EL VIAJE DEL AMOR Para una hermenĂŠutica del siglo XXI
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1º Bachiller. Curso 2016-2017 IES Siglo XXI, Leganés Dpto. FILOSOFÍA Profesor Alejandro Tarantino Aréchega
Colección
Para una hermenéutica del siglo XXI Número 0
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Imagen de portada:
Psique reanimada por el beso del amor Antonio Cรกnova
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Y sin añadir nada más remontó el vuelo mientras Psique, aún postrada en el suelo, lo seguía con la mirada llena de lamentos y lágrimas. Perdida ya su vista y con ella toda esperanza, decidió arrojarse a un río cercano. Pero el rio, conocedor del poder de Cupido, no consintió su muerte y llevándola sobre sus ondas la depositó en el césped florido de la ribera. Apuleyo, Las Metamorfosis
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ÍNDICE I
Ethos Simbólicus
1. Poli Moizech. ¿Qué seré yo, cuando no sea yo? 2. Ainhoa Murcia. Lo irremediable de haber nacido. 3. Diego Velázquez Almarcha. Lo ígneo extraviado. 4. Noelia Peralta Minaya. El genio simbólico. 5. Javier Muro. La ruptura con la identidad. 6. Noelia Fernández Mora. Las emociones nos humanizan. 7. Andrea López Ledesma. La rebelión del mal. 8. Jorge Flores Valor. La pasión de superar lo que somos. 9. Eduard Rus. El cuerpo sin nombre de la luz. 10. Isabel Ortega Soto. El sueño del monstruo. 11. Aladin Allouch. La inocencia perdida de la memoria. II
El Amor
1. Josué Morán Suárez. El cuerpo del amor. 2. Alba Hernández Rodríguez. El decir del amor. 3. Rocío Callejón López. ¿Es amar alejarse del origen? 4. Luna Veiga Zarza. La voluntad de poder como amor. 5. Adrián Humia. La angustia de ser, de existir, de amar . 6. Alberto Ginés Ramos. Amar la vida: un duelo imposible.
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7. Sergio del Prado. Las palabras de la vida. 8. Samara Bodino Sánchez. Fragmentos, pasado, amor. III
El Viaje
1. Laura Caño Carvajal. El fuego del origen. 2. Anael García. No querer saber sobre el fin. 3. Laura Plaza Acosta. Añorar lo que no se ha vivido. 4. Kiara Pabón. El olvido como forma de memoria. 5. Teresa Jesusa Masie. Sin historia viene el mal. 6. Emilio Bravo Sánchez. Las ruinas y la brevedad del viaje. 7. David García Rodriguez. Saber es aprender a amar. 8. Francisco Fletes Sevillano. La lucidez y el horror. 9. Iván Burgueño Escudero. La altura del odio. 10. Susana Delgado Rodríguez. El morador de la claridad. 11. Carolina Díaz. Viajar es vivir sin nostalgia. 12. Rashel Aguirre Mendoza. El beneficio de ser en movimiento. IV
Hermenéutica
1. Óscar Pola. Apología del fracaso. 2. Adil Tadmiri. Teoría contra la trascendencia. 3. Rubén Ibáñez Núñez. El secreto de la sombra.
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4. Paula Fernández García. La emoción sin evidencias. 5. Patricia Melo. La fértil realidad de la ficción. 6. Claudia Lendínez Valor. Crear el arraigo. 7. Patricia Carón. Una teoría sobre el poder. 8. Paula Fernández Galán. El mal es por el dolor. 9. Ikram Boukanoun Auhammi. La contingencia de vivir. 10. Jalid Alfattahi El Khamlichi. Ser lo que somos por naturaleza. 11. Rubén Cabezudo. Lo único que puede cambiarse es la Historia.
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Ethos Simbรณlicus
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1. Poli Moizech.
¿Qué seré yo, cuando no sea yo? El tiempo habrá modificado mi estructura y mi cuerpo será otro. Ese elemento misterioso que determinaría mi tristeza1. Seré ese monstruo desgarrador que sufre de la nostalgia por algo que nunca ha vivido en forma de memoria, o quizás enferme de ésta porque sabré que nunca volveré al pasado. Porque el pasado me determina ya que no existe, tampoco existe el mañana ni el futuro, solo la historia me determina. Simplemente viviré y permaneceré atenta y viva en el mundo adulto, día tras día, porque la vida no se construye por el éxito si no por el cúmulo de los fracasos. Vivir es lo único que queda, la vida es el tiempo del amor y es polisémica. Buscaré un amor sincero, claro y casi romántico, pero el amor no existe, quizás su búsqueda, aunque ninguno busca amor porque seguimos teniendo huecos, esos huecos son la carencia, el deseo. Verdaderamente buscamos reconocimiento y no el amor, porque el amor está más allá del bien y del mal, más allá de la moral.
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Ángel González, ¿Cómo seré…
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Mi deseo se convertiría en hechos de la materia del sueño, porque los sueños son literatura. ¿Quién soy? ¿A dónde voy? Nada, eso soy, lo que veis es lo que soy, un inmenso vacío, un monstruo. El homo simbólicus, esa idea del cuerpo, quizás un flâneur intentando extraviarse por algún callejón perdido, sin rumbo. Aunque utilicemos el cuerpo para vender algo y solo podemos sobrevivir agarrándonos a lo simbólico. Por lo tanto lo que veis es lo que soy, un monstruo, un animal al que habrá que soltar, mi ser será una maldición. Es más, la poesía sería mi única resistencia en esta historia. Quizás el flâneur sea un héroe que no quiere morir, y para eso habrá de enfrentarnos al homo simbólicus que construye la palabra como modo de vida apasionado, al que pensamos solo en el hacer más allá del decir. Ese argumento de deshumanización de nuestro proceso. Y seré mi soledad, solo existe la soledad y no seré capaz de superar lo perdido. Es la enorme soledad humana que sucede. Seré un cuerpo, el cuerpo de y en mi batalla. Al respecto de mi pensamiento, no podrá atrapar lo que es porque pensamos para alcanzar la gloria, pero si nos paramos a pensar quizás esta gloria sea nuestra 12
condena. Una gloria de los más frágiles y en ella yo seré el éxito de mis fracasos. Mi memoria será emocional, con una inteligencia emocional, un tesoro de cúmulos de emociones. Pero el arte prima la realidad, para poder ver el mundo del arte tendría que educar mi mirada, porque mi mirada me transforma y veo lo que construyó; y al fin y al cabo el arte es ese animal simbólico o biológico, un discurso revolucionado porque los artistas no son solo unos simples artistas, son filósofos. Solo mi piel sería ese espíritu para poder tener interpretaciones de los hechos, hurgaría en mí. Según Nietzsche no hay hechos, pero Foucault dice que no hay hechos sin interpretaciones. Y Freud dice que eso es el hecho de lo que se puede pensar. La historia no es lineal porque está fuera de la realidad. Somos seres inexplicables, la historia no puede decirnos quiénes somos, así que no somos nada porque todavía no hemos descubierto quienes somos, estamos en su búsqueda. Solo sé que no sé nada y con eso lo digo todo. La Filosofía de la tecnología de Miguel Ángel Quintanilla complementa el discurso del arte y nos convierte en homo simbólicus. Representa la parte más terrible del discurso del poder. Según Slavoj Zizek se
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está produciendo una lucha de clases entre los que explotan y los que son explotados. Somos libertad pero la vendemos por miedo, para sentirnos seguros y protegidos en una gran mentira. Cuando alguien tiene una historia tan real es porque está loco y la locura es el aquí y el ahora de la muerte. Por lo tanto la poesía es nuestra resistencia ante la barbarie. Dejaré de existir cuando mi sombra deje de existir cuando la luz asombre, así que ninguna historia se acaba, la abandonamos. Aquel monstruo de dimensiones grotescas se ha convertido en parte de nuestro universo simbólico, incrustándose como un elemento más de nuestra cultura de masas. Así, el monstruo resulta una imagen molesta, porque se siente justamente en el límite de lo antropológicamente endógeno. Aunque se comprende como una criatura que no tiene formas humanas, siempre late en el fondo de la angustia que se parezca demasiado a uno de nuestra especie. La noción del monstruo explora la muerte y los límites de la existencia humana. Al revelarse como un asesino capaz de aterrorizar, de la raza de los mortales, nos damos cuenta de que somos capaces de compartir su sufrimiento y su inocencia. 14
Sus acciones, movidas para sembrar el terror, son éticamente reprobables, a pesar de que no podemos evitar sentir compasión de aquel que no tuvo la oportunidad de ser aceptado por la sociedad. Experimentamos rechazo hacia este ser informe, que nos recuerda nuestra naturaleza animal como un residuo. La fabula de la tortuga y el escorpión explica por qué dependemos del amor de otra persona. Ellos requieren que los demás se ocupen de sus necesidades, que alguien les salve, que enfrenten sus miedos por ellos, que los hagan sentir parte de algo. Pero al final se da a entender que aunque intentemos cambiar nuestra naturaleza es así y no se puede cambiar. La criatura se humaniza estrechando una dialéctica en la que se franquean constantemente los límites de la naturaleza humana. Al fin y al cabo es un monstruo y no podrá cambiar nunca, debido a que fue creado así y sigue pensando el mal que hizo al igual que nosotros. 2. Ainhoa Murcia.
Lo irremediable de haber nacido. ¿A qué viene todo esto? A que he nacido. Él pagó la insensatez de su creador, y vivió despreciado, 15
denigrado, marginado y excluido de la sociedad irremediablemente… Emile Cioran2 escribió Del inconveniente de haber nacido, es un libro de aforismos sobre el nacimiento, la nada, la muerte y la reencarnación; reflexiona acerca de varios temas, como la alienación del individuo, la decadencia, la tiranía de la historia, la conciencia y la razón. Él entiende que, más que la muerte, lo verdaderamente preocupante es haber sido expulsado a un mundo del cuál nada quería saber. La vida sería, en cierto modo, un estado incierto, no natural, un intermedio entre la nada de la que provenimos y a la que volveremos. Hubo un tiempo en que el tiempo no existía… El rechazo del nacimiento no es otra cosa que la nostalgia de ese tiempo anterior al tiempo. Estamos enfermos de nostalgia, cuando uno se mantiene en lo que partió tiene problemas con la nostalgia, la nostalgia es la materialización de la ausencia. A veces te enredas en la nostalgia de lo que dejaste atrás y, así como el agua busca su nivel, tu sangre tira y lleva lejos tu memoria. Miras más allá y recuerdas a tus amigos, tu vieja casa, tu ayer o ese alguien especial para ti. Puedes llegar a maldecir tu decisión de comenzar el camino y te pierdes en los 2
Todas las citas intertextuales son de Emil Cioran.
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cómo hubiera sido si... Otras veces encuentras injusto el precio de tu soledad y revuelves en el pliegue de tu pasado, no vives de recuerdos sino que los recuerdos viven de ti, esto sucede porque estás no-recordando. Todos tenemos una voluntad escondida hacia la desaparición, en psicología el instinto de la muerte. Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sólo le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan. El sentimiento de saberse conocedor de un ‘secreto’ terrible, de haber observado el abismo y continuar viviendo, es sofocante para Cioran. Su conocimiento de lo que le rodea, su penetrante visión del alma de los hombres no le convierte en alguien más feliz, sino todo lo contrario. Aunque lleno de contradicciones, sus ideas son certeras, repletas de amargura y cinismo… Siento que soy libre, pero sé que no lo soy. Por muy horrible que sea un monstruo, nos atrae secretamente, nos persigue, nos obsesiona. Representa, aumentadas, nuestra superioridad y nuestra miseria, nos proclama, es nuestro portaestandarte. Esto es lo que siente Víctor Frankenstein al crear a su monstruo. 17
En todo, solo cuentan el principio y el desenlace, el hacer y el deshacer. El camino hacia el ser y el camino fuera del ser, eso es la respiración, el aliento, mientras que el ser como tal no es más que una asfixia. Nacemos en nuestra condición y nuestra condición es pensar, si no pensásemos ni el vació, ni la nada, ni la oscuridad, existirían. El término correcto para denominar a nuestra especie no es el de homo faber (hombre que hace o fabrica), ni el de homo simbólicus (hombre con capacidad de interpretación, crea lenguaje, arte, siendo lo que es) ni el homo furor (el odio de querer vivir) es homo ludens (el hombre que juega). ¿A qué viene todo esto? A que he nacido. El arte no es evidente ni puede serlo, ni siquiera cuando era figurativo, no habita la luz, sino las catacumbas. Y la luz deja de existir cuando está en el cenit. El protagonista del Moderno Prometeo, Víctor, es un homo faber porque hizo o fabricó al monstruo, y un homo ludens porque jugó con la creación, sus sentimientos y su inmadurez antes de actuar, un imprudente; para él la criatura era un ser contingente, porque no era necesario. El monstruo sin embargo no pudo evitar nacer, la consecuencia de esto fue que 18
tuvo que vivir despreciado, denigrado y apartado de la sociedad. Si no reniego de mis orígenes es porque vale más en definitiva, no ser nada que parecido a algo. A Frankenstein en cambio lo considero un homo simbólicus y un homo furor. Sólo Dios tiene el privilegio de abandonarnos. Los hombres únicamente pueden fallarnos. El rechazo del nacimiento no es otra cosa que la nostalgia de ese tiempo anterior al tiempo. La realidad se inscribe en el dominio de la insensatez, en la que atañe a Frankenstein. Una idea, un ser, cualquier cosa que se encarna pierde su figura, se convierte en algo grotesco, frustración de lo que quiere realizarse. Víctor tuvo la idea de crear algo diferente al resto y al hacerlo lo convirtió en un monstruo, para él, ansioso, no hay diferencia entre éxito y fracaso. Su reacción frente a ambos es la misma, indiferencia, pero las dos le molestan igualmente. La obsesión que tenía con el nacimiento, al transportarnos más allá de nuestro pasado, nos hace perder el gusto por el futuro, por el presente y hasta por la historia. Víctor cuenta su insatisfacción al ver su creación y no siente lo que 19
pensaba que sentiría al sentirse realizado y satisfecho con su deseo. ¿Por qué me hiciste vivir? La única, la verdadera mala suerte de nacer se remonta a la agresividad, de rabia aposentada en los orígenes. En el impulso hacia lo peor, sitúa el nacimiento como fuente de todas las desgracias y de todos los desastres. Nos repugna, es verdad, considerar al nacimiento una calamidad: ¿acaso no nos han inculcado que se trata del supremo bien y que lo peor se sitúa al final, y no al principio, de nuestra carrera? Sin embargo, el mal, el verdadero mal, está detrás, y no delante de nosotros. Lo que a Cristo se le escapó, Buda lo ha comprendido: «Si tres cosas no existieran en el mundo, oh discípulos, lo Perfecto no aparecería en el mundo...» Y antes que la vejez y que la muerte, sitúa el nacimiento, fuente de todas las desgracias y de todos los desastres. No maldije mi nacimiento, a todos los otros días, en cambio, los he cubierto de anatemas”. “No me perdono el haber nacido. Es como si, al insinuarme en este mundo, hubiese profanado un misterio, cometido una falta de gravedad sin nombre. Me llama la atención en mi investigación haber encontrado tantas similitudes entre Emil Cioran y Mary Shelley, indirectamente, al dar vida en su libro al Prometeo moderno, al Monstruo, ya que Cioran decía que… No haber nacido, de sólo pensarlo, ¡qué felicidad, qué felicidad! 20
En la lectura que he realizado de su libro Del inconveniente de haber nacido, que es desesperado, agobiante, pero muy iluminador y, en última y extrema instancia, liberador. Me ha sorprendido todo lo que dice sobre el inconveniente de haber nacido, para él “Desde que estoy en el mundo”, ese desde me parece cargado de un significado tan espantoso, que se torna de insoportable. Des-hacer, des-crear, es la única tarea que el hombre puede asignarse si aspira, como todo lo indica, a distinguirse del Creador. En este caso Víctor Frankenstein no podía deshacer sus malos actos. Frankenstein, por como siente, por mirar cuando tienes sed de ser visto, hambre de ser nombrado, tiene esa mirada que surge del conocimiento, sabiendo que mira y procede del homo simbólicus. Sé que mi nacimiento es una casualidad, un accidente risible, y, no obstante, apenas me descuido me comporta como si se tratara de un acontecimiento capital, indispensable [...]. Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido.
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No corremos hacia la muerte; huimos de la catástrofe del nacimiento. Nos debatimos como sobrevivientes que tratan de olvidarla. El miedo a la muerte no es sino la proyección hacia el futuro de otro miedo que se remonta a nuestro primer momento. Vives para poder desprenderte de la vida, para quitarte un peso de encima. 3. Diego Velázquez Almarcha.
Lo ígneo extraviado. ¿Quién prendió la llama del Olimpo? Tu respuesta: Los Dioses, incorrecto. Y sí, con esto, lo niego; rechazo la perfección, porque si ellos no crearon el conocimiento, ellos no tienen el don de la magnificencia. Hemos vivido engañados. Antes de llamar a una llama por su nombre, debemos encenderla con algo, una pequeña chispa. Literatura fue la chispa inicial, palabra fue el duro pedernal, la yesca prendida fue el arte y el cuchillo, arma de doble filo que se ha ido desgastando, el homo simbólicus. Eso es el fuego, esos son sus creadores, no fueron los mitos sino que fueron los metarrelatos del hombre, los relatos de la experiencia, el amor y el viaje. Pero el desgaste del filo del cuchillo ha hecho que los grandes metarrelatos se corrompan.
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El extravío de la experiencia, el viaje. Al principio de los tiempos era la fuente del asombro griego. Ahora, nos hemos vuelto sedentarios, hemos asentado nuestros principios solo en la polis, hemos dejado atrás la naturaleza, hemos olvidado nuestro instinto natural, la vía sexual y agresiva. Hemos dejado que nos evacúen de nuestra memoria haciendo así un jeroglífico indescifrable en nuestro lenguaje. No tenemos límites a donde ir, no tenemos lenguaje por el cual transitar. Nos hemos encerrado en nuestras propias crisálidas de lenguaje vacías sin dejar volar a la mariposa llamada “nuestra biografía”. Nos hemos auto-esclavizado. Hemos dejado de lado el conocimiento. La primera forma de experimentar en el lenguaje es mediante el Eros. En cambio, durante nuestras propias vida ha estado ocurriendo un proceso de pérdida de práctica en este metarrelato: El amor sin experiencia se amorfa. Nos hemos vuelto prehistóricos, hemos perdido la humanidad, nos hemos convertido en la Tribu. Estos nuevos homo insipiens insolidarios que viven dentro de la ignorante Tribu practican una nueva forma de amor que amordaza el puente de la antropología y no deja enlazar las islas de la cultura y el instinto natural del hombre, corta la evolución humana. Nos hemos auto-esclavizado. Hemos dejado de lado el conocimiento. 23
Sí, sin el fuego somos esclavos, sin él somos siervos alienados, simples, cobardes y con una sola función: alimentar al poder del Miedo ¿Dónde estarás fuego del conocimiento del Olimpo griego? El Superhombre y sus figuras de conciencia desdichada fueron su última aparición y lo último que sabemos de él. Mientras la llama siga viva, seguirá luchando contra las contradicciones históricas que han moldeado los errores humanos. El desencadenante de nuestra ignorancia, el fallo de nuestra especie, es la ruptura de la pasarela entre placer y saber, entre lujuria y cultura. Entre lo inconsciente y lo consciente. Tenemos miedo de viajar por nuestras relaciones, de amar nuestras odiseas. Miedo. Miedo a conocer la salida más oscura del túnel, a nosotros. La especie que tiene miedo a sí misma, maldita conciencia. El círculo vicioso: Miedo-Mito-Lógica-Miedo… El genocidio de los mitos fue descubierto por Nietzsche, y lo que debió dar paso a la lógica, a la concepción abstracta de los símbolos que nos rodean en nuestros itinerarios, pasó al miedo, y el genocidio no fue procesado. El poder del miedo crea la ignorancia. La verdad, mi realidad. El fuego no ha sido robado, no ha muerto, se está escondiendo de la ignorancia de estos nuevos Homo ludens, videns, insipiens. Se 24
encuentra en los pasajes del materialismo histórico, siendo flâneur. Se encuentra en los límites del amor y lenguaje desafiando a los antiguos, siendo el monstruo sin historia. Oculto en el inconsciente de cada persona como si de un pequeño enano verde3 se tratara. Maquinando siempre un paso por delante del miedo, ya que están frente a frente como enemigos, luchando en una mesa una partida de ajedrez donde nosotros sólo somos simples peones del miedo, de la indefensión aprendida. Es el fuego quien está viajando sin rumbo, quien se extravía en busca de algo que avive sus llamas. No obstante, las ascuas de la sabiduría nunca podrán revelar todo el oscuro pavor. Fui creado por el horror ante el vacío. Has sido creado desde el miedo. Estamos constituidos por las palabras de la muerte: mediocres, ignorantes, estúpidos, dominados, ocultos. No hay nada que nos pueda sacar de esta guerra civil inagotable donde el ígneo conocimiento escapa de las sombras del terror. Porque el saber lúcido concibió la temible oscuridad, y estas dos no podrán ser nunca separadas. Al fuego le quedan pocos peones y cuando se apague la llama, sucumbiremos en las más oscuras tinieblas, nadando sobre la nostalgia de cómo fue el abrasarnos en las últimas cenizas. Maldito homo insipiens. Por ti estamos perdidos. 3
Wittgenstein.
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4. Noelia Peralta Minaya.
El genio simbólico. El hombre es el genio, el espíritu libre que justifica el sentido de la existencia, ésta fue la idea que utilicé en otro texto y creo que tiene bastante lógica, ya que el hombre utiliza estas características, y sin genio, en mi opinión, la existencia no tendría tanto sentido. Si examinamos la filosofía kantiana del arte encontraremos que existen al menos dos componentes primordiales para la legislación de los juicios sobre la belleza y la valoración del arte: el gusto (como facultad reguladora de la belleza), y el genio (como poder creador y libre de reglas mecánicas). La manera en que la sociedad percibe al genio es similar al modo en que percibe al ignorante, se dice que una persona con características de genio es mirada como una persona desconectada de la sociedad, como quien trabaja remotamente, en la distancia, alejado del resto del mundo. En la filosofía de Nietzsche, genialidad es meramente el contexto que nos lleva a considerar a alguien como genio. En El crepúsculo de los ídolos, escribe:
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Los grandes hombres, como las grandes épocas, son material explosivo en quienes una tremenda energía se ha acumulado; el prerrequisito siempre ha sido, histórica y psicológicamente, que un prolongado ensamblaje, acumulando y preservando, les ha precedido – que no ha habido explosión en mucho tiempo. Federico García Lorca, en buena parte, tiene bastante que ver con el genio simbólico. Lorca es uno de los casos privilegiados de coincidencia entre temas de su poesía y los mitos y mitologías de la religiosidad arcaica de tipo naturalista. Es un caso concreto de coincidencia entre poesía y religión natural arcaica. Los mitos y ritos de la religión arcaico-naturalista se centran sobre el multiforme misterio y luminosidad de la vida orgánica. El lenguaje atribuido a los misterios y símbolos de la vida orgánica: generación, nacimiento y muerte, regeneración de la vida. La crisis del humanismo actual, y con ello crisis educativa y de valores en la formación del hombre, radica en una forma escindida de concebir lo humano, en virtud de la preponderancia de la racionalidad propia de la modernidad y en detrimento del mito y el carácter simbólico de las creaciones culturales y humanas. Y pretende resaltar la condición simbólica del hombre así como la posibilidad de una racionalidad simbólica, con la que dialogue y se implique en la construcción de lo humano y sus valores, tanto la razón como el 27
símbolo, insertando esta posibilidad en el proceso de formación del hombre en su actualidad. El ethos tiene diversos sentidos, significa primeramente carácter, no en el sentido de expresión emocional psicológica, sino del carácter propio de algo, de su sello. Ethos es así modo de ser o de existir y es como una señal de que estamos en este mundo, de estar ante la realidad. Remite a la actitud fundamental que el hombre tiene ante sí mismo. Por otra parte el significado más arcaico del ethos se refiere a guarida, refugio o morada, acepción que se conserva en el sentido de interioridad. Ethos significa también una especie de segunda naturaleza, la naturaleza moral y cultural, que el hombre construye por encima de la mera naturaleza, expresa el poder que le caracteriza en su propia humanidad, de modo que el ethos corresponde a la humanización misma de la existencia. En el presente usaremos la palabra ethos en el sentido de esa marca o sello distintivo del hombre que le confiere un modo de estar en el mundo, y por tanto una condición esencial. La tesis central es que la condición simbólica del hombre constituye un ethos que configura y forma en el sentido ampliamente educativo de término, de manera originaria lo humano.
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El símbolo es la forma de la expresión humana. La expresión es la condición originaria del hombre, ethos, en su enfrentarse con el mundo; en ella, el ser del hombre, el ser de las cosas, se dan de una manera tan íntima que no se hayan límites de separación ni forma de señalar los límites del estar con los límites del mundo en cuanto tal. El ser humano es un ser de la expresión porque tiene como nota distintiva la dimensión de la profundidad, es decir, de aprender el mundo en su sentido y significado por medio de signos y representaciones. El ser del hombre se da pues en el mundo de la significación, y ésta es esencial, es la única dimensión en la cual el sentido de las cosas y del mundo se da. Sin embargo, el hombre no tiene una forma de representar las cosas, sino que sus formas de significar adquieren un haz amplio de transfiguraciones en una red compleja de organización del sentido, desde las imágenes más concretas y descriptivas hasta las más abstractas y universales en las que la unidad del sentido de las cosas se logra condensar en expresiones, realidades que es imposible de percibir de manera inmediata. La capacidad de representar en imágenes sensibles lo más inmediato, en una forma que pretende ser fielmente descriptiva, no habrá de ser la misma a la capacidad de representar lo que no se nos presenta de manera inmediata ni mucho menos de manera sensible. 29
5. Javier Muro.
La ruptura con la identidad. La identidad es la circunstancia de ser una persona o cosa en concreto y no otra, determinada por un conjunto de rasgos o características que la diferencian de otras. Por lo tanto, está formada e integrada por elementos percibidos como propios y como ajenos, por lo común y por lo diferente. Esto indica que lo que da sentido a la existencia, y por tanto, a la identidad son los otros, sin ellos no habría un nosotros y viceversa. Lo fundamental para construir mi identidad es que el otro esté en peligro inminente, ese otro no es posible sin historia. Esto se refleja en el Prometeo moderno, de Mary Shelley, y su búsqueda de la identidad. Como he dicho, la identidad está basada en los otros, es el reconocimiento por parte del otro. Por eso la identidad no se puede adquirir en el plano subjetivo de la conciencia solitaria, sino que precisa de la intersubjetividad. Esto hace plantearse cuestiones como qué seré yo cuando no sea yo, ya que yo soy lo absoluto otro de mí, yo soy lo que no soy. Si yo soy lo que soy, mi absoluto otro es lo que no soy. Por eso al formar una identidad estamos excluyendo todas las demás, porque al tener una identidad estamos 30
negando ser otra; por lo que al ser lo absoluto otro de mí, lo contrario no podría ser lo que soy, ya que cada uno tiene su propia historia y viceversa. El monstruo creado por Frankenstein, es una representación clara de la ruptura de la identidad ya que como he dicho anteriormente, para construir una identidad tienes que basarte en tu historia, en tu biografía y en los otros, y nosotros somos él. Él busca la identidad, su biografía mediante el deseo de amor y la felicidad, pero nadie puede devolverle su imagen, su identidad. Ésta es aterradora. El monstruo no tiene biografía, no tiene historia y cuando no tienes historia que dar, que trasmitir, la vida se trunca, se hunde ¿Cómo vivir una vida sin tener una vida pasada? Él está compuesto de nosotros, los seres humanos, y al girarse hacia nuestro pasado se ve a él mismo, fragmentos de sí mismo. Antes de arrojarse fue en busca del amor, del deseo, tras tirarse al mar del norte y se rescatado por un capitán, lo que hace es contar lo que ha vivido para que esa historia, lo que ha podido vivir sin recuerdos, quede en la memoria de alguien. Esto refleja e indica que para tener existencia debes contar y dejar marcada tu propia historia, dejar voz de tu pasado. De no dejar marca de tu biografía y de tu historia tu existencia se pierde y generas una ruptura con la identidad. Cuando le cuenta todo, hace por suicidarse, se suicida en un acto moral. La 31
criatura, el monstruo, se ve privada de reconocimiento, incluso por parte de Frankenstein, que lo ha engendrado. Esa privación, al negarle el derecho más elemental del ser humano que es ser alguien y tener una identidad, lo vuelve perverso. Su maldad es el efecto de la marginación y el sufrimiento. Por ello Frankenstein persigue al monstruo para matarlo, con el fin de acabar su sufrimiento. Aún así no hay otro que pueda devolver una imagen de mí, mi imagen, mi identidad, porque nadie puede tenerla. La condición del otro para mí es mi soledad, tú eres posible para mí porque estoy solo. El monstruo es aquello que nosotros somos, por lo que necesita un narrador que recuerde el decir, necesitamos un narrador que se convierta en un hacedor del sentido de nuestra vida para la posibilidad de la creación de la identidad en nuestra existencia, en nuestra existencia y por lo tanto en nuestra identidad no podemos cambiar el futuro ya que no existe, lo único que podemos cambiar es el pasado, la historia, reconstruyendo las ideas, ya que la historia es solo una representación. En la novela de Mary Shelley, la Criatura se ve obligada a sobrevivir sola, por sus propios medios. Este ser de apariencia diferente, por lo que es considerado monstruoso, deberá vivir escondido de 32
la mirada de los hombres, a quienes atemoriza sin pretenderlo y sin comprender por qué quiere vivir integrado en la sociedad como si fuese uno más. Entonces aprende a vivir sin ser visto, escondiéndose de los otros, pero observándolos para aprender de ellos. Tiene una enorme curiosidad y deseos de saber, de forma autodidacta aprende las costumbres y el lenguaje, pero no le sirven de mucho porque sólo inspira temor. Ante esta situación decide ir a su creador para que le proporcione una compañera con la que vivir y compartir la vida, alguien a quien pueda amar y con quien poder empezar a construir su identidad. Su creador se niega y con ello le niega todo derecho, incluso el más elemental que es el de la identidad humana, saberse dicho por el amor. En la identidad se alojan dos aspectos fundamentales y complementarios: el ser y el aparecer, la entidad y las representaciones, la esencia y las máscaras. La búsqueda de la identidad es la fuente de toda inquietud y temor internos, especialmente para aquellos a quienes se les niega desde el exterior, como le ocurría al monstruo. Por ello él camina por los páramos en busca de su identidad. El monstruo en un primer momento demostró la bondad de sus sentimientos, su necesidad de afecto y busca de amor y una enorme sed de conocimiento acerca de su origen y del mundo que le rodea, pero nadie devuelve su imagen al monstruo, él al girarse se 33
ve reflejado y ve que no es como los demás, es aterrador y es cuando entiende la reacción de los demás. El papel de los otros como espejo necesario para captar la propia imagen, la identidad como una construcción intersubjetiva, y, en definitiva, el reconocimiento de los otros como condición del propio reconocimiento. Como dijo el poeta Ángel González: ¿Qué sería tu nombre sin ti? El peso del nombre nos identifica, como consecuencia de esto, el monstruo no tiene nombre ni historia, no tiene pasado ya que se busca una identidad que carece de hechos. Todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia. En Frankenstein se produce una unión de los dos grandes metarrelatos: el amor y el viaje. El mundo del monstruo es muy reducido porque no tiene apenas lenguaje, al rebelarte y pensar emprendes el viaje, y al viajar nunca vuelves al mismo sitio; cuando el monstruo viaja a los fríos témpanos del norte lo hace en busca de ser amado, mira hacia atrás, hacia la multitud imaginaria, y repite eso de cada uno de vosotros soy yo. Mary Shelley con el moderno Prometeo representa una ruptura clara de la identidad. Se producen otras, Wittgenstein equipara el uso y el significado, para él, el mundo está compuesto de hechos no de cosas y en esos hechos se encuentra el lenguaje, el cual no 34
puede existir sin contexto. El lenguaje es el reflejo del mundo con lo que el mundo es en función del lenguaje que tenemos. En ese lenguaje hay límites, tenemos un límite en lo que podemos decir y lo que no, por ello los límites de mi lenguaje son los límites de mi conocimiento, los cuales debemos de entender. Hace décadas que se ha desvinculado la filosofía de los actos humanos; el lenguaje por lo tanto es un lenguaje natural, un animal que evoluciona constantemente. En relación con Benjamín el lenguaje natural representa el laberinto de la ciudad, el lenguaje es lo que habita en la sociedad, es un determinante de ella, por lo que el lenguaje construye una sociedad, la de nuestro lenguaje y su evolución como una bestia. El lenguaje natural es el animal del flâneur y hace que comprendamos nuestro pasado. El nexo entre Wittgenstein y Benjamin es el lenguaje. En los pasajes de esa ciudad se rompen los estereotipos, con lo que fluye el conocimiento. Estos pasajes no tienen ningún lado exterior, como los sueños. El lenguaje de nuestros sueños es simbólico, como consecuencia de ello los pasajes son una revolución simbólica que se equipara a una revolución del pensamiento; en esos pasajes entramos como mercancía, nosotros somos mercancía y tenemos que rebelarnos para deshacernos de ese peso. 35
Para dejar de ser mercancía tenemos que luchar contra el poder, una revolución es posible si pensamos el existir. En este caso se generaría una ruptura con la identidad ya que la revolución nos posibilita la liberación. El flâneur es un paseante que camina sobre las ruinas de la ciudad futura, alrededor de ese laberinto de la ciudad que es el lenguaje natural, el flâneur es el que domina y comprende el lenguaje natural, se extravía en la ciudad. Ese lenguaje natural es el centro de la iluminación profana, el materialismo histórico sin idea de progreso. El aura es la aparición irrepetible de una lejanía, siendo ésta un elemento de referencia, por cercana que pueda hallarse; esa lejanía está construida por lo simbólico. Como he dicho anteriormente, se genera una ruptura con la identidad al luchar contra el poder, eso es posible si pensamos, si nos paramos a mirar el discurso. Para dejar de ser mercancía hacemos una revolución simbólica, recuperando el sentido del lenguaje, hay que ser creativo, ya que ser creativo implica una revolución simbólica. Para poder liberarnos deberíamos ser homo simbólicus ya que es el que piensa, el que reflexiona, el que tiene los símbolos. Las estructuras simbólicas son universales. Estamos condenados a un mundo simbólico, solo podemos intuir las cosas. De esta manera, el arte está ahí, en el mundo. El arte es revolución, es pensamiento y una revolución 36
implica liberación; el arte es la relación que se establece entre el objeto y tú. El homo simbólicus tiene el alma en el homo furor, el cual vamos a necesitar entender si queremos entender la estética de hoy. Siendo nosotros homo simbólicus, lo que implicaría todo lo dicho anteriormente, en resumen, ser un animal simbólico y un animal social por naturaleza4, nos enfrentamos a la teoría de la contingencia que deriva de la contradicción y de una teoría de la estética que engloba a lo sublime: lo que no es y se puede decir. Estamos más cerca del homo insipiens, junto al videns y al ludens, que del homo simbólicus, ya que derrotan la sabiduría, están vacíos y son vacío. El homo insipiens representa lo necio, lo necio como virtud, lo que conlleva a la ignorancia. Dicho esto, se genera una ruptura de identidad cuando nos manifestamos contra el poder. La mirada del flâneur es la mirada del materialismo histórico, nosotros somos el producto al comprar algo ya que nosotros somos quienes creemos que lo necesitamos con lo que incrementamos su valor. El concepto dialéctico de la contradicción es el alma del materialismo histórico. El flâneur va mirando la vida alrededor y ve las contradicciones; la naturaleza del 4
Aristóteles, zoon politikon.
