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REPORTAJE
VIERNES 20/03/2020
NUEVA ALCARRIA
Cuatro años llenando las despensas por pueblos de la Campiña y la Alcarria Alberto Cabanillas, de Humanes, mantiene su negocio de distribución de alimentos GUADALAJARA
ÓSCAR IZQUIERDO BARBAS
Como todo en la vida, cuando una oportunidad se presenta debemos ser capaces de aprovechar la ocasión. Alberto Cabanillas Pedroviejo, un joven de 31 años de Humanes, lo hizo y ahora se siente feliz de haberse atrevido a emprender en el medio rural. Desde hace más de cuatro años, Alberto se dedica a la distribución de pan y de otros productos de alimentación. Con su furgoneta Mercedes Sprinter, se recorre cada día una quincena de pueblos de las comarcas de la Campiña y la Alcarria para abastecer a sus habitantes de pan, bollería, leche, agua, refrescos, embutidos, huevos, aceite, sal, latas de conserva, café... y así un largo etcétera de referencias. Antes lo hizo su suegro y, llegado el momento de la jubilación de aquel, le ofreció hacerse cargo del negocio y Alberto no se lo pensó. “Yo había estado trabajando en fábricas en el entorno de Guadalajara -nos relata- y un poco a lo que iba saliendo, pero nada fijo ni seguro. Cuando mi suegro me habló de la posibilidad de que yo tomara su relevo, no lo dudé. Es un trabajo duro, pero el negocio ya estaba montado, en marcha, con clientela bastante fija y fiel... Yo estoy muy satisfecho de haberme atrevido”. Su ruta diaria comienza más o menos a las siete y media de la mañana. Desde la localidad de Humanes, donde tiene una nave para almacenar mercancía y guardar su furgoneta, sale hacia la panadería El obrador de Heri, en Espinosa de Henares, que regenta su cuñado y donde recoge el pan recién hecho y la bollería. “También llevo harina, levadura y pan rallado -nos cuenta- pues doy servicio además a pequeñas tiendas y a gasolineras. Y luego, si me hacen encargos específicos, pues tampoco me niego: que si unos pocos yogures, que si...”. Su recorrido continúa por Yunquera de Henares, Humanes, Torija, Trijueque, Muduex, Valdearenas, Hita, Copernal, Torre del Burgo, Cañizar, Heras de Ayuso, Alarilla y Taragudo, para finalizar de nuevo en Humanes. “La verdad -se sincera Albertoes que por un lado es una tarea muy dura, porque estoy trabajando prácticamente todo el año, pues el servicio funciona todos los días, salvo el de Navidad y el de Año Nuevo. Son muchos kilómetros a la espalda y muchas horas de acá
Alberto Cabanillas (en el centro de la imagen), durante la firma de la ayuda concedida por ADAC para mejorar su proyecto.
Alberto Cabanillas recorre cada día con su furgoneta una quincena de pueblos repartiendo productos básicos de alimentación
Su iniciativa resulta casi imprescindible en la zona, en la que abastece tanto a particulares como a otros pequeños negocios
para allá y de allá para acá y, sobre todo en invierno, se hace difícil ver lo vacíos que se quedan muchos de estos pueblos. Pero, por otro lado, es una tarea que me encanta: ayudar a la gente, hablar con unas personas que son tan simpáticas y tan amables y se alegran tanto de que haga mi venta y reparto, de compartir sus tristezas y sus alegrías... A la vez, me da una libertad que no tenía en otros trabajos, y eso no tiene precio”.
furgoneta, en la que he instalado un procesador informático para adaptar mi venta con el pago con tarjeta. Sin apoyos como los de ADAC, esto se haría inviable o, desde luego, muchísimo más complicado continuar con negocios como el que sigo sacando adelante”. Alberto reconoce que el sacrifico le está mereciendo la pena y, de momento, está muy contento con los beneficios que obtiene. De hecho, ha generado un puesto de trabajo, al contratar a una persona para que le supla los días que le toca currar en una depuradora en Humanes, “para completar -reconocelo de la venta ambulante y alternar dos tareas y que no se me haga tan monótono. Hasta ahora nos está resultando bastante bien”. Si la iniciativa de este joven emprendedor es necesaria y bienvenida en los pueblos que recorre a diario, imagínense estos últimos
Un servicio muy necesario Alberto nos cuenta que la ayuda de la Asociación de Desarrollo para la Alcarria y la Campiña (ADAC) ha resultado imprescindible para seguir desarrollando su trabajo. “Tengo concedida una ayuda de unos 33.000 euros -nos dice- aproximadamente el 40 por ciento de la inversión que he realizado tanto en la nave como en la
Desde Humanes, Alberto sirve sobre todo a pueblos de la Campiña.
días, con el estado de alarma y el aislamiento domiciliario para combatir esta crisis sanitaria sin precedentes. “Por supuesto, estoy siguiendo las recomendaciones sanitarias y he adoptado las necesarias medidas de precaución. Estoy trabajando con guantes y mascarillas y mantengo y hago mantener a la clientela una distancia física prudencial frente a la furgoneta. La gente agradece mi esfuerzo en esta situación tan complicada. He notado un aumento de venta en los
N.A.
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pueblos aunque, lógicamente, han caído mis repartos a hostelería”. De cara al futuro más inmediato, Alberto quiere consolidar su proyecto. “El día a día en los pueblos es cada vez más duro, porque la despoblación avanza, así que es posible que tenga que ampliar mi ruta. En cualquier caso, quiero seguir porque me gusta mi trabajo y creo que es un servicio casi imprescindible en todos estos pequeños pueblos de la Campiña y La Alcarria”.
Infórmate de estas ayudas en los grupos de desarrollo rural