Conéctate, número de mayo de 2015: Alimento para la mente y el cuerpo

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CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA

EL PAN DE VIDA Saciar el hambre para siempre

El banquete del Rey ยกTodos invitados!

La mesa estรก servida Cuida tu dieta espiritual


Año 16, número 5

A NUESTROS AMIGOS Necesidades diarias De las oraciones que elevó Jesús, uno de los fragmentos más repetidos es: «Danos hoy nuestro pan de cada día»1. Es lógico que así sea, pues en el mundo material en que nos desenvolvemos la comida es vital. Sin embargo, por extraño que parezca, dentro del padrenuestro es la única alusión a nuestras necesidades físicas. El resto son alabanzas a Dios y peticiones de dones o bendiciones espirituales que nos permitan agradar y servir mejor a Dios. Al incluir una petición de carácter material, Jesús reconoce que vivimos en el mundo natural e indica que Dios desea satisfacer nuestras carencias en esa esfera. Cuando Jesús se encontró con una samaritana junto al pozo de Jacob, le aclaró que el sustento físico era insuficiente. «Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás»2. Jesús es el pan y el agua de vida, y Su presencia en nuestra realidad importa aún más que los alimentos y el agua que ingerimos. Así como la comida y el agua nos resultan vitales cada día, también necesitamos una provisión cotidiana de energía espiritual. Del mismo modo que Dios nos pide que trabajemos duro para procurarnos el sustento diario, Él considera que debemos hacer un esfuerzo por nutrir nuestro espíritu. ¿De qué manera? Leyendo Su Palabra y dedicándole ratos de oración, reflexión y meditación. Felizmente, Dios está deseoso de concedernos lo que nos hace falta y, lo que es más importante, desea brindarse Él mismo a nosotros. Quiere que todos comamos Su alimento espiritual. Volviendo al padrenuestro, en él Jesús no solo enseñó a Sus discípulos a rogar por la provisión de sus necesidades cotidianas, sino a invocar también la presencia de Su Espíritu, «el pan vivo que descendió del cielo»3, cada día de su vida. Ruego que los artículos de este número de Conéctate te permitan saborear el pan de vida y «gustar y ver que es bueno el Señor»4. Gabriel García V. Director 1. Mateo 6:11 (lpd) 3. Juan 6:51 2. Juan 4:13,14 2

4. Salmo 34:8

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Director Gabriel García V. Diseño Gentian Suçi Producción Samuel Keating © Activated, 2015 Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd. A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.


EL HONGO ESCURRIDIZO Olivia Bauer

Cortaba verduras para la cena y dos veces atrapé un champiñón que se salió de la tabla de cortar antes que se cayera al piso. Di gracias en silencio: «Dios, eres muy bueno conmigo». En otro rincón de mi cabeza estaba pensando en la solicitud de arriendo de un apartamento que había presentado esa mañana. «Señor, te ruego que seas bueno conmigo y hagas que acepten mi solicitud». Como si Dios a veces no fuera bueno. Recordé una presentación de los Newsboys que había visto en un video de YouTube con la canción Blessed Be Your Name (Te bendeciré). Te bendeciré en la tierra que fértil es, 1. Salmo 34:1 2. Santiago 1:17 (ntv) 3. Job 1:21 (ntv)

en lugares de leche y miel, te bendeciré. Te bendeciré cuando todo es desolación, si cruzando el desierto estoy, te bendeciré. El Señor es bueno y justo, así en las ocasiones felices como en los momentos difíciles. Su bondad se demuestra en lo que nos entrega y en lo que nos niega, en lo que permite y en lo que impide. Se trata de un concepto muy abarcador. Si adoptamos esa mentalidad, inevitablemente se incrementan nuestro gozo, fe, paz y gratitud. Tengo la esperanza de que si reflexiono sobre esa verdad conocida y sobre el mensaje de la canción lograré que cale un poquito más hondo en mí. Más que una frase que me hable de vez en cuando a la conciencia o una canción que se me pase a veces por el pensamiento, quiero que llegue a ser parte íntima de mi ser.

