REVISTA HUILA No. 66 Julio - Diciembre de 2015

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Fundada el 22 de mayo de 1910

NEIVA - 2015


DIRECTOR

:

Don Camilo Francisco Salas Ortiz

REDACTOR

:

Don Jairo Ramírez Bahamón

COMITÉ EDITORIAL

:

Don Alvaro León Cabrera Guzmán Don Reynel Salas Vargas Don Fernando Antonio Torres Restrepo

PORTADA

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Desfile con motivo del Cincuentenario del Huila Fotografía: Archivo Academia Huilense de Historia

EDITORA

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Academia Huilense de Historia Centro Cultural y de Convenciones “José Eustasio Rivera Salas” Carrera 5 No. 21-81 Piso 2 – Bloque 2 Telefax 8740147 E-mail: academiahuilensedehistoria@gmail.com

FOTOGRAFÍAS

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Martín Borrero Urbanski Martha Eugenia López Bedoya Archivos Academia Huilense de Historia

ARTES Y DISEÑO EDITORIAL

:

Edgar Avilés Antury Leo Cabrera Guzmán

IMPRESIÓN

:

SERVI-IMPRESOS Tel.: 8756202 Neiva

REVISTA HUILA

:

Órgano de la Academia Huilense de Historia Vol. 15 No. 66 Julio - Diciembre de 2015 Neiva: La Academia 2015

Periodicidad irregular ISSN 0120-8438 DIRECTORES (1956-2015) Jenaro Díaz Jordán, David Rivera Moya, Alvaro Ramírez Vargas, Eduardo Unda Losada, Gilberto Vargas Motta, José Jaime Rodríguez R., Gilberto Vargas Motta, Reynel Salas Vargas, Camilo Francisco Salas Ortiz, Reynel Salas Vargas, Jaime Bravo Motta, Margarita Cuéllar de Rivera, Camilo Francisco Salas Ortiz,

Nos. 1 a 14 (10 fascículos) Nos. 15 a 18 (4 fascículos) Nos. 19 y 20 (2 fascículos) No. 21 No. 22 No. 23 Nos. 24 a 42 (19 fascículos) Nos. 43 a 45 (3 fascículos) Nos. 46 y 47 (2 fascículos) Nos. 48 a 50 (3 fascículos) No. 51 Nos. 52 y 53 (2 fascículos) Nos. 54 a 66 (13 fascículos)

Los artículos publicados en la presente edición son de responsabilidad exclusiva de sus autores. La Dirección.


JUNTA DIRECTIVA PRESIDENTE: VICEPRESIDENTE: SECRETARIA GENERAL: TESORERO: VEEDOR:

Don CAMILO FRANCISCO SALAS ORTIZ Don JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN Doña LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA Don FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO Doña MARÍA ANGÉLICA SUAZA ESPAÑOL

MIEMBROS HONORARIOS Monseñor FROYLÁN CASAS ORTIZ Don GUILLERMO PLAZAS ALCID Don ROBERTO LIÉVANO PERDOMO MIEMBROS EMÉRITOS General JOSÉ JAIME RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ Doña MARGARITA CUÉLLAR DE RIVERA Don DELIMIRO MORENO CALDERÓN Don MISAEL GARCÍA GARCÍA Don JORGE BERMEO ROJAS Don BOLÍVAR SÁNCHEZ VALENCIA Pbro. JAIRO TRUJILLO POLANCO MIEMBROS DE NÚMERO POR ANTIGÜEDAD Doña Don Don Don Don Don Doña Don Don Doña Don Don Don Don Don Doña

MARÍA DE DE LOS ÁNGELES OLAYA LEGUÍZAMO REYNEL SALAS VARGAS CAMILO FRANCISCO SALAS ORTIZ BERNARDO TOVAR ZAMBRANO JORGE ALIRIO RÍOS OSORIO ALFREDO OLAYA AMAYA LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA JAIME BRAVO MOTTA JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN MARTHA CECILIA CEDEÑO PÉREZ ANANÍAS OSORIO VALENZUELA CARLOS EDUARDO AMÉZQUITA PARRA LUIS EDUARDO CORTÉS ORTIZ FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO ALVARO LEÓN CABRERA GUZMÁN MARÍA ANGÉLICA SUAZA ESPAÑOL


Don Don Doña Don Don Don Don Don

GABRIEL CALDERÓN MOLINA ALVARO FALLA ALVIRA MARTHA ISABEL BARRERO GALINDO HUMBERTO MONTEALEGRE SÁNCHEZ ORLANDO MOSQUERA BOTELLO ALEXANDER QUINTERO BONILLA JUAN CARLOS ACEBEDO RESTREPO OLMEDO POLANCO MIEMBROS CORRESPONDIENTES

Doña Doña Doña Doña Don Don Don Don Don

ROCÍO MARTÍNEZ COVALEDA ROCÍO POLANÍA FARFÁN MARTHA EUGENIA LÓPEZ BEDOYA MARIA CLARA IBARRA LOSADA GUSTAVO HERNÁNDEZ ARBELÁEZ PEDRO PABLO TINJACÁ RUÍZ PEDRO TULIO MARÍN SILVA HENRY RUBIANO DAZA HEBERTH VEGA PÉREZ

ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES DE OTRAS CIUDADES Doña Doña Don Don Gral. Gral. Cnel. Pbro. Pbro. Fray Don Don Don Don Don Don Don Don Don

ASCENETH AMAYA DE SEGURA ROSARIO FERNÁNDEZ ALJURE BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ RICARDO MOSQUERA MESA LUIS ALBERTO ANDRADE AMAYA JOSÉ ROBERTO IBÁÑEZ JULIO LONDOÑO PAREDES LUIS CARLOS HERRERA MOLINA S. J. FORTUNATO HERRERA MOLINA S.J. LUIS CARLOS MANTILLA RUÍZ O.F.M. ANTONIO CACUA PRADA HORACIO GÓMEZ ARISTIZABAL CAMILO ORBES MORENO EUGENIO GUTIÉRREZ CELY RODRIGO SILVA VARGAS BENJAMÍN ANTONIO VINASCO AGUDELO FERNANDO MAYORGA GARCÍA RUBÉN ORDOÑEZ ORTEGA RICARDO AYERBE GONZÁLEZ


CONTENIDO PRESENTACIÓN

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HUILA: MONTAÑA LUMINOSA 110 AÑOS CAMILO FRANCISCO SALAS ORTIZ

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EL “HUILA” DE ROJAS GARRIDO, ¿LEYENDA FUNDACIONAL? JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN

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EL PRIMER CINCUENTENARIO REYNEL SALAS VARGAS

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EL GENOCIDIO DE PEÑAS BLANCAS NEIVA 1962 ÁLVARO FALLA ALVIRA

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VIGÍAS DEL PATRIMONIO 15 AÑOS DE COMPROMISO CON LO NUESTRO FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO

91

LA MINERÍA Y LA NACIENTE GANADERÍA EN LA CONQUISTA E INICIOS COLONIALES EN EL ALTO MAGDALENA HUMBERTO MONTEALEGRE SÁNCHEZ

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DELIMIRO MORENO CALDERÓN UNA VIDA DEDICADA A LA HISTORIA DEL HUILA JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN

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DISCURSO DE PRESENTACIÓN DEL LIBRO MÁS DE 5.000 AÑOS DE HISTORIA DELIMIRO MORENO CALDERÓN

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PRENSA CATÓLICA: ANTILIBERALISMO, MORALIZACIÓN Y OPINIÓN PÚBLICA EN EL HUILA. EL CASO DEL SEMANARIO DIOS Y CÉSAR DE GARZÓN (1910-1912) GUSTAVO A. HERNÁNDEZ ARBELÁEZ

147

JOSÉ EUSTASIO RIVERA SALAS LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA

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UNIÓN PATRIÓTICA 30 años de su creación en el Huila EDUARDO GUTIÉRREZ ARIAS

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PRESENTACIÓN Nuestro órgano de divulgación, la “Revista Huila”, arriba a su edición 66, en cincuenta y nueve años de empecinadas labores investigativas, de extensión a la comunidad y de quijotescos esfuerzos económicos. La Academia Huilense de Historia, durante estos años, y a través de este medio, ha logrado poner en evidencia aspectos fundamentales del rico pasado de un Departamento que acaba de cumplir, el 15 de junio, ciento diez años de creado, transitando por diversos imaginarios y tratando asuntos relacionados con la identidad, el territorio y la memoria. Nuestra organización, a sabiendas que la historia es uno de los bienes culturales que conforman la identidad nacional y que, en virtud de tal, forma parte del patrimonio cultural de la Nación bajo la protección del Estado, persiste en la profundización de la historia local y regional, de sus diversidades y problemas, y la comparte con los que hoy habitan el territorio huilense. Conocer el pasado es primordial en la construcción de un futuro menos tenebroso y más acorde con la inteligencia y creatividad del ser humano. El material de la presente edición contiene algunos estudios encaminados a reconocer nuestro pasado como base de la memoria de nuestro Departamento. Entre estos, tenemos: Huila: Montaña Luminosa. 110 años. - El “Huila” de Rojas Garrido, ¿Leyenda funcional?. – El Primer Cincuentenario. – Huila: 110 años de tradición y compromiso. - El genocidio de Peñas Blancas: Neiva 1962. - Más de 5000 años de historia en el Huila. Estos artículos nos pasean por el departamento desde su creación hasta hoy; son reseñas que resaltan el ser cultural del huilense, teniendo como fundamento notas de prensa nacional y local, escritas por eminentes periodistas de la región. Además, encontramos trabajos sobre: Vigías del Patrimonio: 15 años de compromiso con lo nuestro. – La Minería y la naciente ganadería en la conquista e inicios coloniales en el Alto Magdalena. 7


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José Eustasio Rivera Salas: novelista, poeta y dramaturgo. – Delimiro Moreno: una vida dedicada a la historia del Huila. – Prensa católica: Antiliberalismo, moralización y opinión pública en el Huila. – Unión Patriótica: 30 años de su creación en el Huila. Con el decidido apoyo del Gobierno Departamental, que preside el abogado Carlos Mauricio Iriarte Barrios, quien impulsa el programa de gobierno HUILA COMPETITIVO, entregamos, con entusiasmo y renovada fe en el Huila y sus hombres, este número de la “Revista Huila”, para que la memoria permanezca. Neiva, agosto de 2015

DIRECTIVOS DE LA ACADEMIA HUILENSE DE HISTORIA PERÍODO 2015 - 2017 De izquierda a derecha: Jairo Ramírez Bahamón, Vicepresidente; Camilo Francisco Salas Ortiz, Presidente; Fernando Antonio Torres Restrepo, Tesorero; Luz Marina Canencio de Ibarra, Secretaria General; María Angélica Suaza Español, Veedora. 8


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HUILA: MONTAÑA LUMINOSA 110 AÑOS Camilo Francisco Salas Ortiz Miembro Numerario Academia Huilense de Historia NOMBRE: El significado de la palabra HUILA es definido de modo distinto por diferentes autores. El más aceptado es del profesor Gerardo Reichel Dolmatoff quien asegura que es de origen indígena y que quiere decir anaranjado. En lengua Páez: Montaña Luminosa. Lo cierto es que el Huila debe su nombre a la más alta cumbre Andina (5.750 msnm), el Nevado del Huila, que desde el occidente domina todo el territorio.1

NOCIONES HISTÓRICAS: El departamento del Huila está constituido por el territorio que acunan las cordilleras oriental y central, desde el Macizo Colombiano en el sur, hasta los ríos Patá y Cabrera por el norte, formando un cuenco que riega por el centro el río Magdalena. En el recorrido abre un creciente valle con extensas llanuras dedicadas a la ganadería de doble propósito y a la agricultura mecanizada, a gran escala como el arroz, el algodón y el tabaco. Las partes altas, las de ladera, se dedican al cultivo del café, cacao y productos tradicionales para 1

SALAS ORTIZ, Camilo Francisco. Huila: Montaña Luminosa. Neiva. Caliche Impresores. 2000. p.13.

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la alimentación como plátano, yuca, fríjol, maíz, frutales y algunas hortalizas. Antes de la llegada de los españoles este territorio fue habitado por gentes laboriosas que aprovechaban los bienes de la naturaleza para subsistir sin descomponerla, como lo indica su pasado prehistórico.

ERA PREHISTÓRICA: El tiempo comprendido entre las primeras noticias de habitantes en este territorio y la llegada de los españoles se puede dividir en tres períodos: Formativo, Clásico Regional y Reciente. Durante el Período Formativo, el cual va hasta el siglo I a. de C., el territorio del actual departamento del Huila estaba integrado a una amplia región que incluía, parte del también hoy departamento del Tolima y buena porción de la Amazonia. El período siguiente, el Clásico Regional, se prolongó hasta el siglo VIII; Hombre de Tesalia Museo Arqueológico durante él se desarrolló la cultura San Agustín, de Neiva (Uyumbe) de cuyo grado de desarrollo nos habla aún la sorprendente estatuaria de los Parques Arqueológicos de San Agustín e Isnos, los hallazgos de Saladoblanco y La Argentina y los interesantes estudios de científicos que han localizado la frontera social de dicha cultura más abajo del municipio de Garzón.2 AI norte, la presencia aborigen quedó manifiesta en la Cultura del Valle Alto del Río Cabrera, llamada comúnmente Santana, y expresada en significativas obras de piedra y cerámica que pueden apreciarse en el remodelado Museo que poseen. El Período Reciente, comprende entre el siglo VIII y la llegada de los españoles. Lamentablemente los planteamientos sobre la frontera cultural entre Yalcones, Paeces y Pijaos, posibles primitivos pobladores de nuestro departamento, es 2

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DUQUE GÓMEZ, Luis. San Agustín. Un mundo inmerso en la naturaleza. Cronología. En Historia General del Huila. Volumen 1. Bogotá. Panamericana, Formas e Impresos S.A. 1995. p. 125 ss.


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una hipótesis que aún no ha sido investigada por los arqueólogos3. Según estudios adelantados, los aborígenes del sur y centro del Huila, construyeron viviendas circulares, terrazas artificiales y redes de canales, recolectores de agua para desecar los terrenos en los que cultivaron maíz, maní y fríjol y además recogieron raíces y frutos, como el nogal. Además de la agricultura, los nativos se ocuparon de la minería, los tejidos, la alfarería y el comercio, respetando el orden ecológico de la naturaleza.

CONQUISTA Y RESISTENCIA INDÍGENA Los españoles llegaron a éste territorio por el sur bajo la comandancia de Sebastián de Belalcázar, quien había participado de la conquista del Perú al lado de Pizarro y fundado las ciudades de Quito y Popayán. Poco antes de su llegada, como se lo expresaron al Adelantado los indígenas del norte del valle del Alto Magdalena, el territorio había sido reconocido por Gonzalo Jiménez de Quesada, quien a consecuencia del mal suceso experimentado durante la expedición bautizó esta ardiente llanura con el nombre de Valle de las Tristezas. Como resultado de la incursión de reconocimiento efectuada por Belalcázar, éste ordenó al Capitán Pedro de Añasco fundar Tímaná, orden que cumplió el 18 de diciembre de 1538, localizando la villa en la zona de influencia del más grande núcleo poblacional aborigen: dieciséis mil indígenas según los Cronistas. Del mismo modo, mandó al Capitán Juan de Cabrera que sentara las bases de una nueva ciudad en la parte media del valle recorrido, lo que en efecto sucedió el 8 de diciembre de 1539, dando origen a Neiva por primera vez. La conquista del territorio huilense se circunscribió inicialmente al sur, pues, Neiva debió ser abandonada pronto ante la urgencia de defender Timaná de los continuos ataques de los aborígenes. Estos 3

LLANOS VARGAS, Héctor. El Huila Prehispánico. En Historia General del Huila. Volumen 1. Bogotá. Panamericana Formas e Impresos S.A. 1995, p. 89 ss.

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intentaron en varias ocasiones su destrucción. De ahí que tan solo cuando la resistencia directa y bélica fue dominada, se volvió a la tarea sistemática de dominio de otras regiones como la del norte, mediante la segunda fundación de Neiva por don Juan de Alonso el 18 de agosto de 1550, y la del occidente a través del establecimiento de San Sebastián de La Plata, por primera vez en 1551 (24 de agosto), junto a tas ricas minas del metal, por el Capitán Sebastián Quintero, y bajo las órdenes de la Real Audiencia.4 La primera reacción del aborigen ante el invasor fue de expectativa y temor, y luego de curiosidad y hasta de amistad en algunos casos. Sin embargo, cuando el peninsular distribuyó al nativo en encomiendas, cuando lo hizo siervo tributario suyo y le impuso pesadas leyes, la pacífica y recelosa hospitalidad se tornó en guerra total para arrojar de su suelo al intruso. Con el empleo de la mano de obra nativa el hombre blanco estableció haciendas y explotó minas en forma irracional, lo cual dio como resultado el agotamiento de los nativos, quienes se debilitaron por el trabajo, por las nuevas enfermedades que surgieron y por los constantes enfrentamientos que sostuvieron contra el invasor. Sin embargo, su sangre se unió a la del español y originó un tipo racial que permanece vigente en nuestro medio. Su lucha se incorporó a los valores de la raza, simbolizando hoy la imagen de una mujer que recibió el nombre de La Gaitana. A pesar de lo que pueda pensarse, el español no logró adueñarse del territorio en forma fácil; por el contrario, los aborígenes se asociaron y lucharon ferozmente contra el usurpador animados por la Cacica Gaitana. Su lucha, aunque no fructificó finalmente y contribuyó a su reducción numérica, perduró a través de dos siglos como expresión constante de resistencia contra el invasor y caracterizó al huilense como amigo y defensor de la libertad. Las tres fundaciones que origina la conquista del territorio huilense responden a tres motivos comunes en el ambiente continental americano de la época. Tímaná es la posibilidad de la explotación de 4

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SALAS VARGAS, Reynel. Conquista y Colonia en Neiva. Neiva al Filo del Milenio. Bogotá. Editorial Kimpres Ltda. Concejo de Neiva. 1992. P 19 ss.


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la tierra y el tributo, gracias a la abundante población y a la calidad del terreno. Neiva es fundamental para el viajero que recorre el camino de Popayán a Santafé y para delimitar los terrenos de una entidad gubernativa que prolonga el poder de Popayán hacia el oriente venciendo la cordillera Central. Por último, San Sebastián de La Plata es la opción de la prometedora explotación de las riquezas minerales que ambiciona el conquistador y espera la Corona. En virtud de lo anterior, y como consecuencia de sucesos posteriores, cada una de las ciudades mencionadas tendrá un desarrollo político y social diferente. Así, Timaná recibió et título de Villa y se fundó con linajudos descendientes de españoles, cuyas familias de encomenderos, como las de Bernardino Calderón y Fernández, Ambrosio de Salazar, Antonio de Rojas Losada y Juan de Cuéllar, permanecieron ligadas a las de Popayán y desarrollaron esa cultura propia basada en et reconocimiento de la pureza de la sangre y en el prestigio que da el poder político, la posesión de la tierra, la cercanía a los poderes y beneficios de la Iglesia y la obsecuente servidumbre de los criados y peones. San Sebastián de La Plata, designada ciudad, se asemejará bastante a Timaná, aunque dependerá de ella. Neiva, a su turno, destruida por segunda vez en 1569 por los Pijaos, surgirá de nuevo y en forma definitiva con el título de ciudad, el 24 de mayo de 1612. En su origen se hallará lo que más tarde se llamaría un proyecto agropecuario, ejecutado al amparo de la política gubernamental del Presidente Juan de Borja. El proceso de reconocimiento y conquista termina con la creación, en 1610, de la Provincia de Neiva, cuyos límites están comprendidos entre el Río Saldaña en el norte y el Macizo Colombiano en el sur. Bajo su jurisdicción se colocaron la Villa de Timaná y las Ciudades de La Plata y Neiva.5

COLONIA La larga siesta colonial con que algunos historiadores han definido lo experimentado por nuestros pueblos durante los años comprendidos 5

SALAS VARGAS. Op. cit. p.22 ss.

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entre la consolidación de la conquista y el principio de la independencia no tiene vigencia en el territorio huilense. Por el contrario, la vida de sus gentes en Timaná, La Plata y Neiva estaba cruzada por los efectos de las competencias civiles y eclesiásticas de sus respectivas autoridades y por la reacción de los gobernados. Con la erección de la Provincia del Valle de Neiva, cuyo gobierno se entregó a Don Diego de Ospina y Medinilla y a dos generaciones suyas, inicialmente, se inauguró un nuevo período político en la región. Don Diego y sus descendientes, en uso de sus atribuciones, repartieron las tierras del actual departamento entre sus Capitanes y seguidores y legalizaron la posesión de los antiguos propietarios, residentes estos últimos, por lo general, en Timaná y Santafé.

Diego de Ospina Foto: Martín Borrero

En 1679, en cumplimiento de una Cédula Real que ordenaba la composición de tierras con el fin de precisar títulos de propiedad y de obtener recursos para la Armada Real Española, se calificó que cerca del 60% del territorio estaba repartido entre 67 propietarios, cifra que habla de la presencia de un grupo social privilegiado que influirá notoriamente en los aconteceres públicos de la región.

Diego de Ospina y Medinilla era oriundo de Remedios, en el actual departamento de Antioquia, y se dedicaba a la minería al igual que su familia. Juzgado por haber esclavizado indígenas de la región Sur del Tolima para llevarlos a las minas, negoció su pena ofreciendo al Presidente Juan de Borja un contingente de soldados para luchar bajo su mando contra los Pijaos; vencedor en estas justas fue nombrado Gobernador de la Provincia en 1611 y en tal calidad impulsó el desarrollo de la ganadería, la agricultura y el comercio produciendo panela y además destilando licores, apoyándose en la mano de obra de los indios Tamas, traídos de las vegas del rio Caguán, en el Caquetá. Lo producido en estas tierras era vendido en los mercados de Santafé y Popayán, ciudades que se unían por un activo camino que atravesaba al Huila desde La Plata hasta Villavieja. 14


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Los habitantes de estas Provincias generalmente se mantuvieron aisladas en su territorio, resguardadas por altas cordilleras y por calurosas y extensas llanuras, excepto por los contactos comerciales que se originaban en la producción de ganado, aguardiente, panela y cacao, principalmente, y por las comunicaciones con los centros de poder en motivos administrativos, políticos y religiosos. Además, las gentes de la Provincia asistieron a diferentes protestas, originadas por diversas causas y con variada intensidad. A pesar de no corresponder al período señalado, es preciso reseñar que en 1553 Alvaro de Oyón, con cien soldados, asaltó a San Sebastián de La Plata dando muerte a su fundador y a otras importantes personalidades. Igual sucedió con Timaná donde, además de robar a la población, sustrajo las arcas del Cabildo. De la misma manera procedió con Neiva. Por parte de los aborígenes la resistencia se expresó en forma violenta una vez más, como lo señala un informe de 1656, según el cual los Andaquíes destruyeron, por esos días Simancas, asaltaron Laboyos, Cálamo, El Hato de Las Juntas, El Hato de Picuma y merodearon por El Tobo y Cozansa creando la intranquilidad. Durante este período surgieron unos pequeños poblados con base en los indígenas que se agrupaban para recibir el adoctrinamiento religioso y un trozo de tierra donde subsistir. Esos poblados son: Caguán, Otás, Hobo, Teruel, Iquira, Nátaga, Pital, La Jagua, Naranjal y San Antonio de Anaconia. Posteriormente, y en la medida que los descendientes de los españoles fueron mejorando la tierra y la economía se crearon nuevas poblaciones. Así, después de la década del 30 del siglo XVIII fueron apareciendo muy cerca de las vegas cacaoteras los actuales municipios de Yaguará (1734), Aipe (1741), Agrado (1753), Paicol (1755), Tesalia (1772),Gigante (1782), Garzón (1783), Tarquí (1787), Suaza (1788) y Altamira (1794). Poco después, Guadalupe (1807), Campoalegre (1809) y Tello (1811). Terminaba así un momento de significativo crecimiento y progreso, amparado en la dinámica comercial de las reformas Borbónicas. 15


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Las apreciaciones de injusticia también originaron protestas como la registrada en Neiva en julio de 1777 encabezada por Juan Ascencio Perdomo. Este, cansado de la persecución de que fuera objeto por parte de Miguel Ramírez, su acusador, decidió obligar al Gobernador a firmar algunos acuerdos en el Templo, ante el Santísimo, so pena de expulsarlo de la ciudad, solitario, en una balsa río abajo. En estas mismas circunstancias, en 1781, las poblaciones de Aipe, Villavieja, Fortalecillas, El Caguán, Piravante y Neiva se conmovieron con la revuelta Comunera que generó aquí sus propios conflictos, además de la destrucción de estancos y alambiques, la muerte del Gobernador Policarpo Fernández y del Comunero Toribio Zapata. El levantamiento en la Provincia de Neiva se caracterizó por implicar, como líderes, a gentes de prestancia local, como los Charres de Aipe. El ambiente político colonial de la Provincia registrará profundos cambios a partir de la segunda mitad del Siglo XVIII. Uno de los principales efectos será la desmembración de la Villa de Timaná y la consecuente pérdida de su trascendencia local como resultado del surgimiento, en poco tiempo, de siete parroquias. Igual sucederá en el norte del Huila, aunque sin afectar a Neiva. En estas condiciones se formó un hombre Los años de la Colonia habían avanzado lentamente, consolidando la nueva realidad del mundo descubierto, en la misma medida en que España y Europa eran alcanzadas por los cambios sociales, económicos y políticos. Las medidas adoptadas por la Corona a partir del reinado de los Borbones, dejaron ver las inconsistencias existentes en las relaciones que sostenía España con sus Colonias Americanas, lo cual provocó el conflicto independentista que se libró a principios del siglo XIX, del que no estuvo ausente la Provincia de Neiva.6

INDEPENDENCIA Hacia finales del siglo XVIII llegaron a la Nueva Granada y por tanto a nuestra tierra personas procedentes de la Península para dedicarse 6

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Ibid. p. 34 y ss.


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al comercio y a la administración pública, a través de la compra de impuestos y alcabalas. Ellos se unieron a nuestra sociedad y adquirieron importantes posesiones como las famosas haciendas de La Manga y La Manguita. Además, establecieron entre otros, lazos de amistad y de negocio con distinguidas personalidades de Santafé. Por eso, cuando el Cabildo de Santafé de Bogotá declaró la independencia, el 20 de julio de 1810, bajo el animoso verbo de José Acevedo y Gómez, un grupo de residentes en Neiva, amigos del Tribuno del Pueblo, por vínculos de negocios, hicieron lo propio en esta ciudad el 27 del mismo mes y año; los López, los Salas, los Díaz y los Tellos, entre otros, iniciaban dicho proceso de libertad siguiendo a sus socios de la Capital del Virreinato. La causa de la independencia, que recogió el malestar de algún sector de la población que ya se había manifestado durante el alzamiento de los Comuneros en 1781, de cuyos dirigentes se recuerda a Toribio Zapata, Pedro León Perdomo, Gerardo Cardozo, Jacinto Rojas, Vicente Navas, Pascual Castañeda, Salvador Herrera, Francisco Navas González, Cristóbal Rodríguez, y las matronas Manuela Olaya de Charres, Juana Gutiérrez de Celis y Ventura Celis, comprometió a la Provincia de Neiva y a sus hombres en un largo proceso de sangre y dolor. En nombre de la libertad, el Consejo Revisor Electoral de Neiva, declaró la Independencia Absoluta en la Provincia de Neiva, el 8 de febrero de 1814; fueron firmantes del Acta: don Diego Miguel Dussán, Miguel María Ortíz y Durán, Manuel Tello, José Antonio Amézquita, Nicolás de Pombo, José Manuel de Silva, José Rafael Cabrera y Francisco Ramón Parra. En las Campañas Libertadoras del Sur: 1811-1816, los huilenses tuvieron acciones intrépidas. Después del movimiento del 27 de julio de 1810, los patriotas decidieron organizar un ejército regular para la defensa de su causa. El brigadier José Díaz y el párroco de La Plata, doctor Andrés Ordóñez, organizan sus guerrillas las que, incorporadas, se enfrentan a las fuerzas realistas comandadas por Miguel Tacón, gobernador de 17


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Popayán en el año de 1811; en los sitios de Inzá, Paniquitá y Silvia logran hacer prisioneros 16 enemigos, se aprovisionan de armas y municiones. Fueron estos encuentros el bautismo de la República y fueron los huilenses los primeros en regar con su sangre el suelo de Colombia Independiente. Nuestros soldados se incorporaron al Ejército Republicano e hicieron gala de su coraje al mando de Antonio Nariño, representante de los Centralistas, en la Campaña del Sur en 1813 y de Antonio Baraya y José María Cabal en las batallas de Alto Palacé, Calibío, Popayán, Cebollas, Tacines y Ejidos de Pasto en donde tuvieron que saborear el cruel acíbar de la derrota. En 1815 se expidió la Constitución Federal de la Provincia. Luego, viene la época del terror desatada por el mal llamado “El Pacificador” Pablo Morillo. En la plaza principal de Neiva fueron sacrificados el 18 de septiembre de 1816 el brigadier José J. Díaz, los coroneles Benito y Fernando Salas Vargas, el teniente coronel Francisco López, el capitán José María López, el doctor Luis Jorge García, y el teniente Nicolás Monsalve. El 7 de octubre del mismo año fue sacrificado el coronel Manuel Ascencio Tello; además fueron desterrados, el cura y vicario de Neiva doctor José Antonio de Rueda, la familia de los Salas y el niño de nombre José Antonio Solano, quien después sirvió a la patria y alcanzó el grado de capitán. También la mujer huilense, con admirable vocación de heroína, afrontó con altivez e hidalguía todas las vicisitudes de la vida; ni la muerte ni el sufrimiento la arredra cuando de cumplir sus deberes para con Dios y para con la Patria se trata. Juana Casanova de Díaz, Juana López de Salas, Feliciana Torrente de Salas, María Josefa Salas de Tello, María de los Ángeles Vivas de López y Juana Salas de López son nombres que la historia recoge con sacrosanta devoción; ellas entregaron sus esposos a la república y aceptaron valerosas su destierro y el de sus hijos. Y qué decir de las heroínas Neivanas, Rosaura Rivera, Dolores Salas, Marta Tello, Antonia Moreno y Mercedes Loaiza, quienes ofrendaron sus preciosas vidas en el altar de la Patria entre 1816 y 1817, bajo la furia del Pacificador Morillo. 18


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Con sobrada razón expresa el Libertador Bolívar refiriéndose a Neiva: “Allí no perecerá el sentimiento de independencia por más que Morillo y sus esbirros asesinen a los patriotas.” Posteriormente, los soldados huilenses acompañaron a Bolívar en la Campaña del Sur y con el Libertador fueron hasta el Perú y Bolivia, cubriéndose de gloria y honor. 7

LA REPÚBLICA Luego de sellada la libertad de Colombia, la siguiente ha sido la evolución administrativa del hoy departamento del Huila: El 17 de diciembre de 1819, la Ley Constitutiva de la República de Colombia la dividía en tres grandes Departamentos: Venezuela, Quito y Cundinamarca, anexada a éste último la Provincia de Neiva. La ley 25 de junio de 1824 determinaba la división territorial del Departamento de Cundinamarca en Cantones; en mayo del siguiente año el general Francisco de Paula Santander fija en cinco Cantones la Provincia de Neiva, a saber: Purificación, Villavieja, Neiva, Timaná y La Plata. Al desmembrarse la Gran Colombia, la Ley Fundamental de 1831 dividió la República en 18 Provincias, una de ellas la de Neiva. En 1857 se crean los Estados Federales de Cauca y Cundinamarca, formado éste por las Provincias de Mariquita y Neiva. En 1861 nace el Estado Federal del Tolima, segregándole a Cundinamarca las Provincias de Mariquita y Neiva. En el año de 1869 el Estado del Tolima se divide en dos secciones: el Departamento del Norte y el Departamento del Sur; dos años más tarde se fracciona en tres: el Departamento del Norte, el del Medio y el del Sur. La Constitución Nacional de 1886, divide el Departamento del Sur, en los Departamentos de Neiva y del Sur que tomaron el nombre de Provincias. Por fin, en el año de 1905, bajo la presidencia del general Rafael Reyes, es sancionada la Ley 46 que da vida propia jurídicamente al departamento del Huila.8 7

SALAS ORTIZ. Op. cit. p.20 y ss.

8

Ibid. p. 23 y ss.

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ESTRUCTURAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA PROVINCIA El nuevo orden político de la república no modificó las estructuras económicas y sociales de la Provincia. Las grandes haciendas productoras de ganado y la agricultura básica, continuaron siendo la expresión de la actividad regional. El comercio muy reducido, seguía practicándose por la vía central constituida por el camino real que unía a Quito con Santafé y que - estaba impulsado por una producción artesanal, especialmente de sombreros suaza y de pindo. En la primera mitad del siglo XIX, el territorio que hoy conforma el departamento ya presentaba un perfil consolidado de ocupación demográfica, de sur a norte. Los flujos migratorios en el territorio huilense en su doble función, emigración e inmigración, fueron motivados por factores económicos, por apertura de vías y por situaciones de alteración de orden público. El cultivo del cacao, como actividad económicamente productiva, se constituyó en la dinámica de las poblaciones surgidas a finales del siglo XVIII. Neiva se fortaleció en su papel jerárquico de centro de acopio por su localización de puerto sobre el río Magdalena e indispensable para el intercambio comercial hacia Honda, Mompós y, finalmente, a Cartagena y Barranquilla, y recibir, a través del mismo recorrido, los productos importados para la distribución en las diferentes localidades. La frontera agrícola se amplió al surgir la explotación de la quina entre 1850 y 1875. Por tal razón la colonización de tierras en el oriente y el suroriente, fortaleció a las poblaciones comprendidas dentro de las áreas del Macizo Colombiano y la cordillera Central. La producción de quina se comercializaba a través de Neiva. Con la disminución de la producción de quina, el proceso de explotación y comercialización del caucho se consolidó entre los años de 1875 y 1905. Sirvió para dinamizar los asentamientos de la franja oriental del departamento, anteriormente vinculados al proceso de explotación de la quina. Para la comercialización del caucho se utilizó la infraestructura de caminos que se abrieron para la explotación de 20


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la quina y que comunicaban al Meta y Caquetá con Neiva, donde funcionaban siete casas comerciales, y de allí al exterior. En los frentes de colonización de Colombia a Algeciras y de Gigante a Acevedo, la ampliación de la frontera agrícola generó conflictos de tenencia de tierras en ambos flancos de la cordillera Oriental, puesto que los colonos establecieron sus cultivos de subsistencia en las cercanías a los latifundios, ante lo cual la reacción de los propietarios no se hizo esperar.9 La segunda mitad del siglo XIX es rica en acontecimientos para el actual departamento del Huila, que ya contaba con el Colegio Santa Librada, 1849, centro de formación humana para su gente y líderes. La idea de construir una escuela pública que respondiera por la formación de personas capaces de reconocerse como ciudadanos y como miembros activos de una institucionalidad civil, rondó en la mente de varios gobernantes de la región, durante buena parte del siglo XIX. Dicha idea cobró mayor fuerza durante la vigencia del Estado Soberano del Tolima (1863-1885), pues los gobiernos de los últimos diez años de dicho período, más cercanos al radicalismo liberal, enfilaron sus esfuerzos no solo hacia la construcción de la escuela pública, sino también y con especial énfasis hacia una escuela laica - sin relaciones ni ataduras con el poder eclesiástico. Pero aquellos gobiernos impulsaron con tal vehemencia su proyecto laico que alertaron e hicieron que se levantara en su contra la más abierta oposición por parte de los poderes locales, el gamonalismo y sectores importantes del clero. Estas fuerzas opositoras supieron aprovechar la guerra de 1885, encaminada a derrocar al gobierno de los radicales, para aplastar, al mismo tiempo, el proyecto de escuela laica que se venía construyendo.10

9

RUÍZ ULLOA, Jorge Armando. La Ciudad. La pequeña población y el campo. En Historia General del Huila. Volumen 4. Bogotá. Panamericana, Formas e Impresos S.A. 1995. p.127 ss.

