Revista Literaria Ágora. Nº 18. Abril 2022

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segunda época —a ñ o x v i i i , n .º 1 8 —

Nombre de sección

a s o c i a c i ó n c u lt u r a l ágora cinco villas

revista de cultura, ensayo y creación literaria

Firmas invitadas: Juan Cruz e Isabel González Reencuentro con las firmas invitadas: Aurora Egido, Magdalena Lasala, Ramón Acín, Antón Castro, Ángel Guinda, Ana Alcolea, Julián Casanova, Luis Alberto de Cuenca y Luis Alegre

Entrevista con:

Irene Vallejo y Juan Cruz

A vueltas con la pandemia: Cándido Marquesán Educación: Jesús Claver Cinco Villas: Marcelino Cortés y José Ramón Gaspar XL años de la editorial zaragozana Olifante. Martínez Forega

y además Crítica literaria, Pensamientos y reflexiones, ODS, Educación, Cinco Villas, Música, Psicología, Creación literaria: microrrelatos, relatos, cómic y poesía, Leer para vivir y Concurso infantil y juvenil


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ágora n.º 18 — revista de cultura, ensayo y creación literaria



Edita Asociación cultural ágora cinco villas NIF: G99370173 N.º Registro: 01-Z-3621-2.013 Dirección: Casa de la Educación; Plaza Goya, s/n; 50.600, Ejea de los Caballeros (Zaragoza) Correo electrónico: revistaliterariaagora@gmail.com Blog: revistaliterariaagora@blogspot.com.es

Consejo de redacción Patxi Abadía Álvarez. Coordinador de Ágora y Presidente de la Asociación Profesor Secundaria ies Reyes Católicos. Departamento de Lengua Eva Bajén García. Tesorera de la Asociación y profesora Secundaria ies Cinco Villas. Departamento de Lengua Joaquín Bueno Villacampa. Profesor emérito de Secundaria Alberto Cabello. Ilustrador Javier Comenge Leonar. Director Escuela de Música Alfonso Cortés Alegre. Maestro jubilado. Secretario de la Asociación Enrique Galé Casajús. Profesor Secundaria ies Río Arba. Departamento de Lengua Asunción Gil Orrios. Bibliotecaria Ernesto Navarro Durá. Profesor Escuela de Arte de Zaragoza José Sánchez Usón. Profesor Secundaria ies Ítaca. Departamento de Lengua

Colaboradores del jurado Yolanda Miguel. Maestra CEIP Cervantes Mª Victoria Lahera. Maestra CEIP Cervantes Jesús Claver. Profesor jubilado Eric Alonso. Bibliotecario Esther Orera. Periodista María Ángeles Torrijos. Maestra jubilada

Conchita Murillo. Profesora jubilada Elena Abadia. Maestra CEIP Cervantes Mari Carmen Gaspar. Maestra jubilada María Antonia Garayoa. Profesora jubilada Matilde Sagaste. Centro de Profesores Teresa Compaired. Maestra jubilada

Ilustradores Gemma Bonito Irene Cabria Inés Calvo Óscar Cerlanga Cristina Duesca Leticia Fabra Aida Fernández Pilar García Inés Gil Carlota Gramaje Violeta Hernández Beatriz Lacueva Pilar Longás Irene Mancebo Esther Mazorra

Sabrina Merinero Diana Miguel Alberto Millán Elena Moncayo Inés Muñoz Maialen Pardo Jorge Ramón Paula Roy Morelli Lucía Rus Cristina Salcedo Carmen Betrán Sarsa Manuel Serres Leticia Torcal Xuanyi Wang Irene Zaldívar

Ilustración de portada: Inés Oliveras Castillo Diseño y maquetación: Detalier estudio creativo Impreso por: Imprenta Félix Arilla

Depósito Legal: Z 1515-2003 ISSN: 1699-3039

La Asociación Cultural Ágora Cinco Villas no se hace responsable ni comparte necesariamente las opiniones expresadas por los autores de los diversos artículos.



índice

Editorial Firmas invitadas: Juan Cruz Ruiz e Isabel González Reencuentro con las firmas invitadas: Aurora Egido, Magdalena Lasala, Ramón Acín, Antón Castro, Ángel Guinda, Ana Alcolea, Julián Casanova, Luis Alberto de Cuenca y Luis Alegre

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Crítica literaria «La muerte que da vida». Pilar Sánchez Laílla

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Entrevista con Irene Vallejo Susana Hernández Juan Cruz. Revista Ágora

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A vueltas con la pandemia La pandemia, una oportunidad para un nuevo mundo más justo y solidario Cándido Marquesán Saber lo que somos frente al pesimismo característico de la Edad Media y el Barroco. Alfredo Compaired Desperezándonos juntos; un lento despertar. Yolanda Sánchez Navascués La tristeza de los números. María Teresa Oliván Usieto Desde mi ventana. María Teresa Oliván Usieto Cuando fuimos héroes. María Teresa Oliván Usieto Sobre «Eso que tú me das»... Laura Martínez Racaj

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Pensamiento y reflexión Móviles para educar. Aprendo por derecho. José Ramón Olalla Sin techo en la ciudad de las estrellas. David Villafranca La prensa alternativa. Revistas locales o comarcales. Mariano Coronas Cabrero El rincón del neurótico. Joaquín Bueno

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Objetivos de Desarrollo Sostenible La urgente necesidad del desarrollo sostenible. Alfonso Cortés Alegre Las paradojas de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Carmelo Marcén Albero Renuncias personales. Paula Esteban Martín ODS y los derechos de la infancia. Iván Heredia Urzaiz Los ODS desde el IES Río Arba. Carlos Abellán

58 58 61 65 68 70

Educación Neuroeducación y escuela nueva Jesús Claver Giménez La evidencia de lo IM_PRE_VISTO en Ciencias Sociales. C.G.T. El cómic como recurso didáctico. Carlos Abellán

73 73 77 80

Cinco Villas Las acusaciones contra Águeda Samacio, una bruja ejeana del siglo XVII. Marcelino Cortés La cuestión cronológica en torno al relieve real prerrománico de Luesia (Zaragoza): nuevas propuestas e interpretaciones Javier Cabello García Un legado pendiente de escribir. Raquel Campos Las ermitas de las Cinco Villas de Aragón. José Ramón Gaspar

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Música La música en la época del cine mudo. Guillermo Beltrán Plumed

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Psicología Posibles interpretaciones del sueño. María Pilar Tenías Sora

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Creación literaria: microrrelatos Pretéritos. Paula Aznárez Collado Esperanza. Fernando Ezquerra Aznárez Un día más con Patri. Celia Casalés Sánchez ¿Juegas? Lucía Carbonell Vinacua Otro papel. Claudia Ciudad Río

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Creación literaria: relatos En son de paz. José Ramos Sánchez Julie, la última de la saga de los Williams. Jesús Claver Cuento para ti. Irene Villa Orduna Árbol. Inmaculada Benítez Hoy he salvado una planta. Inmaculada Benítez La zapatera. Inmaculada Benítez El roscón de Reyes. Carlos H. Saz Rubira

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Creación literaria: cómic Manuel Serres, Carlota Gramaje, Óscar Cerlanga e Irene Zaldívar

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Creación literaria: poesía XL años de la editorial zaragozana Olifante, ediciones de poesía. M. Martínez-Forega Antología de poetas de Olifante Ángel Guinda Inmaculada Benítez Jesús Claver Susana Hernández Isabel Mariñosa Gregorio Ojer Luna Sanz La Cotty Yolanda Sánchez Navascués

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Leer para vivir: infantil y juvenil

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Concurso infantil 2020

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Concurso juvenil 2020

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Concurso infantil 2021

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Concurso juvenil 2021

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Editorial

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editorial

Por fin, después de esta larga interrupción a la que se ha visto abocada nuestra revista, hemos podido publicar este nuevo número. El 18, concretamente. Este número se tendría que haber presentado en sociedad en junio de 2020. Pero el azote despiadado de la pandemia, sin tregua ni cuartel, desde marzo del año pasado hasta hace apenas unos meses, nos impidió cumplir con ese rito anual que Ágora venía celebrando ininterrumpidamente desde 2003. La verdad es que en este tracto de tiempo muchas cosas han cambiado y otras muchas, por desgracia, han quedado arrumbadas para siempre y pasarán a formar parte del sueño de los justos o del olvido que seremos. El mundo, sin duda, no volverá a ser el mismo. Por fortuna, esta revista sigue viva y goza de vigorosa salud, que es lo más importante en las actuales circunstancias, y buena prueba de ello es que de nuevo nos podemos dirigir a ustedes, los lectores, nuestra única razón de existir y poder seguir existiendo. Este nuevo número trae novedades. Algunas ya las traía de origen cuando el consejo de redacción empezó a prepararlo allá por el mes de octubre de 2019. En cambio otras han sido resultado de la crisis generada por la propia pandemia. El 18, como ustedes saben, es un número poderoso y mágico, y en una sociedad como la nuestra tiene un significado simbólico. Representa la mayoría de edad, la puesta de largo, la entrada en la vida adulta. Y qué mejor forma de hacerlo que presentando ante la sociedad cincovillesa y aragonesa un número especial. Ese fue nuestro objetivo, y la verdad es que lo conseguimos. En marzo de 2020 ya teníamos las dos firmas invitadas (dos en lugar de una). En este caso, el reconocido periodista y escritor Juan Cruz y la también prestigiosa periodista y escritora ejeana Isabel González. Pero no solo eso, habíamos conseguido que la mayoría de las firmas invitadas de anteriores números también participara en una sección especial. Todo un lujo el poder reunir en un mismo espacio a Aurora Egido, Luis Alberto de Cuenca, Manuel Vilas, Ángel Guinda, Magdalena Lasala, Antón Castro, Ana Alcolea, Julián Casanova, Luis Alegre o Ramón Acín. Pocas revistas en España pueden presumir de lo mismo, y menos aún una revista como Ágora, ancorada en el ámbito rural de esa España casi vaciada. Estas son las principales novedades que traía de origen. Las otras, las ocasionadas por la pandemia, pueden reducirse en esencia a dos. La primera, y

casi de forma obligada, en este número especial se ha incorporado una nueva sección. La hemos denominado «A vueltas con la pandemia», y en ella varios expertos, igual que nos advierten de las terribles consecuencias para la humanidad, nos aportan cierta esperanza de que algunos de los cambios provocados por esta crisis sanitaria global resulten beneficiosos para las personas de carne y hueso de todo el mundo. La otra: que el espacio dedicado a los niños y jóvenes, aprendices de escritores, se ha duplicado con la publicación del concurso literario en las ediciones del curso escolar 2019-20 y 2020-21. Otro «lujazo». El futuro de cualquier sociedad está, sin duda, en ellos. Y ya, para concluir, solo nos queda decirles que ojalá disfruten de este número tan especial, y que saboreen cada una de sus palabras, casi como si fueran las últimas. No sabemos qué pasará con Ágora. El tiempo lo dirá. Ojalá podamos seguir muchos años entre ustedes. Una sociedad como la nuestra necesita de valientes que se asocien para crear proyectos colectivos en los que la palabra pueda hacer más daño que el cuchillo más afilado y en los que aceptemos que el otro existe, y que es probable que crea en otras cosas de las que nosotros creemos, pero no por ello no podamos entendernos. Como dice el escritor griego Theodor Kallifatides en su último libro Otra vida por vivir: «Respétame para que te respete, escúchame para que te escuche. […] El Otro ha de ser el límite natural y el lindero de nuestros actos y nuestras palabras». Con este mismo objetivo nació Ágora en 2002 y con ese mismo objetivo debe seguir existiendo in aetérnum. Muchas gracias por estos 18 años.

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Firma invitada

Juan Cruz Ruiz BREVE BIOGRAFÍA Nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) en 1948. Estudió Periodismo e Historia en la Universidad de La Laguna. Comenzó a escribir en prensa a los trece años, en el semanario Aire Libre. Entonces fue seleccionador de fútbol y crítico deportivo. Poco después entró sucesivamente en las redacciones de La Tarde y El Día, donde desarrolló todas las tareas imaginables en periodismo. Fue uno de los fundadores de El País, donde ejerció también tareas muy diversas: corresponsal en Londres, jefe de Opinión y redactor jefe de Cultura. Fue el coordinador de los proyectos del Grupo Prisa para 1992 y entre sus actividades figuraron la coordinación editorial del Proyecto Leonardo y de la serie Europa América, que publicó El País Semanal, dirigida por el profesor John H. Elliott. Como novelista, fue Premio Benito Pérez Armas de novela en 1972, con Crónica de nada hecha pedazos, publicada en la editorial Alba (1996); Premio Azorín con El sueño de Oslo (1988) y ha sido galardonado con el Premio Canarias 2000 de Literatura. Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias 2009 por Egos revueltos. La vida literaria: una memoria personal. Ha publicado Edad de la memoria, Naranja, Retrato de humo, Cuchillo de arena y En la azotea. Otros de sus libros son Serena (cuentos), Exceso de equipaje (ensayo), editado por Alba, una Memoria de El País, La foto de los suecos (Espasa), El peso de la fama (El País/Aguilar), Una historia pendiente (novela) y Contra la sinceridad (Martínez Roca), La playa del horizonte (Destino, 2004), Ojalá octubre (Alfaguara, 2007), Muchas veces me pediste que te contara esos años (Alfaguara 2008), ¿Periodismo? Vale la pena vivir para este oficio (Debolsillo, 2010), Egos Revueltos (Tusquets, 2010) y Contra el insulto (Turpial, 2011), Un oficio de locos (Ivory Press, 2012), Viaje a las Islas canarias (El País Aguilar, 2013), Memoria de Mario a deshoras y siempre con Benedetti (Del Centro de Editores, 2013), Especies en extinción (Tusquets 2013) y Jaime Salinas. El oficio de Editor (Alfaguara, 2013). El niño descalzo (Alfaguara, 2015). Recientemente ha sido galardonado con el Premio Leyenda del Gremio libreros de Madrid. En 2017 publicó «Un golpe de vida» (Alfaguara) y en la misma editorial publicó el año pasado su último libro «Primeras personas». Asimismo fue distinguido con el Premio de Honor de la Asociación de la Prensa de Madrid. Ha sido Director de Coordinación Editorial del Grupo Prisa, Director de Comunicación del Grupo Santillana y Director de La Oficina del Autor, del Grupo Prisa. Actualmente es adjunto a la dirección del periódico El País.

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firma invitada

ENTREN EN LAS LIBRERÍAS, HAY LIBROS He ido a Zaragoza para entrevistar en público a un gran escritor asustado, Theodor Kallifatides, de 82 años, a quien la Librería Cálamo le entregó el penúltimo viernes de febrero, una noche templada del Ebro, el premio del año al «libro extraordinario». Hubo otros premiados: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de la moldava Tatiana Tibuleac (1978), editada por el infatigable Enrique Redel en Impedimenta, y Canto yo y la montaña baila, de Irene Solá, catalana de Malla (1990), editada por los infatigables Jordi Herralde y Silvia Sesé en Anagrama. A mí me tocó charlar con Kallifatides en la entrega de premios. Por la mañana hubo una rueda de prensa en la librería, donde compré los libros que no conocía, los de Tituleac y Solá, además de los dos libros de Irene Vallejo que aún no tenía. Irene Vallejo es la autora de El infinito en un junco (Siruela). Compré también las memorias impares del muy impar José Luis Cuerda, que ha editado Pepitas de Calabaza. Pude haber comprado toda la librería, que es una tentación que tengo desde que era un adolescente que iba a mirar libros a las librerías del Puerto de la Cruz, mi pueblo de Tenerife. Mi vida podía haber sido muchas cosas, supongo, como todas las vidas, pero hubo un momento, cuando aprendí a leer, en que entre mi madre, la radio, los periódicos y la librería, todo me llevó a la letra impresa y, sobre todo, a los libros. Por eso mi gratitud a las librerías es inmensa. Y a los maestros, que me ayudaron a entender lo que leía. Devoro letra impresa desde que era un muchacho caminando por las aceras, mirando en el suelo los papeles en los que hubiera letras, escribiendo en las paredes lo que se me antojara, haciendo, en fin, de la escritura una forma de afirmarme en una vocación y en una felicidad. Luego han pasado muchas cosas, todas descubiertas en el Puerto, como la amistad, el amor y el dolor de las pérdidas, y ya la escritura me sirvió para contar las distintas fases de lo que la vida nos da para quitárnoslo luego como de un manotazo helado, cruel, sin remedio. Ahora, en este viernes en Zaragoza, han pasado por mí, mientras veía los libros que hubiera querido comprar y los libros que compré, la imagen de ese muchacho que aún me acompaña, pues, como escribió José Saramago, uno va con el niño que fue, e incluso con el padre que tuvo o con los amigos que ya lo abandonaron. Cálamo es una librería veterana, cuyo dueño, Paco Goyanes, ya es llamado Cálamo por la gente.

En sí misma, Cálamo es un homenaje al libro; allí no hay otra historia que letra impresa y encuadernada, novedades y fondo, incitaciones a la lectura y al saber, y al entretenimiento. Los libros han superado el tópico contemporáneo: muchos agoreros de buena voluntad y otros tan atrevidos que ahora esconden en alcanfor sus antiguos augurios explicaron que a estas alturas de la vida esa letra impresa en los libros iba a ser cosa del pasado. El libro, sin embargo, sigue gozando de la salud que le auguró Gutenberg y las librerías son el síntoma más gozoso de su capacidad para seguir desatando felicidad, inquietud o sabiduría. Entrar en una librería es abrazar a un millón de amigos a los que nunca les darás la mano, pero que siempre la tienen tendida en forma de libro. El mal agüero no ha funcionado, el libro está saludable, a los libreros corresponde decírselo a la gente, reclamar al público que se acerque a comprobar que en esos tesoros nadie los va a morder. Entren en las librerías, ahora están abiertas todas las horas del día, y siempre hay claridad en ellas, la claridad de los libros. Y ya que hablamos de claridad, vayan a buscar el libro de Kallifatides y léanlo, a cualquier edad, en cualquier circunstancia, este es un libro para aprender vida y sosiego. Dije que es un hombre asustado porque su historia, la que cuenta en Otra vida por vivir, es la de un muchacho que deja de ser griego en su lengua, pues viaja a Suecia, exiliado, hace más de medio siglo, allí escribe en el idioma de su nuevo pueblo, y después de una crisis de imaginación y de palabras siente que ya se acabaron la inspiración y la escritura. Asustado ante esta mudez que convierte su espíritu en un árbol seco, vuelve a Grecia, escucha recitar en su pueblo una obra de Esquilo y esto le devuelve, como miel, la dulzura de las palabras que le acompañaron en la niñez y en la adolescencia. El resultado de su redescubrimiento es Otra vida por vivir, uno de los grandes libros que he leído en mi vida, en la estela de Rayuela o El extranjero. Lo encontré, por cierto, en una librería. Casi todo lo que tengo, hasta la memoria o la amistad, lo encontré en una librería. Entren en las librerías, hay libros y no muerden.

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Isabel González

INFOGRAFISTA, ESCRITORA Y CHATARRERA Isabel González creció en una gasolinera de Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Escritora autodidacta, se ha comparado su estilo con el heterodoxo lanzamiento de jabalina de Miguel de la Cuadra Salcedo. En 2017 publicó su novela Mil mamíferos ciegos (Editorial Dos Bigotes), y en 2012 apareció su primer libro, Casi tan salvaje (Páginas de Espuma), un volumen de relatos «de ritmo trepidante, quiebros y sorpresas que anulan al lector la capacidad de reacción, […] tan elaborado como extrañamente visceral», en palabras del escritor Manuel Hidalgo. Exploró las vías de la escritura colectiva con La Aldea de F. (Punto de partida, 2013), obra fragmentaria a ocho manos, y en Pelos (Páginas de espuma, 2016). Su vocación experimental la llevó a escribir dos libros ilustrados a medio camino entre lo infantil y lo adulto, El caballo del malo (Cénlit ediciones, 2015) y El mismo (Milrazones, 2017). Fue incluida por Cátedra entre los autores más representativos del relato breve contemporáneo en Cuento español actual 1992-2012. Licenciada en Ciencias de la Información, ha trabajado en Heraldo de Aragón (Zaragoza), Diario de Noticias (Pamplona), y desde hace años, trabaja como infografista en El Mundo (Madrid), donde además colabora con entrevistas literarias y artículos de opinión. También colabora como profesora en la Escuela de Escritores de Madrid y como columnista en Diario de Navarra. En 2018 inauguró su primera exposición de ensamblajes poéticos titulada Varginal en el Centro Cultural Paco Rabal (Madrid). Actualmente trabaja en obras de ensamblaje y collage relacionadas con el diálogo. Ha recibido el primer premio del concurso de microrrelatos organizado por el programa de literatura de TVE Página 2, el primer premio de la VIII Edición del Concurso Antonio Villalba de Cartas de amor (Escuela de Escritores), el primer premio del I Concurso Internacional de Diversidad Cultural (Ayuntamiento de Valladolid) y ha sido varias veces ganadora semanal del concurso radiofónico Relatos en Cadena organizado por la Cadena Ser. Como infografista ha sido reconocida numerosas veces por la organización internacional SND (Society of Newspaper Design). Ha participado también en las antologías Doce relatos (,) maestros (La navaja suiza, 2018), La carne despierta (Gens Ediciones, 2013), Mar de Pirañas (Menoscuarto, 2012), Por favor sea breve 2 (Páginas de Espuma, 2010), Parafilias ilustradas (Traspiés, 2010) y en tres antologías de Relatos en cadena (Alfaguara). Las revistas culturales Quimera, Ágora, Turia y La Gran Belleza también han publicado sus cuentos. Jurado de diversos premios, quiere destacar su participación en el concurso Qué bello es vivir en mi pueblo, organizado por la Cátedra de Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza. En 2019 fue invitada como ponente a las jornadas literarias nacionales Letraheridas. Encuentros de mujeres que agitan el panorama editorial.

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LA TALLA M NOS TRAICIONA Traiciono mi educación cuando no sonrío a un piropo. Y traiciono mi feminismo cuando sonrío a un piropo. Soy una traidora. Siempre. Y traiciono sobre todo mi cuerpo. La interacción de mi cuerpo con el mundo para ser más precisa. Porque puestos a pensar con la carne, una mujer de las de siempre piensa con todo el cuerpo mientras que un hombre clásico lo hace solo con unos cuantos centímetros. Ya saben, entre las piernas. O eso dicen y lo dicen con orgullo, no te fastidia. Eso les da ventaja en tanto que si una mujer miente, miente con todo el cuerpo. Miente de arriba abajo, de izquierda a derecha, de la sisa al puño, de la manga a la pernera de modo que es mucho más difícil perdonar tal magnitud de engaño que pasar por alto unos pocos centímetros. Diez, doce, quince, dieciocho centimetritos de nada. ¿Cómo no absolverlos? Ahora, bienvenidos al espectáculo diario de mi traición. — ¿Qué tal le queda? —me pregunta la dependienta fuera del probador. La parte de arriba me queda perfecta y la de abajo fatal. Una mierda. Estrecha como siempre, aunque no digo eso. —Perfecto, me queda perfecto, pero no me gusta el color —digo—. Es un color que no me sienta bien. Vamos, que si me siento le reviento las costuras. — ¿Quiere que le traiga una talla más? —No, gracias. Muy amable. Es usted muy amable, es usted amabilísima, es usted tan gentil que me dan ganas de abofetearla porque la siguiente talla es la XL y me niego a llevar

la XL. No quiero otra talla más. Lo que quiero son otros patrones donde la XL sea la L y ya está. Ni siquiera aspiro a la M, fíjense. Miro las etiquetas, las leo y asisto a la barbarie. En cada etiqueta hay escrito un tratado político que habla de la globalización, de la explotación, del fin de la selva amazónica, de razas, de géneros, de la industria química, de las emisiones contaminantes, de la segmentación de la sociedad en mil tallas. Cada vez hay más tallas y más extremas: la XXS, la XS, la XL, la XXL. ¡La XXXL he llegado a ver! ¿Se dan cuenta? Y no me parece mal la diversidad. La diversidad me encanta. Lo que ocurre es que existen grandes variantes de la S y de la L, pero de la M nada. La M es una talla única, unívoca, impermeable, una frontera, una medida tan precisa y exigente que cada vez es más difícil encajar en ella. No existe la XM ni la XXM. ¿Cómo es posible? En serio, si no las inventa nadie las tendré que inventar yo. De momento no me queda otro remedio. Salgo del probador, me largo a una tienda de segunda mano donde las etiquetas antiguas son bastante más escuetas y atisbo al otro lado del pasillo a una excompañera de colegio a la que insultaban por flacucha. Andará tan harta de minitallas como yo de maxitallas, pienso. Nos miramos de refilón, pero no nos decimos nada. Aquí todo encaja. Aquí solo hay S, M y L, y basta con mover el botón un poco más aquí o un poco más allá para que el modelo se ajuste a tu cuerpo sin problemas. Me miro en el espejo vestida con la nueva ropa antigua y, madre mía, es cierto, parezco una «Nancy». Una muñeca viejuna. Una monada, qué quieren que les diga. Pago y tomo nota de mi nueva traición.

LA PASIÓN Adoraba, todavía adoro las procesiones de Semana Santa. Cientos de tambores al unísono. La percusión. La implacable colisión del cuerpo humano contra una superficie que no consigue atravesar pero lo intenta, pero lo intenta. Golpe, golpe. Calanda, por supuesto, pero también Alagón, Alcañiz, Baena, L»Alcora, Jumilla. Los impactos arremeten contra las cajas y contra los cimientos de los edificios cuando las cofradías atraviesan las calles estrechas. Cimientos antiguos. Cruces de caminos. El miedo a que todo se venga abajo y la esperanza

de que, si todo se viene abajo, solo nosotros quedaremos en pie con los brazos abiertos, dispuestos. Pasión, mucha pasión. La de Cristo y la nuestra. Bombos y sangre bombeada. Bum, bum. Adoro la Semana Santa y adoro a sus teloneros. El día de la exaltación los nazarenos tocan aún más fuerte en la plaza. Son muchos, improvisan y le dan así por pasión, por resurrección, por ascensión, porque quieren salvar la vida. Bum, bum. La Semana Santa es el rock duro de los cristianos. Corazones bordados, nudillos con sangre, pies desnudos, cirios ilumina-

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dos como mecheros en un estadio. Dicen que el espíritu va por dentro, pero en Semana Santa el espíritu va por fuera. Sí. Así funciona. Así funcionaba en mi infancia: los días previos al gran día, mi madre sacaba la túnica de mi padre del armario, la cepillaba, la colgaba en la puerta para eliminar su olor a naftalina y la túnica parecía un espíritu paternal que mi madre adecentaba. Mi madre planchaba el espíritu de algodón de mi padre y el Viernes Santo, uno de esos hombres de saya oscura que desfilaban por la avenida con el rostro encapuchado nos saludaba a mi hermana y a mí en mitad del trayecto. Con discreción. Apenas movía los dedos de una mano, pero nosotras sabíamos que era él y mamá nos lo confirmaba. «Sí, es papá», decía. Sí. Nuestro padre. No cabía mayor emoción. Los imperiosos tambores todavía retumban en mis oídos y retumbaron en los oídos de Enrique Morente durante los años noven-

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ta. Escuchad la batería de Poema para los muertos en su disco Omega. Escuchad saetas. Escuchad rock duro. Escuchad cómo AC/DC transforma su escenario en el calvario de Cristo cuando grita la frase incomprensible: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? O lo que es lo mismo: Mi mente corrió y pensé qué podría hacer (trueno) y supe que no habría ayuda, ninguna ayuda tuya (trueno). El sonido de los tambores suena en mi corazón. * Versos de la canción titulada Thunderstruck del grupo AC/DC: «My mind raced / and i thought what could i do (thunder) / and i knew / there was no help, no help from you (thunder) / Sound of the drums / beatin» in my hearth».

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Reencuentro con las firmas invitadas Aurora Egido EL QUIJOTE DE JOSÉ MARÍA MERINO A la memoria de mi hermano Rafael Egido, que vivió entre libros.

José María Merino nos ofrece un libro de 403 páginas, preciosamente editado y encuadernado por la editorial Reino de Cordelia, en Madrid, 2019. Los grabados, dibujos y pinturas de más de sesenta artistas de los siglos xvii a xix —desde William Hogarth y Goya a Apeles Mestres o Antonio Mingote— ilustran la doble faz de la imagen y de la imaginación cervantinas.1 La obra A través del Quijote está dedicada a una larga nómina de escritores, críticos literarios y amigos del autor, desde Emilio Alarcos hasta Alonso Zamora Vicente, con la que el autor ha querido rubricar su ayuda y su amistad, en particular la de Ricardo Gullón. Dividido en 77 capítulos, con una nota previa y un epílogo en el que se dibuja «La cuarta salida», su tipografía, en cubierta y texto, nos muestra un Quijote familiar, sin cursiva, como si el libro del Quijote o el Quijote-libro se identificaran con el personaje, siendo todo uno y lo mismo. La disposición se atiene a las partes y capítulos del Quijote de 1605 y a cuanto supuso la aparición, en 1614, del Quijote de Avellaneda, con quien viajamos desde Argamasilla a Ateca. Después pasamos a la Segunda Parte del Quijote cervantino de 1615, al que se dedican 26 capítulos, que terminan con la aparición de Avellaneda en el 66. Un segundo intermedio de dos capítulos muestra la impronta de todo ello en la obra cervantina y la referencia a los falsos personajes de don Quijote y Sancho. Ese momento es crucial, porque el libro muestra seguidamente diez nuevos ca1 La presente reseña corresponde a la presentación del libro de José María Merino, A través del Quijote (Madrid, Reino de Cordelia, 2019) el día 26 de noviembre de 2019 en la Real Academia Española por parte de don Manuel Gutiérrez Aragón, el autor de la obra y quien esto suscribe.

pítulos en los que «Continúa el verdadero Quijote» y aparece la «apócrifa resurrección de Altisidora». A nadie se le escapará el juego entre la verdad y la falsedad de los epígrafes, así como la aparición, en el capítulo 78, de «La verdad de la cordura», con la que termina la referencia al último capítulo del Quijote de Miguel de Cervantes. Pero el libro de Merino va más allá con esa «cuarta salida» que representa el epílogo, seguida de la mencionada dedicatoria, ofreciendo un final abierto a la consideración de los lectores. En él, aparece el profesor Souto, a cuya diligencia se debe un hallazgo que ofrece nuevas variantes sobre el original cervantino. Ello trastoca sorpresivamente el desenlace del Quijote de 1615, dándole un toque entre novela policíaca y texto medieval, ya que los nuevos documentos procedentes del Alcaná de Toledo aparecen como la in-

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terpolación de un clérigo que trastocó el verdadero desenlace con tintes ejemplares. El libro A través del Quijote enfrenta así a los lectores con esa nueva e inesperada salida, en la que el ingenioso caballero se encuentra con un soldado manco y un morisco instruido; procedimiento por el que se derrota no solo al autor Miguel de Cervantes, sino a Cide Hamete Benengeli. La fantasía vuelve así a reinar con la aparición de nuevos gigantes, castillos y ejércitos, pero sobre todo con el sorprendente matrimonio de don Quijote y Dulcinea, inaugurando así una saga de caballeros andantes, que, según el narrador, salvarán al mundo de «follones, malandrines e hideputas que siguen pretendiendo imponernos su ominoso despotismo» (pág. 403).2 Con todo ello, el libro de José María Merino se convierte en una reflexión sobre la lectura del Quijote cervantino y de cuanto supuso en él la intromisión del Quijote apócrifo, llevada a cabo con la ayuda de numerosos críticos. Ambas obras suscitan además en el autor la necesidad de aportar narraciones de su propia cosecha, utilizándolas constantemente como acicate de nuevas aventuras intercaladas, siguiendo la pauta cervantina de la interpolación en el libro de 1605. A través del Quijote prueba hasta qué punto su autor no solo se ha sumergido en la lectura de los dos Quijotes y en la de su apócrifo, sino que conoce las obras de numerosos escritores, ilustradores y críticos que han recreado o interpretado antes que él sus páginas. De este modo, escribir, pintar y leer se hacen sinónimos y el tiempo de la ficción se mezcla con un presente real inventado en el que triunfa sobre todo la aventura de escribir. La crítica literaria y hasta los mismos críticos aparecen desde las primeras páginas, mostrando que la historia de la literatura, como la del Quijote, es también la historia de su recepción. Así lo confirma el personaje de Celina, una lectora entusiasta y a la zaga de ese «lugar de la Mancha» del que Cervantes no quiso acordarse, y a cuyo nombre —según creemos— renunció para asestar un duro golpe al mandato retórico de ubicar la narración en un lugar concreto. Y, a ese reclamo, con el que nace el género de la novela en sentido moderno, surgirían, andando los siglos, los verdaderos hijos del Quijote, 2 El matrimonio del protagonista con su amada Dulcinea cuestiona de raíz la curiosa aseveración de Pedro Martín Ágreda, catedrático de Literatura Española en un Instituto de Enseñanza Media de Barcelona, que, en la década de los sesenta, solía decir a sus alumnos que don Quijote era don Quijote porque era soltero.

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como Oliver Twist de Dickens o Tristram Shandy de Laurence Stern. Gran interés ofrece el curioso personaje de Eduardo Souto (tal vez alterutrum, como diría Gracián, de José María Merino), junto a cuantos le acompañan en el intento de encontrar, en la realidad de la Mancha, los lugares y personajes de la novela, pues, según dice Celina, «el Quijote da mucho juego». Clave sin duda fundamental y que recuerda el singular título de Torrente Ballester El Quijote como juego. Y yo añadiría: como fruición. Recordemos lo que dijo Cervantes en el Viaje del Parnaso: «Yo he dado en el Quijote pasatiempo». El libro de José María Merino es un juego con la realidad; esa realidad que, a juicio del profesor Souto, «es rara en sí misma y no necesita ser verosímil». Pero hay más. Me refiero a la parcela ocupada por el Quijote como obra que se lee y explica en las aulas, ofreciendo un diálogo permanente entre profesores y alumnos. No en vano, la propia historia del caballero y el escudero está vinculada a la universidad desde su salida en la imprenta. Recordemos cómo en 1614 unos estudiantes de la Universidad de Zaragoza, disfrazados de don Quijote y Sancho, repartían unas hojas con la Segunda Parte del Quijote antes de que apareciera la auténtica y como si ya tuvieran noticia de la publicación de la de Avellaneda. Por otro lado, los gallos áulicos de España y América tuvieron como referente, durante siglos, la obra cervantina en cada uno de los actos vinculados al grado de doctor, donde se aprovechaban las figuras risibles de don Quijote y Sancho para vejar y ridiculizar al doctorando. Claro que, en la obra de José María Merino, también entran en juego la ensoñación del lector y la del crítico, que cruzan constantemente la raya de la ficción alterando el texto de Cervantes, como si este fuera una partitura que cada uno interpreta a su manera. No en vano toda lectura sobre una obra implica otras muchas que el lector superpone. Así lo hacen Celina y el profesor Souto al hilo de la interpretación de Thomas Mann; y así lo prueban también los libros y los lectores de y sobre el Quijote, incluidos los que, en este caso, se adentran en la obra, como ocurre con el cura en diálogo con Tuñón, su intérprete, junto a Eduardo y el propio Souto dentro del libro titulado A través del Quijote, haciéndolo cada uno desde su particular perspectiva. Todo ello recuerda esas lecturas en corro y en voz alta, que se hicieron durante siglos del Quijote y de otras obras, lo que sin duda José María Merino conoció por tierras leonesas, según él mismo ha demostrado junto

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a Luis Mateo Díez y otros filandones. También aparecen en la obra el diálogo del Quijote con Tirante el Blanco y con La Galatea cervantina, como si todos los libros fueran el mismo libro, pues, según decía Alberto Blecua, la literatura ni se crea ni se destruye, únicamente se transforma. A su vez, cuenta, y mucho, la figura del editor del libro titulado A través del Quijote, Jesús Egido, que incluso le pone pegas al narrador. Pero este aprovecha siempre la ocasión para reinventar gigantes, como Panfilotón de Catarrea, y para practicar el arte de birlibirloque a través del ejercicio de algo tan suyo como los minicuentos. Merino cuenta además con la materialidad del libro en el que uno ha leído la obra, ya se trate de la edición del Quijote de Urrabieta o de cualquier otra en la que la palabra vaya unida a la imagen, entrando así en la larga historia de la obra tal vez más ilustrada del mundo y en la que el rostro de don Quijote y el de Cervantes terminan por ser idénticos. El narrador (tal vez el José María Merino de la cubierta) tiene también su particular lectora: una tal «Mary Carmen», que supervisa y hace sensatas objeciones a sus textos, entrelazando así sutilmente vida y literatura. Y no deja de ser curiosa la incursión del narrador-intérprete a la hora de analizar el episodio de Grisóstomo y Marcela, lo que le llevará a discurrir de nuevo sobre la presencia de lo real en todo relato, sea del género que sea, aunque este se disfrace de novela pastoril o respire el aire de la vida hippie. El libro no deja desde luego nada al azar, preocupado y ocupado el narrador por la presencia de la poesía en el Quijote, como es el caso de la Canción desesperada, que revisitó Neruda al final de sus poemas de amor, porque el Quijote, como La Galatea o el Persiles, es poesía en prosa. Por otra parte, se da noticia de cómo, en cierta ocasión, los censores de la revista en la que José María Merino pretende publicar un artículo le achacan que este carezca del necesario aparato crítico, pero él se resarcirá de las normativas académicas al poner en la picota los excesos interpretativos, colocando a su sensata interlocutora Mary Carmen en el lugar del lector con buen ojo. Algo parecido ocurre con la crítica de José María Pozuelo Yvancos, que sabe distinguir entre fantasía e imaginación, al igual que otros estudiosos que van sucediéndose, como Rico, Riquer, Hermosilla, Martínez Mata y un largo etcétera a lo largo de un libro en el que contar, interpretar y andar se hacen sinónimos. Por no hablar de Flaubert y cuantos recorrieron las páginas

cervantinas para crear sus propios espacios narrativos al igual que el narrador de esta historia. José María Merino pone también su grano de sal a través de una visión que David Lodge recreó en El mundo es un pañuelo, al referirse a los congresos literarios y a todo cuanto suscita la singular vida de los cervantistas, que, en el caso de los hombres —todo hay que decirlo—, con el decurso de los años, cada vez se van pareciendo más al propio Cervantes y a don Quijote en sus ideales figuraciones pictóricas, fotográficas o fílmicas, por no hablar de la vida real. La literatura supone también horas de amistad, junto a Aparicio, Luis Mateo Díez, Ricardo Gullón o Sabino Ordás, a través de conversaciones que hasta alcanzan una perspectiva psicológica o social durante las charlas de camino. Y, en ese andar-contar, tan cervantino, no podía faltar la reflexión sobre El curioso impertinente y otras novelas ejemplares del inventor de la novela moderna, que se adelantó, en su avanzada andadura, a juicio de Merino, hasta a La guerra de las galaxias. Y, nel mezzo del cammin, no podía faltar el aguafiestas de Avellaneda, el falso, que sin embargo fue transformando la obra cervantina, pues es fundamental en esta vida saber siempre contra quién se escribe (esté o no detrás del apócrifo Lope de Vega). José María Merino despliega las cartas de la baraja quijotesca con los posibles Avellanedas aventurados por la crítica: Jerónimo de Pasamonte, Castillo Solórzano, Guillén de Castro y Juan Martí, pasando por fray Luis de Aliaga y una lista más larga que un rosario, que incluye al propio Cervantes. Todo ello termina con la incursión de una pelirroja llamada Yolanda, que escribe un capítulo sobre «El verdadero caso de Avellaneda». Nos las habemos así con un precioso excurso sobre el viaje en el tiempo de Martín de Riquer, que, con la ayuda de Miguel Delibes, presenta la restitución del Quijote apócrifo a través de un juego que destruye la lógica formal. En este punto, Avellaneda se inmiscuye en la ruta a Zaragoza de don Quijote, mezclándose su lectura con la del Quijote cervantino por parte del profesor Souto en la Saint Louis University, gracias a la profesora Ángeles Encinar, que organizó un ciclo en 2015, fecha quijotesca donde las haya. Por mi parte, como traté de mostrar en Cervantes y las puertas del sueño, creo que este llevó a cabo la más extraña conjura que cabía hacer contra Avellaneda en la Segunda Parte de 1615, al hacer que don Quijote y Sancho nunca pudieran llegar realmente a Zaragoza, pues cuanto más se acercaban a ella en el espacio, más se alejaban en el tiempo.

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Capítulo a capítulo, lo narrado en el libro de José María Merino se va mezclando con lo escrito por Miguel de Cervantes y por el autor apócrifo, sin que falte esa omnipresente Celina («Quijota mía»), que aparece por doquier. Por otro lado, a propósito de la paradójica presencia-ausencia de Aldonza-Dulcinea, Merino viene a demostrar que, cada uno lee el Quijote «como le da la gana». Y así, la aventura del león, las bodas de Camacho o el retablo de las maravillas se cuelan como lecturas de lecturas de un libro en el que los rebuznos se mezclan con los retablos y todo es susceptible de interpretarse y hasta de transmutarse en poesía nueva. Así ocurre con los versos de la dueña Dolorida, que abren el camino nada menos que a un dibujo de Donald Trump gritando entre don Quijote y Sancho: «First America». José María Merino (o el narrador, que a veces se funden y confunden) va mezclando cuentos, glosas, apuntes y recreaciones —suyas o de sus interlocutores—, dedicadas a la figura de Teresa Panza o a las aventuras en la ínsula Barataria, propiciando además un mensaje universal para quienes nos gobiernan actualmente. Sin entrar en el largo excurso en torno al palacio de los duques, lo cierto es que el narrador saca provecho de la ocasión para fijarse en la técnica del contrapunto y en lo que significó el apócrifo respecto al cambio de rumbo en el Quijote de 1615. La sombra crítica de Martín de Riquer se agranda a cada paso, sobre todo en la ruta hacia Barcelona, donde todo cambiará en la vida aventurera de don Quijote y Sancho. A la altura del capítulo 70, el libro de José María Merino sirve además para que Perales introduzca un canto de su cosecha sobre el personaje barcelonés de don Antonio Moreno. A través del Quijote hace que se interfieran el curso y el discurso hasta plasmar, en el capítulo 73, la idea de que el final de la aventura es el del libro, aunque se utilice la técnica de la suspensión ariostesca del «continuará», propia de La Galatea y de tantas obras del Siglo de Oro, por no hablar de las novelas por entregas o de los seriales televisivos. Pero el narrador dará a la postre una vuelta de tuerca y hará que su texto apócrifo sobre La resurrección de Altisidora ofrezca a su vez un juego que tiene algo de muñeca rusa. No deja de ser curiosa, por otro lado, la importancia que alcanza nuevamente Avellaneda como acicate de la Segunda Parte cervantina, con la presencia de don Álvaro Tarfe en el Quijote de 1615, dando vida al personaje del apócrifo. Al final de la obra de José María Merino, el profesor Souto y Celi-

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na terminarán su viaje en Sigüenza, con la certeza de que don Quijote sigue vivo y coleando. Cuando las jornadas cervantinas llegan a su término, don Sabino y Fermín discurren sobre el mejor libro del mundo, dominado ahora por las nuevas tecnologías, considerando que el Quijote es ni más ni menos que la ficción total. Esa que desencadena a su vez otras ficciones, como ocurre con el microrrelato sacado de internet que Yolanda lee, o con el cuento de un tal Merino sobre «la derrota de Frestón», donde los personajes cervantinos discurren a su vez sobre la obra que los engendró. Cerrado el libro con «La cuarta salida», el narrador, después de atravesar la obra cervantina y la apócrifa, cumple de nuevo con la mencionada suspensión ariostesca, dejando abierto el discurrir de don Quijote por el ancho mundo. Toda una invitación a proseguir la aventura interminable de la lectura, que a veces hasta coincide con la vida de quienes se sumergen en ella. Aurora Egido (Universidad de Zaragoza-Real Academia Española)

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Magdalena Lasala NADA MÁS IMPORTA Sin equipaje, sin marcas ni títulos, sin normas, sin costumbres, sin nada de todo lo sabido. Soñé una vez, deseé la ligereza, el desapego, quise saber cómo sería salir de mi casa sólo con piel, sin futuro, sólo con la voracidad de sobrevivir. Sólo quería quererte, sólo quería que tú me quisieras como yo a ti. Sólo quería estar contigo, estar contigo, sin nada más, amor, estar juntos, y no me importaba cómo. Y emprendí el viaje. Esto es amarte. Amor, y nada más importa. Amarte, amarte sólo con piel, sin futuro, con la voracidad por vivir sólo tu amor. Amarte así, libre de equipaje, libre, que tú me ames porque somos el uno del otro, esto es, lo único que importa. Desear tu alma y sentir cómo ella se abre a mi voz, sentir tu alma en la piel de tus dedos, abierta a mi deseo paciente, saboreando tus dedos, atrapando los míos, sujetando mi mano, llevando el deseo de tu alma hasta el centro de mi alma y mi deseo. Este era el viaje que soñé, el viaje que debía emprender. El viaje para el que me preparé soñando que bailaba entre seres idos. El viaje que me esperaba. El viaje a ti.

ESTHER MAZORRA

Ramón Acín AMIGOS EN BARCELONA (FRAGMENTO DEL DIARIO VIAJES Y LECTURAS)

«Al final, la mejor manera de viajar es sentir». Álvaro de Campos (Fernando Pessoa). Viajar. Hacia el este. Al amanecer atravesar la ciudad hasta la entrada de la autopista. La ciudad parece vacía. De vida. Y de otras cosas. Silencio. El viajero se sobresalta. No por cuanto observa o ve, sino por el repentino fleco de especulación que acaba de desgajarse del madrugón que aún le aturde. Hormiguea la muchedumbre por el paisaje de la ciudad y, sin embargo, siente la carcoma de la soledad. Con muchedumbre o sin ella, a veces el viajero tiende a sentirse solo. Sin embargo, aunque la soledad le cerque (se marea con el tema), qué difícil le resulta «encontrarse» a solas consigo mismo. Tiene DIANA MIGUEL

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PAULA ROY MORELLI

narices, sin juegos de palabras, que la historia vital de cada cual esté en «reconocerse» (desde los griegos) o, en el peor de los casos, de visionar su reflejo en los demás. En la ciudad que el viajero deja atrás cada uno va a lo suyo. Imagen absurda: entre la muchedumbre y en la muchedumbre se extravía envuelto (diferente de arropado) entre la gente. Piensa que nunca, como ahora, había creído habitar en los demás. Pero intuye qué es vivir en la ciudad: una existencia a ras de superficie a pesar de rascacielos. Sordera, ceguera, estupidez... Todo a la vez y sin enterarse. El idiota individualismo revestido de fuegos fatuos, tan inservibles y gastados como los viejos ideales del bien común. Pese al gentío, la ciudad clarea solitaria mientras va quedándose atrás. Como una postal desvaída en el tiempo.

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Destellos sobre el manto gris de la autopista. El viajero quiere pensar que es la Aurora reverberando su «centellada» en el pavimento al huir de la noche negra. Una caprichosa asociación (Hernán Cortés y lecturas infantiles en la escuela) que surge en su cabeza mientras engulle kilómetros dirección a los Monegros. Siempre tiende al mismo juego. Es consciente. Porque entiende que de esta manera aniquila mejor la prospección de su interior de sentirse extranjero bajo la piel. Así también asesina la desazón del viaje emprendido, mestizaje entre el ansia de llegar a destino y la lentitud con que jala la distancia hasta este. A ciento veinte en la autopista dirección Barcelona. Al viajero no le agrada ejercer de viajero salvo por obligación (a fuerza ahorcan) o en la tranquilidad de la época estival que, para él, es otra canción. Muy diferente. Ahora ejerce de viajero para reunirse con Jesús Moncada y José María Latorre en Barcelona. No ha avisado a Ignacio Martínez de Pisón, ni a Javier Sebastián. Piensa hacerlo al llegar a Barcelona y quedar al día siguiente. De Javier Tomeo sabe que, con sus rarezas narrativas, está fuera celebrando otro de sus sonados triunfos europeos. Seguro, piensa, que hablándose entre el gentío que le rodea y le pregunta, aunque su francés se le haga cuesta arriba. Es lo de menos. Porque lo divertido de Javier son sus conversaciones, que se parecen mucho a las de sus personajes novelescos. El viajero, con Javier Tomeo, siempre tiene la sensación de que usa palabras como pelotas cuando su interlocutor le interesa una higa. Y también que él es un muro en el que rebotan una y otra vez las palabras. Le alaba el gusto. Hay momentos en que, ante lo que tiene que oír de ciertas personas, al viajero también le gustaría echar mano de ese ardid, pero siempre un no sé qué atávico acaba jorobando sus intentos de copia. El viajero piensa que Javier es un tipo con suerte visto desde la divisoria del hoy. Un tipo que, en muchos, rezuma envidia. Sin embargo, nadie imagina lo que le ha tocado bregar. Nada como la insistencia para que la suerte no pille a uno en pelotas, si esta decide pasar ante sus narices. «Que las musas te cojan trabajando», repite Tomeo una y otra vez. Y tiene razón. Aunque, las muy golfas, nunca actúen igual con todo el mundo. Por eso, el viajero suele replicarle: «Bien, de acuerdo Javier, pero unos nacen con estrella, aunque esta tarde en aparecer y en brillar, mientras que a otros la cicatriz de la monotonía les sangra durante toda la vida como un río lunar». Claro que ahí reside la gracia. Por eso, es fácil hablar de suerte y otras mandangas

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con las que pertrechar ante el extraño existir que da volumen y define al ser humano. Al viajero no le gusta conducir. Por eso, pasado Alfajarín, le puede el sinsabor de la distancia hasta Barcelona por mucho que desee el encuentro, el calor y la palabra de los amigos que residen en ella. ¿Será la edad? El viajero, en situaciones así se aferra al volante con desgana. No hay más remedio. A veces, para distraerse ante la soledad que le acongoja, piensa (o quizá solo imagina que piensa) y duda: ¿seguridad a ciento veinte? En la soledad amorfa del viaje, ciego, sordo, ido... y muchísimas cosas más. Como un mutante. O como las vampiresas sexis que Robert Rodríguez trasteó en Abierto hasta el amanecer. Vampiresas que ocultaban el horror tras la sugerencia de la lascivia. Aunque después, claro, todo aquello, como la desazón del viajero, quedase reducido a la nada frente al expresionismo surrealista de la carcajada. Irreconocible. Así se siente el viajero. Irreconocible. Todo, como decía L. F. Céline, «ocurre al otro lado de la vida». Es verdad: lo realmente interesante surge del desconocimiento y de lo insólito. O de lo oculto. Cuando menos, en los momentos claves, esos que definen la auténtica existencia. Eso medita el viajero, cerrando los ojos un instante. A ciento veinte no son de recibo ciertos caprichos. A pesar del vacío de la cotidianidad y del tartamudeo de la vida tocada en lidia, cierra los ojos. En la carretera y a ciento veinte. Y mientras se pregunta: ¿todo el mundo hará lo mismo o soy sólo el único a quien el azar caprichoso me envía a bailar con la más fea? La carretera se abre infinita. Como un bostezo produciendo arcadas de desgana. El rostro atroz de la obsolescencia. La dinámica del vacío. Los Monegros, tierras que ahora transita, se le vienen encima. Sobre ruedas, pero a velocidad, sorbiendo su cuerpo. ¿Serán astillas al viento desprendiéndose de los yesos que otorgan la fisonomía a los Monegros? Cuando menos, la acritud desoladora del paisaje le llena de saetas incisivas. Se siente alanceado, aunque físicamente no lo esté. Tan alanceado que su cuerpo semeja a un estúpido san Sebastián empotrado en un tronco invisible. La fotografía de Yukio Mishima se ha dibujado al fondo de sus ojos emergiendo desde Confesiones de una máscara, antes de que el japonés practicase el harakiri. El placer de morir, sentenció Vallejo Nájera al comentar la estupidez del suicidio. Hay que llamar a las cosas por su nombre. A lo sumo, era una representación más de Yukio. Hacer de la vida un circo, refugiado bajo pomposa «teatralidad», nunca

AIDA FERNÁNDEZ

es de recibo. Es lo que el viajero más odiaba y sigue odiando de Yukio Mishima. Bastante tiene de teatro la vida como para complicarla con máscaras y laberintos. Sin embargo, nunca dejará de leer a Mishima. Contradicciones personales. El viajero sabe que hay días en los que nadie ni nada logra sacar a uno del aislamiento. Aunque uno use con saña el codo como ariete para atravesar la hostil barrera humana que acordona, resulta difícil descorrer la cortina invisible de la indiferencia. O de la angustia. O de la melancolía. O de lo que sea. Porque de todo hay. Como hoy dentro del automóvil, a ciento veinte, aislado y solitario. A pesar del alud de palabras y de los recuerdos impregnados de calor que se destilan de antiguas compañías, esas que, con servicial paciencia (tan diferente de servil), atesora la memoria del coche conducido por el viajero. Porque su coche es un pozo de memoria. La de multitud de escritores que han viajado en él. Pero de nada sirve reactualizar aquellas queridas algarabías, tan variadas y ricas, ahora cenicientas.

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De nada despertar el baile fetichista de tantas conversaciones. Porque ni el mito ni el fetiche ayudan. Ser feliz no es prologar inútilmente el intento de atrapar la realidad pasada y de soñar con la inexistente realidad venidera. Siempre se está atrapado. En el vacío. No en el vacío romántico que invita al suicidio, sino en el vacío de la realidad (quizá «existencia») que implica la creencia de un recipiente colmado. Hablamos del vacío actual de las cosas, de las ideologías, de la cultura… e, incluso, de la mente. Pero ¿hubo alguna vez un recipiente? Y, de ser así, ¿colmado de qué? Mejor volver a la memoria por aquello de que, si se pierde la memoria, nada queda. Ni siquiera la esencia del ser humano y de ser humano. La memoria. Remover la memoria. Y traer las imágenes. Y sus palabras. El viajero se siente aislado y solitario. Medita sobre esta circunstancia recién descubierta. «Mi automóvil ha sido una auténtica tertulia ambulante. La más auténtica de todas. Por imprevista. No hay duda. Durante veinticinco años, veinticinco, cuántos rostros atesora, cuánta conversación ha grabado, cuántas presencias ha acogido, cuánto calor humano yace en su tapicería, cuánta literatura ha digerido. ¡Veinticinco años viajando de aquí para allá con escritores y amigos por todo Aragón a lomos de una quimera llamada «Invitación a la lectura»! Queda en suspenso, ahondando en la película que acaba de proyectarse. Como un estúpido. Y aunque lo hace cargado de cariño, recubriendo una sensación que amaga hacia el recogimiento, su cabeza se desboca. Y cree ver en su coche, jamelgo fiel, la maternidad más pura. No hay duda, su coche es una gran bolsa amniótica, repleta hasta los topes. Incluso, sin su coche, él no existe. Literariamente, claro. Podría decirle: «Te quiero». Pero, ¿estaría en sus cabales? El viajero tiene la cabeza a pájaros. Pone la radio. Y se deja llevar. A ciento veinte. No pensar. En la radio suena el desecho musical de un conjunto, posiblemente de moda. Seguro otro nombre a la búsqueda de genealogías en la extrañeza. La extrañeza casa bien con estos años de mediocridad, repetición, ansias de triunfo y dinero. A la postre, en la sociedad del pib, del mibor, del ipc y no sé cuántas chorradas más, todo se reduce a lo mismo: unos pocos ganan y muchos siguen con el hambre rasurando sus intestinos. Los menos sobre los más. Con pragmatismo o sin él; lo de siempre. «Me cago en la sociedad del bienestar. Y en quien inventó su estupidez».

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El viajero está desencantado hasta del desencanto. Jugar a crear palabras que suenan bien y que, luego, se acunan solo en el vacío y que, además, acunan el vacío, habitadas por aire. Creemos en patrañas, haciendo real el vivir fingido. Quizá sea mejor así. Pero la duda es una hiena asesina. Siempre dando vueltas alrededor de la carroña. A la espera del momento. El viajero busca una justificación salvadora: «Las cosas se ansían largo tiempo y se pierden al instante. A eso se reduce la vida» o «qué delgada es la línea de la felicidad», piensa y se calma. Cosas así se dice, pero la desazón va en aumento. «¿Vale la pena esforzarse, perseguir quimeras?». Aprieta el acelerador. Y veloz y con dolor continúa dirección Barcelona. «No pensar». Pero sucede lo contrario. Prueba otra vez con la radio. Ruidos y gritos. Poco ritmo. Lo que escucha ni siquiera sirve para canción de verano. A su compás, también el automóvil canta su canción. Tose, se queja y tartajea ante el viento chocando en tromba. Un ruido ronco y de asfixia se expande por la carrocería. Estertores como si, en ese instante, atravesara un huracán. En pleno Caribe. Sin atisbo de vegetación, desierto y tolvaneras en la planitud infinita y la mirada asida al viento que apuntala el afán por llegar a Barcelona y estar con sus amigos. Cae la nada como una lluvia aburrida. La nada, el panorama desnudo de Los Monegros. Todo lo demás, juegos de palabras, polvo de memoria y cuentos de fantasmas. ¿Para qué remover las cosas? Ni los muertos pueden buscar la verdad de la vida. Ellos, que ya la vivieron. La sensación del desplazamiento, del viaje que hace abandonar la geografía real —¿o la que creemos real?— produce este escozor. La rutina es sobrevivir. No hay duda. Hay que romperla y darse cuenta de que se está en la vida. Piensa en Céline: «Nuestro viaje es enteramente imaginario». El viajero lo suscribe.

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Antón Castro AMOR lina Adán. Un día fue a otra tienda de frutas, que estaba algo alejada de su barrio, compró una manzana reineta y la tiró con una suavidad inusitada. No se lo podía creer: no bajaba, no bajaba, y eso que esperó y esperó hasta que se hizo de noche cerrada. Sigue ahí arriba, volando entre las nubes como un pájaro diminuto que se ha vuelto invisible. Regresó a la casa de su amada. «Lo he logrado», le dijo. Y ella, sin perder la calma, le contestó: «Llevo casada dos años, siete meses y tres días con sus noches. A ver cómo le explico a mi marido que tenemos que divorciarnos».

LUCÍA RUS

Un día se atrevió a cruzar la calle. Llamó al timbre de su bella vecina y se lo dijo: «Te veo a diario, cómo entras y cómo sales, tan elegante, tan bonita, con tus pamelas y tus zapatos, con esos vestidos rojos. Me he enamorado locamente de ti y querría saber qué tengo que hacer para que me quieras. Quiero casarme contigo». La mujer, de una hermosura deslumbrante, más misteriosa que propiamente simpática, sonrió, lo miró de arriba abajo, apenas diez o doce años de candor, pensó, y le dijo: «El día en que lances una manzana al espacio y se quede volando entre las nubes, ese día me casaré contigo». El joven se dio la vuelta. Compró manzanas de varias clases en Fruterías Manso y se subió a la terraza de su casa. Y allí, por la mañana, al mediodía o cuando caía la tarde, lanzaba las manzanas al cielo. Todas, todas, caían al vacío, desaparecían en las calles o se estampaban en la propia terraza. Nunca se desesperaba. Todos empezaron a pensar que se había vuelto loco, hasta su propia madre, que se llamaba Caro-

IRENE MANCEBO

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Ángel Guinda EXILIO Todo lo dejé allí. ¡Me he arrojado dentro de mí mismo!

INÉS CALVO

EL DÍA DE MAÑANA

¿Está lejos o cerca el día de mañana? ¿Es hoy o nunca, mañana o siempre el día de mañana? ¿O el día de mañana ya ha pasado?

LETICIA TORCAL

Ana Alcolea XVIII ANIVERSARIO Sin duda una de las palabras del año va a ser «clima», esa mezcla de temperaturas, vientos y aguas que nos rodea, como un cóctel de los elementos universales. El aumento de uno o de otro pone en peligro el equilibrio del planeta. Un planeta que cada vez está más desequilibrado en todos los sentidos. A veces me extraña que su eje imaginario no deje de girar rutinariamente, que no se pare, que no se declare en huelga indefinida: a veces, los habitantes del planeta nos merecemos esa huelga.

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Y eso que la tierra no para de protestar como puede: terremotos brutales, huracanes cada vez más fuertes, inundaciones donde nunca se esperaron, olas gigantescas que barren casas, autopistas y centrales nucleares, incendios que arrasan países enteros cual dragones de series de televisión. La tierra como dragón, como dios marino todopoderoso, como Céfiro y Eolo enfrentados, como coloso que rompe en dos su superficie.

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No sé cuál es el sacrificio que los humanos debemos hacer para apaciguar y conmover a la diosa Tierra, para hacer que vuelva a ser propicia con sus hijos más dilectos. No creo que desee vírgenes lanzadas a cráteres en erupción, ni princesas atadas en acantilados, ni la sangre vertida de animales en su honor.

Tal vez se conforme con las pequeñas cosas que los humanos podemos hacer cada día: separar nuestros despojos cotidianos, utilizar el transporte público, ser amables y gritar menos. A lo mejor así le dejamos soñar que un día fuimos estupendos.

VIOLETA HERNÁNDEZ

ALBERTO MILLÁN GEMMA BONITO

Julián Casanova

Luis Alegre

«No resulta fácil cumplir años para una revista literaria. Se necesita que haya gente detrás que crea en la enseñanza, en la cultura y en la influencia que ambas deberían tener para niños, adolescentes y jóvenes en formación. La cultura preserva y transmite el conocimiento, crea valores y fortalece las relaciones sociales. La cultura no es algo innato, es algo que se elabora y está en continua creación. Y eso es lo que ha hecho Ágora desde hace casi dos décadas. Y no en una gran ciudad, sino en una comarca rural. Enhorabuena y larga vida».

La revista Ágora lo tiene todo para que yo sienta debilidad por ella: es aragonesa, es de pueblo y su obsesión es potenciar la cultura y la educación en el mundo rural, un empeño que me parece completamente admirable. La cultura y la educación solo tienen ventajas: disparan el desarrollo de la personalidad, aumentan las opciones para llevar la vida que se desea y es lo que realmente hace más atractivos, ricos e interesantes a los lugares y a la gente; además, es lo que, de una época, con el paso del tiempo, queda instalado con más fuerza en la memoria colectiva. Los impulsores de Ágora son, para mí, auténticos superhéroes, que, con una generosidad conmovedora, se vuelcan en que su lugar y su gente se sientan más bellos y mejores.

Luis Alberto de Cuenca ¡Felicidades a la estupenda revista Ágora por haber llegado a los 18 años! Toda una feliz y meritoria mayoría de edad.

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Crítica literaria

«La muerte que da vida»: la visión mística del poder creador del arte y la palabra (de la tradición a la modernidad) pilar sánchez laílla

Entonces ocurrió lo que no puedo olvidar ni comunicar. Ocurrió la unión con la divinidad, con el universo (no sé si estas palabras difieren). El éxtasis no repite sus símbolos: hay quien ha visto a Dios en un resplandor, hay quien lo ha percibido en una espada o en los círculos de una rosa. Borges, La escritura del dios.1 1 BORGES, J.L., El Aleph, Madrid, Alianza Editorial, 1995, p. 139.

Una de las grandes cuestiones que se plantea todo ser humano es si se puede comprender la esencia del mundo y de la vida. El pensamiento religioso (ya sea mitológico o bíblico)2 intenta darle un sentido a la existencia. Los poetas de los albores del siglo XX buscaban en esas visiones de Prometeos y Evas3 intentando poseer el fuego o el Árbol de la Ciencia captar esta razón última del ser humano. La esencia de la vida, sin embargo, es en sí misma una contradicción: muerte y vida. Comprender el sentido de una vida dominada por la constante e incontrolable presencia de la muerte es poseer la inmortalidad y convertirse en Dios (o en Satán, o en ambos…).4 La vida solo se puede entender en profundidad trascendiéndola a la eternidad. 2 Estas cuestiones por las que también se ha preocupado desde sus orígenes la filosofía están presentes en otras religiones orientales, como en la mística budista en la que existe el término Vedanta, definido como la meta del conocimiento, la búsqueda del origen creador a través de la superación de las vicisitudes vitales. 3 La religión cristiana reelabora esa visión de la mujer, identificada con Eva a través de la Virgen María, que es la que redime las fallidas pretensiones humanas «dando a luz» precisamente a la palabra que es luz del mundo y auténtico conocimiento (la Verdad en mayúsculas). Dios hecho carne es el verbo: en principio solo había tinieblas y la palabra, la palabra creadora viene al mundo en un nuevo «fiat lux». 4 Esta visión de la reelaboración satánica de la concepción religiosa de la muerte y de la vida precisamente a través de la mujer está latente en muchas obras literarias y artísticas del Simbolismo como La tentación de San Antonio de Félicien Rops (1875). Véase WOLF, N., Simbolismo, Colonia, Taschen, 2016, pp. 24-27.

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Esta es la clave presente en fray Luis de León5 y que culminará en los poetas místicos, en el abandono del alma a lo terrenal para fundirse eternamente con el Dios esposo en san Juan de la Cruz y en el éxtasis místico glosado en los famosos versos «tan alta vida espero / que muero porque no muero» de santa Teresa de Jesús. En el Cántico espiritual como modelo de esta «vía unitiva» lograda por los místicos (morir al mundo para alcanzar una vida plena) se halla el modelo retomado por los movimientos artísticos y literarios de la modernidad. Comprender la realidad trascendiéndola es precisamente el origen del Simbolismo: establecer metáforas, correspondencias que vayan más allá de la realidad, conexiones subjetivas o surrealistas que nos elevan y nos salvan del hastío existencial, permitiéndonos entender el lado oculto de la naturaleza. El simbolismo de Baudelaire plasmado en su poema «Correspondencias» se plantea como sustitutivo de la religión en la búsqueda decadente de una nueva espiritualidad6: 5 Ascetas como fray Luis buscan en la naturaleza, reelaborando tópicos horacianos como el beatus ille, el modo de trascender del mundo prosaico y sin sentido y elevarse hacia la comprensión última (y primera a la vez, puesto que es eterna) de la realidad. 6 La idea de que solo conocemos fenómenos que interpretamos y que la verdad y la esencia de las cosas son inconcebibles se encuentra en la mayoría de los pensadores de finales del XIX en el marco del derrumbamiento del

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crear con la palabra como el creador o la naturaleza crea un árbol o una flor). La rosa o las flores, evocando de nuevo Las flores del mal de Baudelaire, son imagen de la esencia creadora de eternidad, del principio y el fin.9 Así se recoge desde la lírica tradicional en este poema anónimo:

Del rosal sale la rosa […] Aunque nace del espino nace entera y olorosa. […] Huele tanto desde el suelo que penetra hasta el cielo su fuerza maravillosa.10

Imagen 1: «Cogerle al sol su luz eterna…». Fidus (Hugo Höppener), La oración a la luz, 1924. Óleo sobre lienzo. Berlín, Deutsches Historisches Museum.

La natura es un templo donde vivos pilares dejan salir a veces sus confusas palabras; por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos que lo observan atentos con familiar mirada.7 La naturaleza como «bosque de símbolos» que nos habla de la realidad oculta está en la raíz de los símbolos de la vanguardia ultraísta y creacionista perpetuando la simbología presente desde Machado hasta Lorca. Las vanguardias continuaron con un modo diverso de expresión el mismo tema recurrente: la búsqueda del conocimiento que dé sentido a la vida, la trascienda y la capte en su esencia más profunda. Por tanto, es un nuevo modo de entender el arte pero que parte de la tradición.8 El poeta debe ser un dios creador (tal y como los creacionistas promueven que el escritor debe mundo burgués y naturalista como se aprecia en Nietzsche y Schopenhauer. Para todas estas ideas véase el capítulo «El simbolismo como sustitutivo de la religión» en WOLF, op. cit., p. 14. 7 BAUDELAIRE, CH., Las flores del mal, Barcelona, Ediciones Brontes, 2018, p. 19. 8 El equilibrio entre tradición y vanguardia alcanzó su apogeo en la Edad de Plata de la literatura con la generación del 27 y no en vano olvidadas poetisas de este movimiento como Ernestina de Champourcín se ven influenciadas por este simbolismo tardo-romántico y juanramoniano en su obra titulada precisamente Cántico inútil (1936).

El poeta no crearía, en consecuencia, nada nuevo, sino que, trascendiendo del mundo, llegaría a conocer la auténtica realidad y la conexión íntima de las realidades con la eternidad concebida como creación constante, presencia perpetua que trasciende el tiempo. Juan Ramón Jiménez en su última etapa más hermética y oscura supo captar esta esencia en su obra Dios deseado y deseante: un dios que identifica con la naturaleza creadora, con la belleza y con el arte: «El dios que es siempre, al fin, / el dios creado y recreado […] El Dios. El nombre conseguido de los nombres».11 Para llegar al verdadero conocimiento hay que trascender el mundo como lo hace Dios, observándolo desde la eternidad, fuera del tiempo, en todas sus contradicciones y con toda su belleza desde «la torre de marfil», desde un lugar elevado y exquisito, al que solo una minoría selecta puede acceder siguiendo esa «vía iluminativa» de la palabra. Alcanzar la eternidad es, por tanto, conseguir la esencia de Dios, es decir, poseer la palabra. Una palabra, sin embargo, limitada en un tiempo y un espacio que no puede expresar la paradoja de la existencia, de la muerte y de la vida, que rompe, en definitiva, con la lógica. Esa eternidad, el paraíso, es un lugar en el que cabe todo, en el que los opuestos se funden y armonizan como en el agujero abismal del Aleph, según lo recrea en un cuento (recogido en la obra titulada precisamente así), el también ultraísta Borges: 9 Esta idea tiene su plasmación artística en el Pantocrator de la tradición cristiana en la que la Verdad, la Palabra y la Luz se encarnan en Jesucristo representado como la eternidad, el principio y el fin a través de las letras griegas Alpha y Omega. 10 La rosa, además, por su forma se asemeja a la estrella que también nos guía hacia la luz de la eternidad en esas linternas de las catedrales góticas. 11 La misma idea es plasmada en Eternidades en la etapa de su poesía desnuda: «¡Intelijencia, dame/ el nombre exacto de las cosas!/ Que mi palabra sea/ la cosa misma,/ creada por mi alma nuevamente.» o en La estación total: «solo en lo eterno podría/ yo realizar esta ansia/ de la belleza completa». JIMÉNEZ, J.R., Antología poética, ed. de Javier Blasco, Madrid, Cátedra, 1995, p. 287.

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Imagen 2: La eternidad se plasma en la tradición cristiana en el Mesías principio y fin, Verdad y Palabra hecha carne. Pantocrator de la portada de la Iglesia de San Babila en Milán.

Yo vi una Rueda altísima, que no estaba delante de mis ojos, ni detrás, ni a los lados, sino en todas partes, a un tiempo. Esa Rueda estaba hecha de agua, pero también de fuego, y era (aunque se veía el borde) infinita. Entretejidas, la formaban todas las cosas que serán, que son y que fueron, […] y me bastaba ver esa Rueda para entenderlo todo, sin fin. ¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir! Vi el universo y vi los íntimos designios del universo. […]Vi el dios sin cara que hay detrás de los dioses. Vi infinitos procesos que formaban una sola felicidad.12 Pero la eternidad de felicidad y conocimiento supremo implica morir, por eso el proceso creador supone romper y abolir lo anterior para nacer a una vida nueva. De este modo movimientos como el ultraísmo y el creacionismo superaron, por influencia de otras vanguardias rompedoras como el futurismo, el lenguaje poético anterior, concibiendo una nueva expresión alejada del habla que pudiese crear una nueva poesía capaz de captar las paradojas de la realidad y expresar lo inexpresable.13 Desde esta perspectiva cobran nuevo sentido los versos teresianos «muero porque no muero». Para captar y nacer a la eternidad, a la esencia de la auténtica belleza (y desde su contemplación) hay que destruir. En la modernidad los poetas vanguardistas supieron aplicar a la literatura las teorías científicas que explican el origen del universo a partir del caos que se genera con la revolución del Big Bang.14 12 BORGES, La escritura del dios, op. cit., p. 139. 13 Así lo explica a propósito de la inefabilidad de la experiencia mística LÓPEZ-BARALT, L., «San Juan de la Cruz: una nueva concepción del lenguaje poético», BHS, LV (1978), p. 32. 14 Huidobro y Larrea condensan esta idea en el poema manifiesto «Creacionismo» de Imagen (1922): «con los mismos ladrillos, / con las derruidas

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El arte se convertirá en una nueva ciencia que fusione tradición literaria e innovación científica, en un álgebra del lenguaje. El arte fusionado con la ciencia, con la química y con la física, con el átomo: «La deriva de la física en mística y de la ciencia gobernada por el principio de incertidumbre en teoría del caos —ese paradójico seguro azar de Salinas [para aquellos, como Gerardo Diego, que trataron] de alzar la catedral científica de las letras.»15 Es una característica apreciable en varios autores del 27. Gerardo Diego en los versos de Química afirma: «En el átomo menor/ está todo el universo./ […] Cántanos todo el poema/ —infinito— en un solo verso.»16 El artista busca la belleza en la destrucción para la creación, como una suerte de físico nuclear. Quizá quien mejor supo dibujar esta esencia fue un surrealista como Dalí en su etapa denominada precisamente «misticismo nuclear», analizada en la exposición Dalí atómico17 en torno a su cuadro Leda atómica.18 Tras el impacto de las explosiones de las bombas atómicas define su arte como un periodo de nuevo misticismo nuclear, en una fusión atómica entre la concepción religiosa y la física nuclear: «El éxtasis místico es «súper-alegre», explosivo, desintegrado, supersónico, ondulatorio, corpuscular, ultragelatinoso, porque es la eclosión estética del máximo de la felicidad paradisíaca que el ser humano puede tener en la tierra».19 Un nuevo misticismo: morir para crear y poseer de nuevo, desde una nueva óptica de la realidad, como la que promulgaban creacionistas y ultraístas20 siguiendo la estela de la tradición literaria. Y es que esa fusión plena, ese captar la Eternidad, el conocimiento máximo, la Belleza, la Palapiedras, / levantemos de nuevo nuestros mundos.» [RIVERA, S., «Gerardo Diego: conservador del museo lingüístico y terrorista literario», Anales de la Literatura Española Contemporánea, 24, p. 155]. 15 GARROTE BERNAL, G., «XVII+10=Veintisiete (en tres tiempos de Gerardo Diego)», AnMal Electrónica, 24 (2008), p. 16. 16 Precisamente la llamada «atomización» es una de las características de la Generación del 27 ya desde Ramón Gómez de la Serna, que destacó que con las greguerías la literatura se «descompone», se vuelve atómica, o el propio Ortega y Gasset que afirmó «el espejo de la belleza se ha roto en mil pedazos» [GAOS, V., «Introducción» a Antología del grupo poético de 1927, edición actualizada por Carlos Sahagún, Madrid, Cátedra, 1975, p. 30]. 17 Exposición de Caixaforum, Zaragoza, del 28 de febrero al 9 de junio de 2019. 18 El personaje mitológico de Leda representado bajo el aspecto de Gala tiene, a su vez, un matiz simbólico similar ya que Leda concibe y da a luz de su unión con la divinidad (Zeus en forma de cisne) y con su esposo humano varios hijos, mortales e inmortales, entre ellos Cástor y Pólux, que aúnan las ansias de fusión de lo humano y lo divino, de lo temporal y lo eterno. 19 DALÍ, S., Manifiesto místico (1951) en Obra completa, Madrid, Destino, 2006. Para la relación del misticismo con la ciencia y la poesía véase CHIMAL, C., «Dalí, ciencia y poesía», Letras Libres, 31 de julio de 2004 en https:// www.letraslibres.com/mexico-espana/ciencia-y-tecnologia/dali-ciencia-y-poesia [consulta: 24-1-2020]. 20 La frontera entre el ultraísmo y el creacionismo es lábil. Así el ultraísmo sería un movimiento efímero que no iría más allá de 1923 y que desembocaría en el creacionismo. No obstante, la influencia de este movimiento en Dalí es evidente. Véase BONET, J.M., «Dalí ultraísta» en VV. AA., Dalí, un creador disidente, Barcelona, Destino, 2004, pp. 66-74.

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¡Esta es mi vida: la de arriba, la de la pura brisa, la del pájaro último, la de las cimas de oro de lo oscuro! ¡Esta es mi libertad: oler la rosa, cortar el agua fría con mi mano loca, desnudar la arboleda, cogerle al sol su luz eterna!

Imagen 3: La rosa, imagen de la palabra, convertida en estrella que guía hacia la luz en el arte gótico. Catedral de Burgos.

bra, ya era una revelación de la mística (influenciada a su vez por cierta concepción mística de la religiosidad musulmana como reveló Asín y Palacios).21 En la mística española tiene su máxima representación poética en san Juan de la Cruz, en el Cántico espiritual mediante la búsqueda del Alma, de la Esposa, a través del conocimiento indirecto, preguntándole a la naturaleza (a los ríos, los valles, animales…) dónde puede encontrar a Dios (el Creador, el «deseado y deseante»…). De ahí que el poeta se convierta en un fingidor que imita como un espejo, que destruye y transforma sin crear, como la energía, esa nueva y eterna poesía que es capaz de unir concepciones poéticas opuestas creando una nueva ciencia en la que la literatura ha sido «transformada en el amado».22 Antes que los vanguardistas del 27, Juan Ramón Jiménez había sido el pionero23 captándolo así precisamente en su poema Canción espiritual:

21 En sus obras Amor humano, amor divino o El Islam cristianizado. Véase VALDIVIA VÁLAR, J. D., Miguel Asín y Palacios. Mística cristiana y mística musulmana, Madrid, Libros Hiperión, 1991. 22 Estas ideas y su relación de la poesía con la ciencia han sido perfectamente enunciadas en los cinco estadios de la «poesía química» por GARROTE BERNAL, op. cit., pp. 17-25. 23 Así reconoce su influencia Gerardo Diego en «Nostalgia de Juan Ramón», Revista Alférez, Año II, nº 21 (octubre), Madrid, 1948.

Juan Ramón Jiménez como precursor del movimiento ultraísta de Huidobro o del creacionismo presente en Gerardo Diego reelaboró los símbolos tomados de la tradición mística y del Cántico espiritual. La naturaleza esconde realidades ocultas, símbolos que mueren a la luz de la razón y que sirven para trascender este mundo. El poeta es un homo viator24 en una peregrinación dejando atrás el mundo, elevándose a través de la belleza de la creación hasta que «muere». Pero no es una muerte física, es una muerte simbólica, en la interpretación de la lírica popular que entendía morir como darse a otro, fundirse físicamente en penetración carnal. Morir es, por tanto, dejarse en otro para crear nueva vida. Así el poeta y sus lectores, el alma y su creación, se poseen, se funden en uno solo, en ese estado de comunión divina en el que se ingiere la esencia y la palabra, representada muchas veces por un dardo o un rayo de luz eterna. Esa es la experiencia mística: una comunión con la Palabra, con Dios, con la Eternidad. Y desde ese estado de trascendencia («fuime y olvideme») se muere a la vida para comprenderla en plenitud desde la elevación, desde un nuevo estado de vida nueva. El problema del místico, y del poeta, es cómo explicar una sensación, un culmen de experiencias sensitivas, de sueño y realidad, de dolor y placer, de muerte y vida, de contrarios. La respuesta la entendieron solo esos artistas hablándole «a la minoría» de escogidos que supieron transitar por la escondida senda a través del arte y de la poesía, y de la unión de ambas (así lo entiende otro hispanoamericano como Octavio Paz con su poesía espacial y visual cercana al caligrama de Apollinaire). Una nueva vida, un nuevo ser con el único que «es»: Dios, en la tradición del Antiguo Testamento ardiendo en la zarza, da a luz y se revela a Moisés como «soy el que soy», idea que Guillén sintetizará también en su Cántico: «Ser. Nada más. Y basta. Es la absoluta dicha». 24 O mulier viatrix, pues autoras como Ernestina de Champourcín supieron seguir, como vimos arriba, la senda de Juan Ramón.

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nión perfecta que dota de la esencia de la eternidad a la poesía española, pues, por encima de cualquier corriente, de cualquier ideología y de las diferencias en la evolución histórica y personal de cada uno, es en el espacio de la belleza donde habita el poeta: «Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo […] la sustancia de todo lo vivido y por vivir»…27 La visión del poeta de la eternidad es la visión literaria y artística del hombre hecho dios.

Imagen 4: Salvador Dalí, Leda atómica, 1949. Óleo sobre lienzo. Figueres, Fundación Gala-Salvador Dalí. Expresión artística del Manifiesto místico.

El poeta capta la creación, que es una explosión de luz (fiat lux) en medio del caos.25 El poeta ve y se convierte en espejo, en reflejo de la luz. Se transforma en un creador (creacionismo, por tanto), que expresa la esencia del mundo como recipiente de luz. La búsqueda de lo absoluto es una búsqueda de la luz (la mística «vía iluminativa»), que culmina en el mundo donde las sombras, el cielo y la tierra, los contrarios, el alma creada (esposa) y el creador se unen en una especie de resplandor eterno (expresada en la llamada «vía unitiva» de la mística). Vemos, por tanto, cómo la recuperación de la tradición mística clásica española está detrás de la modernidad. 26 Clásicos y modernos en una comu25 Similar a la creación del universo es la visión mística, onírica y surrealista del cuento Aleph de Borges: «En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. […] Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. […] vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.» [BORGES, op. cit., pp. 192-194]. 26 La relación es palpable y evidente en los más variados títulos como Prosas profanas de Rubén Darío, Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz del vanguardista César Vallejo, Cántico, de Jorge Guillén, Versos humanos, Viacrucis, Versos divinos (inspirados en Lope y donde hace un ejercicio de imitación compuesta de los clásicos) de Gerardo Diego, La Voz a ti debida, de Pedro Salinas, Sobre los ángeles de Alberti, Hijos de la ira de Dámaso Alonso, Sombra del paraíso de Aleixandre, Vivir sin estar viviendo de Manuel Altolaguirre. Este último con su poema «Eternidad» sintetiza a la perfección todo lo

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dicho anteriormente: «Este jardín donde estoy/ siempre estuvo en mí. No existo./ Tanta vida, tal conciencia,/ borran mi ser en el tiempo. Conocer la obra de Dios/ es estar con él». Además, Altolaguirre guardó estrecha relación con Juan Ramón Jiménez, quien estuvo en la boda de este con Concha Méndez, (editora, entre otras, de la revista Litoral, una de las principales publicaciones de los movimientos de vanguardia), donde exclamó al paso de los novios «¡Viva la poesía!¡Viva el arte!», significando la unión de ambas disciplinas en el proceso creador. Recoge esta anécdota AZANCOT, N., «Las memorias armadas de Concha Méndez», El cultural, 25 de mayo de 2018 en https://elcultural.com/las-memorias-armadas-de-concha-mendez [consulta: 25-1-2020]. 27 JIMÉNEZ, J.R., op. cit., p. 367.

