septiembre 2015
N 230
Especial:
Golpe de Estado y lecciones estratégicas de los 70. Por un partido revolucionario de los trabajadores.
A 42 años del golpe de Estado
A TERMINAR CON TODA LA HERENCIA DE LA DICTADURA
No más impunidad a los represores de ayer y de hoy Nos siguen matando, por Nelson Quichillao y todos los asesinados desde la dictadura vamos por una asamblea constituyente basada en la movilización de los trabajadores y el pueblo pobre para derribar el régimen legado de Pinochet
EDITORIAL
CRISIS DE LOS GUARDIANES DE LA HERENCIA DE LA DICTADURA Nicolás Miranda Alejandra Valderrama Los guardianes de la herencia de la dictadura, la casta de parlamentarios de la derecha y la Nueva Mayoría en compra-venta a sus jefes los empresarios, están en crisis. Los escándalos de los casos Penta, Caval, SQM, Corpesca y otros, profundizó el rechazo que desde el 2011 en las calles se expresa en su contra. Se debilitan y crece el descontento, por derecha y por izquierda. La confrontación crece, por derecha, como mostró la marcha de los dueños de camiones, y nuevos asesinatos como el de Nelson Quichillao y represión a los trabajadores y estudiantes; así como por izquierda se retomaron este año las movilizaciones de estudiantes, trabajadores y pueblo mapuche. Se abre una situación inestable, de mayores confrontaciones que, sin resolverse en uno y otro sentido, da tiempo a la casta para intentar recomponerse. Siguen impunes los genocidas de ayer y e hoy. Los pilares de la dictadura los siguen imponiendo a sangre y fuego A 42 años del golpe de Estado decimos con fuerza: ni perdón ni olvido. El golpe orquestado por la derecha, los empresarios y el imperialismo norte Americano, sus leyes, educación, salud y vivienda siguen siendo los lastres que heredamos de la dictadura. Los padecemos día a día mientras aun miles de familiares de detenidos desaparecidos no obtienen respuesta. Los criminales de la dictadura se mantienen en la impunidad y los que han sido juzgados lo hacen en cárceles de lujo que no son otra cosa que una burla para los trabajadores y el pueblo pobre. Los gobiernos de la concertación prometieron re conciliación pero lo hicieron a costa de completar la privatización del conjunto de las necesidades básicas y de hacer justicia “en la medida de los posible”. Son los políticos de la derecha, alcaldes, parlamentarios de la UDI y RN que fueron cómplices de brutales asesinatos los que se mantienen en sus cargos. El reaccionario coronel Labee, Rosauro Martínez, entre otros cientos de personeros del golpe “cívico- militar” son un reflejo que los asesinos siguen en la más cruenta impunidad. Hoy hay 36 CNI activos en las filas del ejército. Por todos los asesinados y torturados , por los trabajadores, pobladores, estudiantes, mujeres y la izquierda debemos decir con fuerza: ni perdón ni olvido. La crisis de los guardianes de la herencia de la dictadura La herencia de la dictadura está viva. En el Código Laboral. En las AFPs y las Isapres. En la educación de mercado, transformada en un negocio. En el saqueo del cobre por las grandes empresas, transnacionales y nacionales. En la dictadura moral de la Iglesia. En la represión con los casos emblemáticos este año de
las agresiones de Carabineros a Rodrigo Aviles, las torturas a los estudiantes de la UTEM, en el asesinato de Nelson Quichillao. En la permanencia de represores de la CNI en el Ejército. Esta herencia es defendida por sus guardianes, la derecha en primer lugar que la quiere intocable. En la Nueva Mayoría también, que
las mujeres y la diversidad sexual. La disposición a la lucha se despliega. Los métodos de lucha son más combativos, con cortes de calles, caminos, tomas y bloqueos de los accesos a los lugares de trabajo. Aunque aún se mantienen aisladas entre sí, y cada una por separado por sus demandas más propias.
Un paro de trabajadores, como el de los contratistas de Codelco, termina con un asesinado por la policía, Nelson Quichillao. Una marcha empresarial, como la de los dueños de camiones, en una jornada de crisis política nacional. Perdieron la iniciativa. Ahora, solo responden y dan explicaciones por los casos de
la quiere preservada con reformas cosméticas. Está viva, pero cuestionada y en crisis. La casta de los funcionarios y parlamentarios en compra-venta a sus jefes los empresarios, es rechazada por la amplia mayoría. Los casos de corrupción la hundieron aún más. Los niveles de rechazo a la derecha, la Nueva Mayoría, el Parlamento, el Gobierno ronda el 80% en las encuestas. Cada herencia es rechazada en las calles. Las condiciones de trabajo de los profesores con un paro de 2 meses este año; de los contratistas de Codelco con un paro de casi 1 mes. Las AFPs con las marchas No+AFP. La educación de mercado con las masivas movilizaciones estudiantiles. La discriminación, opresión y represión al pueblo mapuche con sus movilizaciones. La moral represiva de la Iglesia es repudiada por las movilizaciones de
Y todavía no logran vencer. Las dirigencias burocráticas aún logran desmovilizar. Aunque cada vez con más costos. El ejemplo más evidente es el del dirigente PC del Colegio de Profesores Jaime Gajardo, y la “rebelión de las bases”. Así, la crisis se mantiene abierta, dándole tiempo a la casta para intentar recomponerse, y abriendo una situación inestable.
corrupción. Las promesas de reformas se deshacen, y la Nueva Mayoría retrocediendo permite el envalentonamiento de la derecha y los empresarios que pretenden sepultar toda idea de reforma. Suman el chantaje económico y los despidos. Mientras que a su izquierda se abre un espacio. El PC no solo es parte del Gobierno. También, expresó su respaldo a Burgos cuestionado por haber recibido a los dueños de camiones. Desde la presidencia de la CUT con Bárbara Figueroa guarda un silencio ya cómplice ante la cocina del Senado para la reforma laboral. Desmovilizó a los profesores en su rechazo a la Carrera Profesional Docente, y ahora los parlamentarios ni siquiera respetan las prometidas indicaciones. Desmovilizó a los contratistas de Codelco por una mesa de diálogo que se rompió a los pocos días, con Codelco rechazando ac-
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Una situación inestable El Gobierno se debilitó, como la Nueva Mayoría. La derecha no capitaliza a su favor, también debilitada. Crecen los embates por izquierda, como vimos con las movilizaciones, y por derecha, que también se moviliza, el año pasado con la CONFEPA, este año con los dueños de camiones. Debilitados, habiendo perdido la iniciativa, la situación se hace inestable. Cualquier hecho se puede transformar en una crisis.
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tualizar el Acuerdo Marco, tal como había anunciado que haría. Este espacio a izquierda, está también abierto. A 43 años del Golpe: por un partido revolucionario de la clase trabajadora La casta que resguarda las herencias de la dictadura, entra en crisis. Pero no caerá sola. Para terminar con toda la herencia de la dictadura y esta casta que la resguarda, hace falta poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora. Porque cada demanda sólo podrá ser arrancada con los métodos de la lucha de clases. Cada demanda debemos unirla a la lucha contra esta casta impune, que ahora carga con otro obrero asesinado, se prepara para nuevos ataques a los trabajadores con la caída del precio del cobre, permite la embestida de los empresarios. Una casta ajena a las necesidades del pueblo trabajador, esta casta de empresarios con sus parlamentarios y funcionarios de sueldos millonarios, que matan en el Parlamento y en la discusión en los Ministerios cada una de las demandas. Para terminar con toda su impunidad. Para enfrentar la embestida de los empresarios y la derecha. Para que nuestras demandas no mueran en el Parlamento, tenemos que arrancárselas e imponérselas en nuestros propios términos. Comenzando por luchar por terminar con la casta de políticos patronales haciendo que ministros y parlamentarios ganen lo mismo que un trabajador calificado, y uniendo cada una de las demandas de los estudiantes y trabajadores a la lucha por una Asamblea Constituyente Libre y soberana basada en la movilización, en el camino de un gobierno de los Trabajadores, basada en sus organismos de democracia directa, única salida íntegra y efectiva para las demandas y para los intereses del pueblo trabajador.
NACIONAL
¡HAY QUE DETENERLOS! La derecha sabotea y los empresarios buscan profundizar las leyes represivas Alejandra Valderrama El paro de los camioneros una histórica táctica de sabotaje de los empresarios Una alerta no menor. Los últimos sucesos ocurridos en Santiago en donde la derecha y los empresarios montaron ofensivo plan para golpear al gobierno han sido catalogados por todos los medios como una vuelta al clima de la Unidad Popular. Claramente no es lo mismo, ni Bachelet es Allende, ni los empresarios están a la ofensiva como lo fue en esos años. Lo que sí es cierto es que estos hechos fueron un ensayo y uno muy importante que movilizo a todo un verdadero frente reaccionario para imprimirle un cello criminalizador a la coyuntura. Eran los empresarios dueños de camiones, los latifundistas del Sur los que pedían mano dura con los mapuches en la zona exigiendo rigidizar las leyes represivas. Sus anuncios no fueron pasivos: anunciaron una movilización que paralizo todas las carreteras del Sur a Santiago. En los 70 los empresarios dueños de camiones mantuvieron 3 semanas un paro que busco sembrar el terror profundizando el desabastecimiento con el único objetivo de cuidar su propiedad privada. Una maniobra histórica que han utilizado los patrones, los de ayer y los de hoy, buscando golpear a los trabajadores y al pueblo pobre. “Queremos paz en la Araucanía” En caravana fueron los empresarios como una postal de los 70, esta vez lo hicieron con la bandera “Queremos paz en la Araucanía” a exigir que el gobierno pusiera mano dura con el pueblo Mapuche. A nivel del parlamento sus políticos pagados de la UDI y RN pusieron una demanda en la contraloría exigiéndole a Bachelet que los dejara pasar, y no se detuvieron, movieron a sus “bases”, así nos encontramos con Lucksinger Mackay arengando a hombres y mujeres, todos del barrio alto, con banderas de Chile gritando “Bachelet, terrorista de la UP” , pusieron en movimiento todos sus frentes reaccionarios. Mientras en territorio Mapuche son asesinados
trabajadores y a la izquierda. Esta misma derecha que con los casos PENTA y SQM le mostro a todo el país que se coludían haciendo las leyes a la medida de las empresas, que hace unos años movilizo a la CONFEPA para defender la educación de mercado, esa misma derecha se sigue organizando, hoy sale a las calles, para defender todo el legado de la dictadura. ¿Se lo permitiremos? Una derecha setentista A 42 años del golpe de estado esta derecha reaccionaria hija de los torturadores y genocidas de la dictadura de Pinochet, que al alero de Jaime Guzman privatizaron la salud, las pensiones, la vivienda y la educación, esta misma derecha se está poniendo en movimiento. Guardando las diferentes, es una derecha con aires setentistas, una derecha que busca golpear para proteger la propiedad privada que consiguieron a sangre y fuego en dictadura. Necesitamos una izquierda de los trabajadores que le haga frente a la ofensiva de la derecha y los empresarios.
