Aw mar15 spanish

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Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Vol. 11 No. 3

de

Dios

Zuki y Pali Mxoli decidieron arriesgarlo todo Una promesa es una promesa 12

20

La fe y las

finanzas

El don que Jesús nos prometió 27


Vol. 11 No. 3 N O TA

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D E

TA P A

Los constructores de Dios

Sandra Blackmer

Aunque estaban por perderlo todo, Zuki y Pali Mxoli dedicieron seguir adelante.

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PA N O R A M A

M U N D I A L

El campo misionero más importante

Ted N. C. Wilson

Nuestras familias, una prioridad.

12 Una promesa es una promesa D E V O C I O N A L

Dennis Meier

¿Cumple Dios su palabra bajo cualquier circunstancia?

14 Visiones de Dios C R E E N C I A S

F U N D A M E N TA L E S

20 La fe y las finanzas V I D A

A D V E N T I S TA

Julian Archer

La relación entre la administración de nuestro dinero y la fe.

22 Expansión del ministerio de D E S C U B R A M O S D E P R O F E C Í A

Paulo Cândido de Oliveira

la mensajera de Dios

Anna Galeniece

Elena White da a conocer el mensaje de salud.

24 Amor en acción S E R V I C I O

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 10 Historias de GLOW

A D V E N T I S TA

Joel Reyes

Una niña necesitada es conectada con alguien dispuesto a ayudar.

25 Cuando las especies cambian F E

Y

C I E N C I A

L. James Gibson

Los seres vivos se adaptan a su ambiente todo el tiempo.

D E PA R TA M E N T O S MUNDIAL

E S P Í R I T U

Nuestro amor hacia un Dios que nos conoce más y mejor que nosotros mismos.

3 I N F O R M E

E L

Congreso de la Asociación General 2015 RESPUESTAS 26 PREGUNTAS

Por la presente, se notifica que el sexagésimo Congreso de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día será llevado a cabo del 2 al 11 de julio de 2015 en el Alamodome de San Antonio (Texas, EE. UU.). La primera reunión comenzará a las 8.00 del 2 de julio de 2015. Se insta a todos los delegados debidamente acreditados a que se hagan presente en ese momento. Ted N. C. Wilson, Presidente de la Asociación General G. T. Ng, Secretario de la Asociación General

A BÍBLICAS

Ausentes pero no olvidados

27 E S T U D I O B Í B L I C O 11 S A L U D M U N D I A L Trastorno por déficit El don que Jesús nos prometió de atención con hiperactividad 28 I N T E R C A M B I O D E I D E A S

spanish.adventistworld.org

www.adventistworld.org: Disponible en línea en diez idiomas

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Marzo 2015

F O T O G R A F Í A

D E

L A

P O R TA D A :

C R E ATA S / T H I N K S T O C K . C O M


Aún más profunda

INFORME MUNDIAL

Más de

tres mil bautismos

en República Dominicana

Histórico sábado corona los «Diez días de oración» de la Iglesia Adventista

G Ó M E Z / D I A

Andrew Mcchesney, editor de noticias, Adventist World

R E N É

«Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el Arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se mojen en las aguas del Jordán, las aguas […] que vienen de arriba se detendrán formando un muro» (Jos. 3:13). Es uno de los sermones más comunes del adventismo: nos llama a avanzar por fe, con la expectativa plena de que Dios cumplirá sus promesas. Miles de templos han comenzado a partir de esas palabras. Incontables campañas de evangelización han progresado –primero titubeantes pero luego con creciente con­ fianza– cuando los líderes y miembros recor­ daron la necesidad de obedecer al Dios que nos dice: «Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Mar. 16:15). ¿Qué sucede, sin embargo, cuando el lecho del río no se seca apenas colocamos nuestras plantas, o el agua nos llega a las rodillas, la cintura o aun al cuello? ¿Qué sucede en esas horas cuando la lógica de la mente que Dios nos ha dado entra en con­ flicto con la fe instaurada por el mismo Dios? Si cada gatito perdido apareciera cada vez que oramos, o cada alma experimentara una dramática transformación cada vez que así se lo pedimos al Señor, pronto consideraríamos que los milagros de Dios son comunes y que aun los merecemos. La Palabra de Dios nos recuerda vez tras vez que la fe no es una transacción de máquina expendedora, donde depositamos una moneda para obtener un producto. En último término, no son cosas –ni siquiera milagros– lo que más necesitamos, sino una relación con ese Dios misericordio­ so. El objetivo final de la fe siempre supera a las demostraciones de esta; es mayor que la construcción de edificios, la predicación de sermones y la distribución de agua. La fe es la experiencia por la cual aprendemos a confiar más, a alcanzar la confianza inamovible de que estamos seguros para siempre, porque estamos en sus manos. Al leer la nota de tapa de este mes sobre el matrimonio adventista que caminó en el Jordán hasta que el agua le llegó al cuello, lo invito a orar por esa confianza más profunda que recuerda la promesa: «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán» (Isa. 43:2).

Arriba DEDICACIÓN: Veintiséis pastores (en la fila del centro), de rodillas con los líderes de la iglesia (izquierda), durante la ceremonia de ordenación. Las esposas de los pastores están de pie detrás de ellos. Derecha DE LA CHINA: El pastor Israel Leito, presidente de la División Interamericana, bautiza el pasado 17 de enero de 2015 a Hiu Wang, la primera creyente china que se une a la Iglesia Adventista en la República Dominicana. R E N É

G Ó M E Z / D I A

■■ Miles de personas atestaron un estadio de la capital de la República Dominicana, para celebrar el bautismo de 3052 personas y la histórica ordenación de ciento diez pastores, en el cierre de los «Diez días de ora­ ción» que es una iniciativa mundial de la Iglesia Adventista. Los veintinueve líderes principales de la Iglesia Adventista, entre ellos, Ted N.C. Wilson, presidente de la denominación, asistieron al culto de adoración del 17 de enero en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo. «Nos vamos de aquí con corazones llenos de gratitud por la acción del Espíritu Santo y rebosantes de gozo, porque el Espíritu de Dios ha obrado con poder en esta ciudad», expresó el evangelista Mark Finley, quien dirigió el programa diario vespertino titulado «Año nuevo, vida nueva» entre el 7 y el 11 de enero.

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INFORME MUNDIAL Entre los 3052 bautizados, 1800 lo hicieron en el estadio el sábado 17 de enero, y otros cientos en diversos lugares de la isla entre el 16 y el 17 de enero, según informó la Unión Dominicana de la Iglesia Adventista. Muchos otros fueron bautizados duran­ te la semana anterior, como parte de la campaña de evangelización de Finley. «Jesús es la roca, y tienen que edificar la iglesia sobre la roca, sobre Jesucristo –dijo Wilson a los candidatos–. Pueden edificar la iglesia de Dios al llevar a otros a él, a su Santa Palabra, a su iglesia y a este movimiento profético». Uno de los bautismos ocupó un lugar destacado: el de Hiu Wang, la primera creyente china en unirse a la Iglesia Adventista en la República Dominicana. «Wang representa un grupo de creyentes por los cuales la iglesia ha estado traba­ jando durante un año y medio, gracias a un centro misionero adventista en Santo Domingo», dijo Luis Miguel Acevedo, el pastor encargado del grupo. La ceremonia de ordenación, llevada a cabo el sábado por la tarde, marcó un momento histórico para la Iglesia Adventista por el número de ministros que fueron ordenados, y el número de países y líderes que participaron. Totali­ zaron ciento diez pastores, contando los veintiséis ordenados en la sede principal del evento en Santo Domingo. Líderes de las trece Divisiones de la iglesia mundial asistieron a la ceremonia junto con los vicepresidentes de la Asociación General y otros directivos. Veintitrés Uniones de la iglesia y once países de la División Interamericana participaron vía satélite. Unos treinta pastores fueron orde­ nados en distintos puntos de la División en las semanas previas a la ceremonia principal. El sábado fue el punto cul­ minante de los «Diez días de oración», una iniciativa anual de la Asociación Ministerial de la Asociación General que

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reúne a los adventistas de todo el mundo durante diez días, para rogar por el derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia. Finley dijo que Dios estaba transfor­ mando vidas. «Me voy de Santo Domin­ go profundamente impresionado por el compromiso de los feligreses con la mi­ sión, la extraordinaria participación de los jóvenes en la vida y testificación de la iglesia, y el énfasis de los administra­ dores en el evangelismo –dijo Finley–.

Salgo de aquí sintiendo que Dios hizo algo increíblemente inusual porque los administradores, los pastores y los laicos se unieron en la misión de Dios al mundo, con un sentido de urgencia. Me pregunto qué pasaría si ese énfasis en la misión y el compromiso de ganar a los perdidos para Cristo eclipsara todo interés egoísta y fuera prioridad de cada iglesia, Asociación, Unión y División». Libna Stevens (Div. Interamericana) colaboró con este informe.

COMENTARIO DE NOTICIAS

La

mayor contribución

de Herbert E. Douglass

a la teología adventista

Douglass usó los escritos de Elena White para ofrecer claridad durante momentos de grandes desafíos Jerry Moon, director del Departamento de Historia Eclesiástica, Universidad Andrews ■■ Como estudiante doctoral a comien­ zos de la década de 1960, Herbert E. Douglass tuvo que analizar a diversos teólogos modernos juntamente con sus compañeros de la Escuela de Teología del Pacífico, en Berkeley (California). En varias ocasiones, cuando la clase se cuestionó las contradicciones que parecían insalvables entre los principales teólogos, Douglass ofreció una perspectiva que según sus colegas, clarificaba la dificultad.

En un comienzo, los compañeros pensaron que Douglass tenía talento para la reflexión teológica. Pero después de varias situaciones similares, se le acercaron y le dijeron: «Tienes que estar sacando esas ideas de algún lado. ¿Qué estás leyendo además de los textos que nos asignaron para la clase?» Douglass entonces les habló de Elena White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista. Uno de sus compañeros, después de leer El Deseado de todas las gentes, le


PENSADOR ADVENTISTA: Herbert E. Douglass posa en 1973, durante los seis años que pasó como director asociado en la Review and Herald. A R C H I V O S

A D V E N T I S TA S

dijo: «Ahora entiendo lo que dices. Esta escritora tiene una calidad propia que la autentica». Escuché esta historia de boca del mismo Douglass, quien colocó a White en el centro del sistema teológico que construyó a lo largo de su vida. Razonó que si el adventismo era verdadero, y si White fue usada por Dios para contribuir al desarrollo de una teología bíblica auténtica, sus escritos tenían que contener las perspectivas necesarias para resolver cualquier problema. La tarea de este estudioso, de profun­ dizar en el estudio de los escritos de White, solo tuvo fin el 15 de diciembre pasado cuando falleció a los ochenta y siete años, después de una larga enfermedad. Apreciar la pasión que este desta­ cado teólogo adventista del siglo XX sentía por White, requiere comprender el mundo turbulento del adventismo al que ingresó como joven pastor en la década de 1950. Los adventistas olvidan reformarse

Un valor central que heredamos los adventistas, de la Reforma Protestante, fue la idea de que como resultado de la complacencia y recaídas humanas, la única manera de que la iglesia esté reformada era seguir reformándose. La

falla de todo movimiento religioso es considerarse «reformado» y abandonar el proceso continuo de «reforma». White expresó en repetidas ocasiones: «Somos reformadores», y los primeros adventistas creían que su misión era completar la Reforma Protestante en preparación para la venida de Cristo. En un encuentro de la iglesia en 1888, dos jóvenes ministros, E. J. Waggoner y A. T. Jones, trataron de convencer a la iglesia de su necesidad de reforma pero, según White, la mayoría rechazó el mensaje. Por ello, muchos adventistas ingre­ saron al siglo XX sin percibir que no tenían una experiencia viva de justifi­ cación por la fe tan solo en Cristo. La mayoría de los protestantes los conside­ raban una secta legalista. El Congreso de la Asociación General de 1950 procuró remediar esto llamando al reavivamiento y la reforma, pero sobre la base de una visión meramente legal de la justificación, no toda la «nueva crea­ ción» explicada por Pablo en 2 Corintios 5:15-17 y respaldada por White. Dos jóvenes misioneros adven­ tistas en África protestaron por esa desviación, y los líderes de la iglesia se sintieron atacados. Un punto externo de presión para los líderes adventistas surgió en 1955, cuando algunos evangélicos confrontaron a los adven­ tistas, dudando de que eran cristianos ortodoxos. Esto llevó a que en 1957, la iglesia publicara el libro Los adventistas responden preguntas sobre doctrina. Este libro declaraba abiertamente que su ob­ jetivo «no es ser una nueva declaración de la fe» sino explicar «las creencias [adventistas] con la terminología usada actualmente en los círculos teológicos». No obstante, las cuestiones que el libro trajo a la luz pronto polarizaron a la denominación. A esa volátil situación llegó Herbert E. Douglass. Su ministerio abarcaría

más de sesenta de los más turbulentos y controvertidos años de la historia adventista. En 1953, Douglass tenía veintiséis años y solo seis de experiencia pastoral, cuando el Colegio Superior Unión del Pacífico lo llamó a enseñar y lo becó para que estudiara en el Seminario Teológico Adventista. En esos días, el seminario, la sede de la Asociación General y la casa editora Review and Herald se encontraban en Takoma Park, en las afueras de Washington D.C. Douglass pronto llegó a ser re­ conocido como un destacado erudito, y la Review and Herald lo invitó a ser parte del equipo editorial que prepa­ raba los tomos 6 y 7 del Comentario Bíblico Adventista. Respuestas en Elena White

Desde un lugar privilegiado, Douglass pudo observar el desarrollo de la con­ troversia, y se volvió a Elena White en busca de soluciones. En 1957 regresó al Colegio Superior Unión del Pacífico para enseñar teolo­ gía, y en 1960 se convirtió en director del Departamento de Teología del Colegio Superior Unión del Atlántico. En 1964 recibió su doctorado de la Escuela de Teología del Pacífico, y siguió trabajando allí como vicerrector académico y más tarde rector. Cuando en 1970 Kenneth Wood, editor de la Review and Herald lo invitó a ser editor asociado de la publicación que hoy se conoce como Adventist Review, Douglass tuvo el tiempo y la oportunidad de publicar artículos y libros sobre los conceptos que había desarrollado durante sus años de ense­ ñanza. Además de cientos de artículos, llegó a editar treinta libros. Mensajera del Señor (1998) fue el volumen más completo sobre White antes de la Enciclopedia de Elena White (2013), de la cual fue un importante colaborador.

