Guerras Cántabras 2013 - XIII

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GUER R A S CÁ NTA BR A S

— 2013 —

Bellum Cantabricum Año XIII

Los Corrales de Buelna 30 de agosto a 8 de septiembre 2013 Fiesta de Interés Turístico Nacional


EDITA Asociación Guerras Cántabras C/ San Jorge, nº 2 Tfno. 620 084 230 www.guerrascantabras.net 39400 LOS CORRALES DE BUELNA Cantabria REALIZACIÓN-COORDINACIÓN Juan Miguel Villamuera Saiz COLABORAN José Quintanal Diaz Juan Ignacio Cavia Chiva Javier Tezanos FOTOCOMPOSICIÓN Fotomecánica Camus, S.L. IMPRIME Gráficas Buelna, S.L. CRÉDITOS DE FOTOGRAFÍAS Carlos Abad González (Portada) Gerardo Senso Lameiro Leandro Ceballos Gutiérrez César Fernández Calvo Marina Gómez Vázquez Maya de las Casas Cañestro Juan Manuel Martínez Méndez Archivo AGUECAN

Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas

Confédération Européenne de Fêtes et Manifestations Historiques


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umario

Editorial..................................................................... 5 Saluda Presidente Gobierno................................. 7 Saluda Alcaldesa.................................................... 9 Saluda Presidente AGUECAN................................ 11 Crónica Año XII....................................................... 13 Nuevas caras, nuevos personajes........................ 15 Programa de actos................................................ 16 El legado romano a través de los sellos............... 25 Historia de los cántabros y Peña Amaya............. 32


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E

ditorial

Doce-mas-uno, o trece, que es lo mismo José Quintanal Díaz

Ignorando cuanto la superstición cristiana hiciera con el maléfico número, o que los griegos y egipcios se preservaran de cosechar en tan señalada fecha, hoy, aquí, en este poblado de las montañas de Cantabria, romanos y celtas, funden su ilusión para conmemorar una nueva edición de la "festa", la que supera en una unidad la docena, que a quienes no padecemos triscaidecafobia, nos parece curioso, quizás benéfico, denominarla de forma directa como la décimo tercera edición, pues es una cifra que en algunos pueblos precolombinos simboliza el orden y la perfección. Además, será la única edición en que podremos utilizar esa denominación. Así también se hace la historia. "Ahí es na", decía mi editorial del año pasado, refiriéndome al logro de una docena de ediciones. Este lo repetiré, pues tenemos ya una más. Superamos aquella cifra, con este "docemasuno", y volvemos a celebrar "las Guerras", como le decimos coloquialmente en el pueblo. El trece era número favorito de aquelarres, y por eso lo eliminan en sus numeraciones los hoteles, hospitales, ascensores, e incluso la televisión, pues hubo un famoso reality que lo esquivó en su edición correspondiente. No preocuparse; para nosotros tendrá un efecto benéfico: hará buen tiempo, nos visitarán muchos turistas, las representaciones rozarán la perfección y hasta las comidas estarán en su punto. La cerveza no se acabará y no habrá ningún descosido en los trajes. Y todo porque esta edición será motivo de buena suerte. Para los mayas era un número sagrado, en nuestro caso resultará un motivo de optimismo y perfección. Por eso, en el título, he preferido quedarme con esta cifra, porque no me mueve otra magia que la de su celebración. Y porque me gusta realmente, que llevo trece ediciones enganchado, impune y felizmente, a las Guerras Cántabras, que enraizan profundamente en mi carácter, hasta hacerme sentir orgulloso de éste, mi pueblo. Corraliego, cántabro, romanizado, allá donde me encuentre, siempre soy partícipe, arte y parte, de una historia, que todos los años se conmemora en el llamado Valle de las Estelas. Nuestra historia es singular. Y la representamos con orgullo y satisfacción, porque es nuestra, porque la hemos hecho entre todos, con nuestra gente. Y la seguimos y la seguiremos evocando, y hasta mejorando. Quede claro que en este pueblo de las montañas, no tiene lugar una celebración. No. Aquí conmemoramos una etapa de nuestra historia. Hay otras igual de importantes y significadas, pero ésta la vivimos con realismo, entrega y pasión, pues la llevamos dentro, como el espíritu cántabro que nos identifica y nos hace fornidos, aunque aparezca mezclado con ese carácter afable, acogedor, hospitalario, que nos legó la romanización y que nos genera también una cierta altanería. Esta es nuestra idiosincrasia, la que nos ancla al valle, al Valle de Buelna, la misma que depositamos en cada edición, año tras año. Y por eso, estoy seguro que seguiremos con la fiesta muchos, muchos años más. De momento cumpliremos con ésta, tan curiosamente significada, como reza en nuestro título. Y lo haremos,... como siempre, disfrutando. Abiertos a los foráneos que vendrán a conocernos, o a quienes estarán en el pueblo por acompañarnos, junto a los parientes que retornan con añoranza, con los que pasan y por curiosidad se asoman, también con los que se quedan y, cómo no, por supuesto, con el recuerdo de quienes estuvieron, y ya no nos acompañan. Todos, estaremos juntos, conmemorando una nueva edición de las "Guerras", muy especial: la decimotercera. A todos, paisanos, vecinos, amigos, os deseo, una vez más, una feliz Fiesta: que la historia os acompañe.

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aluda

Presidente del Gobierno

Al final de cada verano regresan las guerras cántabras a nuestro calendario cultural y festivo. Los Corrales de Buelna se convierte, con ellas, en recordatorio de nuestra historia más importante, de las famosas guerras entre Roma y los pueblos norteños de Hispania. Nuestra región intenta mantener vivo el recuerdo y seguir honrando a todos nuestros antepasados que no quisieron sublevarse al poder de Roma. Los corraliegos y todos los cántabros recordamos la fuerza y heroicidad de los cantabros y la dureza de la represión romana. Todo el Valle de Buelna acoge numerosos actos y celebraciones, se integra y se viste con las señas de identidad de las tribus y legiones y se traslada, durante unos días a otro siglo para recordar la resistencia heroica ante las temidas tropas romanas. Todo el pueblo cántabro se acerca también al Puerto Victoria, nuestra actual Santander, para presenciar el desembarco, sentir y vivir cómo debió ser un momento vital de nuestra historia antigua. Corraliegos, santanderinos, hombres y mujeres de otros puntos de España, pequeños y mayores, se visten de romanos o de cántabros y se suman a las fiestas disfrutando al máximo y espero que, en la edición de este año, siga siendo así y las Guerras Cántabras sean un año más un rotundo éxito desde el punto de vista festivo, cultural, turístico y de recuerdo de nuestra historia de fuerza y resistencia frente a la dominación romana.

