5 minute read

EL POT DESPRECIA LA INDUSTRIA MANUFACTERA: CONCEJAL MANUEL SARMIENTO

Especial ¿Qué necesita Bogotá?

Manuel Sarmiento es abogado de la Universidad Externado y fue asesor jurídico del senador Jorge Robledo. En 2016 fue escogido como Concejal Revelación.

Advertisement

Manuel Sarmiento, actual concejal por el Polo Democrático Alternativo, quien busca repetir curul por el mismo partido e impulsar principalmente el sector manufacturero.

Producción y Mundo Empresarial (PyME): En años anteriores impulsó un proyecto de acuerdo en apoyo a la manufactura de la ciudad ¿En qué consistió esa iniciativa? PyME: ¿Por qué un concejal de Bogotá tiene como su principal propuesta el desarrollo económico, la generación de empleo y la reducción de la pobreza?

Manuel Sarmiento (MS): Ese proyecto de acuerdo buscaba establecer los lineamientos para la implementación de una política industrial en Bogotá, la Política Pública de Fomento Distrital a la Industria Manufacturera. Es una propuesta que le daría a la ciudad herramientas de respaldo y fomento al sector más importante para el crecimiento económico sostenible y duradero, la industria.

Estas herramientas priorizarían sectores estratégicos de la industria con base en criterios como el valor agregado, la generación de empleo y los encadenamientos productivos. Esta política es fundamental para combatir la pobreza, el desempleo y la desigualdad. MS: En Bogotá hay 2,2 millones de personas en el desempleo y el rebusque, una cifra aterradora que incide y agrava otros problemas de la ciudad como la inseguridad. Esto en gran parte se debe a que la industria ha perdido peso en la economía bogotana. La participación de la manufactura en el PIB de Bogotá pasó de algo más del 14% en 2005 al 7,9% en 2018. Esta crisis es el resultado de gobiernos que, por acción y omisión, han promovido que la producción industrial bogotana sea reemplazada por las importaciones y el contrabando. Para poner un ejemplo, el alcalde Peñalosa ni siquiera mencionó la manufactura en su Plan Distrital de Desarrollo, y el presidente Duque apostó por la economía naranja en su Plan Nacional de Desarrollo. Ningún

presidente ha subido aranceles a lo máximo permitido por la OMC, al contrario, la reducción generalizada de aranceles es del 19% en 26 años. El país está inundado, por todo lado, de productos extranjeros que podríamos producir aquí.

La industria es importante porque genera desarrollo tecnológico, empleos estables, formales y bien remunerados, es decir, crea riqueza, y al contraerse la importancia de la manufactura en la economía de Bogotá, ha pasado lo mismo con el empleo, creando un círculo vicioso, pues se disminuye también el consumo y la capacidad de compra afectando otros sectores como el comercio.

Por eso es importante que desde el Concejo se impulsen iniciativas que protejan la industria y el empleo, y para eso debe haber apoyo decidido del Estado.

PyME: ¿En qué consistiría ese apoyo del Estado?

MS: En primer lugar, es necesario que desde el Concejo se respalden las exigencias de empresarios y trabajadores para que el gobierno nacional desista de la política de reemplazar la producción nacional por la extranjera. Para ello seguiré realizando debates de control político y acompañaré las movilizaciones para exigirle al gobierno de Duque que proteja y respalde la industria capitalina con medidas como la renegociación de los TLC y el incremento de aranceles, y a su vez reduzca los costos financieros, de transporte, energía eléctrica, entre otros, y que implemente la tarifa de renta diferencial para las mipymes.

Si bien las causas de la desindustrialización en el país y en la capital son mayoritariamente del orden nacional, el gobierno distrital juega un papel importante en la materia, por lo que seguiré impulsando el proyecto de acuerdo para que se implemente una política de desarrollo industrial que incluya créditos blandos para la inversión productiva con tasas de interés más bajas a las del mercado.

También un sistema de compras públicas distritales para que la contratación de las entidades de los niveles central y descentralizado favorezca la provisión con bienes manufacturados en Bogotá, por ejemplo, en confecciones, muebles, u otras tantas cosas que necesita el Estado. Es clave hacer una revisión de la carga tributaria distrital para que los sectores industriales declarados estratégicos obtengan beneficios tributarios en materia de predial e ICA. Además de esto, sería fundamental brindar subsidios a las exportaciones, y por último luchar por conseguir la disminución efectiva del costo de energía. Para que esto se logre efectivamente, se tiene que crear un Consejo Consultivo en el que se discuta cada uno de los aspectos de la Política Pública de Fomento Distrital a la Industria que esté compuesto por el Distrito, los empresarios industriales, los trabajadores industriales del Bogotá y representantes de la academia.

PyME: ¿Cómo podría lograrse que se adopte esa propuesta?

MS: Implica una decisión política. Bogotá debe elegir una administración que tenga como prioridad el desarrollo económico, el fomento de la industria y la generación de empleos formales y estables, de otra manera la crisis del sector se profundizará cada vez más. También debe haber un Concejo que sea consciente de eso, por lo que los empresarios deben tener una interlocución y participación constante.

PyME: Actualmente se debate el POT en el Concejo, ante el que existen varios reparos del sector empresarial ¿Cuál es su postura al respecto?

MS: Me he opuesto al POT que presentó el alcalde Peñalosa. Ha sido criticado por diferentes sectores sociales y económicos, pues se parece más a un plan de negocios inmobiliarios que a un instrumento de planificación territorial. Así lo calificó la Maestría en Urbanismo de la Universidad Nacional. El POT parte de cifras infladas en términos demográficos para hacernos creer que la ciudad necesitará más de 800.000 viviendas en los próximos 12 años y con ello justificar la urbanización de 5.000 hectáreas de suelos de protección y la renovación urbana en barrios residenciales y zonas industriales.

En materia económica, el POT desprecia la industria manufacturera. A pesar de su importancia, no la menciona como un sector estratégico, pues considera de manera equivocada que el turismo y la llamada economía naranja pueden sacarnos del subdesarrollo. Pero además, el proyecto plantea ejecutar proyectos de renovación urbana en zonas industriales como la de Puente Aranda, lo que implicaría demoler las fábricas que han logrado sobrevivir al libre comercio para construir edificios para vivienda, comercio y servicios.

Por estas razones, entre muchas otras, le digo no al POT de Peñalosa. Esto lo conoce más Acopi que yo, el mismo gremio hizo el estudio. También pone en problemas sectores como el del reciclaje industrial o a Corabastos. El POT es nefasto y le hace daño al empresariado que ha contribuido de manera significativa con el progreso de la ciudad.

This article is from: