Publicación internacional de los adventistas del séptimo día
Vol. 12 No. 1
Jesús todo es
para mí
La senda de la justificación divina
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Una travesía de gracia
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Un amor transformador
Vol. 12 No. 1
N O TA
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D E
TA P A
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H E R E N C I A
Jesús es todo para mí
La historia de la salvación comienza y termina con Cristo.
A D V E N T I S T A
Una travesía de gracia
Gluder Quispe
De qué manera la iglesia incrementó su comprensión del evangelio.
21 Fascinados con Cristo S E C C I Ó N
E S P E C I A L
8 Cristo, nuestra justicia P E R S P E C T I V A
M U N D I A L
El editor asociado Lael Caesar entrevista a Shawn Brace y Bogdan Scur sobre las implicaciones de Cristo nuestra justicia.
24 Un amor transformador T E S T I M O N I O
Ted N. C. Wilson
Un don tan generoso que posee solo un requisito.
10 La senda de la justificación divina D E V O C I O N A L
Cheyenne Francis
La larga y a veces tortuosa travesía para conocer la aceptación divina.
William G. Johnsson
Es más fácil y más simple de lo que la mayoría cree.
Alcanzar al mundo
D E PA R TA M E N T O S
Cristo nuestra justicia
3 I N F O R M E
M UNDIA L
RES P U E S TA 26
PRE G U N TA S
7 S alud M undial Sangre y salud
A B Í B L I C A S
La gloria del Señor
13 E S P Í R I T U
27 E S T U D I O B Í B L I C O Abraham arriesgó todo
I N T E R C A M B I O 28
DE
PROF ECÍA
Cristo, nuestra justicia
D E
I DEA S
Durante los próximos cinco años, Adventist World ofrecerá artículos relacionados con tres puntos de énfasis mundial de la Iglesia Adventista: Cristo nuestra justicia, la fidelidad, y la participación total de los miembros. Este logotipo adjunto, que aparecerá de tanto en tanto, indica un énfasis en nuestro deseo de compartir el mensaje y alcanzar al mundo para Cristo.
spanish.adventistworld.org
www.adventistworld.org: Disponible en línea en diez idiomas
Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
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Adventist World | Enero 2016
F o t o g r a f í a
d e
p o r ta d a :
A n j a
O s e n b e r g
Una predicción cumplida
1 Elena
White, Hijos e hijas de Dios, p. 261.
INFORME MUNDIAL Andrew McChesney
Hong Kong
En se inaugura hospital del milagro
Los nacimientos de China dan pie a una expansión de 219 millones de dólares
F o t o g r a f í a s : T W A H
«Habrá un solo interés prevaleciente, un solo propósito que absorberá todos los demás: Cristo, justicia nuestra».1 Por más que nos gusta usar el término, es probable que no exista lo que llamamos «profecía autocumplida». Las circunstancias a las que aplicamos esa frase son las denominadas más aptamente «el poder de una idea cuyo tiempo ha llegado». El don de profecía dado por Dios, que irrumpió en la historia y la experiencia humanas, invita sin embargo, y a veces requiere, la participación humana. El profeta escucha y acepta el llamado que Dios le hace y responde con fidelidad, de manera que el mensaje de Dios es predicado y enseñado. Los oyentes reconocen el origen divino de las palabras proclamadas y, mediante la cooperación de ellos, ayudan a poner en movimiento los reavivamientos y reformas que transforman el curso de las naciones, reforman las instituciones y llevan el evangelio a lugares donde jamás se ha escuchado; todo ello como lo predijo la profecía. Hace 125 años, Elena White, la mensajera de Dios para este movimiento, predijo de manera definida el tema que dominaría la conversación del remanente de Dios para el tiempo del fin. Y aunque el Señor siempre ha tenido entre nosotros testigos que mantuvieron en alto la luz de la cruz, no hay duda de que las últimas décadas de la historia de nuestro pueblo han estado marcadas por un creciente énfasis en la justicia de Cristo. Desde los púlpitos, en nuestra obra de evangelización, en nuestras conversaciones y correspondencias personales, ha comenzado a prevalecer, en efecto, un interés definido: la suficiencia plena de Cristo; lo que Elena White llamó con frecuencia «la belleza de Cristo». Nuestra iglesia ha convertido este tema en una prioridad para los próximos cinco años y, por ello, este número de Adventist World se enfoca especialmente en ese tema, «que absorberá todos los demás». Lo invito a leerlo con el corazón abierto. Espere lo mejor ahora que repasará la mejor noticia de la historia.
Izquierda VIEJO Y NUEVO: El hospital adventista original se encuentra adyacente al nuevo edificio de veinticinco pisos. Derecha APERTURA OFICIAL: Directivos del hospital y la iglesia, y funcionarios de gobierno asisten a la gran apertura del nuevo edificio del Hospital Adventista de Hong Kong (Tsuen Wan).
E
nclavado en una colina de Hong Kong se encuentra un nuevo hospital de 25 pisos que, afirman los líderes de la Iglesia Adventista, no es menos que un milagro. El edificio de 219 millones de dólares expandirá de manera significativa los servicios adventistas de salud en una megaciudad secular donde la iglesia ha encontrado la manera más efectiva de compartir el amor de Cristo mediante la obra de salud de sus dos hospitales. «Dios trajo las personas correctas a los cargos correctos en el momento correcto para garantizar el éxito del proyecto», dijo Robert Folkenberg (h), presidente de la junta de los dos hospitales y de la Unión Misión China de la Iglesia Adventista. El nuevo edificio es una expansión de Tsuen Wan, el hospital que ya funcionaba en un edificio de cinco pisos, desde que el destacado médico adventista Harry Miller lo fundó en 1964. El hospital, que tuvo comienzos difíciles, ha florecido en la última década, en especial durante un período de siete años, cuando el gobierno
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INFORME MUNDIAL de Hong Kong permitió que las madres de China tuvieran sus bebés en Hong Kong. «Esta puerta abierta permitió que nuestros hospitales, cuyas secciones de maternidad se llenaron inmediatamente, ministraran a miles de familias chinas y recibieran al mismo tiempo los ingresos necesarios que brindan fondos considerables para financiar esa masiva expansión», dijo Folkenberg. Los ingresos de otros servicios y donaciones de los pacientes también pagaron una gran porción de lo que costó el edificio, mientras que un cuarto de los costos fueron cubiertos por un préstamo bancario. El Hospital Adventista de Hong Kong es el único hospital privado que presta servicios en un distrito de un millón y medio de habitantes, y la expansión le permitirá pasar de unos trescientos cincuenta a unos mil pacientes ambulatorios por día. El número de camas pasará de 120 a 470; un veinte por ciento será reservado para pacientes de bajos recursos derivados por los hospitales públicos. Ko Wing-man, principal funcionario de salud de Hong Kong, celebró la expansión como una manera de brindar una atención de mayor calidad en una ciudad que necesita más hospitales privados. «Hong Kong está enfrentando un desafío sin precedentes respecto de su sistema de salud –dijo ante cuatrocientos invitados reunidos en una zona de jardines y grama en el sexto piso, durante la ceremonia de apertura a mediados de noviembre–. Estamos enfrentando el rápido envejecimiento de la población […] y un incremento de las expectativas de la gente respecto de la calidad de los servicios médicos». El hospital busca hacer mucho más que tratar a los enfermos. Se dará un gran énfasis a la medicina preventiva, ayudando a que las personas vivan de manera saludable mediante una dieta mejorada, el descanso y el ejercicio.
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Los oradores de la ceremonia de apertura enfatizaron las estadísticas de salud pública que muestran que la mayoría de las enfermedades son no transmisibles y están vinculadas a un estilo de vida inapropiado. «Tenemos que hacer más, y este es un paso en esa dirección», dijo Ella Simmons, vicepresidenta general de la Iglesia Adventista mundial. «Es gratificante notar que esta nueva gran iniciativa […] incluye instalaciones de vanguardia no solo para diagnosticar y tratar las enfermedades sino también para crear un ambiente que promueva la salud», dijo Peter N. Landless, director del departamento de Salud de la Iglesia Adventista mundial. La construcción del edificio de 56.412 metros cuadrados se inició en 2011, y espera ser completada en 2016. Además del área de internación cuenta
con diez salas de cirugía, cuatro salas de endoscopía, y el jardín del sexto piso, donde se llevó a cabo la ceremonia. Folkenberg dijo que el nuevo hospital brillará como un faro del amor sanador de Cristo en una metrópolis conocida por tener más edificios de más de 35 metros y rascacielos de más de 150 metros que cualquier otra ciudad del mundo. El nuevo hospital tiene una altura de 110 metros. «En el medio de la ciudad con mayor número de rascacielos del mundo, en el centro de una megaciudad urbana, secular y materialista, continuamos brindando el excelente ministerio sanador centrado en Cristo a una población no cristiana –dijo Folkenberg–. Como lo expresa nuestro lema, existimos para “Extender el ministerio sanador de Cristo”». n
Andrew McChesney
Se busca sumar un millón de miembros
en
Asia Pacífico Norte
Jairyong Lee, presidente de la iglesia en el territorio, presenta la ambiciosa iniciativa
L
a Iglesia Adventista de la División de Asia Pacífico Norte presentó una ambiciosa iniciativa que busca sumar al menos un millón de nuevos miembros en el territorio durante los próximos cinco años. La iniciativa, que fue presentada en la sede central de la División cerca de Seúl (Corea del Sur), coincidió con las reuniones de fin de año de la Iglesia Adventista, en las que cada División anunció sus planes quinquenales para
compartir la noticia del regreso de Cristo. El objetivo de la División de Asia Pacífico Norte es formidable en ese territorio de 1600 millones de habitantes; es la región eclesiástica con mayor población, pero también una de las menos alcanzadas con el evangelio, dado que solo el tres por ciento se identifica con el cristianismo. El resto de la población son budistas, sintoístas, musulmanes, animistas y ateos. «Al comenzar otro quinquenio, no
J a p ó n d e A s o c i a c i ó n U n i ó n
CRECIMIENTO SOSTENIDO: El pastor Masuya Yasui (derecha) bautiza a un nuevo miembro en un encuentro de la iglesia en Fujikawaguchiko (Japón) en 2013.