Ignacio Diego Palacio

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aluda

Alcaldesa de Los Corrales de Buelna

Un año más, la Comisión de Fiestas de San Juan, entrega el testigo a la de las Guerras Cántabras, y lo hace, este año más que nunca, con el deseo de “que el tiempo nos acompañe”. Efectivamente, el tiempo está marcando este año 2013 en Los Corrales de Buelna. Nos afectó de lleno la ciclogénesis del mes de enero, inundando buena parte del Municipio y causando importantes daños. El agua ha sido una constante durante toda la primavera, y ha marcado también las fiestas de San Juan, con lluvia intensa y perseverante durante los días previos a la fiesta y durante la mayor parte de los 10 días que ésta duró, anegando la finca de las ferias y desluciendo muchos de los actos del programa. Esperemos que el tiempo se porte bien con la Fiesta de Guerras, ya que, aunque tenemos experiencia de ediciones lluviosas, incluso de granizo, y no por eso nos quedamos en casa, si es cierto que el buen tiempo garantiza, en un porcentaje alto, el éxito de la fiesta y anima a más gente a visitarnos. Tiempo aparte, los preparativos ocupan y preocupan ya a la directiva de Guerras, a la Asociación y a todos los Festeros, y por supuesto al Ayuntamiento que aún no se ha recuperado de la intensa actividad de San Juan cuyos vestigios permanecen presentes, aún, en calles y fincas y ha de trabajar y preparar al pueblo para que vecinos y visitantes puedan disfrutar, en las mejores condiciones, de esta nueva edición de “Las Guerras Cántabras”. Nuestro Emblema, Nuestro Orgullo, Nuestra Fiesta de Interés Turístico Nacional. Sin duda, nuestro mayor logro como pueblo. Que todos los vecinos, festeros o no disfrutéis de las fiestas. Que todos los visitantes se sientan a gusto entre nosotros y alaben nuestra hospitalidad. Que nos entendamos y respetemos unos a otros y sepamos aceptar los inconvenientes que la incesante actividad programada y la afluencia de visitantes van a originar. Nuestro recuerdo a quienes nos ayudaron a hacer grande la fiesta y ya nos faltan. Y a disfrutar. M.ª Mercedes Toribio Ruz

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aluda

Presidente de la Asociación Guerras Cántabras

No hay nada más humano que querer explorar nuevas fronteras. Pero quizá la del tiempo es la que más nos puede llamar la atención. En Los Corrales de Buelna, cada año, ofrecemos un viaje al pasado, a la historia que hizo de nosotros lo que somos, el pasaje que nos formó como hijos de una cultura importada y una tierra propia de indiscutible fuerza y belleza. Una aventura en la que participamos más de un millar de personas de forma directa, cuidada y entregada a la recuperación de la historia, a la diversión y a la difusión de la riqueza de Los Corrales de Buelna. El esfuerzo sigue estando ahí. Nuestro crecimiento ha obligado a tomar otras responsabilidades que en los primeros años no nos ataban. Pero también nos ha ofrecido otro escenario aún más rico, aunque también más exigente. Y en ese escenario queremos seguir creciendo. Nuestra Fiesta de Interés Turístico Nacional seguirá en el empeño de crear empleo y de liberar las cargas de los festeros, pero este año también buscaremos ampliar nuestros horizontes solicitando nuevas subvenciones a nivel nacional con las que poder conseguir, si cabe, ser más conocidos y valorados en todo el país, así como actualizar nuestra imagen con nuevos videos que muestren de forma fidedigna lo que somos y lo que hemos crecido. También seguiremos buscando el intercambio y enriquecimiento con otras asociaciones con las que poder colaborar. Este año queremos agradecer el reconocimiento que se ha otorgado a nuestra Asociación Guerras Cántabras por parte de la Fiesta de Astures y Romanos de Astorga, distinguiéndonos como Socios de Honor. A vosotros, festeros, mis mejores deseos y empeño en que este año sea un poco más divertido, si cabe. A vosotros, futuros visitantes que abrías una nueva ventana a vuestro ocio con esta revista, nuestra invitación, la de todos, a que nos conozcáis mejor, entréis en nuestra fiesta, abierta a todos, y disfrutéis de una gran celebración, una opción única para vivir la Historia. No os defraudaremos.

Óscar del Val

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rónica año xii

Relevo y renovación para seguir creciendo

Poco a poco, el relevo se va haciendo más visible. Llegan nuevos aires, nueva sangre, nuevas ideas. Incluso nuevos personajes y nuevas personas para encarnarlos. Nada mejor. Porque el relevo nos permitirá avanzar y seguir creciendo. La última edición fue un ejemplo, el inicio de ese cambio, no sé si generacional, pero si fundamental. Tanto a cuantos hemos pasado por los escenarios como al público en general, gusta ver nuevas caras, nuevos actos. Con ese buen sabor de boca, a nuevo, a estrenar, que dejan las actuaciones de los fines de semana, cada vez con más tirón, como reflejaban las gradas en la última edición. La introducción de actos más llamativos, si cabe, no pasó desapercibida y se aplaudió, dentro y fuera, por fuera y por dentro, los cambios, adaptaciones en muchos casos a las necesidades del momento, a las peticiones del público. Otro ejemplo de la renovación que hace grande a esta fiesta. De la movilidad de un entramado que mueve a cientos de personas y decenas de representaciones sin perder la vitalidad. Como renovación vio el desfile de Santander, con un regalo a los sentidos y a los santanderinos, turistas, viajeros que recalaron en nuestro desembarco y que se deleitaron con la representación musical y de danza ofrecida en plena plaza del Ayuntamiento de la capital de Cantabria. O los enfrentamientos bélicos, crecidos en realismo, en participación, en sorpresas para un público que avala la profesionalidad de cuanto se pone en sus ojos, en sus sentidos, aprovechando al máximo el marco, la noche, la luz y el sonido. Y el trabajo de los aguerridos guerreros, un ejemplo de dedicación durante todo el año. La renovación este año llegará a personajes esenciales como Agripa y Corocotta, por ello vaya el reconocimiento a los que, desde el primer día, encarnaron los dos personajes, Goyo y Vini, Vini y Goyo, dos ejemplos en el inicio, el desarrollo y el desenlace. De momento, que seguro que habrá más papeles, más responsabilidades en un futuro cercano. Pero tan bueno es el relevo como el esfuerzo por hacer la fiesta más relajada para los que estamos dentro. Volver, en la medida de lo posible, que ya es poco, a los buenos y descansados primeros años, donde la fiesta se vivía con mayúsculas y la diversión era el capital principal de una celebración que crecía sin que sus padres atisbaran a dónde iba a llegar. En ese camino se logró el año pasado la implicación del Servicio Cántabro de Empleo en la contratación de cinco personas en paro que tuvieron un respiro en su situación y nos dieron un respiro a todos en los duros trabajos de montaje de los grandes escenarios. Un acierto que se quiere repetir este año, para bien de todos. Por lo demás, el tiempo, las fechas, nos ofrecieron otro reto cumplido. Más gente, más difusión, más felicitaciones, más apoyos institucionales, profesionales, particulares. Se recuperaron comidas de confraternización, mejorables, como todo; se reinventó la vida en el campamento, un tema a trabajar aún; se volvieron a romper todos los moldes con el reparto de viandas y bebidas en el último día de campamento, miles de personas, cientos de raciones que también supone un reto cumplido con creces; y más visitantes para disfrutar del desfile, un acto a perfilar sin tardar mucho. El día se cerró, como siempre, con ganas, ganas de descansar, de seguir, de guardar, de mostrar, en definitiva, de dejar pasar el tiempo para volver con más fuerza, para volver a vestir corazas y pieles, como el primer día, como el último. Porque, quién dijo miedo para una edición que lleva el número XIII. Juan I. Cavia Cronista oficial AGUECAN

