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El outsider nunca falta en una campaña

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El cambio esperado

El cambio esperado

Carlos Pineda de 55 años, candidato presidencial en estas elecciones del 2023, comenzó su carrera electoral con en el partido Cambio junto a los hijos de Manuel Baldizón quien fue condenado en Estados Unidos por lavado de dinero; luego de una disputa con esa familia, buscó rápidamente un vehículo electoral para participar en estas elecciones que se celebrarán este 25 de junio.

Ingresó al partido Prosperidad Ciudadana, participó en la Asamblea General y fue electo candidato presidencial.

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En 3 semanas de campaña, se colocó en la atención ciudadana con su particular forma de comunicarse y posicionarse a través de las diferentes redes sociales.

Cuenta en su red personal de Facebook con poco más de 800 mil seguidores y todas las publicaciones, orgánicas. En TikTok, tiene 799 mil seguidores e Instagram, 91 mil seguidores aproximadamente.

La pregunta que muchos se hacen es cómo logró en tan poco tiempo posicionarse a través de estas redes sociales.

La mayoría de sus publicaciones han sido con una comunicación clara y enfocándose en un lenguaje sencillo y no técnico, campechano y coloquial.

El formato mayormente utilizado es el video, con un discurso natural, no político. Su actual estrategia es enfocarse en el voto rural, la puesta en escena en su mayoría de publicaciones es en el interior del país.

Sin embargo, durante algunas entrevistas en medios de comunicación se percibe su falta de conocimiento sobre el funcionamiento de Estado y esto no parece preocuparle.

Resulta curioso que ese desconocimiento y falta de preparación logre conectar con futuros votantes quienes lo perciben como alguien que no es político, que los entretiene y los hace reír por su particular forma de hablar.

A dos meses para finalizar la campaña, es de tomar en cuenta que busca posicionarse como un actor no político, faltará ver si la estrategia de movilización le funcione el día de las elecciones para lograr el objetivo de llegar a segunda vuelta.

Si bien las encuestas más creíbles hasta ahora logran posicionar a 3 candidatos en el área urbana que tienen mayor intención de voto, Zury Ríos, Sandra Torres y Edmond Mulet, es importante anotar que Carlos Pineda logre obtener un significativo 3er. o cuarto lugar, incluso desplazando a Mulet que según algunos datos, está estancado en la intención.

El medio Prensa Libre realizó una encuesta que posiciona a Pineda en 1er. lugar en el área rural de Guatemala, según los resultados presentados, sin embargo, dentro de la encuesta, no presentan datos del departamento de Guatemala que son alrededor de 2 millones y medio de votos urbanos.

En una campaña política todo puede cambiar, ya que es muy volátil, dependerá de los errores o certezas que tengan cada uno de los candidatos.

Habrá que esperar que a partir del mes de mayo, se intensifique la comunicación con el electorado y los candidatos puedan marcar el ritmo de la agenda.

Hasta el día de hoy, todavía es prematuro decir quien logra diferenciarse y posicionarse, ya que el exceso de ruido publicitario no logra extrapolar un mensaje coherente para la población, sin embargo, en esta etapa, es preciso que más que mensajes racionales se conviertan en emocionales para captar un número significativo de votantes.

En la opinión pública está en vigencia, dentro de la campaña, la aceptación o no de ciertos candidatos, lo que demerita el juego democrático y lo transforma en una polarización innecesaria, puesto que el ente rector, el Tribunal Supremo Electoral se transforma en un actor principal.

Regresando al tema de las redes sociales, muchos de los candidatos políticos esperan que los likes en redes sociales se transformen en votos, lo cual está comprobado que no sucede solo así.

En conclusión, es un escenario complejo, probablemente habrá un pulso entre el área rural y la urbana para definir la primera vuelta. La molestia por la clase política tradicional por parte de la población es fuerte y esa búsqueda de un candidato no corrupto es el camino abierto para la demagogia, que ya es visible.

La opción de un candidato outsider ya fue tomada en el 2015 con Jimmy Morales, quien al final de su mandato no salió con buena calificación. Tomar riesgos por un candidato que desconoce lo que se puede hacer y lo que no, o prometa cambios, puede llevar a resultados decepcionantes.

Al final, no se sabe con que sorpresa se puede encontrar uno en estas elecciones.

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