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EL CONCEJO DEBE VOTAR NO AL POT
Actualidad Empresarial
Al cierre de edición, el proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial – POT- cursa su debate en el Concejo de Bogotá. El polémico proyecto ya tuvo presentación de ponencias en la Comisión de Plan de la corporación, en la que los concejales Juan Felipe Grillo y Lucia Bastidas le dieron visto bueno, mientras que Celio Nieves lo calificó negativamente. Luego, cada uno de los sectores de la Administración realizó una presentación de los principales cambios que ha tenido el proyecto en todo su proceso, por lo que ahora procedería que hablaran voceros de los partidos políticas y la ciudadanía, para luego pasar a la plenaria del Concejo.
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Durante el proceder, Acopi Bogotá-Cundinamarca ha expresado en reiteradas ocasiones y escenarios su desacuerdo con el POT, pues el gremio considera que pone en grave riesgo la capacidad de la ciudad para generar riqueza y empleo, tal como se advirtió en la pasada edición de la Revista PyME.
En cumplimiento de su misión de defender la industria y el empleo nacional y regional, el gremio mipyme realizó un estudio del POT y ha presentado los argumentos para rechazarlo en la Audiencia Pública ‘Bogotá no se vende’, convocada por el Concejal Manuel Sarmiento; participó en el Cabildo Abierto Distrital, convocado por el Concejo; se ha reunido con cabildantes de diferentes partidos políticos, las secretarías de Planeación y Desarrollo Económico y les hizo llegar el estudio nombrado; y realizó el foro ‘POT: ¿Oportunidad o amenaza para la industria bogotana?’ en el que, junto a otros gremios y sectores empresariales, expuso los motivos para oponerse al POT, y en el que dialogaron académicos, concejales de Bogotá, el Consejo Territorial de Planeación Distrital y la Secretaria de Planeación Distrital al respecto. Sin embargo, ninguna de las solicitudes del gremio fue acogida.
En vista de las negativas, Acopi Bogotá-Cundinamarca solicitó a los concejales de la ciudad votar negativamente el proyecto de POT, y ha reiterado su llamado a que se
construya una propuesta que no amenace la permanencia de la industria manufacturera en la ciudad, sino que, al contrario, se le proteja e impulse.
El estudio del POT realizado por el gremio se enfoca en analizar dos aspectos fundamentales del documento: el modelo económico que plantea y las cuestiones propiamente urbanísticas.
En cuanto al modelo económico, el POT pretende impulsar la Estrategia de Especialización Inteligente –EEI-, idea que promueve actividades económicas que no generan empleo y valor agregado al mismo nivel que la manufactura, lo que abriría aún más la brecha con los países desarrollados y acrecentaría el fenómeno de desindustrialización temprana que sufren el país y la capital. La siguiente tabla, que se encuentra en el estudio realizado por el gremio, compara el empleo y valor agregado generados por la industria manufacturera y por los sectores que promueve la EEI, demostrando que las actividades de esta última producen 40% menos empleo y valor agregado que la manufactura. (Ver tabla 1)
Así mismo, el diagnóstico realizado para seleccionar ese modelo, no tuvo en cuenta factores claves para evaluar la productividad y la competitividad, tales como el costo-país, la carga tributaria, costos logísticos, de energía eléctrica, laborales no salariales, contrabando, entre otros.
En ese sentido, el POT brindaría incentivos urbanísticos, que al cierre de edición se desconocen, a las actividades económicas de la llamada economía naranja, en detrimento de la industria manufacturera. Es importante aclarar que si bien es importante que todas las actividades económicas tengan un respaldo estatal y sean promovidas, es necesario establecer una mejor priorización de las mismas.
El segundo aspecto, el urbanístico, genera también riesgos para la industria manufacturera, pues el plantea que
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Tabla 1: Valor agregado por sector. Tomada de: “El Plan de Ordenamiento Territorial: riesgo para la generación de empleo y riqueza en Bogotá”, Acopi Bogotá-Cundinamarca, 2019. *Producto Interno Bruto. Participación porcentual del valor agregado por actividad económica bases 2015 a precios corrientes. Fuente “PIB: Producto Interno Bruto. Principales resultados. Cuentas Nacionales. DANE, 28 de febrero de 2019. ** Fuente: Informe estadístico. Mercado laboral, Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá, Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá, junio de 2019.
los Distritos de Innovación, Áreas de Desarrollo Naranja, Zonas de Interés Turístico, Renovaciones Urbanas o demás tratamientos urbanísticos y las nuevas troncales de Transmilenio puedan establecerse en las que hoy son zonas tradicionalmente industriales de la ciudad, lo que terminaría por desplazar la manufactura al cobijar y promover actividades económicas no industriales allí.