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uevas caras, uevos personajes

La constante renovación de la fiesta nos trae nuevos personajes, nuevas caras que se van incorporado, dando vida a guerreros, dioses, generales y personajes , enriqueciéndola aún mas si cabe. Si en el año 2012 renovamos el personaje del Legado romano Antistio e incorporamos al guerrero Vadón, en este 2013 lo hacemos con el caudillo cántabro Corocotta y el general romano Agrippa, dos de los actores centrales de nuestra fiesta. Pero no solo han sido estos, sino que poco a poco se han añadido al elenco interpretativo otras caras que conforman el amplio abanico de personajes de las Guerras Cántabras.

Cayo Antistio Andrés Gutiérrez

Corocotta Martín Antolínez

Marco V.Agrippa Iván Fernández

Guerrero Vadón Pablo González

Estrabón Miguel Palomera

Diosa Minerva María Rodriguez

15 Pitonisa Selenia Lidia Ruiz

Cayo Cilnio Mecenas Javier Gómez


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rograma de

A

ctos

16 Obra ganadora concurso de Carteles 2013 Autor: César Núñez Álvarez (Astorga-León) Título: “ Ellos y Ellas “


VIERNES 30 DE AGOSTO 20:30 h.

Concentración de legiones y tribus e izado de enseñas Lugar: Circo Máximo

Seguido

Augurios y Encendido del fuego sagrado Lugar: Circo Máximo

Seguido

Estrabón despierta los recuerdos Lugar: Circo Máximo

Seguido

Entrada de los personajes principales Lugar: Circo Máximo

Seguido

Compromiso Festero Lugar: Campamento festero

Seguido

Inauguración del Campamento Festero Lugar: Campamento festero

Seguido

Apertura del Templo de Jano Lugar: Campamento Romano

Seguido

Cena de la Concordia y noche de plenilunio Lugar: Campamento festero

Seguido

Juegos de Campamento Lugar: Campamento festero

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SÁBADO 31 DE AGOSTO

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11:00 h.

VIº Concurso de cocina cántabro-romana Lugar: Campamento Romano

16:30 h.

Ludi Iuvenales (juegos juveniles) Lugar: Campamento festero

18:00 h.

Entrega de premios del Concurso de cocina Lugar: Campamento Romano

Seguido

Presentación nuevos jóvenes festeros Lugar: Campamento festero

20:00 h.

Entrada del Emperador César Augusto Lugar: Circo Máximo

Seguido

Corocotta reclama su recompensa ante Augusto Lugar: Circo Máximo

23:00 h.

Combate cántabro-romano Lugar: Circo Máximo

Seguido

Noche de Plenilunio Lugar: Campamento Festero


DOMINGO 1 DE SEPTIEMBRE 12:00 h.

Llegada de las tropas romanas a Portus Victoriae Lugar: Paseo de Pereda-Plaza del Ayuntamiento de Santander

17:30 h.

Castrorun Ludi (Juegos de campamento) Lugar: Campamento romano

18:30 h.

Relatos para contar (Cuentacuentos- teatro guiñol) Lugar: Poblado cántabro

20:00 h

Arenga de Augusto a las legiones Lugar: Circo Máximo

Seguido

Imposición de la Corona Triumphalis Lugar: Circo Máximo

Seguido

Proclama de la Diosa Minerva Lugar: Circo Máximo

Seguido

Cesión de tropas al legado Cayo Antistio Lugar: Circo Máximo

Seguido

Marcha del emperador Augusto a Tarraco ( fin de la 1ª guerra ) Lugar: Circo Máximo

Seguido

Entrega del fuego del hogar Lugar: Circo Máximo

Seguido

Llegada de los esclavos insurrectos ( principio de la 2ª guerra ) Lugar: Circo Máximo

Seguido

Boda Cántabra Lugar: Campamento festero

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LUNES 2 DE SEPTIEMBRE 17:00 h.

Taller de Arqueología: Decoración y pintura cerámica antigua

20:30 h.

Conferencia: " Cántabros y Cuevas " Ponente: don Mariano Luis Serna Gancedo Investigador miembro del IMBEAC y monitor el Museo Altamira

MARTES 3 DE SEPTIEMBRE 17:00 h.

Taller de Arqueología: Reconstrucción de piezas y trabajos manuales

20:30 h. Conferencia:" La Edad del Hierro en Cantabria " Ponente: don Rafael Bolado del Castillo Arqueólogo, Master en Prehistoria y Arqueología y doctoradando de la Universidad de Cantabria.

MIÉRCOLES 4 DE SEPTIEMBRE 17:00 h.

Talleres militares cántabro-romano: El entrenamiento militar

20:30 h.. Conferencia: “La artillería durante las Guerras Cántabras: Las evidencia arqueológicas".· Ponente: doña Antxoka Martinez Velasco Arqueólogo y técnico del Proyecto de Investigación Monte Bernorio y su entorno.

JUEVES 5 DE SEPTIEMBRE 17:00 h.

Taller práctico de arqueología

20 Nota. Las conferencias, se desarrollarán en la Carpa de Protocolo y los Talleres en el Campamento festero.


VIERNES 6 DE SEPTIEMBRE 18:00 h,

Inauguración del Macellvm (mercado de época) Lugar: C/ Los Pedriscos

20:30 h.

Entrega de la “Tessera Viridis” Lugar: Circo Máximo

Seguido

Reunión del Consejo de Tribus Lugar: Circo Máximo

Seguido

Oráculo a los dioses cántabros Lugar: Circo Máximo

Seguido

Marcha nocturna de las antorchas Lugar: Calles del casco urbano-Circo Máximo

Seguido

Llegada de los insurrectos Lugar: Circo Máximo

Seguido

Proclamación de Corocotta Lugar: Circo Máximo

Seguido

Aparición de la Diosa Cantabria Lugar: Circo Máximo

Seguido

Devotio Cántabra Lugar: Circo Máximo

24:30 h.

Concierto de Música Flok por el Grupo Cambalúa Lugar: Campamento festero

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SÁBADO 7 DE SEPTIEMBRE

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12:00 h.

Apertura del Macellvn (mercado de época) Lugar: C/ Los Pedriscos

14:00 h.

Gustatio Castrorum ( comida de campamento ) Lugar: Campamento festero

17:00 h.

IXº Certamen Internacional de lanzamiento de uva Lugar: Campamento festero

Seguido

IVº Concurso Internacional de lanzamiento de sandalia Lugar: Campamento festero

20:00 h.

Sesión del Senado Romano y cesión de tropas a Agripa Lugar: Circo Máximo

Seguido

Recreación del Foro romano Lugar: Circo Máximo

Seguido

Danzas romanas Lugar: Circo Máximo

23:00 h.