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ser humano evoluciona como la del lenguaje, con lo que al generar una revolución contra el poder creamos una ruptura de la identidad. Si me rebelo, pienso, luego existo; nosotros empezamos a vivir la vida cuando nos rebelamos, ya que es ahí cuando nos hacemos libres; no puede haber pensamiento sin duda. Vendemos nuestra libertad por seguridad, al oponernos nos liberamos, la libertad genera responsabilidad, hostigar genera libertad por lo que no venderíamos nuestra libertad, dejaríamos de ser mercancía y el producto, por lo que generaría una ruptura con la verdad. Para ello, hay que luchar contra lo evidente, porque lo evidente impide pensar. La bestia recorre todo el laberinto para conocer su lenguaje, nuestra bestia se despierta revelándonos, pensándonos. Si luchamos contra el poder, luchamos contra la historia. La revolución también es en la ciencia, por lo que la ciencia es una liberación, la ciencia tiende hacia lo humano pero esta revolución y esta ruptura de la identidad hacen que el lenguaje transforme la realidad. Las emociones no son libres, si uno emocionalmente no es libre, está oprimido, como consecuencia no puede pensar, no puede ser. Esta relación entre el lenguaje natural y el flâneur se basa en que él usa ese lenguaje natural, un lenguaje espontáneo que hablamos a diario; ese lenguaje que 38
representa el laberinto de la ciudad de las ruinas, responde a una necesidad de comunicación, la cual se compone de calles sin salida de una ciudad antigua que evoluciona. El principio de identidad tradicional anunciado por los griegos se encuentra en crisis desde el comienzo, porque el principio de identidad tiene un carácter ficticio como indica la filosofía de Wittgenstein entre otros contemporáneos. La razón analizada por estos filósofos rompe con el principio de identidad tradicional. Se cuestiona el valor del sujeto y el objeto y se rompe con la identidad, aparece el significado y significante ya que el interés pasa a estar en el lenguaje. Aristóteles: El ser se dice de muchos modos. Esta ruptura del principio de identidad, como apunta Nietzsche, nos aproxima al nihilismo por eso este autor dice que no hay hechos solo interpretaciones. Por último, resulta increíble que la perspectiva de tener un biógrafo no haya hecho renunciar a nadie a tener vida, ya que hacemos nuestra biografía gracias a la mirada de los otros; según Cioran, ser biógrafo de uno mismo es la lucidez. Decir lo que no se puede decir, estos juegos de lenguaje son una relación entre la muerte y el lenguaje, lo que contribuye a la creación de la identidad. Soy lo que no soy, soy en cuanto tengo condición de no ser.
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6. Noelia Fernández Mora.
Las emociones nos humanizan. El foco está sobre quiénes somos, ¿pensamos?, luego de ser así existimos, o sentimos. Porque como dijo José ángel Valente: No separes la sombra de la luz que ella ha engendrado. Representa que es imposible separar los sentimientos de los seres, ya sean humanos o monstruos. Víctor Frankenstein intentaba separarse de él, pero creó la compresión a través de la soledad, el amor como una guerra de pasiones. El monstruo no tiene aura ni historia, pero todos, incluso él, tenemos un animal dentro, algo que no podemos controlar. La única forma de alimentarlo es mediante el pensamiento, y así domeñarlo. La única bestia que ha salido sin control ha sido el ser de nuestra racionalidad. Un animal loco no es ninguna bestia, ya que nosotros estamos enfermos de sentido y tenemos un deseo insaciable, frente al poder frio y desapasionado. A Frankenstein le llevó el poder a la locura, ya que tenía el albedrío de decidir entre la vida y la muerte; la locura que tenía era una antítesis de la razón. Mientras que la criatura tenía la vida como el valor del sufrimiento y el dolor, él tenía la negatividad, el idealismo inocente; él será el monstruo pero nosotros somos la bestia que busca una razón de ser, vagando 40
por ciudades en ruinas, siendo poseído por el poder que nos ha dado la historia, un contexto para el delirio. El poder es el hijo bastardo de la verdad histórica, así que para rebelarnos hay que pensar, emocionarse, sentir… En conclusión, rebelarse significa pensar. La criatura representa un homo furor, con coraje y rabia para poder vivir, pero la única posibilidad que tienes de ser es no ser, vivir es dejar de ser, vaciarse, es una guerra continua entre el amor y el odio, lo que sustenta nuestra historia, y que seamos contingentes. El ser quería dejar huella en alguien, su voz, pero en quién si no tiene el amor, él quería sentir que su respiración era la respiración de alguien, es una forma de consumir amor según Wallas. El monstruo intenta crear una vida mediante una biografía, repara, vive, piensa en el sentido de la existencia. Su suicidio se produce porque piensa que la vida tiene un sentido y no lo encuentra, aparte de que tampoco encuentra el amor. El regreso al paraíso es la muerte, el amor es una ausencia ya que es como el deseo, imposible de satisfacer. Frankenstein sin embargo no es libre ya que no ha sido responsable, tendría que tener la voluntad de poder como amor y la vida como valor, ya que nosotros somos la bestia. 41
El monstruo tiene el amor como metarrelato. El monstruo odia a Víctor ya que quiere ser como él, aparte de que le da la vida para no poder ser feliz y vivir en soledad, porque como dice Aristóteles somos animales sociales, hechos de necesidad. La criatura tenía miedo de ser abandonada, estar perdida para siempre en lo perdido. Aparte no tiene sentido morir si nuestra voz no ha pasado a otra, porque si no pasa es como no haber vivido, aunque el monstruo no tiene ni historia ni aura, pero tenía sentimientos aunque no tenia donde realizarlos como en un amor entre iguales. El monstruo dice…: Hundí en el sufrimiento a mi creador, el ejemplar selecto de todo lo que es digno de amor y admiración entre los hombres; y lo perseguí hasta llevarlo al desastre irremediable. Cuando las sensaciones y los sentidos dejaron de existir para Frankenstein, en esas condiciones, él encontrará la felicidad en soledad. En conclusión, cualquier persona, animal monstruo, puede sentir como bien el mal.
o
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7. Andrea López Ledesma.
La rebelión del mal. Para un griego el mal no existe, solo existe la ignorancia la cual es relacionable con la falta de cultura que propone la alienación, que es el proceso de apropiación por parte del capital del sentido de la existencia. La última fase de este proceso sería la gran alienación de la humanidad ya que no somos capaces de dar una respuesta y esto, según Benjamin, señaliza una falta inminente de cultura. La rebelión del mal es una rebelión abstracta, llena de estructuras simbólicas, como en el discurso de Wittgenstein, donde es necesaria una metáfora en forma de enano que salga del discurso principal para pararse a mirar, ya que para que una revolución sea posible es necesario que esto ocurra, es necesario pararse a mirar y evaluar este discurso desde un punto de vista completamente fuera de lo habitual. Por otra parte, el flâneur que propone Benjamin va paseando por las calles en ruinas de París y en relación con el enano de Wittgenstein, el flâneur va observando las ruinas de la ciudad futura. Una parte del él nos constituye a nosotros si somos capaces de reflexionar y mirarlo conjuntamente con el materialismo histórico. Y es que como bien dije antes, esta es una rebelión abstracta, como lo real del 43
capitalismo, por ejemplo, no es una lata de sopa en un supermercado, es la capacidad de abstracción de lo real para poder convertirte en mercancía. El significado de rebelión también es atribuible al Prometeo moderno ya que es capaz de robar el fuego a los dioses para regalarlo a los humanos. Pese a sentir soledad, el Prometeo lleva la voluntad de poder, el odio de querer vivir aunque la vida sea terrible y oscura. El monstruo odia, yo odio, tú odias también y es que esto es algo completamente sano y natural. Es lo que marca la diferencia. Odiar está asociado al lenguaje, ya que implica emociones como la de amar la vida pese a ser lo bastante cobardes como para vivirla. Odiamos la vida que llevamos hasta ahora, por lo tanto, si tuviésemos una vida eterna estaríamos condenados al suicidio ya que solo somos sombras absorbidas por la angustia de una vida que no sabemos manejar. No somos homo simbólicus porque no respondemos a su estructura, no tenemos complejidad simbólica, no aceptamos que estamos condenados a un mundo simbólico, no somos capaces de comprender las cosas, en definitiva, tenemos vacío en nosotros porque sabemos que lo somos pero no podemos serlo. Los homo simbólicus deben fabricar formas de interpretación, y el arte es lo que más se asemeja a esto con el uso de experiencias más simbólicas y más complejas. 44
¿De dónde vienen las estructuras simbólicas? ¿Cuáles son nuestras estructuras simbólicas? El mundo donde vivimos no existe, está arrasado completamente y el último testimonio se perderá con la muerte. Esto nos lleva a pensar que todo lo que no sea aquí y ahora no es importante, y es que si pensamos que esto no es cierto, estamos condenados a sufrir como el monstruo de Mary Shelley. Por lo tanto, debemos dar valor al arte, pero no podemos usarlo como mercancía ya que el arte no es un objeto del capitalismo como tal. No podemos ayudar al otro sin habernos ayudado antes a nosotros mismos, ya que el mundo no va a ser mejor si tenemos necesidad del otro, que es exactamente lo que indica este pasaje bíblico: amaos los unos a los otros como yo os he amado. Marx creía firmemente que la religión provocaba alienación, es decir, una ruptura del sentido con la realidad. Como he comentado antes, la única manera de parar el tiempo y por lo tanto, de hacer y ser rebelión, es saliendo del discurso y parándose a mirar. Justo eso es lo que hace la teología, parar el tiempo. La religión es el discurso del poder, es lo que sobra del iceberg que emerge, siendo todo el resto la obra de los hombres. Los idealistas, hoy en día, son locos que llevan a la humanidad al delirio, negando así la 45
experiencia de la misma y afirmando que la verdad es distinta a la que es. Nos humaniza la experiencia, pero nosotros vivimos en un espacio virtual, en un mundo sin experiencia, deshumanizado, que niega la ciencia provocando así la esclavitud del ser humano, tomando como liberación la revolución nombrada antes. Esa revolución que observa el enano de Wittgenstein al salir del discurso y parar el tiempo; la misma por la que pasea el flâneur mientras observa las ruinas de la ciudad futura y por supuesto, es la misma revolución con la que quiere acabar, o empezar quién sabe, el monstruo con su suicidio. Y es que, para finalizar, la cultura se basa en el concepto científico, y éste a su vez en la teoría de la liberación, siendo ésta una revolución, para acabar en contra del mal, que por supuesto, sería la ignorancia de la que hablaban los griegos… 8. Jorge Flores Valor.
La pasión de superar lo que somos. Según Aristóteles: Pasión, se dice de las cualidades que puede alternativamente revestir un ser; como lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo, la pesantez y la ligereza, y todas las demás de este género. En otro sentido es el acto mismo de estas cualidades, el tránsito de 46
la una a la otra. Pasión, en este último caso, se dice más bien de las cualidades malas, y sobre todo se aplica a las tendencias deplorables y perjudiciales. La pasión es un sentimiento intenso que ejerce entusiasmo a la hora de luchar por un objetivo en la vida, y a la vez inyecta optimismo. Cuando nos apasionamos, no solo hacemos, sino que también disfrutamos todo lo que hacemos. Los resultados son más dulces. Sin embargo, la pasión, por sí sola, tiende a soslayar o a alterar los niveles psicológicos del ser humano. De ahí la necesidad de apasionarse, pero nunca doblegar la voluntad y soltar la desilusión, pues quedaríamos a la deriva en las profundas aguas de la vida. Pasión y razón son dos frutos del mismo árbol, pero han de brotar, crecer y madurar juntos. De la influencia que uno ejerza sobre el otro dependerá, en mayor o menor grado, el éxito de nuestro breve andar por este mundo. Sin razón, la pasión es una veleta a merced del viento; sin pasión, la razón es una llama que se autoconsume. En fin, se da el nombre de pasión a una grande y terrible desgracia. Este texto resume perfectamente la pasión, ésta te permite razonar porque es una impresión, es intimidad, auge y asombro… Sin embargo, la pasión llevada al extremo se convierte en una obsesión que no permite razonar, aunque se debe colocar la pasión en algo que se origina dentro de la filosofía, y que significa ser capaz de emocionarse con la realidad5. El pathos es el uso de los sentimientos humanos para afectar el juicio de un jurado. 5
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La pasión y la razón siempre van juntas, el pensamiento es apasionado. Las emociones se construyen, son memoria. Aristóteles decía que hacer filosofía era hacer teoría, y que ésta significa contemplación; si el lugar que habitamos es el lenguaje, el asombro se debe producir ahí, pero cuando se produce no tiene nombre. El superhombre une estos dos conceptos junto a la voluntad, es un espíritu culto con la valentía de Aquiles y representa el hedonismo de Epicuro, el cual quitaba el miedo para evitar la alienación. Se guía por la voluntad de poder, intenta siempre superarse a sí mismo, mejorarse en todo, no le importa lo que piensen o digan de él, se enfrenta a la vida y asume la realidad, para que, si volviera a vivir esa vida, fuera feliz al hacerlo. Repudia el vicio, la debilidad y la esclavitud, y va en busca del placer. El lenguaje debe transmitir pasión, y a su vez empatía, tiene una señal de amistad, de pathos como paradigma. A su vez, el logos es la mayor expresión de la interculturalidad, es algo que se convierte en experiencia. El humano es un grito que surgió de su imitación, y que se exaltó pasionalmente en nosotros, un órgano inhumano que organiza de inmediato los dos pathos que nos acosan, tanático y erótico, de dolor y de placer. El homo ergaster fue el primero en tener la posibilidad de articular un lenguaje, y también de ser solidario, lenguaje y humanidad; pero, 48
fue el homo sapiens el que utilizó el lenguaje de forma simbólica a partir del arte de las pinturas rupestres. El lenguaje determina y depende del pensamiento, se relaciona con la visión de la realidad. Estos dos son conceptos que se afectan mutuamente, ya que el pensamiento afecta al lenguaje y el lenguaje al pensamiento, y esto nos construye como seres humanos, como dijo Wittgenstein: Los límites de mi mundo, son los límites de mi lenguaje. Por lo que, si no se sabe de una cosa mejor callarse, siendo la conclusión del Tractatus. El Tractatus es una teoría del pensamiento a través de una teoría del lenguaje; y dado que el pensamiento versa acerca de lo real, será también en último término una teoría de la realidad. El Tractatus versa sobre el isomorfismo del lenguaje y del mundo, y la reducción del lenguaje a su función descriptiva. Lenguaje y mundo tienen un elemento común: su forma. Esta teoría también expresa que no puede haber lenguaje sin contexto y que éste contiene la lógica, es decir, que no representa el mundo. La filosofía es el árbitro del lenguaje como medio, y la forma de vida es una compresión del mundo; somos animales simbólicos y el lenguaje es como un animal, ya que evoluciona, cambia… Este logos a su vez es el vestigio del cuerpo, siendo el que ha convertido el cuerpo en vestigio. Pero el cuerpo no puede ser entendido como vestigio sino como origen, ya que la 49
naturaleza del lenguaje está relacionada con el significado6 y éste a su vez con el significante7. En conclusión, podemos dejar que nuestra pasión permita lograr cosas que queremos hacer, que pueda superar lo que somos, porque somos el homo insipiens, ya que nos hemos convertido en necios, porque si pudiésemos pensar seríamos homo simbólicus, y si tuviésemos el aliento de éste último llegaríamos a ser homo furorem. 9. Eduard Rus.
El cuerpo sin nombre de la luz. Con el paso del tiempo el cuerpo ha ido oscureciéndose, perdiendo la llama, escondiéndose detrás del gran enemigo, el poder, de tal forma que los ojos del hombre ya no son capaces de verlo. El cuerpo es el medio por el cual tenemos percepción del mundo. Gracias al cuerpo tenemos la capacidad de sentir y de expresar. El cuerpo se ha perdido en la historia, en un intento de extravío que ha sido limitado por los procesos de aculturación, en busca Es la imagen mental (el concepto que este representa), que varía según la cultura. Estos dos conceptos pueden confundirnos, pero si los aplicamos a un ejercicio podremos facilitar su comprensión. 7 Es la forma material que toma el signo, no siempre es lingüístico, puede ser una imagen. 6
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de la luz que se perdió con el nacimiento de la ignorancia como mal. En este proceso el ser humano está expulsando al homo simbólicus que tiene dentro, convirtiéndose en un ser inamovible que ocupa un espacio, convirtiéndose en una evidencia. La pérdida del homo simbólicus implica la pérdida del deseo de querer deshacerse, de querer vaciarse, de querer vivir. Implica prohibir al sujeto revolucionario salir a luchar y le obliga a abandonar la guerra constante contra la verdad. La verdad es el hijo histórico del poder. La historia se entiende como una serie de contradicciones, en el flâneur, en el ángel de la historia, cuando Walter Benjamin mira atrás en la historia, ¿qué ve? Ve todos los procesos de destrucción del cuerpo. Ve las ruinas de una ciudad futura que intenta resistir sin cuerpo. La historia es violenta. Bien le gustaría detenerse y recomponer lo destrozado. El homo simbólicus se caracteriza por la percepción que tiene del mundo como una suma de símbolos, que dejan huella en la historia. Durante nuestra existencia filogenética se han ido creando muchos símbolos pero ninguno a la altura de la palabra, que es la que determina el conocimiento. A través del lenguaje hemos sido capaces de crear un arma poética para enfrentarnos a la verdad, esa arma es lo que hemos llamado históricamente arte. El lenguaje humano es creativo. 51
El poder te oculta la visión del cuerpo, rompiendo la relación ver y ser visto y estableciendo un panoptismo8 para anular la capacidad del hombre, encerrando al sujeto en sí mismo y evitando una guerra contra la verdad, robando al hombre su libertad para desarrollar su potencial. Su principal objetivo es eliminar la naturaleza del hombre. Hoy en día se puede decir que el hombre ha muerto, como consecuencia, ha muerto el sujeto. El sujeto ha sido encerrado en sí mismo para inhabilitarlo. El arte es la mayor expresión simbólica que hemos creado, mediante él se han expresado la angustia, la ira o la lucha contra la vanidad. El arte es el modo de resistencia del hombre que a lo largo de la historia se ha enfrentado al dominio, que es la naturaleza del poder. El poder cuando mira al arte ve lucha, ve rebelión, ve odio de querer vivir, ve peligro; y para evitarlo se ha hecho con el control del principal instrumento del arte, el cuerpo, mediante normas irracionales, ofreciéndonos únicamente la libertad de ser los epígonos de su opresión y limitando nuestras posibilidades. El cuerpo se ha oscurecido para que deje de ser objeto de creación o inspiración del arte. En el sentido hedonista, el arte busca el bien a través de la emancipación de la realidad, intentado buscar una puerta que nos conduzca al placer sensorial e 8
Jeremy Bentham, Michel Foucault.
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inmediato. Teoría del cuerpo enamorado de Michel Onfray es la mayor relación que se puede establecer entre el arte, el cuerpo y el placer. Una obra cuyo objetivo es poner en libertad al Eros de las múltiples trabas con que el cristianismo y la sociedad normalizada lo tienen sometido. Se trata de una obra materialista que penetra en la piel de la sexualidad humana, en la piel se encuentra enmarcado el cuerpo, un cuerpo que está herido, pero que en esta obra sigue siendo explorado. El cuerpo se va desvaneciendo y se va quedando sin un significado racional. El cuerpo tiene menos valor que el poder para el poder mismo. Es un símbolo que representa la libertad para existir, pero que cada vez va desapareciendo más rápido por culpa del miedo, que es el enemigo del cuerpo y le obliga a cambiar su libertad por seguridad. ¿Qué sería de nuestro nombre sin el cuerpo? Una simple palabra suelta, vagando sin sentido alguno, sin capacidad de perdurar en el tiempo. Sin él no hay posibilidad de crear una biografía para luego afrontar y continuar la lucha histórica contra el poder. A lo largo de la historia han sido varias las figuras de la conciencia desdichada que han ido dejando huella en la historia con el paso del tiempo. El ángel de la historia ha conseguido que observásemos nuestra propia historia, pero, ¿por qué es un ángel el que mira hacia atrás? Tiene relación con la imagen de Paul 53
Klee, a la que Benjamin presta mucha atención debido a la importancia que él le da al materialismo histórico. El ángel es un cuerpo purificado, lleno de sabiduría y que tiene el suficiente conocimiento para hallar las contradicciones de la historia. No es necesario encontrarse en el propio cuerpo para comprender el contexto histórico al que pertenecemos. Ya el enano verde de Wittgeinstein cuando sale de sí mismo y deja de ser un sujeto encerrado, rompe con la tradición filosófica y estructuralista que se encuentra cuando trata de saber lo que tiene alrededor. El arte requiere un conocimiento del lugar en el que te encuentras para hallar la forma de penetrar y dejar marca en la sociedad, de forma que tu obra se convierta en una representación universalizable. La naturaleza humana tiene distintas formas de interpretación, formas ilustradas que se basan en la razón del ser y que pretende establecer un criterio común, mientras que el poder tiende a crear una única verdad. Todas estas figuras de la conciencia desdichada han dejado huella en la historia utilizando la razón del cuerpo. El pensamiento se ha llevado a cabo mediante el cuerpo, como consecuencia del pensamiento surge su existencia. Si el cuerpo se oscurece, no habrá cuerpo ni desdicha dialéctica, ni 54
tampoco forma de pensar, por tanto no habrá filosofía ni sofofilia. 10. Isabel Ortega Soto.
El sueño del monstruo. No vive, solo duerme, solo sueña en la razón que le transforma en monstruo. ¿Vives en un sueño? En ocasiones sería una salida de este enredo de hilos que tenemos en nuestra historia, si es que tenemos o alguna vez hemos tenido historia. Nuestros sueños se alimentan de nuestra historia y eso nos ha hecho ir perdiendo aquellos recuerdos fugaces que han pasado por nuestra vida y se han ido perdiendo como lagrimas en la lluvia. No somos la memoria, no somos el nombre ni la identidad ni pasado, es lo que nos convierte en un monstruo en lo más profundo de nuestro ser, somos, lo elegimos ser. Pero todos nos negamos porque vivimos en función de lo que nos falta, buscando una razón para seguir, sea el amor, el paraíso perdido, la existencia y el deseo, o la misma vida que se consume por momentos. Vivir la vida es aprender a ver que se pasa, instantes de tiempo efímeros, y eso conlleva que dejemos de ser y salgamos de esa oscuridad que nos invade hacia los matices. 55
Luchar, si, luchar contra lo evidente, contra lo más profundo de nuestro ser, la desdicha, lo que no somos y como nos han hecho, y decir no, basta. Existir y vivir con el pensamiento de nuestra mano, asombrándonos cada día, tener esa esperanza. Convertirnos en ese paraíso deseado, en el pensamiento, que no se puede abarcar. Aunque nos parezca ajeno, somos todos pequeños monstruos que viven a través de la muerte, construidos por fragmentos de historias, relatos o mitos, reunidas en un solo cuerpo. Nos hace sentir nostálgicos el pensar en la vida que no ha sido vivida, ese deseo de libertad que nos da el pensamiento. Un cuerpo herido que intenta vivir y ver esa vida con claridad, como el flânuer que observa la vida paseando entre pasajes de la ciudad de París, ese ángel de la historia que quiere abrir sus alas al ver las ruinas. El pensar nos hace libres, y nos saca de esa inconsciencia, de ese sueño eterno. Ese sueño de occidente fácil de vivir, metafísico, pero el sentido no está ahí, está en salir de la ignorancia que nos arrastra día tras día y sin tener palabras plenas que conecten el lenguaje lógico del yo con las estructuras simbólicas del sueño. Nadie puede pensar si no se asombra. Asombrarnos nos permite no ser esas anáforas del poder y así tener 56
nuestro propio discurso, nuestra lógica y razón apasionada. Y dejar de ser mercancía, con un precio que nos manufactura y nos enajena y nos aliena, y así amar la vida sin ser cobardes. Somos seres prescindibles y por ello debemos dejar ser monstruos, seres de oscuridad. Y derruir ese muro de ignorancia que hemos construido con el paso de las generaciones y ese discurso que nos han impuesto. Ha sido ello lo que nos ha hecho vulnerables. Mudar esa piel como las sierpes y transformarnos como mariposas, y renacer en un homo simbólicus. Dejar de ser ese homo videns que construye su vida de imágenes sin aura, sin vida y sin el peso crítico de historia. Solo hay una experiencia que comparte una explicación con lo inconsciente: el sueño, la ruptura con la realidad. El monstruo no acepta lo evidente, que es una tiranía, y por ello acepta la vida nuda9 misma. Y así la vida fuera el duelo y la estructuración de las perdidas. Y así afirmaríamos definitivamente que somos imprescindibles.
9
Giorgio Agamben.
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¿Cómo no serlo? Es una cuestión importante que tenemos que observar con detalle, cómo dejar de serlo… Una de las muchas respuestas que podríamos darnos es: abandonando el nombre que nos ponen como a un producto, quitando de nuestra vida la alienación o enajenación, para recuperar nuestra contingencia y así acabar con ese bestia que habita nuestra vida, para buscar lo que nos haga transcender y sobrevivir en las ruinas de la ciudad futura. La ciudad en ruinas, así es como mejor la define el poder, ha sido él quien ha sepultado los puentes de los pensadores para que no avancemos y así tener un control omnímodo sobre todo. La solución para erradicar la explotación es una revolución simbólica que se produzca en la ciencia, por causa de que tiende a lo humano; y no permitir que exista más deshumanización en una sociedad como la nuestra, que debe avanzar hacia el progreso posmoderno y no hacia el estancamiento evolutivo. Transformando el pasado, el futuro tiene una esperanza, una oportunidad de volver a sentirnos vivos…: que saber es recordar y en lo que sabes está lo que no sabes. Así tenemos un futuro, aprendiendo que sé lo que soy porque sé lo que no soy. Buscando una historia como el monstruo, ese amor de ese ser por el cual él lo daría todo; pero dándose cuenta que no lo tiene se sumerge en el inmenso olvido, 58
recordando las últimas palabras hacia lo amado: Qué sería tu nombre sin ti, nada. 11. Aladin Allouch.
La inocencia perdida de la memoria. La inocencia es lo que caracteriza al monstruo. En este sentido, se puede explicar el concepto de inocencia desde el prisma del monstruo de tres formas diferentes: La inocencia, como el rasgo de alguien que no posee maldad ninguna o no ha cometido ningún pecado, suele ser atribuida a la infancia. Esta cualidad se puede observar en el monstruo al mostrarse con características mentales similares a las de un niño. Se puede ver la su inocencia cuando se encuentra a una chica y vemos como juega con ella hasta tirarla al agua y matarla, sin querer, porque desconocía las consecuencias de sus actos. La inocencia también se atribuye a gente con falta de conocimientos o experiencias vitales, dos características fundamentales de la criatura, lo que la hace vulnerable a los actos maliciosos de otras personas (ser ingenuo). Se habla también de inocencia, como principio, en el ámbito penal, para designar el estado de falta de culpabilidad en que se halla el procesado. La inocencia en sí es un estado de la mente que no supone ni hace daño a nadie. El inocente, el que no 59
lleva cuenta del mal y cree en la integridad moral de todas las personas corre el riesgo de engañarse y de ser engañado; una connotación peyorativa en referencia a una persona ingenua y candorosa carente de toda experiencia de realidad de la vida. Tres sentidos de la inocencia: Un niño no tiene ni la capacidad física ni la capacidad mental de hacer daño a alguien, solo es un perverso polimorfo10. La incapacidad de cometer mal o pecado del cristianismo. La integridad moral de quien ha superado la inclinación a obrar el mal a través de un esfuerzo perseverante, por ser fiel a los ideales más sublimes. Este concepto de inocencia va mas allá de la simple incapacidad para el mal. Inocencia es la simplicidad de espíritu que brota de una conciencia recta y valerosa. En el sentido filosófico, la ilustración habla de la inocencia, no como hecho histórico sino como un estado hipotético o un ideal racional, referido por otra parte a la contraposición entre tal estado de inocencia en los orígenes y la corrupción de las formas históricas de sociedad. La edad de oro para Rousseau: la sociedad histórica es una degeneración respecto a aquel estado de perfección y de inocencia.
10
Sigmund Freud.
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La memoria: Se clasifica en dos, la viva, y la del ordenador. Nos ponen en un dilema para que veamos sin capacidad de elegir un tipo fundamental de memoria insipiens, es una memoria deshumanizada, no es individual, sino social e histórica. La memoria no es simple almacén ni un mero recuerdo, sino una memoria viva continuamente en devenir, y sin la cual no entenderíamos el mundo que nos rodea. La memoria se identifica con el alma, con el propio yo. Henri Bergson contrapuso la memoria psicofisiológica de repetición a lo que llama memoria pura, que constituye la propia esencia de la consciencia. La memoria tiene que ver con lo imaginario que determina la construcción del futuro y la preservación allá de la inocencia. La cuestión sería si es posible la inocencia habitando entre las palabras. La inocencia perdida de la memoria: Se puede ver cómo al ser inocentes se es apartado del grupo. El ser apartado trae consigo pensamientos negativos, que pervierten la mente y desnudan la inocencia. La perdida de la inocencia significa aceptar que la realidad es fea y que los humanos son malos. Se pone de manifiesto que el mundo utópico que forma una mente inocente no existe, y la realidad se contrapone con el concepto de inocencia
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Así la inocencia es tanto una bondad en el mirar, en el pensar como en el actuar. Al crecer en la edad de las ideas se deja atrás la inocencia, atesorada, a la vez que aumenta la responsabilidad y el ejercicio de la libertad. La riqueza cultural muestra una realidad alejada del mundo idílico de la infancia. Perder la inocencia es aceptar que el hombre es un lobo para el resto de hombres, que las utopías no existen y que las relaciones humanas, una vez perdida la inocencia, no volverán a ser nunca plenas. Cuando la esfera inicial de la inocencia se rompe, cuando la burbuja explota, el amor pleno y la entrega se alejan; puede que se vuelva a construir, o no… La recuperación de la inocencia está ligado al perdón y, en general, a acciones simbólicas que hacen que los errores sean perdonados, volviendo al inicio, a la inocencia de un niño de pie en el mediodía11.
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Nietzsche, las transformaciones del espíritu.
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El Amor
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1. Josué Morán Suárez.