deberíamos continuar haciendo simplemente lo que hemos estado haciendo en los últimos cinco años –dijo Jairyong Lee, al presentar la iniciativa “Visión Un Millón 2020”–. Necesitamos comenzar con un renovado compromiso y dedicación sin precedentes a la misión de la iglesia». Según las estadísticas, la Iglesia Adventista tiene ahora 702.081 miembros en la División de Asia Pacífico Norte, que abarca a China, Japón, Mongolia, Corea del Norte, Corea del Sur y Taiwán. La División recibió a 77.841 miembros y estableció más de cien congregaciones nuevas en los últimos cinco años. En contraste, la Iglesia Adventista mundial está añadiendo alrededor de un millón de miembros nuevos por año, y llegó a 18,7 millones de miembros en julio pasado. Se destacan la Divisiones Interamericana, la de África Meridional y Océano Índico, y la de África CentroOriental que tienen más de tres millones de miembros en sus territorios. Para alcanzar el objetivo, la División de Asia Pacífico Norte planea alinear sus esfuerzos misioneros con iniciativas promovidas por la Iglesia Adventista mundial, lo que incluye «Misión a las ciudades», «Ministerio Abarcador de
Salud» y «Participación Total de los Miembros». También se apoyará en programas locales tales como el «Movimiento Misionero Sus Manos», que prepara y envía misioneros dentro de sus propios países; el «Movimiento de los Mil Misioneros»; y el «Movimiento de Misioneros Pioneros», que envían misioneros entre uno y otro país. Otros territorios efectuaron planes similares en sus reuniones de fin de año. Daniel Jackson, presidente de la División Norteamericana, anunció once objetivos para los próximos cinco años, que incluyen establecer mil nuevas congregaciones y la participación de cada uno de los miembros del territorio –que totalizan un millón doscientas mil personas– para preparar sus comunidades para el regreso de Cristo. Los líderes de la División Interame-
ricana dijeron que sus congregaciones estaban haciendo más para alcanzar a exmiembros después de una auditoría de la feligresía, en la que 690 mil de ellos fueron removidos de los libros. En Corea del Sur, Lee advirtió que se está acabando el tiempo de compartir el mensaje adventista. «Aún tenemos muchas oportunidades misioneras en nuestro territorio. Sin embargo, no siempre será así –dijo Lee–. En un futuro cercano, será mucho más difícil evangelizar. La gente se está volviendo más humanista, materialista y egocéntrica a medida que pasa el tiempo. Se enfocan cada vez más en sobrevivir en una sociedad altamente competitiva». Y citando a Jesús, expresó: «Me es necesario hacer las obras del que me envió, mientras dura el día; la noche viene, cuando nadie puede trabajar» (Juan 9:4). n
Andrew McChesney
Una iglesia donde lo más importante
no es el idioma
Iglesia de Corea del Sur realiza cambios para crecer
H
asta qué punto está dispuesto a llegar para atraer a otros creyentes a la iglesia? Los ocho miembros de una iglesia de Corea del Sur tomaron la drástica decisión de tener cultos solo en inglés, aunque nadie hablaba el idioma. Para alegría de ellos, el siguiente sábado la iglesia se llenó con 38 personas y, desde entonces, la asistencia ha sido estable. «En tan solo una semana se produjo una tremenda diferencia», dijo Kwon
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Johng Haeng, que es pastor y que por mucho tiempo ha establecido iglesias. Él fue el primero en sugerir que la iglesia debía tener cultos en inglés. La historia comenzó cuando Kim Soongi, el nuevo pastor de tiempo parcial de la iglesia, llamó a Kwon a su oficina en la sede central de la División de Asia Pacífico Norte de la Iglesia Adventista, cerca de Seúl. Después de dialogar, Kwon se enteró de que la iglesia, que se había establecido veinte años
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INFORME MUNDIAL
Kwon llamó a Moe Zonke, un profesor local de inglés oriundo de Sudáfrica, y le pidió que lo ayudara a transformar a Pangsung en una iglesia internacional. Entonces publicaron la noticia sobre sus cultos en inglés en Facebook. El sábado, cinco soldados de los Estados Unidos y trece familiares
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Adventist World | Enero 2016
vez menos miembros, mientras que las urbanas siguen creciendo. El idioma de los migrantes
J o h n g H a e n g
Kwon, que ha sido director de Ministerios de Misión Adventista y Mayordomía de la División, dijo que abrazar otro idioma es un concepto que ha funcionado muy bien durante los trece años que lleva estableciendo iglesias en Asia, donde muchos países tienen grandes comunidades de migrantes. Dijo que solo en Corea del Sur hay un millón de trabajadores migrantes, la mayoría de ellos en las ciudades, y él ha ayudado a establecer iglesias camboyanas, indias y filipinas. Mientras tanto, la iglesia de Pangsung está orando para que la asistencia siga creciendo a medida que la gente se entera de los cultos en inglés y a medida que los soldados son reubicados en el Campamento Humphreys. Hace poco, la Asociación Coreana CentroOccidental votó cambiar el nombre de la iglesia de Pangsung a «Iglesia Internacional de Pyeongtaek». n
K w o n
Nuevas ideas y rumbos
se hicieron presentes. Una de ellas, Candice Roelofs, dijo a la congregación que había estado buscando sin éxito una iglesia en inglés durante dos años. «Estaba buscando una iglesia como esta –dijo Kwon–. Me siento muy feliz». Los feligreses también quedaron entusiasmados. No solo se triplicó la asistencia, sino que también pudieron entender lo que se dijo. Un miembro del personal de apoyo de la base es un expastor adventista que habla buen coreano e interpreta simultáneamente al coreano desde la parte trasera del salón. Mediante su providencia, Dios permitió que la iglesia de Pangsung aprovechara la oportunidad de tener una importante base estadounidense en las cercanías, dijo Yutaka Inada, el recién elegido secretario ejecutivo de la División de Asia Pacífico Norte. Otras iglesias en problemas también tendrán que orar con fervor para hallar maneras creativas de alcanzar a sus comunidades, expresó. Destacó asimismo que las iglesias en las zonas rurales suelen tener cada
F o t o g r a f í a s :
antes, se encontraba a solo cinco minutos a pie del Campamento Humphreys, una base militar del Ejército de los Estados Unidos que será la más grande de Asia en 2016. Al día siguiente Kwon asistió a los cultos de la iglesia y citó a una reunión a los ocho miembros y sus tres hijos pequeños. «Durante veinte años han hecho de todo, pero la iglesia no está creciendo –dijo–. ¿Por qué no cambian la visión de alcanzar solo a los coreanos? Tenemos una base del Ejército de los Estados Unidos aquí al lado, y acaso allí hay adventistas que podrían beneficiarse con una iglesia». Kwon, que relató cómo fue la reunión en una entrevista en su oficina de la División, dijo que los miembros se entusiasmaron mucho con la propuesta, por más que les explicó que el culto tenía que ser solo en inglés. Una mujer que había ayudado a establecer la iglesia junto con su esposo dos décadas antes, abrazó a Kwon y con lágrimas expresó la esperanza de que esa idea funcionara. Kwon dijo que al trabajar con otras iglesias internacionales, había visto que los cultos en inglés suelen ser más efectivos que la interpretación consecutiva, en la que una persona habla y hace una pausa para que lo traduzcan. Si se necesita interpretación, es mejor hacerla simultánea con auriculares, dijo. Los miembros de la iglesia de Pangsung decidieron comenzar el sábado siguiente con cultos solo en inglés.
Izquierda LISTOS PARA ADORAR: El edificio donde se reúne la iglesia que ahora recibió el nombre de Iglesia Internacional de Pyeongtaek incluye la inscripción «SDA» (por «Adventista del Séptimo Día») en una ventana del piso medio. Derecha ADORACIÓN BILINGÜE: Candice Roelofs tiene la palabra, mientras Kwon JohngHaeng filma desde uno de los bancos. En el extremo posterior puede verse a la traductora.
S alud
mundial
Peter N. Landless y Allan R. Handysides
y
salud
Me han programado una cirugía importante pero no urgente para los próximos meses, y acaso necesite una transfusión de sangre. ¿Están de acuerdo los adventistas con las transfusiones de sangre? ¿Son seguras?
L
os adventistas estamos a favor de las transfusiones de sangre. Animamos a nuestros miembros para que sean donantes periódicos si pueden hacerlo, porque la sangre salva vidas. Los métodos modernos de análisis han hecho que las transfusiones sean seguras y beneficiosas. Todas las intervenciones acarrean riesgos, pero los beneficios de usar transfusiones en forma adecuada superan a los riesgos. La sangre es parte del sistema circulatorio, lo que ayuda a suplir oxígeno y nutrición a todos los tejidos del cuerpo y devuelve el dióxido de carbono a los pulmones y los desechos a los riñones. La sangre ayuda a regular la temperatura del cuerpo y también transporta las hormonas a los diversos órganos. La sangre está compuesta por un fluido rico en proteínas llamado plasma, en el que están suspendidos los elementos celulares de la sangre. Estos incluyen los glóbulos rojos, los blancos y las plaquetas. El plasma también transporta proteínas que defienden al cuerpo contra las infecciones (anticuerpos), vitaminas y otras proteínas, que ayudan a coagular la sangre cuando se produce un traumatismo. El sistema circulatorio cuenta con aproximadamente cinco litros y medio de sangre. Este volumen permanece constante para mantener la presión sanguínea adecuada, de manera que la sangre pueda alcanzar a todos los tejidos y células del cuerpo, garantizando así el normal funcionamiento y el
metabolismo de la energía a lo largo de todo el ciclo de vida del individuo. El cuerpo es muy sensible a los cambios en el volumen sanguíneo (principalmente cambios en el plasma), que se ve afectado por la deshidratación o pérdida de sangre después de un traumatismo o cirugía mayor. Los servicios que proveen sangre han desarrollado sistemas muy confiables de análisis y almacenamiento de la sangre, para que esté disponible toda vez que se la necesite. La sangre se divide en diversos grupos sanguíneos que dependen de sustancias de carbohidratos especiales presentes en los glóbulos rojos. Los más conocidos son los antígenos A y B. Todos estos son heredados. En términos generales, los grupos sanguíneos se dividen en A, B, AB y O (el grupo O, los donantes universales; el grupo AB, los receptores universales). Un importante subgrupo adicional es el grupo factor Rh (rhesus). Cuando se solicita sangre para un paciente específico, se envía una muestra al banco de sangre con su respectivo grupo y factor. Esto busca evitar reacciones por incompatibilidad debido a los diversos antígenos. Se analiza entonces la sangre para prevenir la transmisión de enfermedades virales, en especial de la hepatitis B, la hepatitis C y el HIV. Si la persona ha vivido en una zona de malaria, no puede donar sangre por cierto período de tiempo después de dejar la zona, según lo determine cada servicio de transfusión.
El cuerpo es muy sensible a los cambios en el volumen sanguíneo . Usted puede consultar con su cirujano sobre la posibilidad de donar su propia sangre de antemano para que sea usada, de ser necesario, el día de la cirugía (transfusión autóloga). Hemos sido maravillosamente formados. Como cristianos, tenemos la bendición de saber que nuestra salud espiritual está cubierta y garantizada por la sangre de Jesucristo, derramada gratuitamente en nuestro favor. n
Peter N. Landless es cardiólogo nuclear
certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.
Allan R. Handysides es ginecólogo
certificado y exdirector del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.
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P A N O R A M A M U N D I A L
A
l comenzar este nuevo año, tenemos un momento excelente para analizar un aspecto fundamental de la salvación: Cristo y su justicia. Mateo registra una fascinante parábola de Jesús que relata una boda y la vestimenta apropiada para asistir a ella. En Mateo 22, leemos que el rey organizó una gran boda para su hijo. Todos estaban entusiasmados. En el versículo 3, leemos que «envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda». Triste es decirlo, pero los que recibieron la invitación no se mostraron entusiasmados por asistir. ¿Pueden imaginar que un rey invite personas a una boda, y que no vayan? Recordemos que esta parábola tiene significado para nosotros hoy, porque Jesús nos llama a su fiesta de bodas; ¿será que estamos yendo?
La fiesta
Las fiestas de bodas pueden presentar grandes desafíos. Si alguna vez prepararon una, lo saben bien. Tuvimos dos fiestas de bodas en nuestro hogar y una en la iglesia, y me alegro de que los invitados hayan asistido a las fiestas de bodas de nuestras hijas. En esta parábola, sin embargo, los invitados no solo no aparecieron, sino que ni siquiera apreciaron la generosa invitación del rey. La tomaron livianamente y se fueron a sus quehaceres (Mat. 22:5). ¿Estamos tan ocupados en este siglo XXI que nos perderemos la comida más importante que Dios servirá alguna vez? Rechazaron al rey
En la parábola, los que recibieron la invitación a las bodas tomaron a los siervos del rey, los trataron con crueldad y los mataron. Al salir a trabajar como colaboradores de Dios, tenemos que estar preparados para ser rechazados, atormentados, evitados y hasta quizá muertos. La Iglesia Cristiana en general,
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risto , C nuestra justicia
Ted N. C. Wilson
¿Qué vestido nos pondremos para la boda? y la Iglesia Adventista en particular, saben bien lo que es tener mártires. No temamos al futuro. No temamos los cumplimientos proféticos que, sabemos, pronto se harán realidad. Tenemos la garantía de la presencia de Cristo hasta el mismo fin (Mat. 28:20). Y todo el que observa los eventos actuales sabe que la profecía se está cumpliendo así como lo predijo el Señor. No estamos viviendo en tiempos normales. Cuando el rey de la parábola escuchó como habían tratado a sus siervos, se enfureció. Envió su ejército, destruyó a los asesinos y quemó su ciudad (Mat. 22:7). Un nuevo comienzo
Entonces el rey comenzó de nuevo. Dijo a sus siervos: «La boda a la verdad está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos y llamad a la boda a cuantos halléis» (vers. 8, 9). Muchos vinieron –buenos y malos– y la sala de fiestas se llenó de invitados (vers. 11). Al proclamar hoy el mensaje divino, habrá personas que no están alineadas con la Santa Palabra de Dios, pero que serán parte de los que vienen. Hasta el mismo fin habrá buenos y malos, el trigo y la cizaña. Pero se producirá un zarandeo y, en efecto, creo que ya ha comenzado. ¡El mundo
se ha introducido en la iglesia! Hay una sola manera en la que ustedes y yo podemos evitar ser arrastrados por ideas erróneas, por influencias culturales, por distorsiones que nos ponen en oposición a la Palabra de Dios y nos sacuden: la confianza plena en la justicia de Cristo. Tenemos que recibir el poder justificador de Cristo, su poder santificador, su poder de reavivamiento y reforma. Reclamemos sus promesas
La Biblia abunda en preciosas promesas que muestran lo que Jesús puede hacer por nosotros cuando aceptamos su manto de justicia: «Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1:12). Filipenses 2:5 nos anima diciéndonos: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Y Apocalipsis 3:18, 19 nos dice exactamente quiénes somos y cómo podemos ser salvados de la terrible maldición del egocentrismo: «Yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete».