Insumisión del pueblo cántabro Lugar: Circo Máximo

Seguido

Arenga de Agrippa a las tropas Lugar: Circo Máximo

Seguido

Crucifixión de prisioneros Lugar: Circo Máximo

Seguido

Entierro Cántabro Lugar: Campamento festero

Seguido

Fasti Banacales Lugar: Campamento festero


DOMINGO 8 DE SEPTIEMBRE 12:00 h.

Apertura del Macellvn (mercado de época) Lugar: C/ Los Pedriscos - frente al campamento festero

12:00 h.

Certamen de Pócimas y Brebajes sin alcohol Lugar: Campamento festero

12:00 h.

Gustatio y Viandas Lugar: Campamento festero

13:00 h.

Parada militar- VI Victrix de Calahorra Lugar: Campamento festero

14:30 h.

Saturnalis Romana ( comida del triunfo ) Lugar: Campamento romano

18:00 h.

Gran Desfile General de legiones y tribus Lugar: Por la Avda. Cantabria a Campamento festero

Seguido:

Estrabón repasa sus Memorias Lugar: Campamento festero

Seguido

Proclamación de la Pax y Lex Romana Lugar: Campamento festero

Seguido

Cierre del Templo de Jano Lugar: Campamento festero

Seguido

Apagado del Fuego Sagrado Lugar: Campamento festero

Seguido

Clausura del Macellvn ( mercado de época ) Lugar: C/ Los Pedriscos - frente al campamento festero

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y también.... SÁBADO 10 DE AGOSTO

Convocatoria del XIIIº Concurso de Fotografía

SÁBADO 17 DE AGOSTO 20:30 h.

*P resentación del programa de actos, tribus, legiones y personajes * Homenaje a los ausentes * Entrega del premio al ganador del XIIIº Concurso de Carteles *P regón Oficial por don Emilio Campomanes Alvaredo, Arqueólogo Lugar: Teatro Municipal

11-20 DE OCTUBRE

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Exposición de las obras presentadas al Concurso de Fotografía Lugar: Sala de Exposiciones del Teatro Municipal


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l legado romano en España a través de los sellos

El sentido práctico de los romanos, los convirtió en maestros de la administración, el derecho y las obras públicas. Roma sentó las bases de las legislaciones occidentales, construyó calzadas, puentes, acueductos y faros; asimiló la cultura griega y supo trasmitirla a sus súbditos. Legado Arquitectónico: Hay que decir que los monumentos arquitectónicos principalmente conservados en nuestra península datan de la época imperial, lo que demuestra lo mucho que tardó Hispania en someterse al yugo romano. La dilatada duración del Imperio Romano (mas de mil años) y la extraordinaria dimensión territorial sorprende que surgiera de una aldea de pastores establecida a orillas del Tiber. La romanización en Hispania abarca el periodo comprendido desde el año 218 a. de C. hasta el año 425 d. de C. Durante este periodo de tiempo Roma nos legó monumentos, edificios públicos, calzadas, puentes, y una variada muestra de su cultura. Una de las formas para conocer a este Imperio será a través de la historia que guardas los sellos de correos. En este artículo lo haremos a través de los sellos emitidos en España y que hacen referencia al legado romano en Hispania. EL CORREO En tiempos del emperador Augusto se creo el ·”cursus publicae”. Debido a la gran extensión del imperio romano, y la necesidad de mantener en contacto entre Roma y sus provincias, se vio obligado a crear una red de correos que constituyó la primera organización postal de occidente. Estaba constituido por carruajes ligeros llamados redae, tirados por caballos; además existía otros servicios mas lento equipado por carretas de dos ruedas (birolae) tiradas por bueyes.

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CALZADAS Son unos de los mayores logros de la ingeniería romana. Básicas para el dominio efectivo, traslado, información y comercio, la red de calzadas romanas ha permanecido hasta nuestros días. En Hispania había dos vías principales: a) La vía Augusta que iba por toda la costa levantina, uniendo La Junquera con Sagunto, Játiva y seguir por Linares y Córdoba hasta Cádiz . b) La vía de la Plata que unía Cádiz y Huelva con Astorga. PUENTES Debido a la muy accidentada orografía de Hispania, hubo necesidad de construir muchos puentes para que las calzadas salvaran los desniveles. Sencillos, sólidos, firmes, todos se construyeron con sillería. El mas monumental de los puentes conservados, es el de Alcántara sobre el río Tajo, levantado en honor del emperador Trajano en el S.II; alcanza una altura de 58 m. y una longitud de 194 m. También en la vía de la Plata se hallan los puentes de Salamanca y el de Mérida.

Alcántara

Las Altantarillas

Alcántara

Mérida

Ourense

Salamanca

Novelda de Guadiana

YACIMIENTOS URBANOS Y VILLAS En época imperial la configuración urbana en Hispania es llevada a cabo por el emperador Augusto, quien cuenta con la ayuda de M.V. Agripa y dotan de la infraestructura necesaria en la zona Noroeste: Astúrica Augusta (Astogra), Lucus Augusti (Lugo), Bracara Agusta (Braga) y organizan administrativamente la península dividiendo la provincia Ulterior en la Bética y la Lusitana. Otros yacimientos urbanos fueron Caesaraugusta (Zaragoza), Bilbilis (Calatayud), Segóbriga (Segorbe), Legio VII (León).

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LUCUS AUGUSTI ( LUGO) Fue fundada entre los años 26 y 12 a.C. por Paulo Fabio Máximo, legado del emperador César Augusto, en cuyo honor la bautizó como Lucus Augusti. Fruto de la política expansiva llevada a cabo en la época de Augusto, la ciudad fue fundada sobre un antiguo campamento militar instalado antes de las Guerras Cántabras.

CAESARAUGUSTA ( ZARAGOZA) La fundación de una ciudad romana en el solar zaragozano, sobre la ciudad ibero-sedetana, se fecha en el año 15 a.C. coincidiendo con la reorganización de las provincias de Hispania por Augusto tras su victoria en las Guerras Cántabras. La nueva ciudad recibe el nombre de Caesaraugusta en honor de su emperdor. En esta fundación participaron soldados veteranos de las legiones IV Macedónica, VI Victrix y X Gémina, licenciados tras la dura campaña contra los Cántabros.

LRGIO VII (LEON) En el año 29 a.C la Legio VI Victris fue trasladada a Hispania, donde ayudó al emperador Augusto en su lucha contra cántabros y astures entre el año 25 y 13 a.C. Galba creo la Legio VII Gémina Galbiana. A partir del año 74 el recinto campamental fue ocupado por le Legio VII Gémina para controlar la ruta de las minas de oro del noroeste peninsular. La ciudad perteneció al Convento Asturicense, con capital en Asturica Augusta, hasta el S.III, cuando se integró en la provincia Gallaecia.

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CÁCERES Se cree que la actual ciudad de Cáceres surgió a partir de la colonia Norbensis Caesarina, nombre debido al procónsul Caius Norbanus Flaccus, fundada con los veteranos de varios campamentos militares próximos hacia el año 25 a.C por el Cónsul Lucio Cornelio Balbo.