David practicó ese concepto: «Bendeciré al Señor en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca»1. Santiago lo entendió: «Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento»2. (Dios no es veleidoso en lo tocante a responder mis oraciones o actuar en mi favor.) Job lo inmortalizó para las futuras generaciones de gente de fe: «El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!»3 Atrapé el champiñón. Es posible que no consiga el apartamento. De todos modos, Dios es bueno. Olivia Bauer trabaja con una organización comunitaria sin fines de lucro en Canadá. ■ 3


EL PAN DE VIDA

«Yo soy el pan de vida»1 1. Juan 6:35 2. V. Éxodo 16:4 3.

nvi

4. Juan 6:35 5.

nvi

6. V. Eclesiastés 3:11 7. V. Romanos 3:23 8. V. Romanos 6:23 9. V. Romanos 3:10 10. http://www.gotquestions .org/bread-of-life.html 4

es una de las siete declaraciones de Jesús con las palabras «Yo soy». […] El pan está considerado un alimento básico y suele ser un componente esencial de nuestra dieta. […] Tanto es así que es sinónimo de comida en general. El pan también es parte integral de la cena judía de Pascua. Durante la fiesta de la Pascua y a lo largo de los siguientes siete días los judíos debían comer

pan sin levadura, en conmemoración de su éxodo de Egipto. Y cuando estuvieron vagando 40 años por el desierto, Dios les envió «pan del cielo» para sustentarlos2. Lo anterior nos permite entender mejor la escena descrita en Juan 6. Jesús está tratando de alejarse de la multitud, y no lo consigue. Acaba de cruzar el mar de Galilea, y la muchedumbre lo sigue. Después de un rato le pregunta a Felipe cómo


van a alimentar a tanta gente. En la respuesta de Felipe se evidencia su escasa fe, pues señala que no disponen de suficiente dinero ni para servir a cada uno una cantidad mínima de comida. A la postre Andrés llega con un niño que trae consigo cinco barras pequeñas de pan y dos pescados. Con tan solo eso Jesús alimenta milagrosamente a la multitud… y hasta sobra comida. Posteriormente, Jesús y Sus discípulos regresan al otro lado del mar de Galilea. Al ver la multitud que Jesús se ha ido, lo sigue de nuevo. […] Él increpa a los presentes por no dar importancia a las señales milagrosas y seguirlo con el único propósito de obtener una comida gratuita. Les dice en Juan 6:273: «Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre este ha puesto Dios el Padre Su sello de aprobación». Dicho de otro modo, están tan fascinados con la comida que no se dan cuenta de

que están en presencia del Mesías. Entonces los judíos le piden a Jesús que les proporcione una señal de que ha sido enviado por Dios. […] Le recuerdan que Dios les dio el maná cuando deambulaban por el desierto. Jesús les responde que deben pedirle el verdadero pan del Cielo, que da vida. Cuando le piden dicho pan, Él los deja de una pieza con Su respuesta: «Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás». Esa es una afirmación extraordinaria. Primero, al compararse con el pan Jesús les dice que Él es esencial para la vida. Segundo, la vida a la que Jesús alude no es física, sino eterna. […] Compara lo que Él les ofrece en calidad de Mesías con el pan que creó milagrosamente el día anterior. Este último era pan físico que perece; Jesús es el pan espiritual que brinda vida eterna. […] La clave está en otra afirmación que hizo en el Sermón de la montaña. En Mateo 5:65 dice a la

multitud: «Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados». Cuando dice que los que lo sigan jamás tendrán hambre y que los que crean en Él jamás tendrán sed, afirma que va a satisfacer nuestra hambre y sed de alcanzar rectitud a los ojos de Dios. […] La Biblia enseña que Dios ha puesto en nuestro corazón el ansia de lo eterno6. También dice que no hay nada que podamos hacer para merecernos el Cielo, puesto que todos hemos pecado7, y que lo único que ganamos con el pecado es la muerte8. No hay nadie que sea justo por mérito propio9. […] Al morir en la cruz, Cristo tomó sobre Sí los pecados de la humanidad y los expió. Cuando depositamos nuestra fe en Jesús, nuestros pecados se le imputan a Él; y Su justicia, a nosotros. Jesús satisface nuestra hambre y sed de justicia. Es nuestro Pan de Vida. Este artículo se incluye por gentileza de GotQuestions.org10 ■

Cristo compara las necesidades humanas con el hambre y la sed. Ahora bien, sentir hambre no es poca cosa. Quien la ha padecido sabe bien que es una necesidad muy real que trae consigo dolorosas punzadas. De igual modo, la sed no es nada imaginario. Sin duda es una dura prueba. ¿Habrá acaso mayor sufrimiento bajo el cielo que la sed? El corazón también padece su hambre. Casi sin saberlo clama: «¿No habrá alguien que me ame, a quien yo pueda amar y que me colme hasta rebosar?» Nuestro corazón es un glotón ansioso de amor. Aunque busca ese amor por doquier, sufre amargas decepciones. No obstante, cuando se da cuenta de que Jesucristo lo amó antes que el mundo existiera y que murió por él, sus afectos se sosiegan. ¡El amor de Jesús aplaca todo deseo de otros amores y nos llena el alma! Jesús se convierte en el Esposo de nuestro corazón, el más querido de nuestros amores. Entonces decimos adiós a lo profano. Adaptación de un texto de Charles Spurgeon (1834–1892) 5


