Ágora número 20

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Á gor a Revista estudiantil del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México Año xiii, Nº 20 · enero/junio 2016


ágora Nº 20

4 7

enero/junio 2016

Editorial Le madonne por Aimée Mendoza Sánchez

11

El cigarro de la anciana o de cómo el universo puede componer palabras

19

Permanezco

21

Do normative concerns have a place in IR theorizing?

29

Olvidar

33

Regresar al pasado

43 47

por Martín Sobrino Gómez por Ana Michelle Rosas Martínez

por Paulina Anai Flores Ramirez por Alejandro Escalante Iturriaga

por Diego del Moral Suárez La vía media de Max Maullido por Yaxkin Melchy Ramos La nostalgia infinita de Wong Kar-Wai por Jorge Valentín Mosqueira Pérez


Melancolía por Fernanda Carolina Márquez Núñez Inspirador / Dolor / El marchista / En la luna por Francisco Ignacio García de Jesús Apuntes Benjamineanos para una hermenéutica crítica por Samuel David Zepeda López La noche

51 55 57

por Janil Uc Tun

69

Sección gráfica por Jimena Orrantia / Stephanie Vera Samaniego / Gerardo Coello

72

Libertad o muerte

83

por Jesús Ricardo Quintero González Ciudad de Perros por Iván Medina Castro Entre hermanos te veas: corrupción y escándalo por Luis Enrique Escobar Nieto de Pascual Poemínimos por Aarón Hernán Flores Suárez Restraining the King: the Paradigmatic Model of Kingship in the Mahabharata por Ivan Hofman Stefani

87 93 101 105

119 Entrevista al Dr. Fernanto Nieto 123 Cinco amigos

por Erik López Ruiz


Editorial XX ¿Qué hace el hombre cuando su mirada,

Como Janil Uc Tun apunta en “La noche”,

concentrada en lo lejano, en lo que lo espera,

el tiempo se puede percibir de muchas maneras,

ignora aquel cristal posado entre él y su destino:

puede dar vueltas o llevarnos por un túnel; puede

un muro invisible? ¿Qué hace el hombre cuando

ser interminable o imprevisible. Un instante puede

se topa de golpe la encrucijada e incertidumbre

dar significado a toda una vida, una vida puede

del tiempo: aquel escalofrío que te recorre cuando

carecer de sentido. Al final, todos buscamos

sientes la muerte? Mientras unos quieren vivir para

el horizonte, sin darnos cuenta de que sólo

siempre, otros sólo quieren disfrutar momentos,

buscamos quienes somos. Estamos escarbando en

pero todos estamos a merced de las manecillas del

nuestro tiempo, en las horas que nos han pasado y

reloj.

recorrido, en nuestro pasado: donde se esconden

Hay hombres apasionados por lo infinito, por

nuestra identidad y camino. Morimos cuando

la esencia perpetua de las cosas. El escultor que

olvidamos nuestro pasado, la cara de nuestro

trabaja con acero inoxidable busca que la voluntad

padre, el olor de nuestra primera casa, la voz de

que nace del baile, entre sus herramientas y el

nuestra madre: perdemos cada día una parte de

material, perdure para siempre. La pieza nace

nosotros. Hay recuerdos, no obstante, que nos

y muere al mismo tiempo, el artista hace eterno

acompañan hasta la última exhalación: pedazos

ese momento. En una jugarreta al tiempo, corta

de nosotros, aunque trastocados por la memoria,

un pedazo de ese cristal que nos marca fecha y

intactos en esencia. “Olvidar” de Alejandro

hora, que nos encierra en nuestra finiquites. Pero

Escalante trata lo indeleble ante la nada, el

también está el escultor que trabaja con arcilla,

bosque perenne donde habitan los recuerdos más

tierra, barro, y que disfruta ver el paso de lluvia,

preciados. Algunos contemplan con pasividad,

humedad, fuego, sol, tiempo sobre su pieza. No

otros —los más apasionados—, se enferman de

busca crear significados infinitos, sino ideas que

nostalgia y melancolía. Los viejos parecen ver el

el tiempo transformará. A diferencia del anterior,

pasado lejano; —como cuando se mira por la lente

este hombre renuncia al anhelo de perpetuación,

más grande del telescopio— los jóvenes sentimos

toma una taza de café y fuma mientras mira los

el futuro sobre nosotros, como una montaña vista

pájaros a través del cristal. Donde lo eterno es un

a través de binoculares.

encierro, lo efímero es un edén… Lo saben bien

Ágora llega a su número

xx

y refrenda su

las Madonas que Aimée Mendoza Sánchez libera

voluntad de asistir la lucha de los jóvenes contra

en su cuento.

la montaña del futuro. Los jóvenes estamos


repletos de ideas atrapadas; en Ágora estamos

son, en realidad, una sola. Sientan la libertad de

comprometidos a liberar algunas de ellas,

leer esta revista al derecho o al revés, en línea recta

difundirlas y dar voz al mayor número de jóvenes

o en círculos, saltando o caminando; siéntanse

que podamos. Queremos combatir el paso del

libres de detenerse en un instante y no leerla más,

tiempo, pero no con afán de detenerlo; sino a fin

también de recorrerla sin detenerse. Esperamos

de evitar que el pasar de las manecillas del reloj dé

que, como un recorrido por el tiempo, el paso de

la hora a lo que ya conocemos.

estas páginas cultive recuerdos, ideas, instantes de

Ya son xx números de estudiantes para

los que puedan aferrarse.

estudiantes, con la intención de mejorar en cada

Sin más que nuestro deseo profundo de que

uno, cada año que pasa, sin perder de vista la

estas páginas no sean en vano, el Consejo Editorial

brújula que orientó a los primeros miembros

2016 agradece a quienes colaboraron en la creación

de la revista: difundir trabajos de calidad que

de este vigésimo número. Ágora no sería posible

aporten visiones enriquecedoras, sentimientos

sin El Colegio de México, el Consejo Asesor y

y residuos valiosos del tiempo. Esperamos que

la ayuda de la Coordinación de Publicaciones:

nuestros veinte números, y los que vienen, sean un

piezas fundamentales para la supervivencia y

museo, una efeméride de ideas y sentimientos que

existencia de este proyecto. De la misma forma,

colmen e impulsen las ideas de nuestro tiempo las

agradecemos a nuestros compañeros estudiantes

creaciones de nuestro tiempo.

y profesores, cuyos comentarios han nutrido el

Cuando revisamos los trabajos recibidos en

destino de esta revista. Una línea especial para

esta convocatoria, notamos, sorprendidos que

quienes creyeron en este proyecto desde el inicio;

muchos de ellos reflejan y manifiestan la misma

todos aquellos que siempre mostraron interés y

inquietud que nosotros enfrentábamos ante la

apoyo para Ágora. Agradecemos, sobre todo, a

llegada del vigésimo número. En algún punto,

ustedes, que sostienen esta revista en sus manos, ya

entre alegría y melancolía, nos topamos con

que nada de esto tendría sentido sin su presencia.

nuestros colaboradores. Nos dimos a la tarea

Ustedes liberan las ideas de su encierro de tinta y

de encontrar aquel hilo escondido que unía en

papel, compañeros de barricada en esta pequeña

poética narrativa todos los textos. Con este afán,

resistencia contra el tiempo.

decidimos hacer un número especial que celebre la llegada de nuestra vigésima publicación. Ante veinte números, ofrecemos veinte historias que

consejo editorial

2016


La lucha contra el tiempo parece ser el conflicto más grande del ser humano. Los que somos finitos, y los días pasan sobre nosotros, y envejecemos, no apreciamos el valor que tiene la evolución del tiempo, la libertad que la finiquites nos confiere: donde lo eterno es un encierro, lo efímero es un edén; la vida está en lo mutable, no en lo intocable.


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LE MADONNE

1 LE MADONNE Aimée Mendoza Sánchez El mal reside (también) en la misma mirada inocente que percibe el mal en torno suyo hegel

cada noche en el museo era una eternidad. Las blancas pieles perdían la lozanía debido

a las luces de lámparas y miradas llenas de admiración. Las siluetas enmarcadas desde hace siglos parecían descansar sin perder sus posturas. Acumuladas ahí, como objetos de anticuario, las Madonas debían soportar el escrutinio público todos los días. No tenían descanso. Algunas recordaban haber engalanado salones reales o pontificios. La mayoría se sentían ofendidas por haber sido expuestas de tal manera, arrancadas de sus aposentos apacibles, para exhibirse ante los ojos morbosos del vulgo. Durante los años transcurridos, no habían faltado las manos abyectas que quisieron tocarlas para calmar su emoción. Aquellas huellas dactilares las ensuciaron y corrompieron. Aunque los curadores intentaron reparar los daños, las marcas de tales osadías eran ya imborrables. Se lamentaban creyendo que, de haber permanecido en los aposentos originales, estas afrentas no hubiesen sucedido. El último gran conjunto de retratos de Madonas había llegado hace unos sesenta años, provenientes de una colección privada en Viena. El conde al que habían pertenecido era un hombre sumamente cuidadoso con ellas, de quien se contaba, incluso, que su gran afición lo había llevado a dedicarle a cada una al menos una hora al día para contemplarlas


CUENTO

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o conversar. Acostumbradas a tratos tan peculiares, sufrieron un fuerte impacto al ser trasladadas al museo para formar parte de la colección general. Absortas, se miraron fijamente unas a otras sin encontrar consuelo. Así pasaron sesenta años. Algunas leyendas contadas por los guardias nocturnos hablaban de lamentos oídos durante las horas en que el museo cerraba sus puertas, pero realmente nada podía aseverarse. Envueltas en mantos cerúleos, con gestos serenos y diáfanas pieles, estas figuras aparentaban llevar su nueva vida con gran dignidad. Empero, el desgaste había comenzado a hacer estragos en su constitución y la desesperación se había apoderado lentamente de sus almas. Por ello, cada día transcurrido ante el escrutinio público era un martirio peor al representado en los cuadros en los que aparecían. Pero las personas seguían llegando sin falta, para pasar rápidamente frente a ellas, fingiendo dedicarles un poco de atención. Pronto, las Madonas comenzaron a desvanecerse de los cuadros y a perder los finos trazos, como consecuencia de su aflicción. Tuvieron que pasar algunas semanas para que los curadores repararan en estos extraños acontecimientos y lo adjudicaron a la museografía. Después de algunos ajustes dieron por concluido el asunto y no dudaron en aprovechar los arreglos para abrir una nueva exposición con material solicitado a otro museo. Fue entonces cuando las Madonas se encontraron con otras piezas artísticas y concibieron la solución a su degradante situación. Al poder descansar algunas semanas para dar paso a la nueva exposición, pudieron reunirse, en silencio, sin ser vigiladas en todo momento por guardias o visitantes. Acordaron los términos en que llevarían a cabo su plan y el plazo para cumplirlo. Después de un par de semanas, algunos visitantes dieron aviso a las autoridades del museo acerca de desmayos y malestares sufridos por parte de sus acompañantes dentro de las instalaciones. Los organizadores creyeron que tales sucesos podrían deberse a la temperatura, pues había sido modificada en las salas donde se encontraban las Madonas para evitar su deterioro. Tras pedir a los asistentes que tomaran sus precauciones, las visitas continuaron a diario durante algunos meses. Siguieron produciéndose desmayos, aunque estos ya no sucedían con tanta frecuencia. Sin embargo, una tarde, mientras uno


LE MADONNE

9

de los guardias llevaba a cabo su recorrido de rutina, se detuvo frente a uno de sus retratos favoritos. Era La Virgen de las Rocas, en una de las versiones de da Vinci. Tras unos segundos de contemplación advirtió algo extraño, pues parecía que el rostro de la Madona había cambiado. No era un experto, pero su afición le permitió percatarse de dicha transformación. La composición del cuadro difería sobre todo en la figura femenina. Observó, también, los retratos restantes y sintió un horror indescriptible. De inmediato se dirigió a la oficina principal e intentó hablar con uno de los curadores. —Monsieur Dupont, c’est vraiment incroyable! Les Madonnes… ses visages sont différentes! El curador, incrédulo, siguió al guardia para confirmar por él mismo la noticia. Tras algunas horas de revisión exhaustiva llegó a la conclusión de que era cierto, las Madonas habían sido cambiadas. Se intentó evitar un escándalo, pero las puertas del museo no podían permanecer cerradas sin llamar la atención de la ciudad. Resolvieron, entonces, comenzar una investigación a detalle para descubrir el misterio. Nadie entendía lo que había sucedido y a las pocas semanas la policía dio con una banda de falsificadores de obras de arte que se escondía en los suburbios. Los noticiarios explicaron que los cambios producidos se debían a la cuidadosa sustitución de los originales, los cuales, creían, se hallaban extraviados. Aun cuando los integrantes de la organización confesaron haber sustituido dos retratos menores, hace algunos años, la policía creyó que intentaban ocultar sus hurtos para aminorar sus condenas legales. El museo volvió a abrir sus puertas, y las visitas se triplicaron: todos los asistentes querían atestiguar la “recuperación” de las obras y tomarles fotografías, a fin de percatarse, en futuras ocasiones, de cualquier modificación escandalosa en ellas. Parecía ser la primera vez que las personas veían realmente los cuadros. Un hombre, incluso, exclamó asombrado que le parecía curioso nunca haberse percatado de que una de las Madonas se parecía a cierta conocida. Y las voces ahogadas, que parecen provenir de los lienzos, se pierden entre el bullicio de los turistas y las luces artificiales, contrastando con las risas etéreas que a veces pueden oírse a altas horas de la noche, rondando las calles, como trazos que se desdibujan.


El artista y su pieza son bailarines que se nutren, cada creaciĂłn que inicia y termina es una vida. Ya muertas, dejan una esencia, un mensaje, un sentimiento, un significado infinito, del que podemos ser todos recipientes. Es una guerra contra el tiempo, algunas batallas han sido ganadas. Cervantes entenderĂ­a.


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EL CIGARRO DE LA ANCIANA

2 EL CIGARRO DE LA ANCIANA O DE CÓMO EL UNIVERSO PUEDE COMPONER PALABRAS Martín Sobrino Gómez Gustamos que se emplee un lenguaje conforme al que nos es familiar. Sin esto las cosas no nos parecen ya lo que nos parecen; se nos figura que las conocemos menos, y nos son más extrañas. Lo que nos es habitual, nos es, en efecto, mejor conocido. aristóteles

lenguaje y pensamiento en los estudios del lenguaje se presenta la discusión con respecto al supuesto rol

activo en la formación de la concepción del mundo y en el pensamiento cultural de un pueblo determinado.1 Un breve análisis de palabras compuestas en el idioma maya yucateco podrá contribuir a esta discusión mostrando que, complementariamente, la cultura puede influir el lenguaje, pues veremos que estas palabras se componen de elementos cuyos referentes reflejan la cosmovisión y mitología del antiguo mundo maya. 1 Adam Shaff, Lenguaje y conocimiento, trad. Mireia Boffil, México, Grijalbo, 1975. Véase, además Joel Sherzer, “Lengua y cultura enfocadas al discurso” en Yolanda Lastra y Pedro Martín Butragueño (eds.), Estudios de sociolingüística, México, UNAM, 2000, pp. 515-542.


ENSAYO

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¿qué son las palabras compuestas? Las palabras compuestas, como su nombre lo indica, son palabras que se componen uniendo dos o más palabras simples, conocidas en la gramática como lexemas. Existen diferentes clases de palabras compuestas según la categoría gramatical de los lexemas que las conforman. Esto significa que podemos encontrar palabras compuestas por dos sustantivos, por un sustantivo y un adjetivo, por un verbo y un sustantivo, y así descubrimos varias clases. Ahora bien, podemos encontrar dos tipos de composición: con transparencia semántica y sin ella. Esto significa que, dada una palabra compuesta, el nuevo significado es transparente si puede inferirse a partir de los significados de los lexemas que la conforman.2 Por ejemplo, la palabra sacapuntas tiene una semántica transparente, puesto que incluso una persona que aprenda el español como lengua extranjera entenderá el significado de esta palabra —aun sin haberla leído o escuchado con anterioridad. Esto es así porque puede decirse que la suma de los significados del lexema saca y del lexema puntas, que conforman la palabra sacapuntas, crea el nuevo significado para referirse al instrumento que cumple la función de sacar punta a los lápices. En el lado opuesto, tenemos las palabras compuestas sin transparencia semántica; es decir, aquellas en las que no se infiere el significado por medio de la suma de los significados que la conforman. Es probable que al hablante nativo de una determinada lengua resulte que este tipo de palabras siempre goza de transparencia semántica; sin embargo, para aquel que aprende el mismo idioma como segunda lengua sí resulta difícil hallar el significado. Por ejemplo, en francés la palabra chauve-souris ‘murciélago’ se forma con el adjetivo chauve ‘calvo’ y el sustantivo souris ‘ratón’ y literalmente significa ‘ratón calvo’. Ahora, la suma de los significados ratón más calvo no es suficiente para inferir el significado ‘murciélago’. Lo que sí hay que notar es que esta palabra de alguna manera refleja el sistema colectivo de creencias de los francófonos sobre los murciélagos. 2 Juan de Dios Martínez Agudo, “Procesamiento cognitivo del componente léxico-semántico”, en Miguel González Pereira y Montserrat Souto Gómez (eds.), Cuestiones conceptuales y metodológicas de la lingüística, Universidad de Santiago de Compostela, 2001, pp. 173-181.


13

EL CIGARRO DE LA ANCIANA

componiendo la palabra. recreando el cosmos Las palabras compuestas sin transparencia semántica son el objeto en el que incursionaremos para conocer el pensamiento inmerso en la lengua maya yucateca hablada en nuestros días. Aunque ortográficamente estas palabras deben de escribirse como una sola, para fines del análisis los lexemas que las conforman irán separados por guión. Una de las palabras para designar al planeta Venus tiene que ver con lo que en la cosmovisión maya es una de sus funciones: “la de despertar al mundo” y sería éste el nombre aplicado al planeta en su versión de Lucero de la Mañana. El mayista británico J. Eric Thompson, en su Historia y religión de los mayas, apunta que los mayas kekchís y los mayas mopanes consideran al planeta Venus como el patrón de la cacería. Subraya que este aspecto del culto probablemente se debió al hecho de que el amanecer se considera el momento más propicio para la caza.3 La segunda palabra para designar este astro es el de Estrella-Avispa. De acuerdo con J. Eric Thompson, en muchas narraciones del área maya sobre el origen del Sol aparece el colibrí como su coesencia, es decir, su animal guardián o nahual.4 Es probable que la avispa tuviera la misma función para Venus. 1.

ajsaj-kaab

‘Venus’

despertar-mundo 2.

xuux-eek’

‘Venus’

avispa-estrella Más abajo, (ejemplos 3 a 6) se muestra una serie de palabras que tienen en común estar compuestas con el lexema cháak ‘lluvia’. Sin embargo, no están relacionadas con la lluvia propiamente. No olvidemos que Cháak también era el nombre del dios de la lluvia entre los mayas antiguos (que podía dividirse en cinco, uno para cada rumbo del 3 4

J. Eric Thompson, Historia y religión de los mayas, México, Siglo XXI, 1975, p. 306. Ibid., p. 288.


ENSAYO

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mundo) y aún hoy existen concepciones de un ser sobrenatural que hace llover también conocido con este nombre. En diversas fuentes documentales históricas se encuentra información sobre este dios. Eric Thompson menciona que en ellas se describe a Cháak (tradicionalmente escrito Chac o Chaac) como un hombre de gran estatura que enseñó agricultura y que era considerado el dios del pan, del agua, del trueno y del relámpago. En los códices se lo encuentra representado como “una deidad con larga nariz colgante, una espiral debajo del ojo, un saliente peculiar de la nariz que termina con un rizo, y una boca por lo general desdentada pero a veces con dientes normales”. Thompson también relata que, actualmente, los campesinos mayas piensan que “los Chacs son viejos de pelo blanco, casi siempre barbados, y algunos dicen que altos”.5 Por mi parte, he escuchado de campesinos del oriente de Yucatán, que estos seres son ángeles de Dios que hacen llover. 3.

ni’-cháak

cierta variedad de avispón

nariz-lluvia 4.

ta’-cháak

moho

excremento-lluvia 5.

xanab-cháak

musgo

zapato-lluvia 6.

xikin-cháak

flor de agua, ninfa

oreja-lluvia Estas palabras construyen una imagen del dios Cháak y ello nos remite a un mundo conformado por partes o por pertenencias de los dioses. Así, una especie de avispón grande de color amarillo y café será la nariz de Cháak; el moho será el excremento de 5

Ibid., pp. 306-319.


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EL CIGARRO DE LA ANCIANA

Cháak, el musgo sus zapatos y la planta acuática conocida como ninfa o nenúfar sus orejas. Según la mitología maya, previo al inicio de las lluvias, Kuncú Chac (el jefe) y los demás cháakes se reúnen en chuun ka’an ‘el cenit’. Después atraviesan los cielos, cada uno con su calabaza de agua en una mano y blandiendo en la otra su hacha o machete llamado lelem ‘el rayo’.6 Esto efectivamente se refleja en las palabras mayas presentadas en 7 y 8, también compuestas con la palabra cháak ‘lluvia’. 7.

líik’il-cháak

avecinarse un aguacero

levantarse-lluvia 8.

jaats’-cháak

rayo

azote-lluvia La palabra que funciona para designar el hecho de que se avecina un aguacero se forma con las palabras ‘levantarse’ y ‘lluvia’. Al igual que en los casos anteriores, la palabra cháak también es el nombre del dios, por lo que podemos imaginarlo levantándose en afán de dirigirse a cumplir con sus funciones. Más interesante es la palabra que se refiere al rayo, que literalmente podemos traducir como ‘el azote de Cháak’. Como explica Thompson, el lelem de los Cháakes produce el fenómeno del rayo. Este mayista relata que los mayas mopanes del sur de Belice llaman baat-chaak ‘hachas de Cháak’ a las hachitas prehispánicas de piedra pulimentada que suelen encontrarse al limpiar y despejar un terreno para la milpa y creen que son los rayos lanzados por los Cháakes.7 La palabra maya jaats’ ‘azote’ también es un verbo que significa ‘golpear con objetos como palos, trancas, hachas o machete’.

6 7

Ibid., p. 310. Ibid., p. 309.


ENSAYO

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Como parte de un mundo y de un universo conformado por partes y por pertenencias de los dioses, encontramos en maya palabras compuestas con la palabra chamal ‘cigarro’. En primer lugar tenemos una especie de gusano, no identificada al parecer, cuyo nombre podríamos traducir literalmente como ‘el cigarro del Sol’. Asimismo, encontramos que los aerolitos son identificados como ‘el cigarro de la Anciana’. 9.

chamal-k’iin

Cierta variedad de gusano

cigarro-sol 10.

chamal-xnuuk

Aerolito

cigarro-anciana La anciana es un personaje que constantemente aparece en la mitología y en las narraciones mayas actuales. En diversos grupos mayas se encuentran mitos en los que la anciana es la abuela, o más bien, la abuelastra del Sol y de la Luna, antes de que ambos se encargaran de sus respectivos cargos. Eric Thompson explica que las diferentes versiones de mitos concuerdan en que los dos muchachos se encargaban de la cacería, pero la anciana únicamente daba de comer la carne a su marido. Los muchachos matan al marido y hacen que la anciana se lo coma. Luego, ella intenta matarlos mediante una competencia de acertijos. Finalmente, la anciana termina siendo vencida y los muchachos la matan.8 Esta versión puede encontrarse en el Popol Vuj cuando se narran las hazañas de los héroes gemelos. Continuando con el ámbito astrológico del mundo maya, las palabras que designan los eclipses revelan las creencias mitológicas sobre el origen de estos fenómenos astronómicos. Literalmente, las palabras en maya yucateco para los eclipses de Luna y Sol significan ‘mordida de la Luna’ y ‘mordida del Sol’.