10

RAMÍREZ BAHAMÓN, Jairo. Historia Social de una Utopía Escolar. Neiva. USCO Academia Huilense del Historia. 1995.

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ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA En primer lugar, debe recordarse que este territorio pasó a formar parte del Estado Soberano del Tolima en 1861, cuando antes había sido integrante del gran departamento de Cundinamarca. La época histórica más brillante vivida por los actuales departamentos del Tolima y el Huila fue la federal, cuando estuvieron unidos políticamente como lo exigía, además, su unidad social, económica, étnica y geográfica, formando el Estado Soberano del Tolima, de 1861 a 1886. Durante esos 25 años de fructífera unidad, el Tolima (hoy llamado “grande” aunque nunca recibió oficialmente semejante título) se convirtió en el Estado “modelo” de la nación y el mismo don Rafael Núñez lo consideraba “ejemplar” según tuvo oportunidad de expresarlo a sus gobernantes cuando ellos no militaban en su propio grupo político, el liberal independiente, pues eran radicales. El Tolima en la época federal, desbordaba de su seno las grandes inteligencias, los grandes caracteres y, sobre todo, los grandes luchadores de la libertad. Su importancia se medía, además, por el hecho de que sus puertos y su río eran la llave de la comunicación entre la Capital de la República y los estados del Norte, por un lado, y los del Sur, por el otro; sus productos, el tabaco, el cacao, la quina, el caucho y el añil, eran la base de la economía exportadora nacional, transportados por vapores y champanes por el río Magdalena, que nace en su territorio, hasta el Mar Caribe; sus poblaciones y puertos, Gigante, Neiva, Guamo, Purificación, Ambalema, Honda, El Espinal, Ibagué, varias de las cuales fueron sus capitales en un momento dado aunque la mayor parte del tiempo lo fue aquella que se encontraba en su centro geográfico y tenía una mayor estructura cívica, Neiva, disputaban entre sí la primacía y eran activos centros comerciales. Posteriormente, al cerrarse los mercados internacionales, Neiva perdió la primacía frente a Ibagué; siendo, además, los radicales liberales derrotados por los seguidores de Núñez, lo cual permitió la 22


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consolidación en los sectores conservadores y la economía de esta parte de la república torna a encerrarse en los límites de su territorio para autoabastecerse, principalmente.11 Luego del auge de la quina siguió el del caucho y, aunque éste no se explotó intensamente en el Huila por no ser abundante, varias de sus localidades se convirtieron en avanzadas estratégicas para adelantar una explotación sistemática en las selvas del Caquetá y Meta. Las consecuencias sociales son expresadas en el surgimiento de poblaciones como Colombia, Baraya, Algeciras y Acevedo y núcleos humanos como Saladoblanco y Oporapa. La apropiación de las tierras comunales y de los resguardos, la división de la población en bandos políticos irreconciliables, la fiebre de la quina y del caucho que todo lo transformó y un mercado internacional desactivado al final, pueden ser los elementos más característicos del siglo XIX.12

ERECCIÓN DE LA DIÓCESIS DEL TOLIMA El Huila siguió formando parte del departamento del Tolima después de la Constitución de 1886, El 30 de agosto de 1894, su Santidad León XIII erigió la Diócesis del Tolima, desmembrándola de la Arquidiócesis de Bogotá y de la Diócesis de Popayán, teniendo por sede a la ciudad de Neiva. El 18 de marzo de 1895 fue preconizado como su primer Obispo el doctor Esteban Rojas Tobar. Seis Esteban Rojas Tobar años, no más, duró la Diócesis del Tolima.13 Obispo Foto: Archivo Academia Huilense de Historia

11

MORENO CALDERÓN, Delimiro. Estado Soberano del Tolima. Personajes en su historia. Neiva. Talleres Litográficos I.H.C. 1995. p.5 ss.

12

SALAS VARGAS. Op. cit. p.42 ss.

13

VARGAS MOTTA. Gilberto. La Iglesia Huilense. Historia General del Huila. Volumen 5. Bogotá. Panamericana, Formas e Impresos S.A. 1995. p.321 ss.

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CREACIÓN DE LAS DIÓCESIS DE IBAGUÉ Y GARZÓN El 20 de mayo de 1900 fueron creadas las Diócesis de Ibagué y Garzón. Monseñor Rojas Tobar las gobernó ambas, la de Garzón como Obispo propio y la de Ibagué como Administrador Apostólico. Así prosiguió este gobierno eclesiástico hasta el 28 de agosto de 1903 cuando Monseñor Ismael Perdomo Borrero recibió la Diócesis de Ibagué. Como primer Obispo de Garzón, Monseñor Esteban Rojas Tobar, procedió a marcar los límites de la nueva jurisdicción, los mismos que sirvieron a la Asamblea Nacional Constituyente para definir el territorio del departamento del Huila en 1905. Además de la tarea sacerdotal dirigida a afianzar la religión católica, Monseñor Rojas se empeñó en la fundación de colegios como el San Luis Gonzaga de la Mesa de Elías en 1893, el Seminario de Garzón 1895 y La Presentación en Timaná, Pitalito, Agrado y Garzón, para ofrecer educación a las nuevas generaciones de varones y mujeres y crear un prototipo de hombre-líder que influyera profundamente en el devenir del Huila. Por su parte, entre los periódicos editados como fruto de la acción episcopal de Rojas Tobar se destacan: El Bien Social, Dios y César, La Lid, El Símbolo y El Hortelano. A través de sus páginas se lucha contra las ideas ateas, contra la modernización entendida como sinónimo de carencia de valores, se impulsaron los principios religiosos referidos a la educación y el conservatismo, e hicieron la defensa de los intereses de la religión y la patria. A su vez, los liberales lucharán contra el poder político y social del Prelado, utilizando también los periódicos y la sátira verbal aguda y virulenta. Los terribles efectos de la guerra de los Mil Días, suceso en el cual tomaron parte activa las gentes del departamento se podía observar en la pobreza y el atraso generalizado.14

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SALAS ORTIZ. Op. cit. p. 28 s.


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CELEBRACIONES DEPARTAMENTALES

1.-CINCUENTA AÑOS DE VIDA INSTITUCIONAL

Celebración Cincuentenario del Departamento. Fotografía: Archivo Academia Huilense de Historia

Los cincuenta años del Departamento del Huila se celebraron en medio de la violencia partidista que amenazaba la institucionalidad del país. Los odios entre conservadores y liberales, habitantes todos de esta misma región, habían minado la confianza entre los paisanos, y la llegada masiva al Huila de migrantes procedentes del Tolima, Cundinamarca, Boyacá, norte del Valle, e incluso los Santanderes se veía como una amenaza contra la tradicional cultura huilense. En estas circunstancias, el gobierno seccional encontraba lógico realizar dos acciones fundamentales, aprovechando la importante celebración. Dichas acciones eran: fortalecer la institucionalidad y fundamentar la identidad. 25


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Para la época del cincuentenario el gobierno estaba en manos del ejército, en virtud del golpe militar de Rojas Pinilla. Para granjearse el respeto y la confianza ciudadanos, el Jefe Civil y Militar del Departamento del Huila, Coronel Gilberto Montoya Gaviria, aprovechó la oportunidad y realizó una obra de infraestructura física en cada municipio: escuelas, puentes, escuelas de artes, avenidas, centros de salud, parques infantiles, fueron construcciones de la gobernación para que quedara plasmado el nombre del cincuentenario en la memoria popular y con él la eficiencia y responsabilidad del gobierno militar. Atendiendo al segundo objetivo, además de los festejos propiamente dichos, que se realizaron en la capital del Departamento como en cada una de sus localidades (31 en aquel entonces), la gobernación publicó dos revistas de gran formato, una de ellas en castellano e inglés. Las publicaciones tenían como objeto mostrar el grado de avance en que se hallaba el Departamento en materia de vías, agroindustria y economía agropecuaria, así como paisajes e imágenes típicas de la mujer huilense y de la cultura del Huila.

Panorámica de Neiva - 1955 Fotografía: Archivo Academia Huilense de Historia 26


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Así las cosas, la celebración del cincuentenario del Departamento se constituyó en una oportunidad para jalonar el progreso del Huila a través de la construcción de edificios y obras de ingeniería que resultaran importantes, pues el momento se creía coyuntural para dinamizar su desarrollo. Igualmente, fue la ocasión para profundizar y consolidar la visión del Huila como pueblo, como raza, como cultura, creada como respuesta al peligro que entrañaban las manifestaciones culturales foráneas que traían los migrantes y que se extendían rápidamente por toda la zona rural, a partir de los 1.300 metros sobre el nivel del mar en adelante. Este propósito complementaba los esfuerzos que un sector de la intelectualidad venía haciendo desde principio de los años cincuenta, cuando bajo los mismos postulados se crearon, desde la Dirección de Educación, el Conservatorio Departamental, la Biblioteca Departamental, el Primer Salón de Artistas Huilenses y el Fondo de Autores Huilenses. A estos ideales de concebir como una realidad la cultura huilense corresponden otras acciones realizadas durante la primera mitad de los años cincuenta, como la institucionalización del Escudo y la Bandera del Departamento, y la aceptación general; que no oficial, de la canción “Alma del Huila” como representativa de la región, razón por la cual se entonó en todos los establecimientos públicos escolares como himno. Posteriormente, bajo este mismo espíritu huilensista, se restableció la Academia Huilense de Historia (1956), se creó la Villa Olímpica La Gaitana, en donde hoy queda el complejo deportivo de esta ciudad y se oficializó el Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco.

2.

SETENTA Y CINCO AÑOS

La celebración de los 75 años de vida institucional independiente del Huila estuvo marcada por los comienzos de la bonanza petrolera, la cual le permitió a la administración departamental realizar una fuerte y continua inversión en obras de infraestructura y educación. A diferencia de la celebración del cincuentenario, el progreso ahora no era cuestión de una coyuntura sino una realidad que se podría materializar de manera planificada. 27


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Vías de comunicación, acueductos, alcantarillados, electrificación rural, escuelas, granjas experimentales, colegios, educadores, son la expresión de un período que aún no termina, a pesar de su notorio declive en los actuales momentos. En estas circunstancias, las Bodas de Diamante del Huila eran un acto de fe en un futuro que se veía promisorio y asegurado, dentro de la prudencia y austeridad en el gasto que garantizaba prolongar en el tiempo ese sentimiento de seguridad entre los conciudadanos, según el criterio del gobernador, abogado Álvaro Sánchez Silva. La acción de la administración departamental se concretó en un llamado de atención a las autoridades municipales sobre el significado de la celebración, pues 75 años de vida institucional y un presupuesto que crecía anualmente gracias a las regalías del petróleo eran garantía suficiente de crecimiento y desarrollo.

Industria Petrolera. Fotografía: Martín Borrero Urbansky

En consecuencia, la fiesta propiamente dicha, que incluyó juegos pirotécnicos, concierto de la banda departamental, obras de teatro, danzas y visita de gobernadores amigos y vecinos, se extendió a cada municipio del Departamento, en donde se colocó una valla que 28


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daba cuenta de algunos datos históricos y estadísticos convenientes para los habitantes y los turistas. Para esta ocasión y a instancias de la Academia Huilense de Historia, el gobierno de Antioquia nos obsequió el busto del fundador de Neiva, don Diego de Ospina, que actualmente engalana el costado occidental del Parque Santander.

3.

CIEN AÑOS

El Huila llegó a los cien años de vida institucional conmovido por la violencia, convencido de que debe fortalecer su identidad cultural, urgida de empresas que resuelvan su pobre economía y comprometido con la necesidad de unir esfuerzos para dar un salto significativo en su desarrollo.

Comité del Centenario del Huila. Fotografía: Oficina Prensa Gobernación.

De Izquierda a derecha: Ariel Rincón Machado, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva; Germán Calderón Calderón, secretario de Cultura del Huila; Pedro Hernán Suárez, presidente de la Asamblea Departamental; Cielo González Villa, alcaldesa de Neiva; Rodrigo Villalba Mosquera, gobernador del Departamento; Ramón Darío Molina Jaramillo, obispo de la Diócesis de Neiva; Guillermo Plazas Alcid, ex ministro de Estado y ex embajador; Irma Sánchez de Zambrano, directora organización del Centenario; Camilo Francisco Salas Ortiz, presidente de la Academia Huilense de Historia; Miguel Antonio Perdomo Lince, presidente del Círculo de Periodistas del Huila; Aldemar Quesada Losada, secretario General del Departamento; Jaime Joaquín Murcia, rector de la UNAD; Flora Perdomo Andrade, secretaria de Educación departamental.

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A diferencia de las ocasiones anteriores, las urgencias del Huila hoy no son de infraestructura básica, pues el territorio está bien atendido en esa materia. Las circunstancias actuales reclaman seguridad para que haya desarrollo económico, inversión de capital para impulsarlo, mentalidad de empresa para ponerlo en marcha e integración de esfuerzos para proponer y conseguir metas ambiciosas, sobre la consideración de que el Huila es una colectividad unida por su cultura y sus ideales. Como consecuencia del contexto expresado, el Centenario del Huila se convirtió en una ocasión para pensar en grandes empresas que se vinculen a la colectividad y señalen un camino franco de desarrollo económico sostenible. En este orden de ideas, el papel del gobierno en los aspectos económicos ya no fue el de responsabilizarse de la inversión como lo hizo en las dos ocasiones anteriores, sino el de jalonar, dinamizar y liderar esas posibles realizaciones empresariales, a través de estudios que le indicaran al capital privado la dirección de la inversión, al tiempo que lo animara y le facilitara su vinculación. De igual manera, fue responsabilidad del gobierno departamental impulsar y coordinar los programas y proyectos que contribuyeron al cambio de mentalidad del huilense, a fin de que se pusiera a tono con las condiciones que le impone la globalización de la economía y la información. En materia económica, el Centenario dejó como resultado estudios válidos para que se hagan en el Huila inversiones de capital a mediano y largo plazo. En este campo -entendernos que la silvicultura, el agro y el eco turismo, el turismo cultural, la producción y comercialización de hortalizas y frutales, la piscicultura, y otros de su género están llamados a ocupar la atención de los gobernantes e inversionistas. Consecuente con el planteamiento anterior, fue preciso estimular el espíritu empresarial y consolidar el desarrollo de los sectores mencionados, mediante un decidido programa de ciencia, tecnología e innovación. La puesta en marcha de las empresas de este tipo, como en otros sectores, requirió, además del capital, un alto componente de actualización tecnológica para asegurar su desarrollo e incrementar la productividad. 30


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Por último, el Centenario fue la oportunidad para que los niños y jóvenes vinculados al sistema educativo, así como la población en general, entraran en contacto y vivieran las expresiones de la cultura huilense, aquellas que nos definen como pueblo, aquellas que nos permiten sabernos diferentes dentro de la unidad nacional. Entrar en contacto y apropiarse de la geografía, de la historia, de los mitos, de la trayectoria vital de los grandes personajes y de las realizaciones que hemos logrado como comunidad, debió ser la mejor experiencia que pudieron vivir las gentes del Huila. Así afianzaremos el orgullo por lo nuestro, al tiempo que somos conscientes de las debilidades que nos afligen como sociedad, las que debemos cambiar a partir de proyectos sociales y económicos concretos. El Centenario del Huila fue, el mejor escenario sobre la reflexión y el conocimiento de lo nuestro, y la mejor plataforma para proyectar y lanzarnos al futuro.

HOY: UN DEPARTAMENTO DE OPORTUNIDADES El Huila es la tierra de los exquisitos olores, bellos colores y selectos sabores. Hoy el departamento es recorrido como la tierra ubérrima de Colombia, la despensa agrícola por cantidad, pero sobre todo por la calidad de los productos que estamos generando. Somos los primeros productores de café del país superando a los emblemáticos departamentos cafeteros de Caldas, Quindío, Risaralda y Antioquia. Pero además producimos el café más fino, el más suave, el que los grandes catadores añoran tener en su mesa. Las más de 145.000 hectáreas sembradas de café en 35 de los 37 municipios ubican al Huila como la Tierra de Promisión que soñó José Eustasio Rivera Salas. Pero somos más que café. La piscicultura es una de las apuestas productivas más importantes; hoy somos el principal productor de la tilapia del país, con un aporte del 40% a la producción nacional. También somos líderes en la producción de frutos, muchos de los 31


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cuales maravillan al mundo por su calidad y la belleza de las flores. Cholupa, maracuyá, tomate de árbol, lulo, son algunas de las frutas del Huila que son el deleite de hogares en Europa y Estados Unidos. El Huila aporta el 45% de la producción nacional de pasifloras convirtiéndolas una vez más en líderes de otro descollante sector productivo.15 Esta es la radiografía de nuestro campo. La que es tan promisoria como lo es la proyección de nuestras principales ciudades. Grandes centros comerciales, importantes cadenas hoteleras y las más prestigiosas marcas de productos y servicios han visto en el Huila un potencial económico, con valores agregados como, el Festival Folclórico y Reinados del Bambuco, el Desierto de La Tatacoa, las saludables termales de Rivera o el imponente ícono Patrimonio de la Humanidad denominado Parque Arqueológico de San Agustín, lugares que embrujan, apasionan y embelesan a propios y extraños. Hoy los huilenses podemos disfrutan de parques recreacionales, con grandes atractivos y espacios de calidad que generan felicidad y contribuyen a mejorar la calidad de vida. Seguimos creciendo pensando en el Huila como destino turístico y a Neiva como ciudad región, de eventos y principal ciudad del Surcolombiano. Desde hace varios años planeamos crear espacios de vanguardia, guiados hacia el avance y las nuevas experiencias, logrando que el país entero dirija sus miradas hacia este departamento rico además por su cultura y sus gentes. Sin duda alguna este será escenario que contribuirá al desarrollo y a la puesta en marcha de nuevas prácticas para la región con la que seguiremos consolidándonos como un destino turístico y cultural por excelencia, una bella, creciente y pujante tierra.

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CAMACOL. Revista Donde Vivir. Prensa Moderna. Neiva. 2014. p.20.


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EL “HUILA” DE ROJAS GARRIDO, ¿LEYENDA FUNDACIONAL? JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN Miembro Numerario – Academia Huilense de Historia Intervención en el acto realizado con motivo de los 110 años de creación del Departamento del Huila, el día 12 de junio de 2015, en el salón de gobernadores del Huila. Hace treinta años, cuando husmeábamos ansiosos los archivos de la BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA en procura de encontrar la prensa huilense del siglo XIX, en un legajo –pues aún no había copia digitalizada- donde aparecía la colección del periódico HUILA, editado en Neiva en los años 1855-1856, hallamos una hoja titulado: HUILA, NUEVO PERIÓDICO –PROSPECTO, con fecha del 13 de mayo de 1855, donde se anunciaba la próxima aparición de un periódico con ese nombre, partiendo de una leyenda de un personaje fabuloso, cuyas hazañas evocaban los movimientos dados en aquellas cumbres nevadas que eran percibidas en vastas extensiones de la provincia y en otras regiones vecinas que tenían asiento en Valle del Alto Magdalena. Así comienza la narración contenida en la hoja en referencia: Al occidente de la ciudad de Neiva, en las mañanas de los días despejados, sobre la cresta de la más elevada mole andina, habrán observado nuestros lectores una cinta blanca que, tomando la forma de las sinuosidades que corona, parece 33


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el extremo ondeante de la cinta de plata, con cuyo lazo se sujetara a un punto del cielo, esa magnífica vestidura de turquí que representa la cordillera y limita, en solitario desierto, el vasto territorio de la provincia de este inmenso valle. Es la cabellera de nieve de un volcán que, según los datos tradicionales más fidedignos, tomó el nombre de un personaje misterioso, dueño de todas estas comarcas, un siglo antes de la conquista, que vivía por allí y desapareció de repente, después de haber recibido luengos años de tributo de obediencia y admiración de todos los sencillos habitadores de este inmenso valle. No se sabe quién fue HUILA, tal era su nombre, de donde vino ni como desapareció, pero se refieren cosas maravillosas de este poderoso Señor de la tierra. Jefe y Legislador, parece que había recibido de lo alto, a semejanza de Moisés, la misión de libertar a su pueblo del cautiverio de una antigua dinastía de caiques, lo que llevó a afecto después de hazañas fabulosas, elevándose al rango de “Hijo del Sol”, título reconocido por las diversas tribus libertadas y reunidas después bajo el gobierno patriarcal de este célebre caudillo. (Ver a continuación el facsímil del prospecto citado)

Volcán Nevado del Huila (5750 mtrs. S.N.D.M.) Fotografía: Ingeominas 34


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Volante publicado por José María Rojas Garrido en Neiva el 13 mayo de 1855 anunciando, a través de una leyenda, la aparición del periódico HUILA. Fuente: Archivo Digital Academia Huilense de Historia

Este personaje fabuloso, según la rica inspiración del autor del volante, José María Rojas Garrido, “después de haberles pintado los excelsos destinos que llegaría a alcanzar en el porvenir el valle del Alto 36


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Magdalena, les ofreció dejar oír su voz, de tiempo en tiempo, al principio de cada nueva era de civilización, en las sucesivas transformaciones sociales que en este país habían de experimentarse”1. Cuando leímos este relato de Rojas Garrido recordamos que el autor español JOSÉ ANTONIO CABALLERO LOPEZ, dijo en uno de sus escritos que el mito y la leyenda son como la primera clase de narración histórica y, aun cuando es tarea difícil averiguar lo que hay de histórico detrás de ellos, considera que “no se puede despreciar el valor que poseen las principales leyendas en cuanto esquemas lejanos de procesos históricos”2. El autor en referencia invita a ver cómo en los casos de Cécrops en Atenas, Dánao en Argos, o el fenicio Cadmo en Tebas (héroes fundadores de importantes ciudades de Grecia) “se esconde un vago recuerdo de la influencia de elementos mediterráneos sobre zonas de influencia primordialmente europeas”3. Rojas Garrido, maestro en el arte del discurso y poseedor de un gran conocimiento de la filosofía y de las culturas clásicas, debía saber que las leyendas alrededor de personajes alegóricos como este que utilizó para presentar el periódico HUILA, al igual que los dioses concebidos antropomórficamente, servían para encarnar y exteriorizar las pasiones y los sentimientos de los humanos. Homero, Hesíodo y otros autores representantes de la poesía épica hablaron sobre dioses, hombres y hechos que constituían la historia para la mayoría de los griegos. En su época, nadie dudaba que los personajes allí citados hubieran existido. Sin embargo, en la interpretación de las leyendas, se ha de tener en cuenta, como lo afirma el mismo Caballero López, que “la Historiografía nace en el momento que se advierte que los mitos y relatos de la épica, a los que se había confiado el pasado, son 1

Confrontar texto plegable publicado por José María Rojas Garrido en Neiva el 13 mayo de 1855. Fuente: Archivo Digital Academia Huilense de Historia

2

CABALLERO LÓPEZ, José Antonio. “Desde el Mito a la Historia”. Tomado de internet en: Dianalet_desdeElMitoalaHistoria_814105.pdf(PROTEGIDO) - Adobe Reader

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Ibídem

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irreconciliables con los datos de la experiencia”4; por eso decidimos emprender una búsqueda retrospectiva sobre el origen del nombre de nuestro nevado insignia, apartándonos de las interpretaciones etimológicas aportadas por connotados historiadores huilenses, en procura de encontrar vestigios del origen la posible leyenda del poderoso personaje HUILA, mencionado por Rojas Garrido. Recurrimos, primero, a los Cronistas de Indias, que pisaron estas tierras del Alto Magdalena, casi a la par con los conquistadores. Descubrimos entonces que fray Juan de Santa Gertrudis, misionero franciscano, quien transitó por nuestro territorio en 1756, y en su libro “Maravillas de la Naturaleza”5, nos legó una amplia y bien elaborada descripción de paisajes, naturaleza, vida y costumbres de los pueblos y asentamientos que visitó en el país, incluyendo los de este Valle del Alto Magdalena. No obstante, en nuestro repaso cuidadoso de su obra no encontramos mención alguna sobre el nevado ni sobre el legendario señor HUILA. Más antiguo que Santa Gertrudis, y quizás el primer cronista que llegó a este valle, es don Juan de Castellanos, quien en su obra: ELEGIAS- VARONES ILUSTRES DE INDIAS, que vio la luz pública en 1589, “sin lugar a Impresión”, y que finalmente fuera impresa en Madrid (España) en 1847, se ocupó de describir aspectos físicos e históricos de los pueblos de esta región. Dice su editor en el prólogo que “Castellanos no es un poeta creador; es un historiador escrupuloso, que prefirió la octava rima a la prosa, quizás para recrear con este agradable ejercicio los últimos años de su vida6”. Se dice que a castellanos no le bastó la obra en prosa comenzada en 1569 sino que hubo de reiniciarla en 1577 y entregarla a través de ciento cincuenta mil versos. 4

Ibídem

5

Juan de Santa Gertrudis, Fray, 1724-1799. “Maravillas de la Naturaleza” Comisión Preparatoria para el V Centenario del Descubrimiento de América, Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá: 1994. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ faunayflora/maravol1/indice.htm

6

JUAN DE CASTELLANOS. “Elegía y Varones de Indias”. Biblioteca de Autores Españoles, tomo IV. Imprenta de la Publicidad. Madrid (España), 1847.

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Sin embargo, entre la abundancia y variedad de temas que comprenden su obra tampoco encontramos datos acerca del enigmático señor HUILA, pero sí algunas rimas alusivas a los sucesos de las primeras fundaciones en esta provincia y muchas acerca de la resistencia indígena y la presencia de la cacica Gaitana, las cuales ha nutrido todos los escritos existentes sobre este personaje de nuestra historia comarcana. Sobre la fundación de Neiva, Castellano dice en una de sus rimas: En Neiba Juan Cabrera pueblo funda Por el poder y comisión que lleva, Porque le pareció tierra fecunda Demás del esperanza que le ceba; Y aun dícenme que fue la vez segunda Que poblaron aquesta tierra nueva, Y dejaba Benalcázar poblada Viniendo al nuevo reino de Granada. Entre la gran variedad de rimas que dedicó a la resistencia indígena y al personaje de la Gaitana destacamos las siguientes: No les pone temor el estandarte Aumentado de gente castellana: Todos al fin andaban de mal arte E ya servían muy de mala gana, Para lo cual no fue pequeña parte Una india llamada la Gaitana, O fuese nombre propio manifiesto, O que por españoles fuese puesto. En aquella cercana serranía Era señora de las más potentes, Y por toda la tierra se tendía Gran fuerza de sus deudos y parientes: Viuda regalada que tenía Un hijo que mandaba muchas gentes, Al cual por no acudir como vasallo 39


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Añasco procuró de castigarlo. Pertinaces en este mal motivo, Juntóse luego cantidad de rama, Traen después al mísero cautivo En presencia de aquella que lo ama. De fuscos humos rodeado vivo Su vida consumió la viva llama; Y ya podéis sentir qué sentiría La miserable madre que lo vía7. En relación con la antigüedad del nombre del Nevado insignia, las rimas de Castellanos donde narra los sucesos de su travesía entre Popayán y Neiva, sobre ríos y alturas, solo encontramos esta ligera alusión a las alturas que transitó, en donde afirma: “llegamos a las altas serranías y cordillera de sierras nevadas, que dividen la poderosa vena del rio Cauca y de la Magdalena8”. Indudablemente que para la época (año 1569) el nevado del Huila aún no había sido explorado y, por lo menos para el español, carecía de denominación alguna De las obras de los Cronistas de Indias nos transportamos a algunos relatos de viajeros europeos, que atraídos por las descripciones fabulosas y prometedoras que recibían de estas lejanas tierras, vinieron a Colombia a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Uno de ellos, el francés Gaspar Theodore Mollien, cuyas narraciones sobre su tránsito por este Valle se encuentran en el libro “El viaje a la República de Colombia en 1823”, en lo que corresponde a su paso de Neiva a Timaná y luego a Popayán, por el camino de Guanacas, tampoco menciona el Nevado del Huila, pero sí el del Puracé a donde, incluso, preparó con sus gentes una excursión que relata con detalles. Mollien, sin embargo aportó alguna información sobre fundaciones en el valle de Neiva, entre ellas la siguiente:

7

JUAN DE CASTELLANOS Óp. Cit. págs. 465-467

8

Ídem, pág., 454

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“Neiva dista diez y siete días de camino de Bogotá: es capital de la provincia del mismo nombre; está situada en las orillas del Magdalena. Su primer emplazamiento estuvo en las montañas. Los Andaquíes, tribu salvaje de los alrededores, degollaron a la población, y el terror que infundieron hizo que la nueva ciudad se levantase en las orillas del río, con objeto de poder embarcarse y ponerse a salvo a la menor alarma9” Por su parte, el Inglés John Potter Hamilton, diplomático y viajero, en 1827, en una curiosa y amena crónica de sus vivencias en Colombia, describió cuanto le llamó la atención de la gira que hizo a Popayán, pasando por Neiva y Timaná. Al relatar su tránsito por tierras de Campoalegre, escribió: En este mismo lugar divisamos una hermosa vista de las montañas el Huila cuyos picos se hallan perpetuamente cubiertos de nieve; estas montañas se hallan a seis días de viaje no muy lejos del Valle del Cauca hacia el oeste (…) El sacerdote dijo que la posición de esta aldea era bastante agradable, de donde le venía su nombre de Campoalegre10. Este registro de HAMILTON, nos llevó a considerar que antes de esa fecha (1827) las cumbres nevadas mencionadas en el relato de Rojas Garrido ya eran conocidas con el nombre de HUILA, razón por la cual continuamos la búsqueda de referentes más antiguos. Por razones de espacio y de tiempo, solo incluimos aquí los datos tomados de la obra geográfica de FRANCISCO JAVIER VERGARA Y VELASCO, editada 1888, con 2ª edición de 1901. (Ver facsímil de la obra de Vergara de 1901, titulada “Nueva geografía de Colombia”, editada por el Banco de la República)

9

GASPAR THRODORE MOLLIEN, Viaje por la República de Colombia en 1823. Editor Biblioteca V Centenario Colcultura, Bogotá. 1992. pp.267-269

10

Potter Hamilton, John. (1827). Viajes por el interior de las Provincias de Colombia (1993, Biblioteca V Centenario Colcultura. Bogotá, 1992, pg. 69

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Fascímil de la carátula de la “Nueva Geografia de Colombia” de Francsico Javier Vergara. Publicación del Banco de la Reepública. Bogotá. 1901. Biblioteca de la Academia Huilense de Historia 42


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Según este autor: AGUSTIN CODAZZI y la Comisión Corográfica, que realizó estudios de altimetría en Colombia entre 1849 y 1859, registró, por su nombre, el nevado del HUILA, con una altura de 5.700 metros. Por su parte, el venezolano FELICIANO MONTENEGRO Y COLÓN, en su Geografía Moderna de 1834, también mencionó el Nevado del Huila, con 5.457 metros de altura. ALEJANDER VON HUMBOLDT quien realizó estudios altimétricos en Colombia entre 1799-1804, exploró el Puracé, más no el nevado del Huila. FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS quien realizó estudios sobre alturas colombianas de 1794 a 1802, relacionó el volcán nevado con el nombre del HUILA, con 5.457 metros de altura. Este dato se constituye en la referencia más antigua sobre la denominación de nuestro nevado insignia. Debemos agregar, además, que Vergara en su Geografía Moderna incluyó, un fragmento de mapa, elaborado por el sabio CALDAS, en donde aparece el nevado con el nombre de HUILA. Es quizás esta la relación más antigua que se conoce sobre el uso del HUILA, como nombre de esta altura, pues por ahora, carecemos de información de registros de altimetrías anteriores. (Ver el facsímil del fragmento del mapa del Sabio Caldas, donde figura el nevado del HUILA) Frente a la evidencia de estos datos, que poco nos aportaron sobre la existencia de la leyenda del personaje fabuloso mencionado por Rojas Garrido, decidimos auscultar con mayor atención las páginas del semanario HUILA, dirigido por él; periódico de corte liberal radical doctrinario, caracterizado por publicar artículos de fondo sobre la política y filosofía liberal, algunos con comentarios enjundiosos e irreverentes, que sacudieron en su tiempo la aparente tranquilidad de esta comarca.

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Primer fragmento de mapa en donde figura el Nevado del Huila

Fragmento elaborado por sabio Caldas en 1795, donde figura el Nevado del Huila Fuente: “Nueva Geografia de Colombia� de Francisco Javier Vergara. Pg.20 44


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Nuestra interpretación de la leyenda del Gran Señor Huila En la edición No.4 del periódico HUILA, del 8 de julio de 1855, encontramos un artículo titulado “TEMBLOR DE TIERRA”, donde su editor (Rojas Garrido) advertía que con el PROSPECTO de EL HUILA, se había anunciado la cuarta venida de aquél personaje misterioso “que era el alma del volcán y el genio de las tormentas que se desencadenarían en el valle (en alusión al valle del Alto Magdalena)”; y que en otra época hizo su exhibición con el incendio de la cordillera, y mediante la “imitación de palabras humanas articuladas por una voz de trueno, cuando con una mano invisible en 1810 o 1811, según rectificación de la fecha por un sujeto venerable de Yaguará, atizaba la hoguera del volcán, levantando sus llamas hasta alturas inconmensurables”11. (Ver, más adelante, fragmento del artículo “TEMBLOR DE TIERRA”, tomado del periódico HUILA del 5 de julio de 1855 en su pág. 4ª.) Es posible que esta alegoría estuviera referida a la instalación de la Junta Suprema Provincial de Neiva del día 13 de julio de 1810, tras los sucesos del florero en Santafé y al Congreso de Yaguará que se reunió desde el 30 de octubre de 1811, con fin de avanzar en la organización de la entidad política constituida en Neiva en 1810. Rojas Garrido, de quien dijo Jenaro Díaz Jordán era poeta y orador, y quien le recordaba “por su afluencia a Castelar y por su brillo a Víctor Hugo (…) y su obra representa la sensibilidad lírica y el testimonio mágico-espiritual, que acentúa la palabra…”12, al continuar la alegoría del supuesto temblor de tierra, enfatizaba: Todo esto, que algunos han mirado como una mera fábula, a pesar de que así lo dicen las viejas tradiciones, ha venido a confirmarse con lo que estamos en presencia de su aparición cuarta… Recuerdan nuestros lectores que el 17 de junio último salió el primer número de Huila, y brilló en la mayor parte del día, lo que casi nunca acontece, el nevado que lleva su nombre, tan refulgente y despejado, que no pocos comenzaron a persuadirse de la verdad histórica del personaje misterioso. 11

Periódico HUILA No.4. Neiva, 8 de julio de 1855, pg. 4ª.

12

Citado por FÉLIX RAMIRO LOSADA, EN Literatura Huilense. Neiva. 2005. Pag37

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Facsímil del cabezote del periódico HUILA del 8 de julio de 1855 y del artículo de la pág. 4 del mismo, con el título: TEMBLOR DE TIERRA 46


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El artículo en referencia concluía exponiendo en tono exclamatorio: Esto ya no deja duda: el misterioso dueño de las comarcas del Alto Magdalena, se halla en medio de nosotros; y para que no se repitan esas pruebas tan aterradoras de su existencia, es preciso creerle y suscribirse pronto para que no hable por el cráter del Volcán, sino por la columna del periódico. HUILA tiene necesidad de dejar oír su voz…13 En el No.17 del periódico HUILA de octubre 28, el elemento mítico de su discurso parecía haber cumplido ya su papel de concitar expectativas, de provocar reacciones y pasa sutilmente, pero apoyado “con su verbo que irrumpe como un turbión” como decía de él Díaz Jordán14, al terreno de su predilección, al campo de lo político, para decir: HUILA. Es Volcán, antiguo personaje, periódico y distrito parroquial creado por la legislatura de este año, en la mitad de los pueblos de Tierradentro, que formaban el distrito de Calambás… Todo eso es HUILA: mañana será Provincia, pasado mañana República…15. (Ver a continuación facsímil de fragmento del periódico Huila, sobre este artículo titulado, precisamente: HUILA.

13

Periódico HUILA No.4. Neiva, 8 de julio de 1855, pg. 4ª.