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INFORME MUNDIAL Douglass encontró el punto de partida de su teología en las narrativas bíblicas del conflicto entre el bien y el mal, y en los comentarios de White sobre esas narrativas. El comienzo del pecado, las acusaciones de Satanás con­ tra el carácter de Dios, y la revelación del plan de salvación de Dios como la respuesta abarcadora a todas las acusaciones satánicas, expusieron las debilidades de la mayoría de las teolo­ gías modernas. El énfasis de White en el carácter de Dios como la cuestión fundamental del gran conflicto llegó a ser el fundamento del sistema teológico de Douglass. El tema del gran conflicto expuso y resolvió claramente el falso dilema entre la obra de Cristo en la cruz y su obra en el Santuario celestial. Como el propósito de la expiación era salvar la brecha que el pecado había creado en el universo de Dios, quedó claro que la cruz era el centro pero no el fin de la expiación. El sacrificio de Cristo en la cruz fue perfecto, completo, suficiente y único. Pero en la mañana de la resurrección, en el universo aún quedaban cosas por hacer que solo él podía lograr. Las presentaciones más abarcadoras del sistema teológico de Douglass se encuentran en tres libros publicados en los últimos años: God at Risk: The Cost of Freedom in the Great Controversy (2004), A Fork in the Road (2007), y The Heartbeat of Adventism: The Great Controversy Theme in the Writings of Ellen G. White (2011). Douglass fue un gigante, una le­ yenda para miles de adventistas que se nutrieron con sus escritos y aplicaron sus perspectivas a la vida diaria. Aun los que están en desacuerdo con él difícilmente pueden negar que a través de sus obras seguirá siendo uno de los teólogos adventistas más influyentes del siglo XX.

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EN CONSTRUCCIÓN: Los líderes de la iglesia levantan una sala para la Escuela Sabática cerca de la iglesia adventista de Villa Caoba, en La Romana (República Dominicana). L I B N A

S T E V E N S / D I A

Líderes adventistas

construyen una iglesia

Wilson, al frente de grupo que se toma un descanso de las tareas administrativas para hacer algo práctico Libna Stevens, División Interamericana ■■ Los veintinueve principales líderes de la Iglesia Adventista cambiaron sus computadoras portátiles y teléfonos ce­ lulares por pinceles y palas para ayudar a construir –algunos por primera vez– un templo en la República Dominicana. Ted N.C. Wilson, presidente de la Asociación General de la Iglesia Ad­ ventista, estuvo al frente del grupo de presidentes de División, vicepresidentes generales y otros importantes admi­ nistradores de la iglesia que dejaron de lado por una semana las actividades de sus cargos, para colaborar con el pro­ yecto en la ciudad de La Romana. «Qué privilegio es tomarse un descanso de los deberes administrativos para hacer algo práctico –dijo Wilson durante el culto de la mañana en el hotel donde se alojaba el grupo–. Es un traba­ jo de multiplicación: expandir la iglesia». Los principales líderes se reúnen al comienzo de cada año para las reuniones de planificación del Consejo

Consultivo Ejecutivo del Presidente (PREXAD por su sigla en inglés), pero este año, Wilson también animó a los líderes para que construyeran una iglesia. Antes del encuentro, la Asociación General se contactó con Maranatha Volunteers International, una organización afiliada a la Iglesia Adventista y conocida por sus proyectos de construcción de «Iglesias de un día», y juntos escogieron la iglesia adventista de Villa Caoba, en La Romana. El nuevo edificio ofrecerá un lugar de adoración a los cuarenta miembros de la congregación y agua potable a esa comunidad de doce mil personas. Los feligreses se reunían antes en un humil­ de edificio de techo y paredes de zinc, ocho bancos semiderruidos y un piso de tierra que se llenaba de barro cuando llovía. Los niños lo hacían bajo un árbol. El 14 de enero, los líderes de la iglesia pintaron los dos baños de la nueva igle­ sia, levantaron las paredes de bloques,


y colocaron el techo sobre la estructura del edificio. También levantaron una estructura de «Iglesias de un día» donde se llevarán a cabo las Escuelas Sabáticas infantiles, junto al edificio principal. «Es maravilloso sentir el aire internacional de todos nosotros en este lugar, y trabajar juntos para que la iglesia crezca», expresó el evangelista Mark Finley mientras pintaba las pare­ des de los baños junto a Ella Simmons y Armando Miranda, vicepresidentes de la Asociación General. Finley dijo que mientras trabajaba pensaba en dos co­ sas: en pintar correctamente y en alabar a Dios por la oportunidad de servirlo. Simmons, que está completando su segundo período de cinco años como la primera y única vicepresidenta mujer de la Asociación General, dijo que era la primera vez que participaba en la cons­ trucción de una iglesia y expresó: «Por muchos años he querido hacer esto. Es maravilloso». Después de dedicar tiem­ po a pintar, anunció que comenzaría a poner cemento entre los bloques. Construir una iglesia con Maranatha fue también una primera experiencia para Israel Leito, presidente de la División Interamericana, que incluye a la República Dominicana. «Es un momento sumamente histórico tener a todos los líderes construyendo un templo para nuestros feligreses –dijo–. Nos sentimos muy felices porque esto les asegura a los miembros que estamos con ellos, y no solo sentados en nuestras oficinas». Esteban Paredes, pastor de la iglesia adventista de Villa La Caoba, dijo que la nueva iglesia es la más pequeña de las seis congregaciones que pastorea, pero que la decisión de los líderes de trabajar en el lugar dejó una gran impresión. «Es un gozo enorme ver y tener a los líderes de la Iglesia Adventista aquí trabajando codo a codo para construir este templo –expresó–. Es realmente un privilegio».

NUEVO CARTEL: El presidente Ted N.C. Wilson descubre el cartel de la calle Elena G. de White, mientras que Armando Miranda, vicepresidente de la Asociación General, traduce a su lado. L I B N A

S T E V E N S / D I A

Calle rebautizada

«Elena G. de White» Es la primera calle del mundo en recibir el nombre de la fundadora de la Iglesia Adventista

Libna Stevens, División Interamericana ■■ Una ciudad de República Domini­ cana ha rebautizado una calle «Elena G. de White», el nombre de una de las fundadoras de la Iglesia Adventista, en reconocimiento por su contribución al mundo a través de sus escritos. Maritza Suero, alcaldesa de La Romana, una ciudad de ciento treinta mil habitantes, anunció que la Calle 7ª pasaría a llamarse «Elena G. de White» en una ceremonia a la que asistieron el presidente de la Iglesia Adventista mundial, el pastor Ted N.C. Wilson, y otros líderes de la denominación. «No alcanzan las palabras para sa­ ludar a personalidades tan distinguidas del mundo cristiano en esta ciudad de La Romana, que hemos declarado como la ciudad de Dios», dijo Suero el pasado 15 de enero de 2015 en una alocución en la que abundó en felicitaciones a la Iglesia Adventista y sus líderes. Wilson agradeció a la alcaldesa por sus amables palabras, los esfuerzos de la ciudad por promover la libertad religiosa y la conmemoración del legado de White a través del nombre de la calle.

Hacia el final de la ceremonia, un importante funcionario municipal anunció por sorpresa que la ciudad donará un terreno que vale más de cien mil dólares, a fin de construir una iglesia. La propiedad de quinientos metros cuadrados se encuentra en un barrio de clase media alta. La calle Elena G. de White está en el barrio de Villa Alacrán, a solo una cuadra de la iglesia adventista que lleva el nombre La Fe, una congregación de sesenta miembros. Wilson y otros líderes visitaron más tarde la calle para descubrir el letrero y elevar una plegaria en el lugar. La idea de rebautizar la calle provino del concejal Wanchy Medina, que es adventista y quien afirmó que quiso re­ conocer la contribución significativa de White en el área de la salud, entre otras. G. T. Ng, secretario de la Iglesia Adventista mundial y presidente de la Junta de Fideicomisarios del Patrimo­ nio White, mencionó además que este año se cumple el centenario de su muerte.

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P A N O R A M A

M U N D I A L

El

Ted N. C. Wilson

campo mısıonero más importante está en nuestro hogar

D

e todos los dones que Dios nos ha dado, dos de los más preciados provienen del Edén: el sábado y la familia. Estos dones especiales se centran en las relaciones con Dios y con los que están más cerca de nosotros. Es interesante que Satanás dirige algunos de sus ataques más despiadados a esos dos dones tan especiales. Lo que Dios ideó para nuestra mayor felicidad, Satanás quiere transformarlo en fuente de tristeza. En este artículo, analizaremos específicamente el don de la familia. El don de la familia

Cuando Dios creó a Adán y Eva, no solo creó dos individuos para que coexistieran uno junto al otro. Por el contrario, creó una maravillosa amal­ gama de los dos en una unidad especial. ¡Fue la primera familia del mundo! Dijo entonces Adán: «¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada “Mujer”, porque del hombre fue tomada».Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne. (Gén. 2:23, 24 RVR 1995). ¡Qué imagen hermosa y plena de amor! ¡Cómo ha anhelado Dios esta cercanía, este amor en cada familia,

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desde el principio! Pero como bien sabemos, el pecado entrometió su terri­ ble cabeza, trayendo miseria y dolor. A pesar de ello, no todo está per­ dido. Nuestro Creador es el poderoso Ayudador, Restaurador y Guardador de todo lo que se le encomienda (véase 2 Tim. 1:12). Dios aún puede ayudar a que las familias actuales experimenten la calidez, el amor y la cercanía origina­ les. La inspiración asegura que «solo la presencia de Cristo puede hacer felices a hombres y mujeres. Cristo puede trans­ formar todas las aguas comunes de la vida en vino celestial. El hogar viene a ser entonces un Edén de bienaventuranza; la familia, un hermoso símbolo de la familia celestial».1 Maneras prácticas de fortalecer a las familias

¿Cuáles son algunas cosas prácticas que podemos hacer para fortalecer a las familias? He aquí seis recomendaciones: 1. Dediquen tiempo cada día para el culto familiar. Lleven a cabo un culto familiar que no resulte tedioso o extenso, sino breve y elevador. Cuando nuestras hijas eran pequeñas, leíamos mucho. Primeramente usábamos relatos de la Biblia en libritos llamados «Pescaditos». A los dos años, nuestra hija mayor los memorizó. Más tarde leímos Mis amigos F O T O G R A F Í A :

B R A N D

de la Biblia, seguido por Las bellas historias de la Biblia, de Arthur S. Maxwell. Las niñas a veces hacían dramatiza­ ciones de las historias bíblicas y, por supuesto, leíamos también directamente de la Biblia. Entonces orábamos juntos, y ellas oraban. La oración era una parte central del culto, y queríamos que las niñas se sintieran cómodas orando. Ahora que han crecido, Nancy y yo buscamos diversas maneras de hacer los cultos, como por ejemplo leer la Biblia y libros devocionales, intercambiar una cita que nos impresione del Espíritu de Profecía, y siempre orar juntos por la mañana y por la noche. Para ambos, nuestros momentos devocionales personales leyendo la Biblia y el Espíritu de Profecía son insustituibles. Esto refuerza en último término la atmósfera de nuestra creciente familia de hijos y nietos. Oren siempre con sus hijos, de mañana y de noche. Oren con sus hijos y con su cónyuge. Asegúrense de que todos coloquen el día en las manos de Dios. Que la familia sea despedida por la mañana con oración, y que termine el día de la misma manera. Cuando estaba en la universidad, mi padre se tomó el tiempo de enviarme una nota manuscrita con la siguiente cita: «Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu X

P I C T U R E S / S T O C K B Y T E / T H I N K S T O C K . C O M


Que la familia sea despedida por la mañana con oración, y que termine el día de la misma manera . oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”».2 Jamás he olvidado ese acto de bon­ dad, y trato de consagrarme al Señor cada mañana. 2. Conversen y oren por sus hijos. Padres, es esencial que hablen con sus hijos. Pregúntenles por la escuela, la vida social y el desarrollo espiritual. Hablen con ellos. Hablen. Hablen y hablen. Aun cuando crezcan, pueden llamarlos o mandarles mensajes de texto, o incluso escribirles una carta. No los fastidien o molesten; por el contrario, conéctense con ellos. Dialoguen incluyendo pensa­ mientos espirituales, pero no de manera degradante o condenatoria. Ofrezcan palabras de aliento. Díganles que están orando por ellos. Oren con ellos por teléfono, o en persona. La oración ayuda a que los niños sepan que ustedes confían en Dios y, al ser ejemplos de oración, les dicen que ellos también necesitan hacerlo. 3. Afirmen y valoren a sus hijos. Muéstrenle a sus hijos que los aprecian, y que son individuos cabales. Bríndeles orientación y aliento sobre cosas de valor eterno tanto para la vida personal como vocacional. Un inmenso factor para afirmar y valorar a los niños es decirles que creen en ellos. Hoy hay demasiada gente que carece de autoestima. Existen muchas razones para ello, como los mensajes de los medios que nos dicen que si no hacemos o tenemos esto o aquello no valemos nada. Por ello, díganle a sus hijos que creen en ellos y que están orgullosos de ellos. Aprovechen cada oportunidad para hallar una razón de brindarles afirmación. En vez de reprenderlos, muéstrenles que el Señor es la fuente de todo lo bueno y anímenlos a buscarlo. No puedo exagerar la importancia de brindar afirmación a sus hijos. No dejen de hacerlo cuando sean adultos.