El cuerpo del amor. Si del amor se tratase, el deseo sería su espejo; sin embargo, el viaje lo comprende como el deseo de querer vivir. Durante toda la historia de la humanidad, han existido y existen dos grandes metarrelatos: el viaje, y el amor. ¿Por qué no el deseo si el amor forma parte de su estructura? Si bien es cierto que el amor necesita del deseo para ser expresado, el viaje concibe el amor por querer vivir. Por lo tanto, el viaje y el amor siempre van a estar entrelazados, porque el cuerpo del amor no es sino el viaje enmascarado del deseo de querer vivir. Aunque para reflejar bien qué es el cuerpo del amor, nos vemos avocados a una obra maestra como es la Odisea, en el que Ulises zarpa de regreso en busca del amor perdido, lo hace viajando, porque sin amor no hay viaje, es decir no hay cuerpo, y sin el viaje no hay el querer vivir, es decir el amor. ¿Por qué viaja el Prometeo moderno a los fríos témpanos del norte, si no es por amor? Y qué es el Prometeo moderno sino el cuerpo del amor enmascarado de sentimientos fríos, ásperos, que necesitan ser extirpados por aquello que se quiere, vivir. Por eso el Prometeo moderno realiza ese viaje, porque en el viaje está el cuerpo del amor, la necesidad del amor de ser expresado. 65
El amor, es capaz de detener instantes, es capaz de hacernos viajar a los mundos del otro, para podernos ver a nosotros mismos, algo similar al enano dentro del autómata de Benjamin. Sin embargo, para poder ver el cuerpo del amor, tenemos que viajar, sí, lejos, muy lejos, fuera de los límites de... sí, nuestro mundo. ¿Cómo? Como el flâneur, mirando los escaparates, y perdiéndose dentro de la ciudad para poder encontrar el amor, enmascarado de mercancía; porque el amor no es el de hace siglos, va adaptándose a los nuevos tiempos, necesita ser expresado, y una manera es mediante el arte. Sin embargo, el mundo actual no quiere adaptarse, no quiere ver el amor, no quiere viajar, solo quiere ser utilizado, ser vendido, comprado, manipulado, deshumanizado. Por eso el amor necesita del cuerpo, que le haga ser expresado, de manera que pueda viajar, para hacer sentir el querer vivir. Pero para llegar a eso, necesitamos del sympathos, de una pasión, porque queremos ser amados, ser sentidos, ser consolados. La afectividad humana es uno de los mayores logros, es, junto con el arte, lo que nos hace ser animales que aman, en cierto modo necesitado de amar. Porque, como he dicho antes, el mundo actual no lo quiere, el neocapitalismo no entiende de sympathos, de amor, de viajes, de Prometeos, ni de nada, el poder sólo quiere ver éxito, ver “triunfar”, porque somos como una botella de agua, nos utiliza y nos desecha. Por eso la mayoría de la humanidad es mercancía, porque ha 66
dejado que esto sea expresado, y no el amor, siendo escondido en el ángel de la historia, siendo abofeteado por la teoría del éxito, viendo que necesita pausar el tiempo de la partida de ajedrez, intentado hablar con Wittgenstein; esto genera odio, odio de querer vivir, porque el amor es demasiado poderoso, no puede perder, por eso aún existe esperanza, aún existe el deseo, el deseo de querer vivir. No digo que tengamos que viajar literalmente, tenemos que viajar por nuestro inconsciente, que es realmente nuestro mundo, viajar sabiendo que nunca vamos a volver, buscando ese deseo, ese amor, para poder ser entendidos, porque cuando entiendes, disfrutas. Hay que insistir en existir, hay que seguir luchando, porque mientras haya esperanza habrá amor. Porque debemos viajar, aunque los demás nos vean como estúpidos, porque sabes que la única maldita solución para salvar este podrido mundo es viajando fuera de él, para encontrar lo que necesitamos. El capitalismo, no es sino el cáncer degenerativo de la humanidad, mata los cuerpos, y como he dicho, sin cuerpo no hay amor, y sin amor no hay deseo, y sin nada de ellos no hay esperanza. Su alimento somos nosotros, que nos compran, así es como nos mata, pareciendo inofensivo, destruyendo incluso sus salidas, como lo ha hecho con el arte. Sin el arte, no podremos hacer nada, porque en él vemos 67
uno de los barcos con el que poder zarpar como Ulises, para poder encontrar el amor. Esta sociedad nos lo impedirá de todas las formas posibles, porque tiene miedo, sabe del poder del amor, sabe lo que puede hacer un cuerpo enamorado, como el Prometeo moderno, que es lanzarse por el acantilado, para salir de este mundo, para poder ser comprendido, para buscar el amor, para querer vivir. Porque aunque parece ilógico, este mundo necesita también de cuerpos, para poder seguir viviendo, para conseguir lo que tanto ansía y sólo el amor tiene, sobre todo: el poder de cambiar a la gente, el poder de detener el tiempo, de hacer un instante infinito, de poder ser humano. El cuerpo, por eso, es tan importante, porque es el único por el cual puede ser expresado el amor, es ese tablero de ajedrez en el que luchan el amor y el capitalismo. En el cual, todos y cada uno de nosotros somos reemplazados como si fuéramos mercancía, cuando ya no valemos nos desechan, o cuando estamos trucados (cuando realmente empezamos a pensar). Este mundo no favorece en nada el sympathos, lo ha derrocado, ingerido y escupido para que ni uno de nosotros podamos apreciarlo y expresarlo. Por eso sólo nos queda un método, viajar, para buscar, para encontrar, para sentir lo que necesitamos expresar. Así desarrollamos la empatía, porque cuando entendemos por qué viajamos, disfrutamos del viaje, aunque lleguemos o ningún lugar, o por eso. 68
Debemos olvidar, dejar atrás los paraísos perdidos, para poder viajar al paraíso sin nostalgia, aunque suene contradictorio, porque será la única manera de eliminar el cáncer degenerativo que tenemos, y así dar rienda al único poder más allá de lo real, el amor. Ulises sabía que si zarpaba de viaje, no iba a volver, pero tampoco estaba seguro de si lo iba a conseguir. En esa duda está la clave, porque en ese momento, el amor nos impulsa a buscarle, a que lo encontremos, como cuando recorres sentimiento a sentimiento a tu pareja, cuando en una pareja hay amor, porque el amor es el único que puede unir dos cuerpos en uno solo, porque pensar significa desear, desear vivir. No necesitamos decirle al mundo que somos diferentes, necesitamos decirle al mundo que hemos venido a marcar la diferencia, entre el pensador y el homo furorem, entre el amor y el éxito, entre el yo y lo absolutamente contrario a mí. El mundo se reirá de nosotros, pero nosotros nos reiremos de su ignorancia, porque pensarán que estamos acabados, nos verán como desecho, pero no saben que nosotros acabamos de “nacer”, porque en el nacer está el amor, y en el amor esta el deseo de vivir, ¿si no deseásemos vivir, naceríamos? El mundo nos dirá que eso es una mesa, pero nosotros le diremos que es un rinoceronte, porque en el amor se desarrolla el sympathos y el pensar, el pensar que todo puede ser diferente, porque nosotros lo hacemos diferente. 69
¿Cómo podemos trasladar este amor a otros? Solo hay una manera, con el lenguaje, ya que la comunicación ha sido esencial en nuestra sociedad, en nuestra especie, sin ella no hubiéramos podido llegar a lo que somos, aunque lo que hemos llegado a ser es lo absolutamente contrario a lo que pensábamos ser. Porque somos homo insipiens, lo absolutamente contrario al homo simbólicus, ya no queremos pensar, reflexionar, sentir; simplemente, no queremos hacer el viaje, no queremos hacer la Odisea, no queremos ser Aquiles bajando a Troya sabiendo que va a morir, porque en ese instante, en ese instante en el que el amor para todo, decidimos, si queremos dejar atrás los “paraísos perdidos” o viajar a los fríos témpanos del norte. Por lo tanto, debemos decidir, con la esperanza de pensar, y de querer vivir, si queremos ser mercancía o no, si queremos ser el autómata de Benjamin, si queremos ser el enano verde de Wittgenstein, si queremos ser el Prometeo moderno, si queremos ser no ser nadie, si queremos ser sympathos, si queremos ser homo simbólicus, si queremos ser Ulises, si queremos ser Aquiles, porque en ese decidir está la razón, la razón de ser y de existir, la diferencia entre ser amado o ser ignorado, ser mercancía o ser el flâneur, en ser yo o el absolutamente contrario a mí. El capitalismo y el éxito siempre se han basado en herramientas degenerativas para la mente humana, 70
con complejos bien estructurados para que fuéramos engullidos y transformados en mercancía, por lo tanto, tenemos dos caminos, siempre, siempre, siempre dos caminos, el del bien y el del mal. Parece una lucha eterna en la que tenemos que dar rienda suelta a la masacre por una paz venidera que jamás llegará, y por tanto jamás existirá... ¿O no? La esperanza es lo que sostiene la pregunta, en el querer saber más, en el querer vivir más, el bien y el mal lo interpretamos nosotros, depende de cómo haya influido en nuestro ser cada una de las falacias del capitalismo. El deseo es lo que nos da rienda suelta mediante el amor, el amor fluye en el viaje, en nuestro viaje hacia el pensar, y el viaje necesita ser tomado, por algo o alguien. ¿Y qué es realmente el cuerpo del amor, eso que tratamos de resolver? Como he estado estructurando, pareciéndose este texto a un cuerpo curiosamente, durante todo el discurso, tenemos que decidir, tenemos que decidir si queremos ser parte de este mundo, o demostrar la diferencia, si queremos tomar ese viaje o queremos quedarnos en los paraísos perdidos. Tenemos que decidir si queremos ser cuerpo para el capitalismo, o queremos ser cuerpo para el amor. Porque sin cuerpo no hay viaje, sin viaje no hay amor, sin amor no hay deseo, y sin deseo no hay nada. Por eso, el cuerpo del amor, somos nosotros.
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2. Alba Hernández Rodríguez.
El decir del amor. El amor es un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Real Academia Española La etimología de la palabra amor viene del latín amor. La palabra latina se relaciona con una raíz indoeuropea amma (voz infantil para llamar a la madre), que está presente también en el verbo latino amare (amar, dar caricias de madre en origen). Si a la raíz de amare le ponemos el sufijo or, tenemos el nombre amor. Para designar al amor tenemos la figura Eros, en la cultura griega, o Cupido en la cultura romana, entre otras. El amor de la mitología griega estaba representado por Eros, el dios del amor. Eros era hijo de Afrodita y de Hermes. En cambio, el amor en la mitología romana es representado por Cupido, es decir, es el mismo dios que el de la mitología griega pero llamado de una forma diferente, y de padres diferentes, Venus y Marte. Se le conoce como el niño alado. Cupido llevaba en su espalda dos tipos de flechas. Un día se enfadó con Apolo y le lanzó una flecha para que se enamorara de la ninfa Dafne, a la que mandó otra para que no le hiciera caso. 72
Finalmente, Dafne pidió ayuda a un dios que la transformó en un árbol, un laurel. Pero la verdadera historia de Cupido fue con Psique, con la que se casó. Psique era una muchacha muy bella, pero no encontraba el amor verdadero. Su padre solo pedía a los dioses que encontraran un hombre. Venus, celosa de ella, le pidió a Cupido que la casara con el hombre más feo, pero al final él se enamoró de Psique, se casó con una condición: no podía mirarle. Sus envidiosas hermanas la convencieron de que le mirara y los dioses se enfadaron. Después de muchos intentos fallidos por recuperarle, los dioses convirtieron a Psique en inmortal para que pudiera estar con Cupido. En otras culturas, como la hindú el dios del amor es llamado Kamadeva y representa el amor, la lujuria y el sexo. Kamadeva intentó ayudar a Parvati para que Shiva se enamorara de ella. Shiva, enfadado, condenó a Kamadeva entre fuego. Sin embargo, las primeras representaciones del amor se dieron en la mitología egipcia, donde el amor era representado por la diosa Hathor. El dios del sol, Ra, quería tenerla con él y envió mensajeros para convencerla de que se mudara con él. Finalmente, ella se trasladó con él.
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Por último, en la mitología celta el amor era representado por Angus Og. Se enamoró de una chica en sus sueños y no paró hasta encontrarla en la realidad. Michel Onfray transmite con su libro Teoría del cuerpo enamorado la libertad sexual, llevando así a un Eros social como protesta contra cristianismo. Onfray define al hombre libertino como: aquel hombre de bien que no sabría arrodillarse y que es enemigo de todo lo que se llama servidumbre. En Teoría del cuerpo enamorado, Michel Onfray contrapone lo filosófico y lo cristiano, ya que, el amor, según el cristianismo, es lo único real de la persona humana, lo que nunca desaparecerá. Cuando el ser humano muere lo deja todo, pero solo una cosa quedará para siempre: El amor. Sin amor nadie se salva. Nadie se salva por la fe, por la esperanza, pero sí por la caritas. Ninguna religión salva de la muerte al ser humano, solo nos salva el amor. El amor real o verdadero, para los cristianos, es entregarse al amor al prójimo, a los otros; entregarse a una sola persona por completo, lo que para ellos es representado por la unión familiar, no deja de ser un consuelo secreto ante la dificultad de amar a los diferentes…
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Para los cristianos el amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. […] No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará... (Primera carta a los Corintios, Capítulo 13, Versiculos 48) El primero que comenzó a investigar sobre el inicio del amor y hablar sobre él de forma filosófica fue Empédocles. Él consideraba que el amor y la lucha eran polos opuestos que unían y separaban los elementos del universo. Pero fue con Platón con quien el amor empezó a tener un sentido central y completo, lo que hizo que su teoría girase entorno al mundo de las ideas. Nos plantea el amor como forma inalcanzable, es decir, algo que se ama pero que nunca se puede acceder a ello. Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues este penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas.12
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Umberto Eco, 1980.
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Umberto Eco da a entender que el amor es una cuestión misteriosa que va y viene todo el tiempo sin importar los motivos de ida y de vuelta, es algo de lo que no nos podemos fiar, debido a que seduce de tal forma que no intuimos cuándo se irá, y cuando se necesita no está. Para él, la vida sin amor es una eterna oscuridad hacia el odio. Aunque también, qué tranquila seria la vida sin amor, Adso, que tranquila y que insulsa. Lo que se entiende como que el amor es necesario en nuestra vida, ya que hace interesante la existencia de las personas. El amor muere por olvido, por olvidarte de ti mismo, cuando morimos nosotros mismos sabemos que sucedió porque nadie nos nombró. Todo amor puede ser un periplo, el cual dura veinticuatro horas, o un amor que dura un instante y se evade del ayer, o una travesía que puede durar años, siglos… Existen muchos tipos de amor, como el fraternal, filial… En la actualidad el amor es interpretado como algo imprescindible, sobre todo en la vida de los adolescentes, no saben ni deben vivir sin él. A decir verdad, el motor de la vida es el amor, porque sin él las personas no harían locuras y éstas mueven el mundo.
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El amor es la mayor fuerza, tanto física como espiritual, que el ser humano podrá conocer nunca. Las primeras impresiones o referencias de las relaciones de amor que tenemos son las de nuestros padres, ese será el punto de partida para rebelarse. El amor es un impulso que tiene el ser humano para expresar y proyectar sus emociones en las personas. Es algo que hay que construir pero que no hacemos, pensamos que es un impulso espontáneo. No todo es perfecto en el amor, tiene altibajos, unas veces estamos satisfechos y otras sufrimos, pero la vida son pruebas, el amor consistente es sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido Cuando se ama se ponen a prueba las dotes de paciencia y confianza, llevando a querer estar con el otro en deliquio, sentirnos hasta perder el sentido… En la actualidad, todo lo damos por perdido, sin embargo, en momentos del pasado no se rendían ante la adversidad y seguían intentando ser felices en el territorio del amor. 3. Rocío Callejón.
¿Es amar alejarse del origen? Sin ninguna duda, sí. Pero primero, ¿qué es el amor? Todo amor es un periplo, es decir, es un viaje, es la 77
palabra, es lo contrario a la muerte como lo es la luz de la oscuridad, es sofofilia, es un concepto, es Eros, es decir, es vida, es la única posibilidad para vivir, es un metalerrato, es el consuelo secreto del arte, es liberación, es la locura en estado puro y la cordura que la frena para mantener un equilibrio, es deseo, es sabiduría, es pensamiento, es la voluntad de poder, es una crítica al hombre occidental convertido en mercancía, el futuro es suyo, es el que está Más allá del bien y del mal 13, es el que puede llegar al punto de convertir a alguien en una patria, es decir, convertirla en algo a lo que pertenecemos, y muere mediante el olvido de lo vivido y de la nostalgia de lo que pudimos haber hecho y disfrutarlo, y no lo hicimos. Por amar nos alejamos del origen, amamos y deseamos lo que no tenemos; por amar el lugar en que soñamos y sus palabras nos alejamos; por amarnos a nosotros mismos, nos alejamos; por amor no correspondido nos alejamos. Pero no solo nos alejamos al poder irnos del lugar en el que hemos sido, también nos alejamos en el sentido de romper con las raíces, de cortar los lazos que nos unen al inicio. Si tomamos el origen en el sentido de la sangre como término biológico, científico, el origen siempre nos va a perseguir, por mucho que intentemos alejarnos, siempre lo vamos a llevar con nosotros, aunque no queramos. 13
Friederich Nietzsche.
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Y si amar el origen hace que nos alejemos de él, entonces, todo se complica, te alejas de algo que amas, estas renunciando a un amor que te constituye, te estás alejando de lo que te ha creado, lo que ha hecho de ti quien eres ahora, o por lo menos, lo que ha empezado ese proceso. Tienes tus propios conflictos a los cuales se le suman los de tu origen, y tienes tanto peso, que no lo soportas y buscas la manera de vencer esos conflictos por ese amor hacia él, por la fidelidad a la sangre, y es cuando te das cuenta de que tú solo no puedes y que debes abandonar tus propias raíces para encontrarte a ti mismo y luchar contra tus propios conflictos, dejando tu propia narración de lado por más que duela. Y sabes que tienes un vínculo con aquello que te ha creado, como el monstruo con su creador, pero al amar y no encontrar ese amor, quieres acabar con él. Es un amor que llegas a despreciar, a aborrecer, empiezas a ver que tu origen está cambiando, ya no es el mismo al que pertenecías, tiene otra forma y tú no la reconoces, como ya no te reconoces a ti mismo. El amor hace que reneguemos de nuestros orígenes. El amor te hace perder la creencia, esas que nos son inculcadas desde que somos pequeños tanto a nivel religioso, como a nivel moral, a nivel social o a nivel político, esas creencias que nos persiguen durante muchos años de nuestra vida y que de repente son reemplazadas a causa de otros nuevos amores que 79
traen otras creencias y que por ello nos cambian el sentido de la realidad y nos hacen conocer nuevas culturas, nuevas religiones, nuevos arraigos, nuevas costumbres; y eso nos va transformando por dentro hasta hacer cambiar nuestro propio yo e incluso traicionamos a nosotros mismos. Dicen que el amor mueve el mundo, y también mueve al ser humano, y le hace diferente según el tipo de amor que viva en ese momento. Porque si existen distintas personas, existen distintos amores: El amor de una madre es el amor más puro, más limpio y el más incondicional, se podría decir que es el origen del amor. El amor de pareja, el de amistad y el de familia siempre que sea limpio, se podría decir que es un amor que representa el crecimiento del ser humano a lo largo de su vida, que le hace alejarse o acercarse a sus orígenes según se relacione con su entorno. Si su desarrollo sigue siendo con su círculo de la infancia siempre estará cerca de su origen, pero si su desarrollo es en un entorno de viajes y de nuevos conocimientos fuera de ese círculo, puede llevarle a crecer como persona y como individuo, pero a consecuencia de alejarse de sus orígenes. Luego existen otros tipos de amores que también nos hacen alejarnos, como puede ser el amor a la cultura. Una persona al nacer es como un libro en blanco, es decir, es el origen más puro, el cual, basándose en el aprendizaje cultural de cada uno, va escribiéndose a 80
consecuencia de que se va alejando de lo que un día fue. Y por supuesto cuanta más cultura tenga ese libro de las semejanzas14, más rico será; en este sentido, alejarse del origen puede ser bueno puesto que enriquece a la persona. También existen personas que aman su trabajo, o la condena de la voluntad, y para ellos es su origen, es donde ha empezado su verdadero amor y es su verdadero final; porque se centran en él toda su vida, en ese amor para un tiempo futuro, sin relacionarse con el resto de las personas, o cosificándolas en el vértigo de la ética del éxito. Y por último, están los tipos de amores que pueden llegar a ser destructivos puesto que llevan a la otra persona al propio infierno, ya sea a nivel físico o a nivel psicológico, que son en los cuales el ser humano no aprende salvo mentiras y falsas ilusiones, que hacen que la persona llegue a su propia destrucción. A nivel político también existen las personas que cuando son jóvenes tienen unas ideas muy arraigadas, las cuales han sido encauzadas por su entorno familiar, social y educativo, pero según van madurando pueden cambiar esas ideas políticas, alejándose de las que le inculcó su origen, esto suele suceder en la adolescencia, cuándo el ser humano tiene mayores conflictos internos e intenta luchar en contra de su propio arraigo para poder crear o, mejor 14
Edmond Jàbes.
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dicho, encontrar su yo. Esto puede ser también por esa necesidad de ser amados o esa necesidad de ser reconocidos por el resto, por lo que, si tu origen no lo hace, buscas en el exterior e intentas encontrar a alguien que te valore, te respete y te reconozca. Por eso muchos adolescentes se unen en pandillas, grupos o guetos, los cuales creen que tienen sus mismas ideas, creen ser reconocidos y tienen la sensación de estar siendo amados, puesto que, si en sus orígenes no lo han sentido, dan por supuesto que eso es amor y que ese es su verdadero origen. Basándonos en todo lo dicho se podría argumentar que el origen y el ser humano son uno desde el principio, pero que su evolución depende del amor, y dependiendo de qué tipo de amor elijamos nos acercaremos más a nuestro origen puro o nos alejamos de él, como viajeros en el tiempo. Por ello el ser humano al amar se aleja de su origen; aunque, todos deseamos volver a él, porque es el paraíso conocido y, ¿quién no quiere regresar al paraíso? 4. Luna Veiga Zarza.
La voluntad de poder como amor. ¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo.
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¿Qué es malo? Todo lo que proviene de la debilidad”
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El amor es un imperativo humano. Se presenta inevitablemente ya desde antes del nacimiento, la pura anterioridad, como un cordón carnal y alegórico que nos ata a la realidad misma que nos constituye. También en la niñez, al encontrarnos con la libertad inconsciente del mundo, o cuando viajamos más allá de fronteras en el propio reconocimiento de haber alcanzado nuestros sueños o pasiones, o en el acto final casi abrazando la muerte tras emitir el último suspiro de amor a la vida. Amar es poder, cuanto más amas más poder sobre ti mismo y sobre la tierra alcanzas. Aunque cuanto más poder tienes no necesariamente amas más, lo cual no excluye que pueda usarse para continuar amando. He aquí por qué una conciencia plena de la propia voluntad de poder debe estar, necesariamente, ligada al amor, porque aquella crece a raíz de éste. La voluntad de poder es un concepto importante en la filosofía de Nietzsche, en la que él consideraba como impulso principal del hombre la aspiración de lograr sus deseos, la demostración de fuerza que lo hace presentarse al mundo y estar en el lugar que siente que le corresponde. La voluntad de poder es el principio esencial de la realidad a partir del cual se 15
Friedrich Nietzsche, El Anticristo.
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desarrollan todos los seres, a través de su aceptación consciente o no, de querer poder. Es el motor primordial del hombre, ya que, en potencia es, pero quiere penetrar lo más profundo de su capacidad, para ser en acto16. Es por ello que se precisa de nuestra propia libertad de pensamiento y elección a la hora de usar la voluntad de poder para construirse a sí mismo. Hasta en las condiciones más extremas17 la libertad íntima y el yo más profundo requieren de una voluntad de poder para querer y poder amar, desear e incluso permitir el propio deseo. La persona para potenciarse a sí misma necesita, inevitablemente, del pensamiento y el amor. Solo así, podrá tener la determinación de amarse, reconociendo un sentido subjetivo de la aprobación realista de uno mismo, de la evaluación de nuestro propio autoconcepto, del aprecio de la propia valía. Reconocer esta subjetividad evitaría el escepticismo que llevó a Descartes a encerrarse en sí mismo, y a quedarse atrapado en su no conocerse, en lugar de volitivamente amar todo lo que le constituye, incluida su capacidad de dudar. Además, este amor propio alienta a no querer arraigarse a nada que frene los propios instintos, ya que si te aferras a aquello que no te deja expresarte naturalmente como ser humano te niegas a ti mismo, y no aceptar tu esencia es 16 17
Aristóteles. Viktor Frankl.
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abandonar la voluntad de poder. Esta voluntad debe constituirse como un amor fati, como un vivir sin arrepentimientos, aceptando todo cuanto le sucede en la vida, incluido el sufrimiento y la pérdida. Así, pudiendo evaluarlas como un suceso positivo, sacando provecho de ello. Asimismo, amarse a uno mismo te abre la posibilidad de amar a otros. El hombre contemporáneo busca la reafirmación de su amor, busca ser amado y que el amor que él otorga sea recíproco. Si amamos sin suscitar un amor que nos corresponda, es decir, si nuestro amor como tal no produce un correspondiente amor, si mediante nuestra exteriorización vital como hombres amantes no nos volvemos hombres amados, ese amor es impotente, es una desgracia..18 Tampoco debemos olvidar el amor hacia la tierra, que supone la aceptación de nuestras raíces19. La tierra nos proporciona un lugar donde existir, donde crecer y poder avanzar en la vida. He ahí, de nuevo, la necesidad humana de reciprocidad. La tierra nos causa admiración y agradecimiento, el poder decidir con libertad lo que uno desea, teniendo voluntad de alzar el amor a la vida como aceptación de la naturaleza humana. Esta reciprocidad también se puede ver en el amor al conocimiento o el amor a la 18 19
Erich Fromm, El amor a la vida. Friedrich Nietzsche.
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vida. El amor al conocimiento nos aporta razón de ser y el poder de pensar. Nosotros le damos un lugar, como puede ser nuestros pensamientos más profundos, para existir, y en el caso del amor a la vida, nosotros le otorgamos un respeto y una gratitud por constituirnos, mientras ella nos permite vivirla y disfrutarla. En realidad, es un quid pro quo, en el que el ser humano se siente admirado y agradecido por la belleza de la vida, la tierra y el conocimiento, y decide, en compensación, amar y entregarse a ellos. En este amar, el hombre puede llegar a su transformación, al Superhombre20 es el sentimiento enérgico de la vida y el creador y dueño de sí mismo. Es un espíritu libre, siendo capaz de autodeterminarse, de ser como y quien quiera, con capacidad de expresarse y de elegir a su gusto, ya que lo propone como el individuo fiel a los valores de la vida, al sentido de la tierra. Se puede tener amor por lo vivo, por todo lo que crece, lo que está estructurado, lo que constituye una unidad. En contraposición, aparecería la necrofilia, que implica un odio a la vida. Las personas necrofílicas sienten un amor por la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella.
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Friedrich Nietzsche.
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Son movidas por el deseo de convertir lo orgánico en inorgánico, de mirar la vida mecánicamente, como si todas las personas vivientes fuesen cosas.21 Mirar la vida mecánicamente es no salirse de lo convencional, no tener ilusión por lo nuevo, no crear, dejarte llevar sin capacidad de autodeterminación, y ver a las personas como objetos es quitarles el valor como seres pensantes, es arrebatarles el conocimiento y su mera existencia. Por todo ello, el amor a sí mismo, al otro, a la tierra, a la vida y el conocimiento, debe alzarse para proyectar al hombre hacia el futuro y que alcance su transformación, por la cual se convierte en necesaria la aceptación de la naturaleza que le vincula con todo lo que ama. La capacidad humana, en su voluntad más firme, quiere transformar su ser en potencia a ser en acto. Su voluntad de crecimiento, tanto construyéndose a sí mismo como al mundo que le rodea, lleva implícito el adquirir poder, que necesariamente es consecuencia del amor, es decir, resultado de, por excelencia, el mayor imperativo constitutivo del ser humano.
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Erich Fromm, El corazón del hombre.
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5. Adrián Humia.
La angustia de ser, de existir, de amar. Angustia, repulsión y horror despertó la multitud de París, la gran ciudad en ruinas por la que pasea el flâneur, en los primeros que la miraron a los ojos, percibiendo ese espanto a través de la sombra y la oscuridad, aquellas que nos hacen verlo en nosotros mismos. El monstruo es el claro ejemplo de quien ve el horror en sí mismo. Éste está constituido por piezas, como si de un puzle se tratara, como si de nosotros se tratara, pues somos un híbrido compuesto por fragmentos de la conciencia desdichada. Somos por la mirada del otro, somos y nos construimos pieza a pieza a través de él, igual que le sucede al monstruo. Él mira atrás y se ve reflejado en nuestra mirada, y es un monstruo por cómo le mostramos que es a través de nosotros, de nuestros ojos, en los que ve el horror, el horror en sí mismo. Y es por eso por lo que se siente angustiado, por la mirada de los que le rodean y por no ser amado. Es el amor el que hace que de la muerte surja vida, el amor del padre que crea a su hijo a partir de la muerte, la muerte de los que fueron antes que el monstruo. Pero frente a ese amor se interpone el miedo, el que siente Frankenstein de lo que ha creado, terminando por abandonar a su hijo. El monstruo es como un niño que se encuentra solo 88
en el mundo, no comprende. No comprende que su creador le haya abandonado, no comprende por qué produce miedo a los otros. No comprende, porque los límites de su lenguaje son los límites de su mundo, y su mundo, tan reducido como su lenguaje. Tan solo busca ese gesto de amor que no recibió de su padre, pero no puede comunicarse para lograrlo. Y son las palabras las que tienen mucha carga, porque cuando hablas dices mucho más de lo que quieres decir. Pero el monstruo tiene la incapacidad de decir algo. No dice nada a través de la palabra, pero sí dice lo que no quiere decir, que es un monstruo, y no a través de la palabra, sino a través de su rostro. Además de esa ausencia de amor y aceptación por parte de su padre y los que le rodean, en el monstruo existe también una ausencia de historia y de recuerdo. Aquí se multiplica la angustia que hay en él. Haber existido antes por ser consecuencia de los que fueron y existieron antes que él y no recordar, además de no poder haber elegido ser nada más respecto a la historia, a pesar de ser él el narrador de la misma, esa misma que acaba por determinarle, por llevarle a la muerte, porque es el peso de la historia el que sepulta la vida. Y es que la vida es un dejar de ser, por lo que el monstruo, al igual que nosotros, es un ser para la muerte, necesitando desaparecer por no tener historia.
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Entonces es esa voluntad de desaparecer la que implica voluntad de soledad, siendo apartado de la sociedad aquel que no encaja en ella, mostrando a través del rechazo la injusticia. En nuestra sociedad la injusticia está presente día tras día, pero, ¿se puede plantear un mundo justo? Cabe la posibilidad de que se pueda, pero sin poder. La herramienta fundamental y sin la que un mundo justo no sería posible es la filosofía, porque la filosofía es pensamiento, y sin ello somos unos esclavos, es decir, no somos. Si nos quitan la filosofía nos arrebatan nuestra arma más potente, el pensamiento, que genera arte, y, por lo tanto, revolución. Sin revolución no seremos libres, sino mercancía. Y es así como nos tratan en este sistema capitalista, no nos deja ser. No nos deja ser porque el aparato se apropia de la imagen del hombre sin devolverle la mirada. Si somos a través del otro y es el aparato el que se apodera de nuestra mirada impidiendo vernos en los ojos de quienes nos rodean, entonces dejamos de ser, y no seremos mientras el poder nos domine a través del capitalismo. El poder, al sumergir la filosofía en el olvido la somete a la invisibilidad, nos roba el sentido de nuestra existencia. Por encima de la filosofía se encuentra el discurso social, bajo el que corremos el riesgo de quedar, y es cuando el discurso social se convierte en nuestra lápida. Pero por encima de la 90
filosofía también se encuentra el poder, porque la filosofía es pensamiento y a través del discurso social el poder niega el pensamiento, por lo que podemos decir que el discurso social es la herramienta que utiliza el poder para reducir el pensamiento en nosotros y convertirnos en esclavos. Nos han alienado, nos han roto el sentido de la vida y de la realidad. Y ese proceso de alienación ha sido a través del discurso social del poder. Pero, ¿cómo dejamos de ser esclavos, de ser mercancía, si desde que somos pequeños nos enseñan a aprender por repetición y no a pensar? Debemos hacer una revolución simbólica o revolución del pensamiento, porque si no viviremos como un rebaño, o, mejor dicho, no viviremos, porque la vida solo es vida si la vivimos intensamente, sin tener miedo, sin vender nuestra libertad a cambio de seguridad. Y es que tenemos que vivir intensamente porque somos un ser para la muerte, y la mejor forma de hacerlo y a la vez luchar contra el poder es el viaje, porque el viaje es pensamiento, y como hemos dicho antes, el pensamiento es un arma muy potente contra todo sistema que utilice el poder para tratarnos como mercancía. Y nada afirma que el viaje no lleve a la muerte, pero sí podemos decir que el viaje es vida. Y tenemos como ejemplo a Aquiles, un personaje de la Ilíada que incluso sabiendo que va a morir, decide partir rumbo a la playa de Troya para ser recordado 91
en la Historia, para no solo existir durante la vida, sino después de la muerte. Todo en la vida es puro azar, menos lo que los dioses predestinaron, ese momento en el que la flecha atravesaría el tendón que haría que Aquiles muriera. Es donde un simple disparo acaba con el poder del más fuerte, el que incluso era conocido como inmortal. En aquel instante, para Aquiles había finalizado su vida, pero decidió que viviría intensamente en el fin de sus días y así lo hizo, porque, al fin y al cabo, inmortal o no, era un ser para la muerte. Es poco después del fallecimiento de Aquiles cuando Ulises, personaje de la Odisea, se sumerge en un viaje que tiene punto de partida, pero acaba por convertirse en un sin fin. Una vez más se tendrá que luchar contra el poder, en este caso, contra el poder de los dioses, para conseguir llegar al final del viaje. Y este final del viaje es el amor, pero Ulises no llega al mismo lugar del que partió porque, una vez se abandona ese lugar, nunca más se podrá regresar. Pero lo que le hace poder abrazar a Penélope tras el largo viaje es el amor. Sin amor, Ulises no hubiera podido llegar de nuevo a Ítaca, hubiera sido esclavo del poder de los dioses. Lo que le liberó fue el amor. Como es el amor el concepto ligado a la libertad, el monstruo nunca llega a ser libre porque no recibe ese amor que necesita. El deseo es vacío, ausencia, se alimenta de anhelar, como el monstruo anhela ser 92
amado. Pero, ¿el monstruo existe? La evidencia nos impide pensar, hay que luchar contra ella. Mi pensar me hace existir, luego existo. El monstruo es lo no evidente, pero no es capaz de pensar porque no puede comprender su mundo. Si el monstruo no piensa no existe, pero es cuando decide que debe marcharse, cuando en él surge el pensamiento. Si piensas sabes que nunca regresarás al mismo lugar, ya que si piensas viajas. Y el monstruo cuando parte sabe que no quiere volver jamás, quiere romper con su identidad, esa identidad de la que carece. Y se dirige hacia los fríos témpanos del norte. Es allí donde mira hacia atrás y donde se ve reflejado en sí mismo. Se da cuenta de que es su absoluto contrario. Se da cuenta de que tiene que dejar atrás los paraísos perdidos, esa identidad de monstruo. Sabe que para pensar y ser amado debe ser lo absolutamente contrario a él, y que necesita morir para ser amado, porque en esa muerte está el viaje a lo más profundo de su ser. En ese viaje está el deseo de querer vivir, vivir sin angustia. Pero es algo imposible en el monstruo aun dejando de ser un monstruo, porque en su memoria está la memoria de los que componen su cuerpo. Yo existo por ti. El monstruo existe por aquellos que fueron y le hacen ser un monstruo. Tu respiración es mi respiración, y la respiración del monstruo, la de los que fueron antes que él. Es en el momento en el que el monstruo deja de respirar cuando deja de existir, cuando muere, por lo que es 93
entonces cuando consigue ser amado, ser libre. Nosotros somos el monstruo, porque nos reconocemos en él. Si lo que libera al monstruo es el amor, lo que nos libera a nosotros también lo es, y es aquí donde hemos encontrado el medio de eliminar esa angustia de ser, de ser esclavos. Pero a la vez es aquí donde nos damos cuenta de que lo que nos hace ser esclavos es este amor, porque estamos sometidos a él para algún día llegar a ser libres. 6. Alberto Ginés Ramos.
