiente descripción de Neiva para 1905: Era un pequeño poblado que se ubicaba entre los arroyos de Rioloro, por el costado meridional, y el de La Toma, por el norte y desde la margen derecha del río Magdalena, por el occidente, hasta la actual carrera octava, en parte, por el oriente. El mercado sabatino o mercado mayor, se realizaba en la “Plaza Grande”, más tarde llamada del centenario y en la actualidad, de Bolívar o Santander. Su fisonomía de aldea colonial no lo había perdido hasta entonces, no obstante, de casi una centuria de vida republicana. La mayoría de sus casas eran de muros de bahareque y techos de palmicha;

Crecimiento urbano unas pocas, las más centrales, de techos de teja de barro cocido y muros de tierra apisonada, y seis, tan solo, de dos plantas o pisos.30

Al crearse el departamento del Huila en 1905 la ciudad no poseía energía eléctrica, ni alcantarillado; pero sí el servicio de acueducto desde el 29 de julio de 1890 en la pila pública ubicada en la plaza principal.31 Gabino Charry señala que en el parque central de la ciudad de Neiva: En el centro luce una fuente de bronce, de estilo moderno, que surte de agua a una gran parte de la población. La ciudad rinde tributo de gratitud a los señores Generales Francisco A. Gutiérrez y Toribio Rivera, don Bartolomé Gutiérrez y don Celso Noé Quintero por esa obra y por el acueducto construido con tubería de hierro con que la han dotado a favor de paciente labor y grandes esfuerzos.32

La historia de la fuente, que vino a ser el primer acueducto de la ciudad comenzó en 1878. En desarrollo de esa política, la Nación, mediante la ley 21 del 10 de noviembre de 1890, le concedió sendos auxilios a algunas ciudades para apoyar la construcción de sus acueductos. Este auxilio, que para el caso de Neiva fue de 6.000 pesos, debía ser administrado por una junta. La nueva inyección de capital dinamizó el proceso de construcción de todo el sistema, es decir de la fuente y la conducción de agua mediante tubos metálicos.33 Para esta misma época, el servicio de agua se prestaba mediante acequias públicas. Quien tomara el líquido directamente de las referidas acequias tenía que pagar un impuesto mensual anticipado de un peso. Como el líquido se empleaba también para el riego de solares, era obligación del usuario construir la acequia particular, hacer una compuerta de madera en el punto de donde arrancaba la particular y retornar el agua a la acequia pública una vez era servida o conducir la sobrante al arroyo más cercano para evitar pozos y encharcamientos. El acuerdo 31 de 1893, expedido cuando el sistema del acueducto de la pila estaba en construcción, reorganizó de nuevo el ramo de aguas en la ciudad.34 Rivera, “Neiva en 1905…”pág. 74. Rivera, “Neiva en 1905…”pág. 78. 32 Charry, Gabino, Frutos de mi tierra, Neiva, Imprenta departamental, 1922, pág. 177. 33 Salas Vargas, Reynel, “En el principio fue una pila”, en Las huellas del tiempo- Neiva, 400 años, La Nación, Neiva, marzo 4 de 2012, tomado de El Municipal, Neiva, n.o 15, 11 de noviembre de 1893. 34 Salas Vargas, “En el principio fue una pila…” 30

Osorio Botello, “Historia e Historias…” pág.138. 27 Osorio, Ananías, “Empresas y Vías de Transporte”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iii, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1996, págs. 220. 28 Osorio, “Empresas y Vías…” pág. 218. 29 Osorio, “Empresas y Vías…” págs. 224 y ss. 26

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La dinámica de crecimiento de Neiva fue de tal magnitud que, a partir de la creación del Estado Soberano del Tolima, en 1861, pero fundamentalmente con ocasión de la aprobación de su primera constitución política, en 1863, la ciudad fue considerada la capital lógica del naciente Estado y, como tal, ejerció durante buena parte de su existencia, la que concluyó en 1885.35

Actividades laborales de los neivanos a mediados de siglo

La situación de la provincia de Neiva no se alteró mucho durante el periodo republicano desde el punto de vista de la población, aunque se presentaron transformaciones a nivel de la distribución demográfica de las regiones. Hasta el siglo xix no se produjeron procesos de colonización significativos hacia las cordilleras Central y Oriental; núcleos realmente importantes de población, se conformaron en esta zona a partir de la fiebre de la quina y del caucho, y posteriormente con la expansión de la economía cafetera.36 La provincia de Neiva durante el siglo xix seguía siendo una sociedad agraria, cuyas actividades productivas estaban relacionadas con la ganadería, la agricultura con la producción del cacao, la minería de aluvión, las artesanías y el comercio, aunque las actividades que generaban mayores empleos junto a la agricultura eran los servicios domésticos y sirvientes. Las ocupaciones de las gentes del cantón de Neiva hacia 1856, era la siguiente: agricultores, ganaderos, pescadores, mineros, artesanos, fabricantes, arrieros, comerciantes empleados, institutores, militares, artistas, eclesiásticos, legistas, médicos, administradores domésticos, sirvientes, capitalistas, propietarios e improductivos (ver anexo 1). Dentro de los improductivos se encontraban los llamados “vagos”, muy comunes en las parroquias, villas y ciudades, caracterizados por no ejercer ningún oficio. De la población total del cantón (Neiva, Aipe, Caguán, Colombia, La Unión (Tello), y Villavieja), el 26% (5.070) eran agricultores; 25.8% (5.028) 35 36

Salas Vargas, “Neiva: comercio y sede pontificial…” Esquivel Triana, Ricardo, “Fuentes para la Historia Demográfica y Laboral en la Provincia de Neiva 1778-1938”, en Revista Memoria y Sociedad, vol. 4, n.o 7, 2000, pág. 89.

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empleados domésticos y sirvientes; 12.1% (2.343) artesanos y fabricantes; y un 2.2% (438) comerciantes. La ganadería y la minería apenas vinculaban al 1% (238) de la población. En el distrito de Neiva se concentraba la mayor cantidad de trabajadores, 3.846, de los cuales un 23.4% (1.468) eran agricultores. Los artesanos y fabricantes eran el 17% (1.092), siendo Neiva el distrito que ocupaba más personas en estas actividades, lo que indica una incipiente actividad transformadora, la cual, 10 años atrás, es decir, en 1846 giraba en torno a la elaboración de artículos de hilo, frazadas, ruanas y manufacturas de cuero. Los ganaderos constituían apenas un 0.7% (47 individuos); sin embargo, esta actividad tenía un peso significativo en la economía de la región, con una producción que abastecería incluso a Popayán. La baja proporción de personas vinculadas a la actividad pecuaria denota una ganadería de tipo extensivo, y será una característica que perdure. Villavieja es el distrito que más personas ocupaba en ganadería, unas 80 personas, equivalente al 1.9% de su población.37 Neiva y Villavieja concentraban la mayor parte de los comerciantes, 404 (99%) sobre el total del distrito. También estos distritos reunían el mayor número de propietarios (44 y 126 respectivamente) y capitalistas (14 y 82 respectivamente).38 Las profesiones desarrolladas por el vecindario de Neiva que implicaban haber ingresado a instituciones académicas y militares y, por consiguiente, tener un mejor desarrollo intelectual, quienes la ejercían eran muy pocos. Los eclesiásticos (5), artistas (3), militares (2), legistas (2), médicos (2) e institutores (3) correspondiente a un 0.3% (17), eran las profesiones de menor participación en los servicios que prestaba Neiva. Todo parece indicar que en educación al registrarse el censo en 1856, aun no había comenzado labores académicas la escuela normal de varones, por el escaso número de institutores que presentaba la ciudad. Las estadísticas registran un alto índice de actividades que implicaban mano de obra en las ocupaciones laborales de la ciudad como de la provincia, en contraste con las profesiones que requerían un desarrollo Esquivel Triana, Ricardo, “Fuentes para la Historia…”págs. 89 y 100. Los cantones nacen con el advenimiento de la República al producirse los cambios en las divisiones político-administrativas. La provincia de Neiva como perteneciente al departamento de Cundinamarca y este a su vez, a la Gran Colombia, creada por ley de octubre de 1821, esta norma conformó cuatro cantones: el de Neiva (cabecera Neiva), Purificación (cabecera Purificación), La Plata (cabecera La Plata) y Timaná (cabecera Garzón). 38 Esquivel Triana, “Fuentes para la Historia…”págs. 89 y 100 37


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intelectual, lo que da a entender el bajo de grado de subdesarrollo en que se encontraba la población de la comarca en el siglo xix. Esta situación se ve reflejada en el informe del gobernador de Neiva José María Rojas Garrido a la legislatura de 1856, al hacer referencia al “atraso, ignorancia y pobre situación social de la provincia”, así como sostenía que “las dos terceras partes de los niños que en toda la provincia asisten a las escuelas primarias, se quedan sin aprender nada”,39 al término de las visitas que hiciera a la mayor parte de las escuelas de los 24 distritos parroquiales. Indudablemente, la ausencia de procesos de calidad educativa postró a la ciudad y provincia de verdaderos desarrollos económicos, sociales y culturales para todos los sectores sociales que le poblaban.

Población de la ciudad en el contexto de la Provincia

La ciudad de Neiva en su núcleo urbano al iniciar el siglo xix pudo tener

una población aproximada a los 1.700 habitantes, si se tiene en cuenta que en 1778 su jurisdicción tenía 2.303 personas40 en toda su jurisdicción y en el censo de 1835 registrara 5.386 habitantes,41 lo que significa que en 57 años la ciudad había tenido un incremento del 133.8%, con una tasa intercensal de 2.3%. Con dicha tasa se infiere que la población, 22 años después, es decir hacia 1800, estaba alrededor de 3.470 habitantes, tanto en lo urbano como en lo rural, cuando en 1856, según el periódico El Alto Magdalena, 4.000 habitantes poblaban la ciudad,42 de los 7.719 que habían sido censados en 1851 en todo su distrito. La población de la provincia de Neiva en 47 años, según censos de 1778 y 1825, tuvo un crecimiento del 77.6%, por cuanto pasó de 26.542 habitantes a 47.157, el 3.8% del total de la República (1.229.259), con un incremento intercensal del 1.6%. En el periodo republicano se mostraron transformaciones a nivel de la distribución demográfica de las regiones, sin embargo, hasta el siglo xix no se presentaron procesos de colonización “Informe del gobernador de Neiva a la Legislatura de 1856”, en Rojas Garrido, José María, “Obras Selectas”, en Eastman, Jorge Mario, compilador, Colección Pensadores Políticos Colombianos, Bogotá, Cámara de Representantes/Imprenta Nacional, 1979, págs. 222 y 223. 40 “Padrón de la Provincia de Neiva 1778”. agn, Bogotá, S. Colecciones, F. eor, caja 38, f. 22 v. 41 “Censo General de la Nueva Granada, 1835”. agn, Bogotá, S. República F. Censos de población, vol. 1566, f. 79 v. 42 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, Neiva, 1 de marzo de 1856. 39

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significativos hacia las cordilleras Central y Oriental. Núcleos realmente importantes de población, se conformaron en estas zonas, a partir de la fiebre de la quina y el caucho, y posteriormente con la expansión de la economía cafetera. De ahí que la colonización de las cordilleras mostrara procesos diferentes. Por una parte, la Cordillera Central conservó pequeños asentamientos indígenas, con escasa población mestiza y blanca, mientras que la ocupación de la cordillera Oriental se produjo lentamente a partir de colonizaciones campesinas, impulsadas por los ciclos económicos provocados por la cultura extractiva.43 El crecimiento de la provincia a través de la creación de nuevos espacios urbanos como las viceparroquias y parroquias desde mediados del siglo xviii, llamados distritos parroquiales en el siguiente siglo, se ve reflejado en los censos poblacionales de la provincia. Neiva, desde la década del treinta del xix, a pesar de desempeñarse como la ciudad capital de la provincia, continuaba siendo un pequeño villorio con una escasa vida social, promovida especialmente por las fiestas religiosas. Los cuatro censos siguientes del siglo xix dan muestra de la población de la provincia y la ciudad. Ahora bien, no podemos pasar por alto señalar que hasta 1810 la población de la actual Colombia había sido estratificada por castas: negros, indios, libres de todos los colores y blancos. En el siglo xix, el comportamiento demográfico, considera los censos de 1825, 1835, 1843, 1851 y las referencias censales de 1870. Así para 1825 el censo registraba para la provincia de Neiva 47.157 habitantes, el 3.8% del total de la República (1.229.259). Diez años después, la población según el censo de 1835, mostraba un incremento del 64.2%, pasando de 47.157 en 1825 a 77.452 habitantes en 1835, el 4.6% del total de la nación (1.686.038), con una alta tasa de crecimiento intercensal del 6.4%, superior al promedio de la República (3.7%), lo que indica un buen índice de natalidad. El censo de 1843 de 93.688 habitantes, el 4.8% del total de la República (1.931.684), mostró un crecimiento poblacional del 20.9% respecto a 1835, con una tasa de crecimiento intercensal de 2.6%, ligeramente superior al promedio de la República, que fue de 1.7%. Finalmente el censo de 1851 de 103.003 habitantes, el 4.6% del total de la República (2.243.730), creció en la provincia en un 9.9% respecto al de 1843, con una tasa de crecimiento intercensal de 1.2%, inferior al promedio de la República (1.9%).44 43 44

Esquivel Triana, “Fuentes para la Historia…” pág. 89. Montealegre Sánchez, Humberto, El Gigante Republicano en el Contexto de la Provincia de Neiva 1810-1857, Neiva, Bicentenario de la Independencia Republicana, 2010, págs. 203 y 204.


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Ahora bien, para 1870 la provincia de Neiva tenía una población de 102.249 habitantes, el 3.5% del total de la República (2.890.637),45 población que supuestamente disminuye respecto a la registrada en 1851 (con una tasa de crecimiento negativo del -0.1%), debido al no registro de las poblaciones de Nátaga, La Plata y los pueblos indígenas de Tierradentro, al ser anexadas al Estado Soberano del Cauca. En el censo de 1851, La Plata había registraba 3.212 habitantes, Calamba 4.070 e Inzá 2.687.46 Hacia 1905 el nuevo departamento del Huila contaba con 143.848 (3.3%) habitantes de los 4.268.929 que registraba el país, lo que significa que la población se había incrementado en 35 años en 41.599 (40.6%) habitantes, respecto a la establecida en el departamento del Sur en 1870, con una tasa intercensal del 1.1%. En la provincia de Neiva para 1835, el cantón de mayor concentración poblacional es el de Purificación con el 26.4%, le seguían los cantones de Neiva con el 22.7% y La Plata con el 22.5%. Los tres concentraban el 72.0% de la población, es decir 55.747 de los 77.452 habitantes, Timaná alberga el 16.3%(ver anexo 2). De los 17.613 habitantes del cantón de Neiva, su capital concentraba la mayor población correspondiente a un 30.7%, le seguía Villavieja con el 14.3% y Aipe con el 13.3% (ver anexo 3). Para 1843, en la provincia de Neiva, el cantón con mayor concentración poblacional seguía siendo Purificación con el 27.5%, le seguían Timaná con el 25.7% y Neiva con el 23.7%. Los cantones de Purificación, Timaná y Neiva concentraban el 77.0% de la población, es decir 72.169 de los 93.688 habitantes (ver anexo 4). Es de resaltar el crecimiento de la población de Timaná, en ocho años tuvo un aumento de 11.429 habitantes, correspondiente al 47.4%, con una tasa de crecimiento del 11.2%, índice explicable por cuanto los distritos parroquiales de El Pital y San Antonio (Tarqui) pasaron de La Plata a Timaná. De ahí que La Plata presentara un decrecimiento del 41.7%.47 De los 22.294 habitantes del cantón de Neiva, su capital concentraba la mayor población correspondiente a un 30.7%, igual al presentado en 1835, le seguía al igual que en el censo anterior, Villavieja y Aipe con el 15.6% yel 13.6% (ver anexo 5).

“Anuario Estadístico 1875”, en Esquivel Triana, Ricardo, “Fuentes para la Historia…” pág. 93 y Urrutia M., Miguel y Arrubla, Mario, Compendio de estadísticas históricas de Colombia, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1970. 46 “Censo General de Población de la República de la Nueva Granada, 1851”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566 f. 88 v. 47 Montealegr.e Sánchez, El Gigante Republicano… pág. 204. 45

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El censo de 1851, muestra un comportamiento variable en la conformación de la población de la provincia de Neiva. El cantón de Neiva desplaza al de Purificación, de ahí que presente una población del 27.2% habitantes, Purificación y Timaná del 26.2% y 19.1% respectivamente. Timaná tiene un de crecimiento de -18.3% respecto a 1843, debido a que los distritos parroquiales de Agrado, San Antonio (Tarqui) y El Pital pasan a depender nuevamente de La Plata, cantón que presenta un crecimiento del 45.8%, respecto al censo de 1843. De todas maneras, los cantones de Neiva, Purificación y Timaná siguen siendo los que concentran la mayor población en la provincia a mediados del siglo xix, el 72.5.0%, es decir 74.683 de los 103.003 habitantes (ver anexo 6). De los 28.011 habitantes del cantón de Neiva, su capital continúa concentrando la mayor población, correspondiente al 27.5%, índice ligeramente inferior al presentado en 1843, le sigue al igual que en 1835 y 1843, Villavieja y Aipe con el 15.3% y el 12.3% (ver anexo 7). Para 1870 el Estado Soberano del Tolima, se había reestructurado en tres departamentos: el del Centro con capital en el Guamo, el Norte con capital en Ambalema y el Sur con capital en Neiva, que reemplazaba a la antigua provincia que llevara el mismo nombre. Este territorio en el censo de 1870 se encontraba clasificado en los siguientes departamentos: cuarto con Neiva, quinto con La Plata y sexto con Timaná y Garzón. El departamento con mayor concentración seguía siendo el de Neiva con 43.878 (42.9%) habitantes sobre los 102.249 del departamento del Sur, seguido por La Plata con 33.476 (32.7%) y Timaná con 24.895 (24.4%) habitantes (ver anexo 8). Al analizar los datos poblacionales de Neiva hacia 1835, esta tenía una población de 5.386 (6,9%) habitantes sobre los 77.452 de la provincia,48 en 1843, registraba 6.705 (7.1%) de los 93.688 habitantes,49 en 1851 su población era de 7.719 (7.5%) habitantes de los 103.003,50 en 1870 el distrito parroquial de Neiva albergaba 8.332 (8.1%) habitantes de los 102.249 de “Censo General de la Nueva Granada, 1835”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566 f. 79 v. 49 “Censo General de la Nueva Granada, 1843”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566 f. 36 v. 50 “Censo General de la Nueva Granada, 1851”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566 f. 86 v. En el censo de población de 1851 la población de los cantones de la provincia de Neiva era la siguiente: Cantón de Neiva 28.011 habitantes, Occidente 9.494, La Plata 18.826, Purificación 26.978 y Timaná 19.694. A los cantones estaban adscritos los distritos parroquiales. A Neiva para la época pertenecían el mismo distrito de Neiva, Aipe, Caguán, Campoalegre, Guagua, Neira, Órganos (aldea), San Antonio, Villavieja y Unión. 48


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Historia Comprehensiva de Neiva

la provincia51 y en 1905, conocido ya como municipio o distrito municipal de Neiva, la población ascendía a 18.333 habitantes —de los cuales 10.000 vivían en la ciudad— de los 143.848 del recién creado departamento .52 El incremento de la población de Neiva entre 1835 y 1843 fue del 24.4% (1.319 habitantes) con un crecimiento intercensal anual del 3.0%, el aumento de la misma entre 1843 y 1851 fue del 15.1% (1.014), con un crecimiento intercensal anual del 1.8%, el aumento entre 1851 y 1870 era del 14.1% (1.113) con un crecimiento intercensal anual del 0.7%, periodo en el que la ciudad tuvo un bajo aumento poblacional, mientras que la población entre 1870 y 1905, es decir, en 35 años creció en un 120% (10.001) con un crecimiento intercensal anual del 3.4%. La población circunvecina de Neiva, es decir, la más cercana a su entorno, que hiciera parte de su cantón o distrito, siempre registró unos índices poblaciones mayores, según lo demuestran los censos realizados entre 1835 y 1870. La población de Neiva respecto a su cantón o distrito presenta un decrecimiento continuo. Hacia 1835 era el 30.5% (5.386), en 1843 el 30.0% (6.705), en 1851 el 27.5% (7.719) y en 1870 el 18.9% (8.332), lo que significa que la mayoría de los habitantes de su jurisdicción preferían residenciar a las afueras de la ciudad, es decir, en las estancias, haciendas, viceparroquias, parroquias, villas y distritos, lo que no favoreció su crecimiento poblacional y urbanístico durante el siglo xix. Ahora, estos registros poblacionales sugieren que sus habitantes optaban por construir sus viviendas en poblados más cercanos a sus propiedades rurales, en contextos ambientales más agradables, con temperaturas menos sofocantes que las cálidas de Neiva. La ciudad de Neiva durante tres siglos de existencia, es decir, entre 1612 y 1905, había alcanzado una población de tan solo 10.000 habitantes En el censo de población de 1870 la población de la jurisdicción del departamento del Sur era de 43.878 habitantes. Neiva 8.332, Aipe 4.884, Guagua 3.391, Dolores 3.771, Natagaima 6.823, Alpujarra 2.172, Caguán 1.541, Colombia 3.070, Fortalecillas 1.166, Retiro 1.852, Villavieja 3.804 y Unión 7.032 habitantes. Esquivel Triana, “Fuentes para la Historia…” pág. 93. 52 Ruiz Solórzano, Jaime, “Neiva: El escenario urbano entre 1905 y 1940”, en en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iii, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/Academia huilense de Historia, 1995, pág.172. Ahora, la Contraloría General de la República, en el Censo General de Población de 1842, respecto a las Tasas de Crecimiento 1905-1938, hace referencia a 154.328 (11.8%) habitantes censados en el recién creado departamento del Huila en 1905 de los 4.143.632. Ahora, el dato de la población urbana para la ciudad de Neiva en 1905 de 10.000 habitantes, puede ser impreciso, por cuanto, siete años después, en el censo de 1912 registra una población para el municipio de Neiva de 9.599 habitantes. 51

Crecimiento urbano

345

en la zona urbana. Ahora si nos desplazamos en el tiempo, un siglo después, teniendo como referente el censo poblacional del dane del 2005, San Agustín tenía una población de 29.687 habitantes de las cuales 9.912 residían en la zona urbana,53 cifra poblacional cercana a la citadina de Neiva en 1905; datos que nos dan una idea proporcional y aproximada sobre el casco urbano de la ciudad para la época. Al entrar al siglo xx, el territorio que pasara a conformar el departamento del Huila, estaba sumido en una profunda crisis económica y social ocasionada por la guerra civil. El 18 de octubre de 1899 había estallado la rebelión que dio inicio a la guerra civil, llamada de los Mil Días —1899-1902—. Guerra que según Jairo Ramírez Bahamón, trajo consigo una alta cuota de sangre y produjo en esta comarca una destrucción sin precedentes de sus riquezas y posibilidades. La catástrofe ocasionada por la guerra sería de tal magnitud que, todavía en 1907, en el informe que el primer gobernador del Huila dirigía al ministro de gobierno, se señalaba la contienda como la causante de la miseria que campeaba sobre las instituciones y sobre la región en general.54 El informe advertía cómo la guerra: “dejó a los pueblos en tal estado de postración y abatimiento, que parecía haber perdido toda esperanza y reacción, o a lo menos sería obra de largos años de paz y trabajo, levantar sobre las ruinas de una devastación que alcanza las proporciones más graves, el bienestar perdido en el transcurso de tres años de sangrienta lucha”.55 Esta guerra debió traer como consecuencia, el despoblamiento de los caseríos, municipalidades y de las pequeñas ciudades y por consiguiente, el estancamiento de las urbanizaciones en la comarca, cuando se entraba al siglo xx. Los habitantes de Neiva, de aquella época, recuperados de la recia contienda fratricida nacional, volvieron a sus habituales faenas del reducido mercado, de la agricultura y la ganadería,56 en tanto, se iniciaba una profundización de la lucha por la tierra por parte de los aparceros y arrendatarios57 en el nuevo territorio huilense. dane, censo poblacional a 30 de junio de 2005. Ramírez Bahamón, Jairo, “La Escuela Huilense en el Siglo xx: Del Confesionalismo a la Secularización y hacia la educación como derecho”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iv, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1996, págs.37 y 38.. 55 Gaceta del Huila, Neiva, año 2, serie 2, n.o 45, 19 de Junio de 1907. 56 Rivera, “Neiva en 1905…”pág. 75. 57 Martínez Covaleda, Héctor Jaime y Martínez Covaleda, Rocío, “Economía y Región: Aproximación a la Historia del Siglo xx en el Huila”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iii, Neiva, Gobernación del 53 54


346

Historia Comprehensiva de Neiva

Conclusiones

De lo anteriormente expuesto se desprenden las siguientes conclusiones: La ciudad de Neiva no tuvo movimientos migratorios significativos que le hubieran permitido un mayor crecimiento. El hecho notable del poblamiento en la primera mitad del siglo xix fue el desplazamiento de los polos de desarrollo colonial hacia centros más dinámicos de la República. La provincia de Neiva y por consiguiente su capital, eran considerados territorios marginales. La misma apertura del camino del quindío, como el establecimiento de viceparroquias y parroquias circunvecinas desde finales del siglo xviii, le restaron indudablemente a la ciudad las posibilidades de aumento poblacional y urbanístico durante el siglo xix. Los análisis demográficos nos llevan a inferir que el aumento poblacional de la provincia de Neiva, correspondería a un crecimiento vegetativo y nativo más que a movimientos migratorios, puesto que la actividad económica de la comarca era aún precaria dentro del contexto nacional. En este orden, las variaciones inusitadas relacionadas con los índices de crecimiento y decrecimiento que en algunos periodos presentaron los cantones de Timaná y La Plata, son producto de los reordenamientos jurisdiccionales de los mismos y sus distritos parroquiales. Las creencias y supersticiones de enfermedades adquiridas en los centros poblados, las mínimas oportunidades de trabajo en la ciudad, las bajas coberturas de salud pública, el bajo nivel socioeconómico que implicaba pobreza en la plebe, sectores mayoritarios de la población, así como los niveles de la alta mortalidad, no facilitaron igualmente, el crecimiento de la ciudad. Las guerras civiles del siglo xix afectaron los procesos de desarrollo económico, social y cultural del Nuevo Reino y por consiguiente de la provincia. Con las guerras, como fenómeno demográfico, muchas gentes huían y otras se escondían o migraban. Los reclutamientos forzosos llegaron a ser tan desastrosos e inútiles para la población, en tanto, peones, indios y aun esclavos terminaban por ocultarse cuando el rumor de que el censo o recuento estaba ligado a una posible movilización. A su vez, los ejércitos en campaña, en ocasiones, actuaban contra la población civil. departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1996, pág.73.

Crecimiento urbano

347

Los ciudadanos urbanos se marchaban a otros pueblos o se refugiaban en lugares rurales. Estas acciones de la guerra pudieron incidir en la objetividad de los censos y el lento crecimiento de la ciudad de Neiva. Los presupuestos para determinados servicios sociales como los relacionados con la educación fueron sumamente limitados, además de llegar tarde la educación pública a la provincia. Estos servicios educativos con frecuencia eran suspendidos por las guerras y la falta de edificaciones públicas. Además las políticas públicas si las había, no contemplaban subsidios para la vivienda de interés social, lo que indica el déficit de infraestructura para el desarrollo social y urbanístico de la ciudad. Los mayores índices de crecimiento en ciudad de Neiva se presentan en las tres últimas décadas del siglo xix, a consecuencia probablemente de mejores niveles de productividad agropecuaria, incluidos el caucho y la quina y al incremento comercial facilitado especialmente a través del río Magdalena, así como a una mejoría en las condiciones de salubridad. No obstante, el crecimiento urbanístico de la ciudad toma mayor empuje a partir de mitad de siglo, cuando las fuentes documentales enseñan los primeros barrios que la conforman y las principales calles que al final de siglo dan distinción a la misma.


875 14 44 2433 6279

135

1468 47 2 9 1022 70 52 76 15 3 2 3 5 2 2

Neiva

317 1 13 1109 3756

629

1 1 3 1

1 9 3 2

1278 45 3 4 336

Aipe

Distritos Parroquiales

50 3 14 292 1084

134

1 3

7 4

148

428

Caguán

5 434 1797

187

374

1

1 8 4 2

159

613 9

Colombia

309 2 15 655 2306

320

1

2

10 3

460

497 32

La Unión

Cantón de Neiva, Estructura Ocupacional 1856

5070 213 9 25 2273 70 124 438 38 7 2 5 15 5 4 2789 2239 102 217 5853 19498

786 80 4 12 148

1197 501 82 126 930 4276

3

70 328 9

Total

Villavieja

Eclesiásticos

37.134

249 31 89

444

1230 168 44 9

1884 101 15 28

1454 159 52 90

9726 18951 7959

1672 3031

2633 5059

2242 4609

867

9018

17613

8

36

454

19493 36940

Casados Jovenes i parvulos

Idem Solteros

Esclavos C asados

De Poblacion

77452

12686

77.452

638

260

20067

0

5

Idem Regulares Religiosas

49

Por Clases

Eclesiasticos Seculares

20639 Solteros

33 112 17496

28 74

17 78

1357 1017 10 58

2903 330

1758 350

1098 315

9867 17989 12108

1772 2406

2666 4965

2247 4377

1133 2106

40.418

0

0

0

0

2552 428

Esclavas

Totales principales

Crecimiento urbano

Fuente: “Censo general de la Nueva Granada, 1835”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 78.

Totales

54

1

11 Timaná

2

Seculares 9

Regulares

Purificación

Casados

1

Jovenes i parvulos

12

De 16 a 50 años

Plata

Mayores de 50 años

1131 1890

Casados

0

Solteros

7

Casadas

2049 4135

Jovenes i parvulas

Guagua

Religiosas 0

De 16 a 50 años

1678 169 22 64

Mayores de 50 años

2048 4362

Solteras

Casadas

1

Esclavos

Mugeres Solteras

10

Solteros

Hombres

Por Cantones

Neiva

Cantones

Censo Provincia de Neiva 1835

Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 2

Fuente: agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones Varias, citado por Esquivel Triana Ricardo, “Fuentes para la historia demográfica y laboral en la provisncia de Neiva 1778 - 1938”, Revista Memorias y Sociedad, vol. 4, n.o 7, 2000, pág. 101. Nota: Solo Improductivos, Carnicerías 387; Campoalegre, 934; Iquira, 229; Taguará, 638; Hobo, 815, Empleados 3; Órganos, 471, empleados, 2; Retiro, 474, empleados 1.

Sirvientes Capitalistas Propietarios Improductivos Totales

Adm. Domésticos

Agricultores Ganaderos Pescadores Mineros Artesanos Fabricantes Arrieros Comerciantes Empleados Institutores Militares Artistas Eclesiásticos Legistas Médicos

Ocupaciones

Distritos/

Anexo 1

348 349


6.435

0

254 30 207 41 89 218 75

570 118 683 119 224 495 284

2048 4362 1847

129

276

109

85

233

60

247 4 0 0 3 1

25 8 30 53 14

283 55 124 330 168 2980

547 111 169 516 267

236 79 109 276 129

2049 4135

0 0 0 0 0 -

12 0 0 3 1

8 0

5 0 20 0 15 3 15 0 9.259

0

10

40

108

60

0

0

0

1

95

2

87

356

554

247

0

7

19 2

86

4

50

360

630

244

0

31

21 6

Jovenes i parvulos Solteros Esclavos C asados Idem Solteros

2261 499 875 2198

17

3

9

0

44.501

2

5865

2501

6606

23

126 22

224

2708 252 21

918

2521 139 18

10508 23435 10286

2543

1438

2948

1134 83

45

10

21

24

5624

2375

6304

2715

5414

3603

1095

3552

1487

3470

10902 22432 15567

2644

1467

3009

1291

49.187

0

0

0

0

0

2491

Esclavas

286

678 15

205 17

604 7

374 17

499 11

10198

25760

11321

22294

Idem Solteros

93.688

340

170

Esclavos C asados

45867

Jovenes i parvulos

25853

21416

Casados Solteros

0

2 Religiosas

Idem Regulares

Eclesiasticos Seculares 40

De Poblacion

93688

100 24115

19

21

40

39

Por Clases

Crecimiento urbano

Fuente: “Censo General de Población , 1843”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 69.

Totales

48

0

17 Timaná

0

5

Seculares

Plata

Regulares 8

Jovenes i parvulos

Purificación

De 16 a 50 años 2865

Mayores de 50 años

1263

Casados

0

Solteros

5

Religiosas 0

Casadas

21

Jovenes i parvulas

2237 168 19

De 16 a 50 años

5598

Mayores de 50 años

Guagua

Casados 2316

Solteras

Casadas

0

Esclavos

Solteras

11

Solteros

Mugeres Por Cantones

Neiva

Cantones

Eclesiásticos

Hombres

Censo provincia de neiva 1843

17.613

142

39

4827

8497

4097

0

Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 4

Totales principales

De Poblacion

17613

Casados

428

0

1086

Religiosas

2358

11

0

Idem Regulares

2522

21

1

Eclesiasticos Seculares 10

5386

Fuente: “Censo general de la Nueva Granada, 1835”, agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 79.

Totales

11

0

0

0

0

0

0

0

151 3

836

1233

Por Clases

17

Esclavas Solteras

1

1

1

1

1

2

311

602

Solteras

Totales prinicipales Por Distritos

Hobo

Campoalegre

Caguán

San Antonio

Unión (Tello)

Órganos

Seculares

Aipe

Regulares 240

Jovenes i parvulos

1

De 16 a 50 años 669

Mayores de 50 años 0

Casados 10

Solteros

73 3

Religiosas

1267 453

Casadas

1

Casados 669

Jovenes i parvulas

0

Esclavos De 16 a 50 años

2

Solteros

Mugeres Mayores de 50 años

Villavieja

Eclesiásticos

Hombres

Canton de neiva. Censo provincia de 1835

Casadas

Neiva

parroquiales

Distritos

Anexo 3

350 351


0

0

0

0

0

0

0

10.370

11

2

1

1

0

1

2

1 335 157 34 40 228 402

650 373 116 154 684 883

272 166 44 105 244 385 2316 5598 2405

106

266

126

24

6

3

4

25

18

19

14

40

4

0

0

0

3

3

0

4

2

5

0

0

3

2

0

1

855

771

168

113

354

464

251

772

481

371

55

54

203

717

135

438

50

21

13

8

98

55

23

55

50

3

3

0

0

0

0

0

1

1666 1016 176 4

2491 5414 3969

393

246

105

44

171

274

127

325

806

11.924

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Esclavas

47.981

0

4859

6817

4122

2060

2857

1893

11051 25313 11466

2107

2783

2317

1034

9

3

97

154 8

9

177 13 4

137 24 13

55

4608

6718

4299

2436

7004

15

29

140

3100 542 2

4074 630 8

30

17

2627 396 10 22

1406 286 5

4213 610 2

11333 25065 17884

2202

2869

2353

1030

54.422

0

0

0

0

0

2879

Esclavas

Solteros Esclavos C asados

418 644

1 0

28011

Idem Solteros

103.003

151

86

Esclavos C asados

50978

Jovenes i parvulos

29350

22384

Casados Solteros

0

4

22.294

Religiosas

Idem Regulares

Eclesiasticos Seculares 50

Por Clases

Totales principales

De Poblacion

103003

19694

26978

18826

9494

De Poblacion

22294

10 3494

60

30

6374

11012

4807

0

Crecimiento urbano

Fuente: “Censo General de Población de la República de la Nueva Granada 1851”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 1857.

Totales

54

0

13 Timaná

3

8

Seculares Purificación

Regulares 13

Jovenes i parvulos

La Plata

De 16 a 50 años 2199

Mayores de 50 años

1012

Casados

0

Solteros

4

0

Religiosas 9

Casadas

181 5

Jovenes i parvulas

2918

De 16 a 50 años

7316

Mayores de 50 años

Occidente

Casados 2832

Solteras

Casadas

1

Esclavos

Solteras

12

Solteros

Mugeres

Jovenes i parvulos

1560

6

Por Cantones

Neiva

Cantones

Eclesiásticos

Hombres

Censo provincia de neiva 1851

Casados

2797

5

Idem Solteros

Religiosas

1054

0

10 2590

Idem Regulares

3032

0

0

Eclesiasticos Seculares 11

6705

7

Por Clases

Totales principales

Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 6

Fuente: “Censo general de Población 1841”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 70.

Totales

Villavieja

Unión

San Antonio

Órganos

Hobo

Seculares

Campoalegre

Regulares

Caguán

Casados 303

Jovenes i parvulos 793

De 16 a 50 años

325

Mayores de 50 años

0

Solteros 8

Religiosas

1

Casados 5

Casadas

55

Jovenes i parvulas

1679 632

De 16 a 50 años

649

Solteras Mayores de 50 años

0

Esclavos Casadas

2

Solteros

Mugeres Solteras

Aipe

Eclesiasticos

Hombres

Canton de neiva censo provincia de 1843

Por Distritos

Neiva

parroquiales

Distritos

Anexo 5

352 353


Eclesiásticos

1 1 1 0 1

Neira Órganos (aldea) San Antonio Villavieja

13.274

0

0

0

0

0

17

4

111 10

54

170 12

317 19

365 34

83

459

188 5

1168 495 13

317

132

426

716

858

328

330 18

2832 7316 3099

168

380

146

57

199

289

321

139

903

14

1

2

0

0

0

0

0

0

0

0

5

0

0

0

0

0

0

0

176

74

221

388

489

177

554

408

263

1140 642

311

119

431

715

880

296

874

27

53

7

11

44

93

95

19

66

31

0

2

0

0

0

0

0

0

0

1830 1229 195 0

2879 7004 4823

180

380

151

57

200

302

319

138

352

14.737

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

800

Esclavas

2

8

1

1

2

2

3

0

3

7

Idem Solteros

Esclavos C asados

Solteros

Jovenes i parvulos

Casados

Religiosas

Idem Regulares

Eclesiasticos Seculares

De Poblacion

28011

1702

4289

1231

510

1706

2842

3365

1198

3449

7719

Por Clases

Totales principales

3391 3771 6823 8332 3072 3804 2172 1541 3070 1166 1852 43878

Guagua Dolores Natagaima Neiva Unión Villavieja Alpujarra Cagúan Colombia Fortalecillas Retiro Cuarto dpto.

n.o

Quinto dpto.

Plata

Pitalito

Pital

Paicol

Gigante

Iquira

Yaguará

Hobo

Campoalegre

Agrado

Distrito

33476

3025

4807

3053

1431

5427

2068

3726

1465

5138

3336

n.o

Distrito

24895 102.249

Total Provincia

4514

2951

909

813

4243

1720

3934

1351

2833

1627

Sexto dpto.

Timaná

Sta. Librada

Naranjal

Jagua

Hato

Guadalupe

Garzón

Elías

Carnicerías

Altamira

Fuente: Galindo, Aníbal, Anuario estadístico de Colombia 1875, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, 1875.

4884

Aipe

Distrito

Estado soberano del tolima —población— 1870 n.o

28.011

38

7

7922

14320

5711

0

1

12

Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 8

Fuente: “Censo General de Población de la República de la Nueva Granada 1851”. agn, Bogotá, S. República, F. Censos de población, vol. 1566, f. 86.

Totales

13

0

1

Unión

1

1

Guagua

Seculares

Campoalegre

Regulares 0

Jovenes i parvulos

1

De 16 a 50 años

Caguán

Mayores de 50 años

348

Casados

0

Solteros

1

Religiosas 0

Casadas

4

Jovenes i parvulas

2

De 16 a 50 años

2009 805 49

Mayores de 50 años

Aipe

Casados 785

Solteras Casadas

0

Esclavos

Mujeres Solteras

4

Solteros

Hombres

Censo provincia de neiva 1851

Por Distritos y Aldeas

Neiva

parroquiales

Distritos

Anexo 7

354 Crecimiento urbano 355


El comercio y los oficios urbanos en Neiva durante el periodo de 1858-1880 María Cristina Castillo Gómez Laura Victoria Rivas Ortiz

Universidad Nacional de Colombia

La Neiva de mediados del siglo xix

será vista en las páginas siguientes a través del lente de las relaciones comerciales invocadas por algunos de los periódicos locales y la información estadística proporcionada por el censo de 1858. Es importante decir que este escrito, más que presentarse como un estudio cuantitativo del movimiento mercantil o de la totalidad de los oficios urbanos de los neivanos de mediados del siglo xix, tiene como objetivo presentar un panorama de dichos elementos. Entonces, líneas abajo el lector encontrará descrito el horizonte comercial de Neiva en los años de 1857 y 1858 junto con algunas referencias de la década de 1880, seguido de los oficios urbanos extraídos del censo de 1858 y de algunos periódicos de la época como el Alto Magdalena, El Vijilante, El Unitario entre otros. 1

1

La tercera y definitiva fundación de Neiva tuvo lugar en 1612 en el sitio que ocupaba la ciudad para el año de 1856, “en 1612, Diego Martínez de Ospina, por contrato celebrado en la Audiencia de Santa fé, trasladó la población de Neiva, cinco i media leguas mas abajo, que es donde hoi se halla”. “Ensayo descriptivo de la ciudad de Neiva”, en El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856.


358

Historia Comprehensiva de Neiva

El comercio y los oficios

El comercio

Carne de res

Producto Arroz

50.000

Cacao sin elaborar

60.000

Artículos de menor consumo

60.000

Cigarros

70.000

Licores 2

3

8.000

Plátanos

100.000

La Provincia de Neiva, integrada entonces a Cundinamarca, estaba dividida en 42 distritos parroquiales entre los que se encontraba Neiva, que a su vez estaba conformado por tres municipios: Neiva, Fortalecillas y Caguán. “Proyecto de Ordenanza sobre Administración Municipal”, en El Alto Magdalena, Neiva, n.o 130, 27 de septiembre de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856.

150.000

Total

862.500

La calle llamada Nacional es transitada diariamente por considerable número de cargas de productos del Sur de la Provincia que bajan a los mercados del norte i de efectos que suben en cambio. En el puerto del Magdalena, sus dos bodegas despachan semanalmente para la exportación-cantidad no menor de embarcaciones con cargamentos también de productos de la provincia, i reciben con frecuencia las de mercancías que vienen del extranjero.4

4.500 20.000

120.000

Maíz

Como se pudo apreciar y a pesar de no tener otros datos que nos permitan comparar o plantear conclusiones, como por ejemplo las cantidades de productos comerciados, los lugares donde se producían o a dónde llegaban las mercancías, podemos vislumbrar los productos que se distribuían, y sobre todo, aquellos que tenían un mayor costo en la ciudad como el maíz, el dulce, la carne de res y los licores. Además de los productos que se consumían a diario, la ciudad de Neiva contaba con una plaza y una calle del comercio, que al parecer tenía cuarenta y seis establecimientos, entre los que encontramos: almacenes y tiendas de ropa de ultramar y del país, artículos de lujo, mercería, quincallería, pulpería y “vivandería”. Pero sin lugar a duda, el río Magdalena fue un protagonista importante para esta actividad en Neiva.

Suma en pesos

Sal

aguardiente

Fuente: El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856.

Tabla 1 Productos comerciados 1856

Pan de trigo

120.000

Dulce: azúcar, panela, miel, alfandoque y fabricación de

El

comercio ha sido para los entornos “urbanos” un escenario de intercambio social, político, económico y cultural. En él se sintetiza la tradición, las necesidades reales o artificiales, los deseos, los anhelos y la tensión entre los distintos proyectos de sociedad. En el caso de Neiva, el comercio fue un factor central tanto a nivel interno o local como nacional, debido a su posición estratégica como capital a orillas del río Magdalena. Teniendo en cuenta lo anotado, es preciso preguntarnos ¿Qué tipo de comercio se desarrollaba en Neiva? y ¿Con qué recursos se contaba en la ciudad a mediados de siglo xix para hablar de comercio? El distrito de Neiva2 disfrutaba en sus inmediaciones de elementos de la industria, pero sobre todo, poseía minas “más o menos abundantes” de oro, cobre, vitriolo y fierro, galena o arcol, plomo, cal, yeso, feldespato, carbón mineral y asfalto o neme. Lo más importante de resaltar es que según lo publicado en el periódico El Alto Magdalena, al parecer ninguna de estas minas había sido explotada.3 Por el contrario, el movimiento comercial era bien concurrido, como se verá más adelante. A continuación se presentan algunas cifras que calculan el expendio en pesos de la provincia en productos de consumo diario (tabla 1).

359

A pesar de esta información, los habitantes de Neiva tenían claro que el sistema de navegación utilizado hasta el momento no era el mejor, inclusive expresaron que se navegaba como veinte años antes de la conquista. Un ejemplo de las denuncias sobre la navegación por el Magdalena se encuentra en las siguientes líneas: “Todavía, los neivanos no se han convencido, o por lo menos, acaso empiezan, ahora no mas, a convencerse de la vital importancia i de la urjéntisima necesidad de esa gran mejora, sin la cual de mui poco servirán todos los esfuerzos que se 4

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856.


360

Historia Comprehensiva de Neiva

hagan i la actividad que se despliegue en favor del movimiento mercantil e industrial”.5 He aquí un punto importante en el desarrollo de la actividad comercial: las vías de comunicación. Se pensaba que el río Magdalena era la vía más ventajosa para continuar el ascenso de la industria agrícola y por ende para mejorar las utilidades de la provincia, por lo que se añoraba una mejora en la navegación a vapor. Para justificar la importancia de esta empresa, en el contenido de El Alto Magdalena se esbozaba el movimiento mercantil que se generaba en la ciudad, como sería el caso de la producción de cacao: En solo el camino terrestre del costado oriental del Magdalena, se transportaban más de 300 cargas de cacao, que junto con la cosecha semestral de diciembre, más la carga del costado occidental se calculaba en 5.000 las cargas anuales de cacao.6 Así mismo, las cargas de quina se calculaban en 8.000. Estas cuentas, fueron deducidas teniendo en cuenta que en 1855 la provincia había producido 4.000 cargas, pero que para 1857 las empresas de quina se habían multiplicado y por tanto, el estimativo eran 8.000 cargas. El cuero también fue otro de los productos bandera en Neiva, anualmente la provincia producía 60.000 cueros aproximadamente.7 Es así como se dijo que: El movimiento mercantil, no bajará la cifra de unas 16.000 cargas, esportables, cuyo retorno en cargamentos de mercancías importadas no puede ser insignificante; ni en consecuencia, podrá negarse que este movimiento es el fundamento mas lójico para esperar que este cuadro que es demasiado concreto, estimule a las compañías de navegación, a que se apresuren a traernos hasta las bodegas de Neiva en alas del vapor los beneficios providenciales, que con su descubrimiento ha prodigado a la humanidad el inmortal inventor James Watt.8

Entonces, es innegable que los neivanos de mediados de siglo xix tenían y anhelaban mejores condiciones para la comercialización de sus productos. Teniendo en cuenta las variaciones sociopolíticas del siglo xix se hace necesario establecer algunas precisiones en relación a las modificaciones El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856. 7 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856. 8 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856.

El comercio y los oficios

361

acaecidas en la provincia, para proseguir con el relato comercial. A continuación realizaremos una descripción del movimiento mercantil de Neiva en su inserción al Estado del Tolima, para la cual es preciso recordar que a partir de 1861, Neiva y Mariquita pasaron a conformar el Estado Soberano del Tolima, que a su vez se dividió políticamente en tres departamentos: El del Norte, Centro y Sur. Para 1870 el Estado del Tolima contaba con aproximadamente 230.8919 habitantes de acuerdo con el censo oficial. A criterio del periódico El Vijilante esta cifra adolece de imprecisión, por cuanto en el censo de 1870 no se atendía la constante emigración de los Estados limítrofes cuya dinámica permitiría calcular cuántos habitantes tenía el Tolima de manera más precisa.10 Del departamento del Norte cuya capital era Ambalema, situada en la orilla occidental del Magdalena, hacían parte 16 entidades municipales y 54.260 habitantes. Su movimiento económico se caracterizaba por la producción de tabaco, la explotación de “muchas” minas de oro y plata, y además, por el inicio del cultivo de plantaciones de café y cacao. De igual forma, se destacaba como población importante de este Departamento a Honda, por ser el depósito central del comercio del interior y exterior.11 Por otra parte, El departamento del Centro cuya capital era Espinal, situada en la banda occidental del Magdalena a una legua aproximada de distancia, con 20 entidades municipales y 87.438 habitantes, era productora “abundante” de ganado y de arroz, también habían algunas plantaciones de café, tabaco y quina “de baja lei en la cordillera central, fruto que, al mejorar de precio en los mercados extranjeros i produciéndolo barato, será una nueva fuente de riqueza para ese Departamento”.12 El departamento del Sur, cuya capital era Neiva a su vez capital del Estado Soberano del Tolima, para 1880 contaba con 29 entidades municipales y 89.193 habitantes. Estaba situada en la orilla oriental del río Magdalena y se caracterizaba por ser el puerto principal para el comercio, en donde se producían sombreros para la exportación, quina, café y cueros, así como para su consumo interno, el de Cundinamarca y Antioquia se cultivaba “su imponderable” cacao. De igual manera en la capital del Sur se producía bastante ganado, pero era insuficiente para

5

9

6

10 11 12

El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30. El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30. El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30. El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30.


362

Historia Comprehensiva de Neiva

su consumo y por tanto era necesario importarlo de Cundinamarca y del departamento del Centro: el estimado era de cuatro a cinco mil reses por año. Además, anualmente era consumidor de unas sesenta mil arrobas de arroz que provenían del departamento del Centro. Del trigo se dice que era muy poco el que se cosechaba pero era de tan buena calidad que en el mercado, siempre doblaba el precio del trigo de Cundinamarca y aún el del trigo Norteamericano.13 El tráfico comercial en Neiva fue de tal dimensión que el gobierno consideró preciso crear la renta de peaje mediante la Ley 13 de 1887. Para vislumbrar la proporción del comercio, son pertinentes las cifras de producción de sombreros, quina, cacao y café que a continuación se presentan (tabla 2).

El comercio y los oficios

que ha producido este departamento en los treinta i cuatro meses a que se refiere esta estadística, no baja de cuatro millones de pesos”.15 En el mismo informe se afirma que la renta de peaje referida atrás, aumentaba progresivamente; por ejemplo, para 1877 produjo 11.254,32½ pesos, para 1878 se recaudó 18.721,50 pesos y para 1879 un monto de 20.519,10 pesos, dando como resultado un total de 50.494,92 ½ pesos. Así mismo, para dimensionar la renta recibida, se hacía un balance del dinero gastado en los siguientes términos: En el puente sobre el río Cabrera fueron 24. 000 pesos y en composición de caminos fueron 13.982 pesos para un total de 37.982 pesos. Lo cual indicaba que a favor del Departamento quedaba 12.512,92½ (tabla 3, 4).16 Tabla 3 Renta de Peaje

Tabla 2 Productos comerciados 1880 Cargas

Sombreros

Quina

Año Cacao

Café

En 1877

17

10.083

3.248

288

En 1878

19

8.109

4.334

26

En 1879

15

8.753

4.441

424

Suma de cargas

51

26.945

12.023

738

Las 51 cargas de sombreros contenían por término medio 1.000 unidades cada una, con un valor por sombrero de 2,40 pesos, por tanto, las 51 cargas sumaban 122. 400 pesos. Las 26.945 cargas de quina tenían un valor estimado de 100 pesos cada una lo que equivalía a 2.694.500 pesos. Por otro lado, las 12.023 cargas de cacao eran a 50 pesos para un valor aproximado de 30.050 pesos, y finalmente, las 738 cargas de café eran a 24 pesos para un total de 17.712 pesos. En total, para estos cuatro productos, se calcula un ingreso de 3.435.762 pesos.14 Pero además de estos datos, es significativo decir que la quina y el cacao eran los productos que mayores cargas proporcionaba y a mayor costo. El Vijilante advierte que estas cifras, al provenir de fuentes oficiales, pueden resultar más “deficientes que exageradas”. En cuanto a los precios señalan: “creemos pues, que el valor de los cuatro artículos apuntados

14

El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30. El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30.

Renta de peaje

1877

11.254,32 ½

1878

18.721,50

1879

20.519,10

Total

50.494,92 ½

Tabla 4 Distribución del dinero producto de la renta

Fuente: El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30.

13

363

Dinero gastado de la renta Puente sobre el río cabrera

24.000

Composición de caminos

13.982

Total

37.982

Saldo a favor del departamento

1.512,921 ½

Ahora bien, después del pequeño esbozo de la situación “mercantil” de Neiva a mediados del siglo xix, nos remitimos a la información aportada por el censo poblacional del año de 1858 correspondiente a la provincia, para elaborar una estimación de las diferentes actividades desarrolladas por los habitantes de la ciudad, y posteriormente llevar a cabo una breve reflexión sobre el oficio comercial en Neiva durante las últimas décadas del siglo xix. 15 16

El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30. El Vijilante, Neiva, n.o 30, 6 de junio de 1880, pág. 30.


364

Historia Comprehensiva de Neiva

Entre los oficios practicados durante la mitad de siglo xix en la provincia de Neiva, con los que se puede hacer un análisis parcial de las labores llevadas a cabo por los pobladores y del entorno comercial de la ciudad se encontraban: militares, ministros del culto, instructores, propietarios, capitalistas, agricultores, ganaderos, mineros, pescadores, fabricantes, comerciantes, arrieros, artistas, artesanos, administradores dominicales, legistas, médicos, estudiantes, sirvientes y vagos. Asimismo, se percibe la ausencia de representantes en actividades tales como la ingeniería, la literatura y religiosos. Es importante destacar que a pesar de la diversidad de oficios fueron pocos los que contaron con un número considerable de representantes, en la mayoría de ellos había menos de ochenta personas desarrollando las actividades correspondientes a estas ocupaciones, lo que nos permite inferir la ausencia de grandes circuitos económicos en algunas de las actividades antes mencionadas. Como se indicio al inicio del texto, la producción minera en Neiva a pesar de la existencia de minas de cobre, carbón mineral, asfalto, vitriolo, fierro, entre otros, que económicamente pudieron haber significado un aumento en los ingresos por extracción, comercialización y exportación no habían sido explotados de manera constante para el año de 1856, lo cual explica que los datos obtenidos en el censo de 1858 indiquen que de los 7.488 habitantes de la provincia solo 9 se dedicaban a las tareas concernientes a esta actividad.17 De tal modo, mientras que oficios como comerciantes y fabricantes fueron realizados por más de setenta personas, otros como los de marineros, mineros, ministros de culto, artistas, instructores, militares, pescadores, legistas y médicos fueron trabajos que contaban con menos de diez exponentes. Igualmente, ocupaciones como las de ganaderos, arrieros, propietarios, estudiantes, vagos, empleados y capitalistas eran desempeñados por un grupo de personas que oscilaban entre los 52 y 14 individuos (tabla 5).

17

“Cuadro de población del circulo de Neiva”. Archivo General de la Nación (agn), Sección Colecciones, Fondo Enrique Ortega Ricaurte (eor), Carpeta 41, f.107. 1858.

El comercio y los oficios

365

Tabla 5 Oficios con menos de ochenta representantes Oficios con menos de sesenta representantes Comerciantes

76

Marineros

10

Fabricantes

70

Mineros

9

Arrieros

52

Ministros del culto

5

Ganaderos

47

Artistas

3

Propietarios

44

Instructores

3

Estudiantes

39

Militares

2

Vagos

21

Pescadores

2

Empleados

15

Legistas

2

Capitalistas

14

Médicos

2

Reos

2

Total

418

Ahora bien, los oficios de agricultores, sirvientes y artesanos fueron los desempeñados por un mayor número de personas en la ciudad, lo cual nos indica que la sociedad neivana de mediados del siglo xix se dedicaba primordialmente a labores concernientes a la producción de la tierra, actividades de tipo servil y la producción de artículos artesanales que por demás eran realizados principalmente por la población femenina de la ciudad (tabla 6). Tabla 6 Oficios con mayor número de personas Agricultores

1.468

Sirvientes

865

Artesanos

1.022

Por otro lado, la división por sexos de los oficios también permite identificar algunas diferencias en la distribución de la población, así como la relación casi exclusiva de algunos de ellos con uno de los dos géneros. Algunos de los oficios que no fueron realizados por la población femenina de la ciudad en el periodo del cual hemos hecho mención son: arrieros, empleados, marineros, ministros de culto, militares, pescadores y médicos, sin embargo, labores como las de administradoras dominicales, artesanas y servidumbre fueron oficios en los que las mujeres se desempeñaron


366

Historia Comprehensiva de Neiva

mayoritariamente y con un número de representantes superior al de los hombres (gráficos 1,2 y 3). Grafico 1 Administradores dominicales. Oficios en los que trabajaban más mujeres que hombres.

El comercio y los oficios

367

La agricultura, el comercio, lo febril y la educación (estudiantes), fueron otros oficios que aunque significativamente inferiores, se desarrollaron por un grupo de mujeres de entre veinte y sesenta representantes, mientras que actividades como la minería, la Instrucción pública y la ganadería fueron desempeñadas por menos de cinco exponentes del género femenino (tabla 7). Tabla 7 Oficios con mayor número de personas Oficios mujeres de mayor a menor Administradores dominicales

Grafico 2 Artesanos. Oficios en los que trabajaban más las mujeres.

Grafico 3 Sirvientes. Oficios en los que trabajaban más las mujeres.

1333

Artesanos

861

Sirvientes

556

Agricultores

62

Fabricantes

59

Comerciantes

17

Estudiantes

16

Vagos

7

Propietarios

6

Capitalistas

4

Mineros

2

Instructores

1

Ganaderos

1

Reos

1

Por otra parte, los trabajos de tipo servil y artesanal fueron las actividades que tanto hombres como mujeres realizaron con mayor frecuencia, superadas en el género masculino por el trabajo agrícola, labor llevada a cabo por cerca de 1.406 hombres y tan solo 62 mujeres. Cabe anotar que la diferencia numérica entre las tres primeras actividades en los hombres es bastante amplia, puesto que mientras existían 1.406 agricultores, trabajaron en servidumbre 309 individuos y tan solo 161 artesanos. Los comerciantes, arrieros, ganaderos, propietarios y estudiantes estuvieron dentro del rango de entre 20 y 60 representantes, y por último, los empleados, la vagancia, las actividades fabriles, los marineros, mineros, ministros de culto, artistas, militares, instructores públicos, pescadores, administradores dominicales, legistas y médicos oscilaron entre 15 y 1 representantes (tabla 8).


368

Historia Comprehensiva de Neiva Tabla 8 Oficios con mayor número de personas Agricultores Sirvientes Artesanos Comerciantes Arrieros Ganaderos Propietarios

Oficios hombres de mayor a menor 1406 Marineros 309 Mineros 161 Ministros del culto 59 Artistas 52 Militares 46 Instructores 38 Pescadores

10 7 5 3 2 2 2

Estudiantes

23

Administradores dominicales

2

Empleados Vagos Fabricantes Capitalistas

15 14 11 10

Legistas Médicos Reos

2 2 1

A mediados del siglo xix, los oficios en los que trabajaron más hombres que mujeres fueron, la agricultura, el comercio, la ganadería, la instrucción pública, la minería e incluso la vagancia. En las labores agrícolas la diferencia fue de 1.344 representantes, mientras que en el comercio y la ganadería fue menor a 50 personas; estas fueron las diferencias numéricas más amplias, puesto que en actividades como la minería y la instrucción pública la disparidad fue menor a diez representantes (tabla 9). Tabla 9 Oficios en los que trabajaban más hombres que mujeres

El comercio y los oficios

369

A modo de conclusión, podemos decir que de los 7.488 habitantes de Neiva el 55.06% de la población era femenino, el 44.94% masculino y del total de habitantes de la provincia el 59.22% eran hombres y mujeres menores de 21 años. Asimismo, de las 4.123 neivanas el 64.7% como se ha mencionado párrafos atrás se dedicaron a tres actividades principales, el 32.3% fueron administradoras dominicales, el 20.9% artesanas y el 13.5% sirvientes. Igualmente, de los 3.365 hombres de la provincia el 52.7% se dedicaron a tres actividades especificas, el 41.8% a la agricultura, el 9.2% a la servidumbre y el 1.7% fueron artesanos. Ahora bien, a través de los periódicos de la ciudad se lograron identificar algunas de las actividades económicas relacionadas con los oficios establecidos en el censo de 1858. El comercio por ejemplo, fue una actividad realizada por el 1.01% de la población y estaba enfocado en la compra y venta de productos: “En todo el mes entrante se recibirá en el almacén de la casa de comercio establecida en esta ciudad por la compañía Duran Hns i Borrero, un surtido completo i abundante de mercancías inglesas i francesas introducidas directamente entre ellas muchos artículos de lujo para señoras”.18 Este oficio, por la posición geográfica de Neiva fue muy importante, y por tanto para la década de 1880 se encontraron ofertas de servicios relacionados a él. En el año de 1880 los señores Antonio Forero y Ramón Rivera ofrecían dos tipos de servicios diferentes, la “compra y venta de productos, envío de carga, averiguación y percepción de carga perdida, cacao, cueros, café, arroz, anís, caballerías, ganados gordos y flacos”,19 asimismo, la “casa de recreación para caballeros” en donde se encontraban “licores, rancho, y otros artículos para caballeros: billar, ajedrez, damas y tresillo”.20 En 1883 y 1884, surgieron nuevos establecimientos que básicamente ofrecían los mismos servicios (ver anexo 1). De la misma manera encontramos que mientras en 1858 fueron registrados dos médicos, entre 1880 y 1886, cinco especialistas ofrecían estos servicios, definiéndolos como “atención con medicina pronta, segura y suave”21 (ver anexo 2). En la década de 1850 también se encontraron oficios que no estaban registrados en el censo, algunos de ellos fueron abogados, sastres, boticarios, dentistas y grabadores. Ahora, si bien es cierto que el

Mujeres

Hombres

Diferencia

Agricultores

62

Agricultores

1.406

1.344

Comerciantes

17

Comerciantes

59

42

Ganaderos

1

Ganaderos

46

45

Propietarios

6

Propietarios

38

32

Estudiantes

16

Estudiantes

23

7

Vagos

7

Vagos

14

7

Capitalistas

4

Capitalistas

10

6

Mineros

2

Mineros

7

5

18

Instructores

1

Instructores

2

1

20

19

21

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 109, 3 de mayo de 1856. El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28. El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28. El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28.


