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GOBIERNO DEL ESTADO DE DURANGO 2012-2016 C.P JORGE HERRERA CALDERA GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DURANGO SEKKEY PHANG ALAIN RIVERA BRYAN ROBLES ESTEBAN RIOS CAMILO AGUIRRE RESPONSABLES DEL PROYECTO SEKKEY PHANG INVESTIGACION Y TEXTOS ALAIN RIVERA FOTOGRAFÍA ESTUDIANTES DISEÑO GRÁFICO 8vo SEMESTRE DISEÑO GRAFICO
PROHIBIDA LA REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL DE ESTA OBRA SIN AUTORIZACIÓN PREVIA DE: GOBIERNO DEL ESTADO DE DURANGO. IMPRESO EN MÉXICO.
A todos los habitantes de Durango que han permitido que la historia y tradici贸n de nuestro estado continue hasta la fecha.
ÍNDICE San Juan Bautista de Analco San Juan de Dios Nuestra Señora de los Remedios San Agustín Santa Ana Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe Santuario de Nuestra Señora de los Angeles Sagrado Corazón de Jesús San Martín de Porres Santa Juanita de los Lagos San Miguel
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e dice que somos lo que somos debido a nuestro pasado. Durango, siendo la pequeña ciudad que es, cuenta con una base histórica impresionante. Dar a conocer dicha historia, de manera más específica, la historia de unos de los iconos principales de la ciudad: los templos, además de lograr su apreciación y entendimiento, es el objetivo fundamental detrás de la creación de este libro. En este libro abordaremos entonces los aspectos clave detrás los templos, esos indispensables elementos de la hermosa arquitectura e historia de nuestra ciudad. La apreciación y el entendimiento de esto nos brinda nuestra identidad como duranguenses, además de que nos permite comprender el camino que nos ha llevado hasta nuestra situación actual y alienta el deseo por la búsqueda de un futuro mejor. Creemos fuertemente que, como sociedad, solo lograremos un futuro mejor si colocamos el conocimiento y la identidad duranguense como piedra fundamental de nuestra educación. Por esto hemos puesto un gran empeño en que un libro como este sean el medio a través del cual los interesados (duranguenses, extranjeros, turistas, jóvenes, adultos, niños, etc.) tomen la tarea de descubrir el Durango que se esconde detrás del desconocimiento general. De esta manera, Templos más allá del agua cuenta con lo necesario para convertirse en la guía básica para cualquier interesado en este interesante aspecto de la ciudad, en conocer el trayecto histórico y la manera en que ellos mismos podrían dejar su huella marcada dentro de la identidad de nuestro estado
Historia de la fundación de Durango
Primeros habitantes.
Habiendo pasado de Asia a América a través del estrecho de Bering, los primeros pobladores de México se establecieron, en su mayoría, en la región mesoamericana ubicada al centro y sur del país. Fueron la excepción unos cuantos grupos, la cultura Loma de San Gabriel y la Chalchihuita siendo los principales ejemplos, además de algunos grupos indígenas pertenecientes a la cultura Aztlán, quienes trajeron consigo nuevos tipos de cerámica, objetos de cobre y se cree que también sal, algodón y tabaco. Con la llegada de estos pueblos, sitios como Novacoyán, El Molino, Hervideros y Tepehuanes comenzaron a desarrollarse. Estos sitios son ahora pueblos dentro de los municipios de Durango, Nuevo Ideal, Santiago Papasquiaro, Tepehuanes y Guanaceví. No fue sino hasta muchos años después que los españoles llegaron a tierras actualmente duranguenses y se encontraron con culturas mucho menos avanzadas culturalmente, siendo las principales la Tepehuana, la Acaxee, la Xixme y la Zacatecas. Estos grupos, nómadas y habitantes de cuevas o chozas sencillas, se dedicaban principalmente a la agricultura, se alimentaban principalmente de maíz, calabazas y chiles, además de que sorprendieron a los recién llegados españoles por su casi inexistente vestimenta, siendo la excepción unas cuantas prendas de piel de animal o algodón.
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Fundación de Durango.
Desde el Valle de San Juan, Ibarra envió a uno de sus generales, Alonso de Pacheco, para que realizará la preparación de la que sería la capital de la nueva provincia de Nueva Vizcaya en el Valle de Guadiana. Pacheco llegó al valle en 1563 y comenzó con el trazado de la Nueva Villa. En el centro fijo la Plaza de Armas, que se mantiene hasta la actualidad, y al norte de ella colocó la Iglesia de la Asunción (actualmente la catedral), al sur el Palacio de Gobernadores y al este y oeste repartió la tierra entre los soldados fundadores. Entonces, el 8 de Julio de 1563, el capitán Francisco de Ibarra declaró fundada la Nueva Villa de Durango en honor al sitio donde había nacido y donde permanecían sus padres y hermanos. Durango, una palabra de origen vasco, tiene el significado de “más allá del agua”. Luego de una expedición que culminaría con la fundación de Topia y la exploración de otras regiones, Francisco de Ibarra murió en Pánuco, Sinaloa, a los 36 años de edad. La Nueva Vizcaya estuvo formada en sus inicios por los estados de Durango, Chihuahua, Sonora, Sinaloa y por Saltillo del sur. En 1734 se separaron Sonora y Sinaloa, y en 1755 Saltillo, quedando tan solo Durango y Chihuahua. Finalmente, en 1823 se decretó la división de la Nueva Vizcaya en dos provincias y Durango recibió por fin el título oficial de Ciudad.
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LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES Y LA CONQUISTA
Luego de la llegada de Colon a América en 1492 y la conquista de una parte del territorio mexicano por parte de Hernán Cortés en 1521, Nuño de Guzmán y su compañía realizaron una gran expedición que logró alcanzar el río de las Nasas en el año 1531, donde hoy se encuentra Santiago Papasquiaro, pero que después se vio obligada a regresar habiéndose terminado las provisiones. A su regreso, Guzmán pasar por varios pueblos Tepehuanes ignorando completamente que no muy lejos de el se encontraban riquísimas zonas mineras como la de Topia y San Dimas. Nuño de Guzmán y su equipo de expedición fueron los primeros españoles en llegar al actual estado de Durango. No fue sino hasta el año 1554 cuando comienza la colonización por parte de Francisco de Ibarra, sobrino de Diego de Ibarra, fundador de Zacatecas, y una compañía de apenas 30 soldados a su disposición. Esta expedición no llegaría a su fin sino hasta muchos años después con la fundación de la Villa de Durango. Francisco de Ibarra tenía 16 años cuando comenzó con sus conquistas, convirtiéndose así en el más joven de los conquistadores. En su mayoría, los largos recorridos de esta expedición fueron pacíficos. Francisco de Ibarra deseaba evitar la guerra y por tanto se encargó de entablar amistad con los indígenas de la zona en vez de enfrentarse a ellos en batalla.
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Antecedentes de los templos de la ciudad.
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ntes de la fundación de la actual ciudad de Durango, existió un poblado indígena habitado por tepehuanos llamado Analco, palabra originada en el dialecto náhuatl y que significa “pasando el agua”. En este poblado se establecieron por primera vez los franciscanos y fundaron la primera ermita que existió, la cual se conoció como Capilla del Santísimo o como Capilla de Nuestra Señora de Loreto. Esta ermita fue fundada el 24 de Junio de 1556, siete años antes de la fundación de la Villa del Guadiana, hoy ciudad de Durango. La Capilla del Santísimo permaneció en pie hasta el año de 1721 cuando los franciscanos la mandan derribar por no contar ya con el espacio necesario para la población cada vez más grande de la ciudad. La segunda iglesia de Durango fue el templo de San Mateo, fundado en 1578 y ubicado en donde ahora tenemos a la Catedral Basílica Menor, la cual es en realidad la cuarta catedral con la que ha contado la ciudad. El 11 de octubre de 1620, el Papa Paulo V elevó al Templo de San Mateo al rango de catedral y logró permanecer en pie hasta 1622 cuando, debido a una inundación, el humilde templo se derrumbó. El Templo de San Francisco, la tercera edificación religiosa de la ciudad, estuvo ubicado en donde actualmente encontramos el multifamiliar Francisco Zarco en la calle Madero. Fue construido en 1587 y ahí permaneció hasta 1917 cuando fue demolido por órdenes del en aquel entonces gobernador, el Gral. Gabriel Gavira. En el crucero de la Avenida 20 de Noviembre y la calle Madero se encontraba el convento de San Antonio y en el crucero de Pasteur y 5 de Febrero estuvo el Templo de la Tercera Orden. Estos dos sitios estuvieron a cargo de los franciscanos quienes también se encargaron de La Huerta
o Jardín del Descanso, ubicada en el actual mercado Gómez Palacio. Siguiendo con los cruceros, ahora ubicándonos en el de las calles de Pino Suarez y Victoria, ahí se encuentra la Iglesia de San Juan de Dios. Esta iglesia data de 1591 y es la más antigua de las aún existentes en nuestra ciudad, además de que es reconocida por ser la única en todo el norte del país que cuenta con gárgolas como decoración arquitectónica. En 1623 comenzó la construcción de la segunda catedral de Durango mas por azares del destino, Durango la celebración del Corpus Christi, un cohete provocó una severa explosión que terminó por incendiar en su totalidad el edificio. En las calles de Pino Suarez y Pasteur, por aquel entonces conocidas como calle de San Juan de Dios y callejón de las cocheras, se originó en 1625 el Templo de San Miguel. Este templo estuvo a cargo de las Carmelitas Descalzas, quienes estaban también a cargo de la cárcel de la Inquisición, ubicada en el actual cruce de Madero y Pino Suarez. El Templo de San Miguel dejo de existir al realizarse la prolongación de la calle Pasteur hasta las Alamedas. Al poniente de la Av. 20 de Noviembre se encuentra el Templo de San Agustín, fundado en 1631 por Fray Gonzalo de Hermosillo y distinguido por su sencillez arquitectónica. Este templo se originó como una pequeña celda de oración pero se vio remodelada en el siglo XIX con la adición de una fachada lateral y el altar mayor, obra del escultor Benigno Montoya. En el cerro del Güije o del Güijalo podemos encontrar el Templo de Nuestra Señora de los Remedios, construido en el año 1643. Aun teniendo un nombre propio, este cerro es equivocadamente conocido como Cerro de los Remedios debido a este templo.
