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Sistema sanitário y economía, una lucha a dos - Cecilio Oviedo

En primer lugar es para mí obligado transmitir a la familia de mi amigo y compañero en la CCIL E durante muchos años Don Antonio Vieira Monteiro, Chairman del Grupo Santander en Portugal, mi pésame de dolor por la pérdida de una persona tan querida, colaborador infatigable de nuestra Institución. Este hecho nos hace muy conscientes de que la tragedia actual nos está tocando muy de cerca y de que toda prevención es poca. Cuidaros, queridos amigos tod@s. La actual pandemia causada por el coronavirus que se inició en 2019, llamado COVID -19, está causada por el virus del síndrome respiratorio agudo SARSCoV-2, identificado el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, relacionándola con una neumonía vinculada especialmente a trabajadores del mercado mayorista de mariscos. Hasta el 26 de marzo han sido detectados casi medio millón de casos en el mundo, con más de 22.000 fallecidos y más de 115.000 altas, no existiendo aún un tratamiento específico. Para evitar daños mayores se han cerrado centros escolares y universidades en 124 países que afectan a más de 1.200 millones de escolares. Son múltiples los casos de teorías conspirativas y fake news sobre el virus. En España y Portugal se tomaron medidas de confinamiento y limitación de viajes desde mediados de marzo.

No quiero caer en el tremendismo en este artículo. Tampoco en el optimismo, viendo la enorme cantidad de información que tenemos y los antecedentes recientes: la llamada Gripe “española” posbélica de 1918, la Gran Depresión, la Gran Recesión, otras crisis virales. La verdad es que de momento es mejor ser pesimista, sabiendo que algún día después de la tempestad volverá la calma (seguramente con crecimientos económicos sorprendentes). China en un tiempo record pudo aislar a la población afectada y llegar a los picos de infecciones y fallecimientos, aunque pueda haber habido algunos repuntes. En los países no democráticos la información es manejada como secreto de Estado. China tomó decisiones radicales y en “sólo dos meses” pudo retirar el estado de alarma. Lo ocurrido allí con los sanitarios que dieron la voz de alarma y fueron penalizados, recuerda la infección de las aguas del balneario denunciada por el médico del pueblo, en contra de los poderes fácticos locales, expuesta por el noruego Ibsen en la obra de teatro “Un enemigo del pueblo”. ¿Podríamos haber comenzado a tomar medidas entonces escarmentando en cabeza ajena, anticipando el desastre económico, pero evitando mayores contagios? La verdad es que lo ignoramos. Como decía hoy en una entrevista el antiguo ministro de Sanidad con Zapatero, Bernat Soria, nuestro sistema de Asistencia Sanitaria es bueno, pero el sistema de prevención suspende.

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En el caso actual, que los Gobiernos hayan decidido priorizar la Salud va a ocasionar pérdidas no vistas anteriormente durante un periodo más o menos prolongado, evitando mayores contagios. Pero una vez pasado el Virus de este año, la recuperación probablemente será muy rápida y las cifras de 2021 estarán a niveles no vistos en Europa en los últimos años.

Para entendernos, nos enfrentamos en primer lugar a una crisis sanitaria mundial en una economía globalizada y el primer bien común a preservar en este caso es la salud y la vida. Más adelante será la economía y ahora tenemos que preparar, tanto a nivel nacional como internacional, el mantenimiento de las empresas, la supervivencia de los autónomos y la renta familiar. Se están preparando medidas económicas paliativas (especialmente en la UE y en Estados Unidos) para que cuando acabe el confinamiento las distintas economías nacionales puedan recuperar su velocidad de crucero. Ésta va a ser probablemente una depresión diferente, profunda al principio, con grandes dígitos de caídas como ya han anticipado las bolsas mundiales, especialmente cuando afecte a Estados Unidos (el corazón financiero, Nueva York, ya está siendo tocada), pero con una buena recuperación cuando los bancos centrales y otras instituciones inyecten liquidez de manera coordinada a la economía mundial. Día a día las cifras de infectados y fallecidos siguen creciendo y el sistema sanitario en la Península Ibérica y mundial trata de responder al reto del Coronavirus mientras se encuentra una vacuna eficaz. En relación con la epidemia de gripe de 1918 (llamada “Española”) la incidencia actual es mucho menor afortunadamente (se calcula que aquella gripe causó entre 1918 y 1919 más de 50 millones de muertos en el mundo, fundamentalmente en Europa, con altas tasas de mortalidad en adultos, niños y animales domésticos. A finales de marzo de 2020, las encuestas a directivos de las empresas sobre sus negocios y pedidos, que son un indicador de la demanda, nos indican un diagnóstico claro: la parálisis actual de la actividad económica en aquellos países que están tomando medidas para confinar a la población. Sistema sanitário y economía, una lucha a dos Por Cecilio Oviedo*

Con las cifras de los 10 días transcurridos desde las medidas de confinamiento en España y Portugal (hasta el 27 de Marzo), podemos decir, en línea con Goldman Sachs y el IESE, que las economías colapsarán a corto plazo, como dice la lógica de las Contabilidades Nacionales. Si no se puede trabajar, si se hunde la actividad económica en todo o en parte, entonces no se crea valor añadido y, por tanto, no se puede contabilizar en el PIB nacional del periodo. Dado que a priori no es posible proyectar cifras absolutas, porque desconocemos la duración de la pandemia en cada país y la duración de las medidas de aislamiento, me gustaría poder dar una estimación simple de las consecuencias económicas de esta crisis viral en varios escenarios.