PEPINOS SALADOS Akio Matsuoka

Una amiga mía me mostró un montón de pepinos viejos que se proponía conservar en sal. —¿Los pepinos viejos se pueden comer? —le pregunté. —Estos están bastante secos, pero son buenos para encurtir —me respondió, segura de lo que decía. A mi amiga los pepinos encurtidos le resultan muy prácticos para suplementar sus comidas rápidas. Le gustan mucho. La idea de transformar aquellos pepinos resecos en algo delicioso y saludable me recuerda algo que me contaron sobre el kimchi. Aunque el kimchi siempre existió en Corea, algunas personas atribuyen el origen de su masiva popularidad a la escasez de comida que se sufrió durante la Primera Guerra Sino-Japonesa (1894–1895). En ese entonces se desarrollaron nuevas variedades de kimchi fermentando verduras que estaban a punto de pudrirse o no se veían muy atractivas. Para hacerlas comestibles las conservaban con muchos condimentos. Me maravillo de que uno de mis platos preferidos se haya desarrollado en una época de escasez de alimentos. Eso me hace pensar en una situación que se produjo en una zona rural de Estados Unidos donde las víboras cascabel empezaron a proliferar, causando el disgusto de los habitantes. Estos se asustaron por el repentino aumento de la población de serpientes de cascabel, y algunos se mudaron a otras comarcas. Otros ciudadanos más emprendedores decidieran aprovechar las pieles de las víboras para fabricar bolsos y cinturones. Al final los 6

ejemplares de crótalo adamantino —antes considerados una plaga abominable— contribuyeron al desarrollo de la economía del sector. Con frecuencia Dios se vale de situaciones aparentemente desastrosas para generar algo mejor. A diario nos vemos asediados por dificultades y sucesos ingratos. Sin embargo, Dios siempre tiene un plan. Por muy horrible que parezca una situación, contamos con un Dios que nunca nos falla. Cuando no todo sale a pedir de boca y nuestros sueños se desbaratan, puede que Él nos esté preparando algo mejor. A kio M atsuok a ha dedicado los últimos 35 años a labor es misioner as y de voluntar iado, tanto en su natal Japón como en otros países. Vive en Tokio. ■

Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con Su propósito. Romanos 8:28 (nvi) 1 La esperanza es la facultad de ser optimista en circunstancias que sabemos desesperadas. G. K. Chesterton (1874–1936) 1 La tierra prometida siempre está al otro lado de un desierto. Henry Havelock Ellis (1859–1939)


COMER, ORAR Y PERMANECER JUNTOS Curtis Peter van Gorder

En nuestra familia, no hace mucho, cada uno tenía un horario distinto, y eso no nos permitía comer juntos con mucha frecuencia. Me dio la sensación de que nos estábamos alejando unos de otros, sobre todo después de visitar a un amigo italiano que me enseñó lo bello que puede ser sentarse juntos a la mesa. En un hogar italiano, una comida es un acontecimiento. No se trata de tomar un bocado a toda prisa; más bien es una ocasión de intercambiar anécdotas, charlar, debatir, expresar esperanzas y deseos. Y cuando te parece que la comida ya se ha terminado, te ponen delante otro plato delicioso. Casi sin darse uno cuenta, pasan dos horas, y tal vez hasta más. No es necesaria ninguna otra actividad de esparcimiento 1. Por ej., http://www.mujerhoy.com/ ser-madre/educacion-hijos/familia,co me,unida,29186,04,2007.html 2. http://elixirmime.com

vespertino: la comida en sí es lo más destacado. Tal vez no siempre tengamos ocasión de disfrutar de un banquete a la italiana. En todo caso, a pesar del ajetreo de la vida, seguramente podemos encontrar formas de disfrutar juntos de las comidas. Muchos trabajos de investigación dan cuenta de los beneficios de comer juntos en familia1. La oportunidad de conversar en la mesa contribuye a estrechar los lazos familiares, generar afecto, seguridad y un sentido de pertenencia. Una comida casera suele ser más alimenticia y menos costosa que la comida al paso. Los más jovencitos aprenden modales: pedir que les pasen la comida, no apoyar los codos en la mesa y comer lentamente son cosas que hacen que la experiencia resulte placentera. Al contar y escuchar relatos en la mesa se refuerzan también las aptitudes lingüísticas. Comer juntos también sirve para que cada persona del hogar adquiera mayor conciencia de lo que