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Historia Comprehensiva de Neiva

número de representantes de estas actividades no fueron muchos, se debe destacar la presencia de personas que desarrollaron estas funciones, más aun teniendo en cuenta el periodo al cual se está haciendo referencia y la ubicación geografía de Neiva. En 1856 y 1857 los señores Naital Murillo, Antonio Díaz R. y Judas Tadeo Martínez utilizaron la prensa local para ofertar sus servicios profesionales en el área de educación, los primeros ofrecían a los padres de familia un maestro para enseñar los primeros “conocimientos civilizadores” en las áreas de “Lectura, escritura, gramática castellana, aritmético, jeometria elemental, jeografia histórica de la Nueva Granada, historia sagrada, principios de religión, doctrina explicada, moral, urbanidad, dibujo lineal y otras materias según que aquí lo exija el adelanto del alumno i de la cuota convenida”,22 mientras que Judas Tadeo Martínez daba clases de música. En 1858 el doctor Adriano Scarpetta, ofrecía sus servicios como abogado, empero, entre 1880 y 1886 se encontraron ofertas de servicios de abogacía por parte de otros profesionales en la materia, quienes básicamente ofrecían los mismos servicios a la comunidad: “litigios ante funcionarios judiciales y administrativos. Formar pólizas y hacer documentos privados y comisiones”23 (tabla 10). Tabla 10 Oficio de abogado Fecha

Nombre

Oficio

1858

Dr. Adriano Scarpetta

Abogado

1880

Eusebio Castilla

Abogado

1880

Juan C. Camacho

Abogado

1884

Idelfonso Manrique

Abogado

1886

José Tuello

Abogado

La sastrería no apareció registrada en el censo, no obstante, en 1856 y 1858 los periódicos de la ciudad registraron la oferta de este servicio por parte de los señores Joaquín Maz y Pedro Rosillo:

El comercio y los oficios A los pepitos, carnavacantes, colombianos de esquisito gusto i buen tono; siempre que por medio de su cooperación, contribuyan a su acumulación, para lo cual aguardo en mi taller cita en la plaza de la constitución bajo la casa de la señora María Tello, en donde sí llevan los bolsillos bien repletos de monedas se les garantiza los sacaran puros y limpios (...) tales como casacas, levitas, sacos y pantalones de paños escogidos; pantalones, sacos de un dril superior, chalecos de pique, seda i terciopelo, corbatas mui lindas de variedad de clases i últimamente un buen surtido de cortes de magníficos paños dril.24

Uno de los oficios más interesantes desarrollados no solo en Neiva, sino a lo largo de toda la nación, que cumplía con una serie de funciones y que ofrecía un sin número de servicios entremezclados, fue el de boticario, entre 1856 y 1858 se encontraron avisos publicitarios de dos establecimientos en esta ciudad, uno de ellos era propiedad del Dr. Salvador Álvarez y el otro del Dr. Ramón Castro, el primero prestaba en las mismas instalaciones servicios de librería “Cuadros de lectura para escuelas, se hallan de ventas en colecciones completas de cuadros grandes, edición muy correcta i elegante precio a razon de un real cada cuadro, en la Botica i loibreria de Álvarez en Neiva, en donde se hallaron tambien todos los libros elementales para colegios i escuelas.”,25 y de botica en el que se vendían “Pildoras holloway, ungüento holloway. Estos medicamentos son preparados bajo la inmdeiata i personal inspección del Doctor holloway; lo cual, reunido a su eficazia, ya innegable de esta provincia, hace que se tomen con seguridad de la botica y drogeria del Dr. Salvador M. Álvarez”.26 Mientras que los productos ofrecidos por el doctor Castro, se remitían exclusivamente al despacho de medicinas, “El infrascrito dueño de este establecimiento ofrece sus servicios a todas las personas que quieran ocuparlo en el despacho de medicinas de la mejor calidad que se puedan conseguir”.27 Por otra parte, entre los oficios que no fueron registrados en el censo, pero que se llevaron a cabo en la provincia es sorprende encontrar un dentista, Ricardo B. Morris, quien ofrecía sus servicios profesionales a través de la presa, los cuales consistían en “Dentista de Inglaterra, que acaba La Luz, Neiva, n.o 11, 3 de mayo de 1858. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 135, 25 de octubre de 1856. 26 La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de febrero de 1858. 27 La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de febrero de 1858. 24 25

22 23

La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de Febrero de 1858. El Unitario, Neiva, n.o 12, 24 de noviembre de 1886, pág.48.

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Historia Comprehensiva de Neiva

de llegar a la ciudad. Respetuosamente ofrece sus servicios a las señoras y caballeros (…) tiene un abundante surtido de dientes incorruptibles, que fijara en las raíces o en planchas de oro. Acaba de recibir mejorados, nuevos instrumentos para sacar dientes sin causar apenas dolor. También garantiza todas sus obras de modo que los que le ocupen”.28 Paralelamente a los oficios hasta el momento descritos, en 1856 el señor Narcizo Vargas, prestaba el servicio de “Fonda i posada” a los habitantes de la provincia,29 por otra parte, Rafael García ofreció sus actividades comerciales como grabador para “desempeñar con puntualidad i elegancia toda clase de gravados que se le encarguen”.30 Estas actividades hacen parte del grupo de oficios que no aparecieron censados a mitad de siglo pero que como consta en la prensa de la ciudad si fueron llevados a cabo por un grupo reducido de personas que cumplieron con una serie de actividades específicas y de poca demanda. Sumados a las actividades descritas en las páginas precedentes, se encontró a hombres que desempeñaron algunas actividades poco comunes. En 1884 Guillermo Arciniegas, “filoteista”,31 se dedicaba a la compra de estampillas de los estados de Antioquia, Bolívar, Cundinamarca, Panamá, Tolima y nacionales antiguas. Por otro lado, mientras que en el censo de 1858 no se encontró a personas que se dedicaran a la ingeniería, en 1880 Víctor Triana32 y Teodoro Solano trabajaron como agrimensores, siendo este un precedente para que en 1884, Marco Lopera ofreciera en el periódico El Alto Magdalena, sus servicios profesionales como Ingeniero Civil.33 Así mismo, y sin un título específico se encontró como aviso publicitario para el año de 1880 que Antonio Forero ofrece sus servicios bajo un título bien particular: “Paz i Trabajo”. Manifestaba que estaba ubicado en una de las tres plazas más importantes del Tolima, que disponía de tres mercados semanales de buena significación y con muy buenas relaciones en los pueblos circunvecinos. Antonio Forero ofrecía sus servicios al comercio del Estado pero sobre todo al del departamento del Sur: “Para la compra y venta de cueros, cacao, café, arroz, anis, caballerías, ganados El Alto Magdalena, Neiva, n.o 111, 7 de mayo de 1856. El Huila, Neiva, n.o 30, 11 de abril de 1856. 30 La Luz, Neiva, n.o 11, 3 de mayo de 1858. 31 El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 3, 30 de mayo de 1884. 32 El Vijilante, Neiva, n.o 11, 27 de junio de 1880, pág. 44. 33 El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 5, 28 de junio de 1884. 28 29

El comercio y los oficios

373

gordos y flacos¸ para el envío de toda carga de embarcación segura, con bogas expertos, a los puertos de Caracolí o bodegas de Bogotá.34 Otro servicio, muy singular era la “averiguación y percepción” de toda carga cuya embarcación fuera champan, canoa o balsa y que se perdiera en el Magdalena desde Natagaima hasta Santa Rosa, al parecer este hecho se presentaba con frecuencia ya que el vendedor así lo manifestaba. Además se ofrecía para la venta y despacho de mercancías extranjeras, y de todo asunto y objeto que tuviera que ver con el servicio al comercio del Estado.35 Atreviéndonos a dar una explicación sobre el porqué de la ausencia dentro del censo de los de oficios publicados en los periódicos, y sin estar planteando respuestas novedosas, se podría decir al respecto que obviamente el censo de 1858 careció de una cobertura total de la población neivana, cosa que generalmente sucedía y que aún sucede debido a varios factores. También podría decirse que las personas encargadas del registro poblacional pudieron haber omitido estos oficios por lo insignificante de su representación o por lo peculiar del oficio para la época (cosa que podría verse como contradictoria). Lo cierto es que el censo poblacional junto con los avisos publicitarios de los periódicos de la época, arrojaron esta particular aserción. Entonces, se plantea que durante el periodo aquí trabajado y bajo las fuentes revisadas, que el comercio en Neiva reflejó el escenario de intercambio político, social, económico y cultural (lo vimos en la configuración administrativa espacial, en los diferentes oficios a los que se dedicaban los neivanos, y en los productos destacados de exportación a otras provincias como la quina y el cacao). Esta actividad proyectó una Neiva netamente agrícola, servil y artesanal, donde las mujeres se dedicaron a tres actividades principales: administradoras dominicales, artesanas y sirvientas; y los hombres en su mayoría eran agricultores, sirvientes y artesanos. Por lo tanto, nos atrevemos a afirmar que en el caso de Neiva, el comercio fue un factor central tanto a nivel interno o local como nacional, debido a su posición estratégica como capital a orillas del río Magdalena que tenía una actividad dinámica pero que tal y como ya lo pensaban los hombres de la época, el provecho sería mayor si se hubiera implementado la navegación a vapor. 34 35

El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28. El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 1 Fecha

Nombre

Oficio

Referencia bibliográfica

1856

Pedro Dávila

Comerciante

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 103, 22 de marzo de 1856.

1856

Casa de Comercio de Neiva

Comerciante

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 109, 3 de mayo de 1856.

1856

Duran Hnos. y Borrero.

Comerciante

El Huila, Neiva, n.o 30, 11 de abril de 1856.

1857

Rafael Velazco

Comerciante

La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de Febrero de 1858.

Vagos, ociosos y mendigos en Neiva,

1858

José María Herrera

Comerciante

La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de febrero de 1858.

durante la primera mitad del siglo xix

1880

Antonio Forero

Comerciante

El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28.

1880

Ramón Rivera

Comerciante

El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28.

1883

Uldarico Scarpetta

Comerciante

El Bien Público, Neiva, n.o 7, 30 de julio de 1883. .

1884

Manuel María Méndez

Comerciante

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 3, 30 de mayo de 1884.

Comerciante

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 15, 1 de diciembre de 1884.

1884

Dionisio Soto

Anexo 2 Fecha

Nombre

Oficio

Referencia bibliográfica

1880

Pedro Vallarino

Médico

El Vijilante, Neiva, n.o 7, 30 de mayo de 1880, pág. 28.

1884

Nicolás Osorio

Médico

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 5, 28 de junio de 1884.

1884

Carmelo Arango

Médico

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 5, 28 de junio de 1884.

1884

Domingo Arboleda

Médico Cirujano

El Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal, Neiva, n.o 5, 28 de junio de 1884.

1886

José Weber

Médico Cirujano y Oculista

El Unitario, Neiva, n.o 6, 12 de octubre de 1886.

Natalia Botero Jaramillo

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

Para una región estigmatizada por la imagen recurrente de un hombre

perezoso acostado en una hamaca, estudiar la vagancia debería ser de entrada un tema que no solo llama la atención, sino que también adquiere cierta relevancia. Sin embargo, el objetivo central de este capítulo consiste en mostrar un panorama más amplio y complejo del fenómeno de la vagancia, la ociosidad y la mendicidad desde finales del siglo xviii y hasta la mitad del xix, y no simplemente en las imágenes comunes que se han construido en torno a las mismas. Intentando mostrar cómo más allá de lo que se pueda entender por vagancia, ocio y mendicidad actualmente, y de sus representaciones sociales, estas eran un problema que permeaba no solo el campo social y cultural, sino también el campo político y económico para el Estado-nación. En consecuencia, este trabajo busca explorar cuáles fueron los sujetos, las prácticas, los marcos normativos y las medidas que se implementaron para abordar el problema de la vagancia, el ocio y la mendicidad en los siglos xviii y xix. Explorando las significaciones de dichos conceptos, sus transformaciones y permanencias a lo largo del tiempo, y su relación con las transformaciones sociales, políticas y económicas dadas en el territorio


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Historia Comprehensiva de Neiva

colombiano, y en especial en la provincia y la ciudad de Neiva. En este orden, este trabajo se organiza en dos grandes partes: en primer lugar explora la vagancia, el ocio y la mendicidad en la colonia, especialmente para finales del siglo xviii, y en segunda instancia trata la vagancia, el juego y la embriaguez en la primera mitad del siglo xix. Este capítulo intenta aproximarse a la historia de sujetos marginados y excluidos, algunos con nombre otros anónimos, que por sus prácticas, formas de vida y estatus social, fueron objetos de políticas que se encargaron de rotularlos como vagos y mendigos, de procesarlos en una causa criminal e imputarles una condena o castigo. Entonces se hace necesario abordar algunas políticas de control y orden social, leyes y dispositivos de poder, pertinentes para entender el por qué y el cómo se establecía la vagancia y la mendicidad como un problema, analizando los discursos y las prácticas que se entretejieron a su alrededor. Cabe advertir al lector que en el presente capítulo se hará referencia a Neiva como provincia y como ciudad, pues si bien se quería dar un mayor enfoque a la ciudad, componente que motiva toda esta obra, la limitación de las fuentes documentales primarias hizo que se ampliara el marco territorial, sin restringirlo a la ciudad. Sin embargo, lo que podría ser en principio una limitación, cuando se estudian fenómenos como la vagancia, el ocio y la mendicidad, en que se precisa de una serie de reflexiones sobre la legislación, los juicios criminales, la cultura, la organización social, el desarrollo económico, etc., resulta ser un elemento propicio para comprender a Neiva en sus diferentes dimensiones, al ir y venir entre ciudad y campo, provincia y región, nos permite entonces un mayor entendimiento de los problemas y una comprensión más global de los mismos.

La vagancia a finales de la Colonia La vagancia, un marco normativo

Desde comienzos de la colonia, la vagancia fue un problema, no solo

reconocido por las autoridades coloniales, sino también por la ley siendo motivo de causa criminal. En la Recopilación de Leyes de Indias de 1680, los vagos eran los vagamundos y gitanos, identificados como sujetos de vida errante, que no tenían un oficio, entre los que se incluían los españoles, los mestizos e indios. Como condena, se les obligaba a trabajar, a fundar poblaciones, en el caso de las mujeres hacer puestas en casas de familias

Vagos, ociosos y mendigos

377

virtuosas y en el de los niños huérfanos en colegios o de las niñas huérfanas en casas de recogidas.1 Para el siglo xviii, las reformas borbónicas buscaron ejercer un mayor control social, económico y político en las colonias americanas. Así surgió una nueva visión y relevancia del orden tanto en el campo de lo material, como de lo social.2 En lo material se buscó limpiar las ciudades, realizar obras públicas, controlar los desechos y modificar los cementerios desplazándolos a las afueras de las ciudades; por otro parte, en lo social se pretendía controlar la pobreza, la mendicidad, y las prácticas y espacios sociales de diversión, en donde se pudieran desencadenar los “vicios” y las “malas costumbres” de las castas “inferiores” tales como los negros, mulatos, indios y mestizos. Para el caso específico de la vagancia y la mendicidad, como problemas del orden de lo social, en esta época se produjo una serie de leyes que buscaron dar un tratamiento a los mismos, para restablecer el control por parte del gobierno colonial sobre la población. En consecuencia, la amplia producción normativa, con los cambios y las continuidades que se dieron en torno a la conceptualización de la vagancia y la mendicidad, y las medidas que se dispusieron contra estás, es un indicio de que eran percibidas como problema de primer orden para el gobierno colonial. La Real Orden del 30 de abril de 1745,3 se encargó de identificar al menos 16 tipos de vagos, entre los que se encontraban los que no tenían oficio, ni hacienda, ni renta, los que mantenían en casas de juego, con compañías mal opinadas, los que pedían limosnas estando sanos, los forasteros y prófugos, y los que adoptaban la ociosidad de forma voluntaria, entre otros. Esta tipificación de sujetos y de comportamientos que se debían reputar como vagos, operaba mediante la identificación del problema en dos grandes campos, el laboral y económico, representado en la ausencia o inconstancia en los trabajos, los oficios y las rentas, y en el campo de la moral, con las prácticas consideradas como inmorales o indeseables para la sociedad, específicamente para la cultura hegemónica. 1

2

3

“De los vagabundos y gitanos”, en Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, libro vii, título iv, 1841, págs. 519-520. Consultado el 3 de julio de 2011 en http://books.google. com/books?id=428DAAAAQAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summ ary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false. Alzate, Adriana, Suciedad y orden, Reformas sanitarias borbónicas en la Nueva Granada 1760-1810, Bogotá, Editorial Universidad del Rosario, 2007, pág. 46. “Real Orden del 30 de abril de 1745”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… tomo v, libro xxxi, pág. 433. Consultado el 3 de julio de 2011 en http://es.scribd.com/ doc/26709295/Novisima-recopilacion-de-las-leyes-de-Espana-T-5-1805.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Para comienzos del siglo xix la Novísima Recopilación de Leyes de España, en su libro v, título xxxi “De los vagos; y modo de proceder a su recogimiento y destino”,4 consolidó una monumental obra que para el caso de la vagancia comprendió desde el siglo xiv hasta el siglo xviii. Así para 13695 los vagos y holgazanes eran los sujetos que no tenían oficio, siendo avalado por la ley que alguien pudiera tomarlos para trabajos, o condenarlos con azotes y el destierro si así las autoridades lo disponían. Posteriormente, para 1566 dentro de la categoría de vagos se consideraban “los egipcianos y caldereros extranjeros”,6 los pobres mendigantes sanos, y los gitanos, a los que se les debía imputar las mismas penas que a los ladrones y rufianes. Aproximadamente dos siglos más tarde, en 17337 se publicó una ley en la que se disponía que los vagos debían ser llevados a regimiento, advirtiendo además la necesidad de que se concediera más atención a dicho problema, ya que este se había tratado con decidía hasta la época. De esta manera, con dicha ley se instauró una de las penas más recurrentes y retomadas en posteriores legislaciones tanto coloniales como republicanas consistente en llevar a los vagos al servicio de las armas. Para el año de 1775 por Real Ordenanza de Felipe V, se instauró la realización de levas las cuales se debían ejecutar todos los años en los pueblos y en las villas grandes para identificar a los vagamundos, ociosos y holgazanes, los cuales debían ser procesados y condenados al servicio de las armas.8 Esta real ordenanza además consideraba como vagos a los “De los vagos; y modo de proceder a su recogimiento y destino”, en Novísima Recopilación de las leyes de España…. 5 “Ley ii en Toro, año de 1369 Ley 32. Destino de los vagamundos á oficios, o al trabajo y labor, o al servicio con señores”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… págs. 429-430. 6 “Ley v. Por pragmática de Mayo de 1566. Cumplimiento de la ley precedente contra los vagamundos; y declaración de los que se han de tener por tales”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… págs. 430-431. Según esta ley los egipcianos y caldereros extranjeros, eran denominados vagos “por leyes y pragmáticas destos Reynos están mandados echar de él”. 7 “Ley vi. En Buen Retiro a 15, y el Consejo a 19 de diciembre de 1733. Observancia de las leyes contra los vagamundos y holgazanes; y su destino a los Regimientos”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… pág. 431. 8 “Ley vii. En Arajuez por Real decreto y cédula de 7 de mayo de 1775, Real ordenanza para las levas anuales en todos los pueblos del Reyno”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… págs. 431-437.Se afirma además que quienes debían ser enviados al servicio de las armas debían tener entre 17 y 36 años, no estar casados y tener las condiciones físicas consistentes en robustez y estatura. En caso que no se cumpliera con algunos de estos requisitos, de igual forma se podían poner a trabajar en la Armada, o si fuese el caso ponerlos en hospicios y casas de misericordia.

Vagos, ociosos y mendigos

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que vivían ociosos sin destinarse a labranza u oficios, o los que teniendo uno lo abandonaban, los que carecían de renta, los que andaban mal entretenidos en juegos, tabernas y pascos,9 estableciéndose que el modo de proceder contra los mismos, era por medio del síndico general o personero, quien era el encargado de tomar las declaraciones, realizar la investigación y la constatación de la información. En consecuencia, una vez se culminaba el proceso judicial, el vago se debía encaminar al servicio de las armas estableciéndose como depósitos para este fin la Coruña, Zamora, Cádiz y Cartagena. Además, con la Real Orden de 1780, se fijaba que el tiempo que los vagos debían prestar en el servicio de la armada era por ocho años,10 y para el año siguiente se fijó que los destinos de aquellos “vagos ineptos para el servicio de las armas y marina”. Así pues, aquellos que tenían padres pudientes debían ser educados e instruidos en un oficio por estos, y los huérfanos, ancianos y desvalidos, debían de igual forma ser puestos con personas que se encargasen de su educación y del aprendizaje de un oficio.11 En este mismo año se expidió otra resolución mediante la cual se dictaminaba que los nobles aprehendidos por vagos debían ser llevados al servicio de las armas, pero como soldados distinguidos.12 Finalmente la Real Cédula del 25 de marzo de 1783, en respuesta a los recursos llevados al consejo de Carlos III, dispuso que como vagos se debían considerar a los buhoneros, saludadores y loberos con el respectivo destino que se les daba a los mismos.13

4

Según el Nuevo Tesoro Lexicográfico de 1780 de la Real Academia de la Lengua Española, Pasco significaba lo mismo que Pasto, y a su vez Pasto significaba: lo que sirve al aumento, conservación o recreo del ánimo. Consultado el 15 de abril de 2012 en http:// buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.5.0.0.0. 10 “Ley ix. por Real orden de 24 de diciembre de 1779, inserta en Cedula del Consejo de 21 de julio de 1780. Destino fixo por tiempo de ocho años de los vagos aptos para el servicio de las Armas”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… págs. 337- 338. 11 “Ley x. por Resolución a Constancia de 22 de Mayo y Cedula del Consejo de 12 de julio de 1781. Destino y ocupación de los vagos ineptos para el servicio de las Armas y Marina”, en Novísima Recopilación de las leyes de España…págs. 338- 339. 12 “Ley xi. “Resolución a constancia de 24 de abril, y cedula de 2 de agosto de 1781. Destino de los nobles, aprehendido por vagos y mal entretenidos, al servicio de las Armas”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… pág. 339. 13 “Real Cedula de 25 de marzo de 1783. Prohibición de vagar por el Reyno los buhoneros, saludadores, loberos; y su destino en clase de vagos”, en Novísima Recopilación de las leyes de España… págs. 340-341. Adicionalmente, según el Nuevo Tesoro Lexicográfico de 1791, de la Real Academia de la Lengua Española, Buhonero significaba: “El que lleva a vender cosas de buhonería” y buhonería: “Tienda portátil, o que el dueño lleva colgada de los hombros: se compone de chucherías y baratijas de poca monta 9


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Historia Comprehensiva de Neiva

Todo este marco normativo colonial, daba cuenta de cómo las consideraciones de la vagancia se habían desarrollado con el fin de identificar al vago como un sujeto errante, sin oficio, trabajo o renta; y que de igual forma, permite observar cómo el tipo de sujeto y su identificación como problema se habían ido modificando con el tiempo. Así se identificaron como vagos y vagancia algunas prácticas especificas como el juego; profesiones como los canteros,14 los buhoneros, saludadores y loberos; grupos sociales como los gitanos y los egipcianos y espacios sociales como las cantinas, las casa de juego y las calles después de media noche. Con la ley xi, mediante la que se diferenciaba a los vagos nobles del resto de la población, se hacía evidente la necesidad de diferenciar los tipos de vagos según su estatus social. Por lo que aquellos vagos nobles, aunque debían ser procesados y condenados, no perdían su distinción social, la cual debía continuar reproduciéndose. Finalmente en relación con las penas, también se dieron algunos cambios, en donde se pasó del destierro y los azotes, al empleo con otras personas, las armas, los hospicios y casas de misericordia. Todas estas medidas dispuestas con la intención a convertir al vago en un sujeto útil, de controlar sus prácticas y domesticar sus costumbres, a partir de lo que la cultura hegemónica determinaba como lo aceptable moralmente y lo conveniente para la sociedad colonial en su política y economía.

Pantaleón Sánchez, Vago y mal entretenido

Pantaleón Sánchez fue llevado en el mes de agosto del año de 1806 a la

cárcel “por ser un moso vago, sin oficio, ni beneficio, que sin embargo de tener madre, de ella no hace caso alguno dando sus procederes nada arreglados escándalo al público”.15 En la declaración que Pantaleón hizo como botones, agujas, cintas, peynes, alfileres”. Saludador significaba: “Comúnmente se aplica al que por oficio saluda con ciertas preces, ceremonias y soplos para curar del mal de rabia”. Finalmente lobero significaba: “lo mismo que espantanublados”, y espantanublados significaba: “Apodo que se aplica al tunante que anda de hábitos largos por los lugares pidiendo de puerta en puerta y cree la gente rústica que tiene poder sobre los nublados”. Consultado el 15 de abril de 2012 en http://buscon.rae.es/ntlle/ SrvltGUILoginNtlle. 14 Según el Nuevo Tesoro Lexicográfico de 1791 de la Real Academia de la Lengua Española, cantero significaba: “El que labra piedras para los edificios”. Consultado el 15 de abril de 2012 en http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle. 15 “Juicio y sentencia contra Pantaleón Sánchez por vago y mal entretenido”. Archivo General de la Nación (agn), Bogotá, Sección Colonia, Fondo Juicios Criminales, tomo 11, ff. 872-879.

Vagos, ociosos y mendigos

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al escribano bajo juramento, afirmó que era vecino de la ciudad de Neiva y que era hijo de Zerena Cruz, reconociendo que no hacía caso alguno a esta mujer, que la tenia siempre abandonada por andar de vago, y que era un mozo sin oficio ni beneficio, que no contaba con lo suficiente para subsistir e invertía su tiempo en diversiones muy poco honestas y sí “andaluzas”. Pero además en una declaración posterior este joven dijo: Llamar Pantaleón Sánchez, que es de edad de veintitrés años, de calidad blanco, que es vecino de esta ciudad i de estado soltero, sin oficio alguno; que la causa de hallarse preso es porque no tiene oficio ninguno de donde subsistir y que no hace caso de su madre: Reconvenido sino sabe lo más que hace con no atender a su madre a quien debe el ser, y el no aplicarse a ningún oficio dijo: que si lo sabe; pero que no le han enseñado otro oficio, que el de hacer teja, que estaba aprendiendo= Preguntado si sabe lo perjudicial que es a la República un hombre vago y el destino que diese, dijo que lo primero lo ignoraba, pero lo segundo no.16

Durante el proceso que se llevó a Pantaleón, fueron interrogados dos testigos, Juan Gonzáles y Melchor de Maya, vecinos de la ciudad de Neiva y hombres libres mayores de treinta años. Pese a que el síndico procurador general reconoció que aún quedaban otras declaraciones de testigos pendientes, la consecución del testimonio de Pantaleón, en donde él mismo se reconocía como vago, bastaba para declararlo como tal y darle el destino que la ley imputaba. En consecuencia, los únicos dos hombres que testificaron, ratificaron que conocían a Pantaleón, que era un mozo vago, mal entretenido y que no hacía caso a su madre, teniéndola en abandono, y que este se había entregado a una vida libertina, escandalosa y perjudicial al público. Finalmente, el síndico procurador impuso como condena que Pantaleón prestara el servicio de las armas por un tiempo de seis años, definiéndose por el virrey a la capital general del reino, que este debía dirigirse al regimiento de la provincia de Cartagena, tal como la ley lo disponía. De esta manera, Pantaleón Sánchez fue enjuiciado y condenado por vago y mal entretenido, por medio de la Real Orden del 30 de abril de 1745, la cual como sujetos vagos consideraba (entre muchos otros) a 16

“Juicio y sentencia contra Pantaleón…”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 11, f. 875.


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“el hijo de familias que mal inclinado no sirve en su casa y en el pueblo de otra cosa, que de escandalizar con la poca reverencia u obediencia a sus padres, y con el ejercicio de las malas costumbres, sin aplicación a la carrera que le ponen”.17 En su condición de hijo desobediente, de malas costumbres, que no ejercía ningún oficio y dejaba en abandono a su madre, Pantaleón era considerado como un sujeto que no solo trasgredía la ley, sino también como alguien perjudicial para el público, tal como refirieron los testigos en su caso, puesto que daba un “mal ejemplo” y con su conducta estaba afectando a la “República” en sus ideales morales y productivos. Además, es importante observar cómo para Pantaleón era claro el destino de los vagos, más no lo perjudicial que esto era para el establecimiento, lo cual puede ser un indicio de que estas prácticas reputadas como vagancia no tenían una significación propiamente negativa para los sujetos juzgados, aún cuando tuviera un significado tan amplio que se viera como un problema que impactara a las colonias. Era así como la vagancia en la colonia se anclaba desde la norma, no solo a los intereses de orden político y económico, a la búsqueda y la formación de sujetos útiles, sino también a los intereses del dogma religioso,18 mediante los cuales se producía un deber ser en el orden de la moral, y mediante el cual se cuestionaban algunas prácticas relacionadas con el ocio y el “mal entretenimiento” como el juego, la embriaguez, el amancebamiento, entre otros. Consecuentemente, por medio de las penas, en especial el servicio de las armas, se ejercían dispositivos de sujeción física y moral mediante los que el vago se hacia un ser útil y productivo, que debía retribuir algo a la sociedad, trabajando por un bien común como la seguridad que se veía afectada por su comportamiento.

Un ruso, maromero y mendigo En el año de 1808 llegó a la provincia de Neiva, específicamente a la ciudad de La Plata un ruso llamado Juan Murriel, quien fue señalado como sospechoso por las autoridades locales, y llevado a la ciudad de Neiva, Alonso, Gustavo, “El delito de vagancia durante el último cuarto del siglo xviii”, en Historia de la Ciudad- Una Revista de Buenos Aires, n.o 11 de septiembre de 2011. Consultado el 19 de julio de 2011 en http://revistasdebuenosaires.8m.com/historiasanio2.htm. 18 Fernandez, Carlos, “La vagancia en Nueva Granada (1750- 1810) marginados en la moral y la lógica del sistema colonial”, Tesis de pregrado, Universidad Nacional, 1994, pág. 14.

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donde se le realizó un proceso judicial por mendigo.19 A continuación se dará cuenta de cada una de las versiones dadas por el alcalde de la Plata, los testigos y el mismo acusado. Declaraciones que en cierto sentido fueron inconexas y confusas entre sí, demostrando con esto no solo la complejidad de este tipo de juicios criminales, sino también cómo se construye un “chivo expiatorio” a partir de un sujeto que se presenta como extraño y que altera la cotidianidad de una población. El alcalde de La Plata, quien presentó la primera denuncia y declaración afirmaba que Juan Murriel era un hombre extranjero que había llegado a la ciudad, y que se le había detenido tenía por sospechoso ya que no traía pasaporte y no se conocía muy bien ni su procedencia, ni de donde había llegado tanto al Reino como a dicha ciudad, por lo cual se lo redujo a prisión. En su declaración refirió además que al extranjero se le había encontrado una faja con onzas de oro, que era un hombre “vacío” en lo que hablaba, que entendía el latín y que hablaba de igual forma muchas palabras del idioma castellano.20 La declaración dada por uno de los conductores que había llevado hasta La Plata al extranjero, Luiz Lazo afirmaba que este era un “rusiano” que había estado en la guerra de Buenos Aires. Que además era un hombre bautizado y conocía los diez mandamientos; que hacía 14 años había estado andado por tierras extranjeras y pese a nombrar muchos de los lugares y puertos solo recordaba el de Lima. Así mismo, Lazo señalaba que el camino que este tomó para llegar a Neiva fue el del Chocó, pasando por Cali, de allí a Quilichao y luego a La Plata, en donde estuvo algunos días. El hombre declaró que allí el extranjero había tenido un disgusto con la mujer que le cocinaba, por el cobro que esta le había hecho de seis pesos de su manutención, por lo que ella le demandó ante el juez ordinario de La Plata. Lazo afirmaba que el objeto de la llegada del ruso a este Reino era para continuar con el juego de maromero, en lo cual se había ocupado desde que salió de su casa. El conductor añadió que en todos los lugares que transitaba el ruso daba limosna, además observó que su conversación era bastante clara, aunque en algunas partes tropezaba su pronunciación, y que cuando estaba con mucha gente se tornaba mudo y aun sordo, sin que fuese posible que contestara alguna pregunta. 21

17

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“Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 560- 617. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 560- 561. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 563- 565.


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Pablo Josef Sánchez, otro de los conductores que transportó a Murriel afirmó que en el camino este le había escuchado al extranjero ser de la Rusia, aunque posteriormente había dicho no ser de allí sino de un lugar cercano a ese imperio. Además refirió que el extranjero no sabía si era bautizado, pues de haberlo sido fue cuando era muy pequeño, también indicaba que de la edad de 13 años había salido del lado de sus padres, y que para la actualidad tenía 27 años. Sobre los lugares que había recorrido se mencionaron Rusia, Alemania, Portugal, Lima, México y Buenos Aires. Sobre el matrimonio, este había escuchado que Murriel afirmaba que en su tierra un hombre se podía casar con siete mujeres y que así la iglesia lo mandaba. Además el conductor observó que en la mesa este bendecía los alimentos, que en el camino daba limosnas, e inclusive estando en La Plata había donado los sesenta o setenta pesos que se había ganado.22 A su vez Juan Murriel dio declaración diciendo que su lugar de nacimiento era Lazar en Petesburgo, capital de Rusia, de edad de 27 años, profesante de la religión católica y de estado soltero. Él dijo “haver salido de edad de trese años, asociado de unos Maromeros, con el objeto de aprehender este oficio quienes le enseñaban y suministraban el alimento y vestuario, que se condujeron a la California; que no save el tiempo que gastarían porque ni savia, ni save aun distinguir con meses ni días”.23 Al indagársele por el tiempo en que había permanecido con los Maromeros, Juan respondió que no se había podido grabar el tiempo en que estuvo con ellos, porque como había dicho no tenía noción del tiempo. Después de California, Juan Murriel declaró que había dejado a los maromeros y se había encamino al Perú, a donde llegó por el puerto del Callo en un barco mercante y permaneció cerca de siete días. De allí se encaminó en un barco a Panamá en donde estuvo en dicha ciudad por dos días, y luego salió embarcado para el Chocó, ignorando los lugares que había en su intermedio. Una vez llegó a esta provincia transitó por varias ciudades proporcionándose los medio para sostenerse por medio de la maroma. De allí partió hacia Cali, con miras a llegar hasta Cartagena de Indias, en donde sabía que podía emprender marcha hacia el puerto de Cádiz y de allí a Castilla, con objeto de regresar a su patria. De Cali pasó a la Candelaria, después a Caloto, Quilichao, Paniquita, La Plata y Neiva. Sobre el trato que tuvo con las gentes del Nuevo Reino de Granada, Juan Murriel afirmó que por su dificultad para hablar el castellano no 22 23

“Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 565- 568. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, f. 569.

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estableció relación alguna con personas, y que pese a que cuando llegaba a una nueva población se le agolpaba una muchedumbre de gente movida por la curiosidad, quienes le preguntaban quien era, de donde venia y con qué fin, no podía mantener una charla constante, aún cuando intentaba responder con señas y comunicarse de la mejor forma posible, lo que daba como resultado que muchas personas se alejaran sin lograr entenderle. Sobre su estadía en La Plata, Juan Murriel afirmó que estuvo cerca de seis a siete días, siguiendo su destino hacia Neiva. En la declaración Juan Murriel reconoció que tuvo un suceso particular con la mujer que le guisaba y daba de comer, quien le demandó ante el juez por tres pesos, pues aunque estuvo dispuesto a pagárselos, no lo hizo por no tenerlos, y que como compensación él la satisfizo con un pañuelo, ya que las pocas monedas que recogió las había gastado dándolas a los pobres de aquel lugar. Frente a la acusación de llevar una faja con onzas de oro por el Alcalde de La Plata, Juan Murriel lo negó, afirmando que no traía tales onzas, y que solo se le había podido ver con algunas monedas cuando pagó al sastre donde dormía, además desmintió haber recibido una bala en su brazo y su paso por Buenos Aires. Con base en el motivo por el cual había sido capturado, dijo no saberlo y declararse inocente, presentando una nota, con la cual pretendía comprobar el derrotero que había llevado desde Perú: “El Perú, Puerto del Cayao de Lima, Panamá, Con dentrada del Choco, Caly, la Candelaria, Caloto, Quilichao, Paniquita, la Plata, Neyva, la Billa Billa, Prado, la Mesa, Santafe i Bogota”.24 Sin embargo, con una posterior declaración del Alcalde de La Plata, Fernando Cerrato Pefino, se le hizo una nueva acusación a Juan Murriel. Cerrato afirmó que este extranjero que se había presentado en La Plata a finales del mes de diciembre, estando en la casa de Fernando Vega, quien demandó al citado hombre por la manutención de los días que había permanecido en su casa, pagándole con un pañuelo y afirmando no tener más. A la salida, el ruso había sacado un cuchillo diciendo que iba a matar a Fernando Vega, detenido por la intermediación del Alcalde quien lo contuvo, siendo en ese momento acusado por Vega de que este poseía una faja con onzas de oro, incitando a que se registrara por intermediación del alcalde.25 Fernando Vega en su declaración afirmó que a fines del mes de diciembre se había presentado este hombre de barba larga, quien hablaba en una lengua que nadie podía entender, y que había dado hospedaje 24 25

“Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, f. 575. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 580- 581.


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en su casa por un lapso de once días. En este tiempo el extranjero se había ejercitado en pedir limosna, lo cual hacia por medio de un papel escrito en castellano. Al preguntarle este hombre de qué tierra era, Juan Murriel había respondido en castellano que era de la parte de Grecia en confines con Noruega, en donde el año se repartía en cuatro tiempos, y cada tiempo en tres meses, explicando cómo las gentes y cosas se ocupaban en cada una de estas estaciones. Además había afirmado que su nombre era Manuel Agustín Imboll, que era oriundo de Petesburgo, y que se encontraba rodando de lugar en lugar pudiéndose ejercitar en cualquier materia, que su objetivo era presentarse al excelentísimo señor virrey frente a quien se haría presente vestido de traje negro, el cual se podía costear ya que llevaba en la cintura una faja con onzas de oro. Sobre el juego de maroma el testigo afirmaba “Que en el juego de maroma vino a no hacer nada, con cuyo motivo, y el de haber dado manifiestas inclinaciones a mugeres, lo mandó el señor Alcalde a seguir su camino”,26 y sobre el pago por los días de manutención Vega dijo que le había dado un pañuelo, que si acaso costaba un peso, además de haber tenido el atrevimiento de tratarle mal y haberlo querido matar con un cuchillo.27 A su vez el doctor Franco Antonio de Ulloa, en su defensa apeló a la misericordia del juez argumentando que se trataba de un individuo infeliz, quien había sufrido un sinnúmero de desgracias, males y dolores, y quien había venido buscando de región en región y de clima en clima un asilo.28 Descrito como un hombre “malicento” y pálido se decía que: Más bien parece un cadáver que sale del sepulcro cubierto de andrajos y de polvo, que un hombre que respira y que está animado de algunos sentimiento. En sus discursos que él forma de una multitud de voces extranjeras se siente y le percibe todo el vigor y energía de un hombre consumido por las aflicciones y por la miseria […] Así mismo se comprende que Juan Murriel tiene oficio, y que con el objeto de vivir el andaba peregrinando por mas regiones aun apartadas o aquellas en que vio primero la luz. Acaso podría ser útil si puesto en libertad pudiera ejercer el oficio que obtiene y aprendió,

26 27 28

“Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, f. 585. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 583- 585. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, f. 587.

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y no siendo entonces gravoso a la sociedad, porque subsistía del sudor de su frente; se le restituiría con la libertad la felicidad que ha perdido.29

La descripción que posteriormente se dio de Juan Murriel lo identificaba como un hombre de mediana estatura, blanco, con barba grande y cerrada algo rala, quien se había presentado a la ciudad con un traje de pobre, cubierta su cabeza continuamente hasta las cejas.30 Juan Murriel estando preso en la real cárcel de la corte, pidió que se le bautizase y además que se instruyera en los dogmas de la religión católica para convertirse, solicitando esto al cura rector Nicolás Mauricio de Omaña.31 El tres de octubre de 1808, estando en la cárcel fue remitido al hospital San Juan de Dios por un dolor de estomago que sufrió, y estando allí pidió la gracia del indulto.32 Pese a su condición de extranjero, su voluntad en catequizarse y de recibir el sacramento del bautismo, como la situación de su enfermedad en que pidió indulto, estos no sirvieron para que a Juan Murriel se le liberara, por lo que fue encamino a la prisión de Cartagena, en julio de 1809.33 El caso de este hombre nos muestra cómo un viajero sin rumbo claro, el cual se dedicaba al oficio de maromero, que pedía limosna y sobre quien además se sospechaba por haber robado algunas onzas de oro que lleva en su faja, se hizo un sujeto sospechoso y peligroso frente a los ojos de los lugareños y de las autoridades, señalándosele entonces como mendigo y ladrón. De esta manera, sobre un sujeto extraño se construía la imagen de un chivo expiatorio, entendido como un sujeto producto de la exclusión, y a través del cual se representaban los males de una sociedad. Sobre el juicio que se le llevó a Juan Murriel, es preciso destacar que se indagó a los testigos y al acusado por su procedencia y destino, insistiéndose en conocerse su patria, su religión, el tiempo que llevaba en América, los lugares que había recorrido, el tiempo que había demorado “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, f. 588. “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 598- 599. 31 “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 610- 612. 32 “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 613- 614. 33 “Juan Murriel”. agn, Bogotá, S. Colonia, F. Juicios Criminales, t. 120, ff. 614- 617. Existe además una breve mención de este caso en Silva Vargas, Rodrigo, “De la comarca apacible a la provincia rebelde”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. i, Neiva, Gobernación del departamento del Huila/ Academia huilense de Historia, 1995, págs. 13-110. 29 30


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en los mismos, las embarcaciones en que había viajado, el recorrido y la ruta de llegada hasta la ciudad de Neiva, y lo que le había sucedido en cada uno de los lugares por los que había andado. Expresándose de esta manera un interés por parte de las autoridades de controlar la población que llegaba al reino, por medio de estrategias de control como el registro y el pasaporte (de lo cual Juan Murriel carecía), identificando a través de estos medios los sujetos sospechosos y adversos al reino como los vagamundos, los mendigos y los criminales, entre los cuales Juan Murriel contaba como uno de ellos. El oficio de maromero que desempeñaba Juan Murriel del cual obtenía el dinero para su subsistencia, y el carácter nómade de su estilo de vida pudo haber sido identificado como una práctica de vagancia desde la ley. Ya que como se había mencionado anteriormente, los vagos eran identificados como aquellos sujetos vagamundos, de vida errante, que iban de pueblo en pueblo vendiendo productos u ofreciendo espectáculos, que se entendían como prácticas consideradas además de engañosas y adversas a las buenas costumbres, como insuficientes para proveer medios lícitos de vida. Por lo que la maroma, definida en El Nuevo Tesoro Lexicográfico del año 1803 como “cuerda gruesa de esparto o cáñamo” mediante la cual se efectuaban acrobacias, siendo el maromero aquel “acróbata volantinero”, era un espectáculo público que podía ser sancionado por la ley como una práctica de vagancia, que por ende debía ser desaprobaba por las autoridades, considerándose además la recolección de dinero a partir de la misma como una estafa hacia los pobladores.34 En consecuencia, la vida errante de este extranjero, su aspecto, lenguaje exótico y curioso, el oficio que desempeñaba y las historias que relataba trastocaron la cotidianidad, el orden moral, social y productivo de la provincia, especialmente de las ciudades de La Plata y Neiva. Además, al procesársele como mendigo, no solo se estaba enjuiciando a este sujeto, sino que también se le estaba excluyendo y marginando de la sociedad, ubicándolo por medio del encarcelamiento como un sujeto criminal, cuya vida errante debía cesar, confinándolo a un lugar fijo en el mundo.

34

Maroma, en el Nuevo Tesoro Lexicográfico de 1803 de la Real Academia de la Lengua Española. Consultado el 1 de agosto de 2011 en: http://buscon.rae.es/ntlle/ SrvltGUILoginNtlle.

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La vagancia en la República

Para la República la vagancia continuó siendo considerada como un

problema que precisaba de un marco normativo mediante el cual se pudiera considerar como una causa criminal y como motivo de suspensión de la ciudadanía. Sin embargo, la significación de la vagancia aunque cambió de forma moderada tanto en los sujetos y en las prácticas a las que se refería, como a las condenas, se enmarcó en un proyecto y en un ideario político, sociocultural y económico mediante el cual se construiría el Estado-nación colombiano en la primera mitad del siglo xix. Una vez más Neiva no estuvo exenta ni de la presencia de vagos y mendigos en su territorio, ni de las medidas contra la vagancia que se pretendía debían ser extensivas a toda la nación. Así para el siglo xix en Neiva encontramos la vagancia referida en relación con los esclavos, el juego, la embriaguez, la ejecución de las condenas, y con los censos trabajados como dispositivos de control y de poder. La vagancia desde lo normativo en la República La vagancia era definida desde dos dimensiones para el campo de lo político en la República. Por un lado, era causal de suspensión de la calidad del sufragante parroquial y de ciudadano para las constituciones de 1821 y 1832; y por el otro era una causa criminal. En consecuencia, la Ley del 3 de mayo de 1826 sobre procedimiento en las causas de hurto y robo, definió los sujetos vagos como aquellos que no poseían oficio ni beneficio, que no tenían una renta, o aquellos que teniéndola frecuentaban casas de juego y compañías mal opinadas, los que sin impedimento físico o mental y los huérfanos que pedían limosna, los hijos de familia abocados a las malas costumbres, y aquellos jóvenes que no cumplían sus obligaciones escolares y se entregaban a la ociosidad, los que se distraían en tabernas, casa de juego y de prostitutas, y los forasteros que andaban de pueblo en pueblo. Como condena esta ley disponía destinar a los vagos al servicio de las armas.35

35

“Ley 3 de mayo de 1826”, en Codificación nacional de todas las leyes de Colombia desde el año 1821, conforme la ley 13 de 1912 por la sala de negocios generales del consejo de Estado, tomo ii, Bogotá, Imprenta Nacional, 1924, págs. 356- 363.


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Aunque esta ley marcó un precedente para la naciente República afirmando la vagancia como un problema, y pese a la amplia difusión de la misma, en 1836 fue derogada por la Ley del 6 de abril “sobre el modo de proceder contra los vagos, y en las causas de hurto de menor cuantía”.36 Dicha ley fue importante al menos en dos aspectos que resultaban innovadores en comparación con la ley anterior. En primer lugar, reconocía a las prostitutas como vagas, y en segundo instancia modificaba la condena de los enjuiciados por vagancia, ya que además del servicio de las armas, se proponía que los vagos debían ser destinados a servir en calidad de concertados (con individuos particulares o en establecimientos públicos), trabajar en el presidio urbano de la provincia, a formar nuevas poblaciones o caseríos en parajes desiertos o baldíos, a orillas de caminos públicos, o a aumentar poblaciones ya establecidas.37 Con esta ley, la vagancia se vinculó tanto al fenómeno de colonización de vertiente que estaba viviendo la República, como al deseo de emplear a estos sujetos en algún trabajo u oficio, convirtiéndolos en sujetos útiles, y encaminando sus esfuerzos en beneficio ya fuese de particulares, de instituciones públicas o de proyectos nacionales. Sin embargo, para la década de 1840 la vagancia no solo reuniría el deseo colonizador con la transformación de sujetos útiles, sino que también se articularía al proceso de abolición de la esclavitud, en especial a lo referente a la libertad de vientres. Con el decreto de 29 de julio de 1839 se dictaminaba leer a los hijos de esclavas las leyes contra la vagancia una vez cumplieran los 18 años, para que así tuvieran conocimiento de las mismas, y en 1842 se publicó la ley del 29 de mayo,38 adicional a la de manumisión en la que se dispuso medidas para regular la libertad de los hijos de esclavas, disponiendo que los mismos debían permanecer en concertaje hasta los 25 años, y que en caso de que se fugasen, no se concertaren o no cumpliesen debidamente los deberes del concertaje serían reputados como vagos y destinados al ejercito permanente. Otra ley fundamental en el análisis propuesto es la de 22 de junio de 1843, por medio de la cual se anexaba que además del ejército, estos hijos de esclavas podían ser llevados a formar nuevas poblaciones.39 Por último, la ley del 14 de junio de 1843 obligó a los vagos “Ley 6 de abril de 1836”, en Codificación nacional… tomo vi, págs. 28-31. “Ley 3 de mayo de 1826”, en Codificación nacional… tomo ii, pág. 362. 38 “Ley 29 de mayo de 1842”, en Codificación nacional… tomo x,págs. 313- 314. 39 “Ley 22 de junio de 1843”, en Codificación nacional… tomo x. págs. 313- 314.

Vagos, ociosos y mendigos

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a trabajar en concertaje, y con el decreto de 31 de marzo de 1843 se enfocó dicho concierto a trabajos en el camino del Quindío.40 Negros, libertos, vagos y holgazanes En 1846 se realizó el censo anual de esclavos existentes en la provincia, en el que se incluían a los hijos de esclavas nacidos libres, y por medio de una lista nominal, a los esclavos que se hallaban prófugos. Con base en estos últimos, se presentó el siguiente cuadro: Cuadro1 Cantones

Neiva

Purificación

Nombres 1. Cecilio Oyola 2. Isidro Céspedes 3. Pedro Rivera 4. Pablo Iriarte 5. Tomas Trujillo 6. Juliana Gutiérrez 7. Mónica González Menores de 40 años 8. Ant. Pio diaz 9. Antonio Villegas 10. Hilario Forero 11. Ma. Del Rosario Mq. 12. Pio Villaveces 13. Paulo Rodriguez De 40 a 30 años 14. Juan E. Villaveces 15. Josefa Villaceves 16. Lorenzo Londoño

Fecha en que se fugaron Se ignora En agosto de 1845 Se Ignora Hara como un mes i medio Se ignora Idem Hace diez años En el año de 1840 En el id de 1839 En el id de 1837 En el de 1834 En el de 1833 6 meses Un mes En el año de 1838 En el idem de

Vicios Dominantes Se ignora Jugador Se ignora Ninguno Se ignora Idem idem

La embriaguez Ninguno El de robo Ninguno La holgazaneria El de fugarse La embriaguez Idem Idem

36 37

40

“Ley 14 de junio de 1843” y “Decreto de 31 de marzo de 1843”, en Codificación nacional… tomo x, págs.34- 36.


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Occidente

Historia Comprehensiva de Neiva Menores de 40 años 17. Manuel Mana 18. Jse María Mana 19. Lazaro Escovar 20. Luiz Escovar De 40 a 50 años 21. Jacinto Cortez Menores de 40 años

16 de diciembre de 1831 18 de junio de 1843 3 de marzo de 1839 12 de diciembre de 1843 29 de agosto de 1839

Vagancia Ladrón Hurto Holgazanería Holgazanería

Fuente: “Lista nominal de esclavos prófugos”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones- Varias, legajo 117, ff. 506-507.

Como se muestra en el cuadro, la información que se presentaba era sobre los cantones, el nombre del esclavo, su escala de edad, la fecha de fuga y los vicios dominantes, entre los que se hallaban la embriaguez, el robo o hurto, fugarse, el juego, la holgazanería y la vagancia. Con esto, se buscaba definir no solo el nombre, lugar y fecha de fuga del esclavo, sino también su vicio dominante, el cual podía estar relacionado con el motivo de su fuga. Puesto que, estos vicios que estaban en intima relación con las significaciones de la vagancia, también se las asociaba al hurto y al robo,41 y mediante las mismas, se señalaba al esclavo prófugo como un sujeto que sumido en los vicios se hacía más proclive a vulnerar la ley, a caer en el crimen y a cometer delitos. Como se había referido anteriormente, el proceso de manumisión y de libertad de vientres creó ciertas tensiones en las élite políticas, las cuales señalaron mediante la ley, la importancia de relacionar la vagancia con los esclavos, advirtiendo así que estos, o los hijos de las esclavas que cayeran en algunas de las prácticas y vicios señalados como vagancia, serían procesados como tal, llevando dicha causa criminal. En consecuencia, el caso de fuga, el intento de la misma o la desobediencia se presentaron como causas suficientes para señalar a un esclavo como vago. Con esto se señalaba también la cercanía que se construyó en el campo discursivo entre lo que era y lo que hacía un vago con el esclavo. 41

“Ley 3 de mayo de 1826”, en Codificación nacional… tomo ii, págs. 356- 363. Es preciso mencionar que la ley 3 de mayo de 1826, era una ley contra el hurto y el robo, y que entre la misma se consideraba la vagancia. Por lo que se podría establecer que para la época había cierta relación entre estos dos delitos. Además es importante reforzar esta idea, y aunque corresponde a un siglo más tarde, con la ley Lleras de 1936 contra los estados antisociales, en los que la vagancia y la holgazanería se consideraban como estados previos al crimen, en especial al robo y la ratería.

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Argumentándose entonces el proceso de manumisión y de libertad de vientres, como un peligro, en el que si bien se daba la libertad a estos sujetos, primaba la preocupación de lo que los esclavos pudieran hacer con la misma. Adicionalmente, si se analiza el por qué legitimar desde la ley la relación entre la manumisión y la vagancia, y cómo se justifica, aparece una tensión por parte de los dueños de esclavos, ya que algunos de estos asimilaban la libertad de los esclavos como una vulneración a su propiedad y frente a la cual se debían implementar ciertas medidas como la del concertaje hasta los 25 años de los hijos de las esclavas, o la criminalización del esclavo vago. El juego y la embriaguez El juego entendido como práctica social tuvo diferentes acepciones durante la colonia y la República, clasificándose en dos grandes categorías, los juegos prohibidos y juegos permitidos. Los primeros hacían referencia a los juegos de azar desaprobados por la ley, y en relación a los cuales se identificaban las casas de juego como espacios de vagancia, y por ende a quienes frecuentaban dicho lugares como vagos por las leyes del 3 de mayo de 1826 y del 6 de abril de 1836. Las casas de juegos prohibidos, identificadas como lugares en los que se inducía a la desmoralización y la pérdida de las buenas costumbres, induciendo a la ruina a muchos ciudadanos, fueron perseguidas en la República desde 1827, con el decreto de 29 de septiembre emitido por El Libertador Simón Bolívar.42 En dicho decreto se hacía mención a la ley de 3 de mayo de 1826, mediante la cual se debían reconocer como vagos y mal entretenidos a aquellos sujetos que se dedicaran a los juegos prohibidos, imputándosele penas tanto a los jugadores como a los dueños de las casas de juego. Para el año de 1846 prevalecía entre los gobernantes de Neiva cierta preocupación por los juegos prohibidos en la provincia, los cuales estaban afectando a una gran parte de la población, llevando, especialmente a las mujeres, a descuidar sus quehaceres y obligaciones. Por medio de una comunicación al señor secretario de estado en el departamento de Gobierno se informaba que:

42

“Decreto de 29 de septiembre de 1827”, en Codificación nacional… tomo vii, págs. 487- 488.


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Historia Comprehensiva de Neiva En algunos pueblos de esta provincia se juega publica i frecuentemente la lotería o ficha i con tal exceso que no solamente desatienden las mujeres sus quehaceres por semanas enteras, si no que muchas hacen pérdidas que no pueden soportar, i como tal juego está calculado de manera que el tahúr por su parte no puede hacer otra cosa ir señalando las figuras o números que se le van indicando, puramente a la surte si no hai trampa, descuido que tal juego es de los comprendidos en el artículo 473 de la lei 1 parte 4 tratado 2 de la Recopilación Granadina.43

Adicionalmente, en esta carta se solicitaba aclarar en qué consistían los juegos prohibidos, para así identificar cuáles eran los mismos y con esto proceder con la ley. En respuesta, el gobernador de la provincia de Neiva comunicó que la lotería o las fichas efectivamente podían ser consideradas como un juego prohibido, y que la misma era por ley considerada como un juego de suerte o azar, expresada el artículo 22 de la ley 2 del tratado 1 parte 2 de la Recopilación Granadina. Así por medio de este documento, se hizo explícita la preocupación del juego como un elemento contrario al trabajo, que conducía a vicios como la trampa, y que era motivo de un tratamiento político, especialmente judicial. Para 1855 se publicó en el periódico Huila, un artículo titulado El Juego,44 que trataba especialmente sobre los juegos perniciosos, los cuales, como afirmaba el autor, en principio provocaban una aparente felicidad, seguida por la desdicha, la ruina, los vicios y los males. Frente a esto, el artículo interpelaba a los lectores, principalmente a los padres para que enseñaran a sus hijos que, “el beodo i el tahur son una alacena de vicios, un testimonio autentico espedido en las oficinas de la corrupción- No juguéis jamás, porque el primer paso en esa senda os aleja diez del honor i os aproxima ciento a la infamia”.45 Así el artículo se encargaba de mostrar el proceso en que el jugador dejándose llevar por el juego, por las ansias de ganar enfrentándose a la segura derrota, empezaba a engañar y a hacer trampa, por lo que este 43 44 45

“Juego de lotería”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones-Varias, l. 117, ff. 583- 584. “El Juego”, Huila, Neiva, n.o 19, 21 de noviembre de 1855. “El Juego”, Huila, Neiva, n.o 19, 21 de noviembre de 1855. Adicionalmente, según el Nuevo Tesoro Lexicográfico de 1852 de la Real Academia de la Lengua Española, Beodo significaba: “embriagado o borracho”, y Tahur significaba: “que se aplica al que es jugador o muy dedicado al juego (…) El que frecuenta mucho las casa de juego o es muy diestro en jugar”. Consultado el 15 de abril de 2012 en http://buscon.rae.es/ntlle/ SrvltGUILoginNtlle.

Vagos, ociosos y mendigos

395

se pervertía poco a poco a medida que su necesidad de dinero para el juego aumentaba, conduciéndolo a toda clase de crímenes, como el robo, la estafa y el asesinato. Reconociendo finalmente que “la ociosidad es la madre de todos los vicios; pero quizá se diría mejor que es la abuela, el juego su hijo legitimo i los demás sus nietos”.46 De la mano del juego, la embriaguez era reconocida como uno de los vicios relacionados con la vagancia. El Código de Policía publicado en 1857 reconocía como vagos a “los ebrios habituales i escandalosos”,47 siendo la embriaguez un problema relevante para las autoridades en Neiva, quienes incluyeron en el proyecto de ordenanza sobre administración municipal, como una función de la policía: “2. Impedir que anden o se presenten en paraje publico personas en estado de embriaguez; i que estas ultrajen o insulten a los individuos i destruyan las propiedades”.48 Así la embriaguez no solo se relacionaba con la vagancia, sino también era consideraba como un problema de control policivo. La embriaguez, expresada como un “cáncer social que se hace necesario extirpar”,49 se reconocía décadas más tarde como un catalizador del crimen, como se denuncia en el artículo “La embriaguez” de La Estrella del Tolima publicado en 1883. Puesto que esta había tenido muy poco control por parte de las autoridades, especialmente de la policía, se reconocía que en la provincia, y en especial en la ciudad de Neiva la acción de esta institución se circunscribió más al papel que a la práctica. Sobre las condenas

“Si a Guaduas fueran Todos los vagos, Válgame el cielo! Cuantos tabacos!”.50

Las condenas para el tratamiento de la vagancia, insistían en el empleo y la utilización de los vagos, no solo en el servicio de las armas sino “El Juego”, Huila, Neiva, n.o 19, 21 de noviembre de 1855. “Capítulo x de la ley de policía general sobre vagancia”, en El Constitucional de Antioquia, Medellín, n.o 81, 18 de enero de 1857; El Constitucional de Antioquia, Medellín, n.o 82, 23 de enero de 1857. 48 “Proyecto de ordenanza sobre administración municipal”, El Alto Magdalena, Neiva, n.o 183 11 de octubre de 1856. 49 “La embriaguez”, La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 68, 19 de agosto de 1883. 50 “Los vagos”. El Mosaico, Bogotá, n.o 10, 26 de febrero de 1859. 46 47


396

Historia Comprehensiva de Neiva

Vagos, ociosos y mendigos

también en el concertaje, el cual desde la década de 1840 se había erigido como medida central. Esto debido a la significación del concertaje en relación con el trabajo, la productividad y la construcción de un sujeto útil, articulado al deseo modernizador y de formación del Estado-nación. De esta manera, el concertaje no solo se definía como la colonización y el empleo de los vagos en el mantenimiento de los caminos nacionales, sino también en el empleo por parte de particulares o instituciones públicas, en donde estos aprendían y ejercían un oficio, y con esto, no solo corregían su condición de vagos, ociosos y mal entretenidos, sino que también servían a los intereses de la nación y al progreso de la misma tanto en el campo de la moral como de lo económico. Desde finales de la década de 1840 se implementó el concierto de vagos en las factorías de tabaco y en las cigarrerías, estableciéndose La Casa de Reclusión de Guaduas. Dicha casa fue creada a partir del decreto del 27 de junio de 1844 expedido por el presidente Pedro Alcántara Herrán. Isaac Farewell Holton, describió en su libro publicado en 1857, La Nueva Granada: veinte meses en los Andes que en la República había tres clases de cárceles: la de trabajo forzado, el presidio y la casa de corrección o de reclusión. Afirmando que en Guaduas se encontraba una de las dos casas de reclusión que existían para el territorio nacional ubicada en un edificio que había sido un convento franciscano fundado en 1606, el cual había visitado durante su viaje, describiendo que en dicha casa las reclusas se encargaban de hacer los cigarros y las cajas para estos de madera.51 La gobernación de Neiva solicitó en 1846 al presidente de la República que “se la facultara para concertar en la casa de reclusión de Guaduas los vagos de esta provincia haciendo los gastos del tesoro nacional, con calidad de reintegro de las mismas en la casa dicha”.52 Concediéndose la autorización y disponiéndose por la Secretaria de Relaciones Exteriores la modificación de los reglamentos para que así fueran conducidas las personas procesadas, aclarando que el deseo, con la implementación de tal medida era castigar a los vagos (aunque se advertía que a tal destino solo se debían remitir quienes podían ganar la subsistencia, evitando ser una carga para el establecimiento).