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Entrevista con

Irene Vallejo por susana hernández

Leer a Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) es siempre interesante, poder escucharla tras haber leído sus libros o artículos es un auténtico lujo, y es que alguien como ella te hace amar la literatura y la vida. Doctora en Filología Clásica se dedica fundamentalmente a la divulgación del mundo clásico desde una mirada actual, tanto en su columna semanal en Heraldo de Aragón como en conferencias, y naturalmente desde la literatura, de la que caben destacar sus libros El pasado que te espera (2010), La luz sepultada (2011), El silbido del arquero (2015), Alguien habló de nosotros (2017) y recientemente El infinito en un junco (2019), con el que ha ganado el prestigioso Premio Ojo crítico de Narrativa 2019, y que Siruela ha tenido que reeditar ya en seis ocasiones… Muchas más serán sin duda, pues yo le veo a este libro un larguísimo recorrido.

Susana Hernández.- Casi todos tus lectores nos hemos acercado a ti a través de las columnas de Heraldo de Aragón. Con ellas no solo eres didáctica y nos haces aprender sobre la época clásica y sus personajes y mitos, sino sobre cómo mirar y ser críticos con el presente que vivimos: eso es lo que supone para nosotros, tus lectores; pero ¿qué supone para ti esa columna semanal? Irene Vallejo.- Para mí, los artículos para la prensa son un ejercicio apasionante de elasticidad y sosiego. El yoga de las palabras que me mantie-

nen en forma. Hace ya casi doce años que, semana tras semana, intento defender el aporte sosegado de las humanidades a nuestro mundo, con entusiasmo y humor, esforzándome porque las columnas renazcan frescas todas las mañanas de los lunes. Las escribo porque me interesa la actualidad. Mirar hacia el ayer no es una huida a un mundo exótico. Nos ocupamos del pasado en la medida en que nos sabe explicar las raíces de lo que ocurre hoy. Creo que toda la historia es contemporánea porque vive dentro de nosotros. Y confío en que el conocimiento de nuestro pasado ayuda a una mejor comprensión del tiem-

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po que vivimos y que somos, haciendo más luminosa la experiencia. S.H.- La luz sepultada, editada en 2011, entiendo que es tu primera novela de ficción y se desarrolla durante la Guerra Civil española. ¿Por qué eliges ese momento histórico para lanzarte a la ficción? Irene Vallejo.- La luz sepultada trata un tema muy actual: cómo se transforman las relaciones humanas bajo el peso del miedo. Creo que las relaciones humanas son un problema central en nuestra vida y al contarlas siempre nace una historia. En parti-

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entrevista con

FOTOGRAFÍA DE SANTIAGO BASALLO

cular, me atraía el tema de los padres y los hijos. En el libro intervienen tres generaciones y en todas existe un conflicto entre la tendencia de los padres a trazarles el camino a sus hijos y la rebelión de los hijos ante ese destino trazado. El plan de trabajo consistía en retratar todo ese conjunto de recuerdos comunes, hábitos, malentendidos y conflictos que, en suma, define a todas las familias, añadiendo el ingrediente del peligro al acecho. Mis personajes hablan, discuten, se equivocan, intentan salvarse y salvar a los demás. La novela es la crónica de unos fuertes afectos amenazados por la sinrazón de la guerra. S.H.- A pesar de que, como hemos dicho al inicio de esta entrevista, ya llevas un buen número de libros publicados, ¿intuías que este último, El infinito en un junco, que es precisamente un ensayo, sería el libro que te encumbraría a los altares «literarios»?

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Irene Vallejo.- La acogida de El infinito en un junco ha superado mis fantasías más desenfrenadas. Me ha revelado algo que roza lo milagroso: existe una red sigilosa de lectura, alimentada por bibliotecas maravillosas, librerías resistentes, blogs comprometidos y clubes de lectura casi clandestinos. Es fascinante contemplar cómo, en esas manos, un ensayo como el mío consigue llegar más allá de lo que en principio se podía soñar. Creo que hay aquí un motivo para la esperanza: al final, más allá de las campañas publicitarias y la mercadotecnia, es la recomendación personal —cercana, sincera y entusiasta— el mejor pasaporte para el viaje de un libro. A las lecturas que nos dejan huella llegamos por el regalo o el consejo de los amigos, de las personas amadas. Por la vía de la confianza. Recomendar una novela, un poema, un relato que pueden cambiar la vida del prójimo es un acto de amor.

en un junco intenta responder a esos discursos desde una perspectiva histórica amplia, con humor, con amor, con dosis de lirismo. Los protagonistas del ensayo son esas personas anónimas que a lo largo de treinta siglos se han movilizado para proteger nuestro legado de palabras. Hoy aquellos héroes tienen sucesores: en la educación, las librerías, las bibliotecas, los clubes de lectura. Gente que enseña, descubre, edita, traduce, ilustra, corrige, lee. Esas personas, creo, se han reconocido en el espejo de la gran aventura que cuenta este ensayo. Somos más de lo que nos hacen creer y tenemos motivos para sentirnos orgullosos de esta hazaña histórica de salvamento.

S.H.- Dicen que en general no se lee o se lee muy poco (conste que yo no pienso lo mismo que las estadísticas), el ensayo se lee mucho menos. ¿Por qué crees que en tan solo unos meses un libro que habla de libros y que nos lleva desde la Biblioteca de Alejandría hasta la actualidad se ha convertido en uno de los libros más importantes del año 2019 y probablemente del 2020?

S.H.- En numerosas ocasiones hablamos de la pasión que hay que poner en todo, pero en un libro como El infinito en un junco, que yo siempre recomendaré vivamente, veo algo más que pasión, también lleva una enorme dosis de amor por la literatura, de conocimiento y de formación, no podemos olvidar que es un ensayo, pero sobre todo del perfecto manejo de las palabras para hacer de un texto una obra tan literariamente perfecta… Tú, que tanto sabes de dioses y divinidades, ¿qué has hecho para que todas se conjuren y así llegar a este resultado?

Irene Vallejo.- La clave, tal vez, es que este ensayo está escrito como un acto de esperanza y de homenaje. En los últimos años, hemos sufrido un bombardeo constante de mensajes apocalípticos, distópicos y pesimistas respecto al libro. Constantemente escuchábamos anuncios de fin de época, parecía que las campanas doblaban por los antiguos volúmenes de papel. Las voces de los gurús y expertos eran tan unánimes, que hasta los más optimistas empezábamos a creerlas y desmoralizarnos. El infinito

Irene Vallejo.- Quiero pensar que lo que pueda llegar a hacer es una cuestión de amor y trabajo combinados. Desde niña he tenido una relación especial con las palabras, quizá en eso consiste la vocación de escritora. Como adulta, sigo convencida de que el lenguaje, empleado con dulzura, forma parte de la salud del mundo. Hacemos mucho bien a los demás si elegimos las palabras para que les acaricien en lugar de herirles. La literatura lleva ese propósito al corazón del oficio. Además, todo libro es una

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S.H.- Para llegar a ser una escritora como Irene Vallejo hay que haber leído y estudiado mucho, y cualquiera que haya estado en una clase o conferencia tuya sabe lo importante que es amar aquello de lo que hablas. ¿Cómo es de importante que los profesores, sean del área que sean, transmitan pasión al enseñar para crear necesidad de aprender en la chavalería? Irene Vallejo.- No hay nada más importante. La enseñanza es comunicación, es conseguir que brille el asombro y el hambre de saber en una mirada. Decía Tomás Moro que no se trata de preservar cenizas, sino de traspasar la llama. Siento una admiración sin límites por las personas que se dedican a la docencia con generosidad apasionada. Creo que es la profesión más importante del mundo y me duele que no reciba el reconocimiento público que merece. Visito a menudo centros de secundaria y he comprobado con mis propios ojos que en este país somos afortunados: hay grandísimos profesionales. No me canso de reclamar para ellos recursos y respeto. S.H.- Imagino que la trayectoria como lectora de Irene Vallejo

es infinita como tu junco. ¿Cuál dirías que ha sido el libro que te hizo realmente una apasionada de la lectura y hasta dónde te ha llevado este viaje lector?, o, lo que es lo mismo, ¿cuál ha sido el último libro que has leído? Irene Vallejo.- Mi amor por la literatura empezó con La Odisea en labios de mi padre, cuando yo era solo una niña. En esas noches infantiles, gracias al aventurero Ulises, nació en mí la fascinación por los viajes mediterráneos, las islas mágicas, las sirenas, los peligros, el placer de salir a la aventura y la nostalgia del hogar. Todavía me apasionan, con idéntico impacto, esas luminosas leyendas. La última joya que he descubierto es Arenas movedizas, de Nella Larsen. Gracias al certero gusto de la editorial Contraseña, los lectores que ya quedamos hechizados por Claroscuro, podemos disfrutar de la primera novela de esta autora recóndita, anfitriona de García Lorca en Nueva York. Arenas movedizas cuenta la historia de Helga Crane, una mujer que no se siente cómoda en su propia piel. Raza, deseo y desarraigo son los mimbres de una novela de vertiginosa actualidad. S.H.- Has publicado en 2018, junto a Inés Ramón, en Olifante, La mañana descalza, un estupendo poemario… Y está claro que en El infinito en un junco dejas ver la importancia que la poesía ha dejado en tu poso como escritora. Yo en tu caso la veo casi transversal en tu obra e imagino que en tu vida, pero ¿da realmente la Literatura la importancia que tiene a la poesía? Irene Vallejo.- La gran Ana María Moix siempre recomendaba a los jóvenes escritores leer poesía. Adiestra la mirada para descubrir la belleza cotidiana, las revelaciones que se producen en el día a día, para recu-

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entrevista con

investigación detectivesca: una oportunidad de descubrir facetas insospechadas de la vida. A mí me permite mantener viva la curiosidad infantil. Con todos esos mimbres —curiosidad, dulzura, entusiasmo— emprendo cada nuevo libro, sea ensayo, novela o cuento infantil. Y siempre, siempre, pienso en la felicidad de mis lectores. Me sorprende que nos alaben tantas novelas diciendo que te golpean, que son desgarradoras, que te cortan la respiración, que duelen. Para mí, el placer es esencial. Como lo era cuando todo empezó, al caer la noche, en los cuentos alrededor de las hogueras.

perar la inocencia del tiempo en que todo sucedía por primera vez. Ayuda a escribir narrativa, ensayo o incluso periodismo. En todos estos géneros es vital escoger los detalles más significativos y saber crear atmósferas. La experiencia de trabajar con Inés Ramón, y con nuestra editora —también poeta— Trinidad Ruiz Marcellán, fue enriquecedora en todos los sentidos. S.H. Una vez que se escribe un libro, se publica y vuela solo, casi deja de ser propio para hacerse parte de quien lo lee, bien lo sabemos quienes estamos en clubes de lectura y en ocasiones parece que hemos leído libros distintos al hablar de ellos. Y es probable que por ello nos sea tan interesante ver el punto de vista del autor. ¿Cuánto hay de importante en esa relación autor-lector para Irene Vallejo? Irene Vallejo.- En mi caso, esa cercanía nutre la ilusión de seguir escribiendo. Este es un oficio solitario, pero solo tiene sentido en la esperanza de entablar diálogo con los lectores. En los encuentros, en los clubes, en las ferias del libro, recibo el combustible que me moverá en las horas de soledad ante la página en blanco. Además de un arsenal de claves, historias, anécdotas, sabias observaciones y, a veces, esa chispa que más tarde arderá en forma de novela o relato. S.H.- Esta es una revista muy leída y querida en nuestra comarca pero que surge fundamentalmente de la comunidad educativa, luego todo el mundo valora y reconoce la importancia de la lectura y de la escritura. ¿Crees que las nuevas tecnologías pueden desplazar al libro tal como lo conocemos hoy? ¿Es El infinito en un junco un homenaje al libro en papel o una despedida?

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Irene Vallejo.- Como habitantes del tercer milenio, sentimos que todo avanza con un ritmo cada vez más acelerado. Las últimas tecnologías ya están arrinconando a las novedades que triunfaban anteayer. El móvil más reciente sustituye al antiguo, nuestros equipos nos piden constantemente actualizar programas y aplicaciones. Si no permanecemos alerta, el mundo nos tomará la delantera. Los mass-media y las redes sociales, con su vértigo instantáneo,

alimentan estas percepciones. Nos empujan a admirar las innovaciones que llegan veloces como surfistas en la cresta de la ola. Cuando comparamos algo viejo y algo nuevo —como un libro y una tablet, o un violinista sentado junto a un adolescente que chatea en el metro—, creemos que lo nuevo tiene más futuro. Pero los historiadores y antropólogos nos recuerdan que sucede lo contrario. Cuantos más años lleva un objeto entre nosotros, más porvenir tiene. Lo

más nuevo, como promedio, perece antes. Creo que en el siglo xxii todavía habrá violines y libros de papel. S.H.- Con este bello deseo de esperanza para los libros y para la música queremos, desde Ágora, darte las gracias por este rato que nos has regalado, que si ya sabemos que el tiempo es oro, el que entregas a los demás siempre esconde un premio o un tesoro.

Juan Cruz revista ágora El mes de octubre de 2019, en el marco de la Semana del Libro de Ejea de los Caballeros, pudimos contar con la presencia de Juan Cruz. El alumnado de los institutos «Reyes Católicos» y «Cinco Villas» pudo escuchar las palabras del periodista y escritor tinerfeño. Y fruto de este encuentro surge esta entrevista para la revista Ágora, preparada por los alumnos y las alumnas de estos dos centros educativos, en la que nos desvela aspectos importantes de su biografía.

Ágora.- Nos imaginamos que sus comienzos en el mundo del periodismo no fueron nada fáciles. En España se vivían momentos complicados. La tan ansiada democracia no acaba de llegar. ¿Cómo vivió esos años finales de la dictadura franquista? ¿Qué le impulsó a hacerse periodista en una situación tan incierta?

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Juan Cruz.- Al contrario, esos fueron para mí años de una enorme ilusión, fantásticos. Empecé a escribir en un periódico (deportivo, de los lunes) cuando tenía trece o catorce años, en 1961; había aprendido a leer, escuchando a mi madre que leía un suceso en un periódico, a los ocho años; a los nueve me examiné de Ingreso de Bachillerato y en seguida me puse

a escribir, alentado por aquella lectura de mi madre, su sonido, la música de las palabras, y la obsesión por creer que la radio era una lección de sintaxis. Pronto empecé a escribir en periódicos de información general, hasta que a los diecisiete años fui parte del personal fijo del periódico El Día, que era del Movimiento hasta que yo empecé a pertenecer a su Redacción.

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Ágora.- Hoy vivimos otros tiempos. La democracia española está consolidada. Pero nos achacan otros graves problemas y otros miedos, la mayoría provenientes del mundo globalizado que estamos viviendo. ¿Por qué cree usted que el periodismo como carrera profesional nos puede interesar hoy en día a nosotros, los jóvenes? Juan Cruz.- El periodismo es un oficio que permite explicar la sociedad en la que vivimos. Exige el sacrificio del trabajo, pero es que sin trabajo no se hace ni lo que te gusta. Todo exige sacrificio. En el caso del periodismo, este trabajo exige concentración, lectura, cultura, independencia de criterio, rigor, conocimiento, respeto a los demás, búsqueda de fuentes, honestidad. Ser periodista es algo

muy serio, no es lo que se ve en las tertulias, donde no hay constancia de que los que se dicen periodistas contrasten las fuentes que los llevan a sostener lo que sostienen; ser periodista es ser un ciudadano honesto que solo cuenta, y firma lo que cuenta, en virtud de lo que sabe. Y todo ciudadano que quiera ayudar a la sociedad a ser mejor debe tener dentro alguien que aspire a la honestidad que, enfrentados a los hechos, nos lleve a decir honestamente lo que hemos visto. En cuanto a la salida profesional… Depende del talento, pero el talento no es ajeno a las virtudes que el talento mejora o pone de manifiesto. Si eres buen periodista, serás un buen profesional en cualquier plantilla. Ágora.- En la actualidad, los jóvenes acudimos poco a los medios de comunicación tradicionales. Sobre todo, a la hora de informarnos. Está internet y las redes sociales. ¿Cree usted que el periódico en papel tiene futuro? ¿Y la radio? Juan Cruz.- El periódico en papel tiene un futuro limitado. Pero si los periódicos en la red no aspiran al rigor que hizo imprescindibles los periódicos en papel, su porvenir será tan oscuro como el que se les augura a los diarios tradicionales. Para cobrar (pues en la red hay que cobrar para que subsista el periodismo en cualquier soporte) hay que vender buen género. Y no se puede vender cualquier cosa. Todo lo que he dicho sobre el periodismo y sus exigencias sirve para el papel y para la red. Si el periodismo no es bueno, no lo será en absoluto cuélguenlo donde lo cuelguen. Ágora.- Siguiendo con internet y los medios digitales, ¿cree usted que favorecen o perjudican la li-

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Pero en esencia seguía siendo del Movimiento. Entonces el franquismo era lo que había, nosotros formábamos parte de lo que había y sabíamos que vivíamos una dictadura. Nos secuestraron o nos censuraron muchas veces, no había duda de que éramos progresistas, nuestros amigos éramos progresistas, republicanos, socialistas, comunistas, la vida iba por un lado y el régimen iba por otro, y el periódico poco a poco dejó de ser franquista, aunque tenía que pagar peajes parecidos a los que padecían todos los periódicos españoles de entonces. Pero yo me estaba haciendo periodista y eso era un gozo. Escribía como si no hubiera ese ambiente, porque era muy joven y aún no sabía que también se podía vivir en libertad. Hasta que lo supe, precisamente cuando me negaron el pasaporte por haber escrito (eso lo supe mucho más tarde, ya muerto Franco) un breve artículo sobre escenas de hambre en Santa Cruz de Tenerife.

bertad de expresión en el presente? ¿En un futuro existirá la misma libertad de expresión que en la actualidad? Juan Cruz.- La libertad de expresión no existe. Existe la libertad y existe la expresión. Si lo que expresas no tiene ni calidad ni conocimiento ni sustancia, ¿de qué te vale la libertad de decirlo? Y si no conoces el asunto sobre el que te quieres expresar, ¿qué es la libertad de expresión? La libertad de expresión, como concepto, es una de las peores bazas del periodismo contemporáneo, que se basa en muchos casos en rumores y en sobrentendidos. Ágora.- Vivimos en la era del entretenimiento y el espectáculo. ¿No piensa usted que el periodismo, e incluso la literatura, se han convertido en meras distracciones que ofrece el mercado? Juan Cruz.- Hay de todo. Hay entretenimiento en el periodismo y hay entretenimiento en la literatura. Pero siempre lo hubo. Todas las épocas presumen de inaugurar lo peor y lo mejor. Y lo peor y lo mejor existieron siempre y de la misma manera. Ágora.- Los retos del periodismo han cambiado, ¿sigue siendo el cuarto poder?, ¿qué cualidades debe tener un periodista en la actualidad? Juan Cruz.- Un periodista no debe aspirar a ser un poder, sino un instrumento de la sociedad para controlar los poderes, con armas legítimas. El rigor, la verificación, el respeto a las fuentes y el adecuado uso de las mismas, la duda activa sobre lo que es legítimo o no publicar…, son armas imprescindibles para un buen periodista.

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Ágora.- En su vida, periodismo y literatura siempre han ido de la mano. ¿Fue el periodismo lo que le llevó a escribir libros o fue su gusto por escribir historias lo que le llevó al periodismo? Juan Cruz.- Al periodismo me llevó, hasta hoy, el viento de la vida. Los libros los he escrito cuando no he sabido contar de otra forma lo que la vida me iba diciendo. Y el periodismo lo sigo haciendo según una definición que, muchos años después de haber comenzado en el oficio, le escuché al maestro Eugenio Scalfari: «Periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente». Ágora.- ¿En qué se diferencian el periodismo y la literatura y en qué se parecen? Juan Cruz.- No se parecen en nada y se parecen en todo. Sin buena escritura no hay periodismo y la literatura no existe si no hay buena escritura. La literatura se permite la fantasía. En periodismo la fantasía puede llevarte a cometer delitos. Un escritor es

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libre de inventar. Un periodista no debe inventar nada en ninguna circunstancia. Ágora.- Con su primera novela Crónica de la nada hecha pedazos consiguió el Premio Benito Pérez Armas. ¿Qué supuso para su carrera posterior? ¿Fue también su primer éxito? Juan Cruz.- El éxito es un arma de doble filo. Si te lo crees, te hundes al primer fracaso. Hay que vivir los éxitos como parte de la vida y por tanto como parte del fracaso. Cuando me pongo a escribir un libro, siento el mismo miedo, y la misma alegría, que cuando escribí aquel libro. Quisiera volver a ser aquel muchacho sobre todo para saber en tiempo real (¡o irreal!) cómo fui tan atrevido. Ágora.- Hay personas que consideran que no podrían vivir sin realizar su trabajo, que su oficio es algo más que una forma de conseguir dinero, es su forma de vida. ¿Es este su caso? ¿Considera que podría vivir sin escribir?

Juan Cruz.- No, no podría vivir sin escribir, aunque fuera mentalmente. Escribo hasta cuando camino, mi mente está escribiendo siempre, pero afortunadamente casi nada se retiene luego en el papel. Ágora.- En la actualidad pertenece a la dirección de El País, ¿qué se siente ante semejante reto y qué ha cambiado en El País desde sus comienzos? Juan Cruz.- Soy adjunto a la directora del periódico. Es un cargo que me obliga a ser leal en mis apreciaciones. Pero cuando hago periodismo en el periódico siento responsabilidad y sensación de abismo, la alegría de creer que no voy a fracasar y el miedo al fracaso. Como cuando empecé a ser corresponsal en Londres y escribía la crónica decenas de veces para adaptarme al libro de estilo… Ágora.- Si tuviera que dedicarse a algo que no fuera periodismo o literatura, ¿qué profesión ejercería? Juan Cruz.- Sería vigilante de una playa tranquila, porque no sé nadar.

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A vueltas con la pandemia

La pandemia, una oportunidad para un nuevo mundo más justo y solidario Cándido Marquesán

Pandemias ha habido muchas en la historia: la peste negra en 1348, la gripe española en 1918, el SARS (2002), el Ébola (2014) y ahora el Covid-19. Mas nunca un estado de excepción en una especie de Leviatán sanitario. Confinamiento obligatorio, cierre de fronteras, controles internos, paradigma de la seguridad, aislamiento y distanciamiento social. Todo nos recuerda el film Contagio de Steven Goderbergh. La mayoría todavía no somos conscientes, a veces nos parece estar inmersos en una pesadilla, de las secuelas de la pandemia de Covid-19. Sus efectos inmediatos son tan impactantes que todos estamos atrapados en ellos. Pero las implicaciones a largo plazo pueden ser aún más profundas. Sacudirán el orden mundial hasta sus cimientos. Ya los están sacudiendo. La historia no procede linealmente. Como dijo Lenin: «Hay décadas en las que no pasa nada, y hay semanas en las que pasan décadas». Estas palabras son muy adecuadas para el momento actual. Sobre el Covid-19 es muy interesante la valoración del filósofo argentino ―qué buenos pensadores hay en Sudamérica marginados por ese eurocentrismo excluyente― Fabián Ladueña Romandini en su artículo La peste y el fin de los tiempos: Es posible sostener, con un poco de ironía histórica, que esta vez el SARS-CoV-2 se ha transformado en el primer sujeto revolucionario no humano de la historia global. Cuando ya ningún ser hablante creía en el ideal de la Revolución, un virus se transformó en sujeto de una revolución instantánea que paralizó todos los resortes de la economía

mundial, hizo colapsar las democracias occidentales para transformarlas en estados de excepción, sembró el fantasma de la extinción de la especie y detuvo el funcionamiento de la esfera pública y toda la maquinaria de la producción global de mercancías. Por unas semanas, los cielos de las grandes capitales brillaron con menos contaminación y un aire de alivio recorrió las calles desiertas de las ciudades abandonadas y recuperadas, no debe sorprendernos, por algunas otras especies animales que retornaban a los sitios de donde habían sido exiliadas. Cuando nadie creía en ella, un virus logró un conato de Revolución nada despreciable. En cuanto a las causas de su irrupción, muchos especialistas lo vinculan con la explotación sin control de la naturaleza, la cual al final se ha rebelado, ha dicho «basta». Tampoco es una novedad, está en el ADN del neoliberalismo el maltrato de la naturaleza con el objetivo exclusivo del beneficio, sin tener en cuenta que la Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. Hasta ahora, nuestra conducta recuerda la famosa ocurrencia de Groucho Marx: ¿Por qué debería preocuparme yo por las generaciones futuras? ¿Acaso han hecho ellas alguna vez algo por mí? Para Silvia Ribeiro, investigadora y periodista uruguaya, responsable de programas del ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración) en México, hay tres causas complementarias que han producido todos los virus infecciosos expandidos globalmente en las últimas décadas,

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como la gripe aviar, la gripe porcina, las cepas infecciosas de coronavirus. La principal es la cría industrial y masiva de animales, especialmente pollos, pavos, cerdos y vacas. Todas las pandemias recientes ―con excepción del HIV― están asociadas a un origen animal. Luego la agricultura industrial y química, en la que el 75% de la tierra agrícola del planeta se usa para la cría masiva de animales, para sembrar forrajes. La tercera es el crecimiento descontrolado de la mancha urbana y las industrias que la alimentan y por ella subsisten. En la misma línea se expresa, aunque más poéticamente Enrique Dussel, filósofo, historiador y teólogo de padres argentinos, naturalizado mexicano y de ascendencia europea: Hoy, la madre naturaleza se ha rebelado; ha jaqueado a su hija, la humanidad, por medio de un diminuto componente de la naturaleza (naturaleza de la que es parte también el ser humano, y comparte la realidad con el virus). Lo hace a través de un organismo (el virus) mucho más pequeño que una bacteria o una célula, e infinitamente más simple que el ser humano que tiene miles de millones de células. Es la naturaleza la que hoy nos interpela: ¡o me respetas o te aniquilo! Para hacernos una idea, aunque sea parcial, de la trascendencia y distintas, y hasta cierto punto imprevisibles, derivaciones del Covid-19, pueden servirnos como metáfora las ondas concéntricas generadas por una piedra arrojada a un estanque, que he podido conocer en el artículo de Jeremy Farrar, The worst of Covid-19 may still be to come (Lo peor de Covid-19 aún puede estar por venir) en el Financial Times, 20/7/20. Utilizaré la metáfora pero aplicándola a España. La onda más interna es el impacto inmediato del virus: miedo, enfermedad y muerte. Lo podemos constatar en España. Desde el estallido de la pandemia con toda su acritud a mitad de marzo todos estábamos sobrecogidos por las cifras de muertos ante una enfermedad desconocida, y en buena lógica acongojados por el miedo. Una vez se produjo la desescalada en verano, ¡vaya palabra!, pensamos que retornábamos a la normalidad. Pero, la verdad desagradable asoma y ahora a finales de año estamos inmersos de nuevo sobrecogidos por el miedo, enfermedad y muerte. Y atemorizados ante una nueva ola a mitad de enero. Todos esperamos la vacuna para salir de este túnel tenebroso. Merece detenernos en esa auténtica masacre acontecida en las residencias de personas mayores. Hemos tenido ante las narices imágenes y cifras de muertos que han reflejado una realidad escandalosa, cifras que

deberían avergonzar a una sociedad que se considere mínimamente decente. Ahí está el Informe de Médicos sin Fronteras titulado Poco, tarde y mal. El inaceptable desamparo de las personas mayores en las residencias durante la COVID-19 en España, publicado tras el trabajo de apoyo y presencia de esta ONG en cerca de 500 residencias en varias Comunidades Autónomas. Existe una carta escrita por Pilar Palao, Presidenta de la Asociación Española por la Dignidad y Derechos de los Adultos Tutelados (AEDAT), publicada en La Voz de la Calle, Revista de Carabanchel, con motivo del 1º de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, el título muestra una durísima denuncia a toda la sociedad: «No me conviertas en dinero». La segunda onda más grande describe los efectos indirectos sobre la salud del Covid-19. Farra pone como ejemplos dramáticos las pruebas de detección de cáncer omitidas. Cuando el brote de Ébola de 2014, murieron más personas de malaria en África occidental que del virus en sí. En España será necesario que pase un tiempo para conocer los efectos nocivos colaterales del Covid-19: las muertes de ictus, el retraso en las pruebas de detección de cáncer o de operaciones quirúrgicas u otras enfermedades marginadas por los servicios sanitarios. Ya muchos ciudadanos no acudimos a los Centros de Atención Primaria a realizarnos los análisis periódicos del colesterol, urea, presión, etc. Tales hechos lógicamente tendrán su repercusión en la mortandad o la salud, aunque será de momento harto difícil de evaluar. Mas habrá que hacerlo. Y todo ello significará que los ciudadanos tardaremos años en recuperar la confianza en nuestra sanidad pública, que, nos dijeron, era la mejor del mundo. Al final ha pasado lo que tenía que pasar. La pandemia ha puesto de rodillas a los sistemas sanitarios, incluso a los de los países desarrollados. Al respecto es muy interesante el artículo de Maurizio Lazzarato. ¡El virus es el capitalismo! En el contexto de los procesos de privatización de la sanidad, convertida en una mercancía más, los recortes en los gastos de atención sanitaria, la no contratación de médicos y personal sanitario, el cierre continuo de hospitales o de camas y la concentración de las actividades restantes para aumentar la productividad, «cero camas, cero stock» suponen la aplicación del New Public Management. A partir de los 80 surgió una nueva organización de la Administración Pública, regida por valores como la eficacia y la eficiencia, procedentes de la empresa privada. La idea es organi-

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dencia a la concentración de la riqueza que existe en el planeta. Como cada crisis, la pandemia amplificará las fracturas sociales y las desigualdades ya existentes. Este capitalismo corsario ha hecho más millonarios a quienes ya lo eran. El patrimonio de Jeff Bezos aumentó en unos 33.000 millones de dólares entre marzo y abril, ya que su empresa Amazon fue una vía fundamental para la entrega de alimentos y suministros de las familias confinadas. Dentro de esas repercusiones sociales merece la pena detenerse en el ámbito educativo. Ante el confinamiento, Enrique J. Díez Gutiérrez y Katherine G. Espinoza realizaron una investigación Educar y evaluar en tiempos del coronavirus: la situación en España, a partir de una encuesta a 3.400 familias y estudiantes de toda España en marzo y abril del 2020. El objetivo: conocer la visión de una parte de la comunidad educativa que se suele tener poco en cuenta. Y entre las conclusiones merece la pena destacar que a la brecha digital se sumó y amplificó la brecha social, aumentando la desigualdad en épocas de crisis; la brecha digital se ve incrementada en el ámbito rural, en la España vaciada. Pero es sobre todo el alumnado de familias más vulnerables y con menos recursos ―1 de cada 4 niños/ as en España― quien ha visto reducida la función compensadora de la escuela pública. Buena parte de las familias con más necesidades «carece de las condiciones materiales (tecnología, conexión a la red, espacio, temperatura, etc.), de las herramientas culturales (habilidades pedagógicas, conocimiento del idioma, formación, etc.), del tiempo para acompañar el proceso educativo, de la estabilidad emocional (por problemas económicos, de salud, habitacionales, etc.) o de los recursos alimentarios necesarios para aprender. Estas secuelas sociales y económicas tendrán sus consecuencias políticas. Algunos gobiernos pueden caer como resultado del Covid-19. En España estamos observando dramáticamente este impacto socioeconómico con el incremento del paro tras la parálisis de nuestra economía. El gobierno actual ha actuado con prontitud para paliar estas secuelas con un escudo social, cuyo ejemplo más significativo ha sido la implantación de los ERTES o ayudas a los autónomos, ingreso mínimo vital, etc. Además, los defensores de ayer de la reducción del Estado hoy exigen su intervención. De nuevo Keynes. Se ha producido el retorno del Estado social. Una pregunta es inevitable: ¿hasta dónde pueden los Estados asumir esas políticas sociales? Es cierto que a España vendrán ayudas

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zar el hospital según la lógica de los flujos just in time de la industria: ni camas ni ucis deben quedar desocupadas porque constituyen una pérdida económica. El método justo a tiempo, JIT, es un sistema de organización de la producción para las fábricas, de origen japonés, el método Toyota, que permite reducir costos, especialmente de inventario de materia prima, partes para el ensamblaje y de los productos finales. Aplicar esta gestión a los bienes (¡sin mencionar a los trabajadores!) fue problemático, pero extenderla a los enfermos además de una locura es una maldad ―de ello es un buen ejemplo la organización de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid―. El stock cero también en los equipos médicos (las industrias no tienen respiradores disponibles en stock y tienen que producirlos), medicinas, mascarillas, etc. Todo tiene que estar just in time. La lógica contable en la Administración pública, obsesionada con una tarea típicamente capitalista: optimizar siempre y en cualquier caso el dinero (público), para el cual cada stock es una inmovilización inútil, adoptando otro reflejo típicamente capitalista: actuar a corto plazo. Por lo tanto, los Estados, perfectamente alineados con la empresa, se han encontrado desprevenidos ante una emergencia sanitaria «impredecible». Cualquier contratiempo hace que el sistema de salud salte por los aires, produciendo costos en vidas humanas, pero también económicos mucho mayores que los ahorrados con las políticas de recortes. La tercera onda, siguiendo con la metáfora de Farrar, es el impacto social y económico con el aumento del desempleo, la reducción de las economías e incremento de las desigualdades. Esta onda es mucho más amplia. Crecen las dimensiones del impacto de la pandemia entre los trabajadores de todos los continentes. En un nuevo informe sobre el Covid-19, la Organización Internacional del Trabajo advertía el 23 de septiembre que, en los últimos nueve meses, los ocupados habían visto descender en un 10,7% sus ingresos laborales debido a la emergencia sanitaria y las medidas para contener el avance del virus. La fuerte reducción de ingresos para los trabajadores supone un 5,5% del PIB mundial. «La pandemia ha provocado una gran pérdida de horas de trabajo en todo el mundo, que ha dado lugar a su vez a una «drástica» reducción de los ingresos provenientes del trabajo de los ocupados», resumió ayer la agencia de la ONU. La pandemia ha puesto de manifiesto la gravedad de las desigualdades sociales y la enorme ten-

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cuantiosas de la UE, pero nunca suficientes para hacer frente a todas las secuelas sociales y económicas presentes y futuras. E imprevisibles. Hay planteamientos políticos distintos sobre el destino de esas ayudas para salir de la crisis. Las opciones de la derecha neoliberal no son las del Gobierno de coalición y de los partidos que lo invistieron. Aquellas remiten a las puestas en marcha ante la crisis del 2008; estas, de momento, son novedosas y solidarias. Dice bien Farrar que muchos gobiernos podrán caer por las secuelas económicas y el incremento de las desigualdades. Llegamos a la cuarta y más grande onda: la geopolítica. La manera en que las potencias mundiales elijan cuidarse a sí mismas frente al resto del mundo definirá la política global en las próximas décadas. Por ejemplo, a medida que muchos gobiernos se enfrentan a las crecientes críticas por su fracaso percibido o real para proteger a sus ciudadanos, una respuesta natural será culpar a otros. Nacionalismo insolidario. En el Reino Unido se han incrementado los ataques contra grupos inmigrantes, como también en España con los trabajadores temporeros. En los Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha acusado a los jóvenes mejicanos, ha decidido «romper» las relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que para él este organismo ha estado influenciado por China durante la gestión de la pandemia del coronavirus: «China ha ocultado el virus de Wuhan para permitir que se expandiese a todo el mundo, instigando una pandemia global». En la misma línea, Trump ha acusado al país asiático de «ignorar las obligaciones de informar a la OMS», y ha llegado a decir que «presionó a la OMS para que el mundo infravalorara el coronavirus». En contraposición, el presidente de China, Xi Jinping, ha tratado de posicionar a su país como amigo de África, prometiendo las vacunas continentales tan pronto como los ciudadanos chinos las obtengan. Solo el tiempo dirá si la promesa del Sr. Xi fue un verdadero altruismo o simplemente un juego de poder diplomático. Pero deliberadamente diferenciaba a China de Europa y los Estados Unidos. También subrayó el cambio acelerado del poder global de oeste a este. No obstante, todas las secuelas de las cuatro ondas expansivas son corregibles. Para eso existe la política. De las dos primeras ondas, hay que invertir y con prontitud en sanidad pública para mejorar la atención clínica y reducir el impacto de las segundas olas del Covid-19. Hay que invertir para proporcionar

un cambio radical en los diagnósticos, tratamientos y vacunas, y construir sistemas de salud para todos, independientemente de su capacidad de pago. Los impactos sociales, económicos y políticos de la tercera onda también pueden mitigarse. Entre las respuestas más necesarias se encuentran: alivio de la deuda para los países más pobres; inversión para ayudar a la transición digital; apoyo a tecnologías verdes para construir un mundo neutral en carbono; mejor educación para los jóvenes; lucha contra la corrupción; y estructuras e instituciones democráticas mejoradas. Políticas contundentes para mitigar las desigualdades. Debemos ver la pandemia como una oportunidad, para abandonar un mundo y entrar en otro, cuyos perfiles todavía no están definidos, pero que se basa en una agenda de cambio para construir una sociedad más resiliente, solidaria y democrática. Se trata, según la socióloga argentina Maristella Svampa «de una articulación entre la justicia social, la justicia ambiental y la sostenibilidad de la vida». Así, la postpandemia podría traer una valorización de los cuidados en todas las dimensiones de la vida: en cuanto al reparto igualitario de las tareas domésticas, el cuidado de los ecosistemas, de los territorios, de la agricultura, de la salud, educación, el trabajo asalariado y el cuidado en relación a los seres dependientes (niños, ancianos, enfermos, etc.). Las crisis también sirven para despertar conciencias dormidas. Walter Benjamín dijo que el capitalismo nos durmió y que para entender lo que nos pasa necesitamos despertarnos. Hay que recuperar el insomnio como herramienta de concienciación. Despiertos podremos superar el fatalismo o la inacción y hacer posible aquello que hasta hace poco parecía una utopía. Ahí van esas «supuestas» utopías: reformas fiscales progresivas, acabar con los infiernos fiscales, reparto del trabajo, renta básica universal, etc. Por último, está la cuarta onda, está en nuestras manos el camino a seguir. Puede ser el nacionalismo que culpa a otros, ya mencionado. O trabajar juntos para forjar un futuro mejor y compartido. Hay precedentes históricos. La creación tras la Segunda Guerra Mundial de instituciones internacionales como la ONU, el Banco Mundial y la OMS para salvaguardar el orden mundial en diferentes ámbitos. Tales instituciones con sus limitaciones han sido claves en los últimos 75 años. En ellas habrá que hacer profundas reformas, pero son más necesarias que nunca. El Covid-19 no será la única pandemia en el futuro. Y su erradicación, en tanto en cuanto su carácter global, no se podrá llevar a cabo por cada

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Estado a nivel individual. Como defiende Luigi Ferrajoli, sería necesario un constitucionalismo a nivel global. Los Estados son demasiado grandes para las cosas pequeñas, como el resolver los problemas de las ciudades; y demasiado pequeños para las cosas grandes, como las funciones de gobernar y de tutela exigidas en temas globales: crisis medioambiental, terrorismo, narcotráfico, seguridad, paz; y, por supuesto, la pandemia actual, que desborda claramente el ámbito de las fronteras estatales. Termino con las palabras de Arundhati Roy, escritora, periodista y activista de la India, que suponen un fuerte aldabonazo a las conciencias dormidas: «El coronavirus ha puesto a los poderosos de rodillas y ha frenado al mundo como nada más podría. Nuestras mentes aún están dando vueltas sin parar, y anhelan el regreso de la «normalidad», intentan unir nuestro futuro con nuestro pasado y se rehúsan a reconocer la ruptura. Pero la ruptura existe. Y en medio de esta terrible desesperanza, se nos ofrece una oportunidad de repensar la máquina del fin del mundo que construimos para nosotros mismos. Nada podría ser peor que un regreso a la normalidad. Históricamente, las pandemias han obligado a los seres humanos a romper con el pasado e imaginar su mundo de nuevo. Esta no es diferente. Es un portal, una puerta entre un mundo y el siguiente. Podemos optar por cruzarlo arrastrando tras nosotros las carcasas de nuestro prejuicio y odio, nuestra avaricia, nuestros bancos de datos e ideas muertas, nuestros ríos muertos y cielos llenos de humo. O podemos atravesarlo caminando ligeros, con escaso equipaje, listos para imaginar otro mundo. Y listos para luchar por él».

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saber lo que somos FRENTE AL PESIMISMO CARACTERÍSTICO DE LA EDAD MEDIA Y EL BARROCO Alfredo Compaired

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l coronavirus y el nuevo año pueden tener un fin didáctico, para que el ser humano pueda mejorar mediante el aprendizaje, educando y corrigiendo determinados comportamientos, tarea nada fácil para el hombre, creyéndose dios del Olimpo, cuyo pedestal se ha venido abajo, no siendo consciente de su fragilidad. Nada fácil en una sociedad entregada excesivamente a los perfiles de la moda, reservada durante milenios para ricos o para instituciones de poder; pero en la actualidad, fenómeno de masas, «de lo que se lleva», manifestándose la persona, según filósofos y psicólogos, vulnerable e indigente, necesitada de reconocimiento y protección, de comportamientos gregarios, de identificación con el grupo, con la manada. Lo peor es que en el trasfondo, la moda pueda originar cierto control, manipulación sobre lo que debemos consumir, incluso pensar o desear, en cuyo caso no somos nosotros mismos. Martin Heidegger vincula la moda a la existencia inauténtica, el individuo no se responsabiliza de sus actos, vive en la trivialidad, sometido al dictamen «se dice», «se lleva». Hace falta, por tanto, una nueva formulación de lo que somos, un descubrir el secreto del existir, saber para qué y por qué se vive, que diría Dostoievski. Al igual que en el campo electromagnético, el ser va creciendo entre fuerzas atractivas y repulsivas, entre amores, desamores. Esa es la ley de los opuestos desde que nacemos. De ahí la importancia de ser uno mismo. No es fácil serlo en una sociedad multicultural y compleja. Sociólogos y psicólogos, junto a la moda, hablan de la banalidad como epidemia de la modernidad, banalidad en temas trascendentes, en medio de la cual hay que sobrevivir. Nuestro mundo es de máscaras y apariencias, con informaciones tendenciosas o falsas, una cultura basada en el consumo,

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a veces compulsivo, la homogeneidad y publicidad, donde se arrincona cualquier voz disonante, donde los valores quedan suplantados por ideologías. De ahí las palabras de Chéjov, al advertir que no hay nada más deprimente que la banalidad, o el libro de Vargas Llosa «La civilización del espectáculo», sin olvidar a José Saramago cuando habla del enorme show, al quedar desplazada la cultura por el espectáculo. No podemos olvidar la moderna forma de controlar los pensamientos, que aparece en los oligopolios de las compañías tecnológicas, esos gigantes de las redes sociales con poderes superiores a los del Estado, sin contrapesos constitucionales, nueva tiranía corporativa, privando a los ciudadanos de sus derechos y libertades, nueva servidumbre al silenciarse ideas u opiniones. Se nos ofrece parcelación y no totalidad, también en quienes se dedican a la cosa pública, al igual que en diversos medios de comunicación. Cada vez resulta más difícil ser libre en nuestra democracia. Tal vez esos oligopolios sean, en parte, una de las mayores malignidades de nuestro tiempo, que poco a poco va devorándonos sin darnos cuenta. Cada vez es más difícil la identidad, ser uno mismo frente a esos monstruos gigantescos, donde la libertad ya no es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos, Sancho. Con motivo del nuevo año, no se trata de huir de la sociedad, sino de trascenderla a través del discernimiento, prescindiendo de tantas máscaras que no abandonamos ni para dormir. Simplemente, saber lo que somos y lo que queremos ser, recordando el primer verso de las fábulas esópicas: Non bene pro toto libertas venditur auro, es decir, no se vende bien la libertad por todo el oro del mundo. No tiene precio. Por nada puede subastarse nuestra identidad.

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Desperezándonos juntos; un lento despertar Yolanda Sánchez Navascués 2020-21 ha sido de nuevo, por segundo año consecutivo, un curso escolar de los más peculiares y atípicos en nuestra historia de la educación. Tras el último cuatrimestre de 2020, donde la comunidad educativa, como el resto del mundo, se recluía en sus hogares, nuestro centro educativo, como uno más, se veía obligado a dormirse: las persianas echadas, el frío, la oscuridad, el polvo y el vacío se hacían dueños de su biblioteca, sus aulas, sus pasillos… las plantas dejaban de tener sentido y con ellas esa máquina de café se estropeaba definitivamente, donde el pulso educativo se interrumpió bruscamente, latiendo tímidamente tras pantallas, proyectos y videoconferencias… y así vimos y oímos llegar septiembre, asomándose a la puerta lentamente, un nuevo curso académico, que se iniciaba tímidamente y donde, tras ese largo letargo impuesto, el pulso escolar intentaba latir de nuevo, despertándose paulatinamente, como un bebé que inseguro comienza a dar sus primeros pasos por vez primera, como si ese septiembre fuese nuevo en su larga existencia, tambaleándose, con el sostén de unas manos docentes que le sujetaban y que también compartían su inseguridad y sus interrogantes y sus miedos, en las mismas cantidades y medidas, cual recetas de su horno pastelería, que su responsabilidad y deber de proporcionar la estabilidad, el sostén y la normalidad debidas a ese alumnado somnoliento y desorientado, pero más valiente y decidido que nunca, que iniciaba este de nuevo inusual curso 2020-21. Y nos vimos: los rostros ahora enmarcados y cortados en mitad, que también partía en dos la expresividad, la transparencia, la gestualidad, siendo estas tan necesarias para comunicar, transmitir y empatizar, quedando así en gran medida vetadas y

limitadas especialmente para dos de sus protagonistas, profesores y alumnos, pero también para el resto de nuestra comunidad educativa, y por tanto aprendiendo a leer detrás y de otra manera; se inauguraban espacios con corrientes donde nuestro amigo cierzo aprendía a compartir generosamente, donde decidir entre catarros o aerosoles, donde también los sprays, geles, desinfectantes y rutinas diarias varias, ocupaban tiempo y espacio y aparecían en cualquier rincón del aula, pasillos, mesas, bolsos y mochilas, conviviendo con normalidad sorprendente y silenciosa. Y, aunque los espacios interpersonales y barreras varias se imponían, así mismo emergían con más fuerza y seguridad que nunca adueñándose de todos, y más enteras que nunca las ganas, el esfuerzo, la solidaridad y deseo de una nueva, extraña, pero, al fin y al cabo, convivencia, socialización, conversación, rutina, donde imperaba la nostalgia de recuperar lo perdido y que erróneamente se había dado como natural, las clases presenciales, la docencia directa y personal, la atención más individualizada que nunca y al mismo tiempo la conciencia de grupo y la responsabilidad y solidaridad en mayúsculas. Por eso, solo VOSOTROS habéis hecho que todo esto sea posible de nuevo, TODOS juntos hicisteis, le hicimos frente y en ello continuamos, sin rendirse, redoblando esfuerzos y mostrando más valor, entereza y seguridad que nunca porque conseguisteis que 2020-21 se despertase, se reinventase y echase a andar y llegue a la meta, logrando que este sea, y será más que nunca, un curso atemporal, SIN EDAD, pasando a ser por y para siempre un año de historia especial e inconfundible, único entre todos los que haya: GRACIAS A TODOS POR DESPERTAR.

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ESTHER MAZORRA

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La tristeza de los números El otro día fue un día nada bueno. Ya la mañana comenzó con un paisaje con lluvia; eso, habitualmente, me gusta, pero no ese día, sería alguna premonición. Me levanté temprano, como todos los días desde que comenzó esta pandemia. Después de hacer varias cosas por casa fui hacia el trabajo, en esta ocasión era en Huesca, así que el viaje era corto. El viaje era corto, no más de 5 minutos en coche, pero cada segundo deseé un café largo, lleno de energía para pasar toda la jornada con fuerza. Entré en la clínica, en otros momentos llena de gente, no había nadie. Me cambié de ropa de forma automática, intentando que cada prenda fuese una coraza que me protegiese del mal, más de forma psíquica que física. Subí a la primera planta, donde están los enfermos, una compañera, no recuerdo quién, me dijo: —Teresa, ¿sabes que Luisa ha fallecido esta noche? Un rayo cruzó mi cuerpo derritiendo mi coraza como si fuese plástico. Luisa estaba muy enferma, pero no por esperado es más fácil. Enseguida pensé en su marido: ―¿Cómo está Antonio? Pregunté titubeando, porque creo que no quería saberlo. ―Está bien, bastante bien. Ha estado toda la noche rezando y hablándole. Setenta años juntos, dos hijos y los dos muertos, fallecieron en menos de un año los dos, los dos por la misma causa, maldito cáncer, los dos en la clínica. Esta clínica que ahora también le robaba a su mujer por otra maldita enfermedad. También tenían dos nietos, pero mejor no hablar… Desde la partida de sus hijos solo ellos dos, uno junto al otro, y de golpe, con 98 años, estaba solo. Entré en la habitación intentando que al menos en mis ojos no se notase la tristeza y la rabia, lo tomé del brazo y marchamos hacia otro cuarto dejando el cuerpo sin vida de Luisa tras nosotros, para no verlo nunca más, sin poder hacer funeral, tanatorio, ni nada.

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María Teresa Oliván Usieto

Quitándoles incluso la última ilusión de poder descansar en nichos contiguos. El recorrido se hizo largo, él con pasos cortos por el parkinson, pero agradecido porque Luisa no marchó sola. Ya en mi casa, otra vez la alegría con el alboroto de los críos. Sonó el teléfono, era mi hermano: ―Hola, ¿cómo estás? ―Sonó una voz en ese tono que sabes que no trae ninguna buena noticia. ―Bien, ¿y tú? ―Contesté intentando que el momento de la mala nueva fuese cuanto antes y acabar con esa incertidumbre. ―Bien. Te tengo de decir una cosa ―durante unos segundos sonó ese silencio que ralentiza el tiempo― Mustafá ha fallecido. Mustafá era un compañero médico del otro hospital, se jubiló en enero, no tenía más de 66 años, desde hacía semanas estaba en la UCI. Su vida había sido dura, difícil y ahora ya no era vida, solo coronavirus. Dos vidas conocidas y queridas en el mismo día, dos historias tristes y reales que no merecían ese fin. En la televisión sonaba el telediario, todo era felicidad, solo 250 muertos; ¿cuál será el número que corresponda a Luisa y a Mustafá? Escucho esas noticias, según ellos buenas, con lágrimas en los ojos, recordando a todos mis pacientes que ahora son números.

Desde mi ventana Es la época del confinamiento. Todos debemos permanecer en nuestras casas salvo para las labores esenciales. En la radio hablan de lo que se ve desde la ventana de cada uno; aprovechando el nombre del programa «La ventana» de la Cadena Ser. Eso me ha ocupado todo el viaje desde el trabajo hasta mi casa; tengo varias ventanas y desde todas veo lo mismo: siempre vida y muerte.

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Por la mañana, al despertar, todo es oscuridad y sombras, todavía es de noche. Después, durante el viaje a Alcañiz se hace de día, nace, empieza la vida. Desde las ocho hasta las tres mi nueva ventana es una pantalla facial; nuevamente la vida y la muerte. Los enfermos llevan mascarilla, pero sus ojos hablan lo que no se atreve a decir su boca, les da miedo preguntar, escuchas aquello para lo que no están preparados. A veces ves la muerte cara a cara, sabes que en esos ojos no queda mucho tiempo de vida, en horas o días Tánatos vendrá y se los llevará. Lo peor es que será en soledad, sin su mujer o su marido, o sus hijos, tomándolos de la mano; sin poder decir adiós ni que los quieres. Pero muchas veces ves la vida, esos ojos llenos de alegría cuando les dices que el test ya es negativo, que al fin podrán ver a los suyos y salir de ese cuarto donde han estado mucho tiempo, casi secuestrados, demasiados días. Ves la vida cuando intuyes en sus labios una sonrisa cuando ven a sus familiares por otra ventana, la Tablet o el teléfono móvil de los trabajadores bien cubierto por ese papel film de nuestras cocinas. En casa hay muchísima vida cuando vuelvo: los críos, los vecinos en las terrazas, la música,… A las nueve se hace de noche y todo es silencio. Entonces, cuando crees que otra vez viene la oscuridad y piensas en la muerte, ves a tus hijos dormidos en sus cunas y sabes, deseas que haya mucha vida, largas y felices vidas.

Cuando fuimos héroes Hace un tiempo, no mucho, no más de cuatro o cinco meses, los sanitarios éramos personas normales: vecinos de nuestros vecinos, familia de nuestra familia, amigos de nuestros amigos,… que hacíamos las cosas que hace la gente normal: trabajar, comprar, cuidar de nuestros hijos, tomar una caña en el bar,… Esto era así hasta el mes de marzo de 2020. Con la primavera cambian las cosas, y esa primavera no iba a ser diferente. En el camino hacia el estío los sanitarios hemos cambiado nuestro papel en la sociedad, mejor dicho, han hecho que cambiemos nuestro papel en la sociedad. No ha sido un cambio

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buscado, nadie nos lo ha pedido, era necesario continuar trabajando y continuamos. Pero no fuimos héroes, éramos una especie de soldados que van los primeros hacia la batalla con piedras, como en esas películas en las que los labradores van hacia el castillo para luchar contra los equipados soldados, mientras el jefe queda detrás. No, no fuimos héroes, no creo que Supermán, ni Capitán América, tengan miedo, no creo que nada les asuste, que nada les haga daño. Y nosotros estábamos y estamos muy asustados. Atemorizados por lo desconocido, por nuestros hijos, por nuestros padres y abuelos. No me da miedo la muerte, pero me horroriza pensar que mis hijos no tengan madre. Los héroes no lloran y nosotros hemos llorado y lloramos muchísimo. También estamos agradecidos por los reconocimientos, los aplausos de las ocho, incluso por el premio Princesa de Asturias. Pero estaríamos mucho más agradecidos si la gente fuese más cuidadosa, si no pensásemos que el virus ya está muerto. El tiempo va pasando, ya no somos héroes, somos la misma gente que antes; de nuevo llenas las calles, no hemos aprendido nada. Pero lo peor es que me he dado cuenta de que hay personas, sea por ignorancia o por maldad, que son malas. El otro día, después de meses sin ver a mis padres, sin que viesen a sus nietos, fui hasta el pueblo, con todas las medidas de seguridad posibles. Cuando llegué estaba feliz, casi espitosa, al fin en mi pueblo, sin besos, sin abrazos, pero con mis padres. Mi padre y mi madre con lágrimas en los ojos mirando a sus nietos y a su hija desde la terraza… Pero mi vecina, la que siempre traté como a una tía, salió a la ventana y me dijo: ―¿Qué haces aquí? Mejor que no vengas, que no traigas la peste; y tus hijos…tampoco, que pueden estar infectados, espera un tiempo, que estás con los enfermos… Ahora la que lloraba era yo. Entré en el coche y cerré la puerta con rabia… Cuando fuimos héroes y somos villanos. Cuando el orgullo se convierte en pena.

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Sobre «Eso que tú me das»... Laura Martínez Racaj

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l domingo 21 de febrero de 2021 se emitió por fin, y por primera vez en televisión, el documental más visto del cine español de la última década. Una entrevista del carismático Jordi Évole a Pau Donés. Y no cualquier entrevista sino la última, grabada dos semanas antes de que el vocalista del grupo Jarabe de Palo nos dejase a causa de un cáncer. Para muchos era la oportunidad perfecta para verlo desde una perspectiva diferente a la gran pantalla, concretamente desde la distancia que separa el sofá de nuestra casa con el televisor. Con estos tiempos de pandemia que corren, hasta ir al cine es complicado, pero en mi opinión, qué mejor manera que vivirlo desde el hogar, disfrutando de la compañía de los que siempre son refugio. ¿Cómo tiene que ser eso de que te llame de repente uno de los cantantes más conocidos del panorama musical español diciendo que se muere y que quiere que le entrevistes por última vez? Hay que tener talante y entereza. Y Évole la tuvo; al principio sí es el cantante quien va hilvanando con su humor la cadencia de la entrevista, logrando evadir el drama intrínseco del momento y normalizándolo, a pesar de su imagen tan cambiada. Pero finalmente, en vez de una entrevista para la tele parece una conversación entre dos amigos, y esa es justo la humanidad que merecía la ocasión. Me gustó que Pau se quisiese mostrar en su casa del Vall d’Aran, justo en el lugar al que sentía que pertenecía. Que se le llenase de magia la mirada cuando hablaba de los corzos que bajaban por la ladera en esa época del año; pero todavía más que hablase de la tristeza de saber que no vería caer las hojas en otoño o la nieve en invierno. Esa tristeza que parece estar espolvoreada con un ápice de esperanza; porque, aunque sepas que te vas a morir pronto, no quieres que llegue ese momento. Y sueñas, sueñas despierto

con poder vivir esas cosas tan cotidianas que de normal ni nos paramos a observar. Puede haber quien rebata que no siempre es así, y es cierto. «Sabes que cuando se emita este documental ya estarás muerto, ¿verdad?», a lo que Pau respondió con un gesto sencillo pero lleno de valor. Sin bajar la mirada y con valentía. Y es que para afrontar ese tipo de preguntas tienes que tener ganas de vivir, y a él le sobraban. Igual que las que tenía mi padre. Que el cantante contestara «dos meses, o uno...o bueno, dos semanas» cuando Évole se aventuró a preguntarle directamente si sabía el tiempo que le quedaba, me transportó a palabras que mi madre me ha recordado mil veces sobre mi padre: «Ojalá que el jueves me levante y esté lloviendo como dicen, para poder ver y oler la lluvia». En el momento que deseas que pasen cosas tan simples como esa y que incluso «molestan» a la mayoría de mortales, es que has comprendido sobre qué va la vida. Por otro lado, me gustó que se le viese con ese aspecto. No porque fuese agradable ni mucho menos, sino porque lograba así desestigmatizar la imagen de una persona enferma y además hacernos sentir cómodos durante toda la conversación. Aunque cada vez se tiene menos esta concepción, siempre que pidas a la gente que se imagine a una persona con cáncer, a todos se nos viene a la cabeza alguien sin pelo en la cabeza y en las cejas. Y no, el cáncer terminal no es eso (o solo eso). El cáncer terminal puede ser llevar una sonda en la nariz como la que llevaba Pau, o la cara hinchada como la que le recuerdo a mi padre. Es tener la voz resquebrajada, es no poder casi ni hablar o tener que hacer un esfuerzo sobrehumano para ello. Porque eso no sale. Pero seguramente a Pau esa conversación de una horita que a todos se nos hizo corta le costase un cansancio aplomador. Por ello, a las personas que dicen que se esperaban más del documental o

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que les hubiera gustado que fuese más largo (ojo, con toda la buena intención del mundo), sí que me gustaría que se parasen un momento a pensar e intentasen empatizar con el entrevistado. Que simplifiquen y reduzcan hasta el mínimo el mensaje. Cuando das con él, el resto es superfluo. Algo que me llegó muy adentro fue cuando Pau comenzó a hablar de música, y sobre todo de su música. El brillo de sus ojos cuando contó que haberse subido a un escenario una vez más habría sido un sueño. Ese brillo. Esa emoción que siente la gente que no se imagina haciendo otra cosa que su profesión. Cualquier cosa menos llegar al fin de mis días y que no me pase exactamente lo mismo es todo lo que le pido a la vida. También me parece destacable reseñar algo que afecta y que hace la vida difícil a más personas de las que creemos. A Pau se le pasó por la cabeza decir que normalmente los bailes folclóricos son un símil de las personas que provienen de ese mismo lugar. Y sin reparo alguno dijo que qué aburrida era la sardana y que qué aburridos eran ellos, los catalanes. Le dio igual porque, ¿qué importa que lo haya dicho o el «qué dirán»? De verdad, ¿qué importa? Si a él no lo van a recordar por ese comentario o por el ofendidito u ofendidita de turno. Él estaba en paz consigo mismo, él ya había hecho las cosas lo suficientemente bien como para que eso no tuviese ni la más mínima importancia. Ahora bien, en esta vida también hay que ser un caballero. Y él lo fue cuando Évole le preguntó atrevidamente si odiaba a alguien en concreto del panorama musical. Se lo pensó un momento, y sin nombrar a absolutamente nadie, lo dijo todo sin decir nada. Eso es un arte como otro cualquiera. Y sobre los te quiero, los te quiero mirando fijamente a la cara... algo que hay que aprender y que una vez que lo incorporas a tu día a día, no puedes dejar de hacerlo. A él se lo enseñó su hija Sara. A ti te lo podrá haber enseñado tu pareja o tu mascota incluso. Lo importante es aprenderlo antes de irnos de este mundo porque si no, nos perderemos una de las sensaciones y legados más bellos. Durante todo el coloquio hubo momentos mágicos. Yo me quedo en especial con dos: primero, cuando Pau habló sobre su hija. Sobre ese amor tan verdadero que se siente, sobre la rectificación de los errores del pasado y sobre el saber decir lo siento. Hay muchas formas de demostrar esto último, pero él eligió una forma preciosa de hacerlo: recuperando el tiempo que no había podido compartir

con ella por su profesión. Estoy segura de que para ambos fue una lección de vida. Y en segundo y último lugar… me quedo con el final. Con él cantando El sitio de mi recreo de Antonio Vega. Desafinando, con un hilo de voz que cualquiera que le haya escuchado anteriormente no se creería. Algo tan humano, tan puro y frágil… que emociona. Gracias Pau por sentir así la vida. Allá donde estés, vuela. Vuela alto. Eso que tú nos has dado y nos seguirás dando… es enorme.

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Pensamiento y reflexión

móviles para educar APRENDO POR DERECHO José Ramón Olalla

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e vez en cuando salta el titular y reabre un debate que ya debería estar superado. El más reciente proviene de la Comunidad de Madrid y la edición de Público.es del 23 de diciembre de 2019 rezaba así: «La Comunidad de Madrid prohibirá los móviles en los centros educativos a partir del próximo curso». Las razones del gobierno autonómico son tan loables como discutibles: la mejora de los resultados académicos al impedir las distracciones que provocan y evitar el ciberacoso. La polémica viene de lejos: en Francia, tras un año de anuncios por parte del presidente Macron, l’Assemblée nationale prohibió su uso en centros educativos a finales de julio del 2018 y en La Vanguardia de 3 de septiembre de 2018 puede leerse: «Francia vuelve al colegio sin móviles en las clases». Las razones eran más o menos las mismas que las alegadas en Madrid, igual de loables, igual de discutibles. Mi primer impulso es criticar estas medidas por populistas, que algunos gobiernos postmodernos administran la postverdad educativa más median-

te titulares estentóreos que con medidas basadas en los estudios de especialistas y en el diálogo con la comunidad educativa. Es cierto que el uso que niños y niñas, adolescentes y jóvenes hacen de los dispositivos es discutible y lo es, en parte y precisamente, por razón de su edad: los adultos también hacemos una práctica cuestionable de la tecnología, pero nuestro uso de razón legal nos da patente de corso para emplearlos como nos venga en gana y si contestamos un WhatsApp o hacemos una llamada sin manos libres mientras conducimos, se da por descontado que forma parte de nuestra libertad de obrar, lo mismo que cuando, amparados en el anonimato que proporcionan las redes, saltamos la sutil barrera que separa la disensión del insulto y convertimos la crítica en menosprecio o difamación en las redes sociales. Que los menores de edad hagan un buen uso de las tecnologías que evite la preocupante adicción al móvil (recordemos que, según el portal kelisto.es, alrededor del 18.2% de los adolescentes entre 12 y 17 años presentan algún indicio de adicción a Inter-

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PARA SABER MÁS net1 y que, según diversos estudios, alrededor de un 8% son adictos al móvil o a Internet hasta el punto de requerir tratamiento psicológico o psiquiátrico) se convierte en una cuestión de estado y de gobierno y así debe ser porque educar es una cuestión de estado y de gobierno. Pero hay que poner las cosas en su justo término y distinguir entre el uso (lo que hacemos la mayoría, seamos o no adolescentes), el mal uso (la utilización para acosar en una mayor o menor medida que va desde el insulto hasta la amenaza continuada pasando por la difusión de información o imágenes dañinas para terceros, el menosprecio, la difamación, el aislamiento de otros en las redes; la publicación de contenido propio inadecuado como la sexificación cada día más presente en las fotos adolescentes y preadolescentes; el juego y las apuestas; el control del enamorado o la enamorada, etc.), el abuso (excesivo tiempo de dedicación condicionante de otras tareas sean escolares, relacionales o domésticas, el abandono de actividades de ocio socializado, la práctica exaltada sin llegar a ser compulsiva, la irritación si la conexión es 1 Fuentes: datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero de 2019; Escala de riesgo de adicción-adolescente a las redes sociales e internet: fiabilidad y validez (ERA-RSI) de la Universidad del País Vasco (mayo de 2018); Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES).

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imposible o el anhelo expectante de tener tiempo o espacio para conectarse, etc.) y la dependencia, que se caracteriza, como en las demás adicciones, por el uso compulsivo y vital, la incapacidad para controlar el tiempo, los trastornos originados por la abstinencia, el grado de tolerancia (cada vez se necesita con más frecuencia), el abandono de otras fuentes de diversión, etc. Llegados a este punto, es preciso desactivar algunas alarmas y aplicar el sentido común: todo lo antedicho es cierto, tan cierto como lo es que el uso de dispositivos móviles es educativo y mejora el aprendizaje. Usar el móvil en el aula distrae, claro que sí, cuando alguien lo saca para leer o enviar mensajes subrepticios o mirar no sé qué en Internet, igual que la tercera autoridad del estado español lo utilizó para jugar al Candy Crush y matar el tedio que le provocaba el discurso presidencial en una sesión que ella misma presidía, igual que nos distraíamos en la escuela de los años sesenta pasando papelitos con mensajes o que escondíamos tebeos entre las páginas de los libros para ir aguantando la mañana. Usar el móvil en el patio perjudica ese momento que debería de ser de actividad física o relajada para recomponer el ciclo de la atención, pero para eso los patios tienen que estar dotados de juegos que potencien ese esparcimiento, lo mis-

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teléfono hemos conseguido con los móviles en el aula, con una personalidad a la que el grupo quería entrevistar, aunque, reconozco, lo hicimos por Skype; luchar contra el ciberacoso, porque el ciberacoso sólo se puede combatir desde un respeto que se educa mediante los mismos dispositivos desde los que se produce el daño. Enrevesado trabajo combatir el acoso o la adicción si no se forma en un uso racional, ético, razonable, respetuoso, informado, saludable, coherente y, también, libre, (¿por qué no?) de los móviles. Dar por supuesto que prohibirlos en el centro evita el acoso o la adicción es una insensatez que ignora la realidad de una escuela para la vida. Mi experiencia, concluyo, es positiva: porque integrar los dispositivos móviles en el aula no es un capricho sino una exigencia de aprendizaje en aulas donde la vida es un aliciente en lugar de ser un obstáculo, donde no manda el libro de texto ni la obligación de llegar hasta la lección 10 antes de Navidad, donde se aprende por derecho y no por obligación porque el aprendizaje importa más que el contenido; en esas aulas, los dispositivos son aliados y no enemigos, porque esas aulas sólo encuentran aliados. Claro que hay que utilizar el móvil en las aulas, cuando sea necesario y solamente cuando sea necesario para un aprendizaje más rico, porque la ciudadanía digital en la que estamos irremediablemente inmersos necesita personas educadas en un peregrinaje digital donde todo el mundo pretende pescar y la ciudadanía del mañana no quiere ser pez de ningún anzuelo. En ese empeño nadie está tan capacitada como la escuela para educar en las tecnologías para el emprendimiento y la participación.

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mo que los creativos de las empresas tecnológicas tienen salas lúdicas contiguas a sus despachos y un rato de ping-pong puede llegar a ser más productivo que una mañana en el rincón de pensar. Si enumero lo que con mi alumnado hemos producido con el móvil puedo pecar más de pretencioso que de realista y, aún así, olvidaré actividades constructivas de pequeñas tareas competenciales o de proyectos más ambiciosos, pero me arriesgo: consultar una fuente de información y distinguir entre la realidad y el bulo de la posverdad, colaborar (en clase o desde el pueblo) en un entorno digital compartido en la nube, aplicaciones educativas que abarcan cualquier materia y cualquier nivel; lectura de marcadores de realidad aumentada que amplían los horizontes del aprendizaje (y aportan a la lectura de La vuelta al mundo en 80 días, por ejemplo, una dimensión viajera hacia los escenarios de la novela); medir distancias o superficies o temperaturas o niveles de ruido o inclinaciones o cualquier magnitud medible para analizar y obtener conclusiones; leer, escribir, comunicar, crear y compartirlo con iguales y con el mundo; almacenar imágenes de una visita a la Aljafería, añadir impresiones sobre el terreno o grabar las explicaciones de la guía y reelaborarlo en cooperación de regreso al aula; inventariar el arte de los pueblos de procedencia, documentarlo y geolocalizarlo en un mapa público y compartido o documentar en ellos acontecimientos históricos, accidentes geográficos, estudios demográficos o climáticos, lugares de interés geológico o los sitios de procedencia de grupos cada vez más diversos en su nacionalidad; grabar una sesión de prácticas en el laboratorio y recordar para siempre ese experimento o entrevistar a una madre inmigrante o producir un programa de televisión en Youtube que se titule Los de mi pueblo por el mundo, aprovechando algún regreso de los emigrantes de aquí, que los hay, haciendo hincapié en sus motivaciones o sus condiciones de vida documentando el lugar de acogida siempre hostil; publicar el resultado de sus investigaciones en un blog y explicarlos a otros centros en las mismas andanzas; crear rúbricas de evaluación, autoevaluación o coevaluación para valorar sus productos finales; conseguir que Twitter sea la poesía pura de Juan Ramón o crear un muro de Facebook para comentar los libros leídos o suplantar en las redes actuales las conversaciones que mantuvieron Cristóbal Colón y su tripulación en ese viaje donde la tierra a la vista se resistía en llegar; participar en videoconferencias, foros de debate, concursos… Hasta hablar por

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Sin techo en la ciudad de las estrellas David Villafranca

«Coged energías que hace frío ahí fuera». El agente apuntó a unas pizzas enormes, casi como ruedas de camión, y también nos dijo que había café y botellines de agua. Hacia las 7 de la tarde de un martes de enero, ya no quedaba mucha gente en este centro de día de Monterey Park, una de las decenas de ciudades que forman el condado de Los Ángeles (EE. UU.). Pero mientras en la sala contigua unos ancianos apuraban el día charlando y jugando a las cartas, en el salón principal unos veinte voluntarios, acompañados por la Policía Local, nos preparábamos para la semana en que Los Ángeles se mira al espejo y mide sus vergüenzas: el recuento anual de personas sin techo. En 2019, las autoridades del condado de Los Ángeles, donde residen unos 10 millones de personas, aseguraron que 58.936 de sus ciudadanos vivían en la calle. Más o menos, esta cifra equivale a tener a todos los habitantes de una población como Huesca (53.132 personas) sobreviviendo al raso o en tiendas de campaña, sacos de dormir, coches o refugios de cartón. El dato de 2019 fue especialmente escalofriante porque suponía un 12% más de personas sin techo respecto al año anterior. El registro solo de la ciudad de Los Ángeles no fue mejor: en las calles que todo el mundo identifica con el glamur de Hollywood, el brillo de los Óscar y la purpurina de la fama subsistían en la miseria y en condiciones tercermundistas 36.300 personas, un 16% más que en 2018. A pocas semanas de jubilarse, Jim Smith, el afable jefe de la Policía Local de Monterey Park, nos dio la bienvenida a los voluntarios del recuento. Entre ellos estábamos jóvenes y adultos, mujeres y hombres, pero, sobre todo, llamaba la atención que la mayoría eran de origen asiático: a Monterey Park

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la llaman la «Little Taipei» por su gran cantidad de inmigrantes de ascendencia china. «Si viviera en la calle en esta zona, ¿dónde estaría?». Antes de entregarnos las linternas y chalecos para recorrer el barrio, Smith y sus agentes pusieron un vídeo con pistas e instrucciones para el recuento. Lo más importante es que no podíamos entrar en contacto con las personas sin techo por nuestra propia seguridad y por su derecho a la privacidad. «Abrir tiendas de campaña o hablar con ellos está prohibido», decía el vídeo. Entonces, ¿cómo identificar a quien no tiene hogar? Siguiendo un «ABC». A de Apariencia: «Fíjate si la persona tiene varias capas de ropa, una gran mochila o bolsas. Puede que esté cojeando y tosiendo o que tenga el pelo descuidado». B de Comportamiento (behaviour, en inglés): «Empujar un carrito de supermercado lleno de cosas o dormir en el suelo». Y C de Condición, referida a los coches donde duermen numerosos ciudadanos sin techo: «Pueden tener mantas cubriendo las ventanas o muchas multas en el parabrisas». Estos trucos, que nadie imaginaría aplicables a una ciudad del relumbrón de Los Ángeles, también incluían unas perturbadoras pistas sobre lo que las personas sin techo pueden considerar su casa: «Asegúrate de buscar en aparcamientos, bajo puentes, junto a autopistas, en callejones y detrás de contenedores de basura». El epicentro de la crisis de vivienda y del hundimiento moral de Los Ángeles se llama Skid Row. Es un barrio de unas cincuenta manzanas que está pegado al Centro de la ciudad y en donde hay 4.757 personas sin techo. Las escenas de Skid Row no son las del «sueño americano» sino las de la «pesadilla americana»: cientos de tiendas de campaña apiladas en las calles,

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basura y porquería en cada esquina, edificios abandonados o en ruinas, condiciones higiénicas deplorables, y personas vagabundeando en la más absoluta pobreza (muchas de ellas con problemas psicológicos o de drogadicción). Si uno aterrizara con los ojos vendados en el corazón de Skid Row, pensaría que ha llegado a un país subdesarrollado. Además, la miseria no afecta a todos por igual: el 58% de los que viven en Skid Row son afroamericanos y un estudio de 2016 sostuvo que el 90% de las mujeres del barrio ha sufrido violencia de algún tipo. Otro aspecto tan lamentable como chocante es que Skid Row no es un suburbio de indigencia en las afueras y alejado de las autoridades: el límite norte de este barrio está a solo 500 metros del ayuntamiento de Los Ángeles, es decir, a menos de diez minutos andando. En 2017, el relator de la ONU sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos, Philip Alston, visitó Skid Row dentro de una gira por Estados Unidos. «Esto está en una escala que no me esperaba, manzana tras manzana», afirmó a Los Angeles Times. Alston destacó que la falta de aseos públicos en Skid Row era tan alarmante que la ratio de baños por habitante del barrio angelino «no cumpliría los mínimos de la ONU para los campos de refugiados sirios». Días después, este experto, que ha visto en primera persona los efectos de la miseria desde Arabia Saudí a China, confesó a The Guardian su desazón: «Skid Row me deprimió mucho. El infinito goteo de historias horribles. Llega un punto en el que te preguntas qué puede hacer uno sobre esto». En Estados Unidos todo se hace en coche, también un recuento de personas sin hogar, así que los voluntarios de Monterey Park nos dividimos en equipos de tres: uno al volante, otro como copiloto con un mapa, y un tercero para contar las personas sin techo. A mí me tocó llevar en coche a dos chinos que acababan de llegar a California para estudiar Derecho. Con las instrucciones de Google Maps en mandarín, que me traducían al inglés, recorrimos el área que nos habían asignado. Monterey Park es una ciudad con un nivel de vida relativamente alto así que no íbamos a tener mucho trabajo: en el último informe encontraron a 80 personas viviendo en la calle sobre una población total de la ciudad de 60.401 personas. Al final hallamos a un hombre que pasaba la noche en una furgoneta, así que eso fue todo lo que reflejamos en nuestro registro tras una hora de rastreo. Ya de vuelta en el centro de día nos esperaban los policías con un diploma para cada uno: «A David Villafranca, por tu compromiso para mejorar nuestra comunidad asistiendo a las personas sin techo».

PILAR LONGÁS

Al día siguiente, como todas las mañanas, fui al amanecer a pasear por Hollenbeck Park. Todo seguía igual. Varias personas habían dormido solo con unas mantas para taparse al lado de unos aseos portátiles. Junto a quienes iban a hacer deporte estaban los que han convertido el parque en un hogar de último recurso: uno de ellos habla solo todo el rato, otro grita y se golpea la cabeza en ataques repentinos. En el cruce de mi barrio en el que está el ayuntamiento, la biblioteca pública y la comisaría, unas diez tiendas de campaña seguían recordando que en una de las ciudades más ricas del país más rico del mundo no son capaces de conseguir un desarrollo sostenible que no deje atrás a nadie, no logran que el progreso no se sostenga sobre la desgracia y desesperación de los más desfavorecidos. Jeff Bezos, el fundador de Amazon, compró en febrero por 165 millones de dólares la casa más cara en la historia del condado de Los Ángeles. Con más de tres hectáreas de terreno y situada en Beverly Hills, la propiedad cuenta, según The Wall Street Journal, con una mansión de más de 1.300 metros cuadrados con ocho dormitorios y nueve baños. También dispone, entre otros lujos, de dos residencias de invitados, una piscina, una sala de cine, una pista de tenis y un campo de golf. En 2019, este magnate lideró la lista de personas más ricas del planeta con un patrimonio estimado de 114.000 millones de dólares: en su fastuosa nueva casa de Los Ángeles, Bezos solo se gastó el 0,14 % de toda su fortuna.

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pensamiento y reflexión

La prensa alternativa. Revistas locales o comarcales Mariano Coronas Cabrero Director de la revista El Gurrión de Labuerda (Sobrarbe, Huesca), revista que en 2020 ha cumplido 40 años de existencia.

No es pequeña, ni mucho menos, la lista de intentos de fundar y consolidar una publicación periódica en un pueblo, en una comarca, en una pequeña ciudad. Yo mismo podría dar referencias de un par de docenas de intentos en la comarca de Sobrarbe, donde la población es más bien pequeña y muchos los pueblecitos y aldeas. Como consecuencia de intercambios con otras publicaciones de otras comarcas, la lista aumentaría considerablemente. Y si tomamos en consideración los intentos de construir colectivamente una revista escolar, subiríamos el número aún más arriba, pues han sido y son muchos los centros escolares que alumbran y mantienen un medio de comunicación sencillo con la comunidad escolar en la que están inmersos. Todo esto es síntoma de algo, sin lugar a dudas. Yo diría que responde a una necesidad y un deseo de expresar, de comunicar, de compartir, de divulgar, etc., verbos, todos ellos, relacionados con acciones muy humanas y necesarias. En este asunto, hay otro principio básico que no debemos olvidar. Si quienes vivimos o estamos conectados a comunidades pequeñas no escribimos las pequeñas o grandes historias de las mismas, nadie vendrá a hacerlo. Los medios escritos y audiovisuales generales y poderosos tienen otros baremos para medir la importancia de los hechos, de los sucesos, de las aportaciones; en definitiva, de lo que llamamos noticias. Revistas como Ágora, de Ejea de los Caballeros, o El Gurrión, de Labuerda, aglutinan en su entorno a un amplio número de personas, colaboradoras desinteresadas de un proyecto que, a su vez, puede convertirse en un dinamizador cultural de la localidad donde se insertan o de la comarca de pertenencia. Periódicamente, reúnen en sus páginas los

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estudios, las opiniones, las creaciones, los análisis del entorno, pero no solo, porque de nada serviría poner límites a la geografía de los textos; fronteras a las opiniones o alambradas a los poemas. Bienvenidos y bienvenidas sean, quienes se animen a participar en un proyecto coral que trata de dejar una huella escrita de un tiempo y de unas gentes. Y detrás de cada una de esas publicaciones, suele haber siempre una persona o unas pocas personas que las piensan, las animan, las escriben, las divulgan entre una pequeña o amplia comunidad de lectoras y lectores. Si la coincidencia es de varias personas y puede constituirse hasta un amplio consejo de redacción, eso ya son lujos que la mayoría de las que han sido y son, no pueden permitirse, pero esa carencia no les resta valor, sino que pone de manifiesto la fuerza, el compromiso y el convencimiento que son necesarios para asumir periódicamente la publicación. Finalmente, la perseverancia en la acción, da o dará como resultado una amplísima y original hemeroteca que será necesario consultar por quienes, en el presente ya, o en el futuro busquen rasgos culturales, acontecimientos locales o comarcales, creaciones literarias, personas involucradas en dinamizar culturalmente un espacio geográfico concreto (con todas las derivaciones que ello implica). Una hemeroteca construida con bases altruistas, en la que encontrar ―en muchas ocasiones― aquello que los medios generales han pasado por alto: la historia de pueblos y vidas de gente significativa que habitaron un tiempo y un espacio y animaron con su inteligencia y con sus aportaciones la vida cultural de una comunidad, un pueblo, una comarca. Don Antonio Machado escribió un emotivo poema dedicado a D. Francisco Giner de los Ríos,

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maestro de maestros, con motivo de su fallecimiento y hay un verso que apela directamente a nuestro paso por la vida. Lo suscribo y lo recuerdo: «lleva quien deja y vive el que ha vivido». Pues eso, vivamos con intensidad y compromiso y dejemos algo, algún rastro significativo de nuestro paso por la vida. Las revistas culturales, locales y comarcales, recogen muchos rastros de muchas vidas. Deberían

ser objeto de protección, impulso y ayuda para facilitar su publicación. Y, desde la revista El Gurrión, felicitamos a quienes aportan su talento, energía y determinación para hacer posible la publicación de la revista-libro, Ágora, que cumple este año su mayoría de edad. Un hito que merece una celebración en toda regla.