implica preparar una comida, lo que aporta buenos conocimientos culinarios a los niños temprano en la vida. Cualquiera que sea la composición de tu hogar —aun si vives solo—, tomarse el debido tiempo para disfrutar de las comidas favorece la digestión y contribuye al bienestar emocional. Las comidas son también una ocasión ideal para orar por nuestras necesidades específicas y dar gracias a Dios por lo que ha hecho. Mi visita a Italia me llevó a hacerme el firme propósito de convocar a las personas de nuestra familia a sentarse juntas a la mesa con la mayor frecuencia posible. No es solo cuestión de disfrutar de la comida, sino también de generar lazos perdurables de afecto, alegría y unión. Curtis Peter van Gorder es guionista e instructor de pantomima. 2 Vive en Bombay (India) y está afiliado a La Familia Internacional . ■ 7


á t s e a s e m La

a d i v r e s

Adaptación de un artículo de Peter Amsterdam

Los cristianos que se interesan por crecer espiritualmente reconocen que dedicar tiempo a leer y asimilar la Palabra de Dios es de vital importancia. La Biblia nos habla de Dios y Su amor por la humanidad, de Jesús y Su mensaje, y nos enseña a vivir en armonía con Dios y el prójimo. Reservar cada día un espacio para leer la Biblia nos da la oportunidad de conectarnos con Dios. Nos prepara para recibir Su instrucción, Su guía y Su ayuda para sortear los problemas y dificultades de la vida. Nos recuerda el código moral por el que debemos regirnos y nos proporciona orientación cuando nos vemos ante una disyuntiva. Se trata de un elemento clave para quienes anhelan ser como Jesús, pues la Biblia nos transmite Sus enseñanzas, nos muestra Su ejemplo de amor y nos conduce a una relación con el Padre, hecha posible gracias al sacrificio del Hijo. Todos los días nos vemos desbordados por una andanada de información de muy diversas fuentes que

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influye en nosotros en uno u otro sentido. El hecho de dedicar un rato diariamente a leer lo que Dios ha dicho nos permite navegar en medio de ese torbellino de datos. Agudiza nuestra capacidad espiritual de distinguir la verdad de la mentira. Hace que nos resulte más fácil centrarnos en lo que es importante para llevar una vida realmente feliz, con paz interior y en consonancia con Dios y Su voluntad. Nos ayuda a superar todo lo que la vida nos depara1. Permanecer en la Palabra de Dios nos pone en contacto continuo con Su Espíritu. «Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida»2. Hacerse tiempo para leer a diario no es tarea fácil. Requiere autodisciplina. Al igual que los ejercicios y las actividades de entrenamiento que nos mantienen en forma y nos llevan a mejorar nuestro desempeño, dedicar con regularidad cierto tiempo a la lectura de las Escrituras vigoriza nuestro espíritu y nos hace cristianos más fuertes, bien cimentados en la verdad y el amor


DIGESTIÓN Adaptación de un texto de Charles Spurgeon A veces la soledad es mejor que la compañía y el silencio más sabio que la conversación. Seríamos mejores cristianos si pasáramos más ratos a solas, esperando en Dios y acumulando fuerzas para Su servicio por medio de la meditación en Su Palabra. Hemos de cavilar sobre las cosas de Dios para extraer de ellas verdadero alimento. Nuestro cuerpo no se sustenta por el mero hecho de introducir alimentos por la boca. Es por la digestión que asimilamos los alimentos. Nuestra alma no se nutre atendiendo un poco a esta parte de la verdad divina, y luego otro poco a esa y otro poco a aquella. Para que escuchar, leer, señalar y aprender sean actos verdaderamente provechosos, debemos digerir interiormente; y la digestión de la verdad consiste mayormente en meditar en ella. Sea este nuestro propósito: «En Tus mandamientos meditaré»3. ■

de Dios. La conexión que establecemos con Dios nos ayuda a seguir la guía del Espíritu en nuestras relaciones cotidianas y en las decisiones que tomamos, y nos capacita para permanecer firmes ante la tentación. No hay fórmula fija para saber cuánto necesitamos leer a diario ni qué porciones de la Biblia debemos leer. La clave está en reservar un tiempo para hacerlo y perseverar en ello aun en días de mucho trajín. Tener un plan de lectura de la Biblia y ceñirte a él puede ayudarte a persistir en la tarea y seguir adelante cuando te topes con las porciones más difíciles. También conviene que dispongas de una buena traducción moderna con la que te sientas a gusto. Lo ideal es leer en un ambiente libre de distracciones, tal vez por la mañana en un lugar tranquilo, antes que comience la jornada; o tarde por la noche cuando merma la actividad cotidiana. El silencio y la quietud facilitan la meditación en lo que se lee. Y si no encuentras ningún momento para recogerte tranquilamente,