La vestimenta apropiada
En la parábola, vemos que lo que sucedió a continuación es en realidad una explicación fascinante del ministerio de Cristo. En el versículo 11, leemos que cuando el rey fue a ver a sus invitados, notó que un hombre no tenía el traje de bodas. «Amigo –le preguntó– ¿Cómo entraste aquí sin estar vestido de
Estamos tan ocupados que nos perderemos la comida más importante que Dios servirá alguna vez? bodas?” Pero él guardó silencio» (vers. 12). El pobre hombre, aunque había recibido un traje perfecto, no lo aceptó. El Rey no solo invita a extraños –a usted y a mí– a las bodas de su Hijo. También nos regala el traje apropiado. Cuando Cristo nos brinda su manto de justicia, es un traje perfecto para todos. Solo tenemos que aceptarlo y usarlo. Con más profundidad
El maravilloso libro Palabras de vida del Gran Maestro analiza con más profundidad las parábolas de Cristo, aclarando aún más las muchas lecciones de gran valor que encierran. Allí leemos que el traje de bodas representa «el carácter puro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de Cristo» (p. 252). Note por favor que no es nuestro carácter, sino el de Cristo. «Es la justicia de Cristo, su propio carácter sin mancha, que por la fe se imparte a todos los
que lo reciben como Salvador personal» (p. Ibíd.). ¿Lo creemos realmente? En la siguiente página leemos esta maravillosa promesa: «Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente […]. Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad, desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este carácter. “Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia” (Isa. 64:6) […]. Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios» (Ibíd, p. 253). No caigan en la trampa de la gente que dice: «No es posible guardar los mandamientos, ni es posible vivir una vida perfecta». Es verdad que no se puede vivir una vida perfecta por nuestra cuenta, es imposible. Pero cuando nos ponemos el manto de justicia de Cristo, aparecemos como perfectos delante del Padre. Es hora de la santificación
Y entonces sucede algo más. Comienza la santificación, y esa es la justicia de Cristo. «Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia […]. La justicia es la práctica del bien, y es por sus hechos por lo que todos han de ser juzgados. Nuestros caracteres se revelan por lo que hacemos. Las obras muestran si la fe es genuina o no» (Ibíd., pp. 253, 254). Leemos asimismo: «El hombre que vino a la fiesta sin vestido de bodas
representa la condición de muchos de los habitantes de nuestro mundo actual […]. No se dan cuenta de su necesidad de Cristo y de ejercer fe en él. No han vencido sus tendencias heredadas o sus malos hábitos cultivados. Piensan, sin embargo, que son bastante buenos por sí mismos, y confían en sus propios méritos en lugar de esperar en Cristo. Habiendo oído la palabra, vinieron al banquete, pero sin haberse puesto el manto de la justicia de Cristo» (p. 256). ¡Que los adventistas jamás seamos conocidos como personas que confían en sus propios méritos, sino tan solo en los méritos de Jesucristo! «En esta vida hemos de vestirnos con el manto de la justicia de Cristo. Esta es nuestra única oportunidad de formar caracteres para el hogar que Cristo ha preparado para los que obedecen sus mandamientos […]. Estad alerta, no sea que no os halle preparados. Estad apercibidos, no sea que el banquete del Rey os sorprenda sin vestido de bodas» (Ibíd., p. 259). A partir de ahora
A partir de ahora, ¿están dispuestos a recibir de manos de Cristo el manto que les permitirá ser colaboradores con el cielo? Aceptar el hermoso don del manto de Cristo que nos cubre y transforma a su imagen es fundamental para ser seguidores de Cristo. Que cada uno de nosotros sea llenado de tal manera por el poder del Espíritu Santo que la gente diga: «Esos adventistas sí que conocen a Jesús. Él vive en sus corazones, y son los más grandes pregoneros de la justicia de Cristo». n
Ted N.C. Wilson es
presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
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La senda de la
William G. Johnsson
justificación divina Simple, fácil y sin complicación alguna
N
oche y día, el sincero joven luchaba para hallar la paz con Dios. Ayunaba y oraba, atormentándose hasta torturarse para confesar cada pecado cometido. Nada funcionaba. Después de horas de confesarse, se levantaba en medio de la noche con un pensamiento aterrador: ¿Qué pasaría con los pecados que no recordaba, los que aún no había confesado y que lo condenarían frente a la ira de Dios? Ese ser atribulado era el monje Martín Lutero. Su búsqueda de vida o muerte para obtener la justificación dio origen a la Reforma Protestante. Lutero probó todos los senderos que ofrecía la iglesia de sus días para alcanzar la paz, pero sin éxito. Al fin, sin embargo, halló lo que anhelaba con desesperación al estudiar la carta de Pablo a los Romanos. «De día y de noche –escribió más tarde– seguí reflexionando hasta que vi la conexión entre la justicia de Dios en la declaración de que “el justo por la fe vivirá”. Entonces comprendí que la justicia de Dios es esa justicia por la cual, mediante su gracia y simple misericordia, él nos justifica por medio de la fe. A partir de allí, sentí que había renacido y atravesado las puertas abiertas del Paraíso».1 El descubrimiento liberador de Lutero era hasta este punto una idea completamente extraña al pensamiento humano. No nos ganamos la justificación mediante esfuerzos humanos; por el contrario, Dios nos aplica gratuitamente su justicia cuando confiamos en él. No por nuestros esfuerzos, sino
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como un don de Dios. No por nuestras buenas obras, sino por medio de la fe: ese es el proceso divino de justificación. El libro de Romanos resuena con esta afirmación gloriosa; las buenas nuevas. «Pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá”» (Rom. 1:17).2 «Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas: la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él» (Rom. 3:21, 22). Las enseñanzas de Jesús
Mucho antes de que Lutero descubriera las liberadoras buenas nuevas de la justificación por la fe, Jesús había enfatizado ese concepto. No empleó razonamientos minuciosos como lo hizo Pablo, sino que usó ilustraciones y parábolas simples y profundas. Los líderes religiosos de la sociedad de Jesús habían construido una teología elaborada centrada en las leyes. Contaban seiscientos trece mandamientos en el Pentateuco, y a estos le añadían una serie de tradiciones orales diseñadas para establecer un muro de protección alrededor de esos centenares de estipulaciones. Por ello, al simple mandamiento del sábado en el decálogo habían añadido una extensa lista que especificaba qué actividades estaban permitidas y cuáles no. f o t o g r a f í a :
G e r d
A lt m a n
D evocional
Jesús se enfrentó abiertamente con los escribas y fariseos por la visión que tenían de la religión. En el Sermón del Monte, dijo a sus oyentes: «Por tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos» (Mat. 5:20). Al disputar con ellos respecto de las reglas de pureza ceremonial, dijo: «Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición» (Mar. 7:9). Jesús elevó tanto el requisito de alcanzar la justificación que todo el sistema de tratar de agradar a Dios mediante una atención escrupulosa a las observancias detalladas colapsó por su propio peso. Enseñó que a los ojos de Dios, la justificación es más que no matar, cometer adulterio, etcétera. La justificación de Dios incluye aun nuestros pensamientos y motivos, de manera tal que la lujuria y el odio nos hacen transgresores de la Ley (Mat. 5:21-47). Esta era una justificación de un orden totalmente nuevo, más allá de cualquier logro humano, una justificación que los maestros religiosos judíos jamás procuraron adoptar. Era una justificación tan exigente que los seres humanos jamás podrían alcanzarla, porque solo Dios puede otorgarla en calidad de don. Una y otra vez las parábolas de Jesús sorprenden y hasta conmocionan al lector. Revierten la forma en que funcionan las cosas en este mundo. En ellas, alguien que trabaja solo una hora recibe la misma paga que la persona que trabaja todo el día (Mat. 20:1-16). En ellas, dos hombres van a orar al templo: uno es un fariseo que dedica toda su vida a la observancia estricta de la Ley; el otro, un cobrador de impuestos, despreciado por los demás porque servía a los intereses de los odiados gobernantes romanos y se enriquecía mediante prácticas inescrupulosas. Al orar, el fariseo agradece al Señor porque no es como otras personas, y por cierto no como el cobrador de impuestos que tiene allí cerca. Por el contrario, el publicano simplemente inclina la cabeza y dice: «Dios, sé propicio a mí, pecador» (Luc. 18:13). Lo sorprendente es que Dios acepta la oración del cobrador de impuestos, pero no la del fariseo. En otra parábola, Jesús cuenta de un rey que prepara un gran banquete. Tiene una lista de invitados, pero con una u otra endeble excusa, todos se rehúsan a asistir. Entonces el rey ordena a sus siervos que salgan a las calles y los caminos y lleven a la fiesta a todos los que encuentren. Los nuevos invitados forman un grupo sumamente heterogéneo, pero a cada uno, el rey les da un vestido de bodas. Más tarde, sin embargo, al saludar a los invitados, descubre un hombre que está sin el vestido de bodas, y ordena que esa persona sea echada fuera de la fiesta (Mat. 22:1-14). El modo de enseñar de Cristo difiere del de Pablo, pero
sus ideas son las mismas: no nos ganamos la justicia de Dios, sino que él nos la confiere. Nuestra parte consiste en confiar en él y aceptar su don. En el Antiguo Testamento
Algunos cristianos trazan una gruesa línea entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, afirmando que el primero es la era de las obras, y el último la era de la gracia. Pero no es así: la justificación por la fe es un hilo conductor que se extiende desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Leemos que «Abraham creyó a Jehová, y le fue contado por justicia» (Gén. 15:6). El apóstol Pablo enfatiza este pasaje tanto en Romanos (4:1-4) y Gálatas (3:6-9). Jeremías llama a Yahvé «Jehová, justicia nuestra» (Jer. 23:6), un maravilloso nombre que brinda esperanza a pecadores desesperados. En el libro de Zacarías, el profeta ve una visión del sumo sacerdote Josué, vestido de ropas viles, que representa al pueblo de Israel y su gran necesidad; pero entonces llega una voz reconfortante desde el cielo: «“Quitadle esas vestiduras viles” […]. “Mira que he quitado de ti tu pecado y te he hecho vestir de ropas de gala”» (Zac. 3:4). Podríamos citar muchos ejemplos adicionales de justificación por la fe en el Antiguo Testamento. Un pasaje, sin embargo, es tan destacado que no podemos dejar de mencionarlo. En Isaías 52:13 a 53:12 encontramos una poderosa descripción del Siervo Sufriente, quien llevó «el pecado de muchos y [oró] por los transgresores» (Isa. 53:12). Él fue «despreciado y desechado entre los hombres […]; llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores […]; mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados […]. Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros» (vers. 3-6). Aquí, unos setecientos años antes del nacimiento de Jesús, vemos encapsulado el ministerio del Salvador. Aquí podemos ver la clave del plan divino para salvar a un mundo perdido: El mismo Hijo de Dios, su Siervo Sufriente, toma sobre sí nuestra culpa y vergüenza. En la historia adventista
En todas las épocas, el evangelio ha parecido demasiado bueno para ser verdad. Doquiera se proclama produce oposición, como cuando Pablo lo predicó a los gálatas. No es de sorprender, por tanto, que la historia adventista presenta un panorama mixto respecto de la justificación por la fe. Los primeros predicadores adventistas, sintiéndose llamados a declarar la importancia del sábado, tendían a enfocarse en la Ley antes que en el evangelio. Predicaban la Ley hasta un extremo tal que Elena White declaró que los sermones de ellos eran «tan secos como los montes de Gilboa».3 La
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D evocional
No nos ganamos la justicia de Dios, sino que él nos la confiere. Nuestra parte consiste en confiar en él y aceptar su don . discusión alcanzó su clímax en el Congreso de la Asociación General 1888 en Mineápolis (EE. UU.). Dos jóvenes ministros, Ellet Waggoner y Alonzo Jones, expresaron que la justificación solo se hacía realidad por la fe. Los líderes de la iglesia creyeron que este énfasis debilitaba los argumentos a favor de la Ley y el sábado, y se les opusieron con fuerza. Y así fue que Waggoner y Jones quedaron solos contra George Butler, presidente de la Asociación General; Urías Smith, editor de la Review and Herald, y otros destacados líderes. ¡Pero no estaban solos! Una líder abrazó públicamente la causa: Elena White. Un triste giro de los eventos, sin embargo, hizo que sus consejos fueran rechazados. A pesar de ello, el evangelio se mostró imparable, como había sucedido en todas las épocas. Después del congreso, en especial mediante la pluma y la palabra, el mensaje de la justificación por la fe avanzó cada vez más y más lejos, hasta que llegó a ser una enseñanza establecida de la Iglesia Adventista. Elena White nos dejó algunas de las expresiones más bonitas. Haciéndose eco de la profecía del Siervo Sufriente de Isaías, escribió: «Cristo fue tratado como nosotros merecemos a fin de que nosotros pudiésemos ser tratados como él merece. Fue condenado por nuestros pecados, en los que no había participado, a fin de que nosotros pudiésemos ser justificados por su justicia, en la cual no habíamos participado. El sufrió la muerte nuestra, a fin de que pudiésemos recibir la vida suya. “Por sus llagas fuimos nosotros curados” (Isa. 53:5)».4
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Al comentar sobre la parábola que contó Jesús del hombre sin el vestido de bodas, destacó: «Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente. “Yo te aconsejo –nos dice– que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez” (Apoc. 3:18). Ese manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana».5 Durante la lucha del adventismo y su relación con el evangelio, el editor Urías Smith escribió una serie de editoriales en la Review, en los cuales afirmó que necesitamos la justicia de Cristo para ser justificados, pero que después de aceptar a Cristo, tenemos que desarrollar una justicia propia mediante la observancia de la Ley. Elena White lo reprendió duramente por carta. Le dijo que había leído su editorial y que un «noble personaje» se había parado a su lado y le había dicho que Urías Smith estaba «caminando como un ciego en la red preparada por el enemigo, pero que no [sentía] el peligro, porque para él, la luz se estaba volviendo tinieblas, y las tinieblas luz».6 De las numerosas gemas de Elena White sobre la justificación por la fe, he aquí mi favorita: «A aquel que se contenta en recibir sin merecerlo, que siente que jamás puede recompensar semejante amor, que deja de lado toda duda e incredulidad y va a los pies de Jesús como un niñito, todos los tesoros del amor eterno son un don gratuito e infinito».7 Una pregunta
Mi querido amigo, le dejo esta pregunta: ¿Lo satisface recibir algo sin merecerlo? ¿Está dispuesto a admitir que toda su justicia –todo su trabajo, servicio y la corrección de su vida– no es nada frente a la santidad divina, sino tan solo «vestiduras viles»? ¿Aceptará usted, dejando de lado todo orgullo y jactancia, la justificación de Dios como el don gratuito de su maravillosa gracia? n 1 Roland
Bainton, Here I Stand: A Life of Martin Luther (Nashville: Abingdon Press, 1940), p. 68. menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido extraídas de la Reina-Valera 1995 versión Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización. 3 En la Review and Herald, 11 de marzo de 1890. 4 El Deseado de todas las gentes, p. 16. 5 Palabras de vida del Gran Maestro, p. 253. 6 Carta 55 (1889), en The Ellen G. White 1888 Materials (Washington, D.C.: Ellen G. White Estate, 1987), p. 336. 7 Carta 19e (1892), en Elena White, Manuscript Releases (Silver Spring, Md.: Ellen G. White Estate, 1990), t. 8, p. 186. 2 A
William G. Johnsson,
fue editor de Adventist World pero está jubilado y vive con su esposa Noelene en Loma Linda (California, EE. UU.).
E S P Í R I T U
D E
P R O F E C Í A
, C risto nuestra justicia Elena White «responde» nuestras preguntas sobre el tema. ¿Qué significa decir que Cristo es nuestra justicia? Aparte de Cristo no tenemos mérito ni justicia alguna. Nuestra pecaminosidad, debilidad e imperfecciones hacen que sea imposible presentarnos ante Dios, a menos que estemos vestidos de la justicia inmaculada de Cristo. Tenemos que ser hallados en él, no teniendo nuestra propia justicia, sino la justicia que proviene de Cristo […]. Cristo es llamado «Jehová, justicia nuestra», y mediante la fe, todos deberíamos decir «Jehová, justicia mía» […]. Ninguna obra que haga el pecador será eficaz para salvar su alma. Siempre se le debió obediencia al Creador, porque él otorgó atributos al ser humano para que le sirva. Dios siempre requiere buenas obras del ser humano, pero las buenas obras no sirven para alcanzar la salvación. Es imposible que el ser humano se salve a sí mismo.