8

Ibid., p. 427.


17

EL CIGARRO DE LA ANCIANA

11.

chi’ibal-k’iin

Eclipse de Sol

mordedura-sol 12.

chi’ibal-uj

Eclipse de Luna

mordedura-luna Según Eric Thompson, las explicaciones de los distintos grupos mayas sobre el origen de estos fenómenos varían bastante. Deja ver que los mayas tzeltales y los mayas kanjobales creen que los eclipses se deben a peleas conyugales entre el Sol y la Luna; por su parte, los mayas choles y los mayas yucatecos piensan que los jaguares causan eclipses lunares, unas hormigas rojas llamadas xulab o los demonios. Eric Thompson refiere que durante los eclipses: “por doquier es costumbre hacer mucho ruido para distraer la atención del agresor y salvar al Sol o la Luna agredidos. La gente golpea tambores y botes de hojalata, disparan rifles y cohetes y pega a los perros para hacerlos aullar.” 9

consideraciones finales Podemos finalmente concluir que la visión maya del mundo implicaba no sólo estar rodeado por los dioses, también de partes de ellos, de sus pertenencias, de sus nahuales y de sus acciones o funciones. De igual manera, esta visión del mundo involucraba seres animados con guardianes invisibles, así como peleas y enfrentamientos de diversos seres como las hormigas que se comen a la Luna y al Sol. Todo esto es algo que puede ser común en los diversos pueblos del mundo, pues parece ser una característica universal ese “espíritu ordenador y preciso” que Ramón Xirau expresa de los griegos antiguos quienes, al igual que los mayas, “ante un fenómeno inexplicable, tratan de dar una explicación congruente capaz de ser entendida por todos los hombres”.10 9

Ibid., pp. 287-296. Ramón Xirau, Introducción a la historia de la filosofía, México, UNAM, 1995, p. 15.

10


Obras, lenguas y culturas se mantienen a travĂŠs del tiempo; no asĂ­ sus creadores, siempre condenados a desaparecer. Hay en todos nosotros un velo de melancolĂ­a; con resignaciĂłn lo usamos ante el sentimiento de que la vida se nos escapa entre los dedos. Estamos destinados a envejecer deseando no hacerlo, expirar mientras se ambiciona ser joven para siempre.


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PERMANEZCO

3 PERMANEZCO Ana Michelle Rosas Martínez Estoy usado y estropeado, Soy antiguo y prolongado. Soy irreverente, incoherente No quiero envejecer, no quiero morir joven, No quiero que deambule somnoliento el tiempo por mi cuerpo. El pasado se hace grande, la nostalgia es asesina, Las arrugas cegadoras, y las canas asfixiantes. El espejo no es el mismo, mi reflejo me abandona, Él ha muerto joven, él se siembra en los abismos.


Aunque todo está condenado a desaparecer, hay ciertas cosas que perduran más que otras. Puede parecer irónico que una de las creaciones más resistentes del ser humano no sea física. Las ideas están blindadas contra el tiempo. Los pensadores, victoriosos, extienden sus brazos hasta hoy, preservando la vida de aquéllos que nos han abandonado.


DO NORMATIVE CONCERNS HAVE A PLACE IN IR THEORIZING?

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4 DO NORMATIVE CONCERNS HAVE A PLACE IN IR THEORIZING?

Paulina Anai Flores Ramírez

the study of international relations (ir) has ignored for a long time the ethical dimension implicit in international politics, granting greater importance to issues other

than moral judgements. For some, it is in this context that the emergence of normative theory appeared as a double departure scholarship: “away from a ‘scientific’ study of IR, and also away from what had become a rather rarefied study of ethics”.1 Nevertheless, for others, these normative concerns do not represent a new area of study within IR, but rather argue that they have a “distinguished history that can be traced back hundreds of years”. 2 The present essay is divided into four parts. Firstly, normative concerns derived from the autonomy of the political sphere will be mentioned. Secondly, the importance of differentiating political and military power will be discussed, highlighting a normative

1 T. Erskine, “Normative Theories” in T. Dunne et al. (eds.), International Relations Theories: Discipline and Diversity, Oxford, University Press, 2010, p. 39. 2 Ibid., p. 39.


ARTÍCULO

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concern in which Morgenthau’s realism is based on. Thirdly, realist ‘inside/outside’ foundation is assessed normatively through communitarianism, an approach that inevitably involves the identification of a specific actor that is translated into a moral agent. Fourthly, a conclusion is drawn, highlighting the normative characteristics found in the theory previously explained.

political sphere vs other spheres One of the main pillars of Morgenthau’s theory is based upon a very particular distinction: the autonomy of the political sphere. Contrary to the simplicity to which realism has always been linked to, the differentiation between politics and other social spheres is not easily defined by the very well-known “interest defined as power”. The reason lies in the division that “sets politics as an autonomous sphere of action and understanding from other spheres, such as economics (understood in terms of interest defined as wealth), ethics, aesthetics, or religion”.3 Politics need to be understood as a sphere whose interest is not fixed and, rather, is constantly changing because its definition will always be determined by the particular period of history in which it is analyzed. Furthermore, “politics is the sphere of contest over the determination of values and wills —an undetermined realm in which the struggle for power and domination is pure (without content) and thus potentially limitless.”4 Given the above, the paradox implied in this theorizing is found: the unlimited character of politics is what makes the political sphere so specific. The result is an infinite sphere that could be defined almost by anything, but always with a precondition: power and interest have to be conceptualized in the same way as politics, and never mixed with other spheres. In other words, “material power and the pursuit of material interest are indeed central, but neither power nor interest can be reduced to material forms”.5 Whenever this mistake is made, a simplification of the

3 M. C. Williams, “Why Ideas Matter in International Relations: Hans Morgenthau, Classical Realism, and the Moral Construction of Power Politics”, International Organization, 58 (2004), p. 638. 4 Ibid., p. 643. 5 Ibid., p. 640.


DO NORMATIVE CONCERNS HAVE A PLACE IN IR THEORIZING?

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sphere of politics will occur, not allowing two aims of Morgenthau’s theory: stability and predictability. About the former, —one of the principal objectives of realism— it comes into being as a result of the autonomy of politics but, it has to be stressed, appears as a normative element that guides the whole theory. In addition, the context that influenced Morgenthau’s thinking has to be taken into account. He was a German Jewish during wwii

that had to flee Germany due to the imminent threat of Nazism. Under this light,

it is clear that one of his main concerns when sketching a theory was stability; that is, to avoid another disastrous war, not because they told him, but because he lived it. Thereupon, the autonomy of politics not only reflects stability domestically, but also internationally, as he establishes that domestic order will also be adopted internationally. The latter —predictability— is going to present itself as a necessary tool for the emergence of stability. If, as realism establishes, the political sphere is clearly separated from other social spheres, then predictability will arise as a normative implication that, consequently, will allow a stable context. How does this happen? If the sophisticated configuration of politics is taken into account there will be no misconception of the results of an action, because it will be thought in terms of the specific interest of a particular sphere. Namely, if there is an autonomous political sphere, then politics can be predicted. The interest, although constantly changing, will always be found within the established boundaries of politics.

political power vs military power It has to be mentioned that there is a separation between what political power means and what military power is. The first one describes “the mutual relations of control among the holders of public authority, and between the latter and the people at large”;6 while the second one refers to the implementation of physical violence and not the ‘control over minds’ that Morgenthau speaks of. Commonly, a misconception of Morgenthau’s realism includes violence in the political sphere. Nevertheless, it is important to note 6

Ibid., p. 649.


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that violence can never be related indiscriminately to politics and other spheres. The autonomy of the political sphere, besides the previously stated concerns, involves a particular objective: minimizing violence by leaving it under the control of politics. This does not mean that the political sphere is, thus, violent; rather, it means that “violence is limited to the defense of that order, not being the principle of its operation.”7 As Williams writes: “This is not merely an institutional distinction, it is a practical and ethical one: politics is a relationship of obligation and identification, and properly political domination takes this form and is constrained by these limits. By contrast, when violence becomes an actuality, it signifies the abdication of political power in favor of military or pseudo-military power.”8 Hence, if this ‘abdication of political power’ takes place, then the political sphere disappears by blurring with other ones. The main objective, which is distinguishing “[…] the exercise of legitimate political power and domination, and particularly insulating this sphere from the intrusion of physical violence and domination”,9 is destroyed. The importance of differentiation lays in the normative aim of avoiding Schmitt’s Realpolitik: the violent radicalization of the exercise of physical violence within the political sphere, which is linked to the conflictual context that constructed Morgenthau’s theory. Derived from the above, normativity understood from the separation of political and military power is the insulation of the political sphere that tries to avoid physical violence in it by a ‘balancing of power’. That will keep each sphere against each other, having as an objective the distinction of “the forms of power appropriate to politics, to limit their legitimate exercise within the political sphere, to insulate the political sphere to the greatest degree possible from other forms of power, interest, and domination, and to ensure that the openness and capacity for change that is the promise of politics is not foreclosed by the domination of the interests and power structures of other spheres.”10

Ibid., p. 648. Ibid., p. 649. 9 Loc. cit. 10 Loc. cit. 7 8


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The normative concern is easily identified: realism’s insulation of politics implies a determined conceptualization of ‘the forms of power appropriate to politics’, in order to avoid another scenario, without the division, in which the authorities —political sphere— use physical violence (seeking domination) in a legitimate manner. In other words, the balance between spheres will limit their scope and, specially, the influence of other spheres, such as the military one, in politics.

inside outside & communitarianism When addressing realist’s “preference for ‘inside/outside’ construction of human life”,11 the main issue discussed is the State. This unit of study comes along with several implications. First, there is a differentiation between spheres in which human life befalls: the internal, what takes place within the State, and the external, meaning the arena where the States interact. Second, in the ‘outside realm’, “anarchy, disorder and war reign.”12 Third, “the state has become the central object of enquiry”13 due to the fact that the ‘inside/outside’ foundation itself is constructed upon the figure of the State. As a result of the above, the main actor identified in realism is the State. With that being said, it is necessary to introduce the normative perspective that applies to realism, which in this case is reflected in ‘communitarianism’. ‘Communitarianism’ is a “perspective that forces one to give preference to fellow community members”,14 underlining a state-centric vision in which the moral standing prioritizes fellow citizens and leaves ‘outsiders’ on a lower level of morality. Therefore, “characterized in a way that treats the morally defining community and the state synonymously”,15 it is found in realism the same basis that prioritizes the State over everything. This exalted vision of the State is understood with the national interest —translated in terms of power— that shall be persecuted at all stances. In other words, 11 Barry Buzan, “The Timeless Wisdom of Realism?”, in S. Smith et al. (eds.), International Theory: Positivism and Beyond, Cambridge, University Press, 1997, p.62. 12 Ibid., p. 53. 13 Ibid., p. 53. 14 T. Erskine, “Normative Theories”, in T. Dunne et al. (eds.), International Relations Theories: Discipline and Diversity, Oxford, University Press, 2010, p. 43. 15 Loc. cit.


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while in ‘communitarianism’ there is a special inclination towards one’s community, — loyalty to the community that will guide every action— in realism the specific community of ‘communitarianism’ is the State. Hence, if in realism and ‘communitarianism’ the State or community is understood as the central point of the equation —around which everything is settled— then a normative concern is being set up by establishing the way in which everything will function -around the State/community. Based on that, by recognizing the superiority of the Nation-state a normative conceptualization is being set out by establishing moral agents; related to “a final key insight of normative IR theory” which states “that actors in world politics are moral agents.”16 In this sense, in an anarchic world, States are the only actors identifiable. So, if, according to realism, States are the actors in international relations, then they are held responsible of whatever happens within the international arena. Consequently, they are identified as moral agents because they are the only players. Due to the fact that the ‘inside/outside’ approach that realism is based on revolves around the State, and given that ‘communitarianism’ prioritizes one’s community over others, a normative concern, the identification of States as moral agents, is found in this theory. On this matter, the most important characteristic of these moral agents has to be presented in order to understand the reason behind their responsibility and sovereignty. Morgenthau’s conception of State sovereignty is explained by his understanding of laws, directly linked to Schmitt’s point of view. For both of them, legal orders attempt to cover as much as possible, with the objective of having a rule for everything. Nevertheless, as it is impossible to accomplish that, sovereignty enters here. Far away from the image people tend to have about the sovereign state, “the monopoly to coerce or to rule”, state sovereignty implies “the monopoly to decide” over those aspects that the legal system does not cover.17 In other words, “no rule can cover definitively all of the different instances to which different rules might apply”,18 ergo, there is a point when “something” —sovereignty— has to exist, in the absence of 16 17 18

Ibid., p. 48. Williams, art. cit., p. 647. Loc. cit.


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a rule, to decide —a decision that emergences from nothing, as there is no previous rule. Furthermore, because decision is “the essence of sovereignty”,19 the State will be held responsible. This responsibility means that they are moral agents.

conclusion Considering that “paradigms are schools of thought that have been built up by approaching the study of international relations in ways that favor some levels, sectors and norms over others”,20 realism is clearly a specific paradigm that attempts to regularize the way in which decisions should be taken in the world. The above is based mainly on the distinction of politics from other social spheres. Consequently, the autonomy of politics implies several normative concerns, like stability and predictability in the domestic and international sphere. Furthermore, the insulation of the political sphere results in a specific legitimacy of the forms of power and domination destined to a determined sphere, avoiding the subordination of political power to military power. Moreover, the identification of States as the main actors in world politics and as moral agents that shall proceed in a specific manner -according to ‘communitarianism’-, benefits the Nation-state community and highlights the most important characteristic of the State: sovereignty, understood as ‘the monopoly to decide’. Finally, it has to be stated that the normative concerns explained above are constructed in relation with Morgenthau’s turbulent context, which explains why he sought an empowered State. Contrary to the vision that presents normative theory as a new enquiry that has to be included in IR -arguing that normativity is not integrated in theories of International Relations-, normative concerns are not ignored at all. They have been present in IR from the beginning, as noted in the case of realism -a theory of pioneers like Thucydides, Hobbes and Machiavelli-. This study has allowed the examination of realism in a new perspective that does not categorize realist thought immediately as an egoistic and always ‘seeking-for-power’ theory. Rather, it offers a perspective in which the main normative concern and fear of Morgenthau can be identified: to avoid another World War. 19 20

Ibid., p. 648. Buzan, op. cit., p. 55.


Somos el pasado y los que han pasado. No olvides que el ayer es lo Ăşnico que eres.


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OLVIDAR

5 OLVIDAR Alejandro Escalante Iturriaga hacía muchos años que marta no veía las estrellas;

sabía que estaban ahí, como lo

estuvieron la primera vez que Roberto la llevó a ver el mar de noche. La luna llena clareaba aún más que la espuma de las olas al romper, los astros contemplaban el espectáculo que para ella era nuevo; para él, lo sorprendente era su sonrisa y cómo se arrastraba por la marea aquella alegría. Ella ya no podía ver eso pero lo recordaba. Ahora, después de haber pasado tantos lustros, sólo le quedaba imaginarlos. Terminaba de poner la mesa para dos; era el día diecisiete, fecha insignificante para muchos, pero para ellos simbolizaba el día en que se habían encontrado por casualidad en una biblioteca. Le dijo que la mesa estaba puesta y le pidió que por favor fuera a comer, que se enfriaba la comida. Hace cinco años a Roberto le diagnosticaron Alzheimer. Cuando el doctor se los dijo, se aferraron de la mano; esa noche lloraron, se miraron las caras con sus manchas de sol, cabellos canosos y arrugas. Roberto le prometió que no la olvidaría, que era lo único que no quería olvidar: su sonrisa, sus ojos, aquellas anécdotas tan propias que los hacían reírse de la nada, la besó, la abrazó, la quiso esa noche como si fuera la última, aunque también fue la única que olvidó. Marta sirvió la comida. un pedazo de carne término medio para él, su copa de vino, una buena porción de ensalada y un pan que había horneado en la mañana. Ella se puso


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porciones más pequeñas. Desde que se fueron sus hijos dejo de comer tanto, adelgazó bastante y se podría decir que a sus sesenta años empezó a recuperar ese cuerpo que tenía cuando conoció a Roberto, pues los cuatro embarazos, tres niños y una niña la habían degastado y su figura había pagado el precio. Pero habían salido adelante y ahora eran ellos dos, con tiempo para ellos, y disfrutar a sus nietos los domingos, y las comidas los jueves con todos para que la familia siguiera unida. Lo primero que olvido fueron todas las fechas, menos una. Las señales de que Roberto empeoraba empezaron en el cumpleaños de Santiago, su primogénito, cuando al llevar el pastel preguntó desconcertado de quién era el cumpleaños. Después, las edades. Le regaló una muñeca a su hija cuando recién cumplía los treinta, aunque ese error no fue del todo desafortunado. Martita, al verla, se acordó de las tardes en que su papá llegaba cansado del trabajo y todavía así se sentaba junto a ella y jugaban con sus muñecas, pues sus hermanos nunca accedieron a esos juegos “afeminados”. Sobra decir que lloró y lo abrazó amargamente de felicidad. Pero todos se sorprendieron cuando acertadamente recordó su aniversario número cuarenta. Ya no sabía con exactitud las fechas simbólicas de sus hijos, pero, la fecha en la que conoció a Marta y la manera en que sucedió seguía intacta en su memoria. Esa noche, sus hijos escucharon con alegría aquellos recuerdos que creían olvidados en su padre, y su esposa, era la más feliz de saber que aquel viejito la recordaba jovial, con su pelo suelto y su manía de pegar con sus uñas la mesa mientras esperaba a alguien. Ella estaba así, con su pelo suelto, y sus uñas pegaban la mesa, esperando a que Roberto se hiciera presente en la cena. La memoria es un artilugio muy raro. Un día de casualidad se acordaba de que su nieto más joven odiaba fajarse la camisa y que su chocolate favorito era sabor mentolado y esa misma tarde le resultaba imposible acordarse del nombre de su hermano. Todos sabemos lo incómodo que fue, cuando Roberto se descubrió olvidándose de su familia, como empezó a llorar cuando no podía acordarse del nombre de su hermano y como mirando a Marta le prometió que haría lo imposible para siempre recordar que el día que


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la conoció sujetaba un libro de Charles Darwin, vestía un suéter café y estaba angustiada por no saber dónde era su clase. A la fecha le resulta complicado entender a sus hijos cómo es que su papá pudo olvidar cosas de una forma tan rápida y progresiva, cómo empezó a cambiarles los nombres o historias y, después, al final, los olvidó por completo. Pero cuando se trataba de su esposa ¿cómo decirlo? No olvidó nunca que la amaba y, lo más importante, cómo quererla. Martita le marcó a las 8:30 fiel a su costumbre, intercambiaron unas palabras y se pusieron al tanto de todo, pero Marta no quiso hablar mucho con su hija, estaba esperando cenar con su esposo. Cuando le explicó eso, ella se quedó callada unos segundos y simulando estar bien, colgó. En cinco años pasan muchas cosas, pero los cambios en Roberto fueron extremadamente rápidos, a los seis meses le costaba leer, al año había olvidado cómo rasurarse y peinarse. A la familia le dolía ver eso: como su padre, un hombre acostumbrado a leer los periódicos todas las mañanas de repente se encontraba inútil ante las palabras más simples. Para él, ese extraño papel que llegaba todas las mañanas se volvió un galimatías incomprensible antes de tiempo. El hombre que sus hijos habían visto siempre arreglado, bien peinado y que se rasuraba perfectamente en escasos cinco minutos ya no existía al cabo de dos años, sólo el recuerdo de eso. Pero su esposa nunca se percató de esos cambios; para ella, su memoria permaneció intacta hasta que olvidó hablar, Roberto le contó un año antes de morir de aquella vez que fueron por vez primera el mar. La luna en plenilunio, las estrellas los veían mientras se perdían en la marea. Hacía tres meses que Roberto había muerto de un paro cardiaco, su enfermedad lo aisló del mundo para que su adiós no fuera tan sorpresivo. Sus hijos recordaron su sonrisa gastada y como una memoria se puede esfumar tan rápido, la historia no tendría ningún valor narrativo de no ser por mi madre, Marta, quien después de su partida, seguía cocinando y viviendo para dos pues, al parecer, ella fue la única que olvidó que mi padre había muerto, tal vez para recordar que debía seguir viviendo.


ÂżQuĂŠ es el tiempo? sino una percepciĂłn, un producto del raciocinio humano para ordenar su existencia. El pasado alcanza al presente; la esencia permanece; hay un hilo conductor con un comienzo, un fin, y un fin. El hombre interpreta y se asume parte de la historia, las percepciones del tiempo moldean ideas y dotan de sentido a los pensamientos.


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6 REGRESAR AL PASADO HISTORIA Y CONSERVADURISMO EN EL PENSAMIENTO DE LUCAS ALAMÁN Diego del Moral Suárez Dios quiera tratarme mejor que lo que han hecho los hombres. lucas alamán y escalada1 1

aunque hoy en día se vea al conservadurismo como tabú,2

alguna vez tuvo muchos

adeptos, cuyas luchas contra el liberalismo llegaron al extremo de guerras civiles en más de una ocasión. A don Lucas Alamán se le conoce ampliamente por ser el padre del conservadurismo mexicano, fama bien merecida. Durante los últimos años de su vida, se erigió en portavoz de los conservadores, como se muestra en la carta dirigida el 23 de marzo de 1853 al recién electo presidente Antonio López de Santa Anna, en la que informaba al general veracruzano “los principios que profesan los conservadores y que sigue por impulso general toda la gente de bien”.3 El programa conservador expuesto

1 Lucas Alamán, Documentos Diversos (Inéditos y muy raros), t. 4, México, Jus, 1947, p. 28 (en adelante, Documentos Diversos, t. 4). 2 Véase Erika Pani, “«Las fuerzas oscuras»: El problema del conservadurismo en la historia de México”, en Erika Pani (coord.), Conservadurismo y derechas en la historia de México, t. 1, México, CONACULTA y FCE, 2009, pp. 11-42. 3 Andrés Lira (sél. y pról.), Lucas Alamán, México, Cal y Arena, 1997, 5.a reimpr., p. 351.