lee sobre la marcha en cualquier rato que se te presente, o escucha una grabación de la Biblia durante tus desplazamientos. Si bien es una lucha cumplir el compromiso de leer y estudiar la Biblia, es algo que tendrá un efecto palpable en tu vida. Cuando leas la Biblia o escuches a alguien hablar de ella, es importante que te preguntes qué te quiere decir Dios a través de lo que lees u oyes. Si un pasaje te llama la atención, vuelve a leerlo. Pondéralo; pregúntate por qué te llamó la atención y qué se propone decirte el Señor por medio de él. Él anhela hablarnos directamente, y al meditar en lo que leemos creamos la oportunidad de que Su Palabra nos hable al corazón. Dedica ratos a comulgar profundamente con Dios por medio de Su Palabra. Te transformará. Peter A mster da m y su esposa, M ar ía Fontaine, dir igen el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional. ■

1. V. Mateo 7:24,25 2. Juan 6:63 3. Salmo 119:15

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El banquete del Rey Rosane Pereira

Los domingos mi madre solía preparar algo especial. Todavía recuerdo el ventanal abierto de la sala, la mesa desplegada en el centro, la comida deliciosa y la alegre conversación familiar. Normalmente íbamos a la misa para niños de las 10 de la mañana mientras ella se quedaba a cocinar y mi padre hacía reparaciones en la casa. El relato que más recuerdo de aquellos sermones infantiles es uno que contó Jesús sobre un rey que invitó a sus nobles a un banquete, pero todos esgrimieron alguna excusa para no asistir. En vista de ello mandó llamar a todos los mendigos y pobres campesinos, que acudieron gustosos1. Aunque en aquel entonces no entendía todo el significado de esa parábola, produjo una honda impresión en mí. 1. V. Lucas 14:16–23 2. Stephen Schwartz. Godspell, 1971 3. Salmo 16:8 (ntv) 4. Jeremías 31:3 5. Hebreos 13:5 6. Juan 21:12 (nbj) 10

La comida suele asociarse a la unidad, los buenos momentos y las celebraciones. Cuando me hice un poco mayor, había una canción popular que decía: «Aramos el campo, plantamos la simiente, pero es de Dios la mano que cuida este vergel. […] Todos esos dones que nos envías, Señor, del Cielo son, […] llenos de amor»2. Si bien en aquella época yo no era creyente, esa canción me henchía el alma de alegría. Poco después volví a crecer en la fe y a la larga me dediqué a servir a Dios. Hace unos años, en una temporada en la que pasé por múltiples apuros, llegué a pensar que Él me había abandonado. Sin embargo, no tardé en cambiar de opinión cuando leí: «El Señor siempre está conmigo»3, «Con amor eterno te he amado»4 y «No te desampararé, ni te dejaré»5. A lo largo de mi vida, la Palabra de Dios me ha ayudado incontables veces a crecer y a entender mejor al Creador y a los demás. En ocasiones, Sus palabras son como

una merienda; otras veces, como una comida completa, del estilo de los almuerzos especiales que preparaba mi madre los domingos. Me siento muy agradecida de que el Rey me haya invitado a Su banquete y de haber aceptado Su invitación. Rosane Pereira es profesora de inglés y escritora. Vive en Río de Janeiro (Brasil) y está afiliada a La Familia Internacional. ■

VENID Y COMED «Venid y comed», dijiste a Tus seguidores después de Tu resurrección6. Hoy haces la misma invitación a todos. Yo la acepto. Quiero conocerte y recibirte. Deseo sentarme a Tu mesa y comer contigo en el paraíso. Señor, siéntate a nuestra mesa, sea adorada Tu grandeza, y cúmpleme un día este anhelo: celebrar contigo en el Cielo. John Cennick (1718–1755)


DAME DE COMER Chris Hunt

—¡No es justo! A ellos les

dan más que a nosotros. —Las cosas ya son bastante difíciles de por sí. ¿Por qué se los favorece a ellos? —¡Si somos iguales! Lo único que nos distingue es el idioma. Comentarios de ese tipo probablemente abundaban en la fila que se organizaba todos los días en la incipiente iglesia primitiva para dar de comer al creciente número de adeptos. En el libro de los Hechos consta que algunos que hablaban griego se quejaron de los que hablaban arameo. «Hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran

