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Opinión: José García
JOSÉ GARCÍA
analista de MarketinG
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En definitiva, el año de pandemia con cuarentenas rígidas afectó de sobremanera muchos negocios, sobre todo el de servicios directos al público, como tiendas de barrio, restaurantes y bares, peluquerías, agencias de viajes entre otros.
El desempleo se incrementó de manera exponencial y ello determinó que la matriz productiva y de empleo familiar cambie. El marketing digital poco estructurado y empírico fue la fuente para la oferta de decenas de nuevos negocios de compra venta de productos y servicios especializados. Desde atender a un familiar de la tercera edad hasta entregar empanadas puerta a puerta, todos aprendimos a hacer delivery de alguna u otra manera.
Desde el lado del que podríamos llamar ‘marketing formal’, los inicios de la pandemia marcaron una contracción notoria en las inversiones publicitarias sobre todo en los medios de comunicación tradicionales. La publicidad exterior, por ejemplo, paró prácticamente en seco. La radio, de otro lado, redujo sus tandas comerciales al mínimo y muchas de ellas aún reclaman apoyo gubernamental para mantener vigentes sus operaciones.
La palabra reinversión fue la palabra de moda. Y significó desde un cambio completo de rubro hasta hacer cambios menores en la atención. Ya el solo hecho de tener restricciones de aforo y de tener que contar con medidas de bioseguridad, obligó a muchos negocios a replantear el modelo de sus instalaciones. Para la oferta de productos, la transformación digital fue clave. Muchos negocios, grandes y pequeños avanzaron aceleradamente en sus planes de venta digital. Los hayan tenido o no, muchos negocios implementaron en semanas sistemas e-Commerce lo que probablemente les hubiera tomado años. Sobre la marcha, las cosas se pusieron manos a la obra.
A la pandemia si le queremos ver algo de bueno, es que nos obligó a todos a pensar fuera de la caja.
Los niveles de consumo en muchas categorías de bienes y servicios, aún no logran alcanzar los niveles de un 2019, año pre pandemia. El 2020 la contracción fue muy dura, de más de dos dígitos para la mayoría. El 2021 ya se refleja el llamado efecto rebote, que no significa crecimiento real. Desde el inicio del 2021 el marketing promocional ha sido el más dinámico. La docena de trece, el dos por uno, el bandeo, el pack, etc., se han convertido en el instrumento comercial más utilizado. Todas estas acciones buscan la preferencia del consumidor y a su vez, la mejora del consumo a través de mayores dosis de productos puestos a disposición en el hogar”.
A nivel consumidor, aún quedan y quedarán ciertos nuevos hábitos adquiridos en pandemia. Categorías como limpieza siguen muy activas, y por su lado cuidado personal comienzan a reactivarse con los retornos a las calles de las personas. El comercio a detalle y mercados populares se reactiva rápidamente. Las bebidas refrescantes y alcohólicas, fuertemente afectadas el 2020, se recuperan rápidamente, pero como indicaba, aún falta por recuperar los niveles pre pandemia en muchos casos. El consumidor vuelve a sus niveles en la ecuación frecuencia – ticket. Es decir, en la pandemia bajó su frecuencia de visita a los puntos de venta, pero subió su ticket de compra por cada ocasión. Hoy vuelve a su normalidad, aumentando la frecuencia, pero reduciendo el ticket. La ecuación final de facturación va mejorando, pero aún no es suficiente algunas veces, dependiendo la categoría. Por otra parte, el contrabando es en este momento uno de los problemas fundamentales que impiden que la economía formal se reactive. Algunos dirán que reactiva el comercio y empuja los precios a la baja. Pero es ilusorio, beneficia a unos pocos y estrangula el negocio formal, creador de empleo y desarrollo sostenible. Por otro lado, y no siendo economista, puedo entender que ayudar e incentivar un adecuado manejo de la deuda de los negocios (bancaria y tributaria) que no se pudo pagar en pandemia, ayudará a oxigenar sus operaciones y disponer de liquidez. La inversión pública puede ser reactivada en proyectos generadores de mano de obra que inyecten liquidez y mejore el consumo. Los bonos y posibilidades de retiro de fondos de AFPs, seguramente contribuirán también a la liquidez en el sistema. Y por su lado, las políticas de apertura de las restricciones por pandemia, seguro que contribuirá a la reactivación.
Consumidor CoChabambino
-Características:
Al consumidor cochabambino se le considera uno de los más tradicionales del país. Es sabido que un cochabambino tiene normalmente sus preferencias adquiridas a través de los años. Tiene su restaurant, tiene su heladería, su peluquería, tiene su refresco, tiene su canal de Tv, su compañía de celular, tiene su radio, su boliche, etc., y hasta se bromea que tiene su cuidador de autos preferido. Ahora bien, las nuevas generaciones van cambiando este estilo y cada vez buscan nuevas experiencias en el consumo de productos, sean bienes y/o servicios. Lo que sí es real, es que la pandemia obligó a muchos a cambiar sus hábitos y permitió que se pueda acceder a nuevas ofertas que antes ni siquiera se sabía que existieran. Muchos probaron nuevos proveedores de alimentos, por ejemplo. Es un hecho que la pandemia rompió la rutina y con ello hábitos de consumo muy arraigados.