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en esa carta, “en términos concisos y directos”,4 consistía, principalmente, en preservar la religión católica, eliminar el federalismo y el sistema representativo de elección popular, reorganizar al ejército y disminuir la importancia del Congreso de la Unión.5 El objetivo de esta carta, atraer a Santa Anna a los conservadores para poder desarrollar los puntos arriba mencionados, funcionó parcialmente; Alamán se integró al gabinete de Su Alteza Serenísima, pero murió al poco tiempo,6 dejando inconcluso su proyecto político cristalizado en las Bases para la administración de la República Mexicana. A pesar del profundo conservadurismo que Alamán demostró en su madurez, no siempre se le consideró como conservador. Durante su juventud, su pensamiento estaba más bien imbuido de notas liberales. Como diputado a las Cortes españolas,7 durante el Trienio, Alamán, de 28 años, habló sobre las instituciones típicamente liberales y sostuvo que su ausencia era la causa del malestar de la Nueva España.8 A propósito de su actuación en las Cortes, Alamán diría, muchos años después, “con el fuego de la juventud y una imaginación viva, el autor asentó algunas especies que no sostendría ahora”.9 En todo caso, Alamán siguió apegándose a la causa liberal durante varios años, incluso cuando formó parte del gobierno.10 Esta comparación entre pensamientos de juventud y de madurez puede resultar algo ingenua. Era casi imposible que Alamán no variara su pensamiento, a raíz de “casi treinta años de una vida azarosa y difícil, años durante los cuales vio morir el recuerdo magnífico de la Nueva España”,11 además de sufrir el constante estado de turbulencia política del país y la humillante derrota de México en la guerra contra Estados Unidos. Sin embargo, no se debe olvidar que “su conservadurismo se agudizó únicamente en la década de 1840,

Ibid., p. 11. Ibid., pp. 351-352. 6 Lucas Alamán fallece el 2 de junio de 1853. 7 Alamán fue designado diputado a las Cortes al regreso de su primer viaje a Europa, en 1820. Documentos Diversos, t. 4, p. 19. 8 Moisés González Navarro, El pensamiento político de Lucas Alamán, México, El Colegio de México, 1952, p. 107. 9 Lucas Alamán, Historia de México, t. 5, México, Jus, 1942, p. 514, nota 8. 10 González Navarro, op. cit., p. 107. 11 Ibid., p. 110. 4 5


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en particular después de 1846”.12 También es notable añadir que lo fundamental de su obra histórica es de ese mismo período. La coincidencia de la mayor exacerbación del pensamiento político conservador de Alamán con la escritura de su obra histórica no es casual, ya que en ella desarrolló su concepción de la historia, que le serviría de base para formular su conservadurismo. ¿Su pensamiento conservador puede ser la expresión política de su concepción particular de la historia? Si bien se pueden encontrar algunos indicios en la obra temprana de Alamán de lo que, más adelante, sería su concepción de la historia, estos no están lo suficientemente desarrollados para servir de base ideológica o para justificar la necesidad de la alternativa conservadora. Sin embargo, antes de proseguir, es pertinente discutir qué es el conservadurismo y en qué consistía en el caso de Alamán. Habiendo aclarado el punto anterior, analizaré su concepción de la historia y la relación que tiene con su pensamiento político conservador.

el peso del pasado Es imposible hablar de conservadurismo sin hacer referencia a Edmund Burke, ya que este pensador inauguró la tradición conservadora e influyó sobre el pensamiento de Lucas Alamán.13 El irlandés presenció la revolución que destrozó Francia, a la que describió como “una revolución de doctrina y dogma teórico”.14 En pocas palabras, la práctica de esta revolución era, para Burke, destruir el establecimiento antiguo para instituir nuevos gobiernos, los cuales funcionarían bajo el principio político de la soberanía nacional.15 Lo que más le preocupaba eran los adeptos que esta revolución consiguió en el resto de Europa, incluyendo a Inglaterra. Contra un “ciego y furioso espíritu innovador”,16 Burke 12 Charles A. Hale, El liberalismo mexicano en la época de Mora (1821-1853), trad. Sergio Fernández Bravo y Francisco González Aramburu, México, Siglo XXI, 2.a ed., 8.a reimpr., 1991, p. 20. 13 Aunque resulta imposible determinar con precisión su medida, sí se puede hablar de una “influencia” de Burke sobre Alamán, ya que el último leyó al primero, alabó su trabajo y, en ocasiones, lo cita (Ver A. Lira, op. cit., p. 163). 14 Edmund Burke, Further Reflections on the Revolution in France, Indianapolis, Liberty Fund, 1992, p. 208. 15 Ibid., pp. 211-212. 16 Ibid., p. 271.


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opuso la preservación del pasado, de leyes e instituciones heredadas,17 ya que éstas son producto de un proceso natural que, al seguirlo, asegura el orden.18 A pesar de lo anterior, no excluyó del todo la acción humana como mecanismo de cambio. Sin embargo, la acción se debe emprender con prudencia; es decir, no querer alcanzar la utopía abstracta, sino actuar tomando en cuenta la realidad y sus límites.19 Entonces, el conservadurismo se puede definir como “la actitud política que se opone a los cambios violentos, que respeta la tradición; pero que piensa desde la categoría del hacer —del devenir— y acepta la transformación evolutiva de las sociedades”.20 Sin embargo, el conservadurismo no es una idea inmutable a través del tiempo o del espacio. Alamán comparte la actitud conservadora mencionada arriba, pero su conservadurismo tiene matices. Considera, como Burke, que el legado del pasado es muy importante y que es producto de un proceso evolutivo con una cierta lógica. Este aspecto es muy claro cuando Alamán describe el sistema de gobierno de la Nueva España, el cual, según él, había llegado a un grado de prosperidad en todos los ramos administrativos, gracias a que se había formado progresivamente a lo largo de tres siglos, tiempo durante el cual se había aprendido de la experiencia,21 arreglando los errores que pudiese haber presentado durante su formación.22 Sin embargo, no se trata simplemente de que el gobierno funcionase por estar cimentado en un largo saber, sino porque durante el tiempo en que se fue consolidando, se acopló cada vez más a las exigencias de las poblaciones que estaban bajo su mando. Esta es una de las críticas que hace a la Constitución de Cádiz, la cual intentaba implantar un sistema que no respondía a las características de la sociedad (en parte por las circunstancias particulares en que se redactó) y que era imposible de modificar por cortes futuras.23 Además, el pensamiento económico de Ibid., pp. 273-274. Alfonso Noriega, El pensamiento conservador, t. 1, México, UNAM, pp. 51-52. 19 Burke, op. cit., p. 15. 20 Noriega, op. cit., p. 42. 21 Lucas Alamán, Historia de México, t. 1, Jus, 1942, pp. 86-87. (En adelante, Historia de México, t. 1). 22 “Estaban pues remediados por esta serie de bien entendidas providencias los pasados errores y añejos abusos”, (Historia de México, t. 1, p. 113). 23 “Incertidumbre necesaria cuando se le dan a una nación instituciones para las que no está preparada, que no son efecto de una opinión formada que las exige” (Historia de México, t. 1, p. 228.) 17 18


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Alamán no se puede clasificar como típicamente conservador. Es cierto que fue, más que nada, pragmático y apegado a la tradición, pero, en más de una ocasión, coqueteó con el liberalismo. En este sentido, Alamán no sería un “conservador integral” como Burke, sino que su conservadurismo se aproximaría a una actitud, que puede o no utilizarse para las distintas áreas de la vida.24 El conservadurismo de don Lucas Alamán no sería sólo una reacción de un viejo amargado tras años de catástrofes personales y nacionales.25 No se trataba sólo de regresar al pasado porque en él se estaba mejor. Nos encontramos ante un pensamiento que se fue desarrollando a lo largo de su vida y que alcanzó el máximo en su madurez, que cuenta con nociones precisas sobre qué es la nación mexicana, y de lo que ésta requiere.26 Alamán no sólo apela a la tradición, sino que es capaz de identificar precisamente qué es lo importante del pasado.27 Esta estructuración de su conservadurismo se debe, en gran medida, a su obra histórica, “precisamente por la solidez y complejidad que detrás de ella había”,28 producto de la concepción particular que tenía sobre la historia.

concepción de la historia de don lucas alamán Alamán comienza su obra histórica con las Disertaciones sobre la historia de la República Mexicana, cuyo primer tomo apareció en 1844. El propósito de las Disertaciones consistía en analizar los sucesos más importantes de la historia de México;29 el primer tomo trata sobre los años siguientes a la Conquista. Cabe decir que Alamán no logró cumplir este objetivo, publicando solamente dos tomos.30 Sin embargo, esta obra es de mucha

Véase Hale, op. cit., pp. 269-297. González Navarro, op. cit., pp. 137-138. 26 Para el conservadurismo como actitud, véase Jesse Norman, “Burke, Oakeshott and the Intellectual Roots of Modern Conservatism”, conferencia pronunciada en Londres, LSE, 12 de noviembre de 2013, consultado en http://jessenorman.typepad.com/LSE_Lecture_Burke_and_ Oakeshott.pdf. 27 Luis A. Patiño Palafox, “Lucas Alamán. La Conquista de México y el origen de una nueva nación”, Theoria. Revista del Colegio de Filosofía, 2011, núm. 23, p. 113. 28 Loc. cit. 29 Lucas Alamán, Hernán Cortés y la Conquista de México, t. 1, México, Jus, 1985, p. 7. (En adelante, Hernán Cortés y la Conquista de México, t. 1). 30 Historia de México, t. 1, p. 3. 24 25


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relevancia, ya que en ella discute el origen de la nación mexicana y, como consecuencia, desentraña cuáles son los elementos que componen nuestra sociedad, de dónde dimanan nuestros usos y costumbres, nuestra legislación, nuestro actual estado religioso, civil y político: por qué medios hemos llegado al punto en que estamos y cuáles son las dificultades que para ello ha habido que superar.31 31

Alamán, en contra de lo que se acostumbrara en la época en que escribió, situó el origen de la nación mexicana en la Conquista, cuya importancia no radica en ella misma, sino en sus consecuencias.32 Según Alamán, España involucró a su nueva colonia en todo lo que ocurría en la península,33 por lo cual hay un estrechísimo vínculo entre España y México. Años antes, en 1828, Alamán había utilizado una versión menos desarrollada de este argumento para defender los bienes del duque de Terranova y Monteleone, descendiente de Cortés.34 Al afirmar que el origen de la nación era la Conquista, Alamán refutó a los diputados que, basándose en una visión de la Independencia como rompimiento total y un regreso al “verdadero” origen de la nación mexicana (el Imperio Azteca), querían confiscar los bienes del duque. Uno los argumentos principales de don Lucas fue que la Conquista creó los derechos de propiedad, mediante la repartición de tierra a los conquistadores. Por ello, los bienes del duque tenían un origen legítimo y no se podía justificar su confiscación, sobre todo no si se quería llevar a cabo para hacer justicia a lo que había antes de la Conquista. En todo caso, las Disertaciones es donde Alamán desarrolla lo que él cree constituye a la nación mexicana: “el castellano, el catolicismo y una cultura esencialmente hispánica”.35 Hernán Cortés y la Conquista de México, t. 1, p. 7. “La conquista […] ha venido a crear una nueva nación en la cual no queda rastro alguno de lo que antes existió: religión, lengua, costumbre, leyes, habitantes, todo es resultado de la conquista y en ella no deben examinarse los malos pasajeros que causó, sino los efectos permanentes, los bienes que ha producido y que permanecerán mientras exista esta nación” (Hernán Cortés y la conquista de México, t. 1, p. 103). 33 “[A las colonias españolas] no se las consideró meramente como establecimientos productivos, sino que se las hizo partícipes de todo cuanto había en la metrópoli” (Hernán Cortés y la Conquista de México, t. 1, p. 107). 34 Veáse Lucas Alamán, Documentos Diversos (Inéditos y muy raros), t. 3, Jus, 1946, pp. 463-502. 35 Patiño Palafox, art. cit. p. 114. 31 32


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De mayor importancia para el presente trabajo es la magnum opus de Alamán, su Historia de México, obra que consiste en cinco voluminosos tomos. En el prólogo al primer tomo, Alamán explica que esta obra expresa la verdad histórica de los hechos, que son narrados por un observador imparcial.36 El período bajo estudio comienza en 1808 y se extiende a la época en que escribe (finales de la década de 1840). Alamán asegura que la utilidad que tiene la historia es ir más allá del conocimiento de los hechos: hay que verla como un proceso con un comportamiento específico para poder ver el influjo que tienen hechos anteriores sobre hechos más recientes.37 Su principal motivación al escribir la Historia de México es intentar transmitir un conocimiento a generaciones futuras, con el objetivo de que se comporten con más precaución que sus contemporáneos.38 Elías Palti sugiere que estos dos planteamientos son contradictorios. En primer lugar, considera al propósito de transmitir conocimiento a generaciones venideras como un ideal pedagógico, que excluye al concepto de historia como un proceso que se desarrolla mediante reglas internas, es decir, un sistema,39 ya que implica la repetición de los hechos, como un círculo del cual es imposible escapar. Esto último sería una consecuencia necesaria del ideal pedagógico, “puesto que sólo así podrían descubrirse en ella [la historia] lecciones aplicables a toda época histórica”.40 En segundo lugar, la proposición de Alamán que se refiere a la utilidad de la historia sí aporta una visión sistemática de la historia, como un proceso con una lógica interna en términos burkeanos.41 Según Palti, esto anula las implicaciones del propósito pedagógico (repetición de la historia y extracción de lecciones), y lo reemplaza con “la convicción de que no se pueden violentar aquellas tendencias históricas inmanentes de evolución sin trastrocar su lógica de desarrollo”.42

Historia de México, t. 1, p. 4. Ibid., pp. 8-9. 38 Ibid., p. 9. 39 Elías Palti, “Lucas Alamán y la involución política del pueblo mexicano. ¿Las ideas conservadoras “fuera de lugar”?”, en Erika Pani (coord.), Conservadurismo y derechas en la historia de México, t. 1, México, CONACULTA-FCE, 2009, p. 304. 40 Loc. cit. 41 Ibid., p. 305. 42 Loc. cit. 36 37


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Alamán parece tener una concepción sistemática de la historia, pero ésta no tiene por qué entrar en conflicto con el ideal pedagógico. Palti describe primero al ideal pedagógico, para luego decir que resulta anulado por la visión sistemática de la historia. Sin embargo, este no es el orden en que Alamán los discute: introduce el ideal pedagógico sólo después de expresar su visión sistemática de la historia. Por esta razón, hay que considerar la segunda proposición a la luz de la primera. El propósito de Alamán no era que las generaciones futuras aprovecharan su obra histórica para aleccionarse sobre qué hacer o cómo comportarse ante determinadas situaciones, sino que pretendía dar a conocer la forma en que funciona la historia, la manera en que se relacionan sus hechos, los cuales no son necesariamente cíclicos. Con ese conocimiento, las acciones humanas se pueden ponderar en contraste con la lógica interna de la historia. Así, los hombres pueden evitar romper con la lógica del proceso histórico, actuando con prudencia. Es por esto que la visión sistemática de la historia no tiene por qué estar necesariamente peleada con el ideal pedagógico. La concepción de la historia de Alamán es un sistema cuyos acontecimientos tienen cierta relación entre sí, una cierta lógica que, al conocerla, permite actuar comprendiendo por qué, históricamente, la realidad es como es y asegura que los individuos no pretendan emprender acciones que contravengan con el proceso de evolución histórica. El conocimiento que Alamán quiere repartir permite al receptor actuar con prudencia. Esta reconciliación del ideal pedagógico con la visión sistemática la explica muy bien Charles A. Hales, al referirse a una editorial publicada en el periódico El Tiempo,43 escrita por Alamán: “búsqueda en el pasado (tiempo pasado) de lecciones que guiarán en el presente (tiempo presente), el que a su vez contenía la semilla del futuro (tiempo por venir)”.44

43 44

El Tiempo, 24 de enero de 1846. C. A. Hale, op. cit., p. 20.


REGRESAR AL PASADO

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conclusión El conservadurismo de Lucas Alamán no puede disociarse de su concepción de la historia, ya que la existencia de un proceso histórico que dé importancia al pasado es fundamental para el pensamiento conservador. Sin embargo, no es posible afirmar que el conservadurismo de Alamán es solamente la expresión política de su concepción de la historia, aún menos si consideramos que el conservadurismo puede ser una actitud hacia ciertas áreas de la vida y hacia otras no. Decir lo contrario implicaría sostener que su concepción de la historia se desarrolló antes que su conservadurismo, pero ambos se desarrollaron, necesariamente, de manera simultánea: la década de 1840. Necesariamente porque al momento de desarrollar un aspecto, el otro también lo hacía. Uno tuvo que llegar antes que el otro, pero en un punto su desarrollo se mezcla y se nutren de manera interdependiente. Sin embargo, lo que sí se puede afirmar es que Alamán no fue conservador antes, o al menos su conservadurismo no era tan profundo, porque le faltaba una base teórica, sobre la cual estructurar su pensamiento. Es desde que se dedica a trabajar de lleno en su obra histórica, comenzando entre 1845-1846 con las Disertaciones, que su conservadurismo empieza a crecer. Prueba de ello son diversos artículos publicados en El Tiempo y El Universal durante la década de 1840, en los cuales Alamán emplea una retórica conservadora que no se encuentra en su obra de décadas anteriores.


Desde nuestro glorioso verano hasta el gris invierno, somos sujetos del tiempo, somos naturaleza. Como un ĂĄrbol, una montaĂąa, un gato; el tiempo nos transforma, nos construye y nos termina, para dar lugar al conglomerado de segundos y de historias que nos sustituye en el mecanismo del mundo.


LA VIDA MEDIA DE MAX MAULLIDO

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7 LA VIDA MEDIA DE MAX MAULLIDO Yaxkin Melchy Ramos La vía de un gato es la vida de un príncipe de almohadas es la vía de hojas verdes por donde se acurrucan pájaros incalculables aves de luces o budas que se solapan detrás del sol y dentro de los troncos debajo de los automóviles donde el chorreo de los aceites extiende una capa de océano por debajo de la tierra allí donde he entrado buscando las sonoras fuentes de mi origen en el mapa del barrio de los gatos donde también están las señales que me marcan las luces del norte y los bólidos celestes de las calles al poniente mis ojos son el centro de dos jacarandas que caen en primavera mi lengua son bugambilias cuyo centro contiene el sabor dorado de los insectos resbaladiza es la tierra a cuatro pies donde los muros han descuartizado el mundo y su libre tránsito de gatos bodisatvas “Gran Buda a un lado del cielo” dice un letrero donde se han perdido las moscas y siento el perfumado abrigo de las mañanas


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POESÍA

árboles de sal, raíces que chillan como ratones el viejo gato refunfuña y se queda dormido el gatito comienza a morder los vientos del verano todo es un desastre cuando me sacan cuando me quitan cuando no debo estar y estoy luego extrañarán al aparecido cuando voy de tránsito por los túneles de varios mundos

yareyes

caracoles de mar

bateas

alma de las varias cosas pájaros de corral cajas

trapos y medias tinajas

cajas

acocotes cartulinas replegadas y sonajas

y alhajas cajas cajas cajas

donde todo espacio ha entrado alguna vez en la creación el mundo está tapizado de copycats como todas estas siluetas de mí pegadas por las paredes del tiempo y no con estas patitas débiles para la lluvia


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LA VIDA MEDIA DE MAX MAULLIDO

que han armado mi vida frente al río incontrolable que se lleva a los gatos y sus pequeñas casitas de cajas de cartón Me marea el tremendo dolor de la velocidad que se mantiene inmutable sin (des) aceleración cuando renazco estoy dormido cuando te veo renacer estás dormido y te guiño el ojo y lanzo una mirada antigua como de un ocelote a la eterna visión de la noche

Tu meditarás las palabras y yo meditaré sobre tus acciones entonces vamos escribiendo un doble libro en el cual yo me iré más pronto que los últimos poemas que se hicieron bolas bajo la escarcha


¿Quién dijo que los viajes en el tiempo son imposibles? ¿Nunca se quedó usted atrapado en el minuto en que lo que pudo ser se desvió del camino? Somos una sucesión de momentos; nuestro pasado es escape, pero también prisión personal. Procure usted que su vida cobre sentido por un momento vivido, y no por uno anhelado.


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LA NOSTALGIA INFINITA DE WONG KAR-WAI

8 LA NOSTALGIA INFINITA DE WONG KAR-WAI Jorge Valentín Mosqueira Pérez si bien chungking express1 no es la película más conocida de wong kar-wai,

adquiere

relevancia considerable, pues en ella encontramos algunos elementos icónicos del cineasta. Indudablemente, el Leitmotiv de la obra de Wong es el amor, aunque su aproximación difiera de los clichés del amor romántico. Desde las escenas iniciales, el director establece que sus personajes están irremediablemente solos, y tratan de sobreponerse a los estragos de un amor que nunca se consumó. En cierto modo, experimentan la agonía de una relación que quedó a medias y la incertidumbre de saber hasta dónde pudo haber llegado. Nos adentramos en un mundo en el cual la fotografía es también un protagonista en la cinta. La velocidad de la cámara varía constantemente, dando la impresión de que el tiempo vuela o, en otros casos, que se congela. Algunas escenas, filmadas con cámara al hombro, suceden en lugares oscuros en los cuales hay una aparición súbita. Colores radiantes inundan el espacio urbano: reflejos de rascacielos, luces neón, atuendos brillantes, platillos exóticos.: luces de negocios, ropa de los protagonistas, incluso en la comida de restaurantes. En Chungking Express se desarrollan dos historias de amor tan independientes que, si no fuera por la maestría del director, difícilmente creeríamos que pertenecen a la misma 1

Wong Kar-Wai, Days of Being Wild, Hong Kong, Jet Tone Productions, 1994, 103 minutos.