Amar la vida: un duelo imposible. El amor es un concepto paradójico, pero según lo cuenta Platón, el amor debe ser una condición del ser humano, de desear lo que no tiene, y cuando al fin ha logrado tenerlo desecharlo de nuevo, en un puro proceso dialéctico. Es un círculo vicioso en el cual nuestros antepasados y nosotros mismos hemos caído, o nos tocará pasar. Estamos bajo el poder actual del discurso social, que es el que lleva a cabo la política del capitalismo. El capitalismo lo que hace es darnos seguridad a cambio de nuestra propia libertad, es decir, les estamos dando nuestra propia vida a cambio de la muerte, en sentido no tan figurado, es decir, este estado político no nos trata como seres humanos, sino como mercancía. Esto también pasa con la cultura y las obras de arte, les quieren quitar todo su carácter revolucionario, y toda su belleza aurática, es decir, les 94
quitaron la raíz óntica, que es otra de las cosas que nos han quitado a nosotros, y la deseamos, ya que el aura es parte de nuestra pulsión, sin aura no tenemos nada que preserve la diferencia, no tenemos capacidad de rebelarnos, es decir no somos capaces de pensar, nos convertimos en homo insipiens. Como iba diciendo la libertad es un concepto que deseamos, y que ha pasado por ese círculo vicioso, todo empezó cuando llegó el concepto de humanidad, emergiendo de las corrientes herméticas de la tradición pagana, y de las herejías, y de la filosofía de la ciencia con Giordano Bruno a la cabeza. Estos pensadores pasaron de ser las sombras marginadas a espíritus agentes, un flâneur por la Florencia de los Medici, a ser un homo furorem, es decir, fueron capaces de observar lo que les rodeaba, entendían lo que estaba ocurriendo, porque ellos tenían un pensamiento revolucionario, es decir, era una cultura con pensamiento en libertad, que es en lo que se basarán los ilustrados y los filósofos de la sospecha22. Pero como siempre, las fuerzas de la superstición tienen que ganar. El materialismo histórico resolvió esta revolución, en la Comuna de París, cambió la ciudad, su espíritu. por donde paseaba el flâneur, por una cuidad igual a las demás, por eso los últimos refugios del flâneur fueron los pasajes, porque era el único lugar donde la calle se había convertido en su interior, el interior ahora se hacía calle y él erraba en el laberinto de la mercancía, como erraba anteriormente por el laberinto de la 22
Paul Ricoeur.
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ciudad, es decir, cuando caminaba por los restos de la ciudad revolucionaria. Por eso ahora deseamos la libertad que no tenemos, bueno, que hemos vendido. Ahora es más difícil recuperarla, porque somos lo que hacemos de lo que han hecho con nosotros23, nos alienaron porque estábamos abiertos al mundo, porque vivimos en sociedades psicóticas, dominadas por los medios de comunicación y propaganda, porque lo que quieren es tenernos muertos, que no pensemos, para así no entender qué está pasando y no poder enfrentarnos contra la sinrazón de existir; y nuestra única cura es pensar. Esto ocurre porque no vivimos en zonas neutras y blancas, sino que vivimos en zonas con peldaños, esos peldaños son el poder, vivimos en sociedades donde predomina la supervivencia del que más puede, es decir, del que más poder tiene, porque no se mira tu esfuerzo, sino lo que consigues. Por eso amar la vida es muy difícil, porque no puedes amar algo que ya no existe, o más bien has perdido gracias a esta sociedad que solo piensa en lo material y no busca su propio aura, su belleza y su razón de existir, la razón por la que otros han luchado y no lo han conseguido, porque las otras personas no les han apoyado por miedo a perder. Pero de lo que no se daban cuenta era de que no podían perder, porque no se jugaban nada, solo podían ganar. Por eso, amar la vida es un duelo imposible, porque nuestra vida está llena de pérdidas, tantas que no tenemos ni vida. Primero empezamos perdiendo 23
Jean Paul Sartre.
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nuestra libertad para ser esclavos, luego vendimos nuestro aura, incluso más tarde vendimos nuestra identidad. Nuestra vida está construida a trozos, después de nuestras pérdidas, por eso nuestras vidas se parecen a la del monstruo de Frankenstein, ya que él también está construido a trozos, lo que le hace ser una persona que rompe la normalidad, por eso para algunos es un monstruo, pero en realidad no es ningún monstruo, es una persona distinta a las demás, pero realmente la gente lo ve como un monstruo por la forma en que le miran, mirar es transformar; igual que un juez no juzga él solo al acusado, también lo juzgamos nosotros, incluso él mismo, porque él en realidad no quiere temer a nadie, lo único que quiere es amor, igual que en la Comuna de París lo único que se quería era la libertad. Nosotros perdimos nuestra identidad porque no somos capaces de responder a la mentira social, y eso nos hace ser invisibles, lo que nos lleva a perder nuestra propia vida. Nosotros no llegamos a responder esa mentira, porque no la llegamos a entender, porque como decía Wittgenstein los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje, esto también nos ocurre en nuestros sueños, entre lo que se entiende y lo que no se entiende, que sería el límite de lo consciente con lo inconsciente; por eso, el capitalismo nos quitó el aura, nos durmió después de la revolución de la Comuna de París, porque dentro de nuestro inconsciente hay una revolución pendiente que no logramos entender, y por eso no nos podemos poner en el lugar de la locura frente al poder. La locura también la hemos perdido, porque 97
la locura es saber, y sin locura no hay civilización, y sin civilización no hay revolución. Por eso la imposibilidad de superar las contradicciones de la historia nos ha llevado al poder, que es lo que hace invisible a la locura. La locura es una de nuestras pérdidas más importantes, porque sin ella no podemos romper con lo normal, es decir, no podemos pensar, y sin pensamientos somos esclavos del capitalismo, porque sin locura no podemos entender, y si no entendemos no nos podemos enfrentar al nihilismo capitalista, ya que el instrumento del poder es el lenguaje, y si no eres capaz de comprenderlo no habrá conflicto, ya que no te puedes poner en el lugar de la locura contra el poder. Por eso a Frankenstein le trataban como un monstruo, porque nadie era capaz de entenderle fuera del lenguaje del poder. Al fin y al cabo la criatura de Frankenstein tiene una historia igual a la nuestra, porque nos dan algo para luego quitárnoslo, es decir, a nosotros nos dan la vida para luego quitárnosla, que es lo mismo que le pasa al monstruo. Después de todo esto, puedo decir que amar la vida es un duelo imposible, porque hemos perdido tantas cosas que ya somos muertos vivientes, es decir, somos la mercancía de este gran almacén llamado capitalismo, en el cual nos está observando el flâneur, mientras nuestra ciudad se desmorona, esa que tanto amamos.
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7. Sergio del Prado.
Las palabras de la vida. La percepción que tiene cada ser humano de la realidad es contingente, diferente, esto se debe a que las limitaciones que tenemos con el lenguaje no nos permiten conocer un mundo más enriquecedor para todos, ya que los límites de nuestro lenguaje son también los límites de nuestro mundo. Un mundo en el que encontramos una relación directa entre el sujeto y el objeto, unidos entre sí por la figura del autoengaño, necesario para poder sostener la vida con las palabras. A diario, en nuestra cotidianidad, todos nos engañamos, creamos la aspiración a una vida magnifica, llena de ideales, seguramente porque no somos capaces de aguantar la vida tal como la comprendemos, por lo que sostenemos una ficción para no caer en la locura. Unos ideales que han impuesto persuasivamente a la sociedad crítica, de forma sibilina, y en los que hemos caído sin conciencia alguna. Nos tratan como mercancía, pero la alienación es evidente para nosotros, en ella vemos formas para alcanzar los ideales antitéticos. Pero, ¿de qué o para qué sirven estos arquetipos marcados por la sociedad consumista? De nada, ya que para que los demás te valoren, primero tienes que quererte y estar a gusto contigo mismo, porque nadie da lo que no tiene, y el fundamento de las palabras de la vida es el equilibrio psíquico de las emociones. Esto se relaciona directamente con lo inconsciente, en la materia de los sueños, ya que lo que nosotros solemos representar en ellos son nuestros deseos 99
reprimidos, y de esta forma conseguimos representarlos y aliviar la tensión de una vida asediada por las palabras vacías. Por otro lado hablaré de nuestro hogar, al que de verdad debemos tenerle amor, ese hogar es la tierra. Ella también tiene una lengua con la que se manifiesta. Ese lenguaje lo podemos encontrar cuando la tierra reacciona a causa de un cambio que la humanidad ha producido en ella, como puede ser la contaminación. Lo vergonzoso es que nuestras autoridades no hagan nada al respecto, y que la sociedad en general no tenga conciencia del daño que causa. Que los gobiernos no pongan remedio puede estar relacionado con que estén más interesados en causar una locura general a los seres humanos, ya que así nos pueden tener controlados y amoldados como a ellos les interesa, para después hacer con todos nosotros lo que quieran y tener de esta forma esclavos que obedezcan todos sus designios. Las palabras de la vida deben aunar esfuerzos por alcanzar una ética ecológica24 globalizada, que de respuesta a la economía del desastre en la que nos han embarcado los depredadores sociales. 8. Samara Bodino Sánchez.
Fragmentos, pasado, amor. Las buenas historias duran la eternidad, tu eternidad; las abandonas, pero nunca las olvidas, así como al 24
Nicolás Martín Sosa.
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monstruo de Frankenstein: el ser literario compuesto por fragmentos de la historia y del pasado, pero que no tiene pasado. El que ama pero no es amado. El que no tiene aura porque no tiene historia. El que como todos nosotros ha creado una ciudad de papel en la que refugiarse cuando siente que el mundo no está hecho para él. Creo que el suicidio puede llegar a ser una ciudad de papel. El monstruo llega a un punto en el que ya no puede soportar no ser amado y no encontrar el sentido de la vida, así que decidirá cometer el acto más valeroso y admirable de todos: el suicidio. Mirará hacia abajo desde el acantilado y le parecerá que no hay un fin, tendrá pavor, pero entenderá que es normal tenerlo y que es imposible escapar de tus propios miedos, éstos son como las sombras. No se puede vivir en la luz, hay que experimentar lo tenebroso y el misterio apasionante de la oscuridad, así como no se puede siempre vivir en las profundidades del mar: no somos peces, no tenemos branquias, tenemos que subir de vez en cuando a la superficie para respirar y lograr sobrevivir, pero es difícil sobrevivir en una sociedad como la nuestra, una sociedad que carga sobre tus hombros el peso de la historia, por lo que llevamos encima engaños y mentiras de todas las épocas, sociedades, y de la gente vacía. En todas las sociedades hay monstruos que aman el arte, la lectura, la cultura; monstruos que prefieren una noche tranquila en casa o con los amigos en vez de pasarlo en una discoteca en la que las noches de 101
fiesta se transforman en un mar de alcohol en el que la gente navega al ritmo de la música, y que sale de ese lugar intentando entonar canciones como los piratas, mientras se creen seductores como sirenas. ¿En Caños de Murcia también habrá sirenas y piratas? Seguramente los habrá, si está Peter estará Capitán Garfio y alguna que otra sirena cuyos cantos arrastran a los jóvenes filósofos a las plazas públicas. Me pregunto si también habrá una gran biblioteca en nuestra ciudad de papel, en la que sólo habría manuscritos y copias originales de libros de todos los siglos: libros que traten sobre el arte, sobre los viajes literarios, viajes a lugares exóticos, viajes a ciudades en cuyas calles te puedes extraviar, como Venecia o París. ¿Habrá alguna posibilidad de que algún día la realidad que se basa en la distopía en la que vivimos se convierta en la utópica existencia que nos imaginamos? No tengo respuesta para esta pregunta, lo único que brota en mi interior es esperanza y deseo, deseo de que un día se fomente de nuevo la cultura, de que se vuelva a ver a la gente con un libro entre sus manos con la mirada deslizándose, famélica de saber, entre las negras palabras de los libros y empiece a entender la realidad que nos rodea, la realidad en la que vivimos, sólo entonces el monstruo será entendido, pero nunca tendrá aura porque nunca tuvo historia, será como un comienzo, otro….
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Realmente deseo que vuelva el amor a la lectura, que no son más que fragmentos de la historia del pasado. Deseo que vuelva el amor por el conocimiento y que en las instituciones públicas, en las universidades y en cualquier lugar educativo haya una biblioteca que no parezca una cárcel. Los institutos no deberían verse como un lugar de sufrimiento, sino un lugar en el que te enseñan el respeto, la tolerancia, el amor al arte, a la cultura científica, literaria, el amor a la filosofía como estilo de vida, como manera de ser feliz, un lugar en el que aprender de tus propios errores. Deseo que haya amor por el conocimiento y que se relacionen el deseo y el amor, de cualquier amor o deseo se trate. Pero sigue siendo una idea utópica, un deseo que a lo mejor nunca se cumplirá y estoy casi segura de que así será, por lo que seguirá brotando en mi interior y yo seguiré sintiéndome como el monstruo de Frankenstein, compuesta por fragmentos del pasado, de la única gran mentira: la historia. Seguiremos aprendiendo de nuestros errores, de nuestro pasado y del pasado que nos pertenece aunque no lo hayamos vivido, ya que sigue en nuestra memoria representada por las ruinas entre las cuales pasea el Ángelus Novus, así como el flâneur, de Benjamin. La nostalgia, el pasado, la historia, el amor y el deseo son fragmentos del monstruo de Frankenstein, y 103
nuestros tambiĂŠn. El monstruo ha desaparecido entre las nubes. Ahora estĂĄ en la nada.
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El Viaje
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1. Laura Caño Carvajal.
El fuego del origen. La lectura es la primera forma de viaje. Si lo que cambia con lentitud se explica por la vida, lo que cambia rápidamente se explica por el fuego, en tanto que la sustancia es el fuego25. Ciertamente, entre todas, la más valorada es la que, en consecuencia, deforma los juicios más objetivos. Es en verdad el principio activo fundamental que resume todas las acciones de la naturaleza. La menor participación es suficiente; el fuego no tiene necesidad de poner el sello de su presencia para mostrar su poder. La verdadera idealización del fuego se forma de acuerdo a la dialéctica fenomenológica del fuego y la luz. El alma y el cosmos son fuego. El alma-fuego está incluida en el mundo-fuego del que se alimentan al respirar. La identificación del cosmos con un fuego eterno probablemente no debe ser interpretada en el sentido de que el fuego sea una materia prima original. El fuego sería la forma arquetípica de la materia, debido a la regularidad de su combustión, que personifica de un modo claro la regla de la medida en el cambio que experimenta el cosmos. Así, es comprensible que se le conciba como constitutivo 25
Heráclito el Oscuro.
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mismo de las cosas, por su misma estructura activa, lo que garantiza tanto la unidad de los opuestos como su oposición. Comúnmente se incluye a Heráclito entre los primeros filósofos físicos que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales, el aire para Anaxímenes), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora. El principio del fuego se refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. Si no estuviéramos nunca enfermos, no entenderíamos lo que es estar sano. Si no tuviéramos nunca hambre, no sabríamos apreciar estar saciados. Si no hubiera nunca guerra, no sabríamos valorar la paz, y si no hubiera nunca invierno, no nos daríamos cuenta de la primavera. Tanto el bien, como el mal, tienen un lugar necesario en el Todo y si no hubiera un constante juego entre los contrastes, el mundo dejaría de existir. La contradicción está en el origen de todas las cosas. Heráclito fue un filósofo griego que sostenía que el fuego era el origen primordial de la materia y que el mundo entero se encontraba en un estado constante de cambio. Él pensaba que precisamente los cambios constantes eran los rasgos más básicos de la 108
naturaleza. Heráclito dice que el fuego es el origen de todo, que el fuego sería la forma arquetípica de la materia, y que el fuego lo cambia todo. El fundamento de todo está en el cambio incesante. Que todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Para él todo cambia, es decir, el fuego lo cambia todo. Afirma que uno no se baña en un mismo río dos veces, porque el río ha cambiado casi por completo, así como el que se está bañando en el río. Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego. En ética, él introdujo un nuevo énfasis social, manteniendo que la virtud consiste en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y universal. Aunque su pensamiento estaba influido por la teología popular, atacó los conceptos y ceremonias de la religión popular de su tiempo. La vida humana está llena de simbologías, hasta el punto de que hay quien considera al hombre como un animal simbólico26. Los juegos de oposiciones luz/oscuridad, vida/muerte, puro/impuro aparecen en todos los rituales que tienen lugar en el viaje humano. En concreto en la enorme cantidad de tradiciones: hogueras de San Juan, mitos y leyendas, 26
Ernst Cassirer.
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queimadas y conjuros, y una buena lista más de tradiciones, ritos y festejos que son variados y plurales como las culturas humanas. Todas ellas, eso no puede faltar, con un denominador común: el fuego. El fuego es un símbolo tan potente como fascinador. Ya no sólo por la importancia que tuvo en su día para la supervivencia humana, sino para sus múltiples significados y funciones. La hermandad existente entre diversas culturas y el fuego no es exclusiva sólo de países mediterráneos, sino que el fuego aparece simbólicamente en todas las culturas que lo conocen. La vida y la muerte van unidos: el fuego quema y destruye, pero también purifica. Quemamos en el fuego el pasado y hacemos un pacto sobre el futuro. El fondo humano de todo esto es que a través del fuego volvemos a ser lo que fuimos y lo que en cierto modo nunca hemos dejado de ser: animales simbólicos, necesitados de desentrañar los enigmas del mundo a través de elementos cargados de significado, que nos hacen la realidad más visible, más cercana. Animales simbólicos preocupados por nuestra propia vida. El juego del fuego dentro del inconsciente habla acerca de la libido27, la cual es energía de vida, una energía indiferencia, base de las diferentes funciones 27
Sigmund Freud.
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de la psique. Partiendo desde esta analogía es donde se tomará el simbolismo del fuego, tanto desde lo colectivo como de lo arquetípico, desde lo personal manifestado en diferentes complejos. Los poderes de la naturaleza tienen siempre dos aspectos, y en el fuego se encuentran las dos polaridades unificadas; así, el anhelo apasionado tiene sus dos lados: es la fuerza que todo lo embellece y que a veces también lo destruye, es la línea cósmica que permite la trascendencia humana, esto está relacionado con lo que se expone como un símbolo en sí mismo: lo es el fuego que puede ser la base de todas las funciones humanas, incluyendo la psíquica. El fuego es la creación y la destrucción, no hay arquetipo que contenga de una manera tan equilibrada la formula vida-muerte, muerte-vida. Surge de la reflexión psicológica como elemento arquetípico del pensamiento, de fantasías en el hombre, y de fuertes proyecciones28. Es decir que la intención de esto es ver el fuego en su origen como elemento alegórico, es decir, visto como un complejo activado por la energía de la libido, y visto desde fuera en el mundo la de las proyecciones arquetípicas. El fuego habla desde la intuición, y es desde ahí, donde ha de ser visto; este es el primer elemento de reflexión del alma humana, y así está aquí la propia 28
Mecanismo de defensa de la Teoría Analítica.
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subjetividad al servicio del momento donde se le contempla. El fuego es brillante como una conciencia de la soledad 29. El fuego se correlaciona con el cuerpo etéreo o vital, es decir el de la propia existencia de la energía de la vida, actuando como un transformador de las energías del aire, campo mental, del agua, campo emocional, y así ayudar a sostener las funciones del cuerpo físico, es decir, el elemento tierra. Estas relaciones son las que han generado la asociación del hombre a los elementos; así, el que piensa es aire, el que siente es agua, el que se arraiga y tiene sentido de pertenencia es tierra, y el mundo de las acciones le pertenece al elemento fuego. Lo sabio es la meta del alma humana y, a medida que se avanza en sus conocimientos, va alejando a su vez el horizonte de lo desconocido 30. 2. Anael García.
No querer saber sobre el fin. Porque nadie quiere saber quién será cuando deje de ser. No querer saber sobre el fin.
29 30
Carl Gustav Jung. Heráclito.
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La premisa expone cuál es el sentimiento general de nuestra sociedad ante el fin común a todos, la muerte y el miedo que a muchos de nosotros supone. Decía Schopenhauer que la capacidad de sufrimiento del ser humano es ilimitada; tomaría su frase y la parafrasearía indicando que la capacidad de adaptación del ser humano es ilimitada, lo sé por experiencia propia porque, a veces, te cambia bruscamente la vida y no por ello mueres, sigues viviendo aunque de otra forma, y sigues buscando ilusiones nuevas, te adaptas a un modus vivendi que no has elegido, que te ha venido impuesto y del que no puedes escapar. Pues la muerte, aunque nos cueste creerlo, no es el fin, es un cambio. La conciencia de la muerte puede ser utilizada para disfrutar más de la vida, para agradecerla como un regalo que hay que aprovechar y exprimir hasta la última gota. Nacimos para morir. Cada instante que pasa y cada respiro que tomamos nos acerca a la muerte. Cómo moriremos y cuándo será son preguntas fáciles de hacer pero imposibles de responder. La muerte en nuestra cultura se ha convertido en algo tabú. Somos una civilización que se cree poder vencer a la naturaleza para mejorar algo que no debería suceder realmente. La falta de valores que se 113
respira en el ambiente hace que no reflexionemos sobre el sentido de nuestra vida y que lo esencial carezca de sentido. Nietzsche es el filósofo que más lejos ha llevado la reivindicación de la vida y la corporeidad, del ámbito en donde se dan la muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento, y por lo tanto la superación del platonismo. Nietzsche explica la aparición del platonismo mostrando que dicha actitud es interesada y consecuencia de la no aceptación de la realidad en toda su crudeza, la realidad como lugar en el que se da la vida, el orden, pero también la muerte, el caos...; la cultura occidental se inventa un mundo (objetivado en Dios gracias al cristianismo) para encontrar consuelo ante lo terrible del único mundo existente, el dionisíaco. Escribía Cioran: Cuando se piensa en la muerte, no se puede tener una profesión. Sólo se puede vivir como he vivido yo, al margen de todo, como un parásito. La sensación que siempre he tenido ha sido la de inutilidad. Filosóficamente, es de lo más normal que todo nos parezca inútil. ¿Por qué habríamos de hacer algo? ¿Por qué? Creo que toda acción es fundamentalmente inútil y que el hombre ha frustrado su destino, que era el de no hacer nada. Cioran No creía que todo fuera un sinsentido, sino que todo es innecesario. La vida es un camino hacia la muerte; vivir sin el sentimiento de la muerte 114
significa vivir instintivamente, sin prestar atención a su eterna e inquietante presencia. Al final de cada amor, de cada amanecer, de cada noche, de cada ebriedad, de cada escrito, la expiración de cada momento es la renovación del siguiente, pues la muerte de una cosa es el surgimiento de otra. Pues para renovarse, es necesario dar muerte a lo viejo para que surja lo nuevo. Una razón para vivir es al mismo tiempo una razón para morir. Por lo tanto, ¿tiene sentido la vida? Somos sin que hallemos razón a nuestra existencia y, por tanto, somos existencia sin esencia. La existencia del ser humano está limitada por la muerte, es ser para la muerte 31. La muerte se ve de manera distinta dependiendo de la cultura. Hay quienes afirman que no le temen, y cuando se llega a la vejez la anhelan y la reciben con una sonrisa. Pero, ¿qué pasa después de morir o qué significa la muerte? Estas preguntas intrigan a los filósofos, quienes han debatido sobre todo el significado de la vida y la muerte. Pues como dijo Séneca, nada es tan cierto como la muerte; y San Agustín, todo es incierto; sólo la muerte es cierta.
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Martin Heidegger.
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Decía Heidegger que la muerte era la imposibilidad de toda posibilidad. Estamos inmersos en un tiempo finito, limitado, pero sólo puede haber identidad de aquello que tiene límites; el nacimiento y la muerte son nuestros límites. Para este filósofo lo más recomendable es que los seres humanos acepten con conciencia y libertad el camino hacia el final porque al morir el hombre se asegura del supremo poderío de su libertad cierta y temerosa para morir. Entonces al morir el hombre acepta su realización. Así, para Platón, filosofar es aprender a morir; morir no es sólo dejar de ser, es también saber que se va a dejar de ser. La filosofía debe prepararnos para este hecho. Epicuro nos decía que una de las funciones de la filosofía era eliminar el temor a la muerte. Según él, la muerte es un problema aparente: mientras nosotros somos, ella no está, y cuando ella está, nosotros ya no somos. Pero conocer este argumento no nos ha servido de mucho, porque, en realidad, cualquier consideración subjetiva sobre la muerte contiene en sí misma un problema lógico. Yo no soy. ¿El yo soy no excluye el no? No, si al afirmarlo yo salgo de mí mismo y considero mi no-ser o no-ser-aquí como un factor objetivo. O, dicho de otra forma, desde el punto de vista del que sobrevive. Es verdad que el yo soy no admite el no si permanezco en mí mismo y comprendo mi yo en los únicos términos que tiene sentido para mí: como un yo que está, que 116
es. El acontecimiento de mi morir es comprensible sólo para los que sobreviven. Este mundo civilizado se está pudriendo, es un mundo con valores religiosos, morales, sociales y políticos caducos que lo van llevando hacia su inminente muerte, hacia un cambio, hacia una nueva vida. ¿No será entonces que el único objetivo de la vida es, sin más, percibir lo que acaece, porque todas las cosas que tienen un principio tendrán un fin? 3. Laura Plaza Acosta.
Añorar lo que no se ha vivido. Viaje. Destino: Límites del lenguaje con parada en el flâneur, en los sueños, en el deseo, en la nostalgia, en el pasado y por fin en los límites. Por favor, tome asiento y piense… ¡No! No quiero tomar asiento, quiero dejar a mi mente perderse como si estuviera en medio del bosque, quiero ser libre y gritar mis pensamientos para que alguien me ame fugazmente. Lo quiero, lo anhelo… Arrancamos y, lo que más deseo, es no volver. Empiezo a pensar para extraviarme, este viaje no lo quiero terminar.
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Ya está, me he perdido entre tanta mercancía, miro a mi alrededor y parece un sueño, es un pasaje sin ningún lado exterior…, un momento, no quiero estar aquí, quiero salir a mirar los ojos horrorizados de la ciudad, deseo entrar en el alma del lenguaje, extraviarme y ver el espacio natural, sacar mi homo simbólicus a observar las estructuras alegóricas. Espera, algo me llama y me ciega, interrumpe mis pensamientos, un aire huracanado que me daña la espalda, daña mis alas, no me deja avisar a toda esta mercancía muerta del pensamiento del homo insipiens, a los otros, para que se quiten la venda de los ojos y me ayuden a levantar todas estas ruinas que llevo a mis espaldas. Vale, no estoy ciega, mis pensamientos siguen funcionando, sigo existiendo porque tú me estás imaginando. ¿Qué acaba de pasar? Por un momento mi ceguera volvió y se unió la nostalgia a mi sueño, en el que estaba aquí sentada, pensando, mirando, haciendo… Y miraba, a mi alrededor, y estaba en el mismo lugar, hasta que me giré y a mis espaldas vi todo, esa ciudad rota y triste, pero cuando quería empezar a arreglarla me encontré un espejo, me veía horrible, con mis alas destrozadas y siendo consciente de que todo ese desastre es culpa mía, ya veis el peso del judeocristianismo, y desperté. Duerme, vuelve a dormirte para reconstruir las contradicciones de la historia, regresa siendo un 118
materialista… No me puedo creer que haya perdido lo que no he tenido… No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Podría haber cambiado alguna mínima idea, aunque sea de la historia pasada, y aquí estoy, despierta. Me siento un homo insipiens, totalmente indiferente y una loca por no pensar lo que he vivido. Solo quiero lo que ya no puedo tener. ¿Cómo hubiera sido la ciudad si yo hubiera tomado otras decisiones? Imagino que, en vez de un sueño, todo fuera real, tuviera alas y el poder de mirar las ruinas de la ciudad, e imagino todo lo que podría haber hecho, hasta cosas que piensa un niño pequeño con toda su imaginación al descubierto, pensamientos que echo de menos. Recuerdo con nostalgia esas cosas que imaginaba que pasarían si yo hubiera tomado otras decisiones. Ahora mismo podría estar paseando por París siendo el flâneur saboteando el tráfico, o siendo yo la mercancía si no hubiera tomado esa foto en la Gran Vía de Madrid, con toda la decadencia del aura dejando el arte en el ojo que mira por el objetivo, o podría estar buscando el amor del otro, o mejor dicho, entendiendo que vivimos por el amor y que todo lo que hacemos es para buscarlo… Pero no, tengo que admitir que todo esto es una vía de escape de la realidad. No sé por qué parada voy, pero está siendo el mejor viaje de mi vida… No es que haya hecho muchos ni 119
que tenga muchos años, pero esto no es un simple viaje, un trayecto y ya está, no, para mí está siendo un examen de vida, me estoy evaluando, me estoy desnudando delante de mis pensamientos. Supongo que nunca había repasado mi trayectoria ni nunca había buscado el sentido a lo vivido -aquí aparecería mi madre diciendo todo pasa por algo y yo pienso: y algo no pasa por todo. ¿Qué he conseguido? ¿Me he esforzado? Ese es el balance que debo hacer, pero desde el otro punto de vista, pensando en lo no vivido, lo que pudo ser y no fue. ¿Qué habría pasado? Tantas preguntas sin respuesta… O sí, espera… Duerme, venga, vamos, duérmete… ¡Lo conseguí! Vuelvo a estar en este hueco amargo de mi pensamiento, sigue la ciudad tal y como la dejé, puedo reconstruirla. Querido ángel cierra los ojos e imagina, imagina tu ciudad perfecta, sí, una ciudad de papel con las calles anchas que acaben en una plaza, llena de cuadros de Velázquez que se iluminen a la luz de la luna mientras algún enamorado toca el violín, y los ciudadanos… Que exista un poco de todo: vampiros que den vida por la noche, algún zombi enamoradizo, una celestina peculiar, que no sea la típica…, africana no estaría mal, podría haber algunos sultanes o algún genio por los alrededores, por el desierto que rodea la ciudad. El nombre…, únicamente me falta el nombre… 120
¡No! Hay algún homo furor en esta trayectoria que me despertó… ¿Lo habré hecho bien? Seguramente una vez más habré dado la espalda, mis alas, a otras sendas, a otros mundos, que seguramente si me giro los añoraré. ¿Cómo puedo extrañar un mundo que no he vivido? Más preguntas… Sigo sin rumbo, sin saber cuál es la siguiente parada. ¿Dónde estoy? Siento vértigo, me siento incomprendida, no he encontrado unos ojos que miren mi alma. Estoy al borde de un barranco rodeada de gente esperando que salte como si fuera un espectáculo, me tiraré, o no, tengo que seguir evaluando mis pensamientos, ¿estoy evaluando lo que he vivido o lo que he dejado de vivir? Miro hacia delante y siento vértigo, vértigo ante el vacío. Supongo que no tengo ni idea de jugar mis cartas, solamente soy una idiota más contando mi historia, que no significa nada… Supongo que este viaje nunca acabará, he entrado en un gran metarrelato y como yo quería, sin rumbo. Al final no ha estado tan mal, prefiero abrir mi alma a estar deshumanizada perdiendo mi tiempo viendo fotografías en Instagram, pero sigo con ese deseo indescifrable e insaciable. Tendré que seguir buscando en qué parada quiero bajarme, podría cantar a la rebelión, seguir soñando, caminar sin 121
levantar el vuelo o sacar mis alas a volar. Esto es el cuento de nunca acabar. El nombre… Me falta el nombre…Tiene que tener sentido, tengo que tener el aliento suficiente para decirlo… No quiero quedarme en esta triste parada, me niego, todavía ni he despegado. Caños de Murcia, ¿Caños de Murcia? Puede funcionar, pero sigue faltando algo. No, no falta nada, la ciudad está lista, gracias por imaginártela y pronunciar su nombre, has añadido todo el sentido que le faltaba. 4. Kiara Pabón.