14

Citado por FÉLIX RAMIRO LOSADA, En Literatura Huilense. Neiva. 2005. Pag. 37

15

Periódico HUILA. No. 17, Neiva, del 21 de junio de 1855 pg.1

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Facsímil de fragmento del periódico Huila No.17, del 27 de Octubre de 1855 sobre el artículo titulado, precisamente: HUILA

Es posible, que en tiempos de efervescencia y auge de las tesis doctrinarias liberales que empujaban hacia una federalización del país, esta proclama de Rojas Garrido inmersa en la fábula que nos ocupa, expresara un recóndito interés de convertir esta provincia en Estado Soberano que llevaría el nombre de Huila. No olvidemos que la primera Constitución radical de la provincia de Neiva, expedida en 185316, había consagrado ya los más amplios principios de libertad individual, los cuales fueron ratificados en la última Constitución Provincial, liderada por Rojas Garrido como gobernador de dicha entidad territorial, en 1856. Estas circunstancias, 16

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Cfr. CUARTAS, COYMAT, Álvaro. “Tolima Insurgente”, Bogotá. Pijao Editores. 1991. Pg. 364.


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según José María Samper17 ubicaban a Neiva como una Provincia dominada por el liberalismo doctrinario o Gólgota de la década del cincuenta. Desde esta postura doctrinaria, debieron suscitarse los grandes cambios que Rojas Garrido advertía en su relato. Pues los radicales neivanos pregonaron ampliamente en los siguientes años, la libertad económica que suponía el estímulo a la libre empresa y la abolición de todo tipo de monopolio estatal y José María Rojas Garrido se erigía en el líder indiscutible del radicalismo neivano (que también pudiéramos decir huilense), ya como congresista en representación de la Provincia, ya como Gobernador de la misma entre 1855 y 1857. Las tormentas que se desencadenarían en este Valle del Alto Magdalena, anunciadas por Rojas Garrido, también darían lugar a momentos difíciles, que semejaban el carácter ondulatorio del movimiento telúrico expresado en su relato. Nos referimos al interregno que significó aquella época en que la provincia pasó a ser un apéndice del Estado de Cundinamarca (1858-1861), cuando se instituyó la Confederación Granadina y entonces entró en un periodo “de retroceso a una situación, que ni en el gobierno español se había visto” como escribía FRANCISCO EUSTAQUIO ALVAREZ (otro de nuestros grandes hombres de la época) utilizando las iniciales de su nombre y apellidos como seudónimo, en la Gaceta de Cundinamarca, en enero de 186318. Pero como el personaje mítico, según el relato de Rojas Garrido, haría oír su voz de tiempo en tiempo, al principio de cada nueva era de civilización, en las sucesivas transformaciones sociales que en este país habían de experimentarse, Neiva (hoy Huila) fue receptiva a este llamado y participó activamente en la guerra que acabaría con la Confederación Granadina e hizo parte del proyecto que significó el momento cumbre del liberalismo radical y que convirtió al propio Rojas Garrido en uno de los personajes más destacados de la política colombiana, dada su indiscutible incidencia en la Convención de Rionegro de 1863, donde se aprobó la constitución más radical 17

Citado por Álvaro Cuartas Coymat. Óp. cit. p. 362.

18

Gaceta de Cundinamarca No.1, enero de 1863, pg.3

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de todos los tiempos en este país, se creó los Estados Unidos de Colombia, y cuando Neiva, junto con Mariquita, conformaron el Estado Soberano del Tolima, con su propia Constitución, con presidente y los tres poderes incluidos. Con estos gestos el pueblo de Neiva hacía honor al comentario de Rojas Garrido, cuando en un artículo EL PUEBLO, del primer número del periódico HUILA, del 17 de junio de 1955, (Ver más adelante fragmentos de dicho artículo) defendía la ideas de la prensa completamente libre, de la separación de Iglesia-Estado, de la abolición del ejército, de la descentralización del gobierno y “en una palabra- como dijo el propio Rojas- de todas las reformas que con tanto trabajo se abrían campo en la opinión extraviada de los pueblos”, también dijo Rojas Garrido que “estas se recibieron con aplauso por los habitantes de la provincia de Neiva; porque aquí toda verdad se aclimata en el acto de trasplantarla”19. La interpretación que he querido darle a las manifestaciones de este personaje mítico- el señor HUILA- que segu ramente fue creado por Rojas Garrido, parece inscribirse dentro de la figura definida por Claude Lévi-Strauss como leyenda o mito fundacional, esto es, el mito etiológico que explica el origen de un rito o una polis o pueblo (en este caso HUILA); aunque también se aplica al de cualquier grupo o nación; donde el protagonista de la fundación es un tipo de héroe, en nuestro caso un héroe civilizador 20, que ayudó a conducir la región a nuevas etapas de la civilización, esto es, a la de la libertades absolutas de mediado de siglo. En muchos casos, dice Manuel Gutiérrez el mito es el gran exterminador de monstruos y ayuda a los hombres a librarse de terroríficas plagas 21. Recuérdese la leyenda de Rojas Garrido, cuando se refería a este gran señor Huila que libera a los habitantes de este valle del cautiverio de una dinastía de caciques, que seguramente está referida a la decisión 19

Cfr. EL PUEBLO, en periódico HUILA No.17. Neiva, de junio de 1855. Pág. 1ª.

20

Claude Lévi-Strauss, Antropología estructural: mito, sociedad, humanidades, CSIC, 2004, ISBN 8400082281, citado en http://es.wikipedia.org/wiki/Mito_fundacional

21

Manuel Gutiérrez, El Nuevo orden del caos: consecuencias socioculturales de la globalización, pg. 276. Citado en : http://es.wikipedia.org/wiki/Mito_fundacional

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que debía dar la provincia de romper las viejas taras feudales para iniciar un camino largo y tortuoso hacia a la modernidad.

Fragmentos del artículo titulado EL PUEBLO, en el primer número del periódico HUILA, del 17 de junio de 1855, pág.1ª-. Fuente: Archivo digital Academia Huilense de Historia 51


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Dejo así planteada una interpretación del personaje alegórico con el que Rojas Garrido ambientó la aparición, en 1855, de su periódico político-literario HUILA y su irrupción decidida en la vida política de Neiva y de Colombia. Ahí queda al escrutinio de los historiadores y estudiosos, para validarla, para controvertirla o para profundizar en ella.

Volcán Nevado del Huila Fotografía: Ingeominas

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EL PRIMER CINCUENTENARIO REYNEL SALAS VARGAS Miembro Numerario – Academia Huilense de Historia

La Academia Huilense de Historia posee en su biblioteca-archivo la colección de la primera época de la revista Semana, que va desde el segundo semestre de 1946 al segundo semestre de 1961, gracias a la generosidad de Delimiro Moreno Calderón, miembro Emérito de esta corporación. En sus páginas encuentra el investigador algunas notas del corresponsal de la revista en el Huila, las cuales le ayudan a llenar el vacío que dejó la ausencia de prensa escrita en la región, particularmente durante los primeros cinco años de la década del cincuenta del siglo pasado1. Por desfortuna, las corresponsalías que desde el Huila llegaban a la redacción de Semana no fueron siempre continuas, por lo que se debe reconstruir la realidad contando con los pocos elementos disponibles.

1

De acuerdo con Camilo Francisco Salas Ortiz, entre 1936 y 1965 sólo aparecieron las siguientes publicaciones periódicas: Lucha Liberal (1937), Ecos del Sur (1937), Neiva, semanario, (1938-1940), Notas al Día (1940), Aire Libre, revista, (1948, ¿?), Huila, semanario (1959. ¿?), Avanzada, revista, (1947), Juventud, revista, (1957,??), El Tábano (1040-1943), Ariel (1959), El Debate (1925….1962), Restauración (1948), Tribuna Juvenil (1957). Trayectoria del Periodismo Huilense. Academia Huilense de Historia. Historia General del Huila. Tomo IV. P. 115. Neiva. 1996

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Al revisar las páginas de la revista creada y dirigida por Alberto Lleras Camargo, a mediados de 1946, a partir del número uno, se aprecia el proceso de transformación, o mejor, de modernización que experimentó el país durante esos años. Es sugestivo, por ejemplo, reconocer el cambio en la propaganda que aparece en la revista, no sólo respecto a los objetos o bienes que se promocionan sino en la forma como se presentan. Mencionemos, por ejemplo, la publicidad que pagaban las numerosas líneas aéreas de la época para publicitar, primero, sus rutas y su cumplimiento, y, luego, su rapidez, sus nuevos equipos y sus alcances. Así mismo, los vehículos, los radios, las radiolas, las neveras, las planchas eléctricas, las máquinas de coser, los equipos de oficina, las pinturas y las emisoras, es decir, todos los bienes y objetos que en ese momento hablaban de los más recientes avances a disposición de una sociedad que, como la colombiana, comenzaba a abrirse al mundo. Y qué decir de los anuncios sobre la construcción de grandes edificios, superiores a los 10 pisos; de los bancos, de las empresas que ofrecían seguros, de los transportes marítimos, fluviales y ferroviarios. Para una persona que esté por encima de los sesenta años, detenerse en las páginas que contienen publicidad en Semana significa experimentar la emoción de la modernidad que le correspondió vivir. Para quienes

Panorámica de Neiva. - Foto tomada de la Revista Semana No. 492 del 16 de Abril de 1956

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asisten hoy a la revolución de las comunicaciones a través de la internet, y vivieron durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, lo registrado en esas décadas se constituye en el periodo de las más profundas transformaciones: de no tener agua en la casa, se pasó a tenerla, fría o congelada; de estar atentos a las noticias que traía el abuelo que viajaba a la capital, a escuchar los reportes diarios transmitidos por las emisoras en onda corta, al igual que sus programas de humor y su inagotable programación musical. Como lo dijo John Linch en una conferencia en el Departamento de Historia en la Universidad Nacional de Bogotá en 1986: “Yo tengo la suerte de pertenecer a esa generación de ciudadanos que conoció y experimentó todos los medios de transporte: desde el lento y ruidoso coche halado por caballos y manejado por la mano maestra de mi padre, hasta el jet que me trajo en ocho horas de Londres a Bogotá, pasando por el tren a vapor, por el tren eléctrico y el coche a gasolina que se desplaza veloz por las carreteras asfaltadas”. En lo particular, andar por las páginas de Semana se nos convirtió en un diálogo con ese pasado nuestro que comenzó en 1951; y si reconocemos que la publicidad nos permitió revivir la emoción de lo moderno, no podemos negar que la información política, que nunca estuvo a nuestro alcance en tanta cantidad, por razón de nuestra edad, nos sorprendió aún más. Los conceptos que aprendimos en esos primeros años estaban mediados por los criterios de nuestros padres y familiares. Así, pues, leer las notas que hablan de la discordia que crecía a diario entre liberales y conservadores, la reseña sobre el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, la reacción del país ante este magnicidio, las noticias sobre los muertos de cada semana en la mayor parte de la nación, pero de manera particular en el Tolima, Boyacá, los Santanderes y los Llanos; el golpe militar que sacó de la presidencia a Laureano Gómez para colocar en el solio de Bolívar al Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, la muerte de Uriel Gutiérrez y de otros estudiantes universitarios en 1954, la aprobación del voto femenino, el pacto de Benidorm y el ascenso de la Junta Militar para suplir la salida de Rojas Pinilla, entre otros asuntos, es como leer la crónica de una muerte anunciada. Los hechos se van sucediendo en las páginas de la revista con el ritmo propio de las 55


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semanas, como si nada pasaría en la siguiente. Las notas no permiten anticipar futuros desenlaces. Los hechos se cuentan como tales, como hechos que sucedieron, libres de la interpretación y, sobre todo, del sensacionalismo mediático común en la actualidad. Por ejemplo, desde las páginas del número 347 de la revista, publicado el 13 de junio de 1953, nadie podía anticipar el golpe militar de Rojas Pinilla. Este se dio el día en que salió el citado número y debió ser registrado en el número siguiente, como un hecho corriente, al igual que la noticia del derrocamiento del dictador. Era como si nada iba a suceder, a no ser por un artículo publicado en el número 343, del 16 de mayo de ese mismo año, el cual, en virtud de los acontecimientos, fue calificado por el editor, posteriormente, como premonitorio. Sin embargo, esa realidad política nacional, pintada de la manera como se ha comentado, no impedía al lector del momento, como no impide al de hoy, preguntarse hasta cuándo iba a soportar el país tanta beligerancia entre los partidos y entre sus fracciones, hasta cuándo tanta censura en la información, hasta cuándo tanta normalidad entre lo anormal, hasta cuándo tanto poder de los caudillos, hasta cuándo la mirada de los líderes no sería capaz de percibir la realidad ni el futuro que se venía inexorablemente. Pues, bien, con la ayuda de Semana, en las condiciones y circunstancias descritas, hemos querido apreciar el Huila de mediados del siglo XX, y particularmente, el Departamento que celebró sus primeros cincuenta años de vida político administrativa independiente. Desde la Academia Huilense de Historia hemos sostenido que los años cincuenta del siglo XX se constituyeron en el periodo en el cual las gentes del Huila volvieron la mirada sobre sí mismos, para reconocerse como un pueblo dueño de un territorio, de una cultura y de unas características que lo hacían singular en el contexto colombiano. Dicha cultura y dichas características se expresan a través de su música, -en la que sobresalen los sanjuaneros, bambucos y guabinas-; de los versos y la narrativa, principalmente de José Eustasio Rivera; de sus fiestas tradicionales, particularmente el San Juan y San Pedro; y de sus riquezas turísticas, como el Parque Arqueológico de San Agustín, la Cueva de los Guácharos y el río Magdalena que divide en dos su territorio y da vida, con sus afluentes, a la labor callada del campesino. Pero, a diferencia del huilense 56


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naciente, el de principios de siglo, el de la mitad de la centuria quiere pensar su Departamento como una realidad física y social cambiante, como un mundo de posibilidades en la agricultura, siempre y cuando se adecuen las grandes extensiones que esperan del fresco regadío y se construyan las carreteras que le permitan aprovechar los bosques y abrir espacios para sembrar nuevos y prometedores cultivos en las tierras altas y de ladera; como una región que necesita interactuar con resto del país y vivir con los otros departamentos la experiencia de la modernidad, traducida en vías, obras públicas e industria. La información obtenida en las páginas de Semana nos ha permitido saber que, buena parte de ese sueño regional que veía al Huila como un ser cultural definido y al huilense como un esperanzado constructor de futuro, se le debe a la dinámica del Círculo de Periodistas del Huila creado el 14 de septiembre de 19552. Este gremio fue el responsable de agitar las ideas de progreso después de la celebración del primer cincuentenario del Departamento. La misma Academia de Historia, con el padre Jenaro Díaz Jordán a la cabeza; la S.M. LÍA BORRERO BORRERO Reina del Cincuentenario idea de la universidad para esta región Foto: Revista Semana 1956. y varias de las obras de progreso que promoviera años después con tanto éxito político y social el doctor Guillermo Plazas Alcid, por ejemplo, a través de la Operación Huila, hunden sus raíces en los ideales propuestos en sus primeros días por la agremiación de periodistas3. Ellos renovaron las ideas o pusieron en boga aquellas iniciativas que se planteaban de manera privada a lo largo del territorio departamental, a pesar de las vicisitudes de 2

Revista Semana, número 492, del 16 de abril de 1956. Página 14. Por su parte, Camilo Francisco Salas Ortiz, en el artículo referenciado antes, transcribe un editorial del periódico Agrohuila, titulado “25 años del Círculo de Periodistas del Huila”, en cual se afirma que la agremiación nació formalmente el 2 de febrero de 1964, a instancias de Ernesto Serrano Montenegro. Academia Huilense de Historia. Historia General del Huila. Tomo V. P. 153. Neiva, 1996.

3

Ver Revista Semana, Idem..

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la violencia, del temor para informar y de la crisis de los partidos políticos. Quizá por esto mismo los periodistas debieron asumir el liderazgo respecto a las iniciativas de progreso. Jorge Andrade Rivera fue el primer presidente del Círculo de Periodistas del Huila y corresponsal de la revista Semana durante buena parte de la década del cincuenta del año pasado. En virtud de tal, cumplió la importante tarea, mediante la divulgación, entre propios y extraños, de un concepto del hombre huilense; la promoción de lo que consideraba sus riquezas y sus anhelos de progreso, y el dar a conocer sus realizaciones más significativas. A través de su ejercicio como corresponsal, por ejemplo, le contó al país el propósito de un grupo de ciudadanos interesados en crear el Club Campestre La Espantosa, en 1952; así mismo, el de otros ciudadanos de abrir el Club del Comercio en 1957; informó sobre las que para la época eran famosas jornadas de cacería en el Caquetá, llevadas a cabo por el Club de Caza y Pesca de Neiva; además, escribió sobre artistas y literatos, sobre investigaciones arqueológicas, sobre reinas, sobre turismo, sobre cultura aborigen, en fin, sobre el huilense y su tradicional calma para encarar el futuro. El futuro del Departamento fue uno de los temas prioritarios para el Círculo de Periodistas del Huila de la época, y en particular para Andrade Rivera. Tanto la realización de las festividades del cincuentenario del Huila como las consecuencias que esta efemérides dejó en el imaginario de las gentes fueron motivo de preocupación entre los agremiados, y de divulgación en sus corresponsalías. Entendió que un acontecimiento de esta naturaleza debía ser motivo para señalar altos horizontes y circunstancia favorable para obtener un apoyo especial del gobierno nacional. La primera nota que se publica en Semana sobre la celebración del cincuentenario del Departamento apareció el 2 de mayo de 1955, mes y medio antes de la fiesta. A respecto, Andrade Rivera dice en la página 15 de la revista, lo siguiente: “Al fin y al cabo, para celebrar el cincuentenario de la fundación del departamento del Huila (junio 15) muchos neivanos han comenzado a creer que solamente se efectuarán muy pocos 58


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actos: la feria ganadera y exposición pecuaria y la inauguración de algunas obras. Una de estas: la Fuente de las Tortugas, en la plaza Santander de Neiva. En el centro será colocada “La Compañerita”, talla en piedra reintegrada, que ejecutó el artista de ascendencia indígena, Alfredo Castañeda Flor. El motivo: una mujer nativa, desnuda, que se inclina sobre las aguas. Alrededor de la fuente, la decoración en figuras antropomorfas, está hecha con representaciones de batracios”. Desde la perspectiva actual, sorprende que la celebración de los primeros cincuenta años de vida del Huila se hubiese reducido a tan pocos eventos; sin embargo, sabemos que en varios municipios, como Campoalegre, por ejemplo, se construyeron, luego, escuelas que fueron bautizadas, precisamente, con el nombre de Escuela Cincuentenario. De todas maneras, aunque hoy parezca extraño, no hay tal sorpresa. Antes que nada, el cincuentenario fue una jornada para reafirmar los principios que daban identidad al pueblo huilense y para pensar en que era necesario sacudir el letargo característico de la raza, como lo interpretó en su momento García Borrero y como lo concebía por esos días Jorge Andrade Rivera. Los fenómenos vividos en los años siguientes respondían a un proceso que había comenzado con la creación del Conservatorio del Huila, de la Biblioteca Departamental, de la Biblioteca de Autores Huilenses y de la adopción del escudo y la bandera del Departamento. El 13 de junio de 1955, dos días antes de la celebración del cincuentenario, Andrade Rivera publicó en las páginas 15 y 16, del número 449, de Semana, una rica interpretación del ser cultural del huilense. Su texto, que se suma a los de José María Samper en el siglo XIX sobre el hombre calentano, al de Gaitán Useche, que aprovechó el Centenario de la Independencia para llamar al Huila a la acción; al del maestro Luis López de Mesa, preocupado por el tradicional conformismo del pueblo alto magdalenense; y al de Joaquín García Borrero en ese mismo sentido y plasmado en El Huila y sus Aspectos, testimonia la evolución que ha experimentado el pensamiento sobre el hombre del Alto Magdalena, convocado desde mediados del siglo XIX por Rojas Garrido para que se apropiase del mensaje de grandeza que le proponía, desde la cumbre sonrosada, el espíritu que anima al Nevado del Huila. 59


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El primer tema que aborda Andrade Rivera para darle consistencia a su concepto de hombre huilense es el de la geografía. Para hacerlo, aprovecha un acontecimiento de especial actualidad: el paso de la Vuelta a Colombia en bicicleta, en su quinta versión, por las tierras del Huila. Este recurso periodístico no solo le permite motivar al lector para que se interese en la geografía del Departamento, sino que es ocasión para señalar el grado de influencia del río Magdalena en sus gentes, circunstancia que a la par hace del huilense un colombiano. Al respecto, dice: Los ciclistas que aún pedalean por las carreteras de Colombia cumpliendo las etapas de la “V Vuelta”, penetraron el martes 7 al territorio del departamento del Huila, descendiendo desde el municipio de La Plata por las estribaciones de la cordillera Central, hasta el cálido valle del río Magdalena. El “río de Colombia” nace en tierra huilense y atraviesa el departamento a lo largo dividiéndolo en dos, como la vena de una hoja cuyas nervaduras serían sus afluentes. Es allí, todavía, un río niño, pero como lo hace más adelante con otras regiones en su viaje hacia el mar, imprime al paisaje y a las gentes huilenses el sello de su personalidad. Continuando con la referencia a los ciclistas que participaron en la referida competencia nacional, concluye su visión de la geografía huilense, vista como parte integral de la rica y variada geografía nacional, en los siguientes términos: Si los pedalistas no tuvieran que preocuparse tanto por evitar los guijarros del camino, habrían visto a lado y lado, en su carrera hacia Neiva, un panorama variado que es, mirándolo en conjunto, un resumen plástico de Colombia. Los Andes avanzan paralelos hacia el norte, divididos ya en dos grandes ramales (central y oriental) elevándose hasta alturas de 5.400 metros, en el Nevado del Huila y 2 mil en La Ceja. De las cálidas llanuras que el Magdalena y sus afluentes parcelan (Ovejeras, Timaná, Cachichí, Patá, Quinchana, Rioneiva…) propicias al cultivo del cacao, el maíz, el arroz, el algodón, el plátano, las tierras van elevándose, dando lugar a los cafetales, luego a la papa y más arriba a los frailejones del páramo. En la cumbre, las nieves perpetuas logran, en los amaneceres, fantásticos tintes anaranjados y rosas. Son las cuatro estaciones colocadas en escalones de roca. 60


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De acuerdo con la construcción literaria de Andrade Rivera, la parcela huilense es un pedazo de Colombia, de cuya hermosura y riqueza participa, a la vez que le aporta. Aquí, el sentido de unidad con el resto del país es vital para un pensador que ha vivido la experiencia de la integración nacional a través de los rieles del ferrocarril y de la naciente aviación y que espera se consolide con la conclusión de la carretera Neiva-Aipe-Natagaima-Espinal- Girardot-Bogotá. En consecuencia, el autor considera que el ánimo del lector está dispuesto para conocer las particularidades de esta comunidad, llamada Huila, particularidades en las cuales el pensador cifra su orgullo, pues su origen es milenario. Tal fue el paisaje que hace varios siglos, tal vez cinco o diez antes de la Era Cristiana, sirvió de marco a la vida y a la muerte de una civilización que no dejó más huella que unos gigantescos ídolos de piedra que expresan un mensaje artístico, religioso, emocional, aún indescifrado. “Huila” significa en lengua de los indígenas “nieve sonrosada”, pero este alarde filológico revela apenas el sentido poético de los primitivos. La verdad completa sigue escondiéndose entre las estatuas del parque de San Agustín. No sería raro, como lo aseguran varias hipótesis, que la gran cultura incaica del Perú y de Bolivia y la “Maya” de Centroamérica se hubiesen originado allí. Por qué se extinguió la cultura agustiniana?. Qué obligó a los primitivos huilenses a emigrar, dejando a sus espaldas todas las formas petrificadas a su civilización?. El misterio en torno a las estatuas agustinianas sigue, como ellas, en pie. Andrade Rivera es consciente de que, si bien es cierto, puede situar el origen del huilense en el mundo prehispánico, de cuya existencia quedan como pruebas las monumentales figuras pétreas que se aprecian en el actual Parque Arqueológico de San Agustín e Isnos y en los innumerables petroglifos y estatuas en piedra que se hallan en casi todos los rincones del Departamento, lo comprobado es que las gentes que habitaban el Huila a mediados del siglo XX tienen una historia más reciente, en la que se integra el aborigen, quien dio una lucha sin cuartel, y el peninsular, que se apoderó de todo. 61


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Eliminado, hacia el siglo XVII, el problema indígena de la región huilense, que alcanzó contornos épicos por las hazañas de la Cacica Gaitana, todo quedó en las manos inhábiles de los colonos europeos. A partir de esta circunstancia, es decir, del predominio del colonizador español, quien le imprimió escasos anhelos de progreso y renovación a la colectividad que creó, Andrade Rivera reclama un hecho inobjetable respecto al pueblo huilense: su ser se forjó en medio de un entorno geográfico específico, y debido a ello sus características culturales son particulares. Este hecho, y no las conveniencias políticas o económicas como se ha visto en la historia de Colombia, fue la causa para que la Constituyente extraordinaria de 1905 le reconociera entidad política y le diera autonomía administrativa para gobernarse. Así las cosas, la existencia del Departamento del Huila no respondió a ninguna otra razón distinta al reconocimiento de una realidad social incontrastable. El estancamiento se prolongó hasta después de la independencia, en el siglo XIX y el epílogo de las guerras civiles prolongó su sueño colonial hasta 1905, cuando la Asamblea Nacional Constituyente creó el Departamento del Huila, dándole por capital a Neiva. Ni la superficie (29.700 kilómetros), ni los límites (Cundinamarca y Tolima por el norte, Cauca por el sur y el occidente, las intendencias del Meta y el Caquetá por el oriente), obedecieron a un capricho del legislador extraordinario de entonces. Desde tiempo atrás, entre las cumbres volcánicas de la cordillera central y el valle del Magdalena , se había ido formando un tipo humano característico, descendiente del conquistador ambicioso y del indio bravo pero al que tal vez la mezcla y el paisaje hacían pacífico, desprendido, un poco soñador y contemplativo, pero laborioso y con un dejo en el hablar inconfundible en toda la república: el “opita”, recurso de lenguaje que emplean los huilenses en la conversación a la manera del ala bogotano o del pues antioqueño. Al llegar a este punto de la descripción del huilense, es evidente que Andrade Rivera ha culminado el desarrollo del segundo de 62


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los elementos que conceden identidad a los pueblos: su historia. A continuación, encara, pues, uno más: el de las realizaciones colectivas, las que le dan sentido a los propósitos de la comunidad. Al respecto, dice: El huilense había construido, además, con sus manos, la parcela de patria que le tocó en suerte y la creación del departamento no fue sino la protocolización de un hecho cumplido. Y ha seguido creando riqueza. Quizá con menos suerte que otras secciones del país, pero con idéntico apego al terruño. Los huilenses cultivan cacao, anís, caña, algodón, tabaco y la típica “paja de iraca”, con la cual las maños morenas y diestras de las sombrereras tejen los suazas de anchas alas, compañeros inseparables del vaquero “opita”. La ganadería es la más importante de las actividades huilenses. Pastan en los llanos del departamento 600.000 vacunos, desde el modesto “blancoorejinegro” hasta el “Santa Gertrudis”, el “Pardo-suizo” y el “Cebú”. Más de la mitad del ganado que sale a las cotizadas ferias de Girardot (Cund.) proviene del Huila. El cuarto componente de la identidad es el de la percepción de futuro y Jorge Andrade Rivera concreta en dos líneas los sueños de un pueblo que, en su momento, consideraba que el porvenir debía seguir ligado a las posibilidades agrarias que había explorado desde siempre, pues creía que había llegado el momento de remover las limitaciones que habían hecho imposible su progreso. Tenía la esperanza de que la celebración del cincuentenario o la tendencia política nacional que estaba comprometida con el desarrollo del país, a partir de la planeación regional, se constituyeran en la oportunidad para lograr lo que nunca antes había sido posible. “Los “opitas” creen que la necesidad más urgente de su departamento es la de un plan general de irrigación.4 4

El texto de Jorge Andrade Rivera a este respecto continúa de la siguiente manera: El ingeniero Alberto Rojas Trujillo ha presentado un proyecto (calcula el costo en $ 37 millones y medio) que aprovecharía las aguas del los ríos Magdalena y Páez y que, según sus conclusiones, eliminaría los problemas agropecuarios en su aspecto más agudo. El plan para el Huila se haría paralelo a otras grandes realizaciones nacionales en proyecto: Plan Lillienthal para el Cauca, Plan de Desarrollo Económico para Santander, autopista Medellín-Bogotá, etc.

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En contraste con lo dicho a lo largo de su discurso, la parte final de la corresponsalía de Andrade Rivera para la revista Semana, de mediados de junio de 19555, no deja de sorprender. Empero, no se puede ser radical en la interpretación de las dos frases con las que finaliza el párrafo y que transcribimos a continuación. Ellas pueden entenderse de diferente manera. O su contenido es un reconocimiento explícito del fatalismo que llenaba el espíritu del huilense de mediados del siglo XX, cuando a pesar de la prédica que había comenzado con ardor desde los años treinta, poco después de la culminación del Conflicto con el Perú, no lograba soluciones de fondo a sus problemas ni un reconocimiento explícito de sus posibilidades en el concierto nacional, a pesar de la presencia de figuras regionales tan influyentes en el gobierno central, como Luis Ignacio Andrade Díaz y Rafael Azuero Manchola. O, por el contrario, es, una aceptación realista de un fenómeno que se consideraba inmodificable en su momento. El escrito concluye, pues, de la siguiente manera: “Gentes de los 31 municipios del departamento llenan en estos días carreteras, calles y caminos con la sonrisa en el rostro. No ignoran sus necesidades y penurias, pero saben esperar. Al fin y al cabo han esperado 50 años…”.

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La parte final de la corresponsalía de Andrade Rivera dice: “Entre tanto los huilenses hacen una pausa. Durante una semana, del 7 al 16, celebran 50 años de vida departamental con festejos populares presididos por el gobernador-coronel Gilberto Montoya Gaviria (el primer gobernador “opita” fue Rafael Puyo, 1905-1909) y por la Reina del Cincuentenario, la bonita y gentil Lía Borrero Borrero. Son días de regocijo, con “guabinas” y “bambucos” en los caminos y en las posadas y estallidos de cohetes en el aire. Los 258.700 habitantes de opitilandia (de los cuales 50 mil viven en Neiva, la capital llamada por los mismos huilenses, con gran sentido del humor “Neiva-York”), participan con igual entusiasmo en su fiesta. No inauguran en la ocasión grandes obras (el presupuesto anual es de $ 5.954.363), pero se hermanan en el cariño a su tierra y en la fe en sus posibilidades….”


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EL GENOCIDIO DE PEÑAS BLANCAS NEIVA 1962 Álvaro Falla Alvira Miembro Numerario Academia Huilense de Historia Desde las 2 de la tarde del 3 de noviembre de 1962, oscureció en Los Filos, también en la justicia… y las sombras crecen.

LOS CAMPESINOS Y LA TRAGEDIA Este trabajo de investigación que será un ensayo de mayor extensión, por ahora pretende mostrar los hechos criminales del 3 de noviembre de 1962, ocurridos en Los Filos, vereda Peñas Blancas, municipio de Neiva, departamento del Huila, desde el proceso judicial como documento que guarda memoria para la historia regional y nacional, que pocas veces concurre a los escenarios y a los debates en los que se examinan los acontecimientos del pasado. Además, vistos también de manera general, desde la prensa nacional de esos días. El 3 de noviembre de 1962 desde un poco antes de las dos y más o menos hasta las tres de la tarde, en el trecho de tierra colorada y piedras asomadas sobre el piso de la vía unas y otras sueltas, que zarandean al viajero al iniciar el descenso hacia el río Baché, en la carretera que lleva de Neiva a Peñas Blancas, a menos de veinte kilómetros del recorrido, en el lugar conocido como Los Filos, los espantosos y apocalípticos pájaros, en otra de sus tantas acciones 65


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criminales, derramaron la sangre de veintiséis personas indefensas, sobre el suelo que las vio nacer, crecer y trabajar, entre las que perecieron niñas, niños, mujeres y hombres adultos, todos de la más indiscutible y limpia estirpe campesina. Veinticuatro de ellos ocuparon por última vez, hasta ese lugar por el que cruzaron muchas veces después de tanto tiempo y hasta esa hora, su puesto como pasajeros en la Chiva marca Ford, color verde y rojo, modelo 1946 de placas H-60-51, de propiedad de Camilo Charry Garzón, afiliada a la empresa COOTRANSHUILA. Fueron asesinados brutalmente, pero además los pájaros esparcieron partes de los cuerpos en el lugar en el que ahora, contra el tiempo, hay una virgencita olvidada y cruces también descuidadas, como si eso fuera suficiente; la fatalidad sumó a dos personas que eran en ese momento pasajeros del automóvil de placas desconocidas,1 de propiedad del señor Maximino Falla, que en su retorno de cada ocho días hacia sus fincas, llegaron insospechadamente al encuentro con la muerte que ya se había instalado allí, en los cadáveres de sus familiares, amigos y vecinos y en las armas de fuego y los machetes de los canallas que quitaban las vidas sin detenerse y herían, sin que nada ni nadie lo impidiera, pero sobre manera la muerte anidó en la ceguera política y en las entrañas de esos criminales, monstruos cobardes y miserables idénticos a quienes los incitaron al crimen político sectario. Algunos pasajeros salvaron sus vidas, heridos unos en el mismo escenario, dándose por desfallecidos simulando la muerte para mantener la vida, otros corriendo desenfrenadamente hasta más allá de los machetes y de las balas, fue el resultado criminal del camino sombrío que parecía interminable para la banda de facinerosos dirigida por Manuel María Cedeño Castro alias el Mico; Samuel Quintero alias el Renco; Miguel Ángel Cedeño Andrade alias el Conejo o el Rayo y por otros, que sin estar físicamente en la escena del crimen fueron los autores intelectuales, adiestrados para matar por odios políticos, comportamiento que muestra la más grande de las miserias sobre la tierra, que por interminables años ha golpeado brutal e injustamente a muchos colombianos. 1

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El Juez no averiguó por las características de este automotor.


