CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA
Basura para uno, Ocasi贸n para otro Las pepitas de manzana
El se帽alador La belleza de la imperfecci贸n
Suprarreciclaje Convertir carb贸n en diamantes
Año 16, número 10
A NUEST ROS AMI GOS El p r o c e so de c ambio Para muchos, llegar a conocer a Cristo y aceptarlo es una experiencia transformadora. Está el caso de Zaqueo, cuya vida cambió en el acto apenas conoció a Jesús y habló con Él1. En cuestión de días, Saúl pasó de respirar «amenazas y muerte contra los discípulos del Señor»2 a predicar el Evangelio como el apóstol Pablo. En épocas más recientes se ha sabido de mucha gente que se libró en un santiamén de adicciones u otros malos hábitos. Si bien son pocos los conversos que experimentan una transformación espectacular, sabemos que Dios quiere que los creyentes crezcamos espiritualmente. Billy Graham declaró: «Ser cristiano implica más que una simple conversión instantánea. Es un proceso diario mediante el cual nos vamos volviendo más y más como Cristo». Y Pablo: «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido […], renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, […] en la justicia y santidad de la verdad»3. Claro que nadie es perfecto, eso es un hecho innegable. Afortunadamente tenemos un Dios que es al mismo tiempo omnisciente —conoce nuestro futuro y puede prepararnos para los cambios que afrontaremos— y omnipotente —si contamos con Su apoyo aumentan significativamente nuestras posibilidades de éxito—. Nos ama sin condiciones y desea ayudarnos a triunfar. Si te da la impresión de que la vida te ha jugado una mala pasada y dudas de que vayas a lograr recuperarte, o si piensas que has perdido tu utilidad y que ya no sirves para nada, no desesperes. Dios es especialista en suprarreciclaje (v. pág. 14), y nunca sabes qué te puede tener guardado a la vuelta de la esquina. Gabriel García V. Director 1. V. Lucas 19:1–10 2. Hechos 9:1 3. Efesios 4:22–24 2
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Director Gabriel García V. Diseño Gentian Suçi Producción Samuel Keating © Activated, 2015 Es propiedad. Impreso en Taiwán por Ji Yi Co., Ltd. A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.
Ja s S i
El seña Estoy sentada mirando
el costado de la pantalla de mi ordenador, donde coloqué uno de los señaladores más bonitos que he tenido. En él se aprecia un dibujo de una madre con su hijo en brazos, y debajo una frase de Charles Dickens que dice: «No es ninguna insignificancia que nos amen quienes hace tan poco estaban con Dios». Cuando leí esa frase, me emocioné profundamente, y decidí emplear ese señalador en mi próxima lectura. Por desgracia, se me olvidó guardarlo en un lugar seguro. Quedó sobre mi escritorio, sin llegar a cumplir del todo su noble función, justo al alcance y a la vista de una personita muy simpática —mi hija de tres años— que al descubrirlo, ¡le echó mano! Este señalador es uno de esos que tienen, en la parte superior, un corte
nc l a
ir
l a dor en forma de U para engancharlo en la página y evitar que se caiga. Cuando pillé a mi hija, ya le había dado un tironcito y había roto la parte de arriba. Yo, claro está, sabía que la niña no tenía intenciones de romperlo: lo agarró por pura curiosidad. Sin embargo, me alteré un poco dado el valor sentimental que había adquirido para mí el señalador. Le arrebaté los trozos de la mano y los guardé. Más tarde, cuando la nena estaba ya acostada, tomé los dos trozos y volví a leer la frase. De pronto, reviví toda la experiencia bajo un nuevo prisma. ¿Tenía que ser perfecto el señalador para conservar su profundo significado? Podía pegarlo con cinta adhesiva y quedaría como nuevo. Hasta era posible que quedara mejor que antes, pues tendría un
detalle más: la huella de esas manitos que tanto quiero. El señalador tiene ahora doble valor para mí, aun con cinta adhesiva y todo. ■ Las riquezas se van volando, las comodidades se evaporan, la esperanza se desvanece; pero el amor permanece con nosotros. Dios es amor. Lew Wallace (1827–1905) Esforcémonos por ver las cosas como deberían ser; y dado que vivimos en un mundo imperfecto, gloriémonos en esa imperfección y estemos satisfechos. Que cada uno de los ladrillos con que edificamos nuestra jornada descanse sobre otro, hasta dar forma a una vida rica y plena, no basada en la vítrea belleza de la perfección, sino en la riqueza del amor. Anónimo ■ 3
Tesoros de lo
profundo En mi eterna búsqueda de cosas bonitas descubrí un