El olvido como forma de memoria. Voy en busca de un gran quizá. Fueron las últimas palabras del poeta François Rabelais, algo curioso el ir en busca de algo cuando te llega el fin, emprender el viaje cuando todo acaba, y cuando tan solo nos llega el olvido, la cura. El olvido para Mario Benedetti es una de las formas de la memoria, sin embargo, ¿para qué recordar? ¿Para qué las memorias? No queremos recordar, queremos dejarlo todo atrás, tenemos tanto miedo a ser abandonados y no somos capaces de superar la perdida, por desgracia y para mal, el hombre se 122
aferra a las memorias, el hombre vive enfermo de nostalgia, nostalgia de lo vivido y de aquello que nunca llegó a suceder, nostalgia del paraíso de la infancia, nostalgia de su ser, del querer volver, sin embargo, no hay retorno, no existe el regreso y finalmente enfermamos, la cura para la enfermedad de nuestra nostalgia es el olvido, es necesario olvidar, porque si no, sufres, sufrimos por melancolía. Para bien o para mal, el hombre es un animal que olvida por necesidad, el olvido está para vaciar la conciencia y dejar sitio a lo nuevo. El olvido es más rápido que la memoria. Si no lo fuera estaríamos en la pesadilla de que nuestros recuerdos nos vuelvan a atrapar cada noche. Y no, ya no quiero seguir enfermando, y si nuestro tesoro es el cumulo de emociones, prefiero olvidar y esperar a crear un nuevo tesoro, o por el contrario encontrar el fin, pero no seguir enfermando. Hacer como el paseante de París, seguir los pasos del flâneur, vagar sin rumbo, él olvida, camina por la ciudad como lo haría por un bosque, sigue su instinto, se guía por la inspiración del momento, se extravía, se pierde y se cura. El flâneur es una forma de libertad, tal vez no quería morir a lo que fue, o tal vez lo ansiaba porque de ese modo llegaría el momento de su descanso y el fin de sus memorias, el fin de lo que era, pero seguía. Su pensamiento no 123
podía atrapar lo que era, ya que pensamos para alcanzar la gloria, aunque quizás nuestra gloria sea nuestra condena, tan solo quizás porque yo soy el éxito de todos mis fracasos, ya que no podemos hallar otro éxito que nuestro propio ser, el éxito en si es depredador, el éxito son cadáveres. ¿Y si somos el depredador? ¿Y si la historia se invierte? No es posible, yo ya no soy, ya no existo, tú ya no me imaginas y yo solo existo cuando tú me imaginas. Ya no somos, y si somos, somos seres inexplicables. Ya que la historia no puede decirnos quiénes somos. ¿Somos recuerdos? ¿O memorias tal vez? Yo no quiero ser recuerdo, yo no quiero estar en ese rincón, prefiero ser olvido, ser tu cura, que quedarme con ser lo que causa tu nostalgia. No quiero estar en tu memoria, no quiero provocar ese arraigo al pasado que supone el recordar. No hay vuelta atrás, no hay retorno y el olvido es la salida más rápida, aunque si, como he dicho anteriormente, si el olvido es una de las formas de la memoria, ¿Como saldremos y veremos la luz? ¿Cómo encontraremos el olvido? Es cierto que las sombras no necesitan la luz, pero la luz es necesaria para las sombras, en conclusión, no
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separes la sombra de la luz que ella ha engendrado 32, lo único que es capaz de relajar esa oscuridad de las sombras es la filosofía. Vivir es lo único que tenemos, lo único que nos queda, sin embargo ¿A dónde vamos? O ¿Quiénes somos? No tenemos identidad, ni una dirección, ni mucho menos un rumbo fijo. Viajamos sin saber un porqué concreto, ni qué finalidad tenemos, no sabemos a por qué vamos o qué es lo que buscamos. El amor… ¿Tal vez? Bueno, ese amor no existe, lo que si existe es su búsqueda, necesitamos completarnos ya que somos seres incompletos, pero, ¿qué hay del rechazo?, ¿acaso el rechazo no forma parte de nuestras memorias? El rechazo nos lleva al fin de nuestra existencia, la búsqueda acaba con ese desprecio, y en situaciones como esas Pablo Neruda sabía perfectamente qué decir: Es tan corto el amor y tan largo el olvido. Si el olvido es largo, la memoria es eterna; aunque, ¿cuánto dura la eternidad? La eternidad solo dura un momento. Y nos llega la soledad, la soledad es algo que sucede inevitablemente, puede ser placentera aunque poco a poco nos destruye, ya que el hombre es un animal 32
José Ángel Valente.
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social, el hombre es libertad con los otros pero la vendemos por seguridad frente a los otros. Deseamos alejarnos de la soledad, pero, ¿qué es el deseo? El deseo es insatisfacible, deseamos lo que no podemos tener, deseamos lo que no podemos lograr ni alcanzar. Ya no hay deseo, ni libertad, ni identidad, ni siquiera viaje, tan solo nos queda el recordar o el olvidar, si llegamos al extremo ya no nos queda ni eso en caso de no encontrar la cura. ¿Estamos acaso destinados a estar perdidos? Si, es evidente, porque todos los seres humanos estamos relacionados entre sí, y tenemos la misma naturaleza, que es el cuerpo, el cuerpo enamorado de la conciencia desdichada. Porque cuando alguien tiene una historia tan real, quiere decir que está loco, furioso, o sea, está delirando sobre aquello que nos da la esencia de la vida. El pasado te determina pero ya no existe, no existe ni el mañana ni el futuro, la historia simplemente te determina, simplemente vivimos, somos seres que nos construimos por lo que hacemos, aunque todos tenemos un miedo profundo a vivir, y lo más triste es
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que los amores cobardes33, no se quedan, solo pasan, son recuerdos. Y aunque vayamos en busca de un gran quizá, tal vez, y solo tal vez, nos quede el olvido, o la memoria, en cualquier caso, sigamos en busca de la cura. 5. Teresa Jesusa Masie.
Sin historia viene el mal. ¿Qué es el mal? Es la perversión cínica del comportamiento humano, nosotros somos quienes desempeñamos el mal , el bien y el mal es como el yin y el yang , sin el uno no puede existir el otro. El bien y el mal son energías opuestas pero, se complementan entre sí. ¿Qué es el bien? Es toda acción natural que todo ser humano lleva a cabo para obtener el beneficio de la vida, ya sea para uno mismo como otros. Al hablar del bien y del mal hablas de lo sagrado, porque al pensar en el mal piensas en el daño a la vida, a su honda historia, y en el bien encuentras la dignidad de lo vivo. Todo gira hacia el equilibrio, por lo tanto, la pregunta es: ¿Se puede prevenir el mal? El ser humano no es
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Silvio Rodriguez.
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capaz y se enfrenta a su impotencia, o, ¿es capaz y desea hacerlo? ¿Podría acabar siendo el mal? Según San Agustín, filósofo de la Edad Media, Dios es el creador del bien, es perfecto, y el mal sería todo lo contrario a él. Pero nos dio libre albedrío, el germen de la rebelión, la estirpe del ángel caído. En cambio Santo Tomás de Aquino, también filósofo de la Edad Media, lo que hace es adoptar las ideas de Aristóteles y Averroes. Por lo que Dios es la representación del bien, y el ser humano un intérprete de su voluntad y sus designios, otra libertad ajena al error de existir. En la religión el mal se conoce como pecado, y si en el mundo no existiese el mal, el sufrimiento, el dolor, el mundo tendería a lo perfecto, por lo que sería la tierra de la salvación, la historia de la salvación, el sentido último de Dios, porque él es perfecto y nosotros no, es necesario y nosotros contingentes. Lo que hace pensar que más nos valdría no haber nacido34, sin nuestro ser no habría mundo. El bien y el mal se establecen finalmente en personas, un ejemplo: cuando nacemos no sabemos lo que es bueno o es malo, porque los niños son como hojas en blanco donde uno escribe con el tiempo y la experiencia, y la enseñanza que les das. Se hace 34
Nietzsche.
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consciente de todo lo que está bien como de lo que está mal, y después deberá sacudirse el peso de lo que han hecho de él, al fin y al cabo eres libre de llevar a cabo tanto acciones malas como buenas, y eso repercute en la historia porque se extiende sobre la tierra. El bien y el mal se complementan; aunque el mal sea el que establezca el orden, siempre tiene que ir acompañado del bien, porque es como una cadena genética que explica el origen… 6. Emilio Bravo Sánchez.
Las ruinas y la brevedad del viaje. Un minuto. Sí, solo un minuto. ¿Sabes por qué? Esta, nuestra raza efímera y miserable nos está llevando a un infierno del que no vamos a poder salir, sí, ese es el Infierno de Dante. Ese lugar en el que el destino es único, donde debe abandonarse toda esperanza, un ciclo donde nuestra historia acabará, pero, ¿la historia acabará con nosotros o nosotros acabaremos con nuestra historia? La verdad es un viaje bastante intenso, y lejano a los caminos entre las ruinas, ya que el mismo nos implica en el movimiento del ser al no ser, y además nos da una visión distinta de otros seres, aunque todo ser humano tenga la misma nada recorriendo su sangre. 129
Aquiles, fue un héroe de la Guerra de Troya y también uno de los personajes principales de la Ilíada de Homero. Además, murió en batalla, tras ser alcanzado por una flecha envenenada en su talón, el talón de Aquiles ha llegado a representar la debilidad del ser humano, la fragilidad de la fuerza. Pero no todo tiende a lo infame, Aquiles ha perdurado en la memoria mítica de nuestra civilización. Sí, por sus actos, será recordado hasta el final de los días. También, guardamos en nuestra memoria que fue el único mortal que experimentó una furia que no fue fútil, sino alimento del coraje y aliento para una lucha que aún continúa por la heroicidad35. No obstante, sabemos que coexiste la inexistencia del regreso con el deseo de volver, aunque en Nietzsche es diferente, tiene una tesis bastante razonable, el Eterno retorno, que consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo, todas la situaciones pasadas y presentes, de haber sido placenteras querremos que se repitan en el tiempo. Hijos de la Ruina, soñamos para intentar olvidar lo que nos deja la huella del malditismo, porque no podemos sobrevivir con prejuicios, tenemos que aprender a erradicar los acontecimientos luctuosos del socratismo vividos en nuestra biografía, y ser trágicos. 35
Javier Gomá Lanzón, Aquiles en el gineceo: amor hereos.
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Además, Borges, en su cuento Las Ruinas Circulares, habla sobre ésta tesis del sueño, trata sobre un hombre gris, sin nombre, que intenta crear a otro individuo a través de un sueño; aunque, si soñamos, proyectamos en el otro lo que necesitamos en nuestra vida o lo que queremos sanar. Solo podemos recoger de los viajes esa nostalgia que nos ha experimentado débiles, y además aferrarnos a lo que no hayamos vivido. Así es la angustia… Esto se acaba, porque solo cavilamos sobre nosotros mismos, no pensamos sobre lo que nos rodea, vagamos en el mundo por el simple hecho de vivir por y para nosotros mismos, alimentando el dolor y la brevedad. Viviendo para el aislamiento, por el interés egocéntrico de la razón, que nos comprende locos y solos. Otra razón por la que nos iremos arruinando es el desequilibrio de la naturaleza, cada vez está más destruida y los lechos ecológicos de la vida se convierten en desiertos, a cada instante que pasa se despedaza un trozo de su alma, hasta que ese minuto que nos quedaba de vida se irá para nunca jamás regresar, el medio ambiente que no cuidamos, no volverá en la edad de los hombres. El monstruo de Frankestein no tenía historia, no tenía biografía, no tenía nada, solamente esa 131
inteligencia natural del despertar de las emociones. Esto le llevó a mirar a atrás en el momento en el que estaba a punto de arrojarse al vacío, cuando recordó ese largo periplo que le llevaba a las ruinas de su alma. Solo quedaba un tiempo fugaz para haber cambiado el destino de nuestras sombras. 7. David García Rodríguez.
Saber es aprender a amar. Estamos encadenados a la vida, si la vida es nuestro yugo, en el mismo instante, la vida es también nuestro campo de batalla. Entonces, ¿cómo arrancamos el odio al querer vivir? La exacerbación de la vida es el camino que conduce tanto hacia el amar como el pensar. El desafío, por su parte, realizado desde el querer vivir constituye el camino que apunta hacia la comunidad. Amar, pensar y luchar son, pues, los tres gestos radicales que tenemos a nuestra disposición para enfrentarnos a la realidad.36 La Odisea consigue darnos la sensación de viaje, como volver a lo desconocido, en ella se narra la lucha de Ulises para poder regresar a su tierra. En este relato la presencia de Atenea, como diosa principal del argumento, nos está transmitiendo la importancia de la sabiduría, de la inteligencia para escribir una experiencia vital. 36
Santiago López Petit.
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Nuestro mayor viaje se produce en el pensamiento, este es el camino hacia la libertad, con él podemos imaginar, soñar, explorar lo desconocido, asombrarnos ante lo inesperado, es este asombro lo que mueve la filosofía para Aristóteles. El viaje junto al amor son los grandes metarrelatos de la literatura, no hay ninguna obra que no siga esta estructura narrativa del desamor y la quietud. El viaje es la dialéctica hecha historia en Ulises. La dialéctica es una forma para la experiencia, es una forma de estar en el mundo. Todas las formas que tienen que ver con el arte, construyen la experiencia, la experiencia construye la memoria, el modo de decir, la historia y el amar. Por eso saber es aprender a amar. Para saber tenemos que ser homo simbólicus, el Superhombre de Nietzsche, que busca la eudaimonía mediante el placer, se deja caer en el deseo, este deseo lo encuentra en lo inconsciente, los sueños, en lo simbólico. Al igual que el Superhombre para acceder a lo simbólico tenemos que soñar y por eso deberíamos vivir soñando, es en los sueños en el único lugar en el que se rompe la barrera con el tiempo. Es en los sueños donde para Sigmund Freud se encuentra la raíz de los contenidos inconscientes, que 133
es la expresión más fidedigna de lo que uno es, y si expresas lo que eres te asombras, te asombras de ti mismo; para ser lo uno37, uno mismo, tienes que pensar, pero el asombro no tiene que ver con la novedad, nos asombran cosas que ya han transitado por nuestras vidas. No importa que no entendamos las cosas que nos asombran, si las entendiéramos la idea de inconsciente se esfumaría y volveríamos al alma, perderíamos la necesidad de lo desconocido. Es esta capacidad de asombro lo que nos falta, la capacidad de asombrarnos ante las obras de arte, no podemos admirar las obras de arte porque no las amamos, no nos desconciertan. La cultura reside en las obras de arte, la teoría del arte es una teoría de las emociones, es en las obras de los museos donde reside la mayor parte de la historia de nuestra civilización, donde reside la mayor parte de nuestra cultura, es el arte quien permite romper la barrera entre realidad y ficción. El Guernica de Picasso no es famoso simplemente por su aspecto, es famoso por la historia que tiene detrás, es su aura lo que le permite perdurar en la historia, su ferocidad; uno, cuando ve este cuadro, ve el bárbaro bombardeo sufrido por la ciudad, ve terror, ve la guerra, ve el sufrimiento.
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Flujo sin represión entre lo consciente y lo inconsciente.
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Por esto son tan importantes las obras de arte, por lo que representan, por lo que tienen más allá del simple estar ante nuestros ojos. Para saber sobre el arte tenemos que educar nuestra mirada, porque el arte se ha vuelto complicado como nuestra experiencia contemporánea, y nos tienen que educar para poder entenderlo. Pero nos encontramos en sociedades en las que esto no se quiere valorar, muy poca teoría del arte es enseñada en las escuelas. La historia nos da identidad, simplemente por el hecho de nacer la historia de nuestra civilización nos dice quienes somos. Si no admiramos las obras de arte y por tanto no conocemos la historia de nuestra especie no podremos saber quiénes somos, en qué posición estamos, consiguiendo que seamos fácilmente manipulables. Al estar muertos tanto el sujeto como la historia, no puede haber un estado de bienestar libre y sano. Por esto, nunca ha existido una forma de gobierno en la cual el Estado se hace cargo de los servicios y derechos de una gran parte de la población considerada humilde o empobrecida. Tenemos que luchar por estos derechos. El neoliberalismo capitalista está intentando perpetuar la historia de la ignominia, elevando la necedad como una cualidad,
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alejándonos del homo simbólicus y convirtiéndonos en homo insipiens. Otra forma de alienación es la industria del ocio la cual refina y multiplica los tipos de comportamiento reactivo de las masas, promulgando la ética del éxito, la insolidaridad. Igual que pasa con la publicidad, mediante ésta consiguen que seamos un valor añadido del producto, que seamos simple mercancía. Además, estamos en una época de reproductibilidad técnica38, que consiste en hacer una reproducción masiva de una obra de la creación humana, con esto lo que queda dañado es el aura de la obra, lo que la hace única. Por todas estas idealizaciones que tanto nos inculcan los medios de comunicación, medios de publicidad del poder, como por el ideal del yo39 en el que nos convierten con las expectativas que ponen los demás sobre nosotros, no podemos expresar lo que somos realmente porque tendemos a querer ser otra cosa que nos dicen, dando de lado lo que somos en esencia, si no podemos expresar lo que somos quiere decir que no pensamos, la consecuencia es la impavidez, el estoicismo de la renuncia, y por último que no somos la expresión de lo inconsciente, para Freud la vía de acceso de lo tanático. 38 39
Walter Benjamin. El Super-yo regido por el Principio del deber.
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Carl Jung acuñó el término de inconsciente colectivo. Para él, en nuestro cerebro, en nuestra mente, existen unos conceptos arquetípicos que son las dimensiones básicas de lo humano: el amor, el miedo, la integridad, el ser… Dimensiones esenciales que todos sentimos y padecemos40 por igual, se accede a ellas entrando en el lenguaje simbólico de los sueños. Si el amor se encuentra en los sueños y en el sueño se encuentra la estructura simbólica, el saber es porque para saber hay que aprender a amar. Pero como el saber se encuentra en el arte y no nos provoca asombro no podemos aprender a amar. Las relaciones amorosas suelen empezar y suelen acabar mal, y a veces se supera con el conocimiento, con la sabiduría, con el cuerpo. El lenguaje del cuerpo es el arte. Así el arte es un comienzo del amor. Pero no solo un amor a los otros, sino a todo lo que nos rodea, un amor social y ecológico. El amor social podría equilibrar para que haya un solo conflicto, el de la propia existencia. Como decía Epicuro que más allá del placer del conocimiento, lo que más vale son los pequeños placeres de la vida, la amistad. El marxismo lleva a la solidaridad (fraternidad) entre los pueblos, rompe el concepto de frontera porque hay conceptos 40
Sympathos.
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universales que deben ser generalizados. Tiene que haber fraternidad, pero no la idea principal de la piedad, el paternalismo, el ejercicio narcisista de la superioridad. La voluntad apenada se enfrenta a la voluntad de poder. Humanidad y tierra antes que tribu y territorio. El conjunto de estas pequeñas decisiones son las que cambiarán el mundo. Yo soy yo y mis circunstancias, decía Ortega y Gasset. Las circunstancias forman parte del historicismo, lo que genera memoria histórica, sobre la que recae la responsabilidad futura. La responsabilidad que tienes por tu propia existencia. Es esta responsabilidad la que debiéramos tener hacia la ética ecológica, cuidando el medio ambiente sin explotar los recursos sin medida, no modificar brutalmente la naturaleza, por nuestro bien. El fundamento principal de la ética ecológica es la ética de la responsabilidad, la responsabilidad es el ejercicio mismo de la libertad. Es esta nuestra responsabilidad: pensar para que halla un cambio político, tiene que llegar la feminización de la política. Tenemos que votar a partidos políticos que tengan conciencia medioambiental, darnos cuenta de la situación en la que estamos para que se promueva la posibilidad de cambio. Toda esta revolución que tenemos que hacer contra el neoliberalismo se produce en el eros, en el amor.
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Aprender a amar rompe con el neoliberalismo y nos lleva hacia el saber, hacia el homo simbólicus. El arte es nuestra única posibilidad de cambio. 8. Francisco Fletes Sevillano.
La lucidez y el horror. Sin embargo, esa pequeña lucidez de la ciencia en el siglo XIX se disipó totalmente durante el siglo XX, culminando con la creación de la bomba atómica. Partiendo de esta frase relacionada con la obra Frankenstein de Mary Shelley, y de los conceptos de lucidez y horror, voy a tratar de realizar una reflexión sobre el viaje y su relación con los conceptos asociados a las tensiones teóricas del último siglo. En primer lugar, la lucidez y el horror pueden parecer términos completamente opuestos, sin embargo guardan relación a lo largo de la historia. La historia del ser humano podría definirse como una lucha constante entre la lucidez y el horror, pero ¿realmente ha habido alguna etapa en la historia de plena lucidez? A mi parecer, la respuesta es no, ya que a lo largo de la historia hemos vivido en un proceso continuo de crueldad, injusticia, represión y otros
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conflictos que reflejan a la perfección lo peor del ser humano, por no hablar del Totalitarismo41 … La lucidez se acendra en el arte, y eso es lo máximo a lo que hemos podido aspirar, a crear arte, en consecuencia, la única manera de eludir el horror es mediante la acción de crear. Crear arte requiere del pensamiento, requiere de la intervención y la participación de la población, de modo que si no es así no es arte en su total plenitud, es arte reprimido, algo que ha ocurrido en numerosas etapas de la historia donde no han sido reconocidos los artistas debido al fanatismo y el conservadurismo de la superstición. El ejemplo más claro de ello son las dictaduras totalitarias. Aún nos preguntamos si después de Auswitch es posible la poesía42. Por tanto, podemos deducir que lo mejor del ser humano es el arte, es decir, la lucidez. El arte es el limo social, nuestro tejido urdido desde abajo, desde el trabajador43; debido a que si se crea desde arriba, desde el discurso del poder, la transmisión de la cultura es más bien una imposición, una cultura adoctrinadora, volviendo una vez más a las dictaduras como negadoras de la dignidad humana. El poder utiliza las estructuras sociales para transmitirnos las formas de aculturación y por tanto, el arte Hannah Arendt. Theodor Adorno. 43 Ernst Jünger. 41 42
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degenerado de la complacencia y la renuncia. Dichas estructuras son utilizadas actualmente, una y otra vez, en el cine y la literatura como elementos de la educación sentimental. De modo que cuando intentas destruir esta estructura estas atacando el discurso del poder, intentas romper con ello… Por tanto, el arte tiene que ser lo real, porque somos nosotros quienes lo construimos. El arte no tiene que ser una extensión de la realidad, ya que la realidad es nouménica44, de modo que el arte es lo más bello que tenemos, nos permite plasmar nuestro pensamiento, nuestro conocimiento y sobre todo nuestra creatividad, eso que nuestra estructura educativa nos limita porque nos aliena. El arte nos permite ver más allá, nos permite indagar en el artista, en la estructura del pensamiento, por tanto, podríamos decir que el arte es un mundo de posibilidades infinitas, de luz, en el que siempre podemos adentrarnos para alejarnos del horror de la propia realidad, aquella que evitamos o interpretamos para poder subsistir. Sin embargo, la característica más importante del arte es que es un discurso revolucionario, ya que nos permite adoptar una postura crítica para oponernos al discurso del poder. A modo de conclusión, el arte es la elevación del ser humano al zenit. 44
Kant, Noúmeno.
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Comentada la lucidez, queda enfrentarnos al horror desde ella. El horror está arraigado en nosotros, somos quienes lo llevamos y lo propagamos. Nosotros hemos engendrado el horror a lo largo de la historia debido a nuestro instinto de muerte y depredador. De hecho, ha habido varios factores que han potenciado este instinto, por ejemplo, el capitalismo salvaje, que nos ha convertido en animales enfermos de poder. Estamos cimentados por la ética del éxito. El horror somos nosotros, nosotros somos la bestia, vivimos anclados a la tradición y a la superstición, lo que nos hace seres amorales, o sujetos a un relato que no nos es propio, faltos de pensamiento y creatividad. El hecho de que estemos enfermos de poder nos ha hecho perder el discurso del amor. ¿Qué somos? Tan solo somos un accidente en la historia, nuestra ferocidad ha llevado nuestro planeta al límite ante una situación crítica. Sin embargo, creo que una manera de salvar al planeta sería recuperar el discurso del amor, en el que nos liberaríamos de la propia tradición y superstición para así poder llenar nuestro vacío con el otro. Aunque desgraciadamente, consideramos que la vida es tan solo un tránsito hacia un paraíso idílico. Esto ha sido el arma más poderosa a lo largo de la historia para controlarnos, ya que no tenemos capacidad crítica. Ese es nuestro mayor problema actualmente, actuamos determinados por 142
una sociedad de rebaño, habitamos lo lugares comunes, por lo tanto, estamos dominados por el discurso del poder. Volviendo una vez más al concepto de horror, puedo deducir que este término lo hemos trasladado a otros campos, como la ciencia, que ha sabido sacar lo mejor del ser humano; la ciencia es el conocimiento en sí, aunque también es un arma de doble filo, ya que mal utilizada puede ser el arma más peligrosa que haya podido crear el ser humano, el ejemplo más claro es la bomba atómica. La ciencia, actualmente, se ha convertido en una religión bajo el dominio de la superestructura ideológica, ya que controla al ciudadano nos controla a todos inevitablemente, ha engendrado el poder más importante a día de hoy, que es la información . La única manera posible de salir de esto sería mediante la lectura, es decir, mediante el pensamiento. Habitamos horrorizados nuestra propia ruina, la que nosotros hemos reproducido mediante nuestra trayectoria histórica. Unas ruinas sostenidas por la ignorancia, el fanatismo y el control paranoide del comportamiento. Sin embargo, bajo mi punto de vista, el problema más grave de la sociedad a día de hoy es la falta de capacidad crítica, ya que este hecho ha repercutido gravemente en aspectos como la política, en la que 143
está volviendo a triunfar el totalitarismo, ejemplo claro de que no aprendemos la lección, lo que refleja nuestra falta de perspectiva hermenéutica. Además, este hecho refleja perfectamente que somos seres prescindibles, por eso vivimos idealizando nuestra sociedad y en consecuencia haciéndonos necesarios como fantasmas. Considero que para recuperar la capacidad crítica tenemos que educar la mirada, tenemos que aportar pensamiento para modificar las cosas que no vemos y que observamos. Como conclusión, establezco finalmente que tan solo somos un accidente en la historia, que estamos llevando nuestro planeta al límite, lo estamos convirtiendo en el lugar del horror. Sin embargo, hay una última esperanza, un rayo de luz, es el arte y el amor, el arte de amar45. Estos conceptos pueden ser la clave para el subsistir del ser humano, para salvarnos; aunque para lograr esto debiéramos liberarnos del arraigo en la identidad, que es lo que nos hace territoriales y despiadados, a todos y cada uno de nosotros, sin excepción. Mención aparte merece la cultura, capaz de apaciguar a las fieras y por lo tanto a los instintos competitivos y depredadores, aquella que es capaz de hacer mejor al ser humano.
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Erich Fromm.
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9. Iván Burgueño Escudero.
La altura del odio. La vida es el tiempo del amor pero también del odio, para amar hace falta odiar, y si odias lo que no es lenguaje, lo que no es arte o lo que no es seguro, estarás preparado para amar como nunca te han amado, preparado para dejar de ser y capacitado para expresar el odio como forma de arte. A lo largo de la historia no hemos odiado lo evidente, los ideales, lo que no nos libera, y por eso nos encontramos en este proceso de deshumanización que va camino de corromper cualquier signo de lucidez. A cambio hemos preferido seguridad, mediocridad, una falta imponente de gloria y una condena masiva a la obediencia. Este hecho irrefutable se debe a nuestra falta de sentido, a nuestro deseo de no tener nostalgia de lo no vivido, a nuestra esencia de animal dominante y dominado, a que no nos volvemos locos porque tenemos recuerdos y a la clarividencia de que mostramos odio al propio odio. Odiamos algunas veces porque tenemos miedo a que ese odio forme parte de nosotros, si ese odio no formase parte de nosotros no lo odiaríamos, odiamos otras veces porque pensamos que no somos esa representación simbólica y odiamos también porque nos perturba sentirnos reflejados, identificados o mimetizados, pero no odiamos lo que realmente tenemos que odiar que es vivir sin vivir. El odio a su vez implica 145
necesidad, ya que si ese odio desapareciese tendríamos la necesidad de recuperarlo, debido a que dejaría en nuestras entrañas un hueco, un vacío, y al tiempo ese odio pasado se convertiría en una sensación de nostalgia irrecuperable. Y a veces el odio es solo odio, sin más… Por otra parte están los que reciben hostilidades y enemistades en sociedades comúnmente odiosas, de personas que viven sin saber quiénes son, cuyo único objetivo es ser recordadas por todo lo que sus apatías infestas y sus conciencias malheridas dañaron a otros, devoradas por su propio odio y con el rencor de haber sido lo que su ignorancia dictaminó; influidas en gran parte por ideologías pútridas, totalitarias, o surgidas desde la propia ignorancia. Para oponerse a este odio despreciable, hay que luchar contra el miedo superando el propio miedo, no rendirse antes de luchar, equilibrar la ausencia de libertades éticas y morales traída por el discurso del poder y con el extravío en tu propio ser, defender y crear tu realidad y no la realidad ficticia en la que viven la inmensa mayoría, y por supuesto, desear estar en la luz de la sombra que no a la sombra de la luz. Hablando de la luz, he de decir también que la cercanía del odio nos traerá la luz del amor, el odio no se enseña, pertenece a nuestra naturaleza, si esa capacidad no hubiese existido, los acontecimientos de 146
odio y de represión habidos en el transcurso de la historia podrían haber sido la propia nostalgia del dolor y la guerra , pero si se produjese una lejanía del odio, nuestra capacidad de odiar, ya sea la vida, las evidencias, los lugares comunes o los mecanismos de persuasión, se vería exponencialmente afectada y no podríamos vivir apasionadamente, y en consecuencia la capacidad de amar sería mucho más transparente, menos excitante, y sería la continuidad del día a día. El amor es un instante, lo demás es una repetición de una emoción ya vivida. Para amar hace falta pensar que lo que está alrededor sobra, tienes que odiar todo lo demás, así amarás únicamente eso, en ese preciso lugar y en ese momento, si no consigues hacer real esa sensación no podrás pedir que te amen. Para mantener esta emoción expresada en un instante debemos mantener el odio lo más cerca posible, para evitar de esta forma la lejanía del amor; es decir, hay que hacer cercana la lejanía, así sentiremos el vértigo de la vida y cuando nos encontremos en esa situación es cuando verdaderamente amaremos y pasaremos de odiar la vida a odiar todo lo que no sea vida, este odio de vivir es un gran poder que poseen los que se arriesgan, los que pecan o los que aman la oscuridad. Por su parte el poder también lleva al odio y el odio también conlleva poder.
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Las desigualdades económicas, el aumento de las sociedades consumistas y los sistemas capitalistas, añadido a la progresiva disminución de la empatía humana, hacen que de esta forma se cree un odio creciente ante el poder, debido a que se realiza un uso demagógico de éste; además, si el poder incluyese los términos de solidaridad y de igualdad, el mundo encontraría el sentido inabarcable hasta entonces, no te inculcarían la necesidad de la obtención del poder, te dirían vive, piensa y ama. Estamos obligados a luchar contra las evidencias del poder, que es lo que le mantiene en la cima del mundo y también cambiar el uso práctico y teórico de su ejercicio. El gran problema que existe hoy en día es que se está difundiendo el poder a través del odio, y esta es una de las claves que necesita cualquier dictadura o sistema totalitario para vencer, está claro que debemos acabar con el odio entre los humanos para de esta forma derrotar estos sistemas, podemos lograrlo si conseguimos que el odio de vivir supere al odio sobre algo o alguien, ya que al odiar vivir comenzarás a sentir que te encuentras a un paso del vacío absoluto, a muchos pasos más cercanos del amor, amarás cada instante, vivirás cada momento y odiarás no haber odiado, antes, vivir. De esta forma las dictaduras, los sistemas totalitarios y los sistemas de adoctrinamiento caerán derrotados, ya que las personas preferirán vivir su vida a través del viaje en 148
el pensamiento, a través del amor , dejando atrás el odio a sí mismos y pensando que en cualquier momento pueden ver la luz cegadora de la voluntad de poder, en nuestro tiempo póstumo, y que esta sensación de cercanía a la muerte les acercará aún más a la esencia de la vida, y esto llevará a que vivan cada momento como si fuese el último, y no permitirán que nadie les diga cómo vivir y qué hacer. Si este odio de querer vivir se expande estaremos listos y capacitados para que la voluntad de poder se realice desde el amor y para luchar contra el motor de la historia, las contradicciones, y una de estas contradicciones es el poder. Otra contradicción de la historia es la libertad y guarda también relación con el odio y el deseo, la libertad no es la libertad física, puedes ser esclavo pero más libre que un capitalista, libertad es igual a pensamiento y no todo el mundo es consciente de que aunque exista sin vivir y sin estar entre rejas es un prisionero de su ignorancia; y el problema no es que sea un ignorante, tampoco es que lo pueda saber o no saber, el problema es que no piensa en las consecuencias, en la ética ecológica, en los principios supuestos de la humanidad, utiliza su ignorancia para satisfacer sus deseos y esto afecta gravemente a los que piensan y a los que odian las sociedades odiosas. El deseo no pertenece a los ignorantes, no saben lo que significa y realizan un uso inadecuado, el deseo es 149
para personas con sombra, que fueron para no ser, para personas con un hueco profundo en su corazón que necesitan rellenar ese vacío del pensar para sentirse vivos; el deseo es insatisfacible, por eso está hecho para valientes que superando el dolor que produce, seguirán estando ahí, luchando contra la deshumanización y luchando por y para la cultura. Cambiemos la utilización de la libertad, que por mucho que se interesen en interpretarla no saben que no hay interpretaciones, no les dejemos que consigan su objetivo, que no pensemos, que memoricemos y no analicemos, que seamos mercancía o el valor añadido del producto, si lo consiguen habremos fracasado como especie, antepongamos que nacimos para pensar, para desear amar, para desear vivir y para desear no ser como el resto, si no te crees especial vivirás sin vivir y lo único que te quedará será el odio de no poder olvidar. Tenemos que pensar que los que dictaminan quién es libre y quién no, primero no saben qué significa ser libre y segundo, no saben que los que no son libres son precisamente ellos. Seamos lo que no quieren que seamos, busquemos los paraísos perdidos, amemos la oscuridad, olvidemos nuestro nombre para crear nuestra biografía, recordemos el pasado para poder desplegar nuestras alas en el futuro, no odiemos a alguien, odiemos lo que significa o lo que hace, si le odias es que te importa y no merece importancia, odiemos a los que existen y no viven, odiemos la 150
rutina, odiemos a los que odian y no necesitan amar y odia todo lo que no has podido hacer, porque esa cobardía pasada te impidió haber sentido experiencias vertiginosas o terribles, la vida son experiencias y cuando tengas experiencias malas y de repente tengas la sensación de estar viviendo la mejor experiencia de tu vida, olvidarás lo que eres en ese instante, volarás como nunca has volado, vivirás el momento y verás que lo que tienes delante de ti tiene el aura especial de que lo has vivido tú y no otro, vive para contar y no vivas para que te cuenten, haz lo que siempre sientas tú que es lo adecuado y se libre en tus actos, en lo que piensas, en lo que odias y en lo que deseas, pero siempre con responsabilidad y sintiendo que estás vivo. He hablado del odio en sí, de la distancia entre el amor y el odio, de la voluntad de poder como amor, de la libertad, del deseo pero hay un tema que nos debería preocupar a la inmensa mayoría que piensa y es el odio que nos están inculcando sobre nuestro cuerpo. El siglo XXI es el siglo del consumismo y de los estereotipos, apoyados o cimentados por la creación de necesidades absurdas, de al progresiva alienación y de la falta de almas revolucionarias. No podemos permitir que alguien te diga que no eres bello o bella en función de los criterios sociales, los criterios sociales no son más que criterios creados para tenerte alienado y tenerte dominado a través de 151
tu falta de autoestima. Es nuestro cuerpo, nuestra naturaleza, si a alguien no le gusta tu cuerpo no pasa nada, nunca hay un punto de vista idéntico, necesitamos que nos miren, pero no que nos miren como cualquier cosa, la indiferencia nos mata poco a poco y la sensación de soledad máxima nos mata para siempre. Si tú no eres capaz de mirarte como te gustaría que te mirasen, esa sensación de angustia y de inseguridad en tu persona acabará contigo. Tienes que amar tu cuerpo sí o sí, naces con ello y mueres con ello, si odias lo que eres, no podrás amar porque para amar primero debes amarte; también necesitamos el autoengaño para soportar el peso de la angustia y a la vez crearnos una felicidad transparente para hacer frente a lo real. No tengamos miedo de lo que piensan otros, lo único que te debe importar es lo que piensan los que te aman, no tengamos miedo a amarnos, seamos inexplicables y a la vez pensemos para ser bellos, que nadie nos diga qué tenemos que ser, eres porque no eres. Por su parte la mujer debe seguir siendo revolucionaria, y apoyada por los que ven en su materialidad el sujeto revolucionario que lucha contra el transcurso bastardo de la historia, acabar con los que creen que precisamente ellas son un sujeto al que dominar e influenciar. Hagámoslo nuestro, nuestro cuerpo, y acabemos con los criterios sociales a través del amor de los otros por nosotros. 152
Llegado a este punto he de decir que todo lo hablado ha sido para llegar a la conclusión de que debemos estar a la altura de nuestro propio odio, porque si nos supera no tendremos regreso a la vida y si no estamos a la altura de nuestro odio no podremos odiar, ni amar, y por lo tanto, no estaremos dispuestos a perderlo todo por amor. Tenemos que estar en igualdad de condiciones entre nuestra persona y nuestro odio, así podremos enfrentarnos a las contradicciones de la historia, a lo evidente, a la verdad, a lo seguro, a los que odian sin saber que se odian a sí mismos, a los que son felices sin saber por qué, a la deshumanización, a la mercantilización de nuestro cuerpo o a la ignorancia y su aliada perfecta, la violencia. Para conseguirlo necesitamos que el odio nos supere una y una única vez, para así sentir que nacemos otra vez, que nos sintamos extraños en nuestro propio cuerpo, que por primera vez no nos hemos sentido muertos, si esto se cumple, el odio en todo su significado empezará a correr tras nosotros, sofocado, arrastrado, intimidado, y nuestro objetivo, nuestra caza o la meta de las metas no será más que amar, odiar a los que no aman, vivir, pensar y no regresar o mirar atrás hasta el último de nuestros días. Hagamos posibles los sueños de los que lucharon por dejarnos un mundo mejor y ahora ven que su esfuerzo no ha servido para mucho, hagamos que lo extraño llame nuestra atención, leamos para luchar contra todo, observemos la belleza oculta y no la que 153
ve todo el mundo, perdámonos para encontrar el arte invisible pero que es muy visible, creemos imperfecciones perfectas, apreciemos los fracasos, los éxitos no son más que inseguridades de la felicidad, pensemos que el dolor tiene prestigio, es la única forma de resistencia y la resistencia va de la mano con el pensamiento, y que no se nos olvide que no vinimos a este mundo para ser indiferentes, vinimos para ser todo o nada, para pensar o evitar lo inevitable, para odiar vivir y posteriormente amar lo inseguro, lo arriesgado. Vivamos lo que otros no vivieron y lo que nadie vivirá, y aunque nos asuste morir en este mundo trágico que al menos otros sientan que este mundo les pertenece en nuestro morir. Sólo pido que no demos la razón a la historia y que amemos todo lo que consideremos nuestro con la máxima pasión posible, sin dejar de arrasar por todos los lugares que vayamos, y lo más importante, que nuestra nostalgia muera sin haber existido. 10. Susana Delgado Rodríguez.