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pensamiento y reflexión

el rincón del neurótico Joaquín Bueno

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esde que mi psicoanalista volvió de su última estancia en el Tibet sus extravagancias no me permiten ni un minuto de reposo. No es sólo que me abrume permanentemente con el relato de sus percepciones extrasensoriales (muchas de ellas, creo yo, producto de lo riguroso de sus ayunos) sino que ahora se dedica a poner en entredicho la conciencia social de Occidente atacando a los fundamentos de su economía. En un correo anterior me hablaba (sic) «de la multitud de oportunistas que se acercan a las organizaciones políticas para hacer de ellas su negocio particular y que desprestigian al conjunto de las buenas gentes que sí creen en el valor de la política como elemento trasformador del bienestar social». Un poco más adelante me aclaraba que «excepto algunas raras excepciones, el mundo de la política es casi siempre un mundo en B, donde las cosas no son nunca lo que parecen, y siempre hay detrás un lado oscuro similar al de las bambalinas teatrales donde las cosas se trastocan o se cocinan, como se dice ahora, para que los privilegios y las componendas queden siempre a cubierto de la mirada poco versada o ingenua del personal y sólo unos pocos, el grupo de los escogidos, están al tanto del relato y de las acotaciones.» Y concluía afirmando que «dejando al margen la honorabilidad de mucha buena gente que se deja la vida por el bienestar de la sociedad, es evidente que gran parte de los políticos están ahí para mantener a perpetuidad la productividad de los negocios de quie-

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nes los sostienen económicamente y que no hay nada en sus actos que se pueda llamar filantropía». Le he contestado de inmediato que sus reflexiones recuerdan mucho a las caducas y trasnochadas soflamas anarquistas. Un hablar por no callar fruto de su inoperancia social y de su desconocimiento de la sociedad de la que se apartó hace ya mucho tiempo y creo que mi opinión no le ha debido sentar muy bien… «Mira, no hay que ser un lince para percatarse de que la realidad desmiente machaconamente a las grandes palabras con las que habitualmente los políticos adornan sus discursos y, como ejemplo flagrante, dime si conoces a algún político europeo que no adjunte a su lista de méritos su lucha inquebrantable y permanente por un planeta más limpio, más ecológico y más sostenible. ¿Sí o no?» A ver, no me interpretes mal… Es verdad que resulta encomiable que Europa aspire a conseguir un medio ambiente más saludable eliminando la contaminación y potenciando tecnologías limpias como la energía eólica o la fotovoltaica y fomentando el uso de los coches eléctricos. Hasta ahí bien. Lo que parece que a nadie le importa demasiado es el precio que se está pagando por ello en otros lugares del planeta y creo que debería explicarse a la ciudadanía que la porquería sólo se está deslocalizando arrinconándose en países donde la pobreza y la miseria física y moral lo permiten , ya que lo que realmente importa son sólo los resultados económicos

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Hazte un favor, querido amigo. Comprueba que lo que te estoy contando son datos objetivos y adjunta al catálogo de despropósitos ecológicos los minerales con los que se fabrica la energía fotovoltaica. Así pues, de energías limpias, nada de nada: son sucias o muy sucias, y lo que ocurre es que no percibimos la suciedad de este mundo impoluto en el que nos movemos porque se la endosamos a quienes no pueden hacer nada por evitarlo. Desde la vieja Europa, paradigma de la «transición ecológica» no vemos ni la miseria ni la degradación del medio ambiente, porque por aquí todo es muy ecológico y muy sostenible y muy estupendo. Y la hipocresía de los mensajes políticos es insuperable, muchacho. Se nos bombardea con la idea de que todo se hace para salvar al planeta de la destrucción, pero lo cierto es que las emisiones de dióxido de carbono siguen aumentando y la contaminación del planeta se sigue agravando día a día. Y, por cierto, respecto a la gestión de los residuos, ¿tienes alguna idea de lo que se hará con los 600 kilos de cada batería cuando el coche eléctrico no esté ya en activo? Yo no. Me gustaría hacerte una apostilla final, más que nada por dejar el tema y porque se me están hinchando las meninges como hacía mucho tiempo que no me ocurría. Así que te diré que estas cosas no ocurrirían si no fuera porque se ha eliminado de la conciencia colectiva el sentido último de la justicia y de la solidaridad. Hace ya muchos años que se abandonó el estudio de las humanidades que caracterizó al mundo ilustrado y se está haciendo realidad la profecía cultural de Ortega y Gasset cuando se refería al hombre-masa, al creciente aumento del número y del poder del hombre-masa caracterizado por la libre expansión de sus deseos vitales. Un ser humano caracterizado por la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia, que no apela a ninguna instancia superior, que se juzga perfecto: los rasgos de lo que él llama «el señorito satisfecho». Así que con esos mimbres no es de extrañar que se hayan elaborado estos cestos. Ahí lo dejo. Todavía no he podido comprobar si es cierto lo que me cuenta o simplemente es un pastiche estructurado recogiendo datos de aquí y de allá cuya veracidad habría tal vez que poner en entredicho, pero a no ser que alguien conozca mejor que yo estos asuntos y quiera ponerle los puntos sobre las íes, yo también lo dejo…

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de las cuentas bancarias y lo que ocurra en otros lugares de este nuestro planeta para sostener «nuestro ecológico mundo» nos importa a todos un bledo. Tal vez todos deberíamos realizar una visita detallada a países como China, Chile o Bolivia de los que se extraen las materias primas que van a alimentar nuestra «sostenibilidad ecológica». He tratado de hacerle ver lo absurdo que puede resultar ir contra corriente en unos hechos tan sensibles e innovadores a escala mundial como son las actividades ecológicas estructuradas para la preservación del medio ambiente y mucho más situarse frente al progreso tecnológico que busca una salida a los efectos nocivos de la energía basada en la combustión del carbón o del petróleo. Adjunto textualmente su respuesta y que cada cual extraiga sus propias conclusiones. Dicho así ―me contesta― claro, pero es que no es oro todo lo que reluce, ni las cosas son así de simples. Mira, respecto a los coches eléctricos que parecen ser la joya de la corona en términos ecológicos, todo el mundo debería saber que para construirlos se necesitan al menos 80 kilos de cobre, o que sus baterías necesitan grandes cantidades de grafito. ¿Sabes de dónde se extraen esos minerales y a qué precio? Pues mira, el grafito se extrae en el norte de China donde está la mayor mina del mundo y de ella se nutre fundamentalmente el mercado mundial. Ese hecho es bastante conocido entre la ciudadanía europea, pero apenas se habla de que la extracción del mineral satura el aire de ácido clorhídrico, destroza los pulmones de los obreros y campesinos del entorno y contamina para siempre jamás enormes zonas del país que nunca volverán a recuperarse. Y respecto al cobre, la mayor parte se extrae de las minas de Chile. El coste ecológico y los riesgos a la salud que su extracción conlleva son inimaginables. Fíjate que para el lavado del mineral en esas minas se detraen de los acuíferos cercanos ya sobreexplotados, unos 2.000 litros de agua por segundo y que los miles de toneladas de residuos tóxicos que se generan en el proceso se abandonan a lo largo y ancho de miles de kilómetros del entorno. Y la tragedia no acaba ahí pues, después, el mineral se traslada a Antofagasta una ciudad que debe andar hoy día por los 300.000 habitantes. Si decides ir allí no te pases por la zona portuaria ni por los barrios obreros adyacentes pues el aire está saturado de metales pesados. Todo el mundo en la zona sabe que debido a ello un diez por ciento de la población padece cáncer de pulmón, pero por estos lares europeos solo se habla de la bondad de lo que llaman «energías limpias».

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Objetivos de Desarrollo Sostenible LA URGENTE NECESIDAD

del desarrollo sostenible Alfonso Cortés Alegre Colectivo «Atlántida-Aragón»

Tal vez seamos la primera generación que consiga poner fin a la pobreza, y quizás seamos también la última que todavía tenga posibilidades de salvar el planeta.

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l autor de este artículo recoge la filosofía y los planteamientos del Proyecto Atlántida, del cual es miembro. Actualmente, y en colaboración con COTEC, se están desarrollando proyectos de formación en los centros educativos de España para elaborar una nueva propuesta curricular que incluya nuevos contenidos que deberían trabajarse en los colegios e institutos. Se recogen en cursiva las aportaciones de Florencio Luengo y José Moya, miembros destacados del «Proyecto Atlántida». Vivimos en una época en la que se puede decir, sin riesgo a equivocarnos, que el comportamiento de los seres humanos es la fuerza más poderosa para la transformación del planeta. Los dos procesos que están modelando nuestro mundo, la globalización y la digitalización, son procesos impulsados por los seres humanos y, ambos, están cambiando profundamente las condiciones de habitabilidad del planeta Tierra, nuestra casa común. De modo que, nunca como ahora, es necesario que cada país, cada región de la Tierra, cada ciudad y cada familia, se comprometa con un desarrollo humano sostenible, porque el impacto de nuestros comportamientos tendrá una repercusión directa en el planeta que habitamos. Superar este reto requiere un cambio profundo de mentalidad, es decir, del conjunto de ideas, creencias,

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actitudes y, sobre todo, de prácticas sociales que hagan posible tanto la convivencia pacífica, como la preservación de las condiciones del planeta. Necesitamos encontrar no solo un modelo de producción y de consumo de bienes y servicios responsable, sino también un nuevo estilo de vida que contribuya a lograr un desarrollo humano sostenible que garantice ambas premisas. Las incertidumbres del futuro inmediato son muchas: Una profunda revolución tecnológica, un proceso de mundialización de la economía, un proceso de globalizaciones múltiples, una creciente desigualdad, y junto a todo ello, somos cada vez más conscientes de que estamos poniendo en riesgo las condiciones de habitabilidad del planeta Tierra. La Organización de Naciones Unidas (ONU) define así nuestro mundo: «Miles de millones de nuestros ciudadanos siguen viviendo en la pobreza y privados de una vida digna. Van en aumento las desigualdades, tanto dentro de los países como entre ellos. Existen enormes disparidades en cuanto a las oportunidades, la riqueza y el poder. La desigualdad entre los géneros sigue siendo un reto fundamental. Es sumamente preocupante el desempleo, en particular entre los jóvenes. Los riesgos mundiales para la salud, el aumento de la frecuencia y la intensidad de los desastres naturales, la escalada de los conflictos, el extremismo violento, el terrorismo y las consiguientes crisis humanitarias y desplazamientos forzados de la población amenazan con anular muchos de los avances en materia de desarrollo logrados durante los últimos decenios. El agotamiento de los

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ODS

recursos naturales y los efectos negativos de la degradación del medio ambiente, incluidas la desertificación, la sequía, la degradación de las tierras, la escasez de agua dulce y la pérdida de biodiversidad, aumentan y exacerban las dificultades a que se enfrenta la humanidad. El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestra época y sus efectos adversos menoscaban la capacidad de todos los países para alcanzar el desarrollo sostenible. La subida de la temperatura global, la elevación del nivel del mar, la acidificación de los océanos y otros efectos del cambio climático están afectando gravemente a las zonas costeras y los países costeros de baja altitud, incluidos numerosos países menos adelantados y pequeños Estados insulares en desarrollo. Peligra la supervivencia de muchas sociedades y de los sistemas de sostén biológico del planeta». Estos «datos numéricos fríos», obtenidos de informes oficiales del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD-ONU), demuestran la situación de «emergencia» a la que hemos llegado: •

• •

Los 795 millones de personas que actualmente pasan hambre pueden llegar a 2.000 millones de personas en 2050. Cada día, alrededor de 1.000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene. La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial. Más de 1.000 millones de personas aún no tienen acceso a agua potable. El ser humano está contaminando el agua más rápido de lo que la naturaleza puede reciclar y purificar. Más del 80% de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento. La mitad de la humanidad, 3.500 millones de personas, vive hoy en día en las ciudades y se prevé que esta cifra aumentará a 5.000 millones para el año 2030. Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. Si todas las personas del mundo utilizarán bombillas de bajo consumo, el mundo se ahorraría 120.000 millones de dólares al año. 2.000 millones de personas en todo el mundo tienen sobrepeso o son obesas. En la actualidad, 244 millones de personas viven fuera de su país de origen.

JORGE RAMÓN

La migración internacional, el comercio justo y las reglas de inversión, las amenazas internacionales y el cambio climático, requieren un sistema de gobernabilidad mundial. La Asamblea General de la ONU sugiere este futuro: «Aspiramos a un mundo sin pobreza, hambre, enfermedades ni privaciones, donde todas las formas de vida puedan prosperar; un mundo sin temor ni violencia; un mundo en el que la alfabetización sea universal, con acceso equitativo y generalizado a una educación de calidad en todos los niveles, a la atención sanitaria y la protección social, y donde esté garantizado el bienestar físico, mental y social; un mundo en el que reafirmemos nuestros compromisos sobre el derecho humano al agua potable y al saneamiento, donde haya mejor higiene y los alimentos sean suficientes, inocuos, asequibles y nutritivos; un mundo cuyos hábitats humanos sean seguros, resilientes y sostenibles y donde haya acceso universal a un suministro de energía asequible, fiable y sostenible. «Aspiramos a un mundo en el que sea universal el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación; donde se respeten las razas, el origen étnico y la diversidad cultural

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ODS

MAIALEN PARDO

y en el que exista igualdad de oportunidades para que pueda realizarse plenamente el potencial humano y para contribuir a una prosperidad compartida; un mundo que invierta en su infancia y donde todos los niños crezcan libres de la violencia y la explotación; un mundo en el que todas las mujeres y niñas gocen de la plena igualdad entre los géneros y donde se hayan eliminado todos los obstáculos jurídicos, sociales y económicos que impiden su empoderamiento; un mundo justo, equitativo, tolerante, abierto y socialmente inclusivo en el que se atiendan las necesidades de los más vulnerables. «Aspiramos a un mundo en el que cada país disfrute de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible y de trabajo decente para todos; un mundo donde sean sostenibles las modalidades de consumo y producción y la utilización de todos los recursos naturales, desde el aire hasta las tierras, desde los ríos, los lagos y los acuíferos hasta los océanos y los mares; un mundo en que la democracia, la buena gobernanza y el estado de derecho, junto con un entorno nacional e internacional propicio, sean los elementos esenciales del desarrollo sostenible, incluidos el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social, la protección del medio ambiente y la erradicación de la pobreza y el hambre; un mundo en que el desarrollo y la aplicación de las tecnologías respeten el clima y la biodiversidad y sean resilientes; un mundo donde la humanidad viva

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en armonía con la naturaleza y se protejan la flora y fauna silvestres y otras especies de seres vivos» (Organización de Naciones Unidas). Para ser claros, debemos ser conscientes de que, en este momento, la Humanidad se enfrenta a un reto sin precedentes: seguir contribuyendo al desarrollo humano y al desarrollo social, pero garantizando las condiciones de habitabilidad del planeta Tierra, nuestra casa común, a las futuras generaciones. Sabemos que los comportamientos humanos de los últimos siglos han llevado a una situación de extrema gravedad a los sistemas naturales, sociales, económicos… y que las soluciones de futuro, pasan por importantes y drásticas modificaciones del comportamiento y la mentalidad de toda la Humanidad. Lo que no sabemos es si seremos capaces de crear un nuevo estilo de vida sostenible que no solo promueva nuevos comportamientos, sino que ante todo genere nuevas prácticas sociales que puedan servir como referencia a la creación de un estilo de vida sostenible. Los objetivos del desarrollo sostenible (ODS) y la Agenda 2030 son una llamada a la acción conjunta de gobiernos e instituciones, empresas, sector privado, sociedad civil, personas como TÚ, asociaciones, colectivos, etc. Los ODS persiguen un mundo más igualitario y habitable desde la sostenibilidad medioambiental, económica y social con dos grandes aspiraciones: 1.

La prosperidad, paz e igualdad de oportunidades entre personas para garantizar el fin de la pobreza y gozar de educación, agua, energía limpia…

2.

La protección del Planeta Tierra.

La filosofía de la Agenda 2030 representa «otra» forma de actuar en el mundo: un nuevo contrato social que no deje a nadie atrás. Teóricamente todos los países están de acuerdo y lo han firmado. ¿Y la práctica? Para saber más: https://www.un.org/sustainabledevelopment/ es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/ https://atlantida-aragon.blogspot.com/

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ODS

Las paradojas de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) Carmelo Marcén Albero

No resulta fácil hablar de este asunto de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible): tengo problemas para decir lo que quiero decir sin negar lo que no quiero negar. Quizás sería mejor no decir nada, ni negar ni afirmar, refugiarme en la neutralidad y dejar que todo corriera su curso. Sin embargo, me atengo a la petición que me han hecho y adelante. Me imagino en el ágora de cualquiera de las localidades de las Cinco Villas ―esta revista lo es―, sentado en la plaza y hablando con la gente. Entran en la conversación los ODS. Repaso lo que sé de ellos. Simplificando, en una interpretación libre, diría que son algo así como un cuaderno de viaje acordado entre muchos gobiernos de países dentro de la ONU para que en todos estos se mejore cada día más la vida de toda la gente en asuntos tan claves como el hambre, la pobreza, la salud, el trabajo, la educación, la igualdad de género, el agua disponible, el acceso a la energía, y más cosas importantes de las que cualquiera puede tener mucha información con una simple búsqueda en Internet. En el momento de redactar estas líneas la he hecho y me han salido 2 310 000 entradas. Pero claro, desde esta tierra, y parece que en el mundo pasa lo mismo, simplemente el hecho de descifrar el significado de sus siglas trae las primeras dudas, o paradojas, si lo prefieren. No se entiende del todo cómo se compaginan desarrollo, aquí se entiende como crecimiento, y sostenible, que a menudo flirtea con sostenido; es decir para siempre. En el horizonte próximo de las Cinco Villas desde donde ahora pienso, en la mirada hacia el mundo, se me agranda la confusión: ¿Se puede mantener un crecimiento sostenible siempre? ¿Acaso unos países sí y otros no? ¿Se concibe para todas las per-

sonas o solo para unas cuantas? ¿Qué ganamos y perdemos con ello los de aquí y el resto de la gente? Vaya por delante mi creencia de que los ODS son el camino más adecuado para acercarnos al futuro sin excesivos contratiempos, que los habrá; en este asunto no soy neutral, más bien un activista reflexivo que mira constantemente a su alrededor. Será por esa razón que me acecha la incredulidad, razonada a veces, si bien temerosa casi siempre, de si sabremos encontrar las balizas que nos guíen en la consecución de los fines o metas que los ODS plantean. Ahí, parcial como soy, quiero ver la esencia que los mueve, que ante todo se hace visible en su presencia diaria en la sociedad o en cómo actúan las personas que más llaman la atención, sean dirigentes o pertenezcan al mundo empresarial. Porque en este asunto, el camino que cada cual recorre ―con creencia o simplemente con pensamiento de utilidad o forzado por las circunstancias― es mejor hacerlo con el acompañamiento de otras personas que faciliten la comprensión de las balizas sociales o ambientales que dicen marcar los ODS. No cabe duda de que es necesario conocer cualquier cosa para desearla. Conocer es también abarcar, incorporar, sumar si se quiere, para opinar, creer y juzgar; para interpretar, pues ahí está el quid de la cuestión. Pero sobre todo para abrazar e implicarse. Tal vez sea la complejidad del asunto ODS la que nos impide la comprensión sencilla e inmediata sobre qué hacer y cómo. Una alerta cariñosa: ignorar sin más ante tamaña complicación no nos exime del compromiso. Para lograrlo, hay sociedades más preparadas que otras, algunos científicos hablan del medio rural como ejemplo de lo posible. Pero no olvidemos que la mejora de

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ODS

INÉS MUÑOZ

una pequeña parte de los ODS ―hambre y pobreza cero, educación de calidad, salud universal, etc.―, en cualquier país, siempre quedará inconclusa porque el mañana modifica muchas cosas anteriores y traerá diferentes necesidades. Las sociedades no dejan de cambiar, aunque no siempre siguen consignas políticas. Hay que celebrar que los ODS estén presentes en buena parte de los discursos políticos de los últimos meses; no hay gobernante ni partido que los critique. Congratula escuchar a regidores de algunas de nuestras grandes ciudades y a presidentes de comunidades autónomas que están decididos a elaborar su «Estrategia de Transición Ecológica

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y Lucha contra el Cambio Climático», que tienen planes de ODS en ayuntamientos, comarcas, diputaciones, gobiernos autonómicos. ¡Qué decir del Pacto Verde propuesto por la Unión Europea!, que ya fue aprobado en el Consejo Europeo del viernes 13: cero emisiones de dióxido de carbono en 2050. Atendamos a las palabras de Frans Timmermans, el vicepresidente de la UE encargado de impulsar este pacto: «El coste de no hacer nada es mucho más alto que el de actuar». A su vez, por todos lados emerge una nueva paradoja que debemos analizar desde aquí mismo, en Aragón: dedicar dinero a hacer una sociedad progresivamente implicada en los ODS, aunque se tengan dificultades presupues-

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ODS

tarias y cuestione en sí misma algunas actividades empresariales. ¿Es un gasto o una inversión? En mi reflexión me pregunto si, aun cuando todos hablan bien de ellos y se nombran como los remedios a las crisis que nos amenazan, no se pensará que los ODS son el bálsamo milagroso, que con solo nombrarlo todo lo cura. Vuelvo al principio para dudar de que sea sencillo conjugar desarrollo con sostenible y además hacerlo a escala mundial, empujando desde nuestra casa; otra paradoja difícil de enlazar. Parece oportuno analizar si lo que realmente nos proponen es aprender a gestionar bien la diversidad de realidades, en cada país o en el conjunto global, para imaginar otros porvenires. Habrá que entrar en ellos con bastante racionalidad, hacerlo de la forma más democráticamente posible. Hay gente que al invocarlos confunde homogeneidad (casi imposible dada la singularidad de cada caso, regional o estatal, de cada país) con llegada en igualdad y al mismo tiempo a la meta (muy improbable siendo tan diferentes los puntos de partida). Quizás convendría fijar a ellos la idea de equidad (necesaria aproximación paulatina al disfrute universal de servicios sociales básicos y una serie de derechos humanos). En este propósito, sí tienen un papel principal en forma de justicia social. En esta nebulosa «odesiana» transitan los ecos de la más grande de todas las paradojas: a medida que aumenta el nivel económico de un país o región y, consecuentemente la capacidad de consumo, se incrementa la aportación al deterioro del medioambiente físico y social, y no solo próximo. Difícil entender a cualquier gobierno que solo piensa en el crecimiento anual del PIB y a la vez apuesta por los ODS. Qué decir de esa camiseta de marca o del equipo favorito que ilusiona a los jóvenes, incluso luchadores por lo colectivo, que ha sido elaborada por tierras del Índico con algodón que seca los acuíferos, en condiciones de trabajo indigno, sobre todo con las mujeres y niños, que laminan un poco la pobreza, pero les impiden ir a la escuela. Trabajos por los que se les paga una miseria en relación con lo que aquí se cobra y solamente engordan las cuentas de unas pocas marcas en una clara muestra de injusticia social. Aquí dos pequeñas trazas de la difícil gestión social. Al tiempo, hay otro asunto que intranquilizada a mucha gente: solo tenemos un planeta. En la actualidad, 1 300 millones de chinos y otros tantos millones de indios ―por citar solo algunos que permanecen en espera, podríamos hablar de las apetencias o necesidades de los que vivimos por

aquí, y no digamos nada de los pobres de los países más pobres― quieren vivir como un norteamericano medio. Este, a su vez, no quiere perder ni sus vehículos todoterreno, ni los centros comerciales donde se atiborran de consumo. Cada año que pasa, la despensa Tierra se vacía antes ―el 29 de julio de 2019 acabamos con todo lo que la tierra produce en un año, a partir de ese día se vive de los ahorros―. Sin embargo, los demandantes de cosas se agolpan en las vitrinas del planeta. Cualquiera que observe de manera reflexiva los ODS piensa, y no llega a encontrar el quid de la cuestión, cómo se compaginan el «Objetivo 8. Trabajo digno y crecimiento económico» con el «Objetivo. 12. Producción y consumo responsables». La dificultad todavía es mayor si se atiende a las metas que la ONU ha marcado para cada objetivo. En fin, una nueva paradoja: aislados los ODS podemos entenderlos, relacionados la cosa se complica; y por si esto fuera poco, solo pueden ser trascendentales si se entienden en sus relaciones. Aunque reconozcámoslo: la moda «odesiana» nos hace sentirnos bien, da la impresión de que reconciliamos un poco nuestra autoestima con las amenazas que nos acechan. La tormenta de sostenibilidad ―tabarra lo llaman en algún sitio― es recurrente. El sello de los ODS está por todas partes, hasta la televisión lo ha incorporado; seguro que cualquiera lo identifica. Una gran compañía eléctrica, de esas que tanto contaminan y que tiene a los consumidores en un puño, patrocina una selección deportiva femenina de la cual quiere hacer el estandarte de la sostenibilidad. Ya sabemos: salud, deporte, mujer, ecología y más cosas. Pero claro, además dice que va a compensar las emisiones que genere el equipo y nos va a vender a todos energía renovable, que la compramos mucho más porque nos venden el patrocinio verde. El asunto admite muchas perspectivas. Todo esto nace ―los ODS que la ONU se empeña en enseñarnos― por el miedo a que haya una especie de apocalipsis ecológica, que tendría sin duda sus graves dimensiones económica y social. Su afectación será diferente según estratos sociales. Si se da el desastre anunciado, los pobres sufrirán más que los ricos, por más que los ricos han empujado la tragedia con sus desmanes. Pensemos en la emergencia climática, que ya está afectando mucho más a los países pobres, a los cuales casi nadie hizo caso en la Cumbre del Clima de Madrid recién acabada; la UE un poco sí. Actuar cerca para llegar lejos; deben hacerlo ya los ricos para alegrar el futuro de los pobres. Semejante paradoja es contraria a cualquier

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lógica. Sin embargo, deberíamos buscar la justicia futura, aunque no se haya hecho visible en la historia pasada. La perezosa neutralidad ante lo que se mueve en el mundo seguro que trae males más que bienes. Otro contrasentido más viene en forma de encuestas pro-ambientales. Estas hablan de lo preocupada que está la gente, pero no es lo mismo creer que obrar en consecuencia. Además, ese chaparrón a favor del medioambiente escampará algún día. Entonces debemos recordar que la lluvia, la fuerza ética sobre la que descansan los ODS, se aprovecha mejor si cae finamente, penetra con menos dificultad hasta nuestro suelo emocional; así es posible que haga germinar deseos y sentimientos, que como colectivo elevemos nuestras demandas y exigencias a quienes nos gobiernan. Por eso, habrá que insistir en recordar dónde estamos y hacia qué lugar queremos ir y cómo. Eso son, más o menos, los ODS enclavados en las Agendas 2030, que hay que rellenar ya y revisar a menudo. La verdad viene a veces en forma de datos, que nos sumen en la tristeza pero deben ser un acicate para la lucha. Según el último informe SDG (ODS) UE2019, del pasado noviembre 2019, elaborado por la SDSN (Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible) y el IEEP (Instituto de Política Ambiental Europea), quienes más saben del asunto, ninguno de los 28 países de la Unión Europea está en camino de cumplir los ODS para 2030. España, colocada en el puesto 14 de 28, no tiene ningún ODS plenamente logrado. Le quedan desafíos importantes en 2. Hambre cero, 8. Trabajo decente y crecimiento económico (con tendencia favorable), 14. Vida submarina y 15. Vida en los ecosistemas terrestres (con tendencia decreciente). Todavía hay margen de mejora en el resto, si bien en algunos, como educación de calidad se está en camino de lograrlos. Esto no quiere decir que en algunas metas y objetivos la tendencia no mejore moderadamente, pero en bastantes (hambre cero, educación de género, reducción de las desigualdades) se ha estancado. Al final, o de entrada, quién más quién menos, llámense gobiernos, empresas o ciudadanía, dice que quiere trabajar por el asunto, si bien ni unos ni otros saben bien cómo hacerlo, cómo superar sus incoherencias, que las hay. Dice un proverbio ético que todo lo que hay que hacer por la sociedad global, hay que hacerlo ya. Además un desafío sin precedentes exige actuaciones sin precedentes. Siempre en alianza moderna ―la que multiplica a pesar de las discrepancias― entre los colectivos que se

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nombraban al principio de este párrafo. Pase lo que pase, «En algún lugar, allá afuera, el mundo debe tener un fin (colectivo)». No será fácil encontrarlo ni menos darlo por concluido pues «Todo principio no es más que una continuación, y el libro de los acontecimientos siempre se encuentra abierto a la mitad». Las ideas entrecomilladas, tocantes también con la paradoja de una sociedad que se busca a sí misma, pertenecen a Wislawa Szymborska, que siempre nos ilumina el camino. Me doy cuenta de que soy un caso perdido, incapaz de exponer seguridades. De haber sido neutral no hubiera necesitado tantas palabras para explicar algo de los ODS.

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Renuncias personales Paula Esteban Martín

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ímos el término sostenible prácticamente a diario. Lo manejamos en nuestras conversaciones cotidianas como si de un concepto abstracto se tratara. Lo aplicamos a casi cualquier actividad: agricultura sostenible, moda sostenible, desarrollo sostenible. Pero siempre con distancia, con prudencia. Como si el término quemara. Pareciera que la responsabilidad de hacerlo real dependiera inevitablemente de los demás, de los que tienen más poder que la ciudadanía de a pie, cuando de facto el desarrollo sostenible solo será posible el día que de forma individual nos hagamos conscientes de que nuestras acciones cotidianas son las que producirán el cambio. El ansiado cambio implicará renuncias personales, o no será. El desarrollo sostenible no es una utopía, es un compromiso. No es un concepto, es un horizonte al que dirigirnos. Como decía Eduardo Galeano, «gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo». Esa gente pequeña no son los otros, somos nosotros. Los seres humanos hemos modificado la faz de la tierra de forma irreversible en los últimos 200 000 años, de forma implacable y a un ritmo vertiginoso. Conquistamos todos los territorios, nos asentamos en todos los medios, transformamos todos los paisajes. Conseguimos cultivar la tierra, extraer

del suelo tantos materiales como nos fueron útiles. Fabricamos automóviles para trasladarnos de un sitio a otro, para dominar las distancias y los tiempos. Conseguimos tener viviendas confortables, desafiar el frío y el calor, modificar los ecosistemas para obtener de ellos el máximo beneficio. Y en el camino perdimos de vista que ninguno de estos recursos era ilimitado. Nos pudo el ansia de poder y de bienestar, defecto común de nuestra especie. Y ahora miramos cabizbajos la situación que hemos generado y nos amparamos en el pesimismo y la negatividad para no hacer nada al respecto. Hablamos de cambio climático y nos llevamos las manos a la cabeza. Educamos a los más jóvenes para que sean conscientes del mundo que están heredando. Pero de poco sirve ser consciente si no cambiamos los hábitos. Escaso valor tiene la sensibilización, bienintencionada en la mayoría de los casos, si no va pareja de una transformación. Es demasiado tarde para ser pesimistas. El término sostenible nació en 1987 en el famoso informe Brundtland, elaborado para la ONU por varios países. El significado a simple vista parece sencillo: «Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades». Tiene sentido, sin lugar a dudas. Parece obvio que si poseemos un recurso X y queremos que no

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XUANYI WANG

se agote, habremos de aprovecharlo teniendo en cuenta que una reserva de ese mismo recurso debe quedar disponible para el futuro, considerando la tasa de regeneración del mismo. El suelo fértil desaparece cada día. Los datos son alarmantes. Toneladas de suelo fértil son contaminadas por el uso de agrotóxicos quedando yermos y desérticos. El agua, los bosques, las zonas incendiadas, los acuíferos contaminados, la capa de ozono. No podemos esperar que los lamentos y la indignación que nos producen estos datos nos anestesien y nos paralicen. La pregunta siempre es la misma: ¿qué puedo hacer yo? La respuesta, en cambio, es distinta para cada persona. Sin negar que las grandes empresas y los responsables políticos tienen un mayor poder en cuanto a decisiones a gran escala se refiere, la ciudadanía posee el verdadero motor de cambio. ¿Pero estamos dispuestos a usarlo?

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Según la misma Constitución dice en el artículo 45: «Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo». Ahí es donde reside la clave, en el deber que va paralelo al derecho y unido a él de forma indisoluble. Nos gusta disfrutar de paradisiacos paseos por la montaña y veranear en idílicas playas. Pero a la hora de sacrificar algo para conseguir este objetivo somos más dubitativos. La publicidad nos bombardea cada minuto de nuestra vida, generándonos necesidades ficticias que terminamos por considerar reales e imperiosas. Elegir si seguir el camino que nos marca o no es la única de las pocas libertades que nos quedan. Queremos cambiar de ropa cada temporada. Si no es de ropa, es de móvil; si no, de ordenador. Cada decisión como consumidores nos define y modifica nuestro pequeño mundo, de modo que no deberían

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ser tomadas de forma irresponsable. Si entendiéramos que la industria textil low cost normalmente esconde costes ambientales y sociales que perpetúan las prácticas injustas en muchos países, seguramente pensaríamos dos veces antes de comprarnos esos pantalones que no nos hacen falta. La moda sostenible es cara, si miramos el precio en valores absolutos, indudablemente. Pero lo es porque las personas que han participado en su proceso han recibido un salario justo, porque los materiales que se emplean en su confección están certificados, porque proporciona información acerca de su origen y su trazabilidad. Lo mismo sucede con la tecnología. Quien más quién menos ha oído hablar de la industria del coltán, o de cómo los restos tecnológicos de nuestro llamado primer mundo (partiendo de la mal concebida idea de desarrollo económico como sinónimo de bienestar) van a parar a vertederos de países en desarrollo donde la legislación es más laxa en materia de residuos. ¿De verdad necesitamos cambiar de móvil cada dos años? ¿Es realmente imprescindible que en cada casa haya tres tabletas? ¿Y el acto cotidiano de comer? Si al menos durante un minuto nos dedicásemos a mirar la etiqueta del producto que vamos a ingerir y nos decantásemos por aquéllos de kilómetro cero, reduciríamos las emisiones de carbono en un alto porcentaje. Si lo hiciésemos todos y todas. Si gastásemos unos minutos más de nuestra ajetreada existencia en elegir de forma consciente. La agricultura ecológica es aún poco significativa en relación a la agroindustria. Los pesticidas se siguen usando en enormes campos de monocultivos. Las plagas se hacen cada día más resistentes y nuestras necesidades cada día más altas. Sabemos que el consumo de carne en nuestro país excede la cantidad considerada sostenible. El gasto de agua que produce la ganadería es vertiginoso. Pero cada semana decidimos que no nos queremos privar de aquello que nos proporciona un inmediato bienestar. Hay mucha información a nuestra disposición, pero suele ser más cómodo ignorarla. Nos podemos negar a nosotros mismos que tenemos poder para eludir nuestra responsabilidad y depositarla por completo en manos de políticos y empresarios. Pero solo estaremos acelerando el proceso. Sostenible es usar la bici y el transporte público siempre que sea posible, compartir coche, reciclar o aún más importante, reducir el consumo. Sostenible es desarrollar un sentido crítico a la hora de

consumir cualquier bien. ¿Estamos dispuestos? O mejor dicho: ¿estamos preparados? Porque quizás ese es el problema, que nuestro egoísmo no nos deja ver que la verdadera decisión es empezar a hacer renuncias personales en beneficio del bien común, del bien global. Y eso sí que es una epidemia de nuestra época actual.

ADRIÁN MATEOS

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ODS y los derechos de la infancia Iván Heredia Urzaiz La educación es un derecho universal que está amparado por la Declaración Universal de Derechos Humanos (art.26, 1948) y, en el caso de la infancia, ratificado en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989). Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) van un paso más allá. Si las normas anteriormente citadas pretendían garantizar una educación gratuita en la instrucción elemental y fundamental, los ODS defienden que la educación sea además de calidad, ya que las oportunidades de aprendizaje son esenciales para el desarrollo de una vida plena y productiva para todas las personas. Este objetivo persigue la matriculación de todos los niños y niñas en la escuela y, frente a lo que se establecía en los Objetivos del Milenio concretados para el periodo que va del año 2000 al 2015, aborda, entre otros aspectos, los niveles de competencia, la cualificación de los docentes y la adecuación de las instalaciones escolares. En otras palabras, el objetivo de favorecer la escolarización de niños y niñas ya no solo busca que los menores puedan acceder a una enseñanza básica. En los ODS aprobados en Paris en 2015 se busca que la educación tenga calidad, y para ello hay que dotar a los diferentes servicios educativos de personal cualificado y de unas instalaciones adecuadas para el desarrollo de esta actividad. Además, la educación se considera como un aspecto esencial para la promoción y la concienciación social que permite que los estudiantes desarrollen una cierta sensibilidad hacia el desarrollo sostenible. De acuerdo a los datos ofrecidos por Naciones Unidas, en 2014 dos de cada tres niños de todo el mundo participaban en la enseñanza preescolar o primaria durante el año anterior a la edad oficial de ingreso a la escuela primaria; pero si se analizan los datos por regiones económicas saltan las alarmas al comprobar que en los países más pobres esta ratio se situaba en 4 de cada 10 niños y niñas. En rea-

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lidad, quienes más sufren esta discriminación son las niñas, a quienes todavía en muchas culturas se les asigna desde muy pequeñas un rol asociado al cuidado y a la domesticidad. A pesar de que entre los años 2000 a 2014 se ha conocido un considerable avance en la matriculación en la escuela primaria, un 9% de los niños en edad escolar de todo el mundo todavía no asistía a la escuela en 2014, cifra que no se ha logrado reducir y que permanece estancada durante la última década. Está comprobado que la educación de calidad tiene que ir acompañada de desarrollo económico para que exista una mayor igualdad de oportunidades. Los recursos que se destinan a la escuela y la situación económica de las familias condicionan notablemente el rendimiento escolar. Entre los años 2007 a 2015 en un estudio realizado por la ONU se comprobó que los niños y adolescentes del 20% más rico de los hogares alcanzan una mayor competencia en lectura que aquellos del 20% más pobre y, a nivel global, los niños de zonas urbanas obtuvieron mejores puntajes en lectura que los niños de zonas rurales. De vital importancia es también la situación de las escuelas. Hoy en día en el mundo desarrollado nos encontramos debatiendo sobre la necesidad de readaptar las metodologías educativas y los espacios para favorecer un cambio en la labor de enseñanza-aprendizaje que venga a adaptarse a los nuevos tiempos y a nuevas formas de comunicación e interactuación social, así como a los nuevos retos a los que se van a enfrentar nuestro alumnado en un futuro inmediato. Pero este debate, sobre cómo dotar a los centros de las herramientas físicas y metodológicas que precisa la educación en estos tiempos de cambios y revoluciones técnicas, no existe en muchos países del mundo. En estos estados el debate se centra en cómo garantizar una educación de calidad

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y cómo dotar a todas las aldeas y ciudades no solo de los espacios físicos para tal fin, sino cómo lograr que las escuelas tengan unos servicios esenciales tales como agua potable, saneamiento y energía eléctrica. Por ejemplo, los datos que se poseen del año 2011 indican que solo una cuarta parte de las escuelas en África subsahariana contaban con energía eléctrica, menos de la mitad tenían acceso a agua potable y solo 69% tenían inodoros (y muchos no disponían de instalaciones de saneamiento segregadas para niños y niñas). El trabajo a realizar por parte de esos estados, con la ayuda de otros Estados y de otras organizaciones, es inmenso y requiere de unas alianzas y un compromiso global. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible número 4 y 17 son esenciales para lograr que todos los niños y niñas puedan acceder a su derecho a la educación. Estos y el resto de los quince objetivos restantes deben ser conocidos por nuestro alumnado, no cómo un elemento curricular, más bien debe abordarse mediante un enfoque transversal. Sin duda, desde las administraciones europeas, nacionales y autonómicas se está potenciando desde hace unos meses la implementación de los ODS de forma transversal, como un eje vertebrador de cambio social y económico, que tendrá su correlación cultural. Desde las aulas debemos promover el conocimiento de esos objetivos para favorecer la formación de ciudadanos preocupados por el desarrollo de políticas que persigan la consecución de los mencionados objetivos, no solo a nivel local, regional o estatal, sino universal. Estamos ante un mundo globalizado económica y culturalmente, que requiere la concienciación por parte de nuestra sociedad de su ciudadanía global. La competencia social y ciudadana y la educación en valores son el vehículo transmisor que nos permite y nos permitirá abordar desde la educación los ODS en el centro y en aula. El nivel de compromiso de cada centro puede variar desde aquellos que llevan a cabo acciones aisladas en determinadas conmemoraciones o promueven trabajos, proyectos en relación a los ODS, hasta aquellos centros educativos que en su Proyecto Educativo de Centro recogen ese compromiso en las señas de identidad y sus objetivos convirtiéndose en un elemento vertebrador más de la filosofía del centro. En este caso, el desarrollo natural de esta actuación puede conllevar a la introducción de los ODS en la Programación General Anual (PGA), en el Plan de Acción Tutorial y, asimismo, pueden convertirse en un elemento transversal que introducir en las programaciones didácticas de los diferentes departamentos didácticos y en las

PILAR LONGÁS

programaciones de aula. En la práctica, en muchos centros ya se están desarrollando actuaciones similares. Se podrían poner múltiples ejemplos de programas impulsados por diversas organizaciones en el ámbito educativo y mediante los cuales se trabajan temas transversales como valores democráticos, igualdad entre otros. Una de las experiencias que mejor conozco son las desarrolladas por los centros Referentes en Educación en Derechos de la Infancia y Ciudadanía Global de UNICEF, donde se sigue el esquema anteriormente mencionado para introducir el conocimiento de los derechos de la infancia y para potenciar la adquisición de competencias elementales para que nuestro alumnado ejerza la ciudadanía global. Ambos proyectos, la implementación de los ODS y la inclusión de los derechos de la infancia como elementos vertebradores de nuestro centro son compatibles y se enriquecen mutuamente ampliando fronteras y perspectivas a la hora de trabajar aspectos esenciales como son el conocimiento de los derechos, la interdependencia, la justicia social, los conflictos y su resolución, los cambios y el futuro. Y, dentro de estos grandes apartados, los temas a tratar son ilimitados independientemente del nivel educativo y de la materia mediante la cual se trabajen. Los múltiples abordajes que se pueden realizar tanto en el aula, como en actividades complementarias y extraescolares, dependerán del nivel de compromiso del equipo directivo y el profesorado, piezas esenciales para lograr transformar la escuela en un agente social que no solo forme a los futuros científicos, políticos, sanitarios, administrativos o mecánicos, sino que consiga formar a ciudadanos comprometidos, proactivos, conocedores de sus derechos y responsabilidades y que promuevan la tolerancia, la democracia, la defensa de los derechos y libertades y un desarrollo global sostenible.

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LOS ODS DESDE EL IES RÍO ARBA Carlos Abellán

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ste curso en el IES «Río Arba» de Tauste estamos trabajando los ODS. Gracias a la implicación y apoyo de profesores, personal auxiliar de servicios, equipo directivo y sobre todo alumnos, realizamos pequeñas acciones que consideramos pueden cambiar el mundo; de momento, el mundo en el que pasamos muchas horas a lo largo del año, nuestro instituto, pero lo que realmente queremos transformar son las mentalidades, los modos de pensar y de actuar. Los ODS son los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Son el resultado de un acuerdo alcanzado en 2015 por los Estados Miembros de las Naciones Unidas y constan de una Declaración, 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas. El acuerdo incluye la fecha de 2030 para su consecución. Los 17 ODS son: 1 Fin de la pobreza, 2 Hambre cero, 3 Salud y bienestar, 4 Educación de calidad, 5 Igualdad de género, 6 Agua limpia y saneamiento, 7 Energía asequible y no contaminante, 8 Trabajo decente y crecimiento económico, 9 Industria, innovación e infraestructura, 10 Reducción de las desigualdades, 11 Ciudades y comunidades sostenibles, 12 Producción y consumo responsables, 13 Acción por el clima, 14 Vida submarina, 15 Vida de ecosistemas terrestres, 16 Paz, justicia e instituciones sólidas y 17 Alianzas para lograr los objetivos. Los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son una llamada universal a la acción para acabar con la pobreza, proteger el planeta y mejorar la vida y las perspectivas de futuro de todas las personas del mundo. En muchos lugares, se avanza en la con-

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secución de los objetivos, pero aún estamos lejos de alcanzarlos. Por ese motivo, 2020 marca el comienzo de una ambiciosa década de acción para acelerar el progreso y cumplir con los objetivos para 2030. Este curso se están llevando a cabo diversas acciones recogidas en las programaciones de los diversos departamentos, y de una manera u otra todos trabajan diversos ODS. En este artículo haré un breve repaso a las iniciativas impulsadas desde el Departamento de Geografía e Historia. Queremos recalcar dos hechos, el primero es que los ODS se encuentran entrelazados y conectados unos con otros; no son compartimentos estancos, aunque eso no es óbice para que se puedan centrar las actividades en uno u otro. El segundo es que desde el Departamento de Geografía e Historia en el IES consideramos que una de nuestras tareas fundamentales es la formación de ciudadanos democráticos, responsables y solidarios, y todo ello por supuesto incluye los ODS. Las primeras acciones estuvieron encaminadas a concienciar al alumnado sobre el problema del calentamiento global y fomentar su participación en actos reivindicativos. En consecuencia, dentro de la semana de movilización por el clima el IES «Río Arba» se sumó a la iniciativa de convocar en el patio a todos los alumnos que asistieron ese día a clase (ya que hubo huelga de estudiantes) con carteles en defensa de la Tierra, y diversos alumnos de 1.º y 3.º de la ESO leyeron manifiestos redactados por ellos mismos. Dicha actividad tuvo continuidad con la charla debate que Ángela Simón Sánchez y Javier Martínez Lite, miembros del grupo XR Extinction Re-

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Lista de la ropa que no usas o que te has puesto menos de dos veces: Es una práctica muy sencilla. Consiste en que el alumnado realice una lista con la ropa que tiene sin estrenar o que haya usado menos de dos veces. El alumno debe adjuntar en la lista los siguientes datos: marca, lugar de compra y precio aproximado. Los resultados muestran el derroche de recursos y dinero realizado por la mayoría de los adolescentes. Dependiendo de los cursos varía la media, pudiendo oscilar la cifra desde unos pocos euros a cientos de ellos. Una vez realizada la lista, el profesor calcula la media correspondiente a la clase, y les plantea la pregunta de qué harían de nuevo con ese dinero, con la particularidad de que los alumnos que están por encima de la media

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belion, tuvieron con los alumnos de 3.º y 4.º de la ESO. Extinction Rebelion es un grupo de protesta no violenta contra la extinción de especies y la actual crisis ecológica. A lo largo del debate Ángela narró a los alumnos qué le había llevado a convertirse en activista medioambiental e intercambiaron puntos de vista y debatieron sobre por qué y cómo actuar. El ODS con el que están relacionadas estas dos actividades es el número 13 Acción por el clima. La siguiente acción desarrolla el mismo ODS y al mismo tiempo el número 12 Producción y consumo responsables. Gracias a la colaboración de la empresa Ecoembes se han instalado en el instituto contenedores de reciclaje de papel y plástico. Para que no sea una acción aislada, el equipo directivo la ha incluido en el Plan de Acción Tutorial de manera que, usando diversos materiales didácticos como vídeos, cómics etc., los tutores explican al alumnado cómo reciclar correctamente. Para no limitarnos solamente a papel y plástico, con la colaboración de Miguel Sanz, profesor de Agropecuaria, se han instalado también contenedores para los residuos orgánicos tanto para profesores como para alumnos. Por último, solicitamos a la ONG Ingenieros Sin Fronteras dos contenedores para reciclaje de móviles, baterías, cargadores, etc., y miembros de dicha ONG vendrán al instituto a impartir una charla a los alumnos de 3.º de ESO titulada Minerales de guerra, centrada en el trabajo de extracción del coltán realizado por niños en condiciones de semiesclavitud en países en guerra como el Congo. A continuación, narraré otras acciones realizadas con los alumnos de 3.º y 4.º de la ESO. Queremos destacar que son fácilmente realizables por cualquier profesor para cualquier nivel.

deben hacerlo con la cifra resultante, y los alumnos que están por debajo de la media deben hacerlo con la cifra que indicaron. Afortunadamente, son capaces de recapacitar e interiorizar y valorar un poco más el dinero. Para ello el docente les insiste en que en el momento de comprar algo la pregunta clave que deben hacerse es: «¿Lo necesito?» De esta manera trabajamos principalmente el ODS 12 Producción y consumo responsables, pero también está imbricado con el ODS 10 Reducción de las desigualdades, el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles y el 13 Acción por el clima. Diez trucos sencillos para ahorrar alimentos o no desperdiciar comida: Es una práctica fácil de realizar que además requiere la implicación de los padres. Consiste en dar al alumnado un listado con 10 trucos fácilmente realizables cuyo objetivo es no derrochar alimentos. Nos referimos a prácticas habituales como elaborar menú, una lista de la compra y otras no tan habituales como comer en plato pequeño, situar la comida más vieja a la vista, en reuniones servir la comida de manera gradual, etc. Posteriormente, el alumnado debe preguntar en casa a los responsables de la logística alimentaria cuántos de estos trucos realizan, cuáles añadirían a la lista y la autoevaluación de la propia práctica, afortunadamente, casi siempre es positiva. Esta sencilla práctica prueba la interconexión entre los ODS ya que está imbricada con el Objetivo 2 Hambre cero, con el ODS 3 Salud y bienestar, ya que también tratamos el tema de la excesiva ingesta de dulces y carnes rojas por parte del alumnado, con el ODS 7 Energía asequible y no contaminante, ya que debatimos sobre la contaminación emitida en la producción de alimentos, y por último, también consideramos que está relacionado con los ODS 13 Acción por el clima, 14 Vida submarina y 15 Vida de ecosistemas terrestres, pero sobre todo destacamos el ODS 10, Reducción de las desigualdades, ya que al acabar la práctica, el alumnado también es más consciente de los recursos alimenticios de los que dispone y de su desigual acceso en el mundo. Diez trucos para ahorrar energía: Siguiendo con la misma línea de consumo responsable realizamos una práctica similar pero centrada esta vez en el consumo de energía. Al igual que en la práctica anterior se elabora una lista con 10

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CRISTINA DUESCA

trucos para ahorrar energía. En este caso la lista es elaborada de manera conjunta entre todos los alumnos; luego la práctica se repite, es decir, se comprueba preguntando en casa cuáles de ellos se realizan y cuáles añadirían. Esta práctica se puede complementar con la instalación de carteles realizados por los alumnos incitando a apagar luces, subir persianas y así ahorrar energía. Al igual que en las anteriores, con esta práctica trabajamos principalmente el ODS 12 Producción y consumo responsables, pero también el ODS 7 Energía asequible y no contaminante, pero consideramos que también esta relacionado con los ya citados ODS 10 Reducción de las desigualdades, el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles y el 13 Acción por el clima. Lectura de cuentos ilustrados Érase dos veces: La editorial Cuatro Tuercas publicó el año pasado una serie de cuentos titulados Érase dos veces, Cenicienta, La ratita Presumida, Los tres cerditos, etc. En estos cuentos los príncipes no deciden con quién se casan ni dan besos salvadores, las princesas reciben dones mágicos como la inteligencia, la valentía

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y la capacidad de decisión, los lobos no devoran a nadie, las brujas malvadas son capaces de recapacitar, y así una larga lista. Lo más curioso es que son cuentos recomendados para niños a partir de cinco años !!!! y a los alumnos de 3.º y 4.º de la ESO les están encantando (y a mí también)!!!! Por supuesto, además de fomentar la lectura, educar en valores y romper tópicos y estereotipos, trabajamos los ODS, concretamente el ODS 5 La igualdad de género. Por supuesto estas prácticas son solo una pequeña muestra. Faltan otras, ya realizadas, como la visión en tutoría en 3.º de la ESO del documental Viviendo con un dólar al día, relacionado principalmente con el ODS 1 Fin de la pobreza, la repetida visión de la desigualdad salarial en el mundo o del techo de cristal, relacionado con el ODS 5 La igualdad de género, etc., las actividades de limpieza del río y de paseo por la ribera realizados por el Departamento de Educación Física relacionado con los ODS 13 Acción por el clima, 14 Vida submarina y 15 Vida de ecosistemas terrestres. Y otras pendientes de realizar como la nueva visita de Ángela para explicar su experiencia como voluntaria en los campos de refugiados en Grecia, la lectura de nuevos libros, acabar nuestro primer fanzine…

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Neuroeducación y escuela nueva Dos concepciones muy alejadas en el tiempo pero próximas en sus planteamientos pedagógicos Jesús Claver Giménez

Neuroeducación En 1988, Gerhard Preiss, catedrático de didáctica de la Universidad de Friburgo, propuso introducir en el currículo una materia nueva denominada neurodidáctica. La finalidad de esta disciplina consistiría en aplicar los conocimientos cada vez más amplios y precisos sobre el funcionamiento del cerebro en las aulas, con el fin de aumentar la eficiencia del aprendizaje escolar. Desde 2002 la Universidad de Harvard implementa un curso anual sobre mente, cerebro y educación. Otras universidades (Cambridge, Ulm,...) continúan en la misma línea, realizando cursos similares. Las investigaciones neurocognitivas son la base sobre las que se desarrolla la neuroeducación. Se trata de un nuevo enfoque que está dirigido a todos los profesionales que tienen que ver con la enseñanza en todos sus niveles, inicial, primaria, secundaria, universitaria, a psicólogos, pedagogos y padres de familia. El profesor Francisco Mora (Neuroeducación, Alianza, 6ª ed., 2015, Cómo funciona el cerebro, Alianza, 2017) señala que aprender algo nuevo significa cambiar el cerebro. Conocer las funciones de este órgano, descifrar las redes neuronales que consti-

tuyen la base del aprendizaje, conocer cómo se producen y actúan la plasticidad cerebral (capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales) y la neurogénesis (generación de nuevas neuronas), entender los trastornos que afectan a la enseñanza de algunos niños y diseñar estrategias que permitan una intervención temprana, son objetivos que solo se pueden alcanzar a través de la neurociencia cognitiva. Los progresos de esta disciplina permiten analizar la curiosidad, la atención, la emoción y la cognición como componentes que ayudan a enseñar y aprender mejor. ¿Cómo minimizar los problemas en el paso de los conocimientos de la neurociencia a su aplicación práctica en el aula? En primer lugar, es necesario que los neurocientíficos utilicen un lenguaje claro y sencillo de forma que los profesores puedan interpretar correctamente lo que se les transmite. En segundo lugar, se deben seleccionar aquellos conocimientos que sean realmente relevantes para beneficiar el proceso de enseñanza-aprendizaje. En tercer lugar, hay que generar expectativas ajustadas en los educadores y no sobredimensionadas, sin caer en los neuromitos que, en tanto que son falsos conceptos, perjudicarían la confianza en este proceso de acercamiento y comu-

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nicación. En virtud de lo anterior, el profesor Francisco Mora propone la presencia de un nuevo perfil en los centros escolares, incluidos los universitarios: el neuroeducador. El profesor Tomás Ortiz (Neurociencia y Educación, Alianza, 2009, Neurociencia en la escuela: una investigación neuroeducativa para la mejora del aprendizaje, SM, 2018) pone de relieve que el profesorado y la familia tienen que saber que se generan neuronas cerebrales a lo largo de toda la vida del sujeto, pero la neurogénesis es especialmente intensa en las edades escolares. Las áreas y redes donde se generen más neuronas es algo que va a depender de las actividades cognitivas que se realicen. En consecuencia, la neuropedagogía tiene como objetivos: mejorar en el conocimiento del cerebro e investigar dónde, cuándo y cómo generar más neuronas a través de la enseñanza, teniendo como finalidad el desarrollo integral del cerebro de cada estudiante. Para llevar a buen puerto estas intenciones, el profesor Tomás Ortiz propone una serie de recomendaciones a padres, profesores, alumnos y neurocientíficos. Consciente de los intereses de todo tipo que hay en torno a la educación, se acerca a la neuroeducación desde una perspectiva humilde, sin grandes alaracas, y con cierto escepticismo porque es un destacado especialista en el tema y sabe que se están haciendo algunas afirmaciones que no cuentan con el respaldo de la investigación. Nos propone el método HERVAT, como una hipótesis de trabajo, para generar hábitos en el alumnado que mejoren la atención, la memoria y el aprendizaje. Busca evidencias experimentales con el fin de que el programa se fundamente en bases sólidas. Ambos autores, en sus libros, hacen un detallada y profunda descripción del funcionamiento del cerebro en sus diferentes procesos y funciones y de la interacción de los ámbitos escolar, familiar y social en su desarrollo.

Neurodidáctica El profesor Jesús C. Guillén, (Neuroeducación en el Aula: de la teoría a la práctica, Amazon, 2017), en su blog Escuela con Cerebro, desarrolla una serie de estrategias fundamentales basadas en los avances de la neurociencia, señalando las evidencias científicas en la que se apoya y las implicaciones educativas de cada una de ellas. Dichas estrategias son las siguientes: 1) Nuestro cerebro cambia y es único. Los aprendizajes y experiencias de cada persona fortalecen o debilitan las conexiones neuronales.

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Si, en función de lo anterior, cada cerebro es único, el profesorado debe tener siempre presente la diversidad y asumir que todos los alumnos pueden mejorar y buena parte de esta mejora va a depender, como veremos en el siguiente punto, de las expectativas positivas que se generen en ellos. 2) Las emociones sí importan. La neurociencia ha demostrado que primero somos emocionales y después racionales. La interacción del cuerpo con el entorno a través de los sentidos proporciona una información que entra primero al cerebro emocional (sistema límbico), donde es valorada como buena, mala, castigo, recompensa, dolor, etc. y con esta valoración pasa a la corteza cerebral, especialmente a la corteza prefrontal, donde se localiza el puesto de mando de las funciones ejecutivas (capacidades cognitivas necesarias para autorregular la conducta y lograr la consecución de objetivos y metas). Las emociones son, pues, inseparables de los procesos de razonamiento, de aprendizaje y de toma de decisiones. En consecuencia, los docentes y las familias han de generar emociones positivas en el alumnado: mostrándoles respeto, interesándose por ellos, valorando su trabajo, etc. En este mismo sentido, tanto las discusiones continuas en la familia como los ambientes familiares o sociales disfuncionales influyen negativamente en el rendimiento académico. 3) La novedad alimenta la atención. La neurociencia ha demostrado que las emociones negativas (miedo, ansiedad…) y los contenidos descontextualizados y abstractos, impartidos en extensas explicaciones, dificultan el aprendizaje porque disminuyen o anulan la atención sostenida. La atención es el proceso cerebral fundamental, sin ella no puede haber aprendizaje ni memoria. Solo atendemos a lo que nos interesa, la atención se logra a través de la curiosidad. No basta con pedir a los estudiantes que presten atención sino que se han de poner en marcha estrategias que hagan interesantes los contenidos, que creen un clima emocional positivo, que fomenten la creatividad y que permitan a los alumnos participar en el proceso de aprendizaje sin ser meros elementos pasivos del mismo. Los tiempos atencionales están entre 10, 15, 20 minutos como máximo, por ello la clase debe dividirse en bloques de esta extensión temporal. 4) El ejercicio físico mejora el aprendizaje. El ejercicio físico regular promueve la plasticidad y la neurogénesis en el hipocampo (órgano relacionado con la memoria a largo plazo), aporta oxígeno al cerebro mejorando su funcionamiento y activa los neurotransmisores implicados en el proceso atencional. Lo anterior su-

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giere que en los centros han de potenciarse las clases de educación física, las zonas de recreo al aire libre y los descansos puntuales para que el alumnado pueda moverse. Junto al ejercicio físico, es importante también la nutrición, la hidratación y el sueño. Estos hábitos han de ser trabajados tanto con los niños como con las familias. 5) La práctica continua permite progresar. El cerebro relaciona la nueva información con la ya conocida. Además, el cerebro necesita repetir todo aquello que tiene que asimilar con el fin de automatizarlo. Una vez conseguido esto, hay más espacio para la memoria de trabajo, memoria que hace posible que razonemos, que pensemos, que construyamos conceptos. En consecuencia los profesores deben tener en cuenta los conocimientos previos de los alumnos sobre los contenidos que se trabajan, trabajar el currículo en espiral y repetir los contenidos instrumentales, no de forma intensa sino espaciada en el tiempo, para lograr su automatización. 6) El juego nos abre las puertas del mundo. De hecho, constituye un mecanismo arraigado genéticamente a través del cual se desarrolla el aprendizaje. Estimula la motivación, la atención, la creatividad, la socialización y las funciones ejecutivas de la corteza cerebral. A través del juego el niño adquiere nuevas habilidades porque su cerebro también cambia y se construye con el juego. Por todo lo anterior, es necesario que se integre en la actividad diaria de los centros escolares. 7) El arte mejora el cerebro. La neurociencia está demostrando que las actividades artísticas mejoran la capacidad intelectual porque aumentan la plasticidad neuronal. Así la práctica musical mejora la capacidad espacial, la escritura creativa mejora el pensamiento creativo o divergente, el teatro mejora la memoria semántica y el baile, junto al teatro, mejoran las habilidades socioemocionales. Por ello, todas estas actividades deben formar parte importante del currículo. 8) Somos seres sociales. Nuestro cerebro se desarrolla en contacto con otros cerebros. Las neuronas espejo nos permiten aprender a través de la imitación y desarrollan la empatía. Cuando colaboramos y cooperamos con los demás liberamos dopamina, neurotransmisor que favorece la motivación, las emociones positivas y la memoria a largo plazo y reduce las emociones relacionadas con el miedo o la ansiedad. En consecuencia, la escuela debe favorecer el trabajo cooperativo, la colaboración entre alumnos de distintos niveles, la realización de actividades interdisciplinares, así como abrirse a toda la comunidad porque la educación no se limita al recinto escolar. Se trata de pre-

parar a los futuros ciudadanos, de aportarles una serie de habilidades o competencias que les permitan resolver los problemas que se les planteen a lo largo de la vida y esto requiere fundamentalmente inteligencia socioemocional. Aquí es donde cobra especial relevancia la metodología del «aprendizaje servicio». No se trata solo de aprender a leer, escribir, contar, etc. sino también a convivir, a adquirir valores y a respetar las normas. 9) La creatividad es una capacidad que caracteriza al ser humano. Según profesor Jesús C. Guillén, las investigaciones en neurociencia están demostrando que en el pensamiento creativo están implicadas dos redes neuronales asociadas a los pensamientos espontáneos, al control cognitivo y a la memoria. Ambas redes cooperan en la creación de nuevas ideas, así como en la evaluación positiva o negativa de las mismas. La creatividad no es innata y por tanto se puede enseñar y aprender. Puede tener lugar en cualquier área curricular o trabajo y puede adquirir diferentes formas. Plantear tareas abiertas, que no tengan una solución predeterminada y que puedan tener diferentes formas de desarrollo y ejecución, es un método muy adecuado. Aquí podría jugar un papel destacado el «estudio de casos» y el aprendizaje basado en problemas. El aprendizaje por descubrimiento o indagación, los proyectos y la investigación del medio son técnicas educativas que favorecen la globalización y la automonía del alumnado, suelen integrar varias áreas curriculares para dar respuesta a los retos y preguntas planteadas y favorecen el pensamiento analítico, el crítico y el creativo. Dentro del campo de la creatividad, además de las ciencias, cobran un papel importante las artes literarias, musicales, plásticas, dramáticas y corporales. Las tareas abiertas también aquí pueden ser adecuadas, y más si se da cabida al «portafolio».

La Escuela Nueva Según el profesor Ricardo Marín (Los principios de la educación contemporánea, capítulo 7: «Los principios de la Escuela Nueva», Rialp, 4ª ed., 1984), a finales del siglo XIX nace la Escuela Nueva como una corriente crítica a la escuela tradicional. Su concepción pedagógica se basa en las aportaciones de la psicología del desarrollo y en las necesidades propias de cada estadio. Se centra en el niño, lo reconoce como sujeto activo de la enseñanza y no como sujeto pasivo que debe limitarse a memorizar los conocimientos transmitidos por el profesor. Al alumno hay que situarlo ante problemas autén-

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ticos, tiene que vivir experiencias directas (observaciones en la naturaleza, observaciones de industrias y organizaciones sociales, ensayos de cultivos, cría de animales, trabajos de laboratorio), se trata de potenciar el aprendizaje por descubrimiento. Se da gran importancia a las actividades físicas: el deporte, la carpintería, el trabajo en el campo y la crianza de los animales. También cobran relevancia la educación artística y la educación moral: audiciones colectivas, formación de orquestas, visitas a museos, reproducciones de obras pictóricas maestras, trabajos manuales, etc. La educación moral se lleva a cabo a través de lecturas, relatos y hechos reales de forma que los alumnos emitan juicios de valor sobre diferentes temáticas y vayan educando su conciencia moral dirigiéndola hacia el bien. La educación debe basarse en los intereses del alumno, es necesario globalizar los contenidos porque el niño capta la realidad tal como es con todos los factores que la determinan y no de forma atomizada desde las distintas áreas curriculares. Se recurre al trabajo individual y al trabajo colectivo pero se enfatiza el aprendizaje cooperativo frente al individual y competitivo. Se potencia el espíritu creador de los alumnos a través de los actividades libres. Se pretende que desarrollen su imaginación, inciciativa, originalidad y creatividad realizando dibujos, pinturas, modelados, textos, trabajos de investigación, proyectos, etc. Se realizan exposiciones con los trabajos realizados. El niño crece y evoluciona en un entorno social, por tanto a la escuela le corresponde prepararle para vivir en sociedad y se concibe la propia institución escolar como una comunidad donde se potencia la coeducación, las asambleas, la participación y la toma de decisiones. La educación no se limita al entorno escolar sino que también se desarrolla en la familia y en la comunidad. Por tanto, la escuela debe estar abierta al exterior. Algunos pedagogos/as destacados de este movimiento fueron: Dewey, Decroly, Freinet, Claparede, Cousinet, Kilpatrick, Ferriere, María Montessori, Piaget y, en nuestro país, Luzuriaga y Rosa Sensat. A partir de los puntos en común que se aprecian en esta sucinta comparación, se puede afirmar que ambas concepciones comparten estas máximas: cada ser humano es lo que la educación ha hecho de él, se aprende mejor y de forma más duradera aquello que se ama y para educar a un niño se necesita a la comunidad (tribu) entera.

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La evidencia de lo

IM_PRE_VISTO en Ciencias Sociales C. G. T.

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l resumen de este ensayo se propone ofrecer un espacio abierto a la imaginación de los docentes que desean comprender mejor la realidad de sus alumnos, para los estudiantes que vislumbran su vocación de educadores o profesores, y para cualquier persona interesada en la cuestión «¿qué tipo de Educación queremos ofrecer?» El título La evidencia de lo im_pre_visto en Ciencias Sociales permite sugerir que los argumentos propuestos por las Ciencias Sociales (CCSS) para perfilar los diseños de estudio de las diversas circunstancias de la educación poseen la persuasión del razonamiento, que la realidad cambiante en las aulas confiere a la estructura compleja del sistema educativo y de sus actantes, una diversidad absoluta e interminable, como el bucle infinito que se percibe en el tiempo circular de un anillo vital abierto (en espiral), con la característica de integrar la pluralidad de experiencias y transferir a los docentes conocimientos compartidos o transmigrafías móviles.

Pregunta clave

¿Se puede innovar y prever resultados en educación para aplicarlos en la práctica diaria del docente? El profesor F. Sabirón nos acerca a la psicopedagogía y a la epistemología para las Ciencias Sociales desde el socioconstructivismo para decirnos que «la educación es personalidad, es cultura y es sociedad, la investigación educativa aporta al ámbito científico-social un anclaje digno de consideración. Fundamentalmente: espejo de nuestra evolución civilizada, fundida en el crisol transcultural, cuando cada uno de nosotros con los otros reifica la historia en su propia biografía» (Sabirón, 2006: 27). «Reificar es la tendencia a la sustancialización de las dimensiones psicológicas de los individuos» (Ardoino, 1980: 55) para no caer en la tentación de clasificar (o etiquetar, pues son personas humanas y no objetos) a los alumnos del aula.

SABRINA MERINERO

«La educación es un arte y seguirá siendo un arte. Esta afirmación no está en contradicción con la siguiente: una parte de la pedagogía se hace cada vez más científica. Sabemos muy bien ahora que un arte no puede ejercerse correctamente y permitir al artista expresarse completamente sin referirse a un mínimo de datos objetivos, sin utilizar ni poco ni mucho resultados de laboratorio, sin apoyarse en algunos datos científicos. El arte del facultativo es, a este respecto, muy significativo… La personalidad del maestro es uno de los elementos esenciales de la situación educativa…no se enseña lo que se sabe o lo que se cree saber: se enseña lo que se es» (Ardoino, 1980: 163).

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Personalmente, creo que ante la evidencia de lo im_pre_visto de la persona humana y de los estudios en CCSS la capacidad de improvisación bien profesionalizada por los docentes puede dar respuesta a cualquier problema emergente y nuevo, porque el ser humano tiene la capacidad de aprender a sobrevivir ante las adversidades, porque lucha constantemente para proteger la vida. La solución se encuentra en el profesor, no en el sistema educativo en sí.

Conclusiones

INÉS GIL

Efectivamente, la experiencia de la realidad en las aulas y el recuerdo de aquellos profesores que tanto han influido en nuestras vidas nos dice que el ser y la evidencia de lo im_pre_visto, cuando el profesor actúa en clase con su buen hacer nos transmite, en primer lugar, la visión que tiene del mundo, su cosmovisión, su alegría o su tristeza.

La complejidad fenoménica

¿La libertad se encuentra en la negación del determinismo, en su aceptación o en ambas cosas? Si observamos la perspectiva centrada en las interrelaciones, el problema último y, por consiguiente primero de la educación, es tomarla en consideración para encontrar el modo de hacer de ella alguna otra cosa. «El punto de mira educativo es resolver problemas para ir más lejos, sin caer en la nostalgia infantil de una solución definitiva. Uno no se libera de sus sueños ni de la necesidad de soñar, hay que aprender a soñar en otra cosa. La superación de la ambigüedad se encuentra en su integración. Sólo la muerte es absoluta, la vida no es más que compromiso» (Ardoino, 1980: 69).

Las preguntas

La situación actual en investigación socio-educativa plantea los problemas que sufren las sociedades occidentales como las orientales, debemos recordar el estrés de los alumnos japoneses de secundaria, que después de estar ocho horas en el instituto, pasan el resto de su tiempo estudiando en una academia privada hasta las 10 o las 12 de la noche, y de este modo llegan a conseguir la nota de corte para acceder a los estudios superiores.

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La educación en valores es la característica que debe permitir al profesor tanto del nivel de infantil, primaria, secundaria como universidad, su organización como profesional involucrado en la gestión del desarrollo personal de cada alumno. Asimismo, el estilo y la tendencia actual de promover las competencias básicas para que el alumno sea autónomo y crítico con los eventos sociales para impulsarlo a vivir en sociedad supera la concepción de profesor como mero instructor o transmisor de conocimientos. Citando La mente bien ordenada: «Educación es la puesta en práctica de los medios para asegurar la formación y el desarrollo del ser humano». «Enseñanza es la acción de transmitir a un alumno los conocimientos para que los comprenda y asimile». «La enseñanza educativa es transmitir una cultura que permita comprender nuestra condición y ayudarnos a vivir» (Morin, 2001: 11). Se debe recordar que actualmente todos los temas que se imprimen en los proyectos de innovación docente buscan implantar cauces de mejora en la convivencia entre los alumnos entre sí, con los profesores y con el medio ambiente, debido al alejamiento del ser humano de su vida en la naturaleza. La urbanización masificada ha convertido a las personas en elementos robotizados, todos homogeneizados con el mismo uniforme o con etiquetas de patologías inexistentes, estresados desde la infancia, apresados por etiologías y efectos secundarios adversos originados por los sistemas políticos y económicos y por la micropolítica, en ocasiones equivocada, de algunos centros o docentes concretos. El sistema educativo puede proponer un espacio de crecimiento personal, no formar solo trabajadores «útiles al sistema económico», no se puede cambiar el mundo si no se cambia al hombre. La comprensión de la realidad desde los docentes que trabajan en el aula día a día es la que debe construir los nuevos conocimientos, que irán cambiando con las necesidades reales y sentidas en cada época, aprender cómo

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enseñar es un proceso entre la persona y su entorno y el conocimiento se actualiza constantemente. El docente debe mostrar misterios, para que inflame la curiosidad del alumno en cualquier momento. El sistema que ofrezca excesivas respuestas prefabricadas destruye la capacidad de aprender. Cada alumno debe crearse a sí mismo como persona dentro de un aprendizaje autodidacta. El docente debe remontarse cada día, contracorriente, a las novedades y a la evidencia de lo imprevisto que deberá tratar de forma creativa en su aula. Debo concluir indicando que merece la pena cualquier investigación como proceso de aprendizaje a lo largo de la vida del profesional de las ciencias sociales, porque, aunque parezca muy pequeño el cambio producido, funciona el «efecto mariposa» de pequeños investigadores noveles; ese insistente deseo de cambio en las aulas, desde una perspectiva socioeducativa, por insignificante que parezca, será el único capaz de refrescar con tendencias dinamizadoras las actitudes de los docentes y de los investigadores, experimentando una posición respetuosa y colaborativa por parte de ambos.

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El cómic como recurso didáctico Carlos Abellán

V

ivimos una buena época para el cómic. Los festivales de cómic son eventos esperados marcados en rojo en la agenda de los aficionados y del público en general, que disfrutan del ambiente festivo y, por supuesto, de los cómics. Las editoriales se han lanzado a una bendita competición por publicar cómics para todos los públicos en formatos cada vez más cuidados, Hollywood, tal vez por la crisis de ideas, pero sobre todo por los buenos resultados en taquilla, explota el filón de los superhéroes al máximo. Encabezados por el Universo Marvel, héroes o villanos con poderes, ataviados con trajes de llamativos colores, personas, animales, dioses, semidioses, héroes, y por fin heroínas, saltan de las viñetas a la pantalla grande y se adueñan de las carteleras. A Marvel prueba a seguirle los pasos la otra gran major, DC, y Star Wars es un filón en cuanto a marketing, incluidos su propia serie de cómics. En televisión, The Walking Dead es ya un clásico moderno instalado en la cultura popular y de masas; Arrow, Jessica Jones, Daredevil serían otros ejemplos de una larga lista, impulsados por las plataformas de televisión de pago. Aunque vivamos en un mundo americanizado, no todo el mundo es EE.UU. Lo anteriormente expuesto se refiere al cómic americano, pero no podemos ni debemos olvidarnos del tebeo clásico representado como nadie en España por Francisco Ibáñez con su Mortadelo y Filemón. El también recientemente adaptado al cine Superlópez sería otro ejemplo patrio, y a nivel europeo autores y álbumes tan conocidos como Las aventuras de Tintín, de Her-

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gé, Los Pitufos, de Peyo, o Astérix, de René Goscinny y Albert Uderzo. Los cómics no siempre fueron populares ni respetados, sobre todo en España. Una de las herencias del franquismo fue considerar a los cómics y a los tebeos subproductos culturales enfocados al ocio, centrados en el humor o en la acción y destinados, mayoritariamente a la población infantil y juvenil, diferenciando por supuesto los tebeos para chicos, plenos de acción y aventuras, de los de las chicas, usados para reforzar el rol tradicional de la mujer. Aun así, o a consecuencia de ello, los tebeos eran un producto desprestigiado, mal visto y considerado en muchos momentos como inadecuado. Afortunadamente con el tiempo, y con la democracia, tras el boom de los años 80 con publicaciones como Cimoc, Cairo, Víbora, 1984, Rambla, etc, cambió la percepción sobre los cómics hasta llegar a la situación actual. Algunos consideramos el cómic un producto cultural de primer nivel, no solo por su riqueza formal y estética, sino por su variabilidad, ya que en los cómics actuales hay influencias de la literatura, la historia del arte, el cine, el periodismo, etc. El cómic ha sabido adaptarse a los nuevos lectores porque es un reflejo vivo de los cambios sociales y culturales, y en su gran variabilidad temática y geográfica nos permite acceder a épocas, lugares y sociedades, tal vez, demasiado olvidadas por otros medios. Los cómics poco a poco van ganado nuevos espacios. Ya es habitual en prensa la crítica de los cómics recién publicados al igual que se hace con las

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películas recién estrenadas. Gracias a las librerías generalistas franquiciadas los cómics ganaron en visibilidad para el gran público y en las universidades el número de charlas, congresos, seminarios, tesis y artículos es cada vez mayor. El cómic se está normalizando. Hay vida más allá del propio medio. Pero ¿y en educación? En educación, especialmente en secundaria, aunque cada vez son más los profesores que lo consideran un recurso didáctico de primer nivel, su uso es cuando menos anecdótico, a pesar de las muchas posibilidades que ofrece para todas las asignaturas. Con cualquier tipo de cómic podemos trabajar de manera directa aspectos como la comprensión lectora, la capacidad de análisis, el trabajo en equipo, el desarrollo de la autonomía personal y la asunción en valores. Además también tiene otros beneficios como el fomento de la creatividad. La combinación de textos e imágenes permite a los alumnos desarrollar su capacidad elaborando ellos mismos los guiones de sus historias. La ma-

yoría de mis experiencias educativas han sido con guiones elaborados individualmente o por parejas, aunque si queremos fomentar el trabajo cooperativo podemos optar por elaborar un guion por clase o en grupos más numerosos. La presencia de imágenes y texto facilita la lectoescritura. El alumno relaciona el lenguaje verbal y el icónico; de esta forma, se refuerza su comprensión lectora, y el mismo hecho de leer se convierte en algo fácilmente interiorizado, siendo una de las maneras de poder tener lectores en el futuro y no solo esporádicos. Resulta especialmente recomendable también para alumnos extranjeros que están acercándose por primera vez al español. También le sirve al alumnado para comprender el mundo que le rodea, especialmente la causalidad de los eventos históricos y geográficos. Gracias este recurso, se puede elaborar una historia que explique un hecho histórico o problemas del mundo real de manera fácil y amena, como la contaminación, la igualdad de género, el acoso escolar, etc. Cualquier

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tema que queramos puede ser tratado de manera fácil y comprensible, y al mismo tiempo educamos en valores democráticos. Fomentar la empatía de los estudiantes o desarrollar su autonomía personal son otras de las posibilidades educativas que ofrece el cómic. Ellos mismos realizan todo el proceso, elaboran el guion y los dibujos, trabajan cual dibujantes o escritores de cómic profesionales; teniendo en cuenta los plazos, escogen el enfoque que quieren darle a la historia, refuerzan su propio conocimiento y desarrollan una mayor confianza en sus propias capacidades, pero también, el proceso de realización de un cómic, o en nuestro caso un fanzine, al no estar exento de altibajos hace que ganen en madurez y autocrítica. Como muestra de lo anteriormente expuesto he escogido dos experiencias llevadas a cabo este curso en el IES «Río Arba» de Tauste, una realizada por 3.º de la ESO y otra actividad conjunta entre profesores del instituto y alumnado de 4.º de la ESO En el caso de 3.º de la ESO, la actividad fue un concurso de cómic sobre medio ambiente o reciclaje, aunque también podían realizar carteles. Los cómics debían ser realizados con el programa gratuito Pixton. Los inconvenientes fueron los habituales: el desconocimiento del programa, los fallos técnicos, las dudas a la hora de afrontar el trabajo e infravalorar las propias capacidades, la incertidumbre de realizar algo nuevo, etc. Finalmente, el resultado fue satisfactorio, los cómics entregados respondían a unos parámetros objetivos de calidad, y durante las próximas semanas algunos de ellos nos acompañarán ya que serán expuestos en el centro junto a los nuevos contenedores de reciclaje instalados recientemente. Otra de las actividades seleccionadas como muestra está inscrita en el seminario de formación para profesores sobre cómic que se está realizando en el instituto a lo largo de este curso. Su título es El cómic como recurso didáctico. En la sesión del pasado jueves 30 de enero contamos con la presencia del dibujante profesional de cómics Carlos Pérez, alias Carlos Malavida, que impartió un taller precisamente con el mismo nombre. Durante la jornada formativa, unos 12 profesores y 6 alumnos de 4.º de la ESO disfrutaron juntos aprendiendo a realizar un cómic de la manera más sencilla posible, pero, sobre todo, perdiendo el miedo a dibujar. Los alumnos que asistieron en su mayoría son del grupo que se ha embarcado en la aventura de realizar un fanzine. Queremos destacar la naturalidad con la que

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compartimos la experiencia profesores y alumnos descubriendo nuestras capacidades. Además, la experiencia tendrá continuidad en el tiempo ya que hay programadas otras actividades formativas similares en los meses de marzo y abril en las que esperamos que la participación sea mayor. Desde aquí os animamos a todos a descubrir los cómics en casa, en clase, donde queráis, leer, dibujar, escribir: ¡todo es posible entre viñetas y bocadillos!