Esto parece bastante desalentador Hay esperanza para todos, porque «de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16) […]. Cuando la fe se aferra a este don divino, la alabanza de Dios estará en nuestros labios, y podremos decir: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Entonces podremos contar a los perdidos del plan de salvación, de que mientras el mundo yacía bajo la
maldición de la Ley, que ameritaba la muerte, el Señor presentó términos de misericordia al pecador caído y sin esperanza, y trajo a la luz el significado y valor de su gracia. La gracia es favor inmerecido.
Pero entonces, ¿cómo es que Cristo toma nuestro lugar? En su humanidad, Cristo fue probado con una tentación mucho más grande, con una energía más perseverante que la que el ser humano es probado por el maligno, dado que su naturaleza era más grande que la humana. Esta es una profunda y misteriosa verdad: Cristo está vinculado con la humanidad mediante las simpatías más sensibles. El maligno trabaja, y los malos pensamientos y palabras de cada hijo e hija de Adán presionan su alma divina […]. La obra de Cristo en la Tierra fue buscar y salvar lo que se había perdido. Siempre tuvo delante de sí el resultado de su misión, por más que primero tuviera que recibir el bautismo de sangre, que el peso de los pecados del mundo se agolparan sobre su alma inocente, que la sombra de una angustia indecible estuviera en todo momento sobre él. A pesar de ello, por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio. Lo soportó todo para que el ser humano pecador pudiera ser salvo, para que fuera elevado y ennoblecido, y para que tuviera un lugar junto a él en su trono.
¿Significa esto que «una vez salvo, para siempre salvo»? Si no se aprecia el amor de Dios, y si este no se vuelve un principio perdurable en el duro corazón para suavizar y subyugar el alma, estamos completamente perdidos. El Señor no posee una reserva de poder con la cual influir en el ser humano. No puede dar una manifestación más grande de su amor que la que ya ha dado. El don más rico del cielo ha sido ofrecido gratuitamente para que lo aceptemos. Si la demostración del amor de Jesús no rinde y subyuga el alma, ¿por qué medios podrá ser alcanzada? ¿No ha logrado el amor de Cristo producir una respuesta sincera de amor y gratitud? […]. No diga Cristo de vosotros: «Y no queréis venir a mí para que tengáis vida» […]. Es imposible que el ser humano se salve a sí mismo. Puede engañarse respecto de este punto, pero no puede salvarse a sí mismo. Solo la justicia de Cristo puede servir para la salvación, y ese es el don de Dios […]. Que la fe se aferre a Cristo sin tardar, y seréis una nueva criatura en Cristo, una luz para el mundo. n Este texto ha sido tomado (y adaptado) del artículo «Cristo, nuestra esperanza», publicado en la Review and Herald del 20 de diciembre de 1892. Los adventistas creemos que Elena White (1827-1915) ejerció el don bíblico de profecía durante más de setenta años de ministerio público.
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H erencia
adventista
L
os adventistas siempre hemos creído que somos salvos y libres del pecado solo mediante Cristo. El bautista Guillermo Miller, cuya predicación inspiró el movimiento del cual surgió nuestra iglesia, redactó un «Credo» en 1822 que incluyó sus creencias personales sobre el tema de Cristo nuestra justicia. Escribió: «Creo que Jesucristo fue el sacrificio por el pecado que exigía la justicia; y que todos los que confiesan sus pecados en la cabeza de esta víctima pueden esperar el perdón del pecado mediante la sangre expiatoria, que está en Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote en el Lugar Santísimo».
1844-1863
Cristo nuestra justicia: ¿Una verdad presente?
El énfasis temprano del adventismo sabatista se enfocó en otros temas como la «verdad presente», lo que incluía el sábado y el Santuario celestial, gracias a la influencia de José Bates. Aun así, el tema del Santuario aumentó la comprensión adventista de la obra de Cristo en el Santuario celestial, porque se entendió que daba esperanza a los pecadores. En 1847, Bates vinculó el sábado con el Santuario celestial, sosteniendo que la puerta del Lugar Santísimo de Apocalipsis 11:19 revelaba los Diez Mandamientos. Aunque esta conclusión llevó a que los pioneros adventistas pusieran mayor énfasis en guardar los Mandamientos que en la obra de Cristo en la cruz, Jaime White y John N. Andrews vieron que la Ley moral señalaba a Cristo.1 En 1854, el folleto de J. H. Waggoner sobre la ley en Gálatas afirmó que la ley de Gálatas 3:24, 25 se refería a la Ley moral. Waggoner concluyó su libro con un claro llamado para que los lectores aceptaran la justicia de Cristo.2 El libro no convenció a todos. Tres años después, Stephen Pierce respondió a la perspectiva de Waggoner al afirmar que «no hay evidencias de que solo la Ley moral sea nuestra guía para llevarnos a Cristo». Por el contrario, eran los tipos y sombras de la dispensación de la ley, cuyo cuerpo es de Cristo, lo que nos llevaba a él.3
Una
Gluder Quispe
travesía
de
gracia
La comprensión de la iglesia se ha incrementado
George Butler
Urías Smith
Alonzo Jones
1863-1888
Énfasis en la justicia humana
Para muchos adventistas, la posición de Pierce enfatizaba la Ley por sobre el evangelio, y refinaba la oposición a los críticos que querían descartar el sábado. Esa fue la posición de los pioneros durante los treinta años posteriores a la obra de Waggoner. Los organizadores de nuestra iglesia no querían redactar un credo. «La Biblia es nuestro credo», decían. Aun así, adoptaron un «pacto eclesiástico», que remarcaba su compromiso de «guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús».4 En 1872, Urías Smith produjo nuestra primera declaración de creencias. El segundo punto expresa: «De que hay un Señor Jesucristo […] que vivió nuestro ejemplo, murió nuestro sacrificio, fue levantado para nuestra justificación, ascendió a lo alto para ser nuestro único mediador en el
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Ellet Waggoner
Francis D. Nichol LeRoy E. Froom
F o t o g r a f í a s : C e n t r o A d v e n t i s ta d e I n v e s t i g a c i o n e s
Santuario celestial donde, con su propia sangre, hace expiación por nuestro pecados; que esa expiación, lejos de ser hecha en la cruz, que no fue sino la ofrenda del sacrificio, es la porción última de su obra sacerdotal». A pesar de ello, la declaración de Smith no impidió que muchos pioneros, consciente o inconscientemente, dieran énfasis a la buena conducta propia.
1888-1931
La justificación por la fe
El Congreso de la Asociación General 1888 fue uno de los puntos de inflexión de la historia adventista. La lucha de Minneapolis se basó, en esencia, en dos preguntas básicas: ¿Cómo somos salvos? ¿Qué relación hay entre las obras y la salvación? Un grupo, liderado por Smith y George Butler, enfatizó el «esfuerzo humano», las «obras», la «obediencia», la «ley», los «mandamientos», «nuestra justicia» y la «justificación por las obras». Otro grupo, liderado por Ellet Waggoner y Alonzo Jones, se enfocó en «Cristo», la «fe», la «justificación por la fe», y términos relacionados con la justicia de Cristo. En último término, Elena White unió su testimonio al de los dos más jóvenes, Waggoner y Jones: «Veo la belleza de la verdad en la presentación de la justicia de Cristo en relación con la ley así como el doctor [Waggoner] la ha expresado ante nosotros».5 «Esta no era una nueva luz para mí, porque la había recibido de una autoridad más alta durante los últimos cuarenta y cuatro años».6 Elena White dedicó los restantes veintisiete años de su vida a enfatizar la enseñanza de Cristo y su salvación. Entre los libros de ese período se encuentran: El camino a Cristo (1892), El discurso maestro de Jesucristo (1896), El Deseado de todas las gentes (1898) y Palabras de vida del Gran Maestro (1900).
1931-1957
¿Nuestra justificación o su justicia?
En 1931, se dio a conocer una nueva declaración de las «Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo día». La Declaración 3 expresa: «Aunque conservó su naturaleza divina, [Cristo] tomó sobre sí la naturaleza de la familia humana, vivió en la tierra como ser humano, ejemplificó en su vida como nuestro ejemplo los principios de justicia, dio testimonio de su relación con Dios mediante muchos poderosos milagros, murió por nuestros pecados en la cruz […], y vive siempre para interceder por nosotros».7 Seis años después se publicó el libro El servicio del santuario, de M. L. Andreasen, quien estableció una fuerte comprensión perfeccionista que le ganó muchos seguidores a lo largo de los años. El capítulo «La última generación» sostiene con contundencia la vindicación final del carácter de Dios por parte de la última generación de santos perfectos.8 El adventismo actual no puede ser comprendido sin una apreciación adecuada de la lucha que se produjo desde Andreasen, que se vio particularmente exacerbada por la publicación del libro Preguntas sobre doctrina en 1957.
1957-1980
¿El perfeccionismo o su justicia?
Al igual que en 1888, dos posturas contrastantes (en realidad, opuestas) alcanzaron un punto crítico. Al perfeccionismo de Andreasen se opusieron el énfasis que dieron LeRoy E. Froom y Francis D. Nichol a la justicia de Cristo. La publicación en 1975 del libro Perfección: la posibilidad imposible, muestra que Herbert E. Douglass y C. Mervyn Maxwell afirmaron que Cristo vino con una naturaleza caída, mientras que Edward Heppenstall y Hans LaRondelle sostuvieron que su naturaleza no era caída.9
1980-2015
Énfasis en Cristo nuestra justicia
El Congreso de la Asociación General 1980 en Dallas (EE. UU.), aprobó una nueva declaración oficial de «Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo día». Durante los años de madurez espiritual y teológica que siguieron, se continuó estudiando en profundidad el tema de Cristo nuestra justicia. La Asociación General ha publicado volúmenes sucesivos de nuestras creencias fundamentales. Asimismo, diversos investigadores han publicado libros sobre el tema, lo que incluye, por ejemplo, a Norman Gulley (Cristo nuestro sustituto, 1982) y el libro Cristología (1984), editado por Raoul Dederen. Como denominación, también hemos publicado un Manual de teología adventista, que incluye dos capítulos relacionados con «Cristo: su persona y obra», y «La salvación». Hoy día, los adventistas, tanto como cuerpo y como miembros individuales, nos regocijamos en conocer el amor y la misericordia infinitos por los cuales Dios, «al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él» (2 Cor. 5:21). n 1 [James White], «Justified by the Law», Review and Herald, 10 de junio de 1952, p. 24; John N. Andrews, Thoughts on the Sabbath, and the Perpetuity of the Law of God (Paris, Maine: James White, 1851), p. 22. 2 J. H. Waggoner, The Law of God: An Examination of the Testimony of Both Testaments (Rochester, N.Y.: Review and Herald, 1854), p. 120. 3 Stephen Pierce, «Answer to Bro. Merriam’s Question Respecting the Law of Gal. III», Review and Herald, 8 de octubre de 1857, pp. 180, 181. 4 «Doings of the Battle Creek Conference, Oct. 5 & 6, 1861», Review and Herald, 8 de octubre de 1861, p. 148. 5 Elena White, «A Call to a Deeper Study of the Word», Manuscrito 15, 1888, en The Ellen G. White 1888 Materials (Washington, D.C.: Ellen G. White Estate, 1987), p. 164. 6 Elena White, Mensajes selectos, vol. 3, p. 190. 7 «Fundamental Beliefs of Seventh-day Adventists», en 1931 Year Book of the Seventh-day Adventist Denomination (Washington, D.C.: Review and Herald, 1931), p. 377. 8 M. L. Andreasen, The Sanctuary Service (Washington, D.C.: Review and Herald, 1937), pp. 279-297. 9 Herbert E. Douglass et al., Perfection: The Impossible Possibility (Nashville: Southern Pub. Assn., 1975).