La historia de la derecha nos muestra que cada vez que van siendo desplazados de espacios “institucionales” y sus intereses son cuestionados se vuelcan y se organizan en las calles para defender los intereses de su clase: la burguesía. y golpeadas día a día diferentes comunidades, mientras siguen estando encarcelados decenas de presos políticos, mientras la derecha se arma hoy día poniendo en movimiento el “comando Trizano” organización que sale a golpear a las comunidades. La derecha de los casos PENTA sale a las calles para defender sus privilegios La historia de la derecha nos muestra que cada vez que van siendo desplazados de espacios “in-
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stitucionales” y sus intereses son cuestionados se vuelcan y se organizan en las calles para defender los intereses de su clase: la burguesía. Así lo demostró la derecha de la primera mitad del siglo XX que a la par que surgían las principales organizaciones políticas de la clase obrera los empresarios crearon organismos como la SOFOFA o la CPC las mismas que hoy abiertamente apoyan la movilización de los camioneros y mantienen el código laboral heredado de la dictadura. O en los 70 cuando formaron Patria y Libertad para golpear a los
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Para detener a esta derecha heredera de la dictadura no podemos confiar en el gobierno de la Nueva Mayoría que con sus reformas mantiene el legado de Pinochet. Tampoco lo hará el Partido Comunista que hoy dirigiendo las principales centrales sindicales de los trabajadores a buscado poner paños fríos al curso moderado de las reformas. No le podemos regalar nuestros derechos a quienes se enriquecieron imponiendo el pacto de silencio frente a los crímenes cometidos en la dictadura, a quienes se hicieron vistosos negocios con la salud, la vivienda y la educación. Necesitamos una izquierda de los trabajadores que se proponga enfrentar a este frente reaccionario, necesitamos una izquierda revolucionaria que junto a las organizaciones Mapuche, junto a estudiantes y trabajadores se proponga terminar con todas las herencias de la dictadura que padecemos día a día.
NACIONAL
A 42 años del Golpe Militar BREVE BALANCE ESTRATÉGICO DEL GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR. El Imperialismo norteamericano, la derecha chilena y los gremios patronales El golpe militar del 11 de septiembre de 1973 fue preparado por el imperialismo norteamericano, los partidos de derecha y las organizaciones empresariales de distinto tamaño, junto a la Democracia Cristiana. El triunfo de la Unidad Popular (UP) en las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1970, representó para los empresarios una amenaza a su derecho que creían inviolable a la propiedad privada capitalista en Chile. No obstante, el programa de Salvador Allende Gossens se condujo mediante dos elementos centrales: uno, la colaboración de clases; el otro, el respeto a los límites del Estado burgués, en los marcos establecidos por la Constitución, y no por medio de la acción independiente de las clases y capas sociales explo-
tadas y oprimidas —trabajadores de la industria, campesinos, pobladores y estudiantes—. El programa de reformas estructurales de la UP respondía al ascenso de la lucha de clases de los años anteriores, y a la vez lo reforzaba, resultando en un salto en la lucha de clases. Este salto, fue acelerando la experiencia de sectores de la clase trabajadora con la estrategia de colaboración de clases y el respeto a los marcos democrático-burgueses de la UP, experiencia que se asentó en los Cordones Industriales, y que la coalición de gobierno cada vez menos podía contener. Ante lo que se tomó la decisión final del paso al golpe por el imperialismo norteamericano, la derecha chilena, la Democracia Cristiana y los gremios patronales: los principales protagonistas de la contrarrevolución. Con las manos de las Fuerzas Armadas (FF.AA).
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Los gremios patronales orquestaron el golpe a través de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA). Su Presidente Orlando Sáenz años más tarde recordaba que consideraban que “(…) el gobierno de Allende era incompatible con la libertad de Chile y la existencia de la empresa privada. La única forma de evitar el fin era derrocarlo”. En octubre de 1972, la SOFOFA, la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), junto a los gremios patronales del comercio minorista y la pequeña industria y organizaciones del transporte privado (camioneros y locomoción colectiva) organizaron un paro en contra de la UP con el objetivo de obligar a Allende a renunciar a las reformas o dimitir. Esta acción fue apoyada por Estados Unidos a través de la CIA, que una vez más contribuyó con financiamiento económico. Mientras tanto, en las calles, el Par-
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Jose Ulloa tido Nacional (máximo referente de la derecha chilena) y grupos de extrema derecha como Patria y Libertad organizaron marchas y cortes de calle contra el gobierno. El paro patronal de octubre de 1972 contó con el apoyo directo de la DC, siendo uno de sus mayores impulsores al interior del partido, Patricio Aylwin Azócar, futuro Presidente de la República de Chile en 1990. De este modo, todas las fuerzas sociales y políticas de la contrarrevolución se alinearon en contra del ascenso obrero y popular, a su vez contenido y regulado por el gobierno de Allende. Cuando avanza la contrarrevolución, la única manera de enfrentarla es con la revolución. ¿Era posible la victoria?
NACIONAL
La amenaza estratégica de los Cordones Industriales y la impotencia estratégica de la UP La UP fue una coalición de partidos obreros reformistas (Partido Comunista y Partido Socialista), partidos pequeños burgueses de izquierda (MAPU), junto a algunos resabios de partidos burgueses considerados progresistas (Partido Radical), por nombrar los más importantes. Una alianza de colaboración de clases. Desde aquí, buscaba permanentemente acuerdos con la burguesía nacional y sus partidos políticos considerados “democráticos” —la DC. Incluyó a generales de las FFAA en su Gabinete. La estrategia política de la UP de colaboración de clases se proponía una revolución por etapas, primero se trataba de preparar las condiciones para transitar al socialismo. Esto exigía el desarrollo y expansión de la industria pesada, mejoramiento de las condiciones laborales, nacionalizaciones de empresas y reformar la gran propiedad agrícola. Estos planteamientos debían realizarse dentro del marco legal permitido por la Constitución de 1925. Pero más allá de su pretensión, la legalidad fue transgredida por la esencia misma del movimiento real del proceso revolucionario. Para 1972, las instituciones de la democracia burguesa en Chile estaban agotadas. Ante la contraofensiva patronal, los obreros, pobladores y campesinos crearon organismos de defensa y de ejercicio de poder local. A la cabeza, la clase trabajadora, con los cordones industriales, embriones locales de doble poder. El Partido Comunista de Chile (PC) cumplió el rol de ser guardián del programa de la UP respetando a cabalidad lo permitido y establecido por la Constitución Política de 1925. Esta última fue la consagración del desvío y cierre del proceso de ascenso obrero y estudiantil abierto en 1918. Ahora el PC buscaba evitar el desarrollo de otro proceso de ascenso obrero y popular pero con la gran diferencia de que este aspiraba al ejercicio del poder político, que no podía ser otra cosa que la toma del poder y la revolución. El PC desde un principio buscó que los cordones industriales se sometieran a los dictámenes del gobierno, evitando que los trabajadores se apropiaran de las empresas, y se desarrollaran como organismos de doble poder. Aún así, llegaron lejos, como la famosa “Carta al compañero Allende” del 5 de septiembre de 1973, en la que decían que
“han pasado tres años, compañero Allende y usted no se ha apoyado en las masas y ahora nosotros los trabajadores tenemos desconfianza. Los trabajadores sentimos una honda frustración y desaliento cuando su Presidente, su Gobierno, sus partidos, sus organizaciones, les dan una y otra vez la orden de replegarse en vez de la voz de avanzar. Nosotros exigimos que no sólo se nos informe, sino que también se nos consulte sobre las decisiones, que al fin y al cabo son definitorias para nuestro destino”. Y agregaban que “aquí hay sólo dos alternativas: la dictadura del proletariado o la dictadura militar … Estamos absolutamente convencidos de que históricamente el reformismo que se busca a través del diálogo
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con los que han traicionado una y otra vez, es el camino más rápido hacia el fascismo”. El Gobierno de Allende y la UP respondieron cediendo a la DC y parte de los empresarios esperando tranquilizarlos. Lo hizo con la ley de control de armas, lo hizo con el Plan Prats-Millas que buscaba retornar a sus dueños las empresas controladas por trabajadores. El argumento era que dichas empresas no estaban contempladas en el programa de nacionalizaciones. A mayor era el avance de la derecha y el imperialismo norteamericano, mayor era el proceso de contención del Gobierno de la UP, con eje en el PC, a los organismos de autoorganización obreros, campesinos y populares.
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Ningún partido de izquierda se había preparado con antelación para la toma del poder. Ninguno se había construido con ese objetivo. El Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) que se planteó derrocar el régimen burgués tampoco fue alternativa. Si bien llegó tarde a disputar un espacio de construcción estratégica en la izquierda, el sujeto de la revolución no era la clase obrera y sus organismos de autoorganización. Tampoco tenía en su estrategia el desarrollo de organismos como los Cordones Industriales, órganos (como decía Trotsky de los Soviets o Consejos Obreros), que comenzaron como un frente único para la lucha, siguieron desarrollándose -bajo una dirección revolucionariacomo órganos de doble poder para la lucha por el poder, para concluir como los organismos de base de un nuevo estado fundado así en la democracia de los trabajadores. El 11 de septiembre de 1973 con el golpe, comenzó el intento de aniquilar al movimiento obrero y popular. No había habido preparación estratégica para la batalla decisiva con la contrarrevolución burguesa e imperialista. Y si no hubo esa preparación es por la estrategia política que sustentó la existencia de la coalición de la UP y su programa. A 42 años del golpe militar. Para que no vuelva a ocurrir. Porque no queremos nuevamente obreros, campesinos, mapuche, estudiantes y pobladores desaparecidos, hay que prepararse para las próximas batallas. Por eso hay que construir un partido de trabajadores que, armado con una estrategia de independencia de clase, de desarrollo de organismos como los Cordones Industriales, de alianza con el resto de las clases y capas sociales explotadas y oprimidas unidas tras las fuerzas de la clase trabajadora, tenga como objetivo la toma del poder para la construcción del socialismo.
