Ágora #5

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HERDER O LA CONQUISTA DE LABERINTOS María Fernanda López Portillo Alcocer*

Herder pensaba casi exclusivamente por reacción en contra de adversarios, y como éstos eran muy diferentes entre sí, le fue necesario contradecirse para contradecirlos a todos.1 Rouché

LAS CONSIDERACIONES FILOSÓFICAS de Johann Gottfried Herder tuvieron difusión e influencia inmediatas. No obstante, es un autor contradictorio. Los estudiosos se maravillan -y desesperanante la intrincada sucesión de argumentos, aparentemente opuestos, que teje en sus razonamientos. Herder personifica las contradicciones intelectuales del siglo dieciocho, siglo activo y creador. El filósofo y poeta sintetiza debates sobre la razón, la meta universal de la humanidad, el valor de las culturas, el Estado. De ahí que sus teorías puedan parecer contradictorias, e incluso incoherentes; de ahí que su trabajo haya tenido tantas interpretaciones erróneas; de ahí que muchas corrientes se hayan asentado en el retazo que les conviene de su filosofía. Procuro trazar un esbozo del complicado mapa teórico de Herder, al preguntarme por qué se le puede calificar de “hijo rebelde de la Ilustración”.2 Analizaré la influencia de Kant y otros filósofos ilustrados en el pensamiento herderiano. Luego, estudiaré puntos de discordia entre este movimiento y Herder, al analizar su doctrina del lenguaje y su teoría sobre la nación. Finalmente, comentaré su aporte historicista, en donde se unen parte de sus críticas -y deudas- a la Ilustración.

*

Estudiante de cuarto semestre de la licenciatura en Política y Administración Pública de El Colegio de México.

1

Cit. por Goncal Mayos Solana, Ilustración y Romanticismo, Barcelona, Herder, 2004, p. 83.

2

Dejo de lado la filosofía de la mente y la aestética herderiana, aportaciones vitales del filósofo. Para un análisis de estas

cuestiones, véase Robert E. Norton, Herder’s Aesthetics and the European Enlightenment, Ithaca, 1991.

5


ÁGORA INFLUENCIA DE LA ILUSTRACION Herder fue hijo rebelde de la Ilustración pues la criticó y defendió con idéntico fervor. Esto se explica porque sus mayores influencias fueron filósofos con ideales opuestos. Cuando era estudiante en Könisberg fue discípulo de Kant, el mayor difusor de la Ilustración en Prusia, y el teólogo Hamann. Pero los trabajos de Herder no son la síntesis de las teorías de sus mentores, sino sus reflexiones sobre los temas estudiados. La relación entre Kant y Herder, tanto personal como académica, es una historia complicada y fascinante. Trata de rivalidades entre un discípulo brillante y su maestro; de la influencia inmediata de los escritos de Herder y la incomprensión general hacia la filosofía kantiana; del olvido del primero y la relevancia inconmensurable del segundo en la época moderna; en fin, del surgimiento del Romanticismo y la decadencia de la Ilustración. La influencia de Kant sobre Herder fue la del Kant pre-crítico, entre 1760 y 1770. Este elemento es esencial para comprender la separación entre profesor y alumno y, finalmente, su

6 ruptura cuando Herder se opuso al Kant crítico. Kant, en esa época, fue escéptico hacia lo metafísico y puso en duda la existencia de lo supramundano. Para él, cada hecho o fenómeno en el universo podía ser explicado por leyes regulares. Lo que aparentemente es creado por fuerzas metafísicas es en realidad el resultado de cambios y procesos históricos. “Fue Kant quien enseñó a Herder no la filosofía, sino a filosofar.” 3 Kant aplicó en su estudiante preferido lo que para él era la meta del filósofo, que no debe limitarse a difundir sus dogmas, sino a enseñar a cada individuo a pensar por sí mismo. La educación de la humanidad (Bildung), y la manera en que ésta debe llevarse a cabo, fue el mayor aporte de Kant a las teorías herderianas. Además de la evidente influencia de Kant, Herder se apoyó en el trabajo de varios “philosophes des Lumières”, en especial Montesquieu y Rousseau. De Montesquieu extrajo la idea

3

“It was Kant who taught Herder not philosophy but philosophizing”, John Zammito, Kant, Herder and the Birth of

Anthropology, Chicago, University Press, 2002, p. 148.


HERDER

O LA CONQUISTA DE LABERINTOS

de la importancia de las condiciones geográficas y del espíritu en general para determinar las características de una nación. Por otro lado, Rousseau desafió el etnocentrismo de la Ilustración al denunciar la arrogancia de los filósofos. La proclama rousseauriana que reivindicó al hombre natural – primitivo – como verdadero hombre perfecto tuvo gran impacto sobre Herder, y es la base de su apreciación de culturas antiguas. Además, Rousseau criticó la racionalidad excesiva de sus contemporáneos; defendió “las fuerzas irracionales del alma, del hombre completo, contra la frigidez de la Ilustración y la civilización mecanizada”.4 Voltaire es considerado el mayor enemigo de Herder. El discípulo de Kant critica su etnocentrismo, y su visión global y comparatista de la historia. Sin embargo, Herder debe al filósofo francés, entre otras cosas, haber acuñado el término “filosofía de la historia”.

DOCTRINA DEL LENGUAJE Herder desarrolló una de las primeras doctrinas del lenguaje; fue su precursor al afirmar que palabra e idea son la misma cosa. El lenguaje es el órgano vital, la voz de cualquier nación. Entender una cultura es adentrarse en sus formas de expresión, puesto que el arte es espejo de sus tradiciones y creencias. Hay tantas culturas como lenguas y creaciones comunicativas. Herder tomó los esbozos de esta idea de Hamann y los desarrolló. Para el expresionismo, uno de sus grandes aportes, las actividades de los hombres son “voces hablando, no objetos desvinculados de sus creadores”.5 La belleza e importancia de lo irracional, antes defendida por Hamann, cobró fuerza en las ideas de Herder, en oposición a la estricta racionalidad elogiada por los filósofos franceses. El movimiento Sturm und Drang (tempestad e impulso) resultó de estas consideraciones expresionistas. Esta corriente que, muy a su pesar, nunca logró cruzar el umbral de lo literario y pasar a lo político, defendía lo irracional y la preeminencia de la pasión sobre la razón. Para los

4 5

Friedrich Meinecke, El historicismo y su génesis, México, FCE, 1943, p. 331. Isaiah Berlin, Vico y Herder, Madrid, Cátedra, 2000, p. 200.

7


ÁGORA seguidores de este movimiento, el hombre expresa la totalidad de su ser a través de lo que hace. Una sociedad activa y creadora refleja un alto nivel de autorrealización intelectual de los individuos que viven en ella.6 El punto de discordia entre mentor y

La aproximación racional a los textos

discípulo fue la visión de Hamann sobre la

bíblicos no debe considerarse muestra de

omnipresencia de lo metafísico en los

rechazo hacia la religión. Herder era

fenómenos mundanos. El teólogo justificaba

profundamente religioso y quería, gracias a

la presencia de Dios en la naturaleza por

un riguroso análisis hermenéutico,

fuerzas espirituales y misteriosas.7 Herder

comprobar la validez de los textos sagrados,

racionalizó esta idea, al decir que la presencia

no refutarla.

de Dios en la naturaleza se justifica por fenómenos

históricos

y

biológicos

perceptibles, empíricos. El filósofo expresó que la Biblia debía ser estudiada como cualquier otro

8

documento con validez histórica, enfoque historicista que causó la condena de parte de Hamann.8 Sin embargo, esta aproximación racional a los textos bíblicos no debe considerarse muestra de rechazo hacia la religión. Herder era profundamente religioso y quería, gracias a un riguroso análisis hermenéutico, comprobar la validez de los textos sagrados, no refutarla. El trato de Herder hacia la religión es intrincado. Por la influencia de Hamann, Herder practicaba el pietismo, movimiento protestante en contra de la fría intelectualidad dominante en la religión, que abogaba por apreciar los sentidos y exaltar las pulsiones. Creía firmemente en la

6

Goethe y, después, Schelling fueron las figuras más prominentes de este movimiento. Herder fue para Goethe (al

que conoció en 1777) lo que Hamann fue para él: como mentor y amigo, lo introdujo a sus ideas reivindicadoras de culturas antes despreciadas, y le enseñó a valorar lo irracional tanto como lo empírico. 7

Frederick C. Beiser, Enlightenment, Revolution, and Romanticism, Massachusetts, Harvard University Press, 1992, p. 196.

8

En los años 1764-1765, Herder confirmó su agrado por la poesía folklórica al decir que la Biblia era el reflejo de las

cualidades literarias del antiguo pueblo judío (ibid., p. 207). La importancia de Herder para el desarrollo de la filosofía de la religión reside en su aproximación hermenéutica a los textos bíblicos. Fue el primer historiador en determinar fechas aproximadas para la escritura de los cuatro evangelios.


HERDER

O LA CONQUISTA DE LABERINTOS

Providencia, pero consideraba que su fuerza y representación debían ser comprobadas empíricamente, puesto que se encontraban en la naturaleza. El enfoque religioso de Herder era muy progresista y “racional”.

LA NACIÓN La fuerte separación entre Estado y nación fue un objeto de estudio recurrente para Herder, así como para Montesquieu y otros filósofos franceses. El fundamento de la política debe ser la nación, lazo de fraternidad forjado por historia y tradiciones comunes. Cualquier Estado debe subyugarse a la nación porque “la naturaleza crea naciones, no Estados”.9 Así, las diferencias culturales de cada pueblo deben ser respetadas por los gobiernos, por lo que Herder repudiaba los sistemas centralistas y, sobre todo, los imperialistas. Además, la autoconciencia nacional, auspiciada por la educación, llevaría a fortificar de tal manera los lazos solidarios entre individuos que el Estado, en tanto maquinaria, se volvería obsoleto. De aquí derivan las aproximaciones entre la filosofía herderiana y el anarquismo. La nación reemplazaría al Estado. El autogobierno sería mejor que la burocracia centralista. Herder tenía una visión paternalista y estrictamente igualitaria del poder. El gobierno tiene la obligación de brindar educación y bienestar a todos sus súbditos. Herder llevó el concepto de educación hasta sus últimas consecuencias al calificarlo de meta del desarrollo histórico y vía hacia la autonomía e independencia de las naciones. La mayoría de los filósofos del siglo XVIII exaltaron valores abstractos -libertad, razón, Estado- en detrimento de la formación de nacionalidades, en general, y el desarrollo del individuo, en particular. Herder creyó en los ideales de la Ilustración, sobre todo en el concepto de educación, pero creyó que los filósofos de su época -Voltaire, Hume, Robertson- los traicionaron al adular a “déspotas ilustrados”10 y perderse en el etnocentrismo.

9 10

I. Berlin, op.cit., p. 205. Voltaire tuvo una amplia correspondencia con Catalina la Grande y estuvo en la corte de Federico II, en Berlín.

9


ÁGORA HISTORICISMO Y PROGRESO Hamann defendió la irreductibilidad de las diferencias culturales. Más aún, abogó por la comprensión interna de las culturas, gracias al estudio de sus tradiciones (esta idea sería vital para el enfoque pluralista de la filosofía herderiana), y esbozó una crítica al cosmopolitismo por reducir los valores a preceptos universales. De esta forma, incitó a Herder -y también a Kant, del cual era amigo- a tomar en cuenta la importancia de la historia. Herder desarrolló dos ideas fundamentales para el historicismo: la individualidad y la evolución.11 La individualidad es un concepto emanado, en

10

parte,

de

la

oposición

hacia

el

Se interesaba por la excepción dentro

cosmopolitismo de la Ilustración. Cada

de la uniformidad; exaltaba la

civilización merece ser valorada según su

relevancia de estudios sobre

propia escala normativa. Sin duda, hay rasgos

nacionaliddes (regionales, tribales

de acción comunes a todas las culturas -y

y otras), destacando la cultura y,

podemos establecer patrones abstractos de

sobretodo, la literatura.

conducta que las abarquen a todas- pero, arguye Herder, son sobre todo sus diferencias las que merecen ser estudiadas. Se interesaba por la excepción dentro de la uniformidad; exaltaba la relevancia de estudios sobre nacionalidades (regionales, tribales y otras), destacando la cultura y, sobre todo, la literatura. Respecto a su propia nación, Herder le reprochaba someterse a la hegemonía cultural francesa, al decir: “¡Alemanes, hablad alemán!, escupid el asqueroso lodo del Sena.”12 Ésta y otras afirmaciones han sido consideradas como una prueba del pangermanismo herderiano. Pero Herder, a diferencia de otros filósofos como Fichte, apoyaba la exaltación de todas las nacionalidades, no sólo de la alemana.

11

F. Meinecke, op.cit., p. 317.

12

Cit. por I. Berlin, op.cit., p. 233.


HERDER

O LA CONQUISTA DE LABERINTOS

Es comprensible que Herder criticara con fervor toda voluntad de imposición cultural. La arrogancia de los filósofos ilustrados, que pretendieron “iluminar” sociedades primitivas desde su enfoque europeo, es altamente condenable. Herder fue de los primeros filósofos en reivindicar, junto con el prerromanticismo inglés, la Edad Media. Esta época fue desdeñada por los philosophes, que la catalogaban de momento oscuro y menospreciable en la historia. A los filósofos que calificaban la Edad Media como un “mal necesario”, un paso obligado y despreciable entre civilizaciones, Herder respondió que “ninguna cosa en todo el reino de Dios (…) es solamente medio, todo es medio y fin a la vez, y con toda seguridad también estos siglos”.13 Herder rechazaba el análisis histórico centrado en descripciones épicas de grandes proezas y batallas. No sólo porque repudiaba de manera tajante la armada y la guerra; para él, el Todo histórico está hecho de “infinitas fuerzas individuales”. Los hombres hacen la historia; los individuos configuran el desarrollo de la humanidad de manera cotidiana. La “penetración simpática” o endopatía (Einfühlen) -palabra creada por Herder- va más allá de la valoración de la cultura estudiada: resume las aptitudes psicológicas e interpretativas que debe tener el historiador o antropólogo para comprender internamente una nación. La interiorización de los textos estudiados, base de la hermenéutica, permite al historiador moderno alejarse de juicios de valor, y comparar su cultura con otra. Por otro lado, reconoció la enorme dificultad de comprender las individualidades de manera endopática, sobre todo si se trata de naciones lejanas. Pero cuando el historiador encuentra una pieza del enorme jarrón de una cultura, debe imaginar el jarrón en su totalidad, para poder captar el verdadero significado de la pieza. Así, Herder justificó la necesidad de una apreciación a la vez particular y global del hombre y su cultura. Aunque el enfoque de Herder parece depender tan sólo de la imaginación y lo sensitivo, es en realidad una aproximación empírica, que se asemeja con el trato a las ciencias naturales (influencia racionalista de la Ilustración). Primero, el historiador debe tratar a los textos históricos con una objetividad tan sólo posible cuando se estudian fenómenos físicos o 13

Johann Gottfried Herder, Filosofía de la historia para la educación de la humanidad, Buenos Aires, Nova, 1950, p. 80.

11


ÁGORA naturales. La “penetración simpática” no implica proyección psicológica de los propios valores, sino internalización de modos de vida ajenos a los del historiador. Por la dificultad de la interpretación hermenéutica, el observador debe hacer un estudio exhaustivo y metodológico de la totalidad contextual del objeto estudiado. Finalmente, la necesidad imperiosa de formular hipótesis sobre formas de vida ajenas a la propia, que luego pueden ser refutadas, acerca aún más el estudio histórico a las ciencias naturales. Herder fue escéptico ante la universalidad. Su deseo de apreciación individual venció toda concepción evolutiva del desarrollo humano, según la cual una época es mejor que la anterior. No obstante, no puede abstraerse de la idea iluminista del progreso. Así, desarrolló dos conceptos universales, que se pueden aplicar a toda época y nación: la felicidad y la Humanität. Estos ideales llegarán cuando los hombres, por medio de la educación, exploten al máximo sus potenciales creativos. Herder reconoció que la creencia en estos ideales es utópica, pero son necesarios para establecer un plano supraindividual que dé coherencia al desarrollo histórico.

12 CONCLUSIÓN Herder fue un hijo rebelde de la Aufklärung porque tomó ideas esenciales del movimiento y las usó para desarrollar sus teorías. Heredó la idea del progreso, la educación, el racionalismo metodológico de los filósofos de la Ilustración y sus antecedentes. El aporte de este teórico a los movimientos contra-ilustrado y romántico radica en que consideró a la Verdad como un elemento particular de cada pueblo, contrario al conjunto de preceptos universales que enarboló la Ilustración. Además, defendió las creaciones artísticas impulsivas contra la racionalidad de su época. Sería fructífero hacer una comparación entre Herder y miembros de la llamada “Ilustración olvidada” quienes, insertos en el movimiento general de la época, subrayaron el carácter irresoluto del hombre.14

14

Julio Seoane Pinilla (comp.), La Ilustración olvidada: Vauvenarges, Morelly, Meslier, Sade y otros ilustrados heterodoxos,

México, FCE, 1999.


HERDER

O LA CONQUISTA DE LABERINTOS

Las teorías de Herder se bifurcan, retuercen y contradicen. Los analistas de su obra deciden escoger un pedazo de su filosofía, porque pretender abarcar el conjunto lleva, las más de las veces, a callejones sin salida. “La notoria frescura y riqueza de sus ideas se debe, como mínimo, tanto a su percepción de la complejidad de los hechos mismos, como a que su mente era entusiasta y túrbida por naturaleza.”15 Así, Berlin, Meinecke, Beiser y otros tejieron retazos del hilo que conduce al centro del laberinto intelectual de Herder.

13

15

I. Berlin, op.cit., p. 202.


THE EXCEPTIONALITY OF THE STATE OF BOTSWANA Luis Pablo Muñoz Sánchez*

BOTSWANA

IS ONE OF THE FEW EXAMPLES

of success in the formation of a state in the post-

colonial era. Dominated by a single party, and without the maladies suffered by most African states (such as corruption, famine or dictatorship), the state of Botswana was seen as a good example of the indirect domination of colonial rule -like the states in India or Nigeria. More

14

important than colonial domination, there were a series of factors that favored the construction of this state in the southern part of Africa. In this essay I will try to find the conditions that allowed Botswana to enjoy stability in the process of state formation, focusing on the two predominant explanations of this phenomenon in Africa: the economic explanation and power centered in the elite. In comparison with most other African countries, Botswana is ethnically homogeneous. Somewhere between 80 and 90 per cent of its 1.2 million people belong to one of the eight major Tswana tribes.1 An even higher percentage speaks the same basic language and has similar cultural norms. British colonialism had minimal impact by African standards. London *

Estudiante de octavo semestre de la licenciatura en Relaciones Internacionales de El Colegio de México.

1

Although the concept of “tribe” might involve ideological pretensions related to the colonial anthropology, I

am using Gulliver’s concept: “any group of people which is distinguished, by its members and by others, on the basis of cultural-regional criteria”. This word is particularly restricted by the epoch and its circumstances, even though the ethnocentric nature of the concept. Archie Mafeje, “The ideology of ‘tribalism’”, The Journal of Modern African Studies, 9 (1971), pp. 253-261.


THE

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established a protectorate in 1895, but the Tswana chiefs ruled almost unrestrained into the mid-1950s. The only major economic change during this time was increasing labor migration to South Africa. At the time of independence in 1966 the new government could tap so few economic resources that over 40 per cent of its funds came from foreign governments.2 For Clifford Geertz, the state is one of the totalizing “Western” concepts that do not deal with the specific conditions that are present in domination relations outside the westernized world. The particular concept of state, which is intrinsically related to the nation (imagined or real),3 in particular the postcolonial state -Kinshasa, Abuja, Rabat, New Delhi, Islamabad, Yangon, Jakarta, Manila- has recently been the subject of a great deal of rather uncertain discussion as the enormous variety of its forms and expressions, the multiplicity of the regimes it houses, and the politics it supports have become apparent. The standard characterization of a “state” as (in Max Weber’s formulation) a vested authority possessing a monopoly of legitimate violence in a territory and that of a

15 “nation” as (in Ernest Renan’s) the spiritual fusion of a collection of particulate ethne into a grande solidarité, a common and transcending conscience morale, seem increasingly difficult of application to such tangled conglomerations as these, where not only is legitimacy dispersed and contested but an enormous catalogue of hybridized and shape-shifting parochial groups -ethnic, religious, linguistic, racial, regional, ideo-primordial- rub up against one another in almost continuous friction and “the narcissism of small differences” seems the major driving force of political struggle. 4

2

Patrick Molutsi and John Holm, “Developing Democracy When Civil Society is Weak: The case of Botswana”,

African Affairs, 89(1990), p. 324. 3

The common definition of nation is “an extensive aggregate of persons, so closely associated with each other

by common descent, language, or history, as to form a distinct race or people, usually organized as a separate political state and occupying a definite territory” (Clifford Geertz, “What is a State if it is not a Sovereign?: Reflections on Politics in Complicated Places”, Current Anthropology, 45(2004), p. 578). 4

Ibid., p. 579.