1. Hechos 6:1 2. V. http://www.fao.org/hunger/es/ 3. V. http://www.unep.org/spanish/ wed/quickfacts/ 4. V. http://periodismohumano.com/ economia/el-hambre-aumenta-engran-bretana.html 5. V. Hechos 6:2–6 6. Hechos 6:7 (ntv) 7. V. http://www.lacuarta.com/noticias/ mundo/2014/08/66-172813-9ricebucketchallenge-reto-del-baldede-arroz-busca-acabar-con-elhambre.shtml

desatendidas en la distribución diaria»1. Muchas cosas de la vida no parecen justas. Cerca de ochocientos millones de personas se acuestan con hambre todas las noches; una gran parte son niños2. Al mismo tiempo, casi un tercio de todos los alimentos que se compran en algunos países desarrollados se tira a la basura3. En la cúspide de la escala social, famosos cocineros preparan comidas suntuosas para los ricos y las celebridades. Cenar en uno de los mejores restaurantes de Londres puede costar varios cientos de libras. Sin embargo, el Reino Unido ha visto también un aumento del hambre4. Cientos de bancos de alimentos —muchos de ellos organizados por instituciones religiosas— sirven millones de comidas todos los años para prevenir que niños y personas mayores se acuesten con hambre. Es ilógico que exista ese tipo de pobreza alimentaria en el séptimo país más rico del mundo. Claro que no sucede solamente en el Reino Unido. La distribución desigual de recursos es un problema mundial. Pero bueno, el hecho de que la vida en muchos casos no sea justa no nos exime de la obligación de aportar nuestro grano de arena para cambiar

el mundo. ¿Qué pasó con aquellos primeros creyentes que no eran atendidos debidamente cuando se repartía la comida? Las cosas no quedaron así: los apóstoles reconocieron la existencia del problema, designaron a unos organizadores competentes, oraron para que tuvieran buen tino y les encargaron que resolvieran el asunto5. Como consecuencia, «el mensaje de Dios siguió extendiéndose»6, y no vuelve a mencionarse que hubiera conflictos por el tema de la comida. Somos pocos los que ocupamos puestos de poder político que nos permitan marcar una diferencia radical en la organización de nuestro país, y menos aún en el mundo. Todos, no obstante, estamos en situación de hacer algo, como el buen samaritano, a nivel individual. Eso es lo único que se necesita: una cesta de alimentos, un balde de arroz7, una donación, una invitación a un vecino solitario. Cualquier acción que derive en que siquiera una persona menos se acueste con hambre ya es un progreso. Chris Hunt vive en el Reino Unido. Ha sido lectora de Conéctate desde que comenzó a publicarse en 1999. ■ 11


UNA MAÑANA DE VOLUNTARIADO Julie Vásquez

En la víspera del Día de Acción de Gracias vi un

artículo titulado «Operación Pavo». Una organización solicitaba la colaboración de voluntarios con el fin de preparar y empacar comidas para los desfavorecidos que de otro modo no disfrutarían de una estupenda cena de acción de gracias, de esas que a mí tanto me gustan: pavo, puré de papas, salsa de carne, relleno, gelatina de arándanos, arvejas y zanahorias, cazuela de habichuelas verdes, pastel de calabaza… Eso para empezar. A la mañana siguiente fui tempranito, acompañada de una amiga, para ofrecer nuestra ayuda. Llegamos a un restaurante bien amplio que estaba atestado de voluntarios. Había una larga fila de autos para entrar en el estacionamiento y cientos de personas a la entrada aguardando a que les dieran instrucciones. No me esperaba algo así. Se presentaron más de 1.500 voluntarios. No fue fácil encontrarle trabajo a cada uno. Así y todo, los organizadores —que también eran voluntarios— supieron delegar las tareas. Había equipos para cada uno de los aspectos de la cena de acción de gracias —deshuesando pavos, preparando puré de papas— y otros que ordenaban la

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ropa y los abrigos donados. Los niños pusieron su sello de cariño y alegría haciendo dibujos en todas las cajas de comida, que eran de espuma de poliestireno. Yo terminé dirigiendo el equipo de los pasteleros. A media mañana, ya con los numerosos pasteles cortados y prácticamente servidos, me integré a una larga fila de personas que ponían la comida en las cajas. Cada voluntario tomaba una caja vacía, pasaba por los diversos puntos en que se servían los alimentos, cerraba la caja y se la dejaba al equipo de entregas. Como estuve en la fila un buen rato, trabé conversación con la señora que venía detrás de mí. Congeniamos de inmediato. Al final pasamos una hora o más hablando de nuestra vida y de nuestros viajes y familias. En pocas horas se habían preparado, servido y empacado miles de cenas, y los conductores voluntarios salieron a entregárselas a los necesitados. Había mucho entusiasmo, se oía música y se respiraba un ambiente de camaradería. Después de la limpieza, poco a poco los voluntarios se fueron a su casa; lo mismo hicimos nosotras.