El Censo y el control social

Holton, Isaac Farewll, La Nueva Granada: veinte meses en los Andes, publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. Consultado el 21 de Julio de 2012, en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ historia/nueveint/indice.htm. 52 “Vagancia”. agn, Bogotá, S. República, F. Gobernaciones- Varias, l.117, f. 746. 51

397

Los censos que se produjeron en Colombia a lo largo de su historia fueron censos tanto tributarios como poblacionales. Mientras que los primeros fueron ampliamente ejecutados en la colonia, los segundos solo tuvieron lugar a partir de 1770, año en el cual se realizó el primer censo poblacional y de vivienda para el Virreinato de la Nueva Granada. Para la República los censos de población se dieron a lo largo del siglo xix y han continuado hasta la actualidad, sin embargo, para este estudio consideramos los de 1825, 1834, 1843, 1851, 1859, 1869 y 1879.53 En el año de 1825 se publicó la ley del 11 de marzo que dispuso el levantamiento de un censo de población, el cual fue el primero que se hizo en la República de Colombia. El 25 de abril de ese mismo año, por decreto se creó la Oficina Central de Estadística, como una dependencia de la Secretaría del Despacho Interior, encargada de llevar la operación censal.54 Además de la población, este censo debía realizarse para los metales y los productos agrícolas, y el mismo era responsabilidad del alcalde primero de cada parroquia. Los datos de población que este censo debían incluir eran el nombre del cantón, el número de hombres, mujeres, esclavos, la cantidad de nacidos en el año, muertes ocurridas y matrimonios. A su vez, el decreto del 22 de diciembre de 1827 sobre policía, disponía en su artículo 11 que: Art. 11. Los jefes de policía mandaran formar precisamente dentro de los cuatro meses después de comenzar sus funciones i en lo venidero cada tres años o antes si fuere necesario un censo esacto de las poblaciones del territorio que les estuviere sujeto, dividiendo las ciudades, villas o parroquias en los barrios i manzanas que estimen convenientes, según los alcaldes i comisarios de policía que tengan. El censo contendrá una noticia del número de personas que compongan cada familia, lugar de su nacimientos, estado, profesión u oficio de que se mantengan, cuidando de que se haga con la mayor escrupulosidad como un medio eficaz para averiguar los vagos, 53

54

Díaz, José Luis, Historia de la estadística en Colombia, publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. Consultado el 30 de Junio de 2012, en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/economia/estadcol/ indice.htm. Díaz, Historia de la estadistica…


398

Historia Comprehensiva de Neiva ociosos i mal entretenidos que haya; en caso de duda respecto de algunos, los jefes de policía practicaran después las correspondientes averiguaciones.55

De esta manera, se instituía otra forma de censo a cargo de los jefes de policía, quienes utilizando este mecanismo de recolección de información que (recopilaban en un libro general de censo, cuyo extracto debía ser pasado al gobierno por medo del intendente),56 que debían realizar en un lapso menor de tiempo (comparado con los censos nacionales), conseguían tener un conocimiento y un control de la población por medio del recurso estadístico, contando el número de personas, conociendo su lugar de nacimiento, estado, profesión y oficio, para así investigar y detectar a los vagabundos, ociosos y mal entretenidos. Para 1835 se realizó un censo nacional, el cual había sido dispuesto por la ley del 30 de mayo de 1834, en que se fijaba como periodicidad un lapso de ocho años para el levantamiento de los futuros censos, a partir de dicha fecha. Efectivamente, en 1843 se realizó el otro censo nacional ordenado por el Decreto del 18 de julio de 1842, en cual introdujo algunos cambios en el procedimiento, particularmente en lo que se refiere a la creación de un censo de esclavos y en el registro de extranjeros.57 Para 1851 con el gobierno de José Hilario López se produjo el cuarto censo de la República, cuya estructura y procedimiento era muy similar al anterior, aunque ya para la época se había eliminado el censo de esclavos por el proceso de manumisión y la abolición de la esclavitud. El censo de 1859 se ejecutó por la ley del 1 de abril de 1858, en la que se presentaron variaciones tanto en método como en contenido. Para este censo, el Estado se dividía en círculos y cada círculo estaba compuesto por distritos; para la elaboración del censo se nombro un censor por cada círculo y distrito, quién nombraba a un veedor y este, a su vez, designaba a unos comisionados. Adicional a este censo, se dispuso un censo para indígenas en estado salvaje, el cual debía ser ejecutado por el gobernador de cada uno de los estados.58 55

56

57

58

“Decreto de 22 de diciembre de 1827”. agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834. “Decreto de 22…”. agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834. “Decreto de 22…”. agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834. “Decreto de 22…” . agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834.

Vagos, ociosos y mendigos

399

Pese a que para 1860 se publicó la ley del 14 de abril que dictaminaba en su primer artículo que “El Censo general de la población de la Nueva Granada, que debió formarse en los primeros meses del año de 1859, y publicarse y circularse en julio del mismo año, conforme a los artículos 10. i 16 de la Ley de lo. de abril de 1858, se concluirá, publicará y circulará durante el curso del corriente año, a cuyo efecto dictará el poder ejecutivo las órdenes correspondientes”, con lo que se afirmaban algunos de los inconvenientes de la realización del censo, producto de la guerra civil59 para esa época, hubo algunos censos, como el de Neiva que si se pudieron realizar en el año inicialmente estipulado. Finalmente, en 1868 se ordenó el levantamiento de un censo de población en la Isla de San Andrés y San Luis de Providencia que se realizaría un año más tarde. En este censo, se reunió la información desagregada por sexo, edad por grupos, estado civil y profesiones. Para 1870 se produjo un censo de carácter nacional, el cual fue aprobado un año más tarde por la ley 49 del 19 de mayo.60 Específicamente para la provincia de Neiva, el primer censo de población se produjo en el año de 1778,61 el cual organizó la información recolectada de la población en las variables como lugares, sexo (hombre y mujer), clases o castas (blancos, indios, libres de varios colores y esclavos de varios colores) y casados o solteros, “incluso párvulos”62 (ver anexo 1). Así mismos, durante el siglo xix se realizaron los censos de 1835, 1843 y 1851,63 los cuales incluían las variables de lugar (cantones), sexo, condición o “clase”64 social (eclesiásticos seculares y regulares en el caso de los hombres, casados, jóvenes, párvulos, solteros, esclavos y religiosas en el caso de las mujeres). Estos censos cambiaron las categorías mediante las cuales se clasificó la población, pasando de castas, a clases sociales, en consonancia con los cambios políticos de formación del Estado-nación.

“Decreto de 22…”. agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834. 60 “Decreto de 22…”. agn, Bogotá, S. República, F. Municipalidades, Prefectura y Policía, t. 2, f. 834. 61 “Provincia de Neyva, Padrón hecho en el año de 1778”. agn, S. Colecciones, F. Enrique Ortega Ricaurte (eor), Carpeta 39, f. 6. 62 En la categoría de solteros se incluían todas las edades, incluso párvulos. 63 “Censo de la provincia de Neiva”, en Montealegre, Humberto, El gigante republicano en el contexto de la provincia de Neiva, 1820- 1857, Neiva, Bicentenario de la Independencia Republicana, 2010, págs. 234-240. 64 De esta forma se hace referencia a las categorías en la fuente primaria. 59


400

Historia Comprehensiva de Neiva

El censo de 1859, introdujo algunos cambios que como se mencionaba anteriormente, eran de contenido y de método. En consecuencia, el censo ordenaba la información mediante las categorías de distrito, sexo, edades (menores de un año, de uno a siete años, de 7 a 21 años, de 21 a 50 años, de 50 a 70 años, de 70 a 100 años y mayores de 100 años), estados (solteros, casados y viudos) y profesiones. Así bajo el rótulo de profesiones se daba cuenta de los trabajos y oficios tales como el de médico, agricultor, ganadero, minero, etc.; de quienes tenían propiedad y capital, tales como propietarios y capitalistas, y de quienes no tenían ni un trabajo, ni renta o propiedad como los infantes sin oficio y los vagos (ver anexo 2). Esta nueva clasificación de la población en profesiones, demostraba cierto interés y preocupación por parte del gobierno, por establecer qué personas tenían un trabajo, un oficio o una renta y aquellos que no la poseían, y que por ende podían ser identificados como vagos. De esta manera, la ley que instituyó este censo, contenía en el artículo 8, un mandato que confirma dicha intención: Cada Comisionado visitará todas las casas i lugares habitados que haya en la sección que se le hubiere designado, para tomar razón de todas las personas que habitan o residan, aunque sea transitoriamente, en ellos, e investigará escrupulosamente qué personas se hallan en la sección que no tengan habitación o residencia fija, para incluirlas también en el censo.65

Así, Juan de Dios Ortiz presentó el 8 de julio de 1859 el censo para el círculo de Neiva. En relación con la ciudad de Neiva, se censaron 3365 varones y 4123 mujeres, de los cuales se encontraron 14 vagos y 7 vagas, y para todo el círculo66 se encontraron un total de 141 vagos (ver anexo 2). Además si se considera la ley de 6 de abril de 1836 donde se incluían a las prostitutas como vagas, se podría inferir que entre este grupo de 7 mujeres identificadas como vagas para la ciudad de Neiva, y de 86 mujeres para todo el círculo, algunas de estas, si no su mayoría debían ser prostitutas. En este sentido, también es importante resaltar que si bien para la ciudad 65 66

Díaz, Historia de la estadistica... Los distritos que hacían parte del círculo de Neiva y que por ende se incluyeron en el censo fueron además de Neiva, Villavieja, Unión, Aipe, Alpujarra, Colombia, Guagua, Caguan, Órganos, Yaguará, Retiro, Hobo, Campoalegre, Carnicerías, Nataga, Iquira y Fortalecillas. Cabe anotar además que para fortalecillas no se registró ningún dato en el censo. Ver anexo 2.

Vagos, ociosos y mendigos

401

de Neiva era mayor el número de hombres vagos que de mujeres, para el círculo la relación se Invertía, encontrándose así 55 hombres y 86 mujeres. Cuadro 2 Distrito

Hombres

Mujeres

Neiva

14

7

Villavieja

22

52

1

1

Unión Aipe

0

0

Alpujarra

10

18

Colombia

1

1

Guagua

1

1

Caguán

2

1

Órganos

1

1

Yaguará

1

1

Retiro

0

0

Hobo

2

1

Campoalegre

0

2

Carnicerías

0

0

Nataga

0

0

Iquira

0

0

Fortalecillas

0

0

Total

55

86

Total General:

141

Fuente: “Cuadro de la población del circulo de Neiva”. agn, Bogotá, S. Colecciones, F. eor, c. 41, f. 107.

Fue así como los censos de población, entendidos como dispositivos de control social, buscaban tener un conocimiento de la población no solo en número, sino también con base en algunas variables como el sexo, la edad, la clase social y la profesión. Considerando los censos, más que como fuentes que proveen información estadística y demográfica, para centrar la atención en su papel como mecanismos de poder, que tenían un importante sentido y valor político y social, se interpreta la centralidad que tenía el conocimiento de la población para los gobiernos. Así los censos entendidos como una práctica de política estatal, eran una forma de poder institucionalizado, que servían para definir y


402

Historia Comprehensiva de Neiva

construir una realidad de lo que se estaba gobernando. El carácter de los censos nacionales al aplicarse a la totalidad de un territorio, sometía a los gobernantes a la definición de la extensión y soberanía del territorio nacional, demarcando los límites del mismo, reuniendo así bajo unas categorías homogéneas a la diversidad de población.67 Este poder clasificatorio de los censos podría ser entonces entendido como un instrumento político, mediante el cual se efectuaba un examen y un conocimiento de la población. Adicionalmente, tanto los censos nacionales, principalmente los de 1859 y 1870 que incluían la información de profesiones, y los censos que debía efectuar la policía por el decreto de 1827, daban cuenta de la población en relación al trabajo, oficio o renta, permitiendo así identificar los casos de vagancia, y con esta información alertar a las autoridades de dicho problema.

Conclusiones

La vagancia, el ocio, y la mendicidad no fueron problemáticas ausentes

en la provincia y en la ciudad de Neiva. Para la colonia, se encontraron algunos casos criminales, mediante los cuales se pudo comprender cómo la vagancia y la mendicidad eran motivo de causa criminal. Entendido al sujeto errante, sin oficio, ni renta, el mal entretenido, y el que realizaba espectáculos públicos como un sujeto vago o mendigo que debían ser procesado y condenado. El gobierno colonial en el siglo xviii aumentó las medidas de control social, con la creación de una serie de medidas legales, y con la gestión de los gobernantes locales y la comunidad, quienes por medio de la denuncia debían informar a las autoridades. En este orden encontramos los casos de Pantaleón Sánchez y de Juan Murriel, el primero procesado por vago y el segundo por mendigo, quienes fueron sujetos denunciados, cuyo proceso consistió en la comprobación de sus prácticas e historias de vida, en las cuales se pudiera constatar que eran en el caso de Pantaleón, vago, mal entretenido que no hacía caso a su madre y que la tenía en abandono, y en el caso de Juan, un mendigo, sujeto de vida errante que había viajado de población en población, dedicándose al espectáculo 67

Jaramillo, Andrés, “Un alto en el camino para saber cuántos somos. Los censos de población y la construcción de lealtades nacionales. Chile, siglo xix”, en Historia, n.o 1, enero- junio, año 37, págs. 33-59. Consultado el 25 de julio de 2011 en E-libro, Base de Datos en Línea.

Vagos, ociosos y mendigos

403

público, que no había pagado sus deudas y que se había enfrentado a un hombre amenazándolo con un cuchillo. Imputándoseles condenas como el servicio de las armas en Cartagena y la cárcel, tal como la legislación lo había previsto. Para la República si bien no se hallaron casos criminales específicos para la provincia y la ciudad de Neiva, si se encontraron una serie de documentos que daban cuenta de la preocupación por parte de las autoridades locales por identificar los casos de vagancia, y por llevar un proceso judicial sobre los mismos, además de llevar a cabo un cierto control sobre prácticas como el juego y la bebida. De esta manera, las autoridades llevaron a cabo medidas como el censo de esclavos, mediante el cual se debían listar los esclavos prófugos y sus principales vicios, entre los que se hallaba el de vagancia y otros a fines como la embriaguez, el juego y la holgazanería. Además, el censo de 1859 sirvió para identificar el número de vagos tanto para la ciudad como el círculo de Neiva. El juego y la bebida fueron también dos problemas identificados tanto por las autoridades como por la prensa. Esto significó una serie de comunicados y de artículos comentando estos dos problemas, por medio de los cuales se solicitaban tanto medidas judiciales, como el uso de la policía, haciéndose además un llamado a la comunidad para mantener las buenas costumbres, advirtiendo los peligros del juego y la bebida e insistiendo en la educación y la moral, para contrarrestar los mismos. Por últimos dentro de las condenas dispuestas para los vagos, encontramos la de enviar algunos de estos a las fabricas tabacaleras de Guadúas, donde existía una casa de reclusión, en donde los reclusos debían trabajar en la elaboración de cigarrillos, reforzando la idea del trabajo o concertaje como la mejor medida de condena, que además contrarrestaba de forma efectiva la vagancia, enseñando a los vagos un oficio y el valor del trabajo. Por lo tanto, los vagos y mendigos de Neiva, podrían ser entendidos como sujetos que tenían formas distintas de habitar la ciudad,68 en muchos casos formas disidentes a aquellas consideradas como normales, moralmente aceptadas y legales. De esta manera, siguiendo el concepto de Habitar69 no solo como la forma y el lugar de morada, sino como la Heidegger, Martín, “Construir, habitar, pensar”, en Filosofía, ciencia y técnica, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1997, págs. 199-219. 69 Entiéndase el uso de este concepto como una categoría de análisis. 68


404

Historia Comprehensiva de Neiva

extensión de las vivencias a otros espacios como las calles y plazas, en donde no se excluyen las tensiones y los conflictos, y en las que la libertad y la seguridad entran en conflicto, puesto que por un lado el sujeto tiene la posibilidad de hacer y ser en el espacio, pero a su vez la ciudad se regula y ordena gracias a las normas, a los límites que imponen las mismas, la arquitectura y las instituciones. Entonces, bajo el concepto de habitar no solo se denomina aquello que permanece en un espacio de forma regular y constante, sino que también se debe entender el habitar desde la movilidad: así por ejemplo en Juan Murriel (y en si en aquellos vagos y mendigos) el ser errante era su forma de habitar el mundo, viajando de ciudad en ciudad en principio llevando el espectáculo de la maroma, y finalmente por buscar el camino que le permitiera regresar a su patria. Tanto Juan Murriel y Pantaleón Sánchez y todos los vagos y mendigos, en sus formas cotidianas de habitar la ciudad, reproducían una serie de prácticas las cuales entraban en conflicto con lo que se disponía —esto entendido en el marco de las reformas borbónicas para el siglo xviii y en la República para el xix— como las formas de habitar, transitar y de relacionarse con la ciudad y socialmente que fueran válidas y avaladas por la ley. Así la ciudad puede ser entendida como un espacio en donde se expresan y reproducen las relaciones de poder, y en donde la norma, y aquellas instituciones y sujetos encargados de exigirla, ejercerla y aplicarla se encuentra un escenario de acción.70 En consecuencia estos casos nos muestran formas distintas de ser, estar y habitar la ciudad de Neiva, formas que tanto para la colonia como para la República eran consideradas como ilegales y moralmente incorrectas, y que por ende precisaban de un castigo. Esto significó entonces la creación de una serie de discursos y de prácticas que pudieran por un lado avalar lo que se consideraba bueno para la nación, tanto en el campo de lo moral como de lo material, exaltándose entonces el trabajo, la educación, el matrimonio y las buenas costumbres; y sancionándose aquellas prácticas vistas como adversas como el ocio, la vagancia, la bebida, el juego y demás, las cuales truncaban estos deseos de progreso, civilización y modernización. Para esto, se dispusieron una serie de medidas y de dispositivos de poder para el control de la población, los cuales si bien tuvieron

Vagos, ociosos y mendigos

grandes continuidades con los que se llevaban a cabo en la colonia, para la República tomaron una nueva significación al estar introducidos dentro de un discurso distinto, con un deseo, como lo mencionábamos anteriormente, modernizador y de construcción de Estado-nación. Sin embargo, estos mecanismos de control e incidencia social, tales como los censos, las medidas judiciales y de policía, y las condenas contra los vagos, que buscaban tener un dominio sobre la población; si bien podría ser entendidos como dispositivos de normalización que buscaban la creación y transformación los sujetos excluidos y marginales como sujetos útiles a la nación, los mismos propendieron a su vez por mantener ciertas formas de exclusión. Es decir, los vagos, ociosos y mendigos, eran considerados como sujetos excluidos y marginales por su condición y estatus social, al estar por fuera de la estructura social de una clase dominante que imponía unas formas de ser y de actuar legitimadas y avaladas no solo por la misma sociedad sino también por la ley. Eran entonces sujetos, objeto de la norma que aunque propendía por cierta sujeción de los mismos, no intentaba normalizarlos de forma totalizante, sino por el contrario controlarlos, en cierta medida “domesticar” sus prácticas, pero manteniendo sobre los mismos formas de exclusión. En consecuencia, más allá de buscarse una homogenización de la población, el proyecto de Estado-nación en el siglo xix buscaba el progreso por medio del mantenimiento de una cierta elite política y social en el poder. Esto significó entonces, buscar mecanismos de poder que incidieran sobre una población marginal y trasgresora para dominarla, controlando sus prácticas, pero manteniendo la diferencia, puesto que mediante la misma se aseguraba la consecución del poder por parte de la clase dominante.71 Así el problema de la vagancia, el ocio y la mendicidad tomó cierta relevancia en Neiva, por la importancia del mismo en el desarrollo agroexportador para el siglo xix, y en consecuencia en el proyecto de construcción de Estado-nación. De esta forma el territorio y la ciudad de Neiva, participaron de las políticas y medidas de control, que buscaban cierta regularización de la población, especialmente en sus prácticas tales como el juego, la bebida, la holgazanería, el mal entretenimiento, 71

70

De Certeau, Michel, “Introducción y capítulo vii Andares de la ciudad”, La Invención de lo cotidiano. Artes de Hacer, México, Universidad Iberoamericana, 2000.

405

Un artículo que va en este mismo sentido es Cañizares, Jorge, “Entre el ocio y la feminización tropical: ciencia, élites y Estado-nación en Latinoamérica, siglo xix”, en Asclepio, vol. 50, n.o 2, 1998, págs. 11- 31. Consultado el 22 de junio de 2011 en http:// asclepio.revistas.csic.es.


406

Historia Comprehensiva de Neiva

Vagos, ociosos y mendigos

407

Fuente: “Provincia de Neyva. Padrón hecho en el año de 1778”. agn, Bogotá, S. Colecciones, F. eor, c. 39, f. 6.

Anexo 1

el ocio, entre otros. Con lo cual se buscaba entonces insistir en el trabajo como un valor social y económico, mediante el que se podía llevar a cabo los proyectos que apuntaran hacia el progreso y la civilización, dando continuidad a relaciones de dominación y explotación, que además permitieran el mantenimiento de una clase dominante y una elite política y social en el poder. Así estos breves relatos y apuntamientos tan solo pretenden mostrar otra cara de cómo era y se vivía la provincia y la ciudad a finales de la colonia y comienzos de la República.


50 35 6 7 25 17 “ “

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres

Fortalecillas

Iquira

Nataga

Carnicerías

295 39 57 221 211 “ “

278

233 226 196 187 497 487

372

377 69 68 334 338 “ “

343

290 322 262 232 713 749

575

405 58 71 298 409 “ “

376

296 378 232 307 627 747

705

560 765 414 344 279 334 478 594 187 211 76 95 499

102 4 6 45 68 “ “

97

33 57 28 38 86 118

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8

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15

12 17 23 16 4 5 7 11 “ 4 3 1 9

Neiva 8 de Julio de 1859

1.404 9.199 14.540 14.719 2.059 261

10 11 21 21 55 47

Varones Mujeres Varones Hobo Mujeres Varones Campoalegre Mujeres Retiro

Yaguará

Órganos

Caguán

Guagua

Colombia

679 709 385 373 348 320 446 545 214 191 87 67 558

867 117 134 706 764 “ “

864

658 723 522 572 1544 1600

1298

1376 1459 825 832 652 650 1048 1084 422 403 183 187 1294

259 52 54 201 204 “ “

259

188 195 168 169 392 400

310

385 399 213 222 192 191 325 386 102 142 54 51 202

102 7 21 22 76 “ “

29

16 81 52 49 46 161

167

34 142 123 20 27 83 22 125 24 23 6 24 40

330 57 65 245 229 “ “

328

253 258 216 212 603 606

385

620 434 252 234 208 225 375 359 159 132 77 89 382

387 453 316 321

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42.182 31.156 8.875 2.151 11.134 45

1228 176 209 929 1044 “ “

1152

862 999 742 790 1982 2161

1775

1795 2000 1151 1074 871 924 1395 1595 548 568 243 262 1536

Por emprendimiento del Censor

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64 184 22 87

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9

13 2 1 1 4

2

12 1 9 4 1 4 19 2 13 1 1 3

108 18 13 2

134

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3

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16

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1

35 10 12 “ 9 “ 16 1 “ “ 2 “ 16

77 9 29 3

46 1

11.641 327

39 74 57 558 “ “ “

608

504 394 343 11 1138 148

154

749 529 508 12 559 54 1150 40 324 104 103 37 743

620 166 460 37

1406 62

162

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2

1 4 9 7 16 7

18

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18

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11 59

634

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13

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200 128 3 7

59 17

17

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420 777 “ 320

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5.037 7.930 9

272 1 27 42 381 “ “

58

18 229 13 “ 36 369

410

111 225 33 240 15 144 69 498 15 133 2 3 76

109 59 77 383

161 861

5

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29

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26

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23 16

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22 52 1 1

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4.039 141

148 72 92 13 21 “ “

106

36 42 19 33 91 105

210

197 118 180 229 65 122 102 120 30 50 20 17 159

198 300 130 179

309 556

6

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1 1

42.182

385 1973

2380

1866 1532 4143

3195 2225 1795 2990 1116 505 3311

4328 2335

7488

Vagos, ociosos y mendigos

SUMAS

29

Mujeres

Menores de un año

Alpujarra

De uno a siete años 392 349 225 214 198 212 354 313 123 123 60 69 385

De 7 a 21 años

55 46 27 40 10 13 36 46 12 15 9 12 31

De 21 a 50

Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones Mujeres Varones

De 50 a 70

Aipe

De 70 a 100

Unión

Mayores de 100

343 765 200 195

Infantes sin oficio

1646 1326 859 972

Empleados

2053 2275 1081 1254

Ministros del culto

“ “ “ “

Religiosos

20 20 2 6

Institutores

76 84 43 47

Propietarios

704 778 343 448

Capitalistas 10 4

Agricultores

38 6

Ganaderos

2 1

Mineros

“ “

Pescadores

5 “

Fabricantes

740 799 377 432

Militares 2 “

Comerciantes

15 “

Marineros

1189 1182

Arrieros

404 454 276 282

Viudos 65 321

Artistas

109 140 40 39

Casados 718 725

Artesanos

Varones Mujeres Varones Mujeres

Solteros 2582 3077

Administrador Doméstica

Villavieja

TOTALES 3365 4123

Lejistas

“ “

Médicos

6 21

Ingenieros

133 192

Literatos

1127 1574

Estudiantes

1166 1412

Sirvientes

733 734

Vagos

Neiva

PROFESIONES Reos Rematados

200 190

sexos

ESTADOS

Totales de Hombres i Mujeres

Varones Mujeres

Distritos

EDADES

Cuadro de la población del Círculo de Neiva, formado por el Censor Juan de Dios Ortiz el dia 8 de julio de 1859 con arreglo a la Lei de 1 de Abril de 1858, sobre el Censo jeneral de la Confederación.

Confederación Granadina-Estado de Cundinamarca-Círculo de Neiva

Transcripción realizada por Natalia Botero Jaramillo del “Cuadro de la población del circulo de Neiva”.

Historia Comprehensiva de Neiva

Anexo 3

Fuente: “Cuadro de la población del circulo de Neiva”. agn, Bogotá, S. Colecciones, F. eor, c. 41, f.107

Anexo 2

408 409


La prensa decimonónica de la ciudad de Neiva. Apuntes para su historia

1

Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

La historia de la prensa en Colombia en lo que respecta al siglo xix es una

temática que ha recibido temprana atención por parte de historiadores y periodistas, interesados en analizar el surgimiento de la prensa en Colombia y en establecer los antecedentes del periodismo moderno a nivel nacional, con lo que convirtieron los periódicos decimonónicos en un objeto y tema de estudio de gran atractivo. En este orden, la historia de 1

La elaboración del presente artículo no hubiera sido posible sin la atenta colaboración de los funcionarios de la Sala Daniel Samper y de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Colombia; así mismo, la guía y ayuda brindada por José Luis Arboleda, director de la Sala de Colecciones Patrimoniales de la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, y por todos sus funcionarios fue de vital importancia durante la investigación realizada. No podemos olvidar dar las gracias a la Academia Huilense de Historia y a todos sus integrantes por la confianza depositada en nosotros. Por último, tenemos una gran deuda con Bernardo Tovar Zambrano, ya que sin su ayuda, aliento y guía este texto probablemente jamás hubiera visto la luz. Esperamos algún día corresponder a toda la confianza que se ha depositado en nosotros. Todas las posibles fallas e inconsistencias del presente artículo son de nuestra entera responsabilidad.


412

Historia Comprehensiva de Neiva

la prensa, y en cierta medida la de la imprenta, se han identificado por la enumeración y descripción de los periódicos que se publicaron durante el siglo xix, por el establecimiento de sus particularidades editoriales y por la identificación de la doctrina política a la que se circunscribían.2 Sin embargo, esta caracterización de la prensa decimonónica se ha concentrado en los análisis de tipo general, en los que las particularidades regionales, la diversidad de los temas atendidos por la prensa editada en distintas ciudades y el propósito de su publicación no se analiza de manera independiente, lo que ha resultado en que la historia de la prensa se encuentre en una etapa inicial, de la que se conocen sus coordenadas de lectura generales pero se desconoce su desarrollo particular. Es así como podemos hablar de un lugar de enunciación común entre historiadores y estudiosos de la prensa, en el que la prensa es comprendida como un objeto de estudio y una fuente documental de primer orden para la comprensión del pasado histórico, aún cuando nos falte mucho por decir al respecto de su desarrollo y particularidades. Dicho esto, es preciso aclarar que no queremos desconocer de manera alguna los trabajos pioneros en la historia de la prensa en Colombia, como el de Gustavo Otero Muñoz3 y posteriormente los de Antonio Cacua Prada,4 en donde se hacen algunas apreciaciones sobre la aparición de distintos periódicos a nivel regional y sobre su circulación.5 Lo que se busca enfatizar aquí 2

3

4

5

Teniendo en cuenta las características anteriormente enunciadas, no es de extrañar que entre los catálogos e índices publicados sobre la prensa editada durante el siglo xix se cuente con algunos títulos que identifican las publicaciones seriadas albergadas en distintas bibliotecas del país, con un nivel descriptivo en el que se establece la cantidad de números que se conservan de un título, su frecuencia de publicación y su ciudad de origen. Tal sería el caso del Catalogo de publicaciones seriadas siglo xix publicado por la Biblioteca Nacional de Colombia en 1995, y del libro de María Teresa Uribe de Hincapié y de Jesús María Álvarez Gaviria, publicado en el año de 1985 bajo el título de Cien años de prensa en Colombia 1840-1940, en los que se describen las existencias de prensa de la Biblioteca Nacional de Colombia y la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia respectivamente. Es preciso apuntar que el nivel de descripción que se presenta en el libro de Uribe de Hincapié y Álvarez Gaviria se puede calificar como el mejor intento por dar cuenta de la diversidad y contenido de la prensa decimonónica, ya que en su contenido se establece la línea política de cada ejemplar trabajado y los debates políticos que se mantenían entre uno y otro título. Otero Muñoz, Gustavo, Historia del periodismo en Colombia, 2.a ed., Bogotá, Universidad Sergio Arboleda, 1998. Cacua Prada, Antonio, Historia del periodismo colombiano, Bogotá, Fondo Rotatorio Policía Nacional, 1968. Respecto a la prensa regional, Antonio Cacua Prada nos indicaría que para el año de 1832 la Imprenta se había instaurado en ciudades como Bogotá, Medellín, Cartagena, Pasto, Popayán, Cali, Santa Marta y Tunja, en lo que el autor denominaría como

La prensa decimonónica

413

en relación con la historia de la prensa son las experiencias regionales para dar cuenta del desarrollo de los medios escritos y su relación con el proceso de configuración y organización del Estado-nación en sus diferentes facetas político-administrativas. En palabras de María Teresa Uribe de Hincapié y Jesús María Álvarez Gaviria, podemos indicar que los estudios de prensa son comprendidos cómo “una alternativa analítica para reconstruir la historiografía regional, tan desconocida, y en cierta medida deformada por los enfoques nacionales y generalizantes o por los mitos territoriales (la antioqueñidad por ejemplo)”.6 Sin embargo, para poder realizar estudios de prensa que problematicen e interpreten el contenido de la prensa escrita, es necesario establecer la cantidad de periódicos editados en una ciudad o región y sus particularidades editoriales, así como determinar la manera en que se desarrolló la prensa en un el lugar que se analiza. En este orden, no podemos pasar por alto —por sugerencia de Jorge Orlando Melo— que la gran problemática para realizar un estudio de prensa es la dispersión documental de los periódicos que se encuentran divididos en gran medida en la Biblioteca Nacional de Colombia, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia y la Hemeroteca de la Biblioteca Luis Ángel Arango.7

6

7

Periodismo Estatal. Este se presenta como el primer avance de la imprenta hacía diversas regiones del país. Sumado a lo anterior, Cacua Prada establecería la cuantía de periódicos que se albergaban en la Biblioteca Nacional de Colombia en un total de 3.100 títulos que corresponden al siglo xix, los cuales, en lo que concierne a lo nacional (2.793 títulos), son discriminados de la siguiente manera: “Bogotá, 880; Cartagena de Indias, 212; Medellín, 153; Panamá, 136; Barranquilla, 93; Popayán, 92; Santa Marta, 88; Cali, 58; Tunja, 57; Bucaramanga, 32; Ocaña, 31; Ibagué, 25; Socorro, 24; Neiva, 22; Riohacha, 22; Pasto, 21; Honda, 17; San José de Cúcuta, 15; Barbacoas, 15; Nueva Pamplona, 14; Quibdó, 14; Manizales, 13; y Mompox, 13. Cacua Prada, Antonio, “Una historia del papel”, en Biblioteca Nacional de Colombia, Catalogo publicaciones seriadas siglo xix, 2 tomos, Bogotá, Biblioteca Nacional de Colombia / Instituto Colombiano de Cultura, 1995, pág. 39. Es preciso mencionar que las existencias de prensa cuantificadas por Cacua Prada no dan cuenta de las existencias actuales de la Biblioteca Nacional que se pueden consultar por medio del Catalogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Colombiano (ccp-bc). Álvarez Gaviria, Jesús María y Uribe De Hincapié, María Teresa, Cien años de prensa en Colombia. Catálogo indizado de la prensa existente en la Sala de Periódicos de la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, 2.a ed., Medellín, Editorial Universidad de Antioquia, 2002, pág. xiv. Melo, Jorge Orlando, “El periodismo colombiano del siglo xix: colecciones, microfilmaciones y digitalizaciones”, ponencia presentada in abesentia en el Wolrd Library anda Information Congress: 70th ifla General Conference and Councul, 22 a 27 de agosto de 2004, Buenos Aires, Argentina. Consultado en: http://www.


414

Historia Comprehensiva de Neiva

Según lo anterior, en la presente investigación nos proponemos realizar una reconstrucción histórica de la aparición de los periódicos decimonónicos publicados en Neiva, con el fin de establecer las bases para una historia de la prensa de la ciudad. Es nuestra intención superar los equívocos que se han planteado en torno a los periódicos que se editaron en Neiva, y dar cuenta de las existencias de cada uno de los títulos que se publicaron durante el siglo xix mediante el cruce de los títulos albergados en la Biblioteca Nacional de Colombia y la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, con el fin de completar las series editoriales de la prensa de Neiva. A lo anotado es preciso agregar que nuestro ejercicio investigativo se dividirá de la siguiente manera: primero, un balance historiográfico de la historia de la prensa en Neiva; luego, la presentación del corpus documental que se estudia; y, finalmente, un análisis cronológico de la prensa publicada en Neiva dividido por décadas durante el periodo 1850-1900 y la presentación de unas conclusiones. No podemos olvidar que pretendemos realizar un estudio de la prensa de la ciudad de Neiva contemplando únicamente aquellos periódicos que se editaron en ella y no aquellos que pudieron publicarse en diferentes lugares del Estado Soberano del Tolima (Garzón, Natagaima, Ibagué, Honda, etc.).

Neiva y la prensa

El estudio de de las publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva es una

temática que en reiteradas ocasiones ha sido estudiada por periodistas y estudiosos de la historia. Las características más notorias de los trabajos que han versado sobre la prensa de Neiva se relacionan con el interés de los investigadores por dar a conocer la historia del periodismo y por enumerar los periódicos que se editaron en Neiva. Los primeros trabajos que se preocuparon por el estudio de la prensa del Huila fueron publicados en la revista de la Academia Huilense de Historia, de la mano de Francisco Sánchez Ramírez,8 Delimiro Moreno9 y Reynel Salas Vargas.10

8 9 10

jorgeorlandomelo.com/tperiodismo.htm. Sánchez Ramírez, Francisco, “Periodismo en el Huila”, en Huila, n.o 31 (Neiva, 1984). Moreno, Delimiro, “Periódicos Huilenses”, en Huila, n.o 31 (Neiva, 1984). Salas Vargas, Reynel, “Relación de periódicos editados en el departamento del Huila. Existentes en la Hemeroteca Manuel del Socorro Rodríguez de la Biblioteca Nacional”, Huila, n.o 37 (Neiva, 1987).

La prensa decimonónica

415

Con un interés descriptivo, los autores citados se interesaron por llamar la atención sobre la existencia de la prensa editada en Neiva albergada en distintas bibliotecas del país, por identificar cuáles periódicos se conservaban en dichas instituciones, y por recordar la importancia que la prensa escrita tiene para los estudios históricos y la construcción de la memoria histórica de la región. En el trabajo de Francisco Sánchez Ramírez se presenta un breve análisis sobre la llegada de la imprenta a la ciudad de Neiva, un listado de los periódicos publicados durante el siglo xix y xx, y un recuento de algunos de los periodistas más representativos de la década de 1930 de la ciudad. De su trabajo se destaca la breve mención realizada sobre la manera en que se instaura la imprenta en Neiva a mediados del siglo xix, y las referencias sobre los primeros periódicos de la ciudad, entre los que se encuentran El Alto Magdalena, Huila y El Relámpago, este último, editado en la ciudad de Ocaña durante el periodo 1898-1899, según la información que se encuentra en el Catálogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico Colombiano (ccp-bc)11 y el trabajo de Uribe de Hincapié y Álvarez Gaviria—;12 posiblemente Sánchez Ramírez incluye a El Relámpago entre las primeras publicaciones de la ciudad de Neiva, siguiendo a los Apuntamientos históricos i estadísticos del Distrito de Neiva, elaborados por Rufino Vargas, y en donde se encuentra una primera descripción de la imprenta en Neiva.13 Sumado a lo anterior, debemos apuntar que el trabajo de Francisco Sánchez Ramírez, más allá de identificar 22 periódicos editados en la ciudad de Neiva y establecer las fechas extremas de cada título,14 no brinda más información respecto a su contenido, filiación política, frecuencia o cuerpo editorial, por lo que su trabajo es fundamentalmente un esbozo general de los periódicos editados en el Huila desde el año de 1857. Otro de los trabajos interesados en los periódicos huilenses editados durante el siglo xix es la reseña elaborada por Delimiro Moreno sobre el índice de la prensa colombiana albergada en la Universidad de Antioquia, que fue elaborado por María Teresa Uribe de Hincapié y Jesús María Álvarez Gaviria. Moreno, en su texto, se preocupa por seleccionar Consultado en: http://www.bibliotecanacional.gov.co/tools/marco. php?idcategoria=17881 12 Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapie, Cien años de prensa… pág. 236. 13 Vargas, Rufino, Apuntamientos históricos i estadísticos del Distrito de Neiva. Dedicados a su Corporación municipal, Guamo, Ramón Galeano Editor, 1874, pág. 23. 14 Sánchez Ramírez, “Periodismo en el Huila” págs. 73-74. 11


416

Historia Comprehensiva de Neiva

y transcribir 16 registros de periódicos publicados en Neiva durante el siglo xix, entre los que se incluye el periódico de publicación semanal El Nuevo Mundo,15 editado en la ciudad de Bogotá durante el periodo 1868-1869 y redactado por José María Rojas Garrido, Narciso Gonzales Lineros y Lino Ruíz (como nos lo recordarían Otero Muñoz16 y Cacua Prada).17 Aun cuando suponemos que El Nuevo Mundo es incluido en listado de Moreno porque entre sus redactores se encontraba Rojas Garrido, consideramos que su mención no contribuye con el estudio de la prensa de Huila y Neiva, a pesar de que se trata de un periódico en el que participó una figura representativa de la región. Sin embargo, no podemos olvidar mencionar que el trabajo de Delimiro Moreno resalta la importancia de la prensa escrita para los estudios históricos y plantea algunos interrogantes que nuestra investigación procuró subsanar en la medida de las posibilidades.18 Para completar el recuento de los estudios de prensa publicados en la revista de la Academia Huilense de Historia, debemos mencionar el trabajo de Reynel Salas Vargas en el que se presenta una relación de los periódicos editados en Huila que se conservan en la Biblioteca Nacional de Colombia, sin incurrir en ningún tipo de análisis sino con el único interés de presentar un inventario sobre la prensa escrita.19 En un segundo momento de los estudios sobre la prensa del Huila encontramos los trabajos de Camilo Francisco Salas Ortiz, quién de manera más detallada nos presenta un estudio de la prensa neivana de los siglos xix y xx, en dónde se intenta describir algunas de las condiciones editoriales de los periódicos y su inclinación política, así como las temáticas que se abordan en la prensa de la ciudad. Para el caso concreto del siglo xix, el autor retoma lo postulado por Sánchez Ramírez sobre la llegada de la imprenta a Neiva, y nuevamente incluye entre los periódicos de la ciudad a El Relámpago y El Nuevo Mundo, que como se indicó anteriormente no son publicados en la ciudad de Neiva. Igualmente, a la hora de referirse a las existencias que se conservan de diferentes títulos, el autor da cuenta de un número menor al que actualmente se conserva en la Biblioteca

La prensa decimonónica

Nacional de Colombia o en la Universidad de Antioquia. Sin embargo, el libro de Salas Ortiz Historia del periodismo Huilense. La prensa escrita20 y la síntesis que sobre dicho trabajo se publica en la Historia General del Huila,21 postulan una división cronológica sobre la prensa decimonónica y la del siglo xx que resulta útil para las investigaciones que se ocupan de la historia de la prensa escrita. Por último, el trabajo que complementa los estudios de prensa interesados en comprender la evolución de los periódicos de la ciudad de Neiva, es el escrito por Álvaro Trilleras Roa,22 quien indica que no realizará una descripción de las temáticas de los periódicos editados en la ciudad porque ese tema ya ha sido atendido por Salas Ortiz. La obra de Trilleras Roa incluye un listado de 29 periódicos editados en la ciudad de Neiva durante el siglo xix, de los cuales podemos establecer que cuatro no son publicados en ella; a saber: El Relámpago, El Nuevo Mundo, El Catolicismo23 y La Ilustración.24 En lo que respecta a los dos primeros títulos, ya hemos establecido su lugar de publicación y el motivo por el que no deben ser catalogados como parte de los periódicos de la ciudad de Neiva; por otro lado, en el caso del Catolicismo y la Ilustración, editados en Bogotá, suponemos que existe una confusión por parte de Trilleras Roa que se relaciona con la figura de Manuel María Madiedo, redactor y colaborador de los periódicos citados, debido a la importancia que tuvo para la región, al ser gobernador de la provincia de Neiva en el año de 1848 y redactor de dos periódicos de la ciudad de Ibagué durante el periodo 1851-1853, titulados La Imprenta y la Voz del Tolima,25 consideramos pues, que debido a la posición destacada de Madiedo en la región, el autor infiere que el 20

21

22

23 15 16 17 18

19

Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapie, Cien años de prensa… pág. 196. Otero Muñoz, Historia del periodismo… págs. 93-94. Cacua Prada, Historia del periodismo… pág. 130. Por ejemplo, no fue posible determinar quién era el propietario de la imprenta denominada A.P., en la que se editaban un importante porcentaje de los periódicos decimonónicos de Neiva. Salas Vargas, “Relación de periódicos…” págs. 85-87.

417

24

25

Salas Ortiz, Camilo Francisco, Historia del periodismo huilense: la prensa escrita, Neiva, Instituto Huilense de Cultura, 1994. Salas Ortiz, Camilo Francisco, “Trayectoria del periodismo huilense”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol iii, 2.a ed., Neiva, Instituto Huilense de Cultura / Fondo de Autores Huilenses / Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 2005. Trilleras Roa, Álvaro, Del linotipo al satélite. Los medios de comunicación y el periodismo en el Huila, Neiva, Impresos Litosol, 2005. El Catolicismo fue un periódico editado en la ciudad de Bogotá de publicación semanal que se imprimió durante el periodo 1868-1869. Su redactor principal fue Manuel María Madiedo. Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapie, Cien años de prensa… pág. 74. La Ilustración se publicó en la ciudad de Bogotá tres veces por semana entre 1870 y 1873; de filiación conservadora, específicamente de la corriente de Manuel María Madiedo. Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapie, Cien años de prensa… pág. 156. Restrepo Sáenz, José María, Gobernadores y próceres de Neiva, Bogotá, Editorial abc, 1951, pág. 351.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Catolicismo y la Ilustración son parte de las publicaciones de la ciudad de Neiva, lo cual resulta erróneo porque ambos periódicos fueron editados en Bogotá. Con lo anteriormente expuesto, hemos procurado dar cuenta de las bondades y limitantes de aquellos trabajos que se han preocupado por estudiar la prensa de la ciudad de Neiva, con el fin último de describir el camino transitado por otros autores y establecer la singularidad de nuestro trabajo. En este orden, nuestro estudio se preocupará por las publicaciones impresas en la ciudad de Neiva y no por aquellas de otras ciudades que pudieron tener una conexión estrecha con figuras relevantes de la historia de la ciudad y la región. También pretendemos establecer las existencias de cada título analizado y hacer una descripción pormenorizada de sus condiciones editoriales, para establecer el corpus documental que permita llevar a buen término la historia de la prensa de la ciudad de Neiva.

Las publicaciones seriadas de Neiva

Para

solucionar el problema de la dispersión documental, hemos realizado un cruce de las existencias hemerográficas albergadas en la Biblioteca Nacional de Colombia y la Universidad de Antioquia, en el que no solo nos preocupamos por estudiar los periódicos que se encuentran en dichas instituciones, sino, particularmente, por recopilar todos los títulos editados en la ciudad de Neiva con el objetivo de completar —en lo posible— las series editoriales de cada uno. Así las cosas, los 29 periódicos editados en la ciudad de Neiva durante el siglo xix, y que a continuación identificaremos, están actualmente en la Academia Huilense de Historia, donde esperamos se conviertan en estímulo para futuras investigaciones de la prensa de la ciudad y de Neiva en general.26

26

Ruíz Martínez, Jean Paul y Salamanca Arévalo, Cristian, Publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva, siglo xix, Bogotá, Academia Huilense de Historia, 2011.

La prensa decimonónica

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Prensa de la ciudad de Neiva, siglo xix Nombre del periódico El Alto Magdalena. Periódico Oficial Huila La Luz. Periódico político, literario, mercantil, industrial, de costumbres i avisos El Boletín Popular del Tolima El Centinela en Campaña Gaceta del Tolima El Tolima. Órgano del Gobierno del Estado El Municipal. Órgano Oficial del Distrito La Unión Liberal. Periódico político, científico, literaria i noticioso* El Vigilante. Semanario político, industrial, literario i noticioso La Escuela. Revista Oficial de Instrucción Pública en el Tolima La Revista Judicial del Tolima. Órgano del Poder Judicial del Estado La República La Estrella del Tolima Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad La Armonía. Periódico musical, critico i noticioso* La Crónica Forense* El Bien Público. Órgano de los intereses del Partido Liberal del Tolima El Elector. Órgano del Partido Liberal Unionista del Tolima* La Buena Nueva. Lecturas religiosas, morales, científicas, de literatura i variedades La Reintegración La Cátedra. Periódico de Instrucción Pública* Alto Magdalena. Órgano de la juventud Liberal. Periódico político, literario i noticioso* El Grillo* La Grilla. Órgano de los Profanadores* El Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima La Crónica judicial del Tolima. Órgano del poder judicial

Fechas 1855-1856 1855-1856 1857-1858

El Unitario El Aviso. Periódico comercial de noticias i variedades

1886-1887 1890

1860 1862 1863-1884 1877 1878-1898 1879 1880 1880-1884 1880-1884 1882 1882-1884 1882 1882 1883 1883 1883 1883 1883-1884 1884 1884 1884 1884 1886-1887 1886-1887

El listado de periódicos arriba presentado fue realizado luego del cruce documental ya mencionado. Su proceso de organización procuró establecer las series de publicación de cada título editado en la ciudad de Neiva, partiendo de la base documental que se depositaba en la


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Historia Comprehensiva de Neiva

Biblioteca Nacional, para luego ser complementada con las existencias de la Universidad de Antioquía, las cuales nutrieron considerablemente nuestro acervo documental con ocho ejemplares nuevos y con diversos números de algunas de las publicaciones inicialmente recopiladas. Además de eso, es necesario anotar que al referirnos a las existencias de prensa recopiladas en la Universidad de Antioquia solo estamos dando cuenta de aquellos números que completan la serie que se alberga en la Biblioteca Nacional.27 A continuación se hará una descripción de la prensa de la ciudad de Neiva, analizando cada periódico recopilado de manera individual, procurando establecer la frecuencia con la que se publicaba cada título (semanal, quincenal, mensual, etc.), el nombre de sus editores o directores, la imprenta, el precio de venta de los ejemplares y el tiraje que se conserva de cada título tanto en la Biblioteca Nacional de Colombia como en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia. Sumado a lo anterior, establecemos la intención de cada publicación y su inclinación política, e incluimos un recuento de las noticias más relevantes que se encuentren en su contenido con el fin de realizar una descripción detallada que sirva de guía para futuras investigaciones.

La prensa escrita en Neiva, 1850-1860

En la ciudad de Neiva durante la segunda mitad del siglo xix encontramos

el nacimiento y proliferación de la prensa escrita, comenzando con tres periódicos que, mediante el uso de notas de opinión, asuntos legislativos y publicidad, dan cuenta del devenir histórico de la ciudad, de su postura política y, particularmente, de los intereses de sus editores y colaboradores. Entonces, el panorama es el de una prensa descriptiva y políticamente activa, en el seno de una sociedad preocupada por incentivar las buenas costumbres de sus habitantes y el progreso de la región. Las publicaciones que encontramos en esta década son El Alto Magdalena, El Huila y La Luz. El Alto Magdalena. Periódico Oficial es considerado como el primer periódico editado en la provincia de Neiva durante la segunda mitad

La prensa decimonónica

del siglo xix.28 Fue una publicación semanal, dirigida por Salvador Mario Álvarez y Diego María Herrera, publicada en la imprenta provincial, con un precio para la venta de 5 centavos por número. De su tiraje se conservan 45 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 12 de agosto de 1855 (n.o 70) hasta el 23 de octubre de 1856 (n.o 135).29 El contenido de El Alto Magdalena se caracteriza por ser descriptivo, informativo y alegórico, tanto de la imagen de la provincia como de sus habitantes. Entre sus noticias más representativas encontramos el “Ensayo descriptivo de la ciudad de Neiva”,30 “Las Rejiones incultas del oriente de Neiva”31 y la “Provincia ultrajada”32 (escrita por José María Rojas Garrido) que evidencian un claro interés por dar cuenta del devenir histórico de la provincia y de la autonomía de la misma. De igual forma, se destaca la sección de anuncios comerciales y publicitarios en los que aparecen instituciones como la Sociedad de beneficencia i caridad33 y la casa comercial de Neiva,34 promotoras del desarrollo de la provincia y claros ejemplos de las instituciones que definían el diario vivir de la ciudad. Huila fue una publicación semanal bajo la dirección y edición de José María Rojas Garrido. Era editada en la imprenta provincial, vendida a un 1 decimo, y en ella intervenían importantes figuras del liberalismo como José María Samper y José Hilario López. De su tiraje se conservan 29 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 17 de junio de 1855 (n.o 1) hasta el 11 de abril de 1856 (vol. 2, n.o 30).35 Huila fue una publicación descriptiva e informativa de carácter liberal que se autoproclamaba como “el espíritu del pueblo”,36 preocupada por exaltar la democracia y defender la autonomía de la provincia de Neiva. En esta publicación encontramos artículos como “Neiva i Mariquita o Huila i Tolima”,37 en el que José María Samper expresaba su apoyo a la prensa ilustrada y liberal, y destacaba las similitudes entre Neiva y Mariquita.

28 29 30 31 32 33

27

Nuestro trabajo no desconoce las existencias de prensa depositadas en la Biblioteca Luis Ángel Arango, pero no hace uso de estas al no encontrar material en dicha institución que no se encuentre en la Biblioteca Nacional de Colombia o en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia.

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34 35 36 37

Salas Ortiz, “Trayectoria del periodismo...” pág. 102. Faltan los números 71 a 93. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 104, 29 de marzo de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856 El Alto Magdalena, n.o 106, Neiva, 12 de abril de 1856. Falta el número 7. Huila, Neiva, n.o 1, 17 de junio de 1855. Huila, Neiva, n.o 4, 8 de julio de 1855.


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Historia Comprehensiva de Neiva

De igual forma, noticias como la titulada “Una rectificación”38 nos permiten observar el interés histórico de los colaboradores del ya citado periódico, como sería el caso de José Hilario López, quien al corregir la obra “Resumen histórico de los acontecimientos que han tenido lugar en la Nueva Granada” de Tomas Cipriano de Mosquera, se preocupó por esclarecer aquellos apartados que él consideraba como “aseveraciones falsas y exageradas”.39 La Luz. Periódico político, literario, mercantil, industrial de costumbres i avisos fue una publicación quincenal, dirigida por el editor empresario R. Montalvo, publicada en la imprenta La Luz, y cuya suscripción tenía un valor semestral de 1 peso y 60 centavos, y un precio de 15 centavos el número suelto. De su tiraje se conservan en total 9 números, divididos de la siguiente manera: 7 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 14 de diciembre de 1857 (n.o 1), hasta el 20 agosto de 1858 (n.o 18), y 2 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van desde el 28 de junio de 1858 (n.o 15), hasta el 13 de noviembre de 1858 (n.o 22).40 La Luz era de carácter liberal y se interesó por comprender la situación política a nivel nacional y de la provincia. Entre sus noticias más destacadas encontramos un editorial que, en el año de 1858, denunció el estado de los pueblos del Alto Magdalena, indicando que sus habitantes se encontraban “cargados de contribuciones como lo fueron de cadenas en los tiempos más horrorosos de la colonia”.41 Otras temáticas importantes en el contenido de La Luz se relacionan con la importancia que le adjudicaba a la vacunación contra la viruela en el artículo “vacunavaccinina-revacunacion-viruela”,42 y las polémicas que el periódico sostenía con otras publicaciones en relación de la intencionalidad política que los periódicos de la época mantienen, como sería el caso del debate sostenido con el periódico El Vapor.43

Huila, Neiva, n.o 8, 4 de agosto de 1855. Huila, Neiva, n.o 8, 4 de agosto de 1855. 40 Faltan los números 2, 3, 4, 6, 7, 10, 12, 13, 14, 15, 16, 19, 20 y 21. 41 La Luz, Neiva, n.o 9, 5 de abril 1858. 42 La Luz, Neiva, n.o 8, 22 de marzo de 1858. 43 La Luz, Neiva, n.o 9, 5 de abril de 1858. 38

La prensa decimonónica

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La prensa escrita en Neiva, 1860-1870

Durante la década de 1860, las publicaciones seriadas del siglo xix en

Neiva se enmarcan dentro de un interés político-militar congruente con los principales acontecimientos del contexto nacional en correlación con el devenir de la ciudad. La gran característica de los periódicos editados durante esta época y que nos lleva a incluir uno editado en Yaguará, es que son los antecedentes inmediatos a lo que fue la creación del Estado Soberano del Tolima. En el contenido de las publicaciones se da cuenta de correspondencia, comunicados y alocuciones de Tomas Cipriano de Mosquera, permitiéndonos entender el papel de Neiva y la región en un contexto histórico de una actividad militar que asciende y un floreciente liberalismo de tinte radical. Las publicaciones que se relacionan con la ya dicho son: El Boletín Popular del Tolima, El Centinela en Campaña y Gaceta del Tolima. El Boletín Popular del Tolima fue una publicación de diciembre de 1860 que se conserva en la Biblioteca Nacional de Colombia. En este boletín de tinte liberal se relata y relaciona documentación concerniente al paso de Tomas Cipriano de Mosquera por Neiva en la campaña militar que emprendió en contra de Mariano Ospina, presentando una descripción detallada de la llegada de las tropas provenientes de Cauca, correspondencia de Mariano Ospina y los decretos sobre la filiación provincial a la causa federal.44 El Centinela en Campaña, publicación del Cuartel General Directivo en Yaguará, se editaba en la Imprenta de Colombia, con una periodicidad irregular y de distribución gratuita. De su tiraje se conservan 3 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que van, del 18 de julio de 1862 (n.o 1), hasta el 22 de julio de 1862 (n.o 3). El Centinela en Campaña apoyaba a Tomas Cipriano de Mosquera en la campaña militar que dirige hacía Cauca con el fin de restablecer el orden en dicho territorio y someter al estado de Antioquía,45 ya que dichos territorios son considerados como “satélites de la tiranía”46 y “enemigos de la libertad”47. Se reproducen en el ya citado periódico alocuciones de Mosquera y documentos de la Secretaria de Guerra y Marina.

39

44 45 46 47

Boletín Popular del Tolima, Neiva, diciembre de 1860. El Centinela en Campaña, Yaguará, n.o 1, 18 de junio de 1862. El Centinela en Campaña, Yaguará, n.o 1, 18 de junio de 1862. El Centinela en Campaña, Yaguará, n.o 2, 21 de julio de 1862.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Gaceta del Tolima. Periódico oficial, cuyos primeros cuatro números en el año de 1863 se publicaban semanalmente en el Establecimiento Tipográfico del Estado en la ciudad de Neiva, con un precio por la suscripción semestral de dos pesos. Posteriormente, esta publicación fue editada en Natagaima y luego se trasladó a Ibagué, para luego regresar a Neiva en el año de 1877 con el nombre de Gaceta del Tolima. Órgano del Gobierno del Estado; en esta oportunidad se editaba dos veces por semana en la Imprenta del Estado; la suscripción costaba un peso por trimestre y de 10 centavos por número suelto. De su tiraje se conservan 488 números divididos de la siguiente manera: 486 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que van del 1 de enero de 1863 (n.o 1) hasta el 25 de diciembre de 1884 (n.o 640), y 2 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia que van del 18 de noviembre de 1869 (n.o 303) hasta el 3 de junio de 1880 (n.o 242).48 La Gaceta del Tolima inicia su publicación saludando cordialmente a nombre del Tolima a “sus propios hijos y a los demás Estados Soberanos de la Unión”,49 asumiendo el papel de órgano oficial al difundir las normas jurídicas, proclamas y circulares oficiales; función que fue reiterada con la ley 22 de 1877 reformatoria del código político y municipal, que afirma: “Toda lei, decreto, acto o providencia oficial, ya sea judicial o administrativa, que se publique en la Gaceta del Tolima, debe tenerse como oficialmente comunicado a todos los empleados i miembros del Estado a quienes se refiera”.50 El contenido de la Gaceta del Tolima se encuentra dividido en las siguientes secciones: “Poder Ejecutivo”, “Poder Legislativo”, “Sección Judicial”, “Inserciones”, y no oficial, entre otras, que, sumadas a las subsecciones, nos permiten tener una amplia visión sobre el funcionamiento del Estado Soberano del Tolima y sus instituciones. Entre su contenido, podemos destacar la “Alocución del Presidente del Estado a los Tolimenses”,51 en la que Fruto Santos agradece a quienes acudieron al llamado que les hizo su predecesor para defender la autonomía del 48

49 50 51

Del año de 1863 falta el número 3; desde el año de 1877, cuando regresa a Neiva y reinicia la numeración, faltan los números 12, 125, 126, 127, 128, 129, 130, 218, 219, 226, 228, 238, 239, 250, 255, 256, 268, 270, 271, 277, 284, 287, 288, 291, 293, 294, 297, 310, 321, 331, 364, 366, 367, 377, 386, 387, 388, 389, 390, 393, 394, 395, 401, 402, 417, 418, 424, 441, 442, 447, 448, 453, 454, 457, 472, 473, 474, 475, 478, 479, 484, 485, 494, 495, 516, 522, 530, 540, 541, 542, 546, 547, 557, 561, 562, 563, 615, 630, 631 y 637. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 1, 1.o de enero de 1863. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 210, 8 de enero de 1880. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 210, 8 de enero de 1880.

La prensa decimonónica

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Estado por medio de las armas, en contra de los expedicionarios de Cundinamarca. Así mismo, la Gaceta del Tolima informa sobre la “continuación de las sesiones de la Asamblea Legislativa”,52 y como al interior de ella se han realizado elecciones, quedando el cargo de presidente de la Asamblea ocupado por Marco Aurelio Iriarte: la primera y la segunda vicepresidencia por José María Álvarez y Rafael Gutiérrez, respectivamente; y como secretario reelegido Melitón Tobar.