RESEÑA

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cinta. En la primera historia conocemos a He Qiwu (Takeshi Kaneshiro), un policía que pasa las noches vagando/trabajando y quiere entender por qué su novia lo dejó. En una especie de cuenta regresiva, compra latas de piña cuya fecha de caducidad sea de 11 de mayo, pues coincide tanto con su cumpleaños, cuanto con el día límite que se plantea para saber si su relación realmente acabó. En algún momento de la película, el policía entra a un restorán de comida rápida y el dueño le sugiere que intente algo con su nueva mesera llamada Faye (Faye Wong). Sin embargo, esto no rinde frutos, pues ella se enamora de un segundo policía (Tony Leung), al cual conoceremos únicamente como policía 663. Si bien la segunda historia muestra poca —más bien, nula— interconexión con la primera, la transición entre ambas se da de manera orgánica. La mesera se obsesiona con el segundo policía y roba un juego de llaves de su departamento, que visita cada día con el propósito de hacer la limpieza de manera meticulosa. El policía está tan inmerso en su mundo, lidiando con su propio desamor, que, a pesar de notar pequeños cambios en su entorno, nunca cuestiona su origen. Wong Kar-Wai tiene la habilidad de crear personajes entrañables, aunque simultáneamente corren el riesgo de ser olvidados en cualquier momento. Una prueba de esto es que, en ocasiones, los personajes carecen de nombre y, en caso de tener alguno, se pronuncia en pocas ocasiones. Los recordamos por algún rasgo particular, por ejemplo, la mujer con la peluca rubia (Brigitte Chin) de la primera historia. Los lugares donde ocurre la acción también parecen destinados al abandono, éstos muestran un descuido atribuible al paso del tiempo, aunque también al mismo olvido de las personas. En el cine de Wong, los espacios en que habitan y se desenvuelven los protagonistas se convierten en una representación de la situación emocional que están atravesando. Nos encontramos ante criaturas solitarias que pueden desaparecer en un parpadeo, como si estuvieran conscientes de que su paso por este mundo no dejará huella; se aferran a pequeños rituales, como comprar latas de piña o escuchar una canción una y otra vez. Detalles que los mantienen a flote y se convierten en un escape para lidiar con el peso de la existencia. Los encuadres refuerzan esta idea: a pesar de que sabemos que hay más de


LA NOSTALGIA INFINITA DE WONG KAR-WAI

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un interlocutor en la toma, la cámara sólo enfoca a uno con claridad. Los encuadres dan la sensación de que somos voyeristas de soledad, tristeza, sufrimiento. Los amores no correspondidos o el desamor no son las únicas formas de decepción romántica que encontramos en la obra del director. Otro tema recurrente es la obstinación de los personajes, su empecinamiento con una relación destinada al fracaso. Es común que un personaje se enamore de otro, sabiendo de antemano que la relación está condenada al fracaso o que no saldrá bien librado de ella. Es curioso que los personajes vayan por sus vidas danzando de manera solitaria y con el corazón destrozado, pero aun así mantengan cierta dignidad. Por ejemplo, He Shiwu, el primer policía, corre hasta el cansancio solamente para eliminar el agua de su cuerpo y así, no deshacerse en lágrimas, como él mismo admite. Al comienzo de Days of Being Wild,2 otra película de Wong Kar-wai, el personaje principal realiza un audaz acercamiento a una mujer que intenta conquistar. A pesar de la abierta hostilidad de ésta, él le dice que quiere ser su amigo y le pide que observe su reloj por un minuto. La escena finaliza con un encuadre al rostro del actor, Leslie Cheung, que remata la interacción diciendo: “de ahora en adelante, seremos amigos de un minuto”. El tiempo es, quizá, la mayor obsesión del director, sus personajes tienen sus miras en el pasado, son víctimas de la nostalgia y, al mismo tiempo, viven condenados a relaciones destinadas a nunca cristalizar. Las historias de Chungking Express reflejan una soledad magnificada por su ambientación en una enorme ciudad. También porque los personajes están atrapados en el pasado: el presente les resulta inexistente.

2

Wong Kar-Wai, Days of Being Wild, Hong Kong, In-Gear Film, 1990, 95 minutos.


Prisioneros de una memoria imaginada, de un sueĂąo dibujado sobre los dĂ­as que se fueron, el reloj sigue corriendo fuera de nuestra nostalgia; y las horas, las horas se derraman y se pierden como un vaso lleno hasta el borde de recuerdos vacĂ­os.


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MELANCOLÍA

10 MELANCOLÍA Fernanda Carolina Márquez Núñez Querida melancolía, hace tiempo atrás que permanezco vacía… tu compañía por las noches siempre es necesaria para mis pensamientos, has borrado en mí los recuerdos de alegría eres todo lo que tengo, mi consuelo, mi amiga. Era muy inocente cuando en mi camino decidiste quedarte, vas en busca de soñadores fervientes, tardes grises y almas viajeras, perdidas en bosques repletos de niebla... No permites a los sentimientos intentar cambiarte, pues te enorgullece ir siempre un paso adelante, caminando contra el viento, sin importar las tempestades, gritas y haces callar tu nombre en silencio.


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POEMA

Sin testigos, disfrutas, que la sombra de tu recuerdo atraviese las entrañas de almas rotas, desgarradas, quebradas por tu nombre, olvidadas por el tiempo... almas solitarias y mudas almas que no encuentran consuelo, pues su único refugio es contigo, dulce veneno... Algo muy dentro de mí me suplica arrancar tu esencia amarga, ¡huir lo más lejos posible de ti, de tu voluntad, de tu recelo! Pero luego recuerdo, que eres la maldición que atormentará por siempre a mi cuerpo; y tu único sentido de existencia, es derrumbar a tu paso, cada ligero rastro de felicidad, eres el peor de los calvarios...


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MELANCOLÍA

Melancolía, amiga de las voces que permanecen clavadas por espinas rojas, y asesinan lentamente la esperanza de encontrar algún día la luz; un brillo entre las ramas del viejo árbol que dejó de florecer, cuando mi espíritu se oscureció por completo en este abismo de recuerdos. Soy tu eterna prisionera, en una cárcel oculta entre la niebla y aunque no me lo permitas, soñaré que si me esfuerzo, podré escapar de ti algún día, de tu nostalgia embriagante, que sin pensar un segundo es capaz de condenar al mundo a vivir en la agonía, de sentir por siempre tristeza. Mi querida compañera, como última plegaria, no lo olvides, siempre recuerda, que te espero por las noches, con mis tristes ojos negros clavaré la mirada en el cielo recordando que por siempre, tuyo será mi corazón.


Inspirado, el dolor marcha hacia la luna, ignorando que en la inspiraciรณn las cosas son mรกs ligeras, y en el espacio los pasos son mรกs livianos.


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INSPIRADOR

11 Francisco Ignacio García de Jesús

INSPIRADOR Le hubiese gustado haber nacido para ser poeta o narrador o dramaturgo o guionista, pero ha de conformarse con ser la inspiración.

DOLOR La mujer que amaba lo abandonó por otro. Antes de que partiera, hicieron el amor toda la noche. Por la mañana, el hombre miró los restos de semen que había en el suelo y dijo tristemente: “Ya se calmó el dolor de mis testículos, mas no el de mi corazón”.

EL MARCHISTA Compró todos los libros de Karl Marx y nunca los leyó por completo. “No tengo mucho tiempo”, decía. Pero no hubo marcha alguna que se perdiera.

EN LA LUNA Soñó que era un astronauta y recorría la luna, alegre, saltando. Despertó en el suelo.


La percepción del tiempo, ciertamente, es distinta en la vigilia y en el sueño. Si fuésemos capaces de fundir ambas experiencias quizá redescubramos que en el mundo vegetal no existen las líneas rectas.


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APUNTES BENJAMINEANOS

12 APUNTES BENJAMINEANOS PARA UNA HERMENÉUTICA CRÍTICA Samuel David Zepeda López concepción moderna del tiempo y la historia en su forma acrítica, el tiempo se ha entendido lineal y progresivo.

Esta

concepción representa la forma hegemónica de interpretar la realidad. Gran parte del pensamiento moderno se ha configurado bajo el mito de la existencia del desarrollo progresivo y, con ello, se han calificado y descalificado posibilidades de pensar y hacer. Asimismo, esta idea dogmática del tiempo sirve también para encubrir verdades y justificar la destrucción y matanza en aras de un futuro que promete ser mejor, sin tener prueba alguna de ello. Bajo esta visión, el tiempo —entendido como progreso continuo— se presenta como una situación natural inalterable que no requiere pruebas y demostraciones. Se piensa en él como una fuerza implacable que nos arrastra hacia un mejor futuro, más avanzado o “evolucionado”. Así, el pasado se mira con desdén, o bien, se utiliza únicamente para justificar y remarcar el presente. De esta manera, “el tiempo se desliza como un


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movimiento constante, no diferente al de una corriente. Porque ni puede una corriente detener su curso, ni tampoco puede hacerlo la hora que pasa”.1 La modernidad rara vez se percata que ahí donde cree haber eliminado los mitos, ha fundado nuevos. Donde se piensa que domina la razón, en realidad, se ha insertado una figura ideológica, pues el tiempo “como algo lineal, ininterrumpido y con dirección definida es algo que no tiene ningún sustento material”.2 Bajo esa concepción se ha fundado el mito del progreso que, como bien dice Franz Hinkelamert, es el gran sostén de la modernidad. Así, “el progreso, confundido con el tiempo, se ha identificado con él y ahora lo determina y re-define a su medida”.3 Ante este hecho, Walter Benjamin se presenta con su fuerza mesiánica y rompe con el supuesto de linealidad, avance progresivo y continuo del tiempo, para dar lugar a lo fragmentario y olvidado. De esta forma, Benjamin se separa de las perspectivas ontológicas del tiempo y rompe con una visión lineal de la historia. Para él, justificar la continuidad de la historia sería validar la forma de actuar de los opresores, aquellos que intentan justificar —gracias a la idea del progreso— los actos más deleznables en la historia de la humanidad. Si creemos la perspectiva burguesa del tiempo como progreso, aceptamos la continuidad temporal que le ha dado el poder a los opresores. Así, tanto en Los pasajes cuanto en Las tesis sobre la historia, Walter Benjamin apunta hacia una nueva forma de ampliar la experiencia histórica, que busca ir más allá de los límites impuestos por el positivismo, por las percepciones objetivistas y pretende superar las formas clásicas de reconstrucción de la historia planteadas por ciertas corrientes hermenéuticas.

tiempo mítico y tiempo divino Bajo esta lupa se ubican dos posibilidades de interpretar el tiempo: ya como sucesión continua, vacía y mecánica (perspectiva a la que podríamos denominar concepción mítica Ovidio, Metamorfosis, xv. Stefan Gandler, El discreto encanto de la modernidad, México, Siglo xxi, 2013, p. 39. 3 Bolívar Echeverría, “El ángel de la historia y el materialismo histórico” en Bolívar Echeverría (comp.), La mirada del ángel, México, Ediciones Era-UNAM, 2005, p. 26. 1 2


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del tiempo), ya como tiempo mesiánico o divino: la concepción que promueve Benjamin, caracterizada por la discontinuidad y la ruptura. Entonces, se podría decir que la concepción mítica del tiempo es la dominante en el mundo contemporáneo. Esto se debe, en gran medida, a la influencia de la Revolución industrial y del capitalismo sobre la forma en que concebimos el orden de los sucesos. La idea de progresividad tiene que ver, también, con la productividad que avanza hacia mayores ganancias y eficiencia. En otras palabras, el tiempo apunta a un mejor porvenir, lleno de riqueza y valor. Si la fórmula de la producción capitalista es aquella en que el dinero genera más dinero (D - M - D’), o bien, en la que el valor que se valoriza, la posibilidad de dar un paso hacia atrás debe descartarse, pues la falta de progreso o el simple hecho de detener la producción implicaría pérdidas. Para el capitalismo no se puede ir de D’ a D ni mantenerse en el mismo nivel para obtener lo mismo que se invirtió. No, lo deseable, la razón de ser de la producción capitalista, es que aumente la ganancia, que se avance, que se desarrollen las capacidades productivas y cada vez se consiga más. Dentro de la idea mítica del tiempo, se forja en nosotros un horizonte interpretativo idóneo para negar cualquier otra posibilidad histórica o temporal. Asimismo, la posibilidad de presentarse alguna novedad queda reducida a la simple y llana visión de moda entre mercancías, lo nuevo es, en realidad, la moda mercantil que se recicla temporalmente para presentar una especie de eterno retorno de lo mismo. “La modernidad entonces, sería lo nuevo dentro de lo ya siempre sido”.4 En la modernidad, lo que aparece como más novedoso es, en realidad, repetición. Pero ¿cómo salir de esta concepción temporal? En su texto Sobre el programa de la filosofía futura, Walter Benjamin nos dice que “no hay liberación del mito, sino una liberación materialista”. La única manera de ver el tiempo de forma distinta es hacerlo de forma práctica. Se debe reconocer la falsedad de aquello que se propone como verdadero y, a la vez, abolir su práctica. Para fundar un acto revolucionario que rompa con la lógica mítica debemos detener 4 Walter Benjamín, Libro de los pasajes, trads. Luis Fernández Castañeda, Isidro Herrera y Fernando Guerrero, Madrid, Akal, 4a reimpr., 2013, passim..


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el paso continuo del tiempo, e inaugurar el tiempo ahora (Jetzeit), en donde cobramos conciencia del pasado olvidado y rememorarnos la esperanza y sufrimiento de las generaciones pasadas, redimiendo esa otra historia. En la concepción “divina” o de ruptura y discontinuidad con el tiempo, el pasado no se presenta como algo cerrado ni irreparable, sino como redimible, modificable. Es el tiempo en el que las victimas aguardan y permanecen a la espera de su redención por parte de las generaciones presentes. Para Benjamin, lo importante no es el futuro, lo preocupante no es qué dejaremos a los que vendrán, sino el pasado que no ha tenido lugar. De esta manera, el acto revolucionario se presenta como una especie de fusión entre rememoración y redención del sufrimiento de los oprimidos pasados, lo que constituye el momento de encuentro entre las expectativas de las generaciones pasadas y la generación presente.

aproximación al objeto concreto En Los pasajes, Benjamin nos pide llevar a cabo una revisión de los objetos que aparecen ante nosotros; no como entes, sino como objetos concretos que son producto de la construcción histórica y de un determinado modo de producción. Es decir, los objetos contienen un significado que les otorgaron las generaciones pasadas, que los produjeron. Sin embargo, dicha significación es encubierta por el presente dominador. Eso quiere decir que el objetivo del historiador y hermeneuta que siga el pensamiento de Benjamin sería buscar otra posibilidad interpretativa del objeto, con el fin de alumbrar la pequeña fuerza mesiánica escondida en los objetos. Según la visión mesiánica, los productos del pasado no son meros objetos analizables mediante la división sujeto-objeto. En realidad, los objetos son realidades descifrables por su carácter como pedazos o fragmentos residuales de otro horizonte histórico. Por ello, Benjamin buscaba irrumpir, mediante los objetos, lo pasado en el presente, quitar el olvido promulgado por la concepción mítica del tiempo. Por ello, nos presenta los objetos del siglo xix de tal forma que podamos llevar a cabo cierto


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tipo de interpretación redentora que revele el componente mesiánico encubierto en el objeto por la experiencia temporal mítica. José Manuel Romero nos dice que Benjamin buscaba mostrar las condiciones para la interpretación de los productos que han dejado de ser la moda en la circulación; las mercancías olvidadas y dejadas de lado. Para ello, pretendía realizar una hermenéutica de lo concreto,5 una especie de hermenéutica que promueva el ejercicio de la rememoración política, pues en los objetos-producto existe una carga mesiánica que remite a los anhelos y expectativas de emancipación de su época. En la producción de cada objeto está presente el avance tecnológico y la posibilidad de mostrarnos cómo esos avances dieron la espalda a las víctimas para sumarse al dominio y explotación social de la mayoría. Es así que el progreso, aquel viento huracanado que absorbe al ángel de la historia, impide ver todo ese amontonamiento de escombros y evita que nos reapropiemos de lo olvidado.6

fantasmagorías y visión onírica En la modernidad estamos inmersos en un mundo donde los productos aparecen ante nosotros como objetos llenos de valor (de cambio) intrínseco, mismo que parece darse por el objeto en sí, olvidando las relaciones humanas que llevaron a su producción y mercantilización. Actualmente, vivimos en el mundo donde hacemos de mercancías, fetiches. Marx describió esta transformación en El capital. Benjamin retoma esta idea y nos dice que estamos inmersos en la realidad de las fantasmagorías. En este mundo, mismo que el de París en el siglo

xix,

la gente es

percibida como consumidora y los objetos son vistos como valores de cambio; ello opaca las relaciones de producción. De este modo, la fantasmagoría sería una especie de representación de la realidad que oculta las condiciones histórico-sociales de la producción. José Manuel Romero, Hacía una hermenéutica dialéctica, Madrid, Síntesis, 2005, p. 36. Walter Benjamin, “Tesis sobre la historia”, http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/ Sobre%20el % 20concepto%20de%20historia.pdf. 5 6


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De igual manera, Benjamin busca mostrar la expresión económica en la cultura, pero pretende ir más allá del pensamiento marxista en el que la cultura es mero reflejo de lo económico. Es decir, este filósofo busca la expresión económica al interior de la cultura. Su teoría apunta al proceso económico como el fenómeno originario y ejemplar a partir del cual proceden las manifestaciones de los pasajes, busca ver el carácter expresivo de la cultura en los productos industriales. Al estar sometidos al mundo fantasmagórico, la colectividad parece estar inmersa en un sueño del que debe despertar. Nos dice José Manuel Romero que la carga expresiva de los objetos sujetos a interpretación está llena de imágenes oníricas, pues el colectivo social se comporta en relación a la praxis histórica como si estuviera inmerso en un sueño, dejándose llevar por lo inconsciente. Así, la colectividad sumergida en el tiempo mítico y en las fantasmagorías permanece en un sueño constante que no le permite percatarse de la realidad.7 Así, el objetivo de la hermenéutica de lo concreto sería despertarnos para llevar a cabo la interpretación de lo soñado y darnos cuenta de lo oculto e inconsciente, poder apropiarlo de manera consciente (siguiendo a Freud). Ahora bien, todos los objetos producidos muestran las huellas de los cambios que ha sufrido el capitalismo, pues representan las formas originarias de producción que dieron vida a la actual sociedad de consumo. Es decir, en cada uno de los objetos de antaño podemos ver el origen o el pasado de la época capitalista presente. Si se rompe con su fantasmagoría y su presentación como mercancía fetichizada, cada objeto muestra las formas de producción y consumo de su época. Además, en el objeto se muestran los avances técnicos y tecnológicos aplicados a la producción. Esos mismos avances tienen la posibilidad de mostrar la necesidad que en esa época se buscaba satisfacer o bien, la mejora cualitativa que se requería en ese momento. Así, el objeto anticipa la posibilidad del desarrollo de una nueva situación en la que dichas necesidades sean satisfechas, pues ahora su realización 7

J.M. Romero, op. cit., p. 25.


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resulta materialmente posible. De este modo, podemos decir que las imágenes de los deseos del pasado son perceptibles e interpretables en los objetos que perviven a la actualidad, por lo que, si logramos despertar de este sueño fantasmagórico, podríamos interpretar y redimir los deseos pasados. Sin embargo, en la concepción mítica del tiempo cada objeto parece llevar consigo una censura de lo pasado, pues se asume como retroceso, el objeto pasado es visto como una especie de fracaso que representa aún la escasez del presente. En el mundo de las fantasmagorías lo que importa únicamente es la mercancía de moda, lo aparentemente nuevo. La fantasmagoría imposibilita la realización del sueño del pasado, volviéndolo una desilusión de un mundo al que le faltaba madurar; por ello, el mundo actual remplaza los deseos oníricos de la liberación con deseos fetichistas de las mercancías y el consumismo. Así que ¿cómo despertar de este sueño?

violencia divina. ruptura de la continuidad temporal Si bien Marx planteaba que el progreso eran las locomotoras de la historia mundial, Benjamin, por su parte, cree que quizá el propósito de una revolución es poner el freno de emergencia de ese tren en el que viaja el género humano. Es decir, romper con la linealidad del tiempo para inaugurar otra posibilidad histórica. Para ello, se podría decir que Benjamin nos pide hacer uso de la violencia divina (tiempo divino) y romper con la violencia mítica (tiempo mítico).8 La violencia divina es todo lo contrario a la violencia mítica, o sea que, si la primera es instauradora de derecho, la segunda lo aniquila, si la primera impone límites, la segunda los destruye. De esta manera y de forma análoga, la concepción temporal divina, a diferencia de la mítica, no cree en el progreso; es discontinua, estática y parte de un nuevo fundamento que no puede ser concebido para el sistema de lo dado. Esta temporalidad, a la que se puede acceder mediante la hermenéutica de lo concreto, aspira a una subversión de la experiencia cotidiana dominada por las 8 Walter Benjamin, “Hacia una crítica de la violencia” en Obras, trad. Alfredo Brotons Muñoz, Madrid, Abada, 2007, t. 2, pp. 183-206.


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fantasmagorías y el mito del progreso a través de la irrupción de la historia en nuestra experiencia del presente. Su misión es detener el olvido de las generaciones pasadas en el devenir lineal y progresivo del tiempo. Se busca provocar un distanciamiento del sueño en el que estamos inmersos, disolviendo la percepción mítica de los productos históricos “dirigir la mirada a lo único que puede aportar salvación, lo extraordinario”.9 Esta forma de interpretar los objetos busca, ante todo, tener una praxis política en la realidad, pues utiliza la memoria oculta en los productos para actualizar las expectativas de emancipación de las generaciones pasadas que fueron olvidadas por los dominadores del sistema social (aún) vigente. Así, la rememoración de los objetos debe suscitar en nosotros el recuerdo, la esperanza y el sufrimiento de las clases oprimidas en el pasado, lo cual podría servir como motor para llevar a cabo la acción revolucionaria que por fin redima a esa generación.

imagen dialéctica y constelación Benjamin nos pide, al interpretar el objeto, alejarnos de la literalidad aparente de la fantasmagoría y ver su profundidad interconectada con el todo de su época. Es decir, el objeto aislado de la continuidad mítica del tiempo contiene en sí su época como una especie de mónada. Esa es la imagen que debe ser extraída del objeto como producto monádico de su época. Así, cada objeto contendría entonces una especie de imagen del mundo en el que fue producido. La imagen dialéctica, entonces, puede ser entendida como una presentación del objeto histórico dentro de un campo de fuerzas cargado de pasado y presente que produce electricidad política. Es decir, cada imagen dialéctica revelaría lo general de una época en lo particular, así se convierte en concentrado de la historia.10 Por ello, podríamos decir que ilumina en el objeto su ser histórico como mercancía y muestra Walter Benjamin, Calle de dirección única, trad. Jorge Navarro Pérez, Madrid, Abada, p. 15. Sussan Buck-Morss, Dialéctica de la mirada. Walter Benjamín y el proyecto de los pasajes, trad. Nora Rabotnikof, Madrid, Visor, 2a ed., p. 245. 9

10


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indicios de una forma de consumo desaparecida debido a la transformación del capitalismo. Nos enseña aquel pasado del consumismo que podemos ver desplegado de manera diferente (¿evolucionada?). Ahora bien, ¿qué hacemos con esta imagen del pasado producida por el objeto fuera del continuo lineal? Benjamin nos recomienda usar lo que denomina “constelación”, que servirá como conexión entre la imagen del pasado y la imagen del presente. En otras palabras, fundará una imagen dialéctica con relación al lector actual, así la constelación medía entre el pasado del objeto y el presente del sujeto que investiga al objeto. Ahora bien, sacar al objeto de la linealidad histórica tiene el propósito de buscar en él todo lo que no ha tenido eco en el presente. Cada uno de los productos culturales pueden ser descifrados como cargados de imágenes utópicas por las personas de su generación, pues el objeto revela el proceso de producción y la tecnificación de su época que busca satisfacer ciertas necesidades. Así, el producto muestra un proyecto futuro imaginado como posible en el que ciertas necesidades eran satisfechas de forma cuantitativa y cualitativa. El objeto muestra la potencialidades técnicas de su época y las utopías que engendraba. Así, en el análisis desde el presente podemos ver en el objeto su previo y su posterior, la discrepancia entre actual y futuro que proyectaba, la divergencia entre su historia contenida y la historia posterior, así como todo lo que ha ocurrido con las esperanzas plasmadas en él. Con ello, notamos lo que no ha tenido lugar en nuestra historia y lo que sí. Además, podemos rescatar las expectativas emancipadoras del pasado que no han tenido lugar para engendrar nuevas utopías y redimir ese pasado olvidado. O bien, regresando a la analogía onírica, al salir del mundo fetichista y ver las relaciones humanas ocultas en la mercancía pasada comenzamos a hacer consciente todo lo que quedó oculto por el sueño mítico y se le da lugar a lo olvidado para retomar el verdadero sueño de la emancipación.


