AFOSART
R E V I S T A
F O T O G R ร F I C A
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A F O S A L
N ยบ 3 D I C I E M B R E
presentART | MANUEL MARTIN VISIONES | VIETNAM. norte y sur del paralelo 17 POR TEO ANDRES VISIONES | ATLAS POR ALBERTO MURIEL PINA VISIONES | 2 PASIONES Por Miguel Angel Montejo RETO | PAISAJE URBANO RETO | 3 pictures COLECTIVO SALAMANCA STREET PHOTO. Oporto en la Calle GRANDES FOTOGRAFOS | ROBERT MAPPLETHORPE
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AFOSART R E V I S T A
F O T O G R Á F I C A
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A F O S A L
PARTICIPACIÓN: afosart@gmail.com
En primer lugar, se enviará un documento en formato pdf, describiendo el reportaje brevemente, con la totalidad de las fotos que describan una unidad informativa. Una vez sea visionado por el Equipo redactor y seleccionado, se solicitará al participante las imágenes en alta calidad y un texto explicativo del reportaje. REQUISITOS PARA PUBLICACIÓN EN PRESENTART: En primer lugar se enviará un documento, en formato pdf con la totalidad de las fotos que el socio quiera aportar y un breve texto autodescriptivo. Una vez seleccionado por el equipo redactor se requerirá al socio la respuesta a una serie de cuestiones a modo de entrevista y las fotografías en alta calidad. REQUISITOS PARA PUBLICACIÓN EN GALERÍA DE SOCIOS: De entre las fotografías compartidas en las redes sociales (principalmente Facebook) se extraerán una serie de ellas.
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ACTIVIDADES AFOSAL
REQUISITOS PARA PUBLICACIÓN EN VISIONES:
II RALLY AFOSAL - CIUDAD DE SALAMANCA
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15 FOTOGRAFOS, 15 CIUDADES
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VISITA FOTOGRÁFICA: Stephen Shore, World Press Photo 2014 y Richard Hamilton
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CICLO DE CONFERENCIAS: Cristina Zelich. Cuatro Fotógrafos en la distancia corta
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CURSO DE INICIACIÓN A LA FOTOGRAFÍA
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CURSO DE FLUJO DE TRABAJO EN LIGHTROOM
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RETO ENERO-FEBRERO 3 PICTURES
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VISIONES VIỆT NAM. NORTE Y SUR DEL PARALELO 17. Por Teo Andrés López
VISIONES 2 PASIONES. Miguel Ángel Montejo Blanco
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PRESENTART: Galería fotográfica de Manuel López Martín
RETO
PAISAJE URBANO
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M´GOUN. EL CORAZÓN DEL ALTO ATLAS Por Alberto Muriel Pina COLECTIVO SALAMANCA STREET PHOTO Exposición. Oporto en la Calle
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LO MEJOR DE LAS REDES SOCIALES
GRANDES FOTÓGRAFOS. Robert Mapplethorpe
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BIENVENIDO A AFOSART
Quico García, Presidente de AFOSAL
Estimados socios, Hace poco más de dos años un pequeño grupo de personas que apenas nos conocíamos decidimos crear AFOSAL, para, a través de la fotografía difundir y potenciar la cultura en nuestra ciudad y por supuesto disfrutar con lo que nos gusta. En este tiempo hemos querido o al menos intentado a través de diversas actividades principalmente relacionadas con la fotografía y con el arte crear un espacio para el encuentro tanto de profesionales como aficionados a la fotografía, de los que saben mas y los que saben menos, ya que desde un principio decidimos que en AFOSAL debíamos tener cabida todos sin distinción y seguir así aprendiendo los unos de los otros. Gracias a la junta directiva y a Javier Vegas, uno de nuestros socios, esta vez os presentamos una nueva iniciativa en formato de revista digital que creemos que será de vuestro agrado, una
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plataforma que se llamará AFOSART, donde abordaremos temas propios, opiniones, entrevistas, muestras de las obras de los socios, tutoriales y actualidad fotográfica entre otras muchas cosas. Continuando con el espíritu participativo de esta asociación siempre estamos abiertos a las opiniones y sugerencias de los socios. Por ultimo, en nombre de la junta directiva y en el mío propio agradecer a todos los socios su colaboración y su compromiso con AFOSAL.
ACTIVIDADES AFOSAL II RALLY FOTOGRAFICO CIUDAD DE SALAMANCA
El pasado 14 de septiembre tuvo lugar una de las actividades de la Asociación que mayor repercusión tienen a nivel provincial. En esta ocasión los participantes de este concurso tuvieron que lidiar con tres temas propuestos por la Organización del Rally y entregar tres fotografías de cada uno de ellos. La característica principal de este concurso es que las fotografías no pueden estar retocadas con ningún tipo de software, ya que se pretende valorar la visión fotográfica y no la pericia con el ratón.
La jornada comenzó con el registro de participantes en el Hotel Monterrey donde a cada participante se le asigno su número de participación. En este mismo momento se realizó la foto de control consistente en un retrato o autorretrato (no lo nombraremos con el término anglosajón tan de moda en estos momentos). Una vez pasado el control inicial se recibieron los tres temas que debían realizar los participantes, PIEDRA, PAPEL y PASOS.
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Con estos tres temas debían lidiar los participantes durante todo el día hasta la fecha de entrega de las fotos. A una hora intermedia entre la salida y la comida se realiza una foto de grupo con el ánimo de confraternizar con el resto de los participantes.
Una vez terminada la comida se inicia la recogida de las fotografías de los participantes y se procede con el sorteo de los premios donados por los patrocinadores del Rally.
Los ganadores de estos premios fueron los siguientes: ROBISA •
Kit de limpieza de sensores GREEN CLEAN SC4000
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10 – Alberto Carnicero Martín
Cargador ANSMANN para packs de ión litio •
40 – Usoa Martínez Larraburu
Filtro HELIOPAN UV SLIM (según diámetro) •
45 – Tránsito Pollos Monreal
Flash Metz modelo 36 AF-5 (Montura según ganador) •
32 – Silvia López Hernández
A BORDO – Mariscada para dos personas (no incluye bebida) •
68 – Elena Martín Aparicio
DAVID RENEDO – Certificado energético para una vivienda (no incluye tasas) •
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13 – Eduardo De Marcos Toldos
Libros de fotografía •
97 – Jesús Martín Calvo
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89 – José Fernando Martín Ferreres
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58 – Valentín Sesma Berhó
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91 – Rodrigo Blanco Hernández
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52 – José Salvador Ramos
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27 – Jorge Hernández de Dios
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67 – Esther Rodríguez González
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51 – José David Sáez Vázquez
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17 – Antonio M. Domingo Moya
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100 – Manuel López Martín
HIPERCARNE – Paletilla de jamón •
14 – Margarita Delgado Hernández
EMILIO YUSTE – Polo •
77 – Alba Gómez Rollán
BALAY – Horno 3HB504X acero inoxidable •
8 – Milagros Borrego Galán
Terminada la jornada los participantes tienen un plazo para definir con que 3 fotos, de las 9 presentadas, participarán definitivamente en el concurso. Pasado este tiempo la Organización envía al jurado las fotografías participantes renombradas de tal modo que los miembros no saben el nombre del autor. El jurado del II Rally Fotográfico Ciudad de Salamanca AFOSAL, formado por el profesor Iván del Arco, el fotógrafo Javier Herrero y el profesor de la UPSA Pablo Rey, han seleccionado a cada uno de los ganadores de los tres temas de que constaba el rally:
De la calificación del jurado se extraen los 3 participantes ganadores. En este caso los ganadores fueron:
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Virgilio Sanchez Martín en el tema PIEDRA, premio de 250€ y libro Snapybook
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Carlos Bartol Gutierrez en el tema PAPEL, premio de 250€ y libro Snapybook
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Manuel López Martín en el tema PASOS, premio de 250€ y libro Snapybook
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15 FOTOGRAFOS 15 CIUDADES Javi Calvo representará la Ciudad de Salamanca 15 fotógrafos, 15 ciudades únicas es un buen ejemplo del trabajo en red que las Ciudades Patrimonio viene desarrollando desde hace 21 años, en el que se hace patente que la unión entre cultura y patrimonio es una seña de identidad para esta ciudades, como marca de una oferta de turismo cultural de calidad. Sin duda la vision que estos 15 artistas ofrecen de las Ciudades Patrimonio, con sus miradas subjetivas y personales, descubrirán al público nuevos aspectos que van más allá de los escenarios históricos y mostrará que son, sobre todo, ciudades habitadas, en las que un estilo de vida diferente se ofrece a quien se acerca a ellas y las descubre. La selección de las 60 obras que forman la muestra ha corrido a cargo del comisario de la exposición, Miguel López, director de la Fundación Antonio Saura de Cuenca, que señala haberse encontrado con grandes problemas a la hora de elegir entre numerosos fotógrafos de las 15 ciudades, que forman parte de un colectivo amplio y rico que da testimonio de que la fotografía española actual vive un momento intenso, plagado de creatividad y buen hacer. La selección de las fotografías, por ello, ha buscado un enfoque o una mirada particular, primando sobretodo el valor artístico y plástico de la obra, alejándose de las miradas tópicas y típicas,
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intentando llegar a aspectos íntimos de cada ciudad a través de los ojos y las cámaras de los fotógrafos que las habitan o las sienten como suyas. Los fotógrafos presentes en la exposición son, por ciudades: • • • • • • • • • • • • • • •
Alcalá de Henares, Fernando Villar Ávila, Ramón Martinlaruina Baeza, Antonio Tornero Cáceres, Elena Cajal Córdoba, Francisco González Cuenca, Santiago Torralba Ibiza-Eivissa, Joan Costa Mérida, José María Colomo Salamanca, Javier Calvo San Cristóbal de la Laguna, Teresa Arozena Santiago de Compostela, Fuco Reyes Segovia, José María Diez “Pototo” Tarragona, Pep Escoda Toledo, Roberto Gómez Úbeda, Miguel López
La muestra, tras Alcalá de Henares, continuará su recorrido por Ibiza, Cáceres, Cuenca y Toledo en una primera fase, prolongándose su itinerancia hasta comienzos de 2017, habiendo visitado ya entonces las 15 ciudades del Grupo.
ACTIVIDADES AFOSAL VISITA FOTOGRAFICA. STEPHEN SHORE WORLD PRESS PHOTO 2014 RICHARD HAMILTON
Tuvimos la suerte de compartir una salida para ver las exposiciones de Stephen Shore (la más completa realizada hasta el momento) en Fundación Mapfre, la impresionante y multifacética exposición de Richard Hamilton en el Reina Sofía, y finalizar con la visión de lo mejor del fotoperiodismo 2014, el World Press Photo.
World Press Photo http://www.worldpressphoto.org/awards/2014
Os dejamos los enlaces, por si queréis seguir disfrutando.
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Stephen Shore
Richard Hamilton
http://www.exposicionesmapfrearte.com/ stephenshore/es/
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/ richard-hamilton http://www.museoreinasofia.es/sites/default/files/ exposiciones/folletos/folleto_hamilton_espanol_. pdf
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ACTIVIDADES AFOSAL CRISTINA ZELICH. 4 FOTOGRAFOS EN LA DISTANCIA CORTA
Fotografía de Vera Martín Cristina Zelich nos acercó el pasado viernes 24 de octubre a la obra de Joan Foncuberta en el contexto de los inicios de la fotografía contemporánea del grupo de Barcelona. La obra de Fontcuberta, ya desde joven en contacto con la publicidad y la imagen, nace como un proyecto continuo de impacto, seducción e incluso subversión desde la irrealidad fotográfica. Los universos inquietantes de Max Ernst, y sobre todo Jerry Ulsman fueron grandes influencias en
su obra. En 1974 realiza su primera exposición, posteriormente en Madrid y en 1978 expone en el Centro Internacional de Fotografía de Barcelona, dirigido por Albert Guspi, divulgador pionero de la denominada “fotografía comprometida”, y creador de la primera galería comercial que hubo en España (Spectrum 1973). Para Fontcuberta, “la fotografía también puede documentar lo inexistente”, sus proyectos son una fina ironía de lo real, el absurdo e incluso la
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demostración de una irrealidad, que le sirve para crear universos en los que el encuadre, el mensaje, y sobre todo la idea intelectual de cada proyecto confeccionan una obra de arte. Herbarium, Orogénesis, Secúritas, Fauna Secreta, Sputnik, Palimpsestos, Googlegramas, Deletrix, Sirenas (expuesta en Salamanca), o Deconstruir Ossama son algunos de sus proyectos más conocidos. Entre 1985 y 2001, la obra de Fontcuberta fue expuesta en más de una treintena de museos y salas de arte de Europa, América del Norte y Japón, y sus obras han sido adquiridas como fondo por los principales museos de arte contemporáneo del mundo. Fontcuberta también es un prolífico teórico del medio audiovisual, sobre todo fotográfico. Son reseñables sus obras Estética Fotográfica (1984), El beso de Judas: Fotografía y verdad (1997) o La cámara de Pandora: la fotografi@ después de la fotografía (2010). Entre otros muchos premios, ha sido el primer español en recibir el prestigioso Premio Hasselblad de fotografía, que cuenta entre sus premiados a Cartier-Bresson, Robert Frank, Richard Avedon, o Sebastiao Salgado.
