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Voces jóvenes
Voces jóvenes
Un tiempo de calidad con Dios
Necesitas pasar más tiempo hablando conmigo. Ese pensamiento no me dejaba tranquila. «Ya lo sé, Dios –le dije–. Es que estoy tan ocupada ahora. La mudanza a Corea significaba que mi vida era muy diferente de esos días largos y lentos que había disfrutado el año anterior mientras aún buscaba trabajo. El ajuste a una nueva cultura y trabajo, y la participación en mi iglesia local y la comunidad, me llevaban a hacer malabarismos. No tenía el lujo de poder pasarme horas leyendo, orando y escribiendo.
En consecuencia, mi vida devocional se había debilitado. Le daba más tiempo a Dios cuando tenía algo que hacer para la iglesia, pero había muchas otras cosas que requerían mi atención inmediata. «¡Estoy dedicada a la misión! –razonaba–. ¡Estoy ocupada trabajando para ti, Señor!» Pero sabía que trabajar para Dios no es lo mismo que pasar tiempo con él. Dios seguía llamando a mi corazón. Necesitaba conectarme más con él en mi vida diaria, no solo cuando tenía que pasar a la plataforma en la iglesia.
Mi vida devocional no ha llegado al punto que quiero, pero he estado aprendiendo dos lecciones claves durante este período. En primer lugar, no permitir que la culpa por hacer algo en forma «imperfecta» me impida hacerlo. Por ejemplo, siempre he escuchado que los momentos devocionales tienen que ser por la mañana. Dado que en las mañanas estaba corriendo, exhausta, ese no era el mejor tiempo que dedicarle a Dios. Comencé entonces a pasar por alto mi devoción porque no lo hacía de la forma correcta. Por supuesto, eso no contribuyó a mi vida espiritual. Creo que Dios preferiría que pasáramos un tiempo imperfecto dedicado a él antes que no dedicarle ni un minuto. Al comunicarnos con él, creceremos, no importa cuán lentamente, en nuestra capacidad de concentrarnos, y nuestro apetito por él se incrementará.
La segunda lección es que la calidad es más importante que la cantidad. Elena White comenta: «Un pasaje estudiado hasta que su significado nos sea claro y evidentes sus relaciones con el plan de salvación, resulta de mucho más valor que la lectura de muchos capítulos sin un propósito determinado y sin obtener una instrucción positiva». 1 Me di cuenta de que no me resultaba tratar de leer mucho por las mañanas simplemente para cumplir. Entonces, decidí comenzar a usar una aplicación para escuchar un pasaje bíblico junto con algunas preguntas y comentarios en los cuales meditar. Solo duraba diez minutos, pero era rico y profundo. A veces, me quedaba fijada en un solo versículo o pensamiento. Una mañana, esta simple frase me llamó la atención: «Hoy elijo regocijarme en el cuidado atento de Dios». Esas palabras me acompañaron durante el día, y comencé a pensar en la atención personal de Dios hacia mí, y en qué significa elegir el gozo. Meditar en esa sola frase y el pasaje bíblico que la acompañaba me produjo más efecto que simplemente cubrir un determinado número de capítulos.
Quizá a ti también te resulta un gran desafío pasar tiempo con Dios como solías hacerlo. Quizá tu vida ha cambiado, y tienes más responsabilidades que antes. Si es así, no renuncies por favor a tu vida devocional, no importa qué otra cosa ocupe tu atención. Dios quiere estar contigo, no importa cuán complicados o imperfectos te puedan parecer esos momentos.
Me animan esas palabras del salmista: «Mi corazón te ha oído decir: “Ven y conversa conmigo”. Y mi corazón responde: “Aquí vengo, Señor” ». (Sal. 27:8, NLT).2
1 Elena G. White, El camino a Cristo (Boise, Id.: Pacific Press Pub. Assn., 1993), p. 90. 2 La cita bíblica de la NTV corresponde a LaSanta Biblia,Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
Lynette Allcock enseña inglés en Seúl, Corea del Sur.