La prensa escrita en Neiva, 1870-1880

Los periódicos de la década de 1870 de la ciudad de Neiva se preocupan

particularmente por comprender la manera en que se configura el Estado Soberano del Tolima en sus disposiciones legales y judiciales. En el contenido de la prensa de este periodo encontramos relaciones de la estructura administrativa de la ciudad de Neiva, estados financieros y un espacio dedicado a los avisos comerciales de la región; las publicaciones de este periodo presentan como su característica en común el ser publicaciones oficiales, afiliadas al consejo del estado o de la ciudad. En este sentido, las publicaciones que cumplen estas características son: El Tolima. Órgano del gobierno del Estado, El Municipal. Órgano Oficial del Distrito, y La Unión Liberal. Periódico político, científico, Literario y Noticioso. El Tolima. Órgano del Gobierno del Estado fue un periódico de carácter oficial que generalmente se publicaba dos veces por semana en la Imprenta del Departamento, cuya suscripción trimestral tenía un valor de 1 peso y 10 centavos por número suelto. Su publicación se realizó principalmente en medio de la Convención del Estado Soberano del Tolima de 1877, y de su tiraje se conservan 17 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 23 de febrero de 1877 (n.o 3), hasta el 31 de mayo de 1877 (n.o 20).53 El contenido de El Tolima es esencialmente de carácter judicial y legislativo, en su interior encontramos decretos y circulares que dictan la forma en que debe organizarse el Estado Soberano del Tolima y sus provincias. Entre las principales noticias que encontramos sobresalen el cálculo de las rentas de 1876 y 1877 del Estado54 y la organización del pie de fuerza del Estado del Tolima para el año de 1877.55 52 53 54 55

Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 212, 20 de enero de 1880. Faltan los números 1, 2 y 5. El Tolima, Neiva, n.o 15, 8 de mayo de 1877. El Tolima, Neiva, n.o 16, 22 de mayo de 1877.


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Historia Comprehensiva de Neiva

El Municipal. Órgano Oficial del Distrito fue un periódico de circulación mensual publicado los días 15 de cada mes durante las décadas de 1870 y 1880, que terminaría publicándose semanalmente durante 1890. De igual forma, es una de las publicaciones seriadas de mayor extensión en Neiva durante el siglo xix, y estuvo bajo la dirección de diferentes directores de imprenta como: Pedro Martínez en la década de 1870,56 Alejandro Rojas en la de 188057 e Ismael Rojas en la de 1890.58 Así mismo, es una publicación de carácter oficial dirigida por el presidente del Concejo y administrada por el secretario de la misma institución. Los intereses de El Municipal pueden ubicarse en su preocupación por difundir los principales acuerdos de Consejo de la ciudad de Neiva, así como la recreación de noticias que tengan que ver con la composición y estructuración de dicha sociedad. De su tiraje se conservan 51 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que se dividen de la siguiente manera: 2 números que van del 15 de abril de 1878 (n.o 12) hasta el 15 de mayo de 1878 (n.o 13); 2 números que van del 15 de mayo de 1884 (n.o 2) hasta el 15 de octubre de 1884 (n.o 7);59 30 números que van desde el 7 de agosto de 1893 (n.o 1) hasta el 20 de julio de 1894 (n.o 39, 40, 41); y 27 números que van del 15 de mayo de 1897 (n.o 42) hasta el 16 de diciembre de 1898 (n.o 68). Entre las noticias más relevantes de El Municipal, preocupadas por dar cuenta del estado general de la administración de la ciudad de Neiva, y los mayores percances que se presentaban en torno a su población, encontramos una noticia titulada “Neiva y la fiebre”,60 en la que se acusaba de perniciosos a los rumores sobre la existencia dicha enfermedad, pues resultaban negativos para una sociedad que se “preocupa por fomentar el mejoramiento de su incipiente industria y extender sus relaciones comerciales”.61 De igual forma, los problemas que afectaban a las viviendas de los habitantes de la ciudad de Neiva y sus fuentes de alimentación eran atendidos por El Municipal, ejemplo de ello sería la noticia titulada “Creciente de Barro”,62 mediante la cual se denunciaba la creciente de los 56 57 58 59

60 61 62

El Municipal, Neiva, n.o 12, 15 de abril de 1878. El Municipal, Neiva, n.o 2, 15 de mayo de 1884. El Municipal, Neiva, n.o 1, 7 de agosto de 1893. Faltan los números 3, 4, 5 y 6 del año de 1884, y los números 5, 7, 8, 9, 12, 16 y 25 entre 1893 y 1894, El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 agosto de 1893. El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 agosto de 1893. El Municipal, Neiva, n.o 10, 7 de octubre de 1893.

La prensa decimonónica

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ríos Yaguará y Baché que afectó diferentes viviendas de los neivanos y arrasó con grandes cantidades de peses para el consumo de los mismos. Por último, el contenido del periódico da cuenta de la conmemoración de la Independencia nacional y la figura de El Libertador, entendiendo a este último como un estandarte de libertad, justicia y decoro.63 La Unión Liberal. Periódico político, científico, literario i noticioso era una publicación semanal, pero más bien irregular. A cargo de su dirección estaba Romero Rosas y era publicada en la Imprenta del Estado, con un valor trimestral de 80 centavos o de 10 centavos por número suelto a la hora de su venta. De su tiraje se conservan cinco números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 17 de julio de 1879 (n.o 1) hasta el 26 de julio de 1789 (n.o 5). El contenido de La Unión Liberal se interesaba por promover la cohesión del Partido Liberal, su organización y garantizar el buen desarrollo de las elecciones nacionales.64 Entre sus notas más atractivas encontramos una breve reseña histórica del Partido Liberal titulada “Reminiscencias”,65 en donde se daba cuenta de los principales obstáculos que este había afrontado desde la presidencia de José Hilario López en el año de 1849, hasta la constitución de río Negro; rescatando y remembrando la constante lucha del liberalismo tolimense por la defensa del progreso. De igual forma, el contenido del periódico informa sobre los fletes de transporte de mercancías por el río Magdalena, discriminados por mercancías, cantidades y costo.66 Por último, se relaciona la importancia de la apertura de un canal interoceánico en el istmo del Darién.67

La prensa escrita en Neiva, 1880- 1890

La

última década de nuestro análisis se presenta como la de mayor concentración de publicaciones seriadas en Neiva durante el siglo xix; en ella se esboza una variedad de temas entre los que sobresalen dos: por un lado, el interés por el progreso de la ciudad de Neiva en términos comerciales y económicos, y, por otro, el debate en torno a la organización y consolidación de la Diócesis de Tolima. Aun así, se debe mencionar que los periódicos 63 64 65 66 67

El Municipal, Neiva, n.o 39, 40 y 41, 20 de julio de 1894. La Unión Liberal, Neiva, n.o 1, 17 de junio de 1879. La Unión Liberal, Neiva, n.o 1, 17 de junio de 1879. La Unión Liberal, Neiva, n.o 2, 28 de junio de 1879. La Unión Liberal, Neiva, n.o 5, 26 de julio de 1789.


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Historia Comprehensiva de Neiva

que se producen durante esta época también presentan en su contenido un constante debate entre sí y un interés marcado por la configuración de la ciudad de Neiva, en relación con el papel de la Iglesia. Así las cosas, podemos comprender la prensa de la década de 1880 como una serie de publicaciones que se preocupan por el desarrollo de la ciudad de Neiva y su consolidación en relación con el Estado Soberano del Tolima y de este último con el contexto nacional. Las publicaciones producidas durante este periodo son: El Vijilante, Semanario Político, industrial, literario i noticioso; La Escuela, revista oficial de instrucción pública en el departamento del Tolima; La Revista Judicial del Tolima. Órgano del poder judicial del Estado, La República; La Estrella del Tolima; Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad; La Armonía; La Crónica Forense; El Bien Público. Órgano de los intereses del Partido Liberal del Tolima; El Elector; La Buena Nueva. Lecturas religiosas, morales, científicas, de literatura y variedades; La Reintegración; La Cátedra; El Alto Magdalena; La Grilla; El Grillo; La Crónica Judicial del Tolima. Órgano del Poder Judicial; El Unitario; y El Aviso. Periódico comercial de noticias y variedades. El Vijilante. Semanario político, industrial, literario i noticioso, dirigido por Eusebio Castilla M. y editado por Alejandro Rojas, fue una publicación semanal impresa en la Imprenta El Vijilante, cuya suscripción anual (52 números) costaba 4 pesos, por un semestre 2 pesos, por un trimestre 1 peso, y por número suelto de 10 centavos. De su tiraje se conservan en total 24 números divididos de la siguiente manera: 28 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que van desde el 10 de abril de 1880 (n.o 1) hasta el 24 de octubre de 1880 (n.o 24), y 4 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 30 de mayo de 1880 (n.o 7) hasta el 20 de agosto de 1880 (n.o 17). En el contenido de El Vijilante se evidencia una preocupación por establecer las coordenadas generales sobre el progreso de Neiva, particularmente en relación con su desarrollo industrial.68 De su contenido sobresale la publicación de una columna titulada “Agricultura”, en la que se incluían noticias de diferentes periódicos con un interés común en las técnicas y métodos de siembra, así como en los estados de las cosechas y demás temas afines, como podemos ver en la columna de abril de 188069 que reproduce una noticia de la Gaceta de Cartagena sobre la producción de Cacao, elemento fundamental en la producción agrícola de Neiva y en la economía de la región.70 68 69 70

El Vijilante, Neiva, n.o 1, 10 de abril de 1880. El Vijilante, Neiva, n.o 1, 10 de abril de 1880. El Vijilante, Neiva, n.o 1, 10 de abril de 1880.

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De igual forma, el ya citado periódico presenta una columna titulada “Comercio” que se especializa en las principales actividades comerciales de la ciudad, ejemplo de esto sería la relación que se establece acorde con la actividad de la plaza central luego de las fiestas de San Juan y de San Pedro;71 en este sentido es preciso agregar que El Vijilante es un claro ejemplo de la prensa nacional en el siglo xix, al ser depositario y reproductor de noticias de periódicos del exterior y nacionales con el fin de apuntalar en su objetivo, en el caso especifico que tratamos: el comercio. La Escuela. Revista Oficial de Instrucción Pública en el Tolima fue un periódico que se publicaba los días 15 y 30 de cada mes en la imprenta de El Vigilante; tenía un valor por suscripción trimestral de 50 centavos y estaba a cargo del Director de la Instrucción Pública del Estado. De su tiraje se conservan en total 96 números divididos de la siguiente forma: 86 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que van desde septiembre 15 de 1880 (n.o 1) hasta el 25 de noviembre de 1884 (n.o 96), y 10 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van desde 30 de octubre de 1880 (n.o 4) hasta el 18 de septiembre de 1884 (n.o 69). La Escuela, tenía un carácter oficial y estaba consagrada al servicio de los intereses de la instrucción pública del estado, dando cuenta de las inspecciones departamentales, de la normatividad, de las escuelas, de los maestros graduados, etc. La Revista Judicial del Tolima. Órgano del poder judicial del Estado fue una publicación semanal, dirigida por Melintor Tobar y editada por Alejandro Rojas. Su precio era de 1 peso por la suscripción de 40 números, de 5 centavos el número suelto, y era publicada en la Imprenta del Estado. De su tiraje se conservan 146 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 6 de marzo de 1880 (n.o 1), hasta el 29 de noviembre de 1884 (n.o 185).72 El contenido de La Revista Judicial del Tolima nos permite observar el interés de dicha publicación por recrear las transformaciones judiciales, reformas y sentencias que tenían cabida en el Estado Soberano del Tolima. Entre sus noticias más representativas, encontramos la columna informativa titulada “Asuntos varios”,73 en la cual, se calculan los negocios repartidos y despachados por el Tribunal Superior, entre los que se relacionan los 71 72 73

El Vijilante, Neiva, n.o 10, 20 de julio de 1880. Faltan los números 38, 147-184. Revista Judicial del Tolima, Neiva, n.o 50, 30 de abril de 1881.


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criminales procesados en el Estado. De igual forma, es notoria la exposición realizada en La Revista Judicial, acorde con los negocios civiles de los que se pudiera beneficiar el Tribunal Superior, ejemplo de esto sería el anuncio sobre la venta de papel sellado de primera calidad que se encuentra en sus instalaciones.74 Así las cosas, podemos indicar que el ya citado periódico, tiene una intencionalidad doble, por un lado dar cuenta de las reformas y de su desarrollo en el Estado Soberano del Tolima, y por otro incentivar y promover las instituciones judiciales que eran necesarias para su funcionamiento. La República, redactado por Isidoro Burgos, se publicaba dos veces al mes por la imprenta a cargo de Pedro Martínez, y la suscripción semestral se cobraba a 1 peso. De su tiraje se conservan un total de 3 números divididos de la siguiente forma: 2 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 15 de febrero de 1882 (n.o 1), hasta el 3 de abril de 1882 (n.o 4), y 1 número en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia de 19 de junio de 1882 (n.o 9).75 La República era una publicación de carácter liberal que proclamaba un periodismo de paz y concordia76 y apoyaba la administración de Rafael Núñez, de tal manera que en su inicio la comparaba con la aurora y al finalizar la denominaría como un ocaso,77 destacando que en ella no se persiguió a los conservadores sino a un enemigo común, que el triunfo del liberalismo es inevitable, y que con él llega el buen porvenir a los pueblos.78 Esta publicación informa sobre algunos nombramientos, fallecimiento de personajes ilustres, publica una sección de avisos varios y una de humor político. La Estrella del Tolima fue un periódico de publicación semanal, de propiedad de Alejandro Rojas, quien también fue su editor. Tenía un precio de 4 pesos por la suscripción semestral y de 1 peso por una serie de 12 números. De su tiraje se conservan un total de 100 números divididos de la siguiente forma: 76 números en la Biblioteca Nacional de Colombia que van desde el 13 de agosto de 1882 (n.o 2) hasta el 4 de noviembre de 1884 (n.o 98), y 24 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 6 de mayo de 1882 (n.o 1) hasta el 7 de diciembre de 1884 (n.o 103).79 74 75 76 77 78 79

Revista Judicial del Tolima, Neiva, n.o 67, 14 de enero de 1882. Faltan los números 2, 3, 5, 6, 7 y 8. La República, Neiva, n.o 1, 15 de febrero de 1882. La República, Neiva, n.o 4, 3 de abril de 1882. La República, Neiva, n.o 1, 15 de febrero de 1882. Faltan los números 37, 51 y 64. En dicha institución se conservan algunos fragmentos

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En el contenido de La Estrella del Tolima, periódico de filiación liberal doctrinaria que apoyó a Francisco J. Zaldúa, encontramos fuertes discusiones entre las diferentes facciones del liberalismo y algunos sectores conservadores en razón de la organización del estado, así como balances generales que dan cuenta de diversas facetas de la economía del Estado Soberano del Tolima. Entre las noticias más atractivas de La Estrella del Tolima encontramos una columna titulada “Lamentable pérdida”, la cual estaba dedicada a la muerte de José María Rojas Garrido en Bogotá el 13 de septiembre de 1883.80 Allí se esboza brevemente la biografía de Rojas Garrido, y era presentado como una figura fundamental para el Tolima y la nación por ser un político de vanguardia. De igual forma, La Estrella del Tolima, en la columna titulada “Sección industrial”,81 daba cuenta del desarrollo económico del Estado Soberano del Tolima, mediante la notificación de elementos claves para su comprensión e incentivo, tal como lo sería el consumo y producción de carne de avestruz. Para finalizar, dentro del diverso contenido de La Estrella del Tolima, encontramos una columna que se concentraba en la conmemoración del aniversario número 74 del grito de Independencia del 20 de Julio de 1810,82 y en la que se exalta la importancia de este evento para la historia nacional. Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, como el órgano de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, era editada mensualmente por Pedro Martínez; la suscripción tenía un valor de 70 centavos por la serie de 12 números. De su tiraje se conservan 3 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van desde el 22 de agosto de 1882 (n.o 1) hasta noviembre 16 de 1882 (n.o 4).83 En el contenido de Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad se afirmaba que sus noticias no tendrían relación con temas de política, ya que estaban dedicadas a la difusión de la historia de dicha asociación, el reconocimiento de sus fundadores, la mención de sus suscriptores, los recursos con que cuentan, los trabajos que realiza y las solicitudes que se remitía de su despacho.84 A través de esta publicación, se pretendía llegar a

80 81 82 83 84

posteriores al número 103, pero que no incluyen información que permita establecer con certeza su fecha y número. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 72,16 de septiembre de 1883. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 3, 20 de mayo de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 83, 20 de julio de 1884. Falta el número 3. Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva, n.o 1, 22 de agosto de 1882.


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todas las personas caritativas para que les apoyaran en sus proyectos tales como: la fundación y sostenimiento del hospital y el asilo de huérfanos bajo la dirección de las Hermanas de la caridad.85 La Armonía. Periódico musical, crítico i noticioso, dirigido por Pedro Simón Cárdenas, era publicado de forma mensual en la imprenta de A. Rojas. El costo de la suscripción era de 1 peso con 50 centavos, por la serie de 12 números, y de 15 centavos por número suelto. De su tiraje se conservan 2 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van desde el 15 de septiembre de 1882 (n.o 5) hasta el 15 de octubre de 1882 (n.o 6).86 La Armonía se interesaba particularmente por la enseñanza de la música como un mecanismo de civilidad y moral, por lo cual definía a las artes como el termómetro de la civilización de un pueblo y como un elemento fundamental de paz y caridad.87 Por ello hacía expresa su preocupación por desarrollar la ciudad mediante la instrucción y aprendizaje de la música, al considerarla una labor que debía abordarse con disciplina y dedicación y no como un simple pasatiempo88 para que así contribuyera con el progreso. En su contenido encontramos una sección titulada “Instructiva”, en la que se encuentran notas como: “instrucciones jenerales sobre el buen gusto en el canto”, “lecciones de Bandola”, y “método de enseñanza de la música (enfocado hacia los niños)”;89 de igual forma, encontramos una sección titulada “Remitidos”, en la que se incluye una contribución de Ramón E. Ramírez bajo el nombre “más vale saber que tener”.90 En este espacio, Ramírez se refiere a algunos episodios de su vida para demostrar lo ventajoso que le ha resultado saber tocar algún instrumento musical, ya que gracias a dicho conocimiento pudo salir bien librado en las aventuras que había emprendido en la región. La Crónica Forense fue una publicación semanal que salía a la luz según las necesidades del servicio público, por lo que su circulación era irregular. Era impreso por Alejandro Rojas y estaba bajo la redacción de Eusebio Castilla; tenía un con un costo por suscripción anual de 4 pesos 85 86

87 88 89 90

Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva, n.o 1, 22 de agosto de 1882. Incluye algunas hojas sueltas, con una paginación irregular y sin ninguna referencia a algún número de La Armonía. La Armonía, Neiva, n.o 5, 15 de septiembre de 1882. La Armonía, Neiva, n.o 5, 15 de septiembre de 1882. La Armonía, Neiva, n.o 5, 15 de septiembre de 1882. La Armonía, Neiva, n.o 6, 15 de octubre 1882.

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y de un real por número suelto. De su tiraje se conservan 5 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van desde el 27 de febrero de 1883 (n.o 1) hasta el 12 de abril de 1883 (n.o 5). En el contenido de La Crónica Forense se incluyen secciones como: la crónica, sumario, decisiones judiciales, efemérides, hechos diversos, controversias y anuncios; entre ellas destacamos la crónica que da comienzo al primer número, titulada “Auroras”,91 que caracteriza a los tolimenses como honrados y heroicos, pero no educados para la vida social a causa de la indolencia e indiferencia en lo relacionado a la cosa pública, por lo que según el editor, recorrían el camino a la disolución o hacia la más detestable anarquía. En este contexto, la publicación pretende trabajar por el bien público modificando la actitud de los pueblos que conforman el Estado Soberano del Tolima, buscando que estos pasen de la inercia a la vida activa y fecunda de la libertad. Así mismo, es valorado el buen cumplimiento de los deberes cívicos y de la función pública en la nota titulada “horroroso crimen”,92 que relata cómo ante el lamentable delito de estupro cometido a la jovencita Elena Pórtela, de ocho años de edad por Bautista Nieto, hombre de 30 años e Inspector local de Instrucción Pública del distrito de Ortega, el procurador prestó particular interés contribuyendo con el Alcalde para que el sujeto se hiciese reo y sintiera el peso de la ley. El Bien Público. Órgano de los intereses del Partido Liberal del Tolima, dirigido por Eusebio Castillo M, era publicado cada mes en la imprenta de A.P. y su distribución era gratuita únicamente para los partidarios de la candidatura de Clímaco Iriarte. De su tiraje se conservan un total de 10 números divididos de la siguiente forma: 8 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 18 de junio de 1883 (n.o 1) hasta el 18 de agosto de 1883 (n.o 10), y 2 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 2 de julio de 1883 (n.o 3) hasta el 30 de julio de 1883 (n.o 7). La impresión de El Bien Público surgió para incentivar la cohesión al interior del Partido Liberal alrededor de la candidatura de Clímaco Iriarte a la presidencia del Estado Soberano del Tolima, que tenía como opositor a Gabriel Gonzales.93 Entre el contenido del periódico ya citado, encontramos un número dedicado a la figura de Bolívar en el que se 91 92 93

La Crónica Forense, Neiva, n.o 1, 27 de febrero de 1883. La Crónica Forense, Neiva, n.o 4, 7 de abril de 1883. El Bien Público, Neiva, n.o 1. 18 de junio de 1883.


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realiza una narración y descripción de la importancia de la imagen del prócer, y una columna preocupada particularmente por determinar su relevancia para Latinoamérica.94 El Elector. Órgano del Partido Liberal unionista del Tolima era una publicación irregular, cuya frecuencia derivaba de los intereses del partido. La dirección estaba a cargo de Aparicio Gutiérrez, era publicado en la imprenta de Alejandro Rojas y distribuido de manera gratuita. De su tiraje se conserva 1 número en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, correspondiente al 1.o de agosto de 1883 (n.o 1). La impresión de El Elector inició con el firme propósito de apoyar la candidatura de Gabriel Gonzales a la presidencia del Estado Soberano del Tolima y de José Eusebio Otálora a la presidencia de la Unión. En su contenido se ve expuesta la lista de los partidarios de Gonzales y una nota del Comité Central Liberal del Departamento del Sur,95 en la que rechaza la campaña del señor Clímaco Iriarte, argumentando que, de manera fraudulenta, cuatro ciudadanos pretendían concentrar la opinión en favor de él. En el mismo sentido, es publicado un escrito titulado “en la Brecha”,96 que reafirma el objetivo del periódico de apoyar a Gabriel Gonzales y de denunciar sin contemplaciones los abusos que eran cometidos por empleados y particulares en su búsqueda de resultados favorables durante la jornada electoral. La Buena Nueva. Lecturas religiosas, morales, científicas, de literatura i variedades fue una publicación de carácter religioso, dirigida por el sacerdote Rudecindo Castillo y publicada en la imprenta de A.P. De su tiraje se conserva 1 número en la Biblioteca Nacional de Colombia, del 21 de agosto de 1883 (n.o 3). En la descripción del contenido de La Buena Nueva, esta se definía a sí misma como un “periódico para todos”,97 y como una prensa cuyas noticias se alejarían del debate político, teniendo como objetivo principal impulsar la erección de un Obispado en el Tolima y la educación de los feligreses en las enseñanzas de la religión católica. Para esto reafirmaba la importancia de la cristiandad y los valores sociales que se consideraban opuestos a la secularización que cambiaba hasta la manera de saludar de los habitantes de la ciudad.98 Contiene, además,

94 95 96 97 98

El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883. El Elector, Neiva, n.o 1, 1.o de agosto de 1883. El Elector, Neiva, n.o 1, 1.o de agosto de 1883. La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de agosto 21 de 1888. La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de agosto 21 de 1888.

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un texto traducido del francés titulado “la mujer como debe ser”,99 y una sección de literatura que contiene un canto a Bolívar. La Reintegración fue una publicación semanal, producida en la imprenta de A.P. y que se vendía con un costo de 80 centavos por la serie de 12 números y de 10 centavos por número suelto. De su tiraje se conserva un total de 9 números, repartidos de la siguiente forma: 3 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 1.o de enero de 1884 (n.o 6) hasta el 12 de febrero de 1884 (n.o 11); y 6 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 4 de diciembre de 1883 (n.o 2) al 12 de febrero de 1884 (n.o 11).100 En el contenido de La Reintegración se destaca su carácter liberal radical, y se da cuenta de la disputa política entre los liberales de la región; precisamente, el periódico citado participaba activamente en el intenso debate político en cada uno de sus números, mediante la reproducción de columnas de opinión y la reproducción de comunicaciones de distintas figuras del Partido Liberal. Entre su contenido, sobresale el debate que el periódico mantenía ante los partidarios de Gabriel Gonzales, al decir que estos se “apropiaban” del título del Presidente cuando este había llegado a la presidencia del Estado no solo gracias a ellos, sino al esfuerzo magnánimo de los liberales.101 De igual manera, se mantiene una controversia frente al periódico La Buena Nueva,102 del cual reconoce su derecho a educar a sus feligreses, pero se discute que en dicha publicación se hagan afirmaciones como que el dinero es de Dios (por tanto de las iglesias), y que se debe renunciar a todo lujo. La Cátedra. Periódico de Instrucción Pública, de carácter quincenal, surgió como iniciativa del inspector del Departamento de Sur y del jefe de la Sección de Instrucción Pública, con el apoyo de Eusebio Castilla como director de la Instrucción Pública del Estado. Esta publicación de la imprenta A.P. se vendía con un costo de 2 pesos por la suscripción anual, y de 10 centavos por número suelto. De su tiraje se conservan 5 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van desde el 23 de julio de 1884 (n.o 1) hasta el 24 de noviembre de 1884 (n.o 5). El periódico La Cátedra pretendía impulsar la instrucción pública primaria en el departamento, objetivo que no logró cumplir debido a que solamente publicaba documentos oficiales. De su contenido destacamos 99 100 101 102

La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de agosto 21 de 1888. Faltan los números 5 y 9. La Reintegración, Neiva, n.o 7, 8 de enero de 1884. La Reintegración, Neiva, n.o 11,12 de febrero de 1884.


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“Lo que debe ser una Educación Liberal”,103 de Thomas H. Huxley, texto traducido del inglés por Pablo García Medina, donde se plantea que impartir educación es dirigir una inteligencia hacia el conocimiento de la naturaleza, entendida esta última como los hombres y sus costumbres; así mismo, proponía Huxley que educar es también el hecho de amoldar las afecciones y la voluntad de los hombres a un sincero deseo de moverse en armonía con las leyes de la naturaleza. De igual forma, las inserciones literarias se encuentran presentes en La Cátedra como un elemento que reafirma su interés por estimular la educación —y por ende la cultura— de los habitantes de la ciudad por medio del empleo de fragmentos de textos reconocidos; ejemplo de ello sería “La escuela de los Robinson” de Julio Verne, del cual se publicó su primer capítulo.104 En La Cátedra se incluían secciones dirigidas a instruir a los maestros y lectores en técnicas de enseñanza y lecciones, como las “Lecciones de teneduría de Libros”,105 en el que se enseñaba el manejo de la partida sencilla y doble, del inventario mercantil, de los libros principales y auxiliares, y del diario mercantil entre otros; aquí se presenta una visión de la contabilidad como el arte de describir en libros las cuentas que se manejan para que el interesado pueda conocer la situación de sus bienes. Alto Magdalena. Órgano de la juventud liberal. Periódico político, literario i noticioso fue una publicación quincenal dirigida por Manuel Lopera G. y Benjamín Santofimio G y editada por Alejandro Rojas. Tenía un costo de 2 pesos por la suscripción semestral y de 1 peso por trimestre. De su tiraje se conservan 15 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 3 de mayo de 1884 (n.o 1) hasta el 1.o de diciembre de 1884 (n.o 15). El Alto Magdalena era de carácter liberal independiente y buscaba congregar a la juventud del liberalismo tolimense con el fin de incentivar la cohesión al interior del partido. En su contenido encontramos la noticia titulada: “Palabras i Hechos”, la que evidenciaba su preocupación por mantener una coherencia entre su postura ideológica y su actuación política. Dicha mención es realizada por el Alto Magdalena con el fin de denunciar los comportamientos que consideraba incoherentes entre aquellos liberales que actuaban como conservadores y los conservadores 103 104 105

La Cátedra, Neiva, n.o 1, 23 de julio de 1884. La Cátedra, Neiva, n.o 2, 6 de agosto de 1884. La Cátedra, Neiva, n.o 1, 23 de julio de 1884.

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que parecían liberales; estas contradicciones eran preocupantes ya que acentuaban la fragmentación del liberalismo.106 Otra de las noticias más representativas del contenido del Alto Magdalena se titula “Fusión de los partidos”. En ella se hace referencia a la administración de Rafael Núñez, afirmando que este configuró su ministerio con conservadores y liberales por igual, haciendo parecer que se pretendía una fusión partidista. Sin embargo, los redactores del periódico apuntan que la verdadera solución ante las tensiones y problemáticas bipartidistas era dejar que cada partido actuara independientemente, garantizando el derecho de cada a uno a expresar su opinión y a participar de manera justa en la política nacional.107 Es preciso anotar que en el Alto Magdalena se encuentran comentarios a los editoriales de los otros periódicos en circulación, tales como La Estrella del Tolima, La Escuela, La Revista Judicial, etc. En estos comentarios se puede vislumbrar la interacción y la intertextualidad entre las publicaciones seriadas del siglo xix de la ciudad de Neiva, que en muchos casos se presenta mediante un debate entre publicaciones o como una referencia al contenido de otros medios. La Grilla. Órgano de los Profanadores era un suplemento del periódico Alto Magdalena y se publicaba semanalmente en la imprenta A.P.; era distribuido a 60 centavos la serie de doce números y a 5 centavos por número suelto. El cuerpo de redacción de La Grilla estaba compuesto por Alejandro Galindo, Alejandro Zárate, David Montealegre, Juan A. Castillo, Hermógenes Quiñones, Francisco Ramírez, Manuel Lopera y Josué Tello. Se conservan de su tiraje 2 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 6 de junio de 1884 (n.o 1) hasta el 14 de junio de 1884 (n.o 2). El contenido de La Grilla giraba en torno a una crítica mordaz a la vida política de la ciudad de Neiva. Entre sus noticias más destacadas encontramos una titulada “Registro civil y rebeldía de los curas”,108 en la que se polemiza sobre el papel que desempeñaban los curas en el matrimonio civil o eclesiástico, infiriendo que la responsabilidad de los clérigos no era obligar a la gente a casarse, sino acompañar los tramites notariales mediante los que se efectúa un matrimonio; por lo cual, sí estos no cumplían su función ante el registro civil, podían 106 107 108

Alto Magdalena. Órgano de la juventud del partido liberal, Neiva, n.o 4, 14 de junio de 1884. Alto Magdalena. Órgano de la juventud del partido liberal, Neiva, n.o 9, 6 de septiembre de 1884. La Grilla, Neiva, n.o 2,14 de junio de 1884.


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ser considerados rebeldes. Así mismo, en el titular “Por qué somos liberales”109 se efectúa una crítica a la participación de los partidos políticos en la organización gubernamental; aunque el Alto Magdalena señalaba que los conservadores debían solamente tributar y no esperar recibir algún beneficio del gobierno, La Grilla denunciaba la existencia de liberales “volteados” —incluso en su cuerpo de redacción— que esperaban recibir algo de las migajas presupuestales en el momento en que los conservadores asumieran el poder. El Grillo fue una publicación quincenal, dirigida por Dionisio Soto y publicada en la imprenta A.P.; su precio de venta era de 50 centavos por la suscripción trimestral o la serie de seis números, y de un real por un número suelto que era vendido en la tienda del señor Félix Páez. De su tiraje se conservan 7 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 12 de enero de 1884 (n.o 2) hasta el 19 de abril de 1884 (n.o 9).110 Entre las noticias publicadas por El Grillo encontramos una titulada “Escuela de artes y oficios”, en la cual, teniendo en cuenta la situación de la economía y los niveles de producción del Tolima, se procuraba promover los oficios artesanales en el estado e incentivar el progreso de la sociedad tolimense.111 Otra noticia importante se titulaba “La honradez de los gobiernos”, y en ella se exponía la necesidad de que los integrantes de una sociedad manifestaran confianza hacia su gobierno, ya que, a pesar de los problemas económicos que se pudieran presentar, solo así se podía garantizar el desarrollo de una nación.112 Por último, en el contenido de El Grillo podemos encontrar una noticia que, de manera poética, intentaba evitar la realización de matrimonios forzados en el Tolima; la nota se tituló: “protesta contra los casamientos forzados”.113 El Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima fue un periódico que se publicaba generalmente dos veces por semana en la Imprenta del Estado, y cuya suscripción y venta se realizaba en la Tesorería del Estado; 12 números costaban 1 peso, 10 centavos el número suelto y 6 pesos la suscripción anual. Entre los encargados de su publicación estaba el jefe de la Sección de Gobierno del departamento. De su tiraje se conservan en la

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Biblioteca Nacional de Colombia 142 números que van del 7 de enero de 1886 (n.o 33) hasta el 5 de marzo de 1887 (n.o 149).114 El contenido del Registro Oficial da cuenta de las circunstancias generales del Estado Soberano del Tolima, a manera de un balance político, económico y judicial de la ciudad de Neiva y de la región en general; su presentación se realizaba a través de proclamas oficiales de las instituciones gubernamentales y administrativas. Las principales columnas mediante las que se relaciona el devenir político-administrativo del Estado soberano eran: “Gobierno del Estado”, “Secretaría del Gobierno”, “Secretaría de Hacienda”, “Poder Judicial” y “Anuncios”. En lo referente a la columna titulada el “Gobierno del Estado”, encontramos noticias relacionadas con el nombramiento de funcionarios, como sería el caso del Decreto 308 de mayo 9 de 1886, mediante el que se daban a conocer los nombramientos para los cargos estatales del Estado Soberano Tolima,115 y la relación de la documentación administrativa y judicial que se expedía y llegaba a la ciudad de Neiva.116 Por otro lado, las noticias que se relacionan con la columna dedicada a la Secretaria de Hacienda daban cuenta de las finanzas, la productividad y la rentabilidad que poseía el Estado Soberano del Tolima, mediante cuadros de relación de la producción de las minas y, en general, de la economía departamental. Ejemplos de lo dicho serían: la relación de los títulos de minas que registrados en la tesorería de la ciudad de Neiva, de acuerdo con el capítulo 10 del cogido de minas para el año de 1886;117 el cuadro general del impuesto directo del departamento del centro, relativo al año de 1886 y publicado en el Guamo;118 y, por último, el balance de la cuenta general del presupuesto y del tesoro del 31 de agosto de 1886.119 Para finalizar, es preciso mencionar que gracias al carácter oficial del Registro Oficial en su contenido confluyen noticias de diversa índole (circulares, oficios, remitido, balances, estados de cuentas, etc.) que permiten observar la estructura legislativa, jurídica y judicial del Estado Soberano del Tolima.

114 109 110 111 112 113

La Grilla, Neiva, n.o 2,14 de junio de 1884. Faltan los números 1 y 7. El Grillo, Neiva, n.o 3, 26 de enero de 1884. El Grillo, Neiva, n.o 8, 5 de abril de 1884. El Grillo, Neiva, n.o 9, 19 de abril de 1884.

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115 116 117 118 119

Faltan los números 73, 74, 79, 80, 85, 107 y 135. Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima, Neiva, n.o 52,16 de marzo de 1886. Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima, Neiva, n.o 63, 24 de abril de 1886. Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima, Neiva, n.o 50, 9 de marzo de 1886. Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima, Neiva, n.o 58, 5 de abril de 1886. Registro Oficial. Órgano del Gobierno del Tolima, Neiva, n.o 103, 10 de septiembre de 1886.


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La Crónica Judicial del Tolima, Órgano del Poder Judicial fue una publicación quincenal120 editada por David Orjuela y publicada en la Imprenta del Estado, cuya suscripción de 12 números tenía un precio de 1 peso y de 10 centavos por número suelto. De su tiraje se conservan 28 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van desde 12 de julio de 1886 (n.o 1) hasta el 15 de febrero de 1887 (n.o 29).121 Esta publicación respondía a la necesidad del ramo judicial de tener un órgano de comunicación que llenara el vacío que el Registro Oficial no alcanzaba a cubrir, debido a que la mayoría de páginas de este último se dedicaba a los decretos del Ejecutivo. En sus páginas se publican oficios, decretos, autos, actas, edictos y demás asuntos relativos al poder judicial. El Unitario fue un periódico de publicación semanal de propiedad de David Orjuela y redactado por Rómulo Valenzuela, publicado en la Imprenta del Estado, y cuya suscripción tenía un valor de 80 centavos por 12 números y de 1 real por número suelto. De su tiraje se conservan un total de 22 números divididos de la siguiente forma: 18 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 29 de septiembre de 1886 (n.o 4) hasta el 14 de marzo de 1887 (n.o 22), y 5 números en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, que van del 15 de septiembre de 1886 (n.o 2) hasta el 8 de enero de 1887 (n.o 18). El contenido de El Unitario se preocupa por profesar y sostener las doctrinas católicas en las que se apoya la Regeneración; por tal motivo, el protestantismo como doctrina diferente al catolicismo es definido en las páginas del semanario como una organización que había llegado para vender libros prohibidos a los católicos,122 o como un engaño que se encontraba bajo el mando de un “misionero de la herejía”. También se informaba sobre la unificación de la República,123 noticia que era percibida como el resultado del camino trazado por la Regeneración, con una constitución que amparaba las garantías sociales; esta debía acatarse, pues como el mismo periódico la definía, era “el único camino para ser libres y merecer la libertad”.124 El Aviso. Periódico comercial, de noticias y variedades, órgano quincenal de circulación gratuita, se editaba en la Imprenta de Guillermo Arciniegas, quien asumía la responsabilidad sobre su publicación. De su tiraje se conservan 120 121 122 123 124

Que se publicaba en números dobles. Su publicación continuó en la ciudad de Ibagué. El Unitario, Neiva, n.o 4, 29 de septiembre de 1886. El Unitario, Neiva, n.o 19, 25 de enero de 1887. El Unitario, Neiva, n.o 9, 3 de noviembre de 1886.

La prensa decimonónica

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6 números en la Biblioteca Nacional de Colombia, que van del 10 de febrero de 1890 (n.o 1) hasta el 20 de septiembre de 1890 (n.o 7).125 El Aviso estaba dedicado a incentivar el comerció en la región de Neiva y a estimular la actividad mercantil en el Sur de Tolima, tomando distancia de los debates políticos que se veían expuestos en la mayoría de las publicaciones de la ciudad por ese entonces.126 Entre el contenido más destacado de El Aviso encontramos un fragmento del Decreto Oficial n.o 151 de 1888, subtitulado “sobre prensa”.127 Allí se estipulaba que la imprenta y los periódicos debían ser empleados para el beneficio de los habitantes de la ciudad y del Estado, y que los abusos que esta podía cometer serían prevenidos y reprimidos. De igual forma, acorde con el interés mercantil de El Aviso, encontramos el anuncio publicitario de la fábrica de armas The Union Metallic Cartridge Co.,128 que tenía sede en la ciudad de Neiva, y el de la máquina de coser “la Standard”, publicitada como “la más completa, la más suave y silenciosa, la más ligera y la más durable de cuantas se conoce”.129 Estos ejemplos ratifican la preocupación del medio por promover la faceta comercial de Neiva y el empleo de nuevas tecnologías en el sector productivo. Las descripciones anteriormente realizadas han superado la enumeración de títulos que había caracterizado los estudios sobre la prensa de Neiva, avanzando a un análisis individual de cada título editado en la ciudad y planteando algunas generalidades sobre los periódicos neivanos decimonónicos que permitan comprender el desarrollo de la prensa escrita en la ciudad entre 1850 y 1890. A continuación presentaremos el resultado de la lectura, compilación y análisis de las publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva durante dicho periodo.

Conclusiones

Luego de haber realizado un balance general sobre las publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva que se editaron durante el siglo xix, de establecer los temas de interés de las mismas y de solucionar el problema 125 126 127 128 129

Falta el número 3. El Aviso, Neiva, n.o 1, 10 de febrero de 1890. El Aviso, Neiva, n.o 1, 10 de febrero de 1890. El Aviso, Neiva, n.o 6, 30 de mayo de 1890. El Aviso, Neiva, n.o 1, 10 de febrero de 1890.


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de la dispersión documental que presentaba la prensa de la ciudad, es posible realizar algunas consideraciones sobre su desarrollo. Inicialmente debemos mencionar que la aparición de la prensa escrita en la ciudad de Neiva, relacionada aquí con la publicación del periódico Alto Magdalena, del cual conservamos un primer ejemplar del 12 de agosto de 1855 (n.o 70), nos permite aseverar, gracias a que es una publicación de carácter semanal, que el origen de las publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva data del año de 1854. Sin embargo, nos abstenemos de establecer la fecha exacta de este evento, dado que podríamos incurrir en un error debido a los problemas editoriales que retrasaban la publicación de los periódicos durante el siglo xix. En un segundo momento, la recopilación de las series editoriales de la prensa de Neiva y el análisis de cada uno de los títulos editados en la ciudad nos permite establecer que, luego de la aparición del primer periódico a mediados del siglo xix, el clímax de las publicaciones seriadas de la ciudad se presentó durante la década de 1880, al publicarse un total de 19 periódicos de los 29 que se editaron durante el siglo xix en la ciudad. Lo que en términos cualitativos representaría el 65,5 % de las publicaciones seriadas (ver gráfico 1).

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Sumado a lo anterior, debemos mencionar que el análisis de la prensa de Neiva y la reconstrucción de sus series editoriales plantea una problemática relacionada con el traslado de las publicaciones oficiales del Estado Soberano del Tolima —publicadas en Neiva— a otras ciudades que también fueron capital del Estado como Ibagué y Natagaima.130 Con lo dicho, consideramos que el siguiente paso en la historia de la prensa de la región debe ser un estudio que analice en conjunto las publicaciones de todo el Estado Soberano del Tolima, ya que no solo se comparte un espacio geográfico entre las distintas ciudades de la región, sino también un pasado político y social común.

Gráfico 1 Publicaciones seriadas de Neiva, siglo xix

Las fechas que se presentan en este cuadro corresponden a las extremas del material recopilado. Los títulos de prensa acompañados de un asterisco al final se encuentran únicamente en la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia. Los encabezados de la prensa recolectada se pueden ver en el anexo del capítulo.

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Los periódicos que ilustran este problema son: El Municipal, El Registro Oficial y La Gaceta del Tolima.


La ciudad hecha tinta o la tinta hecha ciudad Las imágenes de la ciudad de Neiva en la prensa escrita, 1850-1900 Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

El estudio de las publicaciones seriadas del siglo xix en el contexto nacional

ha sido un elemento de segundo orden en las reflexiones de historiadores y estudiosos de la historia, debido a la definición de la prensa decimonónica como una fuente tendenciosa que respondía únicamente a los intereses políticos de sus redactores y editores. En palabras de Eduardo Posada Carbó, dicho descuido se entendería “en buen parte por ese desprecio por la historia política que dómino la disciplina”.1 Sin embargo, los estudios de la prensa decimonónica tienen un campo de acción mayor al político o al de la clásica problemática que se interesa por establecer los antecedentes del periodismo moderno en la prensa del siglo xix, para centrar su atención en la comprensión del papel de la prensa en el proceso de configuración nacional y, en este sentido, en la definición y conjunción de la esfera pública y la opinión pública.2 1

2

Posada Carbó, Eduardo, “Libertad, libertinaje, tiranía, 1863-1865”, en Alonso, Paula, Construcciones impresas. Panfletos, diarios y revistas en la formación de los estados nacionales en América Latina, 1820-1920, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, pág. 184. Álvarez Gaviria, Jesús María y Uribe De Hincapié, María Teresa, Cien años de prensa


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Paula Alonso anotó, respecto a lo comentado, que este nuevo enfoque de los estudios de prensa, en dónde las publicaciones seriadas se entienden en razón de su contexto social y cultural, se enmarca dentro de la denominada nueva historia de la prensa,3 caracterizada por analizar las experiencias editoriales decimonónicas como elementos culturales determinantes en un proceso histórico especifico, en el que la prensa cumple una función pedagógica en la organización político-administrativa.4 Alonso agregó que “la prensa era el vehículo de proyectos, el instrumento de debate, el propulsor de valores, uno de los principales medios de hacer política, de reproducir y construir imágenes de la sociedad”.5 En medio de nuestra argumentación no podemos dejar de recordar la riqueza documental que se recrea en la prensa escrita; para ello, recurriremos a los postulados de María Teresa Uribe de Hincapié y Jesús María Álvarez Gaviria, que recogen, en gran medida, la impresión que tenemos sobre la prensa de la siguiente manera: A través de la prensa se puede identificar qué se pensaba y por quiénes sobre lo sagrado y lo profano, su sentido del arte, de lo moral, de las costumbres, la economía y la política. Además, ella permite conocer cómo se interpretaron desde distintos lugares los hechos que hoy consideramos como fundamentales en la vida nacional, y otros que quizá hoy no se valoren tanto pero que en su momento constituyeron la piedra angular del debate en el país.6

Si atendemos lo expresado por Uribe de Hincapié y Álvarez Gaviria, podemos establecer que el análisis de las publicaciones seriadas del siglo xix se presenta como un elemento clave en la comprensión del devenir histórico de las regiones, localidades y ciudades de la actual Colombia, debido a la diversidad de las noticias que se publican en la prensa, que responden y expresan las preocupaciones, pasiones, intereses y problemáticas de los

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en Colombia 1840-1940. Catálogo indizado de la prensa existente en la Sala de Periódicos de la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, 2.a ed., Medellín, Universidad de Antioquia, 2002. Sobre la nueva historia de la prensa, ver Landes, Jean B., “More tan words: The printing press and the french revolution. A review easy”, en Eighteen-Century Studies, vol. 25, n.o 1 (Autumn, 1991). Alonso, Paula, Construcciones impresas. Panfletos, diarios y revistas en la formación de los estados nacionales en América Latina, 1820-1920, México, Fondo de Cultura Económica, 2003. Alonso, Construcciones impresas… pág. 10. Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapié, Cien años de prensa… pág. xiii.

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habitantes de un lugar determinado. Es preciso anotar que no desconocemos los sesgos políticos que se exhiben en la prensa; sin embargo, precisamente, la existencia de los mismos nos da la posibilidad de estudiar los imaginarios que se construyen en la prensa escrita y las imágenes sobre los que se sustentan, ya qué podemos comprender a la prensa como “el reflejo a veces intencionalmente distorsionado, de la vida de la nación y de las regiones con todos sus altibajos, sus luces y sus sombras; de allí su importancia para la investigación sociohistórica y política”.7 Según lo anterior, debemos precisar las particularidades del estudio de prensa que aquí se propone, que está interesado en dar cuenta de las imágenes de la ciudad de Neiva que aparecen en sus publicaciones periódicas. Una de las principales problemáticas que se presentan en los estudios de prensa en el contexto nacional se relaciona con la poca información que se tiene respecto a los periódicos editados durante el siglo xix, debido al estado embrionario de las descripciones y en gran medida a los pocos estudios que se interesan por sobrepasar la parte descriptiva de la prensa decimonónica para analizar en su conjunto, precisamos en un análisis de conjunto, ya que no podemos desconocer los estudios que se han interesado en la problematización de una sola publicación. En este sentido, estamos de acuerdo con Uribe de Hincapié y Álvarez Gaviria cuando indican que ”la utilización de prensa como fuente documental no constituye ninguna novedad para los estudios históricos y de interpretación política, es necesario afirmar que, hasta el momento, esta ha sido subutilizada, epidérmicamente abordada y solo eventualmente citada para ilustrar un suceso que se describe o para darle fuerza argumental y alguna validez a un tesis que se sustenta”.8 Sin embargo, para el caso de la ciudad de Neiva la historia de la prensa cuenta con una cantidad considerable de trabajos, entre los que destacamos el titulado “Prensa decimonónica del la ciudad de Neiva. Apuntes para su historia”, publicado en esta misma obra y en el que los autores del presente artículo establecieron el panorama general de las publicaciones seriadas de Neiva para poder realizar un estudio como el aquí propuesto. Con la intención de dar cuenta de las imágenes que se recrean de la ciudad de Neiva desde la prensa, debemos establecer las coordenadas de lectura básicas que ofrecen las publicaciones periódicas para realizar un análisis sobre la ciudad, sus características y predicamentos, en este caso 7 8

Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapié, Cien años de prensa… pág. xi. Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapié, Cien años de prensa… pág. xii.


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nos referimos a tres en particular: progreso, moral y civilización. Los tres elementos mencionados se conjugan en razón de la imagen de una ciudad que se encuentra en una constante búsqueda de autonomía, que pretende caracterizarse como un lugar ideal para ser capital del Estado Soberano del Tolima, así como un lugar de atractivo comercial que no posee las características negativas en términos climáticos y salubres que los viajeros de inicio del siglo xix le habían atribuido.9 Al considerar el objetivo de nuestra investigación, pretendemos resaltar la diversidad temática e intencional que se encuentra en la prensa de Neiva durante el siglo xix, sin dejar a un lado u obviar la estrecha relación política y de partidos que se establece entre las publicaciones periódicas, sus editores y suscriptores. Por lo cual, el resultado de nuestra investigación es una aproximación al proceso de configuración de la ciudad de Neiva y, especialmente, a las proyecciones que sobre ella construyen sus habitantes en respuesta a las exigencias de su entorno y sus propias demandas. Además del objetivo que pretendemos alcanzar, queremos contribuir a la historia de Neiva no solo con un ejercicio novedoso en cuanto al trato que se le da a su objeto de estudio (la prensa escrita), sino, de igual manera, dotar al análisis histórico de la sociedad huilense con una apuesta analítica y una relación documental en la que se comprende y entiende a la ciudad como un sujeto histórico cambiante. Es en este sentido, el estudio de prensa que aquí proponemos se acompaña de un breve análisis de temáticas como: la definición de la ciudad, la política, la economía, los anuncios comerciales, la literatura, la moral, la educación y la vida cotidiana, entendiendo estas como algunas de las materias ofrecidas por la prensa a través de las que podemos ahondar en el conocimiento del imaginario de la ciudad de Neiva o, para ser precisos, en la comprensión de la imagen que se proyecta por medio de sus publicaciones seriadas.

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Potter Hamilton, John, Viajes por el interior de las provincias de Colombia, Bogotá, Banco de la República, 1995.

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Neiva ciudad privilegiada. Imagen de salubridad, abundancia, orden y libertad

Desde las primeras publicaciones periódicas de la ciudad de Neiva, se

hace evidente el interés por mostrar la ciudad como un lugar civilizado y de buen vivir. Para alcanzar dicho propósito, las publicaciones seriadas difunden la imagen de Neiva como un lugar privilegiado que cuenta con favorables condiciones geográficas, climatológicas, económicas, humanas y culturales. Un ejemplo del propósito de la prensa neivana se encuentra en un llamado que se hace en el periódico Huila a través de una circular, que comunica lo siguiente: Como en el periódico debe reflejarse, por decirlo así, la fisionomía de la Provincia en sus diversas faces, es indispensable que las personas instruidas i en capacidad de contribuir con su continjente de luces al desarrollo de los elementos civilizadores, se tomen la pena de consagrar algunas horas al exámen de los puntos indicados, para remitir a la ajencia encargada de recoger los materiales, bien los artículos ya para insertarse en el periódico, o bien los datos o apuntes que sirvan de base a los colaboradores encargados de redactarlos.10

En este orden, es notorio el interés del periódico Huila por dar cuenta de las riquezas naturales y culturales de la ciudad, por lo que se estaba solicitando información para publicar sobre “las producciones naturales y agrícolas, minas, comercio, movimiento de población, costumbres, antigüedades, situación geográfica, gobierno municipal, instrucción pública, mejoras materiales e historia”.11 Las preocupaciones exhibidas por el periódico Huila fueron nuevamente atendidas por Alto Magdalena, cuyo interés por dar a conocer el escenario geopolítico de la ciudad, se extendió hasta tal punto que en su contenido se realizó un recuento que comprendía muchas de las facetas de la vida al interior de la provincia de Neiva y de la composición de la ciudad, las cuales se ven expuestas en la publicación del “Ensayo

10 11

El Huila, Neiva, n.o 3, 1 de julio de 1855. El Huila, Neiva, n.o 3, 1 de julio de 1855.


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descriptivo de la ciudad de Neiva”12 que aparece en varios números, presentando diferentes aspectos de la ciudad como la situación geográfica, la condición atmosférica y la salubridad. Respecto a la situación geográfica el “Ensayo descriptivo” ubica la ciudad de Neiva en el siguiente espacio: “A los 3º 6’ 40’’ latitud N., i a los 1º 15’’ longitud occidental del meridiano de Bogotá, a la orilla oriental del rio Magdalena, sobre un bellísimo plano arenoso, a 65 leguas de camino de Bogotá.”13 Sobre la condición atmosférica postula que: Su temperatura es por lo regular de 28º centígrados; pero en muchos meses, abril, mayo i junio i en octubre, noviembre i diciembre, baja el termómetro a 25º (20º de Reaumur o 77º de Fahrenheit); sin embargo, en setiembre i febrero sube regularmente al punto sofocante de 35º centígrados. Los días de Neiva son hermosos por demás, a tal grado, que los neivanos se lamentan hiperbólicamente de su hermosura, i es digno de notarse, como llaman lindo lindísimo el día raro, que por algunas fujitivas horas suele presentarse triste i nubloso en las estaciones de lluvias; en lo jeneral, bajo un cielo azul turquí de los más bellos de la n.g., se ostenta un horizonte poético, alfombrado de prados i sembrado acá i allá de arboles i arbustos tropicales. Solamente lo que por aquí se llama verano (estación calorosa i seca) nos presenta —a esepcion de la temperatura— todo lo desapacible de un invierno europeo. —Un poco ménos rigorosa que fuese la fatigante estación,— i Neiva iría hoi en materia de progreso en el siglo 25º.14

Luego de la descripción inicial de Alto Magdalena que se preocupa por establecer las coordenadas generales de la ubicación y el clima de la ciudad de Neiva, la atención de esta publicación se dirige hacia la salubridad, aspecto que es ampliamente tratado en la prensa con la intención de desmentir rumores y mostrar la provincia y la ciudad como un lugar habitable; así las cosas, y al estar la salubridad directamente relacionada con las condiciones climatológicas, el “Ensayo descriptivo” define el clima de la provincia como sano, por no ser este demasiado cálido a excepción de las dos épocas mencionadas, señalando además que no eran pocos los ejemplos 12 13 14

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856.

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de longevidad y fecundidad: “Con frecuencia se han conocido ancianos, que han bajado al sepulcro después de contar 80, 90, 100 i mas años de vida, i madres ufanas con sus 12, 14 i aun 20 hijos.”15 En el mismo sentido es abordada la existencia de enfermedades, particularmente el carate, del que se afirma en la prensa que era una afección de fácil y rápida curación que había sido considerada como un signo característico de un neivano de buena ley. Así mismo, Alto Magdalena niega enfáticamente que Neiva fuese una ciudad donde abundara la enfermedad conocida como el coto y el lazarino, aclarando que eran padecimientos mucho más graves que el benigno carate, y que estaban prácticamente ausentes de la ciudad; sin embargo, es referenciada la existencia de algunos casos de coto al sur de la provincia y de tres de lazarino, para con ello demostrar que eran casos esporádicos y no males endémicos de la región. El interés en torno a esta problemática surge por las constantes confusiones de los viajeros que proyectaban una imagen negativa de la ciudad, al confundir una de las variedades del carate con la peligrosa enfermedad del lazarino.16 Como hemos podido observar, hasta el momento, desde las descripciones que inicialmente hace la prensa sobre la ciudad de Neiva, se manifiesta la importancia de presentar y describir a la ciudad como un lugar salubre, cualidad directamente relacionada con la civilización. Por tal motivo, son resaltados por la prensa elementos de salubridad como los baños, que para la época eran entendidos como “las aguas que sirven para bañarse y el sitio donde están,”17 diciendo que eran abundantes en Neiva, y afirmando que estos contribuían con que las gentes de la ciudad y la 15 16

17

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El carate es una enfermedad tropical contagiosa que se caracteriza por generar lesiones pigmentarias en la piel, sin invadir los órganos internos de una persona, mientras que el coto y el lazarino, son enfermedades mucho más graves; siendo la primera una inflamación de la glándula tiroides, y la segunda la temida lepra. Para algunas anotaciones respecto al coto en el contexto de la Nueva Granada, ver: http:// www.encolombia.com/medicina/academedicina/medicina23201-revisi%C3%B3nhist%C3%B3rica2.htm (consultado el 21 de agosto de 2011). En cuanto a la conocida historia de la lepra, ver: http://www.encolombia.com/medicina/academedicina/ academ25161-lepra.htm (consultado el 21 de agosto de 2011). Para un análisis del carate realizado por Rafael Medina, director del Instituto Nacional de Venereología (Caracas), en el contexto venezolano, ver: http://svdcd.org.ve/revista//1962-63/Web/ P%E1ginas%20de%20DV-3-N3y4-1962-63-CarateParte1.pdf (consultado el 21 de agosto de 2011). Definición tomada de Real Academia Española, rae u 1852, Madrid, Imprenta Nacional, 1852, pág. 87 Consultado el 21 de agosto de 2011 en: http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGU IMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.


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provincia fueran natural y extremadamente aseadas, limpias y decentes.18 Dichos baños son: el río Magdalena, la quebrada de Las Ceibas, Rioloro, y la quebrada de La Tonta; además de las fuentes termales. Estos baños no solo son mencionados en la prensa de manera pasajera, sino que se plantea el estudio y aplicación de sus facultades medicinales, por lo que no es de extrañar que sean descritos de manera atenta. A continuación presentaremos una breve relación de lo apuntado en la prensa: El río Magdalena como de temperatura fría, tónico para los nervios y atemperante para los sanguíneos. La quebrada de Las Ceibas como de temperatura superior al Magdalena pero aún fresca, propia para todas las constituciones. Rioloro como ligeramente tibio y agradable para las personas de constitución fría. La quebrada de La Tonta como un baño verdaderamente tibio y adecuado para los reumáticos. Baños termales entre los que se destacan los del sitio de Agua-Caliente.19

Otro elemento relacionado con la salubridad destacado en la prensa neivana se relaciona con la ventilación o con las corrientes de aire que se presentaban en la ciudad, y que se comprendían como sinónimos de condiciones adecuadas para vivir: “Es mui libre, a causa de los vientos del S. dominantes en los meses secos de enero, febrero, agosto i setiembre, i los del N. i E. en los tiempos de lluvias, que son los meses restantes con mui pocas modificaciones. Distando, de 8 a 10 leguas entre sí, las colinas que circuyen o encajonan hacia el E, i O. el plano de Neiva, dejan una estensa llanura, donde solo se respira un aire puro i embalsamado.”20 Estos elementos de salubridad que son destacados en la prensa ayudan a configurar la imagen civilizada de la ciudad de Neiva, y corresponde a cómo veían los neivanos la ciudad y con qué características la querían identificar en oposición a la imagen que relacionaba los lugares cálidos como peligrosos, inhóspitos, insalubres y con tendencia al atraso. En consonancia con este postulado, la prensa da cuenta de las investigaciones que se realizaban en la ciudad para desmitificar elementos que contribuían con la imagen de insalubridad al ser mal El Alto Magdalena, Neiva, n.o 98, 16 de febrero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 98, 16 de febrero de 1856. 20 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856.

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entendidos; como ejemplo de ello podemos tomar la investigación realizada sobre la araña coya: La coya, especie de araña que se cría entre las piedras, barrancos céspedes, insecto que en otras partes se cree eminentemente venenoso, encuéntrase en las cercanías de Neiva, i podemos aseverar que tal fama no es bien merecida. Hemos hecho cuidadosas investigaciones, i no hemos hallado entre las diversas noticias tradicionales, una que esté enteramente desnuda de falsedad; no hemos obtenido la relacion de un solo hecho convincente de algún envenenamiento, ni aun en Coyaima, donde se asegura que abunda el insecto de tal suerte, que pasta generalmente allí el ganado sobre alfombras enteras de coyas.21

Dicha investigación es presentada en la prensa con una descripción de las dos especies de coya que habían en Neiva, diciendo que la primera tenía un vientre de entre cuatro y cinco milímetros de diámetro, de color de bermellón y sin antenas; mientras que la segunda tenía un vientre más pequeño de color negro con una mancha roja. Con esto se pretendía demostrar el conocimiento que se tenía sobre la coya, para luego afirmar que en toda la ciudad o sus alrededores no existía un animal ponzoñoso que causara lo que popularmente se conocía como los síntomas de envenenamiento por picadura de la araña coya. Aseguraban que la mala fama del mencionado animal solo se debía a la tradición de culpar de cualquier síntoma de enfermedad a la coya por su abundancia, porque había sido vista una que otra vez una coya viva o muerta cerca de un enfermo, generando la falsa creencia de que esta era peligrosa. En este contexto, no bastaba con presentar a la ciudad como un lugar privilegiado por su ubicación, sino que era necesario indicar como esas cualidades geográficas y atmosféricas tenían injerencia en la vida de sus habitantes. Así las cosas, es presentada la abundancia alimenticia como cualidad de la ciudad: “Para concluir en punto a la salubridad, de Neiva, haremos notar que los alimentos son sanos i abundantes, i aunque sus precios han subido a causa de la multiplicidad de empresas que han aumentado la demanda de brazos, i en consecuencia la escasez de jornaleros i la carestía de los salarios, esto mismo es un signo inequívoco de riqueza i de progreso.”22

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 95, 26 de enero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 99, 23 de febrero de 1856.