trocito de vidrio pulido mientras caminaba por la playa. Bien pulida y lisa, una esquirla de vidrio cualquiera parece una gema, algo digno de ser colocado en un hermoso colgante o collar. El mar hace lo mismo con la madera. Una rama a la deriva que ha sido alisada por los elementos puede servir de materia prima para elaborar muebles de diseño y objetos de arte. Cada pedazo de madera o de vidrio que ha sido pulido por el agua y la arena es único. Algunos hasta se pueden coleccionar y vender. La naturaleza abunda en ejemplos en que el rigor convierte algo de poca valía o belleza en un objeto excepcional y muy apreciado: las perlas, los diamantes, los árboles 1. Why Maple Syrup Costs So Much, http://www.businessweek .com/stories/2008-09-27/why -maple-syrup-costs-so -muchbusinessweek-business-news -stock-market-and-financial-advice 2. Romanos 5:2–4 (nvi) 4
de madera dura que se dan en las altas montañas. Hasta el sirope de arce necesita inviernos largos y fríos para que se produzca suficiente savia1. También hay múltiples casos
Mara Hodler
de personas extraordinarias que se forjaron en circunstancias adversas: gente empática, llena de sabiduría, esperanza, gozo, paciencia, abnegación y otras cualidades admirables. Claro que los sitios a los que hay que ir para obtener esas cualidades no siempre son agradables; es más, en muchos casos son
lugares a los que uno no quiere ir, a los que uno se resiste a ir. Nunca me ha sucedido nada realmente traumático. Todavía tengo todas mis extremidades, nunca le han disparado a nadie delante de mí, nadie ha muerto jamás en mis brazos:;pero sí ha habido ocasiones en que Dios me condujo al quebrantamiento por otros medios, por ejemplo a raíz de errores vergonzosos, cambios que no me gustaron, relaciones sentimentales que tocaron a su fin, trastornos de salud y otras cosas que me han ido limando como pulen las olas del mar un trozo de vidrio. La primera vez que encontré en la playa esquirlas de vidrio me quedé fascinada. Se me ocurrieron toda clase de cosas que podía hacer con aquellos tesoros. Para garantizar que nunca se me acabaran, decidí hacer más yo misma.
Encontrar trozos de vidrio roto no fue difícil. Los hallé de diversos colores: marrón, verde claro, verde oscuro, transparentes y hasta uno de color azul claro. Los coloqué en una piscinita natural con fondo de arena, rodeada de rocas, que era constantemente bañada por las olas. Estaba segura de que en pocas semanas obtendría lo que quería. Como era de esperar, cuando volví a ese lugar unas semanas después, no me impresionó lo que vi. El vidrio seguía ahí, evidentemente un tanto desgastado, pero no pulido. Aún no era bello. La clave es la paciencia. Hace falta tiempo para pulir el vidrio, para convertir un grano de arena en una perla, o un trozo de carbón en un diamante, y también para que nosotros alcancemos la mansedumbre y la humildad que caracterizan a Cristo. La próxima vez que sientas que una ola se abalanza sobre ti, cualquiera que sea esa ola —una iniciativa tuya que acaba en fracaso, un afecto especial que no es correspondido, alguna meta que persigues con ahínco y que
a pesar de ello no se materializa—, recuerda el efecto que va a tener en ti. Te va a enseñar paciencia y perseverancia. Va a sacar a relucir tu empatía. Te demostrará que Dios es el único que no nos decepciona. Te infundirá una paz que no estará sujeta a las circunstancias. Sea lo que sea que te enseñe, creo que te quedarás satisfecho y tranquilo con el resultado final. «Nos regocijamos [...] en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza»2. Y aunque no me gustan los rigores de la vida, debo concordar con Pablo en eso. Sé que cada ola que se me ha venido encima ha mejorado alguna faceta mía. M ar a Hodler ha sido misioner a en Extr emo Or iente y en Áfr ica Or iental. Actualmente vive en Tex as con su esposo y sus hijos y administr a una pequeña empr esa familiar. ■ 5
Rasgones y remiendos Rosane Pereira
Cuando yo era niña, mi madre tenía siempre una pila de ropa para remendar junto a la máquina de coser. La mayor parte era mía y de mis hermanos. Los sábados por la mañana ella arreglaba pacientemente aquellas prendas. Tengo muchos recuerdos de cuando me sentaba a su lado y ella me enseñaba los rudimentos de la costura y a hacer vestidos para mis muñecas. Pero lo más importante que me enseñó fue un día en que me dijo: «La vida es como los remiendos que hago todas las semanas. Cuando algo sale mal, hay que repararlo; y si algo se rompe, hay que remendarlo, y así nos las vamos arreglando». En efecto, con los años me fui dando cuenta de que la vida no siempre es como una prenda nueva. A veces se rasga, o se descose, o se cae un botón. Pero como me enseñó mi mamá, no queda otra que hacer un nuevo intento, o disculparse y tratar 1.