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Allí, inmóviles para la eternidad, ahora quedaron los cadáveres de los campesinos arriba de las bancas y en el piso de la Chiva, en un solo correr de la sangre, sobre la carretera y en el rastrojo, mezclados con los variopintos mercados comprados unas horas antes en la galería y graneros de la ciudad de Neiva, desparramados dentro y fuera del vehículo junto a zapatos, carteras de mujer y prendas de vestir, cabezas desprendidas de sus cuerpos, el cuadro no podía ser más desgarrador, más doloroso y más triste; la muerte así, de esa manera, tan cerca de la ciudad, de sus parcelas, de sus querencias… pero tan abandonados y tan olvidados, lejos del Estado y de todos, tanto, que nadie se dio cuenta de ellos vivos, tanto que todos supimos de ellos cuando fueron asesinados. Aquellos que saltaron de la Chiva de la mano del pánico, lograron huir en todas direcciones por entre las balas y los machetazos, por entre los matorrales y los espinos, por entre los criminales y sus gritos de fieras que ordenaban asesinarlos para silenciar voces de ayuda y posibilidades de posteriores reconocimientos. En honor a las víctimas es inevitable evocarlas por sus nombres desde ahora; resulta ineludible también, hacer nuestro todo el horror que experimentaron frente a la muerte que les llegó de repente y de todas direcciones en las balas y en el filo de los machetes, precedida de las agresiones verbales de los delincuentes que actuaron en ese escenario y de la determinación de los criminales invisibles, que desde lejos de allí, desde sus haciendas, oficinas y poltronas, con la debida antelación habían impartido la orden de asesinarlos: ALBERTO DUSSÁN TAFUR, 16 años, soltero, agricultor, natural de Neiva. Lo mencionó su padre Ramón Dussán Medina.2 Lo mataron en la huída al lado de su padre y allí lo dejó y siguió corriendo. ANIBAL QUINTERO JOVEN, 50 años, casado, agricultor, natural de Neiva. MARCOS PASCUAS CUENCA, 50 años, casado, agricultor, natural de Neiva. El Juez Primero Superior lo nombró Marcos Pascuas Puentes en el auto de calificación, era hijo de Benito Pascuas. 2

F. 107 vuelto cuaderno 1.

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BENITO PASCUAS, 78 años, casado, agricultor, natural de Neiva. JUSTO GERMÁN CABRERA CHARRY, 40 años, casado, agricultor, natural de Neiva. EDUARDO MEDINA CABRERA, 55 años, casado, ganadero, natural de Neiva. ALEJANDRO OVIEDO GARZÓN, 42 años, casado, vaquero, natural de Neiva. Pasajero del taxi que llegó al lugar en el momento del asalto. CAMILO CHARRY GARZÓN, 53 años, casado, conductor, natural de Neiva. Era el propietario y conductor de la Chiva. CAMILO GONZÁLEZ, 22 años.3 En el expediente consta no haberse encontrado su acta de defunción. FIDEL DUSSÁN MEDINA, 35 años, soltero, agricultor, natural de Neiva; el Juez Primero Superior de Neiva lo nombró Miguel Dussan, en el auto de calificación; pero en el acta de defunción está registrado correctamente como Fidel Dussán Medina.4 JORGE DUSSÁN 12 años, soltero, estudiante, natural de Neiva. ALFONSO RODRIGUEZ, 50 años, agricultor, casado, natural de Neiva. DELFÍN BERNARDO GARCÍA DUSSÁN, 51 años, soltero, ganadero, natural de Neiva. Pasajero del taxi que llegó al lugar en el momento del asalto. JOSÉ DOLORES MEDINA CABRERA, 60 años, casado, agricultor, natural de Neiva. BENITO MEDINA DUSSÁN, 40 años, casado, agricultor, natural de Neiva. MANUEL SANTOS MEDINA CABRERA, 50 años, agricultor, casado, natural de Neiva. 3

F. 95 cuaderno 1. Constancia de no haberse encontrado el acta de defunción. El Juez no averiguó nada más.

4

F. 87 ibíd.

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JUSTINO CABRERA CHARRY, 50 años, casado, agricultor, natural de Neiva. MARÍA CARDOSO VIUDA DE OSORIO, 50 años, hogar, viuda, natural de Aipe. GENOVEVA DUSSÁN DE CABRERA, 35 años, casada, hogar, natural de Neiva. CRISTINA DUSSÁN DE QUINTERO, 36 años, casada, hogar, natural de Neiva. Madre de Úrsula Medina Dussán. MARGARITA DUSSÁN DE MELÉNDEZ, 54 años, casada, hogar, natural de Neiva. Madre de Rodrigo Meléndez Dussán. OTILIA CABRERA DE MEDINA, 45 años, casada, hogar, natural de Neiva. MARÍA INÉS MEDINA CABRERA, 18 años, soltera, hogar, natural de Neiva. Hija de José Dolores Medina y Romelia Cabrera de Medina los dos asesinados junto con ella. ÚRSULA MEDINA DUSSÁN, 10 años; soltera, estudiante, natural de Neiva; en el auto de calificación del mérito del sumario, el Juez Primero Superior de Neiva la menciona como Úrsula Dussán Dussán. Así está registrada en el acta de defunción,5 pero su padre Ismael Quintero Medina era casado con Cristina Dussán y padre de Ursula Medina Dussán, así lo declaró él mismo.6 ÚRSULINA VILLARREAL, 50 años, soltera, oficios domésticos, natural de Neiva. ROMELIA CABRERA DE MEDINA, 50 años, casada, hogar, natural de Neiva.

5

f. 86 cdno 1.

6

F. 65 ibíd.

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DECAPITADOS TOTALMENTE La cabeza quedó totalmente separada del cuerpo: MARCOS PASCUAS, quien para entonces era el comisario de Peñas Blancas y tenía 50 años de edad. Hijo de Benito Pascuas. FIDEL DUSSÁN, de 35 años de edad. ANÍBAL QUINTERO, de 50 años de edad. ALBERTO DUSSÁN, de 17 años de edad. Lo mataron al momento de huir al lado de su padre, cayó y alcanzó a decir: Papá me mataron. Allí quedó bocabajo, el padre siguió corriendo. BENITO MEDINA, de 40 años de edad.

DECAPITADOS PARCIALMENTE La cabeza quedó pendiente de uno o varios calgajos: CAMILO GONZÁLEZ, de 22 años de edad. CAMILO CHARRY, el conductor y propietario del mixto asaltado, de 53 años de edad. MANUEL SANTOS MEDINA, de 50 años de edad. ALFONSO RODRÍGUEZ, de 50 años de edad.

LOS NIÑOS ASESINADOS ÚRSULA MEDINA DUSSÁN, asesinada de un balazo, era una niña de 10 años de edad. Calzaba zapatos tenis con florecitas rojas y vestido rojo, expresando al mundo que anhelaba otro destino. En la diligencia de levantamiento de su cadáver por el Juez 135 de Instrucción Criminal y los peritos médicos en las instalaciones del Batallón Tenerife de 70


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Neiva y en la autopsia practicada por la Central de Medicina Legal de Neiva, el 3 y 6 de noviembre de 1962 respectivamente, dice: Herida contundente producida por proyectil de arma de fuego de aproximadamente cinco centímetros de diámetro, situada por encima y por detrás del pabellón de la oreja derecha. Sin orificio de salida. Por el ojo derecho hay profusión de masa encefálica.7 INÉS MEDINA, asesinada a balazos, era una niña de 17 años de edad; lucía un vestido de seda, de palmas verdes y alas de pájaros, imposible ser más significativo de su edad de luz. Los funcionarios dijeron: Cinco orificios de medio centímetro de diámetro en la cara anterior del brazo derecho con orificios de salida en la cara posterior y fractura de húmero. Numerosas escoriaciones producidas por perdigones en la espalda y región lumbar.8 ALBERTO DUSSÁN, asesinado a machetazos, era un niño de 17 años de edad; vestía pantalón, camisa, medias y sin zapatos. Presentaba: Decapitación completa por heridas múltiples cortantes del cuello. Heridas perforantes con arma corto-contundente (sic) del hemitorax posterior izquierdo (5) todas perforantes. Herida corto-punzante (sic) perforante sobre el hemitorax derecho, línea escapular.9 JORGE DUSSÁN, asesinado a balazos y machetazos, era un niño de 12 años de edad. Vestía pantalón negro, camisa blanca, descalzo. Mostraba: Herida con arma de fuego en la cara izquierda en el maxilar un centímetro de diámetro, herida con arma cortante cara anterior brazo izquierdo a la altura del hombro, herida con arma de fuego de dos centímetros de diámetro en la espalda al lado izquierdo de cinco centímetros a la tetilla, herida de arma de fuego un centímetro en la región lateral izquierda media, herida de arma corto punzante (sic) en la región occipital de dos centímetros, herida de arma de fuego de dos centímetros en la región occipital se le halló en ella un proyectil.10 7

. Folios 1 y ss., y 33 y ss., cuaderno 1.

8

Proceso y folios ibíd.

9

Proceso y folios ibíd.

10

Proceso y folios ibíd.

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Las restantes víctimas, hombres y mujeres eran mayores de 20 años de edad, hasta los 78 años de Benito Pascuas, sorprendido como todos, un día alegre de la semana en una curva del camino por la muerte aleve, absurda, solo porque era liberal, como los demás. Las actas civiles de defunción están todas a partir del folio 70 del cuaderno 1 del proceso conocido con el nombre de El Genocidio de Peñas Blancas.

LOS HERIDOS ISMAEL QUINTERO DUSSÁN, 2 meses de edad, hijo de Ismael Quintero Medina y Cristina Dussán. RÓMULO GARRIDO LOSADA,11 42 años, natural de Rivera Huila, residente en Peñas Blancas, casado, agricultor. Ocupaba el puesto dos en la banca de adelante y lo hirieron con los primeros balazos en el brazo derecho, pero corrió. RODRIGO MELÉNDEZ,12 28 años, natural y vecino de Neiva, casado, agricultor. Lo hirieron desde los primeros disparos, puesto que iba en la primera banca junto al chofer y al saltar del bus de nuevo recibió otros balazos. Cayó cerca al vehículo y allí permaneció como si estuviera muerto. ASCENSIÓN PASCUAS GARRIDO,13 29 años, natural de Neiva, vecino de Peñas Blancas, casado, agricultor. Huyó con un tiro en la cara. MERY CABRERA,14 23 años, natural de Neiva, vecina de Peñas Blancas, soltera, oficios domésticos. La hirieron en una mano cuando saltaba del bus para huir.

11

F. 120 ibíd.

12

F. 128 ibíd.

13

F. 121 vuelto cuaderno 1.

14

F. 123 ibíd.

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CARMEN DUSSÁN DE MEDINA, 34 años. Huyó con un niño suyo, por quien el investigador no averiguó el nombre, edad, si fue herido, etc. Casada, natural y vecina de Neiva, de profesión oficios domésticos, analfabeta. JESÚS ANTONIO VARGAS,15 27 años. Natural de Pitalito, vecino de Peñas Blancas, soltero, obrero. Sabe leer y escribir, a los demás el Juez no les preguntó. Le pegaron un tiro y corrió incansablemente.

LOS QUE ESCAPARON ILESOS OTILIANO OLARTE,16 45 años de edad, natural de Neiva, vecino de Palermo, casado, agricultor. No estuvo en el bus al momento del asalto. Se bajó un kilómetro antes, como cada ocho días, en el sito en el que quedaba su casa. Seguramente no se le puede tratar como víctima, pero por ser un hombre de allí, también le asesinaron la confianza y la tranquilidad. ALAÍN RICAURTE MEDINA,17 10 años de edad, natural de Villa Rica (Tol.), soltero, agricultor, analfabeta. Se escondió debajo del bus contra las llantas traseras. ISMAÉL QUINTERO MEDINA,18 44 años de edad, natural de Peñas Blancas, agricultor. No le preguntaron dónde tenía su residencia, tampoco si fue herido. Contó que viajaba con su esposa Cristina Dussán de Quintero y con su hija Úrsula Quintero Dussán, que las dos fueron asesinadas. Que su esposa llevaba en los brazos a un niño de dos meses de nacido - se refiere a su hijo Ismael Quintero Dussán -.

15

F. 118 ibíd.

16

F. 143 ibid.

17

F. 26 cuaderno 1.

18

F. 65 ibíd.

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LUIS ENRIQUE ALDANA, 19 54 años de edad, natural de Aipe y vecino del mismo municipio, de profesión agricultor, sabe leer y escribir. CLAUDINA MEDINA DE RICAURTE,20 44 años de edad; casada, oficios domésticos; mamá de Alaín Ricaurte Medina el niño de 10 años que en sus declaraciones dijo que viajaba con ella en el bus asaltado. El Juez no le preguntó el lugar de nacimiento, residencia en Neiva. El NIÑO,21 hijo de Carmen Dussán de Medina, por quien el Juez investigador no mostró interés alguno, al punto de no preguntar su nombre, edad, si resultó herido, si el padre era pasajero del bus, si fue asesinado o se salvó, etc. Este es otro niño invisible, como tantos en Colombia RAMÓN DUSSÁN MEDINA,22 45 años, casado, natural de Neiva, vecino de Peñas Blancas, agricultor, sabe leer y escribir. Padre de Alberto Dussán, el niño de 17 años muerto en la carrera tratando de escapar al lado de su padre. LUZ MERY CABRERA,23 23 años, natural y vecina de Peñas Blancas, soltera, oficios domésticos, sabe leer y escribir. AURA MARÍA VARGAS CABRERA,24 38 años, natural de Palermo y residente en la vereda de Peñas Blancas, casada, oficios domésticos, sabe leer y escribir. CAMILO CHARRY DUSSÁN,25 13 años, soltero, natural y vecino de Neiva, obrero, sabe leer y escribir, hijo de Camilo Charry el conductor y propietario de la Chiva. 19

F. 115 ibid.

20

F. 109 vlto., ibíd..

21

F. 103 ibíd.

22

F. 107 vlto., ibíd.

23

F. 123 ibíd.

24

F. 141 vuelto ibíd.

25

F. 150 ibíd.

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EL NIÑITO, sin nombre, supuestamente de apellido Cabrera. El Juez no lo averiguó, tampoco si fue herido, cuantos años de edad, cual la madre, si viajaba en el bus. (…) dijeron que era hijo de JUSTINO CABRERA a quien mataron, cuando iban corriendo, mencionado así, por Vicente Alvarez.26 VICENTE ÁLVAREZ BELTRÁN,27 43 años de edad, natural y vecino del municipio de Aipe, casado, ganadero. JESÚS ANTONIO VARGAS,28 27 años de edad, soltero, natural de Pitalito Huila, vecino de Neiva, de profesión obrero, sabe leer y escribir. Viajaba con su compañera, en la huída se perdieron uno del otro, (…) era la primera vez que viajaba a Peña Blanca (sic). No le preguntaron si encontró a la mujer, el nombre, si estaba herido y si a ella la hirieron. No le preguntaron qué iba a hacer a Peñas Blancas y quién lo había contratado. NOHORA DUSSÁN DE DÍAZ,29 30 años de edad, natural y vecina de Neiva, viuda, oficios domésticos, sabe leer y escribir. Saltó del mixto y corrió por la carretera hacia Neiva, con el niño Sixto Díaz, su hijo y se encontró con el taxi conducido por Maximino Falla, en él iban Delfín García, su hermana Raquel García y Alejandro Oviedo, les hizo señas pero no le entendieron, al llegar al lugar del asalto fueron asesinados ellos dos. El Juez no le preguntó por el nombre y edad del niño, si fue herido, etc. SIXTO DÍAZ, niño, no se sabe su edad, hijo de Nohora Dussán de Díaz, ella lo nombra en su declaración. ALAÍN RICAURTE MEDINA,30 10 años de edad, natural de Villa Rica (Tol.), vecino de Peñas Blancas, hijo de Claudina Medina de Ricaurte.

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F. 111 ibíd.

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F. 111 vlto y ss., ibíd.

28

F. 118 ibíd.

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F. 153 ibíd.

30

F. 110 vuelto ibíd.

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ISMAÉL QUINTERO MEDINA,31 44 años de edad, agricultor, natural y vecino de Peñas Blancas, sabe leer y escribir. Esposo de Cristina Dussán de Quintero y padre de Úrsula Quintero Dussán, a quienes perdió en el asalto. La madre llevaba en sus brazos a un niño de 2 meses de nacido, el Juez no averiguó por su nombre, si fue herido, etc; por las listas de heridos se supo que se trataba de Ismael Quintero Dussán.

Aquellos que salvaron sus vidas y las familias gravemente afectadas por la pérdida de seres queridos, recibieron únicamente sus propias solidaridades y para siempre los marcaron sus desconsuelos. Es forzoso sentir el dolor de sus familias abandonadas por la indolencia del Estado, de sus gobernantes y de la comunidad. Familias sencillas, buenas, honestas como las que más sobre la tierra, sometidas como fueron violentamente a la soledad y a la tristeza, saben que las pérdidas y el dolor serán eternos, pero igualmente, que nacieron con fuerzas para sobreponerse. Tal la reciedumbre de nuestras gentes. La materialidad de la muerte de las veintiséis personas y la de las lesiones de aquellas que resultaron heridas, es aceptada por la justicia, a partir de pruebas formales tales como el acta de levantamiento de los cadáveres, las diligencias de necropsia correspondientes y los dictámenes proferidos por los médicos legistas. Sin embargo las familias y toda la región, perciben la materialidad de la muerte como dolor, tragedia y pérdida irreparable, soledad, desamparo. Los jueces cumplen con las formalidades de las leyes, pero los campesinos entierran a sus muertos. Los jueces olvidan, las familias de las víctimas, no. Los criminales deben responder de la materialidad penal, no lo han hecho aún, pero también de alevosía, sevicia, que es lo mismo que crueldad excesiva, indolencia, premeditación, motivos innobles o bajos, indefensión de las víctimas, materialidades que aquella lleva atadas. La gran tragedia es en estos casos la suma de las tragedias individuales, de manera que cada víctima, además, también vivió la 31

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F. 65 ibíd.


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suya. Qué tanto de su propia desventura percibiría Ismaél Quintero Dussán, quien quedó en la carretera con su madre y hermana muertas, escasamente con 2 meses de edad,32 hermanito de Úrsula Dussán de 10 años, la niña que fue asesinada cuando corría por la carretera en dirección a Neiva, al lado de Cristina Dussán, su madre, cómo la vivirían ellas; cómo sería para Ismael Quintero Medina, su padre, que saltó del mixto y siguió veloz hacia los matorrales y observó que su esposa se escurrió del bus y corrió junto con Úrsula y con el niño en brazos por la carretera, como regresando a Neiva, tratando de salvarse y de salvar a sus hijos alejándose del infortunio. Cuando él volvió a Los Filos unas horas después, las encontró muertas, tiradas en la carretera lejos de la Chiva, sin el niño, a quien los soldados habían trasladado al hospital de Neiva, según logró averiguar en ese sitio, casi sin encontrar a quién preguntarle.

LOS PÁJAROS La violencia política de remotas y profundas raíces en Colombia, todavía estaba en estos territorios en 1962. Una banda de pájaros, elementos armados, vestidos con uniformes de policía, repitieron las tragedias de Ceilán, Betania, La Primavera, La Tulia, Naranjal, Bolívar, la Casa Liberal en Cali y otras, todas estas localidades en el Valle del Cauca, sucedidas en 1949; Barragán, Versalles, Juanchito y otras, también en el Valle del Cauca en 1956 y 195733. Las de San Vicente del Caguán, Guacamayas y Puerto Rico en el Caquetá en 1951. Las incontables masacres en los municipios de Anzoátegui, Falan, Chaparral, Cunday y Rovira, todos estos de mayorías liberales, en el departamento del Tolima.34 El 25 de enero de 1963 en Santa Ana municipio deYaguará, en el departamento del Huila, once 32

El otro extremo de la edad de las víctimas, Benito Pascuas ya contaba 78 años.

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Delgado Madroñero Johnny. El bandolerismo en el Valle del Cauca – 1946 – 1966. Gobernación del Valle del Cauca y Secretaría de Cultura. Premio Jorge Isaacs 2010 – 2011. Cali, Colombia, 2011.

34

Uribe, María Victoria. Violencia y masacres en el Tolima : desde la muerte de Gaitán al Frente Nacional. Revista Credencial Historia. Bogotá - Colombia. Edición 18 Junio de 1991.

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campesinos liberales fueron asesinados por el Renco, el Mico, el Rayo y sus cuadrillas, múltiple crimen posterior al de Peñas Blancas y que parece como si hubiera escapado de la justicia, de la memoria de los huilenses y de la de los colombianos. Este ensayo se escribe y se inscribe en los años de las conversaciones de paz del Gobierno de Colombia con la guerrilla de las Farc, en la intención de contribuir con la memoria de hechos que deben pasar por el conocimiento de los colombianos, en algunos casos y por el simple recuerdo en otros, para aquellos que los vivimos y que hemos permitido el olvido, para que en el proceso de evaluación de la paz y de la guerra, tengamos la posibilidad de concluir que no los repetiremos, ¡no lo permitiremos! El 3 de noviembre de 1962 alrededor de las dos de la tarde, un grupo de más de diez35 delincuentes armados y algunos uniformados de policías, se apostó en el lugar conocido como Los Filos o Las Coloradas ubicado en el predio El Espino, a veinte kilómetros de la zona urbana del municipio de Neiva, sobre la carretera que de esta ciudad conduce al corregimiento de Peñas Blancas situado al noroccidente de Neiva, sobre el río Baché, entonces cristalino, hermoso y semiescondido en la rala rastrojera y escasos árboles que lo protegen, sorprendió a tiros de fusiles, carabinas, escopetas y armas cortas a un bus mixto, escalera o Chiva, de placas H 60-51, marca Ford, modelo 1941,36 afiliado a la empresa COOTRANSHUILA,37 que regresaba a la vereda atiborrado de sus pasajeros habituales de cada ocho días, que viajaban con sus mercados, que ellos hacían posibles cada semana, gracias al dinero procedente del cumplimiento de las contratas de cuajadas que sostenían verbalmente con las bizcocherías de Neiva, mas unas cuantas arrobas de batatas y yucas, racimos de plátanos y cachacos, anones, guanábanas, guayabas, tamarindos, naranjas y limones, la cosecha de maíz amarillo o blanco, gallinas y cerditos criados con los residuos de la producción de la finca. 35

No se supo, el Juez no logró establecerlo, el número exacto de criminales.

36

La Inspección Ocular practicada por el Juez 135 de Instrucción Criminal apoyado por dos topógrafos y dos peritos auxiliares, al lugar del asalto el 4 de noviembre de 1962, dijo que el vehículo era modelo 1941, pero los peritos del DAS, en la diligencia Inspección Ocular adelantada por ellos el mismo 4 indicado, aseguraron que el bus era modelo 1946.

37

Informe Grupo Técnica Criminalística. Ff. 61 y 62 cuaderno principal.

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Agazapados, aprovechando la soledad y las curvas del carreteable destapado y difícil para todo conductor, ávidos de divisar a sus víctimas indefensas que ese sábado volvían alegres a sus hogares, como lo habían hecho por muchos años todas las semanas anteriores y de observarlas a través de las mirilllas de las armas de fuego, escucharon crujir el motor de la Chiva que justo en el lugar del asalto finalizaba de remontar en curva la cuesta empinada que admitía traspasar el cerro en el sitio los Filos e iniciar el descenso hacia las vegas del río Baché… Fríos, avezados, a matar habían ido, refinaron la puntería, los machetes ya estaban afilados. Sobre el parabrisas que cubría al conductor dispararon de frente veinte tiros de armas largas, así lo confirma la inspección ocular practicada por el Juez 135 de Instrucción Criminal y desde los costados de la vía, no se sabe cuántos, pero a Camilo Charry de 53 años de edad, conductor y propietario del vehículo, le impactaron muchos proyectiles que súbitamente apagaron esa vida amable que llevó sin sombras; de manera que el bus se detuvo contra las peñas que por el lado derecho de la vía en la dirección que lleva al río, dibujan y ciñen la estrecha carretera. Así como a sus pasajeros, también los impactaron gran cantidad de proyectiles y después recibieron machetazos; machetazos aleves, sin ningún riesgo para el delincuente, tan sanguinarios que a algunos les desprendieron sus cabezas. La diligencia de inspección ocular practicada el 4 de noviembre de 1962, por el mismo funcionario, dijo que al vehículo lo impactaron sesenta y dos proyectiles. ¿Cuántos alcanzarían directamente a los pasajeros muertos y vivos? No se supo. Habría que contar los que Medicina Legal dijo que recibió cada uno de los pasajeros vivos y muertos. En menos de una hora de disparar repetidamente diferentes armas de fuego y de propinar machetazos incontables, cayeron asesinados veintiséis hombres y mujeres de todas las edades e hirieron a siete y les robaron dinero, joyas y relojes de pulso, prendas de vestir, cervezas y gaseosas que encontraron empacadas en costales, de las cuales bebieron algunas en el mismo lugar del asalto, destapándolas con las puntas de los machetes ensangrentados. Y se fueron, ellos preestablecieron por dónde y para dónde; otros también lo sabían. Ellos conocían los caminos. Otros conocían los efectos. El desamparo 79


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quedaba a sus espaldas; quizás no se habrían saciado plenamente porque el éxtasis no es un fin o estado alcanzable por los criminales. Estos acontecimientos de sangre describen indiscutiblemente una continuidad de la violencia política conservadora – liberal de los años cuarentas y cincuentas, en la mayoría del territorio nacional. LA PRENSA Los periódicos El Tiempo y El Espectador, el 4 de noviembre de 1962 dieron la noticia y comentaron los hechos criminales que acabaron con la vida de veintiséis campesinos e hirieron a siete, entre mujeres y hombres adultos y niños y niñas de corta edad. Dijo El Tiempo que unos doce sujetos que vestían prendas militares asaltaron a bala y remataron a machete a las víctimas, cortándoles la cabeza, en algunos casos. En la nota editorial de la misma fecha, este periódico opinó que esos hechos podían obedecer una estrategia del comunismo internacional y del fidelismo satélite. El gobernador Salazar Tapiero dijo para El tiempo del día siguiente a los hechos, que era prematuro ubicar en determinada banda de criminales la autoría de la matanza (…), pero los brotes violentos del comunismo obligan muchas consideraciones sobre la tragedia que viven algunas zonas colombianas. Es inaceptable que el gobernador ignorara la existencia de las bandas de pájaros que cometían asesinatos en el occidente del departamento del Huila y que la vereda de Peñas Blancas era políticamente liberal. LO JUDICIAL Los Jueces de Instrucción Criminal 135 y 344 en su orden, fueron comisionados conjuntamente,38 por el término de 30 días, el primero 38

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F. 19 cuaderno 1. Resolución No. 303 del 3 de noviembre de 1962. Por la cual se confiere una comisión a los Juzgados 135 y 344 de Instrucción Criminal, conjuntamente, para la investigación de un genocidio.


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como jefe de la comisión, (…) para que en el municipio de Neiva y demás sitios del Departamento que fuere necesario inicien y adelanten hasta su perfeccionamiento la investigación por el atroz genocidio y demás infracciones penales resultantes del asalto perpetrado en la tarde de hoy a un bus de pasajeros por cuadrilla de malhechores, en el sitio “ Los Filitos” (sic) a 17 kms. de esta ciudad, de la carretera que conduce a Peña Blanca (sic), con saldo de 26 muertos (sic), siete heridos y robo. La comisión fue conferida por el Jefe Seccional de Instrucción Criminal y Vigilancia Judicial del Huila, el 3 de noviembre de 1962, mediante Resolución número 303. Una comisión antitécnica como se observa en el desarrollo del proceso. Dos jueces practicando pruebas en un mismo asunto rompen la unidad y la inmediatez probatoria, de modo que se estorban mutuamente, dando como resultado una caótica y discutible investigación, como sucedió en este caso. Después de esta hubo muchas comisiones de jueces. Con apoyo en la diligencia de levantamiento de cadáveres practicada el 3 de noviembre de 1962, el Juez 135 de Instrucción Criminal abrió mediante auto del 4 de noviembre del mismo año la correspondiente investigación y con el fin de dar con los autores, cómplices o encubridores del genocidio, decretó entre otras pruebas, escuchar las declaraciones de los testigos presenciales y practicar diligencia de inspección ocular en el sitio del asalto. El proceso penal empezó el mismo 3 de noviembre de 1962 con la diligencia de levantamiento de los cadáveres39, practicada por el Juez 135 de Instrucción Criminal, comisionado por la Dirección Nacional de Instrucción Criminal para investigar este asunto, en las instalaciones de la Enfermería del Batallón Tenerife de Neiva, a donde habían sido trasladados desde el lugar de la tragedia en camiones del Ejército por soldados de esa institución, como si estos tuvieran formación judicial y de medicina legal para asumir tan grande responsabilidad. Todo lo que hicieron fue recogerlos, no levantarlos desde el concepto jurídico y médico-legal y echarlos a los camiones para trasladarlos al Batallón de Neiva. Esa no es tarea para unos soldados; el Ejército de 39

Ff., 1 y ss., del cuaderno principal.

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Colombia no entendió que su deber era cubrir la zona y perseguir y capturar a los criminales, que hacía unos minutos habían abandonado el ensangrentado escenario. Al decir de testigos, no los persiguieron por unos llanos que los hacían muy visibles en una zona de fácil cubrimiento y taponamiento de vías y de caminos. Era el deber constitucional, el orden público había sido gravemente alterado y lo importante consistía en controlarlo, no precisamente recogiendo cadáveres. La policía no acudió. Algunos de los heridos en el asalto y posteriores testigos, así como delincuentes que rindieron indagatorias, dijeron que los forajidos huyeron a pié, e indicaron el rumbo que tomaron, es decir caminaron una larga distancia por zona descubierta, dado que el terreno no es de espesos bosques, de modo que hubieran podido ser capturados fácilmente, puesto que el Ejército al llegar a Los Filos, por poco los encuentra allí. El daño económico a la región, a las familias, no se ha calculado. Tampoco se ha medido el daño moral y ético, en tanto ese comportamiento en regiones y contra gentes pacíficas, enseña la violencia, origen sin lugar a dudas, de más violencia. La inspección ocular al sitio de los Filos o Las Coloradas el 4 de noviembre de 1962, el día inmediatamente posterior a la masacre, arrojó el siguiente resultado: El Juez 135 de Instrucción Criminal, un fotógrafo, un topógrafo, dos peritos auxiliares y tres testigos actuarios, se trasladaron a veinte kilómetros aproximadamente de la ciudad de Neiva por la carretera que de esta ciudad conduce al corregimiento de Peñas Blancas y una vez en el lugar que no nombraron, además de tomar juramento a todos los mencionados, fotografiaron y midieron topográficamente la ubicación de las cosas encontradas. Los cadáveres ya habían sido recogidos, no levantados, como se dijo, por los soldados del Batallón Tenerife. Anotaron que entre la cuneta del lado derecho del conductor en el sentido de la ruta de las víctimas, se encontró el bus marca Ford, color verde y rojo, de servicio público, no escribió el señor Juez la 82


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placas del vehículo, con capacidad para treinta y dos pasajeros, modelo 1941, tipo mixto, de servicio público, afiliado a la empresa Cootranshuila Ltda. Que recibió sesenta y dos impactos de balas: dos en el guardabarro izquierdo delantero; diez en la tapa del motor al lado izquierdo; otros diez a un lado de la tapa sobre el lado izquierdo del carro; cuatro en el parabrisas del lado derecho; veinte en el parabrisas del lado izquierdo de la parte donde va el chofer; tres encima del parabrisas y trece en el lado izquierdo de la carrocería. En el informe de los técnicos de criminalística que acompañaron al Juez que practicó la diligencia de inspección ocular presentado al Juez el 8 de noviembre inmediato, hubo mayor precisión acerca de los datos referidos al automotor y otros, con posterioridad a los hechos criminales. Indicó que en todos los asientos encontraron huellas de sangre y encima de la carrocería, mercancías y artículos de comida o mercados regados por todos los alrededores del bus. Señaló el Juez que los campesinos acababan de hacer el mercado en Neiva. Cerca al automotor halló zapatos, ropa, una cartera de mujer que estaba desocupada, botellas de cerveza costeña llenas y de gaseosas vacías; cartuchos de escopetas calibre 12 y 16 y cascarones de balas de carabina San Cristóbal. Registró que la zona de arbustos facilitó el ocultamiento de los asesinos y que desde un lugar alto contaban con visibilidad de un kilómetro aproximadamente de la carretera. (…) Visibilidad esta que les permitió espiar sobre seguros a sus víctimas. Enseñó que sobre la carretera colocaron una piedra o roca de 75 centímetros de largo por 50 de alto en la mitad del carreteable lo cual impedía el paso de cualquier vehículo que hubiere salvado el sitio del asalto. Dijo que no habían encontrado huellas que indicaran el rumbo de huida de los criminales. Sin embargo algunos pasajeros del bus señalaron la ruta de los delincuentes.40 Apenas unos minutos antes del asalto, pasaron por Los Filos en un carro mixto pequeño, Uladislao Cabrera, líder liberal de la región, 40

Folios 11 y siguientes, proceso y cuaderno ibíd.

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persona por la que indagaban los antisociales para asesinarla, y otros campesinos residentes en la vereda. Arcenio Mono Chala alias Terror, se refirió a ese vehículo al contar que lo vieron pasar cuando ya estaban acechando al bus, y nada le dijeron. Nueve personas de una misma familia, algunas de muy avanzada edad, otras jóvenes y tres de ellas, niñas menores de diez años, se desplazaban en un jeep Willys desde Neiva hacia la finca de su propiedad, a orillas del río Baché, en la vereda Peñas Blancas, eran parientes del conductor y propietario del bus asaltado, así como de muchos de sus ocupantes, llegaron al lugar del terrible acontecimiento en el mismo momento en que se producía la tragedia. Vieron a algunos criminales y a muertos en la carretera y a decapitados. Los malhechores detuvieron el jeep y a sus ocupantes les preguntaron por Uladislao Cabrera. Les robaron el poco dinero y el reloj de pulso del chofer. Les preguntaron sus nombres y una voz desde el monte dijo no conocerlos, pero les preguntaron insistentemente qué política tenían y ellos les contestaban que ninguna, porque ninguna les servía. El ruido del motor de otro vehículo hizo que rápidamente obedeciendo a la voz desde el monte, se ocultaran, momento en el que el jeep pasó y a pocas cuadras encontraron a un automóvil que regresaba de Peñas Blancas, le hicieron señales de peligro, maniobró para dar vuelta y seguir tras el jeep. A las víctimas les daban machete y les gritaban hijueputas collarejos, contó uno de los heridos que fingió la muerte, a quien confundieron con aquel muy buscado para matarlo. Dos sujetos que fueron reconocidos como asaltantes en rueda de presos por uno de los ocupantes del jeep, fueron desvinculados de la investigación, porque (…) Posteriormente se comprobó que los dos sujetos atrás citados por la época en que ocurrieron los hechos investigados se hallaban detenidos en la cárcel de este Distrito.41 La imputabilidad y la responsabilidad que el sistema penal busca establecer a través del proceso, finalmente se concretaron en Arcenio Mono Chala alias Terror, a quien reconocieron varios de los pasajeros 41

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F. 38 cuaderno 6. Auto que calificó el mérito del sumario.


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que se salvaron y que confesó en indagatoria el 11 de febrero de 1964 haber participado en el genocidio de Peñas Blancas, tras haberse entregado a las autoridades herido a balazos por el Renco unos días antes, según informó. Dijo que a los campesinos de Peñas Blancas los mataron, comandados por Manuel Cedeño alias el Mico, (…) por pura política.42 Contó que los asaltantes fueron: Ramón Chila alias Almanegra, tenía para la fecha del asalto al bus, 16 años, había nacido el 3 de junio de 1946 en Iquira, Abdón Perdomo alias Gavilán o Barbas de Oro, Daniel Brand alias Vampiro, Jorge Ortiz alias Punto Azul, Octavio Coronado alias Pelusa, Manuel Cedeño alias el Mico y él, conocido como Arcenio Mono Chala alias Terror. Los pasajeros testigos del asalto declararon que fueron más de diez los asaltantes. El Mico había sido dado de baja, como dicen los militares, por fuerzas del Ejército en la ciudad de Neiva, el 31 de enero de 1963,43 apenas tres meses después del asalto al bus. No existe una reseña biográfica de Manuel Cedeño alias el Mico. Algunos de sus compañeros de cuadrilla dijeron haberlo conocido en la escuela en Íquira, sin que precisen cuantos años estudió. Por los mismos que cursaron los declarantes, resultan escasos meses o no más de un año de escolaridad. Un hombre inculto, violento, que podría ejecutar intereses de otros más letrados en materia política. El proceso recibió el auto de llamamiento a juicio o de cierre de la etapa de investigación, el 4 de agosto de 1970, más de ocho años después de su iniciación, sin haber logrado la verdad y desvelar al mundo los nombres de los verdaderos autores intelectuales y materiales del múltiple crimen. Durante este lapso la muerte también materializó sus cuentas con algunos criminales de esos que tantas veces se nombraron en el expediente, relacionados con el asalto a la humildad de estos campesinos y que tuvieron incidencias probatorias en el proceso: el 31 de enero de 1962 cayó muerto el Mico; el 16 de junio 42

F. 7 vuelto cuaderno 5.

43

F. 36 cuaderno 3. Registro Civil de Defunción de Manuel Cedeño Castro alias el Mico. El acta dice que tenía 23 años de edad, soltero, natural de Iquira, que la muerte ocurrió en el barrio José Eustacio Rivera de Neiva por proyectil de arma de fuego y que su última ocupación fue la de antisocial.