Es importante animarlos y brindarles afirmación durante toda la vida. 4. Planifiquen actividades especiales. Planifiquen bien de antemano activida­ des especiales con la familia, ya sea un picnic, una actividad especial en la casa o una salida a comer con su cónyuge. Si no lo hacen en forma deliberada, irán por la vida sin demasiada interacción familiar. Planifiquen las vacaciones bien de antemano, y permitan que todos ayuden a planificar momentos felices, en lugar de que sean instancias estresantes donde no haya tiempo para disfrutar juntos. Planifiquen algunas actividades misioneras juntos, como distribuir folletos o cantar en hogares de ancianos u hospitales. Hacer algo juntos por otros es una gran protección contra las tentaciones del maligno. 5. Hagan en ustedes los cambios que quieren ver en otros. Las familias fueron instituidas por el mismo Dios, y tienen que ser una protección contra los efectos del cinismo, el escepticismo y el desánimo. Las familias fueron creadas para darnos aliento; no desaliento. Recuerden un reciente encuentro familiar. ¿Les parecieron molestos algunos familiares? ¿Se sintieron contra­ riados por algunos comentarios? Sepan que en la familia puede haber mucho amor, pero también gran animosidad o tensión. Aprendan a perdonar, aceptar y alentar a su familia, aun cuando la conducta de algunos los desaliente. Re­ laciónense en el espíritu del Sermón del Monte que pronunció Cristo (Mateo 5). En muchas partes del mundo hay familias extendidas que viven en proxi­ midad y forman parte de la experiencia diaria. Esto puede brindar aliento a los miembros del grupo que están pasando por dificultades. Desafortunadamente, en el siglo XXI, es cada vez más común vivir lejos de la familia. La gente puede quedar desconectada espiritualmente de sus raíces y caer en patrones de vida que están lejos del ideal de Cristo. Invito a

los miembros de la familia a que cuiden las relaciones con sus seres queridos, aun si estos se encuentran del otro lado del mundo. 6. Sean guardas de su hermano. Las familias están sufriendo enormes ata­ ques, y esto a menudo produce hogares fracturados y niños criados por un solo padre. Invito a los que están en esa situación a tomar aliento en el Señor, porque él puede suplir lo que falta. Nos promete: «Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en jus­ ticia, juicio, benignidad y misericordia» (Oseas 2:19). La pregunta de Caín «¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?» es respondida por Cristo, quien se interesó en cada ser humano. Y también se extiende a la familia de la iglesia. Somos parte de una familia mundial de dieciocho millones, cada uno con la responsabilidad de brindar alimento espiritual a los miem­ bros de esa familia maravillosa. Un comentario especial para los padres cuyos hijos dejaron al Señor

Jamás pierdan las esperanzas. Jamás dejen de orar por sus hijos. Piensen en la manera de relacionarse con ellos, para no ser condenatorios. Muestren por el contrario la bondad de nuestro Padre, quien, mediante el Espíritu Santo, siempre busca atraernos hacia sí. Reconozca que mediante esfuerzos pequeños y demostraciones continuas de interés y amor en sus hijos, se pro­ ducirán, por la gracia de Dios, algunos cambios de actitud. Aprovechen cada oportunidad de hacer comentarios positivos, y de mostrarles que se inte­ resan en ellos. Para las familias que enfrentan desafíos

No dejen de hablarse, pero háganlo con voz tranquila. Muchas veces solo escuchamos lo que decimos y no lo que dice el otro. Pero la Biblia aconseja:

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P A N O R A M A

M U N D I A L

«Sobrellevad los unos las cargas de los otros» (Gál. 6:2). Pónganse en lugar del otro y procuren estar en paz, en lugar de encerrarse siempre en la opinión propia. Permitan que el Espíritu Santo les ablande el corazón, y entonces, hará lo propio con el corazón del cónyuge y los hijos. Que en el hogar reine un espíritu dulce, según el consejo de que «todo hogar debiera ser un lugar donde reine el amor, donde moren los ángeles de Dios, y donde ejerzan una influencia suavizadora y subyugadora sobre los corazones de los padres y de los hijos».3 En conclusión

Mantengamos nuestra vista en las realidades eternas. Cuando lleguemos al cielo, Dios no nos preguntará cuánto trabajamos por la iglesia, o cuántos folletos distribuimos. Son cosas buenas, pero no lo principal. Por el contrario, nos preguntará: «¿Qué hiciste con tu familia? ¿Dónde está tu rebaño pequeño?» Un gran recurso

Cada año, el Departamento de Ministerios de Familia de la Asociación General crea recursos que ayudan a fortalecer las familias. Lo invito a visitar el sitio web en www.family.adventist. org, y descargar el libro electrónico de reavivamiento y reforma titulado Building Family Memories [Cómo crear recuerdos de familia], editado por Willie y Elaine Oliver, directores del departamento. Este libro constituye un gran recurso para todo aquel que esté interesado en fortalecer su familia, y las familias de la iglesia y la comunidad. n 1 Elena

White, El hogar cristiano, p. 24. camino a Cristo, p. 70. hogar cristiano, p. 14.

2 White, El

Historias de GLOW: Iluminando el mundo «Iluminando el mundo» (GLOW) es una iniciativa misionera que se originó en California (EE. UU.), pero que se está extendiendo a otras Divisiones. Se basa en la idea de que los miembros de iglesia aprovechen toda oportunidad que se les presente para repartir folletos en forma gratuita. Los folletos se imprimen actualmente en cuarenta y cinco idiomas. A continuación compartimos una historia que muestra a personas alcanzadas por GLOW:

REINO UNIDO: James,* un miembro de iglesia, estaba viajando en un autobús cuando sintió el impulso de compartir un folleto con un joven que viajaba a su lado. Haciéndose de valor para hablar, le explicó que estaba participando de un proyecto de distribución de impresos para crear conciencia de lo que la Biblia dice que sucederá en los últimos días de la historia de este mundo. Se inició entonces el diálogo, y cuando James llegó al punto donde debía bajarse, le señaló la dirección de una iglesia adventista que estaba impresa en el reverso del folleto, y lo invitó a asistir. Cierto sábado, alrededor de un año después del incidente, James llegó a la iglesia y se sorprendió de ver al joven del autobús quien le contó que había ido porque quería aprender más. Unos meses después, luego de estudiar la Biblia, el joven fue bautizado. Para ese acontecimiento invitó a toda su familia. «Me asombró que fuera tan simple –dice James–. A veces buscamos hacer grandes cosas para compartir la verdad, pero Dios solo me necesitaba en un autobús con un folleto de GLOW en el momento exacto».

3 White, El

Ted N.C. Wilson es

presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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Adventist World | Marzo 2015

Estas historias son compiladas por Nelson Ernst, director de GLOW de la Unión Asociación del Pacífico (EE. UU.), y por Kamil Metz, coordinador de GLOW International. Si quiere saber más sobre GLOW, visite sdaglow.org. Para ver testimonios sobre GLOW, visite vimeo.com/user13970741. * pseudónimo


S A L U D

M U N D I A L

Peter N. Landless y Allan R. Handysides

TDAH

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad Nuestro nieto es inquieto y le cuesta seguir indicaciones. Su maestra y padres dicen que es hiperactivo, impulsivo y le cuesta mantener la atención. Ellos lo llaman trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Creemos que tal vez necesita una disciplina más estricta, pero sus padres nos dijeron que no opinemos. ¿Tienen algún consejo al respecto?

E

l trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH, también conocido por sus siglas en inglés: ADHD) es una situación estresante para todos. Y aunque les parezca descortés, el pedido de no interferir ni opinar puede ser un intento de buscar una disminución de la angustia y la ansiedad. Este trastorno puede tener muchas repercusiones, y ha sido muy estudiado. Se diagnostica por síntomas de conducta como los que usted describe. El TDAH afecta la tarea de aprender a leer y también de hacer amigos; algunas de sus características persisten en la vida adul­ ta. Está asociado con bajos índices de con­ clusión de estudios secundarios y puede también ser un problema en la retención del empleo. Aunque estamos seguros de que tienen la mejor de las intenciones, se apreciará más que sean amables, compren­ sibles y que brinden su apoyo, en lugar de efectuar comentarios sobre la conducta del niño y dar el consejo de ser más estrictos. Este trastorno no se diagnostica en niños y adolescentes que muestran la energía pro­ pia de la edad, pero puede estar asociado con efectos adversos a largo plazo. Por ello, el diagnóstico se basa en «escalas validadas de padres y maestros que eva­ lúan la conducta del niño en situaciones diarias en diversos ambientes».* Los trastornos del aprendizaje y la ansiedad, así como la depresión, son todos factores que producen angustia no solo a la familia sino también al niño que los experimenta. Se necesita una evaluación profesional

para garantizar que no exista por un lado un diagnóstico excesivo y, por el otro, una respuesta inadecuada a la situación. Existe la posibilidad de un diagnóstico desmesurado, debido a su elevada presencia en países tales como los Estados Unidos. Los varones tienen mayor riesgo que las niñas. Las estadís­ ticas internacionales indican que alrede­ dor del cinco por ciento de los varones puede sufrir el trastorno, mientras que en los Estados Unidos, se produjo un incremento del 33 por ciento entre 1997 y 1999, y entre 2006 y 2008. En Estados Unidos, los criterios de diagnóstico son delineados por las Pautas de Prácticas de la Asociación de Psiquia­ tría Estadounidense, el «Manual Diag­ nóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales» (DSM por su sigla en inglés). Se requiere que estén presentes al menos de seis a nueve síntomas, antes de los doce años. La clasificación internacional utiliza el término trastorno hiperkinético. La severidad de los problemas pueden ser de leves a severos, y los resultados también pueden variar. Algunos estudios han mostrado un componente genético, y se cree que es hereditario en un 76 por ciento. Las imágenes neurológicas han mostrado retrasos en la maduración de la corteza cerebral, y muchos creen que existe una disfunción de la actividad eléctrica nerviosa del cerebro. Debido a que el trastorno presenta cierta complejidad, es importante tener un equipo experimentado que trabaje

junto con los padres en el hogar. La gente suele pedir algún medica­ mento, dado que el uso de estimulantes ha mostrado una reducción de los sínto­ mas; si bien esto puede producir mejoras sintomáticas, es esencial aplicar la terapia conductual. Mediante el uso de recom­ pensas y otras consecuencias, así también como la capacitación conductual de los padres, es posible ayudar a muchos niños. Hay expertos que recomiendan terapias complementarias, tales como suplementos dietarios, vitaminas, cambios en la dieta, abstención del azúcar, terapia de quelación (quitar los metales del cuerpo), etc. Algunos de estos tratamientos son inocuos, pero otros han producido efectos adversos. No hay suficientes evidencias para recomendar terapias como la quelación y las megavitaminas. Un ambiente de hogar que sea tranquilo y pacífico, y que cuente con estructuras rutinarias (lo que incluye momentos devocionales) contribuye a la tranquilidad que necesitan esos niños y todos nosotros. También aconsejamos decididamente evitar programas excitantes de TV y demasiados juegos electrónicos. Como abuelos, sigan siendo un «oasis» seguro, dignos de confianza, solícitos y de apoyo en lo que pueden ser momentos muy complicados para los padres. Eviten dar consejos; por el contrario, ofrezcan su amor. n * Heidi M. Feldman y Michael I. Reiff, «Attention Deficit– Hyperactivity Disorder in Children and Adolescents», New England Journal of Medicine 370 (27 de febrero de 2014): 838-846.

Peter N. Landless es cardiólogo nuclear

certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Allan R. Handysides es ginecólogo certificado y exdirector del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

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D E V O C I O N A L

promesa

Una es una

promesa

«Jehová se le apareció a Abrahán en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda, a la hora de más calor» (Gén. 18:1).

E

l fuego destruyó por completo Textiles Malden el 11 de diciembre de 1995 en Lawrence (Massachusetts), en una de las catástrofes fabriles más grandes de la historia del estado. Después de la tragedia que afectó a miles de obreros, Aaron Feuerstein, gerente general de la empresa, anunció que seguiría pagando el sueldo a sus empleados, y que reconstruiría la fábrica. Los entendidos de la industria de la indumentaria esperaban que al recibir el importante monto que le daría el seguro, Feuerstein reconstruiría la fábrica en Asia, donde ya se habían trasladado la mayoría de las empresas textiles estadounidenses. ¿Hablaba en serio, o era tan solo una jugada de relaciones públicas? En Génesis 18 Dios llega al campamento de Abrahán. Dios no solo come lo que Abrahán le sirve. Visita a su amigo. En efecto, hay una razón especial para el encuentro, dado que no es la primera vez que lo hacen. Durante la conversación, queda clara cuál es la razón de la visita. Si leemos con detenimiento, veremos que tan solo unos versículos antes (Gén. 17:21), se había producido un encuentro similar. Dios le había dicho a Abrahán: «Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo». La razón de la visita

La visita de Dios al encinar de Mamre tiene una historia encubierta. Dios repite una promesa que no fue tomada con seriedad o realmente escuchada. Parece que Abrahán «oyó» la promesa sin creerla. Podemos usar nuestra «imaginación santificada» para recrear la escena. Mientras todos los demás hablan y disfru­ tan de una comida suntuosa, Dios se inclina discretamente hacia Abrahán, e inicia el siguiente diálogo. Dios: Abrahán

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Adventist World | Marzo 2015

Dennis Meier

Abrahán: ¿Mi Señor? Dios: ¿Te acuerdas de lo que hablamos hace unos tres meses? Abrahán: Por supuesto, Señor, lo del pacto y la gran nación y la circuncisión, ¿no es así? Dios: Así es. Entonces, Abrahán, ¿qué necesitamos para una gran nación? Abrahán: ¡Gente! ¡Mucha gente! Dios: Bueno, Abrahán, ¿de dónde vendrá esa gente? ¡Recuerda lo que te dije! Abrahán: Bueno, obviamente, de mí y de Sara. Dios: Correcto. Seamos directos: Te hablé hace tres meses y te dije que en un año Sara tendrá un hijo. ¿Te acuerdas? Abrahán: Sí, pero yo pensé que… Dios: Además de pensar, ¿has hecho algo con Sara para ayudar a hacer realidad la promesa? Entonces Dios repite en voz muy audible las palabras: «De cierto volveré a ti el próximo año, y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo» (Gén. 18:10). Ahora sabemos por qué Dios tuvo que visitar a Abrahán en Mamre. Tres meses habían pasado y aún no había acontecido nada. La promesa de Dios había sido «oída» como una frase hueca. Quizá la promesa había sido espiri­ tualizada. Quizás, razonaba Abrahán como también suelen hacerlo los teólogos, era un problema de hermenéutica, de interpretación. De una u otra forma, la acción no siguió a la promesa. Una promesa que no se aplica, que no se vive, sigue siendo una frase vacía o se torna un oráculo. Dios nos visita

