Dejemos
que
Miguel Sempere Martínez Ante la actual restauración de la cúpula de nuestra iglesia parroquial, cabe hacerse unas reflexiones teniendo como protagonista nuestro magnífico templo parroquial, edificado por nuestros mayores en un tiempo record de dieciocho años 1734-1752, esfuerzo más que considerable para los 2.286 habitantes que según escribe Cavanilles existían en nuestro pueblo en 1794. La gigantesca obra que supuso la edificación del nuevo templo parroquial, en sustitución de aquel situado dentro de las murallas del castillo que fue edificado en el siglo XIII, dedicado a la Virgen de la Misericordia y a San Jorge, siguiendo las instrucciones del Rey Jaime I para los primeros templos de la Reconquista, nos testimonia el gran esfuerzo, la fe, la unión y colaboración de todo el pueblo y el mérito de edificarlo en un
tiempo record, si tenemos en cuenta los medios de que disponían y la magnitud de la obra. Iniciamos como hemos dicho estos apuntes históricos tomando como base la cúpula, tal vez como culminación de la obra, cúspide y vértice que mirando el cielo nos acerca a Dios. En sus inicios la cúpula era chata y rematada con tejas morunas de la época, aunque con interior de las mismas características actuales. Transcurridos ciento treinta años desde la bendición del templo, nuestros mayores se plantearían una segunda fase en este caso en el interior. Conocemos por los apuntes de D. Victoriano Martínez Francés, el Mestre Martínez, el siguiente testimonio: En agosto de 1882 pinté al fresco la media naranja de la iglesia por 500 reales de vellón. Lo lamentable es que no existan fotografías o
testimonio de aquella decoración, que seguro sería muy estudiada y perfectamente acabada conociendo la trayectoria del maestro, autor y creador del Santo Sepulcro y de las andas de San Jorge, destruidos durante la pasada guerra civil, y reproducidos en una magnífica réplica con las existentes en la actualidad. Veinticinco años después, en 1907, Rafael Martínez, hijo del maestro, El Senyor Rafael, el Mestre, realizó trabajos de manutención de las pinturas de su padre en la cúpula, que por alguna filtración de aguas sufrieron daños. ¿Cómo eran las pinturas de la cúpula?, ¿la transformación del templo en plaza de abastos, por ser aquello motivos religiosos, sería la causa de que se pintara todo en blanco? Es de suponer que durante aquella restauración de 1882 se elevara exteriormente la altura de la cúpula, revistiéndola como la conocimos hasta la década de los años sesenta del pasado siglo, con aquellos azulejos lisos de color blanco. Por el transcurso de los años y debido al deterioro normal del tiempo, en la década de los años sesenta del siglo XX, se restauró coronándola de tejas de color verde. Finalmente, en la actualidad, se ha llevado a cabo una actuación especial con entradas de aire para evitar los cambios climáticos y un acabado con tejas azules, más acorde a nuestras tierras mediterráneas y a la advocación de La Virgen de la Mi-
Cúpula original del templo.
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