Gluder Quispe es director de posgrado de la Facultad de Teología de la Universidad Peruana Unión. Junto con su esposa Silvana son padres de Yerling y Harley. Vol. 12 No. 1 | Adventist World
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N O TA D E TA PA
esús J todo es
para mí A n j a
E
n 1904, el compositor estadounidense Will Lamartine Thompson testificó de su amor por Cristo por medio del himno «Cristo es mi amante Salvador». Al hacerlo, expresó, en palabras y melodía, los preciosos sentimientos personales que millones de cristianos han compartido a lo largo de los milenios desde que el Cristo resucitado comenzó su plan de mediación con sus incomparables méritos, para que así disfrutemos la presencia del cielo aun en medio de los desafíos más feroces de este mundo (Heb. 7:25). El imperioso interés en los testimonios que dan este mes los adventistas de diversas partes del mundo se encuentra en la manera en que muestran una vida semejante a la de Cristo
todos los días, y en circunstancias sumamente diferentes. He aquí las sinceras palabras de un adolescente que ama a Cristo, y la historia (que en realidad son dos) de la manera en que una esposa adquiere, en medio de un amargo duelo, un sentido más profundo de cuán precioso es saber que la justicia de Cristo es real y personal. Estos testimonios nos ayudan a apreciar mayores dimensiones espirituales, emocionales y éticas que pertenecen verdaderamente al mensaje del tercer ángel (véase Elena White, Eventos de los últimos días, pp. 171, 172). Los puntos de vista expresados en estos testimonios pertenecen a sus respectivos autores y reflejan el caminar de cada uno de ellos con Cristo. –Los editores
Solo Cristo puede satisfacer de verdad Sicelicile Ndlovu
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uando éramos niños, mis padres nos animaban a ir cada sábado a la iglesia, aunque ellos mismos jamás asistían. En la iglesia sin Cristo
Me bauticé a los quince años. Había anticipado que se produciría algún
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O s e n b e r g
cambio mágico en mi vida después de ser sumergida en las aguas. Pensé que el bautismo me transformaría automáticamente de la pecadora que era a una santa. Pero no fue así. Durante los primeros veinte años de mi vida fui a la iglesia, pero estaba desconectada del Dios de la iglesia. Servía
en la casa de Dios, pero no conocía al Dios a quien servía. El arrepentimiento y el perdón de los pecados eran completamente ajenos a mi experiencia cristiana. Cuando fui a la universidad, aún no estaba arraigada en mi experiencia cristiana. Cultivé entonces una adicción a la moda y las fiestas. Estaba obsesionada con mi apariencia, y pasaba mucho tiempo decorándome el cuerpo. Sabía que eso no estaba bien, pero no podía resistir la tentación. Por afuera parecía vivaz y feliz, pero por dentro sufría mucho por la culpa, y
me sentía vacía y desolada. Me dediqué a hacer cosas en la iglesia, pensando que eso me daría paz y justificación. Necesitaba paz con desesperación, pero cuanto más me esforzaba, más vacía me sentía. Mis buenas obras no podían expiar la culpa. No podían adquirir la justicia. El cambio
En octubre de 2008 llegó un invitado a nuestra iglesia, que nos habló sobre la justicia de Cristo. Por primera vez, entendí que Cristo realmente podía justificarme más allá de cuál fuera mi pasado. Me sentí emocionada de saber que como pecadora arrepentida, ahora estaba ante Dios como alguien que
jamás había cometido un solo pecado. Mi lucha con la culpa había llegado a su fin. Por primera vez, regresé a casa después de la iglesia sintiéndome feliz y en paz con Dios. Poco después, comencé a leer el libro El camino a Cristo. Ese libro me llevó a las Escrituras. Mi alma se deleitó al leer las palabras reconfortantes del apóstol Pablo en Romanos 8:1: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús». Mi deseo más sincero era estar en Cristo. Al estudiar El camino a Cristo, comprendí que Cristo no solo se había ocupado de mis pecados pasados, sino que me había dado un corazón limpio y poder para vivir en la obediencia.
Jesús tiene mi registro Alareece Collie
E
n el sketch «El Buenómetro»* la gente esperaba en fila y uno a uno se aproximaban a lo que parecían ser ángeles. Cada individuo entregaba una carpeta con el registro de todas las acciones que habían hecho en la vida. Muchos tenían hojas rojas, las que indicaban malas acciones. El ángel efectuaba una rápida revisión, y entonces pedía a la persona que subiera a una balanza, que marcaba desde «malo» a «bueno». No importa cuántas acciones buenas figuraran, la balanza siempre marcaba «malo», y la persona era rechazada. Un desafortunado individuo hasta trató de pagar su entrada con una tarjeta de crédito. Finalmente, alguien entregó una carpeta llena de hojas rojas. En ese momento Jesús apareció y entregó una carpeta que decía «hijo de Dios». Atónito, el ángel declaró al hombre: «Yo no sabía que él estaba con usted». Entonces Jesús procedió a pararse sobre la balanza en lugar del hombre, y por fin, el «Buenómetro» marcó «bueno». Entonces Jesús y este «hijo de
Dios» caminaron felices, juntos, y se sentaron en lo que podría llamarse el lado «de los justos». Una ilustración de la justificación
El sketch es una representación simplificada del concepto de justificación. En ocasiones es fácil que los conceptos o las Escrituras aparezcan como unidimensionales, y no tengan un impacto sobre la forma de vivir. Para mí, la justificación tiene que ver con una relación, y esto influye sobre la vida diaria. Un pasaje clave es 2 Corintios 5:17, que dice: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas». No obstante, ¿qué significa estar «en Cristo»? Los versículos 14 y 15 nos dan la clave, porque dicen: «El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos».
Hoy agradezco a Dios porque me libró del lazo de la moda y las fiestas, que en realidad jamás me brindaron satisfacción alguna. Aún estoy aprendiendo a vivir entregándome cada día a él. A veces se hace duro cuando mi fe es probada por las preocupaciones de esta vida. Cuando caigo, sé en quién he creído, y sé que siempre puedo regresar a él. Su gracia siempre es suficiente. Él me da fuerzas para hacer todas las cosas, y me ha dado una paz que sobrepasa todo entendimiento. n
Sicelicile Ndlovu tiene un restaurante vegetariano en Harare (Zimbabue). Le gusta cocinar y tocar el piano.
En otras palabras, cuando Cristo murió, todos morimos. Puede decirse entonces que si morimos simbólicamente porque estábamos «en» él, también resucitamos cuando él lo hizo. Esa es la nueva creación. Sus acciones por nosotros no fueron tan solo un evento aislado, sino más bien una parte esencial que resulta de nuestra relación con él. Estar «en» Cristo es merecer un enfático suspiro de alivio, porque mis obras buenas jamás podrían ser suficientes. Esta nueva creación no busca mi justicia por medio de mis buenas obras. Se basa en una relación con aquel que es el bien. En este mi siglo XXI, la gente piensa que soy más exitosa porque hago más cosas. En lo que a mí respecta, me siento feliz de disfrutar el éxito cuando me corro a un lado y permito que mi Jesucristo entregue su carpeta en mi lugar y se pare por mí en la balanza. Él ocupa mi lugar con su justicia. Es algo que me entusiasma. n
Alareece Collie, que ama a Cristo y
anhela trabajar por él en todo momento, vive en Nassau (Bahamas).
* Central Films, «El Buenómetro», YouTube. Video en línea: https:www.youtube.com/watch?v=XrLzYw6ULYw (visitado el 6 de octubre de 2015).
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N O TA D E TA PA
Su justicia es mi pacífica playa La Verne Tavarez
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omo crecí en la isla de Antigua, me gustaba observar desde la playa el océano plateado que acariciaba las costas. Sin embargo, aprendí a temerlo cuando llegaba la estación de los huracanes, y el mar se volvía un monstruo que podía tragar a quien se atreviera a abandonar la seguridad que daban los terrenos más elevados.
Ahogados de temor
De niña, sentí muchas veces como si hubiera sido arrojada a aguas agitadas y me estuviera ahogando en un océano de fuego. La tradición anglicana nos enseñó que si no éramos buenos, nos aguardaba el infierno. Aprendí que Jesús era Dios y que estaba en el cielo, pero me asustaba mucho saber que él también autorizaba el castigo. Cada domingo, sentía que el sacerdote me hablaba a mí, convenciéndome de cuán malvada era. Casi parecía que conocía todos mis pecados. ¡No quería terminar en el mar de fuego! Aun así, siempre
sentía que me aguardaba el infierno. Asistir a una escuela católica no me dio paz, porque seguía sintiendo que si me moría, iba a arder para siempre. No recuerdo haber aprendido algún versículo específico de la Biblia, sino tan solo credos, la repetitiva liturgia y algunas historias de la Biblia. De alguna manera, sabía que necesitaba enfocarme en Cristo, pero las olas que me rodeaban no me permitían hallar la paz que tanto necesitaba. Un cambio asombroso
Me mudé a Nueva York y conocí a un adventista que me llevó a su iglesia. Allí aprendí sobre la justificación por la fe. Quedé asombrada al saber que había sido engañada respecto del carácter de Dios, y me enojé por haber vivido en un sistema basado en el temor. Resolví aceptar esta verdad de la justificación por la fe. Aun no estaba lista, pero al mismo tiempo, no puedo describir las emociones se sentirme abrumada por el
Mi matrimonio y yo fuimos salvados Craig Bardo
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e uní a la Iglesia Adventista de adulto, después de una serie de fracasos y decepciones. Un amigo de la infancia me llevó a la Biblia, y me di cuenta de que si la Biblia era la base doctrinal, el adventismo tenía sentido desde el punto de vista intelectual.
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No tan rápido
Mis fracasos y decepciones, sin embargo, no terminaron con mi nueva fe. Aguardaba con ansias que llegara el sábado, pero era incapaz de reconciliar mis pensamientos y conducta con mi fe. Me preguntaba por qué mis esfuerzos no eran recompensados si el cristia-
gozo; no hay palabras para describir la emoción de sentir la justicia de Cristo. Por otro lado, conocí a adventistas cuyas vidas también me confundieron por cierto tiempo, aunque no por mucho. Acepté plenamente la justicia de Cristo, pero tuve que vencer el desánimo de mi experiencia con personas a las que, era de esperar, la justicia de Cristo ya hubiera tenido que transformar en mejores personas. Cuando decidí ser bautizada, sabía que era lo correcto; era la expresión pública de aceptar la salvación en Jesucristo. Tuve que tomar la decisión a pesar de mis experiencias con algunas personas que me rodeaban; tuve que decir: «En lo que a mí respecta, voy a seguir a Jesús». En ese momento sentí que si moría, estaría segura en Cristo por la eternidad. ¡Su justicia es tan perfecta! Sentí que estaba sentada en la playa, donde veía una de esas pacíficas puestas de sol: su luz y calor me dio paz y reafirmó la promesa del mar de cristal en la Tierra Nueva. n
La Verne Tavarez es contadora, y ha vivido con sus dos hijas en Miami (Florida, EE. UU.), desde que su esposo piloto falleció en un accidente en 2012.
nismo implicaba luchar para ser como Cristo. ¿Por qué siempre tenía problemas con mi esposa y una relación tensa con mis hijos? El cristianismo no estaba funcionando en mi caso, y tampoco para mi familia. Mi esposa estaba lista para divorciarse de mí. Entonces, el equipo pastoral de mi iglesia comenzó a orientarnos en el estudio de Romanos 5. Mientras escuchaba y leía, vi que Pablo me describía: sin fuerza, impío, un pecador y enemigo de Dios. No obstante, ¡toda la acción dependía de Cristo! En efecto, Pablo declara que aun sin confesión, sin arrepentimiento,
Pablo declara que aun sin confesión, sin arrepentimiento, sin siquiera ir a Dios, fui reconciliado con Dios mediante la muerte de su Hijo, y que la vida de Jesús me salvaría sin siquiera ir a Dios, fui reconciliado con Dios mediante la muerte de su Hijo, y que la vida de Jesús me salvaría (vers. 10). Una diferencia asombrosa
Esas palabras me dejaron atónito. Comencé a mirar la Biblia con nuevos ojos. Pero esto no es todo. Pablo explica que todos fuimos condenados en Adán (vers. 18), pero Jesús solucionó el problema (vers. 19), porque nos justificó a todos. Esa noción de que todos somos justificados gratuitamente continúa el argumento que Pablo había iniciado en Romanos 3:24. Sentí que un peso se levantaba de mis hombros. Jesús no esperó que yo fuera a él. ¡Él vino hacia mí!
Al estudiar más, me quedó claro un patrón de las Escrituras. Dios nos ha salvado y librado a todos de la penalidad del pecado como don, aun antes de que confesemos, nos arrepintamos o aun creamos. Cuando creemos y confesamos, nos libera del poder del pecado (1 Juan 1:9). Nos libera del dominio y el servicio al pecado mediante lo que Pablo describe como la mente de Cristo (Fil. 2:5) y nuestra fe en Cristo (Gál. 2:20). Las obligaciones y penalidades de las Escrituras cayeron sobre Jesús y, mientras creamos, nuestros son los beneficios de la aceptación de esas obligaciones. Ya no estoy tenso, tratando de reconciliar mis pensamientos y conductas
Fiel hasta el fin Sharon Pergerson
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i esposo, William C. Pergerson II, un evangelista adventista, perdió la vida en un accidente aéreo el 27 de agosto de 2015. Mis dos hijos adolescentes y yo tuvimos el privilegio de escuchar sus últimos sermones sobre la justicia de Cristo en la isla de Tobago, unas dos semanas antes del accidente. Cada uno de esos sermones preparó a nuestra familia para lo que pasaría pronto. Recuerdo que pensé: ¡Qué impresionante! Está predicando con tanto poder y claridad, con un gran sentido de urgencia.
La preparación para el mañana
No hay duda de que Dios nos estaba hablando y dándonos una dosis
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con mi profesión de fe; el crecimiento en la gracia no es cuestión de alterarse por las deficiencias personales. Mi «capacidad proviene de Dios» (2 Cor. 3:5). Mis sábados están llenos de adoración a Dios y cada día disfruto del servicio a los demás. El cielo llena mi corazón con amor por mi esposa y mis hijos. Oro para que mis actividades glorifiquen a Dios. Descanso en la seguridad de que no es mi vida sino la vida de Cristo la que me salva. n
Craig Bardo es director principal de una compañía de inversiones de Nueva York, y miembro de la junta de Gospel Net Global Ministries, un ministerio adventista de apoyo.
da la oportunidad de recibir todo lo que le pertenece, lo que incluye su justicia. Es por ello que Isaías 54:17 dice: «Esta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá, dice Jehová». Comparte mi dolor
altamente concentrada de su calmante para la mente y el alma: la justificación por la fe. Dios sabía la dosis que necesitábamos para soportar la traumática experiencia y seguir aferrados a él. Un punto que mi esposo enfatizaba en sus sermones y que se ha vuelto más personal para mí desde su muerte es cuán cerca está Cristo de cada uno de nosotros. Hebreos 7:26 dice: «Tal sumo sacerdote nos convenía». Jesucristo está mucho más cerca de nosotros que lo que muchos pensamos. Se hizo uno con nosotros, y está más cercano que un mellizo siamés. Mis hijos y yo apreciamos Proverbios 18:24, que dice: «Amigos hay más unidos que un hermano». Cristo se hizo uno con nosotros y nos
¡Oh, qué bondadoso Dios! No puedo evitar más que amar a ese Dios Amigo que se condescendió en estar conmigo en la fosa de mi quebrantamiento. Me siento atraída hacia ese Hermano grandioso que siente mi pérdida porque también es la suya. Atesoro ese Dios del «Yo soy» que estuvo en esa pequeña aeronave junto a mi esposo como su Ayudador que nunca falla, sosteniéndolo y recordándole que lo amaba mientras volaba en círculos sobre el aeropuerto de Battle Creek (Míchigan, EE. UU.), buscando aterrizar de emergencia poco después de despegar. No sé por qué la avioneta se precipitó instantáneamente al suelo, matando en el acto a Will, su único ocupante, pero
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N O TA D E TA PA Dios me lo explicará todo cuando muy pronto levante a mi esposo. Estoy en deuda con ese Dios Padre celestial, a quien he visto socorrer a los huérfanos y darles resistencia, gozo y una determinación de vivir para honrarlo. Me entrego por completo a ese Dios Salvador que ha llenado nuestra vida con la riqueza de almas transformadas al contemplarlo. Satanás lo sabe
Satanás detesta el mensaje de la justificación de Cristo. Conoce las palabras de Elena White que dicen: «Habrá un solo interés prevaleciente,
un solo propósito que absorberá todos los demás: Cristo, justicia nuestra» (Hijos e hijas de Dios, p. 261). Tiene en cuenta Romanos 9:28, donde el apóstol Pablo escribió: «El Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra con justicia y prontitud». Sabe que la revelación y la recepción que tenga el corazón de la justicia perfecta de Cristo quebrantarán el dominio que él como enemigo tiene sobre el pueblo de Dios. Entiende bien que este mensaje permitirá que nos mantengamos firmes sin dudar en estos últimos días, aun ante la persecución y la muerte.