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En el lado opuesto de la ciudad, aunque no a una gran distancia, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, el Santuario como todos lo conocemos. Este templo data del año 1653. Ahora al oriente y sobre la actual calle de Cervantes Saavedra, antes Apartado, se ubicaba el Templo del Santo Niño de San Antonio el cual dio nombre al Jardín de San Antonio y al Barrio de San Antonio. Dos años antes de que en el mismo sitio comenzara la construcción del Templo del Sagrado Corazón de Jesús, en el año 1889, el Templo del Santo Niño de San Antonio fue demolido. Como se mencionó anteriormente, la actual catedral es en realidad la cuarta que la ciudad ha tenido. La tercera fue creada en 1632 y vio su construcción detenida debido a la mala calidad de la misma, mientras que la cuarta data del año 1695, siendo terminada 149 años después en 1844. Su frontispicio es barroco clásico y las puertas que tiene por la calle Constitución y Juárez son de estilo churrigueresco. Hablando de la calle Constitución, hacia el norte de la misma, entre Gabino Barreda y Cda. De Gabino Barreda, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Santa Ana, de arquitectura toledana y datada en el año 1777. De igual manera en Constitución pero en dirección contraria, se encuentra el Templo de Santa Juanita de los Lagos, originalmente conocido como el Sagrario. Este templo fue construido en 1778 y perdió su cúpula y el altar mayor cuando la calle de Bruno Martínez se extendió hasta las Alamedas. También se perdió gran parte del lado poniente del Convento de las Jesuitas, fundado en 1690, y actualmente podemos encontrar en ese sitio el edificio central de la UJED. En 1809 se inicia la construcción del Templo de Nuestra Señora de los Ángeles luego de que en 1808 se encargara al Coronel José Hernández el proceso de construcción en el Parque de la China, hoy Parque Guadiana. Durante el año de 1891, frente al Jardín de San Antonio, hoy Jardín Morelos, comenzó la construcción del Templo del Sagrado Corazón de Jesús, que a la llegada de los Misioneros del Espíritu Santo cambió su nombre por el de Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. La iglesia más reciente del centro histórico de Durango, el Templo de San Miguel, inició su construcción el 11 de Marzo de 1911.
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Antiguo templo de San Francisco (fototeca INAH) Demolición del templo de San Francisco (fototeca INAH)
Vista del Templo de San Astin desde 20 de noviembre fototeca INAH)
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El Barrio de Analco tan mencionado por historiadores y poetas fue el pueblo de indios más antiguo en Durango que mencionan las crónicas donde se estableció en 1558 la primera misión franciscana de San Juan Bautista de Analco, fundada por el franciscano Fray Diego de la Cadena. Dice la historia que después de la fracasada expedición de don Ginés Vázquez de Mercado que en 1552 vino a estas tierras buscando una montaña de plata, se fundó en la comarca de Nombre de Dios el convento de San Francisco, de donde partieron los frailes franciscanos a explorar el valle que después se llamó Guadiana. Llegaron a la orilla de un manantial de agua termal, rodeado de exuberante vegetación, con un paisaje bello y un clima agradable que se situaba en las cercanías de u arroyuelo, en donde los misioneros decidieron establecer un pueblo de indios al
que los naturales llamaron Analco, palabra que en idioma indígena quiere decir: “a la orilla del agua” o “al otro lado del agua”. El misionero advirtió que las condiciones eran propicias para la evangelización, objetivo supremo de su quehacer y, de inmediato, estableció en el lugar una pequeña ermita a la que denominó Misión de San Juan Bautista de Analco que dependía de la Misión de San Francisco de Nombre de Dios. Esto sucedió el año de 1558. Cinco años después en 1563 llego a estas tierras acompañado de nutrido ejército, el Capital español don Francisco de Ibarra, quien le puso al valle el nombre de Guadiana y fundó frente al pueblo de indios de Analco, el 8 de Julio de 1563, lo que ahora es la ciudad de Durango y que en ese tiempo seria la capital de Provincia de Nueva Vizcaya cuya conquista y evangelización apenas se iniciaba.
Antiguo barrio de Analco (fototeca INAH)
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El tiempo pasó, la ciudad de Durango creció y el pueblo de Analco poblado en su mayoría por indios tepehuanos, se desarrolló conservando siempre su misión. Cuando en 1605 visito la ciudad don Alonso de la Mota y Escobar Obispo de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León, en la descripción que de la ciudad de Durango hace, dice en uno de sus párrafos: “Suele haber cuatro o seis religiosos que tienen a su cargo la doctrina de un poblezuelo de indios mexicanos, que está poblado en el arrabal de esta villa, en el cual tienen los indios otra iglesia propia de la vocación de San Juan; será en número cincuenta indios poco más o menos…” Todo hace suponer que la referencia era al pueblo de indios de Analco, donde Fray Diego de la Cadena había fundado en 1558 la misión de San Juan. Durante los dos siglos y medio de dominación española, Analco conservo su independencia de la ciudad y siempre estuvo poblado por indios, mientras que en la ciudad de Durango radicaban los españoles y mestizos. La comunicación entre la ciudad y el barrio era interrumpida cuando por las abundantes lluvias aumentaba su caudal el arroyo, por lo que se hizo necesario construir un puente que fue inaugurado el día 25 de Mayo de 1975, siendo el primero de este tipo sobre la Acequia Grande.
primera torre de analco
Durante los dos siglos y medio de dominación española, Analco conservo su independencia de la ciudad y siempre estuvo poblado por indios, mientras que en la ciudad de Durango radicaban los españoles y mestizos. La comunicación entre la ciudad y el barrio era interrumpida cuando por las abundantes lluvias aumentaba su caudal el arroyo, por lo que se hizo necesario construir un puente que fue inaugurado el día 25 de Mayo de 1975, siendo el primero de este tipo sobre la Acequia Grande.
reloj caracteristico de la fachada de analco
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Fue en la época independiente, el día 20 de Julio de 1826, cuando por decreto se integró Analco a la ciudad como barrio de la misma, disposición que no agradó a los habitantes del nuevo barrio y el decreto tuvo que ser derogado el 20 de Octubre de 1827 para que siguiera conservando su categoría de pueblo independiente. Fue en esa época cuando se remodeló la nave central en 1823, dando cuerpo al templo y belleza a la construcción que actualmente conocemos. Luego se le dio categoría de Parroquia y por el año de 1887 se le colocó sobre el pretil del pórtico central el antiguo reloj de la catedral para marcar el tiempo en los barrios de Analco y Tierra Blanca. La cruz de cantera que majestuosa extiende sus brazos en el atrio del templo es objeto de mucho respeto y veneración de los duranguenses, porque una vieja tradición oral nos dice que en ese sitio descansan para siempre los restos mortales de Fray Diego de la Cadena, ilustre franciscano que dejó su nombre al cerro de cantera cercano al Santuario de Guadalupe, al que se le denomina Cerro de Fray Diego en memoria de tan grande varón que fue el primer misionero que inicio la evangelización en el Valle del Guadiana y el fundador de la primera ermita misional que se estableció donde ahora es nuestra querida Parroquia de Analco. El barrio, además de ser el más antiguo, es agradable por la quietud que lo envuelve, la belleza que encierra y las leyendas de sombras y apariciones que el pueblo cuenta. Entre las leyendas más famosas se encuentran la de El Carretonero de Analco y la de El Baile de la Calle Volantín.
torre principal de analco
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n 1778, aprovechando la bonanza de la industria minera que le dio muchísimo dinero a Durango, se inician los trabajos del templo quedando una construcción de cruz latina, con el lado poniente un tanto más larga, ya que era la nave original de la Iglesia con puerta
al norte y donde estaba y está la Virgen de Loreto, cabe mencionar que esta Virgen es la patrona protectora contra todas las calamidades, característica que la hacía muy popular en tiempos del virreinato.