EMERITA AUGUSTA (Mérida) La ciudad romana fue fundada en el año 25 a.C por el legado Publio Varisio con el fin de que sirviera de retiro a los veteranos de las legiones V Alaudae y X Gémina que habían luchado en las Guerras Cántabras.

TARRACO ( TARRAGONA) El año 27 a.C, en el marco de una profunda reforma político-administrativa de Hispania llevada a cabo por el emperador Cesar Augusto, Tarraco fue designada capital de la provincia Hispania Citerior, llamada Tarraconensis, lo que consolidó su importante papel en el Alto Imperio. El conjunto arqueológico de esta ciudad es uno de los mas extensos pertenecientes a la Hispania Romana . La que fue llamada” Colonia Julia Urbs Triumphalis Tarraco” (Tarragona), fue una de las urbes mas esplendida de la Hispania Citerior. TEMPLOS y PORTICOS: Herederos de los templos griegos y etruscos los templos romanos tienen alguna peculiaridad específica, que los hace fácilmente identificables como tales. Se elevaban sobre un piso y se accedía a ellos por una escalera abierta en uno de los laterales. Por lo general se empleaba para su construcción piedra de canteras cercanas, granito, caliza revestida en ocasiones de estuco. El empleo de mármol fue posterior al S.I. d.C.

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MURALLAS Los romanos perfeccionaron el tipo de fortaleza amurallada de los pueblos prerromanos celtibéricos. En España tenemos múltiples ejemplos, casi todos de los primeros años de la dominación - s..I y s.II - a.C., muchos de ellos restaurados o remodelados que atestiguan la importancia que estas construcciones tenían en el mundo romano. Con la “Pax Augusta”, se reducen las edificaciones de murallas, volviendo a reactivarse en el s.III por las presiones de los pueblos Por Joaquín de Diego bárbaros. Lugo, Mérida y Tarragona son algunos ejemplos.

ARCOS Los monumentos conmemorativos romanos que se extendieron por todo el imperio fueron principalmente los Arcos de Triunfo y las columnas. Normalmente eran colocados en el acceso principal de las ciudades. Estos arcos son construcciones independientes y aisladas. Se erigían con intenciones conmemorativas o laudatorias. En España el mas emblemático es el de Bará (Tarragona), de la época de Augusto- S.I-, mandado construir por el general L.Lininus Sura. Son varios y muy hermosos los arcos romanos repartidos a lo largo y ancho de España: Medinaceli (Soria), Caparra (Cáceres), Cabanes (Castellón) y Mérida.

ACUEDUTOS: Canal o conducto artificial para llevar el agua de un lugar a otro. El suministro del agua era primordial en la proyección de nuevas ciudades. El primer acueducto romano fue construido en el año 144 a.C. en la ciudad de Roma por el pretor Quinto Macio Rex. En España existen aún hoy día restos de varios acueductos levantados por los romanos, entre los que cabe destacar los de Segovia, Los Milagros (Mérida), Les Ferreres (Tarragona), Almuñecar, Caños de Carmona y Huelva.

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CIRCOS-TEATROS Y ANFITEATROS, Su origen es griego, pero se diferencian de este en que tiene planta semicircular. Los teatros romanos tenían como finalidad servir para interpretaciones teatrales. Se construían en piedra y mortero romano y estaban pensados de tal manera que la acústica llegara a todas las localidades. Una gran mayoría de los teatros romanos apoyaba su Cavea (hueco, cavidad) en las laderas de las montañas.

Circo de Mérida

Mérida

Tarragona

Zaragoza

MOSAICOS: Mosaico, palabra que deriva de “mouesaes”, que en griego significa “musa”. En Roma, aunque al principio los mosaicos se utilizaron para decorar fundamentalmente paredes y techos, con el paso del tiempo y la mejora de la técnica, comenzaron a usarse también para cubrir el suelo. Con la llegada de la época imperial, el mosaico se popularizó comenzó a utilizarse también en templos, teatros, baños públicos e incluso tiendas. Los mosaicos se componen de pequeñas piezas cúbicas llamadas “teselas”.

Mérida

Barcelona

La Olmeda (Palencia)

Córdoba

Carrenque (Toledo)

Mérida

Mérida

Museo Arq. Nacional

TORRES Y FAROS; Los puertos marítimos en la Hispania romana, debieron de disponer sin lugar a dudas de grandes torres con fogatas y antorchas que les sirvieran de faros. Hemos de recurrir a las abundantes representaciones iconográficas que de ellos se hacen en monedas, vasos, lucernas, mosaicos, pinturas y relieves para conocer de su existencia. En España el único legado romano en faros, es el de la Torre de Hércules (A Coruña), que fue levantado en el s.II d.C. En el año 2009, se declara Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Torre de los Escipiones construida cerca de Tarraco a mitad del S.I a de C. en el trazado de la Via Augusta, es otro ejemplo del legado romano.

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CASAS y VILLAS: Las casas de campo o villas, tuvieron una enorme importancia para el desarrollo económico. Destaca en ellas el lujo y el confort; algunas de las que han llegado hasta nuestros días son las de La Olmeda (Palencia) Carranque (Toledo) Mérida, Gijón, etc.

ESCULTURA: La tradición escultórica romana procede directamente de la cultura griega. Las clases sociales dominantes romanas utilizaron la escultura como manifestación de su elevada posición social.

La Gitana

Dios Plutón

Diosa Ceres

Cesar Augusto

OTROS RESTOS Y OBRAS Minas, termas, capiteles, columnas, altares, etc. etc. son igualmente otros testigos mudos del paso de la cultura romana por nuestro país y cuyo legado podemos disfrutar dos mil años después.

Juan Miguel Villamuera

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istoria de los Cántabros y la Peña Amaya

SITUACIÓN El que la espectacular Peña Amaya haya sido un baluarte defensivo durante las Edades Antigua y Media a nadie puede extrañar dada su formación rocosa y su privilegiada posición. El macizo de Amaya es una recia meseta doblemente acantilada, con superposiciones sólo accesibles por muy contados puntos, ya que sus 387 m. de altura rocosa emergen amenazadores a las espaldas del pueblo de Amaya, desarrollándose un espigón alargado de 4 km. que tiende a caer y descomponerse hacia el oeste. En el extremo de poniente se separa un cabezo ruinoso de contornos partidos en abismo. A sus pies se prolonga el escalón inferior del macizo, de superficie plana, y así mismo recortado por despeñaderos irregulares. Por el norte se produce una cuenca que vierte por Puentes de Amaya y Salazar, para elevarse de inmediato la imponente lora de Albacastro, que es otra barrera caliza de 6 km. de una altura regular y semejante a la de Amaya, pero más homogénea y con escasa línea de despeñaderos. Ambas se desploman por el E, donde se abre la hermosa campiña de Humada, que es un reducto de vida agrícola en medio de plegamientos y roturas violentas. Por el sur se siente la paz más absoluta en el relieve cuando se contempla todo un marasmo paisajístico milagrosamente abierto hacia el infinito. Se terminaba aquí la vieja Cantabria, como lo hacen las cresterías y las mesetas. El espacio fortificado va con las líneas predispuestas por la naturaleza, que forman en el plano un triángulo con agudo vértice hacia el oeste. Presidido por la acrópolis, al pie de ésta, pero sobre el escalón inferior del macizo por el mediodía, nace un manantial inagotable que cae precipitándose hacia el pueblo de Amaya. A los pies de la roca, campos y riachuelos sortean pequeñas lomas con vida de secano y pastoreo. Tan imponentes son estas barreras, que provocan un microclima diferenciador entre sus caras norte y sur. Por el norte de la llanada del Castro se tendió una muralla de cierre que protegía la plataforma en un trecho vulnerable de 160 m., seguramente sin ninguna puerta que la franquease, y cuyo rastro aún hoy puede seguirse. De igual modo, el flanco meridional adolece del mismo carácter, por lo que tuvo que contar con otro parapeto similar sobre la cuenquecilla, excluyéndola.