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Esta abundancia alimenticia, según las primeras descripciones de la ciudad, se debe a la suma de producciones de tierras calientes y frías: A distancia de 4 leguas está “San-Antonio-de-Fortalecillas” i a la de 2 —como hemos dicho— el partido de Agua-caliente i “Las-Montañas” que son la despensa de Neiva, i producen papas, arracacha, en una palabra, legumbres, hortaliza i frutas esquisitas de tierra fría, que con el plátano, yuca, maíz, arroz, cacao (que es el Hatchis neivano), producciones de tierra caliente, i los alimentos del reino animal, brindan una mesa más que regular. I si a esto agregamos el café i el tabaco que empieza a cultivarse, i a la postre, esa vida horizontal de la hamaca, tendremos a un neivano convertido en un oriental.23

La hamaca aparece así en la prensa como un símbolo de opulencia, oponiéndose al imaginario de desidia y pereza que se tenía de ella en otros lugares del país, contribuyendo así la prensa neivana con la imagen de una ciudad que, además de salubre, contaba con alimentos suficientes para sustentar su crecimiento. La prensa definió a la ciudad como salubre y opulenta a causa de sus privilegios; por consiguiente, se hacía necesario contribuir con la imagen de una ciudad habitable y atractiva por sus condiciones sociales; en ese sentido se referencia el orden público, a pesar de la “limitada fuerza policial”,24 diciendo que en la ciudad: El órden público se ha conservado inalterable en el territorio de la provincia: el órden es la virtud misma; i el pueblo es eminentemente virtuoso. Obedece la lei, respeta las autoridades, no siente opresión de parte de los encargados del poder, sobrelleva con resignación las molestias que le aparejan sus defectuosas instituciones municipales, con la esperanza del pronto remedio que aguarda de la presente Lejislatura, i vive feliz en la tarea laboriosa de su propio engrandecimiento. El pueblo mismo es el encargado de guardar el órden.25

Definiendo el pueblo de Neiva como virtuoso, respetuoso, feliz y ordenado, la prensa empieza a definir en lo específico las características El Alto Magdalena, Neiva, n.o 99, 23 de febrero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. 25 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 133, 13 de octubre de 1856.

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particulares de un neivano; es decir, los redactores de los periódicos como habitantes de Neiva contribuyen con una imagen compleja de la ciudad, que incluye no solo condiciones geográficas, climatológicas, hídricas, sino también culturales, para lo cual recurre a comparaciones como la siguiente: “¿no nos sería permitido buscar en los habitantes de la ciudad de Neiva algunos puntos de analojia con los de ciertos pueblos transatlánticos? A la verdad, tres tipos se descubren al primer golpe de vista en el carácter neivano, indefinible, por cierto, i comparable solo a una especie de injerto raro de caracteres yankee-anglo-frances.”26 Esta comparación comienza destacando los rasgos de los “yankees”, afirmando que son distinguidos por “la independencia i la actividad social”,27 para a continuación sostener que en Neiva la segunda cualidad pareciera ser evaporada por el clima, pero que aquello que al neivano “le falta de diligente y activo” era llenado por su pasión por la Independencia. Esta pasión es demostrada por la prensa con argumentos históricos y científicos para la época, entre los que encontramos los siguientes: En efecto, pocas provincias en la Nueva Granada parecen haber sido tan predestinadas para cuna de la Libertad como esta; las tradiciones i los fastos de la historia, como las costumbres actuales, demuestran evidentemente nuestra aserción. Raros son los pueblos que nos han dejado, como los Pantágoros, monumentos tan elocuentes de su pasión por la independencia, de esa inclinación nobilísima que Gall describe en el órgano 9º de su sistema frenolojico, i que si lo hubiera estudiado en un neivano le habría puesto por nombre libertividad. Desde aquellos tiempos de libertad natural de los primeros neivanos, veamos el heroísmo de la Cacica Gaitana que inmoló al cruel conquistador de Timaná Pedro Añasco, en las aras del amor maternal i de la independencia nacional.28

Así mismo, los carácteres neivanos y yankees son comparados en el cuerpo, atribuyéndole a este el significante “independencia”: “Observese ademas, la mímica de un neivano: alta estatura, cuerpo esbelto, pecho saliente, largo cuello, frente erguida, caracteres todos de elevación e independencia. He aquí, pues, unos semi-yankees; lastima es que les

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856.


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falte la actividad; pues en el camino de la libertad, trabajan con iguales tendencias el Yankee i el Neivano, pero uno a la vapor i el otra a la MacAdams.”29 No fue posible hallar la comparación con los componentes anglofranceses, pero hasta este punto la prensa había conseguido proyectar una imagen de la provincia y de la ciudad como un sitio privilegiado, habitable, salubre, opulento, tranquilo y libre, es decir, culto y civilizado, a pesar de los inconvenientes climáticos, administrativos y culturales que en él se pudieran presentar, de los que se hace una descripción que se preocupa por explicar su existencia para dar cuenta de la imagen de una Neiva de buen vivir.

Neiva, sus casas, calles y habitaciones. Ciudad en crecimiento

Entre

los variados intereses de la prensa de Neiva encontramos la exposición por parte de las publicaciones seriadas de una ciudad cambiante, dinámica y en crecimiento, además de un recuento de todos los inconvenientes que la vida en dichas condiciones podía presentar; así las cosas, los elementos destacados en las publicaciones de la década de 1850 van a permanecer, mientras que las descripciones nos muestran una población creciente y los retos que esto implicaba para la ciudad. En un primer momento, hacia 1856 la ciudad es descrita de la siguiente forma:

La cuidad hecha tinta

Las casas que componían estos barrios eran calificadas como poseedoras de un pésimo gusto, al permanecer con el estilo del siglo xvi, siendo descritas así: “una casa sin ventanas, con su salita, su infalible tienda adyacente, el cuarto (alcoba) donde se instalaba el consuetudinario bracero con su vitalicia olleta, siempre en guardia i siempre pródiga del confortable chocolate (o cacao como dijera un neivano), i en este cuarto aquel imprescindible agujero para chapar ácia la calle.”31 Sin embargo, no todas las casas eran del estilo anteriormente descrito; en la prensa se afirma que el estilo moderno va aumentando: “ya hai muchas al estilo moderno, decentemente adornadas i mui bien amuebladas, no siendo pocas las que se van construyendo, cada dia, de teja, claras, elevadas i bien ventiladas, aunque fuera de desearse que los nuevos constructores no sacrificaran con tanta frecuencia la elegancia i la simetría a solo la comodidad i algunas veces al capricho.”32 En esta primera descripción, son enumerados los edificios y establecimientos públicos, indicando detalles de su historia, su utilidad y algunas características arquitectónicas; estos edificios son: la iglesia parroquial, la capilla de Santa Barbará, el edificio del cabildo, el colegio de barones, el colegio provincial de niñas de Santa Librada, la Escuela Normal, un par de escuelas públicas de enseñanza primaria, la caja de ahorros, el cementerio, y el terreno donde se proyectaba que quedara la Casa de beneficencia. Reproducimos a continuación la descripción de los tres primeros establecimientos: La Iglesia parroquial, templo espacioso i elevado, aunque no bien ventilado cual convendría en estos climas cálidos, fue concluido en 1839, i no tiene órden de arquitectura propiamente dicho, aunque sí hubo —al construirlo— alguna malicia del órden corintio, de que es una especie de remedo caprichoso; ademas de la iglesia, hai en la plaza que es hermosa otra capilla que fue erijida en 1764 a Santa-Bárbara, cuyo nombre tiene hoi; el edificio del Cabildo, cuyas piezas inferiores sirven de cárcel, de esa cárcel promiscua para ámbos secsos que hemos mencionado ya, i las superiores para las oficinas de los tres poderes públicos parroquiales, sirviendo también, a su época, de hospedería a la Lejislatura provincial, pues esta es nómade en Neiva.33

(...) poblacion. 7,719 habitantes cuenta todo el distrito, de los que más de 4,000 pueblan la ciudad de Neiva, la que distribuida simétricamente en 4 barrios, contiene más de 600 casas, entre ellas 6 son de dos pisos, unas 50 de teja i el resto pajizas, arregladas en un area de cerca de 1,000 metros de largo n.s., i otro tanto de ancho e.o., que forman una superficie de 100 hectareas, o sean 1,000,000 de metros cuadrados; tócale, pues a cada habitante una area de 125 metros cuadrados, que no es vivir tan poco desahogado, si se compara con uno de Londres por ejemplo, donde únicamente le toca un pié cuadrado.30 31 29 30

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 114, 7 de junio de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856.

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1 de marzo de 1856.


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Con igual detalle son descritas las calles de la ciudad, destacando nuevamente la importancia del viento para la salubridad, y como este debía ser aprovechado por las construcciones: No contribuye menos a la salubridad de Neiva, la circulación continua i renovada del aire por sus anchas, planas i rectas calles (con alguna escepcion) i sus habitaciones claras i bastantemente ventiladas, sobre todo las modernas; porque de paso sea dicho, sería de desearse, que las antiguas cambiasen, por ventanas propiamente dichas, aquellos agujeros del cuarto (dormitorio), que más parecen aliadas del agrimensor; como también, en obsequio — sino del ornato. por lo menos de la comodidad— aquellas ventanas que llamaremos de la edad media, i con las que mas de cuatro de nuestros lectores habrán tropezado muchas veces, caminando por esos planos inclinados (enlozados) que llaman aceras, pero que en buen castellano, i aun en neto neivano les vendría mejor el nombre de laderas.34

De esta manera, la prensa abogaba por que las construcciones que se realizaran en la ciudad fuesen de un estilo moderno, que favoreciera la estética y salubridad; de igual forma, es descrito el interior de las casas como aseado, ameno y adornado, permitiendo que se compararan las casas con “mansiones de placer”: El interior de las habitaciones es aseado i no carece de amenidad; sus hermosos patios-solares, adornados de frondosos tamarindos, mangos, ciruelos-indigenas, granados, naranjos i limoneros, que con su agradable frescura, verdor i humedad emperan el calor de la atmosfera, a la vez que la fragancia de los clavelinos, azucenos, narcisos, margaritas i jazmines i el vistoso lujo de sus flores, hacen de cada casita una mansión de placer.35

Además de lo ya dicho, es importante considerar en profundidad la crítica y la denuncia que se hacía en la prensa sobre algunos elementos de la misma ciudad, y que no se refieren solo al estilo sino también al carácter de las instituciones y a la existencia de animales, como es el caso del siguiente ejemplo que aparece a modo de “conversación”:

(...) esa cárcel sin espacio, sin aire ni luz, donde viven hacinados ámbos sexos, por falta de departamentos, esos eternos hormigueros de arrieras ¡lo cree U.¡ en cada mansana, en cada solar, los cerdos, perros, vacas i de mas animales golosos practicando un ámplio comunismo, esas soirées de Cantarana, i las de Santa Bárbara (esa Alemania de Neiva), con sus escenas báquicas, sus saturnales i cánticos obsenos, esa anarquía de las matanzas, en vez de organizarse una carnicería bien dirigida.36

Estas críticas y comentarios que aparecen en la prensa escrita de la ciudad de Neiva no se asemejan a las de los viajeros, ya que su propósito no es otro que el de subsanar aquellos malentendidos que se originan por las denuncias sobre las malas condiciones de la ciudad. En este sentido, las notas que se interesan por estas temáticas deben ser comprendidas como denuncias interesadas en promover el progreso de la ciudad y no como comentarios sueltos, pues los factores que son señalados en ellas se van a intentar resolver por parte de los habitantes de la ciudad, aunque no siempre se podía cumplir dicho cometido. Ejemplos de esto se pueden encontrar en el caso de las plagas y la cárcel en la ciudad. En lo que respecta al primero, debemos indicar que la abundancia de perros y hormigas que atacaba a Neiva se entendió en la prensa como un fenómeno esencialmente urbano que no fue posible erradicar. Por otro lado, la necesidad de una cárcel en Neiva —que es objeto de constantes referencias en las publicaciones periódicas— pareció encontrar solución con la ejecución de un proyecto de la construcción de la cárcel de Neiva en el año de 1893.37 Pero así como la prensa comienza siendo crítica de factores existentes en la misma ciudad, en ningún momento abandonó su contribución a la defensa de los intereses de la ciudad y la región. Como ejemplo podemos traer a colación el cuestionamiento realizado en Bogotá sobre el consumo de ganado calentano en 1886, cuando fue acusado de ser causante de enfermedades.38 Este tipo de cuestionamientos no eran nuevos; justamente el interés de mostrar la ciudad como un sitio salubre y, por ende, civilizado que se evidencia desde las primeras publicaciones periódicas publicadas en El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. El Municipal, Neiva, n.o 4, 26 de agosto de 1893. 38 El Unitario, Neiva, n.o 6, 12 de octubre de 1886. 36

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856.

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Neiva, está relacionado con el imaginario que se tenía en el país sobre los climas cálidos y que los asociaba con lo salvaje, lo inhóspito, lo inhabitable y lo incivilizado. En casos como el del ganado calentano, la prensa recurrió a argumentos históricos y económicos, recordando que en la capital del país el consumo de ganado calentano había sido desde 1850 cercano al 75% del consumo total de carne, debido a la insuficiencia de los ganados de tierra fría. Con esto se recalcaba que el clima de Neiva había sido considerado como uno de los más sanos del mundo hasta la epidemia de cólera de 1880, que no implicó mayor afectación para el ganado, a diferencia del ganado de Bogotá que en 1869 había padecido una feroz epidemia de epizootia; para la prensa de Neiva, el cuestionamiento al ganado calentano tenía origen en: “Que hay individuos habilidosisimos para encontrar causas donde no existen, y para explotar con ellas la credulidad del vulgo, tan dado siempre á lo maravilloso. Por supuesto que esta clase de explotación no se hace nunca en provecho, sino en prejuicio del explotado.”39 Como hemos podido observar, hay elementos que se reiternan en la prensa, como es el debate de la salubridad y la necesidad de proyectar una imagen que se opusiera a la que desde el centro del país era difundida. Así las cosas, en la década de 1890, cuando se decía que la ciudad era un lugar febril, El Municipal presenta una nota titulada “Neiva y la fiebre”,40 en la que se presenta una descripción de Neiva como un lugar salubre y desarrollado que tenía todas las cualidades para ser la capital del Estado Soberano del Tolima: “Neiva es sin disputa, la primera población del Departamento por su ventajosa situación, su comercio de exportación é importación, su riqueza en tierras, criaderos de ganado vacuno y caballar, plantíos de cacao de gran fama y, en fin, por su localidad que no tiene rival en el Tolima. Pintorescamente situada en un caluroso valle, muy sano, sobre la margen derecha del Magdalena”.41 En la misma descripción, se destaca la importancia del río Magdalena para Neiva, diciendo que por medio de champanes y balsas permitía la comunicación con poblaciones de importancia comercial como Villavieja, Aipe, Natagaima, Purificación, Santa Rosa, Ricaurte, Girardot, Nariño, Guataquí, Ambalema, Beltrán y Honda.42

El Unitario, Neiva, n.o 6, 12 de octubre de 1886. El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893. 41 El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893. 42 El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893.

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En este orden, presentando nuevamente a la ciudad como privilegiada, la prensa hace un pequeño recuento de los últimos hechos febriles, buscando demostrar que no eran naturales a Neiva. En el año de 1881, merced á la extracción de la quina, la afluencia de gente, la venida de los vapores ú otras de las setenta mil causas atribuidas en aquel entonces, apareció la fiebre palúdica por primera vez en esta localidad con caracteres de perniciosa, y en realidad hizo algunas víctimas. No duró más de tres meses, y entre las personas atacadas que tuvieron durante la enfermedad ciertas comodidades, no recordamos ó no tenemos noticia de que hubieran muerto sino los malogrados jóvenes Caballero, Perea y Jaramillo. En el año de 1897, cuando vino el vapor Neiva y diz que trajo entre la carga unos fardos de fula averiados en el mar, apareció de nuevo la epidemia fatal con caracteres menos graves y apenas duró un mes y medio. En esta vez los muertos fueron menos y de entre la gente que no puede sostener un tratamiento médico; como en la primera aparición, hizo solo tres víctimas muy sentidas; el doctor Lisandro López, el señor Jesús Medina y el Coronel Diego Iriarte.43

De esta forma, se asocia la llegada de las enfermedades a la movilidad de población o al comercio, para indicar que efectivamente no son naturales a la ciudad, proponiendo que esa imagen de Neiva como un lugar febril era una farsa: (…) puede asegurarse que en los últimos seis años nadie ha muerto de tal enfermedad, y sin embargo es común oír decir hasta en las poblaciones de este Departamento que la fiebre amarilla es endémica en esta ciudad, que solo por milagro no mueren los que viven en ella, los que llegan, los que pasan á regular distancia (…) ¿No será esta farsa hija de la envidia y una clase de las especies á que aludimos al principio? ¿No causará daño a un pueblo como este, que desea fomentar el mejoramiento de su insipiente industria y extender sus relaciones comerciales cuanto sea posible? No deberá exterminarse?44

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El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893. El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893.


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Esta ciudad de finales de siglo había cambiado, pasando de tener solo cuatro barrios en 1856, a tener ocho en 1894, a consecuencia del aumento de la población. Estos barrios se crearon y denominaron como resultado del Acuerdo número 41 del Concejo Municipal de Neiva,45 en el que se evidencia la mirada hacia las ciudades más desarrolladas para tomar de ellas lo que les parecía provechoso, como indica la segunda consideración del mencionado acuerdo. 2º Que siguiendo la práctica de las ciudades cultas, debe proveerse á la numeración de las carreras, calles, plazas y edificios públicos, como elemento indispensable para la mejor administración y servicio público local, en uso de sus facultades legales.46 Con dicha consideración, el Consejo Municipal acordó la división de la ciudad entre 8 barrios a saber: 1º. Barrio de Colón: que comprende la acera del Palacio Municipal, esquina diagonal á la Iglesia y esquina de la Casa Cural, estas en dirección hacia el Norte hasta los límites con las tierras de la “Manguita” 2º. Barrio de Occidente: Comprende desde la esquina de la casa de los herederos de don Pedro Durán, calle hacia el Norte hasta los límites con “La Manguita”; de la misma esquina Durán, calle hacia el Occidente hasta el río Magdalena. 3º. Barrio de Bolívar: Comprende toda la acera de la cuadra, casa del señor Manuel Santos N. esquina antigua de Pajijí y esquina frente al Colegio de Santa Librada, calle hacia el Occidente hasta el río Magdalena. 4º. Barrio del Sur: Comprende desde la esquina del edificio del Colegio de Santa Librada, calle hacia el Occidente y calle hacia el Sur hasta el río Magdalena y la quebrada de Rioloro. 5º. Barrio de Oriente: Comprende desde la esquina de la casa alta contigua a la Capilla de Santa Bárbara, calle hacia el Sur y calle hacia el Oriente, hasta Rioloro y limites con el hato del “Chaparro”. 7º. Barrio de la Concepción: Comprende todo el frente de la plaza, acerca de la Iglesia esquinas de esta y del Truco, calle hacia el Oriente hasta los límites con el “Chaparro”. 45 46

El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de junio de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de junio de 1894.

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8º. Barrio del Norte: Comprende desde la esquina Norte de la plaza, ó sea esquina de la Botica, calle de la Iglesia hacia el Oriente y calle real hacia el Norte, hasta los límites con el “Chaparro” y “La Manguita.47

Los costos de la numeración de las casas serian cubiertos en parte por la municipalidad (que daba cien pesos), y en parte mediante una contribución que se establecía para los habitantes de la ciudad. Cada dueño o inquilino de casa pagaba diez centavos si estaban en las ocho primeras manzanas que rodeaban la plaza y cinco centavos en caso contrario. La redistribución y organización del espacio urbano en la ciudad de Neiva, representaba la orientación de la ciudad por la senda del progreso y su transformación progresiva desde la década de 1850. Lo que se presenta es una ciudad en la que confluyen nuevos intereses de crecimiento, nociones de organización y elaboración de nuevos espacios públicos, tal como se indicaría en la siguiente cita: En Neiva tenemos edificios decentes y cómodos para colegios y escuelas; tenemos pila, cuyas aguas metódicamente distribuídas, son fuente de salud y riqueza para el municipio; tenemos ún hospital, admirablemente servido por las Hermanas de Caridad; tenemos un banco prendario; tenemos en construcción los puentes de La Toma y de Las Ceivas y una cárcel espaciosa y hasta elegante si se quiere. Tenemos también la iniciativa particular, que es mayor cada día, convirtiendo en los solares en casas cómodas y decentes con mejores condiciones higienicas que las antiguas.48

En medio del crecimiento de la ciudad, la prensa de Neiva continúa planeando críticas y debates sobre aspectos fundamentales de la vida en la ciudad, pero también proponiendo soluciones; como ejemplo de lo anterior, encontramos una comunicación a la asamblea con la rúbrica Roque que es publicada en El Municipal, donde se dice lo siguiente: Nos morimos de anemia si no se pone remedio al mal. La anemia y la dispepsia son las enfermedades que están matando á los colombianos. La falta de alimentación nutritiva y variada es la causa 47 48

El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de junio de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 28 y 29, 31 de marzo de 1894.


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Historia Comprehensiva de Neiva de la primera; eso lo sabe todo el mundo. Como consecuencia de esta sobreviene la segunda. La clase trabajadora sufre horriblemente ambas enfermedades y más en los climas cálidos en donde hay más gasto de fuerza animal. En estas tierras calientes para esa clase de gente no hay más alimentación que plátano verde y yuca en sancocho con un pedazo de carne seca, alternada con mote ó sea maíz pelado á medio cocinar sin más condimento que el agua del río. No conocen las papas, las arvejas, garbanzos y demás legumbres, ni las zanahorias, remolachas ni demás hortalizas; el pan de trigo se toma cada año en la fiesta del Corpus; los huevos, la manteca de vaca, la de cerdo, el café con leche, esta, el queso, el buen chocolate son regalía exclusiva de la gente acomodada. Las frutas, como parte integrante de la buena alimentación, no se conocen ni en la mesa de los ricos. El vino, la buena cerveza ni bebida alguna nutritiva y refrigerante se conocen entre la clase pobre; solo panela y agua y el horrible aguardiente que debido al monopolio ha dejado de ser aguardiente ó anisado para pasar a ser mataburros como lo llaman. En plata, pues, no hay más, para alimentación de la clase trabajadora, que plátano y yuca, muy poco maíz y ninguna carne debido al alto precio que han alcanzado estos artículos.49

Esta comunicación, no se limita solo a describir la aparentemente situación crítica de los trabajadores en Neiva, sino que se preocupa de todo el territorio nacional, sugiriendo que esa pobreza se debía al desmedido crecimiento de la población, la que había pasado en cuarenta años de tres millones y medio de habitantes, a unos 14 millones, retratando así un triste panorama para la nación. Acto seguido le sugiere al Concejo Municipal que había que obligar a los agricultores de tierras baldías a cultivar alimentos; incentivar y obligar el cultivo del trigo; la formación de compañías anónimas; y, la inmigración de labradores, no sin antes reconocer el estimulo que había en el Tolima para el montaje de molinos. La preocupación de un sujeto nos permite conocer la imagen de pobreza del país, de la región y de las clases trabajadoras, debido al acelerado crecimiento de la población; la solución se vislumbraba en la agricultura; por tanto, no deja de llamar nuestra atención que en el mismo número El Municipal presentara una colaboración de Baldomero Charry, titulada “Agricultura”.50 49 50

El Municipal, Neiva, n.o 36 y 37, 23 de junio de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 36 y 37, 23 de junio de 1894.

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A diferencia del escrito de Roque, en la colaboración de Baldomero Charry hay un panorama diferente, pues son presentadas las ventajas de la agricultura, del arado y del riego desde las comunidades primitivas, hallando en dicha actividad el camino para el progreso. El autor, que se disculpa por ser un simple artesano, hace la siguiente recomendación: Debemos abrir los ojos y contemplar el inmenso suelo que nos sostiene inculto todavía, pero que deja oír el crujido que la semilla de una vegetación virgen hace al brotar; tal es su fertilidad, y de tal modo convida al brazo del obrero a explotar sus riquezas. No nos contentemos con la escasa comodidad que la naturaleza inculta nos brinda, sino que estudiemos el arte de cultivarla para recoger sus abundantes frutos. Qué ejemplo tan alto nos dan los laboriosos irlandeses, que reducidos por sus opresores á un pedazo de roca desnuda, la abonan con la tierra que traen de lejos. Si nosotros nos hallamos en tan lamentable estado de atraso, es porque no vislumbramos siquiera las ventajas de la civilización, no sabemos apreciar las comodidades de la vida culta.51

Según lo planteado por Baldomero Charry, el camino al progreso estaba en la agricultura y la solución a la escases era la colonización, entendida como el llevar la civilización con esfuerzo a los territorios que se consideraban incultos, que para el caso particular de Neiva en el siglo xix eran las regiones del oriente; esta empresa no era contemplada como una fácil labor, pero en el discurso citado se recurre a la comparación con los irlandeses como un pueblo laborioso que se debía imitar. Como hemos podido observar, el crecimiento de la ciudad no hace que disminuya la preocupación de la prensa por presentar una ciudad culta, con características espaciales ideales para vivir en ella, y aunque en la prensa sean puestos sobre la mesa diferentes inconvenientes y situaciones, no deja de proyectarse la imagen de la ciudad como un lugar civilizado, encontrando en dicha cualidad las soluciones a los inconvenientes que traía el crecimiento.

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El Municipal, Neiva, n.o 36 y 37, 23 de junio de 1894.


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Neiva: autonomía, política y ejércitos

En las publicaciones impresas de la ciudad de Neiva se hace evidente que esta es un medio de lucha política, teniendo cada periódico una influencia, dependencia o inclinación ideológica plenamente identificable; aún así, es visible en la prensa en general la preocupación por tres necesidades primordiales para la ciudad de Neiva, a saber: la defensa de su autonomía, su importancia a nivel nacional y su instauración como centro de poder regional y local. En este sentido, la prensa de Neiva da cuenta de las discusiones que surgían con motivo de aquella búsqueda de autonomía, de aquel deseo de independencia administrativa de Cundinamarca y de convertirse en el centro político-administrativo de la región. En este orden de ideas, iniciativas como la del liberal José María Samper, publicada en el periódico Huila, ejemplifican el interés de los habitantes de la ciudad por conformar un tipo de organización política que evitara una dependencia política de terceros; en razón de lo dicho, el texto de Samper se preocupaba por destacar las grandes semejanzas de clima, de gentes, de moral, y de espíritu entre las provincias de “Neiva y Mariquita, o Huila i Tolima”52 como se ve en el siguiente fragmento. (…) si huila, ese símbolo de la grandeza de Neiva, tiene su asiento sobre la misma base que apoya las enormes moles del tolima i el ruiz; si el Magdalena como el grande intestino de un solo cuerpo, da fecundidad, vida, dijestion, por decirlo así, al alimento que nutre todo el estenso valle de Neiva i Mariquita; si sus cordilleras son las mismas desde un estremo hasta el otro; si sus vías de comunicación terrestres son comunes; si sus ganados numerosos pásen en las mismas llanuras; si sus costumbres tienen el mismo orijen i la misma tendencia; si sus tradiciones son iguales; si su historia esta mancomunada; si alientan el mismo aire; si tienen el mismo cielo, el mismo carácter, la misma organización fisiolojica; ¿por qué esos pueblos separados no han de constituir un solo pueblo, una sola potencia rica, prospera, libre, civilizada i opulenta?53

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Huila, Neiva, n.o 4, 8 de julio de 1885. Huila, Neiva, n.o 4, 8 de julio de 1885.

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De esta forma, hacían presencia en la prensa propuestas de organización político-administrativa en el marco de las reformas liberales de mediados de siglo. Así también, aparecen publicaciones que tienen como objeto comunicar los acontecimientos políticos en la guerra y convencer a la población sobre con cual causa debían contribuir, como se evidencia en el Boletín Popular del Tolima en 1860: Ayer a las once llegó a esta ciudad el Jeneral Tomas Cipriano de Mosquera Gobernador del Estado soberano del Cauca con sus respectivos secretarios doctores Ceron i Trujillo: el pueblo lleno de entusiasmo ha recibido al ilustre vencedor en Segovia, renovando los días clásicos de la independencia, en que salía con sus corinas i aplausos a recibir al gran Capitan de la América del Sur. Esto era lójico: la Division Paris enemiga de los pueblos, por la causa que defendia, se acababa de quedar sepultada en Segovia i al sentirse las poblaciones libres de aquella opresión, era natural que se levantaran como por un resorte a tributar el homenaje de gratitud, admiración u respeto que se debe al valiente Caudillo i a sus lejiones invencibles.54

De esta forma, hallamos los conflictos civiles del siglo xix en la prensa de Neiva, y si bien no encontramos detalle sobre hechos de armas ocurridos en la ciudad, en los periódicos, boletines y hojas volantes se informa a los neivanos sobre los acontecimientos nacionales y regionales que afectarían de manera directa e indirecta la vida de los neivanos, quienes tenían que asumir prestamos, empréstitos forzosos y, en muchos casos, el sostenimiento de los ejércitos que por ella transitaron. Como ejemplo de ello podemos observar el contenido de El Centinela en Campaña,55 que desde el cuartel general de Yaguará reproduce alocuciones como la siguiente, del presidente de los Estados Unidos de Colombia y supremo director de guerra Tomas Cipriano de Mosquera, cuando estaba apostado en el mencionado cuartel: Soldados del primero, segundo i tercer Ejércitos. Vencidos los enemigos de la libertad i el derecho el 18 de julio del año pasado habeis tenido que combatir en Boyacá, Cundinamarca, Santander y el Tolima. Habeis llenado vuestro deber restableciendo 54 55

Boletín Popular del Tolima, Neiva, diciembre de 1860. El Centinela en Campaña, Neiva, n.o 1, 18 de julio de 1862.


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Historia Comprehensiva de Neiva la paz y el órden en el Norte y Centro de la República, pero aún os queda que hacer la última campaña. Colocado a vuestro frente como director de guerra, marcho a conduciros a la victoria para restablecer la paz y el órden en el Cauca y escarmentar a los tiranos que lo oprimen: en seguida iréis a someter al Estado de Antioquia que pretende sobreponerse a la mayoría nacional.56

En esta alocución, Tomás Cipriano de Mosquera buscaba alzar el espiritó de sus partidarios, de sus soldados y de los caucanos que le eran leales en la guerra, recurriendo para ello a informar en la misma publicación de sus victorias y logros en batalla. Con el mismo interés es reproducida una comunicación de José María Sánchez dirigida a José Hilario López,57 informándole sobre sus movimientos hacia el sur para interceptar pertrechos y provisiones de las tropas enemigas (las comandadas por Julio Arboleda). Según El Centinela en Campaña, este tipo de acciones, así como los resultados del acontecimiento del Puente del Cauca, llevaron, según José María Sánchez, a que las tropas de Arboleda se encontrarán casi en la desnudez; como prueba de ello presentan una sección titulada “documentos de los facciosos”, que incluye la siguiente orden del 22 de junio interceptada a los hombres de Arboleda: Julio Arboleda, General en Jefe del Ejercito en uso de las facultades que me dá el artículo 5º. título 8º tratado 5º de las ordenanzas, y considerando: que en consecuencia muchos individuos de tropa están desnudos y sin abrigo; que la desnudez enferma al soldado, le inhabilita para el servicio y deshonra a la Nación: Decreta: Artículo único. Todo individuo del Ejército que venda, y todo individuo sea o no del Ejército que compre cualquier efecto perteneciente a la República de los que sirven para vestir, cubrir, armar, municionar, equipar o mover la tropa, será pasado por las Armas.58

En dicha orden, no se dice que la desnudez de sus tropas se debía a las interceptaciones de pertrechos que les habían realizado, sino que se dice que era más un problema de disciplina de la tropa. 56 57 58

El Centinela en Campaña, Neiva, n.o 1, 18 de julio de 1862. El Centinela en Campaña, Neiva, n.o 2, 21 de julio de 1862. El Centinela en Campaña, Neiva, n.o 2, 21 de julio de 1862.

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Así mismo, la administración de la ciudad usaba la prensa para comunicar las exigencias que ocasionaba la movilización de tropas por el territorio, por tanto, no es extraño encontrar en el periódico El Tolima. Órgano del Gobierno del Estado, exigencias como la que aparece en el Decreto del prefecto del departamento del Sur en 1877, por el cual se exigían para este cien mulas,59 y que además estipulaba en diez la contribución de la ciudad de Neiva, y aclaraba que las diferentes localidades debían enviar a esta ciudad los números de mulas solicitados; y, de igual forma, el Decreto número 57 sobre empréstito forzoso: Considerando: 1º. Que el Estado carece de fondos en dinero para a subsistencia de la fuerza en servicio por causa de la guerra: 2º. Que es mui difícil reparar esta necesidad contratando empréstitos voluntatios. decreta: Art. 1º, Se exije al Estado como empréstito forzoso la suma de cincuenta mil pesos distribuido así: Veinte mil pesos al Departamento del Sur. Dieziochomil al del Centro. Doce mil al del Norte. Este empréstito afectará únicamente a los individuos hostiles o desafectos al Gobierno, por las propiedades o rentas que posean en los distritos o aldeas.60

Este Decreto establecía, además, que por el departamento del Sur Neiva aportara 2.500 pesos del empréstito, siendo la ciudad que más contribuía, seguida de cerca por Villavieja, la que aportaba 2.250. Así mismo, la prensa era el medio de difusión y debate de las disputas locales; en consecuencia, desde su aparición en la ciudad de Neiva, el Partido Liberal, el Partido Conservador, así como las diferentes facciones de uno y otro bando aprovecharon las inserciones, colaboraciones, comentarios y traducciones para sentar su posición, aún en los periódicos oficiales y en otros que decían que no eran políticos. Un ejemplo de lo anterior, lo encontramos en la prensa de Neiva como propaganda en el periodo electoral de 1883, cuando son creados 59 60

El Tolima, n.o 3, 23 de febrero de 1877. El Tolima, n.o 3, 23 de febrero de 1877.


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periódicos como El Bien Público61 y El Elector,62 el primero con el fin de apoyar a Clímaco Iriarte y el segundo a Gabriel Gonzales, presentando ambas publicaciones los motivos por los que su candidato debía ser elegido, así como las listas de suscriptores y los pronósticos electorales. Podemos afirmar, entonces, que la prensa de la ciudad de Neiva permite vislumbrar los principales intereses políticos y los cambios administrativos que se relacionan con las transformaciones del contexto nacional. Es decir, que el aspecto político en la prensa se entiende en razón con la organización de la ciudad, de los partidos políticos y del impacto de los asuntos nacionales en lo local.

El progreso hecho manifiesto

La prensa de Neiva durante el siglo xix se interesa por resaltar, exponer

y dar a conocer el desarrollo y las transformaciones económicas de la ciudad y la región en general. Para cumplir dicho cometido, los periódicos de la ciudad, particularmente los oficiales, publican estados financieros mensuales y anuales, mediante los que se relaciona el estado de las finanzas de la ciudad y de los productos que en ella se comercian, así como de los mecanismos que se consideraban apropiados para promover su desarrollo y las causas que lo impiden. Así se hace notoria la importancia que para los habitantes de la ciudad tiene el desarrollo de la misma, y la estrecha relación que este fenómeno guarda con un interés por promocionar y exaltar el progreso de la ciudad. Según lo anterior, podemos precisar que la economía de la ciudad de Neiva, vista a través de la prensa, se relaciona con tres elementos que nos permiten establecer el desarrollo económico de la ciudad y el interés de sus habitantes por promoverlo: primero, la publicación de presupuestos de la provincia y de la ciudad; segundo, la invención de maquinas para la aumentar producción y la promoción de nuevos productos que estimulen el comercio de la ciudad; y, por último, la denuncia de todo aquello que resulte nocivo para el desarrollo de Neiva. Una de las principales características de la prensa de la ciudad de Neiva desde la publicación de sus primeros periódicos como Alto Magdalena o Huila, pasando por El Municipal y la Estrella del Tolima,

La cuidad hecha tinta

es la relación de presupuestos de la provincia y la ciudad, en los que se referencian sueldos de funcionarios y demás gastos que traía consigo la administración y organización de estas. En este sentido, un ejemplo de lo dicho seria el presupuesto provincial de 1856,63 donde se establecen los gastos de la gobernación, por nomenclatura, de las cuentas (subsidio, caja de ahorros, imprenta, multas), los gastos de los colegios discriminados por establecimientos (Escuela Normal, Colegio Santa Librada, etc.) y, por último, una relación de las rentas, gastos y contribuciones que se presentaron en la gobernación provincial para el año ya citado, presentándose como un ejemplo de organización administrativa y de configuración económica, y en la cual los rubros destinados al funcionamiento de la provincia se dividían y se daban a conocer a los habitantes de la ciudad. Otra de las dimensiones económicas de la ciudad de Neiva se ubica en la promoción de innovaciones tecnológicas y de nuevos productos que incentiven el progreso de la ciudad. La invención de maquinas o la modificación de las mismas, se entiende como una innovación en el campo tecnológico, que se ve ejemplificada en noticias como la titulada “Derecho de invención”,64 publicada en el periódico Huila, y mediante la cual Anastacio Séndoya, habitante de la ciudad, da cuenta de tres maquinas de su creación: una “para moler fociles i toda clase de granos aceitosos: otra para curtir cueros i otros usos, i la otra para purificar granos”.65 Estas respondían a las exigencias de la provincia en lo referente a la producción de cacao y podían favorecerla dinamizando el trabajo y aumentando la producción. Un ejemplo de lo dicho se encuentra en el periódico Alto Magdalena, qué mediante el titular “agua i ruedas”, analiza la importancia de la máquina de moler granos aceitosos de Séndoya de la siguiente forma: Ahorra diaramente el trabajo de veinte i cuatro a cien personas, i puede surtir abundantemente a una población de 12.200 habitantes, en que frecuentemente se haga uso del cacao molido. Con dicha máquina i el agregado de una sierra de agua o portátil, para hacer cajones, los comerciantes de este efecto reducirían el costo de transporte a la mitad; i ademas asegurarían mejor sus cargamento

63 61 62

El Bien Público, Neiva, n.o 1, 18 de junio de 1883. El Elector, Neiva, n.o 1, 1.o de agosto de 1883.

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64 65

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 94, 19 de enero de 1856. El Huila, Neiva, n.o 18, 4 de noviembre de 1855. El Huila, Neiva, n.o 18, 4 de noviembre de 1855.


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Historia Comprehensiva de Neiva preservándolos de los riegos que lleva consigo el conducir el caco con cáscara; siendo de notarse que, molido i empacado de aquel modo adquiere un gusto sumamente esquisito.66

De igual forma, las proyecciones económicas y el progreso de la ciudad de Neiva se atan al impulso y promoción de nuevos productos, como sería el caso del petróleo, la plata y las telas, entre los cuales emplearemos el caso del petróleo para ejemplificar la búsqueda y el interés de los habitantes de la ciudad por la promoción de aquellos elementos que la condujeran a una situación de opulencia y pasividad.

La cuidad hecha tinta

agricultores con deseo de innovar, pero con el direccionamiento del Estado.69 Por último, debemos sustentar aquella noción de progreso que hemos establecido como preponderante para la economía neivana. Tempranamente la podemos identificar con la fundación misma de la casa comercial de la ciudad de Neiva,70 pero particularmente y quizá de manera más detallada con las notas que dan cuenta de la navegación por el río Magdalena,71 entendiendo dicho fenómeno como un medio para el desarrollo de la ciudad, el cual se promocionaba y estimulaba, pero particularmente se vigilaba, al ser comprendido como el medio para alcanzar progreso económico y social. Un ejemplo de lo dicho, se puede encontrar en la siguiente nota contra de navegación:

Entre la rica variedad de minerales del Tolima, figura en abundacia el petróleo. Hay minas conocidas en el Chaparral, Guagua, Yaguará, Carnicerías, Paicol, Jagua y Neiva, y esa riqueza que nosotros, por ineptitud dejamos perder, habría producido y estaría produciendo en cualquier país de Europa, millones de pesos. Entre nosotros lo que no sea destruir bosque de quina y caucho para cosechar su fruto, y vivir en el atraso industrial de los tiempos de la reyedad española, esta fuera del medio de nuestros pobres alcances.67

En consonancia, debemos resaltar que el consumo y producción del plátano, entendido este como “el alimento por excelencia de los neivanos”,68 y el desarrollo y consolidación del mercado de la carne de avestruz como un elemento clave para el progreso de la ciudad y la región, por ser un nuevo componente en la economía neivana generarían un mayor beneficio económico a toda la ciudad. Ahora bien, es preciso anotar de manera breve que el desarrollo económico de la Neiva decimonónica no solo se entiende por la promoción de los campos tradicionales de la economía de la ciudad como el cacao, sino, de igual forma, por el estimulo nuevos productos como lo sería el consumo de carne de avestruz. Así, la agricultura se constituye en el bastión para el progreso de la ciudad, razón por la que en la prensa se discute el atraso en las técnicas de cultivo y cosecha, enfatizando que este elemento puede ser una de las principales causas que detienen el progreso de la ciudad, y también aclarando que debe ser resuelto con prontitud, al presentarse como un camino que deben recorrer los

Hace más de una año celebró el Gobierno Nacional con el señor Fabio Lozano T. un contrato por el cual se compromete este á establecer en el Alto Magdalena la navegación de dos vapores ya qué y áquel á darle una subvención gorda, así como 20.000 $ anticipados por el servicio. Suponemos que el señor Lozano no ha recibido la predicha suma cuando aún no hemos sentido en el puerto el pito de sus vapores y ya paso la fecha señalada para ello.72

Anunciando una ciudad

Las

pautas publicitarias y comerciales en la prensa escrita de Neiva aparecen casi en el mismo momento en que la imprenta inicia su labor en esta ciudad. Desde los primeros periódicos de mitad del siglo xix hasta los que se publicaban al final del mismo, la labor publicitaria se presenta como una constante en las publicaciones seriadas, interesándose por dos elementos claves: el desarrollo económico y mercantil de la ciudad y sus habitantes, y el anuncio de las nuevas mercancías y servicios que se ofrecían en el contexto de la Neiva decimonónica. Uribe de Hincapié y Álvarez Gaviria anotarían respecto a los anuncios de la prensa decimonónica lo siguiente: La forma de llamar la atención al público es, por lo demás, ingeniosa; se apela a todo tipo de argucias y recursos, que van desde 69

El Alto Magdalena, Neiva, n. 95, 26 de enero de 1856. El Bien público, Neiva, n.o 2, 25 de junio de 1883. 68 El Alto Magdalena, Neiva, n.o 98, 16 de febrero de 1856. 66 67

o

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70 71 72

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 20, 16 de septiembre de 1882. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 108, 26 de abril de 1856. El Vijilante, Neiva, n.o 4, 2 de mayo de 1880. El Municipal, Neiva, n.o 3, 19 de agosto de 1893.


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Historia Comprehensiva de Neiva la presentación del anuncio en verso o copla hasta la utilización de encabezamientos que no tiene nada que ver con el producto pero que constituyen puntos sensibles para la población y llaman inmediatamente la atención del lector. Para publicitar una tienda, o al anunciar la llegada de una mercancía novedosa, por ejemplo, se encabeza con un titulo destacado que dice: “estalló la guerra en Colombia” o “Mosquera en Medellín”, para seguir a continuación con las bondades del producto anunciado. Es destacable la influencia del acontecer político-militar hasta en un anuncio publicitario; la adscripción partidista, el miedo a la guerra o a ciertos personajes que la encarnaron penetraba hasta los lugares más recónditos e inusitados de la vida social.73

La cuidad hecha tinta

De igual forma, cobros semejantes hacen presencia en la columna de anuncios de La Estrella del Tolima,76 donde un anunciante con sombrero de copa, invita al pago de las deudas mediante un verso, usando como mecanismo de cobro la intimidación al poner en juego el buen nombre de los deudores, como lo indica la siguiente imagen:

La presencia de la publicidad en las publicaciones seriadas neivanas es de tal magnitud, que se hizo posible que en la mayoría de títulos editados en la ciudad apareciera una sección de anuncios al final de cada ejemplar. Ya para la década del noventa, se consagró una publicación dedicada exclusivamente a los intereses mercantiles de la ciudad y a sus pautas comerciales: El Aviso.74 Entre los elementos más recurrentes de la prensa neivana podemos encontrar una columna especializada en el cobro de las deudas atrasadas. Un ejemplo de esto sería el encontrado en el Alto Magdalena,75 mediante el cual el dueño de una sastrería advierte a los deudores que si no pagan lo que le adeudan, publicará sus nombres durante todo un año, sometiéndolos al escarnio público y afectando su buena imagen. La representación grafica del anuncio publicitario citado es la siguiente:

Fuente: Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856.

73 74 75

Álvarez Gaviria y Uribe De Hincapié, Cien años de prensa… pág. xviii y xix. El Aviso, Neiva, n.o 1, 10 de febrero de 1890. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 96, 2 de febrero de 1856.

475

Fuente: La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 17, 26 de agosto de 1882.

Otro ejemplo de cobro mediante la intimidación se puede encontrar en La Estrella del Tolima, donde Pedro Martínez amenaza a sus suscriptores, afirmando que si no pagan lo que le adeudan, publicará sus nombres bajo la categoría de morosos. Los anuncios que solicitaban dinero a los habitantes de Neiva no solo hacían uso del miedo o la intimidación para cumplir su cometido. Tal es el caso de aquellos anuncios que realizaban los periódicos a sus suscriptores, haciéndoles un llamado para que aportaran dinero que permitiera continuar con el tiraje del periódico. Para tal fin se recurría a imágenes llamativas, alegóricas y festivas, que procuran captar la atención de los lectores de distintos periódicos, como el caso de El Grillo. 76

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 17, 26 de agosto de 1882.


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La cuidad hecha tinta Guerra Internacional4 ¡Asesinato de un hermano de Payan!5 Rompimiento con los Estados Unidos6 Lamentable acontecimiento7 Reclutamiento8

1 2 3 4

Fuente: La Estrella del Tolima, Neiva, n. 40, 4 de febrero de 1883. o

Fuente: El Grillo, Neiva, n. 4, 9 de febrero de 1884. o

5 6 7 8

Otro elemento relevante en la prensa de la ciudad de Neiva en relación con el uso de la publicidad, es la constante oferta de bienes, servicios y mercancías mediante el uso de anuncios llamativos, que en gran medida son metáforas que se refieren a eventos extraordinarios, mediante los cuales se exaltan las características de los objetos en venta. También se recurre al empleo de anuncios relacionados con la guerra o desastres que llamaran la atención de los lectores. A continuación relacionamos una lista de ejemplos en la que se da cuenta del encabezado mediante el que se publicita un producto y el objeto o servicio que se pone en venta: Encabezado El cólera de Neiva1 Estalló la revolución2

La fiebre de Neiva3

Mercancía o servicio Venta de una casa en rafa, bahareque y teja situada en la plaza central de Neiva, perteneciente a Francisco Céspedes. Venta de mercancías por el señor Rafael Velazco “que ofrece un surtido de mercancías por mayor , compuesto de bellísimos efectos , a precios cómodos y buenos plazos”. Los señores Aparicio Gutiérrez y Joaquín Alarcón, solicitan “en arrendamiento una casa pequeña, cómoda, decente i que se halle en la parte oriental de la ciudad”.

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Venta de la hacienda La Cabaña. Venta de la hacienda Llatonuevo. Venta en 12.000 pesos de instrumentos de hacienda. Venta de productos de una papelería en la que se dice que un francés se desmayo al ver el surtido de la tienda que le recordaba a París. Oferta las medicinas disponibles en la farmacia de Antonio Moreno, donde se encontraban medicamentos variados como las píldoras ferrujinosas, jarabes de hipospofitos, sal, cal, Emulsión de Scott y Elixir de Guillié, entre otras.

Alto Magdalena, Neiva, n.o 101, 8 de marzo de 1856. La Luz, Neiva, n.o 5, 8 de febrero de 1858. El Vijilante, Neiva, n.o 15, 15 de agosto de 1880. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 3, 6 de mayo de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 29, 19 de noviembre de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 20, 36 de noviembre de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 31, 3 de diciembre de 1882. El Aviso, Neiva, n.o 2, 26 de febrero de 1890.

Entre las mercancías ofertadas por la prensa neivana se encuentran elementos de consumo cotidiano, tales como medicinas, licores y alimentos. En este sentido, un ejemplo de estos productos puede ser el de las píldoras “Holloway”,77 las cuales se encuentran referencias en una gran cantidad de periódicos de Neiva, presentándolas como una medicina que mejora la calidad de vida de las personas y que las rejuvenece. Es tal el grado de relevancia de las píldoras “Holloway” que la noticia misma de la muerte de su inventor es remembrada por la prensa neivana, recordándonos que, en vida, Holloway fue un hombre que alcanzó su fama por las pautas publicitarias en los periódicos, “llevando su nombre i medicinas hasta el último rincón de la tierra”.78 Igualmente, pautas publicitarias de licores como el brandy o la cerveza se hacen relevantes en la publicidad de los medios impresos de Neiva y nos permiten comprender un poco la dinámica de la ciudad. Ejemplo de esto sería el dialogo con el que se anuncia la venta de brandy en el periódico El Aviso, que reza de la siguiente manera: 85 78

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 116, 21 de junio de 1856. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 73, 2 de mayo de 1884.


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Identificación histórica y búsqueda moral

La ciudad de Neiva, presentada por la prensa como dinámica y diversa

Fuente: Alto Magdalena. Periódico Oficial, Neiva, n.o 116, 21 de junio de 1856.

Doctor: Qué opina usted de mi salud? Opino mi señorita, que es pura anemia lo que usted tiene. Tómese una copita de buen brandy antes de cada comida y bañece. Pero Doctor, tendré que morirme por no pagarles la gana á los comerciantes, piden por una botellita esta vida y la otra. No, mi señorita: lea usted El Aviso y allí verá brandy hennesst superior a $ 2 la media botella, de venta donde Guillermo Arciniegas; no es caro. Si, no es; agradezco su indicación y mandaré inmediatamente á comprarlo. Pascasio! Anda donde Guillermo y díle que me mande una botella de brandy y que apunte(¡!)79

Las noticias anteriormente mencionadas nos permiten vislumbrar algunas utilidades de la publicidad para la sociedad neivana, especialmente a través de los anuncios llamativos, metafóricos y graciosos para cumplir sus múltiples cometidos. De igual forma, aunque no se presenten ejemplos de ello, la prensa se preocupa por publicar listados de productos en venta y de precios de bebidas, comidas y servicios, siendo esta la utilidad más común de la publicidad. En este orden de ideas, encontramos un elemento constitutivo de la prensa y de la ciudad de Neiva que debe leerse bajo una óptica de configuración de la ciudad y de progreso económico de la misma.

en sus aspectos culturales, exhibe entre sus principales características un interés de sus habitantes por el pasado histórico que precedió a su diario vivir, así como por la conmemoración de aquellos sucesos que les permiten identificarse como ciudadanos de una nación y por los elementos que contribuyen al desarrollo de la ciudad. En otros términos, al referirnos a la Neiva cultural no solo encontramos los detalles de su entramado social, sino, particular y principalmente, la afluencia de estos bajo las nociones de progreso, moral y civilización que definen en gran medida el devenir histórico de la ciudad y la región durante el siglo xix. Los intereses históricos de la ciudad de Neiva se ven expresados claramente en el espíritu festivo de sus habitantes, particularmente ante sucesos como la conmemoración de la Independencia de la Nueva Granada80 y del Descubrimiento de América,81 mediante los que recuerdan y celebran sucesos fundamentales para la comprensión histórica de la sociedad, que permiten a las personas identificarse con un pasado que les resulta familiar; tanto así, que se vislumbra como una de las principales características de la prensa escrita de Neiva, al ser el pasado un elemento constitutivo del presente, por encontrar en él, los elementos necesarios para justificar la ciudad como un espacio culto y civilizado. Otro de los aspectos característicos del entramado cultural de la sociedad de Neiva, se ubica en la constante y proclive actividad teatral que se desarrolla en la ciudad, de la cual la prensa no solo hace referencia de las obras que se llevaban a cabo, como lo son: “El pañuelo blanco”, “Las glorias mundanas” y “A las puertas del cielo”,82 sino de igual manera se hace una crítica de su contenido; debido a que se esperaba que dichas obras contribuyeran con las buenas costumbres y la moral de la ciudad de Neiva, mediante “escenas que exciten al sentimiento de lo bello lo bueno, que ensalcen la virtud y castiguen el vicio; en una palabra que moralicen las costumbre”,83 porque resulta apremiante desde la óptica de la prensa, conservar los buenos hábitos y el buen vivir de los habitantes de la sociedad. Sumado al interés por el teatro y las actividades culturales en el entorno de la ciudad, es necesario indicar que los círculos de discusión y 80 81 82

79

El Aviso, Neiva, n.o 4, 28 de marzo de 1890.

83

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 83, 20 de julio de 1884. El Unitario, Neiva, n.o 10, 10 de noviembre de 1886. El Municipal, Neiva, n.o 25, 26, 27, 17 de febrero de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 25, 26, 27, 17 de febrero de 1894.


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de lectura también se presentan como un elemento característico durante la década de los 1850, y que se interesaban por estimular el conocimiento literario, mediante declamaciones poéticas y la lectura de autores como Víctor Hugo, por parte de jóvenes emprendedores, intelectuales y dinámicos como los define el periódico Huila,84 caracterizando y ejemplificando nuevamente el interés de la ciudad por dar a conocer aquellos espacios culturales que en ella tenían cabida, donde la vanguardia y la civilización se presentan como características y fines de la sociedad neivana. Con lo dicho, debemos aclarar que las lecturas de los neivanos y su interés por el pasado histórico aunque se caracterizaba por su recurrencia a lo idílico, no se fundamentaban en simples metáfora o analogías. Un ejemplo de esto sería la venta y lectura de la obra de José María Grott que se anunciaba como una oportunidad única para toda la sociedad,85 que sumada a la lectura detallada que los habitantes de la ciudad habían realizado de la obra de Manuel Briceño,86 y la critica que se realizaba a este por el papel que le daba a Teresa Olaya en el proceso de Independencia,87 nos presentan una Neiva dinámica, que dista de tener una postura inocente ante el pasado de la nación, para definirse como crítica, preocupada por la comprensión del este y la identificación de la región dentro del mismo. Es decir, donde se pueda entender la imagen de Neiva no como un fenómeno aislado, sino por su importancia en el entramado social y político del siglo xix. En razón de las breves descripciones realizadas acorde con entramado cultural de la ciudad de Neiva, debemos indicar a manera de síntesis, que en su afán por constituirse y definirse como una provincia y una ciudad culta, se generan en su seno algunas discusiones que hacen notar la riqueza del fenómeno en cuestión.

Neiva instruida

La prensa de la ciudad de Neiva proyecta la imagen de esta como foco de

civilización y cultura, en la que se hace referencia explícita a la instrucción pública, a los intereses de los neivanos por las ciencias y el conocimiento 84 85 86 87

El Huila, Neiva, n.o 2, 24 de junio de 1855. El Unitario, Neiva, n.o 21, 21 de febrero de 1887. El Municipal, Neiva, n.o 23, 13 de enero de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 23, 13 de enero de 1894.

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en general como una forma de diferenciarse de las regiones del oriente (La de los Indios Andaquies), que desde la prensa eran consideradas incultas, y habitadas por una población “bárbara”. La referencia más importante sobre esta imagen de barbarie, se encuentra en Alto Magdalena, en el escrito titulado “regiones incultas al oriente de Neiva”,88 donde gracias a los apuntes de un viaje a la región dominada por los andaquí hecho por el presbítero Manuel María Albis en 1854, se presenta una descripción detallada de estas regiones, así como de sus costumbres, lenguaje y actos rituales, desconocidos para el Presbítero Abís.89 Estos apuntes fueron usados por los editores del periódico para llamar la atención del gobierno, sobre lo que consideraban era un estado barbárico, en el que se encontraban sumidos quiénes habitaban dichas regiones, solicitando, que estas se pueblen y exploten de manera certera y controlada para aprovechar las riquezas que contienen. El artículo mencionado se constituye como una evidencia que refleja la preocupación de los neivanos por conocer lo que les era ajeno, en este caso, las costumbres de los indios y su lenguaje, del cual, El Alto Magdalena nos presenta una Fuente: El Alto Magdalena. Periódico oficial, Neiva, n.o 111, 17 de mayo de 1856. muestra:

88

89

El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1.o de marzo de 1856; El Alto Magdalena, Neiva, n.o 101, 8 de marzo de 1856. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 100, 1.o de marzo de 1856; El Alto Magdalena, Neiva, n.o 101, 8 de marzo de 1856.


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Es preciso aclarar, que sociedades como los pueblos del Andaquí, no eran vistas solo como lo contrario a la civilización, sino como un objeto que merecía observación. Cabe señalar que con una motivación semejante, la prensa permite ver el interés que causó en la ciudad la teoría del evolucionismo de Charles Darwin, e incluso la persistencia en el tiempo de la leyenda de El Mohan. Sobre la teoría de Darwin, se dice que es un gran error, como podemos observar en La Estrella del Tolima en la sección variedades, donde se afirmaba que el intento de comparar aún el más inteligente de los animales (el mono) con el hombre, era una falta a la realidad zoológica, y un plagio de la equivocada filosofía asiática que encontraba en el elefante el origen del hombre;90 lo que según el artículo en mención, ponía en duda la cientificidad de las razones de Darwin, pues las equiparaban a la superstición de los mensajes de ultratumba, hasta tal punto que se diría lo siguiente: “la intelijencia i nobleza del mono le dan titulo muy serio para ser el progenitor del hombre, mas esta teoría no pasa de ser una concepción bastarda, por no tener fundamento en las layes naturales. El Orijen de esta idea viene únicamente de los sentidos. Platon llama estas ideas reminisencia de una vida anterior, luego Darwin es el único mono.”91 Por otro lado, ante la leyenda “Muán”,92 un ser que emerge del agua en las noches para robar mujeres, la prensa manifiesta una preocupación ante dicho fenómeno, no por su veracidad, sino por el apego de algunos habitantes para dar explicaciones sobrenaturales a sucesos que pueden ser comprendidos por medio de la razón, y que impiden que la ciudad de Neiva avance por el camino del progreso que le es tan indicado. Como muestra de ello, encontramos una noticia en el periódico El Municipal, donde es definido El Mohan como un “ser imaginario”93 en el que solo la gente visionaria y vulgar creía. Aun así, en dicha publicación se hace un interesante recorrido por aquellas narraciones que pueden dar cuenta del inicio del mito del Mohan, entre la que se retoma autores como Rondolet, Plinio y Pausanias, indicando que los monstruos de los cuales ellos escriben, no eran más que animales mal observados, que posiblemente eran focas, vacas marinas u otro semejante.94 En este orden de ideas, El Municipal

Como hemos intentado mostrar, en la ciudad de Neiva el conocimiento no era ajeno a la prensa, y tampoco lo era la educación, que contaba con una importante oferta de bienes y servicios que incluía: clases de inglés particulares para niños,96 clases en una escuela de música97 y

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 4, 27 de mayo de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 4, 27 de mayo de 1882. 92 El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894. 93 El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894. 94 Según el periódico El Municipal, el francés Rondolet decía haber visto en el siglo xvi en las costas de Noruega un monstruo marino que llamaron Monje (moine), a causa de

sus rasgos físicos de cabeza rapada, capucha en las espaldas y dos aletas a modo de brazos. Por su parte, Plinio y Pausanias describían la existencia de un hombre marino. El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894. 95 La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 31, 3 de diciembre de 1882. 96 La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 93, 28 de septiembre de 1884. 97 El Bien Público, Neiva, n.o 4, 9 de julio de 1883.

90 91

hace un llamado a la observación y comprensión de los fenómenos físicos y naturales que permitan dejar a un lado la superstición, de la cual son participes algunos habitantes de la ciudad de Neiva. En este contexto, la prensa de la ciudad se preocupaba por presentar una sección literaria, la cual contenía traducciones de poemas, novelas, obras de teatro, ensayos de autores ingleses y franceses; mostrando junto a ellos orgullosamente los aportes que los suscriptores enviaban a los editores, y el trabajo de autores reconocidos como propios, como es el caso Jorge Isaacs, de quien se publicaron poemas para la época, como el siguiente: El imperio Chimila. Imperio de Sorlí, rei del Chimila, Hoy selva vírjen de la cumbre al llano, Jamás sumiso a lei del Vaticano Que los pueblos degrada y aniquila. Ni una humareda en su horizonte oscila!... Ni leve sombra del orgullo humano En la estension do fiero soberano Reinabas sólo tú, salvaje Atila. En los futuros siglos, altaneras, Levantarán sus torres las ciudades Del Cataca estruendoso en las riberas, Y en sus bastas e ignotas soledades No quedara de mí huella ni acento, Oscuro trovador, ave del viento. Riberas del Aractaca, 18 de enero de 1882. Jorje Issacs95


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cuadernos para la instrucción público ofrecidos al público recurriendo a encabezados como el titulado “Horroroso incendio”,98 mediante el cual se llama la atención del lector, antes de mencionar la importancia de cuadernos como La Citolejia, La Aritmética y El manual de urbanidad de Carreño. En este mismo sentido, algunos vendedores de libros señalan a la dificultad de la enseñanza de la religión a los niños por la falta de un libro de texto, problema que ellos mismos solucionarían, mediante un cuaderno titulado “principios de religión o compendio de las pruebas de cristianismo en 20 lecciones”.99 En el mismo sentido, había un claro interés por que la instrucción pública fuera de calidad y respondiera a las necesidades de la ciudad; por tal motivo, las noticias que la prensa publica, con relación a la instrucción, se ven mediadas por dos objetivos que se complementan entre sí: el primero, destacar su importancia y los sujetos que hacen parte activa de dicho proceso (educadores, directivas y alumnos), y el segundo, debatir el modelo de educación que se imparte, en relación con el contexto sociopolítico que lo media. En referencia al primer objetivo, se publicaban listados que pretendían dar a conocer a aquellas personas que sobresalían, dentro de las instituciones educativas de la región, destacando su dedicación y brindándoles un merecido reconocimiento por su actividad, al ser entendidos como ejemplos de progreso individual; una muestra de lo indicado se puede encontrar en el listado de estudiantes de la Escuela Normal para el año 1856,100 que incluye la lista de alumnos pensionados que se educan en dicha institución y los distritos de los que reciben la pensión, siendo 33 identificados alumnos e indicando la buena conducta de estos. Sobre el segundo objetivo, podemos encontrar en periódicos como El Unitario, de clara orientación católica, una sección en primera plana llamada “instrucción pública”, mediante la que se celebra los cambios introducidos por el gobierno en dicho ramo, que según dicha publicación, durante el régimen anterior (liberal) se había vuelto una causa de malestar insoportable en los hogares y conciencias de los neivanos, debido a la sujeción de cultos establecida en la constitución política de Rionegro del año de 1863.101 La Luz, Neiva, n.o 11, 3 de mayo de 1858. Alto magdalena, Neiva, n.o 124, 16 de agosto de 1856. 100 Alto Magdalena, Neiva, n.o 110, 10 de mayo de 1856. 101 El Unitario, Neiva, n.o 20. 8 de febrero de 1887.

