Museo Histórico "La Casona"

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Crónicas de un SALTO desconocido Aporte para un Turismo, Cultural, Histórico y Patrimonial

Placa de Bronce ubicada en el Museo Histórico “La Casona” Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Crónicas de un SALTO desconocido Aporte para un Turismo, Cultural, Histórico y Patrimonial

La HERALDICA de nuestros campos Por Alberto J. Eguiluz

MUSEO HISTÓRICO “La Casona”

“La Casona”, está ubicada en avenida Blandengues y Enrique Amorim. Originalmente fue la residencia de la Sra. Candelaria Areta de Amorim. El edificio fue donado a la Intendencia de Salto por su hijo, el escritor salteño Enrique Amorim y su esposa Esther Haedo, en la época en que era Intendente el Arq. Armando Barbieri, como destino para albergar el 1er. Museo Histórico de Salto. El mismo se inauguró oficialmente en calidad de Museo y Archivo salteño, el 25 de agosto de 1951, denominándose Museo Histórico Municipal ”La Casona”. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Salto tiene una rica tradición del olvido. Porque la Cultura no se desintegra como los objetos materiales, y porque a cada pueblo le interesa la preservación de todo aquello que está en las raíces de su propia existencia. El Museo Histórico salteño cumple, o va a cumplir, una de las tareas más importante en este sentido. , ha -4-

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venido luchando con la falta de recursos para su adecuada organización. Ha luchado igualmente con el concepto generalizado que tiende a hacer de los museos instituciones inertes, especie de desvanes ciudadanos adonde van a morir las cosas que los años han dejado sin aplicación.

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Los “hierros”, o marcas para el ganado, son diseños de tatuajes interesantes muy relacionados con los monogramas. Los Monogramas se emplean habitualmente como un logo distintivo reconocible de personas o compañías que se realiza creando un diseño único que combina las iniciales de un nombre. Las iniciales, normalmente dos o más, están a menudo solapadas, invertidas, o colocadas en una forma característica. El origen del marcado del ganado se remonta a miles de años. En el antiguo Egipto, Grecia y Roma, el marcado del ganado, y de los esclavos, con hierros calientes era una práctica común. Prisioneros y criminales podían ser también ”marcados” con símbolos que identificasen sus crímenes.

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El "marcado" está relacionado con la identificación, una "marca" es un símbolo de identidad o pertenencia. Fue creado originalmente para identificar posesiones y poder detectar a los ladrones. Los animales perdidos o robados sin ninguna marca reconocible eran casi imposibles de identificar.

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Para aquellos no iniciados, una "marca" puede ser tan indescifrable como un jeroglífico egipcio, pero con un poco de práctica, rápidamente se empiezan a ver patrones significativos.

Las marcas se crean empleando las letras mayúsculas del alfabeto, aunque si estas creando tu propia "marca personal" para un tatuaje no hay ninguna regla que no permita emplear también letras minúsculas, imágenes o símbolos, números o caracteres distintivos, la mayoría de los cuales podemos encontrar nuestros teclados hoy en día, como la barra, el círculo, la cruz, el guión, la estrella, etc. no hay límite más que el de tu imaginación. Las letras pueden emplearse solas, unidas, o, como se hacen en los monograma es, en interesantes combinaciones que las enlazan. Una de las características que hace a las marcas realmente únicas e interesantes es la manera en el que se representan las letras. -8-

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Hay tres reglas básicas aceptadas a la hora de leer marcas y monogramas. - Se leen de izquierda a derecha - Se leen de arriba abajo - Cuando la marca está encerrada en una forma, por ejemplo una "R" dentro de un círculo, la lectura es, del exterior al interior. Aprender el arte de la lectura de las marcas de ganado es un fascinante ejercicio y una interesante manera de indagar en la historia, las marcas fueron (y son) empleadas en los Estados Unidos, México, Canadá, y muchos otros países, desde Argentina y Uruguay en Sudamérica hasta las antípodas de Australia. En realidad podemos encontrar las marcas de ganado en todos aquellos lugares en los que exista una tradición. Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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La Yerra antigua

Roberto J. Boutón - "La vida rural en el Uruguay"(1961)

