Mi abuelo pirata
11
Cada domingo el abuelo contaba historias a sus nietos, sentados en el
ISBN
978-84-17440-29-9
9 788417
440299
LAIA MASSONS
ZUZANNA CELEJ
banco del parque de al lado de casa. Historias de piratas o recuerdos de infancia, que pescaba al vuelo o en las profundidades de la memoria. Hasta que un dĂa se lo llevaron al hospital y todo cambiĂł.
LAIA MASSONS Siempre he dejado volar la imaginación. Ya de pequeña me gustaba inventarme un montón de historias, escribirlas y guardarlas en mis cajas de tesoros. Pero también me gustaba mucho que me explicaran historias. Mi abuelo, cuando salíamos a pasear, siempre me regalaba alguno de sus recuerdos de infancia. Leer me permitía —y me permite— seguir imaginando. Por eso, cuando me ofrecieron trabajar como librera de libros infantiles, no lo pensé dos veces. Así, rodeada de libros fantásticos, pude echar a volar la imaginación más alto que nunca, para escribir cuentos como el que tienes entre las manos. Este álbum es muy especial para mí porque, mientras se iba tejiendo, también dentro de mí crecía la que ha sido la historia más maravillosa que me ha pasado nunca: ser madre.
ZUZANNA CELEJ Nací en otoño —mi estación favorita— en Lodz, una gran ciudad de Polonia. Cuando tenía seis años mis padres me llevaron a Barcelona, donde nos quedamos a vivir. De pequeña era inventora. Me gustaba construir objetos, algunos útiles y otros no tanto. Me pasaba horas y horas modelando, recortando, creando maquetas, robots, autómatas, pequeños teatros… Estudié Bellas Artes y acabé convirtiéndome en fotógrafa. Pero enseguida vi que aquello no acababa de convencerme. Yo quería crear mundos imaginarios, más allá de la realidad que conocemos. Decidí que para conseguirlo tenía que estudiar un poco más y fui a aprender ilustración a la Escuela Superior de Diseño y de Artes Llotja, de Barcelona. Con el lápiz y los pinceles puedo hacer surgir sobre el papel todo lo que imagino y todos los lugares que veo cuando cierro los ojos. Publicado por AKIARA books | Plaça del Nord, 4, pral. 1ª | 08024 Barcelona | www.akiarabooks.com | info@akiarabooks.com | Primera edición: marzo de 2019 Colección: Akialbum, 11 | Impresión y encuadernación: @Agpograf_Impressors | © 2019 Laia Massons Soler, por el texto | © 2019 Zuzanna Celej, por las ilustraciones © 2019 Isabel Llasat Botija, por la traducción | © 2019 AKIARA books, SLU, por esta edición | Depósito legal: B 5.973-2019 | ISBN: 978-84-17440-29-9 | Todos los derechos reservados
LAIA MASSONS ZUZANNA CELEJ traducciรณn de
ISABEL LLASAT
Cada domingo, mi abuelo nos llevaba a mi hermano y a mí
a la isla de los tres piratas, que era cómo él llamaba al parque que había al lado de casa. Íbamos a nuestro banco favorito, el que le da el sol solo a medias, y allí nos embarcábamos a vivir grandes aventuras.
Al abuelo le gustaba mucho contarnos historias y a nosotros nos encantaba escucharlo, porque tenía una voz mágica. Mi hermano siempre le pedía historias que fueran fruto de su imaginación. —¡Abu, una de piratas!
El abuelo cerraba un momento los ojos y volvía a abrirlos de golpe, cuando ya había pescado al vuelo una historia fantástica de piratas, tesoros perdidos, temibles lobos de mar, mapas secretos y barcos de negras velas. Yo, sin embargo, prefería que nos contara historias que fueran fruto de sus recuerdos. —¡Abuelo, háblanos de cuando eras pequeño!
Un día, de repente, tuvieron que llevar al abuelo al hospital y nuestra isla quedó desierta de historias. Pasaron muchos domingos, hasta que llegó la buena noticia: el abuelo ya estaba en casa y podíamos ir a verlo. En el umbral de la puerta, mi madre nos dijo en voz muy baja: —Al abuelo le cuesta mucho hablar y moverse. Vais a verlo un poco cambiado. Yo no entendí a qué se refería mi madre. ¿Cómo le iba a costar hablar a mi abuelo, si era un parlanchín incorregible?
Mi abuelo pirata
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Cada domingo el abuelo contaba historias a sus nietos, sentados en el
ISBN
978-84-17440-29-9
9 788417
440299
LAIA MASSONS
ZUZANNA CELEJ
banco del parque de al lado de casa. Historias de piratas o recuerdos de infancia, que pescaba al vuelo o en las profundidades de la memoria. Hasta que un dĂa se lo llevaron al hospital y todo cambiĂł.