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rvr 1995
de enmendar el error que hemos cometido, y perdonar los ajenos, y ayudar a los demás a salir de sus líos. Proverbios 27:6 dice: «Leales son las heridas que causa el que ama, pero falsos los besos del que aborrece»1. La primera vez que leí eso me quedé atónita. Pensaba que la amistad era decir solamente cosas positivas, y nunca criticar ni corregir a nadie. Pero me di cuenta de que podía beneficiarme de un buen regaño de alguien que sé que me quiere, de amigos bienintencionados, de mi marido, mis hermanos y hermanas y mis propios hijos ya adultos. He aprendido que para madurar espiritualmente necesitamos aportes de aquí y de allá, y que debemos escuchar los buenos consejos y considerarlos con detenimiento en lugar de rechazarlos por orgullo. También podemos aconsejar a nuestros seres queridos para que no sigan por caminos que sabemos por experiencia que solamente los llevarán a la derrota y la desilusión.
Cuando vamos conduciendo es mucho más fácil ver las luces de los demás autos que las del nuestro. Lo mismo se aplica a nuestros defectos y debilidades. Los amigos fieles nos ayudan a tomar conciencia de esas cosas y mejorar. Así vamos madurando espiritualmente y nos convertimos más en lo que Dios sabe que somos capaces de ser. Además con el tiempo nos sentimos más felices y realizados, como cuando uno aprueba los exámenes en el colegio y pasa al siguiente curso. Por eso, cuando algo te salga mal, no te hundas en la desesperación. Siempre se puede mejorar. A Dios le encanta darnos una segunda oportunidad. Lo importante es aprender de nuestros errores, pasar de curso y seguir adelante. Recuerda que cuando algo se rasga, normalmente puede remendarse. Rosane Pereira es profesora de inglés y escritora. Vive en Río de Janeiro (Brasil) y está afiliada a La Familia Internacional. ■
Fuera de mi zona de comodidad Iris Richard
Hace poco tuve la incómoda sensación de que
necesitaba un cambio, pero no lograba concretar qué clase de cambio. Aunque estaba intranquila, no hice mucho por resolver la cuestión. Entonces mi hija Joanna me invitó a un programa especial de gimnasia que incluye diversos ejercicios de tonificación, elongación, concentración y meditación. En general no soy muy adepta a la gimnasia en grupo, así que al principio me resistí a probarlo. Prefería hacer ejercicio yo sola al aire libre o en casa, pedalear en la bicicleta estática o seguir un programa aeróbico personalizado. Ella, sin embargo, no paraba de insistirme. —Vamos, mamá. Tienes que hacer algo diferente y salir de tu zona de comodidad. Inténtalo. Te sentirás renovada. «Dejar mi zona de comodidad… Me sentiré renovada». Esas palabras
no dejaban de resonar en mis oídos. Tal vez ella tenía razón. A pesar de mi preferencia por quedarme dentro de mi zona de confort me di cuenta de que era hora de hacer algo distinto. Cuando entré al recinto, Joanna era toda sonrisas. Me explicó el programa: —Ah, me olvidé de decirte que los ejercicios se hacen en una sala caliente para propiciar la desintoxicación. Uf, otro factor que no me gustaba. Aunque me dio mala espina, ya no había vuelta atrás. Hoy, seis meses después de haberme decidido a empezar ese programa de gimnasia con dos clases semanales, me alegro de haber dado ese paso hacia lo desconocido. Aquella decisión que parecía de poca monta me ha abierto la puerta a nuevas ideas, nuevas amigas y una actitud distinta. Me siento mejor físicamente y más
envalentonada para acometer cosas nuevas. Es fácil caer una rutina comodona. Esta experiencia me sirvió de recordatorio sobre lo vital que es procurar seguir de cerca a Dios y hacer pausas todos los días para escuchar Su tenue voz, a fin de obtener orientación y dar los virajes que sean necesarios. No es solo mi hija, sino también Dios el que tiene cosas nuevas para mí. Me di cuenta de que me había vuelto floja, no solo en mis hábitos físicos, sino también en lo referente a recibir instrucciones de Dios. Me alegro de haber salido de mi zona de confort. A partir de ahora trataré de reexaminar periódicamente mis hábitos diarios. Ir is R ichar d es consejer a. Vive en K enia, donde ha participado activamente en labor es comunitar ias y de voluntar iado desde 1995. ■ 7
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elementos dEL
DESARROLLO ESPIRITUAL
Adaptación de un artículo de Peter Amsterdam
Se empeñó en buscar al Señor. Mientras […] buscó a Dios, Dios le dio prosperidad1.