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE
CRONOLOGÍA COMENTADA:
CORDONES
Dolores Mujica. Extractos. Texto completo en: www.ptr.cl
INDUSTRIALES
1- Nace la necesidad de la organización. Primer intento de coordinación que antecede a los Cordones Industriales. El Cabildo Abierto. En Abril de 1972, se organiza en Cerrillos una movilización masiva que culmina con una gran reunión abierta. Se plantean demandas por locomoción colectiva, por la falta de consultorios médicos y por el problema de la vivienda (…) buscan levantar un Cabildo Abierto, para unificar a las unidades de pobladores, de obreros y de campesinos (…) Finalmente este Cabildo se realiza con la participación de 300 o 400 personas. Decenas de pobladores asisten a la reunión, y ahora sí la clase obrera logra integrarse (…) También asiste el Sindicato campesino “La Rinconada de Maipú” (…) 2- Nace el Comando Coordinador de los trabajadores de CerrillosMaipú Una herramienta de lucha y coordinación. La exigencia del traspaso al Área de Propiedad Social (APS) Precursor del Cordón Industrial Cerrillos-Maipú, surge el llamado Comando Coordinador en Maipú, como una necesidad de coordinación de las distintas luchas que se daban en el sector entre fábricas como Aluminios “El Mono”, Perlak y Polycron, que exigían al gobierno de la UP que ingresar a sus empresas al Área Social, es decir
que las sacara de las manos de los patrones, para que ellos mismos, los trabajadores, pudieran administrarlas. Pero los pliegos de peticiones de los trabajadores en sus huelgas eran sometidos a largas tramitaciones por parte del gobierno, ya que éste buscaba evitar la confrontación con los patrones y sus partidos como la DC. Ante esta situación, los trabajadores comienzan a poner la resolución de sus problemas en sus propias manos. Nace la necesidad, entre la clase trabajadora de poder valerse de una política de clase propia, que enfrente a la patronal, sin confiar en sus políticos y en sus partidos como la DC. ¿Pero cómo surge este Comando Coordinador en Maipú? 12 de Junio de 1972. Comienza una huelga en la empresa Aluminios “El Mono” y en Indubal por un pliego de peticiones. 15 de Junio. Comienza una huelga legal en la empresa CIC por el cumplimiento de un pliego de peticiones. El día 17 se toman la industria exigiendo el traspaso al Área Social. 18 de Junio. Se inicia una huelga en Maestranzas Maipú, contra la mala administración por parte del directorio de la empresa. Se organiza una primera reunión en la empresa Perlak con el objetivo de unir las luchas para exigir el traspaso de todas ellas el Área Social. A la segunda reunión asiste una treintena de industrias y se decide tomarse los caminos para presio-
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nar al gobierno, y exigir el traspaso al Área Social de LAN, Carrocerías Franklin, Granja Agrícola Cerrillos, Maestranzas Maipú, Chicles Adams, Fensa, entre otras empresas (…) Las diferentes organizaciones sindicales comienzan a buscar la unidad, con el propósito de fortalecer sus luchas y sus huelgas. Los partidos políticos de la izquierda, también adhieren a esta unidad. 22 de Junio. Un grupo de obreros de Perlak, con la ayuda de algunos trabajadores de Aluminios “El Mono”, de Polycron y de CIC se toman el gabinete de la Ministro del Trabajo Mireya Balta (militante del PC), quien acude inmediatamente a la industria. Después de un crudo intercambio de opiniones entre Mireya Balta, quién llamaba a la calma a los trabajadores y les exige deponer la toma, y el Secretario del sindicato, hasta que ella termina por darle una bofetada. Se genera la inmediata solidaridad del resto de las industrias de la zona en defensa del dirigente sindical y se arman barricadas y tomas de micros. El mismo día Perlak es requisada (…) Se exacerba el ánimo de lucha entre los trabajadores que comienzan a ver que el gobierno no soluciona sus problemas, que las empresas en manos de los patrones generan hambre y desocupación, salarios miserables. Se desparrama la idea de que es el trabajador mismo el que debe tomar cartas en el asunto y ponerle fin al abuso y la explotación de los patrones. 30 de Junio. Aumentan las luchas tanto de los trabajadores como de los pobladores. Se levanta una
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plataforma de lucha del Comando de Trabajadores del Cordón Cerrillos-Maipú cuyos puntos eran: Apoyar al gobierno de la UP. Expropiar todos los monopolios. Exigir el control obrero de la producción, mediante Consejos de Delegados revocables. Exigir un reajuste de salario. Por el cierre inmediato de la Contraloría, el Parlamento y las instituciones burguesas. Por la expropiación de los fundos de más de 40 hectáreas sin indemnización. Por el Control Campesino mediante los Consejos de Delegados revocables. Levantar una Asamblea Popular, cerrando el Parlamento burgués de una vez. Se organizan numerosas Asambleas en diferentes fábricas, se levantan barricadas masivas y cortes de caminos. Los trabajadores exigen que las empresas sean puestas a producir bajo el control de los trabajadores mismos. Porque las empresas en manos de la patronal sólo son máquinas de opresión y de explotación para el obrero. Los trabajadores exigen controlar la producción, que el dueño deje de ser el patrón y las empresas pasen a ser de quienes las hacen funcionar (…) 12 de Julio. Cerca de 5 mil manifestantes llegan a los edificios de los Tribunales de Justicia, el Congreso y El Mercurio. Un obrero decía en el diario “Chile Hoy”: “La manifestación se originó para protestar contra todo el aparato burgués que impide el paso a los trabajadores” (…)
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE Los trabajadores de distintas industrias y ya no sólo de CerrillosMaipú, comienzan a presionar al gobierno para que sus empresas sean traspasadas al Área Social. Pero el gobierno no está dispuesto a avanzar a quitarle las empresas a los patrones, en boca de Mireya Balta, en el diario “Chile Hoy” N° 5: “Aquí lo importante es que ha habido tomas artificiales de industriales en que se plantea en forma muy liviana el paso al Área Social. Yo digo, ¿conviene al gobierno hacer un gasto tan grande? Porque hay que pagarlas en plata. A nosotros nos interesa herir al monopolio, al enemigo fundamental, y ahí es donde se pierden los amiguitos que yo dije que eran trasnochados”. Pero el traspaso al Área Social no sólo significa plata, y no es sólo eso lo que le preocupa a la Ministra, es además un problema político. Porque lo que comienza a plantearse entre los trabajadores es la necesidad de avanzar hacia el control de la producción. Exigir que las empresas sean traspasadas al Área Social, que es un modo de estatizarlas, sembró entre ellos la necesidad de avanzar aún más, y que las empresas no estén sólo bajo el control del estado, ni mucho menos de los patrones… sino en manos de los trabajadores mismos, para hacerlas producir bajo control obrero, y terminar así con la explotación. Se comenzó a cuestionar la propiedad privada de los capitalistas, este era el tema en cuestión, aunque como veremos no logra llevarse hasta el final. Continúa creciendo el disgusto de los trabajadores frente al concepto de “participación” de la UP. Porque comienzan a exigir no sólo “participar” de las decisiones en el interior de las fábricas pasadas al Área Social, sino ser los actores principales, los que verdaderamente tomen las decisiones (…) Finalmente, y en medio de este clima de organización y de lucha, nace el Cordón Industrial Cerrillos-Maipú, logrando movilizar a miles de trabajadores. A través de una oleada de luchas de las industrias del sector por demandas económicas, se logra dar un salto en calidad con una serie de luchas de carácter político que comienzan a exigir la extensión del Área Social a todas las industrias de Maipú. El Comando de Trabajadores, se convierte ahora en el poderoso Cordón Industrial Cerrillos-Maipú, como un resultado directo de este enorme salto. Pronto los Cordones que nacerían como órganos de lucha y coordinación para la defensa de las demandas, los derechos y los intereses de los trabajadores, se convertirían en órganos de lucha por el control obrero, para avanzar más tarde en órganos de Frente Unico que se comenzarían a plant-
ear políticamente el problema del poder (…) Pero el Cordón Industrial en Cerrillos comienza a poner en movimiento, con la exigencia al traspaso al Área Social, con los métodos de lucha propios de la clase trabajadora, el cuestionamiento a la propiedad privada de los medios de producción y plantea objetivamente la necesidad de que la clase obrera administre la sociedad, en este sentido irían convirtiéndose en órganos germinales, embrionarios, de doble poder (…) II. Del Traspaso al Área Social, a la Demanda de Control Obrero 1- En las industrias del país se abre un cuestionamiento al Sistema de Intervención, es decir al Área Social y su manera de llevarse a cabo. Comienza a plantearse la necesidad de que la clase trabajadora participe activamente en la administración de las empresas. (…) Un dirigente de Fabrilana decía: “Los compañeros del encuentro decían que les mandaban administradores que no tenían nada que ver con una industria textil y que ésto puede significar que el compañero no sepa. A nosotros nos han mandado un abogado a dirigir la fábrica”. Porque la administración de las fábricas sólo puede ser beneficiosa al obrero, cuando es el mismo obrero el que la dirige, con sus propios representantes y delegados revocables. Introducir a un abogado o a un funcionario del gobierno que poco tiene que ver con la administración de una empresa, es imponerle a la clase obrera una forma de participación que no tiene por qué respetar. Los trabajadores comienzan a cuestionar esto, exigiendo al gobierno de la UP que los interventores sean elegidos por las mismas Asambleas de base, que sean obreros y que puedan ser en todo momento criticables y por supuesto revocables (…) 2- El paro patronal de Octubre de 1972. El gran detonante. Florecen los Cordones Industriales. El paro de Camioneros. (…) Los dueños de camiones, gracias al apoyo de Estados Unidos y de todos los organismos patronales chilenos, decretan un paro. La clase media iría paulatinamente solidarizando con este gremio (…) Pero los Cordones ante el Paro reaccionan de manera diferente y logran dar una respuesta de clase. Se fortalece el Cordón Cerrillos y al mismo tiempo florecen Cordones Industriales por todo Santiago. La ola de conflictos laborales se incrementa y los trabajadores se plantean detener a la reacción golpeando donde más le duele, en las fábricas. Se producen tomas y barricadas en todo Chile. En condiciones de una oposición más abierta de la clase