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de 1963 murió Juan de Dios Ladino. En los meses siguientes perecieron en enfrentamientos con el Ejército y la Policía, Abdón Perdomo alias Gavilán o Barbas de Oro y Octavio Coronado alias Pelusa. El Juez Primero Superior del Distrito Judicial de Neiva, en el auto de calificación del sumario por el genocidio de Peñas Blancas dijo: (…) el motivo, como lo dice el Mono Chala tuvo por causa cuestiones meramente políticas, objetivo de muchos asesinatos cometidos en esa época de barbarie, ante la displicente actitud de los responsables de la misma violencia imperante, quienes por el contrario la azusaban (sic) buscando provechos personales, antes que buscar cortar de raíz el mal, que ellos mismos habían implantado, en forma irresponsable, y antipatriótica. A responder en juicio criminal el Juez llamó a los siete individuos nombrados por Mono Chala en su confesión, incluido él, excluyendo a Manuel Cedeño Castro alias el Mico, Abdón Perdomo alias Gavilán o Barbas de Oro y a Octavio Coronado alias Pelusa, por muerte comprobada, pero sin conocer que Ramón Chila alias Almanegra, tenía para la fecha del asalto al bus, 16 años de edad, había nacido el 3 de junio de 1946 en Iquira, según copia de la partida civil de nacimiento expedida por el alcalde de ese municipio.44 Mediante decisión del 6 de noviembre e 1970 el Juez Primero Superior dispuso anular el llamamiento a juicio del menor y enviar copias de toda la actuación referente, al Juez de Menores de Neiva, para que resolviera su situación, sin el preso, porque no había sido capturado. El único encarcelado era Arcenio Mono Chala, quien se había entregado voluntariamente a las autoridades. Juan de Dios Ladino capturado por el Ejército desde el inicio de la investigación, confesó su participación en el asalto, inculpó al Mico y a su grupo de bandidos. Fue muerto a bala por el Ejército bajo la ley de fuga. El acta de defunción45 dice que murió el 16 de junio de 1963 en la vereda Puerta Chiquita, municipio de Teruel, de 19 años de edad, natural de Teruel, soltero, su última ocupación fue la de detenido en calidad de sindicado de asaltante. 44

F. 118 cuaderno 6.

45

F. 120 cuaderno 5,

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El sindicado Luis Peña Castro46 capturado también por el Ejército, confesó su participación en el asalto al bus, dijo que el motivo por el que el Mico asesinó a los campesinos de Peñas Blancas, fue (…) que esa gente era muy contraria, muy liberal. En su indagatoria señaló al Mico como el comandante del grupo de criminales que asaltó el bus, dijo que él estuvo allí y que habían ido: JUAN ANTONIO PALENCIA MANRIQUE, natural de Tarqui, Huila, de 20 años de edad, alias Hernando Restrepo Camargo, William Soris o Solis, el Paisa, Tres Filos o Capitán Tres filos. QUERUBÍN CASTILLO VARGAS, natural de Palermo, de 39 años de edad, negociante y vecino de Neiva. GONZALO MAHECHA, natural de Neiva, de 28 a 30 años de edad, soltero, no dijo de su ocupación ni vecindad. LUIS PEÑA CASTRO alias Exterminio, natural y vecino de Iquira, 39 años de edad, casado, no dijo su ocupación. ABDÓN PERDOMO, alias Barbas de Oro o Gavilán, sin más datos. FORTUNATO VARGAS, alias Sangrenegra o Tarzán. Sin datos. RAMÓN CHILA, alias Alma Negra. Sin más datos. OCTAVIO CORONADO, alias Pelusa, sin más datos. DANIEL BRAND, alias Vampiro, sin más datos. MIGUEL ANGEL LASSO, vecino de Palermo, sin más datos, FRANCISCO ALARCÓN COLLAZOS, natural de Palermo y vecino de Iquira. SAÚL QUINTERO alias el Renco; CARLOS JULIO ALDANA alias Cafuche; JUAN GABRIEL SILVA alias Juan Guerrero; DEMETRIO GUEVARA, alias Reflejo; RAMIRO CAMACHO alias Guacharaco o Eléctrico; MITILIANO ALARCÓN alias la Bomba o Punto Azul; ARISTÓBULO ALARCÓN alias Saltarín; EUCLIDES ALARCÓN alias Carta Brava; ALEJANDRO AMÉZQUITA, MILLER BARRERA alias Venganza; LUIS ALBERTO BRAND alias Vampiro Segundo; AGUSTÍN CAMACHO alias Capitán Sierra; EFRAÍN EPIA alias Tinajo; SIMÓN MEDINA, RUFINO LADINO PERDOMO; ISRAEL PATÍO VARGAS alias Espátula; RAFAEL RIVAS, RAMIRO SÁNCHEZ, JAVIER SORIS alias Chambimbe; JORGE SANCHEZ alias Caimán; OCTAVIO COLLAZOS alias Tranquilo; LUIS 46

Ff. 188 cuaderno 2, 310 vuelto cuaderno 2 y 132 cuaderno 3.

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GAONA, BENJAMÍN ORTIZ, JUAN DE DIOS LADINO TRUJILLO, de 20 años de edad, natural y vecino de Teruel, agricultor; REINALDO MONTEALEGRE; N. N. alias Media Vida; BENJAMÍN MARTINEZ alias el Gato y ANACLETO MENESES alias el Tigre, ARCENIO MONO CHALA alias Terror, natural de Órganos municipio de Palermo, 22 años; los nombró como integrantes de la cuadrilla y otros como colaboradores del Mico. Posteriormente Luis Peña Castro se retractó, circunstancia que sucedió después de la muerte de Ladino bajo el fuego de los militares mientras estaba preso, con el argumento consistente en que amenazado por el Ejército había sido obligado a decir todo cuanto narró y nombró a los militares que lo intimidaron, e insistió en que él no estuvo en el asalto. Arcenio Mono Chala explicó en la audiencia pública celebrada el 4 de septiembre de 1973 en Neiva, dirigida por el Juez Primero Superior de la ciudad, que los militares bajo amenazas y promesas de que nada le pasaría si declaraba detalladamente como ellos le indicaran, acudió ante el Juez y anotó que había estado en el asalto, que en Palermo un sargento lo amenazaba y le exigía y luego en el Comando del Ejército lo obligaron a relatar todas esas cosas, es decir su versión de los hechos contada en la indagatoria,47 a la que el Juez le concedió toda credibilidad; no conocía el fondo del método militar denunciado por el mismo Arcenio Mono Chala en la audiencia pública. Respecto de la retractación de Luis Peña Castro, expresó el Juez Primero Superior de Neiva en el auto de calificación:48 (…) si bien es cierto que el Ejército contribuyó poderosamente a la pacificación de esa zona del departamento, también lo es, que en muchas ocasiones ha abusado de los procedimientos a que hace referencia Peña Castro, violando principios inherentes a toda persona humana, con el objeto de obtener confesiones que en nada benefician las investigaciones y que por el contrario por la misma razón las conducen a un total fracaso, (…). De haber conocido el Juez esta denuncia de Arcenio Mono Chala, hubiera tenido que argumentar de la misma manera que en el caso de Luis Peña Castro y concluir que el proceso por el genocidio de Peñas Blancas fue una total mentira. 47

Ff. 2 y ss., del cuaderno 5.

48

F. Ff. 78 y 79 del cuaderno 6.

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LA DECISIÓN El Jurado de Conciencia, una vez escuchó a las partes y a los defensores, decidió condenar a Arcenio Mono Chala como cómplice no necesario y absolvió a Jorge Ortiz alias Punto Azul y a Daniel Brand Barreiro alias Vampiro, por falta de pruebas. Así, en el mismo sentido fue la decisión del Juez Superior, proferida el 21 de septiembre de 1973. El Mono Chala era natural de Órganos, municipio de Palermo, soltero, analfabeta, jornalero, para la época de los hechos de Peñas Blancas tenía 22 años de edad. Condenado a quince años de presidio, en calidad de cómplice no necesario en los homicidios y robos del asalto al bus y taxi en los Filos, Peñas Blancas. De acuerdo con el procedimiento penal de la época, el Tribunal Superior revisaba el veredicto del Jurado y lo confirmaba o declaraba contraevidente. En esta asunto, mediante providencia del 12 de marzo de 1974,49 consideró el Tribunal que: (…) la participación de Mono Chala en los atroces hechos que originaron esta causa no fue, bajo ningún punto de vista, meramente accidental, sino que ella lo fue previamente convenida y, desde luego por él aceptada y llevada a cabo en la práctica. (…) Por ello, y basada en la convicción legal moral obtenida del estudio del proceso, la Sala encuentra contraevidente el veredicto emitido por los jurados populares en la audiencia pública que juzgó a Arcenio Mono Chala, (…) y ordenó que el Juzgado convocara a nueva audiencia para juzgar con nuevo jurado esta causa. Como en efecto ocurrió, sobrevino la audiencia con nuevo jurado el 18 de junio de 197450 y Arsenio Mono Chala fue hallado culpable de los homicidios y robo, posteriormente condenado mediante sentencia del 4 de julio de 1974 a veinticuatro años de presidio en calidad de coautor de los homicidios agravados en los campesinos de Peñas Blancas y robo. El Tribunal confirmó esta sentencia en decisión del 16 de septiembre de 1974.51 En enero 15 de 1986 el Juzgado Primero Superior concedió 49

Ff. 22 y ss., cuaderno 11.

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Ff. 68 y ss., ibíd..

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Ff. 10 y ss., cuaderno 12.

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la libertad condicional a Mono Chala, el único que purgó sentencia por tantos muertos, heridas personales, robo; ¿qué se hicieron los demás? Tantos criminales que asaltaron el bus, asesinaron, hirieron robaron, llenaron de miedo la región, ejerciendo violencia política como lo dijo el Tribual en auto del 13 de marzo de 1986, lograron evadir la justicia con falsas declaraciones, con indagatorias previamente acordadas por favores o por fuerza e intimidación al sujeto indagado y a declarantes, con muerte de uno de los sindicados mientras estaba preso, por parte de sus propios carceleros, con retractaciones que llenaron de inconsistencias y de contradicciones el proceso y sobre todo, de impunidad y la impunidad es oscuridad. El expediente se formó con trece cuadernos con un total de 2032 folios, después de veinticuatro años de actividad judicial, que van desde el 3 de noviembre de 1962 hasta el 13 de abril de 1989 fecha en la cual el Juez competente registró la cancelación de las presentaciones que venía haciendo Arcenio Mono Chala en cumplimiento de su compromiso durante la libertad condicional. Después de tanto papel pleno de diligencias, declaraciones, autos, indagatorias, testigos verdaderos unos, otros falsos, informes, intervenciones del Ejército, de la Policía, del DAS, de la Procuraduría General de la Nación nombrando delegados especiales para el proceso, comisiones, comisionados, omisiones, silencios, muchos Jueces, Jueces comisionados, alcaldes, inspectores de policía, Jueces Superiores, Tribunal Superior, sentencias, tiempo, esperanzas, tristezas… Solo quedó el silencio como indagando por la justicia. El 7 de agosto anterior al genocidio, había comenzado el segundo período presidencial del régimen denominado Frente Nacional y tuvo inicio el mandato del presidente Guillermo León Valencia. La violencia política no había terminado y este asalto se sumaba como uno de los más devastadores de lo humano, social, económico, familiar, ético, regional, nacional, que hubiera sucedido después del asesinato de Gaitán el 9 de abril de 1948.

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VIGÍAS DEL PATRIMONIO

15 AÑOS DE COMPROMISO CON LO NUESTRO FERNANDO ANTONIO TORRES RESTREPO Miembro Numerario – Academia Huilense de Historia

Texto del discurso pronunciado con motivo de los 403 años de la fundación de Neiva. Museo de Arte Contemporáneo Mayo 22 de 2015

Quiero aprovechar esta fecha tan especial de la celebración de los 403 años de la fundación de Neiva para, desde el ámbito patrimonial, contarles muchas cosas sobre la ciudad que nos acoge, como que el Edificio Nacional de Correos y Telégrafos de Neiva fue el primero en incorporar sistemas constructivos novedosos, como el concreto armado para resolver componentes de diseño innovadores, como la cúpula o la estación del Ferrocarril que fuera diseñada siguiendo los cánones neoclásicos vigentes en la época, hasta que de forma intempestiva y sin razón aparente se cambió al que conocemos. Pero debo ceder a la tentación de hacerlo, para compartir con ustedes nuestra experiencia de 15 años como VIGÍAS DEL PATRIMONIO. Para nosotros, ser Vigías del Patrimonio es una nueva forma de ver nuestro patrimonio pero no solo verlo, también sentirlo, amarlo y compartirlo.

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Vigías del Patrimonio. Institución Educativa Pacarní - Tesalia

Convencidos de estar en el camino correcto, iniciamos un proceso no exento de dificultades, en el que pasamos de los sueños individuales a proyectos colectivos y en el que, como Vigías, dejamos de ser ajenos a muchas realidades para convertirnos en guías que faciliten a las nuevas y viejas generaciones reencontrarse, a través de su patrimonio, con su pasado, su presente y su futuro, valorando lo que siempre ha sido nuestro y que se estaba desvaneciendo entre los retorcidos caminos de la falta de identidad, aquellos donde nos condujo, casi sin darnos cuenta la indiferencia. Fue así como, con estos criterios, desde la Gobernación del Huila, asumimos el reto de liderar una propuesta de trabajo cuyo desarrollo se debía apoyar en tres principales estrategias: la incorporación del programa al sistema educativo, el conocimiento de nuestro legado patrimonial y una efectiva difusión; todo ello enmarcado dentro de las competencias básicas del proceso educativo: Vigía del Patrimonio Grupo Re-cuerdas de Pitalito 92

• EL SABER: Entendido como el conocimiento del patrimonio cultural.


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• EL SABER HACER: O el proceso de re significación del saber en el contexto mediante el contacto con la comunidad a través de cadenas de conocimiento. • SER: Formación, el Ser Huilense. Así estructurado, el programa Vigías se presenta a directivos y docentes de las instituciones educativas como una conveniente estrategia, que permitirá encontrar respuestas efectivas, frente a la generalizada inquietud de diseñar un propósito educativo, donde estuviera presente el componente de formación y consolidación de la identidad cultural regional y por ende, de huilensidad; entendida esta como el propósito colectivo que propicia la construcción de comunidad sobre la base firme del patrimonio. Inicialmente, los Vigías hacen presencia a través del servicio social obligatorio, pero a medida que se avanza en el desarrollo del programa, surge desde las mismas instituciones educativas la inquietud de establecer el patrimonio como el eje transversal sobre el cual puedan converger todas las áreas de formación académica y humanística, para que el ejercicio de reconocernos en nuestro patrimonio, no se convirtiera en una sucesión de actividades transitorias y aisladas dentro del contexto escolar sino que por el contrario, se constituya en el articulador de saberes y actitudes dentro del ámbito académico. Ello significó que abandonáramos lo circunstancial de hacer de nuestro trabajo una alternativa de servicio social para implementar procesos que involucraran a toda la comunidad educativa. Los resultados superaron todas las expectativas… “Hay que ver a esas guipas preguntándole a uno vainas que nunca habían preguntado en la escuela…” nos dijo con admiración un padre de familia de la vereda El Almorzadero, en Teruel. Contando con espacios avalados por las instituciones educativas e incorporado el programa Vigías dentro de los Proyectos Educativos Institucionales - PEI y los Proyectos de Orientación Escolar – POE, tuvimos la garantía de hacer parte integral del proceso de formación, 93


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al permitirnos fijar responsabilidades, establecer metas, definir criterios y determinar acciones que garantizaran el avance como un proceso de mejoramiento coherente, pertinente y sostenible. Alcanzado nuestro primer objetivo, se inicia la implementación de la segunda estrategia, tomando como punto de partida el saber que no basta tener muchas voluntades si desconocemos los valores que las han de mantener unidas; por este motivo, hicimos el propósito de conocer lo mejor posible el patrimonio de cada municipio y documentarlo de la mejor manera posible. Debemos saber que tenemos, es necesario registrarlo para dejar evidencias de nuestro paso y hacerlo bien, no solo para para conformar el Registro Nacional del Patrimonio sino por la importancia que tienen estas evidencias para la sociedad que las ha adoptado a lo largo del tiempo. Por esa razón cada uno de los grupos de Vigías tiene la obligación de inscribir dentro de su proyecto la fase obligatoria de adelantar el registro de los bienes, manifestaciones y sitios naturales; en lo posible, utilizando la metodología definida por el Ministerio de Cultura. Animados por la expectativa de conocer muchas cosas nuevas, Vigías, maestros y lugareños, iniciamos juntos el proceso de descubrir todo aquello que ocultaba más nuestra modestia que el olvido. Nos sumergimos en nuestra propia comunidad para indagar sobre nuestro patrimonio, para comprender desde adentro el sentido y significado de las relaciones que se tejen entre los miembros de la comunidad a través de los usos, en nuestra vida cotidiana familiar y social. Todo ello para brindar el mejor soporte que un buen inventario debe tener: la participación de todos. El resultado no pudo ser mejor, volvimos a deleitarnos con paisajes que nos costaba creer que eran nuestros; descubrimos caminos, haciendas y devociones; revivimos leyendas y hasta pócimas de amor, y nos deleitamos con expresiones nuestras que ya hacían parte del olvido como la jilimisca vanidad, el miserable puñetero o el ruidoso fullero. 94


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Al optar por saber quiénes somos recibimos una lección inesperada, entender que el patrimonio tiene el poder de convocarnos armónicamente a su alrededor. Y es que cuando del patrimonio se trata, todos tenemos siempre algo que aportar, todos hablamos el mismo idioma de recuerdos y sentimientos. El haber aprendido muchas cosas de nuestra tierra nos permitió darnos cuenta que éramos protagonistas y no simples espectadores; y que nuestra ganancia no era mucha si todo lo aprendido se quedaba consignado en buenos recuerdos y unos cuantos megabytes. Sin abandonar un solo momento nuestro empeño de seguir aprendiendo sobre nuestro patrimonio, decidimos que era el momento de tomar en serio la tarea de divulgar lo aprendido a la comunidad, ya que la comunicación no puede estar separada del patrimonio ni de la educación. Supimos entonces que seríamos educadores de comunidad, seriamos maestros, seriamos, a nuestro modo, comunicadores. Conscientes de nuestra labor de comunicar, antes de iniciar debimos superar el primer escollo consistente, quien lo creyera, en convencernos que nuestro trabajo era valioso. Increíblemente debimos hacer muchos esfuerzos para conseguir que nos sintiéramos orgullosos de compartir las experiencias que nos ha llevado a consolidar uno de los esfuerzos de apropiación social del patrimonio más significativo, no solo en Colombia sino en el mundo como lo ha reconocido la UNESCO, en los espacios donde hemos podido concurrir en representación de nuestro país invitados a eventos internacionales en España y Rusia. Irónicamente, la modestia que al principio nos impedía ver nuestros valores, en este punto minimizábamos la magnitud de nuestro esfuerzo de reconocer y documentar y nos avergonzaba ponernos al lado de otros que creíamos mucho mejores; lo curioso fue que todos pensamos igual. 95


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Superado el temor inicial, la creatividad; “que es la loca de la casa”, como siempre, se encargó de superar las limitaciones. Caminatas, encuentros, bazares o desfiles fueron los primeros espacios aplicados para el propósito en los municipios. Más tarde hicimos también del Internet nuestro espacio. La creciente moda de lo virtual entre los jóvenes reorientó las estrategias de divulgación hacia Internet. El entusiasmo estaba; lo demás era cuestión de un doble click. Creados los espacios, a veces con más ganas que experiencia tecnológica, muy pronto comenzaron a llegar a la red: proyectos, fotos de lo que hacemos, de nuestro patrimonio — ese que casi nadie conoce—, de los grupos en plena acción, las noticias de nuestro interés, más fotografías de nosotros y de los otros.

Vigías del Patrimonio I.E. Liceo Santa Librada - Neiva

Pero en ese punto no nos detuvimos, y es que siempre ha sido un sueño contar lo que hacemos y contarlo bien, recurriendo a todos los medios disponibles. Por eso, tener muy cerca una emisora cultural era una propuesta tentadora. Habíamos percibido que en el Huila no teníamos idea de lo valioso que era nuestro patrimonio, y mucho menos cuán cerca estábamos de perderlo. 96


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Fue así como con cinco kilovatios de potencia, una pizca de formación autodidacta y un grupo de “gomosos” de la radio, comenzamos a emitir por la Emisora Cultural del Huila, el programa “Vigías en Acción”. Retomando exitosas experiencias, con un lenguaje radial renovado, empezamos a hablar de mitos, leyendas, saberes y sabores, fiestas tradicionales, hitos de la historia huilense, chismes y valores. Una de las crónicas emitidas en el programa, “¿Quién dijo que los principios se habían acabado?”, nos hizo merecedores del primer premio del Concurso de Periodismo Reynaldo Matiz, otorgado por el Concejo de Neiva al mejor trabajo radial. Con este logro, y uno similar alcanzado al principio con el programa “Herencias” años atrás, se ha reconocido que nuestro patrimonio sigue siendo el soporte de muchas cosas positivas y que, como la honradez, no se ha acabado… sólo espera que lo reconozcamos y lo divulguemos. Hoy, no estamos en la Emisora Cultural, pero tenemos espacios en varias emisoras comunitarias donde seguimos contándole a todos sobre nuestro patrimonio. Pero eso no era todo, también queríamos que en el Huila, el patrimonio se viera y se leyera. El entusiasmo por mostrar con orgullo nuestro legado motivó a los Vigías a comprometerse en nuevos proyectos de divulgación en los campos del lenguaje escrito y audiovisual. Es así como, en estos 15 años hemos publicado una serie de 21 impresos y varios trabajos en formato digital, financiados con recursos provenientes de impuesto al consumo a la telefonía móvil. Hoy, mientras soñamos conseguir que nuestro patrimonio sea conocido por todos, exploramos otros medios de comunicación, quizás menos convencionales, pero igualmente efectivos cuando se trata de llevar nuestro mensaje a la comunidad como los festivales y fiestas tradicionales, los juegos, las rondas infantiles y hasta la inspiración de los músicos locales. 97


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Pero ninguna de las cosas que hemos hecho tendría éxito si carecieran del soporte que nos brinda la participación de la comunidad. Vigías del Patrimonio depende de todos, no de algunos. Debemos ser conscientes que se trata de un sistema articulado donde todos y cada uno de nosotros podemos aportar mucho con nuestras iniciativas y compromiso, sin importar que parezca pequeño o quizás un poco loco, todo cuenta a la hora de valorar y preservar el legado patrimonial para las futuras generaciones. !Gracias a todos¡, ¡Gracias Vigías por 15 años de compromiso con lo nuestro!.

Participantes en el Encuentro Departamental de Vigías del Patrimonio, realizado en San Agustín. Fotografía: Archivo, de la Secretaría de Cultura y Turismo

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LA MINERÍA Y LA NACIENTE GANADERÍA EN LA CONQUISTA E INICIOS COLONIALES EN EL ALTO MAGDALENA HUMBERTO MONTEALEGRE SÁNCHEZ Miembro de Número - Academia Huilense de Historia Introducción El ingreso de peninsulares y criollos a la región del Alto Magdalena es producto de los procesos del descubrimiento y conquista de los territorios americanos. El oro y la plata, como las mercancías que vinculaban los nuevos territorios a una economía mundo, fueron las grandes motivaciones de los conquistadores. De ahí, que uno de los motores de la expansión y de la ocupación del suelo por parte de los españoles fuera la búsqueda de metales preciosos que le significase elevar su rango social para equipararse a una nobleza terrateniente española1. Estos metales americanos tuvieron un papel importante en el tráfico mundial que comenzó a organizarse en torno a un eje atlántico, después de la época de los grandes descubrimientos. Para entonces los metales preciosos extraídos en América eran, literalmente, mercancías.

La explotación de los metales preciosos se impuso en América por una necesidad en el desarrollo de las economías europeas. La 1

COLMENARES, Germán, CALI: Terratenientes, mineros y comerciantes siglo XVIII, Cali, Universidad del Valle, 1975, p. 16.

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moneda que circulaba en Europa era escasa. La economía europea estaba “hambrienta” de metales amonedables para mantener el ritmo de los precios y con ellos un estímulo a la producción. La explotación de oro y plata obedece a una relación de abundancia de recursos en América que facilitaban su extracción a un costo muy bajo2, aunque la situación particular de España determinaría que los tesoros americanos, empezados a llegar a Sevilla desde los primeros años del descubrimiento, sirvieran más para cubrir los alcances de la Corona con mercaderes y banqueros, que para desarrollar la producción material de la metrópoli o de sus colonias, o producir bienestar social a sus habitantes3. La economía del Nuevo Reino de Granada y gobernación de Popayán durante la Conquista (hasta mediados del siglo XVII) en el periodo colonial reposó básicamente sobre la producción minera, especialmente, la del oro4. El primer ciclo de oro que abarca desde 1550 hasta 1630- 1640, se va ampliando hasta llegar a la cúspide o techo en los dos decenios de 1590 - 1610. Aquí la producción más importante tuvo lugar en los distritos de Santafé (Pamplona, Tocaima, Venadillo, Victoria y Remedios), Antioquia, Cartago y Popayán. En ellos predominó la mano de obra indígena y su explotación fue posible gracias a la encomienda. A partir de 1580 se incorporaron los grandes descubrimientos antioqueños (San Jerónimo, Cáceres y Zaragoza) que, con el concurso de la mano de obra esclava, hicieron elevar la producción a magnitudes sólo igualadas dos siglos más tarde. El apogeo no duró sino unos 30 años y hacia 1610- 1620 la producción tiende a contraerse hasta entrar en una crisis que abarca buena parte del siglo XVII5, por cuanto, el descenso de la población indígena había creado una crítica penuria de mano de obra en la agricultura y 2

Ibíd., ps. 11 y 12.

3

DÍAZ LÓPEZ, Zamira, Oro, Sociedad y economía, El sistema colonial en la Gobernación de Popayán, 1533 – 1733, Santafé de Bogotá, Banco de la República, 1994, p. 25.

4

JARAMILLO, Jaime, “La Economía del Virreinato 1740 – 1810”, en: Historia Económica de Colombia, OCAMPO, José Antonio (compilador), Bogotá, tercer mundo, editores, 1994, p. 49. Explotación que se desplazó en fronteras sucesivas a todo lo largo y ancho del territorio señalado en un lapso de tres siglos. COLMENARES, Germán, La economía y la sociedad coloniales 1550 – 1800, Varia selección de textos, LOZANO HORMAZA, Hernán (Editor), Santafé de Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1998, p. 18.

5

Ibíd., p.13.

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la minería, que no era sustituida con la creciente población mestiza, ni con la reducida introducción de esclavos africanos, que tendrá un gran impulso en la centuria siguiente. A la situación depresiva no sólo contribuían los factores internos sino externos. Como es sabido, en el XVII la economía minera había contribuido, además, a desvertebrar el sector agrícola tradicional de las sociedades indígenas. Los recursos alimenticios se desplazaban no en función de la subsistencia de esas sociedades sino en virtud de las exigencias de los centros mineros. Las ciudades mismas se vieron afectadas por este fenómeno y esto condujo a nuevas modalidades en la apropiación de la tierra6. Fue también un siglo de crisis para la economía española, en contraste con el XVIII, que será un periodo de crecimiento y modernización en todos los órdenes de la vida social y económica7. No obstante, los cambios en la política colonial y los ciclos y etapas de la minería y del comercio determinaron, básicamente, las dinámicas del mercado en las provincias de Quito, Popayán, Mariquita y la ciudad y corte de Santafé a los cuales estuvo de manera diferencial articulada la economía de Neiva8. En la zona sur del distrito minero del Magdalena se explotaban minas en Mariquita, Ibagué, Neiva, San Sebastián de La Plata, Saldaña y Timaná; estas fueron explotadas a pequeña escala9. Los problemas en la producción de metales no se hicieron esperar, la baja de la producción minera de las provincias del Alto Magdalena fue provocada por la imposibilidad de abrir otros campos de explotación minera, las dificultades para el reclutamiento de mano de obra indígena y los altos costos de los esclavos, lo que incentivo la apertura y ampliación de otros frentes económicos en la región como la agricultura y en especial la ganadería, que vinculaba estos territorios a través del 6

COLMENARES Germán, Historia económica y social de Colombia, 1537-1719, Universidad del Valle, Santafé de Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1997, p. 273.

7

JARAMILLO, Jaime, “La economía del virreinato 1740 – 1810”, p. 49.

8

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, La Economía de la ciudad y distrito de Neiva en el siglo XVIII. La importancia de una periferia en el subsistema Colonial Norandino, p. 2. Documento inédito.

9

WEST, Robert, La minería en aluvión en Colombia durante el periodo colonial, Bogotá, Imprenta Nacional, Medellín, 1972, p. 55.

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camino real con Santafé y Popayán10. Ahora, las riquezas minerales en el Alto Magdalena no se encontraron en las magnitudes deseadas descritas por los cronistas y quienes hicieron parte de las huestes de Ospina. Esta región, que desde el siglo XVI y primera década del siglo XVII perteneciera a la gobernación de Popayán, tuvo bajos niveles de producción tanto en oro como en plata. La explotación de la plata, mineral de extracción secundario, tuvo lugar en la provincia de San Sebastián de La Plata. El oro fue más el producto de la fantasía que de las riquezas auríferas encontradas y explotadas en la comarca, hoy llamada huilense. La extracción del oro se hacía a través de las explotaciones aluviales y en las vetas de minas de filón. Las tierras aluviales se lavaban en bateas, imprimiendo al instrumento un vaivén regular y, el oro quedaba depositado en el fondo. Cuando el metal se hallaba en el lecho de los ríos, el curso de estos se desviaba por lo regular, para extraerlo11. En el Alto Magdalena, al lado de los intentos mineros, se desarrollaba la ganadería vacuna, caballar, porcina y lanar. Las condiciones naturales propicias para la ganadería, la relativa cantidad de trabajadores que ésta requería, la actividad minera, las vinculaciones que establecía el camino real y el llamado de los mercados de Santafé, Popayán (e incluso Quito), entre otros factores, le abrieron a la región por su ubicación estratégica la perspectiva de la economía ganadera, y en este orden, la tierra repartida y apropiada, los grandes latifundios, debieron convertirse en importantes haciendas ganaderas. Con la presencia de los ganados comenzaba a tomar cuerpo una cierta cultura ligada a la hacienda ganadera, en la cual se prolongaban algunos elementos de la vieja cultura pastoril del pueblo español12. Las provincias de Neiva y Timaná, con sus dehesas ganaderas, no solamente surtían los abastos de Santafé, sino los de Popayán y Quito. De ahí, que a fines del siglo XVII y comienzos del XVIII los 10

TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Conquista Española y Resistencia Indígena”, en Historia General del Huila, vol.1, Dir. Científico, Bernardo Tovar Zambrano, Academia Huilense de Historia, Fondo de Autores Huilenses, Bogotá, 1996, p. 227.

11

RESTREPO, Vicente, Estudio sobre las minas de oro y plata en Colombia, Bogotá, 1952, p. 65.

12

TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Conquista Española y Resistencia Indígena ps. 275278.

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propietarios de Neiva procuraban deshacerse de la obligación de llevar sus ganados al Nuevo Reino, a cuya jurisdicción pertenecían, para venderlos en Popayán e incluso Quito, en donde encontraban mejores precios13. Los estudios de la minería en el Alto Magdalena son sumamente pobres, debido a la escasez y dispersión de la información de archivo y, sobre todo, a la falta de investigaciones sobre la producción minera y las relaciones de mercado y comercio al interior de la provincia, así como con los demás territorios del virreinato, de la gobernación de Popayán y Quito. Motivaciones de los peninsulares y criollos en los territorios del Alto Magdalena. La conquista de los territorios del Alto Magdalena es motivada por la pesquisa del oro, la plata y piedras preciosas. En la “entrada” los expedicionarios esperaban rescatar o pillar el oro indígena, esquilmar las sepulturas nativas, descubrir las minas de oro y plata, someter la población aborigen y establecer el dominio sobre el territorio14. Como se recordará las expediciones que transitaron algunos espacios del Alto Magdalena, fueron atraídas por las noticias acerca de la existencia de ricas comarcas de oro. En el siglo XVI, a finales del 1537, Gonzalo Jimenez de Quesada recibe la noticia en Santafé de que al sur existía una región llamada (el valle de) “Neiba”, según Juan de Castellanos, los indios Moscas (Muiscas) afirmaban que había tantos montones de oro por las casas, como ellos tenían maíz, turmas y frijoles15. Cuando Quesada llegó a esta provincia vio que era más la fama y el ruido que lo que en ella había y, aunque era verdad que en “ella se sacaba oro de minas de mucha calidad y quilates, era poco en cantidad y la tierra se encontraba mal poblada de naturales en sumo calurosa y algo acompañada de montes y arcabucos”16. 13

COLMENARES, Germán, La economía y la sociedad coloniales, p. 40.

14

Ibíd., p. 270.

15

DE CASTELLANOS, Juan, Elegías de varones ilustres de Indias, Bogotá, Editorial A B C, 1995, t. IV, p. 246.

16

AGUADO, FRAY Pedro, Recopilación historial, Bogotá, Biblioteca de la Presidencia de la República, 1957, t. 1, p. 307.

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La búsqueda del oro fue decepcionante, las huestes conquistadoras de Quesada por las condiciones geográficas, naturales y climáticas, solamente encontraron el hambre, enfermedades y la muerte, por lo que le llamaron a estos territorios el “valle de la tristura”17.

Fuente:wikipedia.org/wiki/Diego_de_Ospina_y_Medinilla#/media/File:División_ política_del_Vireinato_de_Santafé_1810.jpg

Lo de Jimenez de Quesada fue apenas una entrada por salida. La apertura real del territorio hoy llamado huilense al asentamiento español la realizó Sebastián de Belalcázar y sus capitanes. En testimonio rendido en Cartagena en el mes de julio de 1539, Belalcázar manifestaba (en relación con territorios del Alto Magdalena) que dejaba “dos pueblos con parte de su gente, que el uno se llamaba Neiva y el otro Guacacallo, y que la tierra que pasó le parece muy rica y que halló los indios que tenían oro de minas por fundir y plata muy fina (…)”18. De manera especial se refería al hallazgo de oro y plata en manos de los nativos, lo cual era indicio de las posibilidades mineras de la provincia de Neiva. En efecto, la preocupación por los metales preciosos ocupaba siempre un primer plano en los interrogatorios 17 18

Ibíd., p. 305.

FRIDE, Juan, (compilador), Documentos inéditos para la historia de Colombia, Bogotá, Academia Colombiana de Historia, 1957, t. V, doc. 1283, p. 207.

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hechos a los conquistadores, para quienes la búsqueda de tal riqueza constituía su principal objetivo19, en tanto, que hacia 1543 se intentaron explotar los viejos lavaderos de oro que los nativos tenían cerca de Neiva, pero el hostigamiento de los indios pijaos pronto lo impidieron. En 1545 se informaba que en el valle de Neiva, donde se ubican los repartimientos de ciertos pueblos de indios (encomiendas) “disque hay ricas minas”20, las que resultaban siendo de magnitudes reducidas. En la segunda mitad del siglo XVI se hicieron importantes esfuerzos en sacar oro. En 1560 se informaba que hacía pocos años se había comenzado a sacar oro de Timaná para lo cual se empleaban 226 indios, pero el metal obtenido era muy poco; de Neiva se decía que era rica en oro y que habían 239 indios adscritos a esta labor; sobre la plata se informaba que se habían descubierto muy ricas minas de plata pero no se labraban por la poca posibilidad de los españoles; en cambio se insistía en la obtención de oro, para la cual se habían destinado 461 indios21.

Imagen Cartillas Cátedra de la Huilensidad, Ilustraciones: José Bernardino Suárez, Neiva, 2008. 19

TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Conquista Española y Resistencia Indígena”, p. 219.

20

FRIEDE, JUAN (compilador), Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada, Bogotá, Biblioteca Banco Popular, 1975, t. VIII, documento 1773, p. 38

21

TOVAR PINZÓN, Hermes, No hay Caciques ni Señores, Barcelona, Sendai Ediciones, 1988, ps. 39-44.