Enlaces de interés: Fontcuberta y los límites de la ficción Triunfo del artista de la paradoja Por un manifiesto posfotográfico www.fontcuberta.com
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ACTIVIDADES AFOSAL CURSO DE INICIACION A LA FOTOGRAFIA
Sábado salmantino, Salón de actos del Domus Artium 2002, vamos el DA2. Gente conocida y gente distinta con muchas ganas de aprender y descubrir cosas nuevas de ese apasionante mundo llamado fotografía. Comenzamos conociendo un poco de historia de la fotografía desde sus pioneros hasta alguno de los grandes genios de este arte. Mientras empezamos a ver las partes de la cámara la vergüenza y la seriedad se empiezan a perder y esto, siempre, consigue que la gente se encuentre más a gusto. Empezamos a descubrir la cámara y a llenar nuestras cabezas entre multitud de conceptos, nuevos para unos y no tanto para otros. Entre medias algún vídeo. Siempre es bueno romper el ritmo y reenganchar a los que desconectan. Llegó la hora de la comida y aprovechamos para conocernos un poco más y compartir nuestra pasión, la fotografía. Naturalmente salieron los móviles llenos de fotografías que
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muestran lo que cada uno hace con su cámara. De estas fotografías siempre se aprende algo.
pendiente la práctica, seguro que lo pasamos genial el día que la llevemos a cabo.
Regresamos a la sesión vespertina y comenzamos entre bromas y risas, Morfeo es muy traicionero a estas horas y más cuando acabas de dar cuenta de un buen cocido.
Sábado genial y espero que lo hayáis pasado tan bien como lo he pasado yo, que hayáis aprendido y descubierto un poco más de fotografía. Espero ver vuestras fotografías en el grupo de AFOSAL en FB y a vosotros en futuras actividades organizadas por la asociación.
Desgranamos los elementos de la exposición fotográfica, hicimos ejercicios, jugamos con la cámara virtual, vimos fotografías históricas, hablamos un poco de composición, analizamos una fotografía… y se nos fue la tarde. Tenemos
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Ha sido un verdadero placer…
ACTIVIDADES AFOSAL CURSO DE FLUJO DE TRABAJO EN LIGHTROOM
10:00 horas del sábado, 13 de diciembre, Salón de actos del Domus Artium 2002 de Salamanca. Después de haber asistido al Curso de Iniciación de Javi Calvo y de haber mejorado el control sobre la cámara debemos y queremos aprender a dominar al ordenador y vencerle. Para ello hemos elegido la herramienta más conocida del sector de la Edición Fotográfica Adobe Lightroom. Empezamos preguntando quienes dominan la herramienta, quienes la conocen y quienes son dominados por esta herramienta. En breve todos estaremos entre los que dominamos la herramienta. Desde el primer momento existe interés por aprender y se suceden las preguntas, hasta tal punto que nos ha llegado la hora del descanso casi sin darnos cuenta. Cuando
volvemos
hacemos
un
pequeño
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resumen sobre cómo gestionar los dichosos catálogos de Lightroom y empezamos a utilizar los filtros de búsqueda, las colecciones, las colecciones inteligentes... Después de cargar las baterías con una comida entre amigos, encendemos los portátiles y empezamos a Revelar las fotos cedidas por los alumnos. Algunas fotos terminan huyendo de tanto retoque y tantos presets que hemos utilizado. Casi sin darnos cuenta nos llega la hora de finalización del taller y aún nos quedan los últimos módulos de Lightroom. Hay que apretar el paso para llegar al final y ver todo el contenido. Terminamos un taller bastante cargado de contenidos con la ilusión de que los alumnos hayan
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aprendido a utilizar esta herramienta de edición y catalogación. O por lo menos que le hayan quitado el miedo. Utilizando las palabras de Javi Calvo en su curso de iniciación: “Sábado genial y espero que lo hayáis pasado tan bien como lo he pasado yo. Espero ver vuestras fotografías en el grupo de AFOSAL en FB y a vosotros en futuras actividades organizadas por la asociación.” Muy agradecido de vuestro interés y participación.
RETO ENERO - FEBRERO ONE RULE - THREE PICTURES
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Serie fotográfica Okno mého ateliéru (Las ventanas de mi estudio) de Josef Sudek.
La serie fotográfica, es un concepto fotográfico, entendido como un grupo de fotografías que presenta una correspondencia de contenidos. Parte de una lectura individual de cada imagen pero condicionada por el resto de las imágenes. Toda imagen depende de un hilo conductor con un único mensaje principal acumulativo dentro de la serie. El conjunto de la imagen debe contener una narrativa fotográfica. Es en este punto donde reside la dificultad, el poder expresar un sentimiento, una idea, una preocupación o una denuncia a través de varias imágenes. No debemos confundir la serie fotográfica con la búsqueda de la composición ideal. Es decir, una serie no la conforman varias fotos disparadas en una secuencia de tiempo corta. A la hora de concretar una serie fotográfica se deben tener en cuenta 3 constantes, género fotográfico, concepto y estética. De la unión de todas o varias de ellas podemos proyectar nuestras ideas sin utilizar la palabra escrita. Josef Sudek realizó la serie Okno mého ateliéru (Las ventanas de mi estudio) entre los años 1940 y 1954 manteniendo fijas las 3 constantes mencionadas anteriormente. El género fotográfico constante es la naturaleza muerta, con un concepto de ventanas empañadas por la humedad y una estética de encuadre, luz y textura fijas. (http://www.circulobellasartes.com/fich_libro/ CATALOGO__SUDEK_(80).pdf) Otra serie que conjuga dos de esteos conceptos es la serie de Harry Callahan en la que mantiene
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el género fotográfico de retrato-desnudo interpretando la vida de una persona cercana (su propia esposa). La estética en esta ocasión es libre y varía de unas fotos a otras. (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/01/ cultura/1330591430.html) Para finalizar os traemos la serie fotográfica realizada entre los años 1971 y 2000 por Ralph Gibson en la que unía el concepto y la forma estética de las fotografías dejan de modo libre el género fotográfico (naturaleza muerta, paisaje…) (http://www.ralphgibson.com/1971-2000chiaroscuro.html) Para finalizar os traemos a una persona bien cercana a nosotros, un miembro de AFOSAL que desde hace algún tiempo viene llevando a cabo una extensa serie fotográfica que une en la misma Género (Retrato Urbano), concepto fotográfico (retratos de personas singulares sin que el sujeto sepa que está siendo fotografiado) y con la misma estética (Blanco y negro en formato vertical con objetivos angulares). Su nombre es Marcos Rodríguez y podéis ver su serie de Retratos Urbanos en www.urbefoto.com Con la pequeña base que os hemos facilitado, os pedimos en esta ocasión una serie de 3 fotografías, como mínimo. Podéis entregarla como tres fotografías individuales numeradas según el orden que consideréis para la correcta lectura de las fotografías.
Serie fotográfica Eleanor de Harry Callahan.
PREMIOS Los premios en todos los retos consistirán en libros de temática fotográfica. Primer Premio: Por determinar Segundo Premio: Por determinar Tercer Premio: Por determinar Cuarto Premio: Por determinar AUTOR NOVEL o Quinto Premio: Por determinar PRESENTACIÓN DE FOTOGRAFÍAS Se podrá presentar en esta ocasión UNA SERIE FOTOGRÁFICA DE 3 FOTOGRAFÍAS en similares términos de los retos anteriores, en formato .jpg,
de un máximo de 1000px el lado mayor. Deberán mantener la proporción 30X45 (2/3) que es el tamaño al que se imprimirán las fotos ganadoras. El nombre del archivo estará formado por el título de la obra (Ejemplos: Mi_Fotografía_del_Mes.jpg / Sin_Título.jpg) y debe ser enviada a reto@afosal.es, junto con el nombre del participante y su número de socio. Los trabajos habrán de presentarse antes de las 24 horas del 28 de FEBRERO. Los miembros de la Junta Directiva no participan en el RETO AFOSAL.
Serie fotográfica Chiaroscuro de Ralph Gibson.
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VISIONES 20
Công Hòa Xã Hôi Chu Nghía Viêt Nam POR TEO ANDRÉS LÓPEZ
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VIỆT NAM. NORTE Y SUR DEL PARALELO 17 POR TEO ANDRÉS LÓPEZ Todas las experiencias de viaje son inevitablemente personales, y se tornan mucho más subjetivas cuando la barrera cultural es uno de sus alicientes. Compartir estas líneas con vosotros es sobre todo una excusa para mostrar un paraíso de la fotografía, aunque la intención del recorrido por este país ha sido más turística que fotográfica, y esto cambia las cosas. La República Socialista de Vietnam, Công Hòa Xã Hôi Chu Nghía Viêt Nam, tiene aproximadamente un sesenta por ciento del territorio de España, y por contra, nos duplica en población. Dado que existen problemas orográficos importantes, como por ejemplo compartir gran parte del Delta del Mekong, de extensión cambiante e incierta, pero equiparable a los Países Bajos, ya podemos irnos preparando para sentirnos frecuentemente arropados por muchos seres humanos…. manera muy amable de describir la situación demográfica de las ciudades. Lo dicho, el paraíso del fotógrafo.
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Hay dos variables que matizan el párrafo anterior, y me temo que a peor; por una parte, el movimiento de habitantes del campo a la ciudad que la modernidad produce sin remedio en los países en vías de desarrollo; por otra, que la mayoría de los 90 millones de vietnamitas son jóvenes y de mediana edad, y al contario que nuestra Castilla envejecida el bastón apenas se usa, sino más bien el ciclomotor, preferiblemente trucado. Este pequeño asunto tiene consecuencias prácticas importantes…, cruzar la calle siempre será un acto de fe (www.youtube.com/watch?v=NjZoYmUQP6I ). Cualquier espacio, sin distinción de aceras, calles, locales, mercadillos es territorio del vehículo preferente; los peatones somos un molesto estorbo. A veces dudas de si en este país se circula por la derecha o por la izquierda.
Por último, está el idioma, a ver como lo explico: “la correspondencia entre la ortografía y la pronunciación es muy complicada, donde una sola letra puede representar dos monoptongos diferentes o un monoptongo y un diptongo. El mismo monoptongo puede ser también representado por más de una letra”. ¡Qué tal!, ¿Has entendido algo?. Pues
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imagina que te lo dicen en vietnamita. Después de bastantes días mi éxito para pedir mi plato preferido en el norte no era, digamos, notable (y eso que me compré una camiseta que lo ponía escrito). Si te interesa intentarlo en una de sus variaciones, aquí tienes la receta, pero soy escéptico en cuanto al resultado.(http://emiliodeik.blogspot.com.es/2011/11/pho-bosopa-nacional-de-vietnam.html , está entre los 28 platos más exquisitos del mundo según este bloguero y sus fuentes, pero ni por asomo se parecerá a la que pruebas allí).
Mi primer consejo es que no vayas una única semana a Vietnam, si ha de ser así, elige una zona y dedícate a conocerla; mi segundo consejo es que te digan lo que te digan en las agencias o en los forofos foros de Internet, es más que recomendable que el sitio elegido esté por encima del “paralelo 17”. Y algo muy importante, esto también reza para tu Pho bo, a no ser que te guste el “caldo del Mekong” o la “sopa de grasa de gallina”. Hanoi, 5 millones de motos y prácticamente sin aceras… Lo primero que te impacta, claro está, si entras a Vietnam por esta ciudad, es el calor, la humedad y sobre todo el enorme trasiego de gente y vehículos, principalmente de dos ruedas, en cualquier dirección. En carretera casi todo está permitido, en la ciudad, todo está permitido.
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La gente vive en la calle, literalmente. Si tienes un espacio que da al exterior, sería un lujo “occidental” no tener un negocio en él, algo incomprensible en la mentalidad vietnamita. La cosa se complica cuando apenas hay aceras y los espacios que hay frente al negocio se realquilan mediante algún tipo de acuerdo, siempre que no vulnere la ley universal: todo el mundo pasa por todas partes, ciclomotores sobre todo, y el ciudadano peatón, un señor realmente de otra época que va a los sitios caminando, es arrojado a la locura bulliciosa del asfalto para tener su merecido.
Lo mejor es dejarse llevar y callejear. Y al final, cuando el ruido, y el agobio de estar pendiente a cada paso ya te ha cansado, busca un lugar en el que disfrutar del “lujo asiático”. No te importará gastarte 150.000 Đồngs en cerveza, realmente la disfrutarás. Una vez que ha pasado, no por menos esperado, este vendaval de sensaciones, y cuando comienzas a moverte por la ciudad, los hoteles, las tiendas y restaurantes, poco a poco percibirás una honesta amabilidad. Los “bárbaros” de occidente sin saberlo, hemos perdido la dulzura.