¿Quién es Cristo? Jorge Mendoza Alvir
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ios usa situaciones difíciles para mostrarnos quién es él. Cuando los seres humanos piensan que no existe otra respuesta con excepción de la propia, Dios muestra su poder para que vean quién es y quiénes somos nosotros. La gente suele preguntar: Si hay un Dios, ¿por qué no se nos revela? Si hay un Dios, ¿por qué hay tanta maldad en este mundo? Pero una de las preguntas más comunes es: ¿Por qué, si oro, no me responde? Yo solía creer que si oraba, necesitaba una respuesta para saber que Dios estaba conmigo, y ese fue el comienzo de mi relación personal con Jesucristo.
Dios es mi amigo
Una relación personal con Cristo implica ser su amigo y saber que él es nuestro amigo en las buenas y en las malas. En la Biblia vemos gente cuya fe fue puesta a prueba, y que a menudo fueron bendecidos por Dios después de pasar por la tribulación.
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Una vez que como seres humanos abandonamos el ámbito donde nos sentimos cómodos, solemos buscar a Dios. Ese fue mi caso. Solía pensar que tenía una buena relación con Dios. Pero cuando analizo la ayuda que me ha brindado a lo largo de mi vida, veo que yo no sabía mucho lo que necesitaba saber a fin de tener la mejor relación con él. A pesar de ello, Jesús permaneció junto a mí en esos momentos y me ayudó a amarlo más y crecer en él. Solía orar durante cinco minutos por las mañanas, orar una vez más durante las comidas, y una vez más antes de irme a la cama. Creí que eso era lo que significaba tener una relación cercana y personal con Dios. Pero una vez que Dios usó la tribulación para despertarme, comprendí que en realidad estaba lejos de conocer a Dios. Debido a lo que pasé, puedo decir que una relación personal con Dios no solo implica orar cinco minutos tres veces al día. La oración es una de
No puedo hablar por otros, pero yo he escogido responder a Cristo y su justicia con amor, gratitud, arrepentimiento, fe, humildad y entrega. Mi corazón está plenamente abierto a él. Soy toda de él, y estoy a su servicio. Al igual que el apóstol Pablo y mi esposo, yo también digo: «Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado» (1 Cor. 2:2). En Cristo, la sólida Roca, permanezco fiel. n
Sharon Pergerson vive con sus dos hijos en Berrien Springs (Míchigan, EE. UU.).
las actividades más importantes que podemos practicar si queremos tener una buena relación con Dios. El Señor quiere que entienda que una relación implica hablar con él y agradecerle por lo que ha hecho, y comprender que todo lo que dice y hace es por mi propio bien. No entendí esto hasta que lo puse en práctica. Comencé a aprender y estudiar más de la Palabra de Dios; seguí entendiendo más y más lo que antes no entendía; estoy aprendiendo a escuchar su voz y, aunque en un comienzo fue realmente difícil orar sin obtener una respuesta, aprendí que así como las relaciones humanas necesitan tiempo, una relación donde realmente podamos escuchar a Dios necesita tiempo y dedicación. Ahora aprecio que Dios no responda si tan solo oro por motivos egoístas, pero si oro por otras personas y para que se haga su voluntad, él me responde. Desde que entendí qué es una relación personal, he aprendido a apreciar el cuidado de Dios por mí, a permitirle que sea lo primero en mi vida, y él siempre provee. n
Jorge Menzoda Alvir es un estudiante del último año de la escuela secundaria en London (Ontario, Canadá).
S E C C I Ó N
E S P E C I A L
Fascinados con
Cristo Lael Caesar, con Bogdan Scur y Shawn Brace
Los pastores adventistas Bogdan Scur y Shawn Brace están muy entusiasmados por la presencia de Cristo en sus vidas. Esta entrevista comparte ese entusiasmo. También puede escuchar el podcast (en inglés)1 donde Scur, Brace y Elizabeth Talbot [jesus101.tv] analizan juntos el mismo tema. Brace y Scur explican en primer lugar por qué, en un mundo de muchos maestros morales, ellos están tan cautivados por Jesucristo.
Brace: Estoy muy fascinado con Jesucristo porque él está muy fascinado conmigo. Todos los seres humanos somos objeto del amor supremo de Cristo. Él nos valora más de lo que se valora a sí mismo. Le debemos nuestra misma existencia, tanto mediante la creación como la redención. Después de probar ese amor, usted tampoco podrá evitar sentirse atraído hacia él. Scur: En efecto, Jesús es muy superior a cualquier otro líder moral. Es el único ser humano perfecto y líder moral sin tacha. Su sabiduría es original, mientras que la sabiduría de todos los demás líderes morales es de segunda mano. Y lo que me impacta aún más es quién era y es Jesús. Él es tanto el verdadero Dios como un ser humano pleno. Es el amado Hijo de Dios y Salvador del mundo. ¿Cuál es la relación entre leer la Biblia y creer en Cristo? Brace: La Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, revela el corazón de Cristo y centro de la Deidad, que es un corazón de amor. Leerla me ayuda a comprender su amor y responder mejor. Pablo dice que «con el corazón se cree» (Rom. 10:10). Cuando me encuentro con Cristo mediante su Palabra, mi corazón se conmueve para responder a su amor por fe. La Biblia es una manera de seguir encontrándome con el amor de Dios y de sentir su impulso. Scur: Jesús mismo me dice que todas las Escrituras testifican de él. Este principio clave me permite ver todas las Escrituras ya sea como preparación para el evangelio de Jesucristo, el evangelio mismo de Jesucristo, o las implicaciones del evangelio de Jesucristo.
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¿Todos tienen que experimentar la conversión? Cuando pensamos en la justicia de Cristo, ¿qué podemos decir de todas las personas buenas que han dedicado sus vidas a buenas causas, como la paz, pero no se interesan en Jesucristo? ¿No están todos ellos del mismo lado? Jesús es el Príncipe de Paz, ¿no es así? Scur: Sí, así es. Y precisamente porque lo es, él es quien define lo que es la paz. Sin él no sabemos qué es la vida, o cómo amar a Dios y al prójimo. Sin él no entendemos lo que es la paz y cómo trabajar por ella. Brace: En lugar de pensar sobre lo que «deberíamos» o «no deberíamos» hacer, necesitamos preguntar qué dará a un individuo la mayor felicidad y realización. Sabemos que en el cielo habrá personas que jamás escucharon o respondieron conscientemente al amor de Cristo (Rom. 2:12-15). Sin embargo, ¿por qué robarles la oportunidad de experimentar el gozo, la paz y la realización de conocer y entregarse al Cristo amante? Por supuesto, no soy yo quien tiene que decir quién está convertido o no. Pero siempre puedo compartir la esperanza que tengo, y orar para que todo el que escuche sea atraído a una comprensión y a un encuentro más profundos con Cristo y sus caminos.
Cierta vez escuché que un miembro de iglesia dijo: «Yo decidí llegar hasta esta iglesia». ¿Está bien decir que nosotros somos los que decidimos llegar a la iglesia? Brace: La realidad es que, como seres humanos pecaminosos, ninguno de nosotros tiene siquiera un gramo de inclinación natural de ir hacia Dios, y tampoco sabemos cómo hacerlo. Scur: Estamos demasiado ocupados persiguiendo nuestros propios intereses egoístas y edificando nuestro propio reino. Cualquier inclinación hacia Dios y la fe es un don de la gracia y la obra de Dios en nuestra vida. No somos los que decidimos llegar a la iglesia, sino que Dios nos guía hasta allí. Brace: John Wesley, a quien los adventistas debemos gran parte de nuestra comprensión teológica, dijo que esta es la «gracia que previene». Esa enseñanza, que es bíblica, dice que, librados a nosotros mismos, jamás tendríamos siquiera la idea o inclinación de buscar a Dios o de ir a la iglesia. Notemos lo que dice Elena White: «Cristo enseña que la salvación no se debe a nuestra búsqueda de Dios, sino a su búsqueda de nosotros».2 Scur: Muy a menudo Dios usa a otras personas para llevarnos a la fe. Vemos a alguien que de manera imperfecta, pero hermosa, ejemplifica la vida de un discípulo de Cristo, y recibimos el abrumador deseo de disfrutar de una vida semejante.
La Biblia es una manera de seguir encontrándome con el amor de Dios y de sentir su impulso . –Shawn Brace
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Jesucristo está reordenando mis pensamientos, mi comunicación, mis actitudes, sentimientos y todo lo que incorporo a mis relaciones
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–Bogdan Scur
De manera que toda la salvación proviene de Dios. No hay nada que podamos hacer los seres humanos. Ese miembro de iglesia acaso estaba sinceramente equivocado, porque todo es automático. No deberíamos ni jactarnos ni preocuparnos, porque todos podemos ser salvos: ya que Jesús encendió el interruptor de la salvación allí en la cruz. Brace: Elena White usa mucho las palabras «rendirse», y otras similares como «permitir», «entregarse», etc. Lo que depende de nosotros es «rendirnos», si es que podemos expresarlo así. Nuestra «tarea» es no resistirnos a lo que Cristo ya ha comenzado a hacer por nosotros en la cruz. Por ese medio Cristo nos justificó (porque ya todos deberíamos estar muertos por nuestros pecados) y nos atrajo hacia sí (Juan 12:32). Si no nos resistimos, seremos atraídos a Jesús y llevados al arrepentimiento.3 Es más difícil escapar de Dios que permitir que él nos atraiga hacia sí. Muchos se perderán porque eligen resistir y rechazar el poder de atracción de la gracia divina. Scur: La conducta humana tiene una función. No nos salvamos a nosotros mismos, pero aceptamos o rechazamos lo que Dios ha hecho para salvarnos. Aún tenemos libertad de elección. Nuestra salvación no es automática. Aunque Cristo hizo todo para salvarnos, él no ahoga nuestra voluntad. ¿Qué sienten hoy ustedes al confiar en Cristo? Brace: ¡Confiar en Cristo es todo para mí! Cuando me doy cuenta de que la fe obra por el amor (Gál. 5:6) y que «el amor de Cristo nos constriñe» (2 Cor. 5:14), reconozco que el amor y la fe de Cristo son como combustible que impulsa todas mis acciones. Mi vida es la manera que tengo de expresar mi gratitud, amor y fe mediante la cooperación ilimitada con los deseos que Cristo tiene para mí; es lo que podemos llamar obediencia.
Scur: Confiar en Cristo me está transformando como esposo, padre, y está cambiando la relación con mis colegas y en muchos otros aspectos de la vida. Jesucristo está reordenando mis pensamientos, mi comunicación, mis actitudes, sentimientos y todo lo que incorporo a mis relaciones. Y para terminar, ¿Adónde creen que los llevará esta pasión que tienen por Cristo? Scur: Realmente espero que me lleve más y más hacia el misterio que es Jesucristo. Jesús es un Salvador tan bueno y un Señor tan bondadoso que siempre me lleva más cerca de él. Brace: Creer en Cristo no constituye tan solo un buen seguro de vida. Me gusta pensar que, al igual que Moisés, Pablo y Jesús mismo, hasta podría renunciar a la eternidad si eso implica que otro se salve. Sigo a Jesús no por lo que pueda darme en el futuro, sino por la increíble gratitud que tengo por lo que ya me ha dado en el pasado. No codicio las recompensas futuras o aun la seguridad presente, porque no merezco nada bueno. De manera que, en último término, no puedo imaginar hacia dónde me llevará esta pasión. ¡Y eso me parece perfecto! n 1 En
Soundcloud.com/adventistworld/fascinated. White, Palabras de vida del Gran Maestro, p. 147. 3 Elena White, El camino a Cristo, p. 27. 2 Elena
Shawn Brace, autor de tres libros, es pastor en Maine (EE. UU.), y administra el blog newenglandpastor.net. Bogdan Scur es especialista en Biblia Hebrea en la Universidad Adventista de Washington, en Maryland (EE. UU.). Lael Caesar es editor asociado de la revista Adventist World.
