La responsabilidad social no es un tema de moda o de acomodarse a las circunstancias por las empresas agrícolas mexicanas que miran más allá de las fronteras nacionales. Probablemente en algunos casos así fue al principio, pero ha devenido en un compromiso real a partir de los beneficios que conlleva esta política. Los beneficios son para ambas partes: trabajadores y empresarios.