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Los accesos parecen ser tres: uno subiendo por donde resbala el arroyuelo; otro por la punta oeste, en que una fuerte rampa se encajona por una pequeña cortadura del acantilado, y un tercero paralelo a esta por el costado sudoeste. También debió abrirse otro portillo en un amplio recoveco en el sur, solapado en un entrante del precipicio, junto al complejo de edificios medievales que yacen arrasados aquí.


El espacio resultante de esta descripción es de una gran extensión, y pudo albergar un número muy elevado de personas. De hecho, así fue, ya que Amaya era difícil de quebrantar, sobre todo el cabezo superior, pero por otra parte su situación marginal y muy salida de la cordillera, la dejaban expuesta, por su carácter fronterizo, a las acometidas enemigas que se avecinaban contra los Cántabros. Grupos militarizados, colonos de la Meseta, gentilidades enteras, y algún personaje acaudalado, serían posiblemente las divisiones según el origen y el estado social, de ese conglomerado heterogéneo que constituyó la ciudad de Amaya. LA FORMACIÓN DEL PUEBLO CÁNTABRO Es difícil conocer toda la verdad sobre la historia de los Cántabros, ya que ellos no dejaron nada escrito y lo que se sabe ha llegado a través de los escritos grecorromanos, que muchas veces se hacían en base a hechos referidos por los soldados o viajeros que visitaron estas tierras. Por otra parte, en la Antigüedad Clásica se contemplaba al resto del mundo desde la perspectiva del Mediterráneo, el Mare Nostrum. Aquellos países bárbaros que quedaban alejados de “Nuestro Mar” eran difícilmente conocidos y situados con escasa precisión en el mapa. Un índice de esta exactitud lo da el primer mapa de Cantabria, debido a Ptolomeo, cuyo parecido con la realidad es bastante relativa, como se puede observar en la figura adjunta.

a) según Ptolomeo

b) situación sobre el mapa actual Mapas de las ciudades cántabras en el siglo II

Así, en la propia Península Ibérica, los pueblos alejados de las riberas del Mediterráneo eran tanto menos familiares y comprendidos, cuanto más se internaban en la Meseta central detrás de las barreras montañosas que la atraviesan. Pero resultaban particularmente desconocidos aquellos territorios hispánicos bañados por el Océano, sobre todo los situados hacia el norte. En esta última zona vivía un pueblo especialmente famoso por su bravura. Se trataba de los Cántabros, cuya cita más antigua se debe al escritor latino Marco Porcio Catón, más conocido con el nombre de Catón el Viejo, verdadero creador de la historia latina (234-149 a. de C.). Su obra principal se titula “Los Orígenes” y constituye una Historia de Roma desde los tiempos más remotos hasta el año 149. Sólo se conservan de ella varios fragmentos. En uno, que se refiere a la campaña que el propio Catón realizó en nuestra península siendo cónsul en el año 195 a. de C. Al hablar del río Ebro, da la noticia de que éste tiene su nacimiento en el país de los Cántabros. Éste es el punto de referencia geográfica, que tradicionalmente se ha considerado siempre como fundamental para Cantabria, que allí nace el río Ebro, el gran río ibérico que desemboca en el Mare Nostrum.

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Después de Catón hay otros dos escritores griegos, que hacia el año 100 a. de C., vuelven a hacer referencia al país de Cantabria. Uno era el sabio Poseidonio (135-60 a. de C.) y el otro, contemporáneo de éste, el sabio Asclepiades de Mirlea. La naturaleza del país en que habitaban, la extensión y accidentes geográficos de éste, las características y costumbres del pueblo no aparecieron plenamente desveladas sino a partir de la total conquista (la palabra ideal sería sometimiento) romana de su territorio en el año 19 a. de C. En cualquier caso, parece que no se puede hablar de la existencia de verdaderos Cántabros con anterioridad al siglo VIII a. de C. Es imposible determinar la época en que el pueblo como tal estaba ya formado y habitaba en el país, y menos aún precisar cuándo se empezó a utilizar la palabra “Cántabros”. La estructura social de pueblo en sus líneas generales, tal y como se conoce a través de las fuentes clásicas, puede sugerir en principio una gran antigüedad, que se remonte a los tiempos anteriores a las invasiones célticas en España, que comienzan en torno al año 700 a. de C., principalmente los rasgos de carácter matriarcal. Por otra parte, la toponimia del país revela la existencia de bastantes nombres de origen precelta, con las mismas raíces que el vasco actual. Esto no quiere decir que los “Vascos” dominasen este territorio cántabro (como algunos pseudo-historiadores de esta zona pretenden reivindicar para realzar una gloria que nunca tuvieron y que ahora “necesitan políticamente”), ya que si se tiene en cuenta que esta especie de sustrato cultural se extendía, con matices, por casi todo el norte de España desde el Pirineo aragonés hasta Galicia, cabría pensar en la existencia de un conglomerado de pueblos al final de la Edad del Bronce, es decir, en el paso del milenio II al I a. de C., que ocuparan todo ese extenso territorio montañoso, con una cultura relativamente uniforme, en donde predominaron elementos culturales de tipo matriarcal ya mezclados con otros patriarcales, y que hablaran lenguas emparentadas con el vasco actual. Es lo que se ha llamado el Pueblo Pirinaico, acaso descendiente muy lejano de las gentes que habitaron esta zona ya desde los tiempos paleolíticos, pero con numerosas infiltraciones y aportes culturales de otros pueblos. Tales infiltraciones, durante la Edad del Bronce, han debido ser de origen mediterráneo, a través del valle del Ebro, coincidiendo con la máxima expansión de la denominada cultura del Argar, entre el 1.400 y el 1.000 a. de C., y otras de origen europeo especialmente durante el llamado Bronce Atlántico, entre el 1.000 y el 800 a. de C. Este complejo de pueblos, que vivían asentados en el país a la llegada de los celtas, ha sido designado por algunos autores con el nombre de Ligur, en un intento de compaginar los datos arqueológicos y filológicos con ciertos textos muy antiguos que se remontan a la época de las primeras exploraciones griegas.