FACHADA PRINCIPAL DE ANALCO
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Famoso reloj de analco que por más de cien años, con sus campanadas marca el tiempo de los barrios que la rodean. El primer reloj que existió en este sitio, fue instalado en 1887 hiendo sido trasladado de la catedral donde se venía usando desde 1770.
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Puerta principal de la fachada de Analco
Pensando en las circunstancias en que vivimos ahora, quizás no sería mala idea sacarla en procesión nuevamente. La mayoría del trabajo de cantera del templo de estilo neoclásico un tanto gótico, incluyendo sus altares y su torre,
es de las manos de Benigno Montoya, trabajo excepcional que impresiona. En 1906, finalmente se dan por terminados los trabajos y el templo adquiere la fisonomía con la cual lo vemos ahora. Por ahí nos vemos.
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primera torre de analco
detalle de una de las puertas de analco
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detalle de la puerta principal de analco
detalle de una de las puertas de analco
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campanario de la torre principal de analco
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l templo de Analco, en la actualidad, es uno de los más reconocidos por la población duranguense, si bien no es el más visitado. Su recuerdo como el primer templo de importancia en nuestra ciudad ha permanecido hasta la fecha convirtiéndolo en símbolo algo oculto de nuestra identidad como duranguenses. Desafortunadamente, este mismo reconocimiento ha llevado, en los últimos meses, a llamar la indeseada atención de ladrones y malvivientes, quienes han sido culpables del robo de algunos detalles decorativos y piezas importantes del interior del templo. Estos actos han provocado que en última instancia, el templo se encuentre cerrado la mayor parte del tiempo a excepción de las horas dedicadas y programadas para la ceremonia de misa.
Cruz del atrio del templo de Analco
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l primer hospital que existió en la ciudad de Durango fue fundado el día 31 de Julio de 1595 por petición de Diego de Villar, procurador de la Villa de Durango. Se puso bajo la advocación de la Santa Veracruz y su primer administrador fue Alonso Meléndez. Tiempo después se encargaron de su administración los religiosos de San Juan de Dios y el hospital cambió de nombre para llamarse de San Cosme y San Damián. Los primeros religiosos juaninos que lo atendieron fueron Fray Francisco Ferrer y Fray Juan de Torres. Por más de un siglo vivió el hospital de limosnas y en absoluta miseria, hasta el año de 1726 en que el gobernador don Manuel de San Juan y Santa Cruz solicitó al rey de España ayuda para mejorar a la institución. Por real orden del 25 de Abril de 1719 se reparó el edificio del hospital, se aumentó a seis el número de religiosos que lo atendían, además de un capellán, se añadieron dieciséis a las ocho que había, se emplearon tres mil quinientos pesos en establecer una botica cuyos medicamentos se trajeron de la ciudad de México; se puso al frente de la misma a un boticario examinado con sueldo de cuatrocientos pesos anuales y se llevó a un médico con renta fija. Diez años después, en 1729, el señor doctor don Benito Crespo, obispo de la Diócesis, bendijo las reformas y ampliaciones materiales de dicho hospital. El 7 de Marzo de 1739 se hizo la consagración de la iglesia anexa al mismo, que en la actualidad conocemos como Templo de San Juan de Dios.
foto antigua del templo san juan de dios (fototeca INAH)
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Cuando se consumó la independencia de México, fue imperativo legal retirar de todos los edificios públicos el Escudo de la Real Corona Española y sustituirlo por el Escudo Nacional de la época, el cual tiene una leyenda al pie que dice: “Se estableció este hospital el año de 1719 para pobres estableciendo sobre otro estas armas el día 29 de Marzo de año de 1822 segundo de nuestra independencia.”
vista inferior de la bòveda principal
VISTA INTERIOR DEL TEMPLO SAN JUAN DE DIOS
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Durante la época de México independiente hasta el año de 1918 funciono como hospital dando atención médica y hospitalaria a personas pobres, de donde tomo el nombre de Hospital de los Pobres, como se le conoció por muchos años. El año de 1920 el edificio fue expropiado por causa de utilidad pública y parte de su terreno fue donado para la construcción de un templo masónico y en el resto se construyó la Escuela Primaria Alberto M. Alvarado que funciona en la actualidad. Los terrenos la huerta del hospital y convento se expropiaron para construir en ellos el Centro Escolar Guadalupe Victoria.
VISTA INTERIOR DEL TEMPLO
VISTA INTERIOR DEL TEMPLO
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torre principal del templo
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a iglesia, en sí de construcción un tanto austera, de estilo neoclásico, techado de bóveda, tiene unos contrafuertes de gran tamaño decorados un tanto barroco además de una portada lateral muy al estilo de la época y su torre no fue construida sino en el tiempo del Porfirismo y según esto recuerda a la catedral de Versalles. Los gruesos muros de adobe y piedra que por varios siglos fueron el único lugar dónde acudir para tratar de recobrar la salud, aún se conservan. Las columnas de cantera delgadas y en algunas partes un tanto pequeñas, muestran la sencillez con que los monjes de la orden de San Juan de Dios dispusieron para el más importante hospital de la Nueva Vizcaya. Por la parte exterior del edificio se puede admirar la bien conservada portada original de la reconstrucción del siglo XVIII, se trata de una bellísima talla barroca, con su gran portón de encino. Por alguna razón inexplicable, esta majestuosa puerta permanece permanentemente cerrada.
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foto de detalle de gargolas en el templo
La portada lateral corresponde al estilo neocolonial, muy de moda en la decada de los cuarentas en México, y las paredes el edificio tienen cuatro contrafuertes para dar solides a la construcción, de los que se desprenden cuatro gargolas en forma de mascarón con roleos barrocos.
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En el porfiriato se contruyo su pequeña torre con columnas lisas y remates dobles propios de la época, y según Francisco de la Maza, tal inmueble recuerda a la catedral del Versalles de marcado perfil neoclásico
foto de detalle dentro del templo
escultura de jesùs
altar a la virgen
El primer hospital que existió en la ciudad de Durango fue fundado en 1595 con el nombre Santa Veracruz, después se llamó San Cosme y San Dámian y finalmente Hospital de los pobres. El templo de San Juan de Dios fue consagrado el 7 de Marzo de 1739 y sirvio como capilla anexa al hospital de mismo nombre.
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cristo negro
Ofrendas realizadas al interior del templo
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vista del altar mayor
Templo de San Juan de Dios que fue consagrado el 7 de Marzo de 1739 y sirvi贸 como capilla anexa al hospital del mismo nombre.
fachada principal del templo san juan de dios
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foto del campanario
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LA MONJA DEL HOSPITAL
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e dice que desde los tiempos del viejo hospital de San Juan de Dios en la ciudad de Durango, existió una madre religiosa caritativa y buena que ayudaba a los heridos y cuando la buscaban para pedirle algún dato, ya no la encontraban en ninguna parte. Se decía que era la personificación de la muerte, porque cuando esta enfermera le tocaba la cabeza al enfermo, de inmediato o a los pocos minutos expiraba. Se contaron por cientos los casos en que al llegar los médicos o las enfermeras a pasar visita al enfermo, lo encontraban muerto y acomodado sobre su cama. Cuando preguntaban a otros enfermos del mismo pabellón, quienes habían presenciado el deceso, todos referían haber visto a la madre enfermera jovencita y guapa, vestida a la usanza de las madres religiosas que dan atención a los enfermos en los hospitales. Decía una de las enfermeras que servían en el hospital que encontrándose ella de enfermera del hospital Civil cuando prestaba su servicio social; hubo una noche que la miro en el pabellón de los tuberculosos y la miro tan cerca, que sin advertirlo intentó de ponerle la mano en el hombro y al advertir que la mano se fue de paso sin tocar nada, reaccionó bruscamente pensando que estaba soñando, en el momento que el personaje desapareció como por encanto. Sintió miedo y al contarle lo sucedido a la madre Superiora en turno. Le contestó con la siguiente historia: “No te preocupes, es una hermana que dicen que no cumplió con Dios, con ella y con el mundo y su alma en pena vagará por el espacio hasta la consumación de los siglos. Se trata de la hermana Viki, que por su juventud y buen porte, fue cortejada por un muchacho joven, médico interno del hospital, el cual abusó de ella y después se negó a cumplirle. Decepcionada, Viki se envenenó, luego se encerró en el descanso del hospital, donde la encontraron muerta con una carta en la bolsa de su hábito donde contó la historia y daba muestras de arrepentimiento pidiendo a Dios el perdón de sus pecados.” Algunos de los médicos, enfermeras, afanadoras y enfermos dicen que la han visto, quedando entre todos la interrogante, que en algunos llega la afirmación de que nunca ha sido Viki, la madre del relato, sino la muerte en persona que llega a terminar con las penas de los moribundos que sufren.