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Cinco Villas LAS ACUSACIONES CONTRA

ÁGUEDA SAMACIO una bruja ejeana del siglo XVII Marcelino Cortés

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n este artículo vamos a conocer el caso de una bruja que vivió en Ejea de los Caballeros a mediados del siglo xvii. Se llamaba Águeda Samacio. Era viuda y ejercía como comadrona en la villa. A raíz de las acusaciones que algunos de sus vecinos denunciaron contra ella, Águeda Samacio fue objeto de un estrecho seguimiento por parte de las autoridades eclesiásticas. Además de bruja, se la acusó de envenenar a sus vecinos, de provocarles muertes y enfermedades, e incluso de cortar la leche de las madres lactantes. En diciembre de 1645 se le abrió un proceso de fe a instancias del fiscal del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y fue excomulgada. Una carta lacrada remitida desde Ejea El 2 de diciembre del año 1645 don Pedro Felices de Rabanera, comisario de la Inquisición en la villa de Ejea, remitió al presidente del Santo Oficio una carta lacrada que decía lo siguiente: »Ilustrísimo Señor: »Remito a Vuestra Ilustrísima las denuncias que han hecho ante mí Isabel Ferrer y Francisco Las Sillas acerca de la persona de Águeda Samacio, viuda, juntamente con los cabellos que la dicha denunciante

me entregó. Como confiesan en dicha denuncia, se los había entregado la misma denunciada. Tanto Isabel Ferrer como Francisco Las Sillas son personas a quien Vuestra Ilustrísima puede dar crédito por su mucha virtud y por el conocimiento que tienen sobre la dicha Águeda Samacio, mujer de muy mala fama y en opinión de bruja. »No obstante, he andado con mucho cuidado en estos últimos cuatro años en que he sido comisionado para instruir y saber secretamente de su vida, y no he hallado otra cosa cierta ni averiguada. Únicamente alguna mujer ha venido a decirme: «Tengo la sospecha de que ella me cortó la leche cuando estaba criando» y algunas cosas parecidas. Pero, como tenían poco fundamento y era una mujer de poco crédito y verdad, no he podido obrar cosa de sustancia. »El doctor Plano, visitador del excelentísimo Arzobispo, ha estado aquí en Ejea de visita los últimos días de octubre del presente año para investigar las alarmantes quejas que algunas personas le dieron de esta partera en privado. Le dijeron que no está bien que una mujer con esa mala fama ejerza el oficio de partera porque, como sucede en muchos alumbramientos, la criatura nace con la necesidad de bautizarse y las parteras lo hacen. Y por eso no se le puede dejar un

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cinco villas

asunto tan grave y necesario a una mujer como ésta porque le falta la «intentio bapticendi» que es necesaria en estas circunstancias. »También sé que el cura de la parroquia de Nuestra Señora de La Corona de esta villa está averiguando con todo cuidado quiénes son las criaturas que esta mujer ha recibido y a las que ha bautizado. »Guarde Dios a Vuestra Excelencia largos y felices años. En Exea de los Caballeros, a dos de diciembre de 1645. »Firmado: el capellán Pedro Felices de Rabanera, comisario del Santo Oficio.

Comienzo de la carta del capellán Pedro Felices de Rabanera en la que aparece subrayada la línea que dice: «Agueda Samacio, muger de muy mala fama y en opinion de bruxa» (ES/AHPZ - J/00124/004).

Poco a poco iremos desvelando algunos de los misterios que encierra esta carta y les daremos explicación. Pero antes vamos a poner en limpio los datos que conocemos acerca de esta misteriosa mujer ejeana. Una mujer llamada Águeda Samacio De Águeda Samacio conocemos solamente tres datos1. El primero, que era viuda. El segundo, que pertenecía a la parroquia de Santa María de la Corona, una de las dos en que se dividía la villa (la otra era la de San Salvador). Y el tercero, que su oficio era el de partera, es decir, asistía a las mujeres en el momento de dar a luz. Y es precisamente este oficio el que proyecta un foco de luz para interpretar el contenido de la carta anterior. En una sociedad como la del siglo xvii los momentos cruciales en la vida de una persona esta1 No hemos encontrado el apellido Samacio en las fuentes documentales de Ejea de los Caballeros por estas fechas. Sí consta, sin embargo, en la vecina villa de Luna, en donde ha dejado un topónimo El Samacio, que da nombre a una partida situada al sur del término municipal. En el lugar se alzaron las Casas de Samacio, testimoniadas en 1607. Tomo estas referencias del trabajo de Juan Ignacio Sáez Castán, Toponimia de Luna y sus aldeas (siglos xi-xix), Zaragoza, Institución Fernando el Católico / Asociación Banzo Azcón, 2016, p. 210, s. v. Samacio.

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ban presididos y sancionados por un sacramento religioso: el nacimiento, con el bautismo; la unión conyugal, con el matrimonio; la muerte, con la extremaunción. En el caso del nacimiento ocurría con mucha frecuencia que no todos los alumbramientos prosperaban y se desarrollaban con éxito. En muchos casos, la criatura venía mal, o llegaba a la vida débil y exhausta después de superar un parto complicado. En estas circunstancias extremas, y ante la imposibilidad de que un sacerdote bautizara al recién nacido, era la comadrona que asistía al parto la que generalmente impartía «el agua de socorro» al niño antes de que este muriera. De la carta anterior se deduce que Águeda Samacio se extralimitó en la función de administrar el bautizo a los recién nacidos, impartiendo el sacramento de manera generalizada a todos los niños a los que ayudaba a traer al mundo, y no solo a los que corrían un peligro de muerte inminente. Como se dice en la carta, la partera ejeana no actuaba únicamente con la «intentio bapticendi» ―es decir, con la intención de bautizar―, sino impulsada por otros oscuros motivos que eran ajenos a la religiosidad del bautismo. Según el testimonio del comisario Pedro Felices, a Águeda Samacio se le había prohibido taxativamente cuatro años antes realizar este tipo de bautismos por su mala fama. Por esta razón, el doctor Plano, visitador del Arzobispo, se interesó por los niños que habían sido bautizados de esta manera por la partera con el objeto de que se regularizase la situación de su sacramento. Pero esta acusación de bautizar por su cuenta a los recién nacidos no fue la única que recayó sobre Águeda Samacio. Varios vecinos de Ejea declararon en su contra por otros motivos relacionados con sus prácticas heterodoxas. El testimonio de Isabel Ferrer y de su marido La más prolija y circunstanciada de las denuncias que se formularon contra Águeda Samacio fue realizada por Isabel Ferrer, «mujer de Francisco Las Sillas, de la misma villa, de edad de veinte años poco más o menos», quien el primer día de diciembre del año mil seiscientos cuarenta y cinco por la tarde declaró que «estando en el horno de La Corona de la misma villa cociendo el pan» vio que la tal Águeda Samacio le dio a ella y a otras dos mujeres que allí estaban ―llamadas Josefa Aibar y Gracia Sinués― unos «bocados de torta».

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Su marido Francisco Las Sillas, labrador, también vecino de Exea, «de edad de veintitrés años poco más o menos», corroboró punto por punto lo que acababa de declarar su mujer.

Iglesia de Santa María de La Corona a principios del siglo XX. A esta parroquia pertenecían Águeda Samacio y el horno mencionado en las denuncias.

Dice la denunciante que al día siguiente «se halló con grandes aflicciones y pasiones», e incluso con «pérdida de sentido por grandes ratos». No solo ella comenzó a sentirse mal. Isabel Ferrer declaró ante el comisario que las otras dos mujeres que comieron el trozo de torta que les dio la partera enfermaron y poco tiempo después murieron con la sospecha de que «les habían dado mal en la tripa». Josefa Aibar murió un mes después de haber probado la torta; Gracia Sinués falleció cuatro meses más tarde. Sigue contando Isabel Ferrer que determinó «ir a hablar con la dicha Águeda Samacio por sospechar que ella le había causado el daño por ser mujer mal opinada en la dicha villa de Exea». Una vez en su casa, la denunciante la amenazó diciéndole «que si no sanaba y le daba remedio, le había de costar caro, y que su marido le daría de puñaladas». Ante esta actitud, Águeda Samacio le respondió «calla, calla, boba», y le prometió que se curaría. Fue entonces cuando la partera «le dio un papelito, y le dijo que no se lo dijera a nadie». Cuando Isabel Ferrer llegó a su casa, abrió el papel y en su interior «halló unos cabellos y mejoró de su enfermedad». Estos cabellos son los que se mencionan en la carta y fueron entregados como prueba al comisario del Santo Oficio.

Otros testimonios contra Águeda Samacio Un vecino de Ejea llamado Juan de Alader declaró que «a un hijo suyo la dicha Águeda le dio una palmada en las espaldas, y que luego enfermó». Algo parecido le sucedió a Jusepe Rodrigo, vecino de dicha villa, quien declaró que «estando una vez en el molino con otras muchas personas» vio cómo Águeda Samacio «entraba y salía muchas veces al molino, y que le parecía con algo de inquietud, y que una vez le pasó al lado y le tocó la pierna». Y al instante «sintió como un calambre en la pierna que le tocó, estando antes muy bueno y alegre, y que empezó a quejarse gravemente, y que era tanto el dolor que no pudo moler el poco trigo que tenía, y que lo tuvieron que hacer por él los que estaban presentes». Hasta tal punto llegó el dolor en la pierna «que lo llevaron a casa y dio en la malicia» ― es decir, enfermó―, y «estuvo ocho días ladrando como un perro». A la mujer de Jusepe Rodrigo también la tocó en una ocasión la dicha Águeda y enfermó durante tres meses hasta que «un saludador de Magallón la salvó y curó»; este mismo saludador o curandero fue el que sanó a su marido del mal que sufría en la pierna. Por último, Pedro Almaler de la Corona refiere que «en una ocasión la dicha Águeda le tocó el sombrero, y temeroso de que le hubiese hecho algún daño, fue al instante delante la puerta de dicha Águeda y quemó el sombrero porque esa mujer lo había tocado». El caso de Águeda Samacio en su contexto Entre 1600 y 1650 el tribunal del Santo Oficio abrió en Zaragoza un total de noventa y tres causas por el delito de brujería. De ellas, sesenta y siete corresponden a hombres y veintiséis a mujeres (una de ellas, la de Águeda Samacio). Cuando pensamos en casos de brujería, se nos viene a la mente la típica imagen de la bruja montada en escoba o alrededor de una fogata invocando al macho cabrío. Lo cierto es que muchos de los casos de brujería documentados consisten en prácticas basadas en supersticiones a las que las personas de ese tiempo les daban tanta credibilidad como la que nosotros, habitantes del siglo xxi, damos a una creencia científica.

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Esto quiere decir que los ejeanos del siglo xvii creían verdaderamente que la sola presencia de Águeda Samacio podía interrumpir el proceso de lactancia y dejar secas a las madres. O que todo aquello que tocaba (un trozo de pan, una parte del cuerpo, un objeto) quedaba impregnado de una oscura maldición que provocaba efectos letales al receptor de ese contacto directo (la espalda de Juan de Alader, las piernas de Jusepe Rodrigo y de su mujer) o indirecto (el sombrero que quema Pedro Almaler). Casos similares se encuentran en los procesos por brujería que se han documentado en Aragón y en otras zonas tanto de España como de Europa. La mala fama de algunas comadronas por sus prácticas heterodoxas ha pervivido hasta casi nuestros días. Un ejemplo de esta supervivencia lo encontramos en el personaje de La Jerónima en Réquiem por un campesino español (1953) de Ramón J. Sender. Esta mujer, «partera y saludadora», bruja y ensalmadora, vieja y con la «pata reumática», representa el mundo de la superstición, de las creencias ancestrales que tanto el cura como el médico del pueblo pretenden combatir. La Jerónima cambiaba la faja que protegía el ombligo de los recién nacidos y aprovechaba el momento para realizar sus particulares conjuros: «Solía la Jerónima poner cuando se trataba de niños una tijerita abierta en cruz para protegerlos de herida de hierro ―de saña de hierro, decía ella―, y si se trataba de niñas, una rosa que ella misma había desecado a la luz de la luna para darles hermosura y evitarles las menstruaciones difíciles». Otra de sus costumbres consistía en coger «piedrecitas en la glera del río porque decía que poniéndoselas en la boca aliviarían el dolor de muelas». En la boda de Paco el del Molino los asistentes no le dejan salir de la cocina «porque tienen miedo de que con su aliento agrie el vino». También solía La Jerónima rezar «extrañas oraciones para ahuyentar el pedrisco y evitar las inundaciones, y en aquella que terminaba diciendo: Santo Justo, Santo Fuerte, Santo Inmortal, líbranos, Señor, de todo mal, añadía una frase latina que sonaba como una obscenidad, y cuyo verdadero sentido no pudo nunca descifrar el cura. Ella lo hacía inocentemente, y cuando el cura le preguntaba de dónde había sacado aquel latinajo, decía que lo había heredado de su abuela».

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Anotaciones a lo arriba relatado Toda la información aportada en las líneas anteriores es verídica y procede del proceso inquisitorial instruido contra la vecina de Ejea Águeda Samacio. El procedimiento se abrió el 5 de noviembre de 1645. La documentación del caso se recoge en un legajo de diez folios que se custodia en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza (ES/AHPZ - J/00124/004). Las declaraciones que se incluyen en este artículo son una reelaboración bastante aproximada de las que constan en la documentación original. La carta con la que se inicia el artículo es una transcripción modernizada de la carta original fechada el 2 de diciembre de 1645 con que se abre el procedimiento (folio 2r). Para una visión de conjunto de la brujería en Aragón son muy recomendables las obras de Ángel Gari Lacruz, Brujería e inquisición en el Alto Aragón en la primera mitad del siglo xvii (Zaragoza, Diputación General de Aragón, Departamento de Cultura y Educación, 1991) y de Carlos Garcés Manau, La mala semilla: nuevos casos de brujas (Zaragoza, Tropo, 2013).

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la cuestión cronológica en torno al relieve real prerrománico de luesia (zaragoza): nuevas propuestas e interpretaciones Javier Cabello García

Y

a desde las primeras publicaciones sobre el relieve real prerrománico de Luesia se ha venido fechando por parte de diversos autores como F. Galtier, B. Cabañero o J. Paz (1986, 1987) hacia el tercer cuarto del siglo X, en torno al 975 d.C., al relacionarlo con miniaturas mozárabes centradas en esa cronología como las del código Albeldense o Vigiliano de la Biblioteca del Escorial, o el conjunto relivario navarro ―también prerrománico― de Villatuerta, compuesto por un conjunto de toscos relieves; entre los que aquí más nos interesa ahora es el que parece representar un altar flanqueado por dos personajes y una cruz procesional que se han puesto en relación con el ritual de la cruz que ya se solía hacer en la corte visigoda de Toledo («Tuis exercitibus crux Christi Semper adsistat») en relación a la victoria contra los enemigos. Una inscripción fecha con seguridad este conjunto de relieves también en torno a 975. Quisiera, sin embargo, plantear brevemente en este escrito algunas consideraciones que creo interesantes para enmarcar el contexto histórico y cronológico del famoso relieve luesiano y abrir así nuevas líneas de debate e investigación futuras, así como fomentar el debate entre la comunidad científica que, al parecer, ha asumido de una manera total la fecha en torno al 975 sin objeción alguna al respecto. Considero que existen algunos indicios ―sobre todo iconográficos― que permitirían otorgar una mayor antigüedad al relieve prerrománico de Lue-

sia: la influencia franca ultrapirenaica merovingia debería ser tenida muy en cuenta, tal y como muestran los relieves de los dos ladrones del hipogeo de las Dunas de Poitiers, fechado entre finales del siglo VII y los comienzos de VIII ―en todo caso anterior a la batalla de Poitiers del año 732, que frenó el avance islámico hacia el corazón del continente europeo. Las posteriores miniaturas en torno al 800 ―o inicios del siglo IX― de la copia franca del breviario visigodo de Alarico (Biblioteca Nacional de París) podrían, a su vez, encajar perfectamente también con este universo estético franco-aquitano. Sin embargo, es la etapa de Ludovico Pío (fallecido en el 840) la que parece conectar más y mejor ―y no soy el primero en haberlo destacado: vid. Bango Torviso (2008: 42-43), figuras 2 y 3, notas 3 y 4― como referente iconográfico del relieve real prerrománico de Luesia. Otra posibilidad que quiero plantear a lo largo del presente escrito es que el relieve luesiano tuviera en realidad una datación anterior a las miniaturas de Ludovico Pío y, por tanto, ser considerado entonces como una especie de prototipo iconográfico posteriormente acabado en las refinadas miniaturas de la corte imperial, mucho más sofisticadas. Cabe incluso la posibilidad de que el relieve real prerrománico representara realmente a Carlomagno, y no a su hijo Ludovico ―ni tampoco, por tanto, a ningún rey de Pamplona―, y debiera entonces ser fechado en torno al año 800, al adoptar

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Luesia. Relieve real prerrománico. Según GALTIER MARTÍ , F. y PAZ PERALTA, J.A. (1987: 29).

Carlomagno conscientemente una iconografía que resulta evidente ser de raíz imperial más que real y que, según considero, únicamente pudo ser asumida tras su solemne y celebérrima coronación por el papa León III en Roma el día de navidad del año 800. Ludovico Pío, como heredero del imperio carolingio, tan solo seguiría y perfeccionaría en sus miniaturas este prototipo imperial de lejana raíz clasicista pero expresado en Luesia con un tosco lenguaje bárbaro, tal y como puede apreciarse en el relieve, y como correspondería a la dureza de la vida en un enclave fronterizo de la entonces Marca Hispánica occidental contra el amenazante islam andalusí. Dado el intervencionismo franco carolingio ―recuérdese la famosa expedición de Roncesvalles en el año 778― en esta zona septentrional de la península ibérica (la famosa Marca Hispánica, que luego se restringiría más hacia los condados catalanes, aunque sabemos que Carlomagno quiso llevar hasta la misma Saraqusta-Zaragoza), no resultaría tan descabellada esta teoría propuesta que hoy planteamos a modo de hipótesis. Si, además, seguimos este mismo discurso propuesto en torno a la influencia carolingia en la zona septentrional de las actuales Cinco Villas, llegamos hasta una reflexión expuesta en 1997 por el profesor Alberto Montaner Frutos acerca de la etimología del topónimo Luesia, que, por aquel entonces nos pasó prácticamente desapercibida, pero que ahora, y más desde la presente óptica adoptada,

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cobra un inusitado interés. Tradicionalmente, y siguiendo un parecido fonético incuestionable entre ambos términos, la creencia popular hacía derivar el nombre de Luesia de una mítica Luisa refugiada en las montañas y que había dado nombre a la villa en un momento histórico no precisado, muy característico del tiempo indefinido propio de los relatos míticos (Montaner Frutos, 1997: 5). En efecto, la supuesta existencia histórica o real de la bandolera Luisa es a todas luces ridícula y fuera de lugar, pero, si asumiéramos la influencia carolingia en época de Ludovico Pío en el solar altocincovillés, ―¿el personaje representado en el relieve real prerrománico de Luesia?―, la cosa cambia radicalmente pues, como expone el profesor A. Montaner (1997: 5-6), «el nombre femenino Luisa puede proceder de dos nombres germánicos distintos, Ludovica, que es el femenino de Ludovicus, compuesto a su vez de Hlod y wig, con el sentido de ‘guerrero glorioso’, o de Aloísa, forma femenina de Aloís, fusión de All y wis, ‘sabio eminente’». Resulta sorprendente cómo se adapta a la perfección la etimología germánica expuesta de ‘guerrero glorioso’ en el antropónimo de Ludovico / Luis (¿de donde podría derivar con posterioridad la sugerente y mítica leyenda de la bandolera precisamente llamada Luisa?) con la propia expresión artística e iconográfica del personaje real (¿o deberíamos tal vez decir mejor imperial?) del personaje representado en el famoso relieve luesiano. Tal y como vemos, la cuestión está lejos de resultar clara y evidente, aunque la pintoresca interpretación popular que derivaba el nombre de Luesia del antropónimo femenino Luisa pudiera, pues, resultar mucho más racional de lo que hasta ahora podíamos siquiera imaginar. Por lo tanto, y, si partimos de la iconografía de Ludovico existente en la obra de De Laudibus Sanctae Crucis, puede apreciarse, tal y como anotábamos con anterioridad en este mismo escrito, cómo existen no pocos ni casuales elementos de identificación iconográfica entre el relieve real prerrománico luesiano y las distintas imágenes conservadas de Ludovico como Imperator Christianus. En efecto, y partiendo desde la cabeza del personaje regio del relieve luesiano, ya en el bonete y la corona aparecen las primeras similitudes, que vuelven a producirse en el propio lenguaje gestual del rostro un tanto desencajado, así como el dedo índice de la mano derecha levantado sobre el astil rematado con la sagrada cruz, presente en el relieve de Luesia, así como en las miniaturas de Ludovico. El ropaje del

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personaje luesiano es, sin duda alguna, de características netamente militares, con lejanos referentes helenístico-romanos propios de la Antigüedad y del Imperio Romano: pteruges, calzas germanas de caballería (bracae), botines militares, posibles faleras abotonadas, aunque entremezcladas con otros elementos iconográficos de la miniatura creada en el entorno del Reino de Aquitania o en el Sur de Francia (Breviario de Alarico de la Biblioteca Nacional de Francia, en París): peto o camisola con cuello de pico, proporciones figurativas muy similares, rostros ovalados, narices alargadas, bocas rectilíneas apenas esbozadas, práctica desaparición de las orejas, etc. Tal y como vemos, son muchas las direcciones y coincidencias más iconográficas que estéticas ― que no creemos en modo alguno azarosas― que apuntan hacia una mayor antigüedad de la tradicionalmente estipulada a este relieve prerrománico de Luesia. Creemos pues que, hasta el momento, no se le ha prestado la suficiente atención a la influencia carolingia que, desde Aquitania, experimentó toda la Vasconia incluida el actual ámbito cincovillés considerado entonces un peligroso territorio fronterizo. Todo ello no desentona en absoluto con lo que sabemos históricamente de la malograda expedición de Carlomagno en el año 778 en su anhelo de fijar el límite cristiano del poderío franco (Marca Hispánica) en Saraqusta, la capital del Valle del Ebro. Sin embargo, la influencia carolingia tuvo que imponerse manu militari, es decir, a la fuerza, para lo que contó con la acción preventiva de la ocupación de Pamplona y ambas Vasconias por el recién coronado rey de Aquitania, Ludovico, hijo del emperador Carlomagno y luego sucesor suyo en el trono. Es en este momento histórico fechado entre el año 781 y hasta la muerte del emperador Ludovico, acaecida en el 840, donde probablemente deba ser fechado el relieve real prerrománico de Luesia, quizá formando parte del despliegue ideológico e iconográfico cristianizador y legitimista preconizado por el propio Ludovico, en una imagen representada en el relieve regio luesiano que bien pudo llegar a ser el prototipo o ensayo previo, como ya comentamos antes, de la que luego se vería plasmada oficial y repetidamente en las diversas copias de la obra De Laudibus Sanctae Crucis, una vez que Ludovico accediera al trono imperial. Ello, a su vez, también podría explicar la ausencia de escudo o del manto imperial púrpura en el relieve luesiano, probablemente porque quizá estos elementos, sobre todo el escudo defensivo a

la par de iconográfico (Scutum Fidei) todavía no se hubieran incorporado ideológicamente al universo cristiano legitimista urdido en torno a Ludovico y que muy probablemente fuera llevada a cabo tras el fallecimiento de su egregio padre, el emperador Carlomagno, en el 814. En las miniaturas Ludovico Pío está absolutamente rodeado de frases latinas dentro de un contexto de horror vacui que precisamente hacen referencia solemne a esta condición de rey ungido y, por tanto, también elegido por Dios como Campeón o Paladín de la Cristiandad. En el texto puede leerse repetidas veces: «Rex Regum Dominus Mundum […] Imperii sceptrum […] Christus retutatus quam», es decir, «Rey de Reyes, Señor del Mundo, […] Cetro del Imperio […] al que Cristo protege». Evidentemente, son estas fórmulas oficiales repetitivas las que, a modo de letanías, justifican la iconografía expuesta. Es en el universo iconográfico y conceptual presente en esta magnífica miniatura, según creemos, donde debería ser inscrita la misma evocación originaria o cuando menos, inspiradora representada en el relieve real prerrománico de Luesia. Como vemos, esta interpretación quedaría algo alejada de la influencia mozárabe hispana y entroncaría más con la europea continental, que habría de sustentar en clave ideológico-religiosa al Imperio Carolingio y al posterior Sacro Imperio Romano Germánico, y cuya relación en suelo hispano no creemos que deba repugnar en modo alguno a nadie. Además, no debemos olvidar que las copias de estas obras medievales tuvieron que circular entre los diversos monasterios prerrománicos de la época (en término de Luesia tenemos el monasteriolo altomedieval denominado el Corral de Calvo), por lo que no resultaría en modo alguno extraño que algún ejemplar de este libro De Laudibus Sanctae Crucis sirviera, por lo tanto, de referencia iconográfica originaria última en la expresión oficial del poder legítimo cristiano en Luesia. Es, pues, en este ambiente contextual descrito donde, según creemos, debería circunscribirse históricamente y ser convenientemente entendido el famoso relieve real prerrománico de Luesia. Todavía en vida de Carlomagno, Ludovico, como ya indicamos antes, coronado como rey de Aquitania dese el 781 y para afianzar el poder franco carolingio en la Marca Hispánica Occidental, seguro que debió fortalecer algunas bases de apoyo estratégico que permitieran este despliegue militar de ocupación y control real del entonces levantisco e inestable territorio vascón.

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Quizá sea en este contexto donde fuera fundado el monasteriolo de El Corral de Calvo (Luesia), mientras que algunas zonas particularmente estratégicas fueran fortificadas (¿podría ser este el caso, entre otros, de Luesia?) para vertebrar el control del territorio y establecer fronteras seguras a esta incipiente dominación ejercida desde la Aquitania franco-carolingia cristiana del ámbito vascón frente a los muladíes Banu Qasi que entonces señoreaban el Valle del Ebro en torno a Tudela. Tampoco es imposible pensar que Ludovico no hiciera otra cosa que reaprovechar, o quizá recuperar o volver a poner en valor los puntos fortificados visigodos anteriores ―por entonces probablemente abandonados― que estos crearan para controlar el inestable limes vascón, con quien, tal y como sabemos, tuvieron frecuentes conflictos sostenidos desde que arribaran a Hispania. Es posible que Ludovico tan solo volviera estas fortificaciones hacia el sur, donde se encontraba el poder islámico andalusí, en vez de la tradicional orientación hacia las estribaciones montañosas, es decir, la vigilancia septentrional que antaño las caracterizara bajo poder visigodo. Una vez independizado el reino de Pamplona de la tutela franca, seguramente no tuvo más que retomar la línea carolingia y convertirla en el escudo fortificado del entonces incipiente reino contra la amenaza islámica, siguiendo por lo tanto una política defensiva continuista iniciada por la acción militar de Ludovico Pío. En todo caso, no será hasta que se efectúen las necesarias intervenciones estratigráficas en estos castillos y fortificaciones cuando tengamos una lectura diacrónica arqueológica objetiva que nos permita poder sostener o bien desechar estas hipótesis interpretativas que, hasta entonces, por tanto, deberán ser asumidas necesariamente como provisionales y puramente especulativas. Dejemos, pues, esta sugerente vía de investigación abierta a nuevas interpretaciones futuras en las que, sin duda alguna, la arqueología tendrá la última palabra.

clara Bien de Interés Cultural, como bien mueble, el denominado Relieve Prerrománico de Luesia. Cabañero Subiza, B. y Galtier Marti, F. (1986): «Tuis exercitibus crux Christi Semper adsistat. El relieve real prerrománico de Luesia». Artigrama, 3, págs. 11-28. Centellas Salamero, R. y Ubieto Arteta, A. (2003): Catálogo Territorium. El largo camino hacia las comarcas en Aragón. Lonja de Zaragoza, del 28 de Enero a 9 de marzo de 2003. Organiza el Gobierno de Aragón. Colabora el Excmo. Ayto. de Zaragoza. Ficha II.3., pág. 243. Apartado II: «De Condado a Reino y Corona». Galtier Martí, F. (2005): «Aragón en la época del beato de Fanlo». El beato del abad Banzo del monasterio de San Andrés de Fanlo, un Apocalipsis aragonés recuperado. Facsímil y estudios. Coordinador científico F. Galtier Martí. Caja Inmaculada Zaragoza. Capítulo 5, págs. 200-201. Fig. 88. Galtier Martí, F. (2006): «Relieve real de Luesia». La Edad de un Reyno. Volumen I, págs. 79 y 80. Director científico Isidro G. Bango Torviso. Exposición en el Baluarte de Pamplona del 26 de enero al 30 de abril de 2006. Gobierno de Navarra. Epítome, pág. 6. Figura 4. Galtier Marti, F. y Paz Peralta, J. A. (1987): «Arqueología y arte en Luesia en torno al año Mil. El yacimiento de El Corral de Calvo». Guías Arqueológicas de Aragón, 4, pp. 27-30. Montaner Frutos, Alberto (1997): Las armas de Luesia y el nuevo escudo de la villa. Edita Excmo. Ayto. de Luesia. Paz Peralta, J. A. (2011): Los escudos de armas del Reino de Aragón; págs. 202-207 (figura 112:2). Mira Editores.

Bibliografía específica: Bango Torviso, Isidro G. (2008): «El Rey de Aragón. De Ángel de Dios a Rey por la Gracia de Dios». Catálogo Encrucijada de Culturas. Exposición en la Lonja (Del 4 de junio al 15 de septiembre de 2008). Organización de Ibercaja y colaboración Excmo. Ayto de Zaragoza. Figs. 2 y 3, págs. 42 y 43 (notas 3 y 4). BOA, 6 de marzo de 2002. Decreto 67/2002, de 19 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se de-

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un legado PENDIENTE DE ESCRIBIR

Raquel Campos A mi padre, Juan Campos Languil, Juanito de Figos.

H

ija y nieta de emigrantes de Longás, nací en Barcelona en 1978, en medio de una vorágine de transformaciones políticas, económicas y sociales que auguraban cambios que a muchos esperanzaban, a otros ya colmaban de nostalgia pero a todos imponían una gran incertidumbre. Atesoro de aquellos años 80, que nos traían la modernidad y la globalización a una España que había pasado demasiado tiempo aletargada, recuerdos muy contrapuestos de las dos realidades que me tocó vivir y que supe mantener una frente a la otra desde que tengo uso de razón. Y en medio de ambas, equilibrándolas, mi familia, que me enseñó a odiarlas y a quererlas por igual. Pasé mi infancia sintiendo que no era ni de aquí ni de allá, pero a la vez de aquí y de allá. Y el aquí y el allá tampoco podían estar más contrapuestos. A un lado, la efervescente, moderna, ansiosa, salvaje y abierta Barcelona y al otro, el pequeño, insignificante, invisible Longás, en la cabecera de la olvidada Valdonsella, donde ni en la comarca en que se encuentra se sabe de su existencia y que sigue, hoy

en día, sorprendiéndose de la sorpresa de los visitantes que la descubren. Desde mis primeros años aprendí a separar mis dos mundos, consciente de todo lo que los separaba: maneras de pensar, de hablar, de vestir, de vivir, de ver el futuro... Fui capaz de adaptarme a los dos y de pertenecer a ambos utilizando los recursos adecuados en cada uno de ellos, formando parte de ellos, perfectamente camuflada en su paisaje. Cuando alguna vez alguien insinuó que yo no pertenecía a uno de esos mundos, no lo tuve en cuenta y lo olvidé de forma consciente. Mis padres, a los que tanto agradezco mi felicísima infancia, fomentaron y alimentaron mi gran amor por Cataluña y un profundo agradecimiento hacia pueblo catalán, acogedor, integrador, generoso, admirable..., pero siempre con una jota aragonesa de fondo, con nuestra particular ofrenda a la Virgen cada 12 de octubre y mi traje de baturra. En nuestra casa, en Barcelona, se hablaba de Longás. Siempre. Con mi padre repasábamos una y otra vez el nombre de las casas, las que seguían en pie y

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las que no, los árboles de familias, los entresijos de sus relaciones, los parentescos, las historietas, las canciones, el nombre de los montes y los corrales, las andanzas de familiares, las costumbres y, claro está, también había que bajar la voz cuando se hablaba de ciertos hechos del pasado. Mi padre se impuso, consciente de ello o por costumbre, la tarea moral de transmitirnos todo lo que le habían enseñado y todo lo que él había aprendido de más. Si cierro los ojos puedo imaginar las procesiones a Santa María Magdalena que nunca viví, la Romería a Santo Domingo tras una buena cosecha a la que nunca asistí, las clases en una escuela que siempre vi sin niños, sembrados los montes que yo veía vestidos de pinos y maleza y casi puedo oler el olor de la siega que jamás percibí. Si los tiempos no hubiesen cambiado, habríamos escuchado todo aquello junto al fuego, durante las frías, largas y oscuras tardes de invierno, con mi padre sentado en la cadiera, en el sitio que fue de mi abuelo y antes de mi bisabuelo y quién sabe de cuantas generaciones atrás. Pero los tiempos cambiaron y ya nadie se sienta en aquella cadiera y sin tener motivo alguno, yo ya no cuento esas historias a mis hijas. Y como cuando se lee un libro conociendo el trágico final, voy siendo cada vez más

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consciente de que tuve la suerte de observar, como escondida en un rincón, cómo se dieron los últimos trazos a un cuadro que va a quedar en el olvido. Tú cumpliste, papá, tu parte. Y ahora es nuestro turno. Para conservar la tradición oral habremos de acabar con ella: escribiéndola. Terminaremos con la tradición oral, puesto que así nos lo imponen estos tiempos en los que, precisamente, tiempo es lo que nos falta. Mataremos la tradición oral y lo escribiremos, papá, sabiendo que una tradición oral recibe de todos y no hay nada que contrastar, ni datar, porque vale el «cuentan que dijo» y el «dice que contaron», porque vale inventarse el lugar si no recuerdas dónde explicaron que pasó y sirve cualquier nombre si no se sabe quién actuó. Y no habrá miedos porque quizás sean mentiras. O quizás no. Y porque el otro mundo ha ganado y nos arrastra con fuerza. Escribiremos y podremos contar sin pudor la historia de la «señorita Cojones»; denunciaremos que robaron la imagen de Santa María Magdalena, que tenía pelo de mujer y, por supuesto, escribiremos las canciones de subida en procesión con el «pim, pom, pim, pom» de las matracas. Presumiremos de la central eléctrica. Nadie podrá comprobar

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si Eugenio de Salvadora sacó una bola al azar con el número que asignaron al abuelo y por eso se libró de la mili y, si nadie se preocupa, no se sabrá si aquel primo, Santiago, de Casa San Juan, murió en un campo de concentración alemán o, simplemente desapareció, como tantos otros, y todos lo olvidaron: será otro que pasó sin pena ni gloria. Diremos que hay un maqui enterrado en la era de Curro y quizás nos inventaremos su nombre. Y hablaremos de las chicas de Uncastillo («niña, esto no se cuenta fuera de casa»), a las que mataron por bordar una bandera republicana. Contaremos que San Sebastián de Longás, / a caballo en un madero, / va enseñándoles el culo / a todos los forasteros. A la historieta del juicio de Berdún, por llevar las vacas al campo de uno de Bailo, le podremos todas la florituras y adornos que queramos; y si el campo no era de uno de Bailo dará igual. También contaremos la leyenda del gigante, del tío Chaparro, que murió en Cáseda, en el tiempo de la siega y el cuento de Juanito y Maese Antonio (¡ese me lo sé de memoria!). Narraremos la historia del tío Clemente, que cruzó la frontera andando en una sola noche y si alguien me ataca diciéndome que deberían haber cortado las manos a los que robaron los badajos de las campanas de la Iglesia, ya sabré qué responderle. Hablaremos de los infanticidios, del recién nacido al que se comieron los cerdos salvándose así la honra de su madre y la de su familia. Me seguiré atormentando cuando piense en los bebés a los que enterraban fuera del cementerio porque no habían sido bautizados, cuyo destino era el Limbo, y plasmaremos el miedo que se sentía cuando las campanas tocaban a muertos. Explicaremos, a todo el que lo quiera leer, cómo iba la abuela a cuidar vacas al monte con 7 años, cómo perdió a su madre y cómo lloraba por su pequeña Elvira, muerta en sus brazos a los tres años de edad. Encontraremos a Libertad. Disfrutaremos recordando el marro, los guixones, los maquis y guardiaciviles, los machos hechos de calabacines y los carros de hojalata. Haremos suposiciones de cómo organizaban los mercados de Ayerbe y de Sangüesa y volveremos a temblar de miedo cuando contemos que, en Longás, hubo cuatro puestos de la Guardia Civil. Hablaremos del estraperlo, de los que fusilaron «por envidias» y por rojos, de los que señalaron y de los que callaron. Bueno, callar, callaron a todos. Nos reiremos, aunque no dé risa, cuando contemos que los chicos se confabularon para matar al maestro, porque no aguantaban más los palos que les daba y de que Patán se escondió en el horno para no ir a la escuela y casi le prenden fuego.

Recordaré el miedo que me daba al bajar a por agua a la tinaja del corral, cómo tiraban el contenido de los orinales por las ventanas, cómo lavaban en el río ―la ropa y las tripas de cordero―, cómo subías el agua en pozales, el miedo que me daba caerme al pozo que había en el barranco de Chinela y del que no se podía beber, cómo me llevaba la mama en bici y cómo me aupaba cuando el pato Lucas nos daba picotazos en las piernas, cómo untaba la abuela la carne con ajo y aceite usando una pluma de pato, cómo me dejaba moler el café con el molinillo y cómo se lavaba el abuelo en la palangana de color verde, girando la cabeza en lugar de moviendo las manos. Recordaré cómo sonaba aquella radio antigua que retransmitía canciones muy nuevas con un sonido muy viejo. Mundo nuevo, mundo viejo.

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modo, nuestro pueblo. Y es verdad lo que dices: puede que a nadie le interese, pero solo contando nuestras historias, sacándolas del rincón del olvido, podremos empezar a contar nuestra Historia. A todo aquel que la quiera leer. Gracias, Enrique Galé, por tu empujón y por hacerme entender que, a quien le interesa, es a mí. Y a los que forman parte de Chinela, la Asociación Cultural de Longás: gracias por no parar.

En esas historias, podremos usar el lenguaje de casa, no el que usamos con los demás. Y si no nos entienden nos dará igual: hablaremos de vulcar agua, esperchicar granos, esforiquiar narices, de ver la rosada en invierno y el cariño en verano, de escuchar a una gallineta posada sobre un chinebro; hablaremos de Lucio de Chicón y de sus faterías, de las últimas palabras de tu abuelo, de la madre de la abuela y de aquel tío que se fue a Cuba y ya no se supo nada más, de las piedras del puente romano («románico, no romano»), de las mugas y de las leyes no escritas, de los que aprendieron a escribir y de los que firmaban con el dedo. Y luego volveremos a hablar «normal». Mundo nuevo, mundo viejo. Aniquilaremos, papá, escribiendo, la tradición oral. Y lo haremos con todas las licencias que esta nos permite. Y así, haremos eternas a nuestras gentes para que revivan sus historias y renazca, de otro

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cinco villas

Las ermitas de las Cinco Villas de Aragón José Ramón Gaspar Edición: Editado por: IFC- Centro de Estudios de las Cinco Villas Edición: 261 p., il., 17x24 cm. ISBN 978-84-9911-638-9 Año edición: 2021 Colección: Centro de las Cinco Villas N.º Publicación 3818

grafo Juan Bautista Labaña, Fray Mateo Suman, o el ministro de Hacienda Pascual Madoz que aportan datos de interés respecto a las ermitas de las Cinco Villas, desde Ardisa a Valpalmas. Las ermitas de las Cinco Villas han sido un elemento activo en la vida cotidiana de nuestros antepasados y lugares básicos de la religiosidad popular y referencia imprescindible de nuestro pasado más o menos remoto. Las ermitas de las Cinco Villas de Aragón está disponible para su consulta y descarga gratuitas en la web de la Institución Fernando el Católico (DPZ). La Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza ha publicado con la colaboración del Centro de Estudios de las Cinco Villas el libro Las ermitas de las Cinco Villas de Aragón, del ejeano José Ramón Gaspar, describiendo las 259 edificaciones que forman o formaron parte del patrimonio histórico y artístico de la comarca. La publicación de este libro ha requerido un minucioso trabajo de campo pueblo a pueblo por toda la comarca de las Cinco Villas para detallar su historia, curiosidades, localización en coordenadas de GPS, advocación, fecha de la romería… Han sido muchos años y muchos viajes del autor visitando los emplazamientos, contactando con los lugareños y revisando archivos y publicaciones como el académico y monje ejeano de San Juan de la Peña Fray José Felipe Ferrer y Racaj, el cosmó-

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Música La música en la época del

CINE MUDO Guillermo Beltrán Plumed

L

a música estuvo ligada al cine prácticamente a la vez que su aparición, aunque en formas muy diferentes de las actuales. Los hermanos Lumière hicieron la primera proyección pública en París el 28 de diciembre de 1895. A España llegó en mayo del año siguiente. Durante los primeros años, las proyecciones cinematográficas tenían una duración de unos pocos minutos, y los espectadores acudían a verlas siendo incluidas en un programa de variadas actuaciones escénicas. La música en directo que se ofrecía para dichas actuaciones era la que se usaba para apoyar la imagen en movimiento. Pero, ¿para qué se necesitaba apoyar la imagen en movimiento? Existen motivos histórico-artísticos y técnicos para explicarlo. Dentro de los primeros, debemos recordar que hay una larga tradición de acompañar representaciones de tipo dramático y ritos con música desde el principio de cada una de las diferentes civilizaciones, hasta llegar a nuestros días; siendo que en sus comienzos al cine se le consideró una especie de teatro, no cabe duda de que fue tratado con los mismos recursos que las demás artes escénicas. El uso de la música en el cine también evitaba la sensación de aislamiento en el espectador, creando un ambiente y propiciando que se introdujera más fácilmente en la película, haciéndole partícipe de ella.

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El principal motivo técnico del uso de música en el cine era ocultar el molesto ruido del proyector que estorbaba en gran medida el placer visual. La música de cine nació de la necesidad de algo que ahogase el ruido que hacía el aparato de proyección, porque en aquella época no había aún tabiques aislantes entre la máquina proyectora y el auditorio. También para suplir la desagradable sensación de ver imágenes en blanco y negro sin ningún tipo de sonido; además, al unir la vista y el oído se consigue una poderosa conjunción y se corrigen en cierta medida algunos defectos técnicos de la película. Algunas proyecciones eran acompañadas por un comentarista que iba explicando lo que ocurría en la película a través de un megáfono; en algunos lugares era especialmente importante ya que leía los intertítulos para los espectadores que no sabían leer. Esta práctica suponía una alternativa al acompañamiento musical. De aquí surgió el «figurante pictórico» actor e imitador que también reproducía los supuestos sonidos que se producían en pantalla. Él o los figurantes se situaban detrás de la pantalla de manera que se consiguiese un efecto más creíble. Pronto fue eliminada su presencia porque, aun a riesgo de no poder captar la totalidad del guion cinematográfico, su intervención monopolizaba el seguimiento del espectador. Pero lo más habitual era escuchar música (a veces combinada con el figurante pictórico). Dependiendo

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música

del tamaño y posibilidades de la sala había una pequeña orquesta, un grupo reducido de músicos o, en la mayoría de los casos, un pianista u organista. Se podían percibir dos estilos generales de acompañamiento: simples y elaborados, que, una vez más, dependían de los recursos económicos de cada teatro. Entre los simples podemos encontrar colecciones de partituras con música específica para cada escena, escrita de manera genérica; estas colecciones bien se vendían o cada teatro tenía las suyas propias. A veces, junto con la copia de cada película se proporcionaba un guion musical secuenciado en minutos y segundos de lo que debía durar cada escena específica. Por ejemplo, el pianista o grupo combinaba la música de «persecución» durante tres minutos, seguida de la «romántica» durante cuatro minutos, o con la de «misterio» unos segundos, conforme iban apareciendo en el argumento de la película. Si la escena no tenía la misma duración que la música de la colección, se repetía la música o se improvisaban los finales de escena; también se daba el caso de que en películas diferentes se aprovechaba la misma música, a veces haciendo variaciones o volviendo a componer una nueva partitura basada en la anterior. Pero la música de repertorio, por ya conocida, confundía al espectador con respecto a la verdadera intencionalidad de la imagen, acabando por convertirse en justo lo contrario de lo que pretende ser: alejaba, cuando debería acercar al espectador a la pantalla. Es el mismo fenómeno que ocurrió con la figura del «narrador». Por todo ello, la música era necesaria, pero una música no conocida, original, que el espectador la recibiera como parte misma de la historia visualizada. De esta manera, la visualización simultánea de la acción y de la música creaban el efecto esperado: la música direcciona la imagen en un sentido determinado porque el diseño de esa música es debido a la imagen más que a la música misma. A partir de entonces no puede entenderse un elemento sin el otro, y para entender esto mejor, le propongo que vea cualquier escena de terror o de suspense sin sonido. A partir de la década de 1920, los acompañamientos elaborados suponían una partitura escrita específicamente para cada película, el origen de lo que actualmente se conoce como Banda Sonora Original. El principio fue la aspiración de un género todavía más completo que la ópera, lo último en grandiosidad teatral, por lo que dichas películas debían tener un argumento imponente, una duración extraordinaria, proyectadas en palacios de cine y un acompañamiento musical acorde al entorno, que en muchas

ocasiones suponían el empleo de una gran orquesta sinfónica y coros. Pero a pesar de esa grandeza buscada, rara vez encargaban partituras orquestales a compositores conocidos con una reputación fuera de los círculos únicamente cinematográficos. Hubo algunas excepciones: Camille Saint-Säens, Darius Milhaud, Erik Satie, Dmitri Shostakovich, George Antheil, Arthur Honegger o Richard Strauss (quien adaptó su Caballero de la Rosa a la película muda con el mismo nombre). Aunque era deseable cualquier tipo de música efectiva, la partitura en sí misma todavía se consideraba meramente secundaria y funcional. Las partituras eran creadas por compositores que se iban especializando poco a poco en la sincronización de la música con la imagen, como Carl Breil, Mortimer Wilson, Hugo Riesenfeld o Sergei Eisenstein. Por supuesto, desde un primer momento hubo intentos de sincronizar la reproducción mecánica del sonido con la imagen, mediante cilindros sonoros acoplados a un gramófono, pero este proceso llevó aproximadamente unos treinta años en tener éxito, pues no se podía competir con la música en vivo debido a los costes que suponía invertir en la tecnología necesaria. Esta modernización tecnológica fue prácticamente obligatoria para las salas de proyección con la irrupción del cine sonoro en 1929, que a pesar de lo que pueda parecer, no supuso el fin de la música en directo para acompañar a las películas ya filmadas, y que en muchos lugares más modestos se mantuvieron vigentes durante décadas después gracias a los pianistas y grupos que nunca dejaron de ponerle sonido.

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Psicología Posibles interpretaciones del

sueno María Pilar Tenías Sora

1. Mediante el complejo de Edipo y de Electra El complejo de Edipo, según Freud, está relacionado con el niño que, inconscientemente, está muy unido a la madre y la quiere para sí mismo, siendo el padre para él un rival. No necesita ir hacia el padre porque la madre le da todo lo que necesita. Por este deseo inconsciente del niño podemos ver en la realidad cómo los adolescentes y los chicos jóvenes suelen mostrarse más inmaduros y más dependientes de la madre que las chicas en general. En el complejo de Electra, según Jung, la hija, inconscientemente, se siente más atraída por el padre. Por ello se aleja de la fusión a la madre. Incluso, la madre, inconscientemente, la deja porque cree que puede ser su contrincante con respecto al padre. Por este hecho vemos en la realidad cómo las chicas se independizan antes, pues ya han dado previamente en su inconsciente el paso de dejar de estar fusionadas con la imagen materna familiar. Jung establece cuatro pasos hacia la unidad interior. Primero pueden aparecer sueños de fusión, de estar muy apegados o demasiado unidos a la madre.

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Después vienen los sueños de oposición a las ideas o hábitos que les han inculcado, con el fin de llevar a cabo sus propios propósitos, dejando la unión a los padres y a sus principios; sería la fase adolescente. A continuación, el hijo o la hija se separan en el inconsciente tendiendo ya a que prevalezca más claramente su criterio en sus experiencias, lo que correspondería a la fase de separación o individuación. Al final, después de superar las anteriores etapas, se llegaría a la unidad la cual incluye el amor y la comprensión. En los sueños se percibe si se está muy unido o en muy buena relación con los padres, si se está en conflicto o si se está en una u otra de las cuatro fases de Jung. Como ya se expresó en el número 17 (2019) de la revista Ágora, los padres están representados simbólicamente en los sueños por las personas que aparecen de una edad parecida a los progenitores. La última fase indicaría la armonía familiar, la salida del conflicto y el respeto a cada individualidad. Tender hacia la unidad nos lleva a estar maduros, a relacionarnos libremente sin dependencias con todas las personas y sin ideas previas.

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psicología

LETICIA FABRA

2. La psicogenealogía o herencia familia Las relaciones familiares aparecen en el sueño simbolizadas por los distintos protagonistas oníricos en sus interactuaciones con los otros personajes del sueño. Por ejemplo: «Mi padre dice a mi hermano que estudie Economía, pero me explica a mí que sería mejor que hiciera estudios sanitarios para poder cuidar a la familia cuando se haga mayor». Aquí se percibe una imagen familiar, algo tradicional, con respecto a lo que esperan del hijo o de la hija. Se facilita más que estudie el hijo y se relega a la mujer a un puesto secundario que tiende más a ayudar a la familia y menos a triunfar a nivel profesional. También hay ejemplos en los que aparecen secretos de los ancestros así como comparaciones con tal o cual familiar. 3. Estudio de la estructura de la familia actual Normalmente, si el soñador no ha evolucionado, su estructura familiar interna suele ser la misma que en

la que ha vivido en la infancia. Si ha evolucionado internamente puede cambiar. Las imágenes familiares en los sueños se complican para la interpretación del psicoanalista si el cliente ha tenido varias parejas o convivencias. Pero, con el diálogo psicoanalista-psicoanalizado, se descubre la estructura familiar que tiene en la actualidad el cliente para poderla encauzar en el caso de que existan conflictos. 4. Estudio de la estructura sexual Se puede ver la estructura sexual del psicoanalizado estudiando la relación de los objetos en sus relatos oníricos y analizando los símbolos de los mismos. Este apartado tiene también relación con la estructura de la pareja interior. Por ejemplo: «Pepa da vueltas con la cuchara a un café con leche y se lo toma calentito». Simbolizaría una conciliación interior de contrarios (yin-yang). El yin o ánima estaría representado por la taza (vagina) y el yang o ánimus estaría simbolizado por la cuchara (elemento fálico ―el pene).

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psicología

BEATRIZ LACUEVA

Si hubiera poca agua en la taza y la cuchara diera las vueltas con dificultad, indicaría que falta sensibilidad en la relación de pareja, que hay roces en la relación o que no hay una armónica conciliación interior. 5. Estudio de la estructura de la pareja interior Se parecería al estudio de la estructura sexual, pero la estructura de la pareja interior tendría más relación con la conciliación de contrarios o con las buenas relaciones entre el hombre y la mujer en sus relatos oníricos, con la aparición de seres vivos de los dos sexos en los sueños y con la unión o separación entre ellos.

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6. Estructura psicosomática La psique influye en la aparición de enfermedades y hace que su angustia o ansiedad se somatice en dolencias concretas. Por ejemplo: «Atravieso un río con dificultad, debido a alguna piedra gorda que encuentro a lo transversal. El agua va llena de suciedad». Podría simbolizar problemas de estreñimiento, de tránsito intestinal, de tener alguna piedra en el riñón o también los obstáculos psicológicos o reales que pueda tener en su vida real. El agua simboliza también las emociones que en su origen están en

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7. Estructura psicoanalítica Aquí podríamos profundizar en las teorías tan conocidas de Freud: el Ello (deseos y pulsiones), el Yo (primer paso para razonar los impulsos y reconocer culpabilidades), el Superyó (normas, prohibiciones e ideas previas), el Yo ideal (el estadio del espejo, fuente de proyección imaginaria, narcisismo primario), el ideal del yo (narcisismo secundario, modelo al que el sujeto intenta adecuarse, renuncia a la idea omnipotente infantil lo que le permitiría pensar en «un otro» como ideal), el inconsciente (deseos, instintos y recuerdos reprimidos por considerarlos inaceptables), el consciente, los mecanismos de defensa, las censuras. También se identifican en los relatos oníricos cómo ha vivido el soñador las distintas fases a las que alude Freud (intrauterina, oral, anal, edípica, etc.). El campo del Supraconsciente (experiencias multidimensionales) es un aspecto investigado por Jung. Todo lo anterior puede aparecer en los relatos oníricos de forma simbólica. Por ejemplo: «Una persona con problemas nasales que se pregunta si su problema es de nacimiento o ha sido una caída en la vida la que ha provocado sus dificultades respiratorias debido a su nariz un poco torcida sueña lo siguiente: Estoy en un lugar pequeño, rodeada de cables, hay agua pero no puedo respirar». Este sueño indicaría, o bien que ha habido sufrimiento fetal o en el alumbramiento, o que ya vino al mundo con problemas de desviación nasal. 8. Estructura social Se percibe la imagen de la sociedad y cómo se desenvuelve el soñador en la misma, viendo de qué manera interaccionan los diferentes protagonistas del sueño entre ellos. 9. Estructura transferencial (psicoanalista psicoanalizado) A través de los sueños, el psicoanalista puede percibir qué imagen tiene su cliente en cada momento de él, si lo ve competente, si sigue interesado en seguir el psicoanálisis o no.

psicología

relación con la madre. Quizás pueda indicar problemas de comunicación, primero con su madre y, en consecuencia, con los seres con los que se relaciona, que se derivan en enfermedades somáticas. El agua sucia tendría relación con algo que hay que dilucidar en relación con los sentimientos.

Por ejemplo: «Estoy con mi profesora. No hace más que hacerme preguntas. Yo le respondo lo que sé, pero me cansa y me siento atosigado». La profesora simbolizaría al psicoanalista. Si su psicoanalista es mujer se representaría en la profesora. Si su psicoanalista fuera hombre, querría decir que el cliente ha captado la parte yin (el ánima o la parte femenina) del psicoanalista. Aquí la psicoanalizada percibe que el psicoanalista va demasiado rápido y por ello se siente como atosigada. Entonces, este sueño comunicaría al psicoanalista que tomara otra dirección, es decir, que fuera más lento, que le dejara hablar más al cliente y que esperara a analizar lo que surgiera a su tiempo, al ritmo del psicoanalizado. 10. Los movimientos y los desplazamientos Moverse, o saltar o subir hacia arriba indican un deseo de espiritualidad, de ir hacia lo divino. El movimiento hacia abajo simbolizaría un deseo de introspección, de conocimiento interior. Ir hacia la izquierda o hacia atrás significa dirigirse hacia hechos del pasado, y caminar hacia la derecha o hacia adelante simbolizaría proyectarse hacia el futuro. Por ejemplo: el miedo a caerse por un precipicio en el sueño indicaría los miedos del psicoanalizado a profundizar en sí mismo, a que sus sueños vayan demasiado lejos y descubra vivencias infantiles duras. Tendría pues que indicárselo el psicoanalista para que tomara consciencia de lo que siente su inconsciente. A veces, uno se sorprende porque cree pensar de un modo y su inconsciente siente otras cosas o va por otros derroteros. 11. Estructura fisiológica del cuerpo sutil y energético (chakras) Nuestros principales chacras son: el Sahasrara o chacra coronal (color violeta ―integración en la personalidad de lo divino y lo humano), el Ajna o chacra índigo o del tercer ojo (añil o índigo ―la intuición), el Visuda, o chacra de la garganta (azul ―los propósitos y los retos), el Anahata o chacra del corazón (verde ―el amor), el Plexo solar (amarillo ―el magnetismo curativo), el Savadistana o chacra sacro (naranja ―energía sexual compartida), el Muladara o chacra de la raíz (rojo ―la voluntad de vivir). Se ve qué chacra se está trabajando cuando en los sueños aparecen colores concretos o hacen alusión a los órganos a los que corresponden y / o a sus cualidades.

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12. Estructura tarológica Bernard Mirande, el psicoanalista, dice que en nuestros sueños aparecen en orden, cada vez que uno va a la terapia semanal o quincenal, las cartas del tarot. En relación con esto, yo he visto cartas del tarot muy claras, pero todavía no he llegado a percibir netamente la sucesión de las veintidós cartas en cada serie de sueños. Parece ser que cada lámina del tarot corresponde a un color, a un órgano, a una cualidad, a un chacra, etc. Este aspecto es fundamental para profundizar y seguir un camino iniciático espiritual, pero no es esencial para la solución de problemas. 13. Estructura profesional La interacción de los protagonistas en el sueño con respeto a acciones en el trabajo es lo que refleja las distintas situaciones profesionales a las que se enfrenta y cómo las interpreta en sus sueños. 14. Los pasatiempos favoritos En los sueños aparecen las capacidades internas del soñador, sus atracciones, sus gustos. Se dibujan sus nuevos proyectos profundos, su arte, lo que le llena y extasía y lo que es más capaz de ofrecer a los demás. Pintores, poetas, escritores han contado con sus sueños como base para su inspiración (Dalí, Buñuel y muchos escritores). 15. Lo maravilloso en los sueños

dades artísticas (son actores). Lo negativo sería que quizás no pisemos la realidad y tengamos demasiadas perspectivas con respecto a la imagen masculina (imágenes masculinas de película) que igual pueden ser una compensación como consecuencia de albergar en nosotros mismos una imagen poco valorada o de poca autoestima. Por ejemplo: «Una adolescente me dice: He soñado con un cocodrilo. Yo le pregunto: ¿Y a ti quién te devora en la vida? Responde: Mi novio». Aquí habría que hacerle entender lo positivo que es querer a alguien y lo negativo, en el sentido de que, siendo una adolescente, también habría que aconsejarle que devorara más los libros para forjarse un buen futuro. 17. Estudio metafísico El psicoanalista o el que ha hecho un psicoanálisis, si conoce bien al cliente, su edad y parte de su problemática puede perfectamente, además de psicoanalizar, completar su trabajo exponiendo teorías filosóficas esenciales que van en la línea de ayuda al cliente, siguiendo los aspectos que le importan porque aparecen en el sueño. Por ejemplo, los sueños se interpretarían de forma diferente a un escolar que a un adulto. El autor de Sueños y psicoterapia también comenta en su libro que, al igual que se interpreta un sueño, según las distintas estructuras psicoanalíticas, también se podría interpretar una novela, un cuadro, etc. Empiecen a apuntarse sus sueños y comprobarán todo lo que les he explicado.

Tiene relación con las experiencias oníricas bellas y / o sorprendentes, que te llegan al alma y te reconfortan. Para mí, estas experiencias las he vivido tanto más intensamente cuanto que estoy en un sueño consciente o en un viaje astral. También en sueños normales pero excepcionales (kármicos, de comunicación con espíritus, etc.). 16. Aspecto taoísta En un sueño, al interpretarlo, el psicoanalista puede siempre mostrar al psicoanalizado los aspectos positivos y negativos. Por ejemplo: «Vamos dos amigas a despedirnos de nuestros novios camioneros altos. Luego los vemos como protagonistas de una película». Lo positivo es la buena conciliación de la parte masculina y femenina interiores y que evoluciona favorablemente, es decir, desarrollando sus capaci-

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Creación literaria: microrrelatos PREMIOS IX EDICIÓN DEL «CONCURSO DE MICRORRELATOS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO» «Juega tu papel en la sociedad contra las violencias machistas»

primer premio

Paula Aznárez Collado Pretéritos He sido tu sierva y tu ama, he sido tu puta y tu esposa, he sido tu dama y tu reina. He sido lo que tú has querido. He sido, he sido. ¿Y se llama pretérito «perfecto»? Era tu sierva y tu ama, era tu puta y tu esposa, era tu dama y tu reina. Era, yo era lo que tú querías. Y se llama pretérito «imperfecto». Fui perfecta o imperfectamente pretérito. Ya no soy tu sierva, ya no soy tu esposa, ya no soy tu ama… Ahora soy PRESENTE, ahora soy PERSONA.

segundo premio

Fernando Ezquerra Aznárez Esperanza Ayyyyyyyy. ¡Me duele todo! ¡Qué día más largo! De hoy no pasa. Parece que ha pasado un siglo desde que esta mañana he ido a hablar al instituto con la tutora de María. «Concurso de microrrelatos de terror» y «Concurso de epitafios», he leído en la puerta de la biblioteca mientras esperaba. Yo podría ser la protagonista de los dos concursos. Terror es lo que siento cada vez que llega borracho a casa y cualquier día se le irá la mano un poco más y me podrán poner un epitafio. Yo misma lo escribo: ¡Por fin descanso en paz! ¡Qué horror, no puedo ni pensarlo! ¡Qué iba a ser de María, mi pobre hija! Mejor pienso en un epitafio para él: «No sé si tú descansas pero nosotras empezamos a ver la luz al final del túnel». De hoy no pasa. He visto el terror en los ojos de mi hija cuando la has estampado contra la pared,

solo quería que me dejaras de golpear. Ha sido la gota que ha colmado el vaso. Voy a la cocina, lo cojo, parece muy fácil aunque no lo es. Duermes la mona, ni te vas a enterar. Marco cero, uno, seis…

tercer premio

Celia Casalés Sánchez Un día más con Patri Como cada día de instituto, Victoria, Isabel, Clara y Laura se separan de sus compañeros de clase a la hora del recreo. Esta conducta puede parecer inusual, pero todo tiene una explicación, mejor dicho, un nombre propio: Patri. Estas cuatro chicas están sometidas continuamente a los comentarios que Patri hace acerca de ellas. Desgraciadamente, conviven con ella a diario, por lo que la media hora de la que disponen para almorzar prefieren distanciarse. Patri, junto con los chicos más populares de clase, ponen en duda y critican todo lo que ellas dicen y hacen. Sus capacidades intelectuales, la forma de vestir, de pensar, sus gustos… Llegado el día en que no pueden más, tras escuchar otro comentario sobre el escote de Victoria, Laura decide no callarse más. Ante la impetuosa respuesta de Laura, los chicos dijeron que vaya formas de hablar tenía para ser una señorita. A lo que Patri añadió un «qué humor, estará con la regla». ¿Conoces a Patri? Igual te resulta más familiar su nombre completo: PATRIARCADO. Detrás de la metáfora de este pequeño relato, se esconde un mensaje tan concreto como son las reivindicaciones feministas. Basta de silencio, ¡no nos callarán!

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creación literaria: microrrelatos 104

accésit

accésit

Lucía Carbonell Vinacua

Claudia Ciudad Río

¿Juegas?

Otro papel

Levantarme por la mañana, vestirme de manera discreta ocultando mis miserias, desayunar poco y verlo. Llega otro día más con olor a prostíbulo y bar de apuestas. No hay cariño, ni saludos, solo un silencio abrumador. Siento cómo su mirada me desprecia y callo. Salir a trabajar con el coraje roto, disimulando el miedo e inseguridad que me provoca. Pero siempre vuelvo al inicio del juego, con la esperanza de que cambie. Y me miento a mí misma, es la hora de que mi dignidad se desvanezca, la partida nunca termina. Pienso en mí y en todo ese abismo que me rodea. Lloro y me destrozo, porque no soy el tipo de mujer que le gustaría que fuera. Me duermo y sueño con ese infierno presente en mi día a día y que soy incapaz de soltar.

Llego del bullicio de la calle, cierro la puerta y otro caos continúa, sin cesar. Reproches y golpes. ¿Por qué no vivimos como los demás? Miro la tele, anuncios de gente contenta, familias perfectas… Cómo decirles que en mi película… nadie se besa. Vuelvo a mi realidad y encuentro mi fría cena y mi mundo aún más frío. Mamá me abraza, como quien abraza una tabla en medio de la tormenta, de un mar enfurecido… un mar que no se va a calmar. Me voy al cole, aunque debería desconectar. Esa niebla me envuelve, me ahoga, no me consigo librar. Por la calle soy libre, sueño con ser otro, tener otra vida, no ser… yo. Por fin, un día encuentro el modo, todo salió sin pensar, no podía soportar… Lo cuento y se acaba. Por fin, calma. Trato de continuar, de reflejarme en esos anuncios que veía en la tele, aunque el guionista del cuento me diera el peor papel.

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Creación literaria: relatos José Ramos Sánchez

En son de paz Está convencido de que si no fuera por las fotos nadie le creería. A Dios gracias las guarda en uno de los cajones de la mesa de trabajo. Por si alguien se atreve a poner en duda la veracidad de los hechos allí plasmados. Veintinueve de las treinta intentaron captar sin conseguirlo la magia, la irrealidad de unos instantes en los que Sobremontes se trasformó en un escenario de cuento merecedor de un comienzo con el clásico: «Érase una vez un pueblito del Pirineo...». La última de la serie devolvió la aldea a la realidad descarnada de sus mezquindades. Una pareja que entraba donde no debía para hacer lo que no debía. Lorenzo se escapaba al Pirineo en cuanto se le presentaba la ocasión. Para dar rienda suelta a la pasión de fotógrafo aficionado le gustaba dejarse caer con el coche por cualquier rincón poco frecuentado, colgarse la máquina del cuello y partir en soledad a la búsqueda de la instantánea maravillosa: balcón con macetas, gato en el alféizar de una ventana, tres comadrejas con la cabeza asomada detrás de un montón de piedras, la puesta de sol entre las ramas de los bosques de hayas, pino enano enraizado en la roca a casi dos mil metros de altura, lagartija de hierro en el llamador de una puerta... Aquella tarde de verano le tocó deambular en una zona boscosa. Por la senda pegada a un riachuelo pendiente abajo —hizo una foto a un mirlo acuático que picoteaba el agua— llegó a las afueras de Sobremontes con el olor a resina de los pinos metido en la nariz y los oídos saturados de silencio. Un pequeño pueblo de casas con tejados de pizarra apelmazadas alrededor de la torre de la iglesia y rodeado de vegetación. Al adentrarse en él, pronto se dio cuenta de que algo no habitual ocurría. Lo habían engalanado con banderolas en los balcones, guirnaldas de flores y otros adornos de papel. ¿Celebraba sus Fiestas Patronales con alguna actuación fuera de lo corriente? Nadie se cruzaba en su camino, nadie entraba o salía de las viviendas. Incluso al dueño del bar, Casa

Portolés, se lo había tragado la tierra. La televisión seguía encendida y no había clientes. Vasos con restos de cerveza, tazas de café a medio acabar se amontonaban sobre las mesas y la barra. ¿Habían tocado a rebato las campanas y todo el mundo había dejado sus ocupaciones para apagar algún fuego? Un ladrón hubiera podido saltar el mostrador y coger el dinero de la caja, alguna botella de coñac o el transistor. Muerto de hambre, comió un trozo de la tortilla con chorizo abandonada en un plato. Al salir del bar, una alegre melodía se colaba por los callejones y saltaba por encima de los tejados. Aumentaba su fuerza a medida que se acercaba a la iglesia. Le atraía como un imán. No había el menor rastro de ser vivo. ¿Una reencarnación del flautista de Hamelin se los había llevado tras él, los había ahogado en el río y lo estaba celebrando en la plaza mayor? Tuvo que llegar a ella para encontrar explicación al misterio. Ciento cincuenta o doscientas personas entre mayores y chiquillos, gatos y perros en primera fila, se habían concentrado en torno a un improvisado escenario delante de la iglesia. Desde el campanario y los tejados de los caserones contemplaban la escena decenas de pájaros: tórtolas, palomas, cuervos, cigüeñas e incluso una pareja de alimoches. La sorpresa de Lorenzo, aquello no era real, era un sueño, fue tan grande como evidente el embobamiento de los presentes absortos en la actuación musical. Tardó segundos en reaccionar disparando la canon sin parar. Bajo el arco que daba acceso a la entrada principal de la iglesia, un enorme oso alzado sobre las patas traseras con mono de tirantes a cuadros y visera a juego tocaba el saxo, hinchados los mofletes como el mismísimo Louis Armstrong. Lo acompañaba mamá osa al acordeón, vestida igual y a punto de entrar en éxtasis. Sobre una escalera de triángulo trepaba un sarrio amaestrado. Alucinado por el espectáculo, preguntó a la mujeruca de piel agrietada que sin demasiado acierto pero con gran emoción se esforzaba en seguir el ritmo.

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creación literaria: relatos

IRENE CABRIA

—¡Jamás había visto algo como esto! ¿Los contratan ustedes todos los años por las fiestas? —Solían visitarnos en invierno para robarnos comida. Por primera vez lo hacen invitados por el alcalde. En son de paz. Con el sarrio encaramado en lo alto de la escalera, el espectáculo tomó nuevos rumbos. Sonó «La Comparsita» en el acordeón de mamá osa. El cura, bien reconocible por el clerman, se acercó a la moza más guapetona y, amarraditos los dos, se enlazaron para bailar. Solos o en parejas, los casados, los novios, los niños, las mujeres, los gatos y los perros erguidos sobre las patas traseras se unieron a ellos. Aquel dueto producía una música embrujada, porque hasta él, penoso bailarín, tuvo que reprimirse para no buscar pareja. Únicamente las ratas, tan desconfiadas ellas, no habían hecho acto de presencia. A menos que desde algún lugar escondido no quitaran ojo. El embrujo del momento no duró demasiado. Varios chiquillos irrumpieron en la plaza a grito pelado: «¡Están robando en las naves de las afueras y en la carnicería de la Reme! ¡Se llevan todo lo que pillan!». Atropelladamente, como cuando se desata una tormenta y el viento se arremolina y arranca imparable la lluvia y la gente huye en todas direcciones,

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los vecinos salieron de estampida hacia las bocacalles. Los animales iban detrás. En medio del desconcierto, el dúo musical tomó las de villadiego por una callejuela. Instantes después ―Lorenzo tuvo tiempo para una instantánea del sarrio abandonado en lo más alto de la escalera e incapaz de bajar de ella― uno de los testigos presenciales de la huida así se la contó: ―He visto cuatro osos enormes tirando del carrito de la tienda de ultramarinos lleno de jamones, piezas de carne, gallinas, conejos. Hasta un cerdo. ¡Lo juro por Dios! Pasaron al lado como una exhalación cuando salía del huerto y se perdieron en el hayedo. El que iba a la cola se volvió, sí, se volvió y me dedicó una peineta. A punto de acabar el carrete, Lorenzo apretó otro par de veces el clic de la cámara sobre las cigüeñas, las tórtolas y palomas, los cuervos y grajos, los alimoches. Después de haber asistido a aquel despendolado fin de fiesta, no se movían de las atalayas, con la cabeza vuelta hacia la iglesia. Así llegó al encuadre de la última toma de la tarde. En medio de la desbandada general, el cura y la joven del baile, amarraditos los dos, acababan de entrar en el templo por la puerta de la sacristía. No parecía que los robos cometidos en el pueblo les importaran un pimiento.

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Julie, la última de la saga de los Williams Jack Williams, el año en que el primer ministro pidió perdón a los aborígenes públicamente por el dolor, el desprecio y el exterminio que les ocasionaron las duras políticas puestas en marcha en el pasado, solo contaba con quince años de edad, sin embargo, desde que tenía uso de razón había recelado de esta palabra por ser un término utilizado por los colonizadores para referirse a los primeros pobladores, a los que no consideraron como humanos. Él tenía sangre en sus venas de aquellos que con la llegada de los extranjeros habían fallecido por millares a causa de la viruela, el sarampión, la gripe y la varicela, de aquellos a los que les habían expropiado las tierras y los habían recluido en las zonas semidesérticas del interior, de aquellos a los que les quitaron los hijos durante varias generaciones y nunca más volvieron a verlos, de aquellos que fueron duramente castigados por utilizar su lengua. El país se paralizó. Millones de personas escucharon atentamente el discurso con alegría, pero también con lágrimas que resbalaban sin contención por sus mejillas. Joshua Williams era hijo de una mujer aborigen y un colono, tenía la piel clara. Vivía en el poblado de la tribu de su madre. Un día a media mañana, cuando los adultos estaban trabajando en las tierras, llegaron los representantes del gobierno y, tras amenazar a los ancianos, se llevaron a todos los bebés de raza mixta. Las madres fueron acusadas de no atender las necesidades de los hijos. Los pastores religiosos los bautizaron y les pusieron nuevos nombres. Luego los internaron en centros para huérfanos y allí, con el tiempo, fueron alfabetizados en el idioma oficial, preparados para trabajar como sirvientas domésticas, en el caso de las chicas, o como trabajadores agrícolas, en el caso de los chicos. —Jamás volví a ver la cara de mi madre. No hablo su idioma… La policía, los pastores o cualquier persona de buena posición social podía entrar en cualquier casa, decir que descuidaban a los niños y llevárselos— solía comentar Joshua a sus nietos. Thomas, nieto de Joshua, se opuso a la matanza de camellos que llevaron a cabo los francotiradores del ejército. Se proponían reducir considerablemente su número porque suponían una seria amenaza para las reservas de agua y para las cose-

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Jesús Claver

chas. El gobierno nunca explicó por qué se había producido tan desmedida invasión. Los colonos habían introducido una ingente cantidad de estos rumiantes procedentes de la India para transportar mercancías ante la ausencia del ferrocarril. Posteriormente, los dejaron en libertad en las zonas del interior. Durante años los indígenas se dedicaron a domarlos y posteriormente los vendían. Pero, como no tenían depredadores naturales, los camellos procrearon y se expandieron de forma vertiginosa. Con su caballo Thomas recorrió kilómetros y kilómetros espantando a las manadas, hasta que una bala atravesó una de sus piernas. Un Williams inauguraba la presencia de la saga en los medios de comunicación. Charlotte, biznieta de Joshua, y sus compañeros activistas, llevaron a cabo varias campañas de concienciación para tratar de acabar con las oleadas de turistas que todos los años subían al monolito de un famoso parque nacional declarado patrimonio de la humanidad, situado en medio del desierto. Este monolito era una pequeña colina, considerado monte sagrado por los indígenas y símbolo de toda la nación. En los alrededores y en la misma cima había montañas de basura, incluyendo los restos fecales, de aquellos que dormían en las furgonetas o acampaban sin control alguno en las carreteras próximas y en el mismo parque. Esta cantidad ingente de desperdicios impactaba en el ecosistema, contaminando el agua, deteriorando el consumo de los animales y atentando contra la belleza del paisaje. Se plantaron delante de las oficinas de turismo oficiales, delante de las operadoras, incluso viajaron a aquellos países extranjeros que destacaban por el número de turistas que enviaban, iniciaron varias huelgas de hambre, explicaron a la gente en las plazas y en las reuniones comunitarias por qué se oponían al turismo masivo. Charlotte y dos de sus colegas llevaron la huelga a tal extremo que necesitaron varios meses para recuperarse. Unos incendios terribles se estaban extendiendo por diversas zonas del país. Las llamas también habían llegado a la localidad donde vivía Lucas, otro de los biznietos de Joshua. Este vio a un anciano que deambulaba cerca de su propiedad, daba la impresión de estar totalmente desorientado.

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Lucas no lo pensó dos veces, salió al camino, totalmente rodeado por las llamas y lo metió dentro de su rancho. Se acababa de levantar. Tras rescatar al anciano corrió a buscar su pick-up, pero el jardín, la entrada, la carretera... todo estaba en llamas. No podía salir de esa ratonera. El fuego ya entraba en su propiedad. Así que cogió al abuelo en brazos, lo introdujo dentro del horno de alfarería y luego se metió él con un extintor, un balde grande de agua y una manta ignífuga. Allí estuvieron durante una hora, el tiempo que tardaron las llamas en destruir su propiedad. En esos mismos momentos la jefa del gobierno de la región comunicaba en una rueda de prensa que no quedaba nada en el pueblo de nuestro protagonista, las propiedades estaban prácticamente todas destruidas y unas novecientas personas sin hogar. Tras el comunicado, un bombero, completamente afligido, manifestó que los servicios de bomberos no estaban dotados de los medios necesarios, que habían hecho todo lo posible y que dos compañeros habían fallecido en las labores de extinción. Los meteorólogos en las noticias aseguraban que las temperaturas más frescas solo iban a durar dos o tres días como máximo y que después retornarían las temperaturas altas, temperaturas que batirían nuevos récords, pudiendo llegar incluso a los cuarenta y tres grados. Al día siguiente, una importante cadena de televisión entrevistó a Lucas, la noticia corrió por todo el país, de nuevo un Williams volvía a ser una especie de héroe nacional. Durante su emocionada intervención, en la pantalla salía escrito el siguiente titular de forma intermitente: «Alrededor de 200 incendios arden en todo el país, nueve personas han muerto y más de 1.100 propiedades han sido destruidas». Pasaron los años y de nuevo los incendios forestales se presentaron con toda su voracidad en una isla próxima a la costa sur. Esta isla era una reserva de focas, pingüinos, koalas y varias especies de aves. La situación era dramática. Buena parte de de los koalas habían muerto quemados. Dos adolescentes convirtieron su coche eléctrico, recién adquirido, en ambulancia. Subieron a varios animales al vehículo y los trasladaron a un centro donde curaron sus heridas y los mantuvieron a salvo. Hicieron varios viajes, salvaron a más de cuarenta. La imagen más tierna era la de una madre con su cría en el asiento del copiloto. Esta fotografía y la de los dos jóvenes junto a su «ambulancia» fueron virales en las redes sociales de todo el mundo. De nuevo, los Williams volvieron a ser orgullo para toda la nación. En este caso, se trataba de Jack y Neil.

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—Es una pena que varios de los koalas que salvamos murieran el primer día debido a las fuertes quemaduras que presentaban— dijo Neil ante las cámaras. Julie, la hermana mayor de Neil, ganó las elecciones gracias al voto masivo de la población indígena y de los jóvenes muy preocupados por la salud del planeta. Los graves incendios forestales que asolaban a la nación estaban provocados por la diferencia de temperaturas entre las zonas opuestas bañadas por las aguas del océano. En su fase positiva se presentaban temperaturas más frías de lo normal, fuertes lluvias e inundaciones en la parte oriental y temperaturas más cálidas de las habituales y sequías en la parte occidental. En su fase negativa se daban las mismas características pero de forma inversa. Los expertos señalaban que este fenómeno se debía al aumento considerable de los niveles del dióxido de carbono. Para los activistas la quema intensa y continuada de carbón era la principal responsable. Como otros jefes de gobierno de distintos países, Julie asistió a todas las cumbres por el clima convocadas por la ONU. Poco a poco se estaba progresando: los productores, los consumidores, los mandatarios iban tomando conciencia de que las cosas tenían que cambiar. La población presionaba con manifestaciones continuas por las calles, en las redes sociales y en los medios de comunicación. Volvió a ser elegida como primera ministra de la nación. En su último año del segundo mandato, subió al monolito sagrado y desde la cima pudo contemplar cómo los bosques y la flora natural se regeneraban y la fauna estaba en perfecta comunión con las explotaciones de los agricultores y ganaderos. Ante esta visión, vinieron a su mente las grandes catástrofes sufridas, la lucha de millones de personas en todo el mundo, la enorme cantidad de vidas, no solo humanas, sacrificadas... Ahora se encontraba a gusto consigo misma. Una lágrima se deslizó lentamente por su mejilla. Al fin y al cabo, ella era una Williams.

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creación literaria: relatos

Irene Villa Orduna

Cuento para ti Érase‌ ‌que‌ ‌se‌ ‌era,‌ ‌que‌ ‌ya‌ ‌es‌ ‌y‌ ‌será,‌ ‌un‌ ‌elfo‌ ‌y‌ ‌un‌ ‌hada,‌ ‌habitantes‌ ‌del‌ ya no tan ‌desconocido‌ ‌bosque‌ ‌de‌ ‌Didulcia.‌ —¡Que dejes de comerte ya todas las moras y pienses! —¡Pienso! —No, no piensas. ¡Y di «Pamplona»! —Pflampflona. —En fin…— resopló resignada Teflor. Jotuco y Teflor se afanaban —uno menos que otra— con papel y pluma de colibrí sobre una rama de catalpa, cuando llegó volando el hada Azukún. —Hola, Teflor. Hola, Jotuco. ¿Qué tal? ¿Qué hacéis? —Hola. Aquí, acabando nuestros poemas para el Certamen de Poesía Rim-hada. —¿Aún no los habéis acabado? —Yo casi —contestó Teflor—. Me falta revisar la ortografía. ¿Quieres que te lea el principio? Dice así: Yo y mi hada Que Ada se llama Vamos a una fiesta colosal Hay grandes hinchables Y mil toboganes ¡Lo pasaremos genial! Y ya no leo más, que quiero que sea sorpresa. —Ah, pues muy bien. ¿Y el tuyo, Jotuco? —siguió interesándose la recién llegada. Jotuco, al dos, recitó: Adivina, adivinadora ¿cómo se llama el hada pintora? ¡Pincel-hada! —¡Pero eso no es una poesía! —Bueno, es más bien una poesianza —contestó Teflor, cuya ocurrencia provocó la risa de Jotuco—. Pero rima y es de hadas por lo que cumple las bases del concurso, ¿no? —Mirándolo así… —¿Y la tuya? —preguntó Teflor. —Aquí la tengo —respondió Azukún muy ufana. Y desplegó un pergamino más largo que un girasol. —¿Todo eso es tu poesía? —La voz de Teflor sonó preocupada. Jotuco, sin embargo, seguía comiendo moras ajeno a la conversación. —Pues sí. Quiero ganar. ¿Sabes que el premio es una miniatura pintada a mano por Tiki «el Mago del aerógrafo»? ¡Es mi ídolo! Y, claro, no pensarás

que iba a presentar algo tan corto como lo que ha hecho Jotuco, que escribe igual que habla. ¡Parece que cobra por palabra! —contestó con retintín. Teflor comenzó a aletear contrariada. —No está bien que digas eso, Azukún. Cada uno hace lo que puede y Jotuco se ha esforzado por hacerlo bien. Que los demás no supiesen ver más allá de sí mismos y que no se pusieran en las alas del otro eran actitudes que indignaban a Teflor. Azukún notó su enfado y se alejó a toda prisa. Al día siguiente, Jotuco y Teflor se disponían a disfrutar de una agradable mañana otoñal en el Parque Secreto. Nada más llegar, Jotuco ocupó un columpio. Siempre le había gustado esa sensación de elevarse y sentir la brisa en la cara pero, desde que había descubierto que columpiarse con los ojos cerrados era infinitamente más emocionante, no perdía oportunidad. Como describía él, era una sensación de mareo, mareo, mareo. Teflor, por razones obvias, no necesitaba ese sucedáneo y siempre elegía el circuito Árbol-aventura. Le encantaba trepar por las ramas y le entusiasmaban los retos añadidos de los distintos niveles dificultad. Cuando estaba por las alturas, vio pasar volando a Azukún junto a otras amigas. —Hola, chicas. ¿Adónde vais? —¡Vamos volando a la Ensenada! Nos han dicho que La Puerta de las Maravillas se va a abrir ahora y no queremos perdernos las sorpresas de hoy. ¿Vienes? La Puerta de las Maravillas era la entrada a un mundo de ilusión que nunca defraudaba a Teflor: una habitación tras otra llenas de juguetes, de gominolas, de flores. Desde que la Mariquita Martina la había descubierto tiempo atrás, era un acontecimiento extraordinario para todos los seres de Didulcia. Eso sí, nadie sabía dónde ni cuándo aparecería La Puerta de nuevo pero todos estaban atentos y vigilantes. Teflor ni se lo pensó. Tenía que ir, ¡era lo que más le gustaba en el mundo!, y tenía que ir cuanto antes. Pero, pendiente como siempre del elfo, tuvo un momento de reflexión. —Chicas, estoy con Jotuco… —Pues que venga también. Ah, no, que no puede volar. Pues oye, tú misma. Nosotras nos vamos.