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El gobierno del Estado del Tolima tenía una revista oficial de instrucción pública titulada La Escuela, en la cual se presentaban informes sobre el estado general de instrucción pública, particularmente primaria en el Estado Soberano del Tolima, debido a que la enseñanza de primeras letras resultaba ser un asunto de primer orden para la administración, quién también publicaba las visitas practicadas a las escuelas, pretendiendo ejercer un control estricto sobre estas. Como muestra de ello, encontramos la sabatina desarrollada en la Escuela Normal de Instrucción del Estado,102 que era más que un examen, mediante el que se media el conocimiento de los alumnos, un espacio ceremonial en el que se entonaban canciones y se seguía un rígido protocolo con el fin de cumplir la evaluación del estudiantado. Tan importante era la instrucción en la ciudad de Neiva, que se creó una segunda publicación titulada La Cátedra,103 la cual colaboraría con el periódico La Escuela, en su campaña por promover la instrucción pública en el departamento. Dedicándose, particularmente a la publicación de consejos y métodos de enseñanza, que sirvieran de guía al grueso de los profesores a la hora de enfrentar la siempre difícil tarea de la educación. En este orden de ideas, La Cátedra complementaba la tarea iniciada por La Escuela, al enfocarse en la forma de educar, y no en la simple tarea de realizar balances alrededor del estado de la educación a nivel regional y departamental.

Nuestra Neiva. La cotidianidad de la ciudad

El diario vivir de la ciudad de Neiva visto a través de la prensa de la misma, nos presenta una ciudad dinámica, tranquila, con un interés por aquellas actividades que la definan como una región culta y sobre todo de buen vivir. Igualmente, las publicaciones seriadas dan cuenta de los oficios o trabajos de los habitantes de la ciudad, de las celebraciones y festividades, de los problemas morales que se presentaban en su interior y de las actividades que en ella se realizaban. Así las cosas, a continuación haremos un recuento de algunos eventos significativos en la cotidiana de la Neiva del siglo xix. Las ocupaciones de los habitantes de Neiva se vislumbran sutilmente

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102 103

La Escuela, Neiva, n.o 1. 15 de septiembre de 1880. La Cátedra, Neiva, n.o 1, 23 de julio de 1884.


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en el contenido de la prensa, particularmente, los de aquellos que prestan servicios a la comunidad en general y ofrecen su trabajo a toda la ciudad mediante pautas publicitarias. En este sentido, podemos enumerar algunos oficios que se hacen explícitos en las publicaciones seriadas y que responden en gran medida al diario vivir de los neivanos. Inicialmente, encontramos anuncios de dentistas ingleses que ofrecen sus servicios en la ciudad mientras permanezcan en ella, tal es el caso del doctor R. B. Moris que ofrecía sus servicios en el periódico El Alto Magdalena,104 de igual forma, existen agentes de negocios y comisionistas como Rufino Gutiérrez que se hacían cargo de los negocios que se sostenían con la capital105 y como Antonio García (comerciante de purificación), que ofrecía sus servicios en Neiva para la venta de sus productos en otras partes del Estado Soberano del Tolima en el año de 1884.106 De igual forma, la ciudad de Neiva, contaba con grabadores especializados en realizar la publicidad de la prensa u otras tareas más complejas como Rafael García que ofrecía sus servicios en el periódico La Luz,107 y con relojeros como Gustavo Glauser que informa en el periódico El Municipal que ante su temporal ausencia dejara los trabajos que le han sido encargados en manos de Agustin Falla.108 Otra de las dimensiones de la cotidianidad que nos permite vislumbrar la prensa de la ciudad de Neiva, se ubica en la panorámica que esta nos permite establecer sobre el papel de la mujer dentro de la ciudad. Desde la década de 1850 y la fundación de la Casa de Beneficencia y Caridad, las mujeres de la ciudad de Neiva ocupan un papel relevante dentro de la sociedad al ser las promotoras de las buenas costumbres y de la moral en la ciudad,109 o como lo narraría El Alto Magdalena:

La cuidad hecha tinta su brillo y a sentir comprimidos sus mas nobles instintos. Empero, a proporcion que a torado a ganar su terreno la civilizacion, la mujer a reconquistado sus dominios, y recobrados sus justos títulos a sido la dueño del hombre culto. Consiguientemente, la mujer civilizada a levantado su frente celestial y se ha ostentado como la encarnacion de la belleza en todo su esplendor. La mujer, entonces, como la echura mas primorosa de Dios, su imagen velada sobre la tierra, al travez de esa delicada gaza de sus blandas formas, de sus lindos contornos, de su talle jentil, de su tierno mirar, y de todo su ser arrebatador, deja traslucir todo el fondo de la belleza moral.110

De igual forma, la figura de la mujer en el contexto neivano se ata a la bondad,111 elemento que, claro está, se puede entender bajo la influencia y óptica de la Iglesia, en cuyo seno la mujer debía ser respetada ya que su obra garantizara las buenas costumbres en la ciudad; así las cosas, la prensa escrita de la ciudad de Neiva propaga la imagen y el interés sobre una mujer civilizada,112 que no solo es la que desea la ciudad sino la que necesita. Es tal el papel de la mujer en la ciudad de Neiva que en medio de la proyección que la prensa realiza de la imagen de esta, encontraremos poemas dedicados a su figura, que nos permiten observar que no solo se ve a la mujer como la promotora de la moral en la ciudad, sino de diferentes y particulares formas que se pueden llegar a relacionar con su edad, tal como lo indicaría la siguiente nota del periódico El Grillo: Opiniones sobre la mujer Definición de un músico sobre la mujer A los 15 años la mujer es un arpeggio; á los 20 un allegro vivace; a los 30 un accorde forté, á los 40 es un andante; comienza su rondo fínate a los 50 y es á los 60 un tremoto alla sordina. Opinión de un cartero sobre las mujeres. Una mujer casada, es una carta que llego á su destino. Una joven soltera, es una carta que todavía no se echa al correo. Una doncella vieja, es una carta en la oficina de rezagos, que nadie reclama y á nadie ha sido útil.

La mujer, esa tierna flor del campo de la humanidad, a manera de las débiles corolas de adormidera que con una efímera existencia, apénas al abrir se dejan caer sus pétalos por falta de fuerza i apoyo, la bella mitad de la especie humana descendió de su grandeza, envilecida y anulada por la tirania brutal de los hombres de la época, i se la vio —como un tipo de bondad— resignarse a ver empañado 104 105 106 107 108 109

Alto Magdalena, Neiva, n.o 111, 17 de mayo de 1856. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 80, 24 de junio de 1884. El Tolima, Neiva, n.o 9, 28 de marzo de 1877. La Luz, Neiva, n.o 11, 3 de mayo de 1858. El Municipal, Neiva, n.o 65, 8 de junio de 1898. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 109, 3 de mayo de 1856.

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El Alto Magdalena, Neiva, n.o 109, 3 de mayo de 1856. La Buena Nueva, Neiva, n.o 3, 21 de agosto de 1883. El Alto Magdalena, Neiva, n.o 109, 3 de mayo de 1856.


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Historia Comprehensiva de Neiva Una… como diremos… Una cocotte, es una tarjeta postal que va mostrando su contenido. La mujer es un ídolo que el hombre adora mientras no lo arroja de su pedestal. No hay tortura á que una mujer no se sometería por aumentar su belleza. Antes de prometer á una mujer el armarla solo á ella, deberíamos verlas a todas o no ver más que á ella. Encontramos en sociedad muchas mujeres atractivas y hermosas las cuales creemos que harían excelentes esposas para nuestros amigos. La más alta prueba de estimación que una mujer pueda darle á un hombre es la de solicitar amistad.113

Otros elementos del diario vivir de la ciudad de Neiva, como el juego, las fiestas y la forma en cómo hablaban los ciudadanos de la ciudad durante el siglo xix pueden verse a través de la prensa. Respecto al juego, este se presenta como un elemento latente en la sociedad de Neiva, pernicioso para la humanidad y que debe atenderse con sumo cuidado para que no lleve a la sociedad a un estado nocivo, ya que la misma prensa lo define como: “ese precipicio de pendiente resbaladiza i rápida, en que una vez impulsado el hombre no se detiene hasta que va a estrellarse en su sima, es sin duda el escollo mas terrible con que puede tropezar el hombre en la vida, i sobre todo el hombre joven: por cuanto que a ninguna cosa debiera inspirársele mas aversión desde la niñez”.114 Por otro lado, las fiestas religiosas al igual que el juego, son atendidas por la prensa de de Neiva, aunque estas últimas, claro está, distan de ser elementos nocivos para la sociedad neivana, para constituirse como componentes fundamentales de la ciudad y la región. Ejemplo de esto sería la referencia a las fiestas religiosas dedicas a nuestra señora de Las Mercedes,115 pero, particularmente las dedicadas a María la Inmaculada, que no solo dan cuenta de la importancia de la virgen para la sociedad neivana, sino que igualmente nos hablan sobre la celebración de la noche de las velitas,116 complementando así el esbozo general de las festividades de Neiva, que no podrían relacionarse sin dar cuenta de las festividades

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de San Pedro117 y las fiestas de Villavieja;118 permitiéndonos establecer, que en medio de la configuración de la ciudad de Neiva y de la definición de la misma, las fiestas son una constante en su desarrollo histórico. Ahora bien, la cotidianidad de Neiva vista a través de la prensa nos permite acercarnos a las problemáticas más apremiantes que tenían origen en dicha ciudad y que se consideraban de primer orden por atentar contra la moral de sus habitantes y el buen vivir. Un ejemplo de esto sería el de la prostitución, que para la década de 1890 se presenta como una constante en la prensa escrita, al ser entendida como un elemento que atacaba “la higiene y sobre todo la moral” por su practica en toda la ciudad con “sobrado descaro”,119 el cual, se pretendía solucionar haciendo que las prostitutas fueran constantemente al doctor,120 y que regresaran a los establecimientos en los cuales habían desempeñado su profesión, ya que la problemática de “las luciérnagas” en cuanto a la moral y la higiene solo podría encontrar una solución de esta manera.121 Es tal la apatía que la población sentía ante el fenómeno de “las luciérnagas” que en el periódico El Grillo se diría lo siguiente: Esas Luciérnagas son un gran número de ciertas mujeres de relajadas costumbres que, desprecian el fruto que da una vida sumisa y laboriosa el trabajo honrado, van y vienen por las calles y todos lugares y entran y salen de casi todas las casas, recaudando empresitos forzosos, es decir, petardeando á todo mundo para poder sostener una vida de holgazanería y corruptela, la más triste. ¡Dolorosísimo cuanto amenazante cuadro en un país que ni el asidao trabajo da para subvenir á las múltiples necesidades de la vida! ¿Empezará el comunismo por las mujeres? Buen peligro hay en ello, si no se pone remedio á este mal.122

Por último, es indicado anotar que la prensa de Neiva no solo nos presenta un diagrama general de la cotidianidad de la ciudad, sino que nos permite acercarnos a las particularidades de la misma, recordándonos, la forma como se saludaban y despedían en aquella época, y la manera El Municipal, Neiva, n.o 35, 16 de junio de 1894. El Huila, Neiva, n.o 3, 1 de julio de 1855. 119 El Municipal, Neiva, n.o 11, 14 de octubre de 1893. 120 El Municipal, Neiva, n.o 13, 28 de octubre de 1893. 121 El Municipal, Neiva, n.o 30, 7 de abril de 1894. 122 El Grillo, Neiva, n.o 3, 28 de enero de 1884. 117 118

113 114 115 116

El Grillo, Neiva, n.o 2, 12 de enero de 1884. Huila, Neiva, n.o 19, 21 de noviembre de 1855. El Unitario, Neiva, n.o 4, 29 de septiembre de 1886. El Unitario, Neiva, n.o 14, 8 de diciembre de 1886.

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en la que se trataban los habitantes de la ciudad, en medio de un acto tan común, como el de recomendar medicinas para una enfermedad; dicho ejemplo, puede vislumbrarse mediante el dialogo publicitario del periódico El Aviso titulado “una visita”: Ala mi hija, qué milagro! Milagro de siempre. Cómo haz estado de salud? Mal mi hija, este catarro de ahora me tiene abrumada. Haz tomado las gotas de Hungría ó Emulsión de Scott? Es excelente! No, ni las conozco. Y eso es bueno? El Aviso lo dice todos los días. Yo no le creo á ese papelucho. Cómo! No le crees á Guillermo? Si… si le creo. Le diré á papá Sirilo me compre esas medicinas. Tú si no sufres, eres dichosa No, tuve dolores nerviosos á la cara hace días, pero usé el Linimento Veneciano al Mentol, que vende el mismo Guillermo (él vende hasta la camisa), á 50 centavos el frasco, y con eso después de Dios, me hallo buena y está mejor tio Pancho del reumatismo. Es excelente Te considero cansada. Adios. Adios ala, saludes por allá.123

Por medio del nuestro ejemplo anterior, hemos podido ver de manera tangencial, un ejemplo del trato de dos habitantes de la ciudad de Neiva, el cual, sí bien se nos presenta en una imagen ideal e inventada para un anuncio de las mercancías de la tienda de Guillermo Arciniegas, nos permite dar cuenta del buen trato de los habitantes de la ciudad y de su cordialidad, o en otros términos nos permite comprender y vislumbrar, cómo mediante una imagen cívica y civilizada de los habitantes de la ciudad, el simple hecho de recomendar el uso de un producto medico se encuentra mediado por la suma de buenos deseos y amabilidad de los neivanos del siglo xix. Las breves referencias expuestas relacionadas con el diario vivir de la ciudad de Neiva hemos pretendido demostrar dos cosas. Primero, que la cotidianidad de una ciudad, en este caso particular la de Neiva, no puede ser entendida bajo la suma de referencias simplemente atractivas, sino por el contrario, debe ser evaluada en un marco cronológico establecido,

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que se interese por comprender las preocupaciones de las personas de la época, sus características más recurrentes, sus hábitos, pero sobre todo que procure interpretarlos más allá de una simple descripción En este sentido, como el lector lo pudo haber percibido, nuestro artículo se ve atravesado por el aspecto cotidiano de la ciudad de Neiva, entendiendo por este, una coordenada de análisis que nos permite comprender las transformaciones y permanecías en la imagen de la ciudad de Neiva, bajo tres lineamientos constantemente referenciados, como lo son: progreso, moral y civilización. Así las cosas, los acontecimientos y particularidades que la ciudad de Neiva nos ofrece en las cuantiosas fuentes de consulta que posee para el estudio de la vida cotidiana (la prensa), nos permite inferir que la proyección de una región de buen vivir y de costumbres aptas para su estadía, se debe entender en medio de un proceso de cambio político y de organización sociopolítica por los cuales atravesaba la ciudad; que le hacen presentarse a sí misma como un lugar ideal en la región, aún con los percances que la cotidianidad de sus habitantes presenta.

La imagen de la ciudad de Neiva

La

exposición hasta ahora realizada, nos ha permitido observar la importancia de las tres coordenadas de análisis que desde un primer momento hemos enunciado como claves en la comprensión del diario vivir y en la dinámica de la ciudad de Neiva (progreso, moral y civilización). Mediante la mención de las mismas y un análisis breve de las diferentes temáticas aquí expuestas, hemos podido establecer qué la imagen que proyecta la prensa escrita de la ciudad de Neiva sobre sí, la define como una ciudad tranquila, armoniosa y ante toda culta, ya que para la época, más que una característica, era una obligación dar cuenta de lo atractivo de una región y de sus singularidades, dicho argumento cobra validez si recordamos y entendemos, que la ciudad de Neiva se encontraba en una constante búsqueda de su autonomía que se hacía manifiesta en la pretensión de ser la capital del Estado Soberano del Tolima o en la intención de configurar un Estado independiente conocido como el Estado Soberano del Alto Magdalena.124 124

123

El Aviso, Neiva, n. 5, 15 de abril de 1890. o

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Para profundizar sobre el tema de la búsqueda de la autonomía de la ciudad de Neiva y de la región del Huila, ver Moreno, Delimiro, El Huila en el siglo xix, Bogotá, Vargas


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La imagen de una ciudad que progresa en medio de un constante cambio tecnológico y desarrollo económico, se da a conocer por medio de la prensa con el fin de establecer las particularidades de la producción económica de la ciudad de Neiva y las vías de desarrollo que esta debería seguir, ya que la búsqueda de nuevas formas de organización y producción se presenta como un referente obligatorio para una ciudad que se da a conocer como opulenta; tanto así que sus habitantes llegarían a considerar que cuentan con un excedente productivo que les permitiría llevar una vida de reposo y tranquilidad. En este sentido, al empelar en el apartado el título de “Ciudad culta, civilizada y de buen vivir” y el ejemplo de la “vida horizontal de la hamaca”, se hace alusión al imaginario de una ciudad que se preocupa por presentarse como un espacio de abundancia, que le es en cierta medida natural, debido a la riqueza del medio y a las cualidades de sus gentes. La moral se presenta como un elemento preponderante de la prensa de Neiva, en tanto que desde su contenido se defiende y difunde como un elemento constitutivo de la sociedad neivana, particularmente, al presentarse como un indicador de un ciudad culta, de buenas costumbres y hábitos, que deben ser cultivados para promover su progreso. Desde esta perspectiva, la ciudad de Neiva no solo se presenta como un espacio de opulencia económica en cual es placentero vivir, sino de igual forma, se da cuenta de una ciudad integra y culta, con un cierto aire de vanguardia, en la que se debate a Víctor Hugo, se aprecia una obra de teatro que promueve los buenos hábitos de sus habitantes y se estimula cualquier elemento que contribuya con la cultura y la promoción de las bases morales de una sociedad, así como se atacan aquellos elementos que promulguen las malas costumbres, la inmoralidad, el vicio y el desorden en la ciudad cómo el juego y la prostitución. En este orden de ideas, la moral se referencia como un elemento de autorregulación de la ciudad de Neiva, al ser la base de la buena conducta de sus habitantes y la guía de los mismos. Por último, la prensa de la ciudad de Neiva difunde la imagen de una ciudad civilizada, es decir, una ciudad con un elevado nivel cultural propio de una sociedad avanzada, que se preocupa por un constante desarrollo de las instituciones, las artes, la ciencia y las buenas costumbres. De esta manera, la imagen de ciudad civilizada proyectada por la prensa, pretende demostrar que la ciudad de Neiva siendo un baluarte de la Editores, 1994.

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civilización, es capaz de dirigir los procesos civilizatorios en los vecinos de las regiones del Andaquí (que la prensa define como barbaros) y de direccionar el desarrollo de las poblaciones vecinas, por lo cual, merece ser el centro político administrativo de la región, lo que se traduce en la intención de la prensa de Neiva por atribuir a esta las cualidades necesarias para ser la capital como ya se indico anteriormente. La suma de los elementos ya mencionados nos permite reconstruir la imagen de la ciudad de Neiva desde la prensa escrita, definiéndola de forma idílica, pero no alejada o desconectada de la realidad sociopolítica de la región, es decir: la proyección de la ciudad de Neiva y sus características más representativas, nos permiten hablar del imaginario de la ciudad de Neiva, entendiendo este como una construcción de sus habitantes, dirigentes y visitantes que hacen hincapié en los hábitos diarios de la ciudad, sus características físicas y su riqueza ambiental, presentado dichos elementos como las riquezas y cualidades más grandes de la ciudad. En este sentido, el imaginario de la ciudad de Neiva, puede definirse como el de un lugar ideal para vivir, comerciar o transitar, como el de un espacio geográfico de riqueza extrema, pero particularmente como el de una ciudad promotora y representante de los más altos principios e ideales de una sociedad, presentando de esta forma a la ciudad de Neiva como una ciudad de vanguardia en el entramado político del siglo xix.

Conclusión

Sin pretender que hemos dado respuestas definitivas sobre el desarrollo,

las tensiones, contradicciones o al menos una parte de la cotidianidad de la ciudad de Neiva, nuestro estudio ha establecido o al menos enunciado algunas de las coordenadas de lectura y problemáticas más apremiantes que tiene cabida en la ciudad durante el siglo xix. Muchas son las fallas y ausencias de nuestro trabajo, pero aún así la existencia del mismo genera nuevos interrogantes relacionados con el contenido de la prensa de la ciudad de Neiva y la imagen que sobre ella se trasmite, tales como: ¿la promoción de una Neiva civilizada se generaba en contraposición a sus vecinos cercanos? ¿El progreso económico de la ciudad se vio jalonado por las innovaciones del siglo xix? ¿Cuáles eran los motivos de conflicto entre la ciudad y sus vecinos? ¿Por qué no aparecen las noticias de las batallas en Neiva? ¿Cuál es


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el papel de Alejandro Rojas en las imprentas de Neiva?, podríamos enumerar muchos más cuestionamientos, pero con los que se han referenciado son suficientes para darnos cuenta de que el trabajo aquí realizado es un primer paso, tanto en el empleo de la prensa de la ciudad de Neiva del siglo xix para el estudio de la misma, como para el estudio del imaginario de la región y la ciudad. En este orden de ideas debemos aclarar que el resultado mismo de nuestra investigación, se puede comprender bajo dos postulados, primero una reivindicación de la prensa escrita como un componente fundamental para la comprensión de la realidad histórica de la ciudad y la provincia, y segundo, como un postulado analítico que incita a comprender la ciudad desde su testimonios y problematizarla para obtener una mayor comprensión de la misma. Esto se presenta como un elemento que apenas queda enunciado en este trabajo y debe seguir siendo tratado por futuras investigaciones, contando con la ventaja logística, de que después de la publicación de este trabajo la ciudad de Neiva, la Academia Huilense de Historia y la sociedad en general cuenta con la prensa digitalizada de la ciudad publicada durante el siglo xix, siendo este quizá uno de los primeros logros alcanzados por los que escriben este trabajo y todos aquellos que los apoyaron.125 Además de lo dicho, debemos sintetizar el producto de nuestro trabajando anotando que una breve reflexión sobre algunas de las temáticas más representativas de la prensa escrita decimonónica nos trasmite la imagen de una ciudad con un espacio geográfico de diversidad cultural, con una economía dinámica pero no abrumadora y una concepción política cambiante y proactiva que prefigura, y redefine la ciudad constantemente; con lo que tendríamos como resultado una visión panorámica y general en la que Neiva se presenta como un objeto de estudio que se entiende en razón de su propia dinámica histórica, es decir como un sujeto histórico que debe ser analizado bajo una visión histórica de larga duración y coyuntura, debido a que este se transforma, configura y relaciona con su entono en razón de las exigencias que se le imponen.

Pioneros de la fotografía en la provincia de Neiva (1861-1886) Marta Eugenia López Bedoya Investigadora independiente

Esta imagen de Esteban Rojas Tobar al lado

Don Chepe Rojas y su hijo Esteban Rojas Tobar. Reproducción tomada de Trujillo Silva, Ignacio Antonio, Biografía del Excmo. Señor Esteban Rojas Tobar, Obispo Dimisionario de Garzón, Bogotá, Tipografía Voto Nacional, 1949. 1

125

Ruíz Martínez, Jean Paul y Salamanca Arévalo, Cristian, Publicaciones seriadas de la ciudad de Neiva siglo xix, Bogotá, Academia Huilense de Historia, 2011.

2

de su padre don José (Chepe) Rojas, tomada cuando el joven tenía 14 años de edad,1 permite establecer que la fotografía ya se practicaba en la provincia de Neiva (actual Huila) cuando hacía parte —con la provincia de Mariquita (actual Tolima)— del Estado Soberano del Tolima (1861-1886).2 Si bien diversas familias conservan en sus archivos fotografías como esta, la mayoría no posee datos que las identifiquen y pocas de las copiadas en papel contienen información sobre la identidad de sus protagonistas y sobre cuándo y dónde fueron tomadas. Viene al caso la imagen de doña Zoila Rosalía Salas Herrera, nacida en Villavieja el 30 de diciembre de 1831, bisabuela de la

Trujillo Silva, Ignacio Antonio, Biografía del Excmo. Señor Esteban Rojas Tobar, Obispo Dimisionario de Garzón, Bogotá, Tipografía Voto Nacional, 1949, pág. 15. Moreno Calderon, Delimiro, “El Sesquicentenario de la creación del Estado Soberano del Tolima”, en Revista Huila, vol. xiv, n.o 62, pág.18


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folclorista neivana Inés García de Durán, quien conservó una fotografía tomada cuando aquella ya era una mujer mayor.3 De ella solo se conoce su identidad. No hay quien pueda dar fe de quién es el bebé que carga en su regazo ni suministre otros datos de interés, ante lo cual solo se podría entrar en el campo de las suposiciones. En cambio la información suministrada sobre la edad de Esteban Rojas Tobar, incluida en el pie de la fotografía publicada en la Biografía del Excelentísimo Sr. Esteban Rojas Tobar -Obispo Dimisionario de Garzón, permite deducir que data de 1873, ya que Rojas Tobar nació en 1859 en la hacienda La Balsa, jurisdicción de El Hato, hoy municipio de Tarqui.4 Según sus biógrafos, por aquella época el joven residía en El Hato donde cursaba estudios básicos en el colegio Núñez. Sus padres se habían trasladado de El Hato hacia su finca El Mesón, en el municipio de Garzón. Desde allí el joven solicitó permiso a su padre para trasladarse a Bogotá con el ánimo de ingresar al Seminario.5 En la misma biografía aparecen además las fotografías de doña Candelaria, madre de Esteban y de Virginia,6 su única hermana, pero tampoco se sabe a ciencia cierta por quién o quiénes fueron tomadas. Aun cuando no hay precisión de dónde y quién tomó las fotografías de los Tobar, lo que sí se sabe es que en aquella época ya existía en Garzón el primer estudio fotográfico que se conoce en la provincia de Neiva, de propiedad de Pompilio A. Guzmán y heredado posteriormente por Arturo A. Guzmán, hoy en poder de la ceramista Cecilia Vargas Muñoz, residente en Pitalito. En el existen fotos tomadas por ellos en épocas diferentes. No hay evidencias de que hayan sido tomadas por algún fotógrafo anterior a ellos. Yo adquirí el archivo que dicen perteneció al primer fotógrafo que hubo en Garzón: un señor de apellido Guzmán. Con él trabajó uno de mis primos: Gustavo Perdomo, quien adquirió el archivo. Cuando él murió, Olga, su esposa, me lo ofreció. Lo tenía en un estante voluminoso y ella no hallaba qué hacer con él. Necesitaba espacio, entonces yo lo compré. Vi su valor histórico. Fue a comienzos del 80. Entonces yo trabajaba en un proyecto para el Banco de la República 3

4 5 6

Moreno Calderon, Delimiro, “Joaquín García Borrero”, en Revista Huila, vol. x, n.o 47, pág. 38. Trujillo Silva, Biografía del Excmo… pág. 11. Trujillo Silva, Biografía del Excmo… pág. 16. Trujillo Silva, Biografía del Excmo… págs. 18-20

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y pensé que a ellos les interesaría. Quise venderlo, no se dio. Aún lo conservo, así como me lo entregaron.7

De dicho archivo hace parte un vidrio que tiene plasmada la imagen de don José María Rojas Garrido, nacido en el municipio del Agrado el 5 de septiembre de 1824, quien “ejerció como gobernador de la provincia de Neiva por allá en 1855 (…) y como Presidente de la República, en su carácter de primer designado, del 1.º de abril al 20 de mayo de 1866 (…) Murió en septiembre de 1883”.8 La Academia Huilense de Historia conserva un retrato al óleo de Rojas Garrido, cuya imagen difiere poco de la del vidrio, prueba de la existencia del estudio fotográfico de Guzmán en esa época. Entonces Garzón hacía parte de la denominada provincia de Neiva (hoy Huila), por ende del Estado Soberano del Tolima, así proclamado por decreto-ley del general Tomás Cipriano de Mosquera en 1861 y que perduró 25 años.9 Después, la provincia de Neiva pasó a formar parte del departamento del Tolima con Ibagué como capital hasta 1905, año en que fue Imagen en vidrio de José María Rojas Garrido. Archivo Cecilia creado el departamento del Huila.10 Vargas Muñoz.

la fotografía en Colombia y el mundo A Colombia la fotografía llegó en 1842,11 tres años después de que el invento para fijar imágenes denominado “daguerrotipo” fuera presentado a la Academia de Ciencias de Francia por Louis Jacques Mandé Daguerre quien, tras la muerte de su socio el también francés Nicéphore Niépce, logró modificar y perfeccionar el procedimiento 7

8

9

10 11

Entrevista personal con la ceramista huilense Cecilia Vargas Muñoz, febrero, marzo y abril de 2011, Pitalito (Huila). Charry Gutiérrez, Gabino, Frutos de mi tierra, Neiva, Fondo de Autores Huilenses, 1985, pág. 10. Moreno Calderon, Delimiro, “El sesquicentenario de la creación del Estado Soberano del Tolima”, en Revista Huila, vol. xiv, n.o 62, págs. 18-20. Moreno Calderon, “El sesquicentenario de la creación…” págs. 70 y 82. Londoño Vélez, Santiago, “Pioneros de La Fotografía en Antioquia”, en Credencial Historia, n.o 75, marzo de 1996.


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logrado por este en 1826 para fijar imágenes por efecto de la luz en un material fotosensible.12 Fue el diplomático francés Jean Baptiste Louis, Barón Gros, quien trajo consigo la primera cámara de daguerrotipo a Bogotá, con la cual tomó la imagen fotográfica de mayor antigüedad que se conoce hasta ahora en nuestro país: una calle de Bogotá que tiene por fondo los cerros tutelares. Luego, la fotografía llegó a Medellín en 1848 y en años posteriores a otras regiones cuando, según lo demuestra la historia, el procedimiento para fijar las fotos se fue simplificando.13 Desde 1880 se había comenzado a aplicar con total éxito un procedimiento fotográfico que usaba placas secas de vidrio al gelatinobromuro creado en 1871. Hasta entonces y desde 1855 se venían utilizando con acierto placas de vidrio sobre las que se vertía “colodión húmedo” probado desde 1851. “Se llamaba colodión húmedo” porque la placa debía permanecer húmeda durante todo el procedimiento de toma y revelado de las imágenes, lo que obligaba a los fotógrafos a llevar consigo un laboratorio fotográfico portátil para preparar la placa antes de la toma y proceder a revelarla de inmediato. “En aquella época los fotógrafos de viajes que trabajaban en el exterior generalizaron el uso de tiendas de campaña y carromatos reconvertidos en laboratorios”.14 Las cerca de 200 placas de vidrio similares a la que contiene la imagen de don José María Rojas Garrido, que estima doña Cecilia tiene en el archivo que fuera de los Guzmán, indican que estos conocieron el procedimiento que usaba placas secas de vidrio al gelatino-bromuro con el que se fijaban las imágenes Imagen de banda musical en placa de vidrio. Archivo en aquella época y que, a pesar Cecilia Vargas Muñoz. del paso de los años, aún se conservan, como la fotografía de una banda de la que no hay aún disponible ningún dato puesto que el proceso de revisión y clasificación de tal archivo,

apenas comienza. Se puede ver que algunas partes de la imagen se han ido borrando.

Artículo “Fotografía en Colombia”, Wikipedia. Consultado en: es.wikipedia.org/wiki/ Fotografía_de_Colombia 13 Artículo “Fotografía en Colombia”. 14 Artículo “Fotografía en Colombia”.

16

12

¿Quién era don Pompilio A. Guzmán? Marina Guzmán Polanía, hija de don Arturo A. Guzmán, nacida en Garzón en 1934, residente en Neiva desde 2008 donde se repuso de una parálisis cerebral, afirma que Pompilio A. Guzmán era su abuelo y que él y su padre aprendieron el oficio en Bogotá en el estudio de un famoso fotógrafo. No conocí a mis abuelos, pero sé que uno de ellos se llamaba Pompilio A. Guzmán. Tanto él como mi padre eran de Ibagué. Los dos estudiaron en Bogotá. El abuelo se radicó en Garzón donde formó su hogar con mi abuela Nazaria Martínez. Que yo me acuerde tuvieron dos hijos: Arturo y Elvia, residente en Bogotá, casada con un Hermida. Ellos aprendieron fotografía con un señor Ariza, propietario de un estudio famoso que había allá.15

En sus “Apuntes para una Cronología de la Fotografía en Antioquia”, Miguel Escobar Calle registra una información que probaría la existencia del famoso fotógrafo al que se refiere doña Marina. “De marzo a noviembre de 1908 Aristides A. Ariza de Bogotá anuncia su taller fotográfico en el periódico liberal “La Organización de Medellín”.16 En el archivo parroquial de la Catedral de Garzón, existente desde 1790, no aparecen los registros de nacimiento de Nazaria Martínez, Pompilio A. Guzmán ni de Arturo A. Guzmán, menos aún en los archivos de las Iglesias de “Nazareth” y de “El Rosario”, que datan de 1905. En el archivo parroquial de la Catedral en cambio si se encuentra la partida de defunción de don Arturo A. Guzmán. Dicho documento indica que era “hijo de Ignacio Guzmán y Nazaria Martínez” 17 y que murió el 13 de mayo de 1958 a los 73 años de edad, por lo cual se deduce que nació en 1885. 15

17

Entrevista personal con Marina Guzmán Polanía, hija de Arturo A. Guzmán, Neiva (Huila), marzo de 2011. Escobar Calle, Miguel, “Apuntes para una cronología de la fotografía en Antioquia”, en Biblioteca Virtual de Antioquia. Consultado en: http://biblioteca-virtual-antioquia. udea.edu.co/pdf/10/phot-mec-cfa.pdf, pág. 8. Archivo Parroquial Catedral de Garzón (Huila), libro de defunciones, tomo 9, n.o 322.


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Orlando Guzmán Polanía, hijo menor de Arturo A. Guzmán y hermano de Marina, expresa que aun cuando la gente creía que don Pompilio era el padre de don Arturo, en realidad fue su hermano mayor, quien lo crio. Lo que dice la partida de defunción es correcto. El abuelo se llamaba Ignacio Guzmán. Formó su hogar con Nazaria Martínez en Suaza. Allí tuvieron a sus hijos: Pompilio, Arturo y Elvia. No conocí al tío Pompilio, pero recuerdo que estando yo niño la tía Elvia si visitó a mi papá en Garzón. Mi papá vivió varios años en Bogotá donde aprendió fotografía y trabajó en “Foto Ariza”. Lo recordaba siempre. Después volvió al Huila, yo creo que primero a Gigante donde conoció a Flora Polanía, mi mamá, con quien se casó cuando ella apenas tenía 16 años y él como 40 o un poco más. No se nada de la vida de mis abuelos ni del tío Pompilio: si se casó o no y si tuvo hijos. Siempre oí decir que crio a mi padre, también como que fue fotógrafo y nada más.18

En la partida de matrimonio de don Arturo expedida en 1927 y hallada en el mismo archivo parroquial, dice que don Arturo Guzmán era hijo de doña Nazaria.19 En el registro no aparece el nombre del padre, pero Orlando reitera que era hijo legítimo de Ignacio Guzmán y de Nazaria Martínez, como aparece en la partida de defunción y que formaron su hogar en Suaza. “Mi papá conservó siempre la amistad de muchos señores antiguos con quienes se crió en Suaza. Tenía muchos amigos de allá que venían a verlo. Sé que otro Guzmán vivió en Cali, no se quién. Lo de Ibagué no se quién se lo dijo a Marina, pero de lo que si estoy seguro es que ellos eran de Suaza porque se lo oí decir a mi papá muchas veces”.20 En la parroquia de Santa Librada de Suaza, conocida antes como parroquia de San Lorenzo, tampoco aparecen los registros de nacimiento de Ignacio Guzmán y Nazaria Martínez ni los de sus hijos Pompilio, Arturo y Elvia Guzmán Martínez, pero sí los de Bernardo Samuel Martínez y Jorge Gerardo Martínez, nacidos en 1879 y 1882 respectivamente, registrados como hijos naturales de Nazaria Martínez el 10 de agosto de 1882. Sus abuelos paternos fueron Segundo Martínez y Dolores Latorre.21 Entrevista telefónica con Orlando Guzmán Polanía, hijo de Arturo Guzmán, sobrino de Pompilio a Guzmán, Neiva (Huila) y Villavicencio (Meta), julio de 2011. 19 Archivo Parroquial Catedral de Garzón (Huila), libro de matrimonios. libro 7, n.o 61. 20 Entrevista telefónica con Orlando Guzmán Polanía, Neiva-Villavicencio, julio de 2011. 21 Libro de Bautismos, Parroquia de Suaza, tomo viii (1881-1888), f. 42.

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En uno de los tomos de defunciones de la misma parroquia está registrada la partida de defunción de Ignacio Guzmán, fallecido el 23 de enero de 1894.22 En ella aparece con un solo apellido y no contiene datos sobre su origen, quiénes fueron sus padres, ni la causa de su fallecimiento. Archivo

Fotografía en papel de Pompilio A. Guzmán. Archivo Cecilia Vargas.

Entre las pocas fotografías copiadas en papel halladas en el archivo que fuera de don Pompilio, heredado por su hermano menor, se encuentra la de un hombre sin identificar que la maestra artesana Vargas Muñoz asegura tenía pegado en la parte inferior un papel que decía: “Pompilio A. Guzmán, fotógrafo”, por lo cual ella considera que es la imagen del fotógrafo.23 Doña Marina conserva la única foto tomada a su padre Arturo después de “unos tragos”, en la que aparece al lado de Gonzalo Méndez, denominado “el tonto del pueblo”, y quien a pesar de su deficiencia mental era dibujante.

El sello En el archivo familiar de don Santiago Guzmán Ruiz, linotipista y tipógrafo nacido en Coyaima (Tolima) en 1926, criado en Hobo (Huila) desde ese año hasta 1940 cuando trabajó en la imprenta del periódico El Debate, residente en la actualidad en Neiva, existen diversas fotografías que conservan el sello de Pompilio A. Guzmán, que modificó con el paso de los años según se aprecia en las siguientes fotos. En la fotografía de esta mujer, montada sobre cartón, color sepia, sin fecha ni identificación, se aprecia debajo de la imagen el nombre del fotógrafo con algunas letras corridas por la humedad. De época

Foto con el sello que identifica a Pompilio A. Guzmán. Archivo Santiago Guzmán.

18

22 23

Defunciones Parroquia San Lorenzo de Suaza, tomo 5 (1892-1896), partida 2. Entrevista personal con la ceramista Cecilia Vargas Muñoz, Pitalito (Huila), abril de 2011.


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posterior parece ser la fotografía de un hombre, también sin identificar, que a diferencia de la anterior, lleva detrás, en la parte superior izquierda, un sello escrito en tres líneas que identifica al fotógrafo, según se aprecia en la fotografía tomada al reverso de la misma. De más reciente data, según se desprende de la misma fotografía y de un nuevo sello en óvalo fotográfico de don Pompilio A. Guzmán, es la imagen de un hombre identificado a mano alzada como “Santiago Guzmán”, perteneciente también al archivo familiar del linotipista y tipógrafo. De acuerdo con el linotipista Guzmán Ruiz, esta fotografía Foto sin identificar tomada por Pompilio correspondería a la imagen de su A. Guzmán Podría abuelo Santiago Guzmán, quien Sello fotográfico. ser don Santiago Archivo Santiago Guzmán. Archivo llegó de Popayán en compañía de Guzmán. Santiago Guzmán. dos de sus hermanos. La familia de mi abuelo Santiago Guzmán llegó al Huila, desde Popayán (Cauca), de donde salieron tres hermanos huyéndole a Tomás Cipriano de Mosquera. Ricardo se llamaba otro de ellos. Dicen que uno de ellos fue presidente de Venezuela. No recuerdo su nombre. Al llegar de Popayán se establecieron en Hobo, Gigante y como que en Pitalito. Mi abuelo Santiago se conoció con Virginia Martínez, oriunda de Bogotá en Gigante a donde la enviaron para que fuera la telegrafista del pueblo. Si esos otros Guzmán eran de Suaza, lo más seguro es que sean de los mismos, pero si provenían de Ibagué no tendrían nada que ver. Lo que la fotografía indica es que se conocieron con don Pompilio porque ahí figura que él tomó las fotografías de mi abuelo, mi papá y mis tíos. Su sello también está en las de otros parientes. Puede que sean de los mismos, lo cierto es que eran masones. Mi papá contaba que a él y a Mario Guzmán, uno de los sobrinos del abuelo los enviaron a estudiar a la escuela Ángel María Paredes de Yaguará. Enterado de esto el cura de Hobo llamó a mi abuelo y le dijo que si no lo sacaba de ese colegio masón lo excomulgaba y lo hizo, entonces debido a eso mi abuelo Santiago que era conservador se volvió liberal.24

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El mismo sello ovalado se aprecia detrás de la fotografía de una mujer sin identificar, copiada en sepia, en papel, tamaño 13 cm. por 10 cm, montada sobre cartón detrás de la cual también aparece en letra cursiva una leyenda que indica que fue enviada por Matilde Escamilla a Virginia viuda de Guzmán, “en prueba de las verdaderas simpatías”, fechada el 13 de septiembre de 1896 en Gigante. Según el linotipista, VirFoto sin identificar ginia Martínez, la telegrafista, tomada por Pompilio esposa de su abuelo, se casó A. Guzmán. Archivo Santiago Guzmán. probablemente en 1880 con don Santiago Guzmán en Gigante. Tuvieron tres hijos: MaSello fotográfico Pompilio A. nuel, María del Carmen y Soledad Guzmán MarGuzmán que aparece detrás de la foto anterior. Archivo tínez, a quienes don Arturo les tomó también Santiago Guzmán. fotos según se aprecia en los álbumes familiares. Al revisar los vidrios que reposan en Pitalito, se ve el montaje que hacía don Pompilio en papel para enmarcar las fotos en forma circular, ovalada o rectangular. Para ello utilizaba papel de enmascarar rojo o negro, que bien podía ser cortado siguiendo la silueta de la persona fotografiada. Este montaje manual permitía que al copiar la fotografía en papel, esta apareciera como las registradas con anterioridad. En el negativo que aparece a continuación se ve la forma y el corte del papel de enmascarar en forma circular. En aquella época la cámara fotográfica que existía en el mercado era la Voigtländer fabricada en Viena en 1840. Usaba placas de cristal en dos tamaños.25 Si bien en 1888 el estadounidense George Eastman, fundador de la Eastman Kodak Company, inventó el rollo de película que sustituyó la placa de cristal con lo cual consiguió poner la fotografía a disposición de las masas. La existencia de vidrios en el archivo que fuera de don Pompilio indica que trabajó por años con su Foto Archivo Pompilio cámara de placas de cristal y que posteriormente usó Guzmán suministrada posiblemente una cámara Kodak 100 Vista, lanzada por Cecilia Vargas. 25

24

Entrevista personal con Santiago Guzmán, Neiva (Huila), mayo de 2011.

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Artículo “George Eastman”, Wikipedia. Consultado en: http://es.wikipedia.org/wiki/ George_Eastman


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ese mismo año al mercado después de que Eastman registrara su marca Kodak. Dicha cámara utilizaba carretes de 100 fotos circulares. Su campaña de promoción decía: “Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto”.26 Esta cámara se vendía ya cargada y lista para realizar las fotos. Una vez usada, se devolvía a la casa que extraía el carrete y revelaba las fotos. El revelado solo costaba 10 pesos que para la época eran una fortuna. La novedad se impuso y supuso que el uso de la fotografía se pudo extender a toda la población, es por tanto este el momento de la popularización de la fotografía. En 1889 Eastman cambió el carrete de papel por uno de celuloide que venía en cajas, en dos tamaños, al igual que el papel para copiado de las fotografías. Este hizo que años más tarde se eliminara la incomodidad de tener que devolver la cámara entera, al comenzar la comercialización de un carrete protegido que permitía su colocación y extracción a la luz del día.27 En el archivo de los Guzmán existen varias muestras de negativos en celuloide. Entonces aún no había luz eléctrica en la provincia de Neiva, por lo cual el trabajo de revelado y copiado se hacía a oscuras. Fabio Sarmiento, fotógrafo oriundo de San Bernardo (Cundinamarca), residente en Garzón desde 1970, indica que él vio copiar de la forma como lo hacían los pioneros de la fotografía. Se trabajaba en el cuarto oscuro a punta de cigarrillo. Las placas venían con la emulsión. La imagen registrada por la cámara en las placas de vidrio se copiaba en papel por contacto directo en el cuarto oscuro al que se dejaba pasar por un orificio diminuto un poco de luz. Como siempre se corría el riesgo de que el papel se velara, los fotógrafos más antiguos usaban para el copiado de fotos el reflejo de la luz de un cigarrillo. Por eso era que cada uno realizaba hasta al final todo el proceso, por lo cual tenían que ser fumadores o volverse fumadores para hacer su trabajo.28

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Otras fotografías de Guzmán En su investigación sobre “El vestido en la primera mitad del siglo xx en el Huila”29 en la que aborda el tema desde finales del siglo xix, la docente e investigadora Esperanza Burbano Vargas da conocer algunas fotografías pertenecientes al archivo familiar de doña Abiga de Burbano, su señora madre nacida en Pitalito (Huila) en 1925, residente hoy en Bogotá, que conservan el sello de Pompilio A. Guzmán-Fotógrafo, en cuyos pie de fotos aparecen las fechas en las que fueron tomadas: 1885, 1887, 1892, 1893 y 1900. La investigadora explica que determinó los años de las fotos por deducción: “sumando y restando de acuerdo a si mi abuela nació en 1886 y en tal foto tenía tantos años”,30 según información suministrada por su señora madre. Fue así como organizó las fotos de los bisabuelos, teniendo en cuenta otros datos como las fechas hasta cuando vivieron en un determinado lugar, trabajo que ella afirma confrontó con sus tíos hasta lograr las fechas mencionadas. De lo observado en las fotografías relacionadas y en los vidrios del archivo de don Pompilio y su hermano Arturo, se colige que la mayoría de las imágenes por ellos tomadas corresponden a personas que posan para la foto: algunas solas, otras en pareja y en grupos, lo que confirma lo escrito por Marcos Roda y Roberto y Juan Carlos Rubiano sobre la tendencia al retratismo en los primeros años de la historia de la fotografía en Colombia. “En aquella época, la tendencia universal marcaba que el 95% de las fotografías eran retratos, y este modelo también se repetía en Colombia”.31 La gente se fotografiaba por gusto, no existía razón utilitaria para hacerlo. Eran las familias de los comerciantes, las señoras y los niños bien. Eran en algunos casos los parientes recién fallecidos que posaban para la posteridad con el gesto sorprendido que les dejó la muerte, y eran también los militares que buscaban un método rápido para perpetuar su imagen de próceres de nueva hora.32 Academia Huilense de Historia, Memorias III Congreso Huilense de Historia y II Simposio de Historia del Sur de Colombia. Hacia el siglo xxi, Neiva, Asesográficas. 1999, págs. 308 a 325. 30 Información de Esperanza Burbano Vargas vía correo electrónico, mayo de 2011. 31 Roda, Marcos; Rubiano Vargas, Roberto; Rubiano, Juan Carlos, Taller La Huella, Crónica de la fotografía en Colombia 1841-1948, Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1983. 32 Roda, Marcos et al., Crónica de la fotografía en Colombia. 29

Artículo “George Eastman”. Artículo “George Eastman”. 28 Entrevista personal con el fotógrafo Fabio Sarmiento, Garzón (Huila), mayo de 2011. 26 27

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Los mencionados investigadores también afirman que además del retratismo quedan testimonios gráficos de otros hechos del siglo pasado, principalmente de las guerras civiles, aclarando que fue solo en 1881 cuando comenzaron los primeros balbuceos de la reportería en Colombia, en vista de que fue en ese año cuando don Alberto Urdaneta, artista y mecenas, fundó el Papel Periódico Ilustrado.33 Según se aprecia en diversos archivos que conservan fotografías tomadas por don Pompilio, su especialidad fue el retrato, no el reporterismo. A diferencia de regiones como Medellín en la que Melitón Rodríguez realizó el más completo documento fotográfico que se conozca de esos tiempos en ciudad alguna de Colombia, en la provincia de Neiva no hubo quién hiciera algo semejante. El mejor documento de Medellín y de Antioquia, a fines del siglo xix, lo constituyen las fotografías que Rodríguez tomó sin desperdiciar oportunidad. La cámara de Melitón se pasea confiadamente por la geografía social de su región. En cada una de ellas se refleja el deseo de mostrar su terruño con un permanente margen de sorpresa, como creando el mundo a medida que lo iba retratando. La trilla de café, los estudiantes de medicina, los músicos, los circos, las minas de oro, entre tantos temas, son recogidos por él de manera novedosa en nuestro medio. El mismo hecho de acoger temas vulgares y ajenos a la fotografía colombiana de entonces constituye toda una ruptura, una toma de posición que divide en dos el quehacer fotográfico nacional.34

De acuerdo con los investigadores, sin Melitón Rodríguez, “los primeros cien años de fotografía en Colombia serían simplemente un inventario de fechas y nombres”.35 Son pocas las fotografías sobre lugares, hechos y situaciones fotografiadas a finales del siglo xix en lo que hoy constituye el departamento del Huila, a pesar de que Eastman patentara la película que consistía en una larga tira de papel recubierta con una emulsión sensible,36 y de haber lanzado al mercado la cámara Kodak con carrete de película fotográfica, con gran éxito comercial ya que esta sustituía el uso de las placas de vidrio.37 Roda, Marcos et al., Crónica de la fotografía en Colombia. Roda, Marcos et al., Crónica de la fotografía en Colombia. 35 Roda, Marcos et al., Crónica de la fotografía en Colombia. 36 Artículo, “Historia de la fotografía”. Consultado en: http://www.foto3.es/web/historia/ historia.htm. 37 Artículo, “Historia de la fotografía”.

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Reportería De la Guerra de los Mil Días don Santiago Guzmán conserva una fotografía tomada a un grupo de soldados que lleva el sello de Pompilio A. Guzmán. Su tenedor afirma que corresponde a este periodo dentro del grupo aparece uno de sus parientes, cuyo nombre no recuerda.38 Constituye esta la única fotografía que se conoce en exteriores tomada por don Pompilio, a modo de reportería.

Soldados en alpargatas. Guerra de los Mil Días. Foto de Pompilio A. Guzmán, Archivo de Santiago Guzmán.

La revisión de archivos (documentos, libros y fotografías) de la época permite concluir que son muy pocas las fotografías que registran hechos o situaciones ocurridas en la región, lo que indica que en lo que es hoy el Huila la reportería apenas si comenzó de manera muy incipiente a finales del siglo xix. Existen pocos rastros de fotografías tomadas por aficionados y por fotógrafos de oficio que permitan apreciar que alguno de ellos recorrió nuestra geografía regional para dejar evidencias de esa época en imágenes, de la misma forma cómo lo hiciera en Antioquia Melitón Rodríguez. De 1888 se encuentra una fotografía de San Agustín, cuando este aún era corregimiento de Pitalito, según lo indica el pie de foto que acompaña la imagen publicada en 2006 en el suplemento dominical Facetas que circula con el Diario del Huila, y de la cual no hay datos de quién pudo haberla tomado.39

33 34

38 39

Entrevista personal con Santiago Guzmán, Neiva, febrero de 2011. Textos e investigación Joaquín Emilio García, “Historia de San Agustín”, en Facetas, mayo 14 de 2006, pág. 5.


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Fotografía de San Agustín. 1888, tomada de Facetas, mayo de 2006.

En el libro Arte monumental prehistórico, su autor, el arqueólogo e investigador alemán Konrad Theodor Preuss, quien visitó San Agustín entre 1913 y 1914, expresa: “En 1869 estuvo en San Agustín Alfonso Stuebel para estudiar los volcanes colombiano. Los hermosos dibujos que hizo este explorador de las estatuas y algunas fotografías que tomó se encuentran en el Museo Cartográfico de Leipzing”.40 Los investigadores Marcos Roda y Roberto y Juan Carlos Rubiano indican en relación a quienes se dedicaban al oficio. “Los primeros fotógrafos fueron artesanos y entre ellos se dieron básicamente dos tipos de fotógrafos: los itinerantes: extranjeros que buscaban lugares donde trabajar por tiempo limitado, saturar el mercado y continuar su comercio nómada con la imagen (…). Y por otra parte, los fotógrafos nativos o extranjeros que viajaban periódicamente a perfeccionar sus conocimientos”.41 Para el caso de la provincia de Neiva, los primeros extranjeros que trajeron cámaras fotográficas a la región —como Stuebel y Preuss— fueron investigadores, no propiamente fotógrafos de oficio.

Otros fotógrafos En la investigación de la señora Burbano Vargas, aparece una fotografía en cuyo pie de foto se aprecia el nombre de una nueva casa fotográfica: “González Hermanos”.42 Hernando González Charry, reportero 40

41 42

Preuss, Konrad T., Arte Monumental Prehistórico, Bogotá, Dirección de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, 1974, pág. 33. Roda, Marcos et al., Crónica de la fotografía en Colombia. Burbano Vargas, Esperanza, “El vestido en la primera mitad del siglo xx en el Huila”, en Memorias del III Congreso Huilense de Historia y II Simposio de Historia del Sur de

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gráfico nacido en Neiva en 1934 y residente aún en esta ciudad, quien prestó sus servicios en la región en dos épocas, afirma que su padre Luis Felipe González fue fotógrafo por un tiempo. De él heredó una vieja cámara que poco usó y algunas fotografías tomadas a comienzos de siglo; las décadas siguientes tenía por lo menos 30, que fueron prestadas por él al Diario del Huila y de las cuales solo conservó en su archivo la de una parada militar frente al edificio de las 56 ventanas que, supone, debió ser tomada a finales de 1920 o a comienzos de 1930, cuando la construcción del edificio de las 56 ventanas había terminado. Afirma que fue tomada por su padre.43 En los albores del siglo xx también fue escasa la producción fotográfica en esta región, situación que no se compadece con lo que comenzaba a gestarse en el mundo tras la aparición en 1900 en el mercado de una pequeña cámara de cajón “Brownie”, que se vendía inicialmente en Estados Unidos a un dólar. Era esta una cámara de “apuntar y disparar”. Hacía fotografías buenas y Parada militar. Foto original fidedignas sin preocuparse de enfocar el suministrada por Hernando González objetivo o medir la exposición. La Kodak Charry. se ocupaba del revelado de la película, liberando a los aficionados de la obligación de conocer los misterios del cuarto oscuro.44 El volumen de fotografías aumentó en esa época en el mundo con el uso de esta pequeña y útil cámara, con la cual se anunció que la ”era de la fotografía instantánea” había comenzado. Contrario a lo esperado, son muy pocas las fotografías de esa época halladas en los archivos regionales, y a diferencia de las de años anteriores, casi ninguna incluye el nombre de quien las tomó, información con la cual se podría determinar si los fotógrafos de la época persistieron o no en el oficio durante esas dos décadas o si provenían de otras regiones.

43 44

Colombia. Hacia el siglo xxi. Neiva, Asesográficas/Academia Huilense de Historia, 1999, pág. 308 a 325. Entrevista personal con Hernando González Charry, Neiva, marzo de 2011. De Emiliohm Diario, “La primera cámara fotográfica”. Consultado en: http:// diarioemiliohm.blogspot.com/2007/04/la-primera-cmara-fotogrfica.html.


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Zambrano

Ortiz y aunque pensaba seguir comprando, al morir Aleonza ese archivo se perdió, se lo robaron a la viuda. Dicen que fue a parar a manos de un litigante empírico que ya murió y después no se volvió a saber nada de todo lo que dejó don Román, quien por lo que se aprecia en las fotos se dedicó a la fotografía en las primeras décadas del siglo xx en Garzón, como hasta 1935 o 1940. Lo mismo que Rasuilva, de quién no se sabe casi nada tampoco. De Zambrano es una fotografía que muestra la llegada de los primeros vehículos cuando construyeron la carretera de Boquerón y otras de sitios del pueblo, publicadas algunas en la Historia General del Huila.47

En la Historia General del Huila se encuentran varias fotografías con el crédito Zambrano, sin más datos, del archivo de “Aleonza”, apelativo de Adolfo León Zambrano, hijo de don Román Zambrano”, a quien la gente recuerda por sus fotografías antiguas de Garzón.45 Doña Olimpia Arévalo, de 72 años, nacida en Pacho (Cundinamarca), residente en Garzón desde 1950, y quien trabajó con el fotógrafo Arturo Guzmán entre 1951 y 1958, afirma que conoció a Zambrano cuando ya era un hombre mayor. A mi me enseñó don Arturo a retocar los negativos con lápiz, a revelar y a copiar en su Estudio cuando yo era una jovencita. Me acuerdo de don Román Zambrano porque fue dueño mucho tiempo de una papelería. Nunca tuvo estudio fotográfico. Era más bien aficionado como lo fue don Benito Guzmán, el relojero. Murió de más de 80 años, creo que no llegó a los 90. Eso fue entre 1963 y 1965 cuando yo recién comenzaba a tener mis hijos. Era un viejo muy conservado porque antes solo consumían grasa de res y se alimentaban bien. Tuvo dos hijas mujeres y un varón: Adolfo León, a quien también conocí. Se dedicaba a la publicidad en avisos, pero no fue fotógrafo.46

En vida de Aleonza, quien murió al finalizar la década del noventa en un accidente en bicicleta, el profesor pensionado Eduardo Rojas Ramos, residente por un tiempo en Garzón y radicado en la actualidad en Gigante, adquirió algunas de las fotografías tomadas por don Román. Tengo en mi poder alrededor de 180 fotografías en papel de los archivos de don Román Zambrano, Arturo Guzmán y “Rasuilva”, compradas poco a poco desde 1992 hasta el 97 cuando me trasladaron para Neiva. Unas me las vendió Aleonza, otras Marcos 45

46

Ramírez Bahamon, Jairo, “La escuela durante el siglo xx”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iv, Neiva, Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 1994, pág. 70. Ruiz Ulloa, Jorge, “La ciudad, la pequeña población y el campo”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iv, pág. 153; Stella Pardes, “El deporte huilense más emociones que realidades”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iv, Neiva, Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 1996, pág. 279. Entrevista personal con Olimpia Arévalo, Garzón (Huila), mayo de 2011.

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Del archivo de Zambrano hace parte una fotografía de la plaza de Garzón con su catedral, publicada en la Historia General del Huila, cuyo pie de foto dice: “En 1902 durante la Guerra de los Mil Días, cayó prisionero el general Cesáreo Pulido en La Jagua, fue traído a Garzón y atado a un árbol en la plaza principal como se aprecia en la foto con el fin de fusilarlo. Monseñor Esteban Rojas Tobar intervino para que no se llevara a efecto dicho acto”.48 El fotógrafo Sarmiento, quien también conoció a Aleonza, conserva algunas fotografías de Zambrano y de Rasuilva, de cuya autoría existen algunas fotos históricas de Garzón. Sobre Aleonza afirma que a diferencia de su padre, no tuvo la fotografía Plaza de Garzón. Foto Zambrano, archivo “Aleonza”. como oficio. “Vivía de otros Tomada de la Historia General del Huila. negocios, creo que hacía avisos, pero guardó siempre como un tesoro el archivo de su padre. Tomaba una que otra foto como aficionado. Después de que murió buena parte de ese archivo se perdió. Intenté rescatarlo, pero en la casa de la viuda ya no había nada de él. Fue otro archivo importante de Garzón que se perdió”.49 47 48

49

Entrevista telefónica con Eduardo Rojas Ramos, Gigante (Huila), julio de 2011. Tovar Zambrano, Bernardo, “La economía huilense entre la tradición y la modernidad”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. iii, Neiva, Gobernación del Departamento del Huila / Academia Huilense de Historia, 1996, pág. 83. Entrevista personal con Fabio Sarmiento, Garzón (Huila), junio de 2011.


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De las pocas fotografías que pudo recuperar, conserva la copia de una panorámica de Garzón identificada en letras escritas a mano alzada, en tinta blanca, en las que se lee el apellido del fotógrafo. Orlando Guzmán, el hijo de don Arturo, recuerda a don Román, no como fotógrafo sino como tipógrafo del periódico El Debate de don Tulio Rubiano.

les aplicaran los sacramentos a ellos,53 ante lo cual queda la duda de si a los Guzmán, de quienes no aparecen registros de bautizo ni de defunción, les fueron negados tales sacramentos.