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pesar de su enorme historia, el templo de San Juan de Dios es uno de los grandes desconocidos de la ciudad, encontrándose su construcción en un muy mal estado y su concurrencia siendo, en general, un tanto pobre. Uno de sus elementos arquitectónicos de mayor importancia, las gárgolas que decoran sus muros exteriores, tienen un alto grado de descuido y están cubiertas en gran parte por hierba seca. Por otro lado, varias rutas de autobús hacen su trayecto a través de las calles colindantes a este templo. Esto ha provocado que las personas que esperan su transporte en este lugar hayan provocado, inadvertidamente, un grave deterioro en las paredes y los muros que protegen el templo.
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gargola en descuido
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l Cerro de los Remedios, una importante elevación geográfica de nuestra entidad, se encuentra al oeste de la ciudad de Durango y es un fiel testigo de la historia y evolución de esta vieja ciudad provinciana. Una antigua tradición oral dice que, por su altura, era el lugar preferido por los indios tepehuanos habitantes del valle y sus contornos para, en su cúspide, reunirse a danzar y cantar rindiendo culto al sol, la luna y las estrellas, Esto hizo que en el lugar donde los indígenas tenían su adoratorio, se erigiera una pequeña capilla que se dedicó al culto de Nuestra Señora de los Remedios, de donde el cerro tomo su nombre; lo cual hace suponer que la primera ermita que se edificó en el lugar fue de las primeras en el valle durante el siglo XVI, cuando el culto a otras imágenes no estaba aún generalizado, por haber sido la Virgen de los remedios la primera que vino a México, traída por los españoles en la expedición de Hernán Cortes de 1519.
foto panoràmica del mirador
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Vista antigua del monumento a la bandera y el templo (fototeca INAH)
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foto panoràmica del mirador
No se conoce con exactitud la fecha de la edificación de la primera capilla, tampoco la que se refiere a la llegada de la Virgen de los Remedios al Valle de Guadiana y las referencias más antiguas de que trata la historia sobre el templo, son las que hacen alusión a su remodelación el año de 1724, lo que quiere decir que su origen es de cuando menos un siglo antes, posiblemente en 1640. El campanario construido de un solo cuerpo, ochavado u octagonal, hace supone que se trata de una construcción del siglo XVII que son tan raras en México. El origen de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios que se venera en ese lugar tampoco está históricamente definido, solamente se presume que fue la primera imagen de la Virgen Santísima que llego al Valle de Guadiana, tal vez antes que la Virgen de Loreto que se venera en Analco,
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la Purísima de nuestra Catedral y la Guadalupana del Santuario. Durante el siglo XVIII y principios del XIX tuvo notable importancia la Cofradía de Nuestra Señora de los Remedios, organización que agrupaba a las personas prominentes de la ciudad y fueron dueños de un extenso terreno donde se consideraba el cerro de este nombre. Para los durangueños de todos los tiempos y todas las edades, el Cerro de los Remedios es un símbolo al que le han cantado los poetas y los músicos de todas las épocas ya que por su elevación se distingue la capillita blanca de cualquier parte de la ciudad. Cuando el viajero que transita por carretera se acerca a la ciudad, lo primero que descubre a lo lejos en el horizonte es la capilla del Cerro de los Remedios.
FACHADA PRINCIPAL
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onstruido en la cima del cerro de los Remedios hacia el año de 1640, este templo se caracteriza por la sobriedad y sencillez de sus formas. La desnudez de los muros apenas se rompe con la presencia de pequeñas ventanas y el modesto portón de medio punto. En el interior, igualmente sencillo, alberga una de las primeras imágenes de la
Virgen que llegó a Durango procedente de la Vieja España. En la parte superior del cerro, además de la capilla blanca, se encuentra una gran cruz de cantera, la cual extiende sus brazos como queriendo acoger en su regazo a la Perla del Guadiana, que descansa en la planicie desafiando el paso de los siglos.
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Techo y b贸veda del templo
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Port贸n principal
Detalle en columnas interiores
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Sala de retablos
Candelabro colgando de la b贸veda
Vista general del interior del templo
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Tumbas ubicadas a la izquierda del altar mayor
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Cavernas escondidas
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un cuando ya el cerro está casi en su totalidad fraccionado, medio ilegalmente pudiéramos decir, pues fue muy polémica la expropiación y luego venta de estos lotes, en la parte oeste del mismo están los terrenos propiedad de la Universidad Juárez del Estado donde por suerte todavía se puede ver la cobertura vegetal más o menos original si le quitamos los eucaliptos, pero lo más interesante son unas cuevas naturales, según esto bastante profundas, donde han habitado algunos mendigos de cierta fama como uno de tez blanca de ojos azules desprovisto de sus facultades mentales según algunos y que le gustaba sentarse en las bancas del atrio del templo de San Agustín y hace ya mucho tiempo, las señoras asustaban a sus hijas diciéndoles que en estos laberintos, habitaban los “marihuanos”, esto claro cuando los susodichos asustaban. Resulta que además de las cuevas, tenemos una infinidad de túneles y zanjas profundas, pues supuestamente el “Cerro” contiene estaño y en un tiempo había una mina que explotaba este mineral y hubo casos donde algunas personas se llegaron a extraviar adentro de la misma, dando como resultado varias historias y hasta leyendas como la de una supuesta escalera interna labrada en piedra. Cabe mencionar que el Cerro de los Remedios está listado como una de las locaciones en México donde existen domos (cerros) con riolitas (lava) con topacios y por consecuencia flúor, cuya contaminación de los mantos freáticos es un problema de salud añejo en Durango.
Vista general de la ciudad de dURANGO DESDE EL MIRADOR
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Atrio del templo de Ntra. Sra. de los Remedios
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urante el año 2009 y gracias a una inversión de 9 millones y 185 mil pesos, el Gobierno del Estado de Durango, inició el proceso deconstrucción del mirador en el cerro de “Los Remedios.” El proyecto de esta importante obra, contempló la remodelación del templo de Nuestra Señora de los Remedios, además de los arreglos en el techo, también se remodeló y amplió el atrio, utilizando cantera blanca, además de la construcción de andadores peatonales y escalinatas. Además de esto, durante el año 2010 se comenzó la construcción y se realizó la inauguración del teleférico de Durango. Este proyecto conto con una inversión de 90 millones de pesos y comprendió la construcción de dos góndolas que viajarían desde el cerro del Calvario hasta el cerro de los Remedios. Todo esto constituyo una enorme inversión por parte del gobierno estatal que, finalmente, volvió a fijar la posición de esta importante locación como un símbolo de nuestro estado.
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o se conoce la fecha exacta en que se inició su edificación, suponiendo que fue éntrelos años de 1623 y 1631, época del gobierno episcopal del Dr. Fray Gonzalo de Hermosillo, primer obispo de Durango, fraile agustino que, fiel a su orden, realizo gestiones para establecer en esta villa un convento de frailes agustinos, mismo que se estableció con el nombre de Convento de San Nicolás. La construcción material en su origen fue muy modesta ya que, a la muerte de su protector, el convento quedo sin recursos y sin medios para obtenerlos. Cincuenta años después, en 1673, dicen los historiadores que fue comprada en España la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno con fondos aportados por don Francisco Gómez de la Vega, don Pedro Calleros y su esposa doña Josefina de Silva, la cual fue puesta en la capilla de San Nicolás, única que tenía entonces el convento. El convento de San Nicolás con su capilla, su imagen y la Cofradía, se conservó en condiciones muy modestas por más de doscientos años ya que cuando se dio la batalla de la toma de la ciudad de Durango, por las fuerzas de dos Pedro Celestino Negrete, los días 28 y 29 de agosto de 1821, para consolidar la consumación de la Independencia Nacional, la huerta y convento de San Agustín sirvieron de lugares de atrincheramiento para el ejército independista y una fotografía de la época muestra la construcción de la iglesia sencilla y pobre. El templo actual data de la segunda mitad del siglo XIX ya que en la parte superior de la nave derecha muestra la fecha de 1886.