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Pero parece claro que las gentes que entonces vivían en Cantabria no eran todavía Cántabros en el pleno sentido de la palabra. Hacia el 700 a. de C. llegan a la Península algunas oleadas de celtas, puestos en movimiento por presiones de los Germanos, y hasta es más que probable que con ellos arribaran mezcladas ciertas gentes de estirpe germánica. Entre los grupos celtas había algunos conocidos con el nombre de Pelendones o Blendios, de los cuales se han encontrado restos arqueológicos en la región soriana, en Teruel y en Ávila. No cabe duda de que por entonces o algún tiempo después los pueblos de esta estirpe llegaron hasta Cantabria, puesto que aquí existirán aún en la época romana


unas gentes llamadas Plentuisios y Blendios. Estos dominaron, y en gran parte transformaron, a los demás pueblos de la región, asentándose en la parte más rica del país, es decir, en el Sur, incluyendo el valle de Campoo junto a las fuentes del Ebro, y posiblemente también en los valles del Besaya buscando la salida hacia los llanos de la costa. Los pueblos indígenas, que podían considerarse como restos, las gentes llamadas Coniacos, Concanos y acaso los propios Orgenomescos, quedaron replegados hacia las zonas más periféricas del país. Dejando a un lado la existencia de otras invasiones sucesivas que no debieron afectar a Cantabria, hay que referirse a la llegada, hacia el año 600 a. de C., de los celtas del grupo Belga, que se establecen en la meseta, desalojando a varios de los pueblos anteriormente asentados. Posteriormente, se instalaron en los relativamente ricos valles del extremo Sur de Cantabria, lo que supondría un desalojo parcial de sus antiguos habitantes, procedentes de las invasiones anteriores. Por otra parte, la obtención del mineral de hierro en abundancia supuso un dominio y control del resto del país, incluidas las antiguas gentes indígenas, ya posiblemente bastante celtilizadas y que a partir de este momento lo serían más. Hay que suponer, pues, que las gentes de la invasión belga constituirían el catalizador en la creación del nuevo pueblo, llamado Cántabro. De hecho estas gentes serán quienes lleven posteriormente la parte más relevante en los sucesos de la época de la gran guerra cántabra. Estos pueblos se instalaron en los grandes Castros del sur del país, como Monte Bernorio y Monte Cildá (cercano al anterior, no el situado encima de Silió), ciudad que al parecer coincide con la que los textos posteriores llaman Vellica y según algunos Bélgica. Estas gentes desarrollan la cultura conocida por el nombre de Posthasllstatica y son importantes fabricantes de armas de hierro, especialmente un tipo de espada, conocida precisamente con el nombre de “espada de Bernorio” y que se extiende por gran parte de la meseta. Aunque no se cita en ningún texto, ya por estos años la Peña Amaya debía ser un poblado, puesto que en las excavaciones efectuadas han aparecido piezas de sílex y arcilla, pertenecientes a estas épocas anteriores a los escritos. Además dada la proximidad con los asentamientos citados y su estratégica posición es seguro que ya estaba poblada. De acuerdo con este esquema, un tanto hipotético, el pueblo cántabro estaría constituido por un núcleo importante celta de tipo belga, dominador de todo el territorio (acaso los Cántabros originarios), por otros grupos celtas más antiguos ya asentados desde hacía tiempo en el país, y por gentes de origen pre-celta dominadas, celtilizadas y en alguna forma marginadas. Naturalmente en estos asentamientos de pueblos se producen fenómenos culturales ya universalmente conocidos. El grupo dominante impone su ley y su fuerza, pero el grupo dominado puede ir infiltrando su cultura hasta límites insospechados en el seno de la sociedad advenediza. Esto es lo que debió ocurrir en Cantabria, en una simbiosis bastante desarrollada, que permite rastrear un sustrato primitivo en la cultura (por ejemplo la estructura matriline al, nombres de origen precéltico), junto a una autoridad patriarcal, propia de los pueblos celtas, un ajuar fundamentalmente también de carácter céltico y una cantidad apreciable de nombres y topónimos del mismo origen.

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Esto no obsta para que entre ciertas “gentes” se conservaran más los elementos primitivos y acaso hasta los restos de su lenguaje, y en otras predominara más decididamente el elemento céltico. Pero la unión estaba consumada y con ella la irrupción en la historia del pueblo que a partir de entonces será conocido unívocamente con el nombre de Cántabro. Los siglos que median entre el V y el I a. de C. serán suficientes para que esta simbiosis se consolide y adquiera un valor de homogeneidad y estabilidad, como indican las fuentes escritas de época romana. TIPOS Y COSTUMBRES DE LOS CANTABROS Desde el punto de vista antropológico parece que, en los resultados de las investigaciones llevadas a cabo con la población de los valles actualmente más apartados, hay una mezcla de tipos braquicéfalos, celto-germanos altos y rubios con otro tipo braquicéfalo celto-alpino bajo y moreno y un “resto” arcaizante con elementos primitivos, mediterráneos y dináricos. La forma de ser de los Cántabros estaba relacionada con la montaña en sí misma. El paisaje es en extremo quebrado, apenas existen pequeñas llanuras en los valles; por todas partes colinas, ásperas montañas, ríos impetuosos, altas cumbres cubiertas de nieve gran parte del año, regiones inmensas de bosques impenetrables, abundancia de animales salvajes... El género de vida tenía que ser duro en extremo; el paisaje parece que incita a la ferocidad, a la bravura, a la creación de una vida guerrera, bárbara. Desde las cumbres, mientras al Norte se ve la línea azulada del mar Cantábrico, al Sur se aprecia la llanura inmensa de Castilla, regada por ríos de aguas tranquilas. Es una tierra que ofrece posibilidades para la agricultura, pero en ella vivían otras gentes que trabajan los campos: Autrigones, Turmogos, Vacceos, y que estarían dispuestos a defenderlos de la presión de los Cántabros. Con estas premisas, se formó un pueblo duro, con ánimo guerrero, sobrio, capaz de dominar a otras gentes, de lanzarse a la llanura y de conquistar otras tierras. Esto hace que Amaya fuese un enclave primordial en las incursiones por las llanuras, lo que demuestra que estuvo poblada desde los primeros tiempos de la formación de este Pueblo. El régimen económico lo fundaban en una pobre agricultura de tipo extremadamente arcaico, frecuentemente sin la asociación a ella de animales domésticos, y en una ganadería aparte algo más floreciente, aunque acaso no mucho más. Junto a esto practicaban la caza, muy abundante en el país y que les servía como ejercicio de entrenamiento bélico, y explotaban algunas minas, especialmente de hierro, con vistas, sobre todo, a la fabricación de armas. Además, el saqueo de las cosechas en el momento propicio del año era una de las principales fuentes económicas con que contaba el pueblo cántabro.

36 Recreaciones de un guerrero y un poblado Cántabros

Por otra parte, los Cántabros estuvieron mezclados en guerras lejanas, en calidad de tropas mercenarias, siendo muy codiciados por su bravura. Aquellas gentes volverían al fin a sus tierras con el botín de sus empresas guerreras.