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creación literaria: relatos

CARMEN BETRÁN SARSA

—Ya sé que no puede volar, pero puede andar muy deprisa y no se cansa nunca. Dadme un suspiro de unicornio, que se lo digo. Y en efecto, aun sin alas, el andar ligero y saltarín de Jotuco dejaba en evidencia a cualquier galgo. Por eso, cuando al llegar a la entrada de La Puerta de las Maravillas las hadas le vieron ya recostado sobre la hierba, abrieron mucho los ojos pero no supieron qué decir. —¿Qué os dije? —Teflor disfrutaba con el efecto que estas habilidades inesperadas de Jotuco provocaba en quienes no le conocían. La Puerta seguía siendo tan maravillosa como recordaban y el tiempo ahí dentro se les había pasado sin darse cuenta. Cuando salieron ya había empezado a oscurecer por lo que, todavía inquietas por la emoción, no se percataron de que revoloteaban al lado de unas zarzas hasta que Azukún gritó llorosa. —¡El ala se me ha quedado enganchada! ¡No puedo moverme! —Espera, que te soltamos. —Pero tened mucho cuidado. ¡Mi preciosa y querida ala se puede romper! Entre todas intentaban desengancharla pero, debido a la fragilidad de la membrana y a la cada vez más amenazante falta de luz, no atinaban. El nerviosismo comenzaba a crecer en ellas. Por suerte, pasaba por ahí Tiucha Meriguel. Jotuco más que verla, la presintió y se acercó: —¿Puedo coger el móvil, Tiucha, por favor? — En esta ocasión tenía una buena razón para pedirlo —utilizar la linterna para ver cómo se había enganchado el ala— pero, como venía siendo costumbre últimamente…

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—Lo siento Jotuco, que no tengo batería. ¡Qué cruz la mía! Teflor también se acercó y le estaba contando lo que había sucedido cuando otro grito de Azukún la interrumpió. —¡Suelta mi ala, Jotuco, que me la vas a romper! En parte, el hada tenía razón pues una fama bastante fundada precedía al elfo. Pero también era verdad que Jotuco era especialista en las pequeñas cosas: lo mismo podía sorprenderte con un micropellizco en el lugar más doloroso de la mano que encontraba y tiraba del hilillo que sale de la manga y acaba convirtiéndose en un buen siete. Y todo pretendía solucionarlo con un tan lastimero como poco convincente «perdón, perdón. ¿Lo arreglas?», mirándote con cara de bueno. Así que, gracias esa habilidad que la Naturaleza le había dado, Jotuco encontró la minúscula espina que mantenía unida el ala a la zarza y liberó a Azukún. —¡Muchas gracias, Jotuco! Pero… ¡Oh, no! Mi ala está totalmente rota. Buah, buaah, buaaaaahhhh —. No había consuelo para el hada. En esas, llegaron corriendo el Gato Mamá y el Perro Papá. Su agudo olfato y su visión nocturna les habían permitido encontrarlos a pesar de la oscuridad y, despidiéndose de Tiucha Meriguel, los llevaron sobre sus lomos de vuelta a casa. Una vez ahí, decidieron que la única posibilidad que había para poder arreglar el trozo de ala que faltaba sería pedir ayuda a la Familia Sedosa y a Tara la Araña. Solo ellos serían capaces de tejer un fragmento equivalente a lo perdido. Y así hicieron.

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Nadie entendía por qué Pajarito hablaba tan alto por teléfono. Al verlos, se acercó. —Venga, poned la mesa, que las migas ya están listas. —Pajarito, ¿pueden quedarse a comer nuestras amigas? —Preguntó Teflor mientras Jotuco, ya sentado en su sitio, se ataba la servilleta al cuello dispuesto a saborear todo lo que se sirviese. —¡Pues claro! Hay migas de sobra para todos. Y, si no, cortaré más jamón. Tras la suculenta comida, mientras las hadas sesteaban sobre las flores del jardín, se acercó Azukún a Teflor y Jotuco, que escuchaban canciones modernas en el móvil. —Me gustaría deciros algo, amigos. —Que no ha acabado Katy Perry —al elfo le gustaba ver los vídeos de Youtube hasta el último segundo. —Vaaleeee… —Y esperó paciente hasta el zarpazo final. —Me gustaría pedirte perdón, Jotuco. Con todo lo que me ha pasado, me he dado cuenta de que cada uno tenemos unas habilidades. Unos pueden volar y otros pueden caminar deprisa; a unos se les da bien escribir y a otros coser o cocinar o ver en la oscuridad. No estuvo bien que me riese de lo corta que era tu poesía ni que no contase contigo por no tener alas. ¿Me perdonas, Jotuco? —Te perdono. —¿Seguro? —Segurito. Otra vez… —El elfo daba por zanjada la conversación porque su buen corazón no había tenido en cuenta ninguna de las actitudes del hada y porque quería ver otra canción en el móvil. Teflor sonreía para sí. Se alegraba de que su amiga se hubiese dado cuenta de que lo importante es saber ver las capacidades más que las dificultades. Y se alegraba todavía más recordando la tarde tan estupenda que habían pasado en La Puerta de las Maravillas. Además, Azukún no se había percatado de que Teflor escondía un sobre cuando se acercó a disculparse. Era el fallo del concurso. Teflor había ganado el «Premio a la corrección ortográfica» y Jotuco la «Mención de honor a la producción más original». Un día más que redondo. El elfo la sacó de sus pensamientos. —¿Te va todo bien, Teflor? ¿Te va todo bien? —Sí, Jotuco, me va todo bien. Y al ponerse de puntillas para darle un beso en la nariz, un poquito de purpurina de hada se dispersó por el aire.

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creación literaria: relatos

Salían los primeros rayos de sol cuando los gusanos se pusieron a hilar como mejor sabían y, en poco tiempo, obtuvieron una pieza que encajaba perfectamente en el agujero del ala. Tara la Araña reforzó el delicado fragmento para que resistiese casi cualquier envite. El problema ya estaba prácticamente solucionado: solo faltaba unir el retal al ala de Azukún. —¡Vamos a ver a Pulpo! Coser se le da muy bien y seguro que nos ayuda —sugirió Teflor, toda convencida. Y allá que marcharon las hadas y el elfo. Pulpo estaba con Ballena, preparando las maletas para ir a pasar unos días a un lago termal de un bosque cercano. Era un lugar muy concurrido, especialmente a partir de otoño. —Hola, Pulpo. Hola, Ballena. ¿Adónde os vais? —preguntó el elfo. —Ya te lo dijimos, Jotuco —contestó Ballena mientras acababa de barnizar una sillita que había construido, pues le encantaba trabajar la madera. —¿En qué medio de transporte? —Al elfo le gustaba tener toda la información. —Vamos con la furgoneta roja. ¿Vienes conmigo a sacarla del garaje? Y allá que fueron ambos dos. La aleta de Ballena sobre los hombros del elfo. Mientras, Teflor explicaba todo el incidente a Pulpo quien, rápidamente, se mostró dispuesta a ayudar a las hadas. Buscó tijeras y dedal; seleccionó el hilo más adecuado al color del ala y, en un pasodoble, cosió el fragmento. Nunca jamás se hubiera adivinado que ahí había ocurrido algo. —¿Qué os había dicho yo? —Teflor se sentía muy crecidita porque su plan hubiese salido tan bien. —Muchísimas gracias, Pulpo. No sé qué hubiera hecho sin su ayuda. —El hada se mostraba realmente aliviada. —No es nada, Azukún. Y ahora ayudadme vosotras a cerrar las maletas que ya está la furgoneta esperando. ¿Quién me mandaría a mí salir de viaje, con lo bien que estoy en mi estanca? —Resopló Pulpo. —Ballena, ¿te has cogido las gafas? Y los vieron marchar picando rueda. En ese preciso momento, escucharon una melodía de móvil bastante conocida. —Es Pajarito —dijo Jotuco. —No, que no puedo, que estoy haciendo unas miguicas para comer, que tengo invitados —gritaba el susodicho.

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Tres microrrelatos de Inmaculada Benítez

Árbol Érase una vez un hombre árbol. Lo era como otros son pájaros o peces o incluso reptiles. Y era hombre porque ese fue el género que le tocó al nacer. Porque del mismo modo hay mujeres árbol, o pájaros o peces o reptiles. E incluso mujeres mariposa. Pero a lo que iba. Que era uno de esos seres que nacen encerrados en una piel humana y que parecen personas como todas, con sus brazos y sus piernas y su nariz por la que respirar y sus orejas tras las que sujetarse el pelo. De niño hasta jugaba al balompié con sus amigos, y luego, ya siendo mocito, fue a las discotecas y conoció chicas y eso. Y se buscó un trabajo y madrugó y tiró la casa por la ventana en vacaciones porque eso era lo que hacía todo el mundo. Mas se sentía extraño sin saber bien por qué. Era una cosa interna, como un desasosiego que nada producía pero que estaba ahí. Eso y su irresistible inclinación hacia los árboles desde que recordaba. Su interés por ser rama y tronco y albergar a los pájaros y desnudarse con la llegada del otoño y convertirse en refugio para caminantes en tardes de tormenta. Y de ese modo, conforme fue creciendo, cada vez se separaba un poco más de lo real y ese agujero interno se iba haciendo más hondo y más oscuro. Hasta que sucedió y llegó ese día en que lo supo. Que él no era de este mundo y que debía volver a su lugar. Y huir y hacerse leño y hoja y estaciones y musgo y sol y amaneceres sonrosados. Árbol al fin.

Hoy he salvado una planta Sí, en fin, ya sé que no es nada trascendental, ni van a condecorarme, ni me va a llamar el rey al móvil, ni voy a salir en los periódicos. De hecho, ni siquiera era una planta importante, tipo ejemplar centenario o especie en peligro de extinción. Era una planta de estas rastreras, normales y corrientes, que crecen a la orilla de los ríos. Y ni la he salvado entera, puesto que una parte estaba viva. Solo una parte. Porque el tramo final del tallo había sido sepultado por una enorme roca y ahí estaba, mustio, sin savia y privado de la luz. He intentado imaginarme cómo una planta tan chiquita ha podido meterse sola debajo de un pedrusco tan pesado, y al cabo el río me ha dado la respuesta: una crecida, imagino, que desplazó la piedra y ahí dejó al pobre tallo, chafado e indefenso. Le he hecho una foto después de liberarlo. Por si voy otro día. Para acordarme de dónde estaba, que yo soy bastante despistada. Y ver si la parte necrosada se ha regenerado y le han brotado hojitas. No sé…, no valdrá para nada pero me hará feliz. Yo soy así de boba.

CRISTINA SALCEDO

La zapatera Los dedos diminutos se detuvieron en el aire un segundo, la aguja apenas sostenida entre ellos, su hebra dibujando una parábola dorada en la semipenumbra del barracón. Enderezó un poco la espalda para apoyarla nuevamente contra la hinchada pared. Le pesaban los párpados. El amanecer la había sorprendido dormida en la butaca, en la misma posición en que ahora se encontraba, la pila de zapatillas sin terminar a sus pies.

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creación literaria: relatos

Se enfureció consigo misma por haber cedido a la fatiga. Miró al trasluz de la bombilla el trozo de lona. Un siniestro pájaro negro aparecía bordado en pedrería sobre la pieza. Un pájaro flaco, desgarbado; el triste esbozo de un águila borracha, torpe, mutilada... ¡Una mariposa, eso es lo que yo hubiera pintado!, pensó. Y cerró los ojos un momento, viéndose a sí misma alada, colorida, dueña de la luz, de flor en flor, hermosa e imponente… Y libre al fin, lejos, muy lejos de ese húmedo cuartucho, del inmisericorde monzón, de esa gélida pobreza que le robaba el sueño, la infancia, la vida...

CRISTINA SALCEDO

Carlos H. Saz Rubira

El roscón de Reyes Juan y María tenían dos hijos. La hermana mayor era Ana y Pedro era el hermano menor. Ellos tenían siete y cuatro años. Como se estaban acercando las navidades, Ana le pidió a su padre que le diera un folio para escribir la carta a los Reyes Magos. «¡Quiero pedirles una muñeca para mí y un coche para Pedro!». Instintivamente, María miró a su marido. Ana le dijo a su hija: «No esperes mucho, ya que te has portado regular y los Reyes lo tienen en cuenta. No hay que ser egoísta y pedirles dos juguetes, deberías pedirle algo más sencillo. Deberías pedirles algo que te sirva para el colegio». Ella aceptó a regañadientes. ¡Por fin llegó la víspera de Reyes! Después de haber ido los cuatro a ver la cabalgata llegaron a sus casas. Ana muy emocionada preparó comida y bebida para los Reyes y para los camellos. Al despertarse al día siguiente, fue corriendo a despertar a sus padres y a su hermano para ver qué regalos les habían dejado. Ana vio un paquete en el que ponía «Juan y Ana». Lo abrió y vio que había dos cajas de pinturas y dos libretas. Ella se quedó muy triste ya que estaba convencida que le iban a traer esos dos regalos que quería. Juan cogió en brazos a Pedro y le propuso a su hija que les acompañara a los dos a comprar un ros-

cón. Aunque a ella no le apetecía, aceptó la propuesta de su padre. Al llegar a la panadería, el panadero les saludó y le preguntó a María que qué les habían puesto los Reyes. Ella le contó lo que les habían traído. Con tristeza, le explicó lo que le había dicho su madre y que había escrito una carta pidiéndoles que le trajeran para ella algo del colegio y un coche para Juan. El panadero se quedó conmovido con lo que le había dicho Ana y les dijo que iba a entrar a buscar un roscón que seguro que les animaría. Al entrar donde guardaba el roscón, buscó de su bolsillo su cartera y sacó un billete de cincuenta euros y lo metió dentro del roscón que había entrado a buscar. El padre le pagó lo que valía el roscón y el panadero dijo a Ana que a ver si tenía suerte y les tocaba algo en el roscón. Después de haber comido, la madre sacó el roscón y se puso a cortarlo. Cuando lo estaba comiendo, Ana notó que estaba mordiendo algo raro. Sacó lo que estaba mordiendo y vio que era un billete de 50 euros. ¡No podía creérselo! Ella les dio el dinero a sus padres. Juan, muy emocionado, les dijo que con ese dinero iban a ir a una tienda de juguetes a comprar una muñeca y un coche para los dos.

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Creación literaria: cómic MANUEL SERRES

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CARLOTA GRAMAJE

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ÓSCAR CERLANGA

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creación literaria: cómic

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creación literaria: cómic

IRENE ZALDÍVAR


XL AÑOS DE LA EDITORIAL ZARAGOZANA

OLIFANTE ediciones de poesía

firma invitada: Chusé Inazio Nabarro M. Martínez-Forega

El pasado 12 de noviembre se tributó en el zaragozano Teatro de las Esquinas un más que merecido homenaje a Olifante. Ediciones de Poesía. Llegados de todo el país, poetas, músicos, fotógrafos, actores, periodistas, escritores, profesores, bailarines, pintores, amigos, simpatizantes… arroparon un acto que celebraba y reconocía la épica tarea de cuatro décadas sosteniendo con absoluta generosidad un empeño editorial exclusivamente poético y, además de con el apoyo de la Asociación Colegial de Escritores, del Teatro de la Esquinas y de la Imprenta Cometa, contó con la participación, entre otros, de Paco Ibáñez, Amaral, Gabriel Sopeña, Ángel Petisme, Miguel Ángel Berna, Ingrid Magrinyà, Ángel Guinda, Carmen París, Luis Alberto de Cuenca o Alberto di Paola. Al frente de este proyecto aragonés que en seguida trascendió ampliamente sus fronteras territoriales en el ámbito de la edición de poesía se encuentra su fundadora, Trinidad Ruiz Marcellán, a quien se unió en 1991 Marcelo Reyes. Ambos continuaron esa labor de edición inaugurada en 1979 con la publicación de unas inéditas Cartas a Eugénio de Andrade de Luis Cernuda, con prólogo y al cuidado de Ángel Crespo, y que luego ha venido dando a la imprenta lo más granado de la poesía aragonesa, española y extranjera, con especial atención a la poesía portuguesa, una deuda sin duda secular que la edición de poesía española tenía con nuestra vecina nación peninsular y que Olifante saldó con cariño e inteligencia. Las ediciones de Olifante —cítese cualquiera de sus colecciones: «Olifante», «Papeles de Trasmoz»,

«Maior», «Haya», «Moncayo» o la más reciente «Olifante Ibérico»— se distinguen por su indeclinable finura formal, el exquisito cuidado que se pone en su maquetación, la selección tipográfica, la cromatía y la elección de los papeles, todo ello destinado a la consecución de la euritmia, del paradigma referencial de donde procede toda conclusión estética para imitarla y que ha despertado siempre la admiración de lectores, autores y editores rendidos a la belleza de las ediciones olifánticas diseñadas en tres etapas distintas por el fotógrafo Julio Álvarez, el pintor Vicente Pascual y por el escultor y artista integral Ricardo Calero. Olifante, con Trinidad Ruiz Marcellán y Marcelo Reyes, es la entidad editorial responsable de la creación del Festival Internacional de Poesía «Moncayo», a cuya primera edición en 2002 siguieron otras catorce programaciones. Fundado en que ese encuentro anual de poesía debía recuperar la oralidad como su base original, las tierras del Moncayo (la sede de Olifante se encuentra en el pueblecito moncaíno y celtibérico de Litago, en Zaragoza) recibieron año tras año a poetas de todos los lugares, de todas las lenguas españolas, europeas, asiáticas, australes y de Oriente Medio. Música y danza, teatro, pintura, escultura… se daban cita también en estos encuentros poéticos que, a la postre, constituían una auténtica convivencia con las lenguas y con las personas que las hablan, que hacía posible ampliar el horizonte comprensivo de diferentes culturas, diferentes maneras de pensar y, sobre todo, diferentes maneras se sentir. Solidaridad lingüística y poética que concedía a los Festivales un

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creación literaria: poesía

perfil activo y atractivo concerniente a la visibilidad de que otra manera de comprenderse era posible, y lo era a través de la poesía. La Editorial Olifante es también la entidad responsable de la fundación y construcción de la Casa del Poeta, única en España. Situada en la localidad de Trasmoz (Zaragoza), a las faldas del pico Moncayo, en plena Cordillera Ibérica, está pensada para estancias de poetas en un entorno natural donde el silencio es el protagonista principal del tiempo. La Editorial Olifante fundó asimismo la «Ruta Bécquer» como homenaje a la presencia de Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer en las tierras de la comarca moncaína entre 1863 y 1864. Esta ruta literaria parte de la Cruz negra de Bécquer junto al monasterio cisterciense de Veruela y continúa, durante 7,5 kms., hasta Litago, pasando por Trasmoz, junto al cementerio de esta localidad, a cuya puerta Gustavo Adolfo Bécquer gestó la redacción de la célebre «Carta III» de sus Cartas desde mi celda.

La Editorial Olifante ha emulado a Anfitrión educando a cuantos Heracles a lo largo de estos cuarenta años llegaron hasta su casa a exponer sus palabras de aliento poético, a cuantos no se escondían tras la capa de la invisibilidad cuando encontraron a su Deyanira. El propio Heracles transitó esos parajes buscando al Caco que habitaba en la montaña. Y ese mundo de la fantasmagoría mitológica cumplió con su testigo tradicional proporcionándonos la genialidad de una réplica singular que puebla desde 1979 —y ya para siempre— la poesía e impregna cada lugar, cada rincón, cada jardín y otero, cada casa y hogar, cada huerto y barbecho, cada majada y talud, cada arroyo, cada cárcava con la letra y su encarnación y con absoluta modestia, pero con munificencia, sensibilidad y amor ha levantado uno de los edificios más altos de la edición de poesía en España. Seiscientos títulos y una nómina de cuatrocientos autores lo avalan.

Antología de poetas de Olifante

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Cuando llega la noche

Una mujer se asoma al infinito

Ángel Guinda, de Catedral de la noche

Antón Castro, de Vino del mar

¡Esta solemne transfiguración! Atardecer que se sujeta el pelo con horquillas de nubes. Y la anciana de pies almohadillados llegó sin apenas darnos cuenta. La realidad se esfuma. Suenan fuentes anacoretas. Los buitres sobrevuelan el largo réquiem de los horizontes. Pasa ajena la luna divorciada. Cualquier irradiación tirita de esplendor, pero la noche no aprieta los dientes: todo lo mira y lo escucha todo. Deja el cielo caer por su semblante caspa de luz que, antes de aterrizar, desaparece. El tiempo avanza, nuestro tiempo retrocede.

No tengo ante mis ojos el mar infinito del viñedo, la ovalada longitud de los racimos, el primer oro del moscatel. No tengo ante mis ojos esa claridad del horizonte que se agiganta y luego desaparece en la niebla o se vuelve víbora y sendero. Imagino por un instante cómo miras, cómo acodas tu alma y tus ojos claros en el alféizar, cómo sueñas viajes hacia la luz por esos caminos que se adelgazan, que se cuajan de sombra y tentación. No tengo ante mis ojos ese faro desde el que contemplas el mundo, el paisaje y, quizá, las huellas de tu propia vida: las viñas del delirio, tantas historias que te cuentas, tantas miradas que te han hurtado tus mejores desnudos y su fuego. Me guarezco bajo un parral solitario y escucho el latido de los minutos, la canción de los vencejos;

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¿Son chardonay, syrah o garnacha, son ellas nombre, alegría y aventura para los [sentidos? Te escucho decir: «Ven, sal de ahí y busquemos esa espesura de sarmientos donde se oculta la noche oscura del deseo».

Madeleine y las otras

creación literaria: poesía

creo oír el temblor de las briznas y la brusca oscilación del avellano. Hay un momento en que aplico el oído en la tierra, como si quisiera abandonarme, y al cabo de un instante creo oír tus pasos, y tu voz que vuelve del bosque de uvas.

ardientes, sublimes, alzándonos hermosas como castillos, en la espalda desnuda de las ciudades.

Mala estrella Elena Pallarés El nombre de la muerte va a tu encuentro y tú, víctima de su luz, arrancándote un ramo de corazones la llamas por su nombre y se lo ofreces.

Carmen Aliaga Acabo de llegar.

Hallarse en la caída

Esa, la vez primera, siempre resultan bellas las calles que pisamos.

Inés Ramón

Madeleine, yo y mis otras, un cortejo de cuerpos y de paisajes, paso, salvoconducto al refugio del gozo y el desvelo. Resguardo, torreón, manantial que recubre la ciudadela. Sustancia de la lengua caprichosa, del músculo anchuroso y dilatado. Madeleine, yo y mis otras, agitadas,

Abrirse los ladrillos de unos ojos pintados sobre el muro. O no mirar la sombra de unos dientes apretados instaurando la certeza de habitar un tiempo que mutila sus agujas. O clavar –tal vez ya inútilmente– los párpados enhebrados a las grietas del muro y a una incógnita incomprensiblemente oblicua en su caída.

Tropezando Jorge Martínez, de General invierno Tropezando sin caer adelanto dos pasos y te alcanzo. Alcanzándote descubro cómo hueles a licor de primavera. Bendito zapato roto. Bendita piedra.

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creación literaria: poesía

Lluvia

El ojo y la ceniza

Josema Carrasco, de La felicidad, cariño, es para malgastarla

Mariano Castro

La lluvia es música de jazz, y yo nunca uso paraguas, su ritmo es mi antidepresivo para instantes melancólicos. Basta un saxofón de plata, algo de swing en los charcos, tu melena de luz mojada, y el metrónomo de los semáforos. Y taxis que llevan al infinito, a destinos fugaces e imprevistos, bajo los neones amarillos y la afinación de tus labios, suenan nuestros besos exiliados.

Despiertas con la voz de un pájaro encendido del sueño que en ti sube, como áspid de mercurio en un árbol dorado, y silente recibes la condena y la gracia. En el iris del cíclope o del dios contemplas tu mirar, y es briófita el alma en la piedra de un pozo.

El ojo y la ceniza

Intimidad

Mariano Zaro

Juan Alonso, de Oniros

Cañas y árboles tiemblan, Padre. Tú nunca dices árboles, dices cerezo, abedul, manzano, roble, castaño.

He pasado penitantos años cautivo de tus ojos, asediado por el carmín de algunos besos sueltos, encadenado a este credo y no puedo. He acelerado por la autovía purgativa sin desprenderme de los placeres terrenales, para ascender hasta la intersección que une la soledad con la rutina, sin iluminación en off o red de trapecista que amortiguase la caída en picado y repicado, incluso, en primer plano, como el encefalograma de un muerto. Y nos hemos increpado tantas veces que otra palabra tuya bastará para matarme.

Algo escucha

Cada árbol tiene su nombre y su pena como los hijos. Los manzanos te llaman antes del otoño. Tú respondes. Yo también te llamo, espero tus pasos que no llegan.

El impacto Mikel Arilla, de La ciudad sin mar

Mariano Anós Vacía, presenta sus respetos la noche a la indefensión, al murmullo que sobraría, al animal que no escribe.

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«Me gusta ese autobús porque me lleva a Leyton», [dijo alguien al sentir el impacto. Las respuestas no esperan, simplemente caminan. Y todos los portales de la calle susurraron al unísono: «Es como si la muerte buscara un estribillo, o la [lógica escéptica que pudiera salvarla».

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Toda carta de amor

Manuel Martínez-Forega, de Labios

Trinidad Ruiz Marcellán, de Una carta de amor como un disparo

¡Cuántas escrituras en tus labios!

creación literaria: poesía

Exclamación

Contigo

Cuando os míos dedos no sían Pilar Benítez, de Arquimesa pillaré con as unglas d’o tiempo que no bi’ste l’ausín d’a memoria o bloso de l’olbido e con uno e con otro faré una flocada de paxarelas libres en l’aire por si Dédalo e Ícaro la querrieran.

Toda carta de amor es un disparo que da o quita la vida. Toda carta de amor es un disparo que agita la arboleda de la razón. Es un trueno de paz, es un relámpago. Toda carta de amor es un torrente que se desborda al llegar al corazón.

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Creación literaria: poesía Poemas de Ángel Guinda

Exilio Todo lo dejé allí. ¡Me he arrojado dentro de mí mismo!

ELENA MONCAYO LETICIA TORCAL

El día de mañana ¿Está lejos o cerca el día de mañana? ¿Es hoy o nunca, mañana o siempre el día de mañana? ¿O el día de mañana ya ha pasado?


Rapaz Oteando la muerte, sintiéndola en el aire, ese aumento, quién sabe, repentino de la temperatura que anuncia la inminente marmórea frialdad que arrastra gris y helado el aliento postrero. Emplumado augur, corvo perfil flotando entre las nubes aguardando el deceso para nutrir con vísceras tu esencia y así continuar majestuoso, dignísimo, imponente, el real ceñidor en torno al cuello circuleando, altivo por encima del mundo ajeno al bien y al mal.

Jesús Claver

Azul. Negro. Rojo Las llamas cabalgan desbocadas, ciegas al dolor del Amazonas mientras la gran ciudad deambula altiva, indiferente a los gases que, sin pudor, esparcen su aliento fétido sobre las marquesinas, donde los autobuses dormidos partirán hacia los arrabales y horas más tarde regresarán anónimos a ninguna parte.

Eterna juventud prometieron los dioses, en sus templos de neón con fe cumplimos los mandamientos, aunque el CO2 suba triunfal e inmisericorde hacia su trono, lejos de la ansiedad de los pájaros, del blues crónico de las maquilas y el ruido de los aeroplanos.

creación literaria: poesía

Inmaculada Benítez

Desde el tacto suave de la nieve, un grito recorre como un rayo todos los rincones del planeta, Greta, ciclón que arrastra a millones de jóvenes hasta el corazón enfermizo de los bulevares. En Wall Street los grandes accionistas miran de reojo sus carteras y los adultos aversión súbita manifiestan hacia los espejos. Pero la Madre Tierra a su gente llama en las noches de luna llena, Davi Kopenawa y Berta Cáceres sonríen tras los cañaverales, y los niños indígenas, plácidos, bucean en aguas transparentes donde las ninfas, hermosas, cantan sobre grandes hojas de nenúfares. Azul. Negro. Rojo. Como la montaña lejana donde nace el río. Como la soberanía alimentaria, los pequeños [comercios de la zona y las energías renovables. Como el deshielo de los Polos y la plaga del polietileno. Como los cargueros y petroleros sin sueño que arrojan sus heces por los océanos. Como toda la sangre derramada en la desaparición [de las especies. Como la extracción de minerales en el Congo y el trastorno esquizoide del Mediterráneo. Y Green Peace todavía atraviesa, en su viejo bastón apoyada, las rutas inhóspitas mostrando los desórdenes y desafueros de nuestras fatuas ensoñaciones.

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creación literaria: poesía

Susana Hernández

Isabel Mariñosa

¿Amanecerá mañana sobre esta tierra desierta, sobre ese mar inmenso convertido en vertedero, donde el aire es la limosna y el ser vivo el pedigüeño?

¿Dónde está el cochecito leré en el que con gran salero leré sí montar quiero leré que me mareo leré y la razón pierdo leré siempre que sea contigo?

Auxilio pide la vida donde ya no hay pensamiento… Hoy vivo de los recuerdos, de los sueños, los olores del pasado, los sabores… ¡Es el tiempo! Es este maldito tiempo que trepa como las olas ocultando los senderos, cubriendo el mundo con su música de miedos. Triste memoria nos queda de lluvia tras los cristales y de hermosas primaveras… Van huyendo las palabras que como el monte se queman tan muertas como las letras hartas de matar poemas.

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¿Dónde están las tijeras que se abren y se cierran para cortar la cuerda que me ata a la tierra y así toco el cielo? Yo me arrodillo y me salgo fuera siempre que sea contigo. ¿Dónde está el barquero y su barata barca con la que la enamorada niña sí quiere ser bonita y navegar solo contigo por el mundo entero? ¿Dónde están las llaves? mararilerilerile como sirena en una nave las voy a buscar al fondo del mar para abrir tu castillo y estar siempre contigo matarilerilerón como princesa en un torreón chispón.

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creación literaria: poesía

Gregorio Ojer Hay puertas que ni abren ni cierran, detrás el horror lima las llaves de la única cerradura. * Dicen que hay aire en la hoja que cae. Dicen que las lágrimas en un cuerpo desnudo se deshacen en servicios. Dicen que el tiempo arrastra cuerpos hacia el dolor. Dicen que el placer es lento y se repliega en la privación. Dicen que en límite de la piel hay otro remolino de nombres deseados. Dicen que cuando comes unos labios aparece la promesa de la eternidad. Dicen que es instante, marea infinita y cansancio.

Memoria Es esa enfermedad de las palabras la carne tumefacta el desvelo de las armas también el manifiesto de raíces inmolando a los apátridas, ateos, republicanos... el río de la eterna sangre que tiñe el costado de estas españas polvo vastísimo de la corrupción sembrada en la sima castellana sepulcro de la razón lacerado por el espejo cóncavo de los periféricos. Homenajeo a los vencidos al dolor difuso de cadáveres

apilados en las cunetas, no al paseo diario por la viñas del señor, no al señorito tutelar indisociable, no al esperpéntico holocausto de la bandera nacional, no a los capallanes de la muerte cavilando sobre los cuerpos de los presos. Sí a los que aprendieron a leer en los ateneos y al riesgo de pensar en este vacío peninsular.

Desaparecidos I La sombra de la caja Era alargada La noche blanca La tierra cuarteada Necesitada de lluvia. Pisaba con ahínco Las huellas de los desaparecidos. Las hojas hablaban Con los árboles Cuando caían al suelo Las huellas de los desaparecidos Se mantenían incólumes. Aullaban los bosques Entre los pies descalzos Recogían las estrellas muertas Detrás de las colinas Y la sombra de la caja Seguía siendo alargada También las huellas De los desaparecidos.

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creación literaria: poesía

No hay ataúdes

Conversaciones con Rufino (padre)

II Respiro Solo respiro Inhalo mi cuerpo En tu cuerpo Mientras los árboles Anudan la tierra En tu boca. Camino sin camino Camino entre raíces Abrazo nubes entre los árboles. Y respiro Y te respiro Cuando respiro. No hay permanencia De nombres Solo arena en mis labios Labios cuarteados Por lo inverosímil Por lo inútil Por vivir

IV No hay nombres En el humo De tus cenizas No hay tiempo En el aleteo Del desgarro No hay horas que mueran En sus minutos No hay cortesía De mis lágrimas Cuando anudan la tierra. Mis palabras como la lluvia Secan tu memoria. Tus ojos verdes Se quejaron de este desierto. He cambiado tu ataúd Por un diccionario Sin nombres. Por un mar Muerto de olas No hay molino Que mueva tu estrella.

Mapa en blanco III La lluvia resbala Parece que todo está en calma, inmóvil a la marea De imágenes Que sobreviven cuando respiras. Nada será igual Cuando percibas Que la lluvia eras tú, Fragmentado Entre nubes y tierra. Entonces el miedo No tendrá cabida. Sabrás que la penumbra Es el destello de la desaparición En ese mismo mar inmóvil, En este pequeño latido Dentro de miríadas de gotas Intentando hacer música Con los labios.

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* Cuando los bosques No señalen el camino Cuando las hojas cubran Tus huellas Cuando tus manos Abracen a un árbol Cuando nadie te observe... Deja tu nombre En las raíces Y sigue sin camino. * Un día te levantarás Sin brazos Intentarás respirar Y verás tus labios Pegados al cristal. Un día tus ojos Se volverán hacia ti Y verán una mirada perdida Un temporal de vacíos En retirada.

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* Cuando la vida se da cuenta de que solo Hay vida Aparece el silencio. Algunos crean ídolos, Otros abandonamos el camino Y seguimos entre sendas.

Bucólica Apareces debajo del río Entre escamas El perfil de la corriente Esculpe tu cara Vienen entre cantos rodados Tus latidos ribereños La claridad se vuelve infinita En la fina piel de los chopos

creación literaria: poesía

* Fue primero la biografía, luego vino la existencia Aparecieron los nombres en ese juego de sombras y precipicios para llenar el vacío dejado Se trata de ir adquiriendo tacto, miradas... Y sombrear de pinceladas el bucle de cenizas y el vuelo del viento en nuestras alas

Luna Sanz

El último atardecer Cada vez que oigo su nombre parece explotarme el corazón, ahora que ya no puede verme quiere pedirme perdón. Aún recuerdo cuando él decía: te quiero más que a mi vida. Ingenua yo que te creía hasta hoy que estoy aquí abatida. Hace tiempo que perdí la cuenta del daño que me ha causado, sus golpes eran como una tormenta que dejaban mi cuerpo todo calado. En el brillo de su mirada veo el fuego de su odio, me convirtió en su criada y mi vida en un triste episodio. Por fin ya puedo descansar, no le odio ni guardo rencor, esa ira debería aplacar y nunca más encontrar el amor. Las mujeres y los hombres por igual, o eso decían que debíamos aprender, hasta que de repente te encuentras con el mal y solo te queda ver tu último atardecer.

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creación literaria: poesía

La Cotty

Y entonces ocurre y ahí vas... porque nadie escapa al lazo que te une, la fuerza gravitacional te envuelve y antes de que te des cuenta, ahí se va

(Concepción Irigoy Marín)

A veces lo percibes, otras lo intuyes, lo sientes y posees, pero, para la gran mayoría, te engulle por sorpresa porque siempre quieres más, perenne insatisfacción que fluye

Recuerdos Tan solo quedan en mi imaginación Aquellas manos morenas por el sol Aquel rostro mojado por el sudor Aquella voz de tosco ronco. Todos estos pensamientos en mí producen Una extraña sensación Y me dejan un amargo sabor. ¿Por qué todo pasó? ¿Por qué todo acabó? Pero…, abuelo, ¿Cómo todo esto puedo decir yo? Si mis ojos nunca te vieron Y mis oídos nunca te oyeron. Solo nombrado por Felisa, tu hija, mi madre Tantas veces: ¡Abuelo! ¿Por qué no te conocí yo?

Fue placentero, desgarrador, perturbador, decepcionante, exasperante, sublime, obtuso, confuso, pero siempre intenso volcán de emociones, de ensoñación o quizá animadversión, lo único certero es que TODOS hemos sucumbido a su atracción ¿Qué osado no lo ha probado? Dedicado a mi querido TOBOGÁN, fiel acompañante de la infancia universal Lema: vive la vida desde 0

Yolanda Sánchez Navascués

TODO es un sube y baja Temblaba, reía, subía, bajaba El cabello enredado, la sonrisa contenida, No quería, pero ahí estaba Era oscuro, largo y tormentoso, a veces sin final Pero es imposible no dejarse llevar, subirse al precipicio de la vida, ascender a la cima que comienza lejana y en un impás, cuando menos te lo esperas, ahí está…

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Leer para vivir: infantil y juvenil De 0 a 5 años

A veces mamá tiene truenos en la cabeza Bea Taboada Ilustraciones: Dani Padróne Algar Valencia, 2020 Un hermoso libro que enseña las múltiples emociones que podemos tener los seres humanos: enfadados, tristes, atolondrados, despistados, enérgicos, amorosos… La propuesta del álbum, que relaciona los estados de ánimo con la naturaleza, es muy eficaz para hacer comprensibles las distintas situaciones y acciones que se generan.

Hasta que podamos abrazarnos Viaje a la alegría Elena Ferrándiz Thule Ediciones Barcelona, 2020

Eoin Mclaughlin Ilustraciones: Polly Dunbar Traducción: Teresa Broseta Valencia, 2020

Cuidada edición de un libro que atrae en primer lugar por sus ilustraciones, delicadas, sugerentes y bellas, que, con el anclaje del texto, permiten lecturas diferentes cada vez que lectores de todas las edades se adentran en el álbum. Ideal para esas lecturas compartidas que abren los ojos al mundo de los sentimientos.

Uno de los principales efectos de la pandemia es, sin duda, la dificultad para abrazar a nuestros seres queridos. Lo mismo les pasa a Erizo y Tortuga, los protagonistas de este cuento. Pero aprenden a mostrar su cariño de otras formas, algo tan importante para todas las edades. Una alegre propuesta para tiempos difíciles.

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leer para vivir: infantil y juvenil 138

A partir de 6 años

Cuentos de temporada Ernesto Navarro Durá Pintacoda Zaragoza, 2020

¿Cómo lo ves? Vera Galindo Apila ediciones Zaragoza, 2020

Cumpleaños en Caesaraugusta Daniel Nesquens Ilustraciones: Emilio Urberuaga Ayuntamiento de Zaragoza Zaragoza, 2020

Pintacoda es una pequeña y activa editorial ubicada en Ejea de los Caballeros fundada por Errnesto Navarro y César Ordóñez con el objetivo de «descubrir lo extraordinario, lo emocionante y lo disparatado de la vida», como nos explican en el editorial de su página web. Y lo consiguen con cada una de sus publicaciones de las que este álbum es una buena muestra: Ernesto Navarro ilustra y narra, con su estilo característico lleno de plasticidad, detallismo y humor, veintidós historias centradas en los momentos más importantes del año. Consigue combinar lo fantástico con la cotidianeidad, acompañados de graciosos giros lingüísticos e ilustraciones sugerentes. Se logra así una nueva mirada, llena de sorpresas, sobre la vida que nos rodea.

De la mano de otra editorial aragonesa, llega este libro de Vera Galindo que ha merecido, no solo el premio Apila 2020, sino una mención en la prestigiosa New York Public Library como uno de los 10 mejores libros para niños de 0 a 12 años. Y no es para menos, pues de la mano de Christian comprobamos las diferentes maneras que tenemos los seres humanos de interpretar la realidad, todas válidas, como se demuestra en cada página doble dedicada a un creador de fama universal. Las ilustraciones, que cambian con cada pintor protagonista, acompañan de manera sugerente este homenaje al arte y al poder de la diversidad de miradas.

Nada mejor que cerrar esta sección con la obra de dos grandes creadores de la literatura infantil que nunca decepcionan. En este caso nos encontramos con un libro pensado para que los lectores y lectoras se acerquen al rico patrimonio histórico de Zaragoza. Los protagonistas celebran el cumpleaños de Augusto, un niño apasionado por la civilización romana, cuando se une al grupo alguien muy especial…

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leer para vivir: infantil y juvenil

A partir de 8 años

Diario de Greg 15. Tocado y hundido

Ana de las tejas verdes. Novela gráfica

Ana Kadabra 5. Fiesta de medianoche

Jeff Kinney Traductor: Esteban Morán RBA Barcelona, 2020

Mariah Marsdem, Ilustraciones: BrennaThummler Traducción: José Calles Vales Maeva Ediciones Madrid, 2020

Pedro Mañas Ilustraciones: David Sierra Listón Destino Barcelona, 2020

Las vacaciones mejor planificadas pueden convertirse en un desastre por culpa de todo aquello que es imposible de prever. ¿Cómo conseguirán Greg y su familia disfrutar de su verano? Adéntrate en las divertidas páginas de este diario: nunca decepcionan.

La adaptación a novela gráfica es una buena idea para acercar a los lectores más jóvenes la entrañable novela de L. M. Montgomery, protagonizada por una joven que se salta cualquier convencionalismo y es capaz de sobrevivir con su frescura y ganas de vivir a todos los retos que la vida le ofrece. Este canto a la solidaridad y al amor en todos sus sentidos ha seducido a lectores y lectoras de todas las edades.

La serie Anna Kadabra, creada por Pedro Mañas, ha cautivado al público infantil desde su primer libro, El Club de la Luna Llena, seguido por Un problema con Alas y Un Monstruo en la Bañera. Son libros que provocan carcajadas por las situaciones que crean Anna y sus amigos. Las ilustraciones de David Sierra, llenas de colorido y expresividad, cumplen perfectamente su función de dar vida a las aventuras que estos libros nos presentan.

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leer para vivir: infantil y juvenil 140

A partir de 10 años

Mi primer libro del cosmos Sheddad Kaid-Salah Ferrón Ilustraciones: Eduard Altarriba Juventud Barcelona, 2020

Verónica Torres se rebela contra el mundo María Menéndez Ponte Ilustraciones: Ayesha L. Rubio Duomo ediciones Barcelona 2021

Cuentos para niñas sin miedo Myriam Sayalero Ilustraciones: Ricard López Nube de tinta Barcelona, 2019

Interesantísimo libro en el que el Dr. Albert y la pequeña Alice nos acompañan en el descubrimiento de los entresijos del universo, dando, así, repuestas a cuestiones de nuestro entorno que han interesado al ser humano desde el principio de los tiempos: ¿por qué caen los cuerpos? ¿por qué no cae la luna? ¿qué es la materia oscura? ¿y las estrellas? Este volumen pertenece a una colección creada por los mismos autores cuyos primeros libros nos adentran en la física cuántica o en los misterios de la relatividad. Un libro ideal para despertar esa curiosidad que permite el avance del ser humano.

Un misterioso colegio, una rebelde y traviesa niña, unas apariciones sorprendentes… la aventura está servida. Lo interesante de la propuesta es que las historias de la protagonista se inspiran en las vivencias de la propia escritora cuando estudiaba en un colegio de La Coruña. Se trata de una divertida novela, ambientada en los años sesenta, que pone en divertidas acciones lo que ha significado la lucha de las mujeres contra los roles establecidos.

Una nueva mirada a 12 cuentos tradicionales a los que se les da un giro para educar en la igualdad de género y en la lucha contra el machismo. Se trata de cuentos de varias culturas en los que las protagonistas luchan contra los prejuicios y asumen papeles activos que permiten superar las adversidades. Y todo ello en una edición hermosa y muy cuidada en la que las ilustraciones a todo color son el marco perfecto.

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leer para vivir: infantil y juvenil

A partir de 12 años

Rumor de verde luna. Antología poética Federico García Lorca Selección de Juan Ramón Torregosa y Pablo Antón Ilustraciones: Alfonso Ruano Vicens Vives Barcelona, 2020

Ramiro II. El monje que desafió al Papa Sergio Miguel Longás, Jorge A. García Miana y Ana Belén Arbués Ilustraciones: XCAR Malavida Caballeros de Exea Zaragoza, 2019

La leyenda del cíclope. El don de Ariadna Nando López SM Madrid, 2021

Una antología muy cuidada para un primer acercamiento a la poesía de Federico García Lorca. Se trata de poemas que recorren parte de su trayectoria con poemas llenos de la musicalidad popular y de su característica simbología. Los textos están agrupados por temas: Infancia, música y danza, amor, deshumanización y voces de muerte. Las delicadas y evocadoras ilustraciones acompañan perfectamente esta cuidada selección.

Segunda entrega de la historia de Aragón en formato grafico que es un auténtico regalo cultural. Sus autores han bautizado la serie como biocuentos, pero realmente los textos y las ilustraciones son rigurosos con la realidad histórica. Esta vez nos narran la historia del sucesor de Alfonso I y reivindican al rey que como ellos señalan «logró nada menos que salvar al Reino de Aragón de su desaparición». Una estupenda y divertida manera de acercar nuestra historia al público más joven (y al adulto…).

Distopía, mitos griegos, personajes literarios que vuelven a la vida y jóvenes dispuestos a cambiar el mundo: los ingredientes de una nueva trilogía de literatura fantástica que con El don de Ariadna, como primer libro nos regala Nando López, doctor en Filología Hispánica, profesor y escritor que ya nos ha encantado con El reino de las tres lunas. En este primer libro, Ariadna, lucha con su don en el bando de los rebeldes para restaurar la felicidad en su mundo.

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leer para vivir: infantil y juvenil 142

A partir de 14 años

Emilia Pardo Bazán. Una mente poderosa María Canosa Ilustraciones: Bea Gregores Bululú A Coruña, 2021

El síndrome de Bergerac. Una comedia heroica Pablo Gutiérrez Edebé Barcelona, 2021

El círculo escarlata César Mallorquí Edebé Barcelona, 2020

No podíamos olvidar en este escaparate nuestro homenaje a Emilia Pardo Bazán, una de las escritoras de más calidad –y tanto tiempo olvidada, salvo en los manuales de literatura— que han dado las letras españolas. Su centenario ha servido para reivindicarla y este hermoso volumen es buena prueba de ello. Las autoras pasan revista brevemente a las distintas facetas de su vida y ponen en valor la importancia que tuvo en su momento para las letras españolas, así como su lucha por ser reconocida frente a los que la ninguneaban por ser mujer.

Interesante libro que surge de una vivencia real del profesor de secundaria Pablo Gutiérrez y sus alumnos de bachillerato. Se trata de un homenaje a la literatura y a su capacidad de hacernos comprender la vida con sus misterios y sus contradicciones. Y todo ello por medio del personaje Cyrano de Bergerác, en torno al cual los protagonistas de la novela preparan una obra de teatro. Excelente muestra de narrativa e inspiración para docentes de Lengua y Literatura.

Casi dos décadas después de Las lágrimas de Shiva, uno de los grandes éxitos del autor, llega su esperada continuación con los mismos protagonistas cuatro años mayores. Y no defrauda, porque tiene ingredientes que capturan el interés del lector: personajes verosímiles, intriga, romanticismo, enfrentamiento con una inquietante secta… Y para los amantes de la ciencia ficción, un paseo por los mejores libros del género, recomendados por el propio protagonista.

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leer para vivir: infantil y juvenil

A partir de 16 años

Gente normal Sally Rooney Traducción: Inga Pellisa Literatura Random House Barcelona, 2019

La vida contada por un sapiens a un neandertal Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga Alfaguara Barcelona 2020

Patria. Basado en la novela de Fernando Aramburu Toni Fejzula Planeta Cómic Barcelona, 2020

Nos encontramos con una novela que no deja indiferente, un auténtico best seller mundial que ha dado pie a una serie de televisión que también está cosechando grandes éxitos. En la obra seguimos a lo largo de cuatro años el transcurso de las vidas entrecruzadas, con alejamientos y acercamientos, de Marianne y Connell, jóvenes adolescentes al principio de la narración. Sus debilidades, sus miedos, la fuerza del deseo… los alejan, acercan y marcan a lo largo de esos años. Son gente normal que, como cualquiera, complican su vida y unas relaciones que podrían ser fáciles. Qué curioso: ¿los lectores lo constatan en los personajes y no en sus propias vidas? La escritora se ha convertido en un auténtico fenómeno literario.

Solamente el hecho de unir a estos dos autores ya hacen el libro atractivo, y si de la conjunción de sus mentes surge una novela sobre el misterio de la vida que explica nuestro presente, nos encontramos con un libro adictivo y lleno de humor. La explicación de la vida surge a partir de encuentros de Millás con el paleontólogo por el que siente una gran admiración, lo que nos permitirá a la vez recorrer diferentes rincones de nuestro país. La sorpresa se produce cuando llegamos al final del libro: no queremos que se termine.

El propio Fernando Aramburu ha albado esta novela gráfica que se inspira en la obra que repasa treinta años de la vida de Euskadi y de la fractura social que tanto dolor ha causado en nuestro país. Una interesante propuesta para reflexionar sobre las debilidades de los nacionalismos, sobre el valor del perdón y del diálogo. Toni Fejzula rconstruye una original propuesta que hace uso del color para identificar a los personajes que van intercambiando su punto de vista narrativo, a la vez que muestra diferentes estados emocionales. Una valiente obra.

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Concurso infantil 2020 Narrativa 1.º, 2.º y 3.º Primaria PRIMER PREMIO COMPARTIDO

PRIMER PREMIO COMPARTIDO

La óptica de Juan Las aventuras de Cris PABLO GASQUED RUBIO 3º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS

Juan era un niño muy divertido, que le gustaba mucho ir a la playa y cuando tenía 7 años sus padres se compraron una casa en Castellón. La casa estaba al lado del mar, y Juan estaba muy contento, le gustaba mirar por la ventana cómo los niños buceaban en el mar. Un día, mientras miraba por su ventana, vio que unos niños se bañaban en la playa, pero una cosa le llamó la atención. Un niño con gafas no podía bucear, ya que si se quitaba las gafas no veía nada. Entonces, Juan se puso a pensar y decidió lo que iba a ser de mayor, tendría su propia óptica. Pero él no quería tener una óptica con gafas normales, el tendría gafas de bucear con cristales graduados, especialmente, para los niños que llevan gafas. Así, estos niños podrían bucear igual que los demás y ver los peces del fondo del océano. Pasó el tiempo y Juan se hizo mayor, cumplió su sueño y su idea triunfó con éxito, todos los niños que no veían se compraron esas gafas de bucear. Y poco a poco Juan ganó dinero y fue feliz viendo como los niños podían ver los peces con sus gafas.

MANUELA LASILLA ANGOY 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS En un pueblo muy lejano, rodeado de altas montañas y un bosque donde había muchos animales, vivía una niña que se llamaba Cris. Le encantaba jugar en el bosque, trepaba a los árboles y lo que más le gustaba era hacer cabañas con sus amigos. Para hacerlas, buscaban ramas del suelo y cosas que la gente dejaban tiradas. Cada vez el bosque estaba más sucio, había basura por todos lados. A Cris y a sus amigos les daba mucha pena. Un día tuvieron una gran idea. Decidieron limpiar el bosque, recogiendo la basura y separando para reciclar. Después de todo el día trabajando, estaban muy cansados pero muy contentos. Habían llenado el contenedor amarillo con envases y plásticos; el verde, con restos de basura y el azul, con papeles y cartones. El bosque se quedó muy limpio y todos los que vivían en el pueblo se dieron cuenta de lo bonito que estaba ahora. Aprendieron la lección de Cris y sus amigos, utilizarían los contenedores para reciclar la basura y poder disfrutar de la naturaleza.

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concurso infantil

SEGUNDO PREMIO

Mi gran deseo ADRIÁN TAMARGO PUEYO 3º PRIMARIA MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Rubén estaba furioso. Era una mañana soleada y quería salir a jugar pero su hermana no le hacía caso. Pasaron las horas y Rubén entró como una furia al cuarto de Naroa gritándole: —¡Juega conmigo! Eres mi hermana, no eres hermana del móvil, estas siempre con el móvil Y Naroa le contestó: —¡Pero qué haces Rubén!, Estoy haciendo un video para subirlo a you – tube. ¡Vete de aquí! Y Rubén salió del cuarto llorando y más enfadado que antes. A la hora de merendar como Naroa seguía con el móvil, Rubén pensó en gastarle una broma a su hermana. Naroa se había quedado cuidando de su hermano mientras sus padres se iban a comprar. Cuando sus padres volvieron a casa y vieron que Rubén no estaba, se preocuparon mucho, llamaron a la policía y salieron en su busca. Rubén se había escondido debajo de la cama con su dragón Lucas, y estuvo hablando con él dos horas, contándole que su hermana no le hacía caso, no quería jugar con él, sólo jugar con el móvil y al final deseó con todas sus fuerzas un amigo para jugar. Cuando empezó a tener hambre, Rubén salió de su escondite y encontró a sus padres hablando con la policía. Se asustó mucho. Todo quedó en un susto. Sobre las doce de la noche, Rubén se despertó asustado. Había oído un ruido. Se levantó de la cama y vio que Lucas se movía y dijo: —¡Estás vivo! Rubén alucinaba y en lugar de tener miedo se puso muy contento y hablaron durante toda la noche de las aventuras que iban a recorrer juntos. A la mañana siguiente, Rubén se lo quiso contar a Naroa pero seguía con el móvil. Rubén y Lucas hicieron un plan para que Naroa se olvidara del móvil y así jugaría con él. De repente Lucas entra en la habitación de Naroa y se zampa el móvil.

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Naroa empieza a gritar. Rubén, al oírla, entra en la habitación y para tranquilizarla le cuenta que había pedido un deseo, que tenía un plan y Lucas le había ayudado. Naroa alucinó, se dio cuenta de que también quería salir con las amigas y divertirse. Cogió a Lucas y se lo llevó a las casas de sus cinco amigas para que se zampara también sus móviles y así divertirse juntas. Rubén y Lucas salieron a jugar a la calle y vieron que todo el mundo estaba con el móvil en la mano y Rubén dijo: —Mi deseo para este año será que todo el mundo sea feliz sin el móvil. Entonces Lucas fue casa por casa zampándose los móviles de la gente y los padres empezaron a jugar con sus hijos, los amigos hablaban en la calle, las hermanas a jugar con los hermanos, la gente se dio cuenta de lo bonito que es jugar y hablar con los que quieres y no estar a todas horas con el móvil.

DIPLOMA

Salvemos Fantaschicos MARÍA LAMARCA PÉREZ 3º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez una niña que se llamaba Martina. Martina vivía en un pueblecito de montaña llamado Fantaschicos donde vivían treinta personas, los inviernos se hacían largos y duros. Martina estaba cada día más triste, sus mejores amigos se marchaban a vivir a la ciudad, allí había colegios muy cercanos, tiendas, fábricas… ¡Todo el mundo quería marcharse allí! Fantaschicos desaparecía y Martina se quedaba sin amigos. Un día fue a dar un paseo por el bosque, de repente se vio sorprendida por un Hada. El Hada le dijo: —Tu pueblo Fantaschicos está desapareciendo y tienes tres intentos para salvarlo, el Hada del bosque le dio una nota diciéndole que tenía que ver al Monstruo Marcelo. Martina se acercó a la cueva toda temerosa… y allí estaba el Monstruo esperándole y le dijo:

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Al día siguiente, el pescador con otros pescadores fueron con un barco nuevo a limpiar el mar. El barco se estropeó porque estaban jugando con el balón en la cubierta y se cayó al motor, chocaron contra una roca y tuvieron que nadar hasta la orilla. Después, se subieron a otro barco que tenían para recoger la basura. Estuvieron trabajando mucho tiempo sin descansar hasta que terminaron su trabajo. Pasaron varios días hasta que se volvieron a encontrar con la ballena. La vieron muy contenta porque el agua estaba limpia y ya no habría más peces en peligro.

DIPLOMA

ÁNGELA CARBONEL, LEO MALÓN, ADRIÁN MURILLO Y LAIA VIARTOLA 2º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS

La ballena y los pescadores VÍCTOR IRIARTE ARBUÉS 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Había una vez una ballena que se dedicaba a rescatar a los peces que quedaban atrapados por la basura que tiraban las personas al mar. Un día, la ballena se encontró a un pescador que se estaba ahogando. La ballena no sabía qué hacer con el pescador, porque los humanos ensuciaban el mar y además querían pescarle. Al final, decidió que le daría una lección. Iba a enseñarle toda la porquería que había en los mares por culpa de los humanos. Se puso al pescador en su lomo de ballena para que viera cómo estaba el mar. Después, lo llevó a su barco, pero cuando llegaron vieron que se estaba hundiendo porque unos tiburones lo estaban destrozando. La ballena les explicó a los tiburones que no todos los humanos hacían las cosas mal. El pescador les pidió que lo llevasen a tierra porque había aprendido la lección y sabía cómo solucionarlo. Así lo hicieron.

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—Martina para salvar tu pueblo tienes que llevar este polvo a la nube soleada. Y Martina subió a buscar la nube más soleada que vio entre las montañas. Una vez que llegó a la nube, allí le estaba esperando el Dragón Felipe… y este le dijo: — Hola, Martina, para salvar Fantaschicos tienes que echar esta agua en un caldero mezclado con el polvo que te ha dado el Monstruo Marcelo y con una varita que te ha dejado el Hada en la habitación. Tienes que darle vueltas y decir: «agua champulón, polvo chillón. Que en este pueblo reine el sol». Martina se asomó a la ventana y vio su pueblo lleno de vida. El colegio estaba repleto de niños, los campos cubiertos, de flores y siempre siempre reinó el sol. Martina, como todos los demás, se quedó a vivir en su pueblo, llamándolo desde ese momento Alegrachicos.

DIPLOMA

La gata y el agua

En un lejano país había un perro llamado Lucas y una gata que se llamaba Tita. Lucas era gordo, tenía el pelo marrón oscuro, los ojos verdes y le gustaba mucho comer carne. Tita era muy flaca, tenía el pelo gris, los ojos marrones y le encantaba jugar. Un día se encontraron en el lago Pegata. Lucas estaba bañándose, corría y salpicaba a Tita que estaba mirándose en el agua, donde se reflejaban los árboles y el cielo luminoso. Tita, un poco asustada, le pidió que no la tirara al agua. Pero, de repente, Lucas la agarró con su boca por el rabo y la metió dentro del lago. La gata se puso muy nerviosa y Lucas intentaba tranquilizarla, pero no lo conseguía. Así que intentó que aprendiera a nadar aunque Tita estaba aterrorizada. Lucas no se rendía y, con paciencia, consiguió que a la gata le gustara el agua, hicieron las paces y se hicieron muy amigos. A partir de entonces quedaban todas las tardes para jugar a la pelota dentro del lago. Y así fue cómo Tita se convirtió en la primera gata a la que le gustaba el agua.

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Pablo y la ballena AITANA ARCÉIZ DÍAZ 3º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES ALERA Soy Pablo, un niño de 8 años, lo que más me gusta en el mundo son las ballenas. Esta historia pasó un 7 de Junio en 2016, yo estaba en la playa jugando en la arena. De repente vi una caja de leche muy grande. Me acerqué, para verla, pensaba que no podía existir una caja de leche tan grande pero cuando ya estaba a su lado, me di cuenta de que tenía ojos, era una ballena llena de plásticos, envases… Fui corriendo a buscar a mis padres, se lo dije pero no me creyeron. Me eche a llorar y me hicieron caso, por fin se dieron cuenta de que era verdad. Papa gritó: ¡Ayudaaaaaa! Vino mucha gente para intentar rescatarla, trajeron grúas, camiones… y también hicimos una cadena humana gigante para empujarla al mar. Al final pudimos salvarla. Desde entonces en mi casa , en el colegio y en mi ciudad intentamos no usar plástico: usamos bolsas de tela para ir de compras ,vasos de cartón para beber y así no contaminar los mares y evitar que mueran las ballenas. Todos los veranos vuelvo a ver a mi amiga Josefina, la ballena, la llamé como mi vecina que me salvo a mí cuando me tragué una espina.

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Ploff y el acuario HÉCTOR LISO POLA 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Había una vez un pez globo, divertido y de colores que se llamaba Ploff. Vivía en el océano Pacífico

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porque le gustaba el agua templada. Vivía con sus nueve hermanitos que eran más pequeños que él. A Ploff y a sus hermanos les gustaba jugar con su amigo Nemo. Un día, cuando estaban jugando en los corales del mar, llegó un buzo, cogió a cinco de sus hermanitos y se los llevó al acuario. Ploff, el resto de sus hermanos y Nemo se quedaron muy tristes y asustados. En el acuario, a los hermanos de Ploff les daba de comer Andrea, que era la hija del jefe. A Andrea no le gustaba que esos peces estuvieran en el acuario y quería que volvieran con sus hermanos. Pasados unos días, Andrea, sin que le viera su padre, cogió a los pececitos y los llevó al mar. Cuando llegaron al océano, se dio cuenta de que el agua estaba muy caliente y que el resto de la familia de Ploff y Nemo estaban heridos. Andrea los llevó al hospital de los peces. El veterinario consiguió salvarles pero nunca pudieron volver al océano porque el agua estaba demasiado caliente para poder vivir allí. Moraleja: Tenemos que cuidar el medio ambiente para que las personas y los animales no se pongan enfermos por la contaminación.

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Los hermanos que más se peleaban MARCOS CASANOVA PÉREZ. 2º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Hace mucho tiempo, en un lejano país, había dos hermanos que siempre estaban discutiendo. Sus padres no sabían cómo hacer para que se llevaran bien. Así que un día decidieron ponerlos a prueba para que se dieran cuenta que se querían de verdad. Ese mismo verano los mandaron a dos campamentos diferentes donde no conocían a nadie. Los dos hermanos se fueron muy contentos porque iban a estar un tiempo separados, pero poco a poco vieron que se echaban de menos: no podían jugar juntos al futbol ni al escondite ni a las canicas… Por la noche tampoco se podían dormir ya que en su casa dormían en la misma habitación.

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Poderes mágicos DANIELA GÓMEZ BARRENA 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, vivía nuestro personaje. Era una chica de trece años, se llamaba Victoria y vivía en Cualquerín, una aldea de pocos habitantes. Un día, Victoria y sus hermanas se fueron a pasear por la montaña. Su hermana Natalia encontró una araña venenosa. Su hermana Irene se encontró una boa y Victoria un dragón. Sus hermanas no quisieron quedarse ni con la araña ni con la boa pero Victoria sí que se quedó con el dragón. A la semana siguiente, Victoria ya estaba surcando los cielos con su dragón Rayo y pudo comprobar que había mucha contaminación por donde volaba. Así que ideó un plan. Intentaría acabar con la contaminación. Al cabo de tres meses sólo le quedaba limpiar la ciudad más contaminada. Sus habitantes eran 174.907 y debían llevar todo el tiempo mascarilla. Victoria no dudó en limpiarla. Cuando bajó a limpiarla vio que la gente no contaminaba sino que eran las fábricas. Rayo echó unas burbujas en las chimeneas mientras Victoria convertía las fábricas en no contaminantes. Así, consiguieron arreglar todas las fábricas y que dejaran de contaminar. Sólo les quedaba una fábrica que era la más contaminante y no era suficiente con todo el poder que Victoria y Rayo poseían. Llamó a sus hermanas y acudieron con la araña y la boa para ayudar a Victoria. Juntaron todos los poderes: el hielo, las burbujas, la captura, el fuego, la lluvia, el cetro, los animales y el relámpago. Y ¡PUUUUM! ¡Lo consiguieron! Todos los poderes juntos y la unión de las tres hermanas acabaron con la contaminación.

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Los dos se dieron cuenta que aunque se peleaban, también se querían mucho. Así que a la vuelta, cuando se encontraron, se dieron un fuerte abrazo y decidieron no volver a discutir jamás.

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El bache mágico SERGIO VIÑAU 2º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez una familia que iba de camino a Zaragoza. Juan, el hermano pequeño, iba jugando con su hermana Marta al «veo veo». El niño iba mirando por la ventana buscando la siguiente palabra cuando de repente todos sintieron que el coche daba un bote. Sin saber cómo, habían pisado un bache y de pronto vieron como se había abierto un portal y entraron a una dimensión desconocida. Pararon el coche, bajaron y vieron que todo era de dulces… los ríos de té, las casas de chocolate, los árboles de helado de menta y nata... Pero en una cartel ponía que si no encontraban la joya sagrada y la ponían en el ojo de la jirafa en una hora se convertirían en dulces…, y es que muchos de los dulces que allí había eran personas que no pudieron cumplir la misión. Entonces comenzaron la búsqueda de la joya. El padre se preguntó dónde podría encontrar la joya, y Juan le dijo… —Pues en una joyería, papa. Así que todos empezaron a buscar una joyería hasta que Marta la encontró… Buscaron la joya más grande y bonita y se la pusieron en el ojo de la jirafa. De repente todos los dulces se convirtieron en personas…y sin saber cómo otra vez, estaban en la carretera con un bolsón de gominolas cada uno… ¡mmmm! Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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DIPLOMA

Desarrollo sotenible AITANA SANZ ALONSO 2º PRIMARIA CEIP ISIDORO GIL DE JAZ SOS DEL REY CATÓLICO El planeta es de todos y lo tenemos que cuidar entre todos. Si alguien tira basura, el planeta se ensucia y hay playas llenas de basura y esta basura puede llegar al mar, y si llega al mar, los animales que viven en él se pueden morir. También tenemos que cuidar los bosques. Los que matan árboles estropean el planeta, porque los árboles dan el oxígeno y si matan muchos árboles, los seres vivos se pueden morir porque no podrán respirar. Si tienes hijos y no cuidas la naturaleza, tus hijos no podrán disfrutar de las playas, no podrán ir a hacer castillos de arena, no podrán ir a los ríos a merendar... Todos tendríamos que cumplir unas normas para cuidar el planeta: reciclar, reutilizar y reducir, no tirar basura, no prender fuego y no dañar a los animales... y así se podrá disfrutar de la naturaleza ahora y en el futuro.

DIPLOMA

El duendecillo feliz ROCÍO DEL PILAR JIMÉNEZ LÓPEZ 3º DE PRIMARIA NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES EJEA D ELOS CABALLEROS

Un poco más tarde vio a un niño jugar con una pelota y se le quedo en un árbol y el duendecillo para hacerle feliz le cogió la pelota de ese árbol. Después vio a una señora mayor intentando pasar la calle con bolsas y el duendecillo le cogió las bolsas y lo ayudo a pasar la calle. Más tarde vio a un perro y a un gato pelearse y los separo, y se llevó al perro para adopción para que lo adoptaran y al gato también. Luego los vecinos se dieron cuenta de que salvó a mucha gente entonces hablaron sobre hacerle una fiesta y que fuera mañana de 5 a 8. Finalmente hicieron la fiesta y el duendecillo fue feliz y siguió toda su vida ayudando a la gente y todos fueron felices.

DIPLOMA

La niña en la selva ALICIA POLA MOTA 3º PRIMARIA CEIP SANTA ENGRACIA. Había una niña que vivía en la selva Amazónica. Estaba sola porque todos los miembros de su tribu habían tenido que huir o habían muerto. Una mañana, la niña se levantó muy temprano, fue a buscar agua y se encontró una serpiente. Desde siempre había tenido mucho miedo a estos animales así que se fue corriendo sin agua. Cuando se hizo de noche, la niña se fue a dormir. Fue una noche muy larga, pero por fin se hizo de día. Estaba sentada en mitad de la selva, con una sed terrible, desesperada. Algo sobre su cabeza sobrevoló… ¿será un pájaro? ¿será un avión? No. Era una heroína. Aterrizó junto a la niña y se la llevó muy lejos de ahí, rescatándola de una muerte segura.

Había una vez una vez un duendecillo feliz que solo comía verdura y tenía los dientes tan blancos para sonreír a la gente y siempre que veía a alguien le ayudaba.

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Poesía 1.º, 2.º y 3.º Primaria PRIMER PREMIO

Adivina adivinanza, ¿de quién hablo? ARA MODEJAR CONTÍN 3º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Adivina adivinanza ¿de quién hablo? Es animal y no está en establo. Dicen que duermen en camas blanditas, aunque las nubes son sus favoritas. Recorrer el arcoíris les encanta, y a pesar de su peso los aguanta. Me ha dicho un niño que huele a fresa, y que es el animal favorito de la princesa. También dicen que hay un hada que los cuida, los limpia, les da chuches y comida. Dicen que están en peligro de extinción pero lo cierto es que están en nuestra imaginación. Si todavía no sabes de quién hablo, tiene un cuerno mágico y no es diablo.

SEGUNDO PREMIO

Jugar

ALBA MONGUILOD ERLÉS. 2º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Jugar es divertido y juego con mi tío. Juego con mi padre y luego con mi madre. Si tengo un rato, juego con mi tato.

Juego con mi prima con la plastilina. Juego con mi abuelita a la cocinita. Juego con mi amigo y él también conmigo. Jugar es fantástico con juguetes de plástico. Jugar es maravilloso y juego con mi oso. Jugar es genial y me lo paso fenomenal.

DIPLOMA

La lectura MARÍA MARÍN IRIGOYEN 3º PRIMARIA MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Qué bonito es leer, en un libro me voy a meter, es la historia que me cuenta, que sus aventuras me diviertan. Qué bonito es aprender, una nueva palabra voy a conocer, que me ayude a comprender. Qué bonito es leer, a sus personajes voy a entender, y con mi imaginación , su rostro voy a conocer. Qué bonito es leer, cuántos libros voy a ver, y esos lugares, yo voy a recorrer. Qué bonito es leer, en un libro me voy a meter.

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concurso infantil

DIPLOMA

Solidaridad desde los ODS. ODS para cuidar. Cuidar sol, asteroides, agua mediante nuestras acciones. Acciones con los estuches. Estuches que escriben NO MALTRATAR A NUESTRO PLANETA.

El barquito contaminante MIGUEL CAÑERO MENA 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

DIPLOMA

Amistad (acróstico)

Un barquito ha contaminado el mar con petróleo y botellas de champán. Vino la poli y le quiso multar. Muy enfadado salió el capitán:

NADIA, SEGÚN, MARIO Y JULIA 1º Y 2º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

—Usted no me multe y no ensucio el mar porque yo a los peces los quiero pescar. Lo siento de veras y no lo haré más porque a mi planeta lo quiero cuidar.

DIPLOMA

Encadenado para la naturaleza 1º Y 2º DE PRIMARIA CRA LUIS BUÑUEL. PINSORO

DIPLOMA

Ayudar a la gente y el planeta, el planeta ante basura, guerra y contaminación, contaminación bajo cero, cero humos, basura, incendios y plásticos nosotros con reciclar y reutilizar ayudamos. Ayudamos desde nuestras familias, nuestras familias en paz. Paz entre osos pardos y polares, buitres, pájaros y [perros Animales hacia la tierra, el aire y el mar mares para cuidar, cuidar los bosques sin contaminar. Contaminar es morir. Morir por amor a la naturaleza, naturaleza con Félix Rodríguez De la Fuente, Félix con solidaridad.

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Mucho Amor, mucho amor AMigos quiero un montón Con ellos rIsas y abrazos e ilusión Yo Siempre les llevo en mi corazón. Por las Tardes con ellos siempre me divierto Su presenciA me pone muy contento ADivina la palabra escondida Seguro… ¡que no se te olvida!

Recreo (acróstico) IVÁN, ALEJANDRA, SERGIO, ERIKA Y HUGO 1º Y 2º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS En este buen Rato todos nosotros CorrEmos y jugamos los unos con los otros Creamos juegos mogollón Y Reciclamos un montón Es nuEstro momento favorito Para pOder pegar muchos gritos.

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Sobre nosotros CLASE DE 1ºA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Hablamos de nosotros Y contamos hasta ocho: 1, somos divertidos 2, y buenos amigos. 3, también buenos estudiantes 4, disfrutamos de las mates. 5, nos ayudamos mogollón 6, y nos damos un abrazón. 7 ¡esta clase es la mejor! 8, ¡somos todos un amor!

DIPLOMA

Cinco Villas (acróstico) LAURA, RUBÉN, CRISTINA Y OMAR 1º Y 2º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

concurso infantil

DIPLOMA

DIPLOMA

Trabaja con los ODS ALEJANDRA GARCÉS, DIEGO DUESCA, SAMUEL GIL Y PABLO RAMOS 3º Y 4º PRIMARIA CRA LUIS BUÑUEL PINSORO Con los ODS ponte a trabajar Si al mundo quieres salvar. Para bien empezar Si quieres triunfar trata a todos y todas por igual. El fin del hambre y la pobreza tú puedes proteger con un euro cincuenta darles de comer. Recoger y reciclar para el mundo salvar. Lo mejor para terminar, Alejandra te lo va explicar salud y alianzas y por supuesto mucha paz.

Castillo de Sádaba Rey Fernando el CatólIco UNcastillo Ramón y Cajal BOalares Aguarales de Valpalmas PIgalo Estanca de Lallana Los BañaLes Las BArdenas Santuario de Monlora

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Narrativa 4.º, 5.º y 6.º Primaria PRIMER PREMIO COMPARTIDO

Adele

NEILA MONDÉJAR CONTÍN 6º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMES ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Ejea de los Caballeros, 27 de enero de 2082. La primera vez que la vi supe que llegaríamos a ser muy buenas amigas. Adele, era una niña húngara que llegó un año a nuestro cole. Venía de una cultura muy diferente a la nuestra, no sabía español y echaba mucho de menos a sus amigos. A pesar de ello, sabía que vivir en otro país era una oportunidad de aprender otro idioma, otra cultura, otra forma de ver y entender la vida, y una oportunidad para hacer nuevos amigos, pero eso a veces no era tan fácil en mi época. —¡Abuela!... ¿Tú crees que si algún año me voy a vivir a otro país llegaré a tener amigos? —Pues claro, seguro que sí. —dijo la abuela— Os voy a contar algunas estrategias que ella utilizó. —Eso abuela… ¡Cuéntanos! —Lo primero, sonreír. El primer día la maestra le explicó mediante signos que se juntara con un grupo de niñas, pero algunas no quisieron. Afortunadamente, ella mantuvo el tipo, siguió sonriendo como si nada. Ella sabía que la sonrisa es el arma más poderosa en las relaciones personales, y buscó de entre el grupo de niñas, aquellas que mostraban una conducta más amable hacia ella. —¿Pero cómo se puede tener amigos sin hablar el idioma? —Pues trabajando duro. Como no sabía español dedicaba muchas horas del día a aprenderlo. Se ponía papelitos en el armario de su habitación para acordarse de las palabras, usaba continuamente el diccionario, hacía ejercicios en casa, consultaba algunas aplicaciones en esos antiguos teléfonos móviles y veía vídeos con subtítulos. Realmente trabajó sin descanso y a los dos meses ya entendía casi todo lo que hablábamos, y en escasos tres era capaz

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de comunicarse con un español no muy perfecto pero suficiente. —Pero tiene que ser muy difícil conocer a gente en un sitio nuevo, ¿no? —Sus padres le acompañaban todos los días al parque para que hiciera nuevos amigos, y me contó que al principio fue muy duro. Algunos no querían jugar con ella, y entonces se sentía rechazada y defraudada, pero ella lo volvía a intentar sin rendirse. Un día cambió de estrategia, se compró una pelota y en lugar de pedir jugar a los demás, invitaba a jugar con su pelota. Pronto aprendió a jugar a balón prisionero y otros juegos españoles. En poco tiempo era amiga de todos los niños del parque. —Abuela, ¿vivir en otro país es muy distinto a vivir en España? —Pues yo creo que no. Hay que ir al cole, trabajar, comprar en las tiendas como en España, pero te tienes que adaptar a sus nuevas costumbres, y sobre todo respetarlas. Recuerdo los primeros cumpleaños a los que fue Adele, que observaba cuidadosamente cómo actuábamos y aprendía para el siguiente. Se adaptó a nuestro «extraño» horario de comidas, y es que en su país los horarios eran muy diferentes a los nuestros. Probaba todas las comidas incluso los caracoles, que al principio le daban mucho asco, pero pronto aprendió a apreciarlas. —¿Y mantienes el contacto con Adele desde entonces? —No sé dónde estará ni qué habrá sido de ella. Adele solo estuvo con nosotros un año, desapareció misteriosamente y no la he vuelto a ver desde entonces. Varios años después estuve trabajando una temporada en su ciudad, y cada día me imaginaba encontrándomela de frente en la calle, pero nunca ocurrió. —¿Y te sentiste sola? —Tremendamente sola al principio, pero me ayudó pensar en ella y en sus estrategias. Y creedme, funcionan. Recordad siempre que debéis tratar a las personas que vienen de fuera del mismo modo que os gustaría que os trataran a vosotras, porque quizá algún día seáis vosotras las que os vayáis a otro país.

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SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

LAURA CASTILLO PÉREZ 6º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

MARTÍN SÁNCHEZ 5º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

Una mañana fría de otoño, una fuerte racha de viento me tiró de la rama en la que estaba agarrada. Caí al agua de un barranco que se abría paso entre rocas. Bajaba muy deprisa entre abundante vegetación. Pronto este barranco se unió con otro y después con otro, formando lo que llaman un río. De vez en cuando me chocaba con alguna piedra, pero lo aguantaba y seguía flotando río abajo. En el largo recorrido que realicé atravesé varios pueblos. A veces, los peces jugaban conmigo y me hacían cosquillas. Fue divertido, aunque alguna vez tuve algo de miedo, sobre todo al principio. Después de recorrer una larga distancia, el agua comenzó a ir más despacio y así pude ver mejor el paisaje: vegetación frondosa por las orillas y campos de cultivo detrás de ellas. Esta aventura acuática terminó cuando, al acercarme a una orilla, una pequeña ardilla me recogió. Tuve miedo, pensaba que iba a comerme, pero se lo pensó mejor y me enterró cerca de la orilla, ¡quería guardarme para el invierno! Todo estaba oscuro y con el paso del tiempo comenzaron a salirme «piernas» que me agarraban a la tierra y me empezó a crecer un largo «cuello» que me hizo ver otra vez la luz. Pasaron los días y seguí creciendo hasta convertirme en un gran árbol, una hermosa encina. Aquí sigo, realizando el viaje de la vida y proporcionando más bellotas que harán un viaje parecido al mío. Bueno, esto será posible si los humanos comienzan a respetar la naturaleza y el medio ambiente. Si no es así, el viaje acabará para todos.

Al terminar su temporada en Bachimaña, Pascal volvió a su casa en Francia con su hijo Pierre, las ovejas y su perro Chocolat. El lugar donde vivía Pascal era una zona natural, con un prado grande, un lago y unas vistas al bosque muy bonitas. A Pascal le gustaba mucho vivir allí y no lo habría cambiado por nada del mundo. Un día, unos constructores quisieron comprarle sus terrenos para construir una urbanización de lujo, Pascal dijo que no, pero a su hijo no le pareció tan mala idea, pensó: se irían a la ciudad, tendrían los supermercados más cerca, zonas de ocio y una vida con más comodidades. Pascal le dijo a su hijo: —La vida que he intentado enseñarte es la que aprendí de mi padre y mi abuelo. Que se puede vivir en la naturaleza sin destrozarla, cuidando de nuestros animales, cultivando el huerto y aprovechar todo lo que nos ofrecen. Pierre le contesto: —En la ciudad hay más cosas de las que nos podemos provechar como: el Wifi, la conexión, luz corriente y no tener que andar hasta el lago con las ovejas. Pascal se quedó pensativo y le dijo a Pierre: —Si vendemos los campos para hacer casas y nos vamos a la ciudad, se nos acabará el dinero porque las casas son muy caras en la ciudad, no podremos pagar la casa, el gasto del agua, la luz y el gas ni la comida, no tendemos trabajo, no ganaré dinero y nos habremos quedado sin la herencia de nuestros antepasados. Viendo que Pierre se ponía triste oyendo hablar a su padre, le dijo: —Podemos hacer una solución para que los dos estemos contentos. Seguiremos viviendo en el campo pero modernizaremos la granja, le pondremos internet, Wifi, agua corriente, gas y luz. Pero no venderemos los terrenos e intentaremos vivir en armonía con la naturaleza.

El viaje

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PRIMER PREMIO COMPARTIDO

Pascal y su hijo

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SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

Sé tú mismo

AINARA LASIERRA AZNÁREZ 6º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Hola a todos, Soy Lucas, tengo 10 años y vivo en Madrid. Tengo una enfermedad llamada autismo que no me permite relacionarme con los demás fácilmente. Mi madre trabaja en el Hospital de la Princesa como celadora, y mi padre es barrendero y limpia toda la ciudad. Yo estudio en el Colegio Público de los Ángeles, en mi clase hay 23 niños y niñas. Tengo una tutora y una profesora de apoyo porque me cuesta comunicarme. La historia que os voy a contar hoy trata de lo que me pasaba en el colegio. Cada día un grupo de 3 niñas y 5 niños en el recreo se burlaban de mí diciéndome: «¡Ja,ja, yo no tengo una enfermedad y sí que tengo móvil!» Ellos me enseñaban el móvil, pero yo no les hacía caso, así que un día vinieron con más niños y niñas y me empezaron a empujar e insultar. Los profesores se habían metido dentro y no se daban cuenta de lo que estaba sucediendo, con cada empujón yo me iba más hacia la valla del colegio. Pero ese día no era su día de suerte porque mi padre estaba barriendo ese barrio y pasó por allí en ese momento. Mi padre no les dijo nada a los chicos y chicas, pero entró al colegio a informar a las profesoras y profesores sobre lo que estaba ocurriendo. Salieron rápidamente al recreo y se llevaron uno a uno a cada niño a dirección. Los expulsaron una semana del colegio, y como castigo les enviaron a ayudar a personas con capacidades reducidas y diferentes. A la semana siguiente volvieron a venir a por mí, parecía que no habían aprendido nada. Yo ya no les tenía miedo, ya que la semana que ellos habían sido expulsados hice unos nuevos y buenos amigos. Esos amigos me ayudaban y me defendían de estas situaciones, diciéndoles a los otros niños y niñas que no estaban actuando correctamente, porque mis amigos me comprenden y me aceptan tal y como yo soy, con mis puntos fuertes y mis puntos débiles. Al mes siguiente me tocó ir al médico porque no respiraba bien. Allí me dijo el Dr. Pérez que me tenía que operar la nariz, que estaría un tiempo in-

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gresado para ver la evolución de la intervención. Yo comencé de nuevo con otro de mis tics que hacía cuando me ponía nervioso, empecé a taparme la cara. Mi madre se lo contó al director y a mi tutora, y esta se lo explico a mis amigos, así que ellos me apoyaron de nuevo, me dijeron: «¡Que no pasa nada! Nosotros te mandaremos los deberes estos días que no puedes ir a las clases». Esas palabras tan simples, pero grandiosas para mí, me dieron fuerza y alegría y volví a destapar mi rostro y fui a operarme con más tranquilidad. Tras mi operación mi madre me dijo que tenía una sorpresa muy grata y estuve todo el día pensando en qué podría ser, no me acordaba de mis dolores. ¡A las 6 de la tarde llegó mi sorpresa! Eran mis amigos. Venían a verme llenos de energía y felicidad, eso es lo que me hacen sentir. Durante la semana que estuve ingresado cumplieron con su palabra y me fueron enviando todos los días los deberes, unos deberes que hice mano a mano con la ayuda de mis maravillosos padres. A final de curso éramos mejores amigos, nuestras familias se habían conocido gracias a esa relación tan estrecha y bonita que había entre nosotros. De sorpresa para todos, mis padres prepararon unas vacaciones a la playa en Salou durante una semana, para agradecerles todo lo que había pasado en ese curso, y que sería ya para toda nuestra vida. Mi reflexión sobre todo lo vivido en este último curso junto a vosotros MIS AMIGOS es que hay que vivir la vida, sin causar ningún daño a nadie, y ser libre siendo tú mismo, tal y como eres. Gracias a vuestra amistad puedo decir que soy la persona más fuerte y feliz de este universo, porque me comprendéis y sentís tal y como soy, sin ningún tipo de problema, puedo ser yo… Y os animo a…… «SER TU MISMO» Un saludo.