Vista gral. del interior del templo
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En el frente de su fachada luce un barroco austero que le da belleza y armonía complementándose con la esbeltez de su campanario. La puerta lateral de la calle de Hidalgo fue construida, en 1895, por don Benigno Montoya Muñoz que también construyó el primoroso altar mayor en 1907. Los cuatro ángeles que en cada una de las columnas principales adornan el conjunto son una gran realización escultórica y desafían la gravedad al sostenerse sobre un repizón o ménsula demasiado frágil. Las torrecillas que como agujas penetran al infinito, hablan elocuentemente de la capacidad del cantero para hacer de la piedra obras tan finas y delicadas que resisten y resistirán el paso de los siglos. El templo de San Agustín, antiguo convento de San Nicolás, es para los duranguenses toda una amalgama de recuerdos y tradiciones para sostener en pie al tiempo que se fue.
Cruz de hierro en la cima de la fachada principal
Reloj ubicado en la fachada principal
Viga de madera al interior del templo
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urante el siglo XIX se reconstruyó el templo con un estilo neoclásico en su arquitectura general, y la puerta lateral oriente se construyó además un tanto barroca. El ya mencionado altar mayor, de estilo neogótico, fue posiblemente la obra cumbre del cantero duranguense Benigno Montoya, quien se propuso romper con la pesadez propia de las construcciones de la época y a ase de columnas esbeltas y claros abundantes edifico algo que al mismo Montoya se le hizo increíble. Contaban sus amigos y compañeros de trabajo que cuando retiro
Vista general del interior del templo
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la madera y andamios que servían de cimbra y sostén al altar recién construido, don Benigno cerró los ojos y se quedó atónito largo rato, esperando que su obra se desmoronara. Sin embargo, noventa años de existencia son suficientes para demostrar la calidad y consistencia de la referida construcción lo cual permite reconocer la capacidad genial y distintiva de aquel hombre que sin ser ingeniero ni arquitecto desafío la gravedad y edifico un monumento maravilloso, tanto en calidad estética como en construcción.
Altar mayor del templo
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Campanario del templo de San Agustín, de donde un búho noctámbulo le canta su canción a la luna llena que ilumina a la ciudad cuando duerme.
Campanario del templo de San Agustín
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Ornamentación de la puerta principal
El templo de San Agust铆n, cuya construcci贸n que observamos actualmente, data de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Se edific贸 donde estuvo la antigua capilla del convento de San Nicol谩s
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Vitral de la entrada principal al templo
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Pintura sobre la b贸veda principal
B贸veda principal
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Retablos al interior del templo
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Nuestro padre Jesús de San Agustín
L
a imagen de Jesús de Nazareno que se venera en el templo de San Agustín en la ciudad de Durango, es una valiosa obra de arte y portento de prodigio religioso que ha resuelto problemas a millares o millones de creyentes de todas partes del mundo. El origen de la imagen se perdió en el tiempo y son diversas las leyendas que por tradición oral se han transmitido de generación en generación para explicar cómo llegó a ese lugar él Nuestro Padre Jesús de Nazareno que todos los duranguenses conocemos. Una de estas leyendas nos dice que cuando la rebelión indígena de 1616, los indios quemaron las casas, el convento y la iglesia de la Villa del Mezquital, donde todo fue reducido a cenizas, a excepción de la imagen de María y Jesús que escaparon las llamas; encontrándose que la imagen de María tenía un hachazo en la cara como la del Zape, deterioro que nunca se compuso. Se acordó trasladar las imágenes a la ciudad de Durango, encontrándose con el problema que entre ocho hombres no podían levantar la de Jesús. Probaron inútilmente algunos sacerdotes y no lo consiguieron, por lo que suplicaron al doctrinero de la Orden de San Francisco en virtud a que la estatua pertenecía a su orden religiosa, probara a levantarla, como lo hizo sin gran esfuerzo. La imagen de Nuestro Padre Jesús fue trasladada poco tiempo después al templo de San Nicolás, hoy San Agustín, donde desde entonces se venera con mucha fe. La verdad es que no existen testimonios escritos que precisen ninguna versión de esta historia y todo se reduce a la tradición oral que hace énfasis en que el milagro más grande de la imagen es el hecho de unificar a todos los duranguenses en torno suyo.
Altar secundario
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n años recientes se ha llevado a cabo la remodelación de la Plaza San Agustín, un pequeño sitio de descanso que se encuentra justo en la zona frontal exterior del templo. Este sitio es muy concurrido por los asistentes del templo, además de que en varias ocasiones, sobre todo en fines de semanas, es un muy conocido punto de reunión para los grupos entusiastas de las motocicletas tipo chopper y los automóviles. Además de esto, la actividad económica en los alrededores ha crecido bastante en los últimos años, provocando la creación de cafés, restaurants y demás sitios de interés en las calles colindantes.
Fachada exterior del templo
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l templo de Santa Ana es considerado uno de los más antiguos de la ciudad de Durango. Su construcción se inició cuando gobernaba la Mitra de este obispado el señor Dr. Caballero de la Orden de Santiago, don Benito Crespo, por los años de 1723 a 1734 y corrió a expensas del Dr. Baltasar Colombo, quien no termino la obra por haberse trasladado a la Catedral de Guadalajara Posteriormente, cuando atendió el obispado don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, XI obispo de Durango, en los años de 1749 a 1754, se continuo la construcción a expensas
Cúpula y torre principal
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del señor Canónigo don Bernardo Joachín de Mata, quien amplio el proyecto para darle mayor suntuosidad a la capilla. La obra se suspendió nuevamente y se terminó de construir a principios del siglo XIX en el gobierno episcopal del señor don Francisco Gabriel Olivares y Benito quien gobernó la diócesis de Durango en los años de 1796 a 1812. Se dice que la conclusión de la obra en ese tiempo se debió al legado de una devota matrona, a quien sus padres dejaron un valioso caudal que destino íntegramente a la fundación del Convento de las Capuchinas.
Detalle superior de la entrada principal
Sin embargo, por lo que concierne al mencionado Convento de las Capuchinas anexo a este templo del que tanto se habla en la tradición oral y diversas obras de estudiosos de la historia de Durango, no existen testimonios materiales ni documentales que proporcionen información ni confirmen todo esto. Como todos los edificios antiguos, tiene su historia y las referencias documentales testifican que cuando se inició su construcción en la primera mitad del siglo XVIII, el lugar se encontraba en las afueras de la zona urbana de la ciudad y
tiempo después formo parte de su conjunto El Panteón de los Ricos, que funciono como cementerio hasta mediados del siglo XIX. El Templo de Santa Ana, como todos los vetustos edificios de la ciudad de Durango, son testigos de la historia, su cantera ha contemplado impasible el paso de los siglos y nos cuenta todos los días como fue el Durango de ayer para dejarnos un ejemplo y un compromiso a los duranguenses de hoy, quienes estamos obligados a servir a nuestra tierra con lealtad, para mejorarla cada día.
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L
a construcción del templo en su totalidad es majestuosa y original ya que su pórtico y fachada se localiza a un costado de la nave principal, luciendo dos grandes puertas de las cuales la que corresponde al lado norte está totalmente cerrada con cal y canto, resultando solo una simulación por razones de estética. En la parte superior media de su hermosa fachada, lucen, desafiando el paso del tiempo, tres escudos episcopales de los cuales el del lado izquierdo corresponde a don Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, XV obispo de Durango, el que se encuentra al centro es el sello oficial del obispo don Francisco Gabriel Olivares y Benito, XXI dignatario de la Mitra, así como su escudo episcopal que se encuentra al lado derecho. La construcción en general, es monumental y hermosa. Al referirse a ella, don Francisco de la Maza, autor de “Durango, Notas de Arte”, dice: “Sus portadas son de un barroco moderado, moderado para México, de fortísimas modulaciones en pilastras y copetes, y la espléndida y vigorosa torre tiene influencia indudable de las torres de la Catedral”.
Torre y campanario
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Altar lateral del templo
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Fachada frontal
A diferencia de lo demĂĄs templos de la ciudad, la nave se encuentra paralela a la calle, como era usual en las iglesias de monjas. El elemento que la distingue es una portada doble separada por columnas monumentales y varias medias columnas, sobre las que descansan floreros
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que aluden a la pureza mariana. Las portadas terminan en remates formados por elegantes roleos. En su interior se encuentra todavĂa la capilla domestica con una elegante cĂşpula octagonal que iba a ser dedicada a las monjas de la clausura.
