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ARQUITECTURA Y CIUDAD

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GCPEASA

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Empezaría por decir que la pandemia que estamos viviendo me ha llevado a las siguientes reflexiones sobre la Arquitectura y la Ciudad. Estamos ante un fenómeno que casi nadie vislumbró, y que por lo pronto detiene las percepciones que tenemos de la gran ciudad como abastecedora de sueños y oportunidades. Todo el esfuerzo en apoyar el transporte público, en densificar, en eliminar el desarrollo periférico en este momento se puede poner en duda. Es decir, “prefiero viajar en coche y vivir lejos en una casa por razones de sanidad”. El planteamiento de Frank Lloyd Wright de Broadacre City puede sonar apetecible: volvamos a suburbia, a las bajas densidades y en un país como México al desperdicio. Pensar que ese es el futuro de la ciudad posCovid es una distopía. Un absurdo.

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Es al revés debemos pensar en que la ciudad necesita del campo y viceversa, pero como entidades codependientes que se nutran de insumos, que promuevan los productos locales y que la ciudad debe ser una sucesión de ciudades donde con relativa autonomía se den los satisfactores de la vida cotidiana del habitante. Nos dice Deyan Sudjic “que la ciudad más exitosa es la que tiene el mayor número de habitantes con la mayor opción de elección. Deduzco entonces: Que la mejor ciudad del mundo es la que ofrece de todo para todos. Estamos lejos. Pensemos diferente para lograrlo. Empecemos por un barrio, una calle, un parque e intentemos mejorar la relación origen-destino de los desplazamientos. La mejor movilidad sería no moverse. La ciudad del Siglo XXI debe ser compacta, eficiente y sustentable, con una nueva escala humana: la de caminar. Crear diversidad accesible mezclando gente y usos, eliminar guetos de todo tipo. Con la calle como la sala de nuestra casa, para la gente no para los coches. Debemos diseñar espacios socio pétales para convivir: la plaza, el callejón, la vegetación, la banqueta, la banca y el mobiliario son los elementos para rediseñar.

En la actualidad acaso estamos más conscientes, vemos el límite del crecimiento, el cambio climático, la urgente sustentabilidad. Diríamos que debemos pasar del derecho de la ciudad al derecho de la naturaleza y eventualmente ambas convivirán en un mismo edificio.

Lo primero que debe cambiar es el hombre ante el silencio que provoca el virus- enemigo invisible que ataca sin piedad a todos, pero con especial saña a las gentes que sufren comorbilidades. Esto es clave: la salud y la higiene y por ello debemos cambiar el sistema de valores y principios de la sociedad. Un verdadero cambio ético y entender que somos terrícolas, una especie más en el planeta y que todos dependemos de todos. No podemos seguir urbanizando a lo loco y pensar que la naturaleza no nos cobrará el abuso. Hoy fue el coronavirus, mañana una catástrofe ecológica, y después el cambio climático. Tenemos que modificar nuestra manera de vivir.

Termino con una cita poética y profética de mi Maestro Louis Kahn que llega muy chico a Filadelfia, ahí vive y le permite decir “una ciudad es lo que un niño ve y decide ser, lo que va a ser cuando sea grande.”

Arq. Félix Sánchez

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