ÁGORA During the nineteenth century, highly stratified, sharply hierarchical societies came into being in Botswana. The Chiefs were the controllers of economic resources -over the long term, mainly land, labor, and cattle- and became individual accumulators of wealth.5 That the Botswana state is a capitalist state embodying important interests of the dominant classes or fractions thereof is beyond dispute. It is also indisputable that the Botswana state presides over a dependent capitalist society. Furthermore, the Botswana state is one of the few African states that has the characteristics of a developmental state.6 The bureaucratic elite in Botswana are powerful and generally effective in formulating and executing a policy of development. As a result,

Botswana is one of the few African states that has the characteristics of a developmental state. Much of the development that has ocurred has been state-sponsored and directed. It is in this sense that one can speak of a developmental state in Botswana.

16 much of the development that has occurred in Botswana has been state-sponsored and directed. It is in this sense that one can speak of a developmental state in Botswana. At independence, the Botswana government committed itself to assisting the private sector in every conceivable way consistent with the attainment of its national development goals of rapid economic growth, social justice, economic independence and sustained development. By so doing, the government has, to a considerable extent, concretized its political philosophy of fostering individual initiative, free enterprise and self-reliance within the framework of political

5

Kenneth Good, “Interpreting the Exceptionality of Botswana”, The Journal of Modern African Studies, 30 (1992),

p. 69. Botswana has had competitive elections regularly for 25 years. The ruling Botswana Democratic Party (BDP) has won every time, but opposition parties are becoming stronger. They now control four local councils and are close to a majority in others. P. Molutsi, art. cit., p. 323. 6

Since independence its bureaucratic and political elites have pursued a series of policies calculated to promote

economic growth and development. In the process both elites acquired a developmental orientation. Balefi Tsie, “The Political Context of Botswana’s Development Performance”, Journal of Southern African Studies, 22 (1996), p. 601.


THE

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stability.7 In fact, the colonial state promoted a specific form of capitalist development which favored the growth of a class of cattle accumulators in various parts of Bechuanaland. Most of these cattle accumulators were drawn from the traditional aristocracy (i.e, chiefs, sub-chiefs and headmen) and the new intelligentsia consisted of teachers, senior civil servants and so on. The former occupied strategic positions within the colonial state which enabled them to exercise control over borehole allocation and/or ownership, to acquire large herds from stray cattle (matimela) and to exert considerable control over large grazing areas and the labor power of dominated classes. The dominance of the Botswana Democratic Party (BDP) in post-colonial politics is largely a result of its ability to build a political alliance consisting of the most powerful members of the capitalist class of cattle accumulators who, for most of the post-colonial period, have shared common values regarding domestic economic policy and foreign policy. It also managed to enlist the support of the peasantry for this alliance. Botswana’s liberal democratic state is a derivative of this constellation of class forces.8 Botswana has been fortunate to be one of the highest recipients of foreign aid in per capita terms since the mid-1970s. This was largely a function of Botswana’s ability to portray itself, and rightly so up to a point, as a bastion of liberal democracy in an otherwise politically unstable region dominated by apartheid. But fortune and luck do not tell the full story. Botswana’s pragmatic stance in the wars of national liberation in Southern Africa also contributed significantly to its development performance.9 A more convincing explanation of the popularity of the BDP can be found within the dominant relations of production built on the pre-capitalist social formation and perpetuated by

7

Ibid., p. 606. Part of the explanation of this outstanding performance is Botswana’s relatively better record of

good governance. Generally, corruption, authoritarian rule, patronage and mismanagement have not been part and parcel of the political landscape in Botswana as has been the case for example in Kenya, Malawi, Nigeria, Zaire and Zambia. 8

Ibid., p. 602.

9

Ibid., p. 612.

17


ÁGORA cattle accumulators in the countryside. The

Botswana´s cattle-based bourgeoisie has,

growth of civil society requires organizational

since independence, persued policies

development to the point where group leaders

promoting broad capitalists interests

are able to exercise influence over government

rather than its narrow sectarian interests.

on behalf of their members. Then, sustained accumulation and development anywhere has

been the product of either a capitalist class, conscious of its interest, pushing the state to foster capitalist development, or a state leading the way where such a conscious class did not exist. That said, Botswana’s cattle-based bourgeoisie has, since independence, pursued policies promoting broad capitalist interests rather than its narrow sectarian interests. In this way, it has been able to secure legitimacy for Botswana’s pattern of capitalist development. The governing section of this class allowed top civil servants, who are better educated than politicians, a relatively free hand in policy formulation for the consideration of the Cabinet. 10

18 Why have the Botswana elite, almost alone in Africa, been conscious of their collective interest? First, the traditional Botswana elite retained a significant degree of autonomy by resisting British colonial rule and attempts by Pretoria to incorporate Bechuanaland into South Africa.11 Second, they maintained their hegemony over the masses during this period of transformation.12 Third, the destruction of their fellow chiefs in South Africa, where so many of the inhabitants

10

There is general agreement in the literature that the absence of a large colonial bureaucracy and commercial

class enabled the Botswana elite (with the help of their expatriate advisers and practitioners) to fashion the competent and corruption-free public institutions which dominate the economy, and which goes a long way to explain the continuing legitimacy of the BDP Government in the eyes of the majority of the population. Abdi Ismail Samatar and Sophie Oldfield, “Class and Effective State Institutions: The Botswana Meat Comisión”, The Journal of Modern African Studies, 33 (1995), p. 652. 11

Pre-capitalist society was characterized by the existence of a tribute-paying peasantry producing its own

subsistence as well as a surplus rendered as tribute (in labor and kind) to a tribute-receiving ruling class. Ibid., p. 656. 12

The British moderately reformed this order by partially turning the chiefs into vassals of the colonial

administration, thereby creating a higher authority within the morafe. In spite of this change the dominant class retained a significant amount of its wealth and power. Ibid., p. 657.


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were enslaved and dispossessed ingrained a strong sense of themselves and their role as the guardians of their society. Fourth, the traditional political and economic elites were almost one and the same, unlike most other African countries. Fifth, their long-term independent association with, and support from, a number of Europeans in order to fight against South African incorporation, meant that the leaders of the regime in power did not suspect the intentions of those expatriates whom they ‘freely’ choose to associate with, and who performed the tasks for which they were hired. Sixth, the absence of large numbers of civil servants and major commercial/settler interests, as well as a mobilized peasantry inherited from the colonial era, meant that the dominant class was unchallenged by any other indigenous group. As a result of these historical conditions, those who took over the reins of the post-colonial state in 1966 were in a position to go about building public institutions which were significantly free from the pressures of mobilized popular classes, and which therefore could pursue what they perceived as the common interest.13

19 The traditional leaders were allowed by the colonial authorities to retain a considerable measure of autonomy and were able to regulate nearly all aspects of tribal 1ife. Since independence in 1966, the chiefs have experienced an erosion of their traditional powers, all the more noticeable in the light of their previous hegemonic position. The Government of Botswana, concerned about establishing its legitimacy and forging a common national allegiance, as well as building an effective administration, implemented a series of legislative and executive measures attenuating the powers of the tribal leaders.14 Thus the hegemonic position of the chiefs was undermined in two senses soon after the end of colonial rule: they forfeited their independence

13

Ibid., p. 654.

14

Perhaps the most important of these measures was the Chieftainship Act of 1966 which subjected the chief

to the authority of the state, as well as adumbrating his functions in the tribe. Of particular significance was the authority which it vested in the President to recognize the designation of the chief by the tribe, and to suspend and depose him following a judicial commission of enquiry. David Jones, “Traditional Authority and State Administration in Botswana”, The Journal of Modern African Studies, 21 (1983), p. 133.


ÁGORA as regards the central Government, and they were impelled to concede many of their long-established responsibilities to the District Councils, the District Administrations, the local agencies of Government Departments, and the Land Boards.15 Another potentially fruitful way of explaining Botswana’s outstanding performance is to explore further the relationship between class, state and good governance. The class that took control of state power at independence in Botswana was already engaged in cattle production before its ascendance to political power. The role of both the colonial and post-colonial states was crucial for accumulation based on cattle ownership. The post-colonial state in Botswana did not and has not become the sole means of accumulation.16 The usual pattern of local government development in British Africa meant that

The cognition of the partial ‘mutuality’ of

councils were established shortly after World

the interests of the dominant and the

War II, because of the ‘value of local

dominated classes enabled Botswana to

authorities in educating the people in the ideas

adopt a more liberal democratic political

20 and

workings

of

democracy’.

British

system rather than the usual one-party

administrators saw this as a way to ensure a

dictatorship that has characterized other

gradual devolution of power, beginning at the

states in the continent.

local level. But the emerging political leaders disliked ‘indirect rule’, and tended to perceive local government reform as a delaying tactic which obfuscated the real issue, namely the need to democratize the central government apparatus.

15

The assimilation of the chiefs into the state administration could be ascribed to four factors. Firstly, it was

necessary for them to be subjected to the hierarchical controls of the public service in the same way as all other members. The conversion of chiefs into civil servants required that they be appointed to their office, and conversely liable to dismissal, even though chieftainship was customarily based upon hereditary title and tribal sanction. Ibid., p. 135. 16

B. Tsie, art. cit., p. 610.


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Thus elected district councils were given a low priority by most political parties, mainly because the system was closely identified with colonial rule, and so tended to be eclipsed shortly after their establishment by the rise of nationalism and the rapid achievement of independence.17 The cognition of the partial ‘mutuality’ of the interests of the dominant and the dominated classes enabled Botswana to adopt a more liberal democratic political system rather than the usual one-party dictatorship that has characterized other states in the continent. Hence, the emergence of a possible confluence of a capitalist economic development program and an ‘open’ political process. Botswana shows that African elite, if conscious and organized, can manage and protect their common interest to a degree that is unknown in most other African societies.

21

17

Louis Picard, “District Councils in Botswana: A Remnant of Local Autonomy”, The Journal of Modern African

Studies, 2 (1979), p. 287.


LA ADMINISTRACIÓN BUSH, LOS INTERESES PETROLEROS Y LA GUERRA DE IRAK Jorge Ignacio Frechero*

ANTE

LA AUSENCIA DE EVIDENCIAS

que avalen el argumento oficial que la Casa Blanca empleó para

justificar su invasión a Irak el 19 de marzo del 2003, la supuesta inminente capacidad del régimen de Saddam Hussein de producir armas de destrucción masiva, el presente artículo tiene por objeto brindar elementos que confirmarían la controvertida y quizás opuesta hipótesis de “sangre por petróleo”: la idea

22

de que la nueva guerra fue ejecutada por el gobierno estadounidense, bajo la influencia del denominado cabildeo energético, para obtener el control de las segundas reservas mundiales de este recurso estratégico, hasta entonces en poder del régimen baazista de Bagdad. El catedrático Robert Keohane ha señalado, en relación con el comportamiento de la gran industria petrolera norteamericana en la década de los años cuarenta, que “en Estados Unidos la influencia de los poderosos intereses corporativos a menudo impide la formulación y ejecución de políticas estatales fuertes y coherentes”.1 En efecto, durante la totalidad del siglo XX, compañías privadas como la Standard Oil Company of California, la Arabian American Oil Company, Texaco, Mobil, Exxon, Chevron o Halliburton, han sabido moldear la política energética estadounidense con el objeto de maximizar sus utilidades, o bien de defender o conquistar el control de diversos mercados en el mundo. Durante el primer mandato de George W. Bush esta realidad no pareció alterarse. Incluso, es posible argüir que la influencia del sector petrolero ha determinado no sólo la política energética de la

* Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. 1 Robert O. Keohane, Instituciones Internacionales y Poder Estatal. Ensayos sobre teoría de las relaciones internacionales, Buenos Aires,

Grupo Editor Latinoamericano, 1993, p. 293.


L A A D M I N I S T R AC I Ó N B U S H administración, sino también la totalidad de su política exterior, su activismo militar en Medio Oriente y Asia Central y, en definitiva, toda la arquitectura política concebida por la Casa Blanca. Destacadas voces, como la de Alan Greenspan, ex director de la Reserva Federal, confirman el trasfondo energético de la “Guerra contra el Terrorismo” y, en particular, de la invasión a Irak.2 Para la periodista Katty Kay de la BBC, el gobierno de Bush se ha diferenciado de sus predecesores “por el importante número de funcionarios de alto rango con vínculos en un mismo sector industrial: el petrolero. [...] La concentración de conexiones con grandes empresas energéticas ha sido tal que algunos críticos le han denominado la ‘administración del gas y del petróleo’”.3 Cuatro figuras de primera plana provienen del ramo. George W. Bush transitó desde su empresa familiar fundada en 1979, Arbusto Energy (desde 1982, Bush Exploration Oil Co.), a la que condujo en poco tiempo al borde de la quiebra, hasta su importante participación accionaria y como asesor en Harken a fines de los años ochenta.4 El vicepresidente Dick Cheney, director ejecutivo de Halliburton de 1995 al 2000 y miembro del National Petroleum Council (NPC), período durante el cual acumuló ganancias personales estimadas en 60 millones de dólares.5 El secretario de Comercio, Donald Evans, quien como director de Tom Brown Inc., una compañía especializada en la exploración de gas y petróleo, amasó una fortuna estimada entre 5 y 25 millones de dólares.6 Y finalmente, Condolezza Rice, quien integró la junta directiva de Chevron y condujo su Comité de Política Pública, encargado de supervisar las regiones potencialmente conflictivas para la compañía. Rice, no obstante, renunció en enero del 2001 al ser designada como Consejera de Seguridad Nacional.7 A este cuadro, se sumó la designación de Ray Hunt en octubre de 2001, director ejecutivo de Hunt Oil, miembro de la junta ejecutiva de Halliburton e integrante también del NPC, como presidente de la Junta Asesora en Inteligencia Extranjera de la Casa Blanca.8

2 Ver Alan Greenspan, The Age of Turbulence: Adventures in a New World, Nueva York, The Penguin Press, 2007; y “Greenspan

clarifies Iraq war, oil link”, MSNBC News Services, 17 de septiembre de 2007. 3 Katty Kay, “Analysis: Oil and the Bush Cabinet”, BBC News, 29 de enero de 2001, disponible en

http://news.bbc.co.uk/2/hi/americas/1138009.stm. 4 Eric Laurent, El mundo secreto de Bush, Barcelona, Ediciones B, 2004, pp. 33-43. 5 K. Kay, art. cit. 6 Loc. cit. 7 Claudio Gatti y Jad Mouawad, “Chevron Seen Settling Case on Iraq Oil”, New York Times, 8 de mayo de 2007. 8 “99% of Halliburton’s Political Donations Go Straight to the GOP to Buy International Influence”, CommonDreams.org, 4 de

agosto de 2004, disponible en http://www.commondreams. org/news2004/0803-02.htm.

23


ÁGORA Este perfil y la consecuente sensibilidad por la industria petrolera de parte de los políticos en Washington se ha expresado en la intención de la administración de desregularizar el sector tanto en el ámbito local como en el internacional.9 Por esto, Bush ha autorizado tareas de exploración y perforación en la Reserva Silvestre Nacional del Ártico,10 ubicada en Alaska, y se ha negado a ratificar el Protocolo de Kyoto, a pesar de la manifiesta oposición de numerosos grupos ambientalistas. En este último caso, fue particularmente Exxon-Mobile, la petrolera más grande del mundo, quien ejerció la mayor influencia sobre el gobierno.11 El nivel de diálogo ha sido tal que en el 2002 le propuso a la Casa Blanca mediante un memorando secreto, realizar una campaña conjunta para remover al director del Panel Internacional sobre Cambio Climático y tenaz promotor de la reducción de gases de efecto invernadero a nivel mundial, Dr. Robert Watson, misiva que incluía el pedido de reemplazo del delegado estadounidense —puesto por Clinton— por un funcionario más acorde a sus intereses.12 El alto grado de imbricación empresarial-estatal fue además patente desde el comienzo de la administración Bush. En su segunda semana en el poder, el presidente ordenó la creación del National Energy Policy Development Group (NEPDG), cuya función era delinear los postulados principales de la

24

política energética gubernamental. Dirigido por Cheney, y desde entonces conocido como el Cheney Energy Task Force, este grupo congregó en su seno, confidencial y esporádicamente, a los más altos ejecutivos de las grandes empresas y consorcios energéticos de Estados Unidos, destacándose James J. Rouse, vicepresidente de Exxon-Mobile; Kenneth L. Lay, director de la desaparecida Enron y amigo personal de Bush; Jack N. Gerard de la National Mining Association; y Red Cavaney, presidente del American Petroleum Institute. El Cheney Energy Task Force también mantuvo reuniones con ejecutivos de compañías extranjeras como Royal Dutch Shell Oil Corp. y British Petroleum, aunque fueron desmentidas por sus aparatos de prensa.13

9 Godfrey Hodgson, “Oil and American Politics”, Open Democracy, 3 de octubre de 2005. 10 El Congreso se ha negado a convalidar la iniciativa, congelando las expectativas creadas del American Petroleum Institute. Ver

Yereth Rosen, “Bush Plans Drilling in Untapped Alaska Oil Reserve”, Reuters, 13 de diciembre de 2003; y “Bush renews call for Alaskan oil drilling as oil prices spike”, CNN.com, 9 de marzo de 2005. 11 “Oil Giants Get Slick with Bid for New Image”, Guardian, 2 de febrero de 2003. 12 Julian Borger, “US and Oil Lobby Oust Climate Change Scientist”, Guardian, 20 de abril de 2002, disponible en

http://www.guardian.co.uk/bush/story/0,7369,687650,00.html. 13 Michael Abramowitz y Steven Mufson, “Papers Detail Industry’s Role in Cheney’s Energy Report”, The Washington Post, 18 de

julio de 2007, p. A01.


L A A D M I N I S T R AC I Ó N B U S H Lo trascendente de su accionar, con más de 40 reuniones celebradas, fue su recomendación de que el gobierno de Estados Unidos apoyase iniciativas hacia los países de Medio Oriente “para abrir sus sectores energéticos a la inversión extranjera”.14 Gracias a la presión judicial ejercida por las organizaciones Judicial Watch y Serra Club, la administración debió hacer pública la documentación de trabajo del NEPDG de marzo de 2001 que llamativamente incluyó un mapa de los pozos petroleros, oleoductos, refinerías y terminales de Irak, dos cartillas detallando los proyectos gasíferos y petroleros del país, y un listado de “negociantes extranjeros para los contratos de pozos petroleros iraquíes”.15 En este último figuraban 33 compañías de 15 países, pero ninguna de origen estadounidense. PARTE DE LA DOCUMENTACIÓN REVELADA DEL NEPDG

25

Fuente: http://www.judicialwatch.org/iraqi-oilfield-pr.shtml, consultado el 18 de septiembre de 2007.

14 Antonia Juhasz, “Whose Oil Is It, Anyway?”, New York Times, 13 de marzo de 2007. 15 “Cheney Energy Task Force Documents Feature Map of Iraqi Oilfields”, Judicial Watch, 17 de julio de 2003, disponible en

http://www.judicialwatch.org/iraqi-oilfield-pr.shtml. La documentación liberada incluyó la misma información para los casos de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes.


ÁGORA Casi al mismo tiempo que el Cheney Energy Task Force, el Departamento de Estado creó el Oil and Energy Working Group, integrado también por expertos en el sector energético iraquí, consultores internacionales y diplomáticos norteamericanos. Como conclusión de sus actividades, recomendó que el petróleo de Irak “debía abrirse a las compañías internacionales lo más rápido posible después de la guerra”.16 De acuerdo con Joshua Holland, estos

Además de los poderosos intereses corporativos, la

eventos permiten clarificar el interés de las

política petrolera ha estado determinada

“cuatro grandes” —Exxon-Mobile, Chevron-

por la cada vez más crítica condición energética

Texaco, BP-Amoco y Royal Dutch-Shell— por

de Estados Unidos. El país se ha transformado

controlar las reservas iraquíes, las segundas en

de productor a importador neto debido al creci-

importancia mundial (entre 112,000 y 115,000

miento de su demanda interna en el transcurso de

millones de barriles), luego de doce años de

algunas décadas.

sanciones de la ONU en las que “fueron forzadas a mantenerse al margen mientras el

gobierno de Saddam Hussein celebraba negocios con empresas chinas, francesas, rusas, entre otras”.17 En

26

ocasiones, esta ambición fue pública; en 1998, Kenneth Derr, por entonces jefe ejecutivo de Chevron le comentó a una audiencia en San Francisco: “Irak posee unas enormes reservas de petróleo y gas, a las que a Chevron le encantaría tener acceso.”18 Mientras Hussein siguiese gobernando, continuarían las sanciones impuestas y, por ende, el acceso hacia las reservas estaría vedado. Así fue que las grandes cabildearon en el decenio de 1990 a favor del cambio de régimen.19 Debe tenerse en consideración que actualmente tres cuartas partes del petróleo disponible a nivel mundial están bajo control directo de gobiernos. Esto no siempre fue así. Aproximadamente 35 años atrás, siete grandes compañías estadounidenses y europeas controlaban el grueso de las reservas mundiales. Fusionadas luego en las “cuatro grandes”, han intentado recuperar el terreno perdido.20

16 Joshua Holland, “Bush’s Petro-Cartel Almost Has Iraq’s Oil”, AlterNet, 16 de octubre de 2006. 17 Loc. cit. Las sanciones económicas contra Irak fueron impuestas en marzo de 1991, principalmente con la resolución 687. 18 Antonia Juhasz, art. cit. 19 Loc. cit. Una comisión independiente que investigó el programa “Petróleo por Comida” y su relación con Estados Unidos,

detectó que a pesar de las sanciones, el 37% del petróleo iraquí comercializado internacionalmente en el período arribó a Norteamérica, casi en su totalidad importado por firmas no estadounidenses. 20 Loc. cit.


