Una chica más

María Friné de la Rosa Gutiérrez Jalisco

Ella es de mirada chispeante, melena larga y sonrisa coqueta, de esas que cubren inseguridades. De figura delgada, piernas flacas, senos grandes, culo chico, cuerpo ligero y corazón pesado, dedos de pianista, rostro promedio y cuerpo raro, mismo que viste cada día sin saber si hoy le dirán puta o flaca, castigo con el que lleva desde niña, cuando soñaba con ser heroína. Ahí va ella, con oído de halcón y vista de águila, actitud distraída y caminar peligroso, espontánea, interesante, agradable. Ella es de imaginación retorcida y acciones pasivas, con sueños de día y pesadillas de noche. De cuerpo frío, sangre caliente, mecha corta y llantos superfluos. Ella, de intensa luminosidad intermitente, burbujeante, defectuosa, incontrolable y exigente. Enamorada de varones, lesbiana en ocasiones, en búsqueda de amor, de deseo, de lo sincero, de lo eterno, de lo inquebrantable, de un mundo mejor. Romántica por excelencia, feminista por experiencia. Esclava de buenos amores y malos finales, con náuseas eternas por un naufragio de amor del bueno, del que acicala, del que abandona. Amante del sexo cariñoso y los amores de temporada, adolescente romántica, niña soñadora y creyente del amor eterno, anciana sobreprotectora, de consejos sabios y besados labios, de edad indefinida, de amores viejos y viejos amores. Ella no ha sufrido pérdidas, pero ha perdido mucho en amistades, corazones, cuerpos y momentos. Ella es de cuerpo desconectado, naturaleza torpe, mente perdida y un corazón que no olvida, quebrantable ante cada nuevo desamor, arraigado a la nostalgia, culpable. Aventurera, de familia cariñosa y de hogar cálido, amante del confort, apasionada por el lujo, nunca le ha faltado nada, nada más que un buen amigo. Y ahí está ella, encantadora, esperanzada, con los brazos abiertos, rogando que la encuentren, que no se rindan, que la quieran. Ella es valiente, no huye del fracaso ni del éxito, disfruta la adrenalina, la velocidad, el peligro, los amores intensos, los abrazos largos, los mensajes tiernos y las emociones sinceras. Hipócrita, ella es cobarde, ante la oscuridad, la soledad, la muerte, la vida, la tristeza, la esperanza, su memoria (más bien la falta de ella), su inteligencia, sus malas

decisiones, sus pensamientos, la noche, las mentiras, las enfermedades, el desorden, entregar un corazón, romper un otro. Ella odia pocas cosas, clasificar sus miedos, por ejemplo, también desprecia los excesos, al punto de perderse en una índica para dejar claro un mensaje, porque ella, ella es intensa, etérea, manipuladora, aterrada de perder y perderse en ella misma. A ella le sorprenden los pequeños detalles, un atardecer, una frase, un chocolate, una mente interesante, un color hermoso, una flor (es impresionante su amor hacia sus suculentas), aumentar cien gramos, un saludo, una imagen, un sabor, un sueño y la sonrisa de un niño, no puede esperar a tener uno propio. Y así es ella, complicada, simple de satisfacer, fácil de amar y difícil de olvidar.