Los seguidores de Cristo llevan en su equipaje una maleta llena de promesas. Han sido dadas por Dios. En ocasiones, se aplican a todos; otras veces son sumamente personales. Una promesa que se aplica a todos nosotros, y que es tan seria como el anuncio del nacimiento de Isaac a Abrahán y Sara, es la siguiente declaración de Cristo: «Yo estoy con


El cumplimiento de la promesa se hace realidad por la acción; mediante acciones expresamos nuestra confianza en Dios . vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mat. 28:20). Necesitamos entender cuán radical es esa promesa. No depende de que sintamos la cercanía de Jesús. No depende de que siempre hagamos lo correcto. La corrección dogmática no es condición para su cumplimiento. Se aplica incon­ dicionalmente a todos los participantes del reino de Dios (vers. 18, 19). En ciertos momentos de la vida, no estamos seguros si Jesús está con nosotros. Las enfermedades, las desilusiones o la depresión pueden nublar nuestro sentido de la cercanía de Dios. Hallamos, sin embargo, una lección más. La segunda visita de Dios nos enseña que más allá de las expresiones religiosas, las promesas de Dios acaso requieren una acción de nuestra parte. Abrahán solo tendría el hijo prometido si disfrutaba de sus obligaciones conyugales con Sara. El cumplimiento de la promesa se hace realidad por la acción; mediante acciones expresamos nuestra confianza en Dios. Después de predicar sobre ese concepto, un miembro de iglesia que sufría mucho por una enfermedad me hizo una pregunta difícil. Quería saber por qué sus oraciones pidiendo salud no habían sido respondidas. Otros habían orado por él como lo expresa Santiago 5, y había leído la promesa de sanación literal de Santiago 5:15 («El Señor lo levantará [al enfermo]»). ¿Cómo podía reclamar y vivir esta promesa de manera práctica? La respuesta, sin embargo, no se encuentra en una acción mecánica que desencadena otra. Las promesas son compro­ misos confiables de una relación amante. En la promesa de Jesús en Mateo 28:20, el Maestro dice que él estará presente hasta el fin. Entonces, está allí, aun cuando no lo notamos. ¿Por qué? Porque solo aquel que me ama y quiere estar a mi lado puede prometer semejante cosa. Esto también se aplica a la enfermedad. Puede significar que la curación no siempre es una mejora visible para nosotros; puede llegar más tarde, o acaso recién en la resurrección. Pero aun eso es una cuestión de confianza. I M A G E N

D E

E D I C I O N E S

S W E E T W AT E R

La promesa es vivida por fe, y la fe crece en una relación de amistad; a su vez, la relación de amistad crece cuando invertimos en ella. Las relaciones de amistad son el movi­ miento perpetuo que los investigadores han buscado durante siglos: son motivadas por su propia energía, la que ellas mismas producen. Por lo tanto, en términos estrictos, no tenemos que recla­ mar una promesa para que se cumpla (la teología de «lo pido y lo consigo»), sino más bien actuar, porque conocemos al que prometió. Entonces podemos avanzar, porque sabemos que Dios está allí. Por medio de la oración podemos llevar al Señor para que nos acompañe en la vida diaria. Podemos renunciar a lo que sea necesario. Con Dios, nada es imposible (Gén. 18:14). Una promesa cumplida

Las promesas de Dios se hicieron realidad. Sara quedó embarazada y dio a luz a un hijo. En la epístola de Hebreos, Sara es alabada por su confianza en Dios (Heb. 11:11). De paso, el miembro de iglesia enfermo está mucho mejor. Y el gerente Aaron Feuerstein cumplió su promesa. Pagar los sueldos de sus empleados durante la reconstruc­ ción de la fábrica en Massachusetts le costó más de veinti­ cinco millones de dólares y, en último término, el control de su compañía, pero cumplió con lo que había prometido que haría. Dios cumple sus promesas. No importa qué situación estemos atravesando, él no nos dejará. La promesa se cumple. Ahora es hora de levantarnos para hacerla realidad. n

Dennis Meier es presidente de la Asociación de Hansa y vive con su familia en Hamburgo (Alemania).

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C R E E N C I A S

F U N D A M E N T A L E S

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ace un tiempo, un amigo me contó lo que, según dijo, es una historia verdadera. Un creyente estaba fumando un cigarrillo bajo el acoplado de un camión. Alguien le preguntó por qué fumaba debajo del camión, a lo que él respondió: «Porque aquí abajo Dios no puede verme». Comprender a Dios es la esencia de la vida espiritual. Como crecí en un país católico, esa comprensión, esa visión, se relacionaba con su grandeza, solemnidad y distancia. Era cuestión de estar en el lugar y el momento apropiados, y tener la conducta correcta. Se me enseñó que Dios vivía en el cielo pero que podía estar con él tres veces a la semana si asistía

que es más fácil y seguro tratar con un Dios distante; es me­ nos intimidante, más misterioso, y quizá más santo. Para mi gran sorpresa, el libro de Salmos me mostró que cuanto más me acerco a Dios, más lo veo como el que habita cubierto de una luz gloriosa (Sal. 104:1, 2), y cuyo poder y majestad están más allá de la comprensión humana (Sal. 8; 139:6). Me sorprendió darme cuenta de que el Dios santo de Salmos no solo ponía énfasis en mis pecados y errores (Sal. 130:3, 4). La orientación del corazón fiel a Dios se mos­ traba más importante que el estado del corazón (Sal. 106). Los poemas e himnos sagrados me invitaban a acercarme con confianza y humildad para hallar seguridad, paz y reposo bajo

Paulo

NÚMERO 3

El libro de Salmos presenta una descripción sumamente colorida de Dios fielmente a la iglesia, y que tenía que portarme bien en su pre­ sencia. En mi vida diaria, lo percibía más bien como un viejo vecino gruñón, que andaba husmeando todo el tiempo para atraparme y castigarme cuando hacía algo malo. Buscaba esquivarlo, a menos que estuviera desesperado. Más tarde, en el libro de Salmos, me encontré con un Dios muy diferente. Lo vi en las calles, las tiendas, las esquinas y los hogares, siempre involucrado con la gente. Me sorprendí al ver una descripción sumamente colorida cuando se revela en medio del caos de la vida humana. La visión de Dios en el libro de los Salmos me presentó tres características que transformaron mi perspectiva de él y me abrieron un camino hacia la vitalidad espiritual. Presente, no distante

La primera característica, y acaso la realidad más asom­ brosa de Salmos, es que Dios siempre está cerca de nosotros (Sal. 139). La visión distorsionada de un Dios distante parece ser una suposición ampliamente compartida. Se considera

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Cândido de Oliveira

de

Dios su sombra (Sal. 91:1, 2). En esta cercanía íntima, comprendí dónde se produce la transformación y cómo recibimos la fortaleza para ser fieles. Solo era cuestión de permitirle que me atrajera hacia sí. Me di cuenta de que no podía ausentarme de su presencia. Por el contrario, no es ningún secreto que existimos en su presencia (Sal. 139:7). Activo, no silencioso

Una segunda característica es la participación activa de Dios en la historia humana (Sal. 135:6, 7). El Dios distante que conocía también era silencioso: rara vez se lo veía u oía. Me intrigaba pensar que podía estar ausente y mudo ante tanta miseria, y mayormente indiferente ante la locura huma­ na. Maravillado, observé la lenta revelación del rostro de un Dios que no deja a la humanidad librada a su suerte o sujeta a sus propias leyes. El libro de Salmos lo revelaba como en control de todo (Sal. 103:19), lo que incluye las naciones y la naturaleza (Sal. 9:7, 8; 104:14, 15, 27, 28). En el presente, la agitación social, como la de la naturaleza,


Estaba equivocado. Dios no está distante, silencioso o enojado . crean un sentido de incertidumbre y ansiedad. Pero los salmos nos aseguran que Dios tiene el futuro –nuestro futuro– en sus manos (Sal. 16:5). Fue reconfortante aprender que él cuida de los que entretejió en el vientre de su madre (Sal. 139:13), y finalmente me encontré cara a cara con su providencia (Sal. 138:7, 8). Escucha nuestras plegarias y responde con protección, libertad y salvación (Sal. 18:5, 6, 16-19). Sus ojos nos siguen como rayos de luz en la noche más oscura. Escucha a los endeudados (Sal. 103:8) y es un refugio cuando enfrentamos el peligro (Sal. 57:1). Satisface al sediento y sacia al hambriento (Sal. 107:8), mientras sigue fiel junto al necesitado (Sal. 109:31). Asimismo, me recordó que en su amor bendice tanto al fiel como al infiel (Sal. 104:5-31). Sonreí sorprendido al reconocer cómo se da a conocer, lleno de compasión y misericordia (Sal. 111:4). Un Dios amante

Por último, su tercera característica me señaló a un Dios amante. Al comienzo, tenía la imagen de Dios enojado y disgustado. Pero el libro de los Salmos no muestra un ceño fruncido. Como un bálsamo de aire fresco, comprendí que tiene sentido del humor (Sal. 2:4), y que brinda gozo y felicidad (Sal. 4:5-8). Se especializa en transformar la oscuridad en luz (Sal. 18:28), y aun disfruta del regocijo en su presencia (Sal. 100:1, 2). Sentí deseos de correr hacia él cuando los salmos me revelaron que no era un Dios enfa­ dado, sentado en una nube y con un relámpago en la mano,

listo para descargarlo sobre los desobedientes. Ahora podía disfrutarlo como la fuente del contentamiento (Sal. 126). No podía sacar la vista del Salmo 136, en donde insiste en declararse leal y amante. Los autores de los Salmos –David, Asaf, Coré, Moisés, Hemán, Etán, Salomón y Jedutún– de­ pendieron todos ellos de Dios (Sal. 130:5) y comprendieron que conocerlo es confiar en él (Sal. 9:10). La historia de Israel está llena de terribles actos de in­ fidelidad hacia Dios. Van desde envidiar a Moisés y Aarón hasta el sacrificio de niños a los demonios. Israel rechazó la Tierra Prometida y comió en honor de Baal. Aun así, a pesar de sus malvadas acciones, Dios respondió con misericordia y compasión (Sal. 106). Estaba equivocado. Dios no está distante, silencioso o enojado. Anhela darnos prosperidad y bendiciones (Sal. 128; 144:12-15). Una visión genuina

Si los que afirman que Dios no existe son necios (Sal. 14:1), lo mismo sucede con los que piensan que él no los ve bajo el acoplado de un camión. Gracias a Dios que no nos deja solos, porque crearíamos una imagen de la divinidad conforme a nuestra semejanza. El Dios real, en el mundo real, camina en nuestras sucias calles y escucha nuestras conversaciones más mundanas y triviales. Se humedece las manos al secar las lágrimas de los pobres y temerosos. Siente las tragedias y escucha la agonía de los perdidos. Les sonríe a los niños que juegan. Participa de los cánticos felices en nuestras bodas, y toma nota de los votos pronunciados. Susurra ideas creativas a los oídos de los poetas, y brinda nuevas armonías a los músicos. Es el Dios de todo lo humano. Es en verdad un refugio seguro (Sal. 90:1). n

Paulo Cândido de Oliveira nació en Brasil

y actualmente es misionero en Oriente Medio. Está casado con Liliane, y tienen dos hijas.

Dios el

Dios el Padre Eterno es el Creador, Origen, Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo, santo, misericordioso y clemente, tardo para la ira y abundante en amor y fidelidad. Las cualidades y las facultades del Padre se manifiestan también en el Hijo y en el Espíritu Santo. (Gén. 1:1; Apoc. 4:11; 1 Cor. 15:28; Juan 3:16; 1 Juan 4:8; 1 Tim. 1:17; Éxo. 34:6, 7; Juan 14:9).

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N O TA D E TA PA

Zuki y Pali, marido y mujer, se tomaron de la mano mientras miraban un montículo de grama y contemplaban los comienzos de la nueva iglesia adventista. ¿Qué estamos haciendo?, se preguntaron en silencio. ¿Cómo podemos ser tan necios? Pali miró a su esposo y expresó en voz alta lo que ambos estaban pensando: «¿Está Dios realmente al frente de este proyecto? ¿Estamos en verdad siguiendo su plan?» Zuki no contestó inmediatamente. Por el contrario, la atrajo hacia sí y comenzaron a caminar alrededor del edificio de dos plantas aún en construcción, mirando hacia adentro por las ventanas. Imaginó los niños cantando y orando en las salas de Escuela Sabática, mientras los adultos se sentaban en cómodos bancos para estudiar la Biblia. La sala comunitaria podría albergar fácilmente varios cientos de personas, brindando posibilidades de confraternizar, compartir los alimentos y planificar proyectos misioneros. Sería una estructura imponente, un lugar que honraría a Dios y a las visitas. A él y a Pali, sin embargo, les costaría todo lo que tenían; absolutamente todo. ¿Espera realmente Dios algo así de nosotros?, se preguntaban. Quizá deberíamos explicar la situación y disculparnos con la gente. Seguramente nos entenderán. La agitación interior de Zuki amenazaba con abrumarlo, pero se permitió remontarse en el pensamiento al comienzo mismo del proyecto.

Z

ukisani («Zuki») Mxoli, un exitoso arquitecto y desarrollador inmobiliario, vivía con su esposa Palesa («Pali») y cinco hijos, en Johannesburgo (Sudáfrica), donde siempre se hacía tiempo para compartir su fe con otros. No solo hablaba de Dios con amigos y colegas: Zuki también era un predicador y evangelista laico. Dirigía Semanas de Oración y reuniones de

Arriba EN PROCESO: La iglesia de Thembelihle en una etapa temprana de la construcción. Izquierda MANOS JÓVENES: Hasta los niños de la congregación ayudaron a limpiar los alrededores de la iglesia.