Para estar en buena forma física, tienes que alimentarte bien, hacer ejercicio y dedicar algo de tiempo y esfuerzo a adquirir buenos hábitos de salud. De manera similar, si quieres desarrollarte espiritualmente —o podríamos decir, si quieres estar en buena forma espiritual— es preciso que adoptes un buen régimen espiritual. Veamos los cinco elementos de la fórmula que proponemos para el desarrollo espiritual. 1. 2 Crónicas 26:5 (nvi) 2. Mateo 4:4; Deuteronomio 8:3 3. Juan 6:63 4. V. Santiago 1:22 8
Número 1: Conectarse con Dios alimentando el espíritu. Si queremos gozar de vitalidad en sentido espiritual, es fundamental que nos hagamos todos los días un espacio para alimentar saludablemente nuestro espíritu. Jesús explicó que la Palabra de Dios es nuestra fuente de alimento espiritual al citar este versículo del Antiguo Testamento: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»2. La Biblia es esa «palabra que sale de la boca de Dios». Así como todos los días necesitamos ingerir alimentos físicos para nuestro sustento y buena salud, también debemos alimentar diariamente nuestro espíritu. Si solo dispones de unos minutos para comulgar con el Señor, no dejes de tomártelos pensando que no servirán para nada o que no tendrán ninguna trascendencia. Jesús dijo: «Las
palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida»3. No te pierdas tu dosis diaria de espíritu y de vida. ¿Con qué debes alimentar tu espíritu? Ante todo con la Biblia, la Palabra de Dios. Otra fuente de alimento para el espíritu son los textos —y también los audios y videos— devocionales y edificantes producidos por personas de fe. Los escritos inspirados de otros cristianos pueden fortalecer nuestra fe, llevarnos a entender mejor las Escrituras y ayudarnos a aplicar la Palabra de Dios a las necesidades y exigencias de la actualidad. Número 2: Cultivar activamente la oración. La oración es un componente clave de nuestra espiritualidad: nos sirve para comunicarnos con Dios, nuestro Creador. Podemos hablar con Él, alabarlo, rendirle culto, contarle nuestras cuitas, inquietudes y necesidades, y pedirle que nos ayude, que intervenga, que nos dé fuerzas o lo que
sea que nos haga falta. Orar es pedir que se haga la voluntad de Dios. Mediante la oración escuchamos Su voz y buscamos Su orientación, aliento, consuelo e instrucciones. La oración debe ser un diálogo, una forma de cultivar y profundizar nuestra relación con Dios. Con nuestras plegarias podemos echar toda nuestra ansiedad terrenal sobre Sus fuertes hombros. A Él le preocupa todo lo que a ti te preocupa. Como se ha dicho, lo que genera inquietud debería generar oración. Número 3: Estar bien con Dios. El siguiente punto de nuestra fórmula para el desarrollo y la salud espiritual es estar bien con Dios. Eso no significa que tengamos que ser perfectos. Jesús entiende nuestros defectos y nuestras flaquezas humanas, porque fue humano. Cuando dio la vida por nuestros pecados, sabía muy bien que nunca acertaríamos en todo ni lo haríamos todo bien, por mucho que nos esforzáramos. Podemos alcanzar ese maravilloso estado de paz y perdón
confesándole frecuentemente nuestras faltas, errores y pecados. Cuando reconocemos humildemente nuestras faltas y acudimos corriendo a Él para que nos reciba con los brazos abiertos, hallamos paz en Su perdón. Una limpieza frecuente propicia una vida espiritual saludable, además de infundirnos serenidad. Cuando sabemos que estamos bien con Dios, cuando no albergamos pecados no confesados, somos más dados a acudir a Él para pasar ratos de culto y oración en Su presencia y tenemos más fe en que Él nos bendecirá y cuidará. Número 4: Seguir a Dios, Su Palabra, Su voz, Su guía. Otro pilar fundamental del desarrollo espiritual es hacer lo que dice la Palabra de Dios. Se nos pide que cumplamos lo que Él manda a todos los cristianos y también lo que Él nos indica individualmente. No se trata únicamente de ser cristianos a un nivel intelectual y saber mucho de espiritualidad, doctrina y teología. No se trata únicamente de ser capaces de hablar de Jesús y de lo que Él espera de Sus seguidores. También tenemos que