“Se da este nombre a la operación de marcar ganado. Es en otoño que generalmente se lleva a cabo y al mismo tiempo se hace la capación (castración), pero también se hace en primavera, tratando siempre de que coincida con la menguante de la luna, que, según creencia, los animales sangran menos; quizás también porque el tiempo se mantiene más uniforme. Se hace la yerra de dos maneras: a campo y en el corral o manguera. En las yerras a campo (hoy casi ni se hacen), procedíase a la marcación y capación en la orilla del rodeo, donde en lugar aparente se hacía el fuego para calentar las marcas, de las que estaban encargados dos o tres hombres, así como también de capar, pues todo otro trabajo, enlazar, pialar, etc., lo hacían los hombres a caballo, los cuales tenían, dado la clase de trabajo, que cambiar o mudar caballo continuamente. Además, se precisaba mucho personal para contener (atajar el rodeo) a los animales - 10 -

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Cr贸nicas de un SALTO desconocido para que no siguieran a los ya yerriados (marcados), que se soltaban al campo.

Las yerras en manguera facilitaban el trabajo. Una vez el rodeo parado, se arrea el ganado a la manguera donde se encierra. A veces hay conveniencia de apartar los animales que se van a yerriar y llevarlos solos a la manguera, la que se ha preparado, arregl谩ndole la puerta, con palos a los costados para que al rozar, los lazos o sobeos no se estraguen.

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Una gran fogata, estratégicamente hecha a un costado de la manguera, lejos de la puerta, mantiene los fierros de las marcas suficientemente calientes para hacer el servicio pronto y el encargado o encargados, están sobre aviso a grito de: “¡Marca!” o “¡Fierro!”; también se solía gritar, y contestar “¡Va marca!” y corriendo llegar donde está el animal en el suelo, sujeto por lazos y brazos; para asegurarlo mejor, uno de ellos le ha pasado la cola por entre medio de las patas y tira apoyando un pie en la parte de atrás del jamón del animal. Así que llega el hombre con la marca, la planta con mano firme, pero sin hacer exceso de presión, pues correría el riesgo de que la marca se corriera, dejando la estampa borrosa, pues el animal al sentirse quemado, lanza bramidos de dolor y de rabia, moviéndose como puede. Se sueltan los lazos; el animal en libertad, dispara para el campo, cuando no da vuelta la cabeza, la sacude y corre tras el jinete o de un hombre que está a pie (el más cercano) para embestirlo, balando al mismo tiempo, enfurecido; y embiste tan ciegamente, que he visto a un gaucho, obligado por defender el pellejo, echarle su poncho sobre las guampas, para taparle la cara. - 12 -

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Crónicas de un SALTO desconocido A así se seguía; según la cantidad de ganado, duraban las yerras, hasta muchos días. Al lado del fogón, está siempre la pava con agua caliente para el clásico mate y hasta un churrasco, que se hace solo o lo hacen todos, y, entre las cenizas, tirados al azar, los huevos de toro (criadillas), que de tiempo en tiempo, algún paisano pincha con la punta del cuchillo, lo pela cual una naranja y saborea el riquísimo bocado.