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El espejismo de las minas de plata En 1575, Juan López de Velasco se refería a San Sebastián de La Plata, al decir, “que se llamada así, por el nombre del poblador capitán Sebastián Quintero y por la mucha plata que hay en su comarca, en la cual hay muchas minas y muy ricas (…) y de oro hay al igual minas”22. Hacía 1576, los vecinos de La Plata le pedían a su majestad varias mercedes dando como razones “los pocos naturales que hay y por la mucha guerra que los indios pijaos comarcanos nos hacen, porque la tierra es muy rica de plata y oro”23. No obstante, la explotación de las minas de plata de San Sebastián de La Plata, constituyeron a la postre un fracaso. En torno a estas minas se forjaron relatos producto más de la imaginación popular que de la observación serena de los hechos, como el del cronista Juan de Velasco, narraciones a los cuales ya se refería Vicente Restrepo en su célebre estudio publicado en 1883. Restrepo cita una serie de factores que dan cuenta de los diversos impedimentos presentados en la explotación de las minas durante la segunda mitad del siglo XVI, los cuales iban desde los problemas técnicos hasta los ataques de los indios y la destrucción de la ciudad. Hacia 1583 se anotan las fallas en el laboreo de las minas, que se hacía con agua, “lo que era contra toda razón”, así como la falta de materiales para trabajarlas; se recomendaba labrarlas por hondo y socavón, como se requería para explotar las vetas y hacer claridad sobre su real posibilidad. Fue entonces cuando se abrieron los socavones que existían en las minas, las cuales fueron definitivamente abandonadas en 1585, debido a los ataques de los indios y a la abundancia de las aguas en algunas de las labores. La extensión considerable de las galerías induce a creer que si no se hallaron ricos filones, si lograron extraer algunas bobadas de mineral muy rico, pues dejaron por el suelo muestras de cobre gris que contenían de diez hasta diez y siete por ciento de plata 24 . Triana Antorveza sugiere que con la refundación de la ciudad de 22

LÓPEZ DE VELASCO, Juan, Geografía y descripción Universal de las Indias, Madrid 1771, Ediciones Atlas, p. 183.

23

FRIEDE, JUAN (compilador), Fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada, t. VII, documento 1062, p. 101.

24

RESTREPO, Vicente, “Estudio sobre las minas de oro y plata en Colombia”, Medellín, FAES, 1979, ps. 123-128.

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La Plata en 1651 se reinician las explotaciones de sus minas25. Diego de Ospina y su participación en la explotación aurífera en el valle de Neiva Los intentos mineros continuaron en el periodo colonial. Hacia el segundo decenio del siglo XVII Fray Pedro Simón manifestaba que en el río Saldaña y en el valle de Neiva se habían hallado “grandes minas de oro de donde se saca hoy, (…) hay reales de minas de oro (…)”26 fundados por Diego de Ospina. En efecto, en los albores de la derrota de los pijao, Juan de Borja en la carta de 1611, le informaba al rey: “(…) con estas acciones queda la guerra en estado que muy fácil y brevemente, y casi sin costa de V(uestra) M(ajestad) se verá el fin de ella, (…) y se irá descubriendo la riqueza de minas (…), viendo ya la tierra desembarazada se disponen algunas personas a ir a buscarlas, y entre ellas el capitán Diego de Ospina (…), quien ha hecho ciertas capitulaciones conmigo, (… )”27. Capitulaciones que implicaban la fundación de reales de minas y poblados. Así mismo, el cabildo de Santafé empezaba por reconocer que el reino estaba amenazado por falta de labor de los minerales y que la guerra, pacificación y castigo de los pijaos había dejado sus provincias “llanas, vacías y desembaracadas (sic) de los enemigos (...) (las cuales contenían) gran riqueza de minerales de oro y plata y a azogue (...)”28. Ahora como resultado de la conversación entre el presidente Borja y el capitán Ospina, este propuso unas capitulaciones; la primera se firma en 1611, llamada: “Asiento y capitulación (…) para el descubrimiento y beneficio del valle de Neiba y río de Saldaña, por petición del cabildo de Santafé (…) para el descubrimiento de las minas de oro (…) en 25

TRIANA ANTORVEZA, Adolfo. “Contribución a la Historia de la Provincia de Neiva, el caso del Caguán”, en Revista colombiana de Antropología, Vol. XXIX, 1992, p. 122.

26

SIMÓN, Fray Pedro, Noticias historiales de las conquistas de tierra firme de las Indias occidentales, t. V, vol. 107, ps. 229 y 272.

27

Archivo General de Indias, Sevilla, Cartas y Expedientes de particulares 1619 – 1620), fs. 490 y ss, en adelante se citará A.G.I.

28

A.G.I., Sevilla, Santafé 109, Representación del Cabildo de Santafé al presidente Borja, Santafé, abril de 1611),

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las provincias de los pijaos”29. Ospina en resumen proponía fundar reales de minas y un pueblo para ser poblado con mineros, esclavos y soldados. Exigía entre otras peticiones que “se le adjudicaran 100 indios moscas (muiscas) para el laboreo de las minas, cultivos, saca de aguas y construcción de casas y edificios”30. Firmada la primera capitulación, Ospina en documento enviado a Juan de Borja sobre la sustancia de las minas que se han descubierto en las provincias de los pijaos, dice: “En Santafe a primero de septiembre de mil y seiscientos y once años (…) en cumplimiento de las capitulaciones (…) (manifiesto tener) // bastante poder y comision para con (mis) seis soldados y treinta esclavos (…) (hacer) descubrimiento de dichas minas (…) de oro plata (…) o piedras presiosas (…) hazer en ellas asiento y poblazon fundando el pueblo o pueblos y rreales de minas (…)”31. La explotación de las minas era considerada como el negocio de mayor importancia para el bien común y la real hacienda en sus reales quintos, que correspondían a la quinta parte, es decir, al 20% del valor de la producción del oro. El sistema de minas se organizó alrededor del real de minas, que era esencialmente un distrito minero. Con base en esta primera capitulación Diego de Ospina funda el Real de Minas de Ataco - Saldaña y el de Nuestra Señora de la Concepción, este último de acuerdo al siguiente Auto que dice: En el rio grande de la Magdalena en el sitio que le llaman de la fortalecillas a veynte y quatro días del mes de henero del año de mil seiscientos y doze el cap. Diego de hospina (…) dixo que por 29

A.G.I., Sevilla, Santafé 102, Capitulaciones del capitán Diego de Ospina, 1614, f. 7 r. La singularidad de esta capitulación radica principalmente en la petición que hizo el capitán Ospina de la merced por dos vidas como justicia mayor del pueblo nuevo de la ciudad de Nuestra Señora de la Concepción en el Valle de Neiva y gobernador de la provincia desde 1614, anexándole la villa de Timaná, con sueldo de 2.000 ducados de buena moneda de Castilla, pagaderos de las reales cajas de Santafé con el producto de sus minas descubiertas o por descubrir o reedificadas. CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, en Historia Comprehensiva de Neiva, t. 1, 2013, p.96.

30

Ibíd., f. 7 r.

31

A.G.I., Sevilla, Santafé 109, Representación del Cabildo de Santafé al presidente Borja, Santafé, abril de 1611), N. 7, fs. 1 r v.

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quanto con la jente que le sigue y trae consigo de esclavos diestros de las minas de oro y habiendo hallado esta provincia que antes ocupaban los indios salteadores y pijaos llana y desembaracada (sic) (…) (he venido a) descubrir la gran rriqueza que ay en ella, (…) fundava poblava y poblo en el dicho sitio que llaman de las fortalecillas un rreal de minas con jurisdicción el cual (…) le puso de su nombre el rreal de nuestra señora de la consepsion (…) y (para) mayor abundamiento para la dicha fundación y posesión metia en una de las minas descubiertas con herramientas de barras almos cafres y bateas a sacar oro nueve piezas de esclavos seis barones y tres hembras (...).Testigos Pedro verdugo (minero), Joan de castrillo (regidor de muso) (…)32. Se evidencia como Diego de Ospina traía en sus huestes esclavos, mineros y hasta regidores de Santafé y de villas y ciudades circunvecinas.

Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, N. 7, fs. 1v y ss.

32

A.G.I., Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, fs. 1v y ss.

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Las fuentes documentales dan cuenta de las primeras evidencias en la explotación de oro de aluvión por esclavos de Ospina en el valle de Neiva. “Estando en el rrio grande de la magdalena en el valle de neyva de la vanda de la cerrania de los pijaos (en) veynte y un días del mes de mayo de mil seis cientos y dose años (…) a la orilla (…) (de) un socabon (…) estavan cavando tierra con barras de hierro tres negros llamados jua(n) negri y juan biojo y pedro biafara y fuera del dicho rrio estaban las negras las quales lavaban la tierra que sacavan (…) en bateas (…)”33.

Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, f. 1 r.

Cuatro meses después de la fundación del Real de Minas de fortalecillas, se funda la ciudad de “Nuestra Señora de la Concepción”, (décadas después toma el nombre de Neiva, por sus antecedentes fundacionales y estar ubicada en el valle de Neiva), dando cuenta Ospina del descubrimiento de minas, así lo señalan las fuentes documentales: Estando en la rribera del rrio grande de la magdalena en el valle de neyba en un sitio que esta entre la quebrada que llaman del oro y el 33

110

Ibíd., f. 1 r.


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rrio de la seiba cerca de donde entran en el rrio grande en veynte y quatro díaz del mes de mayo de mil y seiscientos y doze años el cap. Diego de hospina dixo que por quanto vino a este sitio y rriveras del dicho rrio grande (…) a descubrir las minas de oro plata y otros metales que se tenia noticia (…) como hombre de experiencia de este ministerio muchas minas (…) hecho esto se fue a la ciudad de Santa Fe donde habiendo dado noticia (…) de la rriquesa desta tierra y minas descubiertas y que promete se descubrirán mas habiendo continuación de jente en el beneficio dellas muchas personas pretenden acudir a esta tierra con quadrillas de negros y de indios y para (…) aumento de sus reales quintos y patrimonio le a parecido ser cosa muy necesaria fundar una ciudad donde las personas que acudieren y an venido al presente en su compañía al beneficio de las dichas minas hagan vecindad (…) y en virtud de la dicha su comisión fundava poblava y poblo en este dicho sitio una ciudad a la cual pone por nombre nuestra señora de la consepsion (…) testigos y se hallaron presentes el dicho beneficiado pedro fernandez de dueñas y andres valero presvítero y el capitán Alonso bravo montemayor don francisco de cardenas mateo cotrillo regidor de muso Joan baptista cortes regidor de Santafe Joan de los rrios Francisco Gonzales el licenciado Diego flores andres díaz hidalgo marcos de la crus francisco ortis y otras muchas personas (…)34. La fundación de Neiva no puede, entonces, pensarse al margen del análisis e interpretación de la condición del capitán Ospina como minero esclavista en Antioquia y en el valle del Saldaña, encomendero y burócrata en Santafé, transportador en Honda y, sobre todo, de capitán en la guerra contra los Pijaos35. Testimonios de las huestes e informes de Ospina Mineros, cabildantes, capitanes de la conquista y hasta religiosos que hacían parte de las huestes de Ospina e hicieron presencia en la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de la Concepción el 24 de mayo de 1612, dan testimonios del oro que se sacaba especialmente 34

Ibíd. fs. 3 r - 4 r.

35

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII, p. 103.

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de los territorios del valle de Neiva, como de la necesidad del poblamiento de la naciente ciudad para la seguridad del camino real debido a los ataques de los pijaos y de esta forma facilitar e incrementar el comercio con la gobernación de Popayán y el reino del Perú, además de las reiteradas solicitudes de esclavos al presidente de la Real Audiencia de Santafé, para un mayor rendimiento de los reales quintos de su majestad, así lo evidencian las fuentes documentales en los autos del 29 y 30 de mayo de 1612, celebrados en el Real de Minas de “Nuestra Señora de la Concepción” en Fortalecillas, ante el juez de comisión Andrés Martín de la ciudad de Santafé, a quien Diego de Ospina en el auto de asignación de empleos del Cabildo de la ciudad lo nombrara como uno de los alcaldes ordinarios36. Ahora, no todos los que llegaron con Ospina a estos territorios y fueran nombrados en cargos del Cabildo se quedaron en el valle de Neiva. En los autos del 29 de mayo, es decir, a la semana siguiente de la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de la Concepción en el valle de Neiva, Miguel Ángel Zambrano de 36 años de edad, minero de la ciudad de Remedios hace el siguiente juramento “(…) aber benido en compañía de (…) Diego de Ospina a el descubrimiento de las minas desta comarca y en todo este tiempo (…) a residido en la tierra en la que a visto (…) muy buenas muestra de oro (…) seria muy necesario que esta tierra se pueble asi de jente para las minas como de alguna ciudad con que se aseguran los caminos que por aquí pasan al peru de los yndios pixaos y se seguira muy grande utilidad (…) de su magestad y de sus reales quintos (…) siendo su magestad servido de embiar alguna cantidad de negros para el beneficio de las dichas minas (…)”37. Pedro Berdugo de 30 años de edad, minero residente en este valle de Neiva, en su juramento: “dixo que abra seis meses poco mas o menos que vino a este valle en compañía del gobernador diego de ospina a el descubrimiento de las minas de oro que en esta tierra se 36

A.G.I., Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, fs. 5 v r.

37

Ibíd., fs. 3v – 4r. Testimonios del oro que se sacó de las minas del valle de Neyva. Miguel Ángel Zambrano en la elección del Cabildo de la ciudad de “Nuestra Señora de la Concepción” creado el 31 de mayo de 1612 Ospina lo había nombrado Mayordomo de Propios. Ibíd., fs. 5 v r.

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tenia noticia (…) a estado “mucho tiempo en los remedios, caragoca (sic) (Zaragoza) y caceres y asiendo oficio de minero nunca a visto tierra tan general de oro como esta (…), por la mucha experiencia que tiene de este ministerio le parece (…) cosa muy necesaria al servicio de su magestad y aumento de sus reales quintos que estas minas y tierras se pueblen de jente que las beneficie (…), muchas minas se podrán labrar con agua (…), ay quebradas de aguas para el beneficio de las dichas minas y poblándose una ciudad en este valle será muy a propósito para el beneficio de las dichas minas (…) y le parece que también lo sera que su magestad haga merced a este Reino de embiar alguna cantidad de esclavos para el beneficio de las dichas minas pues todo es en aumento de sus reales quintos y patrimonio y también se asegura esto conviniente para el comercio de la jente del reino con la del peru (…)”38.

Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, f. 3 r.

En los autos del 30 de mayo de 1612 en el juramento de Alonso Garcia Rada de 36 y vecino de Mariquita “dixo que vino a este sitio abra (unos) catorce días en compañía del dicho gobernador diego de ospina y del dicho juez y demás personas que en esta ocasión vinieron y a visto y andado mucha tierra en este sitio de 38

Ibíd., fs. 3r – 4v.

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las fortalecillas hasta la banda del Rio de la ceiba y de la banda del Rio Grande de la magdalena (…) (hay) muy buenas muestras de oro y particularmente se hace a la labor de la mina de santa catalina (…) donde trabajaron seis días con tres negros (…) y sacaron noventa pesos de muy buen oro poco mas o menos (…) de la tierra que se quedaba perdida sacaron a Cttas (sic) piesas cantidad de pesos que por ser de diferentes dueños no se sabe ajustadamente (…) bio algunos llevar a medio peso y seis tomines de xornal (sic) (…). Es poblar esta tierra (…) con la ciudad de españoles como de gente para la labor de las minas de que se seguirá muncha utilidad aumento reales quintos y Real patrimonio de su magestad, (…) siendo su magestad servido de embiar para el beneficio de las dichas minas alguna cantidad de esclavos por no haber en esta tierra naturales con quien se pueda hacer laboreo, (…) algunos que avia eran indios pixaos de guerra (…)”39. El capitán Alonso Bravo de Montemayor de 46 años y vecino de la ciudad de Santafé en dicho auto “dixo que vino en compañía gobernador diego de Ospina a este sitio abra (unos) catorce días y a visto que se an hecho muchas catas (sic) (…) y visto labrar en las minas de santa catalina tres negros con Barretas por socabon y a batea seca se an sacado noventa pesos de oro poco mas o menos (…) le parece seria muy necesario para el acrecentamiento del Real Patrimonio que esta tierra se pueble de españoles y de jente para la labor de las minas y que su magestad se syrba endocar (sic) para este efecto alguna cantidad de negros (…) (para) el acrecentamiento de los Reales quintos (…) acudiran al beneficio de las minas y el comercio de este Reino con el peru y gobernación de popayan. Se aumentara por la seguridad del camino que por aquí passa que con la guerra tan continua que se a hecho a los indios pixaos por el señor presidente del dicho nuevo reino y con la poblason desta tierra estará muy segura el dicho camino de las muertes y alseamientos que solia aber (…)”40.

39

Ibíd., fs. 4v - 5v. Alonso Garcia Rada había sido nombrado por Ospina como Regidor del naciente cabildo de la ciudad. Ibíd., fs. 5 v r.

40

Ibíd., fs. 6 r – 7v. El capitán Alonso Bravo de Montemayor había sido nombrado por Ospina como Regidor del naciente cabildo de la ciudad. Ibíd., fs. 5 v r.

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Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, f. 6 r.

El capitán don Francisco de Cárdenas de 48 años y vecino de la ciudad de Tocaima “dixo (…) que esta tierra la a andado desde el rio magdalena hasta cerca de timana en tiempo que como capitán andaba en la guerra contra los indios pixaos (…) y agora ha venido a este sitio en compañía del gobernador diego de Ospina y que se an hecho muchas catas (sic) en muchas partes y se a sacado oro (…) sin duda que toda ella la tierra de mucho oro y beneficiandola y poblandola sera de muy grande utilidad y provecho asi de las republicas del nuevo Reino (…) sera muy necesario y conbiniente que su magestad se sirva de embiar alguna cantidad de negros para el beneficio y poblason de las desta tierra minas desta tierra y (…) que se pueble una ciudad (…) sea asegurado el camino y comercio del peru con la continua guerra de don joan de Borja presidente del nuebo reino se a hecho a los indios pixaos (..)”41. 41

Ibíd., fs.7 r v. El capitán Francisco de Cárdenas había sido nombrado por Ospina como Alcalde Ordinario del naciente cabildo de la ciudad. Ibíd., fs. 5 v r.

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El padre Pedro F(ernánde)z de Dueñas de 56 años, “cura y vicario de la ciudad de Tocaima (…) quien reside en este sitio por aber venido con comisión del arcobispado (sic) deste nuevo reino de Granada a tomar pocesión en nombre del arcobispado de las yglesias que se ban fundando en estos descubrimientos y poblasones que se ban haciendo y tomar sitios para yglesias y ospitales y en el tiempo que este a residido a visto hacer algunas catas (sic) en diferentes partes (…) y cttas (sic) personas y en todas ellas se a tomado oro de mucha consideración y particularmente en la mina que llaman la borracha que es barranca del Rio grande bio este testigo una tarde (…) sacar oro a unos esclavos del dicho gobernador diego de ospina y joan baptista (…) en dicha barranca lavaban allí en la orilla del rio Grande (…) jusgo este testigo que podría cada piesa hacer con dos pesos de jornal cada dia poco mas o menos de oro en polvo la qual mina con mucha tierra (…) después a visto que la jente del dicho gobernador labro la mina de santa catalina y con tres esclavos (…) se saco en una semana que trabaxaron noventa pesos poco mas o menos de oro en polvo y tres piesas de esclavos que este puso a labar (…) de manera que salieron a medio peso de jornal cada dia y supuestamente es lo que la tierra promete (…) le parece a este testigo que el oro tendría muy buen effecto siendo su magestad servido de embiar alguna cantidad de esclavos para el beneficio y labor de las dichas minas y cttas (…) que se yran descubriendo como la tierra lo promete y poblándose ciudades de españoles (…) para la conttacion (sic) y comercio de la gobernación de popayan y Reinos del peru (…) de gran importancia por pasar el camino real por aquí aber sesenta leguas del poblado de la ciudad de Tocaima hasta la de timana (…) con la continua guerra que por el señor don joan de Borja presidente deste nuevo Reino a hecho a los indios pixaos que ocupaban esta tierra hasian muchos daños asia los pasaxeros como a los pueblos comarcanos seguramente se podrá poblar esta tierra y demás de las dichas utilidades que (…) servirá a la dicha poblason o poblasones que se hicieren de mayor seguridad (…)”42. 42

116

Ibíd., fs. 5 v – 6 v. Pedro Fernández de Dueñas estuvo presente en el acto de fundación de la ciudad el 24 de mayo de 1612 en el que recibió de Ospina el lote para la edificación de la iglesia. Ibíd., fs. 3 r - 4 r. Joan Baptista quien era regidor de Santafé había sido nombrado por Ospina como Alcalde de la Hermandad del naciente cabildo de la ciudad. Ibíd., fs. 5 v-r.


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Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, f. 5 v.

En el primer informe sobre la fundación de Neiva el capitán Ospina representó al Rey el 11 de junio de 1613 dando a conocer los primeros avances en esas comisiones. En principio destacó haber sacado con sus negros de minas más de mil pesos de buen oro sin tener todavía entablado dicho real y fundado un pueblo “por ser tan conveniente así para la conservación de los mineros y dueños de cuadrillas que allí entran como para el descanso de los pasajeros que trajinan el camino y trato que ay de los reinos del pirú y el de la Nueva Granada porque había de vacío y despoblado entre la villa de Timaná y el pueblo de Tocaima (…)”43. En segundo lugar se refirió al éxito en el descubrimiento de las minas, diciendo que había obtenido con 26 piezas en un mes de trabajo, entre el 10 de abril y el 18 de mayo, 374 pesos de oro fino de 21 quilates. Explicó que esos rendimientos obedecían a que la tierra tenía y ofrecía para su sustento labranzas y crías de ganado, de las que era abundante. En otros términos puso de relieve la fertilidad del valle de Neiva para el cultivo y las crías de ganado, sustento de los pobladores de las minas y factor para reducir gastos y aumentar el interés. Sin embargo, aseguró 43

A.G.I. Sevilla. Santafé 100. Representación del capitán Diego de Ospina, 11 de junio de 1613.

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estar “muy consumido y empeñado” por haber tenido que “sacar los negros que tenía en el beneficio de la boga del río grande para descubrir la navegación que ay desde el puerto de Honda hasta la del pueblo nuevo y haber tomado en préstamo 30.000 ducados para servir al Rey tomando el título de Alguacil Mayor de la Real Audiencia de Santafé44. La producción del oro en sus reales quintos en el valle de Neiva había servido según Ospina para los gastos de fundación de la naciente ciudad, es decir, buena parte del producido de las minas de oro, deducidos los salarios por concepto de pago de los jornales, fueron a parar a las arcas de Ospina. En la representación del 26 de junio de 1620, el gobernador Ospina calculó “en 17.000 ducados de su hacienda personal los costos de la fundación, y anotó que no había tenido más ayuda que la de 500 pesos, resultado de los quintos del oro que han sacado sus esclavos en las minas que descubrió y labró en aquel puerto, más otros 800 patacones de una encomienda de la villa de Timaná que quedó vaca45 o vacía. Por entonces Ospina tenía la mayor cantidad de esclavos en las minas de Neiva, las cuales le generaban una ganancia anual de 3.848 patacones, mientras que los que tenía en Remedios le reportaban solo 1.828 patacones, y los de la boga en Honda 600 patacones46. Ahora, no todos los sitios de minas de oro identificados, fueron tenidos en cuenta para su explotación, probablemente por la misma escases de mineros, esclavos e indígenas de concierto, como de poblamiento de la naciente ciudad, de tal manera, que 21 años después de su fundación, los residentes eran muy escasos, lo que produjo 44

Ibíd., en CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, p. 94.

45

A.G.I. Sevilla. Cartas y Expedientes de particulares 1619 – 1620. Representación de don Diego de Ospina Medinilla. Santa Fe 26 de junio de 1620. Santa Fe 102. En el salario pactado en la primera capitulación sobre los dos mil ducados mensuales, se advierte, “que si lo que procediera de las minas no fuese de igual cantidad, solo gozase de aquella que produjese de ellas como excediera los 2000 ducados”. Archivo General de la Nación, Tierras del Tolima, Leg. G., t. VI, fs. 407 v – 408 r, en adelante se citará A.G.N.

46

BRUNGARDT. MAURICE, Poder y riqueza en Nueva Granada al principio del siglo XVIII, p. 148, CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, p. 101.

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posiblemente el parcial incumplimiento de las capitulaciones y por consiguiente, poco crecimiento del poblado. En los interrogatorios sobre el estado de las capitulaciones del gobernador Diego de Ospina realizado en julio de 1633, tres años después de su muerte, los testigos señalan que “(…). Otras minas no se ha poblado este beneficio como el dicho gobernador lo prometio y capitulo ni la ciudad que alla fundo nombrada n(uesrt)ra señora de la concepción a ydo en ningún aumento ni tiene mas que diez y ocho vecinos pocos españoles y los mas mesticos (sic) y mulatos y en ella treinta y seis casas y buios en que se incluyen las cocinas todas de bahareque cubiertas de paja como lo es la iglesia en que ai cura y sacristan a quien se paga los estipendios ordinarios de la hazienda de V(uestra) M(ajestad). (…) y esto solamente es lo que parece averse hecho en conformidad del dicho asiento sin que las demás capitulaciones se ayan cumplido de parte del dicho gobernador”47. Estas fuentes infieren que las minas de oro en el valle de Neiva eran explotadas por un número muy reducido de esclavos en comparación con las minas de otros territorios del Nuevo Reino de Granada y gobernación de Popayán. Las solicitudes que los testigos en sus juramentos hacían al presidente de la Real Audiencia de Santafé en relación con el envío de esclavos para el aumento de los reales quintos de su majestad, no serían atendidas, por la sencilla razón, de ser la explotación minera una actividad de carácter privado, cuyos costos debían ser asumidos por los mismos mineros, quienes debían tener sus propias cuadrillas de esclavos y esclavas, cuyos precios eran sumamente altos que no estaban al alcance económico de la mayoría de las huestes que acompañaban a Diego de Ospina, por cuanto, buena parte venían sin recursos, buscando tan solo la fortuna que les diera el oro para su enriquecimiento personal y familiar. La mayor parte de los negros de minas pertenecían a Ospina, quien sí contaba con un buen capital constituido por encomiendas de un gran número de indígenas tributarios, al igual que esclavos y tierras y lo que le representaba los ingresos por concepto del ejercicio de la gobernación y el título de Alguacil Mayor de la Real Audiencia. Su título de Alguacil Mayor de la Audiencia de Santafé, solo le generaba 47

A.G.I., Sevilla, España, Santafé, 57, N.19, fs. 1 r y ss.

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el 33.6% de sus ingresos48. En efecto, Ospina fue el primer criollo que trajera esclavos en el periodo colonial al valle de Neiva para la explotación de las minas de oro. En la fundación del Real de Minas de Fortalecillas en 1612, Ospina dice haber introducido “nueve piezas de esclavos seis barones y tres hembras llamados Joan negri pedro biafara Joan bioho baltasar bran antonio berbesi Domingo angola maria biafara anjelina y dominga criollas y para que del oro que sacaren se pague el quinto que a su mag. perteneciere conforme a nuevas poblazones (...)”49. Indígenas en la labor de minas de oro en tiempos coloniales Junto a los esclavos Ospina empleaba mano de obra indígena en la labor de minas. El 24 de mayo, día en que se diera el acto de fundación de la ciudad, Ospina se encontraba con sus esclavos e indígenas muy cerca del lugar donde demarcara la naciente ciudad. Gonzalo navarro escribano y receptor de la Real Audiencia de Santafé señala que “El v(ein)te y quatro de mayo del dicho año (1612) (…) vi trabajar (desde las) 8 de por la mañana (h)asta las onse del medio dia poco mas/o menos los dichos tres negros negras y indios (…) y luego fuy en compañía del dicho just(ici)a mayor (Diego de Ospina) (…) a ser poblazon (…)”50. La dependencia de la mano de obra indígena para la fundación material de Neiva y la explotación de las minas del Saldaña y el valle de Neiva quedó corroborada el 25 de octubre de 1613 cuando el presidente Borja ordenó la entrega al capitán Ospina de 76 indios 48

BRUNGARDT. MAURICE, Poder y riqueza en Nueva Granada al principio del siglo XVIII, en Amado Guerrero (compilador), ps. 152 y ss.

49

A.G.I., Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, fs. 2v y ss. Los esclavos en ocasiones valían más que la tierra. En la dote que recibieran Juan Fernández Vilchez y Ana Calderón y Gaviria en la década del cuarenta del siglo XVII, se inventariaba “una negra esclava llamada Angelina por un valor de dusientos y sesenta patacones”. Hacia 1645 Vilchez compró el hato de “La Guandinosa” (Gigante) a su suegra, María de Villegas por sesenta patacones, la que valía 120. Archivo Notaría de Garzón, Protocolo – Timaná, t. 2, f. 167 r. Esta fuentes enseñan como la negra Angelina tuvo un precio cuatro veces mayor que lo que costo la citada hacienda.

50

Ibíd.

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de los pueblos de Pasca, Fosca, Sutagaos y Fusagasugá para el beneficio de las minas del valle de Neiva por tiempo de un año. El 21 junio 1614 el presidente Borja elevó a 89 la cantidad de indios sacados de las mismas y de otras encomiendas, a quienes debía pagárseles su salario. Igualmente ordenó entregar 30 indios del pueblo de Facatativá en reemplazo de los 24 que habían cumplido un año de trabajo en las minas del valle del Saldaña51. La traída de indígenas del altiplano santafereño al valle de Neiva se hacía, por cuanto, ni los paeces y mucho menos los pijaos permitían ser sometidos por criollos y españoles. En el segundo informe sobre la fundación de Nuestra Señora de la Concepción (Neiva) se señala que la fundación había sido hecha con indios moscas (muiscas) y panches y con 35 esclavos, más los vecinos blancos. Para consolidar la fundación Ospina pidió “(…) fomentar el dicho pueblo nuevo con esclavos buenos indios vecinos, (por cuanto) los paeces, los consideraba gente belicosa de mala paz y servidumbre”52. En los autos del 30 de mayo de 1612 Alonso Garcia Rada le solicitaba al presidente de la Real Audiencia de Santafé “(…) embiar para el beneficio de las dichas minas alguna cantidad de esclavos por no haber en esta tierra naturales con quien se pueda hacer laboreo, (…) algunos que avia eran indios pixaos de guerra (…)”53. En efecto, uno de los hallazgos más sorprendentes fue el uso de una especie de mita urbana y minera de indios de la sabana de Santafé para dar cuerpo material a la ciudad de Neiva entre mayo de 1612 y el año de 1614. Además, es posible que esta mano de obra hubiera iniciado la diferenciación del paisaje en ambas bandas del río Magdalena y entre los ríos del oro y la Ceiba donde se erigió el ámbito urbano de la ciudad al iniciar los cultivos y la formación de sus hatos de ganado54.

51

A.G.I., Sevilla, Santafé 102, Capitulaciones del capitán Diego de Ospina, 1614, f. 29 r.

52

Ibíd., f. 21 r.

53

A.G.I., Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, fs. 4v - 5v.

54

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de “La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, p. 153.

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Ahora, Ospina también recaudaba oro por concepto de los tributos de algunas de las encomiendas de la provincia. Hacia 1616 el monto de los tributos de Coyaimas y Natagaimas recaudados en oro de 22 y medio quilates y oro en polvo, al igual que el veinteno de las minas de Saldaña, desde el 30 noviembre 1612, son un primer indicador del establecimiento del sistema colonial en dicha gobernación. Por el veinteno de las minas de Saldaña, entre noviembre 1612 y noviembre de 1615, Ospina entregó a la Hacienda Real de Santafé 374 pesos de oro de 22 quilates y medio55. Décadas después, con el sometimiento de los indígenas paeces, se puede advertir que los pueblos más poblados y productivos, según se infiere del producto de los tributos, fueron los de Iquira, Nátaga y el Hobo56. Hacia 1664 se entregó a las cajas reales 130 pesos de oro en polvo del pueblo de Ataco y 224 pesos de oro en polvo de los tributos del pueblo del Hobo57.

Diego de Ospina y sus esclavos Ospina había trasladado buena parte de sus esclavos de la ciudad de Remedios al valle de Neiva, no solamente para el laboreo del oro, sino también para el oficio de bogas en el transporte fluvial en el río Magdalena. No hay que olvidar, que Ospina en su ciudad de procedencia y en su ejercicio de encomendero, esclavista, minero y empresario del transporte fluvial, además de tener 750 indígenas 55

A.G.I. Santafé 102, Capitulaciones del capitán Diego de Ospina, 1614, f. 30 r. v. La Real Provisión del 9 de junio de 1651 amparó las reducciones de los indios paeces en el valle de Neiva por el gobernador Diego de Ospina Maldonado (Nieto) y los religiosos franciscanos. A.G.N. Abastos. Leg. 1, fs. 545 r - v., capituladas en 1656. No obstante, a Martínez de Ospina, se le atribuye haber fundado el pueblo de Iquira poco antes del fin de su gobierno en 1650. DÍAZ JORDÁN, Jenaro, Pbro., Proceso Histórico de Pueblos y Parroquias de la Diócesis de Garzón, Fondo de Autores Huilenses, Neiva, 1959, p. 47. Reducciones conformadas por los pueblos de los indios paeces de Iquira, Nátaga, el Retiro (Teruel), Hobo y Ataco. Estas formas y mecanismos del poblamiento de los indios paeces hicieron reaccionar a la elite terrateniente señorial de Popayán, probablemente acompañada de otros sectores, inclusive religiosos, contra el gobernador Ospina, lo que a su juicio constituía una de los orígenes de su destitución en 1664. A.G.N., Sección Colonia. Miscelánea, t. 73, fs. 178 r - v.

56

A.G.I. Sevilla. Cartas y Expedientes de gobernadores, Santafé, legajo 307.

57

A.G.N., Bogotá Sección Colonia. Miscelánea, tomo 73, f. 185 r.

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tributarios, era propietario de una cuadrilla de más de 100 esclavos distribuidos en el trabajo de las minas en Remedios y en la boga del río Magdalena58, la cual extendió desde Honda hacia los valles de Saldaña y Neiva. Ospina probablemente se vio obligado a traer negros esclavos a la región por la negativa de la Corona a una de sus capitulaciones, cuando pretendía utilizar “100 indios moscas (muiscas) para las minas”59. Hacía 1623, el 19% de la riqueza de Ospina estaba representada en parte, por sus “esclavos de minas”60. En la representación del 26 de junio de 1620 del gobernador Ospina relacionada con la fundación de la ciudad de Nuestra Señora de la Concepción, aparece asociada con la minería y la navegación, esta última por el descubrimiento del transporte fluvial desde el puerto de Honda al dicho pueblo nuevo, que le supuso a este la introducción de negros esclavos en la boga y en las minas de oro61. Juan Pardo Osorio hacia 1628 señalaba “que en el puerto de Neiva todos los mercaderes que venían de los reinos del Perú encontraban el avío necesario de canoas, balsas o cabalgaduras y bastimentos (maíz, carne, bizcochos y jamones) para proseguir su camino ya por el río o por el camino real”62. Por esas fechas el gobernador Ospina mantenía dos canoas en el puerto de Neiva63. Ospina se convirtió en el primer empresario colonial del transporte fluvial por el río Magdalena, cuyas 58

BRUNGARDT. MAURICE, Poder y riqueza en Nueva Granada al principio del siglo XVIII, en Amado Guerrero (compilador), ps. 152 y ss. Los factores que, según Brungardt, llevaron al capitán Ospina a trasladar cerca del 70% de su inversión minera, representada básicamente en esclavos, al valle de Neiva, fueron el agotamiento de las minas y, en especial, la epidemia de viruelas de 1588 que se inició en Mariquita y se expandió por la Nueva Granada acabando con “más de la tercera parte de la población de indios y españoles”, la cual le significó, particular y concretamente, la pérdida de su encomienda de 750 tributarios que le rentaban 1.500 pesos de oro de 20 quilates anuales, es decir, 2.884 patacones.