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La gente es amable y comprensiva, siempre deseosa de venderte algo, pero no te atosiga apenas si no muestras especial atención por su mercancía. Por el contrario, poco a poco, el barrullo va quedando como un sordo murmullo que deja aflorar la vida, y cierta manera de hacer visible la filosofía del dejar pasar. Vivir frente a la calle, con un jergón, una tele y un pequeño puesto de venta, dejar que el mundo desfile frente a ti. Peluquerías, puestos de carne y pescado, de alimentación, y de cualquier prenda, pequeños restaurantes improvisados en un espacio con acera; todo se mezcla y todo va a la calle junto con la humedad y el calor. También la pobreza desfilará frente a tu objetivo, inevitablemente; con frecuencia, no podrás entender cómo pueden sobrevivir con lo poco que venden en sus pequeños puestos. Un país, dos sistemas. Frase más que conocida en oriente, gracias al gigante amarillo y que está haciendo estragos en el resto de los jóvenes “tigres” asiáticos. Vietnam es una república comunista de partido único, que traducido quiere decir llanamente, despotismo oriental gestionado por una casta infiltrada en todos los estamentos sociales. La estrella amarilla sobre bandera roja ondea sin cesar y es llevada, en la mayoría de las ocasiones con ingenuo orgullo, en las actividades de los jóvenes escolares de las ciudades. Pero su bandera no oficial es el dólar, sobre todo por debajo del paralelo 17, justamente ese que marcaba el territorio ocupado y bombardeado por los EE.UU sin piedad. El dólar llegó para quedarse y la globalización ha florecido en un país sin apenas derechos que estorben a las multinacionales.
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Es gracioso ver con frecuencia carteles de propaganda comunista, de idílica estampa soviética o maoísta, frente a la realidad de las aspiraciones y la vorágine “turbocapitalista”. Esperemos que no nos alcance su modelo de vida. Está claro que la vieja Europa ya no es un ejemplo para ellos, nos han sobrepasado y las grandes empresas del planeta lo saben. El país ha duplicado su renta per cápita en diez años, y la burbuja de la vida a crédito es perceptible, sobre todo en en Saigón. Me temo que al norte tampoco le queda mucho tiempo. Sus amados líderes son de sobra conscientes de que para el pueblo enganchado al móvil y a internet, el emblema de su país, es apenas poco más que el símbolo de una marca de cerveza. No les importa, mientras todo funcione con la fuerza invisible de la gravedad, de arriba abajo. Según Human Rithgs Wach, la represión política se sigue ejerciendo, e incluso se ha endurecido en los últimos años. Normalmente, la gente con la que tienes contacto, tarda en abrirse y comentarte lo que piensan de la situación. Todo el mundo conoce el engaño y lo soportan con resignación. El salario es muy igualitario para los “de abajo”, con lo que mucha gente, cuando puede, se prejubila y se dedica a otra actividad privada. Si eres del partido tu situación mejora y frecuentemente también el salario. La corrupción es una lacra; hemos visto pagar la “mordida” a pobres barqueros que apenas tienen para comer, y que les supone casi un treinta por ciento de lo que cobran, cada vez que hacen un viaje. El combustible está únicamente un poco más barato que España, y el salario en las ciudades suele estar entre los trescientos euros, con suerte.
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España está en el puesto 37 en el índice de corrupción según el informe 2014 de Transparencia Internacional, Vietnam en el 119, sobre un total de 174 países. A más puntuación más corrupción, Juzga por ti mismo.
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Ver pequeños aprendices de monje y jóvenes del partido en el mismo espacio, no es infrecuente. Las distintas religiones se practican con total tolerancia y es habitual ver a gente haciendo ofrendas. Sin duda la gente sencilla es el mayor tesoro de Vietnam, debajo de colores y religiones hay un poso de amabilidad conmovedora en su manera de ser. En los mercados callejeros puedes comprar todas la mercancías para el paraíso, listas para quemar y a muy buen precio. Además no tienen moscas. Poco a poco tu capa de “bárbaro ilustrado” se te irá ablandando y apreciarás la dulzura no fingida como algo precioso que aun conservan. Realmente, si te dejas llevar, será lo mejor de tu viaje. Lo “otro” mejor, serán las escenas chocantes que sin duda te encontrarás.
El contraste entre el campo y la ciudad, es casi tan grande como entre el norte y el sur. Sin duda mi preferencia, y suele coincidir con los viajeros que repiten, es Hanoi y sobre todo el precioso norte de Vietnam. 30
Es un país con una orografía y unos colores privilegiados. Llévate muchas tarjetas de memoria para tu cámara, las necesitarás. También puedes comprar allí, por cierto, un poco más barato que aquí. Por mucho que digan, los equipos fotográficos no merecen la pena, únicamente hay diferencia apreciable en los de gama bastante baja.
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En Sapa podrás disfrutar de sus gentes y paisajes en toda su intensidad. Siempre que hagas excursiones por sus arrozales y montañas, te seguirá un lugareño con el objeto de venderte algo. Hay mucho necio que hace como en la parábola de los peregrinos a La Meca y se amarga la excursión buscando la soledad, por el contrario si conectas con la gente, con independencia que les compres algo o no, te llevarás un regalo al menos tan valioso como la vista de los paisajes. En nuestra primera excursión nos acompañó una viejecita sonriente, que a pesar de su avanzada edad y de la carga de mercancías a la espalda subía los trechos empinados tan tranquila. Sientes que puedes tocar la sencillez de su vida, sientes que hay algo común en la humanidad que aún merece la pena. 32
Todo está organizado para cobrar en función de las rutas que vayas a realizar, es recomendable que tengas un mínimo de conocimiento de lo que quieres hacer, o puede que no veas lo lugares más interesantes. En nuestro caso teníamos claro que uno de los lugares a visitar era Lo Cai Ta Ba y los valles cercanos, en la fotografía anterior. El dinero me temo que sabemos dónde termina…
Los niños de los pueblos del norte, también intentarán venderte algo, a veces fingiendo pena hasta que finalmente les entra la risa (sobre todo si los imitas). También te atraparán. Viven en la pobreza, pero por lo general no se les ve tristes.
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La tan temida malaria, apenas está presente, y aunque los arrozales y el Delta del Mekong (junto al paraje de los túneles del Vietcom son los lugares más peligrosos), es cierto que son lugares endémicos, casi han terminado con ella por el abusivo uso de pesticidas. Tomamos cada día la insufrible pastilla, aparte de las tremendas vacunas previas, pero con cuidado y
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mucho repelente de selva (no sirven los habituales) sería más que suficiente. Dicho esto, si que me picó algún feliz insecto volador en estos lugares. En el norte únicamente hay una cosecha de arroz al año, y si quieres verlo verde, deberás ir a finales de julio o principios de agosto, la estación húmeda. En el sur hay tres cosechas, y el paisaje de los arrozales es más incierto, en función como han sido las estaciones. Como curiosidad, salvo en las zonas del norte, es frecuente ver plácidos búfalos de agua y tumbas en los arrozales cultivados. En todo el país encontrarás infinidad de sinagogas, monasterios y centros de culto religioso, a veces con un viejo sabor milenario, a veces una espantosa imaginería kitsch de culto de neón, como en los templos caodaistas, una religión sincrética de Vietnam, que sin embargo tiene una ceremonia preciosa. No tendrás problemas en fotografiarlos, salvo en contados momentos de culto en que se considera descortés. Normalmente obtendrás una amable sonrisa y la sensación de que reina en ellos cierto equilibrio interior. Supongo que miran con compasión la compulsiva vida occidental que transmitimos. Somos un pequeño accidente en la rueda del tiempo que Buda carga a sus espaldas, y que siempre vuelve al inicio.
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Vietnam tiene muchos paisajes kársticos en los valles, ríos, montañas e incluso en el mar, lo que unido a su vegetación y su clima hará que descubras lugares increíbles: Tam Coc, Da Nang con sus cuevas de mármol y sus interminables playas, y sobre todo Ha Long, son los más conocidos. Todos llenos de turistas, muchos de ellos españoles, sobre todo en este último. Si puedes, sáltate el guión de visitas, la mayoría de las veces un tanto lamentable, y dedícate al disfrutar de la belleza del paisaje.
La Bahía de Ha Long patrimonio de la Humanidad, merece ser visitada, pero no deja de ser un circo, con sus más de 700 barcos hotel que duermen cada noche entre sus más de 1.900 islotes (los guías dicen que son 4000, y eso que no son españoles). Si realmente quieres disfrutar de Ha Long, sintiéndote parte del paisaje, tendrás que dedicarle tiempo y sobre todo mucho mucho dinero viajando en miniyates privados. Los barcos hotel habituales, son pequeños y tienen preciosos camarotes con vistas a la bahía, pero se mueven por circuitos masificados. Lo curioso es que la mayoría de la gente que va en ellos se dedica a casi todo, menos a disfrutar del paisaje, paradojas de la naturaleza humana (en nuestro caso, durante el recorrido más bello únicamente estábamos dos en cubierta, el resto haciendo un curso de “cocina decorada” en la bodega).
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Por fortuna, en nuestro barco Ăşnicamente quiĂŠn escribe estas lĂneas disfruto en soledad del precioso amanecer en sobrecubierta. Al anochecer otro tanto de lo mismo.
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El color y las formas de los miles de rincones son increíbles, pero en muchos lugares el agua está realmente sucia, pese a que las aguas residuales no se pueden verter al mar. En cuanto a la explotación del tinglado turístico, otra vez nos encontramos aquí los grandes consorcios privados manejando el negocio con la “supervisión” del partido, y todo está medido al milímetro; no
hay que ser
ingenuos, los zafios autócratas de la casta cuentan con magníficos economistas de las mejores universidades del mundo para dirigir los beneficios. Las compañías extranjeras de vez en cuando hacen alguna obra de caridad, como hospitales infantiles, con la estrella del partido. Vietnam cuenta también con mausoleos, ciudades imperiales, grandes conjuntos de templos; algunos patrimonio de la humanidad. Muchos están magníficamente conservados,
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especialmente interesantes son la ciudad imperial de Hue, arrasada como castigo por las tropas norteamericanas y ahora totalmente reconstruida, y la amable ciudad de Hoi An, con su barrios y cultura china perfectamente conservados. Es un espectรกculo de faroles al anochecer, sobre todo los fines de semana.
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Ciudad Ho Chi Ming en denominación oficial, Saigón tradicionalmente, cuenta con 7 millones de motos, y a diferencia de Hanoi y otras ciudades, si cuenta con aceras‌ en las que aparcan las motos.
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Es la capital del dólar, de las tiendas de lujo, de los mercadillos chinos y de la casta del partido. Por si mismo, Saigón y su entorno próximo del delta, producen el 25% del PIB de Vietnam y la fiebre de la burbuja especulativa es palpable. También se nota la presencia sin disimulo del lujo en la zonas mejor urbanizadas del centro. Estamos al sur del paralelo 17 y la tradición ha dejado paso a la pobreza, una pobreza occidentalizada, incluso el tráfico apenas es caótico. Como en todas las grandes ciudades del tercer mundo, se palpa la inhumanidad.
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Apenas podría resaltar nada interesante que ver en Ciudad Ho Chi Ming, con la excepción de algún templo chino, incluso la gente y la calle carece de la magia de Hanoi. La bulliciosa y caótica vida en la calle aquí es poco más que pobreza “urbanizada”. Cosa diferente es si te planteas el viaje de manera exclusivamente fotográfica, y contando con alguien de confianza que conozca bien los extrarradios, te adentres en los submundo de los arrabales, los mercados de último nivel, los barrios más destartalados, la gran cloaca del Mekong, una de las mayores de Asia… entonces la miseria de la globalización con toda su crudeza estará al alcance de tu cámara. Yo estuve tres días, incluyendo algunos mercados, sin duda lo más atractivo, y me sobró uno.
Una de las razones por las que el sur de Vietnam es interesante, es sin duda uno de los mayores deltas del mundo, que además es cambiante, el del Mekong. Nadie sabe a ciencia cierta su extensión. Es una de los grandes sumideros de Asia, pero también es un río cargado de vida. Hay una ciudad ambulante de millones de habitantes sobre sus aguas. Cuenta con
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los mayores mercados flotantes, cada vez más en decadencia, y si quieres verlos tendrás que madrugar de verdad y esperar prácticamente en la noche a que los campesinos lleguen con sus barcas a intercambiar género. Los mercados poblados de turistas cada vez son menos interesantes y para ver algo autóctono hay que investigar varias posibilidades con algún lugareño bien informado y que comprenda tu “vicio fotográfico”. Para el común de los mortales, incluidos los de tez oscura, tu extraña insistencia le resultará una cantinela más o menos molesta. No es fácil descubrir estampas idílicas.