La huella de don Pompilio

Don Arturo Guzmán comenzó a tomar fotografías a personas a la manera de don Pompilio, en forma individual o en grupos. Estas datan de 1922 y fechas posteriores según se aprecian en archivos familiares de Garzón y localidades vecinas como La Jagua, El Hato, Guadalupe, Carnicerías, Agrado, La Plata, Neiva. En dichas fotos se ve un sello en relieve con la inicial del nombre y su primer apellido completo con el cual identificó su estudio fotográfico denominado a la postre “Foto Guzmán”, que perduró hasta finales de la década del 50 en el mismo municipio. Según Doña Olimpia Arévalo, “la cámara que él usaba era de esas que se arropaban la cabeza”.54 Lo mismo indican los hijos de don Arturo: “La cámara de mi papá era un cajoncito con un trapo negro, debajo del que papá se metía para tomar la foto. Era con vidrios. Él no se dedicó nunca a la reportería por un impedimento que tenía en una pierna, ya que había sufrido un accidente”.55 Recuerda doña Marina: “El alcanzó a cambiar esa cámara de fuelle por una más moderna. No se quién quedó con ella y tampoco con la última que compró”. 56 Sobre cómo era don Arturo, doña Olimpia afirma:

De 1900 existen tres fotografías acreditadas a don Pompilio A. Guzmán dadas a conocer por la señora Burbano en el III Congreso Huilense de Historia y II Simposio de Historia del Sur de Colombia.50 También dos fotografías individuales de damas fechadas en 1902 y 1904, una del archivo de su señora madre, otra de Fabio Burbano, similares a las tomadas por don Pompilio, de las que no se conoce su identidad ni el nombre de los fotógrafos.51 Como estas existen muchas en archivos familiares, como el de la familia Gutiérrez Estrada, de Neiva, perteneciente a sus abuelos paternos oriundos de Yaguará y Gigante. A partir de estos años el sello de don Pompilio A. Guzmán no se volvió a ver en fotografía alguna. Al no encontrar su partida de defunción en los archivos parroquiales de Garzón y Suaza se podría deducir que pudo pasar sus últimos años de vida en una población diferente. Tanto Marina como Orlando Guzmán afirman que su padre poco o casi nada les dijo sobre sus ancestros por lo cual no tienen idea de donde murieron sus tíos y abuelos, menos aún dónde fueron sepultados. El sacerdote Bernardo Alvarez, actual párroco de Suaza, afirma que muchos de los bautizos realizados en las llamadas “Misiones” programadas por la Iglesia para llevar a la zona rural los sacramentos no fueron asentados en los libros de registros tal vez por olvido o descuido de los sacerdotes. “Hemos encontrado muchos casos de estos, ante lo cual los familiares traen alguna prueba de que se dio el hecho, por ejemplo una fotografía, entonces con autorización del Obispo procedemos a registrar la partida”.52 En cuanto al hecho de que a muchos hijos de masones la Iglesia Católica les negó el bautizo, la extremaunción y hasta el sepelio, indicó que en efecto en aquella época la Iglesia fue muy cerrera y no admitía que se 50 51 52

Burbano Vargas, “El vestido en la primera…”. Burbano Vargas, “El vestido en la primera…”. Entrevista personal con el Padre Bernardo Álvarez, Suaza (Huila),13 de agosto de 2011.

Herencia

Era rosacrucista. Una persona muy honorable que no salía del estudio porque era “baldado” de una pierna. Supremamente caritativo y honesto en todo el sentido de la palabra, como no he conocido otra en la vida. Vendía vidrios que le enviaban de Cali. Viajaba a Bogotá en avión desde Garzón a traer lo que necesitaba para la fotografía. Iba a “Foto Shimmer” que quedaba por la carrera 7.ª entre calles 12 y 13. Nos enseñó a mí y a otras niñas, pero la única que aprendió bien y tuvo disciplina fui yo. Como tenía letra bonita, también le ayudé a llenar los libros en los que apuntaba las fotografías que tomaba. Era un hombre muy ordenado….No hizo plata, pero si conformó una de las familias más distinguidas de 53 54

Entrevista personal con el Padre Bernardo Álvarez, Suaza (Huila),13 de agosto de 2011. Entrevista personal con Olimpia Arévalo, Garzón (Huila), mayo de 2011.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Pioneros de la fotografía en la provincia de Neiva

Garzón. Tenía su estudio en un local enseguida de su casa en la calle 8.ª n.o 7-42, donde hoy está La Electrificadora del Huila. Cuando lo conocí tomaba las fotos con la luz del día. No había reflectores ni nada de eso. El le enseñó a varios el oficio, entre los que me acuerdo a una señora Lesbia Niño de Llanos que venía de San Agustín y se quedaba en la casa de Víctor Ibarra.55

Nació en 1921 y murió en 1982 en Garzón. Me casé con él en 1953 cuando ya tenía la “Foto Luz”. Fue mecánico y a la vez reportero, el mejor amigo de don Arturo Guzmán, hasta su muerte. Nunca supe quién le enseñó. Creo que don Arturo. El le ayudó mucho cuando se enfermó. Fueron tan amigos que cuando murió, Orlando, el hijo, le regaló todo el archivo a Gustavo. La cámara no. Me acuerdo que don Arturo tenía su salón bien adecuado para tomar las fotos al lado de la casa. Usaba una cámara de fuelle y trapo negro y una butaquita para las fotos de cédula. El nos tomó la foto de matrimonio una semana después de casados. No tenía lámparas, ni reflectores, ni nada de eso. Trabajaba con la luz de día. Muerto mi esposo, por la necesidad yo le vendí a Cecilia Vargas Muñoz todo el archivo. Eran un montón de cajitas en las que había muchos vidrios y negativos.59

Orlando por su parte afirma que su padre sufrió de várice y de una pierna y que practicó varias religiones: “como a él no le pudieron arreglar el fémur que le se zafó al caerse en una esquina en Garzón, la pierna se le fue acortando. Yo tenía unos diez años cuando le pasó eso. También recuerdo que se movía de una religión a otra: fue espiritista, teosofista (…) Compraba libros y leía mucho sobre eso, pero cuando murió le dieron cristiana sepultura en Garzón”.56 “Escuela” Samuel Gómez Tejada, fotógrafo fundador de Foto Repórter, dedicado al oficio desde 1942 en diversos municipios del departamento del Huila entre ellos Neiva y en el departamento del Caquetá, quien a sus 90 años reside en Florencia, capital de este último departamento, recuerda que don Arturo le enseñó a muchos el oficio. “El señor Guzmán hizo “escuela” en Garzón. De allá provienen los mejores fotógrafos que se establecieron en Neiva. Él le enseñó a Gustavo Perdomo, amigo mío, quien después capacitó a otros, entre ellos a mí. Los conocí a ambos: a don Arturo y a don Gustavo. Yo aprendí con don Gustavo en Garzón, en 1940. Fui sastre y fotógrafo en esa época”.57 Su hijo Samuel Gómez Charry, reportero gráfico, también reconoce la labor de ambos fotógrafos: “Por don Arturo y don Gustavo la fotografía despegó en Neiva. De esa escuela se puede decir que somos la mayoría de fotógrafos y reporteros gráficos más antiguos de Neiva, algunos de los cuales aún estamos vigentes”.58 De acuerdo con la señora Olga Muñoz, viuda de Perdomo, Gustavo su esposo era de Timaná. 55 56

57 58

Entrevista personal con Marina Guzmán Polanía, Neiva (Huila), abril de 2011. Entrevista telefónica con Orlando Guzmán Polanía, Neiva (Huila)-Villavicencio(Meta), julio de 2011. Entrevista telefónica con Samuel Gómez Tejada, Neiva (Huila), junio de 2011. Entrevista personal con Samuel Gómez Charry, Neiva (Huila), junio de 2011.

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Don Orlando recuerda que al morir su padre, asumió durante un año el Estudio Fotográfico y el negocio de la Marquetería. Al no darle resultado lo alquiló un año a las hermanas María y Olimpia Arévalo, luego al trasladarse a Bogotá con la Marquetería, dejó en manos de don Gustavo el archivo de fotos para que lo explotara. Como mi papá vendía los negativos, le dije a Gustavo que vendiera los que le pidieran y que explotara el archivo. Fue así como se fue desmantelando poco a poco. Al morir él, la viuda vendió lo que quedaba. Sé que el archivo ahora está en Pitalito. Las fotos que tomó mi padre corresponden a gente de los pueblos y campesinos que ya ni existen, tomadas entre 1922 y 1958. Los cuadernos, si es que todavía los conservan, dan fe de eso, más lo que él tenía de Pompilio.60

Conclusiones La fotografía llegó a la provincia de Neiva 34 años después de que el invento hubiera sido patentado en París en 1839, no obstante el ingreso del primer daguerrotipo a lo que hoy constituye el territorio colombiano en 1842. La existencia de fotografías con el sello de Pompilio A. Guzmán 59 60

Entrevista personal con Olga Muñoz de Perdomo, Garzón (Huila), mayo de 2011. Entrevista telefónica con Orlando Guzmán Polanía, Neiva (Huila)-Villavicencio (Meta), julio de 2011.


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Historia Comprehensiva de Neiva

permite establecer que este hombre, al parecer de ancestros payaneses, fue el propietario del primer estudio fotográfico que funcionó en esta provincia, instalado en Garzón probablemente en 1873, donde desempeñó el oficio hasta comienzos del siglo xx. Años después su sobrino Arturo lo asumió en 1920 en la misma población donde fue famosa la “Foto Guzmán”, hasta su fallecimiento en 1958. Del archivo perteneciente a Pompilio y Arturo A. Guzmán, hoy en manos de la ceramista Cecilia Vargas Muñoz, residenciada en Pitalito, hacen parte placas de vidrio con imágenes plasmadas con bromuro de potasio y negativos en celuloide de distinto tamaño, correspondientes en su mayoría a personas de toda condición procedentes de Neiva y de pueblos aledaños a Garzón, quienes acudían al estudio para ser “retratados”, en diferentes planos y posiciones: carnet, busto, medio cuerpo o plano americano y cuerpo entero o plano general, algunas en forma individual, otras en grupo, de pie o sentados. Fue en ese estudio donde se instruyeron hombres y mujeres que años después se dedicaron al oficio en el mismo Garzón y en Neiva, en una época en que don Arturo usaba una cámara de fuelle con placas de vidrio.

Fiestas civiles y conmemoraciones heroicas en la ciudad de Neiva. La imagen de los héroes, 1880-1900 Jean Paul Ruiz Martínez Cristian Salamanca Arévalo

Universidad Nacional de Colombia

Introducción

Durante el siglo xix, las fiestas civiles y las conmemoraciones heroicas

se presentan como elementos reiterativos en el desarrollo histórico de Colombia. En su seno confluyen esfuerzos gubernamentales y particulares, mediante los cuales se procuraba rememorar sucesos y personajes claves de la historia patria; a partir de ellos se construían y difundían imaginarios sobre la nación, el Estado, la identidad nacional, la región y los partidos. Dicho proceso se realiza por medio de la exaltación de las figuras de los próceres de la Independencia, los héroes y las heroínas locales, así como las batallas o los sucesos más importantes a nivel regional. En el caso que aquí nos ocupa, nos proponemos analizar las conmemoraciones heroicas en la ciudad de Neiva a finales del siglo xix, preocupándonos por la imagen de los héroes de la patria, es decir, por la representación mítica que se construye sobre aquellos que se sacrificaron para crear y vencer, y que dejaron un legado que trascendió las fronteras de su humanidad. El análisis de la imagen resulta fundamental para el estudio del pasado, pues ella lleva consigo “la historia de los orígenes; el


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Historia Comprehensiva de Neiva

relato de formación de la nación, del Estado y de la conciencia nacional; el postulado del amor a la patria y la disposición a morir por ella”.1 En esta perspectiva, para el cumplimiento del objetivo trazado, la atención se centra en dos registros que se relacionan entre sí: la conmemoración del centenario del nacimiento de Bolívar (24 de julio de 1883) y el homenaje a los héroes en la prensa de Neiva. En este orden, en la primera parte estudiaremos la conmemoración del centenario del nacimiento de Bolívar, entendida como una fiesta y un espectáculo que rompe la cotidianidad y el curso del trabajo, en el que se encuentran estructuras y prácticas que son reflejo de la sociedad en la que tiene lugar y de las intenciones políticas subyacentes.2 En este apartado establecemos cuál era el carácter de la fiesta, quiénes participaron y qué papel cumplieron, que símbolos usaron y que representaban. Esperamos que esto nos permita conocer un poco más el pasado de la ciudad y nos brinde herramientas para comprender cómo se escenificaba la nación y el Estado en Neiva, y también como se representaba ella misma. En la segunda parte, nos ocuparemos de estudiar el homenaje a los héroes en la prensa escrita de la ciudad de Neiva, bajo la premisa de que “el culto a los héroes”, la construcción de su figura, nos permite reconocer el interés de los habitantes de Neiva por estar al tanto de su pasado histórico, que se relaciona estrechamente con la necesidad de definirse e identificarse con las particularidades de la región y la ciudad. En este orden de ideas, debemos precisar que la temática anteriormente propuesta se encuentra íntimamente relacionada con los debates sobre el devenir de la ciudad ante de la región, el Estado Soberano del Tolima y la nación, en el contexto del ocaso del régimen federal y del cambio de orientación política de la ciudad.

La conmemoración heroica, el centenario del nacimiento de Bolívar

El estudio de la fiesta por el centenario del nacimiento de Bolívar nos

permite dar cuenta de uno de los componentes del entramado cultural de la ciudad más representativos y vistosos en sus publicaciones seriadas. Sin 1

2

Tovar Zambrano, Bernardo, “Porque los muertos mandan”, en Ortíz Sarmiento, Carlos; Tovar Zambrano, Bernardo, editores, Pensar el Pasado, Bogotá, Archivo General de la Nación / Universidad Nacional de Colombia, 1997, págs. 150-151. Heers, Jacques, Carnavales y fiestas de locos, Barcelona, Ediciones Península, 1988.

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embargo, la conmemoración del centenario no es un fenómeno particular de Neiva, sino que por el contrario, se establece como consecuencia de normas de impacto nacional, como la Ley 84 de 1881, mediante la cual se disponía la celebración del centenario, declarando el 24 de julio de 1883 como un “día clásico” para la República, es decir, de notable importancia y representatividad. Según la misma Ley, la disposición de la celebración en todos los distritos de la República estaba a cargo del poder Ejecutivo, en acuerdo con los gobiernos de los Estados.3 Al respecto, en la reglamentación de la celebración podemos hallarla en el Decreto 245 de 1883, sancionado por José Eusebio Otálora, que transfería por única ocasión la celebración del aniversario de independencia del 20 de Julio para el 24 de julio, conjugándose ambas en una sola fiesta. Así mismo, destinaba el parque San Diego para la conmemoración y disponía se “Excítase á los Gobiernos de los Estados para que nombren Comisionados en esta capital y en la de Venezuela que los representen en la solemnidad del Centenario”.4 En este contexto, Alberto Urdaneta, como director del Papel Periódico Ilustrado, publicación en la que se había informado sobre los decretos relativos a la conmemoración del centenario,5 convocó a una reunión el 13 de mayo entre los directores de periódicos capitalinos. En este encuentro se constituyó la “Junta de los Representantes de la Prensa”, que tenía como finalidad coadyuvar en la celebración del Centenario. Entre los acuerdos a los que llegó la Junta se destaca la iniciativa de “dedicar el 24 de julio un número extraordinario de cada periódico, consagrado exclusivamente á la celebración del centenario y á honrar la memoria del Libertador”,6 y nombrar una comisión para “invitar por telégrafo á los Redactores de periódicos de toda la República, comunicándoles esta idea y excitándolos a secundarla.”7 Una vez llegó el esperado día de la conmemoración, se dio inicio al programa estipulado por en la Junta encargada de la Celebración en

“Ley 84 del 8 de julio de 1881”, en Homenaje de Colombia al Libertador Simón Bolívar en su primer centenario 1783-1883, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, 1884, pág. 1. 4 “Ley 84 del 8…”. 5 Papel Periódico Ilustrado, Bogotá, vol. 2, año 2, n.o 36, 15 de marzo de 1883. Consultado en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/paperi/v2/v36/36/ppi8.htm 6 Junta de los Representantes de la Prensa, Acta de Instalación, Bogotá, Imprenta de Silvestre y Compañía, 13 de mayo de 1883. 7 Junta de los Representantes de la Prensa, Acta de Instalación. 3


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Bogotá8 y, como bien lo indica Bernardo Tovar Zambrano,9 el presidente Otálora expidió un decreto en el que se ordenaba la publicación de los Anales de Colombia, proyectada como una obra “de colección, ordenada, metódica, cronológica y por departamentos, de todos los documentos públicos que forman la Historia política, civil, militar, diplomática y económica, desde el año de 1810 hasta el de 1890”.10 Como hemos podido apreciar, el interés de conmemorar el centenario del natalicio de Bolívar puede ubicarse desde la primera administración de Rafael Núñez, y su reglamentación en el gobierno de la Unión fue producto de la administración de José Eusebio Otálora, no obstante, se contó con una iniciativa particular muy importante como fue la de los directores de periódicos capitalinos, que compartía con los planes del Ejecutivo el interés por hacer participes de la celebración a los gobiernos de los Estados. En este sentido, considerando la cierta autonomía que gozaba la ciudad de Neiva como capital del Estado Soberano del Tolima, para comprender el desarrollo y relevancia de la conmemoración del centenario en Neiva es preciso ir más allá de lo decretado en Bogotá, observando lo acontecido en relación a las condiciones sociales, políticas y culturales de Neiva.

La conmemoración de Neiva

En la ciudad de Neiva, la primera referencia oficial a la celebración

del centenario del nacimiento del Libertador se realizó en La Gaceta del Tolima, en marzo 17 de 1883 mediante la divulgación del Decreto 245 del poder Ejecutivo Federal, en el que se hacia un llamado a las autoridades y ciudadanos a participar en los preparativos de la “solemne fiesta nacional del centenario del inmortal Simón Bolívar”.11 Dicho llamado fue atendido por Ramón Manrique, Secretario de Gobierno del Estado, quien mediante Decreto 223 del 29 de marzo de 1883,12 nombró a José María Samper y a El programa de la celebración en la capital de la República puede observarse en Homenaje de Colombia al Libertador… págs. 4 y 5. 9 Tovar Zambrano, “Porque los muertos…” págs. 149 y 150. 10 “Decreto de 24 de Julio de 1883”, en Homenaje de Colombia al Libertador… págs. 5 y 6. 11 La publicación del Decreto 245 de 1883, según La Gaceta del Tolima. Órgano del Gobierno del Estado, en su número 490 del 3 de abril de 1883, se público en el número 485 del 17 de marzo del mismo año. Sin embargo, dicho ejemplar no ha podido ser localizado. 12 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 490, 3 de abril de 1883. 8

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Sebastián Casañas para el cargo de comisionados del Estado soberano del Tolima en Bogotá y Caracas para la celebración que tendría lugar el 24 de Julio; de esta forma, el Estado Soberano del Tolima había comisionado a dos ciudadanos reconocidos como primer paso para la conmemoración. Posteriormente, en La Gaceta del Tolima se publicó el Decreto 230 del 17 de mayo de 1883, titulado “Relativo al centenario del Libertador Simón Bolívar”,13 por medio del cual se responsabilizó a los prefectos por las actividades en los departamentos y se ordenó levantar una suscripción entre corporaciones, funcionarios y empleados públicos, para que el producto de ella se sumara a los dineros que la municipalidad había destinado a la conmemoración. Del mismo modo, en aras de solemnizar la fiesta, se designó a Miguel María Durán y a Domingo Buendía como oradores. La conmemoración que se proyectaba debía incluir a diferentes sectores y gremios. Por tal motivo, para que las escuelas hicieran parte se hizo obligatorio que durante el mes de julio que en todas ellas hicieran presencia las autoridades locales con discursos y con la entonación del “Himno de Guerra” y el “Himno a Bolívar”,14 que se esperaba pudiera ser cantado el día de la fiesta; también se invitó a los curas y a los particulares a participar en la fiesta nacional a través de aportes que permitieran financiar el evento. Finalizando el mes de junio, ad portas de la celebración del centenario del nacimiento de Bolívar, la comisión nombrada por la municipalidad del distrito de Neiva dio a conocer el programa de la fiesta cívica que se realizaría el 23 y el 24 de julio de 1883,15 que comprendía fiestas, desfiles y discursos en homenaje a Simón Bolívar. En este itinerario se determinó que el día 23 de julio (al medio día) se publicaría el programa; ese día en la noche se llevaría a cabo la iluminación general nocturna de la población, acompañada por juegos pirotécnicos, globos aerostáticos y música. Con esto se daría inicio a la fiesta. En el mencionado itinerario se indicaba, además, que a la una de la mañana del 24 de julio debía recorrerse con música todas las calles de la población, mientras repicaban las campanas y sonaba la pólvora, para luego, a las cuatro de la mañana, iniciar el día con 21 cañonazos acompañados de cornetas y piezas musicales, con un intervalo de 10 minutos entre cada tiro y, una vez estos cesaran, se daría paso a una misa cantada por el cura párroco.16 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 502, 22 de mayo de 1883. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 507, 7 de junio de 1883. 15 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 513, 30 de junio de 1883. 16 Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 513, 30 de junio de 1883. 13 14


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De igual forma, el programa de la celebración señalaba que a las 12 del día 24 de julio se haría una recepción oficial en la Casa de Gobierno, en la que se felicitaría al presidente del Estado. Igualmente, se enarbolaría la bandera nacional en todas las casas de la ciudad y se recorrería la ciudad con dos carruajes: el primero de ellos con nueve jovencitas, en representación de los nueve Estados, cada una con la bandera “de la nueva Colombia”, mientras que en el centro del carruaje se enarbolaba una bandera de la antigua Colombia en el centro. El segundo carruaje llevaría a cinco jovencitas, representando las cinco repúblicas que se deben a El Libertador, cada una con la bandera de la República, y el carruaje estaría engalanado con una bandera de la antigua Colombia en el centro. Estos dos carruajes irían acompañados por un coche bien adornado y con un soldado con el uniforme militar, armado de fusil y con una corona de laurel. La comisión había proyectado la erección de nueve arcos triunfales que debían acomodarse en las calles de la ciudad en representación de los nueve Estados que componían a los Estados Unidos de Colombia, adornados con alguna particularidad que permitiera identificarlos, bajo estos arcos se realizaría el recorrido de los carros y de la comitiva del Presidente al salir de la recepción escoltado por los militares hacia la tribuna en la que los oradores designados por el ejecutivo y por la municipalidad, se encargarían de recordar al pueblo la gloria y virtudes de El Liberador, para que luego, todo ciudadano que quisiera contribuir con la conmemoración pasara a la tarima a expresarse. Entrada la noche, la iluminación, globos y fuegos pirotécnicos adornarían el cielo y las calles aledañas a la plaza central, cuyo árbol del centro sería adornado con iluminación, con la bandera nacional y con el gorro frigio de la libertad. Llegado el 24 de julio, periódicos de la ciudad de Neiva como El Bien Público y La Estrella del Tolima, como un homenaje a Bolívar, le dedicaron la totalidad de su contenido a la exaltación de las figuras heroicas de la independencia. Es así, como el nombre de Clímaco Iriarte con el lema “candidato para presidente del Estado en el próximo periodo”, que aparecía bajo el encabezado de El Bien Público, fue reemplazado por el nombre de Simón Bolívar seguido de “El Tolima agradecido le consagra un recuerdo de admiración.”17

17

El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883.

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Fuente: El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883.

En este número, el editorial del periódico de orientación liberal independiente, afirma que el centenario no debía ser el día de los partidos en pugna, sino del padre de la patria, anunciando así que no entraría en los acostumbrados debates electorales, definiendo en cambio la conmemoración como un momento de unión: “¡Bendito instante que así une á todos los hombres de todas las razas políticas de cinco naciones para lanzar un solo Víctor cuya repercusión estruendosa ha de alcanzar, como una refracción de la gloria, mucho más allá de los mares, porque mucho más allá la Libertad ha tenido también filósofos, héroes y mártires!”.18 De igual forma, La Estrella del Tolima, publicación de orientación Liberal doctrinaria, dedicó su edición al centenario de Bolívar, y lo anunció en el cabezote de la misma.

Fuente: Homenaje de Colombia al Libertador Simón Bolívar en su primer centenario, 1783-1883, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, 1884, pág. 435.

18

El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883.


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En su sección editorial, el periódico de propiedad de Alejandro Rojas, presenta una semblanza sobre El Libertador y sus batallas que inicia así: Nació este semi-diós de la libertad americana en la ciudad de Caracas, el día 24 de Julio de 1783. Hoy, que hace justamente una centuria de tan feliz acontecimiento, los pueblos agradecidos se apresuran á solemnizar tan venerada fecha, y el Tolima, una de las regiones del cielo colombiano en donde brilla con todo su esplendor la estrella de la libertad, viene también á contribuir con su óbolo — aunque pequeño— al lucimiento del Centenario.19

No obstante el entusiasmo inicial que se esperaba tuviera la conmemoración, y a pesar de los planes que se realizaron, según informa El Bien Público, el trabajo de señoras y comerciantes de la ciudad no pudo garantizar el cumplimiento del programa a cabalidad, debido a la débil colaboración que habrían brindado las autoridades,20 por lo que el balance general de la conmemoración, según El Bien Público sería el siguiente: Fue bastante lucida si se atiende á las dificultades que hay en el lugar para cumplir satisfactoriamente los detalles de un Programa como el que la precedió. Llamaron la atención el magnífico carro que conducía las nueve ninfas en representación de los nueve Estados de la Unión; el que conducía las cinco ninfas en representación de las cinco Repúblicas; los arcos del Cauca, Cundinamarca y Magdalena; y un obelisco construido para representar el Estado de Boyacá. Desgraciadamente el Gobierno no pudo exhibir su monumento en representación del Estado, y solo figuró en la festividad la armazón de un cono que debía imitar el nevado del Tolima. El rigor de un sol abrasador hizo imposible la continuación de la fiesta, y los concurrentes se dispersaron antes de que algunos oradores hablaran después de los que lo hicieron: los alumnos de las Escuelas tampoco pudieron cantar el himno preparado para ese día.21

Aunque resulte llamativo que según una publicación que apoyó la conmemoración, no se haya cumplido con todo lo que se esperaba,

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publicación liberal de tendencia opuesta a la de la entonces administración del Estado, no deja de ser importante la fiesta por el centenario del natalicio de Bolívar, pues en ella tal y como ocurrió, encontramos una teatralización y dramatización de una serie de símbolos, cuyo análisis nos permite comprender los imaginarios de la época. En primera medida, es notorio que la iluminación, pirotecnia, globos y música de la noche del 23 de julio rompe con el ritmo de vida habitual, así como también lo hace el recorrido por las calles de la ciudad en la madrugada del 24 acompañado con música, campanas y pólvora, que hace que la fiesta participe del espacio urbano de la ciudad, apropiándose de él, que luego sería adornado en la tarde con banderas en las casas, y con el recorrido de los carruajes a través de 9 arcos. Los 21 cañonazos que iniciaban a las 4 de la mañana junto a las cornetas y las piezas musicales y la misa cantada que les prosigue, dotan a la conmemoración de un aire solemne, en el que se conjuga lo militar y lo religioso, y que posteriormente al incluir al gobernador, comprende también lo político; todo esto hace que en el festejo se refleje parte de la estructura social de Neiva, en una teatralización que no implicaba un cambio de lugar, pues continuaban cumpliendo los mismo roles, distinguiéndose claramente los actores y los espectadores, en una fiesta oficial pública que exalta los poderes existentes en la ciudad. Otro componente que merece especial atención, es el primer carruaje, el que llevaba nueve jovencitas simbolizando los nueve Estados; lo primero que debemos decir al respecto es que ese tipo de representación no era nueva, pues es semejante a la que ocurrió en Bogotá en 1872 con motivo del aniversario de la Independencia nacional, que si atendemos lo dicho por Marcos Gonzales,22 era una forma alegórica de representar la concepción republicana de Estado; en todo caso, para Neiva esa concepción de unidad compuesta era coherente con la histórica pugna por la autonomía que dio origen al Estado Soberano del Tolima, pues en esa alegoría femenina, que nos remite directamente a la madre, los Estados no se encuentran supeditados a un ente superior, sino que están todos al mismo nivel, unidos por un pasado simbolizado en la bandera de la antigua Colombia en el centro del carruaje23 y un presente en las manos Gonzales Pérez, Marcos, “Fiestas estatales en Colombia”, en Credencial Historia, n.o 93, 1 de septiembre de 1997.Consultado el 1.o de mayo de 2012 en: http://www. banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero-dic1993/9301.htm 23 Al respecto, no tenemos certeza sobre cuál es la antigua bandera, creemos que sería la bandera de la Nueva Granada que corresponde a la Ley del 9 de mayo de 1834. 22

La Estrella del Tolima, Neiva, n. 64, 24 de julio de 1883, en Homenaje de Colombia al Libertador… pág. 435. 20 El Bien Público, Neiva, n.o 7, 30 de julio de 1883. 21 El Bien Público, Neiva, n.o 7, 30 de julio de 1883. 19

o

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de cada una de las jovencitas, que es la bandera de los Estados Unidos de Colombia, es decir, se simboliza una nación. Es llamativo como la unidad del Estado y la nación representada en el primer carruaje es similar a la que tiene el segundo carruaje que representa las cinco repúblicas, pero llama aún mas nuestra atención, la ausencia de una referencia a El Libertador en los carruajes, pues aunque sí está su obra, su legado representado en ambos carruajes, la ausencia de referencias más especificas no permite diferenciar esta celebración de las ocurridas en la década anterior con motivo de la independencia. Es necesario atender la elaboración de los monumentos que, aunque según El Bien Público no fue exitosa, refuerza la idea de estado federal y la apropiación del espacio que hemos mencionado, y nos permite constatar como en la fiesta se intentaba hacer algunas particularizaciones, como fue el intento de emular el Nevado en el monumento al Tolima. En el mismo orden, el cierre de la fiesta, con fuegos pirotécnicos, y particularmente, un árbol iluminado, con una bandera y un gorro frigio, nos hace recordar al árbol de la libertad. Sin embargo, la conjunción entre el retiro de los asistentes con motivo del sol, y el que sería el fracaso del intento de que los estudiantes cantaran los himnos, nos hacen preguntarnos si más allá del itinerario existía algo de fondo, posiblemente un problema político; esta opción la hemos considerado, pero no la proponemos como hipótesis, debido a que el periódico liberal radical, que permanecía en polémica con los liberales independientes y los conservadores, es decir, La Estrella del Tolima, apoyó la conmemoración y exaltó la figura de Bolívar, así como lo hicieron otros periódicos de orientación radical en el resto del país, por lo que el caso de Neiva resulta bastante particular.

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de literatura. En lo que respecta a la ciudad de Neiva, encontramos el interés de heroificar mediante la palabra escrita a figuras como Bolívar, Nariño, Ricaurte y Caldas (siendo notoria la ausencia de Santander), aludiendo a la grandeza de su efigie, de sus actos, de sus habilidades, siendo enfáticos en la importancia de sus figuras y lo que de ellas se encuentra en la población de Neiva. Así las cosas, una de las referencias más atractivas que encontramos data de 1880 de el periódico El Vijilante y se titula “La Gloria del Libertador”. Oda, escrita por Francisco G. Pardo y premiada por la academia de Caracas, en la cual se exhibe y resalta las características más atractivas de la figura de Bolívar y de su accionar, hasta llegar a identificarlo de la siguiente manera: Arcánjel del destino! Tu verbo fecundiza un hemisferio; I del poder latino La raza, que arrancaste al cautiverio: Dios te aclamó de su glorioso imperio. Después!.... terror profundo! Silente asombro!....por la vez postrera Tu voz escucha el mundo, I envuelto de Colombia en la bandera Vuela tu alma a la infinita esfera. Sube, audaz pensamiento, Al alcázar del Dios de la victoria, I arroja por el viento Encendido en los rayos de su gloria El resplendor de su inmortal memoria.25

Los héroes en la prensa de Neiva “De Neiva decía Bolívar: ‘Allí no perecerá el sentimiento de Independencia por más que Morillo y sus esbirros asesinen á los patriotas”.24

Es preciso indicar que tanto en las fiestas civiles como en la prensa,

se destaca el interés por rescatar, resaltar y remembrar la gloria de los héroes de la patria, en el caso de la prensa se da través de imágenes y 24

La Cátedra, Neiva, n.o 4, 3 de noviembre de 1884.

El Municipal. Órgano Oficial del Tolima, Neiva, n.o 39, 40 y 41, 20 de julio de 1894. 25

El Vijilante, Neiva, n.o 14, 25 de julio de 1880.


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En este sentido, encontramos un interés por caracterizar a los próceres de la independencia como héroes destinados a la gloria, o arcángeles como en el caso anterior. Tal fenómeno se repetiría con la figura de Nariño, quién en también es objeto de exaltación, al identificarlo como aquel pionero de la independencia nacional que se sacrificó por la patria, diciendo:

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la República, resaltando sus capacidades y virtudes, sosteniendo además que se tenía una gran deuda con él, y que la única forma de corresponderle sería defendiendo la República: Los que queráis conocer el desprendimiento de tan mimado batallador, sabed que él dijo al Congreso de Colombia, al jurar la Constitución: “Prefiero el titulo de Ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra: aquél que emana de las leyes. Cambiadme todos mis dictados por el de buen ciudadano.” Los que queráis apreciar los beneficios de la obra redentora de bolívar, pensad en que un pueblo jamás acaba de pagar á sus libertadores la deuda de gratitud que contrae para con los que desatan sus cadenas y amparan sus derechos (…) Los que queráis saber cómo podremos hacernos dignos del Libertador y de sus glorias, defendamos la República y amemos la Libertad.28

¡Oh grande, entre los grandes el primero! Descansa en paz: tu patria te ha olvidado; No hai lugar para ti… todo está dado… ¡Oh tribuno! ¡oh filosofo! ¡oh guerrero! Honores, paz, salud, favor, dinero Por la Patria perdiste sin cuidado, Sin que el rigor terrible de tu hado Pudiese quebrantar tu alma de acero.26

De esta manera, la prensa nos permite acercarnos a un proceso en el cual se identifica y renombra las figuras de la Independencia bajo un manto heroico, que da cuenta de su grandeza y de lo que significan para la época en la cual se escriben las odas o notas a su imagen. Es tal la exaltación a las figuras heroicas, que para la conmemoración del centenario de Bolívar, evento que ya analizamos, en un número de El Bien Público, se dedicó la totalidad del contenido a reproducir notas sobre El Libertador; entre ellas encontramos el elogio sublime que habla de sus capacidades:

Así las cosas, en diferentes lugares del espectro político vemos claramente como una de las dimensiones del desarrollo literario de la ciudad de Neiva se ve anclado a la exaltación de los héroes de la patria, y al gran interés que la ciudad tenia por el pasado histórico como referente e identificación del presente en que vivían, el cual, debía en gran medida ser sustentado mediante el uso de imágenes idílicas de personajes de la historia nacional que llegaban a definirse o entenderse de múltiples formas, como podemos ver en las siguientes respuestas de ciudadanos de Neiva frente a preguntas que por correspondencia les habían realizado los editores de El Bien Público:

Bolívar no conoció el descanso. Escribía en la campaña, delante del enemigo: dictaba sus mensajes al Congreso, cuando el estruendo del cañón resonaba aún en sus oídos: administraba en todas partes: creaba ó restauraba la sociedad; gobernaba triunfando del poder de España, y dominando por su talento y, por su actividad incesante, todas las resistencias y todas las rivalidades. Una suerte de inspiración sobrenatural animaba sus pensamientos. Un movimiento irresistible empujaba todas sus empresas.27

Al señor Ignacio A. Trujillo: - ¡Cuál fue la respuesta más elocuente de Bolívar? (En una palabra entre comíllas). - “¡Triunfar!” Al señor Bartolomé Gutiérrez G.: - ¿En qué se parece Bolívar al sol del 24 de Julio? (en cuatro palabras) - “En que alumbra siempre” Al señor César García: - ¿Qué relación hay entre Bolívar y la libertad americana? (En seis palabras)

De forma similar, pero desde el liberalismo doctrinario, en La Estrella del Tolima se presentaba un esbozo de la importancia de El Libertador para 26 27

La Cátedra, Neiva, n.o 6, 16 de mayo de 1880. El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883.

529

28

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 64. 24 de julio de 1883, en Homenaje de Colombia al Libertador… págs. 435-436.


530

Historia Comprehensiva de Neiva - “La del Creador á la Creación” Al señor Celso N. Quintero: - Caracas y “San Pedro.” Comparación. (En cuatro palabras). - “Auroras de la inmortalidad.” Al señor Valentín Molano: - “Comparar el día del nacimiento de Bolívar con el día de su centenario (En tres palabras) - “Aurora é inmortalidad” Al señor Francisco A. Valencia: Definir por medio de una hipérbole el 24 de Julio de 1883. (En tres palabras), - “Grandioso centenario americano.”29

Sobre el homenaje a Bolívar en el centenario de su nacimiento no solamente se dedicó espació en la fecha de la celebración, pues en la publicaciones posteriores como La Buena Nueva, dirigida por el sacerdote Rudencindo Castillo, se incluyó en la sección de literatura el canto a la figura de El Libertador, un poema de autoría de un payanes remitido por Rómulo Valenzuela, en el que se exalta al Bolívar pensador, hombre de estado, de buenas costumbres, ejemplo de actitudes que son de importancia para la nación, que se dice él salvó. v No ensalzaré gozoso las hazañas Del hábil lidiador; ni al iracundo Perseguido león de las Españas Baldonaré con anatema inmundo. Borradas, muertas las antiguas sañas Voy á cantar al pensador profundo, Al que anteviendo los futuros días Pudo verter dolientes profecías. (…) xi Bolívar en su noble desvarío, Infiltró generoso con su aliento Espíritu al espíritu sombrío De un Pueblo sin pasión, ni movimiento. Los pechos agitó; llenó el vació; 29

El Bien Público, Neiva, n.o 6, 24 de julio de 1883.

Fiestas civiles

531 Derramó su fecundo sentimiento; Recogió sus anhelos vagabundos; Asió la espada, y separó dos mundos.30

Pero el homenaje no solamente recae sobre personajes nacidos en lugares distantes como Caracas o Bogotá, pues en la prensa también se exalta a aquellos neivanos que son considerados héroes; como prueba de ello, está el “homenaje a los republicanos neivanos que se distinguieron en la guerra de independencia” publicado en el periódico oficial La Cátedra con el fin de dar a conocer en las escuelas y sociedad en general el aporte de habitantes de la región a la gesta independentista mediante breves biografías sobre los siguientes personajes, en las que se destaca su participación en la campaña del sur, su apoyo incondicional a Bolívar, su espíritu de sacrificio y valentía (ver tabla 1). Tabla 1 Listado de los republicanos neivanos que se distinguieron en la guerra de Independencia31 Nombre Juan Arciniégas Diego Barreiro Antonio Casanova Cerezo Buenaventura Hermogenes Céspedes Juan Agustín Gerardino Miguel Cuéllar Francisco López José Oliveros Ambrosio Ortiz Hipólito Perdomo Antonio Piedrahita Mariano Posse Benito Salas 30 31

Cargo General Coronel Capitán Alférez Capitán Coronel Teniente Teniente Coronel Teniente Capitán Alférez Coronel Sargento Mayor Coronel

La Buena Nueva, n.o 3, 21 de agosto de 1883. Listado reconstruido a partir de la sección de variedades del periódico La Cátedra, en el que se reproducen breves biografías tomadas de El diccionario biográfico de los señores M. Leonidas Scarppeta y Saturnino Vergara. Ver La Cátedra, Neiva, n.o 4, 3 de noviembre de 1884.


532

Historia Comprehensiva de Neiva Fernando Salas Juan Antonio Samper José María Tello Sálas Manuel Tello

Felicito a los nobles guerreros, Que supieron la Patria salvar, Esgrimiendo sus fuertes aceros, En la sien de los césares ya.(…) Hoy es libre la creencia divina, Hoy podemos la fe confesar; Sobre el Fraude el sufragio se empina Libre y noble, valiente y galán.

533 El cañón que tronó en la Humareda, Temblar hizo la Bóveda azul; Y la imagen del héroe allí queda Sobre un tris de púrpura y luz.

Coronel Coronel Coronel Coronel

El proceso de heroificación también se realizó sobre personajes de momentos diferentes a la independencia, como es el caso de la guerra de 1885, que los liberales independientes y los conservadores usan para la construcción del mito de la Regeneración y de quienes la hicieron posible; este fenómeno lo podemos constatar en un periódico como El Unitario, en cuyo contenido, con motivo del cambio de régimen constitucional, se proponen como las tres fechas determinantes de la historia de Colombia: la fundación de Santafé de Bogotá en 1538, la fundación de la Nación en 1819, y la fundación de la República en 1886;32 así mismo, por medio de una contribución de Liborio León se otorga el carácter de héroes a quienes resultaron victoriosos en la guerra civil de 1885 en un poema titulado Gloria a los Héroes de 1885:

32

Fiestas civiles

En la bélica lid combatieron Sagitarios de fuego cien mil: A la Costa valientes corrieron, Hacia el Norte y al Sur á morir.33

En este orden, los partidarios del gobierno regenerador apelaban a la existencia de un pasado en el que la confesión de la fe y el sufragio les eran restringidos, para afirmar que en la guerra salvaron la Patria, o como dicen en el texto sobre las tres fechas que ya mencionamos, la fundaron. En este contexto, a personajes como Núñez, Casabianca y Briseño se les atribuye la categoría de héroes, pues se propone que de manera valiente se levantaron, poniendo en peligro su vida, y con su victoria dejaron un legado que debía ser defendido. Liborio León, quien como mencionamos fue el autor del poema Gloria a los Héroes de 1885, tuvo otras participaciones en la prensa, contribuyendo en la conmemoración del 20 de julio de 1894 con un poema a Caldas y un esbozo biográfico de Bolívar en el periódico oficial El Municipal, que estaba al servicio del presidente del Consejo Municipal; el poema a Caldas que reproducimos a continuación se caracteriza por comparar al héroe nacional con héroes de otras latitudes:

Loor á Nuñez, leal Presidente; Loor al Cauca que supo vencer A soldados venales, valiente, Coronando á Colombia también. (…)

A Caldas Con casta ciencia espléndido lucía En la zona de sabios el primero Caldas, el blanco, nítido lucero: De Urania y Flora el cetro poseía.

El gallardo Manuel Casabianca, Caballero cruzado, adalid Con su aliento cadenas arranca; Se ve en nubes de fuego subir. (…)

Le inmola desdeñosa tiranía Que la ciencia no estima; su alma empero Eclipsa totalmente al Sol ibero Que en sus dominios nunca se ponía.

El Unitario, Neiva, n.o 2, 15 de septiembre de 1886.

33

El Unitario, Neiva, n.o 2, 15 de septiembre de 1886.


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Historia Comprehensiva de Neiva

Fiestas civiles

El Francklin de la América latina; Rival de Fúlton en la misma ciencia; De Arquimedes idéntico gemelo.

crece á medida que avanzan los siglos, como crecen las sombras cuando el sol declina.” colón descubriendo un mundo! bolívar dándole vida independiente y libre! He aquí dos Genios que por distintos caminos han alcanzado la corona de la inmortalidad! Loor á sus nombres! Viva la América! Viva la Libertad!36

Periodista de pluma diamantina; Patriarca de la cara Independencia; Sólo era digno de poseerle el cielo.34

De forma semejante, en el esbozo biográfico sobre Bolívar titulado Acentos biográficos de El Libertador, se recurre a la comparación del Libertador con personajes como Moisés, Alejandro, César y Napoleón, equiparándolo al primero y sugiriendo que superaba a los segundos en ilustración, elocuencia, magnanimidad y religiosidad; sobre esta última, la explicación en palabras de Liborio León es la siguiente: Como religioso Bolívar supera también á sus competidores. Alejandro no detiene su corcel para entrar á Babilonia la ciudad sagrada, á pesar de los vaticinios que le hacen los sacerdotes de sus dioses; César se burla de las divinidades en el Senado, hasta el extremo de ser reconvenido por Colón y Cicerón; y Napoleón veja y oprime á su Santidad, mientras que Bolívar dice que carece de lenguaje santísimo para tratar un negocio con el Papa, y fue siempre sincero católico.35

En este número de El Municipal, se obsequiaba a los lectores un retrato de Bolívar en cuadro separado, que era semejante al que llevaba la primera página en aquella ocasión, en la que además de los dos textos de Liborio León que mencionamos, se encuentran otros ejemplos literarios sobre la exaltación a Bolívar, y entre ellos, destacamos el texto de la primera pagina titulado “20 de Julio. Colón y Bolívar”, en el que son comparados bajo la denominación de genios, descubridores. Sujeta á ajeno poder por ley de conquista permanecía la América durante tres siglos, hasta que un nuevo Genio con su espada de fuego, cual otro ángel del Paraíso, arrojó de su suelo á los que indebidamente de habitaban. Ese genio fue bolívar “cuya figura 34 35

El Municipal. Órgano Oficial del Distrito, Neiva, n.o 39, 40 y 41, 20 de julio de 1894. El Municipal, Neiva, n.o 39, 40 y 41, 20 de julio de 1894.

535

Conclusiones

Luego de haber realizado la reconstrucción de la conmemoración del centenario del natalicio de Bolívar, y de haber revisado la exaltación a las figuras heroicas en Neiva a través de la prensa, podemos realizar algunas consideraciones. En primer lugar, podemos dar cuenta del interés que tenían los habitantes de la ciudad de Neiva por su pasado histórico, representándolo en fiestas y textos dedicados a las figuras heroicas, entre las que se incluye a las de la ciudad, e incluso a algunos gobernantes; en dicho proceso encontramos una tendencia a reforzar la identidad nacional y de partido a través de símbolos como la bandera y el mismo Bolívar, no obstante, al ser recreada la identidad nacional en la fiesta se hace influenciada por la concepción de autonomía, que no deja de ser un problema central para la ciudad de Neiva. En este sentido, es preciso anotar que el proceso de exaltación de las figuras de Bolívar, Nariño y Caldas, en su gran mayoría se realiza desde publicaciones de tendencia conservadora. Aún así, la referencia a dichas figuras no es monopolio del ala conservadora de la política nacional, como se puede percibir en un periódico liberal que surgió para oponerse a Núñez en defensa del radicalismo, como es La Estrella del Tolima. Sin embargo, es innegable, que la heroificación realizada por la prensa conservadora de la ciudad de Neiva, se puede ubicar dentro del interés particular de cohesionar e integrar mediante el uso de imágenes idílicas a la población en torno a un discurso católico regeneracionista, que resultó victorioso en la guerra de 1885. 36

El Municipal, Neiva, n.o 39, 40 y 41, 20 de julio de 1894.


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Historia Comprehensiva de Neiva

En este panorama, los homenajes escritos son muestra del interés de los niévanos por dar a conocer la ciudad y la provincia como culta, conocedora de su origen, por tanto, los habitantes dan rienda suelta a su pluma para polemizar, aludir y remembrar el pasado histórico que les precede, dejando poco espacio para versos de otros Estados, aunque el caso que citamos de Popayán, se entiende por la estrecha relación que en materia religiosa había mantenido con Neiva.

Guerra y política en la Neiva decimonónica. Fin de siglo y batalla de Matamundo Jean Paul Ruíz Martínez

Universidad Nacional de Colombia

La

ciudad de Neiva no fue ajena a los conflictos civiles que fueron recurrentes en el siglo xix colombiano, apareciendo esta como un lugar de intensa actividad política y militar, ubicada junto al río Magdalena y en el camino hacia el sur del país, que se constituía como centro políticoadministrativo en un contexto de la búsqueda regional de autonomía. Atendiendo estas consideraciones iniciales, en el presente texto hacemos uso de biografías, prensa, boletines de guerra y bibliografía secundaria, para presentar cómo en las guerras civiles del siglo xix colombiano hizo presencia la ciudad de Neiva, y como estas afectaron la configuración política de la ciudad; motivo por el cual el lector encontrará referencias a eventos como el pronunciamiento en Neiva contra Urdaneta, la Guerra de los Supremos, la Revolución Conservadora de 1851, la Revolución de los Artesanos, el derrocamiento de Ospina, los levantamientos conservadores, la Guerra de 1876, la Guerra de 1885, y por último, la Guerra de los Mil Días.

La ciudad de Neiva como capital de la provincia

El 17 de marzo de 1831 líderes políticos de la ciudad de Neiva se pronunciaron contra el gobierno de corte dictatorial del general venezolano Rafael Urdaneta, ofreciendo su apoyo a Domingo Caicedo


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Historia Comprehensiva de Neiva

Santamaría, quien posteriormente fue convencido por José Hilario López, José María Obando y Joaquín Posada Gutiérrez, para que se declarará en ejercicio de la primera magistratura, lo cual hizo el 14 de abril de 1831 en la villa de Purificación1 contando con el apoyo de estos para el restablecimiento del gobierno constitucional, que ocurrió una vez renunció Urdaneta el 2 de mayo de 1831. El temprano apoyo que recibió Domingo Caicedo en Neiva, se explica en su prolífica carrera política en el país y la provincia, pues había sido gobernador de la provincia entre 1819-1820 y 1821-1822, diputado al Congreso de las Provincias Unidas por Neiva en 1820, presidente del consejo de ministros en 1830, y encargado del poder ejecutivo hasta el 13 de Junio de 1830.2 A pesar de los pronunciamientos y disputas propios de la política, hasta la Guerra de los Supremos la provincia de Neiva se caracterizaba por ser un lugar tranquilo con habitantes que tenían los mejores deseos en favor del orden y del gobierno;3 este panorama cambió cuando en 1841 se instalo en la ciudad Pedro Alcántara Herrán para dirigir las acciones gobiernistas contra los “Supremos”. En este contexto, el 22 de abril, Joaquín Posada Gutiérrez llegó a Neiva, donde debía reunir la tropa entre: los que venían de Ibagué, la caballería que se estaba formando y un pelotón a cargo del coronel Mamby de Bogotá;4 allí se encontró con Herrán recién nombrado como presidente en Bogotá. Luego del encuentro se enteraron de la derrota del escuadrón número 4 en el pueblo de Carnicerías, por lo que Posada Gutiérrez empezó a considerar que en Neiva el Presidente Herrán podía ser fácilmente capturado por los partidarios de Obando; frente a esta situación Posada Gutiérrez sugirió a Herrán que saliera hacia Bogotá al día siguiente, generándose la siguiente escena en la ciudad:

1

2

3 4

Restrepo Sáenz, José María, Gobernadores y Próceres de Neiva, Bogotá, Editorial A,B,C, 1941, pág. 257. Debido a la importancia de la figura de Domingo Caicedo Santamaría en la ciudad de Neiva, con motivo de su muerte se homenajeo colocando su retrato en la casa de la Gobernación y en el salón del Consejo municipal, y se ordenó la publicación de la Oración fúnebre y los fragmentos poéticos que adornaban su tumba, ver Oración fúnebre del Señor Jeneral Domingo Caicedo y Santamaría pronunciada por el Doctor Mariano Vargas en la Iglesia de la Ciudad de Neiva el día 19 de setiembre de 1843, Bogotá, Imprenta de M. Espinosa, 1884. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres…pág. 213. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres…págs. 276-277.

Guerra y política

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Ya las aciagas nuevas circulaban en la ciudad y el desasosiego y la ansiedad pública se manifestaban: veíase a unos tratando de poner en seguridad a sus fa­milias, alejándolas a las habitaciones de los campos; a otros con rostro lívido inquiriendo por los detalles de los acontecimientos, que en cada calle y en cada casa se referían de diferente y exagerado modo, y veíanse también semblantes placenteros(...) La noche se acercaba, la inquietud general tomaba aumento, y a cada instante, al golpe de una puerta, al trote de un caballo, al menor ruido me parecía ver al Presidente muerto o aherrojado; sin embargo, cargamos nuestras pistolas y las carabinas de los criados y nos pusimos en estado de vender caras nuestras vidas llegado el caso.5

Salieron de la ciudad como estaba previsto, llevándose 5.000 pesos de las oficinas de hacienda,6 dejando en los pobladores miedo y angustia ante la posibilidad de ser atacados en retaliación por haber albergado a Herrán. Luego de acompañar al presidente hasta Aipe, Joaquín Posada Gutiérrez regresó a Neiva por el camino de Villavieja, mientras circulaban rumores sobre que entre 1.000 y 1.500 partidarios de Obando se dirigían desde La Plata. En las afueras de la ciudad Posada Gutiérrez acampó durante 3 días, teniendo información de que sus enemigos comandados por Pedro Antonio Sánchez aguardaban por una pieza de artillería en el Hobo. Luego de ello, el 5 de mayo se desarrolló la batalla de Riofrío, en la que vencieron las tropas de Posada Gutiérrez tras haberle arrebatado a los seguidores de Obando una estratégica posición en una hacienda a tres leguas de Neiva el día 4 de mayo. En la región, las tropas comandadas por Joaquín Posada Gutiérrez tuvieron varios enfrentamientos, destacándose los ocasionados por “la rebelión de los indígenas liberales de Tierradentro, dirigidos por Lorenzo Ibitó y José María Guinás”.7 Respecto de la ciudad en este periodo, encontramos un retrato en la novela Amores de estudiante: novela de costumbres nacionales, sacada de un precioso manuscrito, de autoría de Prospero Pereira Gamba, que nos relata lo que habría vivido un soldado de Joaquín Posada Gutiérrez luego de su regreso a Neiva una vez fue restablecida la paz:

5

6 7

Posada Gutierrez, Joaquín, Memorias histórico políticas, Bogotá, tomo iii, Bedout, 1971, pág. 194. Posada Gutiérrez, Memorias histórico políticas…pág. 195. Moreno, Delimiro, El Huila en el Siglo xix, Bogotá, Vargas Editor, 1994, pág. 26.


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Historia Comprehensiva de Neiva Las cárceles de Neiva estaban repletas de rebeldes, la mayor parte infelizes que habian figurado en las filas del ejército enemigo como sarjentos i cabos: allí me llevó la piedad por una parte i el ejercicio de la abogacía por otra, para hacer escarcelar a esas pobres jentes del todo inculpables que no habian hecho otro papel en la pasada guerra que servir de autómatas, pereciendo muchos individuos, sin saber por qué ni para qué, a manos de los defensores del gobierno. En una de esas prisiones encontré un mozo, a quien se juzgaba por haber sorprendido un destacamento i quitado comunicaciones oficiales a un posta de importancia que se habia despachado para Bogotá; i en efecto, al caer prisionero en la batalla de “Rio-frio,” se le cojió una maleta, con pliegos i algunas encomiendas, que los jefes militares dejaron depositada en la alcaldía miéntras se perfeccionaba el sumario. Aquel hombre me nombró su defensor, i me suplicó encarecidamente que fuese a lugar del depósito i examinase las fincas halladas, para probar despues en el juicio, que nada de oficial habia en ellas, pues los pliegos era lo único que de esta calidad tenia i ya estaban en poder de los interesados.8

Luego de la guerra, tuvo lugar la constitución de 1843, que restringía la autonomía de la provincia de Neiva,9 sin embargo, en Neiva no se alejaron del régimen constitucional, debido entre otros factores a la preponderancia de figuras como el líder santanderista José Hilario López, quien resultó electo presidente de la República el 7 de marzo de 1849, y que tuvo que afrontar una rebelión conservadora que comenzó en julio de 1851 liderada en el Cauca por Julio Arboleda, en Antioquia por Eusebio Borrero y en Cundinamarca por Pastor Ospina. En este panorama, aunque en la provincia se realizaron algunos pronunciamientos en contra del gobierno constitucional,10 Neiva estuvo de parte del régimen, y el gobernador Eugenio Castilla se propuso defenderlo no solo mediante la imposición de un empréstito forzoso,11 sino tomando las 8

9 10 11

Pereira Gamba, Prospero, Amores de estudiante: novela de costumbres nacionales, sacada de un precioso manuscrito neivano, capítulo v - Lucha de sentimientos, publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. Consultado el 10 de Abril de 2012, en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/literatura/amorest/ amorest23.htm. Moreno, El Huila en el siglo xix…pág. 26. Cuartas Coymat, Álvaro, Tolima Insurgente, Bogotá, Pijao Editores, pág. 67. Moreno, Delimiro, “Entre la Federación y el Centralismo”, en Tovar Zambrano, Bernardo, director científico, Historia General del Huila, vol. ii, Neiva, Gobernación del

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armas y marchando con 50 hombres de infantería y 30 de caballería sobre Gigante, donde se sospechaba un levantamiento, aunque cuando llego allí encontró solo enemigos desarmados; luego de esto, el 11 y 12 de agosto Eugenio Castilla combatió cerca de Purificación en la casa de Saldaña, capturando al caudillo conservador José Vargas París.12 La derrota de la Revolución Conservadora, no implico que la ciudad se estableciera definitivamente como un fortín liberal, por el contrario, para cuando ocurrió la fallida revolución de los artesanos en 1854, el gobernador de la provincia era el conservador Rufino Vega, quien contribuyo con la elaboración de un acta el 23 de abril en la ciudad, en la que se ofrecía total respaldo al gobierno constitucional y se manifestaba oposición al gobierno usurpador,13 dedicándose la ciudad al envió de recursos a las autoridades que apoyaba. Así las cosas, la ciudad de Neiva como capital de la provincia tuvo participación en las guerras civiles de la primera mitad del siglo xix, siguiendo a líderes regionales de importancia nacional como José Hilario López y Domingo Caicedo, contribuyendo con recursos, tropas y apoyo político; aún así, la provincia de Neiva perdió su autonomía luego de que el Congreso de 1857 la anexara a Cundinamarca.14 Esta situación, propició que los intereses de Neiva se conjugaran con los intereses de Mariquita, que también había perdido su autonomía. Como consecuencia, ambas provincias se opusieron a su anexión proponiendo a cambio la creación de un Estado conformado por ellas, esta propuesta recogía observaciones previas que habían llegado a manifestarse en la prensa por líderes como el liberal José María Samper, quien en 1855 a través del periódico Huila, propuso a los neivanos la unión de las provincias de Neiva y Mariquita, definiéndolas como territorial y culturalmente similares: Es a semejanza del Magdalena, ese soberano de las selvas, las llanuras i las vegas del gran Valle, a quien llevan su tributo todas las aguas de sus cordilleras, serranías, esteros; es a semejanza de ese rio, decimos, que los pueblos de Neiva i Mariquita, formando un solo caudal, una sola masa i una sola entidad social, deben concurrir a la obra de su prosperidad, uniendo sus ideas, sus voluntades, sus esperanzas i sus esfuerzos, sobre la base de sus intereses que

12 13 14

departamento del Huila/Academia huilense de Historia, 1995, pág. 120. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres…pág. 357. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres…pág. 357. Moreno, “Entre la Federación...” pág. 121.


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Historia Comprehensiva de Neiva la naturaleza de las cosas ha unido de antemano i cimentado i fortalecido con el trascurso bienhechor del tiempo, apoyada por el poder de la libertad política, municipal e industrial. 15

La autonomía perdida solo fue recuperada como consecuencia de la participación de las provincias en la revolución de Mosquera contra Ospina en 1860.

La revolución de Mosquera contra Ospina y la creación del Estado Soberano del Tolima

Guerra y política

el Estado Mayor jeneral viene a retaguardia conduciendo un abundante parque i llegará a esta ciudad mañana 7”.17 Esta publicación, incluye correspondencia entre la que se encuentra la comunicación de 6 de diciembre de 1860, mediante la cual José Hilario López se ponía a disposición de Mosquera, así como el decreto expedido al día siguiente en el que se reconoce a López como jefe de las fuerzas de los “Departamentos del Sur i Occidente del Estado de Cundinamarca en favor de la causa federal”.18 Con la llegada de Mosquera y parte del Ejército del Cauca a la ciudad de Neiva, fue necesario que los habitantes de la ciudad aportaran recursos para su sostenimiento, según José María Quijano Otero:

Mariano Ospina Rodríguez había sido elegido para el período 1857–

1861, durante su administración sancionó la Constitución para la Confederación Granadina el 22 de mayo de 1858, permitió el regreso de los Jesuitas, aumentó el pie de fuerza nacional, creó los intendentes nacionales de hacienda para vigilar las oficinas del mismo ramo en los estados, y apoyó las insurrecciones conservadoras en contra de los estados liberales, generando una situación de exclusión del partido liberal que se tradujo en una revolución que inició bajo el mando de Tomás Cipriano de Mosquera, quien era gobernador del Cauca para 1860. El Cauca anunció su separación de la Confederación el 8 de Mayo de 1860, ejemplo que siguieron los estados de Magdalena, Bolívar y Santander, iniciando una guerra en la que los territorios que habían pertenecido a las provincias de Neiva y Mariquita16 se pronunciaron a favor de la independencia del Cauca. No obstante, la ciudad de Neiva en 1860 albergaba tropas leales al gobierno que el 3 de junio controlaron el movimiento de protesta en el Hobo; a pesar de ello, y de la actividad de Joaquín París como comandante en jefe de operaciones en el sur, Tomás Cipriano de Mosquera consiguió llegar a ciudad de Neiva el 5 de diciembre a las 11 de la mañana junto con los secretarios Cerón y Trujillo; sobre este evento hallamos registro en El Boletín Popular del Tolima, donde se nos indica lo siguiente sobre la ocupación de la plaza de Neiva, “ocupó la plaza a las tres de la tarde, consta de dos lucidas Divisiones i un Rejimiento de caballería – El Teniente Coronel Miguel Bohórques ocupa a Aipe con el Batallon núm. 13º de Cazaóres. La brigada de artillería i

Cuando el General Mosquera llegó a Neiva, pidió inmensos auxilios para conducir el gran convoy, como él lo llamaba, auxilios que le proporcionaba el señor Cuellar repartiéndolos prudentemente entre todos los ciudadanos, y mejor que eso todavía, solicitando contratas de los particulares para la conducción del gran convoy. Mosquera viendo que aunque de aquella manera la medida era menos gravosa, y que se salvaba de una ruina total a muchos infelices cuya única fortuna consistía en unas pocas mulas, en cambio era lenta para sus deseos, ordenó a un tal Timoleón Mesa, que goza de la reputación de un bandido a carta cabal, para que recogiera todas las mulas que encontrara en las haciendas. Mesa no se hizo repetir la orden, porque probablemente él resolvió echar la recogida en compañía con Colombia, y entre otras cosas recogió una grande arria de los señores Duques. Iban allí unas cuatro mulas de silla, valor de $500 cada una, y ellos suplicaron al Gobernador que se les devolvieran aquéllas, ya que no reclamaban nada sobre ciento y tántas más que habían tomado. Cuellar lo hizo así, pero inmediatamente Mesa se quejó al Supremo, quien en el acto destituyó a Cuellar de la Gobernación, nombrando a Mesa en su reemplazo. Como es fácil de suponer, la opinión sufrió un cambio favorable, porque hasta los más decididos mosqueristas antes, son hoy sus acérrimos enemigos; basta decir que hasta Lino Ruíz está en contra de este ogro.19 17 18

15 16

Huila, Neiva, n.o 4, 8 de Julio de 1855. Moreno, “Entre la Federación…” pág. 121.