Escultura de florero en la entrada principal
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Altar mayor
Altar lateral
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Vista general del interior del templo
Sello episcopal de don Francisco Gabriel Olivares y Benitos, XXI Obispo de Durango. Los dos escudos y el sello se encuentran realizados en la cantera
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Columnas exteriores
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Sitio estratégico en batalla
or su ubicación y altura de su hermoso campanario, fue lugar estratégico muy codiciado en los acontecimientos militares de los tres sitios bélicos que sufrió la ciudad de Durango. Así lo mencionan los informes, primero de don Pedro Celestino Negrete, fechado el día 30 de Agosto de 1821, cuando se consumó la Independencia de México; después, cuando don Esteban Coronado, General de la guerra de Reforma, tomo la ciudad el día 7 de Julio de 1858 y finalmente, cuando las fuerzas revolucionarias tomaron la capital del estado el 18 de Junio de 1913. Como testimonio elocuente de haber proporcionado la torre de su campanario para que sirviera de fortín en esas luchas libertarias, en dos de las columnas de cantera que le sirven de sostén en los dos cuerpos de su torre se aprecian las huellas que dejaron los impactos de dos cañonazos y muchos disparos de fusil, cicatrices que no deben de borrarse porque son testimonio fehaciente de las luchas internas que ha sostenido el pueblo de México y en especial Durango, por preservar su libertad.
Cúpula y campanario del templo
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uera de la instalación de la iluminación nocturna en el exterior del templo, esta famosa construcción mantiene su tradición centenaria en la mayor
parte. A través de los años, los cambios han existido mayormente en las inmediaciones del mismo. Las instalaciones del IMAC, Instituto Municipal de Arte y Cultura, se encuentran actualmente en una de las esquinas del Jardín Hidalgo, inmediatamente en frente del templo. En este mismo jardín se realizan de vez en cuando algunos eventos culturales de menor importancia, desde pequeñas obras teatrales hasta concursos de pintura en gis pastel. Además la realización de un pequeño tianguis del libro cada fin de semana es ya una parte importante de la tradición en las cercanías del templo de Santa Ana. Todo esto constituyo una enorme inversión por parte del gobierno estatal que, finalmente, volvió a fijar la posición de esta importante locación como un símbolo de nuestro estado.
Flor sobre una zona del altar mayor
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Cruz del atrio
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l Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, construido al norte de la ciudad de Durango, al pie del Cerro de Fray Diego y muy cercano al Cerro del Mercado, constituye una unidad integrada por el convento, el templo y la casa parroquial, que en su conjunto mide aproximadamente unos ochenta metros de longitud de este a oeste. No se conoce con exactitud le fecha de iniciación y terminación de la ermita, considerando que se inició a mediados del siglo XVII, allá por el año de 1657, tiempos en que gobernó a la iglesia de Durango el señor obispo, Lic. Pedro Barrientos Lomelín, ya que en un certificado de Melchor Juárez, escribano real, que describe la gestión obispal del señor Barrientos dice: “En cuanto al edificio de la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, certifico que se ha ido continuando y aunque no está acabada en toda perfección queda en estado que tiene altar con imagen y mucho adorno y decencia, en que se celebran misa con gran frecuencia, consuelo y devoción de los vecinos de esta ciudad”. Medio siglo después, cuando en 1713 tomo posesión del obispado el Dr. Pedro Tapiz, mando construir la finca inmediata al templo que se encuentra al lado oeste y la convirtió en su casa de veraneo y descanso, lo cual permitió agrandar la unidad, agregando a la ermita la hermosa casa estilo barroco que luce su singular belleza.
Fachada principal del santuario
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Posteriormente, a principios del siglo XIX, cuando gobernaba la iglesia de Durango el señor Dr. Francisco Mendoza y Herrera, tercer arzobispo de la diócesis, se inició la construcción de la tercera parte de la unidad, propiamente lo que es el convento, el día 28 de Octubre de 1910 y se terminó el 12 de Diciembre de 1912. Desde que se inauguró se le dio el nombre de convento, ya que parece ser que al principio fue dedicado a convento para la orden de la Compañía de Jesús, la cual funciono un tiempo en esas instalaciones y posteriormente por órdenes superiores, cambio de lugar. Después albergó a un colegio guadalupano, una escuela de primeras letras y unos talleres de la Sociedad de Artesanos Católicos.
Se dice que el Santuario de Guadalupe es testigo de la Historia de Durango porque, además de mostrarnos en sus canteras la huella de tres siglos de construcción, tiene el privilegio de conservar en su presbiterio los restos de seis insurgentes que fueron sacrificados en la Cuesta de la Cruz, la mañana del día 17 de Julio de 1812, durante la lucha por la independencia de nuestro país. El día 12 de Diciembre de cada año, se viste de fiesta para recibir a muchos miles o tal vez millones de peregrinos que lo visitan. El Santuario de Guadalupe es la historia viva de Durango, donde cada una de sus canteras nos cuenta innumerables hazañas y actos heroicos que se escribieron con sangre.
Foto antigua del Santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe (fototeca INAH)
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l altar mayor del templo es una singular obra de arte estilo gótico renacentista, posiblemente obra del cantero duranguense Benigno Montoya, o su padre por la semejanza que tiene su trazo y construcción con los
altares de los templos de San Agustín y Nuestra Señora de los Ángeles. Está considerado como una de las filigranas de cantera que enaltecen el arte arquitectónico de Durango.
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Altar mayor
Vista general del interior del templo
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Fachada y puerta principal
La unidad en su conjunto es una mezcla de los estilos arquitectónica y técnicas de construcción de tres épocas diferentes. El atrio del templo, circundado por una reja de metal, complementa la belleza del conjunto, rematando con un
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hermoso pórtico de tres arcos de medio punto, donde los canteros duranguenses hicieron gala de su habilidad para labrar la piedra, al ofrecernos con columnas dóricas simuladas y hermosa cornisa con friso, una construcción con la interpretación del estilo clásico del siglo XX.
Vista interior del santuario
Detalle de las columnas interiores
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Altar lateral
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El hombre del bombín
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aminaba presuroso por atrás del templo del Santuario de Guadalupe. De pronto escuché a mi espalda muy cerca de mí, el agitado roncar de un cerdo gordo que caminaba por la vereda que yo ocupaba. A pesar de su tamaño y manifiesta gordura, el animal se desplazaba con celeridad, de tal manera que pronto me alcanzó, yo me hice a un lado del camino y el animal me rebasó y siguió adelante. El suceso despertó mi curiosidad. Lo seguí en la distancia con la vista y cuando más lo miraba, no supe cómo ni en qué momento, pero el animal desapareció y en su lugar miré a un hombre vestido de curro de color negro. Como no queriendo, con el rabo del ojo le miré la cara y pude apreciar que se trataba de un varón de unos cuarenta años de edad, color blanco de facciones afiladas, con barba muy crecida y entrecana y bigote con las puntas hacia arriba. Después del encuentro todo se me olvidó y continué pensando en los problemas personales que me agobiaban. Un día de tantos me dijo mi madre: “Hijo ten cuidado, dice la gente que a las doce del día sobre la vía del Cerro del Mercado, se aparece un marrano grande y gordo que camina rumbo al sur y luego se convierte en un curro muy catrín con bombín y bastón que se regresa, da vuelta al cerro de Guadalupe y se pierde cuando llega a donde estaba el Panteón de los Pobres. Dicen que es el ánima de don Melquiades Pinzón, un hombre inmensamente rico que vivió en la ciudad de Durango en la primera mitad del presente siglo, un poco después de la revolución y antes del año de carestía. Uno de sus gustos era salir todos los días a las doce del día a dar sus paseos en las orillas de la ciudad. Don Melquiades murió repentinamente un día que estaba almorzando y, las malas lenguas decían que Teresita lo había envenenado porque era muy celoso. A los pocos días de muerto el hombre, su señora se casó con un muchacho que era menor que ella, el cual no trabajaba en nada y pronto le gastó la herencia dejándola en la miseria. Desde entonces se dice que con frecuencia se mira a don Melquiades pasearse a las doce del día por la vía del Santuario de Guadalupe. 99
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urante años ya ha estado en construcción el nuevo Santuario, esto en la explanada ubicada justamente en la parte posterior de la antigua construcción. Si bien por problemas económicos o por alguna otra situación, esta obra no ha podido ser completa. Sin embargo, aun en su estado actual, el nuevo Santuario es ya utilizado para la
realización de misas y para la colocación de cenizas en las criptas que se encuentran en su parte posterior. Dejando esto de lado, el tianguis que se coloca cada domingo en la explanada frontal del Santuario de Guadalupe es el elemento más reconocido de este templo, siendo este concurrido por todo tipo de personas de nuestra ciudad.
Construcción del nuevo Santuario
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l templo dedicado a Nuestra Señora de los Ángeles inició su construcción por iniciativa del Coronel Jerónimo Hernández el día 18 de febrero de 1809, con autorización que sobre el particular extendió el señor Obispo de Durango Dr. Francisco Gabriel de Olivares y Benito, con fecha 17 del mismo mes y año, para que fuera edificado en terrenos del barrio de La China, que, cien años después, se convirtió en el Parque Guadiana. El director de la obra en su iniciación fue don José Caballero y el responsable financiero de la misma, Jerónimo Hernández. La obra de este templo fue suspendida en 1810 debido
a la inestabilidad económica generada por la lucha de Independencia en el país. La construcción se reaundó el 23 de agosto de 1845 por el coronel Hernández. La obra fue terminada en 1897 bajo la dirección del cantero duranguense Benigno Montoya y el financiamiento de la filantrópica dama Angelita Flores de Flores, esposa del entonces gobernador del estado, Juan Manuel Flores. Colocada como una perla valiosa dentro de la filigrana de cantera, luce majestuosa y bella la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, única por su belleza y excepcional por el respeto y devoción que a ella brindan los duranguenses.