En el Mekong perdí definitivamente la cortesía gastronómica, por más que la humilde gente te preparase sus mejores platos, varios perros (espero que no de los que se comen) se sintieron muy agradecidos. En todo Vietnam, el aire y el agua, son esos elementos inagotables listos para contaminar. Realmente si tuviesen en sus manos la producción industrial del planeta, no les duraba unos meses hacerlo inhabitable. El Delta es enorme, y pese a ello, está increiblemente
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contaminado, sin ningún miramiento; y no únicamente por las aguas residuales de Saigón y sus millones de habitantes aledaños. Salvo en lugares muy selectos, todo lo que comes, está lavado –en su caso-, cocinado, y muy posiblemente criado en esas aguas. Mejor no seguir el itinerario de las tuberías que terminan en el sanitario en que te has lavado las manos. Hay cientos de miles de personas viviendo en cascarones que “medioflotan”, he visto al amanecer uno de esos habitantes salir a cubierta apenas tapado por un mínimo harapo, y lavarse con el agua del río frente a una cloaca, para terminar sorbiendo agua del río de una lata oxidada y enjuagarse la boca varias veces con ella. El guía que nos acompañaba me dijo que era algo habitual.
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Merece la pena ir parando en lugares diferentes a lo largo del Delta, recorrer en pequeños botes ramales interminables. Hay todo tipo de industrias precarias, y claro está, gente que trabaja duro por una miseria.
Finalmente, cuando llegas a Europa -hacer una parada en París de algunos días no hace daño, total tienes escala allí- te sientes en parte otra vez aliviado por tener al alcance de la mano tanta seguridad y placeres enormes (tu primer café con un croisant será memorable). Es el inevitable síndrome del viajero, sin embargo, traes algo contigo que guardas como un delicado amuleto, al que puedes volver a mirar cuando la compulsiva vida de occidental te resulta agresiva, cuando piensas en comprar una u otra cosa, que en el fondo es innecesaria, cuando hay mucho ruido inútil en tu vida, cuando en definitiva, tienes que volver al origen y sentir lo que realmente es valioso. Recordamos con nostalgia algunos encuentros, sobre todo una delicada anciana vestida con su ropa tradicional, una noche en Sapa. Vendía su artesanía, y más allá del negocio, nos concedió tiempo para asomarnos con enrome dulzura a su manera de ser. Nunca olvidaremos la bondad de su voz, sus gestos suaves, su enorme sabiduría, su paz. Es algo que esperamos conservar y que en este reportaje no puede verse. En esos momentos apagaba la cámara
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Ciudad de Calgary.
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VISIONES
2 PASIONES. FOTOGRAF´´ÍA Y MÚSICA POR MIGUEL ÁNGEL MONTEJO BLANCO
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MI RELACIÓN CON LA FOTOGRAFÍA Y LA MÚSICA POR MIGUEL ÁNGEL MONTEJO BLANCO (http://fotosrofete.blogspot.com.es/) La estrecha relación entre música y fotografía es indudable y evidente, ya sean imágenes en movimiento, o imágenes tomadas con una cámara fotográfica. Personalmente, creo que la fotografía es un medio, a través del cual, reflejar momentos de miedo, amor, felicidad o tristeza y al mismo tiempo protegerlos contra el paso del tiempo y del olvido, reflejando momentos que ya nunca se repetirán, un solo de saxo alto, una inimaginable manifestación de la batería, ese esfuerzo final del trompetista rasgando esa nota hasta el límite, ese retorcerse guitarra y guitarrista, en un ritual de fusión y pasión.
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Cualquier actividad es digna de ser fotografiada, pero para mí por el reconocimiento que le tengo a la música ( cualquier tipo de música) y la misma devoción a la fotografía, hacen un complemento perfecto, un támden genial. Muchas noches no consigo atrapar el “soul” del artista que en ese momento está ejecutando su pequeña obra maestra, pero la noche que lo consigo, ¡ay! amigo esa noche compensa con creces a todas las demás.
Por otra parte me encanta que los músicos compartan “su mi” foto que la cojan para su perfil, en definitiva lo considero un reconocimiento a mi humilde aportación por esos dos mundos tan dispares y a la vez tan unidos que son la música y la fotografía.
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No es, éste, un artículo para hablar de los grandes maestros que hicieron grandes a estas dos disciplinas, prefiero que sea un reconocimiento a los músicos y fotógrafos locales, gente nuestra, de cada día que a veces, con más o menos acierto, pero siempre con la mejor voluntad, tratan de ofrecerte, por un lado, unos, su mejor interpretación , tanto propia como versioneada de lo mejor de cada casa, y, por otro lado los otros, su forma de ver ese arranque de pasión en la cara y en los gestos del intérprete y plasmarlos en su cámara.
En definitiva esta es mi relación con la fotografía y la música.
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RETO DE OCTUBRE NOVIEMBRE PAISAJE URBANO En esta ocasi贸n el Primer Premio ha recaido en la fotograf铆a de Transi Pollos.
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SEGUNDO PREMIO El Segundo Premio ha sido para la fotografía de Marina Alonso Solano.
En 1975 la historia de la fotografía sufrió un punto de inflexión con la exposición New Topographics: Photographs of a Man-Altered Landscape (Nuevas Topografías: Fotografías de paisajes alterados por el hombre) que marcó un cambio radical en las representaciones tradicionales del paisaje. Fotos de experiencias personales trascendentes de la naturaleza dieron paso a fotografías de paisajes industriales, a imágenes de la expansión suburbana, y escenas cotidianas. Dicha exposición recoge el trabajo de los 10 fotógrafos de la serie original: Robert Adams, Lewis Baltz, Bernd y Hilla Becher, Deal Joe, Gohlke Frank, Nixon Nicolás, John Schott, Stephen Shore, y Henry Wessel. Sus fotografías de moteles baratos, gasolineras, parques de caravanas, y aparcamientos hablan de la compleja relación entre los seres humanos y el medio ambiente y representan un puente fundamental entre la fotografía y el ámbito más amplio del arte contemporáneo. Estas imágenes definieron un nuevo concepto de paisaje, alejado de la tradición romántica y centrado en la relación entre la naturaleza y el ser humano tras la industrialización. Su influencia se percibe hoy en día en el arte conceptual, el “land art” y la arquitectura, y es razonable pensar que fue también decisiva en el nacimiento de la conciencia social con respecto a la conservación de la naturaleza. Estas fotografías reflejaron la realidad del momento: cables telefónicos, caravanas, calles mayores, aparcamientos de anónimos bloques de oficinas, bungalows, moteles y autopistas; todo sin el atractivo estético convencional y al servicio de la expresividad. Pese a la aparente neutralidad, a la simulada objetividad, estas imágenes logran transmitir mensajes reveladores sobre paisajes vulgares y olvidados.
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Es el motivo de que para este RETO AFOSAL os pidamos dar un paso más allá del simple paisaje urbano y periurbano. Buscamos que las fotografías intenten plasmar lo peculiar, lo solitario, también lo masificado, pero siempre transmitiendo un sentimiento, una nostalgia, una emoción a través de esos paisajes construidos de naturaleza humana y urbana. A raíz la democratización de la fotografía digital y del “boom” de la Street Photography – con la que este reto tampoco debe confundirse- ha surgido una variante de paisaje urbano que interactúa con la figura humana. Son muchos los fotógrafos que encuentran la forma de expresarse artísticamente en este estilo fotográfico. Un buen ejemplo de este estilo fotográfico puede ser el portugués Rui Palha. Para este reto lo que buscamos es que nos mostréis el paisaje urbano o periurbano de cada una de vuestras localidades, lo que queremos que expreséis son los sentimientos que se generan en vuestra alma de fotógrafo al ver zonas deprimidas, zonas con esplendor arquitectónico o zonas que interactúan con la vida cotidiana de las personas. Algo muy importante a tener en cuenta es que no se buscan fotografías estilo “postal” o fotografías con marcado estilo de arquitectura. Por este motivo os ayudamos con diferentes autores para que podáis estudiar su obra y tratar de acercaros a este estilo fotográfico.
ENLACES DE REFERENCIA: www.gustavoaleman.net/Book-Libro stephenshore.net www.sfmoma.org/exhib_events/exhibitions/407
TERCER PREMIO El Tercer premio ha ido a parar a la fotografía de Leticia Dimas.
CUARTO PREMIO José Antonio Martín ha obtenido el cuarto premio de este reto con esta instantánea del depósito de agua del abandonado convento de Capuchinos.
QUINTO PREMIO Luis Ángel Ferreiro ha obtenido el quinto puesto con esta fotografía desde el Reina Sofia de Madrid.
Robert Adams: el lugar donde vivimos
RETO BIMENSUAL
artsy.net/gene/new-topographics
Somos conscientes de la necesidad de darnos tiempo para disfrutar y crear con la cámara, y compaginarlo con el resto de actividades personales y también de AFOSAL, seguimos buscamos la intención de aprender a mirar desde una perspectiva, un tema, una reflexión, un disparo. Creemos que tener más tiempo le sienta bien a esta manera de entender la fotografía y además posibilita una mayor participación. El RETO AFOSAL en definitiva pasa a ser bimensual, apuesta por vuestros trabajos de calidad y en esta ocasión será Reto octubre-noviembre.
fraenkelgallery.com/artists/robert-adams www.cadadiaunfotografo.com/2010/01/robertadams.html Robert Adams y el encanto del oeste americano en el Museo Reina Sofía de Madrid www.ruipalha.com
PREMIOS Primer Premio: Por determinar Segundo Premio: Por determinar Tercer Premio: Por determinar Cuarto Premio: Por determinar AUTOR NOVEL: Por determinar
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PRESENT-ART GALERÍA FOTOGRÁFICA DE MANUEL LÓPEZ MARTÍN En el tercer número de AFOSART os presentamos a otro de los soci@s de AFOSAL, en este caso a Manuel López Martín y parte de su galería, en formato entrevista y de la mano de Ángel Martín Cano. Manuel nos muestra un pequeño fragmento de lo que suponemos es una larga y premiada galería fotográfica. Acompañando a las fotografías vamos a descubrir aspectos de su personalidad fotográfica a través de una serie de cuestiones. 1. Cómo empezaste con la fotografía? Desde pequeño me llamó la atención el dibujo y la pintura pues mi padre se dedicaba a ello como amateur, sin embargo por más que yo lo intentaba, no lograba siquiera completar las tareas de la asignatura de dibujo del colegio (las cuales en más de una ocasión realizó mi padre por mi). Sin embargo este pequeño trauma, lo supere con mi primer contacto con la fotografía. La primera cámara fotográfica me la regaló un familiar, yo tenía por entonces más o menos 15 años. Logré conseguir un carrete y colocarlo en la cámara. El manejo de aquella cámara fue relativamente sencillo, pues sólo tenía dos posiciones, el mismo botón, diferenciaba únicamente entre sol y sombra. Sin embargo cuando revelé el primer carrete, quedé muy sorprendido del resultado, pues reflejaba todo aquello que yo no podía expresar con la pintura pero que sin embargo quedaba perfectamente plasmado a través de la fotografía.
A partir de ese momento comenzó mi afición por la fotografía y de momento hasta el día de hoy sigo sorprendido con los resultados. Actualmente tengo 52 años, y han sido los últimos 20 años, los más intensos pues he podido dedicarle buena parte de mi tiempo libre. 2. Que es la fotografía para ti? Independientemente del nivel que se alcance en la técnica, el fotógrafo siente la necesidad de expresar y mostrar todo aquello que le rodea, no sólo lo que ve el ojo humano, sino aquello que pasa desapercibido, pues una fotografía capta perfectamente sentimientos, colores, sabores, etc....., lo mismo que le ocurre al que pinta, o al que escribe. No tengo ningún estilo favorito me encanta la fotografía en general, para mí es un hobby, porque se adata muy bien a cualquier afición, como paseos, viajes, incluso si voy a tomar unos vinos con los amigos. 3. El fotógrafo nace o se hace? Considero que el fotógrafo “no nace”, sino que se “hace”, pues continuamente, se aprende de los grandes
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fotógrafos, se copia de ellos, intentando reflejar la realidad cotidiana, desde otro ángulo o perspectiva, dándole un “toque”, diferente, original o incluso divertido.
4. Los fotógrafos favoritos. Henri Cartier- Bresson, Chema Madoz, o Sebastiao Salgado,
5. ¿Cuál consideras que es la fotografía perfecta? La fotografía perfecta, es aquella que en la primera mirada, te sorprende, capta tu atención largo rato por la cantidad de sensaciones o impresiones que produce. Generalmente las fotografías más sencillas son las que mejor reflejan el mensaje que el fotógrafo pretende transmitir, y por otro lado es más fácil de captar por el públicoen general.