aplicar los principios espirituales. Queremos ser ejemplos vivos, y eso se logra poniendo en práctica la Palabra en vez de limitarnos a escucharla4. Número 5: Participar en una comunidad de creyentes. A los creyentes nos hace mucho bien juntarnos. El hecho de adorar a Dios con otros cristianos, leer Su Palabra, cantar y orar juntos y contarnos confidencias nos fortalece. Recobramos vigor, nuestra visión se aclara y quedamos mejor preparados para lo que el Señor nos pueda enviar. Puede resultar difícil hacerse tiempo para disfrutar de ratos constructivos en compañía de otros creyentes, o encontrar un círculo cristiano en el que uno se sienta a gusto. No solo es importante para nuestra propia edificación y goce; también nos capacita para ejercer una influencia mayor en el mundo. Para cultivar, pues, una dinámica vida espiritual, lleva a la práctica estos cinco principios fundamentales. Los resultados te entusiasmarán. Peter Amsterdam dirige juntamente con su esposa, María Fontaine, el movimiento cristiano La Familia Internacional. ■ 9
Chris Hunt
ADIÓS A UNA VIEJA AMIGA
Mi madre —ya anciana— me
llamó por teléfono para decirme que la próxima vez que fuera a su casa echara un vistazo al garaje. Mi hermano lo estaba limpiando y había encontrado algunos objetos que yo había dejado allí mucho tiempo atrás. ¿Qué cosas de mi infancia podían haber quedado arrinconadas allí? Al llegar lo averigüé: mi vieja máquina de escribir manual. Se veía tan firme como siempre, aunque un poco oxidada luego de 30 años en desuso. Aquel artefacto me hizo revivir lindos momentos. Mis padres la compraron de segunda mano y me la dieron como premio por aprobar un importante examen cuando tenía 11 años. Aprendí a mecanografiar yo sola, y durante mi adolescencia pasé muchas horas tipeando poemas y cuentos. Antes de resignarme a la idea de que finalmente había llegado la hora de tirar a la basura a mi vieja amiga, intenté escribir con ella. Me había olvidado de la fuerza que hay que hacer al presionar una tecla en una vetusta máquina de
1. V. 1 Corintios, capítulo 12 10
escribir mecánica. Además, apenas podía distinguir lo que había escrito, tal vez porque la cinta estaba vieja. ¡Uy, un error! Mi meñique derecho voló hacia la tecla de retroceso con la intención de corregirlo, pero entonces me acordé de que no había tecla para borrar hacia atrás, de que había regresado a la época de las gomas de borrar. Martillando con esfuerzo las teclas, logré escribir unas pocas palabras. Enseguida sonó una campanita para avisarme que tenía que accionar la palanca que corría la hoja hacia arriba y desplazaba el pesado carro hasta el inicio de un nuevo renglón. Había invertido bastante esfuerzo y los resultados eran magros. ¡Qué diferente es escribir en mi tableta, tan liviana y portátil que me la puedo llevar casi a cualquier parte! La saco de mi cartera con un mínimo esfuerzo, aprieto el botón de encendido y se prende al instante. Basta con pulsar suavemente las teclas virtuales para que aparezcan las primeras palabras en la pantalla. Cuando cometo un error, apretando la tecla de retroceso se borra. Al terminar, con unos pocos teclazos más los errores
ortográficos se corrigen automáticamente. Un clic más y mi trabajo queda guardado. Unos cuantos más y puedo enviar copias a mis amigos en cualquier parte del mundo, sin necesidad de papel carbón, sobres ni estampillas, y las reciben casi instantáneamente. En nuestra vida espiritual ocurre algo similar. Dios nos ofrece tecnología espiritual portátil para que la apliquemos a diario: la oración, que es muy eficaz; una relación estrecha con Él; los dones del Espíritu Santo, tales como sabiduría, conocimiento y fe1. Claro que lo que hagamos con todo ello depende de nosotros. Podemos aprovechar los dones que nos ofrece u optar por bandearnos sin Su ayuda. Eso sería tan irracional como ponerme a trabajar hoy en mi vieja máquina de escribir en lugar de emplear mi tableta portátil, con lo rápida y fácil de usar que es. La tecnología espiritual de Dios puede facilitarnos la existencia. Saquémosle partido. Chris Hunt vive en el R eino Unido. Ha sido lector a de Conéctate desde que comenzó a publicarse en 1999. ■
SUEÑOS HECHOS REALIDAD Keith Phillips
En mayor o menor grado, casi todos estamos insatisfechos con nosotros mismos. Eso no es necesariamente malo. Para hacer progresos es menester cierta medida de insatisfacción. Si queremos desarrollar nuestro potencial es preciso que soñemos con ser más de lo que somos. El fallo es que muchos nos quedamos estancados en esa fase. ¿Por qué será? Las más de las veces obedece a que nos consideramos incapaces de hacer realidad nuestros sueños. Y vale decir que algo de razón tenemos. Algunos cambios los podemos efectuar a fuerza de voluntad o de trabajar más arduamente; por ejemplo, alcanzar una meta más alta en ventas o bajar unos kilos. Pero… ¿qué pasa cuando se trata de cambios más profundos, de transformaciones internas que sabemos que nos harían más felices y nos permitirían ejercer una influencia más