L A A D M I N I S T R AC I Ó N B U S H Pero además de los poderosos intereses corporativos, la política nacional en la materia ha estado determinada por la cada vez más crítica condición energética de Estados Unidos. El país se ha transformado de productor a importador neto debido al crecimiento de su demanda interna en el transcurso de algunas décadas. En 1940, Estados Unidos era el principal productor mundial de petróleo y gas con más del 65%, pero hacia fines de la década comenzó a importar petróleo. Mientras que en los años cincuenta importó 10% de su consumo de crudo, para finales del primer mandato de George W. Bush esta cifra había alcanzado el 57%, y se proyecta que para el 2025 Estados Unidos comprará en el exterior más de dos tercios de su consumo energético.21 Esta condición se ha traducido en una forma particular de dependencia por parte de la primera potencia mundial. El sustento temporal de su economía y de su sociedad se ha visto amenazado, como lo demostraron los shocks petroleros de los años setenta. En palabras de Henry Kissinger: “desde la primera explosión de precios hemos aprendido que la crisis energética no es sólo un problema de adaptación transitoria, sino un grave desafío a la estructura política y económica del mundo libre.”22 A esta debilidad interna deben sumarse los pronósticos que advierten sobre la inminente escasez de petróleo.23 Para enfrentar tan complejo desafío, Estados Unidos se ha visto urgido estratégicamente a garantizar su acceso preferencial a las principales regiones productoras de hidrocarburos del planeta, fundamentalmente Medio Oriente -con el 65% de las reservas petroleras estimadas a nivel mundial. Allí, como diferentes administraciones estadounidenses dejaron en claro, Washington no permitirá que ningún Estado hostil obstaculice la libre circulación del crudo hacia los principales mercados consumidores de Occidente.24 Resulta casi una obviedad señalar que los funcionarios de la administración Bush estuvieron conscientes y compartieron este diagnóstico, más aún aquellos venidos de la industria. Basta citar el caso de Cheney, quien en el 2000 manifestó durante una conferencia con ejecutivos de compañías petroleras en Londres: “para el 2010 requeriremos de un adicional de 50 millones de barriles diarios. [...] Mientras muchas regiones del mundo ofrecen grandes oportunidades en cuanto a petróleo, Medio Oriente,

21 G. Hodgson, art. cit. 22 “La Geopolítica del Petróleo”, en Afirmaciones Públicas, Buenos Aires, Emecé Editores, 1981, p. 278. 23 David Robinson, “A new era for oil”, Buffalo News, 8 de octubre de 2002. 24 Michael T. Klare, Guerra por los Recursos, Barcelona, Ediciones Urano, 2003, p. 77.

27


ÁGORA con dos tercios de las reservas mundiales y con los más bajos costos de producción, es donde verdaderamente está el premio.”25 Es altamente probable que todos los cálculos empresariales y gubernamentales hasta aquí abordados hayan sido argumentos principales en la racionalidad que condujo a Washington a la invasión de Irak el 19 de marzo de 2003, en virtud del estrecho diálogo mantenido entre la administración y las grandes empresas. Así fue interpretado por algunos observadores internacionales como es el caso del ex primer ministro indio Inder Gujral, quien señaló: “El lobby del petróleo en Estados Unidos está determinado a tener su guerra.”26 Esto pareciera confirmarse si se adopta cómo axioma que las grandes compañías han perseguido exclusivamente la maximización de sus beneficios y si se acepta, como hasta aquí se ha propuesto, que han ejercido una gran influencia sobre la administración Bush. Falta analizar los medios que utilizaron las “cuatro grandes” para efectivamente controlar las reservas del país árabe. De haber podido, habrían adquirido a fines de marzo de 2003 los derechos legítimos de explotación de las reservas por décadas, pero sus propios planes políticos y la emergente realidad se los impidió. Por un lado, el panorama petrolero en Irak una vez acontecida la invasión no fue

28

tan exitoso como la Casa Blanca esperaba en el corto plazo. La inestabilidad y violencia crecientes afectaron los planes originales de restituir velozmente los niveles de producción de crudo de preguerra (2.5 millones de barriles diarios). Esto resintió a corto plazo las expectativas de rentabilidad de muchas empresas interesadas en invertir en petróleo iraquí. También volvió políticamente inviable una privatización directa de la industria del petróleo, lo que quedó demostrado con las manifestaciones en contra de la privatización de trabajadores iraquíes del ramo y los ataques cotidianos a la red de infraestructura.

25 Citado en Greg Muttitt, “Of Oil, War and Power – Learning From History”, Niqash, 10 de Julio de 2006. 26Cit. por Haroon Siddiqui, “‘Oil Lobby Determined to Have Its War’ in Iraq”, CommonDreams.org, 19 de enero de 2003,

disponible en http://www.commondreams.org/views03/0119-05.htm. Existen analistas que han negado la participación de estas empresas en las deliberaciones de la Casa Blanca sobre el estado del petróleo en Medio Oriente, quizás desconociendo las evidencias aquí mencionadas. Un caso es el de Yahya Sadowski para quien la guerra de Irak buscó “perpetuar la hegemonía de los Estados Unidos [antes] que acrecentar las ganancias de Exxon”, en “Las Causas de la Guerra”, Le Monde Diplomatique, 46 (2003). También están las interpretaciones que rechazan la idea de “una guerra por el petróleo” bajo el supuesto de representar un mal negocio tanto para las compañías, dados los altos niveles de inversión que requeriría rehabilitar el proceso productivo, como para el gobierno norteamericano por el enorme costo general de la ocupación y la imposibilidad de ser cubierto con los ingresos del petróleo iraquí. Ver Charles A. Kohlhaas, “War in Iraq: Not a ‘War for Oil’”, In the National Interest, 5 de marzo de 2003; y Roger Burbach, “Bush Ideologues vs. Big Oil: the Iraq Game Gets Even Stranger”, Counterpunch.org, 10 de marzo de 2003. Evidentemente, estas perspectivas no han considerado ni el abrumador ascenso del precio del petróleo ni el enorme gasto que ha realizado la administración Bush en Irak, calculado en más de 3,000,000,000,000 de dólares a mediados de 2008.


L A A D M I N I S T R AC I Ó N B U S H La privatización no fue la primera opción de la administración ni de las compañías. “No se privatizarán los recursos hidrocarburíferos de Irak ni las instalaciones mientras me encuentre aquí”, señaló Philip Carroll, ex director ejecutivo de Royal Dutch Shell para Estados Unidos y hombre designado por Bremer como asesor en jefe del Ministerio de Petróleo del 2003 al 2005.27 En efecto, en septiembre de 2003 la orden 39, por la que se privatizaron 200 compañías estatales, no incluyó a la industria petrolera. En aras de evitar la crítica internacional, se optó por respetar la propiedad estatal sobre la misma, conservando a la Compañía Nacional de Petróleo Iraquí. Como en los tiempos de Hussein, el sector también seguiría abierto a la inversión y participación extranjera. Así fue propuesto por Amy Myers Jaffe del James A. Baker III Institute for Public Policy en enero del 2003 con apoyo del Departamento de Estado y de corporativos de las “cuatro grandes”.28 De no privatizar el sector, ¿con qué opción contaban? Básicamente, con los Production-Sharing Agreements (Acuerdos de Producción Conjunta, en adelante PSA). Los PSA son un tipo de contrato que le garantiza a una empresa la explotación de un yacimiento por un plazo de hasta 40 años, en condiciones de seguridad jurídica y con un bajísimo margen de retención de ganancias por parte del gobierno, que virtualmente es el propietario de los recursos. Los PSA fueron moneda corriente en los años cincuenta y sesenta, y también en la Rusia poscomunista. Pero no en el mundo árabe, donde los gobiernos han mantenido desde la década de 1970 un control férreo y un alto margen de retenciones sobre la industria del petróleo.29 Esta es la llave del éxito que las “cuatro grandes” han planeado utilizar y que les evita una impopular privatización. En este sentido, AlJazeera reveló que en el 2004 el gobierno británico, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, le hizo llegar al ministro de Finanzas de Irak una “hoja de ruta” donde se recomendaba la firma de PSA con compañías multinacionales norteamericanas y británicas. Se trataba de un estudio realizado por el International Tax and Investment Center (ITIC), un think tank financiado por Shell y BP entre otros. A su vez, el Ministerio británico facilitó la celebración de un encuentro entre el ITIC y

27 Dilip Hiro, “How the Bush Administration’s Iraqi Oil Grab Went Awry. Greenspan’s Oil Claim in Context”, TomDispatch, 25

de septiembre de 2007. 28 Loc. cit. 29 El grupo consultor británico Platform ha indicado que un PSA le asegura a la empresa ingresos trece veces mayores a los míni-

mos esperados. En J. Holland, art.

29


ÁGORA funcionarios del Ministerio de Petróleo iraquí para discutir esta propuesta en Beirut en enero de 2005.30 Esto demuestra varias caras de un mismo fenómeno: la intensa actividad de cabildeo, el respaldo de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña a sus empresas energéticas y el diálogo directo de estas últimas con el Ministerio del Petróleo iraquí sobre la repartición de los derechos de explotación. Todo indicaba que el proceso de adjudicación efectivamente tomaría lugar en el segundo mandato de Bush, con un gobierno soberano en Irak y una Ley de Hidrocarburos aprobada.31 La publicación de documentos diplomáticos confidenciales australianos ha revelado la percepción, incluso preocupación, compartida por Canberra y por empresas petroleras de ese país de que el acceso al petróleo ha quedado

grandes” en el petróleo iraquí son contundentes, así como su nivel de coordinación e imbricación con la administración Bush. Por lo tanto, la

garantizado y restringido primordialmente a los

hipótesis de “sangre por petróleo” da cuenta de

exclusivos y poderosos intereses de las “cuatro

una concreta y poderosa explicación sobre la

32

grandes”.

30

Las pruebas sobre el interés de las “cuatro

lógica de la guerra iniciada en 2003.

En el 2002, el ex director de la CIA y promotor de la invasión a Irak, James Woolsey, lanzó una advertencia clara en una declaración polémica: Francia y Rusia poseen compañías petroleras en Irak. Deberían saber que si colaboran en la transformación de Irak hacia un gobierno decente, haremos nuestro mayor esfuerzo para asegurar que ese nuevo gobierno y las compañías estadounidenses trabajen estrechamente

30 Tim Webb, “Foreign Office Helped Set Up Iraqi Oil Deals. Ambassador Passed ‘Roadmap’ Report to Baghdad”, The Independent, 11 de marzo de 2007. 31 Sobre la Ley de Hidrocarburos iraquí véase “Cabinet Readies Iraqi Oil for Privatization”, Platform, 27 de febrero de 2007, disponible en http://www.carbonweb.org; y Edward Wong, “Iraqis Reach an Accord on Oil Revenues”, New York Times, 27 de febrero de 2007. Debe aclararse que el primer borrador de la Ley (2005) incluía explícitamente la referencia a PSA, pero fue cambiada en el 2007 por Exploration and Risk Contracts (Contratos de Exploración y Riesgo), sin alterar su esencia. 32 James Paul, “Confidential Document on Iraq Oil Lobbying”, Global Policy Forum, 14 de julio de 2006. En junio de 2007 el ministro de Defensa australiano, Brendan Nelson, admitió que la razón principal de la participación y presencia de 1,500 soldados nacionales en la ocupación de Irak fue la de asegurar las reservas petroleras, comentario que rápidamente fue desmentido por el primer ministro John Howard y que inició un caluroso debate en Canberra sobre la relación con Estados Unidos. “Australia ‘Has Iraq Oil Interest’”, BBC, 5 de julio de 2007. En relación con esto, se ha sugerido que el apoyo a la invasión fue una forma de fortalecer la posición de BHP Billinton a la hora de reclamar por sus derechos contractuales sobre el mega-pozo de Halfaya.


L A A D M I N I S T R AC I Ó N B U S H con las suyas. […] Si en cambio apuestan a Saddam, será muy difícil, casi imposible persuadir al nuevo gobierno iraquí de que trabaje con ellas.33 En efecto, es sabido que compañías de segundo orden internacional, como es el caso de la francesa Total Elf, la australiana BHP Billinton o la rusa Lukoil, se limitaron a ejercer presión diplomática en Washington y Londres en 2004 para asegurar su participación en los proyectos que habían negociado con Hussein.34 Las pruebas sobre el interés de las “cuatro grandes” en el petróleo iraquí son contundentes, así como su nivel de coordinación e imbricación con la administración Bush. Por lo tanto, la hipótesis de “sangre por petróleo” da cuenta de una concreta y poderosa explicación sobre la lógica de la guerra iniciada en 2003. Y consecuentemente, echa sombras sobre la naturaleza democrática y centrada en el interés nacional de una política exterior republicana que ha conducido a rebarajar las cartas energéticas en Medio Oriente en los inicios del siglo XXI.

31

33 Citado en Charles Peña, “It’s Not About Oil?”, Chicago Tribune, 20 de septiembre de 2002. Recuérdese que los gobiernos de Francia y Rusia fueron los principales opositores y críticos de la invasión de marzo de 2003, junto con Alemania. 34 En 2007 finalmente el gobierno iraquí canceló un controversial contrato con Lukoil que le otorgaba derechos de explotación

del mega-pozo de Qurma Occidental. Se estima que el pozo tendría 11,000 millones de barriles de crudo -equivalente a las reservas totales en poder de Exxon-Mobile- por lo que, de ser explotado, agregaría un “elefante” más, como se denomina en la jerga empresarial a los mega-pozos, a la docena ya existente. El contrato de Lukoil fue negociado en 1997 con Hussein, quien posteriormente lo canceló en lo que se cree fue un intento por inducir al gobierno ruso a que se opusiera primero a las sanciones de la ONU y luego a la invasión de Estados Unidos. Desde entonces, el contrato se mantuvo en un “limbo legal”. Algunas fuentes indicaron que habrían sido funcionarios del Pentágono quienes recomendaron al Ministerio de Petróleo iraquí revocarlo definitivamente y llamar a una nueva licitación para comienzos del 2008. Esto motivó comentarios como el de Vladimir I. Tikhomirov, economista en jefe del banco ruso UralSib: “los rusos entendemos la cancelación del contrato en Irak como parte del esfuerzo estadounidense por mantener el control sobre los principales pozos petroleros del país”. El gobierno de Putin declaró que como represalia no aprobará en el marco del Club de París la condonación de deuda de Irak calculada en 10,000 millones de dólares. Andrew E. Kramer, “Iraq, With US Support, Voids a Russian Oil Contract”, New York Times, 4 de noviembre de 2007. Recientemente (junio de 2008) el Ministerio del Petróleo ha otorgado derechos sobre este mismo pozo a un consorcio integrado por Chevron y Total Elf de manera directa y por tres años. Ver Andrew E. Kramer, “Deals With Iraq Are Set to Bring Oil Giants Back”, New York Times, 19 de junio de 2008.


¿HACIA LA ESTABILIZACIÓN DE IRAK? Ramón I. Centeno Miranda*

NO

HAY CLICHÉ MÁS EXTENDIDO

acerca de la situación política internacional que el que afirma que Irak

es simplemente “otro Vietnam”. Pero esta comparación, sostenida principalmente por la izquierda, es inexacta. El régimen iraquí no es títere de Washington (ni de Irán). El norte kurdo es en los hechos otro país, con una dinámica propia. La resistencia iraquí no se compara al Vietcong. La oposición a la guerra en Estados Unidos y el despliegue militar de este país en Medio Oriente es mínimo comparado con lo

32

alcanzado en la guerra de Vietnam. De Vietnam, Estados Unidos tuvo que salir humillado, en Irak sería precipitado pronosticar algo semejante.

EL RÉGIMEN IRAQUÍ El cliché dice que el actual gobierno iraquí es un simple gobierno títere de la Casa Blanca. Nuri Kamal Al-Maliki, actual primer ministro de Irak, sería, bajo este razonamiento, “el hombre” de Estados Unidos. La realidad es menos simple. Maliki pertenece al Dawa, un partido chiíta1 fundado en 1950, con vínculos muy fuertes con Irán. Fue propuesto por las seis agrupaciones de la lista más votada en las elecciones de enero y diciembre de 2006, la Alianza Unida Iraquí. El vínculo del régimen iraquí con el némesis regional de Estados Unidos le otorga capacidad de juego propio, un cierto grado de independencia. Sabe que Washington necesita de él y también que su estabilidad depende de la ocupación. No es posible decir que Teherán controle a los partidos chiítas de Irak, pero sí es una influencia a tener en cuenta.

* Estudiante de primer semestre del programa de maestría en Ciencias Sociales de FLACSO, México. 1 En Irak, los árabes chiítas forman 60-65% de la población; los árabes sunnitas 32-37%; kurdos 15-20%;

turcomanos

y

asirios

5%.

Población

total:

28,

221,181.

CIA

World

Factbook

2008.

https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/iz.html, consultado el 11 de julio de 2008.

Disponible

en


¿H AC I A

L A E S T A B I L I Z AC I Ó N D E

IRAK?

Irán desea ser reconocido como una poderosa fuerza regional y nada mejor para ello que salir de su aislamiento produciendo en Irak un régimen aliado de hegemonía confesional chiíta, igual que el suyo. Este papel de Irán en la guerra de Irak ha provocado el aumento de las voces en Washington que sugieren entrar en negociaciones directas con Teherán, lo cual rompería la estrategia diplomática mantenida desde que surgió el régimen islámico en ese país. La llamada “violencia sectaria” que sacude el suelo iraquí tiene a Irán como uno de sus principales promotores a través de los llamados escuadrones de la muerte (chiítas), que cometen atentados contra la población sunnita. Irán busca crear un abismo entre sunnitas y chiítas para alimentar los sentimientos nacionalistas de estos últimos que, como mayoría de la población, serían la principal base social de un régimen afín a Teherán. Para ello, busca controlar la región que se extiende del centro al sur del país. Caso aparte es el norte de Irak, hoy llamado por el resto de la población iraquí como “Kurdistán”. Esta zona, como resultado de la Guerra del Golfo Pérsico de 1991, se lanzó a la insurrección contra un Saddam Hussein derrotado y conquistó la independencia de facto. Desde entonces ha desarrollado un gobierno autónomo, el cual goza de un enorme margen de maniobra y es considerado una conquista descomunal entre el resto de la población kurda; es decir, la que vive (como minoría oprimida) en Turquía, Siria e Irán. Sunnitas y chiítas han aceptado ya esta separación de facto, al igual que el gobierno del presidente George W. Bush. Los kurdos de Irak son los únicos que recibieron a las tropas de ocupación como héroes. Los pershmerga, la milicia kurda, son la principal fuerza armada en la zona y han combatido lealmente al lado de las tropas estadounidenses desde el inicio de la invasión. Aquí, la bandera oficial de Irak está prohibida y no hay oficinas del gobierno central. Los kurdos tienen su propia bandera e himno. La población kurda votó, casi unánimemente, por la independencia en un referéndum informal realizado en enero de 2005. Pero Washington no respalda la separación del norte kurdo, porque alentaría desmembramientos similares en Siria, Turquía e Irán, provocando aún mayor inestabilidad en una región de por sí explosiva. El PUK y el KDP2 tienen muy clara la postura estadounidense, por lo que orientan los deseos

2 La Unión Patriota del Kurdistán y el Partido Kurdo Democrático son los principales partidos políticos en el Kurdistán iraquí.

33


ÁGORA independentistas de la población kurda hacia el terreno no-independentista de una mayor autonomía dentro de un estado “federal”.3 El norte de Irak no es Irak. Cuenta con un régimen político estable y una economía próspera, sostenida por la industria petrolera y las inversiones turcas. No hay ocupación en esta zona; por lo mismo, no hay resistencia armada (en la figura 1 se observa que prácticamente no hay bajas estadounidenses en el norte). Aquí se cumplió el objetivo de la Casa Blanca: un régimen afín. Así hay que decirlo, así hay que entenderlo.

Figura 1. BAJAS TOTALES DE LA COALICIÓN POR PROVINCIA IRAQUÍ

34

Fuente: Iraqi Coalition Casualty Count Disponible en: http://icasualties.org/oif/Province.aspx, consultado el 11 de julio de 2008.

3 Ver la entrevista con el primer ministro del Gobierno Regional de Kurdistán, Nechirvan Barzani, en Foreign Affairs, 6 (2007).


¿H AC I A

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IRAK?