6. Consejos. No me veo capacitado para dar consejos, pero desde luego existen unas reglas básicas, unas técnicas elementales, que en los comienzos de cualquier fotógrafo son fundamentales, aunque poco a poco y con el tiempo, se van moldeando a nuestra forma de ver y trasmitir. El ojo del fotógrafo siempre está observando la realidad, captando reflejos, direcciones de luz, texturas, colores, ángulos, transformaciones, influenciado por las obras de otros fotógrafos, y por sus propias vivencias.
7. Cuál ha sido tu última adquisición La FM2 de Nikon.
8. Con tantos premios tienes cuenta en suiza? Ja ja ja.. pues no, no tengo cuenta en Suiza, sólo tengo una en Vitigudino y está tiritando.
9. Un objetivo que recomendarías. Ser un poco mejor cada día, ja ja ja.. Es un poco complicado dependiendo del tipo de fotografía que vayas hacer pero experimentar con cualquier óptica fija suele dar buen resultado.
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VISIONES M´GOUN, EL CORAZÓN DEL ALTO ATLAS POR ALBERTO MURIEL PINA 65
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M´GOUN, EL CORAZÓN DEL ALTO ATLAS POR ALBERTO MURIEL PINA (http://www.murielpina.com/) El Alto Atlas es una subcordillera que forma parte del Atlas marroquí. Cuenta con las mayores altitudes de todo el norte de África. Uno de los picos más altos es el M ́Goun, nombre también dado al río que nace en él y que se sitúa a una altitud de 4.069 metros. A lo largo del cauce vemos pueblos bereber cuyas condiciones de vida nos echan el tiempo atrás, a principios del siglo XX. Casas de adobe sin electricidad, sin puertas ni venta- nas al uso, tan sólo huecos por donde pasar y entrar la luz. Sistemas totalmente artesanales y rudimentarios para desviar parte del cauce del río para regar sus pequeñas plantaciones. Caminos entre las escarpadas paredes de las montañas que conectan poblados dignos de estudio arquitectónico. Una vida realmente dura, cuyo medio de transporte es la mula o ir a pie. Niñas y niños que recorren hasta cuatro kilómetros a pie de lunes a sábado para ir a la escuela, otros tantos de regreso pero nunca sin perder la sonrisa en sus caras. No podemos olvidarnos de lo nómadas, personas que van de cueva en cueva en función de la estación del año cual ave migratoria. Así es su vida, no conocen otra, apenas se imaginan cómo vive el resto del mundo. No eligieron nacer allí, como tampoco lo elegiste tú.
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OPORTO EN LA CALLE Colectivo Salamanca Street Photo (salamancastreetphoto.com)
Exposici贸n Fotogr谩fica Colectiva en el Patio Alto de la Biblioteca de la Casa de las Conchas del 15 de diciembre al 1 de ferbero de 2015 78
Desde sus albores la fotografía siempre se ha sentido atraída por la vida urbana. Los pioneros de este medio artístico encontraron en la ciudad y en sus calles el tema principal de sus representaciones, retratando y capturando momentos fugaces en los que las líneas y formas arquitectónicas se convierten en un escenario teatral en el cual sus actores, personas anónimas que caminan por la urbe, interpretan día a día el papel de sus propias vidas. Baudelaire inventó el término -flâneur- para referirse a este paseante urbano que de manera incógnita deambula sin rumbo, mimetizándose y mezclándose con la multitud, mientras observa su entorno y la ciudad en la que se desenvuelve. Se trata de un personaje que se caracteriza por ver sin ser visto, siendo un viandante más entre la masa que pasea atento y observador. En la exposición “Oporto en la calle”, los fotógrafos del Colectivo Salamanca Street Photo asumen y reinterpretan la figura del flâneur surgido en la ciudad moderna, pues como tal, estos artistas conciben su labor fotográfica como auténticos exploradores que observan y esperan pacientes, acompañados por sus cámaras, el momento idóneo para capturar las imágenes que las calles y sus protagonistas les brindan. Las fotografías que esta muestra nos ofrece son el resultado de un viaje realizado a la ciudad de Oporto en Abril de 2014 que tenía como fin plasmar la vida de la ciudad portuaria desde diferentes prismas, para ello Javier Vegas y Javi Calvo invitaron a Antonio Martínez, Jorge Manjón y Marcos Rodríguez a participar con su particular visión de la ciudad y su interés por la fotografía de calle o urbana. El resultado son fotografías capaces de narrar historias por sí mismas, paisajes urbanos cargados de vida cotidiana, en ellos no interesa tanto la visión turística de la ciudad, sino que huyendo de convencionalismos estos fotógrafos nos dan la oportunidad de imbricarnos en el día a día y en la vida de sus protagonistas, quienes a través de sus gestos y posturas se muestran deseosos de interactuar con nuestras miradas estableciendo diálogos visuales. En “Oporto en la calle” los fotógrafos se han configurado como intérpretes de sucesos cotidianos, recogiendo y seleccionando momentos y capturando la realidad de forma espontánea, directa y muy estimulante.
Alba Valverde Merlo (Investigadora de artes visuales y crítica de arte)
Podeis disfrutar de la exposición hasta el 1 de febrero de 2015 en el Patio Alto de la Casa de las Conchas o para los que no podais asisitir tenéis a vuestra disposición un vídeo pinchando aquí. 79
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GRANDES FOTOGRAFOS
ROBERT MAPPLETHORPE POR TEO ANDRÉS LÓPEZ Fotógrafo de lo bello y lo blanco, de lo negro y lo bello
Muerto a los 42 años a causa del VIH, forma parte por su estilo de vida y su vivencia del arte, de esas biografías malditas colmadas de genialidad y de rebeldía contra lo establecido. Más allá de los clichés que su figura puede propiciar, en Mapplethorpe la gran verdad no es su vida, sino su culto a la estética refinada y exquisita que terminará por desarrollar en su obra, y la preciosa disección ejercida de la luz y el espacio cuando fotografía sus objetos. Retengamos esta palabra: objeto.
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Con todo, la apropiación de sus vivencias personales, juegan en su fotografía y su discurso una verdad indiscutible. Mapplethorpe es un cirujano manejando la luz y el discurso estético, más de una vez se refiere a su obra como hecha desde el “filo”, esa capacidad para hacer de lo sórdido un exquisito motivo estético lleno de pureza, o de retratar lo procaz a la vez que lo sublime. Pese a sus transgresiones, su reivindicación de lo oculto y por todos conocido, en numerosas ocasiones será acusado de no mostrar suficientemente lo sórdido y lo maldito, y si muy al contrario, de hacer un discurso formal, esteticista, alejado de lo pasional. Lo cierto es que en su obra caben ambas verdades.
Años de confusión Robert Michael Mapplethorpe nace el 4 de noviembre de 1946, en el seno de una familia católica, en un barrio residencial de los alrededores de New York. De niño, pasa desapercibido siendo un desgarbado pero autosuficiente hermano del “adonis” Edward Mapplethorpe (luego cambiarían las tornas). Sus amigos y sobre todo amigas, le describirían posteriormente como una persona muy agradable y educada. En su infancia mostró interés por el dibujo, y por la Galería de Monstruosidades de Hubert, de la que Diane Arbus había extraído algunos de sus temas. Pronto descubrirá su interés homosexual desde la pornografía homoerótica, revistas envueltas en celofán negro que censuraban su objeto de deseo. Más tarde describiría esos episodios: “Yo notaba aquella sensación en el estómago. No era directamente sexual, sino algo más potente que todo eso. Pensé que si lograba trasladar aquel elemento al arte, si conseguía retener de algún modo aquella sensación, estaría haciendo algo único y exclusivamente mío” (Morrisroe).
Desvelar ese misterio sexual y estético desde lo vital y lo fotográfico, será el gran recorrido de su obra. Pese a todo, en los primeros años, mantendrá un férreo silencio sobre el tema, e incluso ingresará en una academia militar. Por el contrario, más adelante, se sumergirá en underground sadomasoquista, en clave esteticista y documental a un mismo tiempo.
En un primer momento, más allá de sus escarceos adolescentes con el club militarista de los Pershing Rifles, y su paso por el instituto, Robert se siente atraído por el collage y el diseño publicitario, mostrándose desdeñoso con la fotografía, siendo como era su padre un gran aficionado. El año 1962 en New York, puede considerarse el nacimiento del Pop Art, Mapplethorpe se siente cada vez más atraído por el movimiento, e incluso coincide en un trabajo ocasional para ganarse unos dólares con los trabajos y la persona de Andy Warhol. Algunos críticos definieron esas exposiciones de botellas de “Cocacola” como “arte frío”. Esa visión del objeto convertido en obra de arte y el desapasionamiento emocional que mostraba, comenzaron a atraer a Robert. Estas primeras claves terminarán por convertirse en algo consistente a lo largo de su obra.
Precaria independencia Dos años más tarde logró independizarse y vivir fuera del axfisiante domicilio paterno, compartía apartamento con dos modelos de masculinidad en los que camuflaba su problemática identidad. El día de su decimoctavo cumpleaños, sus compañeros cansados de la “ineptitud” sexual de “Maypo” organizaron un ritual de la pérdida de virginidad con una prostituta que no terminó precisamente en éxito. Entre tanto, Robert decidió cambiar sus estudios de diseño gráfico, por los de artes plásticas, pese
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al inevitable enfado paterno. Sentía que su camino era el del arte. Más adelante se cambiaría a otro apartamento compartido con un compañero de estudios, que describiría a Mapplethorpe como un delineante magnífico, “poseía auténtico sentido de la línea, pero era incapaz de pintar. El color era algo que se le escapaba por completo”. Pese a los escarceos amorosos con compañeras de instituto, su sexualidad seguía siendo su bestia negra, a decir de su biógrafa, Patricia Morrisroe. Más tarde pasaría a vivir en otro apartamento compartiendo su vida con dos novedades, una efímera, Scharthc, un mono absolutamente indisciplinado que se adueñó de su espacio durante el corto periodo de tiempo en que siguió vivo, y otro compañero de viaje que le duraría toda la vida, el LSD y las drogas. Desde el verano del 66 en adelante consumiría todo tipo de sustancias de manera habitual (marihuana, anfetamina, metadona, ácidos varios, cocaína y nitrito de amillo… que se sepa). No volvió a plantear un trabajo, ni a tomar una fotografía sin “consumir”, según sus biógrafos. De la misma manera que sus modelos serían con frecuencia y en ocasiones previamente, partenaires sexuales de sus sesiones de estudio. También es justo señalar que, salvo en contados momentos, no fue rehén de las drogas, siempre mantuvo el control a decir Tina Summerlin, colaboradora habitual durante los últimos años del artista. Su principal proveedor no era de la misma opinión, sostiene que era muy cuidadoso en no mostrar su dependencia, sobre todo de la cocaína. Judith Benhamout-Huer, una de sus más autorizadas biógrafas relata en su obra: “chaque artiste a sa prope manière de travailler. Le carburant d´un “shotting” avec Mapplethorpe c´était souvent la drogue”. “Drogue: oui. Perte de contrôle: non”.
fijación por la construcción y “deconstrucción” del cuerpo, y por “las fotografías” como soporte, objeto, para una intención artística que va más allá de las mismas. En algunas ocasiones confesaría que de no ser por la dedicación y el talento necesario, habría sido pintor. Fue una suerte para el arte que su febril impulso a la hora de concebir una obra se plasmase mejor, de manera más inmediata, en el intenso momento de apretar el obturador.