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¡Plástico a la vista! MARÍA BARCELÓ DOMÍNGUEZ 6º PRIMARIA CEIP SANTA ENGRACIA Una mañana dos pulpos llamados Paco y Manolo estaban nadando tranquilamente en el mar. — ¡Hey, Manolo, pásame la pelota!— gritó Paco. — Ya voy, Paco. Una pregunta, ¿vamos hacia la orilla? — No es buena idea, Manolo. Ya sabes que allí hay muchos plásticos y contaminación —respondió Paco. — No creas, Paco —dijo Manolo. Pero los dos pulpos se acercaron cada vez más a la orilla. Cuando los dos amigos estaban en la orilla, Manolo empezó a sentir que algo estiraba de uno de sus tentáculos. Manolo, muy asustado se giró y entonces vio que un plástico se le enganchaba en uno de ellos. Paco, alarmado, le preguntó: — ¿Qué te pasa, amigo? — ¡Llama urgentemente a mi madre, por favor! ¡Este plástico se me ha enganchado y no puedo deshacerme de él! —exclamó Manolo. Como no encontraban a su madre, Paco fue corriendo a buscar a algún adulto que ayudase a su amigo a quitarse el trozo de plástico. Encontraron a un viejo cangrejo ermitaño. — Pero, ¿qué hacéis los dos en esta zona? ¿No sabéis que es peligrosa? —les advirtió el cangrejo. — Ya, pero… ¿me puedes quitar el plástico, por favor? No puedo moverme —respondió nervioso Manolo. — Desde luego que sí —contestó el cangrejo. En ese momento apareció la madre de Manolo. Estaba preocupada al ver así a su hijo. — Oh, me parece que se te han hecho varios nudos. — ¿Qué? —preguntó Manolo—. Como se entere papá, me va a castigar durante varios días. Ella y el viejo cangrejo con la ayuda de sus pinzas consiguieron retirar el plástico del tentáculo de Manolo, dejándole una gran herida.

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— Lo ves, Manolo. ¡Te dije que era peligroso! — exclamó Paco. Manolo tardó unos meses en recuperarse por completo. A partir de entonces Paco y Manolo no volvieron a acercarse a la orilla. Esta historia nos hace reflexionar sobre la importancia que tiene cuidar el medio ambiente y no tirar basuras al mar. Cada año mueren muchas especies de animales marinos tragando plástico. Si los seres humanos seguimos así acabaremos con el planeta Tierra. Antes de que se destruya la Tierra por nuestra culpa tenemos que reciclar, cuidar el medio ambiente, no usar tanto plástico, ir en medios de transporte públicos...

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Aventura por Europa DENNIS VALENTINOV. 4º PRIMARIA CEIP SANTA ENGRACIA En el año 3000, había unos niños y niñas que se llamaban Noemí, Guillermo, Alicia, Daniela y María que vivían en un bonito pueblo junto a un río. Yo me llamo Dennis y junto con mis amigos y amigas, ganamos un concurso llamado «Tirar y Ganar». El premio era un viaje por Europa. Visitaríamos España, Francia, Italia, Serbia, Eslovenia y Bulgaria. Lo primero que hicimos cuando llegamos a Francia fue ir a Paris, a visitar la Torre Eiffel. —¿Qué grande es? —dijo Alicia. —¡Súperalta! —exclamó Daniela. —Pero, ¿no creéis que está muy sucia? —añadí yo. —Pues ahora que lo dices, sí —respondió Noemí. Y así fue como nos despedimos de París. Con la sensación de suciedad. —¿Qué país nos toca visitar ahora, chicos? — preguntó Daniela. —Italia —respondí—. Visitaremos Pisa, que es una ciudad muy bonita, con una bonita torre.

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—Creo que está inclinada —dijo María. Cuando llegamos a la ciudad, buscamos la torre inclinada. Todos nos quedamos sorprendidos. —¡Qué alta es! –exclamó Daniela. —¡Síiiii! —dijimos a la vez todos. —Pero qué sucia está, ¿no? — dijo María. Continuamos nuestro viaje. Serbia, Eslovenia y por fin, Bulgaria. Tenía muchas ganas de llegar a este país porque es mi país. Mis padres nacieron aquí, y venimos de vacaciones para poder ver a la familia. Quería que mis amigos pudieran contemplar el país tan bonito que tenía. Llegamos a Sofía, y lo primero que fuimos a visitar fue la catedral. Les expliqué que era la segunda catedral más grande del mundo: Alexander Nevsky. —¡Qué grande es! —dijo Guillermo levantando la cabeza, admirado—. ¡Y que limpia está! Les expliqué que los búlgaros tenían mucho cariño a esa catedral y por eso, entre todos habían conseguido eliminar la suciedad que acechaba a todos los monumentos del mundo. —Tengo una idea —dije de repente—. Con el dinero que hemos ganado, vamos a ayudar a todos los habitantes de las ciudades del mundo para poder limpiar los monumentos. Guillermo que seguía maravillado exclamó: —¡Qué buena idea, Dennis! Volveremos por los países de los que venimos y les contaremos nuestros planes. Así que la pandilla, regresaron país por país contando sus planes y fueron famosos en todo el mundo.

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¿Por qué no me tiras dónde debes? DANIELA BARCELÓ POLA 5º PRIMARIA CEIP SANTA ENGRACIA. El pueblo de Villafortuna estaba siempre muy sucio. Sus habitantes no respetaban el medio ambiente; todo les daba igual: tiraban la basura donde no debían, hacían mal uso del parque, las calles, la plaza…

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Cierto día llegó al pueblo una superheroína que todos desconocían. Le habían hablado de ese lugar y quería poner remedio. Su objetivo era que vieran que no tenían un pueblo feo, sino que tenían un pueblo sucio. Muy sucio. Lo primero que hizo fue ir al Ayuntamiento a reunirse con el alcalde. Mauricio, el alcalde, estaba muy triste. Le explicó que sus ciudadanos no le hacían caso. Súper Elía, que así se llamaba la superheroína, le dijo: —No te preocupes. Como superheroína que soy, tengo un poder; todo el que tire algo donde no debe, volverá de inmediato a su propietario. A Mauricio le pareció muy buena idea. Y decidieron ponerse manos a la obra. Lo primero que vieron fue a un grupo de chicos y chicas que estaban comiendo caramelos y pipas en el parque. Estaban tirando los envoltorios y los cascos de pipas por todo el suelo. Súper Elía extendió lo brazos hacia ellos y como por arte de magia, los envoltorios y los cascos de pipas volvieron a las manos y a los bolsillos del grupo. Los chicos y las chicas comenzaron a enfadarse muy seriamente porque no sabían lo que estaba pasando. Cada vez que intentaban tirarlos, volvían más rápidamente a pegárseles por todo el cuerpo. El alcalde y Súper Elía se acercaron al grupo a explicarles todo lo que estaba pasando. Sorprendidos, entendieron que no lo tenían que hacer porque no querían están sucios y sucias. Decidieron hacer unos carteles para que todo el pueblo pudiera estar enterado: «SI NO QUIERES ESTÁR SUCIO TÚ, NO ENSUCIES TU ALREDEDOR» «SE PIDE COLABORACIÓN CIUDADANA. EL PRÓXIMO DOMINGO A LAS 11.30, EN LA PLAZA. TODOS Y TODAS A FAVOR DE LA LIMPIEZA DEL PUEBLO» Como Súper Elía había estado con más gente, en otras situaciones, haciendo lo mismo que con el grupo anterior, ese domingo fue todo el vecindario para colaborar. A partir de ese día, la ciudadanía del pueblo se dio cuenta de cómo debían tirar la basura y respetar el medio ambiente. Quedaron muy contentos y Súper Elía se marchó muy contenta viendo que se había hecho un buen trabajo.

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Solo hay que tener ganas MARÍA ISABEL CALERO FERNÁNDEZ 6º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS. Es muy difícil escribir algo que no se haya escrito ya. Sé que a la mayoría de la gente le gusta ver o leer cosas dramáticas o de terror. El motivo no lo entiendo muy bien la verdad. Solo sé que, yo la primera, me apunto a escuchar una historia de miedo, aunque luego no pueda ir sola a ningún sitio. Raro, ¿verdad? Pero es cierto, la gente, no toda claro, la mayoría somos «raros». Sabemos que tenemos miedo pero aún así escuchamos, leemos o vemos cosas que en el fondo nos dan miedo. Aunque para miedos la realidad misma, por eso quiero escribir un poquito de mí. Me llamo Carmen, tengo 23 años en el día de hoy, y por desgracia me tocó vivir una guerra, La guerra civil española. Mis padres, don Juan y doña Cayetana, tenían terrenos heredados por sus abuelos y padres. Gracias a Dios teníamos todos los días algo para llevarnos a la boca, incluso teníamos una vaca que gracias a ella había siempre leche en mi hogar. Y mi madre doña Cayetana podía vender algo de leche para sacarse algunos reales. En una guerra tener comida era un gran milagro. A los diez años de edad quise ir a la escuela del pueblo, pero mis padres don Juan y doña Cayetana me decían que ¿para qué? Sabía coser, fregar, cocinar… Que para qué me servía a mí y a cualquier otra chica ir a la escuela, que eso era cosa de chicos. Yo, con saber planchar y coser ya sabía lo que una muchacha de bien tenía que saber. Así que a los diez años me fue imposible, mis padres no me dejaron ir a la escuela del pueblo. Pero un año más tarde, a los once… Después de pasarme meses suplicando a mis padres que quería ir a la escuela y que saber algo de sumas y restas vendría bien para casa y también para mi futuro, me dejaron ir. Noviembre de 1938, en plena guerra civil, a mis once años fui a la escuela.

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Aún recuerdo mis manitas heladas, no sé muy bien si por el frío o por los nervios de visitar por primera vez una escuela. Mi padre don Juan habló con el que fue mi profesor para decirle qué necesitaba llevar a la escuela. El maestro Lorenzo, que así se llamaba, le contestó que no necesitaba llevar nada, solo algo de comer, por si la señorita (yo misma) tenía hambre. Mi primer día en la escuela fue como para no olvidarlo. Solo había chicos, chicos bien vestidos, bien peinados, otros chicos y niños sin zapatos, muy rasurados, ojerosos, que solo miraban mis ropas y, cómo no, mi trozo de pan con queso, que lo olían a metros. Al principio los chicos y niños de la escuela me trataban muy mal, se reían de mí, no solo por ser chica sino por no saber nada de nada, ni escribir mi nombre… Mi padre don Juan, sí me dejó ir a la escuela, pero jamás me compró una tiza ni una pizarra, para que no pudiese aprender nada. Así que iba a la escuela y poco hacía… pero mis ganicas de aprender eran muchas. Un día le dije a un compañero, un pobre chaval llamado Mario, sin zapatos, que le cambiaba mi queso por una tiza, otro día a otro chico, que le cambiaba mi pan por una pizarra y así… Empecé a copiar las letras que estaban puestas en la pizarra. Empecé por la «a», la «b», etc… Al cabo de dos años, ¡sí, dos años!, aprendí a escribir y mucho más tarde aprendí a sumar y restar. Multiplicar y dividir me costó muchísimo. Cuando aprendía una tabla se me olvidaba la anterior. Chica y no muy lista en esos tiempos, pero quería demostrar que sí podía. Tiempo después conseguí que el cura del pueblo me llevase a un instituto para aprender lo que pudiese porque él sabía que lista no era, pero ganas de aprender tenía muchas. Hoy tengo 23 años, sé leer y escribir y enseño lo poquito que sé a los niños y niñas de un pueblecito de Extremadura. Solo hay que tener ganas para conseguir algo.

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Mi planeta

La niña contaminadora

LEYRE LÓPEZ PÉREZ 4º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS

AISHA TOURAY FAU 5º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES (ALERA)

Un día me levanté por la mañana y al mirar por la ventana vi que todos los ríos estaban secos y todas las plantas habían desaparecido. Me vestí, desayuné, me lavé los dientes y salí corriendo. Seguía todo igual. Entré en casa y le dije a mi madre: —Voy a dar un paseo ¿vale? — Vale— me respondió. Cerré la puerta y empecé a caminar. De pronto, oí una voz, corrí hacia ella y pasé por unas nubes verdes que había en el suelo. Cada vez la oía más. Entré en un bosque precioso y vi a «la diosa de la Naturaleza» que me dijo: —Hola, ¿quién eres? — Soy una niña normal y corriente —le contesté. —Acércate y dime por qué has venido —dijo. —Esta mañana me he levantado y no he visto ni plantas ni ríos —dije. — Lo he hecho yo —dijo la diosa. —¿Por qué? —pregunté con curiosidad. —Porque hay mucha contaminación y antes de que se mueran las plantas he preferido guardarlas yo. — Lo entiendo. Te ayudaré a dejar atrás la contaminación. Voy a hacer unos carteles y voy a recoger toda la basura —le dije yo. Meses después desapareció la contaminación y volví al bosque mágico a comunicárselo a la diosa. —Sal fuera. De nuevo la naturaleza está intacta —dijo. Después añadió: —Enséñame a tu familia. —Vale ¿Te quieres quedar a vivir en mi casa? —le dije yo. —Depende de cómo sean —me respondió. Llegamos a casa y le presenté a mi familia. Les pregunté si se podía quedar a vivir conmigo y me dijeron que sí. Luego le pregunté: —¿Quieres quedarte a vivir conmigo? —Por supuesto que sí. Me has sido de gran ayuda. —¡¡¡Yupiii!!! —exclamé. Dimos las buenas noches a mis padres y nos fuimos a dormir a mi habitación. 160

Érase una vez una niña llamada Concha, tenía 8 años, pasaba de reciclar y de cuidar la naturaleza… Sus padres tampoco lo hacían, no limpiaban, no reciclaban, solo ensuciaban y ensuciaban, tanto ensuciaban que tuvieron que mudarse de casa porque había tanta basura que ellos ya no cabían. Se mudaron a un pueblo llamado Peralta. La niña al día siguiente fue al colegio y en ese colegio estaban hablando de la contaminación, ella levantó la mano y dijo: —Eso no existe, yo dejo el grifo abierto, mis padres se duchan y cuando se van a enjabonar dejan el grifo abierto… La profesora le dijo: ¡No puedes hacer eso! Dile a tus padres que el agua hay que cuidarla porque se puede acabar. Concha salió del cole y se lo dijo a sus padres, pero sus padres no le hicieron caso, le dijeron que eso eran tonterías. Al día siguiente la profesora seguía hablando de la contaminación y la niña, mientras hablaban de eso, tiraba papeles, iba al baño y dejaba los grifos abiertos. —¿Quién ha dejado los grifos abiertos? —preguntó la profesora. Y Concha le contestó: —Yo, ¿por? La profesora le dijo que se quedara sin recreo y que hablarían después de clase. Entonces llegó la hora del recreo y Concha se iba hacia el recreo, pero la profesora la llamó y le dijo que iban a hablar en ese momento. La profesora le dijo: —No te das cuenta de que si nos dejamos los grifos abiertos, tiramos basura al río… el mundo se acabará. Concha se quedó pensando un momento y se acordó de su vieja casa y de cómo habían tenido que irse al final, y ¿si al planeta le ocurre lo mismo? No tenemos otro para mudarnos, así que al final le prometió a la profesora que no lo haría más. Cuando llegó a su casa les dijo a sus padres que tenían que cambiar que si seguían haciendo todo eso el mundo se iba a acabar.

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Contaminación en el mundo CLAUDIA SEGURA CAUDEVILLA 5º PRIMARIA COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES EJEA DE LOS CABALLEROS Un día una chica llamada Sofía salió a dar un paseo y vio que todo estaba muy sucio. La playa llena de basura, el aire estaba muy contaminado, casi no se podía ni respirar y los pájaros casi no se veían volar. Al ver todo eso, Sofía pensó en que tenía que hacer algo así que llamó a sus amigos Jorge, Andrea y Alex y les dijo: —No os habéis dado cuenta de toda la contaminación que hay —dijo Sofía. —Sí, ¡casi no se puede ni respirar del humo que sueltan los coches! —dijo Andrea. —Ya, y en la playa no se puede ni bañarse —dijo Alex. —Sí, y casi no se ven pájaros de la contaminación del aire—dijo Jorge. —Bueno para lo que os he hecho venir es para que me ayudéis a cambiar todos estos problemas.—dijo Sofía. — ¿Y qué podemos hacer?— Preguntó Andrea. —Podemos concienciar a todo el mundo de lo que pasa —dijo Jorge. —Pero eso costará mucho —dijo Alex. —No ¡yo ya lo tengo! Podemos construir una máquina –exclamó Sofía. — ¡Buena idea! ¿Pero cómo?—preguntó Jorge. —Bueno mañana nos vemos y lo hablamos. – contestó Sofía. Al día siguiente, los chicos se volvieron a juntar. — ¡Hola chicos!— saludó Sofía. —Hola – contestaron los demás. —Se me ha ocurrido un nombre para el proyecto: «Contaminación en el mundo».

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Desde ese día tanto Concha como su familia empezaron a reciclar y a cuidar su entorno. Tanto cambiaron que se convirtieron en la familia que más reciclaba de Peralta.

— ¡Qué buen nombre! —dijo Alex —Dejaros de cháchara y vamos a empezaron el trabajo —dijo Andrea. Sofía y los demás estuvieron todo el día construyendo hasta que a las 2:00 am acabaron. —Bueno chicos creo que ya está —dijo Sofía. —Vamos a ponerla en marcha —dijo Jorge. —Venga montaros —dijo Andrea. —3, 2,1 ¡Despegue! La nave salió despedida hacia arriba. —Venga ¿A dónde vamos primero? —preguntó Alex. —Al Amazonas a ver si con los barriles de agua conseguimos apagar el fuego —dijo Andrea. Y así estuvieron toda la noche recorriendo el mundo entero para arreglar los problemas, ya les costara mucho o les costara poco, ellos lo intentaban. Al día siguiente. — ¡Uf! ¿No estáis cansados? —dijo Sofía —Sí, ¿Y si nos vamos a casa ya? —contestó Álex. —Vale, será lo mejor –respondieron el resto. Y los cuatro amigos se fueron a descansar. A la mañana siguiente cuando la gente despertó se dieron cuenta de algo, pero no sabían exactamente el qué, así que todos continuaron con sus vidas. Entonces los chicos decidieron mantener su aventura en secreto.

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El día del descubrimiento LARA RUBIO SAN ESTEBAN 4º PRIMARIA COLEGIO ISIDORO GIL JAZ SOS DEL REY CATOLICO Era una tarde de viernes cuando los cinco amigos, María, Adrián, Cristina, Nico y Catia, quedaron para pasear por el pueblo y pensar en lo que iban hacer. Mientras merendaban, los cinco empezaron a contar la historia del Titanic, es que esa noche iban a echar la película en la televisión. Todos decían que sería muy interesante buscar el famoso collar que tiró la señora al mar ya que ese collar valdría mucho.

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De repente Nico dice en voz alta: «Mi abuela me cuenta muchas veces la historia de una familia, que vivía en esa casa que lleva muchos años abandonada, pues resulta que era una familia muy rica y muy raros. Tenían empleados. Un día la abuela de la familia empezó a gritar que le habían desaparecido unas joyas y echó a todos los empleados, al cocinero, al chófer porque les pregunto quién había sido el ladrón joyas. Al no decir nadie quién había sido despidió a todos. Los empleados de esa casa fueron por todas las casas por si alguien les podía ayudar o si alguien tenía un trabajo para ellos, también fueron a casa de los padres de mi abuela y ellos cogieron a una de las empleadas. Le dejaron quedarse a vivir con ellos durante un tiempo. La familia de mi abuela le preguntaron sobre la familia rica y qué había pasado en esa casa. La empleada le empezó a contar que eran una familia muy rica, fabricaban joyas en el sótano de la casa. En esa casa vivía una pareja mayor que tenían 3 hijos y esos hijos estaban casados y cada uno tenía 2 hijos, también tenían un perro, un gato y un loro. Ningún empleado podía bajar al sótano, como vieran que bajaba alguien desaparecía de repente. Ese día debió de desaparecer un collar y un anillo y la señora mayor se debió de volver loca y despidió a todos, pero ninguno de ellos había cogido ninguna joya, aunque esas joyas eran muy valiosas. Nadie sabía lo que había pasado con esas joyas. Jamás se encontraron, pero lo raro es que nadie volvió a ver a la familia, de un día a otro no se veía movimiento en esa casa, pero tampoco nadie les echó de menos. Mi abuela siempre se pregunta qué habrá pasado en esa casa». De repente Catia dice: «No tenemos nada que hacer, por qué no vamos a ver que esconde esa casa». Los cinco amigos estaban de acuerdo. Así que fueron. Cuando estaban delante de la casa observaron que estaba todo lleno de arbustos, hierbas, cristales rotos y todo lleno de telarañas. Cristina decide abrir la puerta de la casa y de repente sale un gato corriendo, todos se asustaron y pegaron un grito. Una vez que ya estaban dentro los amigos deciden ir lo primero al sótano. El sótano estaba todo sucio, pero ordenado. Parecía que nadie había quitado nada de allí, pero tampoco había ninguna joya tirada. Así que deciden ir explorando la casa. La casa estaba sucia y había cristales por el suelo, pero seguía habiendo ropa en los armarios como si nadie hubiera hecho una mudanza.

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Los chicos se preguntan qué habría pasado con esa familia, si podrían encontrar los esqueletos de la familia misteriosa porque fueron asesinados o si los empleados los raptaron. Lo que si encontraron fue a un loro, parecía de peluche y estaba lleno de polvo. María cogió el loro, le parecía que pesaba mucho para ser un peluche, pero no le dio más importancia, empezó a soplar y sacudir el polvo que tenía el loro. Fue paseando por la casa con el loro en la mano. Al llegar al jardín María empezó a notar como si el loro empezara a revivir, lo soltó de repente y empezó a gritar. El resto de los amigos fueron corrieron y de repente vieron como el loro empezó a volar por el jardín. Parecía que estaba protegiendo el jardín, cuando los chicos intentaban salir al jardín el loro se volvía como loco y empezaba a atacar a los chicos. Los cinco asustados empezaron a coger cosas de la casa e intentaban tirárselas al loro, pero cada vez el loro se enfadaba más. Cuando los chicos se retiraban del jardín, el loro paraba de volar y se apoyaba en el suelo. En un descuido del loro, Adrián lo atrapa con un cubo muy pesado, los chicos ya sin miedo se ponen a pensar cómo podía sobrevivir un loro tantos años y por qué se enfadaba tanto cuando se acercaban al jardín. Algo tenía que haber en ese jardín, así que empezaron a buscar por todo el jardín, de repente vieron que había tierra movida y empezaron a escarbar y allí había una pulsera preciosa con diamantes. Siguieron buscado y encontraron un anillo con otro diamante. Cuando querían seguir buscando, se dieron cuenta de que había un loro enfrente de ellos que lo estaban mirando fijamente, pero de repente vieron llegar 2 loros más que empezaron a atacarles. Los chicos dejaron todo si salieron corriendo. Cuando ya estaban en la calle y se les había pasado el susto se dieron cuenta de que esa familia tan rica debería de haberse escapado del ataque del loro y que el loro eran el que robaba las joyas, tendrían al loro como guardián de las joyas, pero con el tiempo se les volvió en contra. El loro de esa familia había formado su propia familia en esa casa y guarda esas joyas como un tesoro. Cada uno de los amigos se fue para su casa y no le contaron nada a nadie. Era un descubrimiento de ellos y no querían compartir con nadie más.

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Poesía 4.º, 5.º y 6.º Primaria PRIMER PREMIO COMPARTIDO

Habrá paz

MARTÍN BIELSA 6º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Cuando no haya guerras en el mundo y los gritos de odio queden mudos, cuando la vida sea fácil para todos y trabajemos codo con codo, cuando los amaneceres sean alegres y los atardeceres de todos los colores, cuando el respeto forme parte de lo humano y las dichas del mundo no duren en vano, cuando las personas seamos justas y podamos convivir juntas, ¡la paz habrá llegado y qué riqueza habremos creado!

No dejes huellas SHEILA GARCÉS LABARTA 6º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS

y las de tu sendero al caminar porque esas huellas las disfrutarás. No dejes huella en el mundo al pasar, porque la que queda al contaminar nunca de la faz se podrá borrar.

SEGUNDO PREMIO

A mis querid@s polític@s-4 VALERIA Mª LACIMA DIEZ 4º DE PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Yo vivo en un planeta que ya no puede más, se queja y nos avisa con fuerte temporal. El norte se ahoga inmerso en vendaval, la costa mediterránea suplica sin parar. Los polos se deshielan la fauna triste está, Australia se nos quema el sol calienta más. ¡Pongámonos las pilas y empieza a reaccionar!

No dejes huella en el mar al pasar, solo la que los peces dejarán y las de gente al nadar en el mar porque las olas se las llevarán. No dejes huella en el viento al pasar, solo la de los pájaros volando y las de tu pelo al aire al andar porque las nubes las irán borrando. No dejes huella en la tierra al pasar, solo los árboles que plantarás

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concurso infantil

DIPLOMA

Si reciclamos todos ganamos CARLA VARGAS SUMELZO. 6º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS En el cole de pequeños, nos enseñan a reciclar. Así todos aprendemos, a nuestro medioambiente cuidar. En las casas y en las clases, cartón y papel separar, plásticos, envases y vidrios por igual. Es un trabajo particular, del que todos podemos participar. Y así sin darnos cuenta, nuestro planeta cuidar. Aire, agua y tierra, debemos salvar. Con la ayuda de todos y todas ¡Se puede lograr!

DIPLOMA

Érase una vez un niño WISDOM OFORRI 6º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez un niño diferente a los demás, era de piel negra y todos se reían sin más. En clase de música, en el juego de abrazos,

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nadie quería abrazarle ni mirarle los zapatos. El niño se sentía solo, nadie quería estar con él se quedaba sólo y triste sin amigos y sin pastel . Pero el tiempo pasa, empiezan a conversar, los niños se dan cuenta que por dentro son igual. Érase una vez un niño igual a los demás.

DIPLOMA

¿Qué pasaría si no hubiera naturaleza? ADRIANA LÁZARO 5º PRIMARIA NUESTRA SRA. DE LA MERCED EJEA DE LOS CABALLEROS El mundo está en peligro, la gente no para de hacer ruido, las plantas se están destruyendo, los animales se van extinguiendo. Los bosques se están quemando, y los niños se están asustando, cada día la gente pierde su hogar, y a mí eso me hace llorar. El mar no para de quejarse, «¡esto sí que es un desastre!» Los animales están muy tranquilos, hasta que el plástico les pone en peligro. Yo no sé qué haría, sin plantas ni animales, que nos hacen vivir momentos especiales.

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Cambio climático ALBERTO MARTÍNEZ MATEO 6º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Hay quien duda del cambio climático hay quien se lo cree entero y otros entre los que estoy yo entiendo poco y me desespero. Que si hace más calor en invierno que si en verano hace más frío que si la primavera parece otoño y al final, pues vaya lío. Mi abuelo me contaba que en el río él pescaba peces unos años después pesco poco y solo a veces. Al paso que va el planeta puede que no se haga viejo solo comeremos plástico y se nos verá el pellejo.

DIPLOMA

Contaminación LUIS LAPLAZA GARULO 6º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS No hay que contaminar Si la Tierra queremos salvar Muy bien hay que reciclar Para así el suelo no ensuciar Las tres erres hay que utilizar Para en la Tierra poder habitar El aire no hay que contaminar Si queremos respirar

concurso infantil

DIPLOMA

Contra el calentamiento global hay que luchar Si a otro planeta no te quieres mudar El plástico hay que separar Para volverlo a reutilizar De la Tierra tenemos que cuidar Para que nuestras generaciones la puedan disfrutar Que no se te olvide que la Tierra hay que cuidar.

DIPLOMA

Ay, este mundo... ÁNGELA ABADÍA CRUZ 5º PRIMARIA COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCED EJEA DE LOS CABALLEROS Ay, este mundo, ¿cómo será mañana? ¿qué habrá cuando mire por mi ventana? Todo el temor, toda la contaminación, todo eso deja una pena en mi corazón. Tantos incendios, cuántos lamentos, igual algún día todos desaparecemos. Ay, este mundo, ¿cómo será mañana? ¿acaso la gente se despertará sin gana? Toda la naturaleza se está marchitando, ¿por qué en vez de ir en coche no vamos andando? Los animales se están extinguiendo, esas cosas ni siquiera las comprendo. Pero aún con todo, yo siempre pienso: Ay, este mundo, ¿cómo será mañana? ¿acaso la Tierra no estará sana? Este mundo hay que cuidarlo, ahora diré algo, así que pensarlo: Ay, este mundo, ¿por qué contaminamos? del mundo ya casi ni siquiera hablamos. ¿Por qué hay tanta gente que ni se está preocupando?

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Si en realidad, el mundo entero se está gastando. Pero ¡basta ya de pesimismo!, hay veces que hay que alegrarse a uno mismo. La Tierra cuidaremos, ¡y entre todos ayudaremos!

A mí no me gustan estas cosas Parecen ser muy ambiciosas Y muchas veces artificiosas, Incluso diría empalagosas. Pero hoy es una obligación, Que he tomado con decisión, Y aunque me cueste mogollón La acabo ya por educación.

DIPLOMA

Mi padre GONZALO MARCELLÁN SICILIA 4º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Mi padre es agricultor ¡Qué bonita labor! Trabaja los campos con sus manos Para que comamos yo y mis hermanos. Por la mañana temprano Se va más contento que un pimiento Siempre viene sonriendo Aunque esté lloviendo. Le encanta su trabajo Eso me parece muy majo. Yo me aprendo los ríos Y ya sé dónde está el Tajo.

DIPLOMA

DIPLOMA

¿Por qué? LUCÍA VIÑAU 6º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Alguien solo Solo siempre Siempre triste Triste sentimiento Sentimiento no feliz Feliz no existe Existe la violencia Violencia ¿Por qué? ¿Por qué a él? Él tiene respeto Respeto es lo importante Importante no es crueldad Crueldad es peor Peor no es nadie (No seas así siendo que puedes ser mejor) ¡cambia!

Poesía obligada ÁNGEL SANZ CONTÍN 4º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Me mandaron una poesía Me llené de melancolía, Todo parecía brujería Y me vino la cobardía.

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DIPLOMA

DIPLOMA

Si hay «paz», ¿por Rap de los ODS qué hay guerras? 5º Y 6º DE PRIMARIA CELIA CARBONELL VINACUA 6º PRIMARIA MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Toco la tristeza por las guerras, huelo el miedo y me desmayo, veo a la gente sufrir y pienso si puedo seguir, oigo llantos en la calle y no sé si caminar hacia delante, saboreo la maldad y no paro de pensar que esto no es la paz.

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Nosotras podemos LARA SÁNCHEZ JARAUTA 6º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES UNCASTILLO Las mujeres se tienen que defender. Tienen que ganar, esta lucha por su valor y su libertad. No pueden perder, tienen que luchar. Algunas personas las pueden ayudar. Ni machismo ni hembrismo. ¡IGUALDAD!

CRA LUIS BUÑUEL PINSORO

El fin de la pobreza, tú como la empiezas si tu reacciona, harás una proeza. Hambre cero, ayuda tú primero donando comida, salvas muchas vidas Salud y bienestar, tienes que tener un médico cercano, y con deporte un cuerpo sano. Todo se conseguirá, con Educación de calidad educa en igualdad, eso es felicidad. El agua no contamines, a la tubería aceite no tires y tus vertidos, nunca a los ríos. Energía sostenible, el engaño no es posible. la factura bajará y al planeta ayudará. Trabajo decente, ayuda a la gente aunque dinero quieres ganar tus derechos no deben pisotear. Industrias e infraestructuras, piden innovación Para dar clausura, a la contaminación. Verdes ciudades y comunidades sostenibles haz que sea posible reciclando hasta lo imposible. Producción y consumo responsable Reduce las desigualdades aprende a consumir para mejor sobrevivir. Acción por el clima, comete una lima y la pielecilla a la basurilla. La vida terrestre y submarina hay que proteger para en un futuro animales poder ver. Nadando y dando brincos Sin ir a los circos

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Con paz y justicia sin guerras ni enfados todos seremos grandes hermanos. Haciendo alianzas los 17 lograrás. Un grano no hace granero pero ayuda a los demás.

DIPLOMA

Un mundo mejor CELIA BUENO ORTIZ 6º PRIMARIA COLEGIO ISIDORO GIL DE JAZ SOS DEL REY CATÓLICO ¡Basta ya de contaminación! El papel a reciclar, y demás objetos, a reutilizar. No quiero un mundo artificial, quiero un mundo más natural en el que se aprenda a reciclar Y no se mire solo por la economía, sino también por la sabiduría para que algún día vivamos en armonía Y las futuras generaciones puedan disfrutar de un consumo responsable donde todos cuidamos nuestro hogar ¡Así que para ya de contaminar! No gastes las cosas sin necesidad y haz lo mejor para vivir en paz.

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Concurso juvenil 2020 Narrativa 1.º, 2.º y 3.º ESO PRIMER PREMIO

Algo inesperado ELSA CASTILLO ESTEBAN 1º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Me habían tapado los ojos y me habían metido en un coche para ir no sé a dónde. De repente, el coche paró. A lo lejos se oía música. Alguien me agarró por detrás y me sobresalté. Me quitó la venda de los ojos, era mi padre. Junto a él estaba mi madre y mi hermana intentando disimular las lágrimas de emoción. También estaban mis tíos que vivían en la otra punta del mundo y me habían dicho que este año vendrían para verano. No sabía dónde mirar y mis ojos se detuvieron cuando detectaron las caras de mis abuelos que estaban allí con los brazos bien abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. Dando saltos de alegría estaban mis primos y muchos de mis amigos que me habían dicho que esa tarde no podían salir. Estaba como en un sueño del que crees que te vas a despertar en cualquier momento. Toda la casa estaba decorada y no parecía el mismo lugar de siempre, había varias mesas con comida que olían fenomenal. Mirara donde mirara había algo que me apetecía comer. Otra mesa estaba decorada con un mantel brillante y muchos recipientes llenos de dulces de mil colores. El rincón de las tartas y pasteles que íbamos a comer esa misma noche era espectacular. Y ahora que me doy cuenta el lunes de la semana pasada llamó mi tía. Mi madre corriendo cogió el teléfono y se dirigió a su habitación cerrando la puerta detrás de ella e impidiéndome escuchar la larga conversación. Cuando terminó, le pregunté de qué habían estado hablando tanto tiempo y

ella solamente me dijo que los tíos y los primos no podían venir a vernos estos días y que lo harían en verano, ya que vivían en la otra punta del mundo y en estos momentos no podían viajar. El martes mi hermana estuvo toda la tarde en la calle. Cuando era ya casi de noche, aún no había vuelto a casa, así que decidí ir a buscarla preocupado por lo que le pudiera pasar. Justo estaba saliendo de casa y me la encontré de frente cargada de bolsas. Curioseé un poco y pude ver que había comprado globos y un montón de chucherías. Le pregunté que para qué era todo eso y ella me dijo que eran cosas suyas y de sus amigos, y que era un cotilla que siempre me estaba metiendo en sus cosas, y poniéndome mala cara se fue con las bolsas a su habitación. El miércoles una furgoneta aparcó en frente de mi casa. El repartidor bajó de ella y llamó a la puerta. Mi padre fue a abrir corriendo y recogió el paquete que era enorme. Cuando firmó los papeles y el repartidor se fue, me acerqué a él y le pregunté qué era. Me dijo, con un tono de voz algo extraño, que solo era comida para el perro. Yo me sorprendí porque el paquete era más grande de lo normal, pero no le di importancia. El jueves encontré a mi madre y a mi hermana haciendo letras con cartulinas y papeles de colores. Les pregunté para qué hacían esas letras y ellas me dijeron también con un tono extraño que solo eran para un trabajo de mi hermana. El viernes cuando me desperté por la mañana encontré que mi padre se había levantado muy temprano y estaba en la cocina, con la puerta cerrada. Entré silenciosamente para que no se diera un susto y vi que estaba cocinando algo que tenía muy buena pinta. Pensé que era para comer ese día pero al parecer no, porque no volví a ver esa comida. Hoy sábado aquí estoy, por alguna razón que desconozco, en esta fiesta que al parecer me ha organizado mi familia y me he dado cuenta de que el paquete tan grande que llegó a casa el miércoles

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eran kilos y kilos de comida para la fiesta y no comida de perro, las letras que preparaban mi madre y mi hermana eran para un gran photocall que había en la pared y no para un trabajo y lo más extraño de todo es que no es mi cumpleaños. Al final, se nos ha hecho tarde cantando, bailando, comiendo. Realmente lo hemos pasado muy bien entre familiares y amigos y ahora que todo ha pasado y estoy tumbado tranquilamente en la cama, vuelvo a leer la carta que me ha entregado mi madre y me ha hecho leer en voz alta delante de todo el mundo. Paciente: Hugo García Fecha: 02/02/2020 Resultado de las pruebas: negativo INFORME MÉDICO: Después de las últimas pruebas realizadas al paciente le comunicamos que todas han salido perfectamente y le damos el alta.

SEGUNDO PREMIO

Blanco y negro KINÉRET NGANSO PETTCHA ALPUENTE 3.º ESO IES RÍO ARBA TAUSTE Había una vez un pueblo de Oklahoma, llamado Cowetta, donde vivían dos clanes enfrentados desde hace mucho tiempo: el clan Wilson y el clan Lewis. Dio la casualidad de que el líder de los Wilson tuvo un hijo y el líder de los Lewis tuvo una hija. El niño se llamaba Rubén y la niña Kayla. Un día, Rubén decidió escaparse de cierto día con su mejor amigo Daniel, y llegaron a las fronteras del territorio. «Mira» —le susurró Daniel—. «Hemos llegado a la frontera. Debemos volver». Pero, después, Rubén se fue corriendo a la frontera y la cruzó. Ocultándose entre la maleza, fue explorando la nueva zona. Sólo veía estepa y llanura. «No hay edificios» —pensó—. «Pero el paisaje es precioso». De repente, se topó con una serpiente y esta le mordió en el talón. —¡Ay! ¡Me ha mordido! ¡Cómo duele! ¡Ayuda!» —Gritaba, desesperado, y se desmayó. Cuando recobró el conocimiento, estaba en una choza, tendido sobre una cama. Le habían venda-

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do el talón. Intentó levantarse, pero le dolía muchísimo. «Madre mía» —dijo—. «No puedo andar. ¿Cómo voy a volver a casa?». «Podrás andar en 3 horas» —dijo una voz desde atrás. Rubén se volvió para ver de quién era esa voz. Era una chica, que le explicó: —Te he puesto uno de nuestros remedios en el talón. Hará su efecto en tres horas. —Gracias por ayudarme. Me has salvado la vida. —No es nada. Tenía que hacerlo. —Pero ¿por qué? —Preguntó Rubén—. No soy de raza negra. Se supone que tú y yo no deberíamos estar hablando. —Ya, pero estamos hablando, ¿verdad? También se supone que no se debe pasar la frontera, pero tú lo has hecho. ¿A que no te has muerto por eso? —Bueno, siendo objetivo, sí, casi me muero — dijo Rubén, riendo. —Ya, pero me entendiste, ¿no? —Sí, claro. ¿Tu nombre era? —Preguntó Rubén. —Kayla. Soy la hija del líder de mi clan. —¿En serio? Yo también. Soy Rubén. —Encantada —dijo ella— Bueno… supongo que querrás comer algo, ¿no? —Sí, muchas gracias. Al cabo de tres horas, Kayla inspeccionó la herida y vio que estaba mucho mejor que antes. «Intenta mantenerte en pie» —dijo a Rubén. Rubén hizo un esfuerzo y se pudo mantener en pie. Entonces recogió todo en su mochila. «Bueno… creo que me tengo que ir ya… Gracias por todo» —dijo. Poco después de que se marchase, el padre de Kayla la abordó en su habitación. —Kayla, ¿es verdad? ¿Es cierto que has ayudado a un blanco en nuestra propia casa? —Yo… bueno… sí, es cierto. —¿Sabes que puedes provocar una guerra entre nuestro clan y el clan Wilson? —Papá, no lo entiendes. Le mordió una serpiente. Si no le ayudaba, lo mataba el veneno. —Hija, no podemos poner en peligro la seguridad de todo el clan solo por una persona. ¿De acuerdo? —Está bien. El tiempo pasó. Cuando Kayla cumplió los 20 años, recordó lo que hizo Rubén hace cinco años y decidió infiltrarse en el territorio del clan opuesto. Había mucho bullicio y las casas eran enormes. «Guau, ¡qué maravilla!» —Pensó—. «Me encantaría vivir aquí». Siguió explorando, viendo los mercados, las tiendas y la gente que pasaba por la zona. Pasó varios días a la intemperie, pues sabía que si la descubrían sería fatal para ella. Después de tres

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días vagando sola, decidió irse a un parque. Entonces, mientras pasaba allí el día, oyó ruidos de algunos matorrales cercanos. Cuando se acercó más, se topó con alguien conocido. —¿Kayla? —¿Rubén? —¡Sí! —Vaya, ¡cuánto me alegra verte! —Ya veo que te has copiado... —No sé… Es que me aburría en casa. —Te has arriesgado bastante. ¿Es que a ti también te gusta explorar? —Prefiero otras cosas, pero sí. A veces me gusta despejarme. —Y a mí… Entonces ¿exploramos algo? —Bueno, pero, ¿adónde quieres ir? No puedo ir por ahí libre y feliz… —Lo sé. Hay paisajes bonitos a las afueras. ¿Te animas? —Está bien. Entonces, Rubén y Kayla fueron a las afueras de la ciudad y se pasearon, haciendo fotos a la naturaleza que veían. Cuando se hizo tarde, Kayla y Rubén se despidieron y volvieron antes de que nadie sospechara nada. Desde ese momento, cada uno se fue escapando a ver al otro a su territorio. Aprovechaban para explorar la zona de cada uno y hacían fotos a las cosas que iban viendo. Se paraban a descansar y comían algo, sobre todo a orillas de un río. Así estuvieron durante varios meses. Cierto día, Kayla le preguntó a Rubén: —Rubén, ¿crees que nuestras familias se enterarán algún día de lo que hacemos? —Es posible. —Mi padre es buena persona… No quiero que le pase nada a nadie de mi clan. ¿Puedes entender eso? —Sí, claro. Pero tranquila, no le va a pasar nada. —¿Eso crees? —Claro. ¿Por qué dices eso? —No me malinterpretes por lo que te voy a decir, pero me parece que tu padre está llevando esto al extremo. Este odio que tiene hacia mi padre… las miradas que le echa… ¡Parece que en cualquier momento le va a disparar con un rifle! —Vamos, Kayla, ¡eso es exagerado! Mi padre solo vela por nuestra seguridad. —¡Y el mío también! ¿No lo entiendes? Eso es lo que te ha hecho creer todo este tiempo, que lo hace porque te quiere. Pero créeme, esto no es normal. Tu padre es cada vez más duro, y si se llega a enterar de lo que estamos haciendo, esto empeorará. —¡Dios, Kayla! ¿Cómo puedes hablar así?

—¡Rubén! —dijo otra voz. —¡Papá! ¿Cómo has llegado hasta aquí? —¿Estás hablando con una chica negra? ¿Es que eres imbécil? ¡Esto es un delito muy grave contra tu clan! Entonces Wilson cogió a Kayla y empezó a pegarle patadas y a insultarla, tan fuerte que fue formando un corro enorme que coreaba: «¡Vamos, Wilson! ¡Así se hace! ¡Demuéstrale a esta negra quién manda!». Al ver esto, Rubén tiró a su padre al suelo de un empujón. Entonces, ayudó a Kayla a levantarse y Wilson le dijo: «Eres aún peor de lo que pensaba, Rubén. ¿Estás loco?». Ante las miradas de la gente, Rubén dijo a su padre: «El que está loco eres tú, papá. ¿Cómo has podido hacer esto? Siempre te he tenido como modelo. Pero esto me ha dejado muerto. No me esperaba esto de ti». Wilson replicó: «¿Cómo te atreves a hablar de esa forma a tu padre, niño malcriado?». Entonces, cogió a su hijo y lo empujó contra el suelo, haciéndole sangrar la nariz. En ese momento, Daniel, el mejor amigo de Rubén, salió de entre la multitud y, junto a Kayla, levantó a su amigo. La gente estaba cada vez más sorprendida. «Rubén» —dijo Wilson, lleno de odio — «Ya no eres digno de ser llamado hijo mío. ¡Reniego a ser tu padre!». Y añadió: «Esto implica que ya no puedes formar parte del clan. Prometo acabar con todo aquello que ha envenenado tu sucia cabeza… ¡de una vez por todas!». Entonces, Rubén salió corriendo de allí, seguido de Kayla y de Daniel. La madre de este intentó persuadirlo pero él dijo: «Mamá, Rubén es mi amigo, y tiene razón. Nada de esto debería estar pasando. Somos todos iguales, y lo que su padre ha hecho con Kayla no es nada justo». Entonces, los tres se fueron a la ciudad a avisar al padre de Kayla. Al atardecer, las dos familias se enfrentaron. Todos tenían un odio que se les reflejaba en la cara. Cuando estaban todos, Wilson salió y gritó: «¡Se acabó, Lewis! Esto debe acabar ya. No supiste ocupar tu lugar, ¡y ahora has usado a tu hija para envenenar la cabeza de mi propio hijo!». Lewis iba a responder cuando, de repente, sintió un fuerte dolor en el pie y cayó al suelo. Le habían disparado. Entonces, Rubén, Kayla y David surgieron de entre la multitud. Ayudaron a Lewis a levantarse y Rubén dijo: «¡Basta ya! ¿Por qué tenemos que pelearnos por algo que ocurrió hace un siglo? ¡Podríamos disfrutar juntos de nuestro pueblo, sin barreras!». Y David añadió: «¡Exacto! Rubén y Kayla son los únicos que han sabido ver más allá de las apariencias y entablar amistad. ¿Y qué? ¿Han muerto por eso? ¡No!».

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Entonces, Wilson ordenó empezar la batalla, haciendo oídos sordos, pero entonces la gente de su clan empezó a cambiarse de lado y a dejarle solo. «¿Qué hacéis, imbéciles? ¡Volved aquí!». Entonces Kayla dijo: «Basta, Wilson. Deja el pasado atrás y empieza desde cero». Pero Wilson dijo: «¡Jamás! ¡No moriré sin honor!». Disparó hacia Kayla, pero Rubén se interpuso y la echó al suelo. Entonces fue y tiró a su padre al suelo. Las rocas se desprendieron, y Wilson cayó al vacío, ante las miradas de todos. Kayla, viendo que su amigo estaba aturdido, le abrazó: «Lo siento». Daniel también lo abrazó y le dijo: «No te sientas mal. Has hecho lo correcto». Entonces, Lewis se acercó a Rubén y le dijo: «Creo que me equivoqué contigo. Eres digno de confiar y… me alegro de que hayas conocido a mi hija». «Gracias, señor» —dijo Rubén. Poco a poco, se derribaron las barreras y los signos de prohibición por todo el pueblo. Blancos y negros se mezclaron y convivieron juntos. Dos años después nació Erin, la hija de Kayla y Rubén. No era blanca. No era negra. Era mulata. Cuando paseaba junto a sus padres por las calles y escuchaba sus vivencias, ellos se miraban y sonreían, pues gracias a su amistad sin barreras, lograron llenar su pueblecito monótono de color.

DIPLOMA

Los monstruos de Leron REBECA ORDUÑA BRAOJOS 1ºESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS En un lugar llamado Leron repleto de monstruos vivía uno especial, diferente a todos los demás, se llamaba Marley, era realmente espantoso tenía la espalda curva y la cara hinchada, pero sus ojos eran realmente bonitos, enormes y de color azul, su ojo izquierdo y verde el derecho, como los míos . Era muy agradable estar con él, era muy protector, se preocupaba mucho por los demás, aunque era un poco cascarrabias. Era muy inteligente, más que bastantes humanos y monstruos, pero la diferencia era que los monstruos no podían ni estudiar, ni estar en

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contacto con los humanos. ¡Así cualquiera! Yo no entiendo realmente por qué les consideraban monstruos, no eran muy diferentes a nosotros (los humanos), casi nada diferentes, lo único era que les consideraban monstruos y a nosotros humanos. Según todos los humanos a los que pregunté sobre qué tenían de diferente a nosotros, todos respondían: Porque son feísimos y horripilantes, además son crueles, les prohibieron el contacto con nosotros al matar a todos los empleados de un laboratorio, que estudiaba la cura de un virus, que mata a mucha gente. Todos parecían tener eso grabado en la mente para no acercarse a ninguno de ellos. Creo que no me he presentado, me llamo Lili, soy una niña de 15 años, hija de humanos aunque vivo en Leron, antes vivía en un orfanato. Mis padres murieron en el laboratorio donde los monstruos habían atacado, lo único que tenía para acordarme de ellos era una foto que salíamos los tres juntos. Hay una leyenda sobre uno de los científicos, que se había salvado, pero creo que no era ninguno de mis padres y tampoco creo que fuera verdad. Un día en el orfanato había para comer la repugnante menestra de la cocinera Madison, la sustituta de la anterior cocinera, que dejó el trabajo, cuando le tiraron su guiso de brócoli y pepinillos a la cabeza…por vigesimoquinta vez. Bueno, resulta que yo y mi mejor amigo Luca nos escapamos a las cascadas y compramos bocadillos para comer, en la tienda de al lado del orfanato. Cuando llegamos, tropecé y logré agarrarme a una piedra con la mano, para no caerme a las cascadas. Luca intentaba subirme, pero tenía muy poca fuerza y cuando ya me iba a caer una gran fuerza tiró de Luca y Luca de mí, era Marley, aunque yo en ese momento no sabía quién era. Luca y yo gritamos y Marley se asustó, pero me calmé e intenté calmar a ellos dos, la verdad, olvidé su aspecto, él me había salvado. Marley nos estuvo diciendo que no volviéramos a ir allí, ni escaparnos del orfanato, y se hizo tarde. Luca me dijo que teníamos que irnos y Marley también se fue. Estuve unos cuantos días pensando en que Marley era un monstruo y en volver a las cascadas, para preguntarle por qué me había salvado y por qué los monstruos habían matado a mis padres. Se lo comenté a Luca, por si quería venir conmigo, pero Luca me decía que era una tontería, muy arriesgada y además a Marley no le había gustado

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que fuéramos por las cascadas. Así que Luca no quería venir conmigo, pero yo estaba segura de que no quería estar ni un día más en el orfanato. Al día siguiente me escapé y fui directa hacía las cascadas y allí estaba Marley. Y me dijo con un tono de enfado: ¿Y tú qué haces aquí? —No tengo otro lado al que ir—. Le contesté para darle un poco de pena. Enseguida se ofreció a llevarme a su casa y acepté. Para llegar a su casa atravesamos el bosque y un tipo de frontera de rosales. Me dijo que no nos podían ver, porque los monstruos no pueden estar en contacto con los humanos. Su casa era muy pequeña y había muchas más iguales a su alrededor, tenían una chimenea, eran con forma de iglú, pero hechas de plantas, por dentro era como una casa normal. Pero una cosa me llamó la atención, había unas máquinas que desprendían una luz azul, cuando Marley vio que miraba allí, enseguida las tapó con un paño. Su mujer, Meri, me sirvió una taza de chocolate y Marley se sentó a mi lado. Entonces le pregunté: ¿Por qué me salvaste? Antes de dejar que me respondiera, le pregunté: ¿Y por qué los monstruos matasteis a mis padres? Él me dijo: Te contaré una historia. Hace unos pocos años Leron era un pueblo con muchos habitantes, de pronto apareció una epidemia nunca vista, que terminó con la vida de muchos habitantes. Un grupo de científicos fueron a Leron para hallar la cura y estuvieron mucho tiempo, un día un científico pensó haber hallado la cura, pero otro tenía tanta envidia que echó una sustancia química para que no funcionara. Después de eso en el aire del laboratorio empezó a haber muchos gases, que desprendía la cura y los científicos, empezaron a sufrir deformidades al instante. Cerraron las puertas del laboratorio y no las abrieron hasta que los gases desaparecieron. Por eso la gente piensa que los «monstruos» asesinamos a los científicos, pero en realidad nosotros éramos los científicos. Nosotros (hizo referencia a la mujer que nos había servido el chocolate) éramos científicos y teníamos una hija a la que no hemos podido ver nunca más. Me quedé en shock con toda la historia, que era incapaz de hablar. Esa máquina es la cura en la que he trabajado durante mucho tiempo y que no volverán a estropear, además he hallado la cura para volver a nuestro aspecto anterior. Esta tarde las vamos a probar con voluntarios.

Esa tarde estuve espiando por la mirilla de la puerta, por si las curas hacían efecto, y así fue, Marley se convirtió en humano y un habitante se curó del virus. De pronto me fijé en Marley y en su mujer, cogí la foto de mis padres que siempre llevaba encima y… ¡eran ellos! No había estado tan feliz en mi vida. Cinco años después vivo en Leron con mis padres, de vez en cuando voy a ver a Luca y soy muy feliz. En definitiva, hay humanos, como el científico que manipuló la cura, sin pensar en las vidas que se podrían haber salvado, que son verdaderos monstruos y «monstruos» con un gran corazón a los que se les llama monstruos solo por su aspecto.

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¿Y si mañana tan solo somos aire? SONIA GÓMEZ LES 1º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez una niña llamada Sofía, la cual era tremendamente feliz viviendo en una pequeña cabaña con su abuelo. La cabaña donde vivían estaba un poco alejada del pueblo, por lo que Sofía tenía que andar todos los días varios kilómetros hasta llegar a una parada, donde le recogía el autobús para ir al colegio. Sofía era una niña muy curiosa, se pasaba la vida haciendo preguntas, preguntas que a veces ni siquiera su abuelo sabía contestar. Un día, Sofía estaba en la parada como todas las mañanas para ir al colegio, y se puso a pensar... ¿Qué pasará cuando no exista? ¿Nunca más volveré a jugar ni a ir al colegio? Esa serie de preguntas a Sofía le producían cierta curiosidad y miedo a la vez desde hacía ya tiempo, pero nunca se había atrevido a hablar de ese tema con su abuelo. De pronto llegó el autobús, Sofía subió, y durante el camino se fue haciendo esas preguntas a sí misma. En el colegio, la profesora estaba tratando con ellos el tema de las emociones, y les preguntó por el miedo. Dijo: «¿A qué tenéis miedo?».

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Y un niño contestó: «Yo tengo miedo a las cucarachas». Otra niña que se sentaba cerca de Sofía dijo: «Yo a las serpientes». Y así muchas más cosas, hasta que miró hacia Sofía, que aún no había contestado la pregunta, y le preguntó: «Y tú, Sofía ¿a qué tienes miedo?». Sofía no se lo pensó dos veces y contestó: «A la muerte». La profesora quedó perpleja al escuchar la respuesta de Sofía y añadió: «No tienes que pensar en el futuro, tan solo vive el presente y no temas a lo que pueda pasar». Sofía fue pensando en el camino lo que la profesora le había dicho. Y decidió que le iba a preguntar lo que nunca antes se había atrevido a hablar con su abuelo. Después del largo viaje, Sofía llegó a su casa, fue hacia el sofá donde estaba su abuelo y dijo: «Abuelo, ¿y si mañana tan sólo somos aire?». El abuelo son­ rió y se le cerraron los ojos tan profundamente que jamás los volvió a abrir. Sofía se hizo la respuesta a sí misma. Aprendió una lección de vida muy importante que siempre llevaría con ella: «Los miedos no evitan la muerte, frenan la vida».

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El sueño de Laura ALICIA VALIENTE ROYO 3.º ESO IES RÍO ARBA TAUSTE —¡No me hables más, pesada! ¡Qué horror de niña! —susurraba y le repetía constantemente a Laura su madre. Cuando esta niña nace, sus padres ya pasan de ella totalmente. Era un estorbo para ellos y para su hermano, por el simple hecho de no ser como ellos. Su padre se llama Manuel, es un tipo gordo, antipático y tenía un negocio de material de construcción. Digamos que es un estafador y un sinvergüenza. Su madre Ana y su hermano José pasan el día viendo la tele con la casa con total oscuridad (para no pagar la luz) y comiendo. No estaban muy delgados la verdad. A Manuel la empresa le iba muy mal ya que lo único que hacía era robar. Por ello no tenían mucho

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dinero, ni siquiera pagaban la hipoteca de la casa. Y os preguntaréis de dónde sacan tanta comida: pues la roban de diferentes lugares y su­permercados. Laura le pedía a su madre que la llevara al colegio porque quería aprender y conocer a gente, ya tenía siete años. Y ahí es cuando su madre le decía pesada y la menospreciaba. ***** Laura ya tenía diez años y como sus padres no la llevaron al colegio, decidió hacer una vida sola como si fuera una persona adulta. Se levantaba muy temprano por las mañanas y mientras su familia dormía, ella se hacía el desayuno y después recogía todo. Cuando todos terminaban de comer, limpiaba los platos y se encargaba de todo. Y ya por las tardes iba a la biblioteca de al lado de su casa y con un gran carro de la compra que encontró en casa, cogía libros para después encerrarse en la habitación, leerlos y aprender. La mayoría de libros que cogía eran de países pobres y de todas las enfermedades que había en ellos. La bibliotecaria se quedaba impactada al ver todos los libros que leía y lo madura que era para ser tan pequeña. Era un prodigio de niña. La gente del barrio conocía bien a esa familia tan descentrada y sentían lastima por Laura. Un día, Laura iba de camino hacía la biblioteca y escuchó hablar a dos ancianas sobre un artículo del periódico. Laura muy disimulada hizo como que se ataba los cordones para escuchar aquella conversación. Hablaban sobre los casos de muchos niños a los cuales sus padres maltratan o ignoran. Este artículo animaba a que todos los padres que estuvieran en esta situación hicieran algo por cambiarla. Estas señoras también comentaban que los niños que lo sufrían llamaran a la policía, si sus padres eran incapaces. Laura después de lo sucedido recapacitó y tomó una decisión. Llamó a la policía. Estos acudieron a su casa y vieron las malas condiciones en las que esta niña estaba. Contactaron con los medios necesarios y Laura junto a su hermano fueron metidos en un centro de acogida. El primer día en ese lugar Laura conoció a su psicóloga Isabel, que era encantadora. Ella sabía responder a absolutamente todo lo que le preguntaban, era tan inteligente… Resulta que esta chica había estado en un pueblo pequeño en África ayudando a personas, como quería hacer Laura. Por ello, sin que nadie se enterara, se iba todas las tardes a su casa hablaban juntas sobre eso, jugaban y

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***** Pasaban meses y meses y Laura era ya muy feliz junto a amigos que tenía allí y junto a Isabel. Isabel no podía más, algo le conmovió de Laura y decidió hacer algo que le cambiaría la vida para siempre pero que era lo que el corazón le pedía. Y sí, la adoptó. Al enterarse de la noticia Laura con 12 años ya se quedó impactada y al mismo tiempo muy feliz. Pasaron 15 años de lo ocurrido y Laura estaba muy feliz, no había vuelto a ver a su antigua familia. Tenía ya 27 años y había terminado la carrera universitaria de medicina, estaba muy contenta con el trato que recibía de Isabel. Ya que había acabado medicina y su sueño desde pequeña era ayudar y salvar la vida de gente con pocas posibilidades. Decidió marchar a un pueblo en el África subsahariana junto a una ONG. Cuando se fue le dijo a Isabel que todo el bien que hiciera se lo dedicaría a ella por todo lo que le había dado. Lo primero que hicieron fue formar un hospital portátil para que todo el mundo pudiera acudir allí. Los primeros días Laura estaba un poco asustada por si no hacía las cosas bien, pero mientras pasaba el tiempo se daba cuenta de que estaba salvando la vida de muchísima gente y eso le hacía muy feliz. Laura ayudó a dar a luz a dos mujeres, ya que allí era muy complicado porque tenían las defensas muy bajas y cualquier virus les podría atacar y acabar con sus vidas y con la del bebé. Pero por suerte su ayuda hace que todo salga bien y nacen dos niños preciosos. Uno de ellos es Aicha y la otra es una chica llamada Nala. Al nacer el mismo día, los llevan a una sala junto a otros bebés donde tienen especial atención para poder crecer sanos. Laura se encarga de estos dos niños ya que se le hizo muy complicado sus partos pero los pudo llevar adelante. Los niños crecían en este establecimiento hasta la edad que los médicos voluntarios consideraban que estén sanos. Nala y Aicha se criaron juntos y se hicieron muy amigos. Pasaban todo el tiempo juntos y no se separaban. Nala durante unos años tuvo un problema intestinal debido a la alimentación y contó con el apoyo de Aicha. Cuando los dos estaban más o menos sanos, salieron de allí junto a sus madres. Tuvieron que empezar a trabajar muy jóvenes, ya que vivían en condiciones nefastas. Cada día iban los dos a visitar al dispensario a Laura y se

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le enseñaba muchas cosas. Le contaba sus sueños y se hicieron como madre e hija. A Isabel esta niña le cambió la vida totalmente.

hicieron los tres muy amigos. Vivían felices y Laura se asombraba al ver cómo podían ser tan felices en las circunstancias que estaban. Pero un día Niara, la madre de Nala, enfermó. Tenía una enfermedad de mucha gravedad y contagiosa, por lo que Nala no la podía ver y lo pasaba muy mal. De este caso se encargaba Laura, pero era demasiado tarde ya y no pudieron hacer nada. Laura se sentía muy culpable y les prometió que haría algo por ellos. Pensaba y pensaba que podría hacer y tuvo una muy buena idea. Pensó en llevarse a España con ella a Nala y Aicha para poder formarse en la medicina e intentar salvarle la vida a muchas personas como su madre. Al día siguiente Laura les dijo la idea y a ellos les pareció una oportunidad increíble. Laura quería hacer esto, porque ella vivió una situación similar e Isabel le dio una oportunidad como la que ella le quiere dar a Nala y Aicha en honor a Isabel. Ellos se lo agradecieron muchísimo y les encantaba la idea. Se fueron los tres a España, conocieron a Isabel y vivieron en su casa los años que les costó estudiar. Cuando acabaron la carrera, la cual les había pagado Laura, se despidieron de ellas a las que les habían cogido tanto cariño y las que habían hecho tanto por ellos y marcharon juntos a África de nuevo. Laura se quedó ya allí en España trabajando en un hospital, muy tranquila ya que sabía que dos bellísimas personas harían el trabajo que hacía ella en África. Y así es, pasaron los años y Nala y Aicha se casaron y siguieron salvando miles de vidas y ayudando a muchísimos niños.

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Poesía 1.º, 2.º y 3.º ESO PRIMER PREMIO

El último atardecer LUNA SANZ TOLOSANA 2º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Cada vez que oigo su nombre parece explotarme el corazón, ahora que ya no puede verme quiere pedirme perdón. Aún recuerdo cuando él decía, te quiero más que a mi vida. Ingenua yo que te creía hasta hoy que estoy aquí abatida. Hace tiempo que perdí la cuenta del daño que me ha causado, sus golpes eran como una tormenta que dejaban mi cuerpo todo calado.

En el brillo de su mirada veo el fuego de su odio, me convirtió en su criada y mi vida en un triste episodio.

Por fin ya puedo descansar, no le odio ni guardo rencor, esa ira debería aplacar, y nunca más encontrar el amor.

SEGUNDO PREMIO OMAIMA EL GHAZOUANI NOUREDDINE 2º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Eras el todo lo que necesito Eras el aire que respiro Eras la sangre que corre en mis venas Para vivir y olvidar mis penas Me ahogué en tu oscuridad Buscando esa persona, aquella Qué robó mi corazón de ser tan bella Tú eras todo en mi vida Eras la razón por la que te empecé a querer Hasta llegar y saber lo que era amar, Algo que tú ni supiste ni sabrás valorar Me enamoré de la persona equivocada Por pensar que lo merecía, Tampoco fue lo que parecía Porque yo lo daba todo y tú nada

Solo con tenerme en tus brazos Olvidaba mis heridas y daños Heridas que hoy no dejan de sangrar Por culpa de tus engaños Pero, hoy…ahora y en este momento, No eres más que un mal recuerdo Que hace que mi vida sea un tormento.

Las mujeres y los hombres por igual, o eso decían que debíamos aprender, hasta que de repente te encuentras con el mal y solo te queda ver tu último atardecer.

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DANIEL ANCHELERGUES LABENA 1º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

SARA CARRATO IZUEL 1º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

Mayores y pequeños conocemos lo que es reciclar, y por eso entre todos, el medio ambiente debemos cuidar.

El azul, se vuelve gris. El verde, desaparece. La lluvia, arrasa. El fuego, aumenta. ¡Abramos los ojos! Comenzamos a desaparecer.

Todos juntos podemos

El planeta pide a gritos que lo debemos salvar, ese deber es de todos, en nuestras manos está. En nuestras casas, trabajos y clases papel y cartón reciclar, plásticos, envases, aceites y vidrios por igual. En este bonito gesto todos nos debemos implicar, llegará un día que el planeta nos lo agradecerá. Casi sin darnos cuenta podremos disfrutar de nuestro planeta, aire, tierra y mar, antes de que las personas nos tengamos que lamentar.

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Llamada de auxilio

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Paisaje ANA LASOBRAS ANTOLÍN 1º ESO NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED EJEA DE LOS CABALLEROS Veo árboles secos árboles muertos sin frutos sedientos. Árboles sin hojas árboles sin armas ramas desnudas ramas muertas. Bosques sedientos sin segundas vidas sin animales apenas sin cuidados. Pueblos inundados por ambos lados todos moriremos en unos años.

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Viaje por el Amazonas JIMENA RODRIGO ZORITA 1º ESO NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED EJEA DE LOS CABALLEROS Fui de viaje al Amazonas Dicen lo precioso que es, Me entusiasman esas zonas Quise verlas una vez. Al ver cómo lo talaban No pude aguantar la pena, Todas las cosas que amaban Morían en esa escena. Escapé de allí corriendo Pensando en esos paisajes, Me paré por un momento No podría hacer más viajes. Mis ojos cerré un momento Y vi grandes bosques verdes Pensé en un mundo perfecto Donde la distancia pierdes Abrí mis ojos, comprobé Lo que duele esta agonía El bosque se muere pensé Mientras un árbol caía ¿Cómo haremos para aprender Que la tierra sólo es una, Que la debemos proteger? ¡No cabemos en la Luna!

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Narrativa 4.º ESO · Bachillerato PRIMER PREMIO

El último vagón CELIA MARTÍNEZ 4º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Al reloj de la estación le faltaba el cuarto para marcar las diez en punto. El olor a carbón impregnaba los andenes y el vapor blanco de la locomotora se confundía entre la niebla. Al grito de «todos al tren» el jefe de la estación ordenaba ir subiendo a los vagones. Pregunté a un caballero cuál era el orden para sentarse pues el billete no marcaba ningún orden, a lo que me respondió que ocupase el sitio que quisiese pero que tuviese cuidado. Una multitud se abalanzó de repente sobre mí, no pudiendo acabar la conversación que estaba manteniendo con ese señor. Tan siquiera pude devolverle el libro que se le había caído de su maleta. Así pues, tomé asiento y decidí que sería más tarde cuando de nuevo intentase buscar a ese señor y devolverle su libro. Seguramente, por lo aburrido del paisaje, todo nevado y muy monótono, abrí el libro por su primera página y comencé a leerlo. Mi interés fue aumentando y me sumergí en la lectura, interrumpida por el llanto de una madre que al grito de «socorro, socorro» veía cómo su pequeña niña se atragantaba y acababa ahogándose. Después de tan inesperado suceso, continué leyendo, no dando crédito a que lo que acababa de ocurrir también pasaba en la novela que tenía entre mis manos. Decidí de una forma violenta cerrar el libro y cambiarme de vagón. Al rato decidí de nuevo abrir el libro. El revisor pasó y me pidió el billete y unos asientos después, cayó desvanecido. Nada pudieron hacer un médico y una enfermera que viajaban junto a nosotros. Parecía una maldición. Tan apenas podía sostener el libro, pues las manos me temblaban al comprobar que de nuevo en la novela ocurría lo mismo

que acababa de presenciar en el interior del tren. Fue entonces cuando, presa del pánico, decidí leer a toda velocidad el siguiente capítulo con la intención de adelantarme a los acontecimientos. Mi sorpresa fue mayúscula, mi corazón comenzó a palpitar como si de mí se fuese a salir, las manos me sudaban y todo porque lo siguiente que ocurría en el libro era que raptaban a una joven que se encontraba leyendo una novela en el interior de un tren. Volví la cabeza hacia el exterior del tren y respiré tranquila la ver que a pocos metros se encontraba la parada. Fue entonces cuando me levanté y me situé junto a la puerta de salida. El tren paró y pude descender las escaleras, me dirigí a un señor a preguntarse por donde se abandonaba la estación y cuál fue mi sorpresa de nuevo que al girarse me di cuenta que era el señor de la novela. Levanté mi brazo y le dije: «Señor, creo que esta novela es suya». A lo que él me respondió: «Le dije que tuviese cuidado», a lo cual le contesté: «¿Sabe usted cómo acaba la novela?» Con ojos profundos él me miró y me dijo: «Lo siento, señorita, nací ciego».

SEGUNDO PREMIO

Una lágrima con sabor a ti LUCÍA GARCÍA DE LOS HEROS 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Esa mañana se levantó con la tristeza empujando sus hombros hacia abajo y el pecho encogido de dolor. Por un momento no podía ajustar esa angustia que le hacía moverse lentamente. —Dios, no… Se apoyó en el lavabo con la cabeza gacha, se miró por un instante al espejo y vio sus ojos rojos e hinchados, llenos de dolor, ese dolor que alguna vez en la vida nos acompaña a todos.

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—Estaba mejor en la cama, debería volver y no pensar más… Pero no podía, debía seguir su rutina, debía salir a pesar de sentir que todo a su alrededor se había roto y no poder juntar cada pedacito que encontraba a cada paso. Esa mañana, como las siguientes mañanas de su vida, no volvería a oler ese café recién hecho antes de abrir los ojos al nuevo día, pero… ¡De pronto reaccionó! ¿Qué era ese olor a café frente a los cientos de miles de olores que le esperaban? No podía vivir en el recuerdo y dejar de respirar como si se sumergiera en el fondo del océano, no podía dejar de coger aire por todo lo que le quedaba por vivir, por conseguir esas metas que se habían propuesto juntos. Se duchó con agua fría, como si eso la hiciera despertar de una pesadilla… su pesadilla, porque por más agua fría que le corriera por la espalda y le cortara el aire, él siempre estaría a su lado, era obvio que cada experiencia durante el tiempo que compartieron le había forjado su manera de ser. Mientras se vestía y marcaba mentalmente cada paso que iba a dar sintió el calor de su mano aquel último momento y notó sus labios en su frente. —Que tengas un bonito día mi amor…

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Autopista al infierno MARÍA ARRESE MENA 1° BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS «Going down, party time, my friends are gonna be there too…I'm on the highway to hell, on the highway to hell, highway to hell.I'm on the highway to hell…» La canción de ACDC sonaba lo más fuerte posible en mis nuevos audífonos. La verdad es que no había nada que me animase más por las mañanas antes de ir al instituto que un temazo de mi grupo favorito. Me hubiese gustado verlo en directo alguna vez, pero tenía que conformarme con un tributo que actuaba en un pueblo cercano a mi ciudad en poco menos de dos semanas. Como era natural, es-

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taba deseando ir, aunque dudaba mucho de que a mis amigas les apeteciese. En cuanto a música se refería, cada una tenía gustos muy diferentes. De todas formas, al llegar al instituto les pregunté de nuevo si querían venir al concierto y sus respuestas no me sorprendieron. Ninguna de las siete quería acompañarme. No me lo puedo creer, pensé mientras me dirigía cabizbaja a mi asiento en la última fila de la clase de matemáticas. De repente, me acordé de los chicos que conocí en las fiestas de septiembre. A pesar de que solo los conocía desde hace tres meses y de que su edad ya alcanzaba los veinte años y la mía aún no llegaba a los dieciocho, el gusto musical nos unía. Estuve toda la mañana dándole vueltas al asunto, hasta que al salir del instituto, decidí preguntarles. Como ya me esperaba, no me pusieron ninguna pega, por lo que al llegar a casa, empecé a cantar de la alegría. —Andrea, ¿qué te pasa? Estás muy contenta para ser lunes…— me dijo mi madre mientras me miraba sonriendo. —«My friends are gonna be there too…I'm on the highway to hell, on the highway to hell…»— seguía cantando mientras daba saltos. Al oír esta canción, mi madre cambió su cara sonriente a una de susto, ya que odiaba esa música. Sin embargo, su curioso interés por idiomas que no conocía, le hacía preguntarme siempre sobre el significado de aquella letra. —Mamá, te lo he repetido mil veces. En esta parte dice: «Mis amigos también estarán ahí…Estoy en la autopista al infierno»— le dije mientras intentaba adaptar la melodía de la canción a la letra en español. Mi madre volvió a poner la misma cara de siempre, mientras también me volvía a repetir que no le gustaba nada ese tipo de música. Pese a que quizás no fuese el mejor momento, aproveché para contarle que por fin había encontrado amigos con los que ir al concierto. Eso sí, me daba miedo contarle con qué amigos iba. Si le contaba que me iba con tres chicos, encima tres años mayores que yo, no me dejaría ir. Por eso mismo le mentí cuando me preguntó que con quién iba, pero por suerte no me pilló. Los días no avanzaban, o al menos esa era mi sensación. De hecho, el lento paso del tiempo me impacientaba más todavía, despertando en mí unos nervios que nunca antes había experimentado. Después de tanta espera, por fin llegó el sábado, el día del concierto. Me despedí con prisa de mi madre, ya que no quería llegar tarde, y fui a la puerta del ayuntamiento, donde había quedado con los de-

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más. Me sentía mal por haberle mentido, pero no iba a tener una oportunidad como esta en mucho tiempo. Sin pensarlo de nuevo, subí al coche con los chicos y arrancamos hacia la que sería la mejor noche de nuestras vidas. Llegamos al pueblo sin problema alguno y el concierto estaba siendo fantástico. De repente, noté que alguien me llamaba por teléfono. Era mi madre. No la podía escuchar bien, por lo que me aparté de la gente para poder hablar con ella. Tras cogerle, me di cuenta de que se había enterado y de que me quería castigar. Me puse muy nerviosa y tuve que salir del recinto para que me diese un poco el aire. Cuando me calmé, quise entrar, pero los de seguridad no me dejaron, justo cuando sonaba mi canción favorita. Tuve que esperar un rato hasta que terminó el concierto y volví a ver a mis amigos, los cuales no se habían enterado de mis llamadas de teléfono gracias al fuerte ruido de las guitarras eléctricas. Además, justo cuando pensaba que las cosas no podían ir a peor, noté un fuerte olor a alcohol en ellos. Me asustó el hecho de que tenían que conducir, pero más me asustaba el hecho de que cuanto más tarde llegase a casa, peor sería el castigo. Al tener prisa, los convencí para volver enseguida y subimos al coche, que en el camino no paraba de pisar las líneas de la autopista. Estaba muy nerviosa, así que puse música para animarme, cosa que no tendría que haber hecho. No fui la única que se animó, ya que el conductor comenzó a pisar más a fondo el acelerador justo en el estribillo. Y como decía la propia canción, mis amigos también estaban ahí y estábamos en la autopista al infierno. Ojalá nunca hubiese mentido a mi madre. Espero que me perdone alguna vez, aunque tenga que ser en la otra vida...

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La vida de un alma ABRIL FRANCO MONTAÑÉS 4ºESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS He vivido muchas vidas, todas distintas entre sí, pero con algo en común, la crueldad. Yo no soy alguien por así decirlo, no tengo género ni pertenezco a una determinada especie, soy un alma. He pasado mi vida reencarnando una y otra vez en cuerpos distintos, en civilizaciones distintas. He visto la mayoría de los hechos más importantes de toda la historia, pero como es de suponer, no recuerdo todo. Ahora es cuando he decidido no volver a nacer, quiero descansar para toda la eternidad. Lo primero que recuerdo es mi vida en el Antiguo Egipto. En esa época fui campesina, y por ello tuve que trabajar desde pequeña. Era maltratada por los recaudadores, que además de llevarse buena parte de los cultivos que con tanto esmero había cuidado, también me hacían pagar impuestos, todo para mis señores, que vivían cómodamente. Además, estaban las plagas, que hacían que hubiese veces en las que no pudiese sacar adelante los cultivos, y por ello, no tenía con que pagar a los recaudadores y ellos lo pagaban conmigo. Eso sí, algo destacado de esta civilización fue que tanto hombres como mujeres teníamos más o menos igualdad ante la ley. En esa época no viví mucho, ya que una plaga hizo que no tuviese con qué pagar a los recaudadores y que me faltara para comer. Lo siguiente que recuerdo es la Antigua Roma, donde nací en el seno de la familia de un patricio, y al nacer varón, al crecer me convertí en otro, con derecho a votar y a ocupar los más altos cargos. Me casaron con una mujer con la que no tuve descendencia, de lo que en parte me alegro, ya que si hubiese tenido algún hijo, este podría haberse criado con la idea de tener el mundo a sus pies, o en el caso de una niña, esta seguramente se habría visto obligada a vivir una vida infeliz, terminar sus estudios años antes que los chicos, casarse con un hombre que no fuese de su elección,... En resumen, no tendría derecho alguno.

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Varios siglos después, en 1195, yo estaba gobernado por el rey Alfonso VIII de Castilla, que mandó al ejército a luchar contra los almohades, cerca del castillo de Alarcos. Yo estaba integrado en el ejército, aunque mi idea era que cada uno de los gobernantes que libraban la batalla, tenía suficientes territorios como para no pelearse por más, y que yo nada tenía que ver con aquella disputa, a la que fui, y en la que fallecí. En 1492 yo vivía en una isla en lo que ahora se conoce como América. Yo era una niña por aquel entonces, y no entendía por qué de un día para otro unos hombres desembarcaron y nos invadieron. Con ellos trajeron productos que nunca antes habíamos visto, y nosotros a su vez les dimos a probar alimentos que ellos no conocían, pero no solo nos trajeron eso, sino que también hicieron que nuestros poblados se contagiasen de enfermedades para las que no teníamos cura. Mucha gente murió por esos virus, entre ellos, mis padres. Fui criada por una pareja sin hijos. Pasado un tiempo, fuimos obligados a trabajar para los españoles, que eran los hombres que nos habían invadido, y, años después, fuimos llevados a la tierra de nuestros captores en un barco. Ahí no teníamos intimidad alguna, todos estábamos apretados, y, debido a eso, muchos de nosotros nos contagiábamos de las enfermedades que los demás transmitían. No llegué a tierra firme. Mi siguiente vida fue en la época del rey Sol. Yo crecí en una familia de duques, por lo que mi vida fue relativamente fácil, pero cuando me paro a pensar en la cantidad de gente que pasaba hambre fuera del palacio de Versalles, mientras yo asistía a fiestas organizadas por su majestad, considero que no habría tenido que ir a ninguna de ellas. Claro que esto lo he meditado ahora, pues cuando reencarno no recuerdo vidas pasados, por lo tanto, aunque en otras vidas haya pasado penurias siendo campesina, al vivir como duquesa no recordaba nada de ello. Dejé esta vida en edad avanzada, por causas naturales. También viví en la Revolución Industrial, pero no duré mucho, ya que como niño huérfano que era, mi trabajo consistía en meterme por los túneles más estrechos que hubiese, y, por ello, una vez que no hubo oxígeno, no me dio tiempo a salir, y fallecí. Volví a ver la luz, en 1920 en París, donde viví una vida relativamente feliz hasta 1936, cuando el país vecino estaba en guerra, por lo que vivía con miedo, de que nosotros también, entrásemos en conflicto. En 1939 acabó la guerra de España, pero empezó una peor aún, la segunda Guerra Mundial. Ese año

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nuestras vidas se tiñeron de temor. Un año después, durante un bombardeo a la capital francesa, muchas personas, entre ellas, yo, perdimos la vida. Mi última vivencia fue un poco diferente a las demás, nací hace siete años en una camada de seis cachorros caninos. A los pocos meses, comenzamos a disminuir en número, ya que a cada uno de nosotros se lo llevaba una persona para tenernos como mascota. Una de mis hermanas y yo fuimos adoptados por una misma persona. Nuestro dueño nos quería con el único propósito de cazar, ya que, al ser galgos, nos necesitaba para rastrear y capturar presas. Cuando tenía poco más de medio año, empezamos a ser entrenados por nuestro dueño, que, junto a varios perros adultos experimentados, nos enseñaban las técnicas de la caza. Tiempo después, comencé a ir al monte para poner en práctica mis dotes, y, a partir de ese momento, esa fue mi vida. Iba a cazar, vivía con otros perros, enseñaba a los jóvenes que iban llegando… hasta que, un día, mis patas dejaron de correr tan rápido, me sentía débil y cansado, pero, en vez de ayudarme, mi dueño decidió abandonarme, sin omitir, que me torturó hasta creerme muerto. Días después, un hombre me encontró y me recogió de la carretera. Me cuidó e intentó que me recuperase, mas sus esfuerzos fueron en vano. Estaba demasiado agotado como para seguir luchando. Ese hombre sí que era bondadoso, ¡ojalá él hubiese sido quien me hubiese adoptado desde el primer momento! Después de esa última experiencia, he comprendido que hay gente buena en el mundo, pero es muy difícil encontrarla y por ello, ya no quiero reencarnar más…por ahora. Entre tantas vidas crueles y duras, sé que encontraré seres donde la bondad prime. Mi aprendizaje, en este aspecto, está más que solventado. Me he cansado de buscar y buscar. Por ahora, me toca descansar.