RESISTENCIA A LA OCUPACIÓN Hay dos alas actualmente activas en la resistencia armada iraquí: ambas de composición sunnita. Una de ellas, la menor y más impopular, es la encabezada por Al-Qaeda en Mesopotamia. Es el sector taqfirista, o anatemizador, que considera que la población en conjunto es infiel por no seguir estrictamente los preceptos islámicos. Visualiza la invasión estadounidense a Irak como el principal terreno de batalla actualmente en Oriente Medio por parte de “Occidente” en contra del Islam. Busca establecer en Irak un estado islámico ultra-ortodoxo y, para tal fin, le es igualmente válido atacar a la población o a los invasores. Si atacan a los estadounidenses, golpean directamente a Occidente. Si atacan a la población, inhiben el desarrollo de expresiones occidentales dado que estarían educando a los iraquíes para ser musulmanes ejemplares. La otra ala es un frente dominado por expresiones políticas provenientes del Partido Baaz Árabe Socialista, el mismo al que pertenecía Saddam Hussein. Actualmente, estas dos alas están profundamente enfrentadas y ya ha habido intercambio de fuego entre ellas.4

La resistencia armada se vio

enormemente alimentada por el desmantelamiento del ejército iraquí en 2003 y de todo el régimen del Baaz, justo después del derrocamiento de Hussein. El propósito de Paul Bremer III, enviado de Washington a gobernar provisionalmente Irak, era “des-baazificar” el país. Hoy esa decisión es considerada de las más estúpidas en tiempos de la ocupación. Cuatrocientos mil efectivos, mayormente sunnitas, quedaron desempleados y se incorporaron pronto a la beligerancia armada. Así, desde su génesis, esta ala de la resistencia armada ha sido dirigida principalmente por una constelación de cuadros militares y políticos provenientes del partido de Saddam Hussein con el objetivo de regresar a sus antiguos empleos.5 Estos objetivos restauracionistas del Baaz explican que la mayoría de la población chiíta (y más aún la kurda) no se identifique con una resistencia que busca reinstalar el antiguo ejército de preeminencia sunnita. Para revertir, aunque fuera en parte, los efectos de la des-baazificación, Washington comenzó a presionar a Maliki desde 2006 para permitir la inclusión de la corriente baazista en las instituciones del

4 Carlos Varea, “Combates en Bagdad y Baquba entre la resistencia iraquí y Al-Qaeda”, Rebelión, 4 de junio de 2007.

Disponible en http://www.rebelion.org/autores.php?id=53, consultado el 11 de julio de 2008. 5 Ver el “Programa del Partido Baaz: El Programa de la Resistencia y la Independencia”, elaborado en octubre de 2006.

Disponible en http://www.iraqsolidaridad.org/2006/docs/ocup_31-10-06_baaz.html, consultado el 11 de julio de 2008.

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ÁGORA régimen, lo cual se logró en gran medida en enero pasado cuando el parlamento iraquí (luego de difíciles jaloneos) votó la ley de Responsabilidad y Justicia que “permitirá a miles de ex miembros del partido [Baaz] solicitar su reinstalación en el servicio público y el ejército”.6

LA OPOSICIÓN A LA GUERRA EN IRAK DENTRO DE ESTADOS UNIDOS El cliché también afirma que Bush está contra la pared en casa, sostenido por hilos. Sugiere que hay, o que en cualquier momento se pueden dar, enormes movilizaciones de una población estadounidense furiosa, que estarían orillando a una rápida y dolorosa retirada de Irak, tal como pasó en Vietnam. En las figuras 2 y 3 podemos ver las bajas sufridas por el ejército estadounidense en la guerra de Vietnam e Irak, respectivamente. Las bajas en Irak son sólo una pequeña fracción de aquéllas y no se vislumbra que lleguen a alcanzar esos niveles. No cabe la comparación. Apuntemos que los años en que Washington mantuvo operaciones a gran escala en Vietnam fueron de 1965 a 1971.

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Figura 2. BAJAS ESTADOUNIDENSES EN LA GUERRA EN IRAK AL 31/12/2007

PERÍODO

TOTAL ANUAL

2003

486

2004

849

2005

846

2006

822

2007

902

TOTAL

3,905

Fuente: Iraqi Coalition Casualty Count. Disponible en: http://icasualties.org/oif/USbyYear.aspx, consultado el 11 de julio de 2008.

6 “Iraq Eases Restrictions on Baath Party Members”, New York Times, 12 de enero de 2008.


¿H AC I A

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IRAK?

Figura 3. BAJAS DEL EJÉRCITO ESTADOUNIDENSE EN EL SURESTE ASIÁTICO

PERÍODO

TOTAL ANUAL

1957-1964

401

1965

1,863

1966

6,144

1967

11,153

1968

16,589

1969

11,614

1970

6,083

1971

2,357

1972

640

1973

168

1974

178

1975

160

1976

77

1977

96

1978

447

1979

148

TOTAL

58,112

Fuente: The Vietnam Veterans Memorial Disponible en: http://www.thewall-usa.com/summary.asp, consultado el 11 de julio de 2008.

37


ÁGORA Además, como podemos ver en las figuras 4 y 5, el despliegue militar en Irak es mínimo comparado con el de Vietnam.

Figura 4. TROPAS ESTADOUNIDENSES EN IRAK

AÑO

PROMEDIO ANUAL DE EFECTIVOS

Figura 5. TROPAS ESTADOUNIDENSES EN VIETNAM

FECHA

TOTAL DE EFECTIVOS

2003 (abril)

132,444

31/12/ 60

900

2004

133,917

31/12/61

3,200

2005

145,292

31/12/62

11,500

2006

138,500

31/12/63

16,300

2007

156,000

31/12/64

23,300

2008 (julio)

145,286

31/12/65

184,300

31/12/66

425,300

31/12/67

485,600

31/12/68

536,100

31/12/69

474,400

31/12/70

335,800

09/06/71

250,900

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Fuente: GlobalSecurity Disponible en: http://www.globalsecurity.org/military/ops/iraq_orbat_es.htm, consultado el 11de julio de 2008. http://www.globalsecurity.org/military/ops/vietnam2.htm, consultado el 11 de julio de 2008.

Más aún, en la guerra de Vietnam había, afuera de Vietnam (en la costa, en Laos y Camboya), 1.2 millones de efectivos militares de Estados Unidos.7 En Irak sólo hay 30,000 efectivos fuera del país.8 La diferencia es igualmente elocuente en el costo de la guerra, cuya magnitud se puede medir por el

7 Melvin R. Laird, “Iraq: Learning the Lessons of Vietnam”, Foreign Affairs, 6 (2005). 8 Dato obtenido de Global Security, disponible en http://www.globalsecurity.org/military/ops/iraq_orbat_es.htm,

consultado el 11 de julio de 2008.


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IRAK?

porcentaje del PIB de Estados Unidos destinado al Departamento de Defensa. En la guerra de Vietnam era el 10%, hoy representa sólo el 3.74%.9 Incluso la cantidad de civiles locales muertos (los verdaderos afectados) no se compara. En Vietnam murieron unos 5.1 millones de vietnamitas.10 En Irak han muerto, hasta el 2006, unos 600,000 iraquíes.11 Todo lo anterior explica que las

Las diferencias entre la guerra de Irak y la

movilizaciones en contra de la actual guerra no

de Vietnam permiten ubicar la situación

se comparen en profundidad, amplitud y

actual de la ofensiva estadounidense en Irak

frecuencia a las de hace cuarenta años. Las

en su justa dimensión. Es posible incluso

protestas en contra de la guerra en Vietnam eran

vislumbrar que no habrá mayores ajustes a

atizadas por la enorme cantidad de muertos que

la estrategia bélica independientemente de

había. Los estudiantes universitarios eran el

quién releve a Bush en la Casa Blanca

principal motor de las movilizaciones y su participación masiva había sido disparada por un

factor que hoy ya no existe: el reclutamiento forzoso (the draft). De hecho, las movilizaciones estudiantiles de aquella época no iniciaron en contra de la guerra, sino en contra del draft, y conforme aumentaba el reclutamiento se agudizaron las movilizaciones. En 1973 fue abolido el draft y desde entonces opera el enrolamiento voluntario en el ejército estadounidense. Es cierto que hubo fuertes movilizaciones en el mundo contra la guerra en Irak antes de que ésta iniciara, alcanzando niveles francamente titánicos. El 15 de febrero de 2003, se movilizaron millones (literalmente) en el mundo. Entre uno y dos millones se movilizaron en Londres, más de 600,000 en Madrid, 300,000 en Berlín. En total, hubo protestas en 600 ciudades alrededor del mundo. Pero una vez iniciada la invasión, en marzo del mismo año, no volvieron a alcanzar esos niveles. La movilización de la población estadounidense no es aún un factor determinante en el desarrollo de la guerra en Irak, como sí lo fue con creces en la de Vietnam. Estas diferencias entre una y otra guerra permiten ubicar la situación actual de la ofensiva estadounidense en Irak en su justa dimensión. Es posible incluso vislumbrar que no habrá mayores

9 M. R. Laird, art. cit. 10 French Press Agency. 4 de abril de 1995, disponible en http://www.rjsmith.com/kia_tbl.html, consultado el 11 de julio de 2008. 11 Sabrina Tavernise, “Iraqi Dead May Total 600,000, Study Says”, New York Times, 11 de octubre de 2006.

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ÁGORA ajustes a la estrategia bélica independientemente de quién releve a Bush en la Casa Blanca. Aún cuando el debate sobre Irak en la precampaña presidencial estaba más encendido, los aspirantes demócratas, cuando se les presionaba, distaban mucho de afirmar que retirarían pronto las tropas.12 Las diferencias entre demócratas y republicanos (a pesar de las apariencias) son fundamentalmente sobre el balance de la guerra, no tanto sobre el camino a seguir de ahora en adelante.

LA OCUPACIÓN CONTRA LA RESISTENCIA La ocupación ha logrado ajustar una política que promete atenuar el fracaso. Desde finales del 2006 vino desarrollándose un interesante fenómeno en la provincia de Anbar. Líderes tribales comenzaron a hacer frente común con la ocupación para combatir a Al-Qaeda en Mesopotamia, organización repudiada por sus asesinatos indiscriminados de civiles. Los ocupantes llegaron incluso a suministrarles armamento y a crear, con base en miembros de esas tribus, fuerzas policiales locales. La gran mayoría de esas tribus habían sido en un pasado no muy remoto parte de la resistencia armada contra las tropas estadounidenses. Éste es el origen de los Consejos del Despertar.

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Lo que parecía ser un fenómeno aislado fue tomado como modelo para aplicarse en otras áreas de mayoría sunnita. Tal desarrollo, complementado con la ley de Responsabilidad y Justicia que vimos arriba, está en el origen de la reducción de la violencia sectaria desde la mitad de 2007. Ésta ha sido la gran estrategia del jefe militar de la ocupación, el General David H. Petreaus, para pacificar la zona, lo cual ha logrado generar sentimientos encontrados hacia la ocupación entre la población sunnita. Si bien la enorme mayoría rechaza la presencia de tropas extranjeras, también son muchos los que estarían en contra de que esas tropas se retiraran inmediatamente. En este contexto, sectores de la resistencia armada sunnita hoy colaboran y se coordinan con los ocupantes para combatir a Al-Qaeda. Es el caso de las Brigadas de la Revolución de 1920 y el Ejército Islámico (ambos de orgen baazista).13

12 “John Edwards […] mantendría tropas en la región [...]. La senadora Hillary Rodham Clinton […] dejaría fuerzas

residuales [...]. Y el senador Barack Obama […] dejaría una presencia militar de un tamaño aún no especificado [...].” ”Los candidatos [demócratas] no están únicamente tratando de garantizarse flexibilidad para sí mismos en caso de convertirse en presidente, dicen sus asesores, sino que también esperan impedir que se genere cualquier expectativa de que la guerra terminaría abruptamente si fueran electos. La mayoría no ha propuesto un nivel específico de tropas o lineamientos particulares para una presencia continuada en Irak”, Jeff Zeleny y Marc Santora, “Democrats Say Leaving Iraq May Take Years”, New York Times, 12 de agosto de 2007. 13 “Roadside Bombs Across Iraq Kill Seven”, New York Times, 10 de noviembre de 2007.


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IRAK?

Tal política ha dado frutos. Al-Qaeda se ha visto fuertemente golpeado. Sus combatientes huyeron de las provincias de Bagdad y Anbar y se concentraron en Diyala donde sufrieron enormes estragos en enero de este año. Después se concentraron en Nínive, donde también fueron derrotados este marzo. Los Consejos del Despertar han sido protagonistas de este proceso, con lo que ganaron solidez y se han dado lo que pueden ser importantes pasos en la estabilización del país. Ahora se busca reproducir el modelo en el sur chiíta. El general Petraeus señaló atinadamente el pasado 9 de abril ante el Senado que este progreso es “frágil y reversible”, pero progreso al fin. Ahora bien, en el sur se ha puesto en marcha una política que tiene como fin último desmantelar a la milicia dirigida por el clérigo chiíta Moktada al-Sadr. Su ejército del Mahdi, con sus 60,000 efectivos, es hoy por hoy la principal formación sectaria de Irak. Casi inmediatamente después de la entrada de las tropas invasoras a Bagdad (ciudad sunnita y chiíta) en abril de 2003, Moktada comenzó a formar una milicia chiíta en Ciudad Sadr (suburbio de Bagdad). La existencia del Ejército del Mahdi fue formalizada en junio de ese año y comenzó a llenar el vacío de poder surgido en esa ciudad y una franja de ciudades sureñas. El Mahdi fue derrotado militarmente en el 2004. Moktada declaró una tregua, entró en negociaciones con los ocupantes, fue cooptado por el régimen de colaboración y participó en las elecciones de 2005. Moktada dejó de ser una fuerza resistente; sin embargo, cuenta con juego propio y su agenda no es la de Estados Unidos, lo que le permitió recoger y administrar el sentimiento anti-ocupación entre las masas chiítas y, en algún momento, en sectores de las sunnitas. Pero su milicia se ha vuelto crecientemente impopular debido a numerosos abusos cometidos en contra de la población, tanto sunnita como chiíta, perdiendo así su base social. Gracias a esto, Maliki tuvo el espacio político para lanzar a finales de marzo anterior una ofensiva militar en su contra, centrada en la ciudad sureña de Basora, cuya fuerza militar le había dado al Mahdi acceso a grandes porciones de control político en el sur chiíta, compitiendo así con el poder del gobierno central y sus milicias. Petraeus complementó la pinza, cercando Ciudad Sadr, base de operaciones del Mahdi. Moktada evitó al máximo el enfrentamiento armado y declaró pronto la tregua unilateralmente, aceptando así una derrota que le permitiera mantener intactas sus fuerzas, aunque eso resultara en una drástica reducción de su influencia política.

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ÁGORA Esta ofensiva militar de Maliki, aunque calificada de desordenada, le ha otorgado en los últimos meses una credibilidad inédita ante las fuerzas políticas kurdas y sunnitas. Todos se han plegado en torno a él, y si bien su ofensiva no logró destruir al Mahdi, prefigura su posible disolución. Y si junto con esto se confirma la absorción de la resistencia baazista, ciertamente se habrían superado dos enormes obstáculos hacia la estabilización de Irak.

EL FRACASO DE WASHINGTON EN IRAK El gran golpe que esta guerra le inflige a Washington tiene que ver con que revela su declive ante las masas del mundo. El presidente Bush esperaba que sus tropas fueran recibidas como héroes, instalando en lugar de Saddam Hussein un régimen estable y democrático, afín a Washington, para extraer el petróleo iraquí sin complicaciones. Pero fracasó y con esto se genera en la población mundial una nueva percepción del papel que representa Estados Unidos en el actual orden global. Este factor subjetivo se transforma en un elemento objetivo del análisis político que permite entender la pérdida de margen de maniobra de actores como Washington y Tel Aviv, que vienen sufriendo una peligrosa parálisis en Medio Oriente, evidenciada

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por el ascenso de Hamas en Palestina, de Hezbollah en Líbano y de Irán en toda la región. Los objetivos que se perseguían con esta guerra se mostraron desproporcionados con el actual peso específico de Estados Unidos en el devenir de la situación política mundial. Esto ha estado últimamente en el centro del debate de los teóricos de la política exterior estadounidense.14 Pero este fracaso no ha significado hasta hoy una derrota aplastante y aún puede ser atenuado en gran medida. Estabilizar Irak no sería un logro menor de Washington en medio de una situación tan volátil; aunque obviamente ya no se convertirá en un triunfo. En resumen, Washington y sus aliados aún no están acorralados y sin salida. Irak no es Vietnam y estamos obligados a entender las contradicciones de la actual situación sin caer en los clichés. La izquierda mundial debe aprender a hacer análisis políticos que superen tanto las comparaciones sencillas como las primeras imágenes que construye el sentido común.

14 Para Charles A. Kupchan, del Council on Foreign Relations, hay que formular “una estrategia políticamente solvente”. Como

Estados Unidos ha perdido “solvencia” en política exterior, restaurarla “significa colocar los compromisos de Estados Unidos en línea con sus medios políticos”. Son curiosos los eufemismos utilizados para no referirse directamente al declive de Washington. Véase su artículo: “Grand Strategy for a Divided America”, Foreign Affairs, 4 (2007).


LA CALIGRAFÍA ÁRABE José Luis López Habib*

La caligrafía arábiga es, por definición, la más árabe de todas las artes plásticas islámicas. Titus Burkhardt

LA CALIGRAFÍA ÁRABE es la síntesis de las artes de esta cultura. A lo largo de su historia y desde la revelación coránica, la palabra ha sido cultivada con amoroso cuidado; así, la caligrafía es un arte que nació bello. En árabe se denomina el arte de la línea, fan el khat, porque los trazos caligráficos juegan con el ojo y embellecen su espacio, exaltando la gloria de Dios, el creador de todas las cosas, por medio de la palabra. La realidad verbal siempre eclipsó a la visión estática. Nada ejemplifica tanto el sentido estético de los pueblos musulmanes como su caligrafía. Lo que más sorprende de la caligrafía árabe es la vigencia de sus múltiples estilos, nacidos en diferentes periodos, a los que se recurre dependiendo de la naturaleza y entorno de los textos. Este carácter multiforme de la caligrafía árabe tienta a compararla con la caligrafía china, otra manifestación del arte de la escritura. Podemos, en principio, observar dos cosas evidentes. Una se dibuja con pincel, la otra con el cálamo. La escritura china es pictográfica, cada signo es una idea diferenciada, mientras la escritura árabe es puramente fonética; así, la estilización de las letras árabes es abstracta, sin ninguna raíz figurativa. En la caligrafía árabe no se tiende a apartar cada signo, sino que se integran en un ritmo continuo; su encanto radica en combinar los rasgos distintivos de los caracteres con la fluidez del todo. *

Investigador de proyecto del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México.

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ÁGORA Los caracteres chinos se desdoblan verticalmente, de arriba hacia abajo, como si descendieran del cielo. La caligrafía árabe procede horizontalmente, en el plano del devenir, empezando de la derecha, por donde va el Señor, y dirigiéndose a la izquierda, el lugar del corazón; conduce de la acción a la reflexión, aprehender el mundo del exterior al interior. El trazo de la caligrafía es ondulante, variable como la vida misma; mientras que el plano vertical representa lo inamovible, lo Kufi ornamental

inaplazable, el propio devenir del tiempo,

siempre uno, constante, el mismo. El trazo vertical une al afirmar la esencia y el horizontal divide al expandirse a la multiplicidad. La escritura es creación y recreación. La palabra árabe es una palabra viva, en movimiento, en consonancia con el universo que enuncia. El arte de la línea no es embellecer la letra, sino hacer de la línea un arte. Ese hilo que recorre el mundo entero, como una madeja interminable, el calígrafo lo toma con su cálamo y plasma en el papel la más insólita

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belleza. Es un hilo fino, de múltiples colores y texturas, que el calígrafo toma con el cuidado de un artesano y va, amorosamente, jalando una y otra vez, arriba y abajo. De esa línea se sugieren formas: aparecen montañas y ciudades, árboles, ríos, pájaros, y más tarde, el ser humano. Es una guía que divide lo que está arriba de lo que está abajo, lo oculto de lo evidente. Los estilos caligráficos tienen dos referentes primarios. El kúfico, llamado así porque procede de la ciudad de Kufa, en Iraq, Dwani djeli

un importante centro cultural en la época abbasí, se caracteriza por sus gruesos trazos geométricos. Este estilo, empleado fundamentalmente para la caligrafía del Corán, combina una gran exactitud de trazos con un verdadero amor por la síntesis geométrica, por lo que es un poco difícil de leer. El estilo naskhi, en contraste, es ligero y esbelto, con formas variadas de fluidez. Al trazo grueso de la línea lo cortan sobre el renglón dientes, picos, elevaciones y rizos lo que le da una cualidad plástica evidente.