El típico poblado indígena del noroeste de España, en la época prerromana, era el llamado “castro”, una ciudad o aldea fortificada que se asentaba sobre un alto. El recinto amurallado tenía planta circular o elíptica, y las casas del interior eran muy pobres y apenas si se hallaban ordenadas con algún sentido urbano. Las viviendas de los castros cántabros eran cabañas, generalmente de planta circular, y se agrupaban de una forma bastante desordenada dentro, y a veces fuera, del recinto defensivo. Las paredes, un tanto elevadas, solían ser de piedra, pero la cubierta era de paja y ramajes. Parece ser que en el interior, un pilar central de madera ayudaba a sostener la techumbre. Estrabón dice, que junto a los muros de las casas cántabras existían unos bancos corridos donde se sentaban, por orden de dignidad, los comensales que asistían a los convites. J. Carballo ha distinguido en Cantabria dos tipos de castros: el castro clásico, generalmente de grandes dimensiones, que apareció en la zona sur de Cantabria, es decir, en Campoo, norte de Palencia..., y el castro pequeño, casi como si fuera sólo una atalaya, sobre un pequeño monte escarpado, generalmente de aspecto cónico muy regular, y que era frecuente en la parte baja de Cantabria. Parece que los historiadores distinguen entre el oppidum, es decir, la población fortificada, de grandes dimensiones, capaz de dar cabida dentro de sus muros a toda una tribu, e incluso a más gente en circunstancias especiales; el castellum, o poblado normal, que podría albergar un clan, en la hipótesis de que éstos tuvieran un sentido territorial, y la simple atalaya, de carácter militar, que únicamente serviría de refugio a la población civil en tiempos de guerra. Por esta razón, el número de castros oppidum en Cantabria no fue muy elevado. En la zona sur se encontraban los de Peña Amaya, Monte Cildá (junto a Valoria), Monte Bernorio (cerca de Quintanilla de las Torres), Santa Marina (junto a Mataporquera), el Castrejón (en Naveda), Cañeda y Aradillos (sin ubicación precisa), y, finalmente, el de Retortillo (Juliobriga), ya que parece ser que antes de ser ciudad romana fue castro indígena. En los grandes oppida, el eje mayor del recinto podía pasar de los 150 metros. El muro era de piedra, construido generalmente de forma descuidada y sin mortero. No obstante, el grosor del mismo podía ser de un par de metros. Era notable el sistema de vanos. Las puertas habían sido cuidadosamente estudiadas desde un punto de vista estratégico y frecuentemente estaban defendidas por un segundo muro en el interior de las mismas. Además de la muralla principal, existían otros complejos defensivos, especialmente en las zonas más accesibles del castro. Estos podían ser vallados, terreros, fosos, etc., a veces en número elevado. Las armas defensivas más importantes eran el casco, el escudo y la coraza. De esta última poco o nada se conoce, por lo que se refiere a los Cántabros. En cuanto a la defensa de la cabeza, se sabe, en primer lugar, que los Cántabros tenían pelo largo como las mujeres y que durante el combate se lo ataban atrás con una cinta. Cubriendo el pelo llevaban un casco de cuero. Éste es un detalle curioso que ha transmitido Estrabón. Parece ser que los Cántabros tenían dos tipos de escudo: el “caetra” o escudo pequeño, que aparece en las monedas de Carisio y al que se refiere Silio Itálico, al llamar a la juventud cántabra alistada en el ejército cartaginés iuventus caetrata, y

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el escudo grande, que era el que llevaban los guerreros, con el dibujo de la estela gigante de Zurita. En ambos casos la forma del escudo era siempre circular. Entre las armas ofensivas figuraba, en primer término, una de las más típicas del español prerromano: el dardo, en sus distintas formas de venablo, soliferrum, falárica... Silio Itálico habla del Cántabro como spicula densus, es decir, cargado de dardos, y Dión Casio añade que Augusto se vio en un gran apuro durante las guerras cántabras a causa, entre otras razones, de la destreza con que los Cántabros usaban las armas arrojadizas. Junto a los dardos se hallaba la típica lanza, tal como aparecen en las monedas de Carisio y en los ajuares de las tumbas de Monte Bernorio. Aparte de estas armas, el Cántabro utilizaba la espada pequeña y el puñal. Las primeras, con discos en el extremo del tahalí y la empuñadura con las tres tiras de hierro, que debía ir recubierta de madera o hueso. En lo que respecta al puñal, tenía la empuñadura rematada por dos pequeñas antenas, un tipo paralelo a la espada, y que al parecer fue aceptado por los romanos como arma oficial en las legiones. Todavía aparece otra arma, que las monedas de Carisio atribuyen a los Cántabros: es el hacha doble, la bipennis. Que ésta era también arma típica de los Cántabros, lo afirma también Silio Itálico, quien, al describir al cántabro Larus, le pinta armado de la bipennis. No se hace mención, en cambio, del arco y las flechas, y ni siquiera de la honda, si bien ésta es probable que fuera conocida y utilizada, siendo el Cántabro un pueblo que practicaba el pastoreo. En cuanto a la forma de pelear y a la estrategia, se sabe que los Cántabros preferían la guerrilla, como el resto de los habitantes de la Península, lo que dificultó notablemente la conquista del país por los romanos, teniendo en cuenta, sobre todo, lo accidentado de la región cántabra. Parece ser que eran también hábiles en montar a caballo. De hecho, algunas de las modalidades cántabras en la estrategia de la caballería pasaron al ejército romano, donde después existía un cantabricus impetus y un cantabricus circulus como maniobras especiales, de las que se habla en tiempos de Adriano (la adlocutio) y Arriano. Aunque en segundo plano, las consideraciones de tipo estratégico y económico no debieron estar tampoco ausentes de la mente de Augusto a la hora de decidir y planear la guerra. Los Cántabros, asentados en un territorio pobre en recursos agrícolas, vivían básicamente del pastoreo. Los campos ricos en cultivos de la Meseta, ocupados por pueblos que hacía tiempo estaban ya bajo control romano, ejercían una irresistible atracción para ellos, por lo que habían convertido en un medio normal de subsistencia la realización de expediciones sistemáticas y periódicas de saqueo entre estos pueblos vecinos. Este hecho explica quizá el que los principales asentamientos cántabros conocidos (Monte Cildá, Monte Bernorio, Celada de Marlantes, Amaya, Castro de Santa Marina, Ulaña, etc.) tuviesen su emplazamiento en la vertiente sur de la Cordillera en territorio colindante con la Meseta y a lo largo del mejor paso natural existente entre ésta y la costa.

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Además de los daños que estas “razzias” causaban en los bienes y las personas de un territorio ya sometido a Roma, las autoridades romanas veían en ello un peligro de contagio entre estos pueblos vecinos, que necesariamente tenían que comparar su estado de sumisión e indefensión con la libertad de sus vecinos del norte, lo que podía provocar un levantamiento generalizado. Javier Tezanos


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