Referencia: LLINARES, Artur (2018). “Sobre las implicaciones del Estado y el poder en las dimensiones culturales y sociales de la naturaleza humana.”. En: Artur LL. Blog personal. Disponible en: <https://arturllp.blogspot.com/2017/12/sobre-las-implicaciones-del-estado-yel.html> [Consulta: 16/09/2018]
Sobre las implicaciones del Estado y el Poder en las dimensiones culturales y sociales de la naturaleza humana. La percepción que el hombre posee sobre sí mismo va inmediatamente relacionada con la que posee sobre su entorno, así pues podríamos decir que se establece una dinámica interdependiente de exterior-interior. Esto hace que la alteración del exterior implique la alteración del interior; y, a su vez, la alteración del interior implica la alteración del exterior. A finales de la edad media se producen dos cambios decisivos que nos llevarán a un nuevo concepto1; el Estado. El primer cambio será una crisis gnoseológica; se pasará de una concepción mucho más holística/esférica de la realidad a una visión mucho más particularista. Piénsese en el famoso “Cogito ergo sum”: en esta frase la cuestión del Yo es primaria, siendo el Yo el que permite o no la toma de conciencia del resto de realidades (existencia, realidad, naturaleza, derechos, etc.). En segundo lugar se produce un cambio a nivel demográfico que resulta en la acumulación de muchos individuos en espacios más “reducidos”, que permiten que “la población”, un cuerpo amorfo sin voz ni voto, devenga en “el pueblo”, que empieza a ser una fuerza a tener en cuenta por parte de los poderes, los cuales también empezarán a vertebrarse de un modo distinto. Tras estas dos variaciones fundamentales2 se irá vertebrando paulatinamente una nueva forma de concebir la comunidad humana y la administración de la misma y del espacio que ocupa. El estado y sus variantes surgen paulatinamente desde el renacimiento (Maquiavelo ya hace una propuesta de la unificación Italiana), pasando por la Ilustración y hasta llegar a nuestros días con visiones como las de Carl Shmitt. Entiéndase que son muchas las propuestas que se hacen desde múltiples corrientes, países, escuelas, etc. Llegados a este punto somos conscientes de que en el Estado residen ciertos derechos, privilegios, poderes, etc. que le permiten actuar a gran escala. La cuestión será una vez aceptada esta “nueva realidad” cómo debe actuar el Estado, qué es lo que debe procurar y cómo lo puede hacer. Quiero pensar positivamente y dar por sentado que las políticas que se aplican sobre la población siempre van enfocadas a cumplir la máxima que plantea F. Schiller en Cartas sobre la educación estética del hombre: Vive con tu siglo, pero no seas obra suya; da a tus coetáneos aquello que necesitan, pero no lo que aplauden.3 La cuestión está en que mediante mecanismos múltiples se ha caído en “procurar dar al pueblo aquello que aplaude”; para lograr eso, hay que hacer que el pueblo “aplauda” lo que interesa. Y es así como el Estado elabora toda una serie de mecanismos para introducir en el 1
Nuevo de forma relativa, pues es cierto que a lo largo del tiempo y el espacio este concepto no tiene nada de nuevo. Pero tras medio milenio sin una organización en Europa con un verdadero sistema de estas características, podemos considerar que es “nuevo”. Ciertamente la tesis se puede presentar a debate. 2 Las causas de estos cambios no son expuestos por dos motivos: 1) Implicaría centrar toda la tesis en este tema. 2) Falta especialización por mi parte para analizar los “por qué”. 3 Schiller, Friederich. “Cartas sobre la educación estética del hombre”. En: Kallias; Cartas sobre la educación estética del hombre. Jaime Feijóo (intr.) Jaime Feijóo y Jorge Seca (trad. Y notas). Barcelona: Anthropos. P. 175.