“Ser mujer” u “hombre”, controversias palpitantes en un mundo que intenta deconstruir estas definiciones, ilustran nuevamente las páginas de esta revista. Los textos La construcción, función y presentación de la mujer en El Carnero y La masculinidad hegemónica en El Rayo Macoy analizan los retratos de ambos géneros. El Carnero traza a la mujer colonial como una criatura siniestra y peligrosamente cautivadora, capaz de vulnerar el brío del hombre. El Rayo Macoy complementa esta visión binaria con la descripción de un boxeador temerario, bestial e infatigable. Los ensayos ¿Por qué te empeñas en sufrir así? y Mujeres ghanesas y brujería destacan las reacciones ante el abierto
desafío femenino contra los cánones de género en la lejana península coreana, donde la osada Kyonghee rechazó las pautas confucianas, y en las tierras africanas, donde las ghanesas rebeldes son acusadas de brujería para prevenir su insubordinación. ¿Quiero ser mujer? condensa estas reflexiones con el reconocimiento de la diversidad de identidades, resistencias y luchas de las mujeres. La creación del Arte para el pueblo revela los desafíos de los artistas rusos del avant-garde para diseñar nuevos mensajes y formas de comunicación en una sociedad en metamorfosis. Arder permite reencarnar las meditaciones de los consagrados a