En un primer escenario, muy optimista, suponiendo que la situación, durara hasta finales de abril (6 semanas) y que la actividad se mantuviera al 50%, la economía ibérica podría perder alrededor de 6 puntos sobre una estimación anterior de crecimiento positivo cercana al 2%. Así estaríamos cayendo alrededor de un 4% en un escenario poco probable. En la zona Euro las estadísticas ya han caído a mínimos históricos, con una perspectiva de empeoramiento a medida que pase el tiempo de confinamiento en casa (especialmente por lo que se refiere a expectativas de los nuevos pedidos a las empresas). Son las mayores caídas desde que existen registros. Coincido con el experto conferenciante en esta Cámara, Rafael Domenech, del BBVA Research, en un cálculo aritmético rápido y comprensible para todos (dividir el 100% del PIB anual por 50 semanas) y cada semana sin trabajar absolutamente nada supondría a nivel macro un descenso del 2% del PIB nacional anual aproximadamente. Goldman Sachs ha calculado que la caída de la economía española en 2020 podría ser casi del 10% y con un déficit público del 10% como amortiguador. Prevé actualmente medidas de confinamiento hasta finales de Abril. Italia puede caer el 11,6% en todo el año. En 2021, esperan una normalización rápida de la eurozona, en V, con una recuperación de España del 8,5%. El IESE estima que el decrecimiento sobre la anterior previsión para 2020, será del 3,9% si el confinamiento dura hasta mayo, del 5,8% si se mantiene hasta junio y del 10% si se prolonga hasta julio.

El famoso salvador del euro, Mario Draghi, ha escrito recientemente en el Financial Times que una profunda recesión es inevitable, que los planes de estímulo multimillonarios aprobados por los Gobiernos son “valientes y necesarios” y pide medidas para que sean apoyados para salir pronto de la recesión. En este momento, no preocupa la deuda y es algo que recomienda. Como ocurre cuando se está en medio de una depresión, aún no se sabe cuando tocaremos fondo. En cualquier caso, es un año de elecciones en Estados Unidos y convendría eliminar la guerra comercial con China para empezar a recuperar el comercio internacional y los indicadores nacionales relacionados lo antes posible (consumo e inversión) en una perspectiva cortoplacista cuando se acaben los confinamientos. Los precios del petróleo están bajo mínimo, lo cual es positivo para la mayoría de la población mundial, aún cuando tiene componentes especulativos. Cuando hayamos alcanzado niveles mínimos, la recuperación económica podría empezar a remontar, mejorando poco a poco las estimaciones de decrecimiento. De todos modos, en la industria el problema de las cadenas de valor llevan tiempo coincidiendo con el comienzo del cambio de paradigma de la industria automovilística para hacer frente a otro desafío: el del calentamiento global y las iniciativas de la UE frente al cambio climático, en un objetivo 2050. Los actuales ERTE pueden ayudar a ajustar en el tiempo decisiones importantísimas de las grandes empresas europeas del sector, desabastecidas desde Asia. EL Consejo de Ministros español del sábado 14 de marzo decidió paralizar la mayoría de las empresas (salvo los transportes, industrias, supermercados y farmacias), viajes nacionales e internacionales e incluso paseos no justificados. El Gobierno Portugués tomó similares medidas. En ambos casos fueron apoyadas por los respectivos Jefes de Estado. Hoy por hoy, no queda otra que el confinamiento casi generalizado para ir frenando la expansión del virus y minimizar sus consecuencias. Lógicamente los mayores descensos son en el sector servicios con la hostelería cerrada (los gobiernos y los bancos centrales ya han pensado en medidas rápidas para ayudar también a las PME y en los ERTE). Hay medidas que se consideran prioritarias para las personas consideradas como “vulnerables”, es decir, las afectadas por los expedientes de regulación de empleo o reducción de jornada, además de un amplio grupo de autónomos abocados a la suspensión o cierre de sus negocios. El Gobierno ya aprobó una moratoria en el pago de hipotecas. Los llamados prestamistas en última instancia, o sea los grandes bancos centrales (BOJ, BCE, FED,...) en coordinación con todos los demás, parecen

haber aprendido la lección de la crisis posterior a Lehman Brothers y el G10 de 2009. Es la cuestión de facilitar toda la liquidez, del Quantitative Easing(QE) o la expansión casi sin límite de la Base Monetaria, prestando al sistema bancario lo necesario para ampliar el “dinero” u oferta monetaria en las cuentas de empresas y familias (el llamado helicóptero monetario de Friedman que ha citado el ex-Presidente español Felipe González Márquez), dado que no se prevé un peligro inflacionista a corto plazo. Ya se está hablando del fondo europeo MEDE y de los bonos europeos para poder financiar a países en dificultades. Oportunidad histórica