En el trayecto a casa mi amiga y yo nos contamos mutuamente cómo nos había ido. Pasamos cerca de un grupo de hombres sin hogar al lado de la carretera y vimos que tenían a su lado cajas de las que habíamos estado preparando. Hablamos de la gente con la que habíamos estado trabajando: un bombero, una señora que organizaba eventos de beneficencia como medio de ganarse la vida y que estaba allí colaborando para que todo saliera bien, parejas mayores que obviamente gozaban de buena situación económica, profesionales del rubro preocupados de que los voluntarios nos pusiéramos redecillas en la cabeza y otros tantos. Había personas de todos los estratos sociales, jóvenes y viejos, ricos y pobres. Todos dedicaron varias horas de un día festivo para celebrar lo afortunadas que eran. Al día siguiente alguien me preguntó cómo había sido la experiencia. Lo más destacado que me vino a la cabeza fue conocer a aquella señora en la fila. Me alegro de haber charlado con ella, aunque debo admitir que fácilmente podría no haber ocurrido. Yo me sentía un poco fuera de lugar en esa fila. Algunas personas iban acompañadas de su familia o de un grupo de amigos, y conversaban mucho. En cambio, yo no conocía a nadie. No sé por qué, pero a veces me olvido de que las demás personas son iguales que yo. A veces me imagino que todos tienen la vida resuelta, son perfectamente felices, no tienen problemas, saben lo que quieren y tienen todos los amigos que les hacen falta. Ese día tuve en cuenta que por lo general eso no es cierto, y que todos —o digamos, casi todos— buscan a otras personas con quienes relacionarse, entablar amistad y posiblemente comunicarse a un nivel profundo. La experiencia de ese día me sirvió de recordatorio de la importancia de tomar la iniciativa, de salir al encuentro de los demás, de entablar conversación, de dar a Jesús la oportunidad de poner a alguien en mi camino, alguien que necesite una amiga y a quien tal vez con el tiempo pueda transmitir mi fe. Si hago lo que puedo —algún esfuerzo, algún gesto, por pequeño que sea—, confío en que Él se servirá de mí con un buen fin, a pesar de mis limitaciones particulares.

RECETA PA RA LA AL

EGRÍ A

Ga br iel Ga rcía V.

ngase un delantal de s, los que usaban las abuela tela bien resiliente, como as de amargura y de para no mancharse con got lo de cerámica dura, a sinsabores. En un receptácu desanimantes, mezcle: prueba de golpes y fuegos

An tes de em peza r, pó

rebosantes de – Dos cucharadas gratitud y media de – Una cucharada contentamiento d orrito de generosida – Un abundante ch abe concentrado de – Tres gotas de jar optimismo nrisa bien radiante – Una rodaja de so – Un granito de fe xir Aleluya – Una copita de elí

magn Salpimentar con una dosis humor.

ánima de buen

asmo y ser vir en una Revolver todo con entusi donde quepan todos sus mesa bien amplia y jovial seres queridos. ivi eso es dir ec tor de Ga br iel Ga rc ía Va ld á e. Vi ve en Ch ile y est la re vis ta Co né ct at In te rn ac ion al . ■ af ili ad o a La Fa mi lia

Julie Vásquez es redactora independiente. Vive en Austin (EE. UU.). ■ 13


EL ALIMENTO NECESARIO Momentos de sosiego Abi May

La comida es una de las nece-

sidades vitales del ser humano; de ahí que hiciera tempranamente su aparición en la narración de la relación de Dios con nosotros. En el Génesis se nos dan los árboles y las demás plantas para alimentarnos: «Toda planta que da semilla […] y todo árbol en que hay fruto y que da semilla os serán para comer»1. Preparación de la comida Tanto para un maestro de la cocina como para el ama de casa que guisa una comida para su familia o el estudiante que se calienta un paquete de fideos instantáneos para

el almuerzo, la preparación de la comida es parte inseparable de la vida cotidiana. En el ámbito cultural de la Biblia, las labores culinarias normalmente recaían sobre las mujeres, salvo que la comida tuviera fines ceremoniales. Sara preparó una comida para los ángeles que visitaron a su marido, Abraham2, y Marta hizo lo mismo para Jesús, mientras su hermana María se sentaba a Sus pies y lo escuchaba 3. En cierta ocasión, Jesús mismo cocinó: «Al descender [los discípulos] a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. […]