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19

Boletín Popular del Tolima, Neiva, Diciembre de 1860. “Decreto de Tomás Cipriano de Mosquera de 7 de diciembre de 1860” en Boletín Popular del Tolima, Neiva, diciembre de 1860 Quijano Otero, José María, Diario de la guerra civil de 1860 y otros sucesos políticos, Bogotá, Incunables, 1982, págs. 146-147.


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Así, prestando atención no a los calificativos que por motivos políticos da la fuente sobre los sujetos que nombra, sino a la información sobre los recaudos que tenían lugar en la movilización de los ejércitos, podemos considerar como fuerte el impacto económico que causó la llegada, conformación y organización de los ejércitos en Neiva. La contraprestación por el apoyo dado a Mosquera rindió frutos cuando el general al dirigirse hacia Bogotá creó por decreto del 12 de abril de 1861 el Estado del Tolima;20 decisión que ratificada el 20 de septiembre del mismo año en el Pacto de Unión que dio nacimiento al Estado Soberano del Tolima, cuya primera etapa de dirección política entre 1861 y 1867 estuvo dominada por los liberales.21 La capital del Estado se ubico inicialmente en Purificación, pero fue trasladada a Neiva en enero de 1863, luego a Natagaima en noviembre del mismo año, y a Ibagué en 1866. En este periodo, 3 constituciones se expidieron22 y se destacaron líderes como José Hilario López y José María Rojas Garrido. Uno de los temas que resultan recurrentes en el Estado Soberano del Tolima gira en torno a la selección del centro político-administrativo, es decir, al sitio donde se debía situar la capital del Estado. Es así que en la legislatura de 1863 se dieron fuertes debates alrededor de si la capital debía quedar en Neiva, Natagaima o Ambalema. Sobre este tema, hallamos una hoja volante de autoría de R. Rocha, titulada Capital del Estado del Tolima,23 en la que se exigía que la capital debiera quedar en el centro del Estado, ya que según el autor del impreso, solo así el gobierno podría actuar velozmente tanto en el norte como en el sur. Es importante comprender que Rocha defendía los intereses de los habitantes del centro, particularmente de Natagaima como un lugar que perdía preponderancia al trasladarse a Neiva la capital, por eso no es de extrañar que exalte los pueblos del centro del Estado como El Espinal y El Guamo, mientras que describe a Ambalema como una ciudad rica y populosa pero de clima insalubre, y a Neiva como una ciudad de mejor clima pero con menores condiciones de progreso que las demás. El Tolima fue nuevamente recorrido en campaña militar por el General Mosquera en el año de 1862, cuando como presidente de los Estados Unidos de Colombia se dirigió hacia el Cauca a impedir que el 20 21 22 23

Gutiérrez, Rufino, Monografías, Bogotá, Imprenta Nacional, 1921. págs. 203-204. Cuartas Coymat, Tolima Insurgente… pág. 134. Enero 31 de 1863, noviembre 12 de 1863, julio 23 de 1866 Capital del Estado del Tolima, Neiva, Establecimiento tipográfico del Estado, 30 de abril de 1863.

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conservador Julio Arboleda Pombo organizara un ataque al centro de la República. En el paso de Mosquera por Neiva, el cuartel general se ubicó en Yaguará, donde se publicaron algunos números de El Centinela en Campaña, que reproducen noticias sobre la guerra, documentos interceptados al enemigo, y alocuciones de Mosquera y sus partidarios. Entre estos últimos, destacamos el estado de la guerra en palabras del presidente y supremo director de guerra: Soldados del primero, segundo i tercer Ejércitos. Vencidos los enemigos de la libertad i él derecho el 18 de julio del año pasado habeis tenido que combatir en Boyacá, Cundinamarca, Santander y el Tolima. Habeis llenado vuestro deber restableciendo la paz y el órden en el Norte y Centro de la República, pero aún os queda que hacer la última campaña. Colocado a vuestro frente como Director de la guerra, marcho a conduciros a la victoria para restablecer la paz y el órden en el Cauca y escarmentar a los tiranos que lo oprimen: en seguida ireis a someter al Estado de Antioquia que pretende sobreponerse a la mayoría nacional: allá gimen los prisioneros de Santo Domingo y los liberales antioqueños bajo el peso de un despotismo insufrible. No puede ser mas augusta la misión que se os ha confiado.24

Posteriormente, algunos enfrentamientos entre liberales y conservadores sucedieron en el Estado, como el enfrentamiento del gobierno del Estado con la guerrilla conservadora de los Juanchos en el año de 1865, en el que resultó victorioso el gobernador Clímaco Iriarte gracias a las fuerzas del gobierno central al mando de los generales Aníbal Currea, Liborio Duran y José Hilario López25; en el mismo año José Hilario López controló también una insurrección conservadora. Un enfrentamiento de carácter nacional sucedió en el año de 1867, luego de que el 29 de abril el presidente Tomás Cipriano de Mosquera cerrara el Congreso Nacional, causando una reacción adversa de las cámaras legislativas, las asambleas de los estados y un gran número de municipalidades del país, que apoyaron al general Santos Acosta en el golpe de estado del 23 de mayo, que le permitió asumir la presidencia de los Estados Unidos de Colombia. 24 25

El Centinela en Campaña, Yaguará, n.o 1, 18 de julio de 1862. Moreno, “Entre la Federación…” pág. 134.


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En este contexto el liberalismo se dividió, lo que permitió el inició de la segunda etapa de la historia federal del Tolima, de orientación conservadora entre 1868 y 1876.26 En este periodo se promulgaron 2 constituciones27 y se traslado 2 veces la capital del Estado.28 Para entonces, el Estado Soberano del Tolima se hallaba dividido en tres provincias, la del Sur, la del Norte, y la del Centro, y en esta última, el gobernador era Timoleón Meza, el mismo mosquerista encargado de la recaudación de los auxilios en el año de 1860 y que en 1868 se tomaría Ambalema; en esta ocasión, disciplinó cuerpos militares para defender el gobierno del general Mosquera, mientras que algunos entusiastas por la revolución de Mosquera en 1860 se declaraban antimosqueristas, como es el caso de José María Cuellar Poveda.29

La guerra de 1876-1877 y la ciudad de Neiva

En el país había aumentado la insatisfacción de antiguos líderes liberales

frente al desarrollo de las elecciones, pues consideraban que el Gobierno Central interfería en las mismas así como lo hacía en las revoluciones al interior de los estados;30 situación que se exacerbó para la elección presidencial de 1875, que tenía como candidatos del Partido Liberal a Rafael Núñez y Aquileo Parra. La campaña electoral tuvo entre sus temas principales la autonomía de los estados, el fraude electoral, el papel de la Guardia Nacional, y el ferrocarril del Norte, siendo el problema religioso y eclesiástico poco abordado. Las elecciones se desarrollaron en medio de un clima anormal y violento, y como ninguno de los candidatos consiguió los votos de 5 estados, el resultado tuvo que ser definido por el Congreso reunido desde el primero de febrero de 1876, eligiendo como presidente a Aquileo Parra.31 En este panorama, hacia julio de 1876 las pugnas religiosas del Estado del Cauca se transformaron en una guerra civil en la que el 26 27 28 29 30

31

Cuartas Coymat, Tolima Insurgente… pág. 134. Noviembre 29 de 1867, Noviembre 28 de 1870. De Neiva al Guamo en 1870 y a Ibagué en 1876. Restrepo Saénz, Gobernadores y Próceres de Neiva… pág. 378. Delpar, Helen, Rojos Contra Azules. El Partido Liberal en la Política Colombiana 1863-1869, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994. págs. 186-193. Pérez Aguirre, Antonio, Los Radicales y Regeneración, Bogotá, Editorial Cromos, 1941, pág. 135.

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Estado de Antioquia y el Estado del Tolima, para entonces controlados por conservadores, habían decidido apoyar a los insurrectos caucanos, mientras que los liberales nuñistas apoyaron a Parra debido al carácter religioso de la guerra. Para entonces, el presidente del Ejecutivo en el Tolima era el general conservador Joaquín María Córdoba, que dejó la presidencia del Estado bajo el mando del general Antonio Basilio Cuervo para ir personalmente a combatir junto a los insurgentes.32 Es preciso indicar que la batalla más importante ocurrida en el Tolima dentro de dicha guerra, fue en la llanura de la Garrapata entre el 20 y el 22 de noviembre, y terminó con un armisticio, dejando un saldo de 1500 muertos entre ambos bandos y 800 heridos; luego de la batalla la tropa conservadora se dirigió hacia Antioquia donde se rindió en Manizales pocos días después.33 En el marco de la guerra y el posterior establecimiento del gobierno, la ciudad de Neiva debió asumir imposición de contribuciones, que incluían dinero y elementos útiles para los ejércitos, como una muestra de ello, encontramos los decretos dados por Benito Salas, prefecto del departamento del Sur en el mes de febrero de 1877, uno de ellos dictaba lo siguiente: Art. 1º Para completar la Junta distribuidora de los $6,600 repartidos por decreto de la fecha por empréstito forzoso en el Departamento, se hacen las siguientes designaciones en los pueblos que pasan a espresarse: (…) Neiva…. íd. Rafael A. Plata.34

Como resultado inmediato de la guerra, el radicalismo regresó al ejercicio del poder en el Tolima, dando inicio a la tercera etapa de la historia federal del Estado entre 1877 y 1885. Es necesario indicar que a pesar de la victoria, el régimen radical recibió un duro golpe, pues los nuñistas, llamados posteriormente “independientes”, continuaron abriéndose camino hacia el poder, haciéndose con la dirección de los asuntos públicos de carácter nacional, y acercándose al partido conservador, mientras que los radicales perdían progresivamente su influencia en congresos, asambleas y administraciones seccionales.35

32 33 34 35

Moreno, El Huila en el siglo xix…págs. 134-137. Cuartas Coymat, Tolima Insurgente… pág.176. El Tolima, Neiva, n.o 3, 23 de Febrero de 1877. Pérez Aguirre, Los Radicales y Regeneración... pág. 155.


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El ocaso del Radicalismo y el asalto a la ciudad 1880 - 1885

directores de la nueva política, pero allá, en el seno de la intimidad, comprenden que nada de lo que sueñan por ahora podrá realizarse. Todo su trabajo es preparar el terreno para la futura Presidencia, y en la mañana de la administración, comienzan á hacerle escabroso el camino, que el partido independiente, que lo reconocía como su autorizado jefe, quiso hacerle fácil y glorioso38

En los inicios de la década de 1880, solamente el Tolima y Antioquia

poseían administraciones radicales, lo que a nivel nacional permitió que entre 1880 y 1882 Rafael Núñez alcanzara la presidencia de los Estados Unidos de Colombia contando con el apoyo de la mayoría del congreso. Durante su gobierno, Núñez propuso iniciativas legislativas como la ley de orden público que autorizaba al ejecutivo a intervenir en asuntos de los estados, el establecimiento de tarifas aduaneras con una orientación proteccionista y la creación de un Banco Nacional. Ante la presidencia de Núñez y el evidente fortalecimiento de los independientes, los jefes liberales en 1880 intentaron organizar al partido con base nacional mediante un comité conformado por líderes como Aquileo Parra, Santos Acosta, Santiago Pérez y Eustorgio Salgar; desde allí la unión liberal apoyó la candidatura de Francisco Javier Zaldúa en 1881.36 A finales del mismo año, el Tolima estaba bajo el control de los radicales, asumiendo Marcelo Barrios la presidencia del Estado en reemplazo de Fruto Santos, nombrando en su gobierno a reconocidos radicales como Gabriel González Gaitán y Valentín Trujillo para los cargos de secretario de gobierno y secretario de hacienda respectivamente.37 Para entonces, en la ciudad de Neiva las facciones del liberalismo difundían a través de la prensa sus ideas sobre temas como la unidad del partido, la postura a tomar frente al gobierno central, y la guerra que consideraban sería consecuencia del obrar de la facción rival. En este sentido, en la imprenta de Pedro Martínez el 15 de febrero en el año de 1882 bajo la edición de Isidoro Burgos y con el fin de apoyar a Núñez y al liberalismo independiente, se comenzó a publicar La República, y desde allí los liberales independientes defendían la figura de Núñez, responsabilizando a los radicales por la división del partido liberal mediante afirmaciones como las siguientes: Los radicales no tienen confianza en el señor Zaldúa, y esto, porque aunque él quiso darles participación en el Gobierno, no ha cedido á dejarse arrastrar por la política del odio y de la persecución en nombre de la tolerancia y la concordia. Ellos aparentan ser

36 37

Delpar, Rojos Contra Azules…págs. 282-283. Moreno, Delimiro,” Cronología de la Historia del Estado Soberano del Tolima”, en Huila. Órgano de la Academia Huilense de Historia, vol. xix, n.o 62, enero-junio de 2011, pág. 55.

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En este orden, en La República los liberales independientes del Tolima manifestaban su apoyo a Zaldúa, e identifican a los radicales con la política del odio; no está de más indicar que líneas más adelante en el mismo editorial, acusan a los radicales de posibilitar que “los hechos nefastos de 1875 se repitieran”, pues consideraban que los gobiernos del Tolima y Antioquia pretendían hacerse con la Secretaría de Guerra para “variar el ejército, el trabajo de zapa para derribar los gobiernos de Santander, Panamá, Boyacá y Cundinamarca”.39 De manera semejante, los liberales radicales hacían uso de la prensa, contando para ello con La Estrella del Tolima, una publicación que surgió el 6 de mayo de 1882 a cargo de Alejandro Rojas, en la que se acusaba a los independientes de improbar los nombramientos realizados por Zaldúa y rechazarle todos los proyectos legislativos; uno de los editoriales con esta temática, es el siguiente: El Presidente Zaldúa, respaldado por todo el partido liberal de la Nación, está agotando todos los medios que la prudencia i el patriotismo aconsejan para evitar la guerra. Frente a él hai un hombre que ha bajado de caudillo de un partido a capataz de una cuadrilla i atiza la hoguera de la intranquilidad pública. Mas allá, en tercer término, está el partido conservador, verdadero hélice de la nave del señor Núñez, pero quien tal vez no se resuelva a hacer la travesía por temor de volverse a ir a pique.40

Así, los radicales manifiestan apoyar a Zaldúa, definiendo a los independientes como una “cuadrilla” al mando de Núñez, que junto al conservatismo amenazaban la tranquilidad pública, es decir, la paz.

38 39 40

La República, Neiva, n.o 9, 19 de junio de 1882. La República, Neiva, n.o 9, 19 de junio de 1882. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 8, 24 de junio de 1882.


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Como podemos observar, argumentos semejantes son esgrimidos en el discurso de ambas facciones, en el que la personalización de los ataques al enemigo y la exaltación de personajes y administraciones eran recurrentes. En todo caso, en el desarrollo de las actividades parlamentarias con los radicales reducidos a un sector minoritario, los acuerdos resultaron ser un tema complejo, por tanto, no resulta extraño el malestar que causo en los radicales del Tolima la “improbación” del nombramiento de Eugenio Castilla al cargo de secretario de instrucción pública en agosto de 1882, luego de que aparentemente el ejecutivo había llegado a un acuerdo con la mayoría en el senado; este hecho demuestra el progresivo distanciamiento entre Zaldúa y Núñez, terminando este último, y por ende la mayoría del congreso, siendo opositores del ejecutivo. Murió Zaldúa el 21 de diciembre de 1882, a causa de ello el número del 24 de diciembre de La Estrella del Tolima41 se publicó con un reborde negro en señal de luto y un editorial en su honor, en el que se reproduce el Decreto del 22 de diciembre dado por el presidente del Estado, que fija los términos del homenaje a realizar. El cargo vacante fue ocupado por José Eusebio Otálora hasta 1884 debido a que Rafael Núñez, quien era el primer designado y para entonces presidente electo del Estado de Panamá, rechazó el cargo. Los radicales encontraron en Otálora una figura con la que podían hacer acuerdos, de manera que le propusieron la reelección con la creación del movimiento Evolución Otálora, intentando con ello hacer peligrar la alianza entre independientes y conservadores, o como se hacían llamar en conjunto “republicanos”.42 Esta estrategia falló cuando Otálora, que sería reemplazado el 1 de abril de 1884 por Ezequiel Hurtado, decidió mantenerse leal a los nuñistas. En este contexto, en el año de 1883 se desarrollaban las elecciones para presidente del Estado Soberano del Tolima con el liberalismo dividido en tres agrupaciones a saber: los partidarios de Clímaco Iriarte, los de Acisclo Molano, y los de Gabriel Gonzales Gaitán,43 este último recibió manifestaciones de apoyo en El Elector. Órgano del partido liberal unionista del Tolima, mientras que los partidarios de Clímaco Iriarte lo hacían en El Bien Público. Órgano de los intereses del partido Liberal del Tolima. Ambas publicaciones hacían un llamado a la unidad del liberalismo y al

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apoyo de su candidato, mientras que La Estrella del Tolima afirmaba no tener intenciones de tomar partido en las elecciones, pues afirmaba que ambos candidatos eran liberales. Posteriormente, renunció Iriarte44 y las elecciones que se desarrollaron el 2 de septiembre45 otorgaron el triunfo a Gonzales Gaitán frente a candidatos como el conservador Pastor Herrera. La primera alocución de González a cargo del ejecutivo del Estado tuvo lugar el 15 de diciembre en la toma de posesión, y en ella, se refiere a la amenaza de guerra de la siguiente forma: La agitación que hace pocos meses llevó á los ánimos la alarma y la inquietud y que hizo creer en un próximo trastorno del orden público, tanto de la Nación como del Estado, ha venido lentamente entrando en reposo, en términos que hay quienes crean que la situación política está perfectamente despejada. Sin embargo, permanecen pequeñas sombras sobre el horizonte político que no dejan ver claro el porvenir de la República, esto hace pues creer que es necesario poner alguna atención á ese asunto.46

Con estas consideraciones sobre el tema del orden público, en el primer mes de Gabriel González como presidente del Estado fue sancionada la ley 15 de 22 de diciembre de 1883 sobre pie de fuerza para 1884 y 1885 y sobre orden público,47 que entre otros aspectos, permitía al ejecutivo del Estado fijar el pié de fuerza en tiempo de paz, debiendo este sostenerse por cuenta del Estado y destinarse a funciones de guarnición, conducción de reos y procesados, trabajo en obras públicas y servicio de policía; así mismo, estipulaba que aquellos que alterasen el orden público deberían responder con sus bienes. Esta ley que dotaba al presidente del Estado de herramientas importantes en el control del orden, a partir del control de una fuerza militar que no se diluía en tiempo de paz, respondía a medidas como la supresión del servicio militar en los estados48 y la prohibición del reclutamiento forzoso,49 con las cuales el Gobierno de la Unión pretendía limitar el poder de los estados federales en materia militar.

44 41 42 43

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 34, 24 de diciembre de 1882. Pérez Aguirre, Los Radicales y Regeneración... pág. 196. Exposición que dirige a sus comitentes la minoría de la Asamblea Legislativa del Estado del Tolima, sobre los motivos que determinaron su separación de las sesiones el día 24 de noviembre de 1883, Neiva, Imprenta de A.P, 1883.

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45 46 47 48 49

El Bien público, Neiva, n.o 10, 18 de agosto de 1883. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 71, 9 de septiembre de 1883. A los Habitantes del Estado, Neiva, Imprenta del Estado, 15 de diciembre de 1883. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 550, 25 de diciembre de 1883. Gaceta de Tolima, Neiva, n.o 506, 1 de junio de 1883. Gaceta del Tolima, Neiva, n.o 510, 15 de junio de 1883.


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Así las cosas, en el año de 1884 regresó Rafael Núñez a la Presidencia luego de derrotar en las elecciones a Solón Wilches, que tenía el apoyo del Estado de Santander, los liberales radicales y un sector de los independientes;50 para entonces Núñez había conseguido reunir la mayor fuerza del conservatismo alrededor suyo y el poder había continuado desplazándose hacia sus partidarios. En este contexto, Gabriel Gonzales Gaitán como presidente del Estado Soberano del Tolima, envió un telegrama a Núñez felicitándole por la “pacifica” posesión como presidente de la Unión,51 ocasionando la siguiente respuesta de Núñez: Os agradezco vuestra precisa felicitación que me hace esperar vuestro valioso concurso en la obra difícil i a la vez salvadora de volver su prestigio a nuestras libres instituciones. De mi parte contad con todo el apoyo que de mis facultades dependa para la paz, progreso de ese Estado ejemplar, en que bajo los auspicios de vuestro ilustrado Gobierno, impera la libertad en la justicia, como deseo que impere sin contradicción en todo el territorio de Colombia. Compatriota i amigo, Rafael Nuñez.52

Rafael Núñez intentaba vincular a los radicales del Tolima al gobierno en el marco de las reformas y del levantamiento militar ocurrido en Santander el 17 de agosto de 1884, en el que los radicales se opusieron a Wilches argumentando que había cometido fraude en las elecciones de Santander;53 en esas condiciones el presidente de la Unión el 21 de agosto nombró a Gonzales Gaitán como secretario de gobierno, recibiendo una respuesta negativa de Gonzales en los siguientes términos:

Guerra y política emprendido, de volver su prestijio a nuestras libres instituciones. Podeis contar, como ántes os he dicho, con la mejor voluntad de mi parte en apoyo de cuanto bueno pretendáis hacer en favor de los bien entendidos intereses de la República. Quedo sinceramente reconocido por el alto honor que me habeis hecho. Vuestro atento servidor i compatriota Gabriel González G.54

Hacia finales de 1884, los radicales denunciaban que la disolución de la Convención de Santander, ejecutada por Narciso Gonzales Lineros como encargado del poder ejecutivo del Estado Soberano, se constituía como un golpe de estado, y que la negativa del gobierno de la Unión de apoyar a la convención con las armas de la Guardia Colombiana, era el intento de sostener a un funcionario para derrocar al gobierno legítimo.55 Dichos acontecimientos ocasionaron una guerra civil que inició en Santander y se extendió a Boyacá y Cundinamarca, y en la que una junta de liberales del Tolima convocada por Gabriel Gonzales Gaitán con motivo de la solicitud de apoyo que le había hecho Rafael Núñez el 8 de diciembre, decidió apoyar la revolución; como consecuencia de lo anterior, el 31 de diciembre de 1884 Gabriel Gonzales declaró turbado el orden público en el Estado56 argumentando que era la única salida frente a los peligros que asediaban, por lo que hacia el siguiente llamado a los tolimenses: Vosotros sabeis cuántos esfuerzos ha hecho el Gobierno del Estado para conservar la paz, cuántos aún para fundar en este país, tan trabajado por las revoluciones, una política legal i pacifica, justiciera i reconciliadora. Así ha obrado este Gobierno interpretando vuestas aspiraciones. Así también hoi en vista del peligro en que las instituciones se hallan, ante ese abismo que el partido enemigo de la libertad esta cavando, así también hoi el Gobierno está resuelto a cumplir con sus deberes defendiendo las instituciones violadas i sosteniendo el derecho popular herido por la mano audaz de un partido que pretende anularlo (…).

He recibido la nota oficial de fecha 21 de agosto último en que me comunicais el nombramiento hecho en mí para Secretario de Gobierno, con aprobación del honorable Senado de Plenipotenciarios. Motivos independientes de mi voluntad me impiden aceptar el puesto conque me honrais. Siento profundamente no tener la satisfacción de acompañaros en la difícil, pero provechosa labor que habeis 50

51 52 53

España, Gonzalo, La Guerra Civil de 1885, Núñez y la derrota del radicalismo, Bogotá, El Ancora, 1985, págs. 78-79. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 88. 26 de agosto de 1884. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 88. 26 de agosto de 1884. España, La Guerra Civil de 1885.. pág. 80.

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54 55 56

La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 90. 10 de septiembre de 1884. La Estrella del Tolima, Neiva, n.o 103, 7 de diciembre de 1884. Alocución del Presidente del Estado a los Tolimenses, Neiva, 31 de diciembre de 1884.


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Historia Comprehensiva de Neiva Conciudadanos! Venid a rodear al Gobierno lejítimo. Venid a defender las instituciones de la República, Veníd a esculpir con vuestro heroísmo en los anales de nuestra democracia la victoria definitiva de los principios liberales.57

Para hacer frente a la invasión que se esperaba como respuesta del gobierno central, González Gaitán ordenó la conformación de la “columna radical del Tolima” con 3000 hombres58 que estarían bajo el mando de generales como Francisco Losada y Domingo Restrepo. Para conseguir los hombres de la columna se recurrió a llamar al servicio a todos los varones sin hijos entre los 18 y los 40 años con excepción de ministros religiosos, inválidos, maestros, médicos e hijos únicos;59 dando inicio a levas o reclutamientos forzosos en haciendas, plazas de mercado, y en general en cualquier lugar donde encontraran hombres para reclutar. En este panorama, algunos liberales de la ciudad de Neiva hicieron uso de hojas volantes para motivar a sus partidarios a defender lo que consideraban justo; una de ellas, firmada por Winceslao Renjifo y Tomas Sánchez, fechada el 14 de enero de 1885, con el título A Los Liberales, enunciaba la entrega que habría hecho Núñez de poder y armas al partido conservador, calificándolo como traidor en los siguientes términos: Ya lo veis! la traicion se cierne sobre vuestras cabezas como el buitre sobre su víctima. Urje que el partido liberal afronte unido i vigoroso la situacion, para hacerle comprender al señor Núñez u al partido conservador, su único i mejor apoyo, que en la patria de Santander no hai más señor que el partido liberal, ni brilla otro sol que el del 31 de agosto de 1876; el esplendente sol que iluminó en aquella memorable fecha el campo glorioso de Los Chancos.60

Lo que estaba ocurriendo en el país ocasionó que Luciano Restrepo, presidente del Estado de Antioquia, declarara perturbado el orden público el dos de enero de 1885 y mandara elevar a seis mil hombres la fuerza del Estado a su cargo. En un telegrama enviado el 9 de enero por el citado Restrepo a Gabriel Gonzales Gaitán, le informó que el objetivo de organizar ese ejercito era que se ubicara en las fronteras con Cauca

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y Tolima para vencer la invasión y “salvar las instituciones amenazadas de muerte por la Dictadura y el Conservatismo”,61 estos 6.000 hombres nunca llegaron propiamente al Tolima.62 El ejército enviado por el gobierno central estaba compuesto por casi 5.000 hombres al mando de Juan Mateus, los cuales en su mayoría eran veteranos de la Guardia Nacional, reclutas bien entrenados del ejército de reserva conservador, y milicianos liberales de Cundinamarca.63 La invasión al Tolima se desarrolló rápidamente, reportándose victorias como la de Manuel Casabianca en el puente de Girardot el 15 de enero de 1885, y la captura de Mariquita el 6 de febrero. Mientras esto ocurría, la ciudad de Neiva había sido abandonada el 27 de enero por Gabriel Gonzales Gaitán y quienes le apoyaban, permitiendo así que tomaran la ciudad fuerzas conservadoras que comenzaron su funcionamiento como guerrillas reclutadas en la misma región por Aparicio Perea y Apolinar Charry.64 El Asalto a Neiva65 Luego de haberse desarrollado en la región batallas como la de Cogotes, en la que Manuel Casabianca el 2 de marzo de 1885 se enfrentó a 800 soldados rebeldes,66 el 16 de julio de 1885 a las 5:30 de la mañana en la ciudad de Neiva Luciano Perdomo informó a las fuerzas del gobierno que se aproximaba una fuerza enemiga camino al sur, información verificada por el comandante Abraham Aguirre y por una partida de observación destacada del cuartel de la guardia cívica. Momentos después, se presentaron por diferentes vías, partidas de infantería, que se apoderaron del cuartel de la caballería, algunas de las casas de la plaza y calles vecinas acompañados de grupos de jinetes que recorrían la ciudad. Para la defensa de la ciudad los conservadores se habían propuesto concentrar fuerzas, por lo que se ubicaron estratégicamente en: la Casa Municipal, el cuartel de la 1ª compañía del Batallón de Garzón, el cuartel de la 1ª compañía del Batallón Acevedo, el cuartel de la Guardia Cívica, la torre de 61 62 63 64

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Alocución del Presidente del Estado a los Tolimenses, Neiva, 31 de diciembre de 1884. Cuartas Coymat, Tolima Insurgente… pág.179. Moreno, El Huila en el siglo xix… pág.159. Rengifo, Winceslao y Sánchez, Tomas, A los Liberales, Neiva, 14 de enero de 1885.

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66

Telegrama del Presidente del Estado de Antioquia al del Tolima, Medellín, 1885. Moreno, “Entre la Federación …” pág. 159. Moreno, El Huila en el siglo xix… pág. 189. Moreno, El Huila en el siglo xix… pág. 192. “Informe de Francisco Gutiérrez dado en Neiva el 16 de Julio de 1885 Asalto de Neiva”, en La Rebelión. Noticias de la Guerra, Bogotá, Imprenta La Luz, 1885, págs. 172-173. “Informe de Manuel Casabianca dado el 5 de Marzo de 1885 sobre el combate de Cogotes”, en La Rebelión. Noticias…pág. 59.


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la Iglesia Parroquial y dos casas altas situadas en los ángulos de la manzana de la cárcel, ocupadas estas últimas por tiradores; esta concentración permitió que los invasores consiguieran fácilmente cuartel de caballería. Los liberales estaban compuestos por un grupo de aproximadamente 200 hombres, que entablaron fuego durante tres horas contra las posiciones que habían sido escogidas para defender la ciudad. En los asaltos a las ciudades, se intentaba liberar a los presos, y en vista de ello, las fuerzas conservadoras se habían organizado estratégicamente para evitar que esto ocurriera, haciendo uso de los tiradores y de la 1ª compañía de Garzón bajo las órdenes del comandante Luciano Cabrera, del capitán Antonio Bahamon (sic), de los tenientes Lisandro Prada, Sergio Guevara y Manuel Sanabria, del subteniente Ceñon Proaño, del sargento Plácido Gallego, y de los señores Domingo Fierro y Mariano Pérez. Luego de las 3 horas de intercambio de disparos, la Guardia Cívica decidió el combate desalojando al enemigo y poniéndolo a la fuga en la dirección de Campoalegre. Según el parte de guerra, la Guardia Cívica que logró defender la ciudad estaba compuesta por ciudadanos, que estaban mal armados, mal equipados, y no tenían conocimientos de guerra ni de combate, habiendo sido agrupados para defender la ciudad bajo las ordenes de algunos Jefes. De los conservadores murió el capitán Alejandro Gamboa y el soldado Secundino Vargas, y se reportaron 3 heridos leves a saber: el sargento 1º Reyes Gaitán, del Batallón Garzón y Jacobo Rojas y Gregorio Rojas, ambos soldados de la Guardia Cívica. De las fuerzas liberales que intentaban recuperar la ciudad se reportaron 15 heridos, 10 muertos y 35 prisioneros; entre los muertos se cuenta al general en jefe Nicolás Falla y al caudillo radical Guillermo Perafán, y entre los prisioneros a Pedro Celestino Ordoñez y Manuel Poveda; además, dejaron para los conservadores municiones, 16 armas de fuego, 20 lanzas, 3 espadas y varias caballerías ensilladas. Con esta batalla fue pacificado el Sur del Tolima según Ulpiano Manrique,67 quien relata que contando con una división de 1.200 hombres luego de que el 16 de julio se le unieran las fuerzas de Joaquín Cabrera en Gigante, se dirigía hacia la ciudad de Neiva pues tenía conocimiento de que 400 hombres la amenazaban, pero que no alcanzó a llegar porque estando el 18 de julio en el cuartel general en el Hobo, fue informado

Guerra y política

de la efectiva defensa de la ciudad, y de la retirada de los rebeldes a la Angostura, buscando la vía de Río-Blanco. El Estado que se encontraba devastado por la guerra, debió hacer frente a un serio problema de hacienda pública, el cual bajo la dirección del jefe civil y militar del estado del Tolima Manuel Casabianca, nombrado por Núñez, debía pagar el sostenimiento de un numeroso ejército, recurriendo la administración para ello a figuras como empréstitos forzosos, impuestos a los licores y al degüello de ganado,68 y a la expedición de documentos de fianza para quienes tomaron las armas durante la guerra.69 Con la derrota de los radicales, en la ciudad de Neiva cambió necesariamente la relación de fuerzas, pues Gabriel González, el anterior presidente del Estado, había sido capturado en Yaguará,70 a donde había regresado del camino a Tierradentro para entregarse a Casabianca;71 de manera que en diciembre 9 de 1885, en la plaza principal de la ciudad otrora santanderista, Manuel J. Ortíz, en la bendición y juramento de la bandera del Batallón 2º del Tolima, exaltaba a los vencedores de 1885 mediante comparaciones de sus generales con Bolívar, Gedeón y Quezada, con las que los exhortaba a probar su civismo en tiempo de paz, para por último, prometerles a los veteranos que sus esfuerzos no habían sido en vano, pues la causa sería defendida: Y si por desgracia la anarquía levanta de nuevo su cabeza, ávida de nuevas víctimas y nuevos sacrificios; si hubiere que probar una vez más que mientras haya colombianos tendrá sus defensores la justicia y sus mártires la causa del derecho, yo os prometo que á la hora del peligro no os encontrareis solos. En Colombia todos somos soldados y será para nosotros un honor formar al lado de los batallones que en 1885 pasearon sus estandartes victoriosos por todo el territorio de la Patria; y cualquiera que fuere la suerte de las armas, nuestra bandera no quedará menos gloriosa, cubriendo con sus pliegues montones de cadáveres, que flameando victoriosa sobre los campamentos enemigos. ¡Viva el Dios de Colombia!¡Viva el Ejército regenerador!72 68 69 70

67

“Ulpiano Manrique informa en el Hobo el 18 de Julio de 1885”, en La Rebelión. Noticias… pág. 173.

557

71 72

Moreno, “Entre la Federación…” pág. 160. Cuartas Coymat, Tolima Insurgente… pág. 186. Sicard Briceño, Pedro, Páginas para la historia militar de Colombia : Guerra Civil de 1885, Bogotá, Imprenta del E.M.G. 1925. pág. 97. Restrepo Sáenz, Gobernadores y Próceres…pág. 369. Ortíz, Manuel, Discurso, Neiva, 9 de diciembre de 1885.


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Historia Comprehensiva de Neiva

La Guerra de los Mil Días Tan solo 10 años después de la constitución de 1886, el conservatismo se había dividió en dos grupos: los nacionalistas que creían firmemente que el proyecto de la regeneración no debía recibir cambios, y los históricos que pretendían modificar el proyecto de la regeneración con medidas tales como la descentralización administrativa, el aumento de la responsabilidad del ejecutivo, reforma electoral, reformas a la ley de prensa y eliminación del papel moneda, entre otros. Aunque la discordia orbitó alrededor del marginamiento que se hacía en el gobierno a todo aquel que no fuera nacionalista, esta exclusión permitió que los históricos se acercaran a la facción bélica del partido liberal, hasta que al comenzar la guerra se plegaron nuevamente al gobierno.73 En octubre de 1899, la facción belicista del partido liberal se levantó en contra del régimen conservador atacando de manera improvisada a Bucaramanga,74 dando inició a una guerra que duro 3 años y que se desarrolló principalmente en Santander, Tolima, Panamá y parte de la Costa; en dicha guerra los liberales se desgastaron en una lucha irregular que terminó a fines de 1902. El llamado a la guerra del liberalismo en el Tolima dio como resultado la formación de varias guerrillas, las cuales no pudieron ser unificadas desde la dirección liberal, debido a la existencia de una multiplicidad de oficiales y una intrincada red de amistades e intereses que dificultaban la creación de un solo cuerpo, operando en conjunto solamente durante breves periodos y por mutuo consentimiento.75 Hubo intentos de organización de un ejército liberal en el Tolima, como lo fue la organización provisional del ejercito del Tolima y Cundinamarca (Ejército del centro) que tuvo lugar el 18 de enero de 1900 en Natagaima, que respondía a la necesidad de los liberales de ocupar rápidamente posiciones ventajosas a causa de la falta de armas de fuego y municiones; en aquella ocasión se nombró como jefe civil y militar a Guillermo Vila y a Aristobulo Ibáñez como comandante general del 73 74

75

Jaramillo, Carlos Eduardo, Los Guerrilleros del Novecientos, Bogotá, Cerec, 1991, pág. 23. Deas, Malcolm, “Reflexiones sobre la Guerra de los Mil Días”, en Credencial Historia, ed. 121, enero de 2000, Publicación digital en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ revistas/credencial/enero2000/121reflexiones.htm Cuartas Coymat, “La Ciudad en Medio de la Guerra. El Conflicto Civil de los Mil Días en Ibagué”, en Compendio de Historia de Ibagué, vol. i, Ibagué, Academia de Historia del Tolima, 2003, pág.389.

Guerra y política

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ejército.76 Por otra parte, el ejército del gobierno estaba comandado por el gobernador del departamento Emilio Escobar, y los generales Nicolás Perdomo y Maximiliano Neira. En la Guerra de los Mil Días, en la ciudad de Neiva se enfrentaron tropas gobiernistas y liberales en la Batalla de Matamundo, fue “el último gran combate de esta guerra en el Huila –y la mayor batalla de las guerras civiles en su territorio“77 antecediendo enfrentamientos de menor impacto en el departamento del Sur. En el desarrollo de la guerra, tanto liberales como conservadores recurrieron a figuras como el cobro de auxilios, ayudas e imposiciones para el sostenimiento de sus tropas, y al reclutamiento forzoso para la conformación y crecimiento de sus ejércitos. Sobre una de ellas, el reclutamiento forzoso, que implicaba el sometimiento de los hombres por medio de la violencia, podemos hacernos una idea en la novela La Venturosa de Ramón Manrique, que aunque no es escrita en la época, logra retratar lo que pudieron ser las “levas”: ¡La cogienda de gente! Aquello significaba que los mozos y hasta los viejos serían cazados al chambuque de los rejos de enlazar, como los sementales ariscos en los días de herranzas; y si se rebelaban, atamojados con lazos, como las vacas golosas que se entran de rondón a la sementera ajena, llevándose en los cuernos las cercas de la medianería… La cogienda de gente era vaquería de reses cimarronas y no leva civilizada de hombres que debían servir a su Dios o a su rey.78

Teniendo en cuenta lo mencionado, consideramos importante describir la Batalla de Matamundo, que no solo se encuentra en la coyuntura del cambio de siglo, sino que marcó el inicio de una época en la que el conservatismo seria preponderante en la región y la ciudad. Para tal fin hacemos uso de fuentes primarias como el Boletín de Guerra que Nicolás Perdomo dirigió al ministro de guerra el 30 de Marzo de 1900,79 76

77 78

79

Pérez Sarmiento, J.mm, compilador, La Guerra en el Tolima 1899-1903. Apuntes, documentos y relaciones de campaña, Bogotá, El Comercio, 1904 págs.112-114. Moreno, El Huila en el siglo xix… pág. 205. Manrique, Ramón, La Venturosa. Gesta de guerrilleros y bravoneles, relato de íncubos y súcubos, amores, trasgos y vestiglos, Bogotá, Editorial Kelly, 1947. La negrilla es del original. “Nicolás Perdomo al Ministro de Guerra el 30 de Marzo de 1900 desde el cuartel general de Neiva”, en La Rebelión, Bogotá, n.o 78, abril 18 de 1900.


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a la recopilación documental que realizó El comercio de Bogotá en 1904,80 y el recuento de las campañas del general Cesareo Pulido realizado por Tulio Arbeláez,81 intentando construir una narración que permita conocer un poco más la forma en la que terminó el siglo xix neivano.

La llanura de Matamundo, ubicada al sur de Neiva entre la quebrada de Rioloro que baña la población de Este á Oeste baña la población y desagua en el Magdalena; y la quebrada de Arenoso, que con igual dirección va a desembocar en el mismo rio, una legua al mediodía de Neiva; el Magdalena con su vega le sirve de marco al llano por el Poniente, y Rioloro y algunas colinas ásperas lo cierran por el Oriente. El terreno es abierto, esta cruzado por quebradas y zanjas superficiales de muy fácil paso; cerca al linde de la vega y á pocos metros de la población se levanta la casa de un hato con una dehesa encerrada con cercos de piedra, y toda la vega está cercada de tapias; por el lado occidental del llano pasa la vía nacional del Sur y al lado del Levante lo atraviesa el camino de Neiva al Caguán. La ciudad está limitada y dominada al Este por una eminencia plana que se llama Abichinte, a la que, a su vez domina la meseta contigua y más extensa del Chaparro. Matamundo y Abichinte fueron teatro del combate.83

La Batalla de Matamundo El 9 de febrero habían sido derrotados los rebeldes en las lomas de El Real, cerca de Miraflores, donde les fueron capturados 18 hombres, por lo que tuvieron que regresar a la banda oriental del Magdalena, pasando por Natagaima encaminándose a Prado buscando albergarse en Dolores, fruto de esta derrota se reorganizaron y decidieron marchar al sur del Tolima en miras de una posible invasión al Cauca o por lo menos de recibir a Avelino Rosas82 quien se había forjado una imagen de guerrillero heroico en Cuba. En Villavieja, se reunieron los rebeldes con Rosas y 180 tiradores expertos que había traído del Llano. Por el bando del gobierno, partió el General Nicolás Perdomo para Neiva, uniéndosele en el camino el general Rivera, conformándose así una fuerza de 3.600 hombres, mientras que los revolucionarios no eran más de 900, de los cuales solo 680 eran tiradores. Avelino Rosas presentó a los generales liberales su proyecto de invadir el Cauca, obteniendo una respuesta negativa de ellos, que accedieron solo a que Ibañez, Caicedo y Pulido lo acompañaran al sur del Tolima. Marchando por este camino, los revolucionarios acamparon en el sitio de Fortalecillas tres leguas al norte de Neiva; mientras tanto, eran perseguidos por Nicolás Perdomo, quien llevaba 3 días sin parar tras de ellos hasta que con el Escuadrón Tiradores sorprendió la retaguardia de los rebeldes al mando del general Rosas el 15 de marzo a las 6:30 de la mañana. Desafortunadamente para Nicolás Perdomo, llegaron sus fuerzas segmentadas y fatigadas, por lo que no pudo evitar que el enemigo se retirara. Matamundo, teatro de operaciones donde se desarrolló el combate luego de la persecución, es descrito por Nicolás Perdomo de la siguiente manera:

80 81

82

Pérez Sarmiento, La Guerra en el Tolima… Arbeláez, Tulio, Campañas del General Cesareo Pulido por su Primer Ayudante General, Bogotá, Imprenta Nacional, 1936. Pérez Sarmiento, La Guerra en el Tolima….

561

Resulta que luego del hecho de Fortalecillas los revolucionarios esperaron en el llano de la Mangueta, pero las tropas del gobierno no aparecieron, pues se encontraba reagrupándose luego de la extenuante marcha, así que continuaron los revolucionarios la marcha hacia Neiva, haciendo su arribo a la ciudad a las 10 de la mañana con 2.000 hombres bien armados, y comandados por “el invencible” Rosas, quien tenía como tenientes a Ibáñez, Tobar, Rodríguez, Pulido, Morales y Caicedo; todos ellos una vez ocuparon la ciudad abrieron las puertas de la cárcel y se aprovisionaron en los almacenes. Con la llegada de las fuerzas del gobierno hacia el mediodía, los revolucionarios abandonaron la ciudad, marchando por el llano de Matamundo, hacia el Dujo y Trapichito, sitios distantes a media legua de Neiva, donde se apercibieron para la contienda. El general Rosas ocupo el ala izquierda por el lado de la vega donde le brindaban amparo las tapias y malezas, el general Pulido con los batallones Santander y Ruiz ocupó el centro extendiéndose sobre la vía pública, el coronel Bustamante con los batallones Caquetá y Tolima ocupó el costado derecho por el oriente del llano con el propósito de repasar Rioloro y ocupar la eminencia de Abichinte, como efectivamente lo hizo, 83

“Nicolás Perdomo al Ministro de Guerra el 30 de Marzo de 1900 desde el cuartel general de Neiva”, en La Rebelión, Bogotá n. o 78, abril de 18 de 1900.


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Historia Comprehensiva de Neiva

los generales Manuel Rodríguez y Leónidas Romero se encargaron de reforzar el centro con el escuadrón a su mando. Las fuerzas del gobierno que llegaron a la ciudad, estaban compuestas 1.240 hombres entre la 3ª División de Neiva y la 5ª División de Vargas, se esperaba la 2ª División al mando del General Andrés Quintero, pero esta no alcanzó a llegar a Neiva sino hasta el 16 de Marzo. La 3ª División de Neiva, formada por 600 hombres y bajo el mando de los generales Ulpiano Manrique y Toribio Rivera, marchaba a la vanguardia, y concurrió al campo del modo siguiente: al ala izquierda el sargento mayor Agustín Gazca y el capitán Justiniano Pérez comandando el Escuadrón Tiradores; el coronel Alejandro Villoría con la mitad del Batallón 3º de Neiva a su cargo, y también hizo presencia parte del Batallón 4º de Neiva, y al centro resto de este Batallón 4º al mando del teniente coronel Silvestre Perdomo y del sargento mayor Cerbeleón Perdomo, y la otra parte del Batallón 3º con su segundo jefe el teniente Pedro Moreno. La 5ª División Vargas, con 640 hombres y comandada por el general Benjamín Sílva y el coronel Julio M. Santander, se distribuyó de la siguiente forma: al lado derecho el Batallón Tequendama comandado por el coronel Juan Morales, y parte del Batallón Reyes, que dirigía el comandante Antonio Vanegas y el sargento mayor Luis Lemonche; en el centro, el Escuadrón Córdoba al mando del comandante José Mazabel y la primera mitad del Batallón Vencedores con su comandante Justo Guerrero; y al costado izquierdo se ubicó la otra parte del Batallón Vencedores con su sargento mayor Jaime Guerrero y el resto del Batallón Reyes. Situadas las fuerzas del gobierno en el llano a lo largo de la quebrada de Rioloro comenzó el ataque con un fuego muy nutrido por ambos bandos sin que pareciera tomar ventaja alguna de ellos. Pasadas las 2 de la tarde, el ala derecha de los revolucionarios repasó el Rioloro y se extendió por las cercas del Peñón, amenazando la ciudad por el este, causando la generalizaron de los disparos en la línea de batalla. La envestida fue resistida por el ejército del gobierno, que respondió con una carga, que logró dividir el costado enemigo y rechazar la cabeza de sus tropas hasta la meseta del Chaparro, donde lo derroto a las 4:30, el resto de revolucionarios fue lanzado al llano de Matamundo, donde desde ese momento quedo limitado el combate. Esto no significa que los revolucionarios hubieran sido débiles, por el contrario, según los informes, estos combatían con bravura en el área del centro, mientras que desde la izquierda con la cobertura que les

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otorgaban las tapias de la vega, disparaban de manera exitosa contra el Batallón Tequendama que no estaba cubierto. Según Nicolás Perdomo, las líneas estaban bastante cerca y al descubierto, tanto que a veces se asestaban golpes de espada, de machete, de puñal entre ambos bandos. El fuego era bastante abundante en los tres puntos, con lo que los jefes y oficiales debieron estimular a las tropas marchando a su cabeza, batiendo con su propia espada a los enemigos, recogiendo el pabellón caído. Tres veces los revolucionarios ganaron terreno, las mismas tres veces fueron obligadas a retroceder. La pequeña guarnición de Neiva compuesta por 150 hombres reforzados por otros del Batallón Sucre del sur llegó hacia las 5 de la tarde comandada por el prefecto de Neiva Aparicio Perdomo, el coronel Arcadio Charry y el comandante Eduardo Suarez, que habiendo evacuado la ciudad el 14 de marzo marchó hasta el Albadán, y cuando el 15 escucho el combate, acudió al campo por la vía Nacional, rompiendo sus fuegos en el sitio de Trapichito. La llegada de la Guarnición Neiva desde el sitio de El Albadán decidió el combate, pues los revolucionarios ya casi sin municiones perdían la espalda frente a dicha guarnición; en estas condiciones, el combate se terminó hacia las 6:30 pm, cuando se los jefes rebeldes ordenaron la retirada por la vía del Caguán al llano, lugar en el que se reunieron hacia las a las 7 pm, desde donde emprendieron la marcha hacia Campoalegre. Las fuerzas liberales quedaron destrozadas, sin municiones e incapaces de combatir, pero no fueron perseguidas a causa de que su enemigo, aunque victorioso también había resultado afectado en la batalla. En palabras de Nicolás Perdomo, poco después de terminado el enfrentamiento: Oyóse el toque de oraciones que daban las campanas de la ciudad y que como un clamor pasó por aquel campo de sangre donde yacían tibios aún más de 300 cadáveres confundidos con 350 heridos. A poco principió la luna á iluminar fantásticamente ese cuadro pavoroso aumentando su desolación los lamentos que alternaban con los victores: los vencidos, mustios y desconcertados huían por el camino del “Caguan” y los enemigos se recogían á la ciudad. Fruto de la victoria fueron 205 prisioneros, entre Jefes, Oficiales y soldados, cuya relación acompaño; 7 banderas, 253 armas de precisión; 54 armas de percusión; varias armas blancas, 4 cajas de municiones, muchos cartuchos sueltos que excedían de 200, una


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Historia Comprehensiva de Neiva caja de dinamita, 3 cornetas, 2 cajas de guerra, muchas caballerías y monturas, algunos documentos y otros efectos.( …) El quebranto del enemigo fue tal que sólo contará en la Provincia con 400 ó 500 hombres desmoralizados por el revés.84

El sangriento combate, fue costoso para ambos bandos, los liberales perdieron en combate a Severiano Poveda, Eusebio Rincón y muchos otros, entre los que se incluye a los generales Francisco Losada y David Tovar que fallecieron por causas naturales, el primero antes del combate y el segundo después. El general Rosas, fue herido en la cabeza, oportunidad que sus detractores no dejaran pasar cuando propagaron luego la idea de que el golpe recibido lo había dejado loco; posteriormente dejará el Tolima para irse al Cauca. En las fuerzas del Gobierno ocurrieron bajas importantes, como la muerte del teniente coronel Silvestre Perdomo, del abanderado del Batallón Tequendama Luis Carlos Botero, del capitán Luis Guarnízo, del abanderado del Batallón Reyes, subteniente Mateus, la del capitán Cifuentes y la del alférez García; también hubo serias heridas, como del general Ulpiano Manrique, la del sargento mayor Cerbeleón Perdomo que recibió mientras empuñaba la bandera de su batallón. Lamenta Nicolás Perdomo la herida de algunos oficiales, afirmando que merecen especial recomendación, ellos son: los miembros de la 5ª División: capitán Víctor Ortega, tenientes; Calletano Moreno, Juan B del Castillo y Marco Ferreira; subtenientes: Rafael Morales, Martín Lobo Guerrero, José P. Vargas y Enrique Rodríguez; de la 3ª División los subtenientes Alfonso Trujillo, Gabriel Behamon y Venancio Correa. Así mismo, además de destacar la valentía de sus oponentes, Nicolás Perdomo señala el valeroso empuje de jefes y oficiales de su bando como Ulpiano Manrique, Benjamín Silva y Toribio Ribera; coroneles como Julio Santander, Juan Morales, Fernando Romero, Alejandro Villoría y Ruperto Durán; Tenientes coroneles como José Mazabel, Justo Guerrero y Luis Moreno; mayores como Luis Lemonche, Jaime Guerrero, Agustín Gazca y Bonifacio Viatela; capitanes como Rafael Riaño, Floresmiro Azuero, Rafael Bermúdez, Peregrino Hurtado

Guerra y política

y Lucio Copete; Tenientes como Francisco Grimaldo y muchos otros, haciendo especial mención de Miguel y Marceliano Ribera por su patriotismo, pues estos últimos a pesar de no ser parte del ejercito, habrían participado en la batalla acompañando a su padre.

Conclusiones

Como hemos podido observar, la guerra no fue ajena a la ciudad de

Neiva, pues sus habitantes y dirigentes participaron activamente la política decimonónica y tomaron rápidamente partido en los momentos que esta devino en guerra; esta participación fue consciente, respondía a intereses regionales y de partido. En este contexto, a pesar de que con excepción de Matamundo la ciudad de Neiva no fue el lugar de las más grandes batallas del país, ni siquiera del Tolima, los habitantes de la ciudad fueron afectados por fenómenos como el reclutamiento, la destrucción de la infraestructura y activos de la ciudad, el temor a la invasión, el miedo la derrota, el abandono, la toma de prisioneros y la muerte, entre muchos otros, y la ciudad misma fue cuartel, albergue y despensa en importantes campañas militares. Anexo 1 Lista de Prisioneros de Matamundo85 * Parcialmente ilegible **Totalmente ilegible Nombre

“Nicolás Perdomo al Ministro de Guerra el 30 de Marzo de 1900 desde el cuartel general de Neiva”, en La Rebelión, Bogotá, n.o 78, abril 18 de 1900. En el anexo número 1el lector encontrará una lista con los prisioneros que relaciona Perdomo.

Lugar de origen

Rango

Aurelio J Martínez

Fómeque

Coronel

David Guzmán Carlos Arenas Jesús Antonio Peláez

Gachetá Bogotá Retiro (Antioquia)

Sargento Mayor Sargento Mayor Sargento Mayor

85 84

565

Lista reconstruida a partir del informe de Nicolas Perdomo en: en La Rebelión, Bogotá, n.o 78. abril 18 de 1900. Hemos respetado la ortografía del documento, que al encontrarse en mal estado, no pudo ser transcrito en su totalidad, quedando algunos datos como “ilegibles”


566

Historia Comprehensiva de Neiva Nombre

Lugar de origen

Rango

Cerbeleón Salazar Moreno Custodio Vargas José Pérez Belisario López O. Oliverio Durán Alejo Romero Emilio Ospina S. Abel María Ceballos Ambrosio Silva Antonio Rojas Eduardo Rodríguez S. Francisco T. Chaparro Natalio Reyes Antonio Pérez Abigaíl Sarmiento Leopoldo Sanabria Manuel A. Saavedra Guillermo Eloy Salas Juan B. Borrás Salomón Ruiz Guillermo Tobar D. Mariano Cárdenas N.

Pandi Barranquilla Bogotá Gigante La Mesa Bogotá Aldea de María Anapoima Anapoima Bogotá Arauca Arauca La Mesa Zipaquirá Fómeque Espinal Neiva Bogotá Guaduas Campoalegre Bogotá

Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Capitán Médico del Ejército Teniente Teniente Teniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente, Abanderado Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente Subteniente

Rogelio Sánchez

Guateque

Roberto Rey Daniel Borrás E. Roberto Soto Roberto Martínez Rafael Antonio Gonzáles Manuel E. Roncancio

Bogotá Bogotá Bogotá Sogamoso Bogotá Bogotá

Justiniano Gómez

Villavicencio

Subteniente, Abanderado

Jenaro Cuvides

Peñalisa

Subteniente

Berando cuenca D. Nicolas Bulla

Tocaima Bogotá

Subteniente Subteniente

Guerra y política Nombre Pastor Silva Julio C. Galindo Rufino Galindo Jesús María Salazar Ovidio Rivera Isaías Reyes Lucas Perdomo Jesús María Vila Benigno Correa Manuel Antonio Cruz Juan Reina Francisco Pinzón Domingo Veheja * Gabriel Piedraita Carlos Franco Gabriel Fernández Eliseo Granados Jenaro Gómez Antonio Lara Gregorio Peralta Domingo Rodríguez Lázaro Luna Julio Becerra Eliseo Olivares Rafael Pinto Feliciano Rodríguez Moisés Pardo Carlos Muñoz Nicolás Garzón Saúl Gonzáles Emeterio Ava Natalio Jimenez Emiliano Castro Patrocinio Morales Froilán Sánchez

567 Lugar de origen Anapoima Fusagasuga Colombia Marinilla Villavieja Purificación Campoalegre Sonsón Bogotá Manizales Bogotá Tunja Pore Bogotá Orocué Marulanda Manzanares Pore Campoalegre Chaparral Chaparral Purificación Manizales Purificación Purificación Ibagué Villavicencio Cartagena Facatativa Aipe Villavicencio Prado La Unión Purificación Girardot

Rango Subteniente Sargento Mayor Coronel Clérigo suelto Clérigo suelto Clérigo suelto Clérigo suelto Clérigo suelto Clérigo suelto Clérigo suelto Sargento 1º Sargento 1º Sargento 1º Sargento 1º Sargento 1º Cabo 1º Cabo 1º Cabo 2º Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado


568

Historia Comprehensiva de Neiva Nombre

Isaías Gómez Aurelio Espinosa Primitivo Barón Manuel Tobar Marcelino Miampira Benicio Sosa Temístocles Roa Clemente Ortiz Francisco Leal Abel García Alcides Espinosa Julio Blanco Lucas Blanco Acisclo Ospina Eusebio Lozano Manuel Barrera Párnulo Castillo Juan Puyo Ceferino Rodríguez Manuel Villamarín Nazario Perdomo Santiago Posada

Lugar de origen

Rango Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado

Saturnino Pérez Manuel Rojas Florentino Pérez

Cáqueza Girardot Ibagué Baraya Tunja Tunja Natagaima Icononzo La Villa del Carmen Cáqueza Anaime Arauca Puerto de Casanare Chaparral Purificación Villavicencio Chaparral Moreno Espinal Guayatal La Unión Manizales Santa Elena de Cuesco Puerto de Casanare Natagaima Campoalegre

César Vargas

Agrado

Soldado

Manuel Antonio Gallego

Rionegro

Soldado

Aristides González Ambrosio García Jesús Triana Cruz Calderón José Dolores Vargas Tomás Flórez

Fusagasugá Neiva Gigante Yaguará Prado Arauca

Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado

Luis E. Granados

Soldado Soldado Soldado Soldado

Guerra y política Nombre

569 Lugar de origen

Rango

Antonio Caicedo Epifanio Sierra Víctor García José Hernández Eduardo Saa* Ilegible Mariano Cla* Francisco Rojas ** ** Trifón Oyuela* Marcelino Godoy Ilegible Agustín Vera Ricaurte Castillo Santos U* Sebastían Tobar Marcelino Marroquín Miguel Tavera Jacinto Burgos Pablo Vásquez Antonio María Cardozo Fidel Lozano Juan Taore Wenceslao Molina Santiago Rodríguez

Chaparral Campoalegre Chipaque Dolores ** ** ** Natagaima ** ** ** Purificación Piedraz Piedraz Neiva Fusagasugá Arauca San Martín Natagaima Campoalegre Arauca Baraya Natagaima Pore Bogotá Mata de Palma

Soldado Soldado Soldado Soldado ** ** ** ** ** ** ** Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado

Andrés Ospina

Chaparral

Soldado

Sixto Torres Leocadío Puentes Juan Góngora Calixto Saavedra Adriano Medina Salomón Tobar Abel Bravo Agustín Orta

Baraya Espinal Espinal Espinal Gigante Neiva Girardot Aipe

Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado


570

Historia Comprehensiva de Neiva Nombre

Adán Méndez Gregorio Martínez Carlos Villalva Emeterio Triana Diego Rincón Antonio Rojas Sinforoso Amaya Sixto Andrade Domingo Amaya Salvador Rubiano Nicolás Ramírez Rafael Céspedes Nicolás Ricardo Joaquín Barrero Germán Martínez Lucio Álvarez Felipe Álvarez Salomón Calderón Rufino Barrera Rafael Leal Pedro Rivera Adán Aldana Miguel Antonio Toro Manuel Cleves Rafael Guzmán Marco Antonio Rojas Deogracias Pascuas Alfredo Cuéllar Enrique Díaz Adriano Hermosa Pedro Luna Ramón Hoyos Avelino Valderrama Laureano Castro Arturo Gutiérrez

Lugar de origen Campoalegre Corozal Campoalegre Gigante Campoalegre Villavieja La Plata Coyaima Baraya Aipe Villavieja Purificación Natagaima Gigante Ortega Neiva Neiva Villavieja Pitalito Dolores Purificación Aipe Gigante Campoalegre Natagaima Neiva Espinal Yaguará Neiva Campoalegre Neiva Neiva Campoalegre Cáqueza Yaguará

Rango Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado

Guerra y política Nombre Juan de Dios Cuenca Miguel Fierro Alberto Piñeres José María Campos Juan Heráclito Carvajal Aparicio Trujillo Felipe López Romualdo Méndez Indalecio Salgado IIsidro Quiros Salvador Perdomo Eustasio Perdomo Eustasio Alvares S. Vicente Pérez Ramón Cabera Ricaurte Andrade Filomeno Gómez Sergio Sánchez Lorenzo Fajardo

571 Lugar de origen Neiva Aldea de María Medina Neiva Arauca Campoalegre Villavieja Baraya Campoalegre Campoalegre Campoalegre Neiva Gigante Gigante Garzón Gigante Gigante Altamira Altamira

Rango Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Teniente Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado Soldado


572

Historia Comprehensiva de Neiva


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