Aunque el POT crea cuatro Áreas de Actividad Industrial (AAI), en poco y nada resolverían el problema, pues en estas se permitiría la mezcla de usos de suelo, con el agravante de que el proyecto incentiva la construcción de residencias en estas zonas. Las razones expuestas en el estudio del gremio son las siguientes:
• AAI 1, Industrial en zona de influencia del Aeropuerto El Dorado: El uso del suelo netamente industrial es un avance para la ubicación de las empresas, pero existe la preocupación del impulso ya mentado al sector servicios y “naranja”, lo que generaría más desplazamiento de la manufactura. Por otro lado, es preocupante la prohibición
de usos residenciales y dotacionales en esta zona en la que existen alrededor de 25 barrios y algunos centros educativos, ya que puede generar un efecto negativo en el empleo local, así como desplazamientos, por lo que debe propenderse por la concertación.
• AAI 2, Industrial en la Localidad de Fontibón: Corresponde a los usos de suelo industrial ubicados en Fontibón al occidente de la Boyacá, a excepción de la Zona de Influencia del Aeropuerto ElDorado. Algunas de estas zonas se verán afectados, ya que en los lugares que se proyectan como Corredores de la Red de Transporte Público (RU1) estos usos industriales quedarían prohibidos.
Este tratamiento urbanístico afectaría a las empresas que estén en predios con uso industrial y se ubiquen en los costados de la Calle 13 o Avenida Centenario y sobre la Avenida Ferrocarril.
Preocupa la falsa expectativa que se genera, pues en principio no elimina el uso del suelo industrial, pero dentro del mismo permitirá el desarrollo de áreas de actividad residencial (anulando el uso industrial o de ciertas actividades económicas CIIU principalmente manufactureras -Tabla 22 del Anexo 11 del proyecto POT).
• AAI 3, Industrial en las localidades de Puente Aranda y Fontibón: Se trata de la zona industrial ubicada al oriente la Avenida Boyacá en las localidades de Puente Aranda y Fontibón. En estos casos se corre el peligro que se desplace la manufactura, pues en un área industrial se busca establecer un proyecto considerado como proyecto territorial estratégico (Distrito de innovación), en el que incluso se permitirá la actividad residencial (Anexo 7 del proyecto POT), generando el mismo problema que en AAI 2.
Además de lo anterior en el Distrito de Innovación el POT plantea incentivar 56 actividades económicas de servicio y comercio, 24 de ellas asociadas a la economía naranja, y solo 9 actividades manufactureras, de las cuales su 100% están relacionadas también a la economía naranja. En las principales zonas industriales de Bogotá se pretende dar incentivos, aún desconocidos, al desarrollo de actividades económicas diferentes a las industriales, así como se permite que en los corredores de Renovación Urbana se permitan Áreas de Actividad Múltiple (AA-M4), lo que pone en riesgo la permanencia de la industria en la ciudad
• AAI 4, Industrial disperso: Se refiere a los usos industriales dispersos en el resto de la ciudad. Estos usos industriales corren el riesgo, pues el POT propone que 82 actividades económicas manufactureras (Tabla 22 del Anexo 11 del proyecto POT) se declaren como incompatibles en áreas de uso residencial, lo que implicaría que entrarían en riesgo las empresas que se encuentran dispersas en Bogotá en pequeñas zonas industriales en consolidación.
Así mismo es riesgoso el Artículo 335 del proyecto de articulado, pues insiste en los beneficios para actividades económicas que no incluyen la manufactura, y tampoco es claro en cuanto a los incentivos “cuando se propongan porcentajes de mezcla adicionales a los obligatorios en
el Decreto del Tratamiento Urbanístico de Renovación”, permitiendo que la manufactura se vea cercada por otro tipo de usos de suelo.