Los

Sandra Blackmer

constructores de

Dios Zuki y Pali Mxoli decidieron arriesgarlo todo


LOS MXOLI: Zuki y Pali evangelización, y se alegraba cuando veía que la gente aceptaba a Cristo. «Siempre tuve pasión por el evange­ lismo –dice Zuki–, pero a veces luchaba entre mi profesión y la ganancia de almas. Por un lado, tenía que trabajar para ganar dinero, para sustentar a mi familia; por otro, necesitaba preparar sermones y predicar. Era un gran dilema». Zuki y Pali comenzaron a orar por la situación, pidiendo a Dios que resolvie­ ra el conflicto. El Señor los impresionó con el texto que dice: «Hacedlo todo para la gloria de Dios» (1 Cor. 10:31). Los Mxoli entendieron que Dios no les pedía que abandonaran la profesión, sino que la usaran como herramienta de evangelización. La pregunta, entonces, era: «¿Cómo ministrar a otros desde la empresa?» La respuesta: «Construyan una iglesia». «Hallamos una congregación en Katlehong que había adquirido un terreno y una estructura básica de acero, pero no tenían dinero para construir la iglesia –explica Zuki–. Durante años habían estado luchando para recolectar fondos. Se reunían en una sala muy pequeña, muchas personas en poco lugar, y trataban de construir. Nos in­ vitaron para que fuéramos a predicar, y en ese momento, nos dijimos: ¡Nosotros podemos ayudar a esta gente! Tenemos el conocimiento, los medios y el dinero. Tuvimos la bendición de ganar dinero en los proyectos de construcción, por lo que decidimos usar las ganancias de un F O T O G R A F Í A S : F O T O G R A F Í A

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C O R T E S Í A F O N D O :

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Z U K I

proyecto, para construir una iglesia que no representara gasto alguno para el grupo. Pero animamos a los miembros para que siguieran recolectando fondos para pagar por cosas específicas que querían para su iglesia. Las ganancias de otros proyectos serían para vivir. Decidimos repetirlo una vez al año: hallar un grupo que necesitara una iglesia; la construiríamos gratuitamente, y el resto quedaría para nosotros. Creímos que eso sería bueno y aceptable para el Señor», dice. Cambio de planes

Zuki les dijo a los feligreses que Dios proveería los medios, y que la compañía construiría la iglesia sin causarles ningún desembolso. ¡La gente estaba tan entusiasmada! Las cosas, sin embargo, no salieron según lo planeado. Justo después de colocar los cimientos y comenzar con las paredes, el proyecto de cuyas ganancias saldrían los fondos para construir la iglesia fue cancelado. Los funcionarios locales cuestionaron el acuerdo por el terreno y, como resulta­ do, el banco se rehusó a liberar fondos adicionales. El monto que se usaría para la iglesia desapareció casi en forma instantánea. «Nos preguntamos: “¿Y ahora? –ex­ plica Zuki–. ¿Les decimos: ‘Miren, ya hicimos esto; ahora sigan a medida que puedan’? ¿O seguimos adelante? Final­ mente decidimos seguir adelante”». Zuki comenzó a usar las ganancias de otros proyectos para la construcción del prometido templo. Eran fondos destinados a cubrir los gastos de su familia. Pero Zuki no había diseñado una iglesia pequeña con cuatro paredes y un techo. Era una edificación amplia e impresionante de dos pisos, con un costo estimado de trescientos mil dólares. «En Éxodo, Dios fue específico respecto de la construcción del San­ tuario –destaca Zuki–. Pidió lino fino, oro puro y la mejor madera. Por ello

M X O L I

I S T O C K / T H I N K S T O C K . C O M

decidimos hacer lo mejor para que esa iglesia glorificara a Dios». Al comienzo, este matrimonio no estaba muy preocupado por perder el dinero del proyecto; el Señor los había bendecido, y creían que aún podían proveer los fondos. Nuevos proyectos solían llegarles todo el tiempo. Pero ahora, por alguna razón, eso ya no sucedía. «No teníamos más trabajo –dice Zuki–. Hice todo lo que había hecho durante quince años, pero no aparecía nada. Consumimos nuestros ahorros para financiar la construcción del templo». La situación fue de mal en peor. Ya sin nuevos proyectos, a pesar de todos los esfuerzos de Zuki y con casi todos sus ingresos dedicados a financiar la iglesia, el matrimonio apenas podía pagar las cuentas. Llegó el momento en que ya no pudieron cubrir los pagos de la hipoteca de su propia casa y del automóvil, y el banco los amenazó con quedarse con todo. Frente al desafío

«La amenaza del banco fue el mayor desafío que enfrentamos –dice Zuki–. No estábamos seguros qué debíamos hacer. Por ello, oramos juntos a Dios. Cuando nos levantamos de orar allí en un rincón de la casa, nos miramos y dijimos al unísono: “Seguiremos adelante con la iglesia”». A pesar del consejo del abogado y del contador, que les dijeron que «dejaran de actuar como locos», Zuki y Pali siguieron adelante, recordando 1 Corintios 2, donde Pablo dice que las cosas de Dios «son locura» a los que no creen, aunque no así para los que tienen «la mente de Cristo». No fue una decisión fácil. Los pro­ blemas financieros estaban causando agitación y estrés en el hogar. En oca­ siones, la pareja se sentía confundida y desanimada. En esos momentos, Zuki le

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N O TA D E TA PA

decía a su esposa: «Vayamos al lugar de la construcción». «Nos pasábamos dos horas allí, caminando y mirando, mientras los obreros trabajaban –dice Zuki–. Enton­ ces sentíamos paz y experimentábamos la seguridad de que teníamos que seguir adelante, sin importar el costo personal». Y añade: «Los feligreses no cono­ cían nuestra situación. Solo alababan a Dios por sus maravillas. ¡Y esas sonrisas! Nos dieron la fuerza para continuar. Sabíamos que Dios quería que construyéramos la iglesia y nues­ tro enfoque personal comenzó a cam­ biar. En lugar de orar por dinero para pagar nuestras propias cuentas, nuestra simple oración era: “Dios, ayúdanos a terminar la iglesia”». Finalmente, después de no pagar la casa y el automóvil por tres meses, el banco estableció una fecha para llevar­ se todas las pertenencias de los Mxoli. Faltaban tres días; sería al mediodía. Al matrimonio le pesaba imaginar qué pensaría la gente, en especial los feligreses. Pero aún más fuerte era su compromiso de permanecer fieles a Dios y a lo que sentían que él les había pedido que hicieran. Por ello, deci­ dieron confiar en el cuidado divino y avanzar por fe. La intervención divina

Poco antes de que el banco entrara en acción, Zuki recibió una llamada de un empresario de Durban, a más de quinientos kilómetros de Johannes­ burgo. Necesitaba un contratista experimentado para que supervisara un proyecto de construcción que tenía en Johannesburgo, y quería saber si Zuki estaba interesado. Se había ente­ rado de él hacía poco, cuando al pasar con el automóvil por «un hermoso templo en construcción» se paró a mirarlo. La gente del lugar le habló de Zuki, quien estaba construyendo la iglesia para la congregación con su

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propio dinero. El empresario, que era cristiano, pensó: Bueno, si hay alguien en quien puedo confiar es en una persona que da de su dinero para construir un templo. Por eso lo ubicó y le ofreció el trabajo. Y no era un proyecto peque­ ño. ¡Era inmenso! El empresario voló a Johannesburgo ese mismo día, y para la noche siguiente se habían hecho los trámites y firmado el contrato; un proceso que suele llevar meses para un proyecto tan grande, destaca Zuki. El hombre solicitó entonces la información bancaria de Zuki para transferirle los fondos. A la mañana siguiente, el día en que el banco le qui­ taría todo lo que tenía, Zuki ingresó a su cuenta de banco, esperando encontrar el depó­ sito usual de entre el cinco y el diez por ciento. En su lugar, vio que el empresario le había adelantado el cincuenta por ciento de los fondos. «Lo llamé inmediatamente y le dije: “Se equivocó. Transfirió dine­ ro de más”. El hombre respondió que no era ningún error, y agregó: “Confío en usted, porque ha dado todo para edificar la iglesia de Dios”». Al mediodía llegaron los encargados del banco para llevarse el vehículo y las demás pertenencias de la familia. Pero Zuki los detuvo y les dijo: –Queremos hacer un arreglo para pagarles. –No queremos hacer ningún arreglo –le respondieron–, porque ya nos ha hecho muchas promesas. Venimos a llevarnos las cosas. –No, ustedes no entienden –les contestó Zuki–. No queremos negociar. Queremos pagar toda la deuda. Solo queremos saber: ¿Quieren un cheque o efectivo? «Fue el mejor momento de nuestra vida», dice Zuki.

PROYECTO TERMINADO: La sede de la Unión Asociación de Zambia en Lusaka.


La obra sigue adelante

LA UNIÓN DE ZAMBIA: Posan antes de comenzar la construcción de la nueva sede de la Unión Asociación de Zambia (desde la izquierda) Harrington Akombwa, presidente de la Unión; el misionero estadounidense Dennis Evans; Pardon Mwansa, vicepresidente de la Asociación General; el desarrollador inmobiliario Zuki Mxoli; y Francis Makuwa, asociado de Dennis Evans en Zambia.

HOMBRE DE FE: El desarrollador inmobiliario Zukisani «Zuki» Mxoli, con planos de un proyecto de construcción dedicado a Dios.

La iglesia de Katlehong ya está terminada. La empresa de Zuki está floreciendo nuevamente, y las preocu­ paciones financieras del matrimonio son cosa del pasado. Entonces, ¿qué están haciendo ahora? Bajo los auspicios del nuevo ministerio denominado «La Co-Misión Palabra, Vidas y Ministerio», siguen donando y construyendo no solo igle­ sias sino también otras instalaciones. Entre otros, han construido un edificio de administración y salones de clase para la Escuela de Enfermería de Maluti (Lesoto); un edificio de ciencias para la Universidad Rusangu (Zambia); una biblioteca y una capilla para el Hospital Adventista de Kanye (Botsuana); apartamentos para matrimonios en el Colegio Superior Helderberg (Sudáfri­ ca); y la sede de la Unión Asociación de Zambia, en Lusaka. A veces Zuki cubre los costos totales del proyecto; en otras ocasiones, se asocia con los miembros de iglesia y la organización, y paga un porcentaje. Las solicitudes de ayuda abundan, y Zuki y Pali siguen haciéndose cargo por fe, de proyectos diseminados en siete países. «Una vez que tomamos un proyecto, hacemos un compromiso y entonces le pedimos a Dios que nos dé el dinero, y él así lo hace –dice Zuki–. Nuestra fe en Dios es cada vez más grande. Decimos a la gente: “Esto no es cosa de Zuki; es cosa de Dios. Lo que él ha hecho por nosotros y lo que sigue haciendo en nuestra vida puede hacer también en la vida de todos. Solo es necesario dar ese paso de fe”». n

Sandra Blackmer es editora asistente de ADVENTIST WORLD.

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V I D A

A D V E N T I S T A

fey las

Julian Archer

La

finanzas

¿La afluencia afecta la espiritualidad?

L

a fe y el dinero presentan el «dilema del subibaja». Es común ver estos juegos en las plazas de muchos países. En inglés, la palabra deriva del término francés ci-ça, que literalmente significa «esto-aquello». El subibaja es un aparato mecánico que enfatiza «uno o lo otro», «esto o aquello». Solo se puede estar arriba en uno de los extremos, pero jamás en los dos al mismo tiempo. ¿Es eso lo que sucede con la fe y el dinero? ¿Podemos tener solo fe o dinero, pero jamás los dos? ¿O solo cuando hay mucha fe o mucho dinero se produce el efecto subibaja? Lo que aprendí en la parte inferior del subibaja

Mi país, Australia, es una de las naciones más acaudaladas del mundo. El Informe de Riqueza Global 2013 de Crédit Suisse muestra que la riqueza de los adultos australianos ocupa el segun­ do lugar en el mundo (le sigue a Suiza), y que la riqueza media por adulto es la más elevada del planeta, más que dupli­ cando la de Suiza. Esto significa que no solo somos muy acaudalados (aunque a veces no lo sintamos), pero que nuestra riqueza está distribuida más equitativa­ mente que en muchas otras naciones.

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Como cristiano que procuró durante muchos años mantener una sólida relación con Dios mientras mis ingresos eran más que suficientes para disfrutar de una vida cómoda, me pregunté: ¿Qué impacto tiene la abundancia en la espiritualidad, incluida la mía? ¿Nos lleva más cerca de Dios, y aumenta nuestra fe? ¿O aleja nuestra vista de él? ¿O será que el dinero nada tiene que ver con la fe? En busca de respuestas

En el año 2009, una encuesta de Gallup comunicó los resultados de sondeos en 114 países. Una de las preguntas decía: «¿Es la religión una parte importante de su vida diaria?» Gallup también investigó los niveles de ingresos per cápita de cada país y entonces estableció correlaciones entre ambos. De los datos queda claro que el efecto subibaja se cumple a la perfección. Cuanto más elevado el ingreso per cápita de una nación, más bajo es el papel de la religión en la vida diaria, y viceversa. Fijémonos en algunas de las naciones al tope y al fondo del subibaja de «la fe y el dinero». La tabla adjunta se basa en datos de la encuesta de Gallup y el Informe de Riqueza Global de Crédit Suisse.