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La novedad de lo clásico NATALIA MELERO ESCABOSA 1º BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS ¡Crack! Las tablas de madera que formaban el suelo crujían al mismo tiempo que yo cruzaba el interminable pasillo de la biblioteca. Parecía no terminar nunca, pero eso no me disgustaba en absoluto. Desde que tenía uso de razón recordaba venir a la biblioteca mil y una veces. Este lugar, sin ser consciente del motivo, me transmitía algo que ningún otro lo hacía. Estaba viva, la sentía viva, era como si tuviese vida propia. Notaba la alegría cuando niños venían a por sus cómics favoritos y la tristeza cuando devolvían libros en mal estado. Adoraba el silencio de los estudiantes, el sonido del paso de las hojas de los libros y el ruido de los dedos chocando contra las teclas del ordenador de la bibliotecaria. Esas teclas habían escrito miles y miles de los títulos más célebres de toda la literatura española. Ese lugar era especial, no tengo mejor forma de describirlo. El reloj marcaba las nueve de la noche y la biblioteca apuraba sus últimos momentos del día, pero única y exclusivamente para mí. O eso creía yo. Hacía año y medio de mi primer día como ayudante de la bibliotecaria y, para mí, los pocos minutos que me brindaba ese lugar cuando recogía el pequeño desastre de cada día valía más que horas y horas en cualquier otro sitio. Me disponía a colocar el último libro en su estantería. El libro pertenecía a la saga «Harry Potter», la cual yo había dicho hasta la saciedad que no leería jamás y disfruté como un niño cuando el año pasado me digné a leer. Al fin y al cabo, rectificar es de sabios, o eso dicen. El caso es que, al tocar el lomo del libro percibí un llanto que conocía muy bien. Pertenecía a un personaje secundario llamado «Martly la llorona»; fantasma asesinada por el basilisco que se dedicaba a llorar por los baños de la escuela. Pero…, no podía ser, era imposible. Los personajes no pueden cobrar vida ni los libros pueden hablar. Supuse por mi bien que el cansancio se había apoderado de mí y que ese llanto tenía su origen en mi cabeza.

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Iba a apagar las luces que iluminaban aquel lugar cuando oí una voz que decía «Ser o no ser. Esa es la cuestión». Solo estaba yo en la biblioteca, ya lo había comprobado y eso no había sido fruto de mi cansancio ni de mi imaginación, estaba segura de que lo había escuchado. «No ames a nadie que te haga sentir ordinario», escuché. Reconocía ambas frases; eran citas de obras de William Shakespeare y Oscar Wilde. ¿Me estaban hablando los libros? ¿Podía ser eso posible? De nuevo, se escuchó una voz algo peculiar diciendo «En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…» y varias voces empezaron a pronunciarse simultáneamente: «¿Qué es poesía, dices mientras clavas…?», «¿Cuánto tiempo es para siempre?», «Solo sé que no sé nada», «Hoy es siempre todavía», «No puede tener fin la inmensidad»… No podía creer lo que estaba sucediendo, ¿acaso alguien lo habría hecho? Sentía muchos sentimientos confrontados y numerosas ideas rondaban mi cabeza. Estaba horrorizada, pues yo era la única persona que presenciaba aquella situación. Al mismo tiempo, sorprendiéndome incluso a mí misma, ocurrencias más extrañas nacían sin pausa. Si los libros estaban hablando, ¿tenían vida? ¿Estaban vivos? Si los personajes estaban hablando, ¿tenían vida? ¿Estaban vivos? ¿Iba a poder conocer a los personajes? ¿Y los autores, podría verlos, hablar con ellos, conocerlos? ¿Si ellos podían salir a nuestro mundo, podíamos nosotros entrar en el suyo? Y algo que me intrigaba: ¿tenía yo algo que ver o era pura casualidad? Tras ese momento de confusión comencé a caminar por los pasillos de la biblioteca. Lo cierto es que su forma no era nada común y para muchos era algo complicado ubicarse por sus espacios. Llegué a uno de los pasillos más recónditos y remotos de la biblioteca. Normalmente, no solía tener mucha expectación, lo que cambiaría drásticamente si pudiesen ser partícipes de lo que yo estaba siendo. Personajes y personajes de los libros más famosos habían cobrado vida y se relacionaban entre todos como si esa acción fuese más que cotidiana. Yo no daba crédito y cualquier gesto del más asombro no haría justicia al momento. Cenicienta oía entusiasmada las historias que le narraba Don Quijote, mas no carecía de entusiasmo la conversación entre el pícaro Lazarillo y Rinconete y Cortadillo. Los siete enanitos y los juguetes de Andy parecían inseparables, aunque cualquiera soportaba las disputas entre Góngora y Quevedo. Scooby Doo no daba abasto con los 101 dálmatas y

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Trotaconventos hacía de las suyas con las princesas y los príncipes de Disney. El que tenía alguna complicación era Dumbo, ya que la biblioteca no estaba diseñada para albergar un ser de tan gran tamaño, pero con los hechizos de algunos de los magos más famosos de la historia se las iban apañando. Las hijas de Bernarda Alba y las jóvenes de mujercitas hacían migas tomando un té con la alegre tetera de la Bella y la Bestia. Dos enamorados llamados Romeo y Julieta ocupaban un extremo del pasillo. Los pájaros de Cenicienta ayudaban a los filósofos de la antigua Grecia a acicalar sus ropajes y Galileo disfrutaba conversando de astronomía con el joven Principito. «¡Atención!», sonó. «Desde el Consejo de Creación e Innovación de la Literatura les hago participes del comunicado diario de hoy: los mejores autores están en proceso de redactar lo acordado el día de ayer. Mañana se os convoca a la hora usual frente a la estantería de «Clásicos Literarios» para debatir la continuación de la obra; sucesos y personajes a intervenir. Esto es todo y ahora, es hora de que cada uno vuelva a su respectivo libro, pues la apertura de la biblioteca es más que próxima. El proyecto sigue correctamente su curso. Muchas gracias y que disfruten con sus lecturas.» Esto me dejó completamente anonadada. Por lo que había comunicado el representante del Consejo y los murmullos que había percibido del público logré saber qué era lo que estaba sucediendo. Los personajes de la literatura española, cansados de no poder convivir todos en un mismo libro durante el periodo de tiempo que la biblioteca permanece abierta, habían decidido crear una novedosa obra en la que todos y cada uno de ellos formarían parte de esta y conseguir así, disfrutar de todo el tiempo conjuntamente. «Perdona, ¿tú a qué obra perteneces?» oí detrás de mí. Mi respiración cesó y los rayos del sol amaneciendo atravesaron las ventanas. Lo primero que hice fue mirar detrás de mí. Detrás no había nada. ¿Dónde estaba el personaje que se había dirigido a mí? ¿Qué es lo que había pasado? ¿Qué es lo que ocurría las noches en ese pasillo? ¿Y por qué esta vez habían cometido el error de ser vistos por mí? Y… ¿cuáles serían las consecuencias que conllevarían cambiar la historia de la literatura española?

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«Tiempo» CELIA SIERRA SANZ 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Y de repente has crecido. Vas a la habitación de tu hermana mayor — ¡Paula!— Gritas. Y te das cuenta de que no está, su habitación está llena de trastos viejos que habéis ido amontonando poco a poco. Hace cinco años que se fue de casa a estudiar a Valencia. Vuelves a tu cuarto para coger tu muñeca de trapo preferida y esta ha desaparecido. En su lugar hay una pila de libros donde puedes leer: "Segundo de Bachillerato". Seguidamente vas al cajón de tu escritorio donde guardas los folios y las pinturas, te apetece hacer un dibujo y, en su lugar, hay un montón de hojas desordenadas, son apuntes de literatura, de historia, de filosofía… No entiendes nada y vas corriendo por el pasillo a preguntarles a tus padres qué está ocurriendo, pero tu madre no está en casa, se ha ido a una reunión del trabajo. Tu padre también está trabajando y no volverá hasta la hora de cenar. Tampoco está Ofelia, tu cuidadora, con la que pasabas las tardes jugando y riendo hasta que tus padres volvieran del trabajo. ¿Te han dejado sola en casa? —Te preguntas—. ¿No soy demasiado pequeña para eso? ¿Y si entra alguien a robar? ¿Y si me pasa algo? Pero no. Tú ya no eres tan pequeña. Tienes 18 años, has crecido y no te has dado ni cuenta. Ya no juegas con tus muñecas ni coloreas dibujos con tus antiguas pinturas de madera. Las tardes jugando en el patio del colegio después de clase con tus amigos, ya han pasado, ahora tienes que volver pronto a casa a estudiar para los exámenes finales, siempre estás ocupada. Ya no será tu abuela Carmen quien vaya a buscarte al colegio, tampoco te llevará la merienda, aquel bocadillo de jamón york, el zumo de manzana y uva y la pequeña porción de chocolate que te daba como recompensa por habértelo comido todo. Ella ya no está contigo, se fue hace mucho tiempo y la echas mucho de menos. Ahora la merienda te la preparas tú y vuelves sola andando a casa después del instituto. Las noches en las que tú y tu familia veíais la tele en el salón después de cenar hasta que tu ma-

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dre te mandaba a la cama, ya no volverán. Ya no tienes hora para irte a la cama, te quedas estudiando hasta tarde para el examen del día siguiente. Has pasado de quedarte dormida leyendo un libro con tu padre a despertarte con el móvil en la mano tras estar toda la noche rayada mirando Twitter. Y es que en tu cabeza han empezado a surgir nuevas dudas, inquietudes muy alejadas de las que tu mente formulaba antes por mera curiosidad infantil. Ahora te preocupan cosas como los chicos, ¿O tal vez sean las chicas? ¿Quién sabe? Ni tú lo sabes. Ya has experimentado tu primer amor, fue genial, lo mejor que te pudo pasar en aquel momento. Era maravilloso. Pero ha sido duro, has tenido sentimientos muy intensos, has llorado, has reído, has amado y has estado confundida. Durante un tiempo pensaste que sería para siempre, era la persona correcta, ¿qué podía salir mal? Y cuando descubriste que no, se te vino el mundo encima, te derrumbaste e intentaste controlar y comprender tus sentimientos para poder continuar. A partir de ahí tuviste que aprender a gestionar tus emociones: tu aspecto, tu carrera, tu futuro… Demasiadas preocupaciones, demasiado peso para una sola persona en tan poco tiempo, ¿no crees? Pero todo esto ha hecho que te des cuenta de que estás sola, de que tienes que aprender a estar sola. Tu estado de ánimo, tus notas, tus decisiones, tu felicidad… Al fin y al cabo, todo depende de ti y este curso, en general, este año está enseñándote mucho. Has aprendido a no darte por vencida, a pesar de levantarte un día viendo cómo un montón de nubes grises planean sobre tu cabeza, tienes que intentar seguir, tomártelo con calma y pensar que un día malo, no es una vida mala. Que esta es otra etapa más de tu vida, dura, pero pasará. Nadie dijo que la vida fuera fácil, así que debes luchar por ti, porque te lo mereces y porque nadie mejor que tú sabe qué tienes que hacer para estar bien. Finalmente decides salir a correr al parque para despejarte y poder pensar tranquilamente en tus cosas. Conectas los auriculares al móvil y subes la música a todo volumen. «¿Está seguro de que quiere subir el volumen por encima del nivel seguro? Si escucha música a volúmenes muy altos por periodos prolongados, puede dañar su oído». Este mensaje banal aparece en la pantallita de tu móvil y riéndote piensas: ¿realmente crees que ahora me importan mis tímpanos con la que tengo encima? Solo quieres evadirte de todo el mundo entrando en aquella mágica cúpula que la música crea alrededor de ti, así que empiezas a correr. Cuando corres sien-

tes que escapas de todas tus preocupaciones, por un momento, puedes correr más que ellas y superarlas, esto te reconforta. Reflexionas. De pequeños todos queríamos crecer y hacer las cosas que hacían los mayores: quedarnos despiertos hasta las tantas, ir a comprar, aprender conducir, salir de fiesta... No nos dábamos cuenta de que en ese momento teníamos algo muy valioso. Nuestra máxima preocupación era si nos gustaría la comida que mamá o papá prepararían hoy. No había problemas en el mundo pues veíamos los dibujos, no las noticias. Sin embargo, cuando creces, el mundo se vuelve un poquito más agrio. Es triste, sí. También es un aprendizaje continuo que debemos afrontar.

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Poesía 4.º ESO · Bachillerato PRIMER PREMIO

SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

Subiendo las escaleras…

Demostrar-te ALBA BERICAT MIGUEL 4º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS

ALBA BERICAT MIGUEL 4º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS

Quiero demostrarte que puedo llegar hasta el final.

Comencé en el entresuelo y encontré dos puertas cerradas.

Quiero que reboses de alegría y felicidad.

Nadie me esperaba.

Quiero que no sufras, que estés tranquila, serena y sin agonía.

Continué en el principal y dos cartas en el suelo tiradas estaban.

Que te alegres de estar conmigo cada día y me cuentes tus preocupaciones, pero también tus pasiones.

Nadie me esperaba. Avancé hasta el primer piso. Y allí estabas tú.

Que me ponga a hablar contigo y me cuentes lo mucho que me entiendes susurrándome al oído un « te quiero».

Mi corazón palpitaba. Tu mirada rebosante, me hizo temblar. Tus ojos risueños, me querían atrapar.

SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

Miedo

Ahora TÚ me esperabas. Ven, abrázame, subamos juntos las escaleras. Hasta el final. (Las escaleras son como nuestras vidas, peldaño a peldaño sin dejar de luchar)

ALBA BERICAT MIGUEL 4º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Cuando llega la noche y mis ojos parpadean. Cuando llega la noche y mis miedos afloran. Cuando llega la noche y mi corazón palpita.

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Miedo a lo desconocido, miedo a ver la vida sin sentido. Pienso de nuevo en… algo que conozco, que me perturba y no me deja avanzar. Miedo a no saber cuando será el final.

DIPLOMA

Un día CELIA JERICÓ VALENZUELA 2º BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Un día en el que puedes ser diminuto. Un día en el que se acaba el optimismo. Un día en el que todo es nimio. Un día en el que deseas que se acabe el mundo. Un día.

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Pienso de nuevo en… el miedo al olvido, el miedo al pasado, el miedo al presente, el miedo a no tenerte, y quedarme sin esa suerte.

DIPLOMA

Mi deseo IMANE EZ ZAKI 1º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Cómo empezar a contar mis desgracias, mis penas, mis dolores, y sobre todo mis intenciones. Mis intenciones de salir adelante, de ser lo que deseo, de que nadie me impida una ilusión, de que nadie me diga no puedes o quién te crees para hacer eso, o un simple NO. Aquel "no" que te destruye como un cristal en mil pedazos. Porque creo yo que no son conscientes de lo que dicen, o eso espero. Ya que es una cosa de las cosas que más dolor te hace. Pero a lo largo de la vida aprendes a superarlo, como si fuesen palabras que no existen, o términos de un idioma irreal que no deseas conocer. Porque en esta vida tu voluntad decidirá tu destino. Y tu destino será lo que siempre deseaste.

Un día en el que abres los ojos. Un día en el que estallas. Un día que no te esperas. Un día que solo ves estrellas. Un día. Un día en el que la fuerza nace. Un día para crecer valiente. Un día para escapar del mundo. Un día para iniciar la vida. Un día. Un día sí, otro día no. Un día que al final se acaba convirtiendo en un simple día más. Un día que nunca acabará. Un día que pasa a ser una eternidad. Un día.

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Ensayo 4.º ESO · Bachillerato CONCURSO CENTROS DE SECUNDARIA DE ARAGÓN EN TORNO A LOS ODS Y AGENDA 2030.

PRIMER PREMIO COMPARTIDO

Por una educación para todos

CLAUDIA VILLANUEVA CARDONA 1º BACHILERATO IES RÍO ARBA TAUSTE ¿Alguna vez habéis valorado el poder estar en clase y tener una buena educación? Para muchos de vosotros venir a clase os parecerá una pérdida de tiempo y posiblemente un aburrimiento. Estoy segura de que más de uno de los que estáis aquí habéis hecho pellas alguna vez, o si no las haréis. ¿Realmente creéis que está bien no aprovechar la oportunidad de aprender? Creáis lo que creáis, sois personas muy afortunadas, y diréis ¿por qué? En el mundo hay más de 265 millones de niños y niñas no escolarizados, de los cuales, el 22% están en edad de asistir a la escuela primaria. Esto supone un gran problema para el avance de la sociedad a nivel mundial. Como este, hay muchos problemas más que podemos encontrarnos hoy en día, por lo que la ONU ha creado los «18 objetivos de desarrollo sostenible». Este proyecto consiste en plantear los problemas mostrando datos reales y buscar soluciones para intentar alcanzar unos objetivos que mejoren la situación de dichos problemas. En nuestro caso vamos a hablar del objetivo número cuatro, que consiste en una educación de calidad. Este objetivo trata de garantizar una educación in-

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clusiva, equitativa y de calidad, a la vez de promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida y para todos. Como muchos supondréis, esta desigual educación desfavorece más al género femenino, ya que en países en desarrollo, una de cada cuatro niñas no asiste a la escuela. También sabréis que se está luchando por que desaparezca el «techo de cristal» y que las mujeres lleguen a alcanzar buenos puestos de trabajo. Esto va muy ligado al problema que planteamos, porque el fomento de la enseñanza a mujeres podría darles al menos un futuro y no haría que pasasen su vida en casa cuidando de sus hijos. Hoy en día hay pocas mujeres en altos cargos como política o dirección de empresas. Además, si miramos al pasado, muy pocas mujeres destacan en la historia. Probablemente muchas de ellas contaban con un potencial suficiente para ser intelectuales y estudiar, pero no han tenido ni los medios ni la oportunidad de ir a la escuela ni mucho menos a la universidad. Ahora hay que centrarnos en el futuro para ayudar y conseguir que muchas jóvenes puedan ir a la universidad o al menos tener unos conocimientos básicos. Las metas que se plantea la ONU son construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las diferencias de género y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos. También se ha propuesto de aquí a 2030 eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de enseñanza por igual. Yendo a la base del problema, ¿alguno de vosotros se ha parado a pensar en la importancia de saber leer y escribir? ¿Os imagináis una vida sin saber hacerlo? Este es el caso de 758 millones de personas en el mundo, lo que supone un recorte a los derechos humanos básicos. 213 millones de ellos son mujeres, lo que apoya al planteamiento

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anterior, y 115 millones son jóvenes de entre 15 y 24 años. Esto supone grandes riesgos ya que la educación es fundamental para crear ciudadanos críticos y responsables, capaces de interactuar en sociedad. Por ejemplo, si una persona no sabe leer, se vuelve vulnerable a engaños a la hora de tener un contrato de trabajo o cualquier documento importante. No os imagináis lo importante que es tener hoy en día una firma con la que identificarse. Tampoco somos conscientes de que para cualquier situación de nuestra vida necesitamos entender nuestro entorno. Nadie le da importancia a saber coger el bus, o a ir a recoger un pedido o mandar un mensaje. Nuestra vida se hace inimaginable sin poder leer lo que pone en las señales, anuncios o incluso sin poder leer un buen libro. Todo lo que nos rodea está lleno de palabras, lo que hace imprescindible su conocimiento y uso. Cualquier persona independientemente de su género o raza debería entender por sus propios medios las cosas que le rodean y que directamente le afectan. En este caso la ONU se propone de aquí a 2030, asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de adultos, tanto hombres como mujeres estén alfabetizados. Muchas veces el problema en la falta de educación no tiene que ver con el género ni con saber o no leer y escribir. ¿Habéis pensado alguna vez la suerte que tenéis de vivir en vuestro país? ¿Os imagináis vivir en guerra y que esta os impida venir a clase? Esto le ocurre a la mitad de los niños no escolarizados en el mundo, que tienen edad de asistir a la escuela primaria y viven en zonas de conflictos. Como es propio de las guerras, cunde el miedo, por lo que la gente teme salir de sus casas, lo que impide tanto el trabajo de docentes como la asistencia a clase de niños. Además, las guerras llevan a la pobreza en muchos casos, y más, si dicho país ya era pobre. Los niños no pueden permitirse el lujo de ir a la escuela ni mucho menos de comprarse el material necesario. Seguro que tenéis tantos bolígrafos, lápices y gomas en casa que ni sabéis cuántos son. Para vosotros un cuaderno es algo que no valoráis en sí, porque es un simple cuaderno. Muchos niños tienen dificultades para comprar tan sólo algo con lo que poder escribir y donde poder hacerlo. Es tal la pobreza en algunos países que los padres dedican su dinero a alimentar a sus hijos, y la educación queda en un segundo plano. Para combatir esta situación la ONU se propone de aquí a 2020 aumentar considerablemente el número de becas a nivel mundial, principalmente en países en desarrollo y menos adelantados, por ejemplo los africanos.

Muchos pensaréis que es normal que haya gente que no tenga educación porque no podemos tenerla todos, que es cuestión de si te toca o no. Esto es como comparar la educación con un capricho, si no lo tienes mala suerte. Mucha gente no se da cuenta de que tener una educación digna es un derecho, que, como seres humanos, todos merecemos adquirir. La educación no es un buen regalo en navidad, que si tus padres pueden comprarlo van a dártela y si no pueden no. Cualquier padre desea que sus hijos tengan una educación que les haga desarrollarse como personas, y esto es algo que ellos no les pueden dar. A veces no nos damos cuenta de que la educación es muy importante porque de ella depende nuestro futuro, y esta misma no debería depender de si hemos nacido en un país donde la educación es buena y apta para todos, ni de si tu familia puede permitirse que vayas al colegio. Podríamos comparar en vez la educación con la lotería, ya que es una suerte por la que todos apostamos y nos gustaría tener. También habrá quién dice que no hay educación porque faltan profesores. Este es un problema cuya solución ya está puesta en marcha. El Departamento de Estadísticas de la Unesco reveló que si se quieren lograr los Objetivos del Desarrollo Sostenible serán necesarios 69 millones de nuevos docentes, de los cuales 24,4 millones para primaria y 44,4 millones para secundaria aproximadamente, destinando la mayoría de ellos a África Subsahariana. Si estos niveles se alcanzan, este dejará de ser un problema como muchos dicen. A su vez, este proceso es cíclico. Suponiendo que la falta de educación es por falta de profesores, si se aumenta notablemente el número de ellos, la educación aumentará a la par, y muchos de los que ahora no estudian pero lo harán en un futuro, se dedicarán a la enseñanza, por lo que este proceso sólo mejorará. Como hemos visto, la educación no es igualitaria en muchos ámbitos. Para un buen futuro y desarrollo de la sociedad esto debe cambiar. Podemos ver que tan sólo dependiendo del país en el que naces, el género que tienes e incluso las capacidades económicas de tu familia, la accesibilidad al derecho de aprender se limita. Somos nosotros, los que tenemos los recursos para hacer que la situación mejore, los que tenemos que poner de nuestra parte y fomentar la educación. También debemos empezar por valorar la suerte que tenemos de ir todos los días a clase, y vosotros ahora mismo en concreto, de recibir este tipo de charlas. Son muchos los niños que desearían tener una mínima parte de

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la formación que recibimos día a día y que desperdiciamos y rara vez valoramos. Nosotros tenemos la suerte de tener un colegio cerca de casa, al que llegamos en diez minutos. Hay niños que para ir a clase recorren al día muchos kilómetros, cosa que nos parece impensable. Debemos pensar no sólo en nuestro futuro, que carrera voy a hacer, en qué quiero trabajar, sino también en pensar en el de los demás. Como siempre nos dicen a los jóvenes, el futuro es vuestro. Pero, ¿qué hay de esos niños y niñas que apenas saben escribir su nombre? ¿Debe eso impedirles conseguir un trabajo o escribir un mensaje? El futuro también debe ser suyo. Al igual que nosotros no nos imaginamos una vida sin estas capacidades básicas, hay muchos niños que quieren aprender y luchan día a día por hacerlo. Esos niños también sueñan con llegar a ser algo en la vida y sin unos conocimientos básicos esto no será posible. La educación es un derecho del que todos debemos disfrutar, para poder crear un mundo justo y lleno de oportunidades.

PRIMER PREMIO COMPARTIDO

Todo por el planeta

RUBÉN BARRERAS 4º ESO COLEGIO ANTONIO MACHADO ZARAGOZA El concepto de desarrollo sostenible nació en el año 1987 en una publicación llamada «Informe Brundtland», el cual trataba de alertar sobre las consecuencias negativas que estaba teniendo sobre el medio ambiente el desarrollo económico y la globalización. El desarrollo sostenible hace referencia al desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades de la población, sin agotar los recursos naturales con el fin de que duren lo suficiente para las futuras generaciones. En 2015 las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 un documento que recoge los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una serie de metas comunes para proteger el planeta y garantizar el bienestar de todas las personas.

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Estas metas necesitan la implicación de las personas, las empresas, las administraciones y los países de todo el mundo. A pesar de la gran importancia de todas ellas me gustaría analizar el problema de la contaminación, en especial en los mares y océanos, ya que, por mucho que hemos hablado de ellas, por mucho que salgan en las noticias, por muchas cumbres que se han celebrado, no hemos sido capaces de detener el cambio climático ni limpiar nuestros mares. Entiendo que son objetivos ambiciosos que no se logran de la noche a la mañana, pero eso no quita que los avances conseguidos sean demasiado pocos. ¿Por qué deberíamos salvar los mares? Es la gran pregunta que todos deberíamos hacernos. La respuesta es muy sencilla, porque los beneficios que estos nos ofrecen en el día a día son muchísimos: influyen en la mayoría de fenómenos meteorológicos, regulan el clima, son el hogar de más de 700.000 especies, son la fuente principal del agua que sustenta toda la vida en la Tierra, desde los arrecifes de coral hasta las montañas cubiertas de nieve, desde selvas tropicales hasta ríos poderosos e incluso desiertos… A pesar de todas las cosas buenas que obtenemos de los mares, la mayoría de las aguas de mares y océanos son aguas en las que no existe ninguna regulación sobre la protección de su biodiversidad. De la gestión sostenible de los océanos depende el futuro de la humanidad. ¿De qué tenemos que salvar a los mares? Es la otra pregunta fundamental que tendríamos que saber contestar. La pesca insostenible e ilegal, la gestión costera, el tráfico marítimo, la contaminación y los efectos del cambio climático son algunos, los más importantes, de los factores que amenazan a los mares constantemente. La riqueza del fondo marino, sus ecosistemas y diversidad están en riesgo. Muchos organismos, como el coral, el plancton y los crustáceos, son muy sensibles a los cambios climatológicos y pueden llevar a impactos irreversibles para todas las especies, entre ellas la humana. Entonces, si sabemos qué tenemos que eliminar o al menos reducir, ¿por qué no lo hacemos? La cuestión es que las formas en las que podemos solucionar este problema no siempre tienen los mejores efectos sobre nosotros. Por ejemplo, para que algunas especies de peces dejen de estar sobreexplotadas la solución más eficaz es limitar su pesca pero eso supondría reducir también su consumo y a eso no todos están dispuestos. Del mismo modo la manera más eficaz de dejar de contaminar las

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Reducir nuestro consumo de plásticos. No comprar tantos productos de plásticos desechables como paquetería y envases o botellas de plástico, pajitas... Por ejemplo, podemos comprar embutidos y carnes a granel en vez de envasadas o utilizar botellas de vidrio, duraderas y reciclables, en lugar de las de plástico. Reciclar. Una acción tan sencilla como separar los desechos para tirar cada uno a su respectivo contenedor en vez de tirarlos juntos en uno solo o al suelo es beneficioso porque no todos los residuos se reciclan del mismo modo, unos son más complicados y requieren distintos métodos; además, los plásticos tardan mínimo 150 años (algunos pueden alcanzar los 1000) en degradarse por lo que dejarlos tirados por el suelo en vez de a la basura no es una opción para mejorar nuestra situación. Reducir nuestras emisiones de CO2. La mejor manera es no utilizar aerosoles ni sprays que liberen este tipo de gas y, obviamente, utilizar menos el coche y emplear en su lugar el transporte público. ¿Por qué hacer

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aguas es no producir plásticos que acaben en el mar pero es un recurso tan utilizado y tan útil que no podemos permitírnoslo. También es cierto que hay muchas otras que aunque su efecto sea a largo plazo es igualmente positivo. El problema de la sobreexplotación también puede resolverse con la creación de piscifactorías donde criar esas especies que están siendo sobreexplotadas o la pesca selectiva evitando las redes de arrastre que capturan los peces sin importar su tamaño ni la especie de la que sean lo que provoca la captura y muerte de peces que no son los buscados y la contaminación de los mares con la devolución de los cadáveres. El de la contaminación puede solucionarse reduciendo el uso de plásticos, no dejando los desechos en las playas, tirarlos en los ríos... o, a un nivel más grande, tomando medidas en las fábricas para evitar que los desechos acaben en las aguas o reduciendo la producción de este material. Los mares y océanos son los bienes más preciados con los que cuenta la humanidad y debemos protegerlos si queremos asegurar nuestro futuro. Hay medidas que podemos tomar para ello, tanto a nivel personal como nacional. En nuestro día a día acciones pequeñas pueden ser gigantes si todos las llevamos a cabo; algunas son:

esto? A parte de evitar contribuir al cambio climático y al agujero de la capa de ozono, esta acción es beneficiosa para los mares porque éstos absorben el calor emitido por la quema de combustibles fósiles, lo que se traduce en el aumento de la temperatura de las aguas, y esto puede provocar subidas de marea, muertes de especies e incluso cambios meteorológicos. ...

Pero nuestra acción sola no basta si no participamos todos. Como esto es complicado es necesario que los Gobiernos y los Estados adopten medidas como construir más carriles bici y poner más autobuses para fomentar su uso; llevar a cabo campañas publicitarias para concienciar a la población y promover las medidas a nivel personal; controlar y clausurar vertederos ilegales en los que se tiren desechos que puedan resultar demasiado contaminantes; establecer leyes que limiten el uso de coches o la circulación; establecer normas por las que las fábricas deban tener filtros para reducir los gases que emiten y no puedan tirar los residuos a los ríos...

SEGUNDO PREMIO

El gran desafío PABLO ABAD PÉREZ 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS La historia nos ha de juzgar como héroes o como villanos, porque todo depende de nuestros compromisos, decisiones, actitudes personales, globales, locales y mundiales. La humanidad vive en la actualidad el mayor desafío de toda su existencia, el cambio climático de nuestro planeta, desafío que es tan trascendental porque, por un lado, somos verdaderamente conscientes de sus consecuencias y tecnológicamente estamos preparados para evitarlas, y por otro lado, sus repercusiones son planetarias. Lo más inquietante es que pueden ser irreversibles. La Asamblea General de las Naciones Unidas en la Conferencia de Paris sobre el clima (COP21), cele-

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brada en 2015, adopta y establece la Agenda 2030 de acción por el clima para el desarrollo sostenible, un plan de 17 objetivos a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, con la intención de fortalecer la paz universal, el acceso a la justicia, la erradicación del hambre y la igualdad entre mujeres y hombres. Estos objetivos, firmados por todos los países, deben estimular a los gobiernos para que dentro de sus posibilidades contribuyan a alcanzar las metas establecidas. Este acuerdo histórico establece por primera vez un marco jurídico, administrativo y económico para la lucha contra el cambio climático, con unos objetivos concretos como el ODS nº13: tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos y el nº17: establecer medidas de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible, pero sobre todo, lo más importante de esta cumbre es el reconocimiento de los líderes mundiales de la evidencia del cambio climático, sus repercusiones para la humanidad y de la necesidad de transformar la sociedad y la industria hacia un modelo de desarrollo más equilibrado con la naturaleza, es decir, un desarrollo sostenible. En definitiva, se trata de crear más riqueza utilizando menos recursos naturales, generando menos residuos y contaminación. Esa es, indudablemente, la economía del futuro, crecer sin destruir la naturaleza. Sin embargo, podemos decir que el Acuerdo de París carece de obligaciones legislativas que podrían dejar la cumbre en una mera declaración de intenciones. En primer lugar, debemos advertir que alguno de los países más contaminantes, como es el caso de EEUU, no ha ratificado el acuerdo alcanzado y su retirada será efectiva en el 2020. China, primera potencia contaminadora, estuvo a punto de no ratificar el acuerdo. Otro inconveniente es que los acuerdos son compromisos voluntarios de reducción de gases y cada país establece sus límites de emisiones de forma arbitraria. Asimismo, cabe destacar que los países más desarrollados (las diez economías más grandes del mundo) son las responsables del 72 % de las emisiones y a su vez son poseedores del 76% de los ingresos brutos mundiales, no aportando el mismo grado de compromiso en la solución del problema, aún siendo estos poseedores de una tecnología capaz de llevar a cabo este cambio de modelo económico, en gran medida, debido a las presiones de las grandes corporaciones industriales. Algunos científicos advierten que el acuerdo de París se ha quedado corto

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en los objetivos y largo en los plazos, que no van a ser suficientes sus medidas para detener el cambio climático. Es evidente que la solución del problema planetario al cambio climático, necesita de una revolución social que cambie nuestro modelo de vida, nuestra percepción de un mundo más sostenible, más justo y más igualitario.

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Más, mucho más allá de mi sexo MARTA LÓPEZ GARCÍA 1º BACHILLERATO IES RÍO ARBA TAUSTE Buenos días, me llamo Marta López. Yo estudio, igual que cualquier chico; tengo amigos y amigas, familia, igual que cualquier chico; me gusta salir, divertirme, como a la mayoría de los chicos que conozco; todo, igual que ellos, incluso, a veces, más que ellos. Y si todo lo podemos hacer igual… ¿Por qué nos debemos esforzar más que ellos para conseguir un buen trabajo? ¿Por qué nos sentimos más juzgadas que ellos, ante cualquier situación? ¿Por qué ellos pueden vestir como quieran, mientras que nosotras parece que debemos tener en cuenta la crítica de los demás? ¿Por qué sentimos miedo cuando vamos solas por la calle? ¿Qué ha pasado en nuestra sociedad para que no haya evolucionado igualitariamente en todos los países, e incluso en algunos haya retrocedido en lo que se refiere a igualdad? Estas y otras muchas cuestiones son las que me han llevado a expresar mi total desacuerdo ante los problemas surgidos por la desigualdad de género. Voy a tratar de mostrar la realidad desde mi punto de vista, basándome en la evolución del ser humano, desde épocas antiguas hasta las actuales, fijándome en los problemas surgidos en las distintas etapas. Actualmente, ha cambiado un poco la situación, se ha avanzado, pero no lo suficiente y lo deseado para llegar a convivir en perfecta armonía. Hombres y mujeres debemos luchar para que no nos tengamos ni que plantear cualquier mínima diferencia por ser quienes somos, y que las diferen-

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cias sean marcadas por nuestro esfuerzo personal, dedicación o decisión propia. Debemos conseguirlo, ya que solo con la igualdad de género llegaremos a tener la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Lamentablemente, hoy en día, una de cada cinco mujeres y niñas entre 15 y 49 años, ha sufrido problemas sexuales o físicos. Además, en más de 50 países no hay leyes que defiendan o protejan a las mujeres y niñas. En la sociedad en la que vivimos, hasta hace menos de 50 años las mujeres no trabajaban. Bien porque no las contrataban, o porque sus maridos no les dejaban trabajar fuera de casa o porque tenían que cuidar de ella y de los hijos. No podían abrir una cuenta bancaria sin la autorización de su marido; y por supuesto, tampoco podían retirar dinero de la misma aunque ella también formara parte de la cuenta. La autorización previa era obligatoria. Las mujeres no tomaban decisiones propias. No tenían derechos, pero sí muchas responsabilidades. Y, ¿qué pasa con las mujeres que no se casaban? Estas, debían pedir el permiso a su padre o en su defecto a un hermano. Es decir, cualquier familiar varón antes que poder decidir. En las altas clases sociales no estaba muy bien visto que la mujer trabajase fuera, el hombre era el que debía mantenerla, de esta manera mostraba su superioridad y estatus. Las mujeres hacían labores de representación, asistiendo a causas humanitarias benéficas, de recaudación…, más responsabilidades, pero no derechos. Eran un mero escaparate. En edades tempranas ya se veían las diferencias. Las niñas no podían ir a la escuela, porque en un futuro no necesitaban aprender más que a cocinar, limpiar, coser… algo que aprendían desde niñas. La preparación que llevaban era para poder llevar su casa adelante. Pero si nos fijamos, podemos ver que esta tarea es una de las más complejas que existe. Todas estas mujeres eran economistas, para llevar las cuentas de una casa; médicos, enfermeras, siempre pendiente de curar y cuidar a los hijos y marido; grandes cocineras y endocrinas, para poder alimentar sana y equilibradamente a su familia; modistas, que vestían y aprovechaban al máximo la ropa de manera eficiente; maestras desde casa para ayudar a sus hijos, y un sinfín de cosas más. Si nos damos cuenta de todo lo que hacía la mujer en esa época, podemos observar que su preparación, aunque no fuera académica, era igual o superior a la de cualquier hombre. ¿Por qué no se le valoraba? Uno de los principales problemas era que ella misma

se menospreciaba. A lo largo de los años, se ha ido trabajando mucho para que el trabajo que realiza la mujer en casa fuera reconocido y apreciado, viendo las dificultades que entraña, mostrándolo como una tarea compleja que no todo el mundo puede desempeñar, y que si no fuera por el apoyo incondicional de ellas, muchos hombres no habrían podido realizar sus trabajos fuera de casa. Michelle Obama (ex primera dama de EEUU) es uno de los muchos ejemplos de mujer luchadora, en sus discursos siempre deja marcado un mensaje de igualdad. Antiguamente Juana de Arco (heroína, militar y santa francesa) guio al ejército francés en la guerra de los 100 años, contra Inglaterra, logrando que Carlos VII fuera coronado como rey de Francia. Otras mujeres heroínas o que también se unieron a la lucha fueron Ana Frank (escritora judía), Emma Watson (actriz)... A lo largos de los años, esa supuesta superioridad masculina ha hecho que algunos hombres se sientan por encima de la mujer y crean que la pueden dominar y manejar para satisfacer sus necesidades, hasta llegar al punto de maltratarla, abusando de ella, pegándole e incluso violándola. De esta manera se ha ido llegando a un tipo de violencia denominada «violencia de género». Por desgracia, existen muchos casos, como por ejemplo el de «la manada» que todo el mundo conoce, en el que un grupo de cinco hombres abusaron y violaron brutalmente a una chica, de 18 años, indefensa. Problemas muy graves de los que nos tenemos que preocupar, ya que atenta contra los derechos básicos del ser humano. No sólo le marcan para toda una vida, sino que en la mayoría de las circunstancias es muy difícil de superar. Por todos estos problemas de violaciones y todo tipo de agresiones, hay demasiadas mujeres que sufren cada día, mujeres que tienen miedo a salir a la calle, mujeres que temen por sus vidas cuando están solas. Este 2019 traducido en cifras nos muestra que ha habido 52 mujeres asesinadas, 43 niños que se han quedado huérfanos, y un total de más de 80.000 denuncias por violación; son unas cifras demasiado altas que no se pueden pasar por alto y ponerle remedio. Estamos en el siglo XXI y al igual que hemos avanzado en otros temas como, por ejemplo, la tecnología, también podríamos avanzar con esta desigualdad que a estas alturas debería de ser inexistente. Desde nuestra nación, España, las clases políticas crean leyes para eliminar estas barreras que existen entre hombres y mujeres, para intentar llegar a una igualdad. En España, además

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de tener el principio de igualdad reconocido en nuestra Constitución, también contamos con la Ley 3/2007 para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, que no hace más que añadir motivos para poder llegar a la igualdad de género en nuestro país. Tenemos que decir que hemos avanzado mucho con este tema, aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer. Hay sociedades en las que todavía está muy arraigado el poder del hombre sobre la mujer, y en las que luchan desde dentro y mueren mujeres para que sus hijas tengan una vida mejor. Antaño no nos podíamos imaginar que una mujer pudiera realizar las mismas tareas que un hombre, y un hombre las mismas que una mujer. Hoy en día, se va equiparando el mercado laboral. Diariamente, hay muchas personas que nos apoyan y hacen todo lo posible para que esto se pueda llegar a cumplir. Pero, tenemos que tener en cuenta que todavía hay un grupo de personas que no evolucionan como la sociedad lo necesita. Aun así, debemos progresar y reivindicar el papel de la mujer en nuestra sociedad, y no dejarnos coaccionar por círculos que no dejan avanzar ni prosperar. En nuestro poder tenemos la educación, el arma principal para educar en igualdad desde edades tempranas. De esta manera llegaremos de forma más activa a la política, al mercado laboral...y a conseguir medidas que garanticen la equidad de género. Millones de hombres y mujeres luchan cada día para que esto se haga realidad, para que no nos tengamos que preguntar por qué yo no puedo hacer algo y un chico sí solo por ser quien soy. Que todo sea por decisión propia, que se antepongan los gustos y no las obligaciones marcadas por una norma demandada por la sociedad. Queremos y debemos conseguirlo, ya que solo con la igualdad de género llegaremos a tener la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.

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Los verdaderos objetivos ANTONIO-JOSÉ LÓPEZ GIL 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Enormes problemas, tantas veces escondidos, enterrados en falsas noticias, desinformación y oídos sordos. Vivimos en un mundo ficticio, nuestro querido planeta no puede hacer frente al nivel tan alto de vida de algunos y escasos países. Los humanos estamos usando Tierra y media, lo que evidentemente impide un desarrollo sostenible. Dentro de unos años, si la situación no cambia serán tres. ¿Qué futuro tendrán nuestros hijos? Esta pregunta tan usada por los medios de comunicación hoy en día, pero tan necesitada su presencia en dichos medios bastantes años atrás, cuando ya se podían apreciar los estragos humanos en la naturaleza. La presión generada por la crecida exponencial de manifestaciones al respecto por parte de los jóvenes ha concienciado y abierto los ojitos a algunos de los altos dirigentes de esta grave situación. Un cambio de la noche a la mañana de discursos sobre impuestos al uso de energías renovables, a discursos apelando al pueblo a luchar por un desarrollo sostenible. Un giro tan drástico de argumentos políticos que, sinceramente, no dan una gran sensación de seguridad a la hora de resolver esta situación. Diecisiete ríos de tinta, diecisiete puños al aire, diecisiete gritos al cielo. Diecisiete objetivos para conseguir un desarrollo sostenible. Proyectos con tono general y dulce, que no muestran cómo resolver los problemas concretos y agrios del mundo terrenal. Hay que bajarse de las nubes y observar de cerca los millones de desastres que ocurren día tras día, si de verdad se quiere hacer una lista para solucionarlos. La Tierra y la mayoría de sus habitantes no necesitan tinta en los cauces de los ríos, necesitan agua potable para poder beber, necesitan un medio sin componentes químicos donde pueda volver a resurgir la flora y la fauna. No necesitan puños al

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aire, necesitan un apretón de manos que resuelva conflictos y deje las diferencias y los prejuicios atrás. No necesitan gritos al aire, necesitan acciones que resuelvan los problemas y no falsas promesas que con el tiempo quedan en el seno del olvido. Roza la utopía, pequeñas manos apretando una faja con el fin de adelgazar. Para perder peso, se necesita movimiento día tras día y no una gran palabrería diciendo que mañana saldrás a correr. Ahora es el momento de actuar, no podemos esperar a mañana porque la faja ya habrá reventado. Hay que concienciarnos de verdad de todos los problemas que suceden en nuestro entorno y tratar de ayudar a resolverlos dentro de nuestras capacidades. Entonces es cuando se aportara el dichoso granito de arena y se empezara a construir los verdaderos objetivos para un desarrollo sostenible. Necesitamos la colaboración de todos si queremos construir el castillo. No necesitamos discursos baratos, ni objetivos que no nos enseñen como solucionar la situación y aún menos modas sobre el desarrollo sostenible, que hagan hablar a muchos famosillos en público y luego su hipocresía los lleve a gastar enormes cantidades de luz en sus conciertos. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, y actúa ahora mismo, ayuda en lo que puedas y esté a tu alcance. No sigas los planos de aquellos hipócritas que no saben en qué terreno construyen y hagamos entre todos el castillo lo antes posible. Porque dentro de poco ya no habrá un mañana en el que lo podremos construir.

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Concurso infantil 2021 Narrativa 1.º, 2.º y 3.º Primaria PRIMER PREMIO

El mundo de los balones MATEO BOZAL TERCERO DE PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Estaban 4 amigos Rubén, Kevin, Ángel y Mateo jugando al escondite en el parque de las Eras. Era una tarde nublada y oscura cuando de pronto vieron una luz muy brillante. Los cuatro amigos se miraron extrañados y sin pensarlo fueron hacia luz. Esa luz los atrapó y los llevó a un lugar maravilloso. Era un parque lleno de balones, balones de todos los tipo, baloncesto, fútbol, pin pon, tenis, rugby…. Los niños estuvieron jugando mucho rato con todos los balones. Después de un rato, Rubén se empezó a cansar, Kevin tenía hambre, Ángel tenía sueño y Mateo estaba preocupado por que no habían avisado a su mamá. Así que los chicos intentaron volver a casa, pero no sabían cómo podían hacerlo, no encontraban ningún camino. Los niños se estaban asuntando, no encontraban la manera de salir de allí. De repente, Ángel se sentó en un balón de baloncesto, y se explotó. La sorpresa de los chicos es que dentro del balón había una palabra. Esta palabra era PARQUE, los niños se pusieron a pensar, y entonces dijo Kevin, esto es muy raro…Vamos a ver si en los demás balones hay alguna otra cosa. Entones los chicos se empezaron a explotar balones. Era muy divertido, están jugando, se pasaban los balones, los botaban, los lazaban al aire y después los explotaban. En algunos había palabras, en otros había chuches, en otros había agua, en otros había confetis.

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Después de jugar muchísimo rato, los niños juntaron todas las palabras que habían encontrado, estas eran: PARQUE, VOLVER, DAR, SALTO, QUIERES, DE, SI, AL, UN, DEBES. Los amigos se sentaron juntos, y empezaron a juntar las palabras a ver si encontraban sentido estas palabras. Probaron muchísimas cosas, pero siempre los sobraban palabras, hasta que de repente, Mateo dijo, chicos, creo que lo tengo. SI AL PARQUE QUIERES VOLVER UN SALTO DEBES DE DAR. Los amigos se cogieron de la mano, dijeron la frase los cuatro a la vez y saltaron. De repente se vieron otra vez en el parque de las eras. Para su sorpresa, Rubén había saltado con un balón de futbol. Los niños jugaron toda la tarde con ese balón, pero no lo quieren explotar, porque no saben que sorpresa esconde ese balón mágico.

SEGUNDO PREMIO

La magia de la Navidad YAGO VILLANÚA BUSTAMANTE 2º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Como todos los años, el 1 de enero Yago escribió su carta a los Reyes Magos. Cuando la acabó fue con su madre al Ayuntamiento para echarla al buzón real. De repente el cierzo arrancó la carta de sus manos. La carta voló y voló hasta quedar enganchada en la rama más alta del abeto de Navidad. Intentaron ayudarle pero nadie llegaba tan alto. Yago lloró y lloró. Inesperadamente apareció un

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Viaje al planeta Anticovid TERCERO DE PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS. No hace mucho tiempo, en un lugar muy lejos de aquí, en un país llamado China, había mucha gente infectada por un nuevo virus, conocido como Coronavirus. Poco a poco ese virus fue extendiéndose por tooooodo el mundo, hasta que llegó a una localidad llamada Ejea de los Caballeros. Los habitantes tuvieron que quedarse durante semanas encerrados en sus casas, incluidos los protagonistas de esta historia. Carla, Alex, Lucía y Joel son cuatro amigos que van al colegio Cervantes y durante esos días solo podían comunicarse por videollamada. Carla era muy lista y le encantaba la ciencia. Alex era muy divertido y gracioso, era muy bueno con los videojuegos. Lucía era un poco traviesa y le gustaban mucho los animales. Por último Joel, que vino a Ejea hace dos años de Venezuela, se le daban genial los idiomas y los deportes. Los niños estaban hartos de estar encerrados en sus casas, tanto que no paraban de preguntarles a sus padres si podían salir a la calle. Entonces, Joel hizo una videollamada con sus amigos diciéndoles que tenían que escaparse, y así lo hicieron. Cuando se hizo de noche, empezó a llover y se fueron a refugiar a una ambulancia que estaba abandonada. Cuando se estaban quedando dormidos, vieron una luz y apareció ¡Pepito Grillo! Los niños se quedaron sorprendidos, no creían lo que veían. Pepito Grillo les dijo que tenía unas vacunas muy especiales para ayudar a combatir al coronavirus. Carla dudo un instante, pero Alex se la puso

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gato negro que trepó hasta la carta, cuando bajó dejó la carta con su dueño. De esta forma Yago pudo echar la carta al buzón. Su madre estaba tan feliz que se llevó el gato a casa. Os voy a contar un secreto, en la carta Yago sólo había pedido una cosa: un gatito.

sin pensarlo dos veces. Al momento Alex comenzó a temblar pero poco a poco cuando se le pasó se dio cuenta de que ¡tenía super poderes! Así que el resto de sus amigos se la pusieron también. Después de probar sus nuevos poderes, Pepito Grillo les propuso ir a otro planeta donde ya habían pasado el coronavirus y tenían el antídoto definitivo. Los niños estaban alucinando, pero muy decididos dijeron que sí, entonces Pepito Grillo presionó un botón que tenían forma de cohete, y de repente se transformó en ¡una nave espacial! Despegaron rumbo a un planeta desconocido, y viajaron por todo el espacio exterior. Hasta que vieron un cartel que ponía «Bienvenidos al planeta Anticovid». Cuando aterrizaron vieron muchos avances tecnológicos, coches voladores, robots, casas que parecían pequeñas y por dentro eran enormes. Alex estaba encantado de estar en un sitio así. Pepito Grillo les guió hasta el hospital, y gracias a que Joel sabía el idioma de ese planeta puedo comunicarse con el jefe del hospital. Jeol le dijo al jefe que necesitaban las vacunas para salvar al planeta Tierra del covid-19.n El jefe dudó unos segundos, y les dijo que sí pero con un trato… tenían que darle a cambio sus superpoderes. Los niños y Pepito Grillo pensaron en ello, pero sin duda era algo que tenían que aceptar. Los niños aunque muy contentos porque estaban haciendo lo correcto, estaban un poco tristes por perder sus poderes. El presidente del planeta muy agradecido con el intercambio, les dio a los amigos unas botas voladoras con las que volver a su casa. Eso les pareció maravilloso. De vuelta a la Tierra, les recibió Fernando Simón, el cual les agradeció a los niños haber salvado a la humanidad. Los chicos volvieron a Ejea donde fueron recibidos con una gran fiesta donde nadie ya llevaba ¡mascarilla! Lucía entonces despertó en su cuarto y se dio cuenta de que todo aquello había sido un sueño. Y colorín colorado es verdad lo que cuento, como me lo contaron te lo cuento. FIN.

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Pistón y Ramón

India y su perrita Kukita

MARTÍN CASTILLÓN SANZ 3º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez un perro trufero que se llamaba Pistón, vivía en una casa en el monte con su dueño Ramón que le quería mucho. El perro y el dueño tenían una amistad irrompible pero un día estaban paseando y Pistón se perdió en medio del monte. Ramón lo busco durante horas, pero no lo encontró, miró entre los arbustos, pero Pistón no estaba. Pasaron diez días y no hubo resultado, vinieron equipos de refuerzos para seguir buscando, pero no hubo suerte. Pistón tenía miedo pero era fuerte y valiente, después de unos días supo volver, recordaba el camino como la palma de su pata. Se encontró a un jabato pequeño que le acompañó un trozo. Por fin, Pistón llegó a casa, el dueño le esperó de brazos abiertos con unos peducos que le había cosido la abuela. Volvieron a pasar momentos únicos: ir a buscar trufas, ir al huerto, saltar en la colchoneta, hacer leña juntos, descansar en la hamaca del parque, ir a las colmenas a por miel… Un día Pistón se encontró con una perrita muy mona llamada Cuqui era de color marrón con manchas blancas. Se enamoraron y decidieron tener cachorros. Colorín colorado este cuento se ha acabado.

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INDIA ASSO ASCASO 1º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Erase una vez una niña que se llamaba India, tenía seis años y vivía en un pueblo muy pequeño. Un día paseando con su perrita, «Kukita «se perdió. Pasaban los días y «Kukita» no aparecía por ningún sitio, la buscaron por el bosque, por el río, por el monte…y no encontraron rastro de ella. India estaba muy triste y como iba a llegar la Navidad le pidió a Papa Noel que encontrara a su perrita. Llegó el día de Navidad y cuando India despertó, fue corriendo a por los regalos que había en el árbol. Empezó a abrir un regalo tras otro pero «Kukita» no estaba en ninguno de ellos. India se puso muy triste, se fue a su habitación a llorar y estando tumbada en su cama, oyó un ladrido en la calle y después otro y otro. Rápidamente India se asomó por la ventana y… ¿Cuál fue su sorpresa? ¡¡¡ Que su perrita «Kukita» estaba en la puerta de su casa!!! India fue corriendo, abrió la puerta y la abrazó, dándole millones de besos. Para India ESTE FUE EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD DE TODA SU VIDA.

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TERCERO DE PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS.

PRIMERO Y SEGUNDO DE PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

El científico Cocoman

Esta historia es sobre un científico llamado Cocoman. Este científico buscaba algo especial, la cura para la Covid porque venía del futuro y sabía que un virus letal atacaría a la humanidad. Para ayudar a las personas del pasado decidió crear un antídoto y acabar de una vez con ese mal. Tenía todos los ingredientes para su antídoto menos uno: ¡dos gotas de sangre de dragón azul! Llegar hasta ese dragón era complicado porque vivía escondido en el Polo Norte. Sin embargo, tras varios días de búsqueda, nuestro valiente científico encontró al dragón. Afortunadamente, se encontraba tumbado en el suelo de una cueva profundamente dormido. Cocoman que era muy valiente se acercó sigilosamente hasta el dragón y …plic, plic, extrajo dos gotitas de sangre del dragón. Con este último ingrediente Cocoman pudo terminar su antídoto para la Covid y ayudar a mucha gente. Su trabajo había terminado y pudo volver, al futuro muy satisfecho. La humanidad decidió, en forma de agradecimiento otorgarle el Premio Nobel, convirtiéndose así, en la primera persona del futuro en recibir este importante premio.

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La vacuna del buen trato

La violencia, como los virus, sólo produce víctimas: todos salimos perdiendo cuando estalla. Además, igual que pasa con las epidemias, es mejor prevenir que curar. Este curso te proponemos una movilización escolar en la que elaboraremos entre todos una vacuna de paz y buen trato con la que intentaremos proteger a todo nuestro entorno. Atención que esta es una vacuna muy especial: es una vacuna que no se toma, se piensa.

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Para acabar con el virus atorchi

VACUNA 1ºA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ

5 sonrisas. 20 litros de agua LIMPIA Y TRANSPARENTE. 110 ABRAZOS. 4000 BESOS. Una pizca de AMISTAD. AMOR Y CARIÑO. Un puñado de ALEGRÍA. Un millón de GESTOS BUENOS. Un kilo de PURPURINA BRILLANTE. Una gran dosis de RESPETO. 4 cucharadas de EMPATÍA.

Para acabar con el maldito virus

VACUNA 1ºB CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ 4 cucharadas de AMOR. 100 Kg de PAZ. 101 besos. 10 ABRAZOS AMOROSOS. 1 pizca de CARIÑO. 109 momentos de FELICIDAD. Mil CORAZONES DE GOLOSINA. 400 SONRISAS. RESPETO.

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Para acabar con el escorpión virus.

VACUNA 2ºA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ 129 gotas de CARIÑO. 160 cucharadas de ALEGRÍA. 999 gramos de ABRAZOS. 15.000 Kg de AMOR. 89 gotas de PAZ. 120 golosinas de RESPETO. 199 cucharadas de BESOS. 200 gotas de jarabe de ALEGRÍA. Una pizca de ESCUCHAR. 300 gotas de DULZURA. 7 regalices de EMPATÍA. 600 litros de purpurina de SUEÑO.

Para acabar con el machaca virus

VACUNA 2ºB CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ 1 Kg de SALUD. 5 cucharadas de AMOR. 40 Kg de FELICIDAD. 200 SONRISAS. 100 x100 de DIVERSION. 50 cucharadas de ABRAZOS. 1 pizca de AMISTAD. 4 medidas de COMPARTIR. 10 cucharadas de PAZ. Un puñado de CARIÑO. 7 gominolas de RESPETO.

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El Coronavirus NICOLÁS MONTAÑÉS INGELMO. 3º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Por culpa del coronavirus me han pasado muchas cosas, que me han hecho sentirme bien y otras veces mal. Os voy a contar algunas. Estuvimos sin salir muchos días y luego como podíamos salir y los parques estaban cerrados nos íbamos con la bici y veía a mis amigos en el parque. Era muy raro porque no podíamos jugar como siempre. Como mi cumpleaños fue en mayo, mis padres me prepararon un video que salían todos mis amigos y mi familia. Además, me hicieron dibujos que mi madre pegó por toda la casa. Y Aunque no lo pude celebrar como otros años, me gustó que se acordaran de mí. Este verano estuve muy contento porque pusimos una piscina en casa y venían mis primos y amigos. También había ratos en los que me aburría mucho y me dio tiempo de sobra para pensar en la vuelta al cole. Los primeros días fueron un poco raros, pero fue bien. Me tuvieron que hacer la PCR porque mi profesor de trompeta dio positivo y estuve unos días sin poder salir de casa. Tengo la suerte de que mis amigos Neda y Hugo son también mis vecinos y podía hablar con ellos desde el balcón. Como estamos más tiempo en casa he aprendido a cocinar algunas cosas, he visto la serie de Pokemon entera y he enseñado a mi madre a jugar a Virus. Echo mucho de menos a mis abuelos porque vamos muy poco a verlos por si les contagiamos el virus. Me da pena que se esté muriendo tanta gente y que no nos dejen ir a casi ningún sitio. Espero que esto acabe pronto y vayamos al colegio sin mascarilla y podamos jugar con los de otros cursos.

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Confinamiento del Covid-19 HELLER BOSMEDIANO FERNÁNDEZ 2º PRIMARIA COLEGIO RURAL AGRUPADO LOS BAÑALES LUESIA Cuando empezó el virus el 15 de marzo vivía en Luesia y estaba en casa y no podíamos ir al colegio, tampoco se podía salir a jugar al parque o con mis amigos ni a caminar por las calles del pueblo. Hacíamos deberes en casa con mi mamá y mi hermana Carolina, entonces tuve una idea para jugar con mi hermana, hice un castillo de almohadas, jugábamos y nos divertimos mucho pero no podíamos salir. También mirábamos un poco de televisión, ayudábamos a mamá en casa, aprendí a hacer mi cama, a ver el reloj, lo mejor que tenía un patio para salir un momento y así pasaron los días. No quiero que se contagie mi abuela que vive en Perú, mi mamá me ha dicho que allá no llegarán las vacunas en mucho tiempo, mi abuela no sale mucho a la calle para que no se contagie. Mi mamá, mi hermana y yo hablamos todos los días con mi abuela y le preguntamos cómo está y yo le digo que se ponga siempre la mascarilla. Mi madre también me cuenta que los abuelos de la residencia no pueden salir y cuando le visita su familia le saluda por la ventana no pueden darse un abrazo se sienten tristes. El virus ha llegado a Luesia y tenemos que tomar muchas medidas de seguridad y no podemos juntarnos mucho.

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Nuestra vida en pandemia. El Covid-19 AIMANE GHALMI 3º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES CASTILISCAR Parecía un año normal pero el 2020 cambió mucho nuestras vidas. Fue culpa del coronavirus o Covid-19. Lo crearon los chinos. A partir de marzo nuestra vida empezó a ser dura con la cuarentena y la mascarilla. En casa hicimos muchas cosas que nunca antes hicimos: clases online, muchas manualidades. Durante todo el año han ocurrido cosas que parecen de película: las calles vacías, la muerte de muchísimas personas, y un virus que está por todo el mundo. Todo acabará pronto, tendremos que quedarnos con lo bueno. Yo me quedo con lo mejor que es: mi familia y mis experiencias.

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Poesía 1.º, 2.º y 3.º Primaria PRIMER PREMIO

SEGUNDO PREMIO

SERGIO MALÓN IRIGOYEN 3º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

ALEXA DE LOS SANTOS MATEO 3º PRIMARIA COLEGIO NTRA. SRA DE LA MERCED EJEA DE LOS CABALLEROS

Videojuegos por aquí, videojuegos por allá, era la única cosa que Javier podía pensar.

Mi árbol tenía sus ramas de oro Un viento envidioso robó mi tesoro

Javier y los videojuegos

Su bicicleta está triste, la pelota quería jugar, canasta, patinete, raqueta pensaban: ¿nos va a abandonar? Una tarde de vacaciones en mitad de una partida hubo un apagón muy grande ¡el barrio volvió a la vida! Salieron todos a la calle, con bicicleta, balón, canasta… y entonces se dieron cuenta ¡los videojuegos con un poco basta!

Mi árbol tenía sus ramas

Hoy no tiene ramas Hoy no tiene sueños Mi árbol cayado Mi árbol pequeño. Mi árbol que duerme debajo del sol Le salen las hojas con mucho color El agua lo baña con mucho frescor Y por las mañanas está mucho mejor. Hoy no tiene ramas Hoy no tiene sueños Mi árbol cayado Mi árbol pequeño

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Podemos lanzarnos besos, que recogemos muy contentos. Nos ayudamos y consolamos con palabras bonitas que regalamos. En la escuela nos gusta estar para con nuestros amigos y amigas jugar.

RECETA: Macarrones con besos de chocolate

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A pesar del Covid

ALUMNADO DE 1º, 2º Y 3º DE PRIMARIA CRA LUIS BUÑUEL PINSORO

2º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

Esta receta de la paz te va a aportar alegría, sus palabras sabrosas riman y el amor se bate cada día.

A pesar del Covid, esta enfermedad, con mi familia he podido jugar, reír, bailar, cantar y hacer deporte sin parar.

Hervimos macarrones de amor con agua de nuestro corazón, besos de chocolate con leche y chucherías de Aragón.

Con mis padres entraba a la cocina, hacíamos juntos repostería y sentíamos una gran alegría.

Un pequeño pico de sal trae la paloma de la paz, una pizca de felicidad y un trocito de amistad.

Con mis hermanos he hecho actividades, entre otras manualidades y en el cole hemos crecido, aprendido y también nos hemos divertido.

Con virutas de alianza y respeto esta receta tendrás que compartir, para que las guerras se puedan ir.

Al fin y al cabo este año no ha sido tan malo.

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CLASES DE PRIMERO DE PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS

ALBA MONGUILOD ERLÉS 3º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

En la escuela

En la escuela nos gusta estar, aunque no nos podamos tocar. Compartimos la alegría aunque llevemos mascarilla. Nos damos abrazos desde lejos como en un espejo.

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Cuentos

Cuento un cuento un cuento de aventuras que tiene partituras. Cuento un cuento

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Cuento un cuento un cuento de risa para mi tía Isa. Cuento un cuento un cuento de princesas para las niñas traviesas. Cuento un cuento cuento mi cuento y me pongo muy contento.

DIPLOMA

Volveremos a abrazar ALUMNADO DE 1º Y 2º DE PRIMARIA CRA LOS BAÑALES SÁDABA Hace ya algún tiempo el cole estaba tranquilo, pero llegó un malvado virus hambriento como un cocodrilo. El coronavirus mucho nos preocupa porque a nuestros abuelos les hace mucha pupa. Tampoco los niños nos tenemos que relajar porque alguno de nosotros también puede enfermar. Para que este virus no nos haga papilla siempre hay que llevar bien puesta la mascarilla. Tendremos mucha paciencia y sabremos esperar para no enfermarnos y así poder disfrutar.

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un cuento de miedo que te tiembla hasta el dedo.

DIPLOMA

¡Todo va a salir bien! ALUMNADO DE 1º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS. Para leer esta poesía has de ponerte mascarilla. El coronavirus sigue presente y hemos de ser obedientes. En clase trabajamos separados para no contagiarnos. Pero juntos lo vamos a conseguir, unidos y responsables hemos de seguir.

DIPLOMA

Qué rollo el coronavirus ÁNGELA LACOSTA MONTAÑÉS 2º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES ESCUELA DE LUESIA Qué rollo el coronavirus que nos deja sin salir. Quietas estamos en casa sin poder al parque ir. Al virus venceremos y la vacuna descubriremos. De la tierra lo echaremos y felices de nuevo viviremos.

Ahora están los médicos trabajando todos a una para poder derrotarlo inventando una vacuna. Volveremos a jugar. Volveremos a disfrutar. Volveremos a abrazar.

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Narrativa 4.º, 5.º y 6.º Primaria PRIMER PREMIO

El gran sueño de Marcos MARCOS PÉREZ FORCADA 4º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS ¡Por fin llegó la noche tan esperada! Era el mes de agosto, y el cielo estaba despejado, se podrían ver las Perseidas, la lluvia de estrellas fugaces. Marcos, que en ese momento tenía 9 años, pensaba pedir el mismo deseo cada vez que viese una estrella pasar. Decidió irse al campo, donde las luces de la ciudad no le molestarían para ver la majestuosidad de la noche con claridad. Extendió su manta y se tumbó a la espera de ver caer las primeras estrellas. Esa noche fue espectacular, pasaban estrellas cada segundo, no podía ni parpadear para no perderse ninguna. El deseo que pedía era hacer un viaje al planeta rojo, a Marte. Ese era su gran sueño. Como todavía era pequeño y para poder experimentar como podría ser un despegue, decidió probar en las atracciones más arriesgadas que podía encontrar en los parques de atracciones. Pasaron los años y Marcos buscó información para crear su propia agencia espacial, qué tenía que estudiar, qué nombre le pondría, dónde estaría su sede, como diseñaría el cohete para la misión a Marte y encontrar la forma de regresar a los astronautas a la Tierra. Por fin se le ocurrió un nombre: la A.E.A, Agencia Espacial Aragonesa. Marcos quería dar a conocer en el mundo su tierra natal, por lo que decidió que la sede de la agencia estaría en Aragón, desde donde despegarían los cohetes. Empezó a trabajar duro y a recibir ayudas para formar su propia agencia espacial. Logró su objetivo, consiguió el dinero suficiente, justo lo que necesitaba para crear su agencia y su primer cohete

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tripulado con siete astronautas y uno de los miembros de la tripulación sería él. Cuando empezó a diseñar su cohete pensó en el nombre que le iba a poner: ÉXITO I. Todavía no sería el definitivo para ir al planeta rojo, solo estaría diseñado para ir a la Estación Espacial Internacional. Al fin llegó el día tan esperado, su primer vuelo al espacio. Empezó la cuenta atrás, Marcos y el resto de astronautas que iban con él, estaban nerviosos. Cuando la misión de control dijo: ¡Despegue! a las seis y diecisiete segundos, todos los que estaban viéndolo en directo o por la televisión gritaron: ¡Bieeeen! La primera fase del cohete se desacopló y así acabó el exitoso despegue del ÉXITO I. El resto de la misión no tuvo ningún problema, por lo que a la vuelta, comenzó a trabajar en su gran sueño, el viaje a Marte. Una noche, mientras dormía, tuvo una pesadilla, el cohete en el que viajaban diez astronautas con destino al planeta rojo, explotaba cuando despegaba de la plataforma. De repente se despertó y se dio cuenta de que su sueño le había dado la pista sobre cómo construir la nave con la que iría a Marte y la potencia necesaria para despegar. Lo llamaría: ÉXITO II. Llegada la fecha para el primer despegue, este se tuvo que suspender por causas climatológicas, aunque hacía una temperatura ideal, soplaba un viento insufrible, hacía muchísimo cierzo, por lo que el lanzamiento se pospuso para unos días después, sería el día de su cumpleaños. Era un día perfecto, el tiempo era el ideal. Marcos estaba feliz, todos le felicitaban por su cumpleaños y por su logro. Tanto trabajo iba a tener su recompensa. Todo estaba preparado, la misión de control estaba comprobando si el cohete tenía algún fallo pero se escuchó: ¡Listos para el despegue! En el interior del ÉXITO II, los astronautas estaban haciendo sus últimas comprobaciones para iniciar su viaje. Cuando llegó la cuenta atrás todo el mundo estaba nervioso, menos Estados Unidos que estaba enfadado por no ser los primeros en conseguir ir al planeta rojo. A las seis y diez segundos de la tarde, se escuchó al unísono: ¡¡10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2….1, despegue!! Los motores aceleradores de la nave se encendieron y emprendió su rumbo a Marte.

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PRIMER PREMIO

Váleri

DELIA VILLA COLLADO 5º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Pi, pi, pi, suena el despertador en casa de Váleri. La niña tiene pecas en su rostro, el pelo castaño y unos ojos azules como el hielo. Se viste rápidamente con un uniforme azul claro y unas zapatillas que le regaló su madre por su cumple. Se recoge el pelo en dos coletas, una en cada lado de la cabeza. Váleri es una niña a la que le encanta bailar. Domina casi cualquier tipo de baile, desde los más modernos a los más clásicos. Hoy es un gran día para ella, va a participar en una competición de baile para la que lleva entrenando varios meses. Sus padres la llevan en coche al evento. Nada más llegar, ve que hay muchos niños y niñas a la entrada del recinto que también van a participar en la competición. ¡Qué nervios! Váleri está muy nerviosa. Llega su turno. Respira hondo, camina hacia el centro de la pista de baile y al darse la vuelta mira hacia las gradas. Hay mucha gente. Los padres de todos los demás niños y niñas están observándola. Le tiemblan las piernas, pero entre el público, ve a su mamá y a su papá, también la están observando. Su madre le guiña un ojo a modo de confianza. De

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Pasaron cinco meses, y el ÉXITO II aterrizaba en el suelo rocoso de Marte. Los tripulantes se pusieron sus trajes espaciales y salieron a explorar el planeta. Decidieron que fuera Marcos el primero en bajar de la nave, ya que había sido él el que había ideado la misión. Desde la Tierra, toda la población estaba pegada a los televisores, radios, móviles, ordenadores,…. nadie quería perderse ese momento histórico y tan emocionante. Marcos y el resto de la tripulación bajaron de la nave y plantaron la bandera de Aragón y de España en Marte. Así, el gran sueño de Marcos se cumplió. Con esfuerzo, trabajo e ilusión los sueños se pueden hacer realidad.

repente todo comienza, suena su canción. Ya no le tiemblan las piernas. No está nerviosa. Sabe que va a hacerlo espectacular. Ella baila, los jueces le otorgan la puntuación más alta, todos aplauden y le entregan el gran trofeo subida al pódium. Cuando vuelven a casa deja su gran premio sobre la estantería de su habitación y se acuesta extenuada. Al despertar, el trofeo no está. Váleri lo busca por toda la casa sin resultado. Va hasta la cocina donde su madre prepara el desayuno, y le dice: «¿Y el trofeo?» Su madre, desorientada, le responde: «¿Qué trofeo, Váleri?». Nerviosa, le contesta: «¡el que gané ayer en la competición!». Mamá sonríe: «pero… ¡la competición es hoy! Lo habrás soñado. Anda hija, prepárate y desayuna que viene papá a buscarnos». Váleri está desconcertada: «Pero…» Mamá la tranquiliza, la coge entre sus brazos y le dice: «¡Váleri cariño, si bailas igual que en tu sueño, tu sueño se hará realidad!»

SEGUNDO PREMIO

La lata de tomate ESTHER GRACIA BLASCO SEXTO PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Hace muchos años, en la segunda guerra mundial, aconteció una historia cuya lección es aplicable a nuestros días. En el año 1941, una pequeña niña de 11 años llamada Cäcilie escapaba de la guerra junto a su madre. La madre, de origen judío sabía que solo era una cuestión de tiempo que los policías nacis fueran a buscarla a ella para llevársela al campo de concentración de Sachsenhausen. Así que decidió llevar a su hija con una familia de acogida. Pero no quería decirle nada a Cäcilie porque sabía que con su terquedad y su temperamento impediría que la llevase con la amable familia que le esperaba. Cuando las dos estaban en el tren la madre intento explicarle a su hija el motivo de su viaje y desazón.

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—Bueno… ¿porque estas tan triste? Hemos conseguido escapar de nuestro pueblo y vamos a un sitio mejor —dijo la pequeña. —Cariño Cäcilie, llevaba todo el día intentándote explicar el motivo. Hace unos años vine con tu padre a Alemania con la esperanza de que tuvieras una vida mejor. —Pues yo no me acuerdo de eso —dijo la muchacha —Fue cuando tenías 2 años. El caso es que somos judías y por causa de esto voy a tener que pasar una temporada trabajando en Sachsenhausen y después volveremos a estar juntas —dijo la madre en voz baja mientras cruzaba los dedos. —Y yo… ¿A dónde voy mientras tú vas a trabajar? —Hay un pueblo cerca de aquí, donde hay una familia a la que conozco desde hace tiempo con la que te puedes quedar. Antes de que se dieran cuenta el tren paró y tenían que separar sus caminos, uno con más fortunio que el otro. Cäcilie bajó del tren dándole un fuerte abrazo entre lloros a su madre. Y en un momento indeterminado la madre le dijo al oído: —Cariño, aunque yo me valla siempre estaremos juntas y recuerda siempre podrás verme con este medallón —le da la joya en la mano—. Contiene una foto en la que estamos juntas tú y yo. Siempre que la mires sonríe no llores. ¿Entendido? —dijo —De acuerdo —dijo nuestra niña mientras acongojada agarraba el medallón y miraba a su madre. En ese momento la familia de acogida le dio un abrazo a Cäcilie mientras la madre subía al tren entre llantos y lágrimas. Esa, sería la última vez que se verían. Cäcilie se adaptó enseguida a su nueva familia. Era una familia cariñosa bondadosa y honrada aunque era muy pobre. Trabajaban horas y horas pero se les pagaba una miseria. Y como no la guerra corría como la pólvora y llego hasta la ciudad de Cäcilie. Una noche cuando estaban durmiendo la alarma de bombas sonó y todos fueron al refugio de la comunidad. Pasaron días allí dentro sin comida con apenas 20 latas de tomate para 100 personas, las cuales se repartieron el tomate embotado una para cada familia. Una señora mayor de pelo blanco y manos arrugadas y suaves, vio que Cäcilie tenía mucha hambre. La señora no la conocía pero se acercó a ella y le dio su lata de tomate. Cäcilie le dio las gracias y antes de una milésima de segundo la señora desapareció entre la multitud. Era la única comida que tenía la señora pero con

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gusto y con su sonrisa paso el hambre feliz de dar lo que tenía. Ese día Cäcilie se dio cuenta de una de sus muchas lecciones de la vida: Serás más feliz dando que teniendo.

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Cuando todo esto sea una historia más ELVIRA PRADAS PÉREZ 5º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Año 2070. Daniela estaba sentada en la mesa de navidad con sus hijos y sus nietos. Ella tenía dos nietos a los que les encantaba que su abuela les contara cosas de su vida, cuando ella era una niña. Ese día, cuando todos se sentaron a cenar la noche de Nochebuena, Daniela les contó todo lo que pasó en 2020. Cuando Daniela terminó de contar la historia, sus nietos se quedaron boquiabiertos, no podían creer que su abuela hubiese vivido algo así. Les contó que en marzo de 2020 los profesores, les dijeron que no se podían tocar entre ellos y que tenían que estar a distancia. Y en un par de días, les dieron 15 días de vacaciones para protegerlos de un nuevo virus. Fue entonces, cuando los mayores empezaron a decir una palabra muy rara confina… ¿qué? Confinamiento, esa era la palabra tan rara que decían los mayores cuando hablaban de coronavirus. Y es que durante más de dos meses no pudieron salir a la calle. Sólo podían hacerlo los mayores para comprar o trabajar. Los primeros días no tenían que llevar mascarilla porque aún no habían investigado muy bien el virus ese raro, pero muy pronto tuvieron que ponérsela cada vez que salían de casa. Mientras tanto los niños hicieron muchos dibujos, manualidades, recetas, videos, canciones, tocaron instrumentos en sus balcones… ¡Y muchas cosas más!

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El mapa del tesoro MAR TENÍAS BERGES 5º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Todo empezó con un libro que cogí en la biblioteca: El mapa del tesoro. Al abrirlo en casa se cayó al suelo una hoja de papel en la que había dibujado un mapa. El mapa era de mi pueblo y tenía una x roja en la plaza donde yo vivía. Esa tarde fui a investigar con mis amigas. Encontramos una tarjeta pegada en un tronco de un árbol. La tarjeta tenía unas operaciones y una leyenda en la que a cada número correspondía una letra. Resolvimos las operaciones y al cambiar los números por las letras se podía leer: «primera fuente del bosque».

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Los días pasaron y llegó junio, entonces los niños empezaron a salir, pero sólo un rato, y sin jugar en los parques ni juntarse con amigos. Había que mantener distancia con las personas que no eran de la familia. Fue un verano muy raro, Daniela les dijo que se sentía muy sola y aburrida, porque no podía jugar con ningún niño. Afortunadamente ella tenía un hermano con el que jugar y pasárselo bien, pero se cansaban de estar tanto tiempo juntos. Lo que más sorprendió a sus nietos fue cuando Daniela les contó cómo celebró su cumpleaños. Era el mes de septiembre y como no podía quedar con sus amigos, hicieron un cumple virtual. Sus papás le prepararon una fiesta sorpresa, a la que sus amigos asistieron por videollamada. Pese a ser así, Daniela y sus amigos lo pasaron muy bien, incluso podían comer tarta en la distancia pese a que Daniela hubiese soplado las velas en su casa delante de la pantalla del ordenador. Cada Navidad Daniela recordaba aquellos meses en los que no pudo ver a sus amigos, no pudo abrazar a su familia y celebraron la Navidad más triste de su vida. Por eso para ella era tan importante la familia y poder abrazarlos.

Fuimos corriendo hasta allí y nos encontramos otra tarjeta. Había un texto raro en el que sobraban palabras, las rodeamos y nos dimos cuenta que era una frase oculta. Decía: «la búsqueda continúa en la zona de juegos del parque». Salimos disparadas hacia el parque y bajo un columpio encontramos un sobre con un puzzle. Cuando lo hicimos, la imagen que salió era la de una calle del pueblo. Fuimos hasta ella y en la puerta de una de las casas nos encontramos una tarjeta pegada en la que solo ponía: «llama al timbre». Llamamos y al abrirse la puerta se oyeron unos aplausos. Eran personas de nuestro pueblo de distintas edades. Nos explicaron que ese juego lo escribió hace más de 20 años la primera persona que cogió ese libro de la biblioteca y desde entonces, cada vez que alguien lo coge, el bibliotecario avisa a las personas que lo han leído y organizan el juego de pistas y luego una merienda todos juntos en la casa del último que lo leyó. ¡Estoy deseando que alguien lo coja y preparar la merienda en mi casa!!

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Mis dos deseos SOFIA OTAL LADRERO 6º PRIMARIA. CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Eran las 8:30 de la tarde en Espluga donde vivía un niño llamado Juan. Éste acababa de llegar de entrenar y estaba derrotado, tenía muchas ganas de irse a la cama, pero antes tenía que hacer unas cuantas tareas, como ducharse, cenar y lavarse los dientes. Tras una hora, Juan por fin, ya estaba en la cama, solo habían pasado cinco minutos y Juan ya estaba sobado. Al poco rato se despertó sobresaltado, no sabía dónde se encontraba, estaba paseando en pijama por una gran avenida. No podía imaginarse lo que estaba viendo con sus propios ojos. Un gran cartel iluminado daba la bienvenida a Madrid, ¡¡¡¡¡¡Madrid!!!!!! ¿Como podía ser posible? Hacía un rato se encontraba en el Pirineo Aragonés y ahora estaba por las calles de Madrid. ¡No había nadie!, las calles estaban desiertas, se preguntaba donde estaba la gente. Tras mu-

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cho callejear, aparecieron unos policías haciendo la ronda. Conforme se acercaban, Juan notó algo extraño en las caras de los policías. No podía llegar a distinguirlas, ya que llevaban algo, algo que les tapaba la nariz y la boca. La imaginación de Juan se disparó y se empezaba a preguntar si esto era culpa de una gran invasión alienígena. Cuando los policías llegaron hasta Juan, le preguntaron si se había perdido. Juan les dijo que no, pero a los policías les extrañaba que un niño estuviera solo por las calles de Madrid. Los policías le preguntaron a Juan donde vivía y él les mintió, los llevo a un portal que estaba a la vuelta de la esquina, después los policías al ver que el niño paraba en aquel portal le dejaron en paz y se marcharon. Más tarde, tras dos horas de caminata, Juan se tropezó con una tele vieja llena de telarañas, le pegó una gran patada con el pie y la tele como por arte de magia, se encendió. Juan no sabía ni como la había encendido. De repente, atento a la tele, no quería creer lo que estaba viendo, era la cadena de las noticias y ponía 3500 personas contagiadas y 2600 personas muertas. Tras aquel momento, Juan deslizó la mano y se tocó el pecho, el corazón le iba más rápido que una gacela, se empezaba a imaginar que lo que estaba pasando era por un gran virus que estaba invadiendo todas las vidas de las personas. Juan tenía toda la razón, se trataba de un gran virus que por el camino se estaba llevado a miles de personas. Después de hora y media, retomó la caminata, empezaba a asustarse al ver que en la calle no se veía a nadie, se preguntaba a sí mismo como había llegado hasta esas callejuelas de Madrid. Tras dos horas de caminata, Juan llegó a un campo a las afueras de Madrid, donde paró para jugar un rato. Intentó encontrar algún trébol de cuatro hojas. Después de cinco minutos Juan no encontró un trébol sino dos, y recordó que su madre hacía unos meses le había dicho que si algún día encontraba algún trébol de cuatro hojas, que podía pedir un deseo y se le cumpliría y así fue. Juan pidió dos grandes deseos: el primero fue poder volver a casa y el segundo que encontrasen la cura para poder eliminar ese maldito virus el cual estaba dañando a tantas personas. En ese momento Juan despertó debido a un fuerte ruido, el cual hizo que abriera los ojos, era su despertador y pudo comprobar que uno de los deseos ya se había cumplido. Juan ya estaba en casa. Juan pegó un brinco de la cama, no se podía creer lo que había soñado. Bajó los escalones de dos en

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dos hasta llegar a la cocina donde se encontraba su madre preparando el desayuno. «¡Mamá, mamá no te vas a creer lo que he soñado!», dijo Juan a su madre, la cual no le hizo ningún caso ya que estaba concentrada escuchando una noticia que estaban emitiendo en televisión. En ese momento su madre se volvió y con una sonrisa le dijo a su hijo, Juan ya han descubierto una vacuna contra el virus. Entonces fue cuando él se dio cuenta de que sus dos deseos ya se habían cumplido.

