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Crónicas de un SALTO desconocido Un aporte para el Turismo Cultural, Histórico y Patrimonial Salteños Ilustres

Dr. José Lino Amorim “El Padre de los Pobres” Alberto J. Eguiluz Dentro de la pléyade de los hijos ilustres de nuestra ciudad, la figura del viejo médico José Lino Amorim, surge trazada en el recuerdo, con líneas de eternidad. Intentemos una pequeña silueta biográfica de este glorioso hijo de Salto que consagró lo más puro y noble de su vida a la ciencia y al amor al prójimo, que dio la luz clara de su cerebro y los latidos más íntimos de su corazón en pro del alivio del dolor y de la angustia de los que sufren, con gesto sereno y cariñoso de sembrador y de apóstol. El Dr. José Lino Amorim nació en nuestra ciudad el día 23 de Setiembre del año 1863, fueron sus padres Don José G. Amorim Y Doña Sofía F. de Amorim, inició sus estudios de primeras letras en el Colegio de Don Fernando Arguelles, continuándolos después en el Instituto Politécnico. En el año 1876 ingresó en preparatoria y en Agosto de 1880 fue a Montevideo a rendir examen de algunas materias para terminar el Bachillerato. Al año siguiente cursó y aprobó todos los exámenes que lo capacitaron para ingresar en al Facultad de Medicina. Al obtener el grado de Bachiller presentó la siguiente tesis: “Así como el sol hace desaparecer las tinieblas de la noche, nuestra sola inteligencia, Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Crónicas de un SALTO desconocido poco a poco hará desaparecer las tinieblas que envuelven nuestro pasado”. Del año 81 al 82 se embarca para la ciudad Luz y en ella revalida todos sus estudios y se doctora en la Facultad de París. Permanece en Francia hasta fines de 1888 en que viene a radicarse en su ciudad natal y desde el comienzo de su vida de médico entre nosotros, el Dr. Amorim presta a la medicina una noble y grande consagración y evidencia en sus gestos filantrópicos de alta nobleza que su talento y corazón pertenece a un hombre superior. Ejerció noblemente entre nosotros, su apostolado por más de veinte años en el transcurso de los cuales el Dr. Amorim fue “el paño de lágrimas” de ricos y pobres de nuestra población. Su corazón y su conciencia se prodigaron durante todo este lapso sin medida y sin tasa entre los que sufrían, que el consenso popular lo señaló para nuestra historia con el nombre de “Padre de los Pobres”. A fines de agosto del año 1918, ya viejo y enfermo, el Dr. Amorim hace abandono de la profesión y nuestro pueblo le testimonia su gratitud organizando en su honor un gran homenaje. Acto, sin precedente en la historia de nuestro país, que se realizó el día 22 de Setiembre del citado año, el que consistió en una enorme manifestación a la que concurrieron más de ocho mil almas sin distinción de credo ni clases.

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En la citada ceremonia la Comisión organizadora hizo entrega al Dr. Amorim de una artística medalla de oro de diez centímetros de diámetro por cuatro milímetros de espesor, luciendo en su anverso su patriarcal cabeza y en su reverso la leyenda alusiva al acto. Del mismo cuño se realizó otra de plata la que le fue entregada a la viejecita Sra. Madre del Dr. haciendo uso de la palabra en ese instante en nombre del Comité Organizador y del pueblo de Salto, el Dr. César G. Gutiérrez, quién pronunció su noble y hondo discurso que arrancó lágrimas a la multitud. En nombre del Dr. Amorim, por encontrarse este embargado por la emoción y las lágrimas, el Dr. Leónidas Pigurina, agradeció pronunciando un conceptuoso y elevado discurso, y la Srta. Adelina Urróz en nombre del Comité de Damas le hizo entrega de un bellísimo ramo de flores. Ese día nuestra ciudad vivió sus mejores horas de pueblo reconocido y justiciero y grabó en la tabla de valores del país, el primer hecho de rendir un homenaje en vida a un hombre bueno y extraordinario que dio con amor su corazón y su cerebro para mitigar los dolores y miserias de su pueblo. A la generosidad y esfuerzo del bueno del Dr. Amorim se levantó y organizó en nuestra ciudad el Asilo para enfermos bacilares, que en homenaje de su memoria lleva su nombre. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Crónicas de un SALTO desconocido En tiempos de nuestro viejo Hospital el Dr. Amorim fue uno de sus puntales más firmes y debido a su bondad y generosidad se realizaron en él, cosas que parecieron imposibles. Y por eso, en esta casa de dolor, se le recuerda siempre como a un padre bueno y generoso y en una de sus salas de enfermos, una placa de mármol les habla y les recuerda a los pacientes la figura augusta de este hombre que supo ser un apóstol de la ciencia y de la filantropía. Cuando la epidemia de gripe azotó, a fines de este mismo año, en que había hecho abandono de su profesión, a nuestra ciudad, el Dr. Amorim presta su ayuda, y trabaja noche y día para combatir al mal y llevar a los hogares salteños los recursos de la ciencia y la ayuda generosa de su corazón. El día 31 de diciembre del año 1929, el Dr. José Lino Amorim nos abandonó para siempre; fue ese día para el pueblo de Salto, un día de inmensa tristeza por que con él se fue el “Padre de los Pobres” que tanta fortuna de amor y de bien supo prodigar a todos los hogares de nuestro pueblo.

