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A PARENTAL CONSENT PROBLEM
Requiring parental consent for the COVID-19 vaccine could be limiting the amount of adolescents that actually get it. Gettyimages Exigir el consentimiento de los padres para la vacuna COVID-19 podría limitar la cantidad real de adolescentes que la reciben. Gettyimages
COVID-19 VACCINATIONS ARE AVAILABLE FOR ADOLESCENTS, BUT PARENTS CAN STAND IN THEIR WAY IN MOST STATES SHOULD THEY CHOOSE.
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LAS VACUNAS COVID-19 YA ESTÁN DISPONIBLES PARA LOS ADOLESCENTES, PERO LOS PADRES PUEDEN OPONERSE A SU ADMINISTRACIÓN EN LA MAYORÍA DE LOS ESTADOS, SI ASÍ LO DESEAN.
By | Por: NATALIE VENEGAS | AL DÍA News Writer
With the next phase of COVID-19 vaccines rolling out for adolescents, parental consent continues to be a dividing issue when it comes to parents not being ready to vaccinate their kids.
Since the FDA announcement on May 10, the Pfizer vaccine has been approved for use in adolescents, ages 12-15. However, parental consent is in effect in 41 states across the U.S., causing many teens to come together to raise awareness on the importance of getting the COVID-19 vaccine.
“The FDA’s expansion of the emergency use authorization for the Pfizer-BioNTech COVID-19 Vaccine to include adolescents 12 through 15 years of age is a significant step in the fight against the COVID-19 pandemic,” said Acting FDA Commissioner Janet Woodcock, M.D.
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PHILLY ISN’T LIKE MOST PLACES
In Philadelphia, adolescents can consent to their own COVID-19 vaccination, according to a longstanding city policy that allows children ages 11 and above to do so without approval or consent of a parent or guardian.
Philly Teen Vaxx is a growing group of teens spreading awareness about vaccinations through social media, and it also uses community events to motivate members of their age group to get the jab. E n la próxima fase de la implementación de las vacunas COVID-19 para los adolescentes, el consentimiento parental va a seguir siendo un tema conflictivo, teniendo en cuenta todos aquellos padres que no se sienten preparados para vacunar a sus hijos.
El pasado 10 de mayo, la FDA anunció la aprobación de la vacuna Pfizer para su uso en adolescentes de 12 a 15 años. Sin embargo, el requisito del consentimiento parental está vigente en 41 estados de EE.UU, lo que hace que muchos adolescentes se hayan unido en todo el país para crear conciencia sobre la importancia de recibir la vacuna COVID-19.
“La decisión de la FDA de incluir en la autorización para el uso de emergencia de la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19 a adolescentes de 12 a 15 años de edad es un paso significativo en la lucha contra la pandemia de COVID-19”, dijo la comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, M.D.
FILADELFIA, UN CASO ATÍPICO
En Filadelfia, los adolescentes pueden dar su propio consentimiento para recibir la vacuna COVID-19, de acuerdo con una antigua política municipal que permite que los niños de 11 años o más lo hagan sin la aprobación o el consentimiento de un padre o tutor. Philly Teen Vaxx es un grupo de adolescentes cada vez más numeroso cuyo objetivo es difundir conciencia sobre las vacunas a través de las redes sociales y también utiliza eventos comunitarios
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Their most recent drive was a collaboration with the Mayor’s Offi ce of Youth Engagement to provide both vaccinations and an opportunity to learn about jobs.
However, Philly is an outlier when it comes to vaccine consent, even within its own state.
Most do not allow adolescents to consent to their own vaccinations. Beyond Rhode Island, South Carolina, the District of Columbia, Alabama and Oregon, every other state has some form of required parental consent with the procedure.
Only an additional fi ve allow consent to be waived by an insurance provider.
The CDC states that as of June 6, only 2.1% out of 5% of the U.S. population of adolescents, ages 12-15 have received at least one dose of the vaccine.
However, a Pew Research Survey states 69% of adults have said they intend to get the vaccine or already have, there are some marginalized communities who still have a distrust with the healthcare system and do not trust the vaccine for themselves or their children. para motivar a los miembros de su grupo de edad a recibir el pinchazo. Su campaña más reciente fue una colaboración con la Ofi cina de Participación Juvenil de la Alcaldía para proporcionar vacunas y formación sobre futuros empleos. Sin embargo, Filadelfi a es un caso atípico en lo que respecta al consentimiento de la vacuna, incluso dentro de su propio estado. La mayoría no permite que los adolescentes consientan sus propias vacunas. Más allá de Rhode Island, Carolina del Sur, el Distrito de Columbia, Alabama y Oregón, todos los demás estados requieren algún tipo de consentimiento de los padres para la inoculación. Sólo otros cinco estados permiten que la compañía de seguros prescinda del consentimiento. La CDC afi rma que, a 6 de junio, solo el 2,1% del 5% de la población de adolescentes de EE.UU. entre 12 y 15 años ha recibido al menos una dosis de la vacuna. A pesar de que una encuesta llevada a cabo por Pew Research indica que el 69% de los adultos han dicho que tienen la intención de vacunarse o ya lo han hecho, hay algunas comunidades marginadas que aún desconfían del sistema de salud y tienen miedo de la vacuna, tanto para ellos como para sus hijos.
AFFECTING LATINO YOUTH
The Latino community is just one that has a history of mistrust in the healthcare system stemming from discrimination, cultural incompetency and inequality in care and access.
That distrust is slowly reducing among the demographic, with Kaiser Family Foundation data showing major progress between April and May 2021, but it’s still prevalent. Most of that distrust still stems from lack of information about where to get the vaccine and its process.
As was true from the start of the pandemic, with COVID-19 disproportionately devastating the Latino and Black communities, distrust could mean more lives lost, especially if children need permission from parents to get vaccinated.
In response, many are stepping up to demand vaccination and get access to it. Governments need to play catch up. z
LOS JÓVENES LATINOS, ENTRE LOS MÁS AFECTADOS
La comunidad latina es una más entre las que muestran un historial de desconfi anza en el sistema de salud, debido a la discriminación, la incompetencia cultural y la desigualdad en la atención y el acceso.
Esta desconfi anza se está reduciendo lentamente entre la población (según cifras de la Kaiser Family Foundation, ha habido un progreso importante entre abril y mayo de 2021) pero aún prevalece. La mayor parte de esa desconfi anza todavía se debe a la falta de información sobre dónde y cómo obtener la vacuna.
Como sucedió desde el comienzo de la pandemia, con el COVID-19 cebándose desproporcionadamente con las comunidades latinas y negras, la desconfi anza podría signifi car más vidas perdidas, especialmente si los niños necesitan el permiso de los padres para vacunarse.
En respuesta, muchos están dando un paso al frente para exigir la vacunación y tener acceso a ella. Y los gobiernos deben ponerse al día. z
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