El morador de la claridad. Los dioses, titiriteros de los humanos, quienes manejan nuestras vidas, como si de un juego se tratase, a los cuales solo unos pocos se han atrevido a desafiar… Entre esos héroes está Ulises, protagonista del eterno retorno, Odiseo, quien decidió emprender su viaje a casa contraviniendo el propósito de Poseidón. 154
Este desafío le costó años de viaje para volver a su patria, la pérdida de sus compañeros y amigos, y enfrentarse a una muerte constante, solo le salvo una cosa, la sabiduría, encarnada en Atenea. Por otro lado, Aquiles desafió a los dioses y al destino que estos dispusieron para él, le dieron una vida larga y placida, y lo cambió por una muerte en Troya, por la gloria del héroe acabando con su joven vida, pero haciéndole eterno en la memoria de los descendientes, de todos nosotros. Esto deja claro la mezquina forma de ser de los dioses, egoístas, orgullosos e invencibles, y ahí es donde reside su mayor debilidad, en las dos diferencias que separan a los dioses de los hombres: la inmortalidad y la omnisciencia. Estos poderes, de los cuales son tremendamente celosos, son el fuego de la vida. Prometeo lo robó, decidió abandonar su posición de privilegio, y dar el fuego de la sabiduría, exclusivo de los dioses, a los hombres, entregárselo por amor a ellos, aun a riesgo de su eterno castigo. El sentido de esta historia, repetido por los cristianos, muestra como Eva, incitada por Luzbel, hace a Adán comer del árbol de la sabiduría, del árbol del bien y del mal. De comer del árbol de la vida, desafiaría a dios, por lo que les expulsó del paraíso, de una vida 155
eterna, y les condenó a una vida mortal, llena de sufrimiento, en la que nacemos llenos de olvido, y una vida insuficiente como para recordarlo todo46. Desde entonces el hombre siempre ha querido regresar al paraíso perdido47, buscar la inmortalidad a través de la sabiduría, esto nos ha hecho conocer la esencia del mundo y nuestra naturaleza de apátridas. Ha servido para crear una conciencia como especie, una sociedad donde la cultura, el arte y la ciencia es de todos y de nadie, hemos avanzado tan rápido tecnológicamente que nos ha dado la abundancia y nos ha condenado a la necesidad, nos ha dado el conocimiento y nos ha hecho críticos y cínicos, una inteligencia que nos ha hecho duros. La historia de este viaje ha condenado al arte a sus museos, con nuestros dioses, al panteón de la conciencia, como el capital mercantilizando el arte. Dejando las ciudades en ruinas, descritas por Lorca en Un poeta en Nueva York, haciendo de flâneur, con el ángel de la historia como único testigo de la destrucción de todo lo pasado atesorado por los dioses. Los autómatas, arrastrando al ángel de espalda hacia el futuro, con un viento creado por el avance de la creencia, dejando por el camino el progreso humano. Y ante ese horror y ese fracaso, esa distopía tan 46 47
Reminiscencia platónica. Jorge Luis Borges, no hay otros paraísos que los paraísos perdidos.
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presente, la conciencia desdichada del Angelus novus48 solo se puede dejar llevar con las alas abiertas hacia el futuro sin parar de mirar la destrucción que se extiende en el pasado. La única esperanza para el ángel, para que pueda mirar al futuro, es que Prometeo entre en la vida con la llama en la mano, que sirve de guía para salir de la caverna platónica y, proporcionando la claridad, esa luz que las sombras han engendrado49, para Ulises la sabiduría del regreso, para Marx el materialismo histórico de las contradicciones, para Nietzsche la muerte de dios y para Freud la herida narcisista de saber que jamás sabremos de nosotros mismos, nos ilumine el sol de la sospecha50 Nunca se podrá dar por vencidos a los dioses, ni nunca se podrá pretender que todos los esclavos salgan de la caverna, y mucho menos si creemos que es nuestro hogar, que las cadenas nos hacen libres, lo que provoca la continua guerra entre inconscientes y los hijos del moderno Prometeo; como dijo Malcolm X: Amarás al opresor y me odiarás. En otras palabras, la revolución alienada; hoy, tras la caída del muro de Berlín, y su sustitución por otros muros más
Cuadro de Paul Klee que le sirvió a Walter Benjamin para elaborar la tesis número 9 de Filosofía de la Historia. 49 José Ángel Valente. 50 Paul Ricoeur, Filosofía de la sospecha. 48
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ignominiosos, la pérdida de coherencia de la socialdemocracia51 o la tercera ola feminista52. Porque nos sentimos iluminados en las sombras de la realidad, Prometeo nos dio la llama para alumbrarnos, pero no nos indicó el camino para salir, quizá no lo haya, y eso hace que no solo no encontremos la salida, sino que por miedo a lo que hay afuera, y por ceguera moral53, muchos eligen permanecer atados en los peldaños más bajos de la noesis. Prometeo nos podrá dar la llama e indicar el camino, pero nunca nos debe sacar de ella. A muchos les resulta atractiva la idea de ser marionetas, vivir sin pensar ni preocuparse, en lugar de ser el monstruo y estar hechos de pedazos de historia; pero sin una historia que nos enseñe cómo actuar ante todo, a ser hijos de la bondad, tal y como éramos antes de que la sociedad nos corrompiera, nos horrorizaremos por ver la locura crecer con una inocencia, que al ser mermada hay que tener cuidado que no se vuelva en contra de por lo que está luchando. En muchas ocasiones todo ese peso y esa situación te lleva a la autodestrucción. La inocencia es el reverso de la bestia.
Habermas, La inclusión del otro. Rita Segato, Las estructuras elementales de la violencia. 53 Zygmunt Bauman, Ceguera moral. 51 52
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Tendremos que elegir entre vidas largas y tranquilas, o efímeras batallas cuyo horizonte es el caer del día, ser Aquiles, y empezar con la historia de nuestra salida del paraíso y de la caverna, sin olvidar los mitos que nos dicen, porque no se vuelve a repetir lo que no se ha vivido. Ahora queda en tu mano ser un portador de la llama de Prometeo, vivir en la oscuridad o morar en la claridad. Y tú, ¿tienes historia? 11. Carolina Díaz.
Viajar es vivir sin nostalgia. El viaje es lo que nos ocurre mientras avanzamos, si entendemos la vida como un viaje. Aquiles decide luchar en la guerra de Troya incluso sabiendo firmemente que va a morir, pero él quiere permanecer en la historia, él quiere vivir intensamente, antes que vivir sin la gloria del héroe. Después de la muerte de Aquiles, es cuando comienza el viaje de Ulises de regreso a su tierra, que se convierte en una verdadera odisea, y es cuando empieza a vivir, sabiendo que cuando vuelva, ya no regresará al mismo lugar, porque nunca se regresa. Y así, con el viaje se destierra la nostalgia. El monstruo de Frankenstein anhela lo que no ha vivido, no tiene memoria y por ello tiene nostalgia, nostalgia de aquellos recuerdos que nunca tuvo, y 159
cómo se construye una vida sin tener recuerdos. Esta criatura se enfrenta al vacío, y quiere viajar para poder vivir cada momento de una forma intensa, y así poder deshacerse de todo lo que ha recaído sobre él debido a la evidencia de que es un monstruo; pero lo evidente nunca es lo evidente, y por ello el monstruo realmente no lo es. Debemos luchar contra las evidencias, porque son lo que nos impide pensar, el pensamiento debería dirigirse hacia lo que falta y no hacia lo evidente. Pero lo que hace verdaderamente al monstruo ser un monstruo es la mirada de los otros. Él es un ser muerto que quiere vivir, él se va para no volver, al igual que Aquiles. Existe el vacío de lo real y de las palabras54, y por ello es posible el deseo, que es el hueco, la carencia, el vacío, y que se alimenta de anhelar, pero no se puede satisfacer, por lo tanto no se puede llenar nunca, y aún así, no hay cuerpo sin deseo55. Para el monstruo, su deseo es ser amado, pero sabe que para ello debe ser lo que no es, es decir, su absoluto contrario. Debemos amar al otro para que haya sympathos. Él necesita morir para poder ser nada y ser amado, y es en este viaje de vuelta al paraíso, a ese abismo que hay después de ti, dónde se encuentra su deseo de querer vivir. Realmente debemos buscar al otro para ser, porque nos construimos a través de las miradas 54 55
Emil Cioran, la inanidad del ser. Milan Kundera, La insoportable levedad del ser.
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de otros. Siempre vivimos en función de aquello que nos falta para poder rellenar ese vacío, y nosotros buscamos desesperadamente que nos quieran porque así podemos representar la ausencia del otro. Alguien es posible para mí porque estoy sola, y nadie puede encontrarse con alguien si no es por medio de la soledad, pero, ¿podemos vaciarnos hasta hacer posible que otro nos quepa? ¿Y qué seré yo cuando no sea yo?56 La nostalgia es añorar lo que no se ha vivido, querer lo que no se ha vivido. Lo que más peso tiene en la estructura consciente es el incumplimiento del deseo, no lo que has vivido. Sueñas con lo que no se vive; los sueños son la realización inconsciente de lo que no has vivido. Esos sueños son los pasajes de Benjamin en nuestra memoria, y son los que la alimentan. ¿Cuánto hay de realidad en los momentos que has vivido? ¿Somos lo que recordamos o solo somos la consecuencia de la construcción de la memoria? ¿Seremos fragmentos de memoria? ¿Cuánto de ficción hay en la vida? Toda nuestra historia está atravesada de mentiras que nos creemos, porque necesitamos mentirnos, porque nadie sería capaz de soportarse en un estado de lucidez permanente. Debemos deshacernos de esa nostalgia, aquello por lo que sufrimos sin haberlo vivido, y no enfermar de ella, para poder dejar de arrepentirnos 56
Ángel Gonzalez.
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del pasado, porque es lo único que puede cambiarse a partir de la reconstrucción de las ideas. Añoramos el paraíso, deseamos lo que no tenemos porque se aprecia lo que ya has perdido, pero el paraíso no existe, no hay otros paraísos que los paraísos perdidos. Para nosotros el paraíso es no haber nacido, porque hubo un tiempo en que fuimos nada, y añoramos ser nada, porque nuestro único referente es el viento de ese paraíso. La destrucción del aura ha sido provocada por la reproductibilidad técnica, el mundo simbólico ha sido arrasado. Cuando no tenemos aura, perdemos todo lo que nos hacía significativos. Esta alienación es provocada por la falta de cultura, es decir, la falta de conocimiento, y éste se produce por la comunicación, por lo que si no hay comunicación, no hay conocimiento y por lo tanto consiguen alienarnos. Para poder recuperar el aura, para poder dejar de ser mercancía, debemos realizar revoluciones simbólicas a través de los pasajes de Benjamin, caminando con la mirada del flâneur, porque es el que domina y comprende el lenguaje quien se extravía en la ciudad, porque la revolución es liberación. Debemos hacer filosofía porque es pensamiento, y el pensamiento también es revolución, al igual que el arte; buscar la belleza inesperada, la que nos sorprende, a través del pensar, y así poder estar libres de alienación. Cuando empiezas a pensar no se puede volver a la conciencia 162
tranquila, pues el mayor viaje es el pensamiento. Cuando piensas viajas, y si viajas ya no regresas, pero al fin y al cabo se trata de eso, porque solo somos sombras, seres para la muerte: viajar para pensar, viajar para vivir, viajar para no tener nostalgia porque ésta no aparece cuando vivimos intensamente, vivir de modo que solo quieras repetir y volver a vivir lo que ya has vivido, y no lo que no has vivido, porque viajar es vivir sin nostalgia. 12. Rashel Aguirre Mendoza.
El beneficio de ser en movimiento. Solo el homo Furor entiende el significado de esta idea, solo él, por su vitalidad, por su revelación positiva ante la vida, por su valentía al asumir cada una de sus responsabilidades. El Superhombre es libre al no esclavizarse ni dejarse aprisionar por pequeñas cosas o lacras metafísicas, al ser responsable de todo lo humano y lo que le corresponde sin necesidad de que alguien lo esté empujando a realizar sus obligaciones o lo que por gusto desea hacer, ya que tiene voluntad de poder. En el momento en que no necesitas de nada ni nadie, para ser feliz y para vivir la vida con libertad, conoces esa sensación de fuerza vital, esa sensación que te libera de los pesos y cadenas que te sostenían y no te dejaban libre de esas cadenas que tú mismo te creaste 163
con el pasar de los años, cadenas que te van limitando con cada irresponsabilidad cometida, consciente e inconscientemente. De los errores se aprende, y una vez que comprendas que no se regresa ni para coger impulso, sentirás que eres libre al fin del peso de la historia, que cada caída, tropiezo, lágrima y sobretodo cada esfuerzo tenía su propósito, dejar de ser lo que de ti hicieron. Tu libertad depende de tu grado de responsabilidad ante la vida y ante los obstáculos que día a día se nos cruzan en el camino, esa responsabilidad que es nada más y nada menos que fruto de cada experiencia vivida con el pasar del tiempo. Nuestro destino es nuestro carácter57, pues todo depende de nosotros, de nuestra actitud, de nuestra forma de ver el compromiso ético, la vida en concreto; cada nueva responsabilidad asumida es un escalón más hacia la libertad que tantos y tanto deseamos. Aunque es verdad que bajar a los infiernos a veces te sirve para volver a subir. Si te encuentras en lo más hondo de ti, apartado de todo y todos, recuerda que no es malo, que la soledad de los sueños incita a ir, a salir, a viajar…
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Heráclito.
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Debes intentar coger impulso y subir lo más alto que puedas, liberarte del dolor que ya mucho daño ha hecho, esa es tu mayor responsabilidad, salir de aquella profundidad en la que caes como cayendo en el tiempo58 Solo de ti depende la libertad que quieres tener, de ti y de nadie más, en ti está la decisión de ser responsable contigo y con tu entorno para obtener lo que tanto deseas, ser libre en el sentido más explícito y sano. Vive por ti, por llegar a lo más alto y sonreírle a la vida, aunque sea difícil y necesite de mucha fortaleza psíquica, conviértete en alguien imparable, invencible, empieza a manejar de la mejor manera las riendas de tu vida, tienes que ser muy consciente de qué o quién vas a ser en este presente sin promesas, y debes estar preparado para esto, para enfrentar tus fracasos con benevolencia y sobretodo paciencia, esperando las condiciones de posibilidad de la libertad, carpe diem. Lucha por lo que tanto anhelas aunque sea difícil, al final siempre serás recompensado por el esfuerzo realizado durante tu proceso de libertad, si su razón es vivir la estética solar del cuerpo enamorado59 nada es lo suficientemente duro como para poder evitar
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Emil Cioran. Michel Onfray.
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que realices lo que tanto sueñas y debes realizar para ser libre. El deseo es movimiento… Al final dirás que valió la pena haber nacido, sin importar lo mucho que te dolió pasar por cada situación, hecho o acción. Libérate tú mismo, desata todo lo que te ancla a la oscuridad, esa oscuridad que solo te ha traído desamor y quietud. Hay otra oscuridad, la que engendra claridad… Si tanto deseas ser libre lucha sin parar, si caes vuelve a levantarte y sacúdete el polvo de la derrota, con la cabeza en alto y con una gran sonrisa que te recuerde constantemente que por difícil que sea llegar a ser libre tarde o temprano lo lograrás, con las ganas y todo el empeño que día a día pones en tu andar por los límites de la palabra. Nada debe detenerte ni mucho menos hacerlo tú mismo, ya sea por cansancio, malas influencias, o personas que dicen ser lo mejor que puedes tener o que siempre estarán contigo, quizás lo hagan, pero recuerda que solo tú decides sobre tu vida y tu libertad. Ten paciencia, dale tiempo al tiempo, no te apresures, hay tiempos que hacen mil preguntas, y así mismo después vienen los años que dan respuestas, no todo es ya y ahora, la vida toma su tiempo y te hará libre, mientras mejor lo hagas, mientras más responsable 166
seas en tú entorno y con lo tuyo más libre serás, menos peso cargarás en tu espalada y aunque cada decisión que tomes necesite ser pensada, decídete por aquella que te hace emocionalmente equilibrado, porque si no al final vivirás haciendo algo que no te gusta y eso ya no es libertad, estarías atándote a algo que será un peso constante en tu vivir. Recuerda, todo en esta vida tiene un propósito, el tuyo es luchar y ser libre, todo llega a su tiempo y nada dura para siempre, vive, ríe , sueña, llora, al final cuando seas libre o entiendas el significado de esta hermosa idea te darás cuenta del verdadero propósito de la vida. Si deseas vivir en las sombras, no luches por tu salvación, haz las cosas como se te antoje y sin pensar en lo que debiera haber sido antes de actuar o hablar, solo tú puedes ayudarte o hundirte, solo tú decides si ser una sombra o ser sin las cosas de la claridad. Cuando pienses en el pasado, que sea solo para ver qué puedes corregir ahora en el presente, qué puedes enmendar o qué no debes hacer, quizás tú mismo te ciegas y no te abres a la realidad de ser en constante cambio, sencillamente el precio de la responsabilidad es la libertad de tu alma, de tu corazón, de tu cerebro, de ti.
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Tú eliges decidir en tu vida o dejarte llevar por lo que los demás hacen o dicen, tú tienes tu opinión, tú pensar, tu sentir, tu vivir, no te rijas por el qué dirán, los demás solo ven lo que quieren ver, y sin importar lo que hagas para ellos se libre, no será lo mismo para aquel que vive la vida subyugado. Cuando al fin vayas viendo los frutos de esta libertad te sentirás en paz contigo mismo y con todo tu alrededor, te sentirás alegre, pero como ya sabes, el ser humano por naturaleza es inconformista, pues poco a poco lucharás por más, y en este aspecto no es malo, mientras sea por superarte, sentirte libre y bien contigo mismo. Depender de algo o alguien no es libertad, estás tan condicionado que te ciegas y no ves las cosas con claridad, como son, ves lo que te conviene a ti o a ellos, no es sano en su totalidad intentar hacer que alguien más haga las cosas por ti, es una manera de no enfrentar, de no luchar por lo que te corresponde como persona, es escudarte en ese alguien para salvarte de tus responsabilidades pues así nunca obtendrás esa libertad que solo aquel que se ha esforzado día con día se encontrará. Nadie es perfecto, todos cometemos errores, tenemos angustias, pasamos por situaciones duras, pero recuerda, así es la vida, con buenas y malas, pero
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es hermosa y una sola, así que nada mejor que esforzarte por ser libre hasta el último día de tu vida. Es así de fácil, pero a veces la niebla te ciega demasiadas cosas y las puertas son difíciles de abrir.60
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Estefanía Fontana Talens, Un paraguas roto.
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HermenĂŠutica
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1. Óscar Pola.
Apología del fracaso. Como afirmaba el gran autor argentino Jorge Luis Borges, No hay otros paraísos que los paraísos perdidos. Esto nos ayuda a comprender el por qué vivimos sumergidos en una ética del éxito, en la que solo actuamos de forma ecuánime si nos sale rentable económicamente. Se puede asociar el término de paraíso perdido, con el sentimiento de nostalgia, que es la materialización de la ausencia, y el hecho de estar enfermos de nostalgia nos genera un sufrimiento incurable, ya que la única cura sería el regreso, cosa que es imposible como nos enseña Homero en La Odisea. En base a esto, se puede llegar a la conclusión de que cuando uno se mantiene en lo que partió tiene como problema la nostalgia y genera sufrimiento. Aprovechando el sufrimiento generado, la ética del éxito que abunda en este mundo se fortalece y lo produce, denigrando nuestro valor moral como seres humanos, convirtiéndonos en mercancía a cambio de seguridad. La seguridad de la ética del éxito es un tanto falsa, ya que nos transmiten la idea de que estamos progresando, pero realmente no estamos progresando, más bien nos adaptamos. Por este motivo es necesario el fracaso como medio para alcanzar un mundo mejor y dejarnos de engañar con 172
el falso progreso de la ética del éxito, que más que un progreso es una adaptación que solo beneficia a grupos minoritarios. El fracaso es necesario puesto que al aceptar los límites en uno mismo y aceptarnos tal y como somos, al vivir encerrados en los límites, la experiencia humana acaba siendo un fracaso, lo que nos permite librarnos de la nostalgia, librarnos de ese sentimiento que tanto daño nos causa. Asumir el fracaso, la imposibilidad del regreso, es la forma más efectiva de acabar con la nostalgia. Para llegar al verdadero éxito es necesaria la aceptación de que para llegar es imprescindible la superación de varios fracasos. Sabiendo que la experiencia humana seguirá siendo un fracaso nos hace concluir que el progreso sería real, aunque realmente nunca llegaríamos a alcanzar el verdadero éxito, ya que a medida que vamos progresando, ese éxito se va convirtiendo en un éxito evolucionado que se va alejando del éxito primitivo y a su vez nos permite seguir progresando como seres humanos, hacia ningún lugar... El problema principal está en que la ética del éxito le da más importancia a contrariedades económicas que a los conflictos humanos, valora que esquilmaron las materias primas, pero obvian el sufrimiento. El sufrimiento ocasionado por la nostalgia hacia los tiempos pasados de riqueza en monopolio y el prestigio de la vanidad, genera sed de venganza hacia los territorios que se van desarrollando, se mata gente 173
inocente bajo la coartada de acabar con los regímenes terroristas o poner fin al conflicto, pero realmente el único interés es económico. Tras esta reflexión, llegamos a la conclusión de que la ética del éxito reduce el progreso y reparte el éxito entre unos pocos que lo logran aprovechándose del fracaso de muchos. Esto explica las diferencias que existen en nuestro mundo a nivel social y económico entre las diversas personas que habitan en sociedad, en la que siempre salen perjudicados los más pobres o más débiles, que son mayoría. El fracaso como medio para llegar al éxito siempre debe ser propio, y al ser propio a su vez debe de ser colectivo, y por esto es necesario un factor más decisivo para lograr llegar a un mundo mejor, el hombre solidario. La presencia de personas que piensen a nivel mundo y no a nivel tribu, sumado a la aceptación de los limites de uno mismo, eso quiere decir la aceptación de los limites como persona al mismo tiempo que aceptamos los límites como mundo. Nos conduciría a reconocer los problemas ecológicos como los de mayor importancia debido a que son los que están afectando al mundo e indirectamente nos están afectando a nosotros como personas. El calentamiento global es un gran problema que está suponiendo el derretimiento de los casquetes polares, como consecuencia tiene la reducción del terreno habitable por el ser humano y la extinción de muchas 174
especies de animales, ocasionando este trágico suceso un gran impacto medioambiental. Si realmente luchásemos por resolver este tipo de problemas a nivel mundial, cerrando centrales nucleares e invirtiendo más en medios de transporte o energías que sean menos contaminantes, en vez de seguir usando los medios de transporte ordinarios porque salen más económicos, el progreso sería notable, por lo que poco a poco iríamos afrontando problemas cada vez de menor magnitud. En el camino para alcanzar un mundo mejor y seguir progresando como seres humanos, en este caso sería la aceptación de las limitaciones del planeta, aceptando que la situación está empeorando y que la única forma de cambiarla sería abandonando los medios ordinarios, deberíamos defender las políticas de igualdad y los Derechos Humanos. El seguimiento de una apología del fracaso es necesario. Esto se debe a que es la única forma para desarrollarnos como personas y a su vez seguir progresando, siempre que predomine el hombre solidario, que piense en el concepto de mundo y que al pensar en su propio progreso piense en un progreso a nivel mundial, sin tratar de denigrar el valor moral de otro ser humano, de las personas, tal como lo hace la ética del éxito, que genera necesidad de seguridad para venderla a cambio de la libertad de las personas, es decir, encierra a las personas en límites ajenos a los suyos. Todo esto apoyado en dos 175
mecanismos, la tecnología de la información y la educación del miedo. Vivir encerrado en nuestros límites para llegar a alcanzar un mundo mejor es vivir conscientemente, sabedores de las posibilidades; es vivir sabiendo que para llegar al verdadero éxito se fracasará; es vivir pensando que los problemas que nos afectan como personas son los problemas del mundo; y aceptarnos tal y como somos, seres humanos, un ser que por naturaleza necesita vivir en sociedad. El ser humano tiene mayor responsabilidad en este mundo porque tiene la capacidad de pensar, y si el ser humano es corrompido y es por eso por lo que es necesaria la aceptación de que salimos todos colaborando o el mundo se va a la ruina, entonces escribiremos apólogos sobre la dignidad… El fracaso es la clave para el progreso. El problema está en la falta de solidaridad y por lo tanto de colaboración, uno de los valores que el ser humano debería tener integrados en sí por la trascendencia de períodos temporales anteriores en los que fue evolucionando y progresando como especie gracias al pensamiento y la solidaridad. 2. Adil Tadmiri.
Teoría contra la trascendencia. Sin embargo, debemos reconocer, a mi juicio, que el hombre y todas las nobles cualidades que le adornan, la compasión que 176
siente por los más envilecidos de sus semejantes, su benevolencia, que hace extensiva no solo a otros hombres sino también a la más humilde de las criaturas vivientes, su intelecto cuasi divino, que ha penetrado los misterios del movimiento y de la constitución del sistema solar… El hombre, provisto de todas estas excelsas facultades, lleva impreso todavía en su estructura corporal el sello indeleble de su humilde origen.61 La palabra trascendencia viene del latín trascendentia, que significa cualidad que está más allá de los límites naturales. Desde el punto de vista de la filosofía, el significado de trascendencia se relaciona con la idea de superación del ser humano, de la capacidad que éste tiene de ir más allá de sí mismo. Diríamos así, que lo trascendente es lo que está por encima de lo que vemos o sentimos de manera directa. Así es como el ser humano comenzó a cuestionarse si había algo más allá del mundo que se veía a simple vista. Desde su origen el ser humano no ha dejado de preguntarse cómo ha llegado hasta aquí, cómo ha evolucionado, para qué está en este mundo, etc. Somos los únicos seres vivos que nos preguntamos por el significado de nuestra propia existencia. Sólo a partir de Darwin se ha comprendido que no somos la especie elegida, sino como dice Robert Foley, una especie única
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Charles Darwin. El origen del hombre.
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entre otras muchas especies únicas, aunque eso sí, maravillosamente inteligente.62 Este es un importante descubrimiento y encierra una importante hipótesis, para que el ser humano empiece a reflexionar mucho más y a plantearse muchas más preguntas trascendentales. El ser humano es, como decía Aristóteles, un animal racional, que se construye por lo que hace y que, al mismo tiempo, crea su realidad discursivamente, es decir, que reflexiona sobre sí mismo. Hace uso de la razón, que es la que nos diferencia del resto de seres. La expresión simbólica más elevada del ser humano es el arte. Estas reflexiones le llevan a plantear preguntas y buscar respuestas, por eso necesitamos salir a la locura del discurso. Aquí es cuando aparece la trascendencia, lo trascendental, ya que es en ella en donde el ser humano encuentra respuestas. Antiguamente, el hombre, al no hallar respuesta a las preguntas trascendentales que se planteaba, intentaba dar respuestas a través de diferentes momentos y posturas: Las religiones: con ellas el ser humano va a utilizar se fe y su capacidad de creer y defender unos valores éticos que le llevan a actuar de cierta manera entre la ciencia y la creencia. La ciencia: con ella el ser humano va a utilizar su razón e inteligencia; el método científico y su capacidad de experimentación. Ignacio Martínez y Juan Luis Arsuaga, La especie elegida: la larga marcha de la evolución humana , cap. 17: 62
El sentido de la evolución.
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La mitología: el ser humano la utiliza para intentar justificar y explicar fenómenos naturales y propios del hombre en base a las tipologías. Es la palabra que me dice… El ethos es el espíritu que penetra a un grupo social, un conjunto de actitudes y valores, de hábitos arraigados en el grupo. El ethos simbólicus es la condición alegórica del hombre a partir de la cual construye lo humano, desde la cultura, tratando de explicar la realidad, su existencia y todos sus centros de interés desde, una vez más, la mitología, la ciencia y la religión. Cuando un ser humano habla de cuestiones que van más allá de lo natural, de un suceso concreto e intenta explicarlo, lo que busca es trascenderse de maneras diferentes. El poeta Homero se refería al ethos como la guardia o morada. Para Aristóteles, era el hábito: carácter o modo de ser derivado de la costumbre. Para la tradición griega, se trataba de una segunda naturaleza. Nos preguntamos entonces, ¿por qué necesitamos la trascendencia? ¿Por qué es importante para nosotros? El ser humano es un animal de realidades porque su modo de estar en el mundo es el de un ser que no solo está dentro de una realidad, sino que la comprende y reflexiona sobre ella, de ahí que las respuestas sean muy variadas. Hay varios pensadores y filósofos que explican la realidad desde la propia realidad, como por ejemplo Aristóteles o Marx, desde un punto de vista realista y otros que lo hacen desde el punto de vista idealista, como Platón. En el 179
caso de Kant, en lo que a su metafísica se refiere, el filósofo considera que necesitamos lo trascendente63 para perfeccionarnos moralmente. En mi opinión, los medios a través de los cuales el ser humano ha tratado de responder a las preguntas trascendentales (las religiones, la ciencia y la mitología) no tienen el mismo valor. Depende de la cultura, por ejemplo, y también del momento histórico en el que vivamos. En este momento, en la sociedad actual, predomina la ciencia para explicar muchas cuestiones que hasta hoy han sido tratadas desde el punto de vista trascendental, aunque ésta convive con posturas religiosas, habiéndose alejado bastante de la mitología. La religión y la ciencia se relacionan por el ser humano y sus preguntas. 3. Rubén Ibáñez Núñez.
El secreto de la sombra. No separes la sombra de la luz que ella ha engendrado 64. La sombra no necesita luz pero la luz engendra la sombra, digamos que la sombra es ese matiz, es lo acabado.
