LA PALABRA Y SU CONTEXTO
ARGELIA ANTONIA ÁVILA REYES
Las hijas desobedientes Este artículo está dedicado a la destacada trayectoria de las mujeres del Centro de Investigación y Docencia, docentes de nivel superior, preocupadas por la difusión del conocimiento y los hallazgos de la investigación educativa. A 13 años de editarse el primer número de la revista Acoyauh y en el marco de los festejos del 15avo aniversario del CID, queremos llamar la atención hacia las publicaciones que han generado las maestras de este Centro.
Como sabiamente nos lo decían nuestras madres, hay caminitos del bosque por los cuales es mejor no aventurarse, pues no se sabe a donde nos van a llevar. Claro que esas damas prudentes, por lo general, tenían en mente los peligros representados por lobos, leñadores y demás clásicos asociados con la “carne” dentro del imaginario de los cuentos infantiles. Sin duda no pensaban en el bosque de símbolos que traza la literatura escrita por mujeres, menos aún en la espinosa selva de la mentalidad patriarcal, cristalizada en innumerables producciones simbólicas hechas a medida, para mantener a lo largo de los siglos a las “mujeres en su lugar”. Pero ocurre que nosotras, hijas desobedien tes, nos atrevimos a ser mujeres que escriben, y emprendimos armadas de libros y pasiones de
lecturas y conceptos, el desmonte o desmantelamiento de la fémina callada e invisible, con la modesta esperanza de trazar algunas líneas para otras niñas desobedientes. Y, como veremos más adelante, ahora estamos pagando las consecuencias, pues hemos comprobado que nuestras cautas madres tenían razón, aunque en un sentido muy diferente del que suponían: hay ciertos caminos que una vez abiertos, son muy difíciles de abandonar, pues tras los primeros pasos posteriores a los hachazos para desmontar el bosque, aparecen panoramas, cuestas y quebradas, lejanos castillos y chozas misteriosas de las que una ya no se quiere alejar. El resultado de indagar sobre las hijas deso bedientes del CID, a través de cuarenta y un revistas editadas en un lapso de 13 años, nos revista del cid
● abril 2009 [ 39