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La imagen del presente, en consecuencia, entabla una relación dialéctica con la imagen del pasado que posibilita el reconocimiento. La actualización de la imagen pasada, en contraste con el presente, es única en cada ocasión y permite ver una parte olvidada, pero no toda. Por ello, a cada instante se debe revisar ese pasado (a contrapelo), pues cada instante tiene consigo la posibilidad mesiánica de redimir un olvido del pasado que nunca terminará. Pues los productos de un determinado pasado sólo resultan interpretables para el presente con el que entran en constelación, “[e]n realidad, no hay un instante que no traiga consigo su oportunidad revolucionaria”.11 De este modo, el objeto, detenido en la temporalidad, posibilita ser remitido a la experiencia de los sujetos actuales en el marco definido por la constelación, por la actualidad y no por la continuidad que tiene en la linealidad temporal. Es por ello que el objetivo es actualizar, no rastrear su lugar en la tradición que llega a nosotros. Si en la actualidad no podemos recuperar nada de ese potencial utópico del pasado significa que nosotros aún estamos en el mismo estado de sueño que la imagen del pasado que hemos recogido, pues “la imagen verdadera del pasado es una imagen que amenaza con desaparecer con todo presente que no se reconozca aludido en ella.”12 Con su dialéctica de imágenes estáticas, Walter Benjamin busca explicitar y desarrollar las oposiciones reales de dos épocas e imágenes distintas sin buscar una especie de subsunción, sino, exponer los términos extremos que aportarán elementos cognoscitivos relevantes para nuestro presente.

conclusiones Con todo esto podemos decir, a manera de conclusión, que Benjamin renuncia a la idea del conocimiento sujeto-objeto y la perspectiva trascendental u ontológica, pues se vuelca a los objetos en su radical concreción. El autor analiza los objetos como productos industriales que se perciben en una época determinada, con su

11 12

Walter Benjamin, “Tesis sobre la historia”, op.cit. Loc. cit.


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determinado sistema económico y político. Debido a ello, estos objetos contendrán las huellas de su época y éstas podrán ser actualizadas e interpretadas desde el presente. Igualmente, la visión de Benjamin nos muestra que no se debe buscar conocer el pasado tal y como ha sido, sino, más bien, adueñarse de un recuerdo que relumbra en el instante del peligro, para actualizarlo y transformar el presente, evitando así que la clase dominante lo subsuma en su historia. La temporalidad de los oprimidos no tiene una presencia lineal como la mítica burguesa; más bien, la temporalidad de las víctimas es una serie discontinua de momentos en los que se rompe la cadena de temporalidad burguesa.


Si todos los fuegos son el mismo, probablemente podamos aventurar que todos los tiempos también son uno solo. Los sucesos simultáneos enmarcados en él, no obstante, se entremezclan y confunden; no como líneas, perfectas, inorgánicas, sino como un conjunto de serpientes confundidas saliendo por vez primera de sus huevos blandos. Mientras tanto, en Tokio ya amaneció.


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LA NOCHE

13 LA NOCHE Janil Uc Tun

el contrato de la noche desparrama historias. Los grillos que se esconden debajo de la

indefensa contención de bajareque salen de sus cuevas y buscan las historias que la gente guarda bajo sus lenguas. El silencio sólo dura un segundo antes de que torpe caminar de formas difusas advierta los asientos improvisados de piedras y troncos que se van ocupando por tenues cuerpos en torno al fuego. En la casa de al lado las mujeres desisten de sus urdidos nocturnos y salen a la calle a tomar el fresco. Los hijos las acompañan y aprovechan para saludar a los que han decidido salir de sus casas. Los vecinos nos ven afuera en torno a las velas y se aproximan tanteando la escarpa mientras sus ojos se acostumbran a la nueva luminosidad. Del pequeño montículo de cabezas una voz disfrazada emerge, simulando un gigante cuyos pasos hacen crujir hojas y guanos. Todos se resguardan debajo de la noche, en la espera de no ser encontrados. Escuchamos una carga de leña golpetearse entre sí sobre la espalda de un desconocido. Tocan a la puerta. Vuelven a tocar. La mujer abre temerosa y cree reconocer a su marido. Le ofrece de comer y le tibia su agua. El hombre no habla, más bien gruñe, pero teme confrontarlo porque tiene a un niño en brazos. Cuando el hombre se mete a la ducha, la mujer desata su leña y mira los huesos de un hombre, quizá


SECCIÓN LITERARIA

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su esposo. Grita sofocada, como si en el grito vomitase sus pulmones. Baña a su bebé en agua caliente y sale de su casa hacia el monte. La mujer corre lo más que puede, pero no llega muy lejos. No ha comido más que tortillas y frijoles. La mujer se sube a un árbol, pero no tarda mucho la bestia en encontrarla y trata de bajarla de ahí con su miembro que tiene forma de taladro. Imposible que los que no habían oído esa historia no se inmuten o se rían cuando se llega a esa parte. El narrador hace su parte, señalando el tamaño del miembro con sus manos. La mujer entonces toma el hilo que amarra su cabello y enreda el miembro de la bestia impidiéndole moverse hasta que amanece y un campesino que iba a su milpa los encuentra y le hace un par de tiros. Cuando la criatura ya no se mueve, la mujer regresa desesperada a su casa buscando a su hijo quien duerme donde lo había dejado. No falta el que dice que no lo recuerda así y cuenta su versión. Nosotros sólo miramos las manos, porque no hablamos la lengua de los grillos. A veces alguien nos traduce, a veces no. Entonces reímos y todos ríen. Ríen aunque estén tristes. Ríen aunque ellos, los que cuentan, dejen en cada palabra un gramo de su infancia. Por un momento se recuerdan cuando niños ocupando el lugar que nosotros ocupamos escuchando a los mayores contar las mismas historias. Los más pequeños sólo miran con la boca abierta y se aparragan en las rodillas de sus madres. Les asustan los ruidos que recrean seres desconocidos para ellos que los más grandes hacen. No se imaginaban que tales cosas puedan esconderse en el monte, ni que existan hombres que puedan convertirse en gatos o mariposas. Remiran hacia el croar de las ranas y creen ver culebras aladas debajo de las rocas. Es en ese momento, cuando un ventarrón apaga las velas y quedamos varados otra vez en la noche y alguien —no sé quién, tal vez la vecina o un tío o yo— hace un chillido mientras se abalanza sobre algún asustadizo para darle miedo. Lo logra. Todos ríen y siguen donde se quedaron mientras encienden nuevamente las velas.


LA NOCHE

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Parece que nunca se les gastarán las historias. Nadie se quiere mover de su asiento y ansían el momento en que les toque contar sobre lo que han visto en el monte. Pero la luz regresa. Tanta luz lastima los ojos y nos miramos todos como si estuviéramos desnudos. Nos quedamos callados por un momento hasta que alguien se levanta. Entonces dejamos de oír la lengua de los grillos y ellos vuelven a sus cuevas debajo de las rocas esperando una noche más larga, así que también me levanto y es como si ese ligero estirón de piernas vaciara agua helada sobre la lumbre y ésta diera un último grito mientras sus cenizas vuelan por el aire buscando no ser apagadas.


Secciรณn Grรกfica


Jimena Orrantia


Stephanie Vera Samaniego



Gerardo Coello Escalante







Los segundos nos recorren como los globos se escapan del primer cielo de cada año. Muchos teorizan sobre su destino. Algunos piensan que son llevados a las puertas de un castillo. Los infames aseveran que explotan al primer contacto con las puntas más altas de nuestras ciudades. Ignoramos su porvenir mientras los vemos ascender libremente. Sólo tenemos certeza de que en febrero el viento dejará de acariciarlos. Y, con ellos, también se irán nuestras vidas.


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LIBERTAD O MUERTE

14 LIBERTAD O MUERTE Jesús Ricardo Quintero González ¿dónde

está la libertad?

¿En qué casa, ciudad, en qué nación? ¿En qué ojos, en qué voz?

Tan lejos y tan de frente, la libertad es el sol que se pone todos los días. Pienso que La Fiesta del Chivo expone su recia búsqueda. Mario Vargas Llosa, entregó en 2000 esta novela que traza, con técnicas literarias plenamente modernas, un bosquejo de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Un mundo literario soberano, un anhelo de libertad, La Fiesta del Chivo es una pieza oscura que el autor arrancó de la realidad y transmutó en una novela de buena factura, una gota brillante en la literatura de nuestra lengua para terminar el siglo XX y comenzar el XXI. Desde La ciudad y los perros, Vargas Llosa encontró una voz que lo ha distanciado de los escritores del boom. Como él mismo lo ha dicho, su genealogía descansa en la literatura realista, y Flaubert como padre y amigo. En La Fiesta del Chivo este hecho es evidente, también así el discipulado estético con Faulkner, Joyce, Kafka: tres generadores de nuevas formas en la novela. ¿ Por qué lo digo? De Faulkner notamos el cambio aparentemente arbitrario del tiempo y narrador; de Joyce, la convicción de que un solo día de una persona es la perfecta metáfora de su vida (Trujillo); de Kafka, la ignorancia casi absoluta de los mecanismos y propósitos de la realidad, y la angustia y la tensión que caen sobre las espaldas (Cerebrito Cabral). El peruano unió técnica y prosa maduras con una investigación férrea sobre la era de Trujillo. Mostró la capacidad del dictador para penetrar no sólo en la vida pública de las personas, también en su futuro, sus expectativas y sueños; en fin, muestra la violencia hacia esa esfera oculta en el individuo. La Fiesta del Chivo tiene definitivamente un lugar esencial


RESEÑA

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en ese grupo de novelas que tratan dictaduras en América Latina, entre las que destacan El señor presidente de Miguel Ángel Asturias, Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos o El otoño del Patriarca de Gabriel García Márquez. Estas tres, pero sobre todo la primera —con su atmósfera turbulenta, a ratos surrealista, a ratos tan cruda— llega a delinear los destrozos de un régimen autoritario, el miedo y las pérdidas que provoca. La obra de Vargas Llosa es, no cabe duda, un ejemplo grato de las novelas de esta índole. Cuando un lector imagina, casi mira lo que se cuenta sin ninguna interferencia, estamos ante una narración bien hecha. Así ha sostenido el autor peruano en entrevistas diversas. Hay, cierto, partes en la novela que cumplen intensamente este criterio; por ejemplo, el momento en el que Antonio de la Maza, Tony Imbert, Amadito y Salvador Estrella Sadhalá, dentro de un coche, con rifles y pistolas, arremeten contra el Chevrolet de Trujillo. ¿Matan al dictador o no? Lo cierto, en todo caso, es que durante la persecución, las palabras ceden lugar a imágenes vehementes. La oscuridad de piedra y el aroma salado del mar son decisivos. Mediante la construcción de personajes, sus monólogos interiores, los diálogos, la elección de palabras, las figuras de lenguaje y, en fin, la estructura de la novela, se logra el hechizo en varios momentos. El hilo que tensa la obra es la historia de Urania Cabral que llega a una República Dominicana nueva, décadas después de la dictadura. Como satélites indispensables están las historias del último día entero de Trujillo, y la de los ajusticiadores, pletórica de nervios, resentimientos y sobresaltos. Estas tres historias, contadas en conjugación verbal diferente (según los momentos históricos a los que corresponden), trenzan la primera mitad de la novela. Hacia la segunda, la estructura cambia y, como en La guerra del fin del mundo, se acciona una tentativa por construir, mediante la yuxtaposición de puntos de vista, una sola realidad poliédrica y contradictoria que fue la historia de la República Dominicana después de la era de Trujillo. “Urania. No le habían hecho un favor sus padres; su nombre daba la idea de un planeta, de un mineral, de todo, salvo de la mujer espigada y de rasgos finos, tez bruñida y grandes ojos oscuros, algo tristes, que le devolvía el espejo”. Así comienza La Fiesta del Chivo; la contradicción del personaje principal se plantea. Un narrador en tercera persona cuenta, paso a paso, los sucesos de la visita de Urania a la República Dominicana, a la casa paterna, hasta que irrumpe una voz en segunda persona. ¿Quién es ese tú que penetra intempestivamente en la historia de Urania? Tú eres Urania. ¿A qué has venido a este lugar antiguo? Pienso que ese tú es como si el personaje se mirara al espejo: Urania se habla a sí misma, recordando, dando


LIBERTAD O MUERTE

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vueltas inconclusas, espirales, a su memoria; se escabulle en sí misma, tratando de ocultarse, pero siempre encontrándose, siempre mirándose niña, de catorce años, en aquella ciudad tan olvidada y tan presente: Ciudad Trujillo. Ese tú es una búsqueda necesaria pero sin ganas de hacerse; una débil marcha hacia su propia conciencia. ¿Qué es lo que buscas, ahora, en Santo Domingo? La novela expone al dictador Trujillo en la intimidad de su día; la explosión cotidiana de pláticas, encuentros, pensamientos, recuerdos. La torre más alta del castillo kafkiano. Un día como metáfora de la vida. La obediencia que procuran sus subalternos nos dice las cosas que Trujillo calla, por omisión o por arrogancia. Aunque no lo justifiquemos, lo comprendemos, y su razonamiento se hace nuestro. Sus orgullos se vuelven sus debilidades. Por una parte, a los setenta años, el Chivo —sobrenombre que evidentemente adquirió en virtud de ciertas habilidades sexuales— quien presumió siempre su potencia, sufre una enfermedad de la próstata. Por otra, su disciplina marcial y la repetición exacta de sus días facilitarían la planeación y la labor de los insurrectos. Trujillo no se arrepiente de nada, pero busca una liberación: tal vez de su cuerpo anciano, tal vez de su familia. La soberbia busca su lugar, un reconocimiento superior y divino perdido entre tantos “mediocres”. Joaquín Balaguer —Presidente pelele—, Johnny Abbes García —sádico Jefe del Servicio de Inteligencia Militera—, la familia de Trujillo, Cerebrito Cabral, Antonio de la Maza, Tony Imbert, los insurrectos, entre muchos otros, son caracterizados física, moral y psicológicamente en La Fiesta del Chivo. Todos ellos constituyen el mundo hipócrita, con ojos y oídos en el aire, con la vida pendiendo de un hilo, con mecanismos y designios tan absurdos como fatales, que Vargas Llosa ha creado. La obra da cuenta de cómo acciones y deseos personales, en un creciente vértigo que se escapa de las manos, llegan a ser historia. El deseo de poder y el de libertad se oponen y, como un alfiler, revientan la tensión de una dictadura. Intuyo que la motivación de los personajes estriba en la dialéctica violenta de la prisión y la libertad. Libertad en diversos sentidos. El pasado de Urania tuvo que ser una jaula para haber vivido tanto tiempo sola y distante de su propia vida. El pasado glorioso y potente de Trujillo casi muerto a manos de un cuerpo decadente, en un régimen a punto de podrirse. La sensación de esclavitud que en los insurrectos produjo el ser víctima de un régimen autoritario. La prisión y la libertad y, más aún, el ejercicio del poder son temas políticos, sociales, pero, sobre todo, humanos. En La Fiesta del Chivo se exponen con densidad y maestría. Por ellos, los personajes se juegan la vida: todo o nada, ahora o nunca, libertad o muerte.


Imaginamos ciudades y adoramos sus vestigios. Coleccionamos rocas, musgos, glifos, recortamos personajes y cosmologĂ­as, seleccionamos efemĂŠrides para crearlas y destruirlas con frecuencia y frenesĂ­, a veces al mismo tiempo.


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CIUDAD DE PERROS

15 CIUDAD DE PERROS

Ivan Medina Castro

En este país tan jodido, la gente se corrompe, se jode, enloquece. jaime bayly

la densa bruma dominaba la costera y el bochorno del ambiente hacía sudar de

manera copiosa a los habitantes de la ciudad. Amodorrado, dormitaba placenteramente en el regazo de Judith, disfrutando las caricias en mi cabello y la ligera corriente marina que golpeaba mi rostro. De repente, escuchamos a un grupo de tipos que iniciaban una conversación. Se nos hizo extraño coincidir con esas personas en aquel solitario malecón a esas horas de la noche. No dimos importancia al incidente y proseguimos con lo nuestro, sin poder evitar escuchar su charla. —¿Carajo, qué pasa con el Nica que aún no llega?— preguntó angustiado el Serrano después de escupir las hojas de coca que mascaba. —De repente llega, no te inquietes hermanito— intervino Huamán. —El chibolo ése es un diestro en todos estos menesteres clandestinos. —Ya, pues. La brisa ocasionalmente refrescaba los cuerpos de cuatro hombres que impacientes esperaban sentados sobre el borde del murallón. El susurro emitido por el arrastre de las piedras de la ribera que entre ellas chocaban tras la oscilación de las olas era lo único que se escuchaba por momentos.


CUENTO

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—¡Chino! Enciende un cigarrillo, ya no aguanto esta espera— ordenó el Serrano sin apartar su vista de la avenida Norte. —Únicamente tengo Incas— ¿quieres? —Vamos, dale lumbre pues. —¡Miren! Allá viene el Nica con el cholo Abel— pronunció agitado Huamán. —¡Jijuna! ¿Por qué demoraron tanto en llegar?— imprecó con encono el Serrano. —Calma hermanito, todo salió de maravilla— respondió el Nica. —Los núcleos militantes del distrito de Barrios Altos se encargaron de distribuir la propaganda; los cuadros de aniquilamiento de la Araucana están listos para detonar los explosivos una vez emitida la orden, y las células del Agustino darán un susto a los pitucos de San Isidro y de Miraflores esta madrugada. Unos milicos hacían su rondín por el circuito de playas en Barranco. Al notar la congregación de los individuos, decidieron aproximarse a ellos y cruzaron la vía con la luz de sus linternas cortando la oscuridad. —Silencio, por allí vienen esos cachacos de porquería— alertó el cholo Abel con un claro titubeo en sus palabras. —Tranquilos nomás— dijo el Serrano emitiendo una imperturbable bocanada. Cuatro uniformados, con cara aindiada y fisonomía tosca, pronto hicieron presencia enarbolando sus amenazantes armas. Uno de ellos, quien tenía el rostro maltratado por la viruela y ostentaba tres estrellas en la solapa, dio las buenas noches y solicitó a los individuos que mostraran sus documentos de identidad. Los soldados se dispersaron y fueron a realizar su labor. En el ambiente emanaba un tufo agrio proveniente de las axilas de los militares. —Regálame un pucho— pidió uno de los uniformados emitiendo un fuerte olor a pisco. El Nica, tras escuchar la petición, permaneció callado con la mirada de desconcierto observando al cholo Abel. El oficial, después de sentir la demora, tambaleándose expresó: “Ya pues, no te hagas el muy bacán”.


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Abel pronto notó la expresión de confusión de su compañero y respondió sin demora. —Un cigarro, carajo. El Nica, ya enterado de la demanda, escupió a un lado nerviosamente y ofreció al militar un cigarrillo de tabaco negro, sin filtro y papel arroz. —¡Incas! Sonrió el milico mostrando su dentadura manchado por el exceso de nicotina. Lo encendió, dio una larga calada disfrutando del sabor y soltó el humo en la cara del Nica. —Tú sí sabes fumar, loco. El Nica de nuevo arrojó una flema, pero esta vez lo hizo con seguridad de uno y otro lado. Huamán se mantenía con las manos en las bolsas del pantalón. –Uno de los oficiales, al verlo, se aproximó muy cerca de él y le gritó con enojo: “Sólo los bandidos tienen esas malas costumbres de hurgarse todo el tiempo los bolsillos. Saca las manos cholo y muéstrame tu DNI”. Huamán obedeció y agachó la mirada. Tras terminar los soldados de hacer su trabajo, dieron la media vuelta y se dirigieron por donde habían venido desapareciendo en la niebla. Se metieron a su furgoneta y partieron de prisa haciendo sonar su sirena. —Sinchis de mierda— murmuró el Chino haciéndose el ofendido. —Por un momento creí que nos pedirían una coima para no llevarnos a la zona militar. —Ya pocos quedan que no lo hacen—, dijo el Serrano observando al Chino con una mirada serena. Uno de ellos, quien parecía ostentar el liderazgo y que desde su aparición permaneció silencioso, intervino. —Es hora camaradas, la mecha de la guerra popular ha dado inicio. Andando. Aquellas personas seguían con su conversación, devorándole horas a la noche, cuando giré a ver a Judith, quien permanecía con la mirada extraviada en algún lugar del mar. Me animé a rescatarla de su marasmo agitando mi mano frente a sus ojos y ella volvió en sí con un sobresalto. Me preparaba a hablar y pronto con su mano derecha me tapó la boca y se llevó el dedo índice a los labios demandando silencio. Acercó su cabeza a mi oído,


CUENTO

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y en voz baja, casi imperceptible profirió: “Aún no se han ido los senderistas”. Ante mis ojos atónitos, finalizó diciendo: “después te explico”. Ella volvió a concentrarse y yo permanecí callado durante todo el tiempo en que los senderistas concluían su reunión. Durante la conversación traté de prestar atención a los diálogos pero no entendía en verdad nada de lo que allí se estaba hablando. Segura de que ya no había nadie sobre la escollera, Judith se incorporó rápidamente, me tomó con fuerza del brazo y dijo: “Choche, vamos pronto al carro, y por ningún motivo voltees”. La fuerza del viento parecía apurar nuestro recorrido hacia el auto. Ya sobre de él, antes de dar inicio a la marcha, una intensa movilización de elementos policiales hacían chirriar las torretas, entretanto, los convoyes del ejército con sus potentes faros antiniebla alumbraban todo a su paso. Tartamudeé antes de poder preguntar sobre lo que estaba sucediendo. Judith finalmente prendió el vehículo y en el trayecto colocó su mano en mi pierna para iniciar su explicación, pero no hubo tiempo. En las calles todo era confusión; autos y peatones parecían andar sin rumbo. Igual que nosotros, no sabían por donde transitar, había arterias cerradas, repletas de policías y retenes marciales. Estuvimos un gran rato allí, varados hasta que el sol empezaba a despuntar. Prendí la radio para encontrar información y en todas las estaciones se escuchaba la voz de la misma locutora quien de manera mecánica y repetitiva informaba: “Un grupo de terroristas, autodenominado Ejército Revolucionario Popular, dinamitó varias torres de alta tensión saboteando las instalaciones del Estado. Además, con este hecho, anuncian oficialmente el comienzo de la lucha armada”. Judith, se puso aún más nerviosa por lo que escuchó. Conducía con dificultad y no dejaba de acariciarse el mentón. Decidí apagar la radio. Al hacerlo, de un momento a otro la neblina se fue, dando paso a una tupida llovizna. Finalmente llegamos al barrio de Judith y a un kilómetro aproximadamente de su hogar, pudimos presenciar con sorpresa algunos perros que colgaban de los postes del alumbrado público. Judith frenó en seco. Levantó el rostro y miró absorta el vaivén de los


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perros con una contemplación pesada. Quedó estática, con la mirada perdida y la boca abierta. Yo permanecí mudo. No sabía qué decir. Pronto la estridencia de un claxon nos regresó al mundo, nos orillamos a la acera, y nuevamente, pero ahora de pie, observamos sobrecogidos los canes raquíticos balanceándose con la lengua purpurina de fuera. Nos metimos en el coche y Judith aceleró tan de prisa que rechinaron las llantas y el viento silbó por las ventanas. Me atreví a dar un vistazo por el retrovisor y pude distinguir a un doberman con los ojos blancos y entreabiertos que de la lengua colgaba una pancarta anunciando: ¡viva el marxismo-leninismo pensamiento mao-tsetung! Llegamos a la casa de Judith empapados por la garúa. Ya en el interior, sentimos una agradable sensación de respiro. No hablamos demasiado, estábamos absortos. Nos fuimos a acostar. Lo que allí ocurría atormentó tanto mis sueños que no dormí. Creo que nadie durmió. Sonaban y resonaban las sirenas con un sonido monótono y agudo hasta volverse insoportable. Para el medio día, el padre de Judith me llevó hasta al aeropuerto para regresar a mi país. Estando en la sala de espera, repentinamente hubo un apagón y en cuestión de algunos minutos se restituyó la luz. Los televisores del aeropuerto se reiniciaron y en las pantallas se transmitía un mensaje del Presidente de la República: “Queridos conciudadanos, esta mañana, algunos actos de lesa humanidad han conmocionado a la nación entera. Se han perpetrado los primeros estallidos de carros-bomba, uno en el Palacio de Gobierno, y otro a pocos minutos de diferencia en el Palacio de Justicia, por tal motivo, dada la gravedad de los acontecimientos, el gobierno al que yo dignamente presido, declara el estado de emergencia”.