LA

CALIGRAFÍA ÁRABE

La vida del musulmán está llena de formulas religiosas, desde su nacimiento hasta su muerte. Cuando un musulmán nace, su padre le musita al oído la formula de profesión de fe, y cuando está en trance de muerte también lo dicen por él. Resulta fácil reconocer estas fórmulas, como parte de la cotidianidad, por más adornada que sea la caligrafía. El trabajo es reconocer la fórmula, la letanía, y desgranar de ahí toda la sentencia, como quien anda un camino conocido en la oscuridad. No se trata de leer, se trata de reconocer. Existe para la caligrafía un canon, una medida, basado en el instrumento de escritura, el cálamo, hecho de caña con una punta en diagonal. El ancho del extremo marca la unidad. El alif, letra de trazo recto, primera del alfabeto, se traza de arriba hacia abajo, con una alif

longitud de siete veces la punta del cálamo. De

yim

ahí sale el patrón para las otras letras. Horizontalmente, el referente es la yim, que mide también siete puntos, trazados dentro de un círculo. Este patrón fue propuesto por Ibn Muqlaq en el siglo IX. A diferencia de los alfabetos chino y latino, también de origen muy antiguo, este alfabeto es muy usado en todos los países árabes y otros pueblos musulmanes, porque es en esta lengua y con esta grafía que el musulmán debe hacer su oración cinco veces al día. En consecuencia, existen muchos estilos caligráficos; más de 60. Todos conviven simultáneamente y ninguno cae en desuso, aunque unos son más populares que otros. Está, por ejemplo, el estilo thuluthi, un trazo elegante y delicado, común en la vida cotidiana para cartas y apuntes; también el diwani, un bello estilo

caligráfico

que

surgió

en

la

corte

otomana,

empleado

para

títulos

y

portadas de libros y como elemento decorativo en la arquitectura islámica. La escritura árabe es más que sólo embellecer la letra; es transformar el vacío, recrear la forma. Su figura conmueve por igual a toda alma humana, pues su plástica contiene la elocuencia de una lengua milenaria.

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ASTRONÁUTICA MUSULMANA… ¿EXISTE BID’AH FUERA DE LA TIERRA? José Rafael Martínez García*

AL REVISAR LA FORMA COMO LA ORACIÓN (salat) ha sido adaptada a una situación contemporánea, este ensayo repasa un antiguo dilema musulmán: ¿puede el Islam enfrentar al presente y futuro sin necesidad de incurrir en innovación (bid’ah)?

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Como musulmanes, los fieles están obligados a cumplir con cinco principios fundamentales, entre los que se cuenta la práctica del salat u oración ritual.1 Durante cinco momentos diferentes del día, además de realizar una serie de rituales que incluyen la recitación de fórmulas de invocación así como movimientos corporales dirigidos a La Meca, para el musulmán, la práctica del salat implica también el refrendo de su sumisión a Allah y su compromiso con la ummah (comunidad musulmana). Además de obligaciones, sin embargo, los musulmanes enfrentan también ciertas prohibiciones, entre las que destaca la bid’ah. “Hoy he perfeccionado su religión para ustedes (…) y he elegido al Islam como su religión.”2 Innovar o bid’ah, en efecto, significa que “un

*

Estudiante de segundo semestre de la maestría en Estudios de Asia y África con especialidad en el sureste de

Asia de El Colegio de México. 1

Los otros principios son: la Shahada (profesión de fe); el Zakah (impuesto); El Sawm (ayuno) y el Hadj

(peregrinación a La Meca). 2

El Sagrado Corán / Texto árabe, versión castellana y comentario, Lahore, Ahmadiyyah Anjuman, 1986, 3:5.


ASTRONÁUTICA

MUSULMANA

musulmán pretendería mejorar lo que Allah transmitió a Muhammad. En el Islam, bid’ah incluye tanto la modificación como la invención en el ritual y la práctica”.3 En abril de 2006, un grupo de especialistas en temas islámicos se reunió en Malasia para discutir sobre la forma como un astronauta musulmán puede cumplir con la práctica de su fe en gravedad cero.4 Entre otras cosas, se dictaminó que, estando en el espacio, los astronautas musulmanes no están obligados a realizar las genuflexiones ni a dirigir su oración a La Meca durante la práctica del salat como el resto de la ummah. En caso necesario, agregaron los especialistas islámicos, los astronautas musulmanes pueden sustituir el salat con una simple oración silenciosa.5 Según Parkin, en la práctica del salat, los musulmanes pueden ser “ortodoxos” o “místicos” (heterodoxos). Los primeros son “aquellos devotos que perciben la existencia de una brecha ontológica infranqueable entre ellos como humanos

De ser originalmente comunal, la práctica contemporánea del salat ha pasado a un plano privado, incluso individualizado...

y Allah”.6 Los “heterodoxos”, por su parte, “son quienes suponen que la divinidad se encuentra dentro de ellos mismos y que al practicar el salat expresan y refuerzan la unicidad ontológica con el Absoluto que es Allah”.7 Tanto “ortodoxos” como “heterodoxo” coinciden en que, mediante la práctica del salat, ambos refrendan su adhesión al Islam. La diferencia se encuentra en la forma como conciben su relación ritual, mediante la práctica del salat, no con Allah, sino con la ummah.8 Según 3

John Esposito, The Oxford History of Islam, Nueva York, Oxford University Press, 1999, p. 215. Véase: “Malaysia to issue rules for astronauts”, 4 de mayo de 2007. Disponible en http://www.space.com/news/ap_070504_malaysia_astrorules.html 5 Véase: “Malaysian astronaut won’t ignore faith during spaceflight”, 20 de septiembre de 2007. Disponible en http://www.space.com/missionlaunches/ap_070920_exp16_malaysiafaith.html 6 David Parkin y Headley Stephen, C. Islamic Prayer Across The Indian Ocean. Inside and Outside the Mosque, Richmond, Curzon, 2000, p. 12. 7 Loc. cit. 8 Es importante apuntar que el Islam ortodoxo e inflexible no aceptaría ninguna excepción a la práctica obligatoria del ritual prescrito y establecido [Nota del editor]. 4

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ÁGORA Hocart “el ritual es una plegaria para pedir la vida; pero se trata (también) de una plegaria colectiva”.9 En el espacio, los astronautas musulmanes establecen un vínculo “desritualizado” con Allah. Es decir, al estar exentos del cumplimiento ritual convencional, los astronautas musulmanes “personalizan” el culto al establecer “un medio (propio) de comunicación y revelación de lo que está oculto”.10 El origen de la “divergencia” ritual en el

De ser una hazaña tecnológica, la

islam contemporáneo, ejemplificada con los

astronáutica musulmana se ha convertido

astronautas musulmanes, encuentra su origen en

en un espacio de cuestionamiento de la

el otorgamiento de supremacía al individuo

cosmogonía islámica: en gravedad cero,

sobre la comunidad. De ser originalmente

¿es la religión autónoma del rito?

comunal, la práctica contemporánea del salat ha pasado

a

un

plano

privado,

incluso

individualizado; con base en esto, los ritos comunales tienden a ser realizados lejos de las

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mezquitas. La práctica contemporánea del salat implica una adaptación de tradición ritual, por tanto, bid’ah. De ser una hazaña tecnológica, la astronáutica musulmana se ha convertido en un espacio de cuestionamiento de la cosmogonía islámica: en gravedad cero, ¿es la religión autónoma del rito? De acuerdo a lo aquí expuesto, sí. Con esta decisión el Islam irremediablemente está innovando. Esta innovación no altera ontológicamente la relación del musulmán con Allah, pero sí con la ummah. Con base en lo anterior podemos concluir que, si bien la ejecución no ortodoxa de los rituales no atenta contra el carácter individual del musulmán, en el Islam, cualquier “particularismo” ritual, además de alterar la relación del fiel con el resto de la comunidad musulmana, implica bid’ah.

9

Lluís Duch, Antropología de la religión, Barcelona, Herder, 2000, p. 187.

10

Fortes en L. Duch, op. cit.


LA CIVILIZACIÓN SÍNICA: UNA COMUNIDAD IMAGINADA EN DESARROLLO Francisco Antonio Alfonso*

DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX, los proyectos de clasificación de los pueblos dentro de las fronteras de Vietnam, Tailandia y China mostraron cómo algunos grupos de estos países no se sentían del todo identificados con sus respectivas naciones. Así, “los estudios hicieron patente algo con importancia histórica en la región: la existencia de un sentimiento de pertenencia transfronterizo”.1 En la actualidad, las coincidencias en las costumbres, la lengua y la raza, aunadas a los históricos desplazamientos humanos en la región, subrayan la peculiaridad en las definiciones de nación china, coreana, tailandesa y vietnamita. No obstante, con el despliegue económico de China, la identificación tradicional con un Estado central poderoso por parte de los Estados más débiles de esta zona geográfica está resurgiendo. En este ensayo argumentaré cómo el actual crecimiento económico chino patrocinará la tendencia a un sentimiento de pertenencia entre los Estados de China, Corea, Vietnam y Tailandia; analizaré la idea de una civilización sínica con China como el Estado central.

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO CHINO Y SU RELACIÓN CON LOS PAÍSES DE INFLUENCIA SÍNICA Las secuelas de las reformas económicas chinas realizadas por Deng Xiaoping en 1979 han sorprendido a todo el mundo: a más de treinta años de su aplicación, China ha pasado de ser un estado pobre y dependiente a uno con importancia política regional e influyente en la economía mundial. Sin duda, el * Estudiante de segundo semestre de la maestría en Estudios de Asia y África con especialidad en China de El Colegio de México. 1 Charles F. Keyes, “The Peoples of Asia: Science and Politics in the Classification of Ethnic Groups in Thailand, China

and Vietnam”, Journal of Asian Studies, 61 (2002), pp. 1164-1165.

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ÁGORA desarrollo de China se vincula con los designios de la economía mundial, pero el éxito del país, en buena medida, se ha logrado a partir de la interacción comercial en la región. Año con año el nivel de intercambio comercial entre China y los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) ha aumentado. La dinámica regional, derivada de este proceso de intercambios,2 se caracteriza por la gran cantidad de acuerdos establecidos entre los gobiernos de la zona, como el tratado de libre comercio y el acuerdo de cooperación regional entre China y la ASEAN. El beneficio comercial mutuo entre China y los países de la región está dado por una relación de complementariedad. China ofrece un importante mercado para los productos de los países de la ASEAN y estos, a su vez, constituyen una fuente de recursos humanos y naturales sustancial para la promoción de su desarrollo económico. “El comercio regional alcanzó en el año 2006 un valor de 120,000 millones de dólares, igualando el comercio de China con los Estados Unidos.” 3 A raíz del crecimiento económico sostenido de los últimos años, la demanda y la oferta de productos y servicios por parte de China han dinamizado a la zona del sureste asiático. La interacción ha sido más fuerte conforme la cercanía cultural entre los países es más estrecha. Espacialmente, China,

50

Corea, Tailandia y Vietnam han fomentado proyectos conjuntos importantes, dejando atrás algunas diferencias políticas, como la intervención china en la partición de Vietnam y Corea en el siglo pasado. En Tailandia, por ejemplo, la construcción de un oleoducto en la parte sur del país con dirección a China ha acercado a los gobiernos y permitido un intercambio de tecnología y recursos entre ambos países. Con Corea del Sur la permuta de inversiones se ha incrementado de manera vertiginosa. Muchas empresas coreanas han entendido muy bien cómo operar en el ingente mercado chino y cómo utilizar los baratos insumos de sus homólogas para interactuar en el mercado global. Por su parte, Corea del Norte ha permitido la inversión extranjera china, ha sufragado grandes cantidades de petróleo y ha cooperado con China en materia de energía nuclear, lo cual ha fortalecido la amistad entre las dos naciones y ha reducido el distanciamiento entre las dos Coreas mediante la interlocución china. En Vietnam, las diferencias ideológicas comunistas han dado paso a inmensas fuentes de triangulación comercial entre los dos países a nivel internacional. También el flujo migratorio chino 2 Véase el anexo con los cuadros comparativos de intercambio comercial chino por regiones durante la

primera mitad de 2007. 3 Ted C. Fishman (ed.), China S.A.: cómo la nueva potencia idustrial desafía al mundo, México, Arena Abierta, 2006, p. 399.


LA

C I V I L I Z AC I Ó N S Í N I C A

hacia Vietnam durante el siglo pasado ha incrementado la cercanía entre los grupos étnicos de ambos países. Los chinos de Vietnam se han consolidado como grupo en el país y constituyen una fuente de inversiones en diversas ciudades de la costa sur china.

LOS ELEMENTOS DE IDENTIFICACIÓN CULTURAL Y LA COOPERACIÓN ECONÓMICA La interacción económica de estos países puede ser entendida simplemente como resultado de la cercanía geográfica. No obstante, los aspectos culturales e históricos subyacentes en esta relación impiden afirmar tal reduccionismo sobre el auge económico chino y su interacción con los países de la zona sínica. “Para los asiáticos orientales, el éxito económico de la región es de forma particular el resultado de la insistencia cultural asiático-oriental en la colectividad más que en el individuo.” 4 Según esta afirmación, se puede inferir la presencia de una huella histórica de pertenencia, que facilita la negociación comercial. Los valores del sistema de pensamiento confuciano son un resabio milenario en toda la región. El respeto a la familia jerárquica y a las entidades sociales mayores como el Estado no es, de ningún modo, una conformación espontánea (las empresas coreanas afrontan con gran facilidad las carencias legales de las empresas chinas mediante arreglos de confianza, a diferencia de los conglomerados europeos y estadounidenses). La cercanía lingüística en los idiomas de estos países constituye otro elemento para explicar

La interacción económica de estos países puede

la cooperación económica. Las lenguas de

ser entendida simplemente como resultado de

Tailandia, Vietnam y Corea tienen una raíz

la cercanía geográfica. No obstante, los

primaria en el chino y las migraciones han

aspectos culturales e históricos subyacentes en

enriquecido los idiomas con muchas palabras

esta relación impiden afirmar tal

inteligibles entre ellos. Esto refleja una expresión

reduccionismo sobre el auge económico chino y

sintáctica semejante entre los hablantes de esos

su interacción con los países de la zona sínica.

idiomas y una interpretación del discurso muy cercana.

4 Samuel P. Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, México, Paidós, 1997, p. 128.

51


ÁGORA Finalmente, los innumerables acuerdos entre empresarios y gobernantes de los cuatro países son fruto de la comodidad de tratar con personas parecidas físicamente. La identificación racial dentro la zona geográfica deriva del siguiente hecho: la variedad de grupos étnicos en la región no significa una pluralidad física real en los pueblos y tan sólo es una escueta determinación política de reciente creación. Las facilidades de negociación emanan de “la descripción de los emigrantes chinos en la zona como pertenecientes a la Zhong’hua (comunidad cultural china),5 que recalca cierta identificación racial más allá de la nación.

EL DESARROLLO DE LA IDEA DE UNA CIVILIZACIÓN SÍNICA Al respecto de la idea de una civilización sínica resalta el siguiente supuesto: “todas las comunidades mayores que las aldeas primordiales de contacto directo (y quizás incluso éstas) son imaginadas; las comunidades no deben distinguirse por su falsedad o legitimidad, sino por el estilo con el que son imaginadas.” 6 Se trata de un ente social que tomará la forma de comunidad en tanto sus integrantes tengan una imagen mental de su comunión.

52

Gradualmente, el creciente intercambio económico ha concretizado esta efigie en la zona sínica. Las migraciones, la información mediática y el intercambio de productos, sumados a la expansión mercantil china, son el medio adecuado para magnificar las construcciones imaginarias de pertenencia en una comunidad que va más allá de las entidades nacionales. Como el término comunidad lo refiere, es innecesario pensar en un cuerpo político para la concepción de una civilización sínica. Sin embargo, como agente promotor de tal creación imaginaria, China podría ser considerada como Estado central de esta civilización. La historia, cultura, tradiciones, tamaño y dinamismo económico son factores que impulsan el liderazgo chino de la comunidad en formación.

5 Stephan Feuchtwang, "The Chinese Race-Nation", Anthropology Today, 1993, núm.1, p. 15. 6 Benedict Anderson, Comunidades imaginadas: Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, México, FCE, 2007, p. 24.


LA

C I V I L I Z AC I Ó N S Í N I C A

CONCLUSIÓN Varios siglos de preponderancia china sobre gran parte del sudeste asiático dejaron una influencia importante en las costumbres, la lengua y las razas de diversas sociedades. La separación arbitraria en naciones vietnamita, china, coreana y tailandesa no ha podido limitar el sentido de pertenencia de los individuos de esos Estados a una comunidad más grande. Con el auge económico de China, la cooperación regional revivió ese sentido de identidad comunal. Además, su apogeo funge como catalizador para la exaltación de los valores comunes dentro de los cuatro países: prueba contundente de esto es el gran intercambio comercial en la zona, producto de un entendimiento similar de la realidad. Día con día la idea de una civilización sínica cobra mayor importancia. La identificación en los cuatro países recuerda como “la cosmovisión china tradicional era un reflejo de la visión confuciana de una sociedad jerárquica cuidadosamente articulada” y “se daba por sentado que los monarcas y Estados extranjeros eran tributarios del reino medio: no hay dos soles en el cielo, no puede haber dos emperadores en la tierra”.7 La idea de una civilización sínica promovida y liderada por China es una premisa con gran importancia en la región. Tan rápido como se desarrolle el poderío económico chino esto se hará más patente. En suma, la cooperación e identificación expuestas pueden ser respaldadas con el siguiente corolario, aplicable a la civilización sínica: La nación antes que la colectividad [étnica], y la sociedad por encima del yo. La familia como la célula básica de la sociedad. Atención y apoyo de la colectividad al individuo. Consenso en lugar de contienda. Armonía racial y religiosa.

7 S. Huntington, op. cit., p. 280.

53


ÁGORA ANEXO

FUENTES IMPORTADORAS POR CONTNENTES Y REGIONES (ENERO A MAYO DE 2007)

UNIDAD: US$100,000,000

54

CONTINENTES (REGIONES)

ENERO - MAYO

INCREMENTO ±% GANANCIAS ±%

CAMBIO EN LA GANANCIA ±%

Valor total

3578.1

19.1

100.0

0.0

Asia

2,313.9

16.3

64.7

-1.6

ASEAN

411.1

23.5

11.5

0.4

Europa

528.0

20.8

14.8

0.2

EEUU

416.7

22.5

11.6

0.3

Zona europea

356.6

22.7

10.0

0.3

América del norte

318.2

20.0

8.9

0.1

América Latina

178.2

54.6

5.0

1.1

Oceanía

108.7

38.2

3.0

0.4

Fuente: Ministerio de comercio de la República Popular China. Disponible en: http://zhs2.mofcom.gov.cn/aarticle/ie/statistic/200707/20070704886599.html, consultado el 13 de julio de 2007.


LA

C I V I L I Z AC I Ó N S Í N I C A

MERCADOS EXPORTADORES POR CONTNENTES Y REGIONES (ENERO A MAYO DE 2007)

UNIDAD: US$100,000,000 CONTINENTES (REGIONES)

ENERO - MAYO

INCREMENTO ±% GANANCIAS ±%

CAMBIO EN LA GANANCIA ±%

Valor total

4,435.3

27.8

100.0

0.0

Asia

2,105.0

27.0

47.5

-0.3

ASEAN

341.8

32.7

7.7

0.3

Europa

1,010.2

34.7

22.8

1.2

EEUU

882.0

32.3

19.9

0.7

Zona europea

651.6

32.0

14.7

0.5

América del norte

946.6

19.2

21.3

-1.5

América Latina

171.3

38.2

3.9

0.3

Oceanía

73.5

30.0

1.7

0.0

Fuente: Ministerio de comercio de la República Popular China. Disponible en: http://zhs2.mofcom.gov.cn/aarticle/ie/statistic/200707/20070704886591.html, consultado el 13 de julio de 2007.

55


PROBLEMAS Y SOLUCIONES DE LA VIVIENDA EN MÉXICO* La utilidad de diagnosticar un problema reside en utilizar las conclusiones para remediar las deficiencias identificadas. Amartya Sen1

PENSAR

LA SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS

de vivienda en México no es sencillo. Las fallas del Estado son

evidentes: no hay servicios públicos en todo el territorio, proliferan los asentamientos irregulares y la desigualdad social no parece reducirse, llevando a gran parte de la población a vivir en lugares indignos.

56

En los programas nacionales de vivienda se construyen casas con materiales caros, que suelen ser inadecuados para las particularidades geográficas y ecológicas de la localidad y no forman parte de una planeación urbana funcional donde educación, trabajo, casa y salud rimen armoniosamente. Muchos atribuyen estos fracasos del Estado a la poca participación que tiene la sociedad civil en la construcción de sus propias casas, sin darse cuenta de que las raíces del problema son más profundas. No podemos esperar del Estado la solución de todos los problemas de vivienda cuando éste no recauda suficientes recursos para financiar sus programas y la población seguirá creciendo a ritmos sostenidos, por lo menos, hasta el 2030.2 Además, ideologías en boga, como la neoliberal, justifican la poca responsabilidad del Estado ante los problemas de vivienda, pues ven en el mercado el remedio de todos los males. La poca

* Los autores de este artículo son Rodrigo Martínez, Diego Macias, Velia Suárez y Stalin Muñoz, Luis Pablo Muñoz, y Marianne Goudry, estudiantes de cuarto y octavo semestre de la licenciatura en Relaciones Internacionales de El Colegio de México. Queremos agradecer los valiosos comentarios de la profesora Martha Elena Venier. 1 The Argumentative Indian, Nueva York, Farrar, Straus and Giroux, 2005, p. 264. 2 Dadas las tendencias demográficas, de 2005 a 2030 la demanda de vivienda aumentará 3.9 millones; unidades que, sumadas a las 2.1 millones de familias que hoy requieren habitación, representan la necesidad de construir 6 millones de viviendas en los próximos veinticinco años (“Plan Nacional de Desarrollo. 2001-2006”, Diario Oficial de la Federación, México, 30 de Mayo del 2001).