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El 25 de setiembre de 1932 fue inaugurada oficialmente la hermosa plazoletita, que en homenaje a la querida memoria del filántropo, fue sorteada por suscripción popular; en ella se emplazó una pequeña fuente simbólica, que luce un medallón con la cabeza del anciano médico, y los atributos de Esculapio y una plaqueta con la leyenda alusiva.

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Crónicas de un SALTO desconocido Un enorme “Timbó” lleno de belleza y perfumado de leyenda, custodia la Plazuela, cubriendo con su frondosa copa todo el perímetro del lugar, dando al paseante una suave sensación de paz y de bienestar. Este árbol constituye hoy un monumento para nuestra ciudad, hasta él llegan Turistas viajeros y los enfermos de nuestro Hospital encuentran bajo la protección de su sombra, la esperanza y la alegría de una nueva vida. El pueblo lo ha bordado de leyendas y de años... 80, 100 años tiene el árbol del Dr. Amorim, y es así que en la existencia de ese árbol, vive y perdura, al calor del corazón del pueblo, la memoria de aquél que vivió una vida pura y gloriosa, y alcanzó la suprema virtud de saber morir pobre por que todo se lo dio a los más pobres. Ahora digamos cuatro palabras para aclarar la historia de este árbol que es todo un símbolo maravilloso para los salteños.

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Este corpulento y frondoso Timbó nació de la lechería de Don Cristóbal Aldaya - en los Eucaliptus de la quinta de Don Juan Harriague - y fue trasplantado en el citado lugar, siendo un pequeñísimo arbolito, en el mes de mayo de 1896, por la morena Doña Isolina Amaral Brasil, que en ese entonces ocupaba una piecita a media agua en ese lugar.

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Datos aportados por: Raphael da Cunda. “Recuerdo que mi abuelo me comentó haber comprado éste banco en un remate. El mismo estaba ubicado en una placita pública frente al hospital! “ Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Asilo Dr. José Lino Amorim Alberto J. Eguiluz

El Asilo Dr. José Lino Amorim, es obra exclusivamente salteña, exponente innegable de la bondad y clara comprensión de la solidaridad humana en este pueblo, y merced a la abnegación y perseverancia del distinguido médico que justicieramente bautizó la obra con su nombre, y decimos justicieramente porque el Dr. José Lino Amorim, presidió desde su iniciación en Salto, todas las comisiones de lucha contra la tuberculosis, dedicándole su máxima atención como médico y dirigente, hasta que su quebrantada salud le impuso guardar el reposo necesario, pero después de ver cristalizado su sueño: que Salto contara con un Hospital para asistencia de enfermos bacilares. ADQUISICION DEL TERRENO El 16 de noviembre de 1910 el Dr. José Lino Amorim, conjuntamente con el ex gerente de la sucursal del Banco de la República, señor Nicolás Herrera y Cluzet, firman ante el escribano público don Constantino Piacenza, la compra venta del terreno con la señora María Teresa Castillo de Bisio y don Telésforo José Castillo, cuya operación importó la suma de $ 2.450 moneda nacional.

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Crónicas de un SALTO desconocido CONSTRUCCION DEL EDIFICIO A fines del año 1913 quedan completamente terminados los pabellones para enfermos de ambos sexos con capacidad para 32 camas y todas las dependencias accesorias, Administración, Botiquín, Cocina, Despensa, Ropería, Depósito para ropas usadas, Sala mortuoria, etc.