patronal contra la clase trabajadora, se plantea objetivamente (aunque aún hayan sido reducidos en número) su fortalecimiento como órganos de Frente Unico, de democracia directa, de lucha por sus derechos e intereses, con consignas políticas (el traspaso al Área Social) y con consignas de control obrero, que tienden a cuestionar la propiedad privada y el poder político de la burguesía (…) Se producen movilizaciones tanto a favor como en contra del Paro reaccionario de camioneros. Los trabajadores de diversas industrias comienzan a salirse de los marcos y reglas establecidos por el gobierno en la organización de la economía (la producción y la distribución), aunque aún a nivel local. Un ejemplo de ello puede verse en el hecho de que la empresa de electrodomésticos Mademsa comienza a vender muchos más refrigeradores de lo permitido. Además, comienza a distribuirse, como una decisión de los trabajadores organizados en los Cordones y en respuesta a los problemas de desabastecimiento, una “canasta popular” compuesta de los productos básicos. El paro reaccionario de Octubre generó la inmediata respuesta de la clase trabajadora, una respuesta de clase que cuestiona en los hechos la propiedad privada capitalista: Los Cordones Industriales (…) III. De la Demanda de Control Obrero, al Fortalecimiento de los Cordones como Órganos de Poder Local de la Clase Trabajadora 1- El proceso vivido en cada Cordón La clase trabajadora da muestra de su capacidad de auto-organización. (…) Los Cordones Industriales surgen como una necesidad material y real de la clase trabajadora, surgen frente a la necesidad de coordinar las luchas, de solidarizar y de mantener una unidad de clase. Al mismo tiempo, es el resultado de la aplicación de un método propio de la clase trabajadora, el método de la auto- organización, de la democracia directa, del funcionamiento en base a Asambleas, que muestra la unidad solidaria básica del lugar de trabajo, con delegados, con revocabilidad de los mandatos, con la exigencia del Control Obrero. Con tendencias a unificarse en los momentos más álgidos de la lucha de clases, en torno a organismos independientes como fueron los Cordones, que en sus puntos más elevados logran transformarse en órganos de doble poder (…) Pero ésto tendencia a formar organismos de auto-organización como los Cordones, puede desarrollarse o puede no desarrollarse. ¿De qué depende? Depende de la intervención de los partidos políticos de la misma clase obrera en
el seno de sus organizaciones –y también de la intervención de los partidos burgueses que quieren abortarlos- para desarrollar, impulsar y defender a estos órganos que surgen –en la mayoría de los casos- como mecanismos de defensa para convertirse luego en organismos de doble poder. La intervención de los partidos obreros dentro de estos órganos –o antes de que surgan en la lucha por articularlos o desarticularloses lo que determina su desarrollo y su final. Si existe en su interior un partido revolucionario capaz de dirigir el proceso y disputarle su dirección al resto de los partidos, el proceso será guiado hacia la toma del poder, es decir hacia avanzar a arrebatarle a los patrones no sólo las fábricas, sino también el control del Estado que hoy está en sus manos, y lograr así consolidar el poder obrero, acabando con el poder burgués. En contra del Estado hoy burgués, la clase trabajadora impone un Estado Obrero basado en esos mismos órganos de democracia directa que mediante una revolución se levanten dirigidos por un verdadero partido revolucionario para terminar con la explotación y la opresión, emancipando no sólo a los trabajadores, sino al conjunto de la humanidad. Pero si no existe ese partido revolucionario, o peor aún si éste no logra dirigir el proceso hacia la toma del poder, los partidos reformistas de la clase trabajadora (o centristas, o pequeño-burgueses radicalizados) intentaran “calmar las aguas” e impedir la destrucción de aquel Estado Burgués. Impiden la lucha por el socialismo, y terminan subordinando a los trabajadores y sus organizaciones a algún sector burgués “progresista” o “democrático”, pero burgués al fin. 2- Momento de Reflujo. Una vez finalizado el Paro, el Cordón Cerrillos sufre un fuerte reflujo. Se abre un momento de reflexión y de grandes discusiones al interior de la clase obrera. A partir del Paro reaccionario de Octubre de 1972 comienza a plantearse entre los trabajadores la discusión acerca del gobierno de la UP. Los Cordones brotaron de la necesidad de llevar el proceso que estaba en curso hasta el final, tomándolo en sus propias manos, con sus propios métodos de clase. Se abre una terrible contradicción entre apoyar al gobierno que aún es considerado como “el gobierno popular” o intentar sobrepasarlo hacia la revolución socialista. Comienzan a circular todo tipo de discusiones sobre el carácter del gobierno de la UP, sobre lo que significa “la vía chilena al socialismo” y sobre la necesidad de una revolución socialista (…)
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3- Sobre los cordones y su relación con el gobierno. Las tensiones entre el gobierno de la UP y sectores de los trabajadores, fueron la base para el fortalecimiento de los Cordones como órganos de poder local de la clase trabajadora. (…) El día 26, el gobierno decide tomar medidas en contra de las tomas de fábrica, en palabras del General Héctor Bravo: “Se notifica a la ciudadanía que el suscrito ha ordenado a la fuerza pública bajo su mando que proceda al inmediato desalojo de todas aquellas industrias o empresas que sean tomadas”. En rechazo a esta medida del gobierno los Cordones realizan manifestaciones y barricadas multitudinarias en Santiago. En el Cordón Cerrillos se produce la toma de Indugas, y en el Cordón Vicuña Mackenna la toma de Mitjans, días después se vuelve a desalojar Elecmetal. Los trabajadores no estaban dispuestos a dar el brazo a torcer, no le devolverían las industrias a los patrones explotadores (…) El 24 de Enero de 1973 el gobierno envía al Congreso un plan que en honor al acuerdo entre el dirigente del PC Orlando Millas y el General Prats (!), dio a conocerse como “El Plan Prats-Millas”. ¿En qué consistía este plan? En bajar de91 a 49 las empresas consideradas estratégicas para el Área Social. Y en que esas 49 empresas no serían expropiadas, sino que se indemnizaría a los patrones, y al resto de las industrias afectadas por el Paro de Octubre. (!) El Plan consistía en devolver a sus dueños esas 123 industrias que habían sido tomadas durante Octubre. El objetivo de este proyecto era normalizar la situación en el país y evitar la confrontación con los empresarios. Nuevamente la estrategia de colaboración de clases del gobierno y sus partidos sale a la luz, y esta vez con emerge abiertamente contra los trabajadores (…) Y como el plan era claramente en contra de las tomas y en contra de los trabajadores organizados en los Cordones, éstos no se hicieron esperar. El 25 de Enero de 1972 se levantaron barricadas en Cerrillos en donde Perlak, Aluminios Las Araucarias, Polycron, Conservas Copihue, Fensa, American Screw, Fantuzzi, entre varias empresas más, exigían el traspaso definitivo e inmediato al Área Social. Todo el reflujo posterior al Paro de Octubre se superaba ampliamente
Coordinadora Provincial de los Cordones Industriales El 24 de Julio de 1973, Allende llama a un Acuerdo Nacional, planteando que “El diálogo es necesario para evitar la guerra civil”. El PC se pronuncia a favor de conversar con la DC y el PS llama a dialogar con las bases obreras. El ambiente se carga de discusiones sobre la revolución y el carácter del gobierno de la UP. Un momento de análisis recorre a los Cordones, la falta de un partido revolucionario se hace sentir más fuerte que nunca y por lo tanto la derrota a la lucha de la clase obrera comenzaba a olerse en el aire. El gobierno pone en práctica la Ley de Control de Armas, que ya había sido decretada hacía un año, los militares allanan decenas de industrias y poblaciones (…) Se discute también en la reunión la necesidad urgente de levantar una Coordinadora Provincial de los Cordones Industriales que lograra agruparlos a todos. Se realiza una declaración que planteaba: “Quienes decidirán qué empresas pasen al Área Social o sean requisadas o intervenidas serán los propios trabajadores y no los organismos burocráticos. Lo importante no es el criterio tecnocráticoeconómico sino político, ya que el 29 de Junio nadie llamó a tomarse sólo las empresas estratégicas.” Los Cordones Industriales aumentan considerablemente su influencia y su poder de convocatoria (…) ahora, y los trabajadores de nuevo salían a la carga. No estaban dispuestos a devolverle a los patrones las fábricas, y con ellas las mejores condiciones de vida que habían conquistado (…) El 30 de Enero se realiza una masiva movilización frente a la Moneda contra el Plan Millas. Asisten a ella el Cordón Cerrillos-Maipú, el Cordón Vicuña Mackenna, el Cordón Ñuñoa, y el Cordón Macul, sindicatos de la Construcción, entre varios otros más. Todos bajo el grito de “Trabajadores al poder, Trabajadores al poder…” (…) El mismo día de la movilización se fija una reunión para el próximo Lunes en Elecmetal con el fin de levantar un Comando General Coordinador Provincial de los Cordones Industriales que agrupara a todos los Cordones de Santiago. Así, se planteaba concientemente ir avanzando de lo local a lo nacional, para reorganizar a toda la sociedad (…)
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IV. Órganos doble poder
embrionarios
de
Ya a fines de Mayo de 1973, los Cordones se reorganizan con más fuerza que nunca. Utilizando la experiencia de los meses pasados, los trabajadores logran dar un salto desarrollando análisis propios y manifestando una radicalidad mucho mayor (…) 1- La reacción burguesa ataca. ¿Cuál es la respuesta de la clase obrera? La toma de todas las industrias de Santiago. Junio. El Tanquetazo. El 29 de Junio, el regimiento blindado al mando del Coronel Souper y con la ayuda del grupo de choque fascista “Patria y Libertad” se toma el centro de Santiago (…) V. Últimos días de vida de los Cordones El intento ya tardío de consolidarlos con la convocatoria a un
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El 11 de Septiembre de 1973 sepulta la posibilidad de la revolución chilena… y algo más… Miles de trabajadores son brutalmente asesinados y torturados. El final de una historia que pudo haber sido de oro para el trabajador de Chile, se convirtió en un final de sangre. Pero toda derrota enseña. Y deja un legado: Los Cordones son el ejemplo más poderoso de una forma de organización basada en la democracia directa obrera y los métodos de lucha de la clase trabajadora, para la lucha por sus objetivos como clase, desde la solidaridad, pasando por el control obrero de la producción, hasta plantearse el problema del poder, la reorganización de la entera vida social, bajo los principios de satisfacer las necesidades sociales, y no la avidez de ganancia de la clase patronal.
