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DESPEDIDAS
from Ágora número 32
by Ágora Colmex
Diana Thalía Jiménez Martínez
La partida me obligó a excavar el lenguaje en busca de sonidos que ayudaran a nombrar la última vez que tus ojos miraron los atardeceres en las calles coloniales de mi antigua casaporque yo migraba, como quienes hacen un pozo de agua en el pecho para guardar aquello que no tiene nombre ni lengua ni agua para extinguirse.
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En esa abertura, permanecieron tus manos; los molinos cafeteros; el olor quemado de la habitación al medio día; la tristeza que crece como semilla de calabaza radiante, suave, rizomática y expectante a los nuevos mundos y al lenguaje con las uñas dentro, con las cuales arrebato los sonidos, el choque de galaxias y cantos de pájaros; la cadena de una bici andando; el sonido de la tierra girando sobre su propio eje; tu risa matutina; el baile de nuestros cuerpos, y la conversación de los encinos que arrullan la tarde.
Pero los mundos se acaban siempre con explosiones volcánicas, terremotos y viajes de miles de kilómetros; entonces el tiempo se vuelve una constelación de caricias cada vez más opaca, que titila desvaneciéndose, mientras tú le hablas al sonido y a las historias de cientos de países en lenguas extrañas, cada vez más lejos de nuestras sombras.