De la vida siempre esperamos lo que ya conocemos, nuestros miedos y anhelos del futuro, no son más que la espera de un nuevo pasado. La naturaleza humana vuelve como un molino, a veces trae más o menos agua, pero siempre da vueltas en la misma dirección. Aunque no muere la esperanza de romper con los pretéritos. Que valga todo este tiempo, y no sea tan sólo una maquinaria andante, dando siempre la hora a las mismas catástrofes.


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ENTRE HERMANOS TE VEAS

16 ENTRE HERMANOS TE VEAS CORRUPCIÓN Y ESCÁNDALO.

Luis Enrique Escobar Nieto de Pascual Mientras que mis hermanos, los que conmigo habían subido, hicieron desfallecer el corazón del pueblo […]. josué 14,8

los escándalos de corrupción en el ámbito político no son cosa nueva ni reciente en la discusión pública nacional.

Tampoco son señal de una libertad de expresión saludable,

y por lo tanto, no son señales indirectas de fuerza democrática. Una revisión somera de la Lapidaria1 aclara la función destacada que tenía el escándalo en la ordenación de los cuadros y la distribución del poder en México. Escandalizar la opinión pública a partir de la corrupción de funcionarios y representantes populares es un instrumento clásico del sistema político mexicano, válganse a título de ejemplo las décadas de los cuarenta y cincuenta, con su máxime en el alemanismo.2 En el México a-democrático3 ventilar la corrupción ocasional y calculadamente era moneda corriente. 1 Rafael Segovia, Lapidaria política, FCE, 1996. Si bien no recoge conceptos perfectamente elaborados o argumentaciones exhaustivas, es referente y panorama de la política nacional, ya que reúne ensayos y artículos de uno de los observadores, pensadores y consejeros privilegiados de la vida pública mexicana de la segunda mitad del siglo XX. 2 Para abundar, véase Stephen R. Niblo, Mexico in the 1940’s: Modernity, Politics and Corruption, Wilmington, Rowman & Littlefield, 2000. 3 Daniel Cosío Villegas, El sistema político mexicano, México, Joaquín Mortiz, 1973, p. 106.


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El escándalo se inducía con publicación en diarios sobre riquezas mal habidas, hurtos y otros abusos cometidos por rivales políticos; se instrumentalizo periódicamente a la moralidad. La publicación no ocurría con la facilidad o difusión actual, más bien, se orquestaba una defenestración ritual contra cuadros que se negaban a abandonar posiciones de influencia, con el fin de refrescar o autorizar la gestión de la nueva administración.4 El escándalo, el periodicazo, era mazo a los rivales y freno a sus pretensiones. Vale precisar que se empleaba por igual a escala nacional y estatal. La forma usual en que sucede esta publicación, que termina en escándalo, desahucio del señalado y capitalización del orquestador, es mediante filtración de documentos oficiales, no por la investigación independiente de algún periodista. Generalmente, el escándalo frenó a las aspiraciones del líder político a quien se dirigió, pero sucedía interpósita persona; con lo cual salía impune el verdadero responsable. La filtración permanece vigente en nuestros días, ni siquiera la emancipación y pluralización de la prensa culminó en la formación de un periodismo de investigación serio o de alcances apreciables; que deje de necesitar filtración interesada de rivalidades para dar a conocer situaciones de interés público. Los ejemplos recientes de esta dependencia son “las casas” de Grupo Higa,5 la inservible línea 12 (dorada) del STC, la polémica racial de Lorenzo Córdova, el arresto en España del profesor Humberto Moreira o el uso de helicópteros oficiales por personajes de la farándula. Cuando bien nos va, los escándalos sí provienen de investigaciones periodísticas, pero auspiciadas por diarios y reporteros extranjeros. En la discusión pública, la corrupción se suele concebir como la versión de lo indebido de la función pública, como suerte de infidelidad o traición al interés común. No importan demasiado las formas concretas que tome -desfalco, nepotismo, conflicto de interés, robo, malversación de fondos, cohecho-, son especies del género de lo inmoral. La corrupción se asocia al campo semántico de lo pútrido y lo sucio. La palabra corrupción alude a lo 4 Los ejemplos se suceden, pero destacan la mencionada de Ruiz Cortines, la renovación moral de Miguel de la Madrid, la ofensiva de Zedillo contra Raúl Salinas y “los ranchos” de Vicente Fox durante el primer año del sexenio de Felipe Calderón. 5 Si bien los periodistas que firmaron la revelación inicial, Irving Huerta y Daniel Lizárraga, afirman que obtuvieron la información estrictamente a partir de su trabajo, en la versión ampliamente aceptada Marcelo Ebrard fue el responsable. Para abundar en ello, véase al columnista Salvador García Soto: http://www..eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/12/110150.php


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degenerado y repulsivo. Su inverso, la honradez y la observancia legal, se asocia a limpieza y rectitud, con el corolario popular de las “manos limpias”. Naturalmente, y como toda inmoralidad, la corrupción es relevante cuando se “ventila”, no cuando ocurre. Es una metáfora con raíces cristianas, pero de origen naturalista. El uso coloquial de la corrupción, como fenómeno de interés social, requiere del escándalo. Sin corrupción no hay escándalo y sin escándalo no hay corrupción. Resulta fundamental entender que la condena a la corrupción en la percepción social funciona como aglomeración del pesar y la insatisfacción. La idea que tenemos de la corrupción es repositorio de prejuicios, diagnóstico inapelable y piedra de toque de los problemas nacionales. Es una suerte de lamentación fatal de nuestro origen, refugio de la anti-política y salida de la frustración cotidiana. Como sucedió con los judíos o los gitanos, podemos achacarle a la corrupción cualquier mal u ofensa en la vida pública que nos acomode; a todos nos parece perfectamente sensato: es parte de nuestro sentido común. Por eso corrupción es interesante como categoría cultural,6 antes que analítica, pues discernir de sus manifestaciones una tipología sólida no es más que un proyecto. Para tratar de entender mejor qué es el escándalo, vale la pena recordar que se puede concebir como “ejemplar desconexión entre las promesas que una democracia no puede dejar de hacer y su incapacidad para cumplirlas”.7 Es un trauma colectivo que brota de la distancia entre promesa política y acciones visibles, cuya finalidad es perturbar el ánimo público. El sentido e intención pertenecen a la política cotidiana. El malestar producido no tiene cauce claro. Puede reconducir una política pública entera, terminar con sonoras y comentadas renuncias de funcionarios o, lo más común, quedar en el anecdotario. No debe olvidarse que el escándalo sólo es posible con a exhibición de condena, que siempre dice más que los argumentos concretos que se empleen. Es revelación de forma figurada y alegórica de los instigadores del asunto.8 El fondo del escándalo es establecer la 6 Claudio Lomnitz (coord.), Vicios públicos, virtudes privadas: la corrupción en México, México, CiesasMiguel Ángel Porrúa, 2000. 7 Marco Revelli, pref. en Norberto Bobbio, Democracia y secreto, trads. A. Aureli y J. F. Fernández, México, FCE, 2013, p. 18. 8 Un caso concreto útil para revelar la mecánica figurativa escándalos es Ashis Nandy, “Sati in Kali Yuga: The Public Debate on Roop Kanwar’s Death” en Sherry B. Ortner, et al. (eds.), The Savage Freud and Other Essays on Possible and Retrievable Selves, Princeton, University Press, 1995, pp. 32-52.


ENSAYO

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supremacía de los airados, que se afinca en términos negativos: quienes denuncian no son corruptos. Aceptar lo anterior es un paso sustantivo de la elaboración simbólica que lleva a deslegitimar a la clase gobernante o al poderoso,9 cuya conclusión lógica es transformar o remover a los denunciados. En el caso mexicano es sustitución de los políticos corruptos. Aventuro una explicación sobre los alcances del ambiente de indignación, construido un escándalo tras otro. Hay un pulso por renovar a los cuadros dirigentes desde segmentos de poder no formal; círculos de opinión con foro e influencia, la clase media distanciada del liderazgo partidista, pequeños empresarios no cabalmente representados por los organismos patronales o una configuración más difusa. Poco importa la forma concreta que avive el clima. Lo relevante es la energía renovadora no vindicada. Los efectos sistémicos del escándalo no son enteramente claros todavía,10 lo que sí es el desprestigio de la “clase política”. Éste no es patrimonio de un solo partido, como en los viejos tiempos del dominio apabullante del priismo cuando la corrupción parecía ser hábito privilegiado, sino exclusivo, del PRI. De esta situación se desprendió el curioso resultado en el cual el anti-priismo del último tercio del siglo pasado y sus restos son la forma autóctona que tomó la antipolítica en México. En el antipriismo hay una lógica silvestre que aún se usa con algún éxito, pulida con simpleza sorprendente por Roger Bartra,11 que suele ser más avezado intelectualmente. El fondo argumental consiste en achacar a una expansión de la enfermedad priista la extensión actual de la corrupción, pues el priismo es corrupción. Pero antipolítica no es fenómeno exclusivo de México; la corrupción, una de sus fuentes, emana en cuanto sitio quepa imaginar. La diferencia sustantiva entre la “corrupción mexicana” y la que se observa en democracias consolidadas está en otro lado. En todo sitio la acción política y sus transacciones, frecuentemente burdas, producen desdén o reprobación entre la población, que no se interesa mucho por la vida pública. Este 9 En torno a la deslegitimación del poderoso que debe modificar su proceder, un sugerente ensayo es Jennifer Jacquet, Is Shame Necessary?, Nueva York, Pantheon, 2015. 10 “El clima de escándalo tiene consecuencias. La opinión se concentra en temas que adquieren gran visibilidad, en detrimento de otros, por supuesto: se imponen no por su importancia intrínseca, sino por su calidad «mediática»”, en “El escándalo interminable: Apuntes sobre el sistema de opinión pública en el nuevo siglo”, en Soledad Loaeza y Jean-François Prud’homme (coords.), Instituciones y procesos políticos. Los grandes problemas de México, Vol. XIV, México, El Colegio de México, 2010, p. 338. 11 Roger Bartra, “La Hidra mexicana: El retorno del PRI”, Letras Libres, 2012, núm. 157, pp. 12-19.


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habitual descrédito se hace evidente por medio del abstencionismo12 o por rechazo a los principales líderes de cualquier partido. Baste, a título de prueba, las encuestas de actitudes cívicas conducidas en democracias consolidadas,13 y la tremenda frecuencia con que la política es vista en cualquier conversación cotidiana como cosa de personajes vulgarmente ambiciosos, codiciosos y falsos. Al político se le concibe a manera de villano y su oficio como práctica incorregible. Las numerosas y picarescas historias de líderes sindicales, alcaldes, diputados y políticos en general que violan la ley para su beneficio, que se cubren de sedas y joyas y poseen autos costosos y propiedades suntuosas sirven como eurísticos, que a fuerza de repetición, corroboran que la clase política es una colección de bandidos. El caudal de evidencia anecdótica da a lo político una imagen sustantivamente corrupta; lo cual es válido tanto en Chicago cuanto en Chihuahua. Hay una suposición popular entre académicos, opinólogos y periodistas, aceptada por la clase media con alguna instrucción, la cual sostiene que la diferencia entre la corrupción en Chicago y Chihuahua es de orden institucional, no cultural. Recientemente, tal tópico ganó fuerza en la discusión y seguramente fructificará en alguna reforma organizacional y legal. La idea fundamental es que la corrupción mexicana y la de democracias consolidadas, asociadas al desarrollo, difieren en sus consecuencias y su vastedad debido al estado de derecho, que aquí es esporádico y allá efectivo. Lamentablemente, es casi inevitable que la suposición termine en una reedición del complejo nacional de inferioridad, vigente desde el porfiriato, que define lo europeo y estadounidense como esencialmente superior a lo mexicano. Allá la democracia sí funciona, la corrupción es mínima, si acaso existe, es por excepción. Aquí no tenemos remedio. O sí, y necesitamos otras instituciones. Relacionado al argumento institucional de la corrupción está el razonable alegato del pensamiento neoliberal y su glosa para combatir la corrupción: ésta produce resultados subóptimos. La asignación de recursos que premia la cercanía, paga favores o exige sobornos conduce a pérdidas globales de eficiencia cuando ésta es valor supremo que más vale tutelar. 12 La participación aproximada de las últimas 5 elecciones presidenciales en los EUA es 56.68 %, siempre muy superior a las intermedias. Katy Ivey, “Turnout in US elections”, Politics Review (Hodder Education), 2014, núm 3, pp. 1-3. 13 Las mediciones anuales de Eurobarómetro son usadas recurrentemente para investigar la satisfacción con el funcionamiento de la democracia y de los partidos.


ENSAYO

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En los términos económicos con los que se narra la realidad neoliberal, la corrupción pertenece al pasado y es acompañante del estatismo; en nuestro país, una gran explicación para nuestra “trampa de desarrollo medio”. México no crece por culpa de la corrupción. De esta explicación del decepcionante crecimiento del PIB deriva la engañifa sumamente útil y medianamente socorrida, (que forma parte de la glosa neoliberal en casi cualquier parte) que hace de la corrupción algo consustancial al sector público. Se supone como ajena a lo privado, que es esencialmente positivo, y a lo público como ineficiente, sucio y corrupto. Se prefiere, bajo cualquier circunstancia, sin recurrir a análisis o explicaciones, la intervención privada. Con ello no quiero decir que la participación privada en asuntos públicos es inherentemente inadecuada, sino que el mecanismo discursivo mediante el cual la iniciativa privada goza de un aura de confiabilidad. Esto le permite hacer negocios en condiciones extremadamente ventajosas, incluso en detrimento del bienestar público. Tenemos pues una exposición inacabada de otros dos hermanos: estado de derecho y desarrollo. La mancuerna es de las mejores explicaciones, siempre y cuando reconozcamos los matices que problematizan nuestra imagen del mundo desarrollado como modelo. En otras palabras, dejemos las idealizaciones y no olvidemos la posibilidad de corrupción e ineficiencia en la IP. Hasta los respetables lores pagan con impuestos sus lujos indebidos14. Vuelvo al escándalo y la corrupción. Como siempre ocurre, el cazo se rompió de tanto aguar: el instrumento de la filtración-mazo que esbocé arriba dejó de servir. Se volvió un suceso ordinario. Se saturó la opinión pública, durante los últimos meses, de casos igual de vergonzosos y repudiables. El efecto se disipó entre tantos señalados. El clima de indignación presente se produjo por lo persistente y penetrante de la evidencia. Si bien sería pueril suponer que el escándalo es instrumento agotado, es razonable imaginar que doing business as usual no será tan fácil para las élites partidistas. Corren el riesgo de profundizar la crisis de representatividad de las instituciones políticas en su conjunto. Me interesa aclarar por qué, más que una crisis de corrupción, vivimos un clima de indignación moral. La movilización en el espacio público, que llevó a formalizar iniciativas 14 El escándalo de gastos de 2009 es quizá el de mayor relevancia en tiempos recientes, pero tan sólo en noviembre de 2014 Lord Hanningfeld declaró que podría nombrar 50 otros lores que cobraban sin asistir a sesiones.


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desde la sociedad civil, ocurrió como consecuencia de las revelaciones recientes, no a causa de un fenómeno de gravedad sistémica. Es decir, la serie larga de escándalos afectan el prestigio de la clase política15 en su conjunto, pero no amenazan la marcha de la economía, la celebración de elecciones, la normalidad burocrática ni ponen en riesgo la estabilidad política necesaria para que haya gobernabilidad. Las amenazas a ésta, y los problemas económicos, tienen un origen distinto a los escándalos recientes. No hay, al momento, una crisis que ponga en riesgo las funciones fundamentales del sistema, aunque de no cambiar nada, las circunstancias podrían empeorar aceleradamente. Cosa que a nadie conviene. Deseablemente, el clima de indignación será la antesala de una movilización de intereses variados, que tendría entonces verdaderas posibilidades de cambio; que las iniciativas en curso fructifiquen positivamente. Lo que, idealmente, se coronaría con la mesura y decencia de la colección de funcionarios, representantes y contratistas que viven en el descrédito. Como quiera que concluya la actual marejada de molestia pública, la indignación moral no parece limitarse a la irritación pasajera, cuyos costos políticos pueden contenerse en un personaje menor sin desmedro de su jefe político o su partido. Ni siquiera las elecciones en puerta afectarán algo más que al equilibrio partidista vigente. Es muy probable que la indignación termine fundiéndose en las premuras por la renovación de la presidencia de la república y el descontento aparente ser asunto superado. La frecuencia, gravedad y repartición partidista de los escándalos desatados recientemente tienen la mesa servida para un ajuste de alguna importancia, a mediano plazo, en la conducción de los asuntos públicos, pues hay mucho capital político que obtener del cambio. Si la oposición no aprovecha la oportunidad, lo hará el oficialismo, aunque previsiblemente con menos atrevimiento. En su defecto, la aprovechará algún jugador externo que apueste a la anti-política como estrategia para hacerse de posiciones de poder. Lo fundamental es, en todo caso, una agenda de buen gobierno que empiece a mostrar mejoras efectivas en áreas como la asignación y ejercicio presupuestal, el uso de recursos materiales de todo el sector público y profundización de la vida institucional. 15 Término en sí complicado, pues aunque su uso corriente, más o menos coloquial, lo equipara a las élites partidistas y sus principales cuadros, en su origen decimonónico incluía a otros cuerpos, como las fuerzas armadas y las élites económicas y profesionales.


Lo que hoy parece mínimo, mañana es máximo.


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POEMÍNIMOS

17 Aarón Hernán Flores Suárez

POEMÍNIMOS

[-1] [-1]

[ø]

[1] Dejo atrás

a quien amé, como un prefijo.


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POEMA

¿PERAS O MANZANAS? Hay sólo una cosa peor que confundir peras con manzanas. Y esa es: confundir peras con mañanas.


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POEMÍNIMOS

BIEN DICHO Nunca hay que compadecerse de uno mismo. Es bien sabido el dicho «Baja de la cruz, que necesitan la madera» y también cierto.


Para acabar que venga un pequeùísimo hombre: el Rey. Sucede que no es uno; sucede que son muchos; sucede que son todos y ninguno; sucede que no le toca el tiempo; sucede que es El rey.


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18 RESTRAINING THE KING

THE PARADIGMATIC MODEL OF KINGSHIP IN THE MAHABHARATA? Ivan Hofman Stefani this paper explores the origin of kingship as told in the mahabharata,

one of the

two major epics of the Indic tradition. It will closely analyse a passage from the Book of Peace (Santiparvan) in which Bhisma,1 after the Kurukshetra war, teaches king Yudhisthira, the eldest of the Pandava brothers, “how kingship arose in the beginning”2—this enfolds the paradigmatic model of kingship. I will argue that the main concern of that model is to restrain the king, setting limits to his power. Bhisma ultimately teaches Yudhisthira about the divine origin of kings. Though it might be surprising for some,3 the model composed around this very divinity controls the power of the king. The king is not all-powerful but is rather subjected to the power of a transcendental moral force, which 1 Bhisma is the common grandfather of the Pandavas and Kauravas, the two sets of cousins that fight over the kingdom in the Kurukshetra war. 2 James L. Fitzgerald, The Mahābhārata 11: The Book of the Women-12: The Book of Peace. Part one, trans. J.L. Fitzgerald, Chicago, University Press, 2004, t. 7, p. 305 (from now on, referred to as MBh). Additionally, “In the Mahabharata we find the first claim of divine ancestry for kings”. Harmut Scharfe, The State in Indian Tradition, Leiden, E. J. Brill, 1989, p. 93 (from now on, referred to as The State in Indian Tradition). 3 Since it has been argued that the divine origin of kings has legitimized despotic absolutism, particularly in Western Europe.