Vemos claro que estamos ya en la recesión, pero en el artículo de febrero analizaba este economista público la necesidad de cambiar de modelo para tener una economía sostenible que nos alejara del calentamiento global. Podemos tener una recesión momentánea y para que dure lo menos posible tenemos que iniciar las enormes inversiones contra el calentamiento y a favor de la Economía Circular estimuladas desde la UE. Los eurobonos pueden ayudar a mantener el sistema pero no es sólo una cuestión de deuda pública europea. Por supuesto que son necesarias transferencias públicas y estabilizadores automáticos para corregir las deficiencias del sistema hacia los más desfavorecidos. Según los Gobiernos, PME y autónomos van a recibir cantidades nunca vistas para poder sobrevivir en las actuales circunstancias de caída de la demanda y poder continuar su actividad cuando pase la crisis del Coronavirus. En la UE, la Comisión será más flexible en cuanto a subvenciones públicas y déficits para mantener la actividad privada pero no está liderando el proceso, a diferencia del BCE que, a pesar de su error iniciático, reaccionó casi instantáneamente a los primeros datos de caída de la producción, tratando de minimizar las diferencias de intereses en los países más endeudados y sensibles (primas de riesgo) y asegurando el refuerzo de la política monetaria, puesto que las políticas fiscales se resisten a ser coordinadas en 27 países. La UE y el BEI tienen ya líneas para inversiones verdes disponibles. Pero también al capital y a la banca privada le interesa moverse lo más rápidamente posible para estimular inversiones productivas y los empleos verdes en una economía sostenible. El futuro del capitalismo

Visto lo visto, podemos analizar donde nos puede llevar el futuro político en este tiempo de emergencias y de populismos de todos los sentidos. En Estados Unidos, un país muy rico, pero con una cobertura médica lejana del estado del bienestar europeo, se acaba de aprobar, no sin cierta polémica por parte de algunos republicanos, un plan de ayuda sin precedentes, similar a un helicóptero de Friedman que reparta cheques y ayudas por valor total inicial de casi 2 billones (thrillion $) de dólares para evitar una mayor depresión (se esperaba un descenso del PIB del 34% en el segundo trimestre) y entra dentro del concepto de un plan de emergencia para mejorar el seguro de desempleo y ampliar las líneas de préstamos, según los líderes del proyecto.

En algunos aspectos es cercano al concepto de la renta básica que se intentaba experimentar en algunas economías europeas, ante la amenaza más seria desde la Gran Depresión. Adicionalmente la FED ampliará como hemos dicho su capacidad de préstamo al sistema financiero. Los conservadores más ortodoxos han sido movidos por este enemigo biológico a llegar a un Acuerdo con el Partido Demócrata, algo que no ocurría desde hace más de tres años. Los demócratas están satisfechos de la firma de las nuevas prioridades. Los hospitales recibirán 130.000 millones de euros y las compañias tendrán ayudas fiscales.

Además de las decisiones de política monetaria tomadas por el BCE para la Eurozona, el Consejo Europeo del 25 de marzo empezó a preparar la hoja de ruta para un nuevo Plan Marshall de la economía europea, “Plan para la recuperación Económica” tras la pandemia, que se podrá concretar en las próximas semanas. De momento sólo se tomaron medidas para liberar recursos de distintos fondos, con una red de seguridad en torno al MEDE (400.000 euros) para una línea de crédito de emergencia, pensando en los países del Sur y especialmente en Italia. Las ideologías innovadoras se están moviendo desde posiciones socialdemócratas y protectoras de los trabajadores y las clases medias hacia la protección de los colectivos más vulnerables, tanto jóvenes, familias desintegradas, jubilados de baja renta o parados. A muy pocos años de la Gran Recesión, este golpe va a suponer a las rentas y expectativas familiares el actual Coronavirus un gran coste económico y humano en época de populismos y nacionalismos creciente. Se va a encontrar una vacuna, pero pueden venir otras epidemias. Por otra parte, tanto la UE como las generaciones más jóvenes están interesados en los nuevos criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno de las empresas y bancos, hacia donde estos colectivos están optando por dirigir prioritariamente sus inversiones y sus ahorros. Con la globalización, la divulgación de las ideas sobre el calentamiento y la economía circular pueden en pocos años cambiar los criterios del capitalismo tal como lo hemos conocido, más allá de conseguir el máximo beneficio y la remuneración del dividendo.

Finalmente, esta crisis, como anticipó Bill Gates en 2015 hablando del próximo desastre mundial, que sería causado por un virus, nos debe llevar a preparar nuevas inversiones en nuestras infraestructuras sanitarias, en formación de personal sanitario, en investigación y desarrollo y en prevención. En resumen, en la Sanidad. 

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