Realizó la obra el constructor señor José Canavero, y el costo asciende a la suma de $ 28.000. RECURSOS Las fuertes sumas que insumiera la realización de la obra comprendida, exigieron que una Comisión de Caballeros secundada por otra Comisión de Señoras y Señoritas se vieran entregadas a la incesante tarea de arbitrar los fondos necesarios para sufragar los gastos que demandaban la construcción y el equipo indispensable para el funcionamiento normal del establecimiento. Esas tareas comprenden los años 1900 - 1916 organizando colectas populares, kermeses, rifas, veladas y toda clase de festivales que significaran una atracción para el pueblo, que respondía generosamente, compenetrado de los fines altruistas que se perseguían. Y así unificadas ese cúmulo de voluntades, en un gesto de localismo incorregible, dieron forma a la humana idea concebida por el que fue abnegado médico Dr. José Lino Amorim. Inactividad del Asilo. En 1916, estando completamente en condiciones de ser habilitado el establecimiento para su funcionamiento y no Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Crónicas de un SALTO desconocido contando la Comisión, con otros recursos que la contribución del pueblo, resuelvan hacer un paréntesis a sus actividades, dando así una tregua a la generosidad salteña. FUNCIONAMIENTO DEL ASILO El 11 de noviembre de 1918, con motivo de la epidemia gripal, es habilitado ell Asilo para asistencia de enfermos atacados de gripe. Declinada la epidemia de gripal y restablecidos los enfermos que estaban en asistencia, el 19 de diciembre del mismo año, la Comisión de esa época presidida por el Dr. Emilio Bilbao, resuelve su funcionamiento definitivo, pasando a éste a todos los enfermos bacilares que se asistían en el Hospital, ya sea en calidad de internos o los que concurrían a las clínicas del mismo. Contando con los medicamentos suministrados por la Asistencia Pública Nacional y asistencia médica gratis ofrecida por los doctores César Gutiérrez, Juan Paladino, Alberto Maisonnave, Federico Iiribarne, Adán Derrégibus, Jacinto Orihuela, Jacinto Bianchi, Orestes Invernizzi y Germán Simonet, por su orden hasta marzo de 1932. El presupuesto de empleados y gastos generales estaba a cargo de la contribución Popular. Nuevos recursos. El Consejo Nacional de Administración Departamental acuerda las siguientes subvenciones: Noviembre de 1923 hasta diciembre de 1927 la suma de $ 50 mensuales. En Enero de 1928 hasta Junio de 1932 la suma de $ 80 mensuales. La Asistencia Pública Nacional acuerda una subvención de $ 200 mensuales desde Enero de 1924 hasta Julio de 1932. Se hace cargo el Consejo de Salud Pública El año 1932, a consecuencia de la gran crisis que afectaba al mundo entero, la Comisión Administrativa ve mermar considerablemente sus - 12 -

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Crónicas de un SALTO desconocido entradas colocándola en la imposibilidad de continuar haciendo frente a los gastos que devengaba el funcionamiento del establecimiento. Por las circunstancia mencionadas, antes de suspender esta obra de profiláxis social, establecida con tanto cariño y sacrificios, se hacen ante el Consejero salteño de Salud Pública, Dr. Francisco Forteza, para que el Estado se haga cargo de los gastos. El Dr. Forteza, con diligencia encomiable, logra después de reiteradas gestiones, que el Consejo de Salud Pública tomme a su cargo los presupuestos de empleados y de gastos, lo que ocurre el 1ro de abril del mismo año. El Médico. Liberada la Comisión de los mayores gastos, procede a presupuestar al médico Dr. Germán Simonet, que con abnegada dedicación venía ofreciendo sus servicios honorariamente. Asistencia. Durante el funcionamiento del Asilo se han asistido 1260 enfermos de ambos sexos con el resultado siguiente: De altas y mejorados 451, Fallecidos 783, En Asistencia actual 26, Total 1260 Quizás el lector que desconozca el funcionamiento de este establecimiento encuentre reducido el porcentaje de enfermos mejorados, pero, fatalmente, es imposible obtener un número mayor por ser norma general de los enfermos hospitalizarse cuando han decaído completamente sus fuerzas físicas y la enfermedad ha tomado un carácter agudo que imposibilita a la ciencia aplicar con éxito los tratamientos adecuados en estado semejante. Comisión Actual. Preside ésta el Dr. Federico Iribarne, en la secretaría el Dr. Adán Derrégibus, y como tesorero el señor José R. Lombardo, que viene actuando en varios períodos consecutivos y atiende los honorarios médicos, suplencias, algunos gastos extraordinarios de urgencia y la vigilancia del establecimiento en general.

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Crónicas de un SALTO desconocido Los gastos que sostiene la Comisión actual son solventados con el producto de la cobranza mensual de unos pocos socios protectores que aún quedan y algunas donaciones que en carácter anónimo llegan al poder de la misma. Para terminar. En esta breve reseña se muestra la vida del "Asilo Amorim", poniendo de relieve la fecunda obra realizada por la sociedad salteña. No tiene indudablemente el establecimiento la amplitud exigirle más a la acción privada. Ahora toca a los Poderes Públicos mirar por el ulterior desarrollo de esta obra iniciada por la sociedad salteña de manera tan auspiciosa.

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