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both legitimizes his kingship and binds him to act under prescribed, divinely ordered rules. In other words, there is a sacred normativity. The latter is achieved because the model, on the one hand, comprises a metaphysic, subjecting the ruler to the ultimate Sovereign, and, on the other, translates the values of that metaphysic into clear social norms (and, most importantly, into the symbiosis between the ksatriyas4 and the brahmins* which dharmic* governance requires). Additionally, only after accepting to “be restrained” can Prthu, as the paradigmatic king, rule the world and become the mediator and integrator of society, nature and the hereafter. All of these characteristics enable kingship to be one of the means used by the Mahabharata to restore Dharma* in a world that has forgotten it. Before engaging with these three sections of the argument I will first summarize the story.

yudhisthira´s question, prthu restrains. After the calamitous fratricidal war that brought about the death of thousands of warriors in eighteen days only, the members of King Yudhisthira´s family, Krsna Vasudeva and ultimately Bhisma, persuade him not to renounce kingship. Until then, Yudhisthira´s character had never shown doubts with regards to his leadership of the Pandavas, not even when questioned by Draupadi in the forest. He had always been proud to be Dharma´s son on Earth. However, the war makes him feel responsible for the violence committed in his name and makes him question his hubris.5 Why can he not go to the forest and leave behind the immense responsibility involved in kingship? Is he not anyway like any other man? Why is it that he has to deal with this burden? The Pandava king raises a question for Bhisma to answer:

For all *, see Appendix: Important Sanskrit terms. He says: “I am the most sinful of all men. I have been the agent of the Earth´s destruction”. MBh, xii, §38, 18, p. 253. 4 5


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Bhārata, this word ‘king’ that goes around, tell me where it comes from, grandfather. How is it one man stands over other men of preeminent understanding, and men who are mighty warriors, when he has the same hands, head, and neck, the same senses? When he experiences the same pleasures and pains; has the same back, arms, and belly, same semen, bones, and marrow, the same flesh and blood; when he breathes in and out just the same? (…) I want to hear all this as it really is, O bull of the Bharatas, so tell me this with perfect accuracy, most eloquent of speakers. Surely, the reason the whole world bows down to a single man as to a God can be no trifle.6 6

Bhisma (Yudhisthira’s grandfather and a source of authority and elderly wisdom),7 while lying in the bed of arrows, instructs8 his grandson with an account of the rise of kingship and foreshadows his forthcoming argument: that kings have a divine origin in the Krta age. Stories are commonly used in a didactic way in the Mahabharata to explain the nature of dharma. This kind of primordial memory is characteristic of multiple Mahabharata stories. Bhisma´s story starts: at first there was an anarchical stability with “no government and no king, no rod of force, and no one to wield the rod.”9 Law nevertheless existed before the establishment of any kind of governance and “all creatures guarded each other in accordance with Law.”10 Disorder however was brought forth: the fatigue of trying to decide on what is dharmic led people unto error. Laziness is said to have been the basis of ignorance, which led to greed and desire. The fall into desire and passion resulted in immorality; indeed, “they no longer took cognizance of what should be done and what not”. “Then, when the world of men was completely disordered, the

MBh, xii, §59, 5-12, pp. 304-305. He is “who knows the basic truth of the subtle issues of Law.” MBh, xii, §38, 16, p. 253. 8 His instruction is comprised of four anthologies of 37900 lines of text in 450 chapters. James L. Fitzgerald, Introduction, in MBh, p. 94. 9 MBh, xii, §59, 14, p. 305. 10 Loc. cit. 6 7


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brahman [the Vedas] vanished. And because the brahman disappeared […] the Good Law vanished”. Terrified, the Gods took refuge in Brahma who “composed, out of his own mind, a hundred thousand lessons describing Law, Profit, and Love”. Since this was not sufficient, the Gods asked Visnu to “designate the one who is worthy to be superior to other mortals”. As a result, he created kingship. Just as the Mahabharata is said to be the product of the mind of Narayana (Visnu), the first king, and hence, the paradigmatic form of governance he represents, is also said to be a product of Visnu´s deep thoughts (“the blessed one, the lord God Narāyāna, thought deeply and created from his mind a son of dazzling fiery energy, Virajas”).11 After the rule of a number of kings,12 time progressively brought decadence and corruption. Vena fell back into the unlawful behavior that his great grandfather was supposed to prevent. As a result to Vena being “dominated by passion and hatred” and behaving “unlawfully toward his subjects”, “the seers who uttered the brahman killed him with stalks of kuśa grass”.13 From Vena´s corpse, Prthu, the paradigmatic dharmic king, was born. The Gods and the brahmins asked Prthu to “do without hesitation whatever is Law, having restrained yourself ”.14 One of the understandings of dharma as a concept has to do with that which ‘holds tight’.15 This understanding combines self-rule and self-restrain through detachment from the senses as a needed characteristic to perform dharmic kingship. Having been restrained and accepting to be so, “Viṣṇu entered into the king, so the world would bow down to these human Gods as if they were Gods”.16, 17 Pṛthu’s Rule was a Golden Age in the Earth.

MBh, xii, §59, 20-29-94, pp. 305-309. We shall mention the importance of this fact later in the second section of this paper. 13 MBh, xii, §59,100-101, p. 309. 14 MBh, xii, §59,110, p. 310. 15 James L. Fitzgerald, “Epics of India”, class at Brown University, fall 2015. 16 MBh, xii, §59, 130, p. 311. 17 Scharfe notes that this is not an isolated story: “the notion that particles of various gods descended into a king or were used to create a king led to the medieval claims that kings are partial incarnations (amsavatara) of a god”. The State in Indian Tradition, pp. 96. 11 12


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ultimate sovereign Despite his divinity, the king does not hold ultimate authority. Although Visnu clearly stated “No one shall surpass you, king”,18 when he entered into Prthu´s body, the king is not believed to be all-powerful because he is under the power of a transcendental moral force, which legitimizes his kingship and binds him to act under prescribed, divinely ordered rules.19 Although he is seen as the agent of God for the restoration of dharma, he is not the ultimate sovereign but a manifestation of his will and deep thought.20 The Mahabharata states: “Kings have no basis for succeeding other than the highest Reality.”21 J. Gonda draws attention to the distinction between a Deva* and God. The first is a powerful being “controlling a department of nature or activity in the human sphere”,22 while God is “the sole Eternal Lord and Creator of all things”.23 Moreover, Scharfe writes: “The so-called divinity of the kings must be seen against a background of Indian polytheism, where devas are many and where everything is, at least potentially, charged with a higher power.” The king “was not regarded as God”24 in a Mahabharata that is already infused with a cosmic monotheism (Narayana) represented in the form

MBh, xii, §59, 130, p. 311. Sudipta Kaviraj has noted out how the pre-modern idea of Indian governance did not give unconditional power to the king. Despite its divinity, the king “is not absolute in a more fundamental way as there exists a moral framework to which it is, in turn, subordinate. The king´s power is simply the translation into the human scale of “the law”, the logic of a divinely given natural and social order.” In his work he refers primary to the Manusmrti. Although I acknowledge a diversity within the Sanskrit canon, I believe the model he discusses is no different to the one presented by Bhisma in the Mahabharata. Sudipta Kaviraj, “On the Enchantment of the State: Indian Thought on the Role of the State in the Narrative of Modernity”, European Journal of Sociology, 46(2005), pp. 263-296. 20 Ultimate authority derives from “the blessed one, the Self-Arisen One” who can establish order and pour tranquility in the hearts of the supplicating Gods, as he is the one who knows best “I shall think about what is best. Let your fear be gone, O bulls among the Gods”. MBh, XII, §59, 28, p. 305. Out of the wisdom of his own mind, he composed “a hundred thousand lessons describing Law, Profit, [and] Love” and “Absolute Freedom”. MBh, XII, §59, 28-30, p. 305. These are the fundamental pillars for the new ordering of the chaotic world. 21 MBh, xii §56, 16, p. 296. 22 J. Gonda, Ancient Indian Kingship from the Religious Point of View, Leiden, E. J. Brill, 1966, p. 24. 23 Loc. cit. 24 H. Scharfe, op. cit., p. 98. 18 19


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of Krsna.25 The king is not worshiped: “Only the mythical bad king Vena demanded worship for himself rather than the gods and was slain by the brahmins with blades and sacred grass.”26 Granted that he is not “just a man”27 but not the ultimate sovereign either, he is not flawless or always righteous. “Being a deva who walks amongst mankind the king is not infallible”, says Gonda, as Devas “are not always patterns of virtue”.28 What is certain is that the divinity of the king did not legitimize him to commit any kind of action. Because he is in the world and he “is the same in all the attributes of men”29, as Yudhisthira rightly points out in his question, he can be corrupted. Visnu created the kings and yet the first generations were corrupted. Although Atibala “studied and became adept in governing and succeeded to the rule of the Earth”, he still got “dominated by his senses”. Vena too was “dominated by passion and hatred” behaving “unlawfully toward his subjects”.30 This is why Prthu is urged to forsake his “likes and dislike, acting the same toward every person, having put desire and anger and greed and pride far off and away”.31 It is only through this inner battle in the ruler´s heart—one that is completed by expressing his

25 Bhisma bows to Krsna saying: “I adore the adorable one, Hari, who has a thousand heads, a thousand feet, a thousand eyes, whom they say is the God Narayana, the final Goal of everything.” (MBh, XII, §47, 15-70, pp. 271-275). Note that this cosmological monotheism centered in Krsna is not necessarily antithetical to the “Indian polytheism” Scharfe talks about. This relationship should be seen in the light of henotheism, the plural conception of the divine: a relative monotheism that does not deny the existence of other deities. 26 H. Scharfe, op. cit., p.99. 27 “No one can ever scoff at a king, saying, «He´s just a man». He is a great divinity in the form of a man. He always shows one or another of five forms that is appropriate to the time: He is Fire, or the Sun, or Death, or Vaisravana, or Yama, Lord of the Dead.” MBh, xii §68, 40, p. 339. Prthu is associated with Indra (“a man who looked like another Indra” MBh, xii §59,105, p. 310.) All of the Pandavas together are thought to be a mystical incarnation of Indra, who represents the governance of the land and is an emblem of the ksatriyas (J. Gonda, op. cit., p. 49). 28 J. Gonda, op. cit., p. 33. Also, Scharfe quotes Stein saying: “Kingship is the royal function exercised by powerful, yet flawed men: men who err, who sin, and who are subject to karma.” (H. Scharfe, op. cit., p.97). 29 MBh, xii, §59, 8, p. 304. 30 MBh, xii, §59, 99-100, p. 309-310. 31 MBh, xii, §59, 119, p. 310.


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surrender to a higher reality:32 “I will never just follow my own will”—33 that he is able to rule the world. If the ruler is not able to win over his own desires how could he ever rule the world? How could he restrain someone who is disregards the Law? Gonda points out that the root raj- “originally expressed the idea of «stretching (out), stretching oneself out» to protect “[men] under his powerful arms”34. Moreover, he says Prthu literally means “The Broad One”.35 This at first seems contradictory to the emphasis on the restrain (niyata) of the king I have emphasized. Two things should be noted about Bhisma’s instructions: 1) Prthu, the king´s name, is not mentioned in this text,36 2) the word king was used by “the creatures subject to him” who “were delighted by him”37 after he had accepted to be restrained. In this sense, it is only after restraining that Prthu is able to stretch, which, as Gonda points out, “applies to the intermediate space between sky and Earth”.38 This stretching out can be thought of as the symbolic crossing (tirtha) between sky and Earth, which sacralises the world.39 This crossing is only possible after the recognition by the king, who the ultimate Sovereign is, of submitting

32 In MBh, xii, §16, 20, p. 100, Bhimacena relates this idea to Yudhisthira´s pain in the battle. Only after he is able to get rid of his soka would he be able to rule: “Now a terrible battle with your mind alone awaits you. A battle in which there is no need for arrows, neither allies, nor kinsmen: a battle you must fight by yourself […] And after you won it, great king, you will have done what you had to do. Having settled upon this understanding, rules the kingdom in the fashion of your father and grandfathers, as proper”. “The king must always conquer himself, and then his enemies. How could a king who has not conquered himself conquer his enemies? This is the victory over one´s self: Controlling the set of the five senses. Having conquered his senses, a king should be able to stop his enemies” (MBh, xii, §69, 4, pp. 340-341). I deliberately compare Prthu´s model and Yudhisthira´s kingship in some sections of this paper because “it is clear that Bhisma intended that Yudhisthira model himself after the pious and glorious Prthu”. This inner battle of the king shows how “The epics, stressed the importance of inner over external restraints on rulers, relying not upon countervailing institutions but upon ethical commands to guarantee the public spirit of traditional kings” (L. Rudolph, The Modernity of Tradition. Political Development in India, Chicago, University Press, 1967, p. 194). 33 MBh, xii, §59, 114, p. 310. 34 J. Gonda, op. cit., p. 122. 35 Ibid., p.106. 36 Fitzgerald, op. cit., p. 133. 37 MBh, xii, §59,128, p. 311. 38 J. Gonda, op. cit., p.122. 39 Diana Eck, India, a Sacred Geography, Nueva York, Three Rivers Press, 2012, pp. 472.


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and “bow[ing] down”40 to his power. As Fitzgerald writes, the dharma of the king “means devotion to duty and abnegation of self ”.41

symbiosis The submission of the king to a transcendental moral force is actively developed in the paradigmatic model of dharmic kingship through what James L. Fitzgerald has called “the symbiotic relationship between the ksatra and the brahman.”42 Prthu is humble towards the brahmins. Not only are “his hands” “joined in humility”43 in front of the seers, but he is even subservient to their wisdom and will: “what should I do with it? Tell me truly. I shall do without hesitation any significant task you, good men, tell me to do.”44 This is the framework of power with which the Mahabharata is concerned: a hierarchical relationship between the kings and the brahmins in which those who have knowledge of the human Spirit, of Truth, inform the king. This enables the latter to enforce the ideals of the former as the authority of the king derives solely from the legitimization of the brahmins. The subordination of the king to the brahmins mirrors his subordination to the Ultimate Sovereign45 discussed in the previous section and is part of a wider social structure which values knowledge over worldly power as conceptualized by the Varna system. More important than a subordination of artha* to dharma is “the symbiotic relationship between the ksatra and the brahman, in which the latter provides knowledge, direction, and legitimacy and the former power, deeds and protection.”46 Instead of separating spheres of life, this model “brings into play a subtle but persistent logic 40 Yudhsthira, after being persuaded, bows down to Krsna: “You are the Source of all this and its Dissolution. Krsna. In the beginning you send forth everything that is here: everything that is here is in your control. O Womb of All. I bow down to you, who hold horn, discus, and sword in your hand.” (MBh, xii, §43, 16, p. 262-263). 41 Fitzgerald, op. cit., p. 134. 42 Fitzgerald, op. cit., p. 130-131. 43 MBh, xii, §59, 107, p. 310. 44 MBh, xii, §59, 109, p. 310. 45 Prthu right after saying “I will never just follow my own will” says: “And I shall never punish the brahmins.” MBh, xii, §59,114, p. 310. 46 Fitzgerald, op. cit., p. 130-1.


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of coalitional interdependence on each other’s assets.”47 This non-secular view of governance48 is, according to Scharfe, “the deep secret of the ancient Indian state”49 and it also restrained the king’s power. The brahmins subject the ruler to what I have called a transcendental moral force, as they are the ones who should interpret the Law to determine what is dharmic. In the story closely analysed, Law and the Vedas (brahman) intersect, while feeding and complementing each other: “Then, when the world of men was completely disordered, the brahman [Vedas] vanished. And because the brahman disappeared, the Good Law vanished.”50 Neglecting the Law makes the Vedas vanish, and this very disappearance is what completes and furthers the obliteration of the Law. This suggests ways by which the Vedas and the Law are intrinsically linked and depend on each other for their mutual existence. This association further suggests the transcendental nature of the Law as it was not created by kings to rule the world but was rather divinely established to order the world a priori, notwithstanding the ideology of any particular king. The Mahabharata is considered the 5th Veda51 and is hence incorporated into this hermeneutical tradition of advising the king. The story also didactically provides an example of the opposite way by which the king related to the interpreters of the Law. Vena, son of Sunitha, falls back into the unlawful behavior that his great grandfather was supposed to prevent. Hence, the seers killed him. A story of brahmins killing unlawful ksatriyas had already been told to Yudhisthira by S. Kaviraj, op. cit., p. 269. Louis Dumont (according to Duncan Derrett´s article “Rajadharma”) believes this differentiation between the king and the brahmin meant a secularization of the state. Derrett J. Duncan, “Rājadharma”, The Journal of Asian Studies, 35(1976), p. 599. I would argue the opposite; this was not a separation of domains but a hierarchical “symbiosis” of them. Prthu clearly has the ability to work with both dharma and artha symbiotically: “a highly refined mind that apprehends Law and Profit has developed within me”. Perrett puts it differently: “Since artha serves dharma; but dharma leads inexorably to moksa […] there is a natural continuity between politics and religion.” Roy W. Perrett, “Religion and Politics in India: Some Philosophical Perspectives”, Religious Studies, 33 (1997), pp. 1–14. 49 H. Scharfe, op. cit., p.102. 50 MBh, xii, §59, 23, p. 305. 51 “He [Krna Dvaipayana], great lord, most eminent granter of boons, taught the Vedas, and the Mahabharata as the fifth Veda”. J. A. B. van Buitenen, The Mahabharata, Volume 1: The Book of the Beginning. Chicago, University Press, 1973, p. 134, (from now on referred to as MBh van Buitenen). 47 48


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Vasudeva to justify the need for kings.52 Here we see a similar pattern: brahmins are killing corrupt ksatriyas to restore justice on Earth. This can be thought of as a mise en abyme of the Mahabharata at large: the Gods create a terrible battle that brings about the purge of unlawful warriors to restore Dharma. As Fitzgerald puts it: “The divinely led purge of the earth´s ksatriyas narrated in the epic had to lead to the installation of a king with the knowledge, the character, and the disposition to rule according to proper brahmanya principles.”53 Dharmic kingship, epitomized by Prthu, clearly has the ability to work with both dharma and artha symbiotically (“a highly refined mind that apprehends Law and Profit has developed within me”).54 This idea reconciles Yuddhisthira´s dilemma: “Doing what is Lawful and ruling as a king are constantly in opposition—I think about this all the time, and yet this opposition baffles me.”55

restoration of dharma The sole raison d’être of the king is the restoration of dharma. Kingship is established by Visnu to restore the Law, which, when forgotten, not only threatens the anarchical stability in which humans lived56 but also the Gods who “are now in danger”. “The aim of Rajya is the re-establishment of the Kartayuga State. The raja*… re-establishes Kartadharma.”57 This restoration of dharma enables harmony in the world. Hence, the king, as mentioned earlier, after accepting to be restrained, stretches his powerful arms to protect his subjects. Dharmic kingship performed in the micro cosmos of human lives has the power to sustain the cosmic order by creating a harmonious relationship with

52 In MBh, xii, §49, 60, p. 276-280, Krsna tells the story of how Rama, son of Jamadagni, rids the earth of ksatriyas. Since there were no kings, the Earth was in disorder: “When there is no king in the human world, the weaker are oppressed by the stronger, and no one has any control over his own possessions. After some time, the Earth […] was not being protected in accordance with prescription, that is, by ksatriyas preserving Law” (MBh, xii, §49, 60, p. 279). 53 Fitzgerald, op. cit., p. 134. 54 MBh, xii, §59, 108, p. 310. 55 MBh, xii, §38, 4, p. 253. 56 With “no government and no king, no rod of force, and no one to wield the rod.” MBh, XII, §59, 14, p. 305. 57 H. N. Raghavendrachar, “The Origin of the State According To Bhisma (mahābhārata, Śāntiparvam)” The Indian Journal of Political Science 3 (1941), pp. 140.


RESTRAINING THE KING

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nature and the Gods. During Prthu´s Golden Age, “there were no diseases, nor any old age, nor famines, nor anxieties. Because of the protection that king provided, there was never any fear of stealthy thieves, nor did one person fear another. Milked by him, the Earth yielded seventeen kinds of grain”. 58 The social and political order the king is responsible for is not disassociated from a natural and cosmic order. Moral kingship characterizes for integrating social-naturalcosmic governance. Gonda expresses what for him an absurd etymology is: “The institution or re-establishment of kingship signifies an important change: since Prthu became king, the Earth is, with a preposterous etymology, called prthivi; dharma previously violated, became restored.”59 For us this should be read in light of the profound integration of the king and the world discussed by Gonda : “He [the king] is an intermediary between the powers of nature and society. As such, he is an essential factor for the well-being of the people”.60 Bhisma concludes that one of the ways through which the king, after restraining himself, can restrain others to uphold dharma in the world is by following “the policy for the application of the royal rod of force”.61 The use of violence by the king is both enabled and restrained, and aims for “no one [to transgress] any ordinance of the Gods”. This alignment between divine will and earthly reality is achieved when “everyone stands within the control of this one man, if that man conforms. The good action of this one man, who is the equal of others, in whose command this world stands, tends toward goodness.”62 The drama of the Mahabharata is part of a cosmic plan to bring justice to Earth, in which mythic themes are connected into human stories. In pre-modern Hindu tradition the word dharma did not separate law from morality. Today we understand this word to have polyvalent meanings but the translation of it should not severe the unity of the MBh, xii, §59, 125, p. 311. J. Gonda, op. cit., p.48. 60 Ibid., p. 6. 61 MBh, xii, §59, 114, p. 310. 62 MBh, xii, §59, 136-137, p. 311. 58 59


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ARTÍCULO

concept. This integration of spheres that have been severed in secular modernity—law and morality—is paralleled by the archetype of dharmic kingship, as this model does not severe the different spheres of life, such as religion and politics, nor does it separate the different dimensions of being, such as the noumenal and the phenomenal world.63 The project of the Mahabharata as a whole is the restoration of dharma64 such as to sacralise the world. This is most notably articulated by Bhisma´s instructions to king Yudhisthira in the Santiparvan. Dharmic kingship reconciled what Yudhisthira thought were opposites: to rule and to be dharmic;in short, to be a good king. The Mahabharata 1) recognizes the need for kings to maintain the cosmic order, as expressed by Gonda: “A people without a king is like a river without water or a herd of cattle without a herdsman”;65 2) explains that the origin of kings is divine. This very divinity subjected the king to a Law immersed in a metaphysic that he has the duty to uphold; 3) stipulates that the king can only do this with the advice of the brahmins, forming a symbiotic relationship with them. All of this restrained the power of the king and legitimized his power. Only after recognizing the source of ultimate authority—after being restrained—was he able to stretch his hands to protect the Law and the world. This model required humans to conform to the divine rather than making the divine conform to humans.

63 The phenomenal world: the physical world. It is contingent and relative. The Noumenal world: the sphere of the Divine, eternal and absolute. 64 This idea is epitomized by Krna´s words in the Bhagavad Gita: “For whenever the Law languishes, Bharata, and lawlessness flourishes, I create myself. I take on existence from eon to eon, for the rescue of the good and the destruction of the evil, in order to reestablish the Law” (J. A. B. van Buitenen, The Bhagavad Gita in the Mahabharata: Text and Translation. Chicago, University Press, 1981, pp. 264-65). 65 J. Gonda, op. cit., p.47.


RESTRAINING THE KING

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appendix: important sanskrit terms Artha: “Wealth, power, purpose”; “one of the four purusharthas, the aims of life”.66 Brahmins: “the highest of the four varnas, the social Orders of Brahmanic society, in India…they were the ones who maintained the sacred brahman, the Vedas, the sacred «Bodies of Knowledge»”.67 Dharma; dharmic: Good deeds, merits, duty, rules, customs, obligations, the Law, Lawful deeds, right (noun and adjective), justice and just, virtue.68 Deva: “a God, Deity”.69 Ksatriyas: “the second of the four varnas…the powerful, land-owning, fighting, and ruling Order of ancient India.70 Raja: king.

Eck, op. cit., p. 461. Fitzgerald, op. cit., p. 782. 68 Fitzgerald, op. cit., p. 641-3. 69 Eck, op. cit., p. 463. 70 Fitzgerald, op. cit., p. 783. 66 67


Si somos nuestro pasado, ¿no será que cada día somos otra persona? ¡Todo lo que hace el tiempo con nosotros! Un mundo poblado de lobos esteparios.


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CINCO AMIGOS

19 CINCO AMIGOS

Erik López Ruiz

uno, se levanta antes de que el sol salga; se da una ducha fría, por aquello de la buena circulación.