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE
LUCHAS DE LOS SINDICATOS Y LA CLASE OBRERA DURANTE LA DICTADURA Nicolás Miranda Referirse al rol de la clase obrera y los sindicatos bajo la dictadura, es importante porque ha sido dejado de lado, olvidado, ocultado. Con un interés ideológico y político: sepultar el rol de la clase trabajadora como sujeto social de la revolución, y así, el rol del partido revolucionario que la clase trabajadora necesita construir, como sujeto político. Esas visiones interesadas, contrastan con la realidad de las batallas dadas, bajo nuevas condiciones, por los trabajadores y sus organizaciones bajo la dictadura.
nuevas confederaciones, sindicatos independientes y federaciones territoriales inspiradas en las Cordones Industriales. No se limitaron a problemas del lugar de trabajo, sino que … fueron los primeros en levantar las banderas de la resistencia política contra la dictadura … los mineros movilizaron lo que serían las Protestas … Los trabajadores pueden haber sido víctimas de la dictadura de Pinochet y el neoliberalismo, pero fueron también protagonistas de los destinos propios y de su nación”.
ligadas a la CUT, la base de su existencia futura, y también fue condición de posibilidad de reconstituir su convocatoria en el futuro.
Estudiosos de otros países sí han resaltado este rol. Uno de ellos señala que “el hecho de que los trabajadores chilenos hayan sido víctimas de la dictadura y las políticas neoliberales, no significa que hayan abandonado su resistencia. Por el contrario, con la represión y restricciones a la actividad sindical, los trabajadores desplegaron una gran creatividad en la búsqueda de encontrar nuevas vías de resistencia. Se rehusaron a comer en los casinos, se tomaron las calles, atrajeron la simpatía a las huelgas y las protestas, marcharon por cientos de kilómetros para dar a conocer sus causas. Crearon nuevas formas de organización, desde ollas comunes y centros de atención de salud para los no organizados, hasta
Aquí buscamos sólo mostrar algunos hechos fundamentales, para encontrar el rastro del proceso de resistencia de la clase obrera y los sindicatos a la dictadura. Que permita replantearse la centralidad de la clase obrera en la alianza con otras clases y capas oprimidas y explotadas.
Para completar estos primeros pasos, la CUT estableció una oficina exterior, que publicaba un Boletín Informativo.
La década de 1970: reorganización y acciones reivindicativas Tempranamente, ya en enero de 1974, se constituyó una dirección clandestina de la CUT. En las condiciones de inicios del golpe, su efectividad era escasa, su llegada a las bases casi nula. Pero hay algo importante en esa decisión, y es que permitió a muchas organizaciones
Tras ese paso, se realizaron asambleas para obtener personalidad jurídica y contribuir al financiamiento de Federaciones que habían estado afiliadas a la CUT: Federación Nacional Minera, Federación Nacional Textil y del VestuarioFenatex, Federación Industrial de la Edificación y la Construcción- Fiemec.
La actividad sindical era, al inicio, esencialmente reivindicativa, sobre las condiciones de trabajo. Pero muy intensa: a) se realizaron decenas huelgas, entre ellas: Codelco en El Teniente y Chuquicamata, CAP, ferrocarriles, los famosos “viandazos”. B) se logró mantener, con enormes dificultades, la celebración del 1º de mayo bajo, al principio bajo la forma de encuentros deportivos y culturales. C) Se retomaron tareas como gestiones ante la autoridad pública, y demandas judiciales (a propósito de la política de institucionalización y la presentación del ante-
proyecto de Código de Trabajo), denuncias de abusos empresariales. D) Poco a poco, comenzaron las denuncias contra los efectos en las condiciones de vida de las políticas económicas. E) Se comenzó una publicación semiclandestina, las “Páginas Sindicales”. F) Se recurrió al método de las “cartas públicas” a las autoridades, importantes porque expresaban las primeras expresiones de críticas y unidad sindical. En mayo de 1975, se dio otro paso adelante en el proceso de reorganización con la formación de la Coordinadora Nacional Sindical- CNS (que agrupa a la izquierda, y sectores DC (Bustos, Sepúlveda y Mery), aunque sólo en 1978 empezará a usar esta denominación y aparecer públicamente. En mayo de 1976, apareció públicamente el “Grupo de los Diez”, de la DC, cuya importancia estuvo en que constituyó el primer paso de ruptura efectiva entre la dirigencia sindical de esta corriente política y el régimen militar. En julio de 1977, en una nueva carta Publica de la CNS, y tras los anuncios de Pinochet en Chacarillas, demandaron el reconocimiento de los sindicatos, y el rechazo a la política privatizadora que se iba imponiendo.
En febrero de 1978, se creó el Comando de Defensa de los Derechos Humanos y Sindicales, dirigido por Clotario Blest. La respuesta del régimen fue la ilegalización de organismos como la CNS, la persecución del Grupo de los 10. Buscaba debilitar el proceso de reorganización, para avanzar, desde 1978, con el tristemente famoso Plan Laboral de José Piñera. En 1979, la década se cerraba con la multiplicación de declaraciones contra el Plan Laboral, y se realizó la primera declaración conjunta de los 4 agrupamientos que actuaban como centrales sindicales (Grupo de los Diez, Cepch/Untrach, Fut, CNS), por la derogación del DL 2.200, y llamando a un Frente Común contra la política laboral. En octubre de ese año, ya vigente el nuevo Código Laboral, se realizó la primera huelga legal desde el día del golpe. La década se cerraba habiendo logrado avanzar en la reorganización semi-clandestina del movimiento sindical, haciendo demostraciones de fuerza mostrando capacidad de movilización a pesar de la brutal represión, con pronunciamientos sobre la política en lo que afectaba a los trabajadores, y, de todos modos, con centro en problemas reivindicativos.
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ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE (viene de página anterior). La década de 1980: articulador de la protesta nacional y el salto a lo político En abril de 1980, bajo los términos de Código Laboral de Piñera, se realizaron las primeras elecciones sindicales, obligadas, que dieron una mayoría de dirigentes sindicales opositores elegidos, mostrando que, a pesar de la represión y por eso estar debilitados, eran reconocidos como sus organizaciones entre los trabajadores de base. Y aunque restringida, la nueva legislación permitió un nuevo impulso a la actividad sindical de base, con múltiples acciones como la constitución de comisiones de los sindicatos para la prestación de servicios (médicos, dentales, albergues de vacaciones, etc), comités de cesantes, comités de solidaridad con relegados y con sindicatos en huelga, comisiones de cultura, deportes y recreación, charlas, nombramientos de delegados por secciones, creación de diarios murales. Se mantuvieron también las movilizaciones y los paros. Destacan la combativa huelga de Textil Panal en octubre de 1980 por 59 días con manifestaciones callejeras, huelgas de hambre,
atrayendo solidaridad de estudiantes universitarios. O la combativa huelga de los 9 sindicatos de El Teniente por 40 días en abril de 1981. También, la combativa huelga de 59 días de los trabajadores de Madeco en 1983. Para agosto de 1980, se empieza a traspasar la actividad a problemas políticos nacionales. En una Conferencia de prensa del Grupo de los Diez, se manifiestan contra el Plebiscito de la Constitución del ’80. Lo mismo hizo la CNS. Y el FUT. Y así, los empujaron aún más a la izquierda, y permitió mostrar que la politización que había caracterizado históricamente al sindicalismo no estaba erradicado, como pretendía la ideología oficial. En noviembre de ese año se realizó un evento clave: el Consultivo Nacional de la CNS. Clave porque reafirmó la necesidad de impulsar un Frente Nacional de Oposición, sobre todo, plantearse la decisión de articular la lucha contra la dictadura: “el movimiento sindical decidió dar dirección a todas las acciones de resistencia y a los focos conflictivos que se desarrollaban entonces –en el Cobre, el Carbón, el sector Marítimo, la Industria, la
Construcción, etc-. El objetivo fue crear un movimiento social de resistencia. En esta línea adoptó una ‘estrategia reivindicativa superior’ que apuntaba directamente a la desestabilización del sistema y que culminará más adelante en las Jornadas de Protesta”. Se empezó a implementar. En junio de 1981, la CNS presentó un “Pliego Nacional”, en el que demanda el fin del Plan Laboral, y el retorno a la democracia. La reacción del gobierno fue violenta. La CNS redobló la apuesta, convocando a asambleas para discutirlo, y convocando a todos los sectores del país a debatirlo. Los dirigentes de la CNS fueron encarcelados, descabezando “a la organización sindical disidente que representaba más cercanamente la tradición histórica del movimiento laboral chileno”. Se siguió avanzando para concretarlo: a partir de las orientaciones del Pliego Nacional, el movimiento sindical impulsó una diversidad de experiencias nucleadoras y organizativas: ollas comunes, coordinadoras de cesantes, comités de despedidos, etc. Las Jornadas de Protesta comenzaron en mayo de
1983, con la convocatoria a Paro Nacional por la CTC, que en seguida fue cambiada ha llamado a Protesta. Poco después, en junio de 1983, se constituyó el Comando Nacional de Trabajadores- CNT, que fue la organización que continuó las convocatorias a las siguientes Jornadas de Protesta. En 1985, el CNT lanzó el “Pliego de los Trabajadores”. En 1986, comenzó el proceso de desvío, buscando desplazar el protagonismo de las organizaciones de los trabajadores.. Tras el fin del Estado de Sitio que rigió en 1985 y el inicio del proceso que culminaría en el Plebiscito de 1988, la coyuntura que se abría estaba marcada por el protagonismo de las fuerzas políticas, que después formarían la Concertación, produciéndose un repliegue al trabajo sindical de base y tareas internas. Las Jornadas de Protesta, impulsadas por las organizaciones sindicales de los trabajadores (y después desplazado el protagonismo social a otros sectores como las poblaciones y los estudiantes), mostró la fuerza de los trabajadores y sus organizaciones sindicales, su amplia capacidad de convocatoria. Sobre
todo, su capacidad y rol en la resistencia a la dictadura. Su potencial social y político como clase. Su capacidad de hegemonía impulsando alianzas de clase con otros sectores explotados y oprimidos. Pero fue desviada esta lucha. El mayor límite, la falta de un partido revolucionario de la clase trabajadora, con una política independiente de todo partido patronal. Por el contrario, eran esos partidos los que terminaron imponiéndose. Es así que en marzo de 1988, el CNT dió su apoyo público al “NO” en el Plebiscito. En agosto de 1988 se creó la Central Unitaria de Trabajadores- CUT, que poco después presentó su “Pliego Extraordinario de los Trabajadores”, a la Concertación, y realizó su primera manifestación pública. La confianza en partidos patronales, como los de la Concertación, sería fatal. Conservaron todas las herencias de la dictadura, entre ellas, el Código del Trabajo de Piñera, vigente hasta hoy. La tarea de construir un partido revolucionario de la clase trabajadora, sigue entonces más planteado que nunca.