1. Génesis 1:29

8. Hechos 2:46

14. Salmo 119:103

2. V. Génesis18:6–8

9. Apocalipsis 19:9

15. Mateo 4:4

3. V. Lucas 10:40

10. V. Mateo 14:15,16 (dhh)

16. Jeremías 15:16

4. Juan 21:9,12,13

11. V. Marcos 14:12–25 y

17. Lucas 12:23

5. Job 6:6

Lucas 24:28–31

18. Salmo 145:15

6. Ezequiel 24:10 (bla 2005)

12. Deuteronomio 10:17–19

19. Eclesiastés 3:13 (ntv)

7. V. 1 Crónicas 12:38–40

13. Mateo 25:35,40 (nvi)

20. V. Mateo 5:6

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Les dijo Jesús: “Venid, comed”. […] Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado»4. En algunos casos se hace referencia a ingredientes o especias particulares: «¿Acaso se come sin sal lo desabrido o tiene sabor la clara del huevo?»5 De cuando en cuando aparece incluso alguna receta: «Junto la leña, prendo el fuego y coceré tan bien la carne que desaparecerá hasta el jugo»6. Festejos No hay nada como juntarse con amigos para una deliciosa comida. El menú de un festejo de tres días para celebrar el ascenso al trono del rey David incluía higos, pan, pasas, aceite, y carne de buey y de oveja7. Los creyentes de la iglesia primitiva comían juntos: «Partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón»8.


Si avanzamos hasta el jubiloso clímax de la Biblia, nos topamos con otro banquete al que están convidados todos los creyentes: «¡Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero!»9 Compartir Jesús se preocupaba de las necesidades cotidianas de quienes lo rodeaban. Cuando Sus seguidores quisieron despedir a una multitud para que fuera a buscar comida, Él insistió: «No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer»10. Jesús comió con Sus seguidores tanto antes de Su muerte como después de Su resurrección11. Compartir nuestros alimentos con los demás es parte de nuestro deber: «El Señor […] ama también al extranjero y le da pan y vestido. Amaréis, pues, al extranjero»12. Jesús dijo que lo que damos a los hambrientos es como si se lo diésemos

a Él: «Tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber. […] Todo lo que hicieron por uno de Mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por Mí»13. Más dulce que la miel La Palabra de Dios es alimento para nuestro espíritu: «¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras! ¡Más que la miel a mi boca!»14 Jesús citó el Antiguo Testamento cuando dijo: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»15. El profeta Jeremías sin duda disfrutaba de su alimento espiritual: «Fueron halladas Tus palabras, y yo las comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón»16. El don de Dios «La vida es más que la comida»17. Por otra parte, Dios sabe que la necesitamos: «Los ojos de todos

esperan en Ti y Tú les das su comida a su tiempo»18. El mismo disfrute de la comida es un don de Dios: «La gente debería comer, beber y aprovechar el fruto de su trabajo, porque son regalos de Dios»19. Dondequiera que estemos o vivamos, la comida tiene importancia para todas las personas. La compramos o la cultivamos, la preparamos y la comemos. Y aunque no nos resulte fácil imaginarnos la historia lejana y los héroes, milagros y acontecimientos sobrenaturales de la Biblia, la comida es algo que todos entendemos. Está en nuestro plano y a tono con nuestra realidad, tal como Dios quiere estar. Él desea saciar nuestra hambre, tanto física como espiritual20. Es un concepto que hace falta digerir bien. Abi May es docente y escritora. Vive en el Reino Unido. ■ 15


De Jesús, con cariño

Hambre y SED «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados»1. «Me hallan los que temprano me buscan»2. «Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón»3. Deja que Mi voz te guíe, te sustente y te guarde. Presta atención a la voz de Mi Palabra4, pues Mis palabras son poderosas. Son vida, son verdad, son energía. Te darán fuerzas y gracia para seguir adelante. Te proporcionarán orientación, guía y consejos. Te sustentarán cuando te agotes, cuando estés débil, y te sostendrán cuando te sientas desfallecer. Te infundirán paz cuando te invadan la confusión y el cansancio. Te darán energías y gracia cuando te parezca que no puedes más. «Guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos»5. Ora, y acudiré a ti. Atenderé tu llamado. Te pastorearé siempre, y saciaré tu alma6. 1. Mateo 5:6 2. Proverbios 8:17 3. Jeremías 29:13 4. V. Salmo 103:20 5. Proverbios 7:1 6. V. Isaías 58:11


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