positiva en nuestro rinconcito del mundo? Por lo general esos cambios de fondo son los más esquivos. Nos convencemos de que nos falta entereza y fuerza de voluntad, de que tenemos muchos defectos y cometemos infinidad de errores. Simplemente no somos capaces, aducimos. ¿La solución? Jesús la resumió con palabras de impactante sencillez: «Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios»1. El secreto radica en ponernos en manos de Dios y dejar que Él haga lo imposible por medio de nosotros y a veces a pesar de nosotros. Tenemos nuestras limitaciones, somos débiles, somos incapaces; pero hay un Dios grande, fuerte y muy capaz que está presto a asistirnos. K eith Phillips fue jefe de r edacción de la r evista Activated, la versión en inglés de Conéctate, dur ante 14 años, entr e 1999 y 2013. Hoy él y su esposa Cary n ayudan a personas sin hogar en los EE . UU. ■ 1. Marcos 10:27
SER COMO ÉL Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. Colosenses 1:27 El secreto de un cristiano es que lo sobrenatural se vuelve en él natural por la gracia de Dios, y la experiencia de ello se pone de manifiesto en pequeños aspectos prácticos de la vida. Oswald Chambers (1874–1917) Ser como Cristo: ese es simple y llanamente nuestro objetivo. Da la impresión de ser una meta fácil, tranquila, sin complicaciones. Pero pensémoslo bien. Él aprendió obediencia por lo que padeció; y lo mismo nos toca a nosotros. No es ni fácil, ni rápido, ni natural. En la carne resulta imposible, y es un proceso lento que tiene lugar en la esfera de lo sobrenatural. El único capaz de obrar esa transformación en nosotros es Cristo. Chuck Swindoll (n. 1934) Es Dios mismo quien hace posible que ustedes deseen hacer lo que a Él le agrada. Y no solo eso, sino que también les da el poder para que lo hagan. Filipenses 2:13 (pdt) ■ 11
Curtis Peter van Gorder
Basura para uno, Ocasión para otro
Cuando nos falta fe, nos perdemos milagros que podrían ayudarnos. Gran parte de la vida consiste en tener fe para reconocer posibilidades que tal vez a otros se les escapan. Pongamos por ejemplo las semillas de una manzana. La mayoría de las personas, después de comerse una manzana, tiran a la basura el corazón y las semillas porque no les dan ningún valor. Sin embargo, alguien con una fe tan pequeña como esas semillas podría ver en ellas un mundo de oportunidades. Cuando los discípulos de Jesús se exasperaron porque no eran capaces de curar ciertas enfermedades, Él les planteó que su ineficacia era producto de su incredulidad: «Ustedes no tienen la fe suficiente —les explicó—. Les digo la verdad, si tuvieran fe, 1. Mateo 17:20 (ntv) 2. http://elixirmime.com 12
aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí hasta allá”, y la montaña se movería. Nada sería imposible»1. «¡Un momento! Jesús dijo una semilla de mostaza, no de manzana». Así es. En todo caso, lo importante es que teniendo un poquito de fe podemos lograr mucho, hasta mover montañas. Además, tengamos en cuenta que eso fue antes que se inventara la dinamita para hacer estallar montañas, y antes que se fabricaran enormes camiones volquete para acarrear rocas. Detrás de mi casa crece un viejo y venerable manzano. Para fines de agosto, la hierba a su alrededor está llena de manzanas, la mayoría con un par de gusanitos dentro, dado que no aplicamos pesticidas. La mayor parte solo sirve para abono; pero si se cortan las partes malas antes que los
gusanos se acomoden demasiado y se trocea lo demás, se puede hacer un estupendo pastel de manzana. Eso me recuerda a un queridísimo personaje que tuvo mucha fe para detectar oportunidades en cositas pequeñas. Me refiero a John Chapman, conocido afectuosamente como Juanito Manzanas. Si bien abundan las leyendas sobre ese héroe del folclor estadounidense, se conocen suficientes hechos verídicos de su vida para que merezca la pena contarla: Vivió de 1774 a 1845. Recolectaba semillas de manzana de los desechos de los molinos para sidra, las cuales luego limpiaba y secaba para prepararlas para la siembra. Seguidamente las ponía en un morral y partía hacia regiones más occidentales en las que apenas comenzaban a establecerse asentamientos. Con las semillas hacía almácigos, que cuidaba hasta que los arbolitos tenían suficiente
MANOS A LA OBRA Lo que importa no es mi aptitud, sino mi actitud frente a la aptitud de Dios. Corrie ten Boom (1892–1983) ¡Qué lástima esas personas que nunca cantan y mueren con toda su música dentro! Oliver Wendell Holmes, Sr. (1809–1894) Obras son amores, y no buenas razones. Refrán español