Liberadora complicidad “Mi vida comenzó en el verano de 1969. Hasta entonces no existía” R. Mapplehorpe. Hasta la década de los “70”, a la vez que conoce a Patti Smith (poeta, artista y cantante) no comienza a utilizar una Polaroid. Sobre todo realiza autorretratos y retratos de su musa Patti, amante y, posteriormente, cómplice suya a lo largo de su vida. Ambos veinteañeros prometerán cuidar el uno del otro para siempre cuando se van a vivir junto a un apartamento. Será Patti Smith quien le empuje a tomarse en serio su carrera artística y le animará a realizar fotografías, en la mayoría de las ocasiones será su modelo y explorará los primeros elementos de formalismo que más adelante florecerán en su obra. Su relación amorosa coincide con la etapa más dura de privación material y económica. Eran tan “iguales” que hasta intercambiaban la ropa. Patti nunca dejará tener un amor cómplice por Robert, al que terminará por dedicar dos preciosas obras. Paralelamente Robert conoce a John MacKendry,
En un primer momento, Robert experimenta y trabaja sus pulsiones artísticas con la técnica de collage, muchas veces con recortes de libros y revistas, en ocasiones pornográficas. Vemos en esta afición, más allá de lo puramente personal, una
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que también ejercerá de protector, y que incluso les ayuda modestamente en ocasiones a suplir sus necesidades más urgentes. Su trabajo de vigilante nocturno de museo le permitió admirar las obras de arte y esculturas, en soledad, y en penumbra, obras a la “perspectiva de la luz”. Había terminado sus cinco años de estudio en el Pratt sin conseguir la licenciatura. A la vez sigue experimentando con objetos, ropa, recortes y sus propias fotografías Polaroid que utiliza como un recurso más para componer. En sus torbellinos de creatividad nada quedaba libre de ser asaltado, incluido el guardarropa. Patti en ocasiones le preguntará sardónicamente “¿puedo ponerme esto, o es arte?”. Mackendry le conseguirá un acuerdo con la marca fotográfica para que no le cobren sus materiales de trabajo. En lo personal y lo artístico los inicios de Mapplethorpe fueron tan zizageantes como tormentosos, en algunas ocasiones llegará a tener relaciones con hombres a cambio de dinero. En este momento se produce también el acercamiento a los locales gay y sadomaso del “Village” neoyorkino. Será todo un descubrimiento para su incipiente
se quejará de Patti y Robert, que con sus respectivas carreras en marcha, la dejarán en la estacada. En 1970, con veinticuatro años, celebra su primera muestra individual. Las invitaciones serían confeccionadas con una baraja pornográfica, sin embargo, el motivo central de su obra expuesta no era pornografía gay, sino unos “collages” monstruosos en los que llevaba trabajando varios meses. Esta concepción de la obra, más allá de la fotografía o los materiales que le servían de base, la utilizará también para diseñar los marcos de sus primeras exposiciones serias. Mackendry enseguida sería una sombra inseparable de Robert, con 38 años ocupaba el reconocido puesto de conservador de grabado y fotografía del Metropolitan. Le introduciría en los círculos artísticos de la vanguardia neoyorquina, y de paso le regalaría su primera cámara Polaroid; hasta entonces usaba cuando podía la cámara prestada por Sandy. Mapplethorpe lo considera un amigo, con el comparte complicidades y aficiones; por otra parte, más que de su obra, John, está fascinado por el propio Robert del que termina enamorándose. De su mano tendrá acceso a los abundantes fondos fotográficos del Metropolitan Museum. Al mismo tiempo nuestro autor ya mantenía una relación con David Croland, el que sería su primer modelo. Por su parte, Patti mantenía una relación con el actor y músico Sam Sephard. La vida folletinesca de todos estos personajes podría alimentar varios culebrones, pero no debemos olvidar que eran los coletazos de los movimientos estudiantiles de Berkeley del 67, y del mayo del 68 francés, y sobre todo, que estamos en la época del Pop y de la transgresión. Seguramente nunca antes el concepto de derribar clichés ligados al arte y sus protagonistas ha sido tan libre.
pasión fotográfica y en mayor medida será un torbellino de sentimientos para su “indefinida” sexualidad. El desfile de personajes y situaciones que ve desarrollarse en vivo ante sus ojos le fascina, a la vez que se ve influenciado emocionalmente por ese submundo alternativo. Le acompañará frecuentemente la fotógrafa Sandy Daley, quién además de introducirlo en ese mundo fotográfico, le permitiría usar a ratos su Polaroid, años más tarde
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Robert siente que ha encontrado su “causa” artística, a la vez que un camino por el que conectar con las esferas artísticas y de clase alta. Progresivamente mejora su técnica y va ampliando su repertorio a base de hacer retratos en sus círculos más cercanos, los cuales los formaban artistas, compositores, estrellas del cine porno y otros protagonistas de Brooklyn marginal. También consolará a Patti cuando Sephard la abandone, aunque sin dejar de perseguirla con su cámara para inmortalizar sus estados de
desesperación. Ya no había límites en la vida y obra de Robert Mapplethorpe, y había trazado el deseo de su trilogía: éxito económico, éxito social y éxito artístico.
De la mano de MacKendry viajará a Londres, y posteriormente conocerá París, dónde acabará presentando diseños de bisutería fetichista al propio Yves Saint Laurent, al que terminará acusando de plagiarle figuras presentadas en pases de modelos. “Yo iba con mis joyas diseñadas, y él las fusilaba para su colección. Me sentía furioso por no tener dinero”. A su regreso al apartamento, Patti ya contaba con otro compañero, mucho menos pretencioso que el anterior. Era todo un alivio.
Ascenso y un ángel de la guarda Gracias a Croland, conoce al que sería su mecenas de por vida, Sam Wagstaff. Abogado por varias universidades de prestigio, heredero de familia acaudalada, becado varios años por la National Gallery para estudiar arte en Europa, conservador del museo Hartford, deseoso de explorar las vanguardias artísticas, y sobre todo, una de las persona más atractivas por físico, modales y encanto personal que quienes lo conocían, fueran hombre o mujeres, podían describir.
de la guarda de ojos azules. En octubre, Sam entregó a Mapplethorpe quince mil dólares para trasladarse a un apartamento junto al suyo. Patti y Robert abandonaron el apartamento que habían compartido y en el que se habían hecho la solemne promesa de cuidarse mutuamente. Según su biógrafa, ese momento por fin había llegado. En un primer momento Wagstaff, impenitente buscador de “arte de frontera” y aburrido por los convencionalismos, está más interesado por Robert, que por su arte. Por otra parte, buscaba algo nuevo para dar rienda suelta a su incipiente afición de coleccionismo de arte. La fotografía apenas estaba considerada un arte menor fuera de los círculos elegidos, y desde luego, apenas existían galerías especializadas y coleccionistas del género fotográfico. Fue el propio Robert el que puso a Wagstaff sobre la pista de esta nueva posibilidad; Getty Musseum acabará pagándole varios millones de dólares por su colección en 1984. Sam Wagstaff no era un aficionado, tenía formación y talento para descubrir nuevos discursos estéticos, el arte era la segunda pasión de su vida, sino la primera. El tiempo hará que Sam sea recordado gracias a Mapplethorpe y no al contario. En enero de 1973 se produce la primera exposición fotográfica de Mapplethorpe en la Galería Light, la única de Nueva York dedicada a la fotografía contemporánea. Su director Harold Jones era aficionado a seguir el pulso de los nuevos fotógrafos y recibía frecuentes ofertas, curiosamente gracias a la popularidad del sistema Polaroid, muchas estaban basadas en el sexo. Cuando contempló las fotos de Robert, no pudo compararlas al resto, eran incluso más explícitas que la mayoría, pero sin embargo las trataba de un modo neutro, ausente de emociones, al decir de Jones, eran impecablemente “frías”.
Es el año 1972 y será un hecho definitivo en la vida de ambos. Robert agarra con fuerza su destino, su ángel
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Encontramos aquí, en su primer “asalto” profesional a la fotografía artística, una marca distintiva, la “objetivación del sujeto”, su incipiente capacidad para depurar en clave estética el contenido de sus tomas, por más impactantes y transgresoras que desde el punto de vista moral y social pudiesen llegar a ser. Fotógrafas como Duane Michals no sabrán profundizar en este nuevo discurso fotográfico, y serán muy críticas con esta fase de la obra de Mapplethorpe por “exhibir un aspecto muy tópico de la homosexualidad”. Si hacemos caso a sus biógrafos, Robert no comentó
“Ce nouveu miscrocosme homosexuel vit dans une frénésie addictive libertine. Robert Mapllethorpe est un des acteurs de cette libération. Les témoins qui l´ont connu intimement parlent chez lui de cette obsession du sexe qui n´a d´égale que son obsession de la photografphie.
Blanc: le jour. La photo. La lumière.
Noir: la nuit. Le sexe.
Il se léve tard. Il travaille toute la journée. Le soir: diner, cocaine, sortie. Amants. Photos aussi quelquefois. Et on recommence”.
La cita anterior de Judith B. Huet nos acerca al universo de Mapplethorpe en estos años y a su inseparable pulsión vital y fotográfica. La liberación moral está en su apogeo en la clase culta de la sociedad neoyorquina, los museos y galerías están ávidos de nuevas transgresiones artísticas, la visibilidad de la homosexualidad y sus diversas manifestaciones se hace cada vez más patente, y sobre todo, la fotografía contemporánea, más allá de los clásicos, comienza a valorarse como objeto expositivo, y también de colección. Nuestro autor está en el epicentro del momento y no perderá su oportunidad.
con Sam su proyecto de exposición hasta que ya estaba ultimado en la “sala experimental” de la galería. Su director se llevó una sorpresa por la multitud que acudió a la inauguración. Los lazos del círculo de amistades de Wagstaff, y sobre todo, de las que Robert había trazado con McKendry tuvieron mucho que ver, pero también acudía público infrecuente como personajes de mundo retratado que el autor había conocido en Max´s y estudiantes universitarios. Decididamente era un nuevo tipo de público. La pieza más representativa era una serie compuesta por cuatro autorretratos de desnudo superpuestos sobre dos fotografías de esculturas clásicas. “Anunciaba la futura obsesión de Mapplethorpe por la relación entre escultura y forma humana, así como por las posibilidades de emplear la cámara fotográfica para cincelar el cuerpo” (Morrisroe). Las fotografías se vendían a unos 100 dólares.
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La socióloga norteamericana y también amante de la fotografía Susan Sontag acuña un nuevo término que describe esta nueva “clase” cultural: underground high class. Ningún apelativo definiría mejor a Robert y su círculo a partir de este momento. Robert sigue cada vez más obsesionado por sus trabajos fotográficos, a la vez que Patti comienza a despuntar como estrella de Rock. La portada que Mappletorpe realizó para su disco Horses, será publicada en Rolling Stone como una de las cien mejores cubiertas de todos los tiempos. Entre tanto el bienestar de Robert, y su poco a poco cada vez mayor reconocimiento en Nueva York y sobre todo en Londres comenzarán a dar sus frutos. Sam Wagstaff terminará por regarle un lujo apartamento.
Seguían compartiendo su idilio y era muy respetuoso con la promiscuidad cada vez más irreflenable de Robert, que por entonces se había convertido en un “voyeur” habitual de los ambientes sadomasoquistas. Muere, víctima de los excesos y la cirrosis John
McKendry, al que Robert fotografiará en una metáfora a punto de su “desconexión” en 1975. Maxime, su esposa que tantas complicidades había soportado entre ambos, confiesa que salió de su autoengaño al ver esta foto, que en cierto modo no dejará de reprochar al autor. Después
tendrá lugar la exposición de “Erotic
Pictures” en la galería Salomon, en la que aparecían culturistas, prostitutas y otros personajes. Para entonces, Sam, reconocido como una de las mayores autoridades en el coleccionismo fotográfico, era un decidido promotor de la obra de Mapplethorpe en los ambientes de la vanguardia cultural. Ya atisbamos los rudimentos de una fotografía “escultural”.
Iluminando los infiernos Llegamos a X Portfolio, una recopilación de treinta trabajos explícitos sobre el sadomasoquismo realizados entre 1977 y 1978, y que situará un tema sobre el candelero artístico entorno a una gran pregunta: ¿El arte puede ser pornografía?. Evidentemente no, desde nuestro punto de vista, siempre que hablemos de arte.
Robert había situado con su obra un dedo acusador contra el conservadurismo y dejaba descolocada la crítica artística con un trabajo que pese a ser tan explícito, se manejaba en clave estética, incluso con un cierto clasicismo en algunos casos. En una de sus últimas exposiciones en el Gran Palais de París (2014), aún figurará una advertencia contra la visita de menores, y se exhibirá en una sala púrpura (el color de la penitencia, según su comisario Jerôme Neutres). Su trabajo coincidirá con el “periodo” en el que el sadomasoquista de Mapplethorpe alcanza su punto culminante: “Cualquier persona normal y corriente que hubiera acudido allí, se habría sentido horrorizada. Veías modelos increíbles sujetos con arneses de cuero. Estaban completamente drogados, con los ojos en blanco […] penetrados por dos puños, tres puños. Hablando en términos sexuales, se veían a sí mismos como atletas olímpicos. Al día siguiente, mis amigas me decían: “Estoy segura de que ayer anduviste haciendo algo terrible”, y yo pensaba “Dios mío, si lo supieran se desmayarían ante los extremos que llegamos”. A decir de algunos biógrafos, y más tarde de su médico personal se daba el acercamiento a la cropofagia. Por entonces su instinto de depredador sexual estaba disparado (llegará a afirmar que tuvo más de mil amantes).
Genitales y sangre en blanco y negro. Cuchillas,
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cadenas, orificios… estampas “cosidas” al arte por la “X” de su proyecto fotográfico. Es fácil encontrar en Internet ilustraciones de su obra, y aunque no de buena calidad, bastan para hacerse una idea de lo explícito de su trabajo. Dave Hickey en su obra “The invisible Dragon: Essays on Beauty” reflexiona en algunos pasajes sobre esta obra de Mapplethorpe que nos permite mirar en los “placeres no comunes”, aquellos que contienen al menos una dosis pequeña de autodestrucción y riesgo, de placer en definitiva, frente a la anodina vida vivida con cautela. Para Hickey esto explica el “rapto” de la belleza verdadera que ve en la obra despiadadamente explícita, de marcado carácter y de arte subterráneo en X Porfolio y otras obras posteriores. La “religión del arte” eróticamente “infectada” por uno de esos complejos encuentros de la imagen del mundo.