REPRESIÓN, IMPUNIDAD Y RECONCILIACIÓN NACIONAL A 42 años del golpe del Estado muchas de las herencias de la dictadura siguen en pie, en lo económico, político, laboral y social. También en los derechos humanos, sigue existiendo la ley de Amnistía, la ley antiterrorista y sobre todo, la impunidad para muchos violadores a los derechos humanos.
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ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE El golpe y la represión política La dictadura cívico-militar encabezada por Pinochet tuvo un claro contenido de clase anti obrero, que buscaba enfrentar la fuerza organizada de la clase trabajadora y los sectores populares; por eso la alianza entre militares, empresarios nacionales, extranjeros y la derecha. El violento golpe de Estado fue seguido de una fuerte represión interna contra los trabajadores, la militancia política y el pueblo. Los primeros días del golpe fueron detenidas miles de personas, trasladadas al Estadio Nacional, Estadio Chile y otros centros de detención. Decenas de ejecuciones políticas, los primeros detenidos desaparecidos y torturados. Con el correr de los meses, se formó la Dirección de Inteligencia Nacional, al mando de Manuel Contreras y bajo control directo de Pinochet. Los centros de detención clandestinos, centros de exterminio y lugares públicos –más de 1000 en todo el país-, se repletaron con miles de detenidos. Entre 1974 y 1976 la DINA se especializó en la desarticulación de las organizaciones de izquierda, entre ellas el Partido Socialista, Comunista, MIR y MAPU. Se aplicaron brutales formas de tortura: aplicación de corriente, simulacros de fusilamiento, violaciones, tortura sexual con perros y ratones, golpes y colgamientos, degollados, quemados vivos. Se buscaba disciplinar, imponer el terror, desorganizar a la sociedad. Todos los medios de comunicación opositores fueron clausurados. Las universidades intervenidas, instalando además soplones y delatores en lugares de trabajo y estudio, miles de personas se fueron al exilio. Con el paso del tiempo la represión fue más selectiva, aunque resurge masivamente en el contexto de las protestas populares de los años 80. También la política económica fue una forma de disciplinamiento, con miles de despedidos y los comienzos de la precarización del trabajo y la vida. Por otro lado, la defensa de los derechos humanos fue una de las banderas de lucha contra la dictadura y su brutal represión, con el surgimiento de las primeras agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos, ejecutados y presos políticos. La transición pactada y las políticas de impunidad Los acuerdos para la transición a la democracia entre la Concertación, los militares y la derecha privilegiaron la continuidad del modelo económico, político y social. En el caso de los derechos humanos, no solo se permitió la existencia de la Ley de Amnistía sino que Pinochet siguió siendo comandante en jefe del ejército y luego senador designado, muriendo totalmente en libertad. Por otro lado, los pocos avances que hubo en justicia solo juzgaron casos emblemáticos, mientras las redes de agentes y ex agentes de la DINA y CNI, como también los propios milicos implicados en violaciones de
derechos humanos, seguían activos. Los militares reivindicaban el golpe y la represión, igual que la derecha cómplice de la UDI y RN. Aylwin hablaba de “justicia en la medida de lo posible” léase impunidad, mientras se hacía el informe Rettig que apenas proponía medidas reparatorias. Poco cambió con el resto de los gobiernos de la postdictadura. Todos buscaban la “reconciliación” y “dar vuelta la hoja” para poder mantener el sistema económico en calma y las ganancias empresariales. Mientras tanto, se reprimía a los mapuche, trabajadores y estudiantes. Y se apelaba a las propias leyes que dejó la dictadura, como la ley anti terrorista. La detención de Pinochet en Londres hizo incluso que la Concertación lo defendiera, apelando a su vuelta para traerlo a un Chile de impunidad, en el que se permitió que no pagar un solo día en la cárcel. La justicia avanzó un poco, juzgando en algunos casos, pero siempre recayendo sobre los nombres conocidos: Manuel Contreras, el guatón Romo, Álvaro Corvalán y otros, a los que más encima se enviaba a cárceles de lujo. Una burla. Mientras las organizaciones de derechos humanos seguían su lucha por la verdad y la justicia aunque muchas prefirieron apoyar a la Concertación y no denunciar sus políticas. La coyuntura actual y la lucha contra la impunidad Hace pocas semanas un ex conscripto contó sobre los pactos de impunidad que existen en el ejército para ocultar las violaciones a los derechos humanos, en el caso de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri. Lo cierto es que se sabe de estos pactos, como también que sigue habiendo ex agentes de la dictadura en servicio activo, archivos secretos, mentiras y ocultamiento. Es que la impunidad sigue existiendo, de la mano de los militares, la Nueva Mayoría y la derecha. También la represión: en la democracia para ricos, han sido asesinados varios jóvenes mapuche, como Alex Lemún o Matías Catrileo, estudiantes como Daniel Menco o Manuel Gutiérrez, trabajadores como Rodrigo Cisterna o Nelson Quichillao. También hay un joven mapuche detenido desaparecido: Alex Lemun. Hace falta más que nunca luchar contra toda la impunidad y la herencia pinochetista que sigue en pie. Todos los milicos y agentes implicados en casos de derechos humanos deben ir presos a cárceles comunes. También sus cómplices civiles. Hay que terminar con la cárcel de Punta Peuco y abrir ya todos los archivos. Pero no será de la mano de la Nueva Mayoría como lo lograremos, sino solo con una gran lucha independiente, encabezada por las organizaciones de derechos humanos, sindicales, estudiantiles, de izquierda, hasta acabar con la impunidad y la represión.
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Democratizar las fuerzas armadas: una ilusión Democratizar las fuerzas armadas ¿constituye un objetivo político necesario para la clase obrera y los sectores oprimidos de la sociedad? Durante los últimos años, se ha evidenciado que el proceso de gestación y realización del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, no excluyó contradicciones internas en las diversas ramas de las fuerzas militares. En diversos escalafones, se expresaron sectores reticentes a la ejecución del golpe. Sin embargo, primó el sector golpista que abrió paso a la dictadura. En un interesante artículo publicado con ocasión de los debates por los 40 años del golpe, en Le monde diplomatique, el historiador Jorge Magasich -luego de exponer una serie de casos de oposición al golpe en el ejército, carabineros, aviación y marinaconcluía: “El reencuentro de las FFAA con la democracia exige, para comenzar, la anulación de sus condenas que aún pesan sobre los soldados constitucionalistas y el reconocimiento oficial de su defensa de las instituciones republicanas. La historia reciente indica que quienes detentan el monopolio de las armas deben estar sometidos a un control democrático estricto, y que le corresponde a las instituciones democráticas –no sólo a los mandos– la definición, en última instancia, de las políticas militares, del eventual “enemigo”, así como de los programas de estudio de las escuelas militares y la selección de sus docentes. Los derechos humanos deben figurar obligatoriamente en los programas de estudios. Y sería síntoma de “buena memoria” recordar a través de placas los recintos y buques donde se violaron los derechos humanos. Por otra parte, es inaceptable que una institución pública, y por ende imparcial, como la Armada, haya sido consagrada a una divinidad, se identifique con la trilogía franquista “Dios, patria y familia”, y haga referencias a la discutible “cultura occidental cristiana”. Tampoco la sociedad puede admitir, ni menos financiar, un clero naval especial, particularmente conservador, con el agravante que aquel clero ha sido difusor de ideologías opuestas a la democracia. No hay ningún motivo para que los soldados estén desprovistos de derechos ciudadanos, incluidos el de asociarse y sindicalizarse. Hay que terminar con las instituciones que limitan las prerrogativas de las autoridades electas, como el Cosena. La consideración de estas propuestas, formuladas a menudo por militares demócratas, permitiría construir otras Fuerzas Armadas, más cercanas de los ciudadanos y alejadas de derivas antidemocráticas.” Magasich, es autor de “Los que dijeron no”, una profunda investigación acerca de los marinos antigolpistas en 1973, y que es necesario hoy en día estudiar para ahondar en los enormes desafíos estratégicos que se ciernen ante los explotados cada vez que quieren tomar el gobierno de sus destinos en sus propias manos. Pero, pese a haber realizado esta importante contribución, Magasich no escapa de la ilusión cuando plantea su visión política en relación a las fuerzas armadas. (Continúa en página siguiente).
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LA EDUCACIÓN
Con su propuesta de someter al control democrático a quienes “detentan el monopolio de las armas”, a través de las “instituciones democráticas”: control que debería implicar las políticas militares, la definición de quién es “enemigo”, los programas de estudio y del personal docente-militar; y con su serie de propuestas prácticas (derecho a sindicalización y asociación para los soldados, cambio de doctrina en la marina abandonando el lema “Dios, patria y familia” y la doctrina que se le asocia, etc.); pretende aportar una visión que apunte a “construir otras Fuerzas Armadas, más cercanas de los ciudadanos y alejadas de derivas antidemocráticas.”