tamaño para venderlos o trocarlos por ropa u otros artículos. Ese predicador descalzo que se dedicaba a plantar árboles era bienvenido entre los colonos. Lo invitaban a sus casas y se alegraban de tener noticias de los lugares donde él había estado y de escuchar sus historias. También era una suerte de biblioteca móvil, pues tenía su biblia dividida en secciones. Dejaba una parte en casa de unos colonos y más tarde la cambiaba por otra cuando volvía a pasar por allí. Las manzanas que dan los árboles nacidos de semillas no suelen ser dulces. De ahí que las cultivadas por Juanito Manzanas se solieran procesar para hacer vinagre de manzana, utilizado como conservante. Los árboles también servían para demarcar terrenos. Al igual que Juanito Manzanas, podemos echar mano de las
ocasiones que se nos presenten. Cuando la oportunidad llame a la puerta, podemos aprovecharla y participar así de las bendiciones que Dios tiene para nosotros y para otras personas con las que nos relacionemos. Detectar una oportunidad cuando surge es apenas el primer paso. Luego vienen todos los demás pasos para hacer que esa posibilidad se concrete en hechos, del mismo modo que para Juanito Manzanas era un proceso laborioso convertir las semillas en arbolitos. Curtis Peter van Gorder es guionista e instructor de pantomima 2 . Vive en Alemania. Ha escrito un relato de ficción sobre Juanito Manzanas que puede leerse gratuitamente aquí: https://bringelixir .wordpress.com/2013/11/11/ christmas-with-johnny. ■
Tu tiempo es limitado; no lo malgastes viviendo la vida de otro. No te dejes atrapar por el dogma, que es vivir del fruto del pensamiento ajeno. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje de seguir tu corazón y tu intuición. Ellos saben de alguna manera lo que realmente quieres llegar a ser. Todo lo demás es secundario. Steve Jobs (1955–2011) He aquí la prueba para verificar si tu misión en la Tierra ha concluido: si estás vivo, no ha concluido. Richard Bach (n. 1936) No tengas miedo del espacio que media entre tus sueños y la realidad. Si lo puedes soñar lo puedes lograr. Belva Davis (n. 1932) La ocasión es un prodigio. Refrán español No seas tan tímido y escrupuloso en tu manera de actuar. Toda la vida es un experimento. Cuantos más experimentos hagas, mejor. Ralph Waldo Emerson (1803–1882) ■ 13
SUPRARRECICLAJE Anna Perlini
Nunca deja de asombrarme cómo Lidija, una amiga mía, es
capaz de transformar desechos en obras de arte. En calidad de voluntaria dirige un centro diurno llamado Koraci (Pasos) y organiza talleres para niños, ancianos, minusválidos, jóvenes, amas de casa y otros. Además de las técnicas más convencionales, como la cerámica, el prensado de flores y el découpage, encuentro fascinante su suprarreciclaje. Es casi como si obrara un milagro cada vez que pone sus manos sobre algo que a primera vista es inservible. Es más, junto a mi escritorio guardo una bolsa rotulada «Lidija» en la que voy poniendo toda clase de latas, trozos de vidrio, retales, bisutería descartada, cajitas de cartón y otros artículos. Una y otra vez he visto todas esas cosas transformadas en magníficas obras de arte. Su lema es: «Nunca botes nada; todo tiene utilidad». Quienes la conocen suelen sonreír y pensar: «Ahí va de nuevo» cuando
1. http://www.perunmondomigliore.org 14
ven esa chispa en sus ojos, señal de que ya visualiza la metamorfosis que puede experimentar un objeto cualquiera descartado. Con todo, hay otro campo aún más valioso en el que Lidija practica el suprarreciclaje. Es en su lugar de trabajo. Lleva varios años colaborando en un reformatorio para delincuentes juveniles de entre 8 y 18 años. Esos chicos, que generalmente provienen de los peores estratos de la sociedad, son como diamantes en bruto: hay que tener ojos de amor y fe para descubrir las posibilidades latentes en ellos. Cada vez que observo a Lidija en acción prestando atención y entregando cariño a esos chicos, enseñándoles a dibujar, a cocinar, inculcándoles buenos modales, dándoles un abrazo o una merienda no programada, tratándolos como si fueran sus propios hijos, llorando y orando por ellos, alegrándose cuando triunfan… la verdad es que ese es el mejor suprarreciclaje que he visto. Gracias al cariño que ella les prodiga, algunos han logrado dejar atrás
su antigua vida, ¡y están agradecidos de que un día alguien los recogió de la pila de desechos y los suprarrecicló! Anna Perlini es cofundador a de Per un Mondo Migliore1 , organización humanitaria que desde 1995 lleva a cabo labores en la ex Yugoslavia. ■