PENSAR

EL

DESARROLLO

ayuda internacional que recibe el Estado mexicano para sus programas de vivienda agrega otra mancha a la mirada que podemos tener sobre la situación de la vivienda en este país. El propósito de este artículo no es desalentar al lector ante la crudeza de la realidad, sino diagnosticar los problemas de la vivienda en México para pensar soluciones alternativas. El Estado tiene (y debe tener) un papel importante en estos menesteres, pero se desenvuelve en condiciones hostiles. Nuestra primera pregunta desmenuza esta situación: ¿Qué retos enfrenta el Estado mexicano al intentar solucionar los problemas de vivienda? En un segundo tiempo, nos preguntamos ¿En qué medida la autoconstrucción es una solución viable para problemas de vivienda en los sectores populares?3 La información que usamos para responder ambas preguntas, siguiendo el espíritu de Pensar el Desarrollo, fue extraída tanto de publicaciones académicas, como de experiencias personales que algunos de los autores obtuvimos al colaborar con la ONG Hábitat en el Valle del Mezquital (Hidalgo) y al visitar un asentamiento irregular en San Nicolás Ajusco, en el sur del Distrito Federal. En la primera parte de este artículo se explican con más detalle algunos obstáculos que están debilitando al Estado mexicano en su labor de ofrecer vivienda digna a todos sus ciudadanos, desde las premisas teóricas de la ideología neoliberal hasta los límites de sus planes de desarrollo, pasando por los dilemas que plantean los asentamientos irregulares. En la segunda parte del artículo, se evalúa la autoconstrucción como otra solución a los problemas de vivienda exponiendo, por un lado, los motivos por los cuales podría ser una solución viable y, por otro, señalando por qué no debe idealizarse.

CONDICIONES ADVERSAS DEL ESTADO MEXICANO Antes de los años ochenta el Estado mexicano era prácticamente el único responsable de construir y financiar las viviendas de los sectores populares. Prueba de esa tarea histórica es una prolífica creación institucional: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1943, el Fondo de Operación y Financiamiento Bancario a la Vivienda (FOVI) en 1963, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) en 1972 y, en el mismo año, el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (FOVISSSTE). Otra prueba de

3 Por autoconstrucción, en este artículo, entendemos una forma de construir vivienda apoyada por el Estado o la sociedad civil en la que una familia, ya sea sola o en coordinación con sus vecinos, edifica su casa a medida que va teniendo recursos. En esta definición no se incluye al individuo que decide construir por su cuenta, pues nuestro objetivo es vincular la autoconstrucción con la participación del Estado y la sociedad civil.

57


ÁGORA la responsabilidad histórica del Estado mexicano en materia de vivienda es la obligación constitucional que tienen los patrones de ofrecer a sus empleados “viviendas cómodas e higiénicas”, según el artículo 123 fracción XII. Proveer vivienda es tarea del Estado por ciertas ideas que, aún en nuestros días, siguen guiando la acción pública.

UNA IDEOLOGÍA QUE “LIBERA” DE RESPONSABILIDADES AL ESTADO Durante la segunda mitad de la década de 1980, el Estado mexicano experimentó una transformación neoliberal, mediante la cual renunció a la posesión de varias de las empresas públicas, impulsó la liberalización comercial y redujo el aparato estatal en pos de la eficiencia administrativa.4 En la actualidad, sin embargo, no es posible afirmar la consolidación del modelo, de la misma forma que sería difícil sostener que las élites gubernamentales hayan renunciado a él. El Estado neoliberal surge a finales de la década de 1970 de un nuevo paradigma en la relación entre política y economía, según el cual el Estado debe utilizar su monopolio sobre los medios violentos exclusivamente para asegurar las libertades del individuo –de propiedad, de expresión, de acción y

58

decisión.5 Con estos presupuestos, la mejor manera de preservar el bien común es dejar que los individuos asuman la responsabilidad de su bienestar. El mercado, por su parte, tiene la capacidad latente de generar crecimiento, por lo que el Estado debe procurar su libre funcionamiento. Algunas de las máximas o premisas6 que estructuran el modelo neoliberal son las siguientes:

Privatización. En la medida en que el Estado brinde certeza sobre el derecho de propiedad, los actores económicos podrán generar crecimiento. Competencia. La competencia perfecta genera, por sí misma, una mayor eficiencia en la producción y ventajas a los demandantes. Desregulación. El Estado no debiera intervenir ni en el comercio exterior ni en los mercados financieros internos si se desea mantener la eficiencia económica.

4 José Luis Ávila, La era neoliberal, México, Océano, 2006, pp. 136-137. 5 David Harvey, A Brief History of Neoliberalism, Oxford, University Press, 2005, p. 64. 6 Máxima, si se considera al neoliberalismo como un conjunto normativo de políticas públicas que solucionan el problema del subdesarrollo. Premisa, si se hace alusión a una teoría científica que puede ser falseada.


PENSAR

EL

DESARROLLO

Estado Mínimo. Un Estado oneroso es un lastre para la economía. El déficit en el presupuesto estatal es intrínsecamente negativo, por lo que los gobiernos deben controlar sus gastos, mediante la reducción generalizada del aparato estatal.

El modelo neoliberal dota de grandes libertades a los individuos, pero al mismo tiempo crea en ellos nuevas incertidumbres; esto es más evidente en la seguridad social, pues el neoliberalismo rechaza el “[…] concepto de los derechos sociales y la obligación de la sociedad de garantizarlos a través de la acción estatal, [y] se opone radicalmente a la universalidad, igualdad y gratuidad de los servicios sociales.”7 La pobreza se ve como consecuencia lógica del equilibrio entre oferta y demanda, por lo que la mejor forma de combatirla es mediante el crecimiento económico. Un Estado neoliberal, en consecuencia, tiene herramientas limitadas para hacer frente a los problemas de vivienda: a las personas que ya cuentan con una vivienda les brinda servicios básicos (electricidad, drenaje, recolección de basura, etc.) y les provee de certeza jurídica sobre su propiedad, mientras que para apoyar a las personas sin vivienda su única posibilidad sería establecer las condiciones para que el mercado cubra esa demanda. En cualquier caso, un Estado neoliberal está imposibilitado para influir en el destino tanto de las personas que por su nivel de pobreza quedan relegadas del mercado, como de las que, aun siendo propietarios, deben sobrevivir en precarias condiciones habitacionales. La teoría en México no siempre se ajustó a la práctica, pues documentos, como los Planes Nacionales de Desarrollo (PND), recomiendan intervenciones del Estado en distintos ámbitos socioeconómicos.

PROGRAMAS IMPRECISOS: EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO. En los Planes Nacionales de Desarrollo (PND) de Fox y de Calderón se concibe a la vivienda como medio para reducir las desigualdades sociales y como motor del crecimiento económico. La coordinación entre distintos actores para construir viviendas es otra idea rectora de los PND cristalizada en la creación del Consejo Nacional de Vivienda.8 El Estado, en esta nueva situación, coordina actividades financieras, razón

7 Asa Cristina Laurel, “Avanzar al pasado: la política social del neoliberalismo”, en A. C. Laurel (coord.), Estado y Políticas Sociales en el Neoliberalismo, México, Fundación Friedrich Ebert, 1992, p. 135. 8 En la ley general de vivienda, este organismo es el instrumento rector de la regularización de la propiedad, la coordinación entre los niveles de gobierno y las instituciones privadas y la mejora en la oferta de servicios públicos. El PND también le asigna tareas financieras (ibíd., p. 147).

59


ÁGORA por la cual Fox promovió especialmente la banca de desarrollo. Para Felipe Calderón, los objetivos del PND son construir más viviendas para las familias con menores recursos y dar más seguridad jurídica a los proyectos de construcción para que todos tengan mayor acceso a fuentes de financiamiento formales.9 A pesar de lo que proponen, ambos PND han sido incapaces de reactivar el sector de

Las dos administraciones panistas de principios

la vivienda ante el estancamiento de la industria

de siglo, en suma, han sido incapaces de

de la construcción resultante de la crisis de 1995.

articular una estrategia coordinada para hacer

Eso se debe, principalmente, a dos problemas: la

más eficiente la participación de los actores

falta de coordinación de los actores involucrados

privados y estatales en la construcción y

en el proceso de construcción y la discontinuidad

remodelación de la vivienda.

de las políticas entre los diferentes periodos de gobierno. Es difícil que los programas de vivienda tengan éxito sin la coordinación entre los organismos nacionales y estatales de vivienda, que se manifiesta en una falta de corresponsabilidad al otorgar

60

subsidios federales, estatales y municipales a las familias de menores ingresos. El Consejo Nacional de Vivienda, en este sentido, ha sido ineficaz en formular un Plan Nacional de Vivienda que establezca tareas específicas para cada actor. Otro límite es que, aunque los planes reconozcan “las imperfecciones del mercado”, ninguno busca convertir a los beneficiarios del programa en sujetos de crédito que tengan acceso a los intermediarios financieros privados y públicos, pues el apoyo se reduce a una mera transferencia monetaria. Por lo tanto, parece que nos encontramos nuevamente con una práctica -o límite- tradicional de la política social mexicana: el cambio de rumbo en cada sexenio. Las dos administraciones panistas de principios de siglo, en suma, han sido incapaces de articular una estrategia coordinada para hacer más eficiente la participación de los actores privados y estatales en la construcción y remodelación de la vivienda.

9 Las estrategias para cumplir esos objetivos son regularizar el mercado de arrendamientos, fortalecer el mercado de vivienda seminueva, aumentar el suelo disponible para la construcción y aprovechar la infraestructura urbana que ya existe.


PENSAR

EL

DESARROLLO

DILEMAS IRRESOLUBLES: LA FORMACIÓN DE UN ASENTAMIENTO IRREGULAR. El gobierno, como demuestra el caso de San Nicolás Ajusco, enfrenta varios dilemas cuando decide si reconoce o no a un asentamiento irregular. El primer dilema de un funcionario público cuando apenas se forma un asentamiento irregular es si interviene de manera coercitiva para evitarlo o ignora esta situación. El asentamiento, en nuestro caso de estudio, se instaló en un terreno de propiedad ejidal anteriormente dedicado al cultivo de maíz y avena. Aprovechando que este terreno estaba desocupado, algunos líderes decidieron introducir a un grupo de gente para que viviera ahí. A pesar de que el gobierno prohibía la instalación de los asentamientos, no actuó de manera coercitiva, porque hacerlo significaba entrar en conflicto tanto con líderes como con miembros del asentamiento, pero dejar de actuar es también un aliciente para que nuevos asentamientos se formen y una garantía de que éstos se regularizarán en el futuro. Aun cuando la decisión del gobierno en San Nicolás Ajusco, como en muchos otros casos, fue no intervenir, esa omisión trae complicaciones, ya que en los asentamientos irregulares se presenta un fenómeno de politización hacia fuera (entre los miembros del asentamiento y las autoridades) y hacia adentro. En ausencia de toda autoridad formal, control político e intervención policíaca, los líderes se vuelven figuras casi patriarcales que obligan a los colonos a trabajos no remunerados denominados “faenas”10, que disfrazados de trabajo para la comunidad, se vuelven un instrumento de control y un pretexto para expulsar a los miembros “indeseables”. Segundo dilema del gobierno es o actuar frente a los líderes por cometer actos de ilegalidad o hacer caso omiso. La primera opción significa asumir la responsabilidad legal del asentamiento y enfrentar a líderes poderosos, y la segunda supondría mantener una situación ilegal y permitir abusos contra los habitantes del asentamiento que no tienen muchos recursos. El tercer dilema identificado tiene que ver con la decisión de dotar o no de infraestructura básica a los asentamientos irregulares. Hacerlo significa reconocer el asentamiento y no hacerlo significa permitir que la gente viva en condiciones lamentables, porque es común que no se provean servicios de electricidad, agua, drenaje, limpieza y recolección de basura.11 En San Nicolás no hay oportunidades de trabajo en la

10 La faena consiste en trabajo para la mejora de la microcomunidad, consiste en cavar zanjas para la construcción de cimientos, recubrir de calles con cemento, transporte de agua, etcétera; en general, es trabajo de obra pública. 11 Hay además problemas en el abastecimiento de alimentos, pues las pequeñas tiendas de la comunidad suben el precio a los productos en porcentajes altos sin ser regulados por la PROFECO.

61


ÁGORA comunidad ni en lugares cercanos. Los servicios básicos son escasos o nulos: la energía eléctrica se toma de fuentes de poblados vecinos y el sistema de pipas suministra el agua; los medios de transporte son camionetas privadas y no hay escuelas cercanas al poblado. Aquí, el dilema para el gobierno es si dota o no de infraestructura a estos grupos, pues hacerlo significa reconocer el asentamiento y no hacerlo significa permitir que la gente viva en malas condiciones. En realidad, el conflicto no es tan profundo, porque hay soluciones alternativas al Estado que, sin ser ilegales, pueden mejorar las condiciones de vivienda de la población más desprovista.

SOLUCIÓN ALTERNATIVA: LA AUTOCONSTRUCCIÓN. UNA BUENA SOLUCIÓN... En esta sección, con el apoyo del trabajo de Bernard Granotier, sociólogo francés que analiza el hábitat,12 se presentarán los beneficios de la autoconstrucción. En un mundo en el que la desigualdad en el reparto de las riquezas es cada vez mayor, la autoconstrucción puede disminuir las desigualdades socioeconómicas porque puede proveer de vivienda a la gran mayoría de la población, permitiendo así la adquisición de un

62

mejor hábitat que reduzca las inequidades sociales. La participación de ONG’s, de la comunidad e incluso de organismos internacionales ayudará a que la autoconstrucción logre esta meta. En los países de mediano ingreso13 la autoconstrucción podría ser fundamental, porque ahí está la mayor desigualdad en el reparto de la riqueza. La autoconstrucción también puede conservar e incluso rescatar técnicas y conocimientos locales, ya que uno de sus objetivos es emplear materiales tradicionales y de calidad en cada región. Además, la autoconstrucción es provechosa, porque reduce los costos de mano de obra y de ciertos materiales, más baratos porque son de uso cotidiano en alguna región particular. En términos más amplios, también podría ser utilizada como herramienta por el Estado cuando su capacidad haya sido 12 Hábitat para Granotier es “mucho más que el hogar familiar, puesto que incluye la infraestructura y los servicios que la familia necesita para su pleno desarrollo” (Bernard Granotier, La Planète des bidonvilles, Paris, Seuil, 1979, p. 21). Por ello, antes de planificar el hábitat deben conocerse las principales condiciones particulares del tipo ambiental y geográfico, así como los aspectos sociales y económicos de la vida de la población. Desde este enfoque, una buena planificación del hábitat supone un mínimo desarrollo de los aspectos antes mencionados. 13 El Banco Mundial, en sus datos y cifras sobre países de ingreso mediano (parte de los proyectos y programas para países de ingreso mediano), clasifica en este rango a 86 países cuyos PIB per capita, en el 2004, se encontraban entre los dos mil y los doce mil dólares. La mayoría de estos países se encuentran en América, en el sureste asiático o son países árabes (por ejemplo, México, Venezuela, Argelia, Vietnam, Siria, India e Indonesia).


PENSAR

EL

DESARROLLO

rebasada por las exigencias de la población. El Estado promueve entonces la participación de nuevos actores sociales, los programas de ahorro y de financiamiento, la asistencia técnica, la planeación y organización urbana. La autoconstrucción permite reforzar los lazos sociales porque el trabajo se hace en un ambiente de cooperación y permite que los beneficios alcancen a todos. El individuo, con la autoconstrucción, valora más su entorno y su patrimonio, ya que es totalmente responsable de su edificación y organización. La autoconstrucción, en ese sentido, se perfila como una alternativa a los modos de producción en serie de la vivienda y como herramienta para el Estado cuando éste no logra proveer vivienda a todos sus habitantes.

QUE NO DEBE

IDEALIZARSE

Como Bernard Granotier, Sergio Azevedo opina que la autoconstrucción (AC) puede contribuir a solucionar problemas de vivienda de los sectores populares.14 Su postura, sin embargo, es moderada, pues considera que no debemos caer ni en una fe ciega que idealice sus beneficios ni en un radicalismo ideológico que condene su existencia.

63

Hay seis mitos sobre la AC que conviene desmentir. El primero es que libera el potencial creativo

En los tiempso actuales, el Estado debería

del pueblo cuando, en realidad, las condiciones de la

desempeñar un papel de coordinación entre

autoconstrucción, caracterizadas por grandes

los distintos actores soiales y económicos

limitaciones temporales, financieras y técnicas,

para apoyar a los sectores más

suelen inhibirlo. El segundo mito es que siempre

desfavorecidos de la sociedad.

cohesiona a la comunidad cuando la mayoría de las veces sólo suele participar la familia nuclear y, en el mejor de los casos, algunos (no todos) miembros de la comunidad, siempre y cuando haya buenos incentivos financieros para la construcción de su propia casa. Un tercer mito de la AC es que permite un aprovechamiento productivo del tiempo libre cuando éste, en realidad, es casi inexistente para las familias desfavorecidas, pues, aún teniendo un trabajo remunerado, las personas están ocupadas en labores domésticas o en la búsqueda de otro empleo (formal o informal). Un cuarto mito es que crea empleo cuando éste es francamente marginal, pues la construcción necesita pocas

14 “Housing Policies in Latin America: The Myths of Self-Help Construction”, American Political Science Association, 20 (1987), pp. 895-901.


ÁGORA tareas especializadas (carpinteros, plomeros y albañiles) y las constricciones financieras son muy grandes. Otro mito es que deben replicarse las experiencias exitosas de AC, porque, si bien el procedimiento puede llevarse a cabo en distintos lugares, los materiales usados deben adecuarse

a las particularidades

climáticas de cada lugar. Un último mito es que la AC es un procedimiento técnico desvinculado de la política cuando muchos gobiernos lo utilizan para aumentar su legitimidad popular o apropiarse de los recursos asignados, aprovechando la falta de mecanismos eficientes de rendición de cuentas. No hay que idealizar los beneficios de la AC, según Azevedo, pero sí hay que defender sus posibilidades ante quienes la condenan, porque muchas de sus críticas no son válidas. El objetivo principal de un programa de AC impulsado desde el Estado no es cooptar los movimientos populares para manipularlos y desarticular los proyectos revolucionarios. Y, aunque no haya organización inmune a la cooptación política, la reticencia a formar parte del sistema suele debilitar a los movimientos populares, pues los priva de fuentes importantes de recursos que, en última instancia, pueden contribuir a mejorar su calidad de vida. Para muchos, el Estado debería construir viviendas dignas para todos, pero su falta de recursos hace de la AC una solución viable a la falta de vivienda popular, pues se basa en formas de

64

financiamiento alternativas que sí incluyen la participación de los beneficiados. Y, a pesar de lo que muchos opinan, la evidencia empírica demuestra que los programas de AC reducen el tiempo promedio de construcción y el costo de la vivienda. Para evaluar la capacidad de la AC como medio para solucionar los problemas de la vivienda, Azevedo parece indicar que hay que evitar las respuestas generales y favorecer el análisis de cada caso, resaltando sus particularidades.