Hablamos no de su método trascendental del conocimiento, sino de su concepción metafísica, de lo que no podemos conocer pero a lo que tendemos para guiar nuestra vida moral. No debemos de confundir lo trascendental con lo trascendente: lo trascendente es lo que no es fenómeno, lo que está más allá de la experiencia experimental, conceptos como Dios y el alma. 64 José Ángel Valente. 63
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Tienen miedo a lo desconocido, tienen miedo a arriesgarse, tienen miedo a vivir, porque la única forma de vivir es odiando el vivir. Tienen que aprender a amar la profundidad que le es propia a la oscuridad. Tenemos que errar65, arriesgarnos, ya que es lo que nos hace humanos y es lo que nos libera. Tenemos que dejar atrás ese miedo a la incertidumbre. Si conocemos el coraje es porque también hemos experimentado el miedo, y si reconocemos la claridad, es porque hemos vivido el engaño. Pero la mayoría negamos o desconocemos nuestra naturaleza dialéctica. Nos han condicionado para temer el lado oscuro de la vida y nuestro propio aspecto oscuro. Cuando nos damos cuenta que tenemos pensamientos funestos o nos parece que nuestros sentimientos son inaceptables, corremos a escondernos, a orar con la esperanza de que desaparecerán antes de que volvamos a salir a la luz. ¿Por qué actuamos de este modo? Porque tenemos miedo de que, por más que lo intentemos, nunca podamos huir de esa parte de nosotros mismos. Por eso, relaciono esa sombra con el deseo, ya que el deseo es carencia, deseo porque me falta algo y ese algo es la sombra, porque cómo vas a desear algo que ya tienes… La pregunta es: ¿Cómo conocer esa sombra? Mediante el pensamiento, saliendo de la alienación de la luz, extraviándonos. 65
Agustín de Hipona: si me engaño existo. Si enim fallor, sum.
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Tenemos que navegar en el error para poder construir la existencia, luchando contra la renuncia y por tanto contra la evidencia, que contumaz quiere imponerse. Tenemos que caer en las paradojas de la locura en la época contemporánea de la que nos habla Foucault, para saber cuál es el fondo de nuestra creatividad liberadora. Y nos damos cuenta que en esta sociedad donde nos tienen tan controlados y tan explotados, lo único que podemos hacer frente al dominio es aceptar la locura misma como un acto revolucionario. Y en ese camino de la búsqueda de la sombra no podemos mirar atrás no, no podemos regresar, porque si regreso estoy vendiendo mi libertad; tenemos que regresar a nosotros mismos desde lo que no hemos vivido, tenemos que escondernos en esa luz para desaparecer, y para eso hace falta educar la mirada para saber discernir y poder elegir más allá del bien y del mal. 66 Hay que errar, porque errar es una expresión de lo bueno, la renuncia al ideal, y cuanto antes renunciemos al ideal seremos mucho más fieles a nuestra naturaleza, el ideal no existe, nosotros sí. Hay que equivocarse e interpretar los signos del viaje, ganar la vida, y la única forma de hacerlo es arriesgando la propia vida y luchar contra la vida del homo insipiens, cuanto más luchas contra ella más vives, tenemos que odiar el vivir para vivir la vida 66
Nietzsche.
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más intensamente. Vivir…, es arriesgarse y sentir el sufrimiento y el dolor, para hacernos conscientes de su valor; ese dolor no tiene prestigio, pero no hay que confundir esa soledad humana con la angustia, el único remedio para esa soledad es la filosofía hedonista de la amistad67, para poder sacar esa bestia, esa sombra de la luz que todos llevamos, hace falta dejar de caer en el discurso sobre la indiferencia del poder, porque todo nos ha de llegar... Tiene la sombra una sombra dentro de ellas mismas, tenemos un animal dentro de nosotros mismos, y lo que puede controlar a la bestia en que se convertiría lo que llevamos dentro es el lenguaje natural68. La sombra es lo constitutivo de lo humano, y es algo que por naturaleza todos llevamos en pos de la luz. Vivir significa desear estar en la luz de la sombra y no en la sombra de la luz. He llegado a la conclusión de que la sombra y la luz son dos sustancias de la misma esencia del ser, semejantes69. Ningún monstruo a la luz da miedo, dan miedo porque se esconden... Para poder sentir ese palpitar, el galopar de unos caballos en el pecho70, de la sombra hace falta desprenderse de la vida robada; y lo más importante, tiene que no ser, una roca es, es decir, no se mueve ni piensa ni nada, es únicamente una roca; pero nosotros, los seres humanos, tenemos que ir aprendiendo día a día de las Epicuro. Michel Onfray. Wittgenstein. 69 Edmond Jabès, El libro de las semejanzas . 70 Amancio Prada, Emboscados. 67 68
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cosas que nos pasan para construirnos como personas. Pero no debemos caer en la falacia naturalista de confundir el ser con el deber ser71. Tenemos que aprender lo antes posible que la vida es carencia, falta, y que nunca lo tendremos todo, y aprender que la frustración y el fracaso es necesario experimentarlo, y no podemos permitir que nadie nos reproche la desrealización de nuestra responsabilidad72. Tenemos que ser fieles a nuestro propio deseo y lo más importante no podemos mantenernos continuamente en esa oscuridad, por eso cuando uno sufre se venga de la vida, porque no tiene el coraje de afrontar la puta y jodida realidad; y tenemos ese miedo por el que se construyen las sociedades, nos hacen sentir inútiles, pero algunas personas raras son capaces de salir del discurso de lo obvio, de no caer en el discurso del poder y de utilizar el conocimiento y el pensamiento, esas personas viven en la sombra. La sombra es uno de nuestros grandes lugares, es nuestro disidente interior, nos revela nuestras debilidades y encuentra nuestros puntos fuertes. Es la maestra de mayéutica73, la guía que nos apoya en el descubrimiento de nuestra declamada grandeza. La sombra no es un problema que debamos resolver, ni un enemigo al que debamos conquistar, sino un campo fértil por cultivar.
David Hume. Nancy McWilliams, Trastornos disociativos. 73 El arte de saber hacer preguntas. 71 72
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Nos da miedo lo que podemos encontrar si miramos en nuestro interior, así que escondemos la pregnancia de los ojos y nos negamos a enfrentarnos a nuestro lado oscuro. La sombra tiene miedo a la sombra, pero ¿por qué? ella es una geometría cerrada, y si somos capaces de abrirla, nos daremos cuenta de que lo que encierra es capaz de cambiar por completo nuestras vidas con nuestra propia vida. La sombra, ni mala ni buena, es oscura, secreta74, peligrosa, irracional, primitiva y está envuelta en el mito arcaico del realismo75. La sombra es personal y al mismo tiempo universal; la oscuridad la distorsiona; su fuerza es una manera de formar la atención que sigue al asombro, pero si la hacemos consciente desaparece. Así que esto me lleva a plantearme lo siguiente, el mal es el nivel mas bajo del conocimiento porque el mal es ignorancia; y el nivel más alto de conciencia, la episteme, considera el bien y el mal, la luz y la oscuridad, como ilusiones. Con respecto a la luz ¿Qué es la luz? Desde el punto de vista filosófico, la luz es la lámpara de Diógenes, del cuerpo, es el ojo cenital de la hermenéutica, la luz es la verdad y la belleza . 74 75
Pascal Quignard, Vida secreta. Claude Lévi-Strauss, Mitológicas.
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Por eso relaciono esa luz con la oscuridad, ya que la oscuridad es la luz que no ves, María Zambrano es una inagotable fuente de conocimiento acerca de la realidad de la entraña. Trabajar con la materia inconsciente requiere descender a lo más hondo de nuestros ínferos, tarea a la que también Zambrano dedicó una parte importante de su vida y su obra. Es allí, en el fondo de la misma noche, en lo más profundo de la oscuridad, donde brilla una luz capaz de iluminarnos en la única aventura realmente importante, la del humano vivir. La luz de la oscuridad es, entonces, algo más que una bella metáfora, es algo que atañe a lo más esencial de nosotros mismos para poder llegar a ser aquello que como posibilidad somos. Todos estos argumentos que he citado anteriormente me llevan a plantearme esta pregunta: ¿Quién está dispuesto a pensar, para poder encontrar esa sombra? ¿Quién está dispuesto a vivir, y por lo tanto a no ser? Solamente será capaz de lograrlo quien ame el vivir, quien no tenga en mente aceptar el éxito sino, aceptar los fracasos, quien sea capaz de sentir un cabalgar de caballos en el pecho al hacer aquello que ama, quien se haya cansado de ser un vacío social, quien se rebele y sea capaz de vaciarse, quien tienda a la locura, quien sea capaz de vivirse y tenga el coraje de dejar de ser lo que ahora es, quien tenga la valentía suficiente para arriesgar su propia vida y ganar la historia.
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4. Paula Fernández García.
La emoción sin evidencias. Quizá la tarea del que ama a los hombres consiste en lograr que estos se rían de la verdad, lograr que la verdad ría, porque la única verdad consiste en aprender a liberarnos de la insana pasión por la verdad.76 Según las definiciones, la evidencia es un tipo de conocimiento que aparece de manera intuitiva de tal forma que permite afirmar la validez de su contenido como verdadero. La evidencia es la conciencia, el sentido común. Así pues, la evidencia constituye un motivo absolutamente cierto para juzgar. Luego la evidencia, sí y solo sí, debería ser considerada como criterio infalible de verdad. Pero esto no siempre es así. Ya que en realidad las evidencias no existen y en cambio el ser humano vive de ellas. Vive encerrado en los límites, luego vive encerrado en el fracaso. De ahí que las evidencias encarcelen nuestra libertad para crear y pensar. Por esto sostienen los filósofos que las afirmaciones que suelen tener las personas no se sustentan en fundamentos cognitivos y, por lo tanto, resulta difícil determinar cuándo el sujeto tiene evidencias. La búsqueda de la verdad es un objetivo para los seres humanos que en muchas ocasiones aparece 76
Umberto Eco. El nombre de la rosa.
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condicionado por diferentes factores. Emoción y evidencia influyen en esa búsqueda de la verdad filosófica o auténtica, condicionando el resultado. Existe la tendencia a enfrentar emoción y razón, identificando ésta con la evidencia; pero siendo cierto el dicho popular de que el corazón tiene razones que la razón no entiende, debemos valorar lo conveniente de que actuemos en nuestra existencia combinando emoción y razón o sentimientos y evidencias. Un ser puramente racional estaría siempre sujeto a la cárcel de la evidencia. Así pues, cuentan que un investigador como Darwin, en 1838, dos años después de haber regresado a Inglaterra tras un largo viaje, durante el cual realizó las observaciones que le permitirían sentar las bases de la Teoría de la Evolución, se planteó qué hacer con su vida: ¿buscaba una mujer y se casaba? ¿O mejor se consagraba a la investigación científica? Entonces este naturalista tenía 28 años y para tomar una elección cogió una hoja de papel que todavía se conserva, trazó dos columnas y en la de la izquierda escribió la palabra casarse y anotó todos los argumentos que se le ocurrieron a favor del matrimonio. En la de la derecha, listó todas las ventajas de permanecer soltero. Tras revisar la lista, acabó concluyendo que si bien una boda supondría cosas buenas para la salud de uno, era 188
también una pérdida terrible de tiempo. Luego, al llegar a esa conclusión, decidió que lo mejor sería... comprarse un perro. Sin embargo, lo que no podía sospechar Darwin era que poco le iba a durar aquel convencimiento. Semanas después su cerebro le iba a jugar una mala pasada. Al cruzarse con su prima hermana Emma, Darwin se enamoró perdidamente, a pesar de haber decidido concienzudamente que el matrimonio no iba con él. Emma se convirtió en el gran amor de su vida y con ella tuvo nada menos que 10 hijos. Al cabo de los años, incluso escribió un libro en el que trató de explicar con ojos de científico tal misterio, el misterio del amor; sin evidencias que lo expliquen. Luego el miedo a la evidencia no puede ser un obstáculo para que la persona desarrolle sus capacidades. A mi edad y después de varios años estudiando música, la evidencia indica que no tocaré mi instrumento, la flauta travesera, en la Orquesta Nacional, pero los sentimientos y emociones que encuentro en esa actividad hacen que siga practicando a pesar de la evidencia. Si un entendido en la materia asiste a uno de mis conciertos, tendrá la evidencia de mi poco futuro profesional, ahora bien si quien asiste no tiene tales conocimientos se dejará llevar por la emoción que transmite la música y puede que piense que tengo futuro como concertista. Nos rodeamos de evidencias, otorgándoles un valor 189
absoluto, cuando consideración.
realmente
no
tienen
esa
Algunas evidencias nos han sido transmitidas desde pequeños, condicionando nuestras vidas y forma de entender lo que nos rodea. Si queremos desarrollar nuestra propia personalidad debemos vencer miedos y poner en jaque esas verdades absolutas que no lo son. Hace poco en una red social leí el siguiente mensaje: Toda la vida avisándonos del lobo y realmente el peligro estaba en las ovejas. Si preguntamos a un ecologista nos dirá que es evidente que el lobo está en peligro de extinción y debe ser protegido, pero si hablamos con un pastor veremos que para él, es evidente que quienes deben ser protegidas son las ovejas. El lobo, como ser irracional, puede representar las emociones, mientras que las ovejas reflejarían la tranquilidad que nos aportan las evidencias; en nuestra lucha para razonar debemos intentar acercarnos al lobo y vencer la existencia monótona del rebaño de ovejas. Por otra parte, entendemos por evidencia la verdad absoluta pero es que, como dijo Nietzsche, no hay hechos, solo interpretaciones. Lo que quiere decir que la verdad absoluta no existe, así como tampoco las evidencias, sino que existen interpretaciones múltiples de los hechos. Nietzsche llegó a esta reflexión porque los griegos decían que la verdad no tiene palabras. Por lo que el filósofo tomó esto para 190
decir que las palabras solo las tenemos para lo que ya está muerto en nuestros corazones. En nuestro día a día, vivimos en búsqueda del asombro: de vivir en total plenitud. Pero nos agarramos a lo evidente y la evidencia nos impide pensar; sin tener en cuenta que tan solo vive el que piensa, que la evidencia es el vacío y hay que vaciarse para sentir el asombro. No hay nada de malo en que las emociones se dejen llevar sin las evidencias, puesto que estamos aquí para aprender a perder. Porque vivir significa arriesgarse; sin pensar en lo que perdemos o ganamos. Actuando así es como se vive, ya que la vida se produce en plenitud si te la juegas. Y no hacen falta conceptos exactos en lo que tiene que ver con la vida del ser humano, la verdadera experiencia del ser humano es indecible. Y si la evidencia es la luz, sí y solo sí, el foco de nuestra vida lo tenemos que poner en lo contrario: la oscuridad. Por otro lado, respecto a los sueños, se puede observar cómo nuestra vida está condicionada por las evidencias. Puesto que en los sueños no se sueña con evidencias, sino que cuando tú sueñas es porque deseas algo, es porque vives más intensamente en el sueño que en la realidad, es porque tienes sueños en base a tus sentimientos y emociones. Esto significa 191
que las evidencias nos condicionan a la hora de actuar en el día a día. Y uno está más vivo cuando sueña que cuando está despierto, porque cuando soñamos todo es importante, puesto que es lo que deseamos tener. La emoción sin evidencia tiene mucho que ver con el miedo a lo desconocido y al costumbrismo. Nos hemos acostumbrado a actuar en base a las evidencias de la vida porque nos da miedo lo que no conocemos; nos dan miedo los sentimientos. Porque pensamos que lo que merece la pena es lo evidente, lo aceptado e interiorizado por todo el mundo, porque es lo que se entiende como lo normal, lo lógico. Pero en realidad, como dijo Ludwig Wittgenstein, todo lo que merece la pena, queda fuera de la lógica. Y debemos romper con la normalidad y la lógica. Recapitulando, la razón y la pasión son procesos totalmente independientes puesto que las acciones humanas y la toma de decisiones del hombre no tienen en cuenta únicamente los análisis racionales, sino que también depende de la situación y las circunstancias, es decir, de la carga emocional, que acaba superponiéndose a la lógica de la razón. Es decir, las acciones humanas están cargadas de emociones, de donde podemos afirmar que la razón sin sentimientos es ciega.
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En resumen, la verdad será absoluta o completa cuando deje de preocuparnos si es verdad y nos interese por el mero hecho de poder acercarnos al conocimiento de lo que nos rodea, sin miedo a las emociones y sin temor a las evidencias que secuestran nuestro pensamiento crítico. 5. Patricia Melo.
La fértil realidad de la ficción. Tierra firme y fértil que sostienes sobre ti los más abstractos pensamientos, deja que invada tu espacio para sentirte y así poder mostrar mediante palabras cada rincón de tu ser. Elévame, hazme volar, deja que el ángel de la historia me muestre el camino. Si tengo que mirar hacia atrás para entender mi entorno, lo haré. Sólo así podré construir el más profundo pensamiento. Casi entre súplicas te pido que no te alejes de mí en ningún momento y si lo haces que sea cuando haya abandonado el pensamiento ya plasmado que me atormentaba. Miles de preguntas invaden mi mente y el vacío aún se contempla esperando ser llenado. ¿Seré capaz de desnudar del todo el pensamiento más profundo que pasea en mi interior? Y sí, pasea como si del flâneur se tratase. Paseante que conoce mi historia y nace de mi nostalgia, a ti te pido que te abras de par en par y sin temor alguno me hagas sufrir. Hazme sentir ese 193
sufrimiento que me hace estar viva. Aunque viva y en esta vida, me encuentre siempre lejana de mi misma. Y si después de todo siento que me habré desnudado en vano, sabré que quizás mi discurso sea el de otro. Otro que me ha cedido su historia para sentirse liberado sin saber de mi posible confusión. Puede ser también que yo me vea reflejado en ese otro. Al fin y al cabo todos necesitamos ser vistos por otros para afirmar nuestra propia existencia. No creo que esto me pase a mí pero soy consciente de la diáspora de pensamientos que va a formarse y que voy a tener que defender con la única intención de mantener el argumento fundamental mostrándose lo más diáfano posible. Llegará el día en el que la única manera de supervivencia frente a la evidencia sea el pensamiento. Ya lo es, pero cuando llegue ese día tan deseado se pensará o se morirá en el absoluto vacío. Hoy, los que pensamos nos sentimos ya muertos en vida. Hemos perdido el sentido de ser, de existir. Pienso, luego existo77; hoy esta frase también ha perdido el hondo sentido del solipsismo. Nos escondemos para no caer en lugares comunes. No queremos perder lo único que nos queda, el pensamiento. Ese que cuando es enemigo consume y cuando es amigo llena. Y es enemigo sólo en el caso de tener por 77
Descartes.
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testigo al alienado cuyo límite está fuera de sí. No hay mayor frustración que la del pensador al ser consciente de lo ilegible que pueden llegar a ser sus palabras ante un receptor que no entienda, pero peor aún si el receptor es uno que entiende y evita pensar sobre ello. Dos antónimos en una misma frase estrechamente relacionados entre sí: Realidad y Ficción. Podríamos decir casi que fundido uno en el otro. La verdadera ficción es la que se construye a través de hipervínculos íntimamente conectados a la realidad. No es realidad y es ficción por el simple hecho de nacer del pensamiento. La realidad sin embargo estuvo siempre, está y estará y no sería realmente conocida de no ser por la ficción. Por lo tanto, la realidad es vista por la ficción. La realidad se hace fértil cuando es comprendida, entonces debemos saber que la realidad es real por el hecho de que lo real sea la pura interpretación de la realidad. Digamos que lo real es construido por la ficción con la intención de una sólida comprensión de la realidad. El carácter revolucionario está presente en los límites entre la realidad y la ficción. El arte, siempre y cuando genere conciencia crítica es revolucionario, por lo tanto, estaríamos hablando de la ficción como una herramienta del arte que crea revolución. No 195
podríamos romper con la revolución de la ficción porque entonces ya no estaríamos hablando de una fértil realidad. Esto nos lleva a pensar también que para que la realidad sea fértil es necesaria una intención crítica y revolucionaria. Las coordenadas de la ficción son la tierra firme y fértil con la que toma arraigo la labor de la revolución. Las coordenadas de la ficción son, en definitiva, la fuerza motriz de la cultura. Desde la nostalgia es posible crear un buen discurso para la ficción, íntimamente relacionado con el carácter revolucionario. A nuestros padres les falto carácter revolucionario en los tiempos en los que todo parecía ir bien. Se confiaron y nos dejaron como herencia una mentira disfrazada de democracia. Hoy ellos sienten nostalgia por todo aquello, por no haberse enfrentado ante el discurso del poder. Si ponemos en sus manos la ficción, el principal elemento sería la nostalgia en un contexto histórico. Pues nunca se le pudo quitar historia al arte. La locura abarca lo imaginario y lo real. Cuando la locura se encuentra en un grado de imaginación próxima a la alucinación, hablamos de ficción en un sentido inconsciente. Pero muchas veces el inconsciente está íntimamente relacionado con el delirio, es decir, el loco es capaz de crear también un discurso sólido y considerarse ficción con todo el peso de la palabra. Es más, la locura está en pleno 196
grado de ficción. Aunque nosotros creamos que el loco no es consciente de la realidad, muchas veces es la realidad la que ha causado su locura. Explicar el amor a través de la ficción es muy común en filósofos y poetas. A lo largo de la historia el amor ha ido tomando diversas formas y ha sido visto desde miles de perspectivas diferentes, es curioso que el concepto siga siendo el mismo. Eros, afectos del alma que desembocan irrefrenablemente en el deseo carnal. Para hablar de esto debemos acudir a la ficción como único recurso que puede construir el amor desde un único punto de vista. Necesario, vital y por tanto revolucionario. Libre, yo quiero ser libre. Libre para amar, para sentir, para vivir, para soñar. Ser libre a través de la ficción nunca fue un error ni un intento de evadirse como muchos afirman. Si deseas realmente ser libre tendrás que haberte encontrado contigo mismo en un mundo ficticio. Debes ser libre comprendiendo la libertad como símbolo. Sólo siendo homo simbólicus se conoce el vínculo entre libertad y ficción. A través del lenguaje conozco la libertad y creando me libero. Siénteme. Esta soy yo y sigo viva porque te siento a ti también.
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6. Claudia Lendínez Valor.
Crear el arraigo. Arraigo, acción de arraigarse: establecerse en un lugar junto a personas, sentimientos, realidades y otras cosas. Sinónimos de arraigar: aclimatar, fijar, establecer, adaptar, acomodar, asentar, afincar, avecinar, avecindar, naturalizar, prender, enraizar, estabilizar, instalar, radicar, residir, habita… Todos se pueden relacionar con la expresión echar raíces. Echar raíces: cuando escuchamos la palabra arraigo rápidamente somos capaces de relacionarlo con dicha expresión. El arraigo surge en el momento en el que crece en nosotros el sentimiento de pertenecer a algo o alguien, experimentando comodidad en el entorno. Puede definirse como el profundo deseo de todo ser humano de no querer romper vínculos primarios y a la vez no procurarse otros nuevos que sustituyan a los anteriores, en resumidas cuentas, fraternidad contra soledad. Como la relación de una madre con su hijo; sentimos este arraigo desde el primer instante de nuestra vida. El arraigo consiste en la resistencia al abandono de la madre, debido a la salida de un ambiente en el que todas tus necesidades estaban satisfechas y solucionadas, gracias al vientre materno que quedará 198
en la memoria como el paraíso emocional. El apego hacia ella se debe principalmente a lo ya mencionado anteriormente, además del amor incondicional que posee hacia su hijo, por el hecho de serlo. La necesidad de arraigo es buena, pero sin mantener un exceso de ésta, tratando que siempre sea de forma educada y compatible a la situación, es decir, tu arraigo debe estar acorde a tu naturaleza. Me explico, en la forma más extrema hallamos el deseo de volver al seno materno. Lo que sucede es que el individuo siente y actúa como feto en el seno materno, incapaz de asumir las funciones más elementales de un ser arrojado al mundo78. Otra forma patológica de arraigo se encuentra en quien considera un inconveniente haber nacido, y teme dar los pasos siguientes en lo que no eligió. Estas personas sienten un profundo exilio, el anhelo de ser cuidadas por una figura que acoja su desamparo. Estos individuos son dependientes y no conocerán jamás la soledad de ser uno mismo; se sienten solos e inseguros cuando ha cesado la protección imaginaria, pero son optimistas cuando cuentan con una amor real. El monstruo de Frankenstein, el Prometeo moderno, nos muestra que no le es posible relacionarse y nace 78
Jean Paul Sartre.
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en él la necesidad del arraigo, la construcción de una biografía sentimental. La herida del desarraigo del monstruo al no ser aceptado por la sociedad, lo asociamos con un gran problema de la actualidad: hostigamiento y deliberado maltrato psicológico o físico, verbal, social: el bullying. En la mayoría de los sucesos, la violencia es la resolución de los conflictos; ni los testigos ni los receptores, ni los agresores se atreven a comentar lo sucedido, porque temen represalias o porque respetan cierto código de silencio que les impide mencionar el tema. La violencia rompe los vínculos que el arraigo ha construido sobre el lecho de la historia. Este problema en cuestión nos afecta a todos como miembros de la misma sociedad; porque todos tenemos derecho a socializarnos en paz, por ser un bien común la felicidad y por el sólo hecho de ser humanos. El bien común, en este caso la dignidad humana, nos beneficia a todos; en cambio, el bullying, es ejercido por una pequeña parte en perjuicio de la mayoría, degrada la dignidad humana, y todos deberíamos estar de acuerdo en crear una convivencia pacífica, por ello debemos combatirlo. Sus causas y manifestaciones son muchas y todas ellas deben ser erradicadas en beneficio de la mayoría. 200
La ética nos indica lo bueno y lo malo, lo que está bien y lo que no lo está tanto… Mediante el vínculo de la empatía y la moral, pero, ¿en la sociedad en la que vivimos existe la empatía? No, no existe la empatía en nuestra sociedad, Nosotros a través de nuestros propios pensamientos y razonamientos justificamos nuestro dolor con el dolor de los demás, quiero decir; que cuando no comprendes, le echas la culpa a otro. La mente trata siempre de deslindarse de los problemas y, sobre todo, de las culpas, como una especie de protección hacia los ataques de otros, que a veces son más producto de nuestros miedos e imaginación que reales. El ser humano tiene un típico error: buscar culpables fuera de sí mismo, para cualquier problema. Si acertamos, es nuestra virtud, pero si erramos, seguramente será responsabilidad del otro. Antes de decir me equivoqué, es probable que digamos y que pensemos excusas baratas, cualquier cosa antes de afrontar la realidad y asumir las falencias. El punto de partida para dejar de echarle la culpa a los demás es quitarnos la comodidad del cuerpo y comenzar a aceptar la responsabilidad cuando nos equivocamos. Dejar que los demás nos corrijan, sacar capas de esa gran coraza que se llama orgullo, y, sobre todo, ser
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sinceros con nosotros mismos, para luego serlo con el resto de las personas. El arraigo está unido a la nostalgia. La nostalgia que todos conocemos, es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido o vivido en una etapa y ahora no se tiene, está extinto o ha cambiado. Hay quien afirma que este razonamiento es una simple y pura imaginación de nuestra mente al sentir tristeza, pesadumbre y pena. Podemos permitirnos el decir que este sentimiento de anhelo puede tratarse del regreso a la niñez, a un ser querido, un lugar, un juego o un objeto personal estimado, o un suceso en la vida del individuo o grupo, algo importante que ha calado en nuestros recuerdos. Pero debo deciros que el regreso no existe como tal, sólo se puede regresar con la nostalgia. La gente tiene nostalgia de lo que no ha vivido, es decir, la nostalgia es la materialización de la ausencia. Dicho esto, y, en definitiva, todos estamos hechos de los demás. 7. Patricia Carón.
Una teoría sobre el poder. Desde la revolución francesa y la independencia americana, libertad e igualdad son valores clásicos que rigen la democracia. La libertad y la igualdad no 202
son derechos absolutos, entre ambos existe una fuerte tensión. Esta tensión ha dado origen a dos grandes modos de pensar la política. La propuesta capitalista-liberal que defiende la libertad como prioridad y la propuesta socialista-comunista que propuso Marx (1818-1883) y que coloca su eje en la defensa de la igualdad. Se desarrollaron durante las décadas de la guerra fría y la caída del muro de Berlín. El colapso de los totalitarismos de izquierdas parecía dejar paso al capitalismo neoliberal como el único sistema capaz de respetar la dignidad humana a pesar de que la libertad absoluta política y económica creara cada vez más desigualdad. Pero hay que saber que si el comunismo se hundió no fue por igualitario sino por totalitario, es decir por falta de libertad. No es cierto que este fracaso sea el fracaso de la igualdad79 como tampoco es cierto que la libertad solo pueda florecer prescindiendo de la igualdad. Según Gregorio Peces-Barba (1938-2012) el análisis del futuro de la falsa dicotomía entre libertad e igualdad conduce siempre a un modelo de estado igualitario y liberal donde ambos valores se complementan. La libertad es el valor central pero si no alcanza a todos habrá frustrado la cohesión social y el desarrollo de la dignidad de las personas, que es de todos y no solo de algunos. Así el falso dilema se resuelve si hablamos de libertad igualitaria, en la que 79
Se fracasó por falta de libertad.