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Torres y campanarios del templo
Vista interior
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u estilo arquitectónico es de un neoclásico modernista de corte gótico americano que se caracteriza por su esbeltez y ligerea, cuyas torres que terminan en aguja dan la impresión de proyectarse al infinito. En el interior del Santuario, luce el Altar Mayor, obra del maestro Benigno Montoya, donde hizo alarde de belleza, delicadeza y buen gusto. Es una verdadera obra de arte gótico, constituido por una serie de columnas ricamente labras que ofrecen una verdadera filigrana de cantera única en su género. Todo el conjunto es armonioso y bello, destacando de manera singular dos guirnaldas de rosas que parecen naturales pero son de piedra. Los ángeles laterales, al igual que los que rematan el conjunto, son ejemplo de perfección escultórica y dominio de las leyes del equilibrio.
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Altar mayor
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Altar mayor
Entrada principal al templo
Altar lateral
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Vista interior
Pinturas que muestran el viacrucis de jesucristo
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El monje de los Ángeles
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na mañana ya casi olvidada de antaño las campanas del templo de los ángeles comenzaron a sonar. Los frailes del convento sorprendidos por la extrañeza de una misa tan a temprana hora acudieron devotamente al llamado. Una gran duda invadía a todos, incluido el padre superior más la misa tuvo que llevarse a cabo debido a la gran concurrencia que se había generado. Al término de la misma, sin embargo se solicitó la confesión del responsable sin éxito alguno. Tiempo después y con una importante visita en el templo la sorpresa aumento al enterarse todos que este visitante había sido recibido por uno de los frailes, nadie supo cual, quien lo había acogido en el convento y le había dado de cenar. Se dice que este hermano fue el padre escalera miembro fundador del templo y quien había comenzado con la construcción del mismo en el año 1812. A falta de dinero, sin embargo esta construcción se vio detenida y el padre escalera falleció antes de ver finalizado su obra. El templo fue terminado por el año 1897 y cuenta la leyenda que desde entonces el alma pena del hermano escalera, ronda el interior del templo al cual dedico toda su vida.
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FACHADA PRINCIPAL
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l comercio en las cercanías de este templo ha crecido en gran manera en los últimos años. Todo esto ha generado la colocación de restaurants, cafés y demás sitios de interés para los visitantes de esta construcción. Por otro lado, la entrada principal del Parque Guadiana, ubicado justo a la derecha del templo, fue remodelada hace
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unos años, brindando un lugar más cómodo para el descanso de la concurrencia tanto del parque como del templo. Estos son algunos de los cambios de mayor importancia del templo de Nuestra Señora de los Ángeles, más la tradición del mismo se ha mantenido casi intacta a lo largo de los años.
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TEMPLO DE
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Reloj en fachada del templo
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egún historiadores, la primera piedra fue colocada el 12 de abril de 1891, el proyecto fue del ingeniero Francisco Rodríguez y bendecida la primera piedra por el Ilmo. Sr. D. José Vicente Salinas, según relato tomado del seminario católico “El Domingo” en su número 16 con fecha de abril 19 de 189, en el año de 1896 se suspendieron los trabajos y no es hasta 1904 cuando se reanudaron esto gracias al empeño del presbítero Julio del Palacio, continuando hasta 1908. La nave lateral izquierda del templo fue la primera que se terminó, convirtiéndose de esta manera en capilla provisional, en el año de 1920, es bendecida por el arzobispo Francisco Mendoza Herrera, a principios de 1943 y durante el periodo presidencial de Ávila Camacho por segunda vez en la historia de México de seis años llegan a Durango los Misioneros del Espíritu Santo para hacerse cargo del todavía incompleto Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús y fueron ellos, bajo la dirección de Vicente Méndez, los que más se esfuerzan en la construcción del templo. Durante estos años cuarenta se siguió trabajando y en abril de 1943, se cierra la nave central del templo, en 1944, se terminan el coro, la cantera de las cúpulas menores, se reviste la cúpula central y se revisten los muros e interior de la bóveda, luego a finales de este mismo año un maestro de Querétaro decora el interior.
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puerta principal
En junio de 1946 se consagra el templo consistente en tres naves con la fachada y un rosetón parecido al de nuestra señora de Norte Dame al sur. Aun cuando el 8 de junio de 1947 en el “primer día del magno congreso Eucarístico Arquidiocesano se dio una pre-inauguración, ofreciendo la primer misa el Arzobispo de Monterrey el Dr. Guillermo Tristchler y solo cinco días después, da su primer misa pontifical en el templo casi por terminado, el Obispo D. José Maria González y Valencia, no fue sino, hasta el 4 de junio de 1948 cuando se da por terminada oficialmente la obra de este. Al templo, ya por último en 1950, le ponen la reja al atrio, la misma que tenía anteriormente la catedral y hecha en la antigua fundición que alguna vez hubo en el Cerro del Mercado.
estatuas interior templo
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portada de templo del Sagrado Coraz贸n de Jes煤s
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on un área total de 1,500 metros en cruz latina con tres cúpulas, la mayor en el punto de encuentro de la cruz, el bello interior del templo es austero siguiendo su estilo románico, un estilo de principios de la edad media en Europa. El altar es diseño del arquitecto, Mauricio Campos. El reloj que se localiza en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, ha marcado toda una tradición, sobre todo para los habitantes del barrio de San Antonio, cuenta con una maquinaria hecha a base de fierro dulce y bronce trabajado en torno, situación que hace aun más valioso el contenido histórico de la pieza. Todos los ciudadanos de Durango que cooperaron con fondos para la construcción y en especial la hechura de la Custodia, que está conformada en parte, por las aportaciones de joyas de oro y plata, que donaron los feligreses y que tiene un peso de 45 kilos, una altura de metro y medio y es obra del orfebre poblano D. Miguel López.
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entrada principal
interior
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detalle
pintura en el interior
detalle del fachada
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vista de bovedas desde el interior
interior
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fachada principal
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estatua de la Virgen Maria
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esús un joven de familia pobre estaba desesperado por encontrar los medios para ayudar a su madre quien se encontraba en un muy mal estado de salud. No había trabajo y no tenía nada más para empeñar por lo que la desesperación lo llevo a finalmente a recurrir al robo. Para su desgracia los afectados fueron los miembros de una familia acomodada y, por tanto, Jesús termino siendo encarcelado durante 5 años. En la cárcel, los días se le iban pensando sobre su madre y nada más hasta que por fin llegaron a él las noticias de su triste muerte. La depresión cayó sobre Jesús y los días ya de por si pesados fueron más obscuros aun.
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Una mañana una paloma blanca bajo desde el campanario del templo del sagrado corazón de Jesús, frente al reclusorio y se posó a un lado de Jesús. A partir de ese día las visitas de la paloma fueron constantes y el término por interpretar que dicha paloma era el espíritu de su difunta madre. El tiempo paso y Jesús fue liberado perdiendo además a la paloma que tanto había llegado a apreciar. Hasta el día de hoy se dice que a ciertas horas de la noche las palomas huyen del campanario despavoridas espantadas por la sombra del joven buscando a su madre.
L vista de cupula de exterior
a plaza Morelos, frente al templo del Sagrado Corazón de Jesús tendrá fuentes danzantes, y se abrirán los andadores para que la arquitectura afrancesada de la iglesia sea vista desde calles Pino Suárez y Apartado. Esta reconstrucción estará siendo llevada a cabo durante la realización y publicación de este libro. Además, se levantará la poda al menos un metro y medio para evitar prácticas insalubres y de inseguridad, ya que el jardín sirve de descanso y espera para los familiares de los pacientes del Hospital General, indígenas y foráneos, resaltó. Todo esto, además de la colocación del alumbrado que realza la arquitectura del templo, servirá para mejorar el elemento turístico que el Sagrado Corazón de Jesús representa para Durango.
