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SE ESCALA LA GUERRA COMERCIAL

Tomada de: forbes.com.mx

Internacional

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Enrique Daza Cedetrabajo

Desde que Estados Unidos declaró la Guerra Comercial contra China en marzo de 2018, la situación económica mundial no deja de empeorarse. La OMC calcula que en 2019 el comercio apenas crecerá 1,2% y los cálculos para el año entrante fueron ajustados a la baja pasando de la previsión del 3% a una del 2,7%. Este organismo, que no había funcionado muy bien en el pasado, se encuentra paralizado por la creciente introducción de aranceles y distintos tipos de barreras comerciales.

Estados Unidos acaba de colocar fuertes aranceles a Europa que verá gravadas sus exportaciones de vino, quesos, aeronaves, licores y frutas hasta en un 25%, como resultado de una disputa comercial entre la estadounidense Boeing y la Airbus europea.

Estas recientes acciones solo continúan la escalada de sanciones contra China que buscan superar el enorme déficit comercial de la potencia norteamericana, el cual en agosto aumento en 1,6%, llegando a un acumulado en 2019 de 7,1% que totaliza US$ 428.000 millones.

Si bien el déficit comercial con China se ha reducido levemente, la economía estadounidense desacelera su crecimiento mientras que el de la China llega al 6,2%, que si bien es el más bajo de los últimos años, todavía es significativamente mayor que el de cualquier país occidental. Las ventas chinas a EE.UU. disminuyen, pero este país reacciona estimulando su mercado interno, diversificando sus clientes, mientras que importantes empresas de EE.UU. dependen en buena medida del mercado chino, como el caso de la carne de cerdo, la soja y buena parte de las cadenas productivas americanas dependen de los insumos provenientes de ese país y el peso de los nuevos aranceles se está descargando sobre la capacidad de consumo de los ciudadanos estadounidenses.

El llamado libre comercio, pactado en la OMC y en numerosos tratados bilaterales, está siendo perforado por todos los lados y numerosos países adoptan medidas en defensa de su economía y sus industrias. EE.UU. ha impuesto sanciones a Rusia, China, Turquía, la India, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Corea del Norte, entre otros, queriendo influir con ellas no solamente en temas comerciales sino en su modelo económico y su sistema

político. Ninguna de estas sanciones ha producido el efecto esperado y por el contrario han agudizado las tensiones en vastas regiones del globo.

La economía mundial se encuentra en un período de estancamiento con amenazas de crisis, el optimismo en un crecimiento ilimitado de los mercados y en la expansión inagotable del mercado mundial están siendo sustituidas por disputas geopolíticas, amenazas de guerras locales y un creciente proteccionismo, una disminución en los precios de las materias primas y quienes afirmaban que Colombia se beneficiaría de esta guerra, hoy dicen que el crecimiento bajo también afectará a nuestro país.

Ya no se habla con tanto optimismo del libre mercado y basar el crecimiento en el fortalecimiento de las exportaciones no pasa de ser una entelequia que ha demostrado hasta la saciedad su volatilidad.

Nada en la gestión del gobierno de Duque indica que se esté pensando en rectificar el rumbo y adoptar medidas de estímulo y protección a la producción nacional. El creciente déficit comercial, para el cual no se encuentra más respuesta que la reiterada e inútil insistencia en el aprovechamiento de los tratados ya firmados, en lugar de estimular el aparato productivo y la capacidad de compra de los colombianos.

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