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LIDERAZGO · ¡A no soltar la cadena

¡A no soltar la

cadena!

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Hernan Rocha

Consultor de empresas, facilitador, entrenador, coach

LinkedIn: Hernán R. Rocha

Facebook: Hernan R. Rocha – Soluciones organizacionales

(595) 983 333 929

El supervisor de la aerolínea comenzó a correr por detrás del mostrador, para salir al área del público y, no sé, golpearme quizás cuando me alcanzare. Nunca lo sabré, porque ni bien él comenzó a correr, también yo empecé a correr, para perderme entre medio de la multitud en el Aeropuerto de Guarulhos (Sao Paulo).

Yo lo había ofendido, en portugués, con un insulto que, según me explicaron luego, tenía una connotación bastante más grave de la que yo creía. (¡Es el riesgo de insultar en un idioma que no es el propio! )

Mi insulto se originó en que ese supervisor no me estaba dejando embarcar, basado en una cuestión de documentos, que era incorrecta. Tan incorrecta era, que al día siguiente viajé por otra aerolínea, con esos mismos documentos… Es que según me contó un rato más tarde la agencia de viajes involucrada, el supervisor había dejado expresamente dicho que no me cambiaran a otro vuelo… ¡¡Y tuve que cambiar de aerolínea para poder viajar!!

Si no estaba siendo exitoso en persuadirlo con explicaciones, menos iba a persuadirlo después de que yo perdiera el “autocontrol” primero, y él después.

¿POR QUÉ EL AUTOCONTROL ES TAN IMPORTANTE?

Daniel Goleman, define el autocontrol como “mantenimiento bajo control de las emociones e impulsos disruptivos”, explicando que “oleadas emocionales ne-

gativas pueden ser abrumadoras; son la forma del cerebro de hacernos prestar atención a una amenaza percibida; el resultado es que esas emociones inundan la capacidad del cerebro pensante para concentrarse en la tarea…” (Primal Leadership, 2002, Capítulo 3).

¡Yo tenía que persuadirlo al supervisor de la aerolínea para dejarme embarcar, pero la amenaza percibida de no poder hacerlo, me invadió y ahogó mi capacidad de pensar y lograr mi objetivo!

Goleman sigue diciendo: “Autocontrol es el componente de la inteligencia emocional que nos libera de ser un prisionero de nuestros sentimientos… es lo que permite… claridad mental y energía concentrada… y evita que emociones disruptivas nos saquen del camino”.

“Lo que está en nuestro poder de hacer, está en nuestro poder de no hacer.” – Aristóteles (filósofo griego, 384 ac – 322 ac)

O sea, yendo a la práctica, el “autocontrol”:

• Evita que nuestras propias emociones disruptivas impacten a otros;

• Viabiliza el “mantener la cabeza fría”, la calma, en situaciones adversas-de presión, para decidir cómo actuar antes de hacerlo, o elegir mejores palabras para decir lo que tengamos que decir; “pensar dos veces”. ¿Y POR QUÉ ES ESPECIALMENTE IMPORTANTE PARA LOS LÍDERES?

Goleman lo resumen fantásticamente así: “Debido a que las emociones son tan contagiosas -especialmente de los líderes a otros en el grupo-, las primeras tareas de los líderes son el equivalente emocional de una buena higiene: tener sus propias emociones en su mano. Es bastante simple, los líderes no pueden manejar efectivamente las emociones en alguien mas, sin primero manejar las suyas propias. Cómo los líderes sienten, entonces, se vuelve más que una cuestión privada; dada la realidad de la fuga emocional, las emociones del líder tienen consecuencias públicas”.

Recibir malas noticias, atender clientes agresivos, tratar con jefes intolerantes, manejar desacuerdos con otros, analizar problemas críticos, lidiar con riesgos, tomar decisiones impopulares, enfrentar decepciones o cambios inesperados, fracasos, incertidumbres… son todos ejemplos de situaciones difíciles en los que los lideres pueden soltar sus emociones… o controlarlas.

Un caso típico de personas con bajo autocontrol, es el de los jefes con estilo autoritario. Es muy probable que ya hayas visto a alguno en plena acción: “explosión” en público, demostración de furia, tono de voz elevado, lenguaje corporal fuera de control (brazos en alto, rostro “transformado”).

¿CÓMO LOGRAR EL AUTOCONTROL?

Como toda habilidad o hábito, para incorporarlo, uno debe estar convencido de su importancia, de sus resultados. Personalmente, luego de haber vivido varias situaciones como esa del aeropuerto, empecé a darme cuenta que los resultados logrados, perdiendo el control, quedaban mas lejos de los que necesitaba lograr.

Y si bien existen estudios que demuestran que algunos hábitos ayudan a tener una vida con mayor “autocontrol”, como el dormir bien, hacer ejercicio o la meditación, ahí, en el momento de la verdad, existen diversos mecanismos para “autocontrolarse”.

Suelo preguntar a los participantes, en talleres de capacitación, cuales utilizan, y típicamente escucho: contar hasta diez; respirar profundo; dejar la situación, retirarse; salir a caminar; pararse; si se trata de un email, dejar la respuesta para el día siguiente. También ya he escuchado otros como: fumar; escuchar música; comer algo; estirarse.

¡LO IMPORTANTE ES QUE CADA UNO ENCUENTRE Y CUENTE CON SUS PROPIOS MECANISMOS!

Creo que resulta interesante recordar que no sólo hablamos

“Si quieres controlar a otras personas, primero contrólate.” - Abu Bakr (Rey saudita, 573-634)

con lo que decimos, sino también con el paralenguaje (entonación, silencios, etc.) y con el lenguaje corporal (postura, expresión facial, etc.), por lo que el autocontrol ¡debe incluirlos a ellos también! ¡Puede ser que no digas ninguna palabra, pero tu rostro puede decirlo todo!

El “autocontrol” evitará que nos comportemos de manera tal que después nos arrepintamos. ¿O acaso nunca te arrepentiste de algún comportamiento? Me quedo para terminar, con esta frase anónima: “Un momento de paciencia en un momento de ira, ahorra miles de momentos de lamentos”. ¿Con qué mecanismos cuentas para activar ese “autocontrol”?

“Seguirás sufriendo si tienes una reacción emocional a todo lo que se te dice. El verdadero poder es sentarse y observar todo con lógica. Si las palabras te controlan, eso significa que todos los demás pueden controlarte. Respira y deja que las cosas pasen.” – Bruce Lee (Instructor de artes marciales y actor, hongkonés, 1940-1973)

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