Cerca del fogón, hay un buen pedazo de grasa en rama, para pasar la marca, antes de ir nuevamente al fuego para calentarla. Algunos exigen una tina con agua, pues dicen que el fierro de la marca dura más y se limpia mejor. En la yerra no hay más salario que el asado, el mate y la caña con que se obsequia a los que trabajan. La caña no puede faltar. ¿Cómo se premia un buen pial?; con el voto de todos: “¡Vale un trago!” En las yerras en manguera, casi todo el trabajo lo hacen los hombres a pie; sólo dos, que son los enlazadores, encargados de Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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Crónicas de un SALTO desconocido sacar el animal a marcar, lo hacen de a caballo. Previamente se reparte el trabajo: uno es el capataz y por lo general es el encargado de castrar, a menos que se le ceda el puesto a alguno de reconocida buena mano; otro para poner la marca; otro para señalar (se aprovecha la ocasión para hacer todos los trabajos a mismo tiempo); los demás, con lazos armados, esperan la salida del animal, escalonados en la puerta de la manguera para pialarlo. Algunos acostumbran poner frente a la puerta de la manguera, a una distancia de unos 30 metros, un palo plantado firme, cuya extremidad libre en forma de horqueta, es para que el enlazador pase el sobeo por encima y, de esa manera, pueda llevar al animal contra la horqueta y facilitar los piales. Siempre en caso de marcarse con horqueta, emplean sobeos los enlazadores, para no echar a perder los lazos con el roce del palo de la horqueta. Es la yerra la fiesta campera por excelencia en la cual toman parte todos los peones del establecimiento, los vecinos y hasta los amigos que aun viviendo lejos no desperdician el convite. Ya desde la antevíspera y la víspera sobre todo, es un llegar a la estancia de paisanos bien montados; sólo los vecinos de muy cerca llegan el día del trabajo. Todos llevan sus mejores caballos y todos su lazo, acomodado con cierta presunción, sobre el anca del caballo, dejando caer dos o tres rollos, sobre las patas del animal. Es en la yerra que nuestros criollos echan el resto, en coraje, habilidad y fuerza; unos a otros se estimulan en el trabajo con sus proezas, tan propias de ellos, que, desafiando los peligros, parece que encontraran placer en arriesgarse; todos quieren sobresalir. Siendo, como es, la fiesta de las fiestas, en el campo, era costumbre antiguamente que el día de la terminación de la yerra, se festejara con una gran comilona. Hoy… ¡Hay bretes!...y el trabajo se hace fácil y sin darle mayor importancia.” - 14 -

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La YERRA Fue la fiesta más estruendosa de nuestros campos. La esquila, la más conversada, calmosa, tal vez por el contacto con la sumisa oveja. Se marcaba en la puerta del corral, salvajemente subrayado de lazos. La paisanada de antes, sin “literatura”, y bien poco lujo de lenguaje, a ese trabajo le llamaba simplemente “la Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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marcación”. Como aún llaman por allá tropero y no resero al que arrea ganado. Resero es una manera cajetilla de nombrar al bicho. Procede de los libros de contabilidad del frigorífico. Reses, resero. Todavía por mis pagos se les sigue llamando troperos a esos hombres curtidos, mudos, viejos desde los veinte años. Hombres con el rostro abofeteado por el polvo de las pezuñas. La marcación era el único momento de orgullo de la estancia. Se descolgaba del techo el hierro negro de las marcas y gruesos tizones de ñandubay esperaban – cenizas por fuera y fragua por dentro – para ponerlas a punto. Cinco, seis fierros al fuego, asomados a la brasa, mientras los mangos de recia madera reposaban sobre los troncos verdes. Habían esperado ese momento abierto inútilmente su extraño garabato, hacia el techo de los galpones y visitadas por las arañas que tejían sus telas por “La cruz, “el escapulario”, “el candado”, o “el trébol”. Marca “Pescau”, marca “Caldera”, marca “Corazón”, marca “Sapo”, marca “Candado”, marca “Horqueta”… Andaban alardeando en los sobres y los papeles de la Estancia. Y en la yerra, levantaban un humito penetrante que “marcaba” la pitutuaria de la peonada. Pelo quemado, cuero quemado … “A algunos se les iba la mano” … Y el novillito se levantaba dando berridos y el porto dando coces y estirando su relincho como una lonja. Heráldica de nuestros campos. Hierros altaneros, repetidos en millares de novillos. Más tarde, en secos cueros, sus huellas se encojen. En Europa, en una lujosa - 16 -

