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Receta para cocinar alas

Andrea Mónica de Buen Juárez México

Ingredientes:

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- Un día. - Una vela aromática- con un fueguito lindo, que ilumine y desprenda calor y sobre todo un olor delicioso. - Un espejo- que deje ver tu cuerpo completo, perfecto. - Tu canción favorita-si es “guapachosa” mejor, que despierte tu cuerpo, te llene de ritmo y tambalee tu corazón. - Algo para acariciar- puede ser tu perrito, gato, una cobija, tu clítoris.

Procedimiento:

Elige un día, te sugiero buscar en el catálogo de días de la semana el que más te guste, ya sea por su nombre, por su ubicación en el año, por la luna que haya, por el número que tenga o porque es el que te puedas tomar a cucharadas. Busca uno tiernito, que no esté ni muy verde ni muy maduro, ni con espinas. Es posible que debas hacer algunos pedidos especiales a personas de confianza para que te ayuden a quitarle al día algunas cosas como niños, maridos, vecinos ruidosos, tareas desagradables o cualquier pesticida. Después de elegirlo, ve eligiendo los demás ingredientes, cada uno tiene su función en la receta y permite sabores animosos, algo dulces por partes y crujientes de instantes reconfortantes. El siguiente paso es prender la vela y poner a remojar el espejo en miradas tiernas, si puedes quédate desnuda frente a él, observa cada parte tuya, tal vez requieras pizcas de cariño y aceptación, en este momento puedes comenzar a escuchar tu canción favorita, eso ayuda en el proceso de cocción de las alas.

Andrea Mónica de Buen Juárez

Es posible que se activen tus caderas, déjalas libres, también libera tus pechos, cachetes o brazos, si prefieres cierra los ojos y concéntrate en el movimiento, en el sonido, en el ritmo, en tu cuerpo, ese vehículo para vivir. Tal vez se te olvide qué día es, se te olviden tus dolores, se te olvide que estamos en pandemia o se te olvide algo en la estufa, así que mejor cuida que esté apagada, pero tú prendida. Prendida de tus mejores recuerdos y de la sensación de estar viva, aquí puedes añadir tazas de abrazos, toqueteos, caricias, chocolate, canela o lo mejor de las especies.

Tal vez se acabe pronto el día, pero no importa, se puede sustituir por la noche, la luna es de los mejores sazonadores y si no hay, las estrellas funcionan muy bien, aunque la cocción sea con luz más tenue. Lo importante es que te sumerjas o te eleves en los vaivenes de lo que fuiste y de lo que eres, te inundes de tu fuerza y tu valentía, licuando todos tus miedos.

Sabrás que está listo el platillo cuando, al abrir los ojos, se abra la jaula.

Moona

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