59

A.G.N., S. Colonia, Tierras Tolima, Leg. G. f. 370 r - v,

60

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, “Las guerras de la colonización en la provincia de Neiva durante el siglo XVII”, en Historia General del Huila, t. 1. Dir. Científico, BERNARDO TOVAR ZAMBRANO, Academia Huilense de Historia, Fondo de Autores Huilenses, Bogotá, 1996,. p. 331.

61

A.G.I. Sevilla. Cartas y Expedientes de particulares 1619 – 1620. Representación de don Diego de Ospina Medinilla. Santa Fe 26 de junio de 1620. Santa Fe 102.

62

A.G.I., Sevilla, Sección Audiencia de Santafé, 19, Cuaderno 1, f. 31 r y ss.

63

Ver CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de “La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, p.102.

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embarcaciones con la ayuda de los bogas (esclavos e indígenas) hacían en principio el recorrido Neiva – Honda y viceversa, las que a su vez, facilitaban la comunicación fluvial con Cartagena. A modo de balance general, Ospina advierte que a un costo de 10.000 pesos oro había descubierto el puerto y navegación desde el pueblo nuevo hasta la ciudad de Cartagena para beneficio de Quito y la gobernación de Popayán. Esto significaba haber mejorado el circuito comercial entre la villa de Timaná y Cartagena, que eran el paso del comercio y trato de los reinos del Perú64. Las fuentes documentales según los interrogatorios celebrados en julio de 1633 sobre el estado de cumplimiento de las capitulaciones de Ospina, muerto en 1630, señalan que “el numero de esclavos que Ospina se obligó a poner en lavor de minas de oro se hallaron veinte y trés chicas y grandes, (…) y que poblo el dicho gobernador, y quarenta y siete barones y hembras los treinta y seis de hedad y los once pequeños que se ocupan en sacar oro en las riveras del rrio que porque no están en minas nuevamente descubiertas ni poblados se llaman lavadores (…). Otros algunos negros de otras personas por ser la saca del oro incierta y cortísima (…) por no averse descubierto (…)65. Todo parece indicar que este fue el mayor número de esclavos en la explotación de minas de oro que hubo en la familia Ospina. Ahora sobre la producción de oro de las minas las fuentes documentales no entregan datos relacionados con el volumen, que de todas maneras, debió ser de exiguas cantidades. De ahí que la mayoría de los esclavos en el valle de Neiva, lustros después, sus amos les colocaran en actividades ganaderas y de servidumbre. Un ejemplo del trabajo en las actividades de la ganadería y servidumbre por parte de los esclavos se presentó en la hacienda de los Aposentos en Villavieja. Buena parte de haciendas y estancias del norte y centro de la provincia del Alto Magdalena durante el siglo XVII y del XVIII, estuvieron en manos de la familia de Ospina, así como de la Compañía de Jesús, convirtiéndose en los más grandes

64

Ibíd., p. 95.

65

A.G.I., Sevilla, España, Santafé, 57, N.19, fs. 1 r. Estado de las Capitulaciones de Diego de Ospina..

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terratenientes de la región66. Los Jesuitas, mediante el otorgamiento de mercedes, donaciones, compras y permutas formaron entre 1631 y 1660, la mayor parte de su famosa hacienda “Los Aposentos” con sus estancias aledañas. Esta hacienda comenzó a constituirse el 24 de marzo de1.631, cuando don Francisco Martínez de Ospina, gobernador de la villa de Timaná, Neiva y Saldaña, hizo gracia y donación pura, perfecta e irrevocable al Colegio de la Compañía de Jesús y al hermano Manuel Martín su procurador en su nombre, de tres caballerías de tierra de las antiguas de a 6000 pasos en contorno67. En 1774, el inventario que se hizo a los bienes expropiados a dicha hacienda, registra 2.019 estancias, 34.5 cabuyas de tierra, 15.176 reses vacunas, 2.717 yeguas, 842 caballos mansos, 142 potros, 92 mulas mansas, 122 muletos, 41 burros hechores, 172 burras de cría, 453 cabras, 98 ovejas y herramientas68. En 1773 la Real Audiencia toma la decisión de vender a todos los esclavos de la hacienda. De los 89 esclavos registrados por Germán Colmenares, solo 38 entraron en la relación de la minuta, de la cual se deduce que 51, entre hombres, mujeres y niños no se encontraban en el momento en que fueron arrestados y trasladados a Santafé para ser vendidos en plaza pública69. Con la muerte de Diego de Ospina el 17 de marzo de 1630, don Francisco Martínez de Ospina y doña Catalina de Ospina y Medinilla el 20 de mayo de 1630 ante notario público de Neiva, como herederos de su padre, el gobernador, “dan poder general y cuanto en derecho se requiere a Francisco Tello, para que venda todos sus 66

MONTEALEGRE SÁNCHEZ, Humberto, Historia Económica y Social de El Gigante Colonial 1680 – 1800, Neiva, Litocentral Ltda, 2005, p. 104.

67

Academia Huilense de Historia, Archivo Huila, Sección Notaria de Neiva, vol. VII, t, 1, RPCC, p. 4, remitiendo fs. 23 r – v de los documentos 1613-1733, en adelante se citará AHH., AH.,

68

AHH., AH., Sección Notaria de Neiva, vol. VII, t. 2, RPCC, ps. 486-487 de los documentos 1733-1774.

69

Ibíd., ps. 47 y ss. Entre 1631 y 1767 los jesuitas fundaron y consolidaron la hacienda de Villavieja, una de las más extensas del Nuevo Reino de Granada. Hasta 1767 esta hacienda fue administrada por los jesuitas, por cuanto a partir del primero de agosto del mismo año se lleva a cabo la expulsión general de los jesuitas de los territorios españoles en América. Por decreto real expedido el 27 de febrero por el rey Carlos III les fueron expropiados todos sus bienes, incluidas propiedades, esclavos, herramientas y ganado.

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haberes herenciales, tales como esclavos, aguas, minas (…)”70, lo que probablemente redujo la producción minera, en tanto buena parte de los esclavos debieron pasar a ejercer actividades pastoriles y de servidumbre, cuando a su vez, se incrementaban las estancias y hatos ganaderos debido a las mercedes de tierra cubiertas de pastos, rastrojos y montes, que seguía entregando Francisco Martínez de Ospina como gobernador. De ahí el fortalecimiento de hatos ganaderos para seguir abasteciendo las minas que aún quedaban en la provincia y las plazas de Santafé y Popayán y aún Quito, incentivando a la ganadería como la principal actividad económica de la provincia desde mediados del siglo XVII, desplazando a la minería a un segundo plano71.

La ganadería principal riqueza económica de la provincia Hacia comienzos de la segunda década del siglo XVII, Fray Simón en relación al valle de Neiva expresaba “(…) que el cambio que había convertido a la provincia de malsana en saludable, se debía a la presencia del ganado vacuno, el cual, habiendo crecido en forma de ganado cimarrón, se había tornado muy abundante y cubría los anchos llanos de una parte a otra del Río Grande (…)72. En los autos del 29 y 30 de mayo de 1612 algunos testigos que llegaron con Ospina, hacían relación al valle de Neiva como tierras propicias para las actividades de la ganadería y agricultura. Pedro Berdugo señalaba las “muchas tierras para criar ganados (…)”, Alonso Garcia Rada “(…) por ser esta tierra fértil (…) por las labores de los naturales plantaciones y maisage (…) donde se podrían criar muchos ganados (…)” y el cura Pedro Fernández de Dueñas como “(…) tierra capaz y abundosa (…) para la crianca y labranca (sic)73. 70

AHH., AH., Sección Notaria de Neiva, vol. VII, t. 1, RPCC, ps. 55 y 56 remitiendo fs. 15 r-v de los documentos 1613 - 1733.

71

MARTÍNEZ PÉREZ, Fredy Enrique, “Esclavitud y Libertad en la provincia de Neiva entre los siglos XVI – XIX”, en Historia Comprehensiva de Neiva, 2013, p. 94.

72

SIMON, Fray Pedro, Noticias historiales de las conquistas de tierra firme de las Indias occidentales, t. V, vol. 107, p. 272.

73

A.G.I., Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 19, R. 1, N. 7, fs. 3 r y ss

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Germán Colmenares, al referirse a la ocupación de los españoles en tierras bajas de los valles interandinos, dice que allí, en ausencia de una mano de obra abundante, la ocupación y explotación fue efectivamente más tardía que la de los altiplanos y advierte “que en el valle del Alto Magdalena, como territorio de frontera hasta la derrota de los Pijaos, el ganado comenzó por señalar la presencia de los ocupantes. Al término de las guerras en el segundo decenio del siglo XVII, las reses cimarronas eran tan abundantes que dieron origen a una economía pastoril desarrollada en vastos latifundios. La región del valle de Neiva se convirtió en una dehesa que debía abastecer los altiplanos de Santafé y Popayán”74. Se infiere entonces que las actividades de la ganadería tomaron fuerza en la región del Alto Magdalena, a partir del segundo decenio del siglo XVII con don Diego de Ospina, cuando (se apropia de las mejores tierras y) entrega buena parte de mercedes, especialmente las de los llanos del centro y norte del actual territorio huilense75. Desde 1611 hasta 1619 se adjudicaron un total de 42 estancias de ganado mayor, 5 estancias de ganado menor y 1 estancia de pan coger en los valles de Saldaña y de Neiva a un total de 19 propietarios76. La política de entrega de mercedes de tierras fue seguida por su sucesor, Francisco Martínez de Ospina. El capitán Pedro Verdugo, que de minero pasara a ejercer el oficio de hacendado y, quien hiciera parte de las huestes de Diego de Ospina, a 31 de marzo de1649 vende al Colegio de la Compañía de Jesús “unas caballerías de tierras que tiene y posee en los términos y jurisdicción de Neiva, según merced que le hizo el gobernador don Francisco Martínez de Ospina en las tierras de Sardinata (…)”77. Tierras que muy probablemente lindaban con la tradicional hacienda “Trapichito”, de propiedad de los Ospina. Diego de Ospina no fue el criollo que ingresó las primeras razas de ganados a los territorios del Alto Magdalena, por el contrario, los autos dan cuenta de cómo es uno de los culpables de haberse 74

COLMENARES, Germán, La Economía y la sociedad coloniales 1550-1800, ps. 39-40.

75

AHH., AH., Sección Notaria de Neiva, gobernación vol. VIII, t. 1, RPCC, ps. 8-9 remitiendo fs. 1 r a 7 r de los documentos 1630-1928.

76

A.G.N. Sección Colonia. Tierras Tolima, tomo 14, f. f. 175 r.v. Ver PAEZ Courvel, Historia de las medidas agrarias antiguas, Bogotá, 1940, ps. 31 y ss.

77

AHH. AH, Sección Notaria de Neiva, vol. VII, t. 1, RPCC, ps. 151-152 remitiendo a los fs. 68-69.

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apropiado parte del ganado cimarrón que introdujera Sebastián de Velalcázar en el valle de Neiva a mediados del siglo XVI y que a través de las siguientes décadas se multiplicara. En efecto, la introducción de ganado vacuno al Alto Magdalena se empezó a realizar años después del ingreso de Belalcázar. A mediados del siglo XVI Neiva ya se perfilaba como un importante centro ganadero y, a comienzos del siglo XVII, las haciendas del Alto Magdalena eran la principal fuente de abastecimiento de carne, cebo y cueros para la sabana de Bogotá78. En el interrogatorio de 1633 sobre el estado de las capitulaciones del gobernador Diego de Ospina, algunos testigos hacen relación a que “(…) todos los culpados en las matancas (sic) que hicieran del dicho ganado y se aprovecharon del en la misma forma quel gobernador (Diego de Ospina) con que ser poblado muchos hatos que allí tienen al que han sacado para este Reino gran cantidad de ganado (…) (y) lo(s) que han muerto para solo los cueros y sebo y sustentarse ay agora de treinta a quarenta mil reses”79, (con excepción de la creación del incipiente poblado y la explotación de algunas minas de oro), “(…) sin que las demás capitulaciones se ayan cumplido de parte del dicho gobernador y en particular las de aver amansado el ganado barcino que allí avia antes desta población. (…) el dicho gobernador diego de Ospina y los demás interesados con el y que todos defraudaron y eludieron la Real hacienda pretendiendo quedarse con la parte que toco a Vuestra Majestad (…)”80. En este interrogatorio de 1633 don Francisco Martínez de Ospina, sucesor en el gobierno de la provincia, pretende la confirmación de las capitulaciones firmadas por su progenitor al proponer al Real consejo de Vuestra Majestad: “(…) que tiene y están cumplidas las capitulaciones del dicho su padre (…) y pide confirmación del dicho gobierno (…) que su padre en la población de las haciendas y en otras acciones que hiso en ella gasto mucha suma de pesos y que por eso sus hijos quedaron pobres porque lo cierto y verdadero es que dicho diego de ospina cuando trato de dichas capitulaciones y 78

CLAVIJO, Hernán y TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Bonanzas, de tiempo en tiempo” en: Colombia, país de regiones, No. 3, CINEP – Colciencias, Bogotá, 1998, en YEPES PEREZ, Fabio, Ganadería y transformación de ecosistemas: una análisis ambiental de la política de apropiación territorial, en: Naturaleza en disputa, Universidad Nacional de Colombia, Unibiblos, 2001, ps. 164–165.

79

A.G.I., Sevilla, España, Santafé, 57, N.19, fs. 1 r y ss.

80

Ibíd.

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gobierno y lo efectuo estaba mui alcancado adeudado y enpenado (sic) (…)”81. No obstante, el juez de residencia de acuerdo a las declaraciones de los testigos e investigaciones de campo concluye que Ospina tomó “(…) el advitrio de la dicha población para hevadirse de sus acreedores y que quando murió y oi sus hijos tienen entabladas en el dicho valle de neiba grandes haciendas de hatos estancias de maíz trapiches y otras grangerias con que están acomodados (a)demás de la honrra y autoridad de tener un oficio de gobernador y Capitán General perpetuo con salario en lo que resultare de los aprovechamientos de la tierra sin averle costado hacienda, sangre trabajo ni cuidado (…)”82. Tal como había sucedido.

Fuente: Archivo General de Indias, Sevilla, España, cartas de audiencia, Sección Audiencia de Santafé, 57, N.19, fs. f. 2 v. 81

Ibíd.

82

Ibíd. Estado de las Capitulaciones de Diego de Ospina y su hijo Francisco Martínez de Ospina. Los Ospina por cuatro generaciones gobernaron la provincia durante buena parte del siglo XVII. Fueron gobernadores su hijo don Francisco Martínez de Ospina entre 1630 y 1650, sus nietos don Diego de Ospina Maldonado hasta el 21 de enero de 1665 y Jacinto hasta 1667, año en que se nombró a su bisnieto don Francisco Álvarez de Velasco, quien ejerció por tres periodos: de 1667 a 1675; de 1679 a 1681 y de 1690 a 1694. GARCÍA BORRERO, JOAQUÍN, El Huila y sus aspectos, Neiva, Empresa de Publicaciones, 1983, p. 146 y DÍAZ JORDÁN, Jenaro, Pbro., Proceso Histórico de Pueblos y Parroquias de la Diócesis de Garzón, ps. 35 y ss.

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Muestra de lo anterior, fueron las haciendas de Ospina y que heredaran sus hijos. Los bienes que dejara Diego de Ospina y Medinilla con su fallecimiento en 1630 en la provincia comprendían las haciendas de La Jagua, La Manga, Tune y Yaya, hoy municipio de Palermo; las tierras de Bambuca en Aipe, la hacienda de Trapichito en Neiva y los terrenos en Alto Arenoso83 en Rivera; haciendas y estancias que habían sido fruto de la explotación del trabajo de indígenas y esclavos, cuyo ganado cimarrón había sido en principio apropiado por el mismo Ospina en el valle de Neiva.

Consolidación de la ganadería desde mediados del siglo XVII El ganado del valle de Neiva fue fundamental en las condiciones materiales de la vida cotidiana de la ciudad y la corte de Santafé a través del abasto de carne y las industrias derivadas como la producción de cebo, velas y curtiembres. En el interrogatorio que el gobernador Ospina presentó a la Real Audiencia de Santafé en 1628, hace relación al cambio o transformación que produjo la fundación y poblamiento de la ciudad. “(…) se han poblado en todo el dicho valle hasta lo que toca a la jurisdicción de Timaná 47 hatos de ganado vacuno, yeguas, crías de mulas y ganados menores (…) ay hoy más de 40.000 cabezas de ganado vacuno y casi 200 mulas de cría”84. De ahí que el distrito de Neiva fuera la mayor despensa de ganados en el Nuevo Reino de Granada que abasteciera las dehesas de Santafé, de igual manera, a Mariquita, La plata, Popayán, e incluso Quito, con gran movimiento comercial desde la década del veinte del siglo XVII hasta mediados del XVIII., así lo señalan las fuentes documentales. En la ciudad de Neiva, el 5 de enero de 1642, ante escribano público don Francisco Martínez de Ospina, Gobernador y Capitán General “se obliga a dar y a entregar a don Juan Chacón o a quien su persona represente dos mil novillos poco más o menos los que serán puestos en el Novillero a diez y ocho reales cada uno, de tres años arriba y cuya mitad le corresponde a don Juan Galindo”85, sitio El Novillero ubicado en la sabana de Santafé. De igual forma, en 1661 se celebró 83

GARCÍA BORRERO, Joaquín, El Huila y sus aspectos, p. 144.

84

A.G.N., Bogotá, S. Colonia, Tierras (Tolima), t. 14.

85

AHH., AH., Sección Notaría de Neiva, vol. VII, t. 1, RPCC, p. 120 remitiendo a los fs. 87 r-v. de documentos 1613-1733.

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un contrato entre el Gobernador de la provincia de Neiva con uno de los pocos aristócratas-empresarios de la Nueva Granada, el capitán Francisco Félix Beltrán de Caicedo, que consistía en la obligación de una compraventa “de 3200 novillos de tres años y 800 vacas de la haciendas de Ospina (Pacarní-Yaguará, etc.), puestos en tres sacas diferentes en la sabana de Bogotá entre marzo y septiembre de 1662. El precio de cada novillo sería de 3 pts. de 8 reales y de 21 reales (3pts. y 3 reales) cada vaca”86. Los acuerdos de abastecimiento de las dehesas ganaderas de Santafé, eran avalados por las mismas autoridades de la Gobernación y el Cabildo. Los ganados del Alto Magdalena también llegaban a Quito, a pesar de los conflictos que se generaban entre los ganaderos de la provincia con el Cabildo de Santafé. Entre 1690 y 1692, siete grandes criadores de Neiva y Timaná habían hecho nueve envíos de ganado a Quito. Los más cuantiosos fueron los del alférez Perdomo y la del propio gobernador, “sumaban 5.000 reses aproximadamente, lo que permite calcular entre 10.000 y 12.000 los novillos llevados a Quito al parecer pagados a 7 y 8 pts”87. Este auge en los precios reveló a los hacendados de Timaná y de Neiva, seculares y eclesiásticos, las desventajas del mercado de Santafé para su negocio, lo que se tradujo en una presión para que se les mejorasen los precios y otras condiciones. De ahí que en 1694, la provincia de Neiva, mediante acuerdo entre criadores y cabildo, “se comprometían a enviar a Santafé, cada año, 4.500 novillos”88. También enviaba ganado a las provincias de Quito y ciudades de Popayán y Pasto y en el siglo XVIII llegó a enviar ganado a Cali, e incluso, atado a balsas por el río Magdalena, a Mompox y Cartagena89. En junio de 1694 “existían 45 criadores quienes tenían 31.582 ganados de cría, de las cuales 5.595 terneros y novillos se herraban y/o 86

A.G.N., Notarías de Bogotá, Not. 1, t. 61, f. 255rv. Citado por CLAVIJO Ocampo, Hernán, “Economía y Conflicto 1690-1808”, en H.G.H., p. 379.

87

A.G.N., Abastos, Leg. 1, fs. 710 r y ss, en CLAVIJO Ocampo, Hernán¸ “Economía y Conflicto 1690 - 1808”, ps. 383.

88

A.G.N., Abastos, Leg. 4, f. 93 r.

89

CLAVIJO, Hernán y TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Bonanzas, de tiempo en tiempo”…, p. 49.

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producían al año”90. En estos registros no se relacionan las haciendas de la Compañía de Jesús. En este mismo año uno de los mayores criadores de ganado vacuno, con 8.000 crías, era Francisco Álvarez de Velasco, ultimo gobernante de los Ospina, quien ejerciera como gobernador de la provincia interrumpidamente entre 1667 y 1694. De las “ocho mil cabezas de ganado de cría pagaba en diezmos mil dozientas cabezas”91. Para 1696, los señores presidente y oidores mediante escritura de la Audiencia y Cancillería Real del Nuevo Reino de Granada, habiendo visto los autos sobre lo pedido por parte de los criadores de ganado de la ciudad de Neiva y su jurisdicción, se ordenó traer ganado para el abasto de la república en cada un año, así como se les concedía licencia para el transporte a las provincias de Popayán y Quito del ganado que le sobrare o venderlo a quien se lo pagare. De igual manera, de conformidad con los poderes presentados, “se ordenó traer en tiempos de San Juan y Navidad, dos mil quinientos novillos de Neiva y su jurisdicción, a los criadores de la villa de Timaná, mil quinientos novillos y a los de la ciudad de La Plata, quinientos novillos, que se han de poner unos y otros en la dehesa de Bogotá, con el interin de que si los criadores, tanto de Timaná como de La Plata, no cumplen con las fianzas contempladas en el auto de la Real Audiencia, se perciba el hecho de no permitirles sacar los ganados para venderlos a las provincias de Popayán y Quito, ordenándose al gobernador revisar los fraudes que pudieran haber hecho los vecinos que no afianzaren”92. La asignación a los criaderes de Neiva era del 55.6%, a los de la villa de Timaná del 33.3% y a los de La Plata el 11.1%. La mayor producción estaba representada por los ganaderos de Neiva, debido a las mayores extensiones y criaderos en sus valles y llanuras93. 90

A.G.N., Abastos, Leg. 4, fs. 65 r – 74 v.

91

Ibíd., fs. 65 r y ss. El diezmo se aplicaba sobre toda la producción agropecuaria, en un equivalente al diez por ciento, como lo sugiere su nombre, por ello era considerado “un gravamen sobre las crías de los animales y los frutos vegetales, con destino al servicio del culto”. TIRADO MEJÍA, Álvaro, Introducción a la historia económica de Colombia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1971, p. 86.

92

Ibíd., f. 102 r.

93

MONTEALEGRE SÁNCHEZ, Humberto, Historia Económica y Social de El Gigante Colonial 1680 – 1800, p. 114.

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Diego de Ospina advirtió que la riqueza ganadera del valle de Neiva, por sí sola, podía satisfacer la demanda de ganado de Santafé y otras ciudades vecinas. Lo que no alcanzó a imaginar el gobernador Ospina fue que sus descendientes y a su fiel clientela le agregarán nuevos mercados, Popayán y Quito. Estos lograron la articulación de Neiva, Timaná y La Plata al ciclo y circuito económico que configuró los obrajes textiles de Quito y el auge de la minería del oro en la provincia de Popayán desde finales del siglo XVII94. Hacia 1730, el reparto del abasto de ganado para Santafé le asignaba a la provincia 6.500 novillos anuales. Este ganado era obtenido de las grandes haciendas que pertenecían a las elites criollas de Neiva, Timaná y La Plata, y también, de los hatos de la Compañía de Jesús y de las no pocas haciendas que poseían los curas en sus parroquias95, clero que había amasado grandes fortunas aprovechando títulos donados por las autoridades coloniales, además de las fundaciones de las cofradías y capellanías y la práctica los diezmos y los réditos (créditos) a través de los censos96. La iglesia mediante este sistema se había apropiado de buena parte de las riquezas de la provincia. La hacienda de los Aposentos” de Villavieja comenzó a constituirse el 1631, cuando don Francisco Martínez de Ospina, gobernador de la provincia, hizo donación al Colegio de la Compañía de Jesús de tres caballerías de tierra de las antiguas de a 6000 pasos en contorno97. Hacia 1632, el capitán Don Francisco Martínez de Ospina, gobernador de la provincia de Neiva, ante súplica del clérigo Fernán Pérez Calderón de proveerle tres caballerías de ganado mayor de las antiguas, le hace merced “de 16 estancias de ganado mayor de las modernas comprendidas entre la quebrada que le llaman de las Voltezuelas (Garzón) hasta la quebrada de La Honda (Gigante), las 94

CLAVIJO OCAMPO, Hernán, ”Fundación y conformación de la ciudad de “La Pura y Limpia Concepción de Neiva y su Provincia en el siglo XVII”, ps. 104 y ss.

95

CLAVIJO, Hernán y TOVAR ZAMBRANO, Bernardo, “Bonanzas, de tiempo en tiempo, p. 53.

96

MONTEALEGRE SÁNCHEZ, Humberto, Historia Económica y Social de El Gigante Colonial 1680 – 1800, ps. 115 – 116. Ver en MONTEALEGRE SÁNCHEZ, Humberto, “Composiciones de tierras, censos, Capellanías, Cofradías y Diezmos en El Gigante Colonial” en Historia General del Huila, vol. 6, Neiva, 2005, ps. 72 y ss.

97

AHH., AH., Notaria de Neiva, vol. VII, t, 1, RPCC, p. 4, remitiendo fs. 23 r – v de los documentos 1613-1733.

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cuales entran al río de la Magdalena y corriendo desde él hasta la sierra”98. En su testamento el clérigo Francisco de Triviño y Sotomayor, el 28 de julio de 1677, declara haber sido cura de la ciudad de Neiva por 40 años más o menos, además de “ser dueño de las tierras o estancias que van de Arenoso a la Sardinata y de más de cuatro mil cabezas de ganado vacuno y caballar (…)”99. Con la apropiación y obtención de grandes territorios del valle de Neiva por parte de los Ospina y representantes de la iglesia, la ciudad y corte de Santafé dependió intensamente de las crías de los hacendados de la gobernación de la provincia de Neiva hasta la década de 1750 cuando se produjo el fin del monopolio del abasto de carne100. Se concluye cómo en los territorios del Alto Magdalena las actividades económicas se iniciaron con la explotación de minerales, cuyos rendimientos no fueron los advertidos y esperados, llevando a buena parte de sus pobladores que habían llegado en búsqueda del oro a tener que cambiar de oficio por los de la ganadería extensiva, al encontrar que estas tierras y, en particular el valle de Neiva, eran propicias para las labores pastoriles.

98

AHH., AH., Juzgado primero del circuito de Garzón, RPCC., vol. 640, t. 1, p. 395, remitiendo al f. 2 de los documentos 1756-1865.

99

GARCÍA BORRERO, Joaquín, Neiva en el siglo XVII, p. 122.

100 CLAVIJO, Hernán, “Economía y Conflicto 1690 – 1808”, en: Historia General del Huila, vol. 1, 1995, ps. 379-381.

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DELIMIRO MORENO CALDERÓN UNA VIDA DEDICADA A LA HISTORIA DEL HUILA JAIRO RAMÍREZ BAHAMÓN Miembro Numerario Academia Huilense de Historia Delimiro Moreno Calderón, nació en Bello (Antioquia), el 16 de agosto de 1932. Después de una agitada juventud política rebelde, llegó a Neiva en septiembre de 1963 a dirigir el radioperiódico IMPACTO, órgano del naciente Movimiento Revolucionario Liberal –MRL-. En 1966, cuando nació el DIARIO DEL HUILA, ya dirigía Radio Colosal y junto con Fermín Segura, quien entonces trabajaba en Radio Neiva, surtía con noticias ese primer diario del Departamento Pocos meses después, por una crisis interna en el Círculo de Periodista del Huila, renunció a Colosal y se radicó en Bogotá donde trabajó en el radioperiódico Orientación y la Agencia Atlas Publicidad. En 1974 regresó a Neiva con la ilusión de ser parlamentario de la ANAPO. Fracasada esa aventura política, llegó a la jefatura de redacción del DIARIO DEL HUILA. Allí escribía desde las noticias, las notas sociales y los editoriales hasta la columna humorísticopolítica HOMEOPÁTICAS (de pildoritas cortas, como los glóbulos de la homeopatía). Nos dice Delimiro, que fue Hernando Cortés, entonces digitador de textos del DIARIO, quien le colocó a su columna el nombre de ANTIPÁTICAS, “porque con ellas jodía a todo mundo”. 135


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Pero el comienzo de su labor de investigación histórica de manera sistemática se puede ubicar, según nos comenta él mismo, en el año 1982 cuando llegó a TELECOM como jefe de prensa y propuso a la empresa hacer la historia de la misma y efectivamente obtuvo una comisión para emprender la tarea, que desarrolló fundamentalmente en el ARCHIVO NACIONAL DE COLOMBIA y en la biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República. En principio, quiso enfocar el trabajo a partir de la comunicación en el mundo, para recaer luego en Colombia y más precisamente en TELECOM. Fue allí cuando se dio cuenta de que en el mencionado archivo reposaba un cúmulo de información sobre el Huila, que hasta entonces era desconocida en el Departamento. En particular, detectó informaciones de la época del federalismo, cuando MURILLO TORO impulsó las comunicaciones en el país, y halló datos valiosos y suficientes sobre hechos, personajes y presidentes del Estado Soberano del Tolima, “que, dice, aquí ni siquiera se habían mencionado”. Pasado el asombro de semejante hallazgo, emprendió simultáneamente la elaboración del libro EL HUILA EN EL SIGLO XIX, cuya edición pagó con recursos propios, obra que hace énfasis en el Estado Soberano del Tolima y en el papel de Neiva dentro de dicho Estado; y el libro ESTADO SOBERANO DEL TOLIMA, PERSONAJES EN SU HISTORIA, que fue publicado por el Fondo de Autores Huilenses, obras pioneras en la bibliografía de este período de nuestra historia comarcana. Delimiro aprovechó “la beca” de Telecom para escudriñar ansiosamente las más diversas colecciones existentes en el Archivo Nacional, al punto de haber tomado nota y fotocopias (entonces no se utilizaba el PC ni las cámaras digitales) sobre diversos temas relacionados con Neiva y el Huila, sobre los que consideraba que aún poco o nada se conocía aquí en el Departamento. Años más tarde regresó al Archivo y tras nuevas indagaciones logró, en 1998, completar su estudio del siglo XIX con LA TOGA CONTRA LA SOTANA. ROJAS VS. ROJAS (biografías comparadas del presidente José María Rojas Garrido, “La toga” y el obispo Esteban Rojas Tobar, “la sotana”) que publicó en ese año. 136


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Pero su obra no paró ahí. Ya en 1995 había incursionado en la historia cultural, publicando un trabajo sobre LOS PAPELIPOLAS; en 1997 publicó la biografía de Misael Pastrana Borrero por encargo del gobernador Jaime Losada, para que coincidiera con la inauguración de la estatua del presidente opita ubicada en el patio de armas de la gobernación; en 1998 realizó un completo estudio sobre Joaquín García Borrero que fue publicado en la REVISTA HUILA, órgano institucional de la Academia Huilense de Historia; en el año 2000, publicó la biografía de Jaime Ucrós García, su antiguo compañero de lucha política, obra que realizó por encargo de la familia de dicho personaje. Además de los libros citados, ha publicado los siguientes: • José María Rojas Garrido, Universidad del Sur. Unisur. Bogotá. 1992. • Breve Historia de las telecomunicaciones colombianas. Telecom. Editorial Gente Nueva, Bogotá, 1994. • Textos Antipáticos. Editorial Gente Nueva, Bogotá, 1995. • Del maguaré a la fibra óptica. Crónica de las Comunicaciones, Telecom, Editorial Gente Nueva, Bogotá, 1995. • Personajes Huilenses del Siglo XX, Diario del Huila, Neiva, 1999. • Historia de las ideas de izquierda en Colombia. (Revista de la Universidad Cooperativa de Colombia. Medellín, No. 75. Febrero de 2001). • Vigencia Histórica del federalismo colombiano, ediciones Crisis, Medellín, 2004. • Sesquicentenario del Estado Soberano del Tolima, en la revista Huila, No. 62, 2011, Neiva. • Hechos y personajes de Neiva en sus 400 años. Servimpresos, Neiva, 2012. • Diego Omar Piedrahita, el caballero de la política. Servimpresos. Neiva. 2014. 137


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• Además, ha colaborado en las siguientes obras: • La Gaitana o América Libre, con Eduardo Unda Losada, reportaje con Rodrigo Arenas Betancur, Gobernación del Huila, Neiva, 1974. • Neiva al filo del Milenio, historia de Neiva (obra conjunta con otros historiadores, especialmente de la Academia Huilense de Historia), capítulo sobre el siglo XIX. Concejo Municipal. Neiva, 1990. • En Teoría Social de la Comunicación, de Ligia Marina Paredes Polanía, Lectura Complementaria No. 1. Breve Historia de las Comunicaciones en Colombia. Bogotá, 1993. • En Las Telecomunicaciones en Iberoamérica, capítulo sobre Colombia, AHCIET, Madrid, España, 1995. • En Historia General del Huila, Academia Huilense de Historia, 5 volúmenes, Instituto Huilense de Cultura, Neiva, 1996, capítulos sobre vida política en el siglo XIX y la vida cotidiana. • En Nueva Historia de Colombia, tomo IX, Bogotá, Editorial Planeta, 1998, Un siglo de comunicaciones y transportes en Colombia. • En Historia Comprehensiva de Neiva (Editora Surcolombiana, Neiva, 2013, 5 volúmenes, “Neiva, capital del Estado Soberano del Tolima). • Casi terminada tiene para su publicación una Biografía crítica de Marco Fidel Suárez, su paisano.

“MÁS DE 5.000 AÑOS DE HISTORIA EN EL HUILA” Bajo este título, Delimiro Moreno acaba de publicar, en diciembre de 2014, en Servimpresos, su última obra. Es ella un compendio cronológico de la historia de Neiva y del Huila desde épocas prehistóricas, en el cual autor logra magistralmente compendiar 138


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su labor investigativa de más de cuarenta años, retomando aportes de la mayor parte de las obras que conforman la bibliografía histórica huilense, enriquecida sobremanera en las últimas décadas con los estudios presentados en los congresos y simposios organizados por la ACADEMIA HUILENSE DE HISTORIA , y en especial con las dos grandes obras: Historia General del Huila y la Historia Comprehensiva de Neiva. De manera que, como lo reconoce el propio autor, esta es una obra colectiva, que rescata y divulga los aportes de muchos de los historiadores del Huila.

Delimiro Moreno C.