Galia Aguilera
No es objeto de este artículo discutir acerca de la pertinencia de tal o cual demanda en particular, por ejemplo, el derecho a sindicalización o asociación. En determinadas circunstancias, consignas que apunten a cuestionar la estructura organizativa actual de las fuerzas armadas, como lo podrían ser esas u otras como la electividad de los mandos, podrían resultar muy útiles si se quiere favorecer la disgregación del aparato militar del Estado de los capitalistas. Lo que nos interesa discutir acá es otra cosa más precisa: la ilusión de que por medio de una democratización de las fuerzas armadas podríamos evitar que ésta transite a nuevas “derivas antidemocráticas”. A este planteo subyace la ilusión de que el personal político que copa las instituciones democráticas, va a priorizar siempre por una salida no militar a los conflictos sociales y la lucha de clases. Sin embargo la misma experiencia del golpe de 1973 revela que el personal político del parlamento –desde la DC hacia la derecha-, fue clave en preparar las condiciones legales-jurídicas para el golpe. Y algunos sectores, participaron de la conspiración. ¿Qué otra cosa fueron las “garantías constitucionales”? ¿O acaso las instituciones democráticas de la actualidad, ante escenarios de la lucha de clases que alcancen niveles como los de 1973, siempre mantendrán la compostura democrática? No hay que olvidar que constantemente, tanto miembros de la derecha como de la Nueva Mayoría, claman por más represión a los estudiantes, trabajadores y mapuche. Que estas instituciones democráticas controlen plenamente las fuerzas armadas, no sería garantía de nada. Además, a la burguesía le interesa mantener el status quo en las fuerzas militares, pues de ese modo preserva los equilibrios internos que favorecen, como sabemos, a los sectores más reaccionarios y a la “familia militar”, que controlan todavía importantes posiciones en el aparato estatal armado. Para la burguesía chilena, es importante tener esa carta bajo la manga, aunque hoy se articule en torno a partidos como la UDI o RN, que intentan, a veces y mal, disimular un poco su pinochetismo. No va a querer que los vaivenes, las crisis y querellas de poderes como el parlamentario o ejecutivo, afecten de algún modo a las instituciones que son el “pilar duro” de su poder estatal. La ilusión es creer que el “aparato armado” puede ser cercano a “los ciudadanos”, sin ver que en una sociedad dividida en clases sociales, será la clase dominante la que se reserve el derecho de ejercer la violencia. Las experiencias investigadas por el mismo Magasich revelan que ese “poder armado” no escapa a las contradicciones y tendencias a la disgregación en situaciones críticas. Los explotados deberán aprovechar esas circunstancias para construir un poder estatal capaz de destruir el Estado capitalista y conservarse en el poder.
CLASE CONTRA CLASE
El Golpe de Estado en Chile dio inicio a una dictadura de 17 años, en ella se persiguió, exilió, detuvo, torturó, violó, asesino e hizo desaparecer brutalmente a militantes de izquierda y los sectores más conscientes del movimiento obrero. Una vez avanzado el exterminio y sometida la población a restricciones, como el estado de sitio, la prohibición de organizaciones políticas y sociales, impusieron su diseño de sociedad, un orden servicial a empresarios nacionales y extranjeros. La dictadura permitió a la burguesía implementar el modelo neoliberal, que privatizó empresas estatales y los derechos sociales como la salud, educación, vivienda y pensiones que transformó en mercancías, restringió los derechos laborales con el plan de José Piñera. Tal barbaridad se respaldo en la Constitución Política de 1980, ideada por Jaime Guzmán, fundador de la UDI, partido que hoy está preocupado por las ganancias de los colegios particulares subvencionados, pide armamento militar y estado de excepción para la Araucanía. La educación paso de estar financiada un 80% por el Estado a disminuir un 28,2% entre 1982 y 1990, esta lógica es la base de la educación de mercado, que los gobiernos de la Concertación profundizaron. Se arrebató dos importantes conquistas de la década 60s y 70s, la Reforma Universitaria y el proyec-
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to de la Escuela Nacional Unificada (ENU), en tanto a nivel organizacional se desmanteló el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (SUTE) y la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) fue clausurada. Las políticas de las dictadura: represión, desarticulación y privatización Desde el 11 de septiembre de 1973, la ofensiva de la derecha y los militares en el terreno educacional fue desmantelar el funcionamiento democrático. Se asignó a rectores y directores, con la misión de limpiar las instituciones educativas del "cáncer marxista" y de la agitación por los derechos de los trabajadores. Desde 1978 se comienza un traspaso paulatino de la gestión educativa, desde el Estado a sostenedores o empresarios educacionales, dando inicio a un negocio muy lucrativo, con un sistema de financiamiento que entrega dinero por estudiantes que asistan a las aulas. En 1979, se municipalizó la enseñanza básica y media, como parte de la política de descentralización, así miles de docentes pasaron de ser empleados del Estado a ser empleados de las municipales, es aquí el origen de la deuda histórica a los docentes.
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE En 1981, toco el turno a la Educación Superior, a través de decretos fuerza de ley, dos universidades fiscales y gratuitas, las disgregaron en 16; se dio paso a la creación de los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica. 1987 se crean las Universidades Privadas, si bien por ley no deberían tener fines de lucro, serán muy atractivas para los inversionistas privados. En 1990, ya iniciada la democracia pactada, se remato con la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que será cuestionada por el movimiento secundario el 2006, toda su herencia hoy pende de un hilo gracias a la gran lucha por la educación gratuita que se abrió el 2011. SUTE, Colegio de Profesores y AGECH En 1971, el Mineduc y el SUTE, llamaron a un análisis crítico sobre la realidad educacional. Los trabajadores de la educación, estudiantes y apoderados realizaron asambleas de base hasta un Congreso Nacional a fines de 1971, donde participaron 928 delegados, surgiendo el proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU), que planteó la tarea de la construcción del socialismo, asunto que molesto a los apoderados acomodados y alertó a la clase empresarial en su conjunto. El gobierno de Allende, en su estrategia de conciliación de clase, a través de su alianza con la Democracia Cristiana (quienes terminaron apoyando el
Golpe), jamás implemento las resoluciones de la ENU. La dictadura disolvió el SUTE, y 1974 creó el Colegio de Profesores, cuyos primeros directivos fueron nombrados por la dictadura. En 1982 se funda la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH) que dio una lucha hasta la recuperación del CdeP en las elecciones de 1985, donde la AGECH se disuelve. La rebelión de las bases abre camino para una nueva recuperación al servicio de las bases, contra la conciliación de clase del PC, hoy Nueva Mayoría. En dictadura desaparecieron más de 100 profesores y otros tantos fueron detenidos, torturados o exiliados. El caso degollado, es el más emblemático, en 1985 se secuestró y asesino a 3 militantes del Partido Comunista partidarios de la AGECH, por agentes de DICOMCAR. Universitario en dictadura Los organismos estudiantiles habían conquistado la primera reforma universitaria (1967) que permitió la participación de la comunidad universitaria en el gobierno de las universidades, y también fue una cantera de cuadros políticos de izquierda. El régimen militar clausuró la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), persiguió a sus
principales dirigentes y remplazo el organismo por la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile (FeCeCh), entre sus presidentes estuvo Pablo Longueira (UDI). Luego la separación por regiones de las sedes implicó la división del movimiento universitario en distintas federaciones. Los estudiantes lograron restablecer la FECH y superar a la FeCeCh en 1980. En 1987 convocaron, en unidad académico, funcionarios y estudiantes, a un paro general de la Universidad contra el rector designado José Luis Federici, forzando su retiro. Secundario en dictadura Los secundarios frente a la represión se organizaron en AEM, el COEM, la ASEC y la FESES, fueron permanentemente vigilados por la inteligencia de la dictadura, entre los civiles que apoyaron esta labor se encuentra Andrés Chadwick (UDI) y Patricio Melero (UDI). Mauricio Maigret de 17 años, abatido a tiros en 1984, fue el primero en caer. En total 307 los jóvenes y niños murieron o desaparecieron por acciones ejercidas por agentes del Estado durante la dictadura (Comisión de la Verdad y Reconciliación, 1991) el Informe Valech sumó un anexo con 102 casos de menores de edad detenidos junto a sus padres o nacidos en prisión. Es la herencia que hoy pende de un hilo.
LOS 70’S: CUANDO LA JUVENTUD Y LOS OBREROS DESAFIARON EL PODER. Octavia Hernández, militante de la Agrupación Combativa y Revolucionaria (ACR) El movimiento estudiantil en conjunto con la juventud tuvieron un rol protagónico en los años 70`. Una juventud que desde finales de la década de los 60´mostraba su profundo cuestionamiento al capitalismo de conjunto y como este afectaba en sus vidas. Una expresión concreta de aquello fue el proceso de reforma Universitaria que se desarrolla a partir de 1967, en donde el cuestionamiento – de hacia dónde- estaba dirigido el servicio de la Universidad, su conocimiento, la elitización de esta misma y las manos de la iglesia al interior, mostraron a su vez la necesidad de abrir sus puertas de par en par a la clase obrera y el pueblo pobre. La implantación de cátedras nocturnas para la capacitación de los trabajadores, la creación del Departamento Universitario Obrero- Campesino (DUOC) y la necesidad de la toma de decisiones por parte de estudiantes, académicos y trabajadores de la Universidad hacen remecer los pilares de las instituciones del conocimiento. Esto último fue lo que se conoció como cogobierno universitario. Muchos de estos jóvenes fueron militantes de izquierda, participantes y defensores de los procesos de auto- organización de los trabajadores como lo fueron los cordones industriales, convencidos de que la única forma de erradicar las miserias que el capitalismo presentaba día a día solo se acabarían de la mano de la clase obrera, a partir de esto surgen los comités de unidad obrero- estudiantil, en donde además de las cátedras y entrega del conocimiento, se hacen parte de la defensa de las fabricas tomadas, de responder de conjunto
al desabastecimiento generado por el paro patronal y la Derecha, de organizar y organizarse en las juntas vecinales y en las JAP. Toda esta experiencia fue barrida por completo con el golpe militar. La constitución de 1980, termina por amarrar toda la ofensiva neoliberal, los estatutos en las universidades, el mercado educativo y como los intereses de los empresarios van de la mano con la educación. Hoy esta experiencia vive en los miles de jóvenes que volvimos a las calles el 2011, en donde el movimiento estudiantil volvió a cobrar vida, cuestionando de conjunto toda la herencia putrefacta de la dictadura que fue implantada a sangre y fuego, cobrando la vida no solo de estudiantes y del conjunto de la clase obrera que se organizó en los cordones industriales, la cual fue la experiencia más avanzada en toda Latinoamérica.
