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El Sagrado Mantram de Om

Foto: Asociación Escuela de Auto-Realización

El Sagrado Mantram de Om

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Rosa de Sotomayor

Por petición de Mahavatar Babaji, Swami Sri Yukteswar en su libro la “Ciencia Sagrada”, compara los Sutras o Aforismos de PatanjalÍ (sabio hindú que vivió en el siglo III antes de Cristo) con la Biblia Cristiana, siendo ésta la razón por la que nos basamos en estos escritos para entender de mejor manera lo que significa el Sagrado Mantram de OM.

Los Aforismos o Sutras de Patanjalí son una recopilación de preceptos acerca del Yoga, que consiste en 196 sutras, aforismos o frases cortas.

SUTRA 3

“Parambrahma, el Dios Padre o el Dios Absoluto, hace emerger la creación, la Naturaleza inerte. Del OM, el Verbo, que es la manifestación de la Fuerza Omnipotente proviene el Tiempo, el Espacio y el Átomo que son la estructura vibratoria de la creación”.

Con respecto a este Sutra 3, Sri Yukteswar, en el libro “La Ciencia Sagrada”, manifiesta que: “El Verbo, Amén u Om es el principio de la Creación. La Fuerza Omnipotente (de Repulsión y su expresión complementaria, la Fuerza de Atracción o Amor) se manifiesta como vibración, la cual emite un sonido particular: el Verbo, Amén u Om…”

“…La manifestación del Verbo -al convertirse en carne o materializarse externamente- crea este mundo visible. Así pues, el Verbo, el Amén u Om -siendo la manifestación de la Eterna Naturaleza del Padre Todopoderoso- es inseparable de Dios y no es otra cosa que Él mismo (al igual que el poder de quemar es inseparable del fuego y no otra cosa que el fuego mismo).

En el Apocalipsis 3,14 y Juan 1,1; 3,14 se dice: “He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios.”

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Todas las cosas por Él fueron hechas y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.”

Como vemos, esta Fuerza Omnipotente es la única “causa motora” de donde provienen las infinitas formas de todo lo creado y por lo tanto se convierte a su vez en el único sendero de regreso al Padre. Así como todo lo que proviene del Padre Dios es conducido y nos llega por intermedio de OM, de la misma manera es el único sendero de retorno al Seno del Padre. Cuando esto sucede el OM, en su manifestación de atracción se convierte en Amor Divino.

OM o AMÉN PARA EL PADRE DÁVILA

Nuestro maestro, el Padre César Dávila en su libro Las llaves de tu Reino manifiesta que a AUM u OM se le llamó la palabra perdida, la palabra que sólo podían pronunciar los altos iniciados y los hierofantes, cuando oficiaban los ritos sagrados en sus templos. Hasta no hace mucho tiempo, esta palabra no era conocida sino en determinados círculos espirituales y no se la escribía, sino que se la enseñaba de maestro a discípulo cuando éste se encontraba debidamente preparado.

El día de hoy la emplean todos los que tienen algún conocimiento de las diversas técnicas de meditación oriental.

AUM corresponde a la palabra hebrea AMÉN, la cual se la encuentra a cada paso, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento. En los Evangelios se repite una 73 veces. Palabra misteriosa, epílogo y síntesis de la vida de los siglos y de todos los sonidos cósmicos que afloran desde los confines de la eternidad, afirmación de toda predicación, vida y obra salvadora de Cristo. Testificación plena y absoluta de la verdad.

EL OM O AMÉN EN LA BIBLIA

El profeta Isaías dice: “Aquel que es bendito sobre la tierra será bendito en el Dios Amén. Y el que jura en la tierra, jurará en el Dios Amén.” Aquí el Amén equivale a Dios-Verdad, Dios que no puede engañarse ni engañar, Él que es, que conoce todo y que sólo Él puede bendecir, según este conocimiento absoluto.

Juan, cuando fue enviado por el Espíritu de Dios para proclamar su mensaje y dar testimonio de Jesús, debía escribir en estos términos a la iglesia de Laodicea: “Esto dice el Amén el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios.”

En esta frase del Apocalipsis, la palabra Amén es un sustantivo que significa “testigo”, es decir la persona que da testimonio de lo que presenció: es decir atestigua sobre el gran drama cósmico de la creación.

El Amén es el Dios omnipotente, que actúa no sólo en los hechos que se desarrollan en el tiempo y en el espacio, sino en la eternidad. Existe siempre, vive siempre, obra siempre.

OM O AMÉN, LA LLAMADA CÓSMICA

OM es la llamada interna del que ama a la persona amada, es la vibración inter penetrante en todas las cosas. Es la fuerza cósmica que mantiene en la existencia todo cuanto existe. Es la gloria de Dios manifestándose en toda la creación.

Cuando en la meditación se repite este nombre, esta repetición es la llamada o el golpear continuo al corazón de ese Dios que está presente ayer como hoy aquí en el tiempo y en el espacio. La repetición de esta palabra sagrada es como conectar nuestro receptor interno para sintonizarnos con la onda divina.

La repetición de esta palabra es como la transfusión de sangre a un enfermo en estado de coma. Yo, tú, todos, somos esos enfermos del espíritu que luchamos en el estado de coma espiritual mientras no circula por nosotros la vida divina.

La repetición de esta palabra sagrada es como un radar que señala la meta segura al avión que viaja durante el día y la noche. El radar con su señal intermitente, une al avión y a la estación de tierra. Dios es esa estación firmemente anclada en su propia esencia; quien, para guiarnos en este plano está emitiendo constantemente la divina señal, para que le captemos con radar de nuestro espíritu.

Aquí está la explicación del por qué la mística oriental requiere que en la meditación se repita solamente el OM. La repetición de esta palabra sagrada tiene como finalidad sintonizarnos con Dios.

En esta sintonía, y solamente en ésta, se encuentra el secreto de nuestro progreso en el sendero espiritual. A nosotros, a ti, a mí, nos toca realizar el esfuerzo: la búsqueda de Él. Él en cambio nos abre las puertas del reino que es Él mismo. Esto lo expresa Cristo en estos términos: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla y al que llama se le abre”.

AUM u OM EN EL BHAGAVAD GUITA

En el Bhagavad Guita, la Biblia oriental, escrita tres mil años antes de Cristo, aconseja lo siguiente para contactar con Dios: “Cierra herméticamente las puertas del cuerpo, a las que los hombres llaman avenidas de los sentidos. Concentra la mente en tu interno ser. Que tu Yo permanezca en tu interna morada, completamente apartado del mundo exterior. Firmemente establecido, confortado por el Yoga, repite en silencio la mística palabra AUM, símbolo de mi Ser como Creador, Conservador y Destructor”.

Termino este artículo resaltando algunas ideas de Swami Sivananda sobre OM:

“El OM es tu derecho de nacimiento. La herencia común de todos. Es la propiedad común de todas las personas del mundo. Es la palabra de poder. Proporciona inspiración e intuición. Eleva la mente a alturas espirituales de un esplendor y una gloria inefables. Es tu alimento espiritual. Es el tónico y tu vitamina espiritual. Está lleno de poderes divinos. Es tu compañero constante. Es tu salvador. Es tu alegría y tu vida. Vive en OM día y noche. Absórbete en Él. Medita en OM. Inspira y expira el OM. Descansa pacíficamente en Él. Refúgiate en OM.”

Por consiguiente, meditar en OM significa escuchar la Voz misma de Dios y tener un intercambio vibratorio íntimo entre Él y cada uno de nosotros.

OM. PAZ. BENDICIONES.

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