CONCLUSIONES En junio de 1996, durante la segunda conferencia de las Naciones Unidas sobre asentamientos humanos, el derecho a la vivienda se convirtió en un derecho humano básico. Fue un paso importante, pero todavía falta mucho para hacerlo realidad y, con esa preocupación en mente, nos hicimos en este artículo un par de preguntas relacionadas con la capacidad actual del Estado mexicano para resolver los problemas de vivienda y con la evaluación de la autoconstrucción como solución alternativa a la falta de vivienda de los sectores populares. En relación a la primera pregunta, los autores de este artículo estuvimos de acuerdo en que, dadas las condiciones actuales, no podemos esperar mucho del Estado mexicano para resolver los problemas de


PENSAR

EL

DESARROLLO

vivienda. Es necesario hacer ciertos cambios. El primero es crear un consenso conceptual. No podremos avanzar sin un mínimo acuerdo sobre la definición del Estado y sus responsabilidades sociales, económicas y políticas. Hay actualmente una crisis de identidad del Estado mexicano que se debe a la coexistencia de paradigmas ideológicos (neoliberalismo, populismo, corporativismo, autoritarismo y democracia) concretados en políticas que se anulan entre sí. México, en ese sentido, no ha renunciado a algunas practicas del antiguo sistema político corporativo ni llevado a fondo las reformas neoliberales que inició hace más de veinticinco años. Nuestra propuesta es que, en los tiempos actuales, el Estado debería desempeñar un papel de coordinación entre los distintos actores sociales y económicos para apoyar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Es un papel más intervencionista que un simple regulador, pero menos activo que un Estado asistencialista. Desde esta perspectiva, el Estado lleva la batuta en el diseño de políticas, en la gestión de los recursos y en la resolución de controversias. El segundo cambio, que nos parece crucial para solucionar los problemas de vivienda en México, es la formación de capacidades del Estado, pero no para que se concentre todo el poder de decisión en el sector público, sino para que se garantice un uso eficiente y justo de los recursos. La reforma fiscal -como adelantamos en la introducción- es imprescindible, pero también es necesario crear incentivos para evitar el mal uso de los recursos con fines político-electorales que se caracterizan por una estrechez de miras que obstaculiza los procesos de desarrollo. Y es que ¿de qué sirven más ingresos si éstos producen dádivas? Para evitarlo es necesario un cambio en la cultura política de la población para que no ovacione cualquier obra pública del gobierno como si fuera una limosna, sino que sepa exigirla como su derecho. Mucho del futuro de México está en el fortalecimiento de su sociedad civil, capaz de imaginar nuevas soluciones a viejos problemas. Eso exploramos en la segunda pregunta y concordamos que la autoconstrucción sí es una solución viable, pero no hay que idealizarla, porque sólo funciona en ciertas condiciones: 1) uso de materiales de construcción que sean adecuados a las singularidades geográficas y ecológicas de la localidad; 2) construcción de mecanismos de financiamiento eficientes y adaptados a las capacidades económicas de la comunidad; 3) preexistencia de una mínima cohesión y solidaridad entre los miembros de la comunidad; 4) mínimo desarrollo local pues ¿qué caso tiene construir una casa en un lugar sin agua ni electricidad, lejos de escuelas, trabajo, hospitales, alimentos y centros recreativos?; 5) buena voluntad, pues -aunque parezca irrelevante- sin ella no se logra nada. La buena voluntad tiene que venir de las

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ÁGORA autoridades, pero también de los beneficiarios del sistema; 6) respeto y tolerancia hacia las técnicas y los conocimientos de la región. Supone no llegar con una actitud prepotente y altanera que desdeña idiosincrasias locales y que busca imponer modelos de fuera que han sido “exitosos”.

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HASTA EL ÚLTIMO RINCÓN: GÉNEROS Y FICCIÓN EN LA LITERATURA DE JUAN VILLORO*

JUAN VILLORO ES ESCRITOR MEXICANO, autor de las novelas El disparo de argón, Materia dispuesta y El Testigo (Premio Herralde de Novela 2004). Ha publicado libros de cuentos y ensayos como La casa pierde (Premio Xavier Villaurrutia) y Efectos Personales (Premio Mazatlán de Literatura). También recibió el Premio Vázquez Montalbán por su libro Dios es redondo y el Premio del International Board on Books for the Young (IBBY) con El Profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica. Villoro se ha desempeñado en otros oficios más allá de su propia escritura. Como traductor con, Memorias de un antisemita de Gregor von Rezzori, Un árbol de la noche de Truman Capote y los Aforismos de Georg Christoph Lichtenberg; además, en la dirección de La Jornada Semanal y como profesor en la UNAM, en la Universidad de Yale y en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. La tarde del sábado 26 de mayo de 2007, Villoro se encontró con Sara Daniela Hidalgo y Raudel Ávila, estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y miembros del consejo editorial de Ágora, revista del Centro de Estudios Internacionales, quienes le realizaron una entrevista. A continuación se presenta una versión estenográfica del encuentro entre los estudiantes y el

escritor.

ÁGORA: Su obra resalta por la gran cantidad de géneros literarios que trabaja. Además de los “clásicos”, como la novela y el cuento, ha escrito crónica, cuentos infantiles, guión de cine, artículos periodísticos y ha hecho traducciones del alemán y el inglés. Borges decía que cada época tenía uno o dos géneros

* ÁGORA reconoce y agradece el esfuerzo de su consejo editorial anterior, que hizo posible la inclusión de esta sección de entrevistas. El ciudado editorial de este texto estuvo a cargo de Héctor Flores Ramírez.

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ÁGORA privilegiados que dejaban a los demás en la sombra, y decía, además, que el de nuestro tiempo era la novela. ¿A grandes rasgos, cuál cree usted que sea el lugar de estos otros géneros que trabaja en el panorama general de la literatura? ¿Cree que ocupen un lugar menor frente a los grandes géneros literarios?

JUAN VILLORO: En términos de lectura y de importancia editorial, la novela es el género preponderante, es el género que manda, por así decirlo. Esto no quiere decir que sea el más exigente para los escritores. Yo estuve en el taller de cuento de Augusto Monterroso, y cada vez que un alumno llegaba diciendo que había escrito una novela de trescientas páginas y estaba muy satisfecho de haber concluido esta tarea titánica, Monterroso le comentaba: “Ah, entonces te estás preparando para escribir cuento”, porque a él le parecía que el cuento era mucho más exigente. Y en efecto, las reglas del cuento son muy severas y es mucho más difícil decir algo significativo en pocas páginas. Quienes hemos escrito cuento y novela sabemos que un libro de cuento lo tienes que iniciar y concluir diez veces si consta de diez cuentos, que no puedes dejar nada al azar, que es más lo que debes sugerir que lo que debes decir. De modo que se

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trata de un género fascinante y estricto, pero no es un género tan promovido en la industria editorial ni que cuente con tantos lectores, o que tenga salida comercial. Aunque en México la mayoría de las novelas tampoco se leen, se supone que son más importantes. En términos de recepción social de la escritura, el género rey es la novela. Pero en términos de la exigencia, creo que es más complejo el género del cuento. Esto en lo que toca a la prosa. La poesía es un caso aparte. Para mí es el género más profundo y difícil de lograr. Alguna vez Octavio Paz dijo que, en el fondo, todas las artes son poesía. Esto significa que todas las artes quieren producir el efecto poético, pero la poesía logra sintetizarlo. No tienes que pasar por más trámites, llegas directamente a la esencia. Los novelistas necesitamos quinientas páginas para tener un efecto poético, pero en el fondo, a eso aspiramos. Yo no podría escribir poesía, me encanta pero no lo he intentado nunca. Dentro de la prosa creo que el cuento tiene un nivel de exigencia mayor. Respecto a los otros géneros, depende de las valoraciones, no hay que creer mucho en la popularidad de librerías o en el mercado. Obviamente, si nos atenemos a eso, los libros que le interesarían más a la humanidad, hoy en día, serían libros de autoayuda, novelas comerciales, fácilmente legibles, y libros de escándalos políticos. Son los libros que se venden. La mayoría de estos libros tienen un consumo amplio durante poco tiempo


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y luego se olvidan. Hay una circulación más lenta de los libros verdaderamente literarios, y ahí los distintos géneros luchan por su suerte. En México tenemos poca tradición de dramaturgia y, sin embargo, es un género muy importante. La crónica ha sido decisiva, si pensamos en algunos escritores mexicanos que la han cultivado y que realmente son muy significativos: Carlos Monsiváis, Vicente Leñero, Ricardo Garibay, Jorge Ibargüengoitia, Elena Poniatowska. Sus principales libros son de crónica. Aunque las ventas apunten a la novela, me parece que géneros un poco más laterales, como la crónica, la literatura infantil o los cuentos, son igualmente importantes. A la larga, todos ellos definen la trayectoria de un escritor, desde el punto de vista literario, tanto como la novela.

ÁGORA: Hablando de su libro El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica, que ganó el premio IBBY en 1994, ¿podría identificar algunas de las diferencias entre escribir para un público infantil y escribir para otro tipo de lectores? ¿Cree que se puede llegar a la misma profundidad en contenido, que se puede escribir de la misma forma?

69 JUAN VILLORO: Cada escritor tiene una trayectoria particular. En mi caso, los libros que

Los niños tienen un deseo muy

más han circulado son los libros para niños.

profundo de acercarse a grandes temas que el

Tengo, digamos, cien lectores infantiles por cada

lector adulto más bien quiere evitar... Para los

lector adulto, lo cual a lo mejor quiere decir que

niños es mucho más importante el origen de las

mi verdadero horizonte intelectual es como de

cosas, el sentido trascendente de la vida, la

doce años, que es donde conecto bien y donde tal

explicación última de los sucesos.

vez debería concentrarme. Realmente escribo con mucho gusto para los niños. Creo que hay características específicas de la literatura infantil. Una de ellas es que la imaginación de los niños es muy desaforada, muy barroca, muy rica y, al mismo tiempo, muy lógica. Los niños suelen orientarse hacia historias que les demandan mucho en imaginación, pero que tienen una lógica muy firme que la respalda. Cuando uno le cuenta una historia a un niño, y uno olvida algún detalle el niño de inmediato lo recuerda.


ÁGORA Por otra parte, creo que los niños tienen un deseo muy profundo de acercarse a grandes temas que el lector adulto más bien quiere evitar. Los niños están mucho más cerca de la filosofía y la religión que los adultos. Para los niños es mucho más importante el origen de las cosas, el sentido trascendente de la vida, la explicación última de los sucesos. El lector adulto más bien quiere una evasión elegante, quiere distraerse con calidad, de una manera rica, del mundo que lo está agobiando. El adulto tiene una constatación de que el mundo es complejo, insatisfactorio y él desea trascender esto a través del arte. En cambio, el niño no quiere ahorrarse las grandes preguntas. Por eso los grandes cuentos para niños tienen que ver con la vida, la muerte, el más allá, la magia, los deseos, cosas muy determinantes. Digamos que la literatura infantil es una rama de la filosofía, lo que pasa es que es una rama juguetona de la filosofía. Es como un juguete religioso o metafísico para ahondar en esos temas. Otra cosa muy importante dentro de esta línea es por supuesto la disputa del bien contra el mal. Una de las experiencias de la vida adulta es que nada es simple: el bien y el mal no llegan en categorías separadas, sino que todos los hombres pueden contener algo del bien y algo del mal. En el mundo adulto no es tan convincente que haya héroes y villanos absolutos. En cambio los niños quieren

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enfrentar ese dilema ético, distinguir claramente dónde está el bien y dónde está el mal. Por eso, hay una tendencia al final feliz. En el “colorín colorado” todo se arregla. Hay otros refranes para terminar los cuentos infantiles, como “y vivieron muy felices como perdices” o “y si no han muerto es que viven todavía”. Sin embargo, una de las grandes enseñanzas de la literatura infantil es que conquistar la felicidad cuesta mucho trabajo. No basta decir: “todo se arregló y colorín colorado”. Los personajes deben merecer esa felicidad, pasar por pruebas para conquistarla. Debe ser una felicidad ganada. Y eso es una de las cosas más difíciles de la literatura infantil. En ese sentido tiene un compromiso ético más franco. Uno, como adulto, puede dejar un final abierto, puede dejar un final ambiguo, trabajar con un personaje que no sabemos muy bien si ubicar como un héroe o un villano. Hamlet, por ejemplo, es un gran héroe de la inteligencia y es un villano; ocasiona una cantidad de muertes terribles, algunas las cométe él mismo, y es, digamos, el primer intelectual contemporáneo. La literatura para adultos está hecha de estas contradicciones. En cambio, la literatura para niños debe resolver esos dilemas de manera mucho más franca.


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Otra diferencia es el gusto por la repetición. Para los adultos, la reiteración es aburrida. El adulto tiene un sentido del estilo que requiere de variaciones. No quiere ver lo mismo otra vez. En cambio, el niño tiene un sentido ritual de las historias. Quiere leer veinte veces la misma historia y se divierte veinte veces con el momento en que un personaje dice el mismo chiste. Las historias para niños pueden usufructuar este sentido de la repetición. Finalmente, creo que el lector infantil es enormemente exigente. La gente puede leer un libro para adultos por moda o porque un amigo se los recomendó, o para quedar bien con un profesor que dijo que era un libro interesante, o porque piensa que ese tema es significativo, pero los niños no. Los niños leen por gusto o no leen. Son muy hedonistas y muy exigentes. En ese sentido, el desafío de capturar su imaginación es mayor.

ÁGORA: El cronista es un personaje importantísimo en la historia de la literatura mexicana. Ha fungido simultáneamente como literato y como custodio del recuerdo, de la historia. Desde Bernal Díaz del Castillo hasta don Luis González Obregón, y, ya en el siglo XX, don Artemio del Valle Arispe, Salvador Novo o Carlos Monsiváis. ¿Se identifica usted de algún modo con esta familia de cronistas? ¿Cree que la crónica que se escribe en la actualidad todavía tiene que ver con lo que hacían estos personajes?

JUAN VILLORO: Bernal Díaz del Castillo trata de ganar con la palabra una guerra que perdió con la espada. Él no fue un conquistador exitoso, no se enriqueció como otros “soldados de fortuna”; su compensación es contar la historia. El tipo de crónica que él hace tiene mucho que ver con una antropología accidental porque describe un mundo que desconoce. Es admirable que, sin palabras, sin vocabulario adecuado, logre transmitir lo que representa para él una civilización ajena. En ese sentido se trata de un proceso de conocimiento de “lo otro”. Yo más bien escribo crónicas de asuntos que no siempre conozco a fondo pero que me son próximos. En este sentido estoy mucho más cerca de un horizonte cotidiano. Hay una larga tendencia a escribir crónica en América Latina y podemos pensar en cronistas como José Martí, que ya suenan muy modernos para nuestros oídos. En México, Martín Luís Guzmán es un antecedente inescapable. Y más cerca de nosotros, escritores como Gabriel García Márquez, que fue un magnífico cronista, nos han dejado enseñanzas. Hay una sólida tradición de la crónica en América

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ÁGORA Latina. En mi caso, por intereses generacionales, también me influyó mucho la crónica norteamericana, el gran periodismo norteamericano de los años cincuenta para acá, o quizá de un poco antes, de Hemingway para acá. Me marcó mucho, de manera directa o indirecta porque, por ejemplo, Hemingway influyó mucho en Vargas Llosa, en García Márquez. A través de ellos llega filtrado Hemingway. Otras influencias importantes para mí han sido escritores norteamericanos como Norman Mailer y Tom Wolfe, y de la literatura inglesa, Martin Amis.

La percepción que tenemos al vivir en la ciudad de México es que la situación está muy mal pero que nosotros ya la libramos. Nos vemos como supervivientes, del otro lado de la tragedia.

ÁGORA: También nos interesan las relaciones entre la edición y la literatura. El prestigiado editor y escritor español Jorge Herralde, de la editorial Anagrama, ha escrito textos en los que se ocupa de su relación con algunos de los escritores con los que ha trabajado. Entre estos autores, no

pasa inadvertido el nombre de Juan Villoro. ¿Cuál es la importancia de una buena relación entre escritor

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y editor para la creación de obras literarias de calidad y no meros “productos editoriales” como los llama Juan Goytisolo? ¿Cree que la edición es otra manera de hacer literatura, otro género literario?

JUAN VILLORO: Es una relación necesaria y peligrosa, por muchas razones. Primero que nada, es importantísima la lectura de los otros. El escritor nunca está totalmente seguro de sus efectos, trabaja en soledad y necesita que alguien, de pronto, le diga: “A ver, esto no se entiende, ¿por qué pasa esto si antes había pasado lo otro?”. Muchas veces conocemos tan bien a nuestros personajes que damos por sentado que se comporten de determinada manera. A veces suprimimos alguna escena que justificaba que estuvieran enojados, resentidos, despechados, y de repente, cuando reaccionan de ese modo, el lector no sabe por qué lo hacen. La lectura de los demás es decisiva. Yo lo aprendí en los talleres literarios, donde los compañeros y los coordinadores de los talleres ponen a prueba la claridad y el sentido de lo que dices. También me parece peligroso acostumbrarse demasiado a eso. O sea, no confiar en ti sino en los demás para que tenga sentido tu texto. En ocasiones puede ocurrir con la lectura de los otros como con las muletas: te acostumbras a caminar con ellas, luego no las necesitas, pero ya no puedes caminar sin ellas. El equilibrio ideal, muy difícil de encontrar, es el de tener


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exigencia personal y al mismo tiempo saber que alguien te puede decir algo. Ahí es donde entra la figura del editor, en el mejor de los sentidos: no pienso en alguien que sólo imprime tu libro, sino que lo analiza y puede mejorarlo. En otras tradiciones, principalmente la norteamericana y la inglesa, es muy importante el papel de alguien que recibe un manuscrito y comenta y corrige. Muchas veces sugieren cambios de títulos, inclusión de subtítulos, suprimir un personaje, alterar el final, quitar capítulos enteros. Son correcciones bastante fuertes. Esto es muy común en la literatura inglesa y hay escritores que solamente han publicado los cuentos que les corrigieron determinados editores. Es el caso de Raymond Carver, por ejemplo. Hay escritores que han sentido que una segunda mano escribe por ellos, que es la del editor. Esto en México no es tan común, y a veces hace falta. Pero dicho esto, también está el problema de los editores demasiado protagónicos, que creen que pueden mejorar cualquier texto. En ocasiones sugieren cambios inaceptables. Hay una maravillosa carta, que en realidad es un ensayo como de cuarenta páginas, que le manda Malcolm Lowry al editor de la editorial Jonathan Cape, al momento en que le presenta el manuscrito de Bajo el volcán. Le hacen mil correcciones y mil sugerencias para simplificar la novela, y Malcolm Lowry defiende su texto. Es tan inteligente su argumentación y el editor Jonathan Cape fue tan hospitalario con las ideas ajenas que el libro salió publicado tal cual. En ocasiones, los editores tienen tendencia a pensar por el público y a decidir por él. Debemos agradecer a los editores que aceptan la complejidad, el riesgo, que aceptan lectores que todavía no existen pero que podrían existir en el futuro. Y bueno, esto cambia mucho de acuerdo con las necesidades de los textos, porque una cosa es editar el Ulises de James Joyce para una edición minoritaria y otra trabajar en un periódico, donde eso se tiene que entender hoy y entonces las exigencias de los editores son distintas. Es un trabajo en el que se puede pecar por exceso o por omisión de ambas partes, pero evidentemente los escritores nos podemos quejar tanto como queramos de los editores, pero no podemos existir sin ellos… y ellos menos sin nosotros, claro.

ÁGORA: Macondo en García Márquez, Comala en Juan Rulfo, París en Cortázar; todos estos lugares se han vuelto personajes literarios con vida propia. Desde luego, la Ciudad de México no es la excepción. Tanto en la crónica como en novelas de Carlos Fuentes, Rafael Solana y Luis Spota, la Ciudad de México se ha situado como personaje propio. También existe en su obra todo un postulado sobre la vida de la

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ÁGORA ciudad; Tiempo Transcurrido y su novela El Testigo son algunos ejemplos. ¿Se siente usted parte de esta tradición o es su “reinvención territorial” del DF -como la llama editorial Alfaguara- un trabajo diferente, un esfuerzo de distinto orden?

JUAN VILLORO: A mí me toca escribir de la Ciudad de México en una etapa muy diferente a la de Carlos Fuentes. Cuando nací, él publica La región más transparente; somos casi contemporáneos esta novela y yo. La novela se publica en 1958 y yo nací en 1956. La ciudad tenía entonces cuatro millones de habitantes. Desde el punto de vista de la experiencia urbana, todavía era abarcable como un todo. Se le ocurrió a Carlos Fuentes hacer una novela donde la ciudad fuera el protagonista absoluto, siguiendo un poco el modelo de Manhattan Transfer de John Dos Passos y algunas otras novelas sobre ciudades. Los personajes son un coro múltiple que abarca prácticamente todos los estratos sociales, todas las características de la ciudad de aquel tiempo. Hoy en día esto sería totalmente imposible, por la sencilla razón de que la ciudad es una asamblea de ciudades; es una macrópolis que ni siquiera es conocida por los taxistas. Cuando uno se sube

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a un taxi, el taxista te pregunta por dónde debe ir porque él no se sabe las direcciones. Sería demencial suponer que conoce todas las calles. En la macrópolis que habitamos hoy en día, de unos dieciocho o veinte millones de habitantes, el desafío narrativo es muy distinto. Ya resulta inverosímil describir un D.F. total en una novela, captarlo por entero. Eso ya no nos lo creería ningún lector. Lo que hemos tratado de hacer los escritores de las últimas décadas es tratar de inventarle un sentido a esta ciudad, explorar por qué todavía es habitable, si desafía todos los criterios de urbanismo. ¿Por qué todavía podemos vivir aquí, si desde un punto de vista técnico deberíamos estar al borde del colapso? Lo que me interesa en la novela urbana es captar el misterioso sentido de la ciudad. Muchas veces esto ocurre de manera regional. En mi novela El disparo de argón, sitúo la trama en un barrio imaginario que se llama San Lorenzo y en donde los personajes prácticamente desarrollan todas sus acciones. Es como una isla encapsulada dentro de la ciudad. A través de ese barrio trato de capturar simbólicamente cómo funciona la ciudad, dar un retrato de la ciudad por una pequeña parte, un barrio. En la novela Materia dispuesta, trato de entender la ciudad a partir de su orilla. A pesar de que la ciudad es enorme, llega un momento en que se acaba, en que colinda con el campo, en que ya no existe más como ciudad. Y ésta es una parte en que ubico mi segunda novela, en una colonia también inventada, que se llama “Terminal


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Progreso”, donde están los canales de Xochimilco y donde la ciudad colinda con el campo y también con restos urbanos; es una ciudad de deshechos, ahí se trata de entender el todo por sus sobras, por sus restos. Creo que una de las cosas que más nos define son las cosas que tiramos y que aparentemente no tienen que ver con nosotros, nuestra basura. En Materia dispuesta la ciudad es captada de ese modo. Y luego, en El testigo, no hay un propósito tan declaradamente urbanístico, ahí hay algunas escenas urbanas, pero no veo una reflexión fuerte sobre la ciudad sino más bien, sobre el sentido de pertenencia al país en su conjunto; es más una novela panorámica sobre el país y no tanto sobre la ciudad de México. En fin, son algunas de las estrategias de entender la ciudad de manera parcial, de tratar de entender el discurso que nos quiere contar, inventándole un sentido, imaginando cómo quiere ser, explorando por qué razón enigmática seguimos aquí.