La incredulidad de Santo Tomás de Caravaggio, no por casualidad, el pintor por excelencia de las luces y sombras, se convierte en Mapplethorpe en una metafísica de lo erótico, incluso de lo antierótico, una “trinidad” de miembros consumados en su acto de fuerza y tensión, en el que la luz, la presencia “aúrea” de una mano, armónicamente crispada, inevitablemente nos conduce al “ello”, a lo que apenas podemos mirar de frente, como ese Tomás que atraviesa con su “duda” el torso de Cristo. “Robert adquirió celebridad por abrir paso a todo un campo de especulación teórica en una sociedad que nunca se había enfrentado abiertamente a la iconografía del sexo” afirmó el crítico Paul Schmidt. Era un herida, una brecha en el muro acomodaticio y moralizante del Amercian Way of Live. No sería justo ceder a un cómodo olvido del Robert más transgresor, acomodarnos en la inconsciencia de lo que no queremos ver, y admirar al autor maduro, de sus últimos trabajos. No hay uno sin el otro. No hay blanco sin negro. Ya había pasado antes: Conrad, Pasolini, Apollinaire…, y ahora, en la fotografía
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Mapplethorpe, una “negra excursión por la metafísica del masoquismo” (Hickey). El dedo en la llaga, el clasicismo de lo obsceno. Entre tanto, en 1978, Wagstaff realiza una exposición de su colección de fotografía y publica un libro con la colaboración de Gérald Incadela. Robert acabará desplazando al fotógrafo en su obra, no sin conflictos. The Washington Post la describiría en su sección de arte como “la mejor muestra de fotografías que ha visto Washington jamás”.
Entre lo blanco y lo “black”. Acercándose a la belleza formal “Once you go black, you can never go back” R. Mapplethorpe Robert, con la ayuda de Sam sigue realizando trabajos y montando exposiciones, “Contact” será una de ellas. Su “X Portfolio” incluso llegará a París, siguiendo con su temática sadomaso. Algunos críticos de arte se mostrarán poco seducidos por su estilo fotográfico, llegando a decir que su trabajo es el reportaje de alguien que baja al infierno y sube con una tarjeta de visita en la que pone “lo pasamos bien, gracias”. Otros irán más allá, y verán en su trabajo, y a su pesar, una nueva frontera de lo que puede ser arte en fotografía. A un tiempo comienza a realizar otro tipo de composiciones y vira hacia el preciosismo de la composición con objetos inertes, sobre todo bodegones de flores. Comienza a imponerse la disciplina de la mirada y su faceta de escultor de la luz. Uno de los grandes méritos de Mapplethorpe es no hacer cejado en descubrir la belleza, más allá de sus triunfos y fracasos iniciales, no se detendrá. Existe un pacto faústico, tristemente consumado, entre su “máquina de vivir” y su “máquina de ver”, será un transeúnte desde el filo y no existe límite en la búsqueda del éxtasis. Su sexualidad desbordada será una faceta más de su insaciable canibalismo visual. ‘Lo que busca, que podríamos llamar la Forma es la esencia o la mismidad (the quiditty or isness) de la cosa. No la verdad sobre ella, sino su versión más
potente’ - SUSAN SONTANG – Superada su etapa “sado”, Robert experimentó con esculturas y naturaleza muerta, su pasión por las flores lo hizo invitarlas a protagonizar el encuadre perfecto en varias ocasiones, no importaba si las fotografiaba en blanco y negro o a color, cada foto es una lección de composición, equilibrio y manejo del color. A un tiempo comenzada a ser una fotógrafo solicitado por las revistas. Trabajará ya en este momento con cámaras Hasselblad de medio formato. Ante las flores, Mapplethorpe, se posiciona tan cuidadosamente como sus sujetos humanos. “Sus bodegones son rígidos - por lo general sólo una o dos flores, y muchas veces en la sombra - pero que muestran una sexualidad cruda aún más poderosa que la de los desnudos. Su tratamiento de los aspectos masculinos y femeninos del lirio es de lo más llamativo, una fotografía haciendo hincapié en la estambre fálica de la flor, otra destacando sus curvas femeninas. En el tamaño en el que se han impreso las fotografías de flores, su sensualidad se vuelve abrumadora. Los colores - lirios de color amarillonaranja contra un fondo púrpura real, verde de tallos y pétalos, la seda roja de una amapola o de unos brotes - son tan vibrantes que empujan el espectador adentro, le obligará reconocer a su sexualidad primitiva” (The Tech, Robert Mapplethorpe’s extraordinary vision). Fruto de su trabajo será la publicación de Y Portfolio, dedicado a composiciones de flores y bodegones. Se impone el estudio concienzudo de la composición y la belleza formal. Robert comienza a explorar esta belleza formal sea en cuerpos o en bodegones, aunque hasta una etapa posterior no se materializará en sus obras sobre los lirios blancos. El año 1980 es definitivamente aquel en que comienza su obsesión estética por los
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hombres negros, más allá de sus múltiples aventuras, ahora como modelos en los que plasmar la belleza de la forma, la luz y el cuerpo. Cristaliza una idea, comienza una evolución que dejará atrás el discurso de la transgresión y del tabú, para ir más allá.
que describir la intensidad de la expresión de su rostro, hasta que me di cuenta de que era la misma palabra que solían emplear para describir los ojos de Miguel Ángel: terribilitá”. Nada nace sin intensidad. Pensemos en el célebre verso de Rilke en Las Elegías de Duino: “la belleza es el primer grado de lo terrible”. Como curiosidad, el año 1980 corresponde a la foto de portada de este artículo. Escultura clásica en cuerpo de mujer. Lisa Lyon
Descubre una riqueza inusitada en los tonos del color de la piel, investiga la morfología masculina entre sombras, y comenzará a buscar un modelo platónico. Terminará por examinar y mayormente desechar varios miles de posibles modelos a lo largo de su vida. Estudia la obra de otros fotógrafos precedentes que se habían atrevido con desnudos masculinos negros, principalmente E. Holland Day , Craig Anderson, George Dureau y Miles Everett. Robert tomará por buena la sugerencia de este último de utilizar fondos negros en vez de grises, como venía haciendo, para realzar los matices de la piel. Se vuelve mucho más exigente con el revelado y la calidad del trabajo final. Su visión de los cuerpos negros se transforma en sintonía con un “reflejo” artístico bien conocido por él, las blancas esculturas de Miguel Ángel. Lee la fotografía en clave escultórica y busca la perfección de las formas, no dejará de buscar sus “objetos” en los locales de Nueva York, junto a algunos compañeros de “juegos”. Kelly Edey, uno de ellos comentaba que “los ojos de Robert llameaban cada vez que veía a alguien que le resultaba espectacularmente atractivo… /… yo no hacía más que buscar una palabra con la
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A la par que t a m b i é n comienza a interesarse por el culturismo caucásico y frecuentaba a l g u n o s gimnasios, conoce en una fiesta del Soho a una poderosa mujer embutida en un negro traje de goma ceñido como una segunda piel a su poderoso físico, y que terminaba en un rostro de facciones angelicales, era Lisa Lyon y acababa de ganar el primer campeonato mundial de Culturismo Femenino. Al contrario de muchos de sus modelos, se había graduado en Antropología, era bastante culta, y desde niña había sido considerada intelectualmente superdotada.
Robert se consideraba a sí mismo “básicamente” homosexual, pero disfrutaba con la compañía y la intimidad de mujeres. A decir de Morrisroe, será para él la “pareja femenina definitiva”. La complicidad de Lisa con el “polvo de ángel” y sobre todo el LSD, además de sus rasgos maniaco-depresivos (muy en sintonía con los de su nuevo “gemelo”) acentuarán esta atracción. Mapplethorpe la fotografía al día siguiente de conocerse, acudió a su estudio en minifalda, con unas altas botas de cuero y un sombrero de ala ancha decorado con plumas. La fotografió tensando sus bíceps. Antes de conocer a Robert, se consideraba a sí misma una escultura de su propio cuerpo, buscaba un fotógrafo que fuera plasmando sus progresos, y casualmente se encontró con uno que convertía sus fotografías de cuerpos en “paisajes” escultóricos. Otra vez el azar había jugado los dados dando en la diana. Iniciaron una colaboración fotográfica de la que surgiría su libro Lady. También sería fotografiada por Helmut Newton. Robert la retratará en m ú l t i p l e s ocasiones tratando de mostrar una mezcla de fuerza y dulzura. En cierto modo, sus primeras fotografías serán el compendio de su relación artística. Otra vez el negro y el blanco, la tensión mostrada en un cuerpo femenino coronado por celosías negras.
Habrá otros célebres trabajos, metáforas siempre de su manera de entender la fotografía y de su propia complicidad. No veían un inconveniente en mantener un romance, pese a la homosexualidad de Robert: “Daba igual. Me sentía completamente fascinada por él …/… hacía cosas que el resto de las personas jamás hubieran soñado con hacer: transgredía todos los tabúes”. Robert apuntará varias veces a la inspiración de Miguel Ángel, esa fuerza sobre la mirada del cuerpo a la que se refiere Sontag, pero sobre todo a la búsqueda de la perfección, de la divinidad de la forma. Mapplethorpe acababa de preparar la exposición “Blacks and Whites” que se inauguró en San Francisco, en la que conoció a la anciana Ann Getty. Ann bajó por las escaleras de incendios al ver el material de la exposición, pero pidió que Robert la retratara. Al final terminó compartiendo una fiesta católica en el Sagrado Corazón con un fotógrafo vestido de cuero negro y con la palabra “mierda” en el cinturón. Lisa había acudido a la presentación y una vez concluida partieron hacia el desierto de Joshua Tree, en el que realizaron una sesión fotográfica. Mapplethorpe le indicó que se tendiera sobre una peña, como si se tratara de un desnudo de Edward Weston, dibujando una analogía entre su cuerpo y las rocas del paisaje. Cuando Mapplethorpe regresa a Nueva York, tras varias semanas en California, regresa también a su “escultura en negro” y a visitar los locales de contactos gays.
El verano tocaba a su fin.
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Mercancía, amor y fotografía “Su rostro era el de un hermoso animal” R. M. Mapplethorpe no podrá separar nunca su deseo visual como fotógrafo de su compulsivo deseo sexual. Uno y otro ejercerán una complicidad obsesiva en toda su obra. El regreso a los locales “S&M”, y a aquellos otros en los que los acomodados blancos buscaban su “mercancía” era inevitable, tanto como la gravedad. Ahora lo hace con más fuerza y acercándose a la perfección de los “bodybuilders”, los nuevos dioses de Renacimiento que se contornean por los locales del East Village.
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Modelos y amantes como Milton Moore, que incluso se avergonzaba de su enorme miembro, o como el imponente Jack Walls. La relación de Mapplethorpe con ellos siempre será un “amor de contrato”, no por eso dejaba de tener relaciones de manera compulsiva. Conocidos suyos hablarán de auténtica “caza” de “carne negra” desde su pedestal de fama y su acomodada posición. El mismo Robert confesará que le gustaría decir “negro” en referencia a una dominación “prohibida” en sus relaciones ocasionales. No hay santidad en los infiernos y no hay que confundir el arte con la virtud, sería una ingenuidad.
Mapplethorpe transciende su fetichismo racial, y crea nuevos iconos estéticos, el “retorno de lo reprimido” es ahora visible lejos de la representación casi infantilizada de la Capilla Sixtina, y enmarcado en una factura moderna, la textura del poliéster más allá de la connotación cultural que supone, crea una armonía y una ruptura entre elegancia y pornografía; el tamaño de la “ocultación” en todo el arte occidental ha sido enorme, y ahora tiene que enfrentarse al tamaño desvelado. El falo como objeto simbólico y central de su fotografía. Imposible no mirar el “objeto” del deseo, imposible distinguir entre sexo y arte, incluso podemos adivinar una evidente intención de mostrar el hombre “objeto”. Discurso estético, contracultural incluso, pero que también hay que transcender, si viajamos al más acá del nuevo icono cultural que supone, el de su realización fotográfica: el hombre sin rostro –exigencia de Moore cuando fotografiase su pene- realzado en el anonimato de un trabajo fotográfico perfecto; los tonos de luces, sombras, negros y texturas difícilmente podrán ser mejorados.
Aun siendo posible esta lectura, es meramente accidental, igual que lo sería entenderla como simple pornografía. Afortunadamente la esfera del arte es más amplia y profunda, y se rige por aspectos más ricos y matizados, que los de la necesaria pero simple política cotidiana. Este retrato sin rostro integrará la exposición Black Males, uno de sus mayores éxitos hasta entonces. Moore, para el que Robert había contratado un educador, lo estuvo acompañando en la galería. Wagstaff y Mapplethorpe intercambiarían frecuentes ironías sobre la ignorancia y falta de clase de sus respectivos amantes. La relación con Moore había desgastado su relación con Lisa Lyon, con la que incluso había planteado casarse, igual que había desgastado su visión del cuerpo femenino. Esta década de los “80” supone desde el punto de vista de la mirada visual, como del discurso estético, incluso aquel al que debemos referirnos para razonar sobre el contexto cultural de la obra, el periodo de madurez fotográfica del autor. No dejará de haber escarceos con la transgresión, como su fotografía de “El momento perfecto” en el que se autorretrata con un látigo introducido en su ano, y el escándalo que supone la censura de una de sus exposiciones retrospectivas de X Porfolio, pero su nuevo rumbo está trazado y tiene un objetivo, un objeto, la belleza sobre las cosas, sean flores, cuerpos o penes.