Suprarreciclaje: El reciclaje consiste en convertir desechos en productos utilizables o en reacondicionar artículos para emplearlos de nuevo. El suprarreciclaje es convertir material de desecho o productos de descarte en algo de mayor calidad. Una labor de suprarreciclaje puede ser tan sencilla como doblar un periódico viejo para tornarlo en un macetero biodegradable. También se puede hacer bisutería con cremalleras o cierres, pantuflas de invierno con un suéter viejo de lana, cestas tejidas con tiras de bolsas plásticas de supermercado, y atractivos vestidos para niñas a partir de camisetas. http://homeguides.sfgate.com/ recycling-vs-upcycling-79761.html
¿Buscas una transformación? Momentos de sosiego Abi May
Incontables son las personas cuya vida se transformó tras su encuentro con Jesús, tanto en los relatos de la historia sagrada como en otros contextos. Se suele citar el caso de Pablo como ejemplo del poder transformador de Jesús. Él era un fariseo, es decir, un integrante de un antiguo grupo religioso judío, y se había ensañado de tal manera con los seguidores de Jesús que se dio a la tarea de impulsar una cruzada a favor de su encarcelamiento y, en algunos casos, su ejecución. No obstante, luego de ver la luz en el camino a Damasco y de su impresionante conversión días después, su vida dio un vuelco y llegó a ser uno de los principales dirigentes del
1. V. Lucas 7:44–50 2. V. Lucas 19:1–10 3. V. Lucas 8:40 4. V. Lucas 13:11–13 5. V. Juan 20:28 6. 2 Corintios 5:17
cristianismo primitivo. Se le atribuye la autoría de aproximadamente dos tercios del Nuevo Testamento, y fue sin asomo de duda uno de los grandes promotores de la evangelización de la población no judía del Imperio romano. Esa fue una transformación fuera de serie, y por eso mismo es fácil concluir que está fuera de nuestro alcance. Si bien la mayoría aspiramos a mejorar como personas, consideramos casi nula la probabilidad de que en nosotros se produzca una metamorfosis de esa magnitud. Al fin y al cabo, de los millones de personas que se convierten cada año al cristianismo —o de los 2.200 millones de cristianos que hay en el mundo hoy en día— ¿qué proporción alcanza la fama de Pablo? Por eso quizá nos resulta más fácil identificarnos con otras personas que conocieron a Jesús. Consideremos, por ejemplo, a la mujer de turbio pasado que encontró paz interior1; al recaudador de
impuestos que resolvió enmendar su falta de honradez2; a las muchedumbres anónimas que se contentaron con escuchar las palabras de Jesús3; a la mujer que logró enderezarse luego de andar 18 años encorvada4, y al propio Tomás, cuya mente analítica con frecuencia representaba un obstáculo y que solo llegó a creer de verdad cuando tocó al Salvador resucitado5. Dios obra pequeñas y grandes transformaciones. «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es»6. Esa nueva criatura no suele aparecer de un momento a otro; cuanto más vivimos en Él de día en día, más se va desarrollando nuestro potencial. Buen Señor, ayúdame a morar en Ti día tras día, para que puedas obrar en mi interior y hacer que me parezca cada vez más a Ti. A bi M ay es docente, escr itor a y promotor a de salud. Vive en el R eino Unido. ■ 15
De Jesús, con cariño
Aprender es progresar Observa la naturaleza. Fíjate en particular en las plantas cuando echan nuevas hojas y en los botones cuando florecen. Presta atención a los pichones cuando levantan vuelo por primera vez. Mira los gatitos y cachorritos, y el entusiasmo que demuestran cada vez que tienen oportunidad de explorar y aprender. El proceso de crecer y aprender hace más hermoso el mundo y también puede hacer más hermosa tu existencia. Saca enseñanzas del ciclo de crecimiento de la naturaleza. Tanto en el reino vegetal como en el animal tiene lugar una constante renovación. Cuando un ser vivo deja de renovarse, muere. El crecimiento es algo intrínseco a la vida. Yo le proporciono a tu espíritu oportunidades de crecer, aprender y renovarse. Solo tienes que aceptarlas, apropiarte de ellas y sacarles partido. Nunca deberías estar tan conforme con lo que ya sabes que no te interese aprender más. Lo que has aprendido es importante, pero no es todo lo que necesitas saber. Conviene que apliques las cosas útiles del pasado, que abandones lo que está desfasado o resulta oneroso, y que te lances hacia lo nuevo. El aprendizaje constituye una parte esencial de la escuela de la vida. En cada fase, Yo te enseño algo nuevo. Luego, una vez que has aprendido todo lo que tenía para ti en esa fase, te paso a la siguiente. Y así sigues aprendiendo hasta que te gradúas de esta vida y pasas a la otra1.
1. V. Mateo 25:23