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Alicia y los libros ALBA ORTIZ VINACUA 4º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Cuando empezó el confinamiento, una niña llamada Alicia estaba muy aburrida, no tenía ganas de nada. Se sentía triste porque no podía ver a sus amigos. Lo único que hacía era comer y dormir. Sus padres estuvieron pensando de todo para animarla: juegos, música, manualidades, bailar, cantar... Pero nada funcionaba. Miraron cosas por toda la casa, hasta que encontraron un libro de aventuras. Lo envolvieron para regalárselo el día de su cumpleaños, que iba a ser la semana siguiente. Alicia, el día de su cumpleaños, abrió el paquete entusiasmada y en seguida empezó a leer. El libro hablaba de animales fantásticos en países lejanos. Alicia, mientras leía, se imaginaba esos animales a su lado. Los podía acariciar, dar de comer... Se lo pasaba muy bien. Le gustó tanto que en tres días lo había terminado. Sus padres le compraron más y más libros. Alicia los leyó todos para poder disfrutar de sus historias. Por fin estaba feliz. Cuando pudo ver a sus amigos y volvieron al colegio, en el recreo se reunían debajo de unas escaleras y les contaba todas las historias que había leído. Ellos le escuchaban atentamente y se divertían mucho con sus aventuras. Alicia y su amigo Felipe hicieron una obra de teatro sobre un libro que los dos habían leído y la representaron delante de toda la clase. Se llamaba: LOS ANIMALES FANTÁSTICOS DE ALICIA Y FELIPE. Como tenían que llevar las mascarillas, en la

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El sueño de Adri JULIA VIDAL DOMÍNGEZ 5º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Adri tiene trece años y vive con sus padres y su hermana en una casa sencilla de un barrio a las afueras de Madrid. Es una persona inquieta, alegre y a la que sobre todo le encanta bailar. Todas las mañanas va al instituto bailando y divirtiéndose junto a su hermana Martina. Uno de los objetivos de Adri, es formar parte de un grupo de baile profesional pero… «¿Cómo se consigue eso? –se preguntaba Adri— pues…supongo, que poco a poco». Se apuntó a la extraescolar de baile moderno de su Instituto y se embobaba viendo e imitando a las y los bailarines de las calles de Madrid. Pasaron los años y era el último curso que Adri estaría en el instituto y por tanto tendría que decidir lo que hacer con su vida. Su padre le decía con bastante mal humor: «¡Tú lo que tienes que hacer es hacer una carrera con la que ganes mucha pasta y punto! …nada de ir bailando por ahí y perdiendo el tiempo», a lo que Adri respondió gritando: «¡Ni hablar! mi sueño es bailar decía llorando desde su cuarto… ¡me buscaré la vida y lo conseguiré!» Trabajó de todo lo que pudo: repartiendo comida a domicilio, en una pizzería, preparando palomitas en unos cines y hasta limpiando en un restaurante hasta que ahorró el dinero suficiente para pagarse una academia de baile.

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obra las utilizaron como si fueran un aparato para comunicarse con los animales y así animaban a sus compañeros y sus familias a llevarlas. Como les gustó tanto, preguntaron a su profesora si podían hacer una obra de teatro con toda la clase y ella dijo que sí. Decidieron juntarse todos los viernes por la tarde para ensayar. Cuando estuvo lista, la representaron en la clase y la grabaron para poder compartirla con todo el colegio. Desde entonces, los compañeros de Alicia empezaron a leer más para poder compartir sus aventuras y no aburrirse nunca. Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

En su primer día, la profesora vio en Adri un talento especial y pensó que llegaría lejos. Hoy Adrián, con tan solo veintitrés años y mucho esfuerzo, triunfa en los mejores escenarios del mundo.

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La irresponsabilidad de Daniela VALERIA LÓPEZ MARZO 4º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez una niña llamada Laura con tan solo 8 años y su hermana mayor Daniela de 20 años. Laura era una niña muy responsable sin embargo Daniela era todo lo contrario. En el año 2020 hubo una pandemia mundial con un virus llamado coronavirus o también llamado covid-19. Para intentar controlar esta pandemia y que no hubiese más contagios se ordenaron una serie de restricciones. Una de ellas era no poder juntarse en grupos para evitar los contagios. El 12-7-2020 era el cumpleaños de Laura y muy a su pesar decidió no celebrarlo porque creía que era mejor ser responsable y tratar de evitar más contagios. Ya habría otros años para celebrarlo. Al contrario que Laura, su hermana Daniela que cumplía años el 4—10—2020 decidió celebrarlo haciendo una gran fiesta con sus amigas. Ella creía que no pasaría nada, se saltó las normas, asistieron más personas de las permitidas, no llevaban mascarilla, no se desinfectaban las manos, incumplieron el toque de queda y no mantenían las distancias de seguridad. Daniela al día siguiente estaba contenta porque había celebrado su fiesta de cumpleaños y no había pasado nada. Al tercer día se empezó a encontrar muy mal y se lo dijo a sus padres. Inmediatamente la llevaron al médico para que le hicieran un test PCR y dio positivo al igual que todas sus amigas, y más adelante sus familiares.

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Todo esto por celebrar una fiesta de cumpleaños. Daniela tuvo suerte y no tuvo muchos síntomas, pero otras amigas tuvieron muchos incluso alguna de ellas tuvo que estar hospitalizada varios días y lo peor de todo, dos amigas de Daniela que fueron al cumpleaños contagiaron a sus abuelos y como tenían menos defensas no pudieron superar la enfermedad y murieron. Daniela aprendió que cuando alguien nos dice que cumplamos normas para evitar males mayores tenemos que cumplirlas porque los daños pueden ser fatídicos.

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Tras los ojos de Nico

Un año para olvidar

LEYRE MUÑIDO GARCÍA 6º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

ADRIANA COMPAIRED LARROSA 6º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

¡Hola a todos! Soy Nico, y les voy a contar mi experiencia con un virus llamado Covid-19 que sucedió en 2020. Yo tenía 11 años, parecía un año como otro cualquiera, pero el 13 de Marzo lo cambió todo y no para bien; nos dijeron que nos tendríamos que quedar en casa confinados 15 días. Nos alegramos porque íbamos a estar descansando sin escuela y nos lo tomamos como vacaciones, pero en verdad, no fue así. Pasados esos 15 días nos comunicaron que el confinamiento se había alargado y no se sabía para cuanto tiempo. ¿Qué creéis que sucedió? Pues que nuestras casas se convirtieron en escuelas. Profesores, alumnos y familias tuvimos que aprender a trabajar con las tecnologías. Se fueron tomando medidas de seguridad como la mascarilla, horarios, distancias, no poder ver a tus amigos y familiares…y así durante muchos meses. Como os imaginareis fue un verano muy distinto, no hubo días de parque, piscina, playa ni fiestas de mi pueblo. En septiembre entramos a la escuela, fue bastante distinto ya que teníamos que seguir muchas medidas de seguridad. Seguían pasando los meses hasta que empezó la navidad, el virus iba empeo-

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rando así que una de las medidas de seguridad fue no juntarnos con nuestras familias. Esas navidades fueron mucho más distintas que las anteriores, pero en el fondo me lo pase bien. Todo el mundo deseábamos que el 2021 fuese distinto, y aunque no empezó nada bien porque seguía habiendo muchos contagios hubo una gran noticia: los científicos habían sacado una vacuna contra el virus. Asique todo lo que empezó como unas vacaciones, acabo siendo una desgracia. Pero como sabéis los finales felices existen, y el 2022 gracias a los científicos, médicos etc. todo fue a mejor, el virus desapareció y poco a poco todo volvió a la normalidad.

12-2-2070 Hola, soy Aurora y este es mi trabajo para la clase de lengua. Os voy a contar una historia que nos contó mi abuela que les tocó vivir cuando ella tenía mi edad. Todo empezó en China en diciembre de 2019 con unas personas que cogieron un tipo desconocido de neumonía. Nadie le dio importancia, hasta que rápidamente empezó a extenderse. Después llego el año 2020. El virus se expandió hasta Estados Unidos, los primeros casos en Europa fueron en Francia, y poco a poco por todo el mundo. En enero ya se habían superado las 170 muertes por coronavirus y en febrero las 2.000. Mi abuela no sabía lo que era una pandemia hasta que el coronavirus o Covid19 se expandió por todo el mundo. El día 16 de marzo los confinaron a todos en sus casas. Mi abuela paso el confinamiento en Tauste, en la casa de sus abuelos. Como mi abuela tenía que seguir estudiando, utilizaron la tecnología. Las clases las hacían por videollamada. No se podía salir de casa, solo para ir a comprar. Durante los días se organizaban para no aburrirse; por la mañana desayunaban y se ponían a hacer las actividades del

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La entrevista mundial más esperada RAÚL MARCO PALACIOS SEXTO PRIMARIA CRA LOS BAÑALES CASTILISCAR Por fin, la entrevista más esperada, más buscada por todos… la que todos y todas queremos leer. La revista Ágora la ha conseguido en exclusiva. Hoy les traemos la entrevista al Covid 19. TELEVISIÓN: Buenos días a todos, estamos aquí en Antena 8 noticias, hoy le vamos ha hacer una entrevista al señor COVID 19, comenzamos: TELEVISIÓN: Hola, señor, ¿Cómo se llama? COVID: Me llamo Covid o también me llaman Coronavirus. TELEVISIÓN: ¿Cuántos años tienes? COVID: Tengo 1 año.

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cole, y por la tarde hacían ejercicio, algún pastel o lo que sea para que estuviesen entretenidos. Todo el mundo estaba triste; dejo de ir la gente a eventos deportivos, se anularon todos los conciertos de música, no se podía viajar, ni ir a cines, teatros, etc. Pasado un tiempo los dejaron salir, pero con restricciones; mascarilla obligatoria, horarios por edad, no tener contacto con otras personas etc. Los laboratorios trabajaron sin parar para encontrar vacunas para la gente. En los colegios se iba a clase con mascarilla, diferentes horarios para entrar y en los recreos no te podías juntar con otros cursos. Algunas de las actividades fuera del colegio, dejaron de hacerse por miedo a posibles contagios. Por lo general la gente hizo caso a todas las medidas, aunque algunas personas no se lo tomaban en serio. A finales de año, después de muchos contagios y muchas muertes, se empezó a vacunar a la gente y poco a poco todo fue volviendo a la normalidad.

TELEVISIÓN: ¿Has contagiado a mucha gente? COVID: Sí, he contagiado a muchísima gente. Millones de personas, soy un triunfador. TELEVISIÓN: ¿Y matado? COVID: También. Llevo la muerte a las personas mayores, sobre todo. TELEVISIÓN: ¿Solo contagias a humanos? COVID: No. También puedo con algunos animales. TELEVISIÓN: ¿Y si no contagias? COVID: Pues tengo mucha hambre. Tengo siempre mucho apetito. TELEVISIÓN: ¿Y cuándo matas? COVID: Pues me quedo tranquilo y no contagio ni mato en bastante tiempo. Esto va a rachas y olas. TELEVISIÓN: ¿Y por qué contagias a humanos? COVID: Porque me gusta TELEVISIÓN: ¿Qué opinas sobre la vacuna? COVID: Muy mal, porque yo también quiero comer y vivir como hace cualquier otro ser vivo cualquiera. TELEVISIÓN: ¿Cuándo crees que te tendremos controlado? COVID: No lo sé, pero creo que eso ocurrirá dentro de poco. Bueno hoy es un día especial, hemos tenido una entrevista con el señor Covid 19 o también llamado Coronavirus. Ha sido un placer hacer la entrevista, gracias a ella hemos podido tener un poco más de información de la vida personal del señor Covid 19.

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Maldito bicho HÉCTOR LISO POLA 4º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS En enero de 2020 llegó un virus desconocido a nuestras vidas. Al principio cuando oíamos hablar de él en las noticias, mi tío me decía: —No te preocupes, sobrino, que este virus está en China y no llegará hasta aquí. Pero qué mala suerte, en pocos días llegó el Covid 19 a España. Cada día lo íbamos teniendo más cerca y también nos daba más miedo porque se veía lo peligroso y contagioso que podía ser.

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En marzo de 2020, cuando estábamos en el colegio, nos dijeron que recogiésemos nuestro material porque nos teníamos que ir a casa unos quince días y no podríamos salir para nada. Esta fue una de las peores noticias que he recibido. Hacer los deberes en casa y no poder estar con mis amigos me sentó fatal y todavía me puse más triste cuando se alargó todo el curso. Aunque este año no he podido ir de vacaciones, por suerte he podido ir algún día a la piscina con mi familia y jugar con algún amigo. Cuando se acercaba septiembre había dudas de si podríamos empezar el nuevo curso en el cole o en casa, pero por suerte hemos podido ir al colegio todos los días. Cada vez que un compañero no viene al cole, nos preocupamos por si es por culpa del Covid. Lo peor y más triste del curso es llevar la mascarilla durante todo el día y no poder celebrar el festival de Navidad en el Teatro de la Villa. Me encanta disfrazarme con mis amigos y que las familias vengan a vernos. A mis abuelos y a mi familia los estoy viendo muy poco y me da mucha pena no poder abrazarles y celebrar los cumpleaños como antes. Hoy, 27 de diciembre, hay tres vacunas para acabar con este virus. Mi deseo para el 2021 es que con estas vacunas derrotemos para siempre al virus y podamos volver a estar con nuestros amigos y nuestra familia todo el tiempo que queramos, sin miedo y sin mascarilla.

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Poesía 4.º, 5.º y 6.º Primaria PRIMER PREMIO

SEGUNDO PREMIO

CARLA GARCÍA 5º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS

VALENTINA DOBRINOVA 4º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS

Mi pijama esta mañana se levantó perezoso. ¡Vamos¡¡Levanta pijama! Que se te pegan los ojos.

Amable quiero ser, amigos de colores quiero tener, para con todos compartir la alegría de vivir.

Que no quiere levantarse, que se queda vagueando. ¡Venga, pijama, deprisa! Que el cole me está esperando.

Todo lo que necesitamos es hablar, así conseguiremos respetar las cosas que los demás quieren realizar. ¡Hablando todo se puede arreglar!

Me marcho a clase corriendo, lo dejo bajo la almohada. ¿Y sabéis qué? Cuando vuelvo, ¡Ya no encuentro mi pijama!

Todas las armas del mundo vamos a enterrar porque si entre nosotros reina la amistad, no las vamos a necesitar.

Pijama, pijama

¿Dónde te metes, pijama? No me vuelvas a enfadar de noche no hay quien te duerma, yo tengo que madrugar. Te he contado ya dos cuentos, cinco chistes y una nana. Mis ojos se están cerrando. ¡Me vuelves loca pijama!

La paz

Tanques lanzando flores quiero imaginar. No más guerras, sólo risas y felicidad porque la Paz del mundo vamos a disfrutar.

SEGUNDO PREMIO

Los ojos de mi madre MARCOS ABADÍA GARDE 5º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS . Los azules ojos de mi madre Son como el cielo y el mar Siempre que yo los miro Sé que me voy a calmar.

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concurso infantil

A veces estoy triste Otras estoy llorando Mi madre desde otro cuarto Sé que me está mirando. Los ojos de mi madre Son pequeños y agradables Miro su cara guapa Con ganas de hacer bondades. Yo siempre que la miro Me doy cuenta de lo mucho que la admiro Y me siento afortunado Porque es un gran regalo.

DIPLOMA

Éste no iba a ser un gran año NACHO MENA DOMÍNGUEZ 6º PRIMARIA CEIP RECTOR MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Algo me decía que éste no iba a ser un gran año, y pudimos comprobarlo al salir a la plaza del castaño porque no paraban de susurrar los habitantes de la ciudad. Escuché algo de un virus que brotó en China y que les estaba llevando a la ruina. Nadie le dio importancia hasta que se fue extendiendo con abundancia. Cruzando fronteras sin cesar este virus no deja ni descansar. Podemos decir al final que se trata de un problema mundial. Aunque hay mucho caos y locura han conseguido desarrollar la vacuna. No os preocupéis, el final llegará y podremos volver a la normalidad. Todos los besos y abrazos guardados por fin podrán ser liberados.

DIPLOMA

Maldito coronavirus LEONOR JIMÉNEZ BORJA 5º PRIMARIA CEIP CERVANTES EJEA DE LOS CABALLEROS El niño perdió su alegría, las familias los abrazos. Lo cercano se vuelve lejano, los hospitales colapsados. Cuánto daría por jugar sin distancias, sin horarios… Compartir mis cosas sin miedo a los contagios. ¡Maldito coronavirus! ¿Por qué no desapareces y nos devuelves la sonrisa que un día nos robaste? ¡Sí, nos la robaste! Nos amordazas con mascarillas como a los perros malos, pero ahí va la sorpresa: la vacuna ha llegado. Vas a desaparecer. No quedará de ti recuerdo, ni siquiera un “Érase una vez” … Tu fin lo proclamamos. Lo perdido será esperanza. Lo imposible alcanzado. La tristeza alegría. Y mis recuerdos de ti, olvidados.

DIPLOMA

Vamos a poder con esto CELIA URBÓN CATIVIELA 5º PRIMARIA COLEGIO NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES EJEA DE LOS CABALLEROS Yo lucharé para que el Covid no esté, sé que esto es duro pero yo pondré mi orgullo. Si todos ponemos nuestro esfuerzo para que esto se pueda acabar todo esto se va a solucionar.

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Hay personas que lo tienen y están pasando mucho dolor, así que os pido que por favor pongáis vuestra colaboración. Para ayudar a esas personas que lo están pasando tan mal, en el día a día hay que luchar, porque con el virus vamos a acabar. A enfermeros, a enfermeras y mucha gente que está luchando para vencer. A todas esas personas se lo vamos a agradecer, para que esta batalla podamos ganar, a ellos les vamos a apoyar. Vamos a salir de ésta, no nos rendiremos, nosotros seguiremos. Aunque esta pandemia sea larga no nos tenemos que rendir para que esto en el futuro no nos vuelva a ocurrir.

DIPLOMA

Confinados JESÚS VILLA RODRIGO 6º PRIMARIA CRA LUIS BUÑUEL

concurso infantil

Hay gente que no pone de su parte, pero se darán cuenta de que este virus es importante.

Todo era raro todo voló llegó la pandemia y el gobierno nos confinó. Todo eran llantos y mi móvil sonó eran mis amigos y mi ánimo cambio. Hidrogel en las manos eso me asustó quería dar abrazos pero el Covid me paró.

DIPLOMA

Una mañana en el colegio MARCOS DORADO CLEMENTE 4º PRIMARIA MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Voy al colegio cada mañana, Mi profesora se llama Ana, voy con mi mochila y me coloco en la fila. Saco regla, bolígrafo y sacapuntas y separamos las mesas que están muy juntas. Me siento de medio lado y me quedo congelado. Porque abiertas están las ventanas y hace frío por las mañanas. Presté mucha atención porque las mates me gustan mogollón. En el recreo corrí mucho me cansé, sudé y pensé cuando llegue a casa me ducho.

Amor, alegría ternura y abrazos les dijimos adiós llegando el 13 de marzo.

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concurso infantil

DIPLOMA

Cuando alguien se pone triste MARCOS CIUDAD SANJUAN 5º PRIMARIA CEIP MAMÉS ESPERABÉ EJEA DE LOS CABALLEROS Cuando un niño se pone triste Juega con él y que se despiste Cuando una niña se pone triste Juega con ella y cuéntale un chiste Cuando papá se pone triste siéntate a su lado y comeros un helado Cuando mamá se pone triste dale un beso y comeros un queso Cuando un amigo esta triste dale un abrazo porque es un regalazo El resultado es fabuloso ni te lo imaginas Porque tener tristeza, es peor que tener anginas.

DIPLOMA

Irreal MARTA BAIGORRI LADRERO 6º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS La navidad para mí: días de familia, risas y felicidad. Pero este año, nada ha sido igual. Todo diferente, Todo irreal. La navidad para mí: Luces, brillos, colores, música. Todo diferente. Todo irreal. 218

DIPLOMA

La nieve ÓSCAR MARTÍNEZ GONZÁLEZ 4º PRIMARIA CEIP FERRER Y RACAJ EJEA DE LOS CABALLEROS Hoy con la nieve, feliz me siento. Apenas llueve, allá de donde vengo, el sol brilla mucho y hace calor la mayor parte del tiempo. Hoy con la nieve, hago ángeles y muñecos. Con este frío, un montón me divierto. Las calles se ven todas blancas, como de algodón las siento. No me cansaré de la nieve. Después, en casa me meto, y siento el mismo calor de allá de donde vengo.

DIPLOMA

Varias cosas sobre mí ÁLVARO MALÓN ARTÚS 4º PRIMARIA CRA LOS BAÑALES SÁDABA Me llamo Álvaro Malón Soy un chico muy juguetón Me gusta tocar la trompeta Y montar en bicicleta En mi casa monto legos Y con ellos hago juegos Me divierto un montón Porque mola mogollón Así yo paso el rato Todos días en mi cuarto Espero que os haya gustado La poesía que os he relatado.

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Concurso juvenil 2021 Narrativa 1.º, 2.º y 3.º ESO PRIMER PREMIO

La peor pesadilla DANIELA GALLIZO LOZANO 2º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS ¡¡Abuelito, abuelito, buenos días!! ¿Qué tal? ¿Qué haces? ¿Ya has desayunado? ¿Estas con la abuelita? Picotéale la nariz de mi parte, y le das mil besitos de codorniz ¿Descansaste bien? Yo no descanse bien, ayer oí a mama hablar por teléfono con una amiga algo triste y desesperada, decía que su jefe probablemente la despediría y que la cosa no pintaba muy bien, me acosté algo inquieta y nerviosa. Creo que tuve una pesadilla horrible o una triste realidad, no podía verte, tocarte, sentirte, besarte, acariciarte… Tampoco a la abuelita, ni a mis amigos, tíos y primos, pero no solo eso, también estábamos encerrados en casa durante MUCHO tiempo. Cada día me asomaba a la ventana, las calles estaban vacías, vi nevar, vi llover, vi las hojas caer y también mi jardín florecer. Las aulas se trasladaban a casa, algo agazapado y silencioso como un amigo invisible se sentía y se respiraba en el ambiente, palabras de fondo oía que muchas de ellas jamás habría escuchado antes, covid-19, sars-cov-2 , epis, uci, erte, pandemia, neumonía, epidemia, confinamiento, virus, aislamiento, Wuhan, fiebre, papel higiénico, 99 días, crisis, paralización, ambulancia, teletrabajo, cuarentena, gel hidroalcohólico, mascarillas, guantes, toque de queda, distancia social, residencias, mayores, desescalada, economía, tristeza, pena, dolor, alcance, dureza, endurecimiento, sanitarios, incidencia, pcr, fase uno, dos, tres…, MIEDO, MIEDO, MUCHO MIEDO… Me sentía entre cuatro paredes encerrada en mí misma y sin escapatoria alguna, como aquellos días tan malos que pasaste en el hospital.

—Abuelito, abuelito, ayúdame a salir de este angustioso sueño si lo es, te necesito. —Pequeña codorniz… No te sientas mal, todo tiene solución y seguro que un final feliz, no te quedes con las cosas malas, mira el lado positivo, has pasado mucho más tiempo con tus padres que nunca antes podías, has conseguido que tu padre bailara, has aprendido a hacer las torrijas más buenas del mundo, cantaste como nunca con tus vecinos, incalculables videollamadas con tus seres queridos y cantidad de retos cada día. aún me acuerdo de ver tu cara llena de harina en la foto que me enviaste… Hay que tener fe e ilusión por recuperar la vida que teníamos, «lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que sabemos cambia lo que vemos» según decía J.Piaget, como personas que somos debemos abrirnos al mundo y llenarnos de enseñanzas que nos permitan enfrentarnos a lo que venga y salir de ello con éxito y orgullo Pequeña codorniz, piensa las palabras con las que te quedarías de tu «sueño». —Lo voy a intentar, abuelo, solidaridad, silencio, vecinos, amigos, tik tok, bailes, risas, vacuna, retos, cultura, música, canciones, gimnasia, tiempo en familia, libros, entretenimiento, menos contaminación, juegos familiares, redes vecinales, festivales online, bingo con los vecinos, ABRAZOS MUCHOS ABRAZOS y sobre todo aprender a quedarse con lo bueno de la vida… —Abuelito, abuelito, recuerda que el día 9 tienes cita con tu enfermera para ponerte la vacuna, nada más que termines llámame y quedamos en el parque donde juegas a la petanca, que seguro que tienes MUCHAS ganas. ¡Pero no te olvides de venir con la yaya! TENGO DEMASIADOS ABRAZOS RESERVADOS… Codorniz

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concurso juvenil

SEGUNDO PREMIO

La muerte SENDA SANZ LAHUERTA 2º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Soy la primera habitante en la tierra, la primera y la más temida. Incluso los grandes dioses griegos me temían. Soy protagonista en muchísimas pandemias como la peste, el cólera, la gripe española y la gran pandemia del Covid-19. Protagonista para millones de familias con miedo a perder a sus seres más queridos. Yo soy la muerte, la famosa muerte. La gente no me puede distinguir, ya que puedo parecer cualquier persona del montón; pero en mí hay una angustia: todo aquel que se me acerca, o desarrolla algún tipo de sentimiento hacia mí, muere. Les confieso que estoy cansada, cansada de llevarme a tantas personas. Puede parecer que no tengo sentimientos, pero en verdad sí los tengo; aunque no los sepa expresar: eso duele. Llevo desde marzo sin parar y ya no puedo más. En realidad, no vengo a hablar concretamente de mí, vengo a hablar de las personas a las cuales me tuve que llevar y me resultaron más traumatizan tes. Él se llamaba Ángel, padre de cuatro hijos y abuelo de siete, viudo hacía más de veinte años. Ángel tenía ni más ni menos que 95 años. Vivía en una residencia de Zaragoza; en general la pandemia la pasó bien, no se produjo ningún caso en su residencia. Cuando por fin dejaron salir a la gente, él estaba muy contento e impaciente, ya que vería de nuevo a sus queridos nietos. Durante la cuarentena, claro, hizo videollamadas con ellos, pero lo que más añoraba era su cálido abrazo. Cuando los nietos entraron por la puerta corriendo a ver a su yayo Ángel, este estaba demasiado feliz como para pensar en otras cosas. Después de dicha visita surgió un brote en la residencia donde vivía Ángel. Por desgracia él cogió el Covid. Al principio no sintió nada, hasta que los tuvieron que ingresar en el hospital Miguel Servet. Rodeado de máquinas y de tubos por todos lados. Aunque por suerte él no se enteró de mucho. Cuando se despertó se encontró a sus queridos nietos a los que veía a través de un cristal que los separaba. Ahí es cuando entro yo en escena. Me encontraba sentada en una silla al lado de él; por

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supuesto nadie me veía, como os he dicho antes puedo hacer que nadie me vea, pero Ángel sí que me podía ver... Como no me había visto antes me preguntó quién era, y yo, con una carcajada, le contesté que era la muerte y que venía por él. Él, de repente, se puso a llorar y dijo que me estaba esperando, me preguntó si la muerte dolía. Le expliqué que no. Le extendí mi mano y él, sin pensarlo, me la agarró. Cuando se levantó le expliqué que ya, ya estaba, ya había pasado todo. Salimos de la habitación y un puñado de médicos entraron a la sala y explicaron a la familia que Ángel había muerto. Mientras tanto, los dos salíamos del hospital y me tuve que despedir, porque al otro lado estaba la difunta mujer de Ángel. Por fin se reunieron.

DIPLOMA

Imperceptible SONIA GÓMEZ LES 2º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS ¡Hola! Sí, estoy bien. Esa era la mentira que Eloy, un chico de un pueblo corriente, pronunciaba día tras día. Era posiblemente el chico más risueño y amable de todo el pueblo y siempre estaba ahí para ayudar a los demás. Pero lo que nadie sabía de él era que su vida no era para nada como parecía, porque a pesar de todo lo que llevaba viviendo varios años, nunca dejó de sonreír. Una tarde quedaron en la plaza como siempre solía hacer con sus amigos. Esa tarde todos los demás habían planeado irse al pueblecito de al lado que tenía un centro comercial muy grande para jugar a las máquinas y a los videojuegos. A cada uno de ellos les iban a llevar sus padres en coche, pero Eloy sabía que a él nadie le podía llevar. Preguntó a sus amigos, pero no cabía en el coche con ninguno. Por no hacerles el feo, Eloy decidió acercarse corriendo hasta aquel pueblo. Corrió 6 km sin parar hasta que por fin llegó. Al llegar, iba despeinado, manchado y lleno de sudor. Sus amigos llevaban ya un rato allí. Estuvieron un buen rato jugando y corriendo por el centro comercial. Cuando se cansaron de jugar fueron a la tienda de chuches y al

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entrar vieron que estaban los chicos más malos de todo el colegio, Mark y Sam, los cuales eran tan fríos que no sentían empatía por las personas ni temían al decir cualquier cosa que pudiera herir sus sentimientos. Sam se acercó a Eloy, se le quedó mirando unos segundos y se echó a reír a carcajadas; después de un minuto de reloj sin parar de reír soltó: —¿Qué pasa? ¿Es que te ha atacado una hondada de pájaros la cabeza? ¿O es que tus padres tienen tan poco dinero que no tienen ni coche? Ja ja ja ja Y Mark empezó a reírse con él como siempre que se metían con alguien. Eloy estaba más que acostumbrado, así que no permitió que le quitaran la sonrisa de la cara. No le dio importancia y siguió escogiendo sus chuches. Pasados unos cinco minutos, Eloy empezó a escuchar una voz que decía su nombre, se dio la vuelta y vio a su tía Susan mirándole con una mirada no muy alegre y le dijo: —Eloy, los padres de tus amigos me dijeron que estarías aquí, venga despídete que nos tenemos que ir. —¿Por qué? Son las cinco y media ¿no me puedo quedar un rato más? —No, Eloy, tu madre acaba de fallecer ahora mismo, el tumor se le ha expandido rápidamente por todo el cuerpo y no han podido hacer nada. Tenemos que ir al hospital, nos están esperando los primos y el tío y luego tenemos que ir a cambiarles las flores a papá y a los abuelos. Tras escuchar las palabras de su tía, a Eloy se le puso la mirada más oscura y una lágrima empezó a descender por su rostro cayendo al suelo seguida de muchas otras más. En ese momento se le vino el mundo encima igual que hacía tres meses, cuando falleció su padre. Todos se quedaron atónitos al escuchar a Susan, incluso Mark y Sam, que seguían todavía en aquella tienda y habían escuchado todo. Sus amigos estaban sorprendidos al darse cuenta de la vida que había estado llevando su amigo y ninguno de ellos lo sabía. Porque a pesar de todo, era un niño que aparentaba ser realmente feliz y ayudaba a los demás cuando el único que necesitaba cariño y atención en esos momentos era él. Mark y Sam le pidieron disculpas por lo que le habían dicho y sus amigos llenos de pena le abrazaron con los ojos brillantes y humedecidos. Eloy se subió al coche y se fue con su tía con la cabeza gacha y la cara repleta de lágrimas. A partir de ese día, Mark y Sam cambiaron como personas y no se volvieron a meter con nadie nunca más, porque aprendieron que las apariencias enga-

ñan y por muy feliz que haga parecer ser una persona, por dentro puede estar realmente destrozada. Y no puedes saber el daño que puedes llegar a causar en alguien con lo que dices y haces. Sus amigos sentían admiración hacia la fortaleza de su amigo y desde ese día no le dejaron ni un minuto solo y le apoyaron día tras otro para superar algo que parecía insuperable.

DIPLOMA

La rosa dorada NAROAH GARCÉS NÚÑEZ 3º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Esta es la historia de una rosa dorada, pero no era una rosa cualquiera... Esta rosa tenía el poder de conceder tres deseos. Todo comenzó en la frondosa y muy antigua jungla tropical australiana de Daintree. Donde, con el paso del tiempo y las lluvias que solían caer, brotó una simple rosa de color rojo intenso. Era una rosa normal hasta que cierto día andaba por la zona un explorador que llevaba una poción con cierto aspecto que le hacía parecer de lo más exótica y mágica. La había encontrado en una cueva y no sabía qué sería capaz de hacer, así que decidió ir a ver a un científico que era amigo suyo. Pero de camino hacia allí un loro cruzó volando delante de él repentinamente y, sin querer, al explorador se le escapó la poción de la mano, voló por los aires y cayó al suelo, derramándose el líquido que había en el recipiente esférico sobre la rosa. Entonces la rosa empezó a teñirse de color oro. El explorador estaba boquiabierto, no sabía qué hacer, así que se fue corriendo por miedo a lo que pudiera pasar. El explorador regresó a su hogar y no quiso saber más de aquella rosa. Veinte años después, aquel explorador tuvo un hijo llamado Jorge, quien ya tenía 18 años. A este muchacho, cuando era más pequeño, su padre le contó la historia de la rosa, él cada año no dejaba de pensar en aquella rosa, deseaba ser mayor para emprender su viaje en busca de ella. Su padre nunca estuvo de acuerdo en que lo hiciera, así que planeó su viaje, escribió una carta explicando por qué se iba a sus padres y al cabo de unos días, emprendió su viaje.

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Jorge había oído la historia de la rosa dorada pero su padre nunca le había desvelado dónde se encontraba. Decidió buscar la ubicación por su cuenta, fuera como fuera. Su primer destino fue el bosque, acampó dos días y no encontró nada. Al día siguiente decidió ir a una playa que se encontraba en un pueblo no muy lejos de donde él vivía. Alquiló un bote y navegó hasta una isla muy próxima de la playa. Allí encontró una botella y dentro había un papel, para su sorpresa era...¡Una adivinanza! En ella ponía lo siguiente: «Si la rosa dorada quieres encontrar, el mapa has de hallar». Al leer aquello, Jorge decidió quedarse en la isla y buscar el mapa, estuvo un buen rato hasta que por fin encontró otra botella, allí dentro estaba...¡El mapa! Jorge conservó el mapa y la adivinanza en una misma botella y decidió marcharse de ahí porque la marea empezaba a subir. Afortunadamente, vio tierra a lo lejos y rápidamente llegó a una selva. Acampó allí para dormir y comer algo que llevaba en su mochila de la comida. Al día siguiente, le echó un vistazo al mapa y vio que no estaba tan lejos de su objetivo. Comió algo para obtener fuerzas y partió hacia la jungla tropical australiana de Daintree, su objetivo, donde de verdad esperaba encontrar aquella rosa dorada que le concedería tres deseos. Transcurrida una hora, por fin llegó. Esta vez no acampó porque sabía que la búsqueda no le llevaría todo el día, la jungla era muy grande, pero tenía el camino trazado en el mapa y para él era «pan comido». Jorge exploraba la jungla tropical con el presentimiento, que crecía cada vez más, de encontrar por fin aquella rosa mágica, cuando de repente a lo lejos, observa algo muy brillante, se acerca cada vez más y ya no había duda, ¡la rosa dorada era suya! La emoción de Jorge era inmensa, después de tantos años pensando en aquella rosa, escuchando hablar a su padre sobre ella... Y ya la tenía frente a él, gracias a su fino olfato, pudo oler un agradable olor que desprendía la rosa, algo que la hacía aún más atractiva. Llegó su momento, no podía esperar más, le iba a pedir sus tres deseos, los cuales había pensado muy bien durante todos los años que sabía de su existencia. Sus deseos fueron: Desaparición de cualquier virus (salud), paz mundial (no más guerras, conflictos o injusticias) y no más hambre en el mundo (cada año, desgraciadamente, hay muchas muertes debido al hambre). Después de terminar de pedir los deseos, la rosa empezó a desprender purpurina dorada, Jorge observaba

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sorprendido, entonces se juntó en forma de esfera, subió hacia las nubes y explotó pacíficamente, hacia todas las direcciones. Jorge quedó asombrado y podría confirmar que ha sido de las cosas más bonitas que ha visto en su vida. Por fin, reaccionó y decidió arrancar la rosa dorada y llevársela de recuerdo, total, nadie le daría más uso y sería un sorprendente y bonito regalo para su padre. Él, con seguridad en su corazón de que aquellos deseos se habían cumplido, regresó a casa con su familia. Si la rosa dorada fuera real, el mundo sería mucho mejor sin duda. ¿Qué deseos le pedirías tú?

DIPLOMA

El confinamiento JULIA AGUILAR CORTÉS 1º ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Blanca es una niña de 12 años que vive en Ejea de los Caballeros, su pelo es rubio y rizado, sus ojos azules intensos y no es muy alta. Es cariñosa, alegre, divertida, estudiosa y ordenada, le gustan mucho los animales, jugar con sus amigas, con sus padres, aunque ellos no están muy a menudo en casa y estaba contando los días para convertirse en hermana mayor ya que su mamá estaba de 7 meses de embarazo. Un día mientras Blanca jugaba en el parque, sus padres le dieron una mala noticia: una enfermedad muy peligrosa llamada Covid 19 había llegado a nuestras vidas, por las noticias habían anunciado que toda España estaría confinada por lo menos unos 15 días. Blanca no sabía lo que significaba estar confinada, no sabía lo que iba a pasar, no sabía lo grave que era una enfermedad de ese tipo…con todas estas ideas en la cabeza tuvo que ir a recoger todos sus libros y cuadernos al colegio. De ahora en adelante todos los niños y niñas ya no irían a clase, se conectarían en videollamada junto con sus compañeros y sus profesores, sus padres ya no irían a su puesto de trabajo, la mayoría de los adultos trabajarán desde sus casas Los días pasaban y para Blanca ya era una rutina ver a sus padres cada mañana enfrente de una pantalla, ya sea el móvil o un ordenador trabajando, a

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ella no le gustaba nada la nueva forma de estudiar era más llevadero ir a clases, ver a sus compañeros, volver a su vida. Por buscar algo positivo entre tanta locura, Blanca encontró en los aplausos de las 20:00 un ratito de felicidad: sus vecinos ponían música y hasta alguna vez habían hecho un bingo sorteando papel higiénico y pasándolo con una cuerda de balcón a balcón, también cada día después de cenar jugaban o veían películas y esos momentos con su familia la hacían sentirse muy feliz. Lo que iba a durar 15 días se convirtió en 3 meses de confinamiento, tres meses de una vida paralizada que a Blanca desesperó en muchos momentos y entre tanta locura vino a este mundo su hermanita Paula. Su nacimiento no fue como lo esperaba, no podía salir a pasear con ella, no podía llevar a sus amigas a casa a que la vieran, no podía acompañar a sus padres al médico a las revisiones…estaba feliz por tenerla con ella, pero una parte de ella estaba triste. Y por fin llegó el día de salir a la calle, el gobierno había levantado el confinamiento y aunque con mascarilla Blanca y sus padres salieron a pasear a Paula y a enseñarle toda su ciudad, mientras paseaba empujando el carrito de su hermana a su mente llegaban muchos momentos vividos estos tres meses y llego a la conclusión de que el confinamiento no había sido tan malo, había podido disfrutar de sus padres y los había unido más que nunca como familia.

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Poesía 1.º, 2.º y 3.º ESO PRIMER PREMIO

Abuela, no te he olvidado. No te abrazo y no te beso. Te quiero cuidar. Vete. Abuela, no te he olvidado. No te abrazo y no te beso. Te quiero cuidar. Vete La máscara que me tapa la boca, me deja solo ver ojos tristes. Busco sonrisa y no las encuentro. Vete Ventanas abiertas, corazones helados. Se escapan palabras. Desaparecen ilusiones. Vete No más muertes, no más llantos. Quiero vivir, quiero que vivan ¿Cuándo te vas a ir? Vete, Vete, Vete y no vuelvas.

Alma cansada Mª ISABEL CALERO FERNÁNDEZ 1º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALEROS Tengo el alma cansada de llevar esta mochila tan pesada. Tengo el alma cansada de no poder sonreír al viento. Tengo el alma cansada de llorar en silencio. Tengo el alma cansada de no poder respirar ni el aire de la mañana ni el del despertar. Tengo el alma cansada de que el sol no vea mi rostro, de que mis ojos sean mi boca, los que hablan, los que responden. Tengo el alma cansada de no poder acariciar la carita y las manos suaves de mi abuela al despertar; agarrarla fuertemente como se agarran las raíces de un árbol en su tierra.

DIPLOMA

Libertad ANDRÉS FAU ARILLA 3º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

SEGUNDO PREMIO

Vete

CARLOS CLEMENTE AZNÁREZ 2º A ESO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS

La libertad es un bien ansiado por todos. Significa aire y vuelo, paloma y cielo; libertad de todos modos.

Hace meses que sentí tu presencia. ¿Por qué no me preguntas? No quiero que te quedes. Vete. Si te acercas siento miedo, Encerrado ya no puedo salir. Mi habitación, mi cárcel. Vete.

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La libertad es algo tan preciado que solo nos damos cuenta de su presencia cuando nos la han arrebatado. Su vacío nos hace sentir tristeza pero la libertad siempre vuelve, prospera, resurge, con aires de grandeza. Y es que la libertad la marcamos nosotros, cuando nuestro aire y vuelo, paloma y cielo, es perjudicial para otros.

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DIPLOMA

La alegría de la desgracia OMAIMA EL GHAZOUANI NOUREDDINE 3º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Mientras unos luchaban sin parar y trabajaban sin cesar, otros en sus hogares estaban confinados con el miedo a contagiar. Nadie sabía qué iba a pasar, nadie sabía qué iba a ocurrir, era algo muy difícil de pasar y que nadie vio venir.

concurso juvenil

Últimamente nos han privado mucho de ella y encerrados en nuestro nido, hemos aprendido a valorarla como a un ave bella. Libertad; aire y vuelo, paloma y cielo, a ti, te grito, nunca nos abandones. Como un pájaro nunca deja a su nido.

DIPLOMA

Mi tormento SHEILA GARCÉS 1º ESO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Me atrapó como una tormenta de verano envuelta en un llanto de truenos y rayos. Me tapó la boca y me empapó las manos encerrándome en casa, con mi hermano. Ola a ola fueron llegando y todo se iba nublando. Al cole con bufanda y mascarilla cogía forma mi peor pesadilla. La lluvia sucia que no descansa embarraba todo a sus anchas. Las UCIS se iban llenando y muchas almas nos iban dejando. Por fin la vacuna ha llegado despejando la tormenta que se ha formado. Dando rienda suelta a mi sueño más anhelado.

Aprendimos a llevarlo todo al día con la máxima alegría y descubrimos un nuevo y alegre rincón que sin duda es nuestro balcón. El mundo era una película de terror; calles vacías sin su aire abrazador, parques solos sin un solo jugador, plazas silenciosas sin furor. Era una imagen triste y llena de dolor. Dolor que albergaba todo corazón por vivir un cuento de ficción, donde los besos y los abrazos, son un mal uso de razón. Cambiamos los dulces abrazos por tiernos codazos, aprendimos a sonreír detrás de una tela aunque parezca un cuento de novela. Durante todo este tiempo sufrimos, lloramos, reímos, pero sobre todo aprendimos a nunca rendirnos. ágora n.º 18 — revista de cultura, ensayo y creación literaria

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Narrativa 4.º ESO · Bachillerato PRIMER PREMIO

Textos distantes CRISTINA LABORDA SAGASTE 4º ESO IES REYES CATOLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Hace unos días, revisando los textos que escribí durante el confinamiento, descubrí el gran número de veces que repito algunas frases. Cuando empecé a leer no sabía por qué podía ser, quizá es que no estaba lo suficientemente concentrada en ese momento, o es posible que estuviera haciendo otras cosas, pero más adelante me di cuenta de que no eran ninguna de las razones anteriores. Algunas de las frases que más se repiten eran: «¿Cuándo se va a terminar esto?», «La verdad es que no sé muy bien qué es este virus», «Me gustaría recuperar mi vida normal». Al leer estas frases tan repetitivas me he dado cuenta de lo ignorante que era; en ese momento no era consciente de lo que estaba viviendo, de lo que estaba ocurriendo en el exterior, y, sinceramente, creo que aún no lo soy. Todas esas cifras que aparecían constantemente en la televisión son personas, personas que han fallecido, personas que se han infectado, personas a las que les han quedado secuelas de por vida, todas esas cifras y porcentajes son personas y esas personas podríamos ser nosotros. Sinceramente, nunca seré capaz de asimilar lo que hemos vivido, hemos vivido en un momento histórico y parte de nuestra vida pasará a la historia: nosotros seremos historia. Al contrario de las frases anteriores, me he fijado en una palabra que no es repetitiva, es más, aparece escrita en muy pocas ocasiones pero se puede presenciar en la mayoría de los textos. Se trata de la palabra distancia, pero no de la distancia que todos conocemos, no de la distancia que podemos medir, ni de la distancia que nos separa de las personas, si no de la distancia que podemos sentir en nosotros mismos. El sentimiento de distancia era de angustia, no sabía de qué se trataba, no sabía por qué estaba triste o por qué lloraba sin motivo aparente,

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pero cada vez me sentía más lejos de mí misma. Me sentía más lejos de lo que era, más lejos de mi familia y de mis amigos, del resto del mundo. Sentía un vacío emocional y una soledad incapaz de ser rellenados, cuánto más tiempo pasaba, más distante me sentía de mí misma. Como ya sabemos la palabra distancia es un sustantivo abstracto. Pero en mi caso se estaba transformando en algo concreto, algo tangible, como si fuera una cuerda de la que pudiera estirar en cualquier momento y llegar al final, pero por mucho que estiraba nunca llegaba hasta el cabo. Las tareas, el agobio constante, el impedimento de salir a la calle, la ignorancia de la situación... tiraban de un extremo, pero esos ratos relajada leyendo un libro antes de dormir, haciendo deporte, saliendo a la terraza a tomar aire y simplemente escuchar el silencio, esos ratos tiraban del otro extremo, parecía que la cuerda estaba más cerca del extremo hasta que por fin un día la cuerda se rompió. Poco a poco me fui dando cuenta de que no se trataba de tirar hasta llegar al otro extremo, se trataba de romper la cuerda, romper esa distancia para poder encontrarme a mí misma y encontrar una estabilidad. Rompiendo la cuerda llegó la paz, la estabilidad, la libertad, la relajación, por fin llegó la calma.

SEGUNDO PREMIO

Un cuento de hadas INÉS LARRAGA AGUERRI 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Érase una vez, miles de años atrás, cuando la gente confiaba la una en la otra y las flores crecían silvestres de vivos colores donde fuera que miraras, existía un hermoso castillo.

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Era un castillo enorme y realmente magnífico, casi parecía una catedral gótica ya que prácticamente carecía de muros, todas sus paredes estaban cubiertas de vidrieras que contaban fantásticas historias de dragones y héroes, príncipes y princesas, hadas y elfos y demás criaturas fantásticas que habitaban en el reino. En él todos vivían felizmente, en completa armonía los unos con los otros y con la naturaleza. Tal era la belleza del castillo y de los habitantes que allí vivían, que los astros no dejaban que las nubes se acercaran pues querían ver siempre el castillo. Una noche ocurrió algo, algo que perturbó la tranquilidad del castillo. Era una noche extrañamente brillante, la luna llena iluminaba el castillo como lo había hecho el sol unas horas antes, y las estrellas pululaban alegres y ansiosas a su alrededor brillando con más intensidad que de costumbre. No solo los astros parecían advertir lo que iba a pasar, los animales nocturnos también parecían inquietos. Un zorro pasó merodeando impaciente varias veces alrededor del castillo, unas lechuzas se posaron en árboles frente a sus cristaleras, con sus grandes ojos mirando hacia su interior e incluso algunos lagartos se acercaron para posar sus cuerpecillos sobre las paredes. Estaba a punto de suceder, la reina iba a dar a luz. Acostada sobre su hermoso lecho rodeado de enredaderas y delicadas flores violetas estaba concibiendo a su primogénita. Los mejores médicos de todo el reino se habían ofrecido para ayudarle en el parto, no obstante, ella decidió hacerlo sola, era un acto demasiado íntimo para compartirlo con nadie. Sin mucho esfuerzo la niña vino al mundo y creció feliz y sana, fue una niña encantadora y obediente. Para todo el mundo tenía una sonrisa reservada, una sonrisa genuina, de esas que solo los niños pueden tener. Cuando cumplió los 16 años, se celebró una gran fiesta en su honor a la que todos los habitantes del reino acudieron, desde la más pequeña de las hadas al más grande de los gigantes, todos para ver a la hermosa princesa. Realmente, aunque no dejaba de ser una niña ya se podía intuir su futura belleza. Caía sobre su blanco y etéreo vestido una larga melena pelirroja ligeramente rizada. Su rostro de un tono moreno claro ostentaba unos labios rellenos, una nariz algo ancha y unos grandes ojos verdes. Estaba espectacular, y así se lo hicieron saber los invitados, a lo que ella respondía con una gran sonrisa y un educado agradecimiento.

La princesa era feliz, al igual que todos los habitantes del reino, pero sabía que había algo diferente en ella. Se sentía feliz ¿por qué no habría de estarlo? Todo el mundo la amaba y la trataba bien. Ella, a su vez devolvía todo ese amor, realmente quería a todo el mundo por comportarse tan bien con ella. No obstante, había un problema. Algo le oprimía el pecho y no podía llegar a comprender que le pasaba. Tras algunas dudas decidió contarle el problema a su madre. La reina, preocupada por la salud de su querida hija, mandó llamar a todos los médicos del reino para que curaran a su progenitora. Durante largos meses se sucedieron las visitas de numerosos médicos. Después de hacerle varias pruebas a la princesa todos concluían de la misma manera, la niña estaba sana. Pero por más que lo dijeran ella no acababa de sentirse bien. Uno de esos fatídicos días en los que se sucedían tantos médicos, a la princesa le costaba recordar todas sus caras al final del día. Cuando ya estaba anocheciendo, llegó el último doctor de la jornada. Era una elfa de belleza peculiar, pelo morado, piel clara y finos rasgos. Sus largas y apuntadas orejas repletas de pendientes llamaron la atención de la princesa de inmediato. Su consulta fue muy diferente a la que todos los médicos anteriores le habían hecho, inesperada y sorprendente, algo refrescante después de tanta monótona repetición. La elfa no le midió las pulsaciones ni hizo ningún tipo de chequeo físico, simplemente se sentó y habló un rato con la princesa. Comenzó haciéndole preguntas tribales, cuál era su tipo de dragón preferido, si había viajado al bosque de las hadas alguna vez o si sabía montar en unicornio. No obstante, poco a poco las preguntas se tornaron extrañas y estas definitivamente consiguieron turbar a la princesa. Le preguntó quién era, qué era lo que más le gustaba, a lo que quería dedicar su vida, a qué tenía miedo, cómo se sentía... Aquellas eran cuestiones que nunca antes se había plateado, pero que de alguna manera le resultaron familiares a la princesa, como si hubieran estado en su mente, pero ocultas bajo un hechizo de invisibilidad. Al ver la elfa que la niña no podía responder a sus preguntas, le sonrió dulcemente y le hizo dos obsequios: un collar y una preciosa cajita mágica, repleta de dibujos de pequeñas hadas y coloridas flores. La princesa, extrañada aceptó los regalos y la médica se fue. Esa noche, cuando todo el castillo estaba dormido y la princesa estaba en su alcoba, miró con

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curiosidad sus regalos. Al alzar la mano para coger la cajita, una música comenzó a sonar, una muy diferente a la que había escuchado antes. No era feliz como la que los nomos cantaban ni triste como la de las ninfas, era mágica, y envolvente... Un sonido tan hermoso como peculiar. Sin darse cuenta sus articulaciones comenzaron a moverse y se encontró de repente bailando. Movimientos lentos y delicados, casi etéreos y enseguida se percató de que ya no sentía ningún dolor, por un momento dejó de existir el castillo y su futuro reinado, solo era consciente de su cuerpo y ella. Tan rápido como comenzó la música, finalizó. La princesa se miró al espejo posando su mirada en cada punto de su cuerpo y creyó empezar a entender las preguntas de la elfa, su gran magnitud. No obstante, seguía sin intuir sus respuestas. La princesa se despertó con el alba al día siguiente, más confundida que nunca. Se disponía a bajar al luminoso salón como todas las mañanas para desayunar con su madre, pero cuando estaba cerrando la puerta se acordó del otro regalo, el collar. No era del estilo de collares que solía utilizar pues este era mucho más llamativo, pero de alguna manera le pareció bonito y decidió ponérselo. Cuando bajó a desayunar su madre preguntó a la princesa inmediatamente qué era ese collar. Contrariada por la expresión de su madre, le explicó que había sido un regalo y que a ella le gustaba así que había decidido utilizarlo. La reina le replicó que era horroroso y que no se le ocurriera ponérselo de nuevo delante de ella. Llorando, la princesa fue corriendo a su habitación. Al mirarse de nuevo al espejo sintió como si rosas comenzaran a crecer en su interior, hermosas pero llenas de punzantes espinas. Ella no era «la princesa», nadie le había preguntado si quería serlo, ella era Yvory, una mujer repleta de miedos e inseguridades que no sabía ni lo que le gustaba porque nunca había tenido la oportunidad de probar un atisbo de libertad. No se lo pensó dos veces e Ivory cogió un par de vestidos, el collar y la cajita y sigilosa salió del castillo. Después corrió, corrió tan lejos como sus delgadas piernas se lo permitieron, sin mirar atrás. —Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¿Te ha gustado el cuento, cariño? —Sí, pero, mami, ¿qué es lo que le pasó después a la princesa? ¿Qué ocurrió con el reino? —Bueno, lo que le ocurrió fue que decidió aprender hechicería y se instaló en una pequeña

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casita a las afueras de un coqueto pueblo donde se dedicó a curar con su magia a la gente. También allí conoció a un muy guapo elfo con el que decidió tener a una hermosa niñita. —¡Como yo! —Sí, como tú. En cuanto al reino... la reina comenzó una gran búsqueda por todo el reino para encontrar a su hija, pero no consiguió encontrarla y decidió concebir de nuevo para poder dar continuidad a la monarquía del reino. —Espera un segundo, mamá, tú eres hechicera y papá es un elfo... ¡No lo puedo creer! ¡Tú eres la princesa perdida! —¡Shhhh! Será un secreto entre las dos, ¿promesa de meñique? —Promesa sellada.

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Tiempos de soledad MARTA GALLEGO RODRÍGUEZ 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Llevo años arrastrándome por el universo, consumiendo estrellas, dándole cuerda a la vida. Siempre he sido la gran villana de la humanidad, pero en el fondo saben que no habría vida sin mi existencia, y si la hubiese terminarían por dejar de desearla. Me han recibido con tristeza, con ansias, con miedo, con melancolía… Cada alma que recojo tiene un color, un olor, un brillo… Algunas parecen estar vacías, como si el tiempo inútil, se hubiese escurrido entre sus dedos, desgastándolos por dentro. Pero las almas que siempre me han pesado más son las que se hunden en soledad, añorando a los suyos, suplicando la oportunidad de susurrar un último adiós. No puedo evitar sentir cómo el mundo se torna frío y vibra más despacio, entre lágrimas cargadas de culpa y risas de indiferencia, aunque prefiero pensar que están llenas de ignorancia en vez de frivolidad y egoísmo. —Son tiempos de soledad, ¿verdad? —me pregunta la vida con una apagada sonrisa—. —Lo son.

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LUCÍA SESMA BERGES 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Maxi nació en 1913 en el seno de una familia humilde de Luna, un pequeño pueblo de las Cinco Villas. La segunda de seis hermanos e hija de Vitoriano, presidente de la UGT en su tiempo, cargo que le costó ser paseado por todo el pueblo hasta el cuartel de la Guardia Civil atado, con el objetivo de humillarlo tras haberse opuesto a los terratenientes por su oposición a la Reforma Agraria. Esto marcó la vida de Maxi, hasta el punto de que todo lo que transcurriría a partir de aquí siempre sería fruto de su ideología política. Día 26 de julio, del primer año de la Guerra Civil Española, Maxi ya casada con su marido Alejandro y con un hijo llamado Tomás sufre la llegada de unos hombres armados al pueblo de Luna. Estos hombres afines a Franco van en busca de los activistas políticos republicanos lo que hace que Vitoriano y su mujer huyan a Francia y que Alejandro tenga que echarse al monte. Maxi se queda en el pueblo y tiene que ver cómo se llevan en camiones a los muchos hombres que no les ha dado tiempo a huir, los cuales fueron fusilados a los tres días. Debido a esto, Maxi estaba en el punto de mira, así que Isidro y Paca, sus cuñados, conscientes de la situación le animaron a irse a trillar al campo unos días junto con su hijo Tomás. Sería allí a los tres días cuando Alejandro, que permanecía huido en el monte, fue a visitarla y se les comunicó que habían ido a buscarlos al pueblo y que debían huir. Casi sin poder pensarlo llegaron a la conclusión de que debían escapar, pero aquí tomó la primera y más dura decisión de su vida: dejar a su hijo en Luna a cuidado de sus cuñados. Ellos se refugiarían en el monte, en una fría cueva en la que pasarían el día escondidos y por las noches podrían salir a observar de lejos a Tomás. A los 17 días salieron de su cueva dispuestos a despedirse de su hijo y de sus cuñados pues debían ir hacia La Carbonera, el lugar donde se encontraban todos los refugiados de Luna y así fue. Sin posibilidades de volver al pueblo, los refugiados decidieron que lo mejor sería huir a Francia para salvarse; así que emprendieron su largo viaje.

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De nuevo, la vida vuelve a sorprender a Maxi, estaba embarazada. Se llegó al consenso de que los hombres se irían al frente y que las mujeres les esperarían en Barcelona. Nada más llegar ahí se vio la fortaleza de Maxi ya que la tacharon de prostituta a lo que ella respondió: «¿De verdad tenemos cara de mujeres de mala vida?», avergonzando de esa manera al hombre que la discriminaba. Hasta que estuvo embarazada de siete meses pasó el tiempo en Barcelona, demostrando otra vez más su valía al ir a un hospital militar en el cual solía ser increpada. Llegaron noticias de que las tropas franquistas habían tomado Aragón así que la mayoría de republicanos que vivían en Barcelona decidieron huir hacia Francia. Lo que no esperaba es que en medio de su huida daría a luz en el monte a su hija Armonía. Tras un duro viaje con su hija recién nacida y su marido Alejandro, llegó a Toulouse donde residían sus padres tras huir ya desde el principio de la Guerra. Se instalaron con ellos y Alejandro decidió seguir con la lucha en el frente de la frontera de los Pirineos. Ahí, Alejandro fue apresado, pero Maxi no lo dudó ni un momento y decidió recorrerse ella sola todos los campos de concentración en busca de su marido. Por suerte, en su búsqueda coincide con otro lunero que se decide a ayudarla y consiguen encontrar el campo de concentración en el cual se encontraba. Lograron sacar a Alejandro de ese campo por un agujero y así tras un duro camino de vuelta casa, la familia se reencontró, eso sí, siempre con la permanente ausencia de su hijo mayor, que tanto les entristecía. Se asentaron en Francia, pero enseguida llegó el rumor de que iba a zarpar un barco para refugiados españoles que los llevaría a América, la ilusión corría por sus venas hasta el momento en el que la policía tocó el timbre. Todo había sido una trampa, se los llevaban a los tres presos de nuevo a otro campo de concentración. La desesperación se apoderó de ellos hasta que sucedió un inesperado giro de los acontecimientos. Les hicieron llamar y les dijeron que su viaje empezaba, que se iban a México. Tomaron el barco, la alegría les recorría a pesar de sus horribles mareos. En México les acogieron como en casa y empezaron allí su nueva vida. Alejandro trabaja en el autobús escolar y Maxi empezó con su vocación, la cual era la peluquería. Ahí pasaron unos de los años de los años más felices de su vida a pesar siempre del recuerdo de Tomás. Tras diez felices años de

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sueño mexicano, Alejandro enfermó con unos terribles dolores de cabeza que le llevaron a quitarse la vida delante de su hija. Maxi entró en un bucle, sentía que su vida ya no tenía sentido sin él; así que sus vecinos le animaron a dar un cambio. Maxi aceptó y se preparó para su regreso a Francia con el objetivo de reunirse con Tomás después de 14 años y recuperar su alegría. Tras muchos esfuerzos para conseguir un barco de vuelta, ella y Armonía llegaron a Francia y ahí comenzaron otra nueva vida. Se pusieron en contacto con Tomás, el cual accedió a ir a Francia con ellas, aunque al principio Paca e Isidoro (los cuñados de Maxi) no estaban muy de acuerdo ya que lo sentían como un hijo. Tomás llegó a Francia y tras 14 años se produjo el esperado reencuentro. Tomás solo se iba a quedar un mes, pero finalmente acabo quedándose en Francia. Ahí conoció a Mercedes con la cual más adelante se casaría, al igual que Armonía que conoció a Antonio, un andaluz también exiliado con el cual se casó. En Francia pasó muy buenos momentos como el nacimiento de sus nietos, aunque también tuvo que vivir el fallecimiento de sus padres. Por fin llegó ese ansiado día, Franco había fallecido y se había decretado que todos los exiliados sin delitos de sangre podían volver a España. Maxi decidió que era el momento tras tantos años fuera de su país por fin iban a regresar tras su larga lucha. Se quedaron a vivir en Jaén y como ella misma dijo: «lloro, pero lloro de emoción, de alegría y de tristeza por todos y por el precio tan alto que habíamos pagado por decir las palabras: Viva la libertad y creo que todas esas vidas que segaron han servido para que sus hijos piensen como quieran y sean libres».

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El teléfono de los ausentes CELIA MARTÍNEZ MATEO 1º BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Con el invierno más que asomado, Matilde, una señora ya entrada en los cuarenta años, bajó del autobús y se quedó con la mirada fija en un cartel que decía «Telso» a 3 km. —Tenga cuidado señora, comento el chófer,— en este pequeño pueblo hace muchos días que solo habla el silencio. Matilde comenzó a caminar en línea recta, o por lo menos todo lo recta que podía ser, teniendo en cuenta que todo lo cubría la nieve haciendo de guía pequeños brotes de acebo que discurrían por las orillas del camino. Tras andar cargada con su equipaje y al entrar al pueblo se acercó a la escuela. No tenía más indicaciones que el saber que se encontraba al lado de la iglesia. Remontó tres pequeños escalones de madera que crujían como si fuesen a partirse. Empujo la puerta de ancianas bisagras y encontró a cuatro niños sentados de forma ordenada mirando hacia el puesto del profesor vacío y todos en silencio. —Buenos días —dijo Matilde. —Buenos días —contestaron los niños. —Soy vuestra nueva profesora y vengo para estar con vosotros todo el curso. Roberto, el mayor de los cuatro niños, de 11 años de edad sonrió. Matilde le dijo: —¿Cómo te llamas? —Roberto, señorita. —¿Y por qué sonríes? —Sonrió porque siempre escuchamos que vienen para todo el año y a los pocos días nos abandonan. Pilar, la más pequeña de la clase, se levantó y mirando a Matilde le dijo: —Señorita, en la escuela somos cuatro y el frío, o sea cinco, pero el frío nunca suele faltar a clase. Matilde se aproximó hacia un viejo teléfono situado en la pared y preguntó: «¿funciona?». Mateo un niño que tan apenas alcanzaba el lustro, le contestó:

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—No lo descuelgue, señorita, es el teléfono de los ausentes. —¿Y por qué lo llamáis así? —Lo llamamos así porque siempre suena cuando no estamos nosotros. De repente el viento porteó las ventanas provocando un golpe seco que enmudeció la clase. Matilde se alejó del teléfono y preguntó a la niña, que todavía no conocía por su nombre. —Ella se llama Andrea, —contestó Pilar—, pero nunca ha hablado. Tampoco escucha. Con voz quebrada Matilde decidió cambiar de conversación a la vez que miraba a la pequeña como si ya la conociera: Y decidme, ¿cómo se llaman vuestros padres?. —Nuestros padres se llamaban Pedro y Alicia. Nuestra madre fue la última en fallecer hace tres años. Y ¿quién cuida de vosotros? —Nos cuidamos entre nosotros —contestó Pilar.— Bueno, es suficiente por hoy. Mañana temprano comenzaremos las clases. A la mañana siguiente Matilde decidió dar una vuelta al pueblo antes de ir al colegio. Solo los chupones de hielo engalanaban los balcones de las viejas y cerradas casas. Hasta el aire parecía haberse congelado en ese lugar y ni tan siquiera el piar de un pájaro rompía el silencio. Desde el fondo de la calle y al acercarse a la escuela Matilde creyó escuchar el sonido del teléfono que provenía del interior del colegio. Precipitando el paso se acercó y logro descolgarlo. —Dígame —Buenos días. Soy Alicia, la mamá de los cuatro niños de la escuela. —¿Ya han llegado? —Todavía no han llegado. — Dígales que no olviden hacer sus tareas. El teléfono quedó sin habla al igual que Matilde. Es entonces cuando se oye el giro de la llave de la puerta. —Buenos días, señorita. ¿Quién era ?, preguntó Roberto. —Era vuestra madre. Ya le dijimos que nuestra madre murió hace tres años. —¿Entonces quién era? Roberto tomo asiento y apoyó su cartera sobre el pupitre y de forma sosegada le dijo : Nuestra madre fue la última profesora que tuvo este colegio. Desde entonces todas las mañanas suena el teléfono y preguntan por nuestras tareas.

—Venga con nosotros, señorita. Con paso inseguro como si de miedo se tratase se dirigieron hacia las afueras del pueblo. Al llegar al final del mismo y al girar un pequeño quiebro que fabricaba la calle se encontraron ante la verja del cementerio. Tras cruzarla y a pocos metros Pilar señaló una tumba y dijo a Matilde: señorita, aquí esta nuestra madre enterrada. Como ve, se encuentra enterrada junto a nuestro padre. Blanquecina y con voz temblorosa pregunto: —Entonces si vuestra madre está aquí enterrada, ¿quién llama? —Eso solo puede saberlo usted. Es usted quien siempre escucha el teléfono y mantiene las conversaciones. De repente un coche se acerca, para el lado de ellos, abre la puerta, y desciende un hombre ya entrado en años que con voz afable se dirige a Matilde y le pregunta: —¿De nuevo usted por el pueblo señorita ? —¿Quién es usted? —Me llamo Faustino y soy el enterrador de siempre, o por lo menos de los últimos 40 años. Matilde con la mirada perdida y la voz entrecortada pregunto a los niños que qué estaba ocurriendo. Roberto contesta: Lo que ocurre, señorita, es que nuestra madre hace tiempo que enfermo al no superar la sordomudez de mi hermana pequeña, se hizo enterrar y ahora no nos reconoce, pero no se preocupe, vuelva al colegio; pues la furgoneta que viene siempre la está esperando. Ellos se encargarán de su traslado y no tema porque seguro que nos vuelve a ver, aunque usted no lo recuerde.

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Queridísima sociedad del siglo XXI

mi cuerpo se clava un poco más y se sienten como punzadas, pero estoy sangrando porque me duele. Aunque todos aparenten su felicidad yo no quiero aparentarla porque no quiero aceptar tu marcha. Me niego a renunciar a la felicidad, porque yo sí soy persona, yo soy, como tú decías Líam: "un pajarillo revoloteando en medio de la noche", tan extraña, tan misteriosa y tan sentimental que parezco no pertenecer al mundo.

DELIA MARTOIU 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

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Y aquí me tendrías que ver un día más, arrugando mi existencia y exprimiendo la vida al máximo, por ti y por mí. Sabes, Líam, desde que te fuiste todo por aquí ha cambiado, la gente aquí añora tu presencia. Aunque siempre que los veo por la calle aparentan estar felices, en el fondo echan de menos verte en la plaza del pueblo repartiendo felicidad con cada una de tus sonrisas. ¿Recuerdas aquellas tardes de verano en mi casa? Esas locuras que hacíamos cuando éramos niños, ilusos e inocentes, aquellos momentos en donde lo más importante para todo el mundo era la felicidad. ¡Qué felices aquellos momentos amigo…! ¡Quién fuera tiempo para revivirlos! Por desgracia, desde que nos dejaste, todo ha cambiado mucho. Y creo que ya te has dado cuenta por cada una de mis anteriores cartas...pero no puedo evitar parar de pensar en cómo la felicidad se basaba en compartir y empatizar con los demás, o en la poca importancia que tenía el ir vestido con ropa de marca o a la última moda. Tristemente, todo esto se ha ido al garete. Desde que no estás, la gente ha cambiado mucho, todo el mundo es ignorante y sus vidas están basadas en sus redes sociales. Los chicos como nosotros ahora se pasan los días enganchados al móvil y preocupándose por su apariencia en las fotos en las que aparentan ser otra persona y llamar la atención de la gente, porque ahora lo más importante es el número de followers. No sabes cómo me gustaría que volvieras...Eras felicidad, Líam, eras locura, eras alegría, eras todas las mejores sensaciones juntas. Ojalá avivar tu presencia para por lo menos, alegrar a la gente y cambiar los días oscuros. Y aquí sigo, al pie del cañón, sujetando mi vieja libreta de cuero negro. Desde que tú no estás todo son derrotas en mi alma, y cada bala que choca contra

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Encierro, besos y vida MAR MAYAYO CAUSÍN 1º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS Aquel 14 de marzo me desperté y el mundo había cambiado, de golpe tuvimos que entender la vida de otra manera, aprender a hacer frente a otra realidad completamente distinta. Recuerdo estar entre cuatro paredes que se encogían con el transcurso de los días y el techo me pesaba encima, aplastándome el pecho y consiguiendo que me faltara el aire. Me sentía tan ahogada que sacaba la cabeza por la ventana y sólo podía respirar el vacío de las calles; los coches no pasaban por las carreteras, los niños no reían en los parques y apenas recuerdo que los pájaros cantaran. Ese mismo vacío se adentraba en mi cuerpo como una soledad inmensa que nadie ni nada podía llenar. Todo era raro, todo el mundo estaba raro y nadie entendía nada. Observaba como el tiempo corría, sin que la vida avanzara, el reloj daba vueltas y vueltas, pasaban los días mientras yo seguía en la misma postura desde hacía una eternidad. Para desconectar enchufaba la tele y lo único que aparecía eran ambulancias, personas tristes, médicos desesperados y máquinas desenchufadas. En mi cabeza padecí el virus unos siete días por semana. Pensaba en no pensar y cuanto más lo pensaba, más pensaba. Recurría a la música como salvavidas, creo que todos lo hicimos, pero solo conseguí que la cara A del vinilo más alegre de mi colección, camuflara la desesperación y la impaciencia de que la felicidad volviera a llamar a mi puerta.

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Esa puerta que ahora nos alejaba de soñar, de abrazar más fuerte y de disfrutar cada poro de la vida hasta desgastarla como nunca antes habíamos hecho. Pero sopesando nuestras ideas descubrimos un trocito de libertad, aquellos balcones en los que a las ocho salía el sol haciendo que todo lo malo se esfumara por unos minutos, acercándonos a lo más parecido a la antigua normalidad. Este confinamiento nos destapó los ojos de alguna manera y conocimos a esa gente que nos cruzábamos antes por las escaleras de nuestros pisos y vivíamos tan rápido que no nos daba tiempo a saludarlos. Vivíamos tan rápido que el tiempo no daba de sí para disfrutarlo. Tan deprisa que no supimos apreciar la calidad del aburrimiento, necesario para lograr captar las pequeñas cosas de la vida que no fuimos capaces de ver y para reflexionar de cada uno de sus pequeños detalles. Nunca pensamos que a las ocho todo pararía para que todos nos pusiésemos en marcha y unidos estirásemos de la esperanza agradeciendo esa luz que empezábamos a ver gracias a los sanitarios y personal esencial, nuestros héroes sin capa que se dejaron la piel para que el mundo avanzase. Las ganas de volver a disfrutar facilitaban el encierro y, la música de fondo, ahora reflejaba confianza y certidumbre en un futuro mejor que el de esos largos meses abatidos por la corona. Casi tres meses después llegó el ansiado día en el que abrimos nuestras puertas para salir afuera. Sin embargo, el virus seguía suelto por las calles y de nuestra mano salió a pasear el miedo, en un estado de alarma que nos dejaba desconcertados y con la vida a cuestas. El primer día que salí, cerré los ojos, y por un momento creí que nada había cambiado, podía percibir el aire puro que se respiraba a principios de año, el sonido de las hojas de los árboles zarandeándose ligeramente, el olor a vida de verdad. Pero, abrí los ojos y reparé en que ahora había mascarillas tapando sonrisas de gente conocida que ya ni reconocía, podía divisar vagamente a las personas por sus ojos y su andar sin descifrar ninguno de sus sentimientos, como si les hubiese inundado la apatía. Costaba mantenerse en pie en el césped mojado, después de meses recorriendo las mismas baldosas ya casi desgastadas de tanto mirar al suelo. Dolía esa distancia de seguridad que distanciaba lo emocional, cómo a tan solo dos metros de alguien estaba a mil metros de sentir el calor de cualquiera. Llegué a mi casa aliviada por respirar y calmar esa angustia y a la vez afligida por la brisa de un anhelo, que hacía que quisiera escapar de mí misma.

Un anhelo que a día de hoy no se puede completar como antes. Pero estoy segura de que ese espacio carente que ocuparían los besos, abrazos y fiestas nos esperará mañana. Hoy nos toca pensar y vivir diferente. Podemos suplir ese hueco a través de pantallas llenas de sonrisas y esperas pacientes llenas de amor. Que por un beso no se pierda una vida, ya llegarán los besos cuando por ellos no acaben las vidas. Brindemos en la distancia porque todo pasará y venceremos.

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Querida humanidad: MARA DEL CAMPO LASOBRAS 1º BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Buenos días. Me gustaría que os tomarais el tiempo de leer esta carta ya que me habéis acusado de ser injusta, mentirosa, escurridiza, egoísta, rara, resentida y homicida. Me habéis culpado de miles de asesinatos e injusticias. Me habéis llamado monstruo, cuando no sois capaces de verme. Pero tenéis razón. Soy todo lo que me habéis llamado y me merezco todo el odio que me habéis profesado. Y no escribo esta carta para hablar de mí, sino de vosotros. Habéis centrado vuestro odio en mí y en las personas que os rodean y no os habéis aprovechado de las circunstancias para parar y ver lo bonitos que somos cuando paramos. Mientras yo cometía mis crímenes y vosotros sentíais que el mundo se os caía encima, el reloj que se acercaba cada vez más a nuestro final paró. Como si se compadeciera de nosotros, paró. Le dio el tiempo necesario al planeta para resurgir, para explorar nuestras ciudades y para conmovernos. La nube que nos privaba de observar nuestra montaña más alta se marchó después de treinta años sin dejarle irse, el aire limpio, los canguros en las ciudades australianas, leones marinos en Argentina, ovejas jugando en un parque de Reino Unido, leones ocupando un campo de golf en Sudáfrica, rinocerontes en Nepal, renos en un parque del centro

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de Londres y muchas maravillas que suceden cuando simplemente paramos. Y ahora volvéis al movimiento, habéis dejado esto atrás, os habéis olvidado de todas esas cosas que visteis para continuar. ¿Qué habéis aprendido entonces? ¿Nada? ¿Vais a dejar que el reloj continúe hasta que no haya vuelta atrás? Me decepcionáis, estáis viendo como este planeta hermoso en el que todos vivimos se muere, lo matáis. Y solo sois capaces de, simplemente seguir. Profundamente decepcionada, Covid. Dentro de poco muerto el planeta Tierra.

Estoy cansada de las visitas, las miradas lastimeras, las sonrisas, los padres con sus hijos señalándome. Quiero escapar, esto es una cárcel. ¡Sacadme del zoo ya!

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Cárcel MARTA BEAMONTE ZARRALANGA 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS La vida era tranquila, los paseos diarios y la comida abundante. Me cruzo con unos nuevos amigos, ellos son amables aunque miedosos, no les gusta hablar mucho, yo les entiendo, llevan años aquí. El día a día aquí es muy tranquilo, sin estrés, ni prisas, ni problemas…, pero echo de menos la compañía. Me siento sola, pero sé que es por mi bien, es el mejor sitio para mi. La cuidadora me sigue a todos lados, es amable y cariñosa conmigo aunque a veces es muy brusca. Por las noches lloro, añoro a mi familia y amigos, a ratos siento su olor y su presencia como si estuvieran todavía a mi lado y cuando despierto el desconsuelo me consume. Los días son monótonos, el jardín de paseo es aburrido y cada vez se me hace más pequeño y estrecho. Sueño con conocer sitios nuevos, vivir experiencias distintas, pero ya nada es lo mismo y cada vez lo tengo más claro que jamás volveré a mi hogar. Me pregunto qué hice para estar hoy aquí..., pero no encuentro una explicación. Muchas veces viene a mi mente el deseo de escapar, de huir de todo este aburrimiento que me pesa y me esta consumiendo en vida; pero los cuidadores siempre me vigilan.

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Poesía 4.º ESO · Bachillerato PRIMER PREMIO

No me quites la vida HUGO SÁINZ LISO 2º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS No cumpliste tus promesas No entendiste cómo fue No me quisiste mucho No me trataste bien No me dejabas ser feliz No podía disfrutar mi vida No querías que saliese No me querías viva No me dejaste libre No podía vivir sin verte No quería volar contigo No quería quererte No me dejabas soñar No me No quería estar contigo No quería volver a verte No encendiste mi luz No me abriste la salida No cambiaste de actitud No me quites la vida

SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

A la melancolía PILAR ABADÍA GASTÓN 1º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

El último café en una terraza El último día de verano La última cerveza en compañía Esa última conversación con tu abuela La última comida en el pueblo Las últimas risas con tus amigas Las últimas olas del mar antes de que el sol se ponga El último paseo por el campo respirando libertad El último viaje cantando discos enteros en el coche Ahora recordamos esos momentos Los cuales nos parecían tan insignificantes Y nos repetimos a nosotros mismos una y otra vez que ahora vamos a valorar todo el doble Del día a la mañana estábamos como un pájaro en una jaula Nos quitaron la libertad Y con ello, poco a poco, las ganas de reír y de hacer reír Nos vimos sumidos en la monotonía, sin elección Lo que más deseábamos era que a la mañana siguiente hiciese sol Al menos, nuestras cuatro paredes no serían tan grises Sentíamos ira, impotencia y soledad Cada vez más luces se iban apagando Y más estrellas se iban colocando en el cielo Ahora vivimos a base de recuerdos Vivimos a base de contar las mismas historias una y otra vez Esas historias en las que éramos felices y sólo nos preocupaba apretar fuerte al abrazar Pero parece que se nos ha olvidado todo lo que hemos pasado Por nuestro afán de normalidad, volveremos al principio Normalidad, te echamos de menos, pero no tengas prisa en volver

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concurso juvenil

SEGUNDO PREMIO COMPARTIDO

DIPLOMA

LUCÍA LAPLAZA GARULO 1º BACHILLERATO IES CINCO VILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS

MARINA TEODORO CORTÉS 1º BACHILLERATO IES REYES CATÓLICOS EJEA DE LOS CABALLEROS

Mentiría si dijese que todo fue un mal recuerdo, que ha sido un año perdido, o el peor de los entierros. Por ello no estoy negando que esto ha sido una desgracia, tantas cosas que se han ido, y que caen en cascada en el lago del olvido. Pero es que ya estoy cansada de tanto negativismo, que cuando intento animar, solo responden suspiros. No sé si es mi mente joven, que solo piensa en salir de este terrible agujero que me quiere consumir. Mamá, ahórrate las desgracias que bastante hemos sufrido que cuando pasa algo bueno, le buscas dobles sentidos. Déjame mirar para adelante, solo tengo dieciséis pero ya he vivido cosas que se han escrito en mi piel. Yo no niego lo evidente, pues lo veo innecesario, solo le doy esperanzas, a un futuro imaginario.

Una cárcel con condena indefinida, en la que el tiempo parecía no avanzar. Los días eran presos, en busca de su libertad.

Dejémonos de lamentos

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Presa de mi propia soledad

Cada llanto, cada lágrima, provocada por la nostalgia. Era la tristeza de mi mirada, quien hablaba, quien lloraba. Una taza de café al sol, era lo que me esperaba al despertar. Una interminable monotonía, que me comenzaba a ahogar. Rodeada de silencio, arropada por la soledad. Esclava de mi pensamiento, quien se mantenía en parvedad. El fin de mi penitencia, acompañada de precariedad. Una bocanada de brisa, pero sin olor a libertad

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concurso juvenil

DIPLOMA

Lo importante es hablar MARTÍN FAURE GARCÍA 2º BACHILLERATO IES CINCOVILLAS EJEA DE LOS CABALLEROS Cuando se nos cubre la boca, los ojos hablan. Se convierten en fría roca las miradas que amenazan. Quien fue lindo con su sonrisa amable, no decepcionó al mundo con su mirada afable. Esas risueñas carcajadas, que con tan solo ver los ojos, para siempre te quedarán grabadas. No nos para nada, Aunque nos tapen la boca hablará nuestra mirada.

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concurso juvenil

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ISSN 1699-3039

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