Toma un desayuno ligero pero sustancioso: fruta, jugo, café, huevo

y pan tostado con mantequilla y mermelada. Su impecable traje negro le da un aire de agente secreto; su corte de cabello, casquete, combina a la perfección con su erguida postura, su mentón es altivo y su mirada penetrante. Dos besos a su esposa, uno en los labios y otro en el vientre. “Hasta pronto, queridas” es su speech de salida. Seguro, fuerte, la vida es para él la maquinaria de un reloj suizo: todo tiene una razón, un movimiento planeado y un resultado previsible, sólo es cuestión de trabajar duro y saber esperar. Dos, se toma un poco más de tiempo. “Cinco minutos más y nos levantamos” se dice en un intento de conciencia. Sigue soñando livianamente en los exóticos parajes donde pasea con su esposa mientras degustan deliciosos platillos. Luego se halla pensando en que es hora de abandonar ese lugar porque unos minutos más allí implican salir sin desayunar. Se incorpora lentamente, mira el reloj, hace una mueca de sorpresa. “¿Quieres fruta y café, amor?”, le dice su esposa. “Es muy tarde, sólo tendré tiempo de vestirme”. Rápidamente, un pantalón oscuro, una camiseta negra, calcetines, zapatos gastados de las puntas, anteojos de micas rayadas. El conjunto parece ir bien con la curvatura de su espalda, desaliñado, cabello revuelto, con la mirada inquieta de un niño que a sus treinta


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CUENTO

y cuatro sigue descubriendo que la vida es maravillosa. ¡Las amo! Es el grito de despedida de un bólido negro saliendo de casa. Tres es un pan de Dios. Antes de levantarse permanece un ratito viendo a su esposa dormitar. Sabe que la bebé no la deja ya dormir y piensa en la gran bendición que serán esos desvelos y cuán cerca estarán los tres. La ropa del día está junto a la cama. Agradece el nuevo día y consagra su actividad al Señor, su Dios. Entre sueños su esposa le dice que en un momento se levantará para darle el desayuno. “Descansa”, dice él. “Tomaré algo en el trabajo, se ha hecho tarde y es mejor que me vaya”. La cobija hasta el pecho, soba un poco su vientre y le da un beso. Toma una fruta o un pan que irá comiendo en el camino. Echa un vistazo a su mujer embarazada, “cuídalas, Señor”, piensa. Camina al umbral entre oraciones y pensamientos de ánimo, un poco cabizbajo va recobrando su postura, mira sus manos y sus pies, “Señor, tú eres mi fortaleza”. La frente alta, el caminar rápido y decidido. Su pantalón sencillo con pequeños remiendos, sus viejos zapatos, su camiseta de manga corta, peinado de lado, mochila: todo un misionero. Cuatro no quiere despertar, sueña con otros días, con otras noches. Apesadumbrado, escucha el ruido de la alarma, “al mal paso…” se dice entre dientes. “¡Porca miseria! Otra vez. No queda otra. ¡A darle!” Toda una retahíla de frases hechas para sufrir de la manera más apropiada. Una vuelta y otra en la cama. Se levanta con el gesto de quien sabe aguantar. Vienen los calcetines, las botas, la camiseta negra, la chamarra afelpada, el reloj de brillante acero. Ya su esposa está en la cocina. Fruta y café en la mesa. Sobre su espalda encorvada y en las lumbares un dolorcillo. El día que no lo tiene se siente raro. Entre sus negros designios para el día se asoma una luz recortada en el umbral de la cocina, su mujer embarazada. Obra la revolución en sus adentros. “¿Te hago una quesadilla? ¿Quieres un pan tostado? Anda, cómete unas galletas.” Aparenta desesperarse con los ofrecimientos de la dama de luz, pero, secretamente, le encanta causarle tantos cuidados. Se apodera de él la luz. “Gracias, amor, nos vemos en un rato”. ¿Que por qué sonríe?


CINCO AMIGOS

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Basta mirar la ventana mientras se aleja de casa para ver su alegría y orgullo decirle adiós con un gesto de la mano y unos besos de esos que se soplan como dientes de león. El mundo es un caos, él sale de casa para ponerle orden. Cinco. Un tipo relajado. Le gusta ir despertando poco a poco. La alarma suena una hora antes de irse a trabajar. Se revuelve en la cama, ya abraza a su esposa, ya voltea a ver el reloj, ora toma otra posición, ora abre los ojos, ora dormita. Sueña en lo venidero, en las vacas gordas y el pasto más verde. Sabe cuándo despertar, sabe cuándo dejar a su mujer dormida y cuándo hacer el movimiento suficiente para despertarla. Ya se puso la ropa y piensa en lo bien que se ve ese pantalón de lana, lustrará los zapatos el fin de semana, le gusta esa camiseta negra con las letras bordadas en blanco, escoge los calcetines con dibujo —pues le dan un toque emocionante al atuendo—, se deja el cabello alborotado, unos chinos aquí y allá le dan aspecto de estudiante. Se sabe joven, se piensa atractivo y le gusta creerse fuerte. Admira a su esposa y piensa en hacerle algunas cosas cuando vuelva de la oficina. Imagina el momento mientras la abraza y le pasa las manos despacito por la espalda, le toca las nalgas y se dirige a la parte interior de los muslos cuando ve el reloj. Come con suficiente prisa para salir sin correr a tomar el bus. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, caminan antes de las ocho de la mañana, cada quien a su paso por el mismo umbral, los cinco quieren salir al mismo tiempo, chocan, se hacen de palabras, no se ponen de acuerdo. Todos los hombres son un hombre saliendo de casa rumbo al trabajo.



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DR. FERNANDO NIETO

20 ENTREVISTA A FERNANDO NIETO Entrevista al Dr. Fernando Nieto, miembro del consejo fundador de Ágora, revista estudiantil del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México. El Dr. Nieto es egresado de la licenciatura Política y Administración Pública por El Colegio de México y cuenta con una maestría en Psicología Política y un doctorado en Sociología por la Universidad de Groningen. ágora:

Profesor Nieto, el tiempo es la temática que guía este número por lo tanto nos gustaría regresar al pasado y preguntarle ¿qué motivó la creación de la revista? dr. nieto:

El proyecto tiene de origen un doble propósito. En primer lugar, queríamos establecer un nuevo espacio para la discusión del trabajo académico de estudiantes mexicanos de ciencias sociales y humanidades. La idea era tomar lo mejor del trabajo que hacíamos y discutíamos en el aula y llevarlo al espacio público. De ahí el nombre: el ágora era un lugar donde la gente presentaba y discutía ideas. El segundo objetivo era mejorar la calidad de la discusión. Es decir, no queríamos simplemente hacer una


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ENTREVISTA

compilación de trabajos del semestre; queríamos textos bien escritos, que ofrecieran ideas nuevas o retadoras, y que dialogaran con los problemas públicos de México y del mundo. La idea era contribuir con calidad desde nuestra trinchera de estudiantes universitarios. ágora:

Y, cuando era estudiante ¿cuál fue su visión de Ágora? ¿De qué manera el tiempo ha cambiado esa visión? dr. nieto:

Teníamos muy claro que algunos no nos iban a tomar en serio. ¿Para qué hacer una revista de estudiantes de El Colegio? Ya habían habido otras antes y ninguna duró mucho. Evidentemente eso no nos detuvo, pero sí nos obligó a ser modestos. Además, cuando empezamos no teníamos dinero, experiencia o reglas, y todos éramos estudiantes de tiempo completo. No quiero decir que no tuviésemos grandes aspiraciones: nos imaginamos una revista impresa, que fuese un referente entre estudiantes y académicos. Incluso alguno se imaginó que eventualmente publicar en Ágora se convertiría en una tradición entre los estudiantes de El Colegio. Pero en aquel primer momento, lo que primeramente nos imaginamos fue una revista que sobreviviera el paso del tiempo. Es decir, nuestra visión original fue la de un proyecto intergeneracional. Con el tiempo esa visión se hizo más compleja. Ya no bastó sólo con sobrevivir, teníamos que producir además una revista con contenidos interesantes. Luego nos imaginamos una revista que combinara la ciencia social con el arte. Después empezamos a entrever una publicación que fuera universitaria en un sentido más amplio y que, por tanto, tenía que incluir trabajos de estudiantes que no fueran del Colegio. Así fue como, poco a poco, la visión de Ágora cambió y se convirtió en un proyecto más amplio.


DR. FERNANDO NIETO

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ágora:

Actualmente es profesor del CEI, ¿qué diferencias encuentra en ver a la revista como estudiante y como profesor-investigador de El Colegio de México? dr. nieto:

Confieso que fue muy interesante reencontrarme con Ágora después de todos estos años. Aún reconozco el proyecto y veo que muchos de los elementos originales ahí siguen. Pero también, me queda claro que es un proyecto que cobró vida propia. Me da mucho gusto ver que las generaciones que siguieron a la mía se apropiaron de la revista. Quizá la gran diferencia entre el Ágora “de entonces” y el Ágora de “mis estudiantes” es que ahora aprecio más el valor pedagógico del proyecto. Cuando los estudiantes trabajan en la revista aprenden lecciones valiosísimas. Pienso en habilidades como saber dividir eficientemente el trabajo, lidiar con los problemas de la responsabilidad compartida, o entender la importancia del cuidado editorial. También uno aprende cuando publica en Ágora. Por ejemplo, los estudiantes aprenden a adaptar sus argumentos para comunicarse con diversos públicos o se enfrentan a las vicisitudes del sistema de revisión entre pares. Pueden parecer detalles sin importancia, pero no lo son. En realidad, esas son las bases de mucho del trabajo científico y académico profesional. Como profesor, ya no veo en la revista sólo un foro, también veo una parte valiosa de la formación universitaria de mis estudiantes. ágora:

Bien y moviéndonos al presente, ¿Cómo cree usted que el tiempo ha cambiado a Ágora? Y con el tiempo nos referimos al paso de los años, los cambios que ha tenido el cei y El Colegio de México, las nuevas generaciones, entre otras cosas.


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ENTREVISTA

dr. nieto:

La revista es hoy un proyecto más complejo y consolidado. Menciono sólo tres aspectos. Primero, veo con gusto que la revista se ha convertido en un proyecto de todos los estudiantes del Centro. Quiero decir que es un proyecto que, con el tiempo, ha sido apropiado por personas con visiones e intereses diferentes a los que teníamos en un principio, hasta llegar a ser una revista de los estudiantes de antes, de ahora y los del futuro. Segundo, celebro mucho que la revista promueva una visión más amplia del trabajo estudiantil. No se limita a la divulgación del trabajo estrictamente académico, sino que también incluye otras formas de expresión como el arte y hasta la poesía. Finalmente, veo un proyecto con más arraigo entre los profesores del Centro. No quiero decir que no tuviésemos apoyo en un principio. De hecho, el éxito de la revista dependió del apoyo decidido de profesores como María del Carmen Pardo o Fernanda Somuano. Pero sí me parece evidente que, hoy más que antes, Ágora se asume como parte valiosa de nuestra oferta académica y docente. ágora:

En su opinión, ¿qué da continuidad al proyecto? dr. nieto:

Supongo que una mezcla de voluntades. De un lado, la seriedad y el esfuerzo de los estudiantes que forman parte del consejo editorial. Por otro, el compromiso de las autoridades de El Colegio y de los profesores que, como ya decía, ven en Ágora algo más que una ocurrencia juvenil. Y por otro lado, el que existan cada vez más consumidores de los contenidos de la revista. Este último punto es muy importante: la revista debe servir a la discusión pública de las ideas. De ahí que mantener una audiencia interesada es fundamental para el futuro del proyecto.


DR. FERNANDO NIETO

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ágora:

Y con base en lo anterior, ¿Cree que la revista marcó un cambio en el estudiantado en el sentido que hay más participación por parte de los alumnos o, por el contrario, si la continuidad y los cambios que se han realizado a través del tiempo en la revista son motivo para que los estudiantes quieran participar más? dr. nieto:

Ciertamente cuando propusimos el proyecto a María del Carmen Pardo—en aquel entonces directora del CEI—y la junta de profesores dimos lugar a suspicacias. La razón era que, tradicionalmente, las iniciativas estudiantiles habían sido vistas como potenciales distracciones del trabajo “serio”. Nuestra propuesta original defendía a Ágora como un proyecto académico muy serio. La revista no era simplemente una demanda de participación. Ágora representó nuestra decisión de asumir mayores responsabilidades. Por decirlo de otra manera, fue la voluntad expresa de tener mayor participación en nuestra propia educación lo que motivó la creación de la revista. Pero una vez que la revista fue una realidad, ésta pronto se convirtió en un laboratorio para nuevas ideas e iniciativas. Algunas no prosperaron, pero otras sí. En todo caso, la clave fue que Ágora dio un lugar a quienes querían participar. En ese sentido, es posible que la existencia de la revista haya contribuido a afianzar una visión distinta de los estudiantes y su papel en la vida del Centro.


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ENTREVISTA

ágora:

Por último, viendo hacia el futuro ¿por qué cree que debería continuar Ágora? dr. nieto:

Ya lo adelantaba antes: Ágora debería continuar porque es más que una revista. Quiero decir que es pieza del tipo de educación que, en mi opinión, deberíamos promover. Me refiero a una educación universitaria con el mayor rigor académico, pero también donde los estudiantes son partícipes y responsables. Hay mucho de valor en un proyecto como Ágora; no sólo para los estudiantes, sino para toda la comunidad académica. En la medida en que esto se haga explícito, el futuro para un proyecto como Ágora será promisorio.


Acerca de los autores Diego del Moral Suárez En el barrio me dicen las muchachas “el griego”, por el perfil; uso muy buena garra. Me gusta la Historia. Relaciones Internacionales en El Colegio de México (delmoralsu@gmail.com).

Alejandro Escalante Iturriaga Intenso por vocación, dramático por afición. Estudiante de Política y Administración Pública. Siento mucho, pienso mucho y vivo poco. Todos mis textos giran entorno a la misma mujer. Mi particularidad recae en que necesito el punto exacto de tristeza para ser feliz y todos mis lamentos mueren en @alextuto.

Luis Enrique Escobar Nieto de Pascual Interesado en asuntos públicos. Tesista de la licenciatura en Política y Administración Pública por El Colegio de México. Me gusta discutir.

Paulina Anai Flores Ramírez Orgullosamente queretana y apasionada del fútbol. Estudiante de Relaciones Internacionales en el itesm Campus Querétaro. Enamorada de Medio Oriente y con aspiraciones periodísticas (fr.anai@hotmail.com).

Aarón Hernán Flores Suárez (México, D.F., 1993) Aprender a leer es lo mejor que me ha pasado en la vida. Coetáneo del “nuevo peso mexicano” y el formato pdf. Autor del poemario Caudal en mano, Editorial El Escriba (Buenos Aires, Argentina). Estudiante de Lingüística en la enah.

Francisco Ignacio García de Jesús Francontador: vagabundo que viaja por azar o por destino, que no lleva felicidad en los bolsillos y busca en los caminos lo perdido. Nací en Coyuca de Benítez, Guerrero y para mí, escribir es renacer. Ya lo he dicho: mi movimiento literario favorito es el realismo sucio. Sólo tengo dos palabras que zumban en mi corazón: sueña y vive. Licenciado en Economía y estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas, ambas por la unam (francogdj4166@gmail.com).

Ivan Hofman Stefani Estudia la licenciatura en Historia y Religión en la Universidad de Brown. Iván está interesado en los estudios del Sur de Asia y del Medio Oriente con un enfoque especial en la religión comparada.

Erik López Ruiz Comunicólogo y necio estudiante de Letras Hispánicas (caballero puma), demás de hijo, padre, esposo, empleado y profesor de medio tiempo, gusta del café, libros y películas. Siempre se consideró una máquina hasta que con su pasión (que tiene una por lo menos y se llama Constanza) va aprendiendo las difíciles artes de ser humano. Pretende ser escritor y quiere ser ingeniero (goodnightsire@gmail.com).

Fernanda Carolina Márquez Núñez Fiel amante de los sentimientos. Vivo entre la realidad, sueños y poesía. Estudiante del Centro Educativo Cocoyoc. Creo fervientemente que México es un arte complejo, un poema bello y paradójico. Apasionada por la política y la naturaleza, @fer_mrquez en Twitter.

Iván Medina Castro

Internacionalista de profesión interesado en el Derecho Internacional de los Refugiados, así como en los movimientos revolucionarios. Mi pasión es la música, la literatura y el vino; de allí que me guste comparar los labios de las mujeres con la variedad de uvas de sus caldos. Soy irreverente y desparpajado (imc_grozny@yahoo.com).

Yaxkin Melchy Ramos Estudiante del área de Japón en el Colegio de México. Sol verde, sol nuevo, fuente sin fuente son algunos significados de mi nombre en maya (yaxkinmex@gmail.com).

Aimée Mendoza Sanchéz Lectora hedonista y filóloga por vocación. Apasionada de la literatura, los viajes y el cine checo. Siente afinidad metafísica con las cactáceas, los guiñones, y con algún lector desconocido (que ahora lee esto). Por ahora estudiante fronteriza de filología hispánica en la Universidad de Jáen, España y la uam, México (desideratum.ams@gmail.com).


Jorge Valentín Mosqueira Pérez Mi nombre completo es Jorge Valentín Mosqueira Pérez y aunque en ocasiones me da por ser nómada, actualmente vivo en la Ciudad de México, donde nací hace años y trabajo en el inegi. Soy Sociólogo de deformación y tengo maestría en Estudios de Población por El Colegio de la Frontera Norte (jvmosster@gmail.com).

Jesús Ricardo Quintero González (Puebla, 1991). Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Samuel David Zepeda López

Estudiante del Posgrado en Filosofía y de Literatura, como segunda carrera, ambas en la unam. Apasionado del debate, la política y la teoría crítica, afín a la filosofía de la liberación. En constante construcción de mí mismo, pero siempre un leal e invencible seguidor de la esperanza, de la posibilidad de un mundo mejor y un fiel creyente de que las ideas son más poderosas que las armas.

Sección gráfica

Ana Michelle Rosas Martínez

Gerardo Coello Escalante

Estudio Diseño Gráfico en la uia. Todos los martes publico en adoxografia.wordpress.com, a menos que se me olvide, entonces publico en miércoles.

(21 años) Estudio cine en nyu. Cuando sea grande quiero tener una casa de sueños y un jardín surrealista.

Martín Sobrino Gómez Yucateco. Atnropólogo y lingüista (Aquí la conjunción copulativa sí indica secuencia temporal). De niño, una vez le pregunte a mi mamá si existían idiomas donde una palabra pudiera tener más de un acento y ella dijo que el maya. Yo hablaba de la prominencia de una sílaba con respecto a otra y creo que ella más bien pensaba en tildes. Creo que su respuesta un día me llevo a averiguar que el maya no tiene un sistema acentual como el del español, y que esas tildes representan medios de distinción propios del sistema vocálico maya. Estudiante del doctorado en lingüística de El Colegio de México.

Luis Santiago Reza Calvillo (Ticul, Yucatán, 1994) Es egresado del Centro Estatal de Bellas Artes. Estudió Literatura Latinoamericana en la Facultad de Ciencias Antropológicas (uady) (janil_uc@hotmail.com).

Jimena Orrantia Treviño Soy un pulpo de 22 años y me gustan los colores.

Stephanie Vera Samaniego (23 años) Artista Visual egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la unam. Durante su estadía en la carrera y posterior a ella, se ha centrado en el campo fotográfico, interesándose en conceptos como cuerpo, y moda como ejes constructores de la identidad. En 2013 fue seleccionada por la Convocatoria de fotógrafos en Art Dubái 2014. Su trabajo ha sido expuesto de manera colectiva en la galería Luis Nizhisawa, en la unila, y en diversos espacios dentro de la unam. Así mismo ha publicado en varias ocasiones en la revista escorial y otros medios electrónicos.

Portada & portadilla Andre Jauma Porcel Ontrup Estudiante de biología en la unam, actualmente en el Instituto de Biotecnología, fan de las moléculas y las plantas. Me gusta dibujar, tomar fotografías, escuhchar música y leer.


Ilustradores Andrea Arenas Fuentes:

Dibujo como recordatorio de mí misma. Me gustan los mundos desconocidos, dentro y fuera de la Tierra. Estudiante de Relaciones Internacionales en El Colegio de México (aarenas@colmex.mx). Ilustraciones: “El cigarro de la anciana” y “Inspirador”

Santiago del Conde Distrito Federal, 1992 Ha desarrollado su obra en torno a la personalidad del objeto, buscando a través de los materiales, en la seriación y repetición los procesos que van construyendo memoria; concibe así los sucesos accidentales como característica identitaria en la constitución de la obra. Ha trabajado con maestros alfareros y escultores, principalmente en Oaxaca, Morelos y en la Ciudad de México. Actualmente es estudiante en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. Ilustración:

“Poemínimos” Mariel Delal

Después de ser diagnosticada claustrofóbica a los 17 años, creyó que nunca iba a volver a pisar una escuela de nuevo. Ya ha estudiado en Central Saint Martins y en el Academy of Art en San Francisco. Actualmente se encuentra en Nueva York realizando un bfa en Parsons. Odia el pollo y todos sus derivados (marieldelal@gmail.com). Instagram: @MarielDelal Ilustraciones: “Two Bridges”, “La noche” y “Cinco hermanos”

Felipe Morán:

Mayo 1994, Ciudad de México. Estudiante de la Licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Artes y Diseño (unam). Actualmente se dedica a las artes gráficas (noche.entintada@gmail.com). Ilustraciones:

“La ciudad y los perros” y “Regresar al pasado”

Santiago Moyao

(23 años) Estudia Comunicación en la uia. Ilustraciones: “Nostalgia infinita” y “Entre hermanos te veas”

Iván Porcel

Nací el 7 de Agosto del 2000 en la Ciudad de México y he vivido aquí toda mi vida. Ahora estudio en el Madrid. Ilustraciones: “Do normative Concerns” y “Lbertad o muerte”.

Daniel Robles:

21 años Estudia artes plásticas en School of the Arts Institute of Chicago. Ilustraciones: “Melancolía”y “Olvidar”

Elianne Topete (20 años) Estudiante de séptimo semestre de la carrera de animación y arte digital del Tecnológico de Monterrey. Dibujo por comida. Ilustraciones: “Apuntes benjamineanos” y “Restraining de King”

Tiago Mena Abrantes

I was born in Luanda, Angola, 23 years ago. I lived there for 17 years, then moved to Lisbon, and recently to New York. I grew up surrounded by people of the arts and was exposed to different cultures. I spent a lot of my childhood in an environment surrounded by artists, drunks, intellectuals, depressed and happy people, musicians and family, and was highly influenced by it. I’ve always drawn and done illustration, but I also have a love for film and photography. My major at Parsons is Fine Arts, and I’m considering declaring Film Production as a minor.’ Ilustraciones: “Le madonne”, “Permanezco” y “La vía media de Max Maullido”


ágora Nº 20 enero/junio 2016

Ágora invita a sus lectores a enviar correspondencia con comentarios, críticas y opiniones acerca de este número. Escriba al Consejo Editorial para seguir con la conversación. La dirección de correo electrónico es contacto.agora@gmail.com

También los invitamos a enviar su trabajo para ilustrar números siguientes de nuestra revista. Ágora es un espacio abierto a jóvenes creadores.

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