Los datos muestran claramente una gran brecha –en la importancia de la religión y los niveles de riqueza– entre los países más ricos (menos religiosos) y más pobres (más religiosos). Podría aducirse que la razón de la gran riqueza de estas «Primeras diez» naciones más acaudaladas es que originalmente basaron sus sociedades y prácticas comerciales en principios cristianos, y Dios las bendijo. Sin em­ bargo, los tiempos están cambiando. El subibaja está del otro lado, y la riqueza está derrotando tanto a la religión como a la espiritualidad. Mahatma Gandhi expresó en cierta ocasión: «Es un hecho que en el mo­ mento en que se garantiza la estabilidad financiera, también se garantiza la bancarrota espiritual». Gandhi parece reflejar las palabras de Jesús: «Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios» (Mar. 10:25). Sé por experiencia personal que cuando se tienen bendiciones financie­ ras, se entra en la etapa espiritual más peligrosa de la vida. Cuanto más elevado eran mis ingresos, menos necesidad sentía de Dios. Mis ingresos imponían un gravamen sobre mi espiritualidad.


Riqueza promedio por adulto

¿Un sueño hecho realidad?

Cuando doy seminarios de «Fe y finanzas» veo que la mayoría de los cristia­ nos acaudalados, en lo más profundo del corazón, anhela tener una relación con Dios ferviente y transformadora. Pero estos cristianos se sienten frustrados. Sienten que están forzados a vivir enfo­ cados en prioridades terrenales, cuando bien saben que la verdadera satisfacción y realización solo se encuentran en lo eterno. Puedo escuchar sus clamores, porque pasé años «disfrutando de un sueño hecho realidad», pero ansiando una relación más profunda con Dios. Finalmente percibí que las bendi­ ciones materiales de Dios se habían convertido en una maldición para mi vida espiritual. No quiere decir que las bendiciones divinas son maldiciones, pero que a menudo las usamos de tal manera, que terminan siéndolo. Cuando permitimos que las bendiciones mate­ riales de Dios llenen nuestro corazón, no podemos abrir la puerta del corazón a Cristo. Y esa es una maldición eterna. La Biblia abunda en ejemplos en los que el mal uso de las bendiciones divinas produjo maldiciones. En Deu­ teronomio 6, Moisés les dice a los hijos de Israel que están por entrar en una «tierra que fluye leche y miel» (vers. 3). Pero entonces agrega la advertencia: «Luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová» (vers. 11, 12). Es un recordatorio de que un estómago lleno nos torna somnolientos. Una mirada al subibaja

Entonces, ¿cómo se presenta ese su­ bibaja en la vida diaria del cristiano que se siente cómodo? Analicemos tres áreas: Construcción: Cuando «construyo graneros más grandes» y almaceno mis tesoros terrenales, y me distraigo de las riquezas eternas. Comienzo a preocu­ parme por estos tesoros, e invierto cada vez más tiempo y energía para proteger y multiplicar mis bendiciones en lugar

«¿Es la religión una parte importante de su vida diaria?»

País

(en miles de dólares)

% que respondió «No»

Suiza

513

57 %

Australia

403

67 %

Noruega

380

78 %

Luxemburgo

315

64 %

Estados Unidos

301

36 %

Suecia

299

88 %

Francia

296

74 %

Singapur

282

53 %

Bélgica

256

68 %

Dinamarca 255 83 % LA GRAN BRECHA Tailandia

8

2%

India

5

9%

Haití

4

8%

Pakistán

4

4%

Kenia

3

3%

Camboya

3

3%

Nepal

2

5%

de confiar plenamente en Dios. Mis finanzas mejoran, pero mi fe disminuye, a menudo sin que me dé cuenta (veáse Apoc. 3:17). Tiempo: El primer indicador de apatía espiritual es la disminución y los recortes de los momentos que paso con Dios. Esto se produce por lo general en períodos de mayores presiones de tiempo, como resultado de mis prioridades financieras, personales o de entretenimiento. El problema puede durar pocos días, o quizá muchos años. Cuando descuido pasar tiempo de cali­ dad orando y estudiando las Escrituras, mi relación con Cristo se debilita. Corazón: Toda vez que lleno mi corazón con los dones y no con el Dador, mi fe disminuye. Cuando Cristo llama a la puerta de un corazón que está colmado de bendiciones materiales (vers. 20), el sonido de su llamado se ahoga. Y aun cuando lo escucho, lucho por trepar sobre todas las bendiciones para llegar y abrir la puerta. Elena White se refirió a este sín­ drome del corazón atiborrado cuando escribió: «El Huésped celestial aguarda a la puerta, mientras apiláis obstáculos que impiden su entrada. Jesús llama por

medio de la prosperidad que os da. Os colma de bendiciones para probar vues­ tra fidelidad, para que estas fluyan de vosotros hacia los demás. ¿Permitiréis que triunfe el egoísmo? ¿Derrocharéis los talentos que Dios os ha dado, y per­ deréis vuestra alma por al amor idólatra a las bendiciones que os ha otorgado?» Es un territorio de grandes desafíos, que nos lleva a preguntarnos: ¿Será que siempre tiene que decrecer nuestra fe cuando aumentan nuestras riquezas? ¿Es ese subibaja un principio inamovi­ ble y universal? Rompamos el subibaja

Dios ofrece una cura para todo el que se dé cuenta de que el estilo de vida acaudalado está dañando su vida espiri­ tual. ¡Su solución es un ataque cardíaco! No un mero paro cardíaco, sino un trasplante total del corazón espiritual. En Ezequiel 36:26, Dios nos dice que quiere darnos un nuevo corazón, un corazón de carne, para remplazar nues­ tro corazón materialista de piedra. Tenemos que reconvertirnos. Po­ demos ser miembros de iglesia activos y apoyar financieramente a la obra de Dios, pero aun así contraer una afección del corazón espiritual. Necesi­ tamos un trasplante cardíaco total. En lugar de «la fe o el dinero», deberíamos hablar de «la fe más el dinero». O mejor aún, «la fe más allá del dinero». Que podamos ser fieles a Dios en todas las cosas, aun en las materiales. n * Elena White, en Advent Review and Sabbath Herald, 2 de noviembre de 1886.

Julian Archer es autor de

Help! I’ve Been Blessed! [¡Socorro! ¡Recibí muchas bendiciones!] Escribe desde Toowoomba, en Queensland (Australia).

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LEGADO de LUZ

SEGUNDA PARTE : 1860–1868

Los años de desarrollo de la iglesia

ELENA

Énfasis en la salud

El 5 de junio (a veces se dice 6 de junio, porque se produjo después de la puesta de sol del viernes) de 1863, solo dos semanas después del primer con­ greso oficial de la Asociación General, y poco después del establecimiento de las principales doctrinas de la iglesia, los White se encontraban visitando a la familia Hilliard en Otsego (Míchigan). En ese lugar, Elena fue llevada en visión por unos cuarenta y cinco minutos. Allí recibió un mensaje abarcador de una reforma prosalud2 que Dios quería que compartiera con los creyentes. No era la primera vez que se le mostraba la necesidad de un estilo de vida más sano. En 1848, el Señor le reveló el peli­ gro de usar tabaco, té y café3 y, en 1854, le mostró que los santos debían tener

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Expansión del

de la ministerio MENSAJERA DE DIOS Una mirada a la vida y el legado de Elena White (1860-1867) W H I T E

L

a historia oficial de la Iglesia Adventista comenzó en 1860 con la elección de su nombre y la incorporación de una pequeña asociación publicadora en 1861. Gracias a este humilde comienzo, los creyentes comenzaron a verse como una organización. Se unieron en asociaciones locales, y en octubre de 1861 se estableció la Asociación de Míchigan. Hasta ese entonces, los mensajes de Elena White habían sido dirigidos mayormente a sostener a los cre­ yentes en su fidelidad a Dios y a las doctrinas bíblicas, sostener la obra de publicaciones y señalar la necesi­ dad de la organización eclesiástica. Pero llegó el tiempo de ampliar el espectro para que comenzaran a ver la misión en expansión de la iglesia. Por ello, en mayo de 1863, veinte delegados de seis de las siete Asocia­ ciones por estado1 decidieron reunirse y organizar la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día como el organismo central de gobierno.

Anna Galeniece

PAT R I M O N I O

GOULD

WHITE

RETRATO DE FAMILIA: Jaime y Elena White posan con sus hijos Guillermo (al medio) y Edson (extremo derecho) para un retrato familiar en 1865, dos años después de la muerte de Henry (recuadro izquierdo).

casas limpias y controlar los apetitos.4 La visión en el hogar de los Hilliard no solo incluyó los beneficios de un cuerpo sano y el ambiente correcto, sino que también presentó una conexión estrecha entre la salud y la espirituali­ dad, lo que no es tan solo una cuestión personal. Elena vio que el mensaje «debía despertar las mentes respecto del tema»,5 por sus implicaciones sociales y misioneras. Además de esos importantes logros, 1863 culminó con una página menos en el álbum familiar de los White. Su pri­

mogénito, Henry Nichols, se enfermó de neumonía y falleció el 8 de diciembre en Topsham (Maine). En especial para Elena, fue un terrible golpe perder al hijo de dieciséis años –el «dulce cantor»–6 por su ignorancia de simples remedios caseros que conocerían en un futuro cercano. Solo dos meses después de ese suceso, Willie, el tercer hijo de la fami­ lia, contrajo la misma afección. En esa ocasión, la madre aplicó hidroterapia y oraciones fervientes que sustentaron y sanaron al muchacho.


TERCERA PARTE: 1868–1881

CUARTA PARTE: 1881–1891

Los años de encuentros campestres

E S Pde Í R 1880 I T U La década

Sin embargo, los resultados de la batalla del gran conflicto –la enferme­ dad, el dolor y la muerte– visitaron varias veces el hogar de la mensajera de Dios. Ya en 1860, el cuarto hijo de los White, John Herbert, había fallecido con tan solo tres meses de edad. Continúa el aprendizaje

El año 1864 dejó varios eventos importantes en el ministerio de Elena White. En primer lugar, publicó el cuarto volumen de Dones espirituales, subtitulado «Hechos importantes de la fe: Las leyes de la salud, y los Testi­ monios 1-10». Incluía un capítulo de treinta y dos páginas con una amplia descripción del mensaje abarcador de salud revelado el 5 de junio de 1863. Al mismo tiempo, escribió el folleto Un llamado a las madres. Al año siguiente, la visita a la insti­ tución médica de James C. Jackson, «Nuestro hogar en la colina», en Dansville (Nueva York) a comienzos de septiembre de 1864 marcó otro evento significativo. En su viaje a Boston (Massachusetts), los White pararon en esta institución médica y quedaron impresionados con los tratamientos naturales que observaron allí. Elena, sin embargo, no estaba completamente de acuerdo con el enfoque de Jackson a la reforma prosalud. Comprendía mejor el tema gracias a las visiones de salud. Por ello, siguió escribiendo sobre asuntos relacionados con la salud, y en 1865 publicó seis folletos titulados La salud: Cómo vivir. Mediante los tópicos de salud, nutrición y estilo de vida, hizo un llamado a la fiel observancia de las leyes naturales de Dios. Los continuos viajes, las predi­ caciones, los artículos, la obra de las publicaciones, las responsabilidades del liderazgo y otras obligaciones, además de diversas tareas familiares y la pobreza, tuvieron sus efectos sobre su esposo Jaime. El 16 de agosto de 1865 se desplomó por el agotamiento

y quedó afectado por la parálisis. Este fue el primero de los accidentes cere­ brovasculares que también afectaron su personalidad. Por ello, Elena, ade­ más de ser profetisa, escritora, oradora, consejera y madre, tuvo que cuidar de su esposo enfermo. En diciembre de 1865, los White lograron viajar a Rochester (Nueva York) y quedaron en casa de amigos. El día de Navidad se reunieron para orar por la deteriorada salud de Jaime. En esa instancia, Elena fue llevada en visión, y allí se le enseñó cómo con­ tribuir a la recuperación de su esposo. Lo más importante fue la orientación que recibió para que se estableciera una institución de salud en la cual se implementaran y enseñaran los prin­ cipios que ahora conocía. La visión, que integró la reforma prosalud con la religión (Apoc. 4:12), se tornó funda­ mental para preparar a la iglesia para una amplia misión y, en consecuencia, para la segunda venida de Cristo.7 Seis meses después, durante el Con­ greso de la Asociación General de mayo de 1866, Elena White aconsejó a los líderes sobre la necesidad de establecer una institución de salud. Estos acep­ taron el nuevo desafío de educación y tratamiento. La decisión llevó al lan­ zamiento pocos meses después de una nueva publicación, El reformador de la salud, y el Instituto Occidental de Re­ forma Prosalud, precursor del Sanatorio de Battle Creek. Siervos obedientes

Ser instrumento fiel en las manos de Dios incluye no solo predicar y enseñar a otros sobre lo bueno, sino seguir su voluntad revelada en todo sentido. Por ello, en obediencia a las directivas de Dios aun durante los fríos meses invernales y contra lo que aconsejaban sus amigos, Elena llevó a Jaime en una gira de predicaciones por el norte de Míchigan para ayudarlo a recuperarse. Al final de 1866, el viaje

D E

P R O F E C Í A

se vio coronado por la restauración parcial de su salud, y su ministerio se expandió. Durante un tiempo, los White se dedicaron a la agricultura y a escribir, pero en 1867, un itinerario de veinte semanas los llevó a otro viaje, durante el cual participaron de ciento cuarenta reuniones. En ese viaje «Ele­ na se dedicó abiertamente a ser ora­ dora»8 y presentó mensajes tanto ante audiencias grandes como pequeñas. Por ejemplo, en septiembre de 1867, habló en un encuentro de la Asociación de Illinois-Wisconsin. Poco después lo hizo en una reunión similar en Iowa. El éxito de estos dos encuen­ tros animó a la Asociación General, que patrocinó el primer encuentro campestre oficial en Míchigan en septiembre de 1868, donde Elena habló ante dos mil personas.9 Cuando Dios llama a alguien para cumplir una tarea para él, también equipa a la persona y le da fuerza, valor y poder. Esto puede verse claramente en la vida y el ministerio de la mensajera de Dios, en su tarea de contribuir al progreso de la misión y el mensaje de la Iglesia Adventista. n 1 Iowa, Michigan, Minnesota, Nueva York, Ohio

y Wisconsin; Vermont no envió ningún delegado. 2 Elena White, Manuscrito 1, 1863; Elena White, Spiritual Gifts (Battle Creek, Mích.: Seventh-day Adventist Pub. Assn., 1864), t. 4a, p. 153; Review and Herald, 8 de octubre de 1867; 2 de abril de 1914; 30 de abril de 1914. 3 Elena White, Mensajes selectos, t. 3, p. 311. 4 Elena White, Manuscript Releases (Silver Spring, Maryland.: Ellen G. White Estate, 1990), t. 6, p. 221. 5 Ibíd., t. 5, pp. 105, 106. 6 Elena White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 100. 7 Ibíd., pp. 482-493. 8 Arthur L. White, Ellen G. White: The Progressive Years, 18621876 (Washington, D.C.: Review and Herald Pub. Assn., 1986), t. 2, p. 185. 9 Gary Land, «Camp Meetings», The Ellen G. White Encyclopedia (Hagerstown, Maryland.: Review and Herald Pub. Assn., 2013), pp. 676, 677.