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la libertad y la igualdad se implican una a la otra, y el sistema político no sólo debe respetar sino promover una igualdad de oportunidades para el desarrollo y realización de la persona como ser social que le permita ejercer su libertad. La acción deliberada del estado democrático permite conjugar la igualdad de oportunidades y el control del ejercicio del poder económico y político. Sin esta acción deliberada siempre habrá una propensión a la concentración de poder y al abuso de las posiciones de dominio sobre la gran mayoría. Clásicamente las definiciones de poder se han centrado en la capacidad que posee una persona o un grupo para lograr que otra persona o grupo haga algo en contra de su voluntad. Este poder se basa en los procesos de toma de decisiones, en el conflicto y en la fuerza y podría describirse como poder de suma cero en cuanto a que cuanto mayor poder de una persona, menos tiene la otra. Dos de los pensadores que han contribuido en la época moderna al estudio sobre la importancia del poder en la actividad humana han sido Max Weber (18641920) y el filósofo francés Michel Foucault (19261984). Max Weber tiene una noción más tradicional del poder. El poder se vincula con la capacidad, la habilidad y el talento de los individuos. Así, para Weber el poder representa “la oportunidad de un hombre o de cierto número de hombres para realizar sus propósitos venciendo la resistencia de otros que están participando en la acción”. Según Weber, el 204
poder es una posesión: se tiene o no se tiene. Es decir, tener poder significa que otro lo ha perdido. Hay una relación de desigualdad y de enfrentamiento entre opuestos. Este concepto de poder es coercitivo y controlador. El poder entendido de esta forma es vertical, se ejerce sobre los otros, es un sistema opresivo que somete desde la altura a los individuos y los castiga con prohibiciones sobre esto o aquello. Por otro lado, en la base de la mayoría de los análisis del poder del siglo XX, se encuentra el pensamiento de Nietzsche (1844-1900) debido a su idea de voluntad de poder, que implica un deseo perpetuo de todo ser vivo por ir más allá de todos, por superarse, crecer y expandirse. Decir que el hombre es voluntad de poder es considerar lo humano como un conjunto de fuerzas (pasión, deseos, razón) desiguales, distintas entre sí que dominan y son dominadas, en una lucha incesante, siempre cambiantes, de las que surge el poder creador de nuevos valores. La voluntad de poder no es buena ni mala, el poder no es una meta, es lo que da sentido, valor y justificación a las cosas. Partiendo de las ideas de Nietzsche, la propuesta de Michel Foucault implica una noción del poder mucho más amplia e integral, que en cierta manera rompe con las concepciones tradicionales. Así, este autor defiende que el poder es un aspecto presente en todas las relaciones sociales, por lo que constituye una capacidad tanto de individuos como de grupos. 205
El poder es asumido como ejercicio que se realiza en todos y cada uno de los actos de las relaciones sociales, afecta desde las relaciones interpersonales e íntimas hasta las relaciones de Estado. El poder se entiende no como algo que existe de por sí, sino como una fuerza que se genera en las relaciones sociales. Por lo tanto, está en todas partes, es una construcción social. Siempre que exista una relación entre dos sujetos libres y esta relación sea desigual, tiene lugar el poder, de modo que uno puede actuar sobre el otro, y ese otro es guiado o permite que lo guíen. Todos los miembros de una relación social ejercen algún margen de poder pero este no es equitativo. El ejercicio del poder supone un permanente estado de tensión en toda relación social. Las relaciones de poder no son en sí mismas formas represivas. Según Steven Lukes (1941), existen diferentes tipos de poder. El primero es el poder sobre. Es la habilidad de una persona o grupo de hacer que otra persona o grupo haga algo en contra de sus deseos. Representa la concepción tradicional del poder, es coercitivo y controlador. Se ejerce de forma vertical desde el poderoso al sumiso. Para Foucault en las sociedades se crean organizaciones encaminadas a mantener cristalizadas las relaciones de poder, de manera que se mantenga el estado de asimetría entre dichas relaciones, así un cierto número de personas obtienen una ventaja social, económica, política, institucional, etc. Y esto cristaliza 206
la situación. Esto es lo que se denomina poder, en el sentido más estricto del término. Este es el tipo específico de relación de poder que ha sido institucionalizada, cristalizada e inmovilizada para beneficios de algunos y perjuicio de otros. Se pueden diferenciar varios tipos de poder sobre los otros. El primero es el poder visible. La relación se da en un conflicto observable y el poder está del lado de quien se impone en la decisión. El conflicto puede darse entre personas o entre grupos de cualquier tipo. Puede incluir violencia directa (verbal, psicológica o física) u ofrecer ventajas, beneficios o amenazas para lograr lo deseado. Las decisiones que confieren el poder sobre se toman con relación a bienes y recursos, que pueden ser materiales (físicos, financieros, de tierra, de agua, del cuerpo o del trabajo), intelectuales (conductas, información e ideas) o ideológicos (creencias, valores y actitudes). Otro tipo de poder sobre es el poder escondido. Este tipo de poder no sólo se ejerce en la toma de decisiones sino también en lo suprimido, en aquello que no se tiene en cuenta en la decisión y ni siquiera entra en la negociación. De esta forma, el poder sobre también se expresa en la capacidad de decidir sobre qué se decide. En esta situación no se observa el conflicto porque no se permite que se manifieste. Dejar de hacer algo, no tomar decisiones, también implica la presencia del poder, se produce la exclusión y deslegitimación de los grupos con intereses opuestos mediante la 207
intimidación, la desinformación, la manipulación e información sesgada o falsa. Este tipo de poder supone una dominación implícita ya que no se visualiza directamente como conflicto. Por último encontramos el poder invisible. A través de la socialización, del control de la información y de la manipulación se desarrollan normas culturales, costumbres y creencias que establecen lo que es normal en el grupo social. Se moldea la compresión de las personas sobre sus necesidades, sus roles y sus posibilidades, de forma que les disuaden del cambio. Este tipo de poder sobre es el más penetrante porque evita la expresión del conflicto ya que es imposible que se conciba una situación diferente: el status quo se ve como la expresión natural o divina de las cosas y por lo tanto se considera imposible su transformación. Puede ser que en este caso los intereses no sean fácilmente identificables, incluso el individuo o el grupo no es consciente de sus propios intereses. Afecta a grupos marginales con sentimientos de subordinación, apatía, falta de poder. Según Foucault, tan pronto como haya personas que se encuentren en una posición –dentro del sistema de relaciones de poder– donde puedan actuar sobre otros y determinar la vida y el comportamiento de éstos, la vida de esas otras personas no será del todo libre. Como resultado, dependiendo del umbral de tolerancia y de un gran número de variables, la situación será más o menos aceptada, pero nunca 208
completamente. Siempre habrá personas que se rebelen, que se resistan. Es decir, la presencia de poder sobre los otros conlleva la aparición de una resistencia al poder. A partir de la noción de poder más amplia, como la propuesta por Michel Foucault, se ha desarrollado el concepto de empoderamiento; término desarrollado a partir de las teorías de la Pedagogía crítica de Paulo Freire (19211997), que formulan que a través de procesos de transformación de la consciencia, la población puede transformar las estructuras de poder así como adquirir mayor control sobre sus vidas. Este concepto ha permitido que los individuos y sociedades que hasta ahora estaban marginados de la toma de decisiones y eran objeto de exclusión social y discriminación sean ahora el eje central de las intervenciones. El término se aplica a todos los grupos vulnerables pero donde ha encontrado más eco ha sido en relación con las mujeres. La idea de empoderamiento también se ha relacionado con una nueva noción de poder, basado en relaciones sociales más democráticas y en el impulso del poder compartido y horizontal. A grandes rasgos, el empoderamiento puede definirse como un proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, adquieren control sobre uno mismo, sobre la ideología y los recursos que determinan el poder produciendo un fortalecimiento del grupo social con el objetivo de producir cambios positivos en las situaciones que viven. 209
Se han descrito tres dimensiones del empoderamiento: la personal, las relaciones próximas y la colectiva. La personal trata de un poder desde dentro, desarrolla el sentido del yo, la confianza y la capacidad individual, la autoestima, el desarrollo de la consciencia crítica, de la dignidad y la esperanza. Permite revertir los efectos de la opresión interiorizada invisible. Este poder representa la habilidad para resistir el poder de otros. Por otro lado, las relaciones próximas están ligadas al poder para. En este caso el empoderamiento se refiere al desarrollo de la capacidad de negociar e influir en la naturaleza de la relación y de las decisiones que se toman dentro de ella. Es un poder generativo, productivo de nuevas acciones, sin dominación. Representa la capacidad para hacer. En cuanto a la colectiva está relacionada con el poder con. Cuando los individuos trabajan conjuntamente para lograr un impacto más amplio del que podrían haber alcanzado cada uno de ellos por separado. Esto incluye la participación en las estructuras políticas, aunque debería abarcar también la acción colectiva basada en el poder colectivo, el poder de la colaboración, en la no competencia, apoyo mutuo, solidaridad, en la empatía que humaniza al hombre entroncando así con la Ética ecológica. De esta forma se supera la definición de poder en términos de dominación y obediencia y se incluye la idea de poder como fuerza generadora de autonomía. Un ejemplo de este tipo de concepto de empoderamiento lo 210
ofrecen las luchas feministas de los años setenta donde el término adquiere toda la fuerza. Las mujeres ya no se reivindicarán a sí mismas como víctimas, sino que se toma en cuenta la capacidad de producir cambios significativos. Pasamos de la dominación a la competencia, del poder sobre al poder de o al poder con. Algo parecido pasa con los movimientos que reclaman los derechos de aquellos colectivos marginados como homosexuales, negros, pobres, etcétera. Para terminar, basándonos en el concepto de libertad igualitaria se podría postular que todos podríamos ser iguales en la medida que seamos igualmente libres. Sin patrón económico, pero tampoco estatal, sin un empresariado hegemónico, pero tampoco una burocracia represiva. Esto se sustentaría en un sistema democrático que sería el único capacitado para ejercer políticas de empoderamiento que tiendan a eliminar las condiciones de desigualdad para que las relaciones de poder fueran más horizontales y colaborativas que verticales y coercitivas. Como ejemplo, en el caso de la población pobre, ésta ha sido objeto de la aplicación de la estrategia de empoderamiento por parte de organizaciones sociales y organismos internacionales interesados en erradicar el grave problema de la pobreza y la exclusión social. Para estas instituciones es un error suponer que el poder es algo que se 'da'. Lo que sí se puede 'dar' es 'poder de decisión', a través de un contexto legal favorable, una educación útil, condiciones laborales justas, información oportuna sobre 211
mercados, y espacios de influencia e incidencia sobre políticas públicas. En el fondo, se trata de asegurar que los que carecen de poder tengan las condiciones básicas para poder empezar a empoderarse y asegurar la existencia de espacios de empoderamiento. Para esto, será necesario luchar contra las culturas de la exclusión, la represión y el sometimiento, creando las condiciones para que los propios individuos puedan aspirar a desarrollar a pleno sus potencialidades. En definitiva el sistema socio-económico capitalista neoliberal actual, productor de graves desigualdades a nivel local y mundial, conducente a una falta real de libertad de la mayoría, debe sucumbir a un modelo más igualitario en el que el fin sea el bien común basado en los mismos valores que permiten florecer las relaciones humanas, desde la honestidad hasta la cooperación, los valores constitucionales, la dignidad, la solidaridad, la sostenibilidad o la propia idea de la democracia. En definitiva, se trata de crear una economía basada en valores éticos como base para una sociedad más justa. 8. Paula Fernández Galán.
El mal es por el dolor. Miércoles 24 de mayo de 2017, 8:30 un día normal en clase de filosofía... Tarantino: Buenos días. 212
Alumnos: Hola. Tarantino: Alguna continuamos…
duda
quedó
de
ayer
o
(Nadie contesta) Tarantino: Eso es que no hay ninguna duda, así que continuamos. Hoy vamos a hablar de El mal es por el dolor. Javi: (Interrumpiendo). El mal es por, es… que me he perdido. Jorge: Por el dolor, que no te enteras. Adri: Es que en el laberinto hay interferencias y no llega bien el sonido. Tarantino: Humia y sus aportaciones... Paty y Ann haber si dejáis de hablar todo el rato. Damián te enteras de algo o estás perdido en tu culebrón. Y Noelia, con el móvil y masticando chicle, se te saldrá la mandíbula. Paty y Ann: Pero si ahora no hemos hablado Damián: Profe, si me entero… Tarantino: ¿Puedo continuar? (En bajito) lo que hay que hacer para poder continuar. A ver, por dónde
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iba... El mal es por el dolor. Vamos por partes, alguno sabría decirme ¿qué es el mal? Javi: El mal es lo que no es el bien… (El resto de la clase se ríe) Tarantino: ¡Madre mía! El mal se asocia a los accidentes naturales o comportamientos humanos que se consideran perjudiciales, destructivos o inmorales. Algunos filósofos tienen su propia concepción del mal, por ejemplo Tomás de Aquino dice que puesto que todo ser, en cuanto tal, es bueno, el mal, en la medida en que exista, pertenece al no-ser; Descartes dijo ...según la filosofía, el mal no es nada real, sino solo una privación. Y por otro lado, el dolor es una consecuencia del mal, es decir, a día de hoy el dolor es un disvalor y las personas no lo soportan, y en vez de combatirlo se rinden, y es un gran error pensar que no se puede erradicar, el dolor o el mal, el sufrimiento que da la ignorancia. El miedo al dolor llega a ser patológico. ¿Lo estáis entendiendo? Andrea: Profe, ¿qué es eso de disvalor? Tarantino: Lo opuesto a los valores…, exacerbar su uso… Andrea: Vale…
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Tarantino: Cómo relacionamos estos conceptos... El mal y el dolor son dos realidades de la vida sobre las cuales nos interrogamos. Esos interrogantes se convierten, muchas veces, en un grito de protesta ante el sufrimiento del inocente. El dolor es la experiencia humana del mal, mientras que éste es la aparición de un obstáculo que se interpone entre el deseo original de vivir y su relación con los otros. Lo que llamamos mal es la experiencia humana del fracaso del deseo de vivir. Lo que llamamos dolor es la experiencia humana de la impotencia, y por ello de la importancia del deseo para superar obstáculos. Hay males que proceden de nuestra condición de seres pertenecientes a la naturaleza, tiene sus propias leyes de funcionamiento y nosotros estamos sometidos a ellas, como seres vinculados por nuestra naturaleza a la naturaleza de las cosas. También las enfermedades pertenecen al propio desarrollo de nuestras células en las que también cabe la destrucción o apoptosis, que es el suicidio celular. Malebranche relaciona estos conceptos en una frase que dice: El mal se puede tomar de tres maneras: como privación del bien, como dolor o como la cosa que causa privación del bien o que produce dolor. Relacionemos esto con el Prometeo moderno de Mary Shelley, qué hace el monstruo de Víctor Frankestein, mata porque no comprende, no tiene una historia detrás que le permita sostener respuestas, 215
además la ausencia de amor lo agrava, era diferente y acabó comprendiéndolo. El dolor de no ser aceptado por la sociedad y no entenderlo le hizo malo ante la ceguera blanca80, y no solo al monstruo que es una metáfora, sino que cuando no eres capaz de sentir más allá de un me aburro, o dejas que los días pasen inanes a este lado de las alambradas, si alimentas a la bestia dormida, el dolor de no ser puede llevar al delirio de la maldad… (Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnggggggg gggggggg) Tarantino: Chicos pasar un buen día… Alumnos: Igualmente… 9. Ikram Boukanoun Auhammi.
La contingencia de vivir. Aforismos Vivimos en una sociedad cada vez más violenta, estamos condenados a ser libres, somos un ser para la muerte. Nunca serás feliz si no sabes hacer: homo faber. Tiene que haber ganancia de amor o sino no merece la pena. Esa es la premisa que hay que cumplir… 80
José Saramago, Ensayo sobre la ceguera.
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La evidencia es lo que determina nuestra vida, hay que darle sentido al dolor dentro de la propia vida. ¿Qué necesidad hay de saber quiénes somos? De la identidad sabemos por qué hacemos las cosas, luego la disfrazamos. La vida es imposible estructurarla, los equilibrios son muy frágiles, es imposible la armonía absoluta. Tu equilibrio es una forma de desequilibrio, por eso hay un continuo desplazamiento de ti mismo. No admitir que lo real es el desequilibrio: estamos todos enfermos. La dialéctica es el cambio, cambiar para permanecer, porque te das cuenta que has cambiado, es lo real, pero el desequilibrio permanece… Tienes que construir biografía, ¿de quién huimos? Del triste, del problemático, te fijas en el fuerte, quizá no se fije en ti. Toda la memoria es apropiación de la historia, lo único que podemos cambiar es la historia. No se puede modificar el daño, la herida, el dolor. ¿Qué buscamos con la memoria? La identidad, tal vez… La vida son pulsiones. Todo aquel que te seduce forma parte de la memoria de los sueños.
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¿Y si amar a otro fuese abandonar la memoria? La memoria no está ordenada porque es inconsciente. El abandono es un orden del dolor. Vivir lo inconfesable, la mayoría repite, instinto de muerte, compulsión a la repetición, morir es tan evidente. ¿Quién hace ser lo que somos? Somos lo que han hecho de nosotros, del quién mejor nos olvidamos… Nuestras vidas son solo un simulacro para que continúe la evolución, todo ha sido hasta nosotros… El Eros, pulsión de vida, está compuesto por la agresividad y la sexualidad, y no recuerdo dónde quedaron las palabras del amor… Vivimos en un cementerio, la muerte nos compensa, evidentemente desde nuestra enfermedad, Eros y Thánatos hablan, compensa el Eros y no el Thánatos, será que respiro, o un acuerdo… 10. Jalid Alfattahi El Khamlichi.
Ser lo que somos por naturaleza. Entonces te lanzas por el precipicio, te arrojas a la inexistencia del vacío; eras consciente de que no había regreso, pero aun así lo has hecho, has cumplido con tu voluntad, has desaparecido… 218
El concepto de naturaleza humana es bastante complejo, sobre todo si tratamos de analizarlo desde una única variable. Decir que el ser humano actúa de manera explícitamente común es bastante arriesgado; más bien comparte una serie de pautas que determinan su método de actuación general, el cual puede variar presentado individualmente, lo cual no es recomendable ya que el hombre debe ser analizado como sujeto universal. Uno de los principales rasgos del ser humano es la voluntad de sentido, su búsqueda, la voluntad de comprender el mundo aun sabiendo que este no tiene objeto. Esto lleva a la interacción con el entorno, cuya principal forma es sin duda el lenguaje. Las personas tienen los medios para vivir, pero carecen de sentido por el que vivir.81 El lenguaje es un instrumento de pensamiento que nos ayuda a ampliar los límites de la realidad que establece nuestro pensamiento lógico; esto es, realizar nuestra voluntad de sentido, lo que se consigue paradójicamente mediante una conciencia de inexistencia del propio sentido, pues el uso de esta nos hará comprender que, teniendo en cuenta que en la vida no hay objetivo o sentido como tal, el elemento más cercano al sentido de la vida es el lenguaje, el cual nos ayuda a alcanzar los límites que 81
Victor Frankl, El hombre doliente.
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establece nuestro universo partiendo desde una idea o argumento perteneciente a nuestro entorno inmediato, que se irá extendiendo progresivamente. El sufrimiento del hombre se debe principalmente a la incomprensión de los límites del mundo que establece el lenguaje, o viceversa. Los problemas psíquicos o psicológicos se dan cuando se concibe como verdad absoluta la idea de que la vida tiene un sentido, lo cual genera un sentimiento de desesperación, ya que, a no ser que uno mismo pretenda engañarse, no va a encontrar motivo o explicación de vida. Uno de los métodos de construcción en el vacío del sentido es el arte, la forma de lenguaje por excelencia. Ya sea plástico, visual, auditivo, etc., el arte nos permite establecer un vínculo directo con la vida. Este debe estar basado en una teoría sobre la belleza, la cual a su vez debe basarse en una teoría de la contradicción como concepto teórico que desarrolla la idea de superación continua de un estado determinado, anulando así la idea de progreso. Cada momento histórico supone –o al menos debería suponer– una nueva contradicción, una nueva superación, pero nunca un progreso, que nos llevaría a la elaboración de una ética del éxito, uno de los principales artífices de la muerte del amor y la alienación de nuestra naturaleza. El arte expresa un tono aleatorio, fugaz, disperso, contingente. Este 220
último término resulta muy atractivo; todo momento histórico se genera en lo contingente, la historia no se basa en hechos, sino en interpretaciones, por lo que aceptando nuestra contingencia aceptamos los conceptos e interpretaciones de varios modos, desde distintos puntos de vista. El aceptar nuestra inutilidad dentro de un universo de dimensiones inconcebibles para cualquier ser nos abre en cierto modo al mundo, y entonces llega el golpe de belleza. Platón hablaba de la belleza como algo por lo que vale la pena vivir 82. Esto nos ayuda a establecer lazos con el problema planteado al comienzo del capítulo, el sentido de la vida. La belleza es algo que nos debe causar admiración, fascinación, algo que nos envuelva en el agrado y la sensualidad; y esto se encuentra de forma exclusiva en el arte. Por lo tanto, el discurso del arte es un discurso revolucionario que nos ayuda a comprender nuestra naturaleza, una rebelión contra la realidad, la evidencia, la repetición de estructuras puramente monótonas. Crear arte es crear vida, crear una realidad alternativa al discurso de la evidencia. Al ser una forma de discurso revolucionario, el arte es un concepto opuesto al discurso del poder, el cual ha determinado una falsa concepción acerca de la naturaleza del hombre, estableciéndolo como un sujeto con unos objetivos, siendo la sucesión de estos 82
Platón, El Banquete.
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objetivos lo que se conoce como progreso. De nuevo, frente a lo que llamamos ética del éxito se presenta el arte como forma radical de resistencia, defensa frente al poder en la historia, el cual niega la naturaleza real del ser humano, manipulando y presentando la historia como un hecho real, libre de interpretaciones. Para conocernos, y en consecuencia conocer nuestra naturaleza, debemos conocer la historia. Cabe decir respecto a esto que el arte se debe presentar descontextualizado respecto a la historia, plasmar su atemporalidad, ser una constante en la línea del tiempo. Uno de los grandes culpables de la manipulación de los hechos es la tecnología, la cual ha favorecido más al desarrollo del poder que al desarrollo de la naturaleza humana, hablando en términos positivos. Quien dice que la tecnología contribuye al desarrollo de la naturaleza humana y a su progreso, además de hablar en términos absolutos, lo cual no es correcto, ignora la apología del miedo por parte del poder. El miedo es otro concepto perteneciente a nuestra naturaleza; desde el principio de los tiempos hemos intentado encontrar explicaciones racionales a aquello que es desconocido o queda por conocer, lo que nos aterra. Esto no está mal, ya que nos ha servido para experimentar y ajustar los parámetros del conocimiento de los que hoy en día disponemos. A pesar de ello, a día de hoy el hombre debería de 222
haberse librado ya de cualquier sentimiento de miedo, para evitar ser controlado por el poder, el cual nos infunde miedo en grandes cantidades y seguridad en dosis pequeñas, la perfecta combinación para la alienación: tengo miedo, pero sé que en cierto modo voy a estar seguro si renuncio todos los elementos de riesgo por lo evidente, vivir en los tópicos. Vendiendo nuestra libertad a cambio de seguridad no hacemos más que atentar contra nuestra propia intimidad, vulneramos nuestra realidad, originada en lo extraño. Lo peor que le puede pasar a un ser humano no es morir, sino todo lo contrario, nacer83. Todo ser humano es miserable desde el momento en el que ha nacido. Nada más nacer te conviertes en espectador de un drama interminable que ves pero no eres capaz de mirar, analizarlo, comprenderlo, y te das cuenta de que el abismo que creías que era la muerte en realidad es el nacimiento. Tendemos a plantear la vida como algo evidente, mientras que el hecho de nacer84 implica más misterio que el de morir. Aquí entra de nuevo el incorrecto planteamiento de la voluntad de sentido; el hombre nace con el propósito de nacer, envejecer y morir, cumpliendo una serie de objetivos Pensamiento sintetizado de Del inconveniente de haber nacido, de Emil Cioran. 84 El término de nacimiento se plantea como sujeto universal, es decir, cuando se habla de nacimiento se hace también referencia al origen de los tiempos y del ser humano. 83
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mediocres entre medias. El abismo existencial del nacimiento nos hace recurrir por terror a la evidencia, constituyéndonos como homo insipiens, el hombre que se basa en la pura y más absoluta necedad, que ignora cualquier forma de rebelión para vivir al otro lado de la frontera que separa conocimiento de ignorancia. El miedo a la muerte no es más que una proyección del terror de la experiencia de nacer, de enfrentarse a inseguridades desde la primera experiencia. El elemento que condena a todo ser venido al mundo es el pensamiento; la memoria del hombre nunca estará a la altura del universo, pero una vez que nacemos, no nos queda más que pensar, y en su consecuencia vivir. Muchos plantean la naturaleza del ser humano como alma. Personalmente, mi espiritualidad no me permite rechazar este pensamiento, pero tampoco me lo prohíbe. Considero que el alma necesita un motor de manifestación, y ese motor es el cuerpo. Otra de las características del discurso del poder es la opresión del cuerpo como forma de expresión. El cuerpo es un elemento artístico, por no decir que es el máximo elemento de belleza dentro del arte, por lo que, según lo que hemos ido planteando hasta ahora, la represión del cuerpo es la represión de nuestra naturaleza. El cuerpo debe ser liberado, empleado como objeto de lucha. Se dice que como resultado de la evolución teórica del alma y posteriormente del 224
inconsciente se tiene como resultado el cuerpo, yo defiendo que el cuerpo engloba el alma y el inconsciente, siendo el cuerpo espacio de (r)evolución de estos. No podemos continuar comentando la naturaleza humana y la hermenéutica sin hacer hincapié en los dos grandes metarrelatos, el viaje y el amor. El ser humano no puede comprender su naturaleza si no viaja85 por su historia. Si dividimos la historia en fragmentos, en pequeños relatos, comprenderemos los valores naturales del ser humano, tales como la agresividad, la resistencia, la sexualidad, el placer de la palabra. Estos son los valores que nos constituyen como humanos. Si algo aprendimos de Odiseo 86, es que el viaje por la historia es eterno, no tiene final. Si pretendes el regreso, entonces prepárate para soportar el peso de la historia sobre tus hombros, y perderte con él en el sufrimiento, la nostalgia, la melancolía, la ansiedad que genera la búsqueda lo imposible87.
Atención al término de viaje. Se debe establecer una diferencia entre viaje (travesía) y periplo, caracterizados por su eternidad y su brevedad respectivamente. 86 Homero, La Odisea. Al término de la obra, la estancia de Odiseo en su patria es breve, sintiendo la necesidad de volver a partir después de haber regresado. 87 En base a la idea de que no existe el regreso, mencionada anteriormente. 85
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Y el amor, qué sería de nosotros sin el amor. La voluntad de sentido se puede combatir si nos orientamos hacia un discurso del amor. Comprendernos como el ethos 88 simbólicus que somos nos ayudará a desarrollar el concepto de sympathos, ponerse en lugar del otro, comprender que somos un único sujeto con puntos comunes. Para esto debemos liberarnos de cualquier forma de poder, para poder amar libremente, establecer nuestro cuerpo como puente entre bios 89 y polis 90. Estos dos grandes metarrelatos nos permiten hacer una interpretación de nuestra naturaleza y de nuestra existencia, crear una teoría estética del amor, y del pensamiento. Toda forma de pensamiento conlleva acción, por lo que necesitamos una teoría que sostenga todo lo dicho hasta ahora. Aquí es donde entra la ética ecológica, forma de liberación del totalitarismo, arma del poder. Las estructuras tópicas no nos permiten desarrollar una conciencia ecologista, nos imposibilitan defender nuestro nicho ecológico, establecer una visión humana y responsable sobre el planeta, lo que en cierto modo equivale a hacer ejercicio del pensamiento. El ser humano debe Del griego ἔθος: costumbre. Del griego βίος: vida, existencia, modo de vida. 90 Del griego πὁλις: ciudad, patria. 88 89
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proteger su lugar de origen, de condena, lo que le ha convertido en miserable. El discurso del poder niega la biodiversidad del hombre, esto se debe a la interiorización del instinto natural de muerte91, generado por la manipulación (hablando teóricamente) de nuestra determinación biológica, lo que convierte el amor en destrucción, y no hay nada más peligroso que eso, ya que tenemos la absoluta capacidad de dominar el planeta y destrozarlo. Por último y no menos importante, nos queda por analizar el término de “eros”92. Filosóficamente el término se puede interpretar de dos modos. La primera interpretación es la del placer, término en contraposición al dolor. Si el hombre se establece un objetivo en su vida este debería ser el placer, siendo formas de su obtención todo lo que implique el saber. El arte es placer, por lo tanto el arte también es una forma de saber. También se ha de tener en cuenta el contenido del saber, la calidad de lo que sé me determina como sujeto. Todo conocimiento que merezca la pena está asociado a una emoción, otra de nuestras características naturales. La segunda interpretación, no acorde a la etimología del término, es la palabra. La palabra es el Distíngase entre el instinto natural de muerte como defensa y el instinto de muerte como pesimismo. 92 Del griego ἔρος: amor, deseo. 91
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instrumento del lenguaje, lo que nos permite entender a otros y a nosotros mismos mediante la transmisión de ideas y argumentos. Para que esta transmisión se haga de manera correcta, se debe hacer un uso de la palabra, lejos de su mención, establecer una diferencia entre palabra vacía y palabra llena. Usar la palabra como método de manifestación, de resistencia, pues hasta la propia palabra tiene cuerpo. La condición genética del ser humano se basa en la soledad, pero cuando llega la praxis, como observamos en íntegramente todo lo mencionado, el ser humano manifiesta formas naturalmente colectivas, lo que eres tú lo es otro. La vida en soledad sería insoportable, dependemos93 completamente de la presencia del otro para poder desarrollar nuestra naturaleza. Desde homo simbólicus hasta homo furor, desde nuestra esencialidad hasta nuestra máxima locura, el ser humano está constituido por varias naturalezas que se van englobando consecutivamente. Somos vida, arte, somos pensamiento, somos acción, somos resistencia, somos contingencia por naturaleza; porque cuando aceptamos que no somos nada, nos damos cuenta de todo lo que somos.
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No confundir con una dependencia física.
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…, eres lo que querías ser, no ser; y ahora en la inexistencia vives, tu hábitat natural. 11. Rubén Cabezudo.
Lo único que puede cambiarse es la Historia. ¿Por qué contra lo único que podemos luchar es contra la historia? Pensador, acabas de iniciar el camino del fin de este libro de pensamientos fugaces, pero escritos; y qué mejor manera de hacerlo que cuestionándonos el sentido de algo que nos afecta con dureza en el presente, la historia. Para la Rae es una disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados. Según esta definición, la historia debería ser igual para todo el mundo; y sí, lo es, pero nunca nos daremos cuenta, dado que jamás sabremos la verdad sobre ésta. Estamos rodeados de manipulaciones que nos hacen interpretarla de formas indeterminadas, hasta el punto de pensar que ha acabado94. Debido a esto nos podemos replantear el concepto de verdad, dado que, como sucede con la historia, no encontramos nada preciso ni exacto, sino cientos de 94
Francis Fukuyama, El fin de la Historia y el último
hombre.
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interpretaciones; luego, aunque sea contradictorio y paradójico, la única verdad es que no existe ninguna verdad. Una misma realidad puede ser muy diferente en un sujeto de conocimiento o en otro pese a que lo sucedido sea exactamente lo mismo en ambos casos. Sabiendo que no existe realmente una verdad absoluta, tan solo interpretaciones, tenemos que saber qué o quién está haciendo que veamos de una forma determinada la historia. A lo largo de este texto voy a hacer diferentes referencias a la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos del siglo XX debido a que son bastante conocidos y perfectos para argumentar mi tesis. Los alemanes en La Segunda Guerra Mundial drogaron a sus soldados con pervitina, una sustancia hecha con cristal, la cual hacía que aguantaran horas e incluso días corriendo sin cansarse. Posteriormente Alemania fue muy criticada por ello. Lo que muy poca gente sabe es que tanto los ingleses como los estadounidenses también lo hicieron con diferentes drogas. Como este ejemplo probablemente habrá cientos más que seguramente nunca sabremos. Así demostramos que los buenos en las guerras son los que las ganan, es decir, los que las cuentan manipulando los hechos. Con esto no estoy defendiendo la Alemania nazi ni mucho menos, solo quiero haceros ver que la historia cambia desde el punto de vista de quien la 230
cuente, y por desgracia hoy en día no tenemos ninguna forma de saber la verdad sobre ella, dado que no existe. Por eso debemos cuestionarnos el sentido de ésta, para poder luchar contra quien hace que la malinterpretemos. Otro ejemplo lo encontramos en los campos de concentración y las cámaras de gas de Adolf Hitler. Los nazis acabaron con la vida de aproximadamente siete millones de judíos, haciendo una de las mayores carniceras jamás vistas por culpa del odio irracional a la diferencia. Todos hoy en día condenamos lo que ocurrió, pero, ¿qué está pasando actualmente en este mundo? Tenemos nuestros propios campos de concentración y nadie dice nada. Hay cientos de miles de sirios inocentes intentado huir de una guerra de la cual no tienen culpa, personas que cada día se levantaban con miedo a que sea el último, que lo único que quieren es vivir en paz, y de estos muy pocos entran en Europa porque les cerramos la puertas… Además, cuando llegan, en vez de acogerlos en nuestra sociedad, los marginamos. Al mismo tiempo que esto sucede, hay personas muriendo de hambre y sed y necesidades del alma diariamente, por no haber nacido en el lado privilegiado del mundo, es decir, por puro azar, pero claro, vivimos felices en la ignorancia. Somos unos cínicos.
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¿Por qué un atentado en el que fallecen 22 personas en Manchester tiene más importancia que miles de muertes diariamente en Siria? ¿Por qué nos parece una vida más importante que otra? Porque estamos manipulados por el poder. Los que ganan las guerras lo tienen y tiende a fosilizar la historia, dándonos una verdad absoluta que nosotros debemos creer…, para no acercarnos más a la realidad y seguir alienados. ¿Quién es el poder? Actualmente tenemos que hacernos a la idea de una cosa: hay un nuevo fantasma recorriendo Europa95 y el mundo entero. Tiene la capacidad de manipularnos a su gusto para conseguir lo que le conviene. Unos lo llaman grandes potencias, ejemplos a seguir, yo lo condeno como capitalismo neoliberal. Y es así, el poder actualmente lo tiene quien posee los bienes económicos y las grandes riquezas. Vivimos en una sociedad donde se te juzga por el dinero que posees y tenemos96 el pensamiento absurdo de que cuanto más tengas mejor te habrá ido en la vida, esto nos han inculcado… Y el miedo inculcado lo ha acendrado en nuestros corazones97. Ya sean grandes multinacionales evadiendo impuestos y contratando a niños del tercer mundo, un mundo que está en los suburbios de occidente, para que hagan sus camisetas; o los países mas Rafael Alberti, Un fantasma recorre Europa. Erich Fromm, Tener o ser. 97 Naomi Klein, La doctrina del Shock. 95 96
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importantes metiéndose en guerras solamente por fines económicos. El poder hace lo que quiere por ganar más dinero y dominio a costa de todo. Es la ética del éxito que no entiende la hondura humana de la solidaridad, que no comprende el sentido real de la historia. Desde pequeños nos meten en escuelas de adoctrinamiento para que seamos buenos ciudadanos, no nos quejemos de más, trabajemos toda nuestra vida como esclavos para poder sobrevivir, y que cuando seamos mayores no podamos sino morir para no molestar, una muerte aséptica y silenciosa. Esto es así, al poder le interesa que seamos homo insipiens, promulgan la ignorancia para desactivar la conciencia de lucha gracias al desconocimiento, y por desgracia, ésta es la única forma de ser feliz, dado que de no estar alienados y saber todas las injusticias que nos rodean se nos caería la cara de vergüenza, por permitirlas. Pero realmente, la satisfacción que genera el saber no es comparable a ninguna felicidad, quizá sea la esperanza que nos queda... Una de las armas más importantes del poder para conseguir todo esto es la tecnología. Hoy en día somos plenamente dependientes y adictos a ésta por las ventajas que nos da en nuestra vida diaria, hasta tal punto que encontrar a una persona sin teléfono móvil o acceso a internet es prácticamente imposible. 233
Esto el poder lo ha usado como medio para logar una desculturización inmensa en toda la sociedad trabajadora hasta el grado de creernos todas las mentiras que nos cuentan sin capacidad de respuesta. ¿Qué hacemos para luchar contra esto? Primero tienes que empezar sabiendo quién eres. Fuera del poder podemos encontrar dos tipos de personas: los pensadores y los alienados. Este último grupo se caracteriza por haber caído en los brazos del nuevo fantasma y no saberlo…Por desgracia la gran mayoría de la sociedad vive así, perturbados por el mal de la ignorancia. Por otra parte encontramos a los pensadores, los cuales han abierto los ojos y han cortado los hilos que el poder les había puesto. Pero no todos son así, hay gente que pese a saber que son una simple marioneta más no luchan por escapar, son unos necios felices. Si eres un ser cerrado al mundo, un creyente de la muerte de las ideologías, tu único remedio es luchar, ¿contra qué?, contra la historia. Y cuando lo hagas verás cómo en una sociedad tan perfecta donde tú estás contento por tener tu consumo garantizado, porque eres el valor añadido de la mercancía, el dinero no es nada cuando abras la mente y no te juzgues por lo que tienes, sino por lo que eres. Y aquí terminan los pensamientos fugaces e ígneos de los locos alumnos del siglo XXI. Esta unión de 234
palabras, enunciados, oraciones y textos tan solo son eso, un simple conjunto de ideas. Pero tú tienes la llave para convertirlo en Filosofía, y la única forma de hacerlo es que para ti en vez de finalizar, este libro comience… Salve a los valientes, a los héroes…
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Y, ¿qué seré cuando este amor a la vida se agote, dónde lo seré? ¿Seré acaso el yacimiento imaginado en el temblor de lo inútil, la materia de la derrota que fosilizó el fantasma de la vida? O quizá, en el último miedo, en el último paso, poco importe ya la pregunta, todas las preguntas que creímos eran el ejercicio de la ironía y nuestra íntima e inconfesable forma de salvación. Miedo, de haber vivido y de no haberlo hecho, miedo de ti mismo y de nadie, de ti que fue en lo que fui, de nadie que soy ahora que sé que nadie me busca, por esta condición de transparencia; porque existí en ser buscado y en la vanidad que despertaba en mi, haciéndose obscena la fantasmagoría de la representación y el simulacro de ser. Incluso la decepción, o por eso, para el que amó y después lloró lo encontrado, ya que no era sino su propia aspiración a ser afecto por otro… Tan superficial emoción, tan innecesario viaje, nos produce el miedo de no haber sentido el rapto de la intensidad, la ternura de la eternidad. Alejandro Tarantino Aréchega
El prestigio de la oscuridad
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Alejandro Tarantino Aréchega
La mansión del tiempo 35 Homenaje a Manuel Álvarez Ortega
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