Esta fotografía es obra de su amor por Moore, y es considerada por muchos como su obra maestra. Más allá de las críticas y rechazos debido a lo explícito, también recibió críticas de activistas afroamericanos, que veían su fotografía como el símbolo de la explotación gay hacia los negros, una versión racista, y que degradaba a hombres con cabeza e inteligencia a un mero atributo sexual.
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La seda de la luz y las sombras se mezclará con una belleza fuerte de formas y de contenidos. Esa será la firma de su obra hasta su temprana desaparición: una geometría de la perfección, una fotografía escultural en dos dimensiones, que atrapa ese momento perfecto en que se nos revela en su máxima expresión. De Miguel Ángel a Rodin, el nuevo discurso estético del autor se consolida como un arte mayor, a la par que la fotografía triunfa en el escenario expositivo y de los coleccionistas. Robert Mapplethorpe nos mostrará en todo su esplendor el neoclasicismo en La fotografía En 1984 Sam Wagstaff decidió vender sin previo aviso su colección de fotografía al Museo J.Paul Getty, por unos 4,5 millones de dólares de la época, dentro de una operación dirigida anónimamente por un marchante y que ascendía en total a unos 20 millones al incorporar otras colecciones (un total de 18.000 obras). Sam se disgustó mucho al conocer que su legado no quedaría como colección independiente tal como era su deseo; otorgaba tanto valor al principio rector de la colección, como al conjunto de las obras, una prueba de su cultura museística. Robert se enfadó, a pesar de que Wagstaff conservó la colección de obras suyas. Habría más tentaciones por terceros, pero siempre rehusó venderlas. Mapplethorpe también había comenzado a coleccionar, sobre todo, foto antigua (incluyendo algunas de Man Ray y de Curtis), aunque claro está, sin los medios y el registro estético de Wagstaff. Por lo demás, su relación comercial con los modelos y amantes era generalmente retribuida en obras. Desde los inicios de su éxito, el culto al dólar, no era una extraña religión para Robert. En uno de sus litigios, incluso su abogado tuvo que pagar una buena suma, por una fotografía no pedida (aunque regateando lo dejo en la mitad de lo exigido, ya se sabe que los abogados también tienen sus técnicas). Con una recopilación de fotografías de hombres negros publicará su Z Portfolio. Última letra de la trilogía y del alfabeto. Ya no habrá nuevo discurso, más allá de seguir indagando la perfección. Lo hará con los cuerpos, con los bodegones, y como a lo largo de su obra, también con los retratos. Warhol y él intercambiarán sesiones y retratos. En 1985 se publicará un trabajo alabado incluso por los medios que normalmente criticaban el cariz de su obra: Certain People. Portada y contraportada serán retratos contrapuestos de sí mismo; era la rúbrica
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necesaria para sentirse parte del glamour. Por fin lo había logrado. También haría alguna incursión en el diseño de muebles y en 1986 diseñó escenarios para obras de danza de Lucinda Childs, “Portraits in Reflection”, creó una serie de fotograbado de Arthur Rimbaud “A Season in Hell” y le encargan tomar fotografías a artistas de Nueva York para las series y el libro 50 New York Artists. Tras la venta de su colección a Getty, Sam le regaló un apartamento de quinientos mil dólares, en el que se apresuró a colgar una retrato suyo serigrafiado y firmado por Andy Warhol, el ídolo venerado de su etapa de la escuela de arte. Con el tiempo, el retrato que Robert le hizo a Warhol con un halo de divinidad llegaría a superar en Sotheby´s el regalo de Wagastaff.
Luz y forma “Veo las cosas como esculturas, como formas que ocupan un espacio.” Robert Mapplethorpe En la última etapa de su vida asiste a una actividad febril, con su hermano como ayudante más o menos consentido, al que le obligaría a cambiarse el apellido por el materno de Maxey, y buenos colaboradores de escenificación y positivado. Hay críticos que consideran a estos ayudantes en buena medida responsables de su trabajo. Había una cierta reminiscencia de The Factory.
Sin embargo esta mirada capaz de despojar a sus objetos, sean personas o cosas, de lo accidental ya era algo incipiente en sus primeras etapas de fot贸grafo, no debemos olvidarlo.
Sus 煤ltimas obras ahondan en lo escultural, con gui帽os a fot贸grafos como Lewin Hine (que podemos contemplar arriba), o escultores como Auguste Rodin.
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En sus bodegones Robert abunda igualmente en virtuosismo. Edward Weston ya había realizado Nautilus (1927), una preciosa fotografía muy trabajada, y que hasta puede ser fuente de inspiración de Robert. Val Williams, en su obra Cuando la fotografía es un arte, dice de esta obra de Weston que “nos muestra una mirada intensa que transforma este objeto natural tanto en una forma escultural como en un presencia erótica”. Nos serviría perfectamente para describir la obra Mapplethorpe, pero Robert rehace la foto de Weston, intencionalmente o no, en su magnífica Shell and Cristal (1986) con una fuerza difícil de igualar. Concreta la proporción áurea...
Tres nuevas letras: A Z T “He tenido tres grandes amores en esta vida: Mi madre, el arte y Robert” Sam Wagstaff a Patti Smith La vida de Mapplethorpe no se interrumpía en la fotografía, su promiscuidad era tachada por conocidos como auténticamente suicida, pese a que no se consideraba una persona de riesgo. Primero fue el amante de Wagstaff, después el 1987 el propio Wagstaff, que legaría casi toda su fortuna a Robert, y por último en 1988 el propio Mapplethorpe desaparecería debido a las complicaciones del VIH. Patti los vería a ambos antes de que el círculo se cerrase definitivamente.
Mapplethorpe mantiene a lo largo de su vida y su obra un doble discurso: Por una parte, la fotografía casi documental de lo moral y socialmente oculto, o incluso prohibido, es una contestación social, moral y sexual que el mismo tampoco pretendía. Esas fotografías eran un medio de exploración de su estética, de su vivencia de su sexualidad también en clave estética, y como el mismo decía hasta la saciedad –cuando le dejaban-, las hacía porque era algo que sucedía y él estaba allí. El tabú de una sociedad burguesa que se cree moderna ha de arrodillarse ante lo procaz, ante lo real, y el autor está allí para mostrarlo por primera vez en los templos del arte, fuera de lo marginal. Warhol, al menos en un primer momento, lo admirará más por esta faceta, que propiamente por su obra. Pero no deja de ser una visión prejuzgada; en el caso de Mapplethorpe, “mostrar-lo”, no es “demostrar-lo”; y aunque evidentemente tiene consecuencias, no
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pretende orquestar en su discurso una reivindicación, una revolución moral y sexual. Para Robert, penes y flores son igualmente bellos. Cosa distinta es que se sirva del escándalo, o la probación, si conviene a sus fines artísticos o personales. A estas alturas ya sabemos que Robert era un oportunista, igual que lo es el propio mercado del arte, pero si únicamente hubiese construido su discurso estético entorno a esa pobre verdad, no habría pasado de ser uno más, entre tantos otros que también lo intentaron. Tenía claramente un objetivo estético que estaba más allá del “simplemente mostrar lo prohibido”. En otra dimensión, la más interesante fotográficamente, su obra contempla la belleza, la persigue, y con exquisito cuidado, en muchas ocasiones, la consigue. Sus texturas, luces y medios tonos, la manera de manejar en significado y los contrastes, al igual que los encuadres, anhelan el virtuosismo. El objeto puede ser una flor, o puede ser un torso, Robert lo “des-subjetiviza”, si se nos permite expresarlo con ese barbarismo, otorga a la representación del sujeto su máxima categoría estética en el panteón de la obra de arte, lo convierte en objeto estético “per se”, ya no es una pierna, un glúteo o un falo erecto, es sobre todo algo bello, un objeto del que se sirve para aunar en su forma, su textura y su significado, también en su significado, una obra de arte. No hay sensiblería, ni rechazo, ni pretensión revolucionaria o liberación moral, sería algo demasiado cercano. Sería vulgar. Esta doble faceta estará más o menos presente en algunas de sus obras en distinta proporción, incluso únicamente cada una de ellas en algunos casos. Robert Mapplethorpe nos dejará este autorretrato de cuando ya era conocedor de su enfermedad, otra vez midiendo la luz y la sombra, el blanco y el negro, la vida y la muerte. Asiendo con fuerza la muerte y mirando de frente, no su extinción, sino a la cámara, a su vida. Más allá de la relevancia de su obra para la Historia del Arte y la importancia histórica de su obra, su legado está en la Robert Mapplethorpe Foundation, creada por el artista en 1988 para promocionar la fotografía, apoyar museos y exponer arte fotográfico, así como para apoyar la investigación médica en la lucha contra el cáncer e infecciones relacionadas con el VIH.
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.” Oscar Wilde ““Find what you love and let it kill you” (Encuentra lo que amas y deja que te mate) Charles Bukowski Teo Andrés, AFOSAL, 2014
Pd.- Esta excursión por la obra y vida de uno de los fotógrafos más representativos de la modernidad es un intento seguramente incierto de mostrar su obra, y únicamente busca el interés de fomentar la formación y la cultura fotográfica, sin ningún tipo de aspiración comercial. Las obras expuestas, en su mayoría, forman parte
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del legado del autor a la Fundación Mapplethorpe. BIBLIOGRAFÍA Más allá de las exposiciones visitadas en el Museo Rodin de París, y en la Galería Elvira González de Madrid, este trabajo, se basa en las siguientes fuentes: Morrisroe, Patricia. Robert Mapplethorpe (1996). Barcelona: Circe Una obra magnífica repleta de datos biográficos, con diferencia la mejor biografía del artista, y así es reconocido por la propia Fundación Mapplethorpe. Apenas hay en cambio ni una sola reflexión sobre la estética y las claves del trabajo del protagonista. Su estilo es ameno, pero sin ninguna profundidad. Benhamou-Huet, Judith (2014). Dans la vie noir et blanche de Robert Mapplethorpe Como todo lo publicado sobre Mapplethorpe se apoya en gran medida en el estupendo trabajo de Morrisroe, revisa algunas fuentes, realiza nuevas entrevistas y apenas profundiza en unos pocos detalles más. Sin embargo, tiene un estilo realmente literario. Se adivina conocimiento del arte a raudales en el discurso de la autora, pero lamentablemente apenas se enfrenta a la obra de Mapplethorpe, una vez más. Otra vez nos deja huérfanos de conocimiento fotográfico, incluso artístico. Su itinerario por la vida del autor podría decirse que es caótico, algo intencionalmente buscado. Me enteré después de leer su libro que ha comisariado las exposiciones de Warhol y Mapplethorpe en Paris, con lo que su “delito” es doblemente grave. Con todo, es un libro delicioso que merece ser leído. Catalogue officiel de l’exposition Robert Mapplethorpe (2014). Grand Palais, Champs Elysées, du 26 mars 2014 au 13 juillet 2014. Más que recomendable, tuve la ocasión de ojearlo en París. Dejo referencia de Internet por si alguien lo quiere “commander” <http://www.boutiquesdemusees.fr/fr/catalogues-exposition/robertmapplethorpe/6982.html?par=113> Sontag, Susan (1996). Sobre la fotografía. Madrid: Edhasa. Hickey, Dave (2012). The invisible Dragon. Essays on Beauty, Revised and Expanded. Chicago: University Press.
ENLACES DE INTERÉS Robert Mapplethorpe Fundation http://www.mapplethorpe.org/ Dossier de prensa de la exposición Mapplethorpe-Rodin, bueno y listo para descargar: <http://www.musee-rodin.fr/sites/musee/files/presse/dossier_de_presse/140317_-_dp_mapplethorpe-rodin_ final.pdf> The Tech, “Robert Mapplethorpe’s extraordinary vision” <http://tech.mit.edu/V110/N31/mapple.31a.html > Reciente artículo del diario El Mundo sobre la Mirada de Robert Mapplehtorpe. Recomendable. <http://www.elmundo.es/cultura/2014/04/12/534886ace2704e63568b4585.html > Artículo de New York Times sobre Sam Wagstaff, “El hombre que amaba a los fotógrafos” <http://www.nytimes.com/2014/10/26/arts/design/sam-wagstaffs-passion-transformed-the-art-market. html?_r=1 >
Existen abundantes enlaces sobre el autor en Internet, aunque prácticamente todos los consultados apenas aportan nada nuevo.
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