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residencia, vi un cuero magnífico pelo que ostentaba una conocida marca Oriental. Hierros que vienen de lejos. Figuras pintorescas de las marcas de antaño que se dibujaban con la sotera del rebenque en la ceniza del fogón. Con la punta de la vaina, en el barro del rodeo, cuando surgía una duda o una discusión. Lujo de la ganadería, casi olvidado. Viejas señales que hicieron la fama de un lugar. Todavía se ven, allá por mis pagos, en alguna puerta de herrería antigua, los rastros de fuego de las marcas. Caprichosas marcas, más de una, ocurrencia del estanciero, trazos de su mano ruda que el herrero cumplía como un rito. La marca razonada, científica, desbarató el particular orgullo. Arrumbadas en las viejas estancias, sin un sitio particularmente establecido en los museos – es bueno observarlo – las marcas de la ganadería de América, se pierden o se ignoran. El hierro del caudillo, la marca del hacendado y político, la señal del ricacho, desconocidas, sin historia, reclaman su clasificación, su conocimiento. Había en cada una de ellas, una razón sentimental, una superstición, a veces el producto de un capricho digno de estudio. Cierta vez, tratando de hacer una reja o un portón, con las marcas famosas de mis pagos, pensé en los insistentes cultores de la tradición, se van siempre por las ramas y conversan demasiado de cosas exteriores, menudas y sin importancia. En las marcas de la hacienda está el caracú de nuestro campo. Escrito de Enrique Amorim, cuando donó las Marcas de Hierro para el Museo

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Marcas de establecimientos de la región existentes en el Museo Histórico salteño, donadas por Enrique Amorim.

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Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG) En la actualidad la metodología de la marcación, ha cambiado mucho. Con la Globalización, con el uso masivo de Internet, han aparecido nuevos métodos, menos invasivos para el animal, como son las caravanas de la trazabilidad, Pero, ¿Qué es esto de la Trazabilidad?, para ello, consultamos al Sistema

Nacional de Información Ganadera (SNIG) INTRODUCCIÓN GRADUAL A LA TRAZABILIDAD INDIVIDUAL A TRAVES DE UN PLAN PILOTO La segunda estrategia del SNIG ha sido la introducción gradual del Programa de Trazabilidad Individual. Para esto se puso en marcha un Plan Piloto de carácter voluntario que culminó el primero de setiembre de 2006 con la aprobación de la ley de trazabilidad obligatoria y la creación del Sistema de Identificación y Registro Animal, SIRA.

El Plan Piloto puso énfasis en tres procesos fundamentales: 1. Distribución de identificadores El MGAP fue responsable de determinar las características, numeración y criterios de distribución de los dispositivos de identificación. A los efectos de introducir en forma ordenada los primeros identificadores en el mercado, se realizaron llamados a Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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productores interesados en adherirse al Programa Piloto de Trazabilidad Individual, y luego de un proceso de selección se distribuyeron gradualmente las autorizaciones para la compra de identificadores, brindando a los usuarios la adecuada información y capacitación para su correcto uso.

2. Asignación de los identificadores a animales Los animales a los cuales se les colocaron los dispositivos de identificación, se registraron en el SNIG, aportando al momento de la inscripción los siguientes datos:       

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Número de Identificador DICOSE propietario DICOSE físico Estación y año de nacimiento Sexo Raza y cruza

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Los productores adheridos asumieron la responsabilidad de comunicar al SNIG estos datos, así como las muertes y movimientos de entrada o salida de animales ya identificados. El procedimiento de comunicación de datos al SNIG, se realizó a través de un formulario que se le entregó al productor conjuntamente con la compra de los identificadores, y que fue especialmente diseñado para facilitar el registro en campo de estos datos. El ingreso de estos datos al sistema quedó a cargo del SNIG.

3. Registro de movimientos La imposibilidad de hacer un seguimiento adecuado de los movimientos de animales identificados individualmente, basándose en un sistema de registros escritos manualmente sobre formularios papel como lo es el de la Guía de Propiedad y Tránsito, y la inconveniencia de exigir al productor costosas inversiones en lectores, computadoras u otros dispositivos para la lectura y procesamiento de estos datos, determinaron la solución adoptada. Se dotó a transportistas y demás operadores habilitados, de elementos tecnológicos adecuados que Crónicas de un SALTO desconocido - Alberto J. Eguiluz

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permitieron comunicar al SNIG las identificaciones oficiales de los animales involucrados en un movimiento, minimizando los errores de captura y digitación, reduciendo la cantidad de trámites papel y permitiendo registrar la información en tiempo real. Los equipos mencionados constaban de un lector de identificadores electrónicos con forma de bastón, una computadora portátil con una conexión inalámbrica con el SNIG, y una pequeña impresora.

La consolidación y optimización del actual sistema de trazabilidad grupal Investigación Histórica de Alberto J. Eguiluz.

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