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n 1705 se inauguró el Colegio Seminario de San Pedro, para 1706 se encontraba ya construida la capilla, el refectorio y tres salones generales para la lectura de Teología Moral y Gramática, así como los demás espacios necesarios para el funcionamiento de la institución. Para fines del siglo XVIII ya había sido terminado y adquirido la forma actual del edificio e, incluso, se describe como una casa toda de altos, marcos, arquerías y escaleras de cal y piedra. Tras la expulsión de los jesuitas, en 1767, se dispuso que el Seminario operara en el edificio del Colegio de la Compañía de Jesús. En noviembre de 1817, el señor obispo Juan Francisco de Castañiza Larrea y González Agüero dispuso que se creara el Colegio de San Luis, por lo que se destinó el edificio del Seminario Tridentino para tal fin. Cuando en 1860, tras las leyes de Reforma, el Colegio Seminario fue transformado en el Colegio Civil del Estado y suprimida la formación sacerdotal, al pasar el inmueble a la administración del Gobierno, la Diócesis dispuso que los colegiales y sus maestros se concentraran en el Colegio de San Luis, para que de nueva cuenta, luego de 93 años, el edificio se destinara a la formación sacerdotal.
Confesionario
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En 1926, tras el estallido de la rebelión cristera y una vez ordenado por el Gobierno Federal el cierre de los inmuebles religiosos, el edificio fue ocupado por el Ejército, estableciendo allí uno de sus cuarteles en la ciudad de Durango. En diciembre de ese mismo año, por gestiones del arzobispo Antonio López Aviña, fue posible que la antigua capilla del Seminario fuera devuelta al culto católico. Se tuvieron que reparar los interiores que se encontraban sumamente dañados y, finalmente, el 18 de febrero de 1964, hace cuarenta años, se abrió de nuevo al culto bajo la advocación del santo dominico San Martín de Porres. En 1990, bajo la dirección del presbítero Jesús Manuel Pérez Rivas, se continuaron los trabajos de hermoseamiento del templo.
Florero estilo Neoclásico
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l valor artístico del templo de San Martín de Porres destaca por su arquitectura de estilo neogótico con matiz francés, por la abundancia de flores de lis, como se puede admirar en la esbeltez y grácil ligereza de los arcos ojivales de la bóveda, que de inmediato nos ofrecen una placentera visión de altura y espiritualidad; lo mismo nos sugiere la contemplación de la refinada elegancia de los marcos de los ventanales, orlados con estilizadas volutas y remates superiores, así como los de la puerta principal y de la oficina. Por la filigrana de su ornamentación, como original creatividad de artistas durangueños. Todo esto continúa con la visión de la cornisa y friso interiores, que corresponden a un fino encaje fijado en cantera, como se ve también en la exquisita micro arquería ojival que flanquea el sagrario, en el rococó de los rosetones con hojas de acanto en la bóveda y en la ornamentación del altar. Lo excepcional de este templo a partir de 1990 está en la armoniosa relación entre su estructura arquitectónica y la totalidad de su mobiliario, por haberse logrado una línea de uniformidad en perfecta correspondencia artística con el estilo de su arquitectura, como se puede comprobar en candeleros, confesionario, escritorios, balaustrada del coro, en el enmarcado de las imágenes, que atrás del altar flanquean la del santo titular, y en la ornamentación de la oficina, todo esto finamente labrado en caoba.
vista interior
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atril en el interior
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iendo el templo de San Martín de Porres una construcción relativamente reciente, los cambios que ha experimentado han sido relativamente pequeños, debidos más que nada al paso del tiempo y no tanto a un cambio real. Los decorados interiores son renovados periódicamente, manteniendo sin embargo el mismo estile que caracteriza la hermosa arquitectura interior de este templo.
vista vertical del interior
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vista de vitral desde el interior
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Muestra de afecto en el interior del templo
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vista de vitrales desde el exterior
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ormando parte del antiguo Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús (hoy rectoría de la Universidad Juárez del Estado de Durango), el templo de San Juanita de los Lagos tiene a cuestas un derrumbe y varias remodelaciones, terminándose de construir definitivamente en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1634 fue depositaria de los oficios de la Catedral cuando ésta sufrió un incendio. Al pie del altar de lo que fuera la primera capilla de adobe, fueron depositados los cuerpos de los ocho sacerdotes jesuitas asesinados en la rebelión tepehuana de 1616.
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A
l mismo tiempo que la realización de este libro estaba siendo llevada a cabo, inicio en la esquina de la calle 5 de Febrero y Constitución, antes tienda Sears, vecina directa del templo de Santa Juanita de los Lagos, la construcción de una nueva plazoleta que buscará conectarse con el pasado, pero con un signo de modernidad que incluirá consolidar
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los muros del templo, construir contrafuertes, colocar herrería artística, fuentes con iluminación, andadores y mobiliario urbano. Esta obra, que llevará al final de su construcción el nombre de Plaza Fundadores, significa responder a un legado histórico de las generaciones antepasadas y fortalecer el orgullo como duranguenses.
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fachada del templo
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E
l templo de San Miguel inició su construcción en la segunda década del siglo XVIII y, como otras edificaciones de esta característica, tardó varios años en ponerse en servicio. Ubicado en uno de los barrios más populares de la ciudad, ayudaba a atender las necesidades de los habitantes del Barrio del Escorial. De acuerdo con un legajo existente en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México, citado por Saravia, la primera capilla era extremadamente reducida y las deficiencias en la construcción propiciaron que ésta se derrumbara por completo, sepultando entre sus escombros al propio benefactor. Casi inmediatamente se comenzó de nuevo la reconstrucción del templo, la cual estuvo a cargo del sacerdote Miguel de Urbina, quien, con pocos conocimientos de arquitectura pero con un gran empeño, logró importantes avances en la construcción que, aunque modesta, llevó a término la obra.
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En 1779 se levantó una información pericial por orden del caballero Teodoro de Croix, gobernador y capitán general de las Provincias Internas, para investigar algunas prácticas que se consideraban entonces irregulares, en perjuicio del templo de la Compañía de Jesús. De esta controversia se descubrió que por lo que respecta a la capilla de San Miguel, ésta se había edificado, desde principios del siglo XVIII, sin contar con la Real Cédula. El 26 de enero de 1911, por disposición del señor arzobispo de Durango, Dr. Francisco de Paula Mendoza y Herrera, se entregó al padre carmelita Hipólito Delgado la antigua capilla de San Miguel Arcángel, a la que se le añadió el nombre de El Carmen, para que allí se establecieran en Durango los frailes de la Orden del Monte Carmelo. La construcción se concluyó el 25 de marzo del año siguiente de 1912, con el nombre de templo de San Miguel y El Carmen.
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detalle en puerta principal
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La bella cruz veleta de fierro forjado, que por años caracterizó la fachada del templo de San Miguel, fue derribada por el viento en el 2003. Tres años después y tomando en cuenta las medidas de seguridad necesarias para evitar un accidente del mismo tipo, la cruz se recoloco en su lugar original. Aprovechando esta movilización, se solicitó a las autoridades municipales la colocación de la campana de la misma torre de donde cayó la cruz, la cual hace bastante tiempo que se encuentra sin uso alguno. detalles en fachada
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VIsta de primera torre
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Conclusión
L
a idea de que los templos de nuestra ciudad son tan solo sitios religiosos está muy arraigada en la mente de los ciudadanos. Es necesario extender esta ideología y representar a los templos como uno de los destinos turísticos de mayor importancia en nuestra ciudad. Sin embargo, al igual que lo anterior, los templos están también ya plantados en nuestra mente como iconos arquitectónicos, pero nuestro interés por ellos no es suficiente o no se nos presentan los medios necesarios para conocer más de su historia. Los templos requieren una mayor presencia dentro de la ideología duranguense. Es necesario recordar cómo, durante los 450 años de existencia de nuestra ciudad, ellos han formado parte de la gran mayoría de los hechos históricos de mayor importancia en Durango. Por tanto, su basta historia, su imponente arquitectura y todo el arte que guardan en su interior los convierte en unos de los mejores candidatos para convertirse en símbolos nacional e internacionalmente reconocidos de nuestra entidad.
Bibliografía LOZOYA CIGARROA, Manuel. Rincones de Durango. 1ª ed. Durango: Ediciones Durango. MORENO HERNANDEZ, Salvador. Hablemos de Durango y sus personajes. 1ª ed. BARBA FRANCO, Alejandro. Templos, devoción por el arte. Durango: Official visitor’s guide. 2012. Número único. RAMIREZ, Jose Fernando. Monografía de Durango. 1ª ed. Durango. BISHOP VELARDE, Walter. Boletín Durango Turístico. Durango. Disponible en: http://www.durangoturistico.com/intro.html
Agradecimientos especiales para todas aquellas personas que, a través de entrevistas, brindaron la información necesaria para la edición de este libro. Además, agradecemos también a la Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia por proporcionar las fotografías antiguas publicadas en este libro.
Templos más allá del agua forma parte de la celebración del 450 aniversario de la fundación de la ciudad de Durango. Dentro podrás encontrar toda la información necesaria para conocer a fondo a algunos de los iconos más importantes de la ciudad: los templos. Desde la historia hasta la arquitectura, desde sus mitos y leyendas hasta la situación en la que se encuentran en la actualidad, la tradición centenaria que estos símbolos han representado para Durango quedara enmarcada en estas páginas.
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