La horticultura mexicana vive, de manera relativamente reciente, dos motores más que la empujan hacia adelante: 1. EL primero es la producción de alimentos inocuos, es decir, libres de transmisión de enfermedades para los consumidores. 2. El otro motor es la responsabilidad social o el compromiso para contribuir a una sociedad más justa, particularmente con su personal (colaboradores) y su entorno inmediato. Naturalmente, la horticultura nacional avanza transversalmente y busca resolver un sinnúmero de desafíos de gran magnitud, si desea mantener su liderazgo en la producción de alimentos a escala internacional. En la actualidad enfrenta la renegociación con Estados Unidos de América y Canadá del Tratado de Libre Comercio.