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T E S T I M O N I O
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En busca del amor de Dios
Las historias de la Biblia que mamá nos leía por las noches decían que Dios amaba a las personas, aunque también parecía administrar castigos con facilidad. Por ejemplo, las historias de Jonás, el diluvio, Sodoma y Gomorra, contaban que algunos sufrieron la ira de Dios. Mi maestra de Escuela Sabática hablaba del amor de Dios; yo había crecido cantando «Cristo me ama, esto sé»; aún así, no entendía bien las cosas. Más allá de sus demostraciones de amor, Dios por cierto tenía reglas estrictas. Se esperaba que obedeciera porque lo amaba, pero hasta el momento no había podido generar el suficiente amor como para evitar las infracciones más simples, como por ejemplo pelear con mi hermano. Aparte de la Escuela Sabática y los libros de niños, el amor a menudo parecía estar ausente en mi círculo de amigos y familiares adventistas. Parecía que todos sabían del amor de Dios, pero aquellos a quienes admiraba pensaban que hablar del amor tendía a minimizar la obediencia. Como no querían ser culpables de ello, se dedicaban a hablar de «la verdad presente», enfatizando las señales de los tiempos que nos ayu-
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amor transformador
C o
Cheyenne Francis
PI X ABA Y / F o u n d r y
a lluvia golpeaba el techo de metal y los lados de la casa, mientras ráfagas de viento azotaban la copa de los árboles. Un repentino relámpago reveló sombras espectrales contra la ventana de mi dormitorio. Cuando llegó el trueno, me estremecí y me escondí bajo las sábanas. Dios tiene que estar enojado esta noche, pensé. Sin duda, era culpable de su ira. «Dios –exclamé con un gemido–, castígame como a Jonás, para que mi familia no tenga que morir». Mucho después de que pasó la tormenta de verano, mi joven corazón seguía agitado. ¿Y si un tornado hubiera destruido la casa, o me hubiera caído un rayo? Seguramente me despertaría en la resurrección equivocada, solo para ser consumida en el infierno. Eso es lo que sucede con los que no obedecen a Dios, y aún no sabía cómo dejar de desobedecerlo.
Un
De la fe a la seguridad
daban a estar preparados. No querían perder el tiempo en cosas tan básicas como el amor. Reconocí el amor de Dios
En medio de todo esto, leí el libro Meditaciones matinales (1953) de Elena White, y me suscribí a una revista para adolescentes llamada Discípulo joven. Gracias a ellos comencé a entender la salvación y las verdaderas intenciones de Dios hacia mí. En la vida de los héroes de la Biblia, los reformadores, los mártires y los misioneros vi que seguir a Dios produce la mayor felicidad. Aprendí a entregar mi voluntad a su voluntad, y el poder que él nos da para vencer. Para mi gran sorpresa, es algo que funcionaba en la vida real. Aprendí cómo estudiar la Biblia para comprender el verdadero carácter de Dios. Al meditar en la cruz y la vida de Cristo, entendí por qué cantábamos «Cristo me ama, esto sé».
Dios se me reveló, y poco a poco me entregué a él. Con una nueva perspectiva sobre el amor y la obediencia, comencé a creer que podía ser salva. Mi perspectiva sobre Dios cambió, y hasta comencé a buscar la manera de agradarlo. ¡Jamás me había sentido tan feliz! Pronto noté que el amor de Dios surgía en las cosas de todos los días. Comencé a ver su amor en la naturaleza, en las oraciones respondidas, en las pequeñas bendiciones diarias. Al comprender que Jesús no me pedía algo imposible, que él había vencido por mí y ahora me permitía vivir una vida victoriosa, su amor me pareció más relevante y, francamente, más auténtico. Un amor fundamental
Aun así, el amor me parecía un tanto elemental: ¿No debía acaso tornarse algo más complicado y con mayores desafíos? Eso me habían enseñado. Pero también comencé a ver que «elemental»
amor
El no es cosa de principiantes: es el fundamento que brinda estabilidad, significado y propósito a cada aspecto de la vida que el amor incomparable de Dios derribara las barreras que me atenazaban el alma! ¡Cuántas veces busqué fuentes secundarias de aprobación, aceptación y un sentido de bienestar! ¡Cuántas veces me subestimé y me saboteé cuando podría haber experimentado mi valía y estabilidad sobre la base del fundamento más fuerte que existe! Con el desafío de seguir adelante
significa «fundamental». El amor no es cosa de principiantes: es el fundamento que brinda estabilidad, significado y propósito a cada aspecto de la vida. El amor es el agente que nos permite comprender a Dios y llegar a ser como él. Elena White escribió: «El primer paso hacia la salvación es responder a la atracción del amor de Cristo […]. Cristo atrae a los hombres mediante la manifestación de su amor para que puedan comprender el gozo del perdón, la paz de Dios. Si responden a su atracción, entregando su corazón a la gracia divina, los guiará paso tras paso a un conocimiento pleno de Dios, y esto es vida eterna».1 También escribió: «Tal amor es incomparable […]. ¡Tema digno de la más profunda meditación! ¡Incomparable amor de Dios para con un mundo que no le amaba! Este pensamiento ejerce un poder subyugador que somete el entendimiento a la voluntad de Dios».2 Sin embargo, ¡cuán poco permití
No reconocí el abismo de mi corazón hasta que experimenté un año que sacudió mis fundamentos más básicos. Dios usó eventos comunes –aunque traumáticos– para mostrarme que había estado dependiendo de otros y no de él. Ese año, puse fin a una relación seria, me mudé de mi hogar y del trabajo que había tenido por ocho años, y comencé a analizar las experiencias de mi niñez de manera más objetiva. Mis amigos y la familia de la iglesia ahora estaban a cientos de kilómetros, y estaba muy confundida respecto de mis vínculos familiares. Con el corazón quebrantado por la confusión, sentí que mi alma estaba desolada y destruida. Mientras buscaba paz y estabilidad interior, rogando a Jesús que me ayudara, un tema destacado comenzó a brillar a través de las Escrituras. Siempre había estado allí, pero ahora presté atención a las mejores y más insondables noticias del Libro: Yo poseía un valor incalculable, no sobre la base de mis acciones, talentos o circunstancias, sino gracias al amor devoto, constante y sólido de Dios. «Porque a mis ojos eres de gran estima, eres honorable y yo te he amado» (Isa. 43:4). «El Señor se deleitará en ti» (Isa. 62:4, NVI). ¿Qué otra cosa podía importar? Con asombro y gratitud, comencé a destacar con un marcador, como si fueran pequeñas notas de amor, cada versículo bíblico que me mostraba el amor de
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Dios y cuánto valía para él. Los viejos pasajes familiares pronto adquirieron una nueva y radiante belleza. Me llevó más de una década darme cuenta, pero ahora sé que aunque jamás comprenderé cuánto valgo para Dios, puedo creer y edificar mi vida sobre esa certeza. «Vivamos en contacto con el Cristo vivo –escribió Elena White–, y él nos asirá firmemente con una mano que nos guardará para siempre. Creamos en el amor con que Dios nos ama, y estaremos seguros; este amor es una fortaleza inexpugnable contra todos los engaños y ataques de Satanás».3 Ahora, cuando me siento desanimada, tentada o sola, abro mi Biblia y busco los textos resaltados, u otros nuevos que destacar. Confío en esas promesas más que en mis sentimientos, mis circunstancias o cualquier otra cosa del mundo. Sé sin dudarlo, que Dios me valora. Este es el mensaje que se nos pide que vivamos. Aunque no podemos explicar su amor ni describir su vastedad y ternura, podemos mostrar a los que nos rodean –nuestra familia, amigos, colegas y aun las personas que encontramos a nuestro paso– cuánto los ama el Señor. El amor fluye del corazón de Cristo, derritiendo la indiferencia y otorgando relevancia a todas las cosas. El maravilloso amor de Dios es el mensaje más poderoso que tenemos que compartir con el mundo. Y la mejor manera de compartir ese amor es vivirlo. n 1 Testimonios 2 El 3 El
para la iglesia, t. 1, p. 380. camino a Cristo, p. 15. discurso maestro de Jesucristo, p. 101.
Cheyenne Francis es una
escritora independiente que disfruta de compartir el amor de Dios con los adolescentes y jóvenes.
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R espuestas
a
preguntas
bíblicas
La
Moisés pidió ver la gloria de Dios, pero solo pudo ver su espalda (Éxo. 33:18-23). ¿Qué significa eso? ¿Qué es lo que vio Moisés?
gloria del
La narrativa es en efecto intrigante, pero no necesariamente difícil de entender. Combina las capacidades humanas de ver y oír con la disposición de ser oído y visto. Tiene que ver con la presencia de Dios con Moisés y, por extensión, con nosotros. Examinaremos el contexto, y entonces comentaremos sobre lo que se oye y se ve. 1. El contexto: El trasfondo de la historia es la adoración del becerro de oro que llevaron a cabo los israelitas en el Sinaí, lo que constituyó una seria violación de su pacto con Dios. Como resultado de ese pecado, el Señor está listo para abandonar a su pueblo en el desierto. Mediante la intercesión de Moisés, Dios promete llevarlos a la Tierra Prometida por la presencia y la conducción de su ángel. Moisés insiste en que el Señor mismo los acompañe. El Señor finalmente accede a su pedido. Lo que sigue es lo que parece ser el deseo de Moisés de asegurarse que el Señor en efecto los acompañará. 2. El pedido de ver: El énfasis de parte de Moisés está en ver. En la Biblia, la realidad o la creación es captada por medio de la vista. Los seres humanos son conscientes del carácter concreto de la realidad, y de que pueden acceder y comprenderla mediante la vista. La vasta creación de Dios está abierta al ojo humano para que el ser humano la disfrute y desentrañe sus misterios. Los libros sapienciales de la Biblia se basan, hasta cierto punto, en esta convicción que incluye observar, analizar y extraer conclusiones de lo observado. Sin embargo, ¿qué decir cuando se refiere a ver lo que no es parte de la creación, a saber, al Creador? Al no ser parte de la creación, él no puede, por naturaleza, ser aprehendido por el ojo humano. Moisés presenta su pedido con suma cautela: «Por favor, muéstrame [har‘eni, «hazme ver», «haz que pueda ver»] tu gloria» (Éxo. 33:18). El ojo humano puede ver a Dios solo cuando el Señor se hace accesible a la vista. Lo que Moisés quiere ver específicamente es la «gloria» (kabod, «peso», «gloria») de Dios, y Dios le niega el pedido, porque «ningún hombre podrá verme y seguir viviendo» (vers. 20). Sabemos que Moisés y los israelitas habían visto previamente la gloria
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Señor
del Señor y no habían muerto. Esto indica que Moisés ansía una experiencia que está más allá de esas manifestaciones de la gloria de Dios oculta en la nube de su presencia. Quiere ver la gloria de Dios sin intermediarios; verlo en la majestad, poder y fulgor de su ser. Moisés parece estar pidiéndole al Señor que ingrese al mundo así como él realmente es, porque esto garantizará que en efecto, Dios acompañará a su pueblo en su viaje a Canaán. Sin embargo, las criaturas finitas no pueden observar la plenitud del Infinito y sobrevivir la experiencia. 3. Ver por medio del oído: Moisés verá la «bondad» de Dios no por medio de sus ojos, sino por medio de sus oídos. Sí, el Señor descenderá en la gloria de su majestad para hablar con Moisés, para darle lo que necesita, es decir, una proclamación de su nombre, de su carácter, como Yahvé/el Señor. El problema del pecado del pueblo no sería resuelto mediante una demostración abrumadora de la gloria de Dios, sino mediante la revelación de su carácter. El Señor es un Dios misericordioso y clemente (vers. 19), quien siempre está listo para perdonar «la iniquidad, la rebelión y el pecado» (Éxo. 34:7). ¡Así es él! Eso es lo que «verá» Moisés. La narrativa se vuelve íntima, porque Dios le pide a Moisés que se pare sobre la peña (probablemente el Sinaí) y espere. En el momento apropiado, Dios lo protegerá de la majestad de su gloria al ocultarlo «en la hendidura de la peña», cubriéndolo con su mano. Moisés experimentará la realidad de la presencia de Dios, pero solo verá las «espaldas» de Dios (Éxo. 33:12, 23), no su rostro. Moisés solo vio un resplandor de la presencia fulgurante de Dios después del paso de su gloria invisible. El mensaje parece claro: podemos ver mejor la presencia de Dios después de su acción salvífica en nuestro favor. Por ahora, solo podemos ver sus espaldas. n
Después de trabajar como pastor, profesor y teólogo, Ángel Manuel Rodríguez se ha jubilado y vive en Texas (EE. UU.).
E studio
bíblico
Mark A. Finley
S t e m i e r
Abraham L
a historia de Abraham es en cierto sentido la historia de usted y la mía. Es la historia de un hombre comprometido con Dios, pero cuya fe tambaleó. Cometió errores, pero en cada instancia reconoció su falta de fe y continuó creciendo mediante cada experiencia de vida. El compromiso inquebrantable de hacer la voluntad de Dios caracterizó su vida. Falló en su humanidad, pero jamás le dio la espalda al Dios que amaba y servía. En esta lección, estudiaremos la creciente fe de Abraham en medio de circunstancias que le presentaron grandes desafíos.
1 ¿Qué visión guio la vida de Abraham? Lea Hebreos 11:8-10 para descubrir cómo logró mantenerse fiel ante los desafíos de la vida. Abraham vio más allá de los desafíos que enfrentó; vio a ese Dios que era el rey divino del universo y que había preparado una ciudad eterna para él y su familia. Se ha dicho: «Es posible soportar casi todo cuando se sabe que existe la esperanza de un futuro brillante». El corazón de Abraham estaba lleno de esperanza.
2
Aunque Abraham estaba profundamente decepcionado porque la promesa de Dios no se cumplió con el nacimiento de Ismael, ¿qué seguridad le dio Dios? Lea Génesis 17:18, 19.