Anna Galeniece es

directora del Centro White en la Universidad Adventista de África en Nairobi (Kenia).

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S E R V I C I O

A D V E N T I S T A

DOCTOR Y PACIENTE: Un año después, Inés posa con el Dr. Nelson. La jovencita anticipa una vida larga y productiva.

Joel Reyes

Amor en acción

Una niñita recibe una segunda oportunidad

Puedo confiar en el Señor, él me va a ayudar. Puedo confiar en el Señor, no me va a fallar.

L

a dulce melodía flota en el viento, llevando con ella un mensaje de esperanza. Es un cántico especial que los niños disfrutan. Todos vienen de lugares diferentes y por diversas razones, que nunca son lindas. Son huérfanos y abandonados, niños que han perdido el derecho humano más básico: una familia. A pesar de ello, entre las montañas desérticas de Baja California (México) han hallado un oasis, un hogar real. Allí, Inés* encontró una nueva vida. Al igual que los demás residentes del Hogar de Niños «El Oasis», de la organización International Children’s Care (ICC por su sigla en inglés), Inés ha experimenta­ do dolor y angustia indescriptibles. Pre­ senció la desintegración de su familia, y vio cómo sus hermanos fueron llevados lejos para siempre. Hacia una nueva vida

Pocos años después de llegar a «El Oasis», los que trabajaban allí notaron una pequeña curvatura en la columna de Inés. Siempre había sido una niña feliz y activa, y la enfermedad no parecía

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Adventist World | Marzo 2015

afectarla. Sin embargo, fue llevada a un médico, que le diagnosticó escoliosis. La malformación progresó con rapidez. El médico concluyó que a menos que fuera operada, la niña tarde o temprano quedaría discapacitada. El administrador del hogar de niños y el médico comenzaron a buscar profesionales que quisieran llevar a cabo la cirugía. Por la misma época, un grupo de patrocinadores de ICC del sur de California visitaron el lugar. Entre ellos se encontraban Malcolm Smith y su esposa Joyce. Cuando se enteraron de la situación de Inés, se preocuparon. Al regresar a California, contaron a amigos y conocidos la historia de la niña de México que necesitaba ayuda. También se pusieron en contacto con el Centro Médico de la Universidad de Loma Linda. Después de analizar la situación, la Comisión de Beneficios Internacionales del Centro Médico aprobó la solicitud de llevar a cabo la intervención que Inés necesitaba. Sin embargo, aún había obstáculos que superar: Inés necesitaba un pasaporte y visa para ingresar a Estados Unidos. Como menor dependiente, necesitaba además un permiso especial de las autoridades mexicanas para viajar al extranjero.

En octubre de 2012, Inés logró final­ mente llegar a Loma Linda. El equipo quirúrgico, dirigido por el doctor Scott Nelson, uno de los mejores cirujanos ortopédicos del centro, se reunió para evaluar el caso y preparar un plan. Las palabras amables y modales suaves de Nelson impresionaron a la niña que aún recuerda su sonrisa cada vez que ingresaba a su habitación. «Me sostuvo la mano –dice en voz suave– y oró por mí. Después de orar, sentí que todo iba a salir bien, porque Jesús estaría allí para ayudarlo». Debido a lo avanzado del caso, Nelson planificó la cirugía en dos seg­ mentos. En total, las cirugías duraron más de doce horas. Al terminar, el equipo de Nelson quedó exhausto, pero satisfecho de saber que había transfor­ mado la vida de una niñita. «Si pensamos en la gravedad de su situación –dijo más tarde Nelson–, es una bendición tremenda para mí como cirujano, y para todo el equipo, verla salir caminando del hospital erguida y feliz». Si hubieran visto a Inés antes de la cirugía, se darían cuenta de la marcada diferencia con el presente. Inés es extro­ vertida y, si le preguntaran, les contaría de su nuevo amigo en Loma Linda; de ese médico amable que le sostuvo la mano y oró por ella. Les mostraría tam­ bién una línea en la pared que marca su altura antes de la cirugía. Y entonces se pararía al lado, erguida, para que vean cuánto más alta es ahora. «Nueve centímetros más», dice con una sonrisa. n *No es su nombre real.

Joel Reyes era director

de relaciones públicas de International Children’s Care cuando escribió este artículo. F O T O G R A F Í A S :

S C O T T

N E L S O N


F E

Y

C I E N C I A

L. James Gibson

cambian L

a descripción bíblica de la condición original del mundo nos habla de armonía pacífica, carente de sufrimiento o violencia. Dios proveyó las plantas como alimento para todas las criaturas terrestres. El mundo actual dista mucho de ser así. Se han producido cambios dramáticos, de manera tal que la depredación, el sufrimiento y otras formas de violencia son tan comunes que a menudo las consideramos el estado normal de la naturaleza. ¿Cómo explicamos las diferencias entre la creación original y el mundo actual? Según Génesis 6, la naturaleza había cambiado mucho para el tiempo de Noé. Dios le dio a Noé tres razones por las que trae­ ría un diluvio para destruir el mundo (Gén. 6:1-13). En primer lugar, los humanos se habían tornado demasiado malvados, según se describe en la frase «todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal» (vers. 5). Asimismo, la tierra estaba «llena de violencia» (vers. 11), y «toda carne había corrompido su camino sobre la tierra» (vers. 12). Dios halló necesario destruir los efectos de siglos de maldad, violencia y corrupción. De esta historia podemos hacer algunas inferencias sobre los cambios en las especies. Cambios en la creación

La primera inferencia es que los fósiles hallados en las rocas no reflejan el estado original de la creación. Aunque la Biblia no efectúa declaraciones explícitas sobre los fósiles, parece razonable interpretarlos como resultado en su mayor parte de la catástrofe mundial destructiva que describe el Génesis. Para cuando llegó el diluvio y destruyó el mundo, la corrupción de toda carne ya se había producido. No podemos asumir que los depredadores de aspecto feroz que aparecen en los fósiles son los que podríamos haber visto al fin de la semana de la creación. Una segunda inferencia es que la conducta humana y animal han cambiado para peor. En el Edén recién creado no existía la violencia o el sufrimiento. En el presente, esos males son tan comunes que se nos hace difícil siquiera imagi­ nar un ambiente sin ellos. Varios tipos de animales, como los gatos, las arañas y los cocodrilos, se alimentan exclusivamente

de otros animales. El estado presente de la naturaleza es todo lo que conocemos, y puede resultar difícil imaginar un sistema ecológico sin depredación, enfermedad, sufrimiento o muerte. También podemos inferir que los animales y las plantas han cambiado significativamente de forma. Muchos animales tienen estructuras que no necesitarían en un mundo sin depredación u otras formas de violencia. Ciertas clases de serpientes poseen complejas estructuras para inyectar veneno a otras criaturas. La composición química del veneno varía según la serpiente para corresponderse con las vulnerabili­ dades de los diversos tipos de presas. Los cocodrilos poseen características que parecen ser inadecuadas para una dieta vegetariana, tales como el impresionante despliegue de filosos dientes, y las poderosas mandíbulas con las que dominan a sus víctimas. Se podrían dar muchos otros ejemplos de criaturas con estructuras específicas que mejoran su capaci­ dad de matar y comer a otros animales. Los cambios de forma reflejan cambios en la información genética. La Biblia no revela exactamente cómo se produce esto, pero sí revela la existencia de un enemigo del Creador, un agente maligno que posee la capacidad de actuar en la natura­ leza (por ej., Job 1; 2; Luc. 13:16). Los estudios científicos están descubriendo algunos medios por los cuales pueden cambiar las especies, pero aún quedan muchas preguntas sin responder. Quizá estudios futuros nos ayudarán a entender los dramáti­ cos cambios de la naturaleza, y la manera en que el Creador ha dotado a los organismos vivos de la capacidad de sobrevivir en un mundo que ya no refleja con exactitud su voluntad. A pesar de todos estos cambios, la naturaleza aún testifica de la existencia de un Diseñador Maestro, cuya habilidad y pericia creadoras no tienen igual. n

El doctor L. James Gibson es director del Instituto de Investigaciones en Geociencia de la Asociación General de la Iglesia Adventista.

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R E S P U E S T A S

¿Cómo interpretar la declaración de que al morir, la persona va a «reunirse con sus antepasados» (Gén. 25:8, NVI)?

A

P R E G U N T A S

Ausentes pero no

La frase «reunirse [’asap, «reunir, recoger, llevar,» etc.] con sus antepasados» no es común en la Biblia; se encuentra mayormente en el Pentateuco. Su pregunta, asumo, busca averiguar si la frase apoya o no la enseñanza de la supervivencia del espíritu, o alma, después de la muerte. Analizaré esa postura, examinaré el uso de la frase, y hablaré de su significado. 1. ¿Vida después de la muerte? Los que aceptan el concepto griego de un alma inmortal sostienen que esta frase muestra que el Antiguo Testamento apoya ese concepto. Se afirma que los «antepasados» formaban una comunidad en el más allá, y que los que morían pasaban a formar parte de esa comunidad. Se sostiene que la frase «reunirse con sus antepa­ sados» no significa que la persona era sepultada en la tumba de sus antepasados, porque Abrahán no fue sepultado con sus antepasados (Gén. 25:8, 9). Tampoco implica morir, porque en algunos pasajes parece distinguirse del acto de morir. Para esas personas, la única interpretación lógica es que después de la muerte nuestros espíritus se unen a la comunidad de los que ya han fallecido. 2. Análisis de los textos: Un estudio del uso de la frase nos muestra varias cosas. En primer lugar, en algunos pasajes es parte de una referencia enfática a la muerte. Por ejemplo, Abrahán «murió en buena vejez […] y fue a reunirse con sus antepasados. Sus hijos […] lo sepultaron» (Gén. 25:8, 9; también Gén. 25:17; 35:29; 49:33; Deut. 32:50). Esto enfatiza la finalidad de la muerte, aun para los hijos de Dios. El hecho de que se mencionan juntas la muerte y la sepultura con la frase «reunirse con» indica que no siempre es sinónimo exacto de la muerte o la sepultura. En segundo lugar, en algunos casos, la frase parece ser un sinónimo de «morir». Dios dijo de Aarón: «Allí se reunirá con sus antepasados» (Núm. 20:26). El mismo uso se da en los casos de Moisés (Núm. 27:13; 31:2) y de la generación que conquistó la tierra (Jue. 2:10). En tercer lugar, la frase es casi un sinónimo de «ser sepultado/sepulcro». El Señor dijo al rey Josías: «Te reuniré» [lit. «yo soy el que te reúne»] con tus antepasados, y serás

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B Í B L I C A S

Adventist World | Marzo 2015

olvidados sepultado en paz [lit. «serás reunido con tu sepulcro en paz»]» (2 Crón. 34:28; 2 Rey. 22:20). La segunda parte del versículo aclara la primera: ser reunido con los antepasados significa ser sepultado en el sepulcro de los padres. En cuarto lugar, en ocasiones, en lugar de usar toda la frase solo hallamos el verbo «reunirse» con el sentido de «morir» (Núm. 27:13; Ose. 4:3; Isa. 57:1). 3. Importancia de la frase: En relación con el mensaje de la frase, debemos destacar: En primer lugar, no existe una conexión contextual entre la frase y la supervivencia después de que una persona muere. En segundo lugar, es la persona muerta (el cadáver) y no uno de sus componentes (por ej., el alma, el espíritu) que es reunido con sus antepasados. En tercer lugar, la frase básicamente significa morir, pero enfatiza un aspecto particular de la muerte. La frase «exhaló […] el espíritu» (RV95) establece la llegada de la muerte, y «fue sepultado» lo entiende como separación. «Reunirse con los antepasados» significa que la muerte es irremediable. Al igual que nuestros antepasados, nosotros también moriremos y nos uniremos a ellos en el sepulcro; nuestro peregrinaje llega a su fin, y descansamos, al igual que los que nos han precedido. A pesar de ello, para los que sirven al Señor, ese no es el fin. En cuarto lugar, el verbo siempre está en pasivo: el indivi­ duo es reunido; no se une con sus antepasados por sí mismo. La muerte es algo que nos acontece. Pero el pasivo podría sugerir que Dios es el agente implícito (2 Rey. 22:20). En ese caso, la frase indicaría que los siervos de Dios no son olvidados cuando mueren. Aunque estén muertos, Dios aún los considera parte de su pueblo. Esto no se refiere a la condición de los individuos después de la muerte, sino a la manera en que Dios los ve. La frase parece incluir la esperanza de la resurrección. n

Antes de jubilarse, Ángel Manuel Rodríguez trabajó como pastor, profesor y teólogo.


E S T U D I O

El

B Í B L I C O

Mark A. Finley

don que Jesús nos prometió L a promesa del Espíritu Santo es una de las más preciosas de Jesús. Es el don de su presencia para alentar, fortalecer, revitalizar y capacitar a cada creyente. Para muchos cristianos, este precioso don suele ser malentendido y sumamente misterioso. En el estudio bíblico de este mes y los siguientes, analizaremos la naturaleza, función y ministerio del Espíritu Santo. Al estudiar estos pasajes, lo invito a reflexionar en lo que significan para su vida.