Es de destacar que, siendo un compendio cronológico, la obra tiene un derrotero ideológico, que permite identificar rasgos característicos de nuestra identidad como región y destacar a la vez nuestra tradición de pueblo amante y luchador por la autonomía y por las libertades. En efecto, de la lectura de la obra y de los diálogos que sostuvimos con el autor, pudimos determinar algunas líneas ideológicas o teóricas por las que orienta la trama y secuencia de la historia de esta región. Primero, se advierte una clara intención de mostrar la historia de la lucha por la autonomía de Neiva, ya sea como región, como provincia o como departamento. Pero además la obra deja en evidencia que desde los primeros tiempos de la Colonia este territorio, que entonces hacía parte del Cauca, procuraba alcanzar su autonomía, siendo la creación de la Provincia en 1614 uno de sus primeros logros en tal propósito; además, en los siglos XVII y XVIII ya luchaba con los comerciantes de Bogotá por la venta de ganado, que estos pretendían para sí solos y los productores querían venderle también en Popayán y hasta en Quito. En la Gran Colombia (periodo de la CONFEDERACION GRANADINA), como lo reseña con solvencia en su libro “Neiva en el siglo XIX” y lo condensa magistralmente en la presente obra, los habitantes de esta provincia lucharon decididamente contra esa dependencia. 139


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Alcanzada su independencia frente a Cundinamarca, las provincias de Neiva y de Mariquita formaron el Estado Soberano del Tolima, pero como afirma acertadamente Delimiro, “en esta ocasión Neiva logra más bien que la región de Mariquita dependa de ella, al tiempo que lucha por mayor autonomía frente a Bogotá y Popayán”. Casi al final del XIX, en pleno apogeo regeneracionista, se creó la Diócesis del Tolima y los neivanos lograron, nos comenta Delimiro, primero, fijar su sede en Neiva y bien pronto, como otra expresión de sus deseos autonomistas, la creación de la diócesis de Neiva, No hay duda que con sus obras Delimiro Moreno nos ha ayudado a redescubrir el ignoto siglo XIX, vedado para los huilenses por la reacción clerical- conservadora de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que se propuso el ocultamiento sistemático de cuanto acaeció en esta región después de la independencia de Colombia hasta la implantación del régimen regeneracionista, y divulgó la idea de que nuestro Departamento venía de ancestros exclusivamente conservadores, haciendo desaparecer de nuestra historia la trayectoria de una pléyade de intelectuales que bebieron en las fuentes de la ilustración y de las ideas liberales, hombres de academia y Estado que brotaron en este terruño en ese siglo, como José María Rojas Garrido, Francisco Eustaquio Álvarez, Gabriel González Gaitán, Ignacio Manrique Calderón, Bernardo Herrera Buendía y muchos otros. Delimiro nos abrió el camino para seguir indagando ese olvidado Huila decimonónico, en donde al mediar ese siglo, en importantes círculos de la sociedad neivana, había asumido el discurso republicano ilustrado y se advertía la presencia de periódicos y escritos de un claro sabor liberal radical, en el que mucho tuvo que ver la presencia en Neiva de una generación de jóvenes ilustrados, radicales y masones, de cuya existencia y actividad poco se han ocupado, o han esquivado tratar, nuestros historiadores. Pero la Regeneración conservadora iniciada en 1886, en cabeza del general Manuel Casabianca y del obispo Esteban Rojas Tobar, quiso hacer olvidar a los huilenses lo que para ella significó “esa noche oscura del siglo XIX”. Por eso, a manera de los antiguos conjuros, quiso 140


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sellar herméticamente el conocimiento sobre ese siglo, lográndolo en buena parte hasta el surgimiento de nuestra nueva historia, alentada desde la misma Academia Huilense, vale el reconocimiento, porque pasando por encima de aquellos conjuros, recientes estudios han osado explorar ese campo “escabroso y desconocido” del siglo XIX. Entre ellos encontramos las investigaciones y publicaciones de Delimiro Moreno, pionero en el estudio de los sucesos políticos y los personajes destacados en el siglo XIX en el Huila y Tolima; de René Sánchez, quien definió como nuestra “Época Romántica” el periodo comprendido entre 1850-1880, definida por la idea de la construcción civil de la instituciones; de Camilo Francisco Salas, quien abrió la senda para el análisis del periodismo político y radical en el Tolima y Huila del siglo objeto de análisis; de Alexander Quintero, que nos ha sugerido trascender el discurso de la realidad huilense del siglo XIX, atado a las manifestaciones de la vida pastoril y ha planteado, en cambio, que en la segunda mitad de ese siglo la vida económica huilense cobró otro sentido, permitiendo nuevas formas racionales de ganancia y acumulación. Podemos citar aquí nuestras propias investigaciones sobre el tema educativo, pues quisimos también transitar por ese enigmático siglo XIX y las evidencias nos mostraron que habían sucedido en esa época un cúmulo de acontecimientos educativos, como la creación de un colegio oficial de varones y otro de niñas, una Normal Nacional de Varones, varias Escuelas Democráticas para enseñar constitución y deberes y derechos y una Escuela de Artes y Oficios, iniciativas que surgieron a la par con la circulación de las ideas ilustradas y masónicas y de la novedad de la primera imprenta en Neiva y la aparición de la demoledora acción de un naciente periodismo partidista y de una incesante como aguerrida actividad política, que es descrita con precisión y rigor en esta magnífica obra de Delimiro Moreno. Nuestro reconocimiento a este gran periodista e historiador, que sin haber nacido en esta tierra, no solo es pionero en la investigación de su historia en el siglo XIX, sino la persona que en el país ha estudiado con mayor detenimiento y profundidad la del Estado Soberano del Tolima. Hoy los huilenses lo reconocemos como uno de los nuestros.

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El Gobernador del Huila, Carlos Mauricio Iriarte, lee la presentación del libro Más de 5000 años de Historia del Huila, en sesión de la Academia de Historia.

Feria Internacional del Libro - Bogotá 2015 - Día del Huila Presentación de libros de autores huilenses. El segundo de izquierda a derecha, Delimiro Moreno C, presenta Más de 5000 años de Historia del Huila.

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Discurso de presentación del libro Más de 5.000 años de historia DELIMIRO MORENO CALDERON Miembro Numerario – Academia Huilense de Historia Es grato, en el ocaso de la vida, entregar a la consideración de la opinión culta del país, dignamente representada por esta selecta concurrencia, el libro “MÁS DE 5.000 AÑOS DE HISTORIA EN EL HUILA”, fruto de más de veinte años de lectura atenta de lo mejor de la historiografía huilense, desde el protohistoriador terrígeno don Gabino Charry, el sacerdote Jenaro Díaz, el genealogista Francisco de Paula Plazas, el sociólogo Joaquín García Borrero, y el pedagogo Gilberto Vargas Motta, hasta la generación de los nuevos y cultos historiadores, encabezados por Bernardo Tovar Zambrano y de la que forman parte, entre muchos y abnegados investigadores, Reynel Salas Vargas, Jairo Ramírez Bahamón, Camilo Francisco Salas Ortiz, Humberto Montealegre Sánchez, Ananías Osorio Valenzuela, Álvaro Falla Alvira, María Angélica Suaza Español, Alexander Quintero Bonilla, Gabriel Calderón Molina, Bolívar Sánchez, Jorge Alirio Ríos Osorio, y todos los demás miembros de la benemérita Academia Huilense de Historia, de cuya nómina soy orgulloso integrante, aún emérito, porque hay que dar paso a las nuevas generaciones de estudiosos de la historia que profundizarán y arrojarán nueva luces sobre el acontecer del Huila, porque el estudio del pasado es infinito y ningún aporte, por sustancial y profundo que él sea, logrará reproducirlo totalmente de manera analítica, pero ni siquiera factual. 143


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¡Algo esencial se quedará por fuera, ineluctablemente!

Acto de entrega del libro Más de 5000 años de Historia del Huila De izquierda a derecha: Luz Marina Canencio, Jairo Ramírez, Camilo Francisco Salas, Carlos Mauricio Iriarte, gobernador del Huila, Delimiro Moreno, Carlos Alberto Martín, Secretario de Cultura del Departamento; en el salón de Gobernadores del Palacio del Mosaico de Neiva. Fotografía: Martín Borrero Urbansky.

Esta obra, que hoy presentamos al análisis de los aficionados a la historia, con todas las limitaciones que he expresado en sus notas previas, es un compendio aproximado del acontecer humano en esta tierra que hoy es el Huila, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, y, como ya lo expresé, obra conjunta del colectivo de historiadores del Departamento, a todos los cuales expreso mi agradecimiento por sus aportes. Reivindico solo el propósito de compendiar en un solo volumen la información contenida en muchísimos, especialmente en la Historia General del Huila y en la Historia Comprehensiva de Neiva y el de incluir en un solo cuerpo historiográfico, los acontecimientos de la Conquista, la Colonia, la Independencia y la República, y en esta el Estado Soberano del Tolima, de cuya investigación me siento uno de sus pioneros, pues había sido oscurecida y olvidada por razones 144


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políticas y, gracias a mi paso por el Archivo Nacional en busca de documentos para escribir la crónica de las comunicaciones, fui descubriendo los que se refieren a ese esencial período de la historia del Huila, injustamente invisibilizado por nuestros investigadores clásicos. Resalto, además, la lucha del pueblo asentado en esta región del Alto Magdalena, por construir y defender una identidad autónoma contra las pretensiones dominantes, primero, de las élites payanesas en la Conquista y la Colonia; y luego, de las santafereñas y hasta ibaguereñas en esta y en la República. Casi calladamente, este pueblo opita ha conseguido mantener su autonomía espiritual e histórica, aceptando, como es lógico, los aportes de otros pueblos y otras mentalidades para enriquecer la suya. Solo me queda reafirmar mi propósito, a pesar de la edad y sus inevitables achaques, de continuar sin desmayos en la tarea periodística y en la obsesión por la historia, dedicado ahora, después de 50 años de devoción por esta tierra y sus gentes, a mi tierra y a su mejor hombre, don Marco Fidel Suárez, cuya biografía analítica adelanto y espero dar a conocer muy pronto.

Asistentes a la sesión Solemne de la Academia Huilense de Historia. Fotografía: Martín Borrero Urbansky. 145


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Académicos asistentes a sesiones de la Corporación.

Fotografías: Martín Borrero Urbansky.

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PRENSA CATÓLICA:

ANTILIBERALISMO, MORALIZACIÓN Y OPINIÓN PÚBLICA EN EL HUILA. EL CASO DEL SEMANARIO DIOS Y CÉSAR DE GARZÓN (1910-1912)

GUSTAVO A. HERNÁNDEZ ARBELÁEZ Miembro Correspondiente - Academia Huilense de Historia RESEÑA Acevedo Restrepo, Juan Carlos, “Prensa Católica: Antiliberalismo, Moralización y Opinión Pública en el Huila. El caso del Semanario Dios y el César de Garzón (1910-1912)”, en Tovar Zambrano, Bernardo (Director) Historia General del Huila, Academia Huilense de Historia, 2005, Vol. 5.

De acuerdo con los estudiosos de la historia del periodismo en el Huila, en el período referido, cuando en el país aparecían publicaciones como El Gráfico y Gil Blas (nacientes en 1910 con más espacios literarios), o El Liberal, El Tiempo y El Espectador (1911), o el Diario Nacional (1912), el periodismo regional era dirigido prácticamente por la Iglesia: Casi todos los periódicos “…eran de tendencia conservadora. Curiosamente, tales periódicos eran dirigidos en su mayoría por sacerdotes”1 Se trataba de la nueva prensa, “… hija de la modernización que 1

Salas Ortiz, Camilo Francisco, “Trayectoria del Periodismo Huilense”, en Tovar Zambrano, Bernardo (Director), Historia General del Huila, Academia Huilense de Historia, 1995, Vol.5. (pág. 107).

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de hecho se está consolidando en esos años, a pesar de las excomuniones de la Iglesia contra los lectores de la prensa liberal”2 Sólo hasta 1915 es cuando surge la presencia del periódico liberal de clara oposición y corte contestatario contra la censura de prensa y el fanatismo con que algunos sectores influyentes de la Iglesia Católica interpretaban las verdades cristianas. En este marco de disputa religioso – política, el autor destaca el protagonismo y la influencia que tuvo a favor de los cometidos de la Iglesia el periódico Dios y el César que comenzó a circular en el municipio de Garzón el 1º de septiembre de 1910. Y es alrededor de este semanario que el autor estructura su escrito: inicia con la aparición del periódico como órgano del Comité Diocesano de Garzón para enfilar en la llamada “Cruzada nacional de la Prensa Católica” acatando orientaciones vaticanas y alineándose “…contra las ideas liberales y socialistas que recorrían a Europa y América Latina…”3; prosigue luego con la misión jesuita y la campaña moralizadora de las que Dios y el César fue caja de resonancia; aborda enseguida el diagnóstico que supuestamente el clero local hizo de los males que aquejaban al departamento a causa de las inmoralidad de sus habitantes y especialmente de los impuros sobre los cuales las gentes de bien no habían ejercido la debida sanción social; se refiere posteriormente a la presión que el clero, apoyado en las páginas de Dios y el César, hace sobre las autoridades departamentales y municipales para poner en escarnio público a las “personas de malas costumbres o de vida sospechosa que puedan ser perniciosas a la sociedad”4; de aquí se deriva el acápite rotulado “Religión y Política” en donde se abre el debate público abanderado por las plumas enfrentadas de Rafael Uribe Uribe que se oponía al acoso clerical en las zonas rurales y Monseñor Esteban Rojas Tobar que articulaba silogismos para calificar de hereje al jefe liberal; finalmente cierra 2

Restrepo Tirado, Ernesto, Presentación introductoria a “La Transición al Siglo XX: la prensa contra la hegemonía conservadora”, en Medios y nación. Historia de los medios de comunicación en Colombia. VII Cátedra Anual de Historia, Aguilar y otros, Bogotá (pág. 123)

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Ver pág. 291 de la obra reseñada.

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Ver cita en pág. 297 de la obra reseñada

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Acevedo Restrepo su artículo reflexionando sobre la permanencia en 1912 de la hegemonía conservadora y el asomo de fisuras dentro del conservatismo así como de la contradictoria configuración de los espacios públicos modernos5. El autor seguramente está inspirado en la historia de las mentalidades que trata temas como la opinión pública como sanción moral, la Teoría de la Argumentación en el debate público, el silogismo, la retórica y los espacios públicos modernos. Convida el autor a la neutralidad cuando afirma en la página 301 del texto: No es tarea del historiador “…ofrecer un fallo a posteriori sobre quien supuestamente tenía razón, lo cual sería incurrir en anacronismos ingenuos o en un tipo de crítica más partidista e ideológica 1que de tipo histórico” Sin embargo, al referirse a la práctica de los silogismos, muy común en las argumentaciones de Monseñor Esteban Rojas Tovar, generaliza al afirmar que este modo de argumentación es muy típico de los escritores católicos sin citar al menos uno para sopesar su punto de vista. El texto es un opúsculo igualmente corto en precedentes, contexto y trascendencia histórica que por lo mismo no responde al cometido de su rótulo, pues pretende referirse a la prensa católica solamente a partir de un escrito centrado en un periódico del municipio de Garzón6. Apenas toca un comentario sobre el poco arraigo que al finalizar el siglo XIX tenían en la región del Gran Tolima “…las políticas culturales y educativas de los Regeneracionistas que apoyaban a Núñez y la Constitución del 86”7, sin dar mayores explicaciones sobre la filosofía 5

Según el autor, “se atizan las diferencias entre “nacionalistas” e “históricos” en el conservatismo…” y “El líbelo difamatorio y el rumor, modos de comunicación característicos de la sociedad tradicional…” se emplean por igual por los publicistas católicos y por los núcleos liberales que enfrentan la avalancha clerical conservadora. (pág, 309)

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Periódicos como El Símbolo, de Garzón, tuvieron similares apasionamientos y protagonismos en los años 10 del siglo XX como puede verse en Salas Vargas, Reynel, El Proceso Político durante el Siglo XX, en Tovar Zambrano, Bernardo (Director), Historia General del Huila, Academia Huilense de Historia, 1995, Vol.2. (pág. 184)

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Ver en pág. 290 de la obra reseñada

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de esta escuela y dando por sentado que el lector debe saber de qué Núñez se estaba refiriendo. Y si en el título se anuncia el tratamiento del período 1910 - 1912 lo que el lector ha de encontrar en el contenido de la obra son alusiones casi exclusivas al año 1912 quedando el desconocimiento de lo que pudo haber ocurrido los dos primeros años del referido trienio. El autor alude a temas, hechos y personajes que ni explica, ni complementa, ni presenta, como cuando afirma que el clero, en este caso representado en la figura de Monseñor Esteban Rojas y los obispos en particular obedecían directrices venidas de el Vaticano, llegando a organizar “…una campaña de largo aliento contra las ideas y portavoces del liberalismo”. Frente a esta manifestación, ¿cuáles eran las orientaciones de El Vaticano a las que el profesor Acebedo Restrepo se refiere en las páginas 290 y 291 del texto? ¿Cuáles eran, por otra parte, las ideas del liberalismo y fuera de Rafael Uribe cuáles eran los portavoces de dicha corriente política? El reseñado es un artículo de presentación tradicional, pobre en anécdotas, donde se recurre continuamente a las citas que en algunas páginas superan el texto mismo y que en términos generales pueden estar representando el 40% del mismo. Las fuentes consultadas son todas escritas y secundarias, especialmente las ediciones de Dios y el César y otros periódicos de la misma época. Tal vez el mérito del artículo resida en la manera como se destaca la influencia del clero en la opinión pública y en las determinaciones de las autoridades locales, a través de la consulta de un periódico local, sobre el cual los demás historiadores del periodismo huilense hasta ahora apenas lo habían mencionado para seguir de largo. Es por tanto una contribución a la historia del periodismo de provincia.

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JOSÉ EUSTASIO RIVERA SALAS LUZ MARINA CANENCIO DE IBARRA Miembro Numerario – Academia Huilense de Historia

“…Los que un tiempo creyeron que mi inteligencia irradiaría extraordinariamente, cual una aureola de mi juventud; los que se olvidaron de mí apenas mi planta descendió al infortunio; los que al recordarme alguna vez piensen en mi fracaso y se pregunten por qué no fui lo que pude haber sido, sepan que el destino implacable me desarraigó de la prosperidad incipiente y me lanzó a las pampas, para que ambulara vagando, como los vientos, y me extinguiera, como ellos, sin dejar más que ruido y desolación”.

JOSÉ EUSTASIO RIVERA SALAS Fotografía: Archivo Academia de Historia

El 19 de febrero de 1888, en la ciudad de Neiva, en una casa ubicada en la calle 8 entre carreras 7ª y 8ª (donde estuvieron las instalaciones del DAS), nació José Eustasio; fue el quinto de los once hijos que procrearon don Eustasio Rivera Escobar y su esposa, doña Catalina Salas Escobar. En su ascendencia figuran notables políticos, militares y prestigiosos educadores, algunos de los cuales incursionaron en la literatura.

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Según Isaías Peña Gutiérrez, en su obra Breve Historia de José Eustasio Rivera; las primeras letras le fueron enseñadas por su madre en la casa paterna. Alternaba el aprendizaje con los viajes frecuentes, los fines de semana y en vacaciones, a la finca de la familia “Aguas Calientes” ubicada en San Mateo, hoy municipio de Rivera. Terminó la primaria con su maestro Juan Antonio Ortiz; la secundaria la inició en el Colegio Santa Librada de Neiva, de donde fue expulsado por su tío Napoleón Rivera, quien no le toleró ni le perdonó encontrarlo fuera del establecimiento, siendo interno. Luego de dos años, doña Catalina, su madre, persiste en la idea del estudio de su hijo “Tacho”, siendo entonces enviado al colegio regentado por los Hermanos Maristas de la Mesa de Elías, en donde una vez más le cerraron las puertas por su comportamiento. Fugazmente desempeñó su primer puesto: portero-escribiente de la gobernación del Huila, nombrado por el primer gobernador, Rafael Puyo Perdomo, quien luego le otorgó una beca para que estudiara en la Normal Superior de Bogotá, en donde el 9 de febrero de 1906 y en vísperas de cumplir sus 18 años de edad, es matriculado, saliendo con el grado de institutor el 26 de noviembre de 1908. Este título le permitió desempeñarse como Inspector Escolar en la ciudad de Ibagué. Desde 1907 se comienzan a encontrar textos de Rivera Salas; el cuento “La Mendiga del Amor”, lo publica en la revista Tolima en 1911, luego la obra de teatro “Juan Gil”; y muchos otros artículos y ensayos de temática diversa. En 1910, obtuvo el primer reconocimiento literario, cuando ganó el segundo premio Centenario de Colombia con el poema “Oda a España”. Su creación poética, “Tierra de Promisión” (55 sonetos), es el punto culminante de su expresión lírica, en plena juventud. Deseoso de superar las estrechas perspectivas que le ofrecía el magisterio, decidió viajar a Bogotá a estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional. Entre tanto, ocupó el cargo de Administrador en el Ministerio de Gobierno. Luego de obtener su grado, como abogado, el 3 de marzo de 1917, visitó los Llanos Orientales; dos años después regresó a Orocué (Casanare), esta vez solicitado por el proceso de una herencia. 152


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Rivera Salas: suprapartidista, nacionalista, reformista, laico, era el arquetipo del intelectual centenarista, que un día, por sus actitudes irreverentes para la época, fue “barrido de un sotanazo” y así truncadas sus aspiraciones de llegar a la Asamblea del Huila. De regreso, en Bogotá, se dedicó a leer los clásicos y autores contemporáneos, a la par que prosiguió con su creación literaria original. Producto de este esfuerzo fue el pulimento y la culminación de su libro de poemas titulado Tierra de Promisión, serie de sonetos en los que plasmó el conocimiento y la percepción especial que tuvo de la geografía nacional a partir de sus viajes, sonetos JOSÉ EUSTASIO RIVERA que son de una perfección y acabamiento SALAS Fotografía: Archivo Academia de inigualables. Esta obra fue publicada en Historia 1921, alcanzando cierta notoriedad. El año de 1922 marcó una fecha de importancia en su vida: ese año murió su padre y comenzó (el 22 de abril) a escribir La Vorágine. Terminada la primera parte de su obra, fue nombrado Secretario Jurídico de la Comisión Demarcadora de Límites con Venezuela; en el desempeño de sus funciones debió conocer de cerca tierras y ambientes inhóspitos que luego se ven reflejados realistamente en La Vorágine. Rivera Salas, antes que intentar avanzar en los caminos de la denuncia por medio de la literatura, se empeñó en hacer una denuncia formal ante el Congreso y por medios periodísticos; pero sus intentos no encontraron respuesta. La Vorágine fue publicada el 25 de noviembre de 1924; considerada por muchos como la gran novela de la selva latinoamericana. Algunos cargos políticos más, alcanzó a desempeñar en los años que siguieron. Formó parte de las comisiones de relaciones exteriores, de colonización y de investigación, así como también integró la Junta Directiva del Ferrocarril del Pacífico. 153


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Ejerció la diplomacia como Secretario en las Embajadas de Colombia en México y en Perú. En 1928 representó a Colombia en el Congreso Internacional de Emigración e Inmigración que se realizó en Cuba, pero lo que más le interesó por entonces, fue la difusión de su obra, de la que planeó hacer ediciones en varios idiomas. Con ese objeto viajó a Nueva York donde, decepcionado de las condiciones de publicación que le ofrecieron los editores, decidió fundar su propia editorial. Mientras esperó la traducción de su novela al inglés, adelantó conversación con productores de cine con el propósito de realizar una versión cinematográfica.

JOSÉ EUSTASIO RIVERA SALAS EN LOS LLANOS Fotografía: Archivo Academia de Historia

Rafael Maya, quien le ayudó a corregir la primera edición de La Vorágine, escribió: “Defendamos la obra de Rivera porque constituye una preciosa parte de nuestro patrimonio moral, y porque ella sola contiene más elementos de soberanía nacional que la ficción misma del Estado, ya que allí está encerrado el espíritu de la raza y de la tierra, no en letra muerta, sino en leyes perdurables de ritmo y armonía”.

El 27 de noviembre de 1928, cuando trabajaba en la quinta edición de su obra narrativa, Rivera Salas perdió el conocimiento y fue hospitalizado. Resistió en estado comatoso hasta el sábado primero de diciembre, día en el que falleció, a la edad de 40 años cumplidos, sin que sus médicos siquiera llegaran a definir el tipo de dolencia o la causa de su muerte. Allá, en la ciudad de los rascacielos, se quedó perdida para siempre parte importante de su obra literaria como “La Mancha Negra”, sobre la historia de los petroleros en Colombia; varias obras de teatro, poemarios y los tomos II y III de Tierra de Promisión. Traído su cuerpo a Colombia, fue sepultado en Bogotá, el 9 de enero de 1929. 154


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UNIÓN PATRIÓTICA 30 años de su creación en el Huila EDUARDO GUTIÉRREZ ARIAS

En estos días conmemoramos los 30 años de la creación de la Unión Patriótica en el departamento del Huila. Un domingo 21 de abril de 1985 se realizó en la inspección de El Recreo, en el municipio de Garzón, el primer acto público de lanzamiento de la UP en la región al que asistieron cerca de cinco mil personas del centro del Huila que llenaron el campo de futbol de la localidad. El 20 de mayo siguiente, una concentración similar, llenó de bote a bote el parque principal de Algeciras, el 27 de mayo comunidades de todos el sur del departamento colmaron el parque de Palestina para otro lanzamiento allí de la UP y el 10 de junio en el parque de la Inspección de San Luis en Neiva, se reunieron miles de personas, entusiasmadas por las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Belisario Betancourt y la guerrilla de las FARC, para darle nacimiento allí a la UP. No menos de 30.000 personas colmaron las plazas principales en estas cinco localidades para festejar en medio de consignas de paz, libertad y redención social, la llegada al escenario político colombiano de esta nueva organización. En el marco de las negociaciones entre el gobierno del presidente Belisario Betancourt y la guerrilla de las FARC, desde al año anterior (hablamos de 1984) se había decretado una tregua bilateral de las 155


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hostilidades militares entre el Estado y la insurgencia armada. Las FARC habían lanzado la iniciativa de crear un partido político nuevo: La UNION PATRIOTICA, para buscar por intermedio de él, su tránsito a la vida civil y democrática y la búsqueda por los caminos legales y constitucionales, de importantes reformas de carácter económico, político, social y cultural en la nación, que acabaran la miseria, las grandes desigualdades económicas y sociales, el limitado desarrollo de la nación y la falta de libertad. Muchos intelectuales, sindicalistas, académicos, estudiantes, trabajadores, campesinos y sectores populares en general, acogieron con entusiasmo la iniciativa, a tal punto que en las elecciones del año 1986 este movimiento logro elegir 14 parlamentarios, 18 diputados y cerca de 400 concejales. También el gobierno designó a 23 de sus líderes como alcaldes donde el movimiento había sido mayoría. La dirigencia de la UP en el Huila, consciente de los riesgos y amenazas que desde la extrema derecha se tejían contra el naciente partido político y del saboteo que se fraguaba contra las negociaciones de paz que se desarrollaban en la zona de La Uribe en el departamento del Meta, aceptó complacida la propuesta que desde el movimiento Convergencia Liberal le hicieran los dirigentes Guillermo Plazas Alcid y Julio Enrique Ortiz Cuenca, para unificar listas al congreso mediante la alianza Convergencia Liberal/UP. El pueblo huilense respaldo masivamente esta alianza, habiendo logrado la más alta votación para senado en toda la historia del departamento. Como consecuencia, por primera vez en el Huila, la izquierda logró tener un senador en cabeza de Alberto Rojas Puyo y un representante a la cámara con Hernán Rojas Cabrera. El éxito electoral de la UP exacerbó a la extrema derecha política incrustada en los partidos tradicionales, el latifundismo, los monopolios empresariales, el narcotráfico y las propias fuerzas armadas del país, cuya alta oficialidad era capacitada en esa época en la Escuela de las Américas que el ejército de Estados Unidos tenía en el Canal de Panamá para orientar y adoctrinar a los ejércitos del continentes en las teorías de la Seguridad Nacional, inspiradas en el anticomunismo especialmente radical en el gobierno de Ronald Reagan entre los años de 1981 a 1989. Esta extrema derecha orquestó la más criminal 156


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persecución contra la UP, utilizando como principal instrumento los llamados grupos paramilitares, habiendo asesinado a 5.000 de sus dirigentes en el curso de 20 años, de 1985 a 2005, entre los que se incluyen 2 candidatos presidenciales (Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa), 8 parlamentarios, 13 diputados, 11 alcaldes y 70 concejales. En el Huila la campaña de exterminio contra la izquierda venía de años anteriores. Vale recordar que en 1981 se había asesinado al concejal de Algeciras Salomón Pastrana y que en 1983 fue desaparecido en Neiva, el dirigente de la región de El Pato Humberto Moncada. De los cientos de líderes upeistas asesinados y desaparecidos en nuestro departamento, con el respeto y la admiración que todos ellos nos inspiran, permítanme mencionar los nombre de los profesores Diomedes Cedeño y Héctor Perdomo en Tello, Humberto Santana concejal de Rivera, Los miembros de la familia Zuns masacrados en la vereda Bajo Retito de La Plata, Jaime Loaiza, presidente del concejo de Palestina, el miembro de la dirección departamental de la UP Campoelías Ávila, desaparecido en Neiva el 2 de septiembre de 1987 y el líder estudiantil de la Universidad Surcolombiana Tarsicio Medina, capturado por fuerzas policiales y desaparecido en esta misma ciudad el 19 de febrero de 1988. Ni los gobiernos protegieron a los dirigentes y militantes de la UP, ni la justicia ha investigado y sancionado a los criminales, especialmente a los autores intelectuales. En Colombia, como en las dictaduras fascistas del Cono Sur del continente americano, hubo asesinatos, masacres, desapariciones y torturas contra los integrantes de una fuerza de oposición política legal, con la diferencia que los principales responsables de crímenes en el Cono Sur fueron sancionados y las víctimas reparadas cuando regresó la democracia, mientras en nuestro país ha habido absoluta impunidad y ninguna reparación a las víctimas. Hoy la Corte Interamericana de Derechos Humanos, adelanta al proceso contra el Estado colombiano por el genocidio de la UP y la abrumadora cantidad de pruebas hacen pensar que más temprano que tarde se producirá una condena contra este, quedando ante la historia este delito con el nombre que debe tener ¡GENOCIDIO! 157


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Quienes desde la extrema derecha hoy claman contra la posibilidad de que haya impunidad en un eventual acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, no deben olvidar que los cinco mil mártires de las UP, también claman por justicia, verdad, reparación y no repetición. Que el Estado Colombiano tiene la vergonzosa deshonra de haber permitido, por acción y por omisión la liquidación criminal de una organización democrática de la izquierda legal, y de haber generado una violencia tan terrible con cerca de 220.000 muertos como lo registra el Centro de Memoria Histórica, cientos de masacres en la que cayeron asesinados miles de inocentes, 6.000 jóvenes humildes reclutados para después ser asesinados por militares en servicio activo y presentados después como guerrilleros dados de baja, en los que se ha dado en llamar los “falsos positivos”, otros miles de desaparecidos, infinidad de torturados, y 6.000.000 de desplazados a los que desarraigaron de sus propiedades, su familia y sus entorno bajo la real amenaza de muerte. La UNION PATRIOTICA, desde su constitución, fue una organización legal y constitucional, ceñida estrictamente a las leyes del país. Nunca ninguno de sus dirigentes y menos el partido, fueron sancionados por actos contrarios a la Constitución y a la ley. De manera que la persecución contra ella fue una terrible conspiración contra el proceso de paz que se había iniciado y contra la democracia que se intentaba construir. Fue un demencial empeño fascista por impedir reformas avanzadas en los campos económico, político, social y cultural y para defender los más odiosos privilegios del latifundismo terrateniente, el gran capital monopolista, la corrupta casta politiquera de los partidos tradicionales y esa burguesía emergente nacida del narcotráfico, el tráfico de armas, y el despojo de tierras de los campesinos. De manera que Colombia no puede ufanarse de tener la democracia más sólida y antigua de América Latina, sino la Dictadura Civil más perversa, engañosa y corrupta del continente, que no sólo cometió el genocidio de la Unión Patriótica, sino que también liquidó a sangre y fuego todo lo que fuera afecto a la libertad, la democracia y la justicia social. Por sus ideas avanzadas cayeron hombres como el ministro de justicia huilense Rodrigo Lara Bonilla, el candidato liberal a la presidencia Luis Carlos Galán, Procuradores honrados como Carlos Mauro Hoyos, defensores de Derechos Humanos como Héctor Abad, 158


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cientos de periodistas transparentes y pulcros como Guillermo Cano y Jaime Garzón, cerca de 300 jueces y magistrados insobornable como Gustavo Zuluaga e incluso militares de pundonor y ética profesional como el coronel Jaime Ramírez. Muchos más como nuestro premio nobel de literatura Gabriel García Márquez y nuestra presidente de la UP, Aida Avella, debieron buscar asilo en otros países. Ante este baño de sangre la UP dejó de presentar candidatos a elecciones públicas y sus dirigentes promovieron y apoyaron decididamente el surgimiento de nuevas agrupaciones de izquierda como el Frente Social y Político, el Polo Democrático Independiente y luego el Polo Democrático Alternativo. En varios municipios del Huila se impulsó la creación de Movimientos Cívicos con bastante éxito. En Rivera y Yaguará las alcaldías fueron ganadas en tres ocasiones por estos movimientos con líderes que venían de la UP. En el año 2.002 el Consejo Nacional Electoral le quitó la personería Jurídica al partido, pero en el 2.013, el Consejo de Estado, en un acto de elemental justicia y con una ponencia que preparó el magistrado huilense Alberto Yepes, le devolvió la personería jurídica porque su desaparición no se había dado por falta de respaldo popular sino por la criminal campaña de exterminio contra ella. En estos 30 años desde el surgimiento de la UP el país ha tenido importantes cambios en su vida económica, política, social y cultural. Algunas de carácter negativo como el fortalecimiento de la derecha que creció y se nutrió de la violencia, el incremento de las desigualdades sociales como lo muestra el índice de gini, que ubica a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo. Otros de carácter positivo como la constitución de 1991, que amplió la democracia y creo una estructura jurídica de mejores derechos y garantías ciudadanas. Pero quizá el mejor signo de los nuevos tiempos son las actuales negociaciones de paz en La Habana, que avanza a pesar de los torpedos, trampas y conspiraciones que contra ese proceso teje la extrema derecha, como siempre lo ha hecho en el pasado. La insistencia del presidente Santos de negociar en medio de la guerra y de no aceptar una tregua bilateral, genera crisis tan graves como la que hoy vivimos provocada por un bombardeo contra un campamento del Frente 29 de las FARC que dejo 26 159


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guerrilleros muertos y un número indeterminado de heridos razón por la cual se rompió la tregua unilateral que esta organización había decretado. El presidente fue reelegido con el compromiso de pactar la paz pero el camino que sigue puede conducir es a los contrario, la intensificación de la guerra. Pero las crisis también pueden tener soluciones positivas. Si las actuales negociaciones se reordenan, el gobierno deja de hacerle tantas concesiones a la extrema derecha, se pacta una tregua bilateral y se avanza en los dos puntos finales de la agenda, los diálogos pueden terminaran en un gran armisticio que ponga de fin al conflicto armado, con lo cual el porvenir de Colombia será mejor y se abrirá el espacio para grandes y positivas reformas que nos permitan de verdad entrar en la modernidad. Porque estos treinta años también han traído muy importantes cambios a nivel mundial. Los gobierno comunistas de la Europa Oriental, permitieron pacíficamente el tránsito hacia regímenes políticos pluralistas que reinstauraron la economía capitalista de mercado, aboliendo la estatización de la propiedad y la planificación centralizada. Mientras en occidente, los partidos burgueses siempre han estados dispuestos a ejercer la violencia para impedir cambios hacia el socialismo como en Chile con el golpe de estado contra Allende en 1973, y en Colombia con el exterminio de la Unión Patriótica, en Europa Oriental los Partidos Comunistas fueron derrocados del poder sin que estos usaran sus poderosos ejércitos contra el pueblo. Esas fueron llamadas como “revoluciones de terciopelo” porque se dieron sin muertos y heridos y significaron el fin de la Guerra Fría. En el Asia, la República Popular China, el Vietnam y sus vecinos de Laos y Camboya, iniciaron importantes reformas hacia lo que han llamado como “socialismo de mercado”, con el regreso de la propiedad privada aunque con un alto control y planificación del estado. Pero quizá lo más significativo de los cambios en el panorama mundial es lo que hoy sucede en América Latina, con gobiernos de izquierda en países como Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y El Salvador. 300 millones de latinoamericanos gobernados hoy por partidos de izquierda, y haciendo reformas para consolidar la democracia pluralista, la equidad social y garantizando 160


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la soberanía nacional. Gobiernos que ya no actúan bajo el tutelaje de los Estado Unidos, que aceptan perder el poder si la derecha les gana las elecciones en procesos democráticos pulcros y transparentes. Ese es el mejor ejemplo y respaldo para el proceso de paz que hoy se vive en Colombia. La Unión Patriótica entiende que la conquista de la paz y los grandes cambios democráticos, aplazados por tanta violencia, demandan la construcción del más amplio frente social y político de todos los partidos y organizaciones gremiales y sociales progresistas, capaces de frenar el neofascismo aún tan poderoso en Colombia, con lo que abriremos las puertas a una sociedad de verdad pluralista, tolerante e incluyente. (Palabras pronunciadas por el líder cooperativista Eduardo Gutiérrez Arias, el sábado 25 de abril de 2015, en el auditorio de la sede de Coomotor, ante una nutrida asistencia).

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