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Es por medio de esto que las perspectivas que se muestran hacia la juventud de hoy es retomar estas banderas, la de la unidad obrero estudiantil para la conquista de nuestras demandas, como lo es la educación gratuita sin subsidio a los privados, para acabar con todo este régimen heredado de la dictadura, para erradicar el mercado educativo, terminar con la subcontratación otro cáncer más dejado por Pinochet, perpetuado por la casta de Parlamentarios corruptos que hoy como movimiento estudiantil también debemos salir a denunciar y enfrentar, la bandera del cogobierno universitario triestamental, para acabar con el autoritarismo universitario y que seamos estudiantes, académicos y trabajadores quienes decidamos el futuro de nuestra formación. Y, además para hacer como en los 70` y abrir las universidades a los obreros, para transformar el conjunto de la sociedad y tomar el cielo por asalto.
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE
LA REPRESIÓN HACIA LAS MUJERES EN DICTADURA Natalia Cruces La dictadura cívico militar encabezada por Pinochet utilizó formas específicas de represión contra las mujeres, tanto física como psicológica. Además se intentó disciplinar y controlar a las mujeres a través de los Centros de Madre o los planes de empleo. Era una manera de castigas a las mujeres que cuestionaron el orden social, que buscaron terminar con el capitalismo y que también criticaron el orden de género hegemónico de la época, militando en organizaciones políticas, en los cordones industriales, las juntas vecinales o las Jap.
alguna forma de violencia sexual, hay registro de mujeres que quedaron embarazadas producto de estas violaciones individuales o colectivas. También existieron centros específicos dedicados a la violencia sexual, como Venda Sexi. Otras miles fueron encarceladas, golpeadas, allanadas, relegadas y exiliadas.
Represión y violencia sexual
Desde el mismo golpe de Estado se comenzó con una política sistemática de represión dirigida contra las y los opositores a la dictadura. Las mujeres militantes y activistas fueron especialmente castigas, por transgredir además que los militares y la derecha consideraban como el rol natural de la mujer, asociada al hogar y la familia.
Disciplinamiento social y conservadurismo
135 mujeres fueron asesinadas o detenidas desaparecidas, 9 de ellas estaban embarazadas sin saber que pasó con ellas o sus hijos. De los cerca de 3400 testimonios de tortura que presentaron las mujeres ante la Comisión Valech, casi la totalidad admite haber sufrido
De esta manera, la dictadura usó la violencia y en específico la violencia sexual como un castigo hacia la mujer y una forma de imponer el terror y el disciplinamiento de sus cuerpos y sus ideas.
Junto con la dictadura comenzó una política de fuertes ataques a las conquistas y derechos sociales de la clase trabajadora y los sectores populares. A los despidos, cierre de empresas y aumento de los precios, se sumó desde mediados de los 70 las privatizaciones y, posteriormente, la mercantilización de la salud y la educación. La crisis económica empujó a muchas mujeres al trabajo asalariado, teniendo que incorporarse a los planes del Programa de Empleo Mínimo y de Jefes de Hogar, que significaba trabajo precarizado y con salarios miserables, única
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forma de sobrevivencia de muchas mujeres y sus familias. A su vez, con las políticas de centros de Madre, controlados por las mujeres de los militares, se buscaba el control y coerción sobre las mujeres, con intentos de cooptación, la exigencia a que vigilaran a sus padres o hijos, entre otras cosas. También se instaló un discurso conservador, asociado a la familia, con un Jaime Guzmán que señalaba que el rol natural de la mujer era la maternidad aun a costa de su vida. Es por eso que los derechos sexuales y reproductivos se van a restringir, terminando con la prohibición de cualquier forma de aborto, incluso en caso de riesgo de muerte de la mujer o inviabilidad fetal. Resistencia de las mujeres a la dictadura Las mujeres resistieron activamente a la dictadura. Desde el momento mismo del golpe, comenzaron a organizarse en la búsqueda y defensa ante la represión. Formaron las primeras agrupaciones de Familiares de Detenidos desaparecidos, ejecutados, presos políticos y otras organizaciones de derechos humanos, con acciones como toma de cátedras, encadenamientos en organismos
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públicos, etc. También se organizaron para responder ante la grave crisis económica y social que se descargó sobre la clase trabajadora y el pueblo. Pusieron en pie ollas comunes y otros organismos como comités de salud, de trabajo, etc. A fines de los años 70 comenzó a organizarse el Departamento Femenino de la Coordinadora Nacional Sindical. También resurgió un movimiento feminista, con grupos de mujeres como el Memch 83’ y otros, que fueron parte de las convocatorias a paros y protestas nacionales, organizando manifestaciones callejeras, cortes de calles, etc. La violencia dictatorial hacia las mujeres ha sido invisibilizada. Solo recientemente se presentaron querellas por tortura sexual. Pero en general los culpables siguen en la impunidad. La violencia hacia la mujer y la diversidad sigue existiendo: 1 de 3 mujeres denuncia violencia física o psicológica, no hay verdaderos derechos sexuales y reproductivos, la precariedad laboral y bajos sueldos también es una forma de violencia.
ESPECIAL 42 AÑOS DEL GOLPE
EL PROBLEMA DE LA CULTURA EN LA DICTADURA MILITAR Bárbara Brito
El “apagón cultural” ha sido una de las descripciones más reconocidas y generalizadas a la hora de hablar de la acción de la Junta Militar desde 1973 en adelante. Sin embargo es sólo un aspecto referido a la eliminación del marxismo y su influencia en las artes y las costumbres. Lo cierto es que la dictadura de Pinochet no sólo buscó por la fuerza barrer con la “cultura oficial” de la Unidad Popular y el desenvolvimiento creativo del pueblo hasta 1973, principalmente impuso una nueva cultura neoliberal de la mano de los partidos y organizaciones de la derecha y la Democracia Cristiana y de intelectuales como Jaime Guzmán. El objetivo era socializar y enraizar este nuevo modelo de libre mercado que puso al individuo al centro lejos de la noción de sujeto político transformador y comprometido que primó durante los meses del proceso revolucionario chileno, y lejos de un estado que respondiese a las principales necesidades de la población, minimizando su rol. Con ello, abandonó cualquier política de fomento estatal de las artes y la cultura. El arte se elitizó y con ello la creación del arte se encerró en las paredes de la academia, el arte crítico a la dictadura se insertó también en este territorio.
En el terreno del arte visual, la literatura, la música, entre otras expresiones artísticas las repercusiones tuvieron un movimiento doble y contradictorio: en primer lugar, junto al avance del neoliberalismo en la educación y la creación a fines de los 80 de distintas escuelas de arte privadas y de ideología neoliberal, el arte se
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elitizó y se academizó. Es que el modelo neoliberal de la educación llevó a una suerte de profesionalización de la actividad artística contraria a la forma de hacer arte antes de la dictadura. A la vez, nace el llamado arte de resistencia, el arte crítico que ya no encontraba lugar en la izquierda y en la difusión de sus expectativas de transformación social; sino en la crítica a las institución arte y a sus tendencias más conservadoras que impulsaba también el régimen militar. La crítica se extendió a la crítica a la pintura al óleo, a los museos, a la escultura tradicional, etc.
El grupo CADA de Juan Castillo, Lotty Rosenfeld, Fernando Balcells, Diamela Eltit y Raúl Zurita es ejemplo de ello, con la creación de acciones de arte que buscaron irrumpir en la ciudad del régimen militar a través de la inserción de nuevas tecnologías y la aplicación del estudio académico en su crítica a la dictadura a través del arte.
Un segundo movimiento que los artistas en dictadura tuvieron que realizar para no responder a la cultura oficial que buscaba imponer la cultura neoliberal en todos los ámbitos, fue encabezado por la juventud. A fines de los 80’ se formó el grupo Fiskales Ad Hok que con un sonido de tarro, por fuera de la academia y sin tener conocimientos musicales se lanzaron a tocar en una explosión de la llamada “contra cultura”,
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escena que integró también a Pedro Lemebel. En galpones, casas, en medio de toques de queda, buscaron a través de la expresión artística manifestar el odio y el abandono provocado por la brutal tortura y represión de los militares.
Hoy se abre un espacio para retomar esa experiencia de resistencia y crítica a la institucionalidad abiertamente y sin tapujos, también para volver a impulsar un arte comprometido con la transformación social, un arte militante que retome las expectativas revolucionarias aplacadas a punta de fusil. A la vez debemos luchar por eliminar la Ley Valdés que mantiene el arte ligado a las grandes empresas permitiéndoles evadir impuestos; y acabar con el mercado educativo, abriendo las matriculas de las escuelas de arte de las universidades del estado, con cátedras nocturnas para trabajadores y conquistando la gratuidad para todos sin subsidio a los privados y financiada a través de aportes directos sacados del impuesto a las grandes empresas y la renacionalización del cobre bajo control de los trabajadores.
"La tarea de la Socialdemocracia no estriba en calmar el deseo de venganza insatisfecho del proletariado, sino en intensificarlo más y más, profundizarlo y dirigirlo contra las causas reales de toda injusticia y bajeza humana. Si nos oponemos a los atentados terroristas es sólo porque la venganza individual no nos satisface. La cuenta que tenemos que saldar con el sistema capitalista es demasiado elevada como para presentársela a cualquier funcionario llamado Ministro. Aprender a ver todos los crímenes contra la humanidad, todas las indignidades a las que se ve sometido el cuerpo y el espíritu humano, como las excrecencias y expresiones deformadas del sistema social existente para concentrar todas nuestra energías en la lucha contra él. He aquí la dirección en que debe encontrar su más alta satisfacción moral ese ardiente deseo de venganza.”
León Trotsky