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¿Qué descubre usted sobre el carácter de Abraham en Génesis 18:1-8? Compare este pasaje con Hebreos 13:1, 2. Abraham tenía un corazón bondadoso. Saludó a tres extraños con la mayor cortesía y se ocupó de sus necesidades físicas y emocionales. Ese gesto de hospitalidad nos llama también a ofrecer actos de bondad que suplan las necesidades de quienes se crucen en nuestro camino.
4
Con el tiempo, la fe de Abraham y Sara siguió siendo probada. El hijo de la promesa aún no había nacido, y estaban envejeciendo. ¿Cómo respondió Dios a su falta de fe? Lea Génesis 18:11-14, 16-19.
O . A .
arriesgó todo Lo que parecía imposible para esta pareja no era imposible para Dios. La pregunta: «¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios?» (vers. 14) sigue resonando a través de los siglos. Nos habla de un Dios poderoso plenamente capaz de resolver nuestros problemas y darnos el triunfo frente a los desafíos más grandes de la vida.
5 ¿Cómo reveló Abraham su verdadero carácter en Génesis 18:20-26? La preocupación de Abraham de salvar a Sodoma es evidente en sus discusiones con Dios. Él discute respetuosamente con Dios como si apelara a un amigo. En 2 Crónicas 20:7, es llamado amigo de Dios para siempre. No existe descripción más excelsa que la de ser amigo de Dios.
6 ¿Qué expresión usó Dios en el nacimiento de Isaac que es similar a una expresión usada para describir el nacimiento de Jesús? Compare Génesis 21:1-3 y Gálatas 4:4. En los eventos significativos de la historia de la salvación, Dios cumple su voluntad suprema según el cronograma divino. Podemos estar muy agradecidos de que el plan de salvación no se encuentra en manos humanas, sujeto a cambios aleatorios, sino en las manos inmutables de Dios.
7 ¿Cuál fue la prueba más grande que enfrentó Abraham, y cómo se aplica la solución divina a cada uno de nosotros? Lea Génesis 22:1-14 y compárelo con Juan 1:29 y Apocalipsis 5:1-6. La fe de Abraham fue probada cuando mostró su disposición de ofrecer a Isaac. En un supremo acto de fe demostró su confianza absoluta en Dios, quien proveyó un sustituto. Nosotros también vamos con fe hasta el altar divino, temblando y preguntándonos si estamos solos. Pero mediante Cristo, se ha provisto un sacrificio, y alabamos a Dios por el Cordero sacrificado en nuestro lugar. Jesús es todo lo que necesitamos. n
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INTERCAMBIO DE IDEAS PI X ABA Y
Esta no es la única cuestión que Elena White anticipó hace muchos años. Piensen en lo que escribió sobre los niños y la educación. Los psicólogos están confirmando todo lo que ella dijo. Las profecías siempre afirman nuestra fe. Carlos Olguín Quiroz Santiago, Chile La influencia de Elena White
Cartas
Adventistas son instados a examinar lo que comen
Escribo en relación con el artículo de Andrew McChesney titulado «Adventistas son instados a examinar lo que comen» (Diciembre 2015). Al leerlo, solo atino a sonreír. Cuando presentamos este tema en nuestra iglesia local, nos dijeron que estábamos introduciendo enseñanzas falsas. Espero que ahora muchos escuchen el informe de la OMS. Eric Eyaru Soroti, Uganda Gracias por este relevante artículo. ¡Qué esperanza y bendición está presente en nuestro mensaje de salud! Podemos hacer algo positivo para prevenir el cáncer y muchas otras enfermedades. Josephine Kelley Rogue River, Oregón, Estados Unidos
Gracias por publicar el artículo de Cárolyn Azo titulado «Una entrevista al chozno de Elena White» (Diciembre 2015). Esta mujer profetizó lo que sucedería –lo que sucedió y lo que sucederá. Me gustan sus libros, en especial El conflicto de los siglos. George Koromo Dar es Salaam, Tanzania ¡Qué grandes consejos de [el descendiente de Elena White] Justin Torossian! Este año leí dos de los libros de Elena White, y estoy leyendo el tercero. Soy adventista de cuna, pero jamás había disfrutado de sus escritos como lo hago ahora. Eunice Gregory-Richard Tucson, Arizona, Estados Unidos
Los escritos de Elena White dan excelentes consejos, aunque su propósito no es remplazar a la Biblia. Ella misma dice que tenemos que poner a la Biblia en primer lugar. Me gustan mucho sus libros, y los leo cada día. Primero leo mi Biblia. En enero de 2016, comenzaré a leerla por quincuagésima vez. Entonces leeré sus escritos. ¡Son una bendición tan grande! Mi preferido es El Deseado de todas las gentes, y le sigue de cerca Patriarcas y profetas. Illana Goodwin Portland, Oregón, Estados Unidos Cuando Dios nos sorprende
El camino del Señor es el único camino. Jesús se mezclaba con las personas, satisfacía sus necesidades, se ganaba su confianza y las llamaba para que lo siguieran. Me gustó leer el artículo de Mark A. Finley titulado: «Cuando Dios nos sorprende» (Agosto 2015) sobre el ministerio de Pablo. He tenido malas experiencias en varias iglesias a las que asistí, pero jamás dejaré la iglesia o la verdad que hallé después de una vida infernal en este mundo. ¡Alabo a Dios porque me abrió los ojos para que viera la verdad! Cualquiera puede «brillar» desde el púlpito. Pero necesitamos recordar la importancia de ministrar a los pobres, los abusados y los destituidos. Moni Dominic por vía electrónica
Pedidos y
agradecimientos
Por favor, oren por mi madre. Está pasando por dificultades financieras. Le debe dinero a mucha gente. Felicia, Sudáfrica
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Oren por favor por mi familia, y para que yo confíe en Dios hasta el fin del tiempo, y siga fiel hasta que él regrese. Oren también por mi prometido y por mí, para que encontremos trabajo y así podamos casarnos de acuerdo con el plan de Dios. Withney, Martinica
Pido que oren para que tenga paciencia. No estoy segura qué hacer con mi vida. ¿Vuelvo a estudiar? ¿Busco un trabajo más satisfactorio? ¿Comienzo una relación? Confío en Dios, y necesito que él me ayude a ser más paciente, y que me dirija. Rashel, Jamaica
Premio Agradecimiento
La mayoría de mis desafíos han sido aniquilados gracias a Adventist World. La revista ha hecho una diferencia muy grande en mi vida; siempre parece ser justamente lo que necesito. Que Dios bendiga a los escritores y a todo el equipo. Daniels Muteesa Kampala, Uganda Me encanta la revista Adventist World. ¡Bendiciones! Ir Tuyishime Hiti John República Democrática del Congo ¡Gracias por Adventist World! Que Dios los bendiga mientras procuramos seguir compartiendo las buenas nuevas. Lokasasa “Craig” Kalzii Honiara, Islas Salomón Pautas para las cartas: Envíelas por favor a letters@ adventistworld.org. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.
a la trayectoria
Lilya Wagner, directora de Servicios Filantrópicos para Instituciones de la División Norteamericana, recibió hace poco la medalla Henry A. Rosso, en reconocimiento a la trayectoria en la recaudación de fondos, de parte de la Escuela de Filantropía Familia Lilly de la Universidad de Indiana (EE. UU.). En los últimos 25 años, Wagner es la segunda adventista en recibir este honor (el primero fue concedido a Milton Murray en 1992). El reconocimiento premia a los profesionales del área que adhieren a las normas más elevadas de ética en la recaudación de fondos, y que sirven como modelos para otros profesionales de la filantropía.
Más fibra porotos frijoles (de todo tipo) yogur griego papas huevos
No hace falta morir de hambre para bajar de peso. Los siguientes ocho alimentos brindan fibra, proteína y nutrientes esenciales:
manzanas trigo en grano
higos avena Fuente: Women’s Health
Volví a estudiar a los 53 años y este es mi primer semestre de carga completa. Me siento abrumada. Por favor, oren para que pueda hallar el equilibrio entre todas mis responsabilidades y obtenga las calificaciones que necesito para ser admitida en la carrera de asistente de enfermería. Jeanne, Estados Unidos
Agradezco a Dios por mi vida y mi familia. Oren por favor para que encuentre un esposo según la voluntad de Dios. Grace, Zambia
Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a prayer@ adventistworld.org. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a Adventist World, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.
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INTERCAMBIO DE IDEAS d e
n o t i c i a s
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f o t o g r a f í a S :
109 años
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l 1 de enero de 1907, lo que hoy es la Universidad Burman abrió temporariamente sus puertas en el pueblo de Leduc (Alberta, Canadá). La matriculación inicial de nueve estudiantes se incrementó a 27 antes del fin del trimestre. En el Congreso de la Asociación General 1901 en Battle Creek (Míchigan, EE. UU.), J. Boynton, de Nebraska (EE. UU.), fue enviado a Alberta, por entonces un campo misionero. De los 50 miembros que Boynton encontró al llegar, 35 eran creyentes alemanes que se reunían en una iglesia en Leduc, a cien kilómetros al norte del campus actual de la universidad. En un encuentro de la iglesia en 1906 en Red Deer, se organizó la Asociación de Alberta, y C. Burman fue su primer presidente. Para entonces, se habían abierto tres escuelas de iglesia en la provincia, pero el número creciente de familias adventistas creó la demanda de niveles más elevados de educación. Por recomendación de la junta de la Asociación, Burman asumió el nuevo emprendimiento educativo. La universidad, que ahora está ubicada cerca de Lacombe y que fue conocida en el pasado como Colegio Terciario de la Unión Canadiense y Colegio Universitario Canadiense, ahora lleva el nombre de Charles y Leona Burman, el equipo matrimonial que fundó la institución. Charles fue su primer y tercer rector, y Leona, además de ser la enfermera de la universidad, enseñó inglés, ciencias, geografía y fisiología.
Pintado de azul Cada año se hilan cerca de
3 mil millones de metros de tela
de mezclilla (de vaquero o jean), lo suficiente para envolver el mundo .
67 veces
Fuente: USA Today
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Mentores
que marcan una diferencia
Mentores y adultos ajenos a la familia a menudo juegan un papel esencial para ayudar a que los niños desarrollen su pleno potencial. Según un estudio nacional 2013 en los Estados Unidos, dos terceras partes de los niños de familias acaudaladas tienen mentores ajenos a sus familias. Dos terceras partes de los niños pobres no los tienen. Los niños pobres dijeron que querían un mentor en algún momento de la vida en casi el doble de oportunidades, pero dijeron no contar con uno. ¿Busca mentores? Búsquelos en la Escuela Sabática local, el Club de Conquistadores, las instituciones educativas adventistas o las reuniones de Jóvenes Adventistas. Si desea colaborar como voluntario, o por más información sobre cómo ponerse en contacto, visite: GCYouthMinistries.org. Los mentores marcan una diferencia.
Bigotes para el
Arte
En China, los artistas usan bigotes de animales a manera de pinceles. Se usan los de gato para trazar bigotes de gato y otras pinceladas detalladas. Otros materiales usados son la cerda de lobo, los bigotes de ratón y de rata, el pelo de tejón, la piel de ardilla, la crin de caballo y las plumas de la zona inferior del cuello de los martín pescadores. Fuente: National Geographic
Haga más
«He aquí, vengo pronto . . .»
con menos
Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.
¿Tiene usted una rutina de ejercicios? (En la actualidad, ¿quién no la tiene?) ¿Dispone usted de quince minutos? Maximice su rutina con EMOM, las iniciales en inglés de «cada minuto al comenzar el minuto». Funciona así: Ponga el cronómetro y haga una serie de ejercicios tales como flexiones verticales de brazos, flexiones de codos, abdominales, flexiones de piernas, etc., en series de tres, cinco o diez. Cuando termine la serie, descanse por el tiempo que queda de esos sesenta segundos. Comience una nueva serie cuando comienza el nuevo minuto. El breve descanso le ayudará a controlar la fatiga y a completar un mayor número de series. Desarrolle una rutina que le permita pasar rápidamente de un ejercicio a otro, y repita la rutina durante quince minutos (esto equivale a cinco ejercicios durante tres minutos cada uno, o tres ejercicios durante cinco minutos, etc.). Fuente: Men’s Health
¿En qué
lugardel
se encuentra?
Ju n e
C o o m b s
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Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Gerente editor internacional Pyung Duk Chun Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice- presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Yutaka Inada, German Lust, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han, Gui Mo Sung Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. André Brink, Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Andrew McChesney Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Jae Man Park, Hyo Jun Kim Directora de operaciones Merle Poirier Director de asociaciones estratégicas Jared Thurmon Editores invitados Mark A. Finley, John M. Fowler Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Kimberly Brown Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Yutaka Inada, German Lust, Ray Wahlen, Exoficio: Juan Prestol-Puesán, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Juan Prestol-Puesán, G. T. Ng, Leonardo R. Asoy, Guillermo E. Biaggi, Mario Brito, Abner De Los Santos, Dan Jackson, Raafat A. Kamal, Michael F. Kaminskiy, Erton C. Köhler, Ezras Lakra, Jairyong Lee, Israel Leito, Thomas L. Lemon, Geoffrey G. Mbwana, Paul S. Ratsara, Blasious M. Ruguri, Ella Simmons, Artur A. Stele, Glenn Townend, Elie Weick-Dido A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos, Indonesia y México.
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RESPUESTA: Adolescentes de la iglesia de Stanborough Park, en Watford (Inglaterra), ayudan a servir una comida de dos platos y postre –de la cocina india– para recolectar fondos para Save the Orphans Please International (STOP), una entidad benéfica fundada en el año 2000 por Kish Podar, profesora de ciencias del colegio. Ya se han donado más de dos mil libras esterlinas gracias a la venta de alimentos y otros artículos. Los proyectos de STOP para 2015 incluyen cavar un nuevo pozo de agua para un orfanato, terminar de levantar una pared en el Love Home, pintar el Hogar Way to Life, y construir una pared en el Centro de Capacitación Vocacional.