Además, en el POT la manufactura se vería acorralada también en las tradicionales zonas industriales, pues aumentaría en 1.483% el número de viviendas existentes, lo que terminaría por desplazar la producción y generando para las mipymes costos y pérdidas imposibles de asumir. De las 816.736 viviendas nuevas que plantea el POT, el 13.8% se encuentran ubicadas en las 6 UPZ más industriales de Bogotá. La siguiente tabla muestra la cantidad de viviendas existentes en aquellas zonas y la propuesta de nuevas según el POT. (Ver tabla 2)
A esto se suma que 82 actividades económicas manufactureras (excluyendo las mineras) se declararían como incompatibles en usos predominantemente residenciales en donde se asentó primero la industria, añadiendo que el proyecto fija altísimas exigencias para el cumplimiento de los planes de mitigación, que no tienen en cuenta tamaño, de las empresas, subsector productivo al que pertenecen o ingresos, sino solo parte del área neta de uso para poner sus estándares. El estudio de Acopi Bogotá-Cundinamarca profundiza en el tema:
“En muchos casos, el asentamiento de estas empresas se dio en momentos de menos densificación de Bogotá, pero que actualmente, como se refleja en el diagnóstico del POT, la creciente mezcla de usos del suelo especialmente el residencial con usos productivos es una realidad. Esta situación ha creado incertidumbre sobre la posibilidad de permanencia de muchas empresas y negocios, especialmente los de menor tamaño, situación que no parece ser considerada tampoco en el proyecto de POT.
En el Anexo 11 (Actividades CIIU), en la Tabla 22 del proyecto, se declara como incompatibles 82 actividades manufactureras (Sección C del código CIIU) en zonas residenciales.
Si bien es cierto que la actividad productiva debe cumplir criterios ambientales, sanitarios, sociales, entre otros, es
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Tabla 2. Porcentaje de viviendas nuevas en zonas industriales. Tomado de “El Plan de Ordenamiento Territorial: riesgo para la generación de empleo y riqueza en Bogotá”, Acopi Bogotá-Cundinamarca, 2019. *Datos tomados de: Modelaciones volumétricas de las UPZ como determinantes para la norma urbanística propuesta para la Consolidación C2 y la Renovación Urbana RU1. Anexo 07 del Documento Técnico 10. ** Cálculos propios.
importante que se mida el impacto de esta medida, pues, de forma preliminar, estas actividades económicas suman más de 22.000 empresas en Bogotá (no solamente en zonas residenciales), que podrían verse afectadas, ya que las cadenas de valor no se generan solamente en la misma zona sino también por fuera de ellas.”
En la siguiente tabla se muestra el subsector que se vería afectado, así como la cantidad de actividades económicas a su interior y el número de empresas posiblemente impactadas. (Ver tabla #3)
El estudio también afirma: “En este mismo sentido, otras 12 actividades económicas catalogadas como industriales o de servicios industriales se declararían también como incompatibles en zonas residenciales, afectando alrededor de otras 10.000 empresas”.
Los puntos anteriores del estudio sobre el POT, que se restringe únicamente a la índole económica del proyecto, muestran que si se aprueba se constituiría en un riesgo para la poca industria que hoy sobrevive en la capital, y la empujaría al desplazamiento, la informalidad o el cierre, con las afectaciones que esto tendría para las inversiones y el empleo.
La inconveniencia del POT para la ciudad sería a largo plazo, pues implantaría un modelo económico de poco valor
agregado y empleo, asediando además la manufactura en las zonas en las que se encuentra desde hace décadas, ya sea por priorizar otros sectores, abrir el espacio para las constructoras y la residencia, o dar garantías para la creación de la demanda para Transmilenio en dichos lugares. Esto aumentaría aún más la brecha con los países industriales con los hoy ya el país compite en desventaja, y cercenaría la capacidad de Bogotá para crear riqueza y empleo.
Gremios representativos y voceros de sectores empresariales como Acopi Bogotá-Cundinamarca; la Corporación Empresarial de Centro Occidente de Bogotá, Coremco; la Corporación Nacional de Comerciantes de Alimentos de Corabastos, Conalco; el Centro Comercial Galerías; los empresarios de Reciclaje Industrial; y productores y comerciantes de prendas militares del Centro de Bogotá y del barrio 7 de Agosto, ya han expresado su rechazo al proyecto, hecho que el Concejo de Bogotá debe tener en cuenta a la hora de votar.
Acopi Bogotá-Cundinamarca ha invitado a los concejales a tener en cuenta que donde no hay empresas no hay empleo y sin empleo no hay riqueza, por lo que los ha exhortado a asistir a las sesiones de la corporación y votar negativamente el proyecto del POT, para impedir que de forma antidemocrática el Alcalde Mayor lo expida por decreto, omitiendo la discusión sensata e incluyente.