ÁGORA: Así las cosas, ¿usted compartiría la noción de Carlos Monsiváis de que es una ciudad “postapocalíptica”?

75 JUAN VILLORO: Sí. Yo creo que es una de las grandes ideas de Carlos Monsiváis. Octavio Paz se equivocó al decir que era un hombre de ocurrencias y no de ideas. Hay muchas ideas en Carlos Monsiváis, lo que pasa es que a veces las paradojas, las ocurrencias, los golpes de humor en su prosa hacen que no nos detengamos tanto en ellas. Él mismo tampoco pone mucho el acento en ello. Un autor como Paul Virilio hubiera escrito todo un libro con la noción de “Postapocalipsis”, y Jean Baudrillard hubiera escrito cinco libros con esa noción. A los franceses les gusta mucho usar un nuevo término para crear una nueva teoría. Monsiváis menciona esto casi de pasada, pero me parece esencial para entender la ciudad. Es una de las razones por las que estamos aquí. Creo que la percepción que tenemos al vivir en la Ciudad de México es que la situación está muy mal pero que nosotros ya la libramos. No nos vemos como el anuncio de algo terrible que va a pasar, sino como el resultado de algo espantoso que ya sucedió, sin saber muy bien qué fue, y pensamos que nos salvamos de milagro. Nos vemos como supervivientes, del otro lado de la tragedia. Éste es un engaño colectivo muy eficiente para seguir viviendo aquí. Si no recurriéramos a eso, no podríamos aceptar la ciudad, nos preocuparíamos demasiado con la inseguridad, la contaminación del aire, el tráfico que vivimos a diario. Por eso más bien decimos: “estuvo durísimo,


ÁGORA pero ya la libramos.” Creo que es una idea muy interesante para entender la cultura de supervivencia y de resistencia que tenemos. No es que nos sintamos superhombres, sería una gran vanidad de nuestra parte; Pero sí nos sentimos sobrevivientes, gente quizá lastimada por la situación en la que vivimos, pero que logró salir adelante.

SARA: Las referencias a López Velarde abundan en su novela El Testigo. Ya desde hace tiempo, críticos como Octavio Paz y Jorge Cuesta han criticado la imagen de López Velarde como un escritor de provincia. En su novela encontramos al poeta en medio de escenas urbanas, en plena Ciudad de México. ¿Es éste un intento, alineado con los ya mencionados, de desmentir a López Velarde como poeta provinciano? Y ¿cuál cree entonces que sería el papel de la provincia en la poesía de López Velarde?

JUAN VILLORO: Bueno, López Velarde fue las dos cosas. Fue un escritor hondamente provinciano en el sentido de que logró captar las esencias del México pueblerino y de Zacatecas. Él mismo se refirió muchas veces a la “tristeza reaccionaria” de sus versos; versos melancólicos, de un mundo que se estaba

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acabando, un mundo de solteronas que se dedicaban a tejer a la luz de un quinqué, donde las muchachas caminaban en la plaza en un sentido y los muchachos en otro sentido para verlas; donde había una impronta rural muy fuerte, los postres eran caseros, casi todos anteriores a las marcas, donde las alacenas guardaban compotas, la cocina decidía su suerte gracias a la picadura del ajonjolí, el gran medio de locomoción era el ferrocarril y “el tren iba por la vía como aguinaldo de juguetería”. Todas estas cosas nos legó López Velarde; la recuperación de un entorno a punto de desaparecer con la modernidad y que remite incluso al lector contemporáneo a un México que a veces logramos atisbar y sigue siendo nuestro. Al mismo tiempo, López Velarde fue un escritor profundamente moderno, un trasgresor en las metáforas, con complejidades morales muy ricas, con imágenes novedosas. Por ejemplo, “Yo tuve, en tierra adentro, una novia muy pobre” es un alejandrino muy normal, muy conversacional, asociable con la forma de hablar de algún tío nuestro, y sin embargo, el siguiente alejandrino, “ojos inusitados de sulfato de cobre”, es totalmente novedoso, y además químicamente exacto, porque los ríos sulfatados de cobre tienen este color azul verdoso que pueden tener ciertos ojos. Todo eso está en López Velarde. Es un poeta de dualidades, un poeta católico y trasgresor, un pecador arrepentido, un libertino y al mismo tiempo un hombre que ama la tradición, muchas veces pintoresquista. Por eso fascina tanto.


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Yo quería hacer una novela no sólo sobre su poesía, sino sobre la lectura de su poesía, la manera en que nos apropiamos los versos, los necesitamos, los sobreinterpretamos, los tergiversamos. Muchas veces al leer hacemos que Shakespeare o Cervantes digan cosas que nunca quisieron decir, pero que creemos entender en ellos. Son como oráculos lejanos que llegan a nosotros y nos hacen pensar en cosas que no teníamos presentes pero forman parte de nuestra vida. Esta manera de leer a López Velarde suscita, en la novela El testigo, una interpretación casi sagrada de sus textos, una interpretación devota, y una interpretación revolucionaria, trasgresora. Son dos lecturas extremas posibles de López Velarde. Quería jugar con eso, puesto que es el poeta nacional en el sentido de que ha permitido gran multiplicidad de interpretaciones. Aún existe la provincia de López Velarde. Quien vaya a Jerez podrá tener una

La novela debe lograr una ilusión de vida.

experiencia curiosísima. Al caminar por ahí uno

Cuando leemos, nos dejamos llevar por los

siente que camina por la poesía de López Velarde,

sentidos que activa la novela.

una sensación sólo comparable con la de Pessoa en Portugal. Hace poco, Hugo Gutiérrez Vega, que ha llamado a López Velarde “el padre soltero de la poesía mexicana”, me decía que él sintió lo mismo en Alejandría con Cavafis. No conozco Alejandría, pero en Lisboa sentí que la poesía de Pessoa está en las calles, en los cafés, en los tranvías. Lo mismo percibes en el Jerez de López Velarde. Es una ciudad impregnada por el poeta, no sólo por la devoción que se le tiene sino porque lo que él contó está ahí. Hay una identidad muy fuerte entre esa ciudad y su poesía. A pesar de que hoy en día la mitad de la gente trabaja del otro lado y son rancheros que llegan con pickups y productos de Estados Unidos, de todas maneras se mantiene eso.

ÁGORA: En su novela Si una noche de invierno un viajero, Italo Calvino propone diez categorías para clasificar una novela. La segunda de ellas, que viene “de la búsqueda de la plenitud en las sensaciones”, se caracteriza por presentar un mundo denso y minucioso, en el que la descripción de las sensaciones corpóreas y sanguíneas entretejen la narración. Su novela El Testigo también presenta un espeso, lleno de detalles y sensaciones: la música de Supertramp, la cocaína, los encuentros sexuales, etc. ¿Qué opinaría de clasificar su novela bajo esta categoría de las “sensaciones corpóreas”? Y, por otro lado, ¿qué opina de la afirmación de Calvino de que en estas novelas, tan densamente entretejidas de sensaciones, el deseo de expresar esta plenitud vital “revela el vacío que hay debajo”?

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ÁGORA JUAN VILLORO: La novela debe lograr una ilusión de vida. Cuando leemos, nos dejamos llevar por los sentidos que activa la novela. Evidentemente, el más obvio es el de la vista. Al leer no vemos las letras sino las imágenes que convoca la novela. Vemos una escena de amor o un naufragio, una batalla, distintas cosas. Pero los demás sentidos también están presentes. La lengua tiene musicalidad, de modo que “oímos” cosas, y hay “melodías” que aparecen en lo escrito. Lo mismo ocurre con otros sentidos que trabajan en proximidad, como el tacto o el olfato. Es muy importante que en una novela haya estos tejidos de sensaciones, atmósferas que nos hagan ver, por ejemplo, una persona primero de lejos, y no distinguirla muy bien, luego irla conociendo, acercarnos a ella. No es casual que Proust haya escrito En busca del tiempo perdido después de que remojó un panquecito en té; el olor del panquecito lo remitió a su infancia. Hay olores que nos hacen pensar: “Ay, así olía la casa de mi abuela”, o “así olía mi escuela primaria”. Este tipo de sensaciones activan cosas muy primarias en nosotros. Los personajes literarios, que son seres vivos, necesitan estar estimulados por estas cosas. Ellos tienen recuerdos, asociaciones, instintos y en ocasiones, asociaciones equivocadas. Por ejemplo, la de Supertramp es una asociación equivocada de mi personaje porque no es que él odie propiamente a

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Supertramp sino que odia lo que hizo (plagiar una tesis) y la música de Supertramp se lo recuerda. En un mecanismo de desplazamiento, en vez de odiarse a sí mismo; odia a Supertramp porque Supertramp le recuerda eso. Además, le parece un grupo fácilmente odiable porque no le gusta particularmente su música, una música sin estilo muy definido, con voces gangosas. Muchas veces de manera caprichosa creamos sistemas defensivos para nosotros mismos. Era lo que quería expresar en la novela a partir del supuesto odio a ese grupo de rock. Todas estas redes sensoriales y asociativas serían difíciles de expresar en una crónica, entre otras cosas porque cuando escribes de gente real no llegas a averiguar tanto. Dice García Márquez que todo mundo tiene una vida pública, una vida privada y una vida secreta. En la crónica, generalmente te quedas en la vida pública y, en el mejor de los casos, en la vida privada. Ahí te detienes. A la vida secreta no llegas. Como escritor de ficción, te puedes dar el lujo de conocer hasta el último rincón de la cocina donde viven tus personajes.


AN APPROACH TO IAN SHAPIRO After a series of lectures given by Professor Shapiro1 at El Colegio de Mexico, Pablo R. Barriga, Tatiana Brofft and Héctor C. Flores -members of Agora’s Editorial Council- had the opportunity to interview him.

ÁGORA: Professor, we would like to know how your passion for the comprehensive study of politics began. Nowadays scholars are increasingly identified with Isaiah Berlin’s hedgehog analogy —to devote their academic work to only one field of specialization— but your work does not follow this trend, and rather resembles a fox — it expands through many areas of the social sciences. How did a Law student become interested in such broad fields?

IAN SHAPIRO: I think that most people who become political theorists are people for whom political identities are problematic. They are often people who had to leave their country at an early age or something similar. In my case I grew up in South Africa in the Apartheid system, in the 1960s, and I think that for that reason two things, which I call legitimacy and identity, have concerned me from the beginning. Why legitimacy and why identity?

1 Ian Shapiro is Sterling Professor of Political Science at Yale University, where he also serves as Henry R. Luce Director

of the MacMillan Center for International and Area Studies. He has written widely and influentially on democracy, justice, and the methods of social inquiry. A native of South Africa, he received his J.D. from the Yale Law School and his Ph.D. from the Yale Political Science Department where he has taught since 1984 and served as chair from 1999 to 2004. Shapiro is a fellow of the American Philosophical Society and the American Academy of Arts and Sciences, and a past fellow of the Carnegie Corporation, the Guggenheim Foundation, and the Center for Advanced Studies in the Behavioral Sciences. He has held visiting appointments at the University of Cape Town and Nuffield College, Oxford. His most recent books are Containment: Rebuilding a Strategy against Global Terror, The Flight From Reality in the Human Sciences, and Death by a Thousand Cuts: The Fight Over Taxing Inherited Wealth (with Michael Graetz). His new book, Containment: Rebuilding a Strategy against Global Terror is forthcoming from Princeton University Press. His current research concerns the relations between democracy and the distribution of income and wealth. http://www.yale.edu/polisci/people/ishapiro.html.

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ÁGORA Legitimacy because I grew up in a country where it seemed obvious to me, from a very young age, that the state was not legitimate. Identity, because I grew up in a country to which I felt I didn’t really belong. I couldn’t see a way in which I could feel part of the world I was born in or in which I could feel comfortable. So, I think that in all of the work I have done, in one way or another, I’ve been responding to issues having to do with legitimacy and identity.

ÁGORA: After so many years researching these issues do you feel more comfortable with identity and legitimacy issues?

IAN SHAPIRO: I think that I have developed a theory of political legitimacy that is spelled out in my book Democratic Justice and the book The Moral Foundations of Politics that I do feel comfortable with. I think it is more complicated with identity, I think you respond on a personal level and on a philosophical level. On the personal level I’ve come to feel comfortable with not having an identity. I don’t feel like I’m South African; I don’t feel like I’m an American; I’ve lived in England for six years and I don’t feel

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like I’m English. I don’t feel the need to belong to any particular society or national entity. I don’t think there’s any perfect country, and I don’t feel the need to identify with anyone on that basis. This is on a personal level. On a philosophical level I don’t think I have a complete theory of identity. I have bits and pieces of such a theory but I don’t have a comprehensive view.

ÁGORA: What is the current role of political philosophy? Which is the relation of political philosophy with political science and with reality in general?

IAN SHAPIRO: I am a pragmatist about means, but not ends. I would say that the link is that you want pragmatism only to be the means, not to be the goal. If pragmatism becomes the goal you lose sense of what it is that you are trying to achieve and where you are trying to get to. So I’m all in favor of pragmatism as a means; I think we have to be realistic, we always have to start from where we are but we need to have an idea of where it is we are trying to get to. The trouble with pragmatism is that it tends to turn into the goal. My normative political ideal is non-domination.


ENTREVISTA

CON

IAN SHAPIRO

ÁGORA: Could you explain to us your theory of justice and why you consider it more appropriate?

Non-domination is the thing that knits democracy and justice together. Any plausible theory of justice is committed to the idea of

IAN SHAPIRO: The view of democratic justice

non-domination and any plausible theory of

that I defend in my book called Democratic Justice

democracy is committed to the idea of

comes actually from this idea of non-domina-

non-domination.

tion. That non-domination is the thing that knits democracy and justice together. That any plausible theory of justice is committed to the idea of non -domination and any plausible theory of democracy is committed to the idea of non-domination. So this doesn’t mean that democracy can’t lead to domination but when it does we need to redirect it. Most of that book is concerned with what types of democracy are likely to reduce domination and how it can advance pragmatically toward that goal. I have two principal ways of pursuing that. One has to do with government and the other has to do with opposition. On the government side, I think that the most basic political principle is the principle of affected interest, not the principle of membership. Most people say we should settle the question of who the citizen is and who the non-citizen is, because only citizens can vote on all questions and the non-citizens can vote on no questions. I think that’s the wrong way to think about decisionmaking. I think we should go decision by decision, we should ask who the most affected are by that decision, and who has vital interest stakes in that decision; and they should be the ones being consulted on that decision. On the opposition side, I argue that hierarchies should be limited. Hierarchies are not necessarily bad; they are often good and efficient. Hierarchies can be efficient, but hierarchies can also atrophy into systems of domination, and that’s what you want to avoid.

ÁGORA: We are very concerned about your idea of domination. You say that domination is not legitimate because it is the result of illegitimate exercise of power whether it is impersonal or structural. However, you think that hierarchies are “often legitimate”. When are hierarchies legitimate and when are they not?

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ÁGORA IAN SHAPIRO: Hierarchies are legitimate when they get to achieve a legitimate purpose. They are illegitimate when they are used to achieve an illegitimate purpose. So, what you want is a system which prevents the latter but not the former. In my book on Democratic Justice I have a chapter on the workplace, where I talk about all the different mechanisms for managing workplaces so that the hierarchies that are indeed necessary for efficiency are not interfered with, but the hierarchies that are used for domination can be controlled. I see that as a kind of institutional design challenge.

ÁGORA: From your previous answer it can be inferred that you believe in a consequentialist ethic, an ethic that responds not to principles but to the results of your actions. Am I right?

IAN SHAPIRO: I believe that all political theories are consequentialist in the end. I think you can be a consequentialist or non-consequentialist in your personal ethics, but in the design of political institutions you have to be a consequentialist. Even if you look at political philosophers who call themselves anticonsequentialists, such as John Rawls, if you analyze their theories you will find that all of them are

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consequentialist. My research is geared toward organizing incentives and power relations to minimize domination in society. This is consequentialist. Does this mean I should be a consequentialist in my personal life? That’s another matter.

ÁGORA: Professor, in The Moral Foundations of Politics, you sustain that democracy is superior to other theories of the sources of political legitimacy in Western political thought from Enlightenment to anti-Enlightenment. We would like you to introduce us briefly to the topic.

IAN SHAPIRO: Enlightenment political theories were guided by two principles. One is commitment to the truth as discovered through science and the second is commitment to individual freedom as realized through respecting people’s rights. In The Moral Foundations of Politics I examine different theories: utilitarianism, Marxism and social contract theory. They are all Enlightenment theories, and they are all trying to do those two things: to base politics on science and to respect individual freedom through rights. What I argued was that democracy actually does a better job than any of the going alternatives. If you want the truth to come out in politics


ENTREVISTA

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IAN SHAPIRO

and people not to be blinded by ideology, religion or mysticism, democracy, when it’s operating well, is the best system. And if you want to respect individual rights and freedom, democracy makes them prevail more time than any other system. So that’s the argument. Democracy is not perfect. I think Churchill was right when he said “Democracy is the worst system of government, except for the others that have been tried from time to time.”

ÁGORA: Do you think the analog of the academic world as being the “ivory tower” is true?

IAN SHAPIRO: I think it has become increasingly true, especially in the last half century in the US

Social Sciences are concerned with problems that we have to study, because they concern our survival and our thriving in the world. So no matter how difficult it is there is a practical imperative that we study it and try to make sense of it.

and in West European universities. Some of the reasons for that are legitimate and some are not. I think the legitimate reasons are that we are having improvements in technical knowledge, and technical knowledge has entry costs. You have to learn the means for acquiring it, so that the entry costs of participating in scholarly work go up. The danger in technical social science is that the technique becomes the end of the exercise and that once people think technically sophisticated work is important the end of the exercise becomes me showing that my work is more sophisticated than yours, regardless of what it illuminates outside. This is the subject of my book The Flight from Reality in the Human Sciences.

ÁGORA: George Steiner, in an article entitled “What is needed here is passion”, talks about how humanities and social science students seem to be less and less passionate about their disciplines. They choose to study literature or politics to avoid mathematics or chemistry courses, but not for a deep understanding of culture and what makes us human. What do you think about this?

IAN SHAPIRO: Compared with answers in physics, biology or chemistry, the social sciences are not very impressive. But why is that? The reason they are not very impressive is the complexity of what social sciences try to study. Social Sciences are concerned with problems that we have to study, because they

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ÁGORA concern our survival and our thriving in the world. So no matter how difficult it is there is a practical imperative that we study it and try to make sense of it. The social sciences haven’t delivered very much in the way of reliable knowledge but they are concerned with problems that humanity has to confront. So, the answer is just to try to do it better. It is not that we should give up and go do physics.

ÁGORA:: After such an interesting talk we have reached our last question. Having seen some of the characteristics of American democracy, what kind of political market does it have? How democratic is the United States?

IAN SHAPIRO: I think it is less democratic than it was ten years ago, I think that limiting the capacity of the state to use the war on terror as a way of increasing domination is really important. I think that democracy does not function well without robust opposition, and we do not have robust opposition in the US right now, we have triangulating, chasing after who ever seems to be winning, and I don’t think this is healthy for democracy.

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ENCOMIENDAS Santiago Zegada Escobar*

Lo de más. Cuzco, Perú. Diciembre 2006. Técnica: fotografía en blanco y negro.

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*

Estudiante de octavo semestre de la lcenciatura de Ingeniería de producción de la Universidad Privada Boliviana.


Caminos, soledades. Curitibia, Brasil. Abril 2008. Técnica: fotografía en blanco y negro.

ÁGORA

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Resistencia. Buenos Aires, Argentina. Abril 2008. Técnica: fotografía en blanco y negro.

0314. Cochabamba, Bolivia. Marzo 2006. Técnica: fotografía en blanco y negro.

P o r ta f o lio

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Desde atrás. Cuzco, Perú. Diciembre 2008. Técnica: fotografía en blanco y negro.

ÁGORA

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Atrapando memorias. Montevideo, Uruguay. Marzo 2008. TĂŠcnica: fotografĂ­a en blanco y negro.

P o r ta f o lio

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Ruinas. Uyuni, Bolivia. Enero 2005. Técnica: fotografía en blanco y negro.

Trás la máscara. Uyuni, Bolivia. Enero 2005. Técnica: fotografía en blanco y negro.

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