1 ¿Qué dijo Jesús a sus discípulos respecto de su partida? Lea Juan 16:7 y medite en la significación de esa declaración. Los discípulos de Jesús habrán quedado perplejos cuando él les dijo que pronto los dejaría. Más asombrados aún queda­ ron cuando agregó que era mejor que así fuera. ¿Qué cree que quiso decir al expresar algo semejante? He aquí una posibili­ dad: Los discípulos pronto serían esparcidos. Serían testigos de su amor en aldeas, ciudades y países de toda la región del Mediterráneo. Mientras estaba allí, solo podía estar presente en un lugar. Pero mediante la presencia del Espíritu Santo, podría acompañarlos no importa dónde estuvieran.

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¿Es el Espíritu Santo una influencia de Dios, o uno de los miembros de la Deidad? Compare los siguientes pasajes: Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; Efesios 2:18. Note la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: Cada uno es descrito como miembro de la Deidad, coeterno y coexistente.

3 ¿Cómo describe la Biblia las funciones del Espíritu Santo como personalidad divina? Lea Génesis 6:3; Juan 16:8, 12-14; Efesios 4:30; 1 Tesalonicenses 5:19. Enumere los términos que describen la personalidad del Espíritu Santo. Según las Escrituras, el Espíritu Santo lucha, convence, instru­ ye, guía y dirige. Puede ser entristecido y extinguido. Ninguna de estas características sería posible si fuera una mera influen­ cia. Elena White lo expresó claramente cuando dijo: «El mal se había estado acumulando durante siglos, y solo podía ser restringido y resistido por el grandioso poder del Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, que vendría no con energía modificada, sino con la plenitud del poder divino».*

4 ¿Qué términos usó Jesús para describir al Espíritu Santo, la tercera persona de la Deidad? Compare Juan 14:16, 17 con Juan 16:7. Jesús se refirió al Espíritu Santo como nuestro Ayudador o Consolador. Son términos que provienen de la palabra griega paraklete, que significa «el que anda al lado». El Espíritu Santo es la presencia personal de Cristo, que camina junto a cada creyente para suplir sus necesidades más profundas. Es un término legal que significa mucho más que un abogado o de­ fensor. En el sistema legal de la antigua Roma, el paraklete era un individuo asignado para satisfacer las necesidades físicas, mentales, emocionales y legales del que enfrentaba un juicio. El paraklete debía ser el defensor de los individuos, represen­ tarlos, estar a su lado, asegurarse de que no les faltara nada.

5 Lea Juan 16:18. Al hablar con sus discípulos del ministerio del Espíritu Santo, ¿qué dijo Jesús para alentar a sus creyentes con la idea de que, aunque él se fuera, seguiría presente a su lado? 6 ¿Cuál es otra función del Espíritu Santo revelada por Cristo, y qué don específico nos trae? Lea Juan 14:25-27; 16:12, 13. Uno de los ministerios del Espíritu Santo es enseñar a los creyentes las verdades de la eternidad. Lo hace al impresionar las verdades divinas en la mente cuando estudiamos la Palabra de Dios. El Espíritu Santo también nos da paz en un mundo atribulado, y nos brinda calma al corazón porque nos lleva a sentir que Dios está en control de este mundo y nuestra vida.

7 ¿Cómo podemos ser llenos del Espíritu Santo y recibir la tercera persona de la Deidad todos los días? Lea Juan 14:13-16; Lucas 11:13. Nuestro Padre celestial anhela darnos el don de su Espíritu. Desea que fluya en nuestra vida la influencia regeneradora y revitalizante del Espíritu Santo. Al abrirle nuestro corazón a Cristo y desear agradarlo en todo, solicitando por fe el don de su Espíritu, nuestra vida se verá llena de su abundancia, paz y poder. No tenemos más que pedírselo. n * Elena White, Testimonios para los ministros, p. 392.

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INTERCAMBIO DE IDEAS R O N

G R AY B I L L

que no necesitamos el apoyo de los laicos. En efecto, siempre aprecio la inmensa contribución que estos hacen a la Iglesia Adventista. Francis Tuffour Dallas, Texas, Estados Unidos Preocupación por la «severa pérdida» de miembros

Cartas

Fotografía inédita de Elena White

Escribo en respuesta al artículo de A. McChesney sobre la fotografía inédita de Elena White (Diciembre 2014). Es una hermosa fotografía, porque 109 años no han disminuido la calidez de la imagen. Por la gracia de Dios, aguardo encontrar­ me con ella cuando llegue el «gran día». Janet Williams por vía electrónica Supongo que esta fotografía de Elena White no fue tomada en verano, a juzgar por las ropas. El prolijo cartapacio que lleva en la mano me dice que era suma­ mente organizada, y una oradora bien preparada. En la misma revista, hay una noticia titulada «Se insta a los líderes para que contraten pastores, no adminis­ tradores». En cierto sentido, lo que dice R. Lemon está bien: aumentar el número de pastores ayuda, pero eso no significa

Pedidos Y

Escribo en respuesta a la noticia «Preocu­ pa la “grave pérdida” de miembros» (Diciembre 2014). Este informe prueba que el fin está cercano, y que debemos estar listos para la venida del Señor. Me siento realmente bendecida de ser parte de este gran movimiento. Mi oración es que yo pueda ayudar y no ser en cambio una piedra de tropiezo. La mies es mucha; solo necesitamos ir hacia otros y permitir que Dios nos use. Nuestro mayor problema es la reten­ ción; como iglesia necesitamos trabajar en esto. Mishlyn Stephen por vía electrónica El privilegio de una Biblia abierta

Supongo que en la vida de cada niño y aun en la de algunos adultos existe

algún tipo de héroe. Hasta ahora yo jamás lo había tenido. Tengo 69 años y soy veterano de Vietnam, y el héroe del que hablo tiene 19 años. Su nombre es William Hunter. Jamás imaginé cuán privilegiados somos aquí en Norteamérica de poder leer la Biblia hasta que leí la historia del joven William Hunter («El privilegio de una Biblia abierta», Noviembre 2014). He leído esa historia una decena de veces desde que recibí mi ejemplar de Adventist World. Quedé tan impresionado por la vida de ese joven y su amor por la Santa Palabra de Dios, que me ha inspirado a cavar aún más profundo en las Escrituras. Me siento bendecido de haber aprendido de ese maravilloso joven. Su valor y naturaleza humilde deberían ser una lección para todos nosotros. Phillip Webber, Sr. Lisbon, Maine, Estados Unidos Sí a las nueces

Gracias por el sutil mensaje de salud que encierra la mención de la sección «Intercambio de ideas» de Adventist World

Aumentar el número de pastores ayuda, pero eso no significa que no necesitamos el apoyo de los laicos

.

–Francis Tuffour, Dallas, Texas, Estados Unidos

AGRADECIMIENTOS

Oren por favor por mi nuevo empren­ dimiento. He logrado reunir una can­ tidad de dinero razonable, y siento que puedo buscar la manera de comenzar un pequeño negocio. Francis, Zambia

Oren para que Dios me guíe en la visión que tengo de establecer un ministerio de multimedios para la comunidad de la paz y la justicia social. Víctor, Estados Unidos Les pido que oren por el éxito de nuestro viaje misionero para ayudar a

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las víctimas del Tifón Haiyan (Yolanda). Oren también por las víctimas del Tifón Hagupit (Ruby). Rodel, Filipinas Por favor, oren para que la gente se con­ vierta como resultado de las reuniones de evangelización de nuestra iglesia local. Adrien, Burundi


(Octubre 2014). ¡Me encantaría ver más menciones como esa! Carol Lee por vía electrónica Estudio bíblico

Cada mes aguardo con ansias la sección «Estudio bíblico», de Mark Finley. Son muy útiles no solo para uso personal, sino también para los estudiantes de la Biblia. Los uso después de completar una serie de estudios durante o después del bautismo, cuando temas como las elecciones personales, la esperanza, la paz y la seguridad, ayudan a los miem­ bros nuevos a enfrentar los desafíos dia­ rios. No son teorías aisladas, sino que se aplican a la vida real. Las colecciono y utilizo. Por favor, síganlas publicando. Viv Braddy-Reid Birmingham, Inglaterra Gracias

¡Gracias por la revista y este ministerio! Les pido que oren por mí, y yo oraré por ustedes. Promise Siphuma Bulawayo, Zimbabue

Sin pelar La cáscara o piel suele ser la parte más nutritiva de las frutas y verduras. Para obtener el máximo beneficio, coma las siguientes frutas y verduras sin pelar:

papa

manzana kiwi mango

berenjena pepino

zanahoria

Fuente: Men’s Health

Revividos por la Palabra Pautas para las cartas: Envíelas por favor a letters@ adventistworld.org. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

Un viaje de descubrimientos a lo largo de la Biblia Dios nos habla por su Palabra. Únase a los creyentes de más de 180 países que están leyendo un capítulo de la Biblia por día. Si desea descargar la Guía de Lectura, visite RevivedbyHisWord.org, o apúntese para recibir el capítulo diario de la Biblia por vía electrónica. Si desea participar de esta iniciativa, comience aquí: 1º DE ABRIL DE 2015 • 2 Corintios 2

Oren por mi esposa y por mí, y por nuestra vida espiritual. ¡Tengo que ser más constante! Franklin, Kenia Me gustaría que oren por mi salud y orientación espiritual. ¡Muchas gracias! Chamel, por vía electrónica

Después de varios años de búsqueda, conseguí un trabajo con el sábado libre. La tarea representa un gran desafío, por lo que pido que oren para que la aprenda rápido y pueda satisfacer las exigencias. Rob, Estados Unidos

Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a prayer@ adventistworld.org. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a ADVENTIST WORLD, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.

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INTERCAMBIO DE IDEAS

A R C H I V O S D E L A A S O C I A C I Ó N G E N E R A L

hace

92

años

La primera iglesia adventista de Irak fue organi­ zada en Mosul, el 17 de marzo de 1923. Las creencias adventistas fueron introducidas en el país por Bashir Hasso, que era de Mosul. Hasso había sido bautizado en Beirut (Líbano) W.K. Ising y Bashir Hasso en 1911, mientras estudiaba en la Universidad Americana. Después de leer el libro de Urías Smith titulado Daniel y Apocalipsis, recibió instrucción adicional de parte de W. K. Ising, un misionero adventista que trabajaba en Beirut. Aunque Hasso perdió todo contacto con la iglesia durante la Primera Guerra Mundial, cuando Ising visitó Irak (entonces llamada Mesopotamia) en 1923 había ya siete personas listas para el bautismo. La nueva Misión Mesopotámica se convirtió en parte de la División Europea.

5

datos. . . Interesantes sobre los

80 centímetros hasta los hombros PESO PROMEDIO:

Casi ochocientos millones de personas no tienen acceso al agua potable, lo que supera a las poblaciones de Canadá, Estados Unidos y Europa Occidental combinadas. Fuente: The Rotarian

más Y

CIRCUNFERENCIA PROMEDIO:

1,5 metros

mejor

La gente más saludable del mundo tiene estas cosas en común: Son felices: La gente feliz suele tener menor presión arterial. Ingieren nueces: Los que comen nueces tienen riesgos significativamente menores de sufrir afecciones cardíacas, diabetes, cáncer, etc. No fuman: Sea inteligente, mejor ni empiece. Buscan estar de pie: Los que están sentados más de seis horas al día tienen un cuarenta por ciento más de probabilidades de morir por cualquier causa que los que se sientan por menos de tres horas. Están en movimiento: El ejercicio incrementa la aptitud física, la energía y las endorfinas (los químicos del bienestar del cerebro).

achos, 113 kilogramos m hembras, 100 kilogramos

SUPERVIVENCIA PROMEDIO EN CAUTIVIDAD:

M I L LO N E S

VIVA

pandas

ALTURA PROMEDIO:

800

20 a 30 años

DIETA TÍPICA:

bambú (99 por ciento) Fuente: Defenders.org

Fuente: Women’s Health F O T O G R A F Í A :

S T E L L A

B O G D A N I C

M A R C E L O

M O K R E J S


«He aquí, vengo pronto . . .»

5O

PALABRAS O MENOS

Mi

himno favorito n Mi

himno favorito es «Cristo está buscando obreros». Me recuerda de nuestro privilegio como obreros en la viña del Señor. –Dancan, Nairobi, Kenia n Mi

cántico favorito es «Alaba al Señor, alma mía». Tiene armonías maravillosas, y puede cantarse en canon. –S. T. A., Leisnig, Alemania n Mi

himno favorito es «A Dios sea gloria». Habla de Dios, Creador del universo, y de cómo nos llena de confianza y de sus constantes bendiciones. Culmina exaltando la bondad de Dios, que entregó a su Hijo, quien conquistó el pecado y la muerte y nos brindó acceso a la ciudad celestial. ¡Aleluya! –Jorge de Brito, Brasil n «¡Oh, qué

amigo nos es Cristo!» me habla de cuán fiel y tierno es Jesús. Es nuestro mejor amigo. –Patrick, Abiyán, Costa de Marfil

Para la próxima, díganos en 50 palabras o menos cuál es su promesa bíblica favorita. Envíe su contribución a letters@AdventistWorld.org, y en el título coloque «50 palabras o menos».

Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

Editor ADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista. Editor ejecutivo Bill Knott Editor asociado Claude Richli Gerente editor internacional Pyung Duk Chun Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vice-­ presidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley-Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella S. Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal. Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Jairyong Lee, chair; Akeri Suzuki, Kenneth Osborn, Guimo Sung, Pyung Duk Chun, Suk Hee Han Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Kimberly Luste Maran, Andrew McChesney Editores de Seúl, Corea Pyung Duk Chun, Jae Man Park, Hyo Jun Kim Editor en línea Carlos Medley Directora de operaciones Merle Poirier Editores invitados Mark A. Finley, John M. Fowler Consultor E. Edward Zinke Gerente financiera Rachel J. Child Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste Junta administrativa Jayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Raafat Kamal, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan, Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638 E-mail: worldeditor@gc.adventist.org Sitio Web: